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La Sección Segunda el Consejo de Estado estudió la legalidad de actos administrativos sanción


disciplinaria de destitución e inhabilidad general, que fueron demandado por presunta
violación al debido proceso y falsa motivación. En esta oportunidad el alto tribunal efectuó
estudio de legalidad bajo la tesis del control integral del acto sancionatorio.

Así mismo el alto Tribunal determinó a título de restablecimiento del derecho


Restablecimiento del derecho una novedosa indemnización que no se otorga como en otros
casos similares  a título de  reintegro, ni de pago de salarios, sino la indemnización por costo de
oportunidad, con ocasión de la imposición de la sanción de destitución e inhabilidad general,
cuando el servidor público, al momento de la notificación de la respectiva decisión, no se
encontraba ocupando un cargo público.

Manifestó el H. Tribunal que la persona puede que no esté vinculada con la administración al
momento de la imposición de la sanción en comento, pero nada impide que aquella en algún
instante de su vida desee o tenga la «oportunidad» de volver a ocupar un cargo público, bien
porque iba a ser nombrado en una entidad, porque participaría en un concurso para un
empleo o porque se presentaría algún certamen electoral, por citar algunos ejemplos.

Indicó que la pérdida de oportunidad impone la existencia de una certeza jurídica sobre su
ocurrencia, pues «el perjuicio hipotético o eventual no es reparable y es, claro está, en cabeza
de quien reclama el daño alegado que pesa la carga de la prueba de acreditarlo». Lo toma
imprescindible en el análisis que debe hacerse para el momento en que se imponga la sanción
disciplinaria, por cuanto se debe demostrar si el afectado realmente se hallaba en una
situación idónea para pregonar el supuesto provecho o ganancia de la que fue privado.

Así Mismo la sala establece criterios generales para poder determinar la liquidación de un
costo de oportunidad con ocasión a estos casos.

Efectúa también pronunciamiento la corporación sobre el límite indemnizatorio de los


perjuicios morales causados por una sanción disciplinaria.

En esta oportunidad, la Subsección A también considera pertinente fijar algunos parámetros


para el reconocimiento proporcionado de los daños moralescon ocasión de la imposición de
una sanción disciplinaria, en el evento de que estos se encuentren debidamente acreditados.
Reconoce, a favor de la demandante, la suma equivalente a quinientos (500) salarios mínimos
legales mensuales vigentes, por el «gran impacto emocional y afectación psicológica, de la
salud, y de su vida de relación», por cuenta de las decisiones disciplinarias adoptadas.

 
Finalmente hace referencia al decreto de pruebas con posterioridad a la decisión de primera o
única instancia, en razón a una prueba grafológica que fue negada en todas las instancias al
accionante e inclusive dentro el proceso disciplinario, que se convirtió en la prueba certera
para decidir el fondo del asunto, y solo hasta esta instancia ante el Consejo de Estado se
concedió la práctica de la misma, para establecer la falsedad de la rúbrica del funcionario
investigado. Tal concesión probatoria se otorga en atención a la aplicación de los principios de
conducencia, pertinencia y utilidad probatoria que se establece por la sección diferenciando
tales criterios en el proceso disciplinario, estimándolos diferentes al de los procesos ordinarios,
dependiendo de si la actuación está en la primera etapa investigativa o si, por el contrario, la
actuación se encuentra en la etapa del juicio.

CONSEJO DE ESTADO, SECCIÓN SEGUNDA, CONSEJERO PONENTE: WILLIAM HERNÁNDEZ


GÓMEZ,  27 de agosto de 2020, Referencia:           NULIDAD Y RESTABLECIMIENTO DEL
DERECHO, Radicación: 11001-03-25-000-2012-00343-00 (1341-2012), Demandante:          
LILIANA PATRICIA GARCÍA FORERO, Demandado: PROCURADURÍA GENERAL DE LA NACIÓN

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