Obsolescencia programada: necesidad creada por las marcas de comprar con compulsión. Las empresas empezaron a acortar el uso de vida útil para generar más ventas. Creando así la vida útil de las cosas, un claro ejemplo de esto es el foco, cual fue el primero en corromperse, por decirlo de alguna manera. Fheobus fue el culpable de esta medida, creando penitencias si no llegasen a cumplirse, considerándolo un cartel, del cual se encargó que miles de bombillas patentadas de hasta 10, 000 horas de vida útil nunca se comercializaran. La obsolescencia nace junto con la producción en masa y la sociedad de consumo. Como los precios empezaron abajar, la economía empezó a subir y la gente ya no compraba por necesidad, ahora lo hacía por diversión. En 1929 la crisis de Wall Street, hizo decaer la economía de estados unidos generando así unas largas filas de personas, ya no para comprar, si no para pedir trabajo y comida, unas de las soluciones llego de NY. Benard London en el “the new Prosperity” decía y demandaba que la absolecencia programada debía ser obligatoria, planteaba que todos los productos tuviesen fecha de caducidad, declarándolos obsoletos, recolectados por el estado para su destrucción. Esa idea nunca fue implementada. 20 años después la ida regreso, peo ya no en forma de obligación, ahora se trataba de seducir al comprador por medio de publicidad, creando el deseo de ser necesario, Otro claro ejemplo ocurrió en las empresas de textiles, donde Dupont creo el nylon más resistente obteniendo así medias para las mujeres de alta calidad, pero al darse cuenta de que su vida útil era demasiado elevado, dio órdenes para que la formula cambiase, creando medias frágiles y obteniendo mayor demanda. Decrecimiento: forma radical para romper la obsolencia replanteando la economía y los valores, explica como abandonar la sociedad de crecimiento definitivamente. El decrecimiento es un eslogan provocador que intenta romper con un discurso eufórico del crecimiento viable, infinito y sostenible en intenta demostrar la necesidad de un cambio de loica. La esencia del decrecimiento se puede reducir a una sola palabra: REDUCIR. Reducir nuestra huella ecológica, reducir el despilfarro, la sobreproducción, el sobre consumismo, al reducir todo esto podemos liberar tiempo para desarrollar otras formas de riqueza que tienen la ventaja de no agotarse al usarlas como la amistad o el conocimiento.