Y VISTA: La presente causa caratulada “FLORES, César Ezequiel y otro p.ss.aa Robo Calificado por uso de arma impropia – tentativa, etc.” (Expte. Letra “F-001/2012, Nº 289214) traída a despacho a fin de resolver la situación procesal del encartado Alexis Nahuel Bulacio, de diecisiete años de edad, de estado civil soltero, jardinero, nacionalidad argentina, nacido en Córdoba Capital, el día trece de noviembre de mil novecientos noventa y cuatro, domiciliado en calle Coquena Nº 8210 de Barrio Villa 9 de Julio de esta Ciudad, hijo de Oscar Enrique Bulacio y Doris del Valle Guzmán, DNI Nº 39.933.642, Prio Nº 1179701 AG, DE LA QUE RESULTA: La siguiente plataforma fáctica conforme ha sido fijada por el Señor Fiscal de Instrucción: “Con fecha treinta de diciembre de dos mil once, aproximadamente a las once horas se hicieron presentes, con fines furtivos, en el domicilio sito en calle Ricardo Rojas Nº 9355 de Barrio Rincón Bonito de esta ciudad, el encartado César Ezequiel Flores, junto al menor imputable de 17 años de edad, Alexis Nahuel Bulacio y el menor no imputable S. E. P. Así las cosas y desplegando destreza física, escalaron la tapia perimetral continua de mampostería de dos metros de altura que rodea la vivienda, ingresando por allí al predio. Luego ejercieron fuerza sobre la puerta lateral de la cocina comedor a la altura de la cerradura, golpeándola aparentemente con un objeto contundente o patada, logrando mediante dicha acción abollarla y abrirla, rompiendo también –en su totalidad- el vidrio de la misma, ingresando al interior de la morada vivienda. Una vez adentro, los sujetos mencionados se apoderaron ilegítimamente de los siguientes elementos: una sábana de una plaza color blanco, un monitor marca Tonomac color negro y gris, un reproductor de DVD marca Durabrand color negro; una plancha marca Black & Decker color blanca y azul, un radiograbador marca Aiwa color negro, cuatro relojes pulsera uno marca Casio de color plateado, otro marca Louis Ferraud color plateado, otro marca Citizen color plateado y otro marca Bulla Rubis color plateado con malla de cuero negro, un pendrive de color verde y blanco marca Kingston datatraveled, una pulserita con dos diges en forma de abeja y dos en forma de flor color dorado, una cadena de cuatro eslabones finos color plateada con una medallita de una virgen redonda color plateada y dorado, una cajita con un frasco vacío de colonia marca Paco Rabane, una remera mangas cortas color blanco con rayas negras y grises, la suma de cincuenta y tres pesos con quince centavos. Con los objetos mencionados, intentaron darse a la fuga, no obstante ello no pudieron concluir su designio delictivo atento la oportuna intervención de personal policial de la patrulla preventiva del Distrito X, quienes se constituyeron en el lugar en el momento en que los encartados se encontraban en el patio de la vivienda, con los objetos mencionados en su poder. En la oportunidad, al advertir la presencia policial, el imputado Flores, tomó un palo de escoba roto de aproximadamente 90 cm de largo que se encontraba en el lugar y con el mismo acometió contra la humanidad del cabo Mario Carlos Liendo con quien se trabó en lucha. No obstante ello, el encartado cayó al suelo lugar donde fue aprehendido por Liendo, al tiempo que los menores Bulacio y P., fueron aprehendidos por el Agte. Diego Román Saracho, mientras intentaban darse a la fuga”. Y CONSIDERANDO: I. En oportunidad de ejercer su derecho material de defensa, el imputado Alexis Nahuel Bulacio, con la debida asistencia letrada a fs. 68/69, 90/91 se abstuvo, en ambas ocasiones, de prestar declaración. II. ... III. El Sr. Fiscal de Instrucción del Distrito IV Turno I entendió completa la investigación penal preparatoria, y al efectuar el mérito sobre sus resultados, concluyó que procede la elevación a juicio de los presentes autos....... IV. Notificada de las conclusiones del requerimiento de elevación a juicio, la defensa del incoado Alexis Nahuel Bulacio, ejercida por el Asesor Letrado Horacio Carranza, a fs. 143, se opone a la citación a juicio, concentrando sus agravios en la calificación legal propiciada por el Sr. Fiscal de Instrucción respecto de la conducta endilgada a su defendido, esto es, robo calificado por uso de arma impropia. En tal sentido, el oponente argumenta que resulta erróneo endilgarle a su defendido un obrar que pertenece única y exclusivamente a un tercero (Flores). Así, en abono de su postura sostiene que, según se describe el hecho en la pieza acusatoria (a partir de los testimonios brindados por los policías intervinientes) Flores decidió y ejecutó entera y exclusivamente el último tramo fáctico, esto es, cuando, ante la persecución policial, y la voz de alto, decidió sólo él, sin ningún tipo de participación activa de los otros dos menores, tomar un palo que había en el lugar, y acometer contra los empleados del orden para evitar ser aprehendido. A continuación, brinda las razones de su reproche a la calificación legal, por cuanto sostiene que, por ausencia de convergencia intencional, no hubo participación criminal alguna de su asistido Bulacio, en cuanto el empleo de un arma impropia por parte de Flores (art. 45 a contrario sensu C.P), sosteniendo, en definitiva, que la conducta atribuida a Bulacio, no sea encuadrada en la figura agravada de “robo con uso de arma impropia”. V. 1. ...(omissis) 2. ....(Omissis) 3. Luego de un detallado análisis de los elementos de convicción válidamente incorporados al proceso, entiendo que le asiste razón al impetrante, debiendo modificarse el requerimiento atacado, ya que no se encuentra satisfecho el grado de probabilidad requerido en esta instancia para sustentar la calificación legal propiciada por la Instrucción y que resulta ser objeto de controversia, debiendo ordenarse en consecuencia la elevación a juicio de los presentes actuados en contra de Alexis Nahuel Bulacio, quien deberá responder por el delito de Robo simple en grado de tentativa. Doy razones: Considero que el encuadramiento legal sustentado por el Sr. Fiscal de Instrucción en relación al encartado Alexis Nahuel Bulacio, debe mutar hacia la figura legal de robo simple, en grado de tentativa (arts. 164 y 42 del CP), por cuanto el cuadro probatorio conformado hasta el momento impide sostener la concurrencia de la calificante atribuida primigeniamente, cual es, la de utilización de arma impropia, en este caso, para lograr la impunidad (art. 166 inc. 2º, primer supuesto del mismo cuerpo legal). En efecto, en relación a la figura legal aludida, en lo que aquí interesa, es conteste la doctrina y la jurisprudencia en señalar que para que un robo se califique por el uso de un arma, en este caso impropia, es necesario un efectivo acometimiento y esto es, precisamente, lo que sucedió en autos, toda vez que el encartado Flores tomó un palo de madera (tipo escoba) y con el mismo se dirigió en contra de la persona del empleado policial Liendo, arrojándole dos puntazos con aquel elemento, acometimiento éste practicado con un objeto entendido como arma en sentido impropio, todo ello a los fines de lograr su impunidad y poder darse a la fuga (ver en tal sentido: T.S.J., Sala Penal, Sent. nº 18, 29/03/2006, “Colli”, en donde nuestro máximo Tribunal sostuvo que para que el instrumento “ (…) se convierta en arma impropia , si bien se exige objetivamente que posea cierta capacidad ofensiva, es, en definitiva, la voluntad del sujeto que la utiliza – como medio violento- lo que lo convierte en arma al cambiarle su destino (…)”. Ahora bien, la cuestión traída a estudio estriba en determinar si esa acción, claramente atribuible a Flores, puede o debe ser atribuida o comunicada, a su vez, a los otros participantes del hecho ilícito, en este caso a Bulacio, todo ello conforme los parámetros establecidos por la doctrina y la jurisprudencia en orden a los criterios propios de la participación criminal. En tal sentido, es dable señalar que en lo que respecta al ámbito propio de la coautoría, nuestro máximo tribunal ha sostenido, reiteradamente, que es el propio tipo penal el que dirime la cuestión, ubicando a quien ejecuta actos idóneos para realizar la conducta allí descripta en la categoría de coautor y relegando a la condición de partícipe a quien -actuando en modo concomitante- sólo efectúa un aporte a la ejecución típica llevada a cabo por otro (ver por todos: T.S.J., Sala Penal. Sent. Nº 253, 03/10/2007, Moreyra, Alberto Fernando). De las constancias de autos surge, en forma indubitada, que tanto Flores, como Bulacio y el restante menor inimputable ingresaron a la vivienda (“escalando la tapia perimetral de dos metros de altura”) con una clara finalidad furtiva, apoderándose de diversos objetos que se encontraban en el interior de la misma (ver en tal sentido acta de secuestro de fs. 09), no logrando su cometido toda vez que la res furtiva no salió del ámbito general de custodia (ver croquis ilustrativo de fs. 07), es decir de la esfera de poder y de vigilancia del tenedor, merced a la oportuna intervención del personal policial, el cual procedió a la aprehensión de los tres sujetos, configurando dicha situación un caso típico de aprehensión en flagrancia, la cual constituye al decir de autorizada doctrina la “ (…) prueba más directa, la prueba apodíctica del delito (…)” (Cfr. CAFFERATA NORES, José I., TARDITTI, Aída, Código Procesal Penal de la Provincia de Córdoba, Comentado, con la colaboración de Gustavo A. Arocena, Tomo I, Editorial Mediterránea, Córdoba, 2003, pág. 603). Ahora bien, lo que a simple vista resulta congruente con la prueba rendida e incorporada en autos en cuanto a la existencia del robo y sus partícipes, no lo es así, o no lo es tanto, en orden a la acreditación de la calificante del robo atribuida al encartado Alexis Nahuel Bulacio. En efecto, ya sea tanto de la propia plataforma fáctica (fs.119) como de los elementos de prueba en que ella se asienta (ver testimonios de los policías Mario Carlos Liendo de fs. 01/02 y de Diego Ramón Saracho fs. 15), surge patente que fue únicamente Flores el que utilizó el palo de escoba ya descripto para acometer contra el personal policial, circunstancia ésta acontecida luego de que los tres sujetos ya habían ingresado a la vivienda y cuando, presumiblemente, se aprestaban a retirarse de la misma. De ello se desprende que fue Flores el que, en un mismo contexto de acción, acometió contra el personal policíal para lograr su impunidad, circunstancia ésta que, de las constancias de la causa, no surge como que fue aprovechada por los restantes intervinientes o por lo menos aceptada, en cuanto al desarrollo del iter criminis. Por el contrario, es dable sostener que el accionar llevado a por dicho sujeto – Flores - fue propio de un actuar espontáneo con ausencia de convergencia intencional y no como parte de un acuerdo previo, en cuanto preestablecido a los fines de lograr la impunidad del robo, sin perjuicio de lo declarado por el policía Liendo en relación a la actitud de los menores al momento en que él se encontraba trabado en lucha con el prevenido Flores. Distinto sería el caso, por citar un ejemplo, en donde en el marco del principio de individualidad de la responsabilidad, un sujeto hubiese acometido con un arma impropia, en un mismo contexto de acción contra la víctima y su coautor no ignorase ese accionar, o por lo menos, hubiese prestado conformidad en cuanto a la utilización de dicho elemento en el sentido de un arma impropia. En definitiva, no es dable inferir de la prueba reunida en autos como parece suponerlo el Sr. Fiscal de Instrucción, que la conducta de Flores no podía ser abrupta o sorpresiva para los restantes sujetos (división de tareas) y que por ello le cabía al menor Bulacio la calificante prevista en el art. 166 inc. 2, primer supuesto del CP, en donde sí, en caso afirmativo, conforme los parámetros de la imputación recíproca, correspondería la atribución delictiva sostenida por el representante del Ministerio Público al obrar unitario que desarrolló Flores, pero imputable a los restantes coautores. No debe olvidarse, vale recordar, que es de la propia intimación de donde surge con meridiana claridad cuál fue la conducta desarrollada por Flores y cuál fue la desarrollada por los restantes sujetos, por lo menos en lo que respecta al último tramo fáctico del accionar delictivo. Sobre el particular, se debe concluir que en el accionar propio desarrollado por Flores al momento del acometimiento no hubo una unidad de designio y que tampoco -en el hipotético caso que se dedujera que dicha conducta fue improvisada- hubo un obrar común en dicha secuencia delictiva por parte del menor Bulacio, toda vez que la coposesión del dominio final del hecho no existió. De lo analizado precedentemente, se concluye que le asiste razón al Sr. Asesor Letrado al solicitar el cambio de calificación legal, debiendo encuadrarse entonces el accionar del menor Alexis Nahuel Bulacio, en la figura del Robo simple en grado de tentativa (arts. 164 y 42 del CP). .... (Omissis) VI. Por todo lo señalado, corresponde hacer lugar a la oposición planteada por el Asesor Letrado Horacio Carranza y, en consecuencia, efectuar el cambio de calificación legal de la conducta atribuida a Alexis Nahuel Bulacio, encuadrando la misma en la de robo simple en grado de tentativa y en calidad de coautor (arts. 42, 45 y 164 del CP), debiendo elevarse a juicio los presentes actuados en su contra. Por ello y normas legales citadas; RESUELVO: Hacer lugar a la oposición planteada por el Asesor Letrado Horacio Carranza (art. 357, 358 y cc. CPP) a fs. 143 y, en consecuencia, efectuar el cambio de calificación legal de la conducta atribuida a Alexis Nahuel Bulacio encuadrando la misma en la de Robo Simple en grado de tentativa y en calidad de coautor (arts. 42, 45 y 164 del CP), y elevar a juicio la presente causa por ante la Secretaria Penal del Excmo. T.S.J. a los fines de su distribución por ante la Excma. Cámara del Crimen que por sorteo corresponda, donde deberá responder Alexis Nahuel Bulacio, conforme al hecho que se le atribuye según la nueva calificación legal atribuida al mismo y César Ezequiel Flores, por los delitos de robo calificado por el uso de arma impropia en grado de tentativa y violación de domicilio, en calidad de co-autor en el primero y autor en el segundo (arts. 42,45, 150 y 166, inc. 2º, primer supuesto del CP), todo ello de conformidad con el art. 358 y cc. del CPP. PROTOCOLICESE, NOTIFIQUESE, Y UNA VEZ FIRME ELÉVESE A JUICIO.