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Alumno: Aldo Quiroz Encinas

Cardoso, Fernando Henrique y Enzo Faletto (1969). Capítulo I, “Introducción” y


Capítulo II, “Análisis integrado del desarrollo”, en Dependencia y desarrollo en
América Latina, Siglo XXI, México, pp. 5 a 18.

Fecha: 03/04/2019

En este trabajo los autores plantean una propuesta de análisis para el


subdesarrollo de los países dependientes de América Latina.

Para lo que en primer lugar necesitan bosquejar la situación económica de manera


general del mundo y de América Latina, ellos realizan la caracterización entre los
años 1929 a la década de los 50 aproximadamente.

Observan que después de la segunda guerra mundial existió en las economías la


visión de que era posible completar la formación de su sector industrial y lograr un
desarrollo autosustentado. Esto debido a que venían de un proceso de
automatismo del crecimiento el cual se dio posterior a la crisis de 1929 que incluía
un fortalecimiento del mercado interno, la posibilidad de producir bienes de capital
como efecto de un proceso impulsado por el modelo de sustitución de
importaciones.

Esas condiciones alimentaron la concepción de que la industrialización sería


complementaria en un proceso ya iniciado de desarrollo, a la par de la creencia de
un desarrollo autosustentado, pasando de una economía basada en la exportación
de materias primas a una de industrialización.

Cardoso y Faletto le dan demasiada importancia al mercado interno, en aquellas


condiciones se pensaba que el fortalecimiento de éste daría un sentido
fundamental al desarrollo.

De ahí se trasladan a 1950 en la región de América Latina y describen condiciones


dadas en algunos países de América Latina, fundamentalmente en Argentina,
México, Chile, Colombia, Brasil…

1) Mercado interno suficiente para producción industrial.


2) Base industrial formada en los últimos 80 años.
3) Una fuente abundante de divisas.
4) Estímulos para el crecimiento provenientes fundamentalmente del sector
externo.
5) Una tasa satisfactoria de formación interna de bienes de capital.

Todo esto llevaba a la conclusión de que lo necesario para lograr el desarrollo era
a) absorber la tecnología capaz de promover la diversificación. b) Definición de
una política de inversiones capaz de crear infraestructura de la diversificación.

Todo lo anterior alimentó la creencia de que los países de la región podían tomar
la decisión sobre su política económica. Y esto no era propio de aquél momento
histórico, Cardoso y Faletto dicen que esta concepción se venía forjando desde los
primeros años posteriores a la crisis de 1929, lo que provocó que fueran
fortaleciendo sus instrumentos de poder público, en un primer momento para
defender la economía exportadora.

Sin embargo, para 1950 en América Latina aún no se lograba esa auto
sustentabilidad, es más, ni si quiera se lograba un crecimiento suficiente que
pudiera pronosticar o permitiera vislumbrar dicha situación en un futuro. Según
algunos datos recogidos, sólo México podía hacerlo, sin embargo, aunque
presentaba una estructura económica fuerte, en el país permanecía la desigualdad
en la distribución y demasiada sujeción a la inversión extranjera.

¿Pero de dónde provenían estas ideas que no correspondían con las posibilidades
de esos países? Se vio con anterioridad las condiciones objetivas globales que en
algún momento las alimentaron, pero dónde o por qué falló el pronóstico. Los
autores señalan que el problema con el análisis económico es que se concibió
como si las posibilidades, direcciones y potencialidades de los países se
encontraran en una igualdad para llegar a ese anhelo de autosustentabilidad
económica.
Ante tal situación dicen que se deben asumir los grados de diferencia entre la
estructura social que condiciona en cierta forma el crecimiento económico, pero no
bastaría con reemplazar el análisis sociológico por uno económico.

Para intentar avanzar en el campo del abordaje de los problemas del desarrollo
Cardoso y Faletto proponen un Análisis integrado del desarrollo.

De esta propuesta, critican en primer lugar una concepción limitada proveniente


del Análisis tipológico proveniente de la sociología, el cual asume la existencia de
un dualismo estructural al pensar a las sociedades en dos grandes momentos
históricos, el de las sociedades tradicionales y las sociedades modernas. Para
este esquema de análisis, los países de América Latina se encuentran en un
momento de transición. Pero este tipo de esquema es criticado por los autores
debido a que no abarca la diversidad de situaciones en que se pueden encontrar
los países de América Latina y tampoco logra dilucidar el vínculo entre la situación
económica y la estructura social. También deja fuera cómo los diversos grupos y
clases sociales interaccionan y como algunos de éstos imponen su dominación
sobre el resto de la sociedad.

Ellos dicen que a la economía interesa el grado de desarrollo de un sector


productivo y que éste es refleja las diferencias estructurales y así se puede inferir
la estructura que tiene la sociedad.

Este análisis integrado del desarrollo exige no sólo conocer cómo es la esrructura
sino cómo se formó ésta y su orientación, así como cuáles son las fuerzas que
luchan por mantener dicha estructura o por cambiarla.

En la parte de la concepción del cambio social, exponen que para asumir el


devenir no sirve el hacer analogía de las etapas de un país subdesarrollado,
respecto a uno desarrollado y aquí encuentra un elemento de análisis proveniente
de la sociología el cual también se ve rebasado por la situación de América Latina.
Este elemento es llamado el “efecto demostración”, este elemento supone que
ciertos procesos y sus resultados como bien podría ser “el desarrollo” le preceden
elementos comunes y presentes en todas las sociedades y los países. Como
pensar que un efecto del desarrollo es el consumo o que viceversa que un
aumento en el consumo siempre provoca el desarrollo o el aumento de la
industrialización. Así entonces, pueden considerarse que existen “desviaciones” si
es que el proceso no se da de la misma manera o no intervienen o están
presentes los mismos elementos.

Cuando habla de la estructura y el proceso como determinaciones recíprocas,


proponen que se redefina las perspectivas para que se logre considerar la
totalidad de las “condiciones históricas” particulares y también los objetivos e
intereses que hacen que se movilicen los grupos y las clases sociales o existan
tensiones entre ellos. Éstos deben ser analizados en relaciones y determinaciones
recíprocas.

Así, proponen que el desarrollo sea concebido como el resultado de interacciones


de grupos o clases sociales y la estructura dela sociedad se va modificando en
qué tanto unos u otros (grupos o clases sociales) pueden imponer sus intereses al
conjunto de la sociedad. Dice que de la misma forma para los países que se
encuentran en situación de dependencia deben considerarse tanto factores
internos como externos y asumir a los externos también como resultado o
provenientes de las tensiones entre los grupos y clases sociales existentes.

En el apartado dedicado al Subdesarrollo, periferia y dependencia exponen que


para lograr el análisis sociológico debe de asumirse en articulación el sistema
económico y la organización social de los países subdesarrollados, al interior de
éstos, entre ese tipo de países pero además su relación o vínculos con los países
desarrollados.

Para el subdesarrollo establecen que debe de verse cómo los países


subdesarrollados se integran al desarrollo capitalista global y asumir que su
situación de subdesarrollo inició con la expansión de los países subdesarrollados.

Por último afirman que de los países en subdesarrollo no debe indicarse que todo
lo que les sucede no debe atribuirse a los países del centro. Y en las perspectivas
de análisis integral apuntan que deben considerarse no sólo lo estructural sino
comprender el proceso en que actúan las fuerzas sociales en juego, así como
observar las orientaciones valorativas e ideológicas de éstas.

Abril 03, 2019.

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