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LAVADERO-DISIPADOR Y OBRAS COMPLEMENTARIAS AL PAVIMENTO

Los lavaderos son obras en concreto que se construyen al lado del pavimento
sobre la ladera en forma escalonada de un ancho variable y espesor que oscila
entre 10 y 20 cm.

Las obras complementarias de los pavimentos son las cunetas y los sardineles.

Para estas obras que son las más utilizadas en el medio, se construyen en
concreto de resistencia de 210 kg/cm 2 normalmente.

Funcionamiento

El lavadero de utiliza para disipar la energía de una corriente de agua ya sea de


tipo permanente o que se forme en época de lluvia; lo más importante de estas
obras es que entregar el agua en la parte baja del talud a una velocidad mucho
menor que la podría tener si rodara libremente sobre la ladera.

Las obras complementarias tienen como fin primordial el desalojo rápido de las
aguas lluvias con el fin de evitar que estas penetren en la estructura del pavimento
o a una vivienda vecina.

Requerimientos para la construcción

El lavadero-disipador se construye con un ancho aproximado de un metro, su


longitud depende de la extensión del talud y su espesor se encuentra entre 10 y
20 cm, en su parte lateral y baja se remata con unos gaviones que sirven como
contención y amortiguación respectivamente, en la parte baja se utilizan, en el
sentido de la corriente, unos tres metros más en gaviones y en su parte lateral uno
o dos gaviones que confinen dicha estructura. (Ver Figura)

Las cunetas más utilizadas son de sección en V construidas en concreto de 3000


psi a lo largo del pavimento de un ancho y grosor según las especificaciones y
diseños; sirve no sólo para el desalojo del agua sino como confínante del concreto
del pavimento. Los sardineles sirven como confinantes de estas y evita el
desborde del agua hacia las viviendas o taludes. (Ver Figura)

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