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COMPORTAMIENTO FORJADO DE CRUSTACEOS DEPREDADORES Y CARROÑEROS

Resumen del capítulo 19 del libro de Eastman, L.B. & Thiel M. 2015. Foraging Behavior of
Crustaceans. In: Lifestyles and Feeding Biology: The Natural History of the Crustacea.

Naren Mauricio Tellez Carretero

Este capítulo describe el comportamiento de depredación y de búsqueda de carroña entre los


crustáceos, centrándose en la diversidad de las dietas, las estrategias de búsqueda e identificación
del alimento, los mecanismos para procesar el alimento y los impactos ecológicos y evolutivos que
conllevan estos comportamientos alimenticios tanto en los depredadores como en las presas.

La dieta de los crustáceos depredadores y carroñeros está sujeta a diferentes factores, entre estos
se encuentra la morfología y el tamaño de los crustáceos y des sus presas, el estado de desarrollo,
el hábitat y el costo energético. Estos factores generan diferentes estrategias de alimentación entre
los crustáceos depredadores. En el caso de los carroñeros algunos presentan preferencia por
algunas partes de los cadáveres que consumen, prefiriendo aquellas partes con una mayor masa
muscular y con un menor tiempo de descomposición, esto ultimo debido a que los cadáveres que
presentan un mayor tiempo de descomposición tienen una menor carga energética y pueden
contener una flora bacteriana dañina o que generan malos sabores, sin embargo se ha
documentado que un grupo de cangrejos carroñeros pueden alimentarse de una ballena caída por
un periodo de hasta un año. Por otra parte, la dieta de los carroñeros también puede estar sujeta a
dos factores, la movilidad y la sensibilidad a los aminoácidos.

Dentro de los crustáceos también se ha observado el canibalismo una estrategia que esta sujeta a
la disponibilidad de recursos, tamaño y hambre del caníbal, tamaño y sexo de la presa. Este tipo de
estrategia se encuentra concentrada en los decápodos y es una de las principales causas de
mortalidad entre los juveniles en una población estructurada por tamaño. Pero, dentro de estas
poblaciones se han desarrollado diferentes estrategias para evitar el canibalismo, por ejemplo, las
hembras emiten feromonas para reducir el riesgo de canibalismo por parte de los machos. La muda
simultanea y la segregación de microhábitats también son estrategias que ayudan a disminuir el
canibalismo dentro de las poblaciones.

La búsqueda de alimento se intenta explicar por medio de la teoría del forrajeo óptimo que consiste
en la selección de las presas en función de su rentabilidad y disponibilidad, sin embargo, los animales
no se alimentan de forma optima debido a diferentes limitaciones fisiológicas o ambientales, por
esta razón la búsqueda de alimento es dependiente de las capacidades sensoriales, por esta razón
será de importancia estudiar las estrategias sensoriales con las que cuentan los crustáceos para
tener un mejor entendimiento de su comportamiento.

La quimiorrecepción es uno de los sistemas sensoriales más utilizados entre los crustáceos
depredadores y carroñeros, siendo uno de los más importantes, principalmente para aquellos que
viven en las profundidades. Los órganos quimiosensoriales pueden ser bimodales (presentan
quimiorreceptores y mecanorreceptores) y unimodales (solo quimiorreceptores), los bimodales se
localizan en las partes bucales y las patas y los unimodales se encuentran en el primer par de
antenas. Los quimiorreceptores en los crustáceos carroñeros son sensibles principalmente a los
péptidos y aminoácidos, algunos estudios han indicado que las mezclas de 6 a 25 aminoácidos
resultan ser más atractores que cualquier molécula individual. Los depredadores son más sensibles
a los deseños nitrogenados liberados por sus presas. Pero aun cuando este sistema sensorial esta
ampliamente distribuido dentro de los crustáceos depredadores y carroñeros, presenta varios
problemas, entre ellos la hidrodinámica y el movimiento de las presas, estas dos desventajas hacen
que la información aportada por estos receptores tengan que ser complementada con la aportada
por otros tipos de receptores, como los mecanorreceptores que detectan perturbaciones
hidrodinámicas causadas por las presas o por la caída de un cadáver, sin embargo, la sensibilidad de
los mecanorreceptores en los crustáceos carroñeros no ha sido estudiado a fondo. Los
fotorreceptores componen uno de los sistemas sensoriales más importantes para aquellos
crustáceos que habitan en aguas poco profundas, estos están mucho más desarrollados en los
depredadores, principalmente en los estomatópodos de ojos compuestos como los Dioptromysis
paucispinosa que presentan ojos binoculares. Se cree que las características visuales de los
crustáceos depredadores de profundidad se han adaptado a detectar la bioluminiscencia.

Las características fisiológicas y ambientales de los crustáceos también determinan las estrategias
de búsqueda y captura del alimento, una de las estrategias es la emboscada (sentarse y esperar)
presente en estomatópodos, decápodos y copépodos, la búsqueda de alimento en un lugar central,
una estrategia común entre los cangrejos terrestres, esta estrategia consiste en buscar el alimento
en los alrededores de un refugio. Otra estrategia es la de crucero, en la cual el depredador se mueve
hasta encontrar la presa, esto presenta un alto costo energético y finalmente tenemos la búsqueda
aleatoria, sin embargo, muchos especialistas creen que no existe en realidad una búsqueda aleatoria
y que es posible que los crustáceos depredadores sigan los patrones de Lévy para buscar las presas
con distribución irregular.

Los comportamientos de búsqueda de alimento generan impactos ecológicos y evolutivos, en el


caso de los recolectores de residuos o carroñeros, un efecto ecológico es que la concentración de
carroñeros atrae a una comunidad de depredadores secundarios, esto hace que los crustáceos
corran un alto riesgo de depredación mientras se alimentan o incluso el riesgo de ser canibalizados.
Por otra parte, las relaciones depredador-presa generan procesos de coevolución, en los crustáceos
y sus presas se ha visto la relación entre el tamaño de la garra del cangrejo y el grosor de la capa de
las conchas de la presa, esto ha favorecido el aumento de la fuerza que pueden generar las pinzas
de los crustáceos, esta relación es mucho más fuerte en las latitudes tropicales ya que se presenta
una mayor presión por depredación. La depredación también presenta efectos sobre las
poblaciones de presa, los criterios de selección de las presas como el tamaño y la relación de
beneficio y costo energético, ha hecho que los crustáceos depreden principalmente a los individuos
de menor tamaño, ya que el costo energético de la manipulación de estos individuos es menor, esto
pueden afectar la estructura de tamaño y estados de desarrollo de las poblaciones de presas en
escalas de tiempo ecológicas. Por otra parte, los efectos causados por estos comportamientos
pueden llegar a ser útiles para el control de especies invasoras. Esto ultimo se ha podido documentar
en los cangrejos azules que limita la abundancia y distribución de C. maenas invasoras en el este de
América del Norte.

Para terminar es importante recordar que aun existen diferentes preguntas de investigación que
podrían ser abordadas en un futuro, como el determinar si los crustáceos carroñeros utilizan otros
mecanismos sensoriales a parte de la quimiorrecepción para detectar la carroña, la posible
existencia de veneno en las estrategias de depredación y la ampliación de las investigaciones a otros
taxones lo cual podría producir nuevos descubrimientos en las estrategias de búsqueda, captura y
consumo del alimento en los crustáceos.

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