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Ubicado históricamente en los siglos XVIII y XIX Paul Baran identifica en primera
instancia el capitalismo, su devenir y su porvenir en los países desarrollados, al
tiempo que caracteriza la contraparte en términos sociales hablando de las clases
que ese mismo desarrollo condena a la desposesión y a la pobreza, así también a
los países en los que no se nota ni el más mínimo atisbo de crecimiento y
desarrollo en la producción, éstos son los llamados países subdesarrollados.
En primer lugar hay que entender que en los países subdesarrollados que se les
fue impuesto entrar a la lógica de innovación tecnológica, libre concurrencia de
mercancías y de comercio abierto, obligando así a que desplazara la
predominancia de las estructuras feudales, pero no que se acabara con éstas en
su totalidad, con las clases sociales y sus relaciones que a ese momento histórico
y económico pertenecían, todo lo existente proveniente de la nueva y rápida forma
de producir, sólo quedó al consumo de las clases acomodadas y dejó a los pobres
con un sentimiento de frustración dada la imposibilidad de alcance.
Después caracteriza la influencia que tiene sobre los jóvenes (Baran dice
intelectuales ) de clase media, que tienen la necesidad de emigrar a los grandes
centros industriales, la evidencia del crecimiento en la producción, sin embargo,
dicho crecimiento no viene aparejado en una distribución que permita poner en
alcance posible la apropiación de todo lo producido, pero que se vio cara a cara
con otro sentimiento de insatisfacción y de aspiración a hacer lo que vieron en
Berlín, Londres, Nueva York… Y propagaron una idea de crecimiento económico
basado en la racionalidad, pero esto no los acercó para nada al socialismo, todas
las respuestas y soluciones estaban plenamente moldeadas en sus mentes por el
capitalismo occidental.
Se leen algunas salidas políticas y de reacción frente a tal situación, una de ellas
es la radicalidad de las masas populistas que ven en el monopolio y en los
resabios del feudalismo la imposibilidad de alcanzar los niveles de vida con los
que seduce el desarrollo capitalista Sin embargo a estos enemigos del propio
desarrollo en los países de menor crecimiento no podían enfrentarlos las clases
medias privilegiadas, es decir la recién nacida burguesía. Ésta rechazaba los
planteamientos más revolucionarios surgidos en Europa, los cuales eran de corte
socialista, lo que no veían es que al mismo tiempo estaban rechazando de acabar
con el monopolio y con la concentración territorial proveniente del feudalismo.
Todo este cierre de salidas lleva a Baran a que plantee la posibilidad (no quiere
decir que él la apoye o por lo menos no lo manifiesta abiertamente en el texto) de
una colectivización y socialización de la producción y sus resultados de forma
violenta, una revolución socialista. Para por último, dejar abierta la puesta en que
sería posible evitar lo anterior si las clases medias, las clases capitalistas y el
apoyo exterior desinteresado, así como el mismo gobierno, eliminaban las visiones
y las presiones que traen las visiones feudales y monopolistas para darle salida al
atraso, para lo que es necesario que hagan a un lado su visión egoísta y de
rentabilidad inmediata.