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Booz su nombre significa alegría (agrado), quizás también fuerza (firmeza).

Rico
habitante de Belén, respetado por todos, dependiente y bendecido por Jehová Dios de
Israel, gozaba de buen humor y buen trato para con sus siervos (Rut 2:4)

Personaje en el libro de •Rut. Era pariente de •Noemí por vía de su esposo


•Elimelec. Era “hombre rico” (Rut 2:4) "Y he aquí que Booz vino de Belén, y dijo a
los segadores: Jehová sea con vosotros. Y ellos respondieron: Jehová te
bendiga". Rut fue a recoger espigas en su campo y él la trató amablemente.
•Noemí, recordando que el parentesco incluía la posibilidad de que se aplicara la
ley del •levirato, esto es, que al morir un hombre sin dejar descendencia su
hermano o el pariente más cercano debía casarse con la viuda, instruyó a Rut de
tal modo que conquistó el corazón de B., que hizo lo necesario para tomarla como
esposa.

De su unión nació •Obed, que fue abuelo de David (Jueces 12:8-10).

Boóz (heb. Bô'az, tal vez 'alegría [complacencia]' o 'fuerza [agilidad, firmeza]'; gr. Boés,
Boóz o Boós; aparece en una inscripción encontrada en Haurán). Rico habitante de
Belén, pariente del fallecido esposo de Noemí. Se casó con Rut y llegó a ser un
antepasado de David (Rut 2:3-4), etc..

Onán (‫« אֹונָן‬fuerte», hebreo Onan, hebreo tiberiano ʾÔnān) es un personaje que aparece


en la Biblia, en el libro del Génesis. Era el segundo hijo de Judá.

Onanismo es una palabra que deriva de Onán, un personaje de


la Biblia. Hijo de Judá, Onán sufrió la muerte de su hermano mayor y
tuvo que contraer matrimonio con su viuda, una mujer llamada Tamar, de
acuerdo a la ley de los judíos. Las normas de la época indicaban que,
si Onán tenía un descendiente con Tamar, no sería tomado como su
hijo: en cambio, sería atribuido a su hermano. Esto, a su vez, implicaría
un desplazamiento de Onán en la sucesión hereditaria de su familia.
Para evitar esta situación, Onán desarrollaba el coitus
interruptus con Tamar, evitando eyacular en su interior para que la
mujer no quede embarazada. La Biblia cuenta que, ante estas
acciones, Dios decidió matar a Onán. Su nombre, por extensión a la
práctica, pasó a asociarse a la masturbación ya que, al igual que el
coitus interruptus, supone que el semen se desperdicia y no se emplea
para procrear.
Onanismo, por lo tanto, es sinónimo de masturbación, la acción
de estimular los órganos sexuales para provocar placer, ya sea a
uno mismo o a un tercero. El onanismo puede desarrollarse a través de
caricias y frotaciones con las manos o mediante la utilización de un
juguete sexual.
La concepción del onanismo ha cambiado a lo largo de la historia.
Mientras que en la antigüedad era considerado como algo desviado de
la moral o hasta como un problema de salud, hoy suele aceptarse al
onanismo como una conducta natural.
Así, en la actualidad, diversos estudios llevados a cabo por sexólogos y
expertos en la materia han determinado que el 95% de los hombres y el
85% de las mujeres afirman que habitualmente practican la
masturbación.

Un dato que los profesionales de dicha área reconocen que es


estupendo, pues viene a demostrar que se han superado muchos de los
falsos mitos que rodeaban a la mencionada práctica. Y no sólo eso,
también coinciden en subrayar que todos esos ciudadanos que la llevan
a cabo pueden disfrutar de los beneficios de la misma:
• Ayuda a conocer mejor el propio cuerpo. Esto supone, entre otras
cosas, que las relaciones sexuales con otra persona resulten mucho más
placenteras, ya que se tendrá claro qué gusta y que no.
• Es una buena forma de liberar estrés y de relajarse.
• En el caso de los hombres, ciertos estudios médicos han dictaminado
que masturbarse es una forma de prevenir la aparición del cáncer de
próstata.
• Ayuda a mejorar lo que es la potencia sexual y a evitar que se sufra
incontinencia.
• Se considera que el onanismo es una práctica que mejora el estado de
ánimo. Y es que se liberan tanto dopamina como laoxitocina, que se
encargan de “recompensar” lo que son los circuitos de recompensa que
tiene el cerebro.
• No menos importante es que también otros de los muchos estudios que
se han realizado al respecto coinciden en subrayar que, en numerosos
casos, sirve para mejorar y fortalecer lo que es el sistema inmunológico.

Para la religión, de todas formas, aún se considera a la práctica como


un pecado.

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