Está en la página 1de 423

Como ciencia de la mente y la conducta, la psicología se

enfrenta a la empresa inevitable y fasc inante de explicar el


lenguaje en tanto que actividad humana, porque los actos de
decir y comprender constitu yen una de las marcas más específi-
cas de esa actividad y porque el lenguaje se integra en la
experiencia humana de forma tan envolvente que sin él el o
mundo del hombre resulta ininteligible.
Los modelos cognitivos de explicación psicolingüística, que
se revisan y analizan en profundidad en Psicol ogfa del lenguaje.
Investigación y teorfa, han sido especialmente fért iles en el
estudio del lenguaje, en comparación con e l de otras funciones.
Están permitiendo delimitar los procesos y mecanismos menta-
les que hacen posible percibir y producir el habla, comprender
palabras y oraciones o participar en ciertas i nteracciones lingüís- ·~
ticas, como l as conversacion es, que implican, bajo su aparent e
sim p licidad cotidiana, procesos muy delicados de intercambio Psico!ogra del lenguaje.
de actos de habla a los que se asignan sentidos e inten ciones. < Investigación y teoría
Además, los logros de las explicaciones psicolingüísticas recien-
tes permiten alcanzar una comprensión más profunda y útil de
las alteraciones del lenguaje, desbordando el marco meramente
descriptivo en el que tendió a situarse su estudio en una primera Mercedes Belinchón
fase de las ciencias del lenguaje. José Manuel lgoa
En este libro se examinan también esas a lteraciones desde o Angel Riviere
una perspectiva psicolingüística, ilustrando e l potencial explica-
tivo de la teorización cognitiva sobre el lenguaje. Por otra parte,
y a diferencia de otras obras de psicología del lenguaje, ésta
incluye una amp lia sección introductoria, de carácter concep-
tual, que permite enmarcar y comprender mejor las investigacio-
nes y teorías sobre los p rocesos psicolingüísticos, que se analizan
detenidamente en la segunda parte del libro.
La riqueza explicativa de los modelos psicolingüísticos re-
cientes contrasta con e l escaso y desigual reflejo que de e llos se
ha hecho en la literatura en lengua española. La existencia de
obras estimables sobre aspectos monográficos nunca ha logrado
cubrir el hueco dejado por la falta de manuales generales, en
castellano, que recogiesen de forma crítica y pormenorizada los
importantes avances de la psicología del lenguaje en las últimas
tres décadas. Psicologfa del l enguaje. Investigación y teoría es
una respuesta a esa carencia, un intento de ofrecer una presenta-
c ión integrada y reflexiva de los logros actuales en el estudio
psicológico del lenguaje.

-<
>
i=
zel
o
u
Como ciencia de la mente y la conducta, la psicología se
enfrenta a la empresa inevitable y fascinante de explicar el
lenguaje en tanto que actividad humana, porque los actos de
decir y comprender constituyen una de las marcas más específi-
cas de esa actividad y porque el lenguaje se integra en la
experiencia humana de forma tan envolvente que sin él el
mundo del hombre resulta ininteligible.
Los modelos cognitivos de explicación psicolingüística, que
se revisan y analizan en profundidad en Psicología del lenguaje.
Investigación y teoría, han sido especialmente fértiles en el
estudio del lenguaje, en comparación con el de otras funciones.
Están permitiendo delimitar los procesos y mecanismos menta-
les que hacen posible percibir y producir el habla, comprender
palabras y oraciones o participar en ciertas interacciones lingüís-
ticas, como las conversaciones, que implican, bajo su aparente
simplicidad cotidiana, procesos muy delicados de intercambio
de actos de habla a los que se asignan sentidos e intenciones.
Psicología del lenguaje.
Además, los logros de las explicaciones psicolingüísticas recien- Investigación y teoría
tes permiten alcanzar una comprensión más profunda y útil de
las alteraciones del lenguaje, desbordando el marco meramente
descriptivo en el que tendió a situarse su estudio en una primera
fas~ de las ciencias del lenguaje.
En este libro se examinan también esas alteraciones desde
una perspectiva psicolingüística, ilustrando el potencial explica-
tivo de la teorización cognitiva sobre el lenguaje. Por otra parte,
y a diferencia de otras obras de psicología del lenguaje, ésta
incluye una amplia sección introductoria, de carácter concep-
tual, que permite enmarcar y comprender mejor las investigacio-
nes y teorías sobre los procesos psicolingüísticos, que se analizan
detenidamente en la segunda parte del libro.
La riqueza explicativa de los modelos psicolingüísticos re-
cientes contrasta con el escaso y desigual reflejo que de ellos se
ha hecho en la literatura en lengua española. La existencia de
obras estimables sobre aspectos monográficos nunca ha logrado
cubrir el hueco dejado por la falta de manuales generales, en
castellano, que recogiesen de forma crítica y pormenorizada los
importantes avances de la psicología del lenguaje en las últimas
tres décadas. Psicología del lenguaje. Investigación y teoría es
una respuesta a esa carencia, un intento de ofrecer una presenta-
ción integrada y reflexiva de los logros actuales en el estudio
psicológico del lenguaje.
Psicología del lenguaje. ~
Investigación y teoría

Mercedes Belinchón Carmona ../


José Manuel Igoa González
Angel Riviere Gómez

E D T o R A L T R o T T A
CONTENIDO

Presentación . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 11

Capítulo 1: EL CONCEPTO DE LENGUAJE ........................ .. 17


COLECCIÓN ESTRUCTURAS Y PROCESOS 1. Introducción ..................................................... . 17
Serie Cognitiva 2. ~a conceptu~li.z~ción científica del lenguaje: algunas dimen-
Coordinada por Herminia Peraita siones de anahs1s ............................................... . 18
3. Lenguaje humano y otros lenguajes: algunos rasgos distinti-
vos ........................................ ................. ...... .. 32
4. Algunas conclusiones . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 53
A nuestros alumnos y compañeros
Capítulo 2: LA PERSPECTIVA PSICOLOGICA EN EL ESTUDIO
DEL LENGUAJE .......................................... ·.............. 55
1. Introducción . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 55
2. El programa de investigación de la psicología del lenguaje:
algunas características generales .. .. .. . .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. 59
Primera edición: 1992 3. El estudio psicológico de la conducta lingüística: una síntesis 85
Segunda edición: 1994
Tercera edición: 1996 Capítulo 3: EVOLUCION HISTORICA DE LA PSICOLOGIA DEL
Cuarta edición: 1998 LENGUAJE . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 89
Quinta edición: 2000 1. Introducción ................................................ ; . . . . . 89
Sexta edición: 2004 2. Primeras aportaciones: Wundt y el intento de una psicología
introspectiva . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 90
© Editorial Trotta, S.A., 1992, 1994, 1996, 1998, 2000, 2004 3. Los asociacionismos mental y reflexológico como preceden-
· Ferraz, 55. 28008 Madrid te: el intento de construcción de una psicología objetiva . . 93
Teléfono: 91 543 03 61 4. Funcionalismo y psicología del lenguaje . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 99
Fax: 91 543 14 88 5. La consolidación del enfoque del P.1. en psicología y el
E-mail: editorial@trotta.es nacimiento oficial de la psicolingüística . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 119
http://www.trotta.es 6. Las alternativas conexionista y constructivista en psicología
del lenguaje . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 122
© Mercedes Belinchón Carmona,
José Manuel lgoa González, Ángel Riviere Gómez, 1992 Capítulo 4: LA GENESIS DEL LENGUAJE .. .. .. .. .. .. .. .. .. . .. .. .. . .. . 131
1. La noción de génesis en el estudio psicológico del lenguaje 131
Diseño 2. Las relaciones entre los planos genéticos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 137
Rafael Celda y Joaquín Gallego 3. Fenómenos y mecanismos de la ontogénesis del lenguaje . . 154
4. La evolución del lenguaje .. .. .. .. .. .. .. .. . .. .. .. .. .. .. . . .. .. .. . 161
ISBN: 84-87699-35-9 5. Evolución y funciones del lenguaje .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. . .. .. . 178
Depósito Legal: M-40.029-2004
Capítulo 5: LENGUAJE Y SIMBOLOS: LA DIMENSION FUNCIO-
Impresión NAL ....................................................................... 181
Morfa Impresión, S.L. 1. Introducción . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 181

7
CONTENIDO
CONTENIDO

2. Lenguaje y función simbólica. El período crítico ........... . 187 3. Estrategias de análisis y autonomía del procesamiento sin-
3. Análisis de algunos símbolos en niños ....................... . 190 táctico ............................................................ . 424
4. Metarrepresentación, simulación, símbolos y teoría de la 4. Tres modelos de procesamiento de oraciones .............. . 441
mente ............................................................. . 195 5. Procesos inferenciales en la comprensión de oraciones .... . 457
5. . Desarrollo de la comunicación y origen de los símbolos .. 203
6. La especificidad funcional de los símbolos y el lenguaje ... 214 Capítulo 11: LA COMPRENSION DEL DISCURSO ................ .. 469
7. El desarrollo de las funciones comunicativas del lenguaje . 215 1. Introducción ..................................................... . 469
8. Los actos de habla ............................................. . 221 2. Las representaciones del discurso ............................. . 477
9. El papel regulador del lenguaje y la formación de la concien- 3. La forma de las ideas en el discurso: las proposiciones .. .. 480
cia .................................................. ·.............. . 227 4. Las proposiciones como unidades de procesamiento psicoló-
10. Una nota sobre las dos nociones de símbolo en la psicolin- gico y el efecto de niveles .................................... .. 488
güística contemporánea ........................................ . 234 5. Macroestructuras y temas ..................................... . 499
6. Comprensión y superestructuras del discurso: las gramáticas
Capítulo 6: EL CONOCIMIENTO DEL LENGUAJE ................ . 237 de narraciones ................................................... . 510
1. Algunas preguntas relevantes en el estudio psicológico del 7. Comprensión y conocimiento: los esquemas ................ . 517
lenguaje .......................................................... . 237 8. Modelos mentales y escenarios en la comprensión del discur-
2. El lenguaje como conocimiento frente al lenguaje como so ................................................................. . 522
actividad ......................................................... . 240 9. Inferencias discursivas y textuales ............................ . 527
3. Reflexiones sobre la naturaleza del conocimiento lingüístico 246 10. El contrato dado-nuevo y la comprensión del discurso ... . 530
4. Relaciones entre la competencia y la actuación ............ . 252
5. Algunos modelos de la competencia lingüística ............ . 261 Capítulo 12: LA PRODUCCION DEL LENGUAJE .......... : ........ . 533
6. El problema de la ontogénesis del lenguaje ................. . 279 1. Introducción ..................................................... . 533
2. La actividad de producción del lenguaje como objeto de
Capítulo 7: PROCESOS PSICOLOGICOS EN EL USO DEL LEN- investigación psicolingüística: una caracterización general . 534
GUAJE ................................................................... . 291 3. Procesos iniciales de la producción de oraciones: la planifi-
1. Sobre la noción de «proceso» en psicología del lenguaje .. 291 cación conceptual de los mensajes .......................... .. 542
2. Niveles de procesamiento en el uso del lenguaje .......... .. 304 4. La codificación lingüística de las oraciones y sus procesos:
principales resultados empíricos e implicaciones teóricas .. 549
Capítulo 8: LA PERCEPCION DEL LENGUAJE .................... .. 319 5. Factores no lingüísticos en la codificación lingüística de las
1. Introducción ..................................................... . 319 oraciones ......................................................... . 580
2. Principales problemas de la percepción del habla .......... . 321 6. La producción de oraciones como modalidad de procesa-
3. Procesos básicos de la percepción del habla ................ . 324 miento: algunas conclusiones ................................. . 582
4. Teorías acerca de la integración acústico-fonética ........ .. 339
5. La percepción del habla continua ............................ . 345 Capítulo 13: CODIFICACION FONOLOGICA Y PRODUCCION
6. Percepción del lenguaje escrito ................................ . 349 DEL HABLA ............................................................ . 589
1. Introducción ..................................................... . 589
Capítulo 9: RECONOCIMIENTO Y COMPRENSION DE PALA- 2. Codificación fonológica ........................................ . 590
BRAS ..................................................................... . 363 3. Articulación y control motor del habla ...................... . 611
1. Introducción ..................................................... . 363
2. Representaciones y procesos en la comprensión de palabras 370 Capítulo 14: LA PRODUCCION DEL DISCURSO Y LA CON-
3. Modalidades sensoriales en el reconocimiento de palabras 385 VERSACION ........................................................... . 629
4. Métodos de estudio de la comprensión de palabras y des- 1. Introducción ..................................................... . 629
cripción de los principales efectos registrados .............. . 393 2. Sobre las nociones de discurso, conversación y texto ..... . 630
5. Modelos de reconocimiento de palabras .................... . 402 3. Propiedades básicas del discurso: su carácter intencional y
6. ~l~unas reflexiones sobre la autonomía del procesamiento .cooperativo .-..................................................... . 635
lex1co ............................................................. . 411 4. El discurso como actividad. que se desarrolla en un contexto:
perspectiva y deixis ............................................. . 647
5. El discurso como estructura lingüística supraoracional:
Capítulo 10: LA COMPRENSION DE ORACIONES ................ . 413 cohesión, coherencia y relevancia ............................ . 658
1. Cuestiones preliminares ........................................ . 413 6. Representaciones y procesos en la producción de discursos y
2. Componentes del procesamiepto de oraciones .............. . 418 conversaciones de diferente modalidad ...................... . 673
8 9
CONTENIDO

PRESENTACION
7. El procesamiento del discurso como sistema modular: una
693
invitación a la polémica .... · . · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · ·
C 't 1 15· LAS ALTERACIONES DEL LENGUAJE DESDE LA
697
ap~~R~PECTIV A PSICOLINGÜISTICA · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · 697
1. Introducción ................ · · · · ·: · · · · ·: ·: · · · · · · · · · · · · · · ·:. · · · · · · · ·
2. Trastornos selectivos del lenguaJe ongmados por dano cere-
704
bral: las afasias adquiridas ....... :. : ·:; · · · · · ~ · · · · · · · ·: ·: · ·: · · · ·
3. Alteraciones específicas de la adqms1c1on del lenguaJe. disfa-
719
sias de evolución ................ · ·. · · · · · · · : · · ·: · · · · · ·. · · · · · • · · · · · ·
4. Disociaciones funcionales en el lenguaJe mfannl: algunos
728
casos clínicos ............... .- .... · · · · · · ·: · · · : ~ · · · · · · · · · · ·. · · · · · · · · · 733
S. Alteraciones del lenguaje y la comun~ca~10n en autl~~o
6. La alteración de los componentes s~mantl~o Y pragmat.Ico ~n
el lenguaje adulto: demencias, esqmzofremas y otras ps1cos1s 747
763
Referencias bibliográficas ........ · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · ·
La afirmación de que el lenguaje constituye uno de los objetos de
829 estudio habituales de la investigación psicológica resulta, probable-
Indice analítico ........................ ·. · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · ·
mente, tan trivial como la de que la psicología del lenguaje ha ido
convirtiéndose en las últimas décadas en uno de los dominios más
fértiles e importantes de la psicología científica contemporánea (espe-
cialmente, en el ámbito de la investigación cognitiva). Sin embargo, si
atendemos al contenido de las publicaciones psicolingüísticas actuales
(tanto las que se justifican por sus pretensiones didácticas como las
de divulgación y discusión de problemas y resultados de investiga-
ción), observamos que las razones prqfundas del interés que suscita el
lenguaje en el ámbito científico moderno, o las que permiten entender
el carácter cada vez más crucial de los estudios psicolingüísticos para
la construcción y desarrollo de las teorías psicológicas mismas, suelen
quedar relegadas al terreno de lo implícito, como si las teorías del
lenguaje constituyeran simples extensiones de las de los otros proce-
sos, o como si su especificidad -en el supuesto de que se admitiera-
fuera tan obvia que no necesitara en sí misma una justificación
pormenorizada.
Como docentes de esta materia en cursos de pre- y postgrado
desde hace varios años, sabemos que los primeros contactos con la
psicología del lenguaje entrañan siempre, para el alumno, una dificul-
tad conceptual considerable; que entre el estudio del lenguaje y el de
los otros procesos y habilidades que constituyen materia de docencia
e investigación universitarias en psicología existen fisuras profundas
que no resultan fáciles ni de detectar ni, por supuesto, de rellenar; que
el vocabulario y los modos de explicación de la psicología del
lenguaje configuran un núcleo disciplinar compacto y peculiar al que
resulta difícil acceder sin ciertas claves preparatorias, como esas
grutas del tesoro que sólo desvelan sus secretos (desde luego, apeteci-
bles) a quien conoce y emplea la contraseña adecuada.

11
10
PSICOLOGIA DEL LENGUAJE. INVESTIGACION Y TEORIA PRESENTACION

Sin duda, ha sido la necesidad de explicar a nuestros alumnos siglo XIX, y de las razones teóricas (paradigm~ticas). qu~ ,llevaron ~n
cuáles son estas claves y cuál la significación del estudio del lenguaje cada caso a primar unos u otros problemas de mvestigaciOn. A traves
en el contexto de la psicología científica moderna, así como la de esta presentación, se ide?tifican ta~b.ién algunas de la~ d~sy~ntiva~
ausencia de material bibliográfico específicamente centrado en estas y controversias teóricas mas caractenstlcas de nuestra disciplma, asi
cuestiones (en castellano, y con el nivel de detalle que deseábamos), como algunas de las principales coordenadas por las que ésta discurre
lo que ha constituido el motor fundamental de la elaboración de este en la actualidad.
libro. También, desde luego, nuestro propio interés, como psicólogos Tras esta introducción general, los capítulos 4-7 profundizan en
interesados vocacionalmente en la investigación del lenguaje, por las bases conceptuales de las explicaciones psicolingüísticas. Para
identificar los interrogantes centrales de esta compleja capacidad ello se diferencian, en primer lugar (capítulo 4), las tres formas de
humana y por sistematizar los resultados ·e implicaciones de su rec~nstrucción genétic~ propias de esta disciplina:. ~1 análisis micro!5,e-
investigación empírica, investigación que, aparte de haber crecido nético de los procesos Implicados en la comprens10n y la producci?n
exponencialmente en los últimos diez años, confiere a la psicología del lenguaje; la reconstrucción ontogenética de los factores y mecams-
del lenguaje una apariencia de fragmentación y dispersión teórica que mos que determinan la formación dellenguaje·a lo largo del desarro-
por lo general suele despertar recelo en quienes se acercan a esta llo del niño, y la reconstrucción filogenética ?el proceso de aparici~n
disciplina sin una preparación específica. . y evolución del lenguaje en nuestra espe~Ie ..Tras un comentano
A través de las páginas de este libro, hemos intentado hacer una comparativo d~ estas tr~s formas de ,explic~ci?n y de ~u estrecha
caracterización de la psicología del lenguaje útil en los ámbitos interdependencia, se anahzan, en el capitulo sigme,n~e (capitul? 5), las
docentes y de investigación, tanto psicológicos como de otras ciencias funciones básicas del lengua!~ y sus ~ases ontogenetl~as a.P.artl~,de un
afines. Por un lado, hemos tratado de ofrecer una visión que abarque análisis detallado de la nocion de simbolo y de la IdentiÍlcaciOn del
el «programa de investigaciÓn» de la psicolingüística, los núcleos lenguaje ~omo sistema sim?ó~ico. También, se.descri~en los compo-
fundamentales de su entramado teórico, su justificación epistemológi- nentes basicos del conoczmzento del lengua¡e (capitulo 6) y los
ca e histórica y sus líneas de desarrollo empírico más representativas mecanismos y. supuestos computacionales (capítulo 7) en los que se
y/o actuales. Al mismo tiempo, hemos tratado de describir, con cierto apoyan las explicaciones microgenéticas -cogn~tivas- actuales de la
detalle, los «contextos» de descubrimiento y justificación de las actividad lingüística. Con todo ello, se proporciOna un marco gl?~al
distintas aportaciones teóricas, con el fin de que el lector poco de análisis del lenguaje que permite abordar conjuntamente tradiciO-
familiarizado con la literatura psicológica disponga de elementos que nes como la formalista y la funcionaJista, la experiment~l. y la
le ayuden a entender la lógica subyacente a las investigaciones que se · evolutiva, que suelen ser tratadas en la literatura com~ anta~omcas e
comentan en este libro. De este modo, junto· a los contenidos específi- ii:reductibles, pero que aquí son tratad~s como o~IentaciOnes no
camente psicolingüísticos, el lector encontrará también aquí reflexio- incompatibles que sólo tomadas en conJUfl:to I?ermiten ~ar cuenta
nes y análisis relativos al modo general en que «se hace» la psicología simultánea y adecuadamente de la extraordmana compleJidad de la
científica hoy y al modo en que se inserta tal psicología en el ámbito macrogénesis y la mic~ogénesis del .len~p;aje.. , .
de la ciencia cognitiva moderna. Dentro ya de una logica de expltcaftol'! m_z~rog;enetzca, 1~ segu~da
En línea con estos objetivos, la primera parte del libro desarrolla parte del libro recoge los resultados mas sig.mfi~at~~os. de la mvestlga-
lo que, a nuestro modo de ver, constituyen las bases teóricas y ción cognitiva de los distintos procesos psicolmgmsticos, e~to es, de
conceptua_les d.e _la psicología del lenguaje. En primer lugar (capítulo los procesos que permiten dar cuent~, del uso del len9~a)e en sus
1), y tras Identificar algunas de las dimensiones y rasgos básicos de la diferentes modalidades: la comprens10n y la producc10n verbales
definición científica del lenguaje -en contraposición con las defini- (capítulos 8-~~) y su ,empleo simultá~eo. e interactivo en situaciones
ciones vulgares-, se revisan, en el capítulo 2, las señas de identidad de conversac10n (capitulo 14). Los cntenos adoptados en la elabora-
de la perspectiva psicolingüística: su interés por dar cuenta del ción de estos capítulos pueden sintétizarse en pocas palabras. Por un
lenguaje en tanto que capacidad y actividad de los sujetos, los lado hemos tratado de dar una visión relativamente completa de los
diferentes planos -neurofisiológico, conductual, intencional y com- problemas que ·actualmente son objeto d~ in':estig~ció~ e~pí.rica (~
putacional- desde los que se puede abordar la descripción científica que lo han sido en épocas pasadas) en e~ amb~to psicolmgmstlco, asi
del lenguaje, y los procedimientos o estrategias metodológicas básicas como de sus formulaciones y avances mas recientes. Por otro, hemos
de su investigación empírica. En el capítulo 3, se presenta una tratado de organizar la presentación de estas investigaciones de
pan_o:ámica histórica de los modos en que el lenguaje ha sido manera que quede explícita su conexión c,or: las, P.reguntas y. las
defimdo y estudiado por los psicólogos científicos desde finales del alternativas que constituyen el entramado teonco basico de la pstco-

12 13
PSICOLOGIA DEL LENGUAJE. INVESTIGACION Y TEORIA
PRESENTACION

logía del lenguaje presentado en los capítulos intro~uctorios. En este


sentido, por tanto, hemos optado por elaborar capitulas ~oherent.es psicolingüística, tan válidos para el proceso de construcción de
tanto en lo teórico como en lo empírico, frente a presentaciOnes qmza
7 teorías sobre el lenguaje como los resultados de la observación,
más exhaustivas pero teóricamente más dispersas. Au~ ~~í, ~e ha experimentación o simulación de la actividad lingüística «normal».
hecho un esfuerzo considerable por no dejar fuera del anahsis mngu- El contenido teórico de este libro, pese a ser amplio, no es, ni ha
na tradición sustancial de la investigación y por acomodar sus pretendido ser, exhaustivo. Temas también importantes en relación
desarrollos y aportaciones a los modelos teóricos ütilizados como con nuestro objeto de estudio, como las bases neurobiológicas y
marco de referencia a lo largo de todo este volumen. sociológicas del lenguaje, los sistemas de comunicación animal, las
Por lo que respecta al estudio de la comprensión de/lenguaje, se modalidades no verbales del lenguaje o las aplicaciones de la psicolin-
ha optado por la presentación, en capítulos separa?os, de l~s proce- güística en diferentes ámbitos (clínico, educativo, publicitario, etc.),
sos de percepción de mensajes hablados y escn.t?s (capitul? 8), han sido intencionadamente excluidos con el fin de no distraer la
comprensión de palabras (capítulo 9), comprenszon de oraczones atención del lector hacia aspectos que, en realidad, resultaban secun-
(capítulo 10) y comprensió~ ~el dtscurso (capítu~o 11), toda vez que darios según la lógica expositiva adoptada en este volumen. Por otro
se dispone de una abundantistma literatura expe~~mental al ~especto y lado, los distintos capítulos del libro han sido concebidos y escritos
que la posibilidad de dar cu~nta de la conexi~n que existe en la como partes coordinadas de un todo que se entiende mejor cuando se
investigación de est~s cuatro ~tveles del pr?c.e,samiento, ap~rentemen­ lee ordenadamente desde el principio hasta el final que si se lee «a
te tan dispares, hacia necesana una exposici.on. pormenonzada, t~nto saltos». Sin duda, el lector más disciplinado sentirá que son muchas
de sus supuestos teóricos como de sus yecul}~n~ades metodolog}c.a~. las páginas de este volumen y muchos y extensos los capítulos que lo
La práctica ausencia de antecedentes ststematlc~s respecto .al anahsis componen. Sin embargo, confiamos en que pueda apreciar también el
de algunos de estos procesos (vg. la comprension de ora~wnes) Y el tono reflexivo de esta obra y el esfuerio por integrar, de la forma más
interés por dar cabida tanto a los componentes gr~~atical~s de la coherente posible, la enorme cantidad de información que hoy por
comprensión como los extragramaticales (vg. praglll:aticos e mf~r~~­ hoy genera la investigación psicológica del lenguaje.
ciales) hacía asimismo recomendable este desdoblamiento del anahsis Psicología de/lenguaje: Investigación y teoría es pues, por encima
de la comprensión lingüística en cuatr? capítl!-l?s distintos. . de cualquier otra consideración; un libro en· el que se ha intentado
Los temas de producción dellengua¡e, tra~Ic~o~almente redu~I~os explicar la lógica interna de la investigación que ocupa -y ha
a mínimos en los manuales de nuestra disciplma, han recibido ocupado desde hace más de un siglo- a los psicólogos interesados en
también una atención pormenorizada. En el capítulo 12, y tras. una la explicación científica del lenguaje, de ese lenguaje que revela a la
presentación general de los componentes básicos del p~o~esami~nto vez la continuidad y la discontinuidad filogenéticas esenciales de
lingüístico durante la producción verbal, se revisan los dist.mt~s tipos nuestra especie respecto a otras, que existe como manifestación de lo
de evidencia empírica que fundamentan los m~delos explicativos, de que Wilhelm von Humboldt llamaba la «naturaleza originaria huma-
la producción de enunciados gramaticales ( ?~aczo_~es). En e,st~ capitu- na» y que posee e impone, al mismo tiempo, sus propias condiciones
lo y en el siguiente, dedicado . a !.~ ~odzfzcacz?n fonologzca .Y la y reglas de uso. El libro es también un intento de presentar y
ejecución motora de los planes hngmsticos (capitulo 13), s~ revis~n, compartir con el lector el fruto de la reflexión sobre los modos
por tanto, los componentes más, autónomos ?~1. procesamiento lm- actuales de entender el lenguaje y su análisis psicológico que, en los
güístico, reservándose para el capitulo 14 ~~ anahsis de los comp~nen­ últimos años, constituye el núcleo de nuestra actividad docente y de
tes semántico y pragmático de la producc10n verbal. En este capi.tulo, investigación en la Facultad de Psicología de la Universidad Autóno-
además se realiza un análisis (creemos que novedoso) de la pertmen- ma de Madrid. En él hemos volcado sin ambigüedades nuestros
cia y la~ implicaciones psicolingüísticas del análisis del discurso Y l.a propios intereses y nuestras propias posiciones teóricas, lo que, dada
conversación en distintas modalidades, temas estos que, pese a co~sti­ la peculiar (y diferente) trayectoria científica de cada uno de noso-
tuir objeto de análisis de otras muchas di~ciplin.as, ~~ra vez son.vis~os tros, ha hecho inevitable un trabajo de profundización, intercambio y
como parte importante del programa de mvestigacion de la psicolm- autocrítica particularmente intensos durante los meses que emplea-
güística moderna. . mos en la redacción de este libro. Con él confiamos en paliar, al
Finalmente, en el capítulo 15, se anahzan algunas de l~,s patol.o- menos en parte, la escasez de estudios teóricos en castellano en un
gías más graves del len~uaje \afasi,as. y disfasias de evolucwn, autis- terreno como el de la psicología del lenguaje que, como señalábamos
mo, demencias y psicosis esqmzofremcas), en un esfuerz? por ?em.~s­ al principio de estas páginas, resulta casi tan atractivo como arduo ..
trar su condición de «experimentos naturales» de la mvestigacwn La totalidad de los capítulos de este libro ha sido discutida y
revisada en profundidad por los tres autores hasta conseguir un
14
15
PSICOlOGIA DEl lENGUAJE. INYESTIGACION Y TEORIA

acuerdo unánime en cuanto a sus contenidos. No obstante, cada uno Capítulo 1


de nosotros asumió la responsabilidad de la elaboración de determi-
nados capítulos. La redacción de los capítulos 1, 2, 3, 12 y 14 corrió a EL CONCEPTO DE LENGUAJE
cargo de Mercedes Belinchón; los capítulos 6, 7, 8, 9 y 10 fueron
escritos por José Manuel lgoa, quien asumió también, junto con
Mercedes Belinchón, la elaboración del capítulo 13; los capítulos 4, 5
y 11 fueron redactados por Angel Riviere; el capítulo final del libro
(capítulo 15) fue redactado por los tres autores. Una vez concluido el
trabajo, tenemos la impresión de que los contenidos y opiniones
vertidos en este libro representan correctamente lo que pensamos y
sabemos en este momento de la psicología del lenguaje; también
somos conscientes de que ninguno de nosotros individualinente, sin
los otros dos, podría haber hecho nunca un trabajo mínimamente pa-
recido, ni en extensión ni en profundidad, al que ahora presentamos.
El proceso de elaboración de este libro ha sido un proceso largo y
difícil, que nos enseñó a sacar tiempo de donde no lo teníamos y a
reestructurar nuestros hábitos individuales de trabajo hasta conseguir 1. INTRODUCCIÓN
la homogeneidad tanto conceptual como estilística que nos habíamos
propuesto como meta. En esta tarea, cada uno de nosotros contó con El lenguaje es, probablemente, una de las funciones psicológicas cuya
la solidaridad y las críticas -tan sinceras como implacables- de los realidad nos resulta más cercana y familiar. Aparece de modo natural
otros coautores, pero también con algunas otras ayudas valiosísimas, alrededor del primer año de la vida y, a partir de entonces, acompaña
cuya referencia es obligada en el apartado de agradecimientos. a, .e interviene en, la mayoría de nuestras actividades sin que su
Alejandro Sierra nos enseñó la importancia de contar con un adquisición ni su uso parezcan requerir un esfuerzo especial. A veces,
editor eficaz como él, capaz de solucionar con paciencia y delicadeza es cierto, reclama una cierta :1tención: ocurre, por ejemplo, cuando
exquisitas muchos de los problemas que nos creó la preparación del no sabemos cómo decir las cosas en una situación social comprometi-
manuscrito y que no pudimos resolver solos. A Herminia Peraita le da, cuando tratamos de aprender un segundo idioma o cuando un
agradeceremos siempre el que nos proporcionara el estímulo y el mensaje nos resulta ambiguo o difícil de comprender; también,
cauce definitivos para escribir este libro, que llevaba ocupando cuando en nuestro habla espontánea se desliza un error no deseado o
nuestra imaginación desde hacía mucho tiempo, pero que quizá no somos capaces de recordar una palabra en el momento preciso
nunca habríamos hecho sin su ayuda. (nos quedamos con la palabra «en la punta de 1~ lengua»). En estas
María Sotillo, Pablo Adarraga, José Luis Zaccagnini, José María ocasiones (y, también, cuando conocemos a algmen con «problemas
Ruiz-Vargas y Luis Enrique López Báscuas contribuyeron a mejorar de lenguaje»), nos asombra la complejidad y la dificultad efectiva de
con sus críticas y aportaciones aspectos concretos del contenido y la la actividad lingüística. El resto del tiempo, sin embargo, usamos el
forma de algunos de los capítulos que afectaban a temas de su lenguaje de forma eficaz sin necesidad de reparar mínimamente en él.
especialidad. Alicia García Alonso y Pei-Chun Shih, con su eficacísi- ¿A qué llamamos lenguaje? Intuitivamente, el concepto de len-
ma labor con la bibliografía y la preparación de los documentos guaje suele asociarse con los de «comunicaciÓn», «informaciÓn»,
finales, hicieron posible lo que casi nadie se creía: que acabáramos el «conocimiento», «gramática», «voz». y, también, con una habilidad
libro. La ayuda de Elena García-Puente resultó indispensable en la que se interpreta como característica y exclusiva de la especie huma-
elaboración del índice analítico. · na. Pese a ello, hablamos con frecuencia del «lenguaje del cuerpo»,
A nuestros familiares y amigos más próximos, por último, quere- del «lenguaje cinematográfico», del «lenguaje de signos de los sordo-
mos agradecerles, de todo corazón, la paciencia que tuvieron con mudos», de «lenguajes informáticos» (vg. el Fortran o el Basic), del
nosotros durante el tiempo en que se prolongó el trabajo de prepara- «lenguaje de las abejas y los delfines», del «lenguaje de las matemáti-
ción de este libro y la resignación con que aceptaron nuestra dedica- cas», del «lenguaje de los abanicos», y aun de otros muchos. Ello
ción casi obsesiva a esta tarea en los últimos meses. pone de manifiesto que, pese a su frecuente uso, el término «lenguaje»
es un término polisémico y ambiguo y que los límites de su definición
Madrid, enero de 1992 vulgar (i.e. no -científica) son borrosos e imprecisos. Al mismo

16 17
EL CONCEPTO DE LENGUAJE
PSICOLOGIA DEL LENGUAJE. INVESTIGACION Y T¡:ORIA

«lenguaje» tiende a aplicarse a la facultad específica humana de


tiempo, la multiplicidad y variedad de sus usos su~~ere la posibilidad comunicarse por medio de sonidos articulados. «Lenguaje» también
de que el término «len~uaje» remita a ':1-na func10n q_~e puede ser puede llamarse tanto a un producto particular de la facultad lingüísti-
analizada desde muy diferentes perspectivas, e~ rela~10n ~on muy ca (vg. una lengua concreta), como a aquello que es común a todas
diferentes tipos de organismos, y por referencia a d1menswnes de las lenguas (la «gramática universal», objeto de estudio de la teoría
análisis de muy diversa naturaleza. . . lingüística). Asimismo, «lenguaje» puede ser tanto un cierto modo de
El estudio del lenguaje suele ser considerado un ·cometido Impor- utilización de la lengua (vg. cuando se habla de lenguaje científico,
tante de la psicología científica en la medida en. que pro?ablemente vulgar, etc.) como el acto individual del uso de la lengua (i.e. la
forma parte del diseño genético de _nuestr~ especie y contiene rasgos actividad lingüística).
y propiedades que nos acercan y d1ferenc1an a la vez de ~tras espe- En el cuadro 1.1 se presentan algunas de las definiciones de que ha
cies y organismos. Sin embargo~ en modo ~lgun~, el estudw d~l ~en­ sido objeto el lenguaje en las últimas décadas. Como puede observar-
guaje compete de forma exclusiva a la ps1colog1a. El descubnmien- se, existen numerosas discrepancias entre ellas. No obstante, pese a
to de la naturaleza exacta del lenguaje, de las formas que adopta en su disparidad, estas definiciones del lenguaje permiten entrever tam-
las diversas especies, de las funciones que le sirv_en o. a l~s que sirye de bién ciertas regularidades. Una de ellas (quizá la más importante para
soporte de sus bases neurobiológicas, de sus 1mphcac10nes soc1~les, una caracterización introductoria de nuestro objeto de estudio) es
de sus' procesos de adquisición y utilización, o d_e sus J?OSibles que, de un modo u otro, todas las definiciones recogen o dan cuenta
patrones de alteración, constituye u~a ta~ea cm:npl_~~a. que m~eresa de alguno de los siguientes hechos: a) en primer lugar, el hecho de
también a otras disciplinas como la bwlog1a, la hngmstica, la !!loso- que el lenguaje puede interpretarse como un sistema compuesto por
fía, la sociología, la informática, la semiótica, las ciencias médicas, Y unidades -los signos lingüísticos- cuya organización interna puede
otras muchas. . . ser objeto de una descripción estructural o formal; b) en segundo
·Cuáles son dentro de esta diversidad de enfoques, los obJetivos y lugar, el hecho de que la adquisición y uso de un lenguaje por parte
las ~eculiaridades de la aproximación psicológica al lenguaje? ¿Có~o de los organismos posibilita en éstos formas peculiares y específicas
define e interpreta su objeto de estudio la psic?logía. del lengu~Je_?
¿Qué tipo de problemas le _compe~en? ¿~es~~ qu~ c~~rdenadas teon-
cas y metodológicas, orgamza su 1~vest1~ac10n c1entiÍ1ca? A lo lar~o - <<Por lenguaje se entiende un sistema de códigos con la ayuda de los
de los primeros capitulas de este hbro, Iremos tratando de ~es.J?e~ar cuales se designan los objetos del mundo exterior, sus acciones, cualidades y
estas cuestiones, así como de ir presentando algm_ws de los prm~1p10s relaciones entre los mismos>> (A. R. Luria, 1977).
que enmarcarán y servirán de punto de partida a los cap~tulos «El lenguaje es un hábito manipulatorio» (J. B. Watson, 1924).
posteriores. Para ello, se comentarán, a lo _largo de es~e ca~:ntu~~' ~ «Un lenguaje es un conjunto finito o infinito de oraciones, cada una de
algunas de las propiedades y rasgos que perm1te_n caractenzar c1en~1f1- ellas de longitud finita y construida a partir de un conjunto finito de elementos»
camente el lenguaje humano (frente a otros sistemas de comumca- (N. Chomsky, 1957).
ción) y se identificarán algunos de_ lo~ interrogantes nucleares .de su '::.-. «El lenguaje es un sistema de comunicación biológico especializado en la
estudio. En el capítulo 2 y en los s1gmentes, nos cent~aremos ~¡recta­ transmisión de información significativa ínter e intraindividualmente, a través
mente en la disciplina llamada «psi~ología del le.ng~aJe», al obJeto de de signos lingüísticos» (A. Paivio e l. Begg, 1981).
- «Lenguaje es la instancia o facultad que se invoca para explicar que
delimitar con la máxima claridad pos1ble las pecuhandades de los conte- todos los hombres hablan entre sÍ» (J. P. Bronckart, 1977).
nidos y los métodos que definen su programa de investigación. «Se habla de lenguaje siempre que hay una pluralidad de signos de la
misma naturaleza cuya función primaria es la comunicación entre organismos»
(J. Hierro, 1986).
2. LA CONCEPTUALIZACIÓN CIENTÍFICA DEL LENGUAJE: - «Lenguaje: conjunto de sonidos articulados con que el hombre manifies-
ALGUNAS DIMENSIONES DE ANÁLISIS ta lo que piensa o siente (fig.): conjunto de señales que dan a entender una
cosa» (Diccionario de la Lengua Española, 19 1984).
El uso común del término «lenguaje», como ya se ha sugerido, - «El lenguaje es un subconjunto de procesos en el conjunto de procedi-
mientos disponibles para algunos organismos -por ejemplo, los humanos- en
presenta una indudable polisemia. Como ha observ~~o, entre otros,
su intento de adaptación a su entorno psíquico y social» (J. Santacruz, 1987).
Hierro Pescador (1986), este términ? puede s~r ut1hzado, por una
parte, para designar sistemas ~e s1gnos o Simb~l,os (naturales o
artificiales) que operan como cód1gos de rel?resentac1011; y 1o de ,co~u­ Cuadro 1.1.-Algunas definiciones de lenguaje.
nicación para algún sistema (vivo o máquma). Por ~a, el termmo
19
18
PSICOLOGIA DEL LENGUAJE. INVESTIGACION Y TEORIA EL CONCEPTO DE LENGUAJE

de relación y de acción sobre el medio (especialmente, sobre el medio


social), y e) el hecho de que el lenguaje se materializa en, y da lugar a, /
,....-- ...... ...--...... ,,
\
formas concretas de conducta, lo que permite interpretarlo, también,
como una modalidad o tipo de comportamiento.
La referencia a estas tres vertientes del fenómeno lingüístico es
f
1
\
\
\
una constante en las caracterizaciones científicas del lenguaje de 1 \
todas las épocas. El énfasis en una u otra, y también el distinto modo
de interpretar su mutua dependencia o independencia lógica, permi-
ten por otro lado (lo veremos a lo largo de este capítulo y de los dos
'
1
\
\ t'
1

siguientes) objetivar las señas de identidad generales de las distintas \ 1


\ 1
disciplinas interesadas en el estudio del lenguaje y objetivar también \ 1
algunos de los puntos de acuerdo o desacuerdo que existen entre 1
teorías elaboradas dentro de un mismo marco disciplinar. _..,, /
En su momento nos haremos eco de estas diferencl.as. Por ahora, y
puesto que lo que nos proponemos en este capítulo es ofrecer una Figura 1.1.-Curvas descritas por las abejas en la danza giratoria (izquierda) y en
primera caracterización de a qué se le llama lenguaje en el ámbito forma de «ocho» (derecha). Según Von Frisch (1962), la danza giratoria se realiza
científico, organizaremos nuestra exposición en torno al comentario cuando la abeja regresa de un sitio cercano donde hay alimento; cuando viene de un
de lo que parecen ser sus tres dimensiones o componentes de defini- sitio lejano (más de 50 metros), su danza es en forma de «ocho». Para una distancia de
ción más comunes: la dimensión formal o estructural (cuyo estudio más de 100 m. el segmento recto es recorrido nueve o diez veces en 15 segs. Según
estaría directamente vinculado a la necesidad de conocer y dar cuenta aumenta la distancia, baja en proporción el ritmo de la danza; a cada distancia le
de «cÓmo es» el sistema lingüístico en sí mismo), la dimensión corresponde un ritmo determinado que puede ser entendido por todas las abejas,
funcional (que permitiría dar cuenta de «para qué» les sirve el aunque se han observado también diferencias entre distintas razas de abejas que
obligan a pensar en la existencia de «dialectos». A su vez, la dirección del segmento
lenguaje a los usuarios) y, finalmente, la dimensión comportamental
recto de la danza indica la dirección del objetivo sirviendo como punto de referencia la
(i.e. el «cÓmo» se utiliza el lenguaje cuando se producen y compren- posición del sol (c.e. Hormann, 1973, pp. 46-47).
den los mensajes comunicativos).

2.1. La dimensión estructural del lenguaje vo de tres luces de colores -roja, verde y ámbar-; en el lenguaje de
los abanicos, los signos son también configuraciones visuales: en este
Tal y como tradicionalmente se ha destacado desde una perspectiva caso, resultan de modificar y combinar parámetros tales como el
semiótica, el lenguaje puede ser interpretado, en primer lugar, como grado de apertura e inclinación del abanico (vg. abierto o cerrado) y
un sistema de elementos (señales, signos o símbolos) que resultan la altura del cuerpo en que se mueve o apoya (vg. delante de la cara,
relevantes para un organismo, no tanto por sí mismos o por sus del pecho, etc.); en el lenguaje hum~no, por últim?, los. signos se
propiedades físicas, sino porque remiten a objetos o aspectos de la identifican, dependiendo de la modahdad, con conflguracwnes per-
realidad distintos a ellos mismos (i.e. porque indican o se refieren a ceptivas de tipo acústico (caso del lenguaje oral) o de tipo visual (caso
elementos de la realidad física o mental, a los que se dice que del lenguaje escrito o de lenguajes basados en signos manuales como los
representan). En virtud de esta capacidad de representación, los utilizados por los individuos sordos) (ver figura 1.2).
signos lingüísticos adquieren o poseen la capacidad de modificar e Los signos individuales, que constituyen la materia prima y
influir sobre ciertos aspectos del comportamiento de los organismos esencial de cualquier lenguaje, pueden existir y ser funcionales para
(cfr. Morris, 1938, 1978). un organismo sin que ello implique necesariamente la existencia de
El lenguaje -todo lenguaje- presupone pues, por definición, la un lenguaje o un conocimiento lingüístico propiamente dicho. La
existencia de signos, independientemente de cuál sea la modalidad huella que refleja en la tierra húmeda el paso reciente de un determi-
perceptiva concreta de éstos. En e~ lenguaje de las abejas, por nado animal, por ejemplo, es un signo para el cazador que lo
ejemplo, los signos se materializan y toman la forma de pautas persigue, del mismo modo en que lo son el sonido de la campana para
concretas de movimiento o «danza» (ver figura 1.1.). el perro de Pavlov, o el sonido de una alarma antiaérea para los
En el código de la circulación, la información sobre la adecuación habitantes de una ciudad en guerra; en todos estos casos, los sujetos
o no de cruzar una calle se transmite mediante el encendido alternati- responden ante señales perceptivas que indican o sugieren la proximi-

20 21
PSICOLOGIA DEL LENGUAJE. INVESTIGACION Y TEORIA EL CONCEPTO DE LENGUAJE

cuenta de las reglas y condiciones concretas que en cada sistema


lingüístico hacen posible la correspondencia entre las propiedades o
características perceptivas de los signos -individuales o combinados
entre sí- y los significados o aspectos de la realidad a que tales
signos o combinaciones de signos se refieren), pero, también, pueden
ser objeto de descripciones sintácticas y pragmáticas que especifiquen
respectivamente las condiciones en que las combinaciones de signos y
sus usos son aceptables (Morris, 1938). La construcción de estos tres
tipos de principios (i.e. la elaboración de gramáticas) 1 constituye uno
de los cometidos esenciales de la perspectiva filológica o lingüística en
COSTUMBRES el estudio del lenguaje. Desde esta perspectiva, el lenguaje se interpre-
ta esencialmente como un código, es decir, como un conjunto estruc-
turado de signos y de condiciones formales de combinación de los
signos (reglas o restricciones) gracias a cuya aplicación se hace
efectiva la capacidad de los signos de representar cosas distintas a sí
mismos (i.e. su naturaleza semiótica) y de servir como instrumento
eficaz de comunicación. La ausencia, en un sistema de comunicación
dado, de un código formal bien definido, que pueda ser descrito en
términos de unidades y reglas o restricciones fijas, impide su conside-
ración como lenguaje en un sentido estricto (de ahí que, por ejemplo,
quepa interpretar la comunicación gestual más como un «sistema de
comunicaciÓn» que como un «lenguaje» propiamente dicho).
ANUNCIOS-PUBUCIDAD COCHE No analizaremos aquí las condiciones que permiten diferenciar
los signos lingüísticos de los signos que componen otros sistemas de
comunicación a los que no cabría denominar todavía «lenguajes» (en
Figura 1.2.-Ejemplos de signos manuales utilizados por niños~ ,adultos ~ordos. (Mate-
rial cedido por el Centro Nacional de Recursos para la Educac10n Espectal-M.E.C.).
el libro de Hierro, 1986, por ejemplo, puede encontrarse un magnífi-
co resumen), y tampoco abordaremos todavía la comparación siste-
dad de eventos u objetos distintos a la~ se~~les mismas, pero no por es.o mática entre los signos que componen los lenguajes humanos y los
debemos identificar a ninguno de ellos mdividualmente como un lenguaJe que sirven de base a los sistemas de comunicación naturales de otras
especies. ~o obstante, sí conviene apuntar ya la idea de que unos y
en un sentido estricto. d l'd d
Hablar de lenguaje, sea cual sea ~a n~tur~leza o mo a I a otros son sustancialmente distintos. Langer (1942, p. 103) decía que
sensorial de sus unidades constituyentes, Imphca. siempre hablar
existencia de un conjunto de signos. Estos signos, po~ u.n. a o,
la fd. «entre la llamada más clara de amor, de cólera o de advertencia de un
animal y la palabra humana menos importante, existe todo un día de
pueden ser descritos individualmente (en cuanto a ~o, q?e sigmfi~an, .a la Creación -o, por expresarlo en términos modernós, todo un capí-
su origen natural o convencional, a la naturaleza Icon~ca. ~ arbitrana tulo de la evolución-» y, sin duda, ello permite dar una primera idea
de su estructura formal respecto a los referentes o sig~Ificados que de la magnitud de las diferencias que en un plano tanto formal como
expresan, etc.), pero, al mismo tiempo, .pueden ser .descntos e~ ta:r:~o funcional existen entre estos dos tipos de sistemas comunicativos. .
que forman parte de un sistema que tiene una cierta organzzaczon Como veremos más adelante (y también en los capítulos 4-y 5), la
interna~ es decir, respecto a las condiciones. en. 9ue pueden no ~tÍ ° aclaración de las diferencias entre los sistemas de signos humanos y
combinados sin perder su capacidad de sigmflcar (en el caso e no humanos ha desempeñado un papel crucial en la historia de la
código de circulación, por ejemplo, este valor s~ anu~a cu~ndo en un
semáforo están las tres luces apagadas ? encendidas. si:n:u.ltaneamente,
pero no cuando está encendida cualqmera de ellas mdiVIdualmente o l. Como se verá detenidamente en el capítulo 6, el concepto de gramática se aplica al conjunto
o sistema de categorías, principios y reglas que permiten dar cuenta o capturar la organización
en combinación con una de las otras dos). . . estructural de un lenguaje. En ese sentido, la gramática debe entenderse como un sistema
En tanto que sistema formado p~r s.ignos, ell;n~uaJe .-cualqmer descriptivo formalizado a partir del cual, también, cabe establecer principios prescriptivos acerca de
lenguaje- puede ser objeto de descnpcwnes semantzcas (Le. que den lo que constituyen mensajes lingüísticos bien o mal formados (cfr. vg. Seco, 1966).

22 23

UNIVERSIOAO DE ANTIOQUIA·
BtBt lOTE CA CENTR.Al
PSICOlOGIA DEl lENGUAJE. INVESTIGACION Y TEORIA El CONCEPTO DE lENGUAJE

ciencia para la búsqueda tanto de claves de diferenciación filogenética Cuando afirmamos de un organismo vivo que posee y utiliza un
de la especie humana, como de la explicación de los distintos tipos de lenguaje, por tanto, no estamos diciendo que posee un determinado
mente y de conducta en sí mismas. Sea como fuere, convendría atributo o componente físico: lo que estamos afirmando es que tal
reparar en el hecho (quizá obvio para cualquier mente científica pero organismo posee la capacidad de establecer ciertas corresp6ndencias
no por ello baladí) de que dicha clarificación pasa por la elaboración o conexiones entre dominios o fenómenos que son cualitativamente
de un complejo aparato conceptual que, entre otras cosas debe distintos y que, sin la mediación del lenguaje, quizá se relacionarían
permitir dar cuenta de las características formales de los sign~s que entre sí de forma distinta o no se relacionarían en absoluto. La
componen los distintos lenguajes (i.e. su naturaleza y estructura posesión de la capacidad del lenguaje, en ese sentido, posibilita en los
interna.s, su cons~rucció.n y evolución genéticas, sus regularidades, organismos la capacidad para relacionar y relacionarse con los
paralelismos y diferencias) y, al mismo tiempo, debe dar cuenta fenómenos del mundo físico de un modo cualitativamente distinto.
tamb!én de las condiciones o c~pacidades de los organismos que Pensemos sobre esta idea a través de un caso concreto. Por
adqmeren y usan naturalmente dichos sistemas de signos. ejemplo, el de la comunicación que se establece entre dos abejas: una
El. lenguaje, cualquier len~uaje, por el hecho de estar compuesto ·(a la que identificaremos como abeja-A) que ha localizado una
por signos, presupone una Cierta capacidad para establecer corres- posible fuente de comida; la otra (abeja-B) que recibe la señal de su
ponden~ias entre sign_ificantes y significados (i.e. entre los patrones compañera para dirigirse hacia el lugar exacto donde está el alimento
perceptivos de los signos, que pueden ser descritos en términos recién descubierto. ¿Qué está ocurriendo en una situación como ésta?
físicos, y l<?s.patrones de ~o.nocimiento o de comportamiento específi- ¿En qué sentido este ejemplo puede ilustrar la afirmación de que el
cos qu~ ehc1tan ? son e!Icitados ,por tales patrones perceptivos). El lenguaje permite formas de relación que no se derivan directamente
!enguaj~ se conv1ert~ as1 ---:-~ as1 debe ser interpretado en primera de la relación física con los objetos (incluidos los miembros de una
mstanc1a- en un ob¡eto teorzco que opera como mediador entre dos misma especie)?
clases de fenómenos lógica y conceptualmente distintos: las señales La idea sobre la que llamaremos la atención es la de que el
físicas de los signos lingüísticos (que en su forma visual acústica o comportamiento de la abeja-A (vg. una de las obreras de una
motor.a sí son di~ectam~nte perceptibles) y los significad~s a los que _colmena), que ha identificado un lugar donde hay alimentos guiada
se refieren los signos (1.e. los elementos de la realidad externa o por sus receptores sensoriales, es cualitativamente distinto al de la
interna al sujeto sobre los que el sujeto informa o actúa). Estos abeja-B, que se dirige al mismo lugar guiada por la información que
significados, que en sí mismos no pueden ser directamente observa- su compañera (la abeja-A) le ha transmitido con su danza a su
dos, pueden inferirse a partir de la observación de la conducta regreso a la colmena. ¿Por qué? En el primer caso, estamos ante una
asocia.da a la emisión y1o recepción de los signos por parte de los conducta cuyo desarrollo puede explicarse apelando únicamente a
orgamsmos. mecanismos de respuesta refleja ante señales que son relevantes, por
. .E~ lenguaje no es, sin embargo, simplemente la suma de los signos ejemplo, desde el punto de vista de la supervivencia biológica (en este
md1y1d~ales que lo componen. No es, ni tan siquiera, algo observable caso, la capacidad de la abeja-A para detectar ciertos componentes
en SI mismo. El concepto de lenguaje es una noción abstracta que nos químicos en el aire, identificar su procedencia y orientar el vuelo en
permite dar cuenta de las relaciones y correspondencias que regular- dicha dirección). En el segundo caso, el de la conducta de la abeja-B,
mente se observan entre ciertas clases de fenómenos (vg. entre ciertas estamos ante un caso de conducta comunicativa que también implica
señales acústicas y visuales y ciertos tipos de conductas o actividades la capacidad de detectar y responder a ciertas señales físicas (ahora,
de los organismos), las cuales sí son observables directa o indirecta- los dibujos en el aire que produce la abeja-A durante la realización de
m~nte. En ese sentido, el lenguaje debe ser interpretado como un su danza). Sin embargo, a diferencia del caso anterior, esta conducta
objeto derivado de. la o~s~rvación de ciertos tipos de fenómenos pero comunicativa no es una conducta que pueda interpretarse como de
nunca como un objeto Íls1camente real. No obstante, en la medida en respuesta «directa» a tales señales; al contrario, esta conducta no
que se interpreta como formado por un sistema de signos, el lenguaje puede explicarse si no es introduciendo un elemento que no es físico
puede ser objeto de una caracterización estructural o formal en sí en sí mismo: a ése elemento lo podemos identificar como el «código
mismo: dicha caracterización incluiría la definición tanto de sus lingüístico» que los dos miembros de la colmena «conocen» y com-
unidades c?n~tituy~ntes básicas (i.e. los signos individuales que inte- parten. Dicho código actúa como mediador entre la actividad de estas
gran .e~ «diccwnano» de cada modalidad de lenguaje) como de las dos abejas y su entorno físico: en definitiva, pone en relación domi-
condiciones en que tales signos pueden ser combinados (i.e. la nios· que inicialmente no estaban relacionados entre sí y nunca
«gramática» interna de ese lenguaje). podrían estarlo de forma físicamente directa (la fuente de alimento y

24 25
PSICOLOGIA DEL LENGUAJE. INVESTIGACION Y TEORIA EL CONCEPTO DE LENGUAJE

el desplazamiento hasta ella de la abeja-B, en nuestro ejemplo). simbólico o comunicativo. Igualmente, cabría hablar de distintas
Gracias a este conocimiento común de un código de representación y interpretaciones sobre el peso que la experiencia lingüística (i.e. el
comunicación sobre la realidad, A puede usar su danza como señal aprendizaje) debe tener en la explicación de la génesis y adquisición
que le permite incidir y modificar la conducta de B (orientando, por del lenguaje, por contraposición a los factores o disposiciones de
ejemplo, la direcci9n de su vuelo). Gracias, por tanto, a su «len- carácter innato. Algunos de estos interrogantes y de los distintos tipos
guaje», A puede relacionar a B con algo con lo que ésta probablemen- de respuesta que se han postulado en torno a ellos se comentarán
te nunca hubiera llegado a relacionarse por sus propios medios. también a lo largo del capítulo 14 de este libro.
Visto en estos términos, la posesión de un lenguaje, es decir, la
posesión de un código de signos que permite relacionar señales físi- 2.2. La dimensión funcional del lenguaje
cas con aspectos de la realidad que no son las señales en sí mismas,
puede ser interpretada como un componente esencial desde el punto Una segunda dimensión' desde la que cabe abordar una definición
de vista de los mecanismos de adaptación al medio de todos los general del lenguaje es la dimensión funcional. Ello se debe al hecho
organismos y especies animales. Al mismo tiempo, y en tanto en de que la adquisición y desarrollo del lenguaje o, si se prefiere, la
cuanto se interprete como un código formal, el lenguaje puede ser adquisición y desarrollo de un código o sistema de signos, van ligados
considerado como un tipo de conocimiento que poseen, y del que desde su origen, y como desde hace siglos se viene señalando desde
disponen, tales organismos. una perspectiva filosófica, a la realización de actividades tales como
A veces, este conocimiento -este código- parece estar genética- la comunicación y la interacción social, la expresión emocional, el
mente definido en todos sus detalles (como ocurre en la mayoría de conocimiento de la realidad, y también, en la especie humana, a la
los sistemas de comunicación animal); a veces, por el contrario, debe conducta voluntaria y el pensamiento racional (entre otras). En este
ser aprendido en el curso de la experiencia vital y mediante la sentido, y como ya observara Karl Bühler (1934), cabe interpretar el
interacción .con otros miembros de la especie lingüísticamente compe- lenguaje y los signos individuales que lo componen como un «instru-
tentes (caso de la especie humana). En nuestra especie, además, el mento>> (un órganon como lo denominara ya Aristóteles) que está
conocimiento lingüístico constituye uno de los soportes básicos de la
memoria (i.e. del sistema de almacenamiento y recuperación de los
conocimientos); de este modo, opera como un potentísimo mecanis-
mo cuyo desarrollo posibilita y condiciona de forma crucial la
l'----------.. Objetos y Relaciones ___________,)
adquisición de conocimientos nuevos y la asimilación de la experien- l J
cia acumulada por ·las generaciones anteriores.
El concepto de facultad lingüística indica la capacidad de un
organismo vivo para adquirir y utilizar un código o forma de
conocimiento lingüístico en alguna modalidad. En el caso del len- Representación
guaje humano, esta facultad puede interpretarse como el resultado de
capacidades cognitivas o de aprendizaje que son comunes a otras
habilidades, pero también, y en la medida en que implica un sistema Expresión ) . . . . ~-· . r·-:. ·. . :,. . . . .: Apelación
de correspondencias formales enormemente complejo entre los signi-
ficantes y los significados, puede verse como una habilidad es~ecífica
y diferenciada que comporta requisitos estructurales o funcionales
particulares y específicos de nuestra especie. Como se verá en los
capítulos 4, 5 y 6, las posiciones adoptadas en relación con esta
disyuntiva han dado pie a distintas propuestas teóricas en relación
con la naturaleza del conocimiento lingüístico, en el contexto del
análisis de las capacidades o facultades que son propias de la especie
humana, enfrentándose los partidarios de enfatizar lo que el lenguaje
tiene de diferenciador respecto a otras facultades, y los partidarios de
tesis más continuistas que acentúan la proximidad y, semejanza
-estructural o funcional- del lenguaje con otras habilidades de tipo Figura 1.3.-EI modelo de <<Órganon» de Bühler.

26 27
PSICOLOGIA DEL LENGUAJE. INVESTIGACION Y TEORIA EL CONCEPTO DE LENGUAJE

funci<?nalment~ l_igado a ?istintas esferas de la actividad de los sujetos organizacwn funcional y social de la conducta de los organismos?,
(afectiva, cogmtiva, social, etc.) y que pone en relación al emisor ¿en qué medida no son sino el resultado mismo de estos cambios, que
tant_? con uno o var!os recept?res como con aquel aspecto de la se han ido fijando a lo largo del proceso de evolución filogenética?
realidad al que se refieren los signos (ver figura 1.3). La respuesta a estas cuestiones, nucleares desde una perspectiva
La toma en. co~siderac~ón ,d~ la dim~nsión funcional del lenguaje psicológica de estudio del lenguaje, contiene, sin duda, y como se verá
en las caractenzacwnes Cientiftcas de este supone, obviamente un detenidamente en el capítulo 5, algunas de las claves explicativas más
cambio ~e per~¡;ectiva import~nte respecto al análisis requerido' por importantes acerca de la naturaleza humana y de la especificidad y
un~ constderacwn de sus p_r,opiedades formales, en la medida en que cualidad de muchas de sus actividades y comportamientos. El análisis
obhga a desplazar la atencwn desde el lenguaje en sí mismo hacia el de la naturaleza y génesis de las distintas funciones del lenguaje, por
usuario que conoce y usa este lenguaje en sus intercambios comunica- un lado, y el estudio minucioso de la relación genética existente entre
ti_vos o en sus relaciones. generales con el medio. El lenguaje es ahora, las peculiaridades estructurales de los sistemas lingüísticos y su
VI~t? desde la perspectiV~ de los sujetos o los organismos que lo potencialidad funcional, por otro, han permitido profundizar hasta
~tihzan, algo que genera Ciertos efectos o que permite obtener ciertos límites insospechados hace pocas décadas en el estudio de las poten-
fmes: es un «~ediador» -simbólico, en la medida en que está cialidades intelectuales y sociales de la especie humana, en el de sus
~ompu~sto de signos que representan algo- con el que, en última semejanzas y diferencias con otras especies (especialmente las más
Instancia, se puede? «hacer cosas» -especialmente, en la interacción próximas en la escala filogenética -vg. primates superiores-) y en.
con nuestros semeJantes-. el del papel que desempeña el lenguaje en la construcción filo y
ontogenética de estas capacidades. La posibilidad, sin duda intrigan-
Instrumento y lenguaje --observaba Bühler- pertenecen, según es sabido de te, de que animales de otras especies hayan sido capaces de aprender
antiguo, a lo más humano del hombre: el horno faber utiliza cosas elegidas y lenguajes humanos (como en el caso de algunos chimpancés y gorilas
transformadas como instrumentos, y el zoon politikón introduce el lenguaje con
sus semejantes ... El lenguaje es afín al instrumento; también pertenece a los
utensilios de la vida, es un órganon como el utensilio real, la cosa intermedia
material ajena al cuerpo; el lenguaje es, como el instrumento, un intermediario
forjado... No son las cosas materiales las que reaccionan al intermediario
lingüístico, sino los seres vivos con quienes tratamos (Bühler, 1934, ed. cast.,
pp. 11-12).

. Desde l_a más remota an~igüedad,_la consideración de la potencia-


lid~~ _funciOnal, del lengu~J~ ha onentado a los investigadores al
anahsis de los vmculos genettcos que ligan al lenguaje con el resto de
las capacidades cognitivas, comunicativas y sociales, en un intento
(por lo general mal disimulado) de encontrar argumentos en favor de
la discontinuidad filogenética entre la especie humana y el resto de las
especies. Ciertamente, los signos lingüísticos (como recogiera Bühler
en su representación gráfica del modelo de órganon -figura 1.3-)
son siempre símbolos en su relación con los objetos y los estados de
cosas que representan, son síntomas en tanto que expresan estados de
los ~mi~ores, y son s_e~ales en tanto que se dirigen a un receptor con
la fmahdad de modtftcar su comportamiento. Pero, ¿cómo se cons-
truyen gen~ti~amente los distintos tipos de símbolos?, ¿hasta qué
punto las distmtas formas que adoptan en cada especie son indicati-
vas de habilidades o capacidades específicas y diferenciadas en su Figura 1.4~-Ejemplo de gorila comunicándose a través de signos manuales. La gorila
mod~ de «conocer» la realidad?, ¿hasta qué punto reflejan «modos» «Muni••, de cinco años de edad, entrenada por un grupo de investigadores de la
pe_cuhares de interacción social?, ¿en qué medida posibilitan, por sí U.A.M. en el Zoo de Madrid, hace el signo «comer>> a su entrenadora (P. Fernández),
mism?s, cambios en el modo de «representarse» y conocer las cosas, para pedirle el chicle que ésta oculta en su boca. El signo entrenado consiste en colocar
cambiOs en el modo de interactuar con los otros, cambios en la los dedos índice y corazón frente a la boca entreabierta (foto cedida por J. C. Gómez).

28 29
PSICOLOGIA DEL LENGUAJE. INYESTIGACION Y TEORIA
El CONCEPTO DE lENGUAJE

que, tras un período de entrenamiento, aprendieron a utilizar len- explicar científicamente la conduct . .
guajes de signos manuales similares a los que emplean los sujetos por, principio, la perspectiva q a o actdivtdad)/ En ese sentido, será,
sordos, como se ilustra en la figura 1.4), y la constatación clínica y capttulos de este libro. ue se a optara en el resto de los
experimental de las severas limitaciones cognitivas y sociales que para . La interpretación del len ua.
ciertas personas pueden derivarse de su incapacidad o de sus limita- remite de nuevo al análisis y ~1 1~ d~mo una forma de conducta nos
ciones lingüísticas, son cuestiones que conectan de forma muy directa (e~ agente que desempeña la a:sti~id~Jj~ su}.~t~ usuario del lenguaje
también con un análisis de la dimensión funcional del lenguaje y que, SUJeto de referencia conoce -o al mgu~sttca, .a~c;>ra). Nuestro
en consecuencia, ocuparán nuestra atención en distintos lugares de este una perspectiva formal . me?os ast permttina imaginarlo
libro (vg. capítulos S y 15). - un cierto sistema d · '
como consecuencia de un dis ·. , . e stgnos o stmbolos
proceso de aprendizaje en 1 .postttvo. ~enettco particular y/o de un
e~pecie, y, a través de este si~t~:_~raccwn con otros miembros de su
2.3. La dimensión comportamental cierto repertorio de acciones y ' puede cbmpletar y desarrollar un
va funcional-. Lo que tendre~~~uestas so .re el medio -:-perspecti-
En tercer y último lugar, cabría señalar en esta breve introducción queremos explicar cómo es y cómo ~ue analizar a~ora, SI realmente
conceptual que hablar científicamente del lenguaje implica, de forma tipos de organismos es cóm ~era. el lenguaJe en los distintos
necesaria también, considerarlo como un tipo de conducta~ de acti- l~nguaje: cómo recib~ los me~ ~sa ~ e~~~v~mente nuestro sujeto el
vidad o de comportamiento que ejecutan o realizan ciertas clases de como los descodifica e interpretSaJes }mgmsticos que otros le envían
organismos. Dicha conducta o comportamiento es aquel que realizan to, organiza una respuesta y fin:{ como, a ~artir de tal desciframien~
el emisor y el receptor cuando, respectivamente, codifican y producen conducta de los sujetos im '¡· mente, actua: En los casos en que la
-o reciben, descodifican e interpretan- mensajes lingüísticos uti- de un mensaje lingüístico p~~~: la codst:ucciÓn y emisión efectivas
lizando un código de signos o símbolos común y compartido por la tarea del psicólogo (y en -es ecu, en el caso del emisor-
ambos (sea cual sea su modalidad). Como conducta o actividad en describir a través de q' u' su c.aso, lad del neurofisiólogo) consistir¿
e conJunto e procedi .
que es, el lenguaje adopta dos modalidades primarias o básicas, la nes 1ogra e1 sujeto seleccionar 1 . . mtentos u operado-
producción y la comprensión. Estas dos modalidades, en última ins- intención u objetivo comun. C?S st~nos pertmentes o relevantes a su
tancia, se realizan de forma simultánea y combinada durante la conver- finalmente, cómo logra em ·~~attvo e ~ntre todos los que conoce y
sación. ~esulte compatible tanto co~ l:suna d-n·e o secuenc~a ~ingüística qu~
Al igual que cualquier otro tipo de conducta, la producción y la Impuestas por su código com conltcwnes J: restnccwnes formales
comprensión del lenguaje pueden ser descritas y explicadas por los de su interlocutor. o con. as capacidades de comprensión
científicos en muy diferentes planos. Así pues, podríamos hablar de El uso del lenguaje 0 · f
un plano neurofisiológico (que implicaría la identificación de las conducta lingüística (ya ~ea' SI se p:e Iere, la realización de una
estructuras neuroanatómicas y fisiológicas que participan en la pro- interpretada, siempre como como /mtsor o como receptor) debe ser
ducción y la comprensión de las señales lingüísticas), de un plano ilustra con claridad el alcanc~na Iaorfa .Pa~ticular de conduc~a que
conductual (que permitiría, por ejemplo, dar cuenta de los anteceden-
tes situacionales, los tipos de respuesta y las consecuencias inmediatas adaptativo en su medio E
J
con que cuenta un organismo d s Imitacwnes de las capacidades
a o ~ara desenvolverse de un modo
o mediatas de la actividad lingüística), o de un plano cognitivo t ' . 1 · n este sentido y desd d
eonco? .a explicación de cómo lo . ~ ·. ':. e un punto e vista
(centrado en las representaciones y procesos internos -vg. de de codtftcar y descodificar mensa~ oq~am.~~?s resuelven el problema
computación- que subyacen a estas dos modalidades del comporta-
miento). Como s~ justificará en los capítulos 2, 3 y 4, el supuesto de
para una explicaciÓn científica d rl hng~IStlCOS resulta tan esencial
1~~ propi,edades estructurales del emi~nguaJe como .1~ ~Jarificación de
que la actividad lingüística implica mecanismos y regularidades cuya cwn geneticas, o sus funcion mo, su adqutstcwn y construc-
explicación no puede reducirse a las descripciones neurofisiológicas . La dimensión comportam~~·tal del! . .
(haciendo necesario, por tanto, el recurso a variables conductuales es mhere~te a la existencia misma del engu~Je, e~ la medtda en que
y congnitivas), junto al interés por el estudio de las funciones ex- los org~msmos en los que tal Ie .Ieng!laJe, esta pr~sente en todos
presivas, cognitivas o sociales a las que el lenguaje sirve de soporte, n_o es smo la manifestación má.s ~~=~~ extste (~n reahdad, diríamos,
caracterizan diferencialmente la perspectiva psicológica de la inves- sm embargo como tamb.' . a y genuma de tal existencia).
tigación del lenguaje frente a otras perspectivas de estudio (recuér- antenores,. ' no equivale ten
ello a d vtmos
. al dpresen t ar 1as d.tmensiones'
dese que la psicología es, por definición, la disciplina encargada de todos los lenguajes de un . ecir q~e ~e a en todas las especies o en
a mtsma o umca manera. Por un lado, tiene
30
31
El CONCEPTO DE LENGUAJE
PSICOLOGIA DEL LENGUAJE. INVESTIGACION Y TEORIA

sentido pensar que sistemas lingüísticos formalmen~e distintos, ~ue del de funciones que le son muy próximas aunque más generales,
posibilitan y resultan de fun~i?ne~, cognitivas, socta.les y afectl~as como, por ejemplo, la función de comunicación, que puede realizarse tam-
distintas, requieren para su utihzacwn. e~tr~IC~uras y s~stetp~s funciO- bién mediante sistemas o códigos no lingüísticos -vg. gestua-
nales distintos también (ya sean neurofiswlogicos o p~Icologtcos). Por les- (cfr. Sanz, 1988), o como la función de representación del
otro lado, tiene sentido pensar que, aun cu~ndo func.~onalmente,todo conocimiento, que puede asentarse también en códigos no lingüísticos
lenguaje pueda asimilarse al esquema descnto por Buhler,.los ~odos como las imágenes mentales (cfr. Riviere, 1985a, o Bajo y Cañas, 1990
concretos de la actuación lingüística (vg. sus grados de obhgatoned.ad para una revisión). Al mismo tiempo, las tres dimensiones comenta~
voluntariedad, su carácter creativo o prefijad<;>, etc.) pueden refleJar das no~ permi~en. diferenciar e} .concepto de lenguaje de otros concep-
0 tos mas restrmgzdos o específzcos con los que también se le suele
también diferencias sustanciales de unas espectes a otras.
¿De qué forma pueden confirmarse estos supuestos? Y? ~obre asoci~r en las d~finici?~es vulg~res, como el concepto de habla, que,
todo, ¿en qué medida puede contribuir su estudio ~ un conocimiento en ngor, debena utthzarse solo para designar la producción de
científico riguroso del lenguaje humano y sus d1ferentes formas Y sonidos articulados (i.e. para aludir a una modalidad concreta de ac-
modalidades? Sin duda, un modo razonable de da: respuesta a estas tividad de uso -la producción-, de una modalidad específica de len-
preguntas podría partir del análisis del ~enguaJe tal .Y como se guaje -el lenguaje verbal oral-).
adquiere y se usa naturalmente en la ~,specte humana .. Sm embargo, Aun así, nuestro concepto de lenguaje resulta todavía extremada-
no es el único. Podemos adoptar tambten una persp~ctzva compar~4a me~te amplio. En él encajan perfectamente bien, por ejemplo, len-
y tratar de ver hasta qué punto la si.mple observa.cwn y c?mparacton f?ua;es ~umanos naturales de carácter oral y no oral (vg. el lengua-
de cómo adquieren y usan el lenguaJe otras espec1es pe.rmtten av,er:'tu- Je de signos manuales de los sordos) y también lenguajes artificiales
rar conclusiones sobre la naturaleza exacta o las propt~dades ~as1cas (como el sistema Bliss de símbolos o los lenguajes informáticos)·
del fenómeno que quere~os estudiar~~ nuestra propia e~pecte. Las sistemas de comunicación animal (vg. el de las abejas o los delfines, qu~
dos son perspectivas cientificamente vahdas que du~ante decadas h.an parecen contar con códigos formales complejos pero bien definidos) e
resultado ser muy fértiles en cuanto ~ s~s obser~acwnes y conc!usw- incluso sistemas artificiales de comunicación a los que dudosamente cabría
nes. Sin embargo, y puesto que la practica ~otahd~d de los capttu~os calificar como «lenguajes» (vg. las señales y símbolos del código de cir-
de este volumen se centran en la investigacion reahzada en el ambtto culación).
lingüístico humano, nos detendremos ahora breve~ente en la c~mpa­ Desde él punto de vista del estudio y la rehabilitación de las
ración del lenguaje humano con otr?s. lenguaJeS, con el .fm. de perturba~iones del lenguaje, por ejemplo, una definición de lenguaje
presentar, siquiera de modo muy superftctal, algunos de sus prmctpa- ta~ ampha presenta, sin duda, ciertas ventajas: por ejemplo, permite
afirmar que el desarrollo y ejercicio de funciones psicológicas básicas
les rasgos distintivos.
como la comunicación o el conocimiento de la realidad se asientan en
un soporte lingüístico que no tiene por qué ser necesariamente oral
3. LENGUAJE HUMANO Y OTROS LENGUAJES: aunque sí deba contar con un código bien definido formal y semánti-
ALGUNOS RASGOS DISTINTIVOS
camente (cfr. también capítulo 5). En la misma medida, una defini-
ción tan. amplia permite estructurar sistemas de intervención para con
Las dimensiones formal funcional y comportamental señaladas en el estos suJetos basados en el aprendizaje de sistemas lingüísticos alter-
apartado anterior, apar~e de estar es~rec~í~imamente conecta~as ~?­ nativos a aquellos en cuyo uso el sujeto tiene dificultades (vg.
tre sí, proporcionan un punto de partida ut1l para una cara.ctenzacwn l~nguajes basados en signos manuales·, en dibujos o en fichas, para
general del concepto de lenguaje -de todos los lenguaJes-. en el Il_Iños con problemas en la adquisición del lenguaje oral). De cara,
contexto de la investigación científica moderna. Toma.das conJunta- sm embargo, a poder evaluar el alcance y potencialidades fun-
mente estas tres dimensiones permiten acotar y precisar de forma cionales de estos sistemas en tanto que sistemas alternativos y,
sustan'cial el concepto de lenguaje restring~~ndo el uso ~e es.t~ término sobre todo, de cara a una explicación científica del lenguaje natural
a los sistemas de expresión, representacton y comunt~acwn .qtfe se ?um_a~o (i.e. de aquel que se desarrolla espontáneamente en la
basan en un sistema de signos y reglas formalmente ~ten defm!do Y mfanc1a como resultado de las capacidades biológicas y psicológicas
cuya utilización por un organismo implica una modaltdad parttcular del niño. y. de. su interacción con el medio lingüístico y social), la
t~rea pnontana a la que debe orientarse la investigación psicoló-
de comportamiento. .
Planteado en estos términos, y frente a lo que ocurre e.n mterpre- gica será la de intentar dar cuenta de la génesis y la utilización
taciones más vulgares, el concepto de lenguaje puede ser diferenciado de la modalidad de lenguaje mas universal y genuina de nuestra

32 33
1

PSICOlOGIA DEl lENGUAJE. INVESTIGACION Y TEORIA j


EL CONCEPTO DE LENGUAJE
especie -el lenguaje verbal oral-. En consecuencia, será útil analizar j
los que resultan ser los rasgos más característicos o definitorios de este
manta j
lenguaje frente a otros sistemas de comunicación en lo relativo a las dimen-
siones básicas de definición ya esbozadas: en el ámbito, pues, formal,
libro arbusto
funcional y de la conducta (para un análisis detallado de los sistemas alter- j
nativos de comunicación, cfr. Sotillo, 1993 ).
j
3 .1. Características estructurales del lenguaje verbal
j
Tal y como han destacado, entre otros, Hockett y Altmann (1961),
desde un punto de vista formal y en comparación con otros sistemas j
de comunicación, el lenguaje verbal presenta numerosos rasgos dis-
tintivos. j
En primer lugar, esta modalidad de lenguaje se puede caracterizar
.j
por la arbitrariedad de sus unidades y estructuras, es decir, por la
falta de relación directa (natural y 1o analógica) entre los signos que
componen el sistema lingüístico y sus referentes y, también, por la j
independencia casi absoluta de las reglas y principios gramaticales
respecto de las funciones sociales o cognitivas que desempeñan las j
formas lingüísticas. A diferencia, por tanto, de otros sistemas cuyos
signos reproducen analógicamente determinadas características de j
aquello a lo que representan, o en las que existe una relación natural
(vg. causa-efecto) entre el signo y lo designado (ver ejemplos en la muñeca puerta j
figura 1.5), y salvo raras excepciones como las onomatopeyas, el len-
guaje verbal está compuesto por signos totalmente arbitrarios que ade- j
más adquieren su significado en virtud de una convención social y no
en virtud de una relación directa entre los significantes y los significa- j
dos. Como se verá también en el capítulo 6, la mayoría de los principios
y reglas gramaticales que subyacen a la generación de oraciones de las
lenguas carece también de explicación fuera de las constricciones
internas o inmanentes a la propia gramática.
Figura 1.5.-EJ.emplos d .
• j
j

Cada comunidad social o cultural dispone de un sistema conven-


(M ayer Johnson 1981) e signos a na1ogicos,
' ·
tomados del .
cional de signos, así como de las reglas gramaticales por las que se , . Sistema de símbolos SPC j
rige su combinación y uso. Ello da lugar a concreciones culturales
distintas del lenguaje a las que llamamos lenguas. Las lenguas cons- j
tituyen casos o manifestaciones particulares del lenguaje cuyas uni- las diferencias que .
. existen ent ll
dades y gramática concretas, al ser arbitrarias, deben ser aprendidas c~,tegonzar la realidad re e, as en el modo de .
cwn perfecta entre leng~~~d hace pra~ticamente imposible ~:sJfndr y
j
por los hablantes en el marco de las interacciones que mantengan con
otros hablantes de su comunidad lingüística o cultural (por eso Hockett y sus repercusione b e comumdades cultural . ra uc-
señala también como rasgo característico del lenguaje humano el teóricas divergente~ s~{e el pensamiento, han dadoes !-TIUY dis!~ntes) j
llamado rasgo de transmisión por tradición, que, en sí mismo, no es un Humboldt e . . gunas de las más con 'd ple a POSICIOnes
rasgo formal). ;~"];'/Sb·; cuh~;~¡rd~$;~Í;rwh~le{ de~e~'::.i::;~~¡;:,~~Í~~C~O~ j

rechaza~ ~~~~r~~;t~~cl)~en el l~nguaje;' t~d~~~~~a [~:Z::~n constituti-


Las diferentes comunidades o grupos sociales, pues, poseen sus .j
propios signos y su propia gramática (i.e. su propia lengua), y, a
como u guaJe como u · · , por tanto
traves de ellos, designan y cualifican los objetos, los actos y la que se ena J?era <~copia» de una realidan Siste~a de signos que oper; j
ciencia d~ls;~J~~ana coml o definida en to~!sr:~ladenltle prees~ablecida
realidad con la que interactúan. El origen y evolución de las lenguas,
e o que a conoce. s eta es con mdepen- j
34
35 j

j
PSICOLOGIA DEL LENGUAJE. INVESTIGACION Y TEORIA El CONCEPTO DE LENGUAJE

Humboldt calificó de «verdaderamente desastrosa para la lingüística» la idea tos y condiciones tanto anatómicos como funcionales. Las característi-
muy difundida de que las diferentes lenguas no harían ~tra co~a que as.ignar cas físicas de los sonidos del lenguaje (vg. sus peculiaridades en cuanto
nombres a una misma masa de objetos y de conceptos existente mdependiente- a las dimensiones de amplitud, frecuencia y duración), por ejemplo,
mente de ellas. Por el contrario, reclama una interpretación y un análisis que pueden verse como relacionadas con ciertas peculiaridades de la
muestren que cada lengua particular contribuye a la formación de la r~presenta­ configuración anatómica del aparato fonador en la especie humana
ción objetiva (de la realidad) y cómo procede ella a tal formac10n. A su como la posición de la epiglotis en el tracto bucofaríngeo y con
entender la diferencia de lenguas proviene menos de la diferencia de sonidos Y algunas de las capacidades de audición y discriminación perceptiva
de signo~ que de la de las concepciones del mundo. «En la formació~ y en el uso
de la lengua transmítese necesariamente todo el carácter particular d~ , la
-acústica- humanas (cfr. figura 1.6 y también capítulos 8 y 13).
percepción de los objetos. Pues la palabra nace precisamente de esa percepc10n; Otr~s modalidades lingüísticas, como la lectoescritura o los lenguajes
no es una impronta del objeto en sí, sino de la imagen que éste engendra en el de signos manuales, descansan, por el contrario, en los canales visual
alma>> (Cassirer, 1977, pp. 20-21). y motor, lo que implica, por tanto, soportes estructurales y funcio-
nales (vg. anatómicos) distintos a los del lenguaje verbal oral (para una
A pesar de su diversidad en cuanto a los repert?rios de signos Y introducción en castellano a las propiedades acústicas y lingüísticas de
los principios gramaticales que las ~or!lponen, sm embargo, las los sonidos del español y a las estructuras y procesos anatómicos y
lenguas presentan numerosas car.acter.ts.ttcas for~ales co~.unes: en neurofisiológicos implicados en la audición y emisión de sonidos
todas ellas, por ejemplo, pueden tdenttficarse unzdades basteas t~les lingüísticos, cfr. Gil, 1988; Gavilán, 1988; Gómez Bosque y Gómez
como los sonidos o las palabras, y existen reglas para co.mbmar Carretero, 19 8 8).
ambos y formar unidades más complejas tales como oraciOnes Y Desde el punto de vista de las propiedades físicas de las señales
textos· en todas ellas existen restricciones respecto al orden en que las lingüísticas del habla, cabe decir también que la señal acústica se
distin;as palabras pueden formar oracione~, y en todas ellas las expande multidireccionalmente debido a las propiedades del medio
oraciones expresan contenidos que parece? aJustarse a una estru~tura físico que la transporta -el aire-, y que se desvanece rápidamente.
predicativa 0 proposicional (i.e. que defmen o expresan relacwnes Estas dos últimas propiedades, unidas al hecho de que la señal se
entre un predicado -un verbo- y sus argum.entos -nom?res que ~espliega de forma continua aunque, en realidad, las unidades lingüís-
actúan como complementos del verbo y. reah~an las funct.ones de ticas son discretas, condicionan también de forma importante el tipo
sujeto, objeto de la acción, etc.-). La existencia de regulandades Y de estructuras y de procesos tanto neurofisiológicos como psicológicos
similitudes como éstas en todas las lenguas, pero no en los otros que participan en la actividad lingüística. Así, por ejemplo, y como se
sistemas de comunicación animal, ha dado pie a postular la hipótesis verá detalladamente en los capítulos 8, 9 y 1 O, para la comprensión
de que ciertas prop~edades formale~ .del lenguaje so~ z:tniversales y del lenguaje será necesaria la participación de sistemas de memoria
definen rasgos especificos de las habilidades y potencialidades cogm- capaces de almacenar e integrar temporalmente la información trans-
tivas de la especie humana. Como ha sugendo Noam ~hom.s~y, la mitida mediante la señal física y que permitan su procesamiento una
posibilidad de definir una ~ramática unive.r;al capaz ~e Identificar Y v~z ésta se ha desvanecido; asimismo, será imprescindible la existen-
establecer en un elevado mvel de abstraccion, los parametros comu- Cia de procesos que permitan la segmentación de la señal física en
nes a las distintas gramáticas particulares c<?nstituJrí~. ,u~ a evidencia unidades lingüísticamente significativas. En el caso de la modalidad
de primer orden para afirmar que la capacidad lmgmst~ca humana oral, la memoria sensorial ecoica permitirá prolongar la señal hasta
tiene una importante base biológica y es, por tanto, mnata (cfr · tres o cuatro segundos después de ser emitida. En el caso del len-
capítulos 4 y 6, para un análisis más detallado de este punto). guaje escrito, la memoria sensorial icónica será la encargada de man-
Formalmente, el lenguaje verbal humano pre~enta otros rasg~s ten~r activa. durante algunos milisegundos (unos 500-1.000 mseg.)
distintivos además del de «arbitrariedad» y su denvado de «transmi- la mformaciÓn de la señal recogida en las distintas fijaciones ocu-
sión cultural». Algunos de estos rasgos hacen referencia a la naturale- lares.
za de la señal física que sirve de vehículo a los s~gno~; ~~ro.s, a la Por lo que se refiere a la estructura interna de las unidades
propia organización interna de los signos y mensaJes lmgmstico~. ~ingüísticas, cabe destacar otros rasgos o características igualmente
Centrando nuestra atención en primer lugar en las características Importantes y diferenciadores del lenguaje verbal. Uno, apuntado ya
de las señales lingüísticas en sí mismas, cabe destacar ante todo que la en párrafos anteriores y que es fundamental, es la llamada doble
modalidad de lenguaje humano más primaria (la modalidad oral) a:ticulación o dualidad de patrones, que se refiere al hecho de que el
exige la participación de dos canales, el vocal y el ~au4itivo, lo qu.e s~ste~a lingüístico se compone de dos tipos de unidades: unidades no
implica que los usuarios de este lenguaje deben reumr ciertos reqmsi- stgnifzcativas -los fonemas-, y unidades con significado -morfe-

36 37
EL CONCEPTO DE LENGUAJE

INVESTIGACION y TEORIA
PSICOLOGIA DEl LENGUAJE.
mas, palabras, etc.-, que resultan de la combinación, en condiciones
(b) fijadas por la gramática, de las anteriores.
En la actualidad, existe cierta polémica acerca de si la doble
articulación es o no un rasgo exclusivo del lenguaje verbal frente a,
por ejemplo, algunos de los sistemas de signos manuales empleados
por las comunidades de sordos (cfr. Bellugi y Klima, 1976; Siple, 1978;
Klima y Bellugi, 1979; Stokoe, 1980; Kyle y Woll, 1983, y en castellano,
Marchesi, 1981; Sotillo, 1993). Sea como fuere, lo cierto es que los
cavidad nasal sistemas lingüísticos que participan de la característica de dualidad de
patrones resultan ser altamente productivos, abiertos y flexibles. Por
otro lado, y puesto que a partir de un conjunto limitado y finito de
unidades y de reglas es posible la construcción de infinitas unidades
epiglotis lingüísticas significativas, el sistema (la lengua) puede ampliarse de
forma continuada con nuevos signos y los usuarios pueden, a su vez,
usar las unidades lingüísticas de forma creativa (i.e. construyendo y
entendiendo combinaciones nunca antes conocidas).
La idea de que lo esencial es una definición científica del lenguaje
hioides es precisamente el reconocimiento de que consiste en un conjunto de
principios o reglas formales que posibilitan la producción y compren-
sión de infinitas oraciones gramaticales a partir de un número finito
de unidades fue establecida originalmente por el lingüista Noam
Chomsky y .constituye uno de los principios básicos de la lingüística
moderna. La distinción, original también de este autor, entre las
reglas de organización de las oraciones en el plano de la estructura
profunda (i.e. el de las relaciones conceptuales codificadas en el
mensaje) y en el de la estructura superficial (de las unidades lingüísti-
cas que aparecen explícitamente en dicho mensaje) proporciona una
base de extraordinaria utilidad para la explicación psicológica de
cómo se comprende y produce el lenguaje y permite entender, entre
·otros, la existencia de parafrases como las que se presentan en el
cavidad nasal
ejemplo 1 (i.e. mensajes lingüísticos que son diferentes en el plano
superficial pero que tienen un significado conceptual -profundo-
paladar equivalente).

1. a) El doctor envió un aviso a la enfermera para que cancelara las visitas del día
siguiente.
b) La enfermera fue avisada por el doctor para que cancelara las visitas del día
siguiente.
e) El aviso del doctor de que las visitas del día siguiente debían ser canceladas fue
. de un adulto humano y un enviado a la enfermera.
. ' del tracto supralanngeo . to del tracto vocal
Figura 1. 6. -Comp.a~~clOmn a' s ba]· a de la laringe y el al.abrlgamtelnos humanos (pero no Las unidades que resultan relevantes desde el punto de vista de la
. , La postcton , h n post e en
chtmpance. 1 de la bipedestacion erect~ ace idos vocálicos y el cont~aste construcción del significado lingüístico en los mensajes verbales -los
humano que resu tan .. ' d'ferenciada y sostemda de los son tida el desplazanuento fonemas, las palabras, etc.- son unidades que admiten una represen-
en los primates) la emlSlon 1 nasales (entre otros). Como contrapar ~rciones de comida
entre consonantes nasales y :~a la probabilidad de que, aldcome;' :as(Kgura y comentarios
tación gráfica discontinua o discreta (aunque, como ya hemos señala-
de la laringe humana au~e con el consiguiente riesgo e as Ixta do, la señal acústica del habla parezca continua). Estas unidades,
se introduzcan ~n la fanng;972 1991).
adaptados de Lteberman, ' 39
38
PSICOLOGIA DEL LENGUAJE. INVESTIGACION Y TEORIA EL CONCEPTO DE LENGUAJE

como destaca Osgood (1980), tienen una o:ganiza~ióri:. fn~erna !erár- desplazamiento referencial o apertura situacional. Con esta denomi-
quica y componencial, d~ forma 9-ue las umdades l_mgmsttcas (stgnos nación se expresa la idea de que los signos lingüísticos verbales no
-vg. palabras- y ser~es de stgnos .-vg. oracwnes o ~extos-) están ligados de forma necesaria o directa a referentes inmediatamen-
siempre pueden ser anahzad~s Y. ?escntas en base a ~~s umdades de te presentes en el tiempo o en el espacio, pudiendo por tanto referirse
nivel inferior de cuya combmacwn resultan en funcwn de la doble a aspectos de la realidad presentes, pasados o futuros, reales o
articulación ya comentada. La combinaci~'m de estas_ u~i~ades, como imaginarios.
ya se ha sugerido, n? _es ale~to~ia: se nge t;or_ prmctptos o ,r~glas El rasgo de desplazamiento referencial está estrechamente conec-
(fonológicas, morfolog1cas, smta~t~cas, sen:anticas y pragmaticas) tado con la naturaleza arbitraria de los signos verbales y, sobre todo,
que quedan recogidas en las gramatzcas p~rtlculares d_e cada ~en!?.~a .. con la idea, genialmente expuesta por Paulov (cfr. capítulo 3), de que,
En el caso de la modalidad oral, ademas de las umdades hngmsti- en el ser humano, el lenguaje no opera tanto como un sistema de
cas ya comentadas (fonemas, palabras, etc.), cabe identificar otros señales primarias sino como un segundo sistema de señales que
parámetros de organización de los mensajes, que t~enen una nat~r~le­ resulta de la generalización de las vinculaciones o asociaciones del
za suprasegmental y continua: se trata de los parametros prosodzcos primer sistema de señales. De este modo, por ejemplo, la palabra
de la voz que corresponde~ al volumen, la ent~nación, el timbre Y el «perro» puede interpretarse, más que como la señal de un perro
ritmo del habla. Estos parametros no son tan Importantes como las concreto, como la señal que abstrae y resume las características
unidades lingüísticas segmentables (fonemas, etc:) desde _el punto_ ?e comunes a todos los perros; dichas características comunes consti-
vista gramatical, pero transportan una gran cantidad de mformacwn tuyen señales de los objetos individuales en la medida en que son el
emocional y pragmática, lo que, como veremos en otro momento resultado de un proceso de generalización; consiguientemente, sirven
(capítulo 14), les hace enormem~t;te relev~ntes tanto desde el J?Unto como señales sólo en la medida en que éstos son reconocidos como
de vista del estudio de la expreswn emocwnal como del estudw del miembros de la categoría designada por el signo lingüístico. Frente a
uso del lenguaje en contextos conversacionales. la generalización del estímulo que rige en los sistemas primarios de
señales (que se establece en base a dimensiones físicas y que, como
3.2. Características funcionales del lenguaje verbal mucho, permite dar cuenta de la adquisición de reflejos condiciona-
dos -vg. la elicitación de una respuesta ante estímulos biológicamen-
La naturaleza arbitraria de los signos lingüísticos, su doble articula- te irrelevantes, como en el caso del perro de Paulov-), la posibilidad
ción y su consiguiente productividad posibilita~ eJ?- ellenguaj~ verbal de generalización que ofrece el lenguaje verbal se apoya en el análisis
una potencialidad funcional cualitativamente dis,tlt?-ta y supenor a _la del significado y, en consecuencia, determina formas de reacción y
de otros lenguajes que carecen de estas caractensticas (vg. lenguaJeS respuesta ante el medio que son cualitativamente superiores en tanto
cuyas unidades mín~mas son ya signos formalment~ c~~rados o que que mecanismos de adaptación a un medio tan flexible y variable
implican una relacion directa y natural entre los stgmft~an_tes y los como el medio social humano.
significados). Dicha potencialidad modula de f?~ma cuahtati_vamente La apertura situacional o desplazamiento referencial, así como el
distinta a otras especies la capacidad de expreston (vg. emocwnal) de carácter de segundo sistema de señales del lenguaje humano, son
los humanos, pero también (y para nosotros ahora, s_obre _to?o~, características extraordinariamente importantes desde un punto de
modula y posibilita un desarrollo, P.articularmente .co!-llple~o. y dtstmtl- vista teórico, porque liberan al lenguaje y a su uso de la realidad
vo de las otras dos funciones basteas del lenguaJe tdentiftcadas por física concreta e inmediata y le permiten operar corno un sistema
Bühler en 1934: la función representacional o simbólica y la función representacional de propósitos generales. En ese sentido, el lenguaje
comunicativa. puede interpretarse como un código no ligado a contenidos, estados o
necesidades específicos que, al mismo tiempo, posibilita formas parti-
1) Características de la función representacional culares de conocimiento de la realidad que presumiblemente son
específicas de nuestra especie.
Desde un punto de vista rep~esentacional, por ejemp~o, y com~ se
verá detalladamente en el capitulo 5, la particular cuahdad combma- Los animales inferiores -observa al respecto Cassirer- descansan tan tranqui-
toria del lenguaje verbal se puede relacionar con numerosas caracte- lamente en su mundo externo como un niño en su cuna. (Como decía Von
rísticas distintivas de la especie humana. Uexküll) <das excitaciones del mundo externo forman un sólido tabique que
En primer lugar, y como señalaran tambi~n .Hockett y. Altmann encierra al animal como los muros de una casa que se habría edificado a sí
(1961), el lenguaje verbal presenta la caractensttca denommada de misma y lo separan de todo un mundo que le permanece extraño». Pero esta

40 41
EL CONCEPTO DE LENGUAJE

PSICOLOGIA DEL LENGUAJE. INVESTIGACION Y TEORIA

también,
cación y que en su uso int ervlenen
descodificación . tanto pro~esos simples de codifi-
muralla protectora que envuelve al animal es al mismo tiempo la prisión en la duda, so~ impe.nsables fu~~amdeti~cb~os dde mterpretació.n que, sin
cual está encerrado para siempre. No es posible atravesar esos muros y salir de Una Idea distinta a las t . lto e nuestra especie.
esa prisión más que en un cierto nivel de vida, donde el ser ya no se halla ., , an en ores pero 1
adherido a la esfera de la eficiencia, de la acción y la reacción, sino que llega a tam b len en relacion con las p l. 'd' d que res u ta pertinente
. 1 d 1 1 .
cwna e enguaJe humano (frente ecu lan a es de
. 1a unclon rep~esenta-
f . '
y que, en buena medida, es tamab ?,tros sbst.ed~a~ de comumcación)
la forma de la representación y a través de ella a la forma primaria del saber
(Cassirer, 1977, p. 25 -orig. 1944--, subrayados nuestros).
formales de los signos com Ieb- su . SI lana de propiedades
patrones, es la idea de ue ~n ~u ar ttranedad y su dualidad de
En la medida en que los signos pueden ser creados y utilizados en destgna las cosas no so'loqcu' 1 uestfra e~pecle, el lenguaje no sólo
nuestra especie para dar cuenta de significados no ligados a la tacton: a1 mismo
• . 'tiempo q mp e1una une Ion ' re ferencial · de represen-
también las cosas y nos inf~~~os as predent~, el lenguaje nos describe
1

realidad inmediata, el lenguaje amplía su funcionalidad representa-


cional de forma prácticamente ilimitada. Así, por ejemplo, el lenguaje hablando, menciona la palab a afclerca e com? son. Cuando alguien
'l ra « ores» por eJ 1 , . '
humano puede aplicarse a la descripci6n de la actividad del propio
sujeto y, también, resulta posible describir y analizar la actividad donos no so o de la naturaleza exacta 1 d emp o, esta mformán-
(el tipo de seres vivos concreto 1 e referente de su comentario
misma de decir (i.e. utilizar el lenguaje para hablar del lenguaje ejemplares concretos de tal ca~ea o;q)ue s~ ~lama «~ores» o algunos
mismo). A este último rasgo, al que se han referido con frecuencia los de una propiedad de tal ref go(na ' ,esta mformandonos también
estudiosos de los sistemas de comunicaci6n, se le conoce con el trata so'l o de una sino d erente . su nume . ro.. e1 h ec h o d e que no se
nombre de rasgo de reflexividad del lenguaje y da lugar al llamado hablamos de un «caballit~>~anas umd~des). De forma similar, si
conocimiento metalingülstico, cuyo ejemplo más claro son las des- referente concreto (un anl·m 1' estamos m!ormando no sólo de un
~ ~
cripciones, teorías y modelos que los científicos del lenguaje cons- su tamano (pequeno) s a , concreto)
( ' smo d e aspectos tales como
truyen sobre el propio lenguaje. La posibilidad de analizar mediante Ese «ir más all' 0d ul genero masculino). 1

el lenguaje la propia conducta constituye, como se verá también en el a» e a mera p · d


caracteriza allenguaJ·e huma b resentacwn e los obJ. etos que
capítulo 5, el germen de la conciencia reflexiva y de la conducta de .m'd'lVl'd ua1es. Pero, sobre tod no se o1 serva 1
b xa e aramente en los signos
autocontrol, sin duda dos de los logros funcionales más preciosos de mas complejas: por ejemploo, ::sb:a o vb? en _las formas lingüísticas
por supuesto, en las oraci~nes E com macwnes de dos signos y
nuestra especie.
El lenguaje humano, lo hemos dicho ya, ·
opera como un segundo
sistema de señales, es decir, no representa o señala directamente la
profunda de las oraciones es d . n tlanto en cuanto la
. e natura eza p p · ·
estructur~
z
va I.e. conecta predicados ro ostctona o predicati-
~1.1enguaJe verbal va más allá d
1

realidad sino que representa representaciones mentales que los sujetos ( . Y argumentos) la f ·
' UI)ClOn representacional
tienen y construyen acerca de esa realidad (significados que implican d(umca posible en, por ejemplo si e una Ju.ncwn ~efer.e,ncial estricta
la abstracci6n de ciertas propiedades de los objetos y que confieren al hay una relación analógica o d ste~as e comumcacwn en los que
lenguaje un carácter metarrepresentacional en un sentido amplio). Al tes). El lenguaje verbal no \lesana entre los signos y sus referen-
mismo tiempo, como ya se indicó, estos significados se expresan describe sus propiedades so o represen~a la realidad, también
mediante significantes arbitrarios que presentan el rasgo de dualidad 'd d
rea 1 a que representa· en
y, en consecuencia
.
z·.(.•
' cua t¡tca a a misma.
1
de' patrones. un sistema analítico de. repreesse setnt~~o, cabe decir que el lenguaje es
l
Los signos lingüísticos, pues, categorizan la realidad y representan L f ·, en acton.
contenidos mentales sobre la realidad que trascienden y modulan la a uncwn representacional del 1
rasgos supuestamente caracte ' t' engu~J.e. posee otros muchos
referencia directa a las cosas; en este sentido, cabe decir que implican ta claves importantes para Í~ ~e~~ y esp~~¡f¡cos, cuyo análisis a por-
significados construidos mediante principios de generalizaci6n e indi- alcance exacto del lenguaje en n prenswn. de la naturaleza y el
vidualizaci6n, que deben ser conocidos y compartidos tanto por el mucho en ellos. Simplemente n uerr~ especie. No nos detendremos
emisor como por el receptor. La utilización del lenguaje como de los más destacados. Así o~ Imitaremos a mencionar algunos
instrumento de transmisi6n de informaci6n por un emisor, pues, s61o de los enunciados lingüísti~J~rbJJlmpl?, a) l.a frecuente ambigüedad
puede resultar efectiva en tanto en cuanto su interlocutor pueda modulan el significado lit s,l a exlste~cla de connotaciones que
interpretar adecuadamente los signos (i.e. puede realizar la funci6n de función de la experiencia y f~~ o convenciOnal de las palabras en
conectar y relacionar los significantes con los mismos significados los hablantes; e) la posibilidadsd;d P.ersonal~s o socioculturales de
con que los conecta y relaciona el emisor). Por esta raz6n, suele falso que no se corresponde con 1a rea eciÍ?dmded(lante e.l le~guaje,
a prevartcactón); algo
0 d) la
decirse que los signos lingüísticos lo son y existen como tales en tanto 1
en cuanto son signos construidos «por alguien y para alguien»;
43
42
PSICOLOGIA DEL LENGUAJE. INVESTIGACION Y TEORIA EL CONCEPTO DE LENGUAJE

posibilidad también de construir mensajes que transmiten informa- no respecto a otros lenguajes. Desde esa perspectiva, y continuando
ción contradictoria o incongruente en el plano de la organización con el mismo argumento, tendría sentido postular, siquiera como
lingüística segmenta! o gramatical y el suprasegmental o prosódico hipótesis de trabajo, que los seres humanos pueden establecer, me-
(caso, por ejemplo, de cuando alguien dice en tono bajo y monocorde diante el lenguaje verbal, formas de comunicación cuantitativa y 1o
que se encuentra muy feliz). Alguno de estos rasgos (vg. la prevarica- cualitativamente distintas a las de otras especies (vg. utilizarán el
ción) parece que es compartido también por otras especies no huma- lenguaje para transmitir informaciones cualitativamente muy distin-
nas (cfr. Premack y Premack, 1988, y también capítulo 5). Sin tas a las de otras especies y sistemas, lo que, a la vez, les permitirá
embargo, cualquiera de ellas permite diferenciar con claridad el formas de actuación sobre la realidad circundante -sobre todo, la
lenguaje humano natural de lenguajes artificiales como los lenguajes realidad social- muy distintas también).
informáticos o el código de circulación. El análisis genético de la función comunicativa humana y el
estudio de los usos comunicativos dados a los signos por chimpancés
2) Características de la función comunicativa entrenados en lenguajes humanos (vg. el AMESLAN) permiten apun-
tar algunas conclusiones favorables a esta hipótesis, en relación con
En tanto que sistema de comunicación, el lenguaje verbal presenta la especificidad del lenguaje humano. Como veremos en el capítulo 5,
también ciertas particularidades dignas de mención. Por una parte, una vez más, las diferencias guardan relación con la posibilidad de
cabría decir, con Paivio y Begg (1981), que es un sistema de comuni- trascender la utilización instrumental «directa» o primaria de los
cación biológico o natural (lo que le diferenciaría, de nuevo, de los signos (que, por ejemplo, resulta evidente en la función imperativa) y
sistemas artificiales) y que es también un sistema especializado en la con la posibilidad de utilizar el lenguaje en nuestra especie en formas
transmisión de información significativa, es decir, en la transmisión de comunicación aparentemente más gratuitas o desinteresadas (vg.
de información que es relevante desde el punto de vista de la con una función declarativa).
adaptación y el comportamiento del individuo que emite o que recibe
tal información. En segundo lugar, cabría destacar que esta transmi- El animal posee variados medios de expresión de su estado, que son percibidos
sión de información significativa puede tener lugar tanto entre perso- por otros seres y pueden ejercer una influencia substancial en el comportamien-
nas como intrapersonalmente (i.e. el mismo sujeto puede ejercer a la to de los mismos. Cuando el guía de una bandada de grullas advierte peligro,
vez como emisor y receptor de los mensajes), sirviendo el lenguaje en lanza chillidos alarmantes ante los que la bandada reacciona vivamente... Un
complejísimo sistema de expresivos movimientos se puede observar (también)
este último caso, como magistralmente han descrito los psicólogos en las llamadas «danzas» de las abejas, (que varían) según la abeja regrese del
soviéticos, como un importante instrumento de autorregulación de la campo con una afortunada recolección o sin ella, y también (en función) del
actividad (cfr. capítulo 5). rumbo y la longitud del camino recorrido. Dichas <<danzas» se transmiten a
¿Cómo se comunican los seres humanos a través del lenguaje? O, otros individuos y pueden orientar de manera diversa el comportamiento de las
por decirlo de otro modo, ¿hasta qué punto la función comunicativa abejas. Pero el <<lenguaje» de los animales no designa nunca objetos ni tampoco
se realiza de un modo similar en el lenguaje verbal y en otros destaca las acciones o cualidades de los mismos, y, por consiguiente, no es
lenguajes? La respuesta a estas cuestiones se irá desarrollando en lenguaje en el verdadero sentido de la palabra (Luria, 1977, pp. 108-109, subr.
profundidad en distintos lugares de este volumen. No obstante, en el original).
podemos ya apuntar algunos elementos de reflexión al respecto a
partir de los resultados de la comparación del lenguaje humano con Luria insinúa que la designación (y, por extensión qmza, las
otros sistemas de comunicación. distintas formas que adopta la función declarativa del lenguaje)
En primer lugar, podemos recordar, simplemente, lo comentado constituye una función exclusiva de la comunicación humana que le
en epígrafes anteriores. Si en el lenguaje humano los signos no son confiere al menos parte de su especificidad frente a otros sistemas
meros indicadores que señalan la existencia de ciertos elementos de la comunicativos. Sin embargo, existen razones para pensar que, en
realidad, sino que, en sí mismos, presuponen ya la realización, por los ningún caso, sería la única.
usuarios, de ciertas operaciones activas de análisis y combinación U na idea que se ha venido considerando también como pertinente
(tanto en lo que respecta a los significantes -doble articulación- para la caracterización diferencial del lenguaje humano (y que, al
como a los significados -generalización y categorización-), tiene igual que muchas de las anteriores, será retomada en otros capítulos
sentido pensar que la cualidad de los contenidos comunicativos (y, de este volumen), por ejemplo, tiene que ver con el modo de
consiguientemente, la naturaleza misma del acto y la función comuni- conceptualizar teóricamente la función de comunicación en sí misma,
cativos) será significativamente distinta también en el lenguaje huma- y, más concretamente, con la interpretaciÓJ?- del lenguaje como un

44 45
EL CONCEPTO DE LENGUAJE
PSICOLOGIA DEL LENGUAJE. INVESTIGACION Y TEORIA

mecanismo o dispositivo natural de comunicación que sin embargo


a<:~qu}ere así una cualidad significativ
mngun otro sistema de comunic . 'amente mas ~ompleJa que la de
' . .
no es simplemente un mecanismo de transmisión de información. análisis del valor representacion ali~t ¡orqu~ exige Ir más allá del
Que el lenguaje verbal, como cualquier otro sistema de comunica- requiere la toma en cuenta tamb. ,a d e .os «Signos» en sí mismos y
ción, puede interpretarse como un proceso de transmisión de infor- c?s relacio~ados con la actividadnme~~~r~os tomp~mentes pragmáti-
mación es, en virtud de lo que llevamos expuesto en este capítulo, signos. La Interpretación del he h . e ?S suJetos que usan los
algo casi obvio. Los signos denotan elementos y_ propiedades de la impone, por consiguiente la t~~acomumca~~ro, e~ nuestra especie,
realidad y, en tanto en cuanto implican la utilización de un código, radicalmente nuevos ' 'f en consi eracwn de elementos
los intercambios comunicativos que están mediatizados por el len- zar la f~nción comunrc:~fv:.Cld~l~sq~e resultan innecesar~os al anali-
guaje pueden ser interpretados como situaciones en las que un emisor por decirlo en pocas palabras d signos e~ otras especies: se trata,
codifica mensajes (a partir de una cierta intención comunicativa y del cuenta de la construcción e i~t e mec~~·usmos que permiten dar
conocimiento de un código) y un receptor descodifica o descifra tales mecanismos en d f' · · erpretacwn de las intenciones· de
' e Initiva que como fl · l . '
mensajes en virtud de su conocimiento del mismo código. Ahora ob,ligan a ampliar considerable:Oent se re, eJ:' en, a figura 1;8,
bien, ¿permite esto afirmar que el uso comunicativo del lenguaje que veian en el uso
~
dellenguaJ·e una t' ~dlodsdanaldiSifs
1 ac 1v1 a e co i · teoncos
·' dque d'f'
solo
Ica~I,on y esco I I-
. ,
hacen los seres humanos y los de otras especies debe ser interpretado cacwn de senales y a sustituirlos or .
únicamente como un proceso de codificación y descodificación?, ¿que como intercambi'o d ' b 1 p una mterpretacwn del.lenguaJ·e
. e s1m o os y combina · d · · ·. .
es, tan sólo, un mecanismo de intercambio de información que opera vos e Intencionales. cwnes e signos sigmficati-
a través de un código interiorizado por los interlocutores?
análisis de las características de lacfsas,. pero ent~o t.odavía del
En un orden muy diferente de d
El conocido modelo de comunicación propuesto por Shannon y
Weaver (1949) -y que se recoge en la figura 1.7- va, sin duda, en llamar la atención sobre un 'lt' uncwn comumcatlva, cabría
esta dirección. Sin embargo, son muchos los autores que, desde lenguaje humano. Este aspect ~· Imo aspecto o particularidad del
o Iene que ver con el hecho de que el
diferentes perspectivas, han cuestionado la validez de este modelo
como metáfora de la comunicación humana (vg. Hormann, 1973;
Clark, 1985; Dretske, 1981; Sperber y Wilson, 1986; O'Connell, Comportamiento intencional
1988). Desde todas estas posiciones, lo que se destaca es el carácter del hablante
intencional de la actividad lingüística humana y, en consecuencia, la
necesidad de dar cuenta, en las explicaciones teóricas de la misma, no
sólo de lo que el lenguaje tiene de utilización de un código sino,
~
también y sobre todo, de interpretación del significado intencional Comportamiento codificador
del hablante
(no sólo referencial) de los mensajes.
Hans Hormann, el recientemente fallecido psicolingüista germa- 1
no, solía insistir en la idea de que los mensajes no proporcionan o
o
información al oyente, sino que únicamente le guían en el proceso de 8S:
reconstrucción de la información que tiene que realizar el oyente por 8.(')

sí mismo. La noción de significado, aplicada al lenguaje humano, ~


s~
::.1

DESCODIFICACION
CODIFICACION

Fuente r1 Tmmumm
1 Recepto< rB Comportamiento descodificador
del oyente

Comportamiento interpretador
del oyente

Figura 1.7.-Esquema de un sistema de comunicación basado en la teoría de Shannon


Figura 1.8 .-Esquero a d e1 acto comumcativo
. propuesto por Hormann (1973).
y Weaver.
47
46
PSICOLOGIA DEL LENGUAJE. INVESTIGACION Y TEGRIA EL CONCEPTO DE LENGUAJE

lenguaje verbal (a diferencia de otros lenguajes), resulta ser un cuya explicación exige el recurso a explicaciones teleológícas y no
sistema de comunicación extraordinariamente redundante~ toda vez sólo mecanicistas 2 •
que señales gramaticales de diferentes tipos (vg. el orden de las El carácter propositivo de la actividad lingüística, que, como
palabras, las marcas morfológicas, etc.) implican· la repetición de un hemos señalado, requiere de explicaciones de tipo intencional aunque
mismo contenido informativo en distintos puntos del mensaje. Tal ello no implique la interpretación de que la actividad lingüística tiene
sería el caso, por ejemplo, de la repetición de la información relativa que ser necesariamente consciente, nos permite entender también por
al número -singular o plural- de sujetos que realizan la acción qué los silencios (ejemplos de no-conducta, en un sentido estricto)
expresada en la oración del ejemplo 2, que aparece expresada en los poseen, en la especie humana, un contenido informativo tan impor-
sufijos tanto del sujeto -nombre y modificadores- como en la del tante desde el punto de vista comunicativo de nuestra especie.
verbo.
No importa qué haga uno para intentarlo; nadie puede no comunicar. La
2. Todos los guerrilleros entregaron sus armas. actividad y la inactividad, las palabras y los silencios tienen el valor de un
mensaje: influyen a otros y estos otros, a su vez, no pueden no responder a estas
comunicaciones, comunican ellos también. Debe entenderse con claridad que la
La repetición de un mismo contenido informativo en distintos simple ausencia de habla ... no es una excepción a lo que acabamos de decir. El
puntos del mensaje (i.e. la redundancia) determina que el lenguaje hombre que mira hacia el frente mientras come en un mostrador atestado de
verbal sea fácilmente predictible por el oyente, lo que resulta de gente o el pasajero de avión que permanece en su asiento con los ojos cerrados,
extrema utilidad habida cuenta de que la señal lingüística auditiva, están comunicando que no quieren hablar con nadie ni que nadie les hable, y
debido a su multidireccionalidad, suele verse afectada por un alto sus prójimos por lo general «reciben el mensaje» y les responden adecuadamen-
nivel de «ruido» (tanto ambiental como propiamente lingüístico -vg. te dejándoles solos. Obviamente, esto es tan intercambio comunicativo como
los titubeos, errores y autocorrecciones del emisor durante el habla una conversación animada (Watzlawick, Beavin y Jackson, 1968, p. 48; c.e. Ellis
espontánea-). Como se verá en capítulos posteriores (especialmente y Beattie, 1986, p. 16).
en el capítulo 8), la predictibilidad del lenguaje posibilita que las
señales lingüísticas puedan ser percibidas e interpretadas incluso Los silencios adquieren su valor precisamente por el hecho de que
aunque estén muy degradadas, lo que confiere a esta característica de el sujeto humano tiene la posibilidad de decidir si usa o no el lenguaje
redundancia un valor extraordinario desde el punto de vista de un y cuándo. Esta posibilidad implica una diferencia radical respecto a
uso del lenguaje adaptado a las condiciones de su entorno natural. otras especies cuya actividad comunicativa podría explicarse en fun-
ción, simplemente, de las contingencias estimulares antecedentes. Así,
3.3. Características del lenguaje en tanto que modalidad por ejemplo, la identificación de elementos vitales para la superviven-
de comportamiento cia -comida, posibles depredadores, etc.-, en otras especies, impli-
ca la emisión necesaria de ciertas señales comunicativas de informa-
Si analizamos el lenguaje como un caso particular de conducta o ción o de alarma; estados emocionales intensos como el miedo o la
actividad, la primera característica que debe destacarse es la libertad excitación sexual determinan también pautas particulares y obligato-
de su uso. Esta libertad implica, por un lado, y como repetidamente rias de comunicación en otras especies.
han destacado Chomsky (desde la lingüística) y Bronowsky (desde la La ruptura del vínculo de necesidad que liga a los comportamien-
antropología), el hecho de que la conducta lingüística carece de tos lingüísticos con sus antecedentes estimulares más directos, confie-
relaciones de dependencia necesaria respecto de los estímulos (exter- re, pues, una cualidad peculiar al lenguaje humano. Como señala
nos e internos); por otro, y ligado al anterior, implica que los Hormann (1973) en uno de sus comentarios a la obra de Von
usuarios del lenguaje tienen la posibilidad de demorar sus respuestas Humboldt, «poniendo a nuestra disposición el aquí no y el todalJÍa
lingüísticas todo el tiempo que estimen oportuno, diferenciando y
t~atando .de modo relativamente independiente los componentes emo- 2. Según McDougall (-1923), la explicaciones mecanicistas son aquellas que tratan de explicar
ciOnal e mformativo de los mensajes. Por todas estas razones (y por los eventos actuales (vg. la conducta) a partir del análisis de la influencia causal que tienen sobre
otras muchas que, por razones obvias, no podemos desarrollar aquí), ellos los eventos que les anteceden (y, más específicamente, sus propiedades causales físicas o
la conducta lingüística suele considerarse como un caso prototípico químicas). Por el contrario, las explicaciones teleológicas o basadas en propósitos implican la
referencia a eventos futuros y hacen girar la explicación de los eventos en torno a constructos tales
de conducta inteligente~ intencional y propositi1Ja~ cuya realización como los «objetivos» o «propósitos», lo que implica un tipo de causalidad ligada a propiedades o
presupone el establecimiento de metas u objetivos (por el sujeto) estados psicológicos (mentales) de los organismos y no a propiedades físicas de los eventos (cfr.
acerca de los cuales el sujeto debe tener una representación previa y Boden, 1978, para un análisis de estos dos tipos de explicaciones en la psicología científica).

48 49
EL CONCEPTO DE LENGUAJE

PSICOLOGIA DEL LENGUAJE. INVESTIGACION Y TEORIA

1 ~Isml os' campos específicos de


En este sentido' constituyen en sí .
aplicación y de investigación p
no, el lenguaje nos permite superar el sólido encadenamiento de La actividad 1' .. ' . ara a psico ogia del lenguaje.
estímulo y respuesta ... nos permite desear un acontecimiento, planear d1'ferenciales en tanto
mgmstica
que fo presenta
d dotras mueh as caractensticas
'
una acción, recordar y referir un suceso» (op. cit., p. 29). por ejemplo 1 rma e con ucta o comportamiento Así
La especificidad de la naturaleza de las respuestas o conductas
lingüísticas humanas, en relación con las de otras especies, va, sin
roles entre ;J~~~e~a re~: t~~racterfsticas de intercambiabilid;d d;
completa (i e el emisor p .Y la necesidad de retroinformación
embargo, más allá de su aparente libertad de producción. Por ejem- · · necesita tener un fi db k · d'
comp1eto de sus propias em. . ee ac mme 1ato y
plo, la conducta lingüística es, como ya vimos, formalmente creativa ras ligeras entre la producci~~ones, hasta ~~ punto de que demo-
(el sujeto, una vez tomada la decisión de comunicar a través del lenguaje, ficultan -hasta el punto d dla_ rece~cwn de los mensajes di-
debe, por tanto, elaborar su propio mensaje). Ello hace que
la conducta lingüística no pueda interpretarse como un repertorio
las demoras son altas- 1 e po
forma fluida).
·b\
a pos¡ li a
dmaeddirla po~ completo cuando
e contmuar hablando de
cerrado de respuestas sino, más bien, como una actividad productiva
y extremadamente flexible en la que es posible y muy probable la Desde un punto de vista . 1' . .
roles y la necesidad de retro· f psico ?,gico, la mtercambiabilidad de
comisión de errores (vg. gramaticales). Dichos errores, por razones . m ormacwn pueden ve h
mente re1aCionadas con la b bT rse como estrec a-
obvias, no tienen lugar en los sistemas de comunicación cuyo uso especie de cometer errores e~~yor a~t a . ~ Idad. que tenemos COmO
viene directamente ligado a condiciones estimulares prefijadas (en mensajes, es decir con el caráct a co I ~cacwn o m~e~preta~ión de los
de la propia configuración estr~~~:~u,ro de la actividad lmgüistica y
estos casos, los sistemas de comunicación pueden interpretarse como
patrones cerrados y fijos de respuestas, las cuales están definidas tiempo, estas dos propiedades da . e nuestro lenguaJe. Al mismo
genéticamente en todos sus detalles). En nuestra especie, sin embargo,
el hecho evidente de que los sujetos cometen errores obliga a suponer
f
de producción y comprensión d 1 pie ~ suponer que las actividades
se simultáneamente compart e benguaJe, puesto que deben realizar-
la existencia de mecanismos funcionales que les permitan percatarse ' . ' en uena parte de
caractensticas funcionales si b. b bl sus estructuras y
importantes diferencias. Por o::~'lf.Í~ a emente, presentan también
de ellos y, eventualmente, corregirlos (i.e. reformular su mensaje). Las
peculiaridades del comportamiento lingüístico humano, por tan- dws de cognición social b ' y como demuestran los estu-
to, van ligadas también, como el resto de las propiedades distintivas, intercambiabilidad de los ~ola e supo!ler que esta simultaneidad e
a condiciones específicas de organización funcional de los sistemas esencial de cara a explicar c~!n~1:numcativo~ constituye un elemento
responsables del uso del lenguaje (en este caso, por ejemplo, la zamos el lenguaje en or e· IIcamente como aprendemos y utili-
retroinformación del propio mensaje). (cfr. capítulo 14) Idp Jemp ~' nuestras conversaciones naturales
Por lo demas, y como acertadamente señalaran tanto Skinner implica la constru~ció~ads e comod la de que la actividad lingüística
como algunos filósofos del lenguaje (Austin, Searle, Wittgenstein y «mo e os mentales o h' ' ·
de nuestros interlocutores (vg d 1 » « IpotesiS» acerca
otros), el uso del lenguaje puede ser visto como una conducta esperan del intercambio com .. ac~rca e o que saben o de lo que
instrumental, porque se pu.ede relacionar con ciertas condiciones . umcativo) y de su co ·
usuanos del lenguaje (vg d J.?POrtamiento como
antecedentes (o estados) del emisor o del ambiente y con ciertas inferencias sobre las intencio~~:rca e. su. capacidad para elaborar
consecuencias o efectos (conductuales, emocionales o cognitivos) q~e la estructura funcional de l~o;:'mdcauv~s d~~ hablante) sugieren
genesis no son independientes d 1 od u~ta mgmstica humana y su
sobre el entorno. Solicitar u obtener un objeto o una información,
conseguir que nuestro interlocutor haga algo, modificar su estado de en la que nos ejercitamos desd e 1 a u~hdad de roles comunicativos
opinión o de conocimiento a través de la información que le propor- ~apítulo 5). Elementos como é:to as pnmeras etapas _de la vida (cfr.
cionamos, o atraer su atención sobre algún aspecto de la realidad
(física o mental), constituyen ejemplos de cosas que se pueden hacer
mterlocutor y de las interaccio s{ q~~ ~estacan la_ Importancia del
que se enmarca el uso del 1 nes .mgmsticas y no lingüísticas en las
con el lenguaje y que los niños aprenden a hacer en los primeros años aunque de forma colateral erg~aJe, pone!l de manifiesto, también,
de su vida, antes incluso de disponer de un repertorio lingüístico muy
amplio o gramaticalmente complejo (cfr. capítulo 5). La posibilidad
interpretación de la activid;d
en qu_e ésta se desarrolla.
f n~p~rtan~Ia que para una correcta
mgmstica tiene el análisis del contexto
de transformar la conducta, el conocimiento o las emociones de otros
a partir del lenguaje convierte a éste, pues, en uno de los principales VIsto desde una perspectiva al d. f
aparece como un tipo de activid d lgo I erente, _el_ lenguaje verbal
instrumentos de regulación interpersonal y social. Prácticas tales Por un lado, no parece cum lir u a a ta~ent~ e~p~czalzzada y compleja.
como la psicoterapia, la publicidad, la instrucción educativa o la sus consecuencias (vg los p na func~on bwlogica primaria; además
comunicación de masas constituyen ejemplos característicos de opti- . comportamientos que desencadena) no s~
mización social sistemática de esta característica virtual del lenguaje.
51
50
PSICOLOGIA DEL LENGUAJE. INVESTIGACION Y TEORIA EL CONCEPTO DE LENGUAJE

derivan directamente de su topografía física (en el caso del habla, la (vg. de la reconstrucción de fósiles de homínidos), del estudio de las
expulsión de aire por la boca). Por otro lado, y tal como se verá en estructuras corticales y periféricas de otros primates y, muy especial-
capítulos posteriores, su realización implica el concurso de tipos de mente, de la investigación neuropsicológica de los déficits del uso del
conocimiento y procesos extremadamente variados (gramaticales, lenguaje asociados a ciertas lesiones cerebrales (vg. en las áreas de
cognitivos, sociales, motores, etc). Como tendremos ocasión de co- Broca y Wernicke, en el hemisferio izquierdo) han proporcionado
mentar (vg. en los capítulos 6 y 7), la posibilidad de que algunos de también, en las últimas décadas, evidencia de primer orden acerca del
estos conocimientos y procesos configuren un dominio de actividad sustrato neurológico del lenguaje humano y de su proceso de desarro-
funcionalmente irreductible a otras habilidades cognitivas y conduc- llo y fijación filogenéticos. Sin embargo, basándose en estos mismos
tuales más generales o inespecíficas es, en la actualidad, objeto de un datos, otros autores (vg. Lieberman, 1984, 1991) han cuestionado la
encendido debate. No obstante, como se demostrará en el capítulo 6 especificidad del proceso lingüístico y destacado sus importantes
(y también en el 15), el estudio del proceso de adquisición del puntos de conexión biológica y funcional con el lenguaje de otras
lenguaje en la primera infancia aporta, entre otros, algunas pruebas especies (sobre todo primates superiores).
favorables a la hipótesis de la existencia de habilidades lingüísticas
específicas, diferentes a otras competencias de tipo sensoriomotor o
social. 4. ALGUNAS CONCLUSIONES
Desde una perspectiva neurofisiológica, la naturaleza especializa-
da del lenguaje parece venir avalada por la confirmación de que Tal y como se desprende de las páginas anteriores, el lenguaje
existen ciertas particularidades en la configuración de algunos de los constituye un tipo de habilidad o actividad particularmente compleja
sistemas periféricos ligados al lenguaje: en concreto, determinados en tanto que objeto de la investigación científica. ·
aspectos del conducto vocal .y el sistema auditivo parecen ser también Por un lado, el intento de establecer las dimensiones y característi-
específicos y exclusivos de la especie humana. Como poéticamente cas más básicas del lenguaje exige, como hemos visto, la toma en
sugería Von Humboldt a finales del siglo pasado: consideración de niveles de análisis cualitativamente muy diferentes
entre sí (neurofisiológico, conductual, cognitivo, social, lingüístico,
Dado que el empeño intelectual no sólo ocupa el entendimiento, sino que etc.), lo que parece abocar a la necesidad de una colaboración
mueve al hombre entero,, también esto se ve especialmente favorecido por el interdisciplinar de amplio alcance si lo que se pretende es una teoría
sonido de la voz. Pues ese sonido vivo surge del pecho como el aliento mismo de explicativa satisfactoria del lenguaje y de su uso en la especie humana.
la existencia y acompaña, incluso sin lenguaje, el dolor y la alegría, el horror y Por otro lado, la propia diversidad del lenguaje, que implica la
el deseo... También es correlato del sonido lingüístico la posición erecta del
hombre, negada a los animales y suscitada en cierto modo por aquél. Pues el
existencia en la especie humana y en otras especies de numerosos
habla no quiere perderse sordamente absorbida por el suelo; al contrario, quiere tipos y modalidades de lenguaje diferentes, complican sobremanera la
salir libremente de los labios y derramarse en aquel a quien va dirigida, gusta de tarea de elaboración de modelos o teorías de carácter general.
la compañía de la expresión de la mirada y del rostro, así como de la En este primer capítulo, hemos rastreado algunas de las dimensio-
gesticulación de las manos, y quiere en fin rodearse de todo cuanto hace que el nes y rasgos que pueden contribuir a la identificación de lo que de
hombre merezca la calificación de humano (Von Humboldt, ed. cast. 1990, p. común y de diferente tienen los distintos «lenguajes», así como las
76). características más generales y específicas de la modalidad más
común del lenguaje natural humano: el lenguaje verbal. Como se
La especificidad del sustrato neurológico del lenguaje (tanto a habrá podido comprobar, dichas dimensiones y rasgos reflejan el
nivel cortical como subcortical) resulta, sin embargo, bastante más interés de los investigadores por ordenar y hacer científicamente
controvertida que la de los sistemas periféricos. Los psicólogos asequible el análisis de un objeto de estudio -el lenguaje-- cuya
soviéticos, y muy en particular Luria, han permitido clarificar, por característica principal es, sin duda, la profunda interconexión de
ejemplo, la dependencia funcional del lenguaje respecto a zonas todos sus componentes (i.e. del componente formal, el funcional y el
específicas de la corteza cerebral (especialmente del hemisferio iz- comportamental). Quizá por ello, la separación misma que hemos
quierdo) frente a la localización subcortical del control de las vocali- debido realizar entre componentes, o la adscripción de los llamados
zaciones en otras especies de primates, lo que explicaría (según, por rasgos distintivos a un componente u otro, pueda haberse visto en
ejemplo, Whitaker, 1976) el carácter «emocional» y no autorregulable ocasiones como relativamente artificial o arbitraria.
de las vocalizaciones de estos antropoides frente a las de la especie Pese a ello, la caracterización del lenguaje que hemos presentado
humana. Ciertos datos procedentes de la investigación antropológica en este capítulo puede considerarse como un punto de partida
52 53
GUAJE. INVESTIGACION y TEORIA
PSICOLOGIA DEL LEN

. de los randes ejes en torno a los que se Capítulo 2


razonable para el com.ent~no, . ~ más concretamente, psicológi-
ha articulado el ~studlO ctenu;~~os ylos planos formal, funcional y LA PERSPECTIVA PSICOLOGICA EN EL ESTUDIO
co- del lengui)e. ~omoo :~s disti'ntas interrelaciones, definen «p,or DEL LENGUAJE
comportament~ ~ ~sl com 1estudio ero no proporcionan todavta,
arriba» las poslbthda~ef_d~ ~~ , . ap 0 técnicamente precisa de la
por sí mismas, ut;a e mtclOn teonc definición de esta índole sólo
noción de lenguaJe. Pueyo que ~~a de. las condiciones teóricas ~
puede e~t~blecerse _en d
metodologtcas proptas e . .
l~;~tstintos paradigmas cientÍficos, sera
n ue sea de forma muy general
conveniente, por tanto, ~ll:e Ü]emo,s ~u be este modo estaremos en
las principale~ ~aractensucas 1~z:: ~b.mo han interp;etado teórica-
mejores con~l~IOnes tara ~,na d 1 n uaje en torno a qué problema~
mente los pstcolog?s a noclOn e e g s 'de investigación y en que
concretos han articulado slus yrograb~e esta complejísima, enigmá-
dirección apuntan sus conc usiOnes so
tica y sorprendente capacidad humana. l. INTRODUCCIÓN

La complejidad estructural y funcional del lenguaje y la posibilidad


de identificar mediante su estudio claves de diferenciación de la
especie humana frente a otras especies han ocupado, desde hace
siglos, la mente y la pluma de quienes desde una u otra de las ramas
del saber han tratado de desvelar los misterios y la naturaleza de la
condición humana.
La «larga espiral de reflexiones filosóficas y gramaticales» en que
consistió el estudio del lenguaje hasta prácticamente finales del siglo
XIX (como acertadamente la denominaran Serra y Vila en 1986),
hundía sus raíces en la India antigua y la Grecia clásica y generó un
prolongado y multifacético debate sobre cuestiones extraordinaria-
mente diversas: así, por ejemplo (Lounsbury, 1982), la cuestión de si
las ideas que sirven de soporte al lenguaje y al entendimiento son
innatas o se adquieren por medio de la experiencia sensorial; si el
pensamiento es o no posible sin el lenguaje; si el lenguaje surgió en la
especie humana como respuesta a una necesidad «psicológica» (vg. de
expresión) o, por el contrario, «sociológica» (necesidad de colabora-
ción); si los primeros vocablos se derivaron o no de sonidos naturales
del organismo, de la imitación de sonidos ·de cosas de la naturaleza, o
de una especie de «gesticulación vocal», etc.
Según Lounsbury (op. cit.), la discusión sobre este tipo de cuestio-
nes, que sirvió de marco, entre otras, a la conocida polémica entre
anomalistas y analogistas 1 , encubría en realidad un debate de orden

l. Los anomalistas y los analogistas representan, respectiva~ente, la posición convencionalis-


ta y naturalista en la discusión filosófica sobre el origen del lenguaje (originalmente, sobre el origen
de los nombres). Para los anomalistas, los nombres son el resultado de un «pacto», <<consenso»,
<<convenciÓn>> o <<hábito» social. Para los analogistas, sin embargo, existe una razón <<natural» que

55
54
LA PERSPECTIVA PSICOLOGICA EN EL ESTUDIO DEL LENGUAJE
PSICOLOGIA DEl lENGUAJE. INVESTIGACION Y TEORIA

teológico: el del origen natural o sobrenatural del lenguaje; quizá por Con Humboldt, el término lagos, que en principiO (Valverde,
ello, la discusión, aunque larga, resultó poco fructífera para la 1991) er,a a la ve~, y siJ?-l_lecesidad ?e
distinción, «razÓn» y «palabra»,
clarificación de la naturaleza del lenguaje per se. r~cupe:o su sentid? ongmal,tras SI~los de int~rpretaciones filosóficas
d.Istorswnadas; asi, comenzo a deJar de ser mterpretado como una
La humanidad ha vivido y hablado durante miles -o millones- de años sin simple suma de palabras y reglas para constituirse en uno de los
tener más que una conciencia confusa, si es que no nula, de qué sea esa componentes y motores principales de la actividad psíquica humana:
capacidad de palabra, dándola por supuesta casi como algo natural, lo mismo en otras pala~ras: dejó de ser un simple producto del espíritu human~
que el respirar, aunque quizá con algún vago residuo de creencia en su poder para convertirse en un proceso.
mágico sobre la realidad... La toma de conciencia de lo que de hecho es el
lenguaje ha resultado extrañamente reciente, y todavía hoy, aunque se extiende El lenguaje, considerado en su verdadera esencia, es algo efímero siempre y en
como un virus, alcanza sólo a una pequeña parte del mundo cultural (Valverde, cada momento. Incluso su retención en la escritura no pasa de ser una
1991' pp. 5-6). conservación incompleta, momificada, necesitada de que en la lectura vuelva a
h.acerse sensible su dicción viva. La lengua misma no es un producto (un ergon)
Sin duda, fue la coyuntura de finales del siglo XVIII y principios del smo una potencia (enérgeia) ... no consiste sólo en ... producciones concretas
sino en la posibilidad de obtener otras innumerables ... (Las palabras) no yace(n)
XIX la que habría de servir de escenario a lo que, en rigor, cabe como una masa inerte en lo oscuro del alma sino que actúa(n), determinando
interpretar como inicio del estudio científico moderno del lenguaje y, como ~e y, las fun~iones de la mente; por eso, la primera palabra ya proclama y
de forma más concreta, a su vinculación a la psicología. Y fue la anuncia el lenguaJe entero. El lenguaje propiamente dicho está en el acto real de
figura de Wilhelm Von Humboldt (Potsdam, 1767-Tegel, 1835) la producirlo. Toda investigación que aspire a penetrar la esencia viva del lenguaje
que, en buena medida, habría de posibilitar este trascendental cambio. deberá tomar ese hablar trabado por lo primero y verdadero (Von Humboldt,
Von Humboldt, filólogo, erudito y académico prusiano (de cuya ed. cast. 1990, pp. 64-65; 1991, p. 13).
prosa farragosa y asistemática tenemos, por suerte, traducción al
castellano) había dado muestras de su gran interés por el lenguaje Con Humboldt, la historia de la reflexión sobre el lenguaje entra
al realizar, durante su juventud, diversos estudios comparativos y en una fase nueva y distinta: «una fase -como observa Ana Agud
de profundización sobre algunas lenguas (entre ellas, el eusquera). (199~, .P· 9)-, en la q~e ya no será posible contraponer el lenguaje a
Sin embargo, sería sobre todo en los últimos años de su vida y, 1~ ~hstmto. a. ,el (el sujeto, l.os ~ontenid.os) sin que esta oposición, la
en concreto, en dos de sus últimas obras (Sobre las diversidades VIeJa oposicion entre conciencia y objeto, vaya acompañada de la
de la estructura lingüística humana -escrita entre 1827 y 1829- concienci~ simultánea de la imposibilidad de trascender el lenguaje».
e Introducción a la obra sobre la lengua kawi de Java -publicada El lenguaJe, tras Humboldt, es ahora (quizá cabría decir, es de nuevo)
póstumamente en 1836-) cuando desarrolló sus intuiciones más u_na facultad consustancial a la especie humana, que revela y a la vez
profundas y geniales y cuando, de la mano precisamente de una sirve de soporte a la actividad psíquica, y que existe en tanto en
distinción lingüística (la distinción entre el ergon y la enérgeia), logró cuanto alguien puede recrearla en cada nuevo acto de habla. Sin el
romper con la interpretación tradicional que asimilaba el lenguaje
l~nguaje, ahora, resulta imposible poder entender, en toda su exten-
a un mero envoltorio, estático y encerrado en sí mismo, con el que trans-
SIÓn, la cualidad creativa y racional del espíritu humano· sin la
referencia ~ este último, por otro lado, no tiene sentido la indagación
mitir las ideas y conceptos.
-tan quenda durante siglos a los lingüistas- sobre la estructura y la
El lenguaje es el órgano form::tdor del pensamiento -opinaba, por ejemplo, evolución interna de las lenguas.
Humboldt-... Actividad intelectual y lenguaje son uno e indivisibles ... aquélla
.~a «psicologizaciÓn» que Humboldt introdujo en su conceptuali-
contiene en sí misma la necesidad de entrar en unión con el sonido lingüístico;
(sin éste, por otro lado) el pensamiento no alcanzaría nitidez ni la representa-
zaciOJ?- del lenguaje al cuestionar la posibilidad de desvincular su
ción se volvería concepto ... La producción del lenguaje constituye una necesi- estu~w del resto de los procesos mentales, fue adquiriendo perfiles
dad interna de la humanidad ... aun al margen de la comunicación de hombre a ~elativ,amente nítidos a lo largo del último tercio del siglo XIX e
hombre, el hablar es condición necesaria del pensar del individuo en apartada m~uy?, de forma determinante, en el proceso de surgimiento y
soledad (Humboldt, ed. cast., 1990, pp. 32 y 74-75). cnstahzación tanto de la lingüística como de la psicología modernas.
Por estos. añ.os, por ejemplo, los ]unggrammatiker -jóvenes lingüis-
tas de Leipzig vmculados a la tradición historicista del estudio de las
vincula los nombres con sus referentes, asegurando así su exactitud. El enfrentamiento dialéctico lenguas- comenzaron a plantear que algunos de los cambios obser-
entre estas dos posiciones se presenta y desarrolla ampliamente en el diálogo Crátilo de Platón, del
que existen numerosas ediciones en castellano. vados en las lenguas pueden ser mejor comprendidos sobre la base de

56 57
PSICOLOGIA DEL LENGUAJE. INVESTIGACION Y TEORIA
LA PERSPECTIVA PSICOLOGICA EN El ESTUDIO DEL LENGUAJE

ciertos principios psicológicos, como el «principio de analogÍa», que 2.


sobre la de principios de simple evolución fonética (cfr. Blumenthal, EL PROGRAMA DE INVESTIGACIÓN DE LA PSICOLOGÍA
1970). Más o menos por la misma época (1860), un psicólogo y un DEL LENGUAJE: ALGUNAS CARACTERÍSTICAS GENERALES
lingüista llamados Moritz Lazarus y Heiymann Steinthal, respectiva-
mente, fundaron una revista interdisciplinar -la Revista de Psicolo- Tal !' como se ha comentado en el apartado ant . 1
las Interpretaciones que identificaban el 1 e:wr, e abando~o de
gía de los Pueblos y Filología-, mediante la que se difundió durante cerrado de sign fL . 1 enguaJe con un conJunto
1 •

casi tres décadas la idea de que el lenguaje, por haber sido construido una realidad f' ?S cuya mlcwn se!Ia simplemente el «etiquetado» de
y utilizado por colectividades de personas, constituye un instrumento ..
Una VISIOn1 d IISicia o m~nta preexistente, así como su sustitución por
de primer orden para profundizar en el estudio de la actividad e enguaJe má 1 d 1

actividad g d sd pr?xima a a e una «capacidad o


psíquica humana, al igual que otros productos culturales como el » enera ora tanto e sig d .d
logros de la última mitad d 1 . 1 nos como e I eas, ~onstituyeron
arte, la mitología o las costumbres. Wilhelm Wundt, fundador de la que hemos convenid e s.Ig o XIX y precursores directos de lo
psicología moderna, compartió también esta interpretación acerca del estudio del lengua. e o ;;r:e~omma~ la «p.erspectiva psicológica» en el
interés del lenguaje para la psicología de los pueblos; sin embargo, al pectiva psico1ógic~ ·~ y ' een que lconsiste exactamente esta «pers-
mismo tiempo, Wundt sostuvo la idea de que el lenguaje debe ser . . »· por otro a do y puesto 1 b· .
tratado como un proceso o actividad individual que debe ser objeto disciplinar de la psicología ' 9-ue e o Jetivo
no se agota en e1 estudw del le .
de explicación por parte de la psicología general o experimental (cfr. co~o en otras ciencias (vg. la lingüística) ·en 'd nJuaJe, 1

por ejemplo, Wundt, 1911, ed. cast. 1990). También Saussure (para decir que le interesa el lenguaje a la psicol~~ía? que senti o po emos
muchos el «padre» de la lingüística moderna) sostuvo la idea de que
la lingüística debe interpretarse como una rama o disciplina auxiliar 2.1. Interés P?r. el sujeto y por la explicación
de la psicología general, proporcionando así un ejemplo más de de la actzvzdad lingüística
cómo, tras Humboldt y en los albores del siglo XX, el estudio
científico del lenguaje habría de considerarse como irrevocablemente Una · 'd d
(y ta pmrbimi·elera I eal a ~stal car' que implícitamente ha sido ya señalada
necesitado ya para siempre de las aportaciones de una perspectiva n en e capltu o 1) es 1 d d d
propiamente psicológica 2 • p_sicológica, el lenguaje se co~cibe ~omeo ~~e,fen~m:nuona persp~ctiva
A lo largo del presente capítulo trataremos, precisamente, de Cia naturaleza 1
• cuya existen-

las'd 1 .Y genesis no pueden desvmcularse científicamente de


identificar las señas de identidad más distintivas de esta perspectiva e os orgamsm~s. que lo poseen, es decir' de las de los or anismos
que comenzó a emerger en el siglo pasado y que, en la actualidad, se que desarrollan habilidades 1mgüísticas de una mod I'd d g 1
identifica co·n la rúbrica de «psicología del lenguaje». En primer curso de su d . a I a u otra en e
natural (vg. la~:;~~~~ hu~ac~~~truccwn filogenética y ontogenética
1

lugar, presentaremos algunas de las líneas que caracterizan el progra-


ma de investigación de esta disciplina, así como las estrategias A~te todo, pues, como sugiriera Von Humboldt h
metodológicas básicas que sirven de base a su desarrollo empírico. En sost~m~o también algunos lingüistas (vg. Chomsky 1980) ~fFo ~n
el próximo capítulo, y con el fin de proporcionar al lector unas pue e Interpretarse, en términos psicológicos, co~o un~ cape~~~~daaJde
primeras claves sobre los fundamentos teóricos de las investigaciones que emerge en 0 que · .
psicolingüísticas actuales, haremos un breve recorrido histórico por es ecie hu ' poseen~ ciertos tipos de organismos (vg. la
las escuelas y aportaciones más relevantes del último siglo con el que bi~lógica yma~a) _a P.artir de ciertas propiedades de su constitución
intentaremos dar una primera idea de las coordenadas básicas en que psiq~uca mterJ?-a. En este sentido del término ca acidad
se desarrolla actualmente este tipo de investigaciones. h~~l tanto, podnamos d~cir que las personas poseen la capa~dad d~
ar Y que esta capacidad no la p · .
especie animal del mismo d osed por eJemp1o, nmguna otra
no poseen la 'capacidad d:ovola;ue po emos de~ir que l~s pe~sonas
soporte físico o mecánico distinto al ~~r s~us pr.opws medws (s~n un
2. El representante más destacado de esta tradición en el ámbito de la lingüística contemporá-
nea es Noam Chomsky, quien repetidamente ha interpretado la lingüística como un componente ~í fue otras es~ecies animales' tanto verteiir:~~Iso c~r:::f?~vseert:~~:~~~)
más de las explicaciones científicas -psicológicas- del lenguaje. Según parece, el propio Chomsky f a poseen .. n tanto en cuanto la capacidad para el len ua'e o 1~
reclamó en algún momento la memoria de Humboldt como precursor de la gramática generativa.
Sin embargo, los analistas de la obra humboldtiana no han dudado en calificar de desenfocada o, Y al:e~etacl apaci~addparla volar parecen resultar de la. constitu~ió~ física
propia e a especie hum d ·
cuando menos, de exagerada la presunción de una influencia teórica directa entre la obra de estos
dos autores (vg. Agud, 1990, p. 11; Valverde, 1991, p. 24). ::. pro~ección oduna función directa a¡eaésf~er:;ó~n;~:n:t:!J eJJ:~
Je, e no po er volar o el resto de las capacidades humanas
58
59
PSICOLOGIA DEL LENGUAJE. INVESTIGACION Y TEORIA LA PERSPECTIVA PSICOLOGICA EN EL ESTUDIO DEL LENGUAJE

pueden informar acerca de las posibilidades y límites de su constitución los humanos, o aprender un lenguaje de signos humanos, los chim-
interna. pancés) y también con la dificultad de la adquisición de formas
La capacidad para hablar, que genéricamente podemos atribuir a secundarias o tardías de una habilidad o capacidad natural (vg. el
la especie humana, es hasta cierto punto independiente del hecho aprendizaje de una segunda lengua a la que no se ha sido expuesto
concreto de que alguien, pudiendo hablar por el hecho de ser durante la infancia).
humano, desee hacerlo o no en un momento dado (vg. prefiera jugar Considerado desde este punto de vista, el lenguaje resulta un
al ajedrez o masticar chicle); igualmente, tal capacidad es indepen- objeto de investigación típicamente psicológico. Por un lado, porque
diente de que ciertos miembros de la especie sufran de forma transito- es un tipo de capacidad y comportamiento que forma parte de los
ria o permanente condiciones que les impiden ejercitar de forma repertorios de capacidades y comportamientos naturales de algunos
efectiva las capacidades lingüísticas que teóricamente poseen en tanto organismos (entre ellos, y muy especialmente, de los sujetos huma-
que humanos (vg. que no puedan hablar porque están amordazados o nos). Por otro lado, porque, como se ha sugerido también (cfr.
dormidos, o porque sufren ciertos impedimentos físicos o mentales capítulo 1) y tendremos ocasión de ver más adelante (capítulo 5), el
que les impiden hacerlo -vg. sufren una lesión cerebral severa-). lenguaje posibilita en los sujetos que lo desarrollan formas particula-
Desde ese punto de vista, la capacidad para el lenguaje, como la de res de relación y de acción con su medio: si se prefiere, formas
volar en otras especies, puede ser entendida como una capacidad cuyo particulares de conocimiento y de actividad sobre la realidad. Puesto
ejercicio concreto por parte de los individuos requiere de ciertas que la explicación de la actividad psíquica de los organismos consti-
condiciones físicas y mentales que existen de forma natural (vg. las tuye desde sus orígenes el núcleo disciplinar de la psicología científi-
alas de un pájaro) o que se implantan artificialmente (vg. la construc- ca, resultará fácil entender por qué la explicación del lenguaje y de las
ción de un avión o de un paracaídas). Cuando esta capacidad se hace conductas lingüísticas ha constituido un problema recurrente en la
efectiva en la conducta o comportamiento de los organismos (vg. historia de la psicología y un reto al que pocas corrientes teóricas
cuando tiene lugar la conducta lingüística o la conducta de vuelo psicológicas han podido (o sabido) sustraerse. No obstante, y puesto
propiamente dichas), el análisis sistemático de tal conducta se con- que la noción de actividad es una noción teóricamente compleja pero
vierte en uno de los modos de aproximación científica potencialmente pocas veces neutra, que ha sido vinculada a acepciones y marcos
más útiles para el estudio tanto de esa capacidad como de las explicativos muy distintos (cfr. Mayor, 1985, para una revisión), la
condiciones psíquicas y biológicas que la posibilitan y sustentan afirmación de que la psicología se interesa por el lenguaje en tanto
naturalmente en cada especie. que capacidad o forma de actividad no debe entenderse sino como un
Desde un punto de vista algo distinto, aunque íntimamente conec- principio programático general que en sí mismo no permite identifi-
tado a lo anterior, a las capacidades naturales de los organismos para car las condiciones exactas en que puede proceder su estudio cientí-
hacer o no ciertas cosas (vg. hablar o volar) podemos suponerles un fico, es decir, las condiciones del quehacer disciplinar de la psicología
desarrollo también natural en las condiciones adecuadas. Como del lenguaje.
repetidamente ha hecho notar Chomsky (1980), la capacidad para La afirmación de que lo más distintivo de la perspectiva psicológi-
hacer algo no equivale exactamente a la capacidad de saber hacer ese ca en el estudio del lenguaje es su interés por explicar éste en tanto
algo. Los bebés de nuestra especie y las crías de otras especies (vg. las que «capacidad humana» o en tanto que función que se encarna y se
aves) tienen teórica y respectivamente las capacidades de hablar y hace manifiesta en la «actividad» de los sujetos o usuarios lingüísticos
volar, pero, como es bien sabido, ello no equivale a decir que desde encuentra un apoyo indirecto, aunque convincente, en el análisis de
que nacen saben ya cómo hacerlo: sin duda, el desarrollo de estas los contenidos de investigación que han centrado el interés de los
habilidades requiere de un cierto proceso de instrucción o adiestra- psicólogos experimentales a lo largo del último siglo. Dicho análisis,
miento (siquiera sea éste la exposición a modelos concretos de cuyo comentario pormenorizado será presentado en el próximo
conducta lingüística o de vuelo). Como revela el estudio de la capítulo (capítulo 3), revela sin ningún género de ambigüedad una
adquisición de estas habilidades (vg. el estudio de la adquisición del preocupación sistemática entre los psicólogos por la explicación de la
lenguaje en los niños, al que nos referiremos someramente en los macrogénesis y la microgénesis del lenguaje (en tanto que capacidad
capítulos 4 y 6), el desarrollo de estas capacidades naturales no parece de las especies y de los individuos) y también un interés claro por la
requerir un proceso de adiestramiento o instrucción particularmente relación funcional del lenguaje y la conducta lingüística con otras
largo ni complejo. Esta situación contrasta sin embargo de forma c~pacidades y f?rmas de conducta, más que un interés por la explica-
clara con las necesidades instruccionales de la adquisición de las cion del lenguaJe per se, en tanto que sistema u objeto formal o en
capacidades no naturales (vg. aprender a pilotar un avión para volar, tanto que fenómeno que se concreta en formas culturalmente distin-

60 61
PSICOLOGIA DEL LENGUAJE. INVESTIGACION Y TEORIA
LA PERSPECTIVA PSICOLOGICA EN
EL ESTUDIO DEL LENGUAJE

tas -las lenguas- (cfr. capítulo 4 para un comentario detallado del


concepto de génesis en las explicaciones psicológicas del lenguaje). Osgood y Sebeok (1954): <<La psicolin üí . .
Ciertamente los psicólogos, al igual que otros científicos, pueden de codificación y descodifica . ' g sttca trata dtrectamente de los procesos
describir las lenguas sincrónica o diacrónicamente; también pueden . cton en cuanto qu 1 .
sa¡es con estados de comu . e re aciOnan estados de men
describir las distintas manifestaciones y formas de comportamiento Slobin {1971}: <<La psicol' .. , n~cantes>> (p. 13 de la ed. cast.). -
1 , mgutsttca reúne los fu d
lingüístico -humano o no- como si fueran productos acabados que co ogta y de la lingüística para estud. 1 n amentos empíricos de la psi-
pueden ser registrados, analizados y descritos en sí mismos sin a la adquisición y al uso del 1 ~ar os procesos mentales que subyacen
Hormann {1973): «La psico1 , delnlgua¡e». (p. 15. de la ed. cast.).
referencia a los sujetos que los generan o producen, como pretendie- d ogta e engua¡e o pstc r .. , .
ron algunos de los primeros psicólogos experimentales. Sin embargo, u.~a escripción científica no del len . . o mgmsttca tiene por objeto
cton» (p. 37 de la ed. cast.). gua¡e, smo del proceso de su utiliza-
no es este tipo de análisis el que le interesa a la psicología científica ni Bronckart {1977): <<La psicología del len .
el que define su orientación disciplinar esencial hoy en día. Lo que le ·comportamientos de lenguaje 1 gua¡e ... trata de las conductas o
interesa a la psicología más bien es la posibilidad de explicar el del individuo» (p. 14 de la ed en e )marco del funcionamiento psicológico
lenguaje como componente funcional y comportamiento derivado de Clark y Clark {1977}: «La psicolo~í~~~Í Íen .
un organismo activo, es decir, la posibilidad de ver en el lenguaje el la comprensión, la producción 1 d g~~J~ ,es e] estudio de tres procesos:
resultado y el reflejo de un patrón de actividad cuyas formas y Foss y Hakes (1978)· L . 1' ~' ~ a qulSlciOn» (p. 39).
. . . '' a pstco mgmsttca es 1 d. d
mecanismos funcionales constituyen, ésos sí, el objetivo último de las que acttvtdad humana... de lo ue ... e ~stu to el lenguaje en tanto
explicaciones psicológicas. Por decirlo de forma más escueta, a la lenguaje, de cómo se adquiere est~] se ~dqmere' cuando se adquiere un
personas producen y comprend engu~¡e y de como se utiliza cuando las
psicología no le interesa el lenguaje como producto acabado o ce- Paivio y Begg (1981 )· L . l , en mensa¡es» (p. 4).
rrado en sí mismo, lo que le interesa a la psicología del lenguaje es . 'f . a pstco ogta del lengua· .
~ten~t tcamente la naturaleza del len . ¡e va onentada <<a comprender
que éste, en sus dtferentes formas, se adquiere, se usa y resulta Intehgentes» (p. 1). gua¡e Y su uso por parte de los seres
funcional en sujetos y organismos de diferentes especies y entre ellos, García-Albea (1982}: <<El objetivo de la . . .. , .
y de forma muy particular, de la especie humana. d
modelo explicativo del com . pstcohngmsttca ... sería el de dar con un
portamtent r .. ' .
A la luz de las consideraciones anteriores, puede decirse que la o en una buena base empírica . ? mgmsttc~ humano el cual, apoya-
psicología del lenguaje posee cometidos y contenidos de investigación conocimiento que pone en ju 'p~rm~ttera d~termmar los distintos tipos de
relativamente diferenciados dentro del ámbito de las investigaciones tación de ese conocimiento ;gfa: su¡eto~ asi como las formas de represen-
sobre el mismo» (p. 199). operactones o procesos que se efectúan
psicológicas. Estos cometidos se derivan del interés genérico por
Mayor y Gil (1984}: <<Psicolo Ía d ] .
explicar científicamente la función y conducta lingüísticas tal y como lingüística» (p. 33). g e lengua¡e es la ciencia de la conducta
se desarrollan y manifiestan en la especie humana (y, secundariamen-
te, también en otras especies).
Básicamente, y como se desprende del cuadro 2.1, estos cometidos Cuadro 2.1. Al d
gunas efiniciones de la psicología del 1 .
se articulan en torno a tres grandes núcleos de objetivos: a) el estudio engua¡e.
de las actividades de producción y comprensión del lenguaje -en los
monólogos y las conversaciones, y también en las diferentes modali-
dades del lenguaje (vg. oral, escrito o signado)-; b) el .estudio de . lingüística y c~mo podremos evaluar 1 . .
las funciones cognitivas, comunicativas, etc., que desempeña el len- propuestas explicativas desarrollad le 1alcance de ~as distmtas
guaje y 1o que sirven de soporte a su adquisición y uso, y e) el estudio as a 0 argo de su historia.
de los procesos de adquisición y de deterioro -o no desarrollo- 2.2. Naturaleza e p / · d 1 .
de las distintas funciones y modalidades de la actividad lingüística, del len ua ·e m t~tca. e a tnvestigación psicológica
es decir, el estudio c,lel lenguaje en sus aspectos evolutivos y patoló- g J y prmczpales estrategias metodológicas
gicos. La. P.sicología del lenguaje lo he ~
Como iremos tratando de demostrar a través de los sucesivos obJ.et.Ivo disciplinar nuclear' con l m os d~na~ado ya, i?entifica su
capítulos de este volumen, cada uno de estos tres tópicos del estudio actividad lingüísticas, especialmen~e estu 10 e la funciÓn y de la
psicológico del lenguaje justifica y exige por sí mismo la realización formas de actividad que revelan en tat?-to. en cuanto constituyen
de programas de investigación de extraordinaria complejidad. Sin funcionales de las diversas es e . las pecuhandades y características
embargo, no es sino considerándolos conjuntamente como podremos psicología del lenguaje se ditp Cie~ de orga~ismos. En este sentido, la
caracterizar los límites y contenidos generales de la disciplina psico- nas (más centradas, por ej:~nplia sustlncialmet?-te ~~ ot~as discipli-
o, en a orgamzacwn Interna del
62
63

UNIVERSIDAD DE ANTIOQUIA
BIBLIOTECA CENTRAL
PSICOLOGIA DEL LENGUAJE. INVESTIGACION Y TEORIA
LA PERSPECTIVA PSICOLOGICA EN EL ESTUDIO DEL LENGUAJE

lenguaje per se) a la vez que pasa a consti~uirse en. una rama de la dos pueden encontrarse en trabajos como los de Morales, 1981;
psicología científica. Ahora. bien,, ¿qué qmere. decirse exactamente Anguera, 1983, 1989, 1991; León y Montero, 1993).
cuando se afirma que la psicologia del lenguaje es una rama de la
psicología científica~ ¿Qué restr~cciones epi~temol.ógi~~s, teóric~s o 1) La metodología observacional como fuente de evidencia
metodológicas y que consecuencias para la mvestlgacwn se denvan para la psicología del lenguaje
de esta dependencia disciplinar?
La respuesta a estas cuestiones se irá desgranando a lo largo de Un primer método científico que puede utilizar el psicólogo para la
este capítulo. No obstante, podemos señalar ya ·algunas de sus cla~es elaborac~ón y contrastación de hipótesis sobre el lenguaje es la
más importantes. En primer lugar, y aunque pueda p~recer obvw, observaciÓn de la conducta lingüística tal y como ésta se da en
cabe llamar la atención sobre el hecho de que, en la medida en que la si.tuaciones en las cuales el investigador está presente, participando
interpretemos como una rama de ,1~ psicología científi~a, _la. psicolo9í~ directa~ente o ~o en tal situación. Cuando la observación se aplica a
del lenguaje se constituye automaticamente en una dtsctplma emptrt- uno mis.mo, recib.~ el nombre de observación introspectiva o, simple-
ca~ es decir, en una disciplina cuyas hipótesis y conclusiones deben ser mente, zntrospecczon.
contrastadas sistemáticamente con datos procedentes de la observa- L?s. datos procedentes de la metodología observacional permiten
ción de la conducta lingüística efectiva o real de los sujetos, ya sea en descnbir y catalogar con relativa exhaustividad las diferentes formas
situaciones naturales o experimentales. En este sentido, cabría decir de actividad desempeñada por los sujetos, así como establecer ciertas
que un componente esencial en la. caracteri~ación del program~ ,de relaciones hipotéticas entre variables o fenómenos asociados a su
investigación psicológica del lenguaje es precisamente la observacwn, realización. Los datos observacionales, sin embargo, no permiten
medida y verificación rigurosas de la conducta lingüística (~~ sea someter a prueba directa hipótesis de tipo causal, lo que limita
infantil o adulta, normal o perturbada) en orden a la elaboracwn de enormemente su capacidad explicativa y la posibilidad de dilucidar
principios generales de explic~c~ón de tal conduct~ y de la id~ntifica­ entre hipótesis teóricas alternativas.
ción de los factores y condicwnes que determman sus diferentes La observación sistemática, como es sabido, implica la selección~
formas. Esta forma de proceder en el estudio del lenguaje diferenciará registro objetivo y codificación de un conjunto de conductas de los
sustancialmente a la investigación psicolingüística de otras disciplinas org~nism<_:>s en orden a la consecución de ciertos propósitos teóricos.
que poseen objetos o inte~eses de inve~ti!_?a~ión teóri~am~~te afines El .mvest1gado~ que utiliza la observación sistemática, por tanto,
pero que, sin embargo, asientan los pn!lciplOs de v~~Idacwn de .sus defme y seleccwna un cierto conjunto de conductas observables de
teorías más en criterios formales que propiamente empincos (vg. la filo- entre el repertorio total de conductas que puede realizar un organis-
sofía del lenguaje). mo y, por otro lado, describe y analiza estas conductas en términos
Vistas así las cosas, un aspecto importante y preliminar en una que le resulten apropiados para sus objetivos teóricos (vg. utilizando
presentación general del programa de investigación de la psicología Sistemas de categorías y de parámetros derivados de una teoría
del lenguaje será el análisis de las estrategias metodológicas de que concreta). Con posterioridad, puede realizar descripciones exhausti-
pueden hacer uso los investigadores en relación con sl! ?bjeto de vas de estas observaciones y también aplicar ciertas técnicas de
estudio y, también, el de la relación mutua que pueda existir entre la análisis estadístico (como los coeficientes de correlación, los análisis
naturaleza de los procedimientos empíricos utilizados y la de las factoriales y de regresión, etc.), al objeto de ver cuáles son los
teorías que orientan y a la vez se validan mediante tales procedimien- patrones de covariación de las variables y 1o conductas observadas.
tos. Por lo general, la referencia a este tipo de cuestiones se excluye o . Los datos obtenidos mediante la utilización de métodos observa-
se obvia en los libros de psicolingüística por interpretar que su cwnales (también llamados «correlacionales») resultan particular-
ámbito natural de presentación y discusión corresponde más bien al men~e apropiados p~ra. }a realizac~ón de estu?ios exploratorios que
de los tratados de psicología experimental o de metodología. No reqmeren una descnpcwn exhaustiva del fenomeno en estudio, así
obstante, y puesto que lo que nos proponemos es una introducción al como para la descripción de diferencias tanto individuales como de
programa teórico-práctico de nuestra ,disciplina, cr~emos q~e. puede grupos. Por otro lado, los resultados de los estudios correlacionales
ser de utilidad recordar brevemente cuales son los metodos bas1cos de resultan de enorme utilidad a la hora de identificar variables con
la investigación psicológica y cuáles son las principales peculiaridades potencial ~~lor explicativo si bien, como ya se ha sugerido, la
de su utilización en relación con el lenguaje. Los métodos a los que comprobacwn efectiva de tal valor causal requiere de la utilización de
nos referiremos son, obviamente, la observación~ la experimentación otras metodologías (vg. la experimentación).
y la simulación (descripciones exhaustivas de algunos de estos méto- La conducta lingüística (y, sobre todo, la producción del lenguaje)
64 65
TITULO: <<Sequentiality of speech acts in conversational structure>>.
AUTOR: Paul E. ]ose. .
REFERENCIA: ]ournal of Psycholinguistic Research, 1988, 17 (1), pp. 65-88.
.,
V>
()

Marco teórico o
.....
o
(;)
El presente estudio aborda el análisis empírico de la coherencia de los discursos (concretamente, de las conversaciones).
)>
Partiendo del supuesto de que la mayoría de las emisiones producidas por los hablantes en una conversación son contribuciones
o
aceptables que continúan lo dicho por otros interlocutores en turnos de habla anteriores, el autor se plantea la necesidad de m

fundamentar esta intuición de «continuidad secuencial>> de los· actos de habla en descripciones formales que especifiquen los tipos .....
m
de relación existentes entre las emisiones de una misma conversación. Frente a descripciones que vinculan esta intuición de z
(;)
continuidad a relaciones de tipo gramatical y/o semántico entre oraciones (vg. Halliday y Hasan, 1976; Hobbs, 1979; Reichman, e
1981), el autor toma como punto de partida dos tipos de trabajos: a) el trabajo deSearle (1969), donde se propone una clasificación )>

0'\ de los actos de habla en función de su «fuerza perlocutiva>> (es decir, de sus consecuencias o efectos sobre las acciones, !"
0'\
pensamientos, creencias, etc., de los oyentes), y b) el trabajo de los etnometodólogos (Sacks, Schegloff, Jefferson, 1974; Schegloff, z
1972; Schegloff y Sacks, 1973), quienes, tras analizar un conjunto de conversaciones naturales, propusieron una serie de estructuras <
m
V>
de organización del discurso basadas en pares adyacentes del tipo pregunta-respuesta, demanda-aceptación/rechazo, afirmación- -1

(;)
aceptación, etc. )>
()

Objetivos o
z
El estudio se plantea la identificación inductiva de las estructuras conversacionales básicas (es decir, las diferentes formas de -<
-1
organización y relación entre los turnos de habla de las conversaciones naturales), a partir del análisis empírico de un conjunto m

amplio de datos lingüísticos y del empleo de técnicas estadísticas de análisis secuencial. o


"'
)>

Método
- Se obtuvo un conjunto de 48 conversaciones de una duración aproximada de diez minutos cada una, tras la grabación de 24
niños (de edades comprendidas entre los 4,6 años y los 6,2 años) conversando con sus madres y con un adulto no conocido acerca
de cuentos e historietas previamente narradas por un miembro del equipo investigador.

J
1

- Se transccibiemn las conversaciones y se clasificawn los distintos actos de habla en función de la taxonomia que se presenta
más abajo.ínter-jueces
fiabilidad Dicha taxonomia se basó en las categorias de Hinds (1976) y Dore et al. (1978), y su aplicación alcanzó indices de
de un 87%.

1. QUE- question (pregunta).


2. ANS- answer (respuesta).
3. NoAn- no respuesta en los 3 segs. siguientes a una pregunta.
>
.,
4. OBS- observación, afirmación u opinión. m

5. DIR- directiva, imperativa, demanda de conducta. .,V>"'


m
()
6. REL- afirmación que relaciona la emisión actual con contenidos previol? dd discurso. -1

7. AGR- agreement (emisión de reconocimiento o apoyo a lo que se ha dicho). <


8. DIS- disagreement (desacuerdo). )>

.,
9. REP- repetición parcial o total de la emisión previa. V>

10. INT- interjección, exclamación. ()


o
0'\
'-...1 o
(;)
- Aplicando la técnica de análisis de retardo secuencial, se calculó la probabilidad de aparición de cada tipo de categoria en ()
)>
relación
las con la
iniciadas porcategoria de las emisiones previas. Este análisis se realizó diferenciando las secuencias iniciadas por los adultos de
los niños.
m
z
Resultados ~
m
V>
-1
- La distribución de los resultados de este análisis confirmó la existencia de patrones sistemáticos de relación secuencial entre e
o
las emisiones producidas durante una conversación, en función de sus correspondientes efuerzas perlocutivas". Las secuencias o
presentadas en la figura 2.2.1 (donde A indica emisión de adulto y C, emisión de niño -child-) resumen la distribución de
o
apmximadamente un 75% de los actos de habla analizados (N total, 8.254 actos de habla). Como puede observarse en la figura, la m

mayoria de estas secuencias están compuestas por tres movimientos y se inician a partir de tres tipos de emisioneso preguntas,
m
afirmacionesacuerdos,
(respuestas, (OBSs y interjecciones
RELs) o directivas. Las emisiones
y repeticiones, que siguen a estos tres tipos son del tipo respuesta-reconocimiento
fundamentalmente). z
(;)
e
)>
- Aunque las secuencias iniciadas por adultos fueron estructuralmente similares, se observawn algunas asimetrias que m
son sus explicarse
pueden pares en edad.
como efecto de los distintos roles que adoptan los niños y adultos cuando conversan con interlocutores que no

1
Preguntas del adulto
l. A-QUE -.c-ANS 'A-QUE __. C-ANS __. A QUE --+ C-ANS ,
2. A-AGR __. A-QUE __. C-ANS
-o
3. A-REP,? (11

n
4. A-INT o
5. A-üBS -+ A-QUE--+ C-ANS o
Q
)>
No-respuestas del niño
o
m
l. A-QUE__. C-ANS-+ A-QUE__. C-ANS __. A-QUE__. C-ANS
,...
6. ~ C-NoAn' A-QUE__. C-NoAn m
z
7. A-OBS Q
e
8. C-REL )>

m
9. C-üBS
0\
00 z
Preguntas del niño <
m
(11
-1
10. C-QUE __. A-ANS -+C-QUE __. A-ANS
Q
11. A-üBS -.C-QUE -.A-ANS )>
n
o
Narraciones del niño z
-<
8. A-QUE__. C-NoAn -+ C-REL -1
m
12. C-REL,A-AGR --+ C-REL-. A-AGR o
13. A-INT --+ C-REL "'
)>

14. A-REP , / '


15. A-QUE--+ C-ANS
16. A-DIR --+ C-REL
17. A-OBS--+ C-REL

Ordenes
16. A-DIR __. C-REL
18. C-DIR -+C-AGR -+A-DIR
;;:
Afirmaciones -o
m
19. A-OBS ~ 'C-OBS "'
(11
-o
m
20. C-AER n
-1
21. C-OB~-+ A-AGR -+C-OBS -+A-AGR <
)>

-o
(11

Figura 2.2.1.-Resumen de las configuraciones secuenciales obtenidas por Jose (1988) en el análisis de los actos de habla. n
o
o
Q
Conclusiones n
)>
0\
'-0 Tras justificar el procedimiento empírico utilizado, se consideró probada la hipótesis de que la coherencia del discurso (en este m
z
caso, de la conversación) puede ser descrita formalmente a partir de taxonomías pragmáticas basadas en el concepto de «fuerza
perlocutiva», si bien se reconoció la dificultad de la taxonomía utilizada para dar cuenta de aproximadamente un 25% de los actos ,...
m

m
de habla registrados en el estudio. A partir de los resultados obtenidos, se concluyó que las conversaciones naturales parecen (11
-1
estructurarse en torno a secuencias de tres grandes tipos (pregunta-respuesta, afirmación-réplica y directiva-reconocimiento), si e
o
bien diferencias en ciertos aspectos del contexto comunicativo (vg. la diferencia de edad y/o roles entre los interlocutores) pueden o
afectar la estructura concreta de estas secuencias conversacionales. o
m
,...
,...
m
Cuadro 2.2.- Ejemplo y resumen de estudio observacional sobre el lenguaje. z
Q
e
)>

m
LA PERSPECTIVA PSICOLOGICA EN El ESTUDIO DEL LENGUAJE
NGUAJE. INYESTIGACION y TEORIA
PSICOLOGIA DEL LE

. . . d dio observacional (cfr. cua?ro 2.2. actuación lingüística pueden tener determinadas variables del contex-
ha sido ob)eto trad1cl0n~l ~ estde la metodología observaCl~n~l en
1
to o situación en que se desarrolla el intercambio comunicativo exige
para un eJemplo de aphcac1~n os la observación se hm1ta a también la toma de ciertas precauciones metodológicas y estadísticas

elementos o parametros e a d
f
el estudio del le~guaje). Edn ~~:du~~~ lingüística per se. Es lo 9-ue
'b y cateo-orizan los contenzdos
en orden a garantizar la replicabilidad de las observaciones (vg. el
control de las condiciones de observación). Esta replicabilidad, como
.
ocurre, por eJemp .o, ..
1 cuando se escn

en o
do se describe la estructura e as
d 1 es sabido, está en la base de la naturaleza pública de los resultados
de una muestra hngmst1~a, cuan 1
1

. tos experimentales, o cuando científicos y, en consecuencia, de la posibilidad de intercambio,


oraciones o textos produc1dos por os suJe 1 habla espontánea con- colaboración y discusión entre investigadores.
. 1 o momentos en que e . La naturaleza comunicativa de los intercambios lingüísticos y su
se anahzan os P':lntos ca ítulo 12). En otros casos, sm
tiene errores o tztu.beos (cfrd. r~· p. deben incluir también en ~us ocurrencia -por lo general- en situaciones de interacción en las que
embargo, los invesugadores e enl gua Jet del contexto -lingüíst1CO participan dos o más interlocutores impone también ciertas cautelas
. d . . de otros e emen os . .. 1T 1•
en relación con el empleo de métodos observacionales en el estudio
estu d lOS escnpcwnes . 1 la conducta hngmsuca. a
o extralingüístico- en el quel nene ud~ars que analizan las relaciones del lenguaje. Ello es así porque, a diferencia de lo que ocurre con las
· 1 de os estu 10 1 · z conductas no interactivas, la del lenguaje puede ser vista como una
es el caso, por eJe~p od d llo morfosintáctico o entre e ntve
entre la edad y el ?~vel e ~sard~ los su· etos y sus habilidades co~n­ conducta que, aunque realizada siempre por un sujeto individual,
de desarrollo cognztzvo y soctal 1 1 ~uaje de distintas patologzas presenta fuertes dependencias funcionales respecto a las conductas
versacionales,. cuando se compa~doe see~studia la relación de form~ realizadas por otros sujetos. Como tendremos ocasión de comentar
o grupos socwculturales' o cuda .- olall1.co con la de las emt- también en otro momento (capítulo 14), los mensajes que produce un
d
y 1o funcwn e 1as em~slO
• 1 · · nes e un mno ec sujeto x a lo largo de, por ejemplo, una conversación con otros, no
siones lingüísticas prevz~s. do la observación lo es sólo de la reflejan sólo la capacidad de x para elaborar mensajes lingüísticos
En ambos casos (1.e. cuan. 1 t bién parámetros contex- bien construidos sino también, la de ajustar y hacer relevantes sus
1. ..
1 • cuando me uye am mensajes en el contexto general de los mensajes previos de sus otros
conducta mgmsuca y dos observacionales permite acotar con
1

tuales)' el empleo de meto ductas lingüísticas que pueden ser interlocutores. Vista así, la observación del lenguaje de, por ejemplo,
relativa claridad el r.ango de dcof ecie humana en distintas con- un sujeto o un grupo de sujetos dados se complica de forma sustan-
realizadas por l?s m1eJ.?brols . e a :i~~acionales, etc.) y también las cial cuando de lo que se trata es de explicar algunos componentes de
diciones (evoluu.v~s, d1ag~os~.1~a~~as ue pueden ser realizadas por la actuación lingüística (vg. los componentes pragmáticos o comuni-
funciones y actlv1dades l~ngmstl q t'do y como tuvimos oca- cativos): exige del investigador la observación de la conducta lingüís-
individuos de otras espeCleS. En eslte se?l.1' 'de los rasgos distinti- tica tanto de los sujetos objeto de su estudio como de la de sus
b también en e ana 1S1S . interlocutores, así como la utilización de métodos de análisis estadís-
sión de compro ar 1 1) la observación proporcwna
1

vos del lenguaje humano (caprl o : de extraordinaria utilidad ticos (como, por ejemplo, los análisis secuenciales) que permitan
al investigador datos sobre e enguaJe captar adecuadamente la relación existente entre los distintos men-
teórica. . ll d llenguaje de una metodolo- sajes que tienen lugar en una misma conversación.
El empleo' por parte del ps1CO ogo :xtraordin~riamente fértil de
gía observacional resulta, porl tanto,l 'dades y los límites de la 2) La metodología experimental
cara a 1a 1'dent1·r~caeión de as . regu an d las especies; sin emb argo,
actuación lingüísuca de lo~ suJetos y. e ias Por señalar alguna de La utilización de la metodología experimental en psicología del
comporta también ciertos ne~gos y ex1lgentc d1·~ del lenguaje humano, lenguaje (al igual que en el resto de las ciencias) se apoya, esencial-
. relac1Ón con e es u . mente, en el supuesto de que la simple observación de los hechos y la
las más 1mportantes en . t que el lenguaje es creauvo,
por ejemplo, podríamos dec1r que, l?';l~s t~opiezan con el problema de elaboración de principios generales a partir de la generalización de las
los estudios basados en la obserd~faclO . s tanto inter como intraindi- observaciones por medio de procedimientos inductivos no constituye,
. . d
la ex1stenc1a e num . 1 d. - de mecanismos de contro1 que
erosísimas 1 erenCla por sí mismo, un modo apropiado o suficiente de hacer ciencia. El
viduales, lo que ~x1ge e 1s;;~esentatividad de las muestras. de científico -en opinión, por ejemplo, del filósofo Karl Popper- debe
garanticen, p~r eJemplol' ·lla ~ el repertorio real (actual y pos1ble) organizar la búsqueda de datos (i.e. la observación de la realidad)
lenguaje obtemdas en re acwn co . como ejemplos de conducta
1
guiado por una teoría previa acerca de cómo esta realidad está
del sujeto en estudio y su interpretalcwpn otro lado cabría señalar organizada o funciona, e interpretar sus datos no tanto como casos
. arosa o casua . or ' d 1 que pueden confirmar sus hipótesis sobre la realidad sino como
de ocurrenc1a no az . fl . sobre ciertos aspectos e a
también que la fuerte m uenc1a que
71
70
PSICOLOGIA DEL LENGUAJE. INVESTIGACION Y TEORIA
LA PERSPECTIVA PSICOLOGICA EN El ESTUDIO DEL LENGUAJE

ejemplos que pueden falsar o contradecir tales hipótesis, obligándole complejidad cognitiva del lenguaje, es el de la dificultad de elaborar
así a una reformulación de las mismas. hipótesis sobre los mecanismos y sistemas implicados en la conducta
El método hipotético-deductivo~ como habitualmente se denomi- ling~í~tica suficientemente p~ecisos como para generar predicciones
na este modo de proceder en ciencia, implica, pues, por parte del emp1ncas que puedan dar pie a observaciOnes no ambiguas en su
científico, el paso por diversas fases: en primer lugar, el investigador interpretación. Otro problema, denunciado originalmente por Her-
deberá elaborar hipótesis precisas acerca de aquel o aquellos aspectos bert Clark (1973), tiene que ver con la interpretación de los resultados
de la realidad que constituyen su objeto de ~studi~; a partir de .estas ~e lo.s, contrastes estadíst.icos y su, c.on frecuencia, inadecuada genera-
hipótesis, el investigador tendrá que reahzar ciertas deducciOnes hzacwn a grupos de suJetos o a tipos de materiales distintos a los
relativas al tipo de observaciones empíricas que puede esperar encon- utilizados en los experimentos originales.
trar en las diferentes condiciones de la realidad estudiada; finalmente, Un tercer tipo de dificultad, al que se aludirá también en el
el científico deberá comprobar de forma empírica la validez de sus capít~lo 12, es la e~tra<;>rdinaria. dific~lta~ ,de. utilizar la metodología
hipótesis y deducciones mediante la realización de estudios específi- expenmental en el ambito de la mvestigacwn sobre la producción del
cos a los que se denomina «experimentos». lenguaje (lo que exigiría la manipulación reversible de los contenidos
A grandes rasgos, los experimentos pueden ser definid<;>s como mentales y motivacionales de los sujetos), frente a su fácil utilización
situaciones artificiales y totalmente controladas de observaciÓn que, en el estudio de los procesos de comprensión (donde el experimenta- .
por sus características, permiten la contrastación empírica de hipótesis dor pu~de manipular có~odamente las características gramaticales y
sobre la relación de causalidad o relación funcional entre eventos. s~~ant1cas de los mensaJ.es y observar los efectos que tal manipula-
La capacidad de un experimento para co:r;tt~~star hipótesis. causales cwn pr~duce,sobre los s~Je.tos que deben comprender tales mensajes).
viene definida, esencialmente, por la posibilidad de mampular de Esta as1~~tna metodologica en .el estud}o de la producción y la
forma reversible ciertas variables (las llamadas «variables indepen- c~mprenswn puede resultar negativa (y as1 ha sido al menos durante
dientes», a las que se atribuye el papel o val<;>r de «causa» ~n la decadas) para la elaboración de teorías unificadas e integradas de la
hipótesis); también, por el control de otras vanables (las «vanables actividad lingüística humana.
extrañas», que pueden jugar también un papel causal pero q~e no En cuarto y último lugar, cabría señalar la dificultad de poder
están contempladas en la hipótesis), y por la observación y medida de lleva~ ~ cabo un control experimental riguroso y suficiente de las
los cambios que la manipulación de las variables independientes cond1:10nes contextuales en que se desarrolla la actividad lingüística
produce en las variables que se desea explicar (las llamadas «var~ables que, sm embargo, no atente contra la validez de los datos obtenidos
dependientes»). Cuando la natura~eza ~~ alguna. de las vana~les Esta exigen~i~ de control, que desde un punto de vista experimentai
independientes no permite un.a mampulacwn expenmental en ~enti?o posee~ condiciOnes muy precisas (vg. la eliminación de las variables
estricto (como ocurre con vanables como la edad, el sexo, el diagnos- extranas. o. su man~enimiento en valores constantes), resulta con
tico psicológico o clínico, etc., que son enormemente comunes ,y ~recue?cia. }ncompatible con la naturaleza misma del objetivo de la
relevantes en el estudio de la adquisición y los trastornos del lenguaje, mvest1ga710n. _En el caso del le~guaje, esta incompatibilidad se hace
por ejemplo), el diseño de la investigación implicará lo que se conoce tanto mas evidente cuanto mas molares e intencionales son los
como una manipulación de las variables independientes por selección aspectos de la conducta que interesan al investigador. Ello no impide
o, alternativamente, implicará la utilización de los llamados diseños reconocer el hecho de que el método experimental ha sido utilizado
cuasiexperimentales (cfr. Stanley y Campbell, 1971; León y Montero, de forma sis.temát~ca y ad~c~ada por los psicólogos del lenguaje de
1993, para una introducción). todas las onentacwnes teoncas proporcionando buena parte de lo
Aplicado a la investigación sobre el lenguaje, el método experi- que,. hoy por hoy, constituye el bagaje empírico esencial de las
mental conserva intacta su lógica y sus fases, pudiendo atribuir a su exphcacwnes psicológicas del comportamiento lingüístico humano.
utilización el desarrollo de la mayoría de las investigaciones psicolin-
güísticas de las últimas décadas (cfr. cuadro 2.3. para un ejemplo 3) La simulación como método de investigación
concreto de utilización del método experimental en el estudio del
lenguaje). No obstante, su empleo como herramienta capaz de clarifi- La.p~icología del lenguaje, como hemos venido indicando, tiene por
car la naturaleza de los procesos implicados en la conducta lingüística obJetivo 1~ e~~b~ración de teorías e hipótesis explicativas de la
presenta también ciertas peculiaridades y problemas que no siempre cond~cta lmgmstica. En el caso de la metodología observacional y
resultan fáciles de solventar. Uno de estos problemas, señalado, por expepmental, ~os, da~os conductuales q.ue sirven a la contrastación
ejemplo, por Alan Garnham (1985) y derivado de la extremada emp1nca de h1potes1s sobre el lenguaJe proceden de la actividad
72 73
TITULO: «Procesos deductivos e implicaturas conversacionales. Una aproximación experimental>>.
AUTORES: A. Riviere, E. Sarriá, J. Rubio, M. Núñez, M. Sotillo, L. Quintanilla y L. Arias.
REFERENCIA: Estudios de Psicología, 1991, 45, pp. 63-84.
.,
(ll

Marco teórico
La investigación analiza los procesos de inferencia que se realizan habitualmente en la comprensión del lenguaje. Frente a los n
or-
modelos tradicionales que interpretan la comprensión como un proceso limitado a la asignación de representaciones semánticas a o
representaciones fonológicas, este estudio asume, siguiendo a Sperber y Wi!son (1986), que la compcensión del lenguaje es un 0
)>
proceso que implica también una interpretación pragmática de las emisiones, es decir, que implica la construcción tanto de los
significados literales o •naturales• de los mensajes, como de los significados •no naturales• o intencionales (Grice, 1957). Según o
Sperber y Wilson (1986), la interpretación pragmática de los mensajes requiere y emplea una maquinaria inferencia! muy compleja.
m
Levinson (1983), por su parte, relaciona la teoría del significado no natural con el concepto de •implicatura••, es decir, con el z
conjunto de proposiciones que, sin ser expresadas explícitamente, se infieren de lo que se dice y forman parte de aquello que el 0
e
hablante trata de transmitir al oyente como significado intencional. Aunque Grice diferencia distintos tipos de implicaturas, el )>

m
estudio analizará sólo las implicaturas conversacionales, es decir, aquellas que se derivan de las Condiciones de participación en las
z
........:¡ conversaciones naturales. <
m
..J::. (ll
-i
Objetivos
- Determinar la realidad psicológica de las implicaturas conversacionales mediante un paradigma experimental. 0
)>
- Profundizar en la naturaleza de los mecanismos inferenciales propuestos por Sperber y Wilson (1986). En concreto, n
contrastar la hipótesis de que la comprensión de significados no naturales implica la intervención de procesos lógicos de o
z
verificación de proposiciones. -<
-i
m
Método
- Se construyeron interacciones indirectas simples tipo pregunta-respuesta (ejemplo 1) y se pedía a los sujetos que o;o
)>
reconocieran si la respuesta implicaba aceptar o rechazar la propuesta presentada en la pregunta.

1. Preg.: ¿Quieres conducir el Mercedes?


Resp.: Yo siempre conduzco coches caros.
- Se construyeron enunciados afirmativos que constituían implicaturas derivadas de las interacciones anteriores y se pedía a
los sujetos que evaluaran dichos enunciados como implicaturas verdaderas o falsas. Para el ejemplo 1, las implicaturas posibles

son:
Implic. 1 (V): «Los Mercedes son coches caros>>.
Implic. 2 (F): «Los Mercedes son coches baratos>>.

- Manipulando los factores <<tipo de interacciÓn>> (aceptación vs rechazo) y <<tipo de implicatura» (verdadera vs falsa), se
construyeron cuatro condiciones experimentales. Estas a su vez se rellenaron con ejemplos de cuatro contenidos diferentes (con
dos versiones para cada uno -una <<fácil>> y otra <<difícil>>-). Asimismo, se controló la dificultad léxica de los adjetivos de los
ejemplos.
- Todos los sujetos experimentales (120 estudiantes de psicología) resolvieron 32 problemas resultantes de la combinación de
:;;:
los factores <<aceptación/rechazo de interacciÓn>> y «verificación -verdadero/falso- de la implicatura>> (factores intrasujeto), .,
distribuidos en cuatro condiciones de aplicación que se derivaron de la manipulación experimental de dos factores (intersujeto): el m
;o
factor <<orden de presentación de las implicaturas respecto a la interacciÓn>> (antes vs después), y el factor «tiempo de realización de .,
(ll

m
la tarea>> (con dos valores «sesión única o inmediata>> -cada implicatura se seguía de su interacción o viceversa y todas se n
-i
realizaban en la misma sesión- vs «dos sesiones de tarea, con un intervalo de una semana entre ambas>> -cada sesión se dedicaba <
a la realización de todas las implicaturas o de todas las interacciones, pero no de ambas-). )>

Como variable dependiente se midieron los tiempos de reacción de la verificación de las implicaturas y de la respuesta de .,
(ll

aceptación o rechazo a las interacciones en las distintas condiciones. n


o
Resultados o
0
n
........:¡ Tras la realización de análisis de varianza univariados y multivariados, se observó que el tiempo de reacción en la verificación )>

(J¡ de las implicaturas se ve influido (disminuye) por la comprensión previa de las interacciones en que supuestamente están m
z
comprometidas dichas implicaturas. A su vez, los tiempos de reacción de comprensión de la intención (de aceptación o rechazo) de
las respuestas de las interacciones son también menores cuando previamente se han verificado las implicaturas que se suponen
m
relacionadas con ellas. La comprensión de las implicaturas difíciles se ve facilitada, asimismo, por la presentación previa e (ll
-i
inmediata de las interacciones correspondientes. e
o
o
Conclusiones o
Los resultados apoyaron la hipótesis de que en los procesos de comprensión intencional de las interacciones lingüísticas del .-
tipo pregunta-respuesta intervienen mecanismos de naturaleza lógica de verificación de proposiciones. Así pues, el experimento y m
z
sus resultados permitieron corroborar la hipótesis de que las implicaturas conversacionales definidas por Grice (1957) tienen 0
e
realidad psicológica e intervienen en la comprensión de interacciones lingüísticas indirectas. Igualmente, el experimento )>

proporcionó datos congruentes con la hipótesis de Sperber y Wilson (1986) de que la comprensión del lenguaje (y, específicamente, m

la comprensión del significado no natural) implica mecanismos de tipo inferencia!.

Cuadro 2.3.-Resumen y ejemplo de un estudio experimental sobre el lenguaje.


PSICOLOGIA DEL LENGUAJE. INVESTIGACION Y TEORIA LA PERSPECTIVA PSICOLOGICA EN EL ESTUDIO DEL LENGUAJE

lingüística que realizan organismos vivos -por lo general, sujetos múltiples dominios de la actividad humana (incluido, por supuesto, el
humanos- en situaciones de observación más o menos naturales y lenguaje -cfr. cuadro 2.4-).
controladas. Por el contrario, en el caso del empleo de las técnicas de Las ventajas de esta metodología en relación con las más tradicio-
simulación, estos datos son proporcionados por máquinas (concreta- nales (y teóricamente más neutras) de observación y experimentación
mente, ordenadores digitales) a las que previamente se les ha dotado se hacen particularmente evidentes cuando el objetivo de la investiga-
de unas memorias o «bases de datos» y unos programas de funciones ción científica es una forma de actividad cognitiva inteligente, como
de utilización de dichas memorias mediante los cuales se espera que el lenguaje, que implica, por parte de los organismos, la utilización de
resuelvan ciertas tareas de producción o comprensión del lenguaje sistemas complejos de conocimiento que deben ser revisados y actua-
(i.e. se espera que «actúen lingüísticamente» simulando la actuación lizados de forma casi continua en función de múltiples variables tanto
humana). internas como externas. En ese sentido, por ejemplo, la simulación
La interpretación de los ordenadores como organismos cuya hace posible, entre otros, el análisis simultáneo e integrado de la
actuación puede ser de utilidad para contrastar empíricamente mode- conducta lingüística en relación con un conjunto amplio de factores
los de competencia y 1o actuación humanas (vg. lingüística) no es, que de ningún modo podrían ser manipulados y/o controlados en un
evidentemente, una interpretación caprichosa o arbitraria. Por el mismo diseño experimental (y, mucho menos, en un diseño observa-
contrario, el empleo de la simulación en psicología se deriva del cional).
supuesto de que existe una equivalencia funcional entre las operacio- En las últimas dos décadas, y como consecuencia tanto del
nes computacionales que pueden ser realizadas por la mente humana desarrollo del paradigma computacional y de la tecnología de cons-
y las que pueden ser realizadas por un ordenador digital. Este trucción de ordenadores, como de la necesidad de estudiar formas
supuesto, que implícitamente presupone la idea de que la naturaleza cada vez más complejas y contextualizadas de la actividad lingüística
exacta del sustrato físico que sirve de soporte a una actividad es (vg. la producción y comprensión de textos coherentes y comunicati-
relativamente irrelevante para una caracterización funcional de esta vamente adecuados), la investigación del lenguaje ha ido recurriendo,
actividad, constituye, como veremos detenidamente en los capítulos 3 cada vez con mayor frecuencia, a los métodos de simulación. Como
y 7, uno de los supuestos básicos del llamado «paradigma computa- se irá viendo a lo largo de los distintos capítulos (y, especialmente, en
cional» que en las últimas décadas viene operando como núcleo, los capítulos 11 y 14), este tipo de investigaciones ha aportado y
tanto de la psicología cognitiva del procesamiento de la información continúa aportando resultados que constituyen una evidencia de
como de la Inteligencia Artificial (cfr. De Vega, 1982; y Schank y primer orden para la caracterización de la naturaleza inferencia! del
Abelson, 1987, Adarraga y Zaccagnini, 1988, 1994, para un análisis lenguaje y, también, para demostrar hasta qué punto las descripcio-
más detallado del paradigma computacional, de la lógica de la meto- nes formalizadas de la actividad lingüística y de los diferentes tipos de
dología de la simulación y sus ámbitos de aplicación en psico- conocimientos y capacidades implicados en su ejecución posibilitan la
logía). . explicación científica de esta compleja forma de conducta.
Los contenidos y, sobre todo, la estructura formal de los sistemas
de memoria y de los programas de funciones (i.e. los componentes de 2.3. Complejidad de la actividad lingüística
procesamiento que configuran «el programa» instalado en el ordena- y de su descripción científica
dor) operan por tanto, desde un punto de vista metodológico, de
forma análoga a como lo hacen las variables independientes de un El último aspecto que destacaremos en esta primera aproximación al
experimento: así pues, sus variaciones -las variaciones en la organi- programa de investigación de la psicología del lenguaje (además de su
zación de la estructura de conocimiento del sistema o en la naturaleza interés por el sujeto y la naturaleza empírica de sus procedimientos de
de los mecanismos de utilización de las bases de datos- se espera validación de teorías) se refiere a la naturaleza de su objeto de estudio
que produzcan efectos sobre la cualidad y 1o eficacia de la conducta -el lenguaje o la actividad lingüística- y a la complejidad de su
producida por el sistema (en este caso, el ordenador). En la medida en caracterización científica.
que la .elaboración de un programa de simulación (vg. para la Como ya hemos apuntado, existen criterios tanto sincrónicos
pro.d';I~~IÓn o la comprensión del lenguaje) exige del investigador una como diacrónicos que legitiman la afirmación de que la psicología del
deftmc.wn formal absolutamente precisa de los tipos de información lenguaje es la disciplina a la que corresponde la explicación científica
re9?en?os por el programa y de las estrategias y procesos de acceso y de la actividad lingüística; al mismo tiempo, no hay nada en principio
ut~hzac~ón de dicha información, la simulación proporciona una que impida suponer que ésta, la actividad lingüística, no deba conce-
evidencia crítica de cara a la contrastación de teorías relativas a birse a priori sino como una forma de actividad psíquica. Sin

76 77
TITULO: <<ELIZA: A Computer Program for the Study of Natural Language Communication between Man and Machine».
AUTOR: J. Weizenbaum.
REFERENCIA: Communications of the Association for Computing Machinery, 1966, núm. 9, pp. 35-45.
-o
Marco teórico en
()

El trabajo se desarrolló en la década de los sesenta, época en que se realizaron los primeros intentos de construir programas de o
r"
ordenador capaces de realizar tareas «inteligentes>> (entendiendo por tales las que caracterizan a los sujetos humanos inteligentes). o
G>
Así pues, no puede decirse que el trabajo se inscribiera en un «marco teórico>> propiamente dicho, sino más bien en una «idea>> )>
nueva que se sustentaba en los principios generales de las ciencias del cómputo y la analogía funcional de la mente humana y el o
ordenador (cfr. capÍtulos 3 y 7). m
r"

r"
m
Objetivos z
G>
e
El objetivo inmediato del proyecto fue construir un sistema computacional artificial capaz de emular un comportamiento )>

-......¡ indiscutiblemente «inteligente>> -la ejecución humana en una interacción conversacional-, de manera que, idealmente, no fuera m
00
distinguible de la ejecución de un interlocutor humano (emulación). Ese objetivo se encuadra en la línea de investigación sobre z
simulación del «lenguaje natural», cuyo objetivo es profundizar en los formatos, algoritmos y restricciones computacionales que <
m
eventualmente pueden permitir la construcción de sistemas artificiales capaces de interactuar en «lenguaje natural». en
_,
G>
)>
Método ()

o
La metodología habitual en este tipo de investigaciones se basa en un procedimiento de desarrollo denominado <<prototipaje z
rápido>> (rapid prototyping), que consiste en comenzar construyendo un programa que sólo es capaz de realizar una parte pequeña -<
-pero nuclear- de la tarea que se desea implementar para, a continuación, ir añadiendo sucesivas «capas>>, «prestaciones>> y _,
m
«datos>> hasta alcanzar el nivel de ejecución deseado. Se trata de una estrategia de aproximaciones por ensayo-y-error, a partir de o;o
una definición operativa de la tarea a implementar. La dificultad técnica del procedimiento estriba en mantener la coherencia )>

computacional del sistema a medida que se van añadiendo líneas de código, aunque la verdadera clave del éxito está, sobre todo,
en la realización de un adecuado análisis de la tarea en términos operativos.
Dado que toda interacción lingüística «natural» versa sobre algún tema, la gran idea (y la gran limitación) del proyecto ELIZA
consistió en reducir al mínimo este problema. La tarea que se postuló para ELIZA fue la de un psicoterapeuta «rogeriano>>
aplicando la técnica del «espejo>> en su conversación con un cliente. Por tanto, el único objetivo del sistema era «refejar>> en sus
intervenciones lingüísticas los contenidos temáticos introducidos por el interlocutor. A partir de aquí se realizó un análisis de las

frases básicas del inglés, identificando lo que pueden ser «contenidos>> frente a otros elementos lingüísticos. Se construyó un
algodtmo que, con la ayuda de un diccionado, detectaba las palabras de •contenido". A esto se le añadi6 otro m6dulo que
identificaba burdamente el tipo de interacción (pregunta, afirmación, negación, exclamación), ayudándose de claves tan sencillas
como la aparición de «?>>, «POR QUE>>, «NO>> o «!>> en el texto. Finalmente, se construyó un módulo que generaba respuestas
consistentes con lo obtenido en otros módulos y que incluía ciertos tipos de frases-comodín que se presentaban cuando no era
posible «interpretar>> el input. Así, por ejemplo, «POR QUE LO DICE VD,,, «CREO QUE NO LE ENTIENDo,,, etc. A partir del
comportamiento de este prototipo se fueron introduciendo modificaciones y añadidos hasta que el sistema se mostró capaz de
:;;:
mantener una «conversaciÓn>> razonablemente consistente. -o
m
;o
en
Resultados -o
m
_,()
El resultado de este trabajo fue un programa denominado ELIZA, que era capaz de mantener una conversaci6n en lenguaje <
)>
natural a través de un terminal (pantalla y teclado) de un ordenador central (mainframe) -posteriormente se han hecho versiones -o
reducidas en lenguaje BASIC, que pueden correrse en ordenadores personales tipo PC-compatibles-. La validación del sistema se en
()
hizo a base de colocar a personas delante de la terminal y pedirles que •conver¡aran" con el sistema para, posteriormente, pedir su o
r"
opinión acerca de la «eficacia>> con que el sistema <<conversaba>>. Resumiendo los resultados de este sistema de validación, puede o
\21 decirse que una gran mayoría de las personas (80% aprox.) consideraron el sistema como muy plausible en las primeras G>
()
interacciones (5-10 primeros pares pregunta/respuesta), aunque posteriormente la calidad del funcionamiento del sistema se )>

degradaba de forma muy rápida (i.e. las personas notaban que su interlocutor era «muy raro>> y/o no «comprendía>> m
z
adecuadamente). Con respecto a este sistema es muy conocida la anécdota de un empleado (vendedor) de la empresa informática m
en cuyo ordenador se había desarrollado el sistema, quien, por error, se conectó con ELIZA cuando quería comunicarse por r"

m
ordenador con otro empleado de la empresa. A continuación reproducimos (traducido) el diálogo que resultó, como ilustración del
tipo de resultados que se pueden obtener al di~logar con el sistema.
en
_,
e
o
o
o
m
(El empleado enciende el ordenador y aparece el primer mensaje de ELIZA)
m
ELIZA: Hola, ¿cuál es su problema? z
G>
EMPLEADO: ¿Podría utilizar el ordenador hoy? e
)>
ELIZA: ¿Por qué lo pregunta? m

EMPLEADO: Es que intento hacer una venta de un sistema de telecomunicación utilizando el ordenador.
ELIZA: ¿Qué ocurre? ¿Es que no está usted seguro de eso?
EMPLEADO: Es que mis clientes potenciales nunca han visto el ordenador funcionando.
PSICOLOGIA DEL LENGUAJE. INVESTIGACION Y TEORIA LA PERSPECTIVA PSICOLOGICA EN EL ESTUDIO DEL LENGUAJE

embargo, la simplicidad y obviedad aparentes de esta afirmación son


engañosas. Como es sabido, en psicología no existen definiciones
unívocas de conceptos como los de «función», «conducta» o «activi-
dad» y no existe tampoco uniformidad de criterios acerca de cómo
estos fenómenos pueden ser descritos y explicados de un modo
científicamente riguroso; en este sentido, no existe nada equivalente a
lo que podríamos denominar un único «enfoque psicológico», teóri-
camente homogéneo, en el estudio del lenguaje. No existe un único
modo de hacer psicología del lenguaje; más bien al contrario, hay
tantas «psicologías del lenguaje» como modos de explicación han ido
desarrollándose en la psicología científica a lo largo de su historia; de
forma equivalente a lo que ocurre en el estudio de otras formas de
comportamiento (especialmente, formas de comportamiento inteli-
gente), cabe describir y explicar psicológicamente la actividad o el
comportamiento lingüístico desde muy diferentes planos y pers-
pectivas.
¿Cuáles son estos planos y perspectivas? O, por decirlo de otro
modo, ¿de cuántas formas distintas puede describirse la actividad
lingüística en el contexto de la psicología científica? Aunque en otros
capítulos abordaremos también estas cuestiones, debemos introducir
ya aquí lo que constituyen los cuatro planos de descripción básicos
que pueden fundamentar una caracterización psicológica de la activi-
dad -en nuestro caso, lingüística- en términos científicamente
aceptables: el plano físico o neurobiológico~ el plano conductual~ el
plano intencional y el plano computacional. Nuestro comentario de
estos cuatro planos y de sus implicaciones teóricas y metodológicas
para la investigación psicológica será muy breve. Sin embargo, cree-
mos que sin esta referencia, difícilmente podrá el lector hacerse una
idea cabal de lo que ha sido el programa de investigación de la
psicología del lenguaje en décadas pasadas y de lo que constituye
su orientación general y sus interrogantes básicos en el momento
actual.

1) El plano físico o neurobiológico

Un primer plano que los psicólogos pueden adoptar para la caracteri-


zación científica de la actividad lingüística (como para la de cualquier
otra forma de la actividad de los sujetos) es el nivel de descripción
físico o neurobiológico. Dicho nivel de descripción implicará el
análisis sistemático del sustrato material en que se asientan tanto la
capacidad humana para el lenguaje como la actividad lingüística
efectiva, tanto en términos macroestructurales como microestruc-
turales.
En términos macroestructurales, la adopción de una perspectiva
física o neurobiológica lleva a identificar y a describir, por ejemplo,
los sistemas centrales y periféricos que participan en la producción y

80 81
PSICOLOGIA DEL LENGUAJE. INVESTIGACION Y TEORIA LA PERSPECTIVA PSICOLOGICA EN EL ESTUDIO DEL LENGUAJE

comprensión de las señales lingüísticas, así como sus diferentes basan .en el anál.isis de la r~lación de la conducta lingüística o el
estados en los distintos periodos de la evolución genética de las lenguaJe con obJetos o fenomenos externos o distintos a ella/él
especies y los individuos. En este primer nivel de descripción, el ~isma). Desde una lógica conductual, por ejemplo, el lenguaje podría
psicólogo del lenguaje podría examinar las correlaciones existentes mt.erpretarse como un conjunto de hábitos de respuesta que se hallan
entre estructuras anatómicas del cerebro y comportamientos lingüísti- baJo el control funcional de los estímulos o circunstancias del medio
cos concretos. Entre éstos últimos, podría incluir los comportamien- en q~e .~e desarrolla la actividad lingüística. En este sentido, la
tos lingüísticos asociados a daños o lesiones en ciertas zonas cerebra- ~escnpcwn ~e las ~espu~stas lingüístic~s en términos de su topogra-
les (vg. los llamados casos de afasias). Desde una perspectiva más fia, frecue~cia o Intensidad, y tambien la de sus antecedentes y
microarquitectónica, el psicólogo interesado por un nivel de descrip- cons~ct;encias en el ent~xno, constituirían objetivos pertinentes para
ción neurobiológico puede analizar, por ejemplo, el grado de especia- el psicologo del lenguaJe que adopta este nivel de descripción.
lización de ciertas neuronas o grupos de neuronas respecto a la
realización de ciertas tareas lingüísticas específicas (vg. su capacidad 3) El plano de las descripciones intencionales
para la detección de ciertos parámetros o rasgos de la señal del habla
durante la comprensión verbal). En un nivel ~uperior de descripción, irreduc.tible a su vez a cualquiera
La orientación neurobiológica en el estudio del lenguaje, a la que
genéricamente suele identificarse con la rúbrica de «neuropsicología
de !o.sante~IO~~,s, .cabe car~cterizar psicológicamente el lenguaje o la
actiVIdad lmgmstica en terminas intencionales centrando nuestra
del lenguaje», no será la orientación dominante en este libro. Pese a atención ah~ra. en la descripción tanto de los «co~tenidos proposicio-
ello, incluiremos algunas referencias a este nivel de análisis . e~ el nales o semanticos» de los mensajes como en el de las «actitudes» de
comentario de algunas de las modalidades y procesos de la actividad los u.suarios lingüísticos respecto a tales contenidos proposicionales.
lingüística (en concreto, en los capítulos 8, 12, 13 y 15). En última Media~te un len~~aje intencional, entonces, podemos analizar el
instancia, el lector interesado en esta perspectiva del estudio psicoló- contemdo proposiciOnal de una oración como «En enero habrá una
gico del lenguaje puede encontrar magníficas introducciones en caste- fuerte subida de la gasolina», pero, también, la actitud o intención
llano en los trabajos de Valle Arroyo (1991) y Manning (1988, 1990, que di.cho sig_nificado posee para el emisor o para el receptor de este
1992). Asimismo, dispone de traducción al castellano de algunos de enunciado: SI se trata de una información, de una queja, de una
los trabajos más importantes de la neuropsicología cognitiva del len- orden, etc.
guaje de las últimas décadas en la edición de lecturas preparada por Valle La utilización de una perspectiva intencional en el análisis del
Arroyo et al. (1990, vol. 2). lenguaje implica también, como en las anteriores, la introducción de
el~mentos ext.ralingüístic~s en la descripción del lenguaje (vg. el
2) El plano de la descripción conductual SUJeto que emite el mensaJe y sus actitudes proposicionales, la reali-
dad o a,specto de la ye.a~idad a que se.refiere el contenido del mensaje,
Un segundo nivel de descripción que puede ser adoptado en la etc.) asi como el anahsis de las relaciOnes que el mensaje guarda con
caracterización psicológica de la actividad y que, por tanto, también estos element~s. ?,in embargo, como habrá podido sospechar ya el
puede ser aplicado al estudio de la actividad lingüística humana, es el lector, la descnpcion de estos aspectos impone al psicólogo (o cuando
nivel conductual~ que corresponde a la descripción del comporta- men.os .no impide) la ~til.i~ación de un vocabulario mentalista que no
miento o la conducta manifiesta de los sujetos. En este nivel de se hmita a la descnpcwn de hechos manifiestos o directamente
análisis, lo que interesa estudiar básicamente en relación con el observables.
lenguaje son las acciones directamente observables en las que se El lenguaje, de.sde una perspectiva intencional, podría ser inter-
manifiestan las habilidades lingüísticas de los hablantes, aunque sólo pretad<? co.~o ~n mstrumento de representación de la realidad y de
las acciones o manifestaciones directamente observables. comumcacwn mterpersonal que remite a una realidad distinta a la
Desde una lógica de descripción conductual, estas manifestaciones suya propia y cuya descripción se apoya en la utilización de atribucio-
en ningún caso pueden ser descritas o interpretadas como derivados nes psicológicas o predicados mentales relativos a las ideas las
exclusivos de la actividad neurofisiológica, sino que requieren un creencias, los deseos o las expectativas de los sujetos que produ~en o
entramado teórico y conceptual propio, estrictamente psicológico. comprenden los mensajes lingüísticos. Desde este plano de análisis
Dicho entramado descansa en un lenguaje típicamente observacional pues., se dirá qu.e los sujeto's «informan», «prometen», «preguntan»:
que excluye la referencia a todo constructo mentalista y que impone «entienden». o «Interpretan» los mensajes lingüísticos, o que «hablan
definiciones extensionales de la conducta (i.e. definiciones que se de», «reflexiOnan sobre» o «recuerdan» ciertas ideas contenidas en
82 83
PSICOLOGIA DEL LENGUAJE. INVESTIGACION Y TEORIA LA PERSPECTIVA PSICOLOGICA EN El ESTUDIO DEL LENGUAJE

tales mensajes. En otro orden de cosas, se presupondrá la idea de que organización interna del conocimiento y/o el sistema de procesamien-
los enunciados o verbalizaciones de los sujetos no están tanto bajo el to lingüísticos. A diferencia, por tanto, de otras formas de descripción
control externo de las circunstancias del ambiente cuanto bajo el de la actividad, las descripciones computacionales presuponen el
control mismo de las actitudes intencionales de los sujetos que los recurso a sistemas complejos de reglas y de principios abstractos de
producen o interpretan. descripción capaces de dar cuenta de la organización de los sistemas
de conocimiento y procesamiento de la información lingüística en sí
4) El plano de las descripciones computacionales mismos (vg. gramáticas). En ese sentido, imponen una dependencia
disciplinar respecto a la lingüística y otras ciencias formales -como
En cuarto y último lugar, y desd~ ha~e ap~oximadament~ t~~s déca- la lógica o las matemáticas- que no resulta necesaria en otras
das, cuenta también la psicolog1a c1entif1ca con l_a pos1b1hdad de formas de caracterización psicológica del lenguaje (cfr. capítulo 6
describir la actividad lingüística desde una perspectiva o plano com- para un análisis pormenorizado de este punto).
putacional. Desde esta perspectiva,_ que ep sus formulacio~es iniciales
se identifica con la llamada «psicologia del procesamiento de la
informaciÓn» y cuyos supuestos teóricos básicos serán ampliamente 3. EL ESTUDIO PSICOLÓGICO DE LA CONDUCTA LINGÜÍSTICA:
comentados en los capítulos 6 y 7, la actividad lingüística es vista UNA SÍNTESIS
como el resultado de la aplicación de un conjunto de reglas. o
algoritmos de computación específicos so~re _tipo~ de representacH~­ Como ya hemos sugerido, los planos de descripción neurobiológico,
nes simbólicas que, en el caso del lenguaJe, Implican tanto conoc~­ conductual, intencional y computacional se refieren a clases naturales
mientos específicamente lingüísticos o gramaticales (vg. el conoci- de fenómenos que son irreductibles entre sí (de forma que, por
miento de los tipos de unidades y reglas que. conforman una lengua) ejemplo, resultaría epistémicamente inaceptable desde una perspecti-
como conocimientos o información de carácter más general (vg. va no reduccionista tratar de describir o explicar las observaciones
conocimientos del sujeto sobre la realidad, la situación comunicativa, realizadas en el plano intencional mediante las categorías que permi-
el interlocutor, etc.). En este sentido, la actividad lingüística se ten dar cuenta de las observaciones derivadas de un análisis neurobio-
interpreta como el resultado de un conjunto de procesos u operacio- lógico o conductual). Sin embargo, los cuatro planos señalados deben
nes mentales de tratamiento y manipulación de símbolos o represen- verse como alternativas de caracterización de la actividad humana
taciones que, con frecuencia, operan por debajo del nivel de_ la que fundamentan «modos de explicaciÓn» posibles en psicología y
conciencia de los usuarios (aunque, ocasionalmente, puedan refenrse por tanto también en la psicología del lenguaje. Como iremos viendo
a actitudes intencionales de los individuos). Estas operaciones menta- a lo largo del próximo capítulo, estos distintos modos de explicación
les cuya definición no puede confundirse con la descripción de la han ido constituyendo el soporte básico de las distintas escuelas
co~ducta observable en sí misma, se rigen por principios formales teóricas surgidas en la psicología del lenguaje del último siglo.
que son independientes tanto del c~mtenido de los mensaj~~ como de Con frecuencia, los psicólogos han tendido a interpretar cada uno
las creencias y expectativas de los Interlocutores que paruc_Ipan .e~ el de estos modos de explicación como excluyentes y potencialmente
intercambio comunicativo: ello lleva a suponer que cabe Identificar autosuficientes para la explicación del lenguaje. Sin embargo, a la luz
principios relativos a la organización interna del sistema cognitivo del alcance de las propuestas desarrolladas hasta la fecha, este tipo de
que son comunes por tanto a la producción/comprensión de me~sajes interpretaciones resulta altamente cuestionable. Más bien, lo que
verdaderos o falsos, de mensajes congruentes con las expectativas o cabe postular es algo bien distinto, a saber, que dado el carácter
intenciones de los hablantes o de mensajes incongruentes. derivado de la noción de lenguaje que por lo general se emplea en la
Las descripc_iones computacio~ale_s, emplean t~n.:tbién,. p~~s, . un caracterización del objeto de estudio de la psicolingüística (derivado
lenguaje mentahsta en la caractenzacwn de 1~ activi?ad, h_ngms~ICa, respecto de la conducta observada en ciertos organismos), estos
en el sentido de que ni los tipos de representaciOnes s1mbohcas m los distintos modos de explicación deben verse como compatibles aunque
algoritmos de computación en que se basan constituyen objetos mutuamente irreductibles entre sí en relación con la explicación
observacionales per se. Sin embargo, a diferencia del plano de la psicológica del lenguaje y/o la actividad lingüística.
descripción intencional, la caracterización funcional ~e estos _ele~e~­ En la figura 2.1 se presentan de forma esquemática e integrada
tos no requiere la referencia a elementos externos al sistema lmgmsti- estos cuatro niveles de descripción de la actividad, en un intento de
co (vg. el contenido o la intención de los mensajes), sino que puede presentar sus conexiones y posibles aportaciones al estudio psicológi-
realizarse a partir de criterios directamente relacionados con la co del lenguaje sin tener que renunciar a priori a ninguno de ellos.

84 85
LA PERSPECTIVA PSICOLOGICA EN El ESTUDIO DEL LENGUAJE
PSICOLOGIA DEL LENGUAJE. INVESTIGACION Y TEORIA

Con el objeto de recordar que el objetivo general de la psicología


DOMINIOS
es la explicación de la actividad humana, hemos representado, en
primer lugar (parte superior del esquema), el concepto general de
ASPECTOS
ASPECTOS
GENERALES
dominio. En la medida en que un criterio básico para la definición de
liNGÜÍSTICOS un dominio de actividad es la naturaleza de los tipos de conocimiento
que están implicados en su ejercicio (García-Albea, 1981), se ha
establecido una primera diferenciación entre el ámbito correspon-
COMPETENCIA +-¡ diente a las actividades lingüísticas y el ámbito de actividades de
COMUNICATIVA carácter más general (vg. solución de problemas no lingüísticos,
BASES
DE
COMPETENCIA
UNGÜÍSTICA ....
/ i
comunicación no verbal, etc.).
Para cada uno de estos dos tipos de dominios, como puede
observarse, cabe identificar, desde una perspectiva computacional,
(GRAMÁTICA) ....
~
CONOCIMIENTO
CONOCIMIENTO mecanismos de procesamiento también distintos en función de la
A GENERAL naturaleza de las representaciones sobre las que operan. De este
modo, cabe diferenciar el conjunto de mecanismos de procesamiento
~0 que operan sobre información de tipo gramatical del de los que
0 0 operan sobre información o representaciones extralingüísticas; estas
------- ---------- ------ --------- últimas representaciones, por su parte, pueden servir de base también
--------- -- ----------
a las descripciones intencionales de la conducta lingüística.
En un nivel diferente de análisis (parte inferior del esquema)
------------------------ -------- aparece representado el plano de descripción correspondiente al
sustrato neurobiológico de la actividad lingüística. También aquí,
r r r como puede observarse, cabría distinguir entre dos tipos de mecanis-
PROCESADOR ® PROCESADOR {,\
mos neurales distintos. Los primeros, más compactos y preformados,
MECANISMOS
DE DEL CD DE 0 serían aquellos que hipotéticamente están vinculados con las funcio-
nes lingüísticas a las que se supone un carácter innato; los segundos,
PROCESAMIENTO LENGU~E 14
~~+-~----~__M_E_N_s_A_JE_s____~
más equipotenciales y plásticos, se supone que podrían estar funcio-
nalmente vinculados a otros dominios más generales (no lingüísticos)
de la actividad del sujeto. Tal y como ha demostrado la investigación
( neurolingüística, una de las evidencias empíricas que justifican esta
diferenciación es la de que la estimulación o la lesión de unos u otros
tipos de mecanismos conlleva formas de comportamiento lingüístico
y no lingüístico relativamente diferenciables entre sí (cfr. Manning,
)
J 1988; Valle Arroyo et al., 1990, vol. 2; Valle Arroyo, 1991, para una
Mecanismos revisión de datos clínicos y experimentales).
Mecanismos En último lugar, y reflejando ya el plano de la conducta o
SUSTRATO neurales neurales
NEUROBIOLÓGICO "compactos" "equipotenciales" comportamiento manifiesto, aparece representado en el esquema el
plano de descripción conductual.
Como iremos viendo a lo largo del próximo capítulo, la preferen-
cia por un nivel de descripción u otro (conductual, neurobiológico,
computacional, etc.), así como la incorporación o la exclusión, como
objeto de análisis, de los componentes de la actividad lingüística que
COMPORTAMIENTO aparecen reflejados en este esquema (numerados del 1 al 4), configu-
MANIFIESTO ran y permiten la caracterización diferencial de la mayoría de las
aproximaciones teóricas al estudio científico moderno del lenguaje
Figura 2.1.-Representación gráfica de los distin~o.s planos de descripción científica de -y, de forma muy especial, de las desarrolladas en el ámbito
la actividad lingüística, con sus componentes bas1cos (adaptado de lgoa, 1991a).
87
86
PSICOLOGIA DEL LENGUAJE. INVESTIGACION Y TEORIA

psicológico-. Así, por ejemplo, los componentes 1 y 2 representan Capítulo 3


con relativa claridad las piezas y los objetivos nucleares y clásicos de
las explicaciones cognitivas o mentalistas del lenguaje (tanto las EVOLUCION HISTORICA DE LA PSICOLOGIA DEL LENGUAJE
elaboradas en un lenguaje intencional-centradas en el significado y
las funciones de los mensajes- como las elaboradas mediante un
vocabulario computacional -centrado más propiamente en las ope-
raciones formales de cómputo que hacen posible la producción y
comprensión de mensajes gramaticalmente bien formados~). Los
elementos identificados en el esquema con el número 3, por su parte,
indican lo que tradicionalmente ha constituido el núcleo central del
quehacer científico de los lingüistas, de los psicólogos cognitivos
interesados en el estudio de la representación del conocimiento en
general y de los estudiosos de la Inteligencia Artificial interesados en
el estudio de las distintas formas de actividad compleja y/o inteligen-
te. Dado que estos componentes de conocimiento constituyen, desde
un punto de vista cognitivo, uno de los elementos cruciales de las
explicaciones del procesamiento lingüístico, su análisis resultará per- 1. INTRODUCCIÓN
tinente también para el estudio psicológico del lenguaje.
Los componentes numerados en el esquema con el dígito 4 Tal y como se apuntó en el capítulo anterior, el reconocimiento del
definen, como ya hemos sugerido, el ámbito disciplinar básico de la interés del estudio psicológico del lenguaje, o, si se prefiere, el interés
neuropsic~ogía cognitiva del lenguaje, mientras que en el nivel de la por dar cuenta del lenguaje en tanto que proceso y producto de la
descripción del comportamiento manifiesto cabría situar las distintas actividad de un sujeto y no tanto en su calidad de «objeto» autónomo
aportaciones realizadas desde el conductismo. El estudio integrado de o independiente de tal sujeto, constituyó un logro del siglo XIX que
estos componentes y de todos los anteriores configura, en última vino propiciado por el trabajo de unos pocos aunque significativos
instancia, el quehacer de la actual ciencia cognitiva. lingüistas (vg. Von Humboldt o Heymann Steinthal). Por otro lado, a
partir del último tercio del siglo y a medida que la psicología cien-
tífica fue cristalizando y diferenciándose paulatinamente del resto de
las ciencias, el estudio del lenguaje comenzó también a ser objeto de
análisis por parte de los psicólogos científicos; como consecuencia
de ello, comenzarían a surgir distintas «psicologías del lenguaje», es
decir, distintos modos de describir y abordar la explicación del
lenguaje en el ámbito de la nueva ciencia.
En líneas generales, estas «psicologías del lenguaje» representan el
intento de los psicólogos por aplicar al ámbito del funcionamiento
lingüístico sus respectivos modos de concebir la explicación psicoló-
gica científica, sus objetivos, sus supuestos y sus recursos conceptua-
les y metodológicos, es decir, sus concepciones meta teóricas. En este
sentido, estas corrientes de la investigación psicológica admiten ser
evaluadas no sólo en cuanto a su capacidad para dar cuenta de las
funciones y actividades lingüísticas, sino también en cuanto a su
capacidad para explicar otras formas de actividad inteligente o
compleja.
A lo largo de las páginas que siguen, trataremos de presentar de
forma sucinta los hitos principales de la breve pero apasionante
historia de la psicología del lenguaje, sus principales «escuelas» o
corrientes teóricas, sus figuras o autores más importantes, los proble-

88 89
EVOLUCION HISTORICA DE LA PSICOLOGIA DEL LENGUAJE
PSICOLOGIA DEL LENGUAJE. INVESTIGACION Y TEORIA

los aspectos que, en su opinión, re~ultan más distintivos del lenguaje


mas teóricos que articularon sus investigaciones empíricas y las verbal humano: los aspectos relac10nales o sintácticos. A partir de
aportaciones y limitaciones más importantes de éstas. -Lo que preten- este mome_nto, pues, y de forma paralela a su intento de explicación
demos no es, por supuesto, hacer una revisión ni exhaustiva pi del lengua)~ en tanto que producto cultural (i.e. en tanto que ergon
teóricamente aséptica. Trataremos, eso sí, de proporcionar algunas cuyo estud10 c?~r~sp<?nde. ~ la psicología de los pueblos y a los
de las claves históricas que permiten entender por qué, hoy por hoy, met?dos de anahsis histoncistas), Wundt tratará de analizar el len-
los psicólogos del lenguaje estudian las cosas que estudian de la guaJe desde la perspe~tiv~ de la psic~logía general interpretándolo
forma en que las estudian, ya que, en el resto de los capítul<?s ,de ~ste com? un proceso o energeta que, estudiado mediante métodos intros-
volumen serán precisamente estas cosas -los problemas, hipotesis y pectivos. (_co~~ el resto de ,los pro~esos cognitivos), podría permitir
resultad~s generados por la psicolingüística actual en relación con las una ~l~nficac10n de los fenomenos mternos y externos de la actividad
funciones y las distintas modalidades de actividad lingüística- los cogmtiva ~u~ana y, de modo muy especial, uno de los mecanismos
que centrarán definitivamente nuestra atención (el_lector,po~o f~~i­ que, en op~mon de Wundt, result~n más básicos para la explicación
liarizado con la historia y los conceptos de la psicologia cienttfica d~, la actividad mental: el denommado mecanismo de la «apercep-
debería consultar, antes de continuar la lectura de este capítulo, CIOn» 1 •
trabajos como el de Caparrós, 1986, para una introducción sencilla y . Las ~eflexio~es de Wundt sobre el lenguaje, en el ámbito de su
en castellano a los principales paradigmas teóricos de la psicología psicologia expenmental, fueron pues, en lo esencial reflexiones sobre
científica y su evolución a lo largo del siglo XX). la activi?ad ling~Ística y sobre «los procesos ment~les que preceden,
acoll?-panan y siguen a (la comprensión y la producción de) las
oraci~nes» (Blumenth.al, 1970, .l?· 16). Dichos procesos, idealmente,
2. PRIMERAS APORTA ClONES: WUNDT Y EL INTENTO deJ:'enan poder ser ?bJeto tambien de observación científica mediante
DE UNA PSICOLOGÍA INTROSPECTIVA metodos mtrospecttvos; no obstante, en la práctica nunca llegaron a
serlo.
Desde que Blumenthal sistematizara en su libro Language and Psy- Segú~ Wund~, P?r ejemplo (cfr. también Miralles, 1986), el habla
chology: Historical aspects of psycholinguistics (1970) los desarrollos natural.uen~ su IlllCIO en la apercepción de una impresión general de
y aportaciones de la psicología del lenguaje des~e el ~iglo XIX ~asta 1~, conciencia. }la Ge:amtvorstellung). Al ser apercibida esta impre-
aproximadamente 1960, resulta indudable la existencia de un cierto ~lOn, _1~ atenc10n reahza sobre ella un proceso de análisis que permite
«clima de opiniÓn» favorable al reconocimiento de Wilhelm Wundt Identificar su~ componentes elementales y, al mismo tiempo, identifi-
como autor de la primera teoría psicológica sobre el lenguaje con ca~ .l~s relac10nes estructurales que estos tienen entre sí. Dicho
significación paradigmática. En líneas generales, lo que implic~ esta anah.sis, cuando . incluye la relación lógica de un sujeto con un
corriente de opinión es reconocer que fue Wundt qmen por pnmer~ predicado, constituye. la base sob~e la que se construyen (y se
vez ofreció explicaciones sobre el lenguaje (ahora veremos de que comprenden) las orac10nes. ~1 a~ahzar el proceso de comprensión,
aspectos en concreto) que estaban formuladas desde un.a teoría PO! Otro lado, W~~dt destaco la Idea de que, puesto que la oraciÓn
psicológica y que, además, sirvieron como punto de p~rttda para exige una ?rdenac10n secu~?cial de los constituyentes lingüísticos, el
debates o desarrollos que, de un modo u otro, contnbuyeron a orden de estos en la orac10n se supone que influirá sobre cómo el
perfilar las líneas maestras de algunas de las reflexiones psicoló~icas hablante reconstruye la G~samtvorstellung. En cualquier caso (y en
que sobre el lenguaje tuvieron lugar, al menos, durante el pnmer lo que muchos han considerado como un precedente directo de
tercio del siglo XX.
La preocupación de Wundt por la explicación del lenguaje, según l. _El tér~ino <<apercepciÓn», utilizado inicialmente por Leibniz, sirvió en la filosofía alemana
nos informa Blumenthal (op. cit.), fue prácticamente una de las para _dife~enciar e~tre la <<sensación pasiva>> y los contenidos mentales y conscientes de la
constantes de su vida intelectual, si bien, a lo largo del tiempo, sufrió, e~pene~cia sensonal. .L,a referencia al mecanismo o proceso de la apercepción permitió así
como tantas otras, el largo proceso de cambio y evolución de toda la diferenciar lo que los filosofas de esta tradición interpretaban como los dos rasgos fundamentales
d~ la men~e humana: el hecho de que la experiencia mental no se compone de unidades mínimas
obra de este autor. Así, tras un breve periodo en el que, influido por aisla?a~ SI~o que es una experiencia unitaria (lo que contradecía los supuestos del empirismo
la psicología de los pueblos, adoptó las tesis historicistas de los asociacwmsta de Locke), y el hecho de que esta experiencia implica una actividad constructiva de la
lingüistas de la época (lo que le granjeó la simpatía de los ]unggram- mente en ve~, de un r~flejo pasivo de los eventos externos. En la psicología experimental de Wundt,
matiker en el momento de ocupar su cátedra en Zürich -1874--), la af~rcepcwn fue I~terpretada como un proceso mental cuya ejecución puede ser rastreada
empmcamente a traves de la medida de los tiempos de reacción en tareas de identificación de
Wundt comienza a interesarse por las posibilidades de la adopción de estlmulos (Gregory, 1987).
la lógica como base para el estudio experimental del lenguaje y por
91
90
PSICOLOGIA DEL LENGUAJE. INVESTIGACION Y TEORIA EVOLUCION HISTORICA DE LA PSICOLOGIA DEL LENGUAJE

algunas de las interpretaciones modernas sobre este proceso), la más tarde, y gracias en buena medida, al trabajo de recopilación y
influencia de la organización superficial de las frases es pequeña traducción de Blumenthal, cuando los psicólogos occidentales descu-
debido a la rapidez con que el oyente interpreta la secuencia de brieron el carácter pionero de algunas de las ideas de este prolífico
sonidos. Por esta razón, observaba Wundt, el oyente olvida pronto autor y cuando, asombrados, comenzaron a reconocer en sus comen-
las palabras exactas de la oración aunque comprende y retiene tarios algunas de las intuiciones con que tradicionalmente se han
perfectamente en su memoria el significado de lo que le ha dicho el identificado los capítulos más brillantes de la historia de nuestra
hablante. disciplina.
Para Wundt, por tanto, la producción y comprensión de las
oraciones constituye un proceso cognitivo cuya interpretación ejem-
plifica bien la necesidad de explicar la actividad psíquica humana 3. LOS ASOCIACIONISMOS MENTAL Y REFLEXOLÚGICO
sobre la base de funciones tanto analíticas como sintéticas. En esa COMO PRECEDENTE: EL INTENTO DE CONSTRUCCIÓN
misma medida, la producción y comprensión de oraciones permite DE UNA PSICOLOGÍA OBJETIVA
cuestionar la validez de explicaciones asociacionistas del lenguaje,
como la sostenida por algunos de los lingüistas de su misma época Un precedente de interés también en el análisis de la evolución
(vg. Paul, en sus Principios de historia del lenguaje de 1886 -c.e. histórica de la psicología del lenguaje en tanto que disciplina científi-
Blumenthal, 1970-- y también apartado 2 de este mismo capítulo), ca, y que resulta prácticamente simultáneo en el tiempo a la obra de
que interpretaban la oración como la expresión lingüística de la Wundt, es el de los asociacionismos mental y reflexológico. El
asociación de varias ideas o grupos de ideas en la mente del hablante primero, deudor teórico del asociacionismo inglés de James Mili y
o que veían la producción del habla como un simple proceso de Stuart Mili y de la filosofía empirista de Locke y Hume, constituyó,
formación de asociaciones entre elementos lingüísticos -las pala- como es bien sabido, uno de los caldos de cultivo de corrientes
bras- y elementos mentales -las ideas- individuales (cfr. Blumen- psicológicas tan importantes en el ámbito psicológico anglosajón
thal, 1970, y Percival, 1980, para un análisis en profundidad de estas como la del asociacionismo verbal y el conductismo. El asociacioni~­
posiciones en la lingüística decimonónica). mo reflexológico, deudor más bien del trabajo de psicofisiólogos
Las críticas dirigidas por Wundt en su Die Sprache (1901) contra como Helmholtz, Sechenov y Paulov, proporcionó también algunos
explicaciones asociacionistas como la de Paul sirvieron de acicate al de los conceptos y principios que han sustentado la investigación
parecer, para la publicación de algunas de las primeras obras pro~ia­ psicológica tanto de los psicólogos soviéticos como de algunos de los
mente psicolingüísticas del siglo XX (vg. los Fundamentos de la psicólogos anglosajones más importantes del siglo XX.
p~icolC?,gÍa d~llenguaje, llevada a cabo por Ditrich en 1903 o, apenas
d1~z anos mas tarde, los Problemas de la psicología del lenguaje, del 3.1. El asociacionismo inglés y el asociacionismo verbal
mismo autor). En estas obras, por ejemplo, se perfilaron con más
claridad que en los trabajos del propio Wundt nociones como la de Como es sabido, la doctrina asociacionista, es decir, la posibilidad de
estructura superficial y profunda de los enunciados, o interpretacio- explicar fenómenos complejos como la mente, la conciencia o la
nes como la de que la sintaxis constituye la base de la estructura del conducta mediante la identificación de sus elementos constitutivos
lenguaje (cfr. Blumenthal, 1970, y también Miralles, 1986). Sin em- más simples y la descripción de un conjunto reducido de principios
bargo, no fue esta línea prowundtiana la que dominó los desarrollos reguladores de las relaciones entre ellos, constituye uno de los
de la psicología del lenguaje en los albores del siglo XX. El malestar precedentes filosóficos más sólidos de la psicología científica y tam-
que produjeron entre un cierto sector (al parecer influyente) de bién una de sus características más acentuadas en las primeras
li~~ü_i~tas las críticas de Wundt contra Paul, el ataque frontal que le décadas de su andadura (incluida, aunque con matices, la psicología
d1ng10 Anton Marty (un discípulo de Brentano que criticó duramente experimental del propio Wundt).
la interpretación wundtiana de la producción de oraciones y el Para los psicólogos y lingüistas asociacionistas, como para sus
recurso a mec~nismos_psicológicos en la explicación del lenguaje) y, precursores en el ámbito filosófico -los promotores del llamado
sobre t~d~, la_ mcapac1dad del estructuralismo wundtiano para supe- «asociacionismo inglés»-, el mundo mental podría ser recompuesto,
rar las limitaciOnes metodológicas de la introspección en el estudio de explicado, a partir de combinaciones de componentes básicos tales
los. procesos cognitivos, consiguieron apear prácticamente del carro como las sensaciones, las percepciones sensoriales y las ideas (ideas
actr~o. de la psicología experimental las ideas (nunca contrastadas concebidas en términos muy simples, como copias o representaciones
empincamente) de Wundt sobre el lenguaje. Habría de ser mucho de sensaciones elementales); dichas combinaciones, por su parte,
92 93
PSICOLOGIA DEL LENGUAJE. INVESTIGACION Y TEORIA
EVOLUCION HISTORICA DE LA PSICOLOGIA DEL LENGUAJE

podrían describirse sobre la base de una serie de prit?-~ipios o ,leyes amplio de sujetos y ?epalabr~s (mil y doscientas cincuenta, respecti-
reguladoras básicas -las llamadas leyes de la asoczaczon-. As1~ p~r vamente) y tras analizar estadtsticamente la frecuencia de las respues-
ejemplo, la ley de la contigüidad (según la cual, dos procesos pstqm- tas dadas a cada estímulo, Kent y Rosanoff identificaron cuáles eran
cos simultáneos o sucesivos tienden a asociarse), la ley de la frecuen- las palabras con mayor probabilidad.fle asociación para cada estímu-
cia (las asociaciones más frecuentes son las que resultan más durade- lo (las llamadas «respuestas primarias») y cuáles las de valores
ras y estables), la ley de la recencia (las asociaciones má~ r~cie_ntes son inferiores de ocurrencia (las llamadas «respuestas asociativas débi-
también las más duraderas y estables), las leyes de la szmzlarzdad y el les»). A partir de aquí establecieron una distinción que ha sido
contraste, la ley de la vivacidad, etc. . . extrao:dinariamente fértil para la investigación experimental del
En el ámbito específico del lenguaje, las interpretaciOnes asocta- lenguaJe tanto normal como patológico: nos referimos a la distinción
cionistas (junto a su fundamentación empiricista y su inte~és p~r e~tre la~ l.la~ad~s. «asociac~ones comunes o esperables» y las «asocia-
hacer de la psicología una ciencia objetiva) condujeron a los mv~sti­ ciOnes Idwsmcraticas o bizarras» (cfr. Belinchón 1987 para una
gadores del último tercio del siglo XIX y principios del XX a re~lizar ?e
rev:isión 1~ ,utili~ad ~e .esta distinción en el ámbit~ de, p~r ejemplo,
análisis de la actividad lingüística en los que: a) el lenguaJe se la mvestigacwn psicologica del lenguaje psicótico).
identifica con sus unidades terminales u observables más simples, es La. segunda de las líneas de investigación que componen el núcleo
decir, las palabras; b) a su vez, las palabras se interpretan co~? empínco del «descriptivismo asociacionista» parte también del re-
manifestaciones de unidades o componentes elementales de la actiVI- cuent.o de las frecuencias de las respuestas, pero, a diferencia de la
dad mental -las ideas o sensaciones-; e) la actividad de produc- antenor, su interés no se orienta al análisis de la frecuencia de las
ción/ comprensión del lenguaje se interpreta como r~sultad<? d~, l~s asociaciones s~no que se limita a la ordenación de las palabras en base
relaciones asociativas que se establecen entre estas umdades lmgmsti- a su frecue~cia de ocurrencia ,en un idioma (su frecuencia de uso).
cas elementales -especialmente, por el principio de contigüidad- en Estos estudws, que. durante decadas resultaron enormemente perti-
la mente de los hablantes y oyentes. nentes para el estudio del aprendizaje verbal, dieron pie a la elabora-
Aunque el asociacionismo no constituye en sí mismo un enfoque ción de algunos principios de carácter general derivados del análisis
psicológico homogéneo sino, más bi~n, una filosofía ~,xpli~at~~a _que matemático de las. distrib~ciones de frecuencias de palabras como la
subyace a diversos enfoques psicologicos ,-Y tambien lmgmstt~os llamada .«ley de Zipf» (Zipf, 1936, 1945). Dicha ley establece que la
(vg. Paul, 1886; Bloomfield, .1914; y ya mas cerca de nue.stros dias, frecuencia de uso real de una palabra es una función lineal de su
Harris, 1951; Hockett, 1955 y Pike, 1954-60)-, puede decirse qll;e .su posición en una e~cala teórica de frecuencias, lo que equivale a decir
reflejo en la psicología experimental del lenguaje fue claro y explicito que .en el lenguaJe !eal se hace un uso frecuente de un conjunto
ya en el primer tercio del siglo XX, situ~n~o~e en la .ba~e .del rel~tiyamente reducido de palabras y un uso mínimo del resto.
movimiento conocido con el nombre de descrzptzvzsmo asoczaczonzsta Asimismo, los estudios centrados en la frecuencia de uso de las
o asociacionismo verbal. Con posterioridad, la influencia del asocia- palabras dieron pie a la elaboración de listas o «diccionarios» de
cionismo verbal se haría sentir también con extrema claridad en la palabras orde~adas por su frecuencia de aparición. Tales listas (vg.
obra de algunos de los más destacados psicólogos conductistas (vg. las de ~horndike y Lorge, 1944, y Kucera y Francis, 1967, para la
los conductistas mediacionales). leng~a mglesa,. o las de Juilland y Chang-Rodríguez, 1964, para el
Los primeros trabajos sistemáticos sobre. asoci~ciones v:erbales esp~n~l) han, sido profusamente utilizadas por los investigadores de
que se realizaron en el contexto de la psicologia exper~mental las ultimas decadas como base para la elaboración de los materiales-
tuvieron lugar, como ya hemos ~eñalado, en los albores de~ SI~~o XX estímulo utilizados en _los experimentos de aprendizaje verbal y, fuera
y se caracterizan por un interes acentuado por la descnpcio!l d.e ya del marco conductista, en los experimentos de reconocimiento de
la estructura externa de los mensajes y por los aspectos cuantitati- palabras (cfr. capítulo 9). ·
vos de la asociación. Este interés, a grandes rasgos, tomó cuerpo en . En t~rcer y ~ltim? lugar, ca?ría hablar de,una serie de investiga-
tres líneas de investigación empírica sobre el lenguaje (cfr. Santa- CIOnes (estas mas bien de caracter metodologico) centradas en la
cruz, 1984). definic~óny ope~ativización d~ índices asociativos empíricos. Algunos
La primera de estas líneas tiene su exponente ~ás. claro en l?s de los mdices mas representativos de esta modalidad son la «latencia
trabajos de Kent y Rosanoff (1910) con la llamada tecnzca de asocza- o tiempo de reacción en tareas de asociación libre» (Thumb y Marbe,
ción libre discreta, consistente en la presentación de una palabra- 1901; Esper, 1918), la «significatividad» (Glaze 1928· Mandler 1956)
estímulo y el registro de la primera palabra emitida por el sujeto / d as mas t~rd~, el I.A.S. (:<Interim associative strengh», de
o, d eca 1 ' ' '

experimental ante la misma. Aplicando esta técnica a un grupo Deese, 1961), el «mdice de relacion mutua» (Bousfield, 1961) y el
94 95
PSICOLOGIA DEL LENGUAJE. INVESTIGACION Y TEORIA EVOLUCION HISTORICA DE LA PSICOLOGIA DEL LENGUAJE

«coeficiente de intersecciÓn» (Deese, 1962, 1965) -cfr. Santa cruz, mayoría de las corrientes teóricas de la época) de hacer de la
1984, para los detalles de su procedimiento de cálculo-. psicología una ciencia objetiva no dependiente, como en Wundt, de
Como habrá podido deducir fácilmente el lector de esta escueta los datos introspectivos ni de las descripciones historicistas. En
presentación, el asociacionismo verbal consiguió mantener la apa- concreto, lo que estos autores postularon y trataron de comprobar
riencia de objetividad requerida por las exigencias epistemológicas de fue: a) la posibilidad y conveniencia de interpretar la actividad
la recién creada disciplina psicológica, al tiempo que logró dar una psíquica como actividad que puede ser analizada a partir del análisis
cierta explicación -sin duda reduccionista- de aspectos formales de las respuestas o movimientos musculares del organismo; b) la
muy superficiales del lenguaje como el de la conexión de unas pa- posibilidad de interpretar las respuestas de los organismos como
labras con otras en un mensaje dado o la utilización de unas palabras actos reflejos, es decir, como reacciones ante estímulos del medio
en vez de otras ante la presencia de un cierto estímulo lingüístico. ambiente, y e) la posibilidad de que, en tanto que reacciones ante
Pese a ello, y como se comentará detenidamente en el capítulo 6, estímulos del medio, las respuestas puedan ser interpretadas como
existen pocas dudas acerca de las insuficiencias del asociacionismo influenciables y modificables a partir de las variaciones de éste
como fórmula explicativa de la actividad psicológica. La superficiali- (perspectiva determinista). El desarrollo, por Pavlov, de los principios
dad y ausencia de fundamentación teórica de sus descripciones (pues- del condicionamiento clásico a partir de sus conocidas observaciones
ta de manifiesto, por ejemplo, en su selección de la palabra como sobre el reflejo condicionado de salivación en perros, abrió la puerta,
unidad básica del análisis lingüístico) y la identificación errónea de la como es sabido, a lo que sin duda constituye una de las marcas más
descripción de estas unidades con la explicación de la actividad que características de la investigación psicológica posterior: la manipula-
las genera, serían duramente criticadas en la década de los cincuenta ción experimental de variables (ambientales y psicofisiológicas) fun-
en lo que ha sido calificado como el surgimiento de la psicolingüística cionalmente ligadas a la actividad o comportamiento motor de los
científica moderna. Pese a ello, y durante varias décadas, habría de fun- sujetos. La ampliación de estos principios a la explicación de reflejos
damentar programas de investigación empírica sobre el lenguaje (como condicionados motores (y no sólo a las respuestas reflejas glandulares
el de los psicólogos mediacionales, entre otros) que sin duda consti- como la salivación) por parte de otro psicólogo ruso (Bechterev,
tuyen un capítulo importante en la historia de nuestra disciplina. 1857-1927) resultaría fundamental también para la identificación de
los principios del condicionamiento operante o instrumental, si bien
3.2. La reflexología rusa el desarrollo de estos principios suele identificarse por lo general con
los trabajos experimentales del norteamericano Thorndike (1874-
De naturaleza radicalmente diferente a los planteamientos asociacio- 1949).
nistas anglosajones aunque no por ello menos influyentes para el A pesar de que el programa experimental de Pavlov fue realizado
desarrollo de la psicología científica moderna (y, también, de la prácticamente en su totalidad con animales, existen en la obra de este
psicología del lenguaje), son las aportaciones derivadas de la psicofi- autor referencias frecuentes y de extraordinaria lucidez en relación
siología que se desarrollaron en el ámbito de la psicología soviética y con la explicación de la actividad humana y sus bases psicofisiológi-
a las que se identifica con el nombre de «reflexologÍa» o «asociacio- cas y también sobre el lenguaje. El «salto» desde la explicación del
nismo reflexológico». reflejo condicionado a la del lenguaje es posible, en el pensamiento de
Ivan Sechenov (fisiólogo ruso formado en Alemania con los Paulov, sobre la base de una distinción funcional: la que se establece
grandes maestros de la fisiología europea decimonónica, Müller y entre los conceptos de «primer sistema de señales» (i.e. respuestas
Helmholtz) es, sin lugar a dudas, el promotor de esta corriente de asociadas a la presencia directa de los objetos), y de «segundo sistema
pensamiento que, a la postre, habría de constituir una de las más de señales» (i.e. respuestas ante estímulos verbales -las palabras-,
fértiles desde el punto de la explicación psicológica científica de la los cuales son a su vez señales de las respuestas primarias ante los
actividad. Su discípulo Ivan Pavlov (1849-1936) sería sin embargo objetos).
quien consiguió estructurar, sobre las líneas directrices elaboradas El segundo sistema de señales (por definición, una función corti-
por Sechenov, un programa de investigación experimental de la cal) se considera exclusivo y distintivo de la especie humana al
conducta que, todavía hoy, tiene un eco de extraordinaria resonancia tiempo que clave esencial para la explicación científica de actividades
en la psicología científica y del. lenguaje. psíquicamente complejas como el pensamiento o el lenguaje:
Las asunciones básicas de Sechenov y Pavlov acerca de la psicolo-:-
gía se derivan directamente de su experiencia en la investigación Por supuesto, para un hombre una palabra es un estímulo condicionado tan
psicofisiológica, así como de su pretensión explícita (común a la real como lo son otros estímulos comunes a hombres y animales, pero al mismo

96 97
PSICOLOGIA DEL LEN GUAJE. INVESTIGACION y TEORIA
EVOLUCION HISTORICA DE LA PSICOLOGIA DEL LENGUAJE

tiempo es de una naturalez~ tan¡· ge~


eral ue en este aspecto no admite
coqn los estímulos condicionados de 4. FUNCIONALISMO Y PSICOLOGíA DEL LENGUAJE
. · t · s m cua ttattvas
comparaclOnes
. ¡ Dcuanttta
b.d tva . . d el hombre adulto, ocurre que sus
la expenencta
los amma es; e 1 o a dos los estímulos internos y externos que
palabras estan conectadas con to. b r rlos y reemplazarlos a todos, con lo Tanto desde el punto de vista teórico como desde el experimental, el
llegan al córtex, y son capaces de stm o ~zadas las reacciones orgánicas que de funcionalismo y su derivado teórico más conocido -el conductis-
cual pueden suscita~ en alguna¡ man;ra 1o ·smos (Pavlov, 1927, c.e. Pinillos, mo- constituyen puntos de referencia insoslayables para una inter-
otra forma son suscttadas por os esumu os mt
1975, p. 479). pretación histórica de la psicología del lenguaje (como del conjunto
de la psicología científica). A ellos se debe la existencia de las
primeras teorías explícitas sobre el comportamiento lingüístico y
.' 1b ( or extensión, del lenguaj~)
La interpretaclO~ de lad pa a~ Í~~ Yuf permiten abstraer la reah- también el desarrollo de los primeros programas de investigación
como un ~egundo ststema e sefs~a ¿ategoría lingüística. todos los
empíricos sistemáticos sobre el lenguaje (o, al menos, sobre algunos
de sus componentes).
dad (vg. mcluyendo en una m . a la vez permtten hacer
ejemplares individuales .de la mtsda) l~s miembros de una catego- El funcionalismo, sin embargo, al igual que el asociacionismo, no
generalizaciones (vg. apgctndo a tolos iera de ellos) fue comprobada constituye un movimiento o enfoque teórico homogéneo en el ámbito
ría las propiedades que e mena cua qulvanov-Smolensky y Krasna- de la investigación psicológica. Ligado en sus orígenes a la obra de
experimen~almente porllautord~s~~:~ paradigmas experimentales e~ John Dewey y William James y a la incorporación a la psicología de
gorsky' qmene~ desar.r,o aron
las tesis derivadas del evolucionismo darwiniano, el movimiento
o eraba bien como refuerzo (sustt-
los que la esttmulacwn v~f.b~l ~ del primer sistema de señales),
funcionalista que se desarrolló en la transición del siglo XIX al XX
tuyendo al estímulo incon. ~ctond o ' mismo A través de estos compartió la pretensión de construir una psicología objetiva que
bien como estímulo .c?ndtcwna lo ~?- sfuncionai entre los dos siste-
diera cuenta también de la conciencia; sin embargo, a diferencia del
experimentos, se clanftcaba la :_e acdon ués para la explicación de la estructuralismo wundtiano, enfatizó la necesidad de la utilización de
mas .~e señales, asp~,ctodclale, a~~~dad~lab'orada por Luria y' en l.a
métodos de investigación no introspectivos (como la observación y la
e a ~el
experimentación) y, también, la idea de que la conciencia, como el
functon
l de regulacton esencta a la investigación tanto neuropst-
resto de los fenómenos o manifestaciones de la vida psíquica, consti-
actua 1.d a d , componente
. (L . 19 par . ' Luna,
60· cfr tambten . 1974' 1979·'
tuyen recursos o formas de ajuste y adaptación de los organismos a
cológica como evoluttva una., '. . o se situaba de nuevo al
Ramírez, 1984 Y 198i)·, A~· mt~mos:~~7t d~ las habilidades simbóli-
su medio ambiente, un medio ambiente que, por otro lado, no puede
lenguaje humanolen e am ttodo e
cas y concep~~a ~s,. respetan
1:
conexión explicativa entre los
tamental de la conducta.
entenderse sino como continuamente cambiante.
Como recordaba recientemente Rivi<~re (1990a) en su comentario a
planos neuroftsto~ogtco y compor
la obra de William James, los funcionalistas sostuvieron que la mente
lvo la continuidad natural
En pocas ocaswnes, ~omo vere¡os,JI ~a de los psicólogos soviéti-
no puede explicarse sobre la base de una descripción estática y
descontextualizada de sus componentes más simples o de los princi-
que estas posiciones tuvteron en .e·. ~a aJ~ki Leontiev- y algunos
0
cos posteriores a Pallov ¡-I¡una~¡¿ )~~üís~ica contemporánea, la
pios asociativos que rigen la organización de éstos. Muy al contrario,
la actividad mental debe interpretarse como una función ejercitada
otros pocos desarrol os e a p .
· 1 ' · 'f. ha estado mas cerca q ue en el traba]· o de .Paulov . por un organismo vivo cuya existencia se desarrolla en un medio
pstco ogta ctentt .tea . ' d 1 1 ua·e capaz de integrar los dtstmtos
de dar una e~~l~cadlOl e d~~ta ]lingüística que describimos en el
físico y social concretos. Así, en vez de limitarse a reflejar el orden
apriorístico de las estructuras nerviosas y/o ambientales, la actividad
planos de anahstsb. e al con ·o la trayectoria disciplinar de la
capítulo 2. Más te~ a c?ntran ' de los reduccionismos explicati-
mental posee una finalidad muy concreta: la adaptación de las
psicología del lenguaJe~~ stdru presd tismo una de las derivaciones
estructuras internas a las externas. Es en este sentido, por definición
vos en más de u~a o~aswn. . cl~i:a_c con claridad una de las formas
dinámico, en el que cabe analizar sus distintas manifestaciones, desde
teóricas del funcwnahsmo, eJemp d . . o Antes sin embargo de los hábitos y los instintos a las actividades más explícitamente
propositivas del pensamiento o el lenguaje.
más claras y coher~ntes de este re .u~~on~~~mbs en qué consiste el
pasar al .comenta;wf
funcionahsmo, cual uedel
su condl u~t,ts y ~uáles sus principales desarro-
evo ucton
La interpretación funcionalista de los procesos cognitivos -y es-
pecialmente del lenguaje- como mecanismos privilegiados de adap-
llos paradigmáticos. tación e interrelación de los organismos con su medio sirvió, en la
psicología occidental del primer tercio del siglo XX, como punto de
partida y de conexión de dos desarrollos profundamente dispares
entre sí que han dejado una huella profunda en el programa de la
98
99
PSICOLOGIA DEL LENGUAJE. INVESTIGACION Y TEORIA EVOLUCION HISTORICA DE LA PSICOLOGIA DEL LENGUAJE

investigación psicológica del lenguaje de este siglo. Por un lado, los miento de la entidad epistémica de las representaciones y operaciones
principios funcionalistas sirvieron de base a una corriente de investi- mentales, así como la posibilidad de establecer, a partir de la descrip-
gación, geográficamente ubicada en el ámbito centroeuropeo, que se ción de dichas representaciones y operaciones y de su relación
inició en el marco de la psicología de la Gestalt de la mano de Karl funcional con la conducta, un nivel explicativo de la conducta -el
Bühler y que a partir del segundo tercio del siglo tiende a identificarse plano computacional- que teóricamente permite articular de forma
con el llamado «(uncionalismo europeo». Dicho funcionalismo, como no reduccionista los planos de la descripción intencional, neurobioló-
veremos, adoptará en su interpretación del lenguaje muchas de las gica y conductual de la actividad.
categorías de descripción de la lingüística y se caracterizará por la
utilización de un lenguaje intencional en el análisis de las funciones y 4.1. El funcionalismo centroeuropeo y la obra de Karl Bühler
el comportamiento lingüísticos. Como ha sintetizado Simon Dik en
un trabajo reciente (1986, p. 12), estos funcionalistas compartirán, Karl Bühler, psicólogo austríaco encuadrado teóricamente en la
entre otras, la «creencia de que los fenómenos gramaticales pueden psicología de la Gestalt, había centrado inicialmente su actividad de
ser directamente reducidos a, o deducidos de, principios extragrama- investigación experimental, como otros afamados psicólogos de la
ticales -comunicativos, pragmáticos, cognitivos, etc.-»). Escuela de Würzburgo, en el estudio de los procesos del pensamiento.
En contraposición a este tipo de interpretaciones, el segundo de Sin embargo, y tras algunos trabajos experimentales sobre razona-
los sistemas teóricos que pueden considerarse como inspirados en el miento verbal (1901-1907), Bühler acabaría por centrar su trabajo de
funcionalismo de Dewey y James, el «conductismo norteamericano», investigación en la tarea de elaborar una teoría pretendidamente
trató de dar cuenta de estos mismos aspectos funcionales del lenguaje abarcativa del lenguaje orientada a la identificación de las propieda-
pero obviando toda referencia de tipo mentalista y, por supuesto, des funcionales del instrumento «lenguaje», así como al análisis de la
lingüístico. En. sus formulaciones más radicales, el conductismo negó relación de los signos lingüísticos con su entorno concreto de utiliza-
también la especificidad del lenguaje frente a otras formas de activi- ción.
dad o conducta y rechazó el empleo, por los psicólogos, de referen- En esta tarea de indagación teórica, que culminó en 1934 con la
cias a las «capacidades» ó «funciones psicológicas» internas de los publicación de su Teoría de/lenguaje (traducida al castellano en 1950
organismos para dar cuenta de su conducta. por Julián Marías), Bühler adoptó un lenguaje típicamente intencio-
El funcionalismo europeo y el conductismo americano consti- nal (i.e. de análisis del lenguaje en relación con elementos extralin-
tuyen las dos derivaciones teóricas más directas de la psicología güísticas como la realidad a la que representan los símbolos lingüísti-
funcionalista de John Dewey y William James. Sin embargo, no son cos o los sujetos que los usan), lo que, como ya comentamos en el
las únicas corrientes de pensamiento en la psicología del lenguaje que capítulo 1, le permitió identificar el lenguaje con tres funciones
se identifican con el calificativo de «funcionalistas». En la segunda básicas: la función representacional o simbólica, la función expresiva
mitad del siglo XX, y más concretamente a lo largo de los años y la función apelativa. Su modelo del lenguaje como órganon (i.e.
sesenta, habría de desarrollarse una nueva forma de funcionalismo (al como instrumento) está avalado, por otra parte, en un análisis
que genéricamente denominaremos «(uncionalismo mentalista» ), a minucioso de la estructura y los usos lingüísticos en diferentes
partir de las posiciones filosóficas de dos filósofos de la ciencia y de la lenguas.
mente extraordinariamente influyentes en nuestros días: Hilary Put- Como ha observado Blumenthal (1970), la obra de Bühler y
nam y Jerry Fodor. Este nuevo funcionalismo, que surgió, como también el énfasis de este autor en el carácter instrumental del
hemos dicho, en el ámbito de la filosofía, no está ligado por tanto de lenguaje pasaron bastante desapercibidos durante décadas a los psi-
forma directa a la psicología de Dewey o de James, pese a que no cólogos experimentales, tras emigrar el autor a los Estados Unidos.
contradice ninguno de sus principios esenciales. Como tendremos Este olvido, que sigue siendo patente en las monografías psicolingüís-
ocasión de ver, este nuevo funcionalismo jugó un papel crucial en la ticas anglosajonas y que probablemente tiene su justificación en la
configuración del núcleo epistemológico de la psicología cognitiva fuerte carga lingüística de la teoría de Bühler y en la escasa receptivi-
moderna (especialmente de su enfoque más conocido, el «enfoque del dad a su obra de los psicólogos funcionalistas norteamericanos de esa
procesamiento de la informaciÓn») y, en consecuencia, resultó esen- época -adscritos ya mayoritariamente al asociacionismo verbal o al
cial para la articulación del programa de investigación de la psicolin- conductismo-, no tuvo lugar sin embargo en la vieja Europa. Hoy
güística experimental de inspiración computacional dominante en por hoy, los psicólogos europeos apenas dudan en reconocer la
nuestros días (y dominante también en el resto de los capítulos de este influencia capital que la obra de Bühler tuvo sobre la construcción de
libro). Dicho programa asumirá como principio básico el reconocí- la psicolingüística centroeuropea moderna y sobre la evolución teóri-
100 101
EVOLUCION HISTORICA DE LA PSICOLOGIA DEL LENGUAJE

PSICOLOGIA DEL LENGUAJE. INVESTIGACION Y TEORIA

4.2. El funcionalismo del conductismo americano


ca de la lingüística europea misma. En el ámbito germano, por
ejemplo, y pese a que la obra de Bühler no contiene directrices a) Los principios de John B. Watson
específicas en relación con el estudio empírico del lenguaje, autores
como Hans Hormann, Tatiana Slama-Cazacu, Gudula List, Ragnar En una línea muy distinta a la de B .. hl
mente simultánea a éste en el t" u er, Jauhque de forma práctica-
Rommetveit, Theo Herrmann, Johannes Engelkamp y otros muchos contribuía a consol"d 1. · I~t;tpo, 0 n Watson (1878-1958)
lograron desarrollar una potente infraestructura· de investigación
del leng~aje al eiabo::r ia~r~~~~i~i~~ fun~ionalist~ de la ps\c'?logía
metodologicas que, durante décadas h eb ~pis~molo~pcas, teoncas y
psicológica sobre el lenguaje, su uso y su adquisición que es respetuo-
sa con los principios establecidos por Bühler y que claramente se de los programas de investí aci 0' ' a nan e servu de base a uno
interesa por la posibilidad de dar cuenta de los aspectos semánticos y
pragmáticos del lenguaje y la actividad lingüística (i.e. de los aspectos
sólidos y duraderos de la his~ori d
s¡bre. el co~portamiento más
conductisnio. En realidad la obrad e~ psicologia: el programa del
que más claramente pueden ser descritos en términos «intencionales», de los «padres» de la psi~olo ía a e . atson, co~o ~a de la mayoría
de relación del lenguaje con el contexto físico y comunicativo en que completa o articulada del 1 g ' ~o mcluye en SI misma una teoría
se usa). Este programa de investigación, afortunadamente cada vez emp~rico de investigación d:n,~a~~ti~idm~¡cfo ~efl:os) un programa
más conocido y apreciado en el ámbito anglosajón, además de su medida en que define los elementos a mg,u~stica ' pero, en la
carácter empírico sistemático, posee un marcado contenido psicoso- corriente psicológica, contiene algun ~rlgram~tl~o~ de est~ fl:ueva
cial que, como muchos de estos autores gustan aún de recordar, se de fundamento a los estudios tos, e os pnncipiOs que Sirvieron
hace eco, en cierto modo, de algunos de los principios más caracterís- cuestiones por los psicólogos cold e~nas de¡arrd!lados sobre estas
ticos de la antigua psicología de los pueblos: el énfasis en la naturale- ¿Cuáles son, a grandes rasgos estuoctist~s ~n. a~ ecadas posteriores.
za convencional del lenguaje y en el hecho· de que es un código .f. , s prmcipiOs"
compartido por comunidades y 1o grupos sociales definidos, el interés E n su mam Iesto fundacion 1d 1 d . .
do «La psicología tal como 1 a e con ducti.smo (un artículo titula-
por la naturaleza contextualizada de la actividad lingüística, etc. en 1913 en la Psychological R~~:~) con lctista»dque fue pu?licado
La influencia de la obra de Bühler fue también -quizá diríamos su li~ro Behaviorism, 1924), Wats;ned:fe~Jf6 / s::t
traJaJos (vg.
que fue sobre todo- importante entre los lingüistas del llamado estudiO del comportamiento ( .' a I ea e que el
Círculo de Praga (vg. Jakobson, Mathesius, Danes, Firbas, etc.), y adoptar paradi má · y, por exten~IOn, del lenguaje) debía
también en otros ámbitos de la lingüística europea (cfr. por ejemplo cripción de la a~tiv!d~dmc:nptaezudn vdocabulano conductual en la des-
el número 1 de la revista Belgian ]ournal o/ Linguistics de 1986, para . d 1 ' e ar cuenta -como en 1 f .
lIsmo- e caracter adaptat" d 1 e uncwna-
una revisión de algunas de las aportaciones más destacadas en el ám- dependencia respecto de las c~~d. ~ a conducta y de su estrecha
bito de las explicaciones funcionales en lingüística). Los autores del en que se lleva a cabo. ICiones contextuales o ambientales
Círculo de Praga, por ejemplo, trasladaron muchas de las intuiciones
fundamentalmente por la retensió ' e con ucti~mo s~ caracterizó
Desde un punto de vista teórico 1 d .
bühlerianas a su categorización de los fenómenos gramaticales (vg. la
influyente distinción «tema-rema» en el análisis de las oraciones, el un lenguaje objetivo referido a f 'n de qd~ la psicologia se base en
análisis de las relaciones funcionales entre las formas gramaticales y objetivables, e inducidos por ge:no¡:en<?~ Irecta~ente observables y
el significado, o el interés por la «progresión temática del significado d
empírica de las relaciones entr ?a }zacwn partir de la observación
(lo que, en términos e istem l'e .enomeno,s . Irect.a~ente observables
en los textos», precursores indudables de la aparición de la actual
lingüística textual-vg. Van Dijk, 1971, 1977; Petofi, 1979). Paradóji- de positivismo lógicop oh. t<? <?gicos, cabna I,d~ntificar con los rasgos
camente, fue precisamente gracias al eco que la obra de Bühler tuvo fisicalista -cfr. vg. yela/~;~h~~~i;:etof¡logzco Y operaciona:fisn;o
entre estos lingüistas y de la influencia de éstos a su vez sobre el Mackenzie, 1977, o Brid man ' o y a vado;,.1_985, y, en mgles,
trabajo de M. A. K. Halliday (Halliday, 1967, 1973; Halliday y Hasan, de estas nociones) Al g . ' 1~78, para un anahsis pormenorizado
abogo, por la ad · . ' dmismo
1 tiempo
. . ' el 1eon d uctlsmo
· ·
1976) como la obra de Bühler empezó a ser conocida y valorada en opcwn e os prmcipi · · watsomano
·
el ámbito de la psicología del lenguaje anglosajona. No obstante, este mecanismo básico de la ex licación dosl y eyes asociaciOmstas como
reconocimiento no tuvo lugar sino hace apenas veinte años (cfr. O'Con- comentamos a ro ó . / 1 e a ,conducta, lo que, como ya
nell, 1988 -capítulo 4-, Hormann, 1982, o Beaugrande, 1980a, análisis de los ~efa;ii:~ose i~ rUfledologia,lle abri~í~ ~~s puertas al
miento y extinción de 1 p ca os .en a adqu~s~cwn, manteni-
para un análisis detallado de la influencia de la obra de Bühler y
algunos de los desarrollos contemporáneos de la psicolingüística funcio-
diferencia sin emb drespuestas ~I.e. el condiciOnamiento). A
argo e otras cornentes de la época como la
nalista europea).
103
102
UNIVERSIDAD DE ANTIOQUIA
BIBLIOTECA CENTRAL
PSICOLOGIA DEL LENGUAJE. INVESTIGACION Y TEORIA EVOLUCION HISTORICA DE LA PSICOLOGIA DEL LENGUAJE

reflexología o el funcionalismo centroeuropeo, el conductismo pres- meaning (1923), De Laguna, con su Speech: Its function and develop-
cindirá por completo en sus descripciones tanto del plano físico o ment (1927), Pillsbury y Meader, con Psychology of language (1928),
neurofisiológico de la conducta como del plano intencional o de las y Kantor, con su Objective psychology of grammar (1936), son, sin
funciones mentales, situando sus análisis en un nivel de descripción lugar a dudas, los autores más destacados de este primer periodo
funcional extensional (el de las relaciones asociativas entre los estí- conductista. Y lo son porque fueron estos autores quienes más interés
mulos y las respuestas directamente observables) que se concibe como se tomaron por hacer explícitos los principios teóricos sobre los que
idéntico en relación con la explicación tanto de la conducta humana se fundamentaba la reformulación conductista de la investigación
(en sus diferentes manifestaciones) como de la conducta de otros psicológica del lenguaje y las condiciones en que debería desarrollarse
organismos (vg. animales). su estudio empírico.
En consonancia con estos supuestos (que combinaban el pragma- En esen_cia, tales claves podrían resumirse en tres grandes princi-
tismo del funcionalismo americano, las exigencias positivistas implí- pios: a) el rechazo frontal de la interpretación de que el lenguaje es la
citas en el método experimental y algunas de las aportaciones de la expresión externa de cogniciones internas -y su afirmación simétrica
reflexología y el estudio sobre los principios del condicionamiento), y de que el lenguaje puede ser definido a partir de la generalización de
por lo que respecta al estudio psicológico del lenguaje, Watson se observaciones empíricas relativas a las condiciones de la asociación
destacó por la defensa de dos supuestos que contradecían frontalmen- entre ciertas clases de estímulos y ciertas clases de respuestas-; b) el
te buena parte de las conceptualizaciones teóricas comentadas ante- rechazo consiguiente de las nociones de «sÍmbolo» y «signo» como
riormente (incluidas, por supuesto, las del funcionalismo bühleriano). ejes de los análisis teóricos del lenguaje y su sustitución por las
De un lado, consideraba que el lenguaje no debía interpretarse como nociones operacionales de «estímulo» y «respuesta», y e) el cuestiona-
una habilidad específica o exclusiva de la especie humana, dado que miento de la utilidad de las definiciones y unidades estructurales
consideraba que las diferencias formales son irrelevantes a efectos de postuladas por la lingüística (y en cierta forma asumidas por los
descripción funcional y que son sólo diferencias cuantitativas en la asociacionistas verbales) como base de la descripción psicológica del
complejidad de los estímulos y las respuestas (o en la de sus corres- lenguaje y su sustitución por unidades estrictamente funcionales
pondientes cadenas asociativas) lo que puede proporcionar claves (como las propias de «estímulo» y «respuesta»). Así de explícita e
para la diferenciación de la conducta de clases distintas de organis- irónicamente se expresaba por éjemplo Kantor respecto a estos
mos. Por otro lado, y frente a las interpretaciones más o menos supuestos en uno de sus artículos:
innatistas del lenguaje que dominaban el panorama decimonónico
(vg. las del propio Von Humboldt), Watson postulaba que el lenguaje Veamos un ejemplo tÍpico de cómo un psicólogo tradicional describe el
es un tipo de conducta que, como cualquier otra, resulta esencialmen- lenguaje. (Según él) el habla comienza con un proceso mental, una idea, una
te de un proceso de aprendizaje. Tal aprendizaje, en su opinión, emoción o un deseo que está en la mente de A. De algún modo, esta materia
psíquica se convierte en o se transmite a los nervios motores que controlan los
debería poder ser explicado científicamente mediante los mismos
órganos del habla de A. Los procesos motores, junto a sus productos fónicos,
principios o mecanismos con los que la psicología da cuenta del constituyen los medios de transmitir las ideas o deseos a B. Esta comunicación o
aprendizaje de cualesquiera otras formas de conducta (i.e. los princi- transmisión ... sin embargo, no se completa hasta que el sonido es enviado a la
pios de condicionamiento clásico y operante descritos por Paulov y mente de B y allí las percepciones auditivas se convierten en las ideas adecuadas
por Thorndike). En este sentido, consideraba Watson, el lenguaje no y previstas. ¡Qué desagradable mezcla de (aspectos) <<mentales» y <<físicos>>!
tiene por qué ser visto tampoco como una habilidad que requiera un Precisamente este tipo de cosas es lo que no debe ser visto por más tiempo corno
tratamiento teórico específico o diferenciado al de otras habilidades psicología (Kantor, 1928; c.e. Blurnenthal, 1970, pp. 73-74).
humanas o no humanas.
Más adelante, en un comentario que, pese a su extensión, creemos
b) Primeras teorías sistemáticas (conductistas) sobre el lenguaje: que merece la pena reproducir, el propio Kantor establece:
los trabajos de Kantor y de Ogden y Richards
La observación científica del lenguaje exige que rechacemos la idea de que el
habla tiene que ver fundamentalmente con símbolos. Debernos evitar tanto la
A lo largo del primer tercio del siglo XX, y de forma todavía más idea de que un hecho lingüístico es un símbolo corno la de que es un proceso de
teórica que propiamente empírica, comienzan a elaborarse las prime- construcción de símbolos. Podernos preguntarnos de qué es símbolo un acto o
ras explicaciones psicológicas sobre el lenguaje elaboradas dentro del una palabra. La respuesta tradicional es la de que es símbolo de una idea que
marco conductista (explicaciones con pretensiones abarcativas o ge- está en la <<mente». Pero si el lenguaje se interpreta de este modo, ello supone
nerales, se entiende). Ogden y Richards, con su libro The meaning of presuponer la existencia de tales ideas. Si este tipo de cosas no existe, entonces

104 105
PSICOLOGIA DEL LENGUAJE. INVESTIGACION Y TEORIA EVOLUCION HISTORICA DE LA PSICOLOGIA DEL LENGUAJE

la teoría de los símbolos debe ser rechazada... Cuando A habla a B de un chos, el lenguaje. no es tanto «un medio para simbolizar referencias»
evento, lo único que hace es ajustar los dos estímulos al mismo tiempo. Su cu~nto un ~<~edw para alcanzar fines». Consiguientemente frente a
acción puede ser facial o ser un gesto manual. Puede señalar el objeto o puede la Id~~ tra~Ic~onal de que el significado puede interpretarse ~omo una
decir verbalmente lo que tiene que decir. Si las palabras son únicamente algunos rela~wn diadica entre la palabra con el objeto que representa, Ogden
de los modos de responder, difícilmente podemos pensar en ellas como símbo- Y. RIChards van a proponer el esquema triádico que se presenta en la
los. Una vez más, el lenguaje es aquello que permite a las personas actuar de figura 3.1.
forma simultánea sobre las personas y las cosas (ibidein).
Es.te esquema tripolar representa en realidad la combinación de
dos d~adas: la form.ada por el si~no y el sujeto que lo utiliza, y la de
Como puede apreciarse en este comentario, Kantor interpretó el tal SUJeto con el objeto .. En el SUJeto que utiliza el signo se desarrolla
lenguaje como una «actividad» pero, sobre todo, Kantor introdujo en un ~roceso (el denommado proceso de «interpretaciÓn») que es
su análisis del lenguaje una noción totalmente impensable en el P.roi?I~mente el que identifican estos autores con el concepto de
asociacionismo verbal (y probablemente en el propio Watson tam- sigmficado. Sobre tal proceso, Ogden y Richards habrían de afirmar:
bién): la noción de «ajuste» o «adaptación interpersonal». Quizá fue
la introducción de este elemento en la conceptualización teórica de la Lo esencial del pr~ceso de la interpretación consiste en que si un contexto nos
actividad lingüística lo que determinó que la propuesta de Kantor ha a~ectado antenormente de una cierta manera, una parte de este contexto
fuera acogida con relativa frialdad entre los psicólogos conductistas estara ~a pre~arad.~ para hacernos reaccionar de la misma manera que antes (en
est~ mtsma. s~tuacwn). Un signo es siempre un estímulo que es análogo a un
de la época. No obstante, en principio, no parece haber en los análisis estimulo ongmal Y que vuelve a provocar el engrama que ese estímulo había
realizados por Kantor (genéricamente conocidos con el nombre de formado (Ogden y Richards, 1923, p. 53).
«enfoque interconductual») nada incompatible con los principios
programáticos del conductismo (aunque sí quizá con los del conduc- . Tal Y ~omo ha o~serva~o Hormann (1973), hay algo de suma
tismo watsoniano). Así parece haberlo entendido también Emilio Importancia par~ la psico.logia del lenguaje en estas palabras, a saber:
Ribes Iñesta, quien, en los últimos años, ha asumido la tarea de qu.e Ogd~n Y Richards mter~~etan las dos diadas (palabra-sujeto,
explicitar y desarrollar los principios del enfoque interconductual s~}eto-obJe~o) como una relacwn de causa a efecto, como una rela-
hasta el punto de articular, a partir de ellos, uno de los pocos cw~ de estimulo-respuest~~ Ello es importante porque permite intro-
programas de investigación conductista sobre el lenguaje que en el duci~ c?mo nexo de . umon entre ambos la noción de hábito y,
momento actual son activos y fructíferos tanto desde un punto de consig,men.temente, u~Ica el problema del significado de las palabras
vista teórico como empírico. Pero no adelantemos acontecimientos, en el am?I~o de la ps~cologia del aprendizaje, del condicionamiento
ya que hablábamos de Kantor como promotor de uno de los primeros (tanto clasico como mstrumental). Será en este ámbito, sin duda,
desarrollos de la psicología conductista en el ámbito del lenguaje,
pero no como el único o más influyente de ellos.
Sin participar de los planteamientos interconductuales de Kantor, Pensamiento
por ejemplo, otros investigadores lograron también, en la primera o referencia (interpretación en el
mitad del siglo XX, dar un impulso importante a la cristalización de la utilizador del signo)
psicología del lenguaje de corte conductual. Tal es el caso de las
influyentes ideas desarrolladas por Ogden y Richards en 1923 en
relación con el problema del significado de las palabras.
La obra de Ogden y Richards partía de entrada de un rechazo
radical de la existencia de cualquier tipo de coordinación fija entre el
nombre y el objeto (con el fin de desmontar definitivamente, como
ellos mismos observan en 1978, «la magia de las palabras»). Así pues,
la concepción del significado de estos autores, además de ser caracte- -----------------------------
Símbolo "Verdadero" Referente
rísticamente antimentalista, es una concepción dinámica que presu-
(objeto)
pone que sólo se puede comprender realmente lo que es el significado
de las palabras cuando se comprende el proceso que tiene lugar
durante la utilización de las palabras en un diálogo. Para ellos, pues, Fi~ura 3.1.-Esquema de la relación entre símbolo, referencia y objeto según Ogden y
Rtchards (1923). '
como también para filósofos como Wittgenstein, Ryle y otros mu-

106 107
PSICOLOGIA DEL LENGUAJE. INVESTIGACION Y TEORIA EVOLUCION HISTORICA DE LA PSICOLOGIA DEL LENGUAJE

donde se produzcan los principales desarrollos y aportaciones del objeto como consecuencia de su asociación repetida con éste, las
enfoque conductista al estudio psicológico del lenguaje. La cuestión respuestas incondicionadas que este objeto elicitaba quedan incluidas
fundamental es ahora la explicación de cómo los organismos apren- en la estructura total de reacciones provocadas por la palabra y pasan
den a producir comportamientos específicos y sistemáticos ante ele- a constituir el significado encubierto, no efectorial, de tal palabra.
mentos ling\.!Ísticos que antes no los elicitaban. La pregunta crucial a Cada una de las respuestas encubiertas (fracciones distintas, en rea-
responder, por tanto, será la siguiente: ¿cómo se adquiere el significa- lidad, de la conducta total provocada por el objeto) pasa a producir
do de las palabras?, ¿cómo se adquiere, por extensión, el lenguaje? así una estimulación distinta a la original; produce, por consiguiente,
Veamos, brevemente, lo que han constituido las respuestas conduc- una reacción no observable directamente pero que media hasta las
tistas post-watsonianas más elaboradas ante estos dos tipos de cues- respuestas observables (como se representa en la figura 3.2).
tiones. Algunos autores (vg. Mowrer, 1960; Staats, 1968) han sugerido
que el proceso de mediación está compuesto por respuestas no
e) Los desarrollos neoconductistas verbales internalizadas y por la autoestimulación que dichas respues-
tas producen. Otros (por lo general asociacionistas verbales como
c.l. Explicaciones basadas en el condicionamiento clásico. Los in- Bousfield -1961- o Deese -1965-) han asumido la idea de que
tentos por resolver el problema de la adquisición del significado sobre los eventos mediadores son verbales y, en esencia, son habla interiori-
la base de los principios del condicionamiento clásico se estructuran zada. Para Osgood, además, la mediación tiene un componente
o articulan en la historia de la psicología del lenguaje en torno a emocional. Este componente hará que se sitúe en el centro de la teoría
dos grandes posiciones o enfoques: a) la llamada «teoría de la de la mediación de este autor el concepto de «significado connotati-
referencia directa o significado efectorial», que identificaría el signifi- vo», para cuya evaluación (la evaluación de las connotaciones emo-
cado con el conjunto de respuestas directas y observables que se cionales de las palabras) elaboró una técnica específica de medida: la
asocian o que se producen sistemáticamente ante un estímulo concre- llamada «técnica del diferencial semántico» (Osgood, Suci y Tannen-
to (en este caso, las palabras); y b) las «teorías mediacionales», que baum, 1957).
interpretan el significado como un mediador no observable en sí No discutiremos aquí las propuestas alternativas dadas al proble-
mismo pero que opera y permite dar cuenta de la relación que existe ma de la naturaleza de significado en las teorías mediacionales (cfr.
entre los estímulos y las respuestas observables (i.e. entre las palabras para ello la magnífica revisión de Paivio y Begg, 1981). Simplemente
y las respuestas de los organismos o sujetos ante tales palabras). señalaremos que, a partir de este tipo de interpretaciones, se generó
Dicho mediador puede interpretarse teóricamente como un conjunto un importante conjunto de investigaciones experimentales centradas
de «respuestas fraccionadas anticipatorias de meta». en el condicionamiento (i.e. la adquisición y extinción del significa-
Desde un punto de vista teórico, el origen de las teorías mediacio- do). Estas investigaciones, de las que Hormann ofrece una muy
nales puede situarse en la obra de Hull (1930). A diferencia de las completa y didáctica revisión en el capítulo XI de su libro Psicología
teorías de la referencia directa, en este tipo de planteamientos se del lenguaje (1973), desempeñaron un papel importante entre los años
admite que el lenguaje (o, más propiamente, las respuestas verbales) cincuenta y sesenta en la explicación psicológica de la adquisición del
tienen una cierta especificidad respecto a otras formas de conducta o léxico y de fenómenos indirectamente relacionados con los trabajos
comportamiento. Por esta razón, se admiten en su explicación se-
cuencias y jerarquías de estímulos· y respuestas no directamente
observables pero que funcionalmente operan como los estímulos y
respuestas observables. El exponente más claro de este tipo de E--------------------------------------~~-~~ Rtotru
planteamientos en relación con el lenguaje y el responsable de su
investigación empírica más sistemática en las últimas décadas es, sin
lugar a dudas, un autor llamado Charles E. Osgood.
Según Osgood (vg. 1953), existe una diferencia importante entre
los «objetos estímulos» (i.e. los complejos estimulares que pueden
p_r?ducir series instrumentales particulares de respuestas sin media-
Clon alguna) y los «signos» como las palabras (i.e. complejos estimu- Figura 3.2.-Esquema de formación del signo según Osgood (1953). «rm» y <<em» son
lares que son susceptibles de procesos de mediación). Cuando una respuestas y estímulos no observables. «E>> es el referente, <<E» el signo, y <<Rx>>, la
palabra se convierte en «signo», es decir, cuando se condiciona a un respuesta final que da el sujeto ante el estímulo~signo lingüístico.

108 109
PSICOLOGIA DEL LENGUAJE. INVESTIGACION Y TEORIA
EVOLUCION HISTORICA DE LA PSICOLOGIA DEL LENGUAJE

de Paulov como la llamada «generalización semántica», observ.ad.a ya


por Razran en 1939 (piense, por ejemplo, el lector en la pro~u~Idad c.2. . Explica~iones basadas en el condicionamiento operante: el con-
de los fenómenos y mecanismos descritos por los autores mediacwna- duct~smo radzcaJ. ~~ Skinner. En 1963, Staats y Staats intentaron
les en relación con la adquisición del significado de las palabras Y la explicar la adqmsicion del lenguaje en los niños a partir de un modelo
descripción pauloviana del «segundo sisterr;ta de se~ales», entr~ o~ras~. ~asado en los principios teóricos del condicionamiento operante e
Asimismo, aunque de forma mucho ma~ ~ar~mal, las hipotesis Interpretaron 9ue el niño aprende a hablar (sobre todo aprende
mediacionales sirvieron de base a algunas hipotesis sugerentes respec- palabras) gracias a un proceso de aproximaciones sucesivas a los
to a cuestiones como el significado de las frases (vg. Mowrer, 1954) o modelos lingüísticos adultos que son objeto sistemáticamente de
el aprendizaje de segundas lenguas (vg. Ervin y Osgood, 1954). re~uerzo ~iferencial po~ parte de éstos. N o obstante, el representante
Evidentemente no es éste el lugar más adecuado para comentar mas genum? de e~te tipo de posiciones, y también su promotor y
en profundidad estos trabajos (que ocuparon p~acticamente .en su
' 1 •
defensa~ mas apasiOnado, fue otro autor, Burrus F. Skinner (1904-
totalidad la atención de los psicólogos d~lleng~IaJe nort~amencanos 1990), sm ~uda, una de ,las fig~ras. más importantes de la psicología
-en general, anglosajones- durante casi dos decadas)..:: Sm embargo, cofltemporanea; su teona explicativa del lenguaje -desde luego, la
sí es importante destacar el importante papel desem~enad~ J?Or est~s mas elaborada ?e las desarrolladas desde este enfoque-, está explíci-
estudios en la consolidación de una de las tendencias teoncas mas tamente contemda en Verbal Behavior, libro cuya redacción comenzó
características de la investigación psicológica del lenguaje de estas al par~cer en 1932 y cuya primera edición no fue completada, como
décadas: nos referimos a la sustitución, en el ámbito de la psicología es sab!do, hasta, 1957 (cfr. Blumenthal, 1970).
experimental, de las definiciones que ~inculaban ~1 ~i~nificado ~e las Skmner ,llevo _los postulado~ conductistas sobre el lenguaje a su
palabras a la noción de «representacion» por deflmcwnes que mter- ex~reii?-o. mas radical P?r dos vi as: .por un lado, negando la validez
pretan el significado pura y llanamente como una «r~spuesta», que psicol~gic~ (por su c~ra~t~r mentahsta) de los conceptos mismos de
puede ser aprendida por condic!ona~ie~~? ~n cualqmer context<;>, Y lef!-gUaJe,, s~mbolo o sig?If~cado,, y proponiendo su sustitución por el
que es ahora suscitada por un signo lmgmstico como otrora pudiera mas genenco (pero mas meqmvoco, en su opinión) de «conducta
haberlo sido por lo designado por e~ ~i~?o. . .. verbal>), ~n s~9und~ lu~ar., lo que Skinner hizo fue negar la validez de
La reducción del proceso de adqmsicion del ~Igmficado a.lfn mero toda exphcacwn psicologica de la conducta verbal distinta de la que
proceso de condicionamiento (al que no.s re~~nremos tam~n.el?-~ para pudiera ~erivarse de los análisis funcionales de las respuestas externas
criticar su validez como fórmula de exphcac10n de la adqmsici.on del de los SUJetos y de las contingencias de refuerzo que ambientalmente
las determinan.
lenguaje, en el capítulo 5) implicó, entre otras consecuencias, ~a
negación del concepto tradicional de «si.gno.» y el traslad<? del e~tud10 Así, por ejemplo, Skinner interpretó que la posibilidad humana de
del significado desde el ámbito exphc~uv.o de la psicologi~ del hablar puede i~entificarse con la utilización, por parte de los sujetos,
lenguaje al de la psicología del aprendizaJe. Este despla~amiento de. un repertono de respuestas verbales adquiridas por condiciona-
ayuda a entender el hecho de qu~, por lo g~~~ral, los estudios sobre miento. T.ales respuestas, interpretables como «operantes verbales))
aprendizaje verbal suelan ser obJeto de revision en los manuales de en la m~dida en que provocan consecuencias para el organismo que
psicología experimental o general \vg. Woodworth, 1~38;. W.~o~­ las ~eahza, son segmentos de habla que actúan bajo el control
worth y Schlosberg, 1954) y no propiamente e~ los d~ psi~ohngmsti­ funciOnal ~e cie~t.as coJ?-diciones estimulares aprendidas. Dichos seg-
ca, donde, como ya veremos, tiende a asumirse. mas bien que la men~os se Identifican siempre, en la obra de Skinner, con unidades
sustitución reduccionista ·del concepto de <<lengu~~e» por el de ~<res­ termmales (palabras o expresiones producidas por los sujetos).
puestas y conductas verbales» impone u~a distorswn de. lasyropieda- Conceptualmente, la explicación skinneriana de la conducta ver-
des funcionales y semánticas del lenguaJe X de su uso Cientificamen~e bal se asien!a en la. descripción d~ las secufncias de «estimulación y
injustificable (cfr. Glanzer, 1967, y tambien B~umenthal, 1?70). ~SI­ comport~miento)) (1.e. las ~ecuencias de estimulas y respuestas conti-
mismo, el desplazamiento progresivo del estudio del lenguaJe h~cia el guos). Sm embargo, a diferencia de los asociacionistas verbales
ámbito de la psicología del aprendizaje ayu~a a entender el sentido. de (~ípicamente interesados por al análisis de las relaciones intralingüís-
propuestas o como la de Skinner (1957), q~11.el?-~ desde una perspecti~a ticas de las palabras), Skinner introduce un tercer elemento en su
muy distinta, trató de explicar la adqmsicion y uso <:lel.l~nguaJe análisis: los acontecimientos que suceden a la emisión de la conducta
prescindiendo ya de forma absoluta del con.c~pto d~ sigmficado Y verbal o, como el propio Skinner denomina, el refuerzo. La inclusión
aplicando únicamente los principios del condiciOnamiento operante. de este tercer elemento, cuya manipulación experimental proporcionó
algunos de los apoyos empíricos más consistentes a las hipótesis
skinnerianas (vg. Verplanck, 1955; Greenspoon, 1955, y otros), tuvo
110
111
PSICOLOGIA DEL LENGUAJE. INVESTIGACION Y TEORIA EVOLUCION HISTORICA DE LA PSICOLOGIA DEL LENGUAJE

el valor de mitigar el reduccionismo inecanicista de esta teoría ex- consecuencias- que refuerzan las respuestas y, al mismo tiempo,
plicativa, así como el de incorporar al análisis del lenguaje un elemen- destacará la importancia de la historia personal de refuerzos en el
to ya presente en cierto modo en Kantor pero no en los asociacionis- proceso de adquisición y ejecución de tales respuestas. En relación
tas verbales ni en los conductistas mediacionales: nos referimos al con la explicación de la adquisición del lenguaje en los niños, Skinner
contexto o situación en que se desarrolla la actividad lingüística de abogará por una interpretación marcadamente ambientalista y anti-
los sujetos, lo que en la terminología skinneriana se conoce con el innatista que identifica el mecanismo de la imitación como mecanis-
nombre de episodio verbal. mo esencial del aprendizaje (cfr. Bayés, 1977, para una traducción en
El análisis skinneriano del comportamiento verbal consta en castellano de los trabajos más representativos de esta orientación y de
realidad de dos fases o componentes. Por un lado, Skinner elabora un sus críticos: los partidarios de hipótesis innatistas en la adquisición
complejo sistema de descripción de la conducta verbal basado estric- del lenguaje).
tamente en criterios o parámetros observacionales de tipo extensio- Las aportaciones de Skinner a la psicología del lenguaje, aparte su
nal. Ello le llevará a identificar cinco grandes tipos de conductas u valor histórico, se han dejado sentir más claramente en el ámbito
operantes verbales. La definición de estos operantes verbales y algu- aplicado que en el teórico. Así, por ejemplo, es de justicia reconocer
nos de sus ejemplos se presentan en el cuadro 3.1. el extraordinario papel de estas aportaciones en relación con la
En segundo lugar, el análisis skinneriano posee una dimensión elaboración de programas de adiestramiento lingüístico y su enorme
explicativa: pretende dar cuenta de las condiciones concretas de utilidad en la enseñanza de segundas lenguas o en el tratamiento de
aparición del comportamiento lingüístico y de las variables de que problemas severos del lenguaje como los que sufren los niños autistas
éste es función directa. En esta línea, por ejemplo, centrará su y con deficiencia mental (vg. Lovaas, 1977). El radicalismo skinneria-
atención en el ~studio de las variables situacionales -antecedentes y no, sin embargo, no ha servido para promover un programa de
investigación empírica sistemático y, de hecho, ni tan siquiera puede
decirse que los psicólogos conductistas actuales compartan o partici-
1) Mandos (mands): Operantes verbales que están bajo el control funcio- pen de las tesis skinnerianas. Desde luego, éste no es el caso de Arthur
nal de condiciones específicas de deprivación o estimulación aversiva y que Staats y de su «conductismo social» y tampoco el de Emilio Ribes
permiten la consecución de los refuerzos adecuados. Muestran cierto paralelis- Iñesta y su «enfoque interconductual», autores ambos a los que cabe
mo con la forma sintáctica imperativa y se identifica con peticiones, órdenes, identificar como responsables de los dos programas de investigación
etc. Ej.: <<Por favor, pásame el agua»,
empírica sobre el lenguaje, con orientación conductual, mejor im-
2) Tactos (tacts): Operantes en las que una respuesta se evoca -o al
plantados y más fructíferos en la psicología actual. Sí sería el caso,
menos se fortalece-- por un objeto o evento particular, o por una propiedad de
un objeto o evento particular. Se asemejan a las formas gramaticales declarati-
desde luego aislado, de Kurt Salzinger, quien en 1979 hizo una
vas. Ej.: <<¡Está roto!>>. propuesta teórica bastante especulativa en relación con el estudio del
3) Comportamientos ecoicos o repetitivos (echoics): Operantes controla- lenguaje -la lla~ada «ecolingüística»- directamente inspirada en
das funcionalmente por la conducta verbal de otro hablante, la cual repiten. Ej.: las propuestas skinnerianas radicales. Salvo su interés por hacer de la
<<¿Que si quiero salir esta noche? ... Mmmm, déjame que me lo piense». ecolingüística un programa de investigación pretendidamente integra-
4) Comportamientos textuales (textual): Operantes verbales cuya variable dor e interdisciplinario, capaz de combinar los principios explicativos
de control es el lenguaje escrito o impreso (lectura). del condicionamiento clásico y operante, Salzinger apenas hace explí-
5) Comportamientos intraverbales (intraverbal): Respuestas verbales con-
citas las condiciones teóricas y metodológicas de su propuesta; por
troladas por las respuestas previas del propio hablante que permiten dar cuenta
de la formación de cadenas automáticas de palabras. Ejemplos característicos
esta razón, resulta difícil-cuando no imposible- evaluar adecuada-
serían listar el alfabeto, contar, repetir y completar refranes y fórmulas, etc. Ej.: mente por el momento las implicaciones de esta aportación a la
<<Perro ladrador ... poco mordedor». psicología del lenguaje.
6) Comportamientos autoclíticos (autoclitics): Palabras que desempeñan
un papel gramatical en las emisiones y en el modo de ordenación temporal de 4.3. La crisis del conductismo y el nacimiento
las respuestas verbales. Se emiten siempre acompañando una operante de los del funcionalismo mentalista
tipos anteriores (mandos, tactos, etc.), las cuales, en teoría, los controlan
funcionalmente. Ej.: <<Me dijeron que os divertisteis mucho en Cádiz». La falta de continuidad teórica del programa del conductismo radical
en la psicología del lenguaje posterior a los años cincuenta corrió
Cuadro 3.1.-Principales tipos de operantes verbales descritos por Skinner en Verbal pareja, en parte, a la crisis y declive del conductismo como paradig-
Behavior (1957).
ma teórico dominante en la psicología científica. Sin embargo, y por
112 113
EVOlUCION HISTORICA DE lA PSICOlOGIA DEl lENGUAJE
PSICOlOGIA DEl lENGUAJE. INVESTIGACION Y TEORIA

otro, el carácter sistemáti~o de _las producciones lingüísticas y de los


lo que respecta al lenguaje, esta falta de continuidad parece que tuvo «~;rores» tanto del. habla mfantil como adulta (vg. la hiperregulariza-
razbnes propias también. Podríamos citar una: por ejemplo, la cre- cion de los verbos Irregulares en los niños -cfr. también capítulos 4
ciente sospecha de la imposibilidad de dar cuenta de formas de 6 y 12-). '
actividad complejas e inteligentes, como el lenguaje o la conducta . Ch?msky criticó a ~kin.ner su reduccionismo positivista, su am-
lingüística, a partir de los principios y categorías derivados de la ?Ientah~mo en 1~ explicaciÓn de la adquisición del lenguaje y su
observación de formas de conducta como los reflejos condicionados o mcapacidad no solo para dar cuenta de determinados aspectos de la
el aprendizaje de palabras individuales que son susta~c~a.l~ente más condu~ta o el comportamiento l~ngüístico como tal, sino de lo que el
simples que el lenguaje y que por tanto, en su adqmsicion y en su lengu~Je es, en tanto que capactdad de los organismos (o de ciertos
realización, constituyen ejemplos claros de lo que desde luego r;o es el orga?-Is~os) que puede ser descrita con independencia de las conduc-
lenguaje: una forma de conducta funcionalmente controlada solo por tas lmgms.tlcas concretas que ejecuten los individuos particulares de
estímulos externos, o una forma de conducta en la que no es posible una especie a lo largo de su trayectoria vital concreta
la emisión de respuestas topográficamente muy distintas en condicio- C:homsky ~ ~ingüist~ de formación y autor ya, en ei momento de
nes funcionalmente equivalentes (entendiendo la funcionalidad de P.~bhcar la cnuca ~ ~kmner que ~stamos comentando, de una concep-
una respuesta, como hiciera Skinner, a partir exclusivamente de las c.IOn.. ,d~ la gramatica que habia conmovido los cimientos de la
descripciones extensionales o definiciones operacionales de las con- lmgms.ti~a. moderna (vg. su libro de 1957, que arremetía contra la
tingencias de refuerzo). s_up~!,ÍI~Iahdad d~ las descripciones estructurales imperantes en la
La conducta verbal, claramente, no es una conducta de ese tipo. lmgmst~ca de la epoc,a y proponía como alternativa una gramática
Como vimos también en el capítulo 1, la conducta verbal, a diferen- generativa -cfr. capltul? 6-), hacía así explícita en su crítica, y
cia de los reflejos condicionados o de otras formas de conducta e~tre otras cosas, la necesi~ad..~e .atender en las explicaciones psicoló-
aprendida por condicionamiento, no parece que se manifieste en giCas tanto a la c?nducta ~~ngmstica efectiva de los sujetos como a su
todas las ocasiones en que se dan ciertas condiciones estimulares (v&. cond~cta potenctal; ta~bien, llamaba la atención sobre el interés de
no siempre que sentimos hambre proferimos una demanda de comi- estudi~r los ~~pe~tos mas formales de esta conducta, su organización
da; no siempre que percibimos un objeto informamos o llamamos la ~ c~~fi!?urac10n mternas, y no sólo su relación con elementos extra-
atención de otros sobre él). Tampoco conductas verbales que desde lmgmsticos. c.omo los que definen las contingencias de refuerzo.
un punto de vista funcional podrían considerarse como equiyal~ntes La~ posiciO~es c.homskyana.s, que, tuvieron una repercusión rápida
(vg. distintos casos de demandas) parece que tengan que ser similares Y ~ru~Ial en el amblto de la psicologia del lenguaje, implicaban en la
desde un punto de vista topográfico, aun cuando lo sean en términos practica una lla~a~~ a la recuperación de ciertas formas de mentalis-
de su frecuencia o intensidad (vg. solicitamos la misma comida de n:o en la e.xphcaciOn de la conducta lingüística. Implicaban por
formas lingüísticamente muy distintas dependiendo de a quién, dónde ejempl?, la Idea de que la actividad lingüística se guía por regla~ que
o cuándo la pedimos, pese a no alterar ni el número de veces que la ~e co.nheren su aJ?;uien~ia de sistematicidad (y no de aleatoriedad) e
solicitamos ni la intensidad física de nuestras verbalizaciones). Imph~aban tambi~n la Idea de que el lenguaje es una capacidad que
El conductismo skinneriano, al igual que el resto de las interpreta- n.o solo puede afirmarse de l~s organismos cuando éstos ejecutan
ciones funcionalistas que hicieron de la asociación entre elementos. o ciert~s formas de c?mportamiento observable sino que se puede
conductas directamente observables el principio fundamental y único p~ed,1c~r de los org~msmos qu~ !?oseen ciertas condiciones psíquicas o
de explicación del lenguaje, no pudo dar cuenta de algunos de los biOlogicas. Estas mismas condiciOnes (como posteriormente sostuvie-
aspectos esenciales de la definición del lenguaje sobre los que llama- r~, Lenneberg, 1967) r~rmiten interpretar el problema de la adquisi-
mos la atención ya en el capítulo 1. Como señaló Noam Chomsky en cion o .desarropo ~enetico de las capacidades mentales (y también del
una de las réplicas más directas y duras que se conocen en ~1 ámbito lenguaje) en termmos fundamentalmente innatistas.
científico (su artículo «A review of Skinner's Verbal Behav10r», pu- . ~Acaso cuand? comprendemos lo que alguien nos dice no estamos
blicado en 1959 en la revista Language), la teoría skinneriana de la ut~hzan~o lenguaje o com_portár:tdo.~,os. lingüísticamente? ¿Es qu<; un
conducta verbal resultó incapaz de dar cuenta de fenómenos y datos SUjet? solo revela su capacidad hngmstica cuando realiza la conducta
de observación que no son la excepción sino la regla en el ámbito ?e efectiva del ha?la? ¿Es. que la conducta lingüística queda suficiente-
la investigación del lenguaje: por un lado, la creatividad del lenguaJe, n:;nte ca~actenzada aflrm~ndo que constituye tan sólo una proyec-
es decir, la capacidad de construcción de mensajes ling~ística ? Cion fu~c10nal de la capacidad de los organismos vivos de responder
formalmente alternativos pero funcionalmente equivalentes (1.e. eqUI- ante estimulas? La respuesta de Chomsky, la misma que a partir de
valentes desde el punto de vista de la taxonomía skinneriana); por
115
114
PSICOLOGIA DEL LENGUAJE. INVESTIGACION Y TEORIA EVOLUCION HISTORICA DE LA PSICOLOGIA DEL LENGUAJE

entonces han dado la mayor parte de los psicólogos del lenguaje conducta observa.ble; sin embargo, a diferencia de aquéllos, estos
contemporáneos a preguntas como éstas, fue, y continúa siendo, una esta~?s no son directame~te o~servables (ni tan siquiera por intros-
respuesta rotundamente negativa. peccwn) y por tanto su existencia no puede derivarse inductivamente
En esta respuesta convergen, desde luego, argumentos de muy como en los casos anteriores, generalizando series más o meno~
diversa índole: argumentos epistemológicos (vg~ la crítica al positivis- amplia~ de _observacione~ empíricas. Los estados mentales se interpre-
mo y al operacionalismo en que se asentaba el conductismo), argu- tan, mas bien, como umdades que pueden ser definidas apriorística-
mentos teóricos (vg. la crítica al asociacionismo y al ambientalismo) y mente (porque teóricamente cabe formular hipótesis acerca de la
también argumentos empíricos (vg. la incapacidad para dar cuenta de organización funcional del sistema cognitivo), pero también como
observaciones sistemáticas como las relativas a los errores gramatica- unidades que tienen un reflejo en la conducta. Los científicos podrán
les infantiles). Pero, al mismo tiempo, en la crítica de Chomsky a por tanto formular hipótesis teóricas sobre la naturaleza y funciones
Skinner, y sobre todo en el extraordinario eco que tuvo esta crítica de estos estados mentales, pero éstos sólo podrán ser identificados e
entre los psicólogos y los estudiosos del lenguaje de la época, se individualizados empíricamente en virtud de sus consecuencias sobre
hacían ya patentes los nuevos derroteros por los que comenzaba a la conducta. Dichas consecuencias podrán ser registradas y analiza-
caminar la ciencia en los años cincuenta y también la propia psicolo- das tanto mediante técnicas de observación como de experimenta-
gía científica. Gracias, entre otros, a los conductistas mediacionales, ción, pero a partir siempre de hipótesis previas: aquí, por tanto,
el antimentalismo programático y dogmático del conductismo iba los datos de la experiencia no permiten confirmar teorías como
poco a poco dando paso a una cierta forma de mentalismo que seguía en el positivismo, aquí permiten únicamente falsarias (positivismo
siendo funcional (i.e. que seguía preocupado por dar cuenta de los lógico).
fenómenos a partir de la descripción de los componentes implicados El funcionalismo mentalista fue desarrollado a lo largo de la
en su funcionamiento), pero que permitía a los psicólogos científicos d~c~da de los sesenta por Hilary ~utn~m (1960, 1967) y por su
la incorporación de fenómenos no directamente observables en la discipulo Jerry Fodor (1968) y contnbuyo de forma crucial como lo
explicación de la conducta, la elaboración, por tanto, de hipótesis h~c.ie~a también 1~ ling~ísti~a c/h_omskyana, al resurgimient~ del cog-
teóricas funcionales, por ejemplo, de corte cognitivo. mtiVIsmo en la psicologia cientifica. Sm embargo, desde sus orígenes
El nuevo funcionalismo cognitivo aplicaba al ámbito de las expli- e~ta nu~va psicolog~a co~nitiva añadiría al mentalismo dos rasgo~
caciones psicológicas las conclusiones derivadas por los filósofos de diferenciadores que Inmediatamente se convirtieron en su «marca» o
la ciencia en su crítica al conductismo (cfr. vg. Lycan, 1990) y sello distintivo: a) su carácter computacional, es decir la vinculación
permitía relacionar causalmente la conducta de los sujetos con com- de la defin~~ión operativa ~~ «estado mental» con lo's conceptos de
ponentes o entidades con realidad epistémica pero no por eso necesa- representacwn y computacwn desarrollados por aquellos mismos
riamente físicas o definibles en términos físicos (vg. en términos ~ños . por los teóricos de. la . ~nformación, los matemáticos y los
neurobiológicos o en términos conductuales). Por ello, recibe la mgemeros de la telecomumcacwn, y b) su interpretación de que los
denominación genérica de funcionalismo mentalista. Los «estados estados mentales y las operaciones de cómputo que pueden aplicarse
mentales o de conocimiento» (i.e. el contenido y la forma de las a estos estados mentales pueden ser efectivos en sistemas físicamente
representaciones mentales utilizadas por los organismos durante la muy distintos _(vg. en el cer_ebro humano o en un ordenador digital).
ejecución de una determinada forma de actividad) y la «transforma- Como ha explicado el propiO Fodor en una entrevista (1990):
ciÓn» sucesiva de unos estados mentales en otros (i.e. los procesos de
cómputo que es necesario aplicar para transformar un estado mental El sentido en el que el funcionalismo ha jugado un papel en el tipo de psicología
en otro distinto durante la realización de una conducta concreta) que a mí me interesa es el de que puede darse un nivel de representación o de
pasaron así a ser considerados como unidades funcionales aceptables construcción teórica que se aplica a los organismos biológicos pero que no está
también en las explicaciones de la conducta observable y, por tanto, especificado en términos biológicos. Es la idea de que los estados psicológicos
pueden ser caracterizados de una forma que sea relevante para la explicación de
pasaron a constituir un componente esencial de las explicaciones
la conducta pero que, al mismo tiempo, no se vea confinada al vocabulario de
psicológicas. la biología. ¿Cómo lograr esto? Pues individualizando dichos estados por
Al igual que los estímulos y las respuestas observables, o que los referencia a sus causas y efectos, en vez de individualizarlos por referencia a
diferentes estados neurofisiológicos por los que atraviesan los orga- aquello de lo que están hechos. Desde este punto de vista, aquellos procesos que
nismos mientras actúan, los estados mentales postulados por el produzcan los mismos efectos podrán ser considerados como idénticos aun
funcionalismo mentalista se definen en virtud de los roles funcionales cuando se lleven a cabo en sistemas biológicos distintos o incluso en sistemas
-relativamente abstractos- que desempeñan en relación con la computacionales no biológicos ... Si eres funcionalista, pensarás que la psi colo-

116 117
EVOLUCION HISTORICA DE LA PSICOLOGIA DEL LENGUAJE
PSICOLOGIA DEL LENGUAJE. INVESTIGACION y TEORIA

gía es, más bien, una subespecie de la teoría de la computación, de la t~oría ~e 5. LA CONSOLIDACIÓN DEL ENFOQUE DEL P.l. EN PSICOLOGíA
los procesos computacionales, y, sólo accidentalmente, una subespeCle de a Y EL NACIMIENTO OFICIAL DE LA PSICOLINGÜÍSTICA
biología (entrevista a Fodor, 1990, pp. 8-9).
Tal y ~omo ?e ha sugerido, el funcionalismo propugnado en el ámbito
La consecuencia directa de afirmacio.nes .~om? la, ~ecogida .en la de la fllosofla de la mente por Putnam y sobre todo por Fodor vino a
cita anterior para el quehacer de la. investlgacw.n c1~pt1~ca en P~ c.¿lod
1
1 converger con aportaciones no menos importantes en otros ámbitos
gía es clara y fue asimismo inmediata: la exphcac1011: e ~ al~lVl a disciplinares (vg. la lingüística generativa o el desarrollo de las
humana -y especialmente de sus formas T?ás ~?mpl~)~S e mte ¡gentes ciencias de la computación) que habían comenzado a ser conocidas
(vg. el lenguaje)- precisa de una caractenzac101:1 teonca de sus ~oro­ por los psicólogos experimentales a lo largo de la década de los
ponentes funcionales en términos de ~epresen~a~10n~s Y procesds, esta cincuenta: precisamente en el momento en que el conductismo acu-
caracterización permite la elaboracion de h1potes1s qu~ pue e~ ~er mulaba sus mayores anomalías paradigmáticas e iniciaba su declive
empíricamente contrastadas. Sin embargo, la contr~stac10n em,p1nca como en~oque teórico dominante en la psicología científica (cfr.
de la realidad psicológica de estos componentes no t1ene por qu.e estdr Mackenz1e, 1977, y en castellano, Y ela, 1980, o Zaccagnini y Del-
restringida a la observación de la condu~ta de un cierto ttpo d'e claux, 1982, para un desarrollo de los factores que determinaron la
sujetos u organismos biológicos (vg. ,los .su)etos huma?os) en cdn l- crisis del conductismo).
ciones naturales o experimentales. Mas b1en al contrano, la con ucta En el ámbito de la investigación psicológica, los desarrollos
de todo tipo de sujetos u organismos dotados de «estados mentales¿ o conv~rge.ntes del ~uncionali.smo mentalista, la lingüística generativa y
capaces de ejecutar operaciones de cómputo sobr.e t~les esta os las c1enc1as del computo d1eron pie al desarrollo de un nuevo modo
resulta teóricamente relevante también para la exphc~~1Ól de estas de analizar los fenómenos y de proponer explicaciones psicológicas:
formas complejas de conduct,a (vg. los ord~nadores dlg~ta ~s). d l un ~odo. que.,, sobre todo, implica?a una recuperació~ de problemas
El objetivo de la psicolog1a, una vez mas, es la exphc acwn. . d d de mvest1ga.~1on largamente exclmdos de la psicolog1a anglosajona
actividad, pero ahora lo es con un énfasis e~pecial en 1a actlVl a. (vg. la relac10n mente-conducta), el empleo de conceptos mentalistas
inteligente que ejecutan naturalme':lte los m1ei?bros . de la especie y un. interés expl!cito por identificar las reglas lógicas que permite~
humana, aunque en principio no ttene por q~e ~ons,1~erarse como exphcar la act1v1dad humana (cfr. Lachman et al. 1979· Riviere
exclusiva de la especie h:umana. La psicolog1a ~1enuflca P 0 b.~ un 1986, para un~ r~visión). Así, aparecen, en un breve l~pso de tiempo:
objetivo que ya no le es exclusivo (puesto. 9':le mteresa tdd lel a A study of thtnkmg, de Bruner, Goodnow y Austin (1956); el conoci-
otras disciplinas como la Inteligencia Arttflc~al) Y que, a ds as do artículo de George Miller (1956) sobre el «mágico número siete»;
condiciones teóricas que debe cumplir su e.stu~lO, tamp.oc<?. p~e e ¡er Perception and Communication, de Donald E. Broadbent; Plans and
abordado con independencia de otras c1enc1as (la lmgmstlc~, ~s the s~rt:tcture of behavior, de Miller, Galanter y Pribram (1960);
neurociencias las ciencias de la computación, etc.). La nueva,ctencla Cogntttve Psychology, de Ulric Neisser (1967); Human Problem Sol-
cognitiva qu~ engloba a todas estas disciplinas asume as1 . c?mo ving, de Newell y Simon (1972), y otros muchos. Todos ellos son
objetivo propio -aunque redefinién~olo---: elJ?ro~l~ma que ongm~l~ trabajos. qu~ denotaD: ya la existencia de un nuevo y potente paradig-
mente justificó la creación de la ps1colog1a c.1ent~~1ca .Y st;t .des~a)i ma ex:phcat!~o en ps1colo~Ía: el paradigma de la psicología cognitiva
miento de la filosofía: el problema de la exphcacwn clenttflca e
mente, de su relación con el cuerpo y des~ papel. causa,l respecto a a
t 9-e onent.acwn computacwnal o «enfoque del procesamiento de la
mformac1Ón», un paradigma con pretensiones de hegemonía teórica
actividad. La mente humana recuperaba as1 en ps1colog1a el papel qu.e en el ámbito de la psicología científica cuyos rasgos más característi-
le adjudicaban los psicólogos decimonónicos Y con~ra el que enca~m­ cos, desde entonces, son los siguientes: a) su concepción de la mente
zadamente habían luchado los psicólogos conductlstas: La o~gandzd­ h~mana como un sistema capaz de manipular símbolos, y la acepta-
ción funcional de esta mente, capacitada para el lenguaJe en v1rt':l e Clon del supuesto de que la actividad inteligente implica la elabora-
su propia capacidad para manipular símbolos .o rep.rese.~tacwnes ción y manipulación de unas ciertas representaciones de la realidad;
(García-Albea, 1991b), será el principal re~~ d~ la m~es.ug.acwn ahor~ b) la interpretación de la mente humana como un sistema activo
en psicología. En esta tarea, la colaboracwn mterd1sc1plmar ~ 0d.sera en sus interacciones con el medio; e) la adopción de una versión
una posibilidad: será una necesidad de la que no podra prescm Irse. d~bil de 1~ llamada «metáfora del ordenador» o «hipótesis computa-
ClOna!» en la explicación de los procesos mentales y la aceptación de
la existencia de ciertas semejanzas entre la mente humana y las
máquinas de procesamiento artificial de información, y d) la am-

118 119
PSICOLOGIA DEL LENGUAJE. INVESTIGACION Y TEORIA EVOLUCION HISTORICA DE LA PSICOLOGIA DEL LENGUAJE

pliación de las fuentes de verificación empírica en psicología a los Osgood y Sebeok, 1954, que recoge los principios programáticos de la
datos procedentes de la simulación con ordenadores (cfr. Lachman nueva psicología del lenguaje).
et al., 1979; Delclaux y Seoane, 1982, o Gardner, 1985, para una Osgood y el propio Miller habían sido los promotores de la nue-
revisión en profundidad de estos supuestos y de sus antecedentes va disciplina desde el ámbito psicológico en lo que sin duda cabe
históricos). interpretar como un reflejo de su buena sintonía con el espíritu de
En el ámbito específico de las investigaciones psicológicas del colaboración interdisciplinar que comenzaba a generarse en las cien-
lenguaje, la influencia del enfoque del procesamiento de la informa- cias modernas. A través del nuevo proyecto, habían tratado de
ción fue rápida y productiva. Sin embargo sería errónea la interpreta- con~iliar las tradiciones psicológicas del neoconductismo mediacional
ción de que primero emerge y cristaliza el enfoque del P.l. en y el asociacionismo verbal dominantes en la época (años 1950-55,
psicología y sólo después hay una derivación o aplicación de tal aproximadamente) y a la vez habían tratado de incorporar algunos de
enfoque al estudio del lenguaje. A diferencia de lo que ocurrió con los principios de la reciente teoría de la información. Pero los
otros paradigmas teóricos, que sí surgieron a partir de supuestos no supuestos lingüísticos en que se apoyaba la nueva disciplina (i.e. los
relacionados originalmente con el análisis del lenguaje o sus propie- supuestos asociacionistas) tenían sus días contados casi desde el
dades, en el contexto de aparición y justificación del enfoque del P .l. primer momento y resistieron mallas exigencias de la nueva ciencia.
tuvieron mucho que ver las teorías sobre el lenguaje propugnadas por La publicación de los primeros trabajos de Chomsky (vg. 1957) y sus
Chomsky. No menos importantes, en este sentido, fueron trabajos críticas continuadas y demoledoras al conductismo (vg. Chomsky,
empíricos como los realizados a principios de los años cincuenta por 1959) impedían obviar las insuficiencias del enfoque estructuralista de
Osgood y también por George Miller (figura clave donde las haya partida: la nueva psicolingüística debía revisar sus bases lingüísticas.
para la cristalización del enfoque del P.l. y de la propia psicolingüísti- A poco de iniciarse la nueva década (o, más exactamente, en la
ca), quienes trataron de incorporar por primera vez los conceptos y transición de los años cincuenta a sesenta), la aún incipiente psicolin-
desarrollos incipientes de la teoría de la información al estudio de güística sufrió su primera crisis disciplinar (cfr. Blumenthal, 1970).
los procesos psicolingüísticos. Por ejemplo, el estudio de Miller y Los principios asociacionistas y el trabajo sobre unidades lingüísticas
Selfridge (1950) que demostró que la gramaticalidad de las oraciones terminales eran claramente incompatibles con el carácter generativo
aumenta su predictibilidad y, en consecuencia, influye en la dificultad de la teoría chomskyana y sus categorías abstractas de descripción del
de la descodificación y recuerdo de los mensajes; o el de Miller, Heise lenguaje (vg. la distinción entre estructura profunda y superficial).
y Lichten (1951) que permitió confirmar la hipótesis de que la mayor Por otro lado, los propios supuestos mediacionales iban quedando
«cantidad de informaciÓn» contenida en un mensaje «protege» la superados por los avances en el ámbito de la computación y por la
identificabilidad de las unidades lingüísticas frente al ruido de fondo propia dinámica de la construcción de una psicología mentalista pero
y facilita, por tanto, la percepción eficaz del habla en condiciones de ya radicalmente no asociacionista (la psicología del P.l.). En otras
alto ruido ambiental. palabras, en menos de una década (la década de los sesenta), la
Los trabajos de Miller y sus colaboradores estaban más cerca, en psicolingüística asociacionista y mediacional se había quedado obso-
la primera mitad de la década de los cincuenta, del conductismo leta. Los desarrollos de la lingüística generativa y del enfoque del P .l.
mediacional (e incluso del asociacionismo verbal) que de los desarro- imponían ahora las condiciones de lo que debía ser una psicolingüís-
llos gramaticales y computacionales de los que veníamos hablando. tica acorde con los principios teóricos dominantes en psicología. El
Pero es que, en realidad, estos primeros trabajos, sin cuya referencia neoconductismo y los programas de investigación inspirados en él per-
no puede entenderse la psicolingüística actual, fueron realizados en el dían su hegemonía paradigmática en el estudio del lenguaje. El
marco de una «primera psicoliqgüística», extremadamente efímera, propio Osgood, el más resistente de entre los psicólogos a la modifi-
cuyo valor histórico principal quizá no fue sino el de servir de puente cación de los supuestos conductistas fundacionales, tras las críticas de
y preparación a la psicolingüística de orientación gramatical y com- Fodor a su interpretación del significado en 1965, optó por un intento
putacional de la que hablábamos. Esta primera «psicolingüística» de reformulación de su teoría que no pudo concluir, según él mismo
oficial (bautizada así por sus promotores, tras dos seminarios patroci- observa, hasta bastantes años después (cfr. Osgood, 1980).
nados por el «Social Science Research Council» que tuvieron lugar en George A. Miller, autor junto a Galanter y Pribram del influyente
1951 y 1~~3) pretendía constituirse en una disciplina capaz de expli- Plans and the structure of behavior (1960) y autor de numerosísimos
car ctentlficamente la actividad de uso del lenguaje y de reconciliar trabajos teóricos y experimentales sobre lenguaje (1962, 1965, 1969,
las aproximaciones lingüística y psicológica, históricamente desvincu- 1981), es, sin lugar a dudas, la figura más importante para la
ladas por exigencias del conductismo radical (cfr. la monografía de articulación del programa de investigación de esta nueva psicolingüís-

120 121
PSICOLOGIA DEL LENGUAJE. INVESTIGACION Y TEORIA EVOLUCION HISTORICA DE LA PSICOLOGIA DEL LENGUAJE

tica de inspiración generativa y computacional. Gracias al trabajo de investigación psicológica del lenguaje no es, en la práctica, sólo una
este autor (y el de otros como Merrill Garrett, Thomas Bever Y ~1 investigación de naturaleza psicolingüística-computacional, aunque,
propio Jerry Fodor), la psicolingüística inicia u~a d~, las etapas m.as sin duda, éste es su enfoque dominante (por lo menos en el ámbito
fructíferas de su historia en relación con la exphcac10n del lenguaJe, anglosajón y, cada vez más, en los centros de investigación europeos
tanto en relación con la actividad de producción y comprensión como más influyentes). Como hemos tenido ocasión de hacer notar a lo
en relación con su adquisición (cfr. Fodor, Bever y Garrett, ~97~, P.~fa largo de este capítulo, existen tradiciones de investigación psicológica
un análisis en profundidad de los planteamiento~ ?~ esta pslcoh~gms­ -como los desarrollos neoconductistas de Osgood, Ribes o Staats-
tica «reformulada», y Kessel, 1988, para un anahs1s ret~osp~ctr~o de que no com'parten los supuestos cognitivistas del P.l. pero que
los comienzos y desarrollo de la psicolingüística evolutiva mspuada constituyen paradigmas activos de la investigación contemporánea
en este enfoque). . . del lenguaje. Ciertamente, hoy por hoy no constituyen paradigmas
. Los psicólogos d~l l~l}guaje, ahora? ~i~~en claro .s~ obJe.tlv?.:, e~ dominantes de tal investigación (aun cuando lo hayan sido en ciertos
pnmer lugar, la exphcac10n de la adqms1c1on y la. act1v1dad hngm~~~­ momentos históricos y/o en ciertos ámbitos geográficos); sin embar-
cas (i.e. la producción y comprensión del lenguaJe) y la elaborac10n go, son paradigmas con capacidad para la generación y contrastación
de modelos sobre la arquitectura funcional del sistema d~ pro~esa­ empírica de hipótesis cuyo interés tanto básico como aplicado no
miento lingüístico sobre los supuestos chomsky~~os y ~unc}~nahstas; debería ser menospreciado por ningún psicólogo del lenguaje.
a partir de ahí, la elaboración de modelos teo~1cos c1ent1f~c~mente En segundo lugar, la idea misma de que la psicolingüística de
contrastables sobre la organización interna del s1sten:a co~mtry-o que orientación computacional constituye el paradigma dominante en el
es capaz de ejecutar formas de actividad tan compleJ~S e mtehgentes momento actual requiere a su vez de una matización, dado que en
como el lenguaje. A lo largo de este volumen, ~ espec1aln:el}te ~n los ningún caso ello debe interpretarse como que dicho paradigma
capítulos 6-14, iremos comentando en profun11~ad las h1p<?tes1s, .los constituye una alternativa teórica única y/u homogénea. Dos comen-
procedimientos y los resultados más caracte~1st1cos, de la mvesuga- tarios ~uy breves bastarán quizá para aclarar este punto. El primero,
ción psicolingüística desarrollada en estas úlumas decadas. Por ello, para senalar que la evolución interna del paradigma cognitivo (tanto
detendremos aquí el comentario de sus perfiles más generales. Antes dentro como fuera de la psicología), en combinación con la propia
de finalizar este capítulo no obstante, comentaremos brevemente dos evolución de las teorías gramaticales y la Inteligencia Artificial, entre
alternativas teóricas a Id psicolingüística de inspi~ación .com~u~acio­ otras, ha llevado aparejada una diversificación progresiva de las
nal que, pese a su distancia cronológica y a sus d1ferenc1~s. teoncas Y posiciones teóricas de los propios psicolingüistas encuadrados en el
epistemológicas, merecen ser reseñadas en este ;squem~~1co repaso enfoque computacional a lo largo de las últimas tres décadas. Dicha
histórico: la alternativa conexionista y las teonas geneucas de las diversificación, de la que nos haremos eco en los distintos capítulos
Escuelas de Moscú y de Ginebra. de este libro, puede reconocerse fácilmente en indicadores tales como
la preocupación cada vez mayor de los psicolingüistas por dar cuenta
de unidades lingüísticas progresivamente más complejas como los
6. LAS ALTERNATIVAS CONEXIONISTA Y CONSTRUCTIVISTA textos o discursos, que exigen la referencia a tipos de conocimiento
EN PSICOLOGÍA DEL LENGUAJE gramatical y extragramatical no contemplados en los primeros mode-
los (cfr. capítulos 11 y 14), o el interés creciente por el análisis de los
Tal y como hemos señalado y trataremos de ir mostrando a. lo }argo componentes pragmáticos del lenguaje, y no sólo por sus componen-
de los capítulos de es.te volumen, el .enfoqu~ ~el P .l. y~oporc10no a ~a tes sintácticos o semánticos, que se detecta tanto en el ámbito
psicolog1a del lenguaJe un marco epistem.ologi~o, t~?nco y metod~l~­ evolutivo como en el experimental (cfr. Belinchón, 1990, para una
gico capaz de articular un programa de mvest1gac10n sobre. la actlvl- revisión).
dad lingüística que se ha revelado extremadame~te pr~1ucuvo en l~s El segundo comentario que resulta pertinente en relación a la
últimas tres décadas. No obstante, y frente a la 1mpres10n que podna propia configuración paradigmática interna de la investigación psico-
derivarse de esta afirmación de que la psicología del lenguaje contem- lingüística actual se refiere al surgimiento, en los últimos años, de
poránea se asienta fundamental y mayoritariamente sobre supuest?s enfoques pretendidamente alternativos al enfoque computacional y,
generativistas y computacionales, cabría hacer, antes de conclmr, de forma muy especial, al surgimiento del denominado enfoque
algunas matizaciones. . conexionista (McClelland, Rumelhart y el grupo de investigación
La primera matización que conviene hacer, en aras del ngor «PDP» o del «procesamiento distribuido y paralelo», 1986).
histórico, hace referencia al hecho de que, en el momento actual, la

122 123
EVOLUCION HISTORICA DE LA PSICOLOGIA DEL LENGUAJE
PSICOLOGIA DEL LENGUAJE. INVESTIGACION Y TEORIA

6.1. La alternativa conexionista 6.2. El constructivismo en la explicación del lenguaje


y su adquisición
Como tendremos ocasión de ver detalladamente en algunos de los
capí.tulos posteriores (vg. capítulo 7), el enfoque conexionista aspira a La aparición de los modelos de procesamiento paralelo y distribuido
una interpretación funcional de la actividad que, por un lado, trata de en el contexto de la ciencia cognitiva moderna ha constituido un
respetar la realidad epistémica de las representaciones mentales (i.e. revulsivo cuyas repercusiones son todavía difíciles de evaluar. Ello es
continúa siendo un enfoque cognitivo o mentalista) y, a la vez, utiliza así porque, como hemos señalado, su soporte conceptual prescinde de
como base de la explicación funcional de la actividad cognitiva las nociones funcionales básicas adoptadas por el enfoque computa-
principios como el de activación (i.e. excitación-inhibición) que resul- cional (vg. la noción misma de símbolo) y/o porque traslada la
tan relativamente próximos a los utilizados en las caracterizaciones definición de las funciones mentales a un plano de análisis subsimb<?-
neurobiológica y conductual (asociativa) de la actividad. En pocas lico más similar al nivel de las descripciones neurobiológicas que al
palabras, el conexionismo trata de sustituir la <<metáfora del ordena- de las explicaciones mentalistas. No obstante, y dejando a un lado la
dor>> por la «metáfora del cerebro». ¿Cómo lo hace? Sustituyendo el polémica sobre la adecuación o inadecuación del nivel de descripción
supuesto computacional de que el procesamiento puede caracterizarse en que operan los modelos conexionistas a la hora de dar cuenta de la
en términos de operaciones regladas que se aplican sobre representa- actividad cognitiva, existe un aspecto en ellos que ha sido destacado
c~ones localizadas en la memoria, por el supuesto de que la informa- tanto por sus promotores como por otros muchos autores (vg. y entre
ciÓ_n se alma~ena, ?e form~ distri~uida en ~edes compuestas por nosotros, García-Madruga, 1991) y al que no podemos dejar de
umdades subsimbohcas que mteractuan entre SI de un modo similar a referirnos aquí. El aspecto en cuestión es el del interés de los
con:~ lo hacen las ~euronas en <:,1 cerebro y que se van estableciendo y investigadores de orientación conexionista por caracterizar la activi-
defimendo a· partir de las senales de excitación o de inhibición dad cognitiva en términos que posibiliten la explicación de cómo los
recibidas por el sistema en su interacción con el medio: es decir en patrones de la actividad de un organismo inteligente varían en
función de la experiencia del propio sistema y/o del aprendizaj~. función de la experiencia: es decir, su interés en incorporar los
La alternativa conexionista, como muchos gustan ya denominar procesos de aprendizaje o construcción del conocimiento a la explica-
impone, por tanto, un análisis de la actividad mental que atiend~ ción de los mecanismos responsables de la realización de las conduc-
fundamentalmente a la descripción de la «microestructura» de la tas. La razón por la que no podemos dejar de referirnos a esta
cognición, tal y como ésta ocurre en un plano subsimbólico. En ese cuestión es porque, con ello, se identifica explícitamente uno de los
sentido, ha sido rechazada por autores como Fodor (vg. Fodor y aspectos menos desarrollados por el enfoque del P.I. (como efecto de
Pylyshyn, 1988) y otros (vg. Bechtel, 1985), quienes interpretan que la influencia del innatismo biologicista de Chomsky y Lenneberg) y,
los modelos PDP -«procesamiento distribuido y paralelo»- impli- al mismo tiempo, se hace evidente la necesidad de recuperar de la
can una vuelta al asociacionismo en psicología y un acercamiento memoria histórica dos de las más destacadas tradiciones de investiga-
peligroso. a. explicacio?~s próximas al reduccionismo biológico (lo ción psicológica europea del siglo XX: la epistemología genética
que a pnon las de~cal~~Ica c?mo, a~ternativas posibles al enfoque del piagetiana y la orientación sociohistórica de la Escuela de Moscú.
P.I. para una exphcaciOI?- p,sicologica de la conducta). ¿Puede expli- Como es bien conocido (cfr. Riviere, 1987), estas dos escuelas de
carse totalmente la cogmcwn desde un punto de vista conexionista? la psicología científica de nuestro siglo participan de todos los
¿Puede explicarse el lenguaje? La evidencia obtenida hasta la fecha (a ingredientes que justifican el que se las considere como «psicologías
la que aludiremos repetidamente a lo largo de todo este volumen) no cognitivas» (vg. en ambas escuelas se sostiene la necesidad de apelar a
parece permitir una respuesta afirmativa a estas preguntas. Pero elementos no directamente observables y de naturaleza mental en la
tampoco permite una descalificación global de esta propuesta. Al . explicación de la actividad). No obstante, por razones que en parte
enfoque del P .l. le ha surgido, sin duda, un oponente teórico relevan- son cronológicas -su desarrollo en el primer tercio del siglo- y en
~e. Resp<?nder en qué a~p~ctos o h~sta dónde lo es constituye, como parte geográficas -su origen europeo-, su cognitivismo ha resulta-
Iremos ,v~endo en los prox1mos capitulas, un problema eminentemen- do totalmente ajeno a los desarrollos computacionales de la última
te empinco. mitad del siglo y sólo en fechas relativamente recientes han comenza-
do a ser tomadas en cuenta. Como en el caso de la obra de Bühler,
esta «introducciÓn» en el ámbito anglosajón sólo fue posible a partir
del trabajo de divulgación desarrollado por algunos investigadores
anglosajones (caso de Bruner o de Werth, respecto a la obra de

124 125
EVOLUCION HISTORICA DE LA PSICOLOGIA DEL LENGUAJE
PSICOLOGIA DEL LENGUAJE. INVESTIGACION Y TEORIA

Y lengua(e, a cuyo análisis dedicar~mos una atención pormenorizada


Vygotski, o de Flavell, respecto a la piagetiana)_. Pese a sus marc~das e~ el capitulo 5) · Por otr<?, ~~ estudw de los mecanismos neurofisioló-
diferencias de orientación (a las que nos refenremos en este mismo gicos q_ue subyacen y posibilitan el uso del lenguaje (la neurología del
capítulo y también en el capítulo 5), estos dos ~nfoques (el de la lenguaje).
Escuela de Ginebra y el de la Escuela de Moscu) comparten una ,L~v Vygotski es, ad~rnás de la figura ~lave de esta escuela psi-
orientación constructivista en la explicación de la génesis de las cologica, el autor que mas destaca en relacion con el primer grupo de
funciones mentales (y también, por extensión, ~n la génesis del probl~rnas (el lector español dispone de una exhaustiva introducción
lenguaje), sin cuya referencia no cabe entender ni la historia ?e
la a la ftgu.r~, de Vygotski y a su obra. en la monografía publicada por
psicología del lenguaje ni algunos de sus intereses y preocupaciOnes Angel Riviere en 19~5.b). A Vyg?ts~I cabe atribuir, por ejemplo, entre
más actuales. o.tras, ~!luchas, la luc,t~a y gemal mterpretación de que la función
~Imboh~~ resul~a gen,eticarnente tanto de factores cognitivos corno de
La psicología del lengitaje soviética mteraccwn soci~l, asi corno el descubrimiento de que el lenguaje, una
v~z alcanz~do cierto gra~o de desarrollo en el marco de las interac-
De entre las aproximaciones psicológicas al estudio del lenguaje cwn~s soc~a~es, se convierte en un mecanismo capaz de regular la
surgidas en Europa en la primera mitad del siglo XX, ~as propuestas propia ~ctividad del sujeto (cfr. capítulo 5). A Alexander Luria otra
de los psicólogos soviéticos (y de manera mu~ especial .las de Lev de las figur~s. claves de la psicol?f?Ía soviética, le corresponde, ~or su
Vygotski, Alexander Luria y Alexander Leontiev) constituyen una .parte,. el ~ento de haber Identificado y promovido un dominio de
aportación sin duda crucial (pese a que, como ya hemos dicho, ~no mv~stigacwn -el de la neurolingüística o neuropsicología del len-
fueron conocidas en el ámbito científico occidental hasta los anos guaje-- que, corno ya con:ent.~rnos, constituye una pieza indispensa-
sesenta, fecha de traducción al inglés de sus principales obra~ -espe- ble. ~e ca~a ~~ ~na exphcacwn satisfactoria de la adquisición y
cialmente el influyente Thought and Language, d~ yygotski) .. , . actividad hngmsttcas en el marco de la actual ciencia cognitiva.
Al igual que los psicólogos conductistas~ los psicolo&os sovieticos
de este periodo destacaron por su marcada mdependenCia con.c,eptual El estudio del lenguaje en la Escuela de Ginebra
y metodológi~a respe~to de la lin~üís~i~a y por su pre~cup~cwn por
elaborar teonas «estnctamente pstcologicas» del lenguaje. Sm embar- Rad}c~lrnente, a~ejada de las posiciones funcionalistas comentadas en
go, y al mismo tiempo, las propuestas d~ los s~:wiéticos p~esentan las ~ltirnas pagma~ ~ de las pr~?~upaciones neurofisiológicas e inte-
rasgos y reflejan preocupacione~ que les .dtferenctan ~ustancta~mente ractivas de los psicologos sovie~Icos, la psicolingüística piagetiana
de corrientes como la conducttsta, surgtdas en ·el mtsmo penado Y desarrollada e.n .la Escuela de Gmebra ofrece también una peculiar
que, paradójicamente, aparecían también teóricamente n:~Y liga~as a maner~ de defmir y de abo.rd~r la ~roblernática psicológica relativa al
los estudios sobre el reflejo condicionado y el condtcwnamtento ~~~g~aje .. Pese a ~u escasa mcidencia sobre el conjunto de la psicolin-
clásico de Pavlov o Sechenov. Entre las características principales que 9ms~Ica mter~acwnal (especialmente, y aún hoy, la situada fuera del
diferenciarían a la psicología soviética post-revolucionaria de estas ambito franco.fono), los trabajos desarrollados en el marco de esta
otras orientaciones (especialmente la conductista), cabría destacar la Escuela constituy.en u~a f!IUestra clara de la fuerte dependencia
orientación marcadamente genética de sus explicaciones y, respecto conc.ept~al de ~as It¡vestigaciones del lenguaje respecto de los modelos
de funciones psicológicas superiores como el lenguaje, su interés por exphcatr~os psicologicos más generales y, en tanto que tales merecen
elaborar teorías explicativas alternativas a las desarrolladas hasta la ser :ecog1dos en una presentación general corno la que aquf estamos
fecha capaces de integrar el nivel de descripció.n. m~n~al o repre~enta­ realizando.
cional (cognitivo), con el conductual~ el neurofzszol~gzco y e} ~oczocul­ La impro~ta. del iniciador de esta Escuela, Jean Piaget, puede de-
tural (cfr. vg. el trabajo de Vygotski sobre El ~enttd? hzstorzco. de la tectars~ en practicament~, todos l?s aspectos de esta psicolingüística. Por
psicología, y otros trabajos publicados en los anos vemte, comptlados ~n l~do, ~n .su .valoracion del arnbito evolutivo (ontogenético) corno
en la edición de Obras Escogidas de este autor -ed. cast. vol. 1, ambito pr~ontano ~e la. investigaci?n psicológica (también, por tanto,
1990--).
Las investigaciones empíricas sobre el lenguaje realizadas por los
e!
del lenguaje) Y su enfasis en. ~,aracter constructivo -y por tanto no
prepr?gra~ado-- de la adqmsicion y el desarrollo lingüísticos. Por otro,
psicólogos soviéticos de la Escuela de Moscú han esta~o centra~as, a en el enfasis que. los auto:es de la Escuela de Ginebra conceden al hecho
grandes rasgos en dos grandes grupos de problemas mterrelacwna- de. que e~ lenguaje e~ un Sistema de representación del conocimiento y al
dos. Por un lado, el problema del desarrollo ~e la función simból.ica Y mismo tiempo, un tipo de conocimiento que el niño adquiere a partir' de
de la construcción de los significados (relacwnes entre pensamtento
127
126
PSICOLOGIA DEL LENGUAJE. INVESTIGACION Y TEORIA EVOLUCION HISTORICA DE LA PSICOLOGIA DEL LENGUAJE

competencias simbólicas previas como las que se manifiestan en la análisis de la producción y comprensión de las oraciones). Sin embar-
imitación o el juego (cfr. también Siguán, 1984). go, también han sufrido una considerable transformación interna en
Las posiciones piagetianas sobre la adquisición del lenguaje, otros aspectos. Quizá el más llamativo es el que se refiere a la
sintetizadas magistralmente por su autor en La formation du symbole distinción que Piaget estableció entre las nociones de «lenguaje
chez l' enfant, de 1946, pero presentes ya en buena medida en su libro egocéntrico» y «lenguaje socializado» y, en general, a la interpreta-
Le langage et la pensée chez l'enfant (1923), se inscriben en lo que se ción de este autor de que el lenguaje, al igual que otras formas de la
ha dado en denominar «hipótesis cognitiva fuerte» por considerar función simbólica, se desarrolla en lo esencial «de dentro hacia
que la adquisición del lenguaje es evolutivamente subsidiaria de la fuera», es decir, adoptando primero formas egocéntricas y reflejando
adquisición de determinadas competencias simbólicas o representa- después la capacidad progresiva del sujeto para «des-centrarse» cog-
cionales y han tenido uno de sus exponentes empíricos más represen- nitivamente y tomar también en cuenta la perspectiva de otros. La
tativos en la obra de Hermine Sinclair de Zwart y de sus colaborado- interpretación piagetiana de la adquisición del lenguaje (y en general
res (existe traducción al castellano de la principal obra de esta autora: del desarrollo de la función simbólica) como un proceso cuya génesis
Adquisición del lenguaje y desarrollo de la mente, basada en su tesis depende primero de la interacción con los objetos físicos y sólo
doctoral). después o secundariamente con las personas, fue objeto de una
En sus trabajos experimentales con niños normales de cinco a encendida réplica de Vygotski en su libro Pensamiento y lenguaje
ocho años, Sinclair logró demostrar el carácter necesario de la ad- (versión original, 1934). Años más tarde, cuando esta obra fue
quisición de ciertas estructuras cognitivas, como la habilidad para conocida fuera de la Unión Soviética, Piaget reconocería la inadecua-
resolver tareas de conservación, para el desarrollo de ciertas estructu- ción de su interpretación original y la necesidad de asignar a la
ras del lenguaje (vg. los términos comparativos «más», «más grande», interacción social del niño con su entorno un papel más importante
«tanto como», etc.). Por su parte, Ferreiro y Bronckart, discípulos en la explicación genética de las funciones psicológicas superiores
ambos de Sinclair, demostraron la correlación existente entre el grado (cfr. el comentario de Piaget a la obra vygotskiana incluida como
de desarrollo operatorio y la adquisición de un sistema lingüístico Epílogo en la versión castellana de Pensamiento y lenguaje). La
diferente: el de los términos de expresión de las relaciones tempora- valentía de Piaget, al asumir públicamente el interés de las propuestas
les. Otros trabajos posteriores sobre la adquisición de la sintaxis, el de Vygotski (fallecido en 1934, casi veinte años antes de que Piaget
léxico y la lectura (comentados y traducidos parcialmente al castella- tuviera conocimiento directo de su obra) constituyen, probablemente,
no en la utilísima edición de Dolz, 1985) han acaparado la atención uno de los episodios más aleccionadores de la historia de la psicología
de los investigadores de esta Escuela en los últimos años, al tiempo moderna y un gesto más de la grandeza intelectual del genial «pa-
que han ido propiciando la incursión progresiva de algunos de sus trÓn» ginebrino. Con ésta, como con muchas de sus otras aportacio-
miembros más destacados (como Bronckart) en ámbitos y posiciones nes, Piaget contribuyó sustancialmente a consolidar una tradición
próximos a la lingüística textual y a las interpretaciones más interac- -la de las explicaciones genéticas de las funciones mentales- que,
cionistas de la adquisición del lenguaje. Este tipo de desplazamientos, como veremos en el capítulo siguiente, resulta también una pieza
que suponen, de hecho, una ruptura clara con muchos de los postula- insoslayable en la explicación psicológica del lenguaje y una de sus
dos piagetianos originales (vg. el formalismo) confieren en la actuali- señas de identidad más características.
dad a las investigaciones psicolingüísticas surgidas de la Escuela de
Ginebra perfiles relativamente poco nítidos en comparación con otras
orientaciones. Esta suerte de indefinición del alcance exacto de la
psicolingüística piagetiana actual y de su dependencia teórica de
criterios formales y funcionales en la explicación del lenguaje se
aprecia también en el trabajo de otros autores francófonos contempo-
ráneos (vg. Marc Richelle, 1981).
Los estudios sobre la adquisición del lenguaje realizados por los
psicólogos del círculo piagetiano han respetado, durante todos estos
años, la interpretación original de Piaget de que las estructuras y el
funcionamiento de los enunciados «traducen» en forma bastante
directa los mecanismos de la inteligencia (una interpretación, como se
ve, no muy distante de los principios establecidos por Wundt en su

128 129
Capítulo 4

LA GENESIS DEL LENGUAJE

1. LA NOCIÓN DE GÉNESIS EN EL ESTUDIO PSICOLÓGICO


DEL LENGUAJE

Los capítulos anteriores nos han permitido establecer algunas de las


características esenciales del estilo con que la psicología se acerca al
estudio de ese objeto complejo que es el lenguaje: en primer lugar, lo
considera como actividad de un sujeto. Además, se sirve generalmen-
te de procedimientos empíricos (la observación, el experimento) y de
métodos de simulación para estudiar esa actividad. Ya hemos visto
que, a lo largo de la historia, han sido diversas -y, en ocasiones,
antagónicas- las posiciones fundamentales de los psicólogos acerca
del lenguaje, pero esos dos rasgos han sido comunes a todas ellas.
Hay aún otro rasgo compartido, que subyace a la pluralidad de
perspectivas psicológicas sobre el lenguaje, y en cuyo análisis nos
detendremos en este capítulo: el interés por explicar la génesis del
lenguaje, su formación. La razón de tratar aquí algunos aspectos
relacionados con la génesis del lenguaje no reside sólo en el interés
intríseco que el origen y desarrollo del lenguaje tienen por sí mismos,
sino también en que, al ocupar la noción de génesis un lugar tan
crucial en cualquier aproximación psicológica, resulta especialmente
adecuada para organizar, alrededor de ella, una especie de cuadro
sinóptico o de mapa conceptual de muchos de los problemas que se le
plantean actualmente a la psicología del lenguaje, definiendo a gran-
des rasgos las posiciones alternativas en relación con esos problemas.
Ciertamente, la perspectiva psicológica sobre el lenguaje es, en
último término, una visión genética: el psicólogo trata de definir, bien
por métodos empíricos o sirviéndose de simulaciones, los procesos,
mecanismos y factores que intervienen en la formación de los actos
mediante los cuales se comprende y produce el lenguaje, y de las
competencias que permiten realizar esos actos. No se interesa sólo

131
PSICOLOGIA DEL LENGUAJE. INVESTIGACION Y TEORIA LA GENESIS DEL LENGUAJE

por describir, en su aspecto más externo, las actividades lingüísticas, de los mecanismos innatos y de la experiencia, los estadios sucesivos
ni toma a éstas como productos terminados, sino que, en tanto que en la definición de destrezas estructurales y funcionales, etc. En la
trata de explicar el lenguaje, establece explicaciones que siempre especie humana, los procesos fundamentales de desarrollo lingüístico
consisten en reconstrucciones genéticas de tales actividades. El ámbi- son relativamente rápidos y abarcan un periodo de alrededor de tres
to de esta posición ante el lenguaje, que es característica del psicólo- o cuatro años, que se extiende entre los doce meses y los cuatro o
go, se extiende hasta abarcar, en su sentido más amplio, a los cinco años. Después se dan fenómenos de refinamiento de un sistema
conceptos de génesis y formación, que deben entenderse, cuando previamente adquirido que poseen un carácter diferente. De este
menos, en una triple acepción: modo, el ámbito temporal de los procesos ontogenéticos, en el caso
del lenguaje, toma como unidades los meses o los años, y no los
1) Una acepción microgenética, que se refiere a la secuencia de milisegundos o centisegundos, como en el caso de los procesos
procesos mentales que, en cada momento, constituyen la actividad microgenéticos.
lingüística. Por ejemplo, en este momento, en que el lector está 3) Finalmente, hablamos de génesis también en una acepcwn
comprendiendo este texto, su sistema cognitivo realiza complejos filogenética, que se refiere a la evolución del lenguaje en la especie
procesos moleculares de los que no es consciente, y que le permiten humana. Esta tercera acepción no es, ni mucho menos, de menor
descifrar signos de escritura, acceder a las formas y significados de las interés teórico para el psicólogo que las otras dos, pero desafortuna-
palabras en una memoria léxica, analizar ciertos aspectos de la forma damente se presta mucho menos a su estilo empírico característico de
de las oraciones, etc. Tales procesos definen la micro génesis de su indagación del lenguaje. Es obvio que no contamos con fósiles
actividad de comprender el lenguaje, y serán los que estudiaremos lingüísticos directos (si es que pudo dejarlos) del Horno erectus, por
principalmente en los capítulos 8 a 15. El ámbito temporal que ejemplo, aunque puedan reconstruirse parcialmente, por procedi-:-
ábarcan los procesos microgenéticos se sitúa en el orden de milise- mientos muy indirectos, sus posibilidades periféricas de habla. Los
gundos o centisegundos, y raras veces sobrepasa el segundo. restos más antiguos de Horno erectus datan de hace alrededor de
En el plano microgenético pueden diferenciarse, a su vez, dos 1.800.000 años, y los más recientes, de hace unos 300.000 años. Los
subniveles: uno, más molar y que se corresponde con la perspectiva primeros restos del Horno sapiens sapiens, en que se hallan evidencias
clásica de la psicología del procesamiento de la información, en que periféricas indirectas, pero claras, de la posible presencia de habla,
la mente se considera como sistema que realiza procesos de cómputo datan de unos 125.000 años (Lieberman, 1991). Estos ejemplos nos
sobre representaciones simbólicas, y definidas por una estructura sirven para destacar un hecho evidente: el orden temporal de este
formal; otro, más molecular y «minimista», que se corresponde con tercer sentido del concepto de génesis abarca miles de años.
las explicaciones conexionistas, en que, a partir de modelos abstrac-
tos de redes de unidades interconectadas, semejantes a redes neurales, Las tres acepciones del concepto de génesis, a las que nos estamos
se considera el funcionamiento paralelo y generalmente subsimbólico refiriendo, se relacionan con los aspectos de actividad y génesis a los
de esas redes, y se consideran los objetos simbólicos a que se refiere la que alude James Russell (1984), cuando establece la lista de cuestio-
perspectiva clásica como metáforas molares con que se designan nes fundamentales a las que responde la indagación psicológica.
propiedades emergentes del funcionamiento masivo y paralelo de las Responden a tres preguntas diferentes, pero muy estrechamente rela-
propias redes. En esta última perspectiva, y dado el supuesto de cionadas:
paralelismo, las unidades temporales (incluso los milisegundos o
centisegundos) tienen un sentido diferente al que poseen en la pers- 1) ¿Qué facultades, procedimientos, conocimientos y procesos
pectiva microgenética clásica del procesamiento de la información, e se emplean en la percepción, comprensión y producción del lenguaje?
idealmente los tiempos de génesis deberían hacerse corresponder con (la cuestión microgenética).
los tiempos reales de transmisión nerviosa. 2) ¿Cómo se desarrollan en el niño las capacidades de lenguaje?
2) Una segunda perpectiva de la génesis es la que se define en la (la cuestión ontogenética).
acepción ontogenética, relacionada con los factores y mecanismos 3) ¿Cómo pudieron evolucionar en la especie tales capacidades y
que determinan la formación del lenguaje a lo largo del desarrollo del el substrato neural y periférico subyacente a ellas? (la cuestión
niño. Cuando se sitúa en este perspectiva, el psicólogo atiende a filogenética).
preguntas tales como las referidas al papel respectivo de factores
exógenos y endógenos en los procesos de desarrollo del lenguaje, la El interés de la psicología por responder a estas tres cuestiones
importancia de la maduración, la imitación y el aprendizaje, el peso fundamentales no es nuevo, ni lo es tampoco la conciencia de que

132 133
LA GENESIS DEL LENGUAJE
PSICOLOGIA DEL LENGUAJE. INVESTIGACION Y TEORIA

ladas a partir d~ 1~ teoría de la evolución, y que llegaron a ser tan


existe entre ellas una red muy apretada de relacio~J-es, que iremos abund~ntes, polemicas y especulativas en los años inmediatamente
desvelando, al menos en parte, a lo }argo de ~~te c~pitulo. ,Y_ a hemos postenores a la publicaciót?- de El origen de las especies por Darwin
visto, en el ant~rior, cómo seylan~eo !a .cuestwn micr?genettca desde (~85?) que_, en .1866, la Sociedad Lingüística de París prohibió que se
el comienzo mismo del estudio psicologico del lenguaJe en la obra de sigm.era discutiendo el tema del origen del lenguaje en la especie.
Wilhelm Wundt, el creador de la psicología experit?ental. Co~o el P.recisame~te p~r ser el_ lenguaje tan específico del hombre y definito-
lector recordará, la producción de ?raciones (las. un!?ades es~n~Iales no de s':l Ide~tidad, Siempre ha constituido un desafío importante
del lenguaje para Wundt), comenza~Ia, en ~~ descnpcwn del psicologo para lo.s m~estt.gado_res de la evolución humana en el contexto general
alemán, por la apercepcion de una .I?Jpresio~ gen~ral, la Gesamtvo;~­ de la filogenesis ammal.
tellung, a partir de la cual, la atencwn selecci~nana aspecto~ e~pecift­ Es evid:D:te que los .tres órdenes o p!anos genéticos a que nos
cos, de los que se derivar~a, ~ su vez, u~a pn?Jera forma logica 9ue estamos reftnendo son diferentes, y rambien lo es que no son acepta-
implicaría un núcleo pr~dicatiVO .. A var~Ir de esta_, se d.~senvolven~n, b!es las ex~r~polaciones directas de unos a otros, basadas en suposi-
a su vez, procesos propiamente lmgmsticos de_ asignacwn de relac~o­ ciOnes, pe~Ichtadas tal~s como la de que viera, por ejemplo, en la
nes gramaticales (cfr. Blumenthal, 1970). Es evidente que es~a d~sc~.Ip­ o.ntogenesis del lenguaJe una especie de recapitulación de la filogéne-
ción (que, por cierto, no está muy lejos de la de f!luchos psi~ohngms­ SIS (~<:>n arreglo. a la h<;>Y abandopada ley de Haeckel). Los tres planos
tas actuales, como veremos en capítulos postenore~) consiste en la get?-e,ti~os se dife~e~cian no solo por sus magnitudes temporales
definición de una cierta microgénesis, que lle~a pnmero de _la f?,e- (mtlesim~s o_ centes~ma~ de segund<? pa,ra 1~ mi~rogénesis, años para
samtvorstellung a la forma lógica, y l~el?~ ,de es.~a a la ,o~gamzacwn la o~togenesis, y milemos para la fdogenesis), smo también en otros
gramatical. Así, encontramos una deftmcion microgenettca del len- senti?os, a los q':le debemos referirnos antes de destacar las sutiles
guaje ya en la obr~ de Wundt, _much? antes de los e~foques del relaci_ones qu~ existen entre las respuestas dadas a los tres órdenes de
moderno funcionahsmo y la psicologia del procesamien~o de ~a cuestiOne~ (micro, onto y filogenéticas) a que nos estamos refiriendo.
información, que han acentuado la importancia del plano microgene- En pnm~r lt;gar, los estudios de naturaleza microgenética permi-
tico en el estudio del lenguaje. t~n ?~s~ubnr como se emplean procesos, conocimientos y funciones
Del mismo modo, el proceso onto9enético de d~sarrollo d~l lmgmsnc~s q?e dependen de capacidades previamente constituidas en
lenguaje en el niño preocupó a la psicologia desde s':ls on&enes Y, ~as la ont~9enesis del len~uaje. No permiten, en cambio, estudiar la
aún fue uno de los temas fundacionales de la psicologia evolutiva formacwn de las capacid~des como tales, aunque sus observaciones y
co~o un todo. En realidad, los primeros esn;dio_s longitudin~les de resul.tados puedan relaciOnarse~ ?e forma indirecta, con hipótesis
casos, en que se de~crib~n pr~ces?s ~~ ontogenesis ,del lenguaJe, ~?n r~lativas al d~sarrollo onto_gene~Ico .de facultades lingüísticas (por
anteriores a la propia psicologia cientifica y a la teor~a de la evolucwn eJemplo,_ ~studws s?_?re la microgenesis de procesos de comprensión y
de Darwin, y se debieron a investigador~s del siglo XVIII, como produc~wn en el mno, ~mpleando latencias de respuestas en contex-
Pockels y Tiedemann, al que muchos consideran e,l fundador de la tos estn~ta,met?-te expen~~ntales, pueden ser importantes para con-
psicología infantil (Francescato, 1971; Delval y Gomez, 1~~8). Por t~astar hipotesis ontogeneticas). Por otra parte, las hipótesis filogené-
otra parte, una ilustración histórica clara de la ~s~recha relacwn entre ticas est~~lecen un marco de referencia aún más general que el de las
los tres planos genéticos a que nos estamos reftnendo es ~1 h~c~o de ontoge?etiCas. Estas se refieren a los procesos de desarrollo del
que los estudios de casos sobre el desarrollo del !engua)e sirvie~~n leng.uaJe en los individuos, aquéllas a los procesos evolutivos que
indirectamente para desarrollar. asp~ctos de la teon~ de la evolucwn pudieron establecer las condiciones previas, formuladas en el genoma
o estuvieran muy directamente mflmdos por ella. ~s!~ en 1875 (~n un ~u~~no, para el desenvolvimiento, a lo largo del desarrollo de cada
momento que coincidía temporalmente con. la apa~ICIOn de la psico~o­ II?di~Id~? ~e la especie, de la_s cap~cid~des qu~ permit,en la competen-
gía experimental), Taine publicó, en la. revista Mzr:~' sus observaciO- cia lml?mstica. A~I como las mvesngacwnes microgeneticas se refieren
nes acerca de la adquisición del ~engu,a)e en un_a mna, Y. la lectura de a. funciOnes previamen~e constituidas en la ontogénesis, las ontogené-
esas observaciones fue la que estimulo, a Darwm a P~?h~ar las, suyas tic~s lo hacen a mecamsmos y desarrollos posibilitados por la filogé-
sobre el desarrollo de su hijo. La teona de la evolucwn mfluyo muy ne~Is. De este modo, los planos micro, onto y filogenético remiten a
directamente en los primeros estudios sistemáticos ~cerca del desarro- objetos cot?-ceptuales difere~tes: 1) ~os p~ocesos de uso del lenguaje y las
llo del lenguaje en el niño, en los años ochenta del siglo pasado, como competencias que los permiten (microgenesis), 2) los procesos de desa-
los debidos a Preyer. . . . , rrollo de tal~s competencias (ontogénesis), y 3) los procesos de evolución
Finalmente, los psicólogos han temdo si~mpre mtere~ por las que establecieron los requisitos para tal desarrollo (filogénesis).
reconstrucciones sobre la filogénesis del lenguaJe en la especie, formu-
135
134
PSICOLOGIA DEL LENGUAJE. INVESTIGACION Y TEORIA
LA GENESIS DEL LENGUAJE

En segundo lugar, cada uno de los tres camp<:>s ~en:~te a un marco das tanto en la propia teoría de la evolución como en los modelos
teórico diferente, 9ue se corr~spond~ con 1~ distmcwn_ que _helll:os dominantes sobre el lenguaje y sobre su microgénesis y ontogénesis.
establecido en el parrafo antenor. Asi, por eJemplo, las mvestigaciO-
nes microgenéticas se enraizan y fundamenta~ en un cm~texto c??-
ceptual en que nociones como proceso de computo~ o mter_acc_~<;>n 2. LAS RELACIONES ENTRE LOS PLANOS GENÉTICOS
frente a modularidad en el funcionamiento de los subsistemas lmgms-
ticos, a los qÚe nos referiremos en el capítulo ~éptimo, ~cupan un A pesar de las diferencias de objetos, marcos teóricos y procedimien-
lugar muy central. Las investigaciones ontogeneticas se hgan a un tos, a las que nos hemos referido, los tres órdenes genéticos son
paisaje conceptual en que sobresalen no~i.ones como las de. madura- mutuamente interdependientes. Las hipótesis teóricas que se estable-
ción y aprendizaje, imitación, prerreqmsito .o, fac~or~s actiy~ntes y cen para cada plano de génesis son relevantes con relación a los otros
formantes del desarrollo. Finalmente, las hipotesis filogeneticas se niveles, y frecuentemente condicionan la forma de considerarlos. Un
establecen en términos de nociones vinculadas con la teoría de la ejemplo muy claro, que ilustra esa interdependencia, es el que nos
evolución como las de adaptación, preadaptación y exaptación, a las ofrece la concepción conductista del lenguaje, formulada por Watson,
que luego' nos referiremos, o las clásicas de ~elección n~tural, etc. a la que nos hemos referido en el capítulo anterior. Dada su claridad
Una tercera diferencia, al menos de matiz, se relaciOna con las en la explicitación de las relaciones entre los modelos genéticos, nos
posibilidades y preferencias de estudio empírico d~ las, hi~ótesis resultará útil recordar y analizar de nuevo este modelo.
vinculadas a estos tres planos. En el caso de la microgenesis, los Desde un punto de vista microgenético, el primer conductismo se
r
procedimientos expe~ime~tale~ los métodos de simula~ión han sido caracterizó por negar la relevancia explicativa y la consistencia
los sistemas de estudio mas utilizados, como ya comentabamos en el científica del plano de descripción intencional. Los objetos, estados o
capítulo segundo y co~probaremos ~n los referido_s a la p~rcepción procesos mentales (concebidos en términos intencionales, o de cóm-
del habla y comprension del lenguaJe. Ello no qmere decir que no puto, tras la aparición de la psicología del procesamiento de la
sean también muy útiles los procedimientos de observación natural, información) están prohibidos, en principio, en el vocabulario teórico
que llegan a ocupar un papel predominante en el estudio de la del conductismo, a no ser que se realice una reducción extensional de
producción del lenguaje. En el estudio d~ _los procesos de compren- ellos, como la que se produce al reducir el acto de decir (que es
sión las diferencias de centisegundos o milisegundos en la respuesta a intencional, i.e. se refiere a algo que no es el propio acto) al fenómeno
estí~ulos experimentales pueden jugar un papel decisivo en la selec- de hablar (que ya no tiene naturaleza intencional, y se agota en la
ción de hipótesis alternativas, poniendo . de ma,n~fiesto el áii?-bito actividad periférica, de carácter externo y muscular, que se realiza al
temporal característico de los procesos microgeneticos. Esto mismo decir algo). Esta operación teórica reductiva era coherente con los
sucede con los estudios que analizan la duración de las pausas en la principios básicos, a los que Bever, Fodor y Garrett (1968) denomina-
producción del lengu~je, relaci.~nándola c<:>n el cur~o hipoté_tico del ban «metapostulados terminales» del conductismo, y que consistían
procesamiento de la mformacwn que defme_ la miCrogene,sis ?e la en tres proposiciones principales:
propia producción. Por otra parte, en_ el estudw_ de la ?ntog~nes~s del
lenguaje, han sido siempre de gran Importa_ncia las mve~tigacwn~s 1) Una proposición sensista: todos los elementos requeridos por
basadas en la observacion natural y el estudiO del lenguaJe espanta- las explicaciones psicológicas pueden situarse en una correspondencia
neo de los niños, la recogida de corpus lingüísticos en diferentes fases biunívoca con elementos potencialmente observables (estímulos, res-
del desarrollo y los estudios longitudinales. Ello no significa que las puestas o derivados de ellos).
investigaciones transversales, y los métodos experimentales, no jue- 2) Una proposición conexionista: dichos elementos se conectan
guen también un papel decisivo en la selección entre teorías ontoge- o asocian entre sí sólo cuando se dan en contigüidad.
néticas, pero su peso relativo es indudablemente menor. 3) Una proposición mecanicista: Cualquier conducta observable
Finalmente, las hipótesis acerca de la evolución natural del len- puede explicarse por concatenación de tales vehículos asociativos.
guaje ofrecen la dificultad, ya comentada, de tener que situarse
necesariamente en un terreno mucho más lejano a las posibilidades de Esas tres proposiciones obligaban a establecer un lenguaje teórico
contrastación empírica. Empleando un bagaje muy limitado de datos, extremadamente parco, en que sólo se admitían vínculos asociativos
que poseen una naturaleza indirecta con relación al lenguaje mismo, entre elementos potencialmente observables (con carácter de estímu-
los modelos filogenéticos de la evolución se fundamentan, muy los, respuestas o derivados) para explicar las actividades lingüísticas.
frecuentemente, en argumentos racionales y en consideraciones basa- Dentro de este marco conceptual, el concepto mismo de «microgéne-
136 137
PSICOLOGIA DEL LENGUAJE. INVESTIGACION Y TEORIA
LA GENESIS DEL LENGUAJE

sis» casi desaparece al eliminarse la «mente» subyacente a la activi- expresa con .especial fuerza y claridad la solidaridad de las hipótesis
dad lingüística, y reducirse el mecanismo inmediato de fo.rmación d~l de los ~r.es mveles. El raz~ma?1iento subyacente a este enfoque ilustra
lenguaje al de concatenación de cadenas verbales establecidas a trav~s muy mtidamente. e.sa sohdayid~d: dado qu~ el lenguaje es conducta,
de la asociación por contigüidad. Nociones tales como las de grama- qu~ puede descnbuse en termmos extenswnales y sin referencia a
tica o significado quedan fuera de este vocabulario teórico, ~ no ser e~,ndades men~ales, es conveniente suponer que sus leyes de forma-
que se sometan a una reducción simplificadora de al~ú~ tlpo (tal ci~n son semeJ.antes a las de otras conductas complejas en la escala
como la de considerar «gramática» a una cadena asociativa de res- a~Imal,. es decir, leyes ?e ap~end~zaje asociativo, imitación y condi-
puestas, o significado a alguna clase de asociaci?I?- E-R). Ade?1ás, y ciOnamiento .. ~1 lengu~Je t;o I?1phca ninguna ruptura ni discontinui-
dentro ya del plano ontogenético, el marco teonco ~~:mductista se dad con relacwn a la fllogenesis de los mecanismos responsables de la
basaba en el criterio de que los mecanismos de formacwn y tra~sfor­ conduc~a, que son d~ naturalez~ asociativa. Puede entenderse quizá
mación de la conducta debían ser susceptibles de reduccwn fmal a (ya lo. vu~ws en el c~p~t.ulo antenor) como producto de un incremento
procesos asociativos simples de aprendizaje y condicionamiento o a cuantitativo de posibilidades as~ciativa.s el! la especie humana, pero
procesos de imitación, en la mayor parte d~ los caso~,.~ desde .luego no como resultante de un cambw cualitativo en la evolución.
en conductas complejas como las de lenguaJe. La posiciOn ambienta-
lista, que caracterizó al conductismo desde sus comienzos, era com- 2.1. Las P~rspectiv~s~ microgenéticas del procesamiento
patible con una concepción del lenguaje c?mo resultan.te de la de la mformaczon y el conexionismo
influencia de factores exógenos y de los mismos mecamsmos de
formación y aprendizaje estudiados en los laboratorios de aprendi~aje Si bien el ejemplo del c<?nductismo clásico de Watson es especialmen-
animal. El desarrollo del lenguaje se concibe, en esta perpectiva, te ~lar~ en .lo que se refiere a las relaciones teóricas entre micro, onto
como una imposición del medio a un organismo con mecanismos Y filogenesis, puede resultar también algo simplificador. No refleja
asociativos muy simples. . , . adec~adamente la cor:nplejidad con que se plantea este problema de
Este último principio (determinante en la perspectiva ontogeneti- relaciOnes en las posiciOnes psicolingüísticas actuales derivadas de
ca del conductismo) se derivaba muy directamente de un postulado los e~foques qt;e veíamo~ en los últimos apartado~ del capítulo
teórico fundamental del conductismo, a saber: el postulado de la antenor: la teona chomsklana y el nuevo funcionalismo mentalista
continuidad filogenética entre las especies, que impediría la emergen- muy estre~hamente re~acionad~ ,con ella, los model,.os psicológicos del
cia de mecanismos no-asociativos de aprendizaje en el hombre. Ya pro~~samiento de la mformacwn y la perspectiva conexionista las
vimos en el capítulo anterior que Watson negaba la especificidad del posi.cwnes constructivistas de los psicólogos de las Escuelas de M~scú
lenguaje, puesto que sus aspectos formales eran, como acab~mos de Y Gmebra, ~te. Para exar!linar estas posiciones más recientes acerca
comentar, irrelevantes para su definición psicológic~ (y aJenos al de la, genesis d~l le~guaJe, ~s necesario acudir a otros conceptos,
vocabulario teórico), y sus leyes de formación, semeJantes a. las de ade~~s del d~ g~nesis; a .nocw~es. tales coi?o estructura, o forma, y
otras conductas animales. De este modo, en el primer conductismo se funcwn~ contii!mdad y discontmmdad genetica, etc.
establecía una estrecha conexión entre tres tipos de principios vincu- A diferencia de .lo que sucede en la posición conductista, lQs
lados, respectivamente, a los planos micro, onto y filogenético: enfoques del .lenguaJe a los que acabamos de aludir -los derivados
del procesam~el!to de la información, el conexionismo y las posicio-.
1) Los metapostulados terminales (sólo lo o?serv.abl~ Y. produc- n~~ ~onstructiVIstas- elaboran una concepción de la actividad lin-
to de asociaciones debe formar parte de la teona psicologica), que gmstica c~mo resultan.te .de un considerable trabajo mental~ en que se
definían la posición conductista en el plano microgenéti~o. P~r:en en Juego c?nocimientos y procesos internos de los sujetos que
2) El postulado ambientalista (las conductas coml?leJ.aS resu~ta~ Utilizan elle~guaJe. Ese trabajo mental transcurre, en su mayor par-
de procesos de condicionamiento, imitación y aprendizaJe asociati- te, P?r ~eba)o de la zona,, por así decirlo «iluminada», a la que la
vo), en el ontogenético. c?nciencia puede tener algun acceso fenomenológico. Cuando perci-
3) El postulado de continuidad filogenética, interpr~tado en him?s el habla, comp!endemos palabras y oraciones o interpretamos
términos muy conservadores, como si impidiera la emergencia evolu- el discurso, .cuando .hilv~namos un texto o decimos algo, empleamos
tiva de mecanismos de formación nuevos. una compleJa maqumana m.ental, que no es menos real por el hecho
de que apena.s seamos conscientes de ella. Esta perspectiva mentalista
Nos hemos extendido en el análisis teórico de la relación entre los es la q~e defme ~ to.dos los er:f?ques «cognitivos» sobre el lenguaje,
tres planos genéticos en el primer conductismo, debido a que en él se entendiendo el termmo «cogmtiVO» en su sentido más amplio y no
138 139
lA GENESIS DEl lENGUAJE
PSICOlOGIA DEl lENGUAJE. INVESTIGACION Y TEORIA

sólo en el limitado a la psicología del procesamiento de la informa- ambigua (por ejemplo, «finanzas» después de «como estaba sin
ción (Riviere, 1987). En esta última, la definición de la microgénesis blanca, tuve que pedir prestado dinero al banco»), o bie~ .una palabra
del lenguaje se constituye en un objetivo fundamental, y tiene un relacionada con el otro significado, i.e. con el no facilitado por el
carácter mucho más rico y complejo que en los modelos conductistas: contexto (por ejemplo, «silla» después del enunciado anterior). La
consiste en la delimitación precisa de representaciones mentales, tarea de los sujetos consistía en decidir, lo más rápidamente posible,
procesos internos y conjuntos de conocimientos que intervienen en la si se les presentaba una palabra o una no palabra. .
actividad lingüística. El fundamento del diseño que hizo Swinney es el hecho, bien
Mientras que las investigaciones derivadas de los enfoques cons- conocido, de que, cuando se presenta primero una palabra y l~~9o
tructivistas de las Escuelas de Ginebra y Moscú se han centrado otra semánticamente relacionada con ella en una tarea de decision
principalmente en la ontogénesis del lenguaje, las de la psicología del léxica (que consiste en decidir si una cadena de letras, brevemente
procesamiento de la información y los modernos modelos conexionis- presentada, es o no una palabra), el tiempo que los sujetos tar?an en
tas han tenido una importancia decisiva para definir su microgénesis. decidir que la segunda es una palabra se acorta ~en u~a magmtud de
En estas últimas perspectivas de propensión microgenética, la gran alrededor de 80 milisegundos- con respecto a situaciOnes en que la
mayoría de las investigaciones tienen el objetivo de contrastar mode- primera palabra que se presenta no está relacionada con aquella con
los que, cuando alcanzan su máxima precisión, definen de forma muy respecto a la cual se realiza la decisión léxica (Meyer y Schvaneveldt,
molecular procesos de cómputo, es decir, procesos de formación y 1971). A este efecto se le denomina priming semántico. ~e este f!l-O~<?'
transformación de representaciones simbólicas mentales de conocí-· la cuestión planteada por Swinney puede establecerse asi: ¿los sigmfi-
mientos que van a dar finalmente en la actividad lingüística manifies- cados de las palabras ambiguas no favorecidos por el contexto
ta. Esta última se concreta y define de forma objetiva, con mucha ejercen también un efecto de priming semántico? En. ca.s? de ser así,
frecuencia, por el tiempo (medido en milisegundos, centisegundos o ello implicaría que los sujetos acceden a tales sigmficados, aun
decisegundos) que necesitan los sujetos para realizar ciertas tareas cuando no sean conscientes de ello. Eso fue lo que comprobó
lingüísticas definidas experimentalmente de manera precisa. Para Swinney en su experimento. Cuando la palabra sobre .1~ que los
ilustrar este modo de proceder, pondremos el ejemplo de una investi- sujetos tienen que decidir se pres~n.ta e~ menos ~e. 70~ milisegundos
gación clásica y claramente microgenética, realizada por Swinney después de la ambigua, su ident1Ílcac10n se. facilita mclu.so .e~ los
(1979), y a la que nos referiremos de nuevo, de forma más contextua- casos en que la palabra identificada se relaciOna con el sigmficado
lizada, en el capítulo noveno, dedicado al reconocimiento y la com- que no corresponde al contexto. Despu.és de tran~currido un periodo
prensión de palabras. de 700-1.000 milisegundos, o de una mterferencia de unas cuantas
El problema que trataba de estudiar Swinney era el siguiente: sílabas posteriores a la presentación de la palabra ambigua, el efecto
supongamos una palabra ambigua, i.e. con más de un significado, deja de obtenerse. . . • • •

El ejemplo de la investigacwn ~nten?r es muy utll par~ ~lustrar el


1 1

como «banco». Normalmente, al oír esa palabra en una conversa-


c~ón, ~o nos apercibimos conscientemente de sus dos significados modo típico de proce?er de los mvestlga.dores que se .situan er:l
la
smo solo de aquel que es coherente con el contexto conversacional. perspectiva microgenetica del pro.cesamient? de la mformacwn:
Así, accedemos al significado «entidad financiera», cuando alguien Swinney planteaba una tarea experun~e.ntal, ngurosan:ente controla-
nos dice: «como estaba sin blanca, tuve que pedir prestado dinero al da de decisión léxica~ medía en milisegundos el tiempo que los
' 1 1 •

banco», y al significado «mueble para sentarse», ante la expresión: sujetos tardaban en resolverla, y reconstrma asi un aspecto Importan-
«como estaba muy cansado, me tuve que sentar en un banco»: Pero el te de la microgénesis de la comprensión del lenguaje, al descubrir que
hecho de que nos apercibamos conscientemente sólo de un significa- los sujetos accedían automáticamente, en una primera fase, a los dos
do no significa que nuestro sistema de «cÓmputo mental del lenguaje» significados de las palabras ambiguas, para después, en una segunda
no acceda también al otro. fase, seleccionar sólo uno de ellos en función del contexto. La
Para comprobar si es así, Swinney (1979) inventó un ingenioso duración de la primera fase, en que los dos significados de la palabra
procedimiento que consistía en lo siguiente: presentaba auditiyamen- ambigua estarían aún «activados» en el sistema cognitiyo, no ser~a
te a los sujetos pasajes que servían de contexto y que contenían una mayor de 700-1.000 milisegundos. De este modo, Swmney P<?~Ia
palabra ambigua (como banco). Luego les presentaba visualmente desvelar un aspecto muy importante de los procesos de comprenswn,
una ~adena de letras, que podía ser una no palabra, una palabra no a saber: el acceso al sistema léxico (a los significados de las palabras)
relacwnada con ninguno de los significados de la ambigua, una es autónomo, procede de forma muy automática, y no se guía, en un
palabra relacionada con el significado facilitado por el contexto de la primer momento, por el contexto significativo en que la palabra

140 141
PSICOLOGIA DEL LENGUAJE. INVESTIGACION Y TEORIA LA GENESIS DEL LENGUAJE

aparece, si bien éste interviene, en una segunda fase, para seleccionar mental que subyace al lenguaje establece un marco esencial en el que
sólo aquel significado que es coherente con el propio contexto. debe situarse tanto la investigación ontogenética, que tiene como
Esta concepción autónoma del sistema de acceso a las palabras se objetivo definir cómo se desarrolla esa organización funcional, como
ha cuestionado, sin embargo, desde la perspectiva más molecular del las hipótesis filogenéticas acerca de su posible evolución en el hom-
conexionismo. Así, por ejemplo, Elman y McClelland (1984, 1986) bre. De este modo, los modelos microgenéticos de la estructura
han desarrollado un modelo del proceso que consiste en varias capas mental que subyace a las actividades lingüística establecen un marco
de unidades, situadas en diferentes niveles, que representan rasgos final de referencia, un horizonte conceptual al que necesariamente
acústicos de las palabras, fonemas, palabras y rasgos de significado. habrán de atender las teorías onto y filogenéticas, cuya misión es
El modelo, del que hablaremos más extensamente en el capítulo 9, delimitar el desarrollo y la evolución de esa estructura mental.
funciona de manera que, al detectarse ciertos rasgos acústicos o La investigación actual de la microgénesis mental del lenguaje
semánticos, se distribuyen por las capas de la red procesos de pretende, por ejemplo, responder a preguntas como las siguientes:
activación que se producen de forma paralela. El modelo establece ¿so~ específicos los mecanismos mentales del lenguaje?; cuando pro-
una influencia posible del contexto desde los momentos iniciales del ducimos o comprendemos el lenguaje, ¿utilizamos sistemas de proce-
proceso de acceso al léxico, cuestionando así la existencia de una fase samiento comunes, que sirven también para otras actividades no
autónoma y automática, como la que sugieren los datos de Swinney. lingüísticas, o más bien sistemas especializados en el tratamiento del
Los comentarios anteriores nos permiten dar un paso más en la leng~aje?, ¿pueden s~par~rse subsistemas lingüísticos autónomos, que
comprensión de los objetivos esenciales que se plantean a la investiga- funcwnan con relativa mdependencia de otros subsistemas, como
ción microgenética y de las relaciones de ésta con los otros planos de parece suceder con el sistema de acceso al significado de las palabras
génesis, a los que nos hemos referido en el apartado anterior. La a~ ,que ~e refiere la inv~s~igación de Swinney?; ¿qué grado de interac-
investigación microgenética no trata sólo de determinar lo que hacen cwn existe .entre los distm~os subsistemas de lenguaje? A lo largo de
los sujetos en cada actividad experimental que se les pueda plantear, todo este hbro, nos refenremos ampliamente a las soluciones que
sino que tiene una ambición mucho más amplia e importante: preten- ofrece 1~ investigación psicolingüística actual a estas preguntas.
de, en último término, llegar a definir la organización funcional, en la Lo cierto es que las respuestas a tales cuestiones dependen crítica-
mente de los usuarios del lenguaje, que permite que éstos lo sean. Así, mente de las observaciones empíricas obtenidas de los estudios de
por ejemplo, la investigación de Swinney sugiere que esa organización naturaleza microgenética, en que se desvelan los mecanismo; de
funcional incluye un sistema, o módulo léxico, relativamente específi- p_rocesami~nto de la infor!flación que permiten comprender y produ-
co, autónomo y automático. Ese módulo parece actuar de forma cir lenguaJe. Tales mecamsmos pueden ser, en principio, a) relativa-
rápida y eficaz, sin dejarse influir en principio por el contexto, mente comunes con relación a los que se utilizan en otras actividades
poniendo a disposición del sistema cognitivo. todos l~s significado.s de cognitivas o más bien específicos del lenguaje, y b), en este segundo
los elementos léxicos, antes de que puedan mtervemr otro~ subsis,te- ~aso (acei?tando que sean específicamente lingüísticos), estrechamente
mas lingüísticos, tales como los que se encargan de seleccwnar solo mterrel~cw~ados, d~sde las fases ~niciales de su tarea de procesamien-
uno de los significados de las palabras ambiguas en función del to, o mas bien relativamente autonomos, independientes y «modula-
contexto. res» (en el capítulo séptimo nos referiremos más extensamente a la
Si bien volveremos a referirnos de nuevo a este objetivo de la noción de módulo, que ocupa un papel muy importante en los
investigación microgenética en muchos otros momentos, y especial- debates actuales de la psicología del lenguaje y en la dirección de
mente en el capítulo séptimo, es importante que lo destaquemos numerosas investigaciones psicolingüísticas actuales de matiz micro-
ahora, por su relevancia para los otros planos genéticos: los estu~i~s genético). Si bien la selección entre estas posibilidades debe basarse
microgenéticos, que revelan cómo se realizan paso a paso las activi- es~ncialm;~te en los fenómenos descubiertos en la investigación
dades lingüísticas, en tanto que éstas se conciben como procesos miCrogenettca, que es la Única capaz de realizar una disección detalla-
mentales de cómputo, tienen la importante misión de delimitar la da del tejido computacional del lenguaje (definiendo los mecanismos
organización funcional subyacente al lenguaje, es decir, la estructura mentales que _i~uervienen en su formación), también juegan un papel,
de la mente que elabora el lenguaje. En este sentido, puede decirse en esa s~leccwn, alguna_s consideraciones racionales y argumentos
que una de sus pretensiones más importantes es la de establecer una que provienen de otras ciencias, tales como la lingüística teórica y a
especie de anatomía funcional, o de arquitectura funcional de la las que debemos referirnos brevemente. '
mente (nos extenderemos más ampliamente en estos conceptos en el
capítulo séptimo). Es obvio que el conocimiento de esta organización

142 143

UNIVERSIDAD DE ANTIOQUIA
BIBLIOTECA CENTRAL
PSICOLOGIA DEL LENGUAJE. INVESTIGACION Y TEORIA LA GENESIS DEL LENGUAJE

2.2. La génesis del lenguaje desde una perspectiva formalista como la expresión cognitiva de un sustrato biológico cuya madura-
ción estaría prevista en el código genético:
Desde la perspectiva de la teoría lingüística que más ha influido en la
investigación microgenética del lenguaje, la de Noam Chomsky Parece razonable suponer que la facultad lingüística, y supongo que otros
(1965, 1971, 1981), el lenguaje se define muy esencialmente por un órganos mentales, se desarrolla en el individuo de acuerdo con una dirección
núcleo formal, de naturaleza sintáctica, al que se subordinan -por intrínsecamente determinada bajo el efecto activante de la interacción social
razones que explicaremos en el capítulo sexto- los otros componen- apropiada ... gran parte de nuestro conocimiento refleja nuestros modos de
tes: los sistemas fonológico y semántico cumplen el papel de asignar cognición y por lo tanto no se limita a una generalización inductiva de la
interpretaciones -en términos de sonidos y significados- a las experiencia, ni mucho menos a la capacitación que hayamos recibido. Y de la
misma forma que el sistema visual del gato, aunque sea modificado por la
formas generadas por las reglas o principios sintácticos. Esta concep-
experiencia, nunca será el de una abeja ni el de una rana, así la facultad
ción, que no ha variado en las formulaciones gramaticales más lingüística humana desarrollará sólo uno de los lenguajes humanos, un grupo
recientes de la gramática generativa, configura una visión esencial- ya de por sí estrechamente restringido (Chomsky, 1980, pp. 53-54).
mente formalista del lenguaje, que se asocia con la observación de
que algunos de los aspectos formales que definen bien a todos los Del mismo modo que en la concepción. conductista se daba una
lenguajes (en tanto que comparten una gramática universal) o bien a estrecha interdependencia entre la reducción de la microgénesis a
lenguas particulares, son esencialmente arbitrarios, es decir, no se asociación entre elementos observables, de la ontogénesis a aprendi-
derivan de propiedades, principios o procesos globales de carácter zaje, y de la filogénesis a un proceso sin rupturas de aumento de
cognitivo o social, ni constituyen un reflejo de las funciones que el asociaciones, así también la concepción cognitiva más influyente en
lenguaje cumple. Hay aspectos estructurales del lenguaje que son, en psicolingüística, que es la derivada de la teoría lingüística de Choms-
suma, funcionalmente «opacos». ky, es posible observar la Íntima dependencia entre los tres planos
Es evidente que esta perspectiva, y en especial la idea de que hay genéticos del lenguaje. En contraposición clara con el conductismo,
aspectos formales a la vez universales y arbitrarios en el lenguaje, que reducía a una mera expresión asociativa la forma del lenguaje (al
conduce muy directamente al supuesto de que el lenguaje cuenta -en no poder concebir la representación interna de una gramática en su
su microgénesis- con mecanismos o principios específicos, no com- «sujeto verbal»), en el sujeto lingüístico de la psicolingüística deriva-
partidos con otras funciones cognitivas de carácter global. Al referirse da de esta posición, la forma ocupa un lugar central. Esa posición
al plano ontogenético, Chomsky habla frecuentemente de un «Órgano formalista tiende a acentuar la especificidad de la facultad de len-
del lenguaje» para referirse al sistema innato que permite que los guaje, su irreductibilidad a otros mecanismos cognitivos generales y
miembros de la especie desarrollen un lenguaje, en un tiempo relati- su carácter innato. Como sugiere Chomsky en la cita anterior, el
vamente breve y a partir de un conjunto fragmentario, finito y conocimiento que todo hablante posee de la gramática de su lenguaje
frecuentemente degradado de datos lingüísticos. (veremos, en el capítulo sexto, qué significado tiene aquí el término
Como comentaremos más extensamente en el capítulo sexto, la «conocimiento») no puede derivarse inductivamente de la experien-
evidencia lingüística de ese Órgano del lenguaje, innato y común a cia, sino que proviene de la abstracción activa de una de las gramáti-
todos los miembros de la especie, se basa en la existencia de una cas posibles (vg. la del lenguaje natural de la propia comunidad) por
«gramática universal», que se refleja, a su vez, en un conjunto de parte del «Órgano del lenguaje>>, En cierto sentido, todo sujeto
principios formales comunes a todos los lenguajes (los «universales humano posee alguna clase de «representación mental» (o, cuando
lingüísticos»), y que constituyen un reflejo de las constricciones y menos, biológica) acerca de cómo puede ser un lenguaje natural,
direcciones impuestas de forma endógena por el sistema innato al antes de adquirir su lenguaje en particular.
proceso de desarrollo del lenguaje. A pesar de la diversidad de las Es significativo el calificativo que asigna Chomsky, en la cita
lenguas humanas y del papel, más o menos limitado, de los procesos anterior, al papel de la interacción social en ese proceso de adquisi-
de aprendizaje en su adquisición, Chomsky (1980) ha defendido ción: tiene -dice-:- un papel «activante». Podríamos contraponer ese
siempre la idea de que la facultad lingüística es como un órgano papel al que tienen los factores propiamente «formantes» del desarro-
mental que posee, al mismo tiempo, un carácter muy específico de llo del lenguaje. Un factor genético es activante cuando promueve o
nuestra especie y universal en ella. Las diferentes lenguas se conciben, facilita un cierto desarrollo, pero sin definir la forma de ese desarro-
desde esta perspectiva, como especificaciones o elaboraciones alterna- llo. Cuando un factor de desarrollo define la forma de aquello que se
tivas de un mismo sistema universal de principios, preinscrito de desarrolla, entonces se dice que es «formante», y no simplemente
algún modo en el genoma de nuestra especie, y que puede entenderse activante. Por ejemplo, para Piaget, la «equilibraciÓn» es el verdadero
144 145
LA GENESIS DEL LENGUAJE
PSICOLOGIA DEL LENGUAJE. INVESTIGACION Y TEORIA

~a anterior o?~servaci~n no implica, desde luego, negar el hecho


factor formante del desarrollo y la interacción del niño , co~ las
personas juega un papel activante (per<? no ~ort;nante) e_n la gen.~sis de obvw de que el_m~o adqmere la lengua de su comunidad lingüística y
la inteligencia, mientras que Vygotskl atnbma a 1~ mteraccw~ un que, por consigmente, en su proceso de adquisición intervienen
mecan~smos de _aprendizaje e incorporación de principios y reglas del
papel forman te en el desarrollo de tod~~ las. funciOnes su peno res
lengua]~ que vienen «.de. fuera», pero tales principios y reglas son
humanas. Pues bien: para Chomsky tambien existe un factor fo.r,man-
suscepti~l~s de a.prendizaJe en tanto que constituyen concrecione.s de
te interno en el desarrollo del lenguaje. Ese factor es la pose~10n de
1~ gramatica U?Iversal. De este modo, el proceso de adquisición
una facultad lingüística innata que define, de mane.ra umversal,
ciertos principios formales básicos de todos los lenguaJes: tiende a concebirse como un proceso de «selección entre alternativas
compa~ibles con la Gramática Universal», y no como un proceso de
(La gramática universal) puede considerarse como una caracte~ización de la f?rmaciÓn «desde. cero» de los principios y reglas del lenguaje especí-
facultad del lenguaje, determinada genéticamente. Puede concebirse esa _f~c~l­ fico d~ la comumdad. En este sentido, el desarrollo del lenguaje se
tad como un «mecanismo de adquisición del lenguaje>> (language acqurs~tton as~meJ~, a un proceso de ,refinamiento de hipótesis previas, o de
device), un componente innato de la mente humana que produce un lengua¡e en asignacwn de valores especificas (los del propio lenguaje) a paráme-
particular a través de la interacción con la experiencia (Chomsky, 1986, P· 3). tr<?s l?r~establecidos, más que a un proceso por el cual se indujeran
pn~CiplOs y reglas a partir de la experiencia por parte de una mente
En cierto modo, la posesión por el niño de esa facult~d puede vaCia. En el modelo de Chomsky, se entiende que la mente «conoce»
representarse como la posesión de una cierta cl~se de «con_ocimiento» en cierto sen.ti?o, cómo puede ser el lenguaje, en aspectos esenciales:
previo a toda experiencia lingüística. El lenguaJe -nos dice Choms- antes de reczhzr cualquier lenguaje específico.
ky- «se desarrolla ... de acuer_do c?p una dirección intrínse~amente . U!la interpretación relativamente diferente de esta perspectiva
determinada» (ibidem), y esa direccwn, que es la pre-estable~Ida e~ la mnatista es la que proponen Jerry Fodor y muchos psicolingüistas
facultad lingüística, sí que juega un papel formar:te. En real!dad, SI el dedica?os al estudio del desarrollo de los aspectos formales del
niño no contara con el Órgano innato del lenguaJe, ~o podna llegar a lenguaJe desde un enfoque computacional, para los cuales lo innato
descubrir nunca la forma del lenguaje de' su comumdad. ~a facul~a?. no ~s tanto un conjunto de principios o conocimientos, como un
lingüística es, además, independiente de otras competencias cogmti- conJun~o de mecanismos específicos de cómputo, especializados en el
tratamiento de aspectos diversos del lenguaje, y que tienden a conce-
vas: birse, en muchos casos, como autónomos y «modulares». Tales
No es de esperar que podamos expli~ar _nuestr?, (conoc~mi~,nto) lingüí~tic~ en mecanismos serían los que restringirían y guiarían, al tiempo, el
términos de ideas como las de analog1a, mducc10n, asoCiaciOn ... o en termmos desarro.llo del.lenpuaje en s~s. aspectos formales. Esta interpretación
de <<mecanismos generalizados de aprendizaje» ... Más bien, parece que debería- no se diferencia solo de la clasica de Chomsky por el hecho de definir
mos concebir nuestro conocimiento del lenguaje como un cierto estado de la el componente innato en términos de sistemas de procesamiento de la
mente o el cerebro ... como una cierta facultad diferenciada de la mente -la información -y no de contenidos-, específicos de dominio pero
facult~d de lenguaje-- con propiedades, estructura y organización específicas; inicialmente vacíos de contenidos o principios innatos (antes de la
como un <<módulo» de la mente (1986, p. 12). llegada de inputs lingüísticos), sino también por tender a una concep-
Es evidente la estrecha relación que existe, en esta concepción del ción de la organización funcional del lenguaje en términos de varios
lenguaje, entre la concepción formalista, con que s~ de~ine el plano ?e subsistemas, u Órganos computacionales, más que de un sólo «Órgano
la microgénesis y la visión innatista de la ontogenesis del lenguaJe. del lenguaje» o facultad lingüística.
Frente a la fue:za con que se acentuaba la impos~ción exógena de la . Lo que nos interesa destacar ahora es que, en ambas interpreta-
experiencia en la teoría del lenguaje del c~ndu~~Ismo, e,n el modelo
c10nes, la concepción formalista y computacional de la microgénesis
generativo se recalca el papel de u~ a di_reccwn endogena en. }a se corresponde con una percepción innatista de la ontogénesis del
construcción del lenguaje. Ello permite afirmar que 1~ conce~ci.on lenguaje, y también -al menos en la teoría de Chomsky- con una
visió~ de la filogénesis en que ésta se entiende como un proceso
ontogenética de los investigadores situados en el ~ar~digma teonco
de Chomsky es esencialmente «de de?tr?., af_uera» ( znsz~e-out), frente esencialmente discontinuo, que implica un salto evolutivo relativa-
m~nte brusco_ en la especie humana con respecto a otras especies
a las posiciones en que el desarrollo lmgmst1co se concib~ fu~damen­
talmente como un proceso «de fuera adentro» ( outstde-m), con ammales. Recientemente, esta concepción ha sido defendida brillante-
men~e por Jo.s~ Eugenio García-Albea (1991c), en un trabajo que tiene
arreglo a una dimensión de diferenciación .que se emplea frecuente-
un titulo suficientemente expresivo: «La capacidad humana del len-
mente en el análisis de los modelos evolutivos.

146 147
PSICOLOGIA DEL LENGUAJE. INVESTIGACION Y TEORIA LA GENESJS DEL LENGUAJE

guaJe: un ejemplo de discontinuidad evolutiva». A partir de una como ha señalado, entre otros, Andy Clark (1989), se sitúan en un
definición del lenguaje centrada, sobre todo, en sus propiedades nivel explicativo que es aún más microgenético que el de las teorías
estructurales básicas, como sistema simbólico de carácter arbitrario, de procesos de cómputo sobre representaciones simbólicas, que co-
compositivo, sistemático y productivo, García-Albea revisa un am- rresponden al enfoque clásico del procesamiento de la información.
plio conjunto de datos favorables a las tesis sobre filogénesis y Los modelos conexionistas se refieren, como dice Clark (1989), a
ontogénesis defendidas por los investigadores de propensión formalis- la «microcognición», de tal manera que sus unidades son aún mucho
ta: 1) el lenguaje tendría un carácter natural y especializado, y más minúsculas y moleculares que los procesos de cómputo de los
dependería, en su adquisición, de la maduración y el funcionamiento enfoques clásicos: éstos actúan esencialmente de forma serial y sobre
de mecanismos genéticamente predeterminados, 2) tales mecanismos representaciones simbólicas, los conexionistas en paralelo y sobre
podrían tener su origen evolutivo, en la filogénesis humana, en un representaciones «subsimbólicas». De este modo, aquellos que pre-
proceso quizá relativamente reciente y repentino (en los términos tenden hacer compatibles los modelos conexionistas con los clásicos
amplios ·de la filogénesis), sin antecedentes evolutivos que permitieran tienden a pensar que éstos son simplemente como formas molares
sostener una hipótesis de continuidad. (quizá metafóricas) de referirse a procesos mucho más moleculares
En la reflexión de García-Albea se expresa, con especial claridad, que tienen lugar en un sistema complejo de unidades interconectadas
la estrecha interrelación existente, en este paradigma enormemente que funcionan en paralelo. Así, por ejemplo, los procesos «modula-
influyente, entre las nociones de forma, organización innata para el res» de acceso al léxico que, como veíamos antes, se revelaban en el
lenguaje, especificidad y carácter natural de éste, y discontinuidad experimento de Swinney (1979), podrían descomponerse, a su vez, en
evolutiva. En general, las concepciones formalistas del lenguaje han ten- otros procesos mucho más moleculares aún de distribución de activa-
dido a vincularse a teorías que proponen una discontinuidad ción en una red de unidades de activación que se excitarían o in-
esencial entre el propio lenguaje y las pautas comunicativas previas hibirían, de forma recíproca y compleja, como en el modelo al que
en la ontogénesis o en la filogénesis. El lenguaje sería un sistema nos hemos referido antes brevemente, de Elman y McClelland.
altamente específico, en el doble sentido de propio y exclusivo de la Una de las razones fundamentales por las que se han desarrollado
especie humana e irreductible a mecanismos generales cognitivos o de los modelos conexionistas ha sido precisamente el intento de explicar
relación. Se correspondería con facultades muy específicas del hom- el carácter interactivo y en paralelo de gran parte de la actividad cogni-
bre y, al menos en parte, tendría un carácter «modular» y muy autó- tiva. En el procesamiento del lenguaje, por ejemplo, los modelos más
nomo con relación a otros mecanismos, o sistemas de conocimiento moleculares del conexionismo tratan de explicar cómo es posible que
y pensamiento de naturaleza general. el sistema cognitivo sea capaz de tener en cuenta simultáneamente
constricciones semánticas, sintácticas y pragmáticas en la compren-
2.3. Conexionismo e interacción de niveles en el procesamiento sión de oraciones, o restricciones formales y de significado en el
del lenguaje acceso al sistema léxico. En realidad, la exigencia de desarrollar
modelos cognitivos capaces de funcionar eficientemente, sometiéndo-
Esta concepcwn se ha cuestionado, en los últimos años, desde dos se a «múltiples restricciones simultáneas», ha sido una de las motiva-
perspectivas claramente diferentes: por una parte, los modelos «cone- ciones explícitas principales para el desarrollo de ese nivel explicativo
xionistas», a los que ya nos referíamos en el capítulo anterior, «aún más microgenético», que define el conexionismo.
desarrollados a partir de la publicación de la obra ya clásica de Tales modelos tienden a oponerse -como veremos más deteni-
Rumelhart et al. (1986), Parallel Distributed Processing: explorations damente en el capítulo séptimo- a la pretensión de «modulari-
in the microstructure of cognition. Por otra parte, se han planteado dad» e independencia funcional del sistema o los subsistemas lin-
también concepciones alternativas a partir de los modelos originados güísticos, que se derivan de los enfoques formalistas clásicos.
en el estudio de las funciones (vg. las formas) del lenguaje, es decir, de Además, la propia noción de «forma», tan central en la psicolingüís-
las teorías funcionalistas. Debemos referirnos brevemente a estas dos tica de propensión chomskiana, encuentra un acomodo muy difícil
alternativas. en los modelos conexionistas, cuyo funcionamiento no depende de los
Si anteriormente hemos señalado que el enfoque clásico de la rasgos formales de las representaciones, sino que es de naturaleza
psicología del procesamiento de la información ha tendido a concen- inherentemente probabilística, y no está sometido, en realidad, a es-
trarse especialmente en el estudio de la microgénesis de las activida- tructuras regladas de conocimiento, sino a leyes intrínsecas de ac-
des psicolingüísticas, los modelos conexionistas -,-o de «procesa- tivación y aprendizaje que definen, en términos estocásticos, la
miento distribuido y paralelo»- acentúan aún más esta tendencia y, distribución de la activación entre sus unidades subsimbólicas. De

148 149
LA GENESIS DEL LENGUAJE
PSICOLOGIA DEL LENGUAJE. INVESTIGACION Y TEORIA

este modo, la relativa disolución de la noción de «fOrf!la» (ya que l~s


pautas comunicativas previas o expresiones simbólicas concurrentes.
formas serían, también, sólo «metáforas», de l~s propiedades. colecti- . 3) . Fina~mente, en el. ?specto filogenético, las propensiones fun-
vas emergentes del funcionamiento de los enJambr.es ~~ umdades e ciOnahstas tienden tambien a acompañarse de una concepción más
«gradu~lis~a» de la evolución del lenguaje, acercándolo a sistemas
interconexiones en q~e se distribuyen es~~dos de act1vac10n), se aco¡-
paña de una tambien relativa d1soluc10n de la autonom1a de os c?mumcau':os de otras especies animales o postulando la importan-
sistemas lingüísticos en estos modelos, que s?n los que establ~cen, u~ cia que pudieron tener, en esa evolución, otros desarrollos funcional-
plano más molecular en el estudio dellen~uaJe COf!IO hech~ ps~cologi­ mente releva_ntes, ~ales como los relacionados con la capacidad de
co (por debajo de ellos, habría que acudir a un mvel explicativo que comprender mtenc10nes en otros y de comunicar intenciones a través
de gestos y vocalizaciones (Bates y MacWinney 1990· Premack
ya no sería psicológico, sino fisiolóri.co) · . . , . 1990). ' ' '
Así, en el nivel más microgenet1co de es.tu~lü ps1colo~1CO .del
lenguaje (el definido por los modelos conex10.mstas) se. d1fumma,
generalmente, la frontera neta entre e~ P.r?plü lenguaJe Y otras Como es ~bvio~ lo~ planteami~ntos mencionados, en el triple
funciones cognitivas (o entre formas y s1gmhcados, dentro del l~n­ p~a~o de la ~I~r?genesis, la ontogenesis y la filogénesis, tienden a
guaje), que se ve cuando el le?gua}e. se mira de.sde una perspectiva dtlmr la espec~~Ic1dad del lenguaje, al presentar una imagen de él en
computacional y formalista mas das1ca. ~sto m1sm~ sucede cuando que la sepa.rac~on con respecto a otras facultades cognitivas o destre-
se acude al lenguaje desde una p~rspect1v~, alg? mas molar. que. }a zas comumcativas se produce sin apenas solución de continuidad.
clásica del procesamiento de la mformac10n (t. e.,. en la direcci?n . De este modo, muchas de las concepciones contemporáneas de los
contraria a la conexionista), es decir, cuan?o se co,ns~dera al lenguaJe, psicólogos del lenguaje, con respecto a su génesis, pueden organizarse
no ya centrándose exclusivamente en su n~~leo mas mterno Y formal, en torno a dos grandes dimensiones o factores de articulación teórica:
u~o de .ell<;>s caracterizado por los rasgos «formalismo-especificidad-
sino en los contextos interactivos y cogmt1vos en que se produc~ Y
dis~onti~mdad». Y. el otro por los caracteres complementarios «funcio-
comprende para algo, i.e. con unas ciertas func.i?nes. E~ta p~rspect1va
es la que caracteriza a los modelos de propens10n func10nahsta, a los nahsmo-mespeciftdad-continuidad», cuando los factores se formulan
en un nivel relativamente molar de génesis. Por otra parte, los fac-
que debemos referirnos ahora. t<;>res .tom~~Ían la forma de «formalismo-modularidad-proceso secuen-
2.4. La génesis del Lenguaje y La perspectiva funcionalista Cial ~~m~o!Ico», fre.nte a «conexionismo-interacción-proceso paralelo
subs1mbohco», al Situarse en un nivel más molecular de génesis. Estos
En los modelos de naturaleza algo más molar, que ~e han. ocupado fac~ores no deben e~tenderse, de ningún modo, como alternativas
más de los aspectos funcionales del _lenguaje, la d~stat?-~Ia que se radicales ~ que permitieran situar a todos los psicólogos del lenguaje
establece entre éste y otras pautas soc1al~s. de comumc~cion, o entre (la J?ayona de ellos ~e sentirían muy incómodos si sólo pudieran
el lenguaje y ciertos mecanismos cogmuvos. de car~cter &ener~l, elegir entre esas opc10nes y matizarían mucho su situación con
tiende a atenuarse. Es frecuente que las concepciOnes mas f~nc~onahs­ respecto a ellas). Pueden entenderse mejor como «lÍneas de fuerza» en
tas (a diferencia de las más formalist~s) se formul~n ~n tert?mos de torno a las cuale~ se a~ticu.l~n mu~has de las pol~micas actuales y de
una continuidad fundamental. Esta Idea de contmmda~ ~1ene una lo~ es~ue~~os de mvest~g~~I?n reahzad<?s en los ultimos años por los
traducción diferente en cada uno de los tres planos geneticos a los psicohngmstas. La defmiclün de esas lmeas de fuerza si se entiende
en su sentido más literal y radical, puede tener el in~onveniente de
que hemos aludido: o~recer un dibuj? excesivamente lineal, simplificador y plano de las
1) En la vertiente microgeneuca puede identificarse ~on las diversas concepciones psicolingüísticas, eliminando sus delicadas di-
hipótesis de que las formas lingüísticas reflejan, al menos parcialmet?-- ferencias de matiz. Sin embargo, ofrece la ventaja de aclarar ese
te, funciones cognitivas o de relación que s~ cumplen con,ellenguaJe campo de fuerzas complejo, en el que se mueve la psicolingüística
(nos referiremos, de nuevo, a estas concepci?ne~ en el capitulo sexto) actual.
o de que en el procesamiento, d~l lenguaJe u,e~en un papel. muy Es compren~ible la propensi.ón de los investigadores que se ocu-
esencial los componentes sema~uco y ~yagmatico, Y .mecamsmos pan de las funciOnes del lenguaJe a acentuar la continuidad genética
generales de tratamiento de la mformac10n, muy relaciOnados con (en lo~ tres plan~s. señalados) entre ciertas pautas comunicativas o
me~~msmos cog~Itivos y el propio lenguaje. Mientras que la conside-
ellos. d f .
2) En el plano de la ontogénesi~, los mo elos unc~ona 1stas
r raciOn del lenguaJe de~de ~na perspectiva estructural y formal implica
tienden a acentuar la continuidad funciOnal entre el lenguaJe Y otras detenerse en el lenguaJe mismo, y en lo que constituiría -por decirlo

150 151
PSICOLOGIA DEL LENGUAJE. INVESTIGACION Y TEORIA LA GENESIS DEL LENGUAJE

así- su núcleo más interno y exlusivo, la perspectiva funcional Pienso que no es sorprendente que el modo como «entramos en el lenguaje»
obliga necesariamente a definir las relaciones del lenguaje con las descanse en una disposición prelingüística para el significado de naturaleza
funciones comunicativas y cognitivas en general. El desarrollo del selectiva. Esto quiere decir que habría ciertas clases de significados para los que
lenguaje incluye, probablemente, la intervención de mecanismos o los seres humanos estaríamos innatamente orientados o sintonizados, y que
principios relacionados con su forma, pero atiende a funciones que buscaríamos de un modo activo. Con anterioridad a la aparición del lenguaje,
estos significados existirían de un modo primitivo, como representaciones
no se agotan en su definición formal. Del mismo modo que la función
protolingüísticas del mundo, cuya plena realización dependería del instrumento
de un instrumento no se descubre por la mera contemplación de su cultural que es el lenguaje. Dejemos claro que esto no supone, en absoluto,
estructura, sino que exige generalmente la observación del uso del negar la existencia de lo que Derek Bíckerton ha llamado -siguiendo a
instrumento en un contexto y para unos fines, así también la investi- Chomsky- un «bioprograma» que nos alerta sobre determinadas estructuras
gación de las funciones del lenguaje implica una consideración de éste sintácticas. Sí existiese ese bíoprograma, su puesta en funcionamiento no puede
en un cierto contexto, en el que cumple ciertos fines (como veremos depender únicamente de la presencia en el medio infantil de ejemplares lingüís-
más ampliamente en el próximo capítulo). Esa forma de ver el ticos apropiados, sino también de la «sensibilidad del niño al contexto», la cual
l~ngu~je establece. una. persp~ctiva en que fácilmente se atenúan y sólo puede surgir a partir de esas predisposiciones a los significados cultural-
difumman las obvias diferencias formales y estructurales que existen mente relevantes que estoy proponiendo. Es necesario haber adquirido ya el
entre el lenguaje y otras pautas de comunicación que cumplen, lenguaje para que uno pueda adquirir más lenguaje adoptando el papel de mero
aunque sea de forma más rudimentaria y menos diferenciada, ciertas «espectador». La primera vez, el lenguaje sólo puede llegar a dominarse par-
funciones comunicativas semejantes a las que se cumplen con el ticipando en él como instrumento de comunicación (Bruner, 1991, pp. 79-80).
lenguaje al «hacer cosas con él» , cosas tales como «pedir», «decla-
rar», «mostrar», «apelar», etc. La larga cita anterior de Bruner registra, de forma muy lúcida,
Una de las versiones del enfoque funcionalista con relación a la algunas de las hipótesis esenciales de los modelos funcionalistas de
adquisición del lenguaje es la que se ha denominado «teoría de la estilo interaccionista: hace falta una competencia comunicativa pre-
interacción social» (Bohannon y Warren-Leubecker, 1985), que asig- via al lenguaje para que éste se adquiera. El peso de la estrucutra
na a las i~teracc!~nes lingüísticas del niño con los adultos un papel innata tiende a asignarse -en los investigadores que la admiten,
mucho mas decisivo y «formante» del lenguaje que el que suele como Bruner- a mecanismos de naturaleza comunicativa o cognitiva
reconocerse en la concepción generativa clásica. En este enfoque, la global, sin que ello implique negar la existencia de órdenes que se
estructura del lenguaje tiende a verse como configurada por las refieren a los componentes formales o la gramática en el «bioprogra-
funciones socio-comunicativas cumplidas por éste en la evolución ma». Además, el lenguaje se concibe como «instrumento cultural»,
filogenética y el desarrollo ontogenético (Bates y MacWhinney, 1982). más que como sistema natural. Finalmente, como muchos interaccio-
Bruner (1991) resumía recientemente algunos de los fundamentos de nistas, Bruner ha insistido (en otras ocasiones) en la relativa riqueza
esta posición, estableciendo tres proposiciones: funcional del lenguaje de los compañeros de interacción de los niños
(que contrasta con las limitaciones estructurales a que suelen aludir
1) El lenguaje se adquiere a través de un uso activo en contextos los investigadores de promensión formalista), y en el papel de la
de interacción, y no por simple exposición: aprender una lengua sería atribución mutua de intenciones como clave para acceder a los
equivalente -en una paráfrasis de Austin, 1962- a aprender «cÓmo códigos lingüísticos.
hacer cosas con palabras>>, . Las pinceladas anteriores sólo pretenden establecer un boceto
2) Ciertas funciones o intenciones comunicativas se adquieren global de tendencias y problemas que se observan en las investigacio-
antes de que el niño domine el lenguaje formalmente elaborado con el nes recientes sobre la génesis del lenguaje. En muchos casos, las
que expresarlas lingüísticamente. tendencias expresan modos diversos de acentuar los procesos genéti-
3) La adquisición del lenguaje es muy sensible a los contextos, y cos más que hipótesis que fueran irreconciliables o irremediablemente
su p~ogreso es .mayor cuando los niños captan «significados de lo que alternativas. El lenguaje es forma y función; al tiempo que continúa
se dice» aún sm saber descifrar lingüísticamente lo que se dice. funciones comunicativas más antiguas en la filogénesis o la ontogéne-
sis, el lenguaje posee una naturaleza formal esencialmente nueva e
. Estas obser~ac~ones, en~re otras, llevan a la conclusión de que irreductible, y ésta a su vez permite -corno veremos en el próximo
e~~st~ una contmmdad funciOnal entre el lenguaje y procesos prelin- capítulo- definir y diferenciar funciones complejas y sutiles de
gmsticos de comprensión y formulación de intenciones aún cuando comunicación y representación, que no son posibles sin el lenguaje.
esa continuidad no se dé igualmente en el plano estru~tural: En ese aspecto, el lenguaje es tanto funcional como estructuralmente

152 153
PSICOLOGIA DEL LENGUAJE. INVESTIGACION Y TEORIA LA GENESIS DEL LENGUAJE

«discontinuo» con respecto a otras formas de representación y comu- las que se preservan moldes prosódicos (i.e. de entonacwn, ritmo,
nicación. El desarrollo del lenguaje parece exigir la intervención de etc.) característicos de las funciones comunicativas que parecen cum-
una estructura mental innata rica y específica, pero incluye compo- plir tales emisiones. Los niños que siguen ese curso emplean esas
nentes de aprendizaje a través de interacciones entre individuos emisiones como totalidades, que son memorizadas in tato, antes de
lingüísticamente novatos y otros lingüísticamente expertos. Además analizarse en sus constituyentes.
el lenguaje es, a un tiempo, naturaleza y cultura. Dependiendo de los Frecuentemente, la transición de estas holofrases, compuestas de
puntos que se acentúen en ese sistema multifacético que es el len- una sóla palabra, a combinaciones de dos palabras, tiene lugar en
guaje, se concebirán descripciones diversas -pero no necesariamente torno a los dieciocho meses. Desde hace tiempo, se ha demostrado
incompatibles~ de su microgénesis, ontogénesis y filogénesis. que esas emisiones de dos palabras se acomodan muy bien a un
Dado que este libro está dedicado esencialmente a la microgénesis análisis gramatical semejante al que establecen las llamadas «gramáti-
del lenguaje, no insistiremos más en ella en el resto de este capítulo. Sí cas de casos», y expresan alrededor de una docena de relaciones
haremos unas observaciones muy breves y descriptivas sobre la semánticas, de tipo agente-acción, agente-objeto, acción-objeto, pose-
ontogénesis (a la que volveremos en los dos capítulos siguientes, para sor-objeto, objeto-localización, objeto o suceso recurrente, desapari-
referirnos respectivamente al desarrollo de los aspectos funcionales y ción de objeto o suceso, etc. (Brown, 1973; Braine, 1976; Bloom,
formales), y algo más largas sobre la filogénesis del lenguaje. Estas Lightbown y Hood, 1975; Pinker, 1990; cfr. también capítulo 6).
observaciones sólo pretenden dar alguna sustancia concreta a las Tales expresiones son ya de naturaleza sistemática y responden a
consideraciones un tanto abstractas y metateóricas hechas en los reglas, que configuran una gramática infantil. Incluyen palabras de
párrafos anteriores, y de ningún modo tratan de lograr la ambición las categorías léxicas mayores, de la clase abierta (nombres, verbos y
de proporcionar una visión completa de la ontogénesis y la filogénesis adjetivos) y generalmente no de la clase cerrada (preposiciones,
del lenguaje, ya que esa ambición se sitúa, por completo, fuera de los conjunciones, etc.), lo que define un lenguaje de «estilo telegráfico»
alcances y objetivos principales del libro. en que sólo se emplean elementos léxicos de contenido. Sucede con
frecuencia que, cuando aparece un cierto patrón en las emisiones de
dos palabras (un patrón tal como atributo-objeto, por ejemplo), al
3. FENÓMENOS Y MECANISMOS DE LA ONTOGÉNESIS DEL LENGUAJE principio sólo se emplea un conjunto muy limitado de palabras para
uno de los papeles definidos en ese patrón (por ejemplo, el papel de
Y a hemos señalado en el apartado primero que, desde hace más de «atributo»), y posteriormente se amplía la gama de palabras que se
doscientos años, se han recogido diarios del desarrollo del lenguaje en emplean para cumplir esa función.
niños, que suele concebirse como una de las hazañas cognitivas más A partir de las combinaciones de dos palabras, se realiza una
destacables de los miembros de nuestra especie. Sin embargo, los expansión de la gramática infantil, que se acompaña de la producción
estudios más sistemáticos de carácter longitudinal se han realizado, de emisiones que oscilan de tres a ocho palabras (de modo que no
sobre todo, a partir del momento en que los investigadores podían puede definirse una fase «de tres palabras»), y la longitud media, así
contar con sistemas portátiles para el registro del lenguaje infantil, a como la complejidad de las emisiones se incrementa hasta los cuatro
finales de los años cincuenta. Estas investigaciones han proporciona- años aproximadamente. Hacia el momento en que los niños comien-
do una descripción relativamente clara de los contornos más esencia- zan a producir oraciones de tres palabras o más, su lenguaje sufre un
les de ese desarrollo, que comienza normalmente al principio del desarrollo que muchos investigadores califican de «explosivo», y en
segundo año de vida, aunque se produzcan variaciones considerables que resulta extremadamente difícil formular «gramáticas» (Pinker,
tanto en su edad de comienzo como en su curso y estilo de desarrollo 1990), pero no descubrir -precisamente a través de los errores que
posterior (Brown, 1973).· Esas variaciones se observan ya en las los niños cometen característicamente- que el lenguaje infantil posee
primeras producciones lingüísticas de los niños: en la mayor parte de en todo momento los rasgos esenciales de estructura (sistematicidad,
los casos, consisten en emisiones de una sola palabra, a las que suele compositividad, obediencia a reglas, etc.) que definen al lenguaje
llamarse «holofrases», debido a que, al ser interpretadas en función adulto. ·
del contexto en que se producen, muestran poseer una naturaleza Así, por ejemplo, muchos de los «errores» de los niños consisten
predicativa que implica el cumplimiento de funciones semánticas en la aplicación de reglas de formación -por ejemplo de sufijos
características de las frases, y no de las palabras sueltas. Sin embargo, temporales en los verbos- a casos que son excepciones en el lenguaje
hay niños que muestran un estilo diferente en sus primeras produc- adulto (como «venÍ» por «vine», que es un perfecto irregular, o
ciones: producen emisiones más largas, con palabras o sin ellas, y en «sabió» por «supo»); otros implican la formulación de «hipótesis

154 155
PSICOLOGIA DEL LENGUAJE. INVESTIGACION Y TEORIA LA GENESIS DEL LENGUAJE

semánticas específicas» con relación a formas morfosintácticas (como Berko y sugieren la implicación, en el lenguaje infantil, no ya de
la aplicación del caso acusativo, en ruso, sólo a aquellos objetos reglas y principios derivables, por algún mecanismo de abstracción,
afectados por acciones, y no a todos los objetos directos), o por el del lenguaje adulto, sino quizá de constricciones derivadas del apara-
contrario de hipótesis semánticas generales (por ejemplo, en los to innato acerca de aspectos formales posibles en los lenguajes. Por
lenguajes que emplean preposiciones diferentes para transferencias ejemplo, Gordon (1985) observó que los nií1os de su muestra, de 3 a 5
físicas y de posesión, emplear una sóla para las dos funciones), o la años, se atenían, en una tarea experimental a reglas de formación de
consideración de las cláusulas como unidades menos recombinables palabras, a partir de morfemas flexivos y derivativos, que era ex-
(por ejemplo, en las preguntas en inglés) de lo que pueden serlo en el traordinariamente improbable que hubieran recibido representadas
lenguaje adulto (Pinker, 1990; Slobin, 1973, 1985). en el lenguaje adulto. Por ejemplo, en inglés sería formalmente
En cualquier caso, es posible afirmar que muchos de los «errores admisible la palabra mice-eater (come-ratones), formada desde un
infantiles» constituyen pautas sistemáticas, que reflejan una sensibili- plural irregular, pero no rats-eater (come-ratas), formada desde uno
dad a la estructura del lenguaje y el empleo de mecanismos activos, regular. Sin embargo, en el lenguaje adulto son extremadamente
sistemáticos y regulares (i.e. definidos por reglas) en su tratamiento. Son infrecuentes, a pesar de estar formalmente permitidas por las reglas
errores que se relacionan con patrones de aplicación de reglas morfológicas del inglés, las palabras compuestas con plurales irregu-
morfológicas o sintácticas a casos que son excepciones, en el lenguaje lares en su primer componente. A pesar de ello, los niños del estudio
adulto, o de hipótesis semánticas o sintácticas a los mensajes, etc. En de Gordon formaban esas palabras, cuando eran inducidos a ello en
suma, los errores son sistemáticos y reflejan indirectamente la imagen la tarea experimental, pero no las formadas con plurales regulares. Es
de un sistema activo de elaboración del lenguaje, que no se limita a decir: aplicaban una regla correcta, desde la perspectiva del lenguaje
inducirlo de la experiencia, sino que lo somete a hipótesis implícitas adulto, pero que apenas está representada de hecho en el corpus de
acerca de las formas y sus relaciones con significados. Curiosamen- palabras compuestas que éste contiene, tal como demuestran los
te, también es sistemática la no comisión de ciertos errores, que análisis de frecuencia de dichas palabras en inglés.
serían aparentemente esperables (por ejemplo, los niños no come- Desde la perspectiva de los modelos recientes, de matiz generati-
ten errores como «¿Qué compraste un coche?», a pesar de que el vo, sobre la adquisición de la gramática, el desarrollo de ésta se
análisis estándar admite un sintagma nominal después del verbo explicaría por la aplicación sucesiva de ciertos conjuntos -o «módu-
«comprar», cfr. Roeper, 1988), y la ausencia de tales errores consti- los»- de principios formales de carácter general, que formarían
tuye una «ventana» tan útil para atisbar los mecanismos del len- parte del conocimiento innato del lenguaje, e implicarían la asigna-
guaje infantil como la comisión de otros que tienen una naturaleza ción de variaciones paramétricas a tales módulos (por ejemplo, todos
sistemática. los lenguajes tienen sujetos, y ése es un principio universal, pero en
La productividad y carácter reglado del lenguaje infantil no sólo algunos es obligatorio establecerlo explícitamente siempre, mientras
se demuestra en la naturaleza sistemática y reglada de las emisiones y que en otros, como el castellano, puede elidirse en muchas oraciones).
de muchos de los errores de los niños, sino que también se ha puesto De ello hablaremos más detenidamente en el capítulo sexto, que trata
de manifiesto en algunas investigaciones experimentales, que conti- del conocimiento del lenguaje. Una expresión intuitiva que puede
núan la tradición de un estudio ya clásico, realizado por Berko (19 58), servirnos para comprender el problema que se plantea a la hora de
hace más de tres décadas. Berko presentaba a los niños una tarea muy explicar el desarrollo gramatical es la siguiente: los niños parecen, en
simple de elicitación de producciones verbales, en que se mostraba un efecto, «conocer» -en un determinado sentido de la noción de
dibujo de un ave, y se les decía que era un «wug» (una palabra conocimiento- ciertos principios abstractos muy generales que son
inexistente en inglés); luego se mostraba una nueva lámina con dos comunes a todos los lenguajes, pero que pueden concretarse en
aves, y se decía «Hay dos ... », de manera que los niños tenían que valores diferentes para las distintas lenguas. Ese conocimiento guiaría
terminar la oración. Una situación parecida se establecía para la su proceso de adquisición, que, como comentábamos en el apartado
formación del tiempo pasado en elementos «verbales» que tampoco anterior, poseería· una cierta dirección intrínseca y sería, en cierto
correspondían a palabras inglesas. En uno y otro caso, los niños (de 4 modo, de naturaleza endógena.
a 7 años) empleaban sufijos de número y tiempo correspondientes a ¿Se guía la adquisición de las formas lingüísticas por un conoci-
las reglas del lenguaje adulto, a pesar de que no era posible que miento implícito, de origen innato, que permite al niño enraizar sus
hubieran «imitado» esas palabras inexistentes. usos lingüísticos -incluso sus errores- en «hipótesis estructurales
Algunos patrones de empleo de reglas en situaciones experimenta- activas»? La respuesta dada a esta pregunta desde el paradigma
les son mucho más profundos y complejos que los observados por generativo dominante en psicología del lenguaje es positiva. Sin

156 157
PSICOLOGIA DEL LENGUAJE. INVESTIGACION Y TEORIA
LA GENESIS DEL LENGUAJE

embargo, se han producido, en los últimos años, al!?unos intentos de de hiper-r~gula.rizado -vení- y de irregular, de nuevo), como
reinterpretar fenómenos desde paradigmas alternativo~ que merecen c':ms~cu~ncia directa de la estadística computada por el sistema
alguna atención. Un buen ejemplo de ello es el prop~rcwnado por los distnbmdo Y paralelo de conexiones y unidades subsimbólicas. Sin
errores de hiper-regularización de formas verbales IrregularesJ a los embargo, se ha producido una polémica considerable en relación al
que nos hemos referido anteriormente. Estos errores («Ve!li» por realismo. evolutivo del modelo (Rumelhart y McClelland, 1986; Pin-
«vine», «sabió» por «supo») han sido estudi~d?s hace ya. casi tremta ker Y Pnnce; 1988). ~o que nos interesa destacar aquí es hasta qué
años, y se conoce muy bien su curso caractenstlco: es cunoso que, en pun~o u~, misi?? fenomeno encuentra explicaciones diferentes en la
sus primeras expresiones, los niños pasen por una fase en q~e e~phcacwn clasica y ~a alternativa conexionista: la hiperregulariza-
emplean las mismas formas irregulares que se usan en el lenguaJe cwn r~sulta, en la pnmera, del funcionamiento activo, y más bien
adulto («vine»), luego las hiper-regularizadas («ven~») ~,finalmente, ~eductiV<?, de un sistema simbólico de aplicación de principios al
de nuevo, las formas irregulares «correctas». La ~xphcacwn que s~~ha tr:put, ~Stimular. En la segund~, ~e un mecanismo inductivo y sub-
dado a este fenómeno es la siguiente: en una pnmera fase, los nmos si.mb?hco que computa estadisticamente el input, sin guiarse en
reproducirían las formas adultas, porque se limitan a r.eproducir el mngun momento por principios o reglas formales. El modelo cone-
«input» lingüístico que reciben. Pero, en una fase postenor, ~~ ha~;n xion~sta .ro~pe? así, con e~ principio esencial del enfoque genético de
capaces de emplear activamente las formas regulares de modif~cacwn la psicolmgmstlca generativa, que establece la necesidad de un meca-
temporal, a partir de un análisis más fino de los elementos léxicos en n~s~o cognitivo innato, de naturaleza simbólica y formalizadora que
los morfemas que los componen, y emplean la forma reg~lar para dinge el proceso de adquisición. '
casos en que ésta, por excepción, no se aplica en elle.nguaJe adulto. . Por. otra parte, el lenguaje no sólo requiere de unos mecanismos
Finalmente ' en una tercera fase, al contrastar sus propias formas
. con (md~ctlv.<:s o. deductivos, subsimbólicos o simbólicos) internos al
las del lenguaje adulto, reconocet; casos q.u~ son excepc10!le~, y prop10 nmo, smo que necesita también de una experiencia interactiva
preservan sólo la forma adulta, basandose qmza en una constnccwn par~ desarrollars~?-, un~ experiencia que, en cierto modo, «posee
de la Gramática Universal, el «principio de unicidad», del que se sentido» para el 11:mo aun antes de ser comprendida lingüísticamente.
derivaría por ejemplo la proposición de que los verbos sólo tienen ~ua~do el lenguaJe nos~ pro,duce en ese contexto, en que el niño está
una forma para el pretérito perfecto simple. Imph~ado de form~ ,activa, este no lo ;'ldquiere. Ervin-Tripp (1973),
Es destacable el hecho de que, en la explicación genética anterior, por eJemplo, estudio lo que les sucedia a niños oyentes de padres
y con excepción de la primera fase más pasiva de. reprod,ucc~Ón del ~ordos 9ue sólo .oí.an inglés por radio o televisión, pero no en sus
lenguaje adulto, todo el curso del desarrollo se explica en termmos ,de mterac~wnes cotidia.nas., Lo que sucedía era que aquellos niños no
conocimientos implícitos, que sirven activamente par~ regular y gmar aprendian a. hablar mgles con esa experiencia pasiva, y meramente
la evolución (conocimientos tales como los que permiten analizar las «contemplatiVa» de la lengua. En este contexto toma sentido la cita
palabras en morfemas, aplicar principios de. m?dificación tempor~l., o de Bruner qu.e recogíamos en el apartado anterior: los niños adquie-
someter las hipótesis lingüísticas a constnc~wnes ,de la Gramatlca ren el lenguaJe para «hacer cosas con él», en contextos de relaciones
Universal). Sin embargo, desde la perspectiva mas molecular del con otros que tienen sentido, y su percepción de las intenciones de los
conexionismo, se ha ofrecido una explicación alternativa de los otros, en tales situaciones, constituye un recurso indispensable para
mismos fenómenos. Rumelhart y McClelland (1986) crearon un un desarropo adecuado del lenguaje. En cierto modo, el conocimiento
modelo conexionista, diseñado para poder extraer, en forma pa~alela, del len.guaJe por parte del niño es precedido por un «saber usar» el
cualquier combinación de las alrededor de 200.000 regulandades lenguaje en contextos de relación. Esto lo veremos más detenidamen-
relacionadas con las propiedades fonológicas de las raíces verbales y te en el capítulo próximo.
modificaciones temporales de verbos en inglés. En este modelo no se , ~n dato in~irectamente favorable al papel de los aspectos prag-
«almacenan» reglas, ni morfemas o principios de conocimiento. Más mati~os Y funcwnales en el desarrollo del lenguaje es la observación
bien, el sistema registra la frecuencia de inp,u~ de cada una .~e las r~petida de que los componentes funcionales tienden a ser priorita-
posibles combinaciones entre patrones fonol<?gicos en la, v~rswn de nos, e~\ el desarrollo, con respecto a las estructuras que permiten su
pasado. Así, el sistema establece u~1as regulandad~s ~st~distlcas, que expreswn elal:orada. Las observaciones, que revisaremos en otro
luego aplica a raíces nuevas, basandose en su similandad con los momento, sugieren que el desarrollo funcional del lenguaje se produ-
patrones extraídos inductivamente de los inputs. . c~ con arre~;lo a un patrón sistemático y bastante universal, y que,
En principio, este modelo replica la pauta de desarrollo pecu~Iar s~~ndo previ? al de los componentes for~ales que aseguran la expre-
de los niños (una primera fase de pasado irregular -vine-, segmdo ston compleja de las funcwnes comumcativas que el lenguaje va
158 159
PSICOLOGIA DEL LENGUAJE. INVESTIGACION Y TEORIA LA GENESIS DEL LENGUAJE

cumpliendo, asegura que éste sea adquirido en contextos llenos de vislumbrar la estructura narrativa de gran parte de la experiencia
sentido para el niño. humana, como recursos básicos que regularían la adquisición del
Incluso, la organización estructural del primer lenguaje del nmo lenguaje; de un lenguaje que, en cierto modo, ya tendría sentido antes
(por ejemplo, de sus emisiones de dos palabras) sería expresiva de la de poseer forma.
sumisión funcional del lenguaje a los contextos de acción significativa Aún no es posible la conciliación de las hipótesis y pruebas que
en los que se enraíza, según la descripción de los investigadores de indican, por una parte, la existencia de una compleja maquinaria
propensión más funcionalista. Un nuevo comentario de Bruner (1991) formal innata y, por otra, de mecanismos más generales, previos al
acerca de las gramáticas del lenguaje de dos palabras, a las que ya nos lenguaje, de asignación y sentido, que parecen ser importantes para
hemos referido, sirve para ilustrar esta idea: «disparar» el funcionamiento de esa maquinaria. La tensión entre la
perspectiva formalista y la funcionalista, en el estudio de la ontogéne-
Una vez que los niños captan la idea básica de referencia, necesaria para usar sis, sólo podrá convertirse en conciliación integrada en la medida en
cualquier lenguaje -es decir, una vez que pueden nombrar, señalar la concu- que se acumulen datos empíricos relevantes y se desarrollen teorías
rrencia, y registrar el cese de la existencia de algo-, su principal interés más elaboradas y justas sobre los mecanismos que subyacen a la
lingüístico se centra en la acción humana y sus consecuencias, especialmente en
la interacción humana. Agente y acción, acción y objeto, agente y objeto, acción
ontogénesis del lenguaje. Tanto Pinker (1990) como Roeper (1988)
y localización, poseedor y posesión, constituyen la mayor parte de las relaciones han destacado, en dos revisiones recientes sobre la adquisición del
semánticas que aparecen en la primera etapa del lenguaje. Estas formas lenguaje, la carencia de teorías generales capaces de dar cuenta
aparecen no sólo en los actos de referencia sino también en los de petición, en adecuadamente de la enorme cantidad de datos -a los que aquí sólo
los intercambios de posesión, en los actos de dar o al hacer comentarios sobre hemos podido aludir de forma muy esquemática- que se han
las interacciones de los demás. Además, el niño pequeño es, desde muy acumulado, en las últimas décadas, sobre la ontogénesis del lenguaje.
temprano, profundamente sensible a las <<metas» y a su consecución. Por eso, El estudio del plano ontogenético ha sido, sin duda, uno de los
también lo es a variantes de expresiones como <<ya está» o <<Se fue» para campos más fértiles en resultados empíricos dentro del ámbito gene-
referirse a acciones completas, o como «huy» para referirse a acciones incom- ral, al que nos estamos refiriendo, de investigación de la génesis. Sin
pletas. Las personas y sus acciones dominan el interés y la atención del niño.
Este es el primer requisito de la narración (pp. 83-84).
embargo, aún plantea cuestiones teóricas y exigencias explicativas
que exigen la difícil tarea de integrar datos que provienen de perspec-
tivas diferentes y que, al tiempo que manifiestan la riqueza y el
Para Bruner (1991) y algunos otros investigadores de tendencia carácter multifacético del lenguaje humano, siguen planteando incóg-
funcionalista, con independencia de los mecanismos que posibilitan el nitas acerca de cómo es posible ese proceso formidable de adquisición
desarrollo del lenguaje en sus aspectos más formales, este desarrollo de un sistema simbólico muy eficiente y complejísimo, que realizan
estaría guiado por una propensión narrativa básica, cuyos anteceden- las crías de nuestra especie, al situar naturalmente formas simbólicas
tes podrían ser muy precoces (Bruner, por ejemplo, los establece en en sus interacciones naturales con otros.
pautas innatas tales como registrar sobre todo lo nuevo e inusual,
atender preferentemente a las acciones de las personas, etc.). La
estructura narrativa estaría presente incluso en la praxis de la interac- 4. LA EVOLUCIÓN DEL LENGUAJE
ción humana, previa al lenguaje, y «lo que determina el orden de
prioridad con que el niño domina las formas gramaticales es el A diferencia de lo que sucede con el estudio de la ontogénesis del
«impulso» de construir narraciones» (ibidem). lenguaje, en que contamos con una enorme cantidad de datos detalla-
Este ejemplo ilustra muy bien la propensión de los investigadores dos y precisos, pero no con una teoría completa e integradora de esos
funcionalistas a concebir la génesis en términos de procesos onto y datos, la investigación de la filogénesis siempre se enfrentará al
microgenéticos de tipo «top-down» (de arriba abajo), que irían desde problema de la irremediable carencia de datos directos sobre la
los aspectos más molares del lenguaje a los más moleculares: el evolución del lenguaje en los ancestros del hombre. Cuando nos
impulso a la narración (que es una forma molar del lenguaje «desple- situamos en la perspectiva más global y amplia de la filogénesis, sólo
gado>>) sería requisito de la adquisición de formas moleculares, y no encontramos evidencias muy indirectas y sumamente parciales de la
-como cabría suponer desde una consideración más superficial- un posible presencia de habla en homínidos más o menos emparentados
resultado del dominio previo de esas formas. De este modo, el niño se con el actual H omo sapiens sapiens. Ello no impide la formulación de
serviría de recursos prelingüísticos o protolingüísticos, tales como los modelos teóricos, basados en esos datos indirectos y fragmentarios,
que implican comprender intenciones y acciones de las personas, o pero también en argumentos racionales. Se han formulado, en los

160 161
LA GENESIS DEL LENGUAJE
PSICOLOGIA DEL LENGUAJE. INVESTIGACION y TEORIA

· d 1 d pudo ser la evolución del


1 nales y desplazamientos. Muy cercanas a las primeras estarían las
últimos años, diversos mo e os e como 1 iva debe- expresiones emocionales, a las segundas, las llamadas «metonimias»,
lenguaje. Ante ~stas teorías, d~ ~~~uralezaa~~~ ~:p:~~ ~~un~o, por y a las terceras, los símbolos propiamente dichos:
ría recordarse siempre la prohibiciOn de ~ 1 d 1866
parte de la Sociedad Lingüística de Pans, pro~~ ga ~ er 1' 1) Las señales emocionales dependen de estructuras nerviosas de
mu ocas años después de la formulación darwm~ana. e ~ teona origen evolutivo más primitivo, son relativamente poco susceptibles
de la~volución. Sin embargo,. esa P!ohibicit.n de~e str~~~;: ~?e~~ de control intencional y suelen ser escasamente sensibles a las res-
señal de cautela que como Impedi~ento It~ra . a nto de comu- puestas de otros organismos. En los primates pueden ser muy ricas,

~~~a~~ó::u;r~:;~!s~~:::~ifnu;~ F~:,J:d~d~:~~(f~J;?!¡~ e~~ne~l c'l:r~ expresivas y complejas, dado que la posición de la cara permite que el
rostro adquiera funciones sígnicas muy ricas. En ciertos casos, parece
cuenta, porqu~ ell enigmla ~ a e~~ ~~~~volución del hombre mis- que las expresiones emocionales han llegado a desbordar sus funcio-
to modo, eqmva ente a enigma nes primarias de reflejo de estados internos, adquiriendo matices
referenciales. Ello sucede, por ejemplo, con las llamadas de alarma de
m o .El enigma al que nos estamos refiriendo no sólo se debe al c.arác- los monos vervet (Cercopithecus Aethiops)~ estudiadas por Struhsa-
ter indirecto y muy fragmentario de los datos que p~ede proporcwnar ker (1967) y por Seyfarth y Cheney (1982), y que son diferentes ante
la p~leontología sobre el posible origen del lengu~Jeh Responde ta~- depredadores aéreos, terrestres y serpientes. En cualquier caso, en el
bién a otro hecho: a ~a r~~lidad d~ q~e e} .lenguaJe 1 c=:e:~oe:e~n~ desarrollo de las expresiones emocionales existe una clara continui-
como un complejo y nqmsi.mo oasis simbo~~~la:n dee desierto evoluti- dad evolutiva entre el hombre y otros primates, que ya definió
especie de «desierto evolutivo». P<:>dem~s 1 . t e el hombre Darwin en su obra clásica sobre La expresión de las emociones en los
en rimer lugar porque la distancia evo utiVa en r animales y el hombre (1872). Como veremos en el capítulo próximo,
:~{ual yplas especies 'an~males más cer~~namentea::rp~:n~~da!n~~~tr~
1

la precoz capacidad humana de discriminación de emociones de


es relativamente ampha. La separacwGn, .lal p de los que derivan el otros, y respuesta a ellas, puede jugar un papel importante en el
1
d los géneros Hamo~ Pan Y orz a~ il desarrollo de ciertos mecanismos funcionales previos al lenguaje y
h~~~~~ (~amo sapiens)~ el chimpancé (Pan troglo~ytes) ~ el g~rl a necesarios para su desarrollo adecuado.
(Gorilla gorilla)~ se produjo probabl~lentet ~~~f g~::ti~~ ~~=p:~i~~ 2) Las pautas metonímicas son conductas «recortadas» (se-
nes de años (de forma que,. a pesar e ma e ración evolutiva con mejantes a las metonimias lingüísticas, que son figuras en que una
con los chimpancés, por. eJemplol' nuestra. ~~p:ntre las jirafas y los parte se toma por el todo). Se producen, sobre todo, en mamíferos en
respecto a ellos es semeJante a a que exis que se emplean, con funciones sígnicas, ciertas cadenas de conducta
que parecen incompletas con respecto a su consumación con fines
cieriO:;l~f~~~:'ia:S~' ]~ ~J~bre (que cuenta. c~n otr~s tres esp:~i:~
9
adaptativos directos. Por ejemplo, las pautas de lucha ritualizada, que
además del gorila y el chimpancé: orangutan, giban y siamang) y. 1 se dan en situaciones de alta significación social, son metonímicas.
8
d~t~~o~~~~ o~r::t~~~f~a~~~~llb:ró1~~~r~F~~:~:~3~:d::~;:l~t~~
Son «signos», en que se asientan relaciones de dominancia y prioridad
reproductiva, más que intentos de destrucción real del adversario.
de adaptacwnes especi Icas, re acwna as Estas pautas adquieren un sentido especial en relación con los juegos
en mamíferos, que, como ha señalado perspicazmente Bateson (1955),
guaje. implican una cierta capacidad de diferenciación de los «signos en
Continuidad evolutiva y pautas de relación en animales cuanto signos», que es, en cierto modo, precursora de la aparición del
4.1. «modo simulado» (del que hablaremos en el próximo capítulo) y de
A dif~rencia de lo qu~ suc~de con e~1 lb~:b~¿ s~¿;,~:::tef~:a:st~~ los símbolos humanos (algunos de los cuales son, por así decirlo,
«metonimias instrumentales»). Sin embargo, las metonimias de los
relacwn o comumcacwn amm~l que 1 H" d (1970) realizó mamíferos; en que sí se observa una continuidad filogenética clara
otras especies, y con los mamiferos :_n genera . m e. ar un a el
una distinciÓn entre tres clases de senal~s. que pu.eden JUg lf r
importante en las relaciones intraespecific~s (e m~~respecil~sa~autas
a~i­
-pues son especialmente complejas y ricas en los primates-, no son
aún símbolos en sentido estricto.
3) En el caso de los códigos simbólicos~ entre los que se sitúa el
males' y que pueden servirnos para deter~ma.~ e~ a es e~~~es las más lenguaje en el caso del hombre, sí se observa una discontinuidad
humanas en que se observa mayo.r. c~n~mm a Y . intencio- fundamental entre el hombre y los otros primates. Resulta curioso el
discontinuas: señales autónomas o fiswlogicas, movimientos

162 163
PSICOLOGIA DEL LENGUAJE. INVESTIGACION Y TEORIA LA GENESIS DEL LENGUAJE

hecho de que, para hallar pautas netamente simbólicas en el mundo metonimias se observa una continuidad fundamental entre el hombre
animal, sea necesario remitirse a líneas evolutivas sumamente aleja- y los primates en general, ello no sucede con el lenguaje. Los intentos
das de la humana, como son las de los insectos sociales, y en especial de los últimos años de enseñar lenguajes de signos o fichas a an-
las de las hormigas y abejas. Las primeras parecen emplear códigos de tropoides superiores (chimpancés y gorilas) han demostrado que éstos
relación complejos y probablemente simbólicos, con los que pueden poseen considerables competencias generales para desarrollar, des-
engañar (algunas especies de hormigas, que esclavizan a otras, emiten pués de un esfuerzo considerable de ens.eñanza, alg?~as ~autas sim-
feromonas de alarma de éstas, para atraparlas cuando abandonan sus bólicas, pero parecen carecer de mecamsmos espectftcos mternos al
escondites), transmitir informaciones complejas sobre propiedades de lenguaje, tales como los que permiten crear oraciones gramaticales
objetos ausentes y emplear modos de transmisión transitivos (i.e. en (García- Albea, 1991c; Lieberman, 1991) y adquirir un enorme siste-
que una hormiga informa a otra de una información recibida de una ma léxico.
tercera, y no de la percepción directa). Sin embargo, los códigos de Estas observaciones son favorables a la concepción chomskiana, a
las hormigas son aún mal conocidos, quizá por ser principalmente de la que ya nos hemos referido, de la posesión por el hombre de una
caracter químico (Griffin, 1984; Riba, 1990). facultad específica de lenguaje, exclusiva de la especie y bien diferen-
ciada de otras competencias. En realidad, muchos de los mecanismos
Aparte del lenguaje humano, el sistema simbólico mejor conoci- generales de la cognición humana son compartidos con los que po-
do, y el único descifrado, del mundo animal es, sin duda, el empleado seen los antropoides superiores, como ha señalado Dingwall (1988):
por algunas especies de abejas, al que ya nos referíamos brevemente éstos muestran habilidades de empleo de instrumentos, caza coopera-
en el capítulo primero. Como ya comentábamos allí, las abejas ex- tiva, preparación de hábitats, territorialidad, locomoción bípeda y
ploradoras europeas son capaces de informar a sus congéneres de la organización social, que también posee el hombre. Realizan funciones
localización, distancia y dirección de fuentes alimentarias, mediante cognitivas muy complejas, pero no despliegan, en su vida natural,
danzas complejas realizadas en las paredes del panal o en el suelo ningún sistema simbólico ni código formal que se asemeje al lenguaje
(von Frisch, 1969). Las abejas negras austriacas emplean dos tipos de humano. Es evidente, entonces, que el desarrollo del lenguaje es muy
danzas, dependiendo de la distancia: la danza en círculo y la danza de específico y corresponde a una fase evolutiva posterior a la separa-
coleteo o balanceo, para las distancias mayores. Las abejas italianas, ción, a partir de un ancestro común, de los géneros Hamo, Pan y
con pintas amarillas, usan además, la «danza de hoz» para distancias Carilla, hace más de siete millones de años.
intermedias, y una evidencia favorable a la fuerte determinación ge-
nética de estas danzas es que las híbridas de austriacas e italianas
heredan el tipo de danza que corresponde al fenotipo que muestran. 4.2. La evolución de los mecanismos de habla
A diferencia de lo que sucede en el caso del lenguaje humano, el
estudio de las pautas comunicativas de distintas clases de abejas ha La ~videncia del carácter específico de las facultades lingüísticas es,
permitido establecer una imagen evolutiva bastante precisa de su obviamente, un dato muy importante a tener en cuenta a la hora de
origen y desarrollo. Las especies más primitivas, y con sistemas más enfrentarse al problema de la evolución del lenguaje humano. La
primitivos de organización social, tienen pautas más simples. Por razón es que, si el lenguaje fuera simplemente un efecto de la apli-
ejemplo, la pequeñaabeja sin aguijón de Ceilán (Trigona iridipennis), cación de competencias generales (i.e. no específicamente lingüísticas)
corretea alocadamente después de localizar la fuente de alimento, y · a efectos de comunicación y representación, entonces la tarea de
su movimiento no indica la localización y dirección de éste. La abeja reconstrucción de la filogénesis del propio lenguaje se reduciría a la
enana, cuya organización social es algo más compleja que la de la de determinar, lo mejor posible, el origen evolutivo de tales mecanis-
Trigona, realiza ya una danza ordenada de coleteo, pero -a diferen- mos inespecíficos. Por el contrario, si es posible hablar de una
cia de las europeas- es incapaz de transponer los ángulos que toman «facultad específica» para el lenguaje, y si ésta además depende de
la dirección del sol como eje a otros cuyo eje es la gravedad (con lo adaptaciones biológicas específicas, entonces es preciso reconstruir el
que tienen que realizar siempre la danza en el suelo, y no pueden posible origen evolutivo de ese Órgano específico de lenguaje, al que
hacerlo en las paredes del panal). aluden Chomsky y otros muchos investigadores.
En el caso del género Hamo no existe más que una especie, y ésta Las pruebas indirectas de una facultad específica del lenguaje no
presenta un sistema simbólico muy complejo rodeado, como decía sólo se observan en el hecho de que los antropoides no posean
recientemente García-Albea (1991c), de un «estruendoso silencio» lenguaje, a pesar de compartir con el hombre muchas competencias
evolutivo. Si bien en el caso de las pautas expresivas de emoción y las generales. Hay otros muchos datos favorables a esa hipótesis. Entre

164 165
LA GENESIS DEL LENGUAJE
PSICOLOGIA DEL LENGUAJE. INVESTIGACION Y TEORIA

las limitaciones
producción humanas
del habla se de
p m d emona.. F'ma 1me~te, .los procesos de
estabilidad, gracias a a da t~~iou~:~ t~on . ~ran fld~l.Idad, rapidez y
ellos están los mencionados recientemente por Pinker y Bloom (1990),
en un interesante artículo sobre el origen del lenguaje: ·
fono-respiratorio, que pre;enta r m.~Ie¿ especif~cas del aparato
1) Todas las sociedades humanas poseen lenguajes, con inde-
bre, que no se observan en otropecu.Ian a es especiales en el hom-
E d . s pnmates.
pendencia de su grado de desarrollo tecnológico, y las gramáticas de stas a aptacwnes se relacionan s0 b
la laringe, que es el me · ' r~ to d o, con el hecho de que
tales lenguajes no se ven condicionadas, en su complejidad y grado de
flujo de aire liberado ~~~Il~so i!e
permite convertir en fonación el
posición más baja que en otros : m~nes, ocupa ~n el hombre una
estructura, por ese desarrollo. Por el contrario, son igualmente com-
plejas en todas las lenguas. una secuencia periódica de «sopl~~>a ds. ~a fonacion. se reali~a como
cuerdas vocales en la cavidad l ~ ~ atre, prod~cida al vibrar las
2) Como hemos visto en un apartado anterior, los niños desa-
acomodaciones de la forma ~Ilgea: dtadlcuencia se acompaña de
rrollan sistemas gramaticales complejísimos en un tiempo muy breve,
en una fase crítica, elaborando sistemas gramaticales sistemáticos, a
cavidad oral, lengua etc ) ue e ongitu e ,tracto vocal (faringe,
cías, el cual determi~a la. c~alicfadf~~~~~apdyhn bariante de frecuen-
pesar del carácter asistemático de su experiencia lingüística.
e a la .. ~e ha demostra-
3) Los mecanismos del lenguaje pueden dañarse sin que ello
implique un trastorno de los sistemas cognitivos generales, y puede do que las vocales «nasalizadas» en
abierta la conexión de la cavid d' luya pÍoduccwn se mantiene
supralaríngeo, se discriminan m~ch~sa con e resto del tr~cto vocal
suceder lo contrario: que éstos sean deficitarios en individuos con un
lenguaje fluido y muy estructurado (revisaremos algunas pruebas de
errores de discriminación aument peor que las no nasalizadas (los
ello en el último capítulo). aparatos fono-articulatorios en an e¡tnl u~ 30 y un 50%), y que los
4) Los daños de los subsistemas lingüísticos pueden ser muy
específicos y afectar, de forma discriminatoria, a subsistemas lingüís- relativamente alta (en comparacióque i
drlngd ¡cupa una posición
de nasalizar todos los sonidos v~c~l~ a e a .u to humano), además
algunos de_ ellos, de gran importanc~ IC~s, son mcapacc;s de producir
ticos diferenciados (por ejemplo, en las afasias, como veremos tam-
bién en el último capítulo).
5) Hay numerosas pruebas que indican la existencia de influen- de discnmmaciones y estabilidad d 1 bbtu
~ntnbucwn a la nqueza
«sonidos cuantales», y se correspond a a. 1 estos se les d.enomina
La ubicación de la larin e en uen con .a~, vocales.lal, lzl, lu[ ..
cias genéticas en los retrasos y trastornos evolutivos del lenguaje (y,
en algún grado, en las capacidades lingüísticas diferenciales).
6) Las capacidades lingüísticas se relacionan con el funciona- presenta ciertas desventa¡·as agd t . na P?SICIOn relativamente baja
• 1 • ap attvas SI no se t 'd
cion su Importante papel en el h bl ' oma en consi era-
se obstruya el sistema respirato ~ a: aum~nta la probabilidad de que
miento de áreas cerebrales específicas (como las áreas de Broca y
Wernicke). tos) que pueden hacer peligra~Il con ob]~tos (por ejemplo, alimen-
7) Por último, tanto el tracto vocal como ciertos subsistemas
perceptivos poseen aspectos específicos de diseño, en el hombre, que hombre pueda respirar mientras b
supervivencia, o impide que el
ebe (lo cu~l es posible en otros
parecen relacionarse con una especialización para el lenguaje.
primates). La única función
sistema fono-articulatiorio s:
qle parece servtr esa organización del
-como ya hemos comentad~ aci~na ~o~ .e~ habla, al incrementar
Esta última observación (la de la especialización del tracto vocal
dos estables, haciendo así pos 'bl su mtelÍgibihlda~ y riqueza de so ni-
con un código mu com 1 .I e u~a ata ve ocidad de transmisión
para el lenguaje) ha tenido un valor muy especial en el estudio
«empírico» de la posible filogénesis del lenguaje, por lo que debemos bebés humanos de ~en o p dJo3 y fmamente discriminativo. En los
referirnos brevemente a ella. Como ha destacado Lieberman (1991),
laringe ocupa una osi . s el . meses, y en los otros primates la
producción de habfa (ocw¡ re attva;enre alta, haciendo imposibl~ la
1
el lenguaje humano posee la gran ventaja adaptativa de ser un sistema
que se dan en todos lo; l~n;e~os, h e un habla con las características
simbólico que puede transmitirse a gran velocidad, y con un alto nivel
la posición alta de la larin u~Jes umano~). En el caso de los bebés,
de inteligibilidad y economía de transmisión. Ello se relaciona con
la probabilidad de accide~;e~Iee~e :a vl~taJa a~~ptati~a de ,disminuir
varios aspectos, que implican efectivamente un alto grado de especia-
lización de ciertas competencias lingüísticas: el sistema perceptivo
. frecuentes), pero en los ad lt a a Imentacwn (aun asi bastante
u os paree~ que la evolución opta -si
parece presentar adaptaciones específicas, que facilitan un alto poder
pudiéramos definir su r
~ostes/beneficios- pcfr ~leb~Jeffc~~ diYth mecanilsmo de cálculo de
de discriminación de sonidos de habla transmitidos a gran velocidad,
como veremos en el capítulo dedicado a la percepción del habla.
Además, las capacidades sintácticas permiten organizar estructuras mcrementar el coste que i 1' 1 e abla, aun a expensas de
de conocimiento que incluyen grandes cantidades de información en accidentes en el aparato rems ~ Ica ~ aumento de la probabilidad de
ptratono.
«chunks» o paquetes informacionales muy económicos, y que sortean
167
166
PSICOLOGIA DEL LENGUAJE. INVESTIGACION Y TEORIA LA GENESIS DEL LENGUAJE

En 1971, Lieberman y Crelin presentaron una tesis provocativa y que debió de habitar la tierra en un periodo c~mprendido ent:~
que renovó el interés por el estudio de la filogénesis del lenguaje. En 400.000 y 35.000 años, contados ?esde la act~ahdad, de.sapareciO
un artículo titulado «Ün the speech of the Neanderthal man», probablemente debido a la ausencia de len~uaJe, que 1~ ~I!uaba en
defendían la idea de que el hombre de Neandertal, un homínido de la desventaja adaptativa con respecto al sapzens. El anahsis de un
Edad de Piedra de gran capacidad craneana que desapareció hace prototipo de Neandertal (el fós~l de La Chapelle-aux-SaiJ.?-ts) demos-
unos 35.000 años, no poseía lenguaje. ¿Cómo podían saberlo? Em- tró que los neandertales producian todas las vocales nasalizadas y no
pleando reconstrucciones del tracto vocal de adultos de aquellos podrían emitir JaJ, JiJ, JuJ:
homínidos, demostraban que su laringe ocupaba una posición relati-
vamente alta, semejante a la que se observa en los antropoides La extinción de los homínidos de Neandertal pudo deberse a que carecían de
superiores y en los neonatos humanos, pero no en los adultos habla humana. Como máximo, habrían tenido una comunicación vocal menos
humanos. eficiente -con habla más confusa, y quizá a menor velocidad-. Cualquiera de
estas deficiencias podría explicar su sustitución por nuestros antecesores ... La
Lieberman (1991) ha revisado recientemente los estudios de re-
presencia de un tracto vocal supralaríngeo humano en un hon:í_n~do fosil es un
construcción paleontológica de los posibles mecanismos fono- articu- índice de la existencia de mecanismos cerebrales que permltlnan el control
latorios de los antecesores del hombre, realizados después de aquella voluntario del habla, y la ejecución de las órdenes motoras rápidas que son
primera investigación sobre el hombre de Neandertal. Para compren- necesarias para que se dé el habla humana (Lieberman, 1991, pp. 76-77).
der estos estudios, debemos recordar los hitos principales conocidos
de la evolución humana: Los primeros restos fósiles que suelen
situarse en una línea evolutiva relativamente cercana a la del hombre La afirmación de Lieberman de que los neandertales no serían
datan de alrededor de cuatro millones de años y pertenecen a un capaces de habla humana ha sido cuestionada por otros investigado-
primer género, A.ustrolopithecus, cuyo conocimiento ha aumentado res, como Falk (1975), Dubrul (1977) y Arensburg et af. (1989), dando
mucho en los últimos años. Suelen diferenciarse varios tipos, con lugar a una interesante polémica. E':l todo caso, ~1 metodo empleado
dataciones y estructuras diferenciadas: el análisis de restos fósiles del originalmente por Lieberman y Cr~lm (1971) ha s~d?. de enorme valor
Austrolopithecus afarensis permite situarle en torno al Plioceno (en- para ex~minar, desde la perspe~tlv_a de las p~si_bihdades de habla,
tre cuatro y tres millones de años). Los del Austrolopithecus africa- restos fosiles de otros austrolopitecmos y homimdos, dando lugar _a
nus, que pertenecen ya al Pleistoceno, remiten a un periodo compren- una imagen relativamente clara, aunque muy indirecta, de l~s posi-
dido entre tres y dos millones de años. Los de los australopitecos bles competencias periféricas de habla en los ancestn?s e_volutivos ?el
boisei y robustus se sitúan en fases posteriores, en periodos compren- hombre. Los datos demuestran que los austrolopitecmos poseian
didos entre 2 y 1,2 millones de años. tractos vocales más semejantes a los de los póngidos que al del Hamo
Por su parte, el origen del género Horno se sitúa en torno a dos sapiens. Un cambio importante se produce con el H~mo erectus (hace
millones de años. Se diferencian en él básicamente tres especies: el alrededor de 1.800.000 años), en quese observa un hgero descenso de
Horno habilis (de 2 a 1,5 millones de años), con una capacidad la laringe, que permitiría producir la gama de sonidos de los actuales
craneana de 750 centímetros cúbicos, el Horno erectus, de 1,8 millo- primates no humanos mas cercanos al hombre, y se _r~c~:mstruye la
nes de años a 300.000 años, con una capacidad craneana de 1.000 posible existencia de mecanismos cerebrales que perm~tinan un con-
centímetros cúbicos, y el Horno sapiens, cuyos restos más antiguos trol rudimentario de procesos elementales de habla. Sm embargo, la
datan de unos 400.000 años, y cuya capacidad craneana es de 1.300 transformación decisiva se produce ya con el Hamo sapiens, cuyo
centímetros cúbicos. Los neandertales corresponden probablemente a tracto vocal habría permitido, en las formas más antiguas, generar
una línea diferente de la del horno sapiens, separada a partir de un todos los sonidos de habla, pero con menor estabilidad que la que
ancestro común: el Horno erectus. Todas estas especies se han caracteriza a las reconstrucciones de tractos vocales de fósiles de
situado en el género Horno en razón de consideraciones morfológi- Horno sapiens más modernos (de hace alrededor de 125.000 años co-
cas, pero sucede que en todos los casos han aparecido restos de ellas mo máximo). -
cercanos a formas líticas trabajadas. La competencia cognitiva nece- A partir de estos datos, Lieberman (1991) for~ula la hipótesi~ ,de
saria para la elaboración de tales formas (que implicaba el paso que el lenguaje humano es un producto muy tar~10 de la evolucwn,
decisivo, en la evolución, consistente en fabricar unos instrumentos que habría aparecido en un periodo c~mprendido entre ~90.000 Y
con otros) parace haberse desarrollado, de forma relativamente rápi- 125.000 años, contados desde la actualidad. Esta concluswn se ve
da, hace unos dos millones y medio de años como máximo. corroborada en estudios en los que se han realizado reconstrucciones
La hipótesis de Lieberman (1991) es que el hombre de Neandertal, indirectas no ya del tracto vocal, sino de sistemas neurales implicados

168 169
PSICOLOGIA DEL LENGUAJE. INVESTIGACION Y TEORIA LA GENESIS DEL LENGUAJE

en el lenguaje. Específicamente, se ha estudiado la situación posible fuizá al!?o meno~ compatibles ~on la i~ea de que debieron de existir
(en austrolopitecinos y homínidos) o real (en antropoides) de una ormas Intermedias de lenguaJe, previas a los sistemas complejos
zona cerebral concreta, la junción parieto-temporo-occipital (PTO), a hc~u~les, que con la alte~nativa posible, según la cual 'el lenguaje
la que Geschwind (1965) llamaba «el área de asociación de las áreas .a r~a r~sultado ~e cambws evolutivos muy veloces (en términos de
de asociaciÓn», y que se considera un constituyente fundamental del ~IJ~genesis),. ~~ dieron _lugar a sistemas lingüísticos intermedios. Esta
área de W ernicke, con funciones importantes en el tratamiento del u ~Im~ P.?.sicion ha _sido. bastante popular entre los lingüistas y
lenguaje. Luria (1979) ha comentado la importancia funcional de esta psi~olmgmstas_. ~! «silencio evolutivo» de que el lenguaje se rodea
zona en los siguientes términos: sugiere _la posibihda~ de que fuer~ resultado de un cambio brusco
~ro~ucido en la especie sapiens. Asi, García-Albea (1991c) comenta lo
La comprensión de las construcciones lógico-gramaticales complejas está asegu- sigUiente:
rada por ... sectores del hemisferio izquierdo, en particular por los sectores
parietales inferiores y parieto-occipitales (o zona PTO). Precisamente estas Si ~ubo ru~imentos de una supuesta capacidad de lenguaje antes del Horno
zonas de la corteza, como mostraron muchas investigaciones, garantizan la saprens sapzens, no parece que tuviera ningún efecto en la vida y el desarrollo de
orientación en el espacio y son el fundamento para la creación de esquemas sus antepasados. ~ p~rtir de ~l, sin embargo, sería difícil dar cuenta de sus
simultáneos complejos, organizados de acuerdo con el espacio interno. Estos l~gros culturales.' tecmc?s, soctales y artÍsticos, así como del ritmo vertiginoso
esquemas están en la base de las operaciones con relaciones lógico-gramaticales
(p. 128).
r que. se produjeron, Sin suponer que estuviera implicada una capacidad de
enguaJe fundamentalmente similar a la nuestra (p. 32).

En el cerebro de los póngidos, la organización del lóbulo parietal d En efec~o, los. datos paleontológicos y la historia social y cultural
excluye la posesión del PTO. Falk (1980 a y b) ha sugerido que esa e 1a especie sapze:zs sapiens sugieren que su aparición coincidió con
misma carencia se observa en los austrolopitecinos, pero no en el u,n I:rogreso tecmco Y cultural muy rápido en relación con los
Horno habilis. Ello deja abierta la posibilidad de que existieran en los termmo; t~mporales de la ~volución _(tal como el que se ha producido
homínidos antiguos formas primitivas de lenguaje, con niveles de en lo~ ultimas 100.000 a~os de existencia del horno sapiens, y en
complejidad inferiores a los que poseen las lenguas actuales. Los especial e~ los transcurndos desde la aparición de las primeras
datos indirectos que provienen del estudio de la posible organización formas agn~olas, hace unos diez mil años) que pudo estar estrecha-
cerebral de los homínidos sugieren que el desarrollo de formas ~e~te re.laci~D:ado con 1~ evolución de uno o varios lenguajes:
complejas de habla (funciones ligadas al desarrollo del cortex motor cod~g.os Simbohcos con:pl~Jos, capaces de transmitir estructuras pro-
cercano al área de Broca y asociadas a cambios en la morfología posic.wnales de conocimiento mediante estructuras combinatorias
orofacial), que implicarían actividades también complejas de ca-arti- obedientes a reglas. Tal es códigos permiten establecer distinciones
culación, fue mucho más tardío y sólo se habría dado hace alrededor con_ceptuales entre. categorías ontológicas básicas (objetos, sucesos,
de 400.000 años, con la aparición del Hamo sapiens. ~cc10nes, luga~es, tie~pos, modos, etc.), hablar acerca de los estados
Las hipótesis de Lieberman (1991) y Falk (1980a) relacionan la mternos propiOs Y. aJenos, . formular diversas clases de relaciones
aparición y el desarrollo del lenguaje con desarrollos de estructuras (causales, adversativas, ~OnJuntivas, etc.), expresar distinciones de
cerebrales y competencias de control motor vinculadas inicialmente valor ~e. verd~d, modalidad (necesidad, posibilidad, factividad) y
al manejo manual y la manipulación de instrumentos. Para Lieber- transmitir sutilmente int~nciones entre congéneres. Todo ello les
man, la evolución de capacidades cognitivas generales, de pensamien- otorga_ un va.lor adapt_a~I:VO enorme (Pinker y Bloom, 1990). El
to y solución de problemas, habría sido más una consecuencia que un lenguaJe permite transmitir de unas generaciones a otras conocimien-
requisito de la propia evolución del lenguaje, y ésta se habría produci- tos e~borados, Y así adquirir experiencia por vía indirecta «de
do en relación con preadaptaciones que inicialmente se relacionarían segun a m_ano», Y de forma enormemente económica. La evol~ción
con funciones de control manual, pero que pudieron desarrollar de 1 lenguaJe pudo _ser, así, un requisito básico para el desarrollo
posteriormente funciones de control fino y rápido de respuestas cu 1tural de la especie.
musculares implicadas en el habla. Todo este proceso habría sido f ¿Qué mecan~s~os evolutivos pueden explicar el desarrollo de las
tardío y relativamente abrupto o súbito, en términos evolutivos. ac~l~ades esp~c~~Icas necesa~ias para poseer un lenguaje? A pesar de
En suma, los exámenes de hallazgos paleontológicos hacen plausi- le:_ VIeJa prohibicwn ~e la Sociedad Lingüística de París, en los últimos
ble la hipótesis de que el lenguaje es un desarrollo evolutivo reciente anos se ha pro?ucido una renovación del interés por formular
(probablemente no anterior a un periodo de hace 400.000 años) y son modelos explicativos de la posible evolución del lenguaje, capaces de

170 171
PSICOLOGIA DEL LENGUAJE. INVESTIGACION Y TEORIA LA GENESIS DEL LENGUAJE

despejar, al menos en parte, ese gran enigma de la evolución humana. otorgar un papel importante a las exaptaciones y enjutas, y más
Revisaremos brevemente esos intentos explicativos, con el fin de limitado que el anteriormente atribuido a los mecanismos de selec-
brindar una idea de la situación actual de las explicaciones sobre el ción natural de las variantes adaptativas de las especies. Estos serían
origen del lenguaje. importantes para explicar el des~rro!lo d~ Órganos fu~cionales pre-
viamente definidos, pero no exphcanan bien los cambiOs repentmos
4.3. Factores explicativos de la evolución del lenguaje ni la formación de órganos funcionales nuevos en el transcurso de la
evolución de las especies. En esta imagen, la evolución no se concibe
Varios investigadores de gran influencia en lingüística (Chomsky, como gradual y continua, sino como relativamente discontinua:
1988) y en el estudio de la evolución animal (Gould, 1987a, b) han su- comprendería fases largas de relativa estabilidad, seguidas de otras
gerido que el origen del lenguaje no puede explicarse sólo mediante con cambios importantes y súbitos (en términos evolutivos), que
el modelo clásico de selección natural de la teoría de la evolución. tendrían una significación importante en la formación de nuevas
Algunos de los defensores de esta perspectiva formulan la hipótesis de especies (Gould y Eldredge, 1977). El propio lenguaje habría jugado
que el lenguaje podría tener su origen en efectos colaterales de un papel decisivo en la «especia~iÓn» del hombre, es. decir, en su
preadaptaciones evolutivas relacionadas con funciones completamen- definición como especie diferenciada. En esta nueva Imagen de la
te alejadas de las que cumple el propio lenguaje. Un ejemplo, que evolución, que se elabora en la teoría de los «equilibrios ~untualiz~­
puede servirnos para comprender esta posición, es el de la evolución dos», el lenguaje tiende a encajarse como pr?,ducto e~o,luttvo, r~lati­
del área parieto-témporo-occipital (PTO), a la que nos hemos referi- vamente repentino, de procesos de exaptacwn y qmza de «enJutas
do anteriormente al hablar de la evolución en austrolopitecinos y biológicas» es decir de mecanismos desarrollados originariamente
homínidos de estructuras neurales que finalmente se hicieron respon- con una fu~ción no-lingüística, o sencillamente sin ninguna función,
sables de funciones lingüísticas. Wilkins y Dumford (1990) sugieren como resultantes de los «intersticios» biológicos creados por otros
que fueron las presiones evolutivas relacionadas con la bipedestación, desarrollos. Ya hemos visto que Philip Lieberman (1991), que es uno
la lateralización, el uso de las manos y las destrezas óculo-manuales de los especialistas más reconocidos en el estudio de la filogénesis del
relacionadas con el empleo de instrumentos las que se relacionaron lenguaje, defiende este tipo de imagen: inicialmente el lenguaje resul-
con el desarrollo de regiones cerebrales específicas responsables de taría de preadaptaciones relacionadas co~, el control ~~nual !?ara el
pautas de control motor fino y retroinformación somatosensorial. El manejo de instrumentos, de las que surgtna una «funcwn denvada»
desarrollo de estas regiones pudo establecer condiciones necesarias que llegaría a ser finalmente decisiva para la. definición de la especie:
para la evolución del lenguaje, pero no se realizó inicialmente en el propio lenguaje. Tal imagen se acomoda bien con algunos aspectos
relación con esa evolución. que deben, tomarse en consi~eración en, el. análisi~ de la eyolución .del
El recurso a ese tipo de explicación evolutiva, a la que se de- lenguaje: esta pudo ser relativai?ente .rapida, y sm fa~es mterme~Ias,
nomina exaptación, permite dar cuenta de la aparición de Órganos produciéndose como un salto discontmuo desde un mvel muy baJo a
(mentales o físicos) nuevos, partiendo del supuesto de que ciertos otro muy alto de complejidad del. código. .
desarrollos, relacionados con una cierta función (a), pueden definir Sin embargo, recientemente, Pmker y .~1oom (1990) .han cuestiO-
una nueva función (b), no relacionada con la inicial. Un ejemplo de nado esa imagen discontinua de la evolucwn del lenguaJe, reclaman-
ello es el proporcionado por el desarrollo de las alas en las aves, que do de nuevo el papel que pudieron tener 1?; mecanismos clásic?s y
tuvieron en principio una función termorreguladora, mucho antes de graduales de selección natural en esa evolucwn. Su argumento pnnci-
emplearse para el vuelo. Otro es el de la aleta posterior de las pal es que el lenguaje se caracteriza por.roseer un diseño .~omplejo
ballenas, que es un desarrollo de la cola de los vertebrados. Por otra que tendría que ser producto de la seleccion natural, aseme)andose a
parte, hay rasgos que se desarrollan en virtud de meras constricciones otros «Órganos» con un diseño también complejo y muy eficazmente
estructurales de las especies, sin poseer en principio ninguna función adaptado a su función (como los sistemas vi~uales o los me~anisJ?OS
adaptativa directa, pero que adquieren luego una función derivada. de cómputo visual) cuyo desarrollo debe explicarse por el refmamten-
De forma semejante a las enjutas arquitectónicas (los espacios trian- to progresivo posibilitado por la selección natural.
gulares formados por la unión de dos arcos), subproductos arquitec- El argumento de Pinker y Bloom (1990) es que muchos rasgos
tónicos que los artistas empleaban para funciones decorativas, habría complejos de diseño del lenguaje son especialmente funcionales para
también «enjutas evolutivas» -spandrels-, que serían subproductos cumplir la función que efectivamente posee el lenguaje, a saber, la de
biológicos de la evolución que tomarían funciones adaptativas. comunicar estructuras proposicionales (ideas capaces de ser verdade-
La imagen que ofrecen de la evolución algunos teóricos tiende a ras o falsas, y que predican algo de algo). El lenguaje no sólo «dice

172 173
PSICOLOGIA DEL LENGUAJE. INVESTIGACION Y TEORIA LA GENESIS DEL LENGUAJE

algo», sino que dice <<algo de algo»: Es~ función pred~cativa, que ya La variación genética de las competencias gramaticales y lingüísti-
señalaba McNeill (1970) como pnvanva del l~nguaJe human?~ se cas está ampliamente documentada (por ejemplo, Lenneberg, 1967,
cumple de una forma muy eficiente con ese sistema comJ?OSitlvo, muestra que ciertas incapacidades específicas del lenguaje constituyen
compuesto de unidades simbólicas. discretas, que es el lengua,1e. En la rasgos dominantes, parcialmente ligados al sexo y de penetración casi
perspectiva que nos presentan Pmker y B.loom, el lenguaJe es un completa, y Gopnik, 1990, ha descubierto una deficiencia familiar
sistema especialmente diseñado para cumplir, de ma~era. sumamente específica y selectiva que afecta al empleo de rasgos morfológicos,
eficiente, su función específica fundamental: comumcar Ideas. tal~s .co~o el género, número y tiempo, en los usos lingüísticos; esta
El siguiente aspecto del argumento es que los pr.ocesos de sel.e,c- deficiencia parece depender de un gen dominante). Sin embargo, el
ción natural son los únicos realmente capaces de explicar la evolucwn argumento de que ciertos cambios en la gramática podrían haber
de los sistemas de diseño complejo, tales como cirtos sistemas percep- conferido ventajas reproductivas en fases intermedias de la evolución
tivos animales o el propio lenguaje: del lenguaje se presta a una crítica que no parece fácil de resolver
(Geschwind, 1980): los individuos con nuevos rasgos o mecanismos
El punto esencial es que ningún proceso físico que no sea la selección natural lingüísticos (los innovadores potencialmente más adaptables) no po-
puede explicar la evolución de un Órgano tal como el ojo. La razón de ello es drían ser comprendidos bien por sus congéneres. Esta observación
que las estructuras capaces de hacer lo. que el ojo hace ir_nplican disposi~iones de plap.t~a la ~osible paradoja de que la evolución gradual del lenguaje
la materia que son extremadamente Improbables. La mmensa mayona de los sena Imposible, puesto que todo aumento de complejidad del sistema
objetos definidos por las reordenaciones biológicamente posibles de la materia lingüístico produciría la desventaja adaptativa de dificultar la comu-
son incapaces de enfocar una imagen, modular la cantidad de luz, responder a nicación entre los que la emplearan ex novo y los conservadores de
la presencia de bordes y claves de profundidad, etc. (1990, p. 710).
l?s códigos anteriores más simples. De este modo, cada paso progre-
sivo en el aumento de la complejidad del código lingüístico habría
Esa misma observación puede hacerse con relación a un sistema sido eliminad?, en el proceso de selección, por el hecho de suponer
diseñado de forma tan compleja y delicada para su función como es una desventaJa adaptativa para los usuarios de las formas más
el lenguaje. Es muy improbable que un collage. relativame~te ale~to­ complejas del código.
rio de «enjutas biológicas» y exaptaciones pudiera producir un siste- Dan Sperber (1990) ha ofrecido una solución interesante a esta
ma como ése. Es cierto que el lenguaje implica también componentes «paradoja de la evolución gradual del lenguaje», que se basa en un
arbitrarios, que no parecen depender de sus exigencias funcionales, análisis profundo de las funciones que el lenguaje cumple. A diferen-
pero éstos se explican, en el modelo de Pinker y Bloom (1990), por el cia de lo que sucede con otras capacidades cognitivas (como las de
hecho de que las constricciones biológicas (y, por. a~í. decirlo, «i~~a­ categorizar colores o reconocer rostros), cuyo desarrollo permite la
tas») del lenguaje dejan un amplio campo a la posibilidad de deciSIO- elaboración de dominios de información previamente existentes en el
nes arbitrarias alternativas, que serían explotadas por los diferentes medio, la capacidad lingüística se refiere a un dominio específico de
lenguajes naturales, con la única condición funcional de ser co.mp~rti­ información que parece inicialmente vacío, y que se llena sólo en la
das por las comunidades lingüísticas, posibilitando la comumcaciÓn. medida en que se desarrolla una comunidad de usuarios de un
La suposición de que el lenguaje es un resultado de la selecci?n lenguaje, es decir, de un código compartido. Ello haría efectivamente
natural no exige sólo que sea un sistema diseñado con una especial imposible la evolución, a no ser que el dominio de información
eficiencia con respecto a sus funciones, sino que conlleva también preexistente no estuviera, en realidad, vacío, sino lleno de algo. ¿Cuál
otros supuestos: 1) para darse esa evo~ución, un. requisit? i~~is:pensa­ es ese dominio informacional al que remiten los actos lingüísticos y
ble sería la variación de competencia gramatical (y lmgmstica en que estaría lleno (y no vacío) incluso antes de la constitución de tales
general) entre los individuos, 2) la evolución. sería gradual, y co,n~en­ actos en códigos complejos? Sperber propone que ese dominio es el de
dría niveles intermedios (definidos, por eJemplo, por gramaticas las inten_cion.es que se hacen manifiestas en la comunicación y que
menos poderosas y complejas que las que caracterizan a los lenguajes P.ueden mferzrse de ella, incluso antes de codificarse por medio de un
actuales), 3) los rasgos lingüísticos asignados a la selección natural Sistema complejo como es el lenguaje:
deberían haber conferido ventajas adaptativas a los hablantes, y
ventajas suficientes como para haberse expresado en las probabili.da- Con relación a la afirmación de que la comunicación requiere un código,
des reproductivas de los antecesores del hombre, y 4) se reqmere nosotros diferenciamos el «modelo de código» del «modelo inferencia!» de la
tiempo y «espacio de genoma» de separación suficiente entre los comunicaciÓn». La comunicación inferencia! se logra en la medida en que un
primates no lingüísticos antecesores del hombre y éste. comunicante hace evidente su intención de informar a su audiencia de algo, y en

174 175
PSlCOLOGIA DEL LENGUAJE. INVESTIGACION Y TEORIA LA GENESIS DEL LENGUAJE

que la audiencia infiere la intención del comunicante a partir de la evidencia cwn parecen ser tan específicas de nuestra especie como lo es el
que éste proporciona. Argüimos que la comunicación es posible, incluso en propio lenguaje. . .
ausencia de un código, entre organismos que tienen la suficiente capacidad Las consideraciones anteriores nos llevan a situar el curso posible
como para atribuirse mutuamente estados mentales (p. 757). de la evolución del lenguaje en el marco de lo que el filósofo Dennett
(1991) ha llamado «la estrategia intencion~~». Esa noción expres~ la
El comentario de Sperber es importante porque permite elaborar tendencia fundamental en el sistema cogmtivo humano, a predecir y
la reflexión de que la evolución gradual de un código lingüístico cada explicar 1~ conducta de los c~~géneres sir~iéndose d~ UJ.?- instru_me~to
vez más complejo sólo fue posible gracias al desarrollo previo de una psicosocial muy poderoso y uttl, que consiste. en atnbu~r y at~Ibmrse
especie mentcilista, cuyos miembros no sólo eran capaces de poseer creencias y deseos, es decir, estados mentales m ternos e mtencion~les.
intenciones y estados de conocimiento, sino de atribuírselos unos a Todo el sentido del lenguaje se basa en el empleo de esa estrategia, y
otros. El dominio informativo sobre el que se constituyó inicialmente sus funciones no pueden comprenderse sin ella. Algunos filósofos del
el desarrollo del lenguaje fue el proporcionado por un rico mundo de lenguaje han propuesto la idea de que un requisito importante para el
intenciones y estados mentales compartidos antes del lenguaje, pero desarrollo del lenguaje es la posesión de una intencionalidad de tercer
que éste definiría de forma mucho más económica, precisa y elabora- orden, es decir, la capacidad de «atribuir a otros estados mentales _que
da que las formas de comunicación más elementales -y previas al se refieren a su vez, a los estados mentales propios>> (... algo semeJan-
lenguaje-- tales como las consistentes en señalar. objetos para com- te a «yo sé' que él sabe que yo sé que ... »). Esta capacidad proporciona
partir la experiencia acerca de ellos, emitir vocalizaciones «de inte- ventajas adaptativas enormes a los que la poseen. Les hace capaces de
rés» con relación a esos objetos, etc. predecir, con mucha finura, la conducta de los congéneres y de
reconocer cuándo son engañados. Les hace además capaces de en-
La comunicación lingüística --dice también Sperber- proporciona, de forma gañarles y de evitar ser engañados, y de obtener beneficios en si-
automática y modular, pruebas mucho más ricas y sutiles de las intenciones de
los comunicantes que la percepción de las conductas comunicativas no codifica-
tuaciones de intercambio social.
das. En otras palabras, las emisiones lingüísticas implican menos esfuerzo Algunos investigadores han propuesto recientemente la ~ip_ótesis
mental y permiten obtener efectos mucho más ricos, y por consiguiente más de que los mecanismos cognitivos responsables de la estrategia mten-
relevantes, que las formas no codificadas (ibídem). cional (y, de forma indirecta, del «cÓmputo funcional» del lenguaje)
podrían ser tan específicos y tan diferenciados de otros pro~esos
La solución a la «paradoja de la evolución del lenguaje» que cognitivos de carácter general como los responsables del tratamiento
propone Sperber ofrece una imagen de la evolución filogenética del de las estructuras y códigos del lenguaje (Cosmides, 1989; Cosmides y
lenguaje que es muy compatible con un amplio conjunto de datos Tooby, 1987). Otros sostienen la idea de que esos mecanismos -a los
sobre su desarrollo en la ontogénesis, y que se corresponde con la que podríamos llamar «mecanismos de asignación de intenciones.»-
perspectiva funcionalista que hemos definido a lo largo de este ca:- constituyeron prerrequisitos evolutivos del desarrollo de los códigos
pítulo. Tanto en la filogénesis como en la ontogénesis, sucede que, si simbólicos del lenguaje (Premack, 1990). Del mismo modo que la
bien el lenguaje establece una discontinuidad estructural fundamental complejidad de los códigos simbólicos de las abejas se corresponde
con respecto a otras formas prelingüísticas de comunicación (discon- con la complejidad de su organización social, o que la combinatoria
tinuidad que se acentúa adecuadamente en los planteamientos forma- expresiva de los primates es un reflejo indirecto de esa complejidad,
listas), parece implicar, al menos inicialmente, una cierta continuidad así también el lenguaje humano sólo pudo desarrollarse en una
funcional con relación a ellas. Antes de usar el lenguaje, los niños son especie social, cuyos miembros se interpretan la conducta de forma
capaces de emplear formas comunicativas que a) tienen la finalidad recíproca y mentalista, se perciben mutuamente como llenos de
de modificar el estado mental de otros, y no sólo de regular inmedia- intenciones, se enseñan (es decir, desarrollan una pedagogía explíci-
tamente su conducta o conseguir cosas, b) transmiten con mucha ta), se atribuyen rasgos personales diferenciado res y se intercambian
precisión intenciones a otros, y e) parecen basarse en una atribución bienes (Premack, pp. cit.).
rudimentaria de «mente» a los congéneres que les rodean. No es La hipótesis de la continuidad funcional, a lo largo de la evolu-
desdeñable la idea de que algunos homínidos preverbales fueran ción, entre el lenguaje y otras pautas simbólicas y comunicativas
también capaces de emplear formas declarativas de comunicación (a menos complejas ha sido elaborada por Bates (1979) y Bates y
las que nos referiremos más ampliamente en el próximo capítulo), y MacWhinney (1990). Para ellos, el lenguaje posee, en efecto, aspectos
poseyeran una cierta capacidad de atribución de estados mentales e arbitrarios desde el punto de vista estructural, pero no funcional, y
intenciones a sus congéneres. Esas formas declarativas de comunica- «puede considerarse como una maquinaria nueva, creada a partir de

176 177
LA GENESIS DEL LENGUAJE
PSICOLOGIA DEL LENGUAJE. iNYESTIGACION Y TEORIA

«derivadas» en pri~cipio pero cada vez más dominantes. Los compo-


varios componentes cognitivos y sociales que evolucionaro.n inicial- nentes formales umversales y ar.bitrarios del lenguaje parecen impli-
mente al servicio de funciones sociales completamente diferentes» car, en efect~, un ~~lto evolutivo que produjo una capacidad sin
(Bates, 1979, p. 31). De este modo, Bates trata de acornad~~ la pre~~dente~ ftlogeneticos. Per<? el refil!amiento de esta capacidad
hipótesis de la continuidad funcional con ~1 model'? de exaptacwn Y deb10 relac10~~rse con sus. ~~vias venta)~S ~daptativas, en los proce-
enjutas evolutivas al que nos hemos refendo antenormente. so.s de formacwn Y transmiswn de conocimientos e intenciones en los
miem~ros de nuestra especie. El lenguaje pudo contribuir a situar a
los miembros de la especie sapi~ns sapiens, 0 de alguna de sus
5. EVOLUCION Y FUNCIONES DEL LENGUAJE antecesoras, en una espiral evolutiva que condujo finalmente a una
nueva forma de evo}u~IÓn, la posibilitada por el desarrollo tecnológi-
·Evolucionó el lenguaje gradualmente o fue el resultado de un cambio co Y cult.u~a~., Este ultimo desarrollo tiene implicaciones importantes
~volutivo relativamente súbito?, ¿su evolución siguió el curso de la en la defimcwn del. me~io human?, del u.mwelt del hombre: hace que
selección natural o fue resultante de preadaptaciones, exaptaciones Y Y~ .no sea un medw ft1~ o pre-fiJado, smo abierto, sin límites pre-
enjutas biológicas? Es probable que nunca lleguemos a tener una visibles. Es el h~mbre mismo. el que define, en su evolución cultural,
respuesta completa para estas preguntas, q?-e form.~n p~rte, ~el con- aspectos sustaJ:?ti.v?~ del medw en el que vive.
junto de cuestiones más inaccesibles a la mdagacwn cientiftca que P.ar~ la. defmicwn de est~ n:edio, el. lenguaje cuenta con ventajas
puedan formularse acerca .~el lenguaje. ~o cierto e~ que el desarrollo de dis.eno Im~ort.a~te~: su diseno permite definir un número infinito
evolutivo del lenguaje deb10 de ser relativamente rari~O, en la esc~l.a de un.Ida?e~ sigmftcatiVas y se hace capaz (gracias a mecanismos de
temporal de la evolución (como es relativam~12te rapida su adqmsi- c~mbw l~~IC? Y construcci.ón morfosintáctica) de expresar también el
ción en la escala temporal del desarrollo del ~uno): P,robable:?ente se num~ro Ilimitado. de realidades potenciales del medio humano. Se
produjo en un periodo no superior a~ me,d~o millon de ~n?s, que convierte en .un sistema que permite no sólo describir lo real sino
resulta muy breve para un sistema sim~ohco con u~ codigo tan pens~r lo posible hast~,límites que no serían posibles sin ese poderoso
complejo y eficiente como el que caractenz~ al lenguaJ,e .. medw de representacwn.
En último término, la evolución relativamente rapid~ de ese ~a reducción de 1~~ funciones del lenguaje a los efectos que
órgano mental específico ,que es elle~g~aje s?lo r~ede exphcarse ~n P,udiera t~ner ~~ ev?}ucwn en e~ medio externo del hombre constituí-
virtud de que la posesion de un codigo simbohco. tan compleJO na _una simphftcacw~. En reahdad, las funciones tangibles del len-
reportara ventajas adaptativas tangib.les a ~~s usuan?~· Tales ven- gua]~ (sobre. el med~o exter~o) se ejercieron, y ejercen, de forma
tajas son fáciles de ver en una consideracwn superftci~l: el nuevo ~edia~a gracias a la mf~u~ncia del lenguaje, mucho más intangible e
sistema «diseñado» para comunicar estructuras proposici.onales (es mmed1~ta, sob~e el med10 mte.r;10 y cognitivo ~el hombre. El lenguaje
decir, ideas) hacía capaces a sus miembro~ de 1) compartir la expe- no es sol~ un sistema de r~lacwn con _los demas, sino que lo emplean
riencia personal, 2) transmitir la experiencia a.cumulada por la. espe- sus usuanos. para «comumcarse consigo mismos», definiendo así un
cie, 3) regular la acción conjunta de forma dehcada y coopera~Iva, ~) plano reflexivo .Y m.etacognitivo de conciencia, que modifica esencial-
categorizar la realidad en planos inaccesibles a .las ~species. sm mente la expenencia humana y el «modo de ser» del hombre.
códigos discretos, y 5) realizar inferen~ias deductivas, maccesibles _De este, modo, el lenguaje modifica el medio interno del hombre y
también (al menos en sus formas mas elaboradas) a esas otras defme, en ~1, un ~uevo plano que probablemente no se encuentre en
especies. 1 "d d otras especies ammales: el plano de una conciencia, por así decirlo,
Probablemente, la relación entre el desarrollo de la comp. ep a «?e segundo or~~n», q.ue posee una estructura semiótica, permit~
social, o la estrategia intencional, por una parte, y el lenguaJe, por mvel.es ~e reflexivid~d sm precedentes, y consiste en procesos autoco-
otra, fue de carácter dialéctico y no fue directa. El des~rrollo ?~1 mumcativos: .A partir de esta adquisición compleja, el mundo huma-
propio lenguaje permite realizar f14:nci?,nes nf!evas, .Y no sol<? ~~phci­ no se modifica por completo .. Ese proceso de modificación, que
tar las funciones previas de comumcacwn de mten~wnes posibihtadas conduce ~esd~ las formas expresivas y comunicativas más elementales.
por el desarrollo social y comunicativo d~ la especie: De e~te modo, el a la co.~ciencia ~eflex~va, se produce en el desarrollo ontogenético de
lenguaje pudo originarse, de forma relativam~nte discontmua Y ~rus­ cada mno, Y esta mediado por el lenguaje. Es necesario comprender el
ca (como defienden Chomsky, Gould y Lieberman), a ~artir de proc~so para ~oder comprender, en profundidad, l~s funciones que el
exaptaciones o preadaptaciones, ligadas inicialmente a funcwnes. ~o propiO lenguaJe cumple. A ello dedicaremos el proximo capítulo.
comunicativas, y luego refinarse a través de procesos de selec~I~n
natural, vinculados a funciones comunicativas y de representacwn,
179
178
Capítulo 5

LENGUAJE Y SIMBOLOS: LA DIMENSION FUNCIONAL

l. INTRODUCCION

Como hemos visto en el capítulo anterior, la explicación de la


evolución en el hombre de un sistema simbólico tan complejo y
específico como el lenguaje exige una consideración detenida de las
funciones que el lenguaje cumple. En realidad, esa consideración
forma parte inevitable de la perspectiva psicológica de estudio del
lenguaje, desde el momento en que lo que caracteriza al enfoque del
psicólogo es precisamente la investigación del lenguaje como activi-
dad. Al psicólogo no le interesa, en principio, el lenguaje como algo
ya hecho, como una mera estructura inerte, sino precisamente el
lenguaje en su proceso de hacerse por parte de alguien. Con indepen-
dencia de que describan ese «proceso de hacerse» empleando un
vocabulario exclusivamente conductual, o con términos mentalistas y
expresiones intencionales, o de que lo definan en términos cognitivos,
mediante nociones de cómputo simbólico o transacciones en redes
conexionistas (cfr. capítulos 3 y 4), los psicólogos se ocupan de las
actividades humarías de construcción del lenguaje y, en el enfoque
dominante, de los cimientos cognitivos y las facultades mentales en
que éstas se asientan. Precisamente de ahí se deriva la importancia
histórica que tuvo la definición del lenguaje, por parte de Wilhelm
von Humboldt, como enérgeia, como potencia activa, y no como
ergón, es decir, como producto terminado y estático. Ya nos referi-
mos, en el capítulo tercero, a la trascendencia histórica de esa forma
de considerar el lenguaje.
Ahora bien, ese modo peculiar que tiene el psicólogo de mirar el
lenguaje (ese estilo consistente en ver el lenguaje en su uso) le
compromete inevitablemente con la necesidad de dar cuenta de la
naturaleza funcional de la actividad que realizamos los humanos
cuando «significamos» o «queremos decir algo» en la producción, o

181
PSICOLOGIA DEL LENGUAJE. INVESTIGACION Y TEORIA LENGUAJE Y SIMBOLOS: LA DIMENSION FUNCIONAL

cuando desciframos ciertos signos, y les asignamos significados, en la todo resultaría incomprensible: ¿Por qué contesta el segundo interlo-
comprensión del lenguaje. ¿Para qué hacemos los humanos algo, tan cutor al primero que «le duele terriblemente la cabeza», y no «SÍ» o
complicado como el lenguaje? Ya hemos co~entado en el capitul.o «n~», .cuando lo que preguntaba el otro era si quería ir al cine?, ¿por
anterior -y veremos a lo largo de todo este h?ro- que el l~J?-guaJe que dice que se le pasa la jaqueca, ante el enunciado de creencia de
implica la actividad integrada, compleja y parcialme~te especifica de que, A~a ta?Jbién ir~ ,al cine?, ¿qué sentido tiene el adjetivo «pillÍn» en
subsistemas funcionales que, en parte, son exclusivos de nuestra la ultima mtervencwn? Parece que, en esa breve conversación el
especie. ¿Qué funciones cumple esa actividad? . leng?~je se ei?plea p~ra alg~ má~ que para transmitir las ideas ~ue
Como señalan Pinker y Bloom (1990), el lenguaJe prese~ta. el explicita a pnmera vista. Mas aun, parece como si algunas de esas
aspecto de un diseño muy elabora.do que cumple, ~on ~ran eficacia, ideas sólo se utilizaran como vehículos para definir, ante el interlocu-
una determinada finalidad adaptativa: la de comumcar Ideas. Pero la tor, intenciones, partiendo cada interlocutor del supuesto de que el
mera observación trivial de que el lenguaje atiende a la función de otro será capaz de inferir dichas intenciones a partir del procesamien-
comunicar ideas no resulta suficiente para el psicolingüista. Es nece- to de las ideas. Probablemente, el propio lector haya realizado
sario definir qué significa y qué impl.ic.a esa. fun~ión esencial. . ~1 algunas inferencias bastante complejas al leer la conversación ante-
análisis de las consecuencias y presuposiciOnes mclmdas en la nocwn rior: inferencias tales como que uno de los interlocutores sentía cierta
del lenguaje como sistema diseñado para comunicar ide~s es ne- debilidad por Ana.
cesario para alcanzar una visión más profunda de las funciOnes que De este modo, el análisis de las funciones del lenguaje debe partir
del hecho de que, junto al significado literal de las emisiones, que
tiene. puede identificarse con «las ideas» que éstas contienen explícitamen-
Las preguntas sobre las funciones del lenguaj.e son, sin embargo,
de una engañosa simplicidad aparente. En ~eahdad son ~uy. com- te, h.ay un significado intencional que, en muchas ocasiones, no se
plejas. Ello se debe, en primer lugar, a la ambig~edad y pohse~Ia con refleJa de manera directa en lo que se dice, sino que exige la
que suele utilizarse en psicolingüística ~a nociÓn de «~unciOn», Y realización de inferencias que conducen desde las proposiciones
también al hecho de que tales preguntas tienda~ a .c,on?ucir, .de forma enunciadas a las intenciones sugeridas. En los usos lingüísticos, es
casi inevitable, al empleo de un plano de descnpc10~ mtencwnal (?el frecuente que las proposiciones sean, en realidad, formas sutiles de
que ya hablábamos en el capítulo segundo) qu.e tl~ne su~ p~~pias expresar las intenciones de manera indirecta. El· hecho de que los
dificultades para hacerse compatible con las exphcacwnes cientlficas: hablantes se comprendan mutuamente en una conversación como
¿qué sentido preciso, y en términos científicos, puede da.rse por la del ejemplo 1 nos permite intuir fácilmente un conjunto de afir-
ma~iones que son esenciales para comprender las funciones del len-
ejemplo a la afirmación de Pinker y Bloom de que el .leng~aJe es un
sistema diseñado, por la selección natural, para comumcar Ideas o, lo guaJe:
que significa lo mismo, «estructuras proposicionales»?
Probablemente nos baste con un análisis inicial y somero de esa 1) El lenguaje actúa, en primer lugar, sobre conjuntos de ideas,
creencias, deseos e intenciones. Es decir, sobre los mundos internos y
afirmación para darnos cuenta de la complejidad q?e contien~ .P?r
debajo de su aparente simplicidad. V ~am?s, para. reahzar ese anahsis, los contextos cognitivos de las personas. La influencia mediata que
pueda tener en el mundo humano está mediada por esa función
la breve conversación (nada extraordmana) del eJemplo 1:
esencial, que consiste en modificar mundos mentales.
2) Los usuarios competentes de un lenguaje demuestran, conti-
1. -¿Quieres venir al cine? nuamente, que saben -en un cierto nivel, que no implica necesaria-
-Me duele terriblemente la cabeza.
-Creo que Ana vendrá con nosotros.
mente un saber consciente- que actúan sobre los mundos internos
-Mmmm ... creo que se me va pasando la jaqueca. de sus interlocutores. Además saben que sus interlocutores son
- ... ¡pillín!
capaces de hacer lo mismo. Por tanto, los interlocutores competentes
poseen ese nivel de intencionalidad consistente en tener procesos
No hay duda de que, a lo largo de toda la con~ersacwn 1, los mentales acerca de los procesos mentales de otros y saber que éstos
interlocutores están haciendo algo más que comumcar est:ucturas pueden versar sobre los propios, al que denominábamos en el capítu-
proposicionales (o ideas) al desnudo. Sin? se separa un pl~?o hteral de lo anterior «intencionalidad de tercer orden» (también podríamos
significado de otro intencional o ~retend~d.o, la conversacwn carece ~e hablar de «intencionalidad recursiva», empleando el concepto de
sentido. Para un procesador que solo codificara las estru~tur~s l?.~ol?osi­ recursividad en un sentido muy lato).
cionales (las ideas) transmitidas literalmente en los mensaJeS hngmsticos, 3) Al emplear el lenguaje en una interacción tan sencilla como

182 183
UNIVERSIDAD DE ANTIOQUIA
fliRLIOTECA CENTRAL
PSICOLOGIA DEL LENGUAJE. INVESTIGACION Y TEORIA LENGUAJE Y SIMBOLOS: LA DIMENSION FUNCIONAL

1)? los interlocut<?res ponen en juego un amplio conjunto de conoci- seres puramente externos o escuetamente extensionales (Grice, 1975,
miento.s co.mpartidos, que versan sobre tres dominios: a) sobre el 1978; cfr. también capítulo 14).
lenguaJe mismo (conocen, en un cierto nivel inconsciente cosas tales Los enfoques más recientes de las funciones del lenguaje se basan
como regl~s sintácticas de su lenguaje, elementos léxi~os, etc), b) principalmente en esa idea. Probablemente el más influyente de estos
sobre relaciOnes generales en el «mundo» que comparten (por ejem- enfoques ha sido el formulado por Dan Sperber y Deirdre Wilson, en
plo, saben que «los individuos que tienen dolor de cabeza no suelen su obra Relevance. Communication and Cognition (1986), en la que
querer ir al cine»), y e) sobre propiedades esenciales de sus mundos proponen la teoría de la relevancia como principio básico que guía la
intencional,es inte.rnos. Por ejemplo, saben que «si alguien no desea comunicación ostensiva (es decir, aquella que tiene la finalidad de
algo tratara de evitarlo» y que «los deseos pueden cambiar en función «mostrar» y, en último término, de compartir experiencias o creen-
de las situaciones previsibles» (tales como la ida de Ana al cine). cias). La teoría de Sperber y Wilson se basa en el concepto de con-
texto cognitivo, que es el conjunto de supuestos que un individuo es
De es~e modo, «saber usar el lenguaje» es algo más que «conocer capaz de representarse mentalmente y evaluar, en cuanto a su valor
el lenguaJe». Para ser un usu.ario competente de un lenguaje natural de verdad, en un momento determinado. La comunicación ostensiva
no bast~ con. ~onocer, u~ conJunto d~ r~glas de construcción gramati- se dirigiría a ese contexto mental, y tendría la finalidad de modificar-
cal, ~~Ignacwn semantica. y fo~·wlogica, etc, sino que es preciso lo máximamente, haciendo manifiestas las intenciones del emisor,
tambien emplear un amplio conJunto de conocimientos «de sentido mediante el empleo de un mínimo de recursos (la razón entre la
comÚn» y de inferencias y principios acerca del mundo interno e magnitud de la modificación y la de los recursos sería la que definiría
intencional de las personas. Por eso, los trastornos importantes en las la relevancia de los mensajes). De este modo, las formas más elabora-
capacidades de atribución intencional se acompañan de deficiencias das y frecuentes de comunicación humana (las que tienen la finalidad
muy profundas en las cap~cidades de usar funcionalmente el lenguaje básica de compartir experiencias, creencias y conocimientos, y no la
y, ~n general, de alteraciOnes en los aspectos pragmáticos de éste de «conseguir directamente cosas o situaciones», a través de la
(Fnth, 1989). Ya hablaremos de ello en el capítulo 15. comunicación) se derivan de un supuesto común que comparten los
La observación de que el uso del lenguaje presupone y requiere el interlocutores: el de que poseen mundos mentales, de naturaleza
e~pleo ?e proce~?s mentales que no sólo versan sobre el lenguaje intencional, y se los atribuyen, de forma recíproca, en el curso de las
mismo smo ta~.bien sob:e,los objetos a los que refiere y las personas interacciones comunicativas.
a las .que se .dinge nos SI~ua en una perspectiva que nos acerca a su La intuición que elaboraremos en este capítulo, y .de la que ~arte
estudio funciOnal. Del mismo modo que las funciones de un instru- el modelo de Sperber y Wilson, establece que las funciOnes esenciales
mento no res,iden en el instrumento mismo, sino que se hacen pa- del lenguaje se derivan de su inserción en la actitud intencional, que
tentes a traves de su uso para algo, así también las funciones del sirve de instrumento predictivo y explicativo para los humanos en sus
le,n~uaje no pueden residir en el lenguaje mismo, definido como interacciones. Recordemos que la actitud intencional consiste en la
c?digo p~ramente formal de relación entre significados y sonidos, estrategia de comprender y predecir la conducta de los congéneres
~m<? precisamente en la~ r~laciones, que pueden ser muy complejas e mediante la imputación de ciertos estados de naturaleza intencional,
mdir~ctas,. e~t~e ese codi9o y el contexto en el que el lenguaje tales como las creencias y los deseos. Es decir, la actitud o estrategia
adqmere Sigmficado y sentido. De este modo, la noción de contexto intencional no consiste sólo en tener representaciones o estados
debe ocupar un lugar central en cualquier indagación funcional del mentales intencionales, sino en atribuirlos a otros. En realidad, el
lenguaje. lenguaje ocupa una muy delicada posición central en esa actitud
Pero, co~o ya ~omentábamos .en el capítulo anterior, sucede que intencional. En este caso no es una mera «juntura» evolutiva (vid.
el contexto mmediato del lenguaJe no es un contexto físico ni un capítulo 4), sino más bien como la piedra clave de un arco arquitectó-
conjunt<;> de estímulos de naturaleza proximal, sino el c~ntexto nico que, al tiempo que sostiene el arco desde su nivel más alto,. se
estableci~o por un sistema cognitiv~ que se representa el mundo, y sujeta en él. Así también el lenguaje, por una parte, toma su sentido
que no solo posee estados mentales smo que es capaz de atribuírselos de la estrategia intencional (de forma que no tendría literalmente
a aq~ellos con lo~ 9ue se .cot?:~u~ica. Por ello, desde una perspectiva sentido para seres que no la emplearan); por otra, potencia esa
funciOnal, la actividad lmgmst1ca es, en realidad, una actividad estrategia hasta límites de atribución y comprensión interp~rson~l
cooperativa, que implica intercambios de objetos intencionales (tales que no serían posibles sin ese instrumento poderoso de convtvencta
com? las creencias, los conocimientos y los deseos) entre seres que se mental, que es el lenguaje mismo.
consideran mutuamente «llenos» de mente, y no entidades vacías, Precisamente porque el lenguaje se inserta en la actitud intencio-
184 185
LENGUAJE Y SIMBOLOS: LA DIMENSION FUNCIONAL
PSICOLOGIA DEL LENGUAJE. INVESTIGACION Y TEORIA

nal, define sus funciones inmediatas sobre contextos cognitivos Y no sistema cognitivo humano, tales como la tendencia a atribuir estados
s?bre contextos externos. Ello quiere d~cir, e~ priTI?-er lugar, .que sus internos a otros. Por el contrario, el lenguaje permite al hombre
s1mbolos remiten, antes que nada, a objetos mtenc10nales e 1~ternos hacerse a sí mismo explícitas las intenciones, estabilizarlas, convertir-
que les dan significado: objetos tales como los co~cepto.s, las Ideas o las en regulaciones muy complejas de la acción humana y acceder a
proposiciones, las intenciones. Estos objetos son mtenctonales, en el un plano propositivo (de autorregulación cognitiva y comportamen-
sentido clásico en el que empleaba este término Br~nta?~ (1874), para tal) al que no es posible llegar sin el lenguaje. Además, iniciándose a
definir la propiedad esencial de los fenómenos psiC.ologicos, a sabe~, partir de los rudimentos de la estrategia intencional, termina por
la propiedad de referirse a algo que no son ell.os mtsmo~. El lenguaJe convertirse en el arma más poderosa de esa estrategia.
no sólo significa tales objetos, sino que eJerce su Impacto mas ¿Cómo se produce ese desarrollo? Para explicarlo es necesario
inmediato y primero sobre ellos. Su capacidad de .trans~ormar el situar en su terreno ontogenético propio las dos nociones fundamen-
medio humano se deriva de su capacidad para cambiar pnmero los tales para explicar las funciones del lenguaje, a saber, las nociones de
objetos intencionales que contienen las mentes de los homb.r~s que lo intención y símbolo. Entre los miembros de nuestra especie, los
usan. No solemos darnos cuenta de que cumple es.a funci~n, Y esa símbolos (incluyendo las palabras) son, en un principio, recursos de
inadvertencia no se debe a que no sea importante, smo preci~amente relación que sirven para cumplir funciones comunicativas previas a
a lo obvia que resulta esa «fu~ción inter~a» del .le~?iu~Je, a lo ellos, y a las que atienden, de forma más rudimentaria, ciertas con-
profundamente encarnada que esta en cualqmer uso lmgmstlco. Vea- ductas preverbales. Sin embargo, los símbolos modifican de forma
mos, de nuevo, un ejemplo de ello. . . sustantiva las relaciones humanas, y terminan por convertirse en la
El ejemplo no puede venirnos de má~ cerc~. Consiste precisamen- sustancia de que se compone la conciencia reflexiva (un cierto nivel
te en la interacción lingüística que se esta realizando entre el lector de de conciencia que parece ser específico del hombre). Además abren la
este texto y el propio texto (o, si se quiere, sus autores). ~e trata de pos.i?ilidad de establecer explícitamente intenciones previas a la
una de las relaciones aparentemente más despegadas y aJenas, a un acc10n, y que regulan la conducta y la actividad cognitiva con un
intercambio rápido de intenciones que puedan darse a tr~ves del poder ~,ucho mayor que el que poseen los recursos presimbólicos de
lenguaje: la lectura de un texto científico. Esa lectura no esta prod~­ regulac10n que se hallan en el mundo animal.
ciendo, probablemente, modificaciones apreciables o, al menos, perti- Por eso decíamos en el capítulo anterior que los símbolos huma-
nentes, en el ambiente físico que rodea al lector. ~o .cambia los nos, y muy en particular el lenguaje, establecen un plano de concien-
parámetros o valores físicos del contexto en el que esta. Sm embargo, cia, deliberación e intención que implica una transformación cualita-
produce transformaciones en su contexto cognitivo. El texto trata, en tiva fundamental con respecto a los planos inferiores que son requisi-
principio, de añadir nuevos objetos mentales en ese contexto: nuevos tos para el desarrollo de los propios sistemas simbólicos en el
conocimientos, nuevas creencias; incluso nuevas dud.as y nueva.s pre- hom?Ee. Esa es la razón por la que el examen del proceso por el que
guntas. Para ello se organiza con arreglo a estrategias compleJaS de los mnos llegan a ser capaces de convivir en un mundo simbólico y de
coherencia, que aseguran que el lector sea capaz de relac10nar los compartir sus intenciones con otros es uno de los recursos más
nuevos conocimientos con los que previamente ~osee. (ya hablaremos apropiados para poder llegar a comprender en profundidad las
de esas estrategias en el capítulo 11). Lo que esta haciendo el texto es funciones del lenguaje. A este examen dedicaremos los próximos
poner en relación estados mentales (de los autores y lectores) y, en apartados.
este caso de relación por escrito, lo hace «a distancia» y entre ~eres
que pueden ser anónimos unos para otros. Pero no. por ello de~~ de
ejercer la función más básica del lenguaje, que consis.te en mo~I.flca~ 2. LENGUAJE Y FUNCIÓN SIMBÓLICA. EL PERÍODO CRÍTICO
estados mentales. Si es capaz de cumplir su cometido, modiflca.ra
entidades tales como los conocimientos del lector, sus cr~enctas Hemos visto, en el capítulo anterior, que uno de los aspectos del
~cerca del lenguaje, sus actitudes en relación con su estudio, sus ~en~uaje q~e más han llamado la atención a los investigadores en los
mtereses, etc. ultimos anos, y que han abierto una rendija hacia una reflexión
La inserción del lenguaje en la estrategia inten~~onal es la que profunda sobre su naturaleza, es la gran velocidad y eficiencia con
permite que el lenguaje pueda transmitir «informa~lO~ e.v;aluada»? Y que se desarrolla en el niño. Teniendo en cuenta la gran complejidad
no sólo «información en bruto», con arreglo a la distmclOn d~ .Fnth formal y funcional de ese sistema diseñado para comunicar ideas, el
(1?89). Pero el lenguaje no se limita a po~er una en.voltura codi.flcada gra~o de elaboración de su código, y la exigencia que conlleva su uso
a mtenciones preexistentes, o a propens10nes func10nales previas del de mtegración delicada de subsistemas mentales específicos, resulta

186 187
PSICOLOGIA DEL LENGUAJE. INVEST!GACION y TEORIA LENGUAJE Y SIMBOLOS: LA DIMENSION FUNCIONAL

nota~le el hecho de que los aspectos fundamentales del lenguaje se instrumento de relación con la realidad en general, y sobre todo con
adqmeran en un breve lapso de tres o cuatro años, que se produce en las personas: el símbolo. De este modo, no resulta inexacta la
la fa~e (de los 12-18111:eses a la edad escolar) a la que Piaget denomina afirmación de que la fase crítica de desarrollo lingüístico es, también,
«penado preoperatono>>. un periodo crítico de desarrollo simbólico.
R_e~ordemos que, _dur~nte .e~a fase, los niños son capaces de Un dato favorable a esta concepción es que los trastornos globales
adqmnr, con extraordmana facilidad, cualquier lengua a la que estén de la función simbólica se acompañan de alteraciones y deficiencias
expuestos. De~arrollan u~a gram_ática de tal grado de complejidad específicas del lenguaje (Wing y Gould, 1979). Así, aunque el lenguaje
formal que aun no, ~a sido _PO~Ible proporcionar una descripción no pueda reducirse, especialmente en sus aspectos más formales y su
completa de, la gramatica_ de mngun lenguaje natural. A pesar de estar núcleo gramatical, a los mecanismos simbóiicos generales, requiere
expues:os .~?1? a un conJunto fragm~ntario, finito y asistemático de de ellos para su desarrollo normal. Podemos decir que los mecanis-
d,at~s lmgmstlcos, y de car~cer de evidencias ~egativas (cfr. capítulo mos simbólicos constituyen el substrato sobre el que se desarrollan
septimo), desarrollan un sistema muy complicado y sistemático de los mecanismos más específicamente lingüísticos. Desde el punto de
reglas,. capaz ~e prod~cir infinitas oraciones gramaticales de su vista estructural, el lenguaje representa la formación de formas sim-
lengu~Je. Ademas, adqmeren un vocabulario muy amplio a un ritmo bólicas nuevas, discontinuas con respecto a las organizaciones simbó-
aproximado de '!~a palabra por cada hora que pasan despiertos licas no lingüísticas o las pautas verbales de comunicación. En un
(llegando a adq~unr, al_ menos,. unos 15.000 elementos léxicos), que plano funcional, sin embargo, existe una cierta continuidad entre el
resulta tanto mas formidable ~I se tiene en cuenta que las palabras lenguaje y esas otras organizaciones y pautas.
son «elemeflt?s m~nt~le~» que mcluyen mucha información (semánti- Los primeros símbolos infantiles merecen un análisis detallado,
ca, morfologica, smtact1ca, etc.), como veremos en el capítulo nove- debido a que transparentan con especial claridad tanto la naturaleza
no. de los mecanismos simbólicos generales como de las funciones a que
Estos y otros fenómenos reflejan la existencia de una fase crítica éstos sirven. Tales mecanismos y funciones son aún más claros en los
para 1~ adquisición del lenguaje, en que se produce un desarrollo primeros símbolos enactivos del niño (es decir, en los símbolos que
explosivo de las capacidades lingüísticas, y se han utilizado frecuente- emplean como significante la acción misma, cfr. Bruner, 1974) que en
men~e como eviden\ias favora?les a la suposición, a la que ya nos sus p·rimeras palabras. Ello se debe a la naturaleza esencialmente
refe~Iamos en el capitulo a~tenor, de que el lenguaje es semejante a arbitraria de las palabras. Al mismo tiempo que expresan la poderosa
un .~rgano mental -o fu~c~onal- cuyo desarrollo implica la madu- maduración natural de una facultad mental (o conjunto de ellas)
raciOn d_~ facult,a?es especificas, nuevas y previstas, en alto grado, en prevista, en gran medida, en el desenvolvimiento de funciones preins-
la d?taciOI? genetica de ese hamo loquens, que es en realidad el Hamo critas en el material genético humano, las palabras son, al fin y al
sap~ens. Sm duda, l?s datos sobre el desarrollo del lenguaje en el cabo, símbolos importados por el niño de su cultura. El lenguaje
pen~do preoperat~n10 son muy favorables a esa idea. Con indepen- posee un doble rostro: mira, por una parte, a la naturaleza; por otra,
~en~I,a _de la ra~Ide~ co_n que pudie~a evoluciot;tar la capacidad a la cultura. La rapidez y complejidad de su desarrollo y el carácter
lmgmstica_ en la fi~ogenesis de la especie (que quiza nunca podamos esencialmente opaco y arbitrario de sus símbolos «importados» con-
conocer bien), lo cierto es que su desarrollo ontogenético es extrema- tribuyen a que las palabras no sean quizá los instrumentos mejores
damente rápido. . para comprender la naturaleza de la función simbólica en sus aspec-
. ~Sin embargo, el lenguaj~ no es el único sistema simbólico que el tos más esenciales. Por el contrario, los símbolos enactivos, que el
nmo desarrolla en la fase cntica. A lo largo de ella, elabora constante- niño emplea en sus juegos e interacciones, y que frecuentemente
m~~te formas sim.~ólic_as dJv.ersas, que permiten h~blar de un periodo acompañan a las palabras, poseen la virtud de hacer especialmente
cnti~o de formac10n_ sim?ohca en general, y no solo del lenguaje en manifiestos los procedimientos simbólicos que el niño inventa de
particu~~r. E_llen,g~aJe se u~sert~, de hecho, en el marco más global de forma genuina, así como sus mecanismos subyacentes y papeles
1~ funczo:z s~n:zbolzca, que Implica el empleo de significantes diferen- funcionales.
ciados (sigmftcan~es 9-ue consisten en acciones, en pautas imitativas, Por eso, el análisis de los símbolos infantiles constituye un buen
el? _Pal~bras, en di~UJOS y _en f?rmas de juego) para representar sig- camino para adentrarse en los recovecos estructurales y funcionales
mÍicativam~nte objetos, SituaciOnes, acontecimientos y propiedades de la función simbólica. Los símbolos más simples, que los niños
dulentes (~Iaget, 1946; ~ates, 1979). El periodo básico de adquisición comienzan a realizar en su segundo año de vida, son especialmente
~~ leng~aJe se caractenza por una necesidad, casi compulsiva, del adecuados para esa labor de análisis. Nos serviremos de algunos
mno de Situarse en el modo simulado, de ejercitar y elaborar su nuevo ejemplos, que ya han sido analizados por uno de los autores (Riviere,
188 189
PSICOLOGIA DEL LENGUAJE. INVESTIGACION Y TEORIA LENGUAJE Y SIMBOLOS: LA DIMENSION FUNCIONAL

1984, 1990a) y de otros nuevos, para examinar en profundidad la en ot~os intenciones que previamente no poseían. En el caso de D
naturaleza de los símbolos infantiles. por ejemplo, los ab~:_los no se. habían acordado, en un primer m~~
mento, de darle al .mno el glob?, con. el que había jugado unos días
~ntes .. ~s D., mediante su accwn simbolica, el que establece esa
3. ANÁLISIS DE ALGUNOS SíMBOLOS EN NIÑOS ~ntenc~on en ellos. Y establece la intención en tanto que la relación
mtencwnal que ~· establece entre su conducta de soplar y su meta
Con el fin de no complicar nuestro análisis, nuestros ejemplos se rep~e~~ntada es zn:~erp~eta~a~ como tal relación, por los abuelos. En
limitarán básicamente al empleo de un solo y sencillo significante: la defipitiv~, la accwn Simbohca del niño no es significativa «en el
acción de soplar. Veamos nuestro primer ejemplo: v¡ci?~>, smo ~~tanto que es interpretada por otras mentes simbólicas
E m~o ha VIVIdo en u~ m.uJ:?-do de inté~pretes, incluso de «intérprete~
2. A D., que tiene 17 meses, le han comprado sus abuelos un globo, con el que juega. ¿xc¡sivos»,. desde el ~nncipiO (los psicologos evolutivos han mostra-
Varios días después de ese episodio, vuelve a casa de sus abuelos y, después de
o a .gran Ilmportanc!a, para el ?esarrollo de verdaderas intenciones,
llamarles la atención, pone su puño semicerrado frente a la boca, realiza la acción
de soplar y luego se da un golpecito en la boca con la mano abierta, diciendo
due tieden as sobre-mterpretacwnes, como si fueran intencionadas
<<¡paf!». Entonces sus abuelos buscan su globo y se lo entregan. e con uctas de relación en bebés que no lo son realmente) Par~
cua!ldo produce sus primeros símbolos, posee ya cuando men~s los
rudimentos de )a noción de que está en un mundd de intérpretes. Está
La secuencia interactiva simple que aparece en 2 constituye un empezando asi ,a des~rrollar la actitud intencional (Denneí:t 1991)
buen ejemplo de empleo de un símbolo enactivo (la acción compleja que lue~o tendra una Importancia decisiva en su desarrollo sim,bólico.
de soplar en el orificio dejado por el puño semicerrado, y darse un ~,s Importante destacar, en este sentido, que la posesión de la
golpecito en la boca, diciendo «¡paf!») que el niño crea, de forma !1-ocwn ~e que .los ~t~os poseen una mente (que está en la base de las
genuina, como forma comunicativa con una finalidad esencialmente mteraccwr:;s s1mbohcas .de nuestra especie) no equivale a la posesión
«imperativa», la de obtener de nuevo el globo que estaba en casa de de la «n?~IOn de que .s~ tiene e~a nocion», de forma semejante a cómo
sus abuelos. Si analizáramos la secuencia de producción de ese la poseswn de. la nocwn de objeto permanente no implica que el niño
símbolo como si lo hiciéramos «a cámara lenta», observaríamos que «S~pa que la tiene», o la competencia gramatical (que implica conoci-
es relativamente compleja: primero el niño se asegura la atención de mzentp. de reglas del lenguaje) no significa un saber explícito de la
los abuelos, mirándoles y emitiendo vocalizaciones y gestos de natu- gramatica. E,l saber mentalista del niño que produce símbolos es más
raleza vocativa, luego realiza el patrón simbólico. En suma, asimila un <:s~ber como» .q~e un «saber que», más un saber implícito que
esquemas de acción e interacción de tal manera que se hace capaz de expl!cito, Y se ma!l}fie~ta con la máxima claridad cuando los símbolos
transmitir una intención que se refiere a un objeto (el globo) no ~o tienen la f~ncion zmp~rativa de lograr algo a través de los otros,
presente. Precisamente porque el patrón simbólico que realiza el niño smo una. funCio~ de~lara~zva mucho mas desinteresada, a saber, la de
(soplar-golpecito-« ¡paf!») representa, por medio de la acción, a ese compartir experiencias, mtereses y, en suma, estados mentales, con
objeto no presente, la producción simbólica puede satisfacerse con su lo~ otros. Qmza pueda aclararse este punto con un nuevo ejemplo de
fin deseado. D..
Estas observaciones nos permiten ilustrar mejor la noción de
símbolo a la que nos hemos referido ya varias veces en los capítulos 3. Pocas semanas después del episodio anterior, D. recorre en coche una zona
cercana a su. casa en 1a que h an puesto unas farolas nuevas,
' '
anteriores y en éste: los símbolos son signos que se hacen capaces de que consisten en
evocar objetos o significados ausentes, en la medida en que los «glob.~s lummosos» sobre soportes. En un momento determinado, reclama la
representan. A diferencia de los índices (que se basan en relaciones atenciOn de sus ~adres Y, cuando éstos le miran, señala a las farolas y realiza de
nuevo la secuencta soplar-golpecito en la boca-emisión de <<¡paf!».
causales o parte-todo), de las señales (basadas en meras asociaciones
empíricas) y de las expresiones emocionales (de las que no se puede
decir que sean, en rigor, representaciones de los estados internos que En este caso, la acción de D. no parece tratar de conseguir algo
las provocan), los símbolos «apuntan a algo que no son ellos mis- externo. Se parece a un «comentario», del tipo: «¡Esa cosa luminosa
mos» en virtud de que mantienen con respecto al objeto apuntado es (c~lo) el gl?bo de .casa de los abuelos!». Se trata de una acción
una relación codificada de representación. especia en vanos sentidos Y que cumple una función comunicativa
La producción activa de esas representaciones es, al menos en {ue,. pord lo que. sabe~ os, es muy específica de nuestra especie: la
nuestra especie, una conducta intencionada y que permite establecer uncwn eclaratiVa. As1 como las pautas que tratan de lograr algo a

190 191
PSICOLOGIA DEL LENGUAJE. INVESTIGACION Y TEORIA LENGUAJE Y SIMBOLOS: LA DIMENSION FUNCIONAL

través de la comunicación pueden no requerir la actitud intencional mac10n predicativa (como sucede cuando se interpreta «esto es de
por parte de sus usuarios (una persona incapaz de usar la noción de papá», ante la conducta del niño de dos años que muestra un zapato
que los ciernas poseen mente puede desarrollar pautas protoimperati- grande y dice «papá»), porque en realidad constituyen amalgamas de
vas no simbólicas, aunque sólo sea por la asociación empírica entre palabras y contextos. Y, en lo que se refiere a la comprensión del
esas pautas y los refuerzos obtenidos del medio a través de ellas), las lenguaje, los niños comienzan por interpretar también emisiones-en-
pautas declarativas sí requieren, cuando menos, una actitud inten- contextos y sus competencias receptivas son muy dependientes de la
cional rudimentaria y se satisfacen por los cambios en los estados información contextua!.
mentales de otros o, como mínimo, por los cambios expresivos en Luria (1984) ha elaborado la idea anterior, al establecer un primer
otros, que son indicativos de sus estados mentales. De este modo, la periodo, al que él denomina sinpráxico, en el desarrollo del lenguaje
conducta comunicativa de D. se satisfará en tanto que sus padres infantil. En él, el niño descansa firmemente en los contextos y ac-
miren a las farolas, expresen su interés por ellas, hagan comentarios ciones tanto en sus procesos productivos como receptivos. A medida
sobre lo nuevas o bonitas que son, etc. que los significantes se desarrollan, se hacen más capaces de tener una
En el ejemplo siguiente nos encontramos, de nuevo, ante el uso interpretación basada en su organización interna, y no en el contexto
del mismo significante (soplar), con la misma función (una función inmediato, y el lenguaje se hace sinsemántico. Ese proceso progresivo
declarativa), pero con un significado diferente: de descontextualización (que en realidad no es tal, sino un proceso de
interiorización de contextos) es característico de todas las formas
4. M., de 20 meses, está sobre las rodillas de su madre, que le presenta un rom- simbólicas del niño (y muy en especial del juego) y no sólo del len-
pecabezas simple de dos piezas: una representa una vela encendida, y la otra un'a guaJe.
vela apagada. M. manipula las piezas y, en un momento determinado, mira a su Por otra parte, el contexto externo, en el que se sustentan en un
madre, atrayendo su atención, señala con el dedo las piezas del rompecabezas y principio los símbolos infantiles, nunca es del todo externo en un
realiza varias veces la acción de soplar.
sentido literal, sino que está cargado de intenciones percibidas por el
niño. Premack (1990) ha destacado recientemente el carácter muy
En 4, el niño parece estar indicando que reconoce los objetos temprano de las competencias infantiles de percepción de intenciones
representados en las piezas del rompecabezas, las velas, como «perte- que, desde luego, han alcanzado ya un grado notable de desarrollo
necientes a la clase de las cosas que se encienden y se apagan». De antes de la adquisición de la función simbólica y del lenguaje. Esta
este modo, podemos decir que la pauta es simbólica en un doble precocidad evolutiva tiene una gran importancia, de hecho, en esa
sentido, expresivo (el niño hace un símbolo para «comunicar su adquisición, porque hace posible que los niños comprendan rudimen-
idea») y receptivo (la idea implica un acto de reconocimiento simbóli- tariamente muchas de las intenciones básicas que están por detrás de
co). El contexto de la conducta del niño impide interpretarla como las palabras antes de comprender las palabras y oraciones como tales.
imperativa: no puede ser que esté «pidiendo» jugar a encender y De este modo, los procesos de desarrollo psicolingüístico pueden
apagar una vela de cartón. Más bien expresa a otro un acto de servirse de las ventajas que implica un procesamiento que va «de
reconocimiento. El contexto es el que permite desambiguar la inter- arriba a abajo» (top-down), de las intenciones a las palabras, y que
pretación intencional -o funcional- de la conducta del niño. facilita el desciframiento del lenguaje a partir del conocimiento de las
Esta observación nos conduce a formular un principio importan- intenciones con que se emite. En el plano macrogenético de la
te. Decíamos antes que los símbolos lingüísticos afectan prima facie a filogénesis, resulta atractiva la idea de que esas capacidades previas
un contexto cognitivo e interno, y sólo de forma mediata (o mediada de percepción de intenciones pudieran jugar también un papel impor-
por ese contexto cognitivo) al contexto externo, en tanto que produ- tante en la filogénesis del lenguaje en homínidos con una actitud
cen cambios en las conductas de las personas a las que se dirigen. Sin intencional rudimentaria. En el nivel microgenético, la prioridad del
embargo, desde un punto de vista ontogenético, los símbolos se significado intencional con respecto al literal en procesos de com-
despegan gradualmente de los contextos externos, en la medida en prensión de emisiones indirectas, irónicas o sarcásticas (Gibbs, 1986)
que se organizan en formas cada vez más complejas y autónomas del constituye un dato indirectamente favorable a la hipótesis de procesa-
medio inmediato, y que son producidos por organismos más explícita miento top-down, desde las intenciones a las proposiciones, como
y elaboradamente mentalistas. Los primeros símbolos infantiles están veremos también en el capítulo 10.
fuertemente enraizados en sus contextos de producción o interpreta- ¿Cómo son los significantes que emplean los niños para represen-
ción. Ya hemos comentado, por ejemplo, que las primeras palabras tar los objetos de sus comunicaciones simbólicas? Su análisis tiene un
infantiles son interpretadas como «holofrases», que transmiten infor- gran interés por dos razones: la primera es que expresan una actitud

192 193
PSICOLOGIA DEL LENGUAJE. INVESTIGACION Y TEORIA LENGUAJE Y SIMBOLOS: LA DIMENSION FUNCIONAL

categorial, sin la cual no tendrían significado. D. está realizando una original. Son como metonimias instrumentales (cfr. capítulo 4) que
generalización cuando señala a las farolas. con f?r~a de globo Y adquieren su valor sígnico de su «desarraigo». Implican representa-
sopla, y eso mismo hace M. cuando sopla mientras mdi_ca las ve~a~ de ciones que se realizan en un «modo simulado», que se sobrepone al
cartón de su rompecabezas. D. indic~ que :<l?s ob]eto_s es~encos modo instrumental, literal o directo de contacto con la realidad. Esta
encendidos de la calle son como el obJeto esfenco tan divertido de es una noción importante: los símbolos tienen siempre una cierta
casa de los abuelos», M. que «las velas de cartó_n {rep_res~~tan) a esos «vocación de metáforas))' y su desarraigo con relación a las conductas
otros objetos encendidos que se soplan». Es decir, el s.Igmficado de_ las ~nstrufll:ent~l~s de las q~~e nacen e~ cada vez mayor. Por ejemplo, en el
acciones de M. y D. implica la asimilación categonal de un obJeto JUego Simbohco, los mnos necesitan cada vez menos de los objetos
(las velas de cartón, las farolas) a esquemas ~onceptual~s evocados, para ejercer la actividad lúdica: el niño que comenzó por llevarse la
esquemas que pueden tener un origen perceptivo o funcional (~lark, cuchara vacía a la boca «Como si)) comiera, termina por no necesitar
1977; Nelson, 1988). Los símbolos i~pli~~n así, desde su~ expresiOnes de la cuchara para representar en su juego el acto de comer. En los
más elementales, una cierta categonzac10n de lo real sm la cual no primeros símbolos del niño, la «imaginacióm) tiene como si di]. éramos
un cierto componente externo. Los más avanzados se sustentan en un
o ' '

serían posibles. , . . .
Pero, del mismo modo que los simbolos no se hmi~~n a r~fleJar contexto puramente mental, en un proceso paralelo al que lleva desde
intenciones previas sino que contribuyen a la construccion de mten- un lenguaje esencialmente sinpráxico a un lenguaje sinsemántico.
ciones cada vez más elaboradas y explícitas, tampoco son solamente
un reflejo de categorías previas, sino que e~timul~n procesos de
abstracción y categorización que no serí~n posibles SI~ _e~l?s. Est<? es 4. METARREPRESENTACIÓN, SIMULACIÓN, SÍMBOLOS
especialmente cierto en el caso del lenguaJe, cuya adqmsiciOn ~eqmere Y TEORÍA DE LA MENTE
un proceso de negociación implícita de si~nificados, q~e ??hga a un
refinamiento y una estabilización progresiva de tales sigmftcados .. ~a La reflexión anterior nos permite acercarnos a algunos desarrollos
incorporación de significantes ling_ü~sticos y,. ~on ellos, la _formaciO!l recientes, en psicología evolutiva, que resultan prometedores para
de significados en el sistema cogmtivo del mno, hace posible la asi- alcanzar una visión funcional más profunda del lenguaje en particular
milación en ese sistema de una ingente estructura conceptual, en que y los símbolos en general. Para comprender estos desarrollos debe-
se incluyen análisis y esquemas elaborad?s ,e~ un largo proceso de ~~s volver a alguna actividad simbólica simple de las que hacen los
filogénesis humana, y en el desarrollo histonco de la cultura. ~os mnos en su segundo y tercer año de vida, por ejemplo, llevarse un
significantes modifican decisivamente la estructura de las ~ategonas plátano al oído «como si)) fuera el auricular de un teléfono, una
humanas al hacerlas explícitas y susceptibles~~ un comerciO .~ental: cuchara vacía a la boca «como si)) estuviera llena, etc. Estas «acciones
las obligan a someterse a exigencias de estabih?ad, abstra~ciO~, co- como si)) son tan universales en los miembros de nuestra especie
municabilidad y precisión, derivadas de la necesidad comumcattva de como lo es el propio lenguaje, y quizá por ello no solemos detenernos
hacer externos los conceptos a través del lenguaje. pe este modo, ~os en considerar su naturaleza paradójica. ¿Por qué decimos que los
significantes lingüísticos no son meros e~~oltonos de cate~?nas símbolos simples de los niños tienen una naturaleza paradójica? Alan
previas a ellos, sino que juegan un papel deciSIVO en la ~laboraciOn.~e Leslie (1987) ha realizado una inteligente reflexión sobre esos fenóme-
los conceptos a los que remiten, lo que otorga al lenguaJe una functon nos de «ficción)) de la que ha obtenido conclusiones importantes para
cognitiva básica de categoriza~ión de lo real. , comprender las funciones de los símbolos y las relaciones de éstos con
Lo que resulta curioso-resta es una s~gun?-a razon por la que el la «actitud intencionah a la que ya nos hemos referido:
análisis de los significantes tiene un g_ran mter~s;- ~s ~~e ese trans-
fondo significativo y categorial, es decir, la func10n stgnt(tcante de los Las habilidades de ficción (pretending) deberían llamar la atención de los
símbolos, se ponga de manifiesto precisamente en el hecho d~ que los
psicólogos cognitivos, por su muy extraña naturaleza --dice Leslie-. Después
de todo, desde una perspectiva evolucionista, la veracidad de los procesos
actos simbólicos enactivos del niño son conductas pecultarmente cognitivos debería ser primada. Las percepciones y pensamientos de los organis-
«desadaptadas» de su función pro~ia .. Ciertamente, _las vela~ de mos deberían, en lo posible, atenerse a las cosas tal como son. Y sinembargo,
cartón no se soplan con una funcion mst~umenta~ directa, m las los actos de ficción rompen con este principio fundamental. En ellos, distorsio-
cucharas vacías se llevan a la boca con el fm de alimentarse. Estas namos deliberadamente la realidad. Por eso resulta aún más extraño que esta
conductas (soplar señalando a una vela d~ cartón, llevarse una capacidad no sea la culminación última del desarrollo intelectual, sino que haga
cuchara vacía a la boca) son simbólicas precisament~ ~? tanto. que, su aparición, de forma lúdica y precoz, en el comienzo mismo de la niñez
por así decirlo, han perdido el contacto con su misiOn funciOnal (p. 412).

194 195
PSICOLOGIA DEL LENGUAJE. INVESTIGACION Y TEORIA LENGUAJE Y SIMBOLOS: LA DIMENSION FUNCIONAL

¿Qué función adaptativa puede tener esa ruptura con la represen- datos perceptivos inmediatos y de «la tiranía de lo particular»
tación literal de las cosas, que se da en el juego de ficción y, en cierto (Bruner, 1974; Inhelder y Piaget, 1955). Generalmente tiende a redu-
modo rudimentario, en todas las representaciones simbólicas? Leslie cirse la función del lenguaje a la de «representar lo real», y ésa es una
(1987, 1988) propone que existe una diferencia importante entre la visión limitativa poco justa. El lenguaje cumple también una función,
ficción y el error representacional. El niño que hace «como si» el palo no menos básica, que es la de elaborar lo ficticio, y en esa función se
de una escoba fuera un caballo, no cree, en el modo literal de originan, por ejemplo, sus posibilidades de expresión artística y de
representación, que lo sea. Si lo creyera, estaría en un error. En éste satisfacción estética.
sólo existe una representación de algo, que no se corresponde con la 2) Una segunda razón de la importancia de la existencia de un
realidad de ese algo. Por el contrario, en la ficción se producen dos , modo metarrepresentacional, para la comprensión funcional del len-
representaciones simultáneas de algo. El niño que juega a que la guaje, reside en que las metarrepresentaciones son los fundamentos
cuchara vacía está llena, no le atribuye literalmente la propiedad de de la teoría de la mente, y ésta es, a su vez, la base de destrezas
estarlo, sino que se la asigna, por así decirlo, «entre comillas», en un comunicativas que son decisivas en los usos lingüísticos.
nivel representacional que se sobrepone al literal y al que Leslie
denomina «metarrepresentaciÓn». Para explicar esta última afirmación, podemos volver a un ejem-
Desde el punto de vista de Leslie, un desarrollo básico y único que plo supuesto de la filogénesis humana al que ya nos referimos en el
se produce en los miembros de nuestra especie entre su segundo año capítulo anterior. En él hablábamos de la «paradoja de la evolución
de vida y el quinto, es el proceso de desacoplamiento, por el cual gradual del lenguaje», formulada por Geschwind (1980). La paradoja
ciertas formas especiales de representación (las metarrepresentacio- consistía en que aquellos homínidos que desarrollaran un. código
nes) se diferencian de las representaciones literales y, por así decirlo, lingüístico más complejo no podrían ser entendidos por los otros, con
«verídicas» de las cosas. Ese proceso de desacoplamiento sería el 1· lo que se daría la curiosa situación de que el desarrollo de reglas cada
mecanismo subyacente tanto al desarrollo del juego simbólico y da vez más sofisticadas y complejas sería una desventaja adaptativa, que
pautas de «ficciÓn» en el niño, como a su capacidad de emplear una sería eliminada por la selección natural. Pero la paradoja se deshace
forma relativamente elaborada de la actitud intencional, a la que si suponemos que la construcción de códigos más complejos fue
algunos investigadores de las capacidades cognitivas y «lingüísticas» solidaria, a lo largo de la evolución, con el desenvolvimiento de
en antropoides (Premack y Woodruff, 1978; Premack, 1988) y psicó- teorías de la mente más refinadas y, así, de habilidades comunicativas
logos evolutivos (Wimmer y Perner, 1983; Astington, Harris y Olson, más poderosas. Estas permitirían a los homínidos más capaces adap-
1988) han denominado «teoría de la mente». tarse a las posibilidades comunicativas de sus congéneres más limita-
De este modo, una capacidad muy específica de nuestra especie y dos, de forma semejante a como las madres se adaptan a sus hijos en
muy diferenciada y específica también desde el punto de vista cogniti- los usos lingüísticos, empleando una forma Jt.Cculiar de lenguaje (el
vo (o, como se dice en la psicología cognitiva actual, muy «modular»; baby talk), definido por oraciones breves, sintácticamente simples, de
cfr. capítulo 7) sería la de elaborar un plano de metarrepresentacio- contornos prosódicos marcados, etc.
nes, desacoplado de ese otro nivel literal, común con el resto del Como veremos también en el capítulo 14, el empleo funcional del
mundo animal, en el que se elaboran las representaciones literales y lenguaje, en la mayoría de sus usos cotidianos, implica una delicada
pretendidamente veraces de las cosas. En el plano metarrepresenta- adaptación de los hablantes a los estados mentales supuestos de sus
cional (de representaciones «entrecomilladas») se suspenden las rela- interlocutores. No conversamos igual con alguien a quien acabamos
ciones ordinarias de verdad y referencia. Ese desarrollo modular sería de conocer que con una persona conocida de mucho tiempo, con un
tan específico como el propio lenguaje, y requeriría de la construc- adulto que con un niño, con un experto en un tema que con un
ción de una cierta maquinaria mental que podemos suponer que novato en él. Los autores de este libro, por ejemplo, presuponen unos
posee una gran importancia para su desarrollo funcional. Esa impor- ciertos conocimientos en sus lectores potenciales (que normalmente
tancia se debe a varias razones: serán universitarios, interesados por el lenguaje, etc.) y no utilizan ni
el mismo léxico, ni la misma sintaxis, ni la misma «base supuesta de
1) En primer lugar, al hecho de que el desarrollo metarrepresen- conocimientos» que usarían si el libro se dedicara a alumnos de
tacional juega un papel decisivo en la elaboración progresiva de un enseñanza primaria o de la rama de electrónica de la enseñanza
mundo simbólico de ficción en el niño, que le permite situarse profesional. Con mejor o peor fortuna, han tratado de adaptar su
progresivamente en un ámbito imaginario, que implica una amplia- texto a los conocimientos, intereses, y otros objetos mentales supues-
ción de «lo real», c~da vez más independiente de la imposición de los tos en sus lectores. Esa adaptación compleja a estados mentales

196 197
PSICOLOGIA DEL LENGUAJE. INVESTIGACION Y TEORIA
LENGUAJE Y SIMBOLOS: LA DIMENSION FUNCIONAL

supuestos de otros, se realiza con la máxima claridad en el que n.ar Emplearon ese término, «teoría de la mente», porque la atribu-
podemos considerar el «estado natural» del lenguaje, que es la cwn a otros de estados mentales implica emplear objetos teóricos,
conversación. Esta es la razón por la que las destrezas de conversa- tale~ como lo,s deseos, las creencias y las intenciones (que no son, en
ción se alteran, de forma drástica, en las personas con trastornos reahdad, fenomenos empíricos) con un fin predictivo: la predicción
importantes en las habilidades de teoría de la mente (Frith, 1989; cfr. d.e la. conducta de l<?s orga~ismos, de forma semejante a como las
también el capítulo 15). Las adaptaciones sofisticadas y rápidas a los ciencias emplean obJetos teoricos para predecir los fenómenos. En
estados mentales de otros, que constituyen la raíz funcional de las 1?79, Wood:~ff y Premac~ demo,straron experimentalmente que, en
conversaciones y otras modalidades lingüísticas, se derivan de la ciertas condiciOnes, los chimpances son capaces de engañar intencio-
posesión y empleo de una teoría de la t;"lente. Pue?e considerarse ~a nadamente, lo que se ha comprobado también en la observación
teoría de la mente como una· elaboracion compleJa de la estrategia naturalista de la c.ond.~cta de chimpancés en libertad (Goodall, 1986).
intencional, que implica la capacidad de difere~~iar los est~d~s Aunque la prevapcacwn s~ produzca en animales, como ya comentá-
mentales propios de los ajenos. Presupone la habilidad de atnbmr bamos en e~ capitulo antenor (recordemos, por ejemplo, a las hormi-
estados mentales, y su posesión se manifiesta, con la máxima .clari- gas que emiten feromonas de alarma de las especies a las que luego
dad, por ciertos criterios que se refieren al engaño . .Lo.s orgamsmos capturan, cuando abandonan su escondite ante la alarma), las realiza-
que poseen una teoría de la mente lo demuestran, pnncipalmente, en das p?r antropoides superiores poseen un carácter deliberado y
hechos tales como: versaul que las hace merecedoras de la atribución de una cierta
competencia de teoría de la mente. Sin embargo, esta competencia
1) Su capacidad de engañar (es decir, de crear en otros intencio- paree: ser notablemente menor que la ,que poseen los humanos, como
nadamente estados de creencia que no se corresponden con sus ha senalado Premack (1988, 1990) mas recientemente.
propios estados de creencia verdadera, con el fin de obtener benefi- ~os niños normales desarrollan rápidamente su capacidad de
cios). , . ~ teona de }a mente a lo largo del periodo preoperatorio. En su
2) Su capacidad de reconocer cuando otro orgamsmo es.engana- segundo ano, muchos de sus juegos favoritos consisten en engañar y
do (dándose cuenta de que la creencia de ese otro orgamsmo no ser engañados (pensemos en el «cucú-tras-tras», o en pautas de
corresponde con la propia creencia v~rdadera). . ~ esconderse el rostro tras un pañuelo, etc.), y muy precozmente
3) La capacidad de reconocer cuando otro orgamsmo eng~na o P.ue?,en demostrar, en situaciones experimentales, pautas de engaño
trata de engañar (es decir, trata de crear un estado de creencia en s~rviend~ose de personajes (Chandler et al., 1989). Entre los cuatro y
otro, que no se corresponde con el que él mismo posee). Cinco ~nos, son capaces de reconocer cuándo un personaje tiene una
creencia falsa que no se corresponde con un estado de hechos ni con
La razón por la que el engaño intencionado constituye el indica- las creencias de los propios niños sobre los hechos (Wimmer y 'Perner
dor más claro de la teoría de la mente es evidente: en él se expresa la 1983) y, lo que es más significativo aún, realizan mejor la tare~
capacidad de diferenciar los estados pro~ios de cree!lcia de los aj~nos. cu~~~o hay ,~na intención es~ecífica de engaño en un personaje
Es fácil comprender la enorme v~ntaJa adapt~tl~a que debier~on (Riviere y N unez, en preparacion).
suponer las destrezas de engaño activo y .recon~cimiento ?~1 engano, Una pista evolutiva importante para comprender las relaciones
especialmente en organismos con relaciOnes Intraespecifica~ com- entre las competencias metarrepresentacionales la teoría de la mente
plejas de cooperación-competición, y ext~e~adament~ sensi~les y el il1~go simbólico y el lenguaje, es el hecho de ~ue, desde un period~
hábiles en el cómputo de los costes y beneficiOs de las InteracciOnes. relativamente temprano en la adquisición del lenguaje (generalmente
Cosmides y Tooby (1987, 1989; Cosmides, 1989) han propuesto que ya desde el segundo año), los niños desarrollan un vocabulario muy
estas habilidades de cómputo son relativamente autónomas y evolu- rico de verbos mentales tales co~o «querer», «saber», «creer», etc.
cionaron, a lo largo del Pleistoceno, en relación con presiones evoluti- (Bre~herton. y. B~eghly, 19~2). y lo van re~inando progresivamente
vas importantes en los homínidos. m~diante diStinciOnes semanticas muy sutiles, tales como la ·que
¿Por qué se llama a esa capacidad «teoría de la mente»? ¿Hasta existe entre «saber» y «adivinar» (Miscione, Marvin, O'Brien y
qué punto es específica y única en nuestra especie? La noción de Geenb~rg, 1978) a lo larg<? de su periodo crítico de adquisición del
«teoría de la mente» fue empleada, por primera vez, por Premack y lenguaJe y en fases postenores. Este vocabulario mentalista incluye
Woodruff (1978) para explicar la capacidad de una chimpancé entre- tanto verbos epistémicos (Olson y Torrance, 1987; Wellman y John-
nada en el uso de símbolos, Sarah, de reconocer que ciertos humanos son, ~979; ] ohnson y W ellman, 1980; Wellman y Es tes, 1987) como
se encontraban en situaciones de problema que intentaban solucio- emociOnales (Bretherton, et al., 1986), y los niños lo emplean en la
198 199
PSICOLOGIA DEL LENGUAJE. !NVESTIGACION Y TEORIA LENGUAJE Y SIMBOLOS: LA DIMENSION FUNCIONAL

realización de inferencias cada vez más complejas acerca de los que Pedro no sepa que George Bush es el presidente actual de los
estados mentales de otros (Astington, Harris y Olson, 1988; Perner, Estados Unidos (porque sólo le vio un día en televisión, y vio que era
1991). Es importante destacar el hecho de que ninguna explicación alto y se llamaba así, «George Bush», pero no llegó a enterarse de su
conductista de la adquisición del lenguaje, o basada en el supuesto de profesión). En ese caso, 7 sería verdadera y 8 falsa.
que adquirirlo consiste en asociar o relacionar simplemente referentes Esa propiedad esencial de opacidad referencial que poseen las
externos con emisiones, puede explicar la adquisición de ese vocabu- expresiones que contienen ciertos verbos mentales se deriva en reali-
lario mental, cuyos referentes no son externos sino privados. Esta dad de otra propiedad aún más general, la intensionalidad. Consiste
observación permite establecer el importante principio de que el en que la verdad de un enunciado que contiene un verbo mental de
desarrollo del lenguaje se fundamenta en la existencia previa de un pensamiento o lenguaje «no compromete» con la verdad de la expre-
mundo intersubjetiva compartido~ sin el cual no sería posible imputar sión subordinada a ese verbo. Por ejemplo, puede ser verdad la
sentido a las emisiones. Si bien el lenguaje potencia enormemente las expresión 9:
posibilidades de acceso intersubjetiva al mundo interno de otros,
requiere algunas competencias intersubjetivas previas, por rudimenta- 9. Antonio cree que George Bush es muy bajito.
rias que sean, para comenzar a desarrollarse. Es decir, exige de la
presencia previa de alguna capacidad de percepción de intenciones de Puede, en efecto ser verdad que «Antonio cree eso», pero eviden-
otros y acceso a su mundo mental. temente no es verdad que «George Bush es muy bajito». Más aún,
Una clave muy significativa para comprender la relación entre la cuando es verdadero un enunciado intensional, ello no implica siquie-
teoría de la mente y la ficción que se produce en las pautas infantiles ra que exista el objeto al que ese enunciado se refiere. Así por
del juego simbólico es el hecho de que existe un «isomorfismo ejemplo, puede ser verdad 10:
profundo» entre los enunciados que contienen verbos mentales y
ciertas propiedades de esas pautas de juego. Ese isomorfismo profun- 10. Antonio cree también que el rey de Francia es calvo.
do ha sido desvelado, muy perspicazmente, por Alan Leslie (1988).
Los enunciados que contienen ciertos verbos mentales (y, en concre- Y, sin embargo, no hay un objeto tal como el rey ~e Francia.
to, los verbos que se refieren al pensamiento o el lenguaje; Riviere, Todo eso significa que los enunciados que contienen verbos
1991) poseen una propiedad lógica, a la que se denomina intensionali- intensionales son lógicamente peculiares, en el sentido de que no
dad~ por la cual se dice que son referencialmente opacos. comprometen ni con la verdad de enunciados sinónimos (opacidad
¿Qué significa esto? Para explicarlo, supongamos dos expresiones referencial), ni con la verdad de los enunciados subordinados a los
que no contienen verbos mentales y son sinónimas, tales como 5 y 6: verbos intensionales (intensionalidad), ni con la existencia de los
objetos contenidos en éstos o de las propiedades incluidas en ellos.
5. George Bush es alto. Lo que desvela Leslie es que esas propiedades lógicas son curiosa-
6. El presidente actual de los Estados Unidos es de elevada estatura.
mente semejantes a ciertas propiedades que tienen los juegos de
ficción infantiles. En éstos, se producen procesos de sustitución de
Es evidente que si 5 es una expresión verdadera, entonces 6 objetos (por ejemplo, un caballo por una escoba), atribución ficticia
también lo es. de propiedades (por ejemplo, la escoba relincha) y simulación imagi-
Pero supongamos que incluimos un verbo mental al que somete- naria de objetos, que recuerdan a las propiedades de los enunciados
mos esas expresiones, como en 7 y 8: intensionales. Para Leslie (1987, 1988), existe un paralelismo claro
entre la opacidad referencial de los contextos intensionales y el
7. Pedro cree que George Bush es alto. mecanismo simbólico de sustitución de objetos, entre el no compro-
8. Pedro cree que el presidente actual de los Estados Unidos es de elevada estatura. miso de verdad o falsedad de aquéllos y la atribución simbólica de
propiedades, y finalmente entre el no compromiso de los objetos
Ahora se produce una situación curiosa: el hecho de que sea incluidos en claúsulas intensionales verdaderas y la simulación imagi-
verdad la primera expresión (a saber, que Pedro cree que George naria de objetos. Explica ese paralelismo con la idea de que «la
Bush es alto) no implica que lo sea la segunda. En realidad, 7 y 8 no enunciación de estados mentales y la ficción son actividades que
son sinónimas, en el mismo sentido estricto en que lo son 5 y 6. No dependen cognitivamente de la misma forma especializada de repre-
podemos decir que la segunda proposición sea verdadera por el hecho sentación mental y que, por consiguiente, heredan sus propiedades
de serlo la primera. Esto es fácil de ver: supongamos, por ejemplo, semánticas» (1988, p. 27). Esa forma específica es la metarrepresenta-
200 201
PSICOLOGIA DEL LENGUAJE. INVESTIGACION Y TEORIA
LENGUAJE Y SIMBOLOS: LA DIMENSION FUNCIONAL

ción, que implica un desacoplamiento (decoupling). co~ relación a las compete~cias intersubjetivas muy precoces en los miembros de nues-
representaciones primarias y permite tanto la constituciÓn del mundo tra esp~cie. Las pr~ebas qu~ proporc~o.na la patología (cfr. capítulo
simbólico como la atribución simbólica de estados mentales a otros. 15) sugieren que solo es posible adqmnr adecuadamente un lenguaje
Josef Perner (1991), sin embargo, ha cuestionado que las pri~eras ~uando, hasta cierto punto, se comparte, antes de eso, el mundo
formaciones simbólicas de los niños requieran metarrepresentacwnes mterno de las otr~s personas. De este modo, es posible la metáfora de
en sentido estricto. Para él, los símbolos exigen tener modelos que el hamo saptens llega a serlo gracias a que es hamo loquens, y
múltiples (no necesariamente metarrepresentacionales) de la reali~ad, este lo es porque es, desde muy pronto y en forma rudimentaria al
y las primeras formas de actitud intencional de los niños se denvan menos, hamo psychologicus, empleando una expresión de Humphrey
más de su capacidad de «simularse en las situaciones de los otros» (1983 ).
que de una competencia lógica de inferir est~dos mentales P<?r
mecanismos más racionales. Desde esta perspectiva, la competencia
metarrepresentacional y las habilid~des de teoría de la me~te podrí.an 5. DESARROLLO DE LA COMUNICACIÓN Y ORIGEN DE LOS SÍMBOLOS
ser desarrollos, relativamente tardws de otras competencias previas
de simulación, intuición intencitmal y comunicación. 5 .1. La concepción interaccionista de los símbolos
En cualquier caso, hay un amplio conjunto de datos que ~em~es­
tran que el desarrollo estructural explosivo que el let;gua~e tiet;e ~a relación solidaria .que existe, en el desarrollo, entre el lenguaje, los
durante el período preoperatorio no se produce en el vacw, sm~ mas Simbolos Y las capacidades mentalistas de los niños (que evolucionan,
bien en el contexto de otros desarrollos muy estrechamente relacwna- en ~us aspectos fun~amental~s en un mismo período crítico, el
dos y que juegan un papel decisivo en la ~onstrucción de las funcio~,es «penado preoperatono») sugiere la conveniencia de rastrear los
del propio lenguaje. Por una parte, esta el desarrollo de la f~ncwn orígene~ de esa evolución en la~ destrezas cognitivas y de relación de
simbó~ca en gene~al, el hecho ~e que et;t!e los 18 meses. y los cm~? o los bebes de pocos meses que aun no son productores de símbolos ni
seis anos (es decir, en el penado cntiCO del lenguaJe) ~os mnos e~plean «teorías de. la mente», ni poseen aún el lenguaje. los
necesiten casi obsesivamente crear simulaciones de la reahdad. Por Simbolos son, en rea~Idad, conductas sociales elaboradas y el lenguaje
otra, esos mismos niños se hacen cada vez más capaces de compren- es la forma de relaciÓn social más específica y, quizá, más compleja
der las intenciones creencias, deseos y, en general, los estados de los humanos .. Por eso, los orígenes de los símbolos y del lenguaje,
mentales de los qu'e les rodean. Esta capacidad es de~isivamente en lo que se refiere a sus aspectos funcionales, deben buscarse en el
importante en la definición de las funciones del lenguaJe, desde el desarrollo de la conducta social del niño.
momento en que el papel básico del lenguaje parece ser el de La importancia de las raíces sociales de los símbolos ha sido
«transparentar estados mentales» y su uso implica procesos com- destacad.a por los psicólogos interaccionistas, como Vygotski, Mead y
plejos, delicados, y muy rápidos y dinámicos de acomodación .a las sus segmdores en el enfoque al que se ha denomiando «interaccionis-
situaciones mentales de los interlocutores; procesos que se eviden- mo .simbólico» (Blumer, 1981): La perspectiva de estos investigadores
cia~ con especial nitidez (como ya hemos comentado) en las conver- e? Importante, P<?rque pe~mite co~prender para qué se realizan
saciones. Simbolos (y lenguaJe) y no solo en que consisten. De este modo abren
Para algunos investigadores (Leslie, 1988; Cosmides y Tooby, una .vía de re~exión que es básica para comprender la nat~raleza
1987, 1988; Cosmides, 1989) las competencias que subyacen a esos f~ncwnal qu.e tiene el propio lenguaje. La idea de que el origen de los
procesos de acomodación mental son tan específicas de nuestra Simbolos reside en .el desarr.o~lo social y comunicativo, y no sólo en el
especie, y al mismo tiempo tan autónomas con relación a otras de las competencias cogmtivas generales, establece una diferencia
funciones mentales más generales, como lo es el propio lenguaje en clara entre est~ perspectiva interaccionista y las posiciones manteni-
sus aspectos más estructurales. Si bien son demasiado escasos y das por Jean Piaget (1977) y sus colaboradores de la Escuela de Gine-
recientes los datos favorables a esa hipótesis -que merece un esfuer- bra. El punto central de esa polémica es muy instructivo para
zo importante de investigación que aún está en sus comienzos-, la comprender la naturaleza real de los símbolos, por lo que debemos
idea que contiene plantea una posibilidad interesante: la d.e que el destacarlo brevemente.
lenguaje no sólo sea específico (en el doble sentido de exclusivo de la Piaget identifica, en gran parte, las nociones de función simbólica
especie y relativamente independiente de otros sistemas funcionales Y de. representación. Además, tiende a establecer como criterio
de la mente) en sus aspectos más· estructurales, sino también en sus es~nc.Ial de la representación, la capacidad de establecer un mundo
raíces funcionales. Estas raíces parecen hundirse, en realidad, en obJetivo: es decir, de objetos con una consistencia permanente,
202 203
LENGUAJE Y SIMBOLOS: LA DIMENSION FUNCIONAL
PSICOLOGIA DEL LENGUAJE. INVESTIGACION Y TEORIA

independiente de la percepción inmediata y de las versátiles aparien- quién habrían de producirlos? Pensemos en conductas posibles de un
cias (y desapariciones) de los estímulos que se brindan a los sentidos. niño salvaje, que consistieran por ejemplo, en emitir «¡au!» para
Establece así un requisito importante para el desarrollo de la función representar un león, o mover el tronco hacia arriba y hacia abajo,
simbólica, que es la capacidad de evocar lo ausente (los símbolos, ya representando el galope de una gacela. ¿Qué sentido podrían tener?
lo hemos destacado, se componen de significantes diferenciados Ninguno: en caso de que aparecieran rudimentos de esas conductas,
cuyos significados permiten evocar objetos ausentes). La intuición d~ por el hecho de haber sido fuertemente predispuestas por la dotación
la relación entre el desarrollo simbólico y lingüístico del niño, por genética y el curso madurativo de la especie a que ese niño pertenece,
una parte, y, por otra, su capacidad de representarse lo ausente se eliminarían pronto por su absoluta carencia de valor adaptativo en
(determinada por el criterio de la posesión de la «noción de objeto el mundo solitario del niño salvaje. A él le bastarían sus representa-
permanente») se ve confirmada por el hecho de que los niños ciones mentales de objetos ausentes, para manejarse en ese mundo sin
demuestran un alto nivel de desarrollo en esa noción para cuando otras personas. No necesitaría hacer «representaciones de esas repre-
empiezan a producir sus primeros símbolos y palabras, entre los 12 y sentaciones» (es decir, significantes) en un medio sin intérpretes
18 meses. potenciales. Este ejemplo simple permite entender que todos los
Sin embargo, esa constatación no permite desvelar para qué símbolos humanos, y no sólo el lenguaje, poseen un origen comunica-
aparecen los símbolos. ¿Para qué hacen los niños esas conductas tivo y están al servicio de funciones sociales.
especialmente desadaptadas, tales como soplar señalando a una Por eso decíamos en el primer capítulo que los símbolos son
farola o a una vela de cartón o, más aún, representar una lucha con «representaciones de representaciones». Inicialmente, son representa-
una espada inexistente en a mano? Es evidente, que tales conductas ciones externas, que cumplen fines comunicativos. En el desarrollo
sólo adquieren su sentido e ando se realizan con fines comunicativos humano sufren un proceso de interiorización, por el cual los signifi-
y por alguien que percibe aunque no sea consciente de ello- que cantes se condensan y «mentalizan», haciéndose instrumentos de
hay. una mente cap~z de int rpretarlos. En este aspecto, es posible autocomunicación, que cumplen funciones cognitivas importantes y
decir que todos los simbolos ( n el caso del hombre) requieren de una definen el plano de la conciencia «de segundo orden» (de conciencia
cierta intuición mentalista e~sus productores. Probablemente, en de sí mismo) tan característico del hombre. Esta perspectiva, que
otras especies simbólicas, co o las abejas europeas, no sea éste el insiste al tiempo en el origen y naturaleza comunicativa de los
mecanismo subyacente a las re lizaciones simbólicas, pero sí lo es en símbolos y en el carácter semiótico de la conciencia humana, es la que
el homb.re: ~ientras que ~n los ínsectos sociales la ev~lución opta por caracteriza a las posturas interaccionistas de autores como Leo
un~ defi.mcwn muy precisa y detallada de un solo codigo específico Vygotski, George Herbert Mead y los defensores del interaccionismo
premscnto en el genoma, en los humanos sucede que la previsión de simbólico (Blumer, 1981; Mead, 1982; Riviere, 1985b; Schneuwly y
maduración genéticamente determinada (con independencia de lo Bronckart, 1985; Vygotski, 1987; Wertsch, 1988). En ella, se acentúa
detallada que pueda ser en sus aspectos estructurales) se hace solida,- la naturaleza funcional de los símbolos y se definen sus orígenes no
ria de la formación de un mecanismo simbólico general, común al sólo en el desarrollo de capacidades cognitivas generales, o en la
lenguaje y a otras formas simbólicas, y que se deriva de funciones evolución de mecanismos específicos de procesamiento formal del
sociales y destrezas mentalistas. La diversidad de los códigos simbóli- lenguaje (cuya relevancia, por otra parte, no tiene por qué cuestionar-
cos humanos, y la simultaneidad de los periodos críticos de desarrollo se desde la perspectiva interaccionista), sino también en el desarrollo
del lenguaje y de otras formas simbólicas (como el juego y las formas social del niño. No es bastante (aunque sí es imprescindible) que éste
complejas de imitación diferida), constituyen argumentos indirecta- llegue a situarse en un mundo de objetos permanentes, ni es suficiente
mente favorables a esta posición. (aunque sí necesario) que desarrolle ciertos mecanismos de cómputo
Para ilustrar las afirmaciones anteriores, supongamos el caso de formal, para que llegue a producir símbolos y lenguaje. El niño tiene
un niño deprivado completamente del contacto humano en la fase también que situarse en un mundo de seres sociales y percibirlo así:
crítica del desarrollo simbólico. Esa situación de los llamados «niños como un ámbito de seres concebidos como sujetos, es decir, como
salvajes» se ha dado, de hecho, en bastantes casos documentados entidades con intenciones, capaces de experiencia y que son agentes
históricamente (como puede verse, por ejemplo, en la revisión de autónomos de conducta. Como un mundo, en definitiva, de seres
Sk use, 1984). Cuando esos niños son encontrados y sometidos a capaces además de interpretar significantes.
observación, se encuentra sistemáticamente que no producen símbo-
los (su evol~ción P<?Sterior depende de otras variables complejas, vid.
Skuse, op. ctt., y Fnth, 1989). Es natural que así sea, ¿para qué y para

204 205
PSICOLOGIA DEL LENGUAJE. INVESTIGACION Y TEORIA LENGUAJE Y SIMBOLOS: LA DIMENSION FUNCIONAL

5 .2. Algunas pautas sociales en bebés presencia de precursores muy precoces, y que se emplean para
defender la hipótesis innatista de las facultades lingüísticas. Es muy
Las investigaciones evolutivas de las tres últimas décadas han desvela- probable que las pautas de sincronía interactiva se relacionen de
do muchos fenómenos, en bebés de pocos meses, que son relevantes algún modo, aún no bien determinado, con el desarrollo posterior del
para comprender el origen y la función social de los símbolos. Ante lenguaje.
todo, han puesto de manifiesto el hecho de que, si bien rudimentaria- El segundo fenómeno de armonización de gran importancia social
mente, los neonatos son seres sociales desde el principio o, al menos, es la imitación neonatal, que se observa también en ciertas condicio-
producen ciertas respuestas que son precursoras del desarrollo social nes experimentales bien controladas (Meltzoff y Moore, 1977), en los
posterior. Por ejemplo, prefieren formas y gamas estimulares que son que se demuestra que la presentación de modelos de gestos faciales y
características de las personas como estímulos (Mehler y Fox, 1985; movimientos a neonatos se sigue de un aumento de su frecuencia en
Mehler y Dupoux, 1990; Johnson et al., 1991). Se ha demostrado que los propios bebés. Estos patrones imitativos indican la existencia, en
atienden preferentemente a energías sonoras que poseen propiedades los bebés de menos de un mes, de la capacidad ínter-modal de
físicas, de longitud y frecuencia de onda (Eisenberg, 1976), en la gama traducir una entrada visual en un programa motor no visible en el
de la voz humana. Desde los primeros días de vida, los bebés atienden propio cuerpo (Meltzoff y Moore, 1977; Bower y Wishart, 1979).
más a los sonidos de habla que a otros tipos de sonidos (Mehler et al., Pero además poseen una relevancia social definida, debido a un hecho
1988) y también muestran una preferencia visual por estímulos con que no ha sido suficientemente destacado por la investigación evoluti-
las propiedades características del rostro (estímulos móviles, con va, a saber: que la imitación no es sólo un mecanismo de aprendizaje
elementos abultados, moderadamente brillantes, estructurados y con y desarrollo de la conducta, sino también una forma de expresión
un grado de complejidad comparable al de la cara; cfr., por ejemplo, intersubjetiva. Esta formulación permite explicar por qué los trastor-
Gouin-Decaire y Ricard, 1983). Así, están, como si dijéramos, «pre- nos graves en el desarrollo social y comunicativo suelen acompañarse
sintonizados» atencional o perceptivamente hacia el rango estimular de alteraciones en las pautas de imitación (Frith, 1989) y por qué
que proviene de las personas. existe, en niños de 8 a 14 meses, una correlación significativa entre la
Esta presintonización parece ser, además, especialmente poderosa imitación y las pautas comunicativas protodeclarativas (que, como ya
en el caso de un cierto tipo de estímulos sociales, a saber, los de hemos comentado y explicaremos luego más detenidamente, tienen
naturaleza lingüística. Mediante el empleo de métodos experimenta- una especial significación intersubjetiva), pero no entre la imitación y
les sofisticados, tales como los de registro de la frecuencia y duración los protoimperativos, cuya densidad intersubjetiva es mucho menor
de los movimientos oculares de bebés y medición de la tasa de (Brioso, Sarriá y Riviere, 1988).
succión ante estímulos repetidos y nuevos (con arreglo a un paradig- La noción de «intersubjetividad», que estamos empleando, es
ma de habituación-orientación), algunos investigadores han detecta- esencial para comprender el origen funcional de los símbolos y del
do que los bebés ajustan, en muy poco tiempo, su sistema perceptivo lenguaje. Es empleada por Colwin Trevarthen (1982) para explicar
a contornos prosódicos característicos del lenguaje de su comunidad, algunos fenómenos importantes que se observan en los bebés de dos o
dan muestras muy precoces de preferir la voz de su madre y (como tres meses. Como ha sido ampliamente demostrado por la investiga-
veremos más detenidamente en el capítulo octavo) poseen, desde muy ción evolutiva, éstos tienden a producir expresiones emocionales que
pronto, capacidades notables de discriminación fonética (Eimas et al., son especulares o complementarias con relación a las que les mues-
1971; Bertoncini y Mehler, 1981). tran los adultos que les rodean. Trevarthen (1982) acuña el concepto
Por otra parte, los neonatos no sólo están especialmente sintoni- de «intersubjetividad primaria», para referirse a una motivación
zados con relación a estímulos de origen social, sino que además esencial, en el desarrollo, que permite percibir de algún modo inicial-
producen respuestas armónicas con relación a ellos. Dos de esas mente indiferenciado, la «signifi~ación humana» de ciertas expresio-
categorías de respuesta poseen una significación especial en relación nes. Una motivación que poseería una fuerte determinación innata
con esa preparación especial para lo social y aún más específica para y definiría una vía esencial para el desarrollo posterior de los sím-
el lenguaje, de la que estamos hablando. Las primeras consisten en bolos: éstos consistirían en recursos de «intercambio mental», resul-
ciertos patrones de movimiento, que los neonatos producen cuando tantes de la evolución y elaboración de las formas iniciales de
se les habla, y que muestran (al ser analizados en filmaciones pasadas relación mental (es decir, de intersubjetividad), que Jos bebés de
lentamente) una curiosa sincronía con respecto a los moldes prosódi- pocas semanas muestran ya, en la medida en que comparten las
cos del habla (Condon y Sander, 1974). Este fenómeno de «sincronía expresiones emocionales de otros (y, podemos suponer, las emociones
interactiva» es coherente con el resto de datos que sugieren la de otros):

206 207
LENGUAJE Y SIMBOLOS: LA DIMENSION FUNCIONAL
PSICOLOGIA DEL LENGUAJE. INVESTIGACION Y TEORIA

Todo símbolo tiene un motivo -dicen Trevarthen y Logetheti, 1989- que es De este modo, el origen de los símbolos no reside sólo en el
compartido por los que lo emplean. La correspondencia de ideas entre las desarrollo cognitivo de las capacidades de asimilación y representa-
personas que producen o reciben un símbolo es lo que proporciona a éste ción del niño, sino también en el desarrollo afectivo. y emocional. Las
interés y propósito. A menos que exista una congruencia en los conceptos, las pautas de reconocimiento social y aJ?ego, que c?mienzan a desarro-
emociones y las intenciones de las mentes que observan e intercambian el llarse desde el estadio tercero del penado sensonomotor (de cuatro a
símbolo, éste no tiene ni identidad ni uso. Es decir, la recepción y producción de ocho meses) definen un complejo evolutivo relevante para el desarro-
un símbolo se fundamenta en una especie de necesidad mental compartida de él. llo simbólico posterior. Las investigaciones sobre las relaciones entre
¿Cómo se gener::! esta necesidad? pautas de apego y desarrollo simbóli~o en niñ<;>s normales no han
El motivo de los símbolos es siempre comunicativo. Todo símbolo debe
concebirse como un elemento de intercambio entre mentes que tratan de
obtenido un cuadro claro de esas relaciones: defmen, por lo general,
obtener una medida de la correspondencia entre sus conciencias respectivas de correlaciones que no alcanzan significación en poblaciones normales
una realidad que creen que experimentan. En suma, los símbolos son experien- (Bretherton et al., 1979). Sin embargo, los efe~tos neg~tivo,s. de la
cias y acciones cuyo interés y utilidad se derivan de los motivos de conciencia deprivación afectiva temprana sobre las capacidades simbohcas y
cooperativa (pp. 3-4). lingüísticas están ampliamente documentados (Rutter, ~9?0), lo 9u.e
sugiere que son importantes, cuando men?s, unas condicione~ mini-
De este modo, los símbolos son -en la concepción de Trevar- mas de desarrollo afectivo para que los simbolos y el lenguaJe evo-
then- formas complejas de cooperación entre mentes, cuyas raíces lucionen adecuadamente.
últimas hay que buscarlas en su concertación emocional interna (inter-
subjetividad primaria), tal como ésta se expresa en los bebés de dos o 5.3. Las primeras interacciones y el origen de la comunicación
tres meses que sonríen ante la sonrisa de un modelo, lloran ante rostros
tristes, etc. En esta perspectiva, se presupone que el acceso emocional Junto con el desarrollo afectivo, hay otras pautas características de
al mundo interno de otros es previo a (y requisito de) otras formas los bebés de 4 a 8 meses que también son relevantes para el desarrollo
complejas y más cognitivas de acceso, tales como las que se reflejan en posterior de la comunicación intencional. La ampliación del «tiempo»
las conductas comunicativas de los bebés de alrededor de un año, las mental de esos bebés no sólo se define por su aumento de la
pautas simbólicas de los niños de más edad o las habilidades de teoría capacidad retrospectiva de reconocer personas y objetos (tan impor-
de la mente de los preescolares de cuatro o cinco años. tante para la adquisición ?el ví~culo), sino ta~bién por la e.v?luc~~n
Probablemente, la conjugación de los recursos expresivos que el de competencias, por asi decirlo,. :<prospectiv~s»~ de antlcipacwn
neonato posee desde el principio, de las notables capacidades de activa en ciclos habituales de accwn, que delimitan las pnmeras
discriminación de expresiones en rostros de los bebés de dos meses y interacciones propiamente dichas. Tales interacciones anticipatorias
de las competencias de imitación, puedan explicar esas expresio~es (como la que consiste, por ejemplo, en la pauta de levantar los
rudimentarias de intersubjetividad estudiadas por Trevarthen (1982). brazos que suelen mostrar bebés de 6 o 7 meses de edad, cuando los
Un modelo moder~d~mente «jamesiano>> de la emoción (que conciba, adulto~ van a tomarles en brazos y dan señales claras de ello) no
a la manera de Wilham James, la experiencia emocional como per- permiten aún establecer en otros intenciones que previamente no
c~pción .de los cambios somáticos y expresivos que se producen en poseen, como luego van a permitir las primeras conductas comunic~­
ciertas Situaciones de especial significación adaptativa) podría definir tivas propiamente dichas, pero indican cuando menos un reconoci-
un ~e.c~nismo que permitiría explicar las formas primarias de inter- miento temprano y rudimentario de las intenciones de otros en
subJetividad que aparecen en nuestra especie: al imitar las expresiones secuencias muy rutinarias de relación habitual. Además tienen interés
emocionales de otras personas, los bebés tenderían a reexperimentar por otra razón: su estructura.
las experiencias emocionales reflejadas en tales expresiones. Así, A diferencia de lo que sucede con las acciones instrumentales
desde mucho antes de emplear una estrategia intencional en sentido sobre objetos, que implican una relación eficiente con tales objetos y
estricto, y de poseer una «teoría de la mente», los bebés accederían de se constituyen en «ciclos cerrados», las interacciones .son acciones
algún modo a las experiencias internas de otros. Sin esas formas cooperativas de ciclo abierto. Tienen una estruc.tura diferente ~e la
primitiv~,s de acceso, las elab,oraciones más complejas y cognitivas de que poseen las acciones instrumentales. Son acciOnes que, en cierto
u;teraccwn mental , no podnan desarrollarse adecuadamente, y los modo, esperan ser completadas por la acción de otro y que no se
Simbolo~ no contanan con ese sentido previo (dado por el motivo a definen por sí mismas sino por su relación con una estructura
compartir estados mentales) que sugieren Trevarthen y Logetheti construida conjuntamente por dos sujetos al menos. Así, del mismo
(1989). modo que una conversación es una acción cooperativa, en que las

208 209
PSICOLOGIA DEL LENGUAJE. INVESTIGACION Y TEORIA LENGUAJE Y SIMBOLOS: LA DIMENSION FUNCIONAL

intervenciones y turnos sólo alcanzan sentido por su inserción en un tipo de motivación hacia los objetos en que éstos se hacen interesan-
tapiz tejido gracias a la actividad cooperativa de los interlocutores tes con independencia de su valor para la satisfacción de necesidades
(que entrelazan sus mundos mentales a traves de la actividad simbóli- inmediatas. Ese tipo de motivación desinteresada hacia las cosas no
ca), los modestos patrones anticipatorios de los bebés de 6 meses son se observa en otras especies animales, ni siquiera en las más cercanas
ya interacciones abiertas a las acciones de otros, y que poseen de antropoides. Es un requisito esencial que subyace tanto a las
también un sentido cooperativo (cfr. también el capítulo 14). capacidades cognitivas y de representación que están en el origen del
El desarrollo de las primeras interacciones coincide, en esa fase ~enguaie y los símbolos, como a l,as motivaciones comunicativas a que
del desarrollo, con pautas de interés creciente por los objetos y la estos sirven. Las palabras y los simbolos son siempre sobre algo, y en
elaboración de los esquemas y acciones instrumentales con respecto a ese sentido son objetos intencionales. Su forma de serlo, en el
ellos. Los bebés de 7-8 meses demuestran un interés activo por los hombre, responde a una curiosidad generalizada por las cosas, espe-
objetos mucho más marcado que el de los niños más pequeños. Si cialmente cuando sirven a funciones de matiz declarativo. Sin esas
bien este aspecto no ha solido destacarse todo lo que merece, el funciones, la evolución humana del lenguaje resulta literalmente
interés generalizado por los objetos es un requisito de gran importan- incomprensible.
cia para el desarrollo simbólico y lingüístico en el hombre. Y a hemos La compleja organización del código lingüístico tiene, sin duda,
comentado, en capítulos anteriores, que el lenguaje es un sistema componentes arbitrarios y funcionalmente opacos, relacionados con
simbólico de propósitos muy generales y que se diferencia, por ello, desarrollos específicos e irreductibles de sistemas mentales autóno-
de otros códigos simbólicos animales, tales como los de las abejas, mos destinados al procesamiento formal del lenguaje (de estos com-
que sólo se refieren a ámbitos muy específicos del medio (vg. los ponentes hablaremos más extensamente en el capítulo 6). Pero, al
relacionados con los alimentos o la ubicación de nuevos panales). El mismo tiempo, esa complicada estructura se adapta con gran eficien-
lenguaje, por el contrario, es capaz de representar un ámbito amplísi- cia a la necesidad humana de compartir análisis de objetos y expe-
mo de experiencia interna y externa sobre los objetos (aunque es un riencias. Todos los símbolos humanos implican la capacidad de
tema de debate filosófico si es capaz de representar toda la experien- analizar objetos complejos en sus partes, y de comprender las relacio-
cia). Y esto se hace posible en tanto que los objetos interesan al nes entre ellas. Esa capacidad se hace especialmente manifiesta en el
hombre por sí mismos, es decir, en tanto que el hombre es un animal lenguaje, en tanto que éste define una actividad predicativa que está
esencialmente «curioso», al que motiva la realización de análisis en la base tanto de su organización como de su función. A través de
perceptivos y conceptuales sobre las cosas, y que siente interés la predicación (es decir, al enunciar «algo de algo»), el lenguaje sirve
también por compartir tales análisis con sus congéneres. a una motivación de comunicarse sobre objetos que empieza a
El desarrollo de acciones instrumentales de segundo orden (es despuntar en ese interés definido que los objetos poseen para los
decir, de pautas de elaboración de unos instrumentos con otros), a lo bebés de 7-8 meses. A esa edad, los niños dan muestras de un interés
largo de la filogénesis humana, pudo tener un papel importante en la creciente por la forma de los objetos, por las posibilidades de
evolución de ese peculiar «interés desinteresado» por los objetos, tan asimilarlos a distintos esquemas de acción y por su posible valor
específico del hombre. Este punto ha sido destacado perspicazmente inst~umental. Poco después, los niños empiezan a comunicarse, en
por Perinat (1986): sentido estricto, acerca de los objetos. Los convierten en temas de sus
relaciones con los demás. En los últimos meses del primer año de
Hay razones que dan pie a pensar que la especie humana se fue configurando vida, las relaciones del niño con las personas, .inicialmente atemáti-
gracias a una expansión súbita en su comercio con el medio natural, lo cual cas, se hacen temáticas y este proceso juega un papel importante en la
tiene su punto de arranque en el recurso a los Útiles. Primero fue el aprovecha-
aparición de las primeras pautas de relación a las que podemos
miento intencional de «formas>> (módulos líticos), luego su fabricación intencio-
nada. A partir de este momento, la percepción del entorno adquiere una nueva
llamar comunicación, en un sentido estricto. .
dimensión ... El objeto, el útil artificial, genera un nuevo haz de motivaciones Los psicólogos evolutivos denominan «triangulaciÓn» al proceso
cuyas manifestaciones primerizas e indiferenciadas son la atención que presta la por el cual los niños se hacen capaces de comunicarse con otros sobre
criatura humana a los objetos de su entorno y la potencialidad que éstos poseen los objetos, formando un triángulo relacional cuyos vértices estarían
para dar pábulo a su actividad incipiente (pp. 49-50). definidos por los compañeros de interacción y el tema-objeto que
comparten. Este proceso, por el cual los niños llegan a compartir
El hecho de que los objetos puedan convertirse en instrumentos de referentes, es relativamente lento y no se completa hasta el segundo
instrumentos, la utilidad potencial de cualquier objeto del medio, año de vida. Como ha señalado Schaffer (1979), los niños de 7-8
sería decisivo -según esta interpretación- para el desarrollo de un meses no parecen poseer aún la capacidad de atención suficiente

210 211
PSICOLOGIA DEL LENGUAJE. INVESTIGACION Y TEORIA LENGUAJE Y SIMBOLOS: LA DIMENSION FUNCIONAL

cot?o para asimilar, e~ un mismo .curso de acción, los esquemas de carácter protodeclarativo, y admitiría mejor una traducción enuncia-
obJeto y de persona. Solo en el penodo 12-18 meses esa capacidad se tiva, del tipo «¡qué coche tan bonito!».
ha desarrollado lo suficiente como para considerar establecida la Ahora podrá entenderse mejor por qué señalábamos, en otro
pauta de triangulación. momento, que las comunicaciones de matiz declarativo contienen una
En esa edad, los niños muestran ya conductas claramente inten- implicación intersubjetiva mayor que las protoimperativas. La razón
cionadas, referidas a objetos, de relación comunicativa. A través de es que su objetivo específico es esencialmente mental: afectar a la
esas conductas (y a diferencia de lo que sucede con los patrones atención, al interés, las creencias, etc., de alguien. De hecho, esas
~nticii?atorios de los 6-7 meses) son capaces de crear en otros pautas comunicativas no se satisfacen mediante cambios en el mundo
mtencwnes nuevas, que responden a sus objetivos de comunicación. físico externo de los objetos y sucesos del medio, sino en el contexto
Estos objetivos pueden ser de dos tipos, y definen así dos grandes mental de sus intérpretes, al menos tal como éste se expresa a través
categorías ?e
co~ductas comunicativas presimbólicas, que caracteri-
de su conducta. Así, la satisfacción del acto de señalar de ,M. se
producirá en tanto que ese acto suscite el interés de su madre, o
zan 1~ Jase tlocutiva del desarrollo de la comunicación infantil, en que
los mnos emplean lo que Bates (1976) ha denominado «realizativos gestos de excitación también en ella, etc. Por el contrario, la satisfac-
-performatiz:es- gestuales» para lograr sus fines: ción del acto protoimperativo se produce en tanto que se realiza un
cierto cambio en una situación física de hechos: M. estaba primero en
el suelo y luego, después de que su actividad comunicativa quedó
1) Los protoimperativos, que consisten en la realización de
vocalizaciones y gestos, de carácter propositivo, dirigidos a un objeto satisfecha, en los brazos de su madre.
Estas observaciones ayudan a comprender por qué los protodecla-
y una persona, con el fin d~ conseguir el objeto a través de la persona. rativos son mucho más sensibles que los protoimperativos a los
2) Los protodeclaratwos, en que los gestos y las emisiones trastornos en las capacidades intersubjetivas y mentalistas de los
cumplen la función de compartir con la persona el interés o la niños (Curcio, 1978; Wetherby y Prutting, 1984) y en qué se justifica
atención con respecto al objeto. la afirmación de que los protodeclarativos implican el desarrollo de
un nuevo nivel de intersubjetividad, al que Trevarthen y Hubley
Un ejemplo simple puede servirnos para comprender la diferencia (1978) denominan «intersubjetividad secundaria», y que consiste en la
muy esencial, entre estos dos tipos de actos comunicativos: ' motivación deliberada a compartir los intereses y experiencias con
otros. Esta motivación sólo puede explicarse a partir de una intuición
11. M., a los 15 meses, emite vocalizaciones y toca intencionadamente la falda de su rudimentaria de los otros como seres con mente, es decir, capaces de
madre cuando ésta pasa junto a él. Luego, una vez asegurada la atención de su
experiencia, y esencialmente idénticos al propio sujeto que realiza el
madre, levanta sus brazos hacia ella mientras la mira, hace gestos de incorporarse
y produce nuevas vocalizaciones, haciendo manifiesto su deseo de ser tomado en acto comunicativo.
brazos. Entonces su madre le toma en sus brazos y se acerca con él a la ventana Aunque los gestos presimbólicos y las vocalizaciones preverbales
para mirar por ella. Cuando cruza un veloz coche de color rojo, M. emite nuevas de los niños de alrededor de un año tengan una enorme significación
vocalizaciones mientras lo señala con su dedo índice y mira alternativamente al evolutiva, presentan aún una limitación im~ortan~e: su~ :eferentes tie-
coche y a la madre. nen que estar necesariamente presentes. S1 algmen dtnge su palma
abierta, extendida, hacia algo, mientras mira a su compañero de
relación, con el fin imperativo de obtenerlo, hace necesario que haya
. En ~1, M. ~a producido dos patrones comunicativos que se algo presente para que su gesto pueda ser entendido. Lo mismo
dif~rencian funciOnalmente con mucha claridad. Con el primero sucede cuando alguien señala algo con el dedo índice: es obvio que lo
(mirar a la madre, elevar sus brazos, haciendo gestos de incorporarse) señalado debe estar presente. ¿Cómo es posible realizar esas funcio-
trataba de obtener algo de la madre: ser tomado en brazos. Su nes comunicativas de pedir y declarar, cuando sus referentes no están
real,iza~ión comunica.tiva era. de naturaleza protoimperativa, y podría presentes? En ese caso, se hace necesario representar los referentes
traau~~~se como un Imperativo verbal. De hecho, la pauta del niño mediante símbolos.
per~mt10 establecer en la madre una intención que previamente no
tema (la de tomarle en brazos), y así logró la satisfacción de un deseo.
Po.r el contrario, es~ muy probable que M. no quisiera obtener el coche
roJo, cuando lo senalaba en su segunda conducta comunicativa sino
~ás ,bien compartir con su madre su experiencia, su excitación e
mteres con respecto a ese objeto. En ese caso, su comunicación era de

212 213
PSICOLOGIA DEL LENGUAJE. INVESTIGACION Y TEORIA LENGUAJE Y SIMBOLOS: LA DIMENSION FUNCIONAL

6. LA ESPECIFICIDAD FUNCIONAL DE LOS SÍMBOLOS Y EL LENGUAJE 2) Categorías de nivel sintagmático (tales como los sintagmas
nominales, verbales, etc.) que, incluyendo en su interior elementos de
Los primeros símbolos de los niños se ponen al servicio de funciones las categorías léxicas, permiten definir objetos concretos, estados
comunicativas anteriores a ellos. Pero eso no quiere decir que no definidos, localizaciones y propiedades específicas, relaciones bien
impliquen un desarrollo de tales funciones, ni que sean funcionalmen- delimitadas, etc.
te equivalentes unos a otros. Es cierto que el desarrollo de los 3) Reglas que permiten establecer correspondencias entre las
distintos sistemas simbólicos es solidario, pero éstos implican modos oraciones y sus significados, o diferenciar los papeles que juegan los
diferentes de representación adaptados específicamente a funciones diferentes objetos de los que «se dicen cosas», en el lenguaje.
diversas. En el momento en que posee funciones comunicativas 4) Afijos verbales, que señalan la distribución temporal de los
elaboradas de petición y declaración, la capacidad de representarse sucesos, etc.
mentalmente objetos ausentes, y la motivación de comunicar sus
representaciones a otros, el niño comienza a desarrollar un determi- Además, el lenguaje permite que unas ideas sirvan de argumentos
nado sistema simbólico para el que parece estar especialmente prepa- de otras, estableciendo jerarquías entre ellas, emplea recursos para
rado por la naturaleza, y que es especialmente eficiente para comuni- definir relaciones que afectan a ideas completas (como su valor de
car sutiles análisis sobre objetos ausentes. Ese sistema es el lenguaje, verdad, su intención comunicativa, etc.), permite distinguir aspectos
que no se limita a transmitir imprecisos estados internos de excita- tales como el grado de determinación de los objetos a los que se
ción interés o atención hacia los objetos, sino análisis cada vez más refiere, la relación intencional de los hablantes con respecto a ellos
precisos de ellos, gracias a que posee en su nú~leo m~s ~senci~l una (aspectos tales como si son objetos de deseo, creencia, certeza ... ), etc.
naturaleza predicativa, es decir, a que permite atnbmr acciOnes, No debemos detenernos ahora en un análisis pormenorizado de los
propiedades y relaciones a los objetos. . mecanismos formales que justifican la observación de que el lenguaje
Al representar relaciones complejas entre estructuras que defmen es un sistema diseñado específicamente para esa función de comuni-
propiedades y relaciones predicadas de objetos, el lenguaje se sube car proposicionalmente intenciones. Lo que sí debemos destacar es
sobre los hombros de los mecanismos funcionales en los que se que ese sistema, complejo y eficiente, permite desbordar, diferenciar y
sustenta originariamente y permite la realización de nuevas funcio- especificar las funciones comunicativas más rudimentarias que se
nes, más diferenciadas y precisas que las que cumplen los gestos cumplen con los «realizativos preverbales», o con otros sistemas
ilocucionarios de naturaleza presimbólica. simbólicos no tan especializados como el lenguaje en funciones
El lenguaje cumple así una función global y esencial, que ahora propiamente comunicativas.
estamos en condiciones de definir de forma precisa: la función de Las funciones globales, de naturaleza imperativa o declarativa, se
comunicar proposicionalmente intenciones. Ello quiere decir que refinan y diferencian a medida que los niños desarrollan su lenguaje.
define tales intenciones a través de un sistema de signos que, debido a Este va adquiriendo nuevas funciones, a lo largo de ese desarrollo,
su estructura, es muy eficiente para transmitir ideas sobre los objetos que le hacen cada vez más capaz de cumplir su misión básica de
(concretos o abstractos, físicos o mentales). Tales «ideas» no consis- compartir ideas y comunicar intenciones.
ten sólo en propensiones indiferenciadas, vagos propósitos o intere~es
indefinidos, sino en representaciones mentales, a las que se denomma
técnicamente «proposiciones», y que establecen relaciones de orden 7. EL DESÁRROLLO DE LAS FUNCIONES COMUNICATIVAS
superior entre objetos, propiedades de ellos, acontecimientos y rela- DEL LENGUAJE
ciones de nivel inferior.
Pinker y Bloom (1990) han destacado hasta qué punto es ~1 ¿Cómo se desarrollan las funciones comunicativas del lenguaje en el
lenguaje un sistema especialmente eficiente pa~a representar .proposi- proceso de adquisición de éste? En las últimas dos décadas, los
ciones, es decir, ideas en que se predican propiedades o relaciOnes de investigadores del lenguaje infantil han propuesto diversas taxono-
objetos. Su diseño formal establece una jerarquía de gran poder, en mías funcionales, que han empleado para responder a esa pregunta.
que se definen unidades como las siguientes: En términos generales, tales taxonomías tratan de categorizar las
intenciones con que se realizan las emisiones lingüísticas, y que son
1) Categorías léxicas (como las de nombre, adjetivo, preposi- las raíces de sus características funcionales (intenciones tales como
ción, verbo) que distinguen ciertas categorías ontológicas fundamen- rechazar, comentar, demandar objetos o informaciones, etc.), pero,
tales (objetos, estados, cualidades, cambios, etc.). por lo general, presentan dos problemas:

214 215
PSICOLOGIA DEL LENGUAJE. INVESTIGACION y TEORIA LENGUAJE Y SIMBOLOS: LA DIMENSION FUNCIONAL

1~ En primer lugar, su propia diversidad, que se relaciona con serían las raíces de los progresos funcionales del propio lenguaje: 1)
un mvel de desar~ollo relativamente bajo en la conceptualización de primero define el niño un «modelo instrumental»~ al darse cuenta de
los aspectos funciOnales del lenguaje en comparación con los más que «el lenguaje se usa como un medio para que las cosas se realicen»
formales y estruc.t~rales. Esa ?iversidad constituye una dificultad (1982, p. 4), y de él se diferencia y deriva 2) un «modelo regulador»,
para. la acumulacwn de conocimientos precisos sobre la evolución que se refiere al uso del lenguaje como medio para regular la
funciC~nal ~el le~guaje. ~as diferentes taxonomías emplean, con fre- conducta de otros. El modelo regulador expresa, en cierto modo, una
cuencia, dimensiOnes diferentes de clasificación o lo que es peor intuición más interna y profunda sobre el lenguaje que el puramente
.
p~e de suce der que una mi~ma taxonomía entremezcle ' dimensiones y' instrumental, pero parte de él. Ese mismo vector de profundización
mveles conceptualmente diferentes en un mismo nivel clasificatorio del modelo anterior es el que explica 3) la diferenciación de un
con lo q~e es frecu~nte que los ?atos obtenidos al aplicar una ciert~ «modelo interacciona[»~ que «Se refiere a la utilización del lenguaje en
tax~nomia al estu~IO del lenguaJe infantil luego no puedan reconcep- la interacción entre el yo y los demás» (ibid.~ p. 6), a partir del cual se
tuahzarse en los terminas de otras. diferencia 4) un «modelo personal»~ vinculado a la aparición de
2) En segundo, l~gar, las taxonomías funcionales presentan los alguna clase de conciencia del lenguaje como aspecto de la propia
pro.blemas metod~logic~s comunes a todas aquellas categorías que se individualidad. Al profundizar el niño, cada vez más, en este último
d.envan. del plano mtencwnal de descripción. Por ejemplo, determinar modelo, reconoce nuevas funciones del lenguaje, tales como las
SI .algmen «re~haz~» o «de~anda», «pide informaciÓn» 0 «pide expresadas por 5) el «modelo heurístico»~ por el que el lenguaje se
?bJetos».' etc., Imph~~ ~acer I~fer~~cias sobre sus intenciones, y esas concibe como un medio para investigar y conocer la realidad, 6) el
mfe~enc~as: a) s.on ~h.ftcdes de JUStificar con el rigor que requieren las «modelo imaginativo»~ que permite emplear el lenguaje para crear
ex~h.cacwnes cientiftcas, b) se basan en relaciones complejas entre entornos mentales cada vez menos sometidos a la realidad inmediata,
emisiOnes y contextos, no siempr~ fáciles de observar, y e) pueden y finalmente, 7) el «modelo representativo» o «informativo», que
~leyar _a estruc~~ras muy comp.lejas, .~omo sucede cuando alguien define el hecho de que «el niño se da cuenta de que puede transmitir
<ptde mformacwn, pero con la mtencwn subyacente de pedir algo>> un mensaje a través del lenguaje, un mensaje que se refiere de modo
«rechaza, pero en realidad demanda», etc. ' específico a los procesos, personas, objetos, abstracciones, cualida-
des, estados y relaciones del mundo que le rodea» (ibid.~ p. 8).
~ pesar de .todo ello, el estudio del desarrollo funcional del len- Para Halliday, las funciones instrumental, reguladora e interacti-
gu~Je ha obtemdo resultados imp~rtantes en los últimos años (Belin- va definirían un primer plano, pragmático~ de desarrollo funcional
chon, 1985), Y sobre todo permite sostener ciertas hipótesis muy del lenguaje. Los otros modelos serían expresiones de otro plano
coherentes con algunas ideas presentadas en este capítulo. Son las general, el matético~ por el que el usuario del lenguaje lo emplea
siguientes: como instrumento para describir la realidad o aprender sobre ella. En
su presentación de las funciones señaladas, Halliday parece oscilar
1) El. curso .de la evolución de las funciones lingüísticas es, en entre la idea de que el niño realmente elabora (en un plano intuitivo)
gran n:ed1da, umv:rsal (au~que no se hayan llegado a explicar los ciertos modelos mentales del lenguaje, de los que provendrían sus
mecamsmos evol~~Ivos pr~cisos responsables de esa universalidad). funciones, y la concepción más habitual de que las funciones no se
2) La evolucwn funci?nal del le~guaje es relativamente precoz, basan en teorías implícitas o modelos mentales acerca del propio
al menos en lo que se reftere a funciOnes esenciales. Estas parecen lenguaje, sino de la acción misma que el niño realiza cuando lo usa.
habers~ completado antes de terminarse el desarrollo estructural del El desarrollo funcional posterior a la formación de los modelos
lenguaJe. anteriores se entiende en términos de la formación de «macrofuncio-
nes» (tales como la ideativa~ la interpersonal y la textual), cuya
~ntes de revisar pruebas favorables a esas hipótesis, debemos relación con las emisiones específicas sería muy indirecta y definida
r.efe~Irn?s ·breveme~te a algunas de las clasificaciones de las funciones por un sistema gramatical con un gran potencial para realizar funcio-
lmgmsttcas que mas se han empleado para estudiar su desarrollo. nes más específicas. Tal es funciones o usos no hallarían una expre-
l!na de las taxonomías más utilizadas ha sido la propuesta por sión tan transparente en las estructuras del lenguaje del adulto como
~~lhday (197~, 198~), ~.pa~tir del estudio de las emisiones significati- en las emisiones prelingüísticas y lingüísticas de niños de menos de
adel~ producct~nes lmgmsttcas de su pro.~io hijo, desde los 9 meses en dos años, y en los adultos podrían conjugarse de formas complejas en
nte. Halhday propone que el mno se va creando diversos una misma y única emisión lingüística.
«modelos del lenguaje», a medida que lo emplea y desarrolla, que A pesar de que las aportaciones de Halliday han sido precursoras
216 217
PSICOLOGIA DEL LENGUAJE. INVESTIGACION Y TEORIA LENGUAJE Y SIMBOLOS: LA DIMENSION FUNCIONAL

en el estudio de las funciones del lenguaje y contienen numerosas En una investigación sobre el desarrollo de las funciones lingüísti-
intuiciones de gran interés, se prestan también a alguna confusión cas en niños bilingües y monolingües, Vila (1985) ha empleado las
conceptual y no se han visto corroboradas en todos sus aspectos por categorías de McShane, con una modificación consistente en asimilar
investigaciones posteriores sobre el desarrollo funcional del lenguaje las pautas de intercambio a la función reguladora. En la investigación
(Dale, 1980a). Se observa, en esa categorización, una propensión a citada, se define además una primera función, expresiva, que provie-
entremezclar, de forma peculiar, aspectos que se refieren a la dimen- ne de pautas del niño anteriores al propio lenguaje.
sión comunicativa del lenguaje con otros que se sitúan, más bien, en Una de las clasificaciones más completas y elaboradas de las
su dimensión representacional. Así, se define una función o modelo funciones del lenguaje fue la realizada por Dale (1980a), en un intento
«representacional», que se deriva de la evolución de las categorías de dar solución a algunos de los problemas de las clasificaciones
pragmáticas previas, sin tomar en consideración el hecho de que anteriores, y en concreto a la mezcla en ellas de dimensiones de nivel
todas las actividades lingüísticas incluyen propiedades representacio- diferente como criterios de taxonomía. Para analizar las funciones del
nales y son de naturaleza pragmática, aunque sea relativamente lenguaje infantil, Dale (1980a) estableció dos niveles de análisis: 1) el
tardía la conciencia, o la utilización deliberada, de tales propiedades. «estatuto de diálogo» de las emisiones, y 2) su categoría pragmática.
Estas dificultades parecen relacionarse con la dificultad para deslin- El estatuto de diálogo permite diferenciar si las emisiones son 1)
dar, en el modelo de Halliday (1982) las funciones de (acto del espontáneas, 2) respuestas, 3) elicitadas, 4) imitaciones espontáneas
lenguaje, de los modelos mentales que los sujetos puedan tener sobre de respuestas de adultos, 5) repeticiones que los niños hacen de sus
ellas. propias emisiones, y 6) otras emisiones no asignables a ninguno de los
Los problemas apuntados se superan en la clasificación funcional grupos citados. La taxonomía de funciones pragmáticas de Dale, por
de Dore (1975), basada conceptualmente en la teoría de los «actos de su parte, diferencia trece tipos de emisiones (denominaciones, atribu-
habla» propuesta por Searle (1969), a la que luego nos referiremos. tos, demandas, comentarios, referencias verbales al pasado o al
En esa taxonomía, derivada del estudio de los usos infantiles del futuro, demandas de objetos no presentes, demandas de información,
lenguaje en el periodo en que sus emisiones constan de una sola afirmaciones, negaciones, emisiones de rechazo, indicación de no
palabra, establece nueve «actos de habla primitivos», que se observan existencia, llamadas de atención y expresiones ritualizadas).
ya en esa fase inicial del desarrollo lingüístico: son 1) actos de En una investigación sobre la adquisición de las funciones prag-
etiquetado o denominación, 2) repeticiones, 3) respuestas, 4) deman- máticas del lenguaje, Belinchón (1985) empleó la taxonomía de Dale
das de acción, 5) demandas de respuesta, 6) vocativos, que cumplen para valorar el desarrollo funcional del lenguaje espontáneo, en
una función de llamada, 7) saludos, 8) protestas, y 9) prácticas situación de juego libre, de un grupo de catorce niños de 12 a 42
(emisiones no dirigidas al adulto ni ligadas a los contextos en que se meses. Además, los niños fueron evaluados en una serie de tareas
realizan). estructuradas diseñadas específicamente para elicitar en los niños
Un sistema taxonómico de funciones más completo que el de actos comunicativos. Sus resultados demostraban que: 1) los niños
Dore es el propuesto por McShane (1980), que amplía el análisis más poseen una amplia gama de funciones pragmáticas antes de comple-
allá de las producciones «holofrásicas» de una sola palabra. Ello le tar ·su desarrollo sintáctico, tal como sugerían otras investigaciones
lleva, en primer término, a definir funciones no incluidas en la anteriores (Greenfield y Smith, 1976; Ingram, 1974; Halliday, 1975);
clasificación de Dore, tales como las de atención, descripción, infor- 2) a diferencia de lo sugerido en alguno de esos estudios (Snyder,
mación, etc. En su modelo final, McShane limita a cinco las grandes 1978), el desarrollo de las funciones pragmáticas no parece ser del
funciones que el lenguaje adquiere a lo largo del desarrollo: 1) la de todo independiente del grado de desarrollo estructural del lenguaje, y
regulación, que implica el intento de controlar la conducta de los 3) el orden de adquisición de las funciones pragmáticas es relativa-
otros por medio del lenguaje, 2) la de declaración, que se manifiesta mente universal. Las más complejas y tardías son las relacionadas con
en las emisiones que nombran o describen una situación, o bien realidades no presentes o con la negación de existencia de algo, que
proporcionan información sobre ella, 3) la de intercambio, en emisio- implican aparentemente capacidades de representación más podero-
nes que acompañan a actividades de dar o recibir objetos, 4) la sas y «desligadas>> de lo inmediato. Las más precoces, las categorías
función personal, que se expresa en emisiones referidas a lo que el de denominación, atributo, afirmación y llamadas de atención. En el
niño hace o va a hacer, así como en rechazos y propuestas, y, cuadro 5.1, se muestra el orden de adquisición de las funciones, tal
finalmente, 5) la función de conversación, que se refleja en formas de como se definió en la investigación de Belinchón (1985).
imitación, respuesta a preguntas, continuación de un intercambio A pesar de poner de manifiesto la relativa universalidad y precoci-
lingüístico y realización de preguntas. dad de las funciones pragmáticas, la investigación de Belinchón

218 219
LENGUAJE Y SIMBOLOS: LA DIMENSION FUNCIONAL
PSICOLOGIA DEL LENGUAJE. INVESTIGACION Y TEORIA

tesis que defiende la independencia relativa de ciertos «módulos


Núm. formales» (de los que hablaremos más en los próximos capítulos) de
Función sujetos tratamiento del lenguaje.
Denominación .................................................................. 14

~~~;~u:~ó·~.::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::
14
13 8. LOS ACTOS DE HABLA
Llamadas de atención ......................................................... 12
Comentarios ................................................................... . 11 En su uso normal el lenguaje es una actividad con sentido. Esa
N egacton
., ....................................................................... .
11 observación obvia ~osee mucho más valor potencial, p~ra co~pren­
Demandas de objetos presentes ............................................. . 10 der las funciones del lenguaje, que el que aparen~~ ~ p~1m~r~ vista, Y
Tiempos verbales de pasado o de futuro ................................ .. 10 ha constituido el punto de partida de algu~~s anahsi~ filosof1cos muy
Emisiones ritualizadas ........................................................ . 9 útiles para profundizar en esa co!llpren~wn (Aust.m, 1962; Searle,
Rechazo 8 1969). Con el lenguaje realizamos ciertos tipos especiales de acto_s, los
Demanda. d~. i~{;;~~~i6~ .. :::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::: 8 «actos de habla», que 1) son específicos de los signos, es decir., no
pueden realizarse con otros ~nstrumentos qll:e no s~an el lengll:aJe o,
Demanda de objetos ausentes ............................................... . 4
N o existencia ··································································· 4
cuando menos, signos de algun tipo y 2) se ~hferenc1an en tres tipos o
Cuadro S .1. Orden de dificultad en la adquisición de las funciones pragmáticas
niveles: lo que hacemos, en el hecho de decir algo, _lo que hacemos al
o~t~nfdo en el es~~dio de Belinchón (1?85) y dete~minado por el número de niños que decirlo, y lo que hacemos por e.l hecho de dec1rl?. Veamos, . por
uuhzo cada funcwn de forma espontanea en algun momento del estudio (N= 14). ejemplo qué tipos de actos se reahzan cuando se emite un enunciado
como 1l,
que se corresponde con el título de un libro del narrador
norteamericano Raymond Carver:
(1985) pe~mitía detectar ~lgunas limitaciones de la taxonomía y los
procedimientos de Dale: ciertas conductas de clara intención comuni- 12. ¿Quieres hacer el favor de callarte, por favor?
catiy~ n~ ,se incl.uyen en ella (~or ejemplo, pautas ostensivas) y la
clasificacwn no mcluye categonas para las emisiones que cumplen Lo primero y más evidente que hace quien emite esa delicada
funciones interpersonales o realizativas. petición es precisamente decir: «¿Quieres hacer el favor d~ ca.l~arte,
En general, las investigaciones sobre el desarrollo de las funciones por favor?». En suma, lo primero que se prod~ce es la reahzacH;m de
comunicativas han puesto de manifiesto la relativa anticipación del una locución. Como dice el filósofo John Austm (1962), se efec.tu~ ,un
acto locutivo. Pero en un cierto plano diferente de descnpcwn,
desarrollo funcional con respecto al estructural. Ese es un dato
podemos afirmar qde también se hace otra cosa: pedir. Al realizar el
indi.recta~ente ~avorable a la id.ea, anteriormente apuntada, de que
las mtencwnes J~egan un papel Importante en el procesamiento top- acto de habla, se está pidiendo -o, más. aún, ~~gando- a alguien
down del lenguaJe, y en su desarrollo ontogenético. Con independen- que tenga la amabilidad de callarse. Pedir, sohc1tar, rogar, no son
cia de !a ~utonomía que puedan tener los componentes formales del actos que correspondan al plano de descripción locutivo, si~o que se
lenguaJe, estos parecen requerir la génesis previa de funciones básicas. producen al realizar locuciones. No son cosas que se realicen en el
Cuando no se alcanzan algunas de esas funciones, el lenguaje no sólo hablar (aunque puedan también marcarse. explí~ita~ente, como al
se altera en sus componentes pragmáticos, sino también en algunos decir «te pido que hagas el favor ... e~c.» ), smo m~s b~en al hablar. Se
aspectos estructurale~, pero no ~n todos ellos (Frith, 1989). Sin corresponden con el tipo de funci.ones comumcativas a que nos
embargo, el hecho. mis m? de que estos puedan alcanzar algún grado hemos referido en el apartado antenor, y que se expresan en verbos
de desarrollo en suJetos sm funciones comunicativas tan básicas como tales como aseverar, demandar, exigir, declarar, definir, etc. A es.tos
todas aquellas que implican compartir experiencia, expresa también actos, que se realizan al hablar -en tant? q~e hablar consi.ste
con claridad el hecho de que los componentes mentales dedicados al precisamente en realizar una actividad comumcativa- los denomma
tratamie~to formal del lenguaje poseen, en efecto, un cierto grado de Austin actos ilocutivos.
autono~Ia con respecto a los aspectos funcionales (cfr. capítulo 15).
Hay algo más que se realiza al decir eso: se afect~ ~'alguien. Por
El fenomeno aberrante de un lenguaje sin finalidad función ni ejemplo, puede suceder que el receptor de la em1s10n 12 qu~~e
convencido de que lo que debe hacer es callarse (aunq~e tamb1en
sentido, que se o_bserva en alguno~ casos .de trastorno ~rofundo del
desarrollo, constituye un alegato aun no bien explotado a favor de la puede sentirse avergonzado, al darse cuenta de que hab1a hablado

220 221
PSICOLOGIA DEL LENGUAJE. INVESTIGACION Y TEORIA LENGUAJE Y SIMBOLOS: LA DIMENSION FUNCIONAL

demasiado, o confuso, ante una realización lingüística tan irónica- ilocutivos (Searle, 1983). Austin (1962) calculó la existencia de un
mente educada como «¿Quieres hacer el favor de callarte, por fa- millar, aproximadamente, ~e verbos de esta clase en inglés (Austin,
vor?»). A esos efectos que se producen por el hecho de decir, Austin 1962), a los que se denomma «verbos realizativos». Los diferentes
los llama actos perlocutivos. Persuadir, convencer, avergonzar, con- leng~ajes pueden servi.rse de recursos diversos para marcar lo que
fundir son también cosas que pueden hacerse con el lenguaje. Son Austm y Searle denomman «fuerza ilocucionaria» de los enunciados
actos perlocutivos, o subproductos (de ahí el pr~fijo «per-») que se es dec!r, el tipo de intenciones que definen. Por ejemplo, tienen u~
desprenden de decir ciertas palabras en un determinado contexto, papel Importante en este aspecto los moldes prosódicos de las emisio-
desde el momento en que tales palabras afectan a estados internos de nes, y en ocasiones recursos léxicos (palabras que se refieren específi-
alguien. camente a la fuerza ilocucionaria de las emisiones como los verbos
De este modo, cuando el lenguaje se toma como actividad, resulta menci~n~dos del castellano), sintácticos o morfoló~icos. Ejemplos de
posible definir en esa actividad tres planos o niveles descriptivos estos ~lt~mos .se hallan. en la lengua esquimal, en que las oraciones
diferentes: locutivo, ilocutivo y perlocutivo. Estos planos no surgen enunciativas, mterrogattvas e imperativas se distinguen por la flexión
simultáneamente a lo largo del desarrollo de la comunicación. Como verbal, como cuan~~ se diferencian Nerivutit («TÚ comes»), Nerivit
han demostrado Bates y sus colaboradores (Bates, 1976; Bates et al.~ («¿Comes?») y Nerzgtt («¡Come!»). Otro ejemplo es el del coreano en
1979), el plano perlocutivo se define incluso antes del desarrollo de la que la mism~, función es realizada m.e1iante partículas en posi~ión
comunicación intencional en sentido estricto. Ello es así debido a que fmal de oracwn: Na ka ka kess ta («tre» ), Na ka ka ma («prometo
no es necesario que los signos sean intencionales para que afecten a ir»), Uli ka ka ca («Vamos»), Ne ka ka la («¡Vete!»), etc. (Lee y
un intérprete potencial de ellos: el llanto de un neonato puede hacer Maxwell, 1970; Sadock, 1988).
que su madre se sienta confusa por ese signo expresivo, sin que ello Sin embargo, es frecuente que no se empleen, en los usos lingüísti-
signifique ninguna intencionalidad en el neonato. Por otra parte, el cos cotidi~nos, .marcadores específicos de los actos ilocutivos, y que
plano ilocutivo exige el desarrollo de pautas de comunicación inten- la fuerza tlocuttva de los enunciados sea inferida por los intérpretes
cional, aunque no necesariamente de lenguaje: el niño que mira a su del lenguaje, al relacionar emisiones y contextos. Además, puede
madre, levanta los brazos y hace gestos de auparse, define su inten- suceder que los indicadores superficiales de fuerza ilocutiva no coinci-
ción de ser tomado en brazos, al hacer esos gestos. Por eso decíamos da~ con la, intención subyacente a los actos de habla, que es la que
en apartados anteriores que los bebés de 9 a 12 meses pueden hacer defme el nucleo de esa fuerza. Ello permite la generación de actos de
cosas tales como pedir (protoimperativos) o declarar (protodeclarati- habla indirectos, en que el significado literal es sólo una vía indirecta
vos), por medio de gestos, situándose ya en una «fase ilocutiva» de para acceder al intencional. Este fenómeno de indirección es muy
desarrollo comunicativo. La «fase locutiva», posterior a ésa, exige frecuente, y se produce en enunciados tan simples como 13:
obviamente el desarrollo del lenguaje. ·
El acto de habla más crucial-y debatido- de los propuestos por 13. ¿Sabes qué hora es?
Austin es el ilocutivo. Sadock (1988) explica con mucha claridad ese
carácter nuclear del plano ilocutivo mediante un ejemplo un poco En 13, se realiza literalmente una pregunta acerca de cíertos
violento, pero muy gráfico: conocimientos del oyente (de modo que una respuesta literal sería
contestar «SÍ, la sé», o «no, la desconozco»), pero frecuentemente se
El acto ilocutivo es crucial para el hecho de habla en el mismo sentido en que usa como petición o mandato («dime la hora que es»), cuando no de
matar a un oficial es crucial para un asesinato, mientras que realizar un acto formas aún más indirectas («son las cuatro, y aún estamos sin
locutivo sería algo así como apretar el gatillo y realizar un acto perlocutivo comer»). En el capítulo décimo nos referiremos más extensamente a
sería como causar la caída del gobierno (p. 230). estas formas indirectas de lenguaje. De este modo, el lenguaje permite
conjugar diversos planos intencionales en una misma emisión, gra-
Como han destacado John Searle (1983) y Austin (1962), muchos duando su fuerza ilocutiva, con finalidades tales como las de «ser
lenguajes naturales poseen numerosos verbos o frases verbales para educado>>, «sugerir», etc. La distinción y combinación de intenciones
referirse a la clase de los actos ilocutivos -o ilocucionarios-. Así, aparentes y subyacentes es uno de los recursos que permiten que el
verbos castellanos tales como aseverar, enunciar, describir, aconsejar, lenguaje sea, como decíamos al comienzo de este capítulo, un instru-
observar, comentar, mandar, ordenar, suplicar, criticar, pedir dicul- mento muy poderoso y delicadamente regulable de transmisión de
pas, censurar, preguntar, aprobar, dar la bienvenida, prometer, dar intenciones. El potencial de indirección de todos los lenguajes natura-
consentimiento y pedir perdón, definen tipos diferentes de actos les es, al mismo tiempo, un síntoma importante de su papel clave en

222 223

UNIVERSIDAD DE ANTIOQUIA
BIBLIOTECA CENTRAL
PSICOLOGIA DEL LENGUAJE. INVESTIGACION Y TEORIA LENGUAJE Y SIMBOLOS: LA DIMENSION FUNCIONAL

la estrategia intencional de relación entre humanos (Dennett, 1991), y el acto ilocucionario de «aseverar» se define por la condición de
un recurso importante para el cumplimiento, por parte del lenguaje, sinceridad de que quien asevera algo lo crea, cuenta como la asunción
de complejas funciones sociales. de que lo que se asevera representa un estado efectivo de cosas
~ Los actos ilocucionarios pueden entenderse como las unidades (condición esencial) e implica, como condiciones preparatorias, que
--íf"mínimas de la comunicación lingüística (Searle, 1969, 1983). Tales el que lo produce posee evidencia de aquello que asevera y que no la
unidades no deben verse simplemente como ideas o proposiciones (p), posee de que el receptor sepa o recuerde las proposiciones (p) que se
sino como proposiciones que están cualificadas en términos intencio- afirman al aseverar.
nales. Esa cualificación intencional es la definida por la fuerza La idea de que los estados mentales intencionales (tales como
ilocucionaria de las emisiones (F). De este modo, las unidades míni- creer algo, desear algo, etc.) constituyen las condiciones de sinceridad
mas de comunicación lingüística (Searle, 1980) tendrían la forma de los actos ilocucionarios (de modo que un acto de pedir algo, por
F(p), donde la variable «F» toma la forma de los dispositivos indica- ejemplo, no es sincero cuando no se desea que se haga) constituye, de
dores de la fuerza ilocucionaria, en caso de ser éstos explícitos y no nuevo, una elaboración del principio esencial que establece que el
inferidos de la relación emisión-contexto, y «p» tiene la forma de una lenguaje es un instrumento para compartir estados mentales. De
expresión que representa una o varias proposiciones. hecho, estos estados mentales, junto con las condiciones esenciales
John Searle (1969, 1991) ha analizado la naturaleza de los actos (los objetivos de los actos ilocucionarios) y otra dimensión básica, de
ilocucionarios y establecido una taxonomía de ellos. Su análisis se la que hablaremos ahora, constituyen los criterios principales que
centra en la noción de intención y se basa en la definición de pueden emplearse para definir diversas clases de actos ilocutivos. Esa
significado (intencional) del filósofo Paul Grice (1957), en términos otra dimensión básica es la que se refiere a lo que Searle denomina
del proceso por el cual alguien trata de producir un efecto en otra «la dirección de ajuste entre las palabras y el mundo»: algunas
persona, haciendo que ésta reconozca su intención de producirlo (lo ilocuciones tratan de lograr que el mundo se ajuste a las palabras,
que presupone, como es evidente, esa intencionalidad «de orden mientras que otras buscan lo contrario, que las palabras se ajusten al
tres», a la que ya nos hemos referido en este capítulo y el anterior). t. mundo. Por ejemplo, cuando pedimos algo, intentamos que haya un
Searle añade a la definición de Grice una dimensión que se refiere al cambio en el mundo de forma que éste se ajuste a nuestra petición.
carácter convencional y reglado del lenguaje: Sin embargo, cuando aseveramos algo, intentamos que lo que deci-
mos se ajuste al mundo (se corresponda con él). Esta dimensión de
En la realización de un acto ilocucionario, el hablante intenta producir un cierto «dirección de ajuste» parece ser muy temprana en el desarrollo de la
efecto, logrando que el oyente reconozca su intención de producir ese efecto, y comunicación, y establece, por ejemplo, una distinción esencial entre
además, si está usando las palabras literalmente, intenta que ese reconocimiento las pautas protoimperativas y protodeclarativas de los niños de
se logre en virtud del hecho de que las reglas para el uso de las expresiones que alrededor de un año de edad.
emite asocien las expresiones con la producción de ese efecto (1991, p. 440). Aparte de esas tres dimensiones esenciales -objeto ilocucionario
o condición esencial, dirección de ajuste y condición de sinceridad-,
Los actos ilocucionarios se definen por un conjunto de condicio- hay otras que también tienen un papel en la definición de las distintas
nes y reglas que determinan su naturaleza. Searle define varias de clases de actos ilocucionarios. Por ejemplo, algunos son de más
estas condiciones: 1) un cierto tipo de contenido proposicional, 2) un fuerza o intensidad que otros (no es lo mismo «sugerir algo» que
conjunto de condiciones preparatorias, 3) una condición de sinceri- «insistir en algo»), algunos se emplean más con subordinados y otros
dad, y 4) una condición esencial, que es el objeto del acto ilocuciona- con superiores (no es igual «ordenar» que «sugerir»), etc. Searle
rio. Por ejemplo, el acto ilocucionario de pedir se expresa con una utiliza las dimensiones esenciales para establecer la taxonomía final
proposición que se refiere a un acto futuro del individuo (llamémosle de actos ilocucionarios, que se presenta en el cuadro 5 .2.
1) al que se pide algo, e implica ciertas condiciones preparatorias, El concepto de acto ilocucionario, y el análisis de él realizado por
tales como las suposiciones, por parte de quien pide, de que 1 es capaz Searle, han sido fundamentales para profundizar en la comprensión
de hacerlo, no lo hará espontáneamente en el curso normal de los de las funciones comunicativas del lenguaje. En un sentido esencial,
acontecimientos, etc. Además el acto de pedir algo a un individuo (1), esas funciones son pocas y muy básicas:
se define por una cierta condición de sinceridad, a saber, que quien
hace la petición desee que 1 haga lo que se le pide. Finalmente, hay Si adoptamos el objeto ilocucionario corno noción básica sobre la cual clasificar
una condición esencial para que un acto se considere como pedir: que los usos del lenguaje, entonces existe un número muy limitado de cosas básicas
que hacemos con el lenguaje: decirnos a la gente cómo son las cosas, intentamos
cuente como un intento de que alguien haga algo. De forma paralela,

224 225
PSICOLOGIA DEL LENGUAJE. INVESTIGACION Y TEORIA LENGUAJE Y SIMBOLOS: LA DIMENSION FUNCIONAL

9. EL PAPEL REGULADOR DEL LENGUAJE Y LA FORMACIÓN


1. Representativos: Son actos ilocutivos cuyo propósito es comprometer al DE LA CONCIENCIA
hablante H con la verdad de la proposición expresada P. «Afirmar», <<declarar>>,
<<sostener», <<decir>>, «informar», y también «concluir>>, «deducir>> y <<suponer» Los verbos referidos a actos ilocutivos o perlocutivos poseen una
son verbos que expresan o realizan esta categoría de actos ilocutivos. curiosa propiedad: pueden decirse en forma refleja. Podemos aseve-
2. Directivos: Son intentos del hablante de lograr que el oyente O lleve a cabo
alguna acción A. Los verbos que denotan esta clase de actos de habla son, entre
rarle algo a alguien, o aseverárnoslo a nosotros mismos. Normalmen-
otros, «ordenar>>, «mandar», «pedir», «insistir>>, <<preguntar>>, «interrogar>>, te, los adultos que pueden pedir, exigir, criticar, comentar, por medio
<<suplicar», «abogar por>>, <<invitar>>, <<sugerir>>, <<permitir>>, <<aconsejar>>, y, posi- del lenguaje, pueden también pedirse o exigirse cosas, criticarse a sí
blemente, <<retar», <<desafiar>> y <<provocar>>. mismos, comentarse asuntos, etc. Y del mismo modo pueden conven-
3. Conmisivos: Son actos de habla cuyo objeto es comprometer al hablante H cerse de esto o de aquello, afirmarse en tal o cual idea, etc. En suma:
con algún futuro curso de acción A. El verbo realizativo que corresponde de las personas realizan actos ilocutivos y perlocutivos sobre sí mismas.
forma más clara a este tipo de actos de habla es <<prometer>>, aunque también Actuan como si se «desdoblaran». Reflejan sobre sí mismas los
cabe mencionar otros verbos tales como <<hacer», <<intentar>> o <<favorecer», patrones comunicativos, como si fueran a un tiempo, sujetos y
conjugados en tiempo futuro. objetos de sus propias relaciones, agentes y receptores de actividades
4. Expresivos: El objeto de esta clase de actos ilocutivos es expresar un estado
psicológico E del hablante H acerca del estado de cosas expresado en el
comunicativas. Esto lo hacen, sobre todo, sirviéndose de su más
enunciado E,. Los verbos paradigmáticos de los actos expresivos son «agrade- complejo, poderoso y delicado instrumento de acceso intersubjetiva
cer>>, «congratularse», <<disculparse>>, <<alegarse>>, <<deplorar>>, etc. que es el pr~pio lenguaje. Podríamos decir metafóricamente que, e~
5. Declaraciones: Se trata de un tipo de actos de habla en los cuales la voz muy baJa, las personas se dicen locuciones a sí mismas con
realización con éxito de la fuerza ilocutiva da lugar a la correspondencia entre mucha frecuencia. Emplean para ello significantes que han dejado de
el contenido del eununciado C y el estado de cosas en la realidad E,. Verbos ser externos, que sólo son accesibles al «oído mental» de las propias
tales como <<declarar>> (vg. en «Os declaro marido y mujer») o expresiones como personas que los producen. Actúan, entonces, sobre un contexto
<<por la presente ... >> tienen la virtualidad de realizar este tipo de actos ilocutivos, completamente interno. Eso es lo que hacen cuando se sirven del
siempre que se cumplan las condiciones contextuales apropiadas. lenguaje para pensar.
El lenguaje adquiere, a lo largo del desarrollo, una nueva función
Cuadro 5.2. Taxonomía de los actos ilocutivos propuesta por Searle (1975/1991). esencial: la de ser instrumento del pensamiento y del control meta-
cognitivo. Recientemente, Susana López Ornar (1991) ha analizado
un conjunto de observaciones que se refieren a las importantes
conseguir que hagan cosas, nos comprometemos a hacer cosas, expresamos funcion~s cognitivas que cumple el lenguaje interior: por una parte,
nuestras creencias o actitudes y damos lugar a cambios mediante nuestras
p_roporcwna .ll:n mecanismo muy útil de retroalimentación para el
emisiones. Y, a menudo, hacemos más de una de estas cosas a la vez en la
misma emisión (Searle, 1983, p. 476)
sistema cogmtivo, un modo de preservar la vigencia de una represen-
taci.ón, a medida que ésta es procesada. Además, cumple un papel
Sin embargo, la complejidad, cantidad y diversidad de los verbos básico de control atencional de la actividad y permite alcanzar niveles
que significan actos ilocucionarios, en lenguas tales como el castella- de planificación y anticipación que no son posibles sin el lenguaje.
no o el inglés, constituyen pruebas indirectas del refinamiento con el Por otra parte, ofrece un recurso representacional muy eficiente en
que el lenguaje puede hacer ese limitado número de cosas al que se actividades de solución de problemas (en las que permite fijar verbal-
refiere Searle. Con el lenguaje podemos pedir pero también suplicar. mente tareas, realizar operaciones lógicas sobre ellas, retener resulta-
Podemos aseverar o sólo sugerir. Podemos demandar, y también dos intermedios entre operaciones, formular mentalmente resulta-
exigir. Las relaciones sociales humanas están fabricadas de ese tejido dos).
muy delicado, que distingue entre una orden y una sugerencia, entre El proceso a través del cu~l el lenguaje adquiere estas importantes
una demanda y una exigencia. Un tejido que elabora eficazmente el funciones cognitivas se relaciona con una nueva función, que se
lenguaje, el instrumento más poderoso con que cuenta la estrategia sobrepone a sus funciones comunicativas y representacionales prime-
intencional. ras: la función de regulación, que ha sido estudiada especialmente por
los psicólogos de la Escuela de Moscú (Vygotski, y posteriormente
Luna y sus colaboradores). Estos investigadores han destacado la
importantísima contribución del lenguaje al proceso de formación de
la acción voluntaria-, que se relaciona con el poder regulador que el
226 227
PSICOLOGIA DEL LENGUAJE. INVESTIGACION Y TEORIA LENGUAJE Y SIMBOLOS: LA DIMENSION FUNCIONAL

propio lenguaje adquiere progresivamente. En un amplio conjunto de sino algo que hace al hombre, en un sentido muy real. Le hace como
investigaciones, Luria y algunos de sus colaboradores (Poliakova, ser «desdoblado», que se comunica consigo mismo y posee una
Rozanova, Subbotski) demostraron que el desarrollo de la función conciencia reflexiva. Con ello, además, permite la definición de
reguladora del lenguaje es gradual: cuando los adultos dan consignas recursos metacognitivos (es decir de control y regulación de los
verbales a niños muy pequeños, éstos se dejan distraer fácilmente por propios procesos cognitivos) poderosos, facilitando el control inten-
estímulos perceptivos que interrumpen el cumplimiento de esas con- cionado y la planificación propositiva de la conducta humana. Por
signas. Sólo después de los dos años y medio, las regulaciones todo ello, decíamos en otro momento que el lenguaje se constituye
verbales externas comienzan a adquirir alguna estabilidad, pero en sobre un fondo de intenciones, sin el cual no tendría finalidad ni
principio esas regulaciones son muy frágiles, y sólo llegan a liberarse sentido, pero que, al mismo tiempo, modifica esencialmente la natu-
de la influencia de la experiencia inmediata entre los 3 y 4 años. raleza de las propias intenciones sobre las que se asienta.
Después de esta edad, los niños se hacen más capaces de seguir planes El proceso por el cual el lenguaje llega a desarrollar esas funciones
complejos establecidos verbalmente. El monólogo infantil, que termi- reflejas y autocomunicativas plantea muchas preguntas sobre su
na por convertirse en lenguaje interno, representa la fase en que el significación, naturaleza y desarrollo. Algunas de esas preguntas son
sujeto comienza a establecerse a sí mismo regulaciones verbales, que muy obvias, por ejemplo, ¿para qué nos decimos a nosotros mismos
en principio son externas y progresivamente se interiorizan, convir- lo que nos decimos, si ya sabemos lo que sabemos? Dado que el
tiéndose en un instrumento esencial del pensamiento y la acción lenguaje es, como ya hemos dicho, un sistema que actúa esencialmen-
voluntaria del hombre. te sobre contextos mentales, a los que modifica, ¿en qué sentido y
A lo largo del desarrollo, el lenguaje adquiere así una función cómo modifica los contextos mentales de las personas cuando éstas se
cognitiva nueva, esencial en nuestra especie, y que se sobrepone a la hablan a sí mismas?, ¿qué funciones cognitivas precisas se cumplen en
función cognitiva previa de representación que, desde sus primeros el hecho de decirse alguien algo? Desafortunadamente, las investiga-
desarrollos, posee el lenguaje como sistema simbólico. Los miembros ciones sobre la naturaleza y el desarrollo del lenguaje interno, sobre
de la especie presentan la paradójica característica de que se comuni- sus funciones y posibles modalidades, han sido decepcionantemente
can consigo mismos. Es decir, el desarrollo de esa nueva función escasas en los últimos años. Ello se debe a dos razones principales: 1)
cognitiva del lenguaje no implica un abandono, en ella, de las tales investigaciones se derivan, sobre todo, de paradigmas teóricos,
funciones comunicativas que éste tiene, sino una elaboración reflexi- como el de la Escuela de Moscú, que no han sido los dominantes en
va de esas funciones, a través de la cual llegan a ser autocomunicati- la psicolingüística fundamental de Occidente (aunque hayan tenido
vas. Al ámbito autocomunicativo en el que las personas nos relacio- mayor influencia en la psicolingüística genética), y 2), por razones
namos con nosotros mismos se le suele dar el nombre de «concien- obvias, el estudio del lenguaje interno plantea dificultades y proble-
cia». Con independencia del carácter polisémico y muy ambiguo que mas metodológicos de gran alcance, que probablemente desaniman,
posee en realidad ese nombre, lo cierto es que hay un plano de en muchos investigadores, su posible interés por él.
conciencia, sin duda el más específico y propio de nuestra especie, en Las investigaciones psicofisiológicas han permitido, sin embargo,
que ésta posee ese mismo carácter reflexivo que se observa en muchos obtener algunas indicaciones indirectas acerca del papel regulador y
verbos relacionados con la comunicación. Con gran lucidez, el psicó- metacognitivo que puede tener el lenguaje interno en diversas activi-
logo soviético Leo Vygotski definía la conciencia como «contacto dades cognitivas. Han demostrado, por ejemplo, que el uso del
social con uno mismo», y decía que la conciencia humana es de lenguaje interno se acompaña, de forma consistente, de cambios en
naturaleza semiótica. No es tan inexacta como parece esa metáfora registros electromiográficos que detectan movimientos de baja ampli-
común que asigna «VOZ» a la conciencia. Hay, en efecto, un plano de tud en los órganos de fonación (Sokolov, 1972; McGuigan y Schoo-
la conciencia humana, el más complejo y específico, en que ésta está nover, 1980 -cfr. Andrés Pueyo, 1987-). Tales registros cavarían,
hecha de lenguaje. en actividades de pensamiento verbal, con aspectos tales como la
Las observaciones anteriores permiten ampliar mucho nuestra dificultad de los problemas, su dominio por los sujetos y su naturale-
comprensión del horizonte funcional al que el lenguaje atiende. Nos za más o menos lingüística. En general, las investigaciones psicofisio-
permiten ver que el lenguaje no sólo sirve para representar la realidad lógicas confirman las hipótesis intuitivas acerca del papel funcional
Y comunicarse con los demás, sino que tiene un papel constitutivo de del lenguaje en el pensamiento, pero están muy lejos de delimitar con
la propia organización mental del hombre. Permite el surgimiento de claridad los mecanismos mentales, rasgos estructurales y significación
un nuevo plano, quizá sin precedentes en el mundo animal, en esa cognitiva del lenguaje interno.
organización. El lenguaje así no es sólo algo que los hombres hacen, Sin duda, las concepciones más lúcidas del desarrollo, la estructu-

228 229
PSICOLOGIA DEL LENGUAJE. INVESTIGACION Y TEORIA LENGUAJE Y SIMBOLOS: LA DIMENSION FUNCIONAL

ra y las funciones del lenguaje interno siguen siendo las propuestas mente algunos principios que condensan puntos esenciales de la
originalmente por Vygotski en su obra clásica Pensamiento y len- posición de Vygotski (Riviere, 1985b):
guaje, conocida inicial y parcialmente en 1934, y que sólo reciente-
mente ha sido editada Íntegra en ruso e inglés (cfr., por ejemplo, la l. La actividad instrumental es la unidad básica de las funciones
edición preparada en inglés por Alex Kozulin en 1986, o el volumen superiores humanas.
primero de las obras selectas de Vygotski, editadas bajo la dirección 2. Tales funciones implican la combinación de herramientas y
de Rieber y Carton, 1987). Estas concepciones fueron además elabo- signos en la actividad.
radas y justificadas empíricamente, en algunos de sus aspectos, por 3. La transformación de lo instrumental en significativo está
otros investigadores de la Escuela de Moscú (por ejemplo, Luria y mediada y permitida por la relación con los demás.
Yudovich, 1978). Debemos referirnos brevemente a ellas. 4. La conversión de la actividad en signo implica su condensa-
En contraposición tanto al elementarismo reduccionista de las ción.
psicologías objetivas de su ~poca, como al idealismo de los enfoques 5. Los signos son, en su origen, mediaciones para regular la
introspectivos alternativos, Vygotski consideraba que el desarrollo conducta de los otros.
humano, en lo que tiene de específico, posee un origen esencialmente 6. El desarrollo de las funciones superiores implica la internali-
social. La formación de las funciones superiores en el hombre (fun- zación de los procesos de relación social.
ciones tales como la atención voluntaria, la memoria lógica, los 7. La cultura proporciona las herramientas simbólicas necesa-
conceptos en sentido propio) se derivaba, para él, de un proceso de rias para la construcción de la conciencia y las funciones superiores
incorporación e interiorización de instrumentos, y muy específica- (fundamentalmente, los símbolos lingüísticos).
mente de un tipo especial de instrumentos: los signos. Por eso decía 8. El individuo, como organización consciente de procesos y
Vygotski que las funciones superiores se constituyen dos veces: funciones internas con signos (que posibilitan la actividad voluntaria
primero se dan como relaciones entre personas, y luego dentro del y el control autorregulatorio) es un producto de la relación social.
propio niño. Poseen un origen interpersonal, y llegan a convertirse en 9. El desarrollo no consiste en la progresiva socialización de un
funciones intrapersonales (ley de la doble formación de las funciones individuo solitario, sino en la individualización de un organismo
superiores). Los signos, aportados por la historia y la cultura a través básicamente social desde el principio.
de los procesos de interacción de los niños con los adultos, llegan a
convertirse en los instrumentos principales del pensamiento, y en los Estos principios nos ayudan a comprender mejor la posición de
constituyentes básicos de la conciencia reflexiva (que, recordemos, Vygotski con relación al lenguaje, así como su conocida polémica con
era para él «contacto social con uno mismo»), a través de un proceso Piaget, con respecto al desarrollo y la función de los monólogos que
de interiorización. En este sentido, el desarrollo de las funciones los niños de edades preescolares producen característicamente duran-
superiores incluye una dimensión histórico-cultural, y no consiste te sus juegos y en otras actividades. Piaget interpretó inicialmente que
sólo en un despliegue de posibilidades biológicas. Además se produce ese supuesto «lenguaje egocéntrico» no era más que un reflejo del
«de fuera adentro» y no sólo «de dentro afuera». pensamiento egocéntrico del niño en esa fase. En sus primeros
Vygotski consideraba que la unidad principal de análisis de las modelos, el desarrollo tendía a concebirse como un proceso de
funciones superiores humanas, y de la conciencia, era la actividad socialización progresiva y los monólogos serían así una expresión de
instrumental (deyatel'nost en ruso), por la cual el hombre transforma un pensamiento escasamente socializado. Por el contrario, el enfoque
el medio. No concebía esa actividad como mera respuesta o reflejo, evolutivo de Vygotski, que insistía en el origen social del desarrollo,
sino como transformación del medio con ayuda de instrumentos. Su le llevó a interpretar los monólogos como resultantes de la diferencia-
concepto de actividad estaba muy relacionado con el de «mediaciÓn». ción progresiva de una nueva función en el lenguaje, cuyo origen,
Los instrumentos son mediaciones en la relación del hombre con el como el de todo sistema de signos, sería esencialmente social y
mundo. Los signos son mediadores especiales, instrumentos con una comunicativo. Vygotski pensaba que el aspecto más esencial del
función específica: la regulación de la conducta de los demás y de la desarrollo es el hecho de que en él se modifica la estructura interfun-
propia. Son así, y como ya hemos visto a lo largo de todo este cional de la conciencia, es decir, las relaciones entre las diversas
capítulo, utensilios por los que se modifica el medio interno, o funciones psicológicas. Por ejemplo, pensamiento y lenguaje tienen
mental, del hombre, y no, como los instrumentos materiales, utensi- raíces genéticas diferentes, pero luego se sintetizan dialécticamente
lios de transformación del medio externo. en el desarrollo. Esa síntesis (el proceso por el cual el pensamiento
A partir de las observaciones anteriores, pueden definirse escueta- se convierte en lenguaje, y el lenguaje en pensamiento) implica

230 231
LENGUAJE Y SIMBOLOS: LA DIMENSION FUNCIONAL
PSICOLOGIA DEL LENGUAJE. INVESTIGACION Y TEORIA

transformaciones estructurales y funcionales en amoas funciones. el lenguaje interior está compuesto de frases simples, a. veces incluso por
De este modo, Vygotski insistía en la idea de que el pensamiento se palabras sueltas o por aposiciones de palabr~s q~; se sigue~ u~~s a otras
simplemente yuxtapuestas, sin rastro de coordmacwn, subor~maCI.o~ o cual-
modifica completamente al hacerse lingüístico. Sufre transformaciones
quier otro tipo de enlace sintáctic.o; o? a la i.nversa ... p~r frases .mdeftmd~mente
ontogenéticas (por ejemplo, se somete a una dirección categorial que alargadas, con múltiples subordmacwnes mternas e mcluso mterrupcwnes y
sería inaccesible si no fuera por el lenguaje) y microgenéticas, al verse
saltos en el sentido.
constreñido por la temporalidad del lenguaje: «El pensamiento -decía
Vygotski- puede compararse a una nube que arroja una lluvia de Siguán (1986) ha emplea?o, para ilustrar ~odas estas propie~ades
palabras» (1934, p. 193). Se transforma al hacerse secuencial, al arrojar estructurales del lenguaJe pnvado, un bello eJemplo, el proporciOna-
su lluvia de palabras, que le someten a un esfuerzo de categorización y do por el Ulises de James Joyce en muchos de sus fragmentos, como
definición explícita de los objetos sobre los que versa. el siguiente:
Pero el lenguaje también sufre transformaciones de estructura y
función al hacerse pensamiento. En el aspecto funcional, debe esta- 13. <<Tiernamente Bloom sobre el tocino sin hígado vio esforzarse las facciones
blecerse una distinción entre la función objetiva y la subjetiva de los tensas. Dolor de riñones él. Ojos malos del mal de Bright. El siguiente núm~ro del
monólogos infantiles. En el plano objetivo, los monólogos son desa- programa. Pagar la música. Píld~ras, pan ma~hac~do al precio de una gumea .la
rrollos de las nuevas funciones de autorregulación y planificación, caja. Aplazarlo un poco. Tambien canta: Alla abaJO entre los muertos. Apropia-
que el lenguaje va diferenciando a partir de sus funciones primordia- do. Pastel de riñones. Dulzuras a la. No se saca mucho de esto>>.
les de comunicación y regulación de la conducta de otros. Pero, en el
subjetivo, los niños tratan, al principio, al lenguaje egocéntrico como En realidad los monólogos infantiles se hacen cada vez más
si fuera social. En algunos experimentos ingeniosos, Vygotski, Luria, predicativos, el{pticos, idiosincráti~os .~ inde.s~ifrables a medida que
Leontiev y Levitina demostraron que, cuando se dificulta objetiva- se acercan al momento de interionzacwn. Riviere (1985b) y Wertsch
mente la comunicación de los niños (poniéndolos ante extraños, (1988) han analizado ese proc~so en té~~inos de la rel~c~?n ~ntr.~, l~s
aislándoles, produciendo un ruido fuerte, etc.), éstos disminuyen sus elementos dados y nuevos de mformaci?n ~n una condicion lmgmsti-
monólogos, como si tales monólogos cumplieran aún una función de ca en que el sujeto (que se habla a SI mismo) comparte todas l~s
comunicarse con otros. Este tratamiento subjetivo del lenguaje priva- presuposiciones y el mismo contexto mental que el obJeto de comum-
do como si fuera social revelaría sus orígenes sociales. La forma cación. 1h · 1' · 1
«privada» del lenguaje era, para Vygotski, un destilado de tales ¿Para qué nos hablamos a nosotros mismos?~ acer e~p ICito o
orígenes, que nunca perdería de vista. Pero implicaría el desarrollo de tácito lo transformamos, lo sometemos a mecamsm<;>s r~cwnales d~
funciones intrapersonales del lenguaje, en el ámbito de una privaci- categorización e inferencia, y lo convertimos en conci~nci~. Vygotskl
dad posibilitada precisamente por el desdoblamiento previo del sujeto decía que cada palabra es un microcosmos de concie~c}a humana.
en agente y paciente de interacciones comunicativas consigo mismo. Esa es otra de las funciones que tienen las palabras, qmza una de las
A lo largo del desarrollo, el monólogo se sumerge, se interioriza y más esenciales. Al hablar, nos comunicamos con otros y con nosotros
se convierte en el lenguaje privado, que es el instrumento principal mismos, empleamos un instr,umento muy. poderoso para represent~r
del pensamiento humano. Este proceso implica cambios esenciales en realidades, hipótesis y fantasias. ~os servimos de la herramienta mas
la propia estructura del lenguaje, que, al ser lenguaje para uno útil para acceder a los mundos mterno~ de los que nos rodean Y a
mismo, se modifica en todos sus componentes. Por ejemplo, en el nuestro propio mundo interno. Converti~os, en un~ palabra, repre-
plano lógico, se hace cada vez más predicativo (los sujetos se eliden y sentaciones implícitas del mundo en signos, y asi en estructuras
se conservan sólo los predicados) y, en el fonológico, se caracteriza complejas de conciencia intencional. . ,
.por la abreviación y elisión de fonemas. Esa tendencia a la concisión, En los próximos dos capítulos, vamos a examm~r ma~ ,a fondo lo
a la eliminación de elementos, se expresa también en el plano léxico que hasta ahora hem<?s venido. denominando la «.dimenswn form~l»
(se suprimen palabras), en que además se producirían fenómenos del estudio del lenguaJe, en un mtento de I?rofundizar e_n dos cue~tiO­
como la aglutinación de palabras. En el aspecto semántico, se carac- nes de capital interés para esta perspectiva de est~dw. En pnmer
terizaría por el predominio de sentidos idiosincráticos sobre los lugar, en el capítulo sexto, expo?d_remos de que manera se ha
significados de diccionario y la tendencia a aglutinar y combinar descrito el extenso cuerpo de conocimientos que todo hablante/oyer:-
sentidos. Finalmente, en el plano sintáctico, el lenguaje privado sería te maduro posee acerca de. su propi~ lengua. (i.e. la «competenCI.a
-para Vygotski- más «desorganizado» que el externo. Como seña- lingüística>>) y cómo se e~phca .el ~apido desphepue .de estos con~c~­
la Siguán (1986): mientos a lo largo de la mfancia (1.e. la «ontogenesis de la gramati-

232 233
LENGUAJE Y SIMBOLOS: LA DIMENSION FUNCIONAL
PSICOLOGIA DEL LENGUAJE. INVESTIGACION Y TEORIA

ca»). A renglón seguido, en el capítulo séptimo, presentaremos algu- comprender mejor algunas nociones sobre la microgénesis y el cono-
nas propuestas teóricas que intentan dar cuenta de cómo se hace uso cimiento del lenguaje que tienen una enorme influencia e importancia
del lenguaje -esto es, de las diversas competencias (lingüística, en la psicolingüística actual.
cognitiva, comunicativa) que lo constituyen- al hablar y entender La_ ~mpliación a que nos referimos implica, ante todo, despojar a
una lengua, y, más concretamente, de cuál es la naturaleza y la la nocwn de símbolo de cualquier clase de implicación fenomenológi-
organización de los procesos de tratamiento de información que ca. Esa desvinculación entre las nociones de símbolo y acción o
subyacen a estas dos actividades. De este modo, nos situaremos en conciencia es necesaria para comprender la idea de que el lenguaje
una perspectiva típicamente microgenética, pasando a un segundo depende de mecanismos mentales de cómputo, que dan cuenta de su
plano en el resto de los capítulos las consideraciones filo y ontogené- microg~nesis. Tales mecanismos implican procesos que se aplican
ticas. sobre ciertos «símbolos» (ahora en el sentido amplio de la palabra) y
los transforman en otros. De forma semejante a como un sistema
artificial de procesamiento transforma ciertas cadenas simbólicas
10. UNA NOTA SOBRE LAS DOS NOCIONES DE SíMBOLO con. arreglo a las ~nstrucciones de su programa, y «transita», por asÍ
EN LA PSICOLINGÜÍSTICA CONTEMPORÁNEA decirlo, de unos simbolos a otros, sin que tales símbolos tengan que
expresarse en pantalla (en la cual sólo se expresan los resultados del
Antes de situarnos en esa perspectiva microgenética, sin embargo, es proceso de cómputo, pero no sus pasos intermedios), así también,
conveniente que aclaremos un punto con relación a la noción de puede ser necesario para comprender la microgénesis del lenguaje,
símbolo, para evitar posibles confusiones en la comprensión de entender que nuestro sistema mental de procesamiento emplea un
muchas nociones que se emplean en la investigación psicolingüística · cierto lenguaje simbólico~ que no debe confundirse con el lenguaje
actual. A lo largo de este capítulo y del anterior, hemos supuesto en natural, y que permite que éste se comprenda y se produzca. Puede
todo momento que los símbolos son, en su origen genético, ciertas decirse que ese lenguaje es simbólico en tanto que implica estructuras
acciones. Las palabras mismas, desde la perspectiva funcional que mentales (pero no conscientes), formalmente definidas, que corres-
hemos adoptado en este capítulo, pueden considerarse -como hacen ponden a reglas precisas de formación y representan un cierto cono-
Austin y Searle-- como ciertos tipos de actos, que a su vez tienen una cimiento implícito del lenguaje.
dimensión locutiva (en tanto que implican locución), otra ilocutiva, De este conocimiento hablaremos en el próximo capítulo. Para
puesto que corresponden a una intención comunicativa, y finalmente po_der_ co.~p~ender la no~ión de conocimiento del lenguaje en la
una dimensión perlocutiva, en el sentido de que afectan al mundo psicolmgmstica actual, es Importante diferenciar bien las dos nocio-
mental de un receptor. Los símbolos que hacen los niños a los dos o nes de símbolo a las que nos hemos referido en este apartado: los
tres años, tales como los de soplar señalando a unas farolas con símbolos como acciones significantes, y los símbolos como estructu-
forma de globo o llevarse una cuchara vacía a la boca, son obviamen- ras mentales que son computadas y que permiten que tales acciones
te acciones. A lo largo de este capítulo hemos visto cómo estas -a las que se refiere la primera noción- sean precisamente acciones
acciones luego se interiorizan y se constituyen en materiales esenciales significantes. Los símbolos como fenómenos evidenciados ante la
en la constitución de un plano de conciencia específicamente huma- percepción y la conciencia, frente a los símbolos como formas
no, i. e. aquel en que la conciencia consiste en una estructura internas del sistema de cómputo mental, que no están presentes a la
semiótica de relación con uno mismo. conciencia ni se muestran -a no ser de forma indirecta- como
Es evidente que, desde la perspectiva de la noción de símbolo que acciones externas. En los próximos capítulos, emplearemos frecuente-
hemos adoptado en estos capítulos acerca de la génesis y las funcio- mente el concepto de símbolo en la segunda acepción: la del símbolo
nes del lenguaje, todo símbolo tiene que poseer una cierta presencia como estructura interna~ no consciente ni fenomenológicamente acce-
fenomenológica~ en tanto que constituye una «acción para otro» en sible~ que permite la realización de procesos mentales de cómputo. A
su origen comunicativo o una «acción interna para uno mismo», en los _conocimientos, q:Ue per~iten la realización de esos procesos les
su presencia autoconsciente una vez que se ha interiorizado. En suma, dedicaremos el proximo capitulo. Como veremos en él, tales conoci-
todos los símbolos, en el enfoque genético y funcional que hemos mientos son «simbólicos» (en la acepción amplia comentada aquí)
empleado hasta aquí, implican significantes que son acciones externas para _muchos investigad_ores del lenguaje. En el capítulo séptimo, nos
o interiorizadas. Sin embargo, cuando nos aproximamos, como hare- re~enreynos. a ·los propios procesos de cómputo responsables de la
mos en los capítulos siguientes, a una perspectiva más microgenética, microgenesis del lenguaje.
es preciso que ampliemos la noción de símbolo, con el fin de poder

234 235
Capítulo 6

EL CONOCIMIENTO DEL LENGUAJE

l. ALGUNAS PREGUNTAS RELEVANTES


EN EL ESTUDIO PSICOLóGICO DEL LENGUAJE

Toda persona que habla una lengua ha desarrollado cierto sistema de conoci-
miento, representa:do de algún modo en su mente y, en último término, en su
cerebro, en una determinada configuración física (Chomsky, 1988, p. 3).

La cita con la que iniciamos este capítulo expresa uno de los


presupuestos esenciales del estudio de los fenómenos lingüísticos
desde un punto de vista psicológico, la idea de que la actividad o el
comportamiento lingüístico humano está apoyado en un conocimien-
to del lenguaje que, como tal, se encuentra representado en la mente
de todo hablante. Este presupuesto parece, por lo demás, difícilmente
cuestionable si se mira desde una perspectiva de sentido común. La
caracterización de lo que vulgarmente llamamos «saber una lengua»
consiste en la posesión de un conjunto de conocimientos más o menos
explícitos acerca de dicha lengua. Tales conocimientos tienen que
estar representados de modo estable en la mente del hablante y, dado
que la mente es una entidad físicamente realizada en el cerebro,
también han de estar reflejados de alguna forma en la constitución
física de este Órgano. Si, además, consideramos que el estudio de la
mente es patrimonio de la psicología, la tarea de describir el conoci-
miento del lenguaje ha de formar parte, inevitablemente, del cometi-
do de los psicólogos.
De acuerdo con ello, una de las principales incógnitas que la
psicología del lenguaje debe despejar es la de cuál es la naturaleza de
nuestro conocimiento del lenguaje, o, dicho en términos más particu-
lares, qué es exactamente lo que una persona sabe cuando se dice que
«sabe» una determinada lengua. Esta pregunta lleva aparejados va-

237
PSICOLOGIA DEL LENGUAJE. INVESTIGACION Y TEORIA EL CONOCIMIENTO DEL LENGUAJE

rios interrogantes que configuran otras tantas áreas de estudio en la pueden situarse en dos niveles. Por una parte, uno puede buscar
psicología del lenguaje. En primer lugar, nos podemos preguntar cuál correlatos anatómicos del conocimiento y el comportamiento lingüís-
es el origen de este conocimiento, cómo surge' en la mente/ cerebro de ticos, con vistas a ofrecer una descripción de la «geografía cerebral»
cada hablante, es decir, de qué manera llega un hablante a saber todo · · del lenguaje. Las investigaciones sobre la localización de funciones
lo que sabe sobre su lengua materna y cómo se adquiere, desarrolla o lingüísticas en la corteza del hemisferio izquierdo del cerebro, tan
modifica este conocimiento a lo largo del tiempo en la mente de cada populares desde el último tercio del siglo XIX en adelante (véase, por
individuo. En estrecha relación lógica con este interrogante se halla la ejemplo, Geschwind, 1979), han permitido aumentar notablemente
cuestión del origen del lenguaje en la especie humana, o filogénesis nuestro conocimiento de las estructuras neurales responsables del
del lenguaje. Como ya tuvimos oportunidad de comprobar en los dos comportamiento verbal. Por otra parte, también es posible inquirir en
capítulos anteriores, la respuesta que uno proporcione a la pregunta los principios de funcionamiento del cerebro que subyacen a la
sobre el origen del lenguaje en la especie se halla teóricamente actividad lingüística en sus diversas formas, en un intento de descu-
conectada con la respuesta a la cuestión sobre el origen del lenguaje brir vínculos causales entre la actividad neurobiológica en diferentes
en el individuo, aunque en principio se trate de dos problemas planos (neuronal, bioquímico) y las funciones lingüísticas. La neuro-
empíricamente independientes. biología cognitiva empieza a compaginar la metodología descriptiva
Una segunda pregunta relevante (para algunos psicólogos del tradicional con la elaboración de modelos formales y abstractos del
lenguaje la más pertinente de cuantas puedan formularse) que se funcionamiento neural que pretenden dar cuenta de actividades lin-
deriva de la pregunta por el conocimiento lingüístico es la de cómo se güísticas cognitivamente complejas, y supuestamente sometidas a
utiliza este conocimiento en las actividades lingüísticas de entender y reglas (rule-governed), tales como el reconocimiento de palabras, el
hablar una lengua. Aunque pueda parecer del todo obvio, es preciso análisis sintáctico o la producción del habla, entre otras, de los que
hacer notar que conocer una lengua no es lo mismo que entenderla o daremos cuenta en capítulos sucesivos.
hablarla; el lector de estas líneas puede dominar perfectamente el De los interrogantes planteados en las últimas páginas, el relativo
español y al mismo tiempo verse ocasionalmente impedido para a las bases neurobiológicas es probablemente el que goza de mayor
expresar verbalmente ciertas ideas o pensamientos con la suficiente autonomía y, por eso mismo, encuentra peor acomodo dentro de los
fluidez, o incluso de comprender plenamente determinados mensajes moldes de la actual psicología del lenguaje. En primer lugar, las
o expresiones verbales. Con más frecuencia de la que se cree, el uso explicaciones que requiere no se hallan formuladas en un lenguaje
que los hablantes adultos hacemos del lenguaje no corresponde a las «psicológico», es decir, en términos bien sea de predicados mentales,
habilidades o conocimientos que del mismo poseemos, sino que las tales como las intenciones, las creencias o las expectativas, o de
refleja de una forma limitada y distorsionada. De forma similar, y fenómenos de conducta, tales como los hábitos o las respuestas. En
utilizando un ejemplo quizá algo extremo y ficticio, difícilmente segundo lugar, sus unidades de análisis son todavía excesivamente
podría afirmarse que una persona que se aprende de memoria un moleculares en comparación con las clases de fenómenos que resultan
librito de frases en una lengua desconocida «conoce» realmente dicha relevantes para la explicación psicológica. Sin embargo, ello no le
lengua, aun cuando su comportamiento verbal manifiesto debiera convierte en modo alguno en un nivel de explicación prescindible,
inducirnos a creerlo. En el primero de los casos citados, no renuncia- como tendremos ocasión de apreciar más adelante· en este mismo
mos a atribuir conocimiento lingüístico a un hablante pese a sus capítulo.
titubeos y errores o a sus dificultades de comprensión; en el segundo, Nuestro objetivo fundamental en este capítulo es examinar el
no se nos ocurre atribuírselo a pesar de su correcta utilización del modo en que la psicología del lenguaje se ha enfrentado al problema
idioma. Todo esto nos lleva a postular, de forma intuitiva por el del conocimiento lingüístico y de sus relaciones con la actividad
momento, que el conocimiento del lenguaje y su manifestación lingüística, entendidos como dos ámbitos lógicamente distintos de la
externa no son la misma cosa y que la segunda depende del primero, explicación psicológica del lenguaje. Sin embargo, antes de entrar en
pero no a la inversa. la exposición de estos problemas, es forzoso reconocer que no todas
La tercera pregunta asociada al problema del conocimiento del las teorías psicológicas del lenguaje consideran empíricamente rele-
lenguaje hace referencia al soporte material en que se realiza el vante la distinción entre conocimiento del lenguaje y actividad lin-
mismo, es decir, a los mecanismos y estructuras físicas (neurales, güística. De hecho, existen dos tradiciones contrapuestas en la inves-
esencialmente, aunque también de recepción y acción) en que tienen tigación psicológica del lenguaje en lo que concierne a la explicación
asiento tanto el conocimiento lingüístico como las actividades que de las habilidades lingüísticas de que hacen gala los hablantes adultos
nos permiten su uso. Las respuestas que se ofrecen a este interrogante de una lengua. Una de estas tradiciones, conocida como «asociacio-
238 239
PSICOLOGIA DEL LENGUAJE. INVESTIGACION Y TEORIA EL CONOCIMIENTO DEL LENGUAJE

nismo verbal», mantiene la postura de que las habilidades lingüísticas que los humanos disponemos de un conocimiento estable o perma-
se deben caracteriza.r como un conjunto de hábitos que el hablante nente que garantiza el ejercicio de dichas facultades. Este conocimien-
adquiere por medio de asociaciones entre estímulos (verbales o de to ha de estar constituido, como mínimo, por las representaciones
otra índole) y respuestas, sin que resulte ·necesario apelar a ninguna que utilizamos en nuestras transacciones simbólicas. Naturalmente,
mediación de carácter mental para explicar su génesis y su manteni- parte de estas representaciones han de ser lingüísticas y, en la medida
miento. Psicólogos como Watson, Skinner o Staats, lingüistas como en que sean susceptibles de una caracterización formal, el psicólogo
Bloomfield y filósofos como Ryle o Quine son los representantes más debe ofrecer una descripción adecuada de las mismas y una explica-
conocidos de esta postura. ción tanto de su génesis como de su papel en la actividad lingüística
En oposición a la postura asociacionista, la tradición «mentalista» del adulto. De este modo quedan vinculadas las dimensiones funcio-
sostiene que la actividad lingüística sólo puede explicarse por referen- nal, formal y comportamental del lenguaje entendido como manifes-
cia a una capacidad o conocimiento representado en la mente de cada tación de la función simbólica.
hablante, consistente en un sistema de reglas y de principios abstrac- Sin embargo, pese a estos razonamientos, ni el asociacionismo ni
tos que subyacen al comportamiento verbal manifiesto. Desde este buena parte de las posturas mentalistas comparten esta manera de ver
punto de vista, cuyos defensores más representativos son Chomsky, las cosas en relación al lenguaje. Sus razones para ello son bien
La.k?ff y Fillmore, entre los lingüistas, Bever, Crain y Pinker, entre los distintas: el asociacionismo verbal no admite el recurso a entidades
psicologo~, Y. Katz, Fodor o P?tnam, entre los filósofos, la descripción mentales (representaciones) como factor explicativo de las habilida-
del conocimiento del lenguaJe es una empresa independiente de la des lingüísticas, con lo que implícitamente rechaza la noción de
explicación de las actividades verbales concretas que el hablante lleva función simbólica que se expone en el párrafo anterior. Por su parte,
a ca~o en ti.empo real,. a~n cuando aquél tiene q~e imponer, por un sector de la tradición mentalista considera que el núcleo central de
necesidad, ciertas restncc10nes sobre estas. El proximo apartado lo que llamamos «conocimiento lingüístico» está constituido . por
estará dedicado a examinar estas dos concepciones antagónicas del representaciones independientes de las que surgen de la capacidad
conocimiento del lenguaje y a exponer las razones que llevaron a las simbólica humana, que además se rigen por principios ajenos a los
teoría~ J?lentalistas a postular una distinción entre el plano del que gobiernan la actividad simbólica en sentido. general. Esta divisi~n
conocimiento y el plano del uso del lenguaje. Sólo así podrá hacerse de opiniones ha dado origen a tres enfoques diferentes en el estudiO
una caracterización apropiada de lo que se debe entender por «cono- del conocimiento del lenguaje: 1) un enfoque funcional y asociacio-
cimiento del lenguaje». nista, partidario de explicar las habilidades lingüísticas a partir de
relaciones funcionales puramente externas entre eventos obervables,
suprimiendo el aparato forma~ en su caracteriza~ión; 2) un ~nf?que
2. EL LENGUAJE COMO CONOCIMIENTO FRENTE AL LENGUAJE funcional y mentalista, que defiende la dependencia del conocimiento
COMO ACTIVIDAD lingüístico de un conocimiento «simbólico» más gen~ral (~fr ..capítu-
los cuarto y quinto); y 3) un enfoque ~ormal y mentah~ta, mch.nad? .a
En el primer capítulo hacíamos referencia a la necesidad de tener en diferenciar el conocimiento del lenguaJe de otras capacidades simboh-
cuenta diferentes dimensiones de interpretación a la hora de buscar cas.
una definición abarcativa del concepto de «lenguaje». Una de estas De lo dicho hasta aquí se deduce que sólo los enfoques mentalis-
dimensiones, la dimensión «funcional», fue objeto de especial aten- tas mantienen, en sentido estricto, la distinción entre conocimiento y
ción en el capítul~ anterior. En él señalábamos que la facultad actividad lingüísticos. Por consiguiente, lo primero que hay que hacer
humana del lenguaJe no se puede concebir desvinculada de otras es esclarecer los argumentos en defensa y en rechazo de esta distin-
capacidades cognitivas y de comunicación que emergen en etapas ción. Una vez hecho esto, pasaremos a exponer las diversas explica-
muy tempranas de la vida. Estas capacidades forman el sustrato de lo ciones mentalistas sobre el conocimiento del lenguaje.
que se ha dado en llamar la «función simbólica» o facultad de Hay dos hechos, en cierto modo dispares, que saltan a la vista .en
rel~cionarno,s con nosotros ~ismos y con nuestro ~ntorno físico y el comportamiento verbal de los hablantes adultos de cualqmer
S~)Cial a trave~ de representaciOnes mentales. El lenguaje, en tanto que lengua: por una parte, el hablante es capaz de P!od~cir (y c.ompren-
siste~a ~e si,n~bolos, es una consecuencia de la adquisición de la der) mensajes lingüísticos que no ha escuchado Jamas y de Juzgar la
funcwn simbohca, y a la vez un factor que contribuye a su desarrollo. corrección gramatical de los mismos, incluso en ausencia de un
Por otra parte, postular la existencia de capacidades o facultades en contexto relevante para su comprensión; y por otra, los hablantes son
términos de representaciones «internas» supone defender la idea de capaces de producir mensajes coherentes y adecuados a las situacio-
240 241
PSICOLOGIA DEL LENGUAJE. INVESTIGACION Y TEORIA EL CONOCIMIENTO DEL LENGUAJE

nes comunicativas en que se desenvuelven, así como de interpretar los ello susceptibles de ser explicados según los principios generales a que
mensajes de sus interlocutores a la luz de tales situaciones. Estos dos se somete cualquier forma de comportamiento; y segundo, los facto-
hechos revelan que hablar y entender son actividades cre_ativas e res que controlan este comportamiento son las propias consecuencias
innovadoras en un doble sentido, dado que parecen hallarse libres del que se derivan del mismo, esto es, la obtención de refuerzos. La
control de los estímulos externos o internos en que tiene lugar el acto característica más diferenciadora del comportamiento verbal es que
de comunicación, y, a la vez, se muestran sensibl~s a las ~emand~s del es reforzado por la conducta de otras personas, inicialmente, y la del
contexto comunicativo y utilizan de forma flexible y eficaz la _mfor- propio hablante después.
mación pertinente de este contexto. A primera vista, pare~e obvio que El fenómeno de la adecuación contextua! de los enunciados
nos hallamos ante dos formas diferentes de comportamiento verbal: verbales es un aspecto de la actividad verbal que se presta muy bien a
la primera de ellas refleja la capacid~d que tiene tod? hablante de una explicación en términos asociacionistas. Bajo esta perspectiva,
manipular la estructura de los enunciados y de combmar de forma los actos de comunicación que realizan los hablantes corresponden a
reglada sus elementos constitutivos (sonidos Y.J?alabras) para. formar un conjunto de hábitos o repertorio de respuestas verbales que se
y analizar mensajes nuevos; la segunda mamftesta la capacid~d de hallan bajo control directo de las pautas de reforzamiento caracterís-
ajustar los enunciados verbales a las situaciones sociales en q~e t~enen ticas de la comunidad lingüística a la que pertenecen. Así, las
lugar. Los dos fenómenos examinados son objeto d~ explicaciOnes respuestas verbales se pueden clasificar como peticiones, promesas,
diferentes desde los enfoques asociacionista y mentalista. órdenes o descripciones en función tanto de las condiciones estimula-
res que desencadenan dichas respuestas como del tipo de consecuencias
2.1. Asociacionismo que se derivan de ellas, sin necesidad de apelar a las intenciones
comunicativas del hablante o a las razones por las que responde el
Las teorías asociacionistas muestran una mayor preocupación por el interlocutor, como sostienen los enfoques mentalistas de la comuni-
segundo de los problemas a que acabamos de aludir, es decir, por la cación verbal. Por ejemplo, una petición se distingue de una descrip-
adecuación de los enunciados verbales al contexto. No obstante, en lo ción en que la primera es desencadenada por la necesidad de poner
que afecta a la cuestión de las habilidades gramaticales, ~st~s teor~as fin a una condición estimular carencial o aversiva del hablante, y la
se remiten a los mecanismos o leyes generales del aprendizaJe asocia- segunda, por la presencia de una determinada configuración estimu-
tivo. En virtud de tales mecanismos, el hablante aprende no sólo el lar no verbal en el entorno; por lo que al refuerzo se refiere, el posible
significado de las palabras del idioma, a bas_e de as~)Ciar etiq_~etas cese o cambio de las condiciones estimulares que desencadenan la
verbales con objetos y situaciones del ambiente, smo tambien a conducta verbal constituye, en el primer caso aludido, la consecuen-
cia reforzante, mientras que en el segundo caso lo es la obtención de
construir mensajes a base de establecer intercon~xi?nes entre p~~a­
cualquier forma de recompensa dispensada por el interlocutor. (Cfr.
bras. Estas interconexiones vienen dadas por asociaciones probabilis-
capítulo 3 para un desarrollo más completo de este tipo de formula-
ticas entre pares de palabras que se hallan en posiciones contiguas en ciones).
la oración. Así, la probabilidad de que ci~rta palabra apar~zca en En suma, el asociacionismo verbal, y en particular el conductismo
cierta posición de la frase depende esencialmente de los vmculos skinneriano, ofrece una explicación de la conducta verbal que recha-
asociativos que existan entre ella y la que_ le antecede. ~,e ~ste mo~o, za la reificación de constructos lingüísticos y cognitivos como los de
se pueden establecer cadenas de asociaciones probabilisticas de IZ- significado, proposición, intención, conocimiento, e incluso el con-
quierda a derecha entre las palabras de cualqmer frase, lo que, a su cepto mismo de lenguaje. A cambio propone caracterizar estas nocio-
vez, permite dar cuenta del aprendizaje y la utilizaciónyor el habla~­ nes en términos de las relaciones funcionales existentes entre un
te de estas cadenas asociativas sin necesidad de recurnr a un conoci- conjunto de respuestas aprendidas y las condiciones estimulares que
miento del lenguaje internamente representa?o. La fo_rmaci~n de las controlan. Estas relaciones funcionales se traducen en unas con-
estas asociaciones se produce y consolida mediante contmgencias de tingencias de reforzamiento que el hablante aprende a través de su
reforzamiento, es decir, por la repetida asociación de respuestas experiencia verbal, lo que los conductistas denominan «historia de
verbales instrumentales y sus consecuencias sociales (cfr. Watson, reforzamiento». (El lector hallará un resumen de la postura de
1924; Skinner, 1957). Skinner sobre el lenguaje en el capítulo 6 de su obra Sobre el conduc-
De esta breve exposición de las explicaciones asociacio~istas de tismo).
las habilidades gramaticales se siguen dos postulados ese~c.Iales ~el
asociacionismo verbal: primero, el conocimiento y la a~tlvtdad lm-
güísticos son primordialmente una forma de comportamiento, y por

242 243
PSICOLOGIA DEL LENGUAJE. INVESTIGACION Y TEORIA El CONOCIMIENTO DEL LENGUAJE

2.2. Mentalismo te a «Elena», en el ejemplo 2b. Hechos como éstos no son en modo
alguno sorprendentes, y mucho. menos aún excepcionales en el uso
Ya hemos señalado que la posición mentalista acerca del conocimien- cotidiano del lenguaje, aunque resultan francamente difíciles de expli-
to y la actividad lingüísticos se puede desdoblar en varias teorías que car sin recurrir a un conocimiento implícito de las condiciones que
comparten algunos supuestos. A efectos de una mejor comprensión favorecen una u otra de las posibles interpretaciones. Es difícil
de las alternativas teóricas que se van a presentar a continuación, imaginar qué contingencias de reforzamiento podrían permitir al
conviene subrayar de nuevo la distinción entre una perspectiva «for- hablante discriminar entre las interpretaciones alternativas de cada
mal» y una perspectiva «funcional» en el estudio del conocimiento par de oraciones de los ejemplos 1 y 2.
lingüístico. Ambas mantienen, desde un punto de vista teórico, la La distinción entre competencia y actuación guarda, como ya
distinción entre el plano del conocimiento y el plano de la actividad, hemos señalado, una estrecha relación con el carácter productivo del
aunque plantean concepciones divergentes del conocimiento del len- lenguaje. Esta propiedad descansa, a su vez, en un conjunto de
guaje. Lo que resta de este epígrafe estará dedicado a aclarar este principios o reglas de combinación cuyo cometido es establecer
último extremo. correspondencias entre cadenas de signos lingüísticos y sus significa-
La .separación entre el conocimiento y la actividad lingüística, que dos, de suerte que cada uno de los infinitos mensajes expresables en
a partir de Chomsky (1965) se conocen, respectivamente, con los una lengua se puede definir como un par sonido-significado, aunque
nombres de «competencia» y «actuaciÓn», ha venido motivada por evidentemente esta relación no es biunívoca, es decir, cada significa-
varias razones. En primer lugar, por la observación de que el lenguaje do o idea puede ser expresado mediante una variedad de combina-
es una facultad particularmente productiva, en especial en lo que se ciones de sonidos o palabras. A este sistema de reglas destinado a
refiere a su potencial generador de mensajes a partir de un inventario emparejar sonidos con significados lo denominamos «gramática».
finito de elementos. Esta observación no puede explicarse apelando a En consecuencia, la competencia lingüística del hablante se puede
procesos no anticipatorios de tipo «markoviano», en los que se caracterizar como el sistema de reglas que hace posible relacionar
establecen asociaciones entre unidades «terminales» o palabras situa- sonidos con significados en su lengua, o sea, su gramática. A pesar
das en posiciones contiguas. En segundo lugar, la creatividad de que de lo conocidas que son estas aseveraciones, conviene hacer un par
hace gala el lenguaje no es azarosa, sino que exhibe un número de de puntualizaciones aclaratorias. Para empezar, la noción de gramá-
regula~idades demostrables. La prueba más fehaciente de ello es que tica que propone Chomsky no corresponde a la idea vulgar y
cualqmer hablante es capaz de distinguir entre combinaciones correc- tradicional de gramática que comparten el hombre de la calle y
tas e incorrectas de símbolos lingüísticos, o entre cadenas gramatica- algunas teorías lingüísticas anteriores a Chomsky. Para éste, la
les y agramaticales de palabras, y orientar su actividad lingüística gramática es un sistema de reglas o principios considerablemente
productiva en función de esta distinción. Esto se observa, sin ir más abstractos junto con las representaciones u objetos lingüísticos
lejos, en la sensibilidad a la estructura que exhibe todo hablan- sobre los que se aplican tales principios. Estos principios se pueden
te/oyente de una lengua al comprender y producir enunciados verba- definir como enunciados o proposiciones con valor de verdad,
les, lo que queda de manifiesto en la capacidad de asignar estructuras aunque no tienen el carácter prescriptivo típico de la gramática que
diferentes a cadenas lingüísticas superficialmente semejantes (como se estudia en la escuela. En otras palabras, no es un sistema
en el ejemplo 1), o de interpretar correctamente cuáles son los destinado a reglamentar el «uso correcto» del lenguaje, sino a
antecedentes de las expresiones pronominales (como en el ejemplo 2): «generar» todas las cadenas de símbolos lingüísticos posibles en
cada lengua, lo que equivale a asignar una descripción estructural
l. a) El invitado resultó difícil de agradar. apropiada a cada mensaje. En segundo lugar, el conocimiento que el
b) El invitado se mostró deseoso de agradar.
hablante tiene de la gramática de su lengua es un conocimiento
2. a) Ella cree que Elena es inteligente. tácito o inconsciente. Aun cuando no está del todo claro cuál es el
b) Elena cree que ella es inteligente. estatuto epistemológico que Chomsky atribuye al conocimiento
gramatical, no cabe duda de que no se trata ni de un conocimiento
explícito ni de un conocimiento puramente teórico. ¿Cuál es, enton-
Cualquier hablante competente sabe que el sujeto del verbo ces, la naturaleza de este conocimiento?
sub?rdinado «agradar» del ejemplo 1 sólo puede ser «el invitado» en
el eJemplo lb, y que, en el ejemplo 2, «Elena» y «ella>> sólo pueden ser
correferentes, o sea, el pronombre sólo puede tomar como anteceden-

244 245
PSICOLOGIA DEL LENGUAJE. INVESTIGACION Y TEORIA EL CONOCIMIENTO DEL LENGUAJE

3. REFLEXIONES SOBRE LA NATURALEZA 2) Existe otra clase de conocimiento lingüístico, posiblemente


DEL CONOCIMIENTO LINGÜÍSTICO independiente del anterior, que capacita al hablante para producir y
comprender todos los posibles enunciados verbales bien formados de
En un intento de aclarar la noción chomskyana de conocimiento su lengua materna; a este conocimiento se le denomina «competencia
lingüístico, podemos partir de la distinción que establece Carlos P. lingüística» o «gramatical». Aun cuando la competencia lingüística de
Otero (1984) entre tres clases de conocimiento. P.or.una par~e, en un cada hablante se refiere naturalmente al conocimiento de una gramá-
sentido no técnico, se puede hablar de un «conocimiento denvado de tica particular, la de su lengua materna, se deriva de un conjunto de
la experiencia», que se adquiere por. aprehensión directa d.e la reali- principios lingüísticos comunes a todas las lenguas (que constituyen
dad. En este sentido, uno puede decir que «conoce» una cmdad que la «gramática universal») y, por ello mismo, innatos.
ha visitado antes, los nombres de una serie de objetos, la forma de 3) El lenguaje considerado como facultad cognitiva incluye am-
preparar un plato o incluso el modo de hacer funcionar un ~parato. bas clases de conocimiento, así como todas aquellas estrategias y
Esta es la clase de conocimiento que se adquiere por mediO de la procedimientos empleados para ponerlos en práctica, que se conocen
inducción, la asociación o el condicionamiento. En el terreno del de forma genérica como «actuaciÓn». Desde esta perspectiva, pues, la
lenguaje, el conocimiento del vocabulario se puede asimilar en cierto actuación es un constructo mental qutt abarca más de la mera
modo a esta forma de conocimiento. Una segunda clase de conoci- conducta manifiesta del hablante cuando articula sonidos o produce
miento es la que Otero denomina «conocimiento por cogniciÓn». Se signos visuales al hablar o escribir, y que se define como un conjunto
trata de un conocimiento inconsciente, que se adquiere sin esfuerzo y organizado de procesos cognitivos de manipulación y tratamiento de
que es común para todos los individuos de la especie. En él entran lo · información.
que habitualmente consideramos capacidades cognitivas, tales como 4) La lengua, entendida como conjunto potencialmente infinito
el lenguaje, la visión o inclusive el control de las acciones motoras. de enunciados verbales proferidos e interpretados en un contexto,
Este tipo de conocimiento presenta un grado de abstracción conside- resulta del despliegue del conocimiento lingüístico en formas de
rablemente superior al anterior, dado que se halla mediado por un actuación concretas.
sistema de reglas que el individuo tiene que descubrir y que puede
aplicar a ciertos dominios de fenómenos. Además, se trata de un 3.1. Enfoques formalistas
conocimiento espontáneo, o sea, no susceptible de ser enseñado o
aprendido explícita y sistemáticamente, y de un conocimiento mixto, Lo primero que deben plantearse los teóricos de la competencia
en tanto en cuanto abarca aspectos teóricos («saber que P») pero lingüística es hasta qué punto existe una competencia propiamente
también prácticos («saber cómo hacer P»). En tercer lugar, hallamos lingüística, es decir, hasta qué punto el conocimiento del lenguaje es
un conocimiento que, como el primero, también se deriva de la una forma independiente de conocimiento y, como tal, no sometido a
experiencia, pero que se adquiere de forma deliberada, sistemática y restricciones de índole social (vg. comunicativas) o cognitiva (vg.
con notable esfuerzo por parte del aprendiz. Es, pues, un conocimien- perceptivas o conceptuales). Dicho de otro modo, hay que saber en
to indirecto y muchas veces distinto del que nos dicta el sentido qué medida es posible elaborar una teoría lingüística sin disponer de
común. La indagación científica constituye un ejemplo paradigmático una teoría general del funcionamiento cognitivo. En este particular,
de esta tercera clase de saber. se oponen dos posturas: la denominada «formalista», partidaria de la
De acuerdo con la distinción que acabamos de esbozar, y volvien- autonomía del conocimiento y, consiguientemente, de las formas y
do a traer a colación las dos capacidades presentes en nuestro estructuras lingüísticas con respecto a las funciones sociales o cogniti-
comportamiento verbal aludidas al principio de este apartado, pode- vas que tal conocimiento desempeña; y la conocida como «funciona-
mos avanzar los primeros postulados generales relativos al problema lista», favorable a la dependencia de dicho conocimiento con respecto
del conocimiento lingüístico: a las citadas funciones. La postura formalista hace hincapié en los
aspectos arbitrarios del lenguaje. Esta arbitrariedad se hace patente
1) La facultad del lenguaje incluye un conocimiento derivado de en la relación opaca que hay entre los sonidos y los significados (si
la experiencia y del ejercicio de otras facultades cognitivas (vg. la hacemos excepción de casos marginales como las onomatopeyas) y en
función simbólica) que permite al hablante producir e interpretar el carácter aparentemente gratuito de muchas de las propiedades
actos de comunicación adecuados al contexto social y situacional estructurales de la gramática, y no puede explicarse apelando a la
inmediato; a este conocimiento se le denomina «Competencia pragmá- funcionalidad cognitiva o social de las formas lingüísticas. Antes_
tica o comunicativa» (cfr. capítulo 2). bien, descansa en constricciones inmanentes a la propia gramática,
246 247
PSICOlOGIA DEl lENGUAJE. INVESTIGACION Y TEORIA El CONOCIMIENTO DEL LENGUAJE

cuya explicación habrá de buscarse en consideraciones biológicas o o W -un constituyente domina a otro cuando el segundo forma
genéticas más que en consideraciones lógicas o comunicativas. En parte de la estructura del primero (véase la figura 6.1)-. La relación
este sentido, el lenguaje natural se concibe como una facultad especí- de mando-e permite, entre otras cosas, explicar fenómenos de corre-
fica de la especie humana claramente diferenciada de otras facultades ferencia entre pronombres personales y sus antecedentes. Por ejem-
del intelecto y de las formas de comunicación animal, que poseen un plo, existe un principio de correferencia que establece que si un
carácter más icónico y menos arbitrario. pronombre («le» en el ejemplo 4) ejerce una relación de mando-e
Un ejemplo ilustrativo de que ciertas reglas y principios gramati- sobre un SN («el atracador»), no puede haber relación de correferen-
cales no pueden explicarse por referencia a argumentos funcionales es cia entre ellos (caso 4a). En cambio, no habiendo relación de mando-e
el llamado «principio de subyacencia», según el cual «en una opera- del pronombre sobre el SN, la correferencia es posible, con indepen-
ción de movimiento, ningún constituyente sintáctico puede desplazar- dencia de que resulte semánticamente improbable (como en 4b). Es
se fuera de los límites del nodo sintagma nominal (SN) u oración (O) obvio que la mera
que lo contiene» (Radford, 1981, p. 227). En el ejemplo 3a, el sintagma
adverbial (SAdv) de la cláusula principal «más autores de canciones» 4. a) •:· La policía le; explicó que el atracador¡ iba a rendirse.
puede ser correferente con el pronombre «que» de la cláusula de rela- b) La policía le; besó antes de que el atracador.; se rindiera.
tivo, mientras que, en 3b, el SAdv «más canciones», contenido en un SN
superior, no puede ser correferente con dicho pronombre, ya que en este existencia de restricciones estructurales como las que acabamos de
último caso, y no en el anterior, se transgrede el principio de subyacencia. examinar no es un fenómeno privativo del lenguaje, aunque sí lo es el
hecho de que adopten formas tan peculiares y arbitrarias como las
3. a) En el festival ganaron premios [más autores de [canciones]SNj]SAdv; -de que dictan estos principios.
los [que]; yo esperaba.
b) •:· En el festival ganaron premios [autores de [más canciones] SAdvj] SN; -de
las [que] j yo esperaba.
3.2. Enfoques funcionalistas

Otro principio de la teoría lingüística que responde a una caracte- Frente a la perspectiva «formalista», la postura «funcionalista» sub-
rización arbitraria es el llamado «mando de constituyente» o «man- raya la dependencia de la forma con respecto a la función, resaltando
do-e» (cfr. Sells, 1985; Roeper, 1989). Se trata de un principio que la base cognitiva y comunicativa de muchos elementos formales del
regula las relaciones de rección o dependencia entre constituyentes lenguaje. Desde esta perspectiva, la estructura del lenguaje, lo que
sintácticos. Se dice que un constituyente Y ejerce una relación de hemos venido denominando el conocimiento lingüístico o gramatical,
mando-e sobre otros constituyentes (Z, Q o W) cuando el consti- se debe entender como un sistema de opciones que tiene el hablante
tuyente X que domina inmediatamente a Y domina asimismo a Z, Q disponibles para satisfacer ciertas funciones. Como indica Halliday,
uno de los más destacados representantes de la lingüística funciona-
lista, «al hablar optamos entre afirmar o preguntar, generalizar o
X particularizar, repetir o añadir algo nuevo, dar u omitir nuestra
opinión... El acto de hablar entraña, pues, el ejercicio creativo y

1\
y z
repetitivo de opciones en contextos sociales y personales» (1970, p.
142). Según Halliday, las principales funciones del lenguaje son la
«ideacional», relativa a la representación del significado; la «Ínter-
personal», destinada a establecer los roles sociales y/o comunicati-
vos de los interlocutores; y la «textual», mediante la cual se cons-

1\
truyen textos o discursos conectados apropiados a la situación
comunicativa. Todas las opciones estructurales que ofrece la gra-
mática se deben explicar, pues, en términos de un reducido número
de funciones básicas que pertenecen a una o varias de estas cate-
Q w gorías.
En esta misma línea, Givón (1991) afirma que la gramática se
Figura 6.1. -Disposición estructural de los constituyentes que intervienen en una puede definir como un sistema de conocimiento complejo que se
relación de «mando-e>>. construye a partir de la combinación de un número relativamente

248 249
PSICOLOGIA DEL LENGUAJE. INVESTIGACION Y TEORIA EL CONOCIMIENTO DEL LENGUAJE

reducido de principios «cognitivamente transparentes» con otros En este caso, el acceso del aprendiz a ciertos dominios sintácticos
elementos «cognitivamente arbitrarios». El carácter transparente de puede hallarse condicionado a la adquisición previa de recursos
aquéllos viene dado por una relación de «iconicidad» o «analogÍa» funcionales o a la necesidad de resolver problemas comunicativos.
entre fenómenos pertenecientes a dominios distintos (en el caso que Por ejemplo, la sensibilidad a la estructura que exhiben los niños
nos ocupa, la estructura del lenguaje y la experiencia). Entre los desde muy corta edad, y que les permite, por ejemplo, dominar las
principios que se reflejan de modo transparente en la estructura del reglas de estructura sintagmática de su lengua y evitar errores como
lenguaje, Givón cita los siguientes: los de los ejemplos Se y 6c (ver apartado 5 de este capítulo), no sería
posible si el niño no supiera identificar las unidades sintácticas
- cantidad: cuanto mayor, menos predecible o más importante apropiadas (el verbo principal -Vp- del ejemplo 5 y el sintagma
sea la información a codificar, tanto mayor será la cantidad de nominal largo -con el subíndice i - en el ejemplo 6). Para ello, el
codificación asignada por la gramática; este principio explica, por niño tiene que haber adquirido por experiencia extralingüística las
ejemplo, el que las piezas léxicas de contenido sean, en general, de funciones semánticas (vg. agente, tema, meta, instrumento) subyacen-
mayor longitud que las funcionales y vayan además acentuadas; tes a las unidades sintácticas que aparecen en las oraciones. (En el
- proximidad: las entidades funcional, conceptual o cognitiva- apartado 6 volveremos a insistir en este fenómeno).
mente próximas entre sí, tenderán a situarse en posiciones más
próximas en la codificación gramatical; principios como el de subya- 5. a) La muñeca que estávs vestida de rojo estávp dormida en su cunita.
cencia, antes aludido, podrían tal vez explicarse en parte a través de b) ¿Está la muñeca que está vestida de rojo e dormida en su cunita?
este principio; e) •:· ¿Está la muñeca que e vestida de rojo está dormida en su cunita?
- orden lineal: el orden de las unidades sintácticas en el discurso
tiende a reflejar el orden temporal de los acontecimientos o bien su 6. a) La mujer que saludó a María era [[la madre]; de Luis];.
orden de importancia para el hablante. b) ¿Quién¡ ei era la mujer que saludó a María?
e) '' ¿Quién; ej de Luis era la mujer que saludó a María?
Una de las funciones comunicativas del lenguaje supuestamente
En tercer lugar, también puede darse una correlación sincrónica
correlacionada con ciertas formas o códigos sintácticos es la llamada
entre forma y función, de modo que la necesidad de satisfacer una
función de «topicalizaciÓn» (Bates y MacWhinney, 1982). Esta fun-
función imponga la elección de cierta forma lingüística. Tal parece
ción consiste en señalizar información dada o presupuesta en el
ocurrir con las oraciones con dislocación a la izquierda (ejemplo 7b),
discurso, con objeto de distinguirla de la información nueva. Esta
un dispositivo sintáctico rara vez empleado en oraciones proferidas
función se codifica mediante una gran variedad de formas sintácticas,
fuera de contexto, pero usado con mayor frecuencia que las oraciones
tales como la asignación de sujeto oracional, la concordancia sujeto-
pasivas (7c) en diálogos o en el contexto de discursos. Este influjo de
verbo, el orden de palabras, la pronominalización, la elipsis, los
la función sobre
artículos determinados, las cláusulas existenciales del tipo «Había un
niño que ... », etc. En tales casos, se afirma que la función de topicali- 7. a) Un ladrón le robó la cámara al fotógrafo.
zación desempeña un papel causal en la génesis y el uso de ciertas b) Al fotógrafo le robó la cámara el ladrón.
propiedades estructurales de la lengua. e) La cámara le fue robada al fotógrafo 1 El fotógrafo fue robado.
Para Bates y MacWhinney (1982), la dependencia de la forma con
respecto a la función puede darse en tres niveles distintos. En primer la forma se daría no sólo en el plano de la actuación, sino también en
lugar, puede haber una correlación diacrónica entre ciertas formas el de la competencia lingüística. Así pues, planteada de forma radical,
lingüísticas y determinadas presiones cognitivas o comunicativas, de esta tesis afirmaría que toda descripción psicológicamente relevante
suerte que algunas formas lingüísticas que hoy nos parecen arbitra- del lenguaje debe estar formulada en términos de categorías cogniti-
rias (vg. cláusulas de relativo, el aspecto en los verbos -i.e. la vas y procesos de actuación, lo que equivale de hecho a suprimir la
distinción entre formas continuas, como «estoy fumando», y formas noción de «competencia lingüística» para sustituirla por constructos
simples, como «fumo»-, la concordancia, etc.) pudieron tener su explicativos mucho menos abstractos e «ideales» y, en consecuencia,
origen en la necesidad de satisfacer demandas conversatorias o de más próximos al plano de la actuación.
organización del discurso. Este repaso a la controversia entre formalistas y funcionalistas en
En segundo lugar, el papel causal de la función sobre la forma se torno a la explicación de la competencia lingüística nos sitúa ante un
puede advertir asimismo en los procesos de adquisición del lenguaje. interrogante de considerable interés, a saber, si es posible construir

250 251
PSICOLOGIA DEL LENGUAJE. INVESTIGACION Y TEORIA
EL CONOCIMIENTO DEL LENGUAJE

una teoría del comportamiento lingüístico sin disponer de una teoría 4.1. La actuación «sin competencia»
del conocimiento del lenguaje. A continuación expondremos algunas
de las respuestas que se han dado a este interrogante, así como las Bever (1970) fue uno de los primeros autores en sugerir que hay
razones que las justifican.
aspectos de la actuación que pueden influir sobre la competencia y de
que ciertas variables no lingüísticas determinan fenómenos de la
actuación y de la adquisición del lenguaje_ con independencia d~ las
4. RELACIONES ENTRE LA COMPETENCIA Y LA ACTUACIÓN
constricciones impuestas por la competencia. Para este autor, existen
ciertas regularidades en la gramática que, lejos de ser arbitrarias,
Desde .9ue Cho~s~y _estableciera la distinción entre competencia y pueden explicarse en función de características perceptivas y cogniti-
actuacwn, se ha InSIStido mucho en que los objetivos de la lingüística vas de los hablantes-oyentes. Así, toda secuencia inicial de consti-
y de la psicolingüística son distintos, aunque complementarios. Así tuyentes N-V-N, es decir, compuesta .~or nombre-ver~~-non:bre,
se ha s?stenido que _la ling~Ística debe ocuparse de la descripción del tiende a ser interpretada como una relacion de agente-accwn-objeto,
lenguaJe como un ~Ist~m~_:n~egrado de conocimiento (competencia), aun cuando ello no sea ni mucho menos obligatorio gramaticalmente
en tan~o que ,la J?Sicolmgmstt.ca se debe dedicar a la explicación del y pueda inducir a error, como sucede en los siguientes ejemplos:
lenguaJe en termmos de los fmes y procesos implicados en el uso de
dicho sistema (actuación).
8. a) El pasajero aguardó una hora.
La d~sti_nción general entre la competencia y la actuación, o entre b) El ejército sufrió una derrota.
el conocimiento y el uso del lenguaje, resulta incuestionable desde un e) La película resultó un éxito.
punto de vista lógico, ~a qu~, se trat~ _de una distinción conceptual
que no depend_~ de c?nfirmacwn empine.~ algun~. En cambio, lo que Las estrategias propuestas por Bever _permitirían in~lus~ explicar
SI es una cuestwn abierta a la contrastacwn empirica es la definición la evolución de ciertas formas gramaticales en la histona de las
de la naturaleza misma del conocimiento lingüístico y del sistema de lenguas. Tal es el caso de la llamada . «estrateg~a de la _cláusula
procesamien_to que ~o, po~e en práctica. En este aspecto, se han principal», que establece ,que las ~ec~encias ~~V tienden a I~,terpre­
propuesto diversas hipotesis sobre la naturaleza de las relaciones del tarse como inicio de la clausula prmcipal (o umca) de la oracwn. Por
conocimiento lingüístico y el uso del lenguaje.
ello, según Bever, en todas las lenguas. se suelen señala! las. cláusulas
Estas hipótesi~ ~e yueden ~gr_up~y en dos categorías: por una subordinadas mediante palabras funciOnales (vg. conJunciOnes, ad-
parte, _l,as que mm~mizan la distmcwn entre la competencia y la verbios). Este tipo de consideraciones llevaron a Bever a postular que
actuacwn, por considerar que no es ni conceptual ni empíricamente estrategias y procesos de origen no _lingüísti~o son responsable~ ~el
fecunda, y centran su atención en el desarrollo de modelos de establecimiento de las reglas gramaticales, as1 como de las condiciO-
procesam_i~nto que combinan recursos lingüísticos y no lingüísticos nes que debe reunir toda gramática para poder ser aprendida por un
(vg. cogmttvos) (cfr. Bever, 1970; Watt, 1970; Clark y Haviland, 1974; cerebro humano (para un tratamiento más extenso de este argumen-
Osgood, 1~80). Bajo esta .~ategor~a de hipótesis, se considera que la to, véase Bever, Katz y Langendoen, 1976). .
competencia es una nocwn denvada parcial o totalmente de la En un espíritu muy similar al de Bever, Clark y Hav1land (1974)
actuación, y que la psicolingüística ha de ocuparse sobre todo de sostienen que la gramática ~s un subproduct?, de_ lo~, r~cursos y
elabor~r modelo~ ~sic<?lógic~mente relevantes del procesamiento del mecanismos que se ponen en Juego en la actuaCI_on hngmsttca. ~~tos
lenguaJe. Estas hipotesis defienden, pues, lo que podría denominarse recursos están dirigidos ante todo por ~a necesidad de tr~nsm~tir e
u~a, «a~tuació~ sin c_ompetenci~» .. P<?~ otra parte, otra categoría. de interpretar mensajes con sentido y apropiados al contexto situa_cwnal
h_tpotesis mantie~e vigente la distmcwn entre competencia y actua- y del discurso en que tienen lugar. Por ello, estos autores consideran
Cion y postula cierto grado de independencia entre ellas (Chomsky, insuficiente caracterizar el conocimiento del lenguaje en términos de
196~; Fodo~, ~ever y Garrett, 1974; Frazier, 1986). Estas hipótesis las propiedades estructurales de las oraciones que producimos y
sostienen_ as.Imismo que los modelos de la ~ompetencia deben impo- comprendemos, tal y como hacen los enfoques formal~stas. La con-
ner r_estnccwnes sobre _l,os de la actuacion, y no a la inversa, y clusión de Clark y Haviland, sin duda mu_cho más r~?Ical q~e la, d.e
mantienen una separacwn entre las representaciones estructurales Bever, es que la distinción entre competencia Y. act_uacwn es_psl~ol_ogi­
que aporta la gramática y lo~ mecanismos de procesamiento que camente irrelevante, y debe sustituirse por cntenos que discnm1~en
operan _so}Jre. tales representaciOnes. Por ello, se les puede calificar entre enunciados aceptables e inaceptables desde el punto de vista
como hipotesis de la «competencia sin actuaciÓn». semántico y pragmático. Así pues, mientras que Bever propone un
252 253
Las estrategias empleadas en la comprensión de enunciados lingüísticos, propuestas por diversos autores (cfr. Bever, 1970;
Watt, 1970; Kimball, 1973; Fodor, Bever y Garrett, 1974; Clark y Haviland, 1974), pueden clasificarse en tres categorías:
estrategias de segmentación del enunciado en constituyentes lingüísticos, estrategias de clasificación de constituyentes y estrategias
de elaboración de representaciones semánticas.
.,
(1)

()
o
l. Estrategias de «segmentación»
o
l. l. Palabras funcionales: Siempre que en el enunciado aparezca una nueva palabra ·funcional, comienza un nuevo G'l
>
constituyente integrado por más de una palabra. Si esta primera palabra es un determinante (el, una, etc.), indica la presencia de
o
un SN; si es una preposición (por, de, en), indica la presencia de un SP, y así sucesivamente. m

1.2. Sintagmas nominales: La frontera terminal de un SN viene indicada por: a) morfemas de sufijación de sustantivos
m
(vg. -ción, -dad, -ía, etc.); b) otros tipos de morfemas que indican el comienzo de un nuevo SN; e) una cláusula de relativo (siempre z
G'l
señalizada por el correspondiente pronombre); d) otro elemento léxico que no pueda ser ni un nombre ni un adjetivo. e
1.3. Asignación de constituyentes: Cada nueva palabra deberá ser asignada al constituyente en curso, salvo que existan >
N m
(J¡
..¡::..
razones para proceder de otro modo. Según esta estrategia, en el enunciado «una galería de pintura moderna», el adjetivo
«moderna» debe modificar al nombre <<pintura>>, al que sigue en el enunciado y que se halla dentro del SP en curso (<<de z
<
pintura ... >>), y no al nombre <<galería>>, perteneciente a un SN superior (<<una galería ... >>). Del mismo modo, en una oración como m
(1)

<<Juan escondió el libro que leía en la biblioteca>>, el SP <<en la biblioteca>> deberá asignarse a la cláusula subordinada de relativo -i

G'l
<<que estaba leyendo ... >>, y no a la cláusula principal <<Juan escondió el libro ... >>. >
()

o
z
2. Estrategias de «clasificación»
-i
2.1. Cláusulas: La primera palabra de una cláusula indica la función que la cláusula desempeña en el enunciado. Sólo las m
o
cláusulas subordinadas van precedidas de una palabra funcional. La categoría gramatical de la palabra funcional que precede a "'>
una cláusula (adverbio, pronombre relativo, conjunción) establece el tipo de subordinación.
2.2. Cláusula principal: La primera secuencia N-V-N del enunciado se debe clasificar como cláusula principal, a menos que
exista algún indicador superficial que obligue a clasificarla como subordinada (vg. una forma verbal de gerundio, una conjunción
al inicio del enunciado).
2.3. Morfología de las palabras: los afijos deben utilizarse para determinar la categoría gramatical de las palabras ·de
contenido (vg. nombres, verbos, adjetivos o adverbios).

2.4. Completamiento de constituyentes: una vez identificado el inicio de un constituyente, hay que buscar las palabras
adecuadas a ese tipo de constituyente. Así, una vez localizado el verbo que señala el comienzo de un SV, habrá que determinar el
número y tipo de argumentos o complementos apropiados a ese verbo; por ejemplo, el verbo <<tomar>> puede llevar objeto directo e
indirecto (<<Te tomo la palabra>>) o sólo directo (<<Juan tomó una decisiÓn>>), pero no indirecto únicamente (''<<Les tomé a los
alumnos>>).

3. Estrategias semánticas
3.1. Papeles temáticos: toda secuencia N-V-N que pueda constituir una unidad interna en la estructura del enunciado se
analizará asignándole los papeles de actor-acción-objeto, a menos que haya indicadores que reflejen lo contrario.
3.2. Requisitos semánticos: buscar constituyentes que satisfagan los requisitos semánticos de cada pieza léxica. Por ejemplo, ()
o
el verbo <<poner>> requiere tres constituyentes: un agente (el que pone), un objeto (lo que es puesto) y un lugar (donde el agente z
pone el objeto); el adjetivo <<alto>> requiere un nombre (un objeto que posee la cualidad de altura); el adverbio <<rápidamente>> o
()

requiere un verbo (una acción de movimiento que pueda ejecutarse con rapidez), etc. 3:
m
3.3. Orden temporal: en un enunciado que consta de dos cláusulas, se considerará que la primera describe un suceso anterior z
N -i
(J¡ en el tiempo a la segunda, a menos que haya indicios que muestren lo contrario (vg. <<Alicia compró unos libros y visitó a su o
(J¡
prima>>). o
m
3.4. Estrategias referenciales: buscar SNs definidos que se refieran a entidades conocidas, esto es, representadas en la
memoria, y reemplazar la interpretación de cada SN por una referencia directa a dichas entidades. m
3.5. Información dada y nueva: en condiciones normales, la información dada deberá buscarse en posiciones más iniciales del z
G'l
enunciado que la información nueva, que deber:á ocupar posiciones más retrasadas. e
>
m
Por último, es preciso hacer notar que las estrategias que acabamos de describir tienen un carácter heurístico, es decir, no
operan de forma sistemática y obligatoria, sino de·un modo relativo y, en cierto modo, predictivo. Por consiguiente, no tienen el
carácter de reglas lingüísticas. Por otra parte, las distintas clases de estrategias no son mutuamente independientes, sino que operan
muchas veces de forma conjunta. Así ocurre, por ejemplo, con las estrategias 1.3, 2.4 y 3.2, arriba enunciadas: para completar un
determinado constituyente (estrategia 2.4) es preciso asignar elementos lingüísticos a dicho constituyente (estrategia 1.3), lo que se
hace en función de los requisitos semánticos de los elementos léxicos que lo integran (estrategia 3.2).

Cuadro 6.1.-Estrategias cognitivas en la comprensión de enunciados.


PSICOlOGIA DEl lENGUAJE. INVESTIGACION Y TEORIA El CONOCIMIENTO DEl lENGUAJE

influjo de la actuación sobre la competencia, Clark y Haviland


abogan por la supresión de la distinción. (El cuadro 6.1 recoge
ejemplos de algunas de las estrategias cognitivas propuestas por Be-
ver y Clark y Haviland, entre otros autores. Hay que tener presente,
no obstante, que aunque Bever y Clark y Haviland postulan estrate-
gias cognitivas esencialmente similares, difieren considerablemente en
otros aspectos cruciales de la explicación de los fenómenos lingüís-
ticos). E___.
Otro autor representativo del enfoque funcional en el estudio del
lenguaje, aunque encuadrado en el marco asociacionista (cfr. capítulo
3) es, sin duda, Charles Osgood. Conforme a la tradición mentalista,
Osgood postula unas entidades mentales no observables en la expli-
cación del comportamiento verbal; pero a diferencia de ella, no
admite la distinción entre un conocimiento abstracto del lenguaje,
formado por reglas y representaciones exclusivamente lingüísticas, y Codificación-; Descodificación -
unos procesos destinados a aplicar ese conocimiento a la compren-
sión y producción de enunciados verbales. Según Osgood, el compor- Figura 6.2.-Estratos o niveles de <<procesamiento» que median entre los estímulos y
tamiento verbal manifiesto se explica mediante un mecanismo asocia- las respuetas en la teoría de Osgood (denominada modelo del <<pequeño huevo negro>>
tivo de estímulos y respuestas, si bien no se trata, como en el o little black egg) (adaptado de Osgood, 1984).
conductismo ~kinneriano, de estímulos y respuestas completos y
manifiestos, sino de mediadores representacionales encadenados que
constituyen fragmentos de la respuesta total manifiesta (Osgood, gicamente realista». Para Bres~~n (1978),. un~,g~amática realista debe
1980). Estas cadenas internas de estímulos y respuestas fragmentarios no sólo dar cuenta de los jmcios metalmgmsticos de los hablantes
se encuentran representadas en el sistema cognitivo, que sirve de sobre la gramaticalidad, la ambigüedad, la sinonimia, etc., de los
mediador entre los sistemas perceptivo y motor, y constituyen los enunciados verbales sino también explicitar la forma en que las
significados de los mensajes verbales que interpretamos y transmiti- reglas y representaciones estructurales de la g~amática se acoplan a
mos a nuestros interlocutores. las operaciones y a las unidades de procesamiento que emplean los
Las representaciones que median entre los estímulos y las respues- hablantes/ oyentes de una lengua. De .lo .contrario, «no ,rodría decir~e
tas verbales, que tienen su asiento en lo que Osgood llama «nivel que la gramática representa el conoc~miento del usuano ?el lenguaJe
representacional» o sistema cognitivo «profundo» (véase figura 6.2), en ningún sentido psicológifa:nente mteresante» (la cursiva es nu~s­
son de naturaleza semántica (i.e. no lingüística), por lo que se pueden tra) (op. cit., p. 3). En el proximo ap~rta.do .~fr~ceremos una descnp-
aplicar indistintamente a actividades lingüísticas de comprensión/ ción algo más detallada de esta teona lmgmstlca. .
producción como a cualquier otra actividad cognitiva de carácter En parecidos términos se manifiesta, ~att (1970), pa~a qmen la
perceptivo/motor (el lector encontrará una amplia y reciente exposi- falta de correspondencia entre la gramatica transformac10nal y los
ción de esta teoría en Osgood, 1984). En suma, la teoría mediacional procesos psicológicos justifica la distinción entre ~os clases.~e g~amá­
de Osgood rechaza a un tiempo la separación entre el conocimiento y tica: una gramática lingüística abstracta, que !!o. tiene relación directa
el uso del lenguaje y entre el lenguaje y el pensamiento. con la actuación, y una gramática mental, deftm?~ como el cuerpo de
Entre las posturas contrarias a la distinción competencia-actua- conocimientos que los mecanismos de la actuaciOn emplean sobre la
ción, merece destacarse asimismo la de la «gramática léxico-funcio- marcha en la comprensión y producción del lenguaje. La gramática
nal» (GLF) (Bresnan, 1978; Ford, Bresnan y Kaplan, 1982), una teoría mental, y no la lingüística, se halla sujeta a restricciones impuestas
lingüística que tiene su origen en la gramática generativa de Chomsky por la actuación. No obstante, Watt reconoce, de acuerdo con
Y. 9ue comparte con ella muchos importantes supuestos, aunque Chosmky que el hablante de una lengua es capaz de hacer juicios y
difiere de ella en aspectos no menos importantes. El objetivo esencial tomar de~isiones metalingüísticas que no serían posibles únicamente
de la gramática léxico-funcional es el de diseñar un sistema de a partir de una gramática mental especi~lmente diseñada par.a r~sol­
conocimiento del lenguaje capaz de incorporar soluciones a los ver problemas de procesamiento. De aht que no pueda presct_nd.tr de
problemas de la actuación, es decir, una gramática que sea «psicoló- un plano de descripción más abstracto y general del conoctmtento

256 257
PSICOLOGIA DEL LENGUAJE. INVESTIGACION Y TEORIA
EL CONOCiMIENTO DEL LENGUAJE

lingüístico como es el de la gramática lingüística. Entre nosotros, mente reales, es decir, que forman parte de nuestro conocimiento
Sánchez de Zavala (1973) hizo una propuesta parecida a la de Watt al lingüístico. No debemos olvidar que la noción de «conocimiento» es
distinguir la competencia gramatical de lo que denominó «cuasi- un . concep~o _l:l!et?tal o psicológico. Por eso, si queremos que las
competencias» de recepción y producción del lenguaje. entidades hngmsttcas postuladas por la teoría caractericen adecuada-
mente nuestro conocimiento del lenguaje, entonces también debemos
4.2. La competencia «sin actuación» demos~rar su ~ealidad psicológica de modo independiente. Como ha
advertido Vahan (1979), «una teoría lingüística correcta es también
Hasta aquí hemos expuesto algunos argumentos que, por razones una teoría psicológica» (p. 3).
diversas, cuestionan la distinción clásica entre competencia y actua- Como se ha o.bservado en repetidas ocasiones (Fodor, Bever y
ción. Sin embargo, hay que hacer notar que los argumentos aludidos Garrett, 1974; Vahan, 1979; Berwick y Weinberg, 1983), los proble-
no demuestran por sí solos la inadecuación psicológica de la compe- mas fun?a.mentales ~e la .TCD no son empíricos, sino teóricos y
tencia lingüística; más bien sugieren que la explicación de la actua- metodologicos. La evidencia aportada por la TCD sobre la realidad
ción lingüística no siempre se ve constreñida en un sentido relevante ps~cológi~a de .las re~las de la gramática puede ser explicada de forma
por una teoría del conocimiento del lenguaje y sí, en cambio, por mas parsimomosa sm recurrir al empleo de transformaciones en la
variables extralingüísticas relacionadas con nuestra experiencia per- actuaci?n. Fodo~, B~ver y Garrett (1~74) han señalado que la mayor
ceptiva y comunicativa. Las propuestas que vamos a exponer a compleJidad denvativa de una oracion supone invariablemente una
continuación defienden la vigencia de la distinción competencia-ac- diferen~i~ más acu~ada. entre sus representaciones «profunda» y
tuación, aunque postulan distintos tipos de relaciones entre ellas. «superÍI~Ia.l». Esto Implica que el mayor tiempo invertido en el
Todas se encuadran, pues, en la categoría de hipótesis que hemos rec?noctmiento ?e ~na pasiva en compar~~ión c<:m la correspondiente
denominado de modo genérico hipótesis de la «competencia sin activa puede atnbmrse tanto a la aphcac10n senal de transformacio-
actuaciÓn». n~~ como a otros. fact?~es interpretativos,' por ejemplo, una mayor
Las primeras teorías psicolingüísticas, en los años 60, postulaban d.Ifi~ul~ad en la asig~aciOn de papeles semanticos a los constituyentes
una relación directa entre la competencia y la actuación, en particular smtacticos, la necesidad de revisar estrategias de análisis inicialmente
en materia de comprensión de oraciones. Para estas teorías, conoci- mal aplicadas (vg. la estrategia «N-V-N» de Bever), etc.
das como Teoría de la Complejidad Derivativa (TCD) (Derivational Otro pr~blema que afecta a la capacidad explicativa de la TDC es
Theory of Complexity) (cfr. Fodor, Bever y Garrett, 1974, para una que las teonas de la competencia han sufrido en los últimos treinta
revisión crítica), la actuación es una realización directa de la compe- año~ abund~ntes. e importantes modificaciones, de suerte que las
tencia, en la medida en que despliega en tiempo real y de forma ~e~ial versiOnes mas .recientes ~e la gramática generativa (Chomsky, 1981)
(o sea, en orden temporal) las reglas postuladas por la gramattca. conceden una Importancia mucho menor a las reglas transformacio-
Esto suponía dar implícitamente por válidos los modelos de compe- nale~ qu.e 1~.~ P.rimera~ ~ersiones (Chomsky, 1965), e incluso algunas
tencia entonces imperantes. Supuesto el isomorfismo entre las opera- teonas hngmsticas proximas a este paradigma como es el caso de la
ciones gramaticales y los procesos psicológicos en t~empo ~eal~ l.a gramáti~a.léxico-funcional (GLF) (Bresnan, 19l8), que examinaremos
tarea del psicolingüista consistía en demostrar la «realidad pstcologt- en el p~oximo apartado, las han suprimido por completo, por razones
ca» de las reglas de la gramática. Dado que las reglas más importan- muy diversas, a las que no es ajena precisamente su inadecuación
tes de las teorías lingüísticas al uso eran las transformaciones, el psicológica.
objetivo prioritario de la psicolingüística era suministrar evidencia de ~1, ab~n~.~n? de .la TCD como .P.~radism~ e~plicativo de la ac-
que toda transformación gramatical representa una operación efec- tuaciOn lmgmsttca d10 paso a una VISion mas mdirecta de la relación
tuada por el hablante/ oyente para convertir estructuras gramaticales entre el ~onocimie?to y el uso del lenguaje. Para Fodor y Garrett
profundas en superficiales y viceversa. Los primeros datos vinieron a (1966) (vease ~ambien Fodor, Bever y Garrett, 1974), la aplicación de
demostrar que, en efecto, el tiempo invertido en reconocer oraciones reglas gramati~ales d~rante el procesamiento de oraciones no implica
era proporcional al número de transformaciones (vg. negación, pasi- por fuerza un Iso~or~Ismo entre las reglas y los procesos. Según estos
vización o interrogación) empleadas en su derivación. a~tores, las descnpc10nes estructurales o representaciones interme-
N o obstante, al margen de la validez empírica de estos resultados, dias que se generan en el curso de la derivación del enunciado (vg. las
para mantener una teoría de esta naturaleza es preciso no sólo estr~cturas profunda y superficial, en la gramática generativa) y que
demostrar que ciertas reglas gramaticales se reflejan en la actuación, med~an en.tre sus representaciones semántica (significado) y fonética
sino algo más importante aún, que las reglas mismas son psicológica- (somdo) tienen relevancia psicológica, es decir, son computadas o
258 259
PSICOLOGIA DEL LENGUAJE. INVESTIGACION Y TEORIA El CONOCIMIENTO DEL LENGUAJE

recuperadas durante el procesamiento lingüístico. Sin embargo, la Sin embargo, las constricciones de la competencia sobre la actua-
competencia no determina sino indirectamente, a través de una ción pueden ir más allá de lo que acabamos de indicar. Para que la
hipotética «función de traducciÓn», cuáles son las estrategias o gramática sirva como caracterización apropiada del conocimiento
procesos que emplea el procesador para efectuar su tarea. Esto empleado en el procesamiento del lenguaje, y teniendo en cuenta que
significa que es preciso determinar cuáles son estas funciones de la actuación supone, como ya se ha indicado, el empleo de procesos
traducción que operan sobre los componentes de la gramática para psicológicos en tiempo real, es preciso que las constricciones tempo-
convertir cada regla en una operación psicológica. Así pues, pese a rales que determinan el funcionamiento del procesador lingüístico
que, bajo esta hipótesis, la relación entre la competencia y la actua- sean, al menos, compatibles con las condiciones de aplicación de las
ción se considera indirecta, la teoría de la competencia sigue ejercien- reglas de la competencia. Para ello, la gramática ha de poseer una
do restricciones muy importantes sobre cualquier teoría de la actua- estructura suficientemente flexible que facilite la aplicación de reglas
ción. en tiempo real. Como ha observado Frazier (1989), debido a que las
Esta hipótesis se puede generalizar a todos los niveles de represen- reglas transformacionales se aplicaban en orden serial, las primeras
tación postulados por las teorías lingüísticas (semántico, sintáctico, versiones de la gramática generativa imponían sustanciales demoras
morfológico y fonológico), que pasan así a contemplarse como de procesamiento en la derivación de los enunciados. Por ello, el
candidatos Óptimos para describir la estructura de los sistemas de procesador debía tener a su disposición fragmentos considerablemen-
procesamiento del lenguaje. En cambio, los procesos psicológicos que te largos del enunciado antes de proceder a su análisis sintáctico.
integran y vinculan estos niveles ya no mantienen una relación de Frente a esto, los modelos más recientes de competencia (Chomsky,
identidad con las reglas gramaticales (Valían, 1979; Frazier, 1986). 1981), que serán objeto de análisis en el próximo apartado, no exigen
Por ende, cabe esperar que el papel desempeñado por las representa- la aplicación ordenada de reglas, dado que están estructurados en
ciones lingüísticas sea idéntico en todos los sistemas de actuación o subsistemas independientes o módulos de principios gramaticales.
procesamiento y que las reglas gramaticales sean asimismo aplicadas Esto entraña una mayor libertad a la hora de traducir las reglas
o interpretadas de forma equivalente en todos ellos. En otras pala- gramaticales en procesos de actuación, lo que, al mismo tiempo, le
bras, las unidades lingüísticas utilizadas en cada nivel de procesa- evita al sistema cualquier demora obligada en el procesamiento. En el
miento han de ser las mismas en todos los sistemas de actuación próximo capítulo, que sirve de introducción al estudio de los proce-
(comprensión, producción y adquisición), y la forma de aplicar las sos psicológicos de la actuación, haremos algunas reflexiones sobre la
reglas lingüísticas en los procesos psicológicos también ha de mante- compatibilidad de la estructura modular de la gramática con algunas
nerse constante a través de estos sistemas. A esta condición se le propuestas, también modulares, sobre la organización del procesador
puede denominar «condición de neutralidad» o «hipótesis de la lingüístico (vg. Forster, 1979, en comprensión del lenguaje, y Garrett,
realización constante» (Frazier, 1986). 1984, o Levelt, 1989, en producción). La evidencia empírica más
La prueba más relevante a favor de esta forma indirecta ,de relevante al respecto será objeto de análisis en capítulos posteriores,
relación entre la competencia y la actuación ha de provenir necesaria- en especial en el capítulo 10.
mente de estudios que pongan de manifiesto que la información
lingüística, en sus diversos niveles de representación, es utilizada de
manera reglada y sistemática durante el procesamiento del lenguaje. 5. ALGUNOS MODELOS DE LA COMPETENCIA LINGÜÍSTICA
En otras palabras, se trata de mostrar que las estructuras de informa-
ción que postula la teoría lingüística (desde los rasgos distintivos, los Una vez examinadas las distintas posturas en torno a la relación entre
fonemas y las sílabas hasta las estructuras sintácticas y semánticas de el conocimiento del lenguaje y la actuación lingüística, vamos a
las oraciones, pasando por unidades morfológicas como las raíces y describir algunas teorías de la competencia gramatical, en particular
los afijos) son representaciones utilizadas de forma efectiva en la las que se consideran más relevantes para los modelos del uso y la
comprensión y la producción del lenguaje. Esta es la mínima constric- adquisición del lenguaje. Como ya hemos señalado antes, la gramáti-
ción que cabe esperar que un modelo de la competencia ejerza sobre ca se puede definir como la representación del conocimiento lingüísti-
los procesos de actuación. En palabras de Berwick y Weinberg (1983), co interiorizado que posee todo hablante acerca de la forma y el
«1~ gram~tica no tiene por qué suministrar un algoritmo de procesa- contenido de las oraciones que constituyen su lengua. Este conoci-
miento director transparente; sin embargo, hay que insistir en _que el miento consta de varios componentes: el componente fonológico, que
papel de la teona gramatical en los modelos de uso del lenguaje no es especifica las reglas de pronunciación de las representaciones lingüís-
por ello menos esencial» (p. 2). ticas; el componente sintáctico, que comprende reglas que gobiernan

260 261
PSICOLOGIA DEL LENGUAJE. INVESTIGACION Y TEORIA
EL CONOCIMIENTO DEL LENGUAJE

la combinación de morfemas y palabras en unidades significativas Este cometido recae sobre los sistemas de actuación o procesamiento
como las oraciones o los discursos y que, por tanto, determinan la del lenguaje.
estructura de los enunciados verbales; y por último, el componente Las teorías lingüísticas que expondremos a continuación pertene-
semántico~ constituido por las reglas mediante las cuales se asigna cen al paradigma generativista, originado a partir de la obra del
significado a cada enunciado verbal y se establecen relacione~ semán- lingüista Noam Chomsky (cfr. Chomsky, 1965, 1971, 1981). Este
ticas (implicación, presuposición, inconsistencia, etc.) entre diferentes paradigma defiende un modelo de gramática en la que el componente
enunciados. Además de estos tres componentes, la gramática com- sintáctico desempeña un papel generativo, mientras que los compo-
prende un cuarto tipo de conocimiento lingüístico, el léxico~ en el que nentes fonológico y semántico cumplen un papel meramente interpre-
están representadas las propiedades lingüísticamente relevantes de las tativo. Esto supone que la forma sintáctica del enunciado determina
palabras de la lengua, esto es, su estructura fonológica y sus caracte- su interpretación tanto fonológica como semántica, dándose una
rísticas sintácticas y semánticas. Dado que las palabras también subordinación de estos componentes con respecto a la sintaxis. Frente
tienen una organización interna, resultante de combinar unidades a esta visión, a finales de los años 60 surgieron otros modelos de
estructurales y de significado más pequeñas (los morfemas), las gramática que postulaban la prevalencia del componente semántico
teorías linguísticas incluyen también un componente morfológico~ sobre el sintáctico, atribuyendo a aquél el poder generativo de la
que comprende las reglas que rigen la formación de palabras a partir
de unidades morfológicas como las raíces y los afijos. (El lector
hallará una descripción detallada de estos componentes en los capí-
tulos 6, 7, 8 y 11 del libro Lingüística: una intn:ducción ~1 lengz:¡aje y
TEORÍA ESTÁNDAR (Chomsky, 1965) SEMÁNTICA GENERATIVA
la comunicación~ de Akmajian, Demers y Harmsh, Madnd, Alianza,
(Lakoff, 1971)
1984).
Subcomponente
El aspecto de la gramática que interesa explorar en este ca~ítulo Léxico
de base
concierne a la estructura de sus componentes, o sea, a las relaciOnes
que rigen entre estos componentes de cara a ge_nerar enunciados
lingüísticos correctamente formulados. En este sentido, nos centra_re-
mos en las teorías de la competencia que adoptan una perspectiva
mentalista y generativista. Antes que nada, sin embargo, es preciso
l
Estructura profunda Representación semántica
aclarar lo que se entiende por «generar enunciados lingüísticos». La gra-
mática, entendida como sistema de conocimiento abstracto inte-
~ ¡
riorizado por los hablantes de una lengua, puede definirse como un Reglas Reglas Reglas 1
transformacionales semánticas transformacionales : Léxico
«dispositivo mental» que tiene el cometido de generar todas las

r
1

posibles cadenas de símbolos lingüísticos correctas del idioma. Para


cumplir este cometido, se suele decir que la gramática asigna una
descripción estructural a cada secuencia correcta de símbolos lingüís- Estructura
T
Representación
l
Estructura superficial
ticos, lo que implica básicamente dos cosas: en primer lugar, descri?ir superficial semántica
la estructura (fonológica, sintáctica y semántica) de dichas secuencias
y, en segundo lugar, especificar cómo se constituye esa estructu~a, es
¡ l
decir cómo determinadas reglas lingüísticas operan sobre ciertas Reglas fonológicas Reglas fonológicas
' • 1 •
representaciones para obtener otras representaciOnes; asi, por eJem-
plo, las reglas transformacionales se aplican sobre la estructura
profunda del enunciado para derivar su estructura superficial; de la
aplicación de reglas semánticas sobre la estructura profunda del
r
Representación
1
Representación fonética
enunciado se obtiene una interpretación de su significado, es decir, su fonética
representación semántica, y así sucesivamente. Como ya se comentó
Figura 6.3.-Representaciones esquemáticas de la estructura de la gramática de las
en el apartado anterior, los mecanismos gramaticales de generación teorías gramaticales de base sintáctica (modelo <<estándar>> de la gramática generativa
de enunciados no tienen, en principio, que ser idénticos o equivalen- transformacional de Chomsky, 1965) y de base semántica (semántica generativa de
tes a las actividades psicológicas de producir o comprender oraciones. Lakoff, 1971).

262 263

UNIVERSIDAD DE ANTlOQUIA
BIBLIOTECA CENTRAL
EL CONOCIMIENTO DEL LENGUAJE
PSICOLOGIA DEL LENGUAJE. INVESTIGACION Y TEORIA

gramática y a éste un papel mediador entre las representaciones 9. comer: V, +[--(SN)]


semántica y fonológica del enunciado (cfr. Fillmore, 1968; Lakoff, descubrir: V, + [--SN]
correr: V, [--SN]
1971 ). La figura 6.3 refleja las principales diferencias entre ambos
modelos. Una modificación posterior de la gramática transformacional, que
dio origen a la llamada «versión estándar extendida» (Chomsky,
5 .1. Gramáticas transformacionales 1971), hacía depender la interpretación semántica directamente de la
representación superfici.al del enunciado y no. ,de la profunda .. Esta
Las primeras versiones de la gramática generativa chomskyana modificación vino motivada por la observac10n de que en ciertas
(Chomsky, 1965, 1971) corresponden a la clase de. gramáticas deno- ocasiones las transformaciones modifican el significado del enuncia-
minadas transformacionales. La característica fundamental de estas do, contrariamente a lo que se suponía en la versión estándar. Dicho
gramáticas es la existencia de dos niveles de organización sintáctica,
la estructura profunda y la estructura superficial~ y un sistema de
reglas denominadas transformaciones~ que permiten derivar la estruc-
tura superficial de la profunda. Estas reglas consistían, básicamente, La versión <<estándar>> de la gramática generativa transformacional (Choms-
en mover, añadir o suprimir unidades lingüísticas en la representa- ky, 1965) consta de tres componentes: el componente sintáctico, el componente
ción sintáctica del enunciado. En la primera versión de esta gramática semántico y el componente fonológico. El componente sintáctico es responsable
o versión «estándar» (Chomsky, 1965), la estructura profunda del de la asignación de una descripción estructural a todo enunciado lingüístico
enunciado contenía toda la información relevante para efectuar la bien formado. Dicha descripción estructural se organiza en dos niveles, denomi-
interpretación semántica del enunciado (vg. relaciones temáticas en- nados <<estructura profunda» y <<estructura superficial». La estructura profunda
tre constituyentes, información léxica relativa al significado), mien- del enunciado refleja las relaciones estructurales entre los constituyentes del
enunciado (vg. ser <<sujeto de», <<objeto de», etc.) e incluye las piezas léxicas
tras que la estructura superficial incluía la información sintáctica
principales del mismo (palabras de contenido). La estructura profunda se
necesaria para la interpretación fonológica del enunciado (vg. orden genera mediante la aplicación de dos tipos de reglas: las reglas de estructura
serial de las palabras, concordancia entre constituyentes). La estruc- sintagmática (RES) (phrase structure rules), un conjunto de reglas de reescritura
tura profunda, por su parte, era generada en esta gramática por el que constituyen el llamado <<subcomponente de base», y las reglas de inserción
llamado «subcomponente de base». Dicho subcomponente incluía un léxica, que tienen por objeto insertar piezas léxicas en los nodos <<terminales»
sistema de reglas de reescritura (las llamadas «reglas de estructura del árbol sintáctico generado por las RES. La estructura superficial mantiene las
sintagmática» ), mediante las cuales se generaba la representación de propiedades estructurales definidas en la estructura profunda, pero además
la estructura profunda del enunciado, denominada, a su vez, «marca- contiene información sobre el orden de los constituyentes en la oración y sobre
dor sintagmático» (el árbol sintáctico que da cuenta de las relaciones las flexiones o marcas morfológicas que llevan las palabras de contenido.
Tomemos, a título de ejemplo, dos oraciones con distintas estructuras profun-
de dependencia entre los constituyentes), y el componente léxico, que
das, aunque con idéntica estructura superficial, y observemos cómo se generan
contiene un tipo de reglas por medio de las cuales se insertan las las estructuras profunda y superficial de estos enunciados.
piezas léxicas (palabras) pertinentes en el marcador sintagmático. El
cuadro 6.2 muestra un ejemplo de la generación de un enunciado a 1) El invitado extranjero se mostró deseoso de agradar.
partir de las reglas y representaciones que acabamos de enumerar. El 2) El invitado extranjero resultó difícil de agradar.
componente léxico suministra asimismo los «marcos de subcategori-
zación» de las palabras, que permiten establecer qué piezas léxicas
pueden ser insertadas en las cadenas generadas por reglas de estructu- Reglas de estructura sintagmática
ra sintagmática y, consiguientemente, en qué contexto sintáctico
O ~ (O) (SN) AUX SV
pueden aparecer. Por ejemplo, en 9, la pieza léxica «comer» se define
SN ~ (Det) N (A)
como un verbo que puede ( + ) ir opcionalmente acompañado de un SV ~ V (SN) .(SA) (SP)
SN; «descubrir» es un verbo que debe ir seguido de un SN; y «correr»
es un verbo que no puede ( - ) ir seguido de un SN. (Para una O oración, AUX = partícula auxiliar, SN = sintagma nominal, SV =
descripción más amplia de los principios formales de la gramática sintagma verbal, SA sintagma adjetival, SP = sintagma preposicional, N
generativa, se pueden consultar los Principios de filosofía del len- nombre, V = verbo, Det determinante, A adjetivo, P = preposición, y Pr
guaje~ de J. Hierro, 1986; así como Radford, 1981, o Wasow, = pronombre (los paréntesis indican opcionalidad) -ver figuras 6.2.1. y
1989). 6.2.2.-.

264 265
PSICOLOGIA DEL LENGUAJE. INVESTIGACION Y TEORIA EL CONOCIMIENTO DEL LENGUAJE

o En la versión <<estándar», el componente semántico opera sobre la estructura


profunda del enunciado para obtener su representación semántica o significado.
El componente semántico está integrado por representaciones de las piezas
SN AUX sv léxicas del enunciado, que adoptan la forma de agregados de rasgos semánticos
bipolares (vg. invitado - + animado, + humano, + receptor, + obsequio,

~ ~
etc.; agradar - + transitivo, + objeto animado, + dar satisfacción, etc.), y
por unas «reglas de proyecciÓn>> que combinan estos rasgos, evitando las
o redundancias a que pueden dar origen, para producir finalmente una represen-
Det N A V SA
tación del significado del enunciado (para una exposición detallada de la teoría

~
~
semántica adoptada por la versión «estándar» de la gramática generativa, cfr.
Katz y Fodor, 1963).
SN SV La estructura profunda del enunciado es, seguidamente, convertida en una
estructura superficial por medio de las reglas transformacionales. La estructura

Pr V A
1\
Det N V
A SN
superficial no es una representación del enunciado tal y como el hablante lo
emite y el oyente lo percibe, sino una representación algo más abstracta que
contiene información acerca de aspectos tales como el orden de los constituyen-
tes, los procesos de afijación (vg. concordancia sujeto-verbo), y otras propieda-
des de la estructura del enunciado que no afectan a su significado. En la versión
1 1 1 1 1 1 «estándar», las reglas transformacionales se reducían básicamente a operacio-
El invitado extranjero -ó se mostr- deseoso el invitado agradar alguien nes de movimiento, adición o supresión de constituyentes. El marcador sintag-
mático superficial de las oraciones 1) y 2) es como sigue (ver figura 6.2.3):

Figura 6.2.1: Marcador sintagmático (estructura profunda).


o

SN sv
o ~
Det N A V
~ SA

o AUX sv ~
~sv
A SP

SN

1
Pr V
~ SN
1\
V SA
El
El
invitado
invitado
extra~ ero
extranjero
se mostró
resultó
1
deseoso
dificil

Figura 6.2.3: Mar~ador sintagmático (estructura superficial).


~
de agradar
de agradar

~
Det N A A
1 Por último, el componente fonológico tiene el cometido de derivar una
representación fonética del enunciado a partir de la «lectura» de su estructura
superficial. Las representaciones fonéticas proceden de dos fuentes: por un lado,
el léxico proporciona directamente las representaciones fonéticas de los morfe-
1 1 1 1 mas básicos o las raíces de las palabras de contenido (vg. «invit-» - #in bit#,
Alguien agradar el invitado extranjero -ó result- dificil «result-» - # result#, etc.); por otro, las representaciones fonéticas de los afijos
Y flexiones de dichas palabras, así como las de las palabras funcionales que se
Figura 6.2.2: Marcador sintagmático (estructura profunda). añaden al marcador sintagmático superficial en virtud de las transformaciones

266 267
EL CONOCIMIENTO DEL LENGUAJE
PSICOLOGIA DEL LENGUAJE. INVESTIGACION Y TEORIA

ción semántica, sino junto con ~as tra?sformaci~t;es para generar la


gramaticales, son elaboradas mediante la aplicación de reglas fonológicas. Entre
ellas cabe mencionar las siguientes: reglas de <<segmentalizaciÓn>>, que estable-
estructura superficial de la oracion. ~si, una o~acwn como 10 resu~t,a­
cen regularidades fonológicas a partir de propiedades morfológicas de las piezas
' de derivar la estructura superficial a partir de la representacio~
na
semántica, ·
mediante transformaciOnes. · ' ·
smtacttcas Y proces?,s de lexi -
léxicas: por ejemplo, el sufijo de 3.a persona del singular del pretérito indefinido
se <<lee>> en castellano con la vocal lo!, y si el verbo pertenece a la primera . · ' (La fi·gura 6 ·4 muestra los mveles
ca lIzacwn. ., de representacwn corres-
conjugación, se suprime su vocal temática (la/) (vg. result-ar ~ result-/Ó/; pondientes a la derivación de la oracwn 10).
mostr-ar ~ mostr-lól; pero com-er ~ com/ió/; cubr-ir ~ cubr-/ió/); reglas de
<<modificación fonológica de la raÍz>>, como sucede en la conjugación de los
10. Juan limpió la piscina.
verbos irregulares (vg. sentar ~ sienta, sintamos); o reglas que explican las
variaciones en la pronunciación de segmentos fonéticos según el contexto Por razones históricas que no hacen al caso, la semántica generati-
articulatorio en que se hallan, como sucede en fenómen.os tales como la
<<espirantizaciÓn>>, en castellano, es decir, la sustitución de consonantes oclusi-
va apenas tuvo impacto en las teorías lingüísticas de la época, Y lo
vas sonoras [b], [d] o [g] por sus correspondientes fricativas [/J], [fi], [g], cuando
van precedidas de vocal (vg .... #to#di# ~ #to#fii#, en la secuencia ... resultó (a) . Proposición
difícil...), o el <<aleteo alveolar>>, en inglés norteamericano, esto es, la sustitución
de una oclusiva sorda [t] por otra sonora [d] cuando la consonante va seguida
de una vocal (vg. <<write>> (# rayt#) <<writer>> (# rayder#). ·
Predicado Argumento x

Cuadro 6.2.-Ejemplo de la generación de enunciados lingüísticos en una gramática Proposición Proposición


'causar'

~
transformacional.

de otro modo, se descubrió que la estructura sup~rficial puede


[Argumento x= 'causa']
~
Predicado Argumento Predicado Argumento
[Argumento Y= 'efecto1
contener información relevante para la interpretación semántica del
enunciado. Entre las propiedades semánticas de la oración que se
consideran contingentes a la estructura superficial hay que destacar 'limpieza' 'piscina'
las relaciones de correferencia entre constituyentes, el ámbito de los 'acción' :Juan'
operadores lógicos (negación, cuantificación) y las relaciones entre el
foco, o información nueva, y la presuposición, o información dada y,
Pred rcausar1 + Pred rlimpieza1 =V ~impiar)
por tanto, de menor relieve. (b)
Pese a estas modificaciones, la versión estándar extendida de la
gramática generativa conservaba una característica esencial que sepa- (e)
Oración

~
ra radicalmente las primeras versiones de la gramática generativa de
las más recientes, y que ya hemos comentado al final del apartado
anterior. Se trata del carácter derivacional de las operaciones grama-

~
ticales, es. decir, del supuesto de que la generación de un enunciado
resulta de la aplicación cíclica y secuencial de reglas. Más adelante
comprobaremos las implicaciones que este supuesto ha traído consigo
para los modelos psicolingüísticos de la adquisición y del procesa-
T
N V SN
miento del lenguaje.
Una alternativa a las gramáticas generativas de base sintáctica es
la «semántica generativa» (cfr. Fillmore, 1968; Lakoff, 1971), que se
Juan
6
limpió la piscina
constituyó sobre dos objeciones al modelo chomskyano. En primer
lugar, la semántica generativa rechaza el carácter puramente sintácti-
co de la estructura profunda, y la sustituye por una representación Figura 6.4.-Niveles de representación en la gener~ción de la oración 10 (<<Juan limp,ió
la piscina>>) según la teoría de la semántica generativa (Lakoff, 1971): ~) r~presentacion
semántica expresada en un lenguaje proposicional, es decir, de predi- semántica del enunciado; b) regla de lexicalización para el verbo <<hmpiar>>; Y e) es-
cados y argumentos. En segundo lugar, y a consecuencia de ello, el
tructura superficial del enunciado.
componente léxico no interviene en la generación de la representa-
269
268
PSICOLOGIA DEL LENGUAJE. INVESTIGACION Y TEORIA EL CONOCIMIENTO DEL LENGUAJE

único que hoy queda de ella son breves reseñas en textos de lingüísti- La gramática de rección y ligamiento presenta cuatro niveles de estructura o
ca. Quizá su principal problema fuera que no es propiamente una representación y una serie de subsistemas de principios que establecen condicio-
teoría general de la gramática, sino más bien una teoría sobre el nes de buena formación gramatical para dichas estructuras. Los niveles de
componente semántico. De ahí deriva probablemente su fracaso en representación son la estructura profunda (estructura-P), la estructura superfi-
constituirse como alternativa explicativa al modelo chomskyano cial (estructura-S), la forma lógica (FL) y la forma fonética (FF). Las dos
(para una exposición más detallada de las gramáticas de base semán- primeras son representaciones sintácticas, en tanto que la FL corresponde a la
tica, véase Steinberg, 1982, capítulo 3 ). representación semántica del enunciado y la FF, a la representación de los
sonidos del enunciado. El esquema que presentamos a continuación (figura
Sin embargo, lo que sí supuso un verdadero salto cualitativo en el
6.3.1) refleja la organización general de la gramática de rección y ligamiento.
desarrollo de los modelos de la competencia lingüística fueron las
modificaciones introducidas por el propio Chomsky y otros discípu-
los suyos en la «teoría estándar extendida» durante los años 70. Estas
modificaciones obedecieron a varias razones. Por un lado, Chomsky
buscaba el modo de constreñir las condiciones de aplicación de las
reglas transformacionales, que en las versiones estándar habían llega-
do a multiplicarse en exceso, con el fin de crear una teoría más
Estructura profunda ••------11 Teo~a e1
. Teona X'_
restrictiva y a la vez más general. Por otro lado, el interés por adecuar
la teoría a las demandas de la adquisición del lenguaje exigía agrupar·
el mayor número de fenómenos lingüísticos bajo la órbita de la
gramática universal. Y en tercer lugar, la necesidad de ofrecer mode-
los de la competencia más compatibles con las demandas de la Principio de Proyección
actuación lingüística en tiempo real obligaba a buscar una gramática muévase a Criterio e
con una estructura mejor adaptada a los datos de que se disponía en
materia de procesamiento del lenguaje. El resultado de estas modifi-
caciones son las dos teorías lingüísticas que expondremos a grandes
rasgos a continuación, sin duda las más pertinentes del actual pano- 1Teoría del caso 1·----+ Estructura superficial+--------+-! L __ _ _ _...J

rama de la lingüística desde el punto de vista psicológico.

5 .2. Gramáticas modulares

El modelo de Rección y Ligamiento (RL) (Government and Binding). Visto


a la luz de la evolución de la gramática generativa, el modelo de Principio de la
«rección y ligamiento» (RL) presenta tres rasgos sobresalientes. forma fonética categoría vacía 1 - - - - + forma lógica
Teoría del ligamiento
En primer lugar, la presencia de dos subsistemas en la teoría de la
gramática: 1) un subsistema de reglas, integrado por la sintaxis, con
el «componente base» y las transformaciones, y el léxico; y 2) un
subsistema de principios y condiciones de buena formación que La representación de un enunciado en cada nivel de análisis viene determi-
determinan y restringen los niveles de representación de los enuncia- nada por la interacción de un conjunto de principios (que aparecen encerrados
dos. Estos niveles son, a grandes rasgos, los mismos que en los en cajas en la gráfica), algunos de los cuales afectan, como puede verse en el
modelos anteriores, es decir: la estructura profunda y la estructura esquema, a más de un nivel de representación. Vamos a definir brevemente cada
uno de estas teorías o subsistemas de principios. La «teoría-E> (theta)» y la
superficial (como niveles de representación sintáctica), y la forma <<teoría-X' (X con barra)» establecen condiciones de buena formación de la
fonética y la forma lógica (como niveles de representación de los estructura-P. A la teoría-E> le corresponde la asignación de papeles temáticos
sonidos y del significado, respectivamente). Los principios, por su (vg. agente, paciente, tema, instrumento, etc.) a los constituyentes sintácticos
parte, se agrupan en teorías o módulos, cada uno de los cuales opera del enunciado. De ella se desprende el llamado <<criterio-E>», que afecta a las
sobre uno o varios de estos niveles de representación. El cuadro 6.3 estructuras P y S, y a la FL, y según el cual todo argumento (o constituyente
compendia los principales componentes, sistemas de reglas y principios dependiente del predicado del en.unciado) debe recibir el mismo papel temático
del modelo de rección y ligamiento. en estos tres niveles de estructura, es decir, el constituyente de una oración al

270 271
PSICOLOGIA DEL LENGUAJE. INVESTIGACION y TEORIA El CONOCIMIENTO DEL LENGUAJE

que se asigna el papel de agente tiene que conservar este papel en todos los Por ejemplo, tal y como se refleja en el el cuadro 6.3, las
niveles de estructura a lo largo de su derivación. La teoría-X' especifica la condiciones de buena formación de la estructura profunda vienen
estructura sintagmática del enunciado mediante la expansión o proyección de
definidas por dos teorías. Por un lado, la «teoría de la X'» (o X con
las categorías léxicas mayores o principales (nombre, verbo, adjetivo y preposi-
ción). La teoría-X' define, pues, las relaciones formales o dependencias estruc-
barra), que es una reelaboración de las antiguas reglas de estructura
turale~ e~tre los constituyentes sintácticos del enunciado. Del mismo modo que sintagmática, en virtud de la cual se establecen las dependencias
el <<cnteno-Eh es una consecuencia de la teoría-0, el llamado <<principio de sintácticas entre unidades o constituyentes. En la teoría X', la estruc-
proyecciÓn» es una constricción estructural que establece la teoría-X' sobre las tura de cada unidad sintáctica viene dada por la «proyecciÓn», a
estructuras P y S y sobre la FL, exigiendo que las representaciones en estos partir del léxico, de su pieza léxica esencial o núcleo (vg. el nombre
niveles respeten las propiedades de subcategorización de las piezas léxicas que en el SN, el verbo en el SV, la preposición en el SP, etc.). Así pues, las
constituyen los núcleos de los sintagmas. Esto exige, por ejemplo, que el SV de propiedades estructurales de las palabras, representadas en el compo-
una oración con un verbo intransitivo (vg. correr) no pueda llevar un objeto nente léxico, determinan, mediante su proyección, la estructura inter-
directo (ni tampoco un papel temático de <<paciente» o de <<tema» 0 un
na de cada sintagma. Por otro lado, la «teoría-E> (theta)» tiene la
constituyente en caso <<acusativo>>) en ninguno de sus niveles de estructura
precisamente porque el marco de subcategorización de los predicados intransiti~
función de asignar a cada constituyente sintáctico de la oración un
vos impide que esto pueda suceder. papel temático o semántico con arreglo a un criterio de buena
Las teorías de la <<recciÓn» y del <<caso>> establecen las condiciones de formación, el llamado «criterio-E>». El cometido de la teoría-theta es
corrección gramatical de la estructura-S. El concepto de rección (government) impedir que haya papeles temáticos que queden sin recibir una
hace referencia al establecimiento de <<dominios>> o ámbitos de aplicación de función sintáctica y constituyentes sintácticos que carezcan de papel
c~ertas reglas ~ramaticales _(los llamados <<dominios locales» o abarcados por un temático. Como veremos en el próximo apartado, la introducción de
smtagma). Ast, hay relaciOnes de dependencia estructural (como las que se los «principios gramaticales» va Íntimamente unida a las explicacio-
establecen entre un pronombre y su antecedente) que se hallan subordinadas a nes que se ofrecen desde esta teoría gramatical al proceso de adquisi-
relaciones?e rec~ión entr~ un elemen~o rector (vg. el núcleo de un sintagma) y
ción del lenguaje.
las categonas regtdas por el. Las relaciOnes de rección dependen, a su vez, de la
noción, comparativamente más primitiva, de <<mando-e>>, ya definida con En segundo lugar, la introducción del modelo de rección y
anterioridad en el texto, y guardan relación con otras propiedades de· la ligamiento, que toma su nombre de dos de los subsistemas de
estructura-S. Por ejemplo, un principio dependiente de la teoría de la rección es principios antes aludidos, supone el cambio de una gramática «deri-
el llamado <<principio de la categoría vaCÍa>>. Este principio establece las vacional» por otra «modular». En los modelos previos de la gramáti-
condiciones de distribución de las categorías vacías en la estructura-S (i.e. ca generativa, la generación de enunciados lingüísticos tenía lugar
constituyentes sintácticos que carecen de realización fonética y resultan de la mediante la aplicación secuencial y recursiva de reglas (vg. las de
aplicación de la regla <<muévase O:>>, la única regla transformacional de la estructura sintagmática, las transformaciones y las reglas de interpre-
gramática RL; la noción de <<categoría vaCÍa>> será objeto de comentario más tación fonológica y semántica). En cambio, en el modelo RL los
abajo en el texto). La teoría del caso da cuenta de las condiciones de asignación
subsistemas autónomos (módulos) de principios en que se descampo-
de caso abstracto (vg. nominativo, acusativo, genitivo, dativo) a las posiciones
que puede ocupar un constituyente en la estructura-S. En algunas lenguas (vg.
. ne la gramática operan con entera independencia unos de otros sobre
latín, ruso, alemán), el caso se expresa mediante afijos, mientras que en otras los diversos niveles de representación estructural. Como ya hemos
(vg. inglés, español) se expresa por medio de preposiciones. Por último, la observado en otro lugar de este capítulo, esta estructura modular de
<<teoría del ligamiento (binding)>> es el subsistema de la gramática que regula las la gramática otorga a los sistemas de procesamiento del lenguaje en la
dependencias referenciales entre constituyentes sintácticos, y, por tanto, estable- comprensión y la producción un considerable margen de libertad en
ce las condiciones bajo las cuales dos elementos pueden o no ser correferentes. lo que concierne a forma específica de satisfacer las restricciones
Las relaciones de ligamiento son relevantes para el acoplamiento de la estructu- temporales por parte de estos sistemas (cfr. Frazier, 1989).
ra-S con la forma lógica del enunciado, y por tanto, para la interpretación En tercer lugar, una de las características esenciales del modelo
semántica de los enunciados.
En esta exposición esquemática de la teoría RL nos hemos limitado a
RL es, sin duda, la considerable reducción del papel de las transfor-
comentar la estructura del componente sintáctico, obviando los componentes maciones en favor de otros componentes de la gramática. Uno de
fonológico y semántico. Sabido es que estos componentes desempeñan en las ellos, al que ya nos hemos referido aquí, es el léxico. Así, la única
teorías generativistas un papel meramente interpretativo (véase cuadro 6.2). El regla transformacional que permanece en la teoría es la denominada
componente fonológico, además, goza de considerable independencia, por lo «muévase a», siendo a cualquier constituyente sintáctico y su destino
que no resulta pertinente extenderse aquí en su exposición. cualquier posición de la estructura superficial. El resultado de aplicar
esta regla es la formación de una huella en la posición de la estructura
Cuadro 6.3.-El modelo de rección y ligamiento (RL) (Chomsky, 1981). profunda que el movimiento del constituyente a ha dejado vacante. A
272 273
PSICOLOGIA DEL LENGUAJE. INVESTIGACION Y TEORIA
EL CONOCIMIENTO DEL LENGUAJE

esta clase de huellas se las denomina «categorías vací~s», Y ~es,e~­


peñan un papel capital en algunos modelos de proc~sami~nto smta~ti­ ~e _la aplicación de reglas de estructura sintagmática y de reglas
co (cfr. capítulo 10). A modo de ejemplo, el e,nunciado Interrogativo lexicas a la estructura funcional del enunciado. La estructura de
11b resulta de la aplicación de la regla «muevase r:J..» al pron<;>mbre constit~yentes es la base de la interpretación fonológica. 3) Un nivel
interrogativo en la estructura profunda 11a. A consecu~ncia del denomu~ad<? ,estructura léxica, que desempeña un papel destacado en
movimiento de a, se forma una huella (represen_tada por el si~bolo e) la constitucwn de la estructura funcional, así como en la determina-
en la estructura superficial. Esta huella contiene un constituye~te ción de muchas propiedades sintácticas del enunciado (vg. la concor-
dancia sintáctica).
sintáctico con todas sus propiedades intactas, salvo su representacwn
fonética, que es nula. Por tanto, los principios Examinemos a~ ora las principales divergencias. En la GLF, la
estructura de constituyentes del enunciado se genera directamente de
la estructura funcional y se organiza en torno al predicado (el verbo u
otra ~i~za léxica que _asuma esa función). Así pues, el papel que en la
11. a) Dijiste que [quién] vendría a la fiesta.
b) ¿Quién; dijiste que e; vendría a la fiesta?
gramatica RL se atnbuye a las transformaciones es asumido en la
que se apliquen sobre la estructura s1:1perficial del en~nciad? deberán GLF por ciertas propiedades sintácticas de las piezas léxicas (en
afectar a este constituyente; es decir, a la, categona vac_Ia ~ s~ l.e especial del verbo). Una consecuencia concreta de esta divergencia es
deberá asignar un papel temático, mantendra su depe_nde~c.Ia s~~tactl­ que la GLF no necesita postular la presencia de categorías vacías en la
ca con respecto a otros constituyentes, etc. La simplificaciOt;J- en estructura de constituyentes (superficial) del enunciado.
materia de transformaciones ha ido unida a un mayor protagomsmo Otra diferencia importante entre estas dos teorías es la definición
del componente léxico en la gramática. Prueba de ello es el ~lamado de funciones gramaticales como las de «sujeto» u «objeto». En la
«principio de proyecciÓn», según el cual todas las repres~n~acwnes en t~oría ~~' estas funci_ones se derivan de las reglas de estructura
cada nivel sintáctico tienen que ser proyectadas del ~exico, lo que smtagma~Ica (v~. el SUJeto se define como el único nodo de SN que
supone que no puede haber más po?iciones de constituyente en el ~ep~n~e mm~diatamente del nodo «Ü» o nodo superior del árbol
marcador sintagmático que las requendas por el marco de su~c~,tego­ smt~ctico). Sm em~argo, la _LF~ considera que estas funciones gra-
rización de las piezas léxicas. (Ad_~más de .s~ detallada expos1cion en matl~al~s ~o se ~en_v~n de mngun componente, sino que son elemen-
Chomsky, 1981, o Van Riemsdi)k y W1llia~s, 1986, h~y buenos tos smtacticos primitivos que sirven de base para generar las estructu-
ras funcionales.
resumen es de esta teoría en Demonte y Fernandez Lagumlla, 1987;
Demente, 1990; Sells, 1985, o Wasow, 1990.) P?r muy_ teóricas que, en principio, puedan parecer estas discre-
pancias,, lo cierto es qu~ t_r~~n consigo import~ntes implicaciones para
Gramática léxico-funcional (GLF). La gramática léxico-fut;tcional las teonas de la adqmsicion y el procesamiento del lenguaje. Por
(Bresnan, 1978; Ford, Bresnan y Kaplan, 1982) represent~ .un mtento poner un caso concreto, si las categorías vacías son, como afirma la
de conservar las características más atractivas de la gramatica g~enera­ ~eoría RL, realmente unidades sintácticas que el procesador tiene que
tiva, modificando sus aspectos más criticables. Como hemos. ~enalad? mte~p!etar (vg. recon,ocer, liga~ con antecedentes, _asignar papeles
anteriormente, esta teoría tiene su origen en una preocupacwn expli- tematicos), esto tendra que refleJarse en el procesamiento de oracio-
cita por el papel de la teoría gramatical en _los. mo~elos de pro~e~a­ nes que ~leven _este, t~po de constitu~entes invisibles en su superficie.
miento lingüístico. Pese a sus innegabl~,s comci~enci~s, la gramatica La vent~Ja «psicologica» de las teonas «modulares» de la gramática
léxico-funcional y la teoría de la reccwn y el ligamiento presentan es, ~recisamente su aplicabilidad en terrenos menos abstractos y
algunas importantes divergencias. teoncos que el que nos ha ocupado en las últimas páginas.
La GLF es una gramática modular en tanto e~ cuanto postula
varios niveles de representación que incorporan, Igual que la_ ~L, 5.3. La gramática del discurso: ¿otro componente
de competencia lingüística?
principios de buena for~ación que .los definen. En la GL~ se distm-
guen tres niveles: 1) Un mvel denommado «estructura funciOnal», que
corresponde, a grandes rasgos, a la estructura profunda d~ la RL. En Al lector poco versado en teoría lingüística tal vez le parezca un tanto
este nivel se definen los princ}p.ales const~tuyente? gra~aticales y ~~s chocante o arbitrario que la noción de gramática se aplique exclusi-
correspondientes papeles tematicos, y de el se denva la mterpretaciO?- vamet;tte a la, des~ripción y explicación del conocimiento lingüístico
semántica del enunciado. 2) Un nivel llamado «estructura de consti- reducido al ambito de los enunciados individuales o considerados
tuyentes», semejante a la estructura superficial de la RL, que resulta aisladamente, y no abarque también otras unidades verbales de
mayor extensión como son los textos o discursos. Esta sorpresa
274
275
PSICOLOGIA DEL LENGUAJE. INVESTIGACION Y TEORIA El CONOCIMIENTO DEL LENGUAJE

inicial se puede incluso convertir en estupor cuando uno comprueba denominábamos, siguiendo a Chomsky (1980), «competencia prag-
que la psicología del lenguaje cuenta en su haber con una larga y matica» (cfr. capítulo 2). Según la definición que de esta noción nos
fértil tradición de investigación dedicada a la comprensión y al da su autor, «la competencia pragmática subyace a la capacidad de
recuerdo de textos y discursos (cfr. capítulos -11 y 14, y también utilizar el conocimiento [lingüístico o gramatical] junto con el sistema
Kintsch y Van Dijk, 1980; Sanford y Garrod, 1981; García Madruga y conceptual para alcanzar ciertos fin~s o prop~sitos» (op. cit., P: 5~); y
Martín, 1987; Vega et al., 1990). ¿Acaso los discursos no son también más tarde añade que «la competencia gramatical se debe restnngir al
unidades lingüísticas estructuradas y dotadas de significado? ¿Acaso conocimiento de la forma y el significado, mientras que la competen-
no presentan, por eso mismo, aunque a escala más molar, caracterís- cia pragmática se refiere a las condiciones y al .modo apropiado J.e
ticas muy semejantes a las de las oraciones? ¿Por qué no postular, uso del lenguaje ... El sistema de reglas que constituye la competencia
entonces, un componente de la competencia lingüística relativo a los pragmática determina el modo en que el lenguaje se pone en uso»
fenómenos del discurso? (op. cit., p. 224).
Como ha reconocido el propio Chomsky (1980), es obvio que el A guisa de justificación de esta concepción, no se puede negar que
conocimiento lingüístico se extiende más allá del nivel de la oración para hacer un uso correcto del lenguaje en un con!exto cot?unic~tiv?
y, por consiguiente, tiene que haber un sistema de principios y reglas o para construir un discurso coherente es necesano recurnr a pnnci-
que expliquen la composición de objetos lingüísticos plurioracionales pios de índole extragramatical, es decir, relativos al contexto de uso
a partir de unidades oracionales. Los hablantes competentes de una de los enunciados lingüísticos, mientras que los principios que nos
lengua (entre los que también debemos incluir a los niños a partir de brinda la gramática bastan por sí mismos para generar enunciados
una edad bastante temprana) no sólo saben interpretar y producir formalmente correctos. Ahora bien, ¿dónde se debe trazar el límite
oraciones aisladas, sino también combinar secuencias de oraciones entre una y otra clase de principios? ¿Qué clase de fenómenos
para construir diversas clases de discursos coherentes, es decir, co- responden a reglas de la competencia gra~atical y ~u~les a conven-
rrectamente hilvanados y dotados de una estructura adecuada. Esto ciones o normas derivadas de la competencia pragmattca? Hay casos
induce a pensar que existe un dominio de competencia lingüística en que la respuesta a estas preguntas es bien sencilla. Por ejemplo, la
subyacente a las actividades de elaboración e interpretación de dis- relación entre las dos oraciones consecutivas del ejemplo 12 no parece
cursos o textos. Una vez que se acepta esta posibilidad, es razonable radicar en ningún principio de índole gramatical, sino más bien en
preguntarse hasta qué punto este conocimiento de los principios que una compleja combinación de convenciones pragmáticas e informa-
rigen la estructura del discurso es de la misma naturaleza que los ción contextua!.
conocimientos que se hallan al servicio de la elaboración e interpreta-
ción de enunciados lingüísticos, esto es, si nos hallamos en este caso, 12. ¡Qué frío hace aquí dentro! Voy a cerrar la ventana.
lo mismo que se postula en el dominio de la oración, ante un
conjunto de conocimientos específicos, privativos de nuestra especie e Sin embargo, en otros casos, como el que muestra el ejemplo 13,
independientes de otras capacidades cognitivas y/o comunicativas. el asunto es bastante más complicado. En este caso, no está del todo
Un hecho difícilmente cuestionable es que los modelos de compe- claro si la razón por la que la oración 13a se interpreta como
tencia lingüística que hemos presentado en las últimas páginas están correcta mientras que otra formalmente idéntica (i.e. la 13b) no,
específicamente diseñados para dar cuenta de determinadas propieda- depende' únicamente de conocimient_os extralingü.ísticos (i.e. de nu~s­
des de la forma y el significado de las oraciones, por lo que no son tro conocimiento de la literatura mglesa), o si, por el contrano,
directamente extrapolables al ámbito del discurso. Esto ha llevado a depende además de ciertas reglas, atribuibles a la competencia grama-
numerosos autores a suponer, de acuerdo con la opinión del propio tical, que establecen las condiciones de ligamiento de variables a los
Chomsky, que la competenéia en materia de discurso pertenece a un cuantificadores de la oración.
ámbito de conocimientos extralingüísticas y, por ello, fuertemente
asociados a capacidades cognitivas de carácter general que intervie- 13. a) No fue Dickens quien escribió Moby Dick, sino Melville.
nen en numerosas y muy variadas clases de actividades inteligentes. b) >:· No fue Dickens quien escribió Moby Dick, sino David Copperfield.
En otras palabras, bajo este punto de vista, se sostiene que el
conocimiento de los principios de organización del discurso consti- Lo que este último ejemplo viene a poner de manifiesto, entre
tuye una aplicación lingüística de un conocimiento más general otras cosas, es que la frontera .entre la, oración y e~ discurso es, a
relativo al modo de organizar nuestra experiencia de la realidad. Se efectos gramaticales, bastante difusa. Asi pues, es mas que probable
trata, pues, de una parte de lo que en otro lugar de este libro que algunos de los principios que postulan las gramáticas como parte

276 277
PSICOLOGIA DEL LENGUAJE. INVESTIGACION Y TEORIA El CONOCIMIENTO DEL LENGUAJE

de la competencia lingüística del hablante (por ejemp~o, los g~e do, sin embargo, a la explicación de ciertos fenómenos locales como
regulan las relaciones estructurales entre el «foco», o .la mformaci~n los e~a~inados hasta. a9uí, sino que también se ha intentado poner
nueva que aparece en un enunciado -vg. «.:J'1;lville» o. «David en practica en el domm10 de la estructura global del discurso. A este
Copperfield» en el ejen:plo 13-, y la. «presup<?~Iclün», o ~a mfo.rma- intento subyace el supuesto de que del mismo modo que hay gramáti-
ción dada con antenondad -vg. «qmen escnbw M o by Dtck») Sirvan cas de la oración que establecen las condiciones de buena formación
para regular asimismo determinadas propiedades de la estructur~ del de las oraciones de la lengua, también se pueden diseñar gramáticas
discurso. Esto equivale a decir que al menos algunas d~ las propied~­ del texto o del discurso que determinen las condiciones de adecuación
des formales del discurso vienen determinadas por un tipo de conoci- estructural de este tipo de unidades lingüísticas.
miento específicamente lingüístico, que por tanto forn:a parte de Las gramáticas del discurso que se han postulado hasta la fecha se
nuestra competencia gramatical, y no dependen exclusivamente de insi?iran en el modelo de las gramáticas de estructura sintagmática, es
capacidades cognitivas o de convenciones pragmáticas ajenas .al decir, constan de una serie de reglas de reescritura y de un vocabula-
núcleo formal o estructural de la facultad humana para el lenguaJe. rio de unidades o elementos sobre los que dichas reglas se aplican
Estas propiedades, que han sido objeto de un razonado análisi~ por recursivamente. De esta manera, se genera el esquema o la estructura
Prince (19 8 9), pertenecen al ámbito local del discurso, es de~Ir, se 9eneral. (1~ «I?acroestructura») del texto al estilo, de como se genera el
refieren a las relaciones que se establecen entre elementos o entidades arbol smtactico que representa la estructura jerarquica de los consti-
del discurso próximas entre sí, que permiten establecer vínculos de tuyentes de la oración. Las unidades macroestructurales del texto de
cohesión entre oraciones contiguas. A título ilustrativo, podemos este modo organizadas constituyen, a su vez, los puntos de anclaje a
destacar fenómenos como la referencia pronominal (ejemplo 14a), la partir de los cuales se desarrolla, en un plano más lineal, la «microes-
topicalización (14b), la anteposición del sintagma verbal (SV) (14c), o tructura» del texto, es decir, la sucesión de oraciones o proposiciones
la elisión de constituyentes (14d). individuales que van a dar forma definitiva al discurso. En el capítulo
11 presentaremos algunos de los modelos más conocidos de gramáti-
cas del discu:so (vg. Rumelhart, 1975; Thorndyke, 1977; Meyer,
14. a) Pepe y Mercedes salieron temprano de clase. 1985) y exammaremos con cierto detalle la evidencia empírica más
El se fue a arreglar el coche y ella a comprar unos libros.
relevante con vistas a enjuiciar la validez de este tipo de descripciones
b) Angel pidió «carpaccio» y «tortellini».
El «carpaccio» ya lo había probado en su último viaje a Italia. de la competencia lingüística en el plano textual o del discurso, así
e) Marisa fue a Brasil a estudiar portugués. como su traducción en modelos de la comprensión del discurso.
Estudiar no estudió gran cosa, pero se divirtió de lo lindo.
d) Arantxa ganó 10.000 dólares y Steffi 0 la mitad.
6. EL PROBLEMA DE LA ONTOGÉNESIS DEL LENGUAJE

Fenómenos como la referencia pronominal, la topicalización (men- Al principio de este capítulo, señalábamos como uno de los interro-
cionados ambos en este mismo. capítulo), la anteposición del SV o la gantes esenciales a resolver por la psicología del lenguaje el problema
elisión de constituyentes se pueden definir como dispositivos sintácti- de cómo se adquiere el conocimiento lingüístico. Dada la su compleji-
cos y por tanto dependientes del conocimiento gramatical, que se dad y la enorme cantidad de determinantes que lleva consigo, éste no
empl;an en el di;curso con una función cohesiva o enfática, es decir,
es un problema que pueda exponerse, y cuanto menos resolverse, de
con el objeto de encadenar diferentes partes del discurso y dotarlo de
forma satisfactoria en las páginas de este libro. Sin embargo, sí estamos
un hilo conductor, o bien para enfatizar ciertos elem~ntos de infor-
en condiciones d~ plantear, a la vista de lo tratado hasta aquí, las
mación y convertirlos en el foco o «tema» del dis.curso .en un
momento dado. Como ha señalado Prince (1989), las diferencias que condiciones que este problema requiere y las implicaciones que presen-
se registran en la realización sintáctica de estos dispositivos entre ta en orden a caracterizar el conocimiento lingüístico humano.
unas lenguas y otras vienen a sugerir que los principios estructurales . Antes de proseguir, es necesario introducir una pequeña aclara-
que los regulan son fundamentalmente arbitrarios, .lo 9ue.. ~a. pie a ciÓn conceptual. La perspectiva de estudio de la adquisición del
suponer que se trata de principios de la competencia lmg~;ust~ca del lenguaje que abordamos en este apartado se centra exclusivamente en
hablante que, por razones de utilidad conceptual o comumcativa, se la adquisición de la competencia gramatical. En él se obvian, por
emplean además para construir la representación del discurso. tanto, los aspectos del desarrollo lingüístico vinculados a la génesis de
La propuesta de extender la noción de. competencia par~ ?ar la función simbólica y de otras facultades cognitivas, por ser éstos
cuenta de las propiedades estructurales del discurso no se ha hm1ta- aspectos ya examinados en los capítulos anteriores de este libro.

278 279
PSICOLOGIA DEL LENGUAJE. INVESTIGACION Y TEORIA El CONOCIMIENTO DEL LENGUAJE

Dos son los motivos por los que la psicología del lenguaje debe lineales al canal del habla humana, que sí lo es» (op. cit., p. 178). Así,
interesarse por el problema de la adquisición del lenguaje. En primer por razones esbozadas ya en el capítulo 4, no po~emos considerar
lugar, con el propósito de describir el curso de adquisición y desarro- como estrictamente ambientalistas a autores como Piaget o Vygotsky.
llo de las habilidades lingüísticas en relación con otras facultades La postura innatista en la adquis~ció.n del lenguaje se puede definir en
cognitivas y comunicativas. En segundo lugar, con el fin de evaluar y torno a los tres presupuestos siguientes (cfr. Roeper, 1989): ~).la
discriminar entre distintas teorías de la competencia lingüística. Es gramática del niño se refiere a estructuras abstract~s? 2) la gra~atica
obvio que para que una teoría del conocimiento humano en cualquier del niño está regida por reglas; y 3) la gramauca del mno es
dominio de estudio sea correcta, es preciso que el conocimiento que constructivista y no imitativa. La postura ambientalista rechaza los
postula sea aprendible por un organismo/ cerebro humano. Pero por tres presupuestos.
encima de esto, la teoría de la competencia puede asimismo Servir La teoría lingüística generativa parte del supuesto de que el
para restringir de forma efectiva los procesos y estrategias de adquisi- conocimiento del lenguaje consta de un núcleo central que está
ción del lenguaje, del mismo modo que debe servir para constreñir el genéticamente determinado. Este núcleo d~ ~onocimiento es común a
funcionamiento de los sistemas de procesamiento del lenguaje en todas las gramáticas particulares de las distmtas lenguas, por lo que
tiempo real. se le conoce como Gramática Universal (GU). La GU es, por tanto,
Chomsky (1963) estableció hace años una conocida distinción un constructo hipotético acerca del estado inicial del «Órg.ano men-
entre tres niveles diferentes de adecuación utilizados para evaluar una tal» responsable del lenguaje, que eventualmente ha de exphcar todos
teoría de la competencia. El nivel más elemental es el de la adecua- los aspectos estructurales y semánticos más sign.ific~tivos de la. ~ra­
ción «observacional», que se alcanza cuando la gramática es capaz de mática del niño. Aunque las capacidades comumcatlVas y cogn~uvas
asignar una descripción estructural a cualquier oración correcta de del niño se hallan íntimamente entrelazadas con el lenguaJe en
una determinada lengua. El segundo nivel, de adecuación «descripti- sentido amplio, se consideran externas al núcleo gramatical. Est.e
va», se satisface si las descripciones estructurales suministradas por la conjunto de conocimientos end?genos (que forma? parte del. ge~,ot~­
gramática están formuladas en términos de generalizaciones que po humano) entran en interaccion con otras capactdades no lmgmsti-
emanan de un sistema de reglas (vg. una gramática transformacio- cas y con los datos de la experiencia lingüística para configurar el
nal). Es decir, la gramática debe contener reglas que generen sólo los conjunto de conocimientos que el individuo p~see. al .~~rf!lino de su
enunciados lingüísticos que sean correctos y ninguno más. Por últi- primera infancia y que llamamos competencia hngmstlca estable
mo, el nivel de adecuación «explicativa» se alcanza si la teoría (representada en su fenotipo). Según se indicó en un apartado ante-
proporciona medios para seleccionar una gramática descriptivamente rior, la competencia lingüística estable no es equiparable a l.a l~n~ua,
adecuada para cualquier lengua, es decir, si la teoría explica cómo se entendida como corpus de enunciados verbales que el mdividuo
adquiere la gramática de una lengua. La distinción entre niveles de produce o comprende, sino con la gramática, esto es,, el sist~m.a .de
adecuación deja patente la importancia teórica que la explicación de conocimiento que permite al individuo «generar» un n~mero mfmito
la adquisición del lenguaje tiene para cualquier teoría de la competen- de enunciados lingüísticos bien formados. En este sentido, la lengua
cia lingüística. se considera un epifenómeno de la gramática en inter~~ción con otras
Uno de los problemas cruciales de esta explicación es la determi- facultades cognitivas. La figura 6.5 recoge esquemaucamente estas
nación de qué aspectos de nuestro conocimiento del lenguaje son distinciones conceptuales.
adquiridos por experiencia y cuáles forman parte de nuestra herencia Hay dos argumentos que apoyan esta visión de la adquisi~ión del
genética. En la medida en que uno considere que el conocimiento lenguaje. Por una parte, el argumento de la «pobreza del estimulo»,
lingüístico tiene un carácter específico (vg. ·la postura formalista que se suele esgrimir en el contexto del .llamado . «p~~b~ema de
anteriormente descrita), es decir, que cabe distinguir una competencia PlatÓn»; y por otra, el argumento de los «umversales lmgmsticos~}· El
gramatical de otras competencias cognitivas y/o comunicativas, se problema de Platón es el de cómo explicar el hecho de que a partir de
tenderá a privilegiar posturas innatistas en la explicación de la una experiencia breve, personal y limitada con ~a lengua que se habla
adquisición del lenguaje. Ello no implica, empero, que la postura en su entorno, cualquier niño sea capaz de dommar esta lengua en un
funcionalista haya de ser forzosamente ambientalista. Bates y Mac- plazo de tiempo considerablemente reducido. Entre los cinco ~ los
Whinney (1982) señalan muy acertadamente que «un funcionalista siete años de edad todos los niños pertenecientes a una comumdad
puede considerar ciertos aspectos universales de la gramática como . lingüística son cap~ces de entender y hablar la lengua de esa comuni-
indirectamente innatos, siempre y cuando los vea como soluciones dad con bastante fluidez, sin ningún esfuerzo aparente y, lo que es
inevitables a la necesidad universal de acoplar significados que no son más importante, sin haber recibido instrucción explícita alguna. Sin

280 281
PSICOLOGIA DEL LENGUAJE. INVESTIGACION Y TEORIA EL CONOCIMIENTO DEL LENGUAJE

mente. incorrectas; 2) en términos cuantitativos, contiene inevitable-


GRAMÁTICA UNIVERSAL mente un número finito de expresiones, y no necesariamente las
estado inicial principios y parámetros · mismas Aue el niño utiliza en su lenguaje espontáneo; y 3) presenta
una serie de carencias en materia de la gramaticalidad de las expre-
siones que el niño produce, o bien del emparejamiento entre oracio-
nes y significados. Por remitirnos a algunos casos bien documentados
en la literatura (Brown y Hanlon, 1970, citados en Pinker, 1989; o
Crain y McKee, 1985), se ha observado que los niños apenas cuentan
input DATOS UNGÜÍSTICOS con. información de lo que no se puede decir, esto es, han de adquirir
su gramática en ausencia de «evidencia negativa». Esto significa que
las correcciones que los adultos les hacen a los niños se refieren, por
regla general, al valor de verdad de sus expresiones, pero muy rara
vez a su gramaticalidad, y mucho menos todavía a las relaciones entre
las expresiones y sus posibles significados. Por ejemplo, a partir de
una edad muy temprana, el niño sabe que, en el ejemplo 15a, el
estado estable pronombre reflexivo ha de ser correferente con «Pedro», pero no
(competencia)
puede serlo con «Juan» o con «Luis», mientras que en el 15b, el
pronombre personal sólo puede ser correferente con «Juan» o con
«Luis», pero no con «Pedro».

15. a) Luis 1 oyó que Juan2 decía que Pedro3 se3 había asustado.
VARIABLES EXTRAGRAMATICALES b) Luis 1 oyó que Juan 2 decía que Pedro3 le 1,2 había asustado.

Si la información que le permite al niño asignar el significado


output apropiado a cada una de estas oraciones es independiente de su
lenguas inglés castellano catalán chino urdú experiencia lingüística, la única explicación que puede darse de su
adquisición es que se trata de un conocimiento innato. Entonces,
dado que el niño no nace sabiendo ninguna lengua en particular, es
Figura 6.5.-Niveles de conocimiento del lenguaje y variables intervinientes en su
necesario atribuir este conocimiento a un sistema universal de princi-
adquisición.
pios gr~maticales comunes a todas las lenguas del mundo, es decir, a
la gramática universa~. Así pues, un argumento indirecto en apoyo
embargo, el aprendizaje de la lengua por un adulto es un proceso del carácter innato de la facultad del lenguaje es la existencia de
mucho más lento y esforzado, a.mén de exigir, en muchos casos, una principios gramaticales universales. Si se descubre que todas las
instrucción explícita y un apoyo metalingüístico. Por otra parte, ~ lenguas comparten cierto número de rasgos comunes, que además no
partir de la pubertad, las habilidades lingüísticas, en particular las pueden atribuirse a factores de organización de la actividad cognitiva
relativas al conocimiento de la gramática, sufren muy pocos cambios (vg. perceptivos, atencionales o de la memoria) o de índole comunica-
cualitativos, a diferencia de los conocimientos léxicos y conceptuales tiva, se habrá demostrado que el conocimiento humano del lenguaje
y las habilidades comunicativas, que siguen desarrollándose práctica- tiene una base innata. Naturalmente, los universales más relevantes
mente a lo largo de toda la vida. en la perspectiva que estamos analizando son universales estructura-
Este portentoso desarrollo del conocimiento lingüístico, que no les, es decir, sistemas de principios (como las teorías o los componen-
tiene parangón con el de ninguna otra facultad del intelecto humano, tes de la sintaxis expuestos en el punto 6.2) que ejercen restricciones
resulta tanto más sorprendente cuando se advierte que la estimula- sobre los procesos responsables de la generación de enunciados
ción verbal de que dispone el niño es sumamente limitada. Se trata, gramaticales. Desde esta perspectiva, pues, todas las lenguas deben
como han observado diferentes autores (vg. Otero, 1984), de un compartir los mismos principios estructurales, aunque el «contenido»
estímulo triplemente pobre: 1) en términos cualitativos, está lleno de de estos principios pueda diferir de unas lenguas a otras.
lapsus, interrupciones, expresiones incompletas e incluso gramatical- Si es cierto que una parte importante de la competencia lingüística

282 283
EL CONOCIMIENTO DEL LENGUAJE
PSICOLOGIA DEL LENGUAJE. INVESTIGACION Y TEORIA

pertenece a nuestra dotación genética, ¿por qué no hablan los bebés sujeto de la oración se halle explícitamente realizado, en tanto que
recién nacidos, o por lo menos a las pocas semanas de nacer? es en otras (español o italiano) no lo es. En .estos casos, nos h~llamos
decir, ¿por q~é la adquis}ción del lenguaje no es un proceso insta~tá­ ante lenguas de sujeto opcional, que permiten ?Ptar entre S~Jeto ex-
neo? Hay diversas teonas que se proponen explicarlo. Un hecho plícito y sujeto elíptico. Otro parán:-etro exammad? en la. hter~t~ra
incuestionable en la adquisición del lenguaje es que pese a la naturale- es el de la posición del núcleo del ~mtagr:za~ es decir, la pieza lexica
za fragment~ri~ e insuficiente de la experiencia lingüística, el niño no en torno a la cual se organiza la umdad smtagma; en algunas lengu.as
puede presc~ndir de ella para desarrollar la facultad del lenguaje. De (japonés, coreano) dicho núcleo sigue, a los coml?lementos, es decir,
sob:a ~onocidos son los cas?s de niños «salvajes» o privados desde su a las unidades que acompañan al nucleo (ver figura 6.6? caso a),
nacimient.o d~ contacto social (y, por tanto, de experiencia lingüísti- mientras que en otras (inglés, español) los precede (ver figura 6.6,
ca) que Jamas han llegado a desarrollar habilidades lingüísticas caso b). , d 1 d · ·
comp.~rables, a las de los sujetos normales (Curtiss, 1988a, b) (cfr.
Una cuestión debatida, y aún no resuelta, en te?nas e ,a a qmsi-
tambien capitulo 15). Otro hecho no menos evidente es que el ción basadas en la fijación de parámetros es ~a de SI los para~etros ~e
desarrollo de cualquier habilidad cognitiva precisa de la maduración fijan independientemente unos de otros o SI, P.<?r ~~ contrano, e,stan
de los sistemas físicos encargados de su realización neural. Nadie jerárquicamente organizados, de modo que la .fiJacwn de un parame-
enseña a un bebé a ver o a andar, pero los bebés no nacen con tro de orden superior (vg. sujeto nulo) determi~a los valores que .han
capacidades visuales o de locomoci6n plenamente desarrolladas. Lo de adoptar los parámetro~ sub?rdinados a el (vg. 1~ pre~enc,Ia o
mismo sucede, con toda probabilidad, en el caso del lenguaje. Así ausencia de expletivos -suJetos Impers~?ales ~omo el zt deliJ.?-9les en
pues, el despliegue de las capacidades innatas del lenguaje necesita un «it's raining»- el orden sujeto-verbo ÍIJO!vanable). En relacwn con
mínimo desarrollo biológico que lo haga posible. En este sentido lo este problema, ~e ha planteado la hipótesis de que el niño pa:~e de un
importante no es simplemente aceptar el papel de la estimulación estado inicial en el que los parámetros de la GU se hall~n fiJados en
lingüística o de la maduración biológica en la adquisición del len- aquellos valores cuya adopci?,n originaría un sub~o~Junto de l~s
guaje, sino definir del modo más preciso posible cuál es la contribu- oraciones que resultarían de, ÍIJar los va~ores parametn,cos alter.I_Iati-
ción relativa de cada uno de estos factores al desarrollo del conoci- vos. Así, por ejemplo, el parametro de suJeto nulo debena est~r fiJado
miento lingüístico. de antemano en el valor «sujeto obligatorio», ya que al aphcar ~ste
Por lo que resl?e.cta a la experiencia lingüística, la teoría generati- valor se genera un subconjunto de las oraciones generadas al aphcar
va subraya su decisiv:o J:?apel a la ho.ra de seleccionar los valores que el valor alternativo (i.e. «sujeto opcional»). De este modo se obten-
deben adoptar los pnncipiOs gramaticales universales en la gramática
~e cada lengua, est~ es, a la hora de «construir» una gramática par-
ticular. En este sent.Id<?, la GU proporciona un sistema de principios (a)
(b)
qu.e e~t~blecen r~stnccwnes sobre la estructura de los enunciados (vg.
prm~Ipws relativos a la estructura sintagmática, a las relaciones SINTAGMA
SINTAGMA

~
temattcas entre constituyentes gramaticales, a las relaciones de rec-
ción. y ligamient.o ~n.tre constituyentes, etc.). Sin embargo, cada
subsistema de J?ri_flCIJ?IOS lleva asociado un conjunto de parámetros
COMPLEMENTO
~ NUCLEO
NÚCLEO COMPLEMENTO
que pueden .re~Ibtr divers?s valores, de tal modo que las diferentes
lenguas se distmguen en virtud de los valores específicos que asignan
a los parámetros de la GU. A A
NÚCLEO COMP
El proceso de adquisición del lenguaje, entendido como construc- COMP NÚCLEO
ción o selecc!?n .~e una gr~mática particular, se define, pues, como un
proceso de fiJacwn de parametros que se verifica mediante la evalua- \ \
ción de los datos lingüísticos que el niño recibe de su entorno en \ \ vinimos con Juan
Juan con vinimos
r~lación con, los principios de la GU. A título de ejemplo, podemos
Cita~ el parametro de sujeto nulo (o parámetro «pro-drop») (cfr. Figura 6.6.-Diagramas arbóreos que ejemplifican la ~osici~n d.e los núcleos de
Val~a?, 1990) .. Según 1~ teoría lingüística generativa, la realización sintagma en lenguas con ramificación a la izquierda (vg. Japones, diagrama a), en las
que el núcleo sigue a los complementos, y en lenguas con ramificación a la derecha (vg.
fonetic,a del sujeto oraciOnal s~ hapa someti~a a variación paramétri-
español, diagrama b), en las que el núcleo precede a los complementos.
ca. Asi, en algunas lenguas (mgles o frances) es obligatorio que el
285
284
PSICOLOGIA DEL LENGUAJE. INVESTIGACION Y TEORIA EL CONOCIMIENTO DEL LENGUAJE

dría una lengua A integrada por un subconjunto de las oraciones de lingüísticas subyacentes deberían emerger a la superficie. En definiti-
otra lengua B, que a su vez resultaría de aplicar el valor «sujeto nulo» va, el niño debería responder adecuadamente a la pregunta formula-
a ese mismo parámetro. Esta hipótesis, que sustenta el llamado da aplicando una estrategia de análisis apropiada a los principios de
«principio del subconjunto» (subset principie) (Wexler y Manzini, la GU.
1987; Roeper, 1989), exige que la adquisición proceda desde una Frente a la hipótesis de la continuidad, otros autores (Borer y
gramática restringida a otra más amplia, lo que a su vez es coherente Wexler, 1987) mantienen la hipótesis del desarrollo, que establece que
con la observación de que el niño no dispone de evidencia negativa los principios lingüísticos de la GU no emergen hasta que la madura-
para dar cuerpo al sistema de parámetros de la GU. Dicho de otro ción biológica se lo permite. Así, si bien es posible que los principios
modo, según el principio del subconjunto, la adquisición de la lingüísticos estén codificados de forma innata en el cerebro, éstos no
gramática es un proceso de ampliación parcial y sucesiva de la GU, a son todavía accesibles a la facultad del lenguaje en las primeras
medida que el niño va recibiendo evidencia positiva que le dé pie a etapas de adquisición, por estar biológicamente sincronizados con un
ello. estadio madurativo posterior. Merced a esta inmadurez biológica
En cuanto al curso temporal del proceso de fijación de paráme- inicial, el niño se ve obligado a representar su conocimiento del
tros, en el paradigma generativista cabe distinguir dos hipótesis lenguaje en términos parcialmente no lingüísticos.
alternativas: de un lado, la hipótesis de la continuidad, que defienden, Ahora bien, ¿cómo se produce el tránsito de esta «gramática
entre otros, Crain y Fodor (1984, en prensa), y según la cual los prelingüística» al estadio en que el niño ya es capaz de desplegar el
principios universales de la gramática se hallan disponibles de modo esquematismo innato que la mente impone sobre los datos de la
instantáneo y simultáneo, lo que supone que el niño adquiere ideal- experiencia y del que va deduciendo la estructura de su lengua
mente la gramática de forma inmediata, en cuanto reciba, natural-
mente, los datos pertinentes. El que la adquisición no se manifieste
instantáneamente en la práctica se atribuye a la presencia de factores o
ajenos a la competencia lingüística que ocultan o interfieren con las
capacidades latentes del aprendiz. Entre estos factores se citan facto-
res ligados a las tareas de comprensión y producción, tales como
limitaciones en la memoria de trabajo, estrategias o preferencias SN sv
simplificadas de análisis sintáctico, o presuposiciones pragmáticas
que entran en conflicto con los principios estructurales de la GU. Por 1

ejemplo, con respecto al segundo de los factores citados, Crain y N V o SP

~sv 1\
Fodor (1984) comprobaron que cuando al niño se le hace una
pregunta como 16 sobre una escena que está contemplando, en
COMP SN p SN
16. ¿Con qué; ha visto Mortadela [que el niño se bebía la leche--¡]--;?

la que aparece un niño bebiendo un vaso de leche con una paja y un


muñeco de Mortadela mirándole con unos prismáticos, la respuesta V
~ SN SP
/\Det N

D,0D
más común es un SP que depende de la cláusula subordinada (vg.
«con una paja»), y no de la cláusula principal (vg. «con unos
prismáticos»), con lo que el niño transgrede un principio estructural.
Según estos autores, esta respuesta obedece al empleo de la estrategia
de análisis sintáctico conocida como «asociación a la derecha» (cfr.
capítulo 9), que establece que todo nuevo constituyente (el SP, en este
Mortadela ha visto que el niño bebía la leche [con una paja] [con unos prismáticos]
caso) debe adjuntarse al nodo sintáctico situado más bajo en la
estructura (el SV de la cláusula subordinada en el ejemplo). (Para una
Figura 6.7.-Estructura sintáctica de la oración afirmativa completa que sirve como
mejor comprensión del uso de esta estrategia, véase, en la figura 6.7, respuesta a la pregunta del ejemplo 16. Entre corchetes aparecen los SPs críticos que
la estructura de la oración afirmativa, que sirve de hipotética respues- satisfacen las categorías vacías de la oración interrogativa, indicados con los subíndices
ta a la pregunta 16. Suprimidos factores como éstos, las capacidades i y j en el ejemplo 16.a

286 287
El CONOCIMIENTO DEL LENGUAJE
PSICOLOGIA DEL LENGUAJE. INVESTIGACION Y TEORIA

evaluar las implicaciones que los hallazgos sobre la competen~ia


materna? Por ceñirnos a un caso concreto, el comportamiento sintác-
tico de las diversas categorías léxicas (nombres, verbos, etc.) está lingüística traen consigo para el estudi~ de los yrocesos d~llen&uaJe.
En él examinaremos, primeramente, que se entiende en pstcol?gi.a del
sometido a restricciones paramétricas: por ejemplo, tales categorías
lenguaje por «proceso mental» y, en_ se~un~? ~ugar, que restnc~wnes
aparecen en determinadas posiciones de la estructura sintagmática,
impone un modelo de la competencia lm~mstica sobre las teo~Ias de
pueden estar marcados por ciertos afijos, etc. Sin embargo, estas
la actuación, y en particular sobre la arqUitectura general del sistema
propiedades forman parte precisamente de lo que el niño debe
aprender. Por tanto, dado que las categorías léxicas no tienen ningu- de procesamiento del lenguaje.
na propiedad perceptiva universal que las identifique, ¿cómo consigue
el niño identificar los nombres y distinguirlos de. los verbos y los
adjetivos?
Como solución a este problema, algunos autores (Grimshaw,
1981; Pinker, 1984) han propuesto la llamada «hipótesis de la facilita-
ción» (bootstrapping hypothesis). Según esta hipótesis, el input lin-
güístico del niño presenta regularidades superficiales que facilitan la
identificación de categorías sintácticas. Estas regularidades son de
trés clases: 1) propiedades interrelacionadas que afectan conjunta-
mente a grupos de palabras (vg. la flexión de plural o de género que
se agrega a algunas piezas léxicas, que además suelen ir precedidas de
palabras como <<los/las» o «unos/unas») y que, por ello, tienden a ser
agrupadas bajo una misma categoría; 2) marcas prosódicas (pausas,
declive de la frecuencia fundamental) que ayudan a identificar unidades
funcionalmente completas (vg. sintagmas); y 3) correspondencias
entre entidades semánticas (vg. agente, acción, paciente) y funciones
sintácticas (vg. sujeto, verbo, objeto) o estructuras sintagmáticas (vg.
SN, SV, SP -sintagma preposicional). Mediante esta facilitación,
el niño logra «romper el código», o sea, acceder al conocimiento
sintáctico innato, dejando disponibles las propiedades estructurales
asociadas a las categorías sintácticas de la GU: por ejemplo, que el SN
de sujeto es el argumento principal de la oración, que sobre él recaen
las relaciones de concordancia con el verbo, que sólo él puede ser
correferente con un pronombre reflexivo ubicado en la misma cláusula,
etc. (cfr. también Pinker, 1989, 1990). ·
Para terminar, huelga añadir que las cuestiones sobre la adquisi-
ción del lenguaje examinadas en este apartado no abarcan toda la
compleja problemática de esta sorprendente capacidad, que sin exa-
gerar puede calificarse como auténtica proeza de la inteligencia
humana. Hemos intentado aclarar los principales problemas que su
explicación científica suscita y exponer las soluciones a esos proble-
mas que se proponen desde una perspectiva mentalista e innatista.
Por ello, nos hemos centrado en el problema de la adquisición de la
competencia gramatical, obviando otras cuestiones no menos interesan-
tes, tales como la descripción de los estadios de adquisición del
lenguaje en un sentido más amplio o el desarrollo de aspectos no
nucleares del conocimiento lingüístico, como es el caso del vocabula-
rio o la pragmática (algunas de estas cuestiones fueron examinadas,
no obstante, en el capítulo 4 ). El próximo capítulo estará dedicado a

288 289
Capítulo 7

PROCESOS PSICOLOGICOS EN EL USO DEL LENGUAjE

l. SOBRE LA NOCIÓN DE «PROCESO» EN PSICOLOGíA DEL LENGUAJE

¿Qué ocurre cuando comprendemos o producimos lenguaje? ¿Cómo


hacemos uso del conocimiento lingüístico al descodificar los sonidos
del habla en ideas y pensamientos y al codificar nuestras ideas y
pensamientos en palabras y sonidos? ¿Cuáles son los procesos que
empleamos para ejecutar dichas actividades? Estas preguntas, que a
grandes rasgos son las que van a acaparar nuestro interés en los
próximos capítulos de este libro, no tienen respuestas sencillas ni
directas. De hecho, por extraño que pueda parecer, son preguntas que
han empezado a plantearse en una etapa relativamente tardía de la
breve historia de la psicología del lenguaje. Los problemas de fondo
que todavía hoy hacen difícil dar una respuesta unificada y consisten-
te a estos interrogantes son filosóficos y, simplificando un poco, se
pueden reducir a uno solo: aún no hay un acuerdo unánime entre lo.s
psicólogos del lenguaje sobre qué debe entenderse por proceso psico-
lingüístico, cuál ha de ser la unidad de análisis del comportamien-
to lingüístico y cuáles los mecanismos que han de dar cuenta del
funcionamiento de los procesos implicados en el uso del lenguaje.
Este problema general se puede descomponer en otros más especí-
ficos. El comportamiento lingüístico, como cualquier forma de com-
portamiento inteligente, se presta a ser examinado desde múltiples
niveles de descripción. En el nivel más básico, el lenguaje es una
actividad que se ejercita físicamente por medio de estructuras anató-
micas bien definidas, como el oído (o la vista si se trata de lenguaje
escrito o gestual) en la recepción, y el tracto respiratorio y vocal (o las
manos) en el caso de la producción. Asimismo, y sin abandonar este
nivel, el lenguaje tiene un sustrato neural en el que se hace efectivo,
localizado en regiones discretas de la corteza cerebral (véase capítulo
5). Se supone, además~ que estas regiones guardan una correlación

291
PROCESOS PSICOLOGICOS EN EL USO DEL LENGUAJE
PSICOLOGIA DEL LENGUAJE. INVESTIGACION Y TEORIA

con sistemas funcionalmente autónomos responsables de la ejecución modalidad de explicación psicológica de la actividad lingüística que
de los procesos psicolingüísticos que examinaremos en los próximos vamos a emplear en este capítulo y en los qu~ sigu~n .es. el llamado
capítulos. Estas funciones se constituyen, al propio tiempo, sobre enfoque mentalista o cognitivo. Las caractensttcas distmtlvas de este
mecanismos y estructuras de carácter más molecular, tales como las enfoque se pueden reducir a dos. . .
sinapsis, las neuronas y los circuitos neuronales. En una esfera En primer lugar, el individuo humano es un. suJeto a.ctiVO que
distinta de descripción, el lenguaje se define como un comportamien- elabora significativamente los e~tímulos del mediO, ~rgamzando su
to inteligente, o, dicho en términos más técnicos, «intencional». actividad según planes y estrategias que controla~ y gman su compor;
Desde esta perspectiva, la dimensión relevante de estudio es su tamiento. Esto significa que la conducta del suJeto humano no e~ta
naturaleza representacional o simbólica, esto es, su capacidad para totalmente determinada por variaciones de los estímulos del medw,
refe:irse a objetos, situaciones y experiencias ajen·as al propio len- sino por «formas de organización del propio sujeto, de. su conoci-
guaJe y para vehicular y conformar intenciones, pensamientos y miento o de su actividad» (Riviere, 1987, p. 26), entendiendo como
deseos de un orden de complejidad muy superior a los de otras tal cualquier tipo de estrategias, estructuras, reglas,. ~squ~mas, pro.~e­
especies animales. En suma, el lenguaje no es sólo vehículo del dimientos o entidades «internas» que aporten y utilicen mformacwn
pensamien,to, sino que en buena medida lo configura. No del todo propia. En segundo lugar, y a conse~ue!lcia .de lo anteri.or, el compo:-
ajena a este nivel de descripción, aunque relativamente independiente tamiento está organizado de forma Jerarqmca y recurs~va, P<;>r medio
de él, se halla la dimensión comunicativa del lenguaje, es decir, su de esquemas y estructuras ?e pro.cesos y representaciOnes mter~os.
capacidad para transmitir información entre el hablante y el oyente y Dicho de otro modo el funciOnamiento de estas «formas de orgamza-
compartir experiencias y actitudes privadas e inaccesibles a la obser- ciÓn» es sistemático'; es decir, está guiado por reglas con su. pr?pia
vación directa. Todas estas dimensiones de análisis del lenguaje han «lógica interna». En suma, a diferencia de posturas. ~educc~o.ms~as
sido ya examina?as en los primeros capítulos de este libro, y aunque como la conductista o la fisicalista, el enfoque cogmtivo reivmdica
parezcan muy dispares, todas ellas constituyen dominios de explica- una explicación del comportamiento en t~rminos de en.tid~des menta-
ción que una teoría psicolingüística de la actuación debe abarcar. les que no son ni reducibles a, ni dependientes de, vanacwnes que se
producen en el entorno físico del sujeto.
1.1. El enfoque cognitivo en el estudio de la actividad lingüística
1.2. Dos paradigmas de explicación
A la vista del carácter complejo y multidimensional de la actividad de los procesos psicolingüísticos
lingüística, cabe preguntarse hasta qué punto es posible hacer una
caracteriz~ciót; psicológic~ unitaria de esta actividad. Un primer paso Como acabamos de señalar, las explicaciones que ofrece el enfoque
en esta direccwn es considerar, como hemos venido haciendo a lo cognitivo a las actividades intel.igen~es, entre las cuales destacan las
largo ~el capítulo anterior, la activi?ad lingüística como un conjunto implicadas en el uso del lenguaJe, gi:an en t~r~o a los concept.os de
de. fenomenos mentales que se denvan de, o se apoyan en, conoci- «proceso» y «representació.n». El. ~suJeto ~ogmtiVO» es, en esenci~, un
miento~ a?stractos acerca .de la lengua, es decir, como un conjunto de complejo sistema de mampulacwn de simbolos. o re~resentaciones
procedimientos que permiten poner en uso (actuación) nuestro siste- mentales. Para dar cumplida cuenta del funciOnamiento de este
ma de conocimiento del lenguaje (competencia). Tales procedimien- sistema, es preciso descubrir cuál es la naturaleza de las representa-
tos se pueden. describir ~omo la totalidad de los ,estados mentales por ciones que el sistema maneja y de los procesos que operan sobre estas
los que atraviesa un suJeto humano cuando esta haciendo uso de su representaciones. . .
conocimiento del lenguaje, esto es, cuando entiende o habla. Ello La noción de proceso mental se puede defmu, de un modo
incluye, po; u~ lad?, ~nf?rma,ci?n de div~rsas clases, tanto lingüísti- genérico, como cualquier operació~ que, aplicada sobre un estado
ca (vg. se~an.tica, smtactica, lexica, fo!lolog~ca) como extralingüística mental que le sirve de entrada (mput), produce como resultado
(vg. conocimiento del mundo, de la situacion, del interlocutor, etc.), (output) un estado mental diferente al ~nterior. A~í I??es, según esta
y, por otro, las formas de tratamiento de todas estas clases de definición, cualqu-ier actividad que reqmera la mediacwn de r~presen­
información. Esta definición hace de la actividad lingüística algo más taciones mentales puede definirse como un p~oces?? un conJunto de
que .una conducta manifiesta y descriptible en términos físicos o procesos, desde identificar visualmente un obJeto ~I~Ico hasta re.solver
func~onales, para convertirla en un sistema de procesos, en gran una ecuación aritmética, pasando por tomar decisiones, repetir una
medida abstr~ctos, que opera!l sobre la información representada en lista de números, ejecutar una melodía al piano, planear las vacacio-
la competencia y en otros sistemas de conocimiento. Así pues, la nes o diseñar un programa de ordenador. En el caso de los procesos

292 293
PSICOLOGIA DEL LENGUAJE. INVESTIGACION Y TEORIA PROCESOS PSICOLOGICOS EN EL USO DEL LENGUAJE

de comprensión del lenguaje, cabría considerar el estado mental de son proceso~ distintos, y lo son !lo por ~1 contenido de los pensamien-
entrada como aquel en el que se encuentra el sistema cuando recibe tos, percepciOnes o recuerdos, smo en virtud de las relaciones mutuas
un estímulo auditivo de habla (i.e. una onda sonora con ciertas entre las representaciones que constituyen esos tres tipos de estados
propiedades acústicas) o un estímulo visual de escritura (i.e. un ~ent~les, es decir, en virtud de la estructura «causal» en que ellas
patrón de rasgos visuales), y el estado mental de salida como aquel en mterviene.
el que se halla el sistema cuando descubre el significado de dichos En suma, la mente humana, al igual que el ordenador se concibe
patrones estimulares. En la producción del lenguaje, el estado de a, ~a vez como un sistema físico (i.e. «realizado» en un 'mecanismo
entrada sería la concepción de cierto significado (vg. un determinado físico, en un caso ~1 cerebro y en el otro el soporte físico o hardware)
estado de cosas en el mundo) y el de salida, la ejecución de una y c?mo un ~eca:~usmo abstracto de computación o de procesamiento
secuencia de movimientos vocales o manuales que permitan expresar de mformacwn (I.e. el programa ejecutado por el sistema al realizar
el significado concebido. las ta;eas que le son propias). Por ello, lo que se ha dado en llamar la
En este sentido, desde hace tiempo se viene insistiendo en que los «me~afora. del ordenador», o sea, el símil entre la estructura y el
procesos de la mente funcionan de forma idéntica a las operaciones fu?ciOn~miento. .de la mente y del ordenador, desempeña en la
de un ordenador 1 • En un ordenador, lo mismo que en nuestros psicologia c?gn~t~va .~ctual ,un pap~l explicativo de primera magnitud
procesos mentales, se puede identificar un conjunto finito de estados (p~ra m;a JUStificacwn mas ampha de los enfoques cognitivos en
internos del sistema, denominados «computacionales>>, y una serie de psicolog~a?, se pueden consultar los trabajos de García-Albea, 1983,
instrucciones que prescriben, para cada posible estado, las operacio- 1993; Riviere, 1987, en castellano; y Block 1980· Stillings et al. 1987·
nes que deben ejecutarse para acceder a otro estado distinto. Estas o Bechtel, 1988, en inglés). ' ' ~ '
operaciones tienen, además, un carácter sistemático, en la medida en La perspectiva de estudio de los procesos mentales que acabamos
que suponen la aplicación o ejecución de reglas de forma no aleato- de e.sbozar se c~noce coi?? «paradigma computacional» 0 de «proce-
ria. Por último, las propiedades relevantes de los estados mentales/ samiento de la mformacwn» y mantiene la tesis de que los eventos
computacionales sobre las que se ejecutan las operaciones son las mentales (procesos y representaciones) se definen en virtud de los
relativas a la estructura de tales estados, es decir, a la disposición u papeles c~usales que desempeñan en el sistema cognitivo, y no según
organización de los elementos o símbolos primitivos del sistema, y no su contemdo, como ya hemos señalado ni tampoco según su natura-
al contenido o a los referentes externos de esos símbolos. Este último le~a o const~~ución físic~. De este modo: dos procesos que cumplan la
punto requiere una breve aclaración. Con frecuencia, solemos carac- ~Isma ~~c10n ~n un Sistema, aunque lo hagan por medio de meca-
terizar nuestros estados mentales (en especial los que registramos n~smos Úsicos d~ferentes, deberán contemplarse como dos ejemplares
conscientemente) en términos de sus contenidos, esto es, según aque- diferentes del mismo pro~eso. Así, utilizando la jerga informática al
llo sobre lo que tratan dichos estados. Por ejemplo, se dice que los uso, algul_l<?S autor~s so~tienen que el hecho de que nuestras activida-
estados mentales consistentes en «pensar en X», «percibir X» o des ~ognitivas esten «Implementadas» en una base neuronal no
«recordar X» son distintos de los estados mentales consistentes en constituye un criterio explicativo de su funcionamiento en la medida
«pensar en y», «percibir y» o «recordar y», respectivamente. Sin en que pue.dan ser «formalizadas», es decir, descrita~ en términos
embargo, en una descripción computacional, «pensar en x» y «pensar abstractos (I:e·. en forma de «programa» o «proceso»), e «implemen-
en y» son estados idénticos, lo mismo que «percibir x» y «percibir y» tadas» en distmtos soportes físicos (vg. los «chips» de silicio de un
o «recordar X» y «recordar y». En cambio, pensar, percibir y recordar ordena~<?r o las neuronas de un cerebro). Esta forma de caracterizar
las actividades mentales se conoce en filosofía de la mente con el
nombre . de «funci<?na~ismo» 2 , y se opone radicalmente a las dos
l. La analogía entre los procesos que ocurren en la mente y los que ocurren en el ordenador perspectivas reduccwmstas por excelencia en el estudio de los fenó-
se limita a la descripción de los procedimientos formales empleados por una y otro, y no a la forma
empírica en que tales procedimientos se hacen efectivos. En otras palabras, esta analogía se refiere a
menos psicológicos: por un lado, el conductismo, que, si bien preten-
los «algoritmos>> o procedimientos en virtud de los cuales un vocabulario de símbolos discretos es
manipulado por medio de un conjunto finito de reglas. Un algoritmo debe entenderse como un
conjunto de <<instrucciones» que se aplican sobre los rasgos formales de ciertos símbolos o d 2. c.omo se r~cord:rrá (capítulos 3 Y 6), es preciso distinguir al menos dos sentidos diferentes
representaciones, de tal modo que una determinada regla o instrucción manipulará dos símbolos el ~é~mo «funcwnahsmo». En un sentido amplio, este término hace referencia a cualquier
formalmente equivalentes exactamente de la misma manera. Por consiguiente, la equivalencia entre exphcac1~n de un fenómen~ ,basada en consideraciones relativas a la función que dicho fenómeno
los procesos de la mente y los del ordenador no debe llevarnos a identificar un estado mental con el desempena en una const~lacwn de factores. En un sentido más restringido, y aplicado al estudio de
estado en que se halla un ordenador en un momento dado, sino con una clase de operaciones que los .f~nó~enos de la VIda mental, el término «funcionalismo» se refiere a la explicación y
pueden ejecutarse en diversas clases de máquinas y que pueden realizarse, a fortiori, mediante clas¡f¡cac~ón de los fenómenos mentales en términos del papel que cada uno de ellos desempeña en
mecanismos físicos diferentes. la causac1ón de la conducta inteligente.

294 295
PROCESOS PSICOLOGICOS EN El USO DEL LENGUAJE
PSICOLOGIA DEL LENGUAJE. INVESTIGACION Y TEORIA

de ofrecer explicaciones funcionales del comportamiento, defiende un Las representaciones se definen en este enfoque como «estructuras
funcionalism? .bas.ado en el control estimular del comportamiento; y, de informaciÓn», es decir, como estados mentales caracterizados por
por otro, el ftstcahsmo (o su heredero moderno, el «eliminativismo» ), la forma, o disposición que adoptan los elementos integrantes de las
para el que todo acontecimiento mental es sistemáticamente reducible representaciones. Así, una oración como «el astuto niño mordió al
a las bases biológicas en que se sustenta, con lo cual toda explicación feroz perro» se representa de distintas formas a lo largo del proceso
del comportamiento ha de ser, en último término, expresable en el de comprensión. En lo referente a su estructura de sonidos o fonoló-
lenguaje de las ciencias biológicas. gica, esta oración consta de una secuencia ordenada de fonemas
Hasta aquí hemos descrito en líneas generales los principales estructurados en unidades silábicas («# » representa frontera de sílaba
postulados del en~oque cognitivo .en psicología y de su principal y «/», frontera de fonema):
~eredero,. ,el paradtgma «cC?mputacwnal» o de «pr?cesamiento de la
#!El[/# 1alsi# /ti u!# /ti o!# /n/11# lp/o!# /mlolr!# 1d/1/o/# 1a/l!# /fiEl# Ir/o/ €JI# !piEl# /ilo!#
mfo:macwn». A este pa~adtgma se le conoce tambien como «enfoque
clastco». La forma habttual de describir los procesos cognitivos en Cada fonema puede, a su vez, representarse como un agregado de
e~te enfoque c?nsiste en disponer los distintos componentes del rasgos fonéticos distintivos. Por ejemplo, la palabra «astuto» se
ststema en un dtagrama de flujo en el que cada proceso (encerrado en representaría en este nivel fonológico de la siguiente manera:
una caja) sirve de «mediador» entre dos representaciones, dando con
ello a entender que cada representación de entrada es transformada o /si /ti /u/ /ti lo/
/a/
c??vertida, .por med~o de un determinado proceso, en una representa-
CI<?n ?e sahda. La ftgura 7.1 muestra un diagrama de flujo con los [-consonante] [+consonante] [+consonante] [-consonante] [+consonante] [-consonante]
[-alta j [-oclusiva ] [+oclusiva ] [+alta ] [+oclusiva ] [-alta ]
prmctpales procesos y representaciones implicados en la comprensión
[-media ] [-sonora ] [-sonora ] [-sonora ] [-baja ]
de oraciones. [-posterior ] [+alveolar ] [+labiodental] [+posterior ] [ + labi<?dental] [+posterior ]

Niveles La representación estructural o sintáctica de esta oración se presenta


CONCEPTUAL Representación en la figura 7.2:
conceptual
o

SINTÁCTICO Representación SN
sv

~
sintáctica

Det
/0 A N V SP

FONOLÓGICO ~ p SN

Det
~ A N
ACÚSTICO Representación
FONÉTICO acústico-fonética 1
1 1
mordió a el feroz perro
Figura 7.1.-Diagrama de flujo que muestra los principales componentes del proceso El astuto · niño
., d e oracto~es
de comprens10n · o~ganiza d os en niveles de procesamiento. Los procesos
aparecen encerrados en caJas, mientras que las representaciones de entrada y salida de Figura 7.2.-Estructura sintáctica (superficial) de la oración «El astuto niño mordió al
cada proceso se muestran abiertas. feroz perro».

296 297
r.
PSICOLOGIA DEL LENGUAJE. INVESTIGACION Y TEORIA PROCESOS PSICOLOGICOS EN El USO DEL LENGUAJE

Por último, la representación conceptual adoptaría la siguiente no?o~ de entra~a corresponden indirectamente a las propiedades
forma: acustlc~s ~el estimulo, a partir de las cuales se reconocen los segmen-
tos fonem~cos. ~e las ralabras. Estas unidades perfiéricas van propa-
[MORDIOPredicado[ASTUTOPropiedad[NIÑOAgenre]][FEROZPropiedad[PERROPacieme]]] gando actlvacwn hacia estratos más internos de nodos creando un
«p~tró~ ,de conectividad» global, una especie de «mapa» del estado de
En el enfoque clásico, los procesos se definen como «instruccio- activacwn gene~al del sistema. Dentro de este mapa podremos encon-
nes» que el sistema ha de ejecutar para convertir cada representación trar redes parciales de nodos, es decir, subredes responsables de
de entrada en una representación de salida. Por ejemplo, uno de los efectu~r tareas específic~s ~vg: el reconocim~e~to de palabras, el
procesos necesarios para convertir la representación sintáctica en una montaje de la estruc~ura smtactica o la composicion de representacio-
representación conceptual es el de acoplar constituyentes sintácticos nes c~nceptuales). Sm embargo, estas redes parciales no se encuen-
etiquetados (vg. SN de sujeto, SN de objeto) a papeles semánticos tr~n aisladas unas de otras, sino conectadas de forma múltiple. Así, lo
(vg. agente, paciente), al objeto de interpretar la función que desem- mismo que ~as. neuronas de un cerebro se pueden agrupar en circuitos
peña cada entidad en la situación descrita en la oración (vg. quién para «esp~cia~Izarse>> en ciertas tareas, así también los nodos de una
mordió, quién fue mordido, etc.). Un asunto que trataremos en red conexwmsta pueden formar subredes especialmente diseñadas
próximos capítulos es cómo se hacen efectivos estos procesos, es para llevar a cabo actividades particulares; pero tanto los circuitos
decir, a través de qué mecanismos específicos se ponen en práctica. neuronales como las redes conexionistas están extensamente conecta-
dos entre sí y realizan su trabajo de forma interactiva.
Una perspectiva sustancialmente distinta del paradigma del proce- . El patrón general de ~ctivación alcanzado por el sistema se refleja
samiento de la información, aunque encuadrada también dentro del fmalmente .~n un «patron de salida» que corresponde al estado 0
enfoque cognitivo, que ha adquirido una influencia notable en la represen~acwn en que se encuentra el sistema al término del proceso.
psicología cognitiva, es la que se conoce con el nombre de paradigma En el ejemplo que no~, ocupa~ e~t.e patrón de s~~ida es lo que
«conexionista», o de «procesamiento distribuido paralelo» (PDP) llamamos la repr~sentacwn del sigmÍicado de la oracwn. En la figura
(McClelland y Rumelhart, 1986) (cfr. también capítulos 3 y 4). El 7.3 se ofrece un diagrama que representa un sistema conexionista con
paradigma conexionista concibe el sistema cognitivo como una red de la red de nodos y sus conexiones. (Para una exposición abordable de
unidades de representación, denominadas «nodos», que están profu- los modelos conexionistas y sus propiedades, véase McClelland, 1987;
samente conectadas entre sí y que pueden recibir y transmitir cierta Smolensky, 1988; o Rumelhart, 1989).
cantidad de activación o excitación. Las conexiones entre los nodos Una propiedad importante de todo sistema conexionista es el
pueden ser tanto excitatorias como inhibitorias, esto es, un nodo «peso» de las conexiones entre los nodos. El «peso» de una conexión
puede enviar activación de signo positivo o negativo a sus nodos es una constante por la que se multiplican las entradas a un nodo
vecinos. El estado en que se encuentra el sistema se define en virtud procedentes d~ _las u~·lidades qu~ ,le sumini~tran ~ctivación, y adopta
del patrón general de activación que presenta, en un momento dado, ~n . v~lor_ positivo SI la _conexwn es excita tona y negativo si es
la red de nodos que lo forman. Este patrón de activación puede verse mhibitona. A modo de ejemplo, en un sistema conexionista dotado
alterado por la presencia de algún acontecimiento (vg. un estímulo de no?os que representasen palabras de la lengua, la fuerza de las
procedente del entorno) que modifique el nivel de activación de un co~exwnes entre distintas palabras, definida en función del peso,
grupo de nodos, lo que originará una propagación de la activación a sena supuestamente mayor entre palabras relacionadas semántica-
través de toda (o parte de) la red. El resultado será un nuevo patrón men_te \v~. enfermera-médico) que entre palabras no relacionadas por
de activación que definirá un estado representacional diferente al el sigmficado (vg. enfermera-abedul); en este último caso cabría
anterior. hablar incluso de un peso negativo entre ambos nodos. Por último el
Utilizando el mismo ejemplo presentado recientemente para ilus- proceso de a~tivación es gradual, es decir, se propaga y decae 'de
trar el funcionamiento de un procesador computacional, se pueden forma paulatma. Esta es una característica lógica si tenemos en
distinguir en un sistema conexionista diferentes niveles o estratos de cuen~a q~e la propagación de la activación es un fenómeno que
representación, cada uno de los cuales responde a distintas propieda- reqmere tiempo.
des del estímulo que el sistema ha de procesar (en este caso", una Como ya se ha insinuado más arriba, el modelo conexionista de
oración de la lengua). Por una parte, hallamos el estrato correspon- explicació~ de l~s procesos mentales guarda una estrecha analogía
diente a los riodos o unidades de entrada, que son las unidades que se con ~1 funciOnamiento de las redes o circuitos de neuronas del sistema
activan a raíz de la recepción del estímulo. En nuestro ejemplo, los nervioso, Y ha sido aplicado a la modelización no sólo de procesos

298 299
PSICOLOGIA DEL LENGUAJE. INVESTIGACION Y TEORIA
PROCESOS PSICOLOGICOS EN El USO DEL LENGUAJE

patrón de salida INPUT rnos en el capítulo 13. Por esa, razón, se .dice que l?s sistern~s
DE NIVEL conexionistaS no operan con «Sirnbolos», SinO COn umdades mas
SUPERIOR moleculares (denominadas rnicrorrasgos), por lo que se les conoce
también con el nombre de sistemas «subsirnbólicos>>. En segundo
lll lugar, en los modelos c?nexionista~, los principios en virtud d~ los
cuales una representacion se selecciOna, transforma en, o sustituye
por otra no se definen en función de sus propiedades estructurales,
esto es, la estructura de las representaciones no constriñe de ninguna
forma los cómputos que realiza el sistema. ~sto es así porqu~ los
sistemas conexionistas no constan, corno los sistemas computaciOna-
unidades les, de representaciones estructuradas, esto e~,. resultantes . de la
internas aplicación de procesos combinatorios o cornp?~Itivos. En un .sistema
computacional, por ejemplo, los rasgos ,foneticos se cornbipan en
fonemas éstos en sílabas y en morfemas, estos en palabras y estas en
frases e~ virtud de diferentes sistemas de reglas (véase el capítulo 6).
Sin e~bargo, en un sistema conexionista, no existen. reglas .combina-
torias y, por ello, puede decirse que las representaciOnes tie~en que
estar desde el principio contenidas en la red de nodos, es decir, no se
construyen. De aquí se deriva el principal incon~eni~nte de los
modelos conexionistas, a saber, que sus procesos son mtnnse.carnente
patrón de entrada
INPUT VISUAL INPUT ACÚSTICO no productivos, habida cuenta de que a.l carecer d~ la propiedad de
cornpositividad, no generan representa~10nes g~m:u~arnente novedo-
Figura 7.3.-El diagrama de la izquierda representa un sistema conexionista simplifica- sas a partir de sus redes de representaciOnes pnrnltivas (cfr. Fodor y
?o con tres estratos de representación: las_ unidades o patrones de entrada, las unidades Pylyshyn, 1988). Ello no es óbice, sin e~bar~o, para que puedan
Internas y las unidades o patrones de salida (tomado de Rumelhart, 1989). El diagrama simular con éxito numerosas habilidades mtehgentes, es decir, para
de la derecha muestra un sistema conexionista de reconocimiento de palabras com- que sirvan eficazmente corno sistemas de «realizaciÓn>> neural de los
puesto por varias «subredes» (correspondientes a sendos niveles de procesamiento) procesos cognitivos (buena muestra de ello la encontrarnos en los
relacionada entre sí por conexiones bidireccionales excitatorias (líneas terminadas en
una flecha) e inhibitorias (líneas terminadas en un punto) (tomado de McClelland y
trabajos contenidos en McClelland y Rurnelhart, 1986; y en Rurnel-
Rumelhart, 1981). hart y McClelland, 1986). . .
Con independencia de las discrepancias e':~re los enfoques ~orn­
putacional y conexionista, la perspectiva cogmtiva o representacwnal
de estudio de los procesos mentales, que en~loba a rnode~os computa-
psic.o~ógi~?s, en~re ellos .l?s responsables .del uso del lenguaje, la cionales y conexionistas por igual, ~uscit~ al~?nos mterrogantes
codif~~acwn de mforrn~ct~n. en la rnernona o el aprendizaje, sino sumamente interesantes de cara a la mvesttgacwn de los procesos
ta~bien de pro~es?s bwlogicos, en un plano microscópico, y de psicolingüísticos. Vamos a exarnin~r brevemente cuatro de estos
fenomenos economtcos, en un plano macroscópico.
interrogantes. En primer lugar, ~s evidel?-te que hablar,Y ente~d.er son
Hay dos aspectos a destacar de la concepción conexionista de los actividades cuyo punto de destmo u ongen es _un estimulo fi~Ico (la
procesos mentales. En primer lugar, este enfoque defiende una carac- onda sonora del habla) que se define en VIrtud de propiedades
'terización rnentalista de los procesos psicológicos, es decir, se trata de
acústicas tales corno la frecuencia o la amplitud, y temporales (vg. la
un enfoque netarne';lye «repr~sentacionalista>>, Sin embargo, las unida- duración), o, en el caso del lenguaje escrito o sign~do, propieda?,es
des tle representacwn del ststerna no corresponden necesariamente visuales. Por tanto, uno de los aspectos que una teona de la actu~c10n
con cl~ses naturales de fenómenos. Así, por utilizar un ejemplo del
tiene la obligación de explicar es cómo se trans.for~al?- las senales
lenguaJe, los nodos del sistema no tienen por qué corresponder con físicas del habla en representaciones mentales lmgmsttcas con sus
fonern.as,. sílabas, morfemas o palabras, aunque en algunos modelos
conexwmstas de procesamiento lingüístico sí lo hacen; por ejemplo, propiedades fonológicas, sint~cticas. y .. ~e~ánticas, y a la in:rersa,
cómo se convierte un enunciado hngmstico en una secuencia de
el modelo de codificación fonológica de Dell, 1986, que examinare- órdenes motoras para su ejecución por los Órganos del tracto vocal, o
300 301
PSICOLOGIA DEL LENGUAJE. INVESTIGACION Y TEORIA PROCESOS PSICOLOGICOS EN El USO DEL LENGUAJE

por los músculos de la mano (al escribir, o ejecutar gestos y signos virtud de los cuales el hab!ante/oy~nteidentifica o expresa ac.!it_ti,<:les
manuales). proposicional~s f()r~uladas lihg~Ística:tnente, lo qtfe illlpli,cª-~ll:!~ áae-
En segundo lugar, otro problema con el que se enfrenta una teoría má~_=4~~~()_n-sthiir tina representación. qel significado propo~iC:Ionifael
de la actuación es el de hallar un criterio adecuado para individuali- enu~ciado (el ·contenido de los pensamientos) l}a de ~nallzar· o
zar los distintos procesos que concurren en la actuación lingüística. planificar la intención comunicativa que diCho enunciado expfesa·Oas
Esto supone aclarar hasta qué punto existen procesos psicolingüísti- «acciones» que por medio del lenguaje ejercemos . sobre. nuestro
cos nucleares que son independientes de los implicados en otras propio comportamiento y sobre el de nuestros interlocutores). En un
actividades inteligentes y, en caso afirmativo, qué es lo que distingue capítulo anterior (·capítulo 5), hicimos alusión al notabte aVance que
a los primeros de los segundos. Por ejemplo, podemos inquirir en qué experimentan las habilidades comunicativas del niño cuando comien-
medida los procesos responsables del reconocimiento de sonidos del za a atribuir intenciones comunicativas a las personas que lo rodean y
habla se distinguen de los que se hallan implicados en la percepción descubre que las intenciones comunicativas de los demás también se
de otras clases de estímulos auditivos, o hasta qué punto los procesos pueden referir a las de él mismo. Este tipo de atribuciones, denomina-
de interpretación de las intenciones comunicativas de un interlocutor, das «de tercer orden» (vg. «tÚ sabes que yo sé· que p») sólo son
englobados en el campo de la pragmática, son, por así decir, «parasi- posibles gracias al lenguaje, debido, entre otras razones, a la naturale-
tarios» de otros procesos más generales de interpretación de actitudes za «metarrepresentacional» de este sistema de símbolos.
comunicativas, sean éstas verbalmente transmitidas o no. En el Por último, en tanto que fenómenos mentales, los procesos y
capítulo anterior se planteaba este mismo problema en relación con representaciones empleados en la actividad lingüística han de poseer
la supuesta naturaleza «específicamente gramatical» de las estrategias una serie de propiedades intrínsecas. Por ejemplo, pueden requerir el
y representaciones utilizadas en el análisis de la estructura de los empleo de recursos de atención y memoria en mayor o menor grado,
enunciados verbales. Vimos entonces que había autores, denomina- es decir, pueden exigir un mayor o menor control cognitivo por parte
dos «formalistas», partidarios de la idea de que el conocimiento de la del sujeto. En condiciones normales, tanto en la comprensión como
gramática comprende un conjunto de reglas y principios específicos y en la producción del lenguaje se asignan más recursos de procesa-
arbitrarios, es decir, no compartidos por ningún otro sistema de miento a la interpretación o la planificación del significado de
conocimiento y originados de forma endógena a la gramática (univer- enunciados lingüísticos que a la de los aspectos estructurales o
sal). En cambio, otros autores, los denominados «funcionalistas», fonológicos de los mismos. De ahí que los usuarios del lenguaje
consideraban que el conocimiento del lenguaje hunde sus raíces en pasemos habitualmente por alto las propiedades sintácticas y fonéti-
propiedades más generales del conocimiento humano. El problema de cas de los enunciados que percibimos y producimos, y tendamos,
la especificidad del lenguaje, trasladado ahora al terreno de la además, a olvidarlas casi inmediatamente, aunque estas propiedades
actuación lingüística, nos sitúa ante la cuestión de la organización o sean igualmente importantes para ejecutar de forma eficaz las tareas
arquitectura del sistema de procesamiento lingüístico, es decir, de las de comprensión y producción. Esta necesidad de distribuir los recur-
relaciones entre los diversos procesos de actuación, cuestión que sos cognitivos ha dado pie a pensar que una parte de nuestra
abordaremos en el próximo apartado. actividad lingüística se basa en mecanismos de procesamiento que
En tercer lugar, centrándonos en un aspecto fenomenológicamen- operan de forma automática y obligatoria, con muy poco control
te llamativo de la actividad lingüística, hax.,",1Yt,S~P~~S~~ consciente y voluntario por parte del sujeto, en tanto que otra parte
m~ntales partic1:1lar111ente carac!erÍstic()s ?~ lo,s_ ~~E~s h11rilanos, que de ella hace uso de mecanismos mucho más «racionales» y reflexivos.·
guard~~9~gg~g!f~~l1g~-·~-~!!echa .. !~hü;.!2f1 . con nl1~s!E~~~-~~~~T.Q..~ Las cuestiones que acabamos de examinar sucintamente serán
uso. delle11gu~je; Sf! t¡-aJa de1as llai!l~das_ «~c!ifudes Qroeostcionales». objeto de una reflexión más sosegada en los próximos capítulos, que
Esto"~>" estádos· psiCol6gic.os--s.eaefirieri póF-sl.tñaiuralezá --~reTac~, estarán dedicados a exponer con detenimiento los procesos en que se
es decir, P?r te11er un referente (interno o externo) C()I1 el queel suj_~to descomponen las complejas actividades de comprensión y producción
(hablante) mantiene algún tipo de relación. Por ejemplo~. un Iiabla!J:te del lenguaje humano. Es obvio que la explicación de los procesos de
que profiere la expresión «hoy está lloviendo» puede mantener con d actuación lingüística no se agota en las cuatro cuestiones examinadas
significado o «contenido proposicional» de esta e:~pr~siQ.Q I~P!~~.~!1!11; aquí. Otros problemas a los que tendremos ocasión de referirnos más
do en su mente diversas clases de relaciol1~_s,:_p[~~~-.I~Is:ggU,~ª-rlQ.,.. adelante competen a la distinción entre las distintas modalidades de
al~grarsede ello, lamentarlo, pqnerlo en duda, etc. (aunque no puede, uso del lenguaje, en especial las modalidades oral y escrita, a las
por ejemplo, prometerlo u ordenarlo). Uno de los cometidos de una_ s~mejanzas y diferencias entre los procesos de comprensión y produc-
teoría del procesamiento del lenguaje es dar cuenta de los procesos en CIÓn del lenguaje, o a la explicación de las alteraciones del lenguaje en

302 303

UNIVERSIDAD DE AN . I IOQUIA
BIBLIOTECA CENTRAL
PROCESOS PSICOLOGICOS EN El USO DEL LENGUAJE
PSICOLOGIA DEL LENGUAJE. INVESTIGACION Y TEORIA

los modelos cognitivos. Sin embargo, antes de seguir adelante, vamos realizar tareas considerablemente específicas y que tienen acceso a
a dedicar las páginas que restan de este capítulo a presentar el una cantidad limitada de información. Los subprocesadores se dispo-
problema de la organización interna del sistema de procesamiento del nen en una estructura jerárquica y funcionan de forma secuencial, de
lenguaje, esbozando las principales hipótesis que se han propuesto en modo que cada uno de ellos únicamente re\ibe info~mació.n de los
torno al funcionamiento integrado de los procesos de actuación subprocesadores directamente conectados a el. El fluJ~ de mforma-
lingüística. ción en el sistema discurre unidireccionalmente, en sentido ascenden-
te (de «abajo-arriba» o bottom-up), en la percepción y comprensión
del lenguaje, y en sentido descendente (de «arriba-abajo» o top-
2. NIVELES DE PROCESAMIENTO EN EL USO DEL LENGUAJE down), en el caso de la producción. Así pues, la Ún~ca comuni~a.ción
existente entre los diversos subsistemas de procesamiento se venfica a
Lo que se pretende señalar cuando se afirma que la comprensión y la través de los productos de cada subprocesador, es decir, las represen-
producción del lenguaje son procesos complejos es que se trata de taciones resultantes de sus respectivos cómputos.
actividades constituidas por un conjunto integrado de procesos y Veamos un ejemplo concreto. En un modelo autónomo, los
representaciones que operan en diversos niveles. De lo contrario, no procesos de comprensión de un enunciad<;> v~rbal, o ?e una secue.ncia
tendría sentido hablar de «sistemas de procesamiento». Para enten- de enunciados, se descomponen en los sigUientes mveles: en pnmer
der, pues, cómo es el funcionamiento de estas actividades, es inevita-
ble saber cuáles son los niveles de procesamiento en que se descompo-
nen y, sobre todo, de qué manera se relacionan unos niveles con
otros. En este sentido, el procesamiento del lenguaje se puede consi-
derar análogo al funcionamiento de la cadena de montaje de una PROCESADOR
fábrica. Según esta analogía, las representaciones utilizadas por el
procesador serían las piezas que van siendo ensambladas y acopladas
en los sucesivos sectores de la cadena, y los procesos, las operaciones
n DE MENSAJES

que se efectúan en cada sector. Para conocer el funcionamiento de L


una cadena de montaje es preciso describir sus diferentes partes o
sectores, así como la organización general de todos ellos en un É Conocimiento
sistema integrado. El sistema integrado de procesos que constituye el G

H
procesador del lenguaje se conoce también como su «arquitectura>>. X
PROCESADOR p
Así pues, el cometido de este apartado será el de revisar la arquitectu- Conceptual
I SINTÁCTICO
ra general del sistema de procesamiento lingüístico.
Las cuestiones más relevantes en materia de arquitectura del S
e Á
General
sistema de procesamiento lingüístico son de dos clases: en primer
lugar, las que hacen referencia a la estructura del procesador del o
lenguaje o a la disposición de los componentes de procesamiento en el
sistema, y en segundo lugar, las que conciernen al funcionamiento de
los procesos, es decir, a la naturaleza de las operaciones psicolingüís-
ticas y a su curso temporal de acción. u PROCESADOR
LÉXICO
~

2.1. Autonomía frente a interacción

En lo que a la estructura del procesador lingüístico se refiere, existen


dos modelos o concepciones contrapuestas: el modelo autónomo y el
modelo interactivo. El modelo autónomo (Forster, 1979; Garrett,
1
Entrada Salida de
1975), que aparece ilustrado en la figura 7.4, defiende la hipótesis de sensorial decisiones
que el sistema de procesamiento lingüístico está organizado en subsis-
temas autónomos, es decir, en subprocesadores que se ocupan de Figura 7.4.-Modelo autónomo de la comprensión del lenguaje de Forster (1979).

304 305
PSICOLOGIA DEL LENGUAJE. INVESTIGACION Y TEORIA PROCESOS PSICOLOGICOS EN EL USO DEL LENGUAJE

lugar, el procesador léxico recibe una representación fonológica del con excesiva ligereza algunas veces, como los precursores de los
enunciado (o un fragmento de ella), procedente de un hipotético modelos conexionistas, históricamente más recientes.
sistema periférico encargado de reconocer o identificar los sonidos o l!n~, consecuencia lógica de los postulados interactivos es la
fonemas de la señal de habla, y recupera a partir de dicha representa- pre~Iccwn de que _cada su~~istema de procesamiento del lenguaje
ción los elementos léxicos de la oración, es decir, las palabras. A hara us~ ~e toda la I~formacwn que tenga disponible en un momento
partir de las representaciones léxicas, el procesador sintáctico proce- dad? on!p~~da en mveles superiores de procesamiento. Por ejemplo,
de a analizar la estructura de constituyentes para obtener el marcador la dispombih~a~ de r~presentacio?-es l~x;icas (la presencia de palabras
sintagmático del enunciado. Finalmente, el procesador de mensajes en_ nuestro «dicCIOI~ano mental») mflmra en los procesos de reconoci-
toma como entrada la representación sintáctica con los elementos miento de secuencias de fonemas, de tal modo que cuanto más fácil
léxicos incorporados a ella y efectúa una interpretación semántica del sea el acceso a tales representaciones léxicas, como sucede en las
enunciado. Si se trata de un discurso o texto conectado, el procesador palabras. de t?~YO~ /recuencia de uso, tant,o mayor será su influjo
de mensajes se ocupa asimismo de integrar la información estructural sobre la IdentiÍicacwn de las secuencias foneticas. En este sentido se
y semántica aportada por las sucesivas cláusulas u oraciones, con dice que las formas léxicas sirven como contexto de identificación' de
vistas a crear sobre la marcha una representación del significado del los sonidos del habla, ejerciendo una influencia de arriba-abajo sobre
texto o el discurso. Los tres subsistemas de procesamiento especiali- los procesos perceptivos. Del mismo modo, los procesos de análisis
zado están conectados con una base de conocimiento común, el de la estructu_r~ sintáctica de la oración pueden verse facilitados (o,
léxico o inventario de las palabras de la lengua, y cada uno de ellos e~ su caso, dificultad?s) por la información semántica de la que se
dispone, además, de un sistema de reglas de carácter específico (que dispope ~I? un determmado momento, de tal manera que el sistema
corresponden, en líneas generales, al conocimiento lingüístico repre- podra utilizar provechosamente las propiedades del significado como
sentado en los diversos componentes de la gramática). A su vez, cada contexto para el procesamiento de la estructura.
subprocesador envía sus representaciones de salida a un sistema de
procesamiento de propósito general conocido como «solucionador 2.2. Arquitectura «modular» frente a arquitectura «global»
general de problemas» (SGP), que es en último término la instancia
que evalúa los resultados de los cómputos efectuados por cada l!n ~~g~ndo asp~cto del problema de la arquitectura del procesador
subsistema y, a la luz de los conocimientos extralingüísticas del lmgms~Ico se refiere a la naturaleza misma de los procesos de uso del
sujeto, proporciona una respuesta o decisión, es decir, comprende el lenguaJe y a su curso temporal de funcionamiento. En este sentido se
mensaje o el discurso recibido. pueden distinguir dos. ~oncepciones alternativas de la arquitectura' de
El modelo interactivo (Marslen-Wilson, 1975; Dell y Reich, 1981) la mente: la concepcwn «modular» (Fodor, 1983) y la concepción
da por válidos los niveles de procesamiento postulados por el modelo «~loba!» (vg: _Ander~on, 1~83). Según la concepción modular, el
autónomo, aunque rechaza la idea de la autonomía de procesamien- sistet;na cogmtivo esta constitUido por tres tipos de procesadores: 1)
to. Para este modelo, lo característico de los procesos psicolingüísti- los sistemas de transducción sensorial, que tienen como fin convertir
cos es la interacción y la mutua influencia entre los diversos subsiste- la e?-~~gía física que inc~de sobre los receptores sensoriales (visión,
mas de procesamiento. De este modo, en cualquier momento y audiciOn) en representaciOnes mentales; 2) los sistemas de entrada
mediante bucles de retroinformación, los procesos de orden superior llamados también sistemas perceptivos o módulos, que son procesa~
pueden aportar información a los procesos de orden inferior, hasta el d.~res de propó~ito específico cuya función es obtener una representa-
punto de simplificar o incluso suprimir por completo el trabajo que cwn. ~e los estimulas u objetos «distales» a partir de información
tienen encomendado. Un supuesto característico de este tipo de sumimstrada por los transductores; y 3) los sistemas centrales o
modelos es que la información del contexto está permanentemente procesos de propósito ~eneral, que integran la información proceden-
accesible a cualquiera de los procesos y, por consiguiente, puede dejar ~e d~ los diversos modulos y se ocupan de tareas genuinamente
sentir su influjo en todas las etapas del procesamiento. Por otra parte, ~ntehge~tes, como son la fijación de creencias, la realización de
los modelos interactivos rechazan la idea, explícitamente defendida mferencias, la toma de decisiones o el razonamiento.
por los primeros modelos autónomos (como el de Forster, 1979), de El postulado fundamental de la concepción modular es que los
que el procesamiento tiene lugar en etapas ordenadas temporalmente procesos mentales modulares son subsistemas funcionalmente autó-
en forma serial. En consecuencia, los modelos interactivos han defen- nomos, esto es, sólo tienen acceso a un tipo particular de información
dido tradicionalmente el carácter paralelo y simultáneo de los proce- Y operan sin recibir influencia alguna tanto de los sistemas centrales
sos de actuación lingüística, lo que les ha llevado a ser considerados, como de los restantes módulos. Así pues, se trata de procesos

306 307
PROCESOS PSICOLOGICOS EN EL USO DEL LENGUAJE
PSICOLOGIA DEL LENGUAJE. INVESTIGACION Y TEORIA

automáticos y obligatorios que, si bien operan sobre símbolos o mativo». Según esta propiedad, los módulos realizan sus operaciones
representaciones (es decir, son cognitivos), no poseen ninguna de las sin recibir influencia alguna de los demás sistemas de procesamiento,
características tradicionalmente atribuidas a los sistemas inteligentes. es decir, de forma encapsulada. Por el contrario, los sistemas centra-
En otras p~la~ras, los módulos son sistemas inteligentes, en la medida les operan con toda clase de información que les suministran los
en que estan mtegrados por procesos que operan sobre representacio- módulos y por ello carecen de autonomía funcional, por lo que, en
nes, pero a la vez son sistemas no inteligentes, en el sentido de que principio, cualquier conocimiento que poseen es relevante para las
son automáticos, obligatorios y, por consiguiente, no reflexivos, ni
1. Especificidad de dominio: cada sistema modular emplea información
proposi.tivos ni, J?Or supuesto, decisorios. Según esta teoría, una parte específica que no comparte con los restantes sistemas modulares ni con los
sustancialmente Importante de los procesos que se hallan al servicio
sistemas centrales.
de la percepción y la comprensión del lenguaje son modulares. 2. Encapsulamiento informativo: cada sistema modular lleva a cabo las
¿Qué ventajas puede aportar la concepción modular del sistema operaciones que le están encomendadas con entera independencia de otros
de procesamiento a la explicación de las actividades inteligentes? sistemas (modulares o centrales), es decir, sin recibir influencia alguna de ellos.
¿Qué clase de justificaciones extrínsecas se pueden ofrecer en defensa 3. Obligatoriedad: los sistemas modulares funcionan de forma obligatoria,
de este modelo de arquitectura? Las ventajas explícitamente señaladas esto es, automática o no mediada por procesos voluntarios, una vez que reciben
por Fodor son las dos siguientes: por una parte, un sistema modular una entrada estimular apropiada (i.e. correspondiente al dominio cognitivo en
resulta más económico desde el punto de vista cognitivo, habida el que operan).
4. Rapidez: los módulos operan a una velocidad considerablemente supe-
cuenta de que las tareas efectuadas por los módulos se ejecutan rior a la de otros sistemas cognitivos (vg. los procesos centrales), puesto que se
habitualmente de forma automática; esto reduce considerablemente aplican al análisis de información muy restringida (excéntrica) y no reciben
el esfuerzo cognitivo que el sujeto ha de dedicar a la realización de influjo de otros sistemas.
estas tareas y permite, por lo tanto, destinar más recursos a tareas S. Supeificialidad computacional: según esta propiedad, las representacio-
que requieren más atención. Esta ventaja económica presenta induda- nes de salida de los módulos son caracterizaciones «preliminares» y, por tanto,
bles consecuencias adaptativas, dado que le permite al organismo incompletas de los estímulos que el sistema cognitivo identifica o reconoce. El
resp<?nder de. manera rápida y eficaz a ciertas contingencias estimula- reconocimiento «completo» de los estímulos, por así decir, es llevado a cabo
por los sistemas centrales, dado que requiere el empleo de información de la
res sm necesidad de evaluar en cada momento toda la información
que carecen los módulos (vg. conocimiento del mundo).
hipotéticamente relevante para la resolución de la tarea en cuestión. 6. Innatismo: los sistemas modulares exhiben un patrón de desarrollo
P.or otra par~e, la organiza,ción de las actividades cognitivas en ontogenético peculiar, que viene deter:rp.inado por pautas específicas de madura-
sistemas funcionalmente autonomos presenta una ventaja de cara a ción biológica. Así pues, este desarrollo resulta ser bastante independiente del
las posibles alteraciones o deterioros que puede sufrir el sistema exhibido por otras capacidades inteligentes de orden superior (vg. la formación
cognitivo. En este sentido, puede decirse que la organización modular de conceptos, el razonamiento, etc.).
constituye un auténtico «seguro contra accidentes», en la medida en 7. Compacidad neural: los sistemas modulares se hallan realizados física-
que garantiza que el funcionamiento anómalo de una parte del mente en una arquitectura neural fija, es decir, se asientan en un sustrato
localizado anatómicamente en regiones del cerebro y constituido por circuitos y
sistema no tiene por qué afectar a las partes restantes.
conexiones nerviosas establecidos y relativamente invariantes.
. L~ principa~ característica de l<?s ~ód~los, es decir, lo que permite 8. Pautas de deterioro: habida cuenta de su distribución anatómica discre-
Identificar un sistema modular y distmgmrlo de otro cualquiera, sea o ta las alteraciones de los módulos tienen un carácter altamente específico y
no modu!ar, es el tipo de información que recibe y utiliza. Así, en la selectivo, a diferencia de lo que sucede con los sistemas centrales. Tales
t~xonomia de los procesos mentales que propone Fodor, se incluyen alteraciones pueden afectar incluso a componentes aislados del procesamiento
sistemas modulares para la visión, la audición, el lenguaje y, presumi- de un determinado módulo (vg. el uso de palabras de contenido) mientras otros
blemente, cada una de las restantes modalidades sensoriales. Esta componentes permanecen esencialmente intactos.
propiedad, conocida con el nombre de «especificidad de dominio»
oblig~ a l~s módulos a operar. con un tipo de información particular ; Cuadro 7.1. Propiedades de los sistemas modulares. Las propiedades más sobresalien-
con nmgun otro. Por eso se dice que los sistemas modulares se hallan tes de los sistemas modulares, según los define Fodor (1983), son la especificidad de
restringidos a dominios cognitivos específicos en los que únicamente dominio y el encapsulamiento informativo. De estas dos propiedades, ya esbozadas en
dispone~ de. información «excén~rica», es decir, no compartida por el texto, se desprenden otras seis. En el cuadro se enuncian las ocho propiedades más
los demas sistemas de procesamiento, en especial por los sistemas sobresalientes de los sistemas modulares (para un tratamiento más extenso de este
centrales. Otra propiedad Íntimamente ligada a la anterior es la asunto, pueden consultarse, entre otros muchos, los trabajos de Fodor, 1985, e Igoa,
autonomía funcional, también denominada «encapsulamiento infor- 1991b).

308 309
PSICOLOGIA DEL LENGUAJE. INYESTIGACION Y TEORIA
PROCESOS PSICOLOGICOS EN El USO DEL LENGUAJE

tareas que realizan. Esta peculiaridad de los sistemas centrales consti- sistemas sistemas
tuye, en opinión de Fodor, un grave inconveniente para su estudio transductores modulares sistemas modulares efectores facultades
científico, ya que hace a priori muy difícil constreñir de forma sensoriales de entrada centrales de salida musculares horizontales
reglada su funcionamiento. Estas y otras propiedades de los módulos,
no compartidas por los sistemas centrales, aparecen brevemente
descritas en el cuadro 7 .l.
Hay que hacer notar que la noción de modularida~ se ha apli~~do
tanto a la organización de los sistemas de procesamiento cogmtlvo
(Fodor) como a la estructura del propio sistema de conocimiento del
lenguaje (Chomsky) (cfr. capítulo 6). Aunque las visiones de estos dos
autores en lo que respecta al lenguaje son bastante coincidentes,
conviene aclarar que la noción de modularidad que cada uno de ellos
emplea no es exactamente la misma. Como ha observado reciente-
mente Fodor (1991), lo que se entiende por sistema modular en el
terreno de la actuación es un sistema computacional que sufre una
serie de restricciones en la transmisión de información hacia dentro y
hacia fuera del mismo. Para Chomsky, en cambio, la noción de
modularidad está más vinculada a la especificidad de tareas y a una
visión innatista del lenguaje. Según ello, los principios que rigen la
competencia lingüística no son una mera especialización de principios
cognitivos de carácter general y además están organizados en com- Figura 7.5.-Concepciones «vertical» (izquierda) y «horizontal» (derecha) de la arqui-
partimentos independientes. En suma, aunque la noción de módulo tectura mental. Las flechas indican la dirección del flujo de información en el sistema:
de procesamiento «al estilo Fodor» lleve implícito también un supues- de fuera hacia dentro, para los procesos de «entrada», y de dentro hacia fuera para los
to innatista, las dos modularidades referidas pertenecen a ámbitos procesos de «salida». ·
distintos, aunque complementarios.
Una cuestión que puede llamar la atención del lector es el hecho
de que la hipótesis de la organización modular de los procesos La doctrina dominante en psicología, por lo que a la estructura de
cognitivos se aplique exclusivamente al ámbito de los sistemas per- la mente se refiere, ha sido tradicionalmente la doctrina de las
ceptivos o «de entrada», excluyendo explícitamente los sistemas res- facultades horizontales. El supuesto central de esta doctrina es que
ponsables de la acción motora o «sistemas de salida», y en concreto la nuestras capacidades de conocimiento se plasman en una serie de
producción del lenguaje. El motivo fundamental de esta asimetría mecanismos que efectúan diversas clases de operaciones sobre la
reside en el hecho de que el funcionamiento de los sistemas de salida información que reciben, independientemente de la naturaleza de
se halla determinado por la información procedente de los sistemas ésta. Por ejemplo, los datos sensoriales son sometidos a transforma-
centrales (es decir, por un flujo de información de «arriba-abajo»), lo ciones que corresponden a facultades tales como la atención, la
que, en principio, limita considerablemente el encapsulamiento de percepción, la imaginación o la memoria. Estos procesos operan de
estos sistemas. Pese a ello, y como tendremos ocasión de comentar en manera similar con los datos recibidos a través de las distintas
capítulos po.steriores (sobre todo el 12), es perfectamente viable modalidades sensoriales; así, la atención tiene el cometido de conser-
postular cierto grado de autonomía también para estos sistemas. var en el «foco» de la conciencia la información que resulte más
La caracterización de los sistemas perceptivos según el tipo de relevante para una determinada tarea; la percepción tiene por objeto
información que emplean hace que se les conozca también como convertir los datos captados por los sentidos en representaciones
«facultades verticales», por contraposición a la noción más tradicio- abstractas; la memoria cumple la función de almacenar representa-
nal de «facultades horizontales», según la cual los sistemas de proce- ciones de los datos de la experiencia para su uso posterior; y la
samiento deben caracterizarse por los efectos que ejercen sobre la imaginación realiza el trabajo de activar en la memoria representacio-
información con la que operan. La figura 7.5 muestra de forma nes mentales de objetos y sucesos que no se hallan presentes en el
esquemática las concepciones «vertical» y «horizontal» de arquitectu- dominio de la percepción. Por lo que respecta al lenguaje, no tendría
ra de la mente. sentido hablar de una «facultad específica del lengu~je», sino más
310 311
PSICOLOGIA DEL LENGUAJE. INVESTIGACION Y TEORIA PROCESOS PSICOLOGICOS EN El USO DEL LENGUAJE

bien de procesos mentales de distinto signo que operan sobre material ral de explicación. Antes bien, la facultad del lenguaje se contempla
verbal, aspecto éste que tendría un valor poco menos que anecdótico desde esta perspectiva como un caso de funcionamiento conjunto de
en el contexto de la explicación de los fenómenos. todo el sistema cognitivo. Según sus propias palabras:
La concepción «global» de la estructura de la mente, más afín a
una caracterización horizontal de los procesos mentales, tiende a En su evolución, la especie humana pudo haber desarrollado o destacado
co_ntemplar la mente humana como un sistema unitario de procesa- ciertos rasgos que facilitaran el lenguaje, pero una vez desarrollados, estos
rasgos no se vieron confinados al lenguaje, sino que hoy se emplean en
mient? (cfr. Anderson 1983). En razón de ello, dibuja un mapa actividades no lingüísticas. Así pues, la mente es un depósito general de
«funciOnal» de facultades en las que se distinguen procesos de aten- estructuras y procesos básicos que ha contribuido bajo presiones evolutivas a
ción, percepción, memoria, pensamiento, etc., aplicados a todas las la aparición del lenguaje (op. cit., p. 3).
posibles clases de información que el sistema utiliza. Los argumentos
que Anderson esgrime en favor del carácter unitario de la mente Una suposición bastante razonable a priori es identificar los
humana son tres: el primero, de carácter filogenético, señala que modelos autónomos de procesamiento con la concepción modular de
buena parte de nuestras capacidades inteligentes (vg. habilidades la mente y los modelos interactivos con una concepción global. Sin
matemáticas, lenguaje, lectoescritura, etc.) son habilidades complejas embargo, esta doble identificación no es en modo alguno lógicamente
que se adquieren P<?r experiencia. Por tanto, no parece plausible necesaria, y ello por dos razones fundamentales. En primer lugar, la
sostener que 1~ _especie hu~~na haya desarrollado facultades especia- concepción modular se manifiesta, en principio, neutral en lo que
les para adqmnr estas habilidades; de hecho, se trata de habilidades respecta a la organización interna de los módulos. Por tanto, una
con una hist?ri~ evolutiva excesiv~mente breve para que puedan arquitectura modular es compatible con una caractertización interac-
haberse constitUido sobre facultades mdependientes. El segundo argu- tiva de los procesos de lenguaje. En segundo lugar, la arquitectura
mento es ontogenético, y subraya que los humanos damos muestra de modular no es incompatible con una organización en paralelo de los
~na ~norme plasticidad en la adquisición de estas habilidades, lo que subsistemas de procesamiento del lenguaje. La única limitación que
Implica que no pueden estar prefijadas en la arquitectura de nuestra una arquitectura modular debe imponer a un modelo interactivo es la
mente. De acuerdo con el tercer argumento, de carácter estructural ausencia total de influencias contextuales en el funcionamiento inter-
nuestras habilidades cognitivas presentan numerosas propiedades e~ no de cada subsistema modular de procesamiento. En otras palabras,
com~~' lo que viene a indic~r que hay un conjunto de principios el único punto en el que una visión modular del procesamiento del
cogmtivos «nucleares» que ngen tanto la constitución de nuestras lenguaje no puede mostrarse transigente es en la fijación de unos
facul~ades cognitivas como su modo de funcionamiento (recuérdese a límites «externos» dentro de los cuales no puede haber influjo de
este respecto los postulados funcionalistas en torno a la naturaleza otros sistemas de procesamiento. Esto implica que si se adopta una
del conocimiento del lenguaje expuestos en el capítulo anterior). visión modular de la actuación lingüística, al menos los procesos de
. De acuer~~ con esto, ~nderson postula un principio de funciona-: descodificación fonológica, reconocimiento léxico y análisis sintácti-
~mento cogmttyo, denommado «sistemas de producciÓn», que es co han de quedar absolutamente preservados de cualquier influjo de
Igualmente aplicable a todos los procesos mentales. Un sistema de los factores extralingüísticos que intervengan durante el procesamien-
producción puede definirse como una regla que especifica la relación to del lenguaje.
entre un antecedente o condición y un consecuente o acción de tal De lo señalado en el último párrafo se desprende, pues, que es
mo_do q?e la ejecución de la regla (la acción a realizar) ;xige la posible hablar de dos niveles de definición de la arquitectura mental:
satisfacciÓn previa de su condición de aplicación. A los sistemas de un nivel «macroscópico», en el que pueden distinguirse un número de
producción se les conoce por ello como pares «condición-acciÓn». Un facultades cognitivas en términos bien del dominio cognitivo en el
sistema de producción se define, pues, de la siguiente manera: que opera cada una (vg. el lenguaje, la visión, la percepción auditiva,
el control motor, etc.), o bien de otras consideraciones (vg. la
condición: SI el objetivo es X, lectoescritura, las habilidades musicales, espaciales, aritméticas, etc.);
acción: ENTONCES la acción a realizar es Y, y un nivel «microscópico», en el que cabe analizar los componentes
de procesamiento elementales en que se descompone cada facultad;
siendo X la descripción de un estado deseado distinto del actual e Y por poner algunos ejemplos, en el caso de la facultad del lenguaje,
una instrucción que el procesador tiene que poner en práctica. cabría mencionar, dentro de este análisis microscópico, los procesos
_P?r lo que respecta al lenguaje, Anderson no encuentra razones fonológicos, léxicos, sintácticos y semánticos. Una cuestión interesan-
suficientes para considerarlo una excepción en este paradigma gene- te (y aún por dilucidar en lo que concierne a la actuación lingüística,

312 313
PSICOLOGIA DEL LENGUAJE. INVESTIGACION Y TEORIA PROCESOS PSICOLOGICOS EN EL USO DEL LENGUAJE

como comprobaremos en algunos de los próximos capítulos) es el PERCEPCIÓN-COMPRENSIÓN PRODUCCIÓN


grado de independencia funcional de que goza cada uno de los
distintos niveles de procesamiento dentro de cada facultad cognitiva. emisión verbal
[onda sonora
Para concluir este capítulo, sólo nos resta ofrecer un mapa general del habla] input output
de los principales subsistemas de procesamiento que intervienen en la
comprensión y la producción del lenguaje, manteniendo, en principio, .J.
procesos
una prudente incógnita en lo que respecta tanto á las relaciones de acústico-fonéticos
interdependencia entre los subsistemas como a la naturaleza de las .J.
representaciones y los procesos empleados en estas actividades. [fonos] representación
fonética
2.3. Procesos en el uso del lenguaje

decodificación
El cuadro que mostramos a continuación contiene los principales
subsistemas o componentes de procesamiento del lenguaje postulados [fonemas
.
fonológica

representación representación
por las diversas teorías de la actuación lingüística. Pretendemos que
sea un cuadro meramente descriptivo, es decir, en él obviamos todo
lo referente a las relaciones de autonomía o interacción entre los
sílabas]
.
fonológica

acceso al
fonológica
t
codificación
léxico


componentes, así como a la naturaleza de los procesos en cuestión, a fonológica
sus propiedades funcionales (automaticidad vs control, encapsula-
[morfemas representación
t
representación
miento vs interdependencia, especificidad vs globalidad) y a su curso palabras] morfo-léxica morfo-léxica
temporal de funcionamiento (en serie vs en paralelo).
Por otra parte, los procesadores que incluimos en el cuadro están análisis
identificados según criterios representacionales, esto es, en función sintáctico
del tipo de representaciones o símbolos que supuestamente utilizan.
Hemos optado, pues, por una caracterización «vertical» de los proce- [sintagmas •
representación representación


sos, en perjuicio de una visión «horizontal». No obstante, nos apresu- claúsulas sintáctica sintáctica
oraciones]
ramos a aclarar que ello no excluye que cada subsistema de procesa-
interpretación
t
miento pueda utilizar recursos de atención, memoria, o cualquier otra planificación
semántica


sintáctica
facultad cognitiva definida según criterios horizontales.
Finalmente, esta clasificación tampoco pretende favorecer una [conceptos representación
t
representación
visión computacional de los procesos de actuación lingüística, en proposiciones] semántica semántica
detrimento, por ejemplo, de la concepción conexionista, lo que t
significa que los diversos subsistmas representan categorías «lógicas» interpretación planificación
de procesamiento, y no categorías «naturales», y, por consiguiente, pragmática semántica
pueden hacerse efectivos a través de cualquiera de los modelos de ~
[actos de representación
arquitectura que los estudiosos del tema han propuesto. habla] pragmática
Como se observa en la figura 7 .6, los procesos de comprensión y
producción del lenguaje se pueden encuadrar en tres niveles genera-
les: un nivel «periférico», que comprende los procesos perceptivos y
motores; un nivel «intermedio» de carácter lingüístico, que abarca
[texto discurso] representación del discurso
procesos léxicos, sintácticos y semánticos; y un nivel «central» o
inferencia! que, junto a la información lingüística relativa al significa- Figura 7.6.-El diagrama presentado en este cuadro refleja exclusivamente los procesos
do de los enunciados, incluye también información extralingüística. implicados en el procesamiento del lenguaje oral. En la columna de la izquierda, se
enumeran las principales «unidades de procesamiento» que el sistema utiliza y que
1. Procesos periféricos. En cada extremo del diagrama se en- pueden formar parte de las representaciones computadas en el curso del procesa-
cuentra la señal de habla (o señal gráfica, si se trata de lenguaje miento.

314 315
PROCESOS PSICOLOGICOS EN EL USO DEL LENGUAJE
PSICOLOGIA DEL LENGUAJE. INVESTIGACION Y TEORIA

escrito), es decir, el estímulo físico que resulta de la articulación de este nivel, lo que se concibe o interpreta no es el valor. de verda~ de
u~a secuencia de movimient<?s vocales (o de la ejecución de movi-
los mensajes, sino los «actos de habla» que tales mensaJes transmiten
mientos manuales). A este estimulo se le denomina también «emisión y a través de los cuales los individuos realizamos acciones simb~licas
verbal». Una emisión verbal se define, pues, como la combinación de orientadas a influir sobre los estados mentales y el comportamiento
secuencias de claves acústicas (o visuales) que 1) el oyente/lector tiene de nuestros interlocutores. También en el nivel central se incluyen los
que descodifi~ar para identificar los fonemas o las letras que compo- procesos del discurso, mediante los cuales el oyente/lector integra la
n~n el enun~Iado, y 2) el hablante tiene que articular para expresar
información contenida en cada enunciado para formar una represen-
tación global (inicialmente parcial y fragmentaria) del significado del
d_I~ho. en~?c~ado. Por tanto, los ,procesos más periféricos de la actua-
cwn lmgmstica son procesos acustico-fonéticos (o visuales-gráficos) y discurso que escucha o del texto que lee. Asimismo, el hablante/escri-
proce_so~, articulatorios. En el capítulo 8 nos ocuparemos de la
tor debe planificar por anticipado, aunque sea en parte, la estructura
descnpcwn detallada de estos primeros procesos de percepción, y el contenido general de su discurso o texto. Este nivel de procesa-
miento se conoce como «nivel del mensaje», y los procesos que lo
a~ordando por .s~parado las modalidades auditiva y visual de recep-
integran, «procesos inferenciales», para distinguirlo de los niveles
cwn de las emisiOnes verbales, y en el capítulo 13 trataremos los
inferiores (del enunciado y de la emisión) y porque en él se emplea
procesos de articulación del habla y de ejecución de movimientos en
información extralingüística (vg. conocimiento del mundo, la situa-
la escritura. ción, el interlocutor, etc.) que aporta el propio sujeto. Los capítulos
-~· Procesos intermedi?s. Seguidame~te, a p~rtir de una represen-
11 y 14 están dedicados al estudio de los procesos centrales del
tacwn abstracta ~e los somdos del lenguaJe (fonemica y/o grafémica),
el oyente!lector tiene. que reconocer las unidades léxicas que integran lenguaje.
En este capítulo hemos pretendido ofrecer una visión general de
~1 en~J?Ciado, es decir, ha de acceder a su diccionario mental para
los procesos de actuación lingüística, atrayendo la atención del lector
Identificar la~ palabras. El reconocimiento de palabras es un proceso
más hacia aspectos conceptuales y teóricos que empíricos y metodo-
de comparacwn de un percepto derivado de las señales físicas del
lógicos. Naturalmente, las generalizaciones que hemos hecho a lo
lenguaje con una representación almacenada en la memoria. Por su
largo de estas páginas nos han llevado a sacrificar cuestiones de
parte, los proceso~ léxicos e~ 1~ producción verbal se inician a partir detalle que no deben pasarse por alto. En el bosque de procesos que
d_e l~s. repres~n~acwnes seman_ticas de las palabras, o sea, a partir de hemos sobrevolado a lo largo de este capítulo coexisten especies muy
sigmficados le:~}cos que se activan eJ? nuestra memoria y que inducen variadas que sólo se pueden inspeccionar bajan_do de las alturas y
a la recupe~a~wn de las correspondientes formas o etiquetas léxicas. examinando el terreno paso a paso. Esto es precisamente lo que nos
El reconocimi~n~~ de palabras permite, a su vez, al oyente/lector
efectuar un anahsis de la estructura sintáctica, es decir establecer el proponemos hacer en los próxiJ?os capítulos.
papel estructural de las distintas unidades del enunciadd así como las
dependencias que existen entre ellas. Esto nos lleva finalmente a
a~~gnar a c~da_ ~nidad un papel semántico y a efectuar 'una interpr;ta-
cwn del significado global del enunciado. En la vertiente de la
producción, es necesario asimismo planificar la estructura sintáctica
tarea que. ,se efectúa en se~tido inverso a como tiene lugar en 1~
comp~enswn, esto es, a partir de la representación del significado del
enunciado. Los capítulos 9, 10 y 12 están dedicados al examen de
estos procesos intermedios.
3. Procesos centrales. En los procesos de planificación e inter-
pretació~ de enu~ci~~os se inclure también un nivel de procesamien-
to relativo al sigmficado no literal o indirecto de los mensajes
ver_bales. En tales ~~sos (vg. ~en!?uaje decla~ativo, interrogativo, impe-
r~tivo, pero tamb~en leng"!-aJe Ílgu~ado, ironico, metafórico, etc.), se
dice q':e el h_~blante o e~cn~or concibe, y el oyente o lector interpreta,
~na «mtencwn comumcativa» que le transmite a, o recibe de, su
mterl?cutor, es decir, la «actitud proposicional» que el hablante
mantiene con respecto a sus estados representacionales. Así pues, en

316 317
Capítulo 8

LA PERCEPCION DEL LENGUAJE

1. INTRODUCCióN

El lenguaje consta de dos clases de fenómenos, unos públicos, y como


tal observables y medibles, y otros privados, y por ello inferidos y
supuestos por el investigador. En su dimensión pública y observable,
el lenguaje natural es un estímulo físico compuesto por sonidos
percibidos auditivamente o trazos percibidos visualmente. En su
dimensión privada, el lenguaje natural es una representación mental
dotada de significado. Para que la comunicación lingüística entre dos
interlocutores sea posible, es preciso que el hablante/escritor codifi-
que sus significados en sonidos de habla (o trazos de escritura) y que
el oyente/lector descodifique estos sonidos o trazos en significados.
Por consiguiente, la primera tarea que un oyente o un lector tiene que
llevar a cabo en la comunicación verbal es la de transformar los
estímulos físicos de habla o escritura que recibe en una representa-
ción de los sonidos o las letras que componen la emisión verbal.
La percepción del lenguaje oral o escrito es un proceso que se
realiza sin apenas esfuerzo consciente por parte del perceptor y con
notable eficacia en la mayoría de las ocasiones, incluso en condicio-
nes en que la señal física nos llega distorsionada, como cuando
percibimos habla susurrada o a través de un teléfono o un altavoz (o
en la escritura manual), o enmascarada por ruido, como sucede en
muchos de los intercambios comunicativos habituales. Por otra parte,
la percepción del lenguaje se mantiene relativamente constante aun
cuando ciertas propiedades físicas de la estimulación varíen; así, por
ejemplo, reconoceremos como idénticas dos secuencias de habla a
pesar de las variaciones que se puedan producir en la frecuencia de la
voz del hablante (vg. voz femenina o masculina), en la velocidad del
habla o a través de diferentes acentos regionales. Estas observaciones
iniciales nos dan a entender que el sistema humano de percepción del

319
PSICOLOGIA DEL LENGUAJE. INVESTIGACION Y TEORIA LA PERCEPCION DEL LENGUAJE

lenguaje tiene que ser un sistema altamente flexible y adaptativo, a la 2. PRINCIPALES PROBLEMAS DE LA PERCEPCIÓN DEL HABLA
vez que considerablemente automático.
Por otra parte, hay que subrayar que la percepción del lenguaje La percepción del habla se puede definir como el proceso en virtud
oral y del lenguaje escrito presentan diferencias nada desdeñables. La del cual un patrón de variación de energía acústica, que incide en los
más obvia es que cada una de ellas afecta a un órgano sensorial órganos receptores de la audición, se transforma en una representa-
distinto: la audición y la visión, respectivamente. Pero, además, la ción mental de la configuración estimular (i.e. los fonemas o sonidos)
percepción del habla tiene que hacer frente a unas limitaciones que produce esa variación de energía. Desde el punto de vista físico,
temporales de las que se ve libre la percepción de la escritura. Dado el habla, lo mismo que cualquier otro estímulo auditivo, se define
que el estímulo auditivo del habla se desvanece de forma inmediata, como una onda sonora con propiedades acústicas (vg. frecuencia y
no podemos tener un acceso permanente a él, por lo que hemos de amplitud) y temporales (vg. duración). Estas propiedades de la onda
registrarlo y procesarlo a la mayor brevedad posible; en cambio, el sonora son, en último término, producto de cambios o variaciones en
estímulo visual del lenguaje escrito permanece a nuestro alcance todo la presión que se difunden en el espacio. La tarea de nuestro sistema
el tiempo que sea necesario, por lo que no impone una exigencia tan perceptivo es, por consiguiente, extraer de estas variaciones que se
apremiante de procesamiento inmediato. Esto permite al lector efec- producen en la onda sonora unas constancias perceptivas que, en el
tuar retrocesos y correcciones en presencia' del estímulo. U na tercera caso del habla, corresponden a las unidades lingüísticas que llama-
diferencia entre ambas modalidades sensoriales del lenguaje es que el mos fonemas. Dado que estas unidades se perciben ordenadas en una
habla es un estímulo continuo, con pocos cortes o silencios entre las secuencia temporal, es de suponer que también las claves acústicas
unidades lingüísticas que el oyente tiene que descodificar, es decir, presentes en la señal de habla han de estar temporalmente ordenadas.
cada sonido, sílaba o palabra casi nunca va separado por pausas, Así pues, la tarea de percibir habla podría definirse, a primera vista, como
mientras que la escritura se nos ofrece dividida en unidades, palabras, la sucesiva transformación, de uno en uno, de segmentos de la
en el caso de la escritura manual, y palabras y letras, en el de la onda sonora del habla en fonemas individuales. Se trataría, por
escritura impresa. consiguiente, de una tarea de reconocimiento de patrones, como otras
tantas de las estudiadas en psicología cognitiva, en la que un conjunto
El objetivo primordial de este capítulo es examinar cómo se reali-
de rasgos físicos se haría corresponder con una representación mental
zan los procesos de percepción o reconocimiento del lenguaje
almacenada en la memoria del oyente. Nada hay, sin embargo, más
humano, es decir, cuáles son los mecanismos sensoriales, cognitivos y
lejos de la realidad.
lingüísticos implicados en el procesamiento de las señales físicas del len- La percepción del habla es una actividad bastante compleja y con intri-
guaje. Para ello, nos centran;mos principalmente en los procesos gantes paradojas. En este apartado vamos a exponer los fenóme-
de percepción del lenguaje oral, haciendo especial hincapié en las nos responsables de esta complejidad, fenómenos que, paradójica-
primeras etapas de estos procesos, es decir, en la identificación de las mente, hacen posible al mismo tiempo que este complejo proceso
unidades lingüísticas más elementales (sonidos o fonemas individua- pueda llevarse a cabo con notable eficacia. Para entender estos fenó-
les) que forman las palabras de la lengua. Debemos tener en cuenta, menos es necesario examinar antes las propiedades físicas de los sonidos
no obstante, que el lenguaje no se percibe en forma de unidades del habla. Mediante el procedimiento conocido como espec-
fragmentadas, sino como una sucesión continua de elementos percep- trografía de sonidos es posible obtener una representación visual del
tivos, es decir, si bien parece cierto que las etapas iniciales de la habla, o espectrograma~ que recoge la composición de frecuencias de
percepción del lenguaje constan de procesos casi exclusivamente la voz en unidades de tiempo. Así, como muestra la figura 8.1, algu-
dirigidos por las propiedades de la señal (de «abajo-arriba»), también nas secuencias de sonidos de habla se descomponen en unas bandas de
hay que tomar en consideración otros factores contextuales (vg. frecuencia (expresada en «hercios» -Hz-), denominadas formantes
representaciones léxicas, estructuras sintácticas y conocimiento se- (representadas en el eje-y o de ordenadas), que se numeran a partir de
mántico) que guían, a partir de un determinado momento, estas los valores más bajos de frecuencia: en nuestro ejemplo, el primer
operaciones perceptivas. Por otra parte, a la vista de las diferencias formante de ambas sílabas arranca desde los O Hz y asciende hasta
que hay entre las condiciones de percepción del lenguaje en las situarse en torno a los 300 Hz; el segundo formante de la sílaba 1di/
modalidades auditiva y visual, dedicaremos un último apartado a (izquierda) asciende de 2.400 a 2.600 Hz, mientras que el de la sílaba
examinar los procesos de percepción del lenguaje escrito y los meca- 1 du! (derecha) desciende de 1.200 a.600 Hz. Por otra parte, el tiempo,
nismos empleados en la extracción de la información visual durante medido, en este caso, en segundos, se representa en el eje-x o de
la lectura. abscisas. Cada formante consta de dos partes: una parte curva,

320 321
LA PEkCEPCION DEL LENGUAJE
PSICOLOGIA DEL LENGUAJE. INVESTIGACION Y TEORIA

Esta falta de correspondencia acústico-fonémica se manifiesta en


3000 dos problemas distintos, aunque estrechamente relacionados entre sí:
la segmentación y la ausencia de invarianza. El problema de la
segmentación está relicionado con el hecho de que la señal del habla
2400
es continua, mientras que los sonidos del habla se perciben como
discretos o discontinuos. Esta percepción discreta se da a pesar de que
1800
las claves acústicas necesarias para identificar fonemas no se distri-
Frecuencia buyen de manera separada a lo largo de fonemas adyacentes (/d/ e
en Hz /i/, o /d/ y /u/, en el ejemplo anterior), sino que aparecen «mezcla-
1200 das» en sonidos próximos entre sí. Prueba de ello es la observación de
que al separar de manera artificial el fragmento del espectro que
corresponde a la consonante de una sílaba del que corresponde a la
600 vocal de la misma sílaba y al presentar únicamente la parte de la
consonante, los oyentes eran capaces de «adivinar» qué vocal seguía a
dicha consonante. Esto obedece a que cada fragmento de habla
o 100 200 300 o retiene información acústica del fragmento contiguo. Dicho de otro
[di]
modo, las claves acústicas transmiten información en paralelo sobre
tiempo en mseg.
segmentos fonémicos sucesivos (cfr. Liberman et al., 1967).
El problema de la ausencia de invarianza, relacionado con el
Figura 8.1.-Espectrograma artificial de las sílabas [di] y [du] (en inglés) que refleja el anterior, se define como la falta de correspondencia biunívoca entre
primer y el segundo formantes de dichas sílabas (tomad-o de Liberman, et al., 1967). fragmentos de la señal acústica y fonemas discretos. Los segmentos
de habla carecen, en su mayoría, de propiedades invariantes, ya que,
a causa de la naturaleza continua del estímulo de habla, se ven
llamada «transición del formante», en la que el valor de la frecuencia influidos por el contexto acústico en que se encuentran. Pese a ello,
va modificándose progresivamente, y una parte recta o «parte estable los oyentes somos capaces de descubrir constancias perceptivas y con
del formante». La figura muestra los espectrogramas de las sílabas ello identificar eficazmente sonidos de habla. Por ejemplo, nuestro
/di/ (izquierda) y /du/ (derecha)\ pronunciadas en inglés. En líneas sistema perceptivo identifica el mismo fonema (In/) aun cuando éste
generales, podría pensarse que la transición de los formantes corres- se encuentre en contextos acústicos sustancialmente diferentes, como
ponde a la consonante de la sílaba y la parte estable de los formantes sucede en las palabras «co[n]trario», «co[n]ato» o «co[n]vocatoria»
a la vocal. Por consiguiente, se diría que existe una correspondencia (cfr. Pisoni y Luce, 1987; Miller, 1990).
entre las propiedades físicas de cada sonido y el resultado perceptivo. Los problemas de segmentación y de ausencia de invarianza
Sin embargo, a tenor de lo reflejado en las gráficas, es evidente que tienen un mismo origen, a saber, las demandas «co-articulatorias» del
este no es el caso, dado que los valores de transición del segundo habla. Cuando pronunciamos una secuencia de fonemas, no articula-
forman te difieren· notablemente de una sílaba a otra, aun cuando la mos cada fonema por separado, sino que ajustamos la posición de
consonante inicial Id! sea la misma en ambos casos. En otras nuestros Órganos articulatorios a las configuraciones que éstos han de
palabras, hay una diferencia sustancial entre las claves acústicas que adoptar para producir los fonemas inmediatamente anterior y poste-
nos sirven para identificar el mismo fonema 1di en dos contextos rior. Así, al articular el fonema /n/ de los ejemplos anteriores, la
fonémicos dispares. Esto indica que la percepción no es un proceso de posición de la lengua es más extendida y plana en «co[n]trario», algo
«traducción directa» de propiedades o claves acústicas a representa- más retraída y en contacto con los alvéolos en «co[n]ato», y se halla
ciones fonémicas, es decir, cada fonema de la lengua no corresponde en reposo en «co[n]vocatoria» (hasta el punto de que el fonema que
siempre al mismo conjunto de unidades acústicas. articulamos es más una consonante bilabial [m] que una alveolar [n]).
Estas diferencias vienen determinadas, en estos casos, por el contexto
a.rticulatorio subsiguiente (una consonante dental /t/, en «co[n]tra-
l. Esta es una representación artificial y, por tanto, simplificada, del espectrograma de dichas no», una vocal /a/, en «co[n]ato», y una consonante bilabial /b/, en
sílabas. En ella se han conservado únicamente los formantes primero y segundo, que son suficientes «co[n]vocatoria» ). En suma, los movimientos articulatorios efectua-
para discriminar una sílaba de la otra. Los espectrogramas <<normales>> presentan bandas de
frecuencia considerablemente más gruesas y difuminadas.
dos en fonemas sucesivos se solapan en el tiempo, lo que origina

322 323
LA PERCEPCJON DEL LENGUAJE
PSICOLOGIA DEL LENGUAJE. JNVESTIGACJON Y TEORIA

diferencias acústicas en un mismo fonema en función del contexto plantear hasta qu~ punto la per5epción del ha~la se basa en procesos
acústico-articulatorio en que éste se localiza. Estas demandas coarti- psicológicos especialmente dis~nados par~ .reah~ar esta, t~rea o, por el
culatorias son también responsables de que el habla humana se emita contrario, descansa en mecamsmos auditivos ,mespecifi~os? emplea-
a considerable velocidad, hasta el punto de que la tasa normal de dos en la percepción de cualquier clase de estimulas acustlcos.
emisión de fonemas por unidad de tiempo (que oscila entre 10 y 15
fonemas por segundo, aunque pueda alcanzar de 25 a 30 en condicio- 3.1. Etapas en la percepción del habla
nes de habla muy rápida) superaría el poder de resolución del oído
humano si cada fonema estuviese realmente asociado a un conjunto Las etapas en que se divide ~1 proceso 1e.
percepción. del habla son, en
de claves discretas y específicas. Algunos intentos de traducir signos principio, de natt~ral~za .. ~ol?1ca o teo~Ica,, e.s decir, se apoy~n en
gráficos a un alfabeto acústico para proporcionar un mecanismo de consideraciones mas lmgmstlcas que psicologicas. Por esta razon, no
lectura sonora para sujetos ciegos 2 (cfr. Liberman et al., 1967; Li- se postularon inicia~mente co~o es~adi?s temporalmente disc~eto.s, Y
berman, 1982) han terminado en fracaso, debido precisamente a las funcionalmente autonomos, smo mas bien col?o una c~,ractenzacwn
limitaciones perceptivas de nuestro sistema auditivo. Esto viene a de las sucesivas transformaciones que sufre la mformacwn desde que,
apoyar, una vez más, la idea de que el sistema perceptivo para el como señal física de habla, llega a los Órganos receptores hasta que,
habla no puede estar basado en correspondencias biunívocas entre en un formato más abstracto (i.e. fonológico), se emplea en procesos
claves acústicas y unidades fonémicas. superiores de acceso al léxico y comprensión del lenguaje. No obstan-
Los problemas mencionados hasta aquí no agotan ni mucho te, a pesar de su carácter teórico, hay .~videncia empírica en favor de
menos las dificultades a que se enfrenta el sistema perceptivo en la la división de los procesos de percepcwn. del habla. en ~uatro etapas.
descodificación del habla humana. Entre los problemas que no vamos Estas son (cfr. Studdert-Kennedy, 1974, citado en Pisom y Luce, 1987;
a analizar aquí, cabe resaltar la presencia indisociable en toda Clark y Clark, 1977~:. ~) a~ál~sis au1i~ivo perif~r~c?, 2) a,n~lisis
emisión verbal de características acústicas relevantes e irrelevantes· auditivo central, 3) anahsis acustlco-fonetiCO y 4) anahsis fonologico.
entre estas últimas figuran, por ejemplo, la frecuencia fundamental
general de la voz, que establece lo que vulgarmente llamamos el l. Análisis auditivo periférico. En esta primera etapa, se p~oduce
~<tono>: de voz del hab~an.te (vg. voz fem_~nina o masculina), o la una descodificación preliminar de las señales de habla en el, SI~tema
Intensidad del habla. Asimismo, la percepc10n del habla se mantiene auditivo periférico o, lo que es lo mismo, la~ ~s~ructuras anato~Icas Y
en gran medida, intacta aun cuando se produzca una pérdida d~ neurales del oído realizan un primer anahsis de las propi.eda?,es
información acústica por efecto del ruido. ¿Cómo resuelve nuestro acústicas relevantes de la señal. Los mecanismos de descodiftcacwn
sistema perceptivo tan arduos problemas de un modo tan directo y investigados en este nivel son de dos clases: por una parte, mec~nis­
eficaz? En los dos apartados que siguen vamos a exponer algunas de mos neuroacústicos, como por ejemplo patrones ~e descarga de ftbras
las respuestas que se han ofrecido a este interrogante. nerviosas que. sintonizan con atributos de la senal de ?abla q.u~ ~e
hallan presentes, por ejemplo, en las consonantes oclusiVas de tmc.w
de sílaba (vg. /pa/, /ha/, /tal, /da/, /ga_l, /ka/),; y por otra, mecams-
3. PROCESOS BÁSICOS DE LA PERCEPCIÓN DEL HABLA mos psicoacústicos, definidos en térmm.o~ n;a~ abstracto~, esto es,
con independencia de sus correlatos .ftswlogtcos. Un eJemplo de
En este apartado vamos a examinar algunos de los fenómenos más estos mecanismos son los llamados «filtros paso-banda», que efec-
relevantes de la percepción del habla en sus primeras etapas. Para ello túan transformaciones de la señal mediante el análisis de algunos de
comenzare~os p~~ describir sum~riamente estas etapas para centrar- sus componentes (vg. la resolución de las frecuencias m~s bajas del
nos, a contmuacwn, en la propiedad tal vez más llamativa de la espectro, para separar el l. er y el 2. o forman te, y ?e las mas elevadas,
pe~cepción del habla en sujetos humanos, tanto bebés como adultos, para determinar el valor temporal de las explos~ones, en las con~o­
a saber, su naturaleza categorial. Esto servirá, por su parte, para nantes oclusivas). En estudios relativati?-ep~e recientes se ha podtdo
constatar que el sistema auditivo~ penfen~o . humano posee unas
2 En su artículo de 1982, Liberman relata las experiencias fallidas llevadas a cabo en los capacidades de filtrado de las senales acustlcas q~e, aunqu~ no
~abo~atorio.s Haskin.s :n los años 50 y 60 para diseñ~r una máquina de lectura para ciegos. Este sirven por sí solas para, identificar fon~mas, contnbuyen a aislar
mgem~ hubiera consisti~o (pues nunca llego a constrUirse) en un mecanismo capaz de inspeccionar algunos componentes basicos de l.a sena.l de .habla y co.n ello a
letras, Impresas y traducir cada letra a un patrón sonoro distinto de los de otras letras. El usuario reducir el problema de la ausencia de mvananza antenormente
tendna .que aprender a asociar cada sonido con cada letra y, con el tiempo, llegaría a «leer•• las
secuencias de sonidos producidas por la máquina de manera fluida. aludido.

324 325
PSICOLOGIA DEL LENGUAJE. INVESTIGACION Y TEORIA
LA PERCEPCION DEL LENGUAJE

2. Análisis auditivo central. El cometido de este análisis ~s


extraer de la señal una serie de patrones espectrales (vg. frecuencia la evidencia aducida por algunos investigadores en favor de la exis-
tencia de estos detectores.
fundamental, dirección de las transiciones de los formantes) Y tempo-
rales (vg. el desfase entre ciertos eventos que o_curre~ _durante la 4. An~li~is fc:mol~g_ico. En- esta última etapa, los rasgos y seg-
emisión de la señal) y almacenarlos ~n una. memona au~I~Iya de muy mentos foneticos Identificados en la etapa anterior son convertidos en
breve duración (la llamada «memona ,ec~)lCa»). Del a~ahsis de estos segmentos fonológicos, es decir, en representaciones abstractas de los
patrones se obtienen unas «claves acustlcas» o propiedades que se sonidos que se someten a reglas combinatorias para formar unidades
combinan para dar lugar a los fonemas. No, o~stante, como ya se ha superiores, tales como las sílabas y las palabras. En este nivel, ciertas
señalado, la relación entre las claves acust1cas y los se~p~entos distinciones fonéticas (vg. la distinción entre la oclusiva lb! inicial de
fonéticos no siempre es directa, esto es, cada segm~nt? fonet1~o no pa~abra, vg. #![bJ(e~ar#, o interna a u?a palabra, vg. #sal[bj!er#)
siempre está constituido por las mismas clav~s a~u~t~cas. Asi,, por deJan de ser fonologicamente relevantes para convertirse en variacio-
ejemplo, la sonoridad de las consonantes oclusivas IniCiales de silaba nes alofónicas del mismo fonema (i.e. el mismo sonido con dos
(vg. que permite distinguir entre sonoras. c~m? Iba!, /da/, /ga/ Y variantes o «alófonos» ). Asimismo, ciertos fenómenos de asimilación
sordas como /pa/, Ita/, /ka/) viene dada mdistmtamente por clav~s o t~ans.f~)fmación , f~nética que apa.recen vinculados a procesos de
como el «tiempo de emisión de voz» (véase punto. 3.2), la «frecuen.~Ia denvac10n morfologica (vg. el cambiO /0/-+/k/ en #electri/0/idad#
de la transición del primer formante» o la «amphtud de la explos10n -+#~léctri/k/o#, O f X f~fg_f en #ma/ X /ia#-+#ma/g/o#) se explican
-burst-» (Abramson y Lisker, 1965; Suárez Buratti, 1991} P.ara una en virtud de reglas fonologicas que operan en este nivel. El resultado
revisión, véase Pisoni y Luce, 1_987). En sutp~, las claves acustica~ qyte del análisis fonológico es una secuencia lineal de fonemas organiza-
nos permiten identificar propi~d~des foneticas son, en su mayona, dos et;t un.~ e~tr~ctur.a jer~rquica de constituyentes fonológicos. Esta
dependientes del contexto acustico. No <?bstante, algunas cl~v~s orgamzac10n Jera~qu~ca VIene dada por la estructura de la sílaba, que
acústicas sí parecen estar directamente asociadas c~m rasgo~ fonemi- comprende los sigUientes elementos constituyentes: el «inicio» u
cos específicos; se trata, en este caso, de ~laves mdep~ndientes de onset, formado por una consonante o grupo consonántico inicial de
contexto o propiedades invariantes de la senal (Blumstem y Stevens, carácter opcional, y la «rima» o rime, que a su vez se divide en dos
1979, 1980). Entre ellas cabe destacar elv«ru~do ~ricativ?» present~ en
constituyentes menores, el «núcleo» vocálico y la «coda» o termina-
consonantes «estridentes» (vg. /s/, lzl, /si, lzl, /e/), o ciertas configu- ción consonántica, también opcional (cfr. Treiman, 1983). La figura
raciones espectrales asociadas al punto de articulación de las conso- 8.2 muestra la estructura de algunas sílabas del castellano: a)
nantes (vg. relevantes para la distinción entre labiales /b/, alveolares #trans#, en «transporte»; b) #a#, en «ave»; e) #ka# en «casa»· y d)
#an#, en «antiguo». ' '
/d/ ·y velares /g/). . . , ..
3. Análisis acústico-fonético. Este es e.l pnmer ~Iv~.l, d~ anahsis Como señalábamos al comienzo de este punto, no parece haber
en que se efectúa un procesami~nto p~opiamente hngmstico de la
señal. El objetivo de esta etapa es Identificar los segmentos o fonemas
del habla. En ella las claves acústicas se acoplan a los rasgos (a) S (b) S (e) S
distintivos fonéticos, esto es, a las propiedades acústico-articulator,i~s (d) S
en que se descomponen los fonemas de la lengua. Lo.s rasgos fone.ti-
cos son, por tanto, repr~s~ntacio~e~ abstra~ta~. ,q~e Sirven, ~e medi~­
dores entre los planos fisico (acustlco) y hng~ust~~o (fonetic~). Asi- o
1\ 1\ 1\ 1\
R o R o R o R
mismo, en esta etapa se verifica la categ<?nzac10n p~rcept1va del
habla es decir se descubren las constancias perceptivas que nos
perm{ten identificar sonidos discretos, resolvién~ose los proble.mas d.e
segmentación y variabilidad anteriormente aludidos. Al.gunos mvesti-
N
/\ /\ /\ /\
e N e N e N e
gadores (vg. Miller y Nicely, 1955; Eimas y Corb1t, 1973) han
propuesto la existencia en este nivel de unos ~<dete~~ore~ ,de rasgos», o 1 1 1 1 1 1 1
tr a 1
mecanismos neurales especializados en la I.dentificac~on ~e rasgos ns 0 a 0 k a 0 0 a n
fonémicos distintivos (vg. sonoridad, nasalidad, est~Id~t;cia, dura-
ción, etc.) (véase Clark y Clark, 1977, para una ~escnpc10n. de estos Figura 8.2.-Algunos ejemplos de estructuras silábicas del castellano correspondientes
detectores de rasgos). En el punto 3.4 de este capitulo exammaremos a las sílabas #trans# (CCVCC), #a# (V), #ka# (CV) y#an# (VC). (s = sílaba; O
onset; R = rima; N = núcleo; C =·coda).

326
327
PSICOLOGIA DEL LENGUAJE. INVESTIGACION Y TEORIA LA PERCEPCION DEL LENGUAJE

acuerdo sobre la realidad psicológica de cada uno de estos niveles de razón por la que se emplean estas tareas y no otras 3 es que las
procesamiento en la percepción del habla, como tampoco sobre el representaciones almacenadas en su memoria con las que el sujeto
curso temporal de estos cuatro procesos y sus posibles interacciones. compara los estímulos que recibe son categorías separadas o discre-
Por ejemplo, hay autores (Klatt, 1980) que consideran inadecuado tas, es decir, no existe un continuo que abarque varias o todas las
postular un nivel independiente de representación fonética, debido a diversas categorías fonémicas de la lengua.
la dificultad de hallar un acoplamiento sistemático entre claves Sin embargo, desde hace tiempo se sabe que ciertas dimensiones
acústicas y segmentos fonéticos. Por ello, optan por aplazar la físicas de los sonidos del habla (i.e. ciertas claves acústicas) se definen
resolución del problema de la ausencia de invarianza hasta un nivel como variables continuas. Así, la diferencia entre los sonidos pertene-
superior de procesamiento, es decir, hasta los procesos de acceso al cientes a dos categorías fonémicas distintas (vg. consonantes sonoras,
léxico (cfr. capítulo 9). Como han observado Pisoni y Luce (1987), si como lb!, y sordas, como /p/) es una cuestión de grado o, lo que es lo
se elimina el nivel fonético, tampoco habrá razones para postular un mismo, existe una dimensión continua de variación en uno de cuyos
nivel fonológico de procesamiento, dado que en tal caso careceríamos extremos se define una categoría fonémica y en el otro otra. En el
de la representación de entrada a este nivel. Quienes así piensan, caso de la distinción entre consonantes sonoras y sordas, esta dimen-
consideran que las representaciones fonética y fonológica son cons- sión de variación es el llamado «tiempo de emisión de voz» (TEV, o
tructos lingüísticos que no juegan un papel psicológicamente necesa- voice onset time, VOT, en inglés), un parámetro que se define como
rio durante el procesamiento de la señal, sino en todo caso a el desfase temporal existente entre dos sucesos articulatorios que son,
posteriori, es decir, sólo si y cuando el oyente hace uso de este tipo de por una parte, la liberación de la oclusión o constricción del tracto
información para efectuar determinadas tareas (vg. detección de vocal producida al articular la consonante, y por otra, la emisión de
fonemas en contextos experimentales, uso de información fonética en la voz o «ataque glótico», o sea, la vibración de las cuerdas vocales.
tareas de discriminación perceptiva, lectura de palabras desconocidas El TEV es una dimensión continua, dado que oscila gradualmente
o poco frecuentes, etc.). Pese a todo, vamos a ignorar por el momento entre un valor negativo (vg. -150 mseg.) y otro positivo (vg. + 150
este punto de vista y a centrarnos en las explicaciones de la percep- mseg.). Sin embargo, nuestra percepción de la diferencia entre conso-
ción del habla que sí postulan procesos de transformación acústico- nantes sonoras (con un TEV negativo o positivo pero bajo) y sordas
fonética. Es preciso recordar, en este punto, que las así denominadas (con un TEV positivo y elevado) no es continua y gradual, sino
«representaciones fonémicas» no se encuentran presentes en la señal discreta y abrupta, según se aprecia en las curvas de discriminación
de habla, sino que, de algún modo, son suministradas por el propio (izquierda) e identificación (derecha) de la figura 8.3. En una tarea
perceptor a partir de información de que dispone en su memoria. Así clásica de discriminación, se le presenta al sujeto un par de estímulos
pues, aunque los procesos de transformación acústico-fonética estén auditivos (dos sílabas CV) y se le pide que indique si son iguales o
dirigidos inicialmente por propiedades de la señal (es decir, aun diferentes, esto es, un juicio de discriminación perceptiva; la tarea de
cuando sean procesos de «abajo-arriba»), también dependen del uso identificación, por su parte, consiste en «nombrar» el estímulo que el
de información «superior», es decir, transmitida de «arriba-abajo». sujeto ha escuchado, en este caso también una sílaba CV. En los
Entre las pruebas comúnmente aducidas en favor de la existencia de hablantes del inglés, el valor crítico de TEV para discriminar canso- _
procesos de transformación acústico-fonética, cabe resaltar las inves- nantes sonoras y sordas se sitúa en torno a los + 25 mseg.; en los del ,,
tigaciones sobre la «percepción categorial» de segmentos fonéticos y castellano, en cambio, adopta un valor algo más bajo (entre + 5 y
sobre los mecanismos de detección de rasgos. +.10 mseg.) (cfr. López Bascuas, 1991).

3.2. La percepción categorial


3. La tarea de identificación consiste en una tarea de etiquetado de estímulos, esto es, en
indicar a cuál de dos categorías previamente establecidas corresponde el estímulo presentado. La
tarea de discriminación, también denominada tarea ABX, consiste en presentar al sujeto secuencial-
En las tareas perceptivas habitualmente utilizadas en psicología, al
mente un par de estímulos A y B y a continuación un tercer estÍmulo X, pidiendo al sujeto que
sujeto se le puede pedir que efectúe dos clases de juicios: juicios de señale a cuál de los dos estímulos previos era igual el tercero. En estudios más recientes se han
discriminación, consistentes en señalar la diferencia entre dos o más introducido tareas algo más minuciosas, que no sólo incluyen juicios categoriales de discriminación
estímulos x e y; y juicios de identificación, que consisten en indicar si e identificación, sino también juicios subjetivos de <<confianza,, en los que se pide al sujeto que
señale el grado de seguridad con que clasifica cada estímulo. Por otra parte, se han diseñado tareas
un estímulo x pertenece o no a una categoría X. En ambos casos, lo considerablemente ingeniosas para someter a prueba las capacidades perceptivas de organismos
que se le pide al sujeto es que efectúe un juicio categorial, es decir, desprovistos de lenguaje, como por ejemplo bebés humanos o animales de otras especies, con
que clasifique un estímulo dentro de una determinada categoría. La estímulos de habla humana.

328 329
LA PERCEPCION DEL LENGUAJE
PSICOLOGIA DEL LENGUAJE. INVESTIGACION Y TEORIA

Identificación la percepción categorial del habla? Esta pregunta da paso a otras más
Discriminación
específicas, aunque no menos importantes: 1) ¿en qué medida esta
100 100 forma de categorizar los sonidos del habla depende de nuestra
experiencia con el lenguaje?, ¿se trata de una habilidad aprendida o

. .JlA.
de una capacidad innata?; 2) ¿hasta qué punto la percepción catego-
rial se aplica exclusivamente a estímulos de habla o, por el contrario,
caracteriza también nuestra percepción de los continuos de no habla
(vg. estímulos musicales, zumbidos, etc.)?; y 3) ¿en qué medida la
percepción categorial del habla es privativa de la especie humana o
o -6 o compartida por otras especies animales? Estas tres preguntas nos
-6 sitúan ante la posibilidad, actualmente en debate, de que los procesos
de percepción del habla formen un conjunto de mecanismos especial-
100 100 mente diseñados para percibir el habla humana, completamente
.......
B bÍ) independientes de los restantes mecanismos al servicio de la percep-
uq)

t::

..é
ción auditiva. En otras palabras, puede postularse que la percepción
ou .......
del habla es una facultad vertical al estilo de las propuestas por la
q)
q)

'[ '§'
¡:::
teoría de la modularidad de Fodor (1983), es decir, definidas en virtud
q)
q)

~
del tipo de información con la que operan (cfr. capítulo 7). Dentro de
~ o este marco general de discusión, la primera pregunta Se refiere a la
o ¡:l.¡
¡:l.¡
o cuestión del innatismo «computacional» de la percepción del habla,
o -6 -6 la segunda, a la especificidad de dominio del sistema de percepción
del habla, y la tercera, a la especificidad humana de este sistema
100 100 perceptivo. En primer término, vamos a revisar algunos datos rele-
vantes para las tres preguntas específicas, para luego centrarnos en la
pregunta general que formulábamos al inicio de este párrafo.

3.3. La percepción del habla en bebés

Las investigaciones sobre la percepción del habla en bebés se han


o L-L._.__.._._~..._,_...._.__._._..._¡_D L centrado fundamentalmente en el estudio de habilidades de categori-
~ o +8 zación de continuos de habla, con el doble propósito de: averiguar
hasta qué punto estas habilidades se hallan presentes desde edad muy
Figura 8.3.-Funciones de discriminación e i~entificació~ de tres oyentes en respuesta a
temprana y si los bebés comparten con los sujetos adultos los mismos
estímulos lingüísticos sintetizados (correspondientes a las silabas [ bre] , [ dre] Y [ gre l )· En valores críticos de discriminación. Los estudios más conocidos al
el eje de abscisas se recogen los valores de la transició~ del s~g~ndo formante ~e respecto son los llevados a cabo por Peter Eimas y colaboradores en
cada estímulo, que permiten discriminar entre las categonas fonemicas de referencia. los años 70 (cfr. Cutting y Eimas, 1975; Eimas, 1985). Estos investiga-
En el eje de ordenadas aparece el porcentaje de respuest~s .correct~s. En las curvas de dores deseaban comprobar si bebés de pocas semanas de edad (de 1 y
discriminación, el «pico de discriminación» (nivel de maximo acier~o) corresponde a 4 meses) dividían continuos de habla (vg. de Iba/ a /pa/) en catego-
las fronteras críticas entre categorías fonémicas (lb/, 1di Y 1g/), mientras que en las rías discretas y si lo hacían en torno al valor de TEV de + 25 mseg.
curvas de identificación los niveles máximos de identificación correcta corresponden a Para ello, sintetizaron pares de sílabas que podían identificarse como
la región que queda d~ntro de las fronteras de cada categoría fonética (tomado de Iba! o /pa/, seleccionando valores de TEV de - 20, O, + 20, + 40,
Suárez Buratti, 1991). + 60 y + 80 mseg.
La tarea empleada en los experimentos (que aparece descrita con
A la vista de estas observaciones, cabe formular algunas pregun~ detalle en Eimas, 1985), sumamente ingeniosa por lo demás, era una
tas. En primer lugar, una pregunta de carácter general: ,¿por qu~ tarea de discriminación que se registraba de forma indirecta, dada la
categorizamos los sonidos del habla de esta manera?, ¿de que depend incapacidad del bebé para manifestar verbalmente sus juicios percep-

330 331
PSICOLOGIA DEL LENGUAJE. INVESTIGACION Y TEORIA
LA PERCEPCION DEL LENGUAJE

tivos. El procedimiento empleado, llamado «succión de elevada am-


plitud», consistía en suministrar al bebé un chupete o tetina que RESPUESTAS DE SUCCIÓN POR MINUTO
llevaba incorporado un sensor para registrar los movimientos de 75
sucCión realizados por el bebé. Los impulsos recogidos por el sensor 1 1

CAMBIO DE FONEMA '


eran, a su vez, transmitidos a un amplificador conectado a un
ordenador que iba registrando la tasa de succión del bebé ante 60
diferentes estímulos. Este procedimiento se. basa en la tendencia del
---- :

-
"'
f..--- '
bebé a aumentar la tasa de succión con la presentación de un 1'----
45 '
estímulo nuevo, es decir, distinto de otro presentado inmediatamente '\ :
antes. Así, cada vez que un cambio en el TEV producía un aumento
en la tasa de succión, esta respuesta se interpretaba como reflejo de
~ :
30
una discriminación perceptiva por parte del bebé; en caso contrario,
es decir, si no se producía ningún aumento en la tasa de succión ante '

la modificación del TEV, se consideraba que el bebé no había dado 15


'
una respuesta de discriminación. De esta manera, podía investigarse
si las respuestas de discriminación del bebé se ajustaban, al igual que 75
CAMBib ACúStiCO '
las del adulto, a cambios categoriales, o si por el contrario se pro-
ducían también ante modificaciones graduales de la estimulación. En 60 ,....- V 1\ :

\
cada ensayo se establecía una medida de línea base para un determi-
nado estímulo, el primero del par, es decir, se habituaba al bebé a
escuchar repetidamente el mismo estímulo; inicialmente el bebé pro- 45
ducía una tasa de succión elevada y creciente, dada la novedad del
estímulo y su carácter reforzante; sin embargo, al cabo de varias ~
presentaciones, la tasa de succión decaía por efecto de la habituación. 30
~
r---
Una vez alcanzada la línea base de respuesta, se procedía a presentar
otro estímulo, el segundo del par, que podía caer dentro o fuera de la
categoría fonémica (determinada por el TEV) del estímulo previo. 15
Como puede apreciarse en la figura 8.4, en algunos casos la tasa de 75
respuesta aumentaba considerablemente y se mantenía en valores
bastante elevados; en estos casos, el valor de TEV del estímulo
CONT~OL
«nuevo» caía al otro lado de la frontera crítica «sonoro-sordo» (i.e. 60
~
+ 25 mseg.). Sin embargo, en otros casos la tasa de respuesta apenas
aumentaba e incluso decaía por debajo de la línea base; en estas
ocasiones, el valor de TEV del segundo estímulo del par caía dentro
de la misma categoría fonémica que el valor de TEV del primer
45
/_ 1\\ '

estímulo.
30
~
Por consiguiente, los resultados de estos experimentos mostraron
que los bebés sólo respondían a modificaciones introducidas en el !---
~
TEV cuando estas modificaciones suponían un cambio de categoría 15 1---
fonémica, es decir, cuando los valores de TEV de cada una de las 5 4 2 4
sílabas del par caían a ambos lados del valor crítico de discriminación TIEMPO (MINUTOS)
(i.e. + 25 mseg.), como sucede, por ejemplo, en el par + 20/ + 40.
Cuando ambos estímulos del par caían a uno u otro lado de esta
frontera (vg. O y + 20, o + 40 y + 60), no se producían aumentos en Figura 8.4.-Número medio de respuestas de succión de los h;bés de cuatro ~es_es de
la tasa de succión. La interpretación de estos resultados parece edad en función del tiempo y la condición experimental. La lmea de puntos tndiCa la
introducción de un cambio estimular (a excepción de la condición de control, en la que
inequívoca: dado que a tan corta edad los bebés apenas han podido
se seguía administrando el mismo estímulo) (tomado de Eimas, 1985).
332 333
PSICOLOGIA DEL LENGUAJE. INVESTIGACION Y TEORIA LA PERCEPCION DEL LENGUAJE

disponer de la experiencia lingüística suficiente para fijar el valor centr~l O mseg. Este hipotético detector se solapará en los valores
crítico de discriminación de fonemas, esta habilidad debe considerar- supenores de TEV con el detector de consonantes sordas que tendría
se innata, es decir, el valor de TEV necesario para discriminar entre su punto. de ,máxima. sensibilidad en torno a un TEV d~ + 40 mseg.
consonantes sonoras y sordas se halla genéticamente programado. Ell<;> exphcana, por eJemplo, un mayor número de errores de identifi-
En una serie de estudios muy recientes (Mehler et al., 1988), se ha caciÓn con estímulos próximos a la frontera entre las categorías
podido comprobar que los bebés muestran una sensibilidad muy «Sonoro-sordo» (vg. en la región más próxima a + 20 mseg.).
temprana no sólo hacia estímulos de habla en general, sino especial-
mente hacia los que corresponden a la lengua que se habla en su
comunidad. Estudiando a sujetos de tan sólo 4 días de edad, estos
investigadores hallaron que bebés pertenecientes a dos comunidades
lingüísticas (francesa y norteamericana) mostraban una tasa significa-
tivamente superior de respuestas de succión en presencia de estímulos
de habla de su propia lengua frente a la de una lengua «extranjera»
(vg. el ruso). Según Mehler et al., los bebés aprovechan fundamental-
mente la información prosódica (acento y entonación) para efectuar
esta discriminación. Dado que no cabe ninguna posibilidad de expe-
riencia lingüística a tan temprana edad, estos datos constituyen un
indudable apoyo a las hipótesis innatistas del desarrollo del lenguaje,
aunque dejan abierta la posibilidad de un influjo precoz de la
experiencia prenatal, un factor difícil de calibrar con los métodos de
investigación de que se dispone en la actualidad. Cambio en
frontera
..--......
3.4. Mecanismos de detección de rasgos fonémicos 1
1
1

B 1

La percepción categorial de los sonidos del habla constituye, a


primera vista, una prueba de que los procesos de percepción del habla
están basados en la identificación de propiedades fonéticas a partir
de claves acústico-articulatorias presentes en la señal. Así, por ejem-
plo, la cualidad de sonoridad de una consonante, es decir, el
rasgo que permite discriminar entre fonemas consonánticos sonoros
y sordos, depende del valor de TEV, una propiedad articulatoria
que lleva consigo variaciones acústicamente relevantes. Según algu-
nos autores, en los procesos de acoplamiento acústico-fonético
juegan un papel fundamental lo que se conoce como «detectores de
rasgos»., esto es, sistemas especializados en la detección de propieda-
des fonéticas a partir de la inspección de fragmentos de la señal de Figura 8.5.-Funciones hipotéticas de sensibilidad de los detectores de consonantes
habla. Según estas teorías, los detectores funcionan en paralelo y sonoras (curvas de la izquierda) y consonantes sordas (curvas de la derecha.), sensibles
pueden solaparse unos con otros. Cada uno tiene un umbral de a lo~ valor~s ~e ~~V correspondientes a los fonemas lb/ y /pi. La gráfica superior
respuesta que le hace sintonizar de forma variable con los estímulos refle¡~ la distnbucwn de respuestas perceptivas en condiciones normales. Como puede
que recibe, en función de la región en que caiga el estímulo en apreciarse en esta gráfica, el nivel de sensibilidad es máximo- en un valor hipotética-
cuestión. Veamos un caso hipotético, representado en la figura 8.5. mente «Central» de TEV para cada categoría (O mseg. para fonemas sonoros y + 40
ms~g. para f~nemas sordos) y va disminuyendo progresivamente a medida que nos
Supongamos que hay un detector de consonantes sonoras cuya
ale¡amos de dicho valor Y nos aproximamos a la frontera entre las dos categorías. Sin
sensibilidad es máxima para los estímulos con un TEV alrededor de O em?~rgo: tra.s la adaptación por exposición repetida a un fonema sonoro (Iba/)
mseg., siendo su rango de cobertura el abarcado por la curva de la (grafica mfenor), la se?sibilidad del detector de fonemas sonoros se reduce, lo que
gráfica. En tal caso, la sensibilidad de este detector irá disminuyendo produce un desplazamiento en la frontera entre categorías fonémicas (tomado de
a medida que el TEV de los estímulos se vaya alejando del valor Garman, 1990).

334 335
PSICOLOGIA DEL LENGUAJE. INVESTIGACION Y TEORIA LA PERCEPCION DEL LENGUAJE

En un experimento ya clásico, Miller y Nicely (1955) observaron sentido estricto, cuanto de «integración». Según esto, puede haber
que el patrón de confusión en la identificación de sílabas CV se claves acústicamente dispares que, en cambio, contribuyan de forma
ajustaba al grado de semejanza fonética entre las sílabas «error» y equivalente a producir un mismo efecto perceptivo. Liberman (1982)
«target», esto es, entre la sílaba incorrectamente identificada por el ilustró este fenómeno, conocido con el nombre de «relaciones de
sujeto y la sílaba emitida realmente. Así, la probabilidad de cometer intercambio» entre claves acústicas, al mostrar la equivalencia per-
un error de identificación era directamente proporcional al número ceptiva de dos hechos acústicos tan dispares como pueden ser, por un
de rasgos distintivos fonéticos compartidos por ambas sílabas. Esto lado, la transición de los formantes en una sílaba en la que se percibe
quedaba reflejado en el hecho de que los sujetos tendían a confun- la consonante oclusiva /p/ (#split#) y por otro, la duración de un
dir consonantes que eran más semejantes en sus rasgos articulato- intervalo de silencio que antecede a la secuencia /lit/ de dicha sílaba.
rios, y que sólo diferían en uno; por ejemplo, /m/- In/, lfl- /®!, En concreto, la distinción entre la presencia de la oclusiva /p/ (i.e.
/p/- !ti- /k/, 1di- 1g/, etc., que sólo difieren en el punto de articula- #split#) y su ausencia (i.e. #slit#) depende, alternativamente, de la
ción, pero no en el modo de articulación ni en la sonoridad. A partir manipulación apropiada de las transiciones de los formantes o de la
de estos resultados, Miller y Nicely concluyeron que el sistema de duración de una breve pausa que media entre la consonante fricativa
per.cepción del habla está organizado en canales especializados en la 1si y la secuencia /lit/. Dicho con otras palabras, el espectrograma de
detección de rasgos fonéticos. #slit# se puede manipular de dos maneras diferentes para inducir el
Una prueba más reciente de la existencia de estos detectores percepto #split#; por un aparte, fijando los valores apropiados de las
procede del fenómeno conocido como «adaptación selectiva» (cfr. transiciones de los formantes del fonema /p/, o por otra, aumentando
Eimas y Corbit, 1973 ). Este fenómeno se describe como el desplaza- en 20 mseg. la duración del intervalo de silencio que sigue al ruido
miento, en uno u otro sentido, de la frontera entre categorías fricativo correspondiente a la consonante 1si y antecede a la secuen-
fonémicas (vg. «sonoro-sordo») por efecto de la exposición repetida cia /lit/. El resultado es, en ambos casos, la sílaba #split#, lo que
al sujeto de un mismo estímulo. Así, si a un sujeto se le presenta de viene a demostrar que cada clave acústica no está directamente
forma repetida la sílaba Iba!, al cabo de varias presentaciones se asociada a una representación fonética individual, sino que todas las
producirá una fatiga del detector de fonemas sonoros y, a consecuen- claves disponibles tienen que ser integradas de forma apropiada para
cia de ello, una sensibilidad reducida hacia los estímulos de esa que surtan un determinado efecto perceptivo. Cómo se explica la
categoría. Por ello, la probabilidad de identificar como sordo ( 1pa/) integración de claves acústicas en representaciones fonéticas es algo
un fonema sonoro (Iba/) aumentará a medida que nos acerquemos a que expondremos en próximo apartado, al referirnos a las teorías
la frontera entre las dos categorías fonémicas. Ello se debe, según sobre la integración acústico-fonética.
Eimas y Corbit, a que, por efecto de la fatiga del detector, se habrá
producido un desplazamiento de la frontera entre ambas categorías 3.5. Especificidad de la percepción categorial
hacia un valor menor de TEV, según se aprecia en la figura 8.5 más
arriba, en la intersección entre la curva de la izquierda, que corresponde Hasta aquí hemos examinado algunas pruebas que parecen favorecer
al detector fatigado de fonemas sonoros, y la curva no alterada del el carácter innato de los mecanismos responsables de la percepción
detector de fonemas sordos (a la derecha). categorial del habla. Sin embargo, aún tenemos que responder a los
Hasta aquí hemos presentado algunas pruebas de la existencia de dos interrogantes formulados unas páginas atrás acerca de la especifi-
mecanismos especializados en la detección de rasgos fonéticos en los cidad de esta capacidad perceptiva. Dicha especificidad se refiere, por
procesos de acoplamiento acústico-fonético. Sin embargo, a tenor de un lado, a la posible aplicación exclusiva de los mecanismos de
los datos examinados, puede dar la impresión de que existe una percepción categorial a estímulos de habla (especificidad de dominio)
correspondencia bastante precisa entre claves acústicas, por un lado, y, por otro, al supuesto carácter exclusivamente humano de esta forma
y detectores de rasgos, por otro, de suerte que cada detector cuenta de percepción (especificidad de especie).
con un número a la vez necesario y suficiente de claves acústicas para Por lo que se refiere a la especificidad de dominio de la percepción
realizar su trabajo. Sin embargo, como ya hemos apuntado varias categorial, hay que resaltar dos hechos significativos. Por una parte,
veces, esto no es así. no todas las distinciones fonémicas relevantes se perciben de manera
Algunos investigadores (Liberman, 1982; Eimas, 1985) han sub- categorial. Así, por ejemplo, la diferencia entre consonantes fricativas
rayado que la relación entre claves acústicas y representaciones según su punto de articulación (vg. /va/ vs ll3a/; /fa/ vs /®a/) estriba
fonéticas es bastante indirecta, y que el proceso de acoplamiento en la frecuencia relativa de un ruido aperiódico (ruido fricativo) que
acústico-fonético no es tanto un proceso de «acoplamiento» en antecede a la vocal. Según parece, las diferencias en el punto de
336 337
PSICOLOGIA DEL LENGUAJE. INVESTIGACION Y TEORIA LA PERCEPCION DEL LENGUAJE

articulación de estas consonantes se perciben de forma continua, es cuyo TEV se situaba aproximadamente por encima de los + 23
decir hay una gradación desde el punto de articulación «labiodental» mseg., pero no a los que caían por debajo de ese valor. En otras
(/v/, ';f!) hasta el «dental» (15(, (8(). Así P,ue~, no puede afir~~rse palabras, la chinchilla exhibía una respuesta categorial muy semejan-
taxativamente que todas las d1stmcwnes acusticas q~e son fonetica- te a la expresada por bebés y adultos humanos (adultos angloparlan-
mente relevantes se discriminen de manera categonal, aun cuando tes, para ser más exactos) ante la distinción fonémica «sonoro-sor-
buena parte de ellas (vg. las relativas a la sono:id~d, ya ;xam_ina~a~, do». La conclusión más obvia que cabe extraer de estos resultados es
y al punto de articulación en consonantes no fncativas) si se discrimi- que la percepción categorial es una capacidad perceptiva no exclusiva
nen de este modo. de la especie humana y, por eso mismo, basada en recursos no
Un segundo hecho a resaltar es que el fenómeno de la percepción lingüísticos de procesamiento de la información.
categorial~ no sólo se prod~ce. en conti~uos de h~bla, como }lemos A~10ra bien, si, como parece deducirse de las últimas pruebas
venido senalando hasta aqm, smo tamb1en en contmuos de estimulas exammadas, nuestros recursos de procesamiento del habla se apoyan
de no habla. Por ejemplo, en distintos experimentos se ha co!llp~oba­ en capacidades auditivas de carácter general, ¿cómo se realiza la integra-
do que al manipular el desfase temporal e~istente ent~~ e_l IniCIO de ción de claves acústicas en la percepción de segmentos fonéti-
dos tonos puros sintetizados, o entre dos estimulas apenod1cos, c~mo cos discretos?, ¿en qué medida puede decirse que, más allá de estas
un ruido y un zumbido, los sujetos manifiestan respuestas perceptivas capacidades auditivas generales, existe un mecanismo específico de
categoriales, es decir, discriminan los dos estímulo_s de~ par de fo;ma identificación de sonidos del habla? A nadie se le escapa que la mera capa-
abrupta y no gradual (cfr. Miller et ,al., 1976; P1so_m, 1~77; Lopez cidad para discriminar claves acústicas no .equivale a la capaci-
Bascuas 1991). Y curiosamente, segun los datos d1spombles hasta dad para identificar fonemas de la lengua. Evidentemente, para esto
ahora 1~ hacen tomando como valor temporal crítico de discrimina- último hace falta algo más. En el próximo apartado vamos a exponer
ción ~1 mismo valor de TEV empleado en la discriminación con dos teorías alternativas acerca de los mecanismos de acoplamiento o
estímulos de habla en inglés. integración de claves acústicas en categorías fonémicas: las teorías
¿Cómo interpretar estos fenómenos? U~a posibilidad, que_ se ~?s «motora» y «auditiva» de la percepción del habla.
antoja bastante improbable, es que los parametros de categonzacwn
utilizados en la discriminación de estímulos de habla, que parecen ser
en buena medida innatos, se impongan asimismo_ para d~s~rimin~r 4. TEORÍAS ACERCA DE LA INTEGRACIÓN ACÚSTICO-FONÉTICA
estímulos de no habla, en cuyo caso la percepc!o?. aud1t1ya sena
tributaria de la percepción del habla. Otra P<;>Sibihdad, _sm duda Teoría motora de la percepción del habla. Una teoría ya clásica de la
mucho más plausible, es la inversa de la antenor, es decir, que. }a percepción del habla es la conocida como «teoría motora», cuyos más
percepción categorial es una c~racterística &en~ra~ de. ~a percepc1_on señalados defensores son Alvin Liberman y su grupo de colaborado-
auditiva de suerte que los parametros de d1scnmmac10n perceptiva res en los Laboratorios Haskins (Liberman et al., 1967; Liberman,
del habla (vg. el TEV) toman sus valores de P~,rámetros ~e la 1982; Liberman y Mattingly, 1985). Según esta teoría, la identifica-
capacidad auditiva general empleados en ~a resolucwn de rel~c10nes ción fonética se efectuá mediante un sistema de procesamiento esp~­
temporales entre las claves acusticas de_ ?Iversas clases de estimul~s cializado en la percepción de sonidos del habla distinto del sistema
auditivos. Esto supondría que la percepc10n del ha~la se h~ll~ someti:- empleado en la percepción de los restantes estímulos auditivos, lo que
da a procesos aplicados «horizontalmente» a traves de d1stmtos do- determina un modo específico de procesamiento, el llamado «modo
minios estimulares. del habla» (speech mode). El modo de habla se podría definir como
Algunos datos relativos a la especi(ic~dad ~e especie?; la percep- un canal de procesamiento de señales auditivas permanentemente
ción categorial parecen avalar esta. u_ltima I~terpretacwn. En este sintonizado a aquellas propiedades acústicas de la señal que pueden ser
sentido, Kuhl y Miller (1978; cfr. asimismo M1ller, ~990) comp!oba- integradas en un estímulo de habla. Este sistema se halla adaptado
ron que la percepción categorial de fonema_s oclusivos a ~a.rtir del ~ un código en virtud del cual la estructura fonética del lenguaje se
TEV no es exclusiva de la especie humana, smo 9ue ~e mam~I~sta en Impone sobre las propiedades acústicas de la señal de habla. Este
otras especies animales, como por ejemplo las chmchillas. Utih_zando c?digo se define, a su vez, en términos de las propiedades articulato-
un paradigma de evitación condicionada (a base de empareJar un nas y ca articulatorias de los sonidos. Es decir, existe un vínculo
estímulo de habla con un determinado TEV, vg. + 80 mseg., con una direc~o entre los sistemas de percepción y producción del habla que
descarga eléctrica), observaron que la respuesta de evitación, de la permite al oyente determinar qué gestos articulatorios realiza el
chinchilla a la estimulación era generalizada a todos los estimulas hablante y con ello cuáles son los segmentos fonéticos que produce.

338 339
PSICOLOGIA DEl LENGUAJE. INVESTIGACION Y TEORIA lA PERCEPCION DEl lENGUAJE

Así pues, la idea central de esta teoría es que el habla se percibe Una segunda prueba a favor de la teoría motora es el fenómeno
gracias a nuestro conocimiento tácito o inconsciente del modo en que denominado «percepción dúplex» (cfr. Liberman, 1982; Mattingly y
se produce. Liberman, 1985). Como ya se indicó en un apartado anterior de este
La teoría motora postula como mecanismo básico de la percep- capítulo, las transiciones de los formantes, o variaciones en las
ción del habla un mecanismo de «análisis por síntesis» que compren- bandas de frecuencia de los sonidos, sirven para discriminar entre
de, por un lado, procesos de extracción de información de la señal categorías fonéticas diferentes. Por ejemplo, la transición del tercer
(análisis), y por otro, procesos de generación «interna» de sonidos a formante permite distinguir la /d/ de la /g/ en las sílabas /da/ y /ga/.
partir de claves acústicas analizadas y del conocimiento de las A fin de averiguar cómo se integra la información suministrada por
propiedades articulatorias de los sonidos del habla (síntesis). Esto las transiciones de los formantes en la percepción de fonemas,
permite explicar cómo se resuelven problemas tan complejos como el Liberman (1982) diseñó un ingenioso experimento en el que aisló de
de la variabilidad de la señal física del habla (ya aludido) y el del forma artificial el tercer formante del espectrograma de una sílaba,
procesamiento de propiedades globales del habla pertenecientes a separándolo del resto de la configuración espectral (i.e. la parte
niveles superiores de representación (que examinaremos en el próxi- estable del tercer formante y los demás formantes completos) (cfr.
mo apartado). La variabilidad se resuelve por medio de la integración figura 8.6), presentando cada parte por separado a cada oído, es
de claves acústicas con representaciones articulatorias, una integra- decir, mediante una presentación dicótica. Los oyentes informaban de
ción que, como ya hemos visto antes, no se produce estrictamente de dos perceptos claramente diferenciados: por un lado, una sílaba no
abajo-arriba, sino de forma interactiva, esto es, acoplando conjuntos ambigua (/da/ o 1ga/, dependiendo del valor de la transición del
de claves acústicas a representaciones fonémicas discretas. El meca- tercer formante), y por otro, un chirrido, es decir, un estímulo de no
nismo de análisis por síntesis permite también incorporar a los habla, que correspondía al mismo percepto que resultaba al presentar
procesos de percepción del habla propiedades más globales o de dicha transición de formante aisladamente. Así pues, una única clave
orden superior de las emisiones lingüísticas, tales como la estructura acústica (la transición del formante) daba lugar a dos perceptos
suprasegmental (acento y entonación) y métrica (silabificación), dado independientes y simultáneos: cuando la clave acústica aislada era
que estas propiedades pueden influir sobre los procesos de integra- integrada con otras claves acústicas, se formaba un percepto unitario:
ción acústico-fonética. la sílaba /da/ o /ga/; cuando no lo era, se percibía como un estímulo
Las pruebas empíricas más destacables en favor de la teoría de no habla.
motora son de tres tipos: en primer lugar, hay evidencia de que los Liberman (1982; Mattingly y Liberman, 1985) interpretó este fe-
juicios perceptivos de los oyentes varían sustancialmente en función nómeno en términos de un mecanismo de filtrado de la señal acústica
de información previa sobre las características de la voz del hablante. que inspecciona la señal para extraer de ella propiedades que puedan
Ladefoged y Broadbent (1957) realizaron un experimento con una ser integradas en la estructura fonética. En la percepción d~pl~x, la
tarea de identificación fonética en la que se presentaba auditivamente clave acústica aislada es integrada en un percepto y, por consigUiente,
una breve oración introductoria (vg. «Por favor, repita la siguiente identificada como señal de habla, y a la vez recogida por separado y
palabra»), seguida de una secuencia fonética CVC ambigua en cuanto «clasificada» como señal de no habla. En otras palabras, cuando la
a la identidad de la vocal (vg. #b- t#). Los sujetos tenían que repetir transición del formante es percibida en el «modo de habla», es
en voz alta la palabra fonéticamente ambigua (#bit#, # b€t#, # b~t# aprovechada para identificar fonemas; cuando no lo es, es objeto de
o # b 1\ t# ). Las respuestas perceptivas de los sujetos al estímulo un análisis acústico en el sistema auditivo general.
crítico (i.e. la palabra que tenían que repetir) variaban en función de La tercera prueba que presentamos en favor de la teoría motora
las propiedades acústicas de la emisión que antecedía a dicho estímu- procede de estudios sobre integración de información visual y auditi-
lo cuando ambos (la emisión introductoria y el estímulo crítico) eran va en la percepción de sonidos de habla. Si la teoría motora es
producidos por la misma voz. Así, cuando la frase introductoria fue correcta, cualquier información sobre las propiedades articulatorias
emitida con un timbre elevado, los sujetos identificaron la palabra del habla que pueda ser empleada en la identificación de sonidos será
#bit# un 87 por ciento de las veces, mientras que cuando fue emitida utilizada por los oyentes y, por tanto, influirá en los juicios y
c?n un timbre bajo, los sujetos identificaron # b€t# en un 90 por respuestas perceptivas de los sujetos. Un dato revelador en este
Ciento de las ocasiones. Esto indica que el sistema perceptivo ajusta sentido es la observación de gue cuando a bebés de pocos meses de
sus parámetros a las características acústicas de la fuente de emisión, edad se les presentan estímulo.s de habla (vg. vocales) emparejados
modelando, por así decir, los gestos articulatorios de dicha fuente (el con imágenes de un hablante efectuando gestos articulatorios que
tracto vocal del hablante). bien corresponden o bien contradicen el estímulo auditivo, los bebés

340 341
LA PERCEPCION DEL LENGUAJE
PSICOLOGIA DEL LENGUAJE. INVESTIGACION Y TEORIA

articulación de fonemas. Otra prueba concluyente en este sentido es


Transiciones Vocal estado
~1 lla~ado «efecto McGurk» (McGurk y MacDonald, 1976). Estos
del formante estable
mvestlgadores hallaron que cuando a un sujeto perceptor se le
presentan estímulos auditivos y visuales contradictorios en cuanto a
sus consecuencias fonéticas, los sujetos adoptan de forma inconscien-

~:o {!~~*········
te una solución de compromiso entre ambas fuentes de estimulación.
Por ej~mplc\ si el es~Ímulo auditivo es una consonante con un punto
estos Formante 3 d~ articulacwn anterior (vg. la consonante bilabial /ba/) y el estímulo
visual muestra a un hablante articulando una consonante posterior
Formante 2 (vg. la consonante velar /ga/), el percepto resultante es una consonan-
Formante l te dental 1da/, cuyo punto de articulación se encuentra a medio
camino entre los de las consonantes percibidas por cada modalidad
sensorial. Así pues, lejos de producirse un conflicto «bimodal» (entre
TIEMPO~ las modalid~des sensorial~s visual y auditiva), se origina un percepto
[da] a ]ga] que no es m puramente visual ni puramente auditivo sino fonético-
articulatorio. '

Teoría auditiva de la percepción del habla. Según esta teoría la


percepción del habla no requiere ningún sistema especializado' de
PRESENTACIÓN (BINAURAL) NORMAL
procesamiento, sino que el habla se percibe por medio de los mismos
mecanismos que cualquier otro estímulo auditivo. A diferencia de la
teoría motora, la teoría auditiva no es un paradigma unificado de
explicación, sino que reúne una variedad de modelos y explicaciones
en muchos aspectos divergentes entre sí. En términos generales, sin
embargo, los enfoques «auditivos» de la percepción del habla tienden
a rechaz~r la ide~ de que la percepción del habla sea específica en los
dos s,e~ttdos arn~a apuntados, es decir, esl?ecífica de dominio y
especifica d~ es~ecie. Dentro de este marco teorico general, se recha-
zan las explicaciOnes basadas en mecanismos de análisis por síntesis
en favor de mecanismos en general más analíticos. Así, los partidarios
Transición aislada del tercer formante de este tipo de explicaciones tienden a investigar los mecanismos de
Estímulo base
(a un oído) (al otro oído) procesamiento temprano de la señal, situados en los niveles auditivos
de análisis (cfr. punto 3.1).
Esto puede traer consigo dos consecuencias diferentes: por una
Figura 8.6.-Representación esquemática de los patrones estimulares utilizados en el parte, hay autores para quienes la señal de habla no es tan variable
experimento sobre integración de claves acústicas en el que se registraba el fenómeno ~omo. se supone, sin<_> que en el nivel acústico· existen propiedades
de <<percepción dúplex>> (tomado de Liberman, 1982). mvartantes que permiten efectuar un acoplamiento microestructural
directo, por llamarlo así, entre las propiedades físicas y las represen-
taciones fonéticas (cfr. Blumstein y Stevens, 1979, 1980). Una clave
ac~stica q~e parece estar directamente asociada con propiedades
muestran un mayor interés (medido a través del tiempo de cóntem-
plación del estímulo visual) por la estimulación visual cuando ésta a~~Iculatonas de los fonemas, en concreto con el punto de articula-
coincide con el estímulo percibido auditivamente (cfr. Miller, 1990). Cion de fonemas oclusivos (vg. bilabiales como lb! o /p/, alveolares
Es decir, los bebés pasan más tiempo contemplando un rostro que como /d/ o /t/, o velares como /g/ o /k/), es la transición del segundo
está articulando la vocal /i/ cuando simultáneamente escuchan el formant~. Este acoplamiento microestructural, al que ya hemos hecho
fonema /II. Esto sugiere que los bebés poseen un conocimiento tácito referencia en este capítulo, tiene lugar en la etapa de análisis auditivo
de la relación entre las consecuencias auditivas y visuales de la central (cfr. punto 3.1).

342 343

UNIVERSIDAD DE ANTIOQUIA
BIBLIOTECA CENTRAL
PSICOLOGIA DEL LENGUAJE. INVESTIGACION Y TEORIA LA PERCEPCION DEL LENGUAJE

En cambio, otros autores (vg. Klatt, 1979, 1980; Studdert-Kenne- 5. LA PERCEPCIÓN DEL HABLA CONTINUA
dy, 1981, citado en Garman, 1990) sostienen que las propiedades
invariantes de la señal acústica no emergen en el nivel microestructu- El título de este apartado puede parecer equívoco por lo que tiene de
ral, sino al contrario, en niveles macroestructurales, y en concreto, en tautológico. A causa de las restricciones impuestas por la coarticula-
el nivel léxico. Desde este punto de vista, que para distinguirlo del ción, el habla no se puede producir segmento a segmento, sino
anterior denominaremos acoplamiento macroestructural, se mantiene únicamente de forma continua. Precisamente en eso reside una de las
que la señal de habla estimula unos «patrones neurosensitivos» que paradojas de la percepción del habla, en el hecho de que siendo el
representan formas léxicas almacenadas en la memoria (Studdert- habla humana un estímulo que se despliega de forma continua, tenga
Kennedy, 1981). En la versión de Klatt (1979), estas representaciones que pasar por un estadio en el que se identifican segmentos discretos.
léxicas están formadas por «plantillas espectrales», o secuencias de Sin embargo, a lo que habitualmente se alude cuando se hace refe-
representaciones espectrales prototípicas. Una plantilla espectral es, rencia a la «percepción del habla continua» es al hecho de que la
pues, la representación de una secuencia «ideal» de claves acústicas. percepción del habla humana es un proceso activo cuyo funciona-
A medida que el oyente recibe fragmentos de la cadena hablada, va miento viene determinado no sólo por información de la señal física,
computando sobre la marcha representaciones espectrales de la señal sino también por información lingüística y extralingüística que el
(que Klatt denomina «difonos>>) y comparando estas representaciones oyente tiene almacenada en su memoria. Dicho de otro modo, los
con las que tiene almacenadas en la memoria (las plantillas espectra- sonidos del habla se encuentran inmersos en un contexto lingüístico
les). La característica fundamental tanto de las plantillas como de los (sílabas, palabras, oraciones) que el sujeto perceptor analiza e interpreta
difonos es que contienen información sensible al contexto acústico en mediante procesos que operan de forma:m: concurrente con los proce-
el que se producen, esto es, son representaciones dependientes del sos de identificación de sonidos. Por consiguiente, es posible que los
contexto. Esto permite resolver el problema de la ausencia de inva- procesos psicolingüísticos más inmediatos a los de la percepción del
rianza en el plano acústico. Sin embargo, estas representaciones no habla (vg. reconocimiento de palabras, análisis sintáctico o compren-
corresponden a unidades fonémicas discretas; es decir, no existe en sión del significado oracional) ejerzan un influjo descendente o de
este modelo ningún nivel de representación fonética o fonológica, «arriba-abajo» sobre ellos.
sino que del nivel acústico se accede directamente al nivel léxico. Por Una consecuencia bastante obvia del carácter activo de la percep-
ello, al modelo de Klatt de reconocimiento de palabras, basado en un ción del habla continua es que el procesamiento de la señal acústica
acoplamiento macroestructural, se le conoce como «acceso al léxico a no tiene por qué ser exhaustivo, es decir, no es preciso identificar
partir de espectros» (Lexical Access From Spectra, o LAFS). todos y cada uno de los segmentos fonémicos de la entrada sensorial
Al comienzo de este capítulo, señalábamos como dos problemas para acceder a otros niveles superiores de procesamiento, tales como el
fundamentales de la percepción del habla el de la segmentación reconocimiento de palabras. En consecuencia, puede decirse que, al
fonémica y el de la ausencia de invarianza. Sin embargo, si considera- menos a partir de los niveles de análisis fonético y fonológico, se
mos el problema de la percepción del habla en un contexto más produce una interacción entre procesos de identificación de segmen-
amplio, es decir, si tenemos en cuenta que forma parte de un tos fonéticos a partir de claves acústicas, por un lado, y procesos de
conjunto de procesos orientados a la comprensión de mensajes lin- acceso al léxico a partir de representaciones fonológicas, por otro.
güísticos con significado, habrá que prestar atención a otros factores Esta conexión entre procesos fonológicos y léxicos será objeto de
de orden superior que también pueden influir en las primeras etapas reflexión en el próximo capítulo, cuando examinemos la naturaleza
de la identificación de sonidos del habla. N os estamos refiriendo a de las representaciones que el oyente o el lector utiliza para acceder a
factores lingüísticos y contextuales tales como las restricciones supra- su léxico mental y reconocer palabras.
segmentales, el conocimiento léxico, e incluso variables sintácticas y V eamos algunos ejemplos de la interacción entre procesos percep-
semánticas. Aunque la discusión de esta clase de factores tal vez tivos y procesos lingüísticos de orden superior. El conocimiento de
resulte más pertinente en otros niveles de procesamiento, vamos a ciertas peculiaridades prosódicas y fonológicas de las secuencias
hacer ahora una breve referencia al papel que pueden desempeñar en fonéticas del castellano, como por ejemplo el que todas las palabras
los últimos niveles de la percepción del habla, esto es, en las etapas de contenido tengan una sílaba tónica o acentuada, o el que los grupos
fonética y fonológica. consonánticos iniciales de sílaba sólo puedan llevar como
consonante «trabada» una líquida, 11/ o /r/ (vg. #pla#, #bra#, #da#
o #gla#, pero no #pna#, #bsa# o #cta#), puede imponer restriccio-
nes sobre los procesos de acoplamiento acústico-fonético, permitién-
344 345
PSICOLOGIA DEL LENGUAJE. INVESTIGACION Y TEORIA LA PERCEPCION DEL LENGUAJE

do al oyente anticipar eventos acústicos a partir de propiedades a las que. ~e les había extraí~o una porción de la señal (de 120 mseg.
prosódicas y fonológicas del contexto. Una de las motivaciones de la de ~uracwn) qu~ correspondia aproximadamente a un fonema (ls/ en
teoría motora de la percepción del habla es probablemente la necesi- el eJempl?), sustl~uyendola por un sonido de no habla (vg. una tos o
dad de incorporar este tipo de conocimientos a las primeras etapas de un zumbido); mas tarde, se les preguntaba si notaban la falta de
los procesos perceptivos. Sin embargo, es muy posible que informa- algún sonido y dónde localizaban el estímulo de no habla. La
ción de orden todavía superior (vg. léxica, sintáctica o semántica) may.oría de l?s sujetos afirmaron haber percibido la palabra crítica
intervenga también en los procesos más primarios de análisis de la «legislatura» Intacta, o sea, con todos sus fonemas y la mitad de ellos
señal. Por ejemplo, en un experimento ya clásico (Pollack y Pickett, localizaron el sonido de no habla en una de I'as fronteras de la
1964, comentado en Clark y Clark, 1977) se presentaba a los oyentes pala?ra. Est~ efecto persistía incluso al repetir la grabación y aunque
fragmentos de una conversación, consistentes en palabras completas el SUJeto supiera que en realidad el fonema /s/ había sido extraído de
extraídas de su contexto oracional, y se les pedía que identificaran ella. El efecto, sin embargo, desaparecía cuando el fonema ausente
esas palabras. El porcentaje de respuestas correctas apenas sobrepasó pertenecía a una pseudopalabra (vg. «apismatura»). En posteriores
el 50 por ciento, lo que se interpretó como indicio de que la señal de e~~udios s~?re este mi~mo efecto, se pudo comprobar que la restaura-
habla permanece ininteligible hasta que el perceptor no dispone de cion tambien se efectua cuando el fragmento sustituido abarca más
suficiente información contextua! para formular hipótesis sobre el de un fonema (vg. «le•:·•:··~Iatura») e incluso se halla condicionada a los
contenido fonético del mensaje. Esta información contextua! incluye contextos sintáctico y semántico en que se encuentra la palabra
información no sólo léxica, sino también supraléxica (prosódica, crítica. ~sí, cu~ndo la ausencia de información acústica origina una
sintáctica y semántica), dado que de no ser así los sujetos hubieran secuencia a~,bigua desde el punto de vista léxico (vg. «ca•:·a», donde
podido identificar fonemas a partir de las palabras sueltas suministra.., la restauracwn de un fonema u otro puede dar lugar a diferentes
das en la grabación, cosa que no fueron capaces de hacer. palabras: «ca~a», «cama», .«cara», etc.), y además se dispone de un
A pesar de sus llamativos resultados, el experimento de Pollack y contexto oraciOnal ~~sambiguante (vg. «la ca':·a no tenía puertas»), el
Pickett no puede, sin embargo, aducirse como prueba contundente a efecto de restauracwn se acomoda a una palabra semánticamente
favor del carácter activo de los procesos de percepción del habla. Esto cong~uente con el contexto oracional inmediato («casa>> en el ejemplo
se debe a que el juicio que se les pedía a los sujetos era un juicio de antenor).
reconocimiento de palabras, y no un juicio estrictamente perceptivo. Un fenómeno muy similar a la restauración de fonemas es el
Por consiguiente, se puede argüir que el nivel de procesamiento efecto .de rest~uración ?e error;s, en el que el sujeto, también de
involucrado en esta tarea incluye otros procesos además de los fort;I~ Inconsciente, sustituye estimulas de habla erróneos (vg. errores
propiamente destinados a la identificación de fonemas. La necesidad foneticos COJ?O «serveza») por las formas correctas («cerveza»). Este
de evitar cualquier contaminación de los procesos perceptivos más efecto se registra con bastante consistencia con el uso de la llamada
periféricos por procesos de niveles superiores es lo que explica que los tarea ~e «seguimiento» (shadowing), en la que el oyente recibe un
experimentos de identificación y discriminación perceptiva se efec- mensaJe verbal por vía auditiva y tiene que repetirlo en voz alta de
túen con estímulos acústicos desprovistos de significado lingüístico forma sim~ltánea a su recepción y a la mayor brevedad posible.
(vg. sílabas o secuencias de fonemas en lugar de palabras). Las Marslen-Wdson (1973, 1975) observó que la tarea de seguimiento se
pruebas sin duda más fehacientes del influjo de procesos superiores puede, realizar con latencias muy breves (de hasta 250 mseg., o una
de reconocimiento sobre mecanismos perceptivos elementales proce- sol~ silaba de desfase e~tre el mensaje de entrada y el mensaje de
den del estudio de fenómenos que caen dentro de la categoría de las salida), y que las correcciOnes efectuadas por los sujetos son sensibles
«ilusiones perceptivas». Nos vamos a referir a tres de estos fenóme- a información no sólo léxica, como puso de manifiesto el efecto de
nos: la «restauración de fonemas», el «seguimiento con restauración re~tauración 1e fonem.as, sino también sintáctica y semántica. Así, los
de errores» y la «escucha selectiva». SUJetos no s?lo c?rngen sobre la marcha errores fonéticos, que
El efecto de restauración de fonemas (cfr. W arren, 1970) consiste afectan a somdos aislados, sino también errores sintácticos y semánti-
en la sustitución inconsciente de material fonético, ausente de la señal cos, sustituyendo palabras erróneas por otras adecuadas al contexto
acústica, por un estímulo de no habla presente en la señal. A los de 1~, oración en que aparecen (vg. «carta» por «hacia», en una
sujetos se les presentaban auditivamente oraciones como 1: o~acwn como. «~a secre~aria introdujo el papel en la máquina y se
?Ispuso ~ ,escr.Ibi~.,la .hacta»). Estos hallazgos ponen de relieve que la
1. Los gobernadores de los estados se reunieron con sus respectivas mfor~acwn lmgmst1ca de orden superior se halla disponible desde
legi•:·laturas antes de la convocatoria del pleno del congreso las pnmeras etapas del reconocimiento y puede ejercer un influjo
346 347
PSICOLOGIA DEL LENGUAJE. INVESTIGACION y TEORIA LA PERCEPCION DEL LENGUAJE

consider~b~e sobre los procesos de percepción del habla continua. señal comienzan a ejercer sus efectos los procesos de identificación de
Una ultima pr':leba que revela el empleo de información lingüísti- unidades lingüísticas de carácter superior (vg. palabras y oraciones).
ca ~e orden supenor en los ~rocesos de identificación del habla es el Los procesos de reconocimiento de palabras podrían ser un terreno
f~nomeno de «escucha selectiva» (cfr. Cherry, 1953; Treisman, 1964, adecuado para ello.
citados en Clark y Clark, 1977). Cuando a un oyente se le somete a
u~a tarea de escucha dicótica, instruyéndole a q~e efectúe un segui-
mi~nto de uno ~e los canales, haciendo caso omiso del otro, se 6. ]?ERCEPCIÓN DEL LENGUAJE ESCRITO
registran una sene de. efectos originados por el material presentado
por el cana_l no a~endido. En. principio, se comprobó que si bien el Las actividades psicológicas reunidas bajo el concepto de «lectura»
oyent~ advierte ciertos ca~bws en el mensaje no atendido (vg. el (lo que, en términos más técnicos, se conoce como «procesamiento
cambio de u~a voz femenma por otra masculina, de estímulos de visual del lenguaje»), encierran un vastísimo repertorio de habilida-
ha~la por estímulos de no habla, o de habla normal por habla hacia des, procesos y componentes de información que apenas se podrían
a_tra~), no es capaz de recordar el significado de dicho mensaje ni exponer con suficiente profundidad en los límites relativamente estre-
siqme~a de reconocer palabras presentadas repetidamente en el mis- chos de un texto como el presente. Pese a que la lectura es uno de los
mo. ~m embargo, en det~rminadas. circunstancias, el mensaje no temas clásicos con «carta de ciudadanÍa» en psicología del.lenguaje,
atendido puede pr<;wocar mterfe~et?cias en la tarea de seguimiento hasta el punto de que desborda los límites de esta disciplina para
cuando comf'arte cier~as caract~n~ticas fo.n el mens~je atendido (vg. adentrarse en otras fronterizas como la psicología de la memoria o de
cuan~o co~tlene se~eJanzas acus~1cas, lexicas o semanticas). Asimis- la percepción, en el campo de las disciplinas básicas, o como la
mo, ciert~ mformacwn d~l mensaJe no atendido puede influir sobre el psicología de la instrucción, en el de las aplicadas, no hemos conside-
procesamiento del mensaJe atendido. Por ejemplo, Lackner y Garrett rado oportuno dedicarle un capítulo independiente en este libro, pues
(1972) h~llaron que cuand_o un mensaje atendido contiene una pala- ni siquiera eso bastaría para cubrir adecuadamente tan amplios y
bra ambigua y el no atendido presenta una palabra asociada con uno variados contenidos. Hemos optado, en cambio, por analizar los
?e los sig_~ificados de la pal_abra ambigua, el oyente hace uso de esta componentes del procesamiento del lenguaje escrito en sus distintos
mformaciOI? a la ~ora de mter.J?~etar el mensaje presentado por el niveles, asignando cada uno de ellos a la cate~oría de los pro~esos
canal a~endido. As1, en una oracwn como «El hombre divisó la presa psicolingüísticos que lo engloba y con ello al capitulo correspondiente
a ~o _leJOS», la palabra «presa» se interpretaba en su acepción de de este libro en aras de mantener la unidad temática y la lógica de
«VI~tlma» cuando en el cal(al no atendido se presentaba la palabra exposición d~ los procesos manifestada en el capítulo 7, que sirvió de
«ammal», y en su acepcion de «embalse» cuando la palabra no introducción a los procesos de actuación lingüística.
atendida era «agua». Así pues, comenzaremos por examinar en este apartado los
¿Qué conclusiones cabe extraer de estos fenómenos? En una componentes básicos de los procesos de lectura, ubicados en el nivel
P!itJ?-era aproximación, se puede concluir que los procesos de recono- perceptivo, para tratar en el capítulo 9 el reconocimiento visual de .
Cimiento del_ habla están. abiertos a influenci,as de niveles superiores palabras, en el 10 la comprensión de oraciones escritas, y en el 11 la
d~ _~?rocesat;u~nto, ~s ?ecu: q~e ~a inform~ci<;m suprasegmental (pro- comprensión de textos. Con todo, hay que hacer notar que no
sodica y metnca), lexica, smtactica y semantica impone restricciones siempre se va a mantener una nítida división entre el procesamiento
sobr~ l?s procesos de percepción del habla continua, y que estas del lenguaje en las modalidades visual y auditiva, ya que a medida
r~stnccwnes operan, en gran medida, de forma automática e incons- que nos movemos hacia niveles más centrales de procesamiento, esa
Ciente. No obstante, de ello no se puede concluir, como pretenden distinción encuentra cada vez menos justificación empírica y las
algunos autores, ~u~ la percepción del ~abla continua sea un proceso coincidencias entre la comprensión del lenguaje oral y la comprensión
c?mpletamente distmto de la percepcion de sonidos aislados. Más del lenguaje escrito superan cada vez más a las diferencias.
b1~n se debe s~brayar que la J?ercepción del habla es un proceso Comenzando, pues, por el estrato más básico de la percepción
~uJeto a dos tipos de determmantes: por un lado restricciones visual del lenguaje, nos encontramos con dos problemas fundamenta-
II?pues~as por las propiedades físicas de la señal y, po~ otro, restric- les: por una parte, es importante determinar cuáles son los niveles de
ciOnes IIJ?-puestas po! las representaci~nes lingüísticas que se recupe- representación de la información visual que median entre la señal
ran en mv~les supe~~ores de procesamiento. ~s indudable que ambas estimular y el léxico, y en concreto, la relación que hay entre los
cl_a~e.s de mformacwn convergen e interactuan en algún punto. Lo procesos de identificación de los rasgos visuales de las letras (conside-
dificil es establecer a partir de qué momento del procesamiento de la rados las unidades mínimas de codificación de la información visual,
348 349
PSICOLOGIA DEL LENGUAJE. INVESTIGACION Y TEORIA
LA PERCEPCION DEL LENGUAJE

que desempeñan un papel similar al de los ~asgo.s .dis~i~tivos de los palabra en todos sus componentes elementales (sílabas, letras) para
fonemas en el lenguaje oral), los procesos de Identificacwn de letra~ y poder identificarla.
los procesos de identificación de palabras; y por otra parte, e~ preciso El efecto experimental sin duda más contundente a favor del
conocer los mecanismos a través de los cuales se extrae la mforma- ?e
mode~o reconocimiento global de palabras es el llamado «efecto de
ción visual del texto durante la lectura y el funcionamiento de estos
mecanismos; a este respecto, nos centraremos en e~ estudio de las
supenondad ?e la palabra», ?escubierto hace ya casi un siglo (Cat-
tell, 1886 o Pdlsbury, 1897, Citados en Cueros 1990) y replicado en
pautas de movimientos y fijaciones oculares que reahzan los lectores nun;erosas ocasiones (Reic~er, 1969; Johnston' y McClelland, 1974).
experimentados. · Segun este efect~, la latencia de .reconocimiento de una letra (vg. la
letra «L») es mas. breve, Y supenor el porcentaje de identificaciones
6.1. Niveles de procesamiento en la lectura y sus relaciones correctas de la misma, cuando esa letra forma parte de una palabra
(v~. ABRIL) que cuando forma parte de una no-palabra (vg. IRBAL)
El lenguaje escrito, lo mismo que el oral, consta de diversas clase~ de o mc~uso cuando s~ p:esenta aisladamente (en el mismo punto del
unidades que se superponen jerárquicame~te, ~7 suerte q_ue las un~da­ esp~c10 que ocupar~a SI formara parte de una palabra, vg. L)
des de mayor tamaño resultan de la combmacwn recursiva de umda- (Reicher, 1969). ¿Como puede explicarse este efecto? Según Pollatsek
des más pequeñas. Así, los textos, unidades mayores, se ~~mponen de Y, R~yner (1?89), caben dos interpretaciones alternativas: una en
oraciones; éstas, a su vez, están formadas por una suceswn de una o termmos .estnct~mente «d~ ,arrib.a-abajo» y otra de carácter interacti-
más cláusulas· las cláusulas están integradas por palabras y las vo. ~a pnmera mterpretacwn afirma que el sistema de reconocimien-
palabras son s~cuencias de letras. Inclusive las letras están co~stitui­ to dispone de unas «plantillas» o representaciones internas globales
das por unidades más pequeñas, como son los trazos o .rasgos visuales
(vg. líneas verticales, horizontales u oblicuas, trazos c.Ir~ulares, etc.).
?e las pa~~bras a las que se .acopl~ la entrada sensorial, sin que haya
mtervenc~on de rep:7se~tac10n~s Intermedias (vg. de rasgos y/o le-
Atendiendo a esta característica, la lectura puede defimrse como un tras) .. La. mterpretacwn Interactiva, por su parte, explica el efecto de
proceso de identificación de estas diversas ~lases de uni?ades y de supenondad de la palabra apelando a un procesamiento en paralelo
integración de las mismas en unidades super.IC~~es, y, oc~swnalmente de ~~tras Y.pala?~as, .~e tal modo que la identificación de una palabra
a la inversa, como un proceso de descomposicion de umdades mayo- fac~~lta la I?entificacwn de la~ let.ras que la componen. Esta interpre-
res (vg. palabras) en unidades más elementales (vg. letra.s): tac~on ~~ si.do for~ulada en termmos de un modelo conexionista o de
Una idea intuitivamente plausible, que además ha recibido abun- act1vac10n mteracti~a (McClelland y Rumelhart, 1981; McClelland,
dante confirmación empírica, es que las palabras son unidades «p~ivi­ 1987)., en el que existe un flujo de activación multidireccional entre
legiadas» de identificación en el transcurso de la lect:ura. Esto .eqmva- ~os mveles de ~as palabras, las letras y los rasgos visuales, según se
le a decir que las unidades léxicas del texto han de ser neces~rzame.nte d~stra en la figura 8.7. A raíz de la presentación de un estímulo
descifradas o identificadas para poder comprender el lenguaJe escnto, VIsual, se produce una act~vación en cascada de los nodos de rasgos,
sin que sea imprescindible, en cambio, la i.d~ntif.icación exhaustiva de l~tras Y palabra~ que configura un patrón de activación global en el
unidades inferiores a' la palabra. A esta hipo tesis se le puede agregar Sistema. La~ umdades que alcanzan niveles superiores de activación
el supuesto de que las unidades «palabra» se identifican, de ordinario, ~on ~<s.elec~,wnad~s» para la decisión perceptiva, es decir, para la
con mayor rapid~z .que las letr~s o sílab~s que f<:rman. p~rte ?e ellas, Identif~cacwn. A~I, ~t;ede suceder que una palabra alcance el nivel
pese a que estas ultimas son umdades mas pequenas y Jerarqmcamen- requendo de act1vac10~ antes que algunas de las letras que la inte-
te inferiores a aquéllas, es decir, el acceso a la palabra se produce gran, o que un:a determmada letra consiga sumar más activación (por
antes que el acceso a las partes integrantes de la misma. A esta efecto del fluJo . desc~ndente procedente del nivel de la palabra)
hipótesis se la conoce también con el nombre d~ «modelo de recono- cuando se halla mclmda en una palabra que cuando está aislada o
cimiento directo o global de palabras>>, y mantiene que los procesos per.t~nece a una no-palabra (que, como es lógico, carece de represen-
de reconocimiento de letras y .rasgos son independientes de, amén de tacwn en la red de nodos).
innecesarios para, los procesos de identificación de palabras, toda vez . Los modelos de plantillas han sido reiteradamente criticados en
que éstas se suelen procesar como una configuración estimular gl<??al ps1cologí~ de la p~r.cepció~ por su incapacidad para librarse de los
(cfr. Smith, 1971). Esta hipótesis es compatible con la observacwn, rasgo~ mas superficiales e Irrelevantes de los estímulos y, en conse-
que ilustraremos en el próximo capítulo, de que las palabras ~t~nto cu.encia, para dar cuenta del uso de propiedades abstractas de los
orales como escritas) se reconocen a menudo antes de ser percibidas mismos en el proceso de categorización perceptiva. Parece incuestio-
(o presentadas) en su totalidad, o sea, que no es necesario analizar la nable que nuestra memoria no puede almacenar tantas plantillas
350 351
PSICOLOGIA DEL LENGUAJE. INVESTIGACION Y TEORIA LA PERCEPCION DEL LENGUAJE

esta explicación). Por supuesto, para que esta explicación sea plena-
mente convincente, habrá que tener en cuenta no sólo la magnitud de
la activación que alcanzan los nodos de la red en un momento dado,
sino también la dimensión temporal en la que acontecen los procesos
de propagación de la activación.
Según se puede colegir de lo expuesto hasta aquí, las letras (y
probablemente sus rasgos visuales) son unidades que desempeñan un
papel específico y relevante en el procesamiento lector, aunque su
identificación sea algo más «soterrada» o se vea desplazada por la
«saliencia» perceptiva de las palabras. Parece, inclusive, que hay
razones para creer que el proceso de identificación de rasgos y letras
se inicia antes (aun cuando concluya después) que el de identificación
de palabras.
En lo que concierne al carácter serial o paralelo de los procesos de
identificación de letras en palabras, los datos son, por el momento,
contradictorios. La evidencia más concluyente a favor de la identifi-
cación serial de las letras procede de estudios cronométricos de la
duración de las fijaciones oculares durante la lectura. Según han
comprobado Just y Carpenter (1987), las fijaciones oculares presen-
tan una duración proporcional a la longitud, medida en número de
letras, de la palabra sobre la que se fija la mirada, cosa que no tendría
por qué ocurrir si las letras fueran procesadas en paralelo. Frente a
estos resultados, hay pruebas de que los mecanismos de identificación
Figura 8.7.-Diagrama conexionista que muestra los niveles de representación corres- de letras pueden abarcar varias letras de una vez. Así lo confirma, por
pondientes a rasgos visuales, letras y palabras (adaptado de McClelland y Rumelhart, ejemplo, la observación de que las palabras con caja alterna entre
1981). letras mayúsculas y minúsculas (vg. aBril) se leen más despacio que
las de caja uniforme (vg. abril o ABRIL), o el hecho, antes aludido, de
que las palabras se suelen identificar sin necesidad de analizar todas
correspondientes a una determinada palabra como formas visuales sus letras componentes. Un dato revelador a este respecto es el
distintas pueda adoptar (¿algún lector tiene dificultades para descifrar llamado «efecto de invisibilidad de las letras», que se traduce en la
alguna de estas «versiones» de la misma palabra?: ABRIL, abril, comisión de errores de omisión en tareas de detección de letras en
aBril, .A?RiL). Pero aparte de esta insuficiencia, hay un fenómeno contexto. Según se ha comprobado (cfr. Carroll, 1986), la probabili-
muy similar ~~ efecto de ~uperioridad de la palabra que los modelos dad de errar en la detección de una letra es directamente proporcional
de comparacwn de plantillas se muestran, por razones obvias inca- a la frecuencia de uso de la palabra a la que pertenece dicha letra y
paces de explicar y que, en cambio, es perfectamente abordable por depende, asimismo, de factores tales como la posición que ocupa la
un modelo interactivo, a sa?er, la superioridad de las pseudo-pala- letra en la palabra (siendo más fácil pasar por alto letras situadas en
bras tanto sobre las letras aisladas (Spoehr y Smith 1975) como en la porción final de las palabras) y de la clase de vocabulario a la que
ocas~on~~' sobre las propias pal~bras. (Baron. y Th~rston, 1973).' La pertenece la palabra (se detectan peor las letras en palabras funciona-
exphcacwn de este efecto en termmos Interactivos radica en la idea de les o de clase cerrada -vg. artículos, preposiciones, conjunciones-
que los nodos de letra activados al presentar una pseudo-palabra que en palabras de contenido o clase abierta -vg. nombres, verbos
(vg. I~BAL) propagan activación hacia todas las palabras que contie- adjetivos-). '
n_en dichas letras (vg. el nodo «L» propagará activación de inten- Como hemos comprobado en este mismo capítulo al tratar de la
sidad variable hacia los nodos de palabra «METAL», «CORDEL», percepción del habla y volveremos a ver en capítulos posteriores al
«A V. AL», entre otros muchos); éstas, a su vez, devuelven la activación mdagar en otros terrenos del procesamiento lingüístico, la cuestión de
hacia los nodos de letra, contribuyendo así a incrementarla (Pollatsek la naturaleza de las unidades de procesamiento (rasgos vs fonemas o
Y Rayner, 1989; y Cuetos, 1990, para un desarrollo más completo de letras vs palabras, en la percepción; sílabas vs palabras, en el recono-

352 353
PSICOLOGIA DEL LENGUAJE. INYESTIGACION Y TEORIA
LA PERCEPCION DEL LENGUAJE

cimiento léxico; o cláusulas vs proposiciones, en la compren~ión de curso» (on-line) de las actividades cognitivas que acontecen durante
oraciones) es un debate eternamente inconcluso. En gran medida ello la lectura, con lo que se elude la intervención de variables ajenas a los
se debe a que la elección de las unidades Óptimas de procesamiento en procesos de lectura que surgen como resultado de decisiones cons-
tareas de actuación lingüística es un fenómeno sujeto a numerosos cientes que se toman a posteriori, es decir, una vez que los procesos
factores condicionantes. En el caso particular de la lectura, se han responsables de la identificación de unidades lingüísticas han tenido
señalado cuatro (cfr. Vellutino, 1982, citado en Cuetos, 1990): lugar. Como veremos en capítulos sucesivos (10 y 11), debido a sus
ventajas metodológicas, esta técnica de investigación no es privativa
1) El contexto en el que se halla la palabra: las palabras de los estudios sobre percepción del lenguaje, sino que se practica
presentadas en un contexto lingüístico se hallan sometidas a restric- también en la investigación de otros niveles de procesamiento lingüís-
ciones de orden superior (i.e. sintácticas y semánticas), en tanto que tico (vg. comprensión de oraciones y textos).
las palabras aisladas no. La disponibilidad de esta información . M~~nt:as ~eemos, nuestra mirada se desplaza por el texto en
«supraléxica» puede facilitar el empleo de un análi~is global_ de la direccwn Izqmerda-derecha, aunque, contrariamente a lo que pudiera
palabra, al suprimir de antemano muchos de los posibles candidatos parecer, este desplazamiento no es continuo y uniforme, sino que
léxicos. avanza a pequeños saltos discontinuos, es decir, la mirada no «barre»
2) Ciertas características de la palabra, tales como la longitud, todas_ y cada una de las letras del texto, sino que «se posa» en
la frecuencia de uso, la regularidad ortográfica, la estructura fonoló- sucesivos puntos del mismo a gran velocidad. A estas rápidas secuen-
gica o la semejanza con otras palabras, tienen que introducir impor- cias de movimientos discontinuos se les denomina movimientos sacá-
tantes variaciones en las estrategias de identificación; por ejemplo, es dicos. Después de cada movimiento sacádico existe un período de
probable que las palabras de elevada frecuencia gocen de un~ yía más duración variable en el que la mirada queda detenida en un punto del
directa de acceso y requieran por ello menos recursos anahticos. texto; se trata de las llamadas fijaciones oculares, que se pueden
3) La destreza de/lector puede facilitar o dificultar la utilización caracterizar como una especie de instantáneas en las que se registra
de ciertas estrategias de análisis visual y acceso al léxico; en este una región del texto centrada en torno al punto de máxima agudeza
sentido, parece obvio que los lectores expertos utilizan estrategias visual (situado frente a la fóvea) y que abarca un sector periférico
mucho más automatizadas de identificación de palabras que los ubicado a ambos de dicho punto (el delimitado por la llamada
lectores novatos y recurren al análisis de letras en casos excepcionales «VISIOn parafoveal» ). Los períodos de fijación tienen por objeto
(vg. para identificar palabras desconocidas o poco frecuentes). extraer la información visual necesaria para la identificación del
4) La naturaleza de la tarea: algunas tareas empleadas en la lenguaje escrito y presentan una duración muy variable (con un
investigación (vg. la detección de estímulos) _resultan extremadame~te promedio ubicado entre los 200 y los 250 mseg.). Asimismo, los
artificiales y, por eso mismo, pueden requenr el empleo de estr~t~gias movimientos sacádicos presentan una duración variable, dependien-
ad hoc de las que no se hace uso en la lectura en condiciOnes do de la longitud o distancia entre cada dos puntos de fijación,
·naturales· en cambio otras tareas (vg. el registro de movimientos aunque un sacádico típico viene a durar entre 25 y 50 mseg. A la
oculares) 'no le exigen' al sujeto lector la toma de decisiones conscien- región del texto que queda entre dos puntos de fijación (i.e. a la
tes que pueden alterar el curso natural de los procesos de lectura. distancia que cubre cada movimiento sacádico) se le denomina
á_mbito de fijac_ión. Además de los movimientos sacádicos, hay otro
6.2. Mecanismos de extracción de la información visual tipo de movimientos oculares que avanzan en sentido inverso a los
sacádic_os, esto es, de derecha a izquierda, y que, por tanto, se
El uso de la técnica de registro de los movimientos oculares durante denomman regresiones. Las regresiones se utilizan, como es obvio,
la lectura presenta dos indudables ventajas metodológicas: por un para retroceder hacia zonas del texto previamente leídas que requie-
lado, permite examinar lo que acontece dura?-~e los procesos. de ren u?-a «segunda pasada» o revisión. Estos movimientos regresivos
identificación del lenguaje escrito en unas condiciOnes comparativa- constituyen normalmente entre un 15 y un 20 por ciento del total de
mente más naturales, dado que conlleva el empleo de textos .o movimientos oculares efectuados en la lectura (cfr. Pollatsek y Ray-
párrafos, en lugar de palabras aisladas o secuencias de let~a~ sm ner, 1989, Rayner et al., 1989; Cuetos, 1990).
sentido, lo que hace posible modificar o manipular las distmtas Una primera observación que se desprende de los datos expuestos
variables que a priori pueden intervenir en la actividad lecto~a en ~n el. párrafo anterior es que, pese a la ilusión de continuidad y
condiciones normales (vg. variables léxicas, sintácticas y semánticas); lmeahdad que experimentamos durante la lectura, los lectores em-
en segundo lugar, esta técnica garantiza una medida simultánea o «en pleamos cerca del 90 por ciento del tiempo dedicado a leer en detener
354 355
PSICOLOGIA DEL LENGUAJE. INVESTIGACION Y TEORIA LA PERCEPCION DEL LENGUAJE

la mirada en el texto con el objeto de extraer información de él, y tan lingüística del texto viene determinada por la rele_v~ncia perceptiva o
sólo un 10 por ciento en recorrer el texto en busca de información informativa de dicha unidad, o por el gra~o de_ ~Ific~}tad o «profun-
nueva. Ahora bien, ¿cómo extraemos la información visual relevante didad» de procesamiento que requi~re su_ Identificacwn. Debido ~ 1~
para identificar el lenguaje escrito? Como ha señalado Cuetos (1990), naturaleza cuantitativa de esta medida,, sm embargo, ~o resulta, ~acil
hay dos factores que ayudan a esclarecer cómo se extrae la informa- desentrañar, en cada caso concreto, ~uale~. so~ los moti~os especiÍicos
ción de la página escrita. Por una parte, la distribución de fijaciones que justifican la preferencia por reahzar ÍlJ~Ciones e~ ciertas cl~~es. ?e
oculares, es decir, los puntos del texto en los que se fija la mirada. unidades lingüísticas, ni, por supuesto, cahbrar el tiempo ~e fiJacwn
Las variables críticas de este factor son el ámbito de fijación, o que se destina a cada uno d~ los diversos s~bprocesos que mtegran la
tamaño de la región que queda entre dos fijaciones sucesivas, y el tipo comprensión de los mensaJeS verbal~s. Asi, en el ca~o del pro~esa­
de unidad lingüística que es objeto de más frecuentes fijaciones. Por miento visual de palabras, se ha podido con~tatar la Importancia de
otra parte, el segundo factor lo constituyen todos aquellos indicios factores tales como la longitud, la frecuencia de uso o 1~ ~la_s~ de
que contribuyen a desvelar los procesos que se ponen en marcha vocabulario, ya citados, y de otros distintos, como la pr_edictibihdad
durante cada fijación ocular, como es el caso de la duración de las 0
la ambigüedad de la palabra. Asimismo, s~ ha des~u~~er~o que los
fijaciones (que se considera un indicio de la dificultad o complejidad verbos principales de las oraciones suelen registrar mas ÍlJac~ones Y de
de las operaciones cognitivas implicadas en la identificación de mayor duración, y que lo mismo sucede ~o~ las palabras ,situadas al
unidades lingüísticas) y el ámbito o región del texto que abarca cada término de unidades estructurales y semanttcas (vg. la clausula o la
fijación ocular (a través de la visión periférica o parafoveal), que, oración). Por ejemplo, en un. ;eciente est.l!-di?, de Rayner et al. (~989),
para distinguirlo del ámbito de fijación, denominaremos alcance se comprobó que la duracwn de la ÍlJaciOn en una determmada
perceptivo (perceptual span). palabra (vg. la palabra «planeta») era sen~iblemente m~yor cu~ndo
dicha palabra se hallaba al final de una clausula sub?rdmada. (eJem-
Ambito de fijación y unidades lingüísticas. La amplitud media de plo 2a), que cuando se encontraba en mi~a? ~e la clausula (eJemi?lo
los movimientos sacádicos, que determina la región o ámbito de 2b), aun cuando las dos oraciones fueran Identicas en todo lo demas.
desplazamiento entre ellos, es de 8 a 10 caracteres (lo que incluye
tanto letras como espacios en blanco), o sea, aproximadamente una 2. a) Mucho antes de que aparecieran los primeros homínidos en nuestro planeta,
palabra y media, aunque, como puede suponerse, existe una enorme ya había formas más elementales de vida. , .
b) Mucho antes de que aparecieran los primeros homm1dos, en nuestro planeta
variabilidad de unos a otros (Rayner et al., 1989). El límite superior
ya había formas más elementales de vida.
del ámbito de fijación se sitúa en torno a los 20 caracteres (Rayner y
McConkie, 1976). Todo esto hace suponer que no todas las palabras
reciben una fijación ocular. En general, las palabras cortas (de hasta 3 Este efecto se ha interpretado c<?~o una I?anifestación de los P~<?ce­
letras) son «saltadas» con mayor frecuencia que las largas (de 6 letras sos de integración de informacwn q~e t~en~n _lugar al d~sc?diftcar
en adelante). Asimismo, las palabras de mayor frecuencia de uso unidades lingüísticas con consistencia smtactica y, s~mantica, (vg.
reciben menos fijaciones y de menor duración que las menos frecuen- cláusulas y/u oraciones), que abordaremos en el ~n~ximo_ capitulo,
tes. Otra distinción relevante a este respecto es la que se da entre por lo que no se trata en absoluto de un e~ect~ lexic~, smo de un
palabras funcionales (o de clase cerrada) y de contenido (o de clase fenómeno oracional que aflora, de forma mas bien accidental, en el
abierta): aquéllas reciben menos fijaciones y más breves que éstas. plano de las palabras. Fenóm~n<?s similares a éste s~ han obse,rvado
Este dato no debe sorprender si se tiene en cuenta que, además de ser en estudios de registro de movimientos ?c~lares relativos a la busque-
en general más cortas, las palabras funcionales suelen ser comparati- da de antecedentes de expresiones anafo~Icas (cfr. Sanford.y ~~rrod,
vamente más frecuentes que las de contenido. Así pues, en las 1981; y también capítulo 10 de este hbro) Y, a la reahzac1on de
palabras de clase cerrada o funcionales, la longitud física se alía con inferencias elaborativas durante la comprenswn de textos escritos
la frecuencia y la categoría gramatical para determinar una menor (cfr. O'Brien et al., 1988; y capítulo 11).
tasa de fijaciones (del 20 al 40 por ciento); por el contrario, las
palabras de contenido o clase abierta, en general menos frecuentes y Alcance perceptivo e integración d,e intormación en (ija~iones
más largas, presentan una tasa de fijaciones mucho mayor (superior sucesivas. Uno de los inconvenientes mas senalado~ de la. t~~mca de
al 80 por ciento) (cfr. Carpenter y Just, 1983; Rayner y Duffy, 1988). registro ·de movimientos oculares es, si~, duda, su I_J?P~ecision _en lo
En términos generales, se suele aceptar la hipótesis de que la que concierne a las causas de la durac10n de las fiJaciOnes. Bien es
probabilidad de efectuar una fijación en una determinada unidad verdad, no obstante, que este defecto perjudica por igual a todos los

356 357
PSICOLOGIA DEL LENGUAJE. INVESTIGACION Y TEORIA LA PERCEPCION DEL LENGUAJE

procedimientos de recogida sistemática de datos que se b~san en rara vez son conscientes de los cambios en el desplazamiento a lo
índices de tiempo, de los que tenemos un~ buena cantidad_ ,en largo del texto· o del contenido de esta región exterior, y creen
psicología del lenguaj~ (vg. medidas de la~encia en la comprens10n, hallarse ante un texto normal; en cambio, si la región exterior está
pausas en la produccion_, etc.). Ya ~e~?s visto que una parte aparen- formada por una secuencia de X (ejemplo 3b), los lectores sí distin-
temente sustancial del tiempo de ÍlJaCIOn se consume en procesos de guen entre la porción de texto interna a la ventana y la zona exterior
niveles superiores (vg. léxicos, sintácticos y semánticos). Al_gunos a la misma (el asterisco indica el punto de fijación; la oración
autores (cfr. Rayner et al., 1981) cifran en 50 mseg. el lapso de tiempo completa sería: «Con mucho, la sustancia simple más abundante en la
mínimo necesario para extraer información visual en la lectura, lo biosfera ... »).
que representa entre la cuarta y la quinta p~rte del tiempo ~o~al de
cada fijación. Ahora bien, con independencia de estas p~ecisiones, 3. a) Oqm kxemw, fa sustancia simple zif ewjpsldyf vr pq copzmwlh
interesa determinar qué es lo que ocur~e .durante ~1 _tiempo de
fijación. Un aspecto a destacar de los movimientos sacadic?s. ~s que b) XXX xxxxx, xa sustancia simple XXX xxxxxxxxx XX XX XXXXXXXX

son de naturaleza «balística», lo que supone que, una vez IniCiados,


no admiten correcciones sobre la marcha. Por ello, el punto de Para Pollatsek y Rayner (1989), esto revela que el alcance perceptivo
destino de cada movimiento sacádico debe estar establecido de puede exceder la región percibida por la visión periférica. Puestas así
antemano antes de que éste se inicie. La ú~ic~ manera ~e _explicar esta las cosas, es necesario preguntarse qué clase de procesamiento es el
especie de «don adivinatorio» de los movimientos sacadicos es s~po­ que se aplica a la información registrada a través de la visión
ner, como han hecho algunos autores (Rayner, 1975; ~cConki~, Y parafoveal y cómo se conjuga esta información con la que se obtiene
Rayner, 1975), que el sistema visual tiene acces~ a. }a mfo_r~aciOn en la fijación siguiente; dicho en otras palabras, ¿cómo se integra la
situada por delante (o a la derecha) del punt~ de. fiJaciOn y utihz~ esta información obtenida en dos fijaciones sucesivas?
información para programar el alcanc,e del ~I9u.Iente despla~~m~~nto. Rayner (1975) intentó responder a esta pregunta empleando un
El alcance perceptivo medio de la vision penfenca en ~~d~ ,fiJaCIOnes ingenioso procedimiento denominado «técnica de los límites» (boun-
de unos 4 ó 5 caracteres a la izquierda del punto de ÍlJaCIOn Y de 14 dary technique). El procedimiento consiste en seleccionar una palabra
caracteres a su derecha lo que supone que, en condiciones normales, crítica de un texto que ha sido objeto de una fijación durante la
el alcance perceptivo d~ un lector se extiende más allá de la palabra lectura (vg. «boda») y reemplazar esa palabra por otra (vg. «cera») o
situada en su «punto de mira». En efecto, se ha comprobado (cfr. por cualquier otro estímulo gráfico (vg. una no-palabra o una secuen-
Rayner et al., 1982) que el ritmo de lectura es más veloz cuando al cia impronunciable de letras). El estímulo sustituyente («cera») se
lector se le muestran simultáneamente la palabra que ocupa el punto presenta inicialmente (i.e. en el momento de la primera fijación o
de fijación y la que le sigue, que cuando tan sólo se le muestra en fijación n) para ser reemplazado por la palabra original («boda») en
pantalla la palabra fijada. ~ ., la segunda fijación (o fijación n + 1). De esta manera, el sujeto no
La técnica empleada para desvelar el _tamano de la reg10n, q~e percibe conscientemente ninguna alteración en el texto; sin embargo,
abarca cada fijación es la llamada «técmca de la ventana movil» si el estímulo «inductor» ha sido procesado en la visión periférica,
(McConkie y Rayner, 1975; Pollatsek y Rayner, ,1989, para ~na deberá producir efectos sobre la duración de la fijación n + 1 (en la
revisión), una técnica que, como veremos en el capitulo 11, h~ SI~o que la palabra original aparece en la misma posición del texto). El
empleada también en otros menesteres. Brevemente, esta ~~cn.I~a ejemplo 4 ilustra las dos fijaciones junto con los puntos de fijación (1
consiste en acotar una región de texto alrededor del punto de ÍlJaciOn y 2) y un hipotético límite entre las dos fijaciones (indicado por una
y mantenerla constante a medida gue el sujeto va despla~a~do su barra vertical):
mirada a lo largo del texto. La amplitud de esta «ventana movil» y su
localización durante los movimientos sacádicos son establecidas y 4. Fijación n El camarero llevó corriendo el pastel de cera a la mesa.
controladas por el experimentador. Así, dentro de esta ventana 1 1 2
definida por el experimentador, el sujeto dispone sólo de un fragmen- Fijación n + 1 El camarero llevó corriendo el pastel de boda a la mesa.
to del texto; la parte del mismo que queda fuera de la ventana es
mutilada o alterada de diferentes maneras. Los experimentos en los que se empleó la técnica de los límites (véase
Un dato interesante recogido mediante el uso de la ventana móvil un resumen de ellos en Pollatsek y Rayner, 1989) ofrecen resultados
es que cuando la región exterior a dicha venta~a se halla ocupad~ por contradictorios, aunque, en líneas generales, parecen indicar que
letras y espacios asignados aleatoriamente (eJemplo 3a), los SUJetos cuando el estímulo sustituyente comparte con la palabra original las

358 359
LA PERCEPCION DEL LENGUAJE
PSICOLOGIA DEL LENGUAJE. INVESTIGACION Y TEORIA

· depender d.e manera crucial, y en mayor medida que la


·' de la escritura impresa de factores contextua1es. e omo
primeras letras (vg. boxx y boda, o bota y boda), se da un efecto de tiene que
facilitación, es decir, una reducción en el tiempo de fijación de la percepcwn ·a de ello podríamos incluso ' · · 1a h"1potes1s
' · d e que
palabra crítica, efecto que se mantiene aun cuando la caja sea distinta ant1c1par
consecuen Cl ' '
el efecto de superioridad de la palabra sea mas co~s1ste~te en a
· 1
en ambo~ _e,stímulos (vg. BOD~-boda, o bOdA-BoDa); esto indica
que la VISIOn parafoveal permite un procesamiento relativamente ·' de la escritura manual que en la de la escntura Impresa.
abstracto de los estímulos visuales. No obstante, cuando la semejanza
percepcwn da divergencia entre las dos mo d a l"d
lin 1 a d es 1·mgmsncas.. , · de
Una segisual . · ' d
y auditiva) rad1ca en la mayor re1acwn e mter epen-
· d
entre ambos estímulos es semántica (vg. coche-auto, pelea-lucha) el entra d (v ·' d e1h a bl a, f ren t e a
efecto facilitador desaparece por completo. En suma, como concluyen dencia aque hay entre la percepc10n . , y 1a pro d ucc1on
Pollatsek y Rayner, «no hay pruebas de que exista significación ' clara autonomía funcional de los procesos de lectura con
una mas ., 1
respecto a la escritura, excepcwn hecha, natura mente, e a percep-
d 1
funcional en la cod_ificación parafoveal de otros estímulos que no
sean las representaciOnes abstractas de las letras» (op. cit., p. 422). ción de la escritura manual, por las razopes que acabamos de
este último apartado del capitulo no hemos hecho
apuntar.· En alguna a los procesos de escntura.. L a om1s10n · ·' h a s1·d o
6.3. La percepción del lenguaje oral y escrito: algunas conclusiones re
· ferenc1a
· da ya que la escritura es una hab1h a re1atlvamente
· ·d d ·
mtencwna , . 1
tardía en su desarrollo (inclusive con respecto a a ectura Y, so re
1 ) b
A través del repaso sumario a las fases iniciales del reconocimiento
del lenguaje escrito ofrecido en este apartado, se pueden destacar todo, se halla considerablet?ente encapsulada, al menos en sus aspec-
unos pocos puntos de convergencia entre los procesos de identifica- tos más específicos, es dec1r, en el plan? del control motor. Es_to ha
ci.ón del _habla y del len.guaje escrito, y algunos puntos más de · ·f· do tradicionalmente su apartamiento de los textos de psicolo-
JUStl 1ca ., · · d
gía del lenguaje y su consideracwn re1anvamente m epen 1ente entre
d.
d~vergencia. Entre los pnmeros, hay que señalar la presencia de
mveles de procesamiento similares en ambas modalidades. Los proce- los temas de esta disciplina. . . d.
sos de percepción del lenguaje tienen un cometido común a saber la L uestión de las relaciones entre las modalidades v1sual y au 1,-
obtención de una representación de los elementos léxic~s que i~te­ tiva dec procesamiento ~el lengu~je, sin embargo, no se agota aqm.
gran el mensaje verbal. Este camino hacia el léxico, apenas iniciado El róximo capítulo sera escenano de uno de los p~oblemas recurren-
aquí,. y del que ?aremos cun:plida c~enta en el próximo capítulo, tespde la psicolingüística moderna, el que se refiere a las. rutas. de
atraviesa una sene de etapas mtermedias caracterizadas por la recu- 1 léxico mental en el lenguaje oral y en el _lenguaJe escnto.
acceso
· a pues franco el camino h ae1a . mve· 1es supenores d e procesa -
pe~ac_ión de ~nidades lingüísticas subléxicas (que van desde los rasgos D eJamos, ' ., .
acusticos o visuales, en un extremo, hasta las representaciones fono- miento en la comprenswn del lenguaJe.
lógic~s u ortográficas en el otro). Aquí terminan prácticamente las
semeJanzas en~re el re~onoc,imiento. auditivo y visual del lenguaje.
Entre las divergencias mas notonas, es preciso reconocer el distin-
to papel que se debe atribuir a las características físicas (i.e. las claves
acústicas~ los r~sgos visuales) de la entrada sensorial, que, en el caso
del lenguaJe escnto, no parecen suscitar dificultades de decodificación
e integración comparables a las que plantea el lenguaje oral. Proble-
mas como el de la ausencia de invarianza o la segmentación fonética
no parecen existir en el dominio del procesamiento visual del len-
guaje. Bien es verdad, no obstante, que nos hemos limitado a
examinar aquí la modalidad de lenguaje escrito que menos problemas
de segmentación e identificación origina, el lenguaje impreso. Parece
fuera de toda duda que un estímulo visual como la escritura manual
que por su propia naturaleza es mucho más variable e irregular que el
lenguaje i~preso, t_ie~e que plantear forzosamente problemas de
segn:entacwn ~uy similares a los qu~ suscita el lenguaje oral. En este
sentido, lo mismo que la percepcion de sonidos del habla es un
proceso Íntimamente dependiente de los efectos de coarticulación así
también podemos suponer que la percepción de la escritura ma~ual

360 361
Capítulo 9

RECONOCIMIENTO Y COMPRENSION DE PALABRAS

l. INTRODUCCióN

1.1. Reflexiones sobre la noción de «comprensión»

Este capítulo y los dos siguientes están dedicados al estudio de los


procesos de comprensión del lenguaje. La noción de «comprensiÓn»
es uno de los muchos conceptos polisémicos y difíciles de precisar con
los que uno se encuentra al acometer el estudio psicológico del
lenguaje. Ante todo, y desde un punto de vista fenomenológico,
resulta difícil asignar un estatuto psicológico claro al concepto de
comprensión, habida cuenta de que este concepto no parece corres-
ponder a lo que comúnmente se entiende por «proceso mental», ya
que acontece, al menos en la superficie de nuestra conciencia, de
forma repentina e instantánea, sin apenas esfuerzo de elaboración por
parte de quien comprende, pero tampoco encaja del todo bien en la
categoría de «estados mentales», pues carece de extensión en el
tiempo y de las cualidades de experiencia típicamente asociadas a
tales estados. Como señalaba con agudeza Wittgenstein,
«No puede considerarse en modo alguno que comprender sea un proceso.
¿Cuándo comprendemos una frase? ¿Cuando la hemos proferido en su totalidad
o mientras la estamos pronunciando? ¿Se puede decir que la comprensión sea
un proceso articulado y que su articulación corresponda a la articulación de la
frase? ¿0, por el contrario, no es articulado, sino que acompaña a la articula-
ción de la frase, al igual que el bajo c-ontinuo acompaña a la melodía? Entender
una palabra, de la misma forma que saber jugar al ajedrez, es un estado y no un
proceso. Pero incluso el llamarlo estado nos puede inducir a equívoco. Si se
trata de un estado mental, no es lo mismo que un estado psicológico como el
dolor, la depresión o la emoción. Tales estados tienen una duración temporal y
pueden acontecer de forma continua o interrumpida. Sin embargo, uno no
puede saber ininterrumpidamente lo que significa una palabra>> (Wittgenstein,
citado en Kenny, 1973, p. 143).

363
RECONOCIMIENTO y COMPRENSION DE PALABRAS
PSICOLOGIA DEL LENGUAJE. INVESTIGACION Y TEORIA

., · abarca también un conjunto de procesos Y


Las objeciones semánticas que plantea Wittgenstein en torno al comprenston de oracwnes . recursos cognitivos y que se
concepto de comprensión pueden considerarse legítimas en la medida estados mentales qu~ c?nsumen ~~:gd~ lenguaje (vg. los componen-
en que ponen al descubierto el hecho de que este concepto encierra asie~ta~ e~ el conoc~mt~ntd a~~t ramática). Sin embargo, la cláusula
muchos y muy variados fenómenos. Así, a la pregunta de «cuándo tes smtacttco y semanttco e g o una figura retórica, ya que hay
t· tandis no es en este cas
comprendemos una frase», podría responderse que desde el instante muta zs mu h diferencias sustanciales entre 1os proce-
en que identificamos una secuencia de sonidos con significado (i.e. un razones para pen.s;u due iyb y de oraciones o discursos, y estas
morfema o una palabra) hasta el momento en que reconocemos una sos de c.omp~enswn . e p~ a ras vez más el carácter polisémico de
secuencia de unidades lingüísticas hipotéticamente «completa» que diferenctas vtenen a JU~t!ftcdrl ¡na . A tirulo de comentario intro-
puede constituir un acto de habla o describir un estado de cosas en el la noci?n de compre~stlon le engd~t~~encias y semejanzas entre am-
mundo y, por consiguiente, que posee valor de verdad (i.e. puede ser ductono, vamos a sena ar a gunas
verdadero o falso). Dicho de otro modo, comprender el lenguaje es bos procesos.
un proceso complejo integrado por multitud de subprocesos más Algunas diferencias y semejanzas entr~ la comprensión
sencillos que, en muchos aspectos, difieren notablemente unos de 1.2. de palabras y la comprensión de oraczones
otros. El hecho de que no tengamos conciencia del funcionamiento
mental de estas actividades no nos permite, sin embargo, rechazar a d'f . d carácter general entre la compren-
priori el supuesto de que están constituidas por procesos que operan En primer lugar, una 1 erencta. ,e de oraciones radica en el tipo de
sobre símbolos. Los procesos psicológicos iniciales a destacar en este sión de palabras y ld comprenswn lleva a efecto y en la naturaleza
ámbito, y de los que nos vamos a ocupar con detenimiento en este tareas que cada u~o e estos trdces~~ dichas tareas. La comprensión
capítulo, son los del reconocimiento y la comprensión de palabras. de las representacwnes em~ ea as. rancia ·comparar o acoplar un
Tal vez la perplejidad del filósofo ante la aparente «atemporali- de palabras supon~, en pnmera 1?:
de so~idos) con estructuras de
estímulo ~xterno .(t.e. una secuenc adas en la memoria del sujeto, es
dad>• de la comprensión del lenguaje se deba a su ignorancia o incluso
rechazo de las nociones de «proceso y estado computacional», que ya informacion prevta~en~e Íepreser¡r jeto ya dispone (i.e. las entradas
fueran definidas en el capítulo 7, es decir, a la explicación del decir, con inf~r~acw~ e a que e Ss.u mbargo la comprensión de
funcionamiento de la mente humana en términos de operaciones léxicas del dtccwnano mental). b. m t~rios de ~nidades simples (vg.
ejecutadas sobre símbolos. Nociones como las de «proceso computa- oraciones conlleva procesos co~ ~~mplejas (vg. oraciones), lo que,
cional» o «estado representacional» descansan, a su vez, en una palabras) para ~armar otr~s mas el mero acoplamiento de estímulos
distinción que Wittgenstein tampoco parece reconocer, la que existe obviamente, extge algo f!las que . mente almacenadas en la memo-
entre el «saber» y el «actuar», o sea, la distinción entre la competen- externos con representab?nes ~revta n tanto sintácticos (vg. no es lo
cia y la actuación. Una vez que se acepta esta distinción, no hay ria. Estos procesos com. mato no{ s.o pegó a Juan») como semánticos
problema alguno en admitir que cuando una persona reconoce una mismo «Juan pegó da Lmls'» 9ue « ~ts es estrictamente hablando, un
palabra al leerla o escucharla, se halla en un estado mental diferente (vg. un «elefante e P asttc?» n '
co deJa de serlo)·
al estado en que se hallaba antes de reconocer dicha palabra, y que elefante, aunque rampo taciones empleadas en cada uno
este nuevo estado sobreviene a consecuencia de ciertos procesos de Por lo que respec~a a ~asl represl~s unidades lingüísticas utilizadas
actuación lingüística que consumen un tiempo que se puede registrar de estos proceso~~ ca de sen¡ br ~u~on en su mayor parte, unidades
objetivamente. Por contrapartida, se puede afirmar que, en la medida en la comp~enswn e pa a, ra 'morfemas) en tanto que las
en que se estime legítimo hablar de una «competencia léxica» o subléxicas (t.e. fonemas, . ~tla~as Y iones son ~n general, unidades
conocimiento de las palabras de la lengua, «saber lo que una palabra empleadas en la cor:nprenswn . e orac s) aun¿ue también incluyen
léxicas y supraléxzca ~ .(vg. (~mr¡glia~ados «morfemas gramatica-
significa» no puede entenderse como un estado computacional de la
mente, sino más bien como un elemento de la competencia lingüísti- 1
ciertas partículas sub extcas t..e. os 1 f .
les» o «afijos flexivos» 1 que uenen un va or uncwna .
1)
ca, con lo que, obviamente, carece de sentido atribuirle propiedades
temporales. Hecha esta salvedad, es cierto, como dice Wittgenstein,
que «no se puede saber ininterrumpidamente lo que significa una de la morfología léxica, se debe distinguir entre dos
l. Según una clastftcact~:>n ~radtcwnalfl .
• • • 1 • •

L orfología derivativa comprende las reglas


palabra», aunque esta aseveración adquiere, a la luz de estos presu- 1 1 d
clases de mor fo 1ogta: a " enva
uva» y la « extva». a m
. d
f 1
st"mples A esta clase de mor o ogta
1

puestos, un significado muy distinto. b 1 ·


de formacion de pa 1a ras comp e!a . d
1 s a partir
1
e otras · 1
bres (vg «roedor» «demostracion», «nom ra-
b
Todo lo señalado en el párrafo anterior puede aplicarse, mutatis d denvacton e nom · ' b
corresponden los fenomenos e
1
b ( d mostrar>> «nombrar», <<cuidar»), de nom res
miento», <<cuidado») a partir de ver os <<roer», '' e '
mutandis, a la comprensión de oraciones o discursos. Por ejemplo, la
365
364
PSICOLOGIA DEL LENGUAJE. INVESTIGACION Y TEORIA RECONOCIMIENTO Y COMPRENSION DE PALABRAS

No obstante, no parece del todo apropiado reducir los procesos o aso~ian entre sí elementos lingüísticos pertenecientes todos ellos al
de identificación léxica al simple acoplamiento entre estímulos exter- enunciado.
nos y representaciones internas, toda vez que estos procesos requie- En segundo lugar, y de resultas de lo anterior, las representaciones
ren, en numerosas ocasiones, el empleo de operaciones de combina- de entrad~, a los pro~esos de identificación léxica de palabras y de
ción de elementos simples (vg. morfemas) para derivar estructuras y comprenswn de oraciOnes son, en principio, diferentes. Así, como
significados complejos, o, lo que es lo mismo, para reconstruir veremos en br~ve, l?s proce~<?s de identificación léxica se ponen en
estructuras y significados complejos a partir de otros más simples. La ~archa a partir de mforma~w.n, por un lado, fonológica, que sumi-
derivación de palabras a partir de sus formas base en la lengua (vg. ~Istra el sistema de reconocimiento del habla (cfr. capítulo 8), y que
«toro» ---+ «taurino») es un proceso sujeto a reglas de composición mcluye la estructura tanto segmenta! (secuencias de fonemas com-
morfológica que se aplican, por ende, en un orden establecido; por P.~estos por agregados de rasgos distintivos) como métrica (silabifica-
ejemplo, una palabra como «desestabilizadoramente» resulta de la cwn Y acento) de la~ entradas sensoriales, y, por otro, morfológica,
combinación de la raíz «estab-» con un conjunto de afijos que se le q~e, como ~~mos senalado antes, comprende unidades subléxicas (i.e.
van agregando en un orden reglado: primero, los afijos verbales ra1ces Y ~fiJos) con ~alor funcional. En cambio, los procesos de
«estab-iliza», a continuación el sufijo de adjetivo ;<estabiliza-dor», y comprenswn de oraciOnes toman como entrada representaciones
por último el sufijo adverbial «estabilizador-amente» y el prefijo léx_icas dotadas de significado (i.e. las llamadas palabras de «clase
«des-estabilizadoramente». En consecuencia, parece indudable que la abierta», o sea, nombre~, :rerbos, adjetiv~s y algunos adverbios), así
identificación de palabras derivadas (vg. «ensabanar», «abarquilla- com~ elementos tanto lex1cos como sublexicos portadores de infor-
do», «temporizadamente») o compuestas (vg. «ropavejero», «cubre- ma~wn estructuralmente relevante: las palabras de «clase cerrada»
rradiador», «maleducar») exige, de forma similar a la comprensión de (artlcul?s, pro~ombres, preposiciones y conjunciones) y los morfemas
oraciones, el empleo de procesos combinatorios además de los ya gramaticales (1.e. terminaciones de género y número marcadores de
citados procesos de acoplamiento con representaciones almacenadas caso, desine~cias ye~bales, etc.). Esto supone que, al ~enos desde un
en la memoria (véase Emmorey y Fromkin, 1988, o Hankamer, 1989, punto de vista logico, los procesos de comprensión de oraciones
para una exposición razonada del papel de la morfología en el ope.r,an con las represen~aciones de salida de los procesos de identifi-
reconocimiento léxico). ~a~wn ?e palabras, ra~on P<?r la cual aquéllos se sitúan en un plano
A pesar de esta salvedad, no se puede decir que los procesos Jerarqmcam~nte supen?r. a estos. Esto no impide, en modo alguno,
combinatorios empleados en la comprensión de palabras y en la que, dadas ciertas condiciOnes, o a partir de un determinado momen-
comprensión de oraciones sean de la misma naturaleza: en el caso del to, ambos pr~cesos (identificación léxica y comprensión de oraciones)
léxico, se asientan, predominantemente, en reglas de yuxtaposición puedan trabaJar en paralelo o de forma interactiva.
de afijos, que se aplican sobre elementos subléxicos, mientras que en En ~er.cer lug~r, las representaciones de salida de ambos procesos
el caso de las oraciones, son reglas dependientes de estructura que son .asimismo dif~rentes; ~1 p.roceso de comprensión de palabras
operan sobre elementos léxicos. En suma, empleando una terminolo- arroJa repres~n~aczones lexzc~s Integradas por la estructura fonológi-
gía lingüística estructuralista o saussuriana, se puede afirmar que la ca (~ ~rtog_rafzca) y morfologica de la palabra, más su estructura
comprensión de palabras se basa fundamentalmente en procesos de semantzca, JUnto con las propiedades sintácticas que definen el lugar
carácter paradigmático en virtud de los cuales unidades o formas que pu~de ocupa~ y el papel que puede desempeñar en la oración (i.e.
lingüísticas presentes en el enunciado se asocian a representaciones cate~ona gr~matlcal, argumentos que puede tomar si se trata de un
ausentes del mismo (localizadas, por así decir, en un hipotético p~edicado, tip.o de complementos que puede llevar si se trata del
diccionario o inventario léxico), mientras que la comprensión de nucleo ~e un smtagma, etc.). En cambio, los procesos de comprensión
oraciones se basa en procesos de carácter sintagmático que combinan de o.r~cwnes resultan en una representación del significado de la
oraczon q~e abarca tanto su contenido proposicional (la descripción
(vg. <<enfermedad,,, «ciudadanÍa») a partir de otros nombres (<<enfermo», <<ciudadano>>), de adjeti-
de la.s entidades o ~rgum~ntos que incluye y del predicado que las
vos (vg. <<lavable», <<gravoso», <<renombrado», <<presumido») a partir de nombres (<<lavar», <<gra- relacwn~), que, a diferencia de las palabras aisladas, posee valor de
var») o de verbos (vg. <<taponar», <<anudar») a partir de otros nombres (<<tapÓn», <<nudo»). La verdad (1.e. J?Uede corresp?nder o no al estado de cosas en el mundo),
morfología flexiva, por su parte, se ocupa de las reglas en virtud de las cuales una determinada co~no la actztud proposzczonal que expresa, es decir, la relación que
pieza léxica (vg. nombre, verbo o adjetivo) puede realizarse de diferentes maneras en la oración
según la relación de concordancia que mantenga con otras piezas léxicas de la misma. A esta clase
existe entre e.l SUJeto hablante y el contenido proposicional (recuérde-
de morfología pertenecen fenómenos tales como la asignación de género, número y caso (declina- se el tratamiento dado a las nociones de «contenido» y «actitud
ción) a nombres, adjetivos o pronombres, o la conjugación de verbos. proposicional» en el capítulo 7).

366 367
PSICOLOGIA DEL LENGUAJE. INVESTIGACION Y TEORIA RECONOCIMIENTO Y COMPRENSION DE PALABRAS

Naturalmente, aparte de estas diferencias, por lo demás indiscuti- que una sola palabra constituye a la vez ~?a oración comJ?leta, o
bles, hay que señalar algunas semejanzas entre los procesos de inclusive un texto (vg. «ven», «llueve», «umeronse» ), y a la mversa,
comprensió~ de pal~bras y oraciones. Una semejanza a la que ya hay casos en que varias palabras pueden formar una única represen-
hemos aludido antenormente es que ambos procesos requieren, aun- tación léxica o conceptual; para demostrar esto último no hace falta
que sea en grado distinto, el uso de reglas combinatorias. Otra recurrir a los poéticos nombres indios de las películas del oeste, como
semejanza más importante, si cabe, es la existencia, en ambas clases «el-que-acecha-en-las-sombras-cual-astuta-serpiente», sino que basta
d~ procesos, de dos nivel~s de representación relativamente indepen- echar una ojeada a expresiones lingüísticas complejas muy frecuentes,
dientes. Por un lado, un mvel en el que se representan las propiedades por lo demás, en el lenguaje ordinario (vg. «I?ájaro de .metal»,
formales o estructurales del estímulo lingüístico; en el caso de las pa- «hombre de negocios»), que en las lenguas de tipo «aglutmante»,
labras, sus estructuras fonológica y morfológica, y en el de las ora- como el alemán o el turco, pueden enunciarse mediante elementos
ciones, su estructura sintáctica; y por otro lado, un nivel en el que se léxicos individuales resultantes de la yuxtaposición de varias pala-
representan las propiedades semánticas de dicho estímulo, esto es, la bras: tal es el caso de muchos vocablos alemanes: vg. adjetivos como
representación del significado de la palabra y/o la oración. La «sternflammend», que traducido al castellano significa «ardie.J?-te-
~istinción entre est~s dos niveles de representación queda de mani- como-una-estrella» (de «Stern» = estrella, y «flammend» = ardien-
fiesto en el hecho evidente de que es perfectamente posible identificar te), o nombres como «Handschuhgeschaft», que significa literalmente
u,n~ estructura fonológica y morfológica en ausencia de significado «tienda de zapatos de mano» (de «Hand» = mano, «Schuh» =
lexico, tal y como sucede en las llamadas «pseudopalabras»· así el zapato, y «Geschaft» = tienda), esto es, «guanterÍa». Un caso si cabe
lector no encontrará dificultad alguna en establecer la c~teg~ría más llamativo de aglutinación léxica es el que ofrece el turco, que
gramatical, efectuar la descomposición morfológica e indicar la es- admite, por ejemplo, la adición recursiva de sufijos para obten~r
tructura silábica de estímulos «pseudolingüísticos» como «opilorio», palabras derivadas que a priori p~eden ser interminabl~s; así, a. pa~~Ir
«escrandar» o «avitoso». Asimismo es perfectamente posible asignar de una raíz como «goz» ( = OJO), se puede producir la aÍIJacwn
una estructura sintáctica a secuencias de pseudopalabras carentes de recursiva de los morfemas «-lük» ( = cosa para) y «-S:Ü» ( = persona
significado como, por ejemplo, la «pseudo-oraciÓn» del ejemplo 1. para), dando lugar a palabras tan curiosas como «gozlüks:ülüks:ülük»,
que significa literalmente (léase en sentido inverso) «una cosa para
1. Los opilorios escrandaron fildamente los plandiscos avitosos.
una persona para una cosa para una pers~na para una cosa para .l?s
ojos», lo que una vez interpretado, se entiende como «la ocupacwn
Como indicábamos en el capítulo 7, uno de los objetivos capitales del defensor de los oculistas» (ejemplo tomado de Hankamer, 1989).
de la investigación contemporánea sobre el procesamiento del len- Al margen de estas disquisiciones, más propias de la lingüística o
guaje es determinar hasta qué punto los procesos de interpretación de la filosofía del lenguaje que de la psicología, en este capítulo nos
del significado léxico y oracional son independientes de los procesos ocuparemos del estudio de los procesos psicológicos que subyacen a
de recuperación de la forma en estos dos niveles de representación la comprensión de palabras y oraciones, dejando en un segundo
lingüística. La cuestión radica en averiguar si el acceso al significado plano tanto los aspectos puramente lingüísticos, que ya fueron trata-
está necesariamente mediado por procesos de acceso a la forma de los dos en el capítulo 6, como todo lo relativo a la experiencia «fenome-
enunciados. La respuesta a esta incógnita es importante no sólo para nológica» de la comprensión, es decir, a los aspectos más cualitativos
conocer el funcionamiento de los procesos de actuación lingüística, y subjetivos de la experiencia de comprender lenguaje. Por otra parte,
sino también para esclarecer cuál es la estructura de los conocimien- no vamos a establecer de modo sistemático una distinción entre las
tos en los que se apoyan tales procesos; por poner un caso ya modalidades auditiva y visual de recepción de los estímulos lingüísti-
comentado, uno se puede preguntar hasta qué punto es lícito postular cos, salvo en los casos en que resulte oportuno hacerlo (cfr. apartado
un componente sintáctico en la gramática totalmente segregado de 3). Así pues, vamos a partir de la consideración de que, por regla
otros tipos de conocimiento gramatical o extragramatical (cfr. capítu- general, no existen diferencias sustanciales entre la comprensión oral
lo 6, para una discusión más amplia). y escrita del lenguaje, en lo que a los procesos se refiere. Este
Hay que hacer notar, de todos modos, que aunque pt;ledan supuesto explica el empleo mayoritario de tareas y materiales visuales
considerarse lógicamente independientes, los procesos de identifica- en la investigación sobre la comprensión del lenguaje, cosa que debe
ción de palabras y de comprensión de oraciones se solapan muchas·· hacerse extensiva tanto a palabras y oraciones como a textos y
veces en la práctica, dado que los límites entre la palabra y la oración discursos. Definamos, pues, el objetivo primordial de los apartados
son, en ocasiones, bastante difusos. Así, a menudo hallamos casos en que siguen. El problema central del reconocimiento léxico, del que
368 369
PSICOLOGIA DEL LENGUAJE. INVESTIGACION Y TEORIA RECONOCIMIENTO Y COMPRENSION DE PALABRAS

nos ocuparemos en este capítulo, es el,d~ cómo se aislan .Y de~c.odifi­ a través de procesos especializados e independientes de la decodifica-
can cadenas fonémicas (o de signos graflcos) en orden a Identificar o ció~ fon~lógica ·o si, por el contrario, la lectura de palabras requiere
reconocer las unidades significativas del habla, es decir, los morfemas ?bh,ga~onamente la traducción de los estímulos visuales al código
y las palabras. Por su parte, el asunto f~n<;Iamenta,l de la compren~ión tonemico empleado en el reconocimiento auditivo. Por último, es
de oraciones, que será tratada en el proximo capitulo, es ~1 de como preciso evaluar el papel de la información contextua! en el reconoci-
se obtienen representaciones del significad? de los e~unciad?s Y de miento léxico, en combinación o en comparación con la información
los actos de comunicación que éstos tr~nsmiten a parn~ ~e la mtegr~­ procedente del estímulo. El problema, en este caso radica en descu-
ción de información procedente de vanas fuentes (vg. lexica, gramati- brir de q~é grado de autonomía o «encapsulamient~» goza el compo-
cal y con textual). nente léxico en las operaciones de identificación de palabras, frente a
otros componentes lingüísticos o extralingüísticos que participan en
la comprensión. Expresado de otro modo, se trata de aclarar cómo se
2. REPRESENTA ClONES Y PROCESOS EN LA COMPRENSIÓN coordinan los procesos de análisis de la señal estimular («abajo-
DE PALABRAS arriba») con los procesos de activación o recuperación de conoci-
miento general («arriba-abajo») y cuál es la contribución relativa de
La identificación de palabras ha de ser forzosamente .~n proceso cada uno de ellos al procesamiento léxiCo. En los próximos apartados
relativamente temprano entre los procesos de comprenswn del _len- examinaremos estos y otros problemas.
guaje, ya que para poder interpretar el significad<? de un enunc.Ia?o ¿Cómo reconoce un oyente o lector las unidades portadoras del
lingüístico, el sistema de comprensión del lenguaJe h.a de «d~cidir>> significado lingüístico (morfemas y palabras) presentes en la repre-
previamente qué palabras se hallan presentes en el mis~o. A JUzgar sentación fonológica u ortográfica de un enunciado verbal? El proce-
por la velocidad con que se desenvuelve una conversacwn normal o so de identificación léxica se puede definir, a grandes rasgos, como un
con la que se lee un texto de dificultad media, el p~oceso de proceso de «activaciÓn» de conocimientos almacenados en un supues-
identificación de palabras ha de proceder con no.t~ble rapidez. Y, en to «diccionario mental» o memoria de palabras, a partir de una
consecuencia, con escaso margen para tomar decisiones cons~Ie.ntes. entrada sensorial dotada de ciertas características. Este proceso con-
No obstante, como vamos a comprobar en breve, el reco~ocim!ento siste, pues, en acoplar o hacer corresponder una entrada sensorial o
léxico es un proceso sumamente complejo en el que mtervienen perceptiva a un conocimiento o información del que ya se dispone.
muchos tipos de información: 1) información ~sti.mular o d; e?tra<;~a, Esta definición suscita de inmediato dos preguntas: en primer lugar,
que puede estar codificada en un formato fonemico o grafemico (I.e. ¿qué clase de información acerca de las palabras de la lengua tenemos
claves acústicas, rasgos distintivos fonémicos y patrón de ac.entua- almacenada en la memoria y cómo está organizada esa información?;
ción, en el primer caso, o trazos rectos y curvos c?n diver~~s y en segundo lugar, ¿cómo es exactamente la representación de
orientaciones y tamaños relativos en el segundo)? 2) mformacwn entrada que pone en marcha el proceso de reconocimiento léxico, es
léxica almacenada en la memoria, que ha de ser activada y compara- decir, cuáles son las unidades perceptivas empleadas en la identifica-
da con la información procedente del estímulo; y 3) información ción de las palabras de un texto o de una oración? Una tercera
contextua/, que puede ser lingüística y, por tanto, localizada en el cuestión, ligada a las dos anteriores, se refiere a la naturaleza misma
texto o discurso previo, o bien extralingüística, es decir, pr~sente en del proceso de activación, acoplamiento o correspondencia entre
el entorno estimular o en la memoria del sujeto perceptor; la mforma- representaciones de entrada al léxico y representaciones internas del
ción contextua! puede facilitar o dificultar el proceso de identifica- léxico.
ción de palabras.
A tenor de estas observaciones, es lógico suponer que uno de los 2.1. N atu raleza de las representaciones léxicas
principales problemas que suscita el estudio de la comprensión de almacenadas en la memoria
palabras sea determinar cuáles son los subprocesos o etapas en que se
descompone este proceso, así como averiguar de qu~ mod? se coordi- El conocimiento que todo hablante/ oyente lingüísticamente compe-
nan los distintos tipos de información que en él .mte~v:Ienen: Otra tente posee acerca de las palabras de su lengua se puede caracterizar,
cuestión que no se puede soslayar se refiere a las hipotetlcas diferen- en líneas generales, como una lista o una red de «entradas léxicas»
cias entre el reconocimiento auditivo y visual de palabras. El proble- cada una de las cuales lleva <:lparejadas ciertas propiedades. Metafóri-
ma crucial a· resolver en este terreno es el de determinar hasta qué c~m~nte ~ablando, el léxico mental se puede comparar, pues, con un
punto la identificación visual de palabras durante la lectura se efectúa diccwnano monolingüe al que se le ha añadido alguna información

370 371
PSICOLOGIA DEL LENGUAJE. INVESTIGACION Y TEORIA RECONOCIMIENTO Y COMPRENSION DE PALABRAS

suplementaria (Valle Arroyo, 1991). Así, cada entrada léxica de este


V)
hipotético diccionario ha de incluir los siguientes elementos: o
Cl
o><:
r:!::S '"Oo
<
1) una representación fonológica, semejante a la pronunciación oo Q)
"'
Ul Q)
e:: .....
~ S
figurada que aparece en los diccionarios, en la que se especifica la V)

estructura segmental de la palabra (secuencia de fonemas con sus <


rasgos distintivos), organizada tal vez en unidades silábicas y con un
patrón de acentuación;
2) una representación ortográfica compuesta por una secuencia
de letras con rasgos visuales;
3) una representación morfológica que refleja la estructura deri-
vativa de la entrada léxica y, en ciertos casos, su categoría gramatical
(vg. hay sufijos como -ción, -ía, o -dad, que caracterizan a los
nombres, otros como -r, -ndo, o -do, típicos de los verbos, y otros
como -oso(a), o -ble, que identifican a los adjetivos, etc.);
4) una representación sintáctica que establece la categoría gra-
matical de la entrada léxica, así como sus marcos de subcategoriza-
ción, esto es, los contextos estructurales en que puede aparecer;
5) una representación del significado de la palabra, consistente
en un agregado de rasgos primitivos semánticos o en un enunciado-
definición como los de un diccionario; <
u
6) una lista de términos o conceptos asociados a la entrada G
léxica por su significado. o,....¡
o
El cuadro 9.1 muestra dos ejemplos de entradas léxicas de un ~
o
hipotético diccionario mental con sus propiedades más relevantes. ~
En este capítulo vamos a centrar nuestra atenció~ en las cuestio- <
nes relativas al procesamiento léxico, es decir, al conjunto de proce- u o
¡:¡:: N
sos mediante los cuales el oyente o lector reconoce la forma de las < <
palabras que percibe, comprende su significado y accede a otras
~
ü
z
propiedades de las piezas léxicas almacenadas en su diccionario o b
¡..... <
~
mental. Por contra, los problemas concernientes a la representación ~

léxica, esto es, a las estructuras de información a las que el oyente o o


lector accede a la hora de reconocer y comprender palabras, van a <
u
quedar relegadas a un segundo plano. Ello hace aconsejable aludir G
aquí, aunque sea de pasada, a algunas de las cuestiones más relevan- o,....¡
tes de la representación de las palabras en el léxico interno. Las dos o
que han acaparado el interés de los investigadores son, por un lado, zo
de qué modo se halla representado el significado de las palabras en la r:,L,

memoria, esto es, el problema de la representación mental de los


conceptos, y por otro, cuál es el papel que desempeñan las variables
morfológicas en la organización y el acceso al léxico interno.

1. Teorías del significado de las palabras. El problema de la


semántica léxica ha sido abordado en psicología cognitiva desde tres
teorías o perspectivas contrapuestas. Por un lado, algunos autores

372 373
PSICOLOGIA DEL LENGUAJE. INVESTIGACION Y TEORIA RECONOCIMIENTO Y COMPRENSION DE PALABRAS

(vg. Katz y Fodor, 1963; Smith, Shoben y Rips, 1974) consideran que prefijos y sufijos) que se pueden agregar a las raíces en los procesos
el significado de las palabras (o, lo que es lo mismo, los conceptos) morfológicos de flexión y derivación, más un conjunto de reglas para
está representado en la memoria en forma de agregados de rasgos, llevar a efecto dichos procesos.
también llamados «primitivos semánticos», de cuya combinación A la primera hipótesis se la conoce como «hipótesis del listado
reglada surge la representación semántica de la palabra. A estas exhaustivo», y ha sido defendida bajo diferentes versiones por nume-
teorías se las conoce como «modelos composicionales» del significado rosos autores (vg. Lukatela et al., 1980; Butterworth, 1983). La
léxico. Frente a esta concepción, hay modelos que proponen la idea segunda hipótesis, o «hipótesis del listado parcial», sostiene que para
de que los conceptos están organizados en la memoria en forma de reconocer palabras derivadas es preciso efectuar la descomposición
una red de representaciones conectadas entre sí que se transmiten de la palabra en sus constituyentes morfológicos (i.e. raíz y afijos).
activación; se trata de los modelos de «redes semánticas» (Collins y Según algunos investigadores (Taft y Forster, 1975), la operación de
Loftus, 1975). En estos modelos, cada unidad de la red representa un segmentación o descomposición morfológica (que ellos denominan
concepto individual y lleva asociado un conjunto de rasgos semánti- «despojo de afijos» o affix stripping) se produce antes del reconoci-
cos primitivos. miento de la raíz de la palabra; para otros, en cambio (Hankamer,
Finalmente, y como alternativa a los modelos basados en rasgos, 1989), acontece después. Naturalmente, hay propuestas que intentan
surgió la llamada «teoría de los prototipos» (Rosch y Mervis, 1975), conciliar ambas hipótesis. Así, por ejemplo, Laudanna y Burani
que subrayaba la idea de que los conceptos son categorías difusas, es (1985) han propuesto un modelo de listado exhaustivo que incluye, a
decir, una clase de representaciones mentales carentes de límites la vez, la representación de la estructura morfológica interna de cada
precisos. Bajo este punto de vista, la noción de rasgo se considera palabra. Otros autores (Seguí y Zubizarreta, 1985) consideran que el
inadecuada para caracterizar el significado de las palabras, ya que no acceso a palabras con prefijos (vg. «des-pedir») y a palabras con
es posible hallar un conjunto a la vez necesario y suficiente de rasgos sufijos (vg. «pedi-güeño») se efectúa de manera distinta: las primeras
primitivos que permita definir correctamente cada categoría concep- se reconocerían a través de una representación con el prefijo incorpo-
tual; antes bien, el criterio para asignar un objeto (o «caso») a un rado y las segundas por medio de la representación de la raíz de la
determinado concepto (o «tipo») es la «semejanza familiar» que palabra, previa descomposición morfológica.
existe entre el objeto en cuestión y los ejemplares más prototípicos Una distinción que se ha revelado sumamente útil en orden a
del concepto, esto es, un juicio probabilístico basado en la proximi- esclarecer el papel de la estructura morfológica en las representacio-
dad relativa del objeto a una u otra categoría: así, el «caso» pingüino nes léxicas es la que se estableció entre una «morfología de Nivel 1» y
sería un ejemplar no prototípico del «tipo» pájaro, en comparación una «morfología de Nivel 11» (cfr. Kiparsky, 1982; y también Emmo-
con otros ejemplares más prototípicos (vg. gorrión) (para una revi- rey y Fromkin, 1988). La morfología de Nivel 1 comprende todas
sión detallada de estas y otras teorías del significado de las palabras, aquellas palabras morfológicamente relacionadas entre sí que tienen
véase, entre otros, Garnham, 1985; Valle Arroyo, 1991; y Sierra, raíces fonológicamente diferentes, esto es, palabras cuyos procesos de
1991). flexión y/o derivación alteran la estructura fonológica de la raíz (vg.
2. Morfología. En lo que concierne al papel de las variables palabras «irregulares» como «dormir» --+ «duerme», «toro» --+ «tau-
morfológicas en la organización y el acceso al léxico interno, el rino», etc.). La morfología de Nivel 11, en cambio, incluye las
problema se puede plantear en forma de los siguientes interrogantes: palabras cuya flexión y/o derivación deja intacta la estructura fonoló-
¿qué información se encuentra «listada» en el léxico interno?, ¿qué gica de la raíz (vg. «misa» --+ «misal», «tragar» --+ «tragÓn», etc.). La
distinciones morfológicas son relevantes para el procesamiento léxi- utilidad de esta distinción radica en que permite albergar la hipótesis
co? Las respuestas que se han sugerido a estas preguntas se pueden de que las palabras con una morfología de Nivel 1 (i.e. irregulares)
agrupar en dos hipótesis alternativas, cuyas formulaciones más extre- requieren un listado independiente, y por tanto exhaustivo, en el
mas son las siguientes: 1) el léxico interno consta de una lista léxico interno, mientras que las palabras con una morfología de Nivel
exhaustiva de todas y cada una de las entradas léxicas de la lengua, lo II pueden disponer de una única representación en el diccionario
que incluye tanto las formas base de las palabras (vg. «misa», mental (i.e. la de la forma base de la palabra).
«tragar», «dormir») como las palabras derivadas (vg. «misal», «tra- En cualquier caso, la extrema complejidad de la morfología y la
gÓn», «duerme») e incluso las compuestas (vg. «misacantano», «tra- presencia de abundantes irregularidades y excepciones en este compo-
gaperras», «duermevela»); y 2) el léxico contiene tan sólo una lista nente de la gramática (en especial en algunas lenguas) hacen difícil
parcial de entradas léxicas que comprende por separado las formas optar por una solución general que permita dar cuenta de la enorme
base (o, más concretamente, las raíces) de las palabras y los afijos (i.e. variedad de fenómenos que se dan cita en este ámbito del procesa-

374 375
PSICOLOGIA DEL LENGUAJE. INVESTIGACION y TEORIA RECONOCIMIENTO Y COMPRENSION DE PALABRAS

miento lingüístico (para una revisión detallada en castellano de estos etapas diferenciadas: una primera etapa, en la que se hacen accesibles
problemas, véase Viso y García-Albea, 1985). al sujeto las propiedades formales de la palabra (i.e. su representación
fonológica u ortográfica), y otra etapa posterior en la que se accede al
~1 símil entre ~lléxico mental y un diccionario de la lengua a que significado y, posiblemente, a otras propiedades de la entrada léxica.
aludiamos al comienzo de este apartado resulta, no obstante, inade- La primera etapa constituye propiamente lo que llamamos el recono-
cuado en .algunos aspectos. Por ejemplo, en el léxico mental es cimiento de la palabra, es decir, su identificación como miembro del
a,lt~mente Improba.ble (por no decir descabellado) que las entradas diccionario mental, mientras que la segunda comprende lo que se
lexicas a~ar~zcan. listadas ,en orden alfabético, como suele ser norma conoce como procesos de «acceso al léxico» y «comprobaciones post-
en los dic~wnanos. Segun hemos observado en relación con la acceso». Como veremos en el apartado 5, los modelos que mantienen
repr~sentaciÓn de los significados léxicos, algunos modelos conside- la existencia de dos etapas en la comprensión de palabras atribuyen
ran mclu~o dudo~o que el léxico mental consista en una lista de un carácter autónomo a la primera de ellas y admiten interacciones
entradas mdependientes unas de otras, y se inclinan, en cambio, por más o menos restringidas con información supraléxica en la segunda.
u.~a est;uctura. en forma de red de nodos con conexiones, organiza_ Para estos modelos, el reconocimiento de la forma (fonológica u
CI.on mas propia de u? «tesauro» ,que de un diccionario convencional. ortográfica) de la palabra es un proceso guiado por la señal y, por
Fmalme~te, las propiedades sintacticas de _las palabras y los concep- tanto, estrictamente de «abajo-arriba» y sin interferencia o influjo de
tos asoc.Iados a ellas (punto; 4 y 6) no ~Iguran en los diccionarios la información de orden superior; la influencia de «arriba-abajo» tan
convenciOnales~ aunque, segun se ha podido constatar, estas propie- sólo comienza a producirse una vez que la representación fonológica
dades desempenan un papel destacado en el procesamiento léxico. u ortográfica de la entrada léxica ha sido total o parcialmente
El hecho de que las seis propiedades antes citadas estén represen- recuperada. Para otros autores, en cambio (Morton, 1979; Elman y
t~das separ~dam.ente en el léxico mental supone que, en determinadas McClelland, 1984), el reconocimiento de la palabra y el acceso al
Circunstancias, cier~as entradas léxicas pueden estar incompletas, esto léxico son dos fenómenos que acontecen simultáneamente, por lo que
es, pueden. verse pnvadas de algunas de estas representaciones asocia- no es pertinente distinguir dos etapas sucesivas en el procesamiento
das. Por eJemplo, los ni~os que aún no han aprendido a leer 0 los léxico. Esto implica postular un modelo interactivo o de «acceso
adultos analfab~to~ no disponen de representaciones ortográficas de directo» en el que toda la información potencialmente relevante para
las f?ala~ras. Asimismo, en trastornos selectivos del lenguaje (afasias identificar una palabra puede ejercer su influjo desde los primeros
o dislexias) .se puede producir la pérdida o la imposibilidad de instantes del procesamiento. En los modelos de acceso directo, las dos
acceder a cier.tas clases de infor~ación léxica: por ejemplo, en fuentes de información empleadas en el reconocimiento léxico (i.e. la
algun~s alterac~~nes de }a comprenswn del lenguaje se halla perturba- información estimular y contextua!) contribuyen, pues, conjuntamen-
da la m~ormacwn semantica o conceptual de las palabras, mientras te a la identificación de palabras.
q.~e en cie~t~s trasto~no; de la producción se ve afectada la informa-
cwn fonologica y/o smtactica. Además, incluso los individuos norma- 2.2. El problema del código de acceso
l~~ pueden,s~frir bloqueos momentáneos en el acceso a la representa- y los procesos de segmentación
cion fonologica de una palabra (como sucede en los llamados estados
de <~pu?~a de la lengua», cfr. capítulo 12) o sencillamente desconocer Antes de entrar a fondo en la discusión sobre las dos categorías
e! sigmfic.ado de ~~labras poco frecuen~es, aunque conserven otros alternativas de modelos del reconocimiento de palabras, es preciso
tipos de mfo~macwn so~.re ellas (¿sabna el lector definir palabras abordar la segunda de las cuestiones planteadas al inicio de este
como «conspicuo», «mumr» o «calipedia»?). apartado, esto es, cuál es la representación o descripción preliminar
En cualq~ier caso, una cuestión aún por descubrir es cómo se de la señal visual o acústica del lenguaje, suponiendo que exista tal
hallan org.amzados. ~n nuestro, diccionario mental estos seis compo- representación, que pone en marcha los procesos de reconocimiento.
nentes de mformacwn y de que manera se hacen accesibles al oyente Dicho en términos metafóricos, esto equivale a preguntarse cuál es la
o lector en. ~1 transcurso de los procesos de reconocimiento léxico. llave que nos abre las puertas del diccionario mental para localizar en
?obre la dificultad de esclarecer cuál es la organización del léxico él las piezas léxicas que hemos de encontrar o activar en el curso de la
mt~rno ya he!;los hecho algunas reflexiones. En lo que al acceso se comprensión del lenguaje. Desde el punto de vista de la percepción,
refiere, tambien hay posturas divergentes. Según algunos autores podría decirse que la representación que da inicio a los procesos de
(Forster, 1976, 1990;. ,Marslen-Wilson, 1987; Swinney, 1979), los reconocimiento léxico debe corresponder a la unidad lingüística
procesos de comprenswn de palabras constan, como mínimo, de dos mínima a partir de la cual se dan constancias perceptivas fiables o,
376 377
PSICOLOGIA DEL LENGUAJE. INVESTIGACION Y TEORIA RECONOCIMIENTO Y COMPRENSION DE PALABRAS

dicho de otro modo, desaparece la ausencia de invarianza perceptiva nes que se han propuesto como código de acceso cabe señalar unidades
(véase el capítulo 7 para un tratamiento más amplio de este proble- fonémicas individuales (Pisoni y Luce, 1987), la sílaba inicial (Mehler et
ma). Con ello, se da a entender que esta representación, que se al., 1981; Segui, 1984), la llamada «sílaba ortográfica» (Taft, 1979), la
conoce como «código de acceso» (access code), «representación de porción acentuada de la palabra o la rima (Grosjean y Gee, 1987). En el
acceso» o también «representación de contacto» (dado que hace cuadro 9.2 se señalan, en mayúsculas, las diversas representaciones de
posible el primer contacto con el léxico), no tiene por qué ser la acceso aludidas para la palabra «cafetera».
palabra entera, sino que basta con una porción de la misma, aunque Un_a segunda alternativa mantiene también la existencia de repre-
parece bastante probable que, al menos en el caso del lenguaje sentaciOnes de acceso en el reconocimiento léxico, aunque éstas
hablado y a tenor de los datos de que se dispone sobre la consecución pueden diferir de unas palabras a otras en función de ciertas propie-
de constancias perceptivas (cfr. capítulo 8), ha de ser algo más que la dades de la entrada léxica en cuestión. Autores como Marslen-Wilson
unidad mínima de representación lingüística (i.e. el fonema). y Tyler (1980), por ejemplo, conceden extraordinaria importancia a
Abundando en esta misma cuestión, la mayor parte de los investi- la porción inicial de la palabra, y en concreto a la parte que abarca
gadores coinciden en afirmar que, tanto en la percepción del habla aproximadamente los primeros 150 mseg., aunque señalan que no
como en la lectura, el acceso al léxico mental está guiado por la cabe hablar de una unidad fija lingüísticamente definida que sirva
porción inicial de la palabra, toda vez que se supone portadora de la como representación de acceso. Antes bien, cada palabra presenta un
información más relevante. Así lo pone de manifiesto, por ejemplo, el «punto ~primo de reconocimiento» o «punto de unicidad» (unique-
hallazgo de que las palabras habladas suelen reconocerse en tiempos ness pomt), momento a partir del cual sobreviene una drástica
más breves de lo que dura su emisión completa (Grosjean, 1980), o la reducción de los posibles candidatos a entrada léxica, o sea, el punto
observación de que los errores fonéticos que se cometen al hablar son en el que el candidato definitivo se destaca sobre los demás. Esto
más fáciles de detectar cuando afectan a la porción inicial de la puede observarse en el cuadro 9.3, en el que, a medida que se añade
palabra (vg. «serveza>> vs «cervesa») (Cole y Jakimik, 1980). Sin información de entrada se va reduciendo el número de candidatos
embargo, no se puede pasar por alto el concurso de otros factores que hasta lle~ar al hipotético «punto Óptimo», indicado en el ejemplo con
pueden condicionar o matizar la importancia de la porción inicial de un astensco:
la palabra en los procesos de reconocimiento léxico. En razón de ello, En tercer lugar, hay modelos (Morton, 1979; Klatt, 1980; Elman y
se han propuesto diversas hipótesis sobre la identidad del código de McClelland, 1984) que estiman innecesario postular representaciones
acceso al léxico, hipótesis que, en último término, se reducen a las lingüísticas de acceso al léxico, lo que equivale a defender la idea de
rres que referimos a continuación. que los procesos de reconocimiento tienen lugar de forma directa,
Algunos modelos defienden la existencia de una representación esto es, sin mediación lingüística entre la señal acústica y la entrada
abstracta y relativamente superficial (i.e. fonológica y/u ortográfica) que léxica. Los procesos léxicos así entendidos operarían mediante la
facilita la puesta en marcha de los procesos de reconocimiento. Esta sucesiva acumulación de información acústica, según algunos mode-
representación es, además, constante, o sea, no depende de característi- los (cfr. Klatt, 1980) o acústica y contextual, según otros (cfr.
cas idiosincráticas de la palabra, tales como la longitud, la frecuencia o Morton, 1979; Elman y McClelland, 1984), lo que daría como
el número de palabras con las que guarde semejanza (lo que habitual- resultado la activación de las representaciones almacenadas en la
mente se denomina los «vecinos» de la palabra). Entre las representado- memoria léxica del sujeto. En estos modelos, el problema de la
ausencia de invarianza es desplazado, de un modo u otro, hasta el
nivel léxico de procesamiento.
Si se defiende la existencia de un código de acceso para el
representaciones de acceso ejemplo reconocimiento de palabras, será necesario explicar cómo se obtiene
este código y de qué modo se utiliza para llegar a la entrada léxica.
fonema /K/ -/a/f/e/t/ e/r/a/ Todos los modelos que postulan un código de acceso explican su
sílaba inicial fonológica #KA#- fetera
sílaba inicial ortográfica # KAF# -etera
o.~tención en virtud de un proceso de «segmentaciÓn» o fragmenta-
sílaba acentuada #ka# fe#-# TÉ#-# ra# ~lon de la entrada sensorial en unidades lingüísticas discretas. Entre
rima #ka# fe#-# TE# RA# ~~~ numerosos trabaj?s que versan sobre los procesos de segmenta-
Cion en el acceso al lexico, vamos a comentar sucintamente algunos
Cuadro 9.2.-Representaciones o códigos de acceso postulados por distintos modelos d.e, los que destacan el papel de la sílaba como unidad de segmenta-
de reconocimiento de palabras, ejemplificados con la palabra cafetera. Cion y, por tanto, como código de acceso en el reconocimiento léxico.

378 379
RECONOCIMIENTO Y COMPRENSION DE PALABRAS
PSICOLOGIA DEL LENGUAJE. INVESTIGACION y TEORIA

segmentación propias de su lengua materna a la lengua en que


resultan apropiadas, sino que además las extrapola hacia lenguas de
A a~~?· abat, abalorio, abanico, abanderar' abandonar abatir características fonológicas distintas a la suya propia.
:ca~~::· a:a~s~o~d::!~, aabl:~~:r, a~:r~:ar~f::urr~, abstracto:
En cuanto al reconocimiento visual de palabras, se ha postulado
agarrar, agente, agotado, ajo, al~meda aiemán ' a nar, afe~to, como código de acceso una unidad equivalente, en el plano ortográfi-
co, a la sílaba fonológica; se trata de la llamada «sílaba ortográfica»
anacrónico, anonadado, año... ' ' amargo, amtgo,
(Taft, 1979), una unidad que abarca la sílaba fonológica en su
AB a~~?· ab~?· abalor~o, abanico, abanderar' abandonar abatir totalidad más tantas consonantes como lo permitan las reglas orto-
a tcar a .tsmo, ab~tr, abrochar, abrumar, aburrir ab~tracto '
ABA abbad? abaJO, abalono, abanico, abanderar' abando~a b ....
gráficas y morfológicas del idioma. Así, si bien la silabificación fonoló-
ABAN a amco, abanderar' abandonar... r' a attr. .. gica de la palabra «moneda» sería #mo#ne#da#, su silabificación
~·ABANI abanicar, abanico .. . ortográfica sería en cambio #mon#ed#a#, esto es, incluiría en la
ABANIC abanicar, abanico .. . primera sílaba la consonante In/, sin por ello violar las reglas orto-
ABANICO gráficas y de pronunciación del castellano (de forma similar, la pala-
bra «transistor» se silabificaría ortográficamente como #trans#is#tor#).
En los primeros estudios de reconocimiento visual de palabras,
Cuadro 9.3.-Ejemplo de la reducción progresiva del n 1 •
llevados a cabo en inglés (Taft, 1979 2 ), la segmentación basada en
para el reconocimiento en funciol n de 1 . .e 'ó umero de candtdatos léxicos
• a tn1ormact n percept" d 1 1b la sílaba ortográfica arrojaba tiempos de reconocimiento menores que
opttmo de reconocimiento o «punto d e umct
1 . 'd a d » para la ptva1 be a pa
b a· ra. El punto
·
1
'

para 1a ratz abanic-) está señalado con un astensco.


. ' a a ra a amco (o, meJor, la basada en la sílaba fonológica. Sin embargo, en línea con los
resultados obtenidos en los experimentos auditivos antes citados,
estos datos no han podido ser replicados en lenguas de silabificación
En una larga serie de experim d d ·
1 regular. Así, recientes estudios llevados a cabo en castellano (vg.
sílabas en modalidad auditiv entos e eteccwn de sonidos y García-Albea, 1991a) ponen de manifiesto la superioridad de la sílaba
1981· Mehler et al 1981 C al' Mehller y colaboradores (Mehler fonológica sobre la ortográfica a la hora de facilitar el reconocimiento
. '. ·~ ; ut er et a 1983) halla 1 . '
mvertido en detectar una secuencia CV ron que e ~lempo de palabras 3 •
una palabra era significativamente m (v~. 1#pa#) pe~tenecien~e a
una sílaba de la palabra de la qu f en~r SI a secuencia constituía Según se desprende de lo expuesto en las últimas páginas, la respuesta
dicha secu~ncia no correspondía u~~"'s~abf~:J (vg.l ''{;alace») qu~ _si
= a las preguntas sobre la naturaleza del conocimiento léxico y de las
1 a pa a ~a en cu~stwn
representaciones de acceso al léxico depende estrechamente de la
(vg. «palmter») (y a la inversa como 11 .
se detectaba más deprisa en «' almieres ogtco, a secuencia CVC #pal#
estudios, efectuados en francb e ».que en «palace» ). Los primeros
este efecto de silabificación ta ton SUJetos fr~ncoparlantes mostraron
inglés. Sin embargo, dicho ;fec~ ~e~~n ma~e~nales en franc~s como en
pru;lantes con independencia del idio!aa:~cw al emplear su¡etos anglo-
2. En los numerosos experimentos realizados hasta la fecha en torno a la hipótesis de la sílaba
(ortográfica y/o fonológica) como código de acceso al léxico se han utilizado diferentes técnicas. Las
estimulas (Cutler et al. ) L . que fueran presentados los técnicas clásicas (Taft, 1979) empleaban procedimientos de «segmentación espacial» o «segmenta-
tiempos de reacción inv~riablem. tos SUJetos angloparlantes exhibían
1983 ción por el tipo de letra>> de presentación de estímulos. En el primer caso, se dividía el estímulo

1
· ~ en e menores (con mate · 1
mg es co~o en francés) con secuencias CV
(palabra) en dos fragmentos, uno de los cuales correspondía al hipotético código de acceso (vg. fin
na es. tanto en terna o linterna); en el segundo, se presentaba el primer fragmento en mayúsculas y el segundo en
Estos cunosos resultados llevaron . que con secuencias CVC. minúsculas (vg. LINterna o LINTerna). En experimentos más recientes (García-Albea, Del Viso y
mentación del habla para el reconoa ~o?clmr19u.e las estrategias de se g- Sánchez-Casas, 1986; Sánchez-Casas, García-Albea y Bradley, 1991) se ha introducido un procedi-
el tipo de código empleado e 1 cimiento exi~o y, por consiguiente, miento de «segmentación temporal>>, consistente en presentar cada porción del estímulo con un
· n e acceso al léxico ·
umversales o translingüísticas sino ' no SI~uen pautas desfase temporal de 200 msegs.
3. Un aspecto a destacar es que la hipótesis de la sílaba (ya sea ortográfica o fonológica) no ha
las características idiosincrátidas del ;i~:e~:p~ndef~ ~sen~al~ente de podido ser confirmada en algunos experimentos (Sánchez-Casas, García-Albea y Bradley, 1991), en
los cuales se ha observado, en cambio, un efecto facilitador en el reconocimiento del número de
materna de los sujetos oyentes A 1 1 ono ogtco e a lengua
1

silábica regular (vg. francés c~ste~I~n;)s f e~y.uas crn una estructura


letras incluidas en la porción inicial del estímulo. Así, a mayor número de letras en la porción

como código de acceso en ~anta


inicial de la palabra, menor era el tiempo invertido en su reconocimiento. Este efecto (conocido
1 aci Itan e uso de la sílaba como «efecto de restrictividad>> -cfr. Sánchez-Casas, 1988-) es compatible con la idea de que el código
silábica irregular o más ambi ua que a~ le~gu~s con una estructura de acceso es una representación variable e idiosincrática para cada palabra, dependiendo
unidad lingüística. En sum g (vg. m~les) I~noran este tipo de esencialmente del punto de unicidad de la misma (Marslen-Wilson, 1984).
a, e1 oyente no solo aphca las estrategias de
381
380
PSICOLOGIA DEL LENGUAJE. INVESTIGACION Y TEORIA
RECONOCIMIENTO y COMPRENSION DE PALABRAS

concepción que se tenga de las etapas y procesos implicados en el si, en cambio, existen diferencias e 1 d' 'bTd
reconocimiento de palabras. Por ejemplo, la postulación de represen- ellos. Una posibilidad contempl d n a Is~om 11 I ad de cada uno de
taciones discretas de acceso dependerá lógicamente del locus en el palabras que presentan una maa a por to o~ os modelos es que las
que se supone que interviene la información contextua!, dado que si, más disponibles o se hallan m yor f~ec¿encia de uso se encuentran
de acuerdo con un modelo interactivo, se permite al contexto actuar probable que sean finalmente s:tec~~tiVa das, por lol que r~sulta más
desde las primeras fases del procesamiento, no tendrá mucho sentido nacido. Esto podría lle ona as como e candidato reco-
postular unidades invariantes de procesamiento en el plano fonológi- ficación de palabras e~aÍ~~a~~~a~~~dfd' a cometer err?res de iden~i­
co; y a la inversa, si se defiende un modelo en dos etapas netamente frecuentes (vg. «graso») vendrían .at?s comparativamente mas
diferenciadas, parecerá razonable partir de unas representaciones frecuentes y formalmente sem . : sustitUir por error a otros menos
lingüísticas suficientemente «excéntricas», como es la representación los interactivos estiman ade~~an es a {llos (vg. «craso»). Los mode-
fonológica, e independientes de la información de orden superior (i.e.
representaciones semánticas y pragmáticas) para realizar la tarea de
al ~ontexto de los candidatos ié' .que da may?r o men.~r adec~ación
activación que alcanzan en un XIcos etedrmdma tambien el mvel de
reconocimiento de un modo eficaz. No obstante, por encima de las 3 S ¡ ., momento a 0
· e ecczon. La fase de selección · ¡· · ., .
discrepancias entre los modelos existentes, hay un acuerdo general a la ~e activación, pues en ella se rod Imp Ica una operacwn mversa
acerca de las operaciones que requiere una tarea compleja como el candidatos hasta que el sistema t p 'tce u? progresivo abandono de
reconocimiento de palabras. Vamos a describir estas operaciones te la entrada léxica reconocida an so o ~etiene uno, que es finalmen-
como si se tratara de fases o etapas jerárquicamente ordenadas (para sido descrita de d' t. por el SUJeto. La fase de selección ha
Is mtas maneras por 10 d 1·f
un desarrollo pormenorizado de estas etapas, puede consultarse el reconocimiento de palabras A , ~d eren tes modelos de
artÍculo de revisión de Frauenfelder y Tyler, 1987). selección se verifica or .d. SI, unos con~I e~~n que el proceso de
candidatos que formfn larr::~h~r~ei~i~r tcJivac¡on diferencial de .los
1. Contacto léxico inicial. El proceso de reconocimiento comien- que se va acumulando evidencia relev a' ~ ta. modo q.~e a medida
za con la recepción de la onda sonora del habla (o visual, en la o contextua!) los cand'd . a~te (1.e. mformacwn sensorial
1 atas Incompatibles
· . ·d ·
escritura) y su transformación en representaciones que sean suscepti- recibiendo señales inhibitorias 10 d con e~ta evi encia van
bles de ser acopladas a representaciones internas de las entradas 8
(McClelland y Rumelhart 19 ) pque re uce su mvel de activación
6
léxicas. Las representaciones de acceso están codificadas, como ya selección consiste en una 'dism. . ~!a otros m.odelos, el proceso de
quedó señalado, con base en propiedades formales (i.e. fonológicas u cohorte de candidatos. Así losmucd-d progdesiva. del tamaño de la
ortográficas) de las palabras. El contacto léxico inicial no implica, eliminados de este con. un~o h can I a tos, esestimados van siendo
salvo en contadas ocasiones (vg. cuando se trata de palabras muy Wilson, 1984). Una ter~era desas~a 9pe J~lo queda uno (Marslen-
poco frecuentes o con un escaso número de vecinos -i.e. palabras caracteriza como un roceso d br}pcwn e proc~so de selección lo
fonológica u ortográficamente semejantes a la palabra en cuestión-,
como puede ser el caso de «jaez», «zurcir» o «ulular»), una corres-
través de una lista depentrada
uso. De est d
l' ~squedd exhdaustiva de candidatos a
. s e~Icas or ena as por la frecuencia de
pondencia biunívoca entre la representación de entrada y la entrada candidatos e~~ f;e~~~tt~~Ies~~f Iglales .todos los demás factores, los
frecuentes (Forst.er,. 1976; Fo~st:rny ~':d~zalto~ ~~)~s que los menos
léxica, sino que cada representación de acceso suele activar un
conjunto de posibles candidatos léxicos. A este conjunto de entradas 4. Reconoctmtento El termin
9
. .
léxicas se le denomina «cohorte inicial de palabras» (Marslen-Wilson,
1984, 1987). Así por ejemplo, suponiendo que la porción inicial de la el momento preciso en l
d
se para nombrar el resuÚado final <¡reconocimiento» ~uele reservar-
e os I?roce~<?s antenores, es decir'
palabra es empleada como representación de acceso, una secuencia de te. Según hemos venidg~~ñ:l~~~Íra es tde¡:zfzcada in~qu(~ocamen­
fonemas como # ple# activaría inicialmente un conjunto bastante procesos, son varios los factore en esta. reve descnpcwn de los
amplio de candidatos (todas las palabras que comenzasen con esta una palabra Por s que determman el reconocimiento de .
cas» del estí~ulo ~~~ fuaÍ~~ t~d que su ?:t~ar l~s propiedades «físi-
secuencia: vg. «pleno», «pleura», «pleito», «pleistoceno», etc).
2. Activación. A consecuencia del contacto léxico inicial, se parte, hay que señalar su g 1
'.su ca I ~ ~custica, etc.); por otra
producen cambios (en términos de activación o excitación) en el destaca la frecuencia de us~) p;op~ed~t~s mtr¡ns~cas (entre l~s que
estado de todas aquellas entradas léxicas que guardan corresponden- competidores que tiene la palabfa ernu tliml?'. e numerlo de vecmos o
cia con la representación derivada del análisis inicial de la entrada En otro ord en de cosas pod e ex1co menta
·.
sensorial. Una cuestión debatida es si todos los candidatos activados mient.o de una palabra es cu~stióned~s ~reguntarnos .si· el re~onoci-
cambiO, un reconocimiento parcial 0 i~~o~;~~~dde ~as~~~}b~~~b_le~t~~
tras el contacto léxico inicial alcanzan el mismo nivel de activación o

382
383

UNIVERSIDAD DE ANTIOQUIA
BIBLIOTECA CENTRAL
PSICOLOGIA DEL LENGUAJE. INVESTIGACION Y TEORIA RECONOCIMIENTO Y COMPRENSION DE PALABRAS

hicimos alusión al hecho de que, incluso en individuos normales, to, desfase que no suele ir más allá de unas pocas centésimas de
muchas de las entradas léxicas del diccionario mental pueden estar segundo.
desprovistas de ciertas clases de información. Para responder correc-
tamente a este interrogante, es preciso definir con extrema claridad lo
que se entiende por «reconocimiento». ¿A qué información se accede 3. MODALIDADES SENSORIALES EN EL RECONOCIMIENTO
cuando decimos que se reconoce una palabra? Si, de acuerdo con los DE PALABRAS
modelos interactivos, optamos por equiparar reconocimiento y acce-
so al léxico, entonces tendremos que admitir que, al menos a estas Al contrario· que en la percepción del lenguaje, las investigaciones
alturas del procesamiento, es posible que el sistema no disponga aún sobre el reconocimiento auditivo de palabras se han desarrollado más
de toda la información asociada a la entrada léxica recuperada. En tal tardíamente que las dedicadas al reconocimiento visual (con la im-
caso, un modelo conexionista probabilístico, como el de activación portante excepción de los trabajos de Marslen-Wilson y sus colabora-
interactiva que examinaremos en el apartado 5, que admite variacio- dores: cfr. Marslen-Wilson y Welsh, 1978; Marslen-Wilson y Tyler,
nes continuas en la activación de las representaciones, reflejará 1980), y todavía hoy es comparativamente minoritaria. Las razones
adecuadamente lo que acontece cuando el sistema de reconocimiento que se aducen comúnmente para justificar este desequilibrio son
identifica una palabra. En cambio, si se establece una drástica metodológicas: los estímulos visuales son relativamente fáciles de
distinción entre reconocimiento y acceso al léxico, como hacen los manipular, lo que permite controlar o alterar sistemáticamente las
modelos autónomos (ver también apartado 5), no habrá inconve- condiciones de presentación (Bradley y Forster, 1987). Este sesgo
niente en afirmar que el reconocimiento es completo cuando el metodológico se tendrá por irrelevante en la medida en que las
sistema establece una correspondencia fiable entre la señal estimu- diferencias entre la percepción visual y auditiva de palabras sean
lar y su correspondiente entrada léxica. Todo proceso posterior, y menores y los resultados obtenidos en la investigación con material
en ello se incluyen los procesos de recuperación de información visual puedan ser generalizables al reconocimiento de palabras habla-
sintáctica, semántica y pragmática de las palabras, deberá ser das. En cambio, si las diferencias entre la percepción visual y auditiva
considerado «post-léxico» y excluido de las operaciones de recono- de palabras son sustanciales, los datos sobre reconocimiento léxico
cimiento. con material visual no serán representativos del procesamiento léxico
5. Acceso al léxico. El acceso al léxico es el proceso en virtud del en general, lo que obligará a elaborar teorías exclusivas y separadas
cual las propiedades de las representaciones léxicas almacenadas a las para los procesamientos visual y auditivo de palabras.
que aún no se ha accedido se hacen disponibles al sistema de El último apartado del capítulo anterior estuvo dedicado a exami-
comprensión del lenguaje para su uso posterior, es decir, para su uso nar las peculiaridades de los procesos de percepción del lenguaje
en tareas de integración de información para la comprensión de escrito, frente a los procesos de percepción del habla. Ya entonces
oraciones. En los modelos autónomos o de dos etapas (Forster, 1976), tuvimos ocasión de comprobar que la diferencia entre la percepción
la información sintáctica, semántica y pragmática sobre las palabras visual y la percepción auditiva del lenguaje no es una mera cuestión
sólo se hace disponible una vez que éstas han sido reconocidas en de transducción sensorial, sino que la modalidad perceptiva por la
virtud de sus propiedades formales. En los modelos interactivos o de que se recibe el lenguaje impone restricciones nada desdeñables sobre
una sola etapa (Morton, 1979; Elman y McClelland, 1984, 1986), en los procesos cognitivos en los que se desenvuelve la percepción del
cambio, esta información se activa simultáneamente a la descripción lenguaje. En lo que al reconocimiento de palabras se refiere, el caso
formal de la entrada léxica, es decir, tan pronto como se produce el no es muy distinto. A causa del carácter continuo y evanescente de los
contacto léxico inicial. Así pues, en estos modelos se da la paradójica estímulos auditivos, el sistema de reconocimiento de palabras trabaja
circunstancia de que el acceso a propiedades semánticas y pragmáti- bajo una presión temporal mucho más fuerte cuando se halla ante
cas de las palabras puede producirse antes de que el sujeto haya palabras habladas que cuando recibe palabras escritas. En el caso del
identificado la palabra. Como veremos más adelante, la investigación lenguaje hablado, esto se traduce forzosamente en la necesidad de
sobre los procesos léxicos en la comprensión ha puesto mucho explotar, a la mayor brevedad posible, todos los recursos de informa-
empeño en precisar no sólo las relaciones existentes entre los proce- ción de que el sistema dispone, lo que hace más verosímil la idea de
sos de reconocimiento y acceso al léxico, sino incluso el desfase que los subprocesos de reconocimiento léxico funcionan de forma
temporal que media en el acceso a las diversas clases de información predominantemente interactiva y en paralelo. Por el contrario, cabe
que poseemos sobre las palabras (vg. información fonológica, sintác- suponer que el reconocimiento visual de palabras goce de un margen
tica, semántica y pragmática) durante los procesos de reconocimien- más amplio de maniobra y pueda distribuir sus recursos de un modo

384 385
RECONOCIMIENTO Y COMPRENSION DE PALABRAS
PSICOLOGIA DEL LENGUAJE. INVESTIGACION Y TEORIA

comparativamente más ordenado y sistemático, lo que a priori parece de acceso al léxico, una visual y otra auditiva se la conoce como
permitir, cuando no exigir, una organización secuencial de sus proce- hipótesis de la ruta dual (Forster y Chambers,' 1973; Forster, 1976;
Morton y ~at.terson, 1980; Valle Arroyo, 1991). Según esta hipótesis,
sos. el reconocimiento de palabras habladas se efectúa a través de la
Sin embargo, a pesar de estas diferencias, no debemos pasar por
alto que las dos tareas tienen un objetivo común, cual es la compren- llamada ruta fonológica, esto es, a partir de una representación
sión de los estímulos que recibe el sujeto perceptor. Por eso mismo, abstracta de los sonidos de la palabra, mientras que el reconocimien-
parece razonable suponer que, al menos en los nivel~s J?.ás cen~ra.les to de palabras escritas se puede verificar a través de dos rutas
de procesamiento, esto es, en las etapas de acceso al sigmflc~do lexico a~~ernativas:, ll:na ruta «direc.ta»? a partir de un código o representa-
o en los procesos post-léxicos en general, ambas tareas tienen que Clan ortograftco, y otra «Indirecta», empleada en circunstancias
compartir también muchos recursos. Por pon~r . un caso .bastante menos frecuentes, que supone la traducción del código ortográfico a
evidente, si bien parece lógico postular dos lexi~os relauvai?~nte una representación fonológica de la palabra.
diferenciados de entrada, uno para las representacwnes f~n?logicas . La hipótesis contraria a. la que acabamos de exponer defiende la
de las palabras y otro para sus represent~~iones ortog~aflcas, .no Idea de que la convergencia entre los procesos de reconocimiento
parece muy económico suponer que tambien hay dos mvent~nos auditivo ~ ~isual. de palabras se produce antes de acceder al léxico y
separados para los significados léxicos, según sea la modahdad ~o ~n ellex~co mismo. Por ello postula la existencia de un código pre-
sensorial por la que se percibe el lenguaje. Como muy a~ertada~ente lexico comun de acceso para materiales visuales y auditivos. Según
han señalado Bradley y Forster (1987), el problema crucial e~tnba ~n los p~ol?onentes de esta hipótesis, este código es la representación
determinar «en qué punto de las operac~ones mentales qll:~ mtervie- fonolog1ca de la l?alabra, lo que implica que, en el caso particular de
nen entre el análisis inicial de la señal física y la recuperacwn de una la lectura, es preciso efectuar una «recodificaciÓn» del estímulo visual
interpretación lin~üística desaparecen l~,s difer~~cias entre los. proce- a la descripción fonológica del mismo (Coltheart, 1978· McCusker
sos de comprension lectora y comprens10n auditiva del lenguaJe» (op. Hillinger y Bias, 1981). Esta hipótesis, denominada hipótesis de l~
r~codificación fonológica, se apoya en el argumento de que la percep-
cit., pp. 104-105).
ciÓn del habla y el reconocimiento auditivo del lenguaje son procesos
3.1. Rutas de acceso al léxico universales, esto es, compartidos por los hablantes/oyentes de cual-
quier lengua, mientras que la lectura no lo es, y que, no menos
Para algunos autores (Morton, 1969, 1979; Forster, 19?6; Bradley y importante, las habilidades lectoras surgen después que las habilida-
Forster, 1987), el nivel de procesamiento. e_n que. tiene luga.r. la des de percepción del habla y se adquieren mediante instrucción
convergencia entre los procesos de reconocimiento visual y auditivo explícita. La recodificación fonológica se lleva a cabo de forma
de palabras es el nivel léxico. Por consiguiente,. los mo.delos qu~ se obligatoria y por medio de un sistema de reglas conocidas como
proponen desde esta perspectiva distinguen dos sistemas mdependien- «reglas de conversión grafémico-fonémica» (o CGF) (cfr. Rubenstein,
tes de reconocimiento de palabras: uno para palabras habladas y otr? Lewis y Rubenstein, 1971; Meyer, Schvaneveldt y Ruddy, 1974). A la
para palabras escritas. Siguiendo esta línea. argume~tal, se ha suger~­ hipótesis de la recodificación fonológica se le conoce también como
do la conveniencia de desarrollar modelos mdependientes para expli- «hipótesis de la ruta única», habida cuenta de que postula la existen-
car los procesos de reconocimiento del lenguaje hablado, y. escrito, cia de una única vía para acceder al léxico mental. La figura 9.1
sobre todo a la vista de las propiedades temporales y prosod1cas. que muestra esquemáticamente las rutas visual (también llamada léxica) y
singularizan al lenguaje oral frente al e~crito (Klatt, 1979; Gros)ean, fonológica (o no léxica) de acceso al Jéxico.
1980; Grosjean y Gee, 1987; Marslen-W1lson y Welsh, 1978; .Marslen- . La hipótesis de la ruta única presenta, a priori, ventajas e inconve-
Wilson, 1984). Así, por ejemplo, Grosjean y Gee (1987) sosuen.en que mentes, ya que si bien no cabe duda de que el código fonológico es un
el reconocimiento de palabras habladas e.n el con~exto de un d1sc~rs? mediador indispensable en el proceso de adquisición de la lectura (lo
o conversación tiene como punto de partida las, silabas fu.ertes ~ tom- es al menos cuando se emplea el método silábico tradicional que
s~gun parece, vuelve a estar de moda en la actualidad), también es
1 ' '

cas de la entrada perceptiva, mientras que las silabas debiles o. at.onas


se identifican (a posteriori) por medio de procesos de reconoc1m1e~to Clert? 9ue resulta . computacionalmente poco económico, ya que
de patrones que utilizan información acústica, segmenta!, morfosm- multiplica el trabaJo encomendado al procesador perceptivo 4 • Por
táctica y semántica. Estas constricciones suprasegmentales, huelga
decirlo, están ausentes en el lenguaj.e esc~ito. , . . 4. .Las reglas de conversión grafemo-fonémica se pueden describir como reglas clásicas de
A la hipótesis que defiende la existencia de dos vias diferenciadas «reescntura» que relacionan símbolos de un vocabulario (el ortográfico) con símbolos de otro

386 387
PSICOLOGIA DEL LENGUAJE. INVESTIGACION y TEORIA
RECONOCIMIENTO Y COMPRENSION DE PALABRAS

RUTA VISUAL
RUTA FONOLÓGICA
sistema de conversión de símbolos gráficos a representaciones fonoló-
Entrada visual gicas5 (cfr. Forster, 1990, para un comentario).
~ 3.2. Algunas pruebas empíricas relativas a las rutas de acceso
l Análisis visual ¡
Evidencia experimental. Pese a estas inconsistencias teóricas, existen
1 pruebas indirectas de la mediación fonológica en los procesos de
Identificación
identificación de palabras escritas. Una de las más claras pruebas al
de letras respecto es el hallazgo de que las palabras de ortografía irregular

l
,

Reconocimiento de palabras-. l.._
1
1
Reglas de conversión
tardan más en ser reconocidas que las palabras ortográficamente
regulares (Perfetti y Hogaboam, 197 5; Baron y Strawson, 1976), lo
cual no tendría por qué suceder si ambas clases de palabras fueran
identificadas indistintamente a través de la ruta visual (i.e. sin conver-
grafémico-fonémica
sión grafemo-fonémica). Por otra parte, en un conocido experimento
de reconocimiento léxico, Rubenstein, Lewis y Rubenstein (1971)
~ observaron que los lectores tardaban más tiempo en «rechazar» (i.e.
l Comprensión de palabras
1
decidir que el estímulo presentado visualmente no es una palabra)
«pseudo-homófonos» (vg. «brane» o, por poner un ejemplo supuesto
~ en castellano, «kavayo» ), o sea, pseudo-palabras que se pronuncian
Pronunciación de palabras _j de forma idéntica a una palabra real («brain»--t [brein], «caballo»--t
[kabajo] ), que «pseudo-palabras» que no exhiben tales característi-
cas fonológicas (vg. «brone»--t [br::mn], «calallo»--t [kalajo] ). Esto se
Figura ~.~.-Representación esquemática de las dos rutas (visual 0 léxica) y fonológica interpretó como un indicio de que la identificación viene determi-
(o no lex1ca) empleadas en el acceso al léxico para palabras escritas. nada por la pronunciación de la palabra, de suerte que la activación
de una representación fonológica correspondiente a una entrada
léxica (vg. [brein] o [kabajo]) originaba interferencias en la clasifi-
otra parte, en las leng~as. de ort?grafía irregular (vg. el inglés) el cación de pseudo-palabras y, con ello, un aumento en la latencia de
empleo de la ruta fonologtca sencillamente no sirve para dar cuenta respuesta. Una tercera prueba aducida en favor de la recodificación
de la lec_tur.~ de palabras ortográficamente irregulares (compárese la fonológica la proporcionó un experimento de Meyer, Schvaneveldt y
pronunctacton regular de palabras como «road» [r~ud] 0 «coat» Ruddy (1974) en el que se pedía a los sujetos que respondieran a pares
[k~ut] c~m la pronuJ.?-ciación irregular de «broad» [br~:d]), a menos de estímulos (que podían ser palabras o no-palabras); algunos de los
que el stste~~ CGF m~o.rporara una lista ~on todas las irregularida- pares estaban formados por palabras de ortografía semejante que
?es or,t<?graftcas del tdwma; en este mtsmo sentido, en lenguas además rimaban (vg. «set, wet» [sEt, wEt] ), mientras que en otros casos
tdeograftcas como el chino o ~1 japonés, en las que cada carácter las dos palabras presentaban una ortografía semejante aunque
representa un concepto o una tdea, resulta inadecuado postular un no rimaban (vg. «few, sew» [fju:, s~u] ). Los juicios léxicos de los

vocabulario (el fonológico). Así, por ejemplo, a ciertos símbolos de la ortografía del castellano 5. Por lo que respecta al tipo de relación entre los vocabularios ortográfico y fonológico, las
(letra~ ~o m o «d», ,,f,, <<l» o <<m>>) les corresponde biunívocamente un símbolo del vocabulario lenguas se pueden clasificar en un continuo que va desde la máxima transparencia (típica de lenguas
fonolo~I~o de esa lengua (vg. Id/, lfl, 111 o /m/), aunque también puede haber varios símbolos como el finés), donde existe una correspondencia prácticamente biunívoca entre cada letra y cada
ortograficos que correspondan a un solo símbolo fonológico (vg. <<b>> y <<V>> -+ /b/) ¡ ' sonido de la lengua, hasta la máxima opacidad (característica de las lenguas ideográficas, como el
solo sí b ¡ 'f' . d , y, a reves, un
m o ? ortogra ICo asocia o a varios Simbolos fonológicos (vg. «C>> -+ 101 y /k/), e incluso chino o el japonés), donde no existe correspondencia alguna entre los signos gráficos y su modo de
una secuencia de letras que correspon~an a una sola unidad fonológica (vg. <<eh>> -+ ltJI). Las reglas pronunciación. Dentro de este continuo, y ciñéndonos a las lenguas alfabéticas, encontramos
CGF, por otra ~ar~~' han d~ ser sensibles al contexto ortográfico en que se hallan las letras, dado lenguas más transparentes (como es el caso del castellano, el italiano o el ruso) y lenguas más
que la pronunciaciOn de Ciertos grafemas depende (especialmente en lenguas orto 'f' opacas (como el inglés, el francés o el danés). Por otra parte, en algunas lenguas alfabéticas (sobre
opaca ¡ · ¡' 1f , gra Icamente todo en las opacas) es bastante frecuente hallar irregularidades o excepciones en las corresponden-
,s, como e. m~ ;s o e , ~ances -ver nota 5-) de los grafemas que le siguen (vg. la letra ,, ,,
cias grafemo-fonémicas, como revelan algunos de los ejemplos del inglés citados en el texto. (Para
etendra una reahzac10n· fonenca
. (/g/) cuando anteceda a ciertas vocales) («a ,,, << 0 ,, y <<U>> ) y a ¡gas
onsonantes, Y otra distmta (/x/) cuando anteceda a otras vocales (<<e>> e <<i>>), un tratamiento detallado de los sistemas de escritura, consúltense las obras de Gelb, 1963, o Trager,
1974).

388 389
PSICOLOGIA DEL LENGUAJE. INVESTIGACION Y TEORIA RECONOCIMIENTO Y COMPRENSION DE PALABRAS

sujetos fueron más rápidos en los pares ort~gráfica Y fonológicam~?­ fonológico resulta necesario para realizar eficazmente ciertas clases
te semejantes, lo que indica una vez mas q_ue. la rel?resentac10n de tareas en la lectura, aunque no todas; ni tan siquiera, podría
fonológica de las palabras ayud~ a s~ reconocimiento visual. añadirse, las más representativas de esta actividad cognitiva (como es
Los datos anteriores han sido JUzgados por algunos autores el caso de la identificación de significados léxicos). Otros estudios
(Garnham, 1985; Forster, 1990) como p~ueba~ que sólo de f<_l~ma han puesto de manifiesto que las diferencias en el tiempo de reconoci-
indirecta y circunstancial muestran la existenci~ de una rec_odifica- miento de palabras regulares e irregulares desaparecen cuando se
ción fonológica, dado que las tareas que teman q_ue r~ahzar los emplean palabras de alta frecuencia (Seidenberg et al., 1984) y
sujetos (tareas de «decisión o juicios léxic~s» ~ pueden mclmr proces?s también cuando se induce a los sujetos a responder con rapidez
posteriores al propio proceso de reconocimiento como tal, es decir, (Stanovich y Bauer, 1978), esto es, cuando se obstaculizan los proce-
procesos que en el, apartado anterio_r ~e incluían en ~a ~t~pa. ?e sos post-léxicos de revisión o apoyo (Forster, 1976) hipotéticamente
«acceso al léxico» (vease el apartado sigmente, para una JUStiflcaclOn responsables del empleo de la estrategia de recodificación fonológica.
más razonada de esta observación). Por consiguiente, estos datos no
aportan una demostración clara de que la recodificaci~'m sea un Evidencia de los trastornos neurológicos de la lectura (dislexias). En
proceso obligatorio en la identificación d~ palabr~s escntas. ~~~es lo que respecta a la evidencia basada en el estudio de los trastornos
bien como ha señalado Forster en un reciente articulo de revision, de la lectura, se ha podido comprobar que la sintomatología que
«lo ~ás probable es que la recodificación fo~ológica _sea una estrate- caracteriza a las dislexias originadas en una lesión neurológica focal
gia de apoyo que se emplea cuando el sistema visual de acceso presenta pautas altamente selectivas y complementarias de déficit y
fracasa» (1990, pp. 123-124), lo que es más probable que suceda con conservación. Por ejemplo, hay pacientes que parecen tener inutiliza-
palabras poco frecuentes. Este mismo a~tor señala, no obstante, que da la ruta léxica o visual aunque conservan relativamente intacta la
esta estrategia de apoyo puede desempenar un p_apel relevante .e~ los ruta fonológica. Este trastorno, conocido como dislexia superficial
procesos (post-léxicos) de comprensión d~ ~rac10nes,, al per~rut~~' u~ (Coltheart et al., 1983; Patterson, Marshall y Coltheart, 1985), se
doble acceso, primero visual y luego fonologico, al estn~_ulo lmgmsti- refleja en la incapacidad de leer correctamente palabras irregulares,
co aliviando de este modo la necesidad de efectuar contmuos retroce- produciéndose confusiones entre palabras homófonas (vg. «ola» y
so~ durante la lectura. Por otra parte, y en relación con la evid~ncia «hola», «vaca» y «baca») 6 , o la regularización de palabras ortográfi-
~a empírica que acabamos de exponer, es obvio que aunqu~ s~ considere camente irregulares (vg. «bread» [brEd], que significa «pan», se
inequívocamente demostrado el empleo, de la ruta fonolo~pca, ello no
i! regulariza pronunciándose «breed» [bri:d], «raza»). En cambio, debi-
lli
¡¡¡ excluye, en modo alguno, que tambien ~u~da producirse un uso do a la conservación de la ruta fonológica, los disléxicos superficiales
111 alternativo de la ruta visual de acceso al lexico. no exhiben ningún problema aparente en la lectura de palabras
Las pruebas a favor de la independenc_ia, de .las. rutas visual Y regulares, sean o no frecuentes, ni en la de pseudo-palabras.
!!l
fonológica de acceso y, por tanto, de la hipo tesis de la ruta dual, Un trastorno complementario a éste es la llamada dislexia fonoló-
proceden de dos fuentes: estudios experi~enta~es y tra~t?rnos neuro- gica (Beauvois y Dérouesné, 1979; Sartori, Barry y Job, 1984), que se
lógicos de la lectura (i.e. las llamadas «dislexias. adqmndas»). . caracteriza por la dificultad para leer palabras infrecuentes o desco-
Entre los primeros, cabe destacar UI_I exp;nmento de Kleiman nocidas (o pseudo-palabras), frente a una capacidad relativamente
(1975) en el que se empleaban do~ _tare.~s snp~ltaneas: por un lado, los conservada para la lectura de palabras familiares. La dislexia fonoló-
sujetos realizaban tareas de clasif~c~ci~n lexica con pal~bras. pr~~en­ gica se ha interpretado como un trastorno selectivo de la ruta
tadas visualmente: unas veces, decidir SI dos palabras teman sign~flca-. fonológica que obliga a quien la padece a utilizar exclusivamente la
dos parecidos o estaban semánticamente relacionadas, y otras, SI dos ruta visual. Dado que las representaciones ortográficas más asequi-
palabras rimaban. Mientras realizaban una de estas dos tareas de bles en esta ruta son las de las palabras más frecuentes, el paciente
clasificación, los sujetos tenían que ir repitiendo .en voz alta. una que sufre este trastorno acusa una especial dificultad para leer
secuencia de números que escuchaban por unos aunculares. Kleiman palabras que requieren un análisis fonológico (i.e. las palabras menos
comprobó que la tarea de repetición de números (un,a ~area .que, c~n frecuentes o las pseudo-palabras).
toda probabilidad, requiere el uso de rec~r~<?s fonol?gi~os) mterfer.Ia Por último, un trastorno algo menos selectivo y más complejo que
con los juicios de rima, pero no con los JUICIOS s~man~I~os. Es decir, los examinados hasta aquí es la dislexia profunda (Coltheart, Patter-
los sujetos cometían más errores a l_a hora de Iden_t~flcar l?ar~s. de
palabras que rimaban que cuando estimaban la relac10n de sign!fi~a­ 6. Los ejemplos de errores típicos de las dislexias adquiridas citados en el texto han sido
do en los pares de palabras. Esto indica que el acceso al codigo tomados del artículo de Cueros y Valle (1988).

390 391
RECONOCIMIENTO Y COMPRENSION DE PALABRAS
PSICOLOGIA DEL LENGUAJE. INVESTIGACION Y TEORIA

son y Marshall, 1980), aunque posee rasgos en común con ellos. Los procesos de acceso visual a las entradas léxicas almacenadas en la
disléxic?s profundos se muestran incapace~ de leer pseudo-palabras, memoria.
lo que mdica un bloqueo de la ruta fonologica, pero además tienen
?ificultades para leer ciertas clases de palabras (tanto regulares como
MÉTODOS DE ESTUDIO DE LA COMPRENSIÓN DE PALABRAS
Irregulares), en concreto los verbos y las palabras con significado 4. y DESCRIPCIÓN DE LOS PRINCIPALES EFECTOS REGISTRADOS
abstracto, y cometen, además, frecuentes errores semánticos de susti-
tución de palabras (vg. leen «mar» en lugar de «océano» o «dinero»
en lugar de «rico»). Debido a su frecuente asociación con otras El reconocimiento de palabras, al igual que la pr~ctica totali~a? de
las actividades de comprensión humana del lenguaJe, es una actividad
a_l!eraciones ,d~llenguaje (vg. el agramatismo y la pérdida de informa-
difícilmente observable de forma directa. Mientras escuchamos o
leemos, apenas exhibimos manifestaciones de conducta que re~ulten
cwn morfologtca de las palabras), la dislexia profunda se ha conside-
rado un trastorno de mayor alcance que desborda el ámbito exclusivo
útiles para esclarecer la naturaleza de_ los procesos qu~ est~n ~en
de las ~abili?ades lectoras (Coltheart, 1980), por lo que no constituye
funcionamiento al comprender ellengua)e. Por ello es precis? ?Isenar
una evidencia pertinente para discriminar entre las rutas de acceso al
procedimientos indirectos (y a veces e~t~emadamente sofisticados)
que permitan hacer emerger a la superfici~ de nuestra conducta las
léxico.
Con independenc_ia de las interpretaciones que quepa hacer de
consecuencias más inmediatas de las operaciOnes mentales de reco??-
estas y otras alteraciOnes de la lectura (el lector podrá hallar dos
cimiento. Casi todos estos procedimientos se basan en la observa~wn
excelentes revisiones en castellano de Cuetos y Valle Arroyo, 1988; y
y registro del tiempo invertido por oyentes o le~t.ores .en reahzar
Valle Arroyo y Cuetos, 1989; y el texto de lecturas sobre alteraciones
tareas de identificación lingüística, tareas que,. casi 11?-~anabl~mente,
neurológicas _de.l le?guaje edi,t~do por Valle et al., 1990), y teniendo
exigen la emisión de respuestas ac~le:adas o baJO preswn de tiempo.
presente las limitaciOnes empincas de este tipo de estudios (cfr. Zurif
En condiciones ideales de maxtmo control, se supone que el
1982), la mayor parte de los investigadores adoptan actualmente un~
tiempo invertido en realizar dichas tareas muestra el grado de com-
postura claramente favorable a la coexistencia de dos rutas de acceso
plejidad de los procesos que las subyacen. Algunas de ~stas ,tareas
a} ~éxico en la, l~ctura, Una propiamente léxica o visual y otra no-
permiten examinar los procesos. subyacentes de forma simultanea Y
concurrente a su desarrollo en tiemp? real7 se trata d_e las ll~ma1as
lexica o fonologica, subrayando que el empleo de una u otra ruta
depende de la conjunción de una variedad de factores desde los
tareas en curso sobre la marcha o simultaneas (on-lme, en _mgles).
exclusivam;n~e léxicos hasta otros más generales que de~enden, ora Otras en camb,io recogen respuestas inmediatamente postenores, o
de caractensticas de la lengua, ora de las propias destrezas lectoras
inclus~ con una :n.ayor demora, a la ejecución de los procesos~ en
del sujeto.
cuyo caso se les denomina procedin:ie.t;ltos fuera de curso o su~esiV~S
Por lo que a los factores léxicos se refiere, se puede concluir que
(off-line). La mayoría _de_ los pr?c~dimientos empleados en la I~vesti­
las pa~abras d~ mayor frecuencia de uso tienden a reconocerse por la
gación sobre reconocimiento lexico que va~os a r~latar aqm_ s_on,
ruta visual, mientras que a las menos frecuentes y a las desconocidas
grosso modo, aplicables por igual a las modahda~es visual Y. a~dittva,
(entre, l~s que_ s~ cuentan las no-palabras) se accede por la ruta
dándose por válido el supues~o de que los. ~ec~msmos asoc_I~t}vos de
fonologic~; a~n~usmo se sul?one que a las palabras irregulares se
reconocimiento léxico son virtualmente Identtcos en la_ vtsion Y. la
accede _mas factlmente mediante la ruta visual, dado que no son
audición. Sin embargo, hay unas pocas tareas. que han. sido especial-
susceptibles de una _c<?nve;s_ión graféri?-ico-fonémica reglada. En lo que
mente diseñadas para investigar alguna l?odahdad pa~ttcular de reco-
re~pecta a factores Idiomaticos, y temendo en cuenta la distinción (ya
senalada en ·la r:ota 5) entre lengua~ ortográficamente transparentes y nocimiento. También haremos referencia a estas ultimas.
opacas, cabe senalar que cuanto mas opaca o irregular sea la ortogra-
fía de ~m idio~a, t,a~to más_ fácil será acceder a las palabras por una 4.1. Procedimientos de medición del tiempo
ruta di~ecta (I.e. lex!ca o visual) y, a la inversa, la transparencia o de reconocimiento léxico
r~gulandad ortográft~~ facilita una conversión más rápida, en mate-
Procedimientos de medición fuera de curso o sucesivos (off-line).
na de recursos co!?mtivos, de letras a fonemas. Por último, es de
Entre estos procedimientos figuran todos aquellos 9ue exigen al
suponer que a medida que aumente la destreza lectora del individuo,
sujeto perceptor producir un~ respuesta ~otora. c?nsciente (verbal o
se prod~zca pa~a.lelamente un p~ulatino desligamiento con respecto a
no) ante un determinado estimulo. E} mas tr~diciOnal de ~llos es la
e~!rategias, a.t;lahticas d~ l_ectura (I.e. estrategias que suponen la media-
identificación taquistoscópica de esttmulos visuales, consistente en
cwn del codigo fonologico) y una progresiva automatización de los

392 393
PSICOLOGIA DEL LENGUAJE. INYESTIGACION Y TEORIA RECONOCIMIENTO Y COMPRENSION DE PALABRAS

presentar al sujeto secuenci~s de letras (palabras, no~p.~labras o tendremos evidencia convergente sobre los determinantes de la com-
secuencias aleatorias) con penodos muy breves de exposicion 9ue se plejidad de los procesos de acceso al léxico mental.
van alargando progresivamente, a fin de observar.!?, que el SU)~to es Procedimientos en curso o sobre la marcha (on-line). Una variante
capaz de identificar con cada tiempo de exposicwn, es deCir, su de las tareas de decisión examinadas antes son los procedimientos de
umbral de identificación para distintas clases de estíml1:lo~. Como detección de estímulos (monitoring). En este caso, la tarea del sujeto
señala Forster (1990), este procedimiento presenta un seno mconve- es responder (con un botón) cada vez que identifique un estímulo
niente, pues lejos de forzar al sujeto a proporciop.ar, ul!a resp~esta lingüístico (fonema, sílaba o palabra) estipulado de antemano. El
rápida (al sujeto no se le obliga a responder 1<? mas rapido P<?Sible), tiempo de detección se interpreta como reflejo de la carga computa-
facilita la intervención de toda clase de estrategias post-perceptivas de cional o trabajo cognitivo que el sistema está realizando en el
adivinación o reconstrucción del estímulo conforme a expectativas o momento de detectar el estímulo, razón por la cual esta tarea se
impresiones de todo punto incontrolables. considera comparativamente más simultánea o en curso que las de
Una variante de la técnica taquistoscópica que intenta soslayar decisión léxica o denominación. A menudo se la emplea en combina-
este inconveniente es la tarea de decisión léxica. En ella, se le muestra ción con tareas de reconocimiento de palabras, ya de forma aislada o
al sujeto una secuencia de letras (o fonemas) para que éste la clasi- en contexto. A modo de ejemplo, y como mencionamos antes, la
fique a la mayor brevedad posible como palabras o no-palabras, pul- detección de sílabas se ha utilizado con bastante éxito en estudios
sando un botón para las palabras y otro para las no-palabras. Nor- sobre la naturaleza de las representaciones de acceso al léxico
malmente, las palabras y las no-palabras aparecen entremezcl~das en (Seguí, Frauenfelder y Mehler, 1981); asimismo, como tendremos
listas aleatorias y en cada ensayo se presenta una s?la. secuencia para ocasión de comentar más adelante, la detección de fonemas se ha
su identificación. El supuesto que subyace a esta tecmca es que para empleado también en experimentos sobre reconocimiento de pala-
poder efectuar la tarea, el sujeto tiene que consultar su léxico mental bras ambiguas en contexto (Foss y Jenkins, 1973; Cairns y Kamer-
a fin de decidir si el estímulo que le ha sido presentado se encuentra man, 1975).
representado en su diccionario interno. Nat~r~lmente, par~ hacer una Otros procedimientos. Por último, sólo resta mencionar dos
estimación adecuada del tiempo de reconocimiento es preciso sustraer métodos específicos de modalidad que han resultado enormemente
al tiempo total invertido en tomar la decisión léxica (cifrado en un fructíferos en la investigación sobre reconocimiento léxico. Uno de
promedio de 550 mseg.) el tiempo (hipotéticamente constante) e~­ ellos, empleado en la modalidad auditiva, es el llamado paradigma de
pleado en la preparación de la respuesta motora y en su. post~~10r apertura sucesiva (traducción del inglés gating paradigm, que signifi-
ejecución. Pese a sus indudables ventajas sobre la tarea de Identifica- ca la selección de partes de la onda sonora de un estímulo en
ción taquistoscópica, la tarea de decisión léxica no ha l?grado términos de tiempo o amplitud), y consiste en la presentación sucesi-
erradicar del todo el riesgo de la presencia de efectos post-léxicos. en va de segmentos cada vez mayores de la onda sonora de una palabra,.
la respuesta del sujeto, como es lógico al tratarse de una tarea de tipo en incrementos del orden de 30 mseg. cada uno. La tarea del sujeto es
«decisional». simplemente intentar identificar el estímulo que se le presenta en cada
El único modo de eludir este problema es rebajar al máximo la ensayo (Grosjean, 1980). El objetivo fundamental de esta técnica ha
necesidad de tomar decisiones conscientes durante la identificación. sido el de destacar los determinantes prosódicos del reconocimiento
Esto es lo que se pretende con e.l procedimiento de den.~minaci~n léxico en la modalidad auditiva, y, con ello, la dependencia contex-
(naming), consistente en pronunciar en voz alta, y tambien lo. mas tua! que guía la identificación de palabras habladas, en franco
rápido posible, un estímulo verbal presentado visualm.ente. Mediante contraste con lo que sucede en el reconocimiento visual de palabras
un sensor de voz o «llave vocal» contectado al medtdor del TR se (Grosjean, 1985; Grosjean y Gee, 1987). Por otra parte, un procedi-
registra el tiempo transcurrido entre la presentación del estímu.l<? y la miento cada vez más utilizado en los estudios de procesamiento
emisión de la respuesta. Esta tarea no exige la toma de deciswnes visual de palabras es el registro de los movimientos oculares, al que
conscientes, ni tan siquiera que el sujeto advierta si el estímulo es o ya dedicamos un amplio comentario al final del capítulo anterior.
no una palabra. El supuesto básico es que el tiemp<? nec~s~r.io para Naturalmente, el mayor atractivo de esta sofisticada técnica de
pronunciar el estímulo viene determinado por la dispombth~ad de registro es la mínima demanda de decisiones conscientes que le exige
representaciones léxicas que correspondan a la entrada sensonal, de al sujeto y, consiguientemente, su mayor cercanía a las condiciones
tal modo que cabe esperar una ventaja de las palabras sobre ~a~ no- naturales en· que se desenvuelven los procesos de reconocimiento de
palabras, o de las palabras más frecuentes sobre las ,me.nos far~uh.ares. palabras en la lectura. Por contra, su mayor inconveniente es la
En la medida en que los resultados de estas dos tecmcas comcidan, dificultad de discriminar aquellos aspectos de los movimientos y las

394 395
PSICOLOGJA DEL LENGUAJE. JNVESTIGACION Y TEORIA
RECONOCIMIENTO Y COMPRENSION DE PALABRAS

fijaciones oculares atribuibles a cada una de las innumerables varia- vocabulario en estos pacientes sensibles a la frecuencia de uso (Bra-
bles a las que se halla sometida esta clase de respuestas motoras. dley, Garrett y Zurif, 1980). Con todo, la presunta sensibilidad
diferencial de los vocabularios de clase abierta y cerrada a la frecuen-
4.2. Efectos experimentales registrados en la investigación cia de uso no ha podido ser replicada en investigaciones posteriores a
las reseñadas aquí (Gordon y Caramazza, 1982, con datos en inglés; y
A continuación vamos a hacer una breve exposición de los principales Seguí et al., 1982, 1987, con datos en francés).
efectos observados mediante el empleo de éstos y otros procedimien- 2. Palabras vs no-palabras. Un efecto menos controvertido que
tos ~e reco~ida de datos. Los fenómenos a los que nos vamos a el de la frecuencia es el efecto «palabra vs no-palabra». Según se ha
r~fenr, repetidamente cont~astados y replicados en la literatura expe- comprobado con tareas de decisión léxica, el tiempo que se tarda en
nmental, pueden caractenzarse como factores determinantes del aceptar cierto estímulo como palabra es inferior al invertido en
tiempo de reconocimiento o de acceso a las palabras del léxico mental rechazar estímulos categorizados como no-palabras, incluso si se
(Garnham, 1985; Forster, 1990). Se trata de los siguientes: comparan palabras infrecuentes con no-palabras (vg. «pÚstula» y
«súltupa») (Garnham, 1985). Además, hay que advertir que una no-
1. Frecuencia de uso de las palabras. Las palabras más familia- palabra tarda tanto más en ser rechazada cuanta mayor se~ su
res o de uso más frecuente en el idioma tienden a ser reconocidas con semejanza con una palabra (vg. la no-palabra «blanta», que tiene
mayor rapidez que las palabras menos familiares o frecuentes (Ru- como «vecinos» muy próximos a palabras como «planta», «blanca» o
benstein, Garfield y Millikan, 1970; Forster y Chambers 1973· Fors- «blanda», producirá tiempos de decisión léxica superiores a la no-
ter, 1976; Morton, 1979; García-Albea, Sánchez-Casas' y del Viso, palabra «brunde», que carece d.e vecinos léxicos), ~in duda a causa d.e
1982). El efecto de frecuencia se mantiene relativamente constante a las interferencias que esta semeJanza genera en el sistema de reconoci-
través de distintas tareas experimentales; así, las palabras de menor miento (Coltheart et al., 1977). Este fenómeno, no obstante, sólo es
frecuencia de uso presentan no sólo mayores latencias de decisión efectivo si se usan como no-palabras secuencias legales de letras, esto
léxica, sino que también tardan más en ser nombradas (siempre y es combinaciones de letras que respeten las restricciones fonológicas
cuando se m~ntengan con~tantes otros factores, como la longitud, el y ~rtográficas de la lengua (compárense, por ejemplo, las no-palabras
acento o el numero de vec~nos de las palabras examinadas), si bien se «plento», «ontepl» y «oentlp», y júzguese cuál de ellas podría e~­
ha observado que la magmtug del efecto de frecuencia es menor sobre plearse como una «no-palabra legal» en castell~no). Ni que decir
la tarea de denominación que sobre la de decisión léxica (Forster y tiene el tiempo invertido en rechazar secuencias de letras como
Chambers, 1973).
«xgy~tw» (o, para el caso,. «ontepl» u «?er:ttlp») ha de ser sensibl~­
Un asunto que ha de~a~ado una viva polémica en las investigacio- mente inferior a la latencia de reconocimiento de la palabra mas
nes sobre el acceso al lexico es el presunto efecto diferencial de la frecuente del vocabulario. La mayor latencia de respuesta a las no-
frecuencia ?e uso en los vocabularios de clase abierta y de clase palabras legales se considera indicio de que el sujet~ ~fec~úa una
cerrada. Asi, Bradl~y (1978;, Bradley y Garrett, 1980) observó que el búsqueda, que eventualmente acaba en fracaso, en su lexico mterno.
efecto de frecuencia tan solo afecta a elementos léxicos de clase Un fenómeno derivado del efecto palabra vs no-palabra es el
abierta (nombres, verbos y adjetivos) y no a los de clase cerrada llamado «efecto de interferencia», que se traduce en el aumento de la
(artí.culos, preposici~nes, conjunciones). Este resultado, que ha sido latencia de respuesta a no-palabras cuya porción inicial es una
replicado c~n I?~tenale~ ~n c~stellano (Sánchez-Casas y García-Al- palabra real (vg. camaler o pipaña) (Sánchez-Casas y García-Albea,
. b~a, 1986), JUStifica la hipotesis de que existen mecanismos indepen- 1984). Este efecto se explica en virtud de un sesgo de respuesta
dientes. de acceso· a estas dos clases de vocabulario: las palabras de inducido por la presencia, en la no-palabra, de un elemento léxico
contemdo se reconocen mediante mecanismos (de activación selec- que induce momentáneamente a crear una «falsa alarma», o sea, a
ción o búsqueda) sensibles a la frecuencia, en tanto que las p~labras dar una respuesta afirmativa incorrecta.
funcionales serían identificadas en el contexto estructural de la 3. Efecto de priming. Otro factor que in~uye en el tien:~o de
or~c.ión por m~diación de procesos de análisis sintáctico. Una prueba reconocimiento de las palabras tiene que ver mas con las condiciOnes
adicwn.al aducida e~ ~poyo de esta hipótesis es la observación de que de presentación de los estímulos que con pr,opie?ades intrínse~~s de
los pacientes agramaticos, esto es, que sufren una alteración selectiva las palabras como las examinadas hasta aqm. Asi, la presentacwn de
dell?r?~esami~nto si!ltáctico (cfr. capítulos 12 y 15) no muestran esta ciertos estímulos léxicos con anterioridad a una palabra crítica
senstbthdad. dtf~r~nctal de los ~ocabularios abierto y cerrado al efecto pueden facilitar (o dificultar) su reconocimiento, siempre y cuando
de frecuencia, ttptco de los SUJetos normales, siendo ambos tipos de tengan algún tipo de relación con ella. A tales estímulos se les
396 397
PSICOLOGIA DEL LENGUAJE. INVESTIGACION Y TEORIA RECONOCIMIENTO Y COMPRENSION DE PALABRAS

denomina primes (utilizando el término inglés) y al efecto que explicación intraléxica o autónoma de este efecto, según la cual la
producen, priming (o también «primado» o «preparació?» ). ~os presentación del estímulo inductor (prime) en el priming de repetición
efectos de priming más frecuentemente constatados en la mvesttga- origina una «apertura» de la representación léxica almacenada en la
ción son el priming de repetición (Scarborough, Cortese y Scarbo- memoria; al presentar después la misma palabra como estímulo
rough, 1977) y el priming semántico Meyer y Schv~neveldt, 19~1 ): El crítico, la entrada léxica correspondiente ya se encuentra abierta o
efecto de priming de repetiCión, como su propiO nombre mdtca, preactivada, por lo que el tiempo de reconocimiento se reduce
consiste en la disminución en la latencia de respuesta a una palabra sustancialmente. En el priming semántico o contextua!, la «preactiva-
cuando ésta ha sido presentada con anterioridad en la misma lista o ciÓn» de la representación léxica correspondiente a la palabra crítica
en la misma oración. El priming semántico revela el mismo efecto se verifica mediante asociaciones entre entradas léxicas pertenecientes
facilitador cuando la palabra utilizada como prime es un elemento a un mismo campo semántico, lo que también facilita el reconoci-
léxico de significado similar o relacionado con la palabra crítica (vg. miento de la palabra, aun cuando ésta no se halle explícitamente
«enfermera-hospital»). La magnitud de este efecto se cifra en torno a presente en el contexto previo. Los modelos interactivos (Morton,
los 80 mseg., lo que, en términos de los microprocesos que opera?. en 1979; Marslen-Wilson y Tyler, 1980), sin embargo, interpretan este
este nivel, se considera un valor bastante elevado. Un efecto facthta- fenómeno en términos de la influencia de factores extraléxicos en el
dor del reconocimiento léxico se puede conseguir asimismo por procesamiento de palabras, sobre todo representaciones supraléxicas
mediación de un priming contextua!~ en el que el fragmento de la (i.e. semánticas y pragmáticas) que ejercen un influjo de arriba-abajo
oración que antecede a la palabra crítica ejerce efectos excitatorios sobre los procesos de reconocimiento de palabras.
sobre palabras altamente predecibles y adecuadas a ese contexto (e 4. Ambigüedad léxica. La ambigüedad de .las palabras, y del
inhibitorios sobre las inadecuadas al mismo); por ejemplo, un frag- lenguaje en general, es una cuestión de por sí interesante en el estudio
mento de oración como «Es importante cepillarse los dientes cada ... » de los fenómenos lingüísticos. Contrariamente a lo que se piensa, la
ejercerá efectos excita torios sobre palabras como «día», «mañana» o ambigüedad es una característica más que habitual de los mensajes
<<noche», y, es de suponer, inhibitorios sobre palabras como «mes» o verbales que comprendemos y producimos a diario, aunque gracias a
«año». Por último, hay que subrayar que el fenómeno de priming sólo
nuestra particular habilidad para hacer un uso provechoso de la
es efectivo cuando afecta a palabras reales (sólo el priming de repetición
información extralingüística, apenas llegamos a tomar conciencia de
afecta por igual a palabras y no-palabras), lo que viene a demostrar que
este hecho. Pero independientemente de ello, el fenómeno de la
se trata de un efecto lingüístico, en modo alguno imputable a semejan-
ambigüedad les ha servido a los psicolingüistas como utilísima herra-
zas puramente perceptivas (visuales o acústicas). .
El efecto de priming también ha sido objeto de explicaciones mienta de trabajo para poner al descubierto ciertos aspectos ocultos
de los procesos de comprensión del lenguaje.
divergentes en los distintos modelos de reconocimiento de palabras 7 •
Algunos autores (Forster, 1981) se muestran partidarios de una Uno de estos aspectos es la relación que, en términos de procesa-
miento, se establece entre la forma y el significado de los mensajes
verbales. Sabido es que por expresión ambigua o polisémica se
entiende toda aquella que posee una única representación estructural
7. El efecto de priming se obtenía tradicionalmente mediante la presentación previa de
palabras relacionadas con una palabra crítica o target, de la que se registraba el tiempo de o formal (ya sea fonológica, en el caso de las palabras, o sintáctica, en
reconocimiento o nombramiento. Las palabras utilizadas como inductoras (i.e. los primes) eran el de las oraciones), y más de una representación de significado.
distribuidas en una lista y el sujeto las percibía y reconocía una por una, por supuesto de forma Cuando percibimos una palabra ambigua (vg. «banco»), el reconoci-
consciente. Para algunos autores, la interpretación del efecto generado por este procedimiento en el miento de la forma fonológica de esta palabra no nos lleva hacia una
reconocimiento léxico planteaba ciertos problemas, toda vez que resultaba difícil hacer una
atribución inequívoca del efecto de priming a procesos de activación y facilitación localizados única representación de su significado, sino que pone a nuestro
dentro del léxico. Es decir, no se podía excluir la posibilidad de que, en condiciones de priming, la alcance todos los posibles significados del vocablo (vg. «entidad
mayor rapidez en el reconocimiento léxico obedeciera también a factores episódicos, o sea, al financiera», «mueble para sentarse», «lugar de almacenamiento»).
recuerdo consciente de haber percibido previamente la palabra inductora. A fin de evitar la posible Naturalmente, en la inmensa mayoría de las ocasiones disponemos de
contaminación episódica del efecto, Forster y Davis (1984) diseñaron un procedimiento, que
denominaron «priming enmascarado», consistente en presentar la palabra inductora (prime) en información del contexto que de inmediato nos permite determinar
condiciones de enmascaramiento visual, esto es, con un tiempo de exposición muy breve (60 cuál de estos significados es el apropiado al contexto en el que se
msegs.), precedida en el tiempo de una fila de asteriscos (para lograr un enmascaramiento encuentra la palabra, hasta tal punto que, en condiciones normales,
«proactivo») y seguida de la palabra target (a fin de provocar un enmascaramiento <<retroactivo>>). apenas llegamos a advertir la polisemia. Ahora bien, ¿de qué modo
En estas condiciones, en las que el sujeto no era consciente de la presentación del prime, se
obtuvieron también los efectos deseados, con la garantía de haber suprimido por completo las influye el contexto en la «desambiguaciÓn» de la palabra? ¿Supri-
variables episódicas que pudieran contaminar la ejecución de la tarea. miendo de antemano todos los significados inadecuados o seleccio-

398 399
PSICOLOGIA DEL LENGUAJE. INVESTIGACION Y TEORIA
RECONOCIMIENTO Y COMPRENSION DE PALABRAS

nando de entre ellos el más apropiado al contexto? En otras palabras, aducidos en favor del influjo del contexto sobre el proceso de
¿pa.sta qué punto. se. ~acen presentes al sistema de procesamiento desambiguación léxica no son satisfactori?s, ya 9ue, al estar basados
lexico todos los sigmficados de la palabra ambigua o sólo uno de en procedimientos fuera de curso (off-lme), solo pueden llegar a
ellos?; ¿_en. qué n,te?ida el contexto interactúa con los procesos de revelar lo que acontece después del proceso .de reconocimi~nto, y no
reconocu;ruento lexico o, por el contrario, estos procesos gozan de durante el mismo. A tenor de los datos exammados, parece mdudable
una relativa autonomía en su funcionamiento frente a la información que el contexto ejerce un influjo desambiguante, si bien no e~ posible
de orden superior?
afirmar taxativamente, como hacen los modelos de acceso gmado por
Las alternativas de explicación a este problema son, una vez más, el contexto que se trate de un influjo pre-léxico o léxico. De acuerdo
de dos clases: la.s. que defien~en un acceso directo, guiado por el con este ar~umento, los modelos de acceso múltiple sostienen que. el
contexto, al sigmficado apropiado de la palabra ambigua, de modo efecto del contexto en la ambigüedad es post-léxico, esto es, sobrevie-
que los restantes significados ni siquiera resultan activados (Schvane- ne después de que el sujeto haya reconocido la palabra am~igua. con
veldt, Mey~r Y. ~ecker, 1976); y las que favorecen un acceso múltiple a todos sus posibles significados. N aturalm~nte, no es necesa~IO (m ~a!l
todos los sigmficados de la palabra, desplazando el efecto desambi- siquiera conveniente, desde el punto de vista de la ec.on?l!·ua cogmti-
guador del contexto hasta una etapa post-léxica de interpretación va) que el sujeto tenga acceso cons~iente a todos ~os sigmfic~dos de la
(Swinney, 1979).
palabra; sin embargo, se arguye, este es el precio q~e el sistema de
L~s pru~bas más persuasivas en favor de la hipótesis de acceso reconocimiento léxico ha de pagar para poder funciOnar de forma
selecti~o. !?m a do por .e~. contexto se han obtenido en experimentos veloz, eficaz y automática. . . .
s?~re JUICIOS de ambiguedad y, sobre todo, en estudios de priming Las primeras pruebas de que el sistema de rec.onocimiento .es
le~Ico o contextua!. Los resultados de estos trabajos indican que los sensible a todos los significados de una palabra ambigua se obtuvie-
SUJetos r;to suelen de~ectar conscientemente una ambigüedad léxica ron utilizando tareas en curso como la detección de fonemas. En estos
cuando .esta se hall~ mserta en un contexto fuertemente predecible o estudios (Foss y Jenkins, 1973) se observó q~e, c~ando el fo~ema
desa~biguador, o, bien cuando el signi~i~ado apropiado de la palabra crítico seguía inmediatamente a una palabra pohsemica, la latenc~a. ?e
ambigua es .el mas fre~uentemen.te utilizad~ (Hogaboam y Perfetti, detección aumentaba de forma sensible con respecto a una condiciOn
1975). Por eJemplo, el tiempo de Identificacion de la palabra «letras» de control con palabras no ambiguas (para u? an~lisis, de estos
es mucho mayor en la oración la que en la lb:
estudios, cfr. Garnham, 1985). Sin emba,rgo, la evidencia mas co~tun­
l. a) El banco le devolvió las letras del piso a Juan
dente en apoyo del modelo de acceso multiple.p~ocede de una se~Ie de
b) Juan estuvo rotulando las letras de la pancarta experimentos de priming transmodal, procedi.miento que c01;nbma la
prentación visual y auditiva de estímulos (Swmney, 1979;. Seidenberg
et al., 1982). El ingenioso procedimiento, ideado por Swu~n~y (men-
dado que el vocablo «letra» aparece más estrechamente asociado al cionado en el capítulo 4 y expuesto de manera esquematica en el
?i!?nificado de «signo con el que se representan los sonidos de un cuadro 9.4) consistía en presentar auditivamente a los sujetos pasajes
Idioma» (lb) que al significado de «documento mercantil empleado que servían de contexto (unas veces neutro y otras sesgado), Y: que
para ~plazar el pag<? ?~ bi~n~s adquiridos» (la). Análogamente, en un contenían una palabra ambigua. Tras escuchar la palabra ambigua,
expenmento de decisiOn lexica con palabras ambiguas, Schvaneveldt, se presentaba visualmente otra palabra que podía o no guardar
Meyer y Becker (1976) hallaron que la latencia de decisión ante una relación con alguno de los significados de aquélla. En estos estudios
palabr~ crítica (_vg. «dinero») se reducía cuando esa palabra iba se emplearon tareas de decisión léxica (Swi~ney, 1979) y deno~i~a­
P.recedi~a, en la hsta, de un vocablo ambiguo (vg. «banco») que había ción (Seidenberg et al., 1982). Asimismo, se mcluyeron dos condicio-
Sido pnmado de acuerdo con un significado relacionado con la nes de presentación de la palabra vispal: inm~diatamente después de
palabra crítica (como en la secuencia «ahorro-banco-dinero», en la la palabra ambigua y tres o cuatro silabas mas tarde. Los resultados
q~e «ahorr?», palabr~ relacionada con e! significado de banco apro- mostraron que cuando la tarea experiment.al ~e. realiza justo ~espués
PI~do a «dmero», pnma a «banco», y esta, a su vez, a «dinero»), de percibir la palabra ambigu~, todos los s.Igmfic~dos de la misn:a se
O:Ie~t.ras que aumentaba si el priming activaba o facilitaba un
hallan igualmente accesibles (1.e. no hay di~ere~cia.s .en la latencia de
sigmficado alternativo del vocablo ambiguo (vg. «mueble-banco-di- respuesta ante palabras asociadas a cualqmer sigmficado de la pala-
nero», donde «mueble» prima el significado de «banco» no relaciona-
do con «dinero»). bra ambigua), aun en presencia de un contexto fuertemente sesgado.
Sin embargo, si la tarea d~ identificación s.e demora en~re 700 y 1000
Para los partidarios de los modelos de acceso múltiple, los datos msegs. (i.e. tres o cuatro silabas), se aprecia una latencia menor ante
400 401
PSICOLOGIA DEL LENGUAJE. INVESTIGACION Y TEORIA RECONOCIMIENTO Y COMPRENSION DE PALABRAS

restringido) de representaciones supraléxicas (i.e. semánticas y prag-


Condición Condición de ambigüedad máticas) sobre los procesos de identificación de palabras, a la par con
del información perceptiva procedente de la señal. Los modelos autóno-
contexto Ambiguo No ambiguo mos (Forster, 1976; Klatt, 1980), en cambio, reclaman la existencia de
una serie de procesos, destinados a recuperar entradas léxicas, que
Sin contexto Uno de los mayores proble- Uno de los mayores proble- funcionan a partir de representaciones perceptivas (i.e. información
mas de mantenimiento de los mas de mantenimiento de los acústica, fonológica u ortográfica), y en los que no influyen variables
modernos edificios de ofici- modernos edificios de ofici- con textuales de orden superior. A mitad de camino entre los modelos
nas es el de la limpieza, so- nas es el de la limpieza, so- autónomos y los interactivos se encuentra el modelo mixto de Mars-
bre todo si se tiene en cuenta bre todo si se tiene en cuenta len-Wilson (1984, 1987), que postula una fase inicial de carácter
la gran cantidad de plantas 'é la gran cantidad de vegeta-
les 'é que en ellos.
autónomo y otra posterior en la que hay interacción entre distintas
que hay en ellos.
clases de información.
Contexto Uno de los mayores proble- Uno de los mayores proble- La descripción de estas tres clases de modelos de la comprensión
facilitador mas de mantenimiento de los mas de mantenimiento de los de palabras nos va a permitir, o esa es,, al menos, nuestra intención,
modernos edificios de ofici- modernos edificios de ofici- pasar revista a las principales cuestiones teóricas y empíricas que
nas es el de la limpieza, so- nas es el de la limpieza, so- hemos ido desgranando a lo largo de este capítulo y ubicarlas en el
bre todo si se tiene en cuenta bre todo si se tiene en cuenta contexto explicativo apropiado.
la gran cantidad de ficus, la gran cantidad de ficus,
palmeras y otras plantas ::· palmeras y otros vegetales 'é
5.l. Modelos interactivos de procesamiento léxico
que hay en ellos. que hay en ellos.

Palabras visuales:
El modelo dellogogén (Morton). Los modelos de reconocimiento de
FLORES (con textualmente relacionado) palabras que adoptan postulados interactivos se conocen, en términos
PISOS (con textualmente inadecuado) generales, como «modelos de activaciÓn», ya que recurren a la
RUEDAS (no relacionado) activación como constructo explicativo de los procesos de identifica-
ción léxica. El más tradicional de estos modelos es el modelo del
logogén (Morton, 1969, 1979; para una versión más reciente, véase
Cuadro 9.4.-Materiales y condiciones experimentales empleados por Swinney en los
experimentos sobre reconocimiento de palabras ambiguas en contexto (Swinney,
Patterson y Shewell, 1987).
1979). (Tomado de Valle et al., 1990).
El modelo del logogén es un modelo de acceso directo, pues
rechaza la división de los procesos de acceso en varias etapas inde-
pendientes, y es un modelo interactivo, porque admite el acceso
la palabra relacionada con el significado contextualmente apropiado simultáneo del sistema de reconocimiento de palabras a varias fuentes
del término ambiguo. En suma, el efecto desambiguador del contexto de información, la sensorial, por un lado, y la sintáctica y semántica
sólo se deja sentir tras una breve demora, durante la cual se produce procedente del contexto en el que se encuentra la palabra, por otro.
un acceso rápido, automático e inconsciente, guiado por la forma, a En este modelo, cada palabra se halla representada en el léxico
todos los significados de la palabra. mental por medio de un «logogén», un dispositivo de detección
sensible a ciertos tipos de información que registra pasivamente las
características relevantes de cada pieza léxica. El concepto de logogén
5. MODELOS DE RECONOCIMIENTO DE PALABRAS se puede representar metafóricamente, pues, como un receptáculo
que acoge información de diversos tipos (i.e. acústica, visual, contex-
En los apartados precedentes hemos aludido a dos clases de modelos tua!) y que responde a la información que va acumulando una vez
de reconocimiento léxico: los modelos autónomos (o de dos etapas) Y que alcanza su «punto de saturaciÓn». A medida que un logogén
los modelos interactivos (o de una sola etapa). La característica recibe información, su nivel de activación aumenta hasta alcanzar un
diferencial de estos dos tipos de modelos es el grado de encapsula- determinado umbral, o nivel óptimo de activación (diferente para
miento o aislamiento computacional de que gozan los procesos de cada logogén), momento en el cual el logogén se dispara y la palabra
reconocimiento de palabras. Los modelos interactivos (Morton, 1979; es reconocida. La figura 9.2 representa esquemáticamente la versión
Elman y McClelland, 1984) postulan un influjo temprano (y poco revisada del modelo del logogén (ver Patterson y Shewell, 1987).

402 403
PSICOLOGIA DEL LENGUAJE. INVESTIGACION y TEORIA
RECONOCIMIENTO Y COMPRENSION DE PALABRAS

«léxico imput ortográfico»), que codifican información ortográfica, y


otro de logogenes auditivos de entrada (i.e. el «léxico input fonológi-
co») que codifican información fonológica (Morton, 1979, 1982;
Mo;ton y Patterson, 1980). A ellos se les añadieron otros dos sistemas
de logogenes de salida, responsables de la producción oral y escrita de
palabras (cfr. Valle Arroyo, 1991, para una minuciosa discusión del
Uxico Input modelo).
Ortográfico UO Debido a la estricta separación entre los sistemas de logogenes
visual y auditivo de entrada, el modelo no permite ninguna influencia
de las representaciones fonológicas en el reconocimiento visual de
palabras, ni de las representaciones ortográficas en el reconocimiento
Conversión acústico- Conversión Ortográfico-Fonológica auditivo de palabras. En otras palabras, el modelo de logogen
fonológica a nivel subverbal (Unidades postula dos rutas independientes de acceso al léxico. Esta particulari-
inferiores a la palabra) CGF dad del modelo de Morton ha sido, precisamente, uno de los aspectos
que más se le han criticado, sobr_e to~o a la vis~a de cie~tas pruebas
que indican que pueden pro~ucirse ~nterferenCias de ciertas tareas
Uxica Output
Fonológico LOF
'el l Léxico Output
1:!:::=====-----+1 Ortográfico LOO
fonológicas sobre el procesamiento visual de palabras (pruebas que
ya fueron comentadas en. el apartado 3.2 de este _capítulo; cfr.
también Emmorey y Fromkm, 1988, para un comentano).
Dada la arquitectura del modelo del logogen y en razón del
pr~pio mecanismo ~de . activación) re~~onsable del reconoc~~ien.~o
léxico este modelo Impide la postulacwn de una representacwn ÍlJa
de ac~eso. Antes bien, en este modelo el proceso de reconocimiento se
Conversión Fonológico- asemeja más a una competición, en la que varios logogenes van
1---_.l Ortográfica a nivel l--_.l
'------.------' subverbal acumulando activación simultáneamente y en paralelo hasta que uno
CFG alcanza su umbral de disparo, que a un proceso ordenado de registro,
búsqueda o comparación de una entr~da sensorial con ~er~esentacio­
HABLA nes léxicas almacenadas en la memona. En esta competlcwn, son las
ESCRITURA
palabras de mayor frecuencia de uso las que llevan ventaja, dado que
Figura 9.~.,-Representación esquen:ática del modelo dellogogén de reconocimiento y presentan umbrales de activación más bajos que las de frecuencia
co_m~renswn de palabr~s (e? la version de Patterson y Shewell, 1987). El modelo incluye media o baja (cfr. Garnham, 1985; Valle Arroyo, 1991).
astmtsmo, en su parte mfenor, los procesos de producción de palabras orales y escritas Modelo TRACE de reconocimiento de palabras (Elman y McCle-
(tomado de Valle, 1991).
lland). Descendientes indirectos del modelo de logogen, aunque con-
servan sus principales propiedades, son los modelos conexionistas o
de activación interactiva, entre los cuales merece especial atención el
.Co~o puede -~preciarse en la figura, el/los sistemas de logogenes llamado modelo TRACE (Elman y McClelland, 1984, 1986; McCle-
reciben, I~formacwn de dos fuentes: por un lado, información acústi- lland y Elman, 1986). Este modelo com,_..l de una red de nodos que
ca Y grafica de la entrada sensorial, y por otro información sintáctica representan rasgos acústicos, fonemas y palabras. Al igual que los
Y semántica, es decir, información del contex~o lingüístico en el que
logogenes, las unidades de represent_a~ión de la red pre~ent~? un nivel
s~ encuentra~ _las palabras que el sistema debe reconocer, desde el de activación que puede ser modificado por la activacwn que se
Sistema c?gmti_vo. ~n su pri~era formulación (Morton, 1969), el propaga desde los nodos con lo_s que e~tán conectados. En el -~odelo
~od~l? s~l? dispoma de un Sist~ma de logogenes, común para la TRACE, las conexiones entre mveles diferentes de representacwn (vg.
Identificacwn ~e palabras orales y escritas. Sin embargo, ciertos fonemas y palabras) son exclusivamente excitatorias y bidirecciona-
hallazgos expenmentales (vg. la ausencia de efectos transmodales en les, mientras que las conexiones internas a un mismo nivel (vg. entre
tareas de p_rin:zing), ?~ligaron a postular dos sistemas independientes unos fonemas y otros), aunque también bidireccionales, son inhibito-
de reconocimiento lexico, uno de logogenes visuales de entrada· (i.e. el rias.
404 405
PSICOLOGIA DEL LENGUAJE. INVESTIGACION Y TEORIA RECONOCIMIENTO Y COMPRENSION DE PALABRAS

Por ejemplo, los nodos de fonema correspondientes a /m/ y lo! palabras. En cuanto a las conexiones inhibitorias dentro de cada nivel
pueden «excitar» (i.e. enviar activación positiva) simultáneamente de representación, se ha comprobado en estudios de procesamiento
varios nodos de palabra (vg. «mano», «mono», «moda», «humo», léxico con estímulos visuales que, si bien el priming de repetición
etc). Estos nodos, a su vez, envían activación positiva hacia los nodos produc.e efectos f~ci!itadores o excitatorios, un priming del tipo
de fonema, creándose un bucle de retroinformación entre ambos denommado fonologzco~ esto es, con palabras semejantes pero no
niveles. Sin embargo, debido a las conexiones inhibitorias intranivel, ~dé~t~cas. a la palabra crítica (vg. «pantera-palmera») origina efectos
los fonemas /m/ y /n/ tenderán asimismo a inhibir a otros nodos de mhibitonos, esto es, produce mayores latencias de decisión léxica
fonema (vg. /d/ o /b/), lo mismo que los nodos de palabra que (Colombo, 1986). Este efecto se ha atribuido a la competición que se
reciben activación de los fonemas tenderán a inhibirse unos a otros. genera dentro del nivel léxico entre nodos de palabra que tienden a
En estas circunstancias, la palabra que, en virtud de las conexiones inhibirse mutuamente.
excitatorias e inhibitorias, obtenga mayor activación diferencial (i.e. Hay que hacer constar, no obstante, que existen distintas versio-
con respecto a otras palabras que compiten con ella) será, a la postre, nes de los modelos conexionistas, a veces incluso bastante divergentes
la reconocida por el sujeto. A la vista de esta descripción, el proceso entre sí; una muestra de ello es el hecho de que no todos los modelos
de reconocimiento léxico se halla sometido, en el modelo TRACE, a de esta naturaleza postulan conexiones inhibitorias intranivel (vg.
un principio de enriquecimiento «salvaje», al estilo del que impera en McClelland y Rumelhart, 1981), como tampoco todos ellos atribuyen
las economías de corte ultraliberal, según el cual la activación crea un c~rácter «simbólico» a las unidades representacionales (o nodos)
más activación o, por seguir con la metáfora, «los (nodos) ricos se del sistema (Smolensky, 1988). Aun así, todos los modelos de activa-
enriquecen cada vez más». ción interactiva, lo misil?-o que su antecesor, el modelo del logogén,
Un aspecto adicional a destacar en este modelo es su carácter son ~odelos de acceso directo, por lo que rechazan las representacio-
incremental o progresivo, esto es, el hecho de que el patrón de nes discretas de acceso al léxico, a la vez que admiten la idea de que el
activación se va consolidando a medida que se recibe información contexto extraléxico (sintáctico y semántico) puede interferir en los
estimular. Esto supone que, en un principio, la activación es mayor en procesos de reconocimiento.
los niveles inferiores del sistema (i.e. rasgos y fonemas), por lo que los
nodos de palabra no empiezan a activarse (y a enviar activación 5.2. Modelos autónomos de comprensión de palabras
descendente) hasta haber recibido una porción sustancial de activa-
ción de los nodos de fonemas. Esto explica, por ejemplo, el hecho de El modelo de búsqueda (Forster). El representante más conspicuo de
que los efectos léxicos sobre el reconocimiento de fonemas sean los modelos autónomos de procesamiento léxico es el modelo de
mayores hacia el final de la palabra que al principio de la misma (cfr. búsqueda (Forster, 1976, 1990). Este modelo se debe entender como
Marslen-Wilson y W elsh, 1978). Sin embargo, el modelo explica una caracterización abstracta de las operaciones de identificación
también con naturalidad ciertos efectos excitatorios del contexto léxica. Estas se hallan organizadas en dos etapas, que corresponden a
previo sobre el reconocimiento de palabras. Por ejemplo, si un los procesos de recuperación de la forma y del significado, respectiva-
determinado nodo de palabra ha sido activado previamente en la mente. En la primera etapa, se efectúa una comparación de la
oración, y en la medida en que dicho nodo no haya alcanzado aún su representación perceptiva del estímulo con su correspondiente repre-
nivel de reposo, necesitará menor activación para ser reconocida sentación fonológica u ortográfica; este proceso tiene lugar en un
posteriormente. archivo o almacén periférico que contiene una lista de entradas
Esta y otras precisiones cuantitativas de los modelos conexionis- léxicas, ordenadas de mayor a menor frecuencia con una especifica-
tas (vg. la idea de que las conexiones entre nodos tienen diferentes ción de la estructura fonológica u ortográfica d~ cada palabra más
«pesos>> o intensidades -cfr. capítulo 7-) constituyen importantes los códigos de acceso (vg. sílabas fonológicas u ortográficas) que
innovaciones con respecto al modelo del logogén, toda vez que dotan permiten el contacto léxico inicial. Existen tres archivos periféricos:
a estos modelos de la capacidad de fijar con mayor precisión los uno ortográfico~ para entradas visuales; otro fonológico~ para entra-
parámetros relevantes de los procesos de reconocimiento e imponer das auditivas; y un tercer archivo semántico~ empleado en los proce-
las restricciones necesarias a la interacción entre niveles o fuentes de sos de producción de palabras.
información. Por ejemplo, la noción de peso· se utiliza en estos . El proceso . de comparación se realiza mediante una búsqueda
modelos para dar cuenta del efecto de frecuencia, siendo las palabras senal y exhaustiva de la entrada léxica (la representación formal de la
más frecuentes aquellas que presentan una configuración de conexio- palabra) en los archivos periféricos. Una vez localizada ésta, se
nes con pesos más elevados entre los nodos de rasgos, fonemas y procede, en una segunda etapa, hacia otro archivo, denominado

406 407
PSJCOLOGIA DEL LENGUAJE. INVESTJGACION y TEORIA
RECONOCIMIENTO Y COMPRENSJON DE PALABRAS

Archivo Archivo
de acceso Archivo la forma de almacenamiento de las entradas léxicas de nuestro
de acceso de acceso
ortográfico fonológico diccionario mental (Forster 1990).
semántico/ sintáctico
Código de Código de
Por otra parte, el mecanismo de búsqueda permite dar cuenta de
acceso puntero Código de todos los efectos experimentales antes reseñados. Comencemos por el
acceso puntero acceso puntero
efecto de frecuencia. Según Forster, este efecto se explica en virtud de
la ordenación de las entradas léxicas en los archivos periféricos,
luz -----, donde los elementos más frecuentes ocupan posiciones de orden
1
1 anteriores a los menos frecuentes. Por consiguiente, una palabra más
[luO] frecuente será localizada antes en el archivo periférico que una
palabra comparativamente menos frecuente. Ahora bien, según esta
1
1 xyz descripción, para identificar una palabra cualquiera sería preciso
1
1 efectuar una búsqueda a través de todo el archivo periférico, es decir,
empezando por la palabra más frecuente del idioma hasta dar con la
---- entrada apropiada. Este procedimiento no sólo resultaría poco econó-
mico, sino que además ignoraría la información que proporciona la
entrada sensorial (i.e. a través del código de acceso) en el proceso de
reconocimiento. Para evitar esto, el modelo de búsqueda postula que
las entradas léxicas de los archivos periféricos están organizadas en
compartimentos (bins) en función de sus características perceptivas
(i.e. fonológicas u ortográficas). De este modo, en cada compartimen-
to estarían agrupadas, por orden de frecuencia, todas las entradas
léxicas que compartieran el mismo código de acceso (vg. la sílaba
#pal# en «palmera», «palmada>>, «palma», «palco», «palpitar», «pal-
par», «palmeral», «palmear», «palmetazo», «palmiche», etc., en el
archivo central o princ ·p l 1 ' archivo fonológico).
dades sintácticas y se~á~tic:~ de ql~~ ~s:¡anb repr~entadas las pr_opie- Por otra parte, el efecto palabra vs no-palabra sobreviene a
lugar también los procesos que Forster de;~~- n esta etapa t~enen consecuencia de una búsqueda infructuosa (y exhaustiva) en los
post-acceso», que sirven para revisar y confir Ina tcolpr~~acwnes archivos periféricos (dado que las no-palabras no se encuentran
entrada léxica y ponerla a dis osici' d mar a se ecct?n _de la representadas en ellos). Dado el carácter exhaustivo de la búsqueda,
de' comprensión lingüística. Lf figu~an 9 ~ lo/ procesos substgmer:t,es las no-palabras tardan más en ser rechazadas. Los efectos contextua!
grafica del modelo. · 0 rece una representacwn y de priming obedecen, como ya indicamos anteriormente, a conexio-

que~~ b%~c~~d~ ~~t~~:~~:~¡~~d~l.::¡1:r~~~q~:d:nes el postulado de


nes entre representaciones semánticas de las entradas léxicas en el
archivo central. Por ejemplo, en el caso del priming léxico («enferme-
dtferencta de los mecanismos de act" ., pr?,ceso serral, a ra»-«médico» ), el acceso a la palabra empleada como prime (i.e.
por los modelos interactivos en lo~v:~~~~ ~{omparactondposltulados «enfermera») se efectuaría a través del archivo periférico correspon-
candidatos léxicos se da e~ aralelo . acc~so a to os os pre- diente y estaría controlado por la frecuencia; sin embargo, el acceso a
justifica este postulado señalarJdo que eo st}lult~neamentf' Forster la palabra target (i.e. «médico») sería independiente de la frecuencia,

~i%~J~:r~ar~g~ :rbl~r~~: '~~laf;.~~~~~~z~:}:~f~f:~!~~r~t~~~~~d,


ya que no tendría lugar en el archivo periférico, sino a través de
nud: referencias cruzadas dentro del propio archivo central (para una
reconocen palabras (lo que dicho d o cuan o se descripción más detallada de estos y otros efectos, véase Forster,
p~etensiones de_ algunos mod~los cone~~~nis~a~~s~~sd~ ~~rpa u~~ lds 1976).
vtsta computaciOnal, el mecanismo de bús ueda o .e
~:i¿~~ ~fn~eqsuo'tl.eoresuprelocisal:
la. !ocalizaci?~ exac~~edeen~~slae~:r~td~~ 5.3. Modelos «mixtos» de comprensión de palabras
' ca tzacwn aproxtm d 1 · 1
supone un considerable ahorro a la hora de d~e an~arolarebatlvda, do que El modelo de «cohorte» (Marslen-Wilson). El modelo mixto de
ase e atos o Marslen-Wilson (1984, 1987; Marslen-Wilson y Tyler, 1980), denomi-
408
409
RECONOCIMIENTO Y COMPRENSION DE PALABRAS
PSICOLOGIA DEL LENGUAJE. INVESTIGACION Y TEORIA

nado también «modelo de cohorte», representa una tercera vía entre modelo, si se produce un error perceptivo o de pronunciación que
los modelos de activación y los de búsqueda. Es un modelo mixto, en afecte a la porción inicial de una palabra (vg. la sustitución de
tanto en cuanto postula dos etapas ordenadas secuencialmente, una «barra» por «parra»), no habrá posibilidad de efectuar una correc-
autónoma y otra interactiva, en el acceso al léxico. La etapa autóno- ción sobre la marcha, dado que, por hipótesis, la cohorte inicial de
~a. inicial tiene por objeto la activación simultánea de un conjunto palabras tan sólo contendrá aquellos candidatos que empiecen por la
Ílmto (o «cohorte») de candidatos léxicos, y se basa exclusivamente secuencia /par/. También en este caso Marslen-Wilson se inclina por
en propiedades acústico-fonéticas de las entradas sensoriales. En la una solución en términos de activación, permitiendo la preselección,
etapa interactiva que se realiza a continuación, se produce la selec- dentro de la cohorte inicial de elementos, de aquellos que guarden
ción del candidato Óptimo mediante un proceso de «desactivación» entre sí una semejanza acústica global, y no una estricta identidad,
de los ~andidatos que sean incompatibles tanto con las propiedades como planteaba inicialmente. De este modo, el sistema tiene la
perceptivas de la entrada sensorial como con las características del oportunidad de revisar el conjunto de elementos seleccionados y
cc:mtex~o. De este modo, se da una reducción progresiva de las · localizar en él la representación léxica correcta.
dimensi<?nes de la «~ohorte» inicial d~ candidatos, hasta que perma-
nece activada tan solo una entrada lexica.
Uno de los factores determinantes del proceso de reconocimiento, 6. ALGUNAS REFLEXIONES SOBRE LA AUTONOMÍA
en el m<?d~lo de cohorte es el «punto de unicidad» o punto óptimo de DEL PROCESAMIENTO LÉXICO
r~co~o~Imiento, . a. partir del cual el candidato léxico elegido es
discnmmado defimtivamente de los restantes candidatos de la cohor- Según se desprende de los datos que hemos presentado a lo largo de
te inicial (i.e. de sus vecinos). ·Este punto define el alcance o duración este capítulo y de los modelos que hemos descrito en el último
t;J-á~ima de la etapa acústico-fonética inicial. Sin embargo, dicho apartado, existen suficientes indicios que apoyan la idea de que la
hmite se reduce considerablemente cuando la palabra se halla en un comprensión de palabras funciona, al menos en sus primeras fases,
contexto oracional, ya que, en estas circunstancias, el sistema aprove- como un sistema autónomo de procesamiento, es decir, como un
cha los factores contextuales disponibles para reducir la cohorte sin módulo cognitivo de propósito específico que se ve libre del influjo de
necesidad de explotar al máximo las propiedades acústico,..fonéticas la información de niveles superiores, tanto lingüísticos como extralin-
del estímulo. Por ello, como Marslen-Wilson observó en estudios de güísticos, y emplea exclusivamente información fonológica (u orto-
se~uimiento (shadowing) (cfr. capítulo 8), el proceso de reconoci- gráfica) y léxica, o sea, representaciones perceptivas e información
miento de palabras habladas en contexto discurre con latencias interna al sistema. Todo ello proporciona, al mismo tiempo, una
extra.ord~nariamente breves, del orden de 300 msegs. Esto explica, al justificación para segregar al menos una parte del conocimiento
propio tiempo, que la unidad que sirve de código de acceso a la léxico de otros tipos de conocimiento no lingüístico que suelen ir
palabra sea muy variable para este modelo, ya que la cantidad de asociados a las palabras en virtud de relaciones pragmáticas o
~n~o.rmación perceptiva necesaria para establecer el contacto léxico experienciales, y que pertenecen más propiamente a la «memoria
IniCial depende de la información supraléxica disponible en cada semántica» que a la memoria léxica. La principal justificación de esta
caso. aseveración la podemos encontrar en los estudios sobre ambigüedad
El modelo de Marslen-Wilson presenta dos inconvenientes princi- · léxica examinados en el apartado 3.
pales: por un lado, la dificultad para dar cuenta del efecto de Con todo, el debate sobre el papel del contexto en el reconoci-
f~ecuencia, y por otro, la incapacidad para explicar cómo logra el miento y la comprensión de palabras, que evidentemente no se
sistema recuperarse de los errores que comete y corregirlos sobre la circunscribe sólo al problema de la ambigüedad léxica, no está ni
marcha (cfr. Pisoni y Luce, 1987; Valle Arroyo, 1991). Por lo que mucho menos cerrado (el lector encontrará interesantes revisiones de
respecta al efecto de frecuencia, Marslen-Wilson (1987) ha reconoci- este debate en Seidenberg y Tanenhaus, 1986; Frauenfelder y Tyler,
do recientemente la necesidad de incorporar a su modelo la noción de 1987; Tanenhaus y Lucas, 1987; e Igoa, 1991b). De hecho, este
ac~ivación para explicar por qué cuando dos palabras comparten un problema es, ahora más que nunca, la principal piedra de toque para
mismo punto Óptimo de reconocimiento (vg. «puer ~ ta» y «pue- evaluar la validez de los modelos teóricos no sólo del procesamiento
r ~ro») se identifica antes la palabra más frecuente («puerta»). En su léxico, sino del procesamiento lingüístico en general.
esquema, sin embargo, la activación resulta un concepto gratuito, Entre las reflexiones más pertinentes que deben hacerse en torno a
falto de una justificación empírica independiente. Algo parecido este problema, y que por razones de espacio no podemos más que
ocurre en el caso de los errores. Así, tal y como está diseñado el enunciar aquí, cabe destacar la propuesta de que el contexto tiene que

410 411
PSICOLOGIA DEL LENGUAJE. INVESTIGACION Y TEORIA

Capítulo 10
in~ui~ en mayor medida en la comprensión del lenguaje hablado,
pnncipalmente a causa de las constricciones temporales bajo las
LA COMPRENSION DE ORACIONES
cuales se. proce~a esta modalidad verbal y también por la mayor
degradac10n estimular que sufre, en comparación con el lenguaje
escrito (Valle Arroyo, 1991).
Por otra parte, hay que tener presente que existen diferentes clases
de contexto que pueden producir también efectos diferenciales sobre
la ~d.entificación de pa_labras. Así, no es lo mismo el contexto paradig-
matzco que se constituye mediante la asociación semántica entre
palabras (vg. «profesor-colegio»), que el contexto sintagmático crea-
do p~r las e~truc~uras sintáctic~ y semántica de la oración (vg.
comparese el mfluJo que ha de eJercer en el reconocimiento de una
palabra un contexto muy restrictivo como «El parlamento aprobó
ayer una nueva ... », con otro muy poco restrictivo como «El hombre
co_mpró ~y~r una nueva ... »). Lo~ modelos autónomos de procesa-
miento lexico han logrado explicar con bastante plausibilidad los
efectos del co!ltexto paradigmático sobre el reconocimiento de pala- l. CUESTIONES PRELIMINARES
bras, prop?~·uend~ u?~ red de cone:x;iones internas al léxico que Por muy amplio y sofisticado que sea nuestro con<::>eimiento léxico, y
pueden facilitar o mhibir la recuperacwn de representaciones semán-
por muy rápidos y eficaces los procesos o estratc;gias que empleamos
!
ticas de ciertas palabras. ~l es el caso del_ mo?,elo de búsqueda de
en recuperar el significado de las p~labras, todo ell_o sería de es~asa
For.st,e~, en el que se _distmgue la orgamzac10n de los archivos
utilidad si no tuviéramos, al mismo tiempo, la capacidad de orgamzar
penfencos en forma de listado independiente de entradas léxicas de la
o combinar los significados léxicos individuales en unidades más
org~nización del arch_ivo central ~n. ~arma _de red de conceptos. Bien
complejas como las oraciones, y de analizar e interpretar estas
es ~Iert?, que esto equ!vale, en definitiva, a mcorporar mecanismos de
unidades complejas de significado mediant~ la~ cuales represe?tamos
a~tivacwn muy semeJantes a los que postulan los modelos conexio-
y transmitimos hechos e intenciones com~mcatlvas a n~estros mte~l~­
?Is~a~ de?tro del léxico se~ántico; ~or contra, el influjo facilitador o
cutores. En este capítulo, vamos a exammar las capacidades y activi-
mhibitono del contexto smtagmatico resulta más fácil de explicar
dades cognitivas que hacen posible el análisis y la interpretación de
desde un modelo de ~ctivación interactiva (vg. Elman y McClelland,
oraciones. A título de aclaración preliminar y con objeto de que el
1986), dado que ~ste tipo ?,e modelo~ ~ermite un influjo relativamente lector pueda empezar a atisbar la envergadura de esta compleja
tempra?~ de la mf?rmac10n supralexica (vg. las representaciones de
actividad, la vamos a presentar ilustrándola con algunas de sus
la oracwn o del discurso) sobre los procesos de reconocimiento de
manifestaciones más típicas. Entre las habilidades lingüísticas que
palabras.
exhibe cualquier oyente/lector competente, figura la_ de comprend~r
Estos, sin embargo, no son los únicos efectos contextuales que se
mensajes verbales como los que se recogen en los eJemplos la a 11:
deben tomar en _cu~~ta: En esta líne~, es b~s~ante razonable pensar
que el c~mtexto lmgms_tic? (ya se~ el smtagmatico o el paradigmático)
l. a) El niño regaba las plantas.
ha de Imponer restnccwnes diferentes sobre la comprensión de b) El enorme boxeador que golpeó brutalmente la débil viejecita se cayó.
pal~bra~ de las _qu;e crean los contextos extralingüísticas (vg. físico, e) El invitado estaba deseoso de agradar.
social, . mt~rsubJetryo, _etc.) en que tienen lugar los intercambios d) El invitado resultó difícil de convencer.
comumcativos ?r~manos. Nada impide, en este sentido, presumir e) El policía sorprendió al ladrón con la pistola.
que .el reconocimiento de palabras puede ser también un proceso f) Todos los hombres aman a una mujer.
sensi~le a estos otros tipos de información que el oyente o lector g) A Pedro le secuestró un gángster su novia.
maneJa al comprender el lenguaje (véase a este respecto el capítulo 14 h) ¿Tiene usted hora?
de ~ste voh~men). De_ to~~s. modos, hay que reconocer que este tipo i) El tiempo vuela.
~e I_?,fl~enci~s extr~lmgmsticas sobre los procesos de comprensión Como ya hemos señalado, el acceso al significado de las palabras
hngmstica siguen siendo, en el momento actual del desarrollo de que integran estas oraciones es condición necesaria, aunque no
nuestra disciplina, un absoluto misterio.
413
412
LA COMPRENSION DE ORACIONES
PSICOLOGIA DEL LENGUAJE. INVESTIGACION Y TEORIA

por. todos y cada ~no de ~o~ hombres», y «hay un conjunto finito de


suficiente, para comprender su significado. Así, tom.~ndo el ejemplo muJ_eres ex y un conJunto fmito de hombres {3, tales que cada mujer del
la una vez identificado el sentido de las palabras «nmo», «regaba» y conjunto ex es am~da por un hombre, y sólo uno, del conjunto {3».
«plantas», es preciso determinar quién regaba y. 9ué era yegad?; lo La c.onsecuenc1a que debemos sacar de los fenómenos implicados
mismo que en el ejemplo lb hay que establecer qmen golp~o a qme~, y e? los eJemplos lb:l~ es que para comprender una oración es necesa-
quién se cayó;, en los., ejemplos ~~ y 1~; hay que ave_r}guar qmen no e~ple~y cono~Im~e_ntos y ~strategias que van más allá de la mera
agradaba a quien y qmen convenc10 a qmen; en elle, qmen llevaba la co~bmac10? ~e sigmficad?s _lexicos individuales con arreglo a estra-
pistola, y así sucesivamente. Se. trta, en ~u!Ua, de elaborar ~na tegias heunsticas y .restnccwnes conceptuales y de conocimiento
representación mental del contemdo .I?roposiCiona~ ?e los mensa)es, mundano. Es necesano, en una palabra, analizar también la estructu-
entendiendo por ello una representaciO? que espe~Iflque los pred!~a­ ra de los mensaj~s, ~s ?ecir, su sintaxis. Como vimos en el capítulo 6,
dos o sea las acciones sucesos o relacwnes descntos por la orac10n,
y l~s argdmentos o pa~eles que desempeñan los conceptos o entida-
el c?,mponent.e smtac~Ic~. ?e~ lenguaje es un código formal de combi-
nacwn de un~dades hngmsticas necesario para derivar el significado
des que participan en tales acciones o suce~?s. (El co_n~epto de d~ los mensaJes v~rbales. Es forn:al en tant? en cuanto es indepen-
proposición y las teorías sobre 1~ representaci?n proposiCwnal,d~l diente ~el contemdo .de las umda?es, o simbolo,s que maneja, y
significado lingüístico serán exammados con mas d~~alle en ~1 proxi- ne~esarzo, en _la . ~edida en que sm el no podnamos interpretar
mo capítulo, dedicado a los procesos de comprenswn del d1sc~rso.) umdades de sigmficado superiores a la palabra o al morfema. En
En algunos casos, por ejemplo en l_a, estos pap~le~ se pueden asignar otras. palabras, los procesos de análisis sintáctico son mecanismos
atendiendo _simplemente a las, propiedades semantlcas ?e
las palabras co~mtivos qu~, median. e~tre la recuperación del significado léxico y
que forman el mensaje. As1, sabemos que el predicado o verbo la mterpretacwn del sigmficado oracional.
«regar» requiere un agente animado (probablet?ente huma~o), ~un­ Es.tos .mecanismos, como ~1 lector podrá advertir por propia
que la acción pueda ejecutarse por medio de un mstrumento mamtl_l~­ expenenc!a .al cont~mplar los eJemplos de la página anterior, son en
do (vg. es correcto decir «La manguera regaba las plantas»); tambien su mayona mconsciente~ y, segun vamos a ilustrar con el ejemplo lg,
se sabe que el objeto de la operación de regar (i.e. las plantas) suele operan. de fo~ma automatica y muchas veces predictiva, lo que a veces
ser una entidad inanimada (normalmente vegetal). Por ello, puede pue~~ mducu a error. En efecto, al leer (o mejor aún, escuchar) la
decirse que incluso si la oración estuviera formulada de un !llodo ora~10n lg -<~A Pedro ~~ secue~tró un ~~ngster su novia»-, se
telegráfico (vg. «Niño regar plantas»), o i~cluso cl~~amente anomalo advierte 9-ue la mteri?r~tacwn de dicha orac10n sufre una interrupción
(vg. «Plantas regaba niño»), no encontranamos dificultad alguna en momentane~ al percibir el fragm.~nto «SU novia». Esto se debe a que
derivar su significado apropiado. cuando el sistema de comprens10n «cree» descubrir una expresión
No obstante, la estrategia de combinación a partir ~e ~orrespon- e~tructural Y: semánticamente completa («A Pedro le secuestró un
dencias semánticas plantea de inmediato varias comphcaci~nes. Por gangster»), tiend~ ~ dar por terminada e interpretada la oración. Sin
ejemplo, resulta inoperan,te ~n los casos le y l,d. En_ el pni'll:e~o de
1?, embargo, al re~Ibir el fragmento siguiente (el SN «su novia») el
ellos, una estrategia semantiCa como la citada mas arnba pedina un proc~~ador advierte que este fragmento debe ser adjuntado a la
análisis contrario al apropiado, ya que, aunque parezca altamente ?r~~10n en curso, por lo que se ye obligado a revisar su interpretación
improbable a la luz de nuestro conocimiento del mundo, es la Imc.I~l y elaborar una .nueva (I.e. ya no es Pedro el paciente de la
viejecita quien golpea al boxeador y éste quien cae, y no al contr~rio. acc10n de secuestrar, smo su novia). Si la oración se percibe visual-
En la misma línea, si comparamos los ejemplos le y ld, descubnmos mente, el lector tendrá la oportunidad de volver atrás para dar un
que, aunque la disposición de las palabras es la misma en ambas segundo r~paso a. la misma y así acceder a la interpretación apropia-
oraciones, el agente de la acción expresada en los predicados «agra- da. ~un siendo IJ?frecuentes e~ el lenguaje cotidiano, este tipo de
dar» y «convencer» es distinto: se trata del invitado en el primer caso, ora~10nes, de~ommadas «de via muerta» (garden path, en inglés)
y de alguien no identificado, pero nunca el invitado, en el segundo. de~Ido a que mducen al lector a optar inicialmente por un camino
Los ejemplos le y 1f ilustran el fenómeno opuesto al de acabam?s de err?~~o, .respl~an de extrema utilidad en el estudio empírico del
señalar, a saber, que es posible asignar diferentes representaciOnes a?ahsis smtactico, pues ponen al descubierto algunas características
semánticas a una misma configuración de conceptos: así, en le, la s~ngulares de este proces~. Veamos en los diagramas de árbol de la
pistola puede estar igualmente en poder del policía o del ladrón; Y en figura 10. ~ el efecto de vi a muerta creado por la oración lg:
lf, que ilustra una ambigüedad de distinta naturaleza a la de le, los Resumiendo, 1?~ procesos se~ánticos de asignación de argumen-
significados alternativos de la oración están representados por los tos o papeles tematicos a las entidades de la oración mantienen una
siguientes enunciados lógicos: «hay una mujer x, tal que x es amada
415
414
PSICOLOGIA DEL LENGUAJE. INVESTIGACION y TEORIA
LA COMPRENSION DE ORACIONES

o representación semántica de naturaleza proposicional. Así,_ en ciertos

~
casos (vg. en enunciados interrogativos como el del eJemplo 1h
-«¿Tiene usted hora?»-, o en los imperativos), las oraciones care-
SV SN cen de valor de verdad, y en otros muchos (vg. en el habla indirecta o

~SV
figurada, típica del lenguaje irónico o metafórico -ejet?pl? 1i-: ~<El
tiempo vuela») difícilmente se puede int~rpretar _su autentico sentido
SP SN SN sin tener en cuenta el contexto conversaciOnal o mterpersonal que les
(O~OI) ~ (SUJ) (OD) rodea. En estos casos, pues, no cabe hablar tanto de la «verdad» o
~ ~ «falsedad» del mensaje, sino más bien de su «adecuaciÓn» o «relevan-
P N Cfu V Det N Det N
1 ,_ cia» dentro de un contexto dado.
l l l 1 1 1
Por ejemplo, una pregunta como 1h sólo satisfará la intención
A Pedro le secuestró un gángster comunicativa del hablante si recibe alguna forma de respuesta;
1 su novia
análogamente, una expresión metafórica como 1i sólo es comprensi-
Figura 10.1.-Estructura sintacuca (superficial) de una oración de vía muerta. El ble bajo un significado figurado o indirecto, es decir, si el oyente
constituyénte <<SU novia>>, situado a la derecha de la barra [/],que depende del nodo SV descubre un referente común o «motivo» que explica la analogía
de la oración, <<provoca>> un efecto de vía muerta (garden path) en la interpretación, entre la figura metafórica y el concepto que ésta representa (y en
que obliga a reanalizar la oración, asignando al SP <<A Pedro>> el papel de objeto . virtud del cual es sensato comparar la velocidad del vuelo con el paso
indirecto y al SN <<SU novia>>, el de objeto directo. del tiempo). En sentido estricto, pues, cada un~ d~ _estos e~emplos
tiene dos significados distintos: por un lado, un sigmftca~o directo o
literal, que en 1h expres~ el deseo de sab~r alg?. sobre el mterlocu_t?r
dependencia directa con respecto a los procesos de análisis de la (i.e. si éste sabe o no que hora es), y en 1I mamfiesta una aseverac10n
estructu~a. Uno de los. problemas más importantes de la comprensión claramente falsa (una entidad inmaterial como el tiempo no puede
de. oraciOnes es precisamente el de determinar las relaciones que desplazarse por el aire); y por otro, un significado indirecto o
existen entre estas dos clases de procesos o, lo que es lo mismo, el pretendido, más «elaborado», que en 1h expresa el deseo de o~tener
grado de autonomía o de dependencia entre ellos. Sin embargo, antes cierta información del interlocutor (i.e. la hora que es) y en lt, una
de ocuparnos de este asunto, hemos de referirnos a otro tipo de sentencia metafórica sobre el rápido fluir del tiempo. Si bien es
demandas cognitiva~,, no meno~ importantes que las anteriores, que evidente que para entender esta ~la~e _de mensaj,es . sigue siendo
plantea la comprenswn de oraciOnes. Para ello, vamos a analizar los necesario derivar sus estructuras smtactica y semantica, no lo es
dos ejemplos de la introducción que aún quedan pendientes. menos que para lograr una comprensión ~abal de ~os J?is~os hay que
. ~~s oraciones 1h y. 1i permiten apreciar el hecho de que el trascender su significado literal y descubnr el sentido mdirecto oculto
sigmftcado de los mensaJes verbales no se agota en su representación tras él· este es en definitiva, el significado que interesa.
semántica o contenido proposicional, sino que incluye también un
componente pragmático o comunicativo, relativo al intercambio de
1;
Pa:a que comprensión sea efectiva, es necesario que hablante y
oyente compartan, además de un _código ling~Ísti_~? ~omún (i._e. una
intenciones entre los interlocutores (cfr. capítulos 5 y 14 de este gramática), una serie de conocimientos extralmgm~tlcos relativos al
libro). Como vimos en el capítulo 5, el componente comunicativo del discurso, a la situación y a los estados mentales del Interlocutor. Una
lenguaje se manifiesta en lo que los lingüistas llaman la «fuerza teoría de la comprensión del lenguaje con pretensiones abarcativas no
ilocutiva» del enunciado lingüístico, esto es, la capacidad del lenguaje puede por menos que abordar también este tipo de fenómenos. De lo
para expresar y transmitir, más allá del contenido inmediato o contrario, quedaría excluida de la indagación psicológica la explica-
explícito del enunciado, las creencias, actitudes y expectativas del ción de la forma en que los humanos interpretamos (y producimos)
hablante hacia un interlocutor. En la medida en que la fuerza lingüísticamente actos comunicativos tan habituales como las peticio-
ilocutiva es un componente más del enunciado verbal, también ha de nes, las promesas, los- ruegos, las expresiones de reconocimiento, los
ser objeto de interpretación por parte del sujeto que comprende, y compromisos, así como expresiones irónicas, humorísticas o metafó-
requiere, por ello, una explicación psicológica. La particularidad que ricas, casos todos ellos de habla indirecta o pragmáticamente marca-
presentan las oraciones de los dos ejemplos citados, y en definitiva da. Con todo, la investigación psicolingüística de los aspectos prag-
cualquier oración que se produce y se interpreta en un contexto máticos del lenguaje se ha centrado, como no podía ser de otro
comunicativo, es que para entenderlas no basta con atribuirles una modo, en los estudios sobre conversación, de los que nos ocuparemos
416
417
PSICOLOGIA DEL LENGUAJE. INYESTIGACION Y TEORIA LA COMPRENSION DE ORACIONES

extensamente en el capítulo 14, y ocupan un lugar poco relevante en (semántica) de los enunciados verbales puede reconstruirse exclusiva-
el estudio de los procesos de comprensión de oraciones per se. En los mente a partir de las relaciones conceptuales entre las entidades del
apartados que siguen nos vamos a o~up~r I?re~er~ntem~nte, pues,. 9e discurso (i.e. los conceptos) y de estrategias inferenciales, aportadas
la descripción de los procesos de anahsis smtactico e mterpretacwn por el sujeto, que completan la representación proposicional que da
semántica de oraciones. significado al enunciado (recuérdese el ejemplo del niño que regaba
las plantas). Sin llegar al extremo de prescindir por entero de la
sintaxis, otros modelos de la comprensión (Marslen-Wilson, 1976;
2. COMPONENTES DEL PROCESAMIENTO DE ORACIONES Tyler y Marslen-Wilson, 1982; Taraban y McClelland, 1988) desta-
can el influjo que ciertas propiedades semánticas del enunciado
La co~prensió.n de oraci<??es se ~o~pone de ~<?s.pr?ce,so~: el anális~s ejercen sobre los procesos de análisis sintáctico, hasta el punto de
sintáctico y la mterpretacion semanti.ca. El, an~hsis. sm~actiC<? (conoci- condicionar las decisiones que el analizador sintáctico toma en el
do también con el nombre de parszng, termmo mgles denvado del transcurso de la comprensión.
latino pars [orationis], o parte d~ la oració~), se puede definir como Sin embargo, antes de entrar en la discusión sobre la autonomía
.mi·
un proceso cognitivo que consiste en asignar u~a estructura de del procesamiento sintáctico con respecto al semántico, es preciso
11!11:
111111
constituyentes a la oración. Para ello es necesano estab~ecer las enunciar, siquiera brevemente, los principales componentes de proce-
11111!
":11¡
relaciones estructurales entre las palabras y entre otros constituyentes samiento en la comprensión de la oración. Una condición previa, ya
nl!l¡
11\ll
oracionales más amplios (i.e. los sintagmas e incluso las cláu~ul~s~, señalada en la introducción, para interpretar cualquier enunciado
1
u111 1
111111
dado que estas relaciones son imprescindibles para extraer el sigmft- lingüístico es acceder a los significados de las piezas léxicas que lo
11111

¡¡iil
cado de la oración. La interpretación semántica se caract~riza, a su integran. A continuación, el oyente tiene que descubrir las relaciones
:::::: vez, como el proceso de asignación de papeles temáticos a .l?s funcionales entre esos significados léxicos, con vistas a asignar una
lilll
constituyentes oracionales con vistas a recuperar la r~presentacwn estructura a la secuencia de palabras que forman la oración. Por
,,,,,¡
11111
proposicional del enunciado. En otra~ palabras, cada sm~agma de la último, es necesario atribuir un significado global al enunciado, lo
i<f¡ 1
oración debe recibir un papel semántico (vg. agente, ~aciente, tema, que supone derivar una representación mental de la misma formulada
instrumento, etc.) y todos estos papeles se deben oq;~amzar en torno a en un código de otra naturaleza (vg. mediante estructuras proposicio-
un predicado (normalmente un verbo)~, que defme la estruc.tt.~.ra nales). He aquí una descripción esquemática de estos componentes de
semántica del mensaje (i.e. su representac10n en forma de proposiciO- procesamiento:
nes interrelacionadas). Como ha señalado Altmann,
1. Segmentación de una representacwn de entrada (i.e. una
Mientras que el análisis sintáctico consiste en la asignación. de cat~~orías secuencia de elementos léxicos) en unidades estructurales, tales como
::::;1' gramaticales y relaciones estructurales a los constituyentes ?,ela or~cton (al las cláusulas o los sintagmas 1 , lo que supone determinar las fronteras
'nHI
margen del significado de tales constituyentes), la inte~pretacto~ constste en la entre dichas unidades y agrupar las palabras que pertenecen a cada
;;;;¡ i
lfl!lt' integración de información suministrada por los propws constituyentes Y ~?r
i¡¡•l
las dependencias estructurales que existen entre ellos en una representacwn
interna de los sucesos descritos en la oración (Altmann, 1989, p. 1). l. Las nociones de «cláusula>> y «sintagma» corresponden a unidades lingüísticas definidas
según criterios estructurales. De acuerdo con la llamada <<teoría de la X'» del modelo de <<rección y
ligamiento» (Chomsky, 1981; cfr. capítulo 6 de este volumen), podremos definir el sintagma como
el constituyente lingüístico que representa el grado máximo de proyección de un núcleo (o categoría
Esta distinción como veremos luego, dista mucho de ser unáni- léxica mayor) (cfr. Hernanz y Brucart, 1987). De este modo, cuando el núcleo sea un nombre,
memente aceptada' por los estudiosos de la comprensión del lenguaje, tendremos un SN, cuando sea un adjetivo, un SA, cuando sea una preposición, un SP, y cuando sea
ya que da pie a defender el postulado de 9ue los pro~esos de un verbo, un SV. La noción de cláusula, en cambio, no presenta unos contornos tan nítidos de
asignación de estructura oracional operan con /~~ep~nd~n~Ia de sus definición. En principio, se la puede considerar como una unidad sintáctica de orden superior al
sintagma que resulta de unir un SN y un SV; esto equivale a decir que la condición mínima que
consecuencias semánticas, es decir, q~e el anah.s!s smta,cti~o es un debe satisfacer una unidad sintáctica para ser una cláusula es que conste de sujeto y predicado (una
proceso autónomo con respecto a la mterpretac~o~ seman~Ica en la condición, como puede apreciarse, fronteriza entre la sintaxis y la semántica). Según esto, y en vista
comprensión del lenguaje. De hecho, en el proximo capit~~o nos de que un sintagma aislado no puede ser bajo ningún concepto considerado como una cláusula,
haremos eco de una teoría computacional de la comprenswn del habrá que presuponer que ciertas unidades <<clausales» (vg. <<No habla ruso», <<Cállate», <<Sabiendo
lenguaje (la «teoría de la dependencia conceptt~al» de .Sc?a~k, 1975) eso», etc.) pueden llevar <<elididos» o implícitos (i.e. en forma de categorías vacías) algunos de sus
constituyentes sintagmáticos (normalmente el SN de sujeto, en una lengua como el español). En un
que rechaza explícitamente el uso de conocimient.~ smtactic~ ~n la sentido más coloquial, la noción de «cláusula» se puede equiparar con la de <<oración simple», es
comprensión, por considerar que la representacwn proposiciOnal decir, una unidad lingüística organizada en torno a un verbo o predicado.

418 419
LA COMPRENSION DE ORACIONES
PSICOLOGIA DEL LENGUAJE. INVESTIGACION Y TEORIA

unidad. Utilizando algunas de las oraciones del ejemplo 1, tendríamos « 1 boxeador se cayó» están separados por una cláusula subordinada
las siguientes secuencias de constituyentes segmentados (donde « [ ] » = d~ relativo («que golpeó la débil viejecita»), y en 3e", el S~, «con la
frontera de cláusula y «( ) » = frontera de sintagma): istola» puede depender alternativamente del SV «sorpr~ndw» ?.del
~p «al ladrón». La figura 10.2 muestra los marcadores smtagmatlcos
2. a') [(El niño) ((regaba) (las plantas))]. de 3b" y de las dos lecturas de 3e".
b') [(El enorme boxeador) [ ((que) (golpeó)) (la débil viejecita)] (se cayó)].
e') [(El policía) ((sorprendió) (al ladrón) (con la pistola))].
o
(a)
Examinemos algunos hechos significativos. Aunque el SV «se
cayÓ» en 2b' vaya a continuación del SN «la débil viejecita», cada
SV
uno pertenece a una cláusula distinta, por lo que es necesario marcar SN
una frontera sintáctica (de cláusula) entre ellos; asimismo, si en 2e' se
mantiene la secuencia «al ladrón con la pistola» como un sintagma
indivisible, tendremos una interpretación diferente a la resultante de SN O
separar «(al ladrón) (con la pistola)» en dos SPs, pues en este caso,
el SP «con la pistola» pasará a pertenecer a otra unidad jerárquica-
mente superior, el SV «sorprendió».
2. Asignación de papeles estructurales o etiquetas sintácticas a
Det ~ A N
COMP~--------------
los constituyentes lingüísticos segmentados. Esta operación supone SN SV SN

~~
reconocer la categoría gramatical de las piezas léxicas que consti-
tuyen núcleos de sintagma, con vistas a establecer la identidad de
V SN SAdv Det A N
éstos (vg. el nombre, en el SN, el verbo en el SV, y así sucesivamente).
Esto sirve, a su vez, para identificar el papel que desempeña cada 1 1 1 1 1 1
constituyente en la estructura de la oración (vg. sujeto, objeto, etc.). ' b talmente e 1• la débil vieiecita J. se cayó
Por ejemplo, el papel sintáctico de sujeto oracional puede asignarse a El enorme boxeador ¡ que ¡ ej golpeo ru ~

nodos de SN, SA (sintagma adjetivo), SV u O (oración), pero no a un


SP. Veamos los tres ejemplos anteriores una vez etiquetados sintácti-
camente: o
(b) o
3. a")
b")
[(El niñoSN) ((regaba V) (las plantasSN)SV)O].
[(El enorme boxeadorSN) [ (queSN) golpeó V) (la débil viejecitaSN)O] ~ SN
~ SV

e")
(se cayó V) O].
[(El policíaSN) ((sorprendió V) (alladrónSP) (con la pistolaSP)SV)O].
1\ ~
SN SV
1\ ~-
Det N V SP
!Det N V SP SP
3. Establecimiento de dependencias o relaciones entre los consti-
tuyentes segmentados y etiquetados. Este proceso implica la recons- 1\ 1\ p
~ SN
trucción de la estructura jerárquica de constituyentes sintácticos o P SN P SN
marcador sintagmático (véase la explicación de este concepto en el
capítulo 5). El marcador sintagmático se puede representar mediante 1\ N
1
Det N
/\
N SP

1~
árboles sintácticos, como en la figura 10.2, o colocando los consti-
tuyentes entre corchetes, como en el ejemplo 3, más arriba. El 1 1 1
marcador sintagmático refleja las relaciones estructurales entre las El policía sorprendió al ladrón con la pistola
El policía sorprendió al ladrón con la pistola
distintas partes de la oración, lo que indica· el nivel de jerarquía en
que se halla cada constituyente y las relaciones de dependencia que ·
Fzgura 1o 2 -Marcadores sintagmáticos de a) una oración con dependencias sintácti-
. . b'
h.ay entre ellos. Estas relaciones se establecen a veces a larga distan- cas a larga distancia, y b) una oración estructuralmente am 1gua con sus correspon-
cia; por ejemplo, en 3b" el sujeto y el verbo de la cláusula principal dientes lecturas.

420 421
PSICOLOGIA DEL LENGUAJE. INVESTIGACION Y TEORIA
lA COMPRENSION DE ORACIONES

4. Acoplamiento sintáctico-semántico, o búsqueda de corres- ejemplo 5, pueden llegar a formar parte de la representación semántica
pondencias entre papeles sintácticos (SN, SV, o sujeto, objeto, etc.) y de la oración, hasta el punto de que resulta perfectamente normal refe-
papeles temáticos (vg. agente, paciente, tema, meta, instrumento, rirse a uno de ellos en la oración siguiente (ejemplo 6).
etc.). Este proceso representa el último paso del análisis sintáctico,
pues supone la transformación de la representación estructural de la S. a) La mujer removió el café.
oración en una representación proposicional definida en términos b) La niña untó mantequilla en el pan.
conceptuales. Como ya hemos señalado, es materia de debate hasta
qué punto estos procesos sintáctico-semánticos influyen en los proce- 6. a) La cuchara estaba envenedada.
sos más propiamente estructurales de construcción del marcador b) El cuchillo estaba envenenado.
sintagmático. Por citar un problema al que más tarde habremos de
volver, aún no está claro en qué medida la información semántica Resulta evidente que la oración 6a es una continuación más adecuada
contenida en la representación conceptual del verbo de la oración de la 5a que de la 5b, y la 6b de la 5b que de la 5a, ya que, en estos
puede establecer de antemano las opciones sintácticas más probables contextos, la representación semántica del verbo «remover» lleva
y adecuadas a las preferencias semánticas del verbo, influyendo implícito el constituyente «cuchara» y la del verbo «untar» el consti-
directamente en los procesos de asignación de estructura. Así, el tuyente «~uchillo». No obstante, para comprender adec~adamente
significado de los verbos en las oraciones del ejemplo 4 (i.e. «intercep- estas oracwnes y, sobre todo, para integrarlas correctamente en el
tar» y «conseguir») ha de determinar forzosamente el tipo de depen- contexto del discurso, el sujeto que comprende ha de realizar inferen-
dencia estructural, y la consiguiente interpretación semántica, del SP c~as. ~emánticas, es decir? ha de incorporar a la representación del
«para España», que es sintácticamente ambiguo: así, en 4a, el SP sigmf!cado de los enunciados cierta información no explícitamente
parece depender del SN «430 kilos de cocaína», introduciendo la mencwnada en ellos. El problema de las inferencias semánticas
presuposición de que la droga iba destinada originalmente a España, br~v~mente expuesto aq~~ y tratado con más detalle en capítulo~
mientras que en 4b, con policía corrupta incluida, dicho SP se hace pro~Imos, pla~tea dos dificult~des esenciales: en primer lugar, la de
depender directamente del SV «consiguiÓ», dando lugar a la presupo- exphcar de que forma y en que momento del procesamiento se tiene
sición de que la cocaína no tenía, en principio, destino establecido. acceso a la in~?rmaci~n ~mplícita que hipotéticamente forma parte de
la represen;a~wn sen;antica de! enunci.ado; y, en segundo lugar, la de
4. a) La policía interceptó en Portugal 430 kilos de cocaína para España. ~oner un hmi~e al numero de mferencias que el procesador semántico
b) La policía consiguió en Portugal 430 kilos de cocaína para España tien~ que re~hzar en ~ada ~~mento del proceso de comprensión, con
el fm de evitar un~ mflacwn desmesurada de representaciones que
En casos como éste, caben dos alternativas: que el procesador sintác- sobrepase las capacidades de procesamiento del sistema.
tico compute inicialmente las dos opciones posibles de análisis para Llegados a este punto, hay que hacer una advertencia importante:
que el procesador semántico evalúe, a la luz del contexto, cuál de los procesos de comprensión descritos hasta aquí no deben entender-
ellas es más plausible o, por el contrario, que el procesador semántico se como etapas independientes del procesamiento de oraciones, ni tam-
dirija desde un principio al procesador sintáctico hacia el análisis más poco , c.omo una aplicación directa o transparente de reglas de la
adecuado al contexto. El problema planteado aquí es análogo al gramattca o de la competencia lingüística del hablante. Antes bien,
suscitado en el terreno del procesamiento de palabras ambiguas deben contemplarse como problemas que el procesador del lenguaje
cuando se discutía hasta qué punto el influjo del contexto se produce ha de resolve~ para obtener una representación, primero estructural y
en una etapa relativamente temprana o tardía del reconocimiento lueg? proposicwn~l, del enunciado. Estas tareas se llevan a cabo por
léxico. m~d10 de. e~trategias ? rutinas cognitivas de actuación que operan
5. Construcción de la representación proposicional de la ora- haJ.o restnccwnes de tiempo, atención y memoria, al igual que cual-
ción. Las oraciones del ejemplo 4 sirven también para poner sobre el qmer o,tro proce.so co~itivo. Estas estrategias, por tanto, no tienen
tapete uno de los problemas más arduos con que se enfrentan las por que se.r un fiel refleJO de las reglas de la gramática, aunque natu-
teorías de procesamiento semántico, a saber, el hecho de que para ralmente ti~ne~ que respetar las constricciones que éstas imponen.
construir la representación proposicional de la oración resulta mu- . En el sigUiente apartado pasaremos a examinar diversas estrate-
chas veces necesario, incluso inevitable, recurrir a información que no gias de análisis sintáctico que se han propuesto como descripciones
está explícitamente presente en ella. Por ejemplo, aunque los consti- abstractas de los procesos de asignación de estructura. Con ellas se
tuyentes «cuchillo» y «cuchara» no se mencionen en las oraciones del pretende dar cuenta del inodo en que el procesador sintáctico resuelve
422 423

UNIVERSIDAD DE ~t\NTiOQUIA
BIBLIOTECA CENTRAL
LA COMPRENSION DE ORACIONES
PSICOLOGIA DEL LENGUAJE. INVESTIGACION Y TEORIA

sobre la marcha los problemas examinados en este apartado. Las 3.1. Hipótesis de la segmentación en cláusulas
estrategias que vamos a describir se refieren, básicamente, a proble- y de la descodificación continua
~~s como_la se~';lentación d~l enunciado en constituyentes, la adjun-
~ton .o. ast.~nacwn de cons~ttuyentes al marcador sin~agmático, la
Del mismo modo que los procesos de percepción del habla y de
zden~zfzcaczon de dependenczas estructurales entre constituyentes dis- reconocimiento de palabras requieren la segme~ta~ión ~e. la ~~trad~
contmuos ~el acoplamiento de unidades sintácticas a papeles temáti- sensorial en unidades discretas para su postenor Ident~ftcacion, asi
cos. pespues pasaremos a exponer tres modelos de procesamiento de también los procesos de análisis de la e.structura exigen que los
oraciOnes, alguno de los cuales incorpora, ya explícita o implícita- mensajes verbales sean «troceados» en umdades adecuadas para su
mente, algunas de estas estrategias. interpretación semántica. El. !nterés por determit?-~r la naturale~a de
las unidades de segmentacwn en la comprenswp. del len~uaJe se
remonta a los primeros años 70, y respondta al afan de confirm~r. la
3. ESTRATEGIAS DE ANÁLISIS Y AUTONOMíA realidad psicológica de. las estruct~r~s P.ostula~as por la gra~atica
DEL PROCESAMIENTO SINTÁCTICO generativo-transformacwnal: ~a ~tpotests ~urgtda de los pnmeros
estudios se conoce como «htpotesis de la clausula» (Carroll Y. Bever,
~~discusión s.obre las. estrategias de análisis utilizadas en la compren- 1976) y se caracteriza por dos postulados: .1) los mensaJeS (~n
swn de oraciOnes gira en torno a dos cuestiones estrechamente particular los orales) se se9mentan y or~amzat?- en la. m.~~?na
rel~ci~nadas: por una p~rte, la cuestión de hasta qué punto debe inmediata del oyente por clausulas, es decir, umdades hngmsttcas
atnbmrse a es~as estrategias un carácter específicamente lingüístico o, organizadas en torno a un v~rbo; y 2) la, inf?rmación d~ cada cláusu}a
por el contr.ano, una naturaleza cognitiva más general, y por otra, la se va registrando de forma hter~l.y al termmo ~e la mts~a. se efectua
de las relaciOnes entre procesos sintácticos y semánticos en la com- el análisis sintáctico y se codifica el contemdo semantico en un
prensión del lenguaje. La cuestión del carácter lingüístico de los formato más abstracto, para almacenarlo a la memoria a largo pl~zo.
pr~cesos de parsin~ ya se mencionó, en el capítulo 6, por lo que no La hipótesis de la. cláusula tiene tr~s i.~plicaciones en rr;~t~na de
esttmamos necesano extendernos mas en ella. Baste recordar, a este procesamiento: la pnmera es la predtccwn de que el anahsts Y .la
respecto, que las teo~Ías de orien~ación formalista (cfr. Fodor, Bever y interpretación de cada cláusula }mponen una sobrecarga comp,utacio-
Garrett, 1974) sostienen la tests de que los procesos de análisis nal en torno a la frontera de clausula y no durante su recepcton; una
estructural en la actuación son un reflejo más o menos directo de las segunda predicción es que el recuerdo de 1~ cláusula er1: curso ha de
reglas y principios de la competencia (vg. las reglas transformaciona- ser más fiel que el que se conserva de clausul~s prevtas a ella; la
les, en l~s v~rsiones más tradicionales, como la «teoría de la compleji- tercera implicación es el supue~t? de que. las umd~de~ de segmet?-ta-
dad denvativa», y las reglas de estructura sintagmática, en versiones ción perceptiva en la coml?renswn se. d~f!nen en te~mu;os exclustv~­
más .recie~tes). Por el contrario, las teorías afincadas a posturas más mente estructurales. La pnmera predtccwn se confirmo en una ~e~te
f~?cwna!Istas (cfr. ~ever, 197~; Bates y MacWhinney, 1982, y tam- de estudios de comprensión oral de oraciones con una tarea substdta-
bien capitulo 6) defienden la Idea de que las estrategias de análisis ria. Los procedimientos ~mpleados e_n los estudios empíric~s sobre los
estructur~l ~~enen su origen en propiedades generales de la percepción procesos de comprension de oraci?nes .~parecen resumtdos en el
y la cogmcion humanas. cuadro 10.1, que mostramos a contmuacwn.
La inclinación por una u otra de estas posturas condiciona inevi-
tablemente la respuesta a la segunda cuestión. Así si uno se inclina Al igual que los procedimientos empleados en el reconocimiento y compren-
por la especificidad gramatical de los procesos d~ análisis, es más sión de palabras (cfr. capítulo 9), los métodos de investigación en la compren-
probable que defienda asimismo la autonomía de la sintaxis en sión de oraciones se pueden clasificar en dos categorías: procedimientos simul-
n:~teria d~ procesamiento, mientras que si mantiene una caracteriza- táneos o «en curso» (on-line) y procedimientos sucesivos o «fuera de curso»
~Ion co~mttva de estos procesos, tenderá a favorecer una posición (off-line). Vamos. a describir a continuación los procedimientos más representa-
I~ter~~tiva. En el transcurso de este apartado, y a la luz de la inves- tivos de cada categoría:
tigacwn sobre las estrategias de análisis e interpretación de oraciones
vamos a comentar 1os aspectos mas relevantes de la controversia
1 ' a) Procedimientos «en curso»
en.tre las po~.~ur.as autónoma e interactiva en esta parcela del procesa- - Tareas subsidiarias: este procedimiento supone la ejecución simultánea
miento lmgmstico. de dos tareas: una tarea de comprensión auditiva, y una tarea subsidiaria de
<<detecciÓn>> de algún fenómeno ajeno o no al input verbal, que acontece

424 425
LA COMPRENSION DE ORACIONES
PSICOLOGIA DEL LENGUAJE. INVESTIGACION Y TEORIA

sinónimo al que se administra como input. Las tareas de juicios pueden


durante la recepción de los materiales lingüísticos: «clicks» o chasquidos
efectuarse bajo presión de tiempo (con medición del TR) o sin límite temporal.
distribuidos en la cadena hablada, fonemas o sílabas pertenecientes a la cadena
- Reconocimiento: consiste en presentar a los sujetos secuencias de enun-
hablada o el cambio de canal auditivo, en situaciones de escucha dicótica. La
ciados que han de memorizar, y pedirles más tarde que reconozcan cuáles de
principal variable de respuesta empleada en este procedimiento es la latencia o TR.
ellos formaban parte de la lista original. Esta tarea y la siguiente se emplean
-Seguimiento (shadowing): esta tarea, comentada ya en el capítulo 7,
predominantemente en investigaciones de memoria, y no de comprensión, de
consiste en la repetición en voz alta de un texto o secu~ncia de oraciones a
oraciones.
medida que el sujeto lo va escuchando y a la mayor brevedad posible. Las
-Recuerdo (inmediato o demorado): es una tarea similar a la anterior
con la diferencia de que en ésta el sujeto debe reproducir o evocar (ya sea co~
variables relevantes de respuesta son el desfase temporal entre el input sensorial
y la producción verbal y los errores. claves o sin ellas) estímulos verbales percibidos con anterioridad.
-Tareas «transmodales»: consisten en presentar fragmentos o secuencias
de oraciones por vía auditiva, que el sujeto ha de comprender, y al mismo
tiempo un estímulo verbal crítico por vía visual (haciéndolo corresponder con Cuadro 10.1.-Métodos de investigación en la comprensión de oraciones.
determinados puntos del input auditivo), que el sujeto debe reconocer o
nombrar lo más rápidamente posible. La mecánica de esta tarea es semejante a
la de las tareas subsidiarias, con la diferencia de que en ella se combinan dos En algunos experimentos, la tarea subsidiaria consistía en la
modalidades sensoriales distintas. La variable de respuesta es la latencia. detección de «clicks» o chasquidos distribuidos en distintos lugares de
-Registro de movimientos oculares: esta tarea, que ya fue objeto de un texto que l~s sujetos tenían que escuchar y comprender, y en
explicación en capítulos previos, requiere obviamente el empleo de materiales
otros, la detecciÓn del cambio de canal auditivo en una tarea de
escritos. La consigna que recibe el sujeto es la de efectuar una lectura compren-
escucha dicótica (cfr. Fodor, Bever y Garrett 1974· Levelt 1978· o
Flores d'Arcais,.19.89, para un amplio comen.'tario de estos 'estudi~s).
siva del material verbal que va apareciendo en la pantalla. La presentación de
dicho material es semejante a la disposición de las frases en un texto escrito. Las
variables de respuesta comúnmente utilizadas son la distribución y duración de Los resultados mdicaron que cuando los chasquidos o el cambio de
las fijaciones oculares y los movimientos regresivos. canal se sitúan hacia el final de la cláusula los TR son significativa-
-Registros fisiológicos: una clase de respuestas fisiológicas sensibles a los mente mas ' 1argos que cuando se introducen ' en otros lugares del
procesos de comprensión verbal son los «potenciales cerebrales evocados>>, o texto; esto sugiere que al término de cada cláusula el sistema de
cambios que se producen en el patrón de respuestas electroencefalográficas de c?~Pr.en~ió~ tiene que dedicar un trabajo extra a proc~sos de integra-
la corteza cerebral a raíz de la recepción de estímulos sensitivos. Según se ha cwn smtac~I~a, .lo cual le resta recursos atencionales para efectuar la
podido comprobar, ciertas propiedades de las oraciones (presentadas visual- tarea. subsidiana. La. segunda predicción recibió asimismo apoyo
mente) parecen desencadenar cambios bastante sistemáticos en los potenciales expenmental en estudws de recuerdo inmediato de oraciones (J arve-
evocados del cerebro, aunque aún no se ha podido establecer con claridad cómo
lla, 1971). En ellos se halló que el recuerdo del material verbal se
deben interpretarse estos cambios en términos de procesamiento (para una
~egrada de manera drástica cuando el sujeto tiene que reproducir
aplicación más concreta de este procedimiento, véase cuadro 10.3).
literalmente partes del texto que acaba de oír, pues tan sólo es capaz
b) Procedimientos <juera de curso» de retener textualmente en la memoria la información contenida en la
última cláusula percibida.
-Presentación serial visual rápida (RSVP): consiste en la presentación
visual de una secuencia de estímulos verbales (palabras), uno tras otro y con
En lo que respecta a la tercera de las implicaciones mencionadas
tiempos de exposición muy breves (del orden de 40 a 100 msegs.), al término antes, nu:n:erosos investigadores han puesto en tela de juicio la idea de
de lo cual se le pide al sujeto que reproduzca en el orden apropiado las palabras que las u~Idades de segmentación perceptiva del habla tengan un carác-
que haya reconocido o retenido. Las variables de respuesta que se tienen en ter exclusiVamente estructural, y ello por dos razones básicas: primero,
cuenta son de tipo cualitativo (la forma de las respuestas y los errores). porque la cláusula no sólo codifica unidades sintácticas sino también
- Lectura a ritmo personal: consiste en registrar el tiempo invertido por el u-?i~ad~~ conceptuales~ siendo muchas veces imposible establecer una clara
sujeto en leer fragmentos de oraciones (u oraciones completas) que él mismo se distmcwn entre las pnmeras, que se definen en virtud de relaciones gra-
va administrando conforme avanza en la comprensión del material escrito. ma~icales, y l~s últimas~ 9-ue se constituyen en términos funcionales (es
-Tareas de juicios: en estas tareas se le pide al sujeto que emita ciertos decir, de relacwnes tematlcas entre argumentos) (cfr. Carrithers y Bever,
juicios acerca de un estímulo verbal que le es presentado. Se pueden emplear 1~ 84); y en segundo lugar, porque la tendencia a segmentar el texto por
diversas clases de juicios: juicios de «verificaciÓn>> del valor de verdad de clausulas depende, a su vez, de un número de factores ajenos a la cláu-
enunciados, de «comprensibilidad>>, de «gramaticalidad>>, de «Sinonimia>>, etc.
sula, entre ellos el grado de cohesión o dependencia entre las cláusulas
Una tarea que se puede incluir dentro de esta categoría es la de «producción de
paráfrasiS>> consistente en pedir al sujeto que proporcione un enunciado
o la posición relativa de las cláusulas subordinada y principal, en el

426 427
LA COMPRENSION DE ORACIONES
PSICOLOGIA DEL LENGUAJE. INVESTIGACION Y TEORIA

caso de oraciones compuestas con subordinación. Así, se ha observa-


do (Flores d'Arcais, 1978; Marslen-Wilson, Tyler y Seidenberg, Contexto: Si te acercas demasiado a la pista,
1978;Townsend y Bever, 1978; Igoa y García-Albea, 1988) que las continuación
a) los aviones que aterrizan ... SON ... [fragmento apropiado,
c!áusulas con mayor depe~dencia (vg. cláusulas de relativo, adversa- apropiada]
tivas o de complemento) tienden a procesarse de forma más integrada b) tripular aviones ... ES ... [fragmento inapropiado, continua-
que las que gozan de mayor autonomía (vg. adverbiales o coordina- ción apropiada]
d.a~~; de forma ~imilar, en las. oraciones con subordinación, la antepo- los aviones que aterrizan ... ES ... [fragmento apropiado, continuación
e)
SiciOn ~e la clausula subordmada a la principal minimiza el efecto inapropiada]
tripular aviones ... SON ... [fragmento inapropiado, continua-
perceptivo de la cláusula, ya que la interpretación de la cláusula princi- d)
ción inapropiada]
pal puede verse afectada por el contenido de la subordinada pero no
a la inversa (Carroll, Tanenhaus y Bever, 1978). '
~s~e tipo de obse~vaciones ha llevado a algunos autores a rechazar Contexto: Si no eres un piloto bien adiestrado,
la. hipotesiS de !a clau.sula, sosteniendo, en cambio, que el procesa-
miento de oracH;m~s t~ene luga.r de forma continua o «palabra-por- tripular aviones [fragmento apropiado, continuación
... ES ...
a)
P.a,labra» .. Esta hiJ?otesis, conocida como hipótesis de la «descodifica- apropiada]
cwn contmua», tiene su origen en los trabajos de Marslen-Wilson ya los aviones que aterrizan ... SON ... [fragmento inapropiado, continua-
b)
ción apropiada]
comenta?os en este y otros capítulos (cfr. Marslen-Wilson, 1976) y es
... SON ... [fragmento apropiado, continuación
compa~tida hoy p~r buena parte de los modelos de procesamiento del e) tripular aviones
inapropiada]
lengua)~· En esencia, estos modelos mantienen el postulado de que la [fragmento inapropiado, continua-
recepcwn ?e .cada nuevo elemento léxico da inicio a procesos sintácti- d) los aviones que aterrizan ... ES ...
ción inapropiada]
cos .Y semanticos que operan en paralelo y de forma «incremental», es
decir, ~onstruyendo paso a paso una representación proposicional de
la oraciÓn (para una descripción detallada de uno de estos modelos Cuadro 10.2.-Ejemplo de los materiales empleados en el experimento de Tyler y
véase Haddock, 1989). ' Marslen-Wilson (1977) con expresiones ambiguas precedidas de un contexto desambi-
guante, junto con las posibles continuaciones correctas e incorrectas (verbo en singul~r
Algunas de las pruebas más concluyentes en favor de la descodifica-
o en plural), en función de la adecuación del fragmento al contexto introductorio
ción ~ontinua han sido expuestas ya en otros lugares de este libro. Así,
(ejemplos adaptados al castellano).
por eJemplo, en el capítulo 8 citamos los experimentos de seguimiento
lleyado.s a cab~ por Ma~~len-Wi}so~ (1976) en los que se hacía patente
el m~UJO de la mform.acwn ,semantic~ ~pragmática en la percepción de dos mostraron latencias más breves de respuesta cuando la palabra
oraciOnes. En esta ~.1sma lmea, se Situa un experimento ya clásico de era una continuación apropiada del fragmento que cuando no lo era.
Tyler y Mar~len-Wdson (1977) ~~ el que ~os sujetos escuchaban frag- Estos datos además de mostrar el influjo temprano de factores
m~ntos ~mbiguos (vg: la expreswn .«landmg planes»~ que significa al
semánticos ~obre las decisiones sintácticas, ponen de manifiesto que
mismo tiempo «los avwnes que aternzan» o «aterrizar aviones» tradu- ciertas decisiones que corresponden a niveles de procesamiento de
cido en el Cu~dro 10.2. como «tripular aviones») precedidos de ~n con- orden superior se toman con, extraordinaria rapidez (natura~mente,
texto desambiguante (cfr. cuadro 10.2). La tarea consistía en nombrar mucho antes del final de la clausula) y de forma enteramente mcons-
una palabra presentada visualmente tras el fragmento ambiguo que podía
o no ser congruente con la lectura apropiada del mismo a la luz del con- ciente.
Como es fácil suponer, la hipótesis de la cláusula estuvo vincula-
texto previo. P?r ejemplo, 1~ continuación apropiada de «landing pla- da, en su origen, a las posturas que defendían la ~~ton.~mía d~l
nes»~ en su sentido de «los avwnes .que aterrizan», es un verbo en 3 ~ per-
procesamiento sintáctico, mient~as que ~a de la descodifica~IOn cont.I-
so~a del plural (vg .... «son» ... ), mientras que, en el sentido de «aterrizar
nua se asocia cori los modelos mteractivos. Una postura mtermed1a
avw~e.s», es precis? emplear la 3~ persona del singular (vg .... «es» ... ).
entre estas dos, que defiende una versión débil de la hipótesis de la
La logica del expenmento era la siguiente: si en el momento de nombrar cláusula, afirma que el procesamiento de oraciones sigue un curso
la palabra crítica el sujeto ha optado ya por la lectura adecuada del discontinuo donde se alternan periodos de mayor «carga» computa-
fragmento ambiguo, 1~ latencia de resp~esta será más breve si la pala- cional con otros de relativo reposo. Como ha señalado con perspica-
bra es coherente con dicha lectura que SI no lo es· en cambio si ambas cia Bierwisch (1983), los procesos psicolingüísticos no pueden operar
lecturas están disponibles, no habrá diferencias ~n el TR. L~s resulta-
429
428
PSICOLOGIA DEL LENGUAJE. INVESTIGACION Y TEORIA
LA COMPRENSION DE ORACIONES

estrictamente sobre la marcha, ya que a menudo hay restricciones regiones anteriores son más abundantes que en circunstancias norma-
estructurales que imponen la demora de ciertos procesos hasta que el les. Volviendo nuevamente al ejemplo 1g, cabe esperar que se regis-
sistema dispone de la información .neces~ria para re.anudarlos. En tren fijaciones más prolongadas (o mayores tiempos de lectura) en el
otras palabras, en ciertos casos es Imposible constrUir palabra por SN «SU novia», ya que es ahí donde el sujeto advierte que la decisión
palabra la representación del significado del enunciado, por la s~nci­ de asignar al SP «a Pedro» el papel de objeto directo, en lugar de
lla razón de que las oraciones no siguen un curso lineal y contmuo objeto indirecto, es incorrecta.
desde la primera palabra hasta la última. Como casos paradigmáticos Otro efecto similar al efecto de vía muerta se ha observado al
de estas «interrupciones obligatorias» que se dan durante la compren- emplear oraciones con ambigüedades estructurales locales, como la 8.
sión cabe mencionar las discontinuidades que ocurren entre consti-
tuye~tes sintácticos «hermanos» (i.e. aquellos situados en un mismo 8. Pedro miraba el libro de la chica (que estaba en el salón).
nivel jerárquico de la estructura) que están separados por otros
constituyentes (por ejemplo, el determinante y el nombre de un SN
En esta oración, la cláusula de relativo «que estaba en el salón»
como «Un interesante y duramente disputado partido»), o bien entre
puede ser adjuntada bien al SN «el libro» o bien al SN «la chica»,
constituyentes que guardan entre sí una relación de correferencia .«a
originando un conflicto de decisiones sintácticas que repercute en la
larga distancia», como ocurre, por ejemplo, en el caso de las rel.acw- interpretación semántica de la oración, ya que en el primer caso, «el
nes anafóricas (véase el apartado 5 de este capítulo) o de las relacwnes libro» será el antecedente del pronombre relativo de la cláusula
entre categorías sintácticas vacías con sus respectivos antecedentes; subordinada, mientras que, en el segundo, lo será «la chica». En
por ejemplo, los constituyentes e; y ej con los SNs «la alumna» y «el oraciones como ésta, se registran mayores tiempos de fijación (o
profesor», respectivamente, en el ejemplo 7 que aparece a contmua- lectura) en la región que ocupa el constituyente ambiguo, así como
ción (véase el capítulo 6 para un comentario sobre el problema de las mayor número de regresiones hacia sus antecedentes potenciales.
categorías vacías en la sintaxis). ¿Cómo se pueden interpretar los efectos de vía muerta o de ambigüe-
dad estructural local? ¿Qué implicaciones presentan estos efectos de
7. Esta es la alumna; que el profesorj quería ej castigar e; cara al problema de la autonomía del procesamiento sintáctico?
Esta propuesta cuenta a su favor con numerosos datos de estudios 3 .2. Estrategias de análisis sintáctico
en los que se empleaban tareas de lectura controlada con registro de
movimientos oculares (véase capítulo 8), o bien la técnica de «lectura 1. Estrategias estructurales. Según los defensores de modelos autó-
a ritmo personal» (self-paced reading task), procedimiento consisten- nomos (cfr. por ejemplo, Rayner, Carlson y Frazier, 1983), los efec-
te en presentar fragmentos de oraciones en una pantalla de ordenador tos conductuales (i.e. patrón de movimientos oculares o tiempos de
de tal modo que el sujeto controle (mediante la barra espaciadora) el lectura) de los fenómenos de vía muerta o de ambigüedad estruc-
paso de un fragmento al siguiente (cfr. Sanford y Garrod, 1989). Estas tural ponen de manifiesto que el procesador sintáctico opta por
tareas permiten medir, respectivamente, el patrón de fijaciones y asignar el primer análisis disponible, utilizando para ello estrate-
regresiones oculares efectuados durante la lectura y el tiempo que el gias de carácter estructural y con entera independencia de las carac-
sujeto se demora en la lectura de cada fragmento de un texto.. . terísticas semánticas de mensaje. Vamos a referirnos brevemente
Uno de los efectos más llamativos obtenidos con estos procedi- a dos de estas estrategias. La estrategia empleada por el procesa-
mientos es el llamado «efecto de vía muerta», comentado antes a dor en el ejemplo 1g («A Pedro ... », etc.), así como en cualquier
propósito del ejemplo 1g («A Pedro le ha secuestrado un gángster su oración que produce un efecto de vía muerta, es la denominada
novia»). Como ya hemos señalado, las «oraciones de vía muerta» estrategia de «adjunción mínima» (mínima! attachment) (Frazier,
exigen generalmente una vuelta atrás y un reanálisis, dado que, en 1979, 1987; Frazier y Rayner, 1982). Según esta estrategia, el
primera instancia, provocan errores sintácticos (y, de resultas de ello, procesador debe optar siempre por la estructura menos compleja
también semánticos) derivados del compromiso prematuro que el de todas las posibles, es decir, aquella que «postule menos nodos
procesador contrae con uno de los posibles análisis de la oración. ~sí, sintácticos potencialmente innecesarios» (Frazier, 1987). Por ejem-
algunos autores (Frazier y Rayner, 1982; Rayner, Carlson y Frazier, plo, al encontrar una secuencia inicial N-V-N (i.e. «A Pedro le se-
1983; Ferreira y Clifton, 1986) han comprobado que la duración cuestró un gángster»), el procesador adoptará, conforme a la estra-
media de la fijación inicial en la región en la que se manifiesta el error tegia de adjunción mínima, el compromiso (en este caso prema-
cometido aumenta considerablemente y que las regresiones hacia turo) de dar por terminada la cláusula en curso. En el caso de las
430 431
PSICOLOGIA DEL LENGUAJE. INVESTIGACION y TEORIA
LA COMPRENSION DE ORACIONES

oraciones .estructura~mente ambiguas (vg. el ejemplo 8 más arriba: posibles adjunciones -mínima, a la izquierda, y no mm1ma a la
«Pedro .miraba ~1 h?,ro d~ .la chica que estaba en el salón»), la derecha- de la cláusula subordinada «que estaba en el salón»,
estrategi.a de adJ;tncwn mimma obliga a adjuntar el constituyente aplicadas al ejemplo 8).
nuevo (Le. la clausula de relativo) al nodo más alto posible en la Otra de las estrategias empleadas en el análisis sintáctico afecta a deci-
est!uctura (el S~ «e~ libro»),. pues de lo contrario (es decir, si se siones relativas al «cierre» o la terminación de las cláusulas. En casos
adJuntara al SN mfenor. «~a chica»),, sería necesario añadir más nodos de ambigüedad transitoria (como en la oración «Mientras el granjero coci-
a ~a estructur~, contravmiendo, asi lo establecido por esta estrategia naba [el pollo] se escapó del corral»), los lectores suelen optar inicial-
(vease en la figura 10.3 los árboles sintácticos resultantes de las dos mente por adjuntar un constituyente potencialmente ambiguo («el pollo»)
a la cláusula en curso (i.e. como objeto del verbo «cocinaba»), estable-
ciendo un «cierre tardío» (late closure) de la misma, en lugar de asignarle,
(a)
o como sería correcto en este caso, el papel de sujeto de la cláusula subsi-
guiente («se escapó ... »), originando así un «cierre temprano» de la pri-
~ mera cláusula. La estrategia de cierre tardío produce a veces efectos opues-
SN sv tos a la adjunción mínima, por lo que ambas pueden entrar en conflicto.
1
N V A la estrategia de cierre tardío se le llama también «principio de asocia-
SN
ción a la derecha» (Kimball, 1973), dado que tiende a asociar cada nuevo
nodo de constituyente al nodo inmediatamente anterior, situándolo a la
o derecha de éste y en el mismo nivel jerárquico en la estructura.
A fin de determinar qué estrategia predomina en caso de conflicto,
se han llevado a cabo estudios con distintas clases de estructuras e incluso
comparando distintas lenguas (Frazier y Rayner, 1982; Rayner, Carlson
y Frazier, 1983; Ferreira y Clifton, 1986; Cuetos y Mitchell, 1988; Mit-
chell, Cuetos y Zagar, 1990). Aunque la evidencia obtenida en estos estu-
dios es todavía insuficiente, la preferencia por una determinada estrate-
Pedro miraba el libro de la chica gia parece depender del tipo de construcciones a la que se aplique y, sobre
que estaba en el salón todo, de las peculiaridades de cada idioma en materia de estructura sin-
(b) tagmática, orden de constituyentes, etc. 2 •
o Una tarea sintáctica que también puede enfocarse desde la pers-
pectiva de las estrategias de procesamiento es el ligamiento de
SN

N
1
--------------
V- - - - - - - - - - -
SN
SV categorías vacías, tarea a la que ya hicimos alusión en el capítulo 5, y
que consiste en la asignación de constituyentes sintácticos a las
«huellas» que aparecen en la estructura superficial del enunciado

--------------
como resultado de la aplicación de la regla transformacional «muéva-
SN SP se a». Según los modelos de análisis sintáctico inspirados en la teoría
de rección y ligamiento (Chomsky, 19 81), para que una oración con
A
oet N P------------SN 2. Los autores de estos estudios han sugerido la posibilidad de que el empleo de una u otra
estrategia en una determinada construcción se halle subordinado a las reglas gramaticales de cada
S lengua. Por ejemplo, en el caso de la adjunción de un constituyente ambiguo (vg. la cláusula de
·~

~
relativo «que estaba en el salón» en la oración «Pedro miraba el libro de la chica que estaba en el

Pedro miraba el libro de


Drr
la chica
salón>>), la preferencia por la adjunción mínima puede estar condicionada al hecho de que en la
gramática particular del español, los SP pueden <<actuar>> como modificadores (i.e. adjetivos) del
nombre al que acompañan (así, [ellibroN [de la chicaAoJ]] sN); en caso contrario, es decir, si no se
que estaba en el salón admite la interpretación del SP «de la chica>> como modificador del N «libro>>, la preferencia por la
adjunción núnima se verá atenuada (como parece ocurrir, por cierto, en el caso del inglés, que,
Figura 10 3 -Marc d · , · l . como es bien sabido, no admite modificadores a la derecha del núcleo del sintagma). Si esta
b. . . a ores smtagmatrcos a ternatrvos de una oración estructuralmente
ad~ rg~~ resulta,n~es de la aplicación de las estrategias de a) adjunción mínima y b) sugerencia resulta ser correcta, y si se pretende además universalizar la noción de estrategias de
a ¡uncwn no mmrma. análisis, habrá que buscar casos críticos en los que no haya constricciones gramaticales que puedan
condicionar la aplicación de estrategias de este tipo, o sea, casos, por así decir, más «purOS>>.

432 433
PSICOLOGIA DEL LENGUAJE. INVESTIGACION Y TEORIA LA COMPRENSION DE ORACIONES

un elemento desplazado (vg. un SN) pueda ser correctamente inter- medir el tiempo que el sujeto invierte en leer fragmentos de oraciones que se va
pretada, es preciso que el elemento desplazado sea ligado o asociado administrando a sí mismo secuencialmente; la lógica es muy semejante a la de la
con la posición que ocupaba en la estructura profunda (y que deja tarea anterior, ya que el tiempo de lectura se considera indicio de la compleji-
una huella o categoría vacía en la estructura superficial). Así, para dad de procesamiento atribuible a las operaciones de ligamiento de categorías
interpretar las oraciones del ejemplo 9, vacías.
e) Decisión léxica con presentación transmodal de estímulos (Nicol y
9. a) El policía vio al muchacho al que los testigos acusaron e del crimen. Swinney, 1989): este procedimiento ha sido empleado con notable éxito en el
b) El defensa del equipo francés fue expulsado e por el árbitro por agresión. estudio de otros problemas de la comprensión verbal (cfr. capítulo 9). Consiste
en presentar un estímulo visual (vg. una palabra) en un momento preciso de la
presentación auditiva de una oración o texto que el sujeto ha de comprender,
es preciso, entre otras cosas, ligar las categorías vacías, que aparecen
con la consigna de responder rápidamente si el estímulo visual es una palabra
en las posiciones de la estructura superficial indicadas con la letra e (y real. La utilidad de esta tarea para evaluar el procesamiento de categorías vacías
que corresponden a los objetos directos de «acusar» y «expulsar» en radica en que permite sináonizar con precisión la aparición de la palabra visual
la estructura profunda), con sus respectivos antecedentes (los SNs «el y la posición de las categorías vacías en la oración que se escucha, lo que hace
muchacho», en 9a, y «el defensa», en 9b). En principio, esta formula- posible comprobar el grado de activación de ciertas representaciones (vg. los
ción del problema respondía primordialmente a postulados de la antecedentes de las categorías vacías) durante la comprensión de la oración.
teoría lingüística para dar cuenta de ciertas propiedades estructurales d) Medición de potenciales evocados del cerebro en el contexto de tareas
de la oración; se trataba, pues, de un problema de competencia de comprensión de oraciones (Garnsey, Tanenhaus y Chapman, 1989, Kutas y Hill-
lingüística, por lo que no exigía que las categorías vacías tuvieran yard, 1983). Este procedimiento (ya aludido en el cuadro 10.1) consiste en amplifi-
entidad psicológica, ni tampoco que el proceso de «ligamiento» car y registrar las variaciones que se producen en los potenciales eléctricos del cere-
tuviera lugar sobre la marcha, es decir, durante la recepción del bro a raíz de la presentación de ciertos. estímulos visuales (i.e. oraciones) que los
sujetos han de comprender. Se ha comprobado que existe un componente de los
enunciado por parte del sujeto.
potenciales evocados (un pico del EEG) denominado N400, que aparece cada
No obstante, hay pruebas de que la asignación de antecedentes a vez que el sujeto detecta una palabra incongruente en la oración que está
éstas y otras clases de categorías vacías es, en efecto, un proceso que leyendo. La aparición de esta respuesta eléctrica en posiciones críticas de la
tiene lugar sobre la marcha durante la comprensión de oraciones. oración ha permitido comprobar indirectamente qué tipo de estrategias se
Varios autores, empleando muy variados procedimientos de experi- emplean en la comprensión a la hora de asignar antecedentes a categorías
mentación (cuadro 10.3), han hallado indicios de que en el momento vacías. Por ejemplo, cuando la asignación de un antecedente a una categoría
de «detectar» la huella sintáctica (la categoría vacía e de los ejem- vacía resulta implausible en un momento dado, como sucede con la hipotética
plos), la información asociada a esa huella se halla más activada o huella el de la oración «El alcalde no sabía a qué concejal; los vecinos habían
está más disponible para el sujeto que otros tipos de información. ido el a quejarse e;», se registra un pico N400 en la posición ocupada por dicha
huella (la categoría vacía que debe quedar ligada al antecedente «concejal»
-e;- está situada después del verbo subordinado), lo que no ocurre cuando la
asignación de antecedente es plausible, como en «El alcalde no sabía a qué
oficina; los vecinos habían ido e; a quejarse e;» (los constituyentes en cursiva son
Entre los procedimientos empleados para medir la sensibilidad del procesa- los antecedentes de las categorías vacías que llevan el mismo subíndice).
dor lingüístico humano a las huellas o categorías vacías estructuralmente pre-
sentes en un enunciado debemos destacar los cuatro siguientes:
Cuadro 10.3.-Métodos de investigación de los procesos de ligamiento de categorías
a) Juicios de comprensibilidad (cfr. Frazier, Clifton y Randall, 1983; vacías.
Tanenhaus et al., 1989): esta tarea consiste en presentar a los sujetos oraciones
escritas para que evalúen a la mayor brevedad posible si resultan comprensibles Por ejemplo, utilizando el paradigma de priming transmodal (cfr.
o admisibles; si se manipula convenientemente la distribución de categorías
vacías en la oración y se mantienen constantes otras propiedades de la misma
punto 4.2 del capítulo 9), Nicol y Swinney (1989) observaron que los
(vg. la longitud), esta tarea permite detectar la dificultad (reflejada a través del TRs a una palabra visual relacionada con el SN antecedente (vg. la
tiempo de respuesta) que entraña el uso de ciertas estrategias de ligamiento de palabra «niño», relacionada con el SN «el muchacho» de la oración
categorías vacías que el sujeto debe realizar para interpretar correctamente la 9a, o la palabra «jugador», relacionada con el SN «el defensa» de la
oración. · oración 9b) eran significativamente más breves que a una palabra (vg.
b) Lectura a ritmo personal (McElree y Bever, 1989; Tanenhaus et al., «casa») no relacionada con el antecedente de la categoría vacía,
1989): esta tarea, ya comentada con anterioridad (cfr. cuadro 10.1), permite siempre y cuando la presentación de la palabra visual se hiciera

434 435
LA COMPRENSION DE ORACIONES
PSICOLOGIA DEL LENGUAJE. INVESTIGACION Y TEORIA

simult~nea con la posición de la categoría vacía en la oración (i.e. lOb ), aun cuando en estas últimas sólo hubiera que ligar una
'presentada auditivamente. En otras palabras, a raíz de la «apariciÓn>> categoría vacía, y dos, en cambio, en aquéllas.
de la categoría vacía se produce una reactivación transitoria en la Como ya hemos indicado en varias ocasiones, uno de los postula-
memoria inmediata, del constituyente sintáctico al que va 'ligada dos más cuestionados de los modelos autónomos de procesamiento
dicha categoría vacía. Resultados similares a éstos han sido obtenidos sintáctico es la idea de que las estrategias empleadas en el análisis
en otros estudios (cfr. McElree y Bever 1989· Swinney y Osterhout sintáctico son de carácter estructural. El argumento lógico que se
1990). ' ' ' suele aducir en defensa de este postulado se basa en consideraciones
. Es_tos datos propo~cionan, evidencia psicológica de la operación de de economía de procesamiento. En concreto, se arguye que al ser el
ligamiento de categonas vacias, pero no nos informan directamente procesador del lenguaje un sistema de capacidad limitada, tiene que
buscar un compromiso entre la rapidez y la eficacia en el procesa-
de cuá_l~s son las e~trategias ~mpleadas para l~evar a cabo dicha
operac10n. Para avenguar esto ul~Imo, es necesano plantear, al igual miento para poder explotar al máximo sus recursos, lo que le obliga a
que ~n otros problemas de parsmg ya examinados, situaciones «de tomar decisiones a la mayor brevedad posible, muchas veces en
con~Icto», e~to es, problemas de análisis que obliguen al sujeto a
ausencia de suficiente evidencia confirmatoria. Dado que la informa-
ción semántica potencialmente relevante para optimizar esas decisio-
elegir e~tre diferentes estr~tegias potencialmente aplicables al análisis
nes es difícil de delimitar a priori~ resulta más oportuno postular unas
de oraciOnes con categonas vacias. Una de estas situaciones es la
rutinas automáticas que funcionan a partir de información sintáctica,
asignación de antecedentes a dos categorías vacías incluidas en una
en principio mucho más limitada. Frente a esta postura, los modelos
misma oración, como en lOa.
interactivos insisten en que la información semántica presente en el
10. a) Este es el hombre; que la policía; fue capaz de e; matar e; a sangre fría.
contexto de la oración o del discurso se encuentra igualmente accesi-
b) Este es el hombre; que la policía creía capaz de e; matar a sangre fría. ble al procesador sintáctico, guiando o dirigiendo de antemano la
elección de estrategias de análisis. Bajo esta hipótesis, se han propues-
Las oraciones lOa y lOb sólo difieren estructuralmente en dos aspec- to diversas estrategias no estructurales que interactúan con la infor-
tos: en que la oración lOa presenta dos categorías vacías (y otros mación sintáctica en la toma de decisiones.
2. Estrategias no estructurales. Las llamadas estrategias no es-
tantos SN~ ~ntecedentes), mie?tras 9ue la lOb sólo tiene una; y en que
en la orac10n lOa, la categona vacia e; va ligada con el antecedente tructurales en la comprensión de oraciones deben considerarse más
más próximo (el SN «la policía»), mientras que en la lOb, la misma como factores o variables que determinan el empleo de estrategias de
análisis que como estrategias per se. Su principal función es la de
categoría vacía va ligada con el antecedente más distante (el SN «el
facilitar el uso de estrategias de comprensión adecuadas al contexto
hombre»).
semántico o pragmático y bloquear o debilitar la aplicación de las
Empleando oraciones de este tipo, Frazier, Clifton y Randall
que puedan producir resultados implausibles o anómalos desde el
(1983) llevaron a cabo un experimento para determinar si el proceso
punto de vista semántico o pragmático. Por ejemplo, en ocasiones, la
de asignación de antecedentes a categorías vacías se ve afectado de
decisión acerca de la estructura correcta que se debe asignar a una
algún modo por la «distancia» que media entre ambos es decir por
1~ P?si~ión relat_iv~ q~e ocupa el ~ntece_dente con respe~to a la h~ella oración es una cuestión de preferencia relativa. Así ocurre, por ejem-
plo, en casos como los siguientes:
smta~~Ica. La hipotesis ~e estos mvestigadores era que la estrategia
co~mtiva que lleva_ co_nsigo una menor. carga ;computacional para el
11. a) Encontramos un cuadro en el salón que estaba cubierto de polvo.
SUJeto l '. por consigUiente, la estrategia preferida, es la de asignar b) El juez interrogó al cuñado del delincuente que robó las joyas.
aut<;>maticamente la huella al antecedente más próximo de todos los e) El pájaro vio al cazador con prismáticos.
pos1bl~s. Esto supone que los casos en que esta estrategia no sea
operativa plantearán mayores dificultades de interpretación. Utilizan-
do una tarea de juicios acelerados de «comprensibilidad» (i.e. señalar La aplicación de la adjunción mínima produciría una lectura plausi-
a la ma~or brevedad posible si la oración presentada es o no ble en el caso lla (Le. que el cuadro, y no el salón, estaba cubierto
comprensible), estos autores hallaron que, si se mantienen constantes de polvo), pero una lectura implausible, aunque formalmente correc-
otro~ f~ctores (vg. longitud de las oraciones, complejidad y relaciones ta, en llb (ya que es improbable, pero no imposible, que el cuñado, y
s~manticas, etc.), las oraciones cuya interpretación requiere la estrate- no el delincuente, robara las joyas). En llc, la lectura resultante de la
g~a _del «antecedente más reciente» (i.e. lOa) recibían respuestas más aplicación de la adjunción mínima es sencillamente incorrecta desde
rapidas que las que requieren la estrategia del «antecedente distante» el punto de vista pragmático. En todos estos casos, pues, hay que

436 437
PSICOLOGIA DEL LENGUAJE. INVESTIGACION Y TEORIA
LA COMPRENSION DE ORACIONES

recurrir a información no sintáctica para validar el empleo de una u ladrón», y no del SV «espió» (ver diagrama correspondiente en la
otra estrategia de análisis. En suma, son las relaciones conceptuales figura 1O.4), lo que dará origen a una interpretación semántica
entre ciertas piezas léxicas de la oración (vg. entre «cuadro» y diferente.
«polvo» en 11a, entre «delincuente» y «robar» en 11b, o entre
«pájaro», «ver» y «prismáticos» en 11c) las que facilitan o inhiben el
uso de una u otra estrategia. (a)
o
Una de las principales restricciones conceptuales a este respecto es
la que ejercen las propiedades sintácticas y semánticas del verbo de la
oración. Dichas propiedades se refieren, fundamentalmente, a la
estructura temática o argumental que llevan aparejadas las represen-
taciones léxicas de los verbos. Así, la presencia de un determinado SN sv

1\
verbo permite realizar, sobre la marcha y de forma generalmente
inconsciente, predicciones sobre el tipo de argumentos o complemen-
tos que pueden acompañarle en la oración. Por ejemplo, una oración
que comienza con las palabras Det N V SP SP

12. Juan sabía ...


a)

b)
la respuesta [tema]

que María estaba enferma [proposición]


--)- ... SN

--)- ... 0
El policía espió
Gal ladrón
~
con los prismáticos
admite dos estructuras temáticas alternativas, es decir, puede tomar
.dos clases de argumentos: a) un «tema», expresado sintácticamente
mediante un SN, y b) una proposición, esto es, una cláusula sintác- (b)
tica completa. Sin embargo, aun cuando la estructura temática de o
un enunciado concreto en un contexto oracional concreto no pueda
conocerse de antemano, existen, al parecer, ciertas preferencias te-
máticas asociadas a cada verbo (quizá por razones de frecuencia
de uso) que pueden introducir sesgos en los procesos de análisis e
interpretación de oraciones. Algunos autores (vg. Ford, Bresnan y
SN sv
Kaplan, 1982) sostienen que las preferencias léxicas más fuerte-
mente asociadas a un verbo, es decir, la estructura temática más
frecuente de un predicado, determina el análisis sintáctico inicial
de la oración. Tomemos, por ejemplo, una oración como la 13a,
1\
Det N V SP
más abajo. Si el verbo «espiar» incluye en su estructura temática
preferida un argumento opcional de «instrumento» (además de los
argumentos obligatorios «agente» y «meta»), el análisis de un SP
que pueda satisfacer ese papel temático (vg. «con los prismáticos», SP SP
en la oración 13a) se efectuará conforme a la estrategia de adjun-

6 ~
ción mínima (i.e. el SP pasará a depender del SV «espió», y no del
SN «el ladrón», según se muestra en la estructura sintagmática
correspondiente en la figura 10.4, aunque también sea plausible que
el ladrón lleve los prismáticos). Por el contrario, si la preferencia El policía persiguió al ladrón con los prismáticos
léxica del verbo no incluye en su estructura temática un argumento
Figura 10.4.-Marcadores sintagmáticos alternativos de dos oraciones estructuralmen-
de este tipo, como sucede en la oración 13b con el verbo «perse- te ambiguas cuyos predicados manifiestan preferencias léxicas divergentes y compati-
guir», la estrategia de adjunción mínima quedará bloqueada para el bles, respectivamente, con a) la estrategia de adjunción mínima y b) la estrategia de
SP «con los prismáticos», con lo cual el SP dependerá del SN «el adjunción no mínima.

438 439
lA COMPRENSION DE ORACIONES
PSICOlOGIA DEl lENGUAJE. INVESTIGACION Y TEORIA

14b, la cláusula «que consultase ...,» indica que ~1 aná~isis apropiad~


13. a) El policía espió al ladrón con los prismáticos.
b) El policía persiguió al ladrón con los prismáticos.
del fragmento ambiguo es el de c~ausul~ ?e relativo ..sm emb~rgo, si
se dispone de un contexto previO suficientemente mform~~r~o, no
En circunstancias como éstas se afirma, pues, que la información hay por qué aguardar tanto pa~a o~tar por uno u otr.o anahsis .. Por
conceptual representada en el léxico determina de antemano la ejemplo, si en el contexto previO solo figura una muJer, los suJetos
e~ección d~ una alte~nativa de análisis sintáctico. Algunas investiga- tenderán a utilizar un análisis de cláusula de complemento (de
ciOnes (Chfton, Frazier y Connine, 1984; Mitchell y Holmes, 1985; acuerdo con la estrategia de adjunción mínima), mientras que si se
Holmes, 1987; Mitchell, 1989; Tanenhaus et al., 1989; Tanenhaus, suministra un contexto en el que aparecen dos mujeres, se producirá
Carlson. y T:ueswell, 1989) han proporcionado confirmación empíri- un sesgo hacia el análisis de cláusula de relativo.
ca del mfluJO de la estructura argumental del verbo en diferentes Recientes experimentos en los que se empleaba la tarea de lectura
~robl~mas de análisis, sintác~ico (vg. la adjunción de sintagmas o el a ritmo personal (Altmann, 1988; Altmann y Steedman, 1988; Steed-
hgamie_?tO de categonas vacias). No obstante, aún no se ha podido man y Altmann, 1989) mostraban .que los tiemp,os de lectu~a de los
determmar hasta qué punto esta información léxica se emplea efecti- fragmentos inmediatamente postenores a la .clausula ambigua (en
va.mente para guiar la elección inicial del análisis o simplemente para oraciones como la 14) aumentaban sustancialmente cuando tales
«filtrar» o evaluar los resultados de un análisis realizado por otros fragmentos no se ajustaban a la lectura que era. apropiada .~1 sesgo
medios (cfr. Frazier, 1987). presuposicional introducido por el contexto previO a la oracwn, con
Además de la léxica, hay otras clases de información no estructu- independencia de la estrategia sintáctica que resultara adecuada en
r~l que tam~ién pueden introducir sesgos en el procesamiento sintác-
cada caso. En otras palabras, los sujetos no emplean la informa-
ción estructural de forma autónoma, sino que evalúan la probabi-
ti~o, favoreci~ndo el ~mpl~~ de ciertas estrategias locales de procesa-
lidad de éxito de las diferentes alternativas estructurales en función
miento. Haciendo hmcapie en el carácter contextualizado de los
de la representación conceptual que tienen del discurso previo. A la
procesos de comR~ensión de oraciones, Crain y Steedman (1985)
vista de estos resultados, Altmann y Steedman concluyen que el tra-
llamaron la atencwn sobre el hecho de que la información que el
bajo del procesador sintáctico es guiado por los sesgos conceptua-
sujeto va recibiendo a lo largo del texto crea un «contexto referen-
les que introduce el contexto lingüístico P.revio a la oración, p~r
cial» . o «esce~ario pragmático» que determina la interpretación de
lo que resulta innecesario yostular. ,estrate~Ias. estructu!ales de ana-
s~ce,siv.as oracwnes y con ello la aplicación de estrategias de análisis
lisis independientes de la mformac10n semantlca accesible al proce-
smtacuco. En caso de conflicto entre varias alternativas sintácticas
~ vg. en <;>~aciones potencialmente ambiguas), el procesador utilizará sador.
mformacwn del contexto para decidir sobre la marcha cuál de las
alternativas estructurales es más adecuada al contexto referencial o
4. TRES MODELOS DE PROCESAMIENTO DE ORACIONES
pragmático de que dispone. Esta situación se puede ilustrar con los
siguientes ejemplos: En este apartado vamos a exponer tre~ modelos de interpretación de
oraciones que parten de postulados diferentes. Las razones que nos
14. a) El psicólogo le dijo a la mujer que tenía problemas con su marido. llevan a presentar estos tres modelos, y no otros, son fundamental-
b) El psicólogo le dijo a la mujer que tenía problemas que consultase a un
mente de índole didáctica. Los tres son herederos del desencanto de la
abogado.
psicolingüística contemporánea por las teorías de la actuación que
incorporaban de forma directa y transparente l~s reglas ~e la ~ompete~­
E_? e~tas oracione.s hay un fragmento (en cursiva) que puede ser cia. No obstante los tres admiten la necesidad de mclmr conoci-
~ransitonamente ambiguo, o inducir un efecto de vía muerta si no se
miento lingüístico' en los proce.sos de actuaci~n, aunque lo h~cen con
mterpn~ta correctamente. Así, la cláusula «que tenía problemas»
distinto grado de aquiescencia y por mediOs bastante ~Iferente~.
pu.e~e mterpre!.arse como .una cláusula ,de complemento («lo que el
Asimismo los tres modelos pretenden dar cuenta de la «microarqm-
psicolopo le diJO a 1~ muJer es que tema problemas»), o bien como tectura» del sistema de comprensión, es decir, se sitúan en un nivel
una .cl~usula d~ relativo («hay una mujer que tenía problemas»). La
molecular de explicación. Sin embargo, cada uno se ocupa de proble-
ambiguedad., s~n embargo, se deshace en cuanto el sujeto recibe el
mas teóricos relativamente diferentes y, como hemos señalado antes,
fragmento SI~mente, aunque nunca antes de ese punto. Es decir, el SP
lo hace empleando principios y postulados distintos y, en ocasiones,
«con s~ mando» ??~ muestr~ que el fragmento ambiguo de la oración
14a exige un anahsis de clausula de complemento, mientras que en incompatibles.

440
441
PSICOLOGIA DEL LENGUAJE. INVESTIGACION Y TEORIA LA COMPRENSION DE ORACIONES

En primer lugar, describiremos un modelo de análisis sintáctico procesamiento del lenguaje se puede encontrar en Levinson y Liber-
que procede de la inteligencia artificial. Se trat~ de u~ :procesador man, 1981, para elreconocimiento del habla, y en Marcus, 1980, para
cuyo único cometido es asignar una e,structura si_ntagmatt.c,a a cade- el análisis sintáctico).
nas de elementos léxicos, por lo que solo emplea mformac10n estruc- El sistema de computación empleado en el análisis sintáctico de
tural. A continuación, expondremos un modelo de procesador sintác- oraciones que vamos a describir en estas páginas es el que se conoce
tico autónomo que inicialmente hace uso de información exclusiva- como «red de transición ampliada» (del inglés augmented transition
mente estructural, aunque en una etapa posterior emplea también network, o ATN) (W oods, 1970). El ATN no es intrínsecamente un
información semántica y contextual. Aunque difieren en otros aspec- procesador sintáctico, sino un sistema general de computación basa-
tos importantes, estos dos modelos exhiben una arquitectura clásica o do en la noción de reglas de producción o pares «condición-acciÓn»
«computacional». Por último, examinaremos .un mo~el~ de proce~a­ (Anderson, 1983; cfr. también capítulo 7). Se trata, en esencia, de una
miento de oraciones que asume una postura mteracc10msta y exhtbe «máquina de estados finitos», que en principio permite simular
una arquitectura conexionista, es decir, un modelo de procesamiento diferentes clases de procesos, a la que se le ha incorporado una
distribuido en paralelo. El objetivo principal de este modelo no es gramática (i.e. un código de reglas), en concreto una gramática
tanto analizar los procesos de asignación de estructura, sino dar transformacional, que establece las condiciones que es preciso satisfa-
cuenta del proceso de acoplamiento entre categorías sintácticas y cer para pasar de un estado al siguiente. Como ya indicamos en el
papeles semánticos, un proceso que, como es sabido, se halla en la capítulo 7, una regla de producción es un mecanismo computacional
base de la comprensión de enunciados lingüísticos. Como veremos (un proceso, en sentido estricto) que estipula unas condiciones para
enseguida, esta divergencia de objetivos y perspectivas genera tam- avanzar desde el estado en que se halla el sistema a otro estado
bién puntos de vista contradictorios en lo tocante ~1 problem~ de ~a distinto y unas acciones o instrucciones que se deben ejecutar para
autonomía de la sintaxis. Por ello, en algunas ocasiOnes la evtdencta acceder al estado deseado. En este sentido, el ATN no pretende ser un
empírica crucial para la validación de un modelo resulta incompatible reflejo exacto del procesador sintáctico humano en tiempo real, sino
con las predicciones de otro. simplemente un programa de «implementaciÓn» de una tarea cuya
ejecución está sujeta a reglas. En este sentido, pues, no es un sistema
de simulación. Su objetivo, como el de cualquier analizador sintácti-
4.1. Procesadores sintácticos en Inteligencia Artificial: co, es el de asignar un marcador sintagmático a una secuencia de
las redes de transición ampliadas (A TN) elementos léxicos que recibe como entrada. Esto se consigue efec-
tuando un recorrido a través de una red de estados y de procesos que
Los sistemas de procesamiento del lenguaje natural creados en inteli- encadenan unos estados con otros. En este caso particular, los
gencia artificial (LA.) son sistemas artificiales de computación diseña- procesos consisten en la identificación y el etiquetado de unidades
dos unas veces para realizar y otras para simular tareas cognitivas lingüísticas de diversos tipos.
complejas como la de comprender lenguaje (vg. Winograd, 1972; El ATN tiene cuatro características principales: 1) Es un sistema
Schank, 1975). En varios capítulos de este libro se comentan con jerarquizado, puesto que opera en dos niveles o, lo que es lo mismo,
cierto detalle algunos de estos sistemas artificiales de procesamiento está compuesto de dos clases de redes: un nivel superior, donde se
del lenguaje (véase, por ejemplo, los capítulos 11 y 14). Sin embargo, halla la «red de la oraciÓn», que corresponde al nivel de los consti-
un hecho paradójico a resaltar es que las áreas en las que estos tuyentes oracionales principales (i.e. sintagmas), y un nivel inferior,
sistemas han producido simulaciones más efectivas de la comprensión ocupado por la «red de los sintagmas», que corresponde al nivel de
del lenguaje son las que corresponden a los procesos menos especiali- los constituyentes oracionales menores (i.e. palabras). 2) Es un siste-
zados en actividades propiamente lingüísticas, es decir, aquellos en ma de transición, constituido por un conjunto de estados (nodos) que
los que las capacidades lingüísticas interactúan más estrechamente se suceden y un conjunto de instrucciones (arcos) que se deben
con otras capacidades cognitivas de carácter general; tal es el caso de recorrer o atravesar para acceder de unos estados a otros. Las
la simulación de los procesos de comprensión del discurso (cfr. transiciones entre estados (i.e. los arcos del sistema) son las operacio-
capítulo 11) o de las actividades conversatorias (cfr. capítulo 14). En nes de etiquetado sintáctico a que aludíamos antes (i.e. la asignación
cambio, en otros procesos psicolingüísticos más básicos, como la de cada elemento de la oración a una categoría estructural). 3) El
percepción del habla o el análisis sintáctico, el desarrollo alcanzado sistema opera de forma recursiva, es decir, una misma regla o acción
ha sido comparativamente menor, aunque no por ello desdeñable se puede ejecutar sobre diferentes clases de unidades. 4) Se trata de un
(una exposición detallada de algunos de estos sistemas artificiales de procesador serial que funciona de «arriba-abajo», o sea, aplicando

442 443
PSICOlOGIA DEl lENGUAJE. INVES'fiGACION y TEORIA
lA COMPRENSION DE ORACIONES

reglas de es_tructur~ sintagmática (i.e. ejecutando instrucciones) sobre te el modo en que un ATN analiza la estructur,a _de una oración ~omo
las secuencias de simbolos que recibe.
15 (el procedimiento se halla representado graficamente en la figura
. ~o~ «nodos» de ~~! ATN vi~nen definidos por las categorías 10.5).
smtacticas de la gramatica que el sistema ha de identificar y etiquetar;
p_or tan~o~ cor_responden exactamente a los nodos de la estructura 15. El hombre que saludó a María era su padre.
smtagmatica (t.e. O~ SN, sy,
SP, etc.). Por su parte, existen cinco
clase~ de «arcos» o InstrucciOnes, representados por abreviaturas en El sistema comienza el proceso en la red de la oración (estado 0 0 ). A
mayuscula: 1) CAT, empleado para identificar la categoría sintáctica partir de esta red, se inicia, me~iante las instru~ciones apropiadas, ~s
?e la~ _palab_ras (vg. N, V, P, Adj, etc.); 2) SEEK, que se usa para decir a través de «arcos» de tipo SEEK, la busqueda de los constt-
1dent~ftcar smtagmas (vg. SN, SV, SP, SAdj, etc.); 3) jlJMP, que tuye~tes principales de la oración: el SN de sujeto [SEEK SN], el SV
p~r~Ite proc~der de un estado al siguiente cuando no se identifica [SEEK SV], etc. Para alcanzar el estado 0 1, o sea, para identificar el
nm!?un constituye~te nuevo (vg. en c~so de que haya constituyentes
primer SN del enunciado, es preciso, ~in ~m?argo, entr~r en una. red
opcw_nales no rea~Izados, ~omo por eJemplo un adjetivo); 4) SEND, de SN e identificar en ella las categonas lexicas que satisfagan dicho
~ue suve para enviar constituyentes ya etiquetados desde la red de los
constituyente. Así pues, comienza una búsqueda seria~ de los cot?-sti-
smtagma~ a ~a red de la oración; y 5) HOLD, utilizado para almace- tuyentes del SN (i.e. Det, Adj, N) que condll:ce a traves de su~esiv~s
~ar tra~sitonamente constituyentes que luego han de adjuntarse a un
estados: identificación [CAT Det] del determmante «el» (SN 1), Id~ntl­
n?do d~stante (vg. en las dependencias sintácticas que se establecen a ficación [CAT N] del nombre «hombre» (SN 2 ), etc. Cuando el pnmer
dist,ancia, tales como cláusulas de inclusión central 0 categorías
vacias). SN («el hombre») ha sido etiquetado, se le envía [SEND] a la red de
la oración, lo que permite iniciar la transición hacia el estado 0 2
Con el fin de ilustrar todos estos conceptos y ver cómo se aplican
dentro de esta red. Para ello, el arco que se debe atravesar es el de
en casos concretos de análisis sintáctico, vamos a describir brevemen-
búsqueda de un SV [SEEK SV], esto es, el sistema debe entrar en una
red de SV y proceder del mi~mo tp~do a como 1~ hizo en la red de S~
SEEKSN (i.e. buscando las categonas lextcas que satisfagan un SV). Sm
embargo, lo que viene a continuación del S~ «el hombre» no e~ un
verbo, sino un pronombre relativo. Esto indtca que la red del pnmer
SN no ha sido concluida, por lo que se debe regresar a ella y
proseguir el análisis dentro de esa red. El constituyente previamente
etiquetado como SN de sujeto es ,retenido en un alma~én a ~orto
plazo [HOLD] para adjuntarlo mas tarde _al .sv que aun esta por
identificar. Para proceder hacia los estados sigUientes (SN3 , SN4? etc.),
dentro de la red de SN el sistema pone en marcha una rutma de
identificación de cláus~la de relativo, atravesando los siguientes
arcos: [Cat Pro Rel] para identificar un pronombre .relativo («que>:) y
1 [SEEK O] para identificar una cláusula subordmada_ («saludo a
: SEND MarÍa»). Nótese que el etiquetado de la cláusula subordmada_[SE~K
t CAT SEEK SN e~ O] se efectúa dentro de la red de SN, lo que supone la aphcacwn
&~ recursiva dentro de la red de sintagmas, de las mismas reglas que se
emplean ~n la identificación de sintagmas en la red de la oración (i.e.
lcAT CA¿:_(END [SEEK SN], [SEEK SV], etc.). Una ,vez con,clui4a la identificaci?n de
la cláusula subordinada «que saludo a Mana», esta ha de ser adJunta-
er~~ Det N
da al SN «el hombre», para lo cual es preciso recupera~ ~ste SN del
almacén transitorio en el que se encuentra. Una vez tdentlftcado el SN
completo («el hombre que saludó a MarÍa»), se envía [SEND] hacia la
red de la oración, en la que ahora puede reanudarse el proceso de
Fígura, 10.5.-Red d_e transición ampliada (ATN) para el análisis de una oración con
una clausula subordmada de relativo (<<El hombre que saludó a María era su padre>>).
identificación del SV [SEEK SV], con vistas a acceder al estado 0 2 • El
proceso continúa, pues, en la red de la oración, con la búsqueda del
444
445
PSICOLOGIA DEL LENGUAJE. INVESTIGACION Y TEORIA LA COMPRENSION DE ORACIONES

SV, y, de nuevo en la red de los .sin~agmas, con 1~ identificació~ de los las limitaciones de memoria inmediata bajo las que opera el procesa-
constituyentes del SV (con la sigUiente secuencia de arcos o mstruc- dor humano. Esta sencilla arquitectura permite, al propio tiempo,
ciones: [Cat V] («era»), [SEEK SN] ---+ [Cat Det] («su»), [Cat N] reducir el número de estrategias utilizadas por el procesador a una
(«padre») y [SEND]. , . . . , . sola: la estrategia de adjunción mínima.
Una de las ventajas del modelo de ATN de .an~l~sis smtactl~o, al El curioso nombre que ha recibido este modelo, bautizado así por
decir de sus defensores, es que, a partir de pnncipws. de funcw~a­ sus propias autoras (Frazier y Fodor, 1978; Fodor y Frazier, 1980),
miento y mecanismos de acción relativame~t: .sencillos, per~Ite expresa en forma de oportuna metáfora su modo de funcionamiento,
incorporar de forma natural estrategias de anahsis, como la adJun- pues se trata de un sistema que inspecciona la oración de izquierda a
ción mínima o la asociación a la derecha, que en otros modelos se derecha y va configurando unidades discretas para asignarles una
postulan de forma independiente, o sea, en términos abstractos (cfr. estructura. El procesador sintáctico de Frazier y Fodor consta de dos
Wanner y Maratsos, 1978; Wanner, 1980). Por contra, uno .de los. etapas bien diferenciadas: por una parte, un analizador de la estructu-
principales inconvenientes que se achaca a este modelo se ~enva del ra superficial y, por otra, un procesador temático que tiene por
hecho de que sus operaciones es~á~ guiadas «desde. arnba~ .Por cometido la asignación de papeles temáticos a los constituyentes
conocimiento previo (i.e. una gramatlca de ~structur~ ~mtagmatlca), sintácticos analizados (cfr. Rayner, Carlson y Frazier, 19 83). El
y no por información de entrada. Esto, se&u~ los cntifOS, aumenta analizador de la estructura superficial consta, a su vez, de dos
sustancialmente el riesgo de incurrir en predicCI<?n.:s erroneas durante componentes independientes. El primero de ellos es el «empaquetador
el análisis. Por ejemplo, en situaciones ~e ambig';ledad ~structural o preliminar de sintagmas» (preliminary phrase packager o PPP, que es
de vía muerta, y al carecer de la capacidad de mspeccwnar, part;s propiamente la «máquina de embutidos» que da nombre al modelo).
posteriores de la entrada sensorial, . el procesador n.o tendna , n:~s Su misión es segmentar la entrada perceptiva en «paquetes» o secuen-
opciones que computar en paralelo diferentes alternativas ,d~ .anahsis cias de constituyentes de una longitud limitada, situada en torno a las
o bien resignarse a efectuar continuos retroce~os y reanahsis de la seis palabras. Todos los constituyentes que no excedan de esa longi-
oración. Esto supone, sin duda, una desventaJa desde el punto d.e tud pueden ser, pues, simultáneamente analizados. El segundo com-
vista de la economía de procesamiento. N~ obstante, hay que adm.I- ponente es el «supervisor de la estructura oracional» (sentence struc-
tir, en descargo del modelo de ATN, que, este es ~n mal que aq~eJa ture supervisor o SSS), que desempeña la función de ensamblar y
por igual a todos los procesadores de c.aracter auton~mo, es decir, a analizar los paquetes de constituyentes que recibe del PPP, asignándo-
les una estructura sintagmática. Este último componente opera exclu-
los que emplean únicamente reglas, rutmas o estrategi~s. de nat~r~le­
sivamente con la estrategia de adjunción mínima, es decir, adjunta
za estructural. (El lector podrá encontrar excelentes revisiOnes cnticas
cada nuevo nodo al nodo más alto posible de la estructura ya ana-
del modelo ATN de análisis sintáctico en Garnham, 1985, y Santa- lizada.
cruz, 1987).
Con este esquemático modelo, Frazier y Fodor afirman haber
dado solución a todos los problemas sintácticos de adjunción de
4.2. Procesadores sintácticos autónomos: constituyentes (véanse, no obstante, algunas críticas a este modelo en
el modelo de la «máquina de embutidos» Wanner, 1980). Hay que tener en cuenta que el propósito fundamen-
tal de Frazier y Fodor era ofrecer una solución a los problemas de
El modelo que vamos a describir ahora es, al igual que .el anteri?r, ~n procesamiento de la estructura superficial de la oración, por lo que su
modelo de cort~ clásico, es decir, un m,odelo computa~wnal ? si,m~o­ modelo se centra particularmente· en cuestiones como la de la adjun-
lico que defiende, además, la autonomia del procesamiento sm~ac~Ico ción. Para entender la lógica de funcionamiento del modelo de
frente a influencias semánticas o contextuales. Como sucede practica- Frazier y Fodor, vamos a poner un sencillo ejemplo. En él se
mente con todos los modelos autónomos de procesamiento del len- muestran dos oraciones ambiguas (véase ejemplo 16), cuyas lecturas
guaje, este modelo presenta dos propiedades distintivas: por un ladoJ más plausibles parecen depender, respectivamente, de
consta de dos etapas ordenadas secuencialmente y, por otr~, e.s,ta
formulado en términos abstractos, esto es, no ofrece una descnpcion
«realista» de los procesos de parsing, como es ~1 ca~? de los A~Ns o 16. a) Marisa [escondió el libro que leía en la biblioteca].
de los modelos conexionistas, sino una caractenzacion de los mismos b) Marisa escondió el libro que [leía con sumo interés en la biblioteca] .
basada en restricciones de procesamiento. Por otra part~, y a conse-
cuencia de ello el modelo está concebido con una arqmtectura muy la aplicación o no de la estrategia de adjunción mínima (16a y 16b, respec-
sencilla y a la ~ez muy restrictiva, que pretende reflejar directamente tivamente) (el primer constituyente en cursiva representa el nodo al

446 447
LA COMPRENSION DE ORACIONES
PSICOLOGIA DEL LENGUAJE. INVESTIGACION Y TEORIA

q~e .hipotéti.ca~ente se de~~ adjuntar ~1 constituyente ambiguo en la el sentido clásico del término, es decir, entendidas como operaciones
bibh?t.~ca (mdicado tambi~n en curs}va), que es lo que origina la o instrucciones que se aplican sobre representaciones de una clase
ambiguedad de estas oraciOnes). Asi pues, si nuestras intuiciones para transformarlas en represent~ciones. de otra c~ase. Los sistemas
coinciden con las de lo.s l~ctores, cabe esperar que la interpretación de conexionistas computan, en cambw, un tipo «especial» de representa-
16a sea que «en la biblioteca» es donde Marisa escondió el libro ciones que se hallan «distribuidas». a través de una red de nodos (o
mientras que la de 16b, que «en la biblioteca» es donde Marisa leía el unidades de representación) mutuamente interconectados, y operan
libro. Según Frazier y Fodor, la razón por la que el tipo de adjunción mediante un único proceso de propagación de activación (e inhibi-
efectuada en cada caso (y la consiguiente interpretación) es distinta ción) a través de los nodos del sistema.
no obedece, sin embargo, a la aplicación de estrategias diferentes en En razón de estas características, la comprensión del lenguaje,
cada oración, sino a la limitada capacidad de almacenamiento del como cualquier otra actividad cognitiva, se define en estos modelos
empaquetador de sintagmas. En razón de ello, el supervisor de la como un proceso esencialmente interactivo, es decir, sometido simul-
estructura s~lo tiene acceso simultáneo a una parte de la oración, que táneamente a múltiples constricciones. Asimismo, dado que la activa-
resulta ser diferente en 16a y en 16b (i.e. a los fragmentos del ejemplo ción es un parámetro continuo, los procesos de comprensión han de
encerrados entre corchetes), quedando el resto de la misma fuera del funcionar, por definición, de una mapera «gradual» o, «~robabilísti­
alcance de las operaciones sintácticas de adjunción. A consecuencia ca» (es decir, se trata de procesos asi llamados «estocasticos») (Mc-
de ello, y en rigurosa aplicación del principio de adjunción mínima el Clelland, St. John y Taraban, 1989). Con todo esto se quiere dar a
S~ ~<en la biblioteca» e~ adjuntado ~n cada caso a un constituye~te · entender que en los procesos de comprensión participan varias fuen-
distmt?, dando la enganosa impresion de que, en 16b, el procesador tes de información, cada una de las cuales impone constricciones
ha aplicado la estrategia de cierre tardío (para una exposición crítica sobre el resultado final del proceso. Estas constricciones actúan, no
muy detallada del modelo de la máquina de embutidos, cfr. Garn- obstante, como fuerzas de magnitud variable que moldean, con
ham, 1985). distinto grado de influencia, la formación de la representación de
El modelo autónomo de Frazier y Fodor concibe el procesador salida del proceso.
temático, el segundo de los componentes generales del procesador, El objetivo primordial del modelo que vamos a describir es el de
como un sistema que sirve de «interfaz» o contacto entre dos sistemas interpretar la distribución de los papeles temáticos de la oración. En
de naturaleza muy distinta: por un lado, el analizador de la estructura esta tarea intervienen dos fuentes de constricción: 1) la información
superficial, que es un sistema de entrada exclusivo para el lenguaje, de entrada, que consiste en una secuencia de palabras que forman
específico de dominio e informativamente encapsulado (como los una oración, y más concretamente, en la representación de los
sistemas modulares de Fodor -cfr. capítulo 7-), y, por otro, el significados de esas palabras y las estructuras temáticas asociadas a
sistema cognitivo general, es decir, un sistema central, inespecífico de ellas (i.e.las posibles combinaciones de predicado y argumentos); y 2)
dominio y no encapsulado, que utiliza información conceptual y un entorno o contexto, integrado por información lingüística y
pragmática y que es común a otras muchas actividades inteligentes. conceptual, que está representada mediante un conjunto finito de
Por esta razón, si bien el procesador temático se muestra sensible a pares «oración-suceso» (sentence-event pairs) que se suministran
factores como la plausibilidad pragmática o la adecuación contextua! previamente al sistema y en cada uno de los cuales se especifican los
en su tarea de asignar papeles temáticos a los constituyentes oracio- constituyentes de cada oración del par y el papel temático asociado a
nales, el procesador sintáctico no sufre influencia alguna de esta clase cada constituyente. El entorno es lo que genéricamente podríamos
de factores. llamar el «conocimiento previo» del sistema. Supongamos, por ejem-
plo, que una oración como la 17 forma parte de ese universo de pares
4.3. Procesadores conexionistas o sistemas de procesamiento oración-suceso que componen el entorno del sistema.
distribuido en paralelo
17. La niña fue besada por el niño.
L.os procesadores c,onexionistas exhiben dos características, ya men-
ciOnadas (cfr. capitulo 7), que los distinguen de los modelos de La representación de esta oración comprendería, por una parte, los
arquitectura clásica como los dos modelos que acabamos de exponer. constituyentes (sintácticos) «niña», «fue besada» y «por niño», y el
Por un lado, no requieren el empleo de representaciones estructura- suceso correspondiente estaría formado por la siguiente lista de
das, como la estructura sintagmática, en el nivel sintáctico o las papeles temáticos: {agente: niño; acción: besar; paciente: niña}.
proposiciones, en el nivel semántico; y por otro, no utilizan re~las en No debemos olvidar que las dos clases de información descritas

448 449
PSICOLOGIA DEL LENGUAJE. INVESTIGACION Y TEORIA LA COMPRENSION DE ORACIONES

en el párrafo anterior (i.e. las representaciones de entrada. y las tema y se fijan ciertos parámetros, como, por ejemplo, los pesos de
representaciones del entorno) no se hallan representadas en el sistema las conexiones entre nodos; después, se somete al sistema a una
de forma estructurada, como sería el caso en un modelo clásico, sino experiencia con datos reales, a fin de que se vayan efectuando los
de forma distribuida, es decir, por medio de una red de nodos ajustes necesarios para su optimización. El procedimiento empleado
interconectados. Así, las palabras (o, más propiamente, los con- para perfeccionar el rendimiento del sistema durante la fase de
ceptos) se representan mediante agre~ados. ,de mi~ro~rasgos (cada aprendizaje se denomina «propagación retroactiva» (hack-propaga-
uno de los cuales corresponde a una dimenswn semant1ca con dos o tion), y consiste básicamente en suministrarle una medida del error
más valores); por ejemplo, el nombre «niña» estaría rel?resentado por que comete en su ejecución, al objeto de que el sistema vaya ajustan-
el siguiente agregado de rasgos con sus correspondientes valores: do los parámetros a los valores Óptimos que debe adoptar para
. (HUMANO = sí; BLANDO = _sí; Gr:.NERO = femenino; VOLU- minimizar dicho error. Así pues, una vez en la fase de prueba, la
MEN = medio· FORMA = 3 dimenswnes; TIPO DE OBJETO =
' 1 •
respuesta que estos sistemas proporcionan ante cada nueva entrada
animado; etc.) 3 • De manera similar, las estructuras tematlcas se (vg. ante una nueva oración) depende de su experiencia previa, es
representan a través de tripletes de la forma (A R B), donde A y B decir, del proceso de aprendizaje en cuyo transcurso el sistema ha ido
corresponden a las representaciones distribuid~s de los concei?;os, y fijando y sintonizando los pesos de las conexiones entre los nodos de
R a la relación que existe entre ellos; por eJemplo, la oracwn 17 la red, o, lo que es lo mismo, el valor de probabilidad con que ~na
tendría la representación temática reflejada en 18 (véase McClelland determinada representación de entrada activará ciertas configuracio-
·y Kawamoto, 1986, para una exposición más pormenorizada de la nes de nodos. Estos pesos o valores probabilísticos se fijan de
arquitectura del modelo): antemano, aunque de hecho se van modificando a medida que el
sistema adquiere experiencia al ser expuesto a nueva información (en
18. (Besar Agente Niño el caso que nos ocupa, a oraciones de la lengua) (cfr. McClelland,
Besar Paciente Niña). 1988). En condiciones de rendimiento Óptimo, el sistema debería ser
capaz de suprimir por completo su margen de error. Sin embargo,
Para entender cómo funciona un modelo de estas característi-
dada la naturaleza probabilística de sus operaciones, esto no sucede
cas en la tarea de procesamiento de ora~iones, es pr~cis_o hacer
nunca del todo.
referencia a otras dos peculiaridades de los sistemas conexwmstas. En
Por otra parte, al tratarse de un fenómeno que se desarrolla en el
primer lugar, dado que estos sistemas se conciben con;o I?rogramas
tiempo, la comprensión de oraciones se concibe como un proceso
de computador que han de ser ejecuta~os. en u~a maq~ma, se les «incremental», lo que, traducido a la terminología conexionista,
debe someter a una fase inicial de aprendizaJe o adiestramiento, antes
significa que el patrón de activación que se crea en el sistema se va
de probar su rendimiento en tareas de procesamiento. E~ esta fase ~e
modificando sobre la marcha al recibir cada nueva palabra (cfr.
aprendizaje, se establecen primero los nodos y las conexiOnes del sis-
McClelland, St. John y Taraban, 1989). De este modo, el sistema va
creando paso a paso una configuración o Gestalt de la oración
3. La representación conceptual de los verbos en el modelo conexionista que estamos (denominada «configuración de entrada») que, como es lógico, res-
describiendo es algo más compleja que la de los nombres. Los microrrasgos que constituyen la tringe progresivamente las interpretaciones que la oración puede
descripción de cada verbo representan propiedades de-la «escena» que introduce dicho verbo y no recibir. Sin embargo, el conocimiento previo con que cuenta el
del propio concepto representado por él. Así, el rasgo AUTOR (DOER en inglés) indica si hay un
agente que provoca la situación descrita en el enunciado; el rasgo CAUSA determina si el verbo es sistema, conocimiento representado en lo que hemos llamado «entor-
causativo; el rasgo TOCAR señala si el agente, el instrumento o ambos están en contacto con el no», impone también constricciones sobre la interpretación de la
paciente; el rasgo NAT-CAM (NAT-CHNG) especifica la naturaleza del cambio que se produce configuración de entrada. Aquí es, justamente, donde se aprecia la
en el paciente; los rasgos AG-MOV y PT-MOV señalan el movimiento del agente y del paciente; naturaleza interactiva de los modelos conexionistas.
y el rasgo INTENSIDAD establece la fuerza de la acción. Es evidente que no todos los rasgos son
aplicables a todos los verbos, y que hay verbos que pueden requerir otros tipos de rasgos. Por ell?, Las dos fuentes de información anteriormente aludidas, la «confi-
esta descripción sólo tiene un valor provisional y tentativo. Por ejemplo, el verbo ••besar>> se podna guración de entrada» y la «configuración del entorno», se traducen en
caracterizar en los siguientes términos a partir de los rasgos descritos: (AUTOR sí; CAUSA = sendos patrones de activación que interactúan en una red de nodos
no; TOCAR= sí; NAT-CAM =no aplicable; AG-MOV =sí; PT-MOV =no; INTENSI- denominados «unidades ocultas» (hidden units). El proceso de aco-
DAD = baja). Aunque estos rasgos permiten discriminar este verbo de otros como «soplar>> o
«empujar>>, no son suficientes para caracterizar apropiadamente la acción de besar, dado q~e no plamiento de papeles temáticos a los conceptos de la oración depen-
permiten, por ejemplo, distinguirla de otras como «tocar>> o «rozar>>. (El lector hallara una derá, pues, en grado variable, de información suministrada por la
descripción pormenorizada de la descomposición de piezas léxicas en agregados de microrrasgos en oración (i.e. de «abajo-arriba») y de información proporcionada por
McClelland y Kawamoto, 1986.) el entorno (i.e. de «arriba-abajo»). Por ejemplo, unas veces la in ter-
450 451
PSICOLOGIA DEL LENGUAJE. INVESTIGACION Y TEORIA
LA COMPRENSION DE ORACIONES

P.ret~ci.ón de la oración d~penderá fundamentalmente de propiedades 4.4. Algunas reflexiones críticas sobre los modelos
si_ntacticas de la entrada (t.e. orden de las palabras, marcas morfoló- de procesamiento de oraciones
~Icas, et~.), sobre to?o si no h~l inf?rmación semántica que pueda
mtroducir sesgo~ de mterpretaci?n (vease ~jemplo 19a). Sin embargo, ¿Qué ventajas ofrecen las explicaciones conexionistas frente a las de
en. ~quellas ocaswnes en que la mformacion no estructural puede ser los modelos de arquitectura clásica, como el de la máquina de
utilizada de forma predictiva, la interpretación de la oración se verá embutidos, en materia de comprensión de oraciones? En la literatura
influida por otras variables, como, por ejemplo, las relaciones con- reciente sobre el procesamiento del lenguaje se viene haciendo refe-
c~ptu~l~s entre cons~ituyentes oracionales (vg. las ya citadas preferen- rencia a un número de problemas que los modelos existentes no
cias }ex.Icas del predicado -ver ~jemplo 19b-, o ciertas propiedades terminan de resolver de forma satisfactoria. Estos problemas se
semanticas de los conceptos -eJemplo 19c-), o la información del pueden agrupar en dos categorías antitéticas, de tal suerte que allí
contexto, esto es, las presuposiciones e inferencias originadas en donde un modelo exhibe sus mayores carencias, el modelo alternativo
el contexto referencial y pragmático en que se encuentra la oración ofrece mejores soluciones y viceversa. Por un lado, hay un grupo de
(ejemplo 19d).
problemas que parecen afectar más a los modelos de arquitectura
19. a) El niño besó a la niña.
clásica y que se derivan de la naturaleza «no discreta», «difusa» o
b) La modista cortó el vestido con las tijeras.
«probabilística» de algunas de las representaciones lingüísticas que se
e) El pájaro vio al cazador con los prismáticos. computan durante la comprensión del lenguaje. Por otro lado, encon-
d) Contexto: El profesor de piano estaba dando clase a dos niños. Uno de los tramos un conjunto de problemas que resultan más premiosos para
niños estaba impresionado con la música de Chopin. los modelos conexionistas, ya que sobrevienen a consecuencia del
Oración: El profesor le dijo al niño que estaba impresionado que debía carácter «componencial», «estructurado» o «combinatorio» de otro
practicar más. tipo de representaciones que intervienen en dicho proceso. Resulta
interesante observar que la mera coexistencia de estas dos categorías
El modelo de procesamiento distribuido en paralelo que hemos opuestas de problemas pone en evidencia la naturaleza compleja
expuesto muy sucintamente en estas páginas, desarrollado y contras- del lenguaje natural humano como sistema de procesamiento y re-
tado por McClelland y colaboradores en varios trabajos (McClelland presentación.
y Kawamoto, 1986; Taraban y McClelland, 1988, 1990; McClel- Analicemos un poco más a fondo esta complejidad. Si bien
land, St. J<?hn y Taraban, 1989) es, probablemente, uno de los más resulta innegable que las unidades significativas del lenguaje (:',g.
repres~ntatt.vos de los modelos conexionistas de procesamiento del cláusulas, oraciones y proposiciones) son producto de la combmacwn
lenguaJe. Sm embargo, como hemos advertido anteriormente no reglada y sistemática de una serie de componentes más elementales
todos los. model?s c?nexionistas. adoptan los mismos principio~ de (palabras, conceptos y papeles temáticos), no e~ ~e.nos cierto que la
procesamiento m defienden los mismos postulados teóricos. En parti- interpretación de tales unidades dotadas de stgmftcado no emerge
cular, no todos ellos asumen el carácter distribuido o atomizado de directa y exclusivamente de esa combinación pautada de elementos
las rep~es~ntaciones que computa el sistema, como tampoco defien- básicos, sino que deja abierto un amplio margen de _indeterminación
den unanu~el!lente la, natural~za interactiva de los procesos sintácti- en el que intervienen otros factores que no se de] an someter tan
cos y semanticos. Asi, por eJemplo, en un modelo conexionista se fácilmente a un tratamiento reglado o sistemático. Esto queda patente
~u~den manipular ciertos p~rámetros para reproducir los efectos en algunos hechos, de sobra conocidos, que vamos a enumerar
tipic~s de un .~rocesa?or a~to~om?. Uno de estos parámetros es la brevemente. Por ejemplo, las distinciones de significado de muchas
retrom.for~acwn de .r:uveles Jerarqmcamente superiores hacia otros de palabras no se agotan en la especificación de un conjunto de rasgos
orde.t; mfenor. Por eJemplo, puede haber casos en que la retroinfor- semánticos necesarios y suficientes, sino que a menudo dependen de
macwn se propague de forma débil entre niveles, o bien con una otras clases de información que resulta difícil restringir a priori. En
demora lo bastante larga para permitir a unidades de niveles inferio- otras palabras, hay serias dudas de que la interpretación de los
r~s c.omputa~ sus rep.resentacion~s de un ~odo independiente, esto es, significados léxicos se limite exclusivamente a la computación de un
sm . mfluencia de mveles supenores (vease una discusión de esta conjunto específico de rasgos semánticos primitivos (cfr. Rosch y
vanedad de modelos conexionsitas en T anenhaus Dell y Carlson Mervis, 1975) y no pueda incluir, además, multitud de asociaci?nes,
1987). ' '
muchas veces idiosincráticas y aparentemente azarosas, que ttenen
lugar dentro del complejo e inagotable universo de conceptos que
configuran la memoria semántica. Por ejemplo, es muy probable que
452 453
LA COMPRENSION DE ORACIONES
PSICOLOGIA DEL LENGUAJE. INVESTIGACION Y TEORIA

el significado de una palabra como «p~lota:>, en su. acepción .de cías que pued~n realizarse durante la comprensión del lenguaje
represent~~ senos problemas para cualquier teoría psicológica de la
«objeto esférico utilizado para jugar», suscite diferentes mterpretaclO;
c?mprensi~n? pero de forma muy especial para las teorías computa-
nes en función del contexto en el que se encuentre (vg. ¿hasta que
punto el concepto de «pelota» es e~ mismo e? oraciones como «El clOnales clasicas, ya que estas teorías ponen todo el énfasis en el
cará~ter regular y sistemático de los procesos mentales y en las
niño jugaba con la pelota», «El temsta golpeo la pelota» o «El fut-
propiedades estructurales de las representaciones sobre las que ope-
bolista pateó la pelota»?). ¿Si~nifica esto que h~mos de almacenar en
ran estos procesos. Por consiguiente, estas teorías sólo tienen dos
nuestra memoria tantas vanedades de un mismo concepto como
maneras de «lidiar» con el problema de la indeterminación del
situaciones diferentes en las que dicho concepto pueda figurar?
signi~icado: bien a:umentando hasta un límite razonable la capacidad
La noción de papel temático plantea un problema similar a éste,
ya que a pesar de los esfuerzos de muchos lingüistas (Fillmore, 1968; ?e comput? del Sistema,_ de manera que éste pueda multiplicar las
Jackendoff, 1983), ha resultado imposible hasta la fecha establecer un mterpre.taclOnes alternativas de los enunciados lingüísticos, o bien
restrmgiendo esta capacidad y obligando al sistema a contraer un
conjunto finito de papeles temáticos que p~rmita c~pta.r todas las
«compromiso temprano» con una de las posibles interpretaciones
descartand<;> ~as restantes. La primera solución es la que ofrecen lo~
sutiles distinciones que se dan en la compleJa expenencia humana.
Pongamos dos casos concretos: por un lado, la n<?ción de «agentiv~­
dad» (i.e. la cualidad de ser el «agente» de un predicado) puede sufnr modelos clasicos al problema de la ambigüedad léxica· recuérdese a
este respecto, la evidencia del acceso múltiple a los ;ignificados '¿e
variaciones de interpretación en función de matices como el grado de
voluntariedad atribuida al agente en la ejecución de la acción (vg. es palabras am?iguas (cf~., Swinney, .1979, y capítulo 9); en camb~o, la
segu~da ha sido la opc10n favorecida en el caso de la comprension de
muy posible que, en una oración como «El niño engañó a su padre»,
orac10nes; una prueba bastante persuasiva de ello la tenemos en la
se atribuya al agente un mayor grado de vol~nt~d que _en otra co~o
interpretación de oraciones de vía muerta (cfr. Frazier 1987· Norris
«El niño sorprendió a su padre»). De forma similar, la mterpre!ac10n 1987). ' ' '
de un mismo papel temático varía considerablemente en fun~IÓn de
La otr~ cara de la moneda es el problema de la «compositividad»
las propiedades semánticas del verbo con el q~e. ~parece; p~r eJemplo,
del ~engua)e. Como ya hemos señalado en otro lugar de este libro (cfr.
la interpretación del «tema» de una proposiclOn compleJa (vg. «la
c~pitulo 1), ~sta propiedad es, sin lugar a dudas, una de las más
muerte del perro» en los ejemplos que siguen) depende_, en numer?sas
smg':llares e Important~s del lenguaje natural, hasta tal punto que,
ocasiones, de presuposiciones generadas por el predicado de dicha gracias a ella, el lenguaJe humano se ha constituido en un instrumen-
proposición (vg. compárese «Juan lamentaba la muerte del perro»
to de ~eprese~taci_ón y comunic~ción que no tiene parangón con otras
con «Juan deseaba la muerte del perro», donde sólo en el primer caso
capaci~ades I~tehgentes. El caracter compositivo o combinatorio del
la muerte del perro es un hecho realmente acaec_ido). . .. lengua)~ ~s directam_ente responsable de otras propiedades, como la
Un tercer problema asociado a la naturaleza difusa del sigmflcado
es el de poner coto a la información extrali~güística que pu~d.e pyoductividad y la Sistematicidad (cfr. Fodor y Pylyshyn, 1988; Gar-
Cia-Albea, 1991c), qu~ ~o pueden explicarse de otro modo que
resultar pertinente, en un momento dado, para mterpretar el ~Igmfl­
cado de los mensajes verbales. En este sentido, ya hemos menc10nado apelando ~ u~ conocu~uento de reglas y principios abstractos y
el peligro que, para una explicación científica de _los p~ocesos de f?rmales (1.e. mdepen~Ientes del contenido) que se aplican sobre
SII?bolos o r_epresentac10nes elementales para generar otros símbolos
comprensión, supone la existencia de elementos Implícitos en el
enunciado (vg. papeles temáticos inferidos) cuya activación. ~esulta mas compl~Jos que no s,e pueden describir como la simple suma o
yuxtapostcton de esos stmbolos elementales. La literatura empírica
muchas veces imprescindible para una adecuada comprens10n del
mismo (véanse los ejemplos 5 y 6 en el apartado 2). Todos estos sobre lo~ p~ocesos de actuación lingüística está repleta de pruebas
que nos md1~~n que la .actividad lingüística es un continuo proceso de
problemas tienen como telón de fond? pna propiedad inhe_re~te al
transformac10n de objetos estimulares que por sí mismos carecen
lenguaje natural sobre la que algunos fllosofos han llamado. msisten-
de estructura (vg. claves acústicas, secuencias de fonemas sucesio-
temente la atención desde hace tiempo (cfr. Wittgenstem, 1953;
nes de significados léxicos) en objetos lingüísticos dotados de estruc-
Quine, 1953), y que podríamos denominar «el probl~ma de la indeter-
tura, (vg. fonemas, sílabas, cláusulas y proposiciones). Utilizando una
minación del significado» o, en términos más prosaicos, el problema
metafora prestada (~mpleada originalmente por Wittgenstein en su
de la ambigüedad del lenguaje. Tractatus para refenrse al papel de las proposiciones de la filosofía
Hechos como la multiplicación de los significados léxicos, la
en la comprensió~ del mundo), podría decirse que la estructura es la
dificultad de interpretar inequívocamente los papeles semánticos de
escalera que el sistema de procesamiento del lenguaje utiliza para
los constituyentes de la oración y la amplia gama de posibles inferen-

454 455
PSICOLOGIA DEL LENGUAJE. INVESTIGACION Y TEORIA LA COMPRENSION DE ORACIONES

transportarnos desde un mundo físico de objetos sin forma hasta un ocupado de cuestiones relacionadas más con la forma o la estructura
mundo mental de objetos con significado. de los enunciados lingüísticos que con su significado. A partir de
El problema de la compositividad del lenguaje es a los modelos ahora, vamos a cambiar de perspectiva para dedicar más atención a
conexionistas lo que el problema de la indeterminación del significa- las cuestiones del significado lingüístico. Las teorías psicolingüísticas
do a los modelos clásicos. Con esto queremos decir que los modelos de la comprensión del lenguaje suelen ser muy prudentes a la hora de
conexionistas son, por su propia naturaleza, refractarios a toda aventurarse a definir el concepto de significado. Este es, ciertamente,
noción de estructura, por lo que el único modo que tienen de uno de los temas más espinosos no sólo en las disciplinas psicológi-
enfrentarse al problema de la compositividad del lenguaje es susti- cas, en las que, en cierto modo, es un huésped casi recién llegado,
tuyendo la sintaxis por otros «sucedáneos» (dicho sea sin el menor sino sobre todo en la filosofía y en la lingüística, disciplinas para las
afán peyorativo) que permitan simular los efectos que la aplicación que ya es un viejo e incómodo inquilino. Sin embargo, hay ciertos
de reglas o estrategias de comprensión dependientes de la estructura aspectos psicológicamente relevantes del concepto de significado que
ejerce sobre la interpretación del significado. Por ejemplo, en casi no pueden soslayarse en las explicaciones de la actuación lingüística.
todos los modelos conexionistas de procesamiento del lenguaje se ·En el próximo apartado nos ocuparemos de dos fenómenos muy
concede gran importancia a ciertos productos emergentes de la frecuentes, aunque no por ello menos singulares, relacionados con la
sintaxis, tales como las marcas morfológicas de las palabras o el interpretación del significado, que ponen sobre el tapete algunas de
orden serial de éstas en la oración. Asimismo, se observa una las dificultades que suscita este complejo proceso.
tendencia a incorporar a estos modelos ciertas propiedades estructu- A menudo, el producto o la representación hipotéticamente resul-
rales de la oración de forma indirecta; por ejemplo, postulando un tante de los procesos de comprensión incluye información que no está
estrato de nodos cuya misión es la de «acoplar» representaciones explícitamente recogida en el enunciado, de lo que se deduce que en
léxicas con representaciones temáticas, como si se tratara de media- el curso de tales procesos se da una tendencia espontánea, por parte
dores sintácticos. Así, algunos modelos conexionistas postulan una del sujeto que comprende, a añadir a la representación de la oración
categoría de nodos cuyo cometido es «ligar» o asociar nodos corres- ciertos elementos de información que pueden ayudar a una interpre-
pondientes a las representaciones semánticas de las palabras de la tación más completa del mensaje. En algunos casos, esta información
oración con los nodos correspondientes a los papeles temáticos. Al se necesita para completar la interpretación semántica de la oración y
proceder de este modo, lo que hacen los modelos conexionistas es mantener la cohesión del discurso, esto es, para establecer vínculos
efectuar una «traducción» del vocabulario sintáctico a un vocabulario entre oraciones sucesivas. En otros, en cambio, se trata de informa-
asociativo, con el fin de replicar los mismos efectos del análisis ción útil para interpretar la intención comunicativa del interlocutor y
sintáctico sin tener que postular directamente reglas sensibles a la juzgar la adecuación contextua! o pragmática del enunciado. Los
estructura. fenómenos a los que nos estamos refiriendo, que en líneas generales
Lo que hen;~s venido di~cu~iendo en este apartado al contraponer se pueden definir como procesos de realización de inferencias, están
los n:odelos clasico y c~:mexwmsta de procesamiento del lenguaje es el ubicados, pues, en la difusa frontera entre la comprensión de oracio-
refleJo, a escala reducida, de un problema mucho más general con nes y la comprensión del discurso. Así pues, su exposición va a servir
~ondas. reso~ancias filosóficas: se trata de determinar, en primera como conclusión de este capítulo y a la vez como un puente hacia el
mstancia, que clase de arquitectura debe atribuirse a la mente huma- próximo.
na en su totalidad, en tanto que sistema inteligente o intencional y
en un plano ~uizá más abstracto, qué tipo de principios son los ~u~
1

gm~n el funciOnamiento de este sistema inteligente. La postura clásica 5. PROCESOS INFERENCIALES EN LA COMPRENSIÓN DE ORACIONES
defiende un J?Odel<? «logicista» ?e la mente, según el cual lo que
regula el funciOnamiento de este sistema son las propiedades formales Los procesos de interpretación del significado de enunciados lingüísti-
o.estructurales de los estados que lo constituyen. La postura conexio- cos (i.e. oraciones y discursos) se pueden clasificar en dos categorías
. msta representa, en cambio, el regreso hacia una concepción más generales: procesos de integración y procesos de construcción. Los
«f1:aturalista» de la mente, según la cual lo que determina el funciona- procesos de integración tienen un carácter más básico y comprenden
miento del sistema son las propiedades referenciales o el contenido de todas aquellas operaciones que hacen uso de información explícita-
los estados mentales, y no la estructura de dichos estados. mente reflejada en las oraciones que componen el discurso, desde la

1
En los capítulos que llevamos dedicados a los procesos de percep- información fonológica y léxica hasta la sintáctica y la semántica. El
cwn Y comprensión del lenguaje (capítulos 7, 8 y 9), nos hemos cometido de estos procesos es integrar los diferentes tipos de informa-
456 457
PSICOLOGIA DEL LENGUAJE. INVESTIGACION Y TEORIA LA COMPRENSION DE ORACIONES

ción presente en las oraciones en una única representación en la deci~, es preciso «reconstruir» la representación del significado a
memoria del sujeto. Sin embargo, esta representación no es, en modo partir de elementos de información tanto explícitos como implícitos,
alguno, una copia exacta o un fiel reflejo de las oraciones a partir de ? se~,. present:_s en el texto y ausentes del mismo. La información
las cuales se constituye, sino que experimenta ciertas modificaciones tmphctta se anade. a pa~tir de conocimientos extralingüísticas del
o ajustes que suponen, por regla general, la pérdida o supresión de sujet~, que se reft.ere bten a las situaciones o referentes que se
algunos de los elementos de información que formaban parte del menciOnan o descnben en las oraciones o en el texto ' o bien a las
estímulo original, así como la reorganización de los elementos que . . .
mte~cwnes y creen.ctas que se atribuyen a la persona que lo produce o
permanecen de él. · e~cnbe. En cualqmer ca~o, ~e tra~a ~.~ c~:mocimiento del mundo que,
En otras palabras, la representación de la oración ya interpretada sm estar formulado en termmos lmgmsttcos, se hace intervenir en los
y codificada en la memoria resulta de una serie de procesos de procesos .de comJ?rensión d~~ enunciados lingüísticos. Los procesos
integración que tienen por objeto seleccionar los componentes más ~onstruc.ttvos de mterpretacwn se conocen también como procesos
relevantes de la información contenida en los enunciados y relacionar mf~renctales, puesto que se trata de procesos deductivos muy se-
tales componentes en una representación formulada en un código no meJ~ntes a Jos que se emplean en tareas de razonamiento no demos-
lingüístico (i.e. proposicional). En este sentido, pues, se puede decir trativo.
que aun cuando los componentes de información que se seleccionan Los aspectos «in~egrativo» y «con?tructivo» de la interpretación y
durante este proceso de integración forman parte del enunciado el recuerdo de ~raciOnes. no son fenomenos separados. Así, muchas
original, la forma o disposición en que se hallan integrados o veces es n~~esano re~urru a información no explícitamente presente
relacionados en la memoria al término del proceso no tiene por qué en la oracwn o el. dtscurso para poder integrar o vincular diferen-
ser la misma que presentaban en el enunciado original, y de hecho tes partes de los mtsmos que, en apariencia, se hallan inconexas. Por
rara vez lo es. Por ejemplo, como veremos con más detenimiento en el otra part~, el conocimiento del mundo que se utiliza en los procesos
próximo capítulo, es frecuente que a medida que interpretamos las ~ons~ructtvos ?e. puede u~~r para establecer qué información debe ser
oraciones de un texto o discurso, la información de detalle o que se t~clmda Y. q~e. mformacwn puede ser excluida de la representación
considera, bajo determinados criterios, menos útil o relevante, sea fmal del. stgmftcado del enunciado. En otras palabras, las inferencias
descargada de la memoria en beneficio de información más novedosa, que realizamos al comprender el lenguaje determinan muchas veces el
general o relevante; asimismo, el orden de los elementos de informa- modo de integrar la infor~ación en la representación del significado.
ción de una oración o párrafo también suele alterarse en la memoria A lo largo de este capttulo, nos hemos centrado esencialmente en
del sujeto en virtud de esos mismos criterios de relevancia, novedad o el est~dio de procesos integ~ativ?~· A esta categoría corresponden,
utilidad. Por ejemplo, si le pidiéramos al lector que repitiera textual- p~r eJemplo, los aspectos mas basteas de los pro<.eesos de reconoci-
mente y de memoria la frase anterior a ésta en el texto, es muy ~Iento de~ habla, el. acceso al léxico, el análisis sintáctico y la
1 1
probable que fuera incapaz de reproducirla palabra por palabra; en el mterpreta~wn se~anttca. ~n este apartado, sin embargo, vamos a
mejor de los casos, acertaría a repetir el contenido general de la P!estar ma~ aten~10n a los dtferentes procesos constructivos o inferen-
misma, suprimiendo quizá algunas palabras que resultaran redundan- ctales que mtervtenen en la comprensión de oraciones. En él traere-
tes o poco informativas (vg. «también», «mismos>> o «utilidad»), o ~os ~ colación algunas .de las cuestiones que más preocupan a los
sustituyendo otras por vocablos de significado parecido (vg. «enun- ~nvesttga~?res q~e tra~aJan en este campo, tales como los tipos de
ciado» por «oraciÓn»), e incluso cambiando la forma o el orden de mformacwn ~ue mtervtenen e~ la re~lización de inferencias, el grado
ciertos constituyentes (vg. reemplazando «suele alterarse» por «se d~ autonomta o .encapsulamiento mformativo de que gozan las
modifica», o quizá desplazando el SP «en la memoria del sujeto» dtvers~s clases de mferencias examinadas, o el carácter automático o
hasta el comienzo de la oración, etc.). c.ontrolado de esta clase de operaciones de comprensión lingüística. A
Los procesos de interpretación del significado que entran en la fm de establecer las distinciones pertinentes al caso comenzaremos
categoría de procesos constructivos suponen, sin embargo, algo más por p~ner algunos ejemplos de oraciones cuya inter~retación puede
que la mera «selecciÓn» y «reorganizaciÓn» de los contenidos de la requenr el recurso a alguna clase de inferencias.
oración en la memoria, ya que implican también la inclusión de
elementos de información que no están explícitamente presentes en el 20. a) La mujer se encerró en el despacho porque e quería estar sola.
enunciado original. En muchas ocasiones, para comprender una b) Luis salió temprano a pasear aquella mañana.
oración o una sucesión de oraciones, es necesario añadir más infor- EL parque estaba casi vacío a esas horas.
mación de la que está presente en el material que se lee o escucha, es e) El cabello de la princesa era de oro, y sus ojos, dos brillantes esmeraldas.

458 459
PSICOLOGIA DEL LENGUAJE. INVESTIGACION Y TEORIA LA COMPRENSION DE ORACIONES

Los ejemplos 20a-c nos van a servir para varias cosas. En primer Osterhout (1990), dos clases de inferencias: las «inferencias percepti-
lugar, permiten ilustrar una distinción, ya mencionada, entre dos vas» y las «inferencias cognitivas». Las primeras se caracterizan por
planos o niveles del significado lingüístico: el plano del significado ser «automáticas, obligatorias y de realización inmediata durante el
«inmediato» o «literal», y el plano del significado «elaborado» o procesamiento perceptivo del lenguaje, en tanto que las segundas no
«pretendido». Como puede apreciarse al comparar los ejemplos 20a y se derivan de forma automática e inmediata y se hallan bajo control
20b con el ejemplo 20c, la interpretación adecuada de las oraciones de cognitivo» (Swinney y Osterhout, 1990, p. 20). Por decirlo con otras
referencia exige, en el último de los casos citados, aunque no en los palabras, las inferencias perceptivas son procesos encapsulados (i.e.
dos primeros, atribuir a ciertos vocablos de la oración (vg. «oro» y modulares) que tienen lugar en etapas relativamente tempranas del
«esmeraldas>>) un significado indirecto (i.e. metafórico) o, si se quiere, procesamiento del estímulo (i.e. en la etapa de procesamiento sintác-
destacar determinadas propiedades relevantes de dichos vocablos (vg. tico), por lo que son independientes de las variables extralingüísticas
el color) a fin de combinarlas con los significados de otros vocablos que pueden influir en la comprensión del enunciado (i.e. la plausibili-
de la oración con vistas a obtener una interpretación contextualmente dad o la adecuación contextua!); las inferencias cognitivas, en cam-
apropiada. Eso implica, naturalmente, descartar el significado literal bio, dependen de estrategias que hacen uso de conocimiento general
de dtchos vocablos y, con ello, el de la oración en su totalidad. Na- (semántico y pragmático) y que operan de forma controlada y, por
da de esto es preciso, en cambio, para dar con la interpretación tanto, más lenta y elaborada.
correcta de las oraciones 20a y 20b, ya que dichas oraciones carecen Si mantenemos, como hacen estos autores, que los procesos de
de un significado figurado o indirecto subyacente a su sentido literal. análisis sintáctico y los procesos de interpretación semántica son dos
El problema de la interpretación del significado pretendido de los especies diferentes de procesos que acontecen de forma secuencial,
enunciados lingüísticos será objeto de reflexión en el último epígrafe podremos predecir que los respectivos efectos de las inferencias
de este apartado. perceptivas y cognitivas en tareas de comprensión no se manifestarán
. Una segunda cuestión que se puede suscitar a partir de estos simultáneamente, sino que los primeros precederán en el tiempo a los
eJem~los, y que va ocupar nuestra atención en primer lugar, es la que segundos. Un terreno idóneo para someter a prueba esta predicción es
se refiere a la naturaleza diversa de los procesos inferenciales que se el fenómeno del ligamiento de constituyentes a sus correspondientes
~mplean. en la comprensión, es. decir, al hecho de que los procesos de antecedentes en el discurso, lo que comúnmente se conoce como
mferencta pueden presentar dtversos grados de inmediatez o com- «interpretación o resolución de anáforas» (cfr. Garnham, 1985, 1987,
plejidad, en función de las clases de información y los recursos de 1989; Garnham, Oakhill y Vonk, 1989).
procesamiento que consumen. ~sí, volviendo a los ejemplos 20, Una anáfora es una expresión que tiene el mismo significado que
observamos que, aunque las oraciOnes 20a y 20b plantean el mismo otra que le precede (o le. sigue) en el discurso, y que se denomina
problema sintáctico, a saber, el de ligar un constituyente con su «antecedente». La interpretación o resolución de una anáfora es,
correspondiente antecedente (en 20a, la categoría vacía e con el SN pues, un proceso consistente en establecer vínculos de correferencia
«la mujer», y en 20b, el SN «el parque» en la segunda oración con entre dos (o más) expresiones que comparten el mismo significado: la
a.lgúp .anteced~nte .en la prime~a), es probable que los procesos anáfora y su correspondiente antecedente o antecedentes. Las anáfo-
smtacttcos de hgamtento de constituyentes sean bien distintos en cada ras pueden adquirir su significado de dos maneras: bien por identidad
caso, debido a la necesidad, en el ejemplo 20b, de hallar un consti- de referencia (ver ejemplo 21a), en cuyo caso la anáfora y su
tuyente implícito e incorporarlo a la representación semántica del antecedente se refieren a la misma entidad del mundo real; o bien por
enunciado. En otras palabras, la interpretación del ejemplo 20b identidad de contenido (ver ejemplo 21b), es decir, cuando ambos
requiere el empleo de procesos constructivos en una medida en que tienen el mismo significado aunque no compartan el mismo referente.
no los requiere la interpretación del ejemplo 20a (hasta el punto de (En los ejemplos, el constituyente anafórico y el antecedente aparecen
que resulta dudoso que se pueda hablar, en sentido estricto de en cursiva).
procesos inferenciales en este último caso). '
21. a) Rosa acompañó a Felipe al cine aunque él no quería.
5.1. Inferencias perceptivas e inferencias cognitivas: la resolución b) Alberto le dedicó una canción a Luisa y otra </J a Maribel.
de anáforas y la inclusión de información implícita
Las unidades lingüísticas más habitualmente empleadas como
Atendiendo, pues, al grado de complejidad de los procesos de inferen- expresiones anafóricas son los pronombres (ver 21a o 22a, más
cia en la comprensión, podemos distinguir, de acuerdo con Swinney y abajo), los sintagmas (22b) o incluso las cláusulas completas (22c).
460 461
PSICOLOGIA DEL LENGUAJE. INVESTIGACION Y TEORIA
LA COMPRENSION DE ORACIONES

22. a) El general fue informado de la derrota de su ejército y de las numerosas bajas


que había sufrido. Eso le enfureció muchísimo [anáfora pronominal]. . disponible en el momento mismo de procesar la anáfora, esto es, de
b) El general fue informado de la derrota de su ejército y de las numerosas ba¡as forma concurrente a su presentación y no después.
que había sufrido. La derrota le enfureció muchísimo [anáfora de sintagma]. Utilizando un paradigma de priming transmodal (ver capítulo 9 y
e) El general fue informado de que su ejército había sido derrotado y había cuadro 10.3), presentaban auditivamente a los sujetos oraciones
sufrido numerosas bajas. Que su ejército hubiera sufrido bajas no le importó compuestas, como las del ejemplo 23 que aparece más abajo, que
gran cosa [anáfora de cláusula]. contenían una expresión anafórica (i.e. un pronombre o una catego-
ría vacía) precedida de tres sintagmas nominales que podían ser
correferentes con la anáfora.
Los procesos de resolución de anáf~ras se pueden contemplar, en
términos generales, como un caso particular del proceso d~ mtegrar
en la memoria las distintas partes o elementos de un discurso al
23. a) El boxeador visitó al médico que el entrenador de natación había recomenda-
objeto de mantener la cohesión. del mismo: Vistas ~~í las cosas, ~os do le '~ 4 •
antecedentes se pueden caractenzar co~o mformaci~m dada preyia- b) El policía vio al muchacho que la gente del club había acusado e'~ del crimen.
mente en el discurso y, por tanto, conocida por el SUJeto, y que sirve
como punto de anclaje para añadir inf~r~~ción ~ueva, que, a su vez,
viene introducida por los elementos anafoncos (vease, a este respecto, En el lugar marcado con el asterisco, y mientras los sujetos escucha-
Clark y Haviland, 1974, y capítulo 14): Unas veces, los vínculos die ban la oración, se les presentaba visualmente la palabra que designa-
cohesión se manifiestan expresamente (1.e .. hay un antecede~ te expli- ba uno de los posibles antecedentes de la anáfora (i.e. «boxeador»,
cito para cada anáfora); otras, en cambio, no .sucede asi, ya ~ea «médico» y «entrenador», en 23a, o «policía», «muchacho» y «gente»,
porque el antecedente es ambiguo (como en el e~e.mplo 22a). o bien en 23b). La tarea del sujeto era reconocer la palabra visual (mediante
porque no se puede localizar en la estructura mamfies~a del disc~rso. decisión léxica o denominación). Los resultados mostraron efectos de
A tenor de lo que acabamos de apuntar, la yresencia o ausencia de facilitación en el reconocimiento léxico cuando la palabra visual era
un antecedente explícito en el discurso constituye un aspecto suma- el antecedente apropiado de la anáfora, en comparación con antece-
mente relevante de los procesos de resolución de ~~áforas. de cara a la dentes inadecuados o con otras palabras usadas como estímulos de
comparación entre inferencias perceptivas y cogmti_vas. s,~ el contexto control. Según Swinney y Osterhout, esto indica que cuando el
lingüístico no suministra un antec~dente cl~ro o m~qmvoco ~1 9ue antecedente es explícitamente mencionado en el discurso, su activa-
ligar la anáfora, es evidente que se~a necesano recurnr a ~~onocimien­ ción se produce de modo automático y concurrente a la recepción de
la anáfora, es decir, en el momento de percibirla.
tos extralingüísticas que proporc10nen un nexo de umon e~tre la
expresión anafórica y el posible antecedente con el que. esta es Ahora bien, ¿en qué medida ocurre lo mismo cuando la interpre-
correferente. Por el contrario, si todos los elementos necesanos para tación del enunciado se apoya en inferencias cognitivas? A fin de
resolver una anáfora se hallan presentes en ~1 discurs?, el P.roceso ~e comprobar esto, Swinney y Osterhout examinaron, en otro experi-
interpretación podrá efectuarse de forma direc.ta. e mmediata Y s~n mento, dos tipos de oraciones cuya interpretación exige, con toda
necesidad de utilizar información ajena a la summistrada en el prop10 probabilidad, la realización de inferencias cognitivas: en unos casos,
dichas inferencias venían dadas por información suministrada por el
discurso. . 1

En una serie de experimentos sobre resol~cion ~e anaforas Y


1 contexto previo a la oración y suponían la inclusión de un consti-
realización de inferencias con oraciones compleJ~S, Swmney Y. Os~~r­ tuyente implícito (ejemplo 24a); y en otros, se basaban en informa-
hout (1990) se propusieron comprobar hasta qu~ punto la activaclOn ción pragmática supuestamente suministrada por el propio sujeto
(ejemplo 24b).
de información relevante para resolver la anafora se produce de
forma automática e inmediata, y en qué medida la fo~ma en. que se
produce dicha activación de inform~ción depe~~e del tipo d~ mferen-
cias necesarias para llevar a cabo la mterpreta~10n del enunci~do. Por
activación «automática» estos autores entendian el acceso directo a, 4. Este ejemplo es una traducción literal de la oración inglesa «The boxer visited the doctor
o la mayor disponibilid~d de, lla. representación d~~ antecedente
that the swimming coach had recommended him», en la que el pronombre «him>> («le>> en español)
es la anáfora que hay que ligar con un antecedente (en este caso «the boxer»..:_<<el boxeador»)
apropiado de la expresion anafonca, en ~omparac10n co~ ot!~s para comprender la oración correctamente. Hemos preferido respetar la posición original del
representaciones neutras o ajenas a la anafora, y yor activ~~lOn pronombre anafórico, que en inglés va siempre después del verbo, con el fin de reproducir con la
«inmediata», el hecho de que el antecedente apropiado. se hiciera máxima fidelidad las características de los materiales empleados por Swinney y Osterhout en su
experimento.

462
463

UNIVERSIDAD DE ANTIOQUIA
BIBLIOTECA CENTRAL
PSICOLOGIA DEL LENGUAJE. INVESTIGACION Y TEORIA LA COMPRENSION DE ORACIONES

24. a) Contexto: Pedro entró en el comedor y se sentó a la mesa. ción presente en el discurso; por otro, ~ncontr,a~os unos P!~cesos
Oración: Cortó su jugoso filete * y se llevó un trozo a la boca. más lentos, cognitivamente controlados, mespecificos de domm10, en
b) Julián le dijo a su amigo que Eva tenía el cabello de seda '' y la piel de la medida en que están abiertos a información de diversas clases (i.e.
melocotón. conocimiento del mundo, información pragmática, etc.), y no encap-
sulados, pues reciben influencias extralingüísticas. La segunda impli-
Dado un contexto inductor como el del ejemplo 24a, cabe suponer cación se refiere al tipo de representaciones que se computan en estos
que al escuchar la oración crítica, se activará automáticamente en la procesos. Los procesos encapsulados producen representaciones del
memoria del sujeto un concepto como «cuchillo» (que satisface el significado literal o inmediato de la oración, en tanto que los no
papel temático implícito de «instrumento» del predicado «cortar»), encapsulados dan como resultado representaciones del significado
aunque tal concepto no haya sido mencionado explícitamente en el indirecto, pretendido o elaborado de la oración.
discurso. De manera similar, si al presentar la oración 24b, el sujeto Tomadas en conjunto, estas dos implicaciones nos llevan a carac-
recupera el significado metafórico de palabras como «seda» o «melo- terizar la comprensión de oraciones como una actividad dividida en
cotÓn», es probable que los conceptos apropiados a ese significado tres etapas discretas y secuenciales: ~) en la primera, el oye~te
figurado (i.e. «suave», «terso») se hallen más activados en la memoria construye el significado liter~l del enunciado; 2) eiJ-la. segunda, d~c~de
del sujeto que otros no relacionados con él, más aún si cabe que los si este significado es el apropiado al contexto semantico y p~ag~atico
conceptos relacionados con el significado literal de dichas palabras en que se encuentra el enunci~d?; y 3) en caso de que. este sig~·ufi.c~do
(i.e. «tela», «fruta»). Según observaron Swinney y Osterhout, lejos de sea inadecuado a las caractensticas del contexto, denva un significa-
ocurrir esto, no se registró ningún efecto facilitador para los concep- do figurado que se ajuste a tales cara_cte~Í~ticas (~lark y Lucy, 1~75).
tos semántica o pragmáticamente implícitos cuando las correspon- Bajo este punto de vista, pues, el sigmflcado hteral del enunciado
dientes palabras eran presentadas en el punto crítico o, lo que es lo lingüístico es siempre una representa_ción intermedia ~ la q_ue . ~s
mismo, en la primera oportunidad (señalada por el asterisco) en que imprescindible acceder para poder denvar sus otros posibles signifi-
los sujetos podían hacer uso de la información contextua!. Sin cados.
embargo, pasadas unas pocas sílabas, sí se registraron efectos facilita- Hay casos en los que esta descripción parece bastante plausible.
dores sobre el TR a estas palabras. Por ejemplo, hay expresiones lingüísticas cuyos significa?os literal y
Esto viene a sugerir que, contrariamente a las inferencias percepti- pretendido pueden compartir elementos comunes. Asi, como ha
vas, las cognitivas no se realizan estrictamente sobre la marcha, sino observado Gibbs (1984), en peticiones o promesas expresadas de
con una ligera demora, es decir, la información implícita necesaria forma indirecta como
para interpretar la oración no se hace disponible al sujeto de forma
inmediata. En resumen, además de justificar empíricamente la distin- 25. a) ¿Te importaría pasarme la sal?
ción entre inferencias perceptivas e inferencias cognitivas, el trabajo b) Me ocuparé de que mañana estén esos papeles encima de tu mesa.
de Swinney y Osterhout supone un apoyo para la tesis de que ciertos
componentes de los procesos de comprensión del lenguaje son inde- el significado literal forma parte integrante del signi~icado p~etendi­
pendientes de factores extralingüísticas como la plausibilidad, el do. En la petición del ejemplo 25a, hay una referencia exphc1ta a la
conocimiento del mundo o la pragmática, es decir, funcionan como disposición del oyente a colaborar con el hablante, y no es descabella-
módulos de propósito específico en el sentido fodoriano del término. do suponer que esta disposición del_ o_~ente puede s~r, de hecho, uno
de los elementos incluidos en la pettcion (vg. «Te pido que tengas el
5 .2. Significado literal y significado elaborado: algunas conclusiones deseo de pasarme la sal y que, obrando de acuerd~ ~on este des,eo, me
sobre los procesos de interpretación de oraciones la pases»); esto explicana, ~or otra parte, _la eleccwn de esta f~rmula
en detrimento de otra que mcluya, por eJemplo, una referencia a la
Los resultados de los estudios de Swinney y Osterhout sobre la capacidad (física) del oyente para satisfacer la petición (vg. «¿Me
distinción entre inferencias perceptivas e inferencias cognitivas plan- puedes pasar la sal?»). En la promesa_del ejemplo 25b, existe asimi~­
tean dos implicaciones inmediatas: la más obvia, e indicada ya con mo una referencia literal al compromiso del hablante para consegmr
anterioridad, es que los procesos de interpretación del significado un determinado estado de cosas, aspecto éste que forma parte tam-
oracional parecen discurrir en «dos velocidades>>, por así decirlo: por bién del significado indirecto del enunciado (cfr. Searle, 1975).
una parte, hay unos procesos rápidos, obligatorios, automáticos, Un caso semejante al que acabamos de exponer es el de las
específicos de dominio y encapsulados, que sólo aprovechan informa- expresiones metafóricas, como las que comentábamos en el apartado

464 465
PSICOLOGIA DEL LENGUAJE. INVESTIGACION Y TEORIA LA COMPRENSION DE ORACIONES

anterior al exponer los experimentos de Swinney y Osterhout. Un parecido puede decirse del ejemplo 27c; en este caso, el enunciado
aspecto consustancial a la noción de metáfora es su condición de puede expresar la duda o la inseguridad del hablante acerca de las
«vehículo» para expresar un significado indirecto. Este significado se c??d~ci~:n~es d_el tie~po, au~que también puede transmitir una inten-
atribuye al tema de la metáfora, es decir, es algo que se predica del cwn IrO~Ica SI se die~, por eJemplo, en medio de un intenso aguacero.
objeto de la misma. Por ejemplo, en un enunciado metafórico como En diversos estudws llevados a cabo por Gibbs (1981, 1983, 1986)
y por otros autores (vg. ~lucksberg, Gildea y Bookin, 1982), al objeto
26. Los rascacielos son las jirafas de la ciudad. ~e compr<?bar hast_a que punto es necesario recuperar un significado
l~ter~~ ~ m?ep.endiente d~ contexto para comprender enunciados
hay un tema u objeto (i.e. «los rascacielos») del que se predica un h?gmsticos mdirectos (vg. Ironías o metáforas), se pudo constatar no
atributo, a todas luces falso (i.e. «son jirafas»). Para dar con el solo. que. lo.s oyentes son capaces de interpretar inequívocamente el
significado pretendido del enunciado, es imprescindible que el atribu- sentido mdirect<? de este tipo de enunciados, sino que además lo
to sea interpretado en términos de una hipotética relación de se- hace~ de forma mme?iata, esto es, sin mediación alguna del significa-
mejanza, que en toda metáfora se halla implícita, entre el «vehículo» do hter~l del enunciado. Así lo demuestra el hecho de que si se
(i.e. la propia expresión metafórica «jirafas») y el tema; en este caso, proporciona u~ contexto de interpretación apropiado, los sujetos
la propiedad común a ambos es la «altura». InVIerten aproximadamente el mismo tiempo en leer un enunciado
No obstante, como muy acertadamente ha señalado Gibbs (1981, indirecto que ?tro. directo de características similares al primero, y
1984), esta armonía entre los significados literal y pretendido es la producen parafrasis adecuadas del mismo en un tiempo incluso
excepción, y no la norma, en los enunciados con significado indirec- menor que ante un enunciado literal. ¿Qué se puede deducir de estos
to. Así, resulta extremadamente difícil asignar un significado literal a resultados y en qué medida son contradictorios con los datos de los
numerosas oraciones de la lengua, especialmente cuando éstas se estudios sobre inferencias durante la comprensión que examinábamos
hallan en un contexto comunicativo muy preciso. En otras palabras, en el apartado anterior?
podemos decir que muchas expresiones lingüísticas sólo adquieren su A primera vista, parece que los resultados de los experimentos
significado a la luz del contexto pragmático en el que se hallan. En s?bre comprensión de act?s de habla indirectos que acabamos de
estos casos, pues, resultará del todo imposible (además de innecesa- cit~r. dan al traste con la Idea, previamente mencionada, de que las
rio) derivar inicialmente un significado literal del enunciado para actiVIdades de comprensión del significado indirecto descansan en
después evaluarlo a la luz del contexto, como propone el modelo proc~s.os in!erenciales complejos que consumen tiempo y recursos
serial en tres etapas antes citado. ¿Qué interpretación asignaría, por c?gmtlvos. (Le. las llamadas «inferencias cognitivas», en la terminolo-
ejemplo, el lector a expresiones como las de los ejemplos que siguen? gia de Swmney .Y Osterhout) (véase el apartado 5.1). Sin embargo, a
poco .que ex:ammemos el ti~o de evidencia aportada por los distintos
27. a) ¿Qué hay del examen? estudws revisados, se aprecia que, a pesar de la considerable veloci-
b) ¡Me encanta la gente que te cede el asiento en el autobús! ?a~ a la que ~e ,suceden, los procesos de interpretación del significado
e) Parece que están cayendo algunas gotill.as. mdirecto se Situan en una magnitud temporal diferente de la de los
procesos de inferencia rápida o perceptiva empleados en la resolución
Estos tres ejemplos ilustran otros tantos tipos de oraciones que, o de anáforas o el ligamiento de categorías vacías. Para entender esto,
carecen de un significado literal inequívoco, o cuando lo tienen, h~y que tener en cuenta que las medidas de respuesta empleadas por
resulta obligado (o al menos preferible) ignorarlo para interpretar Gibbs en sus experimentos (i.e. el tiempo de lectura de la oración) son
correctamente su sentido indirecto. El significado que se asigne al m~~idas compara~ivamente más globales y menos «en curso» que las
ejemplo 27a dependerá, como es obvio, de las circunstancias que utilizadas por Swmney y Osterhourt en sus estudios sobre inferencias
rodean la situación en la que se formula la pregunta; así, puede (i.e. ide~tificación inmediata de palabras). Así pues, es muy posible
expresar tanto una petición de información (vg. «cuándo se celebrará qu~ .el tiempo total de lectura de la oración crítica (que se halla
el examen»), como un deseo (vg. «queremos que se celebre el exa- proximo a los 2.000 mseg.) no llegue a reflejar los procesos de
men»), por citar sólo dos posibilidades. La oración 27b puede admitir mferencia perceptiva que tienen lugar sobre la marcha y que muy
simplemente una interpretación literal (i.e. un acto de admiración o probablemente concluyen antes de que el sujeto haya terminado de
agradecimiento hacia una persona que cede su asiento en el autobús), leer la oración completa.
aunque también se puede entender como una observación irónica (vg. Así p~es, he~os de concluir que por muy veloces que sean los
hacia una persona que ha hecho justamente lo contrario). Algo procesos mferenciales que subyacen a la interpretación del contenido

466 467
PSICOLOGIA DEL LENGUAJE. INVESTIGACION Y TEORIA

pretendido o «significado elaborado» de la oración éstos pueden Capítulo 11


se~u~r. siend~ c?~parat_ivamente más lentos que l~s procesos de
anahs1s del s1gmf1cado literal de los enunciados. Por ello, resultados LA COMPRENSION DEL DISCURSO
como los aportados por Gibbs no permiten desechar la posibilidad de
que la int~rpretación del sig~ificad~ elaborado del lenguaje se apoye
en una sene de procesos de mvel mas molecular tendentes a construir
una representación provisional del significado «lingüístico» es decir
del que se define ,c?n arreglo a criterio~ formales, represent~ción qu~
(unas pocas centes1mas de segundo) mas tarde es evaluada y modifi-
cada a la luz del contexto para dar lugar a la representación definitiva
(i.e. elaborada) del significado de la oración.

1. INTRODUCCIÓN

1.1. La autonomía psicológica del plano del discurso

Las investigaciones sobre comprensión léxica y oracional, examina-


das en los dos últimos capítulos, son esenciales para descubrir el
funcionamiento de la maquinaria compleja que realiza la actividad de
comprender el lenguaje, pero ofrecen una idea parcial de en qué
consiste esa actividad como un todo. Definen cómo se construyen
psicológicamente los elementos del lenguaje, pero no sus productos
últimos. Así, la situación de alguien que sólo tuviera idea de los
procesos más moleculares, pero no de los más globales que consti-
tuyen el discurso, sería semejante a la del visitante de una industria
que viera piezas sueltas, sin informarse sobre los productos finales
fabricados con tales piezas. A los productos últimos de la maquinaria
lingüística de la mente los denominamos textos o discursos 1 • Al
penetrar en su estudio, conviene que nos enfrentemos a dos preguntas
acerca del sentido psicolingüístico de nuestro empeño. La primera es
si es preciso diferenciar un nuevo nivel psicológico autónomo, un
plano discursivo, en la comprensión y la producción. La segunda

l. En la literatura psicolingüística no siempre se preserva el uso habitual del término «texto»


para las unidades mayores del lenguaje escrito, y «discurso>> para las del oral. En ocasiones, el uso
de uno u otro término responde más bien a tradiciones intelectuales. Así, por ejemplo, en la
tradición estructuralista de. la lingüística de habla francesa, se emplean frecuentemente términos
como «lingüística del texto>> (o lingüística textual) y <<gramáticas del texto», refiriéndolos a mode.los
que se aplican tanto al lenguaje escrito como al oral; en la literatura anglosajona, se suelen incluir
bajo el encabecimiento de <<procesos de discurso» (o comprensión del discurso) numerosos estudios
realizados con textos escritos. En general, y como iremos viendo a lo largo de este capítulo (y
también del capítulo 14), se han realizado muchos más estudios con textos escritos que con
discursos orales. La fijeza de los textos escritos proporciona ventajas metodológicas que explican,
en parte, ese desfase.

468 469
PSI COLOGIA DEL LENG.UAJ E. INVESTIGACION Y TEO RIA LA COMPRENSION DEL DISCURSO

pregunta se refiere al sentido específicamente lingüís~ico de ese plano. explícitamente en ellas, sino que pueden ser añadidas en el proceso de
¿Es preciso recurrir al nivel supraoracional del discurso pa~~ ~ar cómputo de dicha función. Un ejemplo muy simple puede servirnos
cuenta de la actividad psicolingüística?, ¿son de naturaleza lmguística para dar cuerpo a las afirmaciones anteriores. Veamos el párrafo 1:
(y no, por ejemplo procesos globales de pensamiento) los procesos
que se sitúan en ese nivel explicativo nuevo? l. La bomba fue en el banco, pero ardió toda la manzana. Los terroristas huyeron
La respuesta positiva a la primera cuestión se deriva del_ hecho de antes de que llegase la policía. Los bomberos fueron todavía más lentos, por lo que
no quedó piedra sobre piedra.
que ~a compre1_1sión delleng~~je incluye un nivel sup~aoracwn~l, que
contiene propiedades especificas y leyes compositivas propias: el
discurso se define por una coherencia que no depende sólo de !a Lo que se dice en 1 no puede comprenderse si no se tienen en
forma y el significado de las oraciones que lo c?~ponen. _Ademas cuenta ideas que no se reflejan explícitamente en el texto: la bomba
resulta de procesos molares y propios ?e
co~posiciO_n, gra_Cias a los era un artefacto explosivo, y no un mecanismo para extraer un líqui-
cuales se transmiten estructuras compleJas de zdeas e mtenczones~ que do; el banco, un edificio de una entidad financiera y no un mueble
sobrepasan estructuralmente el plano d_e las or~ciones, y no. siempre para sentarse; la manzana era un conjunto de casas, y no una fruta; el
se contienen explícitamente en ellas. B~JO el t~ptz de las ?raciOnes, se edificio del banco estaba situado en la manzana a la que se refiere la
teje una red de ideas, una trama de mtencwnes que tiene .9ue ser segunda cláusula; fueron los terroristas de la tercera oración los que
construida (en la producción) o reconstruida (en la comp~ens10!1) por pusieron el artefacto explosivo en el edificio del banco; los policías
aquellos que se comunican. Desde la ~talaya del plat;to dtscursiyo, la fueron lentos; las piedras de la última cláusula eran de los edificios de
actividad de los usuarios del lenguaJe ofrece una Imagen mas se- la manzana; los policías persiguen normalmente a los terroristas;
mejante a la tarea del paleontólogo, que reconstruye un animal pri- éstos ponen bombas, y tienden normalmente a huir de los policías; los
mitivo sirviéndose de algunas claves, que a la del traductor, que busca bomberos tienen la misión de apagar los fuegos de los edificios, etc.
la máxima fidelidad posible en la traslación entre códigos. En las situaciones comunicativas normales, el discurso no hace
Los procesos de comprensión del discurso hacen intervenir un explícitas todas las ideas necesarias para su comprensión, sino que da
fuerte componente inferencia/ y no consisten sólo en procesos de por supuesto un número enorme de ellas (hasta tal punto que el
descodificación. Esta actividad inferencia! se halla presente, no obs- problema del investigador puede ser .más el de definir cómo se impide
tante, y como veíamos en el último apartado del capítulo anterior, en la «metástasis» de las ideas activadas por cualquier unidad de discur-
los procesos de comprensión de oracione~, _siend~ uno de los «puen- so, evitando la intervención activa del conjunto de todas las ideas
tes» que permiten avanzar desde los _d?mimos mas locales dely;oce- contenidas en el sistema cognitivo), y deja otras a la libre o necesaria
samiento lingüístico hasta el domm10 global en que se Situ~ el inferencia del que comprende. Por eso, resulta clarificadora la afirma-
discurso. Las oraciones son, en efecto, como claves que permiten ción de que cualquier unidad del discurso se deriva de un compromi-
seguir la pista de ideas e intenciones entr~lazadas, que son lo~ so entre lo tácito y lo explícito. Las unidades lingüísticas explícitas en
productos finales de esos procesos. No habna mayor proble.~a SI el discurso constituyen vías para acceder a significados e ideas que
cada oración correspondiera a una idea y el ~~sultado d~ !a acttv_tda~ sólo en parte se dicen y, en su mayor parte, se callan.
de comprender el discurso fuera una proyecc10n proposiciOnal bmm- ¿En qué principios se basa la selección de las ideas que deben
voca de las oraciones explícitas en él. En ese caso, sí que cabría hacerse explícitas y las que deben permanecer tácitas en el discurso?;
comparar la tarea del que comprende con la de un traductor. Per_o.r;o ¿por qué no hacerlas todas manifiestas? La respuesta más expeditiva
es cierto que cada oración se corresponda con ~na proposiciOn a esta última pregunta es muy simple: para hacer explícitas todas las
(puede contener varias), ni que el discurso co~prendido se compon_ga proposiciones presupuestas o implicadas por _cualquier unidad de
sólo de las proposiciones esta~lecidas _explícitamente en ~~s <~oracio­ discurso, esa unidad tendría que alargarse de forma tediosa y, proba-
nes de entrada». La comprension del discurso es una funcwn mferen- blemente, indefinida. En cuanto a la primera cuestión, hay un princi-
cial muy compleja que, partiendo de un conjunto de oraciones, pio fundamental del que se siguen supuestos importantes para expli-
produce un conjunto de proposiciones expl~citas o in~eridas, Y. en una car el compromiso entre lo tácito y lo explícito, al que nos hemos
segunda fase (no necesariamente secundana a la pnmera, m ~n un referido. Es el denominado por Grice (1957) «principio de coopera-
plano temporal ni en uno psicológico), elabora una trama de mt~?­ ciÓn» (cfr. capítulos 5 y 14), que establece en esencia que el discurso
ciones, a partir de las ideas o proposiciones. Estas no son proyecc10n es una actividad cooperativa entre los interlocutores (o, en el caso del
biunívoca de las oraciones, puesto que a) no se individualizan con los texto, entre el escritor y sus lectores potenciales). Los supuestos
mismos límites de las oraciones, b) ni están siempre representadas estrechamente relacionados entre sí y que se siguen de ese principio

470 471
PSICOLOGIA DEL LENGUAJE. INVESTIGACION Y TEORIA LA COMPRENSION DEL DISCURSO

son los de relevancia, economía y coherencia. En síntesis, implican la discurso es la Teoría de la Dependencia Conceptual (TDC) de Roger
idea de que los discursos se comprenden y producen generalmente Schank '(1975), reelaborada en el modelo de estructura d~ ~onoci­
tratando de producir el máximo impacto posible en las ideas de los miento de Schank y Abelson (1977). Ideada con el obJetivo de
interlocutores, con el mínimo posible y estilísticamente desable de desarr~llar sistemas artificiales de comprensión del discurso, la TDC
recursos lingüísticos; así, los discursos conforman conjuntos de ora- parte del supuesto de que el p~oceso de c~n:prensión se guía por
ciones relacionadas internamente entre sí y con marcos compartidos entidades muy abstractas, de caracter proposicional o conceptu~l (~~s
de conocimientos sobre el mundo. Los principios de relevancia, denominadas «Conceptualizaciones» ), compuestas a su vez de pnmitl-
economía y coherencia explican por qué no hay que decir todo lo vos conceptuales, que son principios últimos en que se descomponen
estrictamente requerido para comprender el discurso, por qué no se los elementos léxicos. Las conceptualizaciones pueden ser: a) de
hacen explícitas todas las ideas que deben intervenir en su compren- acción (cuya forma general es «Actor-Acción-Objeto-Dir_ecci?n») o b)
sión. de estado (de forma «Objeto-Estado»). Tales conceptuahzacwnes son
comunes a oraciones sinónimas, e incluyen ideas no explícitas en el
1.2. Factores conceptuales y lingüísticos en el discurso: discurso pero necesarias para su compr~nsi_ón. . .
la Te o ría de la Dependencia Conceptual El núcleo principal de las conceptuah~ac_I<?nes son l?s ~ctos prtmt-
tivos, que pueden entenderse, c?mo pnmitivos s~m~11:t1cos que se
La observación anterior ha constituido, en realidad, el obstáculo incluyen, principal pero no umcamente, en el s1gmf1cad~ de. los
esencial con que se han topado los investigadores que han tratado de verbos. Son elementos de significado tales como los que 1mphcan
desarrollar sistemas artificiales inteligentes, capaces de simular proce- transferir una relación de posesión o control (ATRANS), la localiza-
sos humanos de comprensión del discurso. En contra de lo esperado, ción física de un objeto (PTRANS) o información (MTRANS),
la dificultad esencial para desarrollar tales sistemas de comprensión aplicar una fuerza sobre un objeto (PROPEL), mover una parte
por ordenador no reside tanto en dotar a los ordenadores de mecanis- del cuerpo (MOVE), hacer entrar en (INGEST). o salir ~~go de él
mos adecuados y suficientes de análisis formal del lenguaje, como en (EXPEL), producir sonidos (SPEAK), elaborar mformacwn 1?-u~v.a
proporcionarles ~squemas conceptuales y conocimientos sobre el (MBUILD) o atender a un estímulo (ATTEND). Estos actos pnmlti-
mundo que les permitan realizar inferencias, a veces aparentemente . vos «no son nombres de categorías de verbos. Son los componentes
muy triviales, pero que las personas hacemos de forma fácil y natural de la acción. En química es la formación de compuestos a partir de
al comprender el discurso. El problema es dotar al ordenador de elementos» dicen Schank y Abelson (ed. esp. de 1987, p. 29) y su uso
saberes mundanos y de lo que normalmente se llama «sentido co- «reduce dr1sticamente el problema de la inferencia, puesto que ~as
mÚn». Para un sistema artificial no es tan evidente, por ejemplo, que reglas de inferencia sólo necesitan ser descritas una vez para cualqmer
«las bombas son malas», si tal conocimiento no está específicamente ACTO y no cada vez para cada verbo que hace referencia ~ di-
representado en su memoria y resulta accesible cuando se hace cho ACTO» (ibidem). Por otra parte los <~est~dos» (expect~~1vas,
relevante a la comprensión, ni son naturales las relaciones causales estados mentales y físicos, estados de conc1enc1a, etc.) tamb1en se
que permiten realizar inferencias inteligentes en el curso de ese reducen a ciertos primitivos y se organizan en escalas. Así, en la
proceso. «notación conceptual» de la TDC, «Juan dijo a María que Pedro
Así, no deja de ser paradójico (aunque explicable) el hecho estaba contento» se representa por [Juan MTRANS (Pedro (ESTAR
histórico de que los modelos más inferenciales y guiados conceptual- ESTADO MENTAL [5]) a María], siendo el valor 5 de «estado
mente (más que lingüísticamente) de la comprensión hayan sido mental» el que corresponde a «contento», y «Juan dio una patada a
desarrollados por teóricos de la Inteligencia Artificial, y no por MarÍa» como [Juan PROPEL pie a María)-(pie (Juan) ESTAR CON-
psicólogos o lingüistas. La naturaleza inteligente de la actividad de TACTO FISICO (María)], en que el guión representa una relación
comprensión, y el carácter borroso de la frontera entre ella y los causal. Por último, «Juan leyó un libro» se representa de forma
procesos de pensamiento, se manifiestan con especial claridad (al bastante complicada: [Juan MTRA~S (inf?rmació~) a MLP (Juan)
convertirse en obstáculos), cuando se emplean unidades supraoracio- desde libro Inst (Juan ATTEND OJOS a hbro)], Sl~n?<:> «Inst» una
nales (i.e. textuales o discursivas), y se usan métodos de simulación relación causal que implica que un estado o acto 1mcla un estado
para investigar la comprensión. En otros casos, los mecanismos de mental.
inferencia nos resultan tan fáciles y naturales que se hacen invisibles. ¿Por qué recurre Schank a concepciones y rep~esentacion~s tan
Probablemente, el ejemplo más claro de modelo LA., en que se abstractas y, en ocasiones, tan con;phc~da.s de oraciOnes tan s~mples
realza el carácter conceptual e inferencia! de la comprensión del como «Juan leyó un libro»? La razon pnnc1pal es que para un s1stema

472 473
PSICOlOGIA DEl lENGUAJE. INVESTIGACION Y TEORIA
lA COMPRENSION DEl DISCURSO

artificial no resultan accesibles, a no ser que se establezcan de forma Juan SEDIENTO


explícita, presuposiciones tales como que «leer consiste en transferir "t Ir
información a la mente, obteniendo esa información por medio de los Juan HACER
ojos, y atendiendo a un objeto al que se llama libro». Sin esas ideas de "tr
base, las inferencias discursivas que puedan seguirse de la oración Cerveza ABRIR Juan PTRANS Juan a despacho
«Juan leyó un libro» no resultan posibles, y sin ellas no es posible E "tE "tr
tampoco el proceso de comprensión. Si las cadenas de inferencias INGEST
Juan LOC (en habitación)
fueran completamente explícitas en el discurso, el problema no sería "tE
tan complicado, pero sucede que no lo son en su mayor parte. Las Juan MTRANS (silla estar)
inferencias que realizamos en los actos cotidianos de comprensión se "t IR
basan, según Schank (1975; Schank y Abelson, 1977), en ciertas Juan PTRANS Juan a silla
relaciones causales muy simples que el pensamiento natural emplea, y "t rE
que obedecen a determinadas reglas de sentido común, tales como Juan MOVE Juan a silla
que «las acciones pueden provocar cambios de estado», «los estados "tr
pueden posibilitar acciones», «pueden impedirlas», «pueden iniciar silla CAMBIO DE ESTADO
estados mentales», «éstos pueden ser motivos de acciones», etc.
Schank emplea también una notación sintética para esas conexiones
causales. En esa notación, «r» significa que un ACTO resulta en un
ESTADO, «E» que un ESTADO permite un ACTO, «1» que un
~E
estado (o acto) inicia un ESTADO MENTAL, «R» que un ACTO
MENTAL es causa de uno físico, y «dE» que un ESTADO MENTAL gravedad PROPEL Juan a suelo
no permite un ACTO. r
Con arreglo a la notación descrita, la unidad textual (2) se re- Juan LOC (en suelo)
presenta como en la figura 11.1 (Schank y Abelson, 1977).
2. Juan tenía sed. Abrió una lata de cerveza y fue al despacho. Allí vio una silla
nueva. Se sentó en ella. De repente la silla se inclinó y Juan cayó al suelo. La
cerveza se vertió sobre la silla. Cuando su mujer oyó el ruido, corrió hacia el
despacho. Se enfadó mucho porque su silla nueva se había estropeado. ruido
"tE
mujer MTRANS ruido a PC (mujer)
El lector no debe dejarse asustar demasiado por el aspecto impre- "t IR
sionante de la representación de esta figura. En el fondo expresa un mujer PTRANS mujer a despacho
curso completamente trivial de ideas, de apariencia tan obvia que rE
resulta divertido y que corresponde aproximadamente al siguiente
peculiarísimo párrafo:

3. La sed de Juan causó que éste decidiese hacer una acción que provocara que una
cerveza fuese abierta, con el fin de meterse la cerveza en el cuerpo. Juan trasladó a gravedad PROPEL cerveza a silla
Juan al despacho, desde la localización anterior de su cuerpo en la habitación. En "tr
el despacho, Juan recibió la información de que había una silla nueva que estaba silla HUMEDA
vacía, y pensó en trasladar su cuerpo a la silla. Ello hizo que Juan moviera a Juan • 1.------------'
hacia la silla, haciendo que ésta cambiara de estado, lo que provocó los siguientes mujer MTRANS 'silla HUMEDA' a PC
efectos: que la fuerza de la gravedad propulsó a Juan al suelo, que esa misma "tr
fuerza propulsó la cerveza a la silla, y que se produjo un ruido. Este último dio mujer ENFADADA
lugar a que la mujer de Juan obtuviese información de un ruido, como consecuen-
cia del cual la mujer trasladó a la mujer al despacho, lo que resultó en que se Figura 11.1. Representación del párrafo 2 en TDC (tomado de Schank y Abelson,
informara -la mujer- de que la silla estaba húmeda (como consecuencia de que 1977, p. 44 de la ed. esp. de 1987).

474 475
LA COMPRENSION DEL DISCURSO
PSICOLOGIA DEL LENGUAJE. INVESTIGACION y TEORIA

la cerveza había sido propulsada por la gravedad hacia ella), y ello hizo que la
matizado: aquel que supone que el plano dis_cursivo ~onstitu~~ el
mujer se enfadara. punto de encuentro principal entre los mec~nzsmos mas esp~czfzc~­
mente lingüísticos (tales como los que permzten procesar la smtaxzs
La impresión hilarante que nos produce este párrafo «tonto» es oracional) y los sistemas de pen~amient? más globales, qu_~ se basan
más expresiva que cualquier explicación de hasta qué punto es en procedimientos generales de mferencza y en bases tambzen genera-
n~cesano dotar al ordenador de representaciones explícitas de rela-
les de conocimientos sobre el mundo, que están representados en el
ciOnes conceptuales y causales simples, presupuestas en una unidad sistema cognitivo. En otras palabras: cuando se estudian los proces_os
sencilla de discu~so, como la de (3), par~ hacerle capaz de compren- reales de comprensión de textos y discursos, se re~el~n, co~ e~Re~Ial
der_ ~na secuencia elemental de acontecimientos. Pero ni siquiera es nitidez, los puntos de sutura del sistema de conocimiento lmgmstico
suficiente con eso: Schank y Abelson (1977) tienen que recurrir a con el sistema de conocimiento a secas.
secuencia~ c~mceptuales más amplias, l?s «guiones», que representan
Para comprender no basta con co~ocer elleng~aj_e (hay que usar
los conocimi~~tos de la memona episodica a largo plazo acerca de también un amplio conjunto compartido de conocimientos y conc~p­
cursos, d~ accwn que se producen en situaciones habituales (como la tos sobre el mundo), pero ~llo no significa que a~~nas sean ne~esanos
prototipica de «restaurante»). Y, como los guiones tampoco bastan conocimientos del lenguaje para la comprenswn, como tiende a
·para asegurar una comprensión ni siquiera mediocre de unidades afirmar la TDC. El estudio del discurso demuestra que conocer el
simples de discurso, necesitan recurrir finalmente a «objetivos» y lenguaje -con un conocimiento tácito, como el que se d_efine en las
«planes», dado que los supuestos sobre la naturaleza de las intencio- teorías de la competencia (cfr. capítulo 6)- es necesano, pero no
nes humanas, y sus interrelaciones, determinan en buena medida el suficiente, para comprenderlo. ,Como dicen Feigenbau~ y Mc<;=or-
curso de la comprensión (y el de la producción del discurso como duck (1984), «el lenguaje se situa en un mu~do de sentid? comun»,
veremos en el capítulo 14). ' pero no deja de ser lenguaje cuando se constit.uye como discurso. E;n
Nos hemos extendido en esta introducción en la TDC de Schank suma el discurso define el plano del lenguaje en que se hace mas
porque representa una de las respuestas extremas que pueden darse a oper;tiva la relación entre un aml?lio conjun~o ~.~ c~:mocimient~s (o
nuestra segunda pregunta. Recordemos que ésta era la siguiente: competencias) de naturaleza estnctamente hngmstica, de carac~er
Acel?tad_a la ne~esidad de diferenciar psicológicamente un nivel dis- más· modular, y una amplísima base de sabere~, esquemas y c.reencias
cursivo Irreductible, ,¿I?uede caracterizarse como lingüístico ese plano? sobre el mundo, de carácter global. En reahdad, todo el mmenso
Schank es muy explicito en su respuesta negativa a esta pregunta: el depósito de conocimientos estru~turados, , q~e se almacena en la
memoria permanente, es potencialmente util para comprender el
del_discurs~ es un nivel conceptual, compuesto de procesos generales
de m~~rencia. Corr:w~ender equivale, en esencia, a pensar. La com- discurso.
prenswn es _una actividad_ «~e arriba a abajo», guiada conceptualmen-
te, que se nge por conocimientos estructurados sobre el mundo más
que por cono~,imientos sobre la es~ructura del lenguaje. Los procesos 2. LAS REPRESENTA ClONES DEL DISCURSO
de , c_o~p~en,sH~n, para Schank, solo recurren a procedimientos de
analisis smtactico cuando fallan los sistemas de dependencia concep- La caraterística distintiva del enfoque cognitivo consiste en que define
tual por los que se guían. un conjunto de procesos y representacione.s !llent~les ..9-u~ explican la
Sin embargo, esta _hipótesis de la TDC representa una posición actividad· en el caso que nos ocupa, la actiVIdad hngmstica. Dar una
explicacilm cognitiva de la comprensión del discurso, yor ejemplo,
ex~r~ma, no co~p~rti_da por la ,mayor parte de los lingüistas y
psicologos, que m siqmera es la mas frecuente entre los teóricos de la consiste en determinar la forma de las representaciones que se
Inteligencia Artificial (véase, por ejemplo, Winograd, 1972; Marcus, elaboran en el curso de los procesos de comprensión, y en definir las
1975). H_ay fenómenos, propiame~te lingüísticos a los que también estrategias con arr~glo a las cuales s~ organiza~ ~ales proces~s,. Por
nos refenmos en el capitulo antenor, como los de referencia anafóri- otra parte, los procesos se individua~Izan y dehm.Itan en funcwn. ?e
c~, que de~b_o~dan los límites oracionales y requieren un nivel discur-
las representaciones: un proceso de computo c?,nsis_te e~ ~na funcwn
que toma como entrada una cierta representacwn simbohca y produ-
s~~o de an~lisis. Por otra parte, l~s investigaciones sobre la compren-
swn del discurso. no ~on compatibles_ ~el todo con la suposición de ce otra como salida (cfr. capítulo 7).
que este proceso Implique un predominiO masivo de mecanismos «de El comentario anterior define, de forma muy clara, cuál debe ser
ar~~ba a abajo» de _carácter exclus}vame~te conceptual, como tiende a
la primera tarea a realizar, para «Compre~der la co~prensiÓn» del
afumar la TDC, smo que son mas explicables desde un modelo más discurso: determinar los contornos de los diferentes mveles de repre-

476 477
LA COMPRENSION DEL DISCURSO
PSICOLOGIA DEL LENGUAJE. INVESTIGACION Y TEORIA

natural~s, _tales como las ~e _conversación, lectura de textos, etc., la


sentación que se producen a lo largo de ese proceso. El discurso no m¡moria tiende a p~rder rap_Idamente ciertas informaciones formales
consiste sólo en un plano manifiesto y externo de representación, ta es ,c_omo el cara~ter activo o pasivo de la oración, el orden
definido por una secuencia organizada de oraciones, sino que incluye especifi~o de sus cla~sulas y ~as palabras concretas que incluía. Por el
otros niveles más internos, pero no menos importantes para su c?,ntrano, la metl}ona mantiene durante un tiempo mayor informa-
explicación como fenómeno psicológico. Como dice Murray Singer: c~on acerca d~ _que se quería decir con ella. Desde el punto de vista del
rstem¡ cognitiVO, Y en 1~ mayor parte de las situaciones, los envases
La comprensión del discurso parece resultar en varios niveles de representación or¿a es en que ~e contienen los significados son más semejantes a
mental. En esos niveles se incluyen la representación precisa, o literal, de la
lo~ . e «usar Y. tirar» que a los duraderos. Esta es una estrategia
forma del mensaje, la organización sintáctica de las oraciones, una red integra-
eftcie~te: perm~te economizar recursos de una memoria limitada al
prescm~Ir de mformacio~es. ~ormales cuando éstas dejan de 'ser
da de proposiciones subyacentes al mensaje, y un modelo de la situación a la
que éste se refiere (1990, p. 27).
necesanas para abst~aer significados o intenciones.
~1 proceso de p~~dida de la forma no sólo se manifiesta en el
El hecho de que el sistema cognitivo vaya estableciendo varios f~nomeno de conf~sion en el re~on?cimiento de oraciones sinónimas,
niveles de representación diferentes en el proceso de comprensión del smo .en otr?s fe~omeno~ que m?!can que los sujetos pierden con
discurso se refleja en diversos fenómenos psicológicos bien estudiados rel~tiva rapidez ~ncluso mformac10n que se refiere al código de los
experimentalmente, y de los que es fácil percatarse en situaciones est~mulos. Po~ eJemplo, Rosenberg y Simon (1977) realizaron una
cotidianas. Por ejemplo, la representación precisa y literal de la forma sene de exl?enmentos en que presentaban a sus sujetos oraciones
del discurso tiende a perderse rápidamente de la memoria, mientras repre.s~t;taciOnes ~ráficas rel~cionadas entre sí, o bien -en otr~
que ésta conserva una representación más duradera del significado. condiciOn~ oraciOnes en ?tferente~ i~iomas a sujetos bilingües.
Así, si al lector de este capítulo se le preguntara qué es lo que se ha Cuando se Intercalaban oraciOnes y dtbu)os, los sujetos reconocían en
dicho hasta ahora en él, sería capaz de recordar, sobre todo, ideas falso, c~mo presentadas, las «traducciones» de unas a otros en más de
que se han establecido en el capítulo, pero no la forma de su un tercio de los casos (i.e. decían que una oración se les había
expresión textual explícita. Ello parece reflejar la existencia de me- presen~ado en la fase de adq':lisi~i.ón, cuando lo que se había hecho,
morias diferentes para la forma lingüística explícita y para el signifi- en reahdad, era_presentar ~u sigmft~ado en un dibujo, 0 viceversa). En
cado. el caso de oraciOnes en diferentes Idiomas en un 28 °/c de 1
los s · t b ·1· .. d , ' o os casos,
La memoria a largo plazo está organizada fundamentalmente en .uJe os I ~ng~es ecian que se les habían presentado realmente
función de los significados, y especializada en su preservación, y este ora~10nes en mgl~s. ~t;ando las qu,e se les habían mostrado, en el
es uno de los principios más firmemente establecidos en la investiga- penado .de a~qmsiciOn, eran sinonimas en francés, o viceversa.
ción cognitiva sobre la memoria. En un experimento clásico de Sachs fosenbe_rg Y Simon. concluyen que los dibujos y oraciones, así como
(1967), por ejemplo, se demostró que cuando, en el contexto de un as ?ra~10nes en diferentes idiomas, comparten un mismo sistema
discurso, se presentan oraciones que los sujetos deben reconocer semantico subyacente.
como presentadas o no en él, los cambios formales y de significado b En otro e~perim~nto clásico de reconocimiento, en que presenta-
son detectados por igual si no existe intervalo entre la oración inicial an a sus SUJetos hstas de oraciones que luego debían reconocer
y la de reconocimiento. Sin embargo, cuando se establece un interva- Bransford Y_Franks (1971) demostraron que los sujetos valoraban co~
lo de alrededor de 80 sílabas entre la primera y la segunda, apenas se m,ayor con~Ianza sus a~tos de re~onocimiento cuanto mayor era el
reconocen los cambios de forma pero se detectan relativamente bien num~ro de Idea~ de la hsta contemdas en las oraciones, con indepen-
los de significado. Después de un intervalo relativamente breve, se dencia de ,que estas hubies~~ sido presentadas realmente o no. Ello
aceptan, como previamente presentadas, oraciones sinónimas a las ddm?st~a~Ia q~e, en la ~cttvidad de comprender oraciones, éstas se
originales, pero con distinta forma (por ejemplo, pasiva vs. activa), «. esmdivtduahzan>~
1 r ple.rden su forma lingüística externa, convir-
pero no oraciones en que se modifica el significado. ttend?se en proposiciOnes o ideas de una red de ideas interrelaciona-
En suma, la representación de la forma concreta de las oraciones das, mtegradas en una representación unitaria del significado.
que constituyen el discurso se desvanece enseguida, mientras que la
de su significado se mantiene durante más tiempo. Esta última
representación no se identifica con la forma lingüística concreta, sino
que es común a oraciones sinónimas, y por ello requiere un código
más abstracto, como el de las proposiciones o «ideas». En situaciones
479
478
PSICOLOGIA DEL LENGUAJE. INVESTIGACION Y TEORIA LA COMPRENSION DEL DISCURSO

3. LA FORMA DE LAS IDEAS EN EL DISCURSO: LAS PROPOSICIONES mente lenguaje, pero posibilita que éste tenga significado y sea
computable. Basta con reflexionar brevemente sobre esta caracteriza-
3 .1. Sobre la noción de proposición ción, para caer en la cuenta de que contiene algunos de los principios
más fundamentales y «fuertes» de la psicología cognitiva clásica del
Como hemos visto en los apartados anteriores, han sido dos los paradigma simbólico: suposiciones tales como la de que la mente
motivos principales que han llevado a los psicolingüistas de enfoque computa s~mbolos, que los símbolos, que fOnstituyen. el len~uaje de
cognitivo a proponer la intervención de representaciones proposicio- computacion son amodales, y que, mas alla del lenguaJe propiamente
nales en la comprensión del discurso: por una parte, las proposiciones dicho, la mente posee otra especie de «lenguaje» (estructurado por
(que son, en lógica, unidades de inferencia) parecen necesarias para una cierta gramática mental, formalmente definible, etc.) del que se
explicar el importante componente inferencia! que tienen esos proce- sirve para realizar los procesos de cómputo. El concepto de proposi-
sos; por otra, se recurre a ellas para formalizar algo que se recuerda ción es, por todo ello, uno de los pilares principales del enfoque
de diferente manera (y en general, de modo más permanente) que la clásico en psicología cognitiva y psicolingüística.
forma explícita de las oraciones, o su representación literal; algo que Lo curioso es que esas entidades que los psicólogos han asumido
corresponde a la compleja noción de significado. como propias, las proposiciones, nacieron en lógica con el objetivo
Las proposiciones son unidades abstractas de significado, que expreso de «des-psicologizar» la lógica. En efecto, el lógico Frege
permitirían explicar fenómenos tales como la capacidad de reconocer (1918) inventó el concepto de «proposiciÓn» con el fin de formalizar
o abstraer la invarianza del significado a pesar de las diferencias de un lenguaje universal de inferencia, e insistió en que las proposiciones
forma que puedan existir entre oraciones sinónimas (Norman y no eran entidades psicológicas, sino objetos formales, completamente
Rumelhart, 1975; Schank, 1972), el recuerdo del significado y no de abstractos e impersonales, portadores de verdad, es decir, capaces de
materiales literales, los procesos de integración semántica y pérdida ser verdaderos o falsos (cfr. Deaño, 1980; de Vega, 1981; Riviere,
de información modal en la memoria (Rosenberg y Simon, 1979), y la 1986). De este modo, el concepto de proposición es un reflejo de la
posibilidad de comparar códigos diferentes, por ejemplo, imágenes y influencia de postulados logicistas en la psicología del conocimiento y
descripciones verbales. Las proposiciones no son imágenes mentales el lenguaje.
ni oraciones. Son unidades amodales~ o supramodales~ de significado Como en lógica, las proposiciones de los psicólogos son: 1)
(no pertenecen a una modalidad sensorial concreta, tal como la unidades de conocimiento de carácter analítico~ 2) que tienen natura-
visual, la auditiva, etc.), y que implican, como mínimo, la predicación leza abstracta~ 3) poseen valor de verdad~ y 4) se definen por reglas de
de algo (una propiedad, acción, relación, etc.) acerca de algo (un formación explícitas. En el proceso de comprensión del discurso, se
objeto, argumento, etc.). Las representaciones proposicionales consti- supone que los sujetos elaboran esas unidades de conocimient.~ a
tuyen un reflejo de dos ideas básicas en psicología cognitiva: partir de las oraciones que reciben como entrada. En la produccton,
recorren el camino inverso, que consiste en convertir en oraciones las
1. La idea, ya comentada en los capítulos tercero, quinto y proposiciones.
séptimo, de que la mente es una maquinaria simbólica, que se sirve de
un cierto lenguaje abstracto y conceptual (al que Fodor ha llamado 3.2. El modelo proposicional de Kintsch
humorísticamente «el mentalés») para realizar sus procesos de cóm-
puto. Las formalizaciones y modelos proposicionales desarrollados por los
2. La suposición de que los significados no son modales, de tal psicólogos cognitivos han sido muy diversos: no ha existido un
manera que el significado de una oración, por ejemplo, no es otra acuerdo general acerca de cómo es, en realidad, el lenguaje proposi-
oración que signifique lo mismo, sino algo más abstracto que las dos cional que constituye una de las herramientas principales para expli-
oraciones, y común a ambas; del mismo modo, el significado de una car los procesos de comprensión del discurso. Algunas diferencias
oración no es una imagen mental o externa que represente lo que se entre las formalizaciones proposicionales son puramente externas o
dice en la oración, sino algo que tiene una naturaleza no-modal y que notacionales. Por ejemplo, algunos psicólogos prefieren emplear es-
es común a la oración y la imagen. tructuras de árbol para representar las proposiciones (vg. Anderson y
Bower, 1973; Anderson, 1976), otros redes estructurales (vg. Schank y
En virtud de todo ello, podemos entender las proposiciones como Abelson, 1977; Norman y Rumelhart, 1975), y aun otros, sistemas de
unidades de un cierto lenguaje mental (el «mentalés» ), que no sé paréntesis y listas de proposiciones (vg. Kintsch, 1974; Clark, 1974).
compone de imágenes ni se identifica con lo que llamamos habitual- Otras diferencias son más sustantivas, y se refieren a cuestiones tales

480 481
LA COMPRENSION DEL DISCURSO
PSICOLOGIA DEL LENGUAJE. INVESTIGACION Y TEORIA

pero~al representar una idea en un texto base no se introduce ningún «ruido» ...
como el carácter exclusivamente declarativo o también procedimental La~Ideas, sean como sean, se representan sin ambigüedades en el texto base
de las proposiciones, el hecho de que expresen relaciones e~tre un (Kmtsch, 1974, p. 11). .
predicado y uno o vari<?s arg~mentos, 1~ natur~leza de los predicados,
etc. De estas diferencias mas sustantivas, solo destacaremos una, El texto base. se compone de ideas y, por consiguiente, se repre-
debido a su gran importancia psicolingüística: la que separa, por un s~nta por u~ conJunto ~rdenado de proposiciones (ya que las proposi-
lado, a aquellos investigadores que suponen -como S~hank- que cwnes son Ideas formahzadas). Tal es proposiciones se ordenan como
las proposiciones no se ~o m ponen ?e.
c_onceptos, d~ la misma «e~ten­ veremos en su ~omento ~n, ~¡~~rentes niveles jerárquicos, que' expre-
sión» que las palabras, smo de «pnmitivos semantiCOS», en que estas ~an de forma ngurosa la mtmcwn común de que unas ideas son más
últimas se descompondrían (vg. Clark, 1969; Schank, 1975; Anderson Import~~tes que .otras en los textos y discursos. Por otra parte, las
y Bower, 1973; Norman y Rumel?art, 1975), y, por otro lado, a proposi.cwn~s. mismas se componen de conceptos-palabra, que no
aquellos otros investigadores que piensan que normalmente las pala- d_eb~~ Identificarse con las palabras como tales (aunque sí con su
bras no se descomponen en átomos semánticos durante el proceso d_e sigmficado), pero que no resultan de la descomposición semántica de
comprensión y, por consiguiente, supo~~n que los conceptos (predi- e~las. Co~o ya hemos comentado, en este aspecto existe una diferen-
cados y argumentos) de que las proposiciones se co~ponen abarcan, c~a muy Importante entre el modelo de Kintsch y el de Schank que sí
por así decirlo, la misma «extensiÓn» que las propias palabras (vg. propone ,u~ proces~ de descomposición de las palabras en ~rimiti­
Kintsch, 1974; Anderson, 1976). vos semanticos; Asi, ~i~n.tras que Schank representaba -como el
No es pertinente hacer aquí un res~men apr~surado, o un~ lector recordara- el sigmflcado de «Juan leyó un libro» en la forma
exposición necesariamente larga_, ?e
los diferentes sistemas pr?posi- [(Juan MTI0NS (.información) a MLP (Juan) desde libro Inst (Juan
cionales propuestos por los psicologos. No~ dete~dr~IPos ~o lo, e~ ATTEND OJOS a _hbro)], que expresa la idea de descomposición de
aquel que ha tenido mayor importancia en 1~ mvestigacwn psiCO~?gi­ «leer» en un conJunto complejo de primitivos semánticos Kintsch
ca del discurso: el propuesto por W alter. KI~t~ch (1974; y~n Dl)k Y re~resenta,ría. el significado de esa misma oración de fon-da mucho
Kintsch, 1983), desarrollado, desde un pnnc~~lO, en relacwn c?n un mas economic.a:. ,[LEER (Agente: Juan, Objeto: libro)].
amplio conjunto de trabajos ~obre c?mprenswn de textos, reahz~~os ~a proposicwn que expr~s~, el significado de «Juan leyó un libro»
por este investigador y su eqmpo. Mientras que el modelo proposicio- co~siste, ~omo toda proposicwn, en un predicado (LEER), que se
nal de la teoría de la dependencia conceptual de Schank, ya COJ?en_ta- aphc~ a cier.tos «argumentos» (Juan; libro), que, a su vez, mantienen
do en la introducción a este capítulo, ha servido de marco explicativo relacwnes ?Iferentes con respecto al predicado: uno de los argumen-
para la elaboración de simulaciones, en Inteligencia Art~ficial, de los tos .(Juan) Juega el. papel de «agente», el otro (libro) de «objeto» de la
procesos de comprensión del discurso, el modele_> de Kmtsch (1?.72,. acci~n de leer. Kmtsch comenta que «una proposición contiene un
1974 1979· Kintsch et al. 1975; Kintsch y van Di)k, 1976; van DI)k Y p~edicado Y n argumentos. Las palabras-conceptos pueden utilizarse
Kint~ch, 1983) se ha gui~do en todo momento por la ll_lotivación de bten .c?mo arpument.os ? como predicados. Es función del léxico
explicar los fenómenos observados en el estudio expenmental de la esp:ciÍlcar que rombmacwnes de argumentos y predicados son per-
memoria y la comprensión del discurso. . . misibles» (1974, p. 13).
Un concepto principal, del que se sirve Kmtsch (1974) para
analizar los fenómenos de comprensión y memoria de texto~, es el de
~n función ?ela relación que cada argumento mantiene con el
predicado, se asigna a. tal argumento un «caso». Por ejemplo, «Agen-
texto base. Podríamos decir que todo el modelo de Kmtsch se te» es un caso, Y «ÜbJeto» otro. Por consiguiente la idea de Kintsch
fundamenta en una diferenciación entre lo que puede llamarse -aun- (y de la mayo~ía de los teór.icos proposicionalistas) es que la gramáti-
que él mismo no lo haga así- texto de superficie, que es aquel al que ca del lenp~aJe del pensam1e~to -del «mentalés»- es, en realidad,
el lector -o el oyente- se enfrenta, y que se c?mpone ~e palabras Y ~na .~rama~Ica de casos, semeJante a la propuesta, por ejemplo, por el
de oraciones, y el texto base, compuesto en reahd~d. de «Ideas» o, p~r hngmsta Fdlmore (1968, 1969, 1971), para formalizar los lenguajes
decirlo más propiamente, de conceptos y proposicwnes, que co~~tl­ n.aturales con arreglo. al modelo de la «semántica generativa» rrien-
tuye una representación elaborada en los pr<_>c~sos de comprenswn, cwnada en el capítulo sexto. Los casos reflejan papeles semá~ticos
tomando como partida el texto de superficie, y que sirve para que son formas. de r~lación predicados-argumentos. '
elaborar éste en los procesos de producción: . Los casos mclmdos en la gramática proposicional clásica de
Kmtsch (1974) ~on comunes a muchas otras teorías y están tomados
El texto base expresa completamente las ideas que tiene el que escrib~ o ~ice
algo. Desde luego, las propias ideas pueden ser confusas o contradtctonas, del modelo de Fdlmore (1968). Son los siguientes:

483
482
PSICOLOGIA DEL LENGUAJE. INVESTIGACION Y TEORIA LA COMPRENSION DEL DISCURSO

Agente (A): el que realiza una acción. Los argumentos de la primera proposición son a y h~ es decir, las
Paciente de experiencia (E): quien experimenta un fenómeno otras dos proposiciones.
psicológico. N o podemos extendernos en detalles espec~ficos del modelo pro-
- Instrumento (1): Objeto o fuerza que se implica causalmente posicional de Kintsch, que se encuentra descnto de forma b~stante
en una acción o en una experiencia. exhaustiva en varias obras que el lector puede consultar (Kmtsch,
- Objeto (0): El objeto de una acción que supone cambio o 1974· Kintsch y van Dijk, 1978; van Dijk y Kintsch, 1983). Con el fin
movimiento. de ¿ue el lector tenga, cuando menos, una idea intuitiva de la
- Fuente (F): La fuente de una acción, en el tiempo, el espacio o representación de un texto de superfi~i~ en forma de ?n texto ?ase,
como fuente de transferencia. veremos, en primer lugar, las proposiciOnes que contiene el mismo
- Meta (M): La finalidad o resultado de una acción. texto 2 que nos sirvió para ilustrar el modelo de Schank. En el
modelo de Kintsch, 2, se compondría, en el texto base, de las
• • • • 2
Una idea importante que ayuda a comprender cómo se individua- sigmentes proposiCiones :
lizan las proposiciones en el modelo de Kintsch (1974) es el principio
de que siempre que se realiza implícita o explícitamente un acto de
predicación~ se establece una proposición atómica. Con arreglo a ese 1. (TENER, E: Juan, 0: sed, T: pasado)
principio, es fácil comprender que el número de proposiciones de que 2. (ABRIR, A: Juan, 0: lata)
se componen los textos base suele ser bastante mayor que el de 3. (CERVEZA, lata)
4. (IR, A: Juan, M: despacho)
oraciones en los textos de superficie; es decir, las proposiciones no se
5. (Y, 2, 4)
corresponden puntualmente con las oraciones o cláusulas, aunque los 6. (VER, E: Juan, 0: silla, L: en despacho)
límites oracionales y clausales juegan un papel muy importante 7. (NUEVA, silla)
-destacado por van Dijk y Kintsch, 1983- en el proceso de abstrac- 8. (SENTAR, A: Juan, 0: Juan, L: en silla)
ción proposicional incluido en la comprensión del discurso. 9. (INCLINAR, A: silla, 0: silla)
Dado que lo que individualiza a las proposiciones es la predica- 10. (REPENTINAMENTE, 9)
ción, los verbos constituyen pistas importantes en este proceso de 11. (CAER, A: Juan, M: suelo)
individualización y la identificación de marcos verbales juega un 12. (Y, 9, 11)
papel decisivo y prioritario en los procesos de comprensión, según el 13. (VER TER, A: Juan, 0: cerveza, M: sobre la silla)
modelo (Kintsch, 1974). Sin embargo, los verbos no son los únicos 14. (OIR, E: mujer, 0: ruido)
elementos lingüísticos que pueden servir a la función predicativa: 15. (JUAN, mujer)
16. (CORRER, A: mujer, M: hacia el despacho)
también los adjetivos, conjunciones y adverbios (e incluso los nom- 17. (CUANDO, 12, 14)
bres, en las proposiciones llamadas «nominales»), pueden cumplir la 18. (ENFADARSE, E: mujer)
función de predicados. Para comprender, por ejemplo, cómo las 19. (MUCHO, 18)
conjunciones pueden jugar ese papel, es preciso destacar otro princi- 20. (ESTROPEAR, A: cerveza, 0: 7)
pio esencial del modelo de Kintsch: se trata de un sistema recursivo, en 21. (SU, silla)
que las prOpias proposiciones pueden jugar el papel de argumentos de 22. (PORQUE, 18, 20)
otras proposiciones. Así, la oración compuesta:
Cuadro 11.2. Lista de proposiciones que corresponden al ejemplo 2, según el modelo
4. María es tonta, si engaña a Juan
de Kintsch y colaboradores.

se representa por las tres proposiciones del cuadro 11.1:


2. Para realizar la lista de proposiciones del cuadro 11.2, se han empleado algunas convencio-
nes que Kintsch comenta en diversos trabajos, pero en las. que no. siempre mant~ene una pos.ición
sistemática: la categoría de circunstancia, en lo que se reftere al nempo del conJUnto de accwnes
1. (SI, a, b) (pasado), sólo se incluye en la primera proposición, y se presupone en las siguientes. Los
2. (ENGAÑA, A: María, M: Juan)= a modificadores adverbiales se tratan como proposiciones separadas, que toman como argumentos
otras proposiciones a las que modifican (es el caso de la.s proposicione~ lO.y 19), l~s ver~?s reflejos
3. (TONTA, María)= b
se tratan como predicados, en que el agente --o paciente de expenencta- se tdenttftca con el
objeto, excepto en el caso de la proposición 13, en que se considera que la idea representada es que
Cuadro 11.1. Proposiciones de la oración 4.··. fue Juan quien vertió la cerveza. Los adjetivos individualizan, en general, actos de predicación

484 485
PSICOLOGIA DEL LENGUAJE. INVESTIGACION Y TEORIA
LA COMPRENSION DEL DISCURSO

Nos interesa destacar una diferencia esencial entre la red proposi-


cional de la figura 11.1, que representa el modelo de dependencia contrario, y permite ordenar objetivamente las · ·
conceptual de Schank, y la lista de proposiciones del cuadro 11.2, a texto base; asignándolas a distintos niveles jerárqJf~~~o~~cwnes. del
partir de la cual se formaría el texto base del modelo de Kintsch: una gra~ Importancia psicológica. Para Kintsch, «las ~ropqu~ .tiene
mientras que en la representación del modelo de Schank se incluyen que llntienen ~r!?~mentos repetidos se dice que están suborili~~d~~e~
inferencias, éstas no forman parte de la lista de proposiciones que (ik~~ a P~~}o~~cwn bn que apar~ció. lorigina!mente el argumento»
forman la microestructura del texto base con arreglo al modelo de
Kintsch. En este aspecto, van Dijk y Kintsch (1983) señalan, con toda
d'
.d f· ·
m em a!go, )a ~phcacwn mecanica de este princi io
pue 1evar a errores, SI ~1 termmo «originalmente» se entiende enp
claridad, lo siguiente: senti 0 ~empo~al. ~~realidad, para definir la jerarquía, debe estabk~
cerse pr.Imero IntUitivamente una proposición supraordinada lue
Las inferencias no forman parte del texto base, sino que pertenecen a un nivel constrUir el texto base sometiendo a ella t o d as 1as que comparten
1
' Y un
go
de análisis diferente, no textual: el modelo de situación. El texto base es una argumento, y a estas todas aquellas que comparten algún argumento
representación del texto tal como es. Las inferencias ... pertenecen al modelo de con ellas, pero no con la primera etc v n··k K. h
situación construido con ayuda del texto base y del conocimiento. Por consi- aclaran este aspecto: .. ' · an IJ Y mtsc (1983)
guiente, lo que se infieren no son proposiciones del texto base, sino vínculos en
el modelo de situación (1983, p. 51). E 'f ,
si~f~~~ Icamen~~· en parrafos breves, si se selecciona intuitivamente una propo-
supr~~~ madda Y se construye la jerarquía del texto base subordinando a
e~~ propostcion to as las que comparten un argumento con ella y luego se
Sin embargo, el hecho de que el texto base no contenga inferen-
Situanl endun tercerdnive~ todas las proposiciones que comparten u~ argumento
cias no significa que no tenga alguna clase de coherencia y organiza- con as e segun o mvel y as'1 · 1
d" b" ' sucesivamente, as estructuras resultantes
ción. Por el contrario, en el plano del texto base se establece ya un pre Icen muy 1en el recuerdo (1983, p. 43).
primer nivel de estructura-, a la que van Dijk y Kintsch (1983)
denominan «microestructura», que constituye un requisito para la Con arreglo a las anteriores indicaciones veamos or e· em lo
dcomK~ se ehstablece el texto base que corresponde al pár;afo 5 ~om~d~
1

coherencia del texto y determina el nivel jerárquico de las proposicio-


nes en el texto base. e mtsc et a1. (1975): '

3.3. Microestructura y regla de repetición de argumentos 5. Los gri~gos amab~n el arte bello. Cuando los romanos conquistaron a los rie
los copiaron, y asi aprendieron a crear un arte bello. g g0 s,
En una primera aproximación, Kintsch (1974), Kintsch y van Dijk
(1978) y otros han sugerido que el mecanismo por el que se define la det!~~~d~o t~d establellen l~s 1proposiciones explícitas en el texto,
microestructura del texto base consiste en el establecimiento de . 0 ~ laque os nuc eos en torno a los cuales se realiza un
relaciones entre proposiciones que comparten argumentos comunes, ac t o d e pred Icacwn:
con arreglo a una regla de repetición. Intuitivamente, puede entender-
se que la regla de repetición de argumentos no hace más que formular
1. (AMAR, A: griegos, 0: arte)
técnicamente una observación obvia: una razón por la que los textos 2. (BELLO, arte)
son coherentes es que contienen proposiciones, que comparten ciertos 3. (CONQUISTAR, A: romanos, O: griegos)
conceptos o argumentos (hay conceptos que se repiten en diferentes 4. (COPIAR, A: romanos, M: griegos)
ideas del texto). La microestructura del texto base permite establecer 5. (CUANDO, 3, 4)
relaciones locales entre las proposiciones, basadas en un supuesto de 6. (APRENDER, A: romanos, O: 8)
coherencia referencial entre ellas, es decir, en el principio de que 7. (CONSECUENCIA, 3, 6)
comparten los mismos referentes. 8. (CREAR, romanos, 2)
La regla de repeti~ión establece que los argumentos que se repiten
en el texto base son idénticos, a no ser que se señale explícitamente lo Cuadro 11.3.
Lista de proposiciones correspondientes al ejemplo 5.

diferenciados, y no modificadores. Finalmente, las conjunciones se hacen corresponder a predica-


dos, que toman argumentos proposicionales. Todas estas soluciones merecerían un comentario niveth1orde si s.eleccio';la la prop<:>sición principal, que se asigna al
extenso y una larga justificación que no corresponden a los propósitos de este capítulo. (AMAR A. a J~rarqma proposiciOnal. En este caso es la primera:
' · gnegos, 0: arte), y, a partir de ella, se establece, por
486
487
PSICOLOGIA DEL LENGUAJE. INVESTIGACION Y TEORIA LA COMPRENSION DEL DISCURSO

regla de repetición, la jerarquía. Las ideas 2, 3 y 4 contienen, todas ello. Pero las formalizaciones sólo toman realmente cuerpo en psico-
ellas, argumentos que han aparecido en 1 (arte y griegos). Serán, por logía cuando demuestran su utilidad para predecir o simular la
consiguiente, las que configuren el nivel 2 de la jerarquía. Las otras conducta, es decir, cuando nos permiten explicar algo que, sin ellas,
proposiciones forman el nivel 3. La 5 se incluye en él no porque resultaría inexplicable. Por todo ello, son importantes las investiga-
comparta argumentos con las proposiciones de nivel 2, sino porque ciones que demuestran el valor de las proposiciones como unidades
incluye completas a las proposiciones 3 y 4 (la inclusión y la repeti- psicológicas. Se han empleado pri~cipalm~nt~ c!nco paradigmas. ~x­
ción de argumentos son dos tipos de relaciones directas entre propo- perimentales para demostrar la realidad psicologica de las pro~osicio­
siciones). Así, tenemos la estructura jerárquica representada en la nes: 1) los estudios de recuerdo con claves, 2) los de recuerdo hbre, 3)
figura 11.2, en que las proposiciones de la lista del cuadro 11.3 están los estudios con priming en tareas de reconocimiento, 4) las investiga-
representadas por sus números correspondientes: ciones sobre seguimiento de palabras de oraciones presentadas a
ritmo rápido constante (llamadas, en un capítulo anterior, «presenta-
ción serial visual rápida» -RSVP-), y 5) las investigaciones sobre
NIVEL PROPOSICIONAL tiempo de lectura (van Dijk y Kintsch, 1983).

4.1. Recuerdo con claves

11 Supongamos, como hace Kintsch, que las proposiciones son unidades


psicológicas y que se componen de conceptos-pa~abra, y no de
elementos semánticos más moleculares que las propias palabras. En
111 ese caso si se emplean ciertas palabras de un texto como claves para
recorda; otras, las claves pueden ser más eficaces si representan
Figura 11.2. Jerarquía de proposiciones del ejemplo 5. conceptos incluidos en la misma proposición que la palabra qll:e .debe
recordarse, y menos eficaces cuando pertenece~ a proposiciones
La red de la figura 11.2 representa la microestructura del texto 5 diferentes. La predicción puede ilustrarse con el eJemplo 6:
mejor que la simple lista de proposiciones del cuadro 11.3 y permite
realizar importantes predicciones psicológicas, basadas en la hipótesis 6. La pirámide que levantó el faraón dominaba la plaza.
de que las proposiciones del texto base tendrán tanta mayor relevan- En 6, la palabra «dominaba» está más cerca, en el- texto de
cia psicológica (más influencia en la comprensión y el recuerdo) superficie, de «faraÓn» que de «pirámide». Sin embargo, en el text~
cuanto más alto sea el nivel que ocupan en la jerarquía proposicional base, el concepto que corresponde a esa palabra (DOM~N_ABA) esta
de niveles. Pero esta idea nos lleva ya a un terreno diferente: ¿son las en la misma unidad que el concepto PIRAMIDE, y en distmta que el
proposiciones meras formalizaciones abstractas del significado de los
concepto FARA ON:
textos, o tienen alguna realidad psicológica?; ¿son instrumentos útiles
para predecir objetivamente fenómenos que se producen de compren- 7. [(DOMINAR, A: pirámide, 0: plaza (PIRAMIDE, x) (LEVANTAR,
sión y recuerdo de textos? Y, si es así, ¿qué fen(>menos? Para dar A: faraón, 0: x)].
respuesta a estas preguntas, debemos referirnos al estudio experimen-
tal de la comprensión y recuerdo del discurso, encarnando en concre- Se ha demostrado que las palabras que corresponden a conceptos
ciones psicológicas el reino un poco etéreo de las abstracciones de una misma unidad proposicional son claves de recuerdo más
formales, a las que nos hemos referido en este apartado. eficaces que las que remiten a unidades proposicionales diferentes,
aun cuando la «distancia superficial» de las primeras en el texto sea
mayor que la de las segundas (Lesgold, 1972; Wanner, 1975; Ander-
4. LAS PROPOSICIONES COMO UNIDADES DE PROCESAMIENTO son y Bower, 1973).
PSICOLÓGICO Y EL EFECTO DE NIVELES
4.2. Recuerdo libre
Uno de los rasgos que más caracterizan al enfoque cognitivo en el
estudio psicológico del lenguaje (y de otras funciones) es el empleo de Si las proposiciones son unidades psicológicas de significado, será
formalizaciones, y las propias proposiciÓnes son buenos ejemplos de lógico esperar que, en el recuerdo del discurso, tiendan a recordarse

488 489
PSICOLOGIA DEL LENGUAJE. INVESTIGACION Y TEORIA LA COMPRENSION DEL DISCURSO

completas, como totalidades. Varios investigadores h~n demostrado 4.4. Seguimiento de palabras de oraciones presentadas
que las unidades proposicionales se comportan efe~tivamente en el a ritmo rápido constante
recuerdo libre como tales unidades (Buschke y Schaier, 1979; Graes-
ser, 1981; Kintsch, 1974). . . Una idea fundamental, que se deriva del supuesto de la realidad
Por ejemplo, Goetz, Anderson y Schallert (1981) hicieron un psicológica de las proposiciones, es que, SI estas son realmente
experimento en 9-ue presentaban a su~ suje~os bloques de, ocho unidades psicológicas, su procesamiento debe consumir recursos cog-
oraciones, que teman que leer y recordar mmedi~tamente despues. D_e nitivos. En términos más concretos, el aumento de recursos cogniti-
las ocho oraciones de cada bloque, tres conteman una sola proposi- vos debe traducirse en aumento de la dificultad de ciertas actividades,
ción, tres incluían tres proposiciones, y las dos últ~mas jugaban un tales como el recuerdo, el reconocimiento o la lectura. Forster (1970)
papel de «retén a corto plazo». El resultado que nos mteresa es que la realizó un experimento en que presentaba visualmente palabras a sus
gran mayoría (94%) de las palabras que se recor~~ban de las sujetos a un ritmo rápido estable de 16 palabras por segundo. Las
oraciones con tres proposiciones se incluían en proposiCiones que se palabras podían formar oraciones de una o de dos proposiciones.
recordaban completas, y no solían recordar~~ palabr~s ~uera del Todas las oraciones estaban formadas por seis palabras. La tarea de
contexto de la idea completa a cuya expreswn contnbman. Esto los sujetos consistía en repetir las palabras (es decir, se trataba de una
sucedía también cuando las proposiciones configuraban unidades tarea de seguimiento). Lo interesante es que los sujetos repetían más
semánticas poco familiares, que no era probable que estuvieran pre- palabras en las oraciones de una sola proposición que en las de dos.
almacenadas en la memoria a largo plazo. En suma: parece que las Por ejemplo, les resultaba más fácil seguir una oración como «el
unidades proposicionales tienden a recordarse completas, con inde- gatito se saltó la valla» [con una proposición: (SALTAR, gatito,
pendencia de su familiaridad o plausibilidad semántica. valla)], que otra como «el gatito de Susana se escapÓ» [con dos:
(ESCAPARSE, gatito (SUSANA, gatito)], a pesar de que las dos
4.3. Facilitación por priming en tareas de reconocimiento contienen seis palabras y de que el ritmo de presentación era constan-
te. Una explicación de este resultado es que el procesamiento de las
Los procedimientos de priming han demost~ado, en . otros campos, proposiciones interfiere con la tarea de seguimiento.
una gran sensibilidad para captar la influenci~ de vana?,les estruc_tu-
rales sutiles en el procesamiento del lenguaJe. Tambien han sido 4.5. Investigaciones sobre tiempo de lectura
eficaces para poner de manifiesto la validez p~icológica, de las prop~­
siciones. Los primeros que emplearon este tipo de metodos expen- Aunque todas las investigaciones mencionadas confirmen la influen-
mentales para investigar la estructura psicológi~a del discurso f~eron cia de las proposiciones en el recuerdo y el reconocimiento, no
Ratcliff y McKoon (1978). Realizaron un expenmento en que leian a demuestran que intervengan en la actividad de compr.ender el discur-
sus sujetos bloques de cuatro oraciones, y luego les presentaban so. Las proposiciones podrían ser, por ejemplo, unidades de recupera-
palabras -incluidas en ellas o de distracción- que tenían que ción de la información de la memoria, y no necesariamente símbolos
reconocer, lo más rápidamente posible, como presentadas o no en ~as que sirven a los fines de cómputo en la comprensión. El experimento
oraciones. En esta situación experimental se observa un efecto bien de Forster (1970), que acabamos de mencionar, sugiere que hay una
conocido: cuando la palabra que se reconoce sigue a otra, ya recono- interferencia entre la comprensión y la tarea de seguimiento, pero aún
cida de la misma oración, los sujetos tardan menos en reconocerla hace intervenir un cierto componente de memoria. Para demostrar la
com~ presentada que si las palabras pertenecen a oraciones diferentes influencia psicológica de las proposiciones en la comprensión, se hace
(el efecto de facilitación es de unos 100 milisegundos). necesario eliminar el intervalo temporal que permite la intervención
En el experimento de Ratcliff y McKoon, el efecto era mayor de factores de memoria, y en especial de la memoria a largo plazo.
cuando la palabra de priming (o el concepto a que alude) y la palabra Por ello, son muy importantes las investigaciones sobre la reali-
reconocida pertenecían a la misma proposición (111 mseg), y menor dad psicológica de las proposiciones con procedimientos que evitan
cuando pertenecían a proposiciones diferentes, aun cuando formasen los efectos de memoria. Las variables dependientes en estos estudios
parte de la misma oración (91 mseg). Estos 20 milisegundo~ de pueden ser los movimientos oculares o el tiempo dedicado a leer un
diferencia son importantes, porque vuelven a demostrar la reabdad texto. Esta variable ha demostrado ser muy sensible a las proposicio-
psicológica de las proposiciones con un procedimiento ~ue no plantea nes. La lógica de los experimentos es fácil de comprender. Si el
las dificultades metodológicas que otros métodos clásicos para estu- procesamiento de proposiciones consUme recursos cognitivos, y en
diar la realidad psicológica de las proposiciones. psicología cognitiva los recursos, a su vez, consumen tiempo (de

490 491
PSICOlOGIA DEl lENGUAJE. INVESTIGACION Y TEORIA LA COMPRENSION DEL DISCURSO

21
modo que el lema «time is money» podría sustituirse por «time is
~ognition» ), el tiempo que se tarde en leer un texto dependerá, a
Igualdad de otros factores, del número de proposiciones que con- 19
tenga. ,
. Un experimento clásico sobre relación entre número de proposi- ,,
ciOnes y tl~mpo de le~tura fue el realizado por Kintsch y Keenan, en 17 ,
,
1973. Pedian a sus SUJetos que leyeran textos que tenían aproximada- ,,
mente 1~ misma longitud (16 ó 17 palabras), que apretaran un botón d
¡;;¿¡ 15 ,,
al t.ermmar la lectura Y. que trataran de recordar el texto lo mejor
...p····O
r&.-
posible, pero no necesanamente de forma literal. Los textos variaban
~:;J
..
en el número de proposiciones. que contenían sus textos base. Por
13
ejemplo, las oraciones 8 y 9 del cuadro 11.4 contienen ambas f:-4
o
dieciséis palabras, pero la primera incluye cuatro proposici~nes y 1~ ¡;;¿¡
....:¡
segunda ocho: ¡;;¿¡
,D
11 D~~~~o,,,'
~
o
¡::¡...
a,, . . '
::E
¡;;¿¡ 9
8) «Rómulo, el legendario fundador de Roma, tomó a las mujeres ¡:::
de los sabinos por la fuerza»
7
1. (TOMAR, A: Rómulo, 0: mujeres, Mod: por la fuerza)
2. (SABINOS, mujeres)
3. (FUNDAR, A: Rómulo, 0: Roma) 5
4. (LEGENDARIO, 3)
o 2 3 4 5 6 7 8
9) «Cleopatra cayó como consecuencia de su necia confianza en
las volubles figuras políticas del mundo romano» NÚMERO DE PROPOSICIONES RECORDADAS

1. (CAER, A: Cleopatra) Figura 11.3. Tiempo medio de lectura en función del número de ·proposiciones del
2. (CONFIAR, E: Cleopatra, 0: figuras) texto recordadas por los sujetos (adaptado de Kintsch y Keenan, 1973).
3. (NECIA, 2)
4. (CONSECUENCIA, 2, 1)
S. (POLITICAS, figuras)
6. (VOLUBLES, 5) La existencia de una relación lineal entre tiempo de lectura y
7. (MUNDO, 5) número de proposiciones se ha c~:mfiri?ado en otros estudios 9ue han
8. (ROMANO, mundo)
empleado un procedimiento mas refmado que el de de ~mtsch y
Keenan (1973), incluyendo textos largos y controlando el numero de
Cuadro 11.4. Proposiciones contenidas en dos oraciones de la misma longitud. argumentos o términos conceptualmente nuevos. Este factor no se
tuvo en cuenta en la investigación de Kintsch y Keenan (1973), y
puede confundirse con el número de proposiciones: las oraciones con
Los da~o.s obtenidos P?r Kintsch y Keenan (1973) demuestran que mayor número de proposiciones tienden a contener ,más p~labras
las, proposi~I~nes se codifican en el proceso de comprensión. Cuantas conceptualmente nuevas que las que ti~ne.n menos; As1, podna oc~­
~as proposiciOnes eran capaces de recordar los sujetos, mayor era su
rrir, en el peor caso, que los efectos atnbmdos al numero de proposi-
tiempo de lectura. Existía, además, una relación que se acercaba a ciones se debieran en realidad, al número de conceptos nuevos, o, en
una ~~ción lineal_ entre tiempo y proposiciones, como la que muestra el mejor, que ambos factores co~tribuyeran al aument? tiempo ?e
el ~r~flco de la figura 11.3, en que se relaciona el número de pro- por proposición observado por Kmtsch y Keenan. Esto ultimo fue 1<?
posiciOnes recordadas con el tiempo de lectura. que encontraron Graesser et al. (1980) y Haberlandt et al. (1980): s1

492 493
LA COMPRENSION DEL DISCURSO
PSICOLOGIA DEL LENGUAJE. INVESTIGACION Y TEORIA

bien sus datos también demostraban la existencia de una función velocidad de lectura, y que los resultados de los experimentos sobre
lineal entre el tiempo de lectura y el número de proposiciones, el textos y oraciones se debieran a la confusión con otros factores
número de conceptos nuevos se mostró como un factor influyente. Al (nov7dad de argumen~os y .variables quizá no detectadas).
mezclarse con el número de proposiciones, este factor habría contri- Sm em_bargo, la evidencia convergente de los experimentos sobre
buido a inflar la estimación de Kintsch y Keenan (1,5 segs. por recue~do hbre y con cla.ves, priming en re.c<?nocimiento, seguimiento y
proposición). Las nuevas estimaciones son considerablemente más velocidad lectora constituye una base suficiente para mantener la idea
bajas: 117 milisegundos en el experimento de Graesser y colaborado- de. qu~ 1~~/ p:oposicio?es s~n, realmente, unidades de procesamiento
res, y de 68 a 157 en el de Haberlandt et al. psicolmgmstico que Intervienen en la comprensión y retención de
Con independencia de la magnitud de la estimación temporal, las textos. Los r,esulta??s negativos con la ventana móvil no constituyen
investigaciones anteriores (que confirman la relación lineal tiempo- una anomaha suficiente como para descartar el otro conjunto de
proposiciones) parecen ofrecer una base sólida para defe.nder la idea prue~~s. Por otra parte, la realidad psicológica de los textos base
de que las proposiciones son psicológicamente reales. Sm embargo, t~mbien. s~ ha. desvelado en la repetida comprobación de que los
más recientemente se han demostrado ciertas anomalías que socavan mveles Jerarqmcos de las proposiciones, en los textos base, tienen
la solidez aparente de los hallazgos previos. Estas anomalías han efectos claros en el procesamiento y la retención de la información
aparecido al utilizarse una variante de la técnica de la «ventana textual. El efecto de niveles constituye uno de los hallazgos más
móvil» descrita en el capítulo 8 (Haberlandt y Graesser, 1985; Vega et sólidos en el estudio psicolingüístico del discurso.
al.~ 1990). Esta variante consiste esencialmente en que los sujetos leen
textos en una pantalla de ordenador, autoadministrándose las pala- 4.6. El efecto de niveles
bras de una en una, a la vez que el ordenador registra el tiempo de
exposición de cada palabra. Al principio, todas las palabras del texto
están enmascaradas, y cada vez que el sujeto aprieta una tecla, Las proposiciones o ideas incluidas en el contenido de un texto no se
aparece una nueva palabra en el lugar ocupado previamente por la recuerdan todas por igual, y quizá no se procesan con la misma
máscara correspondiente. Esta técnica constituye una variación de los profundidad. o la misma atención .. Una experiencia intuitiva, que
métodos en-curso ( on line)~ que permiten medir los procesos cogniti- tiene cualqmera que haya comprendido un texto o un discurso, es la
vos a medida que transcurren, evitando tanto los efectos de memoria de recordar, sobre todo, sus ideas más importantes, olvidando las
como algunos de los problemas de los procedimientos de estudio de más accesorias. La propensión a recordar lo importante es, en buena
los movimientos oculares en la lectura. La variable que se mide con la parte, responsable de la apariencia inteligente y funcional que tiene
técnica de la ventana móvil es el tiempo dedicado a la lectura de cada frecuentemente la actividad humana de recordar lo dicho (o leído).
palabra, y no el tiempo total de lectura del texto. Con esta técnica, Esta observación cotidiana se ha confirmado repetidamente en inves-
Haberlandt y Graesser (1985) y Vega et al. (1990) demostraron que el tigaciones experimentales, en que se determinaba de forma precisa el
número de proposiciones no ejerce influencia en el tiempo de lectura nive~ jerárquico de las proposiciones componentes de textos, y se
media después su nivel de recuerdo o reconocimiento. Por ejemplo,
de cada palabra. en el experimento de Kintsch y Keenan (1973) ya mencionado, en que
Actualmente no existe una explicación satisfactoria de la anoma-
lía por la cual la codificación proposicional parece influir en el se estableció por primera vez una relación lineal entre tiempo de
tiempo total de lectura de las oraciones y textos, pero no en el de las lectura y número de proposiciones recordadas, se encontró también
palabras que las forman. Una posibilidad ~s. q':le la presen~ación que el recuerdo de éstas dependía, de forma muy clara, de su nivel en
palabra por palabra, mediante la ventana movil, mduzca un tlpo de la jerarquía proposicional de los textos base: las proposiciones de
procesamiento diferente al que se produce cuando se presentan textos nivel 1 se recordaban en más del 90% de los casos, y el recuerdo
completos. La explicación es poco parsimoniosa y presupone que l.os descendía monotónicamente hasta situarse en alrededor del 60% en
procesos psicolingüísticos son extraordinariamente sensibles a vana- las proposiciones de más bajo nivel (el quinto). El efecto de niveles
ciones en las tareas experimentales, pero no es descartable. Tampoco proposicionales en el recuerdo se ha demostrado tanto en párrafos
lo es la posibilidad de que el análisis estadístico mediante ecuaciones b~eves como en textos más largos de 60-70 palabras (Kintsch, 1975;
de regresión múltiple (empleado por Haberlandt y Graesser, y por Kmtsch et al.~ 1975), en situaciones de recuerdo libre inmediato y
Vega et al.) ajuste las ecuaciones de tal manera que quede ocul~o. ~1 demorado (Meyer, 1977; Britton et al.~ 1979), y de reconocimiento
posible efecto de las proposiciones. Finalmente, se plantea la posibili- demorado (Miller et al., 1977; McKoon, 1977; Terry y Mason, 1982).
dad de que el número de proposiciones no afecte realmente a la Goetz y Armbruster (1980) han revisado las investigaciones que

495
494
PSICOLOGIA DEL LENGUAJE. INVESTIGACION y TEORIA LA COMPRENSION DEL DISCURSO

demuestran que el efecto es uno de los fenómenos más consolidados e porque son las que tienen mayor probabilidad de seleccionarse para retenerse
indiscutibles del estudio del discurso. de ciclo en ciclo en el retén de memoria a corto plazo, las proposiciones
Aunque el fenómeno del efecto de niveles, como tal, esté sólida- supraordinadas serán también las que mejor se recuerden (van Dijk y Kintsch,
11?-~nte ~s~ablecido, ex~ste~ dive~g~ncias en relación a su interpreta-
1
1983, p. 44).
cwn teonca. La exphcacwn clasica de Kintsch y van Dijk (1978)
e~~ablece una relación entre el ef~cto de niveles y la regla de repeti- La explicación que dan Kintsch y van Dijk del efecto de niveles
cwn. Para comprender esa relacion debemos referirnos al modelo de remite a estrategias de codificación del texto base a partir del texto de
procesamiento (y no ya de representación) propuesto por estos inves- superficie. Otros modelos han preferido explicar el efecto por a)
tigadores. Hemos visto en las páginas anteriores que la comprensión cómo se representa el texto base en la memoria, o b) cómo se
de un. tex:to o d~scurso implica la c~eación d~ un texto base, que
1
recupera de ella. La hipótesis de la accesibilidad representacional
orgamza Jerarqmcamente todas las Ideas explicitas en el texto de (McKoon, 1977) establece que las ideas superiores se recuerdan mejor
superficie. La elaboración del texto base no puede esperar a que se porque sus representaciones mentales ocupan un lugar prominente en
haya presentado el texto de superficie completo. Por el contrario «la la memoria -en que las proposiciones tendrían también una organi-
comprensión tiene lugar en el curso ( on line) del procesamiento d~ los zación jerarquizada-, y son más accesibles al estar mejor integradas
datos de entrada, gradualmente, y no post hoe>> (van Dijk y Kintsch, en el conjunto de estructuras de memoria cuyo empleo se hizo
1983, p. 5). Por ejemplo, el sistema cognitivo del lector de este necesario para comprender el texto. La hipótesis predice que las ideas
capítulo va organizando ideas en el curso de la lectura, y los procesos principales deberán olvidarse menos y recuperarse más rápidamente
de organización textual coinciden temporalmente con otros muchos que las secundarias. Si bien la primera de estas predicciones se ha
de tratamiento perceptivo de las señales escritas, acceso al sistema comprobado repetidamente, la segunda -más exclusiva de este
léxico, análisis de aspectos sintácticos de las unidades clausales y modelo- no parece cumplirse (Carreiras y Gutiérrez-Calvo, 1989).
oracionales, etc. Cuando recordamos textos o unidades de discurso, inferimos
El carácter en-curso del procesamiento del texto establece limita- muchas ideas que no estaban explícitas en ellos, pero que son
c~ones clara~ .de recursos asignables a este proceso por parte del coherentes con lo que dicen. ¿No podría ser que el efecto de niveles
s~stema cogmtiv.o: procesamos los textos en tiempo real y con restric- fuera consecuencia del modo básicamente inferencia! de recuperación
c~ones que provienen, cuandlo ~enos, de límites de atención y memo- de la información de la memória? Las inferencias son tanto más
na a corto plazo. Estos ultimos son especialmente importantes: probables en relación con las ideas del texto cuanto más importantes
cuando el texto de superficie es relativamente largo el sistema son: el sistema cognitivo tenderá a incorporar esas ideas principales a
cognitivo tiene que ir elaborando «trozo a trozo» el' texto base su propia estructura de memoria permanente, haciéndolas parte de
debido ~ la necesidad de abstraer los contenidos proposicionales d~ ella. Esto explicaría tanto la mayor probabilidad de recuerdo (en
las oraciOnes antes de que éstas se pierdan de la memoria. Además el realidad, de «inferencia en la recuperación») de las proposiciones
«retén de memoria» sólo puede mantener simultáneamente un cie~to superiores en la jerarquía del texto base, como el hecho de que éstas
número de unidades semánticas (que Kintsch y van Dijk establecen en sean más susceptibles de intrusiones (ideas relacionadas, pero que no
una m~g~itud que oscila de una a cuatro) para incorporar las nuevas estaban en el texto original) o de falsas alarmas (oraciones reconoci-
proposiciOnes al texto base. En cada momento, sólo podemos contar das como presentadas, cuando no lo fueron en realidad, y que
con un número limitado de «ideas» máximamente activadas a las contienen «ideas principales» del texto). La hipótesis de la reconstruc-
que incorporar las nuevas ideas del texto. ' ción inferencia! (Graesser y Nakamura, 1982) puede explicar, quizá,
Así, por cada ciclo de procesamiento se seleccionan con una una parte del efecto de niveles, dado que la memoria del significado
estrategia de «ret~ner lo superior», sólo algunas de las id~as previas tiene un carácter esencialmente reconstructivo. Sin embargo, los
del texto. A medida que el proceso transcurre de ciclo en ciclo las procesos inferenciales que intervienen en la comprensión (y no sólo
P.roposicione~ de nivel más alto tienden a repetirse más, al s~guir los relacionados con la memoria) también ejercen influencia en el
Siendo seleccionadas una y otra vez, para retenerse en la memoria efecto de niveles · como demuestra el hecho de que las «falsas alar-
operativa:
mas» en el rec~nocimiento, que afectan sobre todo a las ideas
principales de un texto, no implican necesariamente tiempos de
De ~ste mod~, pue~e utilizarse un principio muy general de la memoria para respuesta mayores que los reconocimientos correctos (Gutiérrez-Cal-
explicar las diferencias de recuerdo entre las unidades semánticas: Recordamos
lo que procesamos, y si las proposiciones supraordinacias se procesan más vo y Carreiras, 1990).
¿Es sólo el efecto de niveles un fenómeno de memoria, como
496 497
PSICOLOGIA DEL LENGUAJE. INVESTIGACION Y TEORIA LA COMPRENSION DEL DISCURSO

supone la hipótesis clásica de la reconstrucción inferencia!, o consti- 5. MACROESTRUCTURAS Y TEMAS


tuye también un fenómeno genuino de comprensión, como suponen
los modelos alternativos, de repetición de argumentos, accesibilidad 5.1. Coherencia local y coherencia global
representacional y construcción inferencia!? Las investigaciones sobre
la relación entre la jerarquía de las proposiciones y los tiempos o Como nos sugieren los estudios sobre el efecto de niveles, compren-
modos de lectura de los elementos lingüísticos que las simbolizan der el discurso no consiste sólo en detectar las ideas que contiene y
(palabras, cláusulas y oraciones) permiten dar uná respuesta bastante establecer la coherencia local entre ellas, en virtud de la regla por la
clara a esta cuestión: aparte de la intervención de factores de memo- cual se relacionan entre sí las proposiciones con argumentos comu-
ria, la influencia de la importancia de las ideas se demuestra ya en los nes. La comprensión es, desde un principio, un proceso activo que se
procesos mismos de comprensión. Un reflejo de ello es el hallazgo de basa en el supuesto de que los textos o unidades discursivas tienen un
que las palabras y cláusulas que corresponden a proposiciones de significado global, identificable, en cierto modo, con lo que llamamos
niveles jerárquicos superiores reciben tiempos de lectura más altos tema, y que no consiste en la suma o agregación de las ideas
que las de niveles inferiores (Cirilo y Foss, 1980). Cuando una misma moleculares (o microproposiciones) que el texto contiene. Cierto es
frase se incluye en dos textos de tal manera que, en uno de ellos, se que lo que llamamos la «esencia» de un texto se extrae, en parte, de
corresponde con una idea que ocupa un lugar más alto en la jerarquía las ideas particulares, pero no sólo de ellas: también de un conjunto
proposicional, y en el otro un nivel más bajo, el tiempo de lectura de complejo y organizado de conocimientos y esquemas sobre el mundo
la misma frase es mayor en el primer caso (como si se le dedicara más a que el discurso se refiere, y de otro conjunto de esquemas acerca de
atención). Además, los tiempos de fijación ocular en las palabras que la organización del propio discurso. En suma: comprender el discurso
corresponden a proposiciones de niveles jerárquicos superiores son no es sólo convertir las representaciones oracionales en representacio-
más largos incluso en la primera lectura, y esas palabras son, con más nes proposicionales, como si las oraciones se mirasen en un espejo,
frecuencia, blancos de movimientos regresivos de ojos durante el abstracto pero fiel, de ideas. A lo largo de la comprensión, las ideas
proceso de lectura (Mandel, 1970; Shebilske y Fisher, 1980). En suma: son· activamente sometidas a procesos de depuración, abstracción y
los lectores se fijan más tiempo en los elementos lingüísticos que elaboración, que permiten asignar al texto una coherencia global. De
reflejan ideas importantes, y vuelven más veces sobre ellos. Cirilo y hecho, hay series de oraciones localmente coherentes, pero que
Foss (1980) han propuesto, en virtud de todo ello, que el efecto de carecen de coherencia global, como es el caso de 10:
niveles puede explicarse por el hecho de que las ideas superiores
consumen más recursos de atención que las otras. 10. Antonio habla con María. María tiene una casa en Barcelona. Antonio es
Como demuestran los trabajos sobre movimientos oculares y aficionado a la lotería. Barcelona está en la costa. La lotería no suele tocar. La
tiempos de lectura, a lo largo del proceso mismo de comprensión, las casa tiene dos pisos. En el segundo piso duerme el gato.
personas que comprenden un texto o un discurso hacen algo más que
codificar proposicionalmente las ideas que contiene: también las La impresión que tenemos al leer 10 es que, a pesar de que las
pesan y organizan, las convierten en una estructura conceptual en la oraciones estén localmente conectadas por repetición de argumentos
que no todo tiene el mismo valor. Realizan un procesamiento activo, (María de la primera a la segunda, Antonio de la primera a la tercera,
que no se limita a reflejar especularmente el texto «traduciendo» las Barcelona de la segunda a la cuarta, etc.), no hay, en realidad, un
oraciones a proposiciones. Ese procesamiento activo permite cons- texto coherente, sino oraciones que, a pesar de estar superficialmente
truir mundos coherentes de ideas con diferentes pesos y papeles. Al relacionadas, carecen de una coherencia global, no se organizan
comprender textos y discursos, las personas elaboran macroestructu- alrededor de un tema.
ras, que implican funciones de abstracción. Estas funciones permiten Las nociones de tema, macroestructura y coherencia global están
que la comprensión vaya mucho más allá de lo que el texto dice estrechamente relacionadas y remiten, todas ellas, a dos supuestos
literalmente, pasando de las cláusulas y oraciones a escenarios menta- esenciales para explicar la comprensión del discurso: 1) el supuesto de
les y mundos organizados de ideas. que los textos y discursos se organizan en torno a ideas esenciales que
corresponden a unidades globales de significado irreductibles a otras
más moleculares, como los rasgos semánticos, las microproposiciones
o los lexemas, y 2) la idea de que una parte importante de la actividad
de comprensión del discurso consiste precisamente en el descubri-
miento y la abstracción, y también la explotación inteligente, de esos

498 499
PSICOLOGIA DEL LENGUAJE. INVESTIGACION Y TEORIA
LA COMPRENSION DEL DISCURSO

componentes esenciales de significado. O, lo que es lo mismo, la idea dichas o escritas. Muchas menos, porque comprender exige olvidar y
de que comprender es, en cierto sentido, dar coherencia global a los abstraer, entresacar lo esencial de lo accesorio. Desde esta perspec~i­
textos y discursos. va la comprensión puede entenderse como un proceso que permite
Así como la coherencia local, o puramente referencial, no asegura el~borar la macroestructura del texto a partir de su microestructura.
la existencia de una coherencia global en el texto (eso era lo que
ocurría en el caso de 10), puede suceder que sean globalmente
Ese proceso de elaboración se guía por lo que Kintsch van D,ijk r,
(1978) denominan macrorreglas,.q~e son reg~as de proy~cc10n. seman-
coherentes textos cuya coherencia local es difícil de establecer y exige tica tales que relacionan proposiciOnes de mvel mas baJ? (miC~opro­
una intervención masiva de inferencias, como sucede en 11: posiciones, o ideas expresadas en el texto) con otra.s de m ve~ mas alto
(macroproposiciones, o ideas que captan su conte.md'? esencial)., «y de
11. Preparó la pistola cuidadosamente. La mancha oscura apenas destacaba en la este modo derivan el significado global de un episodiO o un discurso
oscuridad de la noche. Fueron dos fogonazos apenas sin sonido, a la manera de
notas graves con sordina. El hombre cayó después de un momento de indecisión,
completo, a partir de los significados locales de las oraciones que
como asombrado por el tacto de la muerte. contiene» (van Dijk y Kintsch, 1983, p. 190). . ..
· Las macrorreglas definidas en el modelo de Kmtsch y van DIJk
(1978) son esencialmente tres:
Mientras que en el texto 10 la pretensión de poner título es inútil,
en 11 basta con decir «un crimen» para significar un cierto núcleo l. Supresión. Dada una secuencia de proposiciones, se eliminan
esencial del texto. Sin embargo, se trata de un texto cuya coherencia todas aquellas que no constituyen con.dicion~s de. interpretación de
referencial exige un empleo amplio de inferencias, tales como que la otras proposiciones. Estas son las de mvel mas baJo de la estructura
sombra era del hombre que cayó, que éste no era el mismo agente que proposicional del texto, que, por lo que establece la regla de supre-
el q?e preparó la pistola, que los fogonazos correspondían a disparos sión, no se incorporan a la macroestructu~a. . . ,
realizados con ella, etc. En 11 nos acude, enseguida, a la mente una 2. Generalización. Dada una secuencia de proposiciOnes, estas
escena coherente, que seguramente no pudimos elaborar en 10. pueden sustituirse por otra, más general, que las incluya y recoja su
sentido esencial.
5 .2. La noción de macroestructura 3. Construcción. Las secuencias de proposiciones que son condi-
ciones, consecuencias o componentes de otra más global pueden ser
La noción d~. macr?estructura es empleada por Kintsch y van Dijk sustituidas por ésta.
(1978, van DIJk y Kmtsch, 1983) para definir la descripción semántica
del contenido global del discurso. Puede entenderse como una cierta
organización de significado que representa los aspectos esenciales de El efecto de la aplicación de la~ reglas de supresión, .ge~e.rali~a­
un tex~o, por medio de unidades que van Dijk y Kintsch (1983) ción y construcción, es la elaboracion de una. estructura s~gmficatlva
den?I?Jman macroproposiciones (para diferenciarlas de las micropro- mucho más económica que la del texto base, 1.e. que contiene menos
posiciones de que se_ compone el texto base). Lo que tienden a proposiciones. Así, la con;prensión. d~ ~extos, como e,n gene~a.l los
recordar los sujetos, cuando intentan acordarse de un texto es la procesos cognitivos, se gma por prmctpzos de economta cog:zzttva y
macroestructura, y no la microestructura del mismo: como de~uestra abstracción suficiente, semejantes a aquellos por los. que se ngen los
el efecto de niveles, solemos recordar las ideas principales de un texto procesos de razonamiento (Riviere~. 1986); es decir, por 1~ doble
Y no las subordinadas. Nos es más fácil recordar lo que podemos necesidad de: a) limitar la complepdad de las. rel?resentac10n~~ y
llamar «el centro» del texto, y más difícil traer a la memoria sus procesos, en función de las limitaciones. del propiO .sistema cogmtivo
componentes periféricos. De este modo, la noción de macroestructura y b) de extraer los contenidos y re}ac10nes esen~Iales para q~.e se
(que trata de superar el carácter pasivo y centrado en el texto más produzca el proceso de comprension. Como senalan van DI)k y
que en el sujeto, del primer modelo de Kintsch) se correspond~ más Kintsch:
fielmente que la ?emicroestructura con la representación psicológica
de los tex~os y discursos en los procesos de comprensión y recuerdo. en los modelos cognitivos, las macroestructuras semánticas no sólo tratan de
. ¿Y qu:>e tene.mos en 1~ mente, al recordar y comprender textos o dar cuenta de nociones tales como las de tema, o significado esencial, o de
explicar aspectos de la coherencia global. También se han pr?puesto por
discursos. En Cierto sentido, tenemos muchas más ideas que las que razones cognitivas más fundamentales. Las macrorreglas son tamb1en reglas de
se ,expresan en los textos base, pero también muchas menos. Muchas reducción y organización de la información. Las secuencias amplias de estructu-
mas, porque comprender implica constantemente inferir ideas no ras semánticas complejas, tales como las oraciones, dibujos, escenas naturales o

500 501
PSICOLOGIA DEL LENGUAJE. INVESTIGACION Y TEORIA LA COMPRENSION DEL DISCURSO

acciones, no pueden manejarse bien si no se emplean estructuras de nivel Oraciones del texto de superficie
superior de uno u otro tipo. Cuando comprendemos un texto, no tenemos
acceso a todas las oraciones que hemos leído ... Las macroestructuras no son, ni
. !
mucho menos, un lujo en la comprensión del discurso: sin ellas, posiblemente Mecanismos de parsing sintáctico, interpretación semán-
no podrían hacerse las tareas complejas (que requiere) (van Dijk y Kintsch, tica de oraciones, construcción de proposiciones y defini-
1983, pp. 194-195). ción de coherencia referencial
!
La tarea de comprender implica así procesos de reducción de
información, y organización de ideas, que permiten identificarla, en Microproposiciones del texto base
cierto sentido, con una tarea de abstracción. Por otra parte, la
abstracción de la macroestructura no se produce post hoc, sino que es !
Mecanismos de aplicación de macrorreglas de supresión,
un proceso gradual, que acontece durante la recepción del texto. generalización y construcción.
¿Cómo se realiza ese proceso? Una idea importante es que la deriva-
ción de la macroestructura no sólo se realiza en función de la
!
microestructura, es decir, del conjunto de ideas contenidas explícita- Macroproposiciones 1 macroestructura
mente en el texto, sino también, y muy fundamentalmente, ep
función de los esquemas, organizados en la memoria permanente, que i
las personas poseemos tanto acerca de las estructuras de los textos Mecanismos <<top-down>> de aplicación de conocimientos
en MLP al texto en curso.
como acerca de las estructuras de los objetos y acontecimientos del
mundo. Hemos dicho que el discurso constituye el punto de sutura i i
entre el conocimiento del lenguaje y el del mundo. Pues bien: la
Esquemas y guiones sobre objetos/rela- Esquemas y gramáticas que representan
noción de macroestructura remite al punto concreto en que esa sutura ciones en el mundo los conocimientos sobre textos y discursos
se produce. La construcción de la macroestructura se guía, «desde
abajo», por las ideas explícitas en el texto, y «desde arriba» por los Figura 11.4. Esquema de relaciones entre estructuras de conocimientos que intervie-
esquemas acerca de la organización de los propios textos y acerca de nen en la comprensión del discurso.
los «mundos», reales o virtuales, a los que el texto remite. En la
figura 11.4 se sintetiza esa idea:
Como se ve en la figura 11.4, la elaboración en-curso de la Veamos, por ejemplo, el texto 12:
macroestructura se guía por a) lo que el texto dice y b) lo que el que
lo comprende sabe~ y muy significativamente por lo que sabe sobre el 12. Los incendios de los bosques deterioran el medio; el problema reside en la falta de
mundo del que el texto habla y también sobre la naturaleza y cuidado de la gente y de equipos eficaces para apagar los fuegos. La solución
organización de los textos en general. En ese proceso de elaboración, consiste en educar a la población, preparar equipos capacitados de bomberos y
se hace precisa la utilización de relaciones de coherencia que son dotarles de recursos suficientes.
mucho más fuertes e informativas que las puras asociaciones referen-
ciales de la microestructura. La macroestructura del texto, en la representación que propone
Meyer (1985), sería como la que se muestra en la figura 11.5:
5.3. Macroestructura y estructura lógica del texto La figura 11.5 nos dice que, con arreglo al modelo de Meyer> el
texto 12 se corresponde con una macroestructura que contiene una
La asignación de las relaciones de coherencia global está determina- relación esencial: hay que dar respuesta a un cierto problema que
da, frecuentemente, por conocimientos que posee el oyente/lector y requiere una solución. El problema que se plantea es cómo impedir
que se presuponen en el texto sin hacerse explícitos. Meyer (1985) que los bosques se quemen, y la solución implica una colección de
establece, por ejemplo, los siguientes cinco grupos básicos de relacio- respuestas: educar a la población y preparar equipos de bomberos. A
nes frecuentes en textos expositivos: 1) colecciones, 2) causaciones, 3) su vez, el problema tiene como causa la falta de equipos y de cuidado
respuestas (que se presentan a veces en formatos problema-solución, por parte de la gente. Y los equipos de bomberos deben ser -se
pregunta-respuesta, etc.), 4) comparaciones y 5) descripciones (en que especifica- preparados y con recursos.
se proporciona más información sobre un tema, presentando atribu- En la representación anterior, la macroestructura se hace corres-
tos, contextos, etc., de algo). ponder a la estructura lógica del texto. Expresa las relaciones esencia-

502 503

UNIVERSIDAD DE ANTIOQUIA
BIBLIOTECA CENTRAL
PSICOlOGIA DEl lENGUAJE. INVESTIGACION y TEORIA
lA COMPRENSION DEL DISCURSO

Respuesta
para asegurar la «realidad psicológica» de las macroestructuras?;
¿hasta qué punto es necesario recurrir a ellas para explicar la com-
Problema Solución prensión?
1

Colección 5.4. Factores de procesamiento macroestructural


1
Impedir que el medio se deteriore Educar a la Preparar equipos
por los incencios población de bomberos
Un hallazgo importante, favorable a la idea de que la comprensión
implica procesos de elaboración macroestructural, es el resultado ya
mencionado de que existe una relación entre el nivel de las proposi-
1
1
ciones en el texto base y el tiempo de lectura de los elementos
Causación (palabras, cláusulas y frases) que sirven para representar tales propo-
Descripción
siciones: cuando una misma representación «de superficie» (una
Antecedente Consecuente cierta oración, por ejemplo) se sitúa en un texto en que la idea que
1 representa ocupa una jerarquía más alta, su lectura se hace más lenta

n
1
Colección Causación Colección
(Cirilo y Foss, 1980). Este fenómeno es explicable si se supone que las
proposiciones de niveles más altos son candidatas a ser seleccionadas

ll
1
1 para incluirse en la macroestructura, y que la selección es un proceso
Antecedente Consecuente que consume tiempo. Hay un modo de someter a prueba esta
1
Falta de Falta de
1
hipótesis: si el mayor tiempo de lectura de las representaciones de
Incendios Deterioro Equipos
cuidados equipos bosques
Equipos ideas superiores se relaciona con procesos de tipo macroestructural,
medio capacitados con recursos entonces ese fenómeno dejará de darse cuando se dificulten o impidan
tales procesos. Esto último puede hacerse manipulando las instruccio-
Figura 11.5. Representación lógica de la macroestructura de un texto según el modelo
de Meyer (1985). nes que se dan a los sujetos sobre la tarea experimental que tienen
que realizar. Por ejemplo: cuando se instruye a los sujetos para que
comprendan el significado esencial de un texto, extraigan su tema
les que se dan en éL Y, ciertamente, en la perspectiva de Meyer principal, o resuman el discurso, se induce una estrategia de procesa-
(1985), comp~ender un. texto equivale, en gran parte, a extraer su miento claramente macroestructural, muy diferente de la que se
es~r.uctura logica ~sencial. Au~q~e esta concepción haya recibido estimula al pedirles, por ejemplo, que. lean un texto para detectar sus
cnticas. por su .estilo al&~ «apr.wnsta» y logicista, que parece dejar posibles fallos ortográficos. Schmalhofer y Glavanov (1986) han
poco SitiO a la mtervenci~n activa ~' hasta cierto punto, deformante encontrado que las frases que corresponden a proposiciones superio-
del q~e c<?mprende, contiene una Idea importante: comprender un res exigen más tiempo de lectura sólo cuando se induce un procesa-
texto Imp~Ica descubrir las relaciones que se dan en él y jerarquizar miento macroestructural del texto por parte de los lectores. En caso
~sas ~elaciOnes. Meyer, Brandt y Bluth (1980), entre otros muchos contrario, la diferencia entre proposiciones superiores e inferiores
Investigadores, han demostrado que los sujetos que comprenden mal desaparece.
un texto lo recuerdan, .después, como una «lista» de proposiciones Hay tres tipos de variables principales que condicionan el grado
con escasa e~tructura, mie~tras q~e.los más capaces de comprenderlo, en que se elabora la macroestructura del texto o el discurso en el
recuerdan bien. <~s~s relacwnes logicas inherentes»: las relaciones de proceso de comprensión: variables del texto, de los propósitos con
las que, en defmltiva, depende la coherencia global del texto. que se recibe, y de los sujetos que tratan de comprenderlo. En cuanto
.En su~a, el co~cepto de. macroestructura intenta dar cuenta de al texto, hay numerosas investigaciones que demuestran que los
r~r!os fenomenos bien c~nocidos en el estudio del tratamiento psico- textos bien organizados facilitan el procesamiento macroestructural
.ogico. de los textos. Fenomenos tales como el mejor recuerdo de sus (Hayes y Simon, i974; Kintsch y Greeno, 1985; Kintsch y van Dijk,
~dds dmportantes,. }a relación entre este efecto de niveles y la capaci- 1978; van Dijk y Kintsch, 1983), mientras que los mal organizados,
a e comprenswn de los que recuerdan el hecho de que éstos vagos o azarosos lo dificultan (Lorch, Lorch y Matthews, 1985) y, en
rec~mstruyan también mejor su estructura 'lógica inherente cuanto el extremo, el efecto de los niveles sobre el recuerdo y el tiempo de
meJor .c?mprenden, la mayor detención en el tratamiento de las lectura desaparece cuando se neutraliza la influencia de la estructura
proposiciOnes fundamentales, etc. ¿Son estos fenómenos suficientes textual (Kintsch y van Dijk, 1978; Cirilo, 1981).
504 505
LA COMPRENSION DEL DISCURSO
PSICOLOGIA DEL LENGUAJE. INVESTIGACION Y TEORIA

Los propósitos y metas con los que se leen los textos tienen Un pasaje (del discurso) puede concebirse como un tapiz bien tejido, en el que el
tema general (tapie) se introduce al principio, y luego se vuelve a él, una y otra
también una influencia significativa sobre el estilo con que se proce- vez, con comentarios sucesivos, que se encajan en la trama general del tapiz por
san. La elaboración de la macroestructura se hace más probable su relación con el tema. Desde esta perspectiva, una parte importante de la
cuando se plantea, por ejemplo, el objetivo de resumir o esquematizar tarea de comprender consiste en descubrir el tema general y luego descubrir las
un texto (Brown y Day, 1983) y menos cuando se trata d~ detectar relaciones que mantienen con él los otros enunciados.
algún aspecto superficial (por ejemplo, errores de puntuaciÓ!l). Los
propósitos prototípicos de la lectura y escucha de textos y discursos Para ilustrar el carácter . nuclear del tema en el tratamiento
(que suelen implicar entender lo que se dice) son inductores claros de psicolingüístico del discurso, basta con ver lo que sucede cuando el
procesos macroestructurales. tema queda oculto, como en el párrafo 13, adaptado de Dooling y
También las características personales de los que tratan los textos Lachman (1971), en traducción libre:
influyen: sus conocimientos previos, edad, capacidades lingüísticas,
etc. Por ejemplo, Spilich et al. (1979) han d~mostrado que, cu.ando
13. Financiándose con joyas empeñadas, nuestro héroe desafió con valor las sonrisas
reciben un discurso sobre un tema, los suJetos expertos retienen
desdeñosas que trataban de impedir su plan. "Vuestros ojos os engañan", les
mejor las ideas más relevantes que los novatos, y la diferencia entre había dicho. "Es un huevo, y no una mesa, lo que mejor representa ese planeta
unos y otros no resulta ser significativa, en cambio, en el caso de las inexplorado". Ahora, las tres hermanas tenaces buscaban la prueba. Avanzando
ideas de niveles inferiores. sin desmayo, moviéndose a veces en la calmosa inmensidad, y más frecuentemen-
El papel de la macroestructura en el proce~o. de comp!ensión te sobre cumbres turbulentas y valles abruptos, los días se hacían semanas, y eran
sugiere la posibilidad práctica de emplear procedimientos de mstruc- muchos los desconfiados que esparcían rumores temerosos acerca del huevo. Al
ción de las estrategias macroestructurales que emplean naturalmente fin, desde ninguna parte, aparecieron venturosas criaturas aladas que parecían
los lectores más competentes, para mejorar las capacidades de com- transportar en sus alas un punto de respiro.
prensión de los menos competentes. Por ejemplo, León (1991) utilizó
el modelo de macroestructura de Mayer (198S) para realizar un ¿De qué se habla? ¿Quién era el héroe, las hermanas tenaces, los
programa de instrucción de alumnos de enseñanza secundaria, a los desconfiados, las venturosas criaturas aladas? Las oraciones del texto,
que se enseñaban sistemáticamente habilidades tales. ~~m o ~laJ:>orar por separado, son gramaticales e inteligibles, pero el todo resulta
un título para un texto (determinar su macropropo~IciOn pnncipal), difícil de comprender y recordar, a menos que se descubra un tema:
identificar las relaciones dominantes en su contemdo y hacer un «El descubrimiento de América por Cristóbal Colón». Ahora todo se
resumen del contenido (es decir, explicitar la macroestructura). Los encaja de repente y tenemos un insight repentino de relaciones ante la
su jetos instruidos en estas tareas macroe.structurales de~ostr~ron conciencia.
después que eran capaces de recordar meJor que los no-mstrmdos El tema del discurso no es reductible a los temas de las ideas que
aspectos macroestructurales, como las macroproposiciones y las es- contiene. Sirve de guía para acceder a un conjunto relevante de
tructuras lógicas principales de un nuevo texto. conocimientos sobre el mundo que guían el proceso de comprensión.
Así, en el texto 13, el tema «descubrimiento de América por Cristóbal
S.S. El tema y su relevancia psicolingüística Colón» juega el papel de una clave cifrada, que nos permite abrir esa
inmensa caja de caudales a la que llamamos «memoria permanente»:
El núcleo de la macroestructura del discurso es el tema~ que puede ahí encontramos un cierto conjunto organizado de conocimientos, de
identificarse con la macroproposición que ocupa el lugar más alto de esquemas o guiones sobre Colón y el Descubrimiento, que nos
la jerarquía de la macroestructura (el nivel 1). En realid~d, una forma permiten interpretar el texto. Además, el tema es también como un
útil de entender psicológicamente el discurso es concebirlo como una ancla al que se anudan las ideas del texto. En 13, las ideas que
actividad cooperativa, que gira alrededo: de un te~.a. ~1 pr?~uctor «bailaban» al recibir el texto sin tema, se estabilizan y afirman
del discurso, en virtud de su compromiso pragmatlco Imphcito de cuando se nos informa de él, o lo descubrimos por nosotros mismos.
«ser claro», suele tender a marcar la información sobre el tema, con el El tema organiza esas ideas. Cumple así la doble función de apuntar a
fin de facilitar la actividad cooperativa que realiza el que comprende, los conocimientos extradiscursivos relevantes para comprender, y de
y que sólo es posible cuando el tema es compartido. Como ha se- organizar internamente el propio discurso. Las metáforas de la clave
ñalado Carroll (1986): y el ancla son, así, muy adecuadas para sintetizar las importantes
funciones cognitivas que juegan los temas.
El supuesto implícito de cooperación, en el que se basa toda

S06 S07
PSICOLOGIA DEL LENGUAJE. INVESTIGACION Y TEORIA LA COMPRENSION DEL DISCURSO

actividad discursiva (y del que hablaremos detenidamente en el para «luna», y sucede lo contrario con la inferencia <~el viaje espacial
capítulo 14), establece frecuentemente la conveniencia de marcar el fue largo» (Kozminsky, 1977).
tema con ciertos recursos lingüísticos: a veces se señala explícitamen- La primacía cognitiva del tema del discurso se deriva de los
te el ten:a, como cuando se titula un texto o se asigna valor temático mismos factores que permiten explicar el efecto de niveles (grado de
a una Idea con un comentario manifiesto («lo importante es ... », procesamiento en la codificación, accesibilidad de las ideas superio-
«ahora vamos a hablar de ... », etc). Pero existen otros recursos res, reconstrucción o construcción inferencia!, atención mayor a
lingüísticos que también se relacionan muy estrechamente con el proposiciones principales), al ser el tema la proposición que ocupa el
tema. Por ~je.mplo, es fre.cuente q~e éste s~ !D:encione (a no ser por lugar más alto de la jerarquía macroestructural. A estas explicacio-
razon~~ retoncas o descmdo del discurso) Inicialmente y no al final. nes, ya mencionadas, debemos añadir otras dos, que se relacionan
Tambien es frecuente que el te~a se mencione frecuentemente, que con los conceptos de conectividad y pertenencia a la cadena principal
cumpla el papel gr~matical de SUJeto de una oración y que correspon- del discurso. La conectividad es la cantidad de conexiones que cada
?a a~ contemdo ma~ general, ~elevante y abstracto del discurso, que proposición mantiene con otras en el texto base, cuando en éste se
Imphca a los ciernas de algun modo. Estos recursos tienen una incluyen las inferencias necesarias para la comprensión. Es, por
influenc,ia demostr.ada en la comprensib~lidad del discurso. Por ejem- consiguiente una propiedad de las proposiciones como tales, pero que
plo., ,el titulo consttt~ye una ayuda muy util en el proceso de interpre- se deriva de la estructura en que se insertan. Algunos investigadores
tacwn. Veamos un eJemplo de ello en el texto 14, traducido libremen- han sugerido la idea de que la importancia temática de una proposi-
te de Hasher y Griffin (1978): ción es tanto mayor cuanto mayor sea su conectividad. Veamos un
ejemplo utilizado por Graesser, Robertson y Anderson (1981), que
14. El vi~je fue largo y la tripul~ción estaba expectante. Nadie sabía, en realidad, qué analizaron la conectividad de las ideas explícitas e implícitas en el
habna en las nuevas regtones a las que se dirigían. Claro que se hacían siguiente texto breve:
especulaciones sobre la naturaleza de esos nuevos lugares, pero los hombres de
ese pequeño grupo serían los únicos en conocer la auténtica verdad. Aquellos
15. Una abeja sedienta fue al río y la fuerza de la corriente la arrastró.
hombres participaban en un episodio que cambiaría el rumbo de la historia.

Cuando se analizan las ideas explícitas o inferidas del texto 15, se


¿Se trata, de nuevo, de un texto sobre «El descubrimiento de encuentra, por ejemplo, que la idea (SEDIENTA, abeja) tiene muchas
Améric~ por Cristóbal Colón»? Es una posibilidad en la que quizá menos conexiones que la proposición (ARRASTRAR, A: fuerza. 0:
haya caido el lector, que tenía activado ese contenido temático en la abeja). En la formalización de Graesser et al. (1981), la primera
memoria, después de los comentarios anteriores sobre el texto 13. proposición tiene una conectividad de 1 y la segunda de 6. Este índice
Pero también podríamos poner a 14 otro título, que permitiría está relacionado con la importancia subjetiva que las personas asig-
acceder, en la memoria, a módulos de conocimiento bastante diferen- nan a las ideas del texto (T rabasso y Sperry, 1985) y con el recuerdo
t~s. Por eje~plo: «El primer viaje a la luna». La integración del de tales ideas, que es tanto mayor cuanto más alta es la conectividad.
discurso es dife~ente en uno y otro caso. Por ejemplo, la frase «el viaje La frecuencia de mención de las ideas es, muchas veces, un indicador
fue largo» suscita una escena mental de un viaje marítimo de meses, externo de su conectividad.
en el caso de «Colón», y de un viaje espacial de días o semanas en el Un índice estrechamente relacionado con la conectividad es el
de la «Luna». ' grado de pertenencia de una idea a la cadena principal del discurso.
La explicita~~Ón del tema facilita la integración y, por consiguien- En este caso, el supuesto es que ese nivel de pertenencia es,· también,
te, la comprenswn y el recuerdo del discurso. Su ausencia da lugar a un indicador preciso de la importancia temática. En todo discurso,
una pobre comprensi?n y un nivel bajo de recuerdo (Bransford y hay ideas que se insertan en un marco general de relaciones centrales,
Johnson, 1972; Doolmg y Lachman, 1973). Empleando textos de tales como las que define Meyer (recordemos que ella hablaba de
historias no familiares de dificultad normal, Schwartz y Flammer relaciones de colección, respuesta, causación, etc.), y otras ideas que
(1981) encontraron que la mención del título aumentaba en un 50 % terminan en «puntos muertos», es decir, en puntos en que no se
e,l recuerdo d~ las ide~s transr!litidas. ~~emás, el tema definido por el continúa la cadena relacional. Las primeras, que ocupan un puesto
titulo determma las mferencias especificas que se realizan sobre el temático más central, son evaluadas como más importantes por las
texto, y que frecuentemente se reconocen o recuerdan como forman- personas que comprenden textos (Omanson, 1982), y se recuerdan
d? parte de él, aun cuando no fueran explícitas. Así, la inferencia «el mejor (Trabasso et al., 1984).
VIaJe fue por mar» es probable, en 14, para el título «Colón», pero no Las observaciones anteriores ilustran la utilidad psicolingüística
508 509
PSICOLOGIA DEL LENGUAJE. INVESTIGACION Y TEORIA
LA COMPRENSION DEL DISCURSO

de tratar el concepto de tema como referido a una característica que apartados .a~teriore~ cómo influyen en la comprensión las estructuras
pueden poseer las unidades del discurso implícito ~n mayor o m,enor de proposiciones o ~~eas (es decir, los textos de base y las macroes-
grado (el nivel de tematicidad). Los temas no tienen por que ser tructuras). La cuestwn que nos planteamos ahora es diferente aun-
explícitos. Puede haber proposiciones inferidas. cuyos niveles de co- que n? i~depe~die~lt.e de esa: ¿tenemos las personas alguna cl~se de
nectividad y pertenencia a la cadena causal pnncipal sean mayores cono.cimiento, Imphcito, alguna clase de «gramática» si se quiere, no
que los de otras ideas explícitas en el discurso. Además la noción de refenda ya a este o aquel texto particular sino a los textos o discursos
tema remite a una dimensión, más que a una categoría bien recorta- en su se~~ido más general y abstracto, y que intervenga en la
da. Ello se deriva del hecho de que el discurso es una estructura comprenswn?
compleja, y no una jerarquía unidireccional ?e
id~as, e~ que éstas La idea de que en la comprensión de textos interviene el conoci-
sean súbditos sometidos a un tema con el mismo Impeno absoluto miento, de una cierta «gramática textual» se ha desarrollado por
sobre todas ellas. Se parece más a una sociedad abierta, en que hay analogia con ese supuesto fundamental de la psicolingüística, del que
una pluralidad de instituciones y papeles, que contribuyen a una ya he~os tratado e~ los capítulos sexto y décimo, según el cual los
misión cooperativa común, a pesar de la diversidad de sus papeles y ~sua;I?s del lengu:aJe poseemos ciertos conocimientos gramaticales
las diferencias entre sus relevancias temáticas. Imphcitos, que defmen nuestra competencia como oyentes-hablantes
de un !enguaje natural, y que influyen en los procesos de comprensión
de. umdades subtextuales tales como las cláusulas y oraciones. Del
6. COMPRENSIÓN Y SUPERESTRUCTURAS DEL DISCURSO: mismo modo 9ue podemos enunciar ciertas reglas (por ejemplo,
LAS GRAMÁTICAS DE NARRACIONES reglas de reescntura) que aseguran la gramaticalidad de las oraciones
¿I?o será posible establecer las reglas por las que se define un text~
6.1. Las gramáticas de narraciones bien formado?, y, en caso de serlo, ¿influyen esas reglas en la
comprensión real del discurso, son reglas que las personas emplean
La macroestructura es el punto de encuentro entre las ideas del de algún modo?
discurso y las del que lo comprende, el ámbito en que el lenguaje se Desde un punto de vista formal, el intento de definir una cierta
anuda con mundos mentales de conocimientos, para producir la «gram~tica>> textual fue realizado, en primer lugar, por Propp (1968)
comprensión (ver figura 11.4). Desde esta perspectiva, la compren- y contmuado por otros lingüistas, como Barthes (1966), Bremond
sión misma debe entenderse como la función que resulta de poner en (1973) y v~n Dtjk (1972, 1976). En el caso concreto de las «gramáticas
relación un texto con un conjunto de conocimientos, o como aquel d,e n.arracwnes», Lakoff (1972) fue el primero que reformuló en
conjunto de procesos y funciones que resultan de la relación activa termmos de «reglas de reescritura» las definiciones estructurales
entre el discurso y la memoria. La construcción de la macroestructu- propuestas primero por Propp. Sin duda, de todas las modalidades
ra, que permite definir aspectos tan importan~es co~o la estr~ctura del d~~curso han sido las narraciones las que han recibido mayor
de relaciones inherente al texto, su tema y la Jerarqma de sus Ideas, atencwn y han generado más cantidad de investigaciones experimen-
no consiste sólo en un proceso de abstracción y aplicación de tales. Los modelos de ~umelhart (1977), Thorndyke (1977), Johnson
macrorreglas de reducción, generalización y constr~cción de abajo .a Y Mandler (1980) y Stem y Glenn (1979) han sido los que han tenido
arriba desde el texto base a la macroestructura, smo que la propia mayor influencia en la investigación psicolingüística.
aplica~ión de las macrorreglas se guía «de. arriba a a~ajo» por una Para facilitar la comprensión de una gramática de narraciones (en
serie de conocimientos organizados en el sistema cogmuvo, almace- este caso, la de Thorndyke), nos serviremos de un pequeño cuento de
nados en su memoria permanente. La comprensión implica la interac- Ander~en, que, por ra~ones de espacio, hemos resumido: La princesa
ción continuada entre texto y conocimiento: no se guía sólo por los del guzsante. Con el fm de facilitar el análisis, el cuento se presenta,
«datos» del texto, sino también por muchos conceptos no explícitos en el cuadro 11.5, con sus ideas enumeradas:
en él, y que residen en el sujeto. La mayor parte de los psicólogos que han utilizado gramáticas de
Dentro de estos conocimientos y esquemas, que guían el proceso narraciones hai?- supuesto que éstas pueden definirse por medio de
de comprensión, debemos distinguir dos planos diferentes de conteni- reglas de reescntura, semejantes a las de la «versión estándar» de la
dos: 1) hay una serie de conocimientos, relevantes para la compren- gramática generativa. Son simplemente reglas que establecen que un
sión, que se refieren a la propia estructura del discurso~ y 2) otros simbolo abstracto, tal como «Narración», puede reescribirse o des-
remiten a los referentes de éste: son propiamente conocimientos sobre componerse en otros. Así, en el influyente modelo de Thorndyke
la «estructura del mundo», y no del discurso. Hemos visto en los «Narración» se reescribe como «Marco + Tema + Trama +'
510 511
LA COMPRENSION DEL DISCURSO
PSICOLOGIA DEL LENGUAJE. INVESTIGACION Y TEORIA

1. Había una vez un príncipe, 1. Narración ~ Marco + Tema + Trama + Resolución


2. que quería casarse con una princesa, 2. Marco ~ Personaje + Localización + Tiempo
3. pero asegurándose antes de que lo fuera de verdad. 3. Tema ~ (Suce~o)'' + Meta
4. Como nunca conseguía estar seguro, 4. Trama ~ Episodio':-
5. estaba muy triste. 5. Episodio ~ (Submeta) + (Estado deseado) + Intento* + Resultado
6. Una tarde estalló una tempestad, 6. Intento ~ Suceso/Episodio
7. y en éstas llamaron a la puerta de la ciudad 7. Resultado ~ Suceso/Estado
8. y el anciano rey acudió a abrir. 8. Resolución ~ Suceso/Estado
9. A la puerta estaba una princesa, 9. Submeta/Meta ~ Estado deseado
10. completamente empapada, 10. Personajes/Localización/Tiempo ~ Estado
11. que pidió
12. dormir en el palacio del rey.
13. La vieja reina se lo permitió, Cuadro 11.6. Reglas de reescritura de la gramática de narraciones de Thornd.yke
14. y luego puso un guisante en la cama, (1977, p. 79). Los símbolos entre paréntesis son opcionales. Los marcados con aste~1sco
15. y encima veinte colchones pueden repetirse. Los separados por barra inclinada son frecuentemente alternauvos,
16. y veinte edredones. pero no necesariamente excluyentes.
17. A la mañana siguiente, preguntó a la princesa
18. que cómo había dormido.
19. Ella dijo que muy mal,
varios episodios: la solicitud aceptada, por parte ~e la supuesta
20. y que había algo tan duro en la cama,
21. que tenía el cuerpo lleno de cardenales.
princesa, de dormir en el palacio, el astuto «test de. prmcesa~go» que
22. ¡Entonces vieron que era una verdadera princesa! ingenia la reina, y las excelentes respuesta.s de la prmcesa a dtcho ~~st
23. El príncipe la tomó por esposa, (ideas 11 a 21 ambas incluidas); 4) fmalmente, una resoluczon,
24. convencido de que era una princesa hecha y derecha. compuesta de d~s sucesos -la constat~ción ?e lo muy princesa que
era la princesa, seguida de la boda melu~t~le- y un estado: ~1
plácido convencimiento, por parte del pnnctpe, de que se habta
Cuadro 11.5. Ideas principales del cuento de La princesa del guisante.
casado con una princesa de verdad.
Con arreglo a la gramática de narraciones de Thorndyke (1977),
ResoluciÓn», que indica que una narración puede entenderse como el cuento de la princesa del guisante podría, ento~ces, corresp~nd~~ a
constituida por estos componentes. A su vez, el «Marco» de la la estructura de la figura 11.6, en que se defme su orgamzacwn
narración consta (o puede hacerlo) de unos ciertos personajes, una narrativa en forma del árbol que resulta de aplicar las reglas de
cierta localización y un cierto tiempo (la regla será: Marco -- reescritu;a. Los números de los nodos terminales del árbol correspon-
Personajes + Localización + Tiempo), etc. De este modo, los nodos den a las «ideas» de la figura 11.6:
o «categorías organizadoras» de las narraciones se combinan, de ¿Cúal es la realidad psicológica de las reglas definidas por las
forma regular, dando lugar a una cierta gramática relativamente gramáticas de narraciones y de las definiciones estructurales qu~~ se
simple, que en el caso de la formulación de Thorndyke (1977), se realizan con tales reglas? Hay un conjunto de datos, tanto sobre nmos
defme por las 10 reglas de reescritura del cuadro 11.6: como sobre adultos (Paniagua, 1983; Stein y Trabasso, 1982; Poulsen
Supongamos ahora que aplicamos esta gramática simple a nuestro et al., 1979; Thorndyke, 1977; Stein y Glenn, 1979; Mandler Y
cu~nto, La p~ince~a del guisante. La gramática nos permite dividir, Johnson, 1977; Mandler, 1978, 1984;.Mandler y .DeForest, 1979) que
pnmero, la htstona en cuatro grandes unidades: 1) Un marco (ideas indican que, por lo general, las histonas y narract~nes se c?mprenden
1, 4 y 5), que define a un cierto personaje (el príncipe) y ciertos y recuerdan mejor cuando su estructura es ~as semeJante a las
estados .que padece (está tri_ste y nunca consigue estar seguro de que estructuras canónicas definidas por estas gramáticas textuales. Cuan-
sus novias son realmente prmcesas); 2) un tema (ideas 2 y 3, y 6 a 10), do se altera el orden de las historias, con respecto a las estructuras
que establece las metas finales de la historia (casarse con alguien, con normativas establecidas por las gramáticas, se observan fenómenos
la seguridad de que fuera princesa) y ciertos sucesos previos a la tales como la reordenación «reconstructiva» en el recuerdo (Mandler,
trama (llovía a cántaros, alguien llamó, apareció una mujer muy 1978; Mandler y DeForest, 1979) y una disminución considerable de
mojada, que se pretendía princesa); 3) una trama, que se compone de ideas recordadas, en comparación con las que se preservan ante

512 513
PSICOLOGIA DEL LENGUAJE. INVESTIGACION Y TEORIA
LA COMPRENSION DEL DISCURSO

historias canónicas (Thorndyke, 1977). Además, los componentes


centrales de las historias se recuerdan mejor que los periféricos (Black
y Bower, 1979; Mandler y Johnson, 1977; Omanson, 1982) y exigen
mayor tiempo de lectura (Haberlandt, 1980). Por otra parte, los
puntos de cambio de constituyentes textuales exigen también más
tiempo de lectura (Mandler y Goodman, 1982), al requerir procesos
organizativos de tipo superestructura!.
Por otra parte, los episodios, que son constituyentes esenciales de
todos los modelos de gramáticas narrativas (y que conforman estruc-
turas compuestas, a su vez de constituyentes tales como comienzo,
meta, intento, resultado y final -Mandler y Johnson, 1977-),
parecen configurar unidades coherentes de memoria y comprensión
(Black y Bowe.r, 1979; Haberlandt, Berian y Sandson, 1980; Mandler,
1978): los contenidos que se incluyen en un mismo episodio tienden a
recordarse conjuntamente, y se asignan más recursos de procesamien-
1,' to, en la lectura, a los límites de los episodios que a sus zonas
j< «centrales». Además, los lectores tienden a reordenar en el recuerdo
acciones que se entremezclan de episodios distintos, asignándoselas a
sus episodios adecuados. De este modo, los episodios parecen fun-
cionar como esquemas que regulan parcialmente los procesos de
codificación, y también como unidades de representación en la
memona.

6.2. Críticas a las gramáticas de narraciones

Sin embargo, las gramáticas de narraciones han recibido fuertes


críticas' y actualmente está en entredicho tanto su estatuto formal
como su relevancia psicológica. Black y Wilensky (1979), por ejem-
plo, han destacado que las gramáticas narrativas tienen un ámbito de
aplicación limitado: hay narraciones e historias cuya estructura no
corresponde a las de estas gramáticas textuales y, sin embargo, son
perfectamente comprensibles. Recientemente, Vega et al. (1990) han
realizado una crítica lúcida de las gramáticas de narraciones, centra-
da en buena parte en la naturaleza de las «reglas» a que suelen
recurrir: reglas de reescritura (como la de la gramática de Thorndyke,
1977, a que nos hemos referido), que a) tienen un carácter puramente
formal e independiente de los contenidos, por lo que deberían inducir
expectativas estructurales muy rígidas con respecto a los textos
(expectativas que no suelen darse), b) carecen de un estatuto compu-
taci~nal claro (las gramáticas de narraciones no tienen una traduc-
ción inequívoca en términos de procedimientos efectivos) y e) consi-
guientemente, se aplican de forma esencialmente subjetiva, sobre la
base de intuiciones semánticas y pragmáticas, a pesar de su pretendi-
da naturaleza formal.
Todas estas críticas provienen de una fuente común: las gramáti-
cas de narraciones -como otras gramáticas textuales- suelen basar-
514 515
LA COMPRENSION DEL DISCURSO
PSICOLOGIA DEL LENGUAJE. INVESTIGACION Y TEORIA

se en los modelos sintácticos de las gramáticas oracionales, partiendo aún el esfuerzo sistemático, que sí se ha hecho en el plano oracional,
del supuesto de que en el plano textual se definen reglas de estructura para definir la naturaleza prec~s~ de las reglas. y estr~cturas del
semejante a las que sirven para definir niveles subtextuales del discurso. Entretanto, las gramatlcas de narraciOnes solo pueden
lenguaje (por ejemplo, reglas de reescritura o de transformación). considerarse como aproximaciones excesivamente rígidas y metafóri-
Este supuesto es el que da lugar a la mayoría de los problemas que se cas a los que serían modelos más realistas de las estructuras discursi-
achacan a estos modelos: su excesiva rigidez, su empleo de formaliza- vas y de sus formas de represent~ción m.ental,. 1

ciones (tales como las reglas de reescritura) poco adecuadas y flexi- Los datos existentes sobre la mfluencia psicologica de las estruc-
bles, y su limitada generalidad. turas definidas por las gramáticas de narraciones parecen compatibles
La distinción que establece John Searle (1969) entre reglas regula- con la idea de que en la comprensión del discurso se ponen en juego
tivas y reglas constitutivas (que comentamos en el capítulo 5) puede conocimientos tácitos, de carácter estrictamente lingüístico y suprao-
ayudar a clarificar algo el problema al que nos estamos refiriendo. racional, acerca de las estructuras posibles .del discurso (en contra,
Las primeras, literalmente, constituyen los objetos o estructuras a que por ejemplo, de lo que propon.e la TJ?C). Sm embargo, las ??serva-
se aplican. Las regulativas sirven para guiar o regular actividades que ciones experimentales no permiten validar los modelos especificos de
existen con independencia de la aplicación de tales reglas. Las reglas reglas que se han propuesto para la organización del disc~r~~' ni
1

del ajedrez, por ejemplo, son constitutivas: sin ellas no hay ajedrez. proporcionan una idea clara de cual pueda ser la especificidad
Por el contrario, la regla «en los autobuses, los jóvenes deben dejar el estructural de tales reglas.
asiento a las personas mayores» es regulativa, no constitutiva. Desde Una idea que puede ayudarnos a intuir esa especificidad es la de
luego, las reglas morfosintácticas de los lenguajes naturales son que, probablemente, en el plano discursivo no existe una separación
constitutivas: las cláusulas y oraciones no existirían sin ellas. En un tan neta entre formas y contenidos como la que es posible definir en
sentido muy real, constituyen al lenguaje. Pero, ¿son también consti- los niveles más moleculares del lenguaje. Las intuiciones de los
tutivas las reglas que definen las gramáticas textuales? hablantes, al menos, sugieren que las m;idades discursiva~ no tienen
La respuesta no es tan clara. Las reglas de las gramáticas textuales límites formales tan claros como las clausulas o las oraciones. Este
se asemejan a especificaciones de la regla general griceana, que hecho se refleja en la peculiar naturaleza híbrida que tienen las
establece: «cuando hables, procura ser claro». Parecen tener más gramáticas discursivas, en que se mezclan nociones claramente se-
bien, el estatuto de reglas regulativas. Las reglas que establece~ que mánticas (como las de «meta», «estado» o «trama») con reglas de
las narraciones deben ordenarse en constituyentes de marco, tema, reescritura, importadas de la gramática generativa. Y es que sucede
trama y resolución, tienen un carácter ambiguo: parecen estar entre que, en el nivel del discurso, los procesos psicolingüísticos de com-
las reglas regulativas y las constitutivas. Permiten una libertad poco prensión y producción parecen anudar hasta tal punto grupos de
característica de las reglas constitutivas y recuerdan mucho a las conocimientos tácitos sobre el lenguaje con conocimientos sobre el
admoniciones o deseos de «claridad en el discurso». No son tan mundo, que probablemente no sea adecuada la impo~tación ~crítica
prototípicamente constitutivas como las que establecen que las ora- de nociones tomadas de los niveles subtextuales. Las mferencias, las
ciones se componen de sintagmas nominales y verbales, por ejemplo. macroestructuras, las formas en que los discursos se organizan,
Ahora bien, el término «gramática» sólo tiene sentido cuando se dependen vitalmente de fuentes ~e con?cimient?s g.enerales sobre el
establecen reglas constitutivas. mundo, sin los cuales no es posible m producir m comprender un
En plano del dis~urso, el }enguaje alcanza grados de libertad que discurso coherente.
no. s~ ~an en los mveles mas moleculares. Ello parece reflejar un
prmcipio .general de la estru~tura del lenguaje, por el cual las posibili-
dades y libertades constructivas se hacen tanto mayores cuanto más 7. COMPRENSIÓN Y CONOCIMIENTO: LOS ESQUEMAS
molares son las unidades lingüísticas, y tanto menores cuanto más
moleculares son. Los fonemas pueden tomarse muy pocas libertades Ya hemos señalado que la abstracción de la macroestructura del
para formar palabras, y es mayor la libertad de éstas para hacer discurso y la comprensión de su significado esencial dependen, por
sintagmas, y aún mayor la de los sintagmas para construir oraciones: una parte, de ciertos conocimientos implícit<;>s sob.re la estructur.a
éstas son infinitas en todo lenguaje natural, pero aún se someten a abstracta del discurso y, por otra, de un ampho conJunto de conoci-
reglas constitutivas rigurosas. En el plano del discurso se alcanza la mientos sobre el mundo. Del mismo modo que los conocimientos
mayor libertad constructiva, y las reglas adquieren un carácter más textuales poseen alguna clase de organización (que las gramáticas
laxo. En realidad, ni los lingüistas ni los psicolingüistas han realizado textuales tratan de reflejar), también la poseen los conocimientos

516 517
PSICOLOGIA DEL LENGUAJE. INVESTIGACION Y TEORIA LA COMPRENSION DEL DISCURSO

generales sobre el mundo que intervienen en la comprensión. La cosas pueden complicarse fácilmente. Un error también puede costar caro. Al
noción de esquema se refiere a esa organización del conocimiento. principio, todo el procedimiento parece complicado. Pronto, sin embargo, llegará
Los esquemas son estructuras cognitivas genéricas de alto nivel, a ser simplemente otra faceta de la vida. Es difícil prever un fin o necesidad de
esta tarea en un futuro inmediato, pero nunca se sabe. Cuando el procedimiento
jerárquicas e interconectadas, que contienen conocimientos prototí- se ha completado, se dispone de nuevo el material en grupos diferentes. Luego,
picos. Por ejemplo, un esquema simple, como VENDER, contiene pueden colocarse en sus lugares adecuados. Eventualmente pueden usarse de
ciertos personajes (VENDEDOR y COMPRADOR), ciertas acciones nuevo, y todo el ciclo completo se repite. Sin embargo, esto es parte de la vida
(TRANSFERIR BIENES, TRANSFERIR DINERO) y ciertas metas (Bransford y Johnson, 1972, p. 722).
(OBTENER BENEFICIOS, OBTENER UNA CIERTA PROPIE-
DAD), que pueden entenderse como variables abiertas, cuyos valores
pueden o deben ser definidos en el curso de la comprensión (Vega, El texto 17 adquiere coherencia cuando se relaciona con un
1984; Rumelhart, 1980). Para algunos investigadores, los esquemas esquema, por medio de un título: lavado de ropa. Bransford y
son las estructuras que organizan todo el conocimiento humano Johnson (1972), en una serie clásica de experimentos en que pedían a
(Norman, Rumelhart y LNR, 1975), y se encajarían unos en ·otros, los sujetos que oyeran textos como 17, evaluaran su comprensión de
configurando una estructura inclusiva del sistema cognitivo, en la ellos y trataran de recordarlos, demostraron el papel decisivo de los
que los esquemas más moleculares se integrarían en otros más esquemas en la comprensión y el recuerdo de textos. Los esquemas
molares. intervendrían en la codificación, definiendo el significado de ciertos
La exigencia de recurrir a estructuras cognitivas de alto nivel para elementos textuales (por ejemplo, el esquema LAVADO DE ROPA
explicar los procesos de comprensión del discurso se deriva del permite asignar el significado (ROPA) al término «cosas» de la
importante componente inferencia! de tales procesos. Los esquemas segunda oración de 17), relacionando unos elementos con otros, y
serían instrumentos esenciales de inferencia, al contener relaciones y permitiendo que la comprensión sea, en buena parte, una actividad
variables específicas prealmacenadas, que permitirían explicar el predictiva, y no sólo postdictiva. La eficiencia y economía de la
carácter tácito de la mayor parte de las proposiciones implicadas en comprensión dependen mucho de ese carácter predictivo: los esque-
la comprensión. Sin un esquema tan simple como el de VENDER, al mas activados, en cada fase del proceso de comprensión, anticipan
que nos hemos referido, lo que se dice en 16 resultaría incomprensi- información previsible y preorganizada en una estructura molar y
ble: organizada de conocimiento. De este modo, la noción de esquema
constituye un recurso para expresar el carácter «de arriba a abajo»
16. Juan pudo atender a sus gastos, porque vendió la casa grande a un hombre rico. (top-down), que tienen muchos de los procesos esenciales de com-
prensión del discurso.
Los esquemas cumplen funciones de integración y elaboración de Se han realizado diversas tipologías de los esquemas (en general,
los textos, facilitación de inferencias y predicciones, y selección y se incluyen los esquemas perceptivos o «marcos», los esquemas
control de la información. Sin ellos, no es posible explicar el empleo situacionales, «guiones», los esquemas abstractos de dominio, y
de la estrategia mínima en que se basan las actividades textuales (i.e. esquemas sociales, de autoconcepto, etc). Los más estudiados en
la estrategia consistente en emplear los textos y discursos para añadir relación con los procesos de comprensión del discurso han sido los
información nueva y relevante a la poseída previamente), y los esquemas situacionales o guiones (scripts), que han jugado un papel
procesos de comprensión de discursos y textos serían virtualmente importante en la teoría de la dependencia conceptual de Schank
incomprensibles. Cuando no se activan los esquemas temáticos co- (1975; Abelson, 1975; Schank y Abelson, 1977), a la que nos refería-
rrespondientes a un texto, las relaciones que aparecen en él resultan mos en la introducción a este capítulo. Los guiones pueden entender-
inconexas, y el texto carece de coherencia global, como demostraron se como paquetes de información relativos a situaciones convenciona-
Bransford y Johnson (1972), en un experimento en que utilizaban les, tales como la de «lavar ropa» o «ir a un restaurante». Incluyen
textos como 17: secuencias estereotipadas de acciones, secuenciadas con arreglo a
relaciones de causalidad o mera contigüidad. En el cuadro 11.7 se
17. En realidad el procedimiento es relativamente simple. Primero, usted dispone las
especifica el guión de LA VADO DE ROPA, que permite la compren-
cosas en grupos diferentes. Claro que una pila puede ser suficiente, dependiendo
de cuánto haya que hacer. Si usted tiene que ir a alguna parte, debido a la falta de sión del párrafo 17. Como se ve en el cuadro, los guiones representan
medios, éste sería el siguiente paso; en caso contrario, todo está bien dispuesto. Es las situaciones estereotipadas en términos de sus soportes, condicio-
importante no embrollar las cosas. Es decir, es mejor hacer pocas cosas a la vez nes de entrada, resultados y cadenas de sucesos.
que demasiadas. De momento, esto puede parecer poco importante, pero las

518 519
PSICOLOGIA DEL LENGUAJE. INVESTIGACION Y TEORIA LA COMPRENSION DEL DISCURSO

Schank y Abelson (1977). Su papel de integración es necesario para


Nombre: Lavado de ropa explicar la coherencia global que pueden tener las unidades textuales
Soportes: Ropa y discursivas, aun en situaciones en que éstas se componen de
Cesta de ropa unidades superficiales aparentemente muy alejadas entre sí; la inte-
Lavadora gración de información es necesaria para la elaboración de la ma-
Agua croestructura en la comprensión, y explica el mejor recuerdo de los
Detergente párrafos globalmente coherentes, debido a que éstos se constituyen en
Sistema de secado unidades cognitivas más abarcativas, que configuran, en el sistema
Papel: Persona que lava la ropa
Condiciones de entrada: cognitivo, elementos o paquetes informacionales (chunks) económi-
Ropa sucia
Acceso a sistema de lavado
cos, y que pueden integrarse profundamente en la estructura de
Resultado: Ropa limpia conocimientos del propio sistema. Black y Bower (1979) han demos-
Cadena de sucesos: Tornar ropa sucia trado que los episodios basados en guiones se tratan como chunks, en
Seleccionar ropa tareas de memoria. Los guiones se recuperan de la memoria como
Poner ropa en la cesta unidades, y el tiempo de recuperación es independiente del número de
Pasar ropa a la lavadora acciones de que se componen, del mismo modo que lo es del número
Seleccionar el programa de lavado de Ítems que hay en un elemento informacional (chunk) (Anderson,
Poner en marcha la lavadora 1980; Smith, Adams y Schorr, 1978).
Esperar 1
Los guiones configuran estructuras canónicas, de forma que,
Sacar la ropa de la lavadora
Poner la ropa a secar
cuando las acciones de un guión se presentan desordenadas, el
Esperar 2 sistema cognitivo tiende a reordenadas con arreglo a su orden
Quitar la ropa seca canónico (Black, Turner y Bower, 1979). Tales estructuras canónicas
Poner la ropa en su sitio permiten anticipar información y determinan el curso del procesa-
miento. Por ejemplo, se han observado efectos de facilitación en
tareas de decisión léxica e identificación de palabras apenas audibles,
Cuadro 11.7. Resumen del guión Lavado de ropa (Singer, 1990, p. 92). cuando las palabras presentadas correspondían a conceptos anticipa-
bies en guiones previos (Sharkey y Mitchell, 1985; Auble y Franks,
1983).
Los guiones pueden encajarse unos en otros, siendo más o me- Las críticas principales a las nociones de «guiÓn» y «esquem<!-» se
nos específicos. Por ejemplo, en el guión LAVADO DE ROPA del relacionan, por una parte, con la constatación teórica de la inflexibili-
cuadro 3 puede encajarse un guión específico, como LAVADO DE dad que pueden tener, y por otra con la empírica de que es posible la
ROPA EN UNA LA VANDERIA, que permite comprender un párra- comprensión de discursos y textos que no se corresponden probable-
fo como 18: mente con ningún guión que pueda estar almacenado en la memoria
(Wilks, 1976). Esta última observación, sin embargo, no invalida la
18. El otro día, Juan fue a la lavandería de debajo de su casa para lavarse unos noción de guión, siempre que se reconozca el hecho de que los
pantalones. Mientras leía el periódico, se dio cuenta de que no tenía monedas, y guiones no bastan para la comprensión, y conviven con reglas
fue a cambiar. Nadie tenía cambio, y tuvo que dedicar media hora a conseguirlo.
Cuando Juan volvió, se encontró con que su lavadora se había salido. El local
generales de inferencia, que pueden permitir procesar el discurso aun
estaba inundado, y el encargado, furioso (Singer, 1990). en ausencia de esquemas generales de conocimiento sobre sus referen-
tes. Los propios Schank y Abelson (1977) piensan que no todas las
actividades de comprensión exigen el recurso de guiones, y han
Sin un esquema aún más específico que el del cuadro 11.7 el formulado algunas de esas reglas generales de inferencia.
párrafo resultaría incomprensible. Tal guión tiene que incluir as~ec­ El problema de la inflexibilidad de los guiones es más serio. La
tos tales como que en las lavanderías se paga con monedas, y que son actividad de comprensión parece más versátil que lo que sugeriría
los clientes quienes retiran su ropa de las lavadoras. una aplicación rígida de esquemas sobre secuencias estereotipadas de
. Los guiones han sido recursos importantes para el desarrollo de acontecimientos, tales como las representadas en los guiones clásicos
sistemas arti_fi~iales de simulación de la comprensión del lenguaje, tal de Schank y Abelson (1977). Una solución tentativa a esta dificultad
como el defimdo en el modelo de la estructura del conocimiento de es la propuesta por Rumelhart et al. (1986), quienes consideran los
520 521
PSICOLOGIA DEL LENGUAJE. INVESTIGACION Y TEORIA LA COMPRENSION DEL DISCURSO

esquemas como propiedades emergentes del funcionamiento de redes esc,enarios iniciales deli~itan el procesamiento posterior del discurso,
conexionistas de procesamiento distribuido y paralelo. Los esquemas y este, a su vez, pe:m1te una _definición cada vez más precisa y
serían configuraciones de coaliciones de unidades en redes, que se c?,mpleta de los ~rop10s escena;10s o modelos mentales. La descrip-
instanciarían al alcanzar éstas estados estables, con arreglo a princi- clon que proporct~nan_ l~,s teonas de m,odelos mentales es, así, muy
pios de equilibrio inherentes a las redes conexionistas. Tales configu- coherente. con la mtmc10n fenomenologica que se produce en la
raciones, resultantes de un modo de funcionamiento probabilístico, y comprensiÓn del discurso: la impresión de formar simulacros de lo
no estrictamente reglado, poseerían necesariamente un grado de que dice el discurso, de «estar construyendo mentalmente una situa-
flexibilidad mucho mayor que el de los esquemas clásicos, y la ción, o un escenario» que va completándose y haciéndose cada vez
apariencia inflexible de éstos sería un efecto ilusorio de la perspectiva más detallado en el curso de la comprensión.
relativamente molar (en comparación con la del conexionismo) de la La difere!l,cia exist_ente entre las teorías proposicionales clásicas de
psicología clásica del procesamiento de la información en el paradig- la comprension del discurso y las teorías de los modelos mentales o
ma simbólico. escenarios es, en cierto modo, semejante a la que existe entre los
Más recientemente, Kintsch (1988) ha incorporado también la mod~los autónomos e interactivos de la comprensión de palabras y
filosofía conexionista a los modelos de procesamiento del discurso, orac10n~s, _a los que hemos aludido en los dos capítulos anteriores. De
proponiendo que éste depende mucho más de mecanismos «de abajo forma similar a como los modelos interactivos defienden la hipótesis
a arriba» que lo que habían supuesto los modelos clásicos de esque- de ~?a i~t~rvención te~pr~t;ta del contexto en lo~ procesos de recupe-
ma. Según este punto de vista, aún escasamente elaborado, el proce- raciOn lexica (o del sigmftcado en los de analisis oracional) así
samiento del discurso implicaría una primera fase estrictamente tambi_~n las te?rías de modelos mentales proponen que, en la ~om­
bottom-up de activación, en una red de unidades moleculares, de prension del di~curso, cier~as representaciones referenciales muy pre-
significados de palabras, y la evocación automática de proposiciones coces (los propiOs escenanos o modelos) intervienen desde las fases
e inferencias, que en una segunda fase serían seleccionadas y refina- iniciales del procesamiento.
das en función del contexto activado por la fase primera. Este modelo . La imagen q~e ofrecen estos modelos de ese curso de procesa-
de Kintsch recuerda, en cierto modo, a los modelos autónomos de mien~o es muy d~fere-?te de la que he~os recogido en los apartados
procesamiento léxico, mencionados en el capítulo 9, pero extiende la antenores, y que tmphcaba la formacion primero de una microestruc-
suposición de autonomía al propio discurso. t':lra, definida por relaciones de coherencia local entre microproposi-
cH;mes, y luego de una macroestructura, guiada tanto por la propia
microestructura como por conocimientos generales sobre el discurso
8. MODELOS MENTALES Y ESCENARIOS (gramáticas del discurso) y sobre el mundo (marcos esquemas y
EN LA COMPRENSIÓN DEL DISCURSO guiones). La~ teorías. ?e los modelos mentales proponen, por el
contrano, la mtervenc10n de «escenarios mentales» no-lingüísticos (a
La comprensión del discurso no sólo se regula por la aplicación de no ser que se les otorgue, cuando menos, una naturaleza laxamente
estructuras generales de conocimientos (los esquemas o guiones), con semántica) desde el procesamiento inicial. De este modo tienden a
funciones de integración, inferencia y predicción, ~ino que también dnuir 1~ im~ortancia de los procesos macrolingüísticos de elabora-
implica la definición de modelos, de carácter específico, acerca de los cwn dtscursiva, propuestos por las que podríamos definir como
referentes concretos del discurso. Tales modelos referenciales se han teorías más «autónomas» del procesamiento del discurso, a saber las
denominado de diversas maneras: «escenarios» (Sanford y Garrod, ~eo_rías p~opos~cionales clásicas, como la de Kintsch (1974). Estas
1981), «modelos mentales» (Johnson-Laird, 1983), «modelos de situa- ulttmas, sm deJar de reconocer en ocasiones el papel de los modelos
ciÓn», etc. La idea común de los teóricos que proponen estas entida- mentales acerca de los referentes del discurso (van Dijk y Kintsch,
des mentales es que la comprensión del discurso se guía, desde fases 1983), posponen la intervención de éstos a una fase ulterior de
muy tempranas, por representaciones acerca de las situaciones a que procesamiento. Además, se atienen más a modelos estrictamente
éstos se refieren, más que por representaciones de los propios discur- «lingüísticos» de explicación del discurso, como han destacado San-
sos (Johnson-Laird, 1983; van Dijk y Kintsch, 1983; Garnham, 1987; ford .Y Garrod (1981), cuando señalan que el texto (o discurso) se
Garrod y Sanford, 1983; Glenberg et al., 1987; Sanford y Garrod, conctbe, e~ ,la teoría clásica de Kintsch (1974), como una especie de
1981). Para estos investigadores, cuando comprendemos textos o «superoraciOn».
discursos, construímos lo antes posible ciertos escenarios mentales de Sanford y Garrod (1981) definen los escenarios como redes de
las situaciones definidas por esas unidades lingüísticas mayores. Los información, que se recuperan de la memoria a largo plazo desde una

522 523
PSICOLOGIA DEL LENGUAJE. INVESTIGACION Y TEORIA LA COMPRENSION DEL DISCURSO

entr~~~ lingüística .. Y que pueden variar mucho en su grado de claridad sus primitivos representacionales, ni el código en que se
precisiOn y compleJidad. En un extremo, los escenarios pueden ser representan (que puede ser de imágenes o no), ni la importancia de su
extremadamente laxos, y contener una información muy sucinta expresión fenomenológica. Tampoco suelen definir modelos cogniti-
acerca ~e un objeto o situación. En el extremo opuesto, puede haber vos suficientemente precisos, es decir, con un grado suficiente de
esce~anos m~y detall~~ os y. cofl!pletos, que incorporan una gran definición computacional, que permitan una explicitación paso a
cantidad de mfor!llacwn e Implica? predicciones muy específicas paso de la microgénesis de la comprensión del discurso (la excepción
ac~rca de secuencias o sucesos posibles, propiedades y papeles de a esta última crítica es la teoría más reciente de los modelos mentales
objetos, a~entes, etc. Una fo~~a intuitiva de ver esta diferencia es la de Johnson-Laird y Byrne, 1991, que se aplica más al razonamiento
que se. den va d~ 1~ comparacwn entre los escenarios que se forman en deductivo que al procesamiento del discurso).
las pnmeras pagmas de una narración y los construidos posterior- A pesar de las críticas anteriores, existen importantes razones
mente. f:~ la may<?r .P~,rte de los ~asos, las narraciones implican una teóricas y pruebas empíricas a favor de la intervención de entidades
e.laboracwp y ~efimcion pr<?gr~siva de modelos de situación, que tales como los modelos mentales o de situación, y los escenarios, en
tienen caracter mte~rado, u~I,tano y, ~n gran medida, predictivo. En fases tempranas de los procesos de comprensión del discurso. Van
tales modelo~, la mformacwn extraida del discurso narrativo se Dijk y Kintsch (1983) han desarrollado algunos de los argumentos
amal~ama e .mtegra hasta tal punto con la inferida a partir de las teóricos principales, y Sanford y Garrod (1981) han resumido las
propias prop.Ied~d~s d~l escenario, que una y otra resultan fenomeno- pruebas experimentales favorables a las teorías de escenario. En
logica~ent~ mdistmgmbles (a~nque puedan diferenciarse parcialmen- cuanto a los argumentos teóricos, los modelos permitirían explicar y
te en termmos de las expresiOnes secundarias de sus efectos como reinterpretar, con gran elegancia, fenómenos tales como los de corre-
proceso~ de cómputo -véase ~otts et al., 1990). ferencia (derivada del hecho de que las expresiones del discurso
El. eJemplo de la construccwn del escenario de una novela sirve remiten a un mismo modelo de situación), coherencia global (que se
para Ilustrar algun~s propiedades importantes que poseen los mode- define también en el modelo de situación, y no sólo en el plano del
los mentales: en pnmer lugar, son representaciones dinámicas, que se discurso o texto de superficie) y perspectiva (los modelos definen una
transf~rman y elab?ran, a lo largo del proceso de comprensión. perspectiva, y varían en función de la perspectiva desde la cual se
Ademas, poseen alf?un grado de isomorfismo con sus referentes, y en elaboran, que tiene un papel decisivo en la construcción del discurso).
este aspecto son diferentes de las proposiciones, que son entidades En lo que se refiere a los datos empíricos, existen evidencias claras de
abstrac~as y formalmente arbitrarias. Los modelos mentales y los que al menos ciertas inferencias discursivas se guían por los escena-
escenanos preservan, en sus formas y relaciones, aspectos determina- rios, y se hacen más difíciles en la medida que implican la modifica-
dos de las formas y las relaciones de los «mundos» a los que ción de los propios modelos de situación, p la incorporación de
representan. Ello ~lantea una cuestión difícil, a la que no suelen dar informaciones difíciles de compatibilizar con ellos. Un ejemplo claro
respuesta las t~ona~ de. escenari?s y modelos mentales, y que se de ello es el ofrecido por un texto ya clásico, empleado por Sanford y
re~Iere a la posib!e Identi?ad de estos con las «imágenes mentales>>, Garrod (1981) en una de sus investigaciones sobre comprensión:
asi como al posible caracter fenomenológico de los escenarios y
modelos (u~?- problema que ha, sido tratado, en algún momento, por
19. Juanito iba a la escuela.
Jo~nson-Latrd, 1983). A~emas, los model?s mentales especifican Estaba muy preocupado por la clase de matemáticas.
obJ.etos, sucesos, .personaJes y papeles de estos, que se mantienen Temía no poder controlar la clase.
a~ttvados y accesibles en la memoria, y guían el procesamiento del No era justo que el profesor se la dejara a su cargo.
discurso. Normalmente eso no forma parte de los deberes de un bedel.
Las críticas principales que se han formulado a las nociones de
modelo me~tal y escenario se derivan de la relativa falta de precisión El texto 19 induce, en sus dos primeras oraciones, un cierto
Y e~aboracwn. formal que poseen: «La noción de modelo mental escenario, en que aparece un personaje, Juanito, al que se asigna, por
-dtcen, por eJemplo, Vega et al., 1990-- está poco elaborada hasta lo general, el papel de alumno (aunque ello no se deduce necesaria-
~1 m.o~ento, de .modo que sólo se puede caracterizar como una buena mente del texto, lo que ilustra la importancia, en el procesamiento, de
mtmcwn. No siempre se puede establecer una demarcación precisa presuposiciones que no son inferencias necesarias del texto). La
respecto a ~a idea tradicional de esquema y, además, la naturaleza tercera oración provoca un momento de indecisión, porque parece
representacwnal de los modelos mentales resulta incierta» (p. 125). requerir un cambio en el escenario anterior, y en concreto en uno de
Todo ello resulta en que los modelos mentales no definen con los aspectos esenciales de cualquier escenario, que es su personaje

524 525
PSICOLOGIA DEL LENGUAJE. INVESTIGACION Y TEORIA LA COMPRENSION DEL DISCURSO

central: la oración indica que éste debe ser, quizá, un ~r,ofes?r, puesto 21. Aprendiendo a esquiar
que se preocupa de controlar la clase. La c~arta orac10~, sm emb~r­ Juan se cayó varias veces (en la nieve).
go, no es compatible con el nuevo escenano, que defme a Jua~Iyo No le gustaba nada esquiar.
como profesor, y en la última se produce un~ reestructuracwn prueba La nieve estaba húmeda y fría.
completa del modelo de situación, cuando se asigna su verdadero
papel al personaje central. Las observaciones de este tipo demuestran que, como han recono-
Generalmente, la metodología empleada por Sanford y sus cola- cido incluso los proponentes de modelos proposicionales (por ejem-
boradores (Sanford y Garrod, 1981) ha consistido en presentar, en plo, van Dijk y Kintsch, 1983), el carácter inferencia! de la compren-
una pantalla, textos autoadminstrados a los sujetos, que éstos deb~an sión de textos depende en alto grado de las representaciones mentales
leer oración por oración, pero asegurándose de haber compren~hdo específicas (y no ya sólo genéricas, como las de los esquemas) de las
cada oración antes de pasar a la siguiente (tarea de lectura a ntmo situaciones definidas por los propios textos. La diferencia entre los
personal). Este procedimiento permite determinar el tiempo eJ?plea- modelos proposicionales y las teorías de escenario no reside, por
do en la comprensión de cada oración, y ha resulta~o muy Útil P.ara tanto, en la aceptación de la naturaleza inferencia! y «referencialmen-
demostrar varias predicciones importantes de la teona de es~enanos: te guiada>> de los procesos de comprensión discursiva y textual, sino
1) los escenarios se forman en fases ini~iales del proc~samient? de en que las primeras afirman la necesidad de procesos propiamente
textos, 2) dirigen los procesos de inferencia, y 3). hacen mnecesana la textuales (como los de construcción de la micro y la macroestructu-
abstracción de proposiciones-puente (o inferenciaS-J?~ente, en 1~ ~er­ ra), que suelen ser negados por las teorías de escenario, que tienden,
minología de Haviland y Clark, 1974) entre proposiciOnes explicitas en realidad, a cuestionar el carácter propiamente lingüístico del plano
en el texto, debido a que los contenidos informativos de éstas. se textual de la comprensión.
integran on-line (es decir, mientras se procesan) en los propiOs
escenarios.
Por ejemplo, en el texto 20, que se presenta en las condiciones 9. INFERENCIAS DISCURSIVAS Y TEXTUALES
alternativas a (sin cambio de papel en el protagonista, que se presenta
desde el principio como un profesor) y b (con ca~bio de papel en la A lo largo de todo este capítulo, hemos venido insistiendo en el
oración de prueba), los sujetos tardan más en leer esta en b que en a: carácter esencialmente inferencia! que posee la comprensión del
discurso. Todo texto o discurso puede concebirse como una especie
de compromiso entre un conjunto de información codificable y otro
20. a b
conjunto inferible, de forma que las unidades textuales y discursivas
El profesor iba al colegio/ Juan iba al colegio.
El autobús circulaba despacio por la carretera. no suelen señalar explícitamente toda la información que resulta
necesaria o simplemente conveniente para su comprensión. Esta
prueba Tenía la esperanza de controlar la clase. observación ha sido el motivo de la importancia creciente de las
investigaciones destinadas a determinar la naturaleza, el momento de
realización en el curso del procesamiento y el carácter computacional
La diferencia de tiempo de lectura de la misma oración d~ prueba, de las inferencias realizadas en la actividad de comprensión del
en función de los contextos a y b, indica que el escenano se ha discurso. Tales investigaciones se han articulado en torno a varias
construído desde muy pronto (en realidad ya desde la primet;a opciones o dicotomías básicas (Graesser y Bower, 1990): en primer
oración): a se lee en menor tiempo, y b (que suele evocar un escenano lugar, la que separa a los investigadores que mantienen puntos de
con un alumno como protagonista) exige un tiempo extra de recons- vista «modularistas» de los que defienden perspectivas «interactivo-
trucción del escenario (Sanford y Garrod, 1980). contextuales»; en segundo lugar, la que diferencia a las «teorías
Una vez construido el escenario, éste regula las inferencias, sin basadas en el texto» (como la clásica de Kintsch, 1974) de las
que sea necesario que aparezcan nuevos elementos lin~~~sticos explí- «basadas en modelos de situaciÓn»; finalmente, las investigaciones
citos para esa regulación. Por ejemplo, en 21, la adiciOn del. ,texto sobre inferencias se han organizado también en torno a la dicotomía
entre paréntesis no disminuye el tiempo de lectura de la o.~acwn ~e entre «comprensión y memoria», o entre «fases iniciales y avanzadas»
prueba, al no añadir ningún elemento nuevo al escenano previO dentro de los propios procesos de comprensión.
definido por el título (Garrod y Sanford, 1983): Con relación a la primera de las dicotomías apuntadas, ya nos
hemos referido en el capítulo anterior a la importante distinción entre
526 527
PSICOLOGIA DEL LENGUAJE. INVESTIGACION Y TEORIA LA COMPRENSION DEL DISCURSO

inferencias perceptivas y cognitivas, propuesta por Swinney y Oster- En el primer caso, que exige la inferencia puente de que había una
hout (~9?0). Como señalábamos ~llí, las primeras son encapsuladas, botella de cerveza en la bolsa, el tiempo de lectura y comprensión se
automaticas y extremadamente rapidas. Con arreglo al modelo de incrementa en alrededor de 200 milisengundos. Con el fin de descar-
estos investigadores «constituyen un subconjunto de las inferencias tar que la diferencia temporal pudiera deberse a la mención explícita
implicadas en el establecimiento de la correferencia durante la com- del antecedente (la cerveza) en la primera oración, Haviland y Clark
prensión del lenguaje» (Swinney y Osterhout, op. cit., p. 21). Se emplearon estímulos en que siempre se repetía el antecedente, pero en
limitan a determinar la referencia de los elementos anafóricos explíci- unos casos se hacía necesaria la inferencia puente y en otros no. Por
tos o implícitos en el discurso. Las tareas de integración que van más ejemplo, en 24a), la implicatura «Juan consiguió el cocodrilo» es
allá de la determinación de lazos de correferencia corresponden a las necesaria, debido a que el verbo mental (querer) no presupone la
inferencias cognitivas, que intervienen en una segunda fase computa- existencia de su objeto. En 24b) no resulta necesaria ninguna inferen-
cional de elaboración mental del discurso, que comienza después de cia puente:
terminada la primera (las inferencias perceptivas dejan de manifestar-
se en el priming transmodal, a los 250 milisegundos, después de 24.a) Juan quería un cocodrilo para reyes.
presentado el elemento anafórico, mientras que las cognitivas empie- El cocodrilo fue su mejor regalo.
zan a hacerlo después de transcurridos unos 500 milisegundos). 24.b) Juan tuvo un cocodrilo de reyes.
Las inferencias cognitivas se han clasificado de muy diversas El cocodrilo fue su mejor regalo.
formas, y con arreglo a dimensiones muy variadas (cfr., por ejemplo,
Schank y Rieger, 1974; Clark, 1977; Thorndyke, 1976; Warren, En estas condiciones, en que se controla la presencia del antece-
Nicholas y Trabasso, 1979; Schank, 1981; Graesser y Bower, 1990). dente explícito en la primera oración, sigue obteniéndose una ventaja
Probablemente la clasificación más clara y simple, que suele estable- en tiempo de lectura de aquella condición (la 24b) en que la implica-
cerse entre ellas, es la que se hace entre inferencias necesarias e tura no es necesaria.
inferencias elaborativas. Las primeras resultan imprescindibles para Debido a que las inferencias puente implican la relación entre una
vincular una unidad lingüística a otra inmediatamente anterior, como unidad lingüística y otra anterior, a la que ésta debe ser ligada, han
sucede en 22: recibido también el nombre de inferencias retrospectivas (backward
inferences). Deben diferenciarse de otras inferencias, que no resultan
22. Emilio comenzó a cantar canciones regionales. Quité rápidamente el vino de su
estrictamente necesarias para la comprensión, y que poseen frecuente-
alcance.
mente un carácter prospectivo (forward inferences), a las que se
denomina inferencias optativas o elaborativas. Estas inferencias están
Para comprender 22, es necesario establecer algún puente entre la más ligadas a la función de «rellenar lagunas» (Schank, 1975), y en
primera y la segunda oración. En este caso, el puente implica proposi- general implican el conocimiento de objetos, situaciones y relaciones
ciones tales como que Emilio había bebido vino, e incluso inferencias que se dan en el mundo, y que se evocan en relación con los
causales que establecen alguna relación entre el vino y las canciones «escenarios» a que se refieren los textos y discursos. Por ejemplo, en
regionales. En una investigación clásica, Haviland y Clark (1974) 25 la inferencia «con cuchara» es opcional en la comprensión de la
denominan inferencias puente (bridging inferences) a estas inferencias segunda oración:
necesarias, que en la literatura lógica y lingüística reciben frecuente-
mente el nombre de implicaturas (Garrido, 1988). Haviland y Clark 25. El niño estuvo pesadísimo. Tardó una eternidad en tomarse la sopa.
(op. cit.) han demostrado que las oraciones de prueba que exigen
implicaturas, o inferencias puente, tardan más tiempo en compren-
derse que aquellas que no las requieren. Por ejemplo, la oración «la Parece existir una diferencia procesual clara entre las inferencias
cerveza estaba caliente» requerirá mayor tiempo de comprensión en puente y las elaborativas: las primeras se realizan en las actividades
23a) que en 23b ): de comprensión e. implican frecuentemente la evaluación de conoci-
mientos generales (Singer, Revlin y Halldorson, 1990, Riviere et al.,
23.a) María abrió la bolsa de la compra. 1991), que reciben el nombre de entimemas. Por ejemplo, en la
La cerveza estaba caliente. comprensión de 26, además de la inferencia puente «Pedro es médi-
23.b) María abrió la botella de cerveza. co», es necesaria la evaluación mental de la proposición «los ciruja-
La cerveza estaba caliente. nos son médicos»:

528 529
LA COMPRENSION DEL DISCURSO
PSICOLOGIA DEL LENGUAJE. INVESTIGACION Y TEORIA

26. Pedro es cirujano. Pablo también es médico. ~omparten con~ lo~ recept~res, añadiendo nuevas informaciones que
esto~ deben anadir a la mformación temática previa. Así, en un
La dificultad de comprensión de los inputs lingüísticos que impli- senti_do f!!UY gen~ral, la comprensión del discurso es una actividad
can inferencias puente depende de la dificultad de acceso a los qu~ !mplica. esenc1al~ente pr?cesos de acceso a la memoria y recupe-
entitemas que corresponden a éstas y de la dificultad para evaluarlos raciOn de mformac10n previamente poseída, asimilación de ideas
(Riviere et al.~ 1991). nuevas a_ las dad~s, definición de puntos de anclaje entre unas y otras,
A diferencia de lo que sucede con las inferencias puente, cuya etc. Las mferencias puente, por ejemplo, son procedimientos destina-
intervención en los procesos de comprensión está ampliamente docu- d?s a asegt;r~r ese principio esencial del discurso. La «estrategia del
mentada, no está claro que las inferencias elaborativas se realicen en discurso mmimo» (1.e. la tendencia a dar sólo información relevante
el acto mismo de comprensión, y no en procesos posteriores de· y n? hacer explícita toda la necesaria para que la comprensión s~
elaboración o recuperación de la información contenida en la memo- realice) y, en general, la naturaleza inferencia! del discurso pueden
ria (McKoon y Ratcilff, 1990). Así como las inferencias puente son ent~n.derse como concreciones de la estrategia de lo dado y 1~ nuevo,
necesarias para definir la coherencia de un texto, las optativas defimda por Clark y Haviland (1977) y que, en la perspectiva de los
cumplen más bien una función dc:__elaboración, y ésta puede ser muy receptores, establ~ce lo siguiente: «los receptores esperan que los
variable en función de un conjunto de factores que se refieren a productores del discurso empleen información marcada como dada
características personales de los lectores (o de los oyentes), propósitos para referirse a aquella que poseen de antemano, y marcada como
con que se realiza la actividad de comprensión, etc. La actividad de nueva para referirse a información que no conocen».
comprensión no es, en definitiva, un acto de «todo o nada» y, como Del principio anterior se derivan muchos de los procesos que los
comentábamos en un capítulo anterior, se corresponde fenomenológi- receptores deben realizar en la comprensión del discurso. Tales
camente con una experiencia graduada: es posible comprender más o procesos tienen las finalidades de a) diferenciar en los elementos
menos un texto o discurso, y ello depende mucho de las inferencias lingüíst_icos, la información dada y la nueva, bJ encontrar, en la
elaborativas (por ejemplo, sobre relaciones causales o de otras clases) n;;mona, anteceden,tes de la inform~ción dada y e) añadir informa-
que se realicen sobre el material lingüístico. Ello lleva a establecer un ciOn_ ~ueva a esos nucleos de memona. Los procesos de comprensión
principio importante, a saber: que las funciones de comprensión se dificultan cuando los receptores deben recomputar la información
(tomadas en su globalidad) son capaces de hacer variar el nivel de dad~ Y la nue.~a (debido a un cómputo inicial inadecuado), reinstau-
profundidad de las representaciones que son productos de ellas, y, si rar mformac10n dada escasamente accesible e identificar nuevos
es así, tienen que poseer necesariamente, junto con sus componentes temas, que _introducen esquemas y escenarios también nuevos.
modulares, otros no modulares (dado que un sistema modular no En u~ cierto pl_ano de descrip_ción, los procesos de comprensión y
debería poder variar la cualidad o profundidad de sus representacio- producc10n del discurso, especialmente cuando se realizan en el
nes de salida), accesibles al sistema conceptual como un todo. Las estado más natural ?e. éste que es el de la conversación, pueden
inferencias elaborativas parecen formar parte de esos componentes ente~~erse como ~ctividades cooperativas, realizadas por sistemas
más interactivos, más sensibles a los procesos de pensamiento y c?gmtivos c_on_ el fm ~e elaborar un conjunto compartido de creen-
menos automatizados, de los procesos de comprensión del discurso. Cias, c<.mocimientos, ~~eas ~ intenci?~es, por medio de procesos
compleJos de el~borac10n de .I~f?;maciOn ~ueva a partir de la previa-
mente .compartida. Esta defmicion acentua la estrecha dependencia
10. EL CONTRATO DADO-NUEVO Y LA COMPRENSIÓN DEL DISCURSO que existe entre el compone~te receptivo y el productivo del lenguaje.
En e~te tema y los tres antenores, nos hemos fijado principalmente en
Una intuición básica para comprender en qué consisten estos proce- el J?nmero. Ello nos ha permitido obtener una imagen general de los
sos, y las estrategias por las que se guían, es la que se deriva de la delicados. procesos ~e la maquinaria mental que permiten· interpretar
impo~tante distinción (de la que ya hemos hablado en el capítulo el l~nguaJe, pero la Imagen no será completa, ni siquiera en lo que se
antenor, y a la que volveremos a referirnos en el 14) entre la refzere C: la com~rensión~ si no se hace corresponder con su comple-
info.rmación dada y nueva. Como ha señalado Carroll (1986), la n;;ntana, es dec:r, la que se deriva de los estudios sobre la produc-
nociÓn esencial de coherencia del discurso, en un plano global y CIO~ del lenguaJe, .a los que debemos referirnos en los próximos
macroestructural, se relaciona con la estrategia principal que emplean capttul?s. La capacidades hun;anas de comprensión del discurso no
los productores y receptores del discurso: aquéllos tienen, en cierto se explican .~decuad~mente mas que en el contexto de competencias
modo, la «obligación pragmática» de identificar temas, que luego de producc10n. Al fm y al cabo, la relación humana a través del

530 531
PSICOLOGIA DEL LENGUAJE. INVESTIGACION Y TEORIA

lenguaje no consiste en una vía unidireccional que se produjera entre Capítulo 12


u~os seres que f~eran exclusivamer,tte emisores y otros que fueran
solo receptores, smo entre seres que Intercambian constantemente sus LA PRODUCCION DEL LENGUAJE
papeles como ~m~s?res y recept~res, y. q~e probablemente, y con
arreglo a los prmc1p1os de econom1a de diseno que parecen presidir la
organización del sistema mental, emplean muchos procesos comunes
en la comprensión y la producción. A estos últimos nos referiremos
en los tres próximos capítulos.

l. INTRODUCCIÓN

La capacidad del ser humano para hablar consigo mismo y con otros
ha sido considerada desde antiguo como una de las características
más distintivas y enigmáticas de la especie. No obstante, pese a ello, y
pese a que el análisis de los principios que rigen el habla constituye
un componente esencial de la explicación de la actividad lingüística,
la producción del lenguaje ha sido, hasta muy recientemente, un
proceso poco conocido cuyo estudio, como observara Butterworth
(1980a), ha tendido a ser soslayado o ha sido abordado con escepti-
cismo por los psicólogos científicos. ¿Por qué este escepticismo? ¿P?r
que, durante décadas, ha existido la impresión -explicitada con
claridad, por ejemplo, por Fodor, Bever y Garrett en 1974 (p. 434)-
de que «prácticamente todo lo que uno puede decir sobre la produc-
ción del lenguaje debe ser considerado como especulativo»?
Las razones que permiten dar respuesta a estas preguntas guardan
relación, sin duda, con cuestiones de tipo metodológico y, específica-
mente, con la dificultad de la utilización de métodos experimentales
en el estudio de la producción del lenguaje (cfr. capítulo 2). Al
intentar responder la pregunta «¿qué hacen las personas para decir
aquello que han pensado decir?», el investigador tiene que explicar
«de dónde vienen las oraciones» (por utilizar el afortunado título de
un artículo de Osgood de 1971); tiene que explicar cómo experiencias
internas «se convierten» en señales acústicas o visuales (sonidos,
letras, etc.), cómo~ por tanto, «algo» que inicialmente es privado y no
observable (ideas, emociones, etc.) se transforma en «algo» que puede
ser percibido, analizado e interpretado por otras personas. Lo que el
investigador debe abordar, pues, en el estudio de la producción es un
proceso que sólo es observable en su última fase. A diferencia de lo
que ocurre con la comprensión, el investigador no puede ahora
532
533
PSICOLOGIA DEL LENGUAJE. INVESTIGACION Y TEORIA LA PRODUCCION DEL LENGUAJE

manipular o controlar de forma exhaustiva .todas las ~ari~bles que esfuerzo. Pero ¿quiere decir esto que el habla es un proceso «direc-
influyen en el input (i.e. las ideas, creencias o motivaciOnes .del to»?, ¿que basta con saber qué es lo que se quiere decir para que las
hablante), ni puede restringir los tipos de respuestas que. el suJeto «ideas» se conviertan automáticamente en «palabras»? Intentemos
debe dar sin limitar seriamente la validez de sus conclusiOnes. No una primera reflexión sobre estas preguntas. Imaginemos, por ejem-
obstante,' puede disponer de un. outpu.t -la c~~ena de sonid?s que plo, cómo hablarían unos amigos que están discutiendo los detalles
constituyen el habla o la secuencia de signos graficos ~e la escntura- de una próxima excursión, un profesor que explica una lección a sus
que sí es directamente observable y, por tan~o? medible (aun.q~e es alumnos, un turista con escaso dominio del idioma preguntando a un
muy variable tanto a nivel inter co~o intraindiv~dual., lo que dificulta peatón el modo de llegar hasta una determinada calle, o un niño
la utilización de métodos observacwnales en SituaciOnes no contro- caprichoso que pide insistentemente un juguete en una tienda.
ladas). A pesar de las enormes diferencias en su modo de hablar, todos
Pese a estas limitaciones metodológicas, los estudiosos de la estos sujetos están realizando una misma forma de actividad, si bien,
producción del lenguaje han conseguido ~esvelar, en los ~l~imos como ya sabemos, dicha actividad puede caracterizarse de muy
años muchos de los secretos de este escurridizo proceso, permitiendo distintos modos. Una primera cosa que podemos decir al respecto,
así ~ue su análisis se haya zafado poco a poco del incómodo cali- por ejemplo, es que todos ellos están expresando, con mayor o menor
ficativo de «pariente pobre de la psicolingüística» que durante tanto fluidez, algo que previamente parecen conocer (vg. una opinión, una
tiempo se le había atribuido (Butterworth, 1~80a; Levelt, ~?89). duda, un deseo), algo a lo que podríamos considerar como el
Nuestro objetivo, a lo largo de este capitulo (y, tamb~en, de l<;>s contenido conceptual de sus mensajes. En ese sentido, por tanto,
podríamos llamar la atención sobre el hecho de que, durante la
dos siguientes), será sintetizar el estado actual de este reciente y SI~
actividad del habla, los sujetos deben seleccionar el contenido de sus
duda complejo dominio de la investigación psicolingüística. En pn-
mensajes a partir de representaciones previamente activadas o dispo-
mer lugar, y a lo largo de este capítul~, analizaremos los inter~?gan­ nibles én su memoria de trabajo; en definitiva, que deben realizar
tes y resultados más importantes relaciOnados con la produccwn de procesos atencionales, motivacionales y mnésicos de índole general e
oraciones o enunciados lingüísticamente bien formados, lo que nos inespecífica de dominio. Al mismo tiempo, podríamos aventurarnos a
llevará a detenernos sobre todo, en el análisis de los procesos de señalar que la selección de una cierta representación como contenido
codificación gramati~al de los mensajes. En el capí~u.lo s.i~uiente, ~~s potencial de un mensaje lingüístico implica ya, en cierto modo, la
ocuparemos de los procesos responsables de la co~Ificacwn fono~ogi­ realización de ciertas operaciones mentales sobre tal representación:
ca y la ejecución o realización motora del habla. Fmalmente (~apitulo por ejemplo, su elección frente a contenidos alternativos, o la trans-
14), nos centraremos en la naturaleza de las representaciOnes y formación de contenidos de conocimiento o experiencia relativamen-
procesos implicados en la producción de ~ensaj~s. ~n contextos con- te vagos o inconcretos (vg. una motivación o interés por un objeto),
versacionales (discursos), lo que nos llevara al anahsis de los procesos que pueden estar representados en forma de imágenes mentales, en
más «centrales» de la producción del lenguaje. Todo ello, como proposiciones que imponen una definición precisa de un predicado y
ya ocurriera en los capítulos anteriores, dará p~e a a~alizar algun~s unos argumentos específicos y que posibilitan la construcción de un
de los interrogantes con que se enfrenta la psicologia del. lenguaJe enunciado lingüístico (vg. la construcción de las formas gramaticales
actual en relación con el supuesto carácter modular del sistema de concretas que, como las imperativas, permiten expresar una petición
procesamiento lingüístico y con sus relaciones funcionales con otras o un deseo en castellano).
competencias o capacidades cognitivas. A la hora de analizar los procesos de producción del lenguaje,
pues, podemos destacar que la actividad del habla se asienta, en un
primer momento, en procesos cognitivos y motivacionales que no son
2. LA ACTIVIDAD DE PRODUCCIÓN DEL LENGUAJE exclusivos o específicos de la actividad lingüística. Sin embargo, estos
COMO OBJETO DE LA INVESTIGACIÓN PSICOLINGÜÍSTICA: procesos o facultades mentales «horizontales» (cfr. capítulo 7) no son
UNA CARACTERIZACIÓN GENERAL todavía «lenguaje», en un sentido estricto. Ciertamente, al hablar, los
sujetos ponen a disposición de otros algo de lo que piensan, sienten,
¿Cómo hablamos? ¿Qué ocurre desde que pensamos decir algo. hasta temen o desean, haciendo así partícipes de su experiencia emocional
que articulamos los sonidos concretos que expresan y permiten a y/o intelectual a quienes les escuchan; sin embargo, para que este
otros percibir nuestro mensaje? Aparentemente, las p~rsonas, cuando proceso de comunicación sea eficaz, tienen que utilizar combinacio-
utilizan una lengua que dominan, hablan con gran rapidez y con poco nes de signos que puedan ser descifrados e interpretados adecuada-

534 535
PSICOLOGIA DEL LENGUAJE. INVESTIGACION Y TEORIA LA PRODUCCION DEL LENGUAJE

mente por sus interlocutores, es decir, combinaciones de signos truccwn de combinaciones regladas
• 1
. de signos lingüísticos. Pero,
• 1 •

¿cómo la explica la psicología .c1e~t1f1ca? ¿E~ que .clons1sten, por


1

lingüísticos. Por lo general, cuando los sujetos se comunican a través


del lenguaje, construyen oraciones significativas y gramaticalmente · 1 las intenciones comumcatlvas? ¿Que relacwn guarda la
e1emp o, 1b "d
aceptables y no series aleatorias de palabras. En consecuencia, tan intención inicial de comunicar algo con las pa a ra~ y som o~ que
importante como señalar que el proceso de producción del lenguaje es finalmente son articulados y expresan ese algo? ¿Q~e procesos m ter-
una forma de actividad que implica la participación de facultades vienen y permiten dar forma lingüística a nuestras «1deas»? .
mentales de las llamadas «horizontales», será analizar en qué forma Indudablemente, las respuestas dadas a e~tas preguntas ~an s1do
los sujetos, al codificar y producir sus mensajes, aplican un tipo de muy diversas a lo largo de la hist?ria (~fr. cap1tul? 3) ·. En la decada de
conocimiento muy específico (su conocimiento de la gramática de los cincuenta~ por ejemplo, los mvestigadores, mflmdos fuertemente
una lengua) y cuáles, por tanto, son las operaciones computacionales por las teorías asociacionistas, interpretaron el proceso .de la produc-
requeridas para el tratamiento de esta información gramatical duran- • 1 b 1 de dos formas: a) como un proceso markovzano en el que
c1on ver a . . 1. .. 1 • d t ) •
te la codificación o elaboración de tales mensajes. la selección de palabras (durante la em1s1on 1mgmst1~~ v1ene .e ~r-
Los intentos de caracterizar la producción verbal en términos minada, fundamentalmente, por su valor de probabzlzdad aso~zatz.va
exclusivamente cognitivos y/ o gramaticales resultan, como en el caso respect o a las P alabras inmediatamente precedentes en . la. sene dlm- 1 1
de otras formas de la actividad lingüística, necesarios; sin embargo, b) como una conducta operante cuya rea 11zac10n po na
no resultan suficientes. Los sujetos, fundamentalmente, hablan para
•• 1 •
gmstlca, o . . . r 1 1

explicarse por las mismas leyes o pnnc1p10s con que se exp 1canan e
algo: para informar, para preguntar, para pedir o, simplemente, para . · y mantenimiento de otras conductas no verbales. Durante
apren d1za1e f d · · · 1
entablar contacto con otras personas. La actividad que llamamos los años sesenta~ y en la medida en que lo~ ~n oques e msp1rac10n
habla es, además de un proceso cognitivo y lingüístico, una actividad . ·· t' ca y computacional fueron consohdandose como enfoques
1
lmgms 1 1 . "d d 1' .. h la
instrumental y de interacción social. Las personas normalmente dominantes en la investigación de a act1v1 a mgmstlca umana,
1 •

hablan en contextos interactivos con el objeto de producir ciertos producción del lenguaje se interpretó como un proceso de. t~ansfor-
efectos sobre sus interlocutores; por ello, construyen y emiten aque-
llas formas lingüísticas que consideran potencialmente más eficaces, macwn de las estructuras profundas en. estructuras superf1e1ales, al
• 1
1 •

tiempo que las reglas gramaticales descn~as en 1as grar_naticas ge~e.ra-


en términos comunicativos, en cada ocasión: el turista de nuestro . f n consideradas como algontmos potenc1almente utlles
ejemplo utiliza, quizá, una fórmula convencional y cortés de pregun- uvas uero · 1 · fl · d
para la explicación psicológica de este pro~eso. B~JO a m uenc1a e
ta; el niño que intenta conseguir el juguete, una petición o un ruego; los modelos cognitivos del P .l., lo~ estud1os. real~zados du~ante .los
el profesor en la clase intenta ofrecer una explicación lógica y años setenta reflejaron el desplazam1ento del mte~es de los mvest1~a­
coherente, etc. En función de cuál es el contexto comunicativo, quién dores hacia el análisis de los tipos de repres.elntacwnes y l~s mecams-
el interlocutor y cuál el motivo o propósito de la conversación, los mos de cómputo subyacentes a 1~ produccwn del lenguaJe,. y, ta~­
sujetos cuidan más o menos el estilo de su lenguaje, utilizan unas
formas lingüísticas u otras. Por todo ello, la producción del lenguaje bién, la puesta en marcha, por pnmera vezl, de bprogra~as ds1sltehmabtt
· estigación empírica basados en a o servacwn e . a a
debe ser interpretada también como un proceso comunicativo~ con cos d e mv 1 normal y desviada- d e d'1stmtas · e1ases d e SUJe t os.
repercusiones sociales, que se ve fuertemente influido y restringido t
espon anea - d' d d ¡ h 1
por factores pragmáticos tales como los objetivos e intenciones Finalmente, y desde la última mitad de la hecad ~ de os ~e entab. a 1

comunicativos del hablante, el contexto social en que tiene lugar el influencia de los modelos conexionistas se . a eJ a o sendt1r ta.m 1eln
o e1 mteres
1

en e1 am b'to 1 de los estudios sobre produccwn, . . acentuan


1

habla, el conocimiento y supuestos que los interlocutores tienen sobre d . 1 • • 1

sí mismos, los contenidos expresados en el discurso previo, etc. del estudio de procesos como los e 1ex1ca11zac10n y orgamzacwn
Indudablemente, estos factores pragmáticos no son de naturaleza fonológica de los mensajes. . . .
lingüística, en un sentido estricto (no son, por decirlo así, gramatica- Salvo las posiciones desarrolladlas. en los marcos asoCl~c.wmsta !
les). Sin embargo, su referencia, como se vio también en los capítulos conductista radicales (deudoras, log1camente, de. su. dec1d1do .ant~-
. y de ·su proclividad hacia los reduccwmsmos exphcat1-
10 y 11 al analizar los procesos de comprensión, resulta también ment al1sm0 d · d 11 · h
vos) las explicaciones psicológicas de la pro ucc~on e enguaJe an
1

ineludible al tratar de caracterizar, de forma abarcativa, los procesos


de producción del lenguaje. . tendido a diferenciar distintos componentes funcwnales o fases. Para
William James, como para Wundt (cfr. cap1tulo 3), esto~ compone~­
1

Planteada en estos términos, la producción del lenguaje puede ser


identificada con aquella actividad gracias a la cual los sujetos pueden tes funcionales 0 fases podrían definirse, en bue~a ~ed1da, a part1r
expresar contenidos e intenciones comunicativas mediante la cons- del análisis de la participación en ellos de la conc1ene1a.

536 537
PSICOLOGIA DEL LENGUAJE. INVESTIGACION Y TEORIA LA PRODUCCION DEL LENGUAJE

¿No se ha preguntado nunca el lector -preguntaba, por ejemplo, William


James en sus ya clásicos Principies of Psychology (1890)- qué clase de hecho
mental es la intención de decir una cosa antes de decirla? Se trata de una CONCEPTUALIZACIÓN
intención completamente definida, distinta de todas las otras intenciones y, por
tanto, de un estado de conciencia absolutamente distinto ... (Esta intención, una Generación Conocimiento enciclopédico
vez definida,) se demora y las palabras y las cosas vienen a la mente ( ... ) En de mensajes ----------- ------ .. Conocimiento de la situación
cuanto llegan las palabras que lo reemplazan, les va dando la bienvenida, Modelo del discurso
aceptándolas si concuerdan con él, rechazándolas y tildándolas de erróneas si
no lo hacen (op. cit., p. 253, c.e. Miller, Galanter y Pribram, 1960).
-.:MoL 1

La interpretación que de la producción verbal hacía James es la de


que la intención comunicativa (a la que identificaba con un cierto
estado de conciencia) determina la estructura de las locuciones hasta Mensaje preverbal Habla analizada
en sus detalles léxicos más concretos. Sin embargo, como iremos 1
viendo a lo largo de éste y de los capítulos sucesivos, desde una 1
perspectiva cognitiva moderna, que no admite la identidad de las FORMULACIÓN
descripciones fenomenológicas y computacionales, esta caracteriza-
ción resulta demasiado general e imprecisa. El conocimiento gramati-
cal, como ya hemos visto (capítulos 6 y 7), consta de muy diversos
~
componentes, los procesos computacionales que operan sobre la Codificación
' '
gramatical ''
información gramatical son igualmente muy variados y, por otra '' SISTEMA DE
'
parte, y como se ha ido viendo también en otros capítulos, existen
razones sobradas para suponer que en la ejecución de estos procesos
(siquiera, en algunos de ellos) la conciencia no ejerce un papel
1 t
Estructura superficial COMPRENSIÓN
necesario ni funcionalmente importante. Por todo ello, y como se
refleja en la figura 12.1, los psicolingüistas de inspiración cognitiva +) ~
~
~

DEL HABLA
tienden más bien a distinguir en el proceso de la producción del Codificación ~
~
~
~

lenguaje no dos sino tres fases o componentes de procesamiento fonológica


distintos, cuya caracterización funcional constituye el eje básico de la
investigación psicolingüística de esta importante forma de la acti-
vidad.
Según el modelo de Levelt (1989) presentado en la figura 12.1, en
la primera fase de la producción verbal, que podríamos denominar
1

Plan fonético - - - - - - - - - - - Cadena fonética


(Habla interna)
ii
fase de planificación o de conceptualización~ los sujetos seleccionan el
contenido comunicativo de su mensaje, la «idea», «opinión», «duda»
o «deseo» que quieren comunicar a sus interlocutores. Esta primera
~ 1

fase engloba una serie de actividades o procesos de carácter intencio-


nal~ aunque no necesariamente consciente, que implican tanto la ARTICULACIÓN AUDICIÓN
selección o definición del contenido a comunicar como la selección
de la información que pueda ser relevante para su expresión y su
ordenación en el propio mensaje. Su resultado es la elaboración de
una representación o paquete de información al que suele denominar-
se mensaje preverbal.
l..______ .,.~ Habla manifiesta
j
En una segunda fase~ que con toda probabilidad comienza an-
tes de que el mensaje preverbal se haya definido en todos sus de- Figura 12.1.-Principales fases de la producción del lenguaje, según Levelt (1989, p. 9).
talles, la información seleccionada se traduce a un formato lingüís- En la figura, las cajas representan componentes de procesamiento; los círculos, alma-
tico (i.e. el sistema cognitivo elabora una primera representación de cenes de información.

538 539
LA PRODUCCION DEL LENGUAJE
PSICOLOGIA DEL LENGUAJE. INVESTIGACION Y TEORIA

la «forma lingüística» del mensaje con el que se van a expresar los análisis tanto de los procesos responsables de la codificación lingüísti-
contenidos comunicativos). Esta fase, que implica ya la utilización de ca de los mensajes como de los procesos previos y más centrales de
una lengua y una gramática concretas, es la llamada fase de codifica- conceptualización. Tal tipo de modelos participaría además del su-
cfón . ~ingüística ~el mensaje . o. de forn:ulación y requiere la especi- puesto de que ciertos factores no li?güístico~ (v~. la sal~encia percep-
ficacwn progresiva de las distmtas umdades estructurales que inter- tiva de los referentes, o la relevancia comumcativa de ciertos elemen-
vendrán en la locución (constituyentes gramaticales tales como los tos del mensaje) pueden influir de forma sustancial en los proc~sos.. ~e
sintagmas, las palabras, etc.) hasta configurar, en el caso del lenguaje codificación modificando algunos de los aspectos de la forma lmgms-
oral, el llamado plan fonético o representación de la serie ordenada tica de los mensajes (vg. la linealización concreta de los .constituyen-
de unidades lingüísticas mínimas que componen la oración. tes de la oración, que resultaría así «transparente», en ciertos aspec-
En la fase final del proceso o fase de articulación~ que es necesaria tos, respecto a los determinantes extralingüísticas) -vg. Givón,
cuando producimos lenguaje externo dirigido a otros, pero no cuan- 1989, 1991-.
do el lenguaje va dirigido a nosotros mismos -lenguaje interno-, En el otro extremo de la polémica (posición formalista)~ tiende a
las representaciones lingüísticas que configuran el plan fonético son interpretarse que los procesos responsabl~s .de la f~rmulaci~n de los
traducidas a su vez a un código o plan motor que especifica y pone en mensajes son procesos computacion~les distmtos. e mdependient.es de
marcha la secuencia de movimientos (articulatorios o manuales, los implicados en la decisión intenciOnal .de reahzar un determ~n~do
según se trate de una modalidad oral o escrita) que han de realizar las acto de habla. En consecuencia, tiende a mterpretarse que el objetivo
distintas estructuras musculares implicadas en la realización del acto de una explicación psicológica del lenguaje debe quedar circunscrito
efectivo de producción del lenguaje. A la ejecución motora de dicho a la definición de las operaciones formales específicas que el sistema
acto es al que se le denomina, en términos generales, «producción del de procesamiento del lenguaje ha de .realizar dura~te la constru~ción
habla». de los mensajes lingüísticos en sí mismos, es decir, las operaciOnes
Cuando analizamos conjuntamente estas tres fases, resulta obvio que implican fundamentalmente la utilización de información o
que la producción del lenguaje (i.e., la codificación y emisión de conocimiento gramatical. En buena medida, y como se señaló tam-
mensajes lingüísticos) es una actividad que exige la participación de bién en el capítulo 6, esta última posición descansa sobre el supuesto
componentes de información y de procesamiento muy distintos entre (defendido, entre otros, por Garrett -1975, 1980, 1982, 1988-) de
sí (comunicativos, conceptuales, gramaticales, motores). Ahora bien, que es posible identificar procesos en la codificación lingüística que
¿cuáles de estos componentes deben ser incorporados a una teoría operan de forma autónoma respecto de los procesos encargados de
psicolingüística de la producción verbal?, ¿debe ésta dar cuenta de fijar o definir los contenidos semántico y comunicativo de l?s men-
t<?dos los factores y procesos lingüísticos y no lingüísticos que inter- sajes. Se asume así que los procesos responsables de producir enun-
VIen~n o que pueden i~fluir en ,las distintas fases del habla?, ¿debe ciados lingüísticos son independientes de la verdad o falsedad y
exphcar, por el contrano, tan solo aquellos componentes y operacio- eficacia o ineficacia de los mensajes que expresan, toda vez que su
nes .que implican la utilización de información propiamente lingüísti- funcionamiento sigue hipotéticamente u.n curso. fijo e i~~ariant.e .que
c~ (I.e. aquellos que, por la natur~leza gramatical de las representa- viene determinado únicamente por los tipos de mformacwn deflmdos
ciOnes sobre las que operan, constituyen el «dominio de la actividad por la gramática. .
lingüística»)? Un criterio muy distinto al que enfrenta a los enfoques formahsta
. La posición adoptada en torno a estas preguntas permite diferen- y funcionalista en la explicación psicológica de la producción del
Ciar, una vez más, entre varias alternativas teóricas. Entre las más lenguaje, aunque no del todo indep~ndiente de él,, es el que obliga a
importantes, destacarían aquellas a las que se alude en la literatura diferenciar entre otros dos grandes tipos o categonas de modelos: los
unas ~eces bajo la rú~rica de «controversia entre funcionalistas y modelos de producción de oraciones o enunciados individuales y los
formalzstas» y otras baJO el nombre de «contraste entre la tradición modelos de producción de discurso~ complejos. . . .
psicológica y la tradición lingüística» (cfr. también capítulo 6). Debido, en parte, a la influenci~ que sobre los pnmeros psicolu~­
Desde una posición funcionalista~ tiende a enfatizarse la idea de güistas ejerció la gramática generativa de Chomsky, el es~u~IO ~m pi-
que el habla es un acto intencional e instrumental que implica rico de la producción verbal se ha centrado, de manera pnontana, en
elemen~o.s extralingüísticas .tales como el emisor y sus actitudes el estudio de la producción de oraciones indi:V}duales, lo ,q.u~ ha
prol?osiciOnales o el contemdo referencial de sus mensajes. En ese permitido a los investigadores centrar su atencwn en el anahsis de
sentid~, se asume que la explicación psicológica del habla (como la de respuestas relativamente independientes del contexto que, en teoría,
cualqmer otra forma de producción del lenguaje) debe incluir un parecerían ser las más adecuadas de cara a la elaboración de modelos

540 541
PSICOLOGIA DEL LENGUAJE. INVESTIGACION Y TEORIA LA PRODUCCION DEL LENGUAJE

de la arquitectura funcional del sistema de procesamiento .del len- distinguir tres fases o niveles de procesamiento: los procesos iniciales
guaje. Sin embargo, desde los años setenta, como consecuencia de los o de «planificación conceptual», los procesos intermedios o de «codi-
desarrollos de la llamada lingüística textual (cfr. capítulo 6), del ficación lingüística» y los procesos periféricos o «de articulación».
progresivo interés de los psicólogos cognitivos por el análisis de Desde una perspectiva mentalista o cognitiva, pues, el inicio de la
unidades más molares de representación (capítulo 11) y del desarrollo actividad de producción del lenguaje se interpreta como funcional-
de técnicas cada vez más sofisticadas en la simulación del lenguaje mente ligado a la realización de una serie de operaciones no específi-
con ordenadores (cfr. capítulo 2), se produjo un giro importante en la camente lingüísticas, puesto que no implican la utilización de conoci-
perspectiva del estudio psicolingüístico de la produc~~ón y un inte~és miento gramatical (las llamadas operaciones conceptuales, en la
creciente por la elaboración de modelos de producczon de secuenczas terminología más común). Estas operaciones implican la concepción,
multioracionales o discursos. por parte del sujeto, de un cierto significado (i.e. una representación
Comparativamente, y desde un punto de vista cuantitativo, la sobre un determinado estado de cosas en el mundo) y de una cierta
proporción de estudios psicolingüísticos orientados en una u otra intención comunicativa (vg. informar, preguntar, etc.) que deben ser
codificadas, en un momento posterior, en un mensaje lingüístico. En
dirección se ha inclinado en las últimas décadas de forma abrumado-
orden a una comunicación eficaz, y como ya se viera también en los
ra a favor de los modelos de producción de oraciones. Ello obedece,
capítulos anteriores (especialmente, capítulos 10 y 11), este significa-
en parte, al supuesto (explicitado, por ejem.p~o, por Gar~ett, 1988) de do y esta intención deben poder ser identificados y reconocidos por el
que el hecho de que se emita una sola oracwn o un conJunto de ellas interlocutor u oyente a partir del análisis de la cadena hablada o
encadenadas en un discurso no modifica sustancialmente la naturale- escrita producida por el hablante (cfr. figura 12.2).
za de las operaciones implicadas en la c~nstrucc~ón de l~s o~aciones Visto así el proceso, un primer tipo de cuestiones a esclarecer en el
individuales, y, en parte también, a su meJor encaJ.e en el ambito de la marco de una explicación cognitiva de la producción del lenguaje es
utilización de métodos observacionales y expenmentales. Frente a el relativo a la naturaleza de las representaciones semánticas e in-
esta posición, los modelos de producción de dis~ursos se basal! en el tencionales que constituyen el contenido de los mensajes. Un segun-
supuesto de que la necesidad de encadenar oraciOnes en un discurso do tipo de cuestiones pertinentes también en este ámbito de la
comporta operaciones y tipos de información que en ningúJ?-, caso investigación (para los autores de orientación formalista, la única
quedan recogidos adecuadamente en un modelo de pr_?duccwn de pertinente) se referirá, precisamente, al proceso a través del cual estas
oraciones (Van Dijk, 1980, 1984). Por otro lado, y, precisamente por representaciones prelingüísticas o significados intencionales se trans-
su interés en la incorporación a estos modelos de los componentes forman en los enunciados gramaticales que permiten su expresión
conceptuales y pragmáticos del habla (i.e. los componentes más eficaz en el lenguaje natural.
«centrales» del procesamiento), estos modelos tienden, cada vez más, El interés psicolingüístico por el análisis de los procesos de
a utilizar la simulación con ordenadores como metodología preferen-
te en la contrastación de sus hipótesis, lo que, en cierto modo, les ha
acercado más a ámbitos de investigación como el de la Inteligencia HABLANTE
Artificial que a la propia psicología experimental.
En el capítulo 14 revisaremos los supuestos y avances más forma interior
representativos de la in~estigación psic?lingüística en el ámbito de ~a (lo qu~ el hablante quiere (intenta) compartir)
1
producción de los discursos, y analizaremos sus propuestas mas
relevantes. A lo largo del presente capítulo y del capítulo siguiente,
sin embargo nos centraremos en el análisis de los interrogantes emisión (forma exterior del mensaje)
teóricos y re~ultados empíricos más significativos de la investigación
1
______ .J1 ______ _

1
sobre la producción de oraciones. forma interior :
(recon~trucción del mensaje intencional del hablante)
1

3. PROCESOS INICIALES DE LA PRODUCCIÓN DE ORACIONES: OYENTE


LA PLANIFICACIÓN CONCEPTUAL DE LOS MENSAJES

Tal y como se ha sugerido, la producción del lenguaje puede interpre-


tarse como una forma compleja de actividad en cuya ejecución cabe Figura 12.2.-Modelo de uso intencional del lenguaje, según Berwick (1983, p. 28).

542 543

UNIVERSIDAD DE ANTIOQUIA
BIBLIOTECA CENTRAL
PSICOlOGIA DEl lENGUAJE. INVESTIGACION Y TEORIA
lA PRODUCCION DEL lENGUAJE

planificación c~nceptual de los I?el?-sajes (y el nuestro en este capítu- tualmente sus mensajes (i.e. han debido elaborar una representación
lo) debe ser cmdadosamente delimitado, sin embargo. En la medida del significado intencional de sus mensajes antes de decirlos); sin
en qu~ el objeti~? ?e las explicaciones cognitivas es la producción de embargo, la relación funcional entre tales representaciones y los
enunciado~ lingmsticos por par.te de los hablantes (i.e. la producción enunciados que se generan a partir de ellas sólo parece ser directa o
d:~ lengua]~, en un senti?o estn.cto), la,t~rea principal de los psicolin- transparente en el último de nuestros ejemplos. La representación
gmstas sera la de explicar microgeneticamente la construcción de prelingüística del «No, gracias» parece contener por sí misma la
enunciados lingüísticos a partir de intenciones comunicativas defini- información necesaria y suficiente para la codificación lingüística del
das previamente; sin embargo, ello no debe confundirse con la enunciado gramatical que finalmente la realiza. Sin embargo, en el
pretensión de explicar la génesis de las intenciones comunicativas en caso del estudiante que realiza un examen o del profesor que relata
sí mfsmas. En otras :pa.labras, l.o que. ~1 psicolingüista deberá explicar sus vacaciones, la representación preverbal del mensaje es todavía
es como, una vez defimda una mtencwn o contenido comunicativo el demasiado general como para permitir por sí misma la codificación
sistema cognitivo es capaz de realizar las operaciones que ha~en de ningún enunciado lingüístico concreto y, por consiguiente, requie-
efectiva su. realización lingüística;. l.o que en ningún caso parece ser re una transformación en representaciones prelingüísticas progresiva-
comp~tenci~ suya, tal y c?mo de~mimos los objetivos disciplinares de mente más específicas. Dicho de forma más sencilla: el paso de la
la J?Sic~logia del lenguaJe (capitulo 2), es la explicación de las representación conceptual del mensaje a la formulación de los enun-
motivaciOnes generales por las que el hablante en un momento dado ciados lingüísticos no siempre es un paso directo. Por regla general, y
?ecide. ,o prefiere comu_ni~ar a su interl?cuto~ un significado 0 un~ de forma simétrica a lo que ocurre durante la comprensión de los
mtencwn y no otro/ a distmto/ a (vg. decide dar una información falsa textos (capítulo 11 ), las representaciones del significado global de los
y no una verdadera, o decide responder ambiguamente a una pregun- mensajes no son sino representaciones de un texto-base en torno al
ta en vez de responder de modo no ambiguo). que se va a estructurar el discurso y, por ello, deben ser transforma-
Con todo y con eso, el alcance exacto de nociones como las de das en representaciones más y más específicas. Sólo cuando tales
«planificación conceptual» o «definición de la intención comunicativa representaciones son tan concretas que permiten predicar algo acerca
inicial» durante la producción del lenguaje puede resultar todavía de algo (i.e. conforman una «proposición»), cabe decir que están en
poco nítido: ¿Por qué? Porque, si bien es verdad que, por definición condiciones de servir como entrada a los procesos de codificación
todo enunciado expresa o realiza un significado o intención comuni~ lingüística propiamente dicha.
cati_va, la proposición inversa. n? . resulta .igualmente aceptable, es Una primera idea entonces que debe quedar clara en relación con
decir, no es verdad que cada sigmficado o mtención comunicativa se los procesos iniciales de la producción del lenguaje (o procesos de
realice mediante un único enunciado lingüístico. El estudiante que conceptualización), y que implica una cierta simetría funcional res-
debe desarrollar un tema durante un examen o el profesor que pecto a los procesos de comprensión (capítulo 11), es que la codi-
coment~ con .sus compañ:ros. sus últü:nas vacaciones, por ejemplo, ficación lingüística de los mensajes requiere la elaboración de repre-
poseen mtencwnes comumcatiVas relativamente bien definidas (con- sentaciones individuales de significado intencional cuya estructura
cretament~ «infor~ar» acerca de algo que conocen o que han hecho), formal debe poder asimilarse, a grandes rasgos, a la que se define
que adet?as se ~e!Ieren a estados .de conocimiento o de cosas igual- a través del concepto de «proposición» (i.e. la relación analítica,
mente bien defimdos (los contemdos correspondientes al tema del portadora de un valor de verdad, entre un predicado y un/ os argu-
examen o las ~ctividades r~aliza~as durante las vacaciones). Sin mento 1s) 1 • ¿Cómo se elaboran estas representaciones iniciales durante
e.mbargo, e~ obviO que estas mtencwnes no pueden realizarse lingüís- la producción verbal? ¿Qué tipo de información contienen?
ticamente SI no es a través de una serie de enunciados, cada uno de Levelt (1989), en su reciente tratado sobre la producción del
los cuales, por su part~, e:xl?resa. significados o proposiciones parcia- lenguaje, ha intentado dar respuesta a algunas de estas cuestiones.
les que pueden q~e?~r mdividualizados mediante un análisis lingüísti- Así, por ejemplo, ha señalado el hecho de que las representaciones o
co. Por ~o~traposiciOn, ~a pe~sona que responde con un «No, gracias»
al ofrecimiento de un cigarnllo, realiza su intención comunicativa a
través de un único enunciado gramatical. Es como si en este caso la l. Aunque, como ha señalado también Levelt (1989), hay mensajes lingüísticos que en sentido
intenc~ón o re:presentación. preverbal del discurso 'global y la 'del
estricto carecen de valor de verdad (vg. «¡Enhorabuena!» o <<¿Qué?»), se asume por lo general que el
formato proposicional es el mediador más directo de las funciones de conceptualización y
e~,unCiad? particular constituyeran una única e idéntica representa- codificación lingüística de las oraciones. Como ya se comentó en capítulos anteriores, la representa-
cwn funciOnal. ción proposicional de una oración contiene información sobre las funciones y argumentos básicos
de ésta, lo que, en última instancia, permite la identificación de los «papeles semánticos» que
En todos estos casos, los hablantes han debido planificar concep- configuran la representación de la estructura temática de la oración.

544
545
PSICOLOGIA DEL LENGUAJE. INVESTIGACION Y TEORIA LA PRODUCCION DEL LENGUAJE

mensajes preverbales son, en lo esencial, representaciones que contie- la oración _(linealización) y el tiempo y modo verbales requeridos por
nen información acerca tanto de los referentes del mensaje (el «sobre la perspectiva, etc.
qué» o «sobre quién» se dice algo) como de sus predicados básicos (el
«qué» o los «qués» se dicen en concreto sobre cada referente). Al l. a) Miguel se ha casado con Elena.
mismo tiempo, Levelt ha establecido una serie de distinciones en b) Elena se ha casado con Miguel.
relación con los procesos que teóricamente intervienen en la planifi- 2. a) Pepe se irá de vacaciones estos días.
cación conceptual de los mensajes que profundizan en la idea (desde b) Creo que Pepe quería irse de vacaciones estos días.
luego fundamental desde un punto de vista cognitivo) de que aunque
las proposiciones correspondientes a los enunciados de un discurso
deben ser planificadas individualmente para su codificación gramati- El resultad? final .~e 1~ ejecución coordinada de los procesos de
macro y micr~plamficac~on es, en la terminología de Levelt (1989),
1

cal, su contenido conceptual y pragmático no es del todo indepen-


diente de los contenidos de las otras proposiciones que componen el la representacwn denommada «mensaje preverbal» de la oración.
discurso. Schlesinger (1977), en un trabajo anterior al de Levelt que al
Según Levelt (1989), al analizar los procesos de conceptualización, parecer ha resultado enormemente influyente para los psicolingüistas
cabría hablar, en primer lugar, de los llamados procesos de macropla- encu.a~rados.. ~n el funcionalismo centroeuropeo (cfr. capítulo 3),
nificación del mensaje. Estos procesos incluyen, por un lado, procesos anahzo tambwn algunas de las condiciones estructurales y funciona-
de planificación del discurso global (que serán analizados en el les de las representaciones o mensajes preverbales durante las fases
capítulo 14): así, son los responsables de la selección de los conteni- iniciales de. la producción. En la terminología de este autor, estas
dos y estructura globales de los discursos y del estilo retórico; ~epr~se~tacwnes toman el nombre de marcadores de entrada (en
también, de la definición de los contenidos semánticos y pragmáticos mgles, mput-markers o, de forma abreviada, I-markers).
de los grupos de enunciados individuales del discurso (vg. los «párra- Según Schlesinger, los marcadores de entrada deben ser entendi-
fos») y de su orden o posición relativa en la secuencia lineal de éste. dos ~omo representaciones compuestas por unidades protoverbales,
Por otro lado, Levelt parece interpretar como procesos de macropla- ~elativas -~ elementos y a relaciones entre elementos, que contienen
nificación también algunos de los procesos que afectan a la elabora- I~formacwn conc~pt_u~l pero que n~ son en sí mismas palabras (vg. el
ción de representaciones de los enunciados individuales que compo- eJempl~ 3b constltmn~ para Schlesmger un I-marker apropiado para
1~ oracwn 3a -:-op. ctt.~ P: 170-). En opinión de este autor, y en
1
nen tales discursos. Así, por ejemplo, los procesos implicados en la
lmea co~ lo senal~do tam~I~en por Levelt (1989), estas representacio-
1
selección del contenido informativo básico de los enunciados (de
modo que éstos resulten relevantes y apropiados en el contexto nes contienen ya mformacwn específica acerca de cómo deben cons-
comunicativo en que se emiten -cfr. capítulo 14--) y los procesos truirse los enunciados lingüísticos; por esta razón, deben diferenciarse
responsables de la selección y puesta en relación de los predicados de ~ociones pre-t.eóric.a~ más generales y abstractas como las que
y argumentos (i.e. especificación de la estructura temática del men- habitualmente se Identifican con términos como los de «significado»
saje). o «intención» del mensaje.
En segundo lugar, Levelt (1989) incluye en su análisis de la fase de
conceptualización los llamados procesos de microplanificación. Este
3. a) María tenía un corderito.
segundo grupo de procesos, que se aplican ya de forma directa a la
b) (POSEEDOR-POSESION María, (ATRIBUTO cordero, pequeño).
construcción de los enunciados individuales, serían los responsables
de perfilar las decisiones estructurales concretas que se derivan de las
decisiones anteriores: por ejemplo, la forma lingüística específica de ~os marcadores de entrada, que en la teoría de Schlesinger se
presentación de los referentes de la oración (determinada o indetermi- conciben como representaciones semánticas que se derivan de estruc-
nada, en el caso de la referencia a sujetos/objetos ya conocidos o t~ras o represen.taciones cognitivas más generales (i.e. las representa-
nuevos, respectivamente), la perspectiva con que los distintos núcleos ciOnes que configuran el conocimiento general del mundo que posee
temáticos deben ser presentados (vg. la selección de cuáles de estos el hablante), guardan una estrechísima semejanza también con la
núcleos desempeñarán un rol perceptivamente dominante en la ora- noción de proposición que adoptamos en el capítulo 11 · además
segun Sehl esmger,
. ' oracio-'
1
ción -foco- y cuáles no -ejemplos la y lb-, la «actitud», por estas representaciones se transformarían en
ejemplo de certeza o duda, del hablante ante el contenido de su nes. me~iant~ ~a simple aplicación, por el hablante, de reglas de
mensaje -ejemplos 2a, 2b-, etc.), la posición de las piezas léxicas en realtzacton Similares a las propuestas por las gramáticas generativas

546 547
PSICOLOGIA DEL LENGUAJE. INVESTIGACION Y TEORIA
lA PRODUCCION DEl lENGUAJE

(concretamente, las propuestas por la «semántica generativa» -cfr. restricciones estructurales impuestas por sus respectivas gramáticas
capítulo 6-). El modelo completo propuesto por Schlesinger (1977), son asimismo distintas.
por tanto, incluye, junto a la definición de los I-markers~ reglas
gramaticales cuya utilización permite al hablante realizar eficazmente
los siguientes procesos de codificación: 4. LA CODIFICACIÓN LINGÜÍSTICA DE LAS ORACIONES
Y SUS PROCESOS: PRINCIPALES RESULTADOS EMPÍRICOS
a) encontrar un ítem léxico adecuado para cada elemento proto-
verbal; E IMPLICACIONES TEÓRICAS
b) asignar una categoría gramatical a cada elemento protoverbal;
e) asignar una posición relativa a cada elemento protoverbal; La idea de que los elementos representacionales de los mensajes
d) introducir afijos flexivos y términos funcionales; preverbales deben ser transformados o codificados lingüísticamente
e) imponer un contorno de entonación adecuado; uno a uno antes de su emisión fonoarticulatoria conduce directamen-
f) convertir la secuencia generada por la realización de las reglas te al problema de cómo estructuran los hablantes sus emisiones, hasta
«a-d» en una forma propiamente fonológica que pueda servir de qué punto necesitan tener totalmente planificada una parte de sus
entrada al sistema de procesamiento articulatorio. mensajes antes de comenzar a hablar y cuál es, en el caso de\ que así
ocurra, la naturaleza y/o el tamaño de los segmentos que deben ser
En el trabajo de Schlesinger, como en el de la mayor parte de los planificados en tales circunstancias. En última instancia, este proble-
autores que han abordado estos temas, la conversión de los elementos ma obliga a analizar en detalle la organización funcional de los
protoverbales contenidos en los I-markers en palabras (aplicación de procesos de formulación o codificación lingüística (previa su indivi-
la regla «a») recibe el nombre de proceso de lexicalización e implica dualización teórica y empírica), a describir los tipos de información
la utilización o el acceso al léxico interno (cfr. capítulo 9); por su que se ponen en juego en cada uno de ellos y el orden en que se
parte, las reglas «b», «C» y «d» se denominan reglas de relación~ si ejecutan, y, en la misma medida, obligan a analizar en qué medida su
bien «d» se ejecuta también en parte mediante la utilización de las funcionamiento goza o no de autonomía tanto interna como en
llamadas reglas de concordancia que, teóricamente, se aplican des- relación con el funcionamiento de otros componentes del procesa-
pués de las de relación. Las reglas de entonación que son responsables miento (vg. el conceptualizador).
de «e» y las reglas fonológicas que preparan la salida representacional En un sentido muy general, el problema del tamaño de las
del proceso, finalmente, completarían el listado de reglas de realiza- unidades de planificación durante la producción del lenguaje, que ha
ción definido por Schlesinger. A diferencia de las reglas transforma- servido de hilo conductor de los intentos de respuesta a estas pregun-
cionales descritas en las gramáticas generativas, estas reglas de reali- tas, tiene que ver, como señala Rosenberg (1977), con las hipótesis
zación se han de aplicar a los elementos individuales del mensaje, lo que los distintos investigadores pueden formular sobre las relaciones
que implica que la codificación lingüística de las oraciones se inter- entre pensamiento y lenguaje y sobre la correspondencia o identidad
preta como un proceso serial que exige la transformación de uno en de los símbolos y representaciones con que supuestamente trabaja el
uno de los componentes del I-marker en componentes o constituyen- pensamiento respecto a las unidades de planificación del lenguaje que
tes lingüísticos (sintagmas, palabras, morfemas, etc.). sirve de vehículo a la expresión de tal pensamiento. En cualquier
Los marcadores de entrada de Schlesinger (1977), al igual que los caso, si se asume que una cierta parte del mensaje que se va a
mensajes preverbales de Levelt (1989), constituyen, como hemos comunicar está representado en la memoria antes de que se inicie la
visto, representaciones funcionalmente intermedias entre los conteni- emisión, cobra interés el conocer cuál es la naturaleza y el grado de
dos o intenciones seleccionados en la fase de conceptualización y las especificación estructural de esta representación previa. ¿Se trata de
representaciones sobre las que operan los procesos de codificación o una representación global de la oración?, ¿de una unidad «menor»
formulación lingüística. Estas representaciones intermedias, en su como el constituyente gramatical o la palabra?, ¿de una representa-
condición de tales, contienen hipotéticamente información tanto so- ción conceptual que afecta a la planificación de lingüísticas unidades
bre el significado del mensaje como sobre las condiciones estructura- mayores que la oración?
les mínimas que debe cumplir el mensaje. Por esta razón, y porque, La respuesta a este tipo de preguntas y, en consecuencia, la
por definición, todo mensaje lingüístico debe finalmente ser expresa- discusión acerca de la naturaleza de las unidades de planificación del
do en una lengua concreta, podría sostenerse la hipótesis de que para habla durante la codificación de los mensajes ha constituido en las
una misma intención comunicativa, hablantes de distintas lenguas ela- últimas décadas una de las fuentes de información más fructífera para
boran mensajes preverbales distintos, toda vez que las alternativas y el análisis de los procesos de formulación lingüística y su caracteriza-
548 549
PSJCOLOGIA DEL LENGUAJE. INVESTIGACION Y TEORIA LA PRODUCCION DEL LENGUAJE

ción funcional. En las últimas décadas, este análisis ha girado, por lo (cfr. capítulo 9). De forma necesariamente esquemática, comentare-
general, en torno a dos posiciones que, pese a s~rg~r en cont~~tos mos algunas de estas investigaciones y sus principales resultados.
históricos y teóricos antitéticos, no implican predicciones empi~I~as Finalmente, comentaremos sus implicaciones teóricas para la caracte-
radicalmente opuestas o incompatibles. La pnmera de estas posicio- rización de los procesos de codificación o formulación lingüística de
nes corresponde a los llamados modelos de izquierda a derecha los mensajes.
(modelos left to right en inglés); la segunda, a los llamados modelos
de arriba a abajo o jerárquicos (modelos top-4own). . 4.1. Investigaciones con medidas de tiempo
Los modelos de izquierda a derecha consideran que la umd~d
básica de la codificación lingüística es la palabra y, tal y como ocurna Según todos los indicios, fue Lounsbury el primer autor que, en la
en los primeros modelos asociacionistas (cfr. capítulos 3 . y 6 y década de los 50, interpretó la duración de las pausas o silencios
también Santacruz, 1984), asumen que, durante la producci~n del producidos naturalmente durante el habla espontánea como un indi-
lenguaje, las palabras se van seleccionando una a una en func10n del cador empírico potencial de los procesos implicados en la producción
grado de probabilidad asociativa que cada un~ de ellas posee respecto de oraciones y, más en concreto, como un indicador de las unidades
a las palabras previamente emitidas en la sene. Frente a esta concep- de planificación o codificación del habla. Lounsbury, que partía de
ción, que identifica la p~oducción .ver~al como~~ p~oceso fundamen- un modelo inspirado en el asociacionismo verbal, interpretó la dura-
talmente lineal que se nge por cntenos probabihsticos, los llamados ción de las pausas como un índice de la mayor o menor fuerza
modelos de arriba a abajo, desarrollados en la década de los sesenta asociativa interna de las palabras de una serie; al considerar, por
bajo la influencia de la gramática generativa transformacional, ~esta­ tanto, la relación entre dos palabras contiguas como una relación
can el carácter estructurado de las oraciones y, en consecuencia, la similar a la postulada entre un estímulo y la respuesta que le sigue,
organización gramatical de los planes de producción. Consid~~an por supuso que la medida de la duración de las pausas podía interpretarse
tanto estos modelos que lo que el sujeto «programa» o «plamflca» en de un modo similar a la medida de «latencia de respuesta». La
primer lugar son representaciones lingüíst~cas de unidades ma~ores predicción empírica derivada por Lounsbury de estos supuestos fue la
que la palabra como los sintagmas o _las claus~Ilas, y 'J~e, a partir de de que las pausas y los titubeos del habla espontánea (silencios y
ellas, se seleccionan y ordenan las umdades mas especiflc~s .(palabras pausas que el sujeto «llena» con sonidos como «mmm», «em», etc.) se
y morfemas). A diferencia, pues, de los modelos asociativos (que darían con mayor frecuencia en aquellos puntos de la serie en que la
enfatizan en la explicación el hecho de que las palabras, en el habla, incertidumbre estadística, es decir, el número de alternativas de
«van unas detrás de otras»), los modelos jerárquicos o de arriba a elección léxica posibles, fuera mayor.
abajo consideran que en la producción verbal o, más espe~íficamente, Frieda Goldman-Eisler, pionera del análisis cronométrico de las
en la «planificación de las oraciones», un fact~r deter~~nante es la pausas en la investigación psicolingüística, encontró en 1958 cierta
organización gramatical de lo que se va a decir~ tambien? que son evidencia empírica en favor de la hipótesis de Lounsbury. En conse-
principios o unidades gramaticales las que determman funclOnalmen- cuencia, interpretó que las pausas y los titubeos son indicadores
te el proceso de codificación lingüística, razón por la cual ~~be conductuales de procesos de decisión léxica que el hablante realiza al
predecir que los tipos de información descritos por la gramat1ca planificar sus emisiones. Maclay y Osgood (1959), por su parte,
operarán como niveles de representación en torno a los que se encontraron que las pausas vacías (o «silencios») parecían coincidir
articulan distintos procesos de planificación. De estos procesos Y de con decisiones de tipo léxico (aparecían preferentemente en puntos
la realidad psi~ológ~ca de los tipos ~e in~ormaci,ó~ grama.tical que los intraclausales); sin embargo, las pausas llenas (o «titubeos») coinci-
sustentan, sera posible obtener evidencia empinca. mediante el em- dían por lo general con los puntos de inicio y de final de las cláusulas.
pleo de técnicas tanto observacionales como expenm~ntales ... En su estudio, además, encontraron una mayor proporción de silen-
Hasta el momento han sido dos los tipos de medidas utihzados cios y de titubeos ante las llamadas «palabras de contenido o clase
en este tipo de investig~ciones: medidas basad~~ en la ob~ervación del abierta» (nombres, verbos, etc.) que ante las «palabras funcionales o
tiempo (pausas y medidas de tiempo de reacc10n) y medid~s basadas de clase cerrada» (artículos, preposiciones, etc.).
en la observación de alteraciones o errores del habla espontanea tanto Los datos de Maclay y Osgood, tomados en su conjunto, resultan
de sujetos normales como de sujetos con lesiones neurológicas. En los extraordinariamente interesantes para el problema que aquí nos
últimos años estas medidas se han ·visto complementadas con las ocupa (los procesos y unidades de planificación que intervienen en la
derivadas de ~n reducido grupo de tareas y paradigmas experimenta- codificación lingüística). Por un lado, ponen de relieve la utilidad
les basados, fundamentalmente, en el modelo de tarea de priming que, también para la explicación de algunos de los procesos de

550 551
lA PRODUCCION DEL LENGUAJE
PSICOLOGIA DEL LENGUAJE. INVESTIGACION Y TEORIA

producción, tienen distinciones de tipo gramatical como la que que ponen de manifiesto que la construcción de representaciones
diferencia las palabras de clase abierta y clase cerrada; asimismo, superficiales es un paso obligado durante la producción de oraciones.
revelan la complejidad de procesos aparentemente simples como los Sin embargo, ello no impide suponer que otros niveles de representa-
de decisión léxica que ocurren en el interior de las cláusulas. Por otra ción estructural (vg. proposiciones) intervienen también en los proce-
parte, los datos de Maclay y Osgood, en la medida en que revelan sos de .codificación responsables de la estructuración superficial de los
diferencias entre las pausas ínter e intraclausales, permiten suponer mensaJes.
que, durante la codificación lingüística, son dos -y no uno sólo- Fodor, Bever y Garrett (1974), en su ya clásico análisis de este
los tipos de procesos a ejecutar: uno abarcaría los procesos responsa- problema, no excluían la posibilidad de que estos dos tipos de
bles de la selección de los ítems morfoléxicos del mensaje· el otro representaciones (la estructura profunda y la superficial) puedan
tendría que ver, más bien, con los procesos gramaticales' que so~ actuar simultáneamente como unidades de planificación oracional.
responsables de la ordenación o linealización concreta de tales ítems Sin embargo, desde una perspectiva más actualizada y modular,
y con la organización de unidades supraléxicas como las cláusulas. tiende más bien a insistirse en que la cláusula profunda y la superfi-
Investigaciones posteriores a la de Maclay y Osgood (1959) cial no pueden postularse conjuntamente como unidades de planifica-
basadas también en la observación de la duración y distribución de ción, dado que son representaciones que corresponden a tipos sintác-
las pausas en el habla espontánea han confirmado la validez empírica ticos diferentes y que, además, pueden no coincidir en términos de
de la distinción entre procesos de selección léxica y de ordenación longitud. Quienes así opinan parten de la consideración de que la
serial de cara a un análisis de la organización interna del formulador cláusula profunda, rebautizada ahora con el nombre de cláusula
lingüístico. La propia Goldman-Eisler (1972), por ejemplo, comprobó básica~ es la unidad estructural fundamental de la oración (y también
cronométricamente la mayor duración de las pausas interclausales del proceso de codificación), frente a la cláusula superficial o cláusula
(hipotéticamente asociadas a las decisiones de tipo gramatical) res- finita. La primera -la cláusula básica- se define como el conjunto
pecto a las intraclausulales (o de decisión léxica). Por su parte, formado por un verbo y por los sintagmas asociados a él tanto si el
Boomer (1965, 1970), analizando la distribución de las pausas en las verbo está expresado en forma finita o conjugada como si no lo está.
llamadas «cláusulas fonémicas» (unidad de la estructura superficial Por el contrario, la cláusula superficial o finita está siempre organiza-
de la oración que se define por claves prosódicas), comprobó también da en torno a un verbo finito o conjugado; de ahí que sus límites no
que las pausas de mayor duración no se distribuían aleatoriamente en siempre coincidan con los de la cláusula básica (ver ejemplos en
las oraciones (como postularía la hipótesis nula) sino que tendían a cuadro 12.1).
concentrarse después de la palabra inicial de las cláusulas. Confirmó Al objeto de comprobar cuál de estos dos niveles de representa-
así la hipótesis, derivada de una concepción jerárquica y no lineal de ción sintáctica (superficial o profunda) es el más adecuado para la
la producción de oraciones, de que las decisiones gramaticales pare- interpretación psicolingüística de las unidades de planificación del
cen requerir mayor atención o esfuerzo cognitivo por parte del sujeto habla, Ford y Holmes (1978) realizaron un experimento en el que se
que las decisiones de selección léxica; también, la de que la planifica- medía el tiempo de reacción de los sujetos al identificar «clicks» que
ción que el sujeto hace de sus oraciones antes de comenzar su emisión
fonoarticulatoria se basa, al menos parcialmente, en unidades ma- La cláusula básica se define como el conjunto formado por un verbo y los
yores que la palabra y se ajusta a ciertos principios estructurales sintagmas asociados a él, tanto si el verbo está expresado en forma finita o
conjugada (ejemplo a), en forma no finita (ejemplo b) o incluso implícita
que pueden ser descritos en términos tanto sintácticos como prosó-
(ejemplo e).
dicos.
Para Ford y Holmes (1978), sin embargo, la comprobación de que a) Los trabajadores se opusieron a las propuestas de la patronal.
las pausas de mayor duración tienden a concentrarse en los límites (y b) Oponiéndose los trabajadores a las propuestas de la patronal.
no en el interior) de las cláusulas confirma la realización de operacio- e) La oposición de los trabajadores a las propuestas de la patronal.
nes de estructuración gramatical de los mensajes durante el habla La cláusula superficial, denominada también cláusula finita, es aquella
pero no permite comprobar, en rigor, hasta qué punto el hablant~ unidad lingüística organizada en torno a un verbo finito o conjugado. De los
planifica estas cláusulas en base a criterios sintácticos o semánticos ejemplos anteriores,· sólo el caso a) constituye por sí solo una cláusula finita
es decir, hasta qué punto son representaciones sintácticas o lógicas la~ (figura a'); b) corresponde a un nodo de cláusula subordinada que se ha de
que guían y determinan la codificación lingüística de los mensa- integrar con una cláusula finita principal para formar una cláusula finita
jes. Ciertamente, como reconocen estas mismas autoras, existen completa (figura b'), y e) constituye un nodo de sintagma nominal que puede
abundantes pruebas, tanto observacionales como experimentales, formar parte de una cláusula finita (figura e').

552 553
PSICOLOGIA DEL LENGUAJE. INVESTIGACION Y TEORIA LA PRODUCCION DEL LENGUAJE

(a') CF/CB hoc a partir del análisis lingüístico de las locuciones producidas por
los sujetos e implicaba tres niveles o condiciones: cláusulas en las que
coinciden los límites de las cláusulas básica y finita; cláusulas bási-
sv cas cuyos límites no corresponden con cláusulas finitas y cláusulas
SN finitas que contienen más de una cláusula básica (ver ejemplos en

~p
el cuadro 12.2).
Ford y Holmes (1978) observaron que los sujetos respondían con

L~
mayor rapidez a los «clicks» situados en la primera mitad de las
cláusulas básicas que a los situados en la segunda mitad, con indepen-
dencia de que las fronteras entre cláusulas básicas coincidieran o no
a las propuestas de la patronal con las fronteras entre cláusulas finitas. Esto se interpretó como un
Los trabajadores se opusieron
indicio de que el hablante efectúa una planificación seriada de las
cláusulas básicas (i.e. cláusula por cláusula en una secuencia lineal en
(b') CF
el tiempo) y que transforma de forma independiente cada una de ellas
en una representación superficial a medida que la oración está siendo
producida. En ese sentido, Ford y Holmes concluyeron que «es claro

~
que la representación de las oraciones se elabora mediante la adición
progresiva de proposiciones nuevas que corresponden a las cláusulas
profundas» (1978, p. 47).

~ ~p
Pocos años más tarde, estas mismas autoras han puesto en duda el
carácter concluyente de sus datos (vg. Ford, 1982). Holmes, por
ejemplo, señaló en 1984 que la selección de unidades de planificación

~L~
parece depender en buena medida de las demandas de la tarea. Ella

a las propuestas de la patronal ... Oraciones


Los trabajadores oponiéndose
CF If capital punishment were brought in the murder rate would go clown.
(e')
I began working a lot harder when I finally decidetl to come to Uni.

Análisis por cláusulas

(A) Cláusulas que son a la vez básicas y finitas.


1. If capital punishment were brought in.
2. the murder rate would go clown.

(B) Cláusulas básicas que no coinciden con cláusulas superficiales.


1. I began.
La oposición de los trabajadores a las _propuestas de la patronal 2. working a lot harder.
3. when I finally decided.
4. to cometo Uni.
Cuadro 12.1.-Definiciones y ejemplos de cláusulas básica Y finita (a partir de Igoa,
1991b). (C) Cláusulas superficiales que contienen más de una cláusula básica.
1. I began working a lot harder.
les eran presentados de forma aleatoria mientras real~zaban una tarea 2. when I finally decided to come to Uni.
de producción verbal espontánea (concretamente, ~tentras hab~aban
libremente de una serie de temas que se les propoman). La mampula- Cuadro 12.2 Ejemplos originales de análisis por cláusulas en el experimento de Ford
ción de la variable independiente «tipo de cláusula» se realizó post y Holmes (1978, p. 42).

554 555
LA PRODUCCION DEL LENGUAJE
PSICOLOGIA DEL LENGUAJE. INVESTIGACION Y TEORIA

misma, además, ha alertado recientemente (Holmes, 1988) sobre la


Tiempo de pausa (sgs.)
posibilidad de que la distinción entre cláusula finita y básica se
confunda o se solape con la que se deriva del análisis de la disposi- 180
ción de las cláusulas principal y subordinada en las oraciones com-
puestas. En una línea similar, Igoa y García-Albea (1988), utilizando 160
una tarea de traducción oral simultánea, hallaron que el patrón de
pausas empleado por los sujetos refleja una planificación por cláusu- 140
las finitas que, sin embargo, no es totalmente independiente de la
estructrura interna de estas unidades (es decir, de su composición en 120
cláusulas básicas). En ese sentido, sus conclusiones parecen reforzar
algunas de las críticas formuladas a la hipótesis de la comprensión 100
«cláusula a cláusula» (simétrica a la propuesta por Ford y Holmes en
el ámbito de la producción), que se comentó en detalle en el capítu- 80
lo 10.
Desde posiciones teóricas algo diferentes, otros estudios basados 60
en el análisis de las pausas han permitido ampliar el análisis teórico
de las unidades de planificación lingüística. 40 Ciclo
Así, en la última mitad de la década de los 70, por ejemplo,
comenzaron a utilizarse de forma sistemática en la investigación de 20
los procesos de codificación lingüística unidades tales como los de
«planificación macroestructural», «pausas conceptuales» o «ciclos de
codificación» (Butterworth, 1975, 1980b). Por lo general, estos concep- 20 40 60 80 100 120
tos, que postulan que el patrón de pausas del habla espontánea puede Tiempo de fonación (sgs.)
reflejar procesos de codificación de representaciones semánticas que
poseen un ámbito de proyección supraoracional, surgen de investiga- Figura 12.3.-Alternancia de fases fluidas y no ~uidas o titubeantes (ciclo) en un
ciones en las que se analizaba la distribución de las pausas y titubeos en monólogo, a lo largo del tiempo (adaptado de Beattle, 1.983).
secuencias multioracionales (discursos o textos); estos análisis permi-
tieron confirmar la existencia de periodos fluidos y vacilantes en el
habla espontánea como los que se ilustran en la figura 12.3. las unidades sintácticas y de algunas P.a~abr~s, com? la~ .clase abierta). ?e
La confirmación empírica (vg. Butterworth, 1975) de que los Estos dos niveles de la planlftcacton hngutstlca, que al
inicios y finales de estos ciclos guardan relación con los puntos de combinarse con la fase de articulación producen, como ya se ha
inicio o la introducción de «ideas» nuevas en el discurso que se desarro- sugerido, los llamados «ciclos de producción», resultan compa~ibles
llan a través de distintas oraciones reforzó la impresión de que con las distinciones propuestas por Levelt (1989) y por S~hlesm~er
las decisiones requeridas en la codificación lingüística de las oracio- (1977), en la medida en que sugie.r~n l.a, nec~stda? de d1feren~1ar
nes son extraordinariamente variadas y que, por tanto, resulta iluso- funcionalmente los procesos de codtftca~lOJ.?- mas dtrecta~ente hga-
ria la pretensión de reducir a un único tipo las llamadas «unidades de dos a las variables conceptuales y semat;t~tcas del. ~ensaJe, de .los
la planificación verbal». Asimismo, los datos obtenidos en el análisis procesos de organización de l.a representacwn superf1c1al o gramatical
de los ciclos de planificación semántica confirman la necesidad de -en sentido estricto- del mismo.
diferenciar (como sugiere Butterworth, 1980b) dos ámbitos distintos en
la codificación lingüística de los mensajes: a) un ámbito o plano de 4.2. El análisis de los errores espontáneos del habla
macroplanificación que opera sobre unidades definidas en términos
conceptuales y que tiene una proyección sintáctica que probablemen- Un segundo tipo de observacion.es que tradicio~~lmente ha sido
te abarca varias cláusulas, y b) un ámbito de microplanificación~ de utilizado en el estudio psicolingüísuco de la pro~~cc1?~ v~rb~!, p~ra la
carácter más local, durante la cual se organiza la estructura sintáctica clarificación de las unidades y procesos de codtftcacwn lmgmstlca es
dentro de los límites de la cláusula y se efectúa la selección de las el análisis de los errores cometidos por los sujetos en su habla es-
unidades léxicas (dando lugar, en consecuencia, a pausas al inicio de pontánea.

556 557
PSICOLOGIA DEL LENGUAJE. INVESTIGACION Y TEORIA LA PRODUCCION DEL LENGUAJE

Según Shattuck-Hufnagel (1979), los errores pueden ser definidos res~l,ta indudable que, en los últimos años, esta estrategia de investi-
como «partes de las emisiones que no se corresponden con aquello ga~~?~ ha proporciOnado algunos de los datos más valiosos para el
que el hablante pretendía decir» (op. cit., p. 297). En realidad, qué es anahsts de los yrocesos de_ formulación lingüística. El estudio de los
lo que se entiende por «aquello que el hablante pretendía decir» y errores e_s:.pontane?~ cometidos por los hablantes de distintas lenguas
cuál es el modo de saber con exactitud que un hablante ha dicho algo ha p~rmtttd.~ clanft~ar, en primer lugar, su distinta procedencia (i.e.
distinto a lo que pretendía decir son cuestiones, cuando menos, su vm~ulacwn f~ncwnal, con fallos en la ejecución de procesos de
difíciles de responder de un modo preciso. En ocasiones, los sujetos muy, dt~eren~~ tipo). Ast, como ha señalado Butterworth (1982),
cometen errores verbales sin percatarse de ello. Otras veces, ante el cabr~a Ide~ttftca!, por un lado, errores que parecen resultar del
error, el hablante se autocorrige, interrumpe la emisión, se ríe, se fun~ton~~~e~to madecuado y transitorio de los procesos de concep-
azora o se sorprende por lo que ha dicho. En estos casos, el hablante tual_I~aci~~' J.:en~.~ ~ errores. que refl~jan fallos de los procesos de
indica, con su propia conducta, que «lo expresado» no coincide con codtftcacwn lmgms!Ica pr?ptamente dtcha. Los primeros, que pare-
«lo previsto», que «lo emitido» no es exactamente lo que pretendía cen ser consecue~cia de ciertas «intrusiones cognitivas», constituyen
emitir. lo que se. denomma errores por planes en competencia (ejemplos 3 y
El interés por el estudio de los errores, de sus tipos y de las reglas 4), Y sugieren que el formulador opera a veces de forma simultánea
que parecen guiar su producción se remonta a las postrimerías del sobre al menos dos planes conceptualmente distintos 3 •
siglo pasado y parece tener su precursor, según Fromkin (1973), en las
3. A y veintisiete salía el perro (tren) de la estación.
observaciones de un filólogo llamado Rudolf Meringer. En los últi-
(Había un perro acostado al lado del hablante al producirse el error).
mos años, sin embargo, el análisis de los errores se ha convertido en 4. El estómago de las uñas (los rumiantes).
una de las fuentes más importantes de observación en la construcción (El hablante acababa de regañar a una niña por morderse las uñas).
de modelos psicolingüísticos de la producción del lenguaje. Ello es así
debido al hecho de que los errores espontáneos del habla casi nunca . Por otra parte, el estudio de los errores ha permitido identificar
son azarosos, no presentan formas aleatorias o caprichosas sino que, eJemplos en los que, sobre la ~ase d~ un mismo mensaje conceptual,
por el contrario, muestran una extraordinaria sistematicidad en su el.. fo!mula?o! parece op~rar simultaneamente sobre dos planes lin-
topografía. De este modo, cabe interpretar que sus características gmsticos distmtos. Este tipo de errores, que se ilustran en los ejem-
formales constituyen reflejos o secuelas indirectos de los procesos que plos 5 Y 6, .se conocen con el nombre de errores por planes lingüísti-
se aplican sobre las representaciones lingüísticas en el curso de la cos alternatzvos y suponen la formulación de enunciados gramaticales
producción, que son algo así como una especie de «fósiles» defectuo- contaminados por elementos de ambos planes.
sos de la producción del lenguaje que llevan impresas las consecuen-
cias de los fallos que pueden ocurrir en el proceso de producción. S. Hay un buen trocha (trozo/trecho).
Planteado en estos términos, el análisis de los distintos tipos de 6. ¿Te sienta--- (pausa) te molesta mal? (te sienta mal/te molesta).
error lingüístico se presenta como una vía de estudio capaz de
permitir la obtención de evidencia relativa a, cuando menos, dos Finalm~~te, .~abr!a i~e~tificar errores internos al plan (se entien-
tipos de cuestiones: a) la diferenciación funcional de las fases de la de, d~ ,codificacwn lm!?~Istica), que .parecen afectar a los procesos de
producción recogidas en modelos de fases como el de Levelt (1989) seleccwn o de ordenac~on de las umdades que componen un mensaje
-y específicamente entre las llamadas fases de conceptualización y pero en los que, en mngún caso, los elementos implicados en ellos
de formulación lingüística-, y b) la diferenciación funcional o
individualización de los procesos implicados en la codificación lin-
güística de los mensajes y de los tipos de representaciones utilizados del observad~r), o el hecho de que la captación misma de los errores está sujeta a sesgos perceptivos
por el formulador en esta fase (unidades de planificación de la Y. de ~emona (vg. problemas de detectabilidad como los «lapsus auditivos>>, la reproducción
dtstors10nada del error, etc.) -cfr. del Viso, 1990-.
estructura superficial). 3. En todos los _ejemplos, las unidades lingüísticas que aparecen en cursiva son las que
Pese a que el estudio de los errores espontáneos del habla compor- corresponden a la umdad errónea; las unidades entre paréntesis corresponden a la intención 0
ta dificultades metodológicas que no deben ser minusvaloradas 2 , target. Todos los ~rrores utilizad~s como ejemplos en este capítulo han sido tomados del <<Corpus
de err?res es~ontaneos del espanol» elaborado por Susana del Viso, José Manuel Igoa y José
Euge?10 Garcta-A~~ea (1987). Queremos agradecer muy sinceramente a estos autores tanto su
2. Entre los inconvenientes o problemas más importantes de esta metodología, cabe destacar permtso ~ara _la utthzaci~n de este material, como el propio hecho de haber invertido tanto tiempo,
la dificultad de determinar la tasa de ocurrencia de los distintos tipos de errores y las dificultades en ~anta _pac~encta '! t~nto ,n~or en la recogida, análisis y clasificación de este corpus, esencial para la
el establecimiento de su representatividad (como consecuencia de la atención selectiva y limitada mvesttgactón pstcolmgütsttca en castellano.

558 559
PSICOLOGIA DEL LENGUAJE. INVESTIGACION Y TEORIA LA PRODUCCION DEL LENGUAJE

parecen salirse de los límites del formulador y/o afectar a la represen-


tación de un único mensaje (ejemplos 7-9).

7. La admiranza (alabanza) implica admiración.


8. No podía meter el coche en el pie (el pie en el coche). l. Unidad afectada por el error.
9. Jesús hizo hablar a los ciegos (mudos).
A) Unidades subléxicas.

Para Garrett (1976, 1980, 1982, 1988), como para otros muchos 1. Fonema.
2. Secuencia de fonemas.
autores (vg. Butterworth, 1982), el análisis de estos últimos errores,
que implican o afectan a la formulación de un único plan conceptual, B) Unidades léxicas.
es precisamente el que resulta más útil para la explicación de los 3. Morfema:
procesos de codificación lingüística. Su clasificación a partir de
criterios basados tanto en el tipo de unidad lingüística afectada a) Raíz.
b) Prefijo.
(sonido, sílaba, morfema, palabra, etc.) como en el tipo de mecanis- e) Sufijo flexivo.
mo responsable (omisión, desplazamiento, sustitución, etc.) o su d) Sufijo derivativo.
procedencia (contextua! o no contextua!) -cfr. cuadro 12.3- ha
proporcionado, como veremos a continuación, evidencia crítica res- 4. Palabra:
pecto al problema de la naturaleza de los componentes del formula- a) Palabra de clase abierta.
dar lingüístico y, también, respecto a la naturaleza de los procesos b) Palabra de clase cerrada.
responsables de la organización superficial de las oraciones. C) Unidades supraléxicas.
Tal y como señaló Fromkin (1971, 1988) y recientemente ha
recogido del Viso (1990) en su magnífica revisión de estos trabajos, la S. Sintagma.
observación, clasificación y análisis de las propiedades distribuciona-
les de los «errores internos al plan» ha permitido identificar un 11. Naturaleza del error.
conjunto de regularidades enormemente consistentes, que permiten
interpretar el proceso de la formulación lingüística de las oraciones A) Errores de movimiento o contextuales.
como un proceso sujeto no tanto a constricciones semánticas (como
1. Errores de copia:
se derivaba de los estudios sobre pausas), sino a constricciones de
tipo gramatical. ¿Qué tipo de constricciones son estas? Veámoslas de a) Anticipación.
forma esquemática. b) Perseveración.
e) Anticipación/perseveración.
a) Constricción de las unidades lingüísticas. Una primera regu-
laridad que se observa en los errores espontáneos del habla es que 2. Desplazamiento.
éstos afectan a unidades lingüísticas de distintos tamaños. Las unida- 3. Intercambio.
des lingüísticas, tal y como aparecen definidas por las teorías grama- 4. Errores de movimiento incompletos.
ticales, por tanto, parecen tener cierta realidad psicológica en relación B) Errores no contextuales.
con los procesos de formulación de los mensajes, toda vez que los
S. Sustitución.
elementos afectados por el error son, casi siempre, susceptibles de 6. Fusión.
una descripción lingüística formal: afectan a un sintagma (ejemplo 7. Omisión.
10), a una palabra (ejemplo 11), a una parte de la palabra -vg. el 8. Adición.
morfema raíz o un sufijo derivativo (ejemplo 12) o fonemas aislados
C) Otros.
(ejemplo 13).
9. Acento y entonación.
10. Es que vas con la lengua al cuello (la lengua fuera/el agua al cuello). 10. Errores mixtos.
11. ¿Qué te parece mi nuevo pescado oscilante? (peinado).
12. Esto no es más que envoltaje o ropura (envoltura/ropaje). Cuadro 12.3.-Dimensiones básicas empleadas en el análisis y clasificación de los
13. El fiscal del estado está a fllnto de ... (a punto de). errores espontáneos del habla (en Del Viso, 1990, p. 122).

560 561
PSICOLOGIA DEL LENGUAJE. INVESTIGACION Y TEORIA
LA PRODUCCION DEL LENGUAJE

La sílaba no es una unidad que suela verse afectada como tal por
perseveracio~es e int~rcambios) afectan fundamentalmente a palabras
los errores. No obstante, parece jugar un importante papel en la
de clase ~bierta, mient:as que, por el contrario, los errores de
configuración de los errores; así, los errores de sonidos tienden a
desp~azamient? afectan tipicamente a las palabras de clase cerrada 0
respetar la posición del segmento pretendido en el marco silábico. Por
funci.~nales (eJemplo 17). Este patrón es similar al que se observa en
otro lado, los errores demuestran también la realidad psicológica del relacwn con los errores que afectan a las raíces léxicas y a los sufijos
acento, tanto léxico (los segmentos pretendido y erróneo pertenecen comportá:ndose estos últimos de modo similar a las palabras de das~
ambos a sílabas tónicas o átonas) como sintagmático (de modo que cerrada (Le. con errores de desplazamientos -como en el ejemplo
el perfil de entonación de la emisión no suele resultar alterado -ver 18-) y co~o palabras .d~ cla_se abierta las raíces (que pueden ser, por
ejemplo 14-). tanto, obJeto de anticipacwnes, perseveraciones e intercambios
-ejemplos 19-21-).
14. ¡Traga, tiérrame! (¡Tierra, trágame!).
17. Qué era del examen (de qué era el examen).
b) Constricción de categoría. Tal y como revela el análisis de 18. . .. no merece-- la penará (no merecerá la pena).
sus propiedades distribucionales (vg. García-Albea, del Viso e lgoa, 19. Un duro de veinte monedas (una moneda de veinte duros).
1989), los errores implican siempre una correspondencia entre la 20. Hay médica de huelgos (hay huelga de médicos).
categoría lingüística del elemento erróneo y la del elemento pretendi- 21. ... es carísimo este caro (es carísimo este libro).
do. Así, y como se observa también en los ejemplos anteriores
(ejemplos 10-13), palabras de clase abierta siempre se sustituyen o Un fenómeno que también pone de manifiesto la distinción com-
intercambian con palabras de clase abierta, morfemas derivativos putacional entre vocabulario de clase abierta y de clase cerrada es
siempre por morfemas del mismo tipo, fonemas vocálicos siempre el «anclaje» de sufijos (stranding). Este fenómeno se da en los erro-
por vocales, etc. res de movimiento de morfemas de raíz en los cuales los sufijos per-
e) Constricción de los tipos de mecanismos. El análisis de la manecen anclados en la posición que ocupan en la frase (ejemplos
distribución de los errores en los distintos corpora confirma, en tercer 20 y 21).
lugar, la pertinencia de diferenciar entre dos grandes categorías de e) Constricción de los ámbitos de planificación. El análisis de
error. Los «errores no contextuales» parecen constar fundamental- 1~~ e:rores «de mo_vimiento» permite detectar otra regularidad tam-
mente de errores relacionados con la selección de unidades lingüísticas bi~n Importante. Dicha reg~lari?ad tiene que ver con la distancia que
(vg. fallos de sustitución como el que se ilustra en el ejemplo 15); por existe entre los elementos Imphcados en el error. Así, en el ejemplo
el contrario, los «errores contextuales» constan mayoritariamente de 22, los dos elementos implicados (las palabras «coche» y «padre») se
errores de «movimiento» que afectan a la ordenación de tales uni- encuentran_ s~parado_s por tres palabras y pertenecen a dos sintagmas
dades léxicas (correctamente seleccionadas) dentro de la oración (ejem- mayores distmtos; sm embargo, en el ejemplo 23 la distancia entre
plo 16). los morfemas raíz a~ectad~s por el error es mucho menor y ambos
forman parte del mismo smtagma. Como se observa en el ejemplo
15. Que cada uno traiga sus protestas (propuestas). 2~, la distanc~a entre los elementos afectados por un error de so-
16. Dio la respuesta por callada (callada por respuesta). mdo es todavia menor y, en la mayoría de las ocasiones afecta a
sonid?s de la misma palabra o, como mucho, de palabras' adyacen-
En consonancia con estos datos, cabe sostener la hipótesis de que ~es (~Jemplo 25). En la medida en que la distancia de los elementos
los errores del habla espontánea resultan del mal funcionamiento de Imphcados en el error parece aumentar o disminuir en función del
dos tipos de procesos psicolingüísticos distintos: procesos de selec- tam~ño de la unida_d a_fectada, cabría, pues, interpretar que tal dis-
ción de las unidades lingüísticas de un lado y procesos de montaje e tanci~ a~menta o dismm,uye en función del ámbito de planificación.
inserción de las piezas lingüísticas en la estructura sintáctica de la ConsigUientemente, cabna considerar estos datos como favorables a
oración, por otro. la hipótesi~ de que: du_rante ~a formulación lingüística, el procesador
d) Constricción de los vocabularios. Una regularidad que se del le~9ua1e,. maneJa trpos diferentes de representaciones lingüísticas
detecta en el análisis de los errores de movimiento («con textuales») Yplamflca umdades de diferente tamaño también en los distintos momen-
tiene que ver con el tipo de unidades lingüísticas que se ven afectadas tos del proceso.
en cada tipo de error. Así, se ha observado que los errores que
22. Tu coche se queda sin padre (Tu padre se queda sin coche).
implican la sustitución de un elemento por otro (vg. anticipaciones,
23. ¿Nos fumamos un medio a negras? ( ... ¿un negro a medias?).
562
563
PSICOLOGIA DEL LENGUAJE. INVESTIGACION Y TEORIA
LA PRODUCCION DEL LENGUAJE

24. No me quiero desmolarizar (desmoralizar).


25. En la pejor mareja (en la mejor pareja).
4.3. Evidencia procedente del estudio de las afasias

En el apartado anterior, hemos visto cómo la alter~ciÓJ?- transitoria,


f) Constricción de la distinción forma-significado. Los. errores en sujetos normales, de alguno de los procesos. I?;phcados en la
de sustitución de palabras, por su parte, han proporcionado también codificación lingüística puede dar lugar a la com1s10n de «errores»
datos de extraordinario interés para el estudio de los procesos de
relativamente diferenciados. Pues bien, en este apartado, trataremos
formulación. El dato más revelador derivado de este tipo de errores
de demostrar cómo la observación de patrones estables de alteración
procede., sin du~a, del análisis ~e la relación existente entre la palabra
pretendida y la fmalmente selecciOnada. Ello es así, en la medida en que como los que tienen lugar en sujetos con lesiones neurológicas
puede demostrarse que, en su mayoría, los errores de sustitución de (especialmente afásicos) constituyen también una fuente de primer
palabras implica~ o bien una semejanza fonológica entre ambos orden para el análisis y clarificación de la naturaleza de los procesos
segmentos (ver eJemplos 26 y 27), o bien una relación semántica responsables de la producción de oraciones, así como de su grado de
(ejemplos 28 y 29), siendo escasísimos los casos en que ambos tipos dependencia o independencia funcional mutua.. . ·
d; ~emejanza coinciden ~n un mismo er:or (ejemplo 30). Como resulta El estudio de las perturbaciones del lenguaJe con base en lesiOnes
facd entender, observaciOnes de este tipo favorecen la hipótesis (de- cerebrales constituye en sí mismo una disciplina independiente, con
sarrollada también en el capítulo 9) de que existen representaciones su propia historia, teorías, problema~ X mét?dos (cfr. Butterworth,
diferentes, en el léxico mental, para los significados de las palabras 1980a, Manning, 1988, para una rev1s10n) .. S1~ emb,a~go, desde. hace
(los lemmas) y para sus correspondientes formas fonológicas (los unas décadas, la posibilidad de que el estudiO sistematico (no ~nenta­
lexemas). do a la clínica) del lenguaje de sujetos que sufren este tipo de
trastornos pueda aportar información sobre el funcionamiento del
26. pantalones por patadones. sistema de procesamiento lingüístico . ~ormal ha dado ,lugar a una
27. caramelos por camareros. subdisciplina mixta, en la que participan ta~to neurologo~ co~o
28. estadio por circuito. psicólogos y lingüistas, a la que se denomma «~europs1colog1a
29. salido por llegado. cognitiva del lenguaje» (cfr. Valle, 1991, cap. IV y ~anmng, 1990, 1992
30. sardinas por sandías. para una presentación de este enfoque; en la ed1c10n de Valle, Cuetos,
Igoa y del Viso, 1990, vol. 2, puede encontrarse además una selección
g) Constricción de la buena forma gramatical. Los errores tien- de lecturas básicas sobre el mismo).
d.en, por últ.imo, a confirma,r la realidad psicológica de las constric- Dos supuestos principales subyacen a la investigación neurops~co­
ciOnes recogidas en las gramaticas particulares de cada lengua. Nunca lógica del lenguaje. En primer lugar, el s~puesto de 9ue es. po.~~bl.e
se dan secuencias que. ~ean «ilegales» y, por otro lado, se producen encontrar patrones de preservació~ y detenoro d~ funcw.nes lmgmsti-
procesos de acom<?dacwn que afectan a otras unidades, al objeto de cas altamente selectivos o espec1flcos. Es decir, la Idea de que
mantener la legal~ dad de l.a secuencia ~ompleta · (cfr. ejemplos de determinado tipo de lesiones (las que n.~ destruyen gr~ndes z~nas del
errores reales -eJemplos tipo «a»- e Imposibles -ejemplos tipo tejido cerebral) producen una alteracwn de unos ciertos tipos de
«b»-). procesos pero no necesariamente del resto, de modo que cabría
encontrar sujetos que manifiesten una ejecu~ión. alterada en un
31. a) Le va a dar la cabeza en el sol (el sol en la cabeza). determinado tipo de tareas (vg. tareas «a» que 1mphcan a un compo-
b) Le va a dar el cabeza en el sol. nente específico del procesamiento lingüístico, como lo~ que se
32. a) Las manecillas sin reloj (el reloj sin manecillas). infieren del análisis de las pausas y de los errores espo.ntaneos del
b) El manecillas sin reloj.
habla, por ejemplo) pero no en otras (tareas «b~>, por. eJemplo, q~e
33. a) Desde allí, los viajeros podrán viajarse hacia ... (dirigirse).
implican otro componente distinto a «.a»); al m1sn;~ ~lempo' .. ~a~na
b) Desde allí, los viajeros podrán viajirse hacia .. .
suponer que es posible er;tcon~rar suJeto~ . c~m def1c1ts hngmst1cos
simétricos o complementanos (1.e. con def1c1ts en «b» pero no en
~n tér~inos de procesamiento, por tanto, y por lo que se refiere al «a»). Este supuesto, en buena medida, podría identificarse .con u,n
funciOnamiento del formulador, existen numerosos datos convergen- supuesto de modularidad. En segundo lugar, la neurop,s1colog1a
tes c~n la hipótesis ?e
.que los procesos de codificación se rigen, en lo cognitiva asume el supuesto de que el resultado de la leswn es un
e~en,c1~l, por constnccwnes de tipo gramatical (fonológicas y morfo- patrón de conducta que no represe~ta un aprendizaje ex novo (vg.
smtacticas).
una reorganización funcional de un sistema que trata de compensar el
564 565
PSICOLOGIA DEL LENGUAJE. INVESTIGACION Y TEORIA LA PRODUCCION DEL LENGUAJE

déficit producido por la lesión) sino que, por el contrario, refleja la parece indicar que la pérdida afecta tan sólo a la forma de las
organización del sistema funcional preexistente que ahora debe fun- palabras, no a su contenido. Como podrá observar el lector, este tipo
cionar con uno de sus componentes alterados. A este supuesto se le de datos avala la necesidad de diferenciar, también en los modelos
suele llamar supuesto de transparencia y, en buena medida, justifica teóricos de la producción verbal, entre aquellos procesos psicolingüís-
el enorme interés que el estudio de estos sistemas de procesamiento ticos que implican utilización de información sobre la forma de las
lingüístico parcialmente dañados tiene para un análisis teórico del palabras, y aquellos que, por el contrario, implican la utilización de
funcionamiento de los sistemas ilesos (normales) -cfr. Saffran, 1982, información sobre su contenido.
1989; Valle et al.~ 1990-. Por contraposición con los casos anteriores, cabe observar tam-
Dos tipos de argumentos convierten a los afásicos en una fuente bién, en las afasias, síntomas que reflejan una alteración selectiva de
de datos privilegiada para la investigación psicolingüística. En primer los aspectos estructurales (sintácticos y también prosódicos) de la
lugar, el hecho de que, frente a otros tipos de alteraciones (vg. las oración. Este conjunto de síntomas, conocido con el nombre genérico
demencias o la esquizofrenia) que también afectan a la producción de agramatismo~ suele considerarse como el núcleo fundamental de
pero tienen una etiología más difusa, los afásicos presentan déficits las llamadas afasias no fluidas (vg. la afasia de Broca, que resulta de
morfosintácticos que parecen ser específicos y diferenciadores (vg. una lesión en la zona posterior del lóbulo frontal izquierdo). El habla
errores en el acceso a palabras de clase abierta y en las flexiones de los pacientes que sufren este tipo de alteración se caracteriza por un
gramaticales -paragramatismos- o producción de oraciones frag- conjunto heterogéneo de problemas tales como la omisión de morfe-
mentadas), pero no muestran alteraciones que parezcan afectar a los mas gramaticales de clase cerrada tanto libres como ligados (lo que
procesos de conceptualización o planificación pragmática de orden confiere al habla agramatical un aspecto telegráfico), la tendencia a
superior (a la inversa, parece aceptada la idea de que fallos en los producir secuencias verbales de longitud reducida, la omisión o
procesos de conceptualización no tienen por qué implicar fallos en la nominalización de los verbos, y los errores en la ordenación de los
codificación gramatical de los mensajes -cfr. capítulo 15-). En constituyentes de la oración (Berndt y Caramazza, 1980; Saffran,
segundo lugar, el hecho de que los distintos tipos de lesión (los Schwartz y Marin, 1980; Caramazza y Berndt, 1985). Los síntomas de
distintos tipos de afasias) presentan un repertorio relativamente agramatismo suelen presentarse disociados de otros trastornos, sien-
amplio y variado de déficits de lenguaje, lo que da lugar a analizar do· raros los casos en que el sujeto presenta agramatismo a la vez que
detalladamente los distintos tipos de procesos afectados. alteraciones léxicas como las descritas en párrafos anteriores. Ello
Por un lado, existen ciertos tipos de afasias (genéricamente, las significa, por tanto, que su déficit no alcanza ni a la planificación
denominadas afasias fluidas), en las que, característicamente, cabe conceptual de los mensajes ni a los procesos de selección de palabras
observar una pérdida o distorsión severa en la recuperación de de contenido o de clase abierta, y que debe ser interpretado como
palabras (sobre todo en las de contenido o de clase abierta) pero en consecuencia del fallo o la dificultad de utilización de los procesos
las que, sin embargo, se da una preservación relativa de los aspectos específicamente morfosintácticos de la codificación lingüística.
estructurales y suprasegmentales de la oración, es decir, de la sintaxis Los datos procedentes de la observación de la conducta lingüística
y la prosodia (Butterworth, 1979b; Saffran, 1982; Ellis, Miller y Sin, de los sujetos afásicos, pues, como puede desprenderse de lo expues-
1983; Blumstein, 1988). Así, por ejemplo, en numerosos estudios se ha to, permiten establecer una cierta correspondencia entre las diversas
observado que los pacientes que sufren alguna de estas afasias (vg. los pautas de alteración de los síndromes afásicos y los tipos de procesos
afásicos de W ernicke, cuya lesión se localiza en la zona posterior del identificados sobre la base del análisis de otros tipos de evidencia
lóbulo temporal izquierdo) sufren trastornos en la recuperación de empírica. Algunos autores (vg. Saffran, 1982; Schwartz, 1987) han
palabras de clase abierta, lo que da origen a la comisión de errores hecho explícita esta correspondencia en un intento de validar el
léxicos denominados parafasias (sustitución de una palabra por otra enfoque modular de explicación de los procesos psicolingüísticos en
que, o bien carece de relación o bien está relacionada semántica o la producción. Otros (vg. Caramazza, 1984 ), yendo aún más lejos,
fonológicamente con ella). También son frecuentes en este tipo de han planteado que, en la medida en que uno se interese por el estudio
pacientes los neologismos~ utilizados especialmente en sustitución de de la afasia con el fin de elaborar o contrastar modelos teóricos sobre
palabras poco frecuentes. el procesamiento lingüístico, deben ser los datos procedentes de la
Otro trastorno léxico que suele estar presente en diversos síndro- observación del funcionamiento de este sistema de procesamiento
mes afásicos y que constituye el síntoma nuclear de la denominada más que las clasificaciones clínicas tradicionales los que guíen la
afasia anómica es la dificultad de encontrar palabras. En estos casos, definición y agrupación de los casos en síndromes. Como reciente-
los bloqueos léxicos suelen ir acompañados de circunloquios, lo que mente ha demostrado, entre otros, Max Coltheart (Coltheart, 1985;

566 567
PSICOlOGIA DEl lENGUAJE. INVESTIGACION Y TEORIA
LA PRODUCCION DEl lENGUAJE

Byng y Coltheart, 1986), una aproximación de este tipo en el estudio


de las afasias, aparte de enriquecer sobremanera los modelos psicolin- crítica metodológica de estos estudios). No obstante, a la luz de _l?s
datos obtenidos hasta la fecha, la naturaleza exacta de la relacwn
güísticos de la producción del lenguaje (cfr. capítulo 15), resultaría
funcional entre estos dos tipos de procesos dista todavía de .~star
imprescindible también para el diseño de programas experimentales
clara. Un estudio pionero en este terreno es el de Kempen y IHu~Jb_ers
de intervención terapéutica orientados a la identificación y eventual
(1983), en el que pedían.~ los sujetos que nombraran lo mas ral?~do
mejora de los factores y procesos psicolingüísticos implicados en la posible el actor o la acc10n (y, a~ternativamente ~1 actor y la ~ccwn)
producción verbal alterada de este tipo de sujetos.
representados en un dibujo, tomandose como vanabl.e dependi.ente la
latencia de respuesta. Según observaron, las latencias obtemdas se
4.4. El fenómeno de «tenerlo en la punta de la lengua» y otras podían atribuir a factores independientes que afect~b~n ~componen­
observaciones empíricas sobre la recuperación de palabras tes separados del proceso: así, f~~to~es c?mo la «tipicahdad» de los
referentes o su grado de abstracciOn mflman en la etapa de ,re~upera­
Un grupo diferente de observaciones empíricas que han sido utiliza- ción de los lemmas (representaciones conceptu.ales o semanti~as. ?e
das para la elaboración y contrastación de los modelos sobre produc- las palabras) mientras que el tamaño de las umdades de descnpcion
ción del lenguaje es el que procede de la observación de los llamados afectaba a 1~ recuperación (en teoría más ~ardía) d~ los lex_emas o
fenómenos de «tenerlo en la punta de la lengua» (estados transitorios, formas fonológicas de las palabras. Un estudiO p~~tenor (S~hnefers.et
relativamente frecuentes, en que el hablante neurológicamente nor- al., 1990) ha aportado evidencia favorable tambien al c.aracter s.enal
mal no consigue recuperar con la velocidad precisa la palabra desea- de los procesos de lexicalización. No obstante, en estudios. antenores
da durante el habla espontánea), así como de ciertas observaciones como el de Levelt y Schriefers (1987), que e~plearo-? expe~Imentos .de
relativas a la producción de palabras aisladas en situaciones experi- denominación de objetos en los que el SUJeto debia. realizar previa-
mentales. mente una tarea de decisión léxica, y en el de Martm et al., (1989),
El fenómeno de punta de la lengua (en adelante, TOT -tip of the con un paradigma de inducc~Ón experimental de errores, ~e había
tongue-) fue analizado, en primer lugar, por Brown y McNeill obtenido evidencia que permite pensar que las representaciOnes de
(1966) y, desde entonces, ha sido objeto de algunos otros estudios los lemmas y de los lexemas se recuperan de forma concur~en~e
tanto observacionales (vg. Schachter, 1988) como experimentales (vg. aun cuando se utilicen en etapas sucesivas del proceso de lexicali-
Rubín, 1975). En este último caso, se proporcionan a los sujetos zación.
definiciones de palabras poco frecuentes y se les pide que digan en
voz alta la palabra a la que corresponde la definición. Al igual que en 4.5. Autocorrecciones
el análisis de los estados TOT espontáneos, lo que se observa es que,
aun cuando los sujetos no son capaces de recuperar la palabra Un último tipo de observaciones empírica.s pertinente también,rara la
deseada, demuestran conocer ciertas características de la misma: clarificación de la naturaleza de los ttpos de representacto~es y
dichas características se refieren a aspectos fonológicos -tales como procesos responsables de la codificación lingüí~tica de las oracton~s
la longitud en sílabas de la palabra, su sílaba inicial o final o la es el procedente del análisis ~e las. autocorreccwnes, tanto esponta-
posición del acento-, a aspectos sintácticos (vg. categoría de pala- neas como experimentales o mductdas.
bra) o a características de tipo semántico (a que otra palabra se parece Levelt (1983, 1989), en una magnífica r~visión del tema, presenta
o se opone, etc.). Así pues, los datos procedentes de los estados TOT un análisis exhaustivo de estas autocorreccwnes, en el que detalla las
tienden a revelar, al igual que datos procedentes de otros tipos de principales propiedades estructurales? temporales y funcionales de
estas particulares formas de produccwn ver?al (fD:ndamentalm~nte,
1

metodologías, que los procesos de acceso o recuperación de las uni-


dades léxicas, durante la producción, no utilizan una única representa- su importante carácter de indicado: d~1, f~mcwnam~ento de.l?ls siste-
ción sino al menos dos: una relativa al significado de la palabra y otra mas de control del procesamiento lmgmsttco). En dtch~ revtsiOn, por
relativa a la forma fonológica propiamente dicha. ejemplo, Levelt hace referencia a.l hecho de que, habitualmente, la
. La investigación experimental sobre la producción de palabras detección del error suele ir segmda de una breve pausa o de una
aisladas. (vg. en tareas de denominación de dibujos con o sin priming) expresión de las llamadas de «ediciÓn» (_expresio?es, p~r ~jemplo,
proporciOna también resultados que refuerzan la disociación entre los simples del tipo de «eh» «esto ... », «qmero dectr» y stmtlares, o
'
expresiones más elaboradas ' d e1 ttpo
. «¡o h , no, que tontena., meJor
1 1
' •

procesos de acceso al significado y a la forma de las palabras durante


vuelvo a empezar, ¿eh?»). Otras veces, sin embargo, el hablante
la producción (cfr. Valle, 1991, para una revisión detallada y una
«repara» sobre la marcha el error mediante una forma corregida del
568
569
LA PRODUCCION DEL LENGUAJE
PSICOLOGIA DEL LENGUAJE. INVESTIGACION Y TEORIA

error previo. ¿Cómo se construyen estas «reparaciones» y cómo se can procesos sintácticos extraordinariamente regulares y sólo en
evita crearle un problema de comprensión al oyente? condiciones muy específicas contienen errores de construcción gra-
Según sostiene Levelt ( op. cit.)~ el hablante parece estructurar sus matical.
correcciones del modo que parece crear menos problemas al interlo- Van Wijk y Kempen (1987), con un procedimiento extraordinaria-
cutor. Por una parte, las autocorrecciones se rigen por principios mente original, lograron inducir experimentalmente autocorrecciones
lingüísticos (i.e. mantienen una relación sintáctica con la parte de la sintácticamente mal construidas. Para ello, presentaban a los sujetos
oración emitida antes de la interrupción, de modo que permiten dibujos como los recogidos en la figura 12.4, que representaban esce- .
completar el análisis de la oración). En segundo lugar, los hablantes nas relativamente simples que debían ser descritas de forma verbal
tienden a incluir en su autocorrección algunos de los elementos por los sujetos mediante enunciados como el del ejemplo 36.
previos al error (i.e. retoman su oración desde un punto ligeramente
36. El hombre calvo con gafas empuja al triste payaso.
anterior al del momento del error). De este modo, los oyentes pueden (Or.: The bald man with the spectacles pushes the sad clown).
identificar con facilidad en qué punto de la emisión debe ser insertada
la emisión corregida (cfr. ejemplos 34 y 35, procedentes de tareas de
descripción y c.e. Levelt, 1989, p. 481). Tras una primera presentación de las láminas cuyo objetivo era
que los sujetos se familiarizaran con las acciones y los personajes,
34. Luego sigue una línea horizon-, no, una línea vertical comenzaba la tarea~ Se presentaba un dibujo (vg. el «a» de la figura
(Or.: Then follows a horizon-, no, a vertical line). 12.4), el sujeto comenzaba la descripción y, sin previo aviso, el dibujo
35. Encima del disco verd-, no, me he equivocado, a la izquierda del disco verde ... era sustituido por otro (vg. por «b») que implicaba modificaciones
(Or.: Over the gree-, no I am wrong, left of the green disk ... ). respecto a la acción, el agente o cualquier otro elemento de la
descripción. En casos así, se obtenían casos de autocorrección tan
Las autocorrecciones, así, parecen regirse por el llamado «princi- curiosos como el siguiente (ejemplo 37).
pio o regla del constituyente» (i.e. afectan a constituyentes comple-
tos), pero también por el llamado «principio de buena formaciÓn» 37. El hombre calvo con gafas ... mmm ... con el bigote empuja al triste payaso
(que expresa el hecho de que, sumada la autocorrección al segmento (Or.: The bald man with the spectacles -er with the moustache pushes the sad
de la oración previo al error, la serie lingüística resultante es un clown).
enunciado bien construido). En definitiva, las autocorrecciones impli-
A partir de sus observaciones, Van Wijk y Kempen (1987) hipote-
tizaron que los hablantes tienen, esencialmente, dos modos o estrate-
gias para la reparación de sus errores lingüísticos. El primero implica-
ría una reformulación~ es decir, la construcción de una forma sintácti-
ca nueva. El segundo, implica una estrategia basada en la sustitución
de lemmas, lo que no afecta para nada a la forma del marco
sintáctico previamente definido. Ambos, tomados en conjunto, re-
fuerzan la impresión de la mutua autonomía de los procesos guiados
por principios sintácticos y por principios léxicos durante la formula-
ción de oraciones.

4.6. La arquitectura del formulador: comparaciones entre modelos

Los datos empíricos de observación que hemos ido reuniendo en las


últimas páginas permiten ofrecer una caracterización, todavía provi-
sional, de los procesos de formulación o codificación lingüística de
los mensajes en la producción de oraciones, y, lo que es más
a importante, dan pie a exponer dos concepciones contrapuestas de la
arquitectura de este componente de procesamiento y de las relaciones
Figura 12.4.-Dibujos utilizados por van Wijk y Kempen (1987) en su experimento
sobre autocorrecciones inducidas. entre sus elementos constitutivos: una concepción autónoma o modu-

570 571
PSICOLOGIA DEL LENGUAJE. INVESTIGACION Y TEORIA LA PRODUCCION DEL LENGUAJE

lar (cfr. Fromkin, 1971; Garrett, 1975, 1980, 1982, 1984, 1988· Bock mente en analizar los procesos de elaboración de la estructura del
1987a) y otra interactiva (cfr. Dell, 1986, 1988; Dell y Reich: 1981~ enunciado y de selección de elementos léxicos, procesos englobados,
Stemberger, 1982, 1984, 1985). La contraposición entre modelos según él, en el nivel de la «oraciÓn». Dentro de este nivel, se pueden
autónomos e interactivos, que fue el leit-motiv de la exposición de los distinguir dos sub-niveles: 1) el «nivel funcional», cuyo cometido es
modelos de compre11:sión léxica y oracional (cfr. capítulos 9 y 10), construir la representación sintáctico-semántica de la oración, que
vuelve, pues, a repetirse, esta vez en el terreno de la producción de comprende procesos de acoplamiento de papeles temáticos a funcio-
palabras y oraciones. nes y constituyentes sintácticos y procesos de selección de piezas
Planteado en términos generales, el problema que vamos a exami- léxicas de clase abierta a partir de sus propiedades semánticas; y 2) el
nar se desdobla ~~ d?s ~~te~rogantes: e~ primer lugar, ¿hasta qué «nivel posicional», destinado a construir la representación sintáctico-
punt.o la formulacwp lmgmstica de enunciados comprende un sistema fonológica de la oración, que incluye la especificación de la posición
funciOnalmente autonomo de procesos, esto es, un módulo cognitivo, que deben ocupar los constituyentes sintácticos (i.e. el orden de las
frente a los procesos de conceptualización, de carácter más central e palabras), la asignación de concordancias gramaticales y la recupera-
inespecífico?, y en segundo lugar, ¿en qué medida los procesos ción de la estructura segmenta! (o fonológica) de las piezas léxicas
responsables de la formulación se pueden descomponer a su vez en previamente seleccionadas (véase figura 12.5). En suma, el nivel
«atomos>> de procesamiento relativamente independientes
f ' unos' de funcional comprende un conjunto de procesos orientados a elaborar
otros, es decir, en qué medida puede decirse que haya «sub-módulos» una representación de las relaciones «lógicas» que se dan en la
dentro del hipotético módulo de formulación de oraciones? El argu- oración (algo parecido a la estructura «profunda»), en tanto que el
me~to que vamos a ~efender es que los datos empíricos sobre las nivel posicional engloba una serie de procesos encaminados a elabo-
vanables temporales (1.e. pausas), los errores espontáneos, las afasias rar una representación de cómo se «pronuncia» la oración (i.e. de su
y o~;os fen~menos de la producción verbal se ajustan a una interpre- estructura sintáctica «superficial») (cfr. Garrett, 1984).
tacwn auto~oma de los procesos de formulación en el plano de las Del modelo de Garrett se desprenden tres predicciones generales
representaczones, esto es, en lo que respecta a las unidades de acerca de los procesos de formulación que parecen estar en sintonía
progr~mación o codificaci~'m empleadas en dichos procesos, pero sólo con algunos de los datos de los estudios de producción examinados
autonzan de forma relativa a suponer que esta autonomía se da antes: la primera se refiere a las unidades de planificación del
también en el terreno de los procesos, esto es, en las relaciones lenguaje, la segunda, al carácter serial de los procesos de producción,
recíprocas que se establecen entre distintos niveles de representación y la tercera, a la distinción entre vocabularios computacionales. Por
durante la formulación. lo que respecta a las unidades de planificación, los datos de pausas
Al igual qu~ su~ed~ ,e~ algunos otros ái?bitos de la explicación de avalan la distinción entre al menos dos ámbitos de planificación en la
l?s l?ro~es.os psicolmgmsticos (yg. reconocimiento de palabras, análi- producción de enunciados, que determinan dos órdenes diferentes de
SIS smtactico), los modelos autonomos (que suelen exhibir una arqui- unidades de programación: por un lado, unidades oracionales o
tectura «clásica») se basan en principios de índole estructural, mien- supraoracionales, cuya extensión viene dada por las caractensticas
tras que los modelos interactivos (en general más próximos a los conceptuales y pragmáticas del mensaje, y por otro, unidades sub-
postulados conexionistas) se preocupan más por los aspectos que oracionales (i.e. sintagmas) que se planifican dentro del marco de la
~udié.ramos llamar «procesuales» (recuérdese, a este respecto, el oración y en función de variables sintácticas. Los datos sobre la
enfas1s de los modelos conexionistas en la noción de activación y en distribución de las pausas en ciclos (vacilantes y fluidos) y la acumu-
el carácter gradual o continuo de esta propiedad de los procesos lación de pausas en las fronteras de cláusula son fenómenos que
mentales). apoyan esta distinción entre unidades globales y locales de planifica-
1. El modelo autónomo serial. El modelo más representativo de ción lingüística (cfr. Garrett, 1982). Asimismo, la correspondencia
la concepción autónoma o modular de la producción de oraciones es existente entre el alcance del movimiento de constituyentes en ciertos
el modelo de Garrett (1975, desarrollado en posteriores trabajos: errores (i.e. los llamados errores contextuales) y el tipo de unidad
Garrett, 1980, 1984, 1988). Este modelo distingue tres niveles de afectada por el error (vg. palabras, morfemas, sonidos) presta apoyo
procesamiento que coinciden, en líneas generales, con los del modelo empírico a este supuesto del modelo, ya que es un hecho comprobado
de Lev~lt (1989) expuesto al comienzo de este capítulo: el nivel del que el alcance del movimiento es mayor cuanto mayor sea la unidad
«~ensaJe» (que ~~rresponde a. los procesos de conceptualización), el involucrada en el error (cfr. Garrett, 1980; García-Albea, del Viso e
n~vel de 1~ «oraci.on» (que encier~a lo~ procesos de formulación) y el lgoa, 1989).
mvel «artlculatono» o motor. El mteres de Garrett se centra esencial- El postulado de la serialidad de los procesos de producción no
572 573
LA PRODUCCION DEL LENGUAJE
PSICOLOGIA DEL LENGUAJE. INVESTIGACION Y TEORIA

como la «acomodaciÓn» y el «anclaje» de sufijos, ya comentados en el


apartado 4.2 con errores. En las autocorrecciones y las acomodacio-
nes, es indudable que los mecanismos de control supuestamente
(Representación del mensaje) responsables del mantenimiento de la buena forma lingüística del
enunciado intervienen una vez que el error se ha cometido y no antes
(Garrett, 1980). En los anclajes, se interpreta que la selección o
ubicación errónea de las raíces de las palabras se produce después de
elaborar el marco sintáctico en que se insertan dichas raíces (Garrett,
1980). Pero incluso considerando concluyentes estos datos, nada
[cv t l ¡s cv t l (N tl (N t l~ \ impide postular la idea de que la construcción del marco sintáctico y
la selección léxica tienen lugar en paralelo o en cascada, e incluso que
Asignación léxica _ hay una influencia mutua entre ellos, como ya hemos apuntado
anteriormente y como tendremos ocasión de ver de nuevo más
F adelante.
Por otra parte, hay suficientes datos para afirmar que existe, en la
Selección marcos de
planificación del nivel
formulación de oraciones, un desdoblamiento de procesos en virtud·
posicional del tipo de vocabulario o de representaciones sobre las que operan.
Por ejemplo, la distinción, a efectos de procesamiento, entre palabras
".-t
[J de clase abierta y palabras de clase cerrada cuenta con confirmación
1 tJ empírica tanto en el terreno de las pausas (sólo hay pausas de
L L L búsqueda léxica ante palabras de clase abierta) como en el de los
t t t errores (se aprecia una distribución diferente de estos dos tipos de
Asignación de la estructura segmenta! vocabulario en categorías distintas de errores -cfr. Garrett, 1980--)
y prosódica de las palabras
e incluso en el de las afasias (donde se produce un deterioro selectivo
de uno u otro vocabulario en los distintos síndromes); es de resaltar,
en este contexto, la disociación entre las «afasias fluidas» (vg. Wer-
nicke o jerga afásica), que suponen un deterioro del vocabulario de
clase abierta, y las «afasias no fluidas» (Broca o agramatismo), que
implican una pérdida del vocabulario de clase cerrada (cfr. Saffran,
{ Representación nivel posicional } P Schwartz y Marin, 1980). Asimismo, en el caso particular de la
selección léxica, es preciso subrayar la disociación entre procesos de
Figura l2.5.-Modelo autónomo de Garrett (1984) de producción de oraciones. recuperación del significado y procesos de recuperación de la forma
de las palabras, como ponen de manifiesto el fenómeno de «tenerlo
en la punta de la lengua», el examen de los errores no contextuales de
cuenta con datos empíricos tan claros a su favor como el ~~so palabra (vg. sustituciones) y el estudio de ciertas alteraciones afásicas
anterior. Si bien hay indicios de qu~ los procesos d~ «?r~enacwn»
1 de la producción verbal. El análisis de los errores léxicos revela que
(i.e. los implicados en la organizacwn del marco. lsmtacuco) Y de los errores de sustitución de palabras se distribuyen en dos categorías
«selección» (i.e. los relacionados con la recuperacwn ge eledentos prácticamente independientes: sustituciones basadas en la forma y
léxicos) son específicos de dominio (vg .. los errores 0 ser)va os hno sustituciones basadas en el significado (Fay y Cutler, 1977; del Viso,
afectan al mismo tiempo a estos dos t1pos de procesos ' no ~y Igoa y García-Albea, 1991). En lo que a las afasias se refiere, se
pruebas concluyentes de que estas dos clases de procelos dsten
aprecia una disociación semejante a la citada cuando se compara la
también temporalmente ordenadas. Dicho de otro modo, °~ atdos
· · 'bles no perm1ten
· 1a se1eccwn e1
1
llamada «afasia anómica», que se caracteriza por la pérdida de
empíncos d1spom as egurar
. que
. 1 1
información fonológica de las palabras (Sánchez Bernardos, 1988), y
elementos léxicos no influya sobre 1~ _msercwn de e¡tos en e
marco sintáctico de la oración. Las umcas pruebas r~ evantes 1 i la jerga afásica, donde el deterioro afecta más a las propiedades
conceptuales del léxico, esto es, al significado de las palabras (Butter-
respecto se encuentran en las autocorrecciones que s1fe~ a a
comisión de errores (cfr. Levelt, 1983; Igoa, 1991b) Y en enomenos worth, 1979b; Ellis, Miller y Sin, 1983).

574 575
LA PRODUCCION DEL LENGUAJE
PSICOLOGIA DEL LENGUAJE. INVESTIGACION Y TEORIA

2. El modelo interactivo. Los modelos interactivos de la produc- OTROS SISTEMAS COGNITIVOS


ción de oraciones constituyen un intento de refinar o corregir ciertas pro-
piedades de los modelos autónomos, con vistas a incorporar
factores no estructurales en la explicación de los fenómenos de la
producción verbal y evitar así determinadas predicciones incorrectas. SIGNIFICADO
Como ha señalado Dell (1988), uno de los más destacados proponen- Semántica/pragmática
tes de los modelos interactivos, estos modelos admiten, de acuerdo
con los autónomos, la organización del sistema de formulación en
niveles jerárquicos de procesamiento, aunque, a diferencia de ellos,
estiman que puede haber relaciones recíprocas entre dichos niveles y
no sólo un flujo de información de «arriba-abajo». Al mismo tiempo,
SINTAXIS
I I
los modelos interactivos consideran que la explicación de ciertos LÉXICO
acceso a las estructuras
fenómenos de la producción verbal exige la toma en consideración de superficiales acceso al léxico
variables «extralingüísticas», en particular variables no estructurales efectos sobre el acceso
tales como la frecuencia de uso de las formas lingüísticas, las se-
orden serial
efectos sobre el acceso
4
• sintáctico
efectos sobre la entonación
mejanzas superficiales entre expresiones estructuralmente dispares o al léxico
el contexto inmediato de las unidades de programación en la produc- ¿estructuras morfológicas? ¿morfología?
ción verbal. Tras presentar esquemáticamente un modelo interactivo entonación de la oración
de los procesos de formulación, pasaremos a detallar el papel de
algunos de estos factores en la producción de oraciones.
Los modelos más representativos de la postura interactiva en la
producción del lenguaje son los modelos conexionistas o de «activa-
!
FONOLOGÍA
ción interactiva» de Dell y de Stemberger. Para los propósitos de este
capítulo, vamos a tomar como referencia el modelo de Stemberger,
toda vez que el de Dell está preferentemente diseñado para explicar
1 /
acceso a los fonemas
acceso a la estructura silábica

los procesos de codificación fonológica, que serán abordados en el


próximo capítulo. El modelo de Stemberger (1985), representado en
la figura 12.6, postula un conjunto de componentes de procesamiento
Reglas fonológicas
!
RASGOS
que se influyen mutuamente bien de forma inmediata (vg. la sintaxis acceso a los rasgos
y el léxico) o mediata (vg. la sintaxis y la fonología). El modelo (probablemente alofónicos)
funciona mediante la propagación (bidireccional) de activación a
través de los distintos niveles de procesamiento del sistema. Como
en todos los modelos conexionistas, en el modelo de Stemberger los
nodos o unidades de representación del sistema modifican sus nive-
!
PROGRAMACIÓN MOTORA
les de activación en función de la activación bruta que reciben de
otros nodos y de otras características intrínsecas a los elementos del
sistema, tales como el nivel de reposo de los nodos o los pesos de las
Figura 12.6.-Modelo interactivo de Stemberger (1985) de producción de oraciones.
conexiones entre ellos. En este sentido, como ya hemos insinuado
antes, cobran especial relevancia características como la frecuencia de
uso de ciertas formas lingüísticas o el contexto en el que se encuen- co y los procesos de selección de elementos léxicos; 2) una menor
tran las unidades de procesamiento del sistema. probabilidad de que los elementos lingüísticos más frecuentes partici-
A la vista de estas características, el modelo de Stemberger suscita pen en errores; y 3) efectos del contexto lingüístico inmediato en la
unas predicciones sustancialmente distintas (a veces incluso opuestas)
comisión de errores en niveles superiores de procesamiento.
a las de los modelos autónomos. Vamos a destacar en particular las La primera predicción (i.e. la interacción entre el léxico y la
tres siguientes: en la formulación de oraciones se ha de observar: 1) sintaxis) implica que la recuperación de representaciones léxicas
una interacción entre los procesos de construcción del marco sintácti-

576 577
PSICOLOGIA DEL LENGUAJE. INVESTIGACION Y TEORIA
LA PRODUCCION DEL LENGUAJE

durante la planificación de la oración puede influi~ sob~e su e~tructu­


ra. En la medida en que ciertas propiedade~ ~e la smtax1s oraciOnal se zan de bastante apoyo empírico en la literatura de errores del habla,
vean efectivamente influidas por factores lexicos (vg. en los errores de especialmente en lo que se refiere a la relación recíproca entre los
palabra), deberá darse por buena esta predicción. No ~bstante, como procesos de codificación fonológica y los de selección léxica. Así
hemos visto antes, este fenómeno no suele produci~~e de forma ocurre, por ejemplo, con el denominado «efecto de lexicalidad» (cfr.
habitual en los errores espontáneos del habla, excepc10n h~c~a del Dell y Reich, 1981), según el cual la probabilidad de cometer un error
efecto de acomodación en el que de resultas de un error lexico se fonológico (i.e. de sonidos aislados) será mayor cuando el resultado
produce una modificaci6n de la con~ordancia oraci~nal (vg. entre los del error sea una palabra (vg. en la anticipación del fonema ff/ en
determinantes o modificadores del smtagma y su. nucleo) y, c?n ello, «Esta /i/ubia [lluvia] me está empezando a abu/f/ir») que cuando no
una modificación de la sintaxis. Por contra, la mdepen?encia entre lo sea (vg. en otra anticipación de fonema como «Si prefieres un
errores de selección y de ordenación, varias v~ces aludid~ e.~ estas /0/icle [chicle] sin a/0/úcar»), a causa de la propagación de activación
páginas, viene a poner en entredicho esta pnmera predicciOn del entre los niveles fonológico y léxico. Asimismo, se ha podido obser-
modelo interactivo (para más detalles sobre este problem~, vease
1
var (Dell, 1984, 1985; Stemberger, 1990) que la probabilidad de
del Viso, 1990, o Igoa, 1991b). Pese a ell? en recientes expen~entos cometer errores de sonidos aumenta en función de la semejanza de los
se ha puesto de manifiesto la influencia que la r~~uperac10n de entornos fonológicos en que se origina y en que se produce el error
elementos léxicos puede ejercer sobre la construcc10n del marco (vg. «El primer tra/m/o lo su/mio (subo) muy bien», donde la
sintáctico de la oración (cfr. Bock, 1986, 1987b; Bock y Warren, 1985; sustitución de la /b/ por la /m/ parece venir inducida por la presencia
de la vocal /o/ en la vecindad tanto del fonema /m/ de «tramo», que
lgoa, 1991b). . . . 1d da origen al error, como del fonema lb/ de «subo», que es objeto de
La segunda predicción del n:odelo I~te~.~ct.Ivo, relativa a1pape e
la frecuencia de uso de las umdades lmgmst1cas en los procesos de sustitución). (Para una discusión más detallada de los efectos de
formulación, ha servido, entre otras cosas,. para dar cuent~ de la interacción en la producción de oraciones, véase del Viso, 1990; Igoa,
distinción entre los vocabularios de clase abierta y cerrada sm t~ner 1991b; y del Viso, lgoa y García-Albea, 1991).
que postular explicaciones «computacionales» como .las que defien- Los fenómenos a que hemos venido haciendo alusión al exponer
den los modelos autónomos. Utilizando un razonamiento no ex_ent? el modelo interactivo subrayan la existencia de factores, por así decir,
de ingenio, Stemberger (1984, 1985) ha_justificado la diferente distri- «no gramaticales» (vg. frecuencia de uso, contexto fonético, etc.) en
bución de estos dos tipos de vocabulano en los errores del habla (en la codificación gramatical de las oraciones, lo que, al propio tiempo,
sujetos tanto normales como afásicos) apelando a .la. mayor ~r~cuen­ pone en tela de juicio dos postulados esenciales de los modelos
cia de uso de los elementos de clase cerrada. El obJetivo no disimula- autónomos: por un lado, el carácter estrictamente serial y la mutua
do de este argumento es el de «traducir» explicacio.nes basadas en independencia de los sub-procesos comprendidos en la formulación, y
criterios lingüísticos (i.e. las palabras de ~lase abier.ta y cerrada por otro, la naturaleza exclusivamente lingüística de los principios
participan en distintos tipos de errores .de~Ido a su ~I~fe~ente _valor que regulan esos procesos. Hemos visto, a grandes rasgos, que ambos
funcional) a explicaciones basadas en cntenos pr?babihsticos (1.e. ~a modelos tienen razón para la esperanza. Con todo, la discusión se ha
menor frecuencia de los elementos de clase abierta los hace mas circunscrito al problema de la arquitectura interna del sistema de
suceptibles de sucumbir a determinados fallos q?e se producen en el formulación, habiendo quedado obviada la cuestión de la autonomía
funcionamiento del sistema), que, como es sabido, son m?neda de del formulador con respecto al conceptualizador, el primero de los
uso corriente en los modelos conexionistas del procesamiento del interrogantes mencionados al comienzo de este apartado. Siguiendo,
lenguaje (cfr. capítulo 10). La diferencia fundamental ent~e el modelo pues, con la misma problemática de fondo, pasaremos a examinar, en
interactivo y el modelo autónomo a este respec~o no radica, p~es,. ~n el próximo apartado, ciertas pruebas empíricas en torno al influjo
la predicción que se desprende de cada uno, smo en la exphcac10n de factores conceptuales en los procesos de formulación de oracio-
que cada uno ofrece al mismo fenómeno. •
nes. El énfasis se trasladará, pues, desde el interior del componente
1
En línea con las predicciones esbozadas en parrafos previOs, la de formulación, en el que nos hemos movido en este apartado, ha-
idea de que el contexto local influye so.bre los procesos de f?rmula- cia la frontera o el «interfaz» entre el conceptualizador y el formu-
lador.
ción en niveles superiores tiene por obJeto demostrar la validez del
mecanismo de propagación de la activación desde niveles de represen-
tación inferiores hacia otros superiores, lo que se .traduce ~? una
retroinformación entre niveles. Los efectos de retromformac10n go-

578
579
PSICOLOGIA DEL LENGUAJE. INVESTIGACION Y TEORIA LA PRODUCCION DEL LENGUAJE

5. FACTORES NO LINGÜÍSTICOS EN LA CODIFICACION LINGÜÍSTICA sujetos. La interpretación teórica de estos ?atos _pue_de vincularse, ~n
DE LAS ORACIONES buena medida, con los resultados de las mvesugacwnes que confir-
man el papel facilitador de las imágenes mentales en los proceso~ de
Los datos presentados hasta el momento permiten identificar, con recuper.ación d_e la infor~ación de la me_moria,, l_o que, en última
cierto detalle, los tipos de representaciones y de procesos que intervie- instancia confirma el caracter general o mespecifico de muchos de
nen en la traducción de las intenciones comunicativas a un formato los proc~sos que invervienen en la fase de conceptualización (cfr.
lingüístico, es decir, aquellos que permiten la codificación lingüística Paivio, 1971, 1986; Nelson, 1981; y, para una revisión, Marschark et
de las oraciones o formulación lingüística del mensaje. No obstante, al., 1987; Bajo y Cañas, 1991). . .,
de cara a una caracterización completa de estas dos primeras fases de Interesantes también para el estudio de la relacwn entre los
la producción del lenguaje, tiene sentido mencionar otros factores factores conceptuales y lingüísticos en la producción del lenguaje,
que, sin ser lingüísticos, influyen también en estos procesos y en aunque muy distintos en sus planteamientos a los anteriores, son
algunos aspectos de la forma o la ejecución final de los mensajes. algunos de los trabajos realizados por Osgood (vg. Osgood, 1971;
Desde los años 50, se han realizado algunas investigaciones que Osgood y Bock, 1977). En uno d~ estos experimentos (1971), Os?ood
han probado la influencia que en la producción del lenguaje (y, más intentó demostrar que el contemdo y la estructura de las oracwnes
específicamente, en la fluidez del habla) tienen variables no cognitivas pueden variar en función de la manipu~ación exl?~rimental .que se
como la ansiedad -predisposicional o situacional- (Mahl, 1956; haga del contexto perceptivo en que dicha oracwn se emite. En
Cassotta et al., 1967; Krause y Pilisuk, 1961), los cambios en la concreto, Osgood suponía que ciertos eventos no lingüístico.s (como
situación de interacción comunicativa (Levin y Silverman, 1961) o la la percepción de la situación) generan :n el hablante un conjunto de
necesidad de aprobación social (Preston y Gardner, 1968). Sin embar- presuposiciones cognitivas que determman algunos aspectos de_ la
go, y en relación con el problema que aquí estamos planteando (el del estructura superficial de las oraciones. Par~ comproba_r ~sto, rea_hza-
grado de autonomía funcional de los procesos de codificación), han ba ante los sujetos una serie de demostracwnes con distmtos objetos
sido los estudios que analizan la influencia de variables conceptuales r
(pelotas de diferentes colores y _tamaños; tarjetas, etc.) l.es pedía ,que
sobre la producción de oraciones los que resultan más pertinentes. describieran con la mayor clandad posible y con una umca locucwn,
Brevemente, por tanto, trataremos de dar cuenta de los trabajos más la situación' que percibían en cada ocasión. Tras ~1 análisis d~ ,las
representativos en esta línea. emisiones, se comprobó que l?s sujet_os, a m~dida q~~ recibian
distintas presentaciones de un mismo objeto, te~dian a u~Ihzar en sus
Estudios sobre variables conceptuales referencias artículos determinados en vez de mdetermmados, pro-
nombres en vez de nombres, etc. Este tipo de observaciones confirma-
Los comienzos de los años 60 y el nombre de Frieda Goldman-Eisler ba, por tanto, la hipótesis de que la utili.z,ación de unos u o~r.os
constituyen puntos de referencia importantes respecto a cuándo y morfemas en las descripciones varía en funcwn del grado de familia-
quiénes comienzan la investigación experimental sobre la influencia ridad del hablante con los objetos y 1o las situaciones que describe.
de las variables conceptuales y cognitivas sobre la producción verbal. Estos y otros resultados obte~i?os P?r ~sgood (1971) P?~en. ~e
En 1961, Goldman-Eisler realizó una serie de experimentos con el fin manifiesto que algunas de las deciswnes Imphcadas en la codificacwn
de comprobar la posible influencia de la variable dificultad de la lingüística de las oraciones vienen determinadas por factores concep-
tarea. En uno de estos experimentos, por ejemplo, se presentaban a tuales tales como la ordenación temporal de los eventos a los que el
los sujetos historietas breves y se les pedía que describieran cada una sujeto se refiere cuando habla, la distribución espac~al de l?s ?bj.etos
de las viñetas y que explicaran después el contenido de las mismas. descritos, etc., y no solamente por aspectos o vanables smtacticas.
Los resultados demostraron que el habla era más fluida y contenía Experimentos posteriores de este mismo autor (vg. Osgood y Bock,
menos errores en la descripción que en la explicación. De este modo, 1977) han demostrado también con claridad que ciertos factores
se confirmaba la hipótesis de que el tipo de tarea y su nivel de conceptuales tales. como la naturalid~d y vivid.e,z de lo~ estímulos,
dificultad (mayor cuanto más abstractos son los referentes de la o la motivación del hablante, determman tambien, parcialmente, el
producción) determina algunos de los rasgos del habla. Algunos años orden sintáctico de las palabras en la oración, haciendo que se sitúen
m~~ tarde, Reynolds y Paivio (1968), Taylor (1969) y otros autores, en primer lugar aquellos constituyentes gramat~cales que exl?resan l<;>s
utilizando palabras en vez de dibujos, demostraron también que el contenidos afectiva o conceptualmente dommantes. La mfluencia
grado de concreción o abstracción de los estímulos es determinante sobre la linealización y 1o estructura de los constituyentes de la
de la rapidez, la longitud y la fluidez de las respuestas verbales de los oración de otros factores como la prominencia perceptiva de los

580 581
PSICOLOGIA DEL LENGUAJE. INVESTIGACION Y TEORIA LA PRODUCCION DEL LENGUAJE

estímulos (en tareas de producción elicitada), la orientación de la empírica presen!ada a lo largo de este capítulo permite establecer
atención mediante instrucciones explícitas o implícitas, la facilidad de algunas concluswn~~ generales. Así, por ejemplo, las siguientes:
recuperación o la tipicalidad de los referentes del discurso~ etc., ha a) .La produccwn de o~aciones implica la participación de una
sido demostrada también por autores como Clark y Chase (1974), compleJa red de representaciOnes y procesos que, en un primer mo-
Tannenbaum y Williams (1968), Perfetti y Goldman (1975), Bock mento, son d_e ~aturaleza ~undamentalmente pragmática y semántica
(1982), Kelly et al. (1986) y otros muchos. y, con postenondad, adqmeren un carácter esencialmente gramatical.
Tal y como ha señalado Igoa (1991) la clarificación del papel ~~s procesos de ma_croplanificación de los mensajes y de estructura-
facilitador que ciertas variables no lingüísticas pueden ejercer res- cwn. de su contemdo conceptual presentan estrechas conexiones
pecto a la velocidad de recuperación de los elementos del mensaje o funci~males con los procesos responsables de la organización global
respecto a su ordenación en el mismo se ha convertido, en los úl- d_el discurso y, por tanto, P?se~t; un ámbito d~, aplicación supraora-
timos años, en un problema crucial para determinar la naturaleza ~IOfl:~}· _De ~ar~ ~ la plamÍlcacwn y elaboracwn de los enunciados
autónoma o no de los procesos responsables de la codificación lingüís- lm!?msticos II]dryiduales (o,r~ciones), estos procesos generan represen-
tica de los mensajes. En concreto, conocer hasta qué punto la acce- taciOnes semantico-pragmaticas (los llamados «mensajes preverbales»
sibilidad de las representaciones conceptuales y 1o léxico-semánticas o «marcadores de entrada») _que poseen información capaz de guiar,
afecta sólo a procesos del nivel funcional de la planificación (como al menos en parte, las decisiOnes del componente de procesamiento
la asignación de funciones sintácticas a los papeles temáticos del responsable de su codificación lingüística concreta.
mensaje) o afecta también a aspectos superficiales de la misma (co- ~) En la c~racterización de la codificación lingüística de las
mo el orden de los constituyentes, que, en teoría, depende de los oraciOnes 9~e fmalmente desemboca en la construcción de una
procesos jerárquicamente inferiores de la codificación posicional), represet?-tac~on de_ la estructura superficial de la oración, resulta
permitirá establecer si los procesos de codificación lingüística necesano dife:;nciar ent:e dos grandes tipos de procesos: los proce-
disponen o no de una arquitectura funcional autónoma. ¿Qué evidencia sos de .s~leccwn d~ un.I?ades (vg. del léxico) y los procesos de
hay al respecto? o_rd~na_cwn o co_mbmacwn de las unidades léxicas en los marcos
Utilizando como procedimiento experimental tareas de descrip- s~ntacticos. Al mismo tiempo, los datos empíricos aconsejan diferen-
ción de escenas con priming de tipo semántico y fonológico, Bock Ciar entre los procesos implicados en la elaboración de la estructura
(1986) obtuvo evidencia que obligaba a admitir la existencia de un subyacente o profunda del enunciado (lo que implica, entre otros
cierto grado de retroinformación desde los procesos de recuperación acoplar lo~ p~pe~es . temáticos a funciones sintácticas y establece;
léxica a los de elaboración de la estructura funcional del enunciado. dependencias ~mtacticas entre los constituyentes del enunciado) y los
En una serie posterior de experimentos utilizando una técnica similar, procesos rel~~IOnados con la _construcción de la es~ructura superficial
lgoa (1991b) confirmó también la influencia que sobre los procesos de (vg. ordenacwn de los constituyentes en la oracion establecimiento
planificación sintáctica del nivel funcional tienen factores de tipo de 1~ concordaJ?-cia m<?rfosintáctica de los constituye~tes, etc.). En ese
conceptual (vg. el valor de animación de las entidades de la escena), s~ntido, cab~ diferenciar con Garrett (1975, 1976), entre los llamados
lo que permite cuestionar la hipótesis de una autonomía funcional de mveles funczonal y posicional de codificación lingüística.
los procesos de planificación sintáctica respecto a los de planificación e) Dei?-tro de los procesos de recuperación del léxico, y en
léxica, al menos en su versión más radical. convergencia c<?~ los resultados de la investigación experimental
s??re comprenswn del lenguaje, cabe distinguir, durante la produc-
cwn, entre procesos responsables de la recuperación del significado
6. LA PRODUCCIÓN DE ORACIONES COMO MODALIDAD de las palabras (ellemma), que operarían en el llamado nivel funcio-
DE PROCESAMIENTO: ALGUNAS CONCLUSIONES nal, Y procesos de recuperación de la forma fonológica de las mismas
(el lexema), q~e ten~rí~n lugar en el nivel posicional. Asimismo, cabe
6.1. ¿Cuántos tipos de representaciones y de procesos h.~cer .ref~~e~cia al distmto grado de dificultad que, para la planifica-
están implicados en la codificación lingüística de las oraciones? Cion lmgm~tica, comporta la recuperación de las llamadas palabras
de das~ abierta (o de contenido) frente a las palabras de clase cerrada
En relación con el problema de la organización funcional de los (o funciOnales).
procesos implicados en la producción de oraciones (en lo que respecta dJ. Finalmente, result~, necesario ac~ptar la realidad psicológica
a sus fases de conceptualización y de formulación o codificación de umdades ?e_progr~macwn tant~ sublexicas (morfemas y fonemas)
gramatical, al menos), el análisis de los distintos tipos de evidencia como supralexicas (smtagmas y clausulas) y supraoracionales (ciclos

582 583

UNIVERSIDAD DE ANTIOQUIA
BIBLIOTECA CENTRAL
PSICOLOGIA DEL LENGUAJE. INVESTIGACION Y TEORIA LA PRODUCCION DEL LENGUAJE

de planificación o «ideas»), en orden a poder dar cuenta de la


CONCEPTUAUZACIÓN -----..\
totalidad de datos empíricos procedentes tanto de la observación
como de la experimentación psicológica en este ámbito de la investi- MÓDULO LÉXICO-SINTÁCTICO sintagma 1 sintagma 2
gación de la actividad lingüística.
· Por todo ello, resulta obvio que la producción de oraciones debe MÓDULO MORFO-FONOLÓGICO 1 . . :.__1--
ser entendida como una forma de actividad compleja en la que
participan muy diversos tipos tanto de información como de proce-
ARTICULACIÓN 1 l.:____
sos. Figura 12. 7.-Representación del modo incremental de proceder los componentes de
procesamiento durante la producción de oraciones (adaptado de Kempen y Hoen-
6.2. ¿Es la producción de oraciones un proceso serial? kamp, 1982, 1987).

Tal y como se desprende de la evidencia empírica presentada (y como


se refleja en la práctica totalidad de los modelos teóricos comentados denominado un proceso incremental~ como el que se ilustra en la
hasta ahora), la producción del lenguaje tiene su origen en decisiones figura 12.7. Según esta interpretación, por tanto, los distintos compo-
de tipo conceptual que, al menos, condicionan ciertos aspectos de la nentes del procesamiento pueden actuar en paralelo en tanto en
construcción del marco sintáctico de la oración (vg. el orden de men- cuanto operan sobre unidades y ele~entos distintos de 1~ _codifica-
ción de los eventos, la asignación de funciones sintácticas e incluso el ción. Para que cada uno de ellos comience a actuar, es suficiente con
orden de los constituyentes en la oración). Estas decisiones sintác- que reciba una porción o fragmento mínima del tipo de representa-
ticas, a su vez, pueden estar condicionadas por los procesos de recu- ción o input sobre el que opera.
peración de elementos léxicos (vg. la recuperación de los lemmas). La interpretación de que los procesos de conceptualización y
La impresión que se desprende de este tipo de planteamientos, formulación de los mensajes actúan en cascada siguiendo un proceso
como se ve (y como se ha comentado en detalle también en el incremental resulta compatible, en última instancia, con la observa-
apartado 4.6 de este capítulo), implica una concepción totalmente ción trivial (pero confirmada también por el estudio de los ciclos de
serial del proceso. Según esta interpretación, por tanto, el hablante planificación del habla mediante pausas) de que ~a producción _del
define o planifica, en primer lugar, la representación conceptual del lenguaje tiene lugar de form~ por lo_ general flm~a ~ n~ /eqmere
mensaje que va a comunicar; a continuación genera la estructura obligatoriamente de pausas o mterrupcwnes tras la fmahzacwn de las
superficial completa del mensaje y, a partir de ahí, genera el plan oraciones individuales que se generan.
fonético que, finalmente, permitirá la elaboración del plan motor.
Una vez completado tal plan, el hablante comenzaría la planificación 6.3. ¿Es la codificación lingüística una actividad automática
de la oración siguiente. o controlada?
La exigencia de una serialidad de este tipo, sin embargo, no está
suficientemente justificada por la evidencia empírica disponible (aun- Un tema central en la interpretación teórica de la producción verbal
que, como se ha comentado también, dispone de resultados empíricos es su caracterización como proceso automático o controlado. Por lo
favorables). Algunos autores (vg. Goldman-Eisler, 1972), basándose general (Shiffrin y Schneider, 1977; Schneider y Shiffrin, 1977), suelen
en los resultados de los análisis de la duración de las pausas ínter e considerarse como rasgos distintivos del procesamiento automático
intrafrasales, han sugerido que los procesos «centrales» y «periféri- los siguientes: a) que actúe fuera de la conciencia de los sujetos; b)
cos» de la producción del lenguaje operan en una suerte de cascada que no sea deliberado, y e) que no interfiera con ot~~s procesos. En
(i.e. las decisiones de tipo conceptual se toman en primer lugar, pero definitiva, se interpreta que un proceso es m-:t.omatico cuando. no
algunos de los procesos subsiguientes -de codificación, formulación demanda o consume capacidad o esfuerzo cogmtivo. El procesamien-
o articulación- pueden coincidir con ellas en el tiempo). Sobre la to controlado, por el contrario, se inte~p.reta como aqu~l q~~ tiene un
base, entre otros, de los datos procedentes de los errores espontáneos carácter estratégico, que es menos ngido en su aphcacwn que el
del habla y de las autocorrecciones (que, en ocasiones, y como automático y que, en consecuencia, puede interferir en la realización
consecuencia de dificultades transitorias en la recuperación léxica de una segunda tarea (i.e. requiere una cierta asignación de recursos
provocan la reformulación del marco sintáctico completo de la atencionales o de procesamiento).
oración), puede postularse también que la producción del lenguaje ¿Cómo encaja la producción verbal respecto a la dicotomía
actúa siguiendo lo que Kempen y Hoenkamp (1982, 1987) han automaticidad-control? -
584 585
PSICOLOGIA DEL LENGUAJE. INYESTIGACION Y TEORIA LA PRODUCCION DEL LENGUAJE

El análisis evolutivo de la adquisición del lenguaje pone de relieve seen características compatibles con las propiedades que definen a los
que aspectos como la articulación y 1~ producción. de palabras «módulos» (Fodor, 1983 ), pero, también, que en su funcionamiento
requieren una gran demanda de procesamiento ~n las pnmeras etapas juegan un papel esencial los procesos de naturaleza conceptual y
del desarrollo pero, posteriormente, se automatizan de forma ~ro~re­ comunicativa que, en teoría, deben ser interpretados como de carác-
siva (Olson, 1973; Case, 1978; Shatz, 1978). De un mo?o Similar, ter «central».
aunque sin llegar a hacerlo totalmente, parece~ ,automatl~arse tam- Desde el punto de vista de la arquitectura funcional del sistema de
bién los procesos responsables de la estructuracwn gramatical ~e las procesamiento lingüístico, la hipótesis de la modularidad encuentra
emisiones. Una observación interesante a este respecto es la realizada evidencia empírica favorable en ciertas propiedades de los errores
por Leonard y Schwartz (1978), en el sentido de que niños con ni~e.les espontáneos, en el patrón de pausas del habla y en las autocorreccio-
de desarrollo lingüístico superiores a los de la etapa holofras1ca nes que sólo pueden explicarse en virtud de demandas de procesa-
utilizan de nuevo emisiones de una sola palabra cuando se desplaza miento y tipos de información específicamente gramaticales. Frente a
bruscamente su atención hacia un elemento nuevo del entorno: ante ello (cfr. Igoa, 1991b), la comprobación de la influencia de las varia-
una situación, por tanto, que requiere una gran cantidad de atei?-ción bles conceptuales sobre los procesos responsables de la construcción
(el estímulo nuevo), el niño reduce la dificultad de su proc;sami7nto de la representación funcional de los enunciados y la .repercusión
verbal utilizando un tipo de estructura de frase que en el esta ya que ciertas dificultades de accesibilidad léxica pueden tener para la
automatizado. formulación del marco sintáctico, entre otras, sugieren que el rasgo
Algunos componentes de la producción del lenguaje pueden ser de «impenetrabilidad», esencial para la caracterización de un sistema
interpretados como procesos claramente controlados. Tal e~ el caso, de procesamiento como modular, puede aplicarse tan sólo a un conjunto
por ejemplo, de la mayoría de las actividades del conceptualizador. y, todavía extraordinariamente limitado de procesos en la producción ver-
bal (en general, procesos muy superficiales).
también de los procesos de control que subyacen a las autocorrecciO-
nes. Y a dentro de la fase de codificación lingüística, la mayoría de. los A expensas de los datos que pueda aportar la investigación de los
procesos de codificación fonológica y de articulación (que serán
procesos se interpretan como automáticos y, por tanto, no co!lsci~?­
revisados en el próximo capítulo), la verificación empírica de la
tes (vg. la mayoría de las decisiones léxicas y de orgamzac10!1
naturaleza modular o no de los procesos responsables de la codifica-
gramatical), si bien, en determinados momento.s, pueden ,ser suscepti- ción lingüística, la definición de la naturaleza exacta de las relaciones
bles de atención consciente por parte del sujeto (recuerdense, por funcionales que sostienen los procesos léxicos y sintácticos del formu-
ejemplo, la mayor probabilidad de pausas más_ largas a?~e palabras lador e incluso la posible autonomía de algunos de los procesos de
de clase abierta que de clase cerrada, o la mterrupcwn que del conceptualización de los mensajes constituyen, sin duda, interrogan-
proceso de producción realiza el sujeto cuand? d~;ecta un error~. tes abiertos a los que tan sólo en los últimos años ha comenzado a
Aunque determinados procesos ,d_e la conceptua~I~~cwn puede~ reali- accederse mediante estrategias empíricas científicamente rigurosas.
zarse también de modo automatlco (vg. la decis1on sobre el tipo de No es posible anticipar, por el momento, la naturaleza de las conclu-
acto de habla -directo o indirecto- de los enunciados), tiene siones teóricas y empíricas a las que gicha investigación puede
sentido identificar a grandes rasgos los procesos de conceptualización abocar. Pero sí es posible confirmar que, en la medida en que la
como controlados y los de codificación lingüística y articulación interpretación de la arquitectura del sistema cognitivo humano de-
como automáticos. En última instancia, la participación de procesos penda, como postula Fodor (1983), de la posibilidad de separar los
automáticos y controlados durante la producción del lenguaje _revela procesos «encapsulados» de los procesos «centrales», el estudio de la
hasta qué punto resulta necesario ~ostular, par~ el ~~bla, un Sistema producción de oraciones ha proporcionado ya datos de extraordina-
cognitivo extraordinariamente flexible en la asignacwn de ~os recur- ria relevancia.
sos atencionales y en el funcionamiento de sus mecamsmos de
control.

6.4. ¿Implica la producción de oraciones un subsistema autónomo


de procesamiento?

De lo comentado a lo largo de este capítulo, resulta obvio concluir


que la producción de oraciones es una modalidad de a_ctividad en la
que participan procesos o componentes del procesamiento que po-

586 587
Capítulo 13

CODIFICACION FONOLOGICA Y PRODUCCION DEL HABLA

1. INTRODUCCIÓN

El capítulo anterior estuvo dedicado, en su mayor parte, a examinar


los principales componentes de procesamiento en la producción de
oraciones, poniendo especial énfasis en los procesos de codificación
lingüística, es decir, en el componente de procesamiento responsable
de la «formulaciÓn» de planes lingüísticos orientados a traducir las
representaciones conceptuales y las intenciones comunicativas del
hablante a un formato de representación o a un medio de expresión
que sea «comunicable» a un interlocutor. Nuestra atención se centró
entonces en dos aspectos esenciales de la producción: por una parte,
se investigó el origen de las representaciones conceptuales que consti-
tuyen los «mensajes preverbales» que el hablante desea comunicar o
transmitir, y que sirven de «entrada» a los procesos de codificación
lingüística, así como las constricciones que dichas representaciones
imponen sobre los procesos, jerárquicamente inferiores, de formula-
ción de enunciados verbales; por otra, se examinaron los recursos
lingüísticos utilizados por el hablante para «dar forma» a esos
mensajes preverbales. Los procesos más relevantes de la formulación
son la «codificación gramatical» del mensaje y la «recuperaciÓn» de
sus piezas léxicas.
Sin embargo, el camino que conduce desde la conceptualización
del mensaje hasta su expresión en forma de habla manifiesta no
concluye ahí. Una vez elaborada la representación gramatical del
enunciado, lo que en el capítulo anterior denominábamos «estructura
superficial» o «representación posicional», es preciso elaborar, prime-
ramente, una representación de la secuencia de sonidos (o de letras)
que lo constituyen, y convertir, después, esa representación fonética
(u ortográfica) en un conjunto de comandos articulatorios para su
ejecución por los Órganos del tracto vocal (o los músculos de la

589
PSICOLOGIA DEL LENGUAJE. INVESTIGACION Y TEORIA
CODIFICACION FONOLOGICA Y PRODUCCION DEL HABLA

mano si se trata de lenguaje escrito o gestual). Dicho con otras


palab;as, la producción de enunciados .l~ngüísticos prosigue/. en el
que la disponibilidad de la representación conceptual nos ofrece la
oportunidad de examinar el contenido del mensaje y, con ello, de
caso del lenguaje oral, con la formulacwn de ~n. plan fonetzco_ ,de estimar su adecuación al contexto del discurso o la conversación.
los sucesivos fragmentos de la estructura superficial de la oracwn,
A raíz de estas observaciones preliminares surgen algunos interro-
y concluye con la elaboración y poster~or. ejecució~ de un. plan mo- gantes de interés. En primer lugar, ¿por qué sólo tenemos acceso
tor que especifica la secuencia de n:ovimientos articulatonos, ? ma- consciente a las representaciones «preverbal» y «fonética» de los
nuales necesarios para producir somdos del habla, trazos graÍlcos o mensajes, y no a otras representaciones intermedias de ellos, como la
gestos. . ., representación sintáctica? En segundo lugar, ¿disponemos siempre de
En este capítulo nos vamos a ocupar de la descnpc_wn de. estas d_os la posibilidad de examinar las representaciones pre-articulatorias de
fases ulteriores de la producción del lenguaje. En pnmera m~tancia, las emisiones verbales que producimos? Y por último, ¿cuál es la
examinaremos los procesos de codificación fonológica de oracwn_es Y forma precisa de .la representación fonética y cómo se construye esta
palabras, cuyo cometido es construir el «plan fonético» del e~un_crado representación?
verbal (apartado 2); después, procederemos a exponer los prmc~pales
procesos y mecanismos al servicio del control motor del habla (Le. la 2.1. Codificación fonológica y control prearticulatorio del habla
«articulación») (apartado 3 ).
La respuesta al primer interrogante puede adoptar la forma de un
argumento acerca de la «arquitectura funcional» del sistema de
2. CODIFICACIÓN FONOLÓGICA producción del lenguaje. Según este argumento, y conforme apuntá-
bamos en el capítulo anterior, el conceptualizador y el formulador
Imaginemos a un hablante cualquiera en situación de produci~ un constituyen dos subsistemas de propósito específico dentro del siste-
mensaje lingüístico. Supongamos, además, que nuestro hablante Ima- ma de producción verbal (i.e. dos «módulos»), que realizan tareas
ginario dispone ya de una represe~tación concep~ual de _aquello de lo considerablemente autónomas, lo que hace que sólo sus productos, y
que va a hablar, es decir, sabe que es lo que. quzer~ deczr~ aunque n? no sus procesos internos, sean susceptibles de inspección y control
cómo lo va a decir. ¿Qué es lo que sucede mmedia~amente a ~onti­ consciente por parte del sujeto hablante. Una vez puestos en marcha,
nuación de este momento? ¿Qué estadomental consciente expenmen- estos dos procesadores, nada puede detener su funcionamiento. Debi-
ta nuestro hablante una vez que ha conceptualizado el ~ensaje do, sin embargo, a la naturaleza fenomenológica de las pruebas a las
preverbal que desea transmitir? ~u~stra experie~cia introspectiva .~os que nos estamos remitiendo, este argumento tiene una validez expli-
dice que, una vez que hemos decidido _el ~ontemdo de un~ locucwn, cativa bastante limitada, toda vez que la falta de acceso consciente al
percibimos, casi sin solución de contmmdad, una espe.cie d~ «~?z «interior» de los subsistemas de conceptualización y formulación no
interior» que nos va recitando «subvocal~ente» el en~nciado lmgms- es óbice para que estos subsistemas sean «penetrables» de un modo
tico que vamos a articular. Esta voz inten.or se ha eqmparado (Levelt, inconsciente, como ya tuvimos ocasión de comprobar en el capítulo
1989) con el «plan fonético» del enunciado y? al menos desde un anterior, al tratar las influencias conceptuales sobre algunos de los
punto de vista fenomenológico, difiere sustancialment~ de la repre- procesos de formulación (véase el apartado 5 de dicho capítulo).
sentación conceptual a la que tenemos acceso consciente a~tes de El problema que hemos suscitado tiene una repercusión inmediata
proceder a la formulación lingüística. Hay dos ~spectos esen~I~les en en el terreno de la codificación fonológica, ya que del hecho de que la
los cuales la representación fonética de un enunciado ver?al difiere de representación de las relaciones gramaticales del enunciado (i.e. la
la representación conceptual del men~~je pre;~rbal a partir ~el. cual se estructura superficial) no sea conscientemente accesible al hablante,
origina: por un lado, la representacwn fonetica esta constitmda por sino sólo a través de la representación fonética, se sigue que la
palabras y estas palabras están organizadas en una . estructu~a; por estructura superficial (o «posicional») del enunciado ha de ser conver-
tida de forma automática u obligatoria en un «plan fonético>>. En
otro, la representación fonética c.onsta ?e
~na secu~n~Ia de somdos ~,
otras palabras, hay que partir de la consideración de que los procesos
más propiamente, de una secuencia de «Imagenes acusticas» de los som-
de codificación fonológica hunden sus raíces en los procesos de
dos que integran la emisión. , . . codificación léxico-sintáctica que les preceden y forman con ellos una
La disponibilidad de la representación f~metica nos bnnda la unidad funcional. Como tendremos ocasión de comprobar en breve,
posibilidad de inspeccionar la forma del. enunciado verba~ y, con ello, este hecho plantea innegables dificultades, habida cuenta de que las
de decidir la conveniencia o no de articularlo, de la misma manera representaciones léxico-sintácticas y las representaciones fonológicas
590
591
CODIFICACION FONOLOGICA Y PRODUCCION DEL HABLA
PSICOLOGIA DEL LENGUAJE. INVESTIGACION Y TEORIA

son dos formatos de representación inconmensurables entre sí. Esto «acomodación» (ver apartado 4.2 del capítulo a!lterior, y ta~bién
se aprecia claramente al comparar las estructuras morfológica y Garrett, 1980; o Berg, 1987) o l~s «autoco~~eccwnes espontaneas»
fonológica de una misma palabra («nacionalizar» en el ejemplo 1) o (ver apartado 4.5 del capítulo antenor, y tambien Levelt, 1983; o an Y
la composición léxica y silábica de un mismo sintagma (ver ejemplo Wijk y Kemp~n, .1987), las. emisione~ ,anómala.s .del habla espontanea
2). La falta de correspondencia entre algunas de las fronteras de satisfacen, practicamente sm excepc10~, ~eqmsitos de, b':lena forma
sílaba, por un lado, y de morfema o palabra, por otro, es evidente en fonética es decir respetan las constnccwnes «fonotactlcas» de la
estos dos ejemplos, y es la regla, y no la excepción, en el lenguaje lengua, ' 0 las reglas que determinan la combinación correcta de
oral, en castellano al menos. sonidos en el idioma. Por esta razón, cuando se produce un error
fonémico como 3 (i.e. un intercambio de los fone~~s /k/ Y !pi), el
l. a) nacion-al-iz-ar
resultado es una secuencia fonética admitida en el IdiOma (castellano,
b) na#cio#na#li#zar en este caso) (como en 3a) y no una ilegal (como en 3b).

2. a) el inteligente alumno 3. a) ·Cuándo vais a hacer las /k/ a [m]/p/artas (pancartas)?


e ~1
b) e#lin#te#li#gen#te#a#lum#no b) ~·¿Cuándo vais a hacer las /k/ a [n]/p/artas.

Como posible solución a esta incompatibilidad de formatos de Fenómenos como el ejemplificado en 3, y al~un?s otros que
representación, se podría sugerir que si bien los procesos de codifica- tendremos ocasión de examinar más a~elante, nos mdic~n. que, con
ción fonológica toman como entrada las representaciones morfo- independencia de nuestro acceso consciente a~ plan ~one~ICO de. un
sintácticas del enunciado, llegado un momento tienen que prescindir enunciado, éste es objeto de un control prea~tic';llatono «Inconscien-
de este formato de representación para sustituirlo por otro u otros de te» 0 «automático», por así decir, esto e~, eJercido desde d~ntro del
naturaleza fonológica. Por consiguiente, una de las primeras cuestio- propio sistema de codificación. Cóm?, se eJerce est~ «control mter~o e
nes que es necesario aclarar es la de cuál es la naturaleza precisa de inconsciente» del habla es una cuestwn que exammaremos postenor-
las representaciones fonológicas objeto de codificación en la produc- mente.
ción del lenguaje. Dicho de otro modo, es necesario definir las
estructuras de información que el hablante computa en el curso de la 2.2. Niveles de representación en la codificación fonológica
codificación fonológica y las reglas que intervienen en su constitu-
ción. Independientemente del grado de accesibili?~~ del «plan fonético» a
Sin embargo, antes de proceder a la descripción de los niveles de la conciencia del hablante y de su susceptlbi~Idad a l~s procesos de
representación de la estructura fonológica, hemos de hacer una control es necesario conocer qué clase de mformacwn comprende
aclaración previa en respuesta al segundo interrogante formulado dicho plan y cuáles son los procesos mediant~ los cuales se gener.a. En
más arriba. La pregunta era si el hablante tiene siempre acceso este apartado y en el siguiente vamos a exammar estas .dos cuestiOnes.
consciente a la representación pre-articulatoria del enunciado verbal Una primera observación, que, aunque resulte evidente para los
en el curso de la producción. Según los datos de que se dispone, expertos en fonética y fonología, no lo es t~nto para los pr.ofanos, es
procedentes en su mayoría del análisis de errores del habla, el acceso que la representación fonoló~ica de. un enun~Iado no consta s.Implemen-
consciente al plan fonético no es tan frecuente como cabría suponer a te de una secuencia de somdos discretos (1.e. fonemas),. smo que s.e
primera vista o, si lo es, resulta a menudo poco eficaz a la hora de descompone en diversos niveles de aná~isis ,o r~presentaciÓn (denomi-
prevenir los errores que se producen de forma espontánea durante la nados técnicamente «estratos» -del mgles tzers-), qu~ se ha~lan
producción del habla. En efecto, el simple hecho de que cometamos acoplados unos con otros, y se artic~la en torno a dos eJeS relativa-
errores al hablar pone de manifiesto que la inspección y el control del mente independientes entre sí. . Los m veles d~ q~e consta 1~ represen-
plan fonético, evaluados según la probabilidad de detectar y anticipar tación fonológica de un enun~Iad?, son los sigm.entes: 1 ~ mvel '111;o7:Jo-
de forma pre-articulatoria los errores presentes en el plan fonético, no sintáctico, relativo. a la orgamzacwn del mensaJe en umdades lexicas
resultan del todo eficaces, sobre todo si se comparan con la probabili-
dad, mucho mayor, de detectar y corregir los errores una vez que se 1. Como es bien sabido, en castellano las consonantes oclusivas bilabiales ( [p]. [b]) no pu~~en
ha articulado el mensaje verbal. ir precedidas del fonema [n], y ello por razones esencialmente fonéticas (y n? ~e pronunctacwn).
¿Significa esto que no se puede ejercer control prearticulatorio Por tanto, aunque secuencias como /k/a/n/p/a/r/t/a (<<kanparta») sean .fon?logtcamente corre~t.as,
alguno sobre el plan fonético del enunciado? No necesariamente. en su realización fonética la alveolar [n] ha de ser reemplazada por la btlabtal [m], lo que ongma
Según ponen de manifiesto los estudios sobre fenómenos como la [k] [a] [m] [p] [a] [r] [t] [a).

592 593
CODIFICACION FONOLOGICA Y PRODUCCION DEL HABLA
PSICOLOGIA DEL LENGUAJE. INVESTIGACION Y TEORIA

(morfemas) y supraléxicas (sintagmas y cláusulas); 2) nivel prosódico~ producción del lenguaje son, esencialmente, de tres clases: en primer
lug~r, cumple un pap~l. expr~sivo~. ~n tanto en cuanto es el principal
referente al contorno de entonación de la emisión; 3) nivel métrico~
vehiculo para transmitir e Identificar los estados emocionales del
relativo a la distribución de unidades de habla (vg. sílabas) tónicas y
hablan~e., y, lo que es J?ás importante desde el punto de vista
átonas; 4) nivel silábico~ que refleja la estructura de agrupamiento de 1
pragmatico, el valor retonco o la fuerza ilocutiva de los enunciados
las unidades fonémicas del enunciado; 5) nivel de distribución secuen- que el hablante produce. En numerosas ocasiones, sobre todo cuando
cial (skeletal structure)~ que representa las unidades temporales en no .se dispone de indicadores lingüísticos explícitos (vg. verbos «reali-
que se divide la cadena hablada; y 6) nivel segmenta!~ que expresa la zativos», m.arcadores s~ntácticos, etc.),. no ~ay modo de distinguir
secuencia de unidades fonéticas potencialmente asociadas a gestos ~ntre enm;.ciado~ con diferentes fuerzas Ilocutivas (vg. declarativos vs
articulatorios. mterrogatlvos) s~ no es por el COJ?-torno de entonación. Compare el
Por otra parte, las representaciones fonológicas pueden tomar lector los enunciados 4a y 4b e mtente determinar, a partir de las
como eje o unidad de referencia la palabra considerada individual- curvas que representan las variaciones en F 0 , cuál de ellos es el
mente o bien el «habla continua» con más de una palabra. Si bien declarativo y cuál el interrogativo.
ambos ejes comparten esencialmente los mismos estratos de represen-
tación, la relación que existe entre ellos es más «oblicua» que 4. a) No sabes quién ha llegado.
subordinada. Así, por ejemplo, el plan fonético de una cláusula o de A A 1
un sintagma no es una mera concatenación de planes fonéticos b) No sabes quién ha llegado.
yuxtapuestos de las palabras que constituyen dichas unidades lingüís- ____A__/\___1\_
ticas, sino que presenta ciertas propiedades silábicas, métricas y
prosódicas que son relativamente independientes de su composición En segundo lugar, la entonación desempeña un papel de indicador
léxica, esto es, que no son directamente «heredadas» de las palabras ~onve~s~acional~ en la medida en que se utiliza para manifestar la
que las integran. Este hecho podría quedar ilustrado, en parte, en el IJ?-te~cwn d~l habla~~e de continuar en el uso de la palabra, de
ejemplo 2 de más arriba, en el que se registraba un «desacoplamien- fmahzar su mtervencwn o de ceder la palabra a otro interlocutor. En
to» entre los estratos léxico y silábico de la representación fonológica. el próximo capítulo hablaremos del uso de marcadores prosódicos en
En su extenso libro sobre la producción del lenguaje, Willem las conversaciones.
Levelt ofrece una minuciosa descripción de los niveles de representa- Por último, los hablantes hacen uso de ciertas claves prosódicas
ción fonológica que acabamos de enumerar (cfr. Levelt, 1989, capítu- del habla, tales como las variaciones en la Fo el llamado «acento
. '
lo 8). Tomando esta descripción como, marco de referencia, vamos a contrastiVO» o «acento de frase», las pausas en la cadena hablada o la
analizar de manera sucinta las propiedades más relevantes de las duración de ciertas unidades fonológicas de la emisión verbal (vg.
representaciones fonológicas del habla. ?ílabas o f?nemas. vocálicos), .con el fi~ de facilitar. al oyente la
1. Estructura prosódica. La prosodia o la entonación es, sin mterpretacwn de ciertos mensaJes potencialmente ambiguos (ejemplo
lugar a dudas, uno de los aspectos más relevantes y polivalentes del 5) o de llamar su atención sobre determinadas características locales
lenguaje oral, y, paradójicamente, uno de los que menos atención ha del discurso (ejemplo 6). En este caso, se dice que la prosodia
recibido por parte de los psicolingüistas. Considerada en un sentido desempeña una función fundamentalmente lingüística.
amplio, la prosodia comprende las propiedades «melódicas» y tempo-
rales del lenguaje, denominadas también «suprasegmentales» por 5. a) ~--tendrá un gran éxito.
hallarse por encima de la representación de los segmentos o fonemas
individuales que integran las emisiones verbales. Entre estas propie- b) Si Sol ti dirige la orquesta tendrá un gran éxito.
~
dades del lenguaje, cabe destacar: 1) las variaciones en el «timbre» de
la emisión verbal, esto es, los cambios sucesivos que se producen en la
frecuencia fundamental (F 0 ) del habla a lo largo de la emisión, 2) la En ~, el. SN «la orquesta» es a priori ambiguo, dado que admite
distribución del acento en representaciones lingüísticas léxicas (pala- dos «adJunciOnes» alternativas, y con ello dos lecturas diferentes (ver
bras) y supraléxicas (sintagmas o cláusulas), y 3) la longitud o capítulo 10). Sin embargo, según se ha demostrado experimentalmen-
duración de ciertas unidades sonoras de la emisión verbal (vg. sílabas te (Cooper, 1980; Cooper y Sorensen, 1980; Paccia-Cooper y Coo-
o segmentos), así como la duración y la distribución de los silencios o per, 19 8 ~ )., los hab~antes manipulan ciertas propiedades prosódicas
1
de la emisiOn al objeto de prevenir estas ambigüedades potenciales.
pausas del habla. Concretamente, en 5a, la pausa que sigue al SN «la orquesta», unida
Las funciones que desempeña la entonación en los procesos de
595
594
CODIFICACION FONOLOGICA Y PRODUCCION DEL HABLA
PSICOLOGIA DEL LENGUAJE. INVESTIGACION Y TEORIA

al ascenso de la F o al término de dicho SN y a la mayor duración de la considerar al «grupo tonal» o «cláusula fonémica» como la unidad
sílaba (en cursiva) que precede a la pausa, determinan la conveniencia básica de representación prosódica (Boomer, 1965; Boomer y Laver,
de efectuar un «cierre tardío» de la cláusula subordinada; según esto, 1968; Laver, 1970). El grupo tonal es una secuencia de habla que
«la orquesta» pasa a ser el objeto directo de «dirige», y «Solti», el abarca, por término medio, unas ocho sílabas, se organiza en torno a
sujeto de la cláusula principal. En 5b, en cambio, la pausa se produce una sílaba prominente sobre la que recae el acento principal de la
antes del SN «la orquesta», el declive de la F o se da al término del SV emisión (el «acento de frase»), y presenta una cadencia terminal de
«dirige», y, con ello, la sílaba que se prolonga es la última de esta entonación característica (ascendente o descendente). El grupo tonal
unidad sintáctica; todo ello contribuye a señalar que la estrategia de suele ir entre pausas obligatorias, es decir, pausas que no obedecen a
interpretación apropiada en este caso es el «cierre temprano», con lo necesidades de planificación, sino a razones lingüísticas, y sus fronte-
que el SN «la orquesta» pasa a ser el sujeto de la cláusula principal y ras suelen coincidir, aunque no de manera sistemática, con las de
la cláusula subordinada se queda sin objeto directo explícito. cláusula sintáctica. Veamos un ejemplo de la estructura prosódica de
un mensaje lingüístico, en el que una sola cláusula sintáctica com-
6. a) TU HERMANO robó el dinero, no mi padre. prende varias cláusulas fonémicas («1» representa frontera de cláusula
b) Tu hermano robó EL DINERO, no las joyas. fonémica).
e) ? TU HERMANO robó el dinero, no las joyas.

En 6, se emplea el llamado «acento de frase» con una finalidad 7. La comunicación entre los seres humanos 1
enfática y «contrastiva», es decir, para subrayar cuál es el «foco» o la
información nueva que suministra el enunciado (indicado con mayús- se lleva a cabo especialmente 1
__A__.f\..___/\
culas en los ejemplos) y contrastarlo con la información dada previa-
mente en el discurso o «presuposición» (cfr. Halliday, 1967; Clark y a través del lenguaje.
Clark, 1977). Nótese, a este respecto, el efecto anómalo que se ~
registra en un enunciado como 6c, donde el énfasis se encuentra mal
ubicado. Esta falta de correspondencia exacta entre la estructura prosódi-
Según han observado algunos autores (cfr. Cutler e Isard, 1980; ca y la estructura sintáctica ha sido atribuida por algunos autores
Levelt, 1989), el «acento de frase» es una propiedad melódica relati- (vg. Grosjean, Grosjean y Lane, 1979; Grosjean y Lane, 1981) a la
vamente independiente del patrón de acento que caracteriza a cada tendencia a planificar y organizar los enunciados lingüísticos en
palabra. Mientras que el primero de ellos se deriva de la estructura términos de unidades funcionales, y no puramente sintácticas. Esto
sintáctica del enunciado (Chomsky y Halle, 1968) y/o de factores obliga a tener en cuenta no sólo las propiedades sintácticas del
pragmáticos o discursivos (como los ejemplificados en 4 y 6) (Bolin- enunciado, esto es, su estructura superficial, sino también su «com-
ger, 1972), el segundo parece ser una propiedad intrínseca de las pletitud» (completeness) semántica y ciertas características métricas
representaciones léxicas almacenadas en la memoria 2 • del mismo (vg. la longitud de sus constituyentes), y a establecer un
Por lo que respecta al ámbito de planificación de las estructuras compromiso entre estas tres clases de variables. ?~ esta inte.r,acción
prosódicas del lenguaje, parece haber un acuerdo generalizado en entre variables conceptuales, estructurales y prosod1cas tamb1en hay
constancia empírica en la investigación sobre comprensión de oracio-
nes (cfr. capítulo 10).
2. La idea de que el acento de palabra es una propiedad intrínseca de las representaciones 2. Estructura métrica. La estructura métrica refleja las propieda-
léxicas almacenadas en la memoria presenta, no obstante, algunos inconvenientes. Por ejemplo, no des rítmicas del enunciado verbal. El habla se puede caracterizar, al igual
explica cómo somos capaces de asignar acento a secuencias de fonemas que no constituyen palabras que la música o cualquier fenómeno que se despliega en el
(;g. CALPANAR, MUSTILO, UCANICO). Cualquier hablante componente del castellano «sabe», tiempo, como una sucesión de «pulsacio.nes» (beats)~ o me?idas
sm apenas dudarlo, que estas tres no-palabras son, respectivamente, aguda, llana y esdrújula,
aunque no lleven tilde ni guarden ninguna semejanza con palabras auténticas. Una posible razón es
temporales de duración e intensidad vanables. Estas pulsaciOnes
que la asignación del acento de palabra se puede establecer, alternativamente, mediante reglas que corresponden a unidades completas d~ ~oarti~ulac~ón o, si se pr~fiere,
operan a partir de la morfología léxica. Dado que ciertas no-palabras pueden simular una a unidades que conservan caractenst1cas mvanantes a traves de
e~tructura morfológica, ha de ser posible determinar su patrón de acento a partir de ella. Por
eJemplo, la forma de infinitivo de los verbos (vg. «calpanar>>) es siempre una palabra aguda, que los
nombres (vg. «mustilO>>) suelen ser palabras llanas, y cierta clase de adjetivos (vg. <<ucánico>>) son que recuperarse con la palabra que se busca en el léxico interno, sino que se asigna de forma
esdrújulos. En otras palabras, se puede argüir razonablemente que el patrón de acento no tiene por independiente mediante reglas.

596 597
PSICOLOGIA DEL LENGUAJE. INVESTIGACION Y TEORIA CODIFICACION FONOLOGICA Y PRODUCCION DEL HABLA

diferentes contextos. En el caso del habla humana, las unidades que castellano), el acento de palabra desempeña un papel comparativa-
se consideran más apropiadas para la organización métri~a ~on las mente más importante en la determinación de la estructura métrica
sílabas. Desde el punto de vista rítmico, la sílabas pueden difenr unas lo que se traduce en un patrón aparentemente más irregular de ento~
de otras en su duración y en su amplitud o intensidad. En genera~, nación o, si se prefiere, más monocorde y menos «melódico».
estas dos propiedades (duración y amplitud) de las sílabas contn- 3. Estructura silábica. Según se indicó en el capítulo dedicado al
buyen a definir la propiedad sonora del habla que se conoce como reconocimiento de palabras (capítulo 9), la sílaba juega un papel
«acento», de tal suerte que una sílaba acentuada se. ~aracteriza por bastante importante en la organización perceptiva del habla y en el
tener una mayor duración y amplitud en comparacwn con otra no acceso a las representaciones léxicas en la comprensión del lenguaje.
acentuada o menos acentuada. Y, al decir de los investigadores en la producción del habla, su papel
A tenor de estas observaciones, la estructura métrica de toda no es menos importante en este ámbito de procesamiento lingüístico.
emisión verbal se puede caracterizar como una sucesión d~ sílab~s La principal virtualidad de la sílaba radica en su condición de
tónicas (acentuadas) y átonas (no acentuadas) o, para se~ ,mas P.reci- organizador de las unidades segmentales o fonémicas en unidades
sos como una sucesión de sílabas con valor de acentuacwn vanable rítmicas y melódicas. En este sentido, la sílaba es una unidad abstrac-
(cf;. Selkirk, 1984a), dado que el acento ~ebe co?siderarse como una ta de organización fonémica constituida por una secuencia de catego-
propiedad «continua» y no «discret~» . .f\si, por eJemplo, la es,tructura rías segmentales basada en la oposición «consonante-vocal» (e vs V).
métrica de una expresión como «el mtehgept~ alumno» podn~ repre- Así, las lenguas pueden tener representaciones silábicas de diferentes
sentarse por medio de un «entramado metnco» (metrtcal grtd) .que tipos: ev, evv, eve, evve, evee, eevee, V, VV, vve, etc.
establece el valor de acentuación de cada sílaba de la forma que sigue En castellano, las más frecuentes son ev (#ca#), eve (#pal#), V
(ver Selkirk, 1984a; y Levelt, 1989, para más detalles): (#a#), y ve (#al#), aunque también es posible encontrar sílabas del
tipo evv (#cua#), evve (#puen#), evee (#cons#), o incluso
eevee (#trans#), o vve (#aun#).
X
Desde el punto de vista estructural, la sílaba se halla integrada por
X X
un conjunto de constituyentes jerárquicamente organizados (véase
X X X X X X X X
capítulo 8): el «inicio», u onset~ y la «rima» (rime)~ que a su vez se
8. #e#1in#te#1i#gen#tea#1um#no#
divide en «núcleo» (formado por la vocal, que es la que recibe el
Un aspecto a destacar de la estructura métrica d~ }as emisiones acento) y «coda». El único elemento imprescindible en la estructura
silábica es el núcleo. A título de ejemplo, veamos la estructura
verbales es que se trata de u? .tipo de repres~ntacwn ,en .la que
silábica del SN «el inteligente alumno», expuesto en los ejemplos 2 y
convergen las propiedades melodicas y las propiedades ntmicas del
8 (S = sílaba; o = inicio; r = rima; n = núcleo; e = coda; e =
habla, y que, por consiguiente, sirve de puente en~re la e~tructura
consonante; y V = vocal).
prosódica que abarca unidades lingüístic~s supra}é:~ocas (clausulas o
sintagmas), el patrón de acento de las umdades lexicas y las caracte-
rísticas prosódicas de unidades subléxicas (sílabas y segmentos), tales 9. S S S S S S S S S
como la duración y la intensidad. 1
r
/\
o r
1\ o/\r o1\r
o r
/\
o r r
1 1\
o r
1\
o r
Un fenómeno que sin duda merece más atenció~ de la .que se le .ha
!\ ~~ 1 f)
~
dedicado hasta la fecha es el que se refiere a las diferencias translm- 1
güísticas en materia de estructura métrica. Así, por ejemplo, las
investigaciones efectuadas en inglés parecen demostrar q~e 1~ estr~~­
n
1
V
1

cvc
1 1 11
cv
1t
cv
1
cvc
1 1 11t
cvv
1 1
cvc cv
1

tura métrica de esta lengua se caracteriza por la alternancia sistemati- 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 11


ca de sílabas fuertes y débiles, y que esta estructura se sobreimpone al e 1 i n t e 1 i g e n t e a 1 u m n o
patrón de acento de las palabras individuales. Esto trae como conse-
cuencia el hecho de que el patrón de acento de una misma palabra 4. Estructura segmenta! y estructura de la secuencia. La princi-
puede variar en función del contexto métrico en el que se encuentre. pal razón para distinguir entre dos niveles diferentes de organización,
Otras lenguas como el francés o el catalán manifiestan, asimismo, el segmenta! y el secuencial, en el plano de los sonidos individuales
una tendencia bastante sistemática a emplear patrones métricos esta- radica en la naturaleza relativamente «continua» de la representación
bles situándose las sílabas fuertes (o los «picos» de entonación) hacia secuencial frente al carácter discreto de la representación segmenta!.
el final de los grupos tonales. En otras lenguas, en cambio (vg. el La representación segmenta/ se puede considerar como el nivel termi-

598 599
CODIFICACION FONOLOGICA Y PRODUCCION DEL HABLA
PSICOLOGIA DEL LENGUAJE. INVESTIGACION Y TEORIA

de las unidades fonémicas (i.e. segmentos) que se han de insertar en


na~ de la representación fonológica del habla, es decir, aquel en el que
se msertan los sonidos discretos (i.e. fonemas) de la lengua considera- este marco estructural.
dos _como ~onglomerados de rasgos distintivos que definen «clases de
2.3. Procesos de codificación fonológica
eqm:val~ncia» que se OJ:?O~en en~re ~í cualitativamente. Esta oposición
cualitativa se s_uele defimr en termmos de propiedades acústicas (vg. La codificación fonológica es un proceso que requiere dos clases de
valor frecuencial de _los f?ymantes) o articulatorias (vg. sonoridad, decisiones: unas que podemos considerar de «alto nivel», y que
punto y m~do de articu.lacwn). ~a representa.~ión de la secuencia, por afectan a la estructura general de la locución que el hablante ha de
su _parte, tiene por obJe.to refleJar la duracwn (medida en pasos 0 producir, y otras de «bajo nivel», que se circunscriben a unidades más
umda~es constante_s de ti~mpo) del material fonémico perteneciente a locales del enunciado verbal. Por razones en parte teóricas y en parte
cada ~dab.~ y, al mismo tiempo,, incorporar ciertas constricciones a la empíricas, se considera que las decisiones de alto nivel se efectúan
combmac10~ de segmento_s /o.nemicos, a~emás de las ya establecidas sobre unidades lingüísticas que abarcan varias palabras, es decir,
por la propia estruct~r~ sdabica, ~ exammadas en el punto anterior. sobre cláusulas o sintagmas, en tanto,que las de bajo nivel se realizan
. Conforme a este ultimo cometido, la representación de la secuen- sobre unidades léxicas individuales. En otras palabras, aunque la
Cia ordena los, segmentos de la sílaba en función de sus «cualidades representación que sirve de entrada a los procesos de codificación
sonoras». Segun parece, en todas las lenguas examinadas hasta el fonológica es la representación léxico-sintáctica resultante de la codi-
momento, los elementos fonémicos que integran la sílaba se organi- ficación gramatical, la parte «sintáctica» de esta ~epresentación (i.e.
z~n ~onf<_>rme a una ,«escala de sonoridad» que tiene en su centro 0 la estructura superficial del enunciado) es la que suve de soporte a la
cuspide (1.e. en el <<nucleo» de la sílaba) el elemento más «sonoro» y formulación de las estructuras métrica y prosódica, mientras que la
en sus extremos (el onset por la Jzquierda y la coda por la derecha) parte «léxica» de la misma (i.e. la estructura morfológica de .las
l<_>s ~lementos me~?s sonoros. Asi, la escala de sonoridad establece la palabras del enunciado) es la unidad sobre la que se formulan las
sigme~te ordenacwn de segmentos en función de sus cualidades de
sonondad (cfr. Selkirk, 1984b, para más detalles): estructuras silábica y segmenta!.
Como acabamos de señalar, hay razones teóricas y empíricas que
justifican esta caracterización general de los procesos de codificación
<VOCALES> fonológica. Las razones teóricas proceden de la propia organización
<SEMIVOCALES> <SEMIVOCALES> de la gramática. En la teoría lingüística (cfr. Chomsky y Halle, 1968;
<LIQUIDAS> <LIQUIDAS> Cooper, 1980) se postula que las reglas fonológicas operan sobre la
<NASALES> <NASALES> estructura superficial de la oración para dar lugar a la forma fonética
< OBSTRUYENTES > < OBSTRUYENTES > (ver capítulo 6), y que dichas reglas han de satisfacer ciertas restric-
p,t,k,b,d,g,s,e m,n l,r y a,e,i,o,u y l,r m,n s,e,p,t,k,b,d,g ciones impuestas por la sintaxis de la oración. A título de ejemplo, un
máxima sonoridad mínima sonoridad
fenómeno que pone de manifiesto la subordinación de la fonología a
mínima sonoridad
la sintaxis es el bloqueo de ciertas reglas fonológicas a consecuencia
de la presencia de categorías vacías en la representación superficial de
Una vez examinados los n~ve_les de representación fonológica del la oración. En numerosas lenguas (vg. inglés, italiano o español) se
habla, p~ocederemos, en el proximo apartado, a describir los proce- aplica una regla fonológica de «asimilación de fonemas» que permite
sos 111:ediante los cuales el hablante genera un plan fonético del que ciertos fonemas que pertenecen a un constituyente adyacente
enunciado_ p~~a su poste_rior arti~ulación. No pretendemos ofrecer sean asimilados al constituyente anterior dando lugar a una contrac-
una descnpcwn exhaustiva de dichos procesos sino simplemente
~xami_nar los principales problemas a los que se' han enfrentado los ción, según se muestra en los ejemplos de 10.
mvestigadores de esta parcela de la actividad lingüística y exponer los 10. a) Do you (want to ~) wanna dance with me? [¿Quieres bailar conmigo?]
modelos que se. ~an Rropuest~ !?ara resolver dichos problemas. Los b) (Quello alto ~r Quell'alto monte [Aquel monte alto]
procesos de codificacwn fonologiCa se pueden subdividir a efectos de e) (Jaime es ~) Jaim' es el asesino
una mayor _claridad expositiva, en dos categorías o nivel~s superpues-
tos: 1) el ntvel supraléxico está constituido por los procesos encarga- Sin embargo, esta regla de asimilación queda bloqueada automá-
dos d~ generar la~ estr~c!uras entonativa o prosódica y métrica del ticamente siempre que el fonema «asimilado» pertenezca a un consti-
enunciado; 2) el ntvel lextco comprende los procesos de construcción tuyente separado del anterior por una categoría vacía, (como sucede
de las estructuras métrica y silábica de la palabra y de especificación
601
600
PSICOLOGIA DEL LENGUAJE. INVESTIGACION Y TEORIA CODIFICACION FONOLOGICA Y PRODUCCION DEL HABLA

en los ejemplos de 11 3 ), ya que, aunque dicha categoría vacía no se clase de errores pertenecen, casi sin excepción, a la misma cláusula,
halle fonéticamente realizada, tiene entidad sintáctica (ver capítu- muy frecuentemente al mismo sintagma (ejemplo 12b), y, en algunos
lo 6). casos, a la misma palabra (12c). Esto viene a indicar que el ámbito de
planificación fonológica es, por regla general, considerablemente
11. a) Who¡ do you want e¡ to win [¿Quién¡ quieres que e¡ gane?]
reducido, aunque puede llegar a abarcar una cláusula completa.
a') •'Who¡ do you wanna win? . Los datos sobre la programación del perfil de entonación de las
b) Dammi lo sgabelloj, quello e¡ alto [Dame el taburete¡, el e¡ alto] emisiones verbales ofrecen evidencia convergente en este sentido. Así,
b') '~ Dammi lo sgabello, quell'alto hay indicios de que las características prosódicas y métricas de la
e) ¿Quién¡ crees que e¡ es el asesino? emisión (vg. ciertos parámetros de la entonación, así como el patrón
e') *¿Quién¡ crees qu'és el asesino? de acento y la longitud en sílabas de algunas piezas léxicas) se
planifican en una etapa bastante temprana de la producción verbal,
Por lo que respecta a las pruebas empíricas relativas a la planifica- sin duda bastante antes de la especificación segmenta! de las palabras
ción fonológica en el nivel supraléxico, hay un conjunto de observa- que integran el enunciado. Se ha comprobado, por ejemplo, que el
ciones dignas de mención. En primer lugar, la investigación sobre «pico» o valor máximo de Fo de una emisión verbal (que contribuye a
errores espontáneos del habla revela que el ámbito de planificación determinar el «acentro de frase») varía, entre otras cosas, en función
fonológica comprende, por regla general, unidades compuestas por de la longitud total de la emisión, aumentando en proporción cuasi-
varias palabras. Tomando como referencia los errores de movimiento lineal a dicha longitud (cfr. Sorensen y Cooper, 1981). Así, en el
de fonemas, la distancia que media entre dos elementos lingüísticos ejemplo 13b, el valor de la Fo en la palabra «gato», portadora del
que participan en un error se suele interpretar como indicio del acento de frase, sería superior al de la misma palabra en el ejemplo
ámbito o extensión mínimo de planificación lingüística, es decir, 13a.
como el fragmento más pequeño de habla que se encuentra simultá-
neamente disponible al hablante en su memoria inmediata. Así, 13. a) El gato de Juana estaba durmiendo en el árbol
cuando observamos errores como los del ejemplo 12, podemos sacar b) El gato que Juana se había comprado estaba durmiendo plácidamente en una
la consecuencia de que las unidades lingüísticas que contienen los rama del árbol
segmentos que han sido objeto de error (Ir/ y 111, /si y /81, o /nd/ y Otra prueba pertinente al respecto procede del análisis de algunas
111, en los ejemplos), esto es, el SV «comprar» y el SN «una blusa», en propiedades prosódicas de los errores espontán~os ~el habla. Por
12a, el SN «nuez moscada», en 11b, y la palabra «calendario», en 12c, ejemplo, se ha observado que en los errores de sustituciOn de palabras
han de formar parte del mismo «plan fonético» de cada emisión (ejemplo 14) se da una tendencia superior a la .esl?erada por azar, a
errónea, pues de lo contrario, no podría haberse producido la trans- que la palabra pret~ndida y 1~ palabra error com~Idan en su pat~on
posición de dichos segmentos. Es probable que estas unidades supra-
léxicas de planificación correspondan a las «cláusulas fonémicas» o
r
de acento y en su numero de Silabas (cfr. Dell Reich, 1981; ?el yiso,
Igoa y García-Albea, 1991). Esto ocurre no solo en las sustituciOnes
«grupos tonales» a que nos referíamos en el apartado anterior. de «lexemas» o basadas en la forma (ejemplo 14a), sino también en
las que existe una relación de significado o susti~uciones de «lemm.as»
12. a) Me tengo que complar una brusa (comprar una blusa)
b) ... nues mozcada (nuez moscada)
(como la del ejemplo 14b), lo que es tanto mas sorprendente si se
e) ... un candelaria (calendario) tiene en cuenta que ellocus que se atribuye a esta última categoría de
error es el nivel «funcional» de representación del enuncia~<?' u~ pivel
En diversos análisis de errores espontáneos del habla en inglés (vg. de representación considerablemente temprano en la plamflcac10n de
G4,rrett, 1980) y en castellano (García-Albea, del Viso e lgoa, 1989), la oración (ver apartado 4.2 del capítulo anterior).
se ha podido constatar que, en errores de movimiento de segmentos
14. a) El coche se subió a la #co#lúm#na# (#co#lí#na#)
como los del ejemplo 12, la distancia que media entre los segmentos b) Toma sólo tres #te#ne#dó#res# (#cu#cha#rá#das#)
objeto de error no suele ser superior a tres sílabas; si se mide en
términos de unidades sintácticas, los segmentos involucrados en esta Finalmente el fenómeno de «tener algo en la punta de la lengua»
(o TOT), com'enta?o en el al?artado 4.4 d~l.capítulo anterior, tam-
3. El ejemplo del inglés ha sido tomado de Radford (1981), y el del italiano, de Hernanz Y bién muestra que ciertas propiedades fonologicas de las palabras (vg.
Brucart (1987). su primer fonema, su patrón de acento y su longitud en sílabas)
602 603
PSICOLOGIA DEL LENGUAJE. INVESTIGACION y TEORIA CODIFICACION FONOLOGICA Y PRODUCCION DEL HABLA

pueden hallarse disponibles antes de acceder a la especificación Una vez establecida la estructura rítmica de la palabra, se procede
detallada de la composición fonémica de las mismas lo que una vez a especificar su estructura silábica, a partir de la cual se recupera, por
más, viene a poner de manifiesto que las decisiones' fonoló~icas que mediación de procesos de selección y copia de segmentos, la secuen-
antes hemos denominado «de alto nivel», y que afectan sobre todo al cia de fonemas que la forman:
ritmo y a la prosodia del enunciado, se anticipan a los procesos de
selección y ordenación de fonemas en el marco e-structural de la 17. S S S S S
sílaba. /1 /1 /1 /1 /1

ft1k HH1h . .,
¿Cómo se convierte la representación suprasegmental (i.e. métrica
y prosódica) de~ fnunciado en u~a representación segmenta!, esto es,
una representacwn de la secuencia ordenada de fonemas que integran
las pa_labras? L_os procesos de co?ificación fonológica de las palabras ln/a/fJ /i /o/n/a /1 h /d/a/d/ --t [n][a][fJ][I][o][n][a][l][I][d][a:]
h~n sido descntos como un conJunto organizado de «rutinas» enca-
mmadas_ a «re~uJ?erar» o «construir» las representaciones fonológicas La representación segmenta! de la palabra ha de ser, por último,
de las piezas lexicas que forman el enunciado verbal (Shattuck-Huf- «traducida» a una secuencia de alófonos (o variantes de fonemas) que
nagel, 1979; Dell, 1986; Levelt, 1989). Las representaciones fonológi- pueda ser interpretada por el sistema articulatorio para formular un
cas de las palabras se conciben, según quedó indicado en el apartado plan motor del enunciado (la representación fonética aparece situada
anterior, como un sistema de «estratos» superpuestos, cada uno de a la derecha de la flecha en el ejemplo 17). Dado que las propiedades
los cuales contiene información de distinta naturaleza acerca de la fonéticas de los sonidos vienen determinadas esencialmente por cons-
palabra en cuestión. tricciones coarticulatorias, será necesario dar cuenta del modo en que
La representación que sirve de entrada al proceso de codificación los «fonemas» son convertidos en «fonos», esto es, la forma en que
fono~ógica es la representac~ón morfológica de la palabra. Esta las representaciones abstractas de los sonidos son reemplazadas por
consiste en un marco que contiene tantos «huecos» o posiciones como unidades fonéticas concretas que permitan fijar los parámetros apro-
morfemas tenga la palabra. Por ejemplo, «nacionalidad» tendría la piados de ejecución articulatoria. Tomando como referencia el ejem-
siguiente representación morfológica: ' plo 17, es de suponer que la vocal /i/, que aparece dos veces en esta
palabra, se realice mediante otras tantas variaciones alofónicas, dado
15. raíz afijos que en un caso forma parte de un diptongo [io], mientras que en el
nacion- -al-, -i-, -dad
otro caso no; asimismo, es muy probable que la oclusiva 1di, que
aparece en la última sílaba de la palabra en las posiciones inicial y
La representación morfológica sirve de entrada a los procesos de final, sólo se realice fonética y, por tanto, articulatoriamente en la
recuperación de la estructura métrica, que especifican la secuencia de posición inicial de sílaba, y desaparezca de la posición final por un
sílabas fuertes y débiles de la palabra. Como ya se indicó antes la proceso de supresión de la coda muy típico del castellano. El paso del
estructura métrica de las palabras que forman un enunciado tiene ~ue plan fonético al plan motor será examinado con más detalle en el
acopla~se a la ~structura. métrica global del enunciado, lo que, en apartado 3. ·
determmadas circunstancias, puede provocar alteraciones en el pa- Hasta aquí, hemos ofrecido una breve descripción de las opera-
t~Ón de acento de las palabras individuales (compare el lector los ciones que es necesario efectuar para convertir la representación
eJemplos 16a y 16b, y, atendiendo a las diferencias en el patrón de morfológica de la palabra en una representación fonética que pueda
acento de las palabras «cunas» y «niños» intente determinar el ser interpretada y pronunciada por el sistema articulatorio. Sin
significado de cada expresión). '
embargo, esta descripción «funcional» de los procesos integrantes de
16. a) la codificación fonológica deja abiertos muchos interrogantes. En
X X
X X X X X
primer lugar, no dice nada acerca de la naturaleza de los procesos que
X
X X XX XXxx XXX se postulan: una pósibilidad es que se trate de procesos de «selecciÓn»
#seha#cen#cu#nas#pa#ra#ni#ños#de#hie#rro# y «ordenaciÓn» de constituyentes que se repiten cíclicamente en los
b) X X distintos niveles de la jerarquía de representaciones (cfr. Shattuck-
X X X X X X Hufnagel, 1979); otra posibilidad es que sean procesos de «activa-
X X X X X XX X X X X ciÓn» de representaciones de diversas clases a través de una red de
#seha#cen#cu#nas#pa#ra#ni#ños#de#hie#rro# nodos interconectados (cfr. Dell, 1986, 1988). En segundo lugar,
604 605
PSICOLOGIA DEL LENGUAJE. INVESTIGACION Y TEORIA CODIFICACION FONOLOGICA Y PRODUCCION DEL HABLA

tampoco señala explícitamente cuál es la organización temporal de 18. a) Fran Sancisco es una ciudad muy distinta (San Francisco)
estos procesos, es decir, si operan de forma serial o en paralelo y si se #o nc #onc#
b) ... con todo el pelutón agrupado (pelotón)
producen bucles de retroinformación desde los niveles inferiores
#on# #on#
hacia los superiores. Y finalmente, no indica cuáles son los principios e) Luego el pescado lo mesclan (mezclan)
que regulan los procesos de codificación fonológica, esto es, las #onc# #onc#
constricciones bajo las cuales operan estos procesos.
En la descripción de los procesos de codificación fonológica que Otro fenómeno que pone de relieve el papel del contexto en la
vamos a efectuar a continuación, intentaremos despejar algunas de comisión de errores fonológicos y, por extensión, en la planificación
las incógnitas a las que acabamos de hacer referencia, siguiendo un fonológica, es el llamado «efecto del fonema repetido» (repeated
orden inverso al de su enumeración. Nos referiremos, pues, en phoneme effect) (cfr. Dell, 1984). Según este efecto, la probabilidad
primera instancia, a los principios y constricciones bajo los cuales de que dos segmentos cualesquiera intervengan en un error será
operan los procesos fonológicos, examinados a la luz de algunos mayor si ambos segmentos se hallan rodeados por uno o varios
fenómenos empíricos relevantes. A renglón seguido, presentaremos segmentos idénticos, es decir, si el contexto fonémico inmediato
dos modelos alternativos de codificación fonológica que postulan es similar o igual para ambos segmentos, como sucede en los ejem-
mecanismos de procesamiento de diferente naturaleza y con una plos 19.
organización temporal dispar.
Las observaciones que vamos a exponer en adelante proceden, en 19. a) Había una rebeca roca (roja)
su mayoría, del análisis de errores del habla, que, como indicamos en b) ¿El marches te martas? (martes te marchas)
el capítulo anterior, constituye una de las fuentes de datos más
abundantes de que se dispone en la investigación sobre la producción Un tercer tipo de constricciones frecuentemente aludido hace
del lenguaje. El carácter sistemático y reglado de los errores del habla referencia a ciertas propiedades consideradas «intrínsecas» a los ele-
se refleja fundamentalmente en una serie de constricciones que pesan mentos que intervienen en un error. Según esta constricción, la
sobre estas manifestaciones anómalas de la conducta verbal. Situán- probabilidad de cometer errores fonológicos depende directamente de
donos en el ámbito de los errores subléxicos, es decir, aquellos que ciertas propiedades de los elementos que intervienen en ellos. En
afectan a unidades lingüísticas inferiores a la palabra, que, por o-tra concreto, se ha observado que los segmentos que intervienen en
parte, son los más pertinentes para inquirir en los procesos de errores fonológicos tienden a guardar una semejanza superior a la
condificación fonológica, encontramos una serie de regularidades esperada por azar en cuanto al número de rasgos distintivos que
dignas de consideración. Estas regularidades se pueden agrupar en comparten. Así se ha observado en el análisis tanto de errores
dos categorías: 1) las referentes al contexto que rodea a las unidades espontáneos (Shattuck-Hufnagel y Klatt, 1979, en inglés, y García-
de planificación; y 2) las que afectan a las propiedades intrínsecas de Albea, del Viso e Igoa, 1989, en castellano), como de errores induci-
dichas unidades. dos experimentalmente (García Chico, 1991). Según esto, resulta más
Por lo que a las constricciones contextuales se refiere, existen probable encontrar un error como 20a, donde el fonema sustituyente
abundantes datos que revelan que el contexto fonémico inmediato en (/k/) y el sustituido (/g/) sólo difieren en el rasgo de sonoridad, que
el que se hallan las unidades subléxicas ·de programación, y en uno como 20b, donde la diferencia entre ambos fonemas (181 y /g/) es
concreto el que viene determinado por la estructura de la sílaba, juega superior a un rasgo.
un papel determinante en la probabilidad de cometer errores (cfr.
Shattuck-Hufnagel, 1987; García-Albea, del Viso e lgoa, 1989). Así, 20. a) No es para ras/ k! arse las vestiduras (ras/ g/ arse)
en errores de movimiento, los segmentos intervinientes ocupan prác- b) Ensalada con lechu/0/a y tomate (lechu/g/a)
ticamente siempre (en un 96 por ciento de los casos examinados en
castellano) la misma posición en la sílaba; en otras palabras, los El examen de las constricciones que determinan la forma de los
onsets («O») interactúan siempre con onsets (18a), los núcleos («n») errores subléxicos de movimiento nos permite avanzar dos conclusio-
con núcleos (18b) y las codas («C») con codas (18c). Esta observación nes provisionales acerca de los procesos de codificación fonológica:
ha sido recientemente replicada en experimentos de inducción artifi- en primer lugar, son procesos «sensibles a la estructura», es decir, la
cial de errores en castellano (García Chico, 1991). Veamos algunos seleccion y ordenación de segmentos fonémicos en el plan fonético
ejemplos pertinentes: del enunciado están determinadas por la estructura métrica de la
palabra y por la estructura de constituyentes de la sílaba, y tienen

606 607
PSICOLOGIA DEL LENGUAJE. INVESTIGACION Y TEORIA CODIFICACION FONOLOGICA Y PRODUCCION DEL HABLA

los niveles morfológico y fonológico, tal y como la describe Dell, 3. ARTICULACIÓN Y CONTROL MOTOR DEL HABLA
1986).
En el modelo de Dell, todas las conexiones entre nodos tienen El último de los componentes de procesamiento que participa en la
carácter excitatorio y, por supuesto, bidireccional, lo que origina la producción del habla es el denominado, a grandes rasgos, articula-
posibilidad de que haya retroinformación de los niveles inferiores de dor. Bajo tal denominación se incluye aquel conjunto de estructuras y
la red hacia los superiores. Hay que hacer notar aquí que esta procesos cuyo cometido fundamental es la transformación del plan
posibilidad queda excluida de antemano en los modelos autónomos, fonético de la oración en una serie coordinada de órdenes motoras,
dado que en estos modelos las operaciones que tienen lugar en un gracias a cuya realización el mensaje verbal se hace finalmente percepti-
determinado nivel de procesamiento sólo pueden influir en los niveles ble para el/los interlocutor 1es. Como ya se ha sugerido, el
inferiores, pero nunca en los superiores. articulador opera simultáneamente sobre las representaciones menta-
Las pruebas esgrimidas por los defensores del modelo interactivo les que resultan de los procesos de codificación lingüística de las oracio-
de codificación fonológica en favor de la retroinformación entre nes y sobre las instrucciones neuromotoras involucradas en la
niveles son dos (comentadas también en el apartado 4.6 del capítulo emisión de la señal física del habla; por consiguiente, posee propieda-
anterior): por un lado, el efecto, antes aludido, del fonema repetido
des funcionfiles que deben ser destacadas tanto en lo que tienen de
(ver ejemplo 18), según el cual la probabilidad de cometer un error
fonológico varía en función del contexto fonémico de los elementos común con otros componentes de la actividad lingüística y motora
que intervienen en el error. Según Dell (1984), este efecto se explica en como en lo que tienen de diferente.
términos de la propagación de activación desde los nodos de fonema En primer lugar, y frente a los componentes del procesamiento
hacia los nodos de sílaba de orden superior. Al resultar reactivados, lingüístico comentados con anterioridad, el articulador aparece como
los nodos de sílaba devuelven activación hacia los nodos de fonema, un subsistema de carácter esencialmente eferente o ejecutivo (un
produciéndose un circuito de activación de ida y vuelta entre ambos «transductor motor»), cuya función esencial no es tanto la trans-
niveles, lo que facilita la intrusión de un fonema en un contexto formación de un tipo de representación mental en otro sino la
fonémico similar al que debería ocupar. Otra prueba a favor de la transformación de las representaciones en acciones motoras espe-
existencia de retroinformación es el llamado efecto de lexicalidad cíficas. En ese sentido, el articulador puede ser caracterizado como
(Dell y Reich, 1981; del Viso, lgoa y García-Albea, 1991), según el un subsistema cognitivo -puesto que opera sobre representaciones
cual la probabilidad de cometer un error subléxico aumenta cuando mentales- pero que dirige y 1o controla el funcionamiento de una
el resultado del mismo es una palabra. En esta ocasión, el circuito de red compleja de estructuras anatomofisiológicas tanto centrales como
retroinformación se establece entre los nodos de fonema y de palabra periféricas. Brevemente, veamos cuáles son éstas para la modalidad
(o morfema raíz). Al recibir activación adicional desde los nodos de de producción más primaria, la modalidad oral o habla.
palabra, aumenta la probabilidad de que los fonemas contenidos en
las palabras activadas sean erróneamente seleccionados. 3 .1. Bases fisiológicas del habla
Con independencia del modelo que se utilice para dar cuenta de
los procesos de codificación fonológica, el resultado de los mismos ha Según parece (Fry, 1979; Lieberman y Bl.umstein, 1988; Levelt, 1989),
de ser una representación de la secuencia de sonidos que el articula- la articulación del habla oral implica la movilización y coordinación
dor recibe y traduce a un conjunto, también ordenado temporalmen- de aproximadamente un centenar de músculos distintos, que se
te, de movimientos articulatorios. Visto desde una perspectiva psico- localizan en tres grandes estructuras o sistemas anatómicos: el siste-
lógica, el problema de la articulación del habla suscita dos cuestiones ma respiratorio subglótico, el sistema laríngeo y el tracto vocal su-
fundamentales: en primer lugar, cómo se efectúa la «traducciÓn» de un pralaríngeo (ver figura 13.2).
vocabulario de representaciones mentales que, por muy concretas que El sistema subglótico, que está formado por los pulmones 'y los
sean, no por ello dejan de ser «mentales», a un vocabulario de músculos que participan en la respiración, es el responsable de la
secuencias motoras; en segundo lugar, cómo se resuelven, en el ámbito generación del flujo de aire que hace posible el habla (y, por
de la planificación motora del habla, problemas tales como el de la supuesto, la respiración). Cuando permanecemos en silencio, la respi-
coarticulación, al que hemos aludido ya varias veces en estas páginas, ración es una actividad rítmica que implica la inhalación y exhalación
el control del orden serial de los movimientos del tracto vocal o la de aire a una velocidad aproximada de 15 veces por minuto y con
posible retroinformación entre los niveles de planificación. Estos son tiempos equivalentes para ambas (del orden de 2-3 sgs.). Sin embar-
los problemas que centrarán nuestra atención en el próximo apartado. go, cuando hablamos, esta distribución temporal se modifica y da
610 611
PSICOLOGIA DEL LENGUAJE. INVESTIGACION Y TEORIA CODIFICACION FONOLOGICA Y PRODUCCION DEL HABLA

1. Cavidad nasal
apenas 7 millonésimas de segundo-, las cuerdas vocales permiten o
2. Paladar blando impiden el paso del aire hacia la faringe y la bocá. La vibración que
3. Lengua producen las cuerdas vocales al abrirse y cerrarse y al dejar pasar el
4. Laringe aire constituye la fuente del sonido que caracteriza a la fonación. Las
S. Esófago variaci<;mes en la frecuencia de tal sonido son una función de la masa,
6. Tráquea
7. Pulmones s. supralaringeo la longttud y la tensión de las cuerdas vocales, en un modo similar a
8. Diafragma . como varía la frecuencia de las distintas cuerdas de una guitarra o de
un piano. El rango de frecuencias que puede alcanzar la voz de los
s.laringeo
hablantes varía, por tanto, en función de sus respectivas peculiarida-
des anatómicas. La frecuencia fundamental media de la voz masculi-
na está en torno a 120Hz, la femenina, en 225, y la infantil en torno a
los 265 Hz. El rango de frecuencias observado en la voz humana
oscila entre 60 Hz y 500 Hz y, en parte al menos, puede ser
s. respiratorio controlado voluntariamente por el hablante. Las variaciones de fre-
cuencia fundamental, que son continuas dado el carácter elástico (y
~ por tanto nunca estático durante la fonación) de las cuerdas vocales,
\ constituyen la base del timbre de la voz, de la entonación del habla y
t\ de la gran variabilidad acústica de las vocalizaciones emitidas por un
mismo hablante (los «alófonos», a los que nos referimos también en
el capítulo 8 y que confieren a la señal acústica buena parte de su
falta de invarianza). La actividad laríngea, por otro lado, guarda
relación con la producción de diferencias fonémicas lingüísticamente
relevantes tales como la producción de consonantes sordas y sonoras
(que tienen lugar, respectivamente, cuando las cuerdas vocales per-
manecen unidas -sin posibilidad de vibración- o separadas).
El sistema supralaríngeo o tracto vocal, por su parte, actúa como
un filtro (variable también, puesto que muchos de sus componentes
Figura 13.2. Estructuras respiratorias, laríngeas y supralaríngeas que intervienen en la esenciales -lengua, labios, mandíbula, etc.- son móviles) que mo-
producción del habla. dula el sonido durante su expulsión, a la vez que le sirve como caja de
resonancia. Los cambios en la posición y en el modo exacto en que
los componentes del tracto vocal (especialmente, de la cavidad bucal)
lugar a una actividad resp.iratori~ en ~a que la fase de exhalación de constriñen la salida del aire determinan la articulación de los segmen-
aire (que proporciona la matena pnma del habla) puede llegar a tos del habla propiamente dicha (vg. su articulación bilabial, labio-
prolongarse hasta 10-15 segundos. dental, fricativa, etc.). Las propiedades anatómicas de las cavidades
Para que la corriente de aire generada por los pulmones pueda «fijas>> o no móviles que participan en el habla (vg. la faringe y la
convertirse en sonido, debe, sin embargo, ser fragmentada, de modo cavidad nasal), por otra parte, determinan la resonancia o timbre de
que pueda haber movimi~nto tan_to de las ~structuras. por las que la emisión vocal.
atraviesa como de las particulas mismas del aire. En los mstru~,entos Desde un punto de vista neurológico, la actividad de estos tres
de viento de una orquesta, por ejemplo, __ esta fragmenta~IOn se sistemas está funcionalmente ligada a la actividad de ciertas zonas
consigue a través del movimiento de la/s lengueta/s de la boqm~la y/o específicas del hemisferio izquierdo; concretamente, al área que se
del movimiento de los labios del músico. En el habla, es la larmge la extiende por encima de la fisura de Sylvio, que ocupa la parte
que realiza esta_ función. triangular y opercular de la circunvolución frontal inferior, la parte
El sistema laríngeo, cuyo componente fundamental son las cuer- inferior de las circunvoluciones frontal ascendente y parietal ascen-
das vocales, transforma el flujo de aire continuo _que sale de los dente y la parte más próxima a la fisura de Sylvio de la circunvala-
pulmones en un flujo discontinuo en el que el a~r~ sale como a ción parietal inferior. Esta zona, a la que genéricamente se llama
«borbotones», toda vez que, al abrirse y cerrarse rapidamente --en «área motora», se continúa sin límite preciso con el llamado centro

612 613
PSICOLOGIA DEL LENGUAJE. INVESTIGACION Y TEORIA CODIFICACION FONOLOGICA Y PRODUCCION DEL HABLA

de Wernicke y, por delante, enlaza con la corteza que cubre el lóbulo ejecución de una serie ordenada de instrucciones (los subprogramas),
prefrontal. Funcionalmente, sus distintas subzonas (una de las cuales, estando éstas orientadas, en el caso de la producción verbal, a la
por no decir la más importante, es la llamada «área de Broca») construcción de una determinada configuración y movimiento de los
controlan la musculatura fonoarticulatoria de laringe, faringe y boca órganos articulatorios. Así pues, podemos preguntarnos de qué tipo
(subzona 111), la producción de secuencias de movimientos ordenados es la información contenida en cada una de estas instrucciones, cómo
en el tiempo (subzona 11), el control de la motricidad voluntaria se coordina la actividad de los distintos músculos implicados en su
(subzona IV) y la elaboración de los programas motores globales del realización, cómo se ordenan en la secuencia correcta y cómo,
habla (subzona 1) (cfr. Gómez Bosque y Gómez Carretero, 1988, o finalmente, consiguen ser ejecutadas estas instrucciones de un modo
Garman, 1990, capítulo 2, para una descripción pormenorizada de fluido y rítmico (i.e. sin interrupciones que interfieran o dificulten la
estas sub zonas). Al igual que ocurre con el resto de los sistemas percepción, por el oyente, de las unidades lingüísticamente relevantes
anatómicos implicados en el habla, el área motora de la corteza del mensaje).
cerebral participa en la ejecución de otras muchas actividades no
lingüísticas. El análisis de cuáles son las demandas y constricciones a) El contenido representacional de las instrucciones articulatoriils
específicas que impone a su funcionamiento la producción del habla
(o de la producción de lenguaje escrito o gestual) configura una de las De un modo relativamente simétrico a lo descrito para la percepción
parcelas de investigación probablemente más cruciales (pero también del habla (cfr. capítulo 8), las interpretaciones más simples del
menos cuidadas) de la actual investigación psicolingüística. proceso de la articulación postularon originalmente que ésta podía
ser vista como una especie de paso o traducción directa de las
3.2. El control motor del habla representaciones lingüísticas mínimas del mensaje (las representacio-
nes de los rasgos fonéticos) a los mecanismos motores del habla.
La actividad de producción del habla, como hemos visto, implica la Visto así, la producción del habla implicaría el almacenamiento, en la
movilización y coordinación de un sistema motor extremadamente memoria, de las representaciones de los movimientos individuales
complejo que, por otro lado, opera a gran velocidad (se calcula que se que posibilitan la emisión de cada rasgo fonético (vg. Liberman et al.~
pueden producir en torno a 15 sonidos distintos por segundo, lo que 1967) y la activación, durante la emisión vocal, de rutinas motoras
da una idea suficiente de la rapidez con que el sistema articulatorio neuralmente codificadas y específicas para cada fonema. Lógicamen-
debe reorganizar la posición y actividad de los subsistemas musculares te, estas rutinas o instrucciones motoras se ejecutarían de forma
implicados en cada uno de ellos). invariante siempre que tal fonema formara parte del plan construido
Tradicionalmente, la explicación de esta actividad motora (i.e. la por el hablante.
explicación de las fases finales de la producción del habla) ha Dos tipos de observaciones empíricas, sin embargo, contradicen
descansado en modelos neurofisiológicos que poco o nada tenían que las predicciones de este primer tipo de hipótesis. En primer lugar, la
ver con los análisis cognitivos de la actividad humana. Sin embargo, a observación, ya mencionada, de que el habla presenta sistemática-
partir de los años sesenta, y por el influjo de autores como Lashley, mente el llamado fenómeno de la ca-articulación (i.e. la «contamina-
Bernstein o Miller, Galanter y Pribram, volvió a cobrar fuerza la idea ciÓn» acústica de los fonemas -y en términos motores, la contami-
de que la acción motora, y ·de forma muy especial la acción motora nación articulatoria- por los fonemas inmediatamente precedentes
significativa o expresiva, está sujeta también al control de procesos y/o posteriores). La co-articulación sugiere que, en vez de planificarse
cognitivos y no puede entenderse como una mera actividad refleja en la actividad motora fonema a fonema, se da una planificación
la que no cabe apelar a mecanismos mediados o guiados por repre- jerárquica que implica la codificación de unidades relacionadas con
sentaciones. los movimientos de grupos de músculos que son más amplios que los
La producción del habla, en su fase final o de articulación, que participan en la emisión de un único sonido. Como han demos-
implica lo que Folkins (1985 -c.e. Lieberman y Blumstein, 1988-) trado algunos estudios (vg. Benguerel y Cowan, 1974; Kent y Minifie,
ha llamado un «programa motor integrado por distintos subprogra- 1977, -c.e. Shaffer, 1984--), esta planificación afecta, como mínimo,
mas», es decir, la ejecución rápida y automática de patrones articula- a los músculos implicados en la producción de una sílaba; al mismo
torios relativamente complejos que desembocan en la emisión de una tiempo, permite dar cuenta también de la existencia de movimientos
señal acústica perceptivamente adecuada (i.e. que refleja, en el orden de anticipación de los sonidos finales de las palabras e incluso de
apropiado, las distinciones que son pertinentes desde un punto de sonidos que ocupan hasta seis segmentos posteriores a aquel que se
vista lingüístico). Todo programa motor implica la planificación y la está emitiendo. Estos movimientos de anticipación «contaminan» o

614 615
PSICOLOGIA DEL LENGUAJE. INVESTIGACION Y TEORIA
CODIFICACION FONOLOGICA Y PRODUCCION DEL HABLA

hacen aún más patente el carácter ca-articulad<_> ~~ la emisió~ ~e l~s


sonidos del habla. En este sentido, restan credll:?thdad ~ la htpotests die:z~~s del contexto~ dado que son los responsables de garantizar la
de que la planificación articulatoria es un denvado d~recto d~ los emiswn de los patrones acústicos programados con la máxima efica-
cia en cualquier contexto.
rasgos fonéticos y/o que el prograf!la motor consta de_ mstruccwn~s
articulatorias invariantes que se aphcan una a una con mdependencta ¿Qué tipo de representación es, y qué grado de abstracción
del contexto (i.e. de cuáles sean l~s fonemas, ~dyacentes)_. comporta, la represen~ación de la meta articulatoria? En un primer.
Un segundo tipo de observacwnes emp1n~as o~temdas en los momento (vg. MacNedage, 1970), se pensó que esta representación
últimos años resta también credibilidad a esta h1pÓte~1s. Se trata de la podría serlo de la posición espacial que debe ocupar cada uno de los
comprobación de que, cuando se dificulta ~xpenmentalmente la músculos implicados en la emisión de un fonema y 1o de las coordena-
articulación (como hicieron, por ejemplo, Folkms Y. A_bbs, en 1?75 o das físicas de su movimiento (especialmente, la posición final o target
Folkins y Zimmerman, en 1981, al estudiar l~s mo:vtmtento_s articula- del tracto buco faríngeo). De este modo, se asumía que lo que está
torios de sus sujetos experimentales ~e~pues de .m~roductrles en .l.a almacenado en la memoria son pautas de movimiento relativamente
boca pequeños trozos de madera o plasuco que hmttaban la mov.th- abstractas que pueden hacerse operativas en condiciones ambientales
dad de su mandíbula), los sujetos realizan lo 9ue se deno.mma muy diversa~ (si bien ~? queda muy claro cómo se pueden explicar,
movimientos compensatorios con su lengua y labtos, con el fm de d.esde esta mterl?r.etacwn, los movimientos compensatorios que se
generar una señal acústica 1? más parecid~ posible a la des~ada. Estos eJecutan en condicwnes de bloqueo articulatorio experimental). Fren-
movimientos compensatonos, 9-ue c_or_n~enzan a ~rodu~~rse pocas te a esta posic~ón, y en los últimos años (vg. MacNeilage, 1980;
millonésimas de segundo despues de tmctada la articulacwn ~ mme- Nolan, 1982), tiende a suponerse que la información contenida en los
diatamente después de intentado el patrón motor c.onvencwnal o planes artic~l~~orios es una representación todavía más abstracta que
automatizado (i.e. el que había sido bloqueado expenmentalme~~e), la de la posicwn del tracto vocal: concretamente sería una represen-
dan pie a suponer que los hablantes utilizan, durante la produc,cwn, t~ción., del patrón . acústico correspondiente a ~ada fonema, cuya
una cierta representación de la forf!Za del tra.cto vocal sufralarznge? eJecucwn por el sistema motor exigiría de éste la posibilidad de
que en condiciones normales perm1te producir un determm~do som- acceder. a un sistema de conocimiento que relacione los sonidos con
do en un contexto fonético dado (cfr. Lieberman y Blumstem, 1988). las postbles formas o condiciones motoras en que estos sonidos
En condiciones de bloqueo experimental de la articulación, y sobre la pueden . ser emitidos, es decir, el conocimiento de procedimientos
base de esta representación, los hablantes parecen acomodar las alterna~lVos .~on que resolver, en los distintos contextos, el problema
posibilidades de movimiento real de sus Ór~anos b~cales Y de su de la eJecucwn de un determinado sonido. ¿Cómo se resuelve enton-
musculatura hasta aproximarse a la meta. arttculatona. ~eseada. ce~ el problema del acoplamiento entre estos dos tipos de conoci-
· La confirmación empírica de que no existe ll:na relac_wn uno~ uno miento (el de la representación fonética a emitir y el de los recursos
entre las configuraciones del tracto vocal7las mstru.cc~ones articula- motores que pueden permitir su emisión)? O si se prefiere ¿dónde
torias que hipotéticamente correspondenan a los d~stmtos. fone~as se sitúa el centro de «control» del que, en últim; instancia dep~nden las
refuerza, pues, la impresión de que resulta convemente diferenc~~r decisiones relativas a cómo resolver, en cada caso y codtexto el pro-
blema de la articulación? '
teóricamente el contenido representacion~l de l_~s pro~esos .~e plamf~­
caci6n motora del de los procesos de arttc~l.aci~~ o eJecucwn motnz b) Retro información y control motor
propiamente dicha. Los procesos de plamftcacwn, ~omo observan,
por ejemplo, Shaffer (1984) y Levelt (1989), ?peran di~ectam.ente con
las representaciones fonéticas .de los mens~Jes Y. ~onti~nen ~nforma­ La i~agen q~e se deriva de las propuestas comentadas en el apartado
ción sobre la meta final acústica de la aruculacwn. Dicha mf<_>rma- ~nte~10r es, s~n duda, que el control motor de la producción del habla
ción posee propiedades invariantes y, por tant.o, h~ de ser c?psidera- ~mphca .un ststem~. computacionalmente complejo que debe ejecutar
da como independiente del contexto_ (I.e. co11:t~en~ mform~c10n sobre mstruccwnes codificadas en forma de representaciones acústicas,
la duración, nasalidad, etc., del somdo a emitir, mdependie~te.me~te adaptando con una extraordinaria plasticidad y rapidez la configura-
de su posición o cercanía respecto a otros fonemas o de las hmitacw- ción de los articuladores al contexto concreto en que ha de ser
nes de movilidad bucal del hablante en un momento dado). Frente a producida la emisión. El articulador, en tanto que subsistema de
procesamiento lingüístico, debe proceder pues de forma extremada-
esta invarianza de las representaciones fonéti~as c?,ntenid~s en l<_>s
planes de la articulación, los proce~os de eJecucion articulatona mente .flexible, a la hora de organizar la posición y el movimiento de
propiamente dicha tienen que ser considerados como procesos depen- los articuladores. Pero, ¿cuáles son sus fuentes de información sobre
el estado inicial de tales articuladores?, ¿cómo «calcula» la necesidad
616
617
PSICOLOGIA DEL LENGUAJE. INVESTIGACION Y TEORIA CODIFICACION FONOLOGICA Y PRODUCCION DEL HABLA

o no de realizar de movimientos compensatorios?, ¿cómo organiza la los datos empíricos disponibles. Por un lado, observan Fowler et al.,
actividad muscular que finalmente permite una vocalización suficien- la propuesta de Lindblom y su equipo no especifica ni cómo se
temente diferenciada? coordinan internamente los distintos músculos que participan en la
La respuesta a estas cuestiones, sin duda, tiene implicaciones emisión de los sonidos, ni cómo se generan los movimientos apropia-
teóricas de importancia para el análisis funcional de los procesos dos de adaptación en sí mismos. Por otro, el modelo de Lindblom et
responsables del control motor y para su posible caracterización al. resulta innecesariamente complejo al postular un control central
modular. En la medida en que la información necesaria para la basado en la retroinformación propioceptiva de un sistema motor
ejecución de estos procesos se compute de forma anticipada y no compuesto de tantas piezas (músculos). Como observan estos auto-
sufra la influencia de la información procedente de los resultados res, el supuesto de que existe, durante la producción del habla, un
inmediatos, el control motor (o, si se prefiere, la producción de los control individual de todos los músculos que intervienen en esta
movimientos del habla) cumplirá algunas de las propiedades básicas actividad (desde el diafragma y el abdomen hasta los labios) contradi-
de los sistemas modulares. Por el contrario, en la medida en que ce frontalmente el supuesto de actividad jerarquizada implícito en el
dependa crucialmente de cierta retroinformación y1o de que ésta concepto mismo de «programa» o «plan motor» (vg. Miller, Galanter
tenga efectos sobre la fase de planificación (elaboración y envío de los y Pribram, 1960; Folkins, 1985) y resulta en sí mismo poco plausible.
planes motores a los músculos efectores) o sobre la de ejecución del Sería algo así como suponer que, durante una maniobra de aterrizaje
movimiento como tal, el funcionamiento motor resultará incompati- de un avión, el piloto debe controlar de forma separada los grados de
ble con una interpretación modular. libertad del movimiento de izquierda a derecha de los alerones, el
Lindblom, Lubker y Gay (1979, c.e. Levelt, 1989) postularon un movimiento de elevación de la cola, la dirección del aparato, etc.
modelo de la actividad de articulación congruente con esta última Según Fowler et al. (1980), la coordinación exigida por la realiza-
interpretación no modular. Según estos autores, la actividad motora ción de actividades motoras complejas como la articulación puede
implicada en la consecución de una cierta meta fonética (la produc- explicarse más parsimoniosamente a partir de la noción de «estructu-
ción de un sonido determinado) requiere necesariamente de un cierto ra coordinadora» (coordinative structure). Las estructuras coordina-
grado de control «central», toda vez que, en su opinión, la posibilidad doras están formadas por conjuntos de piezas funcionales (en el caso
de realización de movimientos compensatorios parece exigir una de la articulación, los músculos que controlan los movimientos de los
cierta retroinformación sensorial. ¿De qué tipo es esta información? sistemas respiratorio, laríngeo y supralaríngeo) cuya actividad es
El inicio de los movimientos compensatorios es, como vimos, tan necesaria para la realización de un cierto acto motor (vg. en la
rápido, que no permite suponer que la retroinformación sea acústica articulación, la producción de un determinado sonido). El principio
o auditiva. Consiguientemente, lo que estos autores postularon fue funcional básico de una estructura coordinp.dora es la idea de que
que el cerebro recibe información propioceptiva sobre el estado del funciona como un sistema en el cual la actividad de cada uno de sus
tracto vocal (en concreto, información táctil procedente de la mem- componentes individuales (i.e. los grados de libertad que tiene el
brana de la cavidad oral en el caso, por ejemplo, de que el hablante movimiento de cada músculo, en nuestro caso) se rige por principios
tenga algún objeto en la boca). Dicha información, según Lindblom, de restricción mutua. Estas restricciones mutuas, que pueden definir-
Lubker y Gay (1979), permite calcular las consecuencias acústicas de se formal y matemáticamente a través de una ecuación, hacen que
la emisión que resultaría del empleo, como resonador, del tracto cuando uno de los elementos de la estructura varía su posición (como
vocal en esa posición. En la medida en que tales consecuencias se consecuencia, por ejemplo, de condiciones específicas del contexto),
aparten del objetivo acústico programado, el cerebro enviaría instruc- automáticamente varíen también todos los demás componentes de la
ciones correctoras de posición, lo que a su vez produciría una nueva estructura de un modo inevitable y a la vez predecible en su magnitud
retroinformación cuyos efectos habrían de ser calculados y reajusta- a partir de la ecuación propia de tal estructura. Así, los grados de
dos sucesivamente hasta lograr una equivalencia entre el objetivo libertad para el movimiento de un determinado músculo individual
acústico programado y el obtenido. quedan restringidos en función de su pertenencia a una u otra
Para Fowler et al. (1980), sin embargo, la interpretación de Lind- estructura de acción motriz.
blom, Lubker y Gay, que resulta similar a la postulada por otros Una estructura coordinadora, por tanto, define un modo de
autores en relación con actividades motoras más globales como tocar organización de la actividad neuromotora que, por un lado, posee un
el piano, conducir automóviles o utilizar máquinas de coser (cfr. grado considerable de automaticidad (en tanto en cuanto los movi-
Harvey y Greer, 1980; Harvey, 1988, para una revisión) resulta mientos de los componentes individuales de la estructura no deben
. insatisfactoria, a pesar de que, en principio, no es incompatible con ser ajustados en cada situación uno a uno), y, al mismo tiempo,

618 619
PSICOLOGIA DEL LENGUAJE. INVESTIGACION Y TEORIA
CODIFICACION FONOLOGICA Y PRODUCCION DEL HABLA

resulta extremadamente funcional para la realización eficaz de una


bien, el} sí mismas, no especifican cómo ha de realizarse tal tarea.
determinada tarea (vg. la emisión de un determinado patrón acústico, Segun Fowler et al. (1980), la ejecución de los movimientos de los
la deglución de comida o la locomoción). Como ha observado Levelt componentes de las estructuras coordinadoras es una ejecución com-
(1989), las estructuras de coordinación no so?, pues, estructt~ras de plet~mente automátic~, que se autorregula mecánicamente (i.e. no a
acción rígida, ya que pueden acomodarse bten en su veloctdad o traves de repr~sentacwnes) en función de los desplazamientos de
intensidad a las demandas impuestas por el contexto en que .op~ran m~sa (mass-sprmg) provocados por el movimiento de cada uno de los
(la velocidad y volumen del habla, el tamaño y grado de esponJos.tdad musculos que la componen (cfr. Shaffer, 1984). Sin embargo, otros
del alimento a deglutir, el suelo duro o blando sobre el que camu~ar, autores (vg. Hinton, 1981; Saltzman y Kelso, 1987, c.e. Shaffer, 1984
etc.). En ese sentido, pueden ser interpretadas como elementos-bisa-
Y ~evelt, 1989) han interpretado, que un sistema articulatorio que
gra entre las instrucciones ~b.stractas e. indep,endie?tes del. contexto actue como se postula en la teona de las estructuras coordinadoras
contenidas en los planes fonettcos y la eJecucwn arttculatona concre- requiere, necesariamente, una retroinformación prácticamente conti-
ta y necesariamente adaptada al contexto. nua acerca de la posición relativa de los distintos componentes de la
Desde un punto de vista cognitivo, la propuesta de Fowler et al.
es~ructura Y. la direc~i,ón y ~elocidad de sus respectivos movimientos.
(1980), que, como hemos visto, asume la analogía del habla con otras Dtcha retromformacwn sena especialmente necesaria en los casos en
actividades motoras complejas como el caminar o el tragar, presenta
q.~e el a~ticulador realiza los llamados «movimientos de compensa-
un interés indudable para dar cuenta de la organización funcional
cwn». Sm embar~o, frente a lo postulado por Lindblom, Lubker y
interna de los procesos de ejecución neuromuscular d~,los planes del
Gay. (1979), ~ste ~~s.tema de retroinformación, que es también propio-
habla. Por un lado, resulta compatible con 1~ ,observacwn (co~stat~~a c~ptlvo -~mestes!co, e~ este caso-, formaría parte del propio
tanto a través del fenómeno de coarticulacwn como de la eJecucwn
sistema art!c~lato!lO (ser.ta por tant,o interno y no externo o central),
de movimientos compensatorios en situación. de blo.queo experi~en­ lo que, en ultima mstancta, resultana compatible con una concepción
tal) de que la ejecución motora del habla (a diferencia de la plamftca- modular del control motor.
ción) es una actividad altamente dependiente del contexto (vg. del
El carácter rela~ivam.~nte autónoll?-o de algunos de los procesos
grado de movilidad posible ,de los distintos el~mentos d~l. ~racto vocal qu~ ,suby.acen, ~ la eJecucwn de las accwnes motoras (como la articu-
implicados en la consecucion de una determmada posicion-target, o lacwn), Imphcito en los modelos de Fowler et al. (1980), Hinton
de su interferencia por la presencia en la boca de otros elementos
(1981) o ~altzman Y. ~el~o .(1987), encuentra cierto apoyo empírico en
durante el habla -vg. comida u otros objetos experimentales-). Por
los estudws neuroftswlogtcos de pacientes con lesiones en las vías
otro permite dar cuenta de una observación empírica que no puede
ser ~asada por alto. En concreto, la observación de que aun en
neural~s aferen~es o de experimentos de interrupción quirúrgica de
estas .~tas ~n an~Il?-ales, y, po~ otra, en los estudios sobre el tiempo de
condiciones contextuales y de velocidad muy variables, los patrones
reaccwn kmestes~co, es d~~~,r, el estudio Clel tiempo necesario para
de la ejecución motora resultan ser relativamente invariantes en detectar y cor~egtr la postcton target de un miembro (no necesaria-
cuanto a su organización espacio-temporal interna, lo qu.e revela qu.e mente un articulador). Sobre la base de estos estudios sobre la
el tamaño relativo de las distintas partes de la trayectona del movi- actividad motora no lingüística, no parece que haya pruebas con-
miento permanece constante aun cuando varíe el ta~año glob;:tl de la cluyentes de que los mecanismos de detección y corrección de errores
ejecución. Tal es el caso, por ejemplo, de la constancia de los an~ulos durante el movimiento requieran retroinformación kinestésica; por
de las letras en la escritura manual (Viviani y Terzuolo, 1983) -Le. el un lado, porque resulta extremadamente difícil discernir el papel
hecho de que la forma de una letra o de una palabra escrita por una compensador de otras fuentes de retroinformación (vg. visual) que
misma persona permanezca relativamente constante aun cuando varíe pueden actuar en ausencia de la retroinformación kinestésica; por
notablemente su tamaño-, o la constancia de la duración relativa de otro, P.orque aún no está claro cuál es el intervalo ·de tiempo
las vocales y consonantes en palabras emitidas a distinta velocidad, nec~sano p~r.a facilitar la retroinformación y si ésta se produce con la
volumen y1o entonación (Shaffer, 1984). En última instancia, la teoría raptdez suftctente para poder ser eficaz.
de Fowler et al. (1980) refuerza la impresión de que la articulación es
Como ha ob~er:vado recientemente Igoa (1991b), el papel sobre el
un proceso mediatizado por representaciones cognitivas de las «tareas control del movimiento de otras clases de retroinformación como la
fonéticas>> a ejecutar; dichas representaciones implican una definición visual, en, la ~scritura manual, o)~ auditiva, en la producción del
abstracta del objetivo final de la tarea (i.e. el patrón acústico a emitir)
y operan como input de la puesta en marcha de una~ determina:
habl~, ~sta. meJor contrasta~o emptncan;ente, aunque, a decir verdad,
contm:ua siendo bastante misterioso. Ast, por ejemplo, se ha observa-
das estructuras de acción motora (las estructuras coordmadoras), SI
do recientemente que la privación de retroinformación visual durante
620 621
PSICOLOGIA DEL LENGUAJE. INVESTIGACION Y TEORIA CODIFICACION FONOLOGICA Y PRODUCCION DEL HABLA

la escritura origina distorsiones en la orientación de la misma sobre sugieren la existencia de pautas selectivas y esp~cíficas de de~erioro
su eje horizontal e induce a cometer errores que afectan tanto a las asociadas a ciertas lesiones focales en zonas discretas del sistema
características del trazo como a unidades de carácter más central tales nervioso central (para más detalles, cfr. Marshall, 1984; Ellis y
como letras, grupos de letras y palabras (cfr. Smyth y Silver, 1987). Young, 1988). Estos datos, que suponen un apoyo a los modelos
De forma similar, la retroinformación auditiva demorada (examinada localizacionistas de las funciones cognitivas (en concreto del control
en detalle por Mackay, 1987a, b) acarrea serias disfluencias en la motor), constituirían, pues, una pru~~a a favor d_e la repr~sen~ación
articulación del habla continua, lo que da a entender no sólo la neuroanatómica discreta de esta funcwn, lo que, sm duda, Implica un
penetrabilidad del sistema articulatorio por la información auditiva, apoyo más, desde la neuropsicología cognitiva, a la idea de que la
sino también la estrecha interdependencia existente entre los sistemas acción motora es una función cognitiva organizada en subsistemas,
perceptivo y motor del lenguaje. Frente a esta evidencia, el análisis de algunos de los cuales son computacionalmente autónomos.
la secuencia de producción tanto del habla como de la escritura
mecanografiada sugieren que la ejecución motora implica la planifica- 3.3. La articulación de las sílabas y la sincronización del habla
ción y ejecución automática y no susceptible de cambio por los efectos
de la retroinformación (vg. visual) de secuencias breves y precisas de La idea de que la actividad motora int~ncional se ejecut~ .s<??re la
movimientos que respetan ciertas propiedades estructurales del len- base de estructuras coordinadoras denvadas de la defmicion de
guaje. Así, las pulsaciones del habla mecanografiada, que correspon- objetivos acústicos no debe llevar a interpretar, sin embargo, que e~
den a la representación de los fonemas individuales, o la emisión de la articulación intervienen secuencialmente tantas estructuras coordi-
un grupo tonal en el habla (i.e. de un segmento de habla organizado nadoras como rasgos fonéticos individuales están contenidos en el
en torno a una sílaba acentuada -cfr. apartado 2.2-), parecen plan (si bien Fowler, 1980, parece partidaria de esta interpretación
implicar la construcción de programas específicos que se ejecutan de -cfr. Shaffer, 1984--). Como ya se ha ido sugiriendo en los aparta-
forma automática y sin posibilidad de modificación por la influencia dos anteriores, existen razones empíricas de peso que permiten pensar
de la retroinformación. La hipótesis que interpreta esta ejecución que los planes articulatorios son jerárquicos y que implican la
como balística una vez seleccionado e iniciado el programa a ejecutar creación y el uso de estructuras motoras de segundo orden. En el
resulta compatible, finalmente, con los datos empíricos que muestran habla, estas estructuras de segundo orden corresponden, según pare-
que la latencia de inicio del movimiento, así como el intervalo ce, a la articulación de las sílabas.
existente entre las distintas unidades de la secuencia, aumentan de Como observa Levelt (1989), la sílaba es, desde diversos puntos de
forma directamente proporcional a la longitud de la secuencia o al vista la unidad motora óptima para la articulación. Ello es así dado
núm~r?, de uni?ades que cor:ttiene. De este modo, por ejemplo, la que las consonantes y las vocales suelen exigir la movilización de'
repeticiOn de silabas compleJas compuestas, por ejemplo, por tres músculos articuladores no coincidentes. La producción de los sonidos
f??emas, ,requirieron tiempos mayores de, preparación que la repeti- vocálicos en la mayor parte de los casos, depende de la posición de la
cwn de silabas de uno o dos fonemas, dandose entre estos tiempos lengua e~ la cavidad oral (i.e. de su posición alta, media o baja, o
una relación lineal (cfr. también Lashley, 1951). anterior vs posterior en dicha c~vi~ad -ver figura .1:';3-). Los
La «hipótesis de la preparación de secuencias» propuesta por músculos responsables de las vanacwnes en esta posiciOn son los
Sternberg et al. (1980) a partir de estos y otros datos similares sugiere llamados músculos «extrínsecos». Las consonantes que implican una
pues, al igual que los modelos de control motor de Fowler et al movilización de la lengua requieren la participación de los llamados
(1?80) o Salt_zman y Kelso (1987, c.e. Levelt, 1989), que el funciona- músculos «intrínsecos», que modulan la forma que adopta la lengua
miento del sistema motor posee componentes relativamente autóno- más que propiamente su ~osición (cfr. Li~~erman y ~lu~stein, ,1988
~os, que reciben la influencia de sistemas jerárquicamente superiores para un análisis pormenonzado de la funcwn de los distmtos muscu-
solo en puntos o momentos muy concretos (la selección activación e los del tracto supralaríngeo). El desplazamiento de la lengua en la
inicio del programa motor) y que apenas pueden modificar su curso cavidad oral (para el cambio vocálico) es relativamente lento. Sin
de acción sobre la base de retroinformación externa (vg. visual o embargo, los movimientos requeridos p~r~ la eJ?isión, de las conso-
auditiva). Por su parte, la investigación y la práctica clínica en el nantes pueden realizarse de forma muy rapi.da. VIsto asi,. y puesto que
ámbito de las apraxias -perturbaciones de la capacidad de llevar a implican articuladores distintos, ambos tipos de movimientos (los
cabo movimientos voluntarios sin que se registren alteraciones en la requeridos para la emisión de las consonantes y de las vocales)
comprensión de las instrucciones para efectuar dichos movimientos o pueden ser realizados de forma simultánea sin interferencia. Más aún,
en los mecanismos neuromusculares necesarios para ejecutarlos- para algunos, el proceso articulatorio podría verse como un proceso

622 623

UNIVERSIDAD DE ANTIOQUIA
BIBLIOTECA CENTRAL
PSICOLOGIA DEL LENGUAJE. INVESTIGACION Y TEORIA CODIFICACION FONOLOGICA Y PRODUCCION DEL HABLA

alta hasta qué punto las sílabas parecen estar diseñadas para facilitar la
ca-articulación de sus segmentos y la optimización de la distintividad
perceptiva de los sonidos emitidos en condiciones de mínimo esfuerzo
articulatorio.
El f~nómeno de la ca-articulación, que, como hemos visto, exige
del articulador un compromiso funcional entre las demandas de
ajuste a la representación acústica definida como meta y las condicio-
nes espacio-temporales y de movilidad de los articuladores, ilustra
con claridad el difícil equilibrio que debe ser mantenido, durante el
baja habla, entre las condiciones cognitivas de la actividad lingüística
pretendida y las condiciones físicas del organismo que ha de convertir
anterior ..,.. !i1Ji1> posterior en conducta observable los productos de su actividad mental. Como
hemos comentado ya, la inevitabilidad de la ca-articulación en el
Figura 13.3. Posiciones de la lengua en ocho vocales diferentes (tomado de Levelt, habla determina también parcialmente algunos de los procesos de la
percepción del lenguaje. De ahí que cada vez sean más los autores que
1989).
cuestionen la validez de disociar, incluso con fines didácticos, el
análisis de los procesos de percepción y producción del habla y que
que en lo esencial no implica sino una emisión secuenciada de propugnen un tratamiento de ambos procesos como esencialmente
voc~les a la que se 'sobreimpone la emisión de las consonantes (vg. «integrados e iguales» (vg. Allport et al.~ 1987; Mackay, 1987b).
Fowler et al.~ 1980). La ca-articulación, sin embargo, no es un fenómeno exclusivo del
La organización de la actividad articulatoria en t_orno. a 1~ ~misión habla, sino compartido con otras muchas actividades motoras seriales
de unidades silábicas (frente a la de fonemas o somdos mdividuales) (vg. la interpretación de una partitura al piano o el tecleado de una
simplifica, pues, de forma considerable, la compl~jidad_ de la articula- máquina de escribir -cfr. Shaffer, 1984-). Los movimientos antici-
ción al tiempo que aumenta su velocidad potenciaL Sm embargo, la patorios que caracterizan la realización de estas actividades han sido
articulación extrae ventajas también de otros elementos. Así, por it?-~erpretados por algunos autores como producto de una planifica-
ejemplo, Lindblom (1983, c.e. Levelt, 1989) ha hecho notar q?e en cwn del programa motor subyacente a la ejecución de una determina-
todas las lenguas del mundo los segmentos que componen las silabas da unidad de la secuencia, siendo a su vez necesaria la recuperación
resultan ser segmentos cuya emisión exige un desplazamiento espacial una a una. de las distintas unidades que componen este programa de
mínimo de los articuladores o, lo que es lo mismo, que son segmentos una especie de almacén o buffer articulatorio que mantiene activo,
cuyas demandas articulatorias son compatibles espacio-temporalmen- hasta su ejecución, el plan fonético (Sternberg et al.~ 1980). Para
te entre sí, que no implican «saltos» o variaciones bruscas en la otros, sin embargo, (vg. Rumelhart y Norman, 1982), los movimien-
configuración muscular resultante de la .emisión de los segmentos tos anticipatorios podrían interpretarse simplemente como resultado
previos. Esta compatibilidad, que ~~ práctica}llente abs?luta e~ l~s de los efectos excitatorios e inhibitorios recíprocos que ejercen entre
sílabas cv o ve, se mantiene tambien en las silabas plunconsonantl- sí los movimientos correspondientes a las distintas instrucciones mo-
cas de las distintas lenguas, donde sí existen grupos «compatibles» toras.
articulatoriamente como /sp/, /sk/, /pl!, /skr/ o /spl! pero no grupos Según Shaffer (1982, 1984), existe un problema importante en
«incompatibles» del tipo /pb/, /kg/ o /tfd!. . . estas dos interpretaciones (la de Sternberg et al. y la de Rumelhart y
Finalmente las sílabas como hemos senalado con antenondad en Norman) a la hora de explicar satisfactoriamente los movimientos
este mismo c;pítulo, se ~semejan a una especie d~ «mon~añas de anticipatorios (que se reflejan también en la ca-articulación) de
sonoridad». Las consonantes más sonoras de las silabas tienden a unidades de la secuencia que comportan estructuras de acción en
situarse más cerca del núcleo de la sílaba que las menos sonoras. Así, teoría independientes (vg. las de sílabas relativamente distantes den-
como observa también Levelt ( op. cit.)~ consonantes tales como Ir/ y tro de una misma palabra, o incluso entre sílabas correspondientes a
111, por ejemplo, tienden a preceder o seguir al núcleo, mientras que palabras distintas en un mismo mensaje). La aproximación «serial»
/ti o /s/ pueden estar separadas del mismo por una o dos consonantes de Sternberg et al. no puede dar cuenta adecuada de cómo se anticipa
intermedias. Ello se comprueba en la mayor frecuencia de .grupos un programa motor todavía no activado o «en curso». Por su parte,
silábicos como tram frente a rtam o de slam frente a lsam que Ilustran la aproximación conexionista de Rumelhart y Norman parecería dar

624 625
CODIFICACION FONOLOGICA Y PRODUCCION DEL HABLA
PSICOLOGIA DEL LENGUAJE. INVESTIGACION Y TEORIA

cuenta de los efectos de «facilitación» entre programas que se pro- fonéticas (que incluirían, entre otras, información sobre la duración
pagan una vez concluido uno de ellos, pero nunca antes de ese mo- relativa de las vocales y consonantes de las sílabas, el patrón entona-
mento. tivo, etc.). En cualquier caso, este «dispositivo» temporal del procesa-
En opinión de Shaffer (ops. cits.), la explicación de la actividad miento del habla, que refuerza la impresión de que el control motor
articulatoria y de muchos de sus fenómenos más característicos -vg. opera de forma muy autónoma, debe ser cuidadosamente diferencia-
la coarticulación o la anticipación de movimientos-, al igual que la do de los procesos de activación o selección del contenido (fonético,
explicación de cualquier otra conducta que implique una actividad acústico o motor) de los programas articulatorios (Mackay, 1987b).
motora compleja y distribuida en el tiempo (aunque se mida éste en
milésimas de segundo), requiere, para ser completa, de la considera- 3.4. Producción del habla y control motor:
ción de factores menos locales que los contenidos en las descripciones algunas consideraciones finales
convencionales de los programas motores. Entre estos factores, el
carácter «rÍtmico» de estas actividades (la existencia de relaciones de ¿Requiere la producción del habla un control motor diferente al
covariación negativa relativamente fijas entre la duración de los requerido por otras actividades motoras complejas -lingüísticas o
distintos movimientos implicados en la ejecución de una secuencia) y, no lingüísticas-? Como ya hemos dicho, las propiedades temporales
muy especialmente, la «sincronizaciÓn» temporal de los subprogra- del habla (o mejor, la necesidad de secuenciación y sincronización
mas responsables de tales secuencias ocupan los lugares más destaca- que se deriva de la participación de estructuras musculares complejas
dos. Así pues, el problema para una teoría de la articulación, según cuya actividad debe distribuirse -en parte de forma serial y en parte
Shaffer (1984), no sería dar cuenta sólo de la selección y/o el inicio de de forma paralela- a lo largo de periodos mínimos de tiempo),
los distintos programas motores. El problema es explicar también así como muchas otras de sus propiedades (coarticulación, anticipa-
cómo se acomodan sus respectivos inicios y su duración temporal ción, invarianza interna, etc.) parecen ser comunes tanto a las distin-
relativa de modo que la secuencia se emita fluidamente (i.e. proble- tas modalidades de la producción del lenguaje -habla oral, escritura
mas de secuenciación y sincronización). manual y escritura mecanografiada- como a otras actividades moto-
En un primer momento (vg. Mackay, 1969), se interpretó que la ras complejas -caminar, tocar el piano, etc.-. Así pues, en términos
programación temporal de la secuencia articulatoria y de su sincroni- generales, y a la luz de la evidencia empírica disponible hasta el
zación interna debía ser vista como un componente del procesamien- momento, la respuesta a esta pregunta debería ser, en principio,
to articulatorio más, distinto a la planificación y a la ejecución de las negativa.
instrucciones motoras (extrínseco a éstos), e interviniente en algún Basándose en distintos tipos de evidencia, Mackay (1987a, b) y
momento temporal intermedio entre ellos. Con posterioridad, sin Keele (1987) han argüido en favor de una interpretación de las
embargo, parece haberse impuesto la idea de que el control temporal propiedades temporales de la articulación como «características distri-
de la articulación responde a un mecanismo intrínseco a la planifica- buidas y comunes» a otras muchas actividades motoras. Estas propie-
ción y/o la ejecución motoras que, pese a ser funcionalmente distinto, dades se derivan de propiedades mecánicas específicas de la musculatu-
no requiere un espacio o un tiempo de procesamiento propios (cfr. ra humana y probablemente, descansan en programas innatos que
Fowler, 1980; Shaffer, 1984; y también Mackay, 1987b; Keele, 1987; pueden se; ~ejorados de forma sustancial mediante la práctica
Levelt, 1989). Según la primera interpretación, la articulación proce- (piénsese, por ejemplo, en el carácter sobreaprendido de habilidades
dería serialmente: en un primer momento se seleccionarían las intruc- como la escritura a máquina, el tocar un instrumento musical o la
ci<?nes correspondientes al programa motor, después se procedería a articulación en una segunda lengua y, también, en la facilidad con
asignarles parámetros temporales (de momento de inicio y de dura- que podemos aprender patrones motores relativamente complejos y
c~ó~) Y. finalmente se pr~::>eedería a SI] ejecución. Según la segunda arbitrarios como la conducción de un automóvil -cfr. Mackay,
hipotesis, las representaciOnes que gman la actividad muscular con- 1982-). Los programas responsables de los parámetros temporales
t~ndrían ~a información temporal a la vez que la información sobre el de la actividad motora, por otro lado, parecen tener una localización
eJe, amplitud o velocidad de los desplazamientos de los músculos (vg. neural específica (conformando una especie de circuito que va desde
los ~e ~na estructura coordinad?ra). Dic~a información temporal el córtex al cerebelo y a los ganglios basales), y su lesión se traduce en
pod~1a. mterpret.arse como un denvado intrmseco de las propiedades dificultades tanto de secuenciación y sincronización de movimientos
mecamcas del sistema muscular que ejecuta la acción (Fowler, 1980; del habla como de gestos oro-faciales que implican paquetes muscula-
~els? Y Kay,. 1985) o, alternativamente, como una proyección, en el res más amplios cuya actividad no implica la emisión de sonidos
amb1to motnz, de la información codificada en las representaciones (Cromer, 1983; Mateer, 1985; c.e. Keele, 1987). Frente a esta posición,

626 627
PSICOLOGIA DEL LENGUAJE. INVESTIGACION Y TEORIA

algunos autores sostienen que la capacidad para ejecutar cier~os Capítulo 14


patrones motores desde prácticamente el nacimiento (vg. la prensiÓn
manual -von Hofsten, 1985; c.e. Keele, 1987-) y la estrecha LA PRODUCCION DEL DISCURSO Y LA CONVERSACION
conexión funcional de las habilidades perceptivas y motoras (que se
detecta también en el análisis pormenorizado de los procesos de
percepción y producción del habla) pueden to~.arse como indicativos
de la existencia de módulos perceptomotores fiJados a lo largo de la
evolución filogenética.
Como es fácil suponer, estas distintas aproximac~ones .~1 proble-
ma de la relación entre el control motor de la art1culac10n, de la
escritura y de otras actividades complejas resultan compatibles entre
sí en cuanto a sus implicaciones para una caracterizació~ de la
arquitectura funcional de la mente. En todos los casos, tiend~ a
aceptarse que tanto la producción del habla (en tanto que fase fmal
del proceso de producción del lenguaje) co~o el control mot~r
presentan buena parte de las propiedades funcwnales qu~ caracten-
zan a los sistemas modulares (cfr. capítulo 7), quedando sm duda en 1. INTRODUCCIÓN
el aire el problema de hasta qué punto la modularidad de aquél~a (en
lo que concierne, sobre todo, a la articula.ción) pue~e ser exphcada, En los capítulos anteriores, hemos examinado un amplio conjunto de
simplemente, como derivado o consecuencia del caracter modular de datos, procedentes tanto de la observación como de la experimenta-
este último (cfr. Igoa, 1991b para un análisis pormenorizado de esta cues- ción, que aportan información relevante sobre algunos de los proce-
tión y de las principales alternativas teóricas al respecto). sos más importantes de la producción del lenguaje: la codificación
Tanto si se interpreta que la producción del lenguaje y el control lingüística de las oraciones o enunciados individuales (capítulo 12) y
motor constituyen módulos independientes, como si se interpreta que la codificación de la emisión o «producción del habla» (capítulo 13).
son módulos «ensamblados», el análisis de la producción del habla Así, hemos tenido ocasión de profundizar en diversos aspectos del
pone de manifiesto la extraordinaria maquinaria cognitiva, lingüística llamado. :<módulo ~el l~nguaje» y de sostener la hipótesis de que la
y motora que es necesaria para la emisión de los mensajes más simple~. produccwn verbal Imphca, en algunas de sus fases la realización de
El largo proceso genético por el que ha atravesado nuestra especie operaciones que, en buena medida, se ejecutan de f~rma automática y
ha permitido que una serie compleja. de «programas.» y sistemas mo- reflejan en su organización propiedades y restricciones de tipo grama-
tores inicialmente polivalentes (que sirven para respirar, para comer, tical. Al mismo tiempo, se ha sostenido la hipótesis de que existe una
para cantar, para ejecutar distintas tareas manuales, etc:) adopte las estrecha relación funcional entre la fase de planificación conceptual
configuraciones, ritmos y secuencias precisas que reqmere el. habla de las o~aciones y 1~ planificación del discurso y de que, por tanto, la
(o, en su caso, la escritura) sin perder sus propiedades fu~ci?nales producciÓn verbal Implica también procesos que implican la utiliza-
(o mejor, sirviéndose de ellas y optimizándolas en .su ~endimiento). ción de información semántica y pragmática no estrictamente «gra-
Incluso a través de sus errores, esta compleja maqumana revela que matical».
su funcionamiento se rige, en última instancia, por información lin- Lo que nos proponemos en este capítulo es centrar nuestra atención
y la ?el lec~or precisamente en este último punto, es decir, en
güística. el caracter mixto (gramatical y extragramatical) de los componentes
de procesamiento que intervienen en las fases iniciales de la produc-
ción del lenguaje y que genéricamente tienden a identificarse con el
concepto de «producción del discurso». Así pues, y como ocurriera al
comentar la comprensión textual (capítulo 11), nuestro análisis impli-
c~~á la referen~ia a estructuras de conocimiento y a procesos que se
Situan en las «JUnturas» del pensamiento y del lenguaje, procesos que
operan como un interfaz entre la actividad cognitiva inteligente y la acti-
vidad lingüística propiamente dicha.

628 629
PSICOLOGIA DEL LENGUAJE. INVESTIGACION Y TEORIA
LA PRODUCCION DEL DISCURSO Y LA CONVERSACION

En primer lugar, retomaremos la idea de que el uso del len- (vg. Van Dijk, 1980), asumiendo precisamente este paralelismo, han
guaje está genéticamente ligado a la construcción de «intenciones co- tratado de sentar las bases de una teoría unificada del discurso y de
municativas» que sólo pueden ser completadas o realizadas en marcos las interacciones sociales a partir de unas hipotéticas estructuras de
sociales interactivos. En ese sentido, comenzaremos por asumir que
representación de alto nivel (las llam~d~s «macroestructl!-~a~») que
la fo;ma .más. genuina de actividad lingüística humana (y también serían comunes a ambos tipos de actividad y que permttinan dar
1~ m~s pnmana, des~e un punto de vista ontogenético) es la parti- cuenta tanto de sus regularidades como de su procesamiento cogni-
CipaciÓn en conversacwnes, es decir, la producción e intercambio de tivo.
series coordinadas de emisiones lingüísticas por uno o varios interlo- El interés del estudio de la conducta comunicativa para un
cutores en una situación comunicativa dada. En línea con este supuesto psicólogo (y más directamente, para un ps~col~~güi~~a de ,orientación
-que, como ya vimos, resulta aplicable tanto a la comunicación cognitiva) puede tener, sin embargo, una JUStiftcacwn mas modesta.
interpersonal como a la comunicación intrapersonal o habla interna- Con independencia del paralelismo que pueda ~stablec~~se ent~e las
(cfr. cal?í~ulo 5), interpretaremos que la producción del lenguaje es interacciones comunicativas y otras formas de mteraccwn social, el
una actividad que presupone en el hablante la existencia de una uso comunicativo del lenguaje puede verse como una forma de
intención ~e comunicar algo a alguie.n y analizaremos los tipos de conducta que presenta, cuanfo menos, d?s cara.cte~í,sti.cas: a) el he~ho
r~?resent.acw~~s y procesos. que per~Ite~ dar cuenta de la planifica- de que implica la elaboracion de enunciados lmgmsticos gramatzca-
cwn Y eJecucwn de mensaJes comumcativos intencionales. Por otro les, lo que presupone, en el hablante, una compe!e~cia ling.üísti.ca, y
lado, .Y p~esto que la I?~rticipación en. ~na conversación implica la b) el hecho de que tales enunciados suelen constttmr contnbucwnes
cc:o:dmaczon .d~ las emisiO~es (y tambien la de las intenciones) de aceptables en relación con los objetivos de la interacción o in~~rcam­
d~.spJ?-tos pa~ticipantes, anahza:emos las demandas cognitivas y lin- bio comunicativo en que se prod~cen, lo que presupol(e. tambte~ ~na
gmsticas denvadas de tal necesidad de coordinación. En este sentido competencia pragmática ,(cfr. capt~ulo 6). Des~e una logtca ~ogmttva,
describiremos alguno~ ?e l.~s principios pragmáticos que hipotética~ por tanto, la comunicacion a traves dellengu~Je puede ser :v~sta ~?bre
mente regulan la participacwn de los hablantes en las conversaciones todo como una forma de actividad comple¡a cuya plamftcacwn y
y presel!taremos algunas de las pruebas empíricas que parecen justifi- realización se desarrolla bajo restricciones tanto internas al sujeto
car s,u .mclusión en un modelo psicológico de la producción verbal. (vg. la organización funcional del sistema de procesamiento lingüísti-
Por ultim?, y tras llamar la atención sobre el carácter lingüísticamen- co) como externa~ (vg. las demandas del cont~xt?, c~municativo y las
te compleJo y coherente de las emisiones producidas en los intercam- condiciones que este impone a la conducta hngmsttca).
bios conversacionales (i.e. su carácter de textos), comentaremos El supuesto de que la conversación constituye la forma más básica
a~gunas propuestas de .explicación cognitiva de la producción de los y prototípica de discurso, o, si se prefie:e, ~a idea de qu.e toda con-
discu,rsos y conversacic:nes en sus formatos más habituales (los ducta lingüística con propósitos comumcattvos es, en cierto modo,
monologas. oral~s y escntos y las conversaciones telefónicas y «cara a una forma de conversación, no presupone, sin embargo, que las
cara») y discutiremos algunas de las implicaciones teóricas de este conversaciones constituyan formas de actividad estructuralmente mo-
tipo de explicaciones en relación con la organización funcional del nolíticas. Normalmente, las conversaciones tienen lugar «cara a cara»
sistema cognitivo humano.
(«boca a oreja» en el caso de las conversacione.s, telefónicas). En estos
casos el' lenguaje adopta la forma de un dzalogo y presenta una
2. SOBRE LAS NOCIONES DE DISCURSO, CONVERSACIÓN Y TEXTO
estru~tura secuencial que implica lo qu~ se d~nomina ui?-a. toma o
intercambio de turnos (i.e. una alternancia relativamente rapida en el
ejercicio ?~1 rol de , hablante por P.arte de los pa~t~cipantes e~ 1~
Sea cual sea la perspectiva o finalidad con que se aborde el estudio de conversacion) a traves de la cual el discurso v.a adqm~tendo contznut-
~os fe~ómenos li~güísticos (en nuestro caso, la producción verbal dad semántica y pragmática. En otras ocaswnes, sm e.m~a~go, las
mtencwn~l qu~ tiene lu~ar en un~ c~~versación), parece innegable conversaciones adoptan formas aparen~em~nte menos dialogtcas .. Es
que .su existen~Ia h~ de vmcul~rse c.Ientificamente a la de un tipo muy lo que ocurre, por ejemplo, cuando algmen I~parte una conferencia o
particular de situaciOnes: las SituaciOnes de interacción comunicativa. cuando redacta un mensaje que ha de enviar por correo. En estos
Para .algunos (vg. Sacks, Schegloff y Jefferson, 1974), el estudio de las casos el hablante dirige sus mensajes a un interlocutor que, por
propieda?es de los intercambios comunicativos -y, sobre todo, el de
razon'es de distancia física o de conveniencia social, no puede respon-
s~s propiedad~s formales- debe ser visto como un caso paradigmá- der ni intervenir «sobre la marcha» en el proceso conversacional; un
tico del estudw de otras formas de actividad social. Otros autores interlocutor, por tanto, que no contribuye con sus intervenciones
630
631
PSICOLOGIA DEl LENGUAJE. INVESTIGACION Y TEORIA LA PRODUCCION DEl DISCURSO Y LA CONVERSACION

(verbales o no verbales) a resolver el problema de la continuidad del habla concretos que tienen lugar en un contexto espacio-temporal y
discurso. La situación en estos casos, desde un punto de vista comunicativo dado y que pueden ser observados durante su -realiza-
comunicativo, continúa siendo equivalente a la de un diálogo, en la ción en tal contexto). Otras veces, sin embargo, estos mismos térmi-
medida en que la producción lingüística sigue estando dirigida a nos han sido utilizados para designar objetos teóricos. En este caso, la
alguien, siquiera pasivo o físicamente ausente. Sin embargo, desde un noción de «discurso» puede coincidir con la abstracción de las
punto de vista cognitivo, la situación ahora presenta propiedades propiedades generales de una forma de actividad lingüística (concre-
semejantes más bien a las de un monólogo: exige del hablante la tamente, aquella que implica la realización de series de actos de habla
planificación de mensajes lingüísticamente complejos y completos en un mismo contexto comunicativo, por uno o varios hablantes -y
(vg. secuencias multioracionales) sin la colaboración activa de otros no la producción de enunciados individuales aislados-). También,
y, en ese sentido, hace necesaria la utilización ·por el hablante de en un sentido más restrictivo, puede ser usado para designar ciertos
recursos lingüísticos y no lingüísticos no menos complejos que garan- aspectos de la actividad cognitiva que realizan los participantes en
ticen la coherencia interna del discurso y su «interpretabilidad» tanto una conversación. En este último sentido, el término «discurso» se
en el plano microestructural como en el de la macroestructura (cfr. identificaría, más que con una forma de actividad, con una forma de
capítulo 11). representación: concretamente, la que los sujetos construyen del
En cierto sentido, pues, cabe asumir que a) todo discurso, por su significado proposicional e intencional global de los mensajes que se
carácter comunicativo, puede interpretarse como una forma de con- emiten en una conversación dada. A diferencia de las nociones como
versación (o, si se prefiere, que desde un punto de vista comunicativo, las de «mensaje preverbal» y «proposición», que se refieren a la
«discurso» y «conversaciÓn» pueden ser considerados como nociones representación semántico-pragmática que subyace a la planificación y
equivalentes); b) toda conversación o discurso, en función del grado comprensión de cada enunciado lingüístico individual, la noción
de coincidencia espacio-temporal de las aportaciones o turnos de los teórica de «discurso» denotaría la representación del significado
distintos participantes, puede ser considerado como un monólogo o global de las locuciones .que van a ser o que han sido emitidas y
como un diálogo, y e) los monólogos y los diálogos pueden desarro- reflejaría implícitamente el supuesto de que la realización lingüística
llarse en una modalidad bien oral, bien escrita, aunque indudable- de intenciones comunicativas en contextos conversacionales suele
mente, resulta más usual la realización de diálogos en la modalidad implicar la planificación y producción de más de un acto de habla.
oral que en la escrita. Al igual que los conceptos de «conversación» y «discurso», la
Una primera definición del concepto de discurso, compatible con noción de «texto», que casi siempre sugiere el empleo de una modalidad
estas ideas, sería aquélla que lo interprete como una forma de acti- escrita, ha sido utilizada para expresar, también de forma simultánea
vidad que implica la producción de lenguaje en situaciones de interac- y no siempre bien diferenciada, un objeto empírico y un objeto
ción o conversación, que puede realizarse en condiciones tanto mono- teórico: de un lado, el objeto empírico conjunto estructurado e
lógicas como dialógicas, y que puede adoptar modalidades percepti- interdependiente de oraciones o enunciados lingüísticos que han sido
vas igualmente diversas (vg. oral o escrita). Ahora bien, ¿se agotan en emitidos durante un discurso o conversación; de otro, una abstrac-
esta definición todos los elementos conceptualmente relevantes para ción, la que se refiere a las relaciones de interdependencia conceptual,
una teoría psicológica del discurso? Desde luego que no. gramatical y/o funcional que existen entre las oraciones o enunciados
A veces, las nociones de «discurso» y «conversaciÓn» han sido lingüísticos producidos durante un discurso o conversación dados.
identificadas con objetos observables que permiten dar cuenta de la Así pues, en su primera acepción, el término «texto» hace referencia a
realización en tiempo real de series coordinadas y observables de un producto lingüístico que puede ser descrito en cuanto a su
acciones lingüísticas (actos de habla, en un sentido amplio) por parte estructura formal, su contenido semántico y 1o su contenido pragmá-
de uno o varios interlocutores en un contexto comunicativo dado 1 • tico actuales; en su segunda acepción, expresa más bien el constructo
En este primer sentido (sin duda, el más extendido), ambos términos hipotético que permite dar cuenta del hecho de que tanto los monólo-
han servido para designar un objeto empírico (el conjunto de actos de gos como los diálogos poseen propiedades globales que los identifi-
can como unidades en sí mismos. Entre estas propiedades, suelen
l. Etimológicamente, «discurso>> está vinculado al término latino discurrere, que sugiere que destacarse las siguientes: a) son unidades completas (es decir, que
lo más característico del discurso está precisamente en el flujo y desarrollo del habla. Por lo general, tienen un sentido pleno, independiente del de otras emisiones lingüís-
se asume que los productos de los actos de habla y/o de los discursos y conversaciones son textos
ticas); b) son unidades topicalizadas (es decir, que poseen una unidad
compuestos por series de oraciones. No obstante, emisiones compuestas por un único enunciado
gramatical (incluso por una sola palabra, como es el caso de «¡Fuego!»), producidas en un contexto en sus contenidos semánticos); e) cumplen una función comunicativa
con fines comunicativos, pueden ser consideradas como casos de <<texto». (i.e. realizan una intención), y d) se emiten en una situación espacio-

632 633
LA PRODUCCION DEL DISCURSO Y LA CONVERSACION
PSICOLOGIA DEL LENGUAJE. INVESTIGACION Y TEORIA

temporal concreta (cfr. vg. Van Dijk, 1979; De Beaugrande y Dress- 3. PROPIEDADES BÁSICAS DEL DISCURSO:
SU CARACTER INTENCIONAL Y COOPERATIVO
ler, 1981).
¿A q~é nos r~feriremos,, ~or tanto, en este capítulo, al hablar de
producci~n ?el discurso? ~asicamente, .al conjunto de representacio- 3.1. Intenciones y discurso
nes (se:rza~~~c~s, pragmatzcas y gramatzcales) y de procesos (cogniti- La primera idea a destacar en un~ ~aract~ri~~ci?n psic<:>lógica del
vos y ~znguzstzcos) que subyacen a la planificación y emisión de series discurso, en tanto que forma de actividad hngmstica es, sm duda, la
coordzn:ad~s de enunciados lingüísticos o textos, con propósitos de su carácter intencional. Que las personas por lo general hablan
a~mu!'lzcatz,vos, en un contexto conversacional. Por razones de conve- «para algo» y que lo que dicen posee un carácter ~t¡stru~~ntal
mencia, I?as q.ue por razones teóricas importantes, nos inclinaremos respecto a ese «algo» que pr~tenden ~s una o~~ervacion tnvial y
pues aqm por I_nterpretar.los textos como aquellas formas lingüísticas cotidiana, perfectamente accesible a l,a m.tro~p.ecciOn, aunque no por
en que se realizan los discursos o conversaciones y no al contrario ello fácil de explicar desde una teona cte~nftca (como vin:os e~ ,el
(como, por ~? general, prefieren interpretar los lingüistas textuales capítulo 5). A partir de la obra de Austm ~1962), a la mte~c~<?n
-vg. V ~n ~~Jk, 1977-): ,Del mismo modo, y por lo que respecta a la comunicativa con la que se inicia, o que es reahzada por, u.na emisiOn
caractenz~ciOI? de los dialogas, as~II?ire~os con Edmondson (1981) lingüística suele llamársele «componen~e o f~erza Ilocun~a ~e una
la convemencia. de rese~v~r el calificativo de «texto» al conjunto emisiÓn». A las emisiones que realizan mtenc10nes comumcanvas se
global de enun~!ados e~ttidos por los participantes durante el desa- las denomina, siguiendo la tradición de los filósofos del lenguaje
rroll? ~e tal dialogo mas que a los enunciados generados en cada inspirados en Austin, «actos de habla» (vg. Searle, 1969, 1975) •
2

~o':Imiento o tu~no conversacional individual, sin que ello nos Como es sabido la definición de los actos de habla se ha
Impida, ~n determmad.~s momen~os, ~doptar la estrategia contraria. acompañado, en la obra de los filósofos del. lenguaje~ de una clasi~i~a­
L?s monologas y los. dialogas seran asi considerados como formas de ción de sus principales tipos (vg. «ase':~raciOnes», «ord~~e~ ,Y petiCIO-
~Is~urs<?, o, al~er~ativ~mente, como f?,rmas o tipos de texto que, en nes», «declaraciones», etc.) y, tambien, de una deftm~10n. ,de las
ultim~ msta~cia?.,m~phcan la producc10n y comprensión de series de condiciones lógicas necesarias y suficientes para su reahzacion con
enunciados lmgmsticos en un marco conversacional. éxito en los intercambios conversacionales. Sin embargo, aunque, en
La interpretación de las nociones de discurso y texto que acaba- opinión de Levelt (1989, p. 59), los actos d~ habl.a (y su componente
mos de esbozar discrepa aparentemente en algunos puntos de las de definición más característico: la «fuerza IlocutiVa») parecen expre-
propuestas por otros autores (vg. Myrkin, 1987; cfr. también Bernár- sar nociones «centradas en el hablante», estos conceptos no llegan a
dez, 1982~ St~bbs, 1987), si bien no las contradice, a nuestro modo de proporcionar, por sí mismos, claves de explic~ción psicológica, es
ver, en mngun aspe~t?, sustanci~l. En última instancia, preserva lo decir, claves que informen de las representaciOnes Y los procesos
q~e, en nuestra opm10n, constituyen las tres propiedades de los mentales que posibilitan la realización, por parte de los hablantes, de
discursos que, a la luz de las investigaciones realizadas hasta la fecha actos de habla comunicativamente eficaces. ¿Cuáles pueden ser estas
resultan más pertinentes para una teoría psicológica de la producció~ claves? En las últimas dos décadas, los teóricos de la Inteligencia
ver~al: a~ el hecho de q~e son ~onductq~ intencionales que se realizan Artificial, tras describir computacionalmente los actos de habla, han
en situaciOnes cooperatzva.s de mt<:,!~cc10n social (las conversaciones); proporcionado algunas de ellas (Cohen, 1978; Power, 1979; Cohen y
b) el hecho de que c<?nstituyen umdades de lenguaje «en uso» (i.e.
actos ~e ~abla que tie?en lugar en contextos -físicos, sociales o Perrault, 1979; Allen, 1983; Appelt, 1985) · , . .
Desde el punto de vista adoptado P?r los te~ncos de la Inteligen-
comumcativ~s- especificas .Y cambiantes), y e) el hecho de que cia Artificial, los actos de habla han stdo considerados como casos
suelen ser unzd.ades supraoraczonales que poseen regularidades estruc- prototípicos de «conducta orientada a n:et.as» (o com.o c~sos de
t~r~les y funciOnales. cuya descri~ción de~e ~ealizarse en un plano «solución de problemas guiados por obJetl.vos») que I.mphcan la
distmto a~ que s~ aplica a las propiedades smtacticas y semánticas de construcción de planes por parte de ?n sistema mtehgente .. Los
los enunciados lmgüísticos individuales (vg. en un plano gramatical planes, por su parte, han sido concebidos como representaciOnes
«del texto» y no en. un plano «de gramática oracional» -cfr. capítulo
6-); Al. coT?e~tano de est?s ~r~s ra~gos y de su interés para una 2. En ciertas teorÍas lingüísticas (vg. la gramática sistém~ca de Hal~iday, 1970} la no~ión. ?e
teona psicologica del lenguaJe, tran onentadas las siguientes páginas. «realización» expresa la r$!lación lógica existente entre los diferentes mveles de la org~mzacwn
lingüística de un mensaje (fonológico, morfológico, léxico, ~in~~ctico, etc.)· Aquí se entlen~e por
«realizaciÓn>> la relación lógica que permite vincular la descnpcwn gramatical de los mensaJes con
su descripción intencional.

635
634
PSICOLOGIA DEL LENGUAJE. INVESTIGACION Y TEORIA LA PRODUCCION DEL DISCURSO Y LA CONVERSACION

simbólicas que pre-especifican la secuencia de acciones que tal siste-


ma debe realizar en orden a la consecución de la/ s meta/su objetivo/ s
?e sin:ulación capaces tanto de definir y realizar lingüísticamente
mtencwnes (~g. Power, 1979; Houghton e Isard, 1987) como de
previamente definido/ s (Schank y Abelson, 1977; Winograd, 1977, reconocer o mterpretar las intenciones codificadas en los actos de
1987; Hobbs y Evans, 1980; Levy, 1980; Bruce, 1980, 1981). ha,bla de otros (vg. Carberry, 1990). Lógicamente, no es éste el lugar
Las descripciones formales de los planes desarrolladas por los mas adecu~do para com~ntar, en profundidad estos trabajos. Sin
teóricos de la simulación para la explicación de los actos de habla y e~b.argo, st puede ser de mteres comentar, siquiera de forma esque-
de otras conductas intencionales han tendido a articularse en torno a mattca, ,algunos de sus supuestos; concretamente, aquellos que, por
tres núcleos computacionales básicos: a) por un lado, una base de una razon u otra, parecen haber sido más influyentes en la elabora-
conocimiento que incluye el conocimiento factual de que dispone el ción de teorías psicológicas de la producción de los discursos natura-
sistema, es decir, un conjunto de descripciones simbólicas -normal- les. Veamos brevemente cuáles son los más significativos:
mente proposicionales- referidas al estado actual del mundo o de a) Las explicaciones computacionales de los actos de habla,
algunos de sus dominios (aquellos respecto a los cuales el sistema c?mo la de tod~ plan, presuponen, en primer lugar, que el sistema
puede definir objetivos); b) por otro, un conjunto de operadores o dtspone de, y utthza, una representación o conocimiento del mundo
acciones~ que son procedimientos parametrizados que permiten al (1~ que d~nominamos conocimiento factual). El conocimiento que los
sistema influir sobre el estado del mundo y modificarlo; e) en tercer SUJetos ~tenen del mundo es un conocimiento complejo, de tipo
lugar, un sistema o motor de inferencias que permite establecer corres- declarativo, que consta de tres tipos de elementos: conocimiento
pondencias entre los dos componentes anteriores. Este sistema general o enciclopédico del mundo, conocimiento de la situación
de inferencias suele identificarse formalmente con un conjunto de comunicativa en que se realiza el discurso y conocimiento de los
reglas definidas en forma de pares «condición-acción» similares a los m:odelos de murz:do que poseen los interlocutores. Desde un punto de
descritos por Anderson (1983) en los llamados «sistemas de produc- v.tsta dcomputacwnal, estos modelos incluyen, como mínimo, dos
ción» (cfr. capítulo 7). Por su parte, los parámetros que permiten tipos e componentes: un componente de conocimiento esquemático
describir formalmente las acciones y de los que en última instancia y general (el que cada uno tiene sobre sus interlocutores por el hecho
dépende su realización efectiva son fundamentalmente tres: a) sus d~ ser «personas» -McLoughlin, 1987 3- ) y, por otro lado, conoci-
condiciones de aplicabilidad (las llamadas pre-condiciones~ que deben mientos o metarrepresentaciones más episódicas y cambiantes acerca
darse para que las acciones puedan ejecutarse); b) los efectos que ?e los conocimientos, las creencias y los deseos actuales de los
pueden derivarse de su ejecución -que deberán contrastarse con las mterloc_utores conc!etos en cada intercambio comunicativo (lo que se
metas perseguidas-, y e) los medios a través de los cuales puede el ha vemdo denommando por algunos una «teoría de la mente»
sistema ejecutar sus acciones (Allen, 1983, p. 111). -Pr~mack y W oodruff, 1978; cfr. también Leslie, 1987; Astington,
Dado un estado inicial del mundo (1), y un estado-objetivo (0), Harns y Olson, 1988-). En consecuencia, la ejecución eficaz de actos
un plan sería la secuencia de acciones que permite transformar (1) en de habla presupondrá, en términos cognitivos, la correcta realización
(0). En ese sentido, la producción de un discurso podría ser vista de operacio~es de activación de conocimientos previos de tipo meta-
como la realización de una serie de acciones lingüísticas planificadas rrepresentacwnal, así como la elaboración y actualización continuas
por un sistema como respuesta al intento de consecución de un de representaciones de esta misma índole. Funcionalmente, los actos
objetivo comunicativo. En la medida en que se asume que los actos de ~~b.la deben ser vistos, en opinión de los teóricos de la Inteligencia
de habla individuales actúan como operadores parciales de que se Arttftctal, como operadores que afectan primariamente a los modelos
sirve el sistema para la consecución de sus objetivos, los discursos que tienen los hablantes y los oyentes de sí mismos y del otro.
serían interpretables como conjuntos o series de actos de habla previa- b) Para un sistema inteligente, la generación de un plan presupo-
mente planificados que se ejecutan uno a uno en orden a la conse-
cución de una meta.
3. McLoughlin (1987) ha acuñado el término personae para denominar las estructuras de
En los últimos años, numerosos investigadores han demostrado conocimient? que c?ntienen información organizada sobre los estereotipos s·ociales y las conductas
que actos de habla básicos tales como las peticiones o la producción que suelen Ir asociados a ellos. Concretamente, una persona es un conjunto de información
de enunciados informativos pueden ser modelados con éxito como relati~o a un tipo de personas que incluye información sobre los objetivos que presumiblemente
operadores de este tipo, es decir, como operadores de un sistema de est~ ~Ipo de perso~as .puede tratar de conseguir, los medios que puede utilizar para alcanzar tales
ob¡etiv~s, las obltgactanes que tiene que cumplir al desempeñar su rol social, las creencias que
planificación especializado en la consecución de objetivos no lingüís- presumiblemente pueden atribuírsele (y su valoración de las mismas), las ayudas o herramientas
ticos a través de acciones lingüísticas (vg. Cohen, 1978; Cohen y físicas que suele utilizar en sus actividades habituales, y la preparación o condiciones que lo
Perrault, 1979). Ello se ha traducido en la elaboración de programas cualifican.

636 637
LA PRODUCCION DEL DISCURSO Y LA CONVERSACION
PSICOLOGIA DEL LENGUAJE. INVESTIGACION Y TEORIA

de éstos, la derivación mediante inferencias de objetivos parciales o


ne.la elaboración o definición de un objetivo, es decir la elaboración sub-metas. En el caso del discurso, los actos de habla individuales del
de una representación relativa a un estado no actual y deseable del discurso podrían ser vistos como sub-metas de un acto de habla
mundo, que puede ser alcanzado mediante la realización de ciertas global que contiene la información relativa a la intención comunicati-
acciones. La deseabilidad de un estado o del paso de un estado a otro va inicial del hablante (Van Dijk, 1980; Hobbs y Agar, 1981; Grosz y
no puede ser evaluada computacionalmente en términos totalmente Sidner, 1986) -ver un ejemplo en cuadro 14.1-. La definición de los
precisos y/o discretos (del mismo modo que tampoco pueden serlo mecanismos de inferencia que guían la ejecución de los planes globa-
todos los cot?ponentes del si.gnifica~o de una oración -cfr. capítulo les y la de sus correspondientes sub-planes constituye, también,
10--). Ademas, con frecuencia, los Sistemas (y de forma característica
los hut;lanos) generan intei?ciones y objetivos que son incompatibles
entre s1. P~r todo ell~, Jo~ Sistemas suelen verse obligados a establecer
un~ ~specie de. eqml.Ibno, compromiso o jerarquía funcional de
ob¡etzvos. La existencia, en un mismo discurso, de planes entrelaza- Diálogo
dos que revelan el intento de realización simultánea de más de un A: ¿Estás utilizando el lápiz?
objetivo comunicativo parece ser más bien la regla que la excepción B: ¿Cuánto tiempo lo vas a necesitar?
en el caso de los discursos humanos naturales, como han comproba- A: Unos diez minutos.
do Black. et al. (1983) a través de la descripción estructural de B: Está bien.
conversaciOnes naturales. La planificación de los discursos en conse-
c~encia, parece in:poner al hablante la realización de ope;aciones de
computo (presumiblemente no conscientes) relativas a la deseabilidad Representación
y a la priorización interna de sus objetivos en orden a alcanzar
niveles máximos de eficacia comunicativa. ' (provocar que B preste el lápiz)
e) Como ya comentamos, los planes subyacentes a los actos de OBJETIVO 1
1
habla de~i?en secuencias de acciones a realizar por el sistema para la 1
1
~ons~c~c10n d~ una m~ta. En la medida en que la noción de plan 1
1
I~entific.a un tipo particular de representaciones simbólicas (i.e. un
ci.erto tipo d~ ,«estado mental»), la definición de los planes del MACROPROPOSICION (A pide a B ~~~le
preste el lápiz)
dis~u~s~ se situa en un plano computacional incompatible, por
defimcwn~ con el plano fenomenológico. Consiguientemente, y de
----
modo eq}-uvalente a lo que ocurre al resto de los procesos psicológicos
(cfr. c~p~tulo 7), cabe suponer que el hablante puede tener un cierto
conocimiento fenomenológico del objetivo o intención comunicativa INTERCAMBIO
--------
DEMANDA GARANTIA
PRINCIPAL <<Está bien»
global de su discurso pero nunca de la representación simbólica del
plan que computacionalmente determina su realización efectiva. El
conocimiento consciente de los correlatos fenomenológicos de la
~ntención o meta comunicativa. constituye, por otro lado, un aspecto
zrrelevante desde el punto de vista de la caracterización computacio-
nal de l~s planes y ~e la explicación cognitiva de los procesos de
produccwn de los discursos. Los informes de explicación de los
INTERCAMBIOS

<<¿Estás
usando?»
1 \\,
SUBORDINADOS PRE-DEMANDA GARANTIA PREGUNTA
CONTINGENTE
<<¿Cuánto
RESPUESTA
<<Diez
minutos»
1\
hablantes sobre sus planes y conductas discursivas no deben ser tiempo?>>
considerados, consiguientemente, como informes de la secuencia
pr~c~dimental realizada por el sistema cognitivo humano durante la
actividad de producción de los discursos (cfr. vg. Bilmes 1986· Cuadro 14.1.-Representación de objetivos comunicativos jerarquizados en una se-
Dretske, 1988). ' ' cuencia de actos de habla. El plan inicial de A (conseguir un lápiz) se ejecuta a través
1J .~os procedimientos guiados por objetivos, y, entre ellos, la
de dos actos de habla que, respectivamente, transmiten el contenido ilocutivo del
mensaje (pre-demanda) y proporcionan la garantía que opera como pre-condición para
rea~I~a~~on. ~e. conductas complejas como los discursos, implican la el cumplimiento de la demanda (adaptado de McLaughlin, 1984, pp. 85-87).
defmicion Inicial de una meta u objetivo global y también, y a partir
639
638
LA PRODUCCION DEL DISCURSO Y LA CONVERSACION
PSICOLOGIA DEL LENGUAJE. INVESTIGACION Y TEORIA

objeto de una teoría computacional de los actos de habla basada en la 3.2. Intención comunicativa y cooperación entre interlocutores
noción de plan. , .
e) El fracaso de alguna de las sub metas o la decision ~e reahzar La idea de que las intenciones y planes comunicativos presuponen en
una sub-meta incompatible con el objetiv?. global, se entle?de que su definición el objetivo de ser reconocidos por un interlocutor, y
obliga al sistema a revisar su plan y a plamflcar una secuencia n~eva que, por tanto, la realización de las intenciones comunicativas sólo es
de acciones (Schank y Abelson, 1977; Drop, 1987). En este sentido, eficaz cuando los hablantes generan actos de habla cuya intención
algunos autores (vg. Sacerdoti, 197~, c.e. De ~eaugra.nde, 197:) han puede ser reconocida por sus interlocutores, obliga a interpretar la
interpretado que los fall~s propor~wnan al s.I~tema mformac10n ~e producción de los discursos y conversaciones no sólo como una
utilidad para predecir que alternativas de accwn pued~n ser la~ mas forma de actividad intencional sino también como una forma de
eficaces en momentos y/o situaciones futuros. Ello eqmval~ ~afirmar actividad cooperativa. Ello es así porque, en la medida en que el
que la actividad de producción del di~~urso es una ac~r~I?ad que reconocimiento de la intención constituye un elemento necesario para
implica una posibilidad de a~t.orregulaciO~ en base. al anahs~~ de los la realización eficaz de ésta, las condiciones de satisfacción de los
resultados obtenidos en actividades previas (retromformacwn). La actos de habla pasan a ser condiciones que sólo pueden establecerse
especificación del modo en que opera este dispositivo f~~cional de en función de cuáles sean los interlocutores concretos a quienes van
retroinformación y autocontrol debe formar parte tambien de una dirigidos los actos de habla y de cuál sea la probabilidad de éxito que
teoría computacional del discurso. . puedan tener unos u otros actos de habla con tales interlocutores
f) Las teorías de los actos de habla basadas en planes d~fmen la (probabilidad que, en teoría, intentará optimizar el hablante durante
capacidad de los hablantes para el.abo~~r planes al~erna~zvos q.~e la planificación y realización de sus actos de habla).
pueden ser apropiados para la real~zacwn de una cierta mtencw.n La interpretación de la producción de actos de habla como
comunicativa (en ese sentido, constituyen modelos de competencta actividades intencionales que sólo pueden realizarse eficazmente en
pr~gmática). La explicación de los. me~flnismos que regul~n la selec- ciertas condiciones de cooperación (i.e. tomando en cuenta las condi-
cion de uno u otro plan (vg. la reahzacwn concreta de un tlpo de acto ciones en que una intención puede ser eficazmente realizada con un
de habla u otro o de una de las formas alternativas de realización de interlocutor concreto y tratando de optimizar las posibilidades que
un mismo acto 'de habla -vg. forma directa o indirecta-) formaría ofrece la interacción con ese interlocutor) es una idea que, como
parte de una teoría de la actuación; A~nqu~ todavía n~ exi~t.e hemos visto, ha ido imponiéndose en los últimos años en el ámbito de
ninguna teoría completa de este tipo, si existen mte~tos por Identifi- las caracterizaciones computacionales del discurso (vg. Carberry,
car sus componentes o condiciones funcionales básicos. En~~e el~os, 1990). Sin embargo, no es una idea nueva en el ámbito de la
uno que se menciona con cierta frecuencia es qu~ }a seleccwn_ fmal investigación sobre el discurso. Paul Gric~ . 1975. ...l9:ZR ··~-d~sde la
entre planes alternativos se deriva de la ev.~luacwn que _reahza el filosofía del lenguaje, h_a.~!.~t.ele:v11c:l9 ya ~ste c~rást~r"fQ.Qp~r~tfva·· . ~
hablante de la probabilidad de que su intencwn co~umcativa pueda los ~"}t'Ja'-ca:fegoría .de principj_Ó. rigu/adoi~'deJª~-~~~ü.ªf~g!ª:;'
ser reconocida o identificada adecuadamente por el mterlocutor (v~. de ·habJaf1t.~ ..Y.()Yef1t5!.S _e_n.~u~.jnrerc.ambips. so.r1ver~acional~s y lo
Carberry, 1990, y también, Wilensky, 1978; Parisi y Sastelfranchi, ha'bía' 'in-terpretado' como un elemento potencialmente explicativo de
1981). Así, y como recientemente han recordado tambien ?perber Y la actividad lingüística. El princff!.ig_g~cQoperació.tz cl~~gÜf~,.cQ,1llO.~§
Wilson (1986) en su influyente libro sobre la relevancia, yu~de sabido, est~~~~~~ gl()balrn~ni'€-üna.. recqineñdaCion a }os -~a~lani:es:
interpretarse que las conductas intencionales com_o la comu?1cat1va «~"g'tú~;conTri!Jiiciórí ála co1wersación.,en el momentq ·en q~~.
no sólo realizan intenciones (vg. informar, ped1r, etc.), s~~o que te~g~ !1!.8C:lr, ~eq,del ti~ o requerido P()r. el Propósito q direq;ió,n, t/eL
realizan también la intención suplementaria de hacer mamflesta a Esra-
in.tif.~a]i1fiio.~qpn.u.1j({ilH~oerZ;él qtt:einiérvienÚ»- (op.' cit., p. 45):
otros la intención de comunicar algo (i.e. la intención de que otros recomendación, ..,_crimq cornetú.ainos -_tafi1bién •, en . el capítulo 5, ~.e
reconozcan la intención del hablante de informar, pedir, etc.). Este desarrolla, a través de .CUéltro. máximas· o-principios. ~concr~_t()S (las
carácter ostensivo (i.e. de realización a la vez de una intención y de máximas de Cantidad, Cualidad, Relevancia y Modo), si bien ha
la intención de hacer manifiesta y reconocible por otros tal inten- dado pie al establecimiento de otras muchas máximas, que se recogen
ción) que poseen las conductas comunicativas es tan importante en el cuadro 14.2 y que pueden interpretarse como otros tantos
como su carácter intencional primario (i.e. su valor como operador principios regulativos del discurso.
instrumental para la consecución de metas) de cara a una caracte- El principio de cooperación de Grice expresa condiciones de
rización computacional (y por tanto también psicológica) de los participaCión en las conversaciones que tienen un carácter sistemático
discursos. tanto para los hablantes como para los oyentes, en el sentido de que

640 641
PSICOLOGIA DEl LENGUAJE. INVESTIGACION Y TEORIA LA PRODUCCION DEL DISCURSO Y LA CONVERSACION

cwn de Grice pone también de manifiesto que la coordinación y


Máxima de Cortesía (politeness maxim) -Bach y Harnish (1979)-: Intente cooperación entre interlocutores durante las conversaciones es nece-
mantener, a través de sus intervenciones en la conversación, tanto su saria, dado que los objetivos intencionales de los hablantes pueden no
autoimagen como la autoimagen de su interlocutor. coincidir exactamente con los objetivos aceptados por los otros
Máxima de Moralidad (morality maxim) -Bach y Harnish (1979)-: No pida interlocutores para el intercambio comunicativo en curso (Rolf,
a su interlocutor que realice acciones inmorales (vg. proporcionar informa-
1989). Como muy perspicazmente han observado algunos teóricos de
ción confidencial).
Máxima de Caridad (charity maxim) -Bach y Harnish (1979)-: Suponga, la simulación (vg. Davey y Longuet-Higgins, 1976), este posible
como oyente, que el hablante está intentando transgredir el menor número «desfase>> entre las intenciones del hablante y las de los otros partici-
de máximas posibles, mientras no se demuestre lo contrario. pantes obliga a prestar una atención cuidadosa al discurso en el que
Principio de Realidad (reality principie) -Clark y Clark (1977)-: Suponga, se está participando (y a construir y actualizar continuamente la
como hablante, que sus interlocutores suponen que ustedes van a hablar de representación del discurso previo) con el fin de poder sintonizar los
situaciones, estados o hechos comprensibles para ellos/as. objetivos comunicativos a los aceptados en cada momento de la
Máxima de Reciprocidad en las Respuestas (maxim of reciprocity of responses) conversación. Todo ello permite interpretar que la planificación de
-Haslett, 1987-: Actúe, como hablante, de un modo similar al que percibe los actos de habla está determinada, al menos en parte, 'por las -
en sus interlocutores (rudo o descortés, amable, etc.).
condiciones que inferencialmente se derivan del desarrollo del pro-
pio intercambio comunicativo, lo que implica la posibilidad de de-
Cuadro 14.2.-Algunas máximas conversacionales desarrolladas con posterioridad a finir objetivos comunicativos puramente internos al discurso y no
las de Grice. sólo derivados de las intenciones comunicativas iniciales del hablante
per se.
Herbert Clark y sus colaboradores (Clark y Carlson, 1981; Clark,
las contribuciones de los hablantes o cumplen o transgreden las Schreuder y Buttrick, 1983; Clark y Wilkes-Gibbs, 1986; Isaacs y
máximas conversacionales, pero no puede ocurrir que ni las cumplan Clark, 1987; Clark y Schaefer, 1987, 1989) han desarrollado en los
ni tampoco las transgredan. Por este motivo, la transgresión delibera- últimos años una propuesta de explicación psicológica de la produc-
da de las máximas puede ser interpretada como un recurso expresivo ción verbal basada precisamente en la idea de Grice de que la
de gran potencia que utilizan los hablantes para optimizar la probabi- realización de los actos de habla (y, por extensión, de los discursos)
lidad de éxito de sus actos de habla en determinadas condiciones implica, además de la elaboración por el hablante de emisiones
comunicativas (vg. en el caso de la ironía, de ciertas producciones intencionales y del reconocimiento por los oyentes del significado
literarias, o de situaciones de engaño). intencional de tales emisiones, la realización de ciertas actividades de
Como ya se vio en capítulos anteriores, el principio de coopera- colaboración o cooperación entre hablantes y oyentes.
ción (y, más concretamente, su conocimiento y empleo por los El modelo de Clark, que se apoya en numerosos datos de observa-
usuarios del lenguaje) ha sido invocado para dar cuenta de ciertos ción de conversaciones cotidianas y resultados experimentales, identi-
aspectos de la interpretación de los enunciados por parte de los fica la planificación y desarrollo de las contribuciones al discurso con
oyentes (vg. la identificación de la intención comunicativa o «signifi- dos procesos distintos pero estrechamente relacionados: a) la especifi-
cado indirecto)) de los actos de habla, o la construcción de ciertos cación, por el hablante, del contenido ilocutivo de su contribución, es
tipos de inferencias durante la corpprensión de los enunciados y decir, la presentación del acto de habla propiamente dicho, que
textos). De cara a la explicación psicblógica de la producción verbal presupone de forma ostensiva la creencia del hablante de que su
de los hablantes, la invocación a este principio resulta también contribución puede ser entendida por el oyente, y b) la aceptación~
enormemente clarificadora. Por una parte, resulta compatible con por el interlocutor, de la contribución realizada por el hablante, que
numerosas observaciones empíricas: por ejemplo, las que demuestran presupone tanto su reconocimiento de que la suposición del hablante
que los hablantes adaptan automáticamente ciertos párametros como sobre la inteligibilidad de su contribución era acertada como el
la intensidad de su voz, la frecuencia de sus emisiones o su velocidad reconocimiento de que ambos comparten ciertos supuestos e informa-
de habla a las de sus interlocutores, y, también, las que seleccionan y ción comunes. Este segundo principio, el de aceptación, se satisface
estructuran los contenidos informativos de sus mensajes en función cuando el oyepte proporciona evidencia -verbal o no verbal- de
de las necesidades de información que les atribuyen a éstos (vg. que ha reconocido la intención del hablante y de que acepta su
Gregory y Hoyt, 1982; Clark y Wilkes-Gibbs, 1986; Garrod y Ander- contribución como válida para la continuación del discurso (ver
son, 1987). Desde un punto de vista teórico, el principio de coopera- ejemplo 1).

642 643
PSICOLOGIA DEL LENGUAJE. INVESTIGACION Y TEORIA LA PRODUCCION DEL DISCURSO Y LA CONVERSACION

1. A: ¡Pff!. .. hace un calor horrible, ¿te parece que vayamos al cine y pasemos un rato ~ará_c~er cooperativo de las conversaciones es, sin duda, un supuesto
fresquito? (PRES). mtmt1vamente aceptable. Ahora bien, ¿hasta qué punto puede servir
B: ¿Cómo dices? (NO ACEPT). de base a una explicación psicológica de esta forma de la actividad
A: Que si quieres que vayamos al cine (PRES). lingüística? ¿Hasta qué punto, por ejemplo, permite realizar y con-
B: No estoy muy seguro, me apetece acabar este libro (ACEPT/PRES). trastar predicciones empíricas sobre la conducta comunicativa real de
A: Mmm ... bueno, lo dejaremos para otro día (ACEPT). los hablantes?
Blakar (1973, 1985), Harris, Begg y Upfold (1980), Clark y Wil-
La noción básica que subyace a los pr_incipios de «presentaciÓ~» kes-Gibbs (1986), Isaacs y Clark (1986) y Anderson y Garrod (1987),
y «aceptaciÓn», que se ilustran con el eJemplo 1, es, en la teona e1_1tr~ otros, ~an comprobado experimentalmente algunas de las pre-
de Clark, la noción de «conocimiento comÚn» (common ground dicciOnes denvadas del principio griceano de cooperación utilizando
o common knowledge), es decir, la idea de que hablantes y oyen- distintas versiones de la tarea de comunicación referencial diseñada
tes comparten ciertas informaciones y c_reencias acer~a ?e -entre originalmente por Krauss y Glucksberg (1966) para el estudio de
otras- la naturaleza de las contribuciOnes comumcatlvas y las las habilidades comunicativas infantiles. En su versión estándar, esta
condiciones en que éstas pued~~ ser acepta~le~ para sus ,interloc.uto- tarea implica la creación de una situación comunicativa con dos
res actuales. Asimismo la nocion de conocimiento comun refleJa la participantes -separados visualmente por una pantalla-, cada uno
creencia mutua (mutu~l belief) de que, en los distintos turn.os de ?e, l~s cuales dispone de un conjunto de objetos (por lo general,
habla, el oyente comprende lo que el hablante pret~n~e comumcarl~,. Ide1_1t1cos). ~a tarea se presenta como una especie de juego que
lo que refuerza la impresión de que existe un_ conocimiento co~~arti­ obhga a qmen asume el rol de hablante a describir ciertos rasgos de
do por ambos. Funcionalmente, estas cr.eencias, que se van venftc~~­ uno de los objetos con que cuenta, con el fin de que el oyente lo
do y afianzando a lo largo de los sucesivos turnos de ~~bla, modifi- identifique en su propio grupo de objetos; en otras versiones, la ta-
can las expectativas iniciales que cada uno ~e los partiCipant~s e~ ,la rea exige del hablante que dé instrucciones a su interlocutor cort
conversación tenía acerca de lo que podna ser una contnbucwn el fin de que éste pueda realizar ciertas acciones conforme a un plan
aceptable al discurso en progreso. . previamente definido (vg. resolver la salida de un laberinto u ordenar
El conocimiento común o compartido, sobre el que se asienta la un grupo de objetos en una determinada configuración). En cual-
posibilidad de realizar discursos cooperativ?s y _eficaces, proc_e~e de quier caso, el principio de cooperación establece la predicción de
varias fuentes: por un lado, de la co-presencta .ftstca de ~os p~rticipan­ que las instrucciones que los hablantes dan a sus interlocutores en
tes en la situación comunicativa (que permite la existencia de un tareas como las de comunicación referencial variarán tanto en su
cierto conocimiento común sobre su experiencia perceptiva); en contenido como en su estructura en función de que existan o no
segundo lugar, de su ca-presencia lingüística, es decir, de su participa- discrepancias en los niveles de conocimiento común de los hablantes
ción conjunta en un discurso de cuyo desarrollo ambos posee.n ~na y oyentes de la tarea y en la medida en que éstos sean capaces de
representación y que modifica en cada turno de habla el conocimien- detectar y solucionar, a través de sus mensajes, las posibles discre-
to común de ambos, y, finalmente, del hecho de que habl~nte Y pancias.
oyente pueden ser identificados cot?o. miembr~s .~e una corr:un~~ad o Las predicciones empíricas derivadas del principio de colabora-
grupo social concretos cuyo conocimie~to posibilita la reahzacwn de ción en relación con la complejidad conceptual y 1o lingüística de las
ciertas inferencias sobre lo que en reahdad conocen (vg. que nuestro indicaciones construidas por los hablantes en tareas de comunicación
interlocutor se haya educado en el m~sm?, tipo de co_l~gio que referencial se han visto confirmadas con claridad en numerosos
nosotros, que trabaje en la misma institucion o ,qu~ mil~te en el experimentos. Así, se ha podido comprobar que los hablantes elabo-
mismo partido político nos permite presupon~r ~n el cierta mforma- ran instrucciones más largas y explícitas en los turnos iniciales que en
ción, experiencias o actitudes probablemente s_Imilares ~,las nuestr_as~. los turnos posteriores y, también, que a medida que avanza la tarea se
El «conocimiento comÚn» incluye, por tanto, mformacwn que obJeti- prodúcen «ajustes» mutuos entre los interlocutores que determinan
vamente comparten los dos interlocutores, pero. también, y sobre que en pocos ensayos los hablantes adopten las estrategias de descrip-
todo, presuposiciones de orden metarrefresentactonal acerca de las ción más eficaces para cada interlocutor (Clark y Wilkes-Gibbs, 1986;
creencias y expectativas mutuas que los mterlocutores construyen en Anderson y Garrod, 1987). Al mismo tiempo, la manipulación experi-
torno a este conocimiento común. mental del grado de conocimiento que los interlocutores poseen sobre
El supuesto de que las contribuciones d~ l?s. habla~ tes en los el tema central de la conversación en el momento de inicio de la
discursos y conversaciones se rigen por pnncipios denvados del misma (i.e. la construcción experimental de parejas de hablantes y

644 645
PSICOlOGIA DEl lENGUAJE. INVESTIGACION Y TEORIA lA PRODUCCION DEl DISCURSO Y LA CONVERSACION

oyentes «expertos» o «novatos» en, por ejemplo, un estudio de Isaacs eficaces en un contexto concreto y para unos interlocutores concre-
y Clark, 1986, en el que se utilizaron como referentes diferentes postales tos, porque van a ser éstos y no un sistema de principios constitutivos
de la ciudad de Nueva York, y como sujetos estudiantes nacidos en Nueva internos al lenguaje (vg. formales) los que van a permitir establecer en
York -expertos- o recién llegados -novatos-) reveló también, con qué condiciones puede una intención comunicativa reconocerse y por
gran claridad, que las diferencias en el grado de conocimiento previo de tanto realizarse. Las condiciones de funcionalidad de los discursos,
los interlocutores son detectadas y subsanadas en pocos turnos conver- frente a las de las oraciones, son así cambiantes y situacionales:
sacionales por los hablantes mediante un proceso dirigido de construc- varían cuando varían los interlocutores y cuando varía el conocimien-
ción de un conocimiento común mínimo (cfr. cuadro 14.3). to común de ambos, determinando, en consecuencia, que un mismo
Tal y como se desprende de los estudios de comunicación referen- texto pueda resultar apropiado y eficaz para un interlocutor dado
cial con adultos (y también con niños -cfr. Dickson, 1981-), los pero inapropiado para otro (vg. Blass, 1985). De ahí también la
discursos o las contribuciones a la conversación no son nunca acepta- importancia teórica de recordar que los discursos son «unidades en
bles o inaceptables en términos absolutos o en el mismo sentido en uso» cuya elaboración, por los hablantes, no puede ser explicada al
que una oración es gramatical o no lo es: más bien, son apropiados o margen de los contextos físicos y sociales en que acontecen.

100
4. EL DISCURSO COMO ACTIVIDAD QUE SE DESARROLLA
90 EN UN CONTEXTO: PERSPECTIVA Y DEIXIS

80 Exp-Exp Una idea que ha ido cobrando fuerza en las explicaciones psicológicas
.90.. recientes de la producción del lenguaje, y que en su momento fue
8 desarrollada por el lingüista francés Benvéniste, es la de que la
0.. 70
"'1-<
11)
realización del discurso implica siempre, por parte del sujeto, un acto
de enunciación, esto es, un acto de presentación lingüística de sí
"So 60 mismo en tanto que sujeto que realiza su acción en unas coordenadas
~
11) Nov-Exp espacio-temporales y con una actitud concretas. La información
"'
11)

'§' 50 referida a tal presentación (que define las condiciones externas -físi-
~
11)
cas- e internas -actitudinales- del discurso) se marca lingüística-
~
o
Exp-Nov mente en los textos a través de los indicadores de persona, espacio y
40
~ tiempo -los llamados términos deícticos-, así como a través de las
modalidades de enunciación que definen y permiten identificar la
30 actitud de certidumbre, duda, posibilidad, etc., que el hablante
adopta respecto a su enunciado (cfr. Mira, 1986; Napolitano, 1986, y
20 Lozano et al.~ 1982, para una revisión de los antecedentes teóricos, la
- - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - Nov-Nov génesis y las marcas lingüísticas enunciativas en castellano).
10 La idea de que los discursos (y, secundariamente a ellos, los
textos) no alcanzan su sentido o significado completo sino en el
contexto de la situación en que han sido realizados es también una
vieja conocida para los sociolingüistas y los etnometodólogos, quie-
2 3 4 5 6
Ensayos
nes, durante décadas, han estado interesados en la descripción y
categorización de las variables del contexto institucional, social e
Cuadro l..J..J.-Porcentaje de postales en. las que el hablante menciona el nombre
interpersonal en que se desarrollan las acciones discursivas y en el
propio de los referentes (edificios, plazas, calles, etc.) a lo largo de los primeros seis
ensayos de la tarea (en Isaacs y Clark, 1987, p. 30). Como puede comprobarse, el
análisis de la influencia que ejercen tales tipos de contexto sobre el
número de nombres propios (en principio, sólo conocidos por los «expertos») decrece contenido y 1o la forma de los discursos 4 •
rápidamente cuando el hablante experto identifica a su interlocutor como <<novato», y
aumenta a medida que el hablante «novato» recibe información complementaria de sus 4. Recuérdense, al respecto, los trabajos clásicos de Bernstein (1971) sobre la relación existente
compañeros «expertos» tras cada nuevo ensayo. entre la clase social y los códigos lingüísticos, los estudios transcu!turales que analizan la

646 647
PSICOLOGIA DEL LENGUAJE. INVESTIGACION Y TEORIA LA PRODUCCION DEL DISCURSO Y LA CONVERSACION

Desde una perspectiva psicolingüística cognitiva, los aspectos importancia para la explicación de ciertos aspectos de la producción
contextuales del discurso (y su influencia sobre los procesos de de los discursos ha ido determinando que los psicolingüistas y los
producción del lenguaje) tienen también interés teó.ric?,. pero s?lo. en teóricos de la Inteligencia Artificial interesados en la simulación del
la medida en que su análisis se conecte con un prmciplO e~phcativo lenguaje se hayan ido interesando cada vez de forma más explícita
de carácter general. Este principio, al q~e nos hemo~ :~fendo ya en por las descripciones y teorías de corte psicosocial.
las páginas anteriores, no sería otro smo la s~p<?siciOn de, que el. Según los psicólogos sociales (cfr. Haslett, 1987, para una revi-
conocimiento del contexto forma parte del conoctmtento comun en ~l sión), la representación social de las situaciones debe entenderse
que se sustentan los discursos cooperativos y que, por tanto, consti- como un conglomerado de conocimientos de distinta índole (ver
tuye un componente representacional necesario. d: los actos de habla~ cuadro 14.4) que definen el rango de opciones de conducta que
·Cómo se define operacionalmente el conocimiento del contexto. resultan posibles o aceptables en un determinado contexto de acción
~Cuál sería entonces, desde una perspectiva cognitiva, su papel en la (vg. en un determinado contexto comunicativo).
producción de los discursos? . . . Como puede comprobarse en el cuadro 14.4, los componentes del
Para algunos autores (vg. Rommetveit, 1974; Merntt, 1976; Mc- conocimiento social que hipotéticamente intervienen en la actividad
Neill, 1976; Lyons, 1977, y otros), la noción de context? de~e~ía discursiva son bastante heterogéneos. Sin embargo, siguiendo la
englobar el conjunto de elementos que influyen de forma sistematlca misma lógica que hemos utilizado en otras ocasiones (vg. capítulo
sobre la actividad lingüística. Ello, en teona, y como ha destacado 11), podríamos interpretar que estructural y funcionalmente estos
Germain (1979, c.e. Haslett, 1987), implicaría interpreta.r ~omo «CO~­ tipos de información pueden agruparse en dos grandes categorías.
texto del discurso» tres tipos de elementos: a) el conoctmtento so~zal Por un lado, cabría hablar de representaciones generales~ esquemáti-
de la situación; b) el texto en sí .mi~~<? (con-texto~ .en .. ?n. sentido cas y estables relativas tanto a las situaciones en que habitualmente se
literal), y e) los elementos paralmguzstzcos Y. extralmgu!stzcos que desarrollan las acciones sociales como a ciertos aspectos de los roles
acompañan la realización de los textos (.vg. ciertas propiedades del sociales convencionales; estas representaciones serían similares a las
contexto físico en que se desarrolla el discurso o los gestos que se que componen los «guiones», los «marcos» y las personae -comen-
realizan durante las conversaciones «cara a cara») -el llamado por tados en la nota 3-, así como al conocimiento de lo que Argyle et al.
algunos ca-texto-. En la práctica., .el est~dio l?sicoling:Liístico, de. la (1981), Cantor (1981) y otros han denominado «conocimiento de las
dimensión paralingüística de la actividad discursiva ha sido mas b~~n situaciones sociales y de sus formas más prototípicas o comunes» (vg.
la excepción que la regla; por el~o,. nos centrare~os ~~sotros. tambien las condiciones de la interacción médico/paciente o de la participa-
en las implicaciones del conocimiento de la sltuacwn social Y del ción en una ceremonia religiosa). En segundo lugar, cabría identifi-
contexto físico y lingüístico del discurso (de todos modos, c~r · car, en las descripciones psicosociales del conocimiento social, repre-
Poyatas, 1986, para una b.uena ~~troduc~ió~. ~n. castellano a los eJeS sentaciones episódicas sobre la situación física y social actual de los
básicos del análisis de la dimenswn paralmgmst1ca en el contexto de discursos (vg. representaciones sobre el estatus social de los partici-
las explicaciones psicológicas del lenguaje).

4 .1. Conocimiento social de la situación~ perspectiva a) Conocimiento de los objetivos o propósitos convencionalmente aceptables
en una situación social dada.
y producción del discurso b) Conjunto de creencias compartidas y convenciones sobre lo que constituye
una conducta apropiada a la situación (i.e. reglas sociales).
Aunque, en principio, e~ c~mocimiento. so~~al. de la situación .con~~i­ e) Conocimiento de los roles sociales básicos de cada situación.
tuye un tipo de conocimiento extrahngmstlco. cuya formahzacw_n d) Conocimiento de los objetos físicamente presentes en la situación cuyo
excede las competencias disciplinares de la psicología de~ lenguaJe significado simbólico puede tener implicaciones para la interacción.
(cfr. capítulo 2, apartado 3), el reconocimiento progresivo de su e) Conocimiento del estatus social de los interlocutores y de sus objetivos y
expectativas en la situación comunicativa.
f) Conocimiento derivado de la evaluación «afectiva» de la situación (vg. su
repercusión de las diferencias de estatus social en el uso de fórmulas de cortesía, o los estudios
sobre atribución social y repertorios discursivos (cfr. Levinson, 1983, o Pott~r y Wetherell, 1987, carácter amigable u hostil, cooperativo o competitivo, profundo o superfi-
para una revisión). Para algunos de estos autores (vg. Eastman, 1983; c.e. Chnsttan, 1988, P· .195), cial, simétrico o asimétrico, formal o informal, etc.)
la influencia que tienen sobre los discursos las variables conte.xtuales (y, ~obre :odo, la configura-
ción del contexto social) es tan grande que justificaría por sí m1sma la consideraciÓn de los procesos
de planificación y producción textual como procesos cuyo estudio correspondería, más que a la Cuadro 14.4.-Algunos componentes clásicos del conocimiento social (adaptado a
psicología del lenguaje, a la sociolingüística aplicada. partir de Haslett, 1987).

648 649
LA PRODUCCION DEL DISCURSO Y LA CONVERSACION
PSICOLOGIA DEL LENGUAJE. INVESTIGACION Y TEORIA

pantes concretos en una conversación, o sobre el tono emocional de Ej. 1. Contenido del mensaje: <<El señor Tanaka espera a Mary».
ésta). Lengua: Japonés.
Desde un punto de vista cognitivo, estos dos tipos de representa- Variable: Persona hacia la que se desea mostrar la cortesía.
ciones dan pie a interpretar que la producción de discursos y conver- Formas lingüísticas:
saciones, al igual que su comprensión (cfr. capítulo 11), implica (1) <<Tanaka-san ga Mary o matimasu» (cortesía hacia el destinatario
~ecanismos de. qctivación de es<:wemas de conocimiento social pre- del mensaje).
(2) <<Tanaka-san ga Mary o omati da» (cortesía hacia el Sr. Tanaka).
VIamente adqmndos, pero tambien mecanismos de elaboración, su-
(3) <<Tanaka-san ga Mary o omati desu>> (cortesía hacia el destinatario
pervisión y actualización de las representaciones relativas al contexto del mensaje y hacia el Sr. Tanaka).
actual del discurso. En términos funcionales, estos tipos de informa- (4) <<Tanaka-san ga Mary o matu» t(no muestra cortesía ni hacia el
ción y de mecanismos resultarían sjmilares a los postulados en el destinatario ni hacia el Sr. Tana!fa)
apartado anterior para dar cuenta del empleo, por el hablante, de \
información relativa a sus interlocutores, tanto en lo que respecta a Ej. 2. Contenido del mensaje: «¡Llévalo!».
su modelo de mundo (componente esquemático) como a su estado Lengua: Biloxi (actualmente extinguida).
actual de conocimientos y creencias (contenido episódico de la llama- Variable: Sexo del hablante y/o del destinatario.
da «teoría de la mente» -Premack y W oodruff, 1978; Leslie Formas lingüísticas:
1987-). ' (1) Ki-tkí (de hombre a mujer).
(2) Ki-taté (de mujer a hombre).
¿Cómo se puede demostrar empíricamente la influencia determi- (3) Ki-kankó (de hombre a hombre).
nante del conocimiento social en la producción de los discursos y
conversaciones? O, si se prefiere, ¿hasta qué punto los constructos
psicosociales son psicológica o psicolingüísticamente «reales»? Cuadro 14.5.-Ejemplos de usos lingüísticos que varían en su morfología en función de
variables sociales (en Gazdar, 1980, pp. 60 y 63).
. Gazdar (1980), en un trabajo muy conocido, presenta una serie de
eJemplos procedentes de la observación de distintas lenguas que
ilustran la existencia de restricciones sobre distintos componentes de
la producción verbal teóricamente relacionadas con algunos de los coches y un cliente. A continuación, pidieron a sus sujetos que
componentes del conocimiento social antes mencionados. Así entre narraran la escena desde la perspecti"a del cliente y/o del vendedor y
estos ejemplos, incluye la referencia a la utilización, por algunos analizaron los textos producidos en esta tarea en sus aspectos macro
grupos aborígenes australianos, de un dialecto llamado «Dyalnguy» y microestructurales. Tanto en la organización semántica global de
cuando lo.s hablantes conversan con sus suegros y1o sus yernos, frente los discursos (macroestructura) como en su organización gramatical y
a la del dialecto «Guwal» (que comparte la gramática y la fonología léxica, los autores obtuvieron efectos empíricos significativos explica-
del «Dyalnguy» pero que posee un vocabulario enteramente distinto) bles en función de la manipulación experimental de la variable
en todas las demás circunstancias. En su trabajo, Gazdar se refiere «perspectiva».
también al uso alternativo de los términos «sega» y «sekul» en En el ámbito de la Inteligencia Artificial, cabe encontrar también
javanés para hablar del arroz en forma más o menos amistosa; a la ejemplos relevantes del interés que suscitan tanto los tipos de conoci-
utilización, en japonés, de distintos tipos de estructuras morfológicas miento social que intervienen en el procesamiento de discursos y
en función del grado de amabilidad que desea mostrar el hablante, y conversaciones como los procesos y estrategias cognitivas que deter-
otros muchos (cfr. cuadro 14.5). minan su empleo eficaz por los hablantes. Eduard Hovy (1988), un
Desde una perspectiva experimental, Graumann y Sommer (1989) autor particularmente interesado en el análisis de las restricciones
han abordado también esta problemática. Así, diseñaron un estudio pragmáticas (sociales e interpersonales) bajo las que se planifican y
cuyo obje~iv.o fue co~probar la influe~cia. ?e
determinados aspectos generan los discursos naturales, ha demostrado recientemente, me-
diante la construcción de un original programa de simulación llama-
d.el conocimiento social sobre 1~ orgamzac10n de los mensajes produ-
cidos ~n :m contexto conversa~10nal. Partiendo del supuesto de que el do PAULINE (del inglés Planning And Uttering Language in Natural
Environments) que tanto el conocimiento de ciertos aspectos de la
conocimiento de los roles asociados convencionalmente a las distintas
situaciones sociales implica la adopción de una cierta perspectiva situación social como las relaciones interpersonales entre los interlo-
psicológica en el análisis de tales situaciones, Graumann y Sommer cutores o el clima emocional de la «atmósfera conversacional» resul-
( op. cit.) presentaron a los sujetos de su estudio una pequeña película tan funcionalmente tan importantes para la explicación teórica de la
en que se reproducía una interacción comercial entre un vendedor de planificación y realización de discursos eficaces como el conocimien-

650 651
PSICOLOGIA DEl LENGUAJE. INVESTIGACION Y TEORIA lA PRODUCCION DEl DISCURSO Y lA CONVERSACION

to de los objetivos previos del hablante o el de los objetivos, opinio- EjEMPLO 1


nes y conocimiento del mundo de los interlocutores. El lector intere-
sado puede encontrar una breve descripción del PAULINE y un ON 2. FEBRUARY. CARTER AND KENNEDY WERE THE CANDIDATES
IN A PRIMARY IN MICHIGAN. CARTER LOST TO KENNEDY BY 1335
extracto de sus sorprendentes salidas lingüísticas en los cuadros 14.6
VOTES. AT PRESENT, KENNEDY HAS A BETTER CHANCE OF GET-
y 14.7, respectivamente. TING THE NOMINA TION THAN HE HAD BEFO RE. CARTER IS ALSO
CLOSER TO GETTING THE NOMINA TION THAN HE W AS BEFO RE.
PAULINE es un sistema generador de lenguaje natural cuya principal caracte- BOTH CARTER AND KENNEDY WANT TO GET THE NOMINATION.
rística es la incorporación de aspectos pragmáticos, es decir, las construcciones
que produce dependen de cuestiones tales como los objetivos que persiga como
EJEMPLO 2
hablante, las características del interlocutor, el tema y situación de conversa-
ción, etc. WELL, SO CARTER LOST THE PRIMARY TO KENNEDY BY 1335 VO-
TES.
Al igual que ocurre en muchos otros generadores, el núcleo computacional de
PAULINE incorpora un léxico y una gramática. Sin embargo, a ellos se añaden
otros elementos que permiten la realización de inferencias e interpretaciones EjEMPLO 3
sobre el contexto. A grandes rasgos, el sistema parte de un conjunto dado de
KENNEDY NARROWED CARTER'S LEAD BY GETTING ALL OF 21850
metas interpersonales y una descripción de la situación y temática conversacio-
nal. En función de ello, realiza una organización temática que incluye varios VOTES IN THE PRIMAR Y IN MICHIGAN. IN A SIMILAR CASE, CARTER
tipos de interpretación del texto de entrada, y que modula la producción de su DECREASED UDALL'S LEAD IN A PRIMARY IN 1976, AND HE EASILY
TROUNCED UDALL TO BE NOMINA TED BY 2600 DELEGATES. 1 AM
propio texto.
GLAD THA T PRESENTLY KENNEDY IS CLOSER TO GETTING THE
PAULINE está construido en lenguaje T (un dialecto de LISP de la familia del NOMINATION THAN BEFORE.
Scheme). Acepta inputs codificados en términos de un formalismo derivado de
la teoría de la dependencia conceptual de Schank (cfr. capítulo 11). La represen- EJEMPLO 4
tación de conceptos en el PAULINE se realiza mediante patrones denominados
configuraciones. Una configuración es una descripción recursiva de los modos CARTER HAS GOT MANY DELEGATES AT PRESENT; WHAT'S MORE,
en que un conjunto de conceptos pueden relacionarse entre sí para construir un HE HAS GOT MANY DELEGATES MORE THAN IN THE PAST. I THINK
caso legítimo de otro concepto. Las configuraciones se implementan como IT'S GREAT THA T HE HAS GOT MANY MORE DELEGATES THAN
estructuras semejantes a marcos (frames), que contienen tres clases de informa- KENNEDY.
ción: <<huecos>> en los que se insertan instancias (casos) de conceptos, restriccio-
nes sobre el tipo de concepto que puede ocuparlas, y relaciones entre ellos. Los
EJEMPLO 5
tipos de concepto se encuentran predefinidos en memoria, y esa definición
incluye punteros que los vinculan a las clases de interpretaciones en que pueden 1 AM PLEASED TO INFORM YOU THAT CARTER HAS IMPROVED HIS
integrarse. Esto permite una forma muy eficiente de inferencia guiada por los CHANCES OF WINNING THE NOMINATION. AT THE PRESENT TIME,
datos a partir del texto de entrada, que da lugar a la instanciación de CARTER HAS MANY MORE DELEGA TES THAN HE HAD IN THE PAST.
configuraciones que representan los temas detectados en ese texto. Sin embar- ALSO, CARTER HAS MANY MORE THAN KENNEDY DOES.
go, la mayor parte de las inferencias del sistema son de arriba a abajo, guiadas
muy especialmente por los objetivos retóricos de PAULINE y por las metas que Cuadro 14.7.-Ejemplos de formas de informar sobre los resultados (ficticios) del
se atribuyen al interlocutor. Estas inferencias se realizan mediante reglas de proc;so electoral ~ara la nominación como candidato a la Presidencia por el partido
producción cuyo antecedente consiste en conjunciones de cláusulas referidas a dem?,crata p~oducidos_ por el PAULINE con una intención neutra (ejemplo 1), con
tales objetivos, así como a la existencia de instancias de configuraciones con pr.esiOn de tiempo .(ejemplo 2), c.on el objetivo de apoyar al candidato Kennedy
contenidos determinados; su consecuente, tÍpicamente, establece una interpreta- (ej~mplo 3), al candidato Carter (ejemplo 4), o bajo una recomendación de uso de un
ción del texto de entrada así como una serie de instrucciones que marcan estilo <<formal» de lenguaje (ejemplo 5). (En Hovy, 1988, pp. 7-8).
diversos aspectos del input de forma reconocible por los «especialistas sintácti-
cos» (principales elementos activos de la gramática de PAULINE, constituidos 4.2. Conocimiento del contexto físico y deixis
por funciones de lista). Esto permite que las decisiones que se tomen durante la
generación efectiva del texto estén en función de las interpretaciones realizadas, Como he111:os visto, la representación de la situación que fundamenta
las cuales a su vez dependen, como se ha visto, de los aspectos pragmáticos
1~perspectiva que lo~ hablantes adoptan durante la producción de los
(objetivos, situación, etc.).
dtscursos~ posee un tmr,ortante c?mponent~ social. Sin embargo, y
Cuadro 14.6.-Descripción del programa PAULINE (a partir de Hovy, 1988). como senalamos tambten en la mtroduccion a este apartado, este

652 653
PSICOlOGIA DEl lENGUAJE. INVESTIGACION y TEORIA lA PRODUCCION DEL DISCURSO Y lA CONVERSACION

comJ?onente .no es el único que configura el contexto cognitivo anafóricamente a algo de lo que se ha hablado previamente y que
comun del discurso. Por ello es necesario aludir también, siquiera vuelve a ser foco de atención otra vez.
brevemente, al conocimiento que los participantes poseen del contex- La elección de todas estas formas presupone, como es obvio, el
to fís_ico en que. se generan los discursos y al anclaje perceptivo que conocimiento, por parte del hablante, de una situación espacio-tem-
los discursos mismos poseen respecto a tales contextos. Este anclaje, poral dada a la que de algún modo tiene acceso también el oyente, así
que se hace patente aun en los intercambios conversacionales más como el conocimiento de un sistema lingüístico específico (el sistema
simples, se instrumentaliza lingüísticamente, como ya se ha señalado de marcadores deícticos de su lengua) cuyos elementos poseen condi-
~ tr~~é~ de la presencia, en ~1 texto, de, un tipo particular de marca~ ciones contextuales muy concretas de utilización. Como ha sido
lmgmsticas: los llamados «terminas deicticos». ampliamente documentado por los estudios evolutivos (vg. Clark y
La noción de deixis (que en griego significa «mostrar» o «indi- Garnica 1974; Tanz, 1986) y los análisis de la ejecución en tareas de
car>>) expresa, fundamentalmente, una función: la que conecta el comuni~ación referencial que implican descripciones (vg. Lloyd, en
discurso con su contexto físico y con la información que sobre este prensa; Garrod y Clark, en prensa), el desarrollo de las habilidades
contexto comparten el hablante y el oyente. Gracias a la deixis~ el deícticas (i.e. la adquisición de los términos deícticos y su empleo
oyente pued~ l.ocalizar e i~e?tificar referentes como personas, obje- correcto en los discursos), al igual que el desarrollo de la mayoría de
tos, acontecimientos y actiVIdades que se mencionan en el discurso las actividades cooperativas, está estrechamente vinculado a la capa-
aunque no se describan explícitamente en él, gracias a que estos cidad del sujeto para «des-centrarse» (en el sentido piagetiano del
r~~ere?tes. se .~~t~an en un contexto espacio-temporal que el hablante término) y para adoptar la perspectiva del otro, es decir, para
SI mdica lmgmsticamente en el propio discurso y sobre el cual poseen elaborar modelos mentales o metarrepresentaciones de lo que el otro
información tanto el hablante como el oyente. puede conocer y percibir (en este caso, sobre un contexto espacio-
~El carácter .esencialmente deíctica de los discursos, que, como temporal concreto) en cada momento del discurso. De forma pa:ale-
senala.m<?s, se vmcula por lo general a los postulados de la lingüística la, la alteración patológica o la falta de desarrollo de esta capacidad
enunciativa, fue ya destacado por Bühler en 1934 y ha constituido (que se observa, por ejemplo, en los sujetos que sufren autismo
uno d~ l~s P.:~ncipios rectores de la investigación de buena parte de infantil y en ciertas formas de esquizofrenia -cfr. capítulo 14-) se
los psic~h.ngmst':s encuadrad?s en el «funcionalismo centroeuropeo» traducirá en la realización de discursos que resultan incomprensibles
en los ultimas anos (cfr. capitulo 3). Por otro lado, que la deixis es o no cooperativos precisamente porque fallan en la capacidad para
una función compleja que implica la utilización de representaciones situar los referentes deícticos en un marco de conocimiento sobre el
de muy diversa índole constituye una apreciación inevitable tras el contexto físico o discursivo compartido también por todos los inter-
análisis de cualquier secuencia discursiva natural (cfr. ejemplo 2, locutores (ver cuadro 14. 8).
tomado de Levelt, 1989, p. 45). Un ejemplo que ilustra con claridad la complejidad cognitiva de la
deixis es el uso de términos espaciales como «aquÍ», «allí», «arriba»,
2. a) ¿Has visto esto?
«abajo», «delante», «detrás», «izquierda», «derecha» y otros simila-
(El está señalando un jarrón de la dinastía Ming que presenta una serie de res. Levelt (1989), tras analizar exhaustivamente las demandas cogni-
horribles grietas recientes).
b) Me lo has preguntado antes, pero yo no he estado aquí desde ayer.
tivas del empleo de este tipo de términos, ha llamado la atención
sobre el hecho de que el significado de los deícticos espaciales ha de
ser establecido por relación a un sistema de coordenadas que permita
.. En el coloquio de nuestro ejemplo, como en la mayoría de los relacionar el referente con un punto previamente establecido del
discursos naturales, los hablantes han producido simultáneamente contexto (el llamado relatum o punto de referencia), el cual, con
varias expresiones deícticas (las que aparecen en cursiva). Algunas de frecuencia, se mantiene implícito en el texto. ~ormalmente, el punto
ellas, que en castellano son elípticas aunque fácilmente inferibles por de referencia elegido por el hablante es él mzsmo: en este caso, el
1~ conjuga~ión de los verbos, son deixis de persona («tÚ», por sistema de coordenadas que se utiliza es un sistema tridimensional
eJemplo, senala a aquella persona a la que se dirige el hablante en un implícito que se compone de una dimensión vertical (que se corres-
momento dado del discurso, pero no es una persona fija: varía en ponde con la «Verticalidad percibida» del propio hablante en relación
cada turno conversacional). Otras, son formas deícticas de lugar (vg. con la fuerza de gravedad -que normalmente es idéntica para
«esto», «aquÍ», que indican una proximidad física respecto al hablan- hablante y oyente-) y por dos dimensiones horizontales, la dimen-
te) ? de tiem_~o («antes», «a~er~> ). Por .último, nuestro ejemplo sión «delante/detrás» y la dimensión «derecha/izquierda»~ las cuales
contiene tambien una forma deictica de dzscurso («lo»), que remite suelen operar «en espejo» en las interacciones cara a cara. Sin
654 655
PSICOlOGIA DEl lENGUAJE. INVESTIGACION Y TEORIA lA PRODUCCION DEl DISCURSO Y lA CONVERSACION

¿Entonces esto que me


Entrevistador Sujeto estás contando es antes
de irte a Burgos o des-
Estabas contando algo de
tu amigo canario... . .. tuvimos allí una historia. pués? En Burgos ya.

Sí. O sea él la quería ¿no? Entonces teníamos ¿En Burgos? Antes de ir a Burgos también las conocía ¿eh? Y
Y su novia.
movidas ¿no? Porque cuando venía ella yo no o sea después de venir de la mili también las conocía o
no no lo intentaba ¿no? Le decía no sé qué tal. sea antes de venir a a vivir al pueblo no. Las
conocí allí viviendo en el pueblo.
¿Te lo decía. Quién te
decía eso? ¿Eh? Cuadro 14.8.-Ejemplos de referentes deícticos no cooperativos de persona, tiempo y
¿Quién decía eso? Eso la chica. lugar, en una conversación con un paciente psicótico (material cedido por M. Belin-
chón).
¿La chica lo decía? Sí. Bueno. Psicológicamente me lo decía en mi
mente. ¿Y eso era la historia de que no? Pues que
yo qué sé. Que eso era la historia que me pasó en embargo, en otras ocasiones, el hablante utiliza un punto de referen-
allí por Madrid. Así también intentó sacarme un
chico que había allí. Uno que era de de Granada
cia externo a sí mismo (vg. habla «del libro que está encima de la
no de Córdoba o de ahí.
mesa»), o combina el relatum externo con sus propias coordenadas
espaciales (como cuando dice que «el libro está a la derecha del
¿Te intentó sacar? Sí. vaso»). En estos casos, y sobre todo en el primero y en el último
¿Cómo que te intentó sa- (relata internos y combinados), el hablante maneja la presuposición
car? Pues o sea yo le miro a los ojos. Pero llegó un de que, salvo indicación en contrario, el oyente reconstruirá adecua-
punto en que me dijo que tenía que (?). damente el sistema de coordenadas utilizado y le identificará a él
¿Que tenías qué? Que salir de abajo. Vamos que él sí salía entonces. como principal punto de referencia. Quizá por ello, y frente a lo que
Yo luego pues ... me fui otra vez aquí al al cuartel. cabría predecir desde el modelo cooperativo, los hablantes, por lo
Me senté allí, unos papeles, estaba todo estaba general, no suelen utilizar expresiones del tipo «desde mi punto de
hecho polvo ... la gente se había olvidao ya de mí. vista» o «desde donde yo estoy» cuando hacen uso de este tipo de
¿Aquí en Bilbao? No. En Madrid. Todavía estoy en Madrid. referencias deícticas en sus discursos espontáneos (Levelt, 1982;
¿Todavía estás en Ma-
Ehrich, 1985; Bürkle et al.~ 1986; Herrman et al.~ 1987; c.e. Levelt,
drid? Lo que me estás 1989). Paralelamente, cuando los hablantes utilizan deícticos tempo-
contando me quieres de- rales (vg. «antes», «después», «más tarde», etc.), los interlocutores
cir? Sí. tienden a interpretar que el relatum es el momento presente de
¡Ajá! Pero me estabas di-
ejecución del acto de habla: una vez más, un indicador cuyo eje está
ciendo que ya habías situado en el propio hablante y/o en las condiciones en las que realiza
vuelto a Bilbao ¿no? Sí. No, todavía todavía estaba en el cuartel en su actividad discursiva.
Madrid. El carácter esencialmente egocéntrico de las deixis no parece ser,
Todo eso. ¿Cuánto tiem-
desde luego, un fenómeno exclusivo del lenguaje. Como han observa-
po hace? Eso era pues igual hace cinco meses o así. do Graumann y Sommer (1989) citando, entre otros, a Husserl, la
experiencia perceptiva, la experiencia cognitiva y la experiencia social
¿Hace cinco meses? En el tiempo ese me me ha sucedido todo eso.
en general participan también de este ca.racter egocéntrico. Sea como
¡Ajá! ¿Y luego ya has ve- fuere, la «egocentricidad» es una propiedad que, en tanto en cuanto
nido aquí o ... han pasado se proyecta también en el discurso, lo hace interpretáble para el
más cosas? ¿Te has ido a oyente y, por tanto, funcional 5 •
Burgos? Sí. Me me he ido de Burgos sí.
¿Mientras tanto? ¿Pero a
Burgos te has ido hace 5. Indudablemente, los hablantes pueden presentar los referentes de su discurso de forma no
dos años? Pues en Burgos ... deíctica. Sin embargo, esto no siempre puede hacerse sin transgredir las máximas griceanas de
cantidad y modo (el lector puede tratar de comprobarlo por sí mismo sustituyendo cada término
Me dijiste ayer eso, ¿no? Sí hace dos años o así. deíctico del ejemplo 2 por la expresión referencial completa a la que sustituye).

656 657
PSICOlOGIA DEl lENGUAJE. INVESTIGACION Y TEORIA lA PRODUCCION DEl DISCURSO Y LA CONVERSACION

5. EL DISCURSO COMO ESTRUCTURA LINGÜÍSTICA SUPRAORACIONAL: supuesto de que los discursos se derivan de un plan, admite descrip-
COHESIÚN, COHERENCIA Y RELEVANCIA ciones y caracterizaciones teóricas muy diversas. Veamos, siquiera
esquemáticamente, algunas de las más conocidas.
En las páginas anteriores, hemos destacado la importancia que para
una adecuada caracterización de los discursos tiene el reconocimien- 5.1. Cohesión
to, por parte del interlocutor, de la intención comunicativa del
hablante. También, hemos enfatizado el hecho de que dicho recono- Para algunos autores (vg. Halliday y Hasan, 1976), la posibilidad de
cimiento se ve facilitado por la existencia de un cierto conocimiento que una secuencia de emisiones lingüísticas pueda ser interpretada
común que, entre otros componentes, incluye el conocimiento de un como un «texto» y no como un conjunto incoherente o arbitrario de
mismo contexto social y físico. Algunas formas de deixis (como la enunciados, se deriva fundamentalmente de la presencia, en la estruc-
espacial o la temporal), conectan el discurso, como veíamos, con su tura superficial de éstos, de una serie de dispositivos lingüísticos -los
contexto externo. Sin embargo, otras (la que hemos llamado deixis de llamados «vÍnculos de cohesiÓn»-, que relacionan y conectan unas
discurso) conectan las distintas piezas del discurso entre sí, conectan oraciones con otras. Más en concreto, Halliday y Hasan vinculan la
cada acto de habla o cada enunciado con los actos de habla y existencia de textos al hecho de que la interpretación de una oración
enunciados previamente emitidos en ese discurso y con las representa- sólo pueda completarse a partir de la información contenida en otras
ciones que de ellos han construido los hablantes y sus interlocutores. oraciones (por lo general, previas), información que está pre-supuesta
El supuesto sobre el que se asienta la noción de deixis de discurso en ella o en alguno de sus elementos.
es, lógicamente, el de que los discursos comportan la realización, por El concepto de cohesión, como observan estos autores, es pues un
los interlocutores, de más de un acto de habla o enunciado. De forma concepto que «ha sido creado para explicar relaciones que se dan en
complementaria, nociones como la de deixis de discurso sugieren que, el discurso ... La cohesión se refiere al conjunto de recursos ... que
durante las conversaciones, las contribuciones que los hablantes permiten vincular una oración con las que se han presentado antes
realizan en cada momento operan como contextos a su vez para la (en el texto)» (1976, p. 10). Dichos recursos, como vimos también al
planificación y realización de las contribuciones posteriores determi- hablar de las anáforas (capítulos 10 y 11), incluyen marcas morfosin-
nando, en ciertos aspectos, su contenido o su forma (con-texto lin- tácticas específicas . (vg. mecanismos de coordinación, subordinación
güístico). gramatical, concordancias, etc.), pero, también, mecanismos tales como
Los discursos, pues, como sugeríamos también al comenzar el la elipsis, la referencia y las· repeticiones léxicas (ver cuadro 14.9).
capítulo, pueden interpretarse como ·conjuntos de secuencias o de Según Halliday y Hasan (1976), la cohesión de los textos es un
emisiones lingüísticas. Sin embargo, un discurso no es, salvo excep- fenómeno o propiedad del sistema lingüístico y sólo puede ser
ciones patológicas muy graves (vg. algunas manifestaciones del len- entendida desde las posibilidades que ofrece virtualmente el propio
guaje psicótico), una secuencia arbitraria o inconexa de emisiones. sistema lingüístico como instrumento de expresión de ideas. Sin
Como acertadamente han hecho notar Van Dijk (1978, 1980, 1984, embargo, son muchos los autores que han cuestionado la utilidad de
1985), De Beaugrande (1980b) y otros muchos, la razón de más peso una interpretación tan «centrada en el propio texto» como la de
que justifica el estudio diferenciado del discurso en el ámbito de las Halliday y Hasan (vg. Lanin et al., 1981; Brown y Yule, 1983;
ciencias del lenguaje es precisamente el hecho de que las emisiones Schneuwly, 1985; Chaika, 1990). La textualidad, observan estos
lingüísticas producidas en contextos naturales configuran unidades últimos autores, no es una propiedad que pueda ser interpretada sólo
holísticas de acción cuyas propiedades (vg. su funcionalidad o efica- por referencia a la existencia de relaciones gramaticales o semánticas
cia comunicativa) no son reductibles a la suma de las propiedades de dentro de un texto. Ni. tan siquiera, bajo el supuesto de que ciertas
las unidades individuales que las componen. Los lingüistas y filósofos unidades individuales del discurso (vg. las anáforas) sólo pueden ser
del lenguaje han acuñado términos como los de tema o tópico general entendidas en el marco de tales relaciones. La textualidad requiere la
del discurso, acto de habla global, macroproposición, y otros muchos referencia a las condiciones semánticas o pragmáticas (i.e. conceptua-
con el fin de expresar la noción, por otro lado intuitiva, de que los les) que hacen a las distintas partes del discurso mutuamente relevan-
discursos y conversaciones constituyen unidades coherentes sintácti- tes entre sí en el marco de un contexto comunicativo intencional y
ca, semántica y/o pragmáticamente. Sin embargo, esta propiedad tan cooperativo; requiere, en definitiva, el recurso a un plano de descrip-
distintiva de los textos -su textura, como la llaman Halliday y ción más abstracto y menos lingüístico que el de la cohesión. A dicho
Hasan (1976), o su textualidad, como la denomina De Beaugrande plano, en términos generales, se le identifica técnicamente con el
(1979, 1980b)-, que eh términos computaciona1es puede vincularse al llamado plano de la coherencia.

658 659
PSICOLOGIA DEL LENGUAJE. INVESTIGACION Y TEORIA LA PRODUCCION DEL DISCURSO Y LA CONVERSACION

Categoría Subcategoría Ejemplo


(1) Saludo-saludo.
Referencia l. Pronominal Nos encontrarnos con Luis y cenamos con A: Hola.
él. B: Hola.
2. Demostrativa Fuimos a una fiesta y... bueno, aquello fue
una locura. (2) Pregunta-respuesta.
3. Comparativa Se me acercaron tres tipos extraños. El más A: ¿Dónde está Juan?
bajo me preguntó si llevaba fuego. B: En clase.
Elipsis l. Nominal Tiene mucha energía. Desde luego, tiene
mucha más '~ que yo. (3) Afirmación-reconocimiento.
2. Verbal Querría quedarme aquí toda la vida: * A: Diego no se acordó de mi cumpleaños.
dejar de trabajar, * de aguantar al jefe ... B: ¡Vaya despiste!
3. De cláusula ¿Conoces Boston? Yo no, pero mi hermana
sí. ,, (4) Petición-aceptación/rechazo.
Conjunción l. Aditiva Leí un libro la semana pasada y me gustó A: ¿Puedes echar esta carta al buzón?
bastante. B: Claro/Estoy muy ocupado.
2. Adversativa Querían ir a Barcelona, pero el avión no
pudo aterrizar por la niebla. (5) Oferta-aceptación/rechazo.
3. Causal No vino porque prefirió ir al cine. A: Déjarne ayudarte.
4. Temporal Estuve un rato con Alicia; luego me acer- B: Gracias/No hace falta.
qué al Rastro.
Léxica l. Igual raíz Mi hermano necesita independizarse. De- (6) Cumplido-aceptación/ minusvaloración.
pende demasiado de mi padre. A: Has hecho un trabajo precioso en este bordado.
2. Sinónimo Siempre miente. Además, se cree que no B: Gracias/Bueno ... en realidad es fácil.
nos darnos cuenta de que nos engaña.
3. Superordinado Me encanta el pescado fresco. El otro día Cuadro 14.10.-Algunos tipos de pares adyacentes (adaptado de McTear, 1985 --cfr.
comí un salmón exquisito. también capítulo 2, cuadro 12.2-).
4. Itero general Se fue la luz. La lámpara de mi habitación
chisporroteó un momento y después todo
se volvió oscuro.
La noción de «par adyacente» fue originalmente propuesta por los
Cuadro 14.9.-Ejernplos de vínculos de cohesión y de sus principales categódas
etnometodólogos (Schegloff, 1972; Schegloff y Sacks, 1973; Sacks,
(adaptado de Halliday y Hasan, 1976).
Schegloff y Jefferson, 1974) para dar cuenta de la observación empíri-
ca de que ciertas intervenciones de los hablantes parecen ser contin-
gentes respecto a las intervenciones inmediatamente precedentes y
5 .2. La coherencia de los discursos
pueden ser predichas en buena medida a partir de ellas (cfr. el estudio
de Jase, 1988, del que se presentó un resumen en el capítulo 2)~ Sin
a) Coherencia local o secuencial
embargo, algunos autores (Edmondson, 1981; Wells et al.~ 1981,
basándose tanto en consideraciones teóricas como empíricas (vg. la
El concepto de coherencia, como ya :vimo~ (capí~ulo 11), ~uede
observación de secuencias como la del ejemplo 3, que no se corres-
identificarse, en primer lugar, con la ex1stenc1a de ~1ertas relac10nes
ponde con pares exactamente adyacentes), han sugerido la convenien-
locales entre las proposiciones individuales constituyentes de un
cia de reformular la propuesta de los etnometodólogos y de sustituir
discurso. Sin embargo, la naturaleza de estas relaciones tampoco
el concepto de «par adyacente» por el concepto, algo más amplio, de
cuenta con una definición unívoca. Por ejemplo, la interpretación «intercambio comunicativo».
local de la coherencia en los diálogos se ha vinculado al hecho de que
las contribuciones de los hablantes a las conversaciones están organi- 3. A: ¿Vas a ir a la fiesta de mañana? (PREG).
zadas en pares adyacentes de actos de habla que revelan la existencia B: ¿Dónde es? (PREG).
de relaciones pragmáticas entre las unidades del discurso derivadas de A: En Cercedilla (RESP).
su contenido ilocutivo, como las que se recogen en el cuadro 14.10. B: No sé si mi hermano me dejará el coche (RESP).

660 661
PSICOLOGIA DEL LENGUAJE. INVESTIGACION Y TEORIA LA PRODUCCION DEL DISCURSO Y LA CONVERSACJON

Los intercambios comunicativos, a diferencia de los pares adya- ciones, que computacionalmente tienen un carácter binario, consti-
centes, constan prototípicamente de dos movimientos: uno de «ini- tuyen un conjunto finito de posibilidades de las que el hablante puede
cio» y otro de «respuesta». Los «inicios» son siempre prospectivos y hacer uso para «pasar» de un enunciado a otro mientras elabora
permiten establecer predicciones acerca de los tipos de respuesta textos complejos.
posibles; las «respuestas» son siempre retrospectivas, en el sentido de La planificación y realización de un discurs? ~?herente, por tanto,
que realizan las predicciones derivadas de un movimiento de inicio comportaría, según Hobbs, la toma de dectsi~~ por el hablante
anterior, aunque ocasionalmente pueden implicar también un inicio acerca del tipo de relación concreta que va a utilizar para conectar
(ejemplo 4) 6 • unos enunciados con otros e iría regida por lo que podríamos llamar
un principio de búsqueda de coherencia proposicional lineal.
4. A: ¿Dónde está la máquina de escribir? (1).
B: ¿No está en el armario? (R/1).
A: No (R). 1. De tipo condicional/temporal:
a) Causas/razones.
En opinión de Edmondson (1981), los movimientos de respuesta b) Componentes de la acción.
constituyen mecanismos de coherencia en las conversaciones en tanto e) Permisión.
d) Sucesión en el tiempo.
en cuanto satisfacen las condiciones perlocutivas de los inicios. En ese
e) Ocurrencia simultánea.
sentido, cabría interpretar que las contribuciones de los hablantes a
las conversaciones se rigen, en buena medida, por una especie de 2. De tipo funcional:
principio de «búsqueda de satisfacción perlocutiva». a) Especificación.
Frente a este tipo de interpretaciones, otros autores han sugerido b) Generalización.
que el concepto de ·coherencia local ·debe expresar esencialmente la e) Explicación.
continuidad semántica que existe entre las emisiones que componen d) Contraste.
un discurso y no tanto su dependencia pragmática. Tal continuidad e) Ejemplo.
semántica, que en la tradición de la lingüística funcional centroeuro- f) Paralelismo.
pea se ha identificado con la llamada «progresión temática» de las g) Corrección.
h) Preparación.
oraciones del texto (Mathesius, 1947, 1961; Halliday, 1967; Danes, 1974 í) Evaluación.
-cfr. Bernárdez, 1982-), se ha asociado en ocasiones con la
repetición de ciertos elementos léxicos o referenciales individuales Cuadro 14.11.-Relaciones básicas de coherencia lineal entre proposiciones, según
(vg. Heidolph, 1966; Van Dijk, 1969; c.e. De Beaugrande, 1980a, p. Hobbs (1979, 1983);
290), pero, sobre todo, con la conexión semántica entre proposiciones
más o menos contiguas.
Para Hobbs (1978, 1979, 1983), uno de los representantes más b) Coherencia global
activos de esta forma de entender la coherencia local, esta propiedad
de los textos se deriva de la existencia de ciertos tipos de relaciones Las tipologías de índices de cohesión (Halliday y Hasan, 1976), de
entre cada proposición del discurso y las proposiciones inmediata- secuencias de actos de habla (Sacks et al., 1974; Wells, 1981; Edmond-
mente precedentes y 1o posteriores (vg. la relación de elaboración, son, 1981) o de relaciones proposicionales en el discur~o (Hobbs,
especificación, generalización, etc.) -ver cuadro 14.11-. Estas rela- 1978, 1979, 1983) pueden considerars~, como hemos dtcho, como
ejemplos representativos de interpretaciOnes centradas en 1~ coher~~­
cia local de los discursos. Sin embargo, como ya se comento tambten
en el capítulo 11, estas relacio~es fl:O garantiz~~ comple;amente, po~
6. eoulthard y sus colaboradores (vg. Sinclair y eoulthard, 1975; eoulthard y Brazil, 1981), en
una línea similar, han identificado además un tercer tipo de movimientos que no son ni prospecti-
sí mismas ni la textualidad m la mterpretabtlzdad de estos. De aht
vos ni retrospectivos. Este tipo de movimientos se han llamado «de continuación o seguimiento» que sea n~cesario apelar a principios y categorías to?avía más abs-
(vg. ejemplo 5, c.e. McTear, 1985, p. 34). tractos que permitan dar cuenta tanto de la coherencia global de los
5. Doctor: ¿Qué es lo que le pasa últimamente? discursos como de la capacidad de los hablantes para generarlos.
Paciente: Pues ... tengo dolores así como por la zona del corazón. R
Doctor: Le duele el pecho, entonces. e También aquí encontraremos d,iferentes interpretacion,e~ y algu-
Paciente: Sí, eso es. e nas regularidades. Una interpretacion recurrente en los anahsts de la

662 663

UNIVERSIDAD DE ANTIOQUIA
BIBLIOTECA CENTRAL
PSICOLOGIA DEL LENGUAJE. INVESTIGACION Y TEORIA LA PRODUCCION DEL DISCURSO Y LA CONVERSACION

coherencia global gira, por ejemplo, en torno a la noción de tópico o PROCESOS Y TIPOS COMPONENTES DEL
FASES
tema general del discurso. DE REPRESENTACIÓN PROCESAMIENTO
Desde un enfoque referencial~ los tópicos se interpretan como
unidades semánticas relativamente abstractas que se infieren del • Activación de esquemas
hecho de que distintos enunciados del discurso comparten referentes almacenados
similares, es decir, «dicen algo» o determinan que se diga algo acerca • Definición de la
de unos mismos objetos, entidades o actividades (vg. Reinhart, 1981, intención del hablante
y, también, la interpretación clásica de Kintch y Van Dijk, 1978, de la • Construcción de -----1
representación sobre la 1
coherencia como resultado del «solapamiento de argumentos» -cfr. situación (tarea) y el
1
1
capítulo 11-). Por contraposición, y desde una perspectiva proposi- interlocutor
1
1
cional, los tópicos se interpretan como proposiciones también genera- • Elaboración de
1

les y abstractas que contienen el centro o centros de interés del : PROCESAMIENTO


información del discurso
:-- PRAGMÁTICO
hablante (Keenan y Schieffelin, 1976) o el «común denominador que FASES INICIALES
previo 1
1
permite describir una situación o una secuencia de hechos como un (PLANIF1CACIÓN --"!
1
1
todo» (Van Dijk, 1980, p.42, subr. en el original). DEL DISCURSO)
1
1
1
1
En el sentido en que los interpreta Van Dijk (op. cit.)~ por tanto, 1
1 Elaboración de la ____ ...J1
1
los tópicos o macroproposiciones de los discursos serían unidades 1
1
equivalentes a los resúmenes de la macroestructura semántica de los 1
1
textos (equivalentes, en cierto sentido, al «tÍtulo» del texto), que se 1

derivan inferencialmente, durante la producción, de la intención o


1
1
----1
1 1
acto de habla global. Así, la producción de un discurso coherente se 1
1 : PROCESAMIENTO
interpretaría como un proceso que exige del hablante las siguientes 1
1 Selección del significado de
:--SEMÁNTICO
1
operaciones: 1) la definición de un acto de habla global (i.e. la 1
L __ _
las proposiciones -----'
definición del contenido pragmático del discurso); 2). la elaboración individuales del texto
de la macroproposición que define los contenidos semánticos genera-
les del acto de habla global-y que se establecen a partir de lo que el
hablante conoce, quiere, recuerda e interpreta como relevante en un PROCESAMIENTO
contexto- y 3) la construcción, a partir de esta macroproposición, r---
1 SINTÁCTICO
de una jerarquía de tópicos más específicos que eventualmente consti- 1
1
tuirán el input de la planificación de unidades menores tales como los 1
1
párrafos o las oraciones individuales (ver figura 14.1). 1
1 -----1
CODIF1CACIÓN
Rachel Reichman (1978) ha propuesto también una interpretación 1
___ _¡1
1
1
LINGÜÍSTICA 1 PROCESAMIENTO
de la coherencia global de los textos basada en la noción de tópico DELA 1 1
MORFO-LÉXICO
1
que resulta aplicable, sobre todo, al análisis de los discursos dialógi- ORACIÓN
1
1 1
1 ----'
cos. En concreto, Reichman interpretó que los tópicos pueden verse 1
1
como unidades semánticas abstractas que se desarrollan a través de 1

una serie de «espacios de contexto» ( context-spaces)~ cada uno de los 1


1

cuales agrupa aquellas emisiones o turnos de habla que tratan sobre


1 PROCESAMIENTO
L---
------- FONOLÓGICO
un mismo objeto o evento. La organización estructural de los discur-
sos coherentes, así como su realización por los hablantes, podría pues
caracterizarse, para esta autora, definiendo los tipos de relaciones
lógicas que vinculan a unos espacios de contexto con los otros, en PRODUCCIÓN
--------PLAN MOTOR
DEL HABLA articulatorias
orden al desarrollo de un tópico general.
La distinción terminológica nuclear de la caracterización de
Reichman es la distinción.entre «temas» (issues) y «eventos» (events)~ Figura 14.1.-Proceso de producción del discurso (reconstruido a partir de Van Dijk,
dos conceptos que permiten clasificar los espacios de contexto en 1980).

664 665
PSICOLOGIA DEL LENGUAJE. INVESTIGACION Y TEORIA LA PRODUCCION DEL DISCURSO Y LA CONVERSACION

función de su contenido: dicho contenido sería general, en el caso de ción, Planalp y Tracy (1980) elaboraron una tipología de e~t~ategias
los «temas», y más específico, puesto que ilustra un evento relaciona- de cambio de tópico a partir del supuesto de quetales transiCIOnes se
do con un tema, en el caso de los «eventos». La coherencia de los rigen por principios similares a los descritos por Grice (1975) en su
discursos vendría dada, según esta teoría, precisamente por el hecho «máxima de relevancia» y por Clark y Haviland (1977) en su contrato
de que las contribuciones de los hablantes giran en torno a un mismo de «lo nuevo y lo dado» (cfr. capítulo 11). De esta tipología (cuyas
tópico, el cual se realiza a través de sucesivos espacios de contexto predicciones fueron igualmente comprobada~ ~e forma ~mpírica) ~e
relacionados entre sí. Algunas de estas relaciones (vg. la de «generali- concluyó que los hablantes cambian el toptco del dts.curso (sm
zaciÓn», que se da cuando un espacio-contexto del tipo «evento» es romper por ello su coherencia global) ca~a vez 9ue cons~deran que
seguido por uno del tipo «tema», o la «relación ilustrativa», cuando ello es necesario para ajustarse a las necesidades mformativas de sus
la secuencia ocurre en sentido inverso) guardan cierta semejanza con interlocutores. En concreto, se cambia el tópico del discurso en los
las definidas por Hobbs para la relación entre proposiciones indivi- cuatro siguientes casos (Planalp y Tracy, 1980, pp. 242-243): a) para
duales. introducir un tópico nuevo que se interpreta como relevante para el
La capacidad para desarrollar un mismo tópico a través de una tópico inmediatamente anterior de la conversación (lo que llaman
secuencia de emisiones y1o turnos lingüísticos constituye, pues, en el «cambio de tópico inmediato»); b) para introducir un tópico que se
modelo de Reichman (1978), una condición importante de la coheren- interpreta como relevante para al~~no de l?s tópicos ~bordad?s .en
cia conversacional que teóricamente debe ser respetada por los algún momento de la conversacwn antenor («cambiO de toptco
hablantes que pretenden que sus discursos sean coherentes. Sin previo»); e) para introducir un tópico que se interpreta como relevan-
embargo, obviamente, las conversaciones (al igual que los monólo- te respecto a la información que los interlocuto~~s compar~en y que
gos) no giran por lo general en torno a un único tópico, sino que puede ser recuperada a partir del contexto Ílstco o social de la
implican cambios de tópico. , situación comunicativa («cambio de tópico ambiental»), o d) cuando
Reichman (1978), a partir del análisis de conversaciones naturales, interpretan que el nuevo tópico puede guardar relación y ser integra-
identificó también un conjunto de indicadores lingüísticos gracias a do en los esquemas de conocimiento previos de sus interlocutores
los cuales, los hablantes suelen «marcar» las transiciones de un («cambio de tópico no especificado»).
espacio de contexto a otro (vg. la expresión «por cierto» indica el
inicio de una digresión; «en cualquier caso», indica el' fin de la
?ig~esión Y. la vl!el.ta a un tem~ ? evento previo; «entonces» puede e) La coherencia como relevancia
mdtcar el fm proxtmo de un toptco, etc.). Con posterioridad, otras
dos autoras, Sally Planalp y Karen Tracy (1980; cfr. también Tracy, El trabajo de Planalp y Tracy (1980), ~1 igual que su an~~cedente m~s
1982, 1983, 1984), utilizaron estos indicadores para la elaboración de directo el de Reichman (1978), constituye una aportacwn extraordi-
una. ~ipótesis explicativa de la coherencia conversacional y de las nariam~nte interesante para una caracterización psicológica -no
habthdades de los hablantes que permiten dar cuenta de ella. sólo lingüística- de la coherencia de los te¡x~os, I?-O sólo po.rque sus
Planalp y Tracy (1980), tras preguntarse por las condiciones en intuiciones se sustentan en un corpus empinco nguroso, smo tam-
que los hablantes pueden cambiar de tópico sin romper la coherencia bién, y ya en un plano teóric?, porqu~ ,al vincular la coherencia de. los
de los discursos, trataron de dar una explicación cognitiva al hecho textos con el juego de la mformacwn «dada y nueva», permiten
(recurrent~ en las descripciones lingüísticas y sociológicas de las establecer hipótesis relativamente precisas acerca de los mecanismos
conversaciOnes) de que tales cambios parecen estar sujetos también a que permiten a los hablantes la elaboraci?n de text~s coherentes.
re~;las. En primer lugar, analizaron las respuestas de un grupo de A partir de estos trabajos, puede decirse, por eJemplo, que los
suJetos a los que se había pedido que identificaran los tópicos de dos textos son o no son coherentes en la medida en que los enunciados que
textos obtenidos en conversaciones libres. Así, comprobaron empíri- los componen puedan integrarse en (y, sobre todo, puedan ser recon~­
camente que los hablantes son capaces de identificar con relativa cidos por los oyentes como integrados en) una est~uct~ra de conoci-
claridad los l~mites de los tópicos en los discursos a pesar de que en miento o de acción previa y más global: ya se defma esta como una
las conversaciOnes suelen entrecruzarse varios temas y parece haber «macroestructura» (Van Dijk, 1977, 1980), como un «modelo mental
cambios de un tema a otro sin puntos claros de demarcación. del discurso» (Johnson-Laird, 1983), o como UI?- «acto d~ habla global»
Asimismo, comprobaron que son igualmente capaces de reconocer (Van Dijk, 1980). Los discursos y conversaciOnes seran, por tanto,
cuándo l?s camb.ios de tópico son «ilegales» (i.e. cuándo rompen la coherentes en la medida en que sean «interpretables». Como ya
coherencia del discurso). En un segundo momento de su investiga- sabemos (capítulo 11), serán a su vez tanto más interpretables cuanto

666 667
PSICOLOGIA DEL LENGUAJE. INVESTIGACION Y TEORIA LA PRODUCCION DEL DISCURSO Y LA CONVERSACION

más fácilmente puedan relacionarse con contenidos de conocimiento parte de las descripciones lingüísticas acumuladas en las últimas
previo y respeten las máximas conversacionales griceanas. décadas en relación con las propiedades estructurales de los discursos
La idea de que la coherencia de los discursos no es una propiedad y conversaciones. La teoría de Sperber y Wilson, que toma su nombre
intrínseca de los textos, sino que depende de condiciones que vienen de una de las máximas de Grice, destaca que la actividad comunicati-
definidas -como establecía también el principio de cooperación- va humana se rige esencialmente por criterios de economía cognitiva,
por los estados de conocimiento y expectativas que los hablantes y los lo que determina que el hablante intente producir la máxima relevan-
oyentes comparten sobre una determinada realidad- psicológica, está cia con el mínimo esfuerzo cognitivo, y destaca también la estrecha
presente en muchas de las interpretaciones tanto clásicas como dependencia existente entre los procesos implicados en la producción
actuales de la noción de coherencia (vg. Bellert, 1970; Keenan y de los discursos y otros procesos cognitivos de carácter «central»
Schieffelin, 1976; Merritt, 1976; Van Dijk, 1980; De Beaugrande, (como los mecanismos inferenciales que subyacen a toda forma de
1980b; Werth, 1981; Sperber y Wilson, 1986, etc.). En todos estos razonamiento o el esfuerzo atencional). Por otro lado, la teoría de
casos, la idea principal es la de que un texto coherente implica, por Sperber y Wilson destaca la naturaleza primariamente conversacional
parte del oyente, la posibilidad de relacionar el contenido proposicio- y metarrepresentacional de la actividad discursiva y la dificultad de
nal de los enunciados del discurso con un conjunto de proposiciones establecer una barrera tajante entre los procesos responsables de su
(emitidas o implícitas) y de presuposiciones que a) se conocen previa- producción (por el hablante) y de su comprensión (tanto por el
mente, b) pueden ser recuperadas de la memoria en el punto exacto oyente como por el propio hablante).
en que la conversación lo requiere, y e) resultan relevantes para la Harry Stack Sullivan, un autor de orientación dinámica (poco
interpretación del significado de los enunciados. Simétricamente, por sospechoso, por tanto, de filias computacionales), había ya propues-
parte del hablante, la coherencia presupondrá la capacidad de esta- to, en la década de los años veinte, una hipótesis próxima en algunos
blecer un modelo mental con realidad psicológica también para el puntos a la que da contenido al trabajo de Sperber y Wilson. Según la
oyente (i.e. un conocimiento común mínimo e inicial) y la elabora- hipótesis de Sullivan, que fue bautizada con el sugerente nombre de
ción de enunciados sucesivos relevantes (i.e. que produzcan efectos «hipótesis del auditor fantástico», todo discurso implica, para el
sobre la estructura de conocimiento previa) para este modelo mental. hablante, la realización de un proceso de «autocomposiciÓn» (o de
En ambos casos, el procesamiento de los discursos parecería regirse self-editing) que implica la puesta a prueba de la utilidad informativa
por un principio de búsqueda de relevancia (Sperber y Wilson, 1986, potencial de sus mensajes a través del contraste de los mensajes
1987) que implica la realización eficaz de operaciones inferenciales planificados y todavía no emitidos con un «oyente supuesto» o
sobre el estado de conocimientos previos del interlocutor relativa- «interlocutor imaginario» que representa las necesidades informativas
mente complejas. Como recientemente han comprobado Riviere et del interlocutor real. En la medida en que el modelo de «interlocutor
al. (1991), en un trabajo experimental pionero cuyo resumen se fantástico» simule adecuadamente al «interlocutor real», el mensaje
presentó en el capítulo 2, estas operaciones o mecanismos inferencia- será comunicativamente eficaz. En la medida en que existan discre-
les son esencialmente de tipo deductivo (i.e. presumiblemente idénti- pancias entre ambas representaciones, se producirán fallos de cohe-
cos a los que participan en otras formas de actividad inteligente o de rencia y de interpretabilidad de los mensajes.
solución de problemas) 7 • La hipótesis del «auditor fantástico», aplicada al ámbito de la
La interpretación pragmática que identifica la coherencia de los comunicación humana (y, específicamente, al ámbito de la explica-
textos con su relevancia en un contexto cognitivo y comunicativo ción de las habilidades de comunicación referencial), permite estable-
dado ha sido desarrollada explícitamente por Sperber y Wilson en cer predicciones empíricas similares a las derivadas del «principio de
1986, proporcionando un marco de interpretación cognitiva a buena relevancia» de Sperber y Wilson (1986) y dar cuenta de buena parte
de las observaciones recogidas en el ámbito de la investigación
experimental sobre comunicación referencial tanto con sujetos nor-
7. Cosmides (1989), empleando diferentes versiones de la tarea de las cuatro tarjetas de
Wason, comprobó que la solución eficaz a problemas como los de contrastación de hipótesis
males como con distintas patologías del lenguaje (vg. con desórdenes
establecidas en forma condicional se facilita extraordinariamente cuando el contenido de la tarea es esquizofreniformes -cfr. Belinchón, 1987, 1988a, y también capítulo
social en vez de abstracto y no-social (vg. cuando se establece en la forma de un problema de 15-). En esa misma medida, que acentúa la complejidad e interde-
<<intercambio social» que implica descubrir posibles «engaños» con respecto a una regla social). A pendencia de los procesos de producción y comprensión del lenguaje,
partir de sus resultados, Cosmides ha defendido la idea de que los mecanismos de razonamiento
implicados en la resolución de problemas interpersonales de intercambio social se asemejan a
pone de manifiesto también la dificultad intrínseca del estudio cientí-
módulos especializados que permiten realizar, de forma rápida y eficiente, inferencias en situacio- fico de los «procesos centrales» de la actividad discursiva y de su
nes de interacción e intercambio social (cfr. Riviere, 1991). caracterización psicológica.

668 669
PSICOLOGIA DEL LENGUAJE. INVESTIGACION Y TEORIA LA PRODUCCION DEL DISCURSO Y LA CONVERSACION

d) La naturaleza esquemática de los discursos: que facilitan a los oyentes la construcción de inferencias y expectati-
Noción de superestructura vas y, consiguientemente, la comprensión e inter_pretación de los
discursos (cfr., también, capítulo 11). Al mismo tiempo, condicionan
Las definiciones de la coherencia comentadas en páginas anteriores decisiones del hablante, durante la producción, que posteriormente se
comparten el supuesto de que las contribuciones de los hablantes a reflejan en la propia organización superficial de los textos y en
los discursos pueden ser interpretadas como unidades funcionales que algunas de sus marcas lingüísticas (vg. en el estilo retórico -cfr.
han de ser relevantes, entre otras, respecto a un tópico o macroestruc- cuadro 14.12-).
tura semántica previos. Sin embargo, como ha observado Van Dijk La influencia «de arriba a abajo» que las superestructuras tienen
en J.?Umerosas ocasiones ,(v~. 1978, 1980 -y también capítulo 11-), sobre las macroestructuras (y, a través de éstas, sobre la codificación
nocwnes como las de topico o macroestructura, con ser esenciales lingüística de los mensajes) en la planificación de los discursos no ha
para dar cuenta de la textualidad y coherencia de los discursos, sido descrita todavía en términos suficientemente precisos (como
resultan por sí mismas insuficientes en una caracterización de su reconoce el propio Van Dijk -1980, p. 130--), aunque, hasta el
coherencia global (especialmente cuando los textos son planificados y momento, ha dado ya pie a ciertas especulaciones sugerentes en
ejecutados .por un solo hablante -caso de los monólogos y de los relación con la conceptualización de las fases iniciales de este proceso
textos escntos-). ¿Por qué? Porque, con cierta frecuencia, los textos (vg., en concreto, en cuanto a la interpretación del párrafo como
poseen un carácter esquemático, convencional y fijo, que es indepen- unidad básica en la planificación del discurso -vg. Longacre, 1979;
diente de su contenido semántico, es decir, poseen regularidades Hinds, 1979-). En última instancia, ilustra una vez más la debilidad
estructurales que permiten diferenciar distintos tipos de «formatos»: de la barrera que separa a algunos de los procesos psicolingüísticos de
así, las narraciones o historias, los discursos procedimentales o los procesos cognitivos centrales.
narraciones de cómo hacer algo, los textos expositivos o ensayos, los La estrecha conexión existente entre las superestructuras y otras
textos exhortativos o sermones, y otros (cfr. vg. Van Dijk, 1980, formas o unidades esquemáticas de representación del conocimiento
1985; lsenberg, 1987). en la memoria no permite interpretar, sin embargo, que los procesos
A las estructuras que identifican los tipos o formatos globales de psicolingüísticos responsables de la producción y la comprensión de
discurso se las llama superestructuras. Las superestructuras son en los discursos son meros reflejos de los procesos centrales y que, por
este sentido, representaciones abstractas de la organización del co~te­ tanto, su caracterización nada aporta a la caracterización científica de
nido de los discursos que se fijan culturalmente y que, en cierta estos últimos. Dubitsky y Harris (1980), por ejemplo, en un curioso
forma, organizan el significado global (macroproposicional) de los
textos (Van Dijk, 1980 -cfr. capítulo 11-). Desde el punto de vista
Narración Procedimental
del oyente, las superestructuras, que están estrechamente vinculadas a
otras unidades de representación esquemática de las acciones e l. Primera/Tercera persona. 1. Persona no especificada.
interacciones sociales como los marcos o los guiones, proporcionan 2. Centrado en el agente. 2. Centrado en el sujeto u objeto
una base de conocimiento relativamente invariable en condiciones paciente.
normales que facilita la realización de inferencias causales tanto 3. Tiempo definido. 3. Tiempo abierto o no especifica-
«hacia delante» como «hacia atrás» y tanto durante la comprensión do.
de textos orales como escritos. Desde el punto de vista del hablante, 4. Vínculos cronológicos entre pro- 4. Vínculos cronológicos entre pro-
posiciones. posiciones.
las superestructuras determinan jerárquicamente algunas de las deci-
~iones iniciales de la p~~nificación de sus discursos: por ejemplo, Exposiciones Sermones
mfluyen sobre la seleccwn de las unidades temáticas centrales del
disc~rs? (los tópicos) y sobre la ordenación linea~ y jerárquica de los 1. Referencia personal no necesaria. 1. Segunda persona.
subtopicos en el texto. El respeto al orden cronologico de los aconte- 2. Centrado en el tema. 2. Centrado en el destinatario.
cimientos en las narraciones, la presentación lógica de los argumentos 3. Tiempo no focalizado. 3. No marcas temporales, pero sí
en lo~ discurso,s exposi~ivos y procedimentales, etc. (Brewer, 1980), modales.
4. Vínculos lógicos entre proposi- 4. Vínculos lógicos entre proposi-
constituyen, asi, mecamsmos de coherencia no ligados al contenido 1

ciones. ciones.
s~?IáJ.?-tico ni a la relevancia pragmática de los discursos, pero tam-
bien Importantes en tanto en cuanto conectan a los discursos con Cuadro 14.12.-Algunas características de los formatos textuales básicos (en Hinds,
formas generales y esquemáticas de representación del conocimiento 1979, p. 136).

670 671
PSICOLOGIA DEL LENGUAJE. INVESTIGACION Y TEORIA
LA PRODUCCION DEL DISCURSO Y LA CONVERSACION

estudio que hasta el momento no ha sido replicado, han demostrado demasiado especulativa. Sin embargo, como hemos ido viendo en
que los formatos textuales (i.e. las superestruc~uras~ transpo~t~n por otros puntos de este ~olumen (capítulos 4, 5 y 11), no parece ser, en el
sí mismos contenidos ilocutivos que pueden mflmr y modificar la momento actual, la unica que apunta en este sentido.
comprensión y los recuerdos de los textos (i.e. s~ i?te~pretabilidad, en
un sentido amplio). Para poner a prueba su hipotesis, estos autores
presentaron una misma información en textos q~~ se ajustaban. a 6. REPRESENTA ClONES Y PROCESOS EN LA PRODUCCIÓN
cuatro formatos discursivos distintos: una narrac10n, una descnp- DE DISCURSOS Y CONVERSACIONES DE DIFERENTE MODALIDAD
ción, un anuncio publicitario y una conversación. T ra:s p~dir a sus El cot?entario, en apartados anteriores, de las propiedades básicas de
sujetos que realizaran una tarea de recuerdo y otra de «JUICios». sobre los discursos y de las razones que inducen a interpretarlos como
la información presentada, observ.aron que el nú~ero de umd.ades fo:m~s. de actividad intencional cuya eficacia viene regulada por
informativas recordadas y la «actitud» o valorac10n de los SUJetos pnncipws como el de «cooperaciÓn» ha permitido llamar la atención
hacia ciertos aspectos de la información presentada, o hacia la sobre el hecho de que, en sus intercambios comunicativos naturales,
dificultad de los textos mismos, variaba significativamente de unos los h~manos elaboran y hacen uso de representaciones relativamente
textos a otros (vg. los contenidos factuales se recordaban peor cambiantes de las personas con las que se comunican (especialmente,
cuando se presentaban en forma de anuncio que en formatos de de los «estados mentales» de esas personas durante las conversaciones
descripción o narración; sin embargo, la comprensión de estos últi- -vg. de sus intenciones comunicativas y de los conocimientos que
mos se valoraba como más difícil que la de los anuncios o conversa- poseen y/o comparten con el hablante-), de los contextos o situacio-
ciones). ~es donde se d.esarrollan estos int~rcambios y de las restricciones que
Los resultados obtenidos por Dubitsky y Harris son sin duda estos pueden Imponer al contemdo y forma de las contribuciones
sugerentes, si bien no deben ser considerados como muy concluyentes individuales al discurso, y del contexto lingüístico o discurso previo.
habida cuenta de que tanto el diseño de su investigación com~ la . L~ caracterización formal de la «competencia pragmática o comu-
presentación de sus resultados adolecen de defect~~.formales relatlv~­ mcatn~a», es decir, la. i~entificación de los tipos concretos de repre-
mente graves (lo que no deja de resultar paradoJlCO en un estudw s~I?-tacwn.es .~ ~onocimientos relativos al contexto (interpersonal,
sobre formatos textuales). Por un lado, ilustran más que invalidan fisico o lmgmstico) que se ponen en juego durante los intercambios
una idea que consideramos importante: en concreto, la idea de que comu_nicativos naturales, así como la definición de los procesos que
algunas de las representaciones de orden superior que permiten dar permiten dar cuenta de su construcción y utilización por los sujetos
cuenta de la organización formal de los textos constituyen, como ha durante tales intercambios, constituyen, por tanto, piezas tan básicas
sugerido Van Dijk (1980, p. 131), «ejemplos prototípicos del... cono- para las explicaciones cognitivas de la actividad lingüística como la
cimiento organizado en esquemas de los usuarios del lenguaje». Por construcción de teorías sobre el conocimiento gramatical y su uso
otro lado, sin embargo, abren la puerta a la intrigante posibilidad de (que revisamos en los capítulos 6, 7, 9 y 10) o sobre el conocimiento
que la naturaleza intrínsecamente conversacional de los discursos general del mundo y su participación en la interpretación de los
(operativizada mediante variables pragmáticas como la de «fuerza discursos y oraciones (capítulo 11). No obstante, pese al interés de la
ilocutiva global del discurso») imponga peculiaridades estructurales m?delización teór~ca de este importante componente del procesa-
y1o funcionales a estas representaciones y, por extensión, tenga miento del lenguaJe, y como consecuencia, en buena medida, de la
implicaciones para la caracterización de la propia organización fun- exyrema dificultad que implica el intento de formalizar los aspectos
cional del sistema cognitivo. Sin duda, la posibilidad de identificar un mas centrales y contextualizados de la actividad lingüística (cfr.
dominio cognitivo pragmático-discursivo con propiedades computa- capítulo 5), no existe hasta la fecha ninguna propuesta concreta de la
cionales diferenciadas tanto respecto al dominio lingüístico como a que pueda decirse, en rigor, que constituye una «teoría explicativa»
otros dominios cognitivos más generales (vg. de solución de proble- de la producción de discursos y conversaciones, es decir, una teoría
mas o de razonamiento) está en el trasfondo de la propuesta de Van que haya proporcionado descripciones suficientemente detalladas de
Dijk (1980) cuando define un tipo de unidades -a las que también las. r~presentaciones y procesos que participan en esta forma de
llama «macroestructuras»- como unidades de representación comu- actividad y/o que haya permitido derivar predicciones que hayan sido
nes a ciertos tipos de actividades cognitivas complejas (concretamen- contrastadas empíricamente de forma sistemática.
te, el discurso y otras formas de interacción) pero diferenciables de Pese a la inexistencia, en la actualidad, de teorías psicológicas
representaciones o procesos más generales como los implicados en la com~letas y/o precisas 9ue expliquen cognitivamente la producción
utilización de guiones y marcos. Sin duda, la sugerencia es todavía de discursos y conversaciOnes en contextos comunicativos naturales
'
672 673
PSICOLOGIA DEL LENGUAJE. INVESTIGACION Y TEORIA LA PRODUCCION DEL DISCURSO Y LA CONVERSACION

existe un número considerable de propuestas y aportaciones de


a) Conocimiento de los procedimientos de selección y jerarquización de
procedencia disciplinar heterogénea que abordan algunas cuestiones intenciones u objetivos comunicativos y procedimientos para elaborar,
directamente relacionadas con esta problemática. Algunas de ellas (la implementar y revisar planes orientados a metas.
mayoría) son, como se ha visto, propuestas relativas a los tipos de b) Modelo de oyente (o «teoría de la mente» del interlocutor) y conocimiento
representaciones implicadas en (o que teóricamente deben ser supues- de procedimientos para predecir la actividad de los interlocutores y
tas para dar cuenta de) la realización de discursos y conversaciones regular el propio discurso atendiendo a dichas predicciones.
eficaces. Otras, además, aventuran algunas hipótesis sobre la natura- e) Conocimientó del «conocimiento mutuamente manifiesto» o «conocimien-
leza y 1o funcionamiento de los procesos. A lo largo de este apartado, to comÚn» con los interlocutores que fundamenta el cálculo eficaz de las
nos haremos eco de unas y de otras. Al mismo tiempo, aprovechare- condiciones de relevancia de las contribuciones al discurso.
mos la ocasión para comentar algunos datos evolutivos que pueden d) Modelo de discurso previo y conocimiento de los procedimientos que
permiten regular el contenido informativo del discurso (equilibrio entre la
contribuir a clarificar la naturaleza de las representaciones que
información nueva y la dada).
componen la competencia pragmática y sus semejanzas y diferencias e) Modelo del contexto pragmático o situación concreta en que se desarrolla
respecto a las que componen la competencia lingüística o gramatical. el discurso.
/) Conocimiento de los principios conversacionales (vg. las máximas de
6.1. Componentes representacionales: Grice) que regulan los intercambios comunicativos.
¿Qué tipo de conocimiento es el de la competencia pragmática? g) Conocimiento de los formatos textuales básicos (narrativo, expositivo,
etc.) y de sus correspondientes macroestructuras canónicas.
Comenzaremos, en primer lugar, por enumerar los tipos de conoci- h) Conocimiento de los procedimientos que permiten mantener la textuali-
miento que, como hemos ido viendo en los apartados anteriores, han dad (coherencia lineal y global) entre las unidades del texto.
sido invocados más frecuentemente como componentes representa- i) Procedimientos para recuperar y re-utilizar conocimiento adquirido pre-
viamente a partir de textos.
cionales. determinantes de la realización eficaz de discursos y conver-
j) Procedimientos para evaluar y manejar situaciones mediante el uso de
saciones por los distintos autores. Para ello, comenzaremos por textos lingüísticos.
destacar la idea, central en los escasos trabajos que han tratado de k) Procedimientos para mantener el discurso a pesar de las discrepancias,
responder explícitamente a esta cuestión (vg. Steedman y Johnson- discontinuidades, ambigüedades y ocurrencias no esperadas que puedan pro-
Laird, 1980; De Beaugrande, 1980b), de que la realización eficaz de ducirse.
discursos en situaciones interactivas (conversaciones) debe interpre-
tarse como una forma de actividad compleja que implica, por parte Cuadro 14.13.-Tipos de conocimientos declarativo y procedimental (no gramaticales)
del hablante, la utilización de conocimientos tanto de tipo declarativo que intervienen en la producción de discursos y conversaciones, según De Beaugrande
como de tipo procedimental. (1980b).
Además del conocimiento gramatical y del conocimiento general
del mundo, se han señalado los tipos de conocimiento que se presen- (cfr. Steedman y Johnson-Laird, 1980; Joshi, 1982; Brady y Berwick,
tan en el cuadro 14.13. 1983; Grosz et al.~ 1986, o Kempen, 1987, para una revisión) han
En las últimas décadas, los teóricos de la LA. han elaborado demostrado la necesidad de presuponer, en una explicación cognitiva
programas de simulación de la producción de discursos y conversa- de la producción de discursos y conversaciones, la existencia, en el
ciones que confirman la validez psicológica de la mayoría de tipos de sistema cognitivo, de componentes de procesamiento especializados
conocimiento recogidos en el cuadro 14.13 así como el interés de su indi- en la utilización de información acerca de la situación y el tema sobre
vidualización y formalización para una explicación científica de el que versa la conversación, ciertos estados mentales del hablante y
la producción de mensajes comunicativos coherentes y 1o adecuados. de su interlocutor (vg. las metas u objetivos comunicativos de am-
Sistemas como el ELIZA (Weizenbaum, 1966), que puede simular una bos), el sustrato presuposicional derivado del discurso previo, los
e.ntrevista de corte rogeriano (cfr. capítulo 2), el SHRDLU (Wino- principios reguladores básicos de la participación en conversaciones y
grad, 1971 ), que es capaz de responder preguntas relativas a la la organización interna de textos complejos estructuralmente cohe-
ordenación de una serie de bloques en un tablero, el T ALE-SPIN rentes. Ahora bien, ¿qué se quiere decir cuando se afirma que el
(Meehan, 1976), que genera historias y cuentos coherentes, el PAULI- procesamiento del lenguaje dispone de. componentes «especializados»
NE (Hovy, 1988), que genera versiones alternativas de un mismo en el manejo de conocimiento de tipo pragmático? ¿Cuál es el
texto en función de los objetivos retóricos, las metas atribuidas al estatuto epistemológico de estas formas de conocimiento? ¿Hasta qué
interlocutor y la cualidad «afectiva» del contexto, y otros muchos punto resulta necesario postular un componente de procesamiento

674 675
PSICOLOGIA DEL LENGUAJE. INVESTIGACION Y TEORIA
LA PRODUCCION DEL DISCURSO Y LA CONVERSACION

extragramatical, especializado en ele~entos pragmáti~os, fl7ncional-


mente distinto a las facultades «honzontales» que IJ?-tervien~n ~e hum~no prescindi~ndo, como se ha sostenido desde ciertas posiciones
modo inespecífico en otras formas de la actividad social y/o mteh- func10nahstas radicales, de la referencia a algunas de sus peculiarida-
d_es estructu:ales más distintivas (vg. vinculábamos el desarrollo de
gente? ., . , l ciertas propiedades del ejercicio de la función declarativa con rasgos
En capítulos anteriores (capítulo 6 y t_ambien_capitu. o ~~,
1 apa~ta-
do 6), se han ido señalando algunos critenos de diferenciaciOn posible estr_uctu_rales como el de la doble articulación, la productividad y la
entre los tipos de conocimiento que componen la llamada_ «compet~~­ arbitranedad de los signos lingüísticos). Al mismo tiempo, sin embar-
cia lingüística» frente a los que componen la <~competencia p~agmati­ go, oponíamos a las interpretaciones más radicalmente formalistas
ca». Así, por ejemplo, se destacaron a) el caracter ~ormal e mdepen- ~vg. las que tan sól<_> aceptan, en su análisis del lenguaje, el carácter
diente del contenido que poseen las re~las grama~Icales pero n? las mnato de la gramáti~~) _l,a consideración de que, si bien es cierto que
pragmáticas, que exige supon~r. l?ecamsmos ~e ~omputo especifi~os el d~sarrollo o adqmstciOn del lenguaje es un proceso genéticamente
para el tratamiento de las posibilidades y restncc10nes combmaton~s en~aizado .en el de,sarrollo de competencias simbólicas, comunicativas
de las primeras pero no de las segundas; b) la menor, ~ependencia e mt~r~~tivas mas generales, ello no tiene por qué implicar la
respecto a la experiencia del sujeto en el mundo (especi~Ical?ente la suposiciOn de que estas habilidades, y la competencia pragmática del
experiencia de interacción con otros en contextos _comumcativos) del lenguaje que de ellas se deriva, tengan que ser consideradas como
capacidades no innatas o inespecíficas.
proceso de adquisición del ~onocimi~~to gramatical, frente al ~e 1~
adquisición de la competencia pragmatica, y e) el car~cter constztutz- . • ~o repetiremo~ aquí )as consideraciones que, en su momento,
vo de las reglas y principios gramaticales frente al caracter ~uramel?-~e ~usuflcaron esta aflrmacion. No obstante, y puesto que lo que nos
regulativo de principios pragmáticos como los de cooperac10n, eqm_h- Interesa en este capítulo es proporcionar un comentario lo más
brio entre la información nueva y dada o búsqueda de coherencia. comp~eto posible a~erc~, de los procesos y representaciones que
Estas tres propiedades, unidas a la observación de las condiciones en participan en la r~ahzac10n de discursos y conversaciones, creemos
que adquieren ,los J?-iños la g~a~á~ica de su lengua, ~an llevado a que puede s_e~ pertmente traer a colación aquí, sin ninguna pretensión
atribuir un caracter mnato y b10logicamente predetermmado ~1 cono- de ~xhaus~Ividad, algunos datos de la investigación evolutiva. A
cimiento lingüístico y a interpretar su existen~ia c~n:o refleJO de la traves de dichos datos (algunos de los cuales han sido presentados ya
posesión natural, en n_uestra espe_cie, de un disp?~Itivo m7n~al con en los capít~los 4 y 5), trataremos de ilustrar dos argumentos que
propiedades computaciOnales radicalmente esl?eciflcas y ~I~tmtas a pueden arroJa_r alg~na luz acerca del problema que aquí nos ocupa (la
las que subyacen a cualqu~er otro tip~ de capacidad y/o ~ct_Ividad. De naturaleza ep~sté_mica de los conocimientos pragmáticos) a la vez que
forma simétrica ha tendido a asumirse que los conocimientos que pued~n ~~nt_nbmr a_ completar el análisis del lenguaje y de la activi-
integran la com~etencia pragmática, por su hipotética may?r depen- da_d lmgmstica realizado a lo largo de los capítulos anteriores. En
dencia de la experiencia del sujeto con su entorno~ co~sttt~y_en un pnmer, ~ugar, darel?os cue~ta del hecho de que la competencia
derivado no innato, sino aprendido, de compete~cias Simboh~as o prag~at1ca se adqmere me~hante un proceso que ocupa un periodo
comunicativas más generales; en esa misma medida, h~ tendi_do a relativamente largo de la vida (para muchos, ocupa toda la vida), y
asumirse que las habilidades pragmáticas constituyen mamfestac10nes que resulta fuert~me~te influenciable, en muchos de sus aspectos,
de capacidades no específicas que pueden ser observadas tai?-t? en tanto po~ la exp~ne!_l~I~ social como por el nivel de competencia o de
dominios no lingüísticos de la actividad humana como en la actividad conocimientos lmgmsticos de los sujetos. En segundo lugar, sin
de otras especies (Chomsky, 1980). . . embargo, recordaremos algunos datos que ponen de manifiesto que
La distinción que por lo general se establece ~ntr~ el.~;>~ocimiento alg~nas. ~e las. habilida?es pragmáticas que resultan esenciales para la
de la gramática de la lengua (o «compete~cia lmg~.H.stica») y el reahzac10n eficaz de discursos y conversaciones comienzan a adqui-
conocimiento extragramatical (o «compet~ncia_ pr~gt?-at1ca») es u~a rirse e~ etapas prelingüísticas de la vida del niño (concretamente, en
distinción teóricamente crucial en el estudiO psicologico del lenguaJe los pnmeros meses de su vida), parecen desarrollarse de un modo
y, por ello mismo, es importante que no sea mali~terpretada. En el similar a «capacidades naturales innatas y específicas» -como las
capítulo 5 de este volumen, por ejemplo, y tras ana~Izar el proceso de gramaticales- y parecen requerir dispositivos cognitivos similares a
construcción génetica de las funciones. a ~as que sirve de sopor!~ el algunos de los que subyacen a la adquisición de la gramática. Sobre la
lenguaje (funciones simbólica, comumcattva y de autorregulaciO_n), base de estos dos tipos de evidencia y el análisis de los procesos de
dudábamos explícitamente de la posibilidad de dar cuenta efect1':a producción _d_e _t,extos y conv_e~saciones, postularemos la hipótesis de
del alcance exacto y las peculiaridades funcionales del lenguaJe que la adqms1c10n de las habilidades gramaticales y de las habilidades
pragmáticas pueden seguir cursos evolutivos distintos; que cada uno,
676
677
LA PRODUCCION DEL DISCURSO Y LA CONVERSACION
PSICOLOGIA DEL LENGUAJE. INVESTIGACION Y TEORIA

por separado, puede vincularse genéticamente a competencias o lingüísticos cohesivos (vg. el mantenimiento de los tiempos verbales),
capacidades biológicamente determinadas, innatas y específicas de la el dominio de formas lingüísticas indirectas y el empleo de ciertos
especie humana, y que, por tanto, hay razones que justifican la mecanismos de marcado gramatical de la información nueva y dada
hipótesis de un componente de procesamiento específicamente prag- en el discurso son también habilidades que se completan en etapas
mático, que opera como punto de enlace funcional entre las compe- tardías del desarrollo infantil. La adquisición de estas habilidades,
tencias cognitivas generales (u «horizontales», según la terminología como las de teoría de la mente y comunicación referencial, depende
fodoriana) y las competencias propiamente lingüísticas. también fuertemente de la experiencia lingüística y comunicativa
previa de los sujetos y puede ser optimizada mediante programas de
6.2. ¿Cómo se adquiere la competencia pragmática? instrucción (Stenning y Michell, 1985; De Hart y Maratsos, 1984;
McTear, 1985, 1987; Haslett, 1986).
Según se desprende de las investigaciones evolutivas, los mnos no A pesar de la evidencia, tan clara como abundante, de que la
completan la adquisición de algunas de las habilidades textuales y competencia pragmática no concluye su desarrollo hasta fases tan
conversacionales básicas hasta edades cercanas a los 10 años, es decir, tardías como la pre-adolescencia (y, en casos de deprivación sociocul-
hasta edades relativamente tardías en comparación con la precocidad tural o escasa experiencia en el manejo de textos orales y escritos,
del desarrollo de las habilidades gramaticales. Hasta aproximada- hasta la adolescencia o la vida adulta), no es posible afirmar que la
mente los 7-8 años, por ejemplo, no parecen adquirir un nivel de competencia pragmática es un componente de procesamiento apren-
desarrollo aceptable de la capacidad para evaluar adecuadamente el dido cuyo desarrollo viene totalmente determinado «desde fuera» del
valor informativo o no informativo de sus mensajes en tareas de sujeto. Ello es así porque, como ya tuvimos ocasión de comentar en el
comunicación referencial que exigen la elaboración de hipótesis capítulo 5, existe también un conjunto de datos empíricos (más
acerca del estado de conocimientos y de los posibles mecanismos de recientes, pero no menos rotundos ni abundantes que los anteriores)
decisión del interlocutor (vg. Asher y Parke, 1975; Asher y Oden, que ponen de manifiesto que mucho antes de los siete años (antes
1976; Markman, 1981; Patterson y Kister, 1981; Robinson 1981· incluso de la adquisición del lenguaje en el primer año y medio de
Sonnenschein, 1985; Sodian, 1988; Boada y Forns, 1989); alred~dor d~ vida) los niños son ya competentes en habilidades tales como expre-
los 7 años, resultan todavía poco eficaces a la hora de negociar con sar intenciones comunicativas y reconocer intenciones en otros, coor-
sus interlocutores las decisiones que les permiten a ambos resolver dinar sus acciones con los otros y predecir sus acciones, construir
eficazmente la tarea (Lloyd, 1989). Por otra parte, se ha podido representaciones sobre las creencias, deseos y motivaciones del otro,
comprobar que la capacidad para evaluar adecuadamente las necesi- etc., es decir, en habilidades que presuponen capacidades representa-
dades informativas del interlocutor en este tipo de tareas aumenta a cionales sobre los interlocutores y sus «estados mentales» que, como
medida que aumentan tanto el conocimiento léxico y morfosintáctico hemos visto, resultan básicas para una caracterización cognitiva de
del niño como su capacidad para identificar criterios de diferencia- las conversaciones.
ción perceptiva relevantes (Olson, 1970; Camaioni y Ercolani, 1988) Al comentar el desarrollo de las intenciones comunicativas~ por
-aunque ninguna de estas habilidades garantiza el éxito referen- ejemplo, señalábamos ya que la realización de actividades comunica-
cial- y que puede ser entrenada tanto en niños normales como en tivas intencionales constituye uno de los logros más destacados de los
niños con deficiencias cognitivas y emocionales (Chandler, Greens- niños en la segunda mitad de su primer año de vida. Estas primeras
pa~ y Barenboim, ~974; Ironsmith y Whitehurst, 1978; Asher y conductas comunicativas intencionales (los protodeclarativos y pro-
W1gfield, 1981; Wh1tehurst y Sonnenschein, 1981; Dickson, 1981; toimperativos descritos, por ejemplo, por Bates y sus colaboradores
Deutsch y Pechmann, 1982). -Bates, 1976; cfr. también Riviere, 1984, 1990--) aparecen en torno
La capacidad para construir teorías adecuadas de la mente del a los 9-10 meses de edad y, desde un punto de vista morfológico,
interlocutor (i.e. representa,ciones adecuadas de sus estados mentales implican la utilización de algunas de las señales emocionales que
actuales), que subyace a la correcta realización de las tareas de componen el repertorio expresivo innato del niño (vg. risa, llanto),
con:unicación referencial y de otros muchos tipos de tareas (cfr. así como la realización de conductas instrumentales naturales como
Astmgton, H~arris y Olson, 1988), no se adquiere plenamente hasta la de tender la mano hacia un objeto deseado que se intenta alcanzar.
los cuatro anos de edad. Por su parte, otras investigaciones, más No obstante, y a diferencia de lo que ocurre en momentos evolutivos
centr~das en la capacidad de construcción de textos coherentes y bien anteriores, la realización de los primeros realizativos a partir de los
cohe.siO~ados,. han mostrado que la capacidad de elaborar textos nueve meses se acompaña de miradas alternativas hacia el adulto y no
exphcat1vos b1en formados, el empleo correcto de ciertos mecanismos sólo de miradas hacia el objeto, lo que, como se recordará (capítulo

678 679
PSICOLOGiA DEL LENGUAJE. INVESTIGACION Y TEORIA
LA PRODUCCION DEL DISCURSO Y LA CONVERSACION

5), puede interpretarse como un indicador de la adquisi~ión, por


parte del niño de la capacidad de reconocer al adulto no solo como !_al ~,como ha señala?o, entre otros, Leslie (1987, 1988), la
alguien difere~te al propio niño («intersubjetividad primaria») sino clanflcacwn de los .mecamsmos computacionales que permiten dar
como alguien que posee la capacidad de actuar causalmente sobre ~os cuenta de la capacidad para construir representaciones sobre los
objetos con independencia del niño («intersubjetividad secundana» estados mentales de otros y para actuar de forma consecuente con
- Trevarthen y Hubley, 1978; cfr. también Harding y Golinkoff, tales representa~iones en situaciones de comunicación constituye un
1979; Harding, 1982; Golinkoff, 1983-). problema de pnmer orden para la investigación cognitiva. ¿Qué tipo
Las primeras conductas comun~~ativas intencionales, por o~~o de máquina de manipulación de símbolos es la responsable del
desarrollo de la capacidad de construir una teoría de la mente? se
lado, presuponen la capacidad del nmo para e.stablec~r una aten:cwn
conjunta con el adulto en relación con un obJeto. Dicha capacidad, pre~unta ~eslie; ¿qué propieda?-es poseen estas representacion~s?,
¿que. r.elacwi?- poseen coi?- ot~os tipos de competencias -simbólicas o
como han señalado diversos autores (vg. Butterworth y Grover, cogmtivas e mcluso no simbolicas-?
1988), parece estar estrechamente vinculada tambi~n en su desarrollo Para Leslie (1987, 198~), como para otros autores (vg. Wimmer y
a habilidades extremadamente tempranas y espontaneas tales como la Perner, 1983; Perner y Wimmer, 1985; Perner, Leekam y Wimmer
atención preferente de los neonatos ante la cara y la voz humanas 1987,. y, entre nosot!os, Riviere, 1990; Núñez y Sotillo, 1990), 1~
frente a otros estímulos visuales y/o auditivos (Fantz, 1965; Johnson capacidad de cons~rmr una «teoría de la mente» se vincula genética-
et al.~ 1991, cfr. también Palacios, 1984, 1991) o la sincronización de mente a 1~ capacidad .de construir metarrepresentaciones (es decir,
la actividad motora del bebé con los ciclos de habla/silencio de la rep!esentacwne~/ creencias de segundo orden relativas a las represen-
-madre, desde las primeras horas de la vida (Condon y S~nders, 1974). taciOnes/ creencias de otra persona). Dichas representaciones . como
Como ha justificado Riviere en algunos de sus trabaJos (vg. 1983, se ~omentó en el capítu~o 5, pos.een propiedades distintas a las que
1984), existen razones sobradas para pensar que estas pautas tempra- defmen las representaciOnes pnmanas (vg. son referencialmente
nas de sintonización y sincronización de la actividad del bebé con la «opacas» y pueden ser combinadas de forma recursiva -como se
del adulto, que preceden a la capacidad de atención conjunta y que 4e ejemplificar~a con un enunciado del t,ipo «Cre? que tú crees que yo
forma aún embrionaria prefiguran algunas de las características mas c;e? que tu crees ... e~c.»-). Ademas, se asientan en mecanismos
típicas de los conversaciones como el ajuste al interlocutor y el lo~Icos de «desdoblamiento de representaciones» que se manifiestan
respeto a los turnos del habla (Stern, 1977; Bruner, 1974, 1975; tÍpicamente en los juegos infantiles de simulación (vg. mecanismos
Bullowa, 1979) constituyen también pautas innatas y biológicamente de .~ust~tuci~n ~e objeto~, atribución ficticia de propiedades y simu-
determinadas. Dichas pautas, por otro lado, pueden verse afectadas y lacwn Imagmana de objetos) y a los que Leslie atribuye un carác-
alteradas en su desarrollo en algunas patologías (como el autismo ter innato, .específico y modular. Hobson (1986a, b; 1989), sin em-
infantil y ciertas formas de psicosis adulta), incluso en sujetos que no bargo, ha mterpre~ado que los niños, gracias a la preferencia que
parecen tener afectadas otras competencias de tipo lingüístico y/o poseen de for~~ mn~ta para percibir estímulos de origen social
simbólico (cfr. capítulo 15 de este volumen). Otros datos, como los (co~o. la ~xpreswn facial o la voz humana), poseen la capacidad de
que confirman la extrema precocidad y el carácter presumiblemente percibir dtrectamente los estados mentales de sus interlocutores a
universal de la secuencia de adquisición de las funciones pragmáticas partir ?e las . claves emocionales expresadas corporalmente. Esta
del lenguaje (Dore, 1974, 1975; Halli?ay, 1975;. ~uñoz, 1983; Bel~n­ p~rcepciÓn «directa» o «descognitivizada», a la que Hobson deno-
chón, 1985), la preferencia de los bebes por codificar en sus mensaJes mma «empatía no inferencia!», se interpreta también, en la obra de este
los aspectos novedosos del entorno ya desde sus pr~meras holofra~~s autor, como un proceso preprogramado biológicamente en los seres
(Greenfield y Smith, 1976; Snyder, 1978), o su capacidad para modifi- humanos.
car su lenguaje en función de la edad y condición perceptivas de. su~
interlocutores (vg. Shatz y Gelman, 1973; Maratsos, 1973; Cama10m e~pecíficas para la detección de las condiciones de continuidad y coherencia del discurso. Así, por
et al.~ 1982), confirman igualmente la existencia de precursores eJemplo, antes de los 29 meses de edad los niños adoptan una conducta expectante tras la emisión
evolutivos extraordinariamente precoces de la capacidad de construir de ~n comentario, pregunta u orden y tienden a repetir su emisión cuando ésta no recibe respuesta
y utilizar una adecuada «teoría de la mente» en los intercambios del mterlocutor (Keenan, 1974). Antes de los dos años, parecen diferenciar también con claridad en
comunicativos 8 • l~s :~i~iones q.ue .se les dirigen, cuáles son preguntas y cuáles no lo son, ajustando su cond~cta
hngmsttca substgmente a esta distinción (Shatz y McCloskey, 1984). A los tres años finalmente
parecen haber a~quirido las formas básicas de preguntas y de demandas contingentes ~ue permite~
8. En otro orden de cosas, conviene recordar también la evidencia que confirma la hipótesis de mantener el fluJo de la conversación (vg. indicadores gestuales, prosódicos o lingüísticos de
que, ya desde las primeras etapas del desarrollo lingüístico, los niños manifiestan capacidades demandas de repetición, confirmación, especificación o elaboración -Gallagher, 1977, 1981;
Garvey, 1977, 1979, y otros-).

680
681
LA PRODUCCION DEL DISCURSO Y LA CONVERSACION
PSICOLOGIA DEL LENGUAJE. INVESTIGACION Y TEORIA

Pese a las discrepancias respecto a las bases cognitivas de la puede interpretarse que los investigadores (quizá influidos por las
«conjetura metarrepresentacional» y como el propio Leslie parece tradiciones metodológicas de lingüistas y sociólogos -auténticos
admitir (Leslie, 1987, 1988; Leslie y Happé, 1989, no hay nada pioneros del estudio científico del discurso y las conversaciones-)
que impida interpretar que esta empatía emocional no inferencia! han tendido más a la descripción que a la explicación de esta forma
opera como un dispositivo capaz de poner en marcha el dispositivo de conducta. En segundo lugar, puede ser oportuno recordar que la
metarrepresentacional, toda vez que morfológicamente la conducta naturaleza intencional y contextualizada de los procesos y representa-
de simulación implica el empleo de gestos de «exageración» cuya ciones implicados en el discurso ha tendido a ser excluida a priori de
intención puede ser percibida directamente (sobre la base, quizá, de las explicaciones psicolingüísticas, tradicionalmente formalistas y
mecanismos basados en señales socioemocionales). En ese caso, ca- claramente interesadas en el estudio del sistema de procesamiento del
bría vincular genéticamente la competencia (y la incompetencia) lenguaje per se. En tercer lugar, cabe señalar la gran dificultad que
pragmática tanto con habilidades de tipo metarrepresentacional supone para la investigación observacional y experimental la necesi-
como con habilidades emocionales, tal y como han sugerido, por dad de analizar simultáneamente un grupo amplio de variables
ejemplo, Riviere (1983). interdependientes (como parecen ser las que influyen en la produc-
Como tendremos ocasión de comprobar en un capítulo posterior ción de los discursos) y el todavía poco extendido recurso a las
(capítulo 15), la respuesta definitiva ante esta dicotomía sobre las técnicas de simulación en el ámbito de la investigación psicológica.
raíces genéticas de la competencia pragmática, que sin duda resulta En última instancia, puede ser pertinente también hacer notar que
esencial para una clarificación del sustrato computacional de la incluso la utilización de técnicas de simulación (que en teoría permiti-
producción de discursos y conversaciones funcionales, parece tener su rían resolver las dificultades metodológicas de la observación y la
mejor banco de pruebas en el estudio de aquellos cuadros patológicos experimentación) posee limitaciones importantes para la caracteriza-
donde se observan déficits emocionales y 1o metarrepresentacionales y ción on-line de los procesos psicológicos que se realizan en los
también déficits en los componentes pragmáticos del lenguaje. Por el discursos; en el caso de procesos de alto nivel como los que resultan
momento, nada impide reconocer, por debajo de sus importantes pertinentes para el análisis de los discursos (vg. procesos de «arriba a
diferencias, un componente común respecto a la competencia grama- abajo», que poseen un marcado carácter inferencia! y de retroinfor-
tical de interés nada despreciable para nuestros propósitos aquí: su mación), ello acaba por imponer definiciones de la noción misma de
interpretación de que las competencias pragmáticas son el resultado «proceso» que, como tuvimos ocasión ya de comprobar (capítulo 11),
de un proceso natural y extraordinariamente precoz de aprendijaje son claramente más laxas que las que se aplican al estudio de otras
en los bebés de nuestra especie cuyo origen genético puede hundir sus áreas del procesamiento lingüístico (vg. la percepción y producción
raíces en competencias presumiblemente predefinidas también en del habla, el léxico o los procesos de parsing).
nuestra dotación genotípica. Los intentos de explicación de los discursos en términos cogniti-
vos son, pues, todavía escasos y, por lo general, fuertemente especula-
6.3. Procesos de planificación y ejecución de los discursos tivos. No obstante, cabe ofrecer una pincelada general de lo que
y conversaciones parecerían ser algunos de los procesos más importantes de la produc-
ción de discursos y conversaciones naturales .en sus formas más
La identificación de los tipos de conocimiento que constituyen la base comunes: la producción de monólogos orales, la producción de
de la competencia discursiva, como ya se comentó en relación con la monólogos o textos escritos y la participación en conversaciones cara
producción y co~prensión de otros tipos de unidades lingüísticas, es a cara y telefónicas.
un paso necesano pero no suficiente para una explicación cognitiva
de la producción de los discursos. Si queremos que ésta sea una a) La producción de monólogos orales
explicación teórica completa, será preciso identificar también los
proceso~ de utilización de estas representaciones y, a ser posible, Las características más importantes de los monólogos orales, de cara
caractenzar el modo en que estos procesos intervienen en tiempo real a una identificación de los procesos implicados en su planificación y
(on-line)~ es decir, mientras el sujeto está realizando la actividad elaboración, son, en nuestra opinión, fundamentalmente tres: a) el
objeto de estudio. hablante debe asumir en su totalidad las decisiones de planificación
Como ya observamos páginas atrás, el análisis de los procesos es del contenido informativo y de la organización secuencial del discur-
el aspecto globalmente menos desarrollado en las teorías del discurso. so (i.e. debe resolver por sí mismo el problema de la continuidad~
Ello puede explicarse a partir de varias consideraciones. Por un lado, coherencia y relevancia del discurso desde que éste se inicia hasta que

682 683
PSICOLOGIA DEL LENGUAJE. INVESTIGACION Y TEORIA LA PRODUCCION DEL DISCURSO Y LA CONVERSACION

finaliza); b) el hablante debe establecer sistemas de control de s~ el proceso no se descarta la activación continua de conocimien-
actuación discursiva fundamentalmente internos (aunque pueda reci- to almacenado en la memoria a largo plazo que se utilizaría para
bir retroinformación no verbal de su interlocutor), y e) el hablante 1~ revisión y, en su caso, reformulación del plan macroproposi-
debe planificar y producir su discurso en una. secuencia te_m~oral en cwnal.
continuo avance que implica una permanencia y acceso hm1tados Y En una línea igualmente especulativa, De Beaugrande (1980b) ha
breves de los mensajes recién emitidos en la memoria. publicado también algunas sugerencias en torno a la producción de
Según Van Dijk (1980), el proceso dé producción de los discursos discursos orales, si bien su interés se ha centrado sobre todo en el
se inicia con la elaboración de una representación general que contie- proceso de composición escrita. De sus comentarios destacaremos
ne información tanto del acto de habla global (o intención comunica- solamente dos ideas. En primer lugar, la idea (recogida de Petofi, una
tiva) como del tópico principal a desarrollar a lo largo del discurso. A de las figuras claves de la lingüística textual de los años setenta) de
esta representación general que recoge información sobre el estado que toda producción de discurso presupone la elaboración, por parte
actual y deseado de las cosas, Van Dijk la denomina «mac~o?echo_» o del hablante, de una representación inicial global (llamada aquí
«macroproposiciÓn». La construcción de las macro proposiciones Im- «modelo de texto») que sintetiza el conocimiento transportado y
plica la activación de información de la memoria a largo pl~zo a activado por el discurso (cfr. Albadalejo, 1987). El modelo de texto se
partir de la información situacional y, eventualmente, de ?~ros -~Iscur­ interpreta como insertado en un «modelo de la situaciÓn» que recoge,
sos. La macroproposición se almacena, dura~te la plamflcac10~ del entre otras, la representación de los planes y objetivos de los partici-
discurso, en la memoria a corto plazo y operana como u~a especie, d_e pantes en la situación comunicativa (sin que se especifiquen las
representación-base desde la que se generan representacwnes tematl- relaciones funcionales entre uno y otro o sus respectivos mecanismos
cas más específicas (los «microhechos» o subtópicos). _Estas repres~~­ de generación). Como única pista al respecto, De Beaugrande señala
taciones más específicas constituirían el input potenc1~l de la cod!fl- que interpreta la elaboración del modelo de texto como un proceso
cación lingüística de los párrafos y1o de las oraciones y senan desarrollado por un sistema cognitivo al que se identifica, como los
ordenadas jerárquicamente en función de su relación con el tópico teóricos LA., con un «solucionador de problemas que genera pla-
central (la representación de esta jerarquía también se mantendría nes». Una segunda idea a destacar de las propuestas de De Beaugran-
activada en la memoria a corto plazo). La derivación de subtópicos a de es la de que, según este autor, toda producción textual hace
partir de la macroproposición general se entiende, en el modelo de necesaria la definición, por el propio sistema, de un «umbral de
Van Dijk como resultado de la aplicación de una macrorregla (la terminaciÓn»: la función atribuida a dicho umbral, como se despren-
llamada ~acrorregla de «construcciÓn»), pero la realización efectiva de fácilmente de su propia denominación, es la de permitir establecer
de este proceso se vería restringida por condiciones pragmáticas cuándo están realizadas las intenciones comunicativas y cuándo, por
-que determinarían la selección de subtópicos relevantes-, por tanto, debe concluirse el proceso.
condiciones semánticas -que determinarían cuál es la información Que sepamos, ni las propuestas de Van Dijk ni las De Beaugrande
mínima requerida para que el contenido de los mensajes pueda ser han dado pie al desarrollo de programas de investigación empírica
considerado como «nuevo»- y por condiciones derivadas de la sistemáticos. No obstante, la observación de algunas patologías del
int1uencia «desde arriba» de la macroproposición y de la superestruc- lenguaje (fundamentalmente las de sujetos como los esquizofréni-
tura -que determinarían la linealización general de los subtópicos-. cos, con problemas de control cognitivo y con problemas también en
La macroproposición y la jerarquía de subtópicos generad_a a la producción de discursos coherentes y relevantes -Rochester y
partir de ella, como hemos dicho, se almacenarían en la memona a Martín, 1979; Belinchón, 1988a y b; Chaika, 1990- [cfr. capítulo
corto plazo. Desde ahí, suministrarían la información necesaria y 15]) parecen avalar, siquiera indirectamente, algunas de sus intuicio-
controlarían la ejecución efectiva del plan discursivo. El sistema de nes al respecto.
control, imprescindible para asegurar la relevancia y la coherencia de
cada nueva oración respecto al plan de discurso global, implica el b) La producción de textos escritos
mantenimiento en el retén de la memoria a corto plazo de representa-
ciones correspondientes a las oraciones que sucesivamente van verba- En comparación con el discurso oral, la producción de textos escritos
lizándose, así como una contrastación de cada una de ellas respecto a ha recibido una gran atención por parte de los psicólogos del
su intención y tópico iniciales. Aunque, como se ve, la eficacia del lenguaje, pudiendo decirse que, hoy por hoy, el estudio de los
discurso depende básicamente, según este autor, de la posibilidad de procesos implicados en la escritura constituye un dominio de investi-
realizar adecuadamente las operaciones de control, a lo largo de todo gación psicolingüística importante (por la cantidad y calidad de los

684 685
PSICOLOGIA DEL LENGUAJE. INVESTIGACION Y TEORIA LA PRODUCCION DEL DISCURSO Y LA CONVERSACION

estudios realizados) y bastante diferenciado respecto al de otras


formas de discurso.

~
Desde el punto de vista cognitivo, la composición escrita presenta
importantes diferencias respecto a la producción oral, siendo quizá su
rasgo más importante el de que es un proceso sujeto a un mayor 1---1-----+----1111>1 o
grado de control por el hablante ya que éste dispone de mucho más
tiempo para organizar y corregir su mensaje. Como ha señalado, por
ejemplo, Akinasso (1982), durante la escritura, el hablante suele
a
realizar la tarea en soledad, no en un contexto de actividad social
compartida, de forma que la retroinformación social es inexistente o
está sujeta a una demora relativamente grande. En esta modalidad de
discurso, por otra parte, el texto construido está físicamente presente
y es totalmente accesible al sujeto (lo que le permite a éste introducir
cuantas correciones estime conveniente). En la medida en que el
hablante y su interlocutor están en situaciones físicas distintas, aquél
se ve obligado a construir cuidadosamente las referencias: ello es así
porque, al carecer de un contexto físico compartido, el hablante debe
proveer a su interlocutor no sólo de la información que le permita a
éste identificar los referentes del discurso sino también del contexto
que necesita el interlocutor para poder proceder a tal identificación.
Por último, el hablante, en esta modalidad, dispone de un único canal
para su discurso (la escritura), lo que hace que no disponga de apoyos
prosódicos ni gestuales durante la producción (como los que tienen
lugar en las conversaciones cara a cara y telefónicas) y, por ello
mismo, que deba apoyarse en la utilización de formas lingüísticas
más convencionales y/o más elaboradas (i.e. mejor «gramaticaliza-
das») que las que pueden usarse en un discurso oral.
Las fases generales en las que, según la mayoría de los investiga-
dores, se desarrolla el proceso de composición escrita suelen ser
cuatro. Son las denominadas a) planificación del objetivo y el forma-
to general del texto; b) ideación, o selección de un tema presumible-
mente informativo y relevante; e) desarrollo o definición detallada de
los contenidos específicos que desarrollarán el tema general y de su
orden en el texto, y d) expresión, que implica el desarrollo secuencial
de las oraciones del texto en un modo coherente tanto local como
globalmente (cfr~ De Beaugrande, 1980b). Estas etapas, frente a lo que
o~
pudiera pensarse, no proceden de forma lineal; por el contrario,
como demuestra la más simple introspección y algunos datos experi-
mentales (vg. Matsuhashi, 1982), el sujeto, mientras escribe, está a la ~~
<~
"'
S
~
Q)
~
q.)
¡s
vez planificando e ideando la continuidad del texto, a la vez que "O "O B
también revisa y modifica la expresión de los segmentos previos. ¡~ B
¡::: ~
·E
·o"' ~ ~¡:::
o'-'l
~= ·a ·a ¡:::
q.) q.) q.)
Además de la identificación de las grandes etapas del proceso de q.) q.) u
·oo ·oo :.a "O
"'
S
composición, los investigadores de la escritura han desarrollado una ~o ¡::: ¡:::
ª
C/)
~

~~
q.)

enorme variedad de modelos que identifican los procesos cognitivos o o §


o o ¡s:;
que subyacen a las distintas etapas y/o al proceso en su conjunto (cfr.
Gil, 1984, 1985, y Gil y Santana, 1985, para una revisión en castella-

686 687
PSICOLOGIA DEL LENGUAJE. INVESTIGACION Y TEORIA LA PRODUCCION DEL DISCURSO Y LA CONVERSACION

no, o Nystrand, 1982, y Fredericksen y Dominic, 1982, en inglés).


En el cuadro 14.14 de la página anterior, se presenta un esquema
del modelo de Flower y Hayes, sin duda, uno de los más detallados
en cuanto a la definición de estos procesos.
Como se ve, este modelo identifica tres grandes grupos de proce-
sos: los de planificación, traducción y revisión (o relectura), que
pueden darse en cualquier etapa o fase de la escritura. En la medida
en que la escritura se interpreta globalmente también como una
actividad dirigida a una meta, los procesos de escritura se consideran
jerárquicamente organizados e interrelacionados, de forma que cada
uno de ellos genera la necesidad de usar de otro. En este sentido,
como ha observado muy adecuadamente Gil (1984), el proceso de la
escritura debe considerarse como un proceso de carácter básicamente
recursivo que descansa en un activo sistema de control.
Los procesos de planificación se ocupan de establecer las metas y
planificar el contenido de la actividad de la escritura en sus distintos
momentos e implican tres subprocesos que, respectivamente, se iden-
tifican con la generación de ideas (o recuperación de información
relevante desde la memoria), la organización, que implica la selección
de material y de posibles formas de estructurar el material, y que
viene controlado por las decisiones retóricas y los planes respecto a la
audiencia, y, por último, el establecimiento de objetivos a partir de lo
generado, desarrollado y revisado anteriormente (cfr. t~mbién Drop,
1987). Los procesos de traducción, que están controlados por los
planes, implican la elaboración de representaciones proposicionales,
estructuradas en torno a palabras-clave, y la conversión a secuencias
de oraciones gramaticalmente aceptables mediante los procesos ya
conocidos (capítulo 12). Finalmente, la relectura constituye un proce-
so consciente que evalúa el producto resultante o en progreso respec-
to a los planes iniciales y que puede tener lugar en cualquier momen-
to de la actividad de composición textual. Como han observado Ellis
y Beattie (1986), aunque los procesos descritos por Flower y Hayes
son procesos de carácter general que permiten establecer el sustrato
cognitivo de la actividad de composición textual en todos los sujetos,
existen numerosas diferencias individuales en el modo efectivo de
realizar esta actividad. Así, por ejemplo, algunas personas establecen
planes detallados del contenido y forma de sus textos antes de iniciar
1
o
o

la redacción propiamente dicha; otros, por el contrario, comienzan a


redactar sin un plan global muy bien desarrollado y establecen saltos
continuos hacia atrás para revisar y corregir lo ya escrito en función
de los nuevos planes que van surgiendo durante el proceso.
En una línea muy similar a lo establecido por Flower y Hayes, se
sitúan los procesos recogidos en el modelo de Bereiter, Bracewell y
Scardamalia (ver Cuadro 14.15).
Según estos autores, el proceso de la escritura implica tres niveles
de procesamiento que resultan similares a los descritos para la

688 689
PSICOlOGIA DEl lENGUAJE. INVESTIGACION Y TEORIA LA PRODUCCION DEL DISCURSO Y LA CONVERSACION

producción verbal oral (cfr. capítulo 12): uno formado por los dones, su organización formal en secuenci~s ,d~nominadas «turnos» o
procesos o actividades ejecutivos que tratan de los aspectos concep- «movimientos», etc.), nos centraremos aqm umcamente en uno de los
tuales de la escritura, otro que engloba los procesos responsables de aspectos más idiosincráticos y diferenciadores de esta forma de
la organización lingüística del texto (su organización lineal en oracio- discurso respecto al de las otras modalidades: el hecho de que la ca-
nes y cláusulas, los mecanismos de cohesión y coherencia, etc.) y un presencia física de los interlocutores _(que es total en el caso ~e las
tercer nivel de ejecución gráfica propiamente dicha que implica la conversaciones «cara a cara» y parcial en el de las conversac10nes
traducción motora de los planes (hasta ahora, codificados en el telefónicas) impone al habla un contexto paralingüístico que, lejos de
llamado «habla interna») a las representaciones gráficas escritas. Al constituir un mero añadido al discurso, lo complementa e incluso
igual que en el modelo de Flower y Hayes, estos tres niveles se puede llegar a sustituirlo o invalidarlo. ~ . .,
interpreta también que actúan interactivamente (implicando, por El habla como es sabido, se acampana en su reahzac10n vocal-
tanto, un complejo sistema de retroinformación) y que descansan en auditiva (y, 'en cierto modo también, durante su planificación en la
un riguroso sistema de control cognitivo. Además, estos autores escritura) de comunicación no verbal («gesticulaciÓn», en un sentido
(Scardamalia, Bereiter y Goelman, 1982) han llamado la atención amplio, como lo denominara Kendon, 1972). La r_nirada, los gestos de
sobre el hecho de que la escritura es un proceso relativamente lento la cara, los movimientos de manos y cuerpo y ciertos aspectos de la
que demanda una gran cantidad de atención en todos sus momentos. prosodia como la entonación, se constituyen así en un sistema de
Consiguientemente, han sugerido como factores explicativos poten- acciones paralelas y sincronizadas ~ la produ~~ión_ ,verbal, ~uya
ciales de muchos de los problemas con la escritura los siguientes: a) la realización acontece por lo general sm una plamficaclOn consciente
pérdida de los objetivos y/o planes inicialmente previstos en la por parte de los sujetos, pero cuya interpretaci?n, por parte ?e
memoria a corto plazo, debido a la lenta velocidad de ejecución; b) la los oyentes, condiciona en buena medida el prop10 «curso del dis-
interferencia entre las demandas derivadas de la ejecución mecánica curso».
del proceso (i.e. demandas del propio medio utilizado en la escritura La mirada a la cara (y más específicamente a los ojos) del
-pluma, teclado de máquina u ordenador, etc.-) y las demandas interlocutor suele acompañar de modo contingente el habla fluida
relacionadas, por ejemplo, con la planificación del contenido, y e) la contribuyendo a «marcar» los finales de oraciones y ciclos, a enfati-
dificultad para desarrollar un sistema de control de la actividad de zar ciertas palabras o frases, indicar una intención irónica o señalar la
composición totalmente interno (i.e. no basado en señales proporcio- continuidad en el ejercicio del turno de habla. Los gestos de la cara y
nadas por los interlocutores, como en la conversación). Todos estos manos además de estas funciones y de otras de naturaleza puramente
fallos, que son tanto más comunes cuanto más novatos sean los expresiva (vg. indicación de estado de ánimo), facilitan también el
sujetos en el arte de la composición, han sido confirmados en numero- énfasis, la segmentación del discurso y la realización (entre otr_a~), de
sas investigaciones experimentales por éstos y por otros autores, descripciones espaciales (cfr. Ellis y Beattie, 1986, para una revision).
proporcionando claves de extraordinaria utilidad, por otro lado, para Durante las conversaciones cara a cara, los indicadores no verbales
el diseño de programas de instrucción eficaces en el ámbito educativo del hablante actúan como indicadores para la señalización de los
(vg. Phelps-Gunn y Phelps-Tersaki, 1982; Bereiter y Scardamalia, cambios de turno y/o de tópico, pudiendo incluso sustituir la utiliza-
1987; Trimmer y McCrimmon, 1988). ción de marcas lingüísticas explícitas en el texto (vg. Duncan, 1974;
Duncan y Fiske, 1977). En lo que concierne al oyente, su conducta no
e) El desarrollo de las conversaciones telefónicas y «cara a cara» verbal opera como fuente de retroinformación para el h~blante, de
y la utilización de claves prosódicas y no verbales forma que ciertas miradas o gestos del oyente pueden ser mterpreta-
das como «demandas de clarificaciÓn» o «continuaciones implícitas»
La tercera y última de las modalidades de discurso a la que nos de turnos o emisiones conversacionales anteriores, razón por la que
referiremos, pese a ser la modalidad más primaria tanto desde un habitualmente estas conductas reciben el nombre de «conductas de
punto de vista filogenético como ontogenético, será la de la conversa- devoluciÓn» (back-channel behaviors).
ción entre interlocutores que participan simultáneamente de un mis- Desde el punto de vista de la explicación cognitiva de los discur-
mo contexto comunicativo: las conversaciones «cara a cara» y su sos, por tanto, podríamos establecer una idea que, como veremos,
derivado más reciente, la conversación telefónica. A grandes rasgos, y tiene implicaciones teóricas import_antes: ~ sa~er, gue el desa_r~ollo_ ?e
puesto que en apartados anteriores ya hemos hecho referencia a la las conversaciones, que como es bien sabido Imphca la participaclOn
mayoría de las características y condiciones de las conversaciones alternativa de distintos interlocutores en el rol de hablante, exige de
bien trabadas (vg. el carácter cooperativo y relevante de las contribu- éste no sólo competencias lingüísticas y pragmáticas (en el sentido de

690 691
PSICOLOGIA DEL LENGUAJE. INVESTIGACION Y TEORIA LA PRODUCCION DEL DISCURSO Y LA CONVERSACION

capacidad para construir mensajes bien construidos gramaticalmente inicial (central) de los mensajes, siendo su ejecución motora objeto de
y relevantes en el contexto comunicativo) sino también la realización procesos computacionales independientes.
e interpretación de claves no lingüísticas (vg. socioemocionales) de Sin duda, existen razones teóricas y empíricas de peso para
comunicación congruentes con el significado funcional del texto que mantener la hipótesis de que el habla y los gestos comparten algunos
faciliten, en la medida de lo posible, la transmisión de este significado de sus procesos centrales aunque no necesariamente de los interme-
a los interlocutores. dios y/o finales (codificación y ejecución motora). Sin embargo, ello
La competencia conversacional implica, pues, entre otras cosas, no deja de tener implicaciones para una conceptualización teórica del
una competencia básica (presumiblemente de origen biológico y procesamiento del discurso. Porque ¿hasta qué punto, entonces, la
común a otras formas de la interacción social) relacionada con la capacidad para elaborar planes comunicativos -y/o para ejecutar-
emisión y la interpretación de claves socioemocionales que se trans- los- debe entenderse como el resultado de capacidades generales e
miten a través de la voz (vg. mediante parámetros tales como la inespecíficas? ¿Hasta qué punto, por el contrario, la capacidad para
intensidad, el ritmo y el tiempo, la fluidez, etc.) y/o también a través elaborar discursos comunicativamente eficaces implica todas estas
de otros sistemas gestuales (mirada, movimiento de manos, etc.). Al competencias generales (vg. emocionales y de razonamiento) pero sin
mismo tiempo, la competencia conversacional implica la capacidad llegar a reducirse a ellas?
de sincronizar estos mecanismos de comunicación no verbal con la Diversos autores (vg. Baltaxe, 1977; Rutter y Schopler, 1987;
planificación y ejecución de los contenidos lingüísticos que consti- Loveland et al.~ 1989; Hobson, 1989; Mundy y Sigman, 1989) han
tuyen el mensaje. llamado recientemente la atención sobre el hecho de que la aparición
Esta exigencia de sincronización, que se observa ya en ciertas de ciertas formas de incompetencia conversacional y pragmática en
interacciones preverbales de los neonatos con sus madres (vg. Con- los niños (vg. en sujetos que sufren autismo infantil precoz) parece
don y Sander, 1974), ha llevado recientemente a David McNeill poder relacionarse con la falta de desarrollo, en estos mismos sujetos,
(1985) a adoptar una posición radical en el análisis de los mecanismos de la capacidad de detectar e interpretar las claves socioemocionales
cognitivos que subyacen a la comunicación gestual y a interpretar que que sus interlocutores les envían mediante señales no verbales (o
los gestos y el habla comparten un sistema computacional común, es señales prosódicas) y que hipotéticamente son tenidas en cuenta e
decir, que constituyen formas de actividad internamente relacionadas influyen de forma determinante durante la producción verbal (espe-
que forman parte de una misma «estructura psicológica» y que se cialmente durante las conversaciones «cara a cara» o telefónicas).
derivan de una misma y única representación. Esta representación se Como ya comentamos en un apartado anterior (y también en el
identífica, para McNeill (1985), con el llamado «habla interna», o capítulo 5), estas competencias socioemocionales que se expresan a
«mensaje preverbal». través de los gestos y de ciertas claves prosódicas no parecen ser
McNeill justifica su hipótesis acerca de la identidad funcional de genéticamente independientes de otras más generales de tipo sociemo-
los gestos y el habla en el lenguaje natural sobre la base de cinco tipos cional y metarrepresentacional que permiten adoptar la perspectiva
de evidencia empírica que, en su opinión, confirman que: a) los gestos del oyente e interpretar adecuadamente sus necesidades informativas
ocurren sólo durante el habla; b) los gestos cumplen funciones durante el discurso. En última instancia, la naturaleza exacta de estas
semánticas y pragmáticas paralelas a algunas de las del habla; e) competencias (vg. su dependencia funcional de otras habilidades), al
existe una sincronización entre los gestos y ciertas unidades definidas igual que el eventual carácter modular de las representaciones y
del habla; d) la producción gestual se ve alterada, junto a la produc- mecanismos inferenciales que subyacen a la aplicación eficaz del
ción verbal, en las afasias, y e) las habilidades gestual es se desarrollan principio de relevancia en el procesamiento del lenguaje, constituye
simultáneamente a las verbales en los niños. objeto de un encendido debate en el momento actual.
Feyereisen (1987) ha cuestionado la validez de algunos de los
argumentos empíricos de McNeill, especialmente en lo que se refiere
a la simultaneidad de la alteración gestual y verbal en las afasias y a 7. EL PROCESAMIENTO DEL DISCURSO COMO SISTEMA MODULAR:
su adquisición interdependiente en la infancia, postulando la conve- UNA INVITACIÓN A LA POLÉMICA
niencia metodológica de la separación funcional de los componentes
de procesamiento implicados en la producción verbal y en la de El análisis de las dimensiones y procesos más caractensticos de la
gestos. Levelt, Richardson y Heij (1985) han adoptado también una producción de los discursos y conversaciones ha ido mostrándonos,
interpretación modular al respecto y han sugerido que la relación de de forma recurrente, la Íntima conexión que esta forma de actividad
los gestos y el habla debe establecerse en la fase de planificación lingüística posee respecto a otras muchas habilidades y procesos de

692 693
PSICOLOGIA DEL LENGUAJE. INVESTIGACION Y TEORIA LA PRODUCCION DEL DISCURSO Y LA CONVERSACION

naturaleza cognitiva, emocional y social. Para poder realizar discur- capítulo 15-), pareciendo confirmada la e~istencia de. curs~s de
sos coherentes y relevantes, como hemos visto, los hablantes deben adquisición evolutiva y 1o de alteración relativamente diferen~Iados
integrar información procedente del contexto lingüístico y no lingüís- respecto a los de las habilidades lingüísticas y los de las capacidades
tico, deben realizar inferencias sobre el estado de conocimiento, las emocionales, cognitivas y sociales que teóricamente las sustentan.
intenciones y las expectativas de sus interlocutores, y deben, sobre Tampoco las representacio.nes sobre e~ estado mental d~ otros
todo, conciliar toda esta información con su propio interés de alcan- parecen tener las mismas propiedades funcwnales q';le otr?s tipos de
zar objetivos comunicativos (previamente seleccionados y jerarquiza- representación. Riviere (1991), apoy.ándose en consideracwnes taJ?-~o
dos entre otros muchos posibles) a través de mensajes que traten genéticas como lógicas y computacwnales, ha llamado la. atencwn
sobre «algo» que normalmente no implica la declaración explícita del sobre el hecho de que las representaciones. sobre los «O~Jetos con
objetivo en cuestión. Para realizar todas estas operaciones, los ha- mente» no son equiparables a las que se aphcan a_ l.os «O~Jetos a los
blantes deben hacer uso de una serie compleja de mecanismos cogni- que no se les atribuye mente»; tam.bién, como suginera VIgotsky, ~a
tivos generales -de memoria, de razonamiento, y de control- que instado a interpretar que son precisamente estas metarre~r~s.entacw­
se aplican a representaciones igualmente variadas y complejas (sobre nes (tan ligadas en el niño y en el adulto a la posibihdad d.e
la realidad general, sobre la realidad social, sobre la situación comu- utilización de ciertos enunciados lingüísticos como los que se orgam-
nicativa, etc.) y que, en ciertos aspectos, presentan indudables puntos zan en torno a verbos mentales como «Creer», «Saber», «opinar», etc.)
en común con los que participan en otras formas de la actividad las que constituyen la base de la conducta intencional y también de la
humana (vg. otras formas de la interacción social). En última instan- conciencia. .
cia, todas estas habilidades deben integrarse funcionalmente con el Quizá no hay aquí, como inicialmente sugi:ieran Sperber y ~Il-
sistema de procesamiento lingüístico en orden a que los planes son (1981), o como más recientemente ha sugen?,o Igoa (199~b) smo
comunicativos puedan realizarse de forma efectiva a través de unida- datos que confirman que, durante la producClOJ?- de los dis~ursos
des lingüísticas correctamente gramaticalizadas y linealizadas en el (como durante su comprensión), los sujetos aphcan estrate~Ias. ?e
espacio y el tiempo. utilización de recursos cognitivos generales en favor de la reahzac10~
El procesamiento del discurso ejemplifica, pues, con claridad el de tareas específicas. Sin embargo, como el propio Igoa. ha reconoci-
punto de confluencia funcional de los procesos centrales y los proce- do también (op. cit.), la ejecución de estas estrategias, que .son
sos más típicamente modulares del lenguaje, constituyendo en sí potencialmente abiertas y por ello no encapsuladas~ n? por ello tl~n.e
mismo un interfaz cuya caracterización no está exenta de problemas. lugar de forma abierta sino que responde a .constnccwnes pragmati-
Desde una Óptica fodoriana radical, apenas deberían existir dudas de cas (vg. el principio de búsqueda de re~~vancia) ta~ ~ertes, que en _la
que el procesamiento del discurso constituye un caso más dentro de práctica la hacen similar a la ejecucwn ~aractenstlca de cual9mer
los llamados «procesos centrales». Sin embargo, un análisis más sistema modular que participa de la propiedad de encapsulamiento
detenido de esta afirmación introduce algunas dudas a esta interpre- informativo. . . , .
tación. Probablemente, la mejor fuente de evidencia empinca sobre el
La producción de los discursos, como hemos visto, implica, entre carácter modular, cuasi-modular o no modular de los. componentes
otras, competencias representacionales muy particulares (vg. las que pragmáticos del procesamiento lingüístico de que se dispone en este
permiten inferir el estado de conocimientos del otro y suponer que el momento procede del estudio de los procesos de desarrollC? . y del
otro supone que suponemos algo -correcto o incorrecto- acerca de estudio de las patologías que interesan, entre otras, a las habihdades
su estado de conocimientos actual) que parecen implicar la utilización lingüísticas y conversacionales. Sin duda, y con:;to, veremos a lo larg.o
de mecanismos de inferencia deductiva similares a los que participan del próximo capítulo, es aquí donde, los ,rsi~ologos del lenguaJe
en la solución de otros tipos de problemas (Riviere et al., 1991). Sin poseen una de sus fuentes de informacion ~as dir~~tas, exceptuando,
embargo, las inferencias deductivas que se aplican al discurso y a lógicamente, los datos procedente~ de. la simulacwn, que, como ya
otras formas de la interacción social (como las del juego simbólico y hemos visto, son también extraordmanamente relevantes. .,
la conducta de engaño) parecen ser particularmente precoces (vg. se No cabe la menor duda de que el debate en torno a esta cuestwn,
desarrollan en el niño antes de lo que su desarrollo cognitivo general que no ha hecho sino comenzar, será un debate largo y, como en ~1
permitiría sospechar) y, también, parecen ser particularmente rápidas caso de tantos otros problemas psicológicos, apasion~n~e. E~ estu~10
de aplicar eficazmente por los adultos (Cosmides, 1989). Asimismo, del discurso arroja, como el de otras formas de la actividad mtencw-
parecen estar específicamente alteradas en ciertos cuadros patológi- nal y social humana, luces y sombras sobre 1~ naturaleza de 1~ n:;tente
cos (vg. autismo infantil y quizá otras formas de psicosis -ver que las organiza, sobre la estructura de los sistemas de conocimiento

694 695
PSICOLOGIA DEL LENGUAJE. INVESTIGACION Y TEORIA

que la hacen posible y sobre los mecanismos sensomotores que final- Capítulo 15
mente hacen efectiva la conducta. Con ello, el lenguaje se constituye
en lo que desde la más remota Antigüedad siempre se sospechó que LAS ALTERACIONES DEL LENGUAJE
era: un reflejo claro de lo que somos como humanos. Con su estudio, DESDE LA PERSPECTIVA PSICOLINGÜISTICA
por otro lado, la psicología se justifica como lo que siempre quiso ser:
la ciencia de la mente y de la conducta, sobre todo, humanas.

l. INTRODUCCIÓN

Como hemos pretendido demostrar a lo largo de los capítulos dedi-


cados a los procesos psicolingüísticos, las investigaciones de las
últimas tres décadas han permitido definir, al menos en parte, la
organización funcional del sistema lingüístico humano. Frente al
carácter «plano» de los modelos asociacionistas de corte más clásico,
que ofrecían un paisaje monótono de los mecanismos lingüísticos
-reducidos a conexiones asociativas simples y relaciones probabilís-
ticas entre elementos de habla-, el análisis cognitivo detallado de los
procesos y representaciones internas que se ponen en juego en la
actividad lingüística real nos ofrece la imagen de un escenario mucho
más variado y complejo: el paisaje configurado por diversos subsiste-
mas de procesos y estructuras de conocimiento, con diferentes grados
de autonomía funcional, que cooperan de forma muy precisa en la
producción, comprensión y percepción del lenguaje.
Aun aceptando una perspectiva conexionista radical, y suponien-
do que esos procesos y estructuras de conocimiento, de los que nos
habla la perspectiva de la psicolingüística cognitiva de corte más
clásico, no fueran más que «metáforas molares» para referirse al
funcionamiento paralelo subyacente de sistemas subsimbólicos de
unidades y conexiones que permitieran comprender al sistema nervio-
so como un sistema de cómputo, lo cierto es que tales metáforas
--que implican entender los procesos de lenguaje como procesos de
cómputo sobre representaciones simbólicas de conocimiento- segui-
rían siendo imprescindibles para comprender el tejido mental del que
está hecho el lenguaje humano. Probablemente no es posible cons-
truir modelos conexionistas sin una idea clara, previa, de qué se
computa, i.e. sin la base proporcionada por los modelos clásicos de
explicación psicolingüística.

696 697
PSICOLOGIA DEL LENGUAJE. INVESTIGACION Y TEORIA LAS ALTERACIONES DEL LENGUAJE DESDE LA PERSPECTIVA PSICOLJNGÜISTICA

. La doble perspectiva cognitiva molar-molecular, ofrecida respecti- el engranaje delicadísimo y complejo de la ment~ y, como den:ues~ra
vamente por los enfoques del mentalismo clásico y el mentalismo de forma clara la historia accidentada del estudio de las localizaciO-
conexionista, tiene un enorme valor para llegar a comprender, con nes cerebrales de las funciones lingüísticas, el intento de establecer
alguna profundidad, las alteraciones del lenguaje. Ello es así porque una relación puntual cerebro-conducta no ha tenid? un éxito completo
esa doble perspectiva posibilita ir más allá de los dos polos extremos (aunque sí quizá parcial) en el caso del lenguaJe .. Las alterac~ones
en que se ha situado tradicionalmente el estudio de esas perturbacio- conductuales y las lesiones cerebrales son demasiado compleJas e
nes: 1) el definido por la enumeración, puramente descriptiva, de los idiosincráticas como para poder ir más allá de relaciones extremada-
síntomas externos y comportamentales de tales alteraciones, y 2) el mente laxas.
caracterizado por la delimitación, en lo posible, de las alteraciones Ese panorama se modifica completamen~e ~uando se añade un_a
anatómicas o fisiológicas supuestamente correlacionadas con tales perspectiva propiamente psicolingüística, es decir, aquella que c.onsi-
síntomas comportamentales. Entre esos dos polos se sitúa un meca- dera al lenguaje como un producto, mental, y se estaJ:le~el! relaciOnes
nismo mental complejísimo, cuyo desconocimiento o consideración cerebro-mente-conducta o, mejor aun, entre cerebro b10logico, ~e~ebro
como mera «caja negra» crea un vacío importante en la comprensión como sistema de cómputo, estructuras y procesos de con~c.n~uento
de las alteraciones del lenguaje. y conducta. Cuando se aña~en .es~.s, ~uevos pla~os de anahsis (los
En el caso del lenguaje humano, que constituye el prototipo de relacionados con la mente psicohngmstica y no solo c~:m la cond~ct_a
actividad humana compleja y resultante del funcionamiento de una y el cerebro) a las perspectivas clásica~, emergen :propiedades, prmci-
mente también compleja, la simple definición de «sÍntomas» de pios y niveles de estructura del lenguaJe que permiten, po~ una parte,
.alteración o retraso lingüístico, por una parte, y de lesiones o caracterizar de forma más precisa y profunda las alteraciOnes, y por
disfunciones cerebrales, por otra, es muy pobre y deja, sí, un enorme otra explicarlas mejor y de forma más parsimoniosa, elegante y
hueco por llenar. La comprensión fina de las alteraciones del lenguaje profunda. Así, sucede con frecuencia que aquello que parece una
tiene que ir más allá: requiere emplear el lenguaje mentalista molar de miscelánea desordenada de trastornos en un plano puramente con-
la psicolingüística clásica, y el más molecular -pero no menos ductual puede definirse, en ~m plano psi~olingüístico, ,c.omo res~lt_ado
cognitivo- de la nueva psicolingüística conexionista. La primera nos plausible del daño de subsistemas. funciOnales especiÍlc?s, _de~~~I~os
permite entender cúales son precisamente esos «tejidos funcionales» y en la investigación sobre el lenguaJe normal. El mvel p~Icolmgm~uco
susbsistemas de cómputo dañados, que explican los síntomas com- -entendido como aquel en que lo~ procesos de le~g~aJe se conciben
portamentales y dan sentido de ellos. La segunda puede permitirnos, como funciones sobre representaciOnes de conocimiento, como .se
más a medio plazo, comprender qué consecuencias pueden tener los definía en los capítulos sexto y séptimo- permite, con frecuencia,
daños anatómicos o alteraciones funcionales cuando el sistema ner- descubrir el orden subyacente a las aparentemente desordenadas
vioso se concibe como un sistema de cómputo capaz de producir, anomalías que la naturaleza, o los accidentes humanos, producen en
percibir y comprender lenguaje. el lenguaje. . .. , . , .
Por ello, las pretensiones «eliminacionistas» de dar cuenta de las En suma la verdadera «dehmc10n et10patogemca» de los trastor-
alteraciones del lenguaje en términos de una proyección simple de lo nos delleng~aje -a diferencia de la que p_uede hace~se, por e~emplo,
anatómico o fisiológico a lo puramente conductual han fracasado de los trastornos del hígado- debe mclmr n~ce~an~~~nte terrr:u!'ws
históricamente y han llevado a simplificaciones poco adecuadas. establecidos en el lenguaje mentalista _de la psicolmgmsuc_a c_ogmtiVa.
Entre la conducta y el cerebro hay un largo camino por recorrer en el y, para seguir con el ejemplo ant_en~r, ~~a~ar de prescm~Ir de los
que es necesario pasar por la estación de la mente, considerada como datos y el vocabulario de la psicoh~gmstica para . exphcar , t~les
sistema -o conjunto de sistemas- de cómputo de representaciones. trastornos es semejante a intentar. exph~ar la~ _alter~c10nes ~epatlcas
Es cierto que un requisito previo para comprender los trastornos desconociendo por completo la citologia y fisiOlogia del higado_, o
del lenguaje es su descripción comportamental precisa como tales tomando a este órgano como mera «CaJa negra». No es posible
trastornos. También es verdad que la definición precisa de los entender bien las. anomalías del lenguaje sin tener en cuenta que el -
sistemas fisiológicos implicados o las lesiones anatómicas relaciona- lenguaje mismo es un producto de 1~ mente, y que ~u ~on?~ir~:üento
das con tales alteraciones es, cuando puede hacerse -que no es como hecho mental corresponde precisamente a la psicohngmstica.
siempre--, un dato valiosísimo para su comprensión, porque permite Precisamente la variedad, complejidad y riquísima fenomenolo-
establecer alguna relación entre los conocimientos que se poseen gía de los trasto;nos del lenguaj~ constituyen claves in:portantes pa~a
sobre el sistema nervioso y los síntomas externos de trastorno en el intuir su complejidad computaciOnal y su del?~ndencia de I?e~ams­
comportamiento lingüístico. Pero entre el cerebro y la conducta está mos mentales que a) se basan en la poses10n de conocimientos

698 699
PSICOLOGIA DEL LENGUAJE. INVESTIGACION Y TEORIA LAS AlTERACIONES DEL LENGUAJE DESDE LA PERSPECTIVA PSICOLINGÜISTICA

implícitos (como recordamos del capítulo sexto) y b) se sirven de hecho mental, ello sucede en relación con fenómenos tales como los
representaciones (como decíamos en el séptimo). La eficacia de esos e~~ores de prod~cción, las <?raciones de yía muerta en la compren-
mecanismos depende, en buena parte, del hecho de que se han swn, los lapsus lmguae y olvidos momentaneos de formas léxicas etc.
«automatizado» a lo largo de la filogénesis y/o la ontogénesis, por lo Co~o hemos visto en los capítulos anteriores, y en especial e~ los
que transcurren, como corrientes profundas, por debajo de la superfi- d_edicados a la producción del _len~uaje,, e~ tos fenómenos han propor-
cie de ese «torrente» o fluido que brilla al sol de la conciencia del que ~wna~o, ~, trav~s d~ s~, e~tudw sistematico, claves importantes a la
hablaba William James. - mvestigacwn psicolmgmsttca .
De hecho, cuando hablamos y comprendemos el lenguaje, nuestra . La_ ob_~~r~ación anterior nos permite entrever la gran importancia
conciencia está pendiente de «lo que» decimos o de «lo que» entende- psicohngmstica que puede tener el estudio de las alteraciones del
mos, y no de los procesos mentales que nos permiten decir y nos lenguaje. De forma semejante a como los «errores normales» de
hacen capaces de comprender. Dedicamos nuestros recursos conscien- comprensión y producción constituyen una vía para el conocimiento
tes a los contenidos e intenciones del discurso o la conversación, no a del lenguaje como sistema mental, así también los «errores anorma-
los mecanismos lingüísticos como tales. Ello constituye, de hecho, les» proporcionan una riquísima fuente de datos a la psicolingüística
una gran ventaja, porque permite que la actividad lingüística sea, la en su objetivo principal de definir los procesos y estructuras mentale~
~ayor parte de las veces, una actividad propiamente inteligente, y la que se emplean en la actividad lingüística. Muchos de esos errores
hbera de la interferencia catastrófica que supondría, para una con- anormales pueden considerarse, desde el punto de vista psicolingüísti-
ciencia que sabemos esencialmente serial y selectiva, el tener que co, como expresiones extremas de fenómenos que suceden con relati-
atender simultáneamente a lo que se dice o comprende y a las formas ~a ~~~c~encia en el l~nguaje de las personas con una competencia
de decir o comprender. lmgmstica normal: as1, por ejemplo, ciertas alteraciones afásicas, de
Ahora bien, esa ganancia de eficacia psicolingüística, posibilitada las que luego hablaremos, en que se lesionan mecanismos de acceso al
por la _automatización de gran parte de los procesos psicológicos de léxic?,_ nos recuerdan a ~as situaciones ~ormales en que se olvidan
tratamiento del lenguaje, tiene, como contrapartida, un coste impor- ~ro~_I,SI<?nalmente de~ermmadas formas lexicas. La perspectiva psico-
tante para la investigación psicolingüística: el de ocultar al acceso lmgmstica nos permite, con frecuencia, comprender las alteraciones
fen<:>menológico de la conciencia el «motor computacional» que hace del lenguaje en términos de continuidad con relación a fenómenos
posible el lenguaje como hecho psicológico. Recordemos que, como que se dan frecuentemente en la producción o la comprensión.
vimos en el capítulo tercero, el propio Wundt, muy consciente de la Dada l_a «invisibilidad fenomenológica» de la inmensa mayoría de
complejidad del lenguaje, desconfiaba de las posibilidades de la los mecan~smos cognitivo~ que intervienen en la actividad lingüística,
introspección como método para su conocimiento psicológico. A las alteracwne~ del lenguaJe revelan, con especial relieve, la existencia
estas alturas, será evidente para el lector de este libro que la investiga- de esos mecamsmos. La anomalía o, paradójicamente, la ausencia de
ción psicolingüística no se realiza por «inspección directa» de la partes de esa maquinaria desvelan, con frecuencia, su existencia
conciencia, sino principalmente mediante inferencias sobre datos subyacente: Sucede, en este caso, algo parecido a lo que pasa con
experimentales, que permiten «reconstruir», de forma muy indirecta algunos obJetos que forman parte habitual de nuestro medio: no nos
los procesos de cómputo y representaciones que empleamos al «hace; percataT?os ~penas de su presencia hasta que se rompen o desapare-
lenguaje». Decir y comprender nos resultan, normalmente, activida- cen, de el. Solo e?tonc~s nos damos cuenta de la importancia que
des tan fáciles y eficientes que nos llegan a pasar desapercibidas de teman en la configuraciÓn de nuestro ambiente cotidiano. Así tam-
tan «fenomenológicamente obvias» que nos resultan. Pero si algo nos bién, los daños o ausencias de mecanismos que nos permiten comuni-
ha enseñado la investigación psicolingüística es a desconfiar de esa carnos simbólicamente, decir y comprender (o leer y comprender lo
ir.npresión engañosa. Si algo nos ha enseñado es a buscar lo computa- que leemos) hacen patente, con gran fuerza, tanto la existencia como
cionalmente complejo por debajo de lo fenomenológicamente obvio. la complejidad de tales mecanismos.
De este modo, normalmente no tenemos ni el menor atisbo . Más aún~ las deficiencias y trastornos del lenguaje pueden propor-
f~nomenológico de procesos tales como los que nos permiten catego- cionar también claves importantes con relación a la naturaleza de los
r~za~ f<?nemas, segmentar el habla, acceder al léxico mental, organizar procesos psic~lingüísticos, _la estructura del sistema mental responsa-
smt~cticamente oraciones y construir o dar significado al discurso. ble del lenguaJe y las relaciOnes entre ese sistema y otros subsistemas
Precisamente, el engranaje mental echa algún humo en la conciencia de la mente. De este modo, las investigaciones sobre las alteraciones
cuando falla de algún modo. Si alguna vez tenemos algún atisbo del lenguaje forman parte de la empresa psicolingüística como un
fenomenológico, aún impreciso, de la complejidad del lenguaje como todo, en tanto que ésta tiene precisamente el objetivo de definir el

700 701
PSICOLOGIA DEL LENGUAJE. INVESTIGACION Y TEORIA LAS ALTERACIONES DEL LENGUAJE DESDE LA PERSPECTIVA PSICOLINGÜISTICA

sistema mental subyacente al lenguaje y sus relaciones con otros les» de un enorme valor para revelar a) la existencia, b) la organiza-
sistemas. Así, por ejemplo, el hecho de que distintos componentes del ción, y e) las interrelaciones e interdependencias, de los diferentes
lenguaje se dañen de forma selectiva en los trastornos afásicos parece subsistemas funcionales que intervienen en el lenguaje. Realizan lo
apoyar una concepción de ese sistema mental como compuesto de que el hombre, por razones éticas obvias, no P.uede hacer: lesionar
subsistemas específicos (módulos de procesamiento), relativamente esos subsistemas, desvelando en algo sus mecamsmos. En el caso del
independientes entre sí, al menos en algunos casos y en buena parte lenguaje, en que no caben «analogías fuertes» con conductas de
de su funcionamiento. Y, en lo que se refiere a las relaciones entre el animales cercanos al hombre (a diferencia de lo que sucede con
sistema lingüístico y otros subsistemas mentales, las investigaciones otras conductas, que pueden dañarse selectivamente en los laborato-
sobre autismo y psicosis, por ejemplo, revelan con especial relieve las rios de los investigadores), esos experimentos naturales tienen una
estrechas interacciones y lazos de dependencia entre los aspectos especial significación y, sin duda, un carácter único. Establecen
pragmáticos de la producción y la comprensión lingüísticas, por una situaciones que no pueden simularse deliberadamente y que pro-·
parte, y ciertos mecanismos que parecen estar especializados en el porcionan datos insustituibles sobre el lenguaje como actividad
pensamiento interpersonal o la atribución e inferencia de estados psicológica.
mentales en los interlocutores, por otra. Todo eso es cierto. Pero también lo es que los experimentos
Los ejemplos anteriores, sobre los que nos extenderemos más a lo naturales a los que nos referimos sólo pueden ser llamados «experi-
largo de este capítulo, nos muestran la importancia que tienen esos mentos» de forma metafórica. En los experimentos reales, controla-
«experimentos naturales», que se dan en las diferentes alteraciones mos y manipulamos, de forma sistemática y deliberada, los factores
del lenguaje, con relación a los fines básicos de la psicolingüística. que queremos estudiar, y neutralizamos la influencia de otros, poten-
¿Qué subsistemas lingüísticos tienden a dañarse simultáneamente y cialmente influyentes, pero que no nos interesan en el punto en que
cúales, por el contrario, suelen hacerlo por separado?, ¿qué nos dicen hacemos el experimento. Sin embargo, la naturaleza no hace «experi-
esas correlaciones entre lesiones funcionales acerca de la arquitectura mentos limpiifs». Cuando sucede el infortunio de que la naturaleza
funcional del propio sistema lingüístico?, ¿puede lesionarse, por lesiona el sistema lingüístico, rara vez lo hace de forma selectiva; casi
ejemplo, la capacidad de acceder a las formas de las palabras y no la nunca como lo haría un hábil cirujano que lesionara un sistema
de acceder a los significados léxicos?, ¿a qué componentes del len- cerebral concreto, con el fin de conocer los efectos. Con frecuencia,
guaje afectan más los trastornos afectivos y de comprensión de lo real las lesiones o disfunciones de subsistemas cerebrales lingüísticamente
-y de las personas, en particular- que se dan en las psicosis?, relevantes se acompañan de otros daños. Además, muchas veces
¿pueden darse deficiencias intelectuales importantes en personas con resulta difícil diferenciar los efectos primeros de esas lesiones de
niveles lingüísticos relativamente altos (lo que sería favorable a la efectos colaterales, secundarios, o que resultan de mecanismos de
idea de una cierta autonomía funcional de los sistemas lingüísticos)? compensación. De este modo, la relevancia psicolingüística de los
Estas preguntas, y otras muchas, pueden ser respondidas, al menos estudios sobre alteraciones sólo se asegura cuando se cumplen ciertas
parcialmente, a través de las investigaciones sobre alteraciones, exa- condiciones:
minando la naturaleza y los aspectos específicos de esos experimentos a) Una descripción profunda de su carácter, que no se quede en
naturales a que nos hemos referido. una enumeración de síntomas y lesiones -es decir, que implique el
Ese examen, además, puede servirse en muchos casos de los uso de un vocabulario teórico de carácter psicolingüístico-.
procedimientos desarrollados por la psicología experimental del len- b) Una exploración mediante métodos compatibles con los mé-
guaje y de los sistemas de observación psicolingüística, que se han todos tradicionales de la psicolingüística.
empleado para conocer los «procesos intactos». Muchos de los e) Una extremada precaución en la interpretación, que evite
avances logrados, en los últimos años, en el estudio de los trastornos extrapolaciones apresuradas.
del lenguaje se han obtenido gracias al empleo de sistemas finos de d) El establecimiento de relaciones con resultados y conceptos
observación y análisis desarrollados en los laboratorios psicolingüísti- de la psicolingüística que se refier~n a los proce~os «norma~es» del
c?s: los procedimientos de priming, las tareas de escucha dicótica, los lenguaje, a la que nos hemos refendo. en ~os capttulos antenores.
Sistemas para la clasificación de errores, etc. Con estas precauciones, las investigaciOnes sobre trastornos del
. .Sin. embargo, también es preciso que tengamos en cuenta las lenguaje pueden contribuir a proporcionar pruebas convergentes
limitaciOnes de los estudios sobre alteraciones, en relación con los -con las restantes pruebas psicolingüísticas- con respecto a temas
P.rop?sitos principales de la psicolingüística. Los trastornos y defi- tan importantes como los relacionados con el carácter modular o
ciencias del lenguaje constituyen, ciertamente, «experimentos natura- interactivo de subsistemas lingüísticos, los formatos de representa-

702 703

UNIVERSIDAD DE ANTIOQUIA
¡·
BIBLIOTECA CENTRAL
PSICOLOGIA DEL LENGUAJE. INVESTIGACION Y TEORIA
LAS ALTERACIONES DEL LENGUAJE DESDE LA PERSPECTIVA PSICOLINGÜISTICA

ción simbólica de tales 'subsistemas, sus relaciones internas y externas es, por accidentes vasc~lar~s que _afectan a ciertas regiones de la
(es decir, con otros subsistemas de la mente), etc. corteza cerebral d~l hemisfeno dommante para el lenguaje (el izquier-
Sería imposible proporcionar_, en un solo capítt;tl? de este li,br? ya do, en la mayona de los casos), de ahí su caracterización como
muy amplio, un examen detemdo de las v~nadi~Im~s ~-, ~uluples trastor~~s adqui~id~-~· ~n segundo lugar, son trastornos que afectan a
alteraciones del lenguaje desde una perspectiva psicolmgmstica. No las _habilidades. hng~usttcas de f?rma selectiva o no generalizada, es
es éste nuestro objetivo. Más bien, nos proponemos ilustrar, con los d~,cir, pa~ecen Implicar un patron selectivo de deterioro y preserva-
ejemplos proporcionados por algunas alteraci<?nes importantes, la cwn _de ciertos componentes de procesamiento lingüístico que se halla
relevancia de su estudio para el enfoque que hemos presentado en el asociado a la zona ~fectada por la lesión. Finalmente, se trata de
resto del libro. No trataremos, por tanto, ni de todas las alteraciones trastornos del lenguaJe oral q~e afect~,n predominantemente a perso-
del lenguaje, ni siquiera de todos los aspectos de los trast~rnos qu_e nas adulta~ q~e ant~s de sufnr la leswn presentaban un lenguaje no
hemos seleccionado. Sólo hablaremos de algunas anomahas y defi- alterado, SI bien existen, como es natural casos de afasia infantil
ciencias y de algunos aspectos de ést~s. ~a selección que ~ace~os. se adq~irida (cfr. ~iller et al.~ 1984), y ed la mayor parte de las
basa, principalmente, en un doble cnteno: a) la releva':ci_a psicolm- ocasiOnes ~as afa_sias adultas lleven también aparejadas alteraciones
güística, y b) las propias preferencias y campos de especialidad de los del lengua]~ escnto (i.e. dislexias o disgrafías).
autores del libro. En cuanto a lo primero, procuraremos destacar E~ . razon de estas tres características diferenciales, las afasias
problemas que se han tratado en otros ~apítulos de la _obra, tales adqm.ndas se deben _distinguir, primordialmente, de las alteraciones
como los relacionados con la autonom1a de los subsistemas de selectivas del ~enguaJe que no vienen originadas por daño orgánico
lenguaje, las relaciones entre éste y la capacida~ d_e, compr~nder constatable, smo por un retardo más o menos inespecífico en el
intenciones, los factores relacionados con la orgamzac10n del discur- desarrollo de las habilidades lingüísticas como es el caso de las
so, o las relaciones entre lenguaje y función simbólica. Así, pre_tende- lla~adas «disfasias» o «afasias evolutivas>;, y también de las pertur-
mos ilustrar desde una nueva perspectiva problemas ya exammados b~c~ones de carácter periférico (i.e. sensorial O· motor), tales como las
anteriormente. distmt~s clases de sordera, las disartrias o las disfonías, que, sin ser
Por otra parte, la empresa de ofrecer una visión psicolingüística e~las mismas tr~stornos de naturaleza lingüística, dan origen a altera-
completa de un conjunto muy amplio de alteraciones del lenguaje no CIOnes concomitantes en el uso del lenguaje.
correspondería ni a los propósitos principales de este libro, ni proba- Por motivos ,Ya aludidos ~anto en la introducción a este capítulo
blemente a nuestras posibilidades reales. Las deficiencias y trast~rnos com_o en el c_apitulo 12, de~hcado a la producción del lenguaje, las
del lenguaje presentan una enorme variedad. Son tan compleJas y afasias constituyen un conJunto de trastornos de enorme utilidad
plurales como lo es el propio sistema lingüístic_?· Nuestra inte~ción para comprender la naturaleza y organización «normal» o no altera-
no es, ni mucho menos, la de agotar esa compleJidad en este capitulo da de los proces?s psicolingüísticos más básicos (como los examina-
final, sino la de proporcionar algunas ideas básicas tanto sobre el dos e~ _los capitulas 8, 9, 10, 12 y 13 de este libro) y de los
valor psicolingüístico que tiene el estudio de esas alteraciones, como con?ctmtentos en . qt;e se apoyan tales procesos (i.e. lo que en el
sobre la valía del enfoque psicolingüístico para comprenderlas y capitulo 6 deno_mu~abamos la «competencia lingüística o gramati-
explicarlas (y, en último término, para ayudar a las personas que las cal»). Como_ya mdicamos en su momento, la utilidad «empírica» de
sufren). · estas. alt~~a~wnes para la investigación del conocimiento y la activi-
dad h_ngmsttcos norm_ales se asie~ta en d~s imprescindibles supuestos:
1) la_ Idea de que el,ststema nervwso esta organizado en subsistemas
2. TRASTORNOS SELECTIVOS DEL LENGUAJE ORIGINADOS funciOnalmente autonomos que presentan una distribución anatómi-
POR DAÑO CEREBRAL: LAS AFASIAS ADQUIRIDAS ~a discreta. ,Y que se pueden alterar de manera selectiva; y 2) la
mterpretacwn de_ 9ue las pautas d~ comportamiento lingüístico resul-
Las alteraciones del lenguaje agrupadas bajo la categoría de «afasias» tantes de una leswn cerebral refleJan la reorganización de los subsis-
abarcan un conjunto relativamente amplio de perturbaciones que, no temas que han quedado intactos, y no la creación de nuevos subsiste-
obstante, presentan una etiología común y unas propiedades esencial- mas de conocimiento o procesamiento inexistentes antes de la ocu-
mente invariantes y bastante bien delimitadas, sobre todo si se las rrencia de la lesión, es decir, en un sistema lingüístico sano.
compara con otras patologías lingüísticas de naturaleza más difusa de . , Da?a. la orien~ación psicolingüística (por oposición a una orienta-
las que daremos cuenta más adelante en este capítulo. En primer cion chmca o aplicada) que hemos decidido adoptar en este capítulo,
lugar, son trastornos originados por lesiones focales del cerebro, esto Y como ya hemos advertido en la introducción, el examen de los
704 705
PSICOLOGIA DEL LENGUAJE. INVESTIGACION Y TEORIA LAS ALTERACIONES DEL LENGUAJE DESDE LA PERSPECTIVA PSICOLINGÜISTICA

trastornos afásicos que vamos a efectuar a continuación no pretende afectan a la recepción o comprensión verbal (i.e. la afasia receptiva~
ser ni descriptivo ni, menos aún, exhaustivo (el lector hallará revisio- también conocida como «afasia de Wernicke») y las que afectan a la
nes recientes y muy bien documentadas de los diversos síndromes expresión o producción del lenguaje (i.e. la afasia motora o expresi-
afásicos, entre otras muchas, en las siguientes obras: en inglés, va, denominada también «afasia de Broca»). Esta dicotomía aparecía,
Goodglass y Geschwind, 1976; Caramazza y Berndt, 1978, 1982; y como es bien sabido, asociada a lesiones localizadas en distintas
Caplan, 1987, 1992; y en castellano, Sánchez Bernardos, 1988; Manning, regiones del hemisferio izquierdo del cerebro (la parte posterior del
1988, 1992; y Valle et al.~ 1990, vol. 2). Antes bien, el interés que lóbulo temporal en la afasia receptiva, y la zona posterior del lóbulo
nos va a guiar en la siguiente exposición es el de utilizar los datos frontal en la afasia expresiva -véase la figura 15.1-), lo que dio
de las pautas de organización y distribución de los diferentes síntomas origen a explicaciones localizacionistas radicales de estos síndromes
del lenguaje afásico para ilustrar y, en su caso, validar algunas hipó- neurológicos (i.e. la hoy denominada «teoría clásica», defendida en su
tesis sobre la organización de los componentes de conocimiento del día por Carl W ernicke y otros clínicos de la época -cfr. Caramazza
lenguaje y de la arquitectura funcional del sistema de procesamiento y Berndt, 1982-). Esta hipótesis neurológica presentaba su correlato
lingüístico. Estas hipótesis se circunscriben, en el caso particular de psicológico en forma de una visión componencial de la facultad del
la evidencia aportada por las afasias, en torno a los dos siguientes lenguaje, según la cual la comprensión y la producción del lenguaje
problemas: 1) el posible paralelismo, convergencia o equivalencia fun- son actividades funcionalmente autónomas entre sí.
cional entre los procesos de comprensión y producción del lenguaje; La teoría componencial clásica ofrecía una caracterización psico-
y 2) la hipotética organización modular de los sistemas de conocimiento lógica de los trastornos afásicos en términos de lo que en otro lugar
y procesamiento del lenguaje. de este libro (cfr. capítulo 7) hemos denominado «teoría de las
facultades horizontales», una visión de la arquitectura de la mente
2.1. La interpretación de los síndromes afásicos: definida por las funciones o tareas que el sistema cognitivo humano
del localizacionismo a la modularidad ha de llevar a efecto, y no por los dominios cognitivos o 'tipos de
información de los que se hace cargo. Según esta visión, las «funcio-
La separación de los procesos de percepción y comprensión y los nes» cognitivas de interpretar y de producir mensajes lingüísticos,
procesos de producción del lenguaje en dos categorías independientes concebidas como facultades cognitivas horizontales, se hacen efecti-
es una estrategia comúnmente utilizada en los manuales y obras de vas por medio de procesos distintos que, consiguientemente, pueden
referencia en psicolingüística (nosotros mismos la hemos empleado verse alterados también de forma selectiva e independiente.
en este libro), ·además de una práctica generalizada en la investigación
del procesamiento del lenguaje. Sin embargo, con independencia de
las ventajas expositivas que esta estrategia pueda proporcionar, lo B FISURA DE ROLANDO
cierto es que a priori no hay razones para desechar la posibilidad de LO BULO
que las actividades de comprensión y producción del lenguaje puedan PARIETAL
compartir idénticos procesos o representaciones intermedias y nume-
rosos recursos de procesamiento, y, más aún, que los conocimientos
subyacentes a tales actividades sean independientes de la modalidad o
la tarea al servicio de la que se hallan. Esto ha llevado a algunos
investigadores (vg. Garrett, 1981; Allport et al.~ 1987; MacKay, 1987)
LO BULO
a proponer abiertamente la necesidad de elaborar teorías integradas OCCIPITAL
de la actuación lingüística bajo el supuesto de la estrecha dependencia
funcional entre la comprensión y la producción del lenguaje.
Esta tendencia a estrechar los lazos entre comprensión y produc-
ción se ha empezado a observar en las investigaciones más recientes
sobre la afasia, en un intento de reemplazar la antigua tradición que
LOBULO TEMPORAL W
clasificaba estos trastornos según la función lingüística objeto de
alteración. En esta tradición, que se remonta a las primeras investiga-
ciones sobre afasiología (cfr. Broca, 1861; Wernicke, 1874; Lichtheim, Figura 15.1. Localización de las áreas de Broca (B) y Wernicke (W) en el hemisferio
1885), se establecía una dicotomía entre las alteraciones afásicas que izquierdo del cerebro.

706 707
PSICOLOGIA DEL LENGUAJE. INVESTIGACION Y TEORIA
LAS AlTERACIONES DEL LENGUAJE DESDE LA PERSPECTIVA PSICOLINGÜISTICA

Las primeras críticas a esta visión p~o~edi_eron del c~m~o ~e la


neurología y fueron dirigidas contra la hipotesis dellocah~acwmsmo tes de cada tipo de lesión (que, presumiblemente, pueden afectar,
estricto que le subyacía (Jackson, 1878; Freud,_ 189~; Pick, 1913). aunque sea en desigual medida, a procesos tanto de comprensión
como de producción).
Estos y otros autores atacaron ~roll:tal~ente la Ident~~ad anatm:no-
fisiológica defendida por ellocahzacwmsmo, en ben~fi~IO de expl~ca­ A raíz_ d.e .~ste cambi~ de perspecti~a, asistimos en la actualidad a
ciones puramente funcionales, según las cuales las _di~tn~tas acttv~da­ una redefmiciOn de los smdromes afásicos en términos de las estruc-
des lingüísticas se asientan en un sustrato n~ural d~nami~<; Y eqmp<;- turas de información o componentes del conocimiento lingüístico que
tencial. Según su punto de vista, una ?e~ermmada d_Isfuncwn neurolo- resultan alterad~s, lo que supone en la práctica la postulación de un
gica (i.e. una lesión) provoca un movimi~nto regresivo que conduce al modelo de arqmtectura de procesamiento en módulos o facultades
empleo, por parte del sujeto, de mecamsmos autom~tiza?o~ ? este- «yerti,cal.es>> \cfr. capít~l~o 7). En otras palabras, la antigua taxonomía
reotipados de uso del lenguaje que reflejan formas mas prn~~ttvas de dicotomica (I.e. recepciOn-expresión) de las afasias ha sido sustituida
organización lingüística y carecen, por ello, de la adaptabihdad del por ~riterios funcic:>nales de clasificación, con el objeto de detectar y
lenguaje normal. , . a~ahzar _pe~.t~ur?acwnes e~pecíficas en distintos niveles de procesa-
Esta visión influiría años más tarde en las teonas estructurah.stas miento lmgu~~ticol: ~IteraciOnes fonológicas y prosódicas, problemas
de la afasia (cfr. Jakobson, 1956), en las que se apelab.a al detenoro de recul?eracwn lexica ('~g. tr~stornos morfoló9icos, parafasias, cir-
cunloqmos), tr~stornos s~nt~cticos (vg. agramatismo y paragramatis-
1

de mecanismos lingüísticos más abstractos y gener~les (I.e. com~nes a


la comprensión y a la producción) como estrategia para exphcar la mo),_ o alteracwne~ ~e~antic;as_. Esta nueva perspectiva no sólo ha
sintomatología psicológica de estos tras~ornos: E~, c<?ncreto, Jako?- surgido de la redeftmc10n teorzca de los síndromes afásicos o de la
son sugirió la hipótesis de que las alteraciOnes hngmstic~s de la afasia prete':sió~ de alcanzar. ?na n;ayor adecuación metodológica en su
pueden comprometer a dos tipos. diferent~~ d~ ~~ca.msmos: 1) los estudw, ~I':o que tambien esta apoyada en pruebas empíricas.
mecanismos de «selecciÓn» de la mformac10n lmgmstica, cuyo d~te­ 1 ~specifica~ent~,~ las pruebas que respaldan este nuevo método de
rioro afecta sobre todo a los aspectos paradigmáticos dellengua)_e Y anahsis y clasiftcacwn de las alteraciones del lenguaje en la afasia son
emerge a la superficie de la conducta en forma de errores de sustitu- de.tres t!pos (c~r. Saffran, 1982; Valle et al.~ 1990): En primer lugar, la
ción basados en la semejanza, como los que se ob~ervan en algun~s existencia de ciertos patrones de asociación o covariación de déficits
afasias fluidas (vg. la de Wernicke); y 2) los meca~Ismo~ ?e «combi- o alteraciones, esto es, la presencia en un determinado síndrome de
naciÓn» de la información lingüística, cuya alteracwn ongma trastor- un número de síntomas asociados (vg. la pérdida del vocabulario de
nos de la estructura sintagmática de la oración, dand? lugar a erro~es clase cerrada, tant~ en comprensión como en producción, que en los
de contigüidad o linealización como los que caractenzan a las afasias ~rastornos agramaticales aparece unida a la dificultad para asignar e
no fluidas (vg. la de Broca). . . Il}te~pretar los pai?~les temáticos asociados a los constituyentes sin-
Las aportaciones estructuralistas que acabamos de citar c?nsti- tacticos de la oracwn). En segundo lugar, la presencia de disociacio-
tuyen un antecedente de los modelos psicolingüísticos más r~cientes nes funcionales o la observación de pares de síntomas (A y B) de los
sobre estos trastornos. En estos mod~los se defie?de l;a _necesidad de que uno se halla ~Iterado en un síndrome y conservado en otro (vg. el
efectuar un análisis detallado de la smtomatolog1a afasica que tome empleo de_ neologismos rara vez aparece vinculado con la pérdida del
en cuenta no tanto las funciones lingüí~t,icas globale~, que tienen un vocabulan? d~ clase cerrad~); estas disociaciones tendrán un mayor
reflejo conductual inmediato (i.e. recep~w.n vs expresion), c.uanto los valor explicativo en la medida en que sean «dobles», es decir, si se
componentes más abstractos de co~ocimie?-to y procesami~nto que producen patrones complementarios entre ellas (i.e. A está alterado
subyacen a dichas funciones, es decir, las diversas clases? mv~les de en X y conservado en Y, mientras que B está alterado en Y y
representación lingüística implicados en el uso del lenguaJe. BaJo esta conservado en X); así parece ocurrir con los síntomas citados en el
nueva orientación un síntoma caracterizado globalmente (vg. un ~je~plo en las afasias de Wernicke y de Broca, respectivamente. Por
déficit general en 'la comprensi_ón o en, la producció,n). pued~ ~star ulttmo, e! descubrimiento de ciertos componentes o recursos de
originado por problemas de diferente mdole: fonologi~os, lexicos, proces~~Iento que se _deterioran: aisladamente; por ejemplo, una
sintácticos o semánticos. Como puede verse, la estrategi~ a adop~ar a~tera~10n en la memona de trabaJo puede producir trastornos en la
no sería tanto la de hallar correspondencias anatomo-funcwnales (I.e. eJecuciÓn de ciertas tareas lingüísticas (vg. la repetición de frases), sin
correspondencias entre la localización de 1~ lesión Y los emergentes que ~llo suponga que las representaciones lingüísticas que intervienen
psicológicos de la misma), sino la de analizar los componentes de en dichas tareas se hallen en sí mismas deterioradas (cfr. Saffran
1990). '
procesamiento alterados y conservados en cada trastorno o resultan-
La mera existencia de observaciones de esta naturaleza atestigua-
708
709
PSICOLOGIA DEL LENGUAJE. INVESTIGACION Y TEORIA LAS ALTERACIONES DEL LENGUAJE DESDE LA PERSPECTIVA PSICOLINGÜISTICA

ría en favor de una organización modular de los procesos de actua- aquejados, por ejemplo, de demencia senil del tipo Alzheimer se
ción lingüística y pondría de manifiesto que esta organización está circunscriben a la planificación conceptual y pragmática del discurso
diseñada en términos de componentes «verticales» de procesamiento en tanto que la formulación de enunciados se halla relativament~
que, en principio, pueden ser inespecíficos de determinada tarea o intacta en estos pacientes. De forma complementaria a este cuadro
modalidad de uso del lenguaje, es decir, pueden referirse a aspectos las perturbaciones típicas de los síndromes afásicos se circunscribe~
«nucleares» que se despliegan por igual en la comprensión y en la sobre todo a la formulación de enunciados lingüísticos, hallándose
producción. Seguidamente vamos a examinar con cierto detalle algu- comparativamente mejor preservadas las capacidades de organiza-
nas de estas pruebas. ción semántica del discurso (cfr. también Ulatowska et al.~ 1983a, b).
Asimismo, las habilidades de interpretación del significado indirecto
2.2. Alteraciones selectivas de los componentes del lenguaje o pretendido de ciertos mensajes lingüísticos, que, como ya hemos
en las afasias señalado en otros lugares (ver capítulos 10 y 14), corresponden a los
aspectos más «centrales» o menos encapsulados del procesamiento
Un primer aspecto a destacar (y a demostrar) en el estudio de las del lenguaje se encuentran mejor conservadas en pacientes con lesio-
perturbaciones afásicas es su presunto carácter selectivo, es decir, la nes en el hemisferio izquierdo (i.e. afásicos) que en pacientes no
afirmación de que esta clase de perturbaciones afectan exclusiva o, afásicos con lesiones similares en el hemisferio derecho (Hirst et al.~
cuando menos, predomina'ntemente a la facultad del lenguaje, y no se 1984; y Joanette y Brownell, 1990).
pueden explicar en virtud de déficits que comprometen a otras Sin restar un ápice de interés al problema de la independencia
capacidades cognitivas de carácter más general, como las responsa- funcional de la facultad del lenguaje frente a otras facultades cogniti-
bles de la elaboración o interpretación conceptual de mensajes o vas, es preciso reconocer que los estudios sobre la afasia, y en especial
intenciones comunicativas, o a ciertos recursos de procesamiento de los de orientación psicolingüística, se han centrado predominante-
naturaleza «horizonta.l» (vg. sistemas de memoria) que pueden ser mente en la búsqueda de alteraciones selectivas de componentes de
compartidos por sistemas de procesamiento de información muy procesamiento internos al «módulo del lenguaje», al objeto de hallar
diferentes entre sí. En este sentido, la investigación neuropsicológica indicios relativos a la arquitectura funcional de este complejo sistema
ofrece descripciones de muy diversas clases de patologías de base de procesamiento. Los componentes que vienen siendo objeto de
orgánica, desde algunas extremadamente específicas de dominio (vg. investigación son los postulados por los modelos de actuación nor-
la agnosia visual), que afectan a facultades cognitivas independientes mal, esto es, el fonológico, el léxico y el sintáctico. Examinando las
del lenguaje (vg. el reconocimiento de rostros o de objetos familiares), pautas de combinación y distribución de los elementos conservados y
hasta otras de carácter más general (vg. las amnesias), que aparecen alterados de cada uno de estos tres componentes en cada síndrome o
vinculadas a cuadros neurológicos degenerativos (vg. demencias) y categoría de afasia, se espera alcanzar una comprensión más adecua-
que tienen una incidencia relativa y, en todo caso, indirecta en las da tanto de las propias alteraciones objeto de examen como del
capacidades lingüísticas del paciente (para una revisión exhaustiva de sistema de procesamiento que sirve de soporte a la actuación lingüís-
estos síndromes, el lector puede consultar, entre otras, las obras de tica normal. Evidentemente, en cada síndrome afásico cada compo-
Ellis y Young, 1988; Shallice, 1988; u Orban, Singer y Bernsen, 1991). nente de procesamiento no tiene por qué hallarse afectado (o conser-
El estudio comparativo de los deterioros lingüísticos en los sín- vado) en el mismo grado ni, por supuesto, del mismo modo. Por otra
dromes afásicos y en otros síndromes neurológicos de etiología más parte, y en contradicción con uno de los supuestos antes menciona-
difusa que también repercuten sobre las funciones lingüísticas ha de dos, el alcance de la perturbación de cada componente no siempre es
resultar, pues, sumamente provechoso de cara a desentrañar la equivalente en la comprensión y en la producción. Observaremos
arquitectura de los procesos de actuación lingüística y a establecer el además, que un mismo conjunto de síntomas asociados (vg. el
grado de independencia funcional de algunos de estos procesos. En agramatismo) puede ser, y a menudo es, objeto de interpretaciones
este sentido, hay datos que sugieren la existencia de una «doble alternativas por distintos modelos.
disociaciÓn» entre déficits lingísticos confinados al ámbito de la Todos estos fenómenos nos dan a entender que la investigación
«formulaciÓn» o codificación de oraciones, por un lado, y alteracio- sobre la afasia no se detiene en la mera descripción de los síntomas
nes que afectan a la «conceptualizaciÓn» o elaboración pre-lingüística que se revelan superficialmente, sino que aspira a ofrecer una explica-
de discursos e intenciones comunicativas, por otro. En estudios ción de las alteraciones «profundas» o subyacentes que dan cuenta de
comparativos (vg. Blanken et al.~ 1987), se ha podido comprobar que esos perfiles sintomatológicos. Esto implica que los emergentes con-
las alteraciones de la producción del lenguaje observadas en pacientes ductuales de la afasia no se consideran un reflejo directo de daños

710 711
PSICOLOGIA DEL LENGUAJE. INVESTIGACION Y TEORIA
LAS ALTERACIONES DEL LENGUAJE DESDE LA
PERSPECTIVA PSICOLINGÜISTICA

anatómicos (o fisiológicos) infligidos al organismo, sino una respues-


ta que un complejo sistema de procesamiento de información propor-
ciona ante unas determinadas carencias, respuesta que resulta de la
interacción entre los déficits originados por una condición patológica
y ciertas estrategias compensatorias que pretenden sacar el máximo
rendimiento de los recursos que han quedado intactos.
A título de ilustración preliminar, y con el fin- de que el lector
tenga conocimiento del aspecto que presenta el habla espontánea de
diferentes tipos de pacientes afásicos, presentamos en primer lugar un Afasia de Wernicke (jerga afásica)
cuadro que recoge muestras de habla de tres clases de síndromes: 1) la un poro, poro (TORO) está presigando (PERSIGUIENDO) .-
afasia de Broca, que, por regla general, se identifica como un trastor- scurt (SCOUT) Un sk ·- a un mno o un
no originado por la pérdida o deterioro de la información gramatical
..
(POSTE) de m~dera. u"~· ntno scut (SCOUT) está junto a un poto ponte
(~CUERDA) . poste ... ponte (POSTE) con un, eh, tranza taza
(por lo que también se le conoce como «agramatismo» ); 2) la afasia cTIENDA) es~~~ propa (ROPA) y sus_ c~~cetine~ esedos (?). Una ... una tena
de Wernicke, un trastorno que se define esencialmente por el deterio- . l JUnto a la ropa. Un m-mno esta jubando (JUGANDO) e 1
on 11 a con a mano (LOS PIES) 1 n a
ro de información léxica y conceptual (lo que produce un habla (?SARTÉN) ·, en e agua. Una mesa con una estrana
verborreica conocida como «jerga afásica») y también por alteracio- plisto (CUBJ):·· no se ... una tranqueta (BANQUETA) con tres patas y un
nes severas de la comprensión; y 3) la afasia anómica, que tiene como
característica más sobresaliente la dificultad en la búsqueda de pala-
bras y en la denominación de objetos (ver cuadro 15.1). Afasia anómica
Seguidamente vamos a examinar algunas de las principales mani- N~ hay que hacer eso en un lugar así, hay que empujarlo y hacer eso [ estos
festaciones patológicas de las afasias, organizadas en función de los senal~ndo los mandos de la cocina]. y es lo mismo ahí debajo; también ha~ uno
componentes de procesamiento del lenguaje afectados. p~ra ac~r es~:dEso tampoco hay que hacerlo ... No sé qué ha pasado ahí pero
El componente sintáctico. Uno de los criterios para discriminar es ~ se ~ sa 1 o. Esto ~stá... mmm... ahí sin hacerlo, las cosas ue ,est'
entre las dos principales categorías de afasia (i.e. Broca y Wernicke) ~~~Ie~:c~~~~~be lo q~e qUiero deci~? ... Y ~so también; todo está mal. B';eno, e~:
es el grado de deterioro o conservación relativa de la sintaxis. Según h . h . a go e comer aqm y esta mal hacer cosas ahí. Eso no se debe
acer, ay que cogerlo y hacerlo, despacito ...
reza la opinión más generalizada al respecto, en la afasia de Broca el
componente sintáctico se encuentra alterado, mientras que en la de
Cuadro 15.1. Fragmentos d h bl '
Wernicke se encuentra relativamente bien conservado. Ahora bien, afásicos obtenidos con un e .a a espo~ta.~ea correspondientes a tres síndromes
¿en qué consisten las alteraciones de la sintaxis típicas de la afasia de
Broca? ¿Se trata de un trastorno uniforme y claramente definido? ¿En
ingl~sa'. partir de descripc~o~;:ad~ep~~~~~~~ 10d~ ~a~~~e~::t~f/::~lo¡a:d~~tados
del
parentests, en la afasia de Broca indican tiem o d . 1 ras entre
qué medida los afásicos de Wernicke tienen intacto el componente emisiones en cursiva de la afast·a d'e We . k
·
p e pau_sa -en segundos-; las
rmc e son «parafastas 1 ·
sintáctico? Y aún más, ¿se da una alteración paralela y equivalente en segmdos, entre paréntesis y con mayúsculas de la pal b » y neo ogtsmos .Y van
, a ra correcta o «pretendida>>.
la comprensión y en la producción cuando se produce una perturba-
ción de la sintaxis?
Las alteraciones del componente sintáctico se pueden describir en fe ~as piezas léxicas principales. A consecuencia de ello las categorías
términos de dos distinciones: por una parte, la distinción entre dos exbas mayd~e~ (i.e. las palabras de clase abierta tales c~mo nombres
patrones sintomatológicos distintos, el «agramatismo» y el «paragra- ver os ? a Jedtivos) quedan, en el habla agramatical inconexas y'
d es provistas e marcas m f 1' · b· '
matismo», y por otra, la distinción entre dos explicaciones alternati- simplificad ( 1 bor o ogtcas, o ten extraordinariamente
vas del agramatismo: una de carácter léxico y otra de carácter f . a~ .v_g. os ver os aparecen nominalizados mediante la
interpretativo. orma de mftmttvo o de participio presente) (ver cuadro 15 1) S '
algunos auto~es _(Caramazza y Berndt, 1978, 1982· Coo e; . zeg~f
El agramatismo se puede caracterizar como una pérdida selectiva
de la información sintáctica o bien como una incapacidad para ¡:!~?,esta rerdida sel~~tiva de la información si~táctifa refl~j~
las q~~neÍn .a compren~l<;>n del lenguaje, sobre todo en situaciones en
si
acceder a, y hacer uso de, dicha información en el curso de la
actuación lingüística. Esta pérdida afecta particularmente al vocabu- . S~Jeto ag~a~atlco no puede emplear de forma com ens -
lario de clase cerrada, es decir, a las palabras funcionales y a los afijos ~~a ebtratdglas semantl_ca~ de comprensión (ver capítulo 6) o ~nfe::~­
flexivos o morfemas ligados que marcan las funciones gramaticales . as l"da as( en conocimiento general (ver capítulos 10 y 11) y se ve
lmpe 1 o a y, naturalmente, impedido de) utilizar informa~ión es-
712
713
PSICOLOGIA DEL LENGUAJE. INVESTIGACION Y TEORIA LAS ALTERACIONES DEL LENGUAJE DESDE LA PERSPECTIVA PSICOLINGÜISTICA

tructural para entender la oración (vg. oraciones reversibles, como miento. lo hallamos al comparar los trastornos léxicos asociados,
«El perro es perseguido por el gato»). Por ello se dice que algunos respectivamente, al agramatismo (Broca) y. a la jerga afásica (Wernic-
cuadros de agramatismo tienen como característica asociada la «com- ke). Mientras que en el primero se da una pérdida selectiva de las
prensión asintáctica» (Caplan y Hildebrandt, 1988). Con todo, hay palabras de clase cerrada, en la segunda se aprecia un déficit muy
que admitir que el agramatismo no siempre se encuentra asociado severo en la recuperación de palabras de clase abierta. En producción,
con trastornos asintácticos en la comprensión (Goodglass y Kaplan, este déficit se traduce en la comisión de errores léxicos de carácter
1972). semántico (parafasias verbales o sustituciones léxicas basadas en el
Los déficits sintácticos del agramatismo han sido explicados desde significado -vg. «pies» por «manos») y/o fonológico (parafasias
dos hipótesis alternativas: para algunos autores (Zurif y Blumstein, literales o sustituciones de palabras basadas en la forma -vg.
1978; Bradley, Garrett y Zurif, 1980; Zurif, Swinney y Garrett, 1990), «ponte» por «poste»), y en el uso de neologismos (vg. «estrana» por
el problema radica en un fallo en el sistema de acceso al vocabulario «sartén») (cfr. Butterworth, 1979; Ellis, Miller y Sin, 1983) (ver
de clase cerrada, lo que se manifiesta tanto en la comprensión cuadro 15.1), lo que origina una prosa muy fluida pero enteramente
(asintáctica) como en la producción (lenguaje telegráfico, lleno de vacía de contenido. Por su parte, la comprensión de palabras también
pausas, con una prosodia muy pobre y con emisiones verbales muy está muy deteriorada en los afásicos de Wernicke, llegando incluso a
reducidas). Otros, en cambio (Schwartz, Saffran y Marin, 1980; afectar a los nombres concretos de elevada frecuencia de uso (Saffran,
Linebarger, Schwartz y Saffran, 1983; Linebarger, 1990), mantienen la 1982). Así pues, la desintegración léxica que padecen los afásicos de
hipótesis de que la comprensión asintáctica de los agramáticos. se W ernicke afecta a la recuperación tanto del significado como de la
explica en virtud de una alteración en el proceso de acoplamiento de forma de las palabras.
constituyentes sintácticos (sujeto, objeto, etc.) a papeles temáticos Hay, sin embargo, otra clase de afasia fluida, la afasia anómica,
(agente, paciente, etc.), esto es, en la interpretación del significado de en la que se da una disociación entre las representaciones semánticas
la oración a partir de su estructura sintáctica. Esta explicación se y fonológicas del léxico. Como ya hemos señalado en otro lugar (ver
apoya en la observación de que los pacientes agramáticos exhiben capítulo 11), la afasia anómica es un trastorno caracterizado casi
una capacidad más que aceptable de efectuar juicios sobre la gra- exclusivamente por la dificultad para encontrar la forma de las
maticalidad de las oraciones, habilidad que difícilmente podrían palabras de contenido (una especie de estado «de punta de la lengua»
demostrar si tuviesen gravemente deteriorado el vocabulario de clase permanente), lo que se traduce en el empleo exagerado de paráfrasis y
cerrada. circunloquios. Sin embargo, los pacientes anómicos no sólo tienen
El paragramatismo no supone, a diferencia del agramatismo, una intactas las habilidades de comprensión, sino también una prosa
pérdida de información sintáctica, sino un «abuso» (en el sentido inteligible y coherente desde el punto de vista conceptual, aunque
literal de «mal uso») de dicha información en la producción verbal. algo lenta y esforzada, debido a los continuos bloqueos fonológicos
Los paragramatismos son errores de sustitución de elementos funcio- que sufren (ver cuadro 15.1).
nales o de, clase cerrada, por contraposición a los errores de omisión El componente fonológico 1 • El componente fonológico presenta
característicos del agramatismo, y aparecen asociados a la jerga unas pautas de «desintegraciÓn» relativamente características en la
afásica, es decir, al habla verborreica y espesa, pero carente de afasia. Básicamente, se han detectado dos tipos de alteración de este
sentido, típica de la afasia de Wernicke (aunque no son exclusivos de componente: 1) una alteración de carácter «periférico», que se mani-
ella). Esta perturbación, también a diferencia del agramatismo, no se fiesta en forma de dificultades fonético-articulatorias asociadas a
interpreta como un déficit sintáctico per se, sino como un problema ciertos trastornos prosódicos y sintácticos; y 2) una alteración de
de control, esto es, como una incapacidad para inspeccionar y filtrar carácter «central», que afecta tanto a la identificación y etiquetado de
ciertos elementos lingüísticos no pretendidos o inadecuados en el unidades fonémicas (i.e. a la categorización de fonemas en la percep-
enunciado (Butterworth y Howard, 1987). En la medida en que los ción del habla) como a la selección de segmentos fonémicos en la
mecanismos de control del lenguaje se emplean también en la com- producción.
prensión (cfr. Levelt, 1983), no es sorprend~nte observar que el El primer tipo de alteraciones fonológicas es propio del habla
paragramatismo se encuentre a menudo asociado con graves altera- «disprosódica» de la afasia de Broca o agramatical (Caramazza y
ciones en la comprensión del lenguaje (Ellis, Miller y Sin, 1983).
El componente léxico. El conocimiento y el procesamiento de l. l. A efectos de una mayor claridad expositiva, se incluyen en este componente desde las
palabras también pueden ser objeto de deterioro selectivo en la representaciones abstractas de los sonidos (i.e. los fonemas) hasta los niveles más periféricos del
afasia. El caso más patente de disociaciones en este nivel de procesa- habla (i.e. acústico y articulatorio).

714 715
LAS ALTERACIONES DEL LENGUAJE DESDE LA PERSPECTIVA PSICOLINGÜISTICA
PSICOLOGIA DEL LENGUAJE. INVESTIGACION Y TEORIA

Berndt, 1985). La interpretación de las alter.aciones fonológicas del la superficie en forma de síntomas potencialmente muy variados. Sin
agramatismo ha suscitado cierta controversia, toda vez que para embargo, hay una cuestión de importancia capital que aún no hemos
algunos autores (Cooper y Zu:i~, 1983) repres~~ta un trast?~n? abordado y que sin duda constituye uno de los enigmas que todavía
derivado y relativamente superfi.cial ~n comparacwn con el deÍlcit quedan por desvelar en la investigación sobre la afasia. La cuestión es
gramatical de esta clase de afasia, mientras que para ot~os (Kean, determinar si los trastornos afásicos obedecen, en último término a
1977) constituye una alteración mucho más c~ntral, es decir, se trata un deterioro de los componentes del conocimiento del lenguaje (i.e.' la
de un problema fonológico en sentido estncto, Y ~o merame~te competencia lingüística) o si, por el contrario, se explican mejor en
fonético o articulatorio. De hecho, Kean ha defe~dido ~n ,va:Ias términos del mal funcionamiento de los mecanismos y procesos
ocasiones (1977, 1980) la idea de que tanto las ~lteracwnes si,n~acticas encargados de hacer un uso efectivo de dicho conocimiento (i.e. la
como el habla disprosódica y telegráfica propia de los afasicos de actuación lingüística). Vamos a concluir este apartado con algunas
Broca son consecuencia de un déficit fonológico que afecta de forma reflexiones en torno a esta cuestión.
generalizada al procesamiento de elementos lingüísticos no ace~ltua­ Algunos de los argumentos propuestos como explicación de cier-
dos (i.e. el vocabulario de clase cerrada y los mo~femas flexiVos). tas alteraciones del lenguaje afásico que hemos examinado en el
Como réplica a esta postura, se arguye (Cooper Y.Zunf, 198~) 9-ue los apartado anterior se pueden encuadrar en lo que se ha dado en llamar
afásicos agramáticos tan sólo presentan alte~acwnes fonologicas en el «enfoque de procesamiento», es decir, la idea de que los déficits
actividades de producción del habla, y que mcluso en este terre~o lingüísticos de la afasia están originados por fallos en el acceso la
tales alteraciones son consecuencia de la pérdida del vocabulano recul?eración o el uso de información gramatical, mientras que' las
funcional o de clase cerrada, lo que origina un habla entrecortada Y propias estructuras de información o los conocimientos gramaticales
con pausas largas y abundantes. Esta explicació~ es, por ot.ra par~e, subyacentes a estos procesos no se encuentran particularmente daña-
compatible con la observación de que el agramat1smo ~l;lele tr. asoci~­ dos. Así, por ejemplo, la explicación del paragramatismo como un
do a problemas articulatorios relativos a la programac10n y smcr~~I­ trastorno de los mecanismos de control del lenguaje (Butterworth y
zación de los movimientos fonoarticulatorios durante la produccwn Howard, 1987), o la del agramatismo como una alteración en los
del habla. Por consiguiente, para estos autores, las d~ficul~ades arti~ula­ mec~ni~mos ~e asociación entre constituyentes sintácticos y papeles
torias de la afasia agramatical pueden tener un ongen mdependiente ~emanticos (Lmebarger, Schwartz y Saffran, 1983), dejan implícita la
o bien surgir como consecuencia indirecta del carácter telegráfico Y Idea de que las representaciones lingüísticas que computa el paciente
disprosódico del habla de estos pacientes. . se hallan intactas, es decir, el afásico «puede» construir la representa-
El segundo tipo de alteración arriba señalado es .característi~O de ción sintáctica, recuperar las piezas léxicas y elaborar la representa-
ciertas afasias fluídas como la «jerga afásica» (o afasia de W ermcke), ción fonológica y prosódica del enunciado que ha de comprender o
y se suele interpretar más como consecuencia que como causa. de los producir; lo 9ue sí está alterado, en cambio, son las estrategias o
graves trastornos de comprensión y producción del lenguaJe que proc~s<:_>s me_diante los cuales se acoplan representaciones lingüísticas
sufren estos pacientes (Saffran, 1982; Caramazza y Berndt, 1982; de distmto tipo en la producción o la comprensión del lenguaje.
Blumstein, 1988, 1990). El hecho de que las alteraciones fonológicas. ~e Desde esta perspectiva de explicación, se postula la existencia de
los afásicos de W ernicke se manifiesten tanto en comprenswn diversas clases de «fallos» de procesamiento que pueden afectar 1) a
como en producción, unido a la considerable fluidez del habla, e~tos los mecanismos de activación o recuperación de ciertas clases de
pacientes, induce a pensar que el origen d~ l.os problemas fonologicos representaciones (vg. morfoléxicas, en el caso del agramatismo, y
de este síndrome está determinado por muluples causas. conceptuales en el caso de la jerga afásica), 2) a los mecanismos de
asociación o traducción entre distintos niveles de representación (vg.
2.3. La afasia: ¿problema de competencia o de actuación? entre la estructura profunda del enunciado y las representaciones
proposicional~s del mismo, en la comprensión asintáctica), o incluso
Con este breve recorrido a través de los paisajes de la sintomatología 3) a las capacidades de almacenamiento transitorio de ciertos tipos de
afásica hemos pretendido justificar, a partir de .los d~to~. ,q';le nos información, capacidades que resultan esenciales para la ejecución de
brinda la experiencia, la idea de que las perturbaciOnes hngmst1cas de determinadas tareas lingüísticas.
la afasia en sus manifestaciones observables son el resultado de una Un caso representativo de esta tercera categoría de problemas es
compleja interacción de factores elementales no manifie~tos,. ~e. tal la llamada «afasia de conducción», un síndrome atribuido a la
modo que tan cierto es que un mismo síntoma puede vemr ongmado «_desconexi~n» de las áreas de Wernicke (i.e. receptiva) y de Broca
por distintos déficits como que un déficit específic:o puede emerger a (Le. expresiva), que produce un patrón de síntomas específicamente

716 717
PSICOLOGIA DEL LENGUAJE. INVESTIGACION Y TEO_RIA LAS ALTERACIONES DEL LENGUAJE DESDE LA PERSPECTIVA PSICOLINGÜISTICA

circunscrito a la dificultad para repetir material verbal presentado de constituyentes, lo que induce a interpretar erróneamente el papel
por vía auditiva. Dado que el rendimiento de los afásicos de conduc- temático de aquellos constituyentes que no ocupan una posición
ción (al igual que el de otras clases de pacientes afásicos, como los «canónica» en la oración. Tomemos, por ejemplo, el siguiente par de
Broca) mejora sensiblemente a medida que se reduce la longitud de oraciones:
las emisiones lingüísticas que han de comprender, producir o repetir,
se ha sugerido la hipótesis (Saffran, 1982, 1990) de que en la base de 1. a) [la niñaSN]; que [eSN]; está empujando [al niñoSN] es alta
estos trastornos hay una severa limitación en las capacidades de b) [la niñaSNL que [el niñoSN] está empujando [eSNL es alta
memoria inmediata, en especial la memoria inmediata auditiva.
Desde una perspectiva opuesta a la que acabamos de exponer, las En la oración la, un sujeto agramático interpretaría correctamen-
alteraciones afásicas se explican como una pérdida o un deterioro te el SN «la niña» como agente y el SN «el niño» como paciente de la
parcial de las estructuras de información lingüística que intervienen cláusula subordinada, dado que, aunque no reconozca la huella de la
en la actuación no alterada, o sea, como un problema localizado en la representación superficial, los constituyentes asociados a los papeles
competencia lingüística del sujeto. La estrategia de investigación que temáticos de «agente» y «paciente» ocupan las mismas posiciones en
se sigue de esta perspectiva, que podemos denominar «enfoque de la estructura profunda. Sin embargo, en la oración lb, se produce una
estructura», toma un camino inverso al del enfoque de procesamien- inversión del orden canónico agente-paciente en la cláusula subordinada,
to, es decir, parte de una teoría lingüística abstracta (vg. la «teoría de que el sujeto sólo podría reconocer si interpretara correctamen-
la rección y ligamiento» de Chomsky, o la «gramática léxico-funcio- te la huella presente en la estructura superficial. Y es precisamente en
nal» de Bresnan -ver capítulo 6-) y examina los niveles de repre- este tipo de oraciones donde los agramáticos exhiben más errores de
sentación que se hallan incompletos o «mal formados» en cada comprensión.
síndrome a la luz de la teoría lingüística. En la medida en que la Estas explicaciones se podrían extrapolar, o al menos eso es lo
teoría lingüística utilizada sea lo bastante rica en distinciones grama- que pretende Grodzinsky, al examen de otras clases de alteraciones
ticales, este enfoque permitirá dar cuenta de los distintos tipos de afásicas (vg. paragramatismo, alteraciones léxicas, etc.). Ello serviría,
trastornos afásicos sin tener que efectuar una categorización previa a un tiempo, para evaluar y comparar la adecuación de los distintos
(como se hace en los enfoques descriptivos más clásicos) y al mismo modelos de competencia lingüística y para demostrar el carácter
tiempo predecir otros síntomas asociados al componente o compo- modular de la competencia gramatical frente a otra clase de conoci-
nentes alterados que no se hayan hecho manifiestos. mientos y actividades involucrados en el uso normal y perturbado de
Un ejemplo muy reciente del uso de un enfoque estructural en la las funciones lingüísticas.
explicación de los trastornos afásicos es un estudio de Yosef Grod-
zinsky sobre el agramatismo (Grodzinsky, 1990). Grodzinsky se
propone en este estudio ofrecer una caracterización formal del agra- 3. ALTERACIONES ESPECÍFICAS DE LA ADQUISICIÓN DEL LENGUAJE:
matismo a partir de la teoría de la rección y ligamiento de Chomsky DISFASIAS DE EVOLUCIÓN
(1981). La hipótesis que sugiere es que las alteraciones sintácticas
típicas del agramatismo se deben explicar como un déficit selectivo Un segundo grupo de trastornos cuya descripción proporciona evi-
que afecta a ciertos módulos responsables de mantener la buena dencia empírica relevante sobre la organización funcional del siste-
forma de la estructura superficial del enunciado. En concreto, este ma de procesamiento lingüístico es el que concierne a los trastornos
autor postula dos hipótesis relacionadas: que afectan total o parcialmente al proceso de adquisición del len-
1) en la producción agramatical, las representaciones terminales guaje en la primera infancia. Algunos de estos trastornos (algunos
no léxicas (es decir, las unidades o partículas que marcan la concor- de los cuales serán objeto de análisis en el próximo apartado) cons-
dancia entre constituyentes en la estructura superficial), así como las tituyen derivados funcionales de déficits más generales que afectan
preposiciones «subcategorizadas» (esto es, las que dependen del o bien al desarrollo intelectual (vg. casos de deficiencia mental), al
marco de subcategorización del SV, como «creer en X», o «dar X a desarrollo socioáfectivo (vg. casos de autismo y otras psicosis in-
Y») son «elididas» o suprimidas de la representación de la estructura fantiles) o al desarrollo neurológico, perceptivo y 1o motor del su-
superficial; jeto (vg. afasias adquiridas infantiles, cuadros epilépticos, sordera
2) la comprensión asintáctica presente en algunos pacientes y parálisis cerebrales). Otros, por el contrario, implican alteracio-
agramáticos se explicaría por una incapacidad para reconocer las nes en el desarrollo del lenguaje que no pueden explicarse ni por dé-
huellas o categorías vacías originadas por operaciones de movimiento ficits intelectuales más generales, ni por déficits socioemocionales,

718 719
LAS ALTERACIONES DEL LENGUAJE DESDE LA PERSPECTIVA PSICOLINGÜISTICA
PSICOLOGIA DEL LENGUAJE. INVESTIGACION Y TEORIA

ni por déficits neurológicos, perceptivos o motores. Estos últimos 1) Agnosia verbal auditiva (descrita originalmente por Worster-Drought en
casos, cuyo comentario será abordado inmediatamente, son los que 1930): agrupa los casos más graves, es decir, a niños con déficits muy severos
se identifican habitualmente con los términos de «disfasia de evolu- en la comprensión del lenguaje, que se comportan funcionalmente como
ciÓn», «afasia congénita» o, simplemente, «trastornos (específicos) sordos y que pueden mostrar índices aceptables de desarrollo simbólico y de
del desarrollo del lenguaje». interacción social y comunicativa.
2) Déficits semántico-pragmáticos: los niños que presentan este cuadro se
caracterizan, en lo esencial, por su dificultad para la construcción de
3.1. Las disfasias de evolución: emisiones lingüísticas coherentes, ligadas semánticamente a un tópico y 1o
Subtipos clínicos y observaciones empíricas apropiadas al contexto en que se emiten; ocasionalmente, estos déficits
pueden ir acompañados de emisiones ecolálicas y de un lenguaje verborreico
Tal y como se ha hecho notar en las numerosas revisiones al respecto (de un modo similar a como puede resultar el habla de los sujetos hidrocefá-
(vg. Leonard, 1972, 1979, 1987; Crystal, 1983; Cantwell y Baker, licos, de pacientes con afasia sensorial fluida y de ciertos psicóticos).
1987; Byers y Edwards, 1989), los trastornos en el desarrollo del 3) Dispraxias verbales: implican alteraciones en la realización de los esquemas
lenguaje, cuya prevalencia en la población infantil oscila, dependien- motores del habla, en condiciones de comprensión lingüística normal o casi
do de las estimaciones, entre un 3% (Leske, 1981) y un 8% (Silva, normal; estas alteraciones, como ha observado Edwards (1982), afectan
1980), constituyen una categoría diagnóstica heterogénea, cuyas úni- también negativamente a los aspectos suprasegmentales o prosódicos del habla.
cas constantes parecen ser la existencia de un retraso significativo de 4) Trastornos fonológico-sintácticos: pueden desdoblarse en dos subtipos dis-
tintos: a) el llamado déficit de programación fonológica, que presenta
las capacidades lingüísticas, y la dificultad de su explicación a partir
grandes semejanzas con las dispraxias (variando esencialmente tan sólo su
de factores etiopatogénicos globales o no directamente ligados al severidad), y b) el déficit fonológico-sintáctico, que, pese a compartir tam-
proceso de la adquisición del lenguaje. Como su propio n<?m?,re bién ciertos rasgos con los dos anteriores, implica además problemas en la
indica, en todos estos casos se produce un retraso y1o desv1ac10n comprensión; para Rapin y Allen {op. cit.), el cuadro presentado por este
significativo en el proceso de desarrollo lingüístico. Este retraso y1o último tipo de casos se asemeja bastante al de los pacientes con afasia de
desviación puede afectar de forma más o menos severa a alguno de Broca, especialmente por su característica omisión de palabras funcionales o
los componentes del lenguaje, puede reflejarse, con mayor o menor de clase cerrada y su frecuente omisión de sufijos.
claridad, en las diferentes modalidades de la actividad lingüística S) Déficits léxico-sintácticos: la dificultad más característica en estos casos
(comprensión-producción) y parece ser relativamente persistente a lo parece ser la de recuperar palabras, si bien, y a diferencia de lo que ocurre en
los afásicos anómicos, el problema parece implicar también una cierta
largo del tiempo.
degradación de la buena forma sintáctica de las oraciones. Los circunloquios,
Según Rapin y Allen (1983, 1987), la casuística de los trastornos
las autocorrecciones y falsos inicios y una cierta dificultad en el empleo de
específicos del desarrollo del lenguaje da pie a la diferenciación de los morfemas caracterizan también este tipo de trastorno, en el cual, por otro
seis grandes tipos o categorías, cuya descripción básica se recoge en el lado, no se aprecian signos claros de alteración en el ámbito receptivo.
cuadro 15 .2.
Las descripciones clínicas de los trastornos específicos del desa- Cuadro 15.2. Principales tipos de trastornos disfásicos, según Rapin y Allen (1983,
rrollo del lenguaje revelan, por consiguiente, alteraciones fonológicas, 1987).
alteraciones motoras (dispráxicas), alteraciones morfosintácticas y
alteraciones semántico-pragmáticas. Ahora bien, ¿hasta qué punto los principales componentes del lenguaje. Así, y en comparación con
estas alteraciones reflejan un simple retraso en el desarrollo de las niños normales igualados en edad cronológica y/o mental~ se ha
capacidades lingüísticas o, por el contrario, indican una desviación de confirmado un menor empleo espontáneo, en los disfásicos, de
la secuencia y/o los mecanismos de adquisición de los niños norma- morfemas tanto libres como ligados y de estructuras sintácticas
les? y, lo que es más importante, ¿en qué medida su estudio puede complejas (Menyuk, 1964; Lee, 1966; Leonard, 1972), un empleo
aportar evidencia compatible con una concepción modular del len- más frecuente de emisiones que expresan relaciones semánticas sim-
guaje como la que se desprende del análisis de las capacidades ples (muy tempranas en el desarrollo normal) como las de «denomi-
lingüísticas de los adultos afásicos? nación» y «relación agente-acción» (Leonard, Bolders y Miller, 1976),
La investigación experimental desarrollada en las últimas dos ritmos lentos en la adquisición del vocabulario (Weeks, 1974) y
décadas en torno a estas cuestiones ha sido enormemente abundante. errores léxicos relativamente infrecuentes en niños normales (Weeks,
A grandes rasgos, las descripciones psicolingüísticas del lenguaje de 1975).
los disfásicos infantiles, y su comparación con el lenguaje de grupos En el ámbito de las habilidades pragmáticas~ se han observado
de control, ha confirmado la existencia de alteraciones o déficits en también diferencias en el empleo de formas de cortesía (como el uso

721
720
PSICOLOGIA DEL LENGUAJE. INVESTIGACION Y TEORIA LAS ALTERACIONES DEL LENGUAJE DESDE LA PERSPECTIVA PSICOLINGÜISTICA

de fórmulas indirectas), los modos de participación conversacional lenguaje espontáneo (la «longitud media de emisiÓn» -L.M.E.,
(Morehead e Ingram, 1976; Prinz y Ferrier, 1983) y las habilidades de Brown, 1973; cfr. Dale, 1980b y Siguán, Colomina y Vila, 1990, para
comunicación referencial (Pearl, Donahue y Bryan, 1981, 1985); en una descripción de su cálculo en castellano-). En estos casos (i.e.
esta última tarea, se ha comprobado también que los disfásicos suelen con grupos igualados en L.M.E.), lo que se observa es que, en lo
ser menos eficaces que los niños de su misma edad a la hora de esencial, tanto el lenguaje de los disfásicos como su funcionamiento
solicitar aclaraciones a sus compañeros de tarea (Donahue, Pearl y simbólico y perceptivo resulta similar al de niños normales de edades
Bryan, 1980); por otro lado, aunque demuestran ser sensibles a la cronológicas inferiores a las suyas, pudiéndose considerar sus diferen-
edad -igual, mayor o menor- de sus interlocutores, resultan inca- cias más bien como cuantitativas que como cualitativas (i.e. más
paces de ajustar de forma adecuada la longitud y complejidad de sus como consecuencia de un retraso evolutivo que de una desviación
emisiones a estas diferencias (Fey, 19 81 ). propiamente dicha).
En el ámbito del retraso fonológico~ se han destacado peculiarida- En cualquier caso, existen datos que confirman la especial dificul-
des tales como la sustitución de consonantes finales oclusivas (vg. tad que sigue suponiendo para estos niños el desarrollo de ciertas
too? por toot), omisiones en grupos consonánticos iniciales (vg. sap habilidades lingüísticas. Así, por ejemplo, se han encontrado proble-
por snap), inversiones consonánticas (vg. ksi por ski) o sustituciones mas de importancia en la adquisición de ciertos morfemas gramatica-
de líquidas por bilabiales (vg. mabbit por rabbit), que son enorme- les (vg. los morfemas ligados de pasado y de tercera persona de
mente infrecuentes en niños normales (Ingram, 1976; Edwards y singular en inglés, o las marcas verbales de gerundio), así como en el
Bernhardt, c.e. Leonard, 1979). Sin embargo, otras características correcto empleo de palabras funcionales como los artículos y los
fonológicas del habla de los disfásicos como la asimilación velar (vg. auxiliares verbales, o las formas verbales contraídas (vg. doesn't por
kake por take), el uso de semivocales por consonantes líquidas (vg. does not). Estas formas lingüísticas resultaron ser comparativamente
yake por lake) o la sustitución de fricativas por africadas (vg. shew más difíciles de adquirir por los disfásicos que Ítems léxicos nuevos
por chew), han sido observadas también, con cierta frecuencia, en los (vg. Leonard et al., 1982), relaciones semánticas relativamente com-
niños normales (cfr. Leonard, 1979, 1982b). plejas (Leonard, Bolders y Miller, 1976; Johnston y Kahmi, 1984) o
Además de las diferencias lingüísticas, los estudios de compa- ciertas funciones pragmáticas (vg. Leonard et al., 1982). La dificultad
ración han revelado también que una proporción significativa de niños de los disfásicos para resolver correctamente tareas de ordenación
diagnosticados como disfásicos presenta retrasos en el desarrollo de temporal de tonos con intervalos preparatorios muy bajos (vg. Tallal,
capacidades representacionales no lingüísticas como el juego simbóli- 1976), o el retraso de muchos de ellos en el desarrollo de competen-
co (vg. Lovell, Hoyle y Shidall, 1968; Brown et al.~ 1975; Udwin y cias simbólicas no lingüísticas (en las que, sin embargo, pueden llegar
Yule, 1983) o la elaboración y uso de imágenes mentales (Inhelder, a alcanzar niveles más altos que los niños normales más jóvenes que
1963; Kahmi et al.~ 1984; Johnston y Ramstad, 1983). También, se poseen LMEs equivalentes -Camarata et al., 1981; Kamhi, 1981;
han publicado resultados experimentales que sugieren la existencia de Terrell et al., 1984, y otros-) indican también con claridad que el
alteraciones en el procesamiento de señales auditivas -vg. con tareas desarrollo lingüístico y cognitivo de estos niños encierra dificultades
de discriminación y de juicios de semejanza de tonos y fonemas que no quedan explicadas satisfactoriamente en términos de un
(Talla! y Piercy, 1973, 1974; Tallal et al.~ 1980a, b; 1981)-. Estas retraso evolutivo global.
alteraciones afectan sobre todo al procesamiento rápido de señales, lo ¿En qué consisten los déficits lingüísticos de los niños disfásicos?
que ha sido interpretado por algunos como indicador de déficits más ¿En qué medida pueden explicarse como resultado de un enlenteci-
generales en la capacidad de procesamiento de secuencias temporales miento en el desarrollo de competencias cognitivas y simbólicas más
(vg. Tomblin y Quinn, 1983). generales? ¿En qué medida, por el contrario, implican una alteración
Como ha observado Leonard (1979, 1982a, 1987), la comprobación específicamente lingüística?
empírica de que, comparados con niños de edad cronológica o mental
equivalente, los niños disfásicos muestran retrasos significativos en 3.2. Algunas hipótesis explicativas
habilidades tanto lingüísticas como no lingüísticas (simbólicas y
perceptivas) puede llevar a derivar conclusiones engañosas. Ello es así En los últimos años, la explicación de la naturaleza de los déficits que
toda vez que la mayoría de estas diferencias tienden a desaparecer subyacen a los trastornos específicos del desarrollo del lenguaje ha
cuando los grupos estudiados se igualan no tanto en edad cronológica atraído la atención tanto de los clínicos (preocupados por el desarro-
sino en edad de desarrollo lingüístico (operativizada, por ejemplo, a llo de programas de intervención cada vez más eficaces para este tipo
través del cálculo del número de morfemas promedio del niño en su de casos) como de los psicolingüistas experimentales (preocupados
722 723
PSICOLOGIA DEL LENGUAJE. INVESTIGACION Y TEORIA
LAS ALTERACIONES DEL LENGUAJE DESDE LA PERSPECTIVA PSICOLINGÜISTICA

por dar cuenta de la organización, funcionamiento y desarrollo del ky (1980), a ámbitos de competencia conceptual y comunicativa más
sistema de procesamiento lingüístico). A grandes rasgos, las hipótesis ~eneral~s: ~esde e~ta concepción, por consiguiente, cabe esperar que
propuestas hasta el momento pueden ser encuadradas en dos grandes 1~ adqmsicio? ~e Ciertas competencias gramaticales (i.e. morfosintác-
categorías: a) aquellas que postulan que las dificultades de la adquisi- ticas Y fonologicas) pueda seguir un curso de desarrollo no condicio-
ción lingüística deben ser interpretadas como reflejo o resultado de nado P_?r el buen o mal desarrollo de otras competencias; comple-
dificultades en el desarrollo de capacidades cognitivas o simbólicas ~entan~mente, ~1 desarrollo semántico y pragmático podría sufrir la
más generales, y b) aquellas que postulan que el desarrollo del mfl~encia nega~Iva de alteraciones tanto del desarrollo cognitivo y
lenguaje compete primariamente a un subsistema cognitivo relativa- social de los SUJetos como de su desarrollo gramatical propiamente
mente autónomo que posee sus propios mecanismos de maduración y dicho 2 •
que, eventualmente, interactúa en su funcionamiento con otros sub- ¿~uál de estas hipótesis resulta más plausible a la luz de los datos
sistemas. obtemdos en la investigación con los disfásicos? Consideremos en
La primera de estas interpretaciones se vincula históricamente con primer lugar, la hipótesis de que la alteración en el desarrollo' del
dos tipos de posiciones: la llamada hipótesis cognitiva (Cromer, 1974, lenguaje puede explicarse en términos de alteraciones en capacidades
1976, 1981) se deriva teóricamente de las posiciones piagetianas y de que no ~on específ~camente lingüísticas. Ello permite avanzar dos
su interpretación del lenguaje como un sistema simbólico que emerge tipos d~ mterpret~~I<?nes: a) los ?éficits lingüísticos de los disfásicos
durante el periodo sensoriomotor como una manifestación. más de la se explican por deficits o alteraciOnes que afectan al funcionamiento
función simbólica (cfr. capítulo 5); en su versión más fuerte, esta de procesos perceptiv.?~ y1o mné~icos, n_o necesariamente específicos
hipótesis predice que ciertos desarrollos del lenguaje no podrán ser d~ la modalidad audi,ttva pero SI esenciales para el buen funciona-
adquiridos hasta que no lo sean sus contrapartidas simbólicas o miento ~e las fases mas tempranas del procesamiento lingüístico (vg.
representacionales no lingüísticas (caso de las pasivas reversibles en percepcwn del ~abla); b) los déficits lingüísticos reflejan fundamen-
reiación con las nociones de conservación, o de ciertas estructuras talmente alteraciOnes en el desarrollo de la función simbólica.
léxicas y sintácticas respecto de la noción de objeto permanente y la . !al_ Y como ha obs~rvado Leonard (1987), la primera de las
relación medios-fines) o lo que es lo mismo, que ciertos desarrollos hipotesis resulta compatible con los datos (vg. de Tallal y Piercy,
simbólicos resultan necesarios y suficientes para los desarrollos lin- 1973a, b) que revelan una más que probable dificultad, en los disfási-
güísticos. L~ llamada hipótesis correlacional (Bates et al., 1977; Bates, cos, para el procesamiento rápido de señales auditivas (dificultad, a su
1979), segunda opción dentro de esta concepción de la adquisición del vez, que yuede ser ligada a dificultades más primarias aún en el
lenguaje como resultado de habilidades inespecíficas, postula más proce~ai;ue~to de _secuencias temporales de estímulos). Sin embargo,
bien que tanto el lenguaje como otros desarrollos cognitivos de la est~ hipot~sis encaJa mal con algunos otros resultados experimentales.
primera infancia deben ser interpretados como derivados funcionales Asi, ~o~ eJemplo, c~n ,l~s datos que demuestran que las habilidades
de una capacidad más general y previa, que puede ser identificada fonologicas de los disfasicos (evaluadas tanto a través del análisis de
mediante un conjunto de mecanismos o habilidades «horizontales» sus producciones, como en tareas de percepción de secuencias de pares
tales como las habilidades de categorización, discriminación, extrac- «consonante-vocal» y en tareas de discriminación entre fonemas
ción inductiva de reglas, etc. La alteración en el desarrollo de estas sordos y sonoros) pueden ser consideradas como bastante normales
capacidades, que se interpretan aquí como necesarias pero no sufi- si bien se realizan más let;Itamente. que en el caso de los controles (vg:
cientes para el desarrollo del lenguaje, dificultaría tanto el desarrollo Henderson, 1978; Fromkm y Rapm, 1980), o los que demuestran que
cognitivo o simbólico del niño como su adquisición de algunas de las las dificultades en la identificación y secuenciación de estímulos
habilidades lingüísticas más tempranas (vg. su capacidad para recons- temporales (tonos) no impiden la correcta utilización de claves lin-
truir inductivamente, a partir de su experiencia lingüística, las propie- güísticas co~o ~as pr<?porcionadas por la presencia de las palabras
dades distribucionales de las distintas categorías léxicas y estructuras «alto» Y «baJO» Inmediatamente antes de la presentación de tonos de
grama ti cales). alta y baja frecuencia fundamental, respectivamente (Thal y Barone,
Finalmente, desde una concepción modular, se postularía que el
lenguaje sigue un curso evolutivo independiente de los de otras . , 2. Como es sabido, el concepto de pragmática expresa la capacidad de utilización y adapta-
capacidades generales. Esto sería especialmente evidente en el caso de cwn de las estructuras o formas gramaticales a los distintos propósitos y funciones comunicativas.
las habilidades fonológicas y morfosintácticas (i.e. habilidades forma- En co.nse~uen.c,ia, resulta pla.usible suponer que los déficits gramaticales pueden implicar también
una dismmucion de la capacidad que tiene el hablante para ajustar sus mensajes a las demandas del
les) y menos nítido en los componentes semántico y pragmático, dado contexto comunicativo (Belinchón, 1990, para una revisión de las principales acepciones del
que éstos están funcionalmente ligados, como ya estableciera Choms- concepto de pragmática en psicolingüística).

724 725
PSICOLOGIA DEL LENGUAJE. INVESTIGACION Y TEORIA
LAS ALTERACIONES DEL LENGUAJE DESDE LA PERSPECTIVA PSICOLINGÜISTICA

1983), lo que sugiere que procesos de un hipotético nivel superior de Las características peculiares de su lenguaje, por otro lado, deben ser
p~o.c~samiento pueden no. verse ~fe~tad?s en ~u desarroll;> por los vistas como «el resultado de la interacción entre este input y los
deficits de los mveles previos. En ultima mstancia la relacion funcio- mecanismos de adquisición del lenguaje» (ibidem).
nal existente. ~ntre los nive.les de pr?~esa~ien~~ más temprano, o T amando como punto de partida la «teoría de la aprendibilidad
entre las habilidades perceptivas y mnesicas Implicadas en los mismos (learnability) del lenguaje» de Pinker (1979), y una vez descartado que
y la capacidad para la adquisición de habilidades lingüísticas como la distinta o insuficiente calidad del input lingüístico de estos niños
las implicadas en la adquisición de morfemas palabras y' reglas pueda ser explicada como resultado de un entorno lingüísticamente
sintácticas, dista aún mucho de ser clara (cfr. T~llal, 1978). empobrecido, Leonard analizó las características fonológicas de los
La hipótesis que vincula el retraso lingüístico de los disfásicos a morfemas que resultan más difíciles de adquirir a los disfásicos. Ello
retra.sos en el de.s~rrollo de .capa~ida?~s simbólicas más generales y le permitió concluir que son los morfemas con menor «densidad
previas (vg. habilidades de Imagmacwn y de juego simbólico o de fonológica» (i.e. segmentos consonánticos no silábicos y sílabas no
const~ucción semiótica de los signos mismos, como recientemente ha acentuadas, que se caracterizan por su menor duración, frecuencia
sugendo Serra, 1989, 1991) tropieza también con algunos problemas fundamental y amplitud) los que tardan más en ser correctamente
bien sean de validación empírica directa (como en el caso de 1~ utilizados por los niños disfásicos, lo que, dependiendo de las caracte-
~ipótesis de ~erra), bien sea de !=ipo teórico o empírico. Entre estas rísticas superficiales de cada lengua (inglés vs italiano), determina la
ultimas, cabna llamar la atencion sobre al menos dos (como hace secuencia de adquisición morfológica esperable en cada caso y los
v!?.,, ~eonard, 1987). En primer lugar, sobre el hecho de que lo~ puntos o estructuras donde, previsiblemente, los disfásicos de cada
disfasicos, a pesar de presentar niveles de desarrollo simbólico infe- lengua cometerán más errores 3 •
rior~s a los de otros niños con edades cronológicas y1o mentales La hipótesis de Leonard, que interpreta los trastornos disfásicos
e9:11valentes, p~esentan niv~les. ?e simbolización superiores a los de como trastornos explicables en términos del desarrollo (modular) de
nmos cronologicamente mas JOvenes pero que poseen niveles de las capacidades de aprendizaje de la gramática, ha sido contrastada de
d~sarrollo .lingüístico equivalentes,. lo que deja sin explicar la asime- forma exhaustiva por su proponente con los datos tanto de las
tn~ evolutiva entre las competencias simbólicas y lingüísticas de los descripciones del habla de este tipo de sujetos como de los estudios
p_nmeros (C.amarata ~~al.~ 1981; Kahmi, 1981, etc.). Por otro lado, y sobre percepción del habla. Aparte de su interés para la elaboración
como oc~rnera tambien con las competencias perceptivas comenta- de teorías de la adquisión de la gramática, permite conectar de forma
das antenormente, cabe recordar la necesidad de ser extremadamente enormemente elegante, a nuestro entender, los datos relativos a las
cautos en el establecimiento de relaciones causales entre dominios de dificultades fonológicas y morfosintácticas descritas tanto en la litera-
a~tiyidad o funcionamiento que implican sistemas representacionales tura experimental como en la clínica. Sobre la base del modelo de
distmto~, toda vez que, hasta la fecha, y salvo raras excepciones, no adquisición de la gramática propuesto originalmente por Pinker (1979),
ha podido establecerse un paralelismo funcional estricto entre los esta hipótesis parece permitir también dar cuenta, de forma bastante
pr~cesos de des~rrC?.l}o .de las competencias y adquisiciones represen- satisfactoria, de la alteración selectiva en, por ejemplo, la organiza-
tacwnale.s, no lmgm~tlca y el de las habilidades lingüísticas. La ción de ciertos tipos de estructuras de frase (especialmente, en formas
observacwn de, por eJemplo, Skarakis (1982), de que niños disfásicos no canónicas como la pasiva, en la que típicamente fracasan también
c<.m. niveles similares d~ j~~g? simbólico pre~entaban niveles muy los disfásicos), la construcción de ciertas estructuras completivas
?Istmtos de desarrollo lmgmstico (en produccion y en comprensión), (concretamente, en aquellas en las que el verbo debe ser conjugado
I~du~e .a pensar, por otro lado, que en ningún caso las competencias incluyendo sufijos con baja densidad fonológica), y en los mecanis-
Simbohcas (o/ e~ su caso, el r~t.raso en su desarrollo) permiten dar mos de parsing sintáctico a partir del análisis morfológico que están
cuenta, por si mismas, de las dificultades que muestran los disfásicos también afectados en muchos de los sujetos disfásicos (tanto niños
en su adquisición del lenguaje. como adolescentes). En última instancia, la posibilidad de interpretar
Por último, cabe señalar que la defensa de la hipótesis modular en los trastornos específicos de la adquisición del lenguaje como déficits
· r~lación con la explicación de las alteraciones lingüísticas de los niños que tienen su núcleo original en la mayor dificultad de la adquisición
disfásicos ha sido asumida fundamentalmente por Leonard en dos de de cierto tipo de morfemas (los que poseen la característica de «baja
sus últimos trabajos (Leonard, 1989; Loeb y Leonard, 1988). En ellos, densidad fonológica») y de las estructuras sintácticas que dependen.
e~te autor parte de la consideración de que los disfásicos deben ser
v.Istos com<? «aprendices de lenguaje cuyo input lingüístico está
3. Obsérvese el paralelismo entre esta hipótesis y la propuesta por Kean (1977) para la
filtrado o distorsiOnado desde el principio» (Leonard, 1989, p. 179). explicación del agramatismo que se comentó en el apartado 2.2 de este capítulo.

726 727
LAS ALTERACIONES DEL LENGUAJE DESDE LA PERSPECTIVA PSICOLINGÜISTICA
PSICOLOGIA DEL LENGUAJE. INVESTIGACION Y TEORIA

pr_oposiciona_l)_ similares a los esperables por su nivel de funciona-


crucialmente de ellos, resulta compatible con la hipótesis de que las ~Iento cogm~I~~ no lingüístico general. Sin embargo, se mantuvieron
dificultades pragmáticas mostradas por estos sujetos constituyen «Islas» ~e deflclt severo tanto en el desarrollo de las habilidades
derivados funcionales de sus dificultades en la construcción de formas pragmatlcas ~omo en la adquisición de la gramática. Así, como
1

sintácticas estructuralmente complejas. Esta hipótesis, que reciente- observa Curtlss? <~tras más de ocho años de estimulación lingüísti-
mente ha sido defendida con enorme lucidez por Mavis Donahue ca y. de favorecimi~nto de. la adquis~ción (de estas competencias), las
(1987), tiene a su favor datos empíricos como los que_ demuestran que emiswne~ de Geme contmuaron. siendo fuertemente agramaticales
es precisamente en los casos en que los disfásicos se ven obligados a -:-~ontema~ po~os morfemas flexivos y marcadores gramaticales no
ajustar y modificar la estructura gramatical de sus mensajes (vg. en la lexicos _o Imphcaban Ut;l ~so. inconsistente de ellos-, y estaban
petición de clarificaciones en tareas de comunicación referencial, o desprovistas de marcas smtactlcas para las relaciones entre cláusulas
ante interlocutores de diferente edad a la suya) cuando la actuación Y para la construcción de formas oracionales no canónicas como las
pragmática de estos sujetos es más deficiente que la de sus controles 9ue s: ?~n en las preguntas o se derivan de la topicalización. La
normales de igual nivel de desarrollo lingüístico. Ello no impide msen~Ibihdad ante estas mismas formas gramaticales se observó
suponer, sin embargo, que las alteraciones conceptuales y pragmáti- también en su comprensión (del lenguaje)» (1988b, pp. 97-98). Por
cas de los disfásicos no reflejen también alteraciones específicas de otro lado, y aunque resultó capaz de utilizar adecuadamente formas
tipo simbólico y/o sociocomunicativo, cuya similitud con las observa-
das en otros cuadros de retraso evolutivo (vg. deficiencia mental o
no lingü~s.ticas ?e comunic~ción, Genie ~e reveló incapaz de apren-
der o utlhzar for~ulas sociales y esterotipada~ de conversación (vg.
autismo infantil) está aún por determinar. s~ludos de c<?rtesia), marcadores de preparacwn de cambio de tó-
1

pico Y expresiOnes vocativas de llamada de atención hacia sus inter-


l?c_utores potenci~les_. Pese a elJo, consiguió desarrollar habilidades
4. DISOCIACIONES FUNCIONALES EN EL LENGUAJE INFANTIL:
tl~ncamente «~emantlcas» del discurso tales como la realización de
ALGUNOS CASOS CLÍNICOS disc~rs_os relativamente coherentes o la introducción y mantenimiento
de topicos nuevos.
Como hemos visto en las páginas anteriores, el estudio de las
disfasias infantiles proporciona evidencia compatible con la hipótesis 4.2. Chelsea
de que, en ciertos casos, la adquisición de la gramática puede sufrir
un trastorno selectivo. Sin embargo, quizá no haya nada más claro Chelsea es una ~ujer sorda que comenzó su adquisición del lenguaje
que el análisis de los casos en que se producen disociaciones funcio- a la edad de tremta y pocos años. Aunque su evolución es mucho
nales durante el desarrollo, para comprobar hasta qué punto puede men~s con?cida qu~ la anterior, constituye también un ejemplo claro
existir una independencia funcional de los cursos y de las condiciones de ~omo cie~tos SUJetos pueden desarrollar capacidades cognitivas y
de adquisición de la gramática respecto a los de otros componentes sociales relativamente normales en ausencia de desarrollos equipara-
del funcionamiento cognitivo, tanto lingüístico como no lingüístico. bles en el ámbito del lenguaje.
Pasemos, pues, sin más dilación, al comentario de algunos de estos A_ l.~ largo .~e su periodo terapé~tico, Chelsea (cfr. Curtiss, 1988b)
casos. adqmno tam~nen _un progreso considerable en cuanto a la adquisición
de ~oc~bulano; si_n embargo, su capacidad para construir oraciones
4.1. Genie semanticamente bien formadas se mantuvo en niveles muy bajos de
desarrollo, probablemente por su escaso dominio de los mecanismos
El caso de Genie, una adolescente encontrada con 13 años y medio y de organización morfosintáctica más básicos. Así, construía oracio-
que había permanecido socialmente aislada al parecer desde su nes c?n dos modificadores -adjetivos- incompatibles aplicados a
nacimiento, es uno de los ejemplos de disociación funcional en el un mismo noJ?bre, con preposiciones aplicadas inadecuadamente a
desarrollo mejor conocidos en el ámbito psicolingüístico. El desarro- nombres propiOs y pro?ombres personales, concatenaciones imposi-
llo cognitivo y lingüístico de Genie fue analizado por el equipo bJ~s de smtagma~ nommales y verbales, separación y mala ordena-
dirigido por Susan Curtiss a lo largo de un periodo de casi ocho años, cwn de los const!~uyentes de un mismo sintagma, etc. Evaluada en
en los que Genie se enfrentó, entre otras cosas, a la compleja tarea de cuanto a sus. habilidades receptivas, Chelsea también demostró tener
adquirir un lenguaje (Curtiss et al.~ 1974; Fromkin et al.~ 1974; buena capacidad par~ la comprens~ón ~e palabras aisladas y frases
Curtiss, 1977, 1979, 1981, 1982, 1988a, b). Durante este periodo, la con fuerte dependencia de claves situacwnales, pero una escasísima
niña alcanzó niveles de desarrollo semántico (tanto léxico como
729
728
PSICOLOGIA DEL LENGUAJE. INVESTIGACION Y TEORIA LAS ALTERACIONES DEL LENGUAJE DESDE LA PERSPECTIVA PSICOLINGÜISTICA

comprensión de las estructuras morfológicas y sintácticas básicas del desarrollo. Así, Laura demostró ser capaz de producir estructuras
inglés. complejas tanto morfológica como sintácticamente que resultan in-
frecuentes no sólo en los niños normales sino también en los adultos
4.3. Anthony (vg. oraciones pasivas no reversibles. y oraciones compuetas por
varias cláusulas coordinadas y subordmadas encadenadas recursiva-
Anthony, un niño deficiente de 6 años y medio de edad y un C.l. mente). También demostró su habilidad en el empleo de subordina-
entre 50-56, fue estudiado también por Curtiss y su equipo (Curtiss das de relativo y subordinadas causales y temporales y en el empleo
y Yamada, 1981; Curtiss, 1982) tras comprobarse que su desarrollo de marcas morfológicas (vg. como los auxiliares en p~~a~,o, en
lingüístico presentaba indicios de disociación. En este caso, la disocia- oraciones interrogativas) cuyo proceso normal de adqmsiciOn no
ción se ajusta a un patrón inverso al de los casos anteriores (Genie y parece concluir hasta los 6-7 años. Su fonología fue correcta tanto en
Chelsea). Así, Anthony, que sufría un retraso severo en la mayoría de sus componentes segmentales como suprasegmentales (si bien éste es
las áreas de funcionamiento (desarrollo cognitivo, motor y social el componente del que se proporciona .~enos infor~a~ión). , .
próximo a los 2 años), se reveló lingüísticamente competente en la El nivel de desarrollo de sus habihdades semanticas -lexicas y
medida en que fue capaz de emplear adecuadamente los sufijos fle- proposicionales- fue también sorprendente en relación con su nivel
xivos de nombres y verbos, distintos tipos de pronombres, modifica- global de desarrollo. Pese a ello, resultó obvio que no conocía .de
dores, auxiliares verbales y partículas modales, estructuras pasivas, forma completa el significado de muchas de las palabras y expresiO-
y oraciones compuestas de varias cláusulas y tipos. Pese a cometer nes que utilizaba y que, con relativa frecuencia, empleó ref~rencias no
numerosos errores léxicos, éstos nunca violaron ni la categoría factuales (i.e. falsas o imposibles) ~1 responder a determma~a.s, pre-
gramatical, ni las restricciones ligadas al caso, ni los rasgos de guntas (vg. «cuándo», «cuánto», «donde»). Estos casos, en opmwn de
subcategorización. Sin embargo, en su lenguaje se observaron nume- Yamada (1991), evidenciaban una cierta asi~etría entre el ~o~oci­
rosos errores en la construcción de referencias (vg. a través de miento conceptual o de la realidad de ~em~ y su cono~n~Iento
pronombres y de términos deícticos) y, también, problemas significa- semántico dado que sus respuestas nunca Imphcaron la comisiOn de
tivos en la introducción y mantenimiento de los tópicos durante el errores qde afectaran al caso o la categoría semántica exigida por la
discurso. oración.
Desde un punto de vista pragmático, el lenguaje de Laura se
4.4. Laura caracterizó por violar la totalidad de las máximas griceanas y por
evidenciar dificultades en la realización de presuposiciones y de
La evaluación y descripción de las habilidades lingüísticas y no implicaturas conversacionales. Las dificultades pragmáticas de Laura,
lingüísticas de Laura, una adolescente de 16 años estudiada por Jeni al parecer, comenzaron a ser evidentes ya en las etapas más te~pra­
Yamada (1990) hasta su edad adulta, confirmó también la hipótesis nas de su desarrollo lingüístico; no obstante, su empleo de ciertas
de que el lenguaje, en tanto que sistema formal de reglas y representa- estructuras sintácticas (como las pasivas o las subordinadas de relati-
ciones específicas, puede desarrollarse de forma adecuada aun en vo) que implican de hecho una jerarquización ~~cional de .la i~for­
casos que sufren déficits severos en el desarrollo de otras competen- mación nueva y dada de la oración en orden, qmza, a un meJor aJuste
cias cognitivas y sociales más generales. con la perspectiva del interlocutor'· dan pie a suponer que no es este
Laura («Marta» en, por ejemplo, el comentario que le dedica tipo de demandas directamente vmculadas a la capacidad metarre-
Curtiss en algunos de sus trabajos) presentaba un C.l. aproximado de presentacional de '«ponerse en el luga~ del otro», las que parecían
40 en el momento de comenzar el estudio y, desde su nacimiento, estar más severamente dañadas en esta JOven.
había presentado un cuadro típico de deficiencia mental severa En la evaluación de las capacidades cognitivas no lingüísticas,
acompañado de episodios tanto de hiperactividad como de hipoacti- Laura presentó también resultados no m~nos interesan~es. Así, res?l-
vidad. A lo largo del estudio, fue evaluada exhaustivamente en vió adecuadamente las tareas correspondientes al estadiO 6 del peno-
habilidades perceptivas y cognitivas de diversa índole, así como, do sensoriomotor (vg. respecto a la noción de objeto permanente y la
naturalmente, en sus habilidades para la producción y la compren- relación medios-fines), que se consider~n requisitos básico~ para la
sión del lenguaje. adquisición de las primeras palabras. Sm e~~argo, present~ res.ulta-
Los resultados de la evaluación de Laura apoyan, de forma dos inconsistentes en las tareas de conservacwn que, en teona, sirven
cont~ndente, la hipótesis de que el lenguaje implica mecanismos y de base a habilidades como la capacidad de construcción de oraciones
subsistemas funcionalmente autónomos también en cuanto a su pasivas reversibles. Sus habilidades representacionales, espaciales y

730 731
PSICOLOGIA DEL LENGUAJE. INVESTIGACION Y TEORIA LAS ALTERACIONES DEL LENGUAJE DESDE LA PERSPECTIVA PSICOLINGÜISTICA

numéricas se situaron en niveles de ejecución no superiores a los de compete~cias. ~' lo que es lo mismo, que la sintaxis posee niveles de
niños de 2-4 años. Sus habilidades lógicas fueron incluso más defi- aut?nomta ~uncwnal que no poseen los otros componentes del len-
cientes. En este sentido, proporcionaron evidencia claramente incom- gu,aJ.e. ¿lmphca es~o supo~er que los componentes semántico y prag-
patible tanto con la hipótesis cognitiva como con la hipótesis correla- n:attco del lenguaJe constituyen meros reflejos y/o derivados de otros
ciona! (comentadas en el subapartado anterior) del desarrollo de las Sistemas generales del procesamiento o el funcionamiento cognitivo?
habilidades lingüísticas y cognitivas. La ejecución extremadamente En .a?soluto. A .lo, lar~o de los capítulos de este volumen, se ha ido
pobre también en tareas cognitivas no simbólicas de -memoria a corto sugtnendo la htpotests de que, vistos en términos funcionales los
plazo y secuenciación de estímulos contradice, por otro lado', la comp.on~ntes sema~ttco
1 •
r 1
pragmatico del lenguaje parecen presentar
'

hipótesis de dependencia del desarrollo lingüístico respecto de habili- pecuhandades y extgenctas (tanto representacionales como procedí-
dades de procesamiento más básicas o primarias. La falta de correla- mentales) que no pueden subsumirse automáticamente en las faculta-
ciones significativas entre su capacidad para el recuerdo de material ~es «horizontal~~». Por consiguiente, nada impide postular la hipóte-
presentado auditivamente y sus habilidades sintácticas refuerza tam- SIS de que tambten estos componentes pueden deteriorarse selectiva-
bién esta interpretación de la competencia gramatical como resultado mente en algunos casos, con independencia de que a la vez estén o
de mecanismos y habilidades funcionalmente independientes, en su no, d.eterioradas las facultades específicamente li~güísticas: En los
desarrollo, a otras competencias más generales. proxm~os apartados, analizaremos algunos de los trastornos del
El caso de Laura, cuyo análisis por Y amada (1991) constituye una l,eng~aJe que pueden ser informativos a este respecto tanto en el
de las piezas maestras de la investigación psicolingüística de las amb.tto del desarrollo de los componentes semántico y pragmático
perturbaciones del lenguaje, al igual que los otros casos de disocia- (autt~mo), ~omo en el de su procesamiento (demencias y psicosis
ción funcional y los resultados de la investigación con niños disfási- esq mzofremcas).
cos comentados en las páginas anteriores, ha proporcionado datos
espectaculares en favor de la autonomía del desarrollo de la compe-
tencia gramatical y de su relativa independencia tanto respecto a 5. ALTERACIONES DEL LENGUAJE Y LA COMUNICACIÓN EN AUTISMO
competencias cognitivas y simbólicas más generales como con respec-
to a los componentes semántico y pragmático del lenguaje. En ese Como .suc~de ~on las alter~~iones específicas de la adquisición del
sentido, obliga a cuestionar algunas de las interpretaciones funciona- len~UaJe (~tsfastas de evolucton), a las que acabamos de referirnos, y
listas «radicales» (precisamente aquellas que pretenden reducir el a dtferencta d~ l?s trastorn?s selectivos del lenguaje que se observan
proceso de adquisición gramatical a procesos de índole conceptual, en los casos ciaste?~ de afasta adulta, el autismo nos ofrece la imagen
cognitiva o socioafectiva -que, sin embargo, sí permitirían dar ~e u~a perturbact.?n del desarrollo del lenguaje. Sin embargo, el
cuenta de la mayoría de las habilidades comunicativas prelingüísticas mt~res y la compleJidad que presentan las alteraciones del lenguaje en
o no lingüísticas-). Los datos presentados en este apartado, sin auttsmo (frente a las de las afasias y disfasias) provienen, entre otros
embargo, no implican una minusvaloración del papel de estas otras factor~s, d~l hecho de que no se derivan de un trastorno específico del
competencias, y del entorno lingüístico y comunicativo del niño, en lenguaJe, smo que se enmarcan en el contexto de un trastorno severo
relación con el proceso de la adquisición del lenguaje (entendido éste y genera!izado del desarrollo, que abarca a diversos aspectos de la
ahora, como hicimos en el capítulo 1, como un sistema formal que a p~rs~nahdad, el mu~do cognitivo y simbólico y las relaciones comu-
la vez desempeña funciones de simbolización, comunicación y auto- mc~ttvas de ~os auttst.as. De este modo, las anomalías del lenguaje
rregulación). De los casos mismos de disfasia infantil y de disocia- auttsta _Permtten analizar, con especial profundidad, las relaciones
ciones funcionales durante el desarrollo, se desprende la idea de que .e~tsten entre. el lenguaje y otras funciones comunicativas y
que algunos de los componentes del lenguaje (y, específicamente, los cogmttvas de gran Importancia, en especial las funciones vinculadas a
componentes semántico y pragmático) no pueden desarrollarse de lo qu.e en .el capítulo c~arto denominábamos «estrategia intencional»,
forma satisfactoria sin el soporte de otras competencias cognitivas, que tmphca la capactdad de reconocer, diferenciar comprender y
simbólicas y sociales más generales. predecir los estados mentales de otras personas. '
Lo que revelan los datos presentados en este apartado, por encima ~os. autistas muestran, en su desarroll~, 1) incapacidades y ano-
de cualquier otra consideración, es que los componentes formales del maltas tmp.ortantes en s11:s pautas de relacion con las personas y en las
lenguaje -los que, según Chomsky, configuran el componente com- competencias que permiten comprenderlas o establecer conexiones
putacional y específicamente lingüístico del lenguaje (cfr. capítulo intersubjetivas con ellas, 2) deficiencias en las destrezas simbólicas
6 )- sí pueden desarrollarse sin el soporte pleno del resto de las (por ejemplo, en el juego) y en la imitación, y también 3) patrones de

732 733
PSICOlOGIA DEl lENGUAJE. INVESTIGACION Y TEORIA lAS AlTERACIONES DEl lENGUAJE DESDE LA PERSPECTIVA PSICOLINGÜISTICA

acción y cognición extremadamente limitados, restrictivos, ritualiza- en el desarrollo del lenguaje constituyen, frecuentemente, sus quejas
dos, invariantes e inflexibles (cfr. vg. Rutter y Schopler, 1987). Estos principales» (p. 13).
rasgos de definición del autismo, que aparecen antes de los tres años Las sospechas de sordera, en el primer y segundo año de vida, se
de edad, tienen relaciones sutiles y complejas con los trastornos del producen en alrededor del 40 % de los niños autistas., y el f~llo
lenguaje a los que nos referiremos en este apartado. Las funciones de completo en la adquisición de cualquier forma de len~uaJe expre~IVo
comunicación y representación que cumple normalmente el lenguaje se registra, en distintas investigaciones, en porcentaJes que oscilan
están tan distorsionadas, en los casos de autismo, que éstos permiten aproximadamente del 30 al 60 % (Fish, Shapiro y Campbell, 1965;
analizar qué es lo que sucede cuando el lenguaje se desarrolla sin Lotter 1967; Wolff y Chess, 1965), aceptándose un porcentaje medio
contar con sus raíces funcionales normales. de alr~dedor del 50%. Estos dos síntomas obvios, la sordera aparente
El patrón de alteraciones que ofrecen los cuadros de autismo y el mutismo, son además indicadores pronósticos negativos con
(deficiencia social severa, anomalías del lenguaje, conductas ritualiza- relación al desarrollo a medio plazo de las personas que los presen-
das y deficiencias simbólicas) constituye un perfil anómalo que se tan. Se producen sobre todo, aunque no únicamente, en aquellos
observa también en otras deficiencias del desarrollo, y muy en es- casos en que el autismo se asocia con deficiencia mental, 1~ que
pecial en aquellas que se caracterizan por limitaciones importantes en constituye globalmente alrededor del 75 0Yo de los casos de autismo.
las capacidades sociales y comunicativas. Al conjunto conformado En la mayor parte de estos casos, el mutismo puede explicarse como
por las deficiencias de a) desarrollo social, b) imaginación y juego efecto de una edad mental tan baja que no se corresponde con la edad
simbólico y e) lenguaje y comunicación, se le ha denominado tríada normal en que comienza a desarrollarse el lenguaje. Sin embargo, hay
de Wing, debido a que fue un estudio epidemiológico sobre sujetos un pequeño Rorcentaje de sujetos autistas .con ~~a? mental no ver~,al
con deficiencia social severa, realizado por Lorna Wing y Judith superior a 3 o 4 años, y que presentan senos deflc1ts de comprens10n
Gould (1979), el que demostró con especial claridad la consistencia y y un completo mutismo (esta situa~ión pue?e darse en u!l 5 .%
tendencia a la covariación de ese racimo de alteraciones. En esa aproximadamente de los casos de aut1smo, segun los datos epidemiO-
investigación, se puso de manifiesto que la tríada mencionada es muy lógicos de Bryson, Clark y Smith, 1988); estos casos podrían resultar
característica de los cuadros de deficiencia social severa (DSS), y de un marcado desfase entre la edad mental no verbal y el desarrollo
no sólo de los de autismo. Estos cuadros constituyen un conjun- socio-comunicativo, y quizá constituyen ejemplares especialmente
to de mucha mayor incidencia epidemiológica (22,1110.000) que la graves del cuadro de autismo, como ha sugerido recientemente Frith
que tiene el autismo en sentido estricto (cuya incidencia es de (1989).
2-4/10.000), y son tanto más frecuentes cuanto más bajo es el nivel Los autistas sin lenguaje funcional pueden presentar patrones
intelectual de las poblaciones estudiadas (la DSS se produce en el muy diversos en sus capacidades de comprensión lingüística y gestual
86% de los sujetos con C.l. menor de 19, el 42% de cocientes entre y en sus competencias comunicativas. Algunos de ellos son ~ap~ces de
20 y 49, el 2% de los de 50 a 69, y sólo el 0,13% de los superiores desarrollar, después de un tratamiento, pautas de lenguaJe sign~do
a 70). que les sirven para un control funcional limitado de su medio social.
Las personas que presentan la tríada de Wing, en general, y los Todos presentan serias deficie~J-cias de comprensión no. sól~ del
autistas en particular, presentan anomalías tan diversas y complejas lenguaje sino de las formas simbolicas en general, y de las situaciOnes
del lenguaje que difícilmente admiten una caracterización escueta. sociales. Por lo demás, los autistas sin lenguaje presentan pautas muy
Para quien conoce casos de autismo y ha tenido ocasión de sorpren- diversas de desarrollo comunicativo. Dentro de esa diversidad, sobre-
derse por el extraño y anómalo lenguaje de las personas que presen- salen algunos rasgos muy comunes, como la literalidad y dificultad
tan estos cuadros, no resulta sorprendente que las alteraciones del para comprender las emisiones, en general, y las intenciones que
lenguaje llamasen la atención de los clínicos e investigadores desde las transmiten, en particular, en el plano receptivo, y la ausencia o seria
primeras descripciones del cuadro (Kanner, 1943, 1946). Es también deficiencia de pautas protodeclarativas (a las que nos hemos referido
muy frecuente que formen parte de las primeras «quejas» de los más extensamente en el capítulo quinto, y sobre las que volveremos
familiares de autistas y sean las anomalías más obvias que les llevan, posteriormente), en el plano de la expresión comunicativa.
por primera vez, a buscar atención profesional especializada, cuando En lo que se refiere a los autistas que desarrollan algún lenguaje,
los niños tienen pocos años. Como señalan Fay y Schuler (1980), «es los patrones de déficit y alteración son igualmente variados. En el
muy común que los especialistas en habla y lenguaje y los audiólogos nivel superior, definido generalmente por aquellos sujetos con capaci-
sean de los primeros profesionales consultados por los padres de los dades intelectuales normales, se observa un lenguaje morfosintáctica-
niños autistas. Las preocupaciones sobre posibles déficits auditivos y mente bien estructurado, aunque lacónico, muy escasamente fluido
734 735
PSICOLOGIA DEL LENGUAJE. INVESTIGACION Y TEORIA
LAS ALTERACIONES DEL LENGUAJE DESDE LA PERSPECTIVA PSICOLINGÜISTICA

en la conversación y con sutiles anomalías y peculiaridades pragmáti- Churchill, 1972; Bartak Rutter y Cox 1975 1977) s '
cas, a las que luego nos referiremos. En un nivel intermedio, son h· ' · 1 · · ', ' ' · egun esta
Ipotesis,. e autismo sena esencialmente un trastorno espe '(¡'
numerosos los autistas que sólo producen algunas emisiones breves, aunq~e ~Ier~amente muy grave, del lenguaje receptivo. Sin emb~:c~~
funcionalmente restringidas a fines imperativos, y frecuentemente esta hipotesis fue J?OSte~iormente abandonada por sus propios pro:o~
rodeadas de emisiones de naturaleza ecolálica, comunicativas o no. nr¡tes, a~te las .evidencias de 9ue existen diferencias suficientes entre
En el polo inferior, algunos autistas reducen su lenguaje a palabras e ei?-!?UaJe aut~st.a Y el afásico que justifican el considerarlos de
sueltas o emisiones ecolálicas que -en los casos de mayor perturba- «famih~s patologicas distintas», aunque no completamente ajenas.
ción funcional- no se emplean con fines comunicativos y presentan Los auttst.~s presentan, por, lo general, dificultades más marcadas de
el aspecto de ser emisiones «semánticamente huecas», sin significado co~prenswn, trastorno~ m~s gen~;alizad?~ de la comunicación, ano-
ni sentido, y que implican un mero ejercicio articulatorio o «musi- m~has (como la ecolaha, mverswn, emi~lünes estereotipadas, etc.)
cal», pero no un acto lingüístico en sentido estricto. Existe una alta mas frec~en;e.s Y aberrantes y un uso mas inadecuado del lenguaje
correlación entre el nivel intelectual y el grado de desarrollo del que _los. disfasicos. (~utter, 1978; véase revisión de la hipótesis de la
lenguaje en los autistas hablantes. contmmdad en Riviere y Belinchón, 1981).
También en este caso, el de los autistas con lenguaje, pueden A pesar de la ause!lcia de rasgos del lenguaje que sean exclusivos
observarse algunas pautas comunes o extraordinariamente frecuen- ~e .los c~adros de autis~~' las ii?v~stigaciones psicolingüísticas de la
tes: siempre está presente (aunque pueda estarlo en grado muy ult~ma decada han permitid~ deftmr, de forma relativamente precisa,
variable) alguna dificultad de comprensión, en especial (pero no que componep.tes del lenguaJe pueden mantenerse relativamente pre-
únicamente) de los aspectos intencionales de las emisiones; las pautas servados Y cu~les se. alt~ran en mayor grado en estos cuadros. En
de conversación son extremadamente limitadas; las funciones cumpli- gene~al~ estas II?ves~Ig~cwnes ofr.ecen un cuadro muy complejo de
das por el lenguaje son extremadamente limitadas, y se observ~n en a.sociacwnes Y disociacwnes que tiene un enorme interés psicolingüís-
ellas carencias muy llamativas, tales como la falta de narracwnes tico. En un resu~en muy apretado, los datos demuestran que los
espontáneas, las limitaciones en el diálogo y el escaso desarrollo de comp.onen~es relacwnados con la fonología segmenta!, la morfología
todas las formas discursivas de matiz declarativo; las palabras de Y la smtax1s dellen~uaje muestran un grado menor de a.lteración que
contenido abstracto y los verbos mentales suelen estar ausentes de su los co~ponentes vmculados a la pragmática, la semántica y la
lenguaje; es muy frecuente la emisión de frases completas de carácter fonologia suprasegmental (la prosodia). Ello equivale a afirmar que
ecolálico, cuya funcionalidad puede ser variable (Schuler y Prizant, aqu~llos aspec~os del lenguaje que son más transparentes en un plano
1985); también es muy común la inversión de pronombres personales funcwnal, ~',SI se quie~e decir así, más permeables a las 'funciones de
o personas verbales, que indica una especial dificultad para tratar l~s representacwn, expresiÓn y comunicación del lenguaje, están más
términos deícticos del lenguaje. Finalmente, las alteracwnes prosódi- severamente afectad~s q~e los que se refieren a su organización
cas, con una producción de aspecto «monótono» o «automático», no ~or.mal. E:ta caractenzacwn, que es la que viene ofreciéndose en los
matizada en cuanto a la entonación, o con perturbaciones obvias de ultimos. anos del lenguaje autista, debe tomarse, sin embargo, con
volumen y ritmo es común también en los casos de autismo (Needle- preca~cw~es, ya que se fundamenta en un conjunto restringido de
man, Ritvo y Freeman, 1980). mves.tlg.aci~nes, con escasos sujetos, y, en algunos casos, afectadas
No existe ningún síntoma lingüístico específico que sea patognó- por hmitacwnes met?dológicas importantes. Debemos referirnos bre-
mico y exclusivo del autismo. Aunque rasgos tales como la ecolalia, vement~ a esos estudi?s, para o~te~er una visión más profunda de las
las emisiones estereotipadas, la inversión de formas deícticas, las anomahas del lenguaJe caractensttcas del autismo.
deficiencias de comprensión y las anomalías prosódicas sean muy
comunes en este síndrome, también se observan, aunque generalmen- 5 .1. Alteraciones y retrasos de los componentes
te en menor cuantía, en niños con deficiencia mental o trastornos del lenguaje en el autismo
específicos del lenguaje (Needleman, Ritvo y Freeman, 1980). Por
otra parte, los trastornos lingüísticos de los autistas pueden ser tan Muchas de las i~vesti!?aciones realizadas, en las dos últimas décadas,
semejantes a los de los sujetos con disfasia receptiva de evolución, a ~obre el l,enguaJe autista, se han ,formulado una pregunta común:
los que nos referimos en el apartado anterior, que algunos investiga- c:~asta que punto un aspecto especifico del lenguaje presenta eviden-
dores propusieron, a finales de los años sesenta y en los· setenta, la cias de retraso del desarrollo~ o, por el contrario, de distorsión 0
hipótesis de que podría existir una continuidad esencial entre el trastorno~ de tal manera que no se corresponde con ninguna fase
autismo y la disfasia receptiva (Rutter, Bartak y Newman, 1971; normal en el desarrollo del lenguaje? En general, se supone que el
736 737
PSICOLOGIA DEL LENGUAJE. INVESTIGACION Y TEORIA LAS ALTERACIONES DEL LENGUAJE DESDE LA PERSPECTIVA PSICOLINGÜISTICA

retraso implica una anomalía m.enor que el tra?torno, que puede r la perseveración o la atención a detalles irrelevantes, y no tanto a
explicarse como efecto secundano de perturbaciOnes mas nucl~ares. problemas de competencia gramatical, definida en relación con la
Por el contrario his distorsiones severas del desarrollo se relaciOnan edad mental (Waterhouse y Fein, 1982).
con afectacione~ cruciales de aspectos específicos del desarrollo au- Las investigaciones realizadas con autistas capaces de una lectura
tista. 1 · fluida coinciden, en sus conclusiones, con las mencionadas anterior-
A partir de las investigaciones realizadas por Pierce y Barto ucci mente (Frith y Snowling, 1983; Snowling y Frith, 1986): los autistas
(1977), y por Bartak, Rutter y Cox (1975), se ~a aceptado, en general, tienen retrasos, pero no desviaciones graves, en las pautas de com-
la hipótesis de que los autistas no presentan di,storswnes ~ev~r~s e_n el prensión sintáctica. Por ejemplo, son capaces de encajar, en un
componente sintáctico del lenguaJe, aunque si retrasos s.Igmftcativos párrafo con una palabra elidida, otra palabra perteneciente a la
en él. Pierce y Bartolucci (1977) compararon a 10 a~~Istas con 10 misma categoría léxico-sintáctica. Además, muestran sensibilidad en
deficientes, igualados en edad mental no .v~rbal, y 10 nu;os normales la asignación de patrones fonológicos dependientes del posible papel
de la misma edad. Analizaron las emisiones espontaneas de los morfológico de algunos fonemas (como la /s/ de plural, en inglés, que
sujetos de sus muestras, mediante un sistema ~~ ~aloración evo~utiva se hace sonora en las palabras que terminan en singular en /s/ sorda
de la sintaxis diseñado por Lee (1974) y un anahsis transformacwnal? -vg. house !haus/ --+ houses !hausizl-).
basado en la teoría generativa estándar de Chomsky (~957, 19?5). SI Semejante a la anterior es la imagen que ofrecen las investigacio-
bien el análisis evolutivo de Lee demostraba que los autistas teman un nes acerca del componente morfológico del lenguaje, en que se
retraso significativo del desarrollo sintáctico, en cot?paración c~m los compararon las mismas muestras de los estudios anteriores en las
otros sujetos, los análisis transformacionales p~rmitlan conclmr que investigaciones realizadas por Bartolucci, Pierce y Streiner (1980)
el sistema sintáctico de los autistas era semeJante al de los otros -con autistas, deficientes y normales-, y Cantwell, Baker y Rutter
grupos, en el sentido de estar regido por reglas, au.nque el sistema. ?e (1978) -con disfásicos y autistas-. Los primeros investigadores
reglas empleado por los autistas era menos compleJo. Esta concluswn demostraron que los autistas omiten más morfemas en contextos
concuerda con la obtenida por Bartak, Rutter y Cox (1975), al obligatorios que los niños normales, pero no más que los deficientes.
comparar emisiones espontáneas no ecolálicas de autis.tas y disfási- Los problemas mayores de los autistas parecen producirse con rela-
cos mediante un análisis de las reglas transformacwnales y de ción a los sufijos temporales verbales y los artículos, y para Bartoluc-
est;uctura sintagmática. En este análisis, no se observaron ~~ferencias ci y sus colaboradores se relacionarían con dificultades relativas a la
significativas entre las muestras coll!paradas. L~ comprenswn Y pro- codificación de los significados de esos morfemas, más que con
ducción de diversas formas gramaticales (relaciOnadas con el orden dificultades propiamente morfológicas. Por su parte, Cantwell et al.
de los elementos léxicos, el empleo de transformaciones en la nega- demostraron que los autistas empleaban las mismas reglas morfológi-
ción el uso de morfemas flexivos, etc.) parece estar dentro de las cas que los disfásicos igualados con ellos, con excepción del sufijo de
cap;cidades de muchos autistas con lenguaje, cuando éstas se enmar- tercera persona del singular en los verbos en forma presente, que
can en su edad mental. . , . podría indicar una dificultad especial para el tratamiento de la deixis.
La pauta de retra~o, pero no ano~~lía, en el compone~,te smtacti- Las escasas investigaciones sobre la fonología segmenta! en el
co parece ser comun a la producc10n y la comprenswn: T ager- lenguaje de los niños autistas coinciden, en sus resultados, con la
Fl~sberg (1981) demostró que los autistas emp~eaban reglas y estr~te­ impresión que ofrecen los relacionados con los componentes morfa-
gias sintácticas de comprensión de forma ~emeJante. a como lo hacian sintácticos. Bartolucci, Pierce, Streiner y Eppel (1976) y Boucher
los sujetos normales de su muestra. Beisler, Tsai y Vonk (1987), (1976) encontraron la misma distribución de frecuencias de fonemas y
empleando una batería diseñada para evaluar diferentes aspectos de los mismos patrones de error en autistas, deficientes y normales.
la comprensión sintáctica, demostraron que las pa?-tas de compren- Además, los autistas parecen ser tan capaces de discriminar sonidos
sión de los sujetos autistas de su muestra eran similares. a las. d~ los de habla como los otros sujetos, igualados en edad mental no verbal
niños (con otros diagnósticos) igualados con ellos en cociente mtelec- (Bartolucci y Pierce, 1977).
tual. Si bien el nivel de comprensión sintáctica de los autistas era Las investigaciones mencionadas constituyen, sin duda, un con-
inferior al esperable por su edad mental no verbal, ese mismo desf~se junto demasiado limitado en número y muestras estudiadas, como
se observaba también en los sujetos no autistas de su estudiO. para poder obtener conclusiones firmes de ellas. Parecen indicar que
Algunos investigadores han sugerido que las dificultad~s de compren- los trastornos principales y más profundos del lenguaje autista no se
sión sintáctica de los autistas pueden deberse, en reahdad, a proble- sitúan en los planos formales, sino en otros componentes. Como ha
mas de actuación lingüística, relacionados con fenómenos tales como señalado recientemente Frith (1989), «lejos de constituir áreas especí-

738 739
LAS ALTERACIONES DEL LENGUAJE DESDE LA PERSPECTIVA PSICOLINGÜISTICA
PSICOLOGIA DEL LENGUAJE. INVESTIGACION Y TEORIA

ficas de problemas, la sintaxis y la fonología pueden preservarse más en el volumen que en la frecuencia para marcar núcleos de
notablemente intactas en los niños autistas, y representan probable- interés temático, cuando los marcan de algún modo.
mente islotes de capacidad» (p. 24 ). De hecho, la rara anomalía, que A . p~sar del gran. interés potencial que pueden tener para el
se observa en algunos autistas, de un lenguaje muy limitado y bizarro, conocimiento del autismo (y también, indirectamente, para el del
desde el punto de vista fuqcional, pero esencialmente correcto ~n su desarrollo normal), las investigaciones acerca de las alteraciones
forma gramatical y en su expresión fonológica segmental, constituye s~mánticas del lenguaje autista han sido escasas. Las investigaciones
una prueba importante, y aún inexplorada e inexplotada, a favor de pwneras, en este campo, fueron realizadas por Hermelin y O'Connor
la hipótesis del carácter modular de algunos aspectos d~ los compo- ( 19~7, 1970), que demostraron que los autistas eran muy escasamente
nentes morfosintáctico y fonológico segmenta! dellengua}e. •
sensibl~s a lo~ efectos de significado en tareas de recuerdo de palabras
1

¿Cuáles son entonces esos otros comp~nentes que si e~t~? sen~­ y, a diferencia de los niños deficientes comparables, no tendían a
mente afectados, y que pueden proporciOnarnos una visiOn . mas agrup.ar, en el recuerdo .libre, las palabras en función de su significa-
penetrante y explicativa de las anomalí.as lingüístic~s de los autistas? do, m eran apenas sensibles los efectos de la organización gramatical
Diversos investigadores (Menyuk y Qmll, 1985; Fnth, 1989; Baron- de las .palabras, de tal manera que recordaban casi igual cadenas no
Cohen, 1988) han sugerido, en los últimos años, ql;le las cl~ves gramaticales de palabras que oraciones significativas y gramatical-
principales para comprender en qué c~~s~sten l~s ~IteraciOnes a~t~stas me~te bien formadas. Tager-Flusberg (1985a, 1985b, 1986), en una
del lenguaje deben buscarse en los anahsis semanticos y pragmaticos, sene de estudios experimentales, comprobó que los déficits de los
e incluso en los más relacionados con la fonología suprasegmental, es autistas afectaban más severamente a la utilización de su conocimien-
decir, con la prosodia. Mientras que las investigaciones sobre trastor- to semántico en distintas tareas que a la estructura u organización
nos pragmáticos en autismo se han desarrollado mucho e? los de tal conocimiento en la memoria como tal.
últimos años, las relacionadas con los componentes prosodico y
1
Menyuk y Quill (1985) han propuesto un modelo abarcativo de
semántico son aún muy escasas e insuficientes, tanto en el plano los pos~bles défic~ts semán~icos. en autismo: para estas investigadoras,
descriptivo como en el explicativo. . los a~tista~ ltendna? e~l?ecial dificultad para superar el primer estadio
Las alteraciones prosódicas se cuentan entre las más umversales de asign~cwn .d~ sigmficado a las palabras que designan categorías,
en los casos de aútismo (Needleman, Ritvo y Freeman, 1980) Y un estadiO defimdo por la propensión a asociar palabras con objetos
producen una impresión característica de monotonía, arritmicid~d, o sucesos específicos. Además, serían muy incompetentes para com-
descontrol o inadecuación del volumen de voz y falta de relaciÓn prender el significado de términos relacionales, tales como los verbos
entre entonación y sentido que se ha reflejado en muchas descripcio- determinantes, adverbios y preposiciones. Esta dificultad se haría aú~
nes clínicas. Las alteraciones de volumen, ritmo, entonación y tono may~r en el c~so de aquellos términos relacionales que a) implican
son comunes, y los autistas presentan anomalías en los contornos relaciOnes múltiples, las cuales son además b) variables en función del
prosódicos prelingüísticos característicos de los niños normales contexto, a saber, los términos deícticos. De este modo, los proble-
(Hicks, 1972). Algunos investigadores han propuesto que las anoma- mas, muy frecuentes en autistas, de inversión de pronombres perso-
lías se refieren tanto a la producción prosódica de los autistas, como nales y personas verbales, constituirían manifestaciones de esa difi-
a su capacidad de interpretar las claves prosódicas del le~guaje .d.e cultad básica de abstracción de los términos relacionales.
otros; según esta interpretación, los autistas tendrían esp~~Iales difi- Por otra parte, los problemas semánticos de los autistas no se
cultades para emplear claves prosódicas para la segmentacwn percep- lim~tan a la asignación de significado a las palabras, sino que, al
tiva de unidades lingüísticas (Paccia y Curcio, 1982). Desde el punto denvarse de una especial incapacidad para emplear representaciones
de vista expresivo, y basándose en un riguroso conjunto de investiga- multiples, analizar totalidades en sus partes constituyentes, y utilizar
ciones realizadas por su equipo, Baltaxe y Simmons (1985) han s.im~l~tá~eamente inform.ac~ón de diversas fuentes (con textuales, para-
precisado algunas de las alteraciones prosódicas características ~el lmgmstic~s, y. de los distmtos componentes del lenguaje), se hacen
cuadro: los autistas tienden a presentar una gama de frecuencias tant? mas evidentes cuanto más molar es el plano de lenguaje
fundamentales (Fo) más restringida que la de los niños norma~es, anahzado. De este modo, los autistas de capacidades inferiores dan
emplean menos las claves lingüísticas en la organización prosódica, muestras, ya desde un nivel léxico, de su incapacidad de analizar los
por lo que tienden a acentuar indiscriminadamente las piezas léxicas significados múltiples, ambiguos y generalizados de las palabras. Más
mayores y las palabras de función (a diferencia de los sujetos no:ma- aún de derivar significados oracionales a partir del análisis de unida-
les, que acentúan las primeras), descuidan el empleo de sen al es des mayores de lenguaje. Por otra parte, en el nivel del discurso y la
temporales para marcar información gramatical, y tienden a basarse conversación, que exigen actividades analíticas más complejas y una

740 741
PSICOLOGIA DEL LENGUAJE. INVESTIGACION Y TEORIA LAS ALTERACIONES DEL LENGUAJE DESDE LA PERSPECTIVA PSICOLINGÜISTICA

integración simultánea de más fuentes de conocimiento (tanto lin- mismo, un indicador profundo de la enorme importancia que tiene,
güísticas como no lingüística), se observan los problemas más profun- para el desarrollo y el uso normal del lenguaje, ese componente que,
dos, que afectan incluso a los autistas de niveles cognitivos más altos. en cierto modo, se sitúa «fuera» del núcleo más interno y formal del
El análisis de los problemas semánticos de los autistas propuesto lenguaje, precisamente en el punto de intersección entre el propio
por Menyuk y Quill (1985) es muy coherente con el realizado por lenguaje -como sistema simbólico formalmente definible- y sus
Schuler y Prizant (1985; cfr. también Prizant, 1982) para explicar uno contextos sociales y mentales de uso e interpretación.
de los fenómenos más característicos y frecuentes del lenguaje autista:
la ecolalia. Frente a los modelos clásicos de explicación, que tendían 5 .2. El autismo como alteración pragmática
a ver la ecolalia como una actividad esencialmente disfuncional y
disruptiva del desarrollo lingüístico, Schuler y Prizant (1985) insisten Dada la amplia diversidad y el carácter múltiple de las alteraciones
en que la ecolalia puede ser, en muchas ocasiones, una estrategia del lenguaje que presentan las personas autistas, parece, a primera
comunicativa, que se produce como resultado de un modo de proce- vista, una tarea muy difícil la de encontrar claridad en las oscuras y
samiento «gestáltico» del lenguaje, que constituiría un estilo de complejas interrelaciones de trastornos, definir alguna clase de orden
procesamiento característico de algunos niños normales en su desa- subyacente a esas alteraciones y establecer algún núcleo específico
rrollo (aquellos que producen emisiones multipalabras, sin analizar, que pueda dar cuenta de todas o, al menos, de la mayor parte de
en vez de palabras holofrásicas, en su primera fase de adquisición del ellas. Sin embargo, en los últimos años se han dado pasos decisivos en
lenguaje; cfr. capítulo cuarto), pero que se extremaría en los niños ese intento, deseable e inevitable en toda indagación científica, de
autistas. Estos tendrían una forma especial de desarrollar el lenguaje, hallar pautas profundas, ordenadas y explicativamente simples, sub-
caracterizada por un estilo cerradamente gestáltico y «globah, rela- yacentes a la pluralidad y el aparente desorden de los fenómenos
cionado con su gran dificultad para segmentar y analizar el lenguaje manifiestos. ¿Es posible definir alguna alteración específica, en el
en constituyentes. Tal estilo, llevado a su extremo, sería esencialmen- mundo cognitivo o emocional de los autistas, que sea capaz de
te incompatible con la realización de los procesos analíticos exigidos explicar, con la mayor simplicidad y potencia posibles, las abigarra-
por la comprensión y producción normal del lenguaje, y se manifesta- das y aparentemente dispersas anomalías del lenguaje autista? Algu-
ría con claridad en la ecolalia, que implica la repetición de totalidades nas investigaciones recientes sugieren que es posible dar una respues-
no analizadas (oraciones de otros o del propio niño), de forma ta positiva, aunque sin duda provisional todavía, a esta pregunta.
inmediata o demorada, y que en algunas ocasiones tendría una fun- Esa respuesta positiva se basa en una constatación que puede
cionalidad comunicativa de tipo fático o imperativo. Esa posible resultar sorprendente: a pesar de la obvia gravedad y multiplicidad de
funcionalidad de las emisiones ecolálicas también fue identificada, en las anomalías del lenguaje autista, estas no forman parte, por decirlo
un estudio correlaciona! sobre el lenguaje autista de Belinchón y así, del núcleo o el «corazÓn» del trastorno, sino que se derivan de un
Riviere (1981), en el que se demostró que la naturaleza funcional o no déficit comunicativo más profundo, amplio y penetrante que esas
de las ecolalias está estrechamente relacionado, entre otros factores, anomalías. ¿En qué consiste esa deficiencia comunicativa? Para expli-
con el nivel global de desarrollo lingüístico de los sujetos autistas que carlo, puede ser útil que comentemos de nuevo una carencia práctica-
las emplean. mente universal de los autistas sin lenguaje, y que fue mencionada
Las dificultades semánticas de los autistas, unidas al fenómeno de anteriormente de forma rápida: en varias investigaciones (por ejem-
la ecolalia, dan lugar a un lenguaje que tiende apercibirse frecuente- plo, Curcio, 1978; Loveland y Landry, 1986; Mundy et al., 1986;
mente como desarraigado, poco conectado con sus contextos funcio- Wetherby, 1986; Riviere, et al., 1988; Landry y Loveland, 1989; Ca-
nales, y de escasa densidad semántica y significativa. Sin embargo, nal y Riviere, 1992) se ha observado, en los autistas de niveles
esa impresión especial que produce el lenguaje autista (incluso el de cognitivos más bajos, un perfil comunicativo que se caracteriza por la
aquellos individuos que llegan a ser capaces de desarrollar un len- presencia de actos comunicativos con función protoimperativa (i.e.
guaje con un nivel aceptable de estructura, significación y funcionali- encaminados a conseguir ciertos objetos o situaciones, a través de los
dad) no se relaciona sólo con las alteraciones semánticas, ni se limita otros), frente a- la ausencia completa de actos comunicativos con
a las emisiones ecolálicas. Se refiere también a la producción espontá- función protodeclarativa. A diferencia de los protoimperativos, éstos
nea y se comprende mejor cuando se analiza el lenguaje autista en sus últimos no tratan de lograr cambios tangibles en el medio, sino
contextos de producción y comprensión y desde el plano que corres- cambios en los estados mentales de otros. Su objetivo es el de
ponde a su componente más alterado, a saber: el componente prag- compartir el interés y la experiencia con respecto a ciertos objetos o
mático. En realidad, el fenómeno del autismo constituye, en sí situaciones del medio, y se satisfacen en tanto en cuanto evocan

742 743

UNIVERSIDAD DE ANTIOQUIA
BIBLIOTECA CENTRAL
PSICOLOGIA DEL LENGUAJE. INVESTIGACION Y TEORIA LAS ALTERACIONES DEL LENGUAJE DESDE LA PERSPECTIVA PSICOLINGÜISTICA

gestos y expresiones de interés en los ot~os, en tanto que éstos son mentado, son incapaces de descubrir las fuentes de sus propios
indicativos de estados mentales compartidos entre el receptor Y el estados de creencia (Perner et al.~ 1989) y no comprenden bien
emisor del acto comunicativo (ya nos hemos referido a estas caracte- distinciones básicas entre lo físico y lo mental, aun después de
rísticas en el apartado 5.3 del capítulo 5). Con frecuencia (aunque no alcanzar los 6 años de edad mental (Baron-Cohen, 1990).
necesariamente), los protodeclarativos toman la forma de ac~os _de Para explicar el déficit central del autismo, que podría dar razón
«señalar» (para compartir, no para pedir), que ~on extraordmana- de las anomalías principales del lenguaje, se han propuesto dos
mente infrecuentes en los niños autistas sin lenguaJe. - . teorías alternativas: la teoría afectiva~ defendida por Hobson (1983,
La ausencia de protodeclarativos puede ponernos sobre la pista ,de 1986a y b; Weeks y Hobson, 1987), que propone que los autistas
esa alteración global de la comunicación que subyace .a las anomahas sufren de un trastorno muy precoz de las reacciones y propensiones
lingüísticas de los autistas. Para explicarla, es convemente que recor- emocionales y afectivas, que permiten la constitución de una inter-
demos brevemente algunas nociones que emp~eábamos ~n el capítulo subjetividad primaria, y la teoría metarrepresentacional~ defendida
quinto, al explicar las funciones ~el. l~nguaJe y los sn:~1bolos: nos por Leslie (1988, 1989), Frith (1989) y Baron-Cohen (1988), que éste
referimos a las nociones de intersubJetividad, desacoplamiento, meta- último investigador ha resumido en las siguientes proposiciones: 1) el
rrepresentación y teoría de la mente. En síntesis, señalábamos en autismo depende de un déficit cognitivo central, 2) que consiste en la
aquel capítulo que los bebés de pocos meses ya. dan mu~str.as ~e una ausencia del proceso de desacoplamiento que permite constituir
notable capacidad de compartir estados emocwnales, mdicativa ~e metarrepresentaciones, 3) éstas son necesarias para desarrollar el
una «intersubjetividad primaria», y decíamos qu.e lo.s, actos. de matiz juego simbólico, la teoría de la mente y gran parte de las competen-
declarativo significan el desarrollo de una motivacwn dehberada a cias pragmáticas del lenguaje, por lo que esas funciones están esen-
compartir experiencias, q~e se rela~~ona ~on, el desarrollo de una cialmente alteradas en los autistas.
intersubjetividad secundana. Tambien senalabamos._que, entre el Es importante destacar que, aunque las dos teorías mencionadas
segundo y el quinto año de vida, se yroduce en los mnos .un proceso hagan predicciones diferentes en otros aspectos (tales como la edad
muy característico de nuestra especie, e~ ,de «desacopla.miento», por de aparición del autismo, la naturaleza de las alteraciones nucleares,
el cual se definen formas de representacwn «entre comillas», en que etc.), ambas vienen a establecer tres propuestas comunes, que son las
se suspenden las relaciones de referencia y verdad literales, y que se que aquí nos interesan: 1) El mundo interno de las personas es
denominan «metarrepresentaciones». Tales metarrepresentacic:n~es se- especialmente opaco e impenetrable para los autistas. Estos sufren un
rían las formas de representación subyacentes tanto a las actiVI~ades déficit que les imposibilita o dificulta extraordinariamente el acceso a
de juego simbólico como a formas relativai?ent~ avanzadas de mter- ese mundo interno, con independencia de que tal déficit sea de origen
subjetividad y estrategia intencional, que Imphcan .el desarroll? ~e afectivo o cognitivo (metarrepresentacional). 2) Por ello, los autistas
una teoría de la mente~ entendida como la capacidad de atnbmr presentarán alteraciones especialmente graves y profundas en funcio-
explícitamente a otros estados mentales y diferenciar entre los estados nes comunicativas y lingüísticas que dependen, en alto grado, de la
mentales propios y los ajenos. . . . . posibilidad de acceso al mundo interno de otros, tales como las
En un amplio conjunto de mvestigacwnes recientes, se h~ ?emos- funciones de carácter declarativo. 3) Sufrirán limitaciones y anoma-
trado que los autistas tienen especiales dificultades para codificar las lías que afectarán muy esencialmente al componente pragmático del
expresiones emocionales de las personas, que podnan dar cuenta de lenguaJe~ en tanto que éste depende decisivamente de contextos
un fallo en el desarrollo de pautas muy precoces de intersubjetividad mentales, de inferencias mentalistas derivadas de la estrategia inten-
primaria (Hobson, 1986a y- b; Hobson, Ouston y Lee, 1988a Y b, cional (cfr. capítulo 5) y, en definitiva, de las posibilidades de acceso
1989), y que presentan un déficit específic.o de teoría de la m~nte: al mundo interno de los que se comunican con el lenguaje.
incluso los autistas de niveles mentales relativamente altos (supenores En algunas revisiones recientes de los estudios sobre las alteracio-
a 5 años de edad mental) son incapaces de comprender cuándo un nes pragmáticas del lenguaje autista (Baron-Cohen, 1988), se han sinte-
personaje tiene una creencia falsa en una situación (Baron:Cohen, tizado las abundantes pruebas que demuestran la existencia de
Leslie y Frith, 1985). Además, realizan mucho peor q.ue S~Jetos de un trastorno profundo de las raíces pragmáticas del lenguaje, incluso
menor edad mental tareas consistentes en ordenar histo~Ietas 9ue en aquellos autistas que han desarrollado un lenguaje más elaborado
exigen realizar inferencias intencionales (Baron-Cohen, Leshe f ~nth, y complejo desde el punto de vista estructural. Aparte de la ausencia de
1986), relacionan mal la percepción con los e~tados .de conocimiento protodeclarativos en los autistas con mutismo, a la que ya nos
de las personas (Leslie y Frith, 1988), no di!erencian el estado ~e hemos referido, se ha demostrado que las emisiones de los autistas
creencia falsa de una persona, aunque ellos mismos lo hayan expen- con lenguaje tienden sistemáticamente a violar máximas conversado-

744 745
PSICOLOGIA DEL LENGUAJE. INVESTIGACION Y TEORIA LAS ALTERACIONES DEL LENGUAJE DESDE LA PERSPECTIVA PSICOLINGÜISTICA

nales de aceptabilidad y sutileza; los autistas no diferencian bien entre Recientemente, Frith (1989) ha realizado un intento de interpretar
la información que es dada y la nueva para los interlocutores, y las anomalías pragmáticas del lenguaje autista, empleando la noción
tienden a producir monólogos repetitivos, limitados y carentes de de teoría de la mente y el concepto de relevancia, en el que se basa la
interés para éstos (Baltaxe, 1977). Además, los autistas desarrollan influyente teoría de la comunicación ostensiva de Sperber y Wilson
una gama de «actos de habla» mucho más limitada que la que poseen (1986). La propuesta de Frith es que los autistas, debido a un fallo
los niños disfásicos igualados con ellos en otros aspectos (Ball, 1978), específico de los mecanismos de metarrepresentación y teoría de la
de modo que raramente realizan acciones tales como las consistentes mente, fallan también en los procesos de inferencia mentalista que
en relatar experiencias pasadas, transmitir creencias o pensamientos, permiten producir un lenguaje relevante (i.e. capaz de modificar
realizar comentarios sobre objetos, etc. Ball (1978) señala que los contextos mentales de ideas con un mínimo de recursos comunicati-
autistas parecen ser incapaces de emplear el principio de «coopera- vos), que tienen una especial significación en aquellas situaciones
ciÓn» de Grice (1967, 1975) y de comprender las presuposiciones comunicativas cuyo fin último es modificar mundos mentales y no
pragmáticas de las conversaciones y relaciones lingüísticas en general. producir cambios en el mundo físico. Ello explicaría el déficit genera-
lizado de los autistas en aquellos procesos comunicativos y lingüísti-
La limitación de los actos de habla autista se muestra también en una
cos que implican compartir ideas, experiencias, deseos o intereses, y
investigación de Wetherby y Prutting (1984), que emplearon la gama
no en los actos instrumentales que tratan de «lograr algo» a través de
de actos definida por Austin (1962) para analizar las funciones
la comunicación. Este fallo generalizado, de profundas implicaciones
cumplidas por los autistas: éstos pedían objetos y acciones (y protes- para la comunicación de las personas con autismo, tendría su origen
taban) con más frecuencia que los niños normales, pero carecían por en un déficit específico de un componente mental relativamente
completo de actos encaminados a solicitar información, reconocer a modularizado y autónomo: el que permite formar metarrepresenta-
otros, mostrar y comentar. ciones, poner el mundo «entre paréntesis» y entender el mundo
Las peculiaridades funcionales del lenguaje autista se manifiestan interno de otros. De este modo, un solo déficit específico sería capaz de
también en otros aspectos: los autistas tienden a emplear secuencias explicar la tríada de Wing y el conjunto de alteraciones del
simples pregunta-respuesta como recursos únicos y simples para lenguaje que presentan las personas autistas: las carencias de juego
iniciar o mantener conversaciones, pero con la particularidad de que simbólico, incompetencias sociales y problemas del lenguaje y la
muy frecuentemente realizan preguntas cuya respuesta ya conocen comunicación.
previamente (Hurting, Ensrud y Tomblin, 1982), no respetan las
secuencias de turnos conversacionales (Paccia, Curcio y Sacharto,
1981), ni emplean la mirada como recurso para la demarcación de 6. LA ALTERACIÓN DE LOS COMPONENTES SEMÁNTICO
turnos (Mirenda et al., 1983) y son especialmente incapaces de Y PRAGMÁTICO EN EL LENGUAJE ADULTO:
reconocer la función informativa que puede cumplir el lenguaje, DEMENCIAS, ESQUIZOFRENIAS Y OTRAS PSICOSIS
aunque posean una intuición mayor de su posible función instrumen-
tal (Ball, 1978; Caparulo y Cohen, 1977; Cunningham, 1968; Schuler, Las alteraciones del lenguaje que comentaremos en esta secc10n del
Fletcher y Davis-Welsh, 1977). La insensibilidad o incomprensión de capítulo comparten tres características que en parte las hacen simi-
los autistas de las necesidades de los interlocutores se muestra lares y en parte las diferencian de los trastornos reseñados en los
también en un conjunto de alteraciones que podrían calificarse como apartados anteriores. Por un lado, como las afasias, constituyen
«pragmático-prosódicas», tales como la tendencia a no adaptar el alteraciones lingüísticas que comienzan a manifestarse en la vida
volumen de voz a la distancia del interlocutor, o la incapacidad de adulta del sujeto, es decir, después de haberse completado el proceso
emplear el acento de contraste en las palabras que conllevan informa- (teórico) de maduración de las competencias neuromotoras, cogniti-
ción nueva (Baltaxe, 1984; Baltaxe y Guthrie, 1987; von Benda, 1983). vas, comunicativas y gramaticales que funcionalmente operan como "'
Las anomalías funcionales no sólo aparecen en el lenguaje autista, prerrequisitos del lenguaje 4 • A diferencia de las afasias, sin embargo,
sino en todas las pautas de comunicación, incluyendo los gestos
comunicativos: los autistas muestran una clara carencia de gestos que
implican atención conjunta, pero no de gestos instrumentales (Landry
4. Incluso en la denominada «esquizofrenia infantil», que puede comenzar alrededor de los
y Loveland, 1988; Sigman y Ungerer, 1984; Sigman et al., 1986; seis o siete años, la aparición de los síntomas psicóticos se produce con posterioridad al periodo de
Mundy et al., 1986, 1987) y comprenden adecuadamente los gestos maduración de las competencias simbólicas, comunicativas y lingüísticas básicas, lo que introduce
instrumentales, pero no los gestos expresivos (Attwood, Frith y un criterio diferenciador esencial respecto al autismo infantil y otros cuadros de trastorno severo o
Hermelin, 1988). generalizado en el desarrollo de estas competencias.

746 747
PSICOLOGIA DEL LENGUAJE. INVESTIGACION Y TEORIA LAS ALTERACIONES DEL LENGUAJE DESDE LA PERSPECTIVA PSICOLINGÜISTICA

los trastornos del lenguaje de los pacientes que sufren alguna forma explicar los déficits lingüísticos de los autistas, la presencia, en los
de demencia, esquizofrenia o psicosis no se vinculan necesariamente a P.acientes P.sicótic?s, esq~izofrénicos y demenciados, de déficits cogni-
la aparición de lesiones neurológicas foca/izadas en zonas cruciales ttvos y soctoafectwos mas generales que los del lenguaje, que afectan
para el lenguaje (si bien, en algunos pacientes, estas lesiones pueden a competencias «horizontales» tan básicas como la atención o la
darse también -cfr. Schwartz y Stark, 1990-). memoria, proporciona un excelente caldo de cultivo para la elabora-
En las demencias, por ejemplo, la patología neurológica suele ser ción y contrastación de hipótesis relativas tanto al funcionamiento de
descrita como «difusa». Así, en el caso de las demencias de Alzhei- los componentes centrales del procesamiento lingüístico como a sus
mer, una de las más estudiadas hasta el momento, la patología parece relaciones de influencia y 1o interdependencia funcional respecto a los
estar asociada a la presencia de nudos neurofibrilares y a placas componentes propiamente gramaticales. En este sentido, su estudio
neuríticas que interfieren, hasta impedirla, la conexión entre neuro- puede ser considerado como un excelente banco de pruebas para la
nas y centros corticales tanto del hemisferio izquierdo como del investigación psicolingüística del lenguaje natural en tanto que «dis-
derecho. Estos núcleos y placas pueden llegar a destruir por completo curso» que adquiere su funcionalidad en un contexto conversacional
los núcleos celulares (cfr. Damasio, van Hoesen y Hyman, 1990; intencional y cooperativo de intercambio de significados (cfr. capítu-
Chawluk et al., 1990); dependiendo de la extensión y localización de lo 14), más que en su calidad de «maquinaria gramatical» capaz de
la zona afectada, el paciente presentará alteraciones del lenguaje, una extraordinaria potencialidad compositiva y combinatoria.
problemas visuales o mnésicos de forma selectiva (i.e. en ausencia de
los otros) o presentará conjuntamente todos estos problemas e inclu- 6.1. Las demencias: Un ejemplo de alteración
so algunos más. Así, por ejemplo, el caso descrito por Schwartz y en el procesamiento semántico
Chawluk (1990) de una mujer con un proceso degenerativo que afectó
neurológicamente el lóbulo temporal izquierdo, los ganglios basales, Tal y como hemos observado, los procesos degenerativos del sistema
ciertas zonas del lóbulo frontal izquierdo y el sistema límbico: esta nervioso a los que genéricamente se alude con el término de «demen-
mujer sufrió una afasia progresiva que afectaba fundamentalmente a cia», y de forma más específica la demencia de Alzheimer, configuran
los componentes léxico, semántico y fonológico -no a la sintaxis- un conjunto clínicamente heterogéneo de casos cuya sintomatología
pero que, sin embargo, le permitía conservar intactas sus habilidades varía en función de la densidad y localizlación de los núcleos degene-
de procesamiento visual. Por contraposición, el caso comentado por rativos, así como de la velocidad y dirección de sus progresivas
Saffran, Fitzpatrick-DeSalme y Coslett (1990) de un hombre afectado derivaciones. En este sentido, la literatura al respecto (en la que
también por la enfermedad de Alzheimer pero con atrofia en las destacan las descripciones minuciosas de psiquiatras como Esquirol,
regiones parietal posterior y parieto-occipital, revelaba que pueden 1838; Lloyd, 1888; Garnier, 1889; Séglas, 1892; Pick, 1892; Redlich
producirse trastornos severos de las habilidades perceptivas visuales 1898; Mingazzini, 1913; y el propio Alzheimer, 1907 -cfr. Obler;
que llegan incluso a impedir el reconocimiento de objetos y formas y ~bert, 1_985; Schwartz y Stark, 1990-) es a la vez abundante y poco
que sin embargo no afectan para nada las competencias lingüísticas y mformattva. Por un lado, proporciona numerosas descripciones de
comunicativas del paciente. En las psicosis esquizofrénicas y no casos en los que se observan trastornos lingüísticos enormemente
esquizofrénicas, por su parte, y pese a la abundante evidencia confir- variados. Así, casos que presentan en el curso de la enfermedad
matoria de disfunciones bioquímicas en neurotransmisores funda- ejemplos de lenguaje incoherente, disgregado, con falta de conexiones
mentales como la dopamina, no existen hasta la fecha razones que lógicas en el discurso, agramatismos, problemas en la recuperación
justifiquen la hipótesis de una alteración neurobiológica de origen de palabras, neologismos y apraxias articulatorias. Por otro lado, en
lesiona! (cfr. Mirsky y Duncan, 1986; Oke y Adams, 1987; Gottes- los casos en que estas descripciones no se acompañan de descripcio-
man, 1991, y, en castellano, Colodrón, 1983, 1990). nes cuidadosas del alcance, localización y severidad del déficit neuro-
En segundo lugar, las alteraciones lingüísticas a las que nos refe- lógico, o de descripciones sistemáticas del perfil de funcionamiento
riremos aquí afectan primordialmente a los llamados «componen- cognitivo de estos pacientes, resultan poco informativas al impedir
tes centrales» del lenguaje (componentes semántico y pragmático), lo toda posibilidad de jerarquización funcional de los síntomas y de
que, en teoría, las aproxima más a las alteraciones observadas en identificación de los núcleos deficitarios primarios.
sujetos como los diagnosticados de autismo infantil -especialmente, Pese a la complejidad del estudio clínico y neuropsicológico de
cuando éstos poseen niveles normales o altos de C.I.- que a las este tipo de pacientes (en el que, por supuesto, no pretendemos
afasias adultas y las disfasias de evolución. detenernos en estas páginas), las investigaciones experimentales reali-
En tercer y último lugar, y como ocurre también a la hora de zadas en los últimos años sobre los déficits cognitivos y lingüísticos

748 749
PSICOLOGIA DEL LENGUAJE. INVESTIGACION Y TEORIA LAS ALTERACIONES DEL LENGUAJE DESDE LA PERSPECTIVA PSICOLINGÜISTICA

de estos sujetos presentan algunas constantes. Así, por ejemplo, mayor número de objetos pertenecientes a dicha categoría, por
tienden a coincidir en la apreciación de que, en casi todos los tipos de ejemplo, y en tareas en que se proporciona una letra y se pide que se
demencia (y de forma muy especial, en la enfermedad de Alzheimer), nombren palabras que comienzan por dicha letra, se han obtenido
se producen alteraciones semánticas severas que no se observan ni en resultados relativamente contradictorios. Sin embargo, en ciertas
otros cuadros demenciales ni en los ancianos no demencia dos, y que versiones de la primera de estas tareas (vg. cuando se le pide al sujeto
pueden estar en la base de buena parte de las alteraciones lingüísticas que identifique, nombrándolos, los objetos que se pueden encontrar
observadas. El estudio de estas alteraciones permite a la vez analizar en un supermercado -Martín y Fedio, 1983; Ober et al., 1986-), los
el grado de autonomía del componente semántico del lenguaje respec- resultados han sido claros: los pacientes no sólo generan menos
to a otras competencias lingüísticas (fundamentalmente morfosintác- nombres que sus controles normales sino que con frecuencia nom-
ticas), así como su relación con déficits cognitivos más generales, no bran tan sólo un objeto de cada categoría; en ocasiones, dan el
lingüísticos, de tipo atencional o mnésico (cfr. Adarraga, 1991 y nombre mismo de la categoría en lugar del nombre del objeto (vg.
Sierra, 1991, para una introducción a la investigación sobre memoria «verduras»). La evaluación de los pacientes en tareas de denomina-
semántica y representación de conceptos, y también capítulo 9 de este ción de objetos presentados visualmente ha arrojado también resulta-
volumen). dos similares (i.e. peor ejecución de los pacientes con Alzheimer que
Robert Nebes ha revisado exhaustivamente los resultados de la de sus controles), poniendo además de manifiesto que la severidad de
investigación experimental de los déficits semánticos de los pacientes las dificultades en la denominación de objetos correlaciona significa-
con la enfermedad de Alzheimer en un trabajo reciente (1989) que tivamente con la severidad del cuadro degenerativo (vg. Skelton-
resulta de gran utilidad para nuestros propósitos. En primer lugar, Robinson y Jones, 1984). Sin embargo, la interpretación teórica de
Nebes asume que la dificultad para encontrar palabras constituye estos resultados presenta algunas dificultades, porque, ¿qué tipo de
uno de los rasgos o características más destacados del comportamien- déficit es el que subyace a la mala ejecución de los pacientes con
to lingüístico de este tipo de pacientes. Dicha dificultad ha sido Alzheimer en las tareas de de denominación o de generación de
comprobada, en primer lugar, en numerosos estudios que analizaron nombres?, ¿se trata de un déficit en los procesos de acceso léxico?, ¿se
el habla espontánea de estos pacientes y que constataron su frecuente trata, por el contrario, de una alteración relacionada con el conoci-
empleo de palabras y frases vagas e imprecisas (vg. expresiones como miento de los rasgos semánticos que permiten identificar, categorizar
«cosas», «esto», «cosas de estas», en las referencias a objetos), sus y finalmente nombrar los objetos?, ¿se trata de un déficit que afecta a
frecuentes circunloquios y perseveraciones, y sus también numerosos procesos previos como la percepción o reconocimiento visual de los
errores de sustitución de palabras (vg. sustituciones de nombres objetos mismos?
explicables por su semejanza semántica -«silla» por «taburete»- La comprobación, por algunos autores (vg. Huff, Corkin y Grow-
Bayles, 1982; Bayles et al., 1985; Nicholas et al., 1985; Hier, den, 1986), de que los errores más frecuentes en la denominación de
Hagenlocker y Shindler, 1985; Kontiola et al., 1990). En estos objetos tiende a afectar fundamentalmente a elementos que pertene-
estudios, sin embargo, no se ha observado una distribución diferen- cen a una misma categoría semántica y, sobre todo, la comprobación
te de las estructuras gramaticales utilizadas en la construcción de de que en las tareas de reconocimiento de objetos la ejecución de los
oraciones, ni tampoco diferencias en cuanto a la longitud y com- pacientes con Alzheimer se ve tanto más afectada cuanto más si mil a-
plejidad de las frases de los pacientes respecto a los sujetos de res semánticamente sean los objetos utilizados como distractores ha
control, lo que, una vez más, pone de manifiesto que los procesos dado pie a interpretar que la representación conceptual que de los
léxico-semánticos que intervienen en la organización de la represen- objetos tienen los pacientes puede estar afectada en su estructura
tación funcional de la oración y los procesos morfosintácticos interna. Por contraposición, datos como los que revelan que las
implicados en la linealización superficial de los mensajes («nivel dificultades en la denominación de objetos correlacionan negativa-
posicional») constituyen procesos funcionalmente distintos que pue- mente, en su gravedad, con la frecuencia· de uso de las palabras que
den alterarse de forma selectiva e independiente (cfr. también el sirven para denominarlos (vg. Kirshner, Webb y Kelly, 1984), o los
comentario al trabajo de Blanken et al., en el apartado 2 de este que indican que la recuperación léxica puede verse significativamente
mismo capítulo). facilitada por la presentación del fonema inicial de las palabras (vg.
Los déficits semánticos de los enfermos de Alzheimer han sido Martín y Fedio, 1983), parecerían apoyar la hipótesis de que el déficit
estudiados sobre todo mediante el uso de distintos paradigmas expe- básico de estos pacientes es el que afecta al proceso de recuperación
rimentales. En tareas en las que se proporciona a los sujetos el del léxico (un déficit, por tanto, relativamente parecido al que
nombre de una categoría (vg. «frutas») y se les pide que nombren el caracteriza a las llamadas afasias anómicas), lo que hasta cierto

750 751
PSICOLOGIA DEL LENGUAJE. INVESTIGACION Y TEORIA LAS ALTERACIONES DEL LENGUAJE DESDE LA PERSPECTIVA PSICOLINGÜISTICA

punto permitiría suponer que la representación semántica de los controles, tal y como se pone de manifiesto, entre otras, en su mayor
objetos se conserva intacta. dificultad para responder preguntas directas sobre los rasgos definito-
La hipótesis de que el núcleo de los d~~icits semán!icos ~e _los rios de objetos y categorías. En este sentido, parece que el empleo de
sujetos con Alzheimer afecta a la recuperacwn de las piezas lexicas tareas que implican procesos de recuperación léxica activa durante la
más que a la estructura de su conocimiento conceptual presenta, co- organización de las respuestas aumenta de forma considerable la
mo hemos señalado, evidencia contradictoria. Un dato a favor de la dificultad de la misma para los pacientes con Alzheimer haciendo así
hipótesis léxica (obtenido, por ejemplo, po~ Flicker ~{ fl. ~n 198~) ~s más patente su déficit semántico.
que la ejecución de los pacientes con Alzheimer contmua siendo signi- La comprobación empírica de que los déficits semánticos de los
ficativamente peor que la de sus controles cuando se enfrentan a ta- sujetos que padecen la enfermedad de Alzheimer se hace más o menos
reas de reconocimiento -y no sólo de denominación- de palabras. A patente en función de la tarea empleada en su evaluación da pie a
favor de la hipótesis conceptual, cabe destacar los experimentos con suponer, como ha observado Nebes (1989), que los distintos paradig-
tareas de denominación en las que se sustituía la presentación visual mas experimentales empleados hasta ahora por los investigadores
de los objetos por la presentación de una definición que se. ajustaba a implican la participación de formas de memoria funcionalmente
la palabra que debía ser recuperada. En e~tos casos (vg. Rissenb~rg y distintas, de las cuales sólo algunas estén quizá alteradas en esta
Glanzer 1987· Huff et al.~ 1988), los pacientes mostraron una eJecu- importante patología (vg. la memoria implícita o la explícita, la
ción sig~ificati~amente peor que la de sus controles -especialmente, en declarativa o la procedimental -cfr. Ruiz Vargas, 1991a, y Froufe,
los ensayos que implicaban el empleo de palabras abstractas-, lo que 1991, para una introducción a los distintos sistemas de memoria, sus
continúa dejando abierta la posibilidad de interpretar que, además de formas de medida y la problemática teórica que suscita su estudio-).
los déficits en la recuperación léxica, se den en estos pacientes formas Asimismo, las distintas tareas utilizadas hasta la fecha parecen impli-
alteradas de organización conceptual en la memoria que en ningún ca-
car demandas atencionales de diversa índole, lo que impide a su vez
so podrían explicarse a partir de hipótesis puramente perceptivas.
descartar a priori la hipótesis de que puedan ser déficits en el
Tras revisar un conjunto amplio de investigaciones sobre la
información contenida en las representaciones semánticas de los procesamiento controlado (vs el automático) el que pueda estar
conceptos y sobre el efecto del contexto semántico ~n la realización afectado en estos pacientes y el que determine al menos parte de sus
de distintos tipos de tareas por pacientes con Alzheimer y controles dificultades en la utilización eficaz de su conocimiento semántico.
(vg. mediante tareas de asociación libre, descripción de atributos, Hasta el momento, la evidencia experimental disponible impide optar
denominación de objetos con priming semántico y asociativo 5 , tareas. entre las distintas hipótesis alternativas que podrían dar cuenta de los
de desambiguación de palabras, completamiento y corrección de déficits que aquí nos ocupan (si bien resulta indudable que los datos
oraciones), Nebes (1989) ha concluido que en los pacientes con obtenidos del estudio mismo de las demencias constituyen una evi-
Alzheimer parece darse un déficit semántico muy complejo. Por un dencia empírica de primer orden para la propia clarificación teórica
lado, los pacientes parecen disponer de representaciones de l~s cate- del problema de la organización funcional de la memoria). No
gorías que conservan intacta la información s<;>bre las I?ropiedades obstante, parece quedar de manifiesto con claridad que en pacientes
más definitorias, los rasgos físicos y las funciOnes básicas de los como los de Alzheimer, y a diferencia de los trastornos afásicos, los
elementos de la misma. Frente a esto, la organización interna de esta problemas semánticos pueden estar reflejando trastornos centrales no
información (i.e. la importancia relativa de los distintos atributos de lingüísticos cuyo análisis y explicación exige «salirse» momentánea-
una categoría) parece estar alterada. Por otro lado, la información mente de los componentes de procesamiento del lenguaje y analizar
semántica parece estar menos disponible en estos pacientes que en sus cómo se proyecta en el lenguaje la influencia «desde arriba» de otras
alteraciones cognitivas.
5. En el paradigma de priming asociativo, se intenta reforzar el vínculo asociativo existente 6.2. El discurso alterado de los esquizofrénicos
entre dos conceptos semánticamente relacionados, con el fin de ver si ello modifica la probabilidad
de que el segundo ítem del par sea mencionado cuando el primero se presenta en una tarea de
y otros pacientes psicóticos
asociación libre. En el experimento de Huff et al. (1988), por ejemplo, se presentó a los sujetos una
tarea de asociación libre dos veces: antes y después de una tarea de juicio semántico sobre el grado El ejemplo más característico de alteración del lenguaje determinada
de relación existente entre dos elementos -pares de palabras fuerte o débilmente asociados, una de «desde arriba» (i.e. derivada de déficits cognitivos no lingüísticos y en
las cuales había sido presentada como estímulo en la tarea de asociación-. Se interpretó que se
producía efecto de priming cuando al presentar por segunda vez una palabra en la tarea de
la que se afectan fundamentalmente los componentes centrales del
asociación el sujeto respondía con la que constituía su par en la tarea de juicio semántico, a pesar lenguaje) es, sin embargo, el que desde hace décadas se identifica con
de que su valor asociativo original (en la primera asociación libre) había sido nulo o muy bajo. el término de «lenguaje esquizofrénico» o, simplemente, con el de
752 753
LAS ALTERACIONES DEL LENGUAJE DESDE LA PERSPECTIVA PSICOLINGÜISTICA
PSICOLOGIA DEL LENGUAJE. INVESTIGACION Y TEORIA

«lenguaje psicótico». La propia identificación que suele establecerse psicolingüística, y con tareas de elicitación de discursos de tipo
en el ámbito clínico entre estos conceptos y el de «desorden formal de narrativo (i.e. que contienen restricciones temporales y lógicas relati-
pensa_miento», refuerza s_in du~a la idea de que, en las psicosis y vamente fuertes -cfr. capítulo 14-), se ha comprobado la mayor
especialmente en las esqmzofremas, son los procesos más directamen- dificultad de estos pacientes para respetar el orden cronológico de los
te ligados a la conceptualización e interpretación de los mensajes y no eventos y para elaborar textos macroestructuralmente bien formados
los que implican competencias gramaticales los que están más severa- (vg. Chaika y Alexander, 1986; Belinchón, 1988b; Chaika, 1990). En
mente afectados y desorganizados 6 • estos y en otros casos (vg. tareas que implican descripciones, discur-
. Las descripciones clínicas del lenguaje de los pacientes esquizofré- sos explicativos y discursos procedimentales), los textos de los esqui-
nicos y de los afectados por otras formas de psicosis (vg. la psicosis zofrénicos transgreden con más frecuencia los principios de coheren-
maniaco-depresiva o las originadas por la ingestión de sustancias cia local -proposicional- que los de sus controles; además, contie-
tóxicas -alcohol, drogas, etc.-) son también muy abundantes. Sin nen menos vínculos de cohesión y mayor proporción de referencias
embargo, a diferencia de lo que se constataba en el ámbito de anafóricas ambiguas, lo que dificulta considerablemente su interpre-
inve~tigac}ó_n de las. d~~encias, las ~escripciones clínicas del lenguaje tación por el oyente (Rochester y Martín, 1979; Hoffman et al.~ 1982;
esqmzofremco y psicotico se han visto complementadas en los últi- Harvey, 1983; Andreasen, Hoffman y Grave, 1985; Rutter, 1985;
mos años por una ya larga serie de investigaciones de inspiración Belinchón, 1988b; Chaika, 1990). Estos déficits referenciales han sido
tanto conductista como cognitiva gracias a las cuales resulta posible también observados en numerosos estudios en los que se utilizaron
reinterpretar los síntomas lingüísticos de estos pacientes en términos tareas experimentales de comunicación referencial con distintos sub-
compatibles con las teorías psicológicas del lenguaje presentadas a lo tipos de esquizofrenia en fases agudas y crónicas de la enfermedad y
largo de todo este volumen. no sólo análisis de los discursos espontáneps (vg. Cohen y Cahmi,
Las . alteraciones . esquizofrénicas/ psicóticas del lenguaje pueden 1967; Smith, 1970; Cohen, Nachmani y Rosenberg, 1974; Kagan y
caractenzarse, en pnmer lugar, como alteraciones severas y multini- Oltmanns, 1981; Guimón, Ruiz-Vargas y Belinchón, 1990). En la
vel, es decir, como alteraciones que aparentemente comprometen e medida en que, como muchos otros de los rasgos del lenguaje
interfieren en el correcto funcionamiento de los procesos responsables esquizofrénico, los déficits referenciales han sido detectados en todos
de los distintos niveles de organización de los mensajes (cfr. Raches- los subtipos esquizofrénicos, en el habla de otros pacientes psicóticos
ter y Martín, _1979; Schwartz, 1982; Belinchón, 1986, 1987, 1988a, (vg. maníacos en fase aguda) y en grupos de alto riesgo que aún no
1991a y Chaika, 1990, para una descripción pormenorizada de las presentan sintomatología clínica alguna (vg. Durbin y Martín, 1977;
características de este tipo de lenguaje y de los resultados de su Harvey, 1983; Harvey, Weintraub y Neale, 1982; Leaper y Emmorey,
investigación experimental). La estabilidad o inestabilidad de estos sín- 1985), cabe interpretar que quizá constituyen marcadores de vulne-
tomas (i.e. su carácter episódico o permanente) y su especificidad o rabilidad a la psicosis, de utilidad tanto para la prevención clínica del
inespecificidad diagnóstica son todavía objeto de un debate que, ade- trastorno como para su explicación cognitiva (Belinchón, Castellano y
más de su interés clínico o psicopatológico, ha ido adquiriendo tam- Shih, 1991 ).
bién en los últimos años una clara pertinencia psicolingüística. Desde un punto de vista pragmático, los discursos psicóticos y
En el plano de la organización de los discursos, por ejemplo, el esquizofreniformes tienden a considerarse, a grandes rasgos, como
lenguaje psicótico tiende a calificarse clínicamente como incoherente «poco cooperativos» y «difíciles de seguir e interpretar por los
y bizarro, falto de lógica y con propensión al «descarrilamiento» del interlocutores». En este sentido, se ha llamado la atención sobre el
tren de las ideas, la tangencialidad, la intrusión de material irrelevan- hecho de que transgreden prácticamente todas las máximas conversa-
te y la pobreza temática. Ya en el ámbito de la investigación cionales definidas por Grice -y de forma especial, la máxima de
relevancia- (Decker y Craen, 1987; Chaika, 1990), que realizan
turnos de habla a los que es difícil darles continuidad y que son
6. Bleuler (1911), por ejemplo, interpretó el desorden formal del pensamiento (i.e. la incapaci- semánticamente poco «accesibles» (Van Bijsterveld, 1987; Chaika,
dad de los pacientes para «encarrilar» adecuadamente sus ideas y asociaciones en el discurso) como 1990). Frente a este tipo de consideraciones, los escasísimos estudios
el síntoma primario de la esquizofrenia. Las alteraciones del lenguaje las consideró como epifenó-
menos del DFP, que podían explicarse directamente a partir de éste, sin necesidad de suponer
sistemáticos que han comparado la estructura de los diálogos de
afectadas las co~petencias ~ramaticales. Como se ha hecho notar en algunos trabajos (vg. sujetos esquizofrénicos y controles (vg. Rutter, 1977; Kaesermann,
Rochester y Martm, 1979; Belmchón, 1991a), este tipo de interpretaciones resulta insostenible en la 1987) han fracasado en el intento de demostrar que los esquizofréni-
actualidad desde una perspectiva cognitiva, tanto por su carácter tautológico -el DFP es un cos rompen con más frecuencia las expectativas de continuidad
c?nst:~cto. que se infiere única~en~e de la observación del discurso- como por su reduccionismo y
s!mphf¡cac!Ón en la conceptualización implícita de las nociones de pensamiento y lenguaje. perlocutiva de los turnos de habla, o que no completan adecuada-

754 755
PSICOLOGIA DEL LENGUAJE. INVESTIGACION Y TEORIA LAS ALTERACIONES DEL LENGUAJE DESDE LA PERSPECTIVA PSICOLINGÜISTICA

mente las estructuras conversacionales básicas iniciadas por sus inter- podrían considerarse, incluso, como un reflejo de déficits semánticos
locutores (los llamados «pares adyacentes», comentados en el capítu- generales, presumiblemente ligados a la preferencia por la utilización
lo 14). Que sepamos, tan sólo en un trabajo (Rutter, 1985) se han de los significados connotativos y asociativamente idiosincráticos de
obtenido indicios empíricamente fiables de una mayor reticencia o las palabras frente a los denotativos o convencionales, una interpreta-
inadecuación en los esquizofrénicos a la hora de responder a las ción que, curiosamente, guarda numerosos puntos de contacto con la
preguntas que les formulan sus interlocutores durante los intercam- propuesta por Chapman y sus colaboradores en la década de los
bios comunicativos experimentales. Además, este estudio comprobó sesenta tras analizar las propiedades asociativas de las respuestas de
que, frente a lo sugerido por la mayoría de las descripciones clínicas, los esquizofrénicos en distintas tareas experimentales (Chapman,
la adecuación o inadecuación pragmática del lenguaje de los esquizo- 1960; Chapman y Chapman, 1965; Chapman, Chapman y Miller,
frénicos resulta prácticamente equivalente en los pacientes agudos y 1964).
en los crónicos, lo que refuerza la impresión de que las peculiaridades ¿En qué medida resulta defendible, desde un marco de explicación
lingüísticas y comunicativas de estos pacientes tienen un carácter psicolingüístico, la hipótesis de que las alteraciones esquizofrénicas
quizá más estable y permanente de lo que suele creerse. dellel).guaje, en el plano gramatical, constituyen meras consecuencias
La naturaleza, alcance y génesis de las alteraciones psicóticas del de los deficits en la conceptualización de los mensajes? Y, por otro
lenguaje en el plano de organización de las oraciones son, por otro lado, ¿cómo pueden explicarse a su vez estos déficits? ¿Son déficits del
lado, objeto actualmente de una interesante controversia. Desde las procesamiento semántico y/o pragmático del discurso per se?, ¿re-
primeras descripciones clínicas, ha tendido a destacarse que el habla flejan, por el contrario, déficits cognitivos globales y/o inespecíficos
de los pacientes psicóticos y/o esquizofrénicos es proclive a la presen- de dominio?, ¿reflejan déficits socioemocionales no cognitivos en
cia de agramatismos (que en sus formas más severas dan lugar a la origen?, ¿implican simultáneamente un déficit lingüístico y otro -u
llamada «ensalada de palabras») y a alteraciones léxicas que pueden otros- no lingüístico/ s?
adoptar la forma de sustituciones o parafasias basadas tanto en Idealmente, la respuesta a estas preguntas debería derivarse de
semejanzas semánticas como fonéticas; además, en ocasiones, los investigaciones que cumplieran dos requisitos: a) el de haber sido
pacientes emplean neologismos, lo que durante un tiempo llevó a diseñadas con el objetivo explícito de obtener evidencia relativa a
interpretar que el lenguaje esquizofrénico podría ser interpretado estas cuestiones, y b) el de proporcionar datos que puedan ser
como una especie de «afasia intermitente» (vg. Chaika, 1974). En los comparados con predicciones empíricas derivadas de hipótesis teóri-
últimos años, distintos estudios sistemáticos en inglés y castellano cas suficientemente precisas. Hasta el momento, este tipo de investi-
han confirmado la menor complejidad estructural y la menor longi- gaciones son más bien la excepción que la regla. Sin embargo, ello no
tud de las oraciones producidas por los esquizofrénicos frente a ha impedido que se hayan postulado diversas hipótesis explicativas
controles tanto normales como psicóticos no esquizofrénicos (Ro- del lenguaje psicótico que, pese a su carácter tentativo, pueden
chester y Martín, 1979; Morice e lngram, 1982; Fraser et' al., 1986; ilustrar bien el interés del estudio de algunas de las cuestiones que
Thomas, King y Fraser, 1987; Belinchón, 1988b; Thomas et al., 1990), constituyen el núcleo de este apartado y de otros muchos de los que
así como su mayor comisión de errores gramaticales que implican componen este volumen: el funcionamiento de los componentes
una peor utilización de los principios descritos en la teoría chomskya- centrales de la actividad lingüística y, en nuestro caso y ahora, sus
na de la rección y el ligamiento tanto en relación con la organización diferentes formas de alteración patológica. A grandes rasgos, estas
de la estructura profunda de las oraciones como de su estructura hipótesis pueden agruparse en tres categorías: a) las que vinculan las
superficial (Fernández-Lagunilla et al., 1991). Sin embargo, la buena alteraciones psicóticas del lenguaje a déficits de carácter metarrepre-
ejecución de estos pacientes en pruebas estandarizadas en las que sentacional; b) las que lo interpretan como una consecuencia de
suelen fallar los afásicos (DiSimoni, Darley y Aronson, 1977; Faber y déficits atencionales que impiden un correcto procesamiento con-
Reichstein, 1981) o en tareas de construcción de oraciones individua- trolado -tanto en el ámbito lingüístico como no lingüístico-, y
les a partir de palabras sueltas (Rausch, Prescott y DeWolfe, 1980) ha e) las que interpretan que el núcleo deficitario original del lenguaje
contribuido a que numerosos autores interpreten que no existen en de este tipo de pacientes puede afectar (de forma exclusiva o no)
estos pacientes déficits en la competencia o el procesamiento gramati- a competencias y procesos específicamente gramaticales. De forma
cal per se sino, más bien, reflejos o proyecciones en el nivel de la muy esquemática, veamos cuál es la lógica de cada una de estas
oración de alteraciones más globales en la organización del discurso hipótesis y algunos de los apoyos empíricos con que cuentan hasta la
(vg. Chaika, 1982, 1990). Para algunos semiólogos (vg. Wróbel, fecha.
1990), los déficits observados en las oraciones de los esquizofrénicos

756 757
PSICOLOGIA DEL LENGUAJE. INVESTIGACION Y TEORIA LAS ALTERACIONES DEL LENGUAJE DESDE LA PERSPECTIVA PSICOLINGÜISTICA

a) La hipótesis de un déficit metarrepresentacional Leudar Thomas y J ohnston (19 9 3) y analizó la frecuencia y


estruct~ra de las autocorrecciones realizadas por un grupo de sesenta
La primera de las hipótesis que comentaremos tiene algunos de sus y ocho esquizofrénicos y un grupo de control a lo largo de u?a tarea
antecedentes más antiguos en trabajos como el de Woods (1938) o el de comunicación referencial. Frente a lo esperado a partir de la
de Sullivan (1953) y en su interpretación del lenguaje psicótico/esqui- hipótesis metarrepresentacional, los esquizofrénicos n~ most~aron
zofrénico como un lenguaje «egocéntrico» o «autista» que resulta de indicios de alteración en su capacidad para someter sus mstruccwnes
escasa utilidad como herramienta para la comunicación interperso- a un control externo y para modificar tales instrucciones cuando
nal. Desde esta perspectiva, que resulta compatible con la mayoría de éstas resultaron incorrectas o poco adecuadas para su interlocutor.
los datos que demuestran que este tipo de pacientes sufre limitaciones No obstante como en otros muchos trabajos, la frecuencia global de
importantes en sus habilidades textuales y de comunicación referen- instruccione; que inicialmente son erróneas o incompletas fue mayor
cial, se sugiere que los psicóticos tendrían dificultades para adoptar la en el grupo esquizofrénico (sobre todo en los esquizofrénic?~ con
perspectiva del otro en el discurso, lo que les llevaría a construir síntomas alucinatorios) que en el control, lo que pone de mamÍiesto,
mensajes poco relevantes, desequilibrados en cuanto a la distribución una vez más la dificultad de estos pacientes para ajustar correcta-
de la información nueva y dada, y sin los vínculos de cohesión lógica mente y desd~ el principio (i.e. a partir del con~rol interno de su plan
y gramatical mínimos que permiten al oyente la comprensión del lingüístico) la calidad informativa de sus mensaJes.
contenido proposicional del mensaje y la reconstrucción inferencia!
tanto de su contenido presuposicional como de su contenido ilocutivo b) La hipótesis de un déficit en el procesamiento controlado
o intencional.
En opinión de Frith y Frith (1990 -c.e. Leudar, Thomas y A falta de investigaciones que evalúen directamente las competencias
Johnston, 1993 ), el núcleo de este cúmulo de alteraciones sería metarrepresentacionales de los psicóticos (lo que, como ya se comen-
un déficit cognitivo: concretamente, una dificultad severa en los tó en los capítulos 5 y 14, exigirá el an~l~sis del grado ?e. preserva-
esquizofrénicos para la construcción de representaciones de segundo ción/ deterioro en estos pacientes de habilidades tanto logicas como
orden (metarrepresentaciones). Dicha dificultad les impediría tanto socioemocionales), los intentos de explicar los déficit~ pragmáti~os y
inferir los estados mentales de otros, como distinguir entre los textuales de estos pacientes como resultado de alteraciOnes atencwn~­
estados mentales propios y los de sus interlocutores, o distinguir entre les que interfieren en los mecanismos responsables del control cog~u­
sus estados mentales y los estados reales del mundo (una alteración tivo de la actividad continúan siendo, por el momento, los meJor
que los Frith relacionan, además de con los déficits semánticos que se avalados tanto teórica como empíricamente (vg. Rochester, 1978;
revelan en el discurso, con otros síntomas como las alucinaciones y Hoffman 1986· Chaika, 1982, 1990; Belinchón, 1991a y b). En
delirios de los esquizofrénicos). Con anterioridad a Frith y Frith (op. realidad,' la hipÓtesis de que el .défi.cit que mejor, puede exp~icar los
cit.)~ otros autores habían sostenido interpretaciones de las alteracio- síntomas lingüísticos de la psicosis es de caracter atencwnal es
nes esquizofreniformes del discurso de índole cognitiva-metarrepre- también una hipótesis relativamente antigua (cfr .. B~linchón y Ru~z­
sentacional -aunque quizá no de forma tan explícita- al considerar Vargas, 1985, para una revisión detallada de. sus distm~as, formulaciO-
que es sobre todo en el equilibrio de la información nueva y dada y en nes). Sin embargo, e.n los .últi~os años,. ha Ido consol,I~a?dose e.n. la
el respeto a las máximas griceanas donde los psicóticos dan más medida en que la mvestigacwn exper~mental del deficit. cognitivo
muestras de alteración patológica (vg. Rochester, 1976; Rochester y esquizofrénico ha confirmado que existe en estos pacientes u?a
Martin, 1977, 1979; Chaika, 1990). alteración severa y relativamente estable en los mecamsmos atenc,H~­
Como ya hemos comentado, la hipótesis de que los esquizofréni- nales que subyacen al procesamiento controlado (frente al automati-
cos y psicóticos sufren alteraciones en su competencia metarrepresen- co) y que esta alteración permite explicar por sí mi~ma la mayo.r J?arte
tacional resulta compatible, en una aproximación muy global, con la de los efectos empíricos encontrados en el estudio de los distmt~s
mayoría de los resultados de la investigación empírica previa sobre procesos cognitivos (cfr. Ruiz-Vargas, 1987 y 1991b, para una revi-
las alteraciones del discurso de este tipo de pacientes (es, en ese sión).
sentido, una hipótesis post hoc que trata de dar cuenta de resultados El argumento fundamental que cabe esgrimir para interpretar las
obtenidos en estudios diseñados con otros objetivos teóricos). Sin alteraciones esquizofrénicas del discurso como ~esultado de un d~f~c~t
embargo, que sepamos, tan sólo un estudio ha tratado de comprobar en el procesamiento controlad.o. se deriva, en pr,Imer luga~ ', del anahsis
de manera directa alguna de las predicciones empíricas que se deriva- teórico de las demandas cogmuvas de los monologas y dialogas -del
rían de esta hipótesis. El trabajo en cuestión ha sido realizado por que nos hicimos eco en el capítulo 14-. Así, la necesidad de acceder

758 759
LAS ALTERACIONES DEL LENGUAJE DESDE LA PERSPECTIVA PSICOLINGÜISTICA
PSICOLOGIA DEL LENGUAJE. INVESTIGACION Y TEORIA

y revisar continuamente las representaciones episódicas que el ha- psicóticas del lenguaje, déficits que af~cta~, a los proc,esos cie pr?~~c­
blante construye sobre los estados mentales del interlocutor, el dis- ción verbal en las fases de conceptualizaci~m; en teona, estos de.fi~Its
curso previo y el propio contexto durante la conversación, imponen podrían proyectarse también en la alteracion de proce~o~ de codifica-
un nivel de esfuerzo cognitivo que parece exceder las capacidades de ción lingüística (morfosintácticos, léxicos y/o fof!-ologico,s)? lo q~e
este tipo de pacientes (especialmente, durante las fases agudas de su resultaría compatible con algunas de las obs~rvacwnes climcas ~as
enfermedad). Algo similar cabría señalar del elaborado sistema de tradicionales en este campo de la patologia (vg. l~s para.fasias,
retroinformación requerido en la producción de discursos coherentes neoiogismos y «ensaladas de palabras»). Estas alt_era~IOf!-es, sm em~
y relevantes, o de la necesidad de integrar, sobre la marcha, la bargo, no tendrían por qué interl?retars~ como mdicativas, por SI
información lingüística y no lingüística procedente tanto del discurso mismas de problemas en el funciOnamiento de aquellos procesos
como del contexto comunicativo (habilidades estas dos últimas que lingüísticos que la investigación psicolingüística ha identificado co_mo
sistemáticamente aparecen alteradas también en los psicóticos y, de relativamente autónomos respecto a los procesos de conceptualiza-
forma muy especial, en quienes sufren alucinaciones y/o delirios). Por ción (cfr. capítulos 9, 10, 12 y 13).
otro lado, la hipótesis del déficit en el procesamiento controlado Hasta el momento los resultados empíricos que han explorado en
como base del lenguaje esquizofreniforme cuenta a su favor con profundidad el funci~namiento, en los psicóticos, de los proce~os
algunos datos empíricos. Algunos de ellos han confirmado la existen- psicolingüísticos más autóno~~s son muy escasos. J?one Y Fnth
cia de una correlación estadísticamente significativa, de signo negati- (1984), con tareas de reconocimiento de palabras er: ,diferentes con-
vo, entre la severidad del trastorno del lenguaje y la ejecución en textos, y Swinney (1984), con t~reas de comprenswn de p~labras
tareas atencionales de diversa índole (vg. Harvey, 1987; Belinchón, ambiguas, concluyerof!-, que son s?lo. l?s procesos po~t-acceso. (1.e. los
1988b). Otros han puesto de manifiesto que la, evolución de los que implican la seleccwn entre sigmficados alternativos previamente
déficits atencionales y del discurso en pacientes evaluados en fases activados y/o la utilización de información procedent.e del, c?ntexto
tanto agudas como de remisión de la sintomatología, siguen cursos -cfr. capítulo 9-) los q.~e están ~Iterados en ~os esqmzofremcos. ~!1
paralelos (Guimón, Ruiz-Vargas y Belinchón, 1990; Grijalvo, 1991). el ámbito de la produccwn, Fernandez-~agumlla et al. (19~1), utili-
Como ha hecho notar recientemente uno de nosotros (Belinchón, zando una taxonomía de errores espontaneos del habla denvada del
1991b), la hipótesis de un déficit en el procesamiento controlado modelo gramatical de la rección y el ligamiento, observaron la mayor
permite sostener también que la característica incompetencia comuni- frecuencia en esquizofrénicos, frente a sus controles normales; d_e
cativa y textual de los pacientes psicóticos y esquizofrénicos puede errores sintácticos· estos errores afectaban, sobre todo, a los pnnci-
guardar relación con su dificultad para construir y/o utilizar adecua- pios que definen' al llamado «mÓdulo de la .~'>), es dec~r, a la
damente, en el discurso, las presuposiciones y representaciones relati- organización de la estructura prof~nda de la oracwn (~fr. capit~l,o 6).
vas a los estados mentales de los interlocutores. Sin embargo, frente a Por su parte, Shih (1991), analiz~ndo la frecuencia, durac~on Y
lo postulado por la hipótesis metarrepresentacional, cabría interpre- localización de las pausas espontaneas del habla de los. mismos
tar que el núcleo de esta alteración está relacionado con la dificultad sujetos del estudio de Fernández-Lagunilla et al. (op. czt.) Y de
del empleo mismo, en tiempo real, de tales metarrepresentaciones. Belinchón (1988b), comprobó que los es9uizofréni.cos sólo parecen
Dicha dificultad podría derivarse, entre otras, de la dificultad de este tener dificultades de planificación gramatlc~l s~p~n~res a. las d~ sus
tipo de pacientes para mantener la atención de forma continuada en controles ante cláusulas «de baja dependencia smtactlca)) (1.e. clausu-
una misma tarea, lo que parece guardar relación funcional con las las cuya forma de conexión lingüística con la cláusula de 1~ que
demandas atencionales derivadas del necesario almacenamiento, ac- dependen no viene «definida» obligatoriament~ por el verbo de esta Y
ceso y modificación continuos de la información metarrepresentacio- requieren por tanto, del hablante, .la «eleccwn)) entre. estructuras
nal en la memoria a corto plazo. Esta hipótesis, por su parte, lingüísticas alternativas). En este sentido, los datos de Shi.h, como los
permitiría dar cuenta del carácter cíclico de las alteraciones lingüísti- del resto de los autores mencionados, resultan co~pati~l~s con la
cas de este tipo de pacientes, así como de su diferente severidad en los hipótesis de que los déficits atencionales de los esqmzofremcos p_ue-
distintos subtipos clínicos. den ser detectados en el interior mismo del «módulo del lengu~Je))'
afectando a los procesos menos automáticos y autónomos del mismo
e) La hipótesis de déficits específicamente gramaticales pero no al resto. . ,
Indudablemente sin la referencia a modelos mas detallados sobre
Las hipótesis comentadas en los apartados anteriores coinciden, los mecanismos de ~ontrol que participan en ~a actividad ~ingüí,stic~,
como se ha visto, en postular, como núcleo de las alteraciones y sin investigaciones sistemáticas que profundicen en la microgenesis

760 761
PSICOlOGIA DEl lENGUAJE. INVESTIGACION Y TEORIA

tanto del discurso psicótico como de la comprensión lingüística de REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS


estos pacientes, resultará muy difícil, por no decir imposible, clarifi-
car en qué medida esta forma patológica de discurso revela sólo
alteraciones en los componentes centrales del procesamiento lingüís-
tico (y 1o en las competencias cognitivas y socioemocionales que están
vinculadas a ellos) o revela también déficits en procesos psicolingüís-
ticos de carácter puramente gramatical. Algunos autores (vg. Hoff-
man et al.~ 1985) han sugerido que, en ausencia de más datos, resulta
tan legítimo suponer un origen central a las alteraciones esquizofréni-
cas del lenguaje (que determinaría alteraciones «de arriba a abajo» en
el resto de los procesos psicolingüísticos) como suponer su inversa,
esto es, que pueden darse en estos pacientes dificultades de realiza-
ción en algunas de las operaciones de codificación/ descodificación
lingüística de los mensajes (en la selección o interpretación del léxico
o en el análisis y organización de los marcos sintácticos de la oración)
y que estas dificultades pueden interferir en el desarrollo de la Abelson, R.P. (1975). Concepts for representing mundane reality in plans. En
actividad lingüística hasta el punto de provocar un efecto de desorga- D. Bobrow y A. Collins (Eds.), R.epresentation and understanding: Stu-
nización de los procesos de conceptualización mismos. Sin duda, la dies in Cognitive Science. Nueva York: Academic Press.
tarea de dilucidar entre estas opciones exigirá todavía un programa Abramson, A.S. y Lisker, L. (1965). Voice onset time in stop con~onants:
Acoustic analysis and synthesis. Actas del V Congreso Internaczonal de
de investigación prolongado y complejo. No obstante, cualquiera de
estas interpretaciones justifica claramente la consideración del len- Acústica. Lieja.
Adarraga, P. (1991). Memoria semántica. En J.M. Ruiz-Vargas (Ed.), Psico-
guaje psicótico como uno de los casos de alteración patológica poten- logía de la memoria. Madrid: Alian~a. • • • • • • •

cialmente más interesantes para la actual investigación psicolingüís- 1


Adarraga, P. y Zaccagnini,J.L. (1994). Pszcologta e mteltgencta artiftctal. Madnd:
tica; una investigación que, en los últimos años, parece abocada a Trotta.
profundizar en lo que hasta ahora parece ser el componente de pro- Adarraga, P. y Zaccagnini, J.L. (1988). Sistemas expertos y psicología
cesamiento peor definido por los modelos cognitivos: el procesamien- cognitiva. Estudios de Psicología, 36, 97-127.
to del discurso, en tanto que punto de interfaz funcional de los pro- Agud, A. (1990). Prólogo. En W. Von Humboldt, Sobre la diversidad de la
cesos más centrales y de los procesos más encapsulados de la actividad estructura del lenguaje humano y su influencia sobre el desarrollo de la
lingüística humana. humanidad. Barcelona: Anthropos.
Akinasso, F.N. (1982). On the differences between spoken and written
language. Language and Speech, 25~ 97-125. . ··l .
Akmajian, A., Demers, R.A. y Harm.sh, .~.M. (1~84) . .Lmguzstzca: Una
introducción al lenguaje y la comumcacton. Madnd: Ahanza.
Albadalejo, T. (1987). Componente pragmático, ~omponente de repre~;n~a­
ción y modelo lingüístico-textual. En E. Bernardez (Comp.), Lmguzstzca
del texto. Madrid: Arco/Libros.
Allen, J. (1983). Recognizing intentions from natu~allanguage uttera~ces. En
M. Brady y R.C. Berwick (Eds.), Computatzonal models of dzscourse.
Cambridge, MA.: The MIT Press.
Allport, D.A., Mackay, D., Prin.z, W: y Scheerer, .E. (~987). La.nguage P~r­
ception and Production: Relatzonshzps between Lzstenmg, Speakmg, Readmg
and Writing. Londres: Academic Press.
Altmann, G.T.M. (1988). Ambiguity, parsing strategies and computational
models. Language and Cognitive Processes, 3, ~3-97. .
Altmann, G.T.M. (1989). Parsing and Interpretatlon: An Introductwn. En
G.T.M. Altmann (Ed.), Parsing and Interpretation. Hove, R.U.: LEA.
Altmann, G.T.M. y Steedman, M.J. (1988). Interaction with context during
human sentence processing. Cognition, 30, 191-238. ·
Anderson, A. y Garrod, S.C. (1987). The dynamics of referential meaning in

762 763
PSICOLOGIA DEL LENGUAJE. INVESTIGACION Y TEORIA REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS

spontaneous conversation: Sorne preliminary studies. En R. G. Reilly Baltaxe, C. (1977). Pragmatic deficits in the language of autistic adolescents.
(Ed.). Communication failure in dialogue and discourse. North-Holland: ]ournal of Pediatric Psychology, 2, 176-180.
Elsevier. Baltaxe, C.A.M. (1984). Use of contrastive stress in normal, aphasic and
Anderson, J.R. (1980). Cognitive psychology and its implications. San Fran- autistic children. ]ournal of Speech and Hearing Disorders, 27, "97-105.
cisco: Freeman. Baltaxe, C.A.M. y Guthrie, D. (1987). The use of primary sentence stress by
Anderson, J.R. (1983). The Architecture of Cognition. Cambridge, MA.: normal, aphasic, and autistic children. ]ournal of Autism and Develop-
Harvard University Press. _ .,.
\
mental Disorders, 17, 255-271.
Anderson, J.R. y Bower, G.H. (1973). Human associative memory. Washing- Baltaxe, C.A.M. y Simmons, J.Q. (1985). Prosodic development in normal
ton, DC: Winston. and autistic children. En E. Schopler y G.B. Mesibov (Eds.), Communica-
Andreasen, N.C., Hoffman, R.E. y Grove, W.M. (1985). Mapping abnorma- tion problems in autism. Nueva York: Plenum Press.
lities in language and cognition. En M. Alpert (Ed.), Controversies in Ball, J. (1978). A pragmatic analysis of autistic children's language with
schizophrenia: Changes and constancies. Nueva York: The Guilford respect to aphasic and normal language development. Tesis doctoral no
Press. publicada. Universidad de Melbourne.
Andrés Pueyo, A. (1987). Lenguaje interno o habla subvocal. Barcelona: Baron, J. y Strawson, C. (1976). Use of orthographic and word-specific
P.P.U. knowledge in reading words aloud. ]ournal of Experimental Psychology:
Anguera, M.T. (1983). Manual de prácticas de observación. México: Human Perception and Performance, 2, 386-393.
Trillas. Baron, J. y Thurston, l. (1973). An analysis of the word-superiority effect.
Anguera, M.T. (1989). Metodología de la observación en las ciencias huma- Cognitive Psychology, 4, 207-228.
nas. Madrid: Cátedra. Baron-Cohen, S. (1988). Social and pragmatic deficits in autism. Cognitive or
Anguera, M.T. (1991). Metodología observacional en la investigación psico- affective? ]ournal of Autism and Developmental Disorders, 18, 379-402.
lógica. Vol. l. Barcelona: P.P.U. Baron-Cohen, S., Leslie, A.l\11. y Frith, U. (1985). Does the autistic child have
Appelt, D.E. (1985). Planning English Sentences. Cambridge: Cambridge a «theory of mind»? Cognition, 21, 37-46.
University Press. . Baron-Cohen, S., Leslie, A.M. y Frith, U. (1986). Mechanical, behavioural
Arensburg, B., Tiller, A.M., Vandermeersch, B., Duday, H., Schepartz, LA. and intentional understanding of picture stories in autistic children.
y Rak, Y. (1989). A middle Paleolithic human hyoid bone. Nature, 338, British ]ournal of Developmental Psychology, 4, 113-125.
758-760. Bartak, L., Rutter, M. y Cox, A. (1975). A comparative study of infantile
Argyle, M., Furnham, A. y Graham, J. (1981). Social situations. Cambridge: autism and specific developmental receptive language disorder. l. The
Cambridge University Press. children. British ]ournal of Psychiatry, 126, 127-145.
Asher, S.R. y Oden, S.L. (1976). Children's failure to communicate: An Bartak, L., Rutter, M. y Cox, A. (1977). A comparative study of infantile
assessment of comparison and egocentrism explanations. Developmental autism and specific developmental receptive language disorders. III.
Psychology, 12, 132-139. Discriminant function analysis. ]ournal of Autism and Childhood Schi-
Asher, S.R. y Parke, R.D. (1975). Influence of sampling and comparison zophrenia, 7, 389-396.
processes on the development of communication effectiveness. ]ournal of a
Barthes, R. (1966). Introduction l'analyse structurale des récits. Communi-
Educational Psychology, 67, 64-75. cations, 8, 1-27.
Asher, S.R. y Wingfield, A. (1981). Training referential communication skills. Bartolucci, G. y Pierce, S. (1977). A preliminary comparison of phonological
En W. Dickson (Ed.), Children's oral communication skills. Nueva York: development in autistic, normal, and mentally retarded subjects. British
Academic Press. ]ournal of Disorders in Communication, 12, 137-147.
Astington, J.V., Harris, P.L. y Olson, D.R. (1988). Developing theo.ries of Bartolucci, G., Pierce, S. y Streiner, D. (1980). Cross-sectional studies of
mind. Cambridge: Cambridge University Press. grammatical morphemes in autistic and mentally retarded children. ]our-
Attwood, A., Frith, U. y Hermelin, B. (1988). The understanding and use of nal of Autism and Developmental Disorders, 10, 39-50.
interpersonal gestures by autistic and Down's syndrome children. ]ournal Bartolucci, G., Pierce, S., Streiner, D. y Eppel, P.T. (1976). Phonological
of Autism and Developmental Disorders, 18, 241-257. investigation of verbal autistic and mentally retarded subjects. ]ournal of
Auble, P. y Franks, J.J. (1983). Sentence comprehension processes. ]ournal of Autism and Childhood Schizphrenia, 6, 303-316.
Verbal Learning and Verbal Behavior, 22, 395-405. Bates, E. (1976). Language and context: The acquisition of pragmatics.
Austin, J.L. (1962). How to do things with words. Oxford: The Clarendon Nueva York: Academic Press.
Press. (Trad. cast. Cómo hacer cosas con palabras. Barcelona: Paidós, Bates, E. (1979). The emergence of symbols. Nueva York: Academic Press.
1990.) Bates, E., Benigni, l., Bretherton, L., Camaioni, L. y Volterra, V. (1977).
Bach, K. y Harnish, R.M. (1979). Linguistic communication and speech acts. From gesture to the first word: On cognitive and social prerequisites. En
Cambridge, MA.: The MIT Press. M. Lewis y L. Rosenblum (Eds.), Origins of behavior: Communication
Bajo, M.T. y Cañas, J. (1990). Las imágenes mentales. En J.M. Ruiz-Vargas and language. Nueva York: Wiley.
(Ed.), Psicología de la memoria. Madrid: Alianza. Bates, E. y McWhinney, B. (1982). Functionalist approaches to grammar. En

764 765
PSICOLOGIA DEL LENGUAJE. INVESTIGACION Y TEORIA REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS

E. Wanner y L. Gleitman (Eds.), Language Acquisition: The State of the güística. En B. Rojí (Ed.),. Comunicación, cognición y cambio terapéuti-
Art. Cambridge: Cambridge University Press. co. Madrid: UNED.
Bates, E. y MacWhinney, B. (1990). Welcome to functionalism. The Behavio- Belinchón, M. (1991a). Comunicación y lenguaje en la esquizofrenia. En C.
ral and Brain Sciences, 13, 727-728. Castilla del Pino y J.M. Ruiz-Vargas (Eds.), Aspectos cognitivos de la
Bateson, G. (1955). A theory of play and fantasy. A. P.A. Psychiatric Research esquizofrenia. Madrid: Trotta.
Rep~rt~ II. En Steps to an ecology of mind. Nueva York, Chandler Belinchón, M. (1991b). Pragmatic presuppositions and egocentrism in schi-
Pubhshmg Company, 1972. (Trad. cast. Pasos hacia una ecología de la zophrenic language. Trabajo presentado en el Coloquio Internacional
mente. Una aproximación revolucionaria a la autocomprensión del hom- «Social cognition and the question of self». Aix-en-Provence.
bre. Buenos Aires: Planeta, 1985). Belinchón, M., Castellano, A. y Shih, P.Ch. (1991). Ineficacia en la comunica-
Bayés, R. (1977). ¿Chomsky o Skinner? La génesis del lenguaje. Barcelona: ción referencial: ¿Un marcador de psicosis? Comunicación presentada en
Fontanella. el III Congreso de Evaluación Psicológica. Barcelona.
Bayles, K.A. (1982). Language function in senile dementia. Brain and Langua- Belinchón, M. y Riviere, A. (1981). El lenguaje autista desde una perspectiva
ge, 16, 265-280. correlaciona!. Estudios de Psicología, 5-6, 19-39.
Bayles, K.A., Tomoeda, C.K .. , Kaszniak, A.W., Stern, L.Z. y Eagans, K.K. Belinchón, M. y Ruiz-Vargas, J.M. (1985). El papel de las hipótesis atencio-
(1985). Verbal perseveratwn of dementia patients. Brain and Language nales en la explicación del lenguaje esquizofrénico: Una revisión. Revista
25, 102-116. , de Psicología General y Aplicada, 40, 757-776.
Beattie, G. (1983). Talk: An Analysis of speech and non-verbal behaviour. Bellert, l. (1970). On a condition of the coherence of texts. Semiotica, 2, 335-
Milton Keynes: Open University Press. 363.
Beaugrande, R. de (1979). The pragmatics of discourse planning. ]ournal of Benda, U. von (1983). Zur auditiven Beurteilung der Intonation autistischer
Pragmatics, 3/6. Kinder: Ein Horexperiment. En D. Allhoff (Ed.), Mündliche Kommuni-
Beaugrande, R. de (1980a). Text and discourse in european research. Dis- kation: Storungen und Therapie. Sprache und Sprechen, Band 10. Konigs-
course Processes, 3, 287-300. tein/Ts: Scriptor Verlag.
Beaugrande, R. de (1980b). Text, discourse and process. Toward a multidis- Benguerel, A.P. y Cowan, H.A. (1974). Coarticulation of upper lip protrusion
ciplinary science of texts. Norwood, N.J.: Ablex. in French. Phonetica, 30, 41-55.
Beaugrande, R. de y Dressler, W. (1981). Introduction to text linguistics. Berei.ter, C .. y Scardamalia, M. (1987). The Psychology of written composi-
Londres: Longman. tton. H1llsdale, N.J.: LEA.
Beauyois, M.F. y Dérouesné, J. (1978). Phonological alexia: Three dissocia- Berg, T. (1987). The case against accommodation. ]ournal of Memory and
twns. ]ournal ofNeurology, Neurosurgery and Psychiatry, 42, 1115-1124. Language, 26, 277-299.
Becht~l, . W. (1985). ~ontemporary connectionism: Are the new parallel Berko, J. (1958). The child's learning of English morphology. Word, 14, 150-
d1stnbuted processmg models cognitive or associationistic? Behaviorism, 177.
13, 53-60. Bernárdez, E. (1982). Introducción a la Lingüística del texto. Madrid: Espasa-
Becht~l, W. (1988). Philosophy of Mind: An Overview for Cognitive Science. Calpe.
Hlllsdale, N.J.: LEA. (Trad. cast. Filosofía de la mente. Madrid Tecnos Berndt, R.S. y Caramazza, A. (1980). A redefinition of Broca's aphasia:
1991). ' ' Implications for a neuropsychological model of language. Applied Psy-
Beisler, J.M., Tsai, L. Y. y Vonk, D. (1987). Comparison between autistic and cholinguistics, 1, 225-278.
nonautistic children on the test for auditory comprehension of language. Bernstein, B. (1970). Class, Codes, and Control. Vol. l. Londres: Routledge
]ournal of Autism and Developmental Disorders, 17, 95-102. and Kegan Paul.
Belinchón, M .. (1985). Ad9uisición .Y evaluación de las funciones pragmáticas Berwick, R.C. (1983). Introduction: Computational aspects of discourse. En
. del }enguaje: Un estudiO evolutivo. Estudios de Psicología, 19-20, 35-49. M. Brady y R.C. Berwick (Eds.), Computational models of discourse .
Behnc~on~ ~:, (~986). Prodf!cción verbal y esquizofrenia: Una aproximación Cambridge, MA.: The MIT Press.
pszcolmguzstzca al estudzo de las alteraciones del discurso. Tesis doctoral Berwick, R.C. y Weinberg, A.S. (1983). The role of grammars in models of
no publicada. Universidad Complutense de Madrid. language use. Cognition, 13, 1-61.
Belinchón, M. (1987). Lenguaje. En J.M. Ruiz-Vargas (Dir.), Esquizofrenia: Bever, T.G. (1970). The cognitive basis for linguistic structure. En J.R. Ha-
Un enfoque cognitivo. Madrid: Alianza. yes (Ed.), Cognition and the Development of Language. Nueva York:
Belinchón, M. (1988a). Esquizofrenia y lenguaje: Una aproximación psicolin- Wiley.
güística. Estudios de Psicología, 33-34, 105-144. Bever, T.G., Fodor, J.A. y Garrett, M.F. (1968). A formal limitation of
Relinchó~, N!·. (1988b). Haci~ ~~a caracterización empírica del lenguaje associationism. EnR. Dixon y D.L. Horton (Eds.), Verbal Behavior and
General Behavior Theory. Englewood Cliffs: Prentice-Hall.
esqmzofremco: De la descnpcwn estructural de los discursos a la recons-
trucción de los procesos implicados en la producción verbal desviada. Bever, T.G., Katz, J. y Langendoen, T. (1976). An Integrated Theory of
Estudios de Psicología, 33-34, 157-189. · Linguistic Ability. Sussex: Harvester Press. ·
Belinchón, M. (1990). Lenguaje y pragmática: Una aproximación psicolin- Bierwisch, M. (1983). How on-line is language processing? En G.B. Flores

766 767
PSICOLOGIA DEL LENGUAJE. INVESTIGACION Y TEORIA REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS

D' Arcais y R.J. Jarvella (Eds.), The Process of Language Understanding. Blumstein, S.E. y Stevens, K.N. (1980). Perceptual invariance and onset
Nueva York: Wiley. . spectra for stop consonants in different vowel environments. ]ournal of
Bijsterveld, D. van (Í987). On the problem of accessibility in conversatwns the Acoustical Society of America, 67, 648-662.
with schizophrenic people. En R. Wodak y P. van de ~r~en (Eds.), Boada, H. y Forns, M. (1985). L'analyse des dialogues chez les enfants
Neurotic and psychotic language behavior. Clevedon: Mult1hngual. bilingues et monolingues. Comunicación presentada en las XX Journées de
Bilmes, J. (1986). Discourse and behavior. Nueva Yor~: Plenu~ Press. études: comportement, cognition, conscience. Assoc. Psychol. Scien. de
Black, J.B. y Bower, G.H. (1979). Episodes as chu?ks m narratlve memory. Lang. Fran~., Lisboa.
]ournal of Verbal Learning and Verbal Behavzo:, 18, 3~9-31_8. . Boada, H. y Forns, M. (1989). Methodological data for analysis of referential
Black, J.B., Turner, T.J. y Bower, G.H. (1979). Pomt of v1ew m n~rrat1ve communication from an ecological perspective. Informe de investigación
comprehension, memory and production. ]ournal o( Verbal Learnmg and no publicado. Universidad de Barcelona.
Verbal Behavior, 18, 187-198. .. Bock, J.K. (1982). Toward a cognitive psychology of syntax: Information
Black, J.B. y Wilensky, (1979). An evaluation of story grammars. Cognzttve processing contributions to sentence formulation. Psychological Review, ·
Science, 3, 213-229. 89, 1-47.
Black, S.D., Levin, J.A., Mehan, H. y Quinn, C.N. (1983)_. Real and ~on-real Bock, J.K. (1986). Syntactic persistence in language production. Cognitive
time interaction: Unraveling multiple threads of d1scourse. Dzscourse Psychology, 18, 355-387.
Processes, 6, 59-75. . Bock, J.K. (1987a). Exploring levels of processing in sentence production. En
Blakar, R.M. (1973). An experimental method for inquiring into commumca- G. Kempen (Ed.), Natural language generation: New results in artificial
tion. European ]ournal of Social Psychology, 3, 415-425. intelligence, psychology and linguistics. Dordrecht: Martinus Nijhoff.
Blakar, R.M. (1985). Towards a theory of communic~t.ion in term_s of Bock, J.K. (1987b). An effect of the accessibility of word forms on sentence
preconditions: A conceptual framework and sorne emp1~1cal exploratwns. structures. ]ournal of Memory and Language, 26, 119-137.
En H. Giles y R.N. St. Clair (Eds.). Recent advances m language, com- Bock, J.K. (1989). Closed-class immanence in sentence production. Cogni-
munication and social psychology. Hillsdale, N.J.: LEA. tion, 31, 163-186.
Blakemore, D. (1988). The organization of discourse. En F.J. Newme~er Bock, J.K. y Loebell, H. (1990). Framing sentences. Cognition, 35, 1-39.
(Ed.), Linguistics: The Cambridge Surv_ey. Vol: IV. _Language: The Socto- Bock, J.K. y Warren, R.K. (1985). Conceptual accessibility and syntactic
Cultural Context. Cambridge: Cambndge Umvers1ty Press. structure in sentence formulation. Cognition, 21, 47-67.
Blanken, G., Dittman, J., Haas, J.C. y Wallesch, C.W. (1987). Spo~tan~o~s Boden, M.A. (1978). Purposive explanation in Psychology. Hassocks, Sussex:
speech in senile dementia and aphasia: Implications for a neurolmgmstlc The Harvester Press.
model of language production. Cognition, 27, 247-274_. . Bohannon, J. y Warren-Leubecker, A. (1985). Theoretical approaches to
Bleuler, E. (1960). Demencia precoz o el grupo de las esqutzofrenzas. Buenos language acquisition. En J. Berko Gleason (Ed.), The development of
Aires: Hormé (ed. or., 1911). language. Columbus: Charles E. Merril.
Block, N.E. (1980). Readings in Philosophy of Psychology (2 vols.). Londres: Bolinger, D. (1972). Intonation: Selected Readings. Londres: Penguin.
Methuen. Boomer, D.S. (1965). Hesitation and grammatical encoding. Language and
Bloom, L., Lightbown, P. y Hood, L. (1975). Structure and variation in child Speech, 8, 148-158.
language. Monografía de la Society for Research in Child Development, Boomer, D.S. y Laver, ].D.M. (1968). Slips of the tongue. British ]ournal of
40.2. Disorders of Communication, 3, 2-12.
Bloomfield, L. (1914). Introduction to the study of language. Nueva York: Borer, H. y Wexler, K. (1987). The maturation of syntax. En T. Roeper y E.
Holt. Williams (Eds.), Parameter Setting and Language Acquisition. Dordrecht:
Blumenthal, A.L. (1970). Language and Psychology. Historical Aspects of Reidel. ·
Psycholinguistics. Nueva York: Wiley. Boucher, J. (1976). Articulation in early childhood autism. ]ournal of Autism
Blumer, H. (1982). El interaccionismo simbólico: Perspectiva y método. and Childhood Schizophrenia, 6, 297-302.
Barcelona: Hora. Bousfield, W.A. (1961). The problem of meaning in verballearning. En C.N.
Blumstein, S.E. (1988). Neurolinguistics: An overview of language-brain Cofer (Ed.), Verballearning and verbal behavior. Nueva York: McGraw-
relations in aphasia. En F.J. Newmeyer (Ed.), Linguistics: The Cambridge Hill.
Survey, Vol. III: Language: Psychological and Biological Aspects. Cam- Bower, T.G.R. y Wishart, J.G. (1979). Towards a unitary theory of develop-
bridge: Cambridge University Press. · . ment. En E.B. Thoman (Ed.), Origins of the infant's social responsive-
Blumstein, S.E. (1990). Phonological deficits in aphasia: Theoretlcal persp~c­ ness. Hillsdale, N.J.: Erlbaum.
tives. En A. Caramazza (Ed.), Cognitive Neuropsychology and Neuroltn- Bradley, D.C. (1978). Computational distinctions of vocabulary type. Tesis
guistics. Londres: LEA. . . . . doctoral no publicada. Massachusetts Institute of Technology.
Blumstein, S.E. y Stevens, K.N. (1979). Acoust1c mvanance m SJ?e~ch produc- Bradley, D.C. y Forster, K.I. (1987). A reader's view of listening. Cognition,
tion: Evidence from measurements of spectral charactenstlcs of stop 25, 102-134.
consonants. ]ournal of the Acoustical Society of America, 66, 1001-1017. Bradley, D.C. y Garrett, M.F. (1980). Computational distinctions of vocabu-

768 769
PSICOlOGIA DEl lENGUAJE. INVESTIGACION Y TEORIA REFERENCIAS Bl BliOGRAFICAS

lary type. Occasional Paper no. 12. Cognitive Science Center. MIT, development of expertise. ]ournal of Verbal Learning and Verbal Beha-
Cambridge. vior, 22, 1-14.
Bradley, D.C., Garrett, M.F. y Zurif, E.B. (1980). Syntactic deficits in Broca's Brown, G. y Yule, G. (1983). Discourse Analysis. Nueva York: Cambridge
aphasia. En D. Caplan (Ed.), Biological Studies of Mental Processes. University Press.
Cambridge, MA: The MIT Press. Brown, R.W. (1973). A First Language: The early stages. Cambridge, MA.:
Brady, M. y Berwick, R.C. (Eds.). (1983). Computational models of discour- Harvard University Press.
se. Cambridge, MA.: The MIT Press. Brown, R.W. y Hanlon, C. (1970). Derivational complexity and order of
Braine, M.D.S. (1976). Children's first word combinations. Monografía de la acquisition in child speech. En J.R. Hayes (Ed.), Cognition and the
Society for Research in Child Development, 41.1. Development of Language. Nueva York: Wiley. . ·
Bransford, J.D. y Franks, J.J. (1971). The abstraction of linguistic ideas. Brown, R.W. y McNeill, D. (1966). The tip of the tongue phenomenon.
Cognitive Psychology, 2, 331-350. ]ournal of Verbal Learning and Verbal Behavior, 5, 325-337.
Bransford, J.D. y Johnson, M.K. (1972). Contextua} prerequisites for unders- Bruce, B.C. (1980). Plans and social action. En R. Spiro, B. Bruce y W.
tanding: Sorne investigations of comprehension and recall. ]ournal of Brewer (Eds.), Theoretical issues in reading comprehension. Hillsdale,
Verbal Learning and Verbal Behavior, 11, 717-726. N.J.: LEA.
Bremond, C. (1973). La logique du récit. París: Seuil. Bruce, B.C. (1986). Generation as social action. En B.J. Grosz, K.S. Jones y
Brentano, F. (1874). Psychologie von einem empirischen Standpunkt. Leipzig B.L. Webber (Eds.), Readings in naturallanguage processing. Los Altos,
(ed. en Hamburgo: Meiner, 1955). CA.: Morgan Kaufmann Publ.
Bresnan, J. (1978). A realistic transformational grammar. En M. Halle, J. Bruner, J. (1974). Beyond the information given. Londres: George Allen and
Bresnan y G. Miller (Eds.), Linguistic Theory and Psychological Reality. Unwin.
Cambridge, MA.: The MIT Press. Bruner, J.S. (1975). The ontogenesis of speech acts. ]ournal of Child Langua-
Bretherton, l., Bates, E., Benigni, L., Camaioni, L. y Volterra, V. (1979). ge, 2, 1-19.
Relationships between cognition, communication, and quality of attach- Bruner, J.S. (1991). Actos de significado. Madrid: Alianza.
ment. En E. Bates, The emergence of symbols. Cognition and communi- Bruner, J.S., Goodnow, ].]. y Austin, G.A. (1956). A study of thinking.
cation in infancy. Nueva York: Academic Press. Nueva York: Wiley. (Trad. cast. El proceso mental en el aprendizaje.·
Bretherton, l., y Beeghly, M. (1982). Talking about internal states: The Madrid: Narcea, 1978).
acquisition of an explicit theory of mind. Developmental Psychology, 18, Bryson, S.E., Clark, B.S. y Smith, I.M. (1988). First report of a Canadian
906-921. epidemiological study of autistic syndromes. ]ournal of Child Psychology
Bretherton, l., Fritz, J., Zahn-Waxler, C. y Ridgeway, D. (1986). Learning to and Psychiatry, 29, 433-445.
talk about emotions: A funcionalist perspective. Child Development, 57, Bühler, K. (1934). Sprachtheorie. Jena: G. Fisher. (Trad. cast. Teoría del
529-548. Lenguaje. Madrid: Alianza, 1985).
Brewer, W.F. (1980). Literary theory, rhethorics and stylistics: Implications Bullowa, M. (1979). Before speech: the beginning of interpersonal communi-
for psychology. En R. Spiro, B. Bruce y W. Brewer (Eds.), Theoretical cation. Londres: Cambridge University Press.
issues in reading comprehension. Hillsdale, N.J.: LEA. Bürkle, B., Nirmaier, H. y Herrmann, T. (1986). Von dir aus ... Zur
Bridgman, P.W. (1978). Operationalism. En W.G. Hardy (Ed.), Language, horerbezogenen lokalen Referenz. (Bericht 10). Mannheim: University of
thought and experience. Baltimore: University Park Press. Mannheim, Forschergruppe Sprechen und Sprachverstehen im Sozialen
Brioso, A., Riviere, A. y Sarriá, E. (1988). Observation of communicative Kontext.
intentions in infants. Poster presentado en: « Third European Conference Buschke, H. y Schaier, A.H. (1979). Memory units, ideas, and propositions in
on Developmental Psychology». Organizado por la Sociedad Europea de semantic remembering. ]ournal of Verbal Learning and Verbal Behavior,
la Psicología del Desarrollo. Budapest. 18, 549-564.
Britton, B.K., Meyer, B.J.F., Hodge, M.H. y Glynn, S. (1980). Effect of the Butterworth, B. (1975). Hesitation and semantic planning in speech. ]ournal
organization of text on memory: Tests of retrieval and response criterion of Psycholinguistic Research, 4, 75-87.
hypotheses. ]ournal of Experimental Psychology: Human Learning and Butterworth, B. (1979a). Contextua} probability and word frecuency as
Memory, 6, 620- 629. determinants of pauses and errors in spontaneous speech. Language and
Broadbent, D.E. (1958). Perception and communication. Nueva York: Perga- Speech, 22, 201-211.
mon Press. Butterworth, B. (1979b). Hesitations and the production of verbal parapha-
Broca, P. (1861). Perte de la parole. Ramollisment chronique et destruction sias and neologisms in jargon aphasia. Brain and Language, 8, 133-161.
partielle du lobe antérieur gauche du cerveau. Bulletin de la Societé Butterworth, B. (1980a). lntroduction: A brief review of methods of studying
d' Anthropologie, 2, 235-238. language production. En B. Butterworth (Ed.), Language Production.
Bronckart, J.P. (1977). Théories du langage. Bruselas: Pierre Mardaga. (Trad. Vol. 1. Speech and T alk. Londres: Academic Press.
cast. Teorías del lenguaje. Barcelona: Herder, 1980). Butterworth, B. (1980b). Evidence from pauses in speech. En B. Butterworth
Brown, A.L. y Day, ].D. (1983). Macrorules for summarizing texts: The (Ed.), Language Production. Vol. 1. Speech and Talk. Londres: Academic

770 771
PSICOLOGIA DEL LENGUAJE. INVESTIGACION Y TEORIA REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS

Press. (Trad. cast. en F. Valle, F. Cuetos, J.M. Igoa y S. del Viso (Eds.), problem of patient classification in aphasia. Brain and Language, 23, 9-
Lecturas de psicolingüística. Vol. l. Comprensión y producción del 20.
lenguaje. Madrid: Alianza, 1990). Caramazza, A. y Berndt, R.S. (1978). Semantic and syntactic processes in
Butterworth, B. (1982). Speech errors: Old data in search of new theories. En aphasia: A review of the literature. Psychological Bulletin, 85, 898-918.
A. Cutler (Ed.), Slips of the Tongue and Language Production. Berlín: Mouton. Caramazza, A. y Berndt, R.S. (1982). A psycholinguistic assessment of adult
Butterworth, B. (1983). Lexical representation. En B. Butterworth (Ed.), Lan- aphasia. En S. Rosenberg (Ed.), Handbook of Applied Psycholinguistics.
guage Production. Vol. 2. Development, Writing and Other Language Hillsdale, N.J.: LEA.
Processes. Londres: Academic Press. Caramazza, A. y Berndt, R.S. (1985). A multi-component deficit view of
Butterworth, B. y Howard, D. (1987). Paragrammatisms. Cognition, 26, 1-37. agrammatic Broca's aphasia. En M.L. Kean (Ed.), Agrammatism. Nueva
Butterworth, G. y Grover, L. (1988). The origins of referential communica- York: Academic Press. (Trad. cast. en F. Valle, F. Cuetos, J.M. Igoa y S.
tion in human infancy. En L. Weiskrantz (Ed.), Thought without langua- del Viso (Eds.), Lecturas de psicolingüística. Vol. 2. Neuropsicología
ge. Oxford: Clarendon Press. cognitiva del lenguaje. Madrid: Alianza, 1990).
Byers, B. y Edwards, M. (1989). Developmental disorders of Language. San Carberry, S. (1990). Plan recognition in naturallanguage dialogue. Cambrid-
Diego: Singular Publ. Group. ge, MA.: The MIT Press.
Byng, S. y Coltheart, M. (1986). Aphasia therapy research: Methodological Carpenter, P.A. y Just, M.A. (1983). What your eyes do while your mind is
requirements and illustrative results. En E. Hjelmquist y B. Nilssen (Eds.), reading. En K. Rayner (Ed.), Eye Movements in Reading: Perceptual and
Communication and handicap. Amsterdam: Elsevier. Language Processes. Nueva York: Academic Press.
Cairns, H.S. y Kamerman, l. (1975). Lexical information processing during Carreiras, M .. y Gutiérrez-Calvo, M. (1989). Reconocimiento de información
sentence comprehension. Journal of Verbal Learning and Verbal Beha- principal y secundaria en el aprendizaje de textos: Hipótesis atencional y
vior, 14, 170-179. representacional. Cognitiva, 2, 55-74.
Camaioni, L. (1982). The problem of appropriateness in pragmatic develop- Carrithers, C. y Bever, T.G. (1984). Eye fixation patterns during reading
ment. En M. Sbisa, H. Parret, y J. Verschueren (Eds.), Possibilities and confirm theories of language comprehension. Cognitive Science, 8, 157-
limitations of pragmatics. Amsterdam: John Benjamins. 172.
Camaioni, L. y Ercolani, A.P. (1988). The role of comparison activity in the Carroll, D.W. (1986). Psychology of Language. Monterrey, CA.: Brooks/
development of referential communication. International ]ournal of Cole.
Behavioral Development, 11, 403-413. Carroll, J.M. y Bever, T.G. (1976). Sentence comprehension: A case study in
Camarata, S., Newhoff, M. y Rugg, B. (1981). Perspective taking in normal the relation of knowledge and perception. En E.C. Carterette y M.P.
and language disordered children. Proceedings from the Symposium on Friedman (Eds.), Handbook of Perception. Vol. VII. Language and
Research in Child Language Disorders, 2, 81-88. Speech. Nueva York: Academic Press.
Canal, R. y Riviere, A. (1992). La conducta comunicativa de los niños autis- Carroll, J.M., Tanenhaus, M.K. y Bever, T.G. (1978). The perception of
tas en situaciones naturales de interacción. Estudios de Psicología, 50, 49-74. relations: The interaction of structural, functional and contextua! factors
Cantor, N. (1981). Perceptions of situations: Situation prototypes and per- in the segmentation of sentences. En W.J.M. Levelt y G.B. Flores
son-situation prototypes. En D. Magnusson (Ed.), Toward a psychology D'Arcais (Eds.), Studies in the Perception of Language. Nueva York:
of situations. Hillsdale, N.J.: Erlbaum. Wiley.
Cantwell, D. y Baker, L. (1987). Developmental speech and language disor- Cassirer, E. (1977). El lenguaje y la construcción del mundo de los objetos.
ders. Nueva York: The Guilford Press. En H. Delacroix, E. Cassirer, K. Goldstein y otros: Psicología del
Cantwell, D., Baker, L. y Rutter, M. (1978). A comparative study of infantile Lenguaje. Buenos Aires: Paidós (ed. or., 1944).
autism and specific developmental receptive language disorder. IV. Ana- Cattell, J.M. (1886). The time it takes to see and name objects. Mind, 11, 63-
lysis of syntax and language function. ]ournal of Child Psychology and 65.
Psychiatry, 19, 351-362. Cirilo, R.K. (1981). Referential coherence and text structure in story com-
Caparrós, A. (1986). Historia de la Psicología. Barcelona: Ceac. prehension. ]ournal of Verbal Learning and Verbal Behavior, 20, 358-
Caparulo, B. y Cohen, D.J. (1977). Cognitive structures, language and 367.
emerging social competence in autistic and aphasic children. ]ournal of Cirilo, R.K. y Foss, D.J. (1980). Text structure and reading time for semen-
the American Academy of Child Psychiatry, 15, 620-644. ces. Journal of Verbal Learning and Verbal Behavior, 19, 96-109.
Caplan, D. (1987). Neurolinguistics and Linguistic Aphasiology. Cambridge: Clark, A. (1989). Microcognition: Philosophy, cognitive science and parallel
Cambridge University Press. distributed processing. Cambridge, MA.: The MIT Press.
Caplan, D. (1992). Language: Structure, Processing and Disorders. Cambridge, Clark, E.V. (1977). Strategies for communicating. Trabajo presentado en la
MA.: The MIT Press. Reunión de la Society for Research in Child Development. Chicago.
Caplan, D. y Hildebrandt, N. (1988). Disorders o/ Syntactic Comprehension. Clark, E.V. y Garnica, O.K. (1974). Is he coming or going? On the acquisi-
Cambridge, MA.: The MIT Press. tion of deictic verbs. ]ournal of Verbal Learning and Verbal Behavior, 13,
Caramazza, A. (1984). The logic of neuropsychological research and the 556-572.

772 773
PSICOLOGIA DEL LENGUAJE. INVESTIGACION Y TEORIA
REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS

Clark, H.H. (1969). Linguistic processes in deductive reasoning. Psychologi- Cole, R.A. y Jakimik, J. (1980). A model of speech perception. En R.A. Cole
cal Review, 76, 387-404. (Ed.), Perception and Production of Fluent Speech. Hillsdale, N.J.: LEA.
Clark, H.H. (1973). The language-as-fixed-effect fallacy: A critique of lan- Colombo, L. (1986). Activation and inhibition with orthographically similar
guage statistics in psychological research. 1ournal of Verbal Learning and words. 1ournal of Experimental Psychology: Human Perception and
Verbal Behavior, 12, 335-359. Performance, 12, 226-234.
Clark, H.H. (1974). Semantics and comprehension. En T.A. Sebeok (Ed.), Colodrón, A. (1983, 1990). Las esquizofrenias. Madrid: Siglo XXI.
Current trends in linguistics: Linguistics and adjacent arts and sciences. Coltheart, M. (1978). Lexical access in simple reading tasks. En G. Under-
Vol. 12. La Haya: Mouton. wood (Ed.), Strategies of Information Processing. Londres: Academic
Clark, H.H. (1977). Inferences in comprehension. En D. LaBerge y S.J. Press.
Samuels (Eds.), Perception and comprehension. Hillsdale, N.J.: LEA. Coltheart, M. (1980). Deep Dyslexia: A review of the syndrome. En M.
Clark, H.H. (1985). Language use and language users. En G. Lindzey y E. Coltheart, K.E. Patterson y J.C. Marshall (Eds.), Deep Dyslexia. Londres:
Aronson (Eds.), The Handbook of Social Psychology. Vol. 2. Nueva Routledge and Kegan Paul. (Trad. cast. en F. Valle, F. Cuetos, J.M. Igoa
York: Random House. y S. del Viso (Eds.), Lecturas de psicolingüística. Vol. 2. Neuropsicología
Clark, H.H. y Carlson, T.B. (1981). Speech acts and hearer's beliefs. En N.V. cognitiva del lenguaje. Madrid: Alianza, 1990).
Smith (Ed.), Mutual knowledge. Londres: Academic Press. Coltheart, M. (1985). New directions in aphasia therapy research. Presenta-
Clark, H.H. y Clark, E.V. (1977). Psychology and Language: An introduction ción al XX Congreso de la Australian Society for the Study of Brain
to Psycholinguistics. Nueva York: Harcourt, Brace and Jovanovich. Impairment. Melbourne.
Clark, H.H. y Chase, W.G. (1974). Perceptual coding strategies in the Coltheart, M., Davelaar, C., Jonasson, J.T. y Besner, D. (Eds.) (1977).
formation and verification of descriptions. Memory and Cognition, 2, Attention and Performance. Vol. VI. Nueva York: Academic Press.
101-111. Coltheart, M., Masterson, J., Byng, S., Prior, M. y Riddoch, J. (1983).
Clark, H.H. y Haviland, S.E. (1974). Psychological processes as linguistic Surface dyslexia. Quarterly 1ournal of Experimental Psychology, 35-A,
explanation. En D. Cohen (Ed.), Explaning Linguistic Phenomena. Was- 469-495. (Trad. cast. en F. Valle, F. Cuetos, J.M. Igoa y S. del Viso (Eds).,
hington, D.C.: Hemisphere Publishing. (Trad. cast. Explicación del fenó- Lecturas de psicolingüística. Vol. 2. Neuropsicología cognitiva del len-
meno lingüístico. México: Trillas, 1980). guaje. Madrid: Alianza, 1990). .
Clark, H.H. y Haviland, S.E. (1977). Comprehension and the given-new Coltheart, M., Patterson, K. y Marshall, J.C. (1980). Deep Dyslexza. Londres:
contract. En R.O. Freedle (Ed.), Discourse production and comprehen- Routledge and Kegan Paul.
sion. Norwood, N.J.: Ablex. Collins, A.M. y Lofuts, E.F. (1975). A spreading-activation theory of seman-
Clark, H.H. y Lucy, P. (1975). Understanding what is meant from what is tic processing. Psychological Review, 82, 407-428.
said: A study in conversationally conveyed requests. 1ournal of Verbal Condon, W.S. y Sander, L.W. (1974). Synchrony demonstrated between
Learning and Verbal Behavior, 14, 56-72. movements of the neonate and adult speech. Child Development, 45, 456-
Clark, H.H. y Schaefer, E.F. (1987). Collaborating on contributions to 462.
conversations. Language and Cognitive Processes, 2, 19-41. Cooper, W.E. (1980). Syntactic-to-phonetic coding. En B. Butterwort? (Ed.),
Clark, H.H. y Schaefer, E.F. (1989). Contributing to discourse. Cognitive Language Production. Vol. 1: Speech an.d Talk. Lon.dres: Acad~m1c. Press.
Science, 13, 259-294. Cooper, W.E. y Zurif, E.B. (1983). Aphas1a: Informatwn processmg m lan-
Clark, H.H., Schreuder, E.F. y Buttric, S. (1983): Common ground and the guage production and reception. En B. Butterworth (Ed.), Language
understanding of demonstrati ve reference. 1ournal of Verbal Learning Production. Vol. 2: Development, Writing and Other Language Proces-
and Verbal Behavior, 22, 245-258. ses. Londres: Academic Press. (Trad. cast. en F. Valle, F. Cuetos, J.M.
Clark, H.H. y Wilkes-Gibbs, D. (1986). Referring as a collaborative process. Igoa y S. del Viso (Eds.), Lecturas de psicolingüística. Vol. 2: Neuropsico-
Cognition, 22, 1-39. logía cognitiva de/lenguaje. Ma~rid: Alianza, 1990). . .
Clifton, C., Frazier, L. y Connine, C. (1984). Lexical expectations in sentence Cosmides, L. (1989). The logic of soc1al exchange: Has nat.ural selectwn s~aped
comprehension. 1ournal of Verbal Learning and Verbal Behavior, 23, how humans reason? Studies with the Wason selectwn task. Cognztzon,
696-708.
31, 187-276.
Cohen, B.D. y Camhi, J. (1967). Schizophrenic performance in a word Cosmides, L. y Tooby, J. (1987). From evolution to behavior: Evolutionary
communication task. 1ournal of Abnormal Psychology, 72, 240-246. psychology as the missing link. En J. Dupré (Ed.), The Latest on the Best:
Cohen, B.D., Nachmani, G. y Rosenberg, S. (1974). Referent communication Essays on Evolution and Optimality. Cambridge, MA.: The MIT Press.
disturbances in acute schizophrenics. 1ournal of Abnormal Psychology, Cosmides, L. y Tooby, J. (1989). Evolutionary psychology and the generation
83, 1-13. of culture. Part 11. Case study: A computational theory of social exchan-
Cohen, P.R. (1978). On knowing what to say: Planning speech acts. Tesis ge. Ethology and Sociobiology, 1 O, 51-97.
doctoral no publicada. Universidad de T oronto. Coulthard, M. y Brazil, D. (1981). Exchange structure. En M. Coulthard y
Cohen, P.R. y Perrault, C.R. (1979). Elements of a plan-based theory of M. Montgomery (Eds.), Studies in discourse analysis. Londres: Routledge
speech acts. Cognitive Science, 3, 177-212. and Kegan Paul.
774 775
PSICOLOGIA DEL LENGUAJE. INVESTIGACION Y TEORIA REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS

Crain, S. y Fodor, J.D. (1984). On the innateness of subjacency. Actas del language. En F.J. Newmeyer (Ed.), Linguistics: The Cambridge Survey.
Eastern States Conference on Linguistics, vol. l. The Ohio State Universi- Vol. II. Linguistic Theory: Extensions and Implications. Cambridge:
ty, Columbus, Ohio. Cambridge University Press.
Crain, S. y Fodor, J.D. (en prensa). Competence and performance in child Curtiss, S., Fromkin, V., Krashen, S., Rigler, D. y Rigler. M. (1974). The
language. En E. Dromi (Ed.), Language and Cognition: A Developmental linguistic development of Genie. Language, 50, 528-554.
Perspective. Norwood, N.J.: Ablex. Curtiss, S. y Yamada, J. (1981). Selectively intact grammatical development
Crain, S. y McKee, C. (1985). Acquisiton of structural restnct1ons on in a retarded child. UCLA Working Papers in Cognitive Linguistics, 3,
anaphora. Actas de la Northeastern Linguistic Society, 16. University of 161-175.
Massachusetts: Amherst, Massachusetts. Cutler, A. e Isard, S.D. (1980). The production of prosody. En B. Butterworth
Crain, S. y Steedman, M.J. (1985). On not being led up the garden path. En (Ed.), Language Production, Vol. 1: Speech and Talk. Londres: Academic
D. Dowty, L. Karttunen y A.M. Zwicky (Eds.), Natural Language Press.
Parsing. Cambridge: Cambridge University Press. Cutler, A., Mehler, J., Norris, D. y Seguí, J. (1983). A language specific
Cromer, R. (1974). The development of language and cognition: The cogni- comprehension strategy. Nature, 304, 159-160.
tion hypothesis. En D. Foss (Ed.), New perspectives in child development. Cutting, J.E. y Eimas, P.D. (1975). Phonetic feature analyzers and the
Baltimore: Penguin. processing of speech in infants. En J.F. Kavanagh y J.E. Cutting (Eds.),
Cromer, R. (1976). The cognitive hypothesis for language acquisition and its The Role of Speech in Language. Cambridge, MA.: The MIT Press.
implications for child language deficiency. En D.M. Morehead y A.E. Chaika, E. (1974). A linguist looks at «schizophrenic» language. Brain and
Morehead (Eds.), Directions in normal and deficient child language. Language, 1, 257-276.
Baltimore: University Park Press. Chaika, E. (1982). A unified explanation for the diverse structural deviations
Cromer, R.F. (1981). Reconceptualizing language acquisition and cognitive reported for adult schizophrenics with disrupted speech. Journal of
development. En R. Schiefelbusch y D. Bricker (Eds.), Early language: Communication Disorders, 15, 167-189.
Acquisition and intervention. Baltimore: University Park Press. Chaika, E. (1990). Understanding psychotic speech: Beyond Freud and
Cromer, R.F. (1983). Hierarchical planning disability in the drawings and
Chomsky. Springfield, IL.: Charles C. Thomas Publ.
constructions of a special group of severely aphasic children. Brain and
Chaika, E. y Alexander, P. (1986). The ice cream stories: A study in normal
Cognition, 2, 144-164. and psychotic narrations. Discourse Processes, 9, 305-328.
Crystal, D. (1983). Patología de/lenguaje. Madrid: Cátedra.
Cuetos, F. (1990). Psicología de la Lectura. Madrid: Escuela Española. Chandler, M.J., Fritz, A.S. y Halla, S.M. (1989). Small scale deceit: Decep-
Cuetos, F. y Mitchell, D.C. (1988). Cross-linguistic differences in parsing: tion as a marker of two-, three- and four-year olds' early theories of mind.
Restrictions on the use of the late closure strategy in Spanish. Cognition, Child Development, 60, 1263-1277.
30, 73-105. Chandler, M.J., Greenspan, S. y Barenboim, C. (1974). Assessment and
Cuetos, F. y Valle, F. (1988). Modelos de lectura y dislexias. Infancia y training of role-taking and referential communication skills in institutio-
Aprendizaje, 44, 3-19. nalized emotionally disturbed children. Developmental Psychology, 1O,
Cunninghan, M.A. (1968). A comparison of the language of psychotic and 546-553.
nonpsychotic children who are mentally retarded. Journal of Child Chapman, L.J. (1960). Confusion of figural and literal usages of words by
Psychology and Psychiatry, 9, 220-244. schizophrenics and brain damaged patients. ]ournal of Abnormal Social
Curcio, F. (1978). Sensoriomotor functioning and communication in mute Psychology, 60, 412.
autistic children. ]ournal of Autism and Childhood Schizophrenia, 8, 282- Chapman, L.J., Chapman, J.P. y Miller, G.A. (1964). A theory of verbal
292. behavior in schizophrenia. En B. Maher (Ed.), Progress in experimental
Curtiss, S. (1977). Genie: A psycholinguistic study of a modern-day 'wild- personality research. Vol. l. Nueva York: Academic Press.
child'. Nueva York: Academic Press. Chawluk, J.B., Grossman, M., Calcano-Pérez, J.A., Alavi, A., Hurtig, H.l. y
Curtiss, S. (1979). Genie: Language and cognition. UCLA Working Papers in Reivich, M. (1990). Positron emission tomographic studies of cerebral
Cognitive Psychology, 1, 15-62. metabolism in Alzheimer's disease: A critical review stressing current and
Curtiss, S. (1981). Feral children. Mental Retardation, 12, 129-161. future neuropsychological methodology. En M.F. Schwartz (Ed.), Modu-
Curtiss, S. (1982). Developmental dissociations of language and cognition. En lar deficits in Alzheimer-type dementia. Cambridge, MA.: The MIT
L. Obler y L. Menn (Eds.), Exceptional language and linguistic theory. Press.
Nueva York: Academic Press. Cherry, E. C. (19 53). Sorne experiments on the recognition of speech, with
Curtiss, S. (1988a). Abnormal language acquisition and grammar: Evidence one and with two ears. ]ournal of the Acoustical Society of America, 25,
for the modularity of language. En L. Hyman y C.S. Li (Eds.), Language, 975-979.
Speech and Mind: A Zeitshrift for Vicki Fromkin. Nueva York: Routled- Chomsky, N. (1957). Syntactic structures. La Haya: Mouton. (Trad. cast.
ge. Estructuras sintácticas. México: Siglo XXI, 1974).
Curtiss, S. (1988b). Abnormal language acquisition and the modularity of Chomsky, N. (1959). Review of B.F. Skinner's «Verbal Behavior». Language,

776 777
PSICOLOGIA DEL LENGUAJE. INVESTIGACION Y TEORIA REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS

35, 26-58. (Trad. cast. en R. Bayés (Ed.), ¿Chomsky o Skinner? La génesis N. Cofer (Ed.), Verbal learning and verbal behavior. Nueva York:
del lenguaje. Barcelona: Fontanella, 1977). McGraw-Hill. .
Chomsky, N. (1963). Current issues in linguistic theory. En J.A. Fodor y J.J. Deese, J. (1962). On the structure of associative meaning. Psychologtcal
Katz (Eds.), The Structure of Language: Readings in the Philosophy of Review, 69, 161-175.
Language. Englewood Cliffs, N.J.: Prentice-Hall. Deese, J. (1965). The structure of associations in language and thought.
Chomsky, N. (1965). Aspects of the Theory of Syntax. Cambridge, MA.: The Baltimore: Johns Hopkins Press. ..
MIT Press. (Trad. cast. Aspectos de la teoría de sintaxis. Madrid: DeHart, G. y Maratsos, M. (1984). Childre~'s acquisition of presupl?~s~t10nal
Aguilar, 1970). usages. En R.L. Schiefelbusch Y. J. P1cka~ (E~s.), The acqutsttton of
Chomsky, N. (1971). Deep structure, surface structure and semantic interpre- communicative competence. Balt1more: Umvers1ty Park Press.
tation. En D.D. Steinberg y L.A. Jakobovits (Eds.), Semantic: An Interdis- Delclaux, l. y Seoane, J. (1982). Psicología cognitiva y procesamiento de la
ciplinary Reader in Philosophy, Linguistics and Psychology. Cambridge, información. Madrid: Pirámide. . .
MA.: The MIT Press. Dell, G.S. (1984). Representation of serial order m speech: Ev1de~ce from the
Chomsky, N. (1980). Rules and Representations. Nueva York: Columbia repeated phonerne effect in speech erro:s: ]ournal of Expertmental Psy-
University Press. (Reglas y representaciones. Iv1éxico: F.C.E., 1983). chology: Learning, Memory, and <:ogn_ttton, ~0, 222-233.. . .
Chomsky, N. (1981). Lectures on Government and Binding. Dordrecht: Dell, G.S. (1985). Positive feedback. m h1erar~~1cal c.onnecnomst rnodels.
Foris. Applications to language productiOn. Cogntttve Setene~, 9, 3.-23.
Chomsky, N. (1986). Knowledge of Language: Its Nature, Origin and Use. Dell, G.S. (1986). A spreading-activation theory of retneval m sentence
Nueva York: Praeger. (Trad. cast. El conocimiento del lenguaje. Madrid: production. Psychological Review, 93, ~83-321. . .
Alianza, 1989). Dell, G.S. (1988). The retrieval of phonolog1cal forrns m product10n: Tests of
Chomsky, N. (1988). Language and Problems of Knowledge: The Managua predictions frorn a connectionist rnodel. ]ournal of Memory and Langua-
Lectures. Cambridge, MA.: The MIT Press. (Trad. cast. El lenguaje y los ge, 27, 124-142. . 1 · f
problemas del conocimiento. Madrid: Visor, 1988). Dell, G.S. y Reich, D. (1981). Stages in sentence product10n: An anays1s o
Chomsky, N. y Halle, M. (1968). The Sound Pattern of English. Nueva York: speech error data. Journal of Verbal Learning and Verbal Behavtor, 20,
Harper and Row. 611-629. . 1 1 d 1 .~
Christian, D. (1988). Language planning: The view of linguistics. En F.J. Delval, J. y Gómez, J.C. (1986). ~ietrich Tie?e~ann: La ps1co og1a e mno
Newmeyer (Ed.), Linguistics: The Cambridge Survey. Vol. IV. Language: hace doscientos años. Infancta y AprendzzaJe, 41, 9-30.
The socio-cultural context. Cambridge: Cambridge University Press. Demonte, V. (1989). Teoría sintáctica: De las estructuras a la rección.
Churchill, D.W. (1972). The relation of infantile autism and early childhood Madrid: Síntesis. .
Demonte, V. y Fernánd~z Lagunilla,. M. (1987). ~ntro~ucc10n general. En V,·
1

schizophrenia to developmentallanguage disorders of childhood. ]ournal


of Autism and Childhood Schizophrenia, 2, 182-197. Demonte y M. Fernandez Lagumlla (Eds.), Smtaxts de las lenguas roma-
Dale, P.D. (1980a). ls early pragmatic development measurable? ]ournal of nicas. Madrid: El Arquero. • .
Psycholinguistic Research, 7, 1-12. Dennett, D.C. (1991). La actitud intencional. Barcelona: Ged1sa (ed. or.
Dale, P.D. (1980b). Desarrollo del lenguaje. Un enfoque psicolingüístico. 1987).
México: Trillas. Deutsch, W. y Pechmann, T. (1982). Social interaction and the development
Damasio, A.R., van Hoesen, G.W. y Hyman, B.T. (1990). Reflections on the of definite descriptions. Cognition, 11, 159-184. . . .
selectivity of neuropathological changes in Alzheimer's disease. En M.F. Dickson, W.P. (Ed.). (1981). Children's oral commumcatzon sktlls. Nueva
Schwartz (E d.), M adular deficits in Alzheimer-type dementia. Cambrid- York: Academic Press.
ge, MA.: The MIT Press. Dijk, T.A. van (1972). Sorne aspects of .text grammars. La Hay~: Mout~n.
Darwin, C. (1859). On the Origin of Species. Londres: John Murray. (Trad. Dijk, T.A. van (1976). Philosophy of act1on and theory of narranve. Poetzcs,
cast. El origen de las especies. Madrid: Edaf). S, 287-338. l · · h · d
Darwin, C. (1872). The Expression of Emotions in Man and Animals. Dijk, T.A. van (1977). Text and context. Exp orattons m t e semanttcs an
Londres: John Murray. (Trad. cast. La expresión de las emociones en el pragmatics of discourse. Nueva York: Longman. (Trad. cast. Texto Y
hombre y los animales. Madrid: Siglo XXI, 1984). contexto. Madrid: Cátedra, 1984).
Davey, A.C. y Longuet-Higgins, H.C. (1976). A computational model of Dijk, T.A. van (1979) Recalling and sumrnarizing c.ornplex ldiscourse. En
discourse production. En R.N. Campbell y P.T. Smith (Eds.), Recent W. Burghardt y K. Kolker (Eds.), Text Processmg. Berlm: Walter de
advances in the psychology of language. Nueva York: Plenum Press. Gruyter.
Deaño, A. (1980). Las concepciones de la lógica. Madrid: Taurus. Dijk, T.A. van (1980). Macrostructures. An Interd~s~iplin~ry Study of Global
Decker, B. de y Craen, P. van de (1987). Towards an interpersonal theory of Structures in Discourse, Interaction, and Cognttton. H1ll.sdlale, N.J.: LEA.
schizophrenia. En R. Wodak y P. van de Craen (Eds.), Neurotic and Dijk, T.A. van (1983). La ciencia del text~ .. Barcelona: P~1dos. . .
psychotic language behavior. Clevedon: Multilingual. Dijk, T.A. van (1985). Dialogue and cognmo.n. ~n L. Vama Y H. J!mnkka
Deese, J. (1961). From the isolated verbal unit to connected discourse. En C. (Eds.), Cognitive constraints on communtcatzon. Dordrecht: Re1del.

778 779
PSICOLOGIA DEL LENGUAJE. INVESTIGACION Y TEORIA REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS

Dijk, T.A. van (Ed.) (1985). Handbook of discourse analysis (4 Vols.). Raumdeixis. En H. Schweizer (Ed.), Sprache und Raum. Stuttgart: Metz-
Londres: Academic Press. lersche Verlagsbuchhandlung.
Dijk, T.A. van y Kintsch, W. (1983). Strategies of discourse comprehension. Eimas, P.D. (1985). La percepción del habla en la primera infancia. Investiga-
Nueva York: Academic Press. ción y Ciencia, 24-31, (Marzo).
Dik, S. (1986). On the notion «Functional explanation». En A. Bossuyt (Ed.), Eimas, P.D. y Corbit, J.D. (1973). Selective adaptation of linguistic feature
Functional explanations in linguistics. Bruselas: Editions de l'Université detectors. Cognitive Psychology, 4, 99-109.
de Bruxelles. · Eimas, P.D., Siqueland, E.R., Jusczyk, P. y Vigorito, J. (1971). Speech
Dingwall, W.O. (1988). The evolution of human communicative behavior. perception in infants. Science, 171, 303-306.
En F.J. Newmeyer (Ed.), Linguistics: The Cambridge Survey, vol. III: Eisenberg, R.B. (1976). Auditory competence in early life: The roots of
Psychological and Biological Aspects. Cambridge: Cambridge University communicative behavior. Baltimore: University Park Press.
Press. Elman, J.L. y McClelland, J.L. (1984). The interactive activation model of
DiSimoni, F.G., Darley, F.L. y Aronson, A. (1977). Patterns of dysfunction in speech perception. En N. Lass (Ed.), Language and Speech. Vol. 10.
schizophrenic patients on an aphasia test battery. ]ournal of Speech and Nueva York: Academic Press.
Hearing Disorders, 42, 498-513. Elman, J.L. y McClelland, J.L. (1986). Exploiting lawful variability in the
Dolz, J. (1985). Psicolingüística genética. Barcelona: Avesta. speech wave. En J.S. Perkell y D.H. Klatt (Eds.), Invariance and Variabili-
Donahue, M. (1987). Interactions between linguistic and pragmatic develop- ty in Speech Processes. Hillsdale, N.J.: LEA.
ment in learning-disabled children: three views of the state of the union. Ellis, A.W. y Beattie, G. (1986). The Psychology of Language and Communi-
En S. Rosenberg (Ed.), Advances in Applied Psycholinguistics. Vol. l. cation. Hillsdale, N.J.: LEA.
Disorders of first-language development. Cambridge: Cambridge Univer- Ellis, A.W., Miller, D. y Sin, G. (1983). Wernicke's aphasia and normal
sity Press. language processing: A case study in cognitive neuropsychology. Cogni-
Donahue, M., Pearl, R. y Bryan, T. (1980). Conversational competence in tion, 15, 111-144.
learning disabled children: Responses to inadequate messages. Applied Ellis, A.W. y Young, A.W. (1988). Human Cognitive Neuropsychology.
Psycholinguistics, 1, 387-403. Londres: LEA.
Done, J. y Frith, C.D. (1984). The effect of context during word perception in Emmorey, K.D. y Fromkin, V.A. (1988). The mentallexicon. En F.J. New-
schizophrenic patients. Brain and Language, 23, 318-336. meyer (Ed.), Linguistics: The Cambridge Survey. Vol. III. Language:
Dooling, D.J. y Lachman, R. (1971). Effects of comprehension on retention Psychological and Biological Aspects. Cambridge: Cambridge University
of prose. ]ournal of Experimental Psychology, 88, 216-222. Press.
Dore, J. (1974). A pragmatic description of early language development. Ervin, S.M. (1964). Imitation and structural change in children's language. En
]ournal of Psycholinguistic Research, 4, 343-350. E.H. Lenneberg (Ed.), New directions in the study of language. Cambrid-
Dore, J. (1975). Holophrases, speech acts and language universals. Journal of ge, MA.: The MIT Press.
Child Language, 2, 21-40. Ervin, S.M. y Osgood, C.E. (1954). Second language learning and bilingua-
Dretske, F. (1981). Knowledge and the Flow of Information. Cambridge, lism. En C.E. Osgood y A. Sebeok (Eds.), Psycholinguistics: A survey of
MA.: The MIT Press. (Trad. cast. Conocimiento e información. Barcelo- Theory and Research Problems. Indiana University Publications. (Trad.
na: Planeta, 1987). cast. Psicolingüística. Barcelona: Planeta).
Drop, W. (1987). Planificación de textos con ayuda de modelos textuales. En Ervin-Tripp, S.M. (1973). Sorne strategies for the first two years. En T. E.
E. Bernárdez (Comp.), Lingüística del texto. Madrid: Arco/Libros. Moore (Ed.), Cognitive development and the acquisition of language.
Dubitsky, T.M. y Harris, R.J. (1989). Psycholinguistic studies of the same Nueva York: Academic Press.
information in different types of discourse. MALC, 122-136. Esper, E.A. (1918). A contribution to the experimental study of analogy.
DuBrul, E.L. (1977). Origin of the speech apparatus and its reconstruction in Psychological Review, 25, 468-487.
fossils. Brain and Language, 4, 365-381. Faber, R. y Reichstein, M.B. (1981). Language dysfunction in schizophrenia.
Duncan, S. y Fiske, D.W. (1977). Face-to-Pace Interaction: Research, Me- British ]ournal of Psychiatry, 139, 519-522.
thods and Theory. Hillsdale, N.J.: LEA. Falk, D. (1975). Comparative anatomy of the larynx in man and the
Duncan, S. y Niederehe, G. (1974). On signalling that it's your turn to speak. chimpanzee: Implications for language in Neanderthal. American ]ournal
]ournal of Experimental Social Psychology, 10, 234-247. of Physical Anthropology, 43, 123-132.
Durbin, M. y Martín, R.L. (1977). Speech in mania. Syntactic aspects. Brain Falk, D. (1980a). Language, handedness and primate brains: Did the Austra-
and Language, 4, 208-218. lopithecines sign? American Anthropologist, 82, 72-78.
Eastman, C.M. (1983). Language planning: An introduction. San Francisco: Falk, D. (1980b). A reanalysis of the South African australopithecine natu-
Chandler and Sharp. ral endocasts. American ]ournal of Physical Anthropology, 53, 525-
Edmondson, W. (1981). Spoken discourse: A model for analysis. Londres: 539.
Longman. Falk, D. (1983). Cerebral cortices of East African early hominides. Science,
Ehrich, V. (1985). Zur· Linguistik und Psycholinguistik der sekundaren 221, 1072-1074.

780 781
PSICOlOGIA DEl lENGUAJE. INVESTIGACION Y TEORIA REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS

Fay, D. y Cutler, A. (1977). Malapropisms and the structure of the mental sophy of psychology. Nueva York: Random House (Trad. cast. La
lexicon. Linguistic lnquiry, 8, 505-520. explicación psicológica. Madrid: Cátedra, 1980).
Fay, W.H. y Schuler, A.L. (1980). Emerging language in autistic children. Fodor, J.A. (1983). The Modularity of Mind. Cambridge, MA.: The MIT
Londres: Arnold. Press. (Trad. cast. La modularidad de la mente. Madrid: Morata, 1986).
Feigenbaum, E.A. y McCorduck, P. (1984). The fifth generation: Artificial Fodor, ].A. (1990). Funcionalismo y ciencia cognitiva, lenguaje y pensamien-
intelligence and ] apan' s computer challenge to the world. N u eva York: to, modularidad y conexionismo. Entrevista de J.E. García-Albea. Estu-
N AL. dios de Psicología, 45, 5-31.
Fernández-Lagunilla, M., Anula, A., Dios, J. de, Belinchón, M., Igoa, J.M. y Fodor, ].A., Bever, T.G. y Garrett, M.F. (1974). The Psychology of Langua-
Pendones, C. (1991). Una aproximación modular al análisis de las ge: An lntroduction to Psycholinguistics and Generative Grammar. Nue-
anómalías sintácticas del castellano. Informe de investigación no publica- va York: McGraw Hill.
do. Universidad Autónoma de Madrid. Fodor, ].A. y Garrett, M.F. (1966). Sorne reflections on competence and
Ferreira, F. y Clifton, C. (1986). The independence of syntactic processing. performance. En J. Lyons y R.]. Wales (Eds.), Psycholinguistic Papers.
]ournal of Memory and Language, 25, 348-368. Edimburgo: Edinburgh University Press.
Fey, M., Leon~rd, LB. y .Wilcox, K. (1981). Speech style modification of Fodor, ].A. y Pylyshyn, Z.W. (1988). Connectionism and cognitive architec-
language d1sordered children. ]ournal of Speech and Hearing Disorders, ture: A critical analysis. Cognition, 28, 3-71.
46, 91-96. Fodor, J.D. y Frazier, L. (1980). Is the human sentence parsing mechanism an
Feyereisen, P. (198(). Gestures and speech, interactions and separations: A ATN? Cognition, 8, 417-459.
. reply to McNeill (1985). Psychological Review, 94, 493-498. Folkins, J.W. (1985). Issues in speech motor control and their relation to
Fillmo~e, C.]. p96~). ~h~ case for case. En E. Bach y R.T. Harms (Eds.), the speech of individuals with cleft palate. Cleft Palate ]ournal, 22,
Umversals m Lmgutsttc Theory. Nueva York: Holt, Rinehart and Wins- 106-122.
ton. Folkins, J.W. y Abbs, J.H. (1975). Lip and jaw motor control during speech
Fillr~·wre, C.J. (1969). Types of lexical information. En F. Kiefer (Ed.), Studies responses to resistive loading of the jaw. ]ournal of Speech and Hearing
m syntax and semantics. Dordrecht: Reidel. Research, 18, 207-220.
Fillmore, C.J. (1971). Sorne problems for case grammar. En R. J. O'Brien Folkins, J.W. y Zimmerman, G.N. (1981). Jaw-muscle activity during speech
(~d.),. ~eport of the twent~-second .annual round table meeting on with the mandible fixed. ]ournal of the Acoustical Society of America,
l~ngutsttcs and language studtes. Washmgton, D.C.: Georgetown Univer- 69, 1441-1444.
Sity Press. Ford, M. (1982). Sentence planning units: lmplications for the speaker's
Fish, B., Shapiro, T. y Campbell, M. (1966). Long-term prognosis and the representation of meaningful relations underlying sentences. En J. Bres-
response of schizophrenic children to drug therapy: A controlled study of nan (Ed.), The Mental Representation of Grammatical Relations. Cam-
trifluoperazine. American ]ournal of Psychiatry, 123, 32-39. bridge, MA.: The MIT Press.
Flicker, C., Ferris, S.H., Crook, T. y Bartus, R.T. (1987). Implications of Ford, M., Bresnan, J.W. y Kaplan, R.M. (1982). A competence-based theory
memory and language dysfunction in the naming deficit of senile demen- of syntactic closure. En J. Bresnan (Ed.), The Mental Representation of
tia. Brain and Language, 31, 187-200. Grammatical Relations. Cambridge, MA.: The MIT Press.
Flores D'Arcais, G.B. (1978). The perception of complex sentences. En Ford, M. y Holmes, V.M. (1978). Planning units and syntax in sentence
W.J.M. Levelt y G.B. Flores D' Arcais (Eds.), Studies in the Perception of production. Cognition, 6, 35-53.
Language. Nueva York: Wiley. Forster, K.l. (1970). Visual perception of rapidly presented word sequences of
Flores D'Arcais, G.B. (1988). Language perception. En F.]. Newmeyer (Ed.), varying complexity. Perception and Psychophysics, 8, 215-221.
Linguistics: The Cambridge Survey. Vol III. Language: Psychological and Forster, K.l. (1976). Accessing the mental lexicon. En R.J. Wales y E.C.T.
Biological Aspects. Cambridge: Cambridge University Press. Walker (Eds.), New Approaches to Language Mechanisms. Amsterdam:
. Flower, L. y Hayes, ].R. (1980). The dynamics of composing. Making plans North Holland. (Trad. cast. en F. Valle, F., Cuetos, ].M. lgoa y S. del
and juggling constraints. En L.W. Gregg y E.R. Steinberg (Eds.), Cogniti- Viso (Eds.), Lecturas de psicolingüística. Vol. l. Comprensión y produc-
ve processes in writing. Hillsdale, N.J.: LEA. ción del lenguaje. Madrid: Alianza, 1990).
Flower, L. y Hayes, J.R. (1981). Plans that guide the composing process. En Forster, K.l. (1979). Levels of pÍ'ocessing and the structure of the language
C.H. Frederiksen y ].F. Dominic (Eds.), Writing: The nature, develop- processor. En W.E. Cooper y F.T. Walker (Eds.), Sentence Processing:
ment and teaching of written communication. Process development and Psycholinguistic Studies presented to Merrill Garrett. Hillsdale, N.J.:
communication. Hillsdale, N.J.: LEA. LEA.
Flower, L. y Hayes, J.R. (1981). A cognitive process theory of writing. Forster, K.l. (1981). Priming and the effects of sentence and lexical contexts
College Composition and Communication, 32, 365-387. on naming time: Evidence for autonomous lexical processing. Quarterly
Fodor, ].A. (1965). Could meaning be an rm? ]ournal o{ Verbal Learning and ]ournal of Experimental Psychology, 33, 465-495.
Verbal Behavior, 4, 73-81. Forster, K.l. (1990). Lexical processing. En D.N. Osherson y H. Lasnik
Fodor, ].A. (1968). Psychological explanation: An introduction to the philo- (Eds.), Language. Cambridge, MA.: The MIT Press.

782 783

UNIVERSIDAD DE ANTIOQUIA
BIBLIOTECA CENTRAL
PSICOLOGIA DEL LENGUAJE. INVESTIGACION Y TEORIA REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS

Forster, K.l. y Bednall, E.S. (1976). Terminating and exhaustive search in Frisch, K. von (1969). Aus dem Leben der Bienen. Berlín: Springer-Verlag.
lexical access. Memory and Cognition, 4, 53-61. (Trad. cast. La vida de las abejas. Barcelona. Labor, 1984).
Forster, K.l. y Chambers, S.M. (1973). Lexical access and naming time. Frith, C.D. y Frith, U. (1990). Elective affinities in schizophrenia and child-
]ournal of Verbal Learning and Verbal Behavior, 12, 627-635. hood autism. Harrow: MRC Clinical Research Centre.
Forster, K.l. y Davis, C.W. (1984). Repetition priming and frequency attenua- Frith, U. (1989). Autism. Explaining the enigma. Oxford: Blackwell. (Trad.
tion in lexical access. ]ournal of Experimental Psychology: Learning, cast. Autismo. Hacia una explicación del enigma. Madrid: Alianza,
Memory and Cognition, 10, 680-698. 1992).
Foss, D.]. y Hakes, D.T. (1978). Psycholinguistics. Englewood Cliffs: Prenti- Fromkin, V.A. (1971). The non-anomalous nature of anomalous utterances.
ce-Hall. Language, 47, 27-52.
Foss, D.J. y Jenkins, C.J. (1973). Sorne effects of context on the comprehen- Fromkin, V.A. (1988). Grammatical aspects of speech errors. En F.J. New-
sion of ambiguous sentences. ]ournal of Verbal Learning and Verbal meyer (Ed.), Linguistics: The Cambridge Survey. Vol. 11. Linguistic Theo-
Behavior, 12, 577-589. ry: Extensions and Implications. Cambridge: Cambridge Univ. Press.
Fowler, C.A. (1980). Coarticulation and theories of extrinsic timing. ]ournal Fromkin, V.A. (Ed.) (1973). Speech errors as linguistic evidence. La Haya:
of Phonetics, 8, 239-248. Mouton.
Fowler, C.A., Rubin, P., Remez, R.E. y Turvey, M.T. (1980). Implications Fromkin, V.A., Krashen, S., Curtiss, S., Rigler, D. y Rigler, M. (1974). The
for speech production of a general theory of action. En B. Butterworth development of language in Genie: a case of language acquisition beyond
(Ed.), Language production. Vol. l. Speech and Talk. Londres: Academic the 'critica! period'. Brain and Language, 1, 81-107.
Press. Fromkin, V.A. y Rapin, l. (1980). Perception of vowels and consonant-vowels
Francescato, G. (1971). El lenguaje infantil: Estructuración y aprendizaje. of varying duration in language impaired children. Neuropsychologia, 18,
Barcelona: Península. 443-454.
Fraser, W.l., King, K., Thomas, P.F. y Kendell, R.E. (1986). The diagnosis of Froufe, M. (1991). Memoria y conciencia. En J.M. Ruiz-Vargas (Ed.),
schizophrenia by language analysis. British ]ournal of Psychiatry, 148, Psicología de la memoria. Madrid: Alianza. .
275-278. Fry, D.B. (1979). The physics of speech. Cambridge: Cambridge University
Frauenfelder, U.H. y Tyler, L.K. (1987). The process of spoken word Press.
recognition: An lntroduction. Cognition, 25, 1-20. Gallagher, T.M. (1977). Revision behaviours in the speech of normal children
Frazier, L. (1978). On comprehending sentences: Syntactic parsing strategies. developing language. ]ournal of Speech and Hearing Research, 20, 303-
Tesis doctoral no publicada. University of Connecticut. 318.
Frazier, L. (1986). The mapping between grammar and processor. En l. Gallagher, T.M. (1981). Contingent query sequences within adult-child dis-
Gopnik. y M. Gopnik (Eds.), From Models to Modules: Studies in course. ]ournal of Child Language, 8, 51-62.
Cognitive Science from the McGill Workshops. Norwood, N.J.: Ablex. García-Albea, J.E. (1982). Algunos aspectos en el estudio del procesamiento
Frazier, L. (1987). Sentence processing:. A tutorial review. En M. Coltheart del lenguaje. En l. Delclaux y J. Seoane (Eds.), Psicología cognitiva y
(Ed.), Attention and Performance. Vol. XII. The Psychology of Reading. procesamiento de la información. Madrid: Pirámide.
Hillsdale, N.J.: LEA. García-Albea, J.E. (1983). La distinción competencia-actuación en la base de
Frazier, L. (1988). Grammar and language processing. En F.J. Newmeyer la psicología cognitiva. Teorema, XIII, 143-160.
(Ed.), Linguistics: The Cambridge Survey. Vol. 11. Linguistic Theory: García-Albea, J.E. (1991a). Segmentación y acceso al léxico en la percepción
Extensions and Implications. Cambridge: Cambridge University Press. del lenguaje. En J. Mayor y J.L. Pinillos (Eds.), Tratado de Psicología
Frazier, L., Clifton, C. y Randall, J. (1983). Filling gaps: Decision principies General, vol. 6. Comunicación y Lenguaje. Madrid: Alhambra.
and structure in sentence comprehension. Cognition, 13, 187-222. García-Albea, J.E. (1991b). La mente como máquina simbólica. Revista de
Frazier, L. y Fodor, J.D. (1978). The sausage machine: A new two-stage Occidente, 119, 4 7-60.
parsing model. Cognition, 6, 291-325. García-Albea, J.E. (1991c). La capacidad humana para el lenguaje. Un ejemplo
Frazier, L. y Rayner, K. (1982). Making and correcting errors during semen- de discontinuidad evolutiva. Conferencia pronunciada en el C.S.I.C. (edi-
ces comprehension: Eye movements in the analysis of structurally ambi- tada en García-Albea, J.E. (1993). Mente y conducta. Madrid: Trotta).
guous sentences. Cognitive Psychology, 14, 178-210. García-Albea, J.E., Sánchez-Casas, R.M. y Viso, S. del (1982). Efectos de la
Frederiksen, C.H. y Dominic, J.F. (Eds.) (1981). Writing: The nature, deve- frecuencia de uso en el reconocimiento de palabras. Investigaciones
lopment, and teaching of written communication. Hillsdale, N.J.: LEA. Psicológicas, 1, 24-61.
Frege, G. (1918). Logische Untersuchungen. Erster Teil: Der Gedanke. En García-Albea, J.E., Viso, S. del, e Igoa. J.M. (1989). Movement errors and
Beitréige zur Philosophie der deutschen Idealismus. (Trad. cast. Escritos levels of processing in sentence production. ]ournal of Psycholinguistic
lógico-semánticos. Madrid: Tecnos, 1974). Research, 18, 145-161.
Freud, S. (1891). Zur Auffassung der Aphasien. Viena: Deuticke. García-Albea, J.E., Viso, S. del, y Sánchez-Casas, R.M. (1986). La percepción
Frisch, K. von (1962). Dialects in the language of bees. Scientific American, del lenguaje: Cuestiones metodológicas relacionadas con el reconocimien-
207, 78-87. to visual y auditivo de palabras. Psicológica, 7, 24 7-265.

784 785
PSICOLOGIA DEL LENGUAJE. INVESTIGACION Y TEORIA REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS

García Chico, T. (1991). Mecanismos de codificación fonológica en la En M. Lewis y L. Rosenblum (Eds.), The origins of behaviour. Vol. V.
producción del lenguaje. Tesis doctoral no publicada. Universidad Com- Interaction, conversation and the development of language. Nueva York:
plutense de Madrid. Wiley. . . . .
García-Madruga, J.A. (1991). Desarrollo y conocimiento. Madrid: Siglo XXI. Garvey, C. (1979). Contingent queries and thelf relanons II?- dtscourse. En E.
García-Madruga, J.A. y Martín, J.I. (1987). Aprendizaje, comprensión y Ochs y B. Schieffelin (Eds.), Developmental pragmattcs. Nueva York:
retención de textos. Madrid: UNED. Academic Press.
Gardner, H. (1985). The mind's new science. A history of the cognitive Gavilán, J. (1988). Fonoaudiología par~ educad?res .. ~adrid: U~ED.
revolution. Nueva York: Basic Books. (Trad. cast. La nueva ciencia de la Gazdar, G. (1980). Pragmatic constramts on lmgmsttc producnon. En B.
mente. Historia de la revolución cognitiva. Barcelona: Paidós, 1987). Butterworth (Ed.), Language Production. Vol. l. Speech and Talk. Lon-
Garman, M. (1990). Psycholinguistics. Cambridge: Cambridge University dres: Academic Press.
Press. Gelb, I.J. (1963). A study of Writing. Chicago: University of Chicago Press.
Garnham, A. (1985). Psycholinguistics: Central Topics. Londres: Methuen. (Trad. cast. Historia de la escritura. Madrid: Alianza, 1976). . .
Garnham, A. (1987). Understanding anaphora. En A.W. Ellis (Ed.), Progress Germain, C. (1979). Concept of situation in linguistics. Ottawa: Umverstty of
in the Psychology of Language. Vol. 3. Londres: LEA. Ottawa Press.
Garnsey, S.M., Tanenhaus, M.K. y Chapman, R.M. (1989). Evoked poten- Geschwind, N. (1965). Disconnection syndromes in animals and man. Brain,
tials and the study of sentence comprehension. ]ournal of Psycholinguis- 88, 237-294, 585-644. . . 1

tic Research, 18, 51-60. Geschwind, N. (1979). Especializaciones del cerebro humano. lnvesttgacton y
Garrett, M.F. (1975). The analysis of sentence production. En G. Bower Ciencia, 38, 128-138.
(Ed.), The Psychology of Learning and Motivation: Advances in Research Geschwind, N. (1980). Sorne comments on the neurology of langu_age. En D.
and Theory. Vol. 9. Nueva York: Academic Press. · Caplan (Ed.), Biological Studies of Mental Processes. Cambndge, MA.:
Garrett, M.F. (1976). Syntactic processes in sentence production. En R.J. The MIT Press.
Wales y E. Walker (Eds.), New Approaches to Language Mechanisms. Gibbs, R.W. (1981). Your wish is my command: Convention. and context in
Amsterdam: North-Holland. interpreting indirect requests. ]ournal of Verbal Learnmg and Verbal
Garrett, M.F. (1980). Levels of processing in language production. En B. Behavior, 20, 431-444.
Butterworth (Ed.), Language Production. Vol. l. Speech and Talk. Lon- Gibbs, R.W. (1983). Do people always process the literal meaning of indirect
dres: Academic Press. (Trad. cast. en F. Valle, F. Cuetos, J.M. Igoa y S. requests? Journal of Experimental Psychology: Learning, Memory and
del Viso (Eds.), Lecturas de psicolingüística. Vol. l. Comprensión y Cognition, 9, 524-533. . ..
producción del lenguaje. Madrid: Alianza, 1990). Gibbs, R.W. (1984). Literal meaning and psychologtcal theory. Cogmttve
Garrett, M.F. (1981). Objects of psycholinguistic enquiry. Cognition, 10, 97- Science, 8, 275-304. .
101. Gibbs, R.W. (1986). On the psycholinguistics of sarcasm. ]ournal of Expert-
Garrett, M.F. (1982). Production of speech: Observations from normal and mental Psychology General, 115, 3-15. . 1

pathologicallanguage use. En A.W. Ellis (Ed.), Normality and Pathology Gil, G. (1984). La escritura. En J. Mayor (Ed.), Pstcologta del pensamtento Y
in Cognitive Functions. Londres: Academic Press. el lenguaje. Madrid: U~ED. . .. 1

Garrett, M.F. (1984). The organization of processing structure for language Gil, G. (1985). La psicologta de la escntura: Una vtston general. Estudtos de
production: Applications to aphasic speech. En D. Caplan, A. Lecours y Psicología, 19-20, 75-86.
A. Smith (Eds.), Biological Perspectives on Language. Cambridge, MA.: Gil, G. y Santana, B. (1985). Los modelos del proceso de la escritura.
The MIT Press. Estudios de Psicología, 19-20, 87-101.
Garrett, M.F. (1988). Processes in sentence production. En F. Newmeyer Gil, J. (1988). Los sonidos del lenguaje. Madrid: Sí~tesis. . .
(Ed.), The Cambridge Linguistic Survey. Vol. III. Language: Psychological Givon, T. (1989). Mind, code and context: Essays m pragmattcs. Htllsdale,
and Biological Aspects. Cambridge: Cambridge University Press. N.J.: Erlbaum. . ..
Garrett, M.F. (1990). Sentence processing. En D.N. Osherson y H. Lasnik Givon, T. (1991). Isomorphism in the grammattcal code: Cognltlve and
(Eds.), Language. Vol. l. Cambridge, MA.: The MIT Press. biological considerations. Studies in Language, 15,_ 85-114. .
Garrido, J. (1988). Lógica y lingüística. Madrid: Síntesis. Glanzer, M. (1967). Psycholinguistics and verba~ learnmg. En K. Salzm~er y
Garrod, S. y Anderson, A. (1987). Saying what you mean in dialogue: A study S. Salzinger (Eds.), Research in verbal bekavtor and sorne neurophystolo-
in conceptual and semantic co-ordination. Cognition, 27, 181-218. gical implicatidns. Nueva York: Academtc Press.
Garrod, S. y Clark, A. (1993). The development of dialogue coordination Glaze, J.A. (1928). The association value of nonsense syllabes. ]ournal of
skills in school children. Language and Cognitive Processes, 8, 101-126. Genetic Psychology, 35, 255-267. .
Garrod, S. y Sanford, A.J. (1983). Topic dependent effects in language Glenberg, A.M., Meyer, M. y Lindem, K. (19~7). Mental models contnbute
processing. En G.B. Flores D'Arcais y R.J. Jarvella (Eds.), The process of to foregrounding during text comprehens10n. ]ournal of Memory and
language understanding. Chichester: Wiley and Sons. Language, 26, 69-83. . .
Garvey, C. (1977). The contingency query: A dependent act in conversation. Glucksberg, S., Gildea, P. y Bookin, H.G. (1982). On understandmg nonhte-

786 787
PSICOLOGIA DEL LENGUAJE. INVESTIGACION Y TEORIA REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS

ral speech: Can people ignore metaphors? ]ournal ofVerbal Learning and Graesser, A.C. y Nakamura, G. (1982). The impact of a schema on com-
Verbal Behavior, 21, 85-98. prehension and memory. En G.H. Bower (Ed.), The psychology of
Goetz, E.T., Anderson, R.C. y Schallert, D.L. (1981). The representation of learning and motivation. Vol. 16. Nueva York: Academic Press.
sentences in memory. ]ournal of Verbal Learning and Verbal Behavior, Graesser, A.C., Robertson, S.P. y Anderson, P.A. (1981). Incorporating
20, 369-385. inferences in narrative representations: A study of how and why. Cogniti-
Goetz, E.T. y Armbruster, B.B. (1980). Psychological correlates of text ve Psychology, 13, 1-26.
structure. En R.J. Spiro, B.C. Bruce y W.F. Brewer (-Eds.), Theoretical Graumann, C.F. y Sommer, C.M. (1989). Perspective structure in language
issues in reading comprehension: Perspectives from cognitive psychology, · production and comprehension. En C.F. Graumann y T. Herrmann
linguistics and education. Hillsdale, N.J.: LEA. (Eds.), Speakers: The role of the listener. Clevedon, PA: Multilingual
Goldman-Eisler, F. (1958). Speech production and the predictability of words Matters.
in context. Quarterly ]ournal of Experimental Psychology, 10, 96-106. Greenfield, P. y Smith, J. (1976). The structure of communication in early
Goldman-Eisler, F. (1961). Hesitation and information in speech. En C. development. Nueva York: Academic Press.
Cherry (Ed.) Information Theory. Londres: Butterworth. Greenspoon, J. (1955). The reinforcing effect of two spoken sounds on the
Goldman-Eisler, F. (1972). Pauses, clauses, sentences. Language and Speech, frecuency of two responses. American ]ournal of Psychology, 68, 409-
15, 103-113. 416.
Golinkoff, R.M. (Ed.) (1983). The transition from prelinguistic to linguistic Gregory, R.L. (Ed.) (1987). The Oxford Companion to the Mind. Nueva
communication. Hillsdale, N.J.: LEA. York: Oxford University Press.
Gómez Bosque, P. y Gómez Carretero, M.E. (1988). Elementos de psiconeu- Gregory, S.W. y Hoyt, B.R. (1982). Conversation partner mutual adaptation
robiología del lenguaje. Madrid: UNED. as demonstrated by Fourier series analysis. ]ournal of Psycholinguistic
Goodall, J. (1986). En la senda del hombre. Barcelona: Salvat. Research, 11, 35-46.
Goodglass, H. y Geschwind, N. (1976). Language disorders (aphasia) En E.C. Grice, P. (1957). Meaning. Philosophical Review, 67 (reed. en P.F. Strawson
Carterette y M.P. Friedman (Eds.), Handbook of Perception, Vol. 7: (Ed.), Philosophical logic. Oxford: Oxford University Press, 1971).
Speech and Language. Nueva York: Academic Press. Grice, P. (1975). Logic and conversation. En P. Cole y J. Morgan (Eds.),
Goodglass, H. y Kaplan, E. (1972). The Assessment of Aphasia and Related Syntax and semantics. Vol.3. Speech acts. Nueva York: Academic
Disorders. Philadelphia: Lea and Febiger. (Trad. cast. Evaluación de la Press.
afasia y de trastornos relacionados. Madrid: Panamericana, 1986). Grice, P. (1978). Further notes on logic and conversation. En P. Cole (Ed.),
Gopnik, M. (1990). A Rube Goldberg machine par excellence. The Behavio- Syntax and semantics. Vol.9. Pragmatics. Nueva York: Academic Press.
ral and Brain Sciences, 13, 734-735. Griffin, D.R. (1984). Animal Thinking. Cambridge, MA.: Harvard University
Gordon, B. y Caramazza, A. (1982). Lexical decision for open- and closed- Press.
class words: Failure to replicate differential frequency sensitivity. Brain Grijalvo, J. (1991). Evolución clínica de distintos subtipos de esquizofrenia,
and Language, 15, 143-160. con especial referencia al lenguaje. Tesis doctoral no publicada. Universi-
Gordon, P. (1985). Level ordering in lexical development. Cognition, 21, 73- dad del País Vasco.
93. Grimshaw, J. (1981). Form, function and the language acquisition device. En
Gottesman, I.I. (1991). Schizophrenia genesis: The origins of madness. Nueva C.L. Baker y J. McCarthy (Eds.), The Logical Problem of Language
York: Freeman. Acquisition. Cambridge, MA.: The MIT Press.
Gouin-Decaire, T. y Ricard, M. (1983). La socialización del lactante. Mundo Grodzinsky, J. (1990). Theoretical Perspectives on Language Deficits. Cam-
Científico, 22, 120-129. bridge, MA.: The MIT Press.
Gould, S.J. (1987a). The limits of adaptation: Is language a spandrel of the Grosjean, F. (1980). Spoken word recognition processes and the gating
human brain? Comunicación presentada al Cognitive Science Seminar, paradigm. Perception and Psychophysics, 28, 267-283.
Center for Cognitive Science, MIT. Grosjean, F. (1985). The recognition of words after their acoustic offset:
Gould, S.J. (1987b). Integrity and Mr. Rifkin. En S.J. Gould (Ed.), An urchin Evidence and implications. Perception and Psychophysics, 38, 299-310.
in the storm: Essays about books and ideas. Nueva York: Norton. Grosjean, F. y Gee, J.P. (1987). Prosodic structure and spoken word recogni-
Gould, S.J. y Eldredge, N. (1977). Punctuated equilibria: The tempo and tion. Cognition, 25, 135-155.
mode of evolution reconsidered. Paleobiology, 3, 115-151. Grosjean, F., Grosjean, L. y Lane, H. (1979). The patterns of silence:
Graesser, A.C. (1981). Prose comprehension beyond the word. Nueva York: Performance structures in sentence production. Cognitive Psychology, 11,
Springer-Verlag. 58-81.
Graesser, A.C. y Bower, G. (Eds.) (1990). Inferences and text comprehension. Grosjean, F. y Lane, H. (1981). Temporal variables in the perception and
Nueva York: Academic Press. production of spoken and sign languages. En P.D. Eimas y J.L. Miller
Graesser, A.C., Hoffman, N.L. y Clark, L.F. (1980). Structural components (Eds.), Perspectives on the Study of Speech. Hillsdale, N.J.: LEA.
of reading time. ]ournal of Verbal Learning and Verbal Behavior, 19, Grosz, B.J., Jones, K.S. y Webber, B.L. (Eds.) (1986). Readings in natural
135-151. language processing. Los Altos, CA.: Morgan Kaufmann.

788 789
PSICOLOGIA DEL LENGUAJE. INVESTIGACION Y TEORIA REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS

Grosz, B.J. y Sidner, C.L. (1986). Attention, intentions, and the structure of sion and reference performance. ]ournal of Abnormal Psychology, 92,
discourse. Computational Linguistics, 12. 368-377.
Guimón, J., Ruiz-Vargas, J.M. y Belinchón, M. (1990). La evolución cogniti- Harvey, P.D. (1987). Laboratory research: Its relevance to positive and
va y lingüística de las esquizofrenias. Informe de investigación no publi- negative symptoms. En P.D. Harvey y E.F. Walker (Eds.), Positive and
cado. Universidad País Vasco/Universidad Autónoma de Madrid. negative symptoms of psychosis. Hillsdale, N.J.: LEA.
Gutiérrez-Calvo, M. y Carreiras, M. (1990). Inferencias e importancia de Harvey, P.D., Weintraub, S. y Neale, J.M. (1982). Speech competence of
la información: Efectos de las implicaciones y de los conocimientos children vulnerable to psychopathology. ]ournal of Abnormal Child
previos. Estudios de Psicología, 43-44, 19-34. Psychology, 10, 373-388.
Haberlandt, K.F. (1980). Story grammar and reading time of story consti- Hasher, L. y Griffin, M. (1978). Reconstructive and reproductive processes in
tuents. Poetics, 9, 99-118. memory. ]ournal of Experimental Psychology: Human Learning and
Haberlandt, K.F., Berian, C. y Sandson, J. (1980). The episode schema in Memory, 4, 318-330.
story processing. ]ournal of Verbal Learning and Verbal Behavior, 19, Haslett, B. (1986). A developmental analysis of narratives. En D. Ellis y W.
635-650. Donohue (Eds.), Discourse and language processes. Hillsdale, N.J.: LEA.
Haberlandt, K.F. y Graesser, A.C. (1985). Component processes in text Haslett, B. (1987). Communication: Strategic action in context. Hillsdale,
comprehension and sorne of their interactions. ]ournal of Experimental N.J.: LEA.
Psychology: General, 114, 357-374. Haviland, S.E. y Clark, H.H. (1974). What's new? Acquiring new informa-
Haddock, N.J. (1989). Computational models of incremental semantic inter- tion as a process in comprehension. ]ournal of Verbal Learning and
pretation. En G.T.M. Altmann (Ed.), Parsing and Interpretation. Hove, Verbal Behavior, 13, 512-521.
R.U.: LEA. Hayes, J.R. y Simon, H.A. (1974). Understanding written problem instruc-
Halliday, M.A.K. (1967). Notes on transitivity and theme in English. Journal tions. En L. Gregg (Ed.), Knowledge and cognition. Hillsdale, N.J.: LEA.
of Linguistics, 3, 199-244. Hermelin, B. y O'Connor, N. (1967). Remembering of words by psychotic
Halliday, M.A.K. (1970). Language structure and language function. En J. and subnormal children. British Journal of Psychology, 58, 213-218.
Lyons (Ed.), New Horizons in Linguistics. Harmondsworth: Penguin. Hermelin, B. y O'Connor, N. (1970). Psychological experiments with autistic
\Trad. cast. Nuevos horizontes de la lingüística. Madrid: Alianza, 1980). children. Oxford: Pergamon Press.
Halhday, M.A.K. (1973). Explorations in the functions of language. Londres: Hernanz, M.L. y Brucart, J.M. (1987). La sintaxis. Barcelona: Crítica.
Arnold. Herrmann, T., Bürkle, B. y Nirmaier, H. (1987). Zur horerbezogenen Raumre-
Halliday, M.A.K. (1975). Learning how to mean: Explorations in the deve- ferenz: Horerposition und Lokalisationsaufwand. (Bericht 12). University
lopment of language. Nueva York: Elsevier. (Trad. cast. Exploraciones of Mannheim, Forschergruppe Sprechen und Sprachverstehen im sozialen
~obre las funciones de/lenguaje. Barcelona: Ed. Médica y Técnica, 1982). Kontext.
Halhday, M.A.K. y Hasan, R. (1976). Cohesion in English. Londres: Long- Hicks, J. (1972). Language disabilities of emotionally disturbed children. En
roan. J. Irwin y M. Marge (Eds.), Principies of childhood language disabilities.
Hankamer,]. (1989). Morphological parsing and the lexicon. En W. Mars- Englewood Cliffs, N.J.: Prentice-Hall.
len-Wilson (Ed.), Lexical Representation and Process. Cambridge, MA.: Hier, D.B., Hagenlocker, K. y Shindler, A.G. (1985). Language disintegration
The MIT Press. in dementia: Effects of etiology and severity. Brain and Language, 25,
Harding, C.G. (1982). Development of the intention to communicate. Human 117-133.
Development, 25, 140-151. Hierro-Pescador, J. (1986). Principios de Filosofía del Lenguaje. Madrid:
Harding, C.G. y Golinkoff, R.M. (1979). The origins of intentional vocaliza- Alianza.
tions in prelinguistic infants. Child Development, 50, 33-40. Hinde, R.A. (1970). Biological basis for human communication. Nueva York:
Harris, G., Begg, I. y Upfold, D. (1980). On the role of the speaker's McGraw-Hill. (Trad. cast. Bases biológicas de la conducta social huma-
expectations in interpersonal communication. ]ournal of Verbal Learning na. Madrid, Siglo XXI, 1977).
and Verbal Behavior, 19, 597-607. Hinds, J. (1979). Organizational patterns in discourse. En T. Givón (Ed.),
Harris, Z.S. (1951). Methods in structurallinguistics. Chicago: The Universi- Syntax and Semantics. Vol. 12. Discourse and Syntax. Nueva York:
ty of Chicago Press. Academic Press.
Harvey, N. (1988). The psychology of action: current controversies. En G. Hinton, G.E. (1981). A distributed computational model of motor coordina-
Claxton (Ed.), Growth points in cognition. Londres: Routledge and tion. Comunicación presentada en la Experimental Psychology Society.
Kegan Paul. Oxford.
Harvey, N. y Greer, K. (1980). Actions: the mechanisms of motor control. En Hirst, W., Ledoux, J. y Stein, S. (1984). Constraints on the processing of
G. Claxton (Ed.), Cognitive Psychology: New directions. Londres: Rout- indirect speech acts: Evidence from aphasiology. Brain and Language, 23,
ledge and Kegan Paul. 26-33.
Harvey, P.D. (1983). Speech competence in manic and schizophrenic psycho- Hobbs, J.R. (1978). Why is discourse coherent? Technical Note, 176. Menlo
ses: The association between clinically rated thought disorder and cohe- Park, CA.: SRI International.

790 791
REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS
PSICOLOGIA DEL LENGUAJE. INVESTIGACION Y TEORIA

Hobbs, J.R. (1979). Coherence and coreference. Cognitive Science, 3, 67-90. Huff, F.J., Mack, L., Mahlmann, J. y Greenberg, S. (1988). A comparison of
Hobbs, J.R. (1983). Why is discourse coherent? En F. Neubauer (Ed.), lexical-semantic impairments in left hemisphere stroke and Alzheimer's
Coherence in natural language texts. Hamburgo: Helmut Buske Verlag. disease. Brain and Language, 34, 262-278.
Hobbs, J.R. y Evans, D.A. (1980). Conversation as planned behavior. Cogni- Hull, C.L. (1930). Knowledge and purpose as habit mechanisms. Psychologi-
tive Science, 4, 349-377. cal Review, 37, 511-525.
Hobson, R.P. (1986a). The autistic child's apprasial of expressions of emo- Humboldt, W. von (1990). Sobre la diversidad de la estructura del lenguaje
tion. ]ournal of Child Psychology and Psychiatry, 27, ·321-342. humano y su influencia sobre el desarrollo espiritual de la humanidad.
Hobson, R.P. (1986b). The autistic child's apprasial of expressions of emotion. Barcelona: Anthropos.
A further study. ]ournal of Child Psychology and Psychiatry, 27, 671-680. Humphrey, N. (1983). Consciousness regained. Chapters in the development
Hobson, R.P. (1989). Beyond cognition. A theory of autism. En G. Dawnson (Ed.), of mind. Oxford: Oxford University Press. (Trad. cast. La reconquista de
Autism: Nature, Diagnosis and Treatment. Nueva York: The Guilford Press. la conciencia. Desarrollo de la mente humana. México: Fondo de Cultura
Hobson, R.P., Ouston, J. y Lee, A. (1988a). What's in a face? The case of Económica, 1987).
autism. British ]ournal of Psychology, 79, 441-453. Hurting, R., Ensrud, S. y Tomblin, J.B. (1982). The communicative function
Hobson, R.P., Ouston, J. y Lee, A. (1988b). Emotion recognition in autism: of question production. ]ournal of Autism and Developmental Disorders,
coordinating faces and voices. Psychological Medicine, 18, 911-923. 12, 57-69.
Hobson, R.P., Ouston, J. y Lee, A. (1989). Emotion-related and abstract Igoa, J.M. (1991a). La actividad lingüística como proceso mental. Conferen-
concepts in autistic people: Evidence froin the British Picture Vocabulary cia pronunciada en el C.S.I.C. Madrid. Abril.
Scale. ]ournal of Autism and Developmental Disorders, 19, 601-623. Igoa, J.M. (1991b). La producción del lenguaje como sistema modular. Tesis
Hockett, C.F. (1955). A manual of phonology. Baltimore: Waverly Press. doctoral no publicada. Universidad Complutense de Madrid.
Hockett, C.F. y Altmann, S.S. (1968). A note on design features. En T.S. Igoa, J.M. y García-Albea, J.E. (1988). Procesamiento sintáctico en la com-
Sebeok (Ed.), Animal Communication. Bloomington: Indiana University Press. prensión y la producción de oraciones en una tarea de traducción oral
Hoffman, R. (1986). Verbal hallucinations and laríguage production proces- simultánea. Cognitiva, 1, 123-152.
ses in schizophrenia. The Behavioral and Brain Sciences, 9, 503-548. Ingram, D. (1974). Stages in the development of one-word utterances.
Hoffman, R., Hogben, G.L., Smith, H. y Ford, W.M. (1985). Message dis- Trabajo presentado en el Standford Child Language Research Forum.
ruptions during syntactic processing in schizophrenia. ]ournal of Commu- Universidad de Standford.
nication Disorders, 18, 183-202. Ingram, .D. (1976). Phonological disability in children. Londres: Edward
Hoffman, R., Kirstein, L., Stopek, S. y Ciccheti, D.V. (1982). Apprehending Arnold.
schizophrenic discourse: A structural analysis of the listener's task. Brain Inhelder, B. (1963). Observations sur les aspects opératifs et figuratifs de la
and Language, 15, 207-233. pensée chez les enfants dysphasiques. Problemes de Psycholinguistique, 6,
Hofsten, C. von (1985). Catching. En H. Heuer y A.F. Sanders (Eds.), 143-153.
Tutorials in perception and action. Amsterdam: North-Holland. a
Inhelder, B. y Piaget, J. (1955). De la logique de l'enfant la logique de
Hogaboam, P.W. y Perfetti, C.A. (1975). Lexical ambiguity and sentence l'adolescent. París: P.U.F. (Trad. cast. De la lógica del niño a la lógica del
comprehension: The common sense effect. ]ournal of Verbal Learning adolescente. Buenos Aires: Paidós, 1972).
and Verbal Behavior, 14, 265-275. Ironsmith, M. y Whitehurst, G.J. (1978). How children learn to listen: The
Holmes, V.M. (1984). Sentence planning in a story continuation task. Lan- effects of modelling feedback styles on children's performance in referen-
guage and Speech, 27, 115-134. tial communication. Developmental Psychology, 14, 546-554.
Holmes, V.M. (1987). Syntactic parsing: In search of the garden path. En M. Isaacs, E.A. y Clark, H.H. (1987). References-·in conversation between
Coltheart (Ed.), Attention and Performance. Vol. XII. The Psychology of experts and novices. ]ournal of Experimental Psychology: General, 116,
Reading. Hillsdale, N.J.: LEA. 26-37.
Holmes, V.M. (1988). Hesitation and sentence planning. Language and Isenberg, H. (1987). Cuestiones fundamentales de tipología textual. En E.
Cognitive Processes, 3, 323-361. Bernárdez (Comp.), Lingüística del texto. Madrid: Arco/Libros.
Hormann, H. (1973). Psicología de/lenguaje. Madrid: Gredos. Jackendoff, R. (1983). Semantics and Cognition. Cambridge, MA.: The MIT
Hormann, H. (1981). To mean, to understand. Problems of Psychological Press.
Semantics. (Trad. cast. Querer decir y entender. Madrid: Gredos, 1982). Jackson, J.H. (1878). Affections of speech from disease of the brain. Brain, 1,
Houghton, G. e Isard, S. (1987). Why to speak, what to say and how to say 304-330.
it: modelling language production in discourse. En P. Morris (Ed.), Jakobson, R. (1956). Two aspects of language and two types of aphasic
Modelling cognition. Nueva York: John Wiley and Sons. disturbances. En R. Jakobson y M. Halle (Eds.), Fundamentals of Lan-
Hovy, E.H. (1988). Generating Natural Language under Pragmatic Cons- guage. La Haya: Mouton.
traints. Hillsdale, N.J.: LEA. James, W. (1890). The Principies of Psychology. Nueva York: Holt. (Trad.
Huff, F.J., Corkin, S. y Growden, J.H. (1986). Semantic impairment and cast. Principios de psicología. México: Fondo de Cultura Económica,
anomia in Alzheimer's disease. Brain and Language, 28, 235-249. 1989.)

792 793
PSICOLOGIA DEL LENGUAJE. INVESTIGACION y TEORIA REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS

Jarvella, R.J. (1971). Syntactic processing of connected discourse. ]ournal of Katz, J.J. y Fodor, ].A. (1963). The structure of a semantic theory. Language,
Verbal Learning and Verbal Behavior, 10, 409-416.
39, 170-210. . .
Joanette, Y. y Brownell, H.H. (1990). Discourse Ability and Brain Damage. Kean, M.L. (1977). The linguistic interpretatton of apha~Ic syndromes:
Nueva York: Springer.
Agrammatism in Broca's aphasia. Cognitio_n, 5, 9-46. . .
Johnson, C.N. y Wellman, H.M. (1980). Children's developing understan- Kean·, M.L. (1980). Grammatical representatw!'ls a~d the ~escnptton of
ding of mental verbs: remember, know and guess. Child Development, language processing. En D. Caplan (Ed.), Btalogtcal Studtes of Mental
51, 1095-1102.
Processes. Cambridge, MA.: The MIT Press. . .
Johnson, M.H., Dziurawiec, S., Ellis, H. y Morton, J. (1991). Newborn's Keele, S.W. (1987). Sequencing and timing in skille~ perceptton and actwn:
preferential tracking of face-like stimuli and its subsequent decline. An overview. En A. Allport, D. Mackay, W. Pnnz y E. Scheerer (Eds.),
Cognition, 40, 1-19.
Language perception and production: Relationskips between listening,
Johnson, N.S. y Mandler, ]. M. (1980). A tale of two structures: Underlying speaking, reading, and writing. Londres: Acade~tc P~ess.
and surface forms in stories. Poetics, 9, 51-86. Keenan, E.O. (1974). 'Conversational competence m chtldren. ]ournal of
John_son-Laird, P.N. (1983). Mental Models. Cambridge: Cambridge Univer- Child Language, 1, 163-183. . . .
stty Press. Keenan, E.O. y Schieffelin, B.B. (1976). Toptc as a dtscourse notton: ~ study
Johnson-Laird, P.N. y Byrne, P.L.J. (1991). Deduction. Hillsdale, N-J.: LEA. of topic in the conversation of children. and adults. En C.N. Lt (Ed.),
Johnston, J.C. y Kamhi, A. (1984). Syntactic and semantic aspects of the Subject and tapie. Nueva York: Academtc Press. .
utterances of language-impaired children: The same can be less. Merrill- Kelso, J.A.S. y Kay, B.A. (1985). Inforf!lation and control: A macroscoptc
Palmer Quarterly, 30, 65-85. analysis of perception-action couplm~. En H. Heuer y A.F. Sanders
Johnston, J.C. y McClelland, J.L. (1974). Perception of letters in words: Seek (Eds.), Tutorials in perception and actton. Amst~r~am_: N?rth-J!oll~n~.
not and ye shall not find. Science, 184, 1191-1194. Kelly, M.H., Bock, ].K. y Keil, F.C. (1986). Prototlptcahty m a hngmsttc
Johnston, J.C. y Ramstad, V. (1983). Cognitive development in preadolescent context: Effects on sentence structure. ] ournal of Memory and Language,
l~nguage impaired children. British ] ournal of Disorders of Communica- 25, 59-74. . ..
tton, 18, 49-55. Kempen, G. (1987). Naturallanguage generation. Dordrecht: Martmus NtJ-
]ose, P.E. (1988). Sequentiality of speech acts in conversational structure. hoff. . .
]ournal of Psycholinguistic Research, 17, 65-88. Kempen, G. y Hoenkamp, E. (1982). Incr~mental sentence generatton: Imp 1I-
Juilland, A. y Chang-Rodríguez, -E. (1964). Frequency dictionary of Spanish cations for the structure of a syntacttc processor. En J. Horecky (Ed.),
words. La Haya: Mouton. Proceedings of the Ninth International Conference on Computational
Linguistics. Amsterdam: North-Holland.
Just, M.A. y Carpenter, P.A. (1987). The Psychology of Reading and
Language Comprehension. Boston, MA.: Allyn and Bacon. Kempen, G. y Hoenkamp, E. (1987). An incremental procedural grammar for
sentence formulation. Cognitive Science, 11, 201-258.
Kaesen_nann, M.L. (1987). The analysis of dialogues with a schizophrenic
Kempen, G. y Huijbers, P. (1983). The ~exicalization proce~s. in sentence
pattent. En R. Wodak y P. van de Craen (Eds.), Neurotic and psychotic production and naming: Indirect electwn of words. Cognttton, 14, 185-
language behavior. Clevedon, PA.: Multilingual Matters.
209.
Kagan, D.L. y Oltmanns, !·F: (1981). Matched tasks for measuring single- Kendon, A. (1972). Sorne relationships between body motion and speec~: J\n
word referent commumcatwn: The performance of patients with schizo- analysis of an example. En A.W. Siegman y B. Pope (Eds.), Studtes m
phrenic and affective disorders. ]ournal of Abnormal Psychology 90
204-212. ' ' Dyadic Communication. Nueva York: Pergamon. .
Kenny, A. (1973). Wittgenstein. Harmonds_worth, R.U.: Pengum. (Trad. cast.
Kamhi, A. (1981). Nonlinguistic symbolic and conceptual abilities of langua-
ge-impaired and normally developing children. ]ournal of Speech and Wittgenstein. Madrid: Revista de Occtdente,_ 1~74): . . .
Hearing Research, 24, 446-453. Kent, G.H. y Rosanoff, K. (1910). Study of assoctatwn m msamty. Amencan
]ournal of Insanity, 67, 37-96. . . . .
Kamhi, A., Catts, H, Koening, L. y Lewis, B. (1984). Hypothesis-testing and Kent, R.D. y Minifie, F.D. (1977). Coarttculatwn m recent speech productton
nonlinguistic symbolic abilities in language-impaired children. ]ournal of models. ]ournal of Phonetics, 5, 115-133.
Speech and Hearing Disorders, 49, 169-176.
Kessel, F.S. (Ed.) (1988). The development of language and language resear-
Kanner, L. (1943). Autistic disturbances of affective contact. Nervous Child,
2, 217-250. chers: Essays in honor of Roger Brown. Hillsdale, N.J.: f:rlba_um.
Kimball, J. (1973).- Seven principies of surface structure parsmg m natural
Kanne~, L. (1946~. Irrelevant and metaphorical language in early infantile language. Cognition, 2, 15-47. .
auttsm. Amencan ]ournal of Psychiatry, 103, 242-246.
Kintsch, W. (1972). Notes on the structure of semant1c memory. En E.
Kantor, J.R. (1928). Can Psychology contribute to the study of Linguistics? Tulving y W. Donaldson (Eds.), Organization of memory. Nueva York:
The Monist, 38, 630-648.
Academic Press.
Kantor, ].R. (1936). An objective psychology of grammar. Bloomington:
Indiana University Press. Kintsch, W. (1974). The representation of meaning in memory. Hillsdale,
N.J.: LEA.
794 795
PSICOLOGIA DEL LENGUAJE. INVESTIGACION Y TEORIA REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS

Kintsch, W. (1988). The role of knowledge in discourse comprehension: A Lakoff, G. (1972). Structural complexity in fairy tales. The Study of Man, 1,
construction-integration model. Psychological Review, 95, 163-182. 128-150.
Kintsch, W. y Dijk, T.A. van (1978). Toward a model of text comprehension Landry, S.H. y Loveland, K.A. (1988). Communication behaviours in autism
and production. Psychological Review, 85, 363-394. and developmental language delay. ]ournal of Child Psychology and
Kintsch, W. y Greeno, J.G. (1985). Understanding and solving word arithme- Psychiatry, 29, 621-634.
tic problems. Psychological Review, 92, 109-129. Langer, S.K. (1942). Philosophy in a New Key. Cambridge, MA.: Harvard
Kintsch, W. y Keenan, J. (1973). Reading rate and retention as a function of University Press.
the number of propositions in the base structure of sentences. Cognitive Lanin, LB., Berndt, D., Harrow, M. y Neiditz, J. (1981). The many levels of
Psychology, 5, 257-274. cohesive speech behavior: An empirical examination. En C.S. Maseck,
Kintsch, W., Kozminsky, E., Streby, W.J., McKoon, G. y Keenan, J.M. R.A. Hendrick y M.F. Miller (Eds.), Papers from the Parasession on
(1975). Comprehension and recall of text as a function of con- language and behavior. Chicago: Chicago Linguistic Society.
text variable. ]ournal of Verbal Learning and Verbal Behavior, 14, Lashley, K.S. (1951). The problem of serial order in behavior. En L.A.
158-169. Jeffress (Ed.), Cerebral mechanisms in behavior. Nueva York: Wiley.
Kiparsky, P. (1982). From cyclic phonology to lexical phonology. En H. Van Laudanna, A. y Burani, C. (1985). Address mechanisms to decomposed
der Hulst y N. Smith (Eds.), The Structure of Phonological Representa- lexical entries. Linguistics, 23, 775-792.
tions. Dordrecht: Foris. Laver, J.D.M. (1970). The production of speech. En J. Lyons (Ed.), New
Kirshner, H.S., Webb, W.G. y Kelly, M.P. (1984). The naming disorder of Horizons in Linguistics. Harmondsworth: Penguin. (Trad. cast. Nuevos
dementia. Neuropsychologia, 22, 23-30. horizontes de la lingüística. Madrid: Alianza, 1975).
Klatt, D.H. (1980). Speech perception: A model of acoustic-phonetic analysis Leaper, C. y Emmorey, K. (1985). The discourse of thought-disordered
and lexical access. En R.A. Cole (Ed.), Perception and Production of schizophrenic children. Brain and Language, 25, 72-86.
Fluent Speech. Hillsdale, N.J.: LEA. Lee, H.B. y Maxwell, E.R. (1970). Performatives in Korean. Chicago Linguis-
Kleiman, G.M. (1975). Speech recoding in reading. Journal of Verbal Lear- tics Society, 6, 363-379.
ning and Verbal Behavior, 14, 323-339. Lee, L. (1966). Developmental sentence types: A method for comparing
Kontiola, P., Laaksonen, R., Sulkava, R. y Erkinjuntti, T. (1990). Pattern of normal and deviant syntactic development. ]ournal of Speech and Hea-
language impairment is different in Alzheimer's disease and multi-infarct ring Disorders, 31, 311-330.
dementia. Brain and Language, 38, 364-383. Lee, L. (1974). Developmental sentence analysis. Evanston, IL.: North-Wes-
Kozminsky, E. (1977). Altering comprehension: The effect of biasing titles on tern University Press.
text comprehension. Memory and Cognition, 5, 482-490. Lenneberg, E.H. (1967). Biologicalfoundations of language. Nueva York: Wiley.
Kozulin, A. (1986). Vygotsky in Context. En: Vygotsky, L. Thought and (Trad. cast. Fundamentos biológicos de/lenguaje. Madrid: Alianza, 1976).
Language. (Edición revisada de A. Kozulin). Cambridge, MA.: The MIT León, J.A. (1991). Intervención en estrategias de comprensión: un modelo
Press. basado en el conocimiento y aplicación de la estructura del texto.
Krause, M.S. y Pilisuk, M. (1961). Anxiety in verbal behavior: A validation Ponencia presentada en el seminario «Líneas de investigación en Psicolo-
study. ]ournal of Consulting Psychology, 25, 414-419. gía de la Educación en España». Barcelona.
Kucera, H. y Francis, W.N. (1967). Computational analysis of present-day León, O. y Montero, I. (1993). Diseños de investigación. Introducción a la
American English. Providence: Brown University Press. lógica de la investigación en psicología y educación. Madrid: McGraw-Hill.
Kuhl, P.K. y Miller, J.D. (1978). Speech perception by the chinchilla: Identifi- Leonard, L.B. (1972). What is deviant language? ]ournal of Speech and
cation functions for sinthetic VOT stimuli. ]ournal of the Acoustical Hearing Disorders, 37, 4, 427-446.
Society of America, 63, 905-917. Leonard, L.B. (1979). Language impairment in children. Merrill-Palmer
Kutas, M. y Hillyard, S.A. (1983). Event related brain potentials to gramma- Quarterly, 25, 205-232.
tical errors and semantic anomalies. Memory and Cognition, 11, 539-550. Leonard, L.B. (1982a). The nature of specific language impairment in chil-
Lachman, R., Lachman, J.L. y Butterfield, E.C. (1979). Cognitive psychology dren. En S. Rosenberg (Ed.), Handbook of Applied Psycholinguistics.
and information processing: An introduction. Hillsdale: Erlbaum. Majar Thrusts of Research and Theory. Hillsdale: LEA.
Lackner, J.R. y Garrett, M.F. (1972). Resolving ambiguity: Effects of biasing Leonard, L.B. (1982b). Phonological deficits in children with developmental
context in the unattended ear. Cognition, 1, 359-372. language impairment. Brain and Language, 16, 73-86.
Ladefoged, P. y Broadbent, D.E. (1957). Information conveyed by vowels. Leonard, L.B. (1987). Is specific language impairment a useful construct? En
]ournal of the Acoustical Society of America, 22, 98-104. S. Rosenberg (Ed.), Advances in Applied Psycholinguistics. Vol. 1. Disorders
Laguna, A. de (1927). Speech: Its function and development. Bloomington: of first-language development. Cambridge: Cambridge University Press.
Indiana University Press. Leonard, L.B. (1989). Language learnability and specific language impair-
Lakoff, G. (1971). On generative semantics. En D.D. Steinberg y L.A. ment in children. Applied Psycholinguistics, 1O, 179-202.
Jakobovits (Eds.), Semantics: An Interdisciplinary Reader in Philosophy, Leonard, L.B., Bolders, J. y Miller, J. (1976). An examination of the semantic
Linguistics and Psychology. Cambridge: Cambridge University Press. relations reflected in the language usage of normal and language disor-

796 797
PSICOLOGIA DEL LENGUAJE. INVESTIGACION Y TEORIA REFERENCIAS Bl BLIOGRAFICAS

dered children. Journal of Speech and Hearing Research, 19, 371-392. Lewontin, R.C. (1990). How much did the brain have to change for speech?
Leonard, L.B., Camarata, S., Rowan, L. y Chapman, K. (1982). The commu- The Behavioral and Brain Sciences, 13, 740-741.
nicative functions of lexical usage by language impaired children. Applied Liberman, A.M. (1982). On finding that speech is special. American Psycho-
Psycholinguistics, 3, 109-125. logist, 37, 148-167.
Leonard, L.B. y Schwartz, R.G. (1978). Focus characteristics of single-word Liberman, A.M., Cooper, F.S., Shankweiler, D.P. y Studdert-Kennedy, M.
utterances after syntax. ]ournal of Child Language, 5, 151-158. (1967). Perception of the speech code. Psychological Review, 74, 431-461.
Leonard, L.B., Schw~rtz, R.G., Chapman, K., Rowan, L., Prelock, P., Terrell, Liberman, A.M. y Mattingly, l. (1985). The motor theory of speech percep-
B., Weiss, A. y Messick, C. (1982). Early lexical acquisition in children tion revised. Cognition, 21, 1-36.
with specific language impairment. ]ournal of Speech and Hearing Re- Lichtheim, L. (1885). On aphasia. Brain, 7, 433-484.
search, 25, 554-564. Lieberman, P. (1984). The Biology and Evolution of Language. Cambridge,
Lesgold, A.M. (1972). Pronominalizations: A device for unifying sentences in MA.: Harvard University Press.
memory. Journal of Verbal Learning and Verbal Behavior, 11, 316-323. Lieberman, P. (1991). Uniquely Human. The Evolution of speech, thought,
Leske, M.C. (1981). Speech prevalence estimates of communicative disorders and selfless behavior. Cambridge, MA.: Harvard University Press.
in the U.S. Asha, 23, 229-237. Lieberman, P. y Blumstein, S.E. (1988). Speech physiology, speech perception,
Leslie, A.M. (1987). Pretense and representation: the origins of «theory of and acoustic phonetics. Cambridge: Cambridge University Press.
mind». Psychological Review, 94, 412-426. Lieberman, P. y Crelin, E.S. (1971). On the speech of Neanderthal man.
Leslie, A.M. (1988). Sorne implications of pretense for understanding the Linguistic Inquiry, 2, 203-222.
child's theory of mind. En J. Astington, P.L. Harris y D.R. Olson (Eds.), Lindblom, B. (1983). Economy of speech gestures. En P.F. Macneilage (Ed.),
Developing theories of mind. Cambridge: Cambridge University Press. The production of speech. Nueva York: Springer.
Leslie, A.M. y Frith, U. (1988). Autistic children's understanding of seeing, Lindblom, B., Lubker, J. y Cay, T. (1979). Formant frequencies of sorne
knowing and believing. British ]ournal of Developmental Psychology, 6, fixed-mandible vowels and a model of speech motor programming by
315-324. predictive simulation. Journal of Phonetics, 7, 147-161.
Leslie, A.M. y Happé, F. (1989). Autism and ostensive communication: The Linebarger, M.C. (1990). Neuropsychology of sentence parsing. En A. Cara-
relevance of metarepresentation. Development and Psychopathology, 1, mazza (Ed.), Cognitive Neuropsychology and Neurolinguistics. Londres:
205-212. LEA.
Leudar, I., Thomas, P. y Johnston, M. (1993). Self-repair in dialogues of schi- Linebarger, M.C., Schwartz, M.F. y Saffran, E.M. (1983). Sensitivity to
zophrenics: Effects of hallucinations and negative symptoms. Brain and grammatical structure in so-called agrammatic aphasics. Cognition, 13,
Language, 43, 487-511. 361-392.
Levelt, W.J.M. (1978). A survey of studies in sentence perception. En W.J.M. Loeb, D.F. y Leonard, L.B. (1988). Specific language impairment and para-
Levelt y G.B. Flores D'Arcais (Eds.), Studies on the Perception of meter theory. Clinical Linguistics and Phonetics, 2, 317-327.
Language. Nueva York: Wiley. Longacre, R.E. (1979). The paragraph as a grammatical unit. En T. Givón
Levelt, W.J.M. (1982). Linearization in describing spatial networks. En S. (Ed.), Syntax and Semantics. Vol. 12. Discourse and syntax. Nueva York:
Peters y E. Saarinen (Eds.), Processes, beliefs, and questions. Dordrecht: Academic Press.
Reidel. López Bascuas, L.E. (1991). El problema de la modularidad en el procesa-
Levelt; W.J.M. (1983 ). Monitoring and self-repair in speech. Cognition, 14, 41-104. miento auditivo y en el procesamiento del habla. Taula, 15.
Levelt, W.J.M. (1989). Speaking: From Intention to Articulation. Cambridge, López Ornat, S. (1991). El lenguaje en la mente. En J. Mayor y J.L. Pinillos
MA.: The MIT Press. (Eds.), Tratado de Psicología General. Vol. VI. Lenguaje y comunicación.
Levelt, W.J.M., Richardson, G. y La Hey, W. (1985). Pointing and voicing in Madrid: Alhambrá.
deictic expressions. ]ournal of Memory and Language, 24, 133-164. Lorch, R.F.Jr., Lorch, E.P. y Matthews, P.D. (1985). On-line processing of
Levelt, W.J.M. y Schriefers, H. (1987). Stages of lexical access. En G. the topic structure of a task. ]ournal of Memory and Language, 24, 350-
Kempen (Ed.), Natural Language Generation. New Results in Artificial 362.
Intelligence, Psychology and Linguistics. Dordrecht: Martinus Nijhoff. Lotter, V. (1967). Epidemiology of autistic conditions in young children: II.
Levin, H. y Silverman, l. (1961). Hesitation phenomena in children's speech. Sorne characteristics of the parents and children. Social Psychiatry, 1,
Language and Speech, 8, 67-85. 163-173.
Levinson, S. (1983). Pragmatics. Cambridge: Cambridge University Press. Lounsbury, F.G. (1982). Lenguaje y cultura. En S. Hook (Ed.), Lenguaje y
(Trad. cast. Pragmática. Barcelona: Teide, 1989). filosofía. México: Fondo de Cultura Económica.
Levinson, S.E. y Liberman, M.Y. (1981). Reconocimiento del habla por Lovaas, 0.1. (1977). The autistic child. Nueva York: Irvington. (Trad. cast.
medio de ordenadores. Investigación y Ciencia, 57, 38-51. El niño autista. Madrid: Debate, 1981).
Levy, D.M. (1979). Communicative goals and strategies: between discourse Loveland, K.A. y Landry, S.H. (1986). Joint attention and language in autism
and syntax. En T. Givón (Ed.), Syntax and semantics. Vol. 12. Discourse and developmentallanguage delay. ]ournal of Autism and Developmen-
and syntax. Nueva York: Academic Press. tal Disorders, 16, 335-349.

798 799
PSICOLOGIA DEL LENGUAJE. INVESTIGACION Y TEORIA
REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS

Loveland, K.A., Tunali, B., Kelley, M. y McEvoy, R. (1989). Referential Stelmach y J. Requin (Eds.), Tutorials in motor behavior. Amsterdam:
communication and response adequacy in autism and Down syndrome. North-Holland.
Applied Psycholinguistics, 10, 410-413. MacShane, J. (1980). Learning to talk. Cambridge: Cambridge University
Lovell, K., Hoyle, H. y Siddall, H. (1968). A study of sorne aspects of the pl~y Press.
and language of young children with delayed speech. ]ournal of Chzld Mahl, G.F. (1956). Disturbances and silences in the patient's speech in
Psychology and Psychiatry, 9, 41-50. psychoterapy. ]ournal of Abnormal Social Psychology, 53, 1-15.
Lozano, J., Peña-Marín, V. y Abril, G. (1982). Análisis del discurso: Hacia Mandel, T.S. (1979). Eye movements research on the propositional structure of
una semiótica de la interacción textual. Madrid: Cátedra. short texts. Behavior Research Methods and Instrumentation, 11, 180-187.
Lukatela, G., Gligorijevic, B., Kostic, A. y Turvey, M.T. (1980). Rep~e~enta­ Mandler, G. (1956). Associative frequency and associative prepotency as
tion of inflected nouns in the internallexicon. Memory and Cognztzon, 8, measures of response to nonsense syllabes. American ]ournal of Psycho-
415-423. logy, 68, 662-665.
Luria, A.R. (1960/1982). El papel de/lenguaje en el desarrollo de la conducta. Mandler, J.M. (1978). A code is a node: The use of a story schema in
La Habana: Pueblo y Educación. retrieval. Discourse Processes, 1, 14-35.
Luria, A.R. (1973). Desarrollo y disolución de la función directiva del habla. Mandler, J.M. (1984). Representation and recall in infancy. En M. Mosco-
En R. Brain y otros, Psicología y Lenguaje. Madrid: Fundamentos. vitch (Ed.), Infant memory. Nueva York: Plenum.
Luria, A.R. (1974). Lenguaje y comportamiento. Madrid: Fundamentos. Mandler, J.M. y Goodman, M.S. (1982). On the psychological validity of story
Luria, A.R. (1977). Introducción evolucionista a la Psicología. Barcelona: structure. ]ournal of Verbal Learning and Verbal Behavior, 21, 507-523.
Fontanella. Mandler, J.M. y Johnson, N.S. (1977). Remembrance of things parsed: Story
Luria, A.R. (1984). Conciencia y lenguaje. Madrid: Vi~or. ·- structure and recall. Cognitive Psychology, 9, 111-151.
Luria, A. y Yudovich, L. (1978). Lenguaje y desarrollo zntelectual en el nzno. Manning, L. (1988). Neurolingüística. Madrid: UNED.
Madrid: Pablo del Río. Manning, L. (1990). Neuropsicología cognitiva: Consideraciones metodológi-
Lycan, W.G. (Ed.) (1990). Mind and cognition. Oxford: Blackwell. cas. Estudios de Psicología, 43-44, 153-168.
Lloyd, P. (1989). Strategies used to communicate route directions by telepho- Manning, L. (1992). Introducción a la neuro-psicología clásica y cognitiva del
ne: A comparison of the performance of 7-year-olds, 10-year-olds and lenguaje. Madrid: Trotta.
adults. Manuscrito no publicado. Universidad de Manchester. Maratsos, M. (1973 ). Nonegocentric communication difficulties in preschool
Lloyd, P. (en prensa). Children's communication in the school years. En M. children. Child Development, 44, 697-700.
Hughes y R. Grieve (Eds.), Understanding children: Essays in honour of Marcus, M. (1975). Diagnosis as a notion of grammar. En R.C. Schank y B.
Margaret Donaldson. Oxford: Blackwell. L. Nash-Webber (Eds.), Theoretical issues in natural language proces-
MacKay, D. (1969). Forward and backward masking in motor systems. sing. Cambridge, MA.: Bolt, Beranek and Newmann.
Kybernetik, 6, 57-64. Marchesi, A. (1981). El lenguaje de signos. Estudios de Psicología, 5-6, 155-
MacKay, D. (1982). The problem of flexibility, fluency, and speed-accuracy 184.
trade-off in skilled behavior. Psychological Review, 89, 483-506. Markman, E.M. (1981). Comprehension monitoring. En W.P. Dickson (Ed.),
MacKay, D. (1987a). The Organization of Perception and Action. Nueva Children's oral communication skills. Nueva York: Academic Press.
York: Springer. . . . ·. Marschark, M., Richman, C.L., Yuille, J.C. y Hunt, R.R. (1987). The role of
MacKay, D. (1987b). Constraints on theories of sequencmg and t1mmg. m imagery in memory: On shared and distinctive information. Psychologi-
language perception and production. En A. Allport, D. ~ackay, ~· Pn.nz cal Bulletin, 102, 28-41.
y E. Scheerer (Eds.), Language perception and productzon: RelatzonshzP_s Marshall, J.C. (1984). Multiple perspectives on modularity. Cognition, 17,
between listening, speaking, reading, and writing. Londres: Academ1c 209-242.
Press. Marslen-Wilson, W.D. (1973). Linguistic structure and speech shadowing at
MacKay, W., Allport, A., Prinz, W. y Scheerer, E. (~987). R~lationsh~ps and very short latencies. Nature, 244, 522-523.
modules within language perception and product10n: An mtroductlon. En Marslen-Wilson, W.D. (1975). The limited compatibility of linguistic and
A. Allport, D. Mackay, W. Prinz y E. Scheerer (Eds.), Language per~ep­ perceptual explanations. En R. Grossman, J. San y T. Vanee (Eds.),
tion and production: Relationships between listening, speaking, readzng, Papers of the Parasession on Functionalism. Chicago: Chicago Linguistic
and writing. Londres: Academic Press. Society.
MacKenzie, B.D. (1977). Behaviorism and the limits of the scientific method. Marslen-Wilson, W.D. (1976). Linguistic descriptions and psychological as-
Londres: Routledge and Kegan Paul. sumptions in the study of sentence perception. En R.J. Wales y E.C.T.
Maclay, M. y Osgood, C.E. (1959). Hesitation phenomena in spontaneous Walker (Eds.), New Approaches to Language Mechanisms. Amsterdam:
English speech. Word, 15, 19-24. N orth-Holland.
MacNeilage, P.F. (1970). Motor control of serial ordering in speech. Psycho- Marslen-Wilson, W.D. (1984). Function and process in spoken word recogni-
logical Review, 77, 182-196. tion. En H. Bouma y D.G. Bouwhuis (Eds.), Attention and Performance.
MacNeilage, P.F. (1980). Emerging concepts in speech control. En G.S. Vol. X. Control of Language Processes. Hillsdale, N.J.: LEA.

800 801
PSICOLOGIA DEL LENGUAJE. INVESTIGACION Y TEORIA REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS

Marslen-Wilson, W.D. (1987). Functional paralellism in spoken word recog- McClelland, J.L., St. John, M. y Taraban, R. (1989). Sentence comprehen-
nition. Cognition, 25, 71-102. sion: A parallel distributed processing approach. En G.T.M. Altmann
Marslen-Wilson, W.D. y Tyler, L.K. (1980). The temporal structure of (Ed.), Parsing and Interpretation. Hove, R.U.: LEA.
spoken language. Cognition, 8, 1-71. McConkie, G.W. y Rayner, K. (1975). The span of the effective stimulus
Marslen-Wilson, W.D., Tyler, L.K. y Seidenberg, M.S. (1978). Sentence during a fixation in reading. Perception and Psychophysics, 17, 578-586.
processing and the _clause boundary. En W.J.M. Levelt y G.B. Flores McCusker, L.X., Hillinger, M.L. y Bias, R.G. (1981). Phonological recoding
D'Arcais (Eds.), Studies in the Perception of Language. Nueva York: and reading. Psychological Bulletin, 89, 217-245.
Wiley. McDougall, W. (1923). Purposive or mechanical psychology? Psychological
Marslen-Wilson, W.D. y Welsh, A. (1978). Processing interactions and lexical Review, 30, 273-288.
access during word recognition in continuous speech. Cognitive Psycho- McElree, B. y Bever, T.G. (1989). The psychological reality of linguistically
logy, 1O, 29-63. defined gaps. Journal of Psycholinguistic Research, 18, 21-35.
Martín, A. y Fedio, P. (1983). Word production and comprehension in McGuigan, F.J. y Schoonover, R.A. (1973). The psychophysiology of thin-
Alzheimer's disease: The breakdown of semantic knowledge. Brain and king. Nueva York: Academic Press.
Language, 19, 124-141. McGurk, H. y MacDonald, J. (1976). Hearing lips and seeing voices. Nature,
Martín, N., Weisberg, R.W. y Saffran, E.M. (1989). Variables influencing the 264, 746-748.
occurrence of naming errors: Implications for models of lexical retrieval. McKoon, G. (1977). Organization of information in text memory. ]ournal of
Journal of Memory and Language, 28, 462-482. Verbal Learning and Verbal Behavior, 17, 24 7-260.
Martins, I.P., Castro-Caldas, A., van Dongen, H.R. y van Hout, A. (1991). McKoon, G. y Ratcliff, R. (1990). Dimensions of inference. En A.G. Graesser
Acquired Aphasia in Children. Dordrecht: Kluwer. y G. Bower (Eds.), Inferences and text comprehension. Nueva York:
Matsuhashi, A. (1982). Explorations in the real-time production of written Academic Press.
discourse. En M. Nystrand (Ed.), What writers know. The language, McLaughlin, M.L. (1984). Conversation. How talk is organized. Londres: Sage.
process, and structure of written discourse. Nueva York: Academic Press. McLoughlin, H.B. (1987). Personae: Models of stereotypical behavior. En
Mattingly, I.G. y Liberman, A.M. (1985). Verticality unparalleled. The R.G. Reilly (Ed.), Communication failure in dialogue and discourse.
Behavioral and Brain Sciences, 8, 24-26. N orth-Holland: Elsevier.
Mayor, J. (1985). Actividad humana y procesos cognitivos. En J. Mayor McNeill, D. (1970). The Acquisition of Language: The Study of Developmen-
(Ed.), Actividad humana y procesos cognitivos. Madrid: Alhambra. tal Psycholinguistics. Nueva York: Harper and Row.
Mayor, J., y Gil, G. (1984). Psicología del lenguaje. En J. Mayor, Psicología McNeill, D. (1985). So you think gestures are nonverbal? Psychological
del pensamiento y el lenguaje. Vol. l. Madrid: UNED. Review, 92, 350-371.
McClelland, J.L. (1987). The case for interactionism in language processing. McTear, M.F. (1985). Children's conversations. Oxford: Blackwell.
En M. Coltheart (Ed.), Attention and Performance. Vol. XII. The Psycho- McTear, M.F. (1987). Communication failure: A developmental perspective.
logy of Reading. Hillsdale, N.J.: LEA. En R.G. Reilly (Ed.), Communication failure in dialogue and discourse.
McClelland, J.L. (1988). Connectionist models and psychological evidence. North-Holland: Elsevier.
]ournal of Memory and Language, 27, 107-123. Mead, G.H. (1982). Espíritu, persona y sociedad. Barcelona: Paidós.
McClelland, J.L. y Elman, J.L. (1986). Interactive processes in speech percep- Meehan, J.R. (1976). The metanovel: writing stories by computer. Research
tion: The TRACE model. En J.L. McClelland, D.E. Rumelhart y PDP Report 74. Yale University Department of Computer Science.
Research Group (Eds.), Parallel Distributed Processing: Explorations in Mehler, J. (1981). The role of syllables in speech processing: Infant and adult
the Microstructure of Cognition. Vol. 2. Psychological and Biological data. Philosophical Transactions of the Royal Society, B295, 333-352.
Models. Cambridge, MA.: The MIT Press. Mehler, J., Dommergues, J.Y., Frauenfelder, V. y Seguí, J. (1981). The
McClelland, J.L. y Kawamoto, A.H. (1986). Mechanisms of sentence proces- syllable's role in speech segmentation. Journal of Verbal Learning and
sing: Assigning roles to constituents. En J.L. McClelland, D.E. Rumelhart Verbal Behavior, 20, 298-305.
y PDP Research Group (Eds.), Parallel Distributed Processing: Explora- Mehler, J. y Dupoux, E. (1990). Naitre humain. París: Odile Jacob. (Trad. cast.
tions in the Microstructure of Cognition. Vol. 2. Psych,ological and Nacer sabiendo. Madrid: Alianza, 1993).
Biological Models. Cambridge, MA.: The MIT Press. ' Mehler, l y Fox, R. (Eds.), (1985). Neonate cognition. Hillsdale, N.J.: LEA.
McClelland, J.L. y Rumelhart, D.E. (1981). An interactive activation model Mehler, J., Jusczyk; P., Lambertz, G., Halsted, N., Bertoncini, J. y Amiel-
of context effects in letter perception. Part I. Psychological Review, 88, Tison, C. (1988). A precursor of language acquisition in young infants.
375-407. (Trad. cast. en F. Valle, F. Cuetos, J.M. Igoa y S. del Viso (Eds.), Cognition, 29, 143-178.
Lecturas de psicolingüística. Vol. l. Comprensión y producción del Meltzoff, A. y Moore, M. (1977). Imitation of facial and manual gestures.
lenguaje. Madrid: Alianza, 1990). Science, 198, 75-80.
McClelland, J.L., Rumelhart, D.E. y the PDP Research Group (1986). Menyuk, P. (1964). Comparison of the grammar of children with functionally
Parallel Distributed Processing: Explorations in the Microstructure of deviant and normal speech. Journal of Speech and Hearing Research, 7,
Cognition. Cambridge, MA.: The MIT Press. 109-121.

802 803
REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS
PSICOLOGIA DEL LENGUAJE. INVESTIGACION Y TEORIA

superordinate and subordinare information acquired from prose material.


Menyuk, P. y Quill, K. (1985). Semantic problems in autistic children. En E. ]ournal of Educational Psychology, 69, 730-735.
Schopler y G.B. Mesibov (Eds.), Communication problems in autism. Miralles, J.L. (1986). Lenguaje y cognición en Wundt. Revista de Historia de
Nueva York: Plenum Press. la Psicología, 7, 59-67.
Merritt, M. (1976). On questions following questions in service encounters. Miras, M. (1986). En torno a la lingüística enunciativa. En M. Siguán
Language in Society, S, 315-357. (Coord.), Estudios de psicolingüística. Madrid: Pirámide.
Meyer, B.F. (1977). The structure of prose: Effects on learning and memory Mirenda, P.L., Donnellan, A. y Yoder, E. (1983). Gaze behaviour: A new
and implications for educational practice. En R.C. Anderson, R.J. Spiro y look atan old problem. ]ournal of Autism and Developmental Disorders
W.E. Montague (Eds.), Schooling and the acquisition of knowledge. 13, 397-409. '
Hillsdale, N.J.: LEA. Mirs~y, A.F. y ~unc~n, C.C. (1986). Etiology and expression of schizophre-
Meyer, B.F. (1985). Prose analysis: Purposes, procedures, and problems. En ma: Neurobwlogtcal and psychosocial factors. Annual Review of Psycho-
B.K. Britton y J.B. Black (Eds.), Understanding expository text. Hillsdale, logy, 37, 291-319.
N.J.: LEA. Miscione, J.L., Marvin, R.S., O'Brien, R.G. y Greenberg, M.T. (1978). A
Meyer, B.J.F., Brandt, D.M. y Bluth, G.J. (1980). Use of top-level structure in developmental study of preschool children's understanding of the words
text: Key for reading comprehension in ninth- grade students. Reading «know» and «guess». Child Development, 49, 1107-1113.
Research Quarterly, 16, 72-103. Mitchell, D.C. (1989). Verb guidance añd other lexical effects in parsing. En
Meyer, D.E. y Schvaneveldt, R.W. (1971). Facilitation in recognizing pairs of G.T.M. Altmann (Ed.), Parsing and Interpretation. Hove, R.U.: LEA.
words: Evidence of a dependence between retrieval operations. ]ournal of Mitchell, D.C., C_uetos, F. y Zag~r, D. (1990). Reading in different languages:
Experimental Psychology, 90, 227-235. ls there a umversal mechamsm for parsing sentences? En D.A. Balota,
Meyer, D.E., Schvaneveldt, R.W. y Ruddy, M.G. (1974). Functions of G.B. Flores D' Arcais y K. Rayner (Eds.), Comprehension processes in
graphemic and phonemic codes in visual word recognition. Memory and reading. Hillsdale, N.J.: LEA.
Cognition, 2, 309-321. Mitche!l, D.C. y Holmes, V.M. (1985). The role of specific information about
Miller, G.A. (1956). The magical number seven, plus or minus two. Psycholo- the verb in parsing sentences with local structural ambiguity. ]ournal of
gical Review, 63, 81-97. Memory and Language, 24, 542-559.
Miller, G.A. (1962). Sorne psychological studies of grammar. American Morales, J.F. (1981). Metodología y teoría de la Psicología (2 vols.). Madrid:
Psychologist, 17, 748-762. UNED.
Miller, G.A. (1965). Sorne preliminaries to psycholinguistics. American Psy- Morehead, D. e lngram, D. (1976). The development of base syntax in
chologist, 20, 15-20. normal and linguistically deviant children. En D. Morehead y A. Mo-
Miller, G.A. (1981). Language and Speech. Nueva York: Freeman and Co. rehead (Eds.), Normal and deficient child language. Baltimore: University
(Trad. cast. Lenguaje y habla. Madrid: Alianza, 1985). . Park Press.
Miller, G.A., Galanter, E. y Pribram, K.H. (1960). Plans and the Structure of Mori~e, R ..e .Ingr~m,. J.C.L. (198~). Language analysis in schizophrenia:
Behavior. Nueva York: Holt, Rinehart and WinstQn. (Trad. cast. Planes y dtagnosttc Imphcatwns. Australtan and New Zealand ]ournal of Psychia-
estructura de la conducta. Madrid: Debate, 1983)~ try, 16, 11-21.
Miller, G.A.; Heise, G.A. y Lichten, W. (1951). The intelligibility of speech as Morris, C.W. (1938). Foundations of the theory of signs. En O. Neurath
a function of the text of the test materials. ]ournal of Experimental (Ed.), lnternational Encyclopedia of Unified Science, I, ii, 1-59. University
Psychology, 41, 329-335. of Chicago Press.
Miller, G.A. y Nicely, P. (1955). An analysis of perceptual confusion among Morris, C.W. (1946). Signs, language and behavior. Englewood Cliffs: Prenti-
sorne English consonants. ]ournal of the Acoustical Society of America, ce-Hall.
27, 338-352. Morris, C.W. (1978). Semiotics. En W.G. Hardy (Ed.), Language, thought
Miller, G.A. y Selfridge, J.A. (1950). Verbal context and the recall of and experience. Baltimore: University Park Press.
meaningful material. American ]ournal of Psychology, 63. 176-185. Morton, J. (1969). lnteraction of information in word recognition. Psycholo-
Miller, J.D., Wier, C.C., Pastare, R., Kelly, W.J. y Dooling, R.J. (1976). gical Review, 76, 165-178.
Discrimination and labelling of noise-buzz sequences with varying noise Morton, J. (1979). Word recognition. En J. Morton y J.C. Marshall (Eds.)
lead times: An example of categorical perception. ]ournal of the Acousti- Psycholinguistics Series 2: Structures and Processes. Londres: Elek. (Trad:
cal Society of America, 60, 410-417. cast. en F. Valle, F. Cueros, J.M. Igoa y S. del Viso (Eds.), Lecturas de
Miller, J.F., Campbell, T.F., Chapman, R.S. y Weismer, S.E. (1984). Langua- psicolingüística. Vol. 1. Comprensión y producción de/lenguaje. Madrid:
ge behavior in acquired childhood aphasia. En A. Holland (Ed.), Langua- Alianza, 1990).
ge disorders in children. San Diego: College-Hill Press. Morton, J. y Patterson, K.E. (1980). A new attempt at an interpretation, or
Miller, J.L. (1990). Speech perception. En D.N. Osherson y H. Lasnik (Eds.), an attempt at a new interpretation. En M. Coltheart, K.E. Patterson y
Language. Cambridge, MA.: The MIT Press. J.C. Marshall (Eds.), Deep Dyslexia. Londres: Routledge and Kegan Paul.
Miller, R.B., Perry, F.L. y Cunningham, D.J. (1977). Differential forgetting of
805
804
PSICOLOGIA DEL LENGUAJE. INVESTIGACION y TEORIA REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS

Mowrer, O.H. (1954). The psychologist looks at language. American Psycho- Nystrand, M. (Ed.) (1982). What writers know. The lang¡uage, process, and
logist, 9, 660-694. structure of written discourse. Nueva York: Academ1c Press.
Mowrer, O.H. (1960). Learning theory and the symbolic processes. Nueva Oakhill, J., Garnham, A. y Vonk, W. (1989). The o.n-line constructio~ ot
York: Wiley. discourse models. En G.T.M. Altmann (Ed.), Parsmg and Interpretatton.
Mundy, P. y Sigman, M. (1989). Specifing the nature of the social impairment Hove, R.U.: LEA.
in autism. En G. Dawnson (Ed.), Autism, Nature, Diagnosis and Treat- Ober, B.A., Dronkers, N.F., Koss, E., Delis, _D.C. y Friedland? R.P. (1986).
ment. Nueva York: The Guilford Press. Retrieval from semantic memory in Alzhe1mer-type dementla. ]ournal of
Mundy, P., Sigman, M., Ungerer, J. y Sherman, T. (1986). Defining the social Clínica! and Experimental Neuropsychology, 8, 75-92.
deficits in autism: The contribution of non-verbal communication measu- Obler, L.K. y Albert, M.L. (1985). Historical note: Jules Séglas on language
res. ]ournal of Child Psychology and Psychiatry, 27, 657-669. in dementia. Brain and Language, 24, 314-325.
Mundy, P., Sigman, M., Ungerer, J. y Sherman, T. (1987). Nonverbal O'Brien, E.J., Shank, D.M., Myers, J.L. y Ray~er, K. (1988). Elabo~ative
communication and play correlates of language development in autistic inferences during reading: Do they occur on-lme? ]ournal of Experrmen-
children. ]ournal of Autism and Developmental Disorders, 17, 349-364. tal Psychology: Learning, Memory and Cognition, 14, 410-420.
Muñoz, M.T. (1983). Las intenciones comunicativas de los niños: Estudio de O'Connell, D.C. (1988). Critica! essays on language use and Psychology.
dos casos. Infancia y Aprendizaje, 24, 19-34. Nueva York: Springer-Verlag.
Myrkin, V. J. (1987). Texto, subtexto y contexto. En E. Bernárdez (Comp.), Ogden, C.K. y Richards, I.A. (1923). The meaning of meaning. Nueva York:
Lingüística del texto. Madrid: Arco/Libros. Harcourt Brace.
Napolitano, G. (1986). Genética de la enunciación. En M. Siguán (Coord.), Ogden, C.K. y Richards, I.A. (1978). The science of symbolism. En W.G.
Estudios de psicolingüística. Madrid: Pirámide. Hardy (Ed.), Language, thought and experience. Baltimore: University
Nebes, R.D. (1989). Semantic memory in Alzheimer's disease. Psychological Park Press.
Bulletin, 106, 377-394. Oke, A.F. y Adams, R.N. (1987). Elevated thalamic dopamine: P<?ssible link
Needleman, R., Ritvo, E. y Freeman, B. (1980). Objectively defined linguistic to sensory dysfunctions in schizophrenia. Schizophrenia Bulletm, 13, 589-
parameters in children with autism and other developmental disabilities. 604.
]ournal of Autism and Developmental Disorders, 10, 389-398. Olson, D.R. (1970). Language and thought: Aspects of a cognitive theory of
Neisser, U. (1967). Cognitive psychology. Nueva York: Appleton-Century- semantics. Psychological Review, 77, 257-273.
Crofts. (Trad. cast. Psicología cognoscitiva. México: Trilias, 1976). Olson, D.R. y Torrance, N. (1987). Language, literacy and mental states.
Nelson, D.L. (1981). Many are called but few are chosen: The influen.ce of Discourse Processes, 10, 157-167.
context on the effects of category size. En G.H. Bower (Ed.), The Olson, G.M. (1973). Developmental changes in memory and the acquisition
Psychology of Learning and Motivation. Vol. 15. N u eva York: Academic of language. En T.E. Moore (Ed.), Cognitive Development and the
Press. Acquisition of Language. Nueva York: Academic Press.
Nelson, K. (1988). El descubrimiento del sentido. Madrid: Alianza. Omanson, R.C. (1982). The relation between centrality and story cate-
Newell, A. y Simon, H.A. (1972). Human problem solving. Englewood Cliffs: gory variation. ]ournal of Verbal Learning and Verbal Behavior, 21,
Prentice-Hall. 326-337.
Nicol, J. y Swinney, D.A. (1989). The role of structure in coreference Orban, G.A., Singer, W. y Bernsen, N.O. (1991). Cognitive Neuroscience,
assignment during sentence comprehension. ]ournal of Psycholinguistic Vol. 4. Londres: LEA.
Research, 18, 5-19. Osgood, C.E. (1953). Method and theory in experimental psychology. Ox-
Nicholas, M., Obler, L.K., Albert, M. y Helm-Estabrooks, N. (1985). Empty ford: Oxford University Press. (Trad. cast. Curso superior de psicología
speech in Alzheimer's disease and fluent aphasia. ]ournal of Speech and experimental: Método y teoría. México: Trillas, 1976).
Hearing Research, 28, 405-410. Osgood, C.E. (1971). Where do sentences come from? En D.D. Steinberg y
Nolan, F.J. (1982). The role of action theory in the description of speech L.A. Jakobovits (Eds.), Semantics: An Interdisciplinary Reader in Philo-
production. Linguistics, 20, 287-308. sophy, Linguistics and Psychology. Cambridge: Cambridge University
Norman, D.A., Rumelhart, D.E. y L.N.R. Research Group (1975). Explora- Press.
tions in cognition. San Francisco: Freeman. Osgood, C.E. (1980). Lectures on Language Performance. Nueva York:
Norris, D. (1987). Syntax, semantics and garden paths. En A.W. Ellis (Ed.), Springer-Verlag.
· Progress in the Psychology of Language, Vol. 3. Hillsdale, N.J.: LEA. Osgood, C.E. (1984). Toward an abstraer performance grammar. En T.G.
(Trad. cast. en F. Valle, F. Cueros, J.M. Igoa, y S. del Viso (Eds.), Bever, J.M. Carroll y L.A. Miller (Eds.), Talking Minds: The Study of
Lecturas de psicolingüística. Vol. l. Comprensión y producción del Language in the Cognitive Science. Cambridge, MA.: The MIT Press.
lenguaje. Madrid: Alianza, 1990). Osgood, C.E. (1986). Conducta y comunicación. Mad~id: Taurus. .
Núñez, M. y Sotillo, M. (1990). La teoría de la mente: Implicaciones para el Osgood, C.E. y Bock, J.K. (1977). Salience and sentenci.ng: Sorne product1~n
desarrollo normal. Comunicación presentada en el VI Congreso Nacional principies. En S. Rosenberg (Ed.), Sentence Productton: Developments m
de Terapeutas de Autismo. Palma de Mallorca. Research and Theory. Hillsdale, N.J.: LEA.

806 807
PSICOLOGIA DEL LENGUAJE. INVESTIGACION Y TEORIA REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS

Osgood, C.E. y Sebeok, T.A. (Eds.) (1954). Psycholinguistics: A survey Percival, W.K. (1980). Hermann Paul's view of the nature of language. En R.
of theory and research problems. Bloomington: Indiana University W. Rieber (Ed.), Psychology of Language and Thought. Nueva York:
Press. Plenum.
Osgood, C.E., Suci, G. y Tannenbaum, P. (1957). The measurement of Perfetti, C.A. y Goldman, S.R. (1975). Discourse functions of thematiza-
meaning. Urbana: The University of Illinois Press. tion and topicalization. ]ournal of Psycholinguistic Research, 4, 257-
Otero, C.P. (1984). La revolución de Chomsky. Madrid: Tecnos. 271.
Paccia-Cooper, J. y Cooper, W.E. (1981). The processing of phrase structures Perinat, A. (1986). La comunicación preverbal (comunicación entre madre e
in speech production. En P.D. Eimas y J.L. Miller (Eds:), Perspectives on hijo) en la investigación psicológica contemporánea. En A. Perinat (Comp.),
the Study of Speech. Hillsdale, N.J.: LEA. La comunicación preverbal. Barcelona: Ed. Avesta.
Paccia-Cooper, J. y Curcio, F. (1982). Language processing and forms of Perner, J. (1991). Understanding the representation of mind. Cambridge,
immediate echolalia in autistic children. ]ournal of Speech and Hearing MA.: The MIT Press.
Research, 25, 42-47. Perner, J., Frith, U., Leslie, A.M. y Leekam, S.R. (1989). Exploration of the
Paccia-Cooper, J., Curcio, F. y Sacharto, G. (1981). A comparison of autistic child's theory of mind: Knowledge, belief and communication.
discourse features in normal and autistic language. Ponencia presentada Child Development, 60, 689-700.
en la Conferencia de la Universidad de Boston sobre «Desarrollo del Perner, J., Leekam, S.R. y Wimmer, H. (1987). Three-year olds' difficulty
lenguaje». Boston. with false belief: The case for a conceptual deficit. British ]ournal of
Paivio, A. (1971). Imagery and Verbal Processes. Nueva York: Holt. Developmental Psychology, 5, 125-137.
P.aivio, A. (1986). Mental representations: A dual coding approach. Oxford: Perner, J. y Wimmer, H. (1985). «John thinks that Mary thinks that ... ».
.. Oxford University Press. Attribution of second order beliefs by 5-10 year-old children. ]ournal of
Paivio, A .. y Begg, I. (1981). Psychology of Language. Englewood Cliffs, N.J.: Experimental Child Psychology, 39, 437-471.
Prentice-Hall. Petofi, J. (Ed.) (1979). Text versus sentence: Basic questions of text linguis-
Palacios, J. (1984). Procesamiento de información en bebés. En J. Palacios, A. tics. Hamburgo: Buske.
Marchesi y M. Carretero (Comps.), Psicología evolutiva. Vol. 2. Madrid: Phelps-Gunn, T. y Phelps-Terasaki, D. (1982). Written language instruction.
Alianza. Theory and remediation. Londres: Aspen Publ.
Palacios, J. (1991). Desarrollo de la percepción y la atención en la primera Piaget, J. (1959). La formation du symbole chez l'enfant: Imitation, jeu
infancia. En J. García Madruga y P. Lacasa (Drs.), Psicología evolutiva. et réve. Image et representation. Neuchatel: Delachaux and Niestlé.
Vol. l. Madrid: UNED. (Trad. cast. La formación del símbolo en el niño. Imitación, juego y
Paniagua, G. (1983). El recuerdo de cuentos en niños preescolares. Memoria sueño. Imagen y representación. México: Fondo de Cultura Económica,
de Licenciatura. Universidad Autónoma de Madrid. 1961).
Parisi, D. y Castelfranchi, P. (1981). A goal analysis of sorne pragmatic Pick, A. (1913 ). Die agrammatischen Sprachstorungen. Berlín: Springer.
aspects of language. En H. Parret, M. Sbisa y J. Verschueren (Eds.), Pierce, S. y Bartolucci, G. (1977). A syntactic investigation of verbal autistic,
Po_ssibilities and limitations of pragmatics. Amsterdam: John Benja- mentally retarded, and normal children. ]ournal of Autism and Child-
mms. hood Schizophrenia, 7, 121-134.
Patterson, C.J. y Kister, M.C. (1981). The development of listener skills for Pike, L. (1954-60). Language in relation to a unified theory of the structure
referential communication. En W.P. Dickson (Ed.), Children's oral com- of human behavior (3 vols.). Glendale, CA.: Summer Institute of Linguis-
munication skills. Nueva York: Academic Press. tics.
Patterson, K.E., Marshall, J.C. y Coltheart, M. (1985). Surface Dyslexia. Pillsbury, W.B. (1897). A study in apperception. American ]ournal of Psycho-
Neuropsychological and Cognitive Studies of Phonological Reading. Lon- logy, 8, 315-398.
dres: LEA. Pillsbury, W.B. y Meader, C.L. (1928). The Psychology of Language. Nueva
Patterson, K.E. y Shewell, C. (1987). Speak and Spell: Dissociations and York: D. Appleton.
word-dass effect. En M. Coltheart, G. Sartori y R. Job (Eds.), The Pinillos, J.L. (1975). Principios de Psicología. Madrid: Alianza.
Cognitive Neuropsychology of Language. Londres: LEA. Pinker, S. (1979). Formal models oflanguage learning. Cognition, 7, 217-283.
Pearl, R., Donahue, M. y Bryan, T. (1981). Learning disabled and normal Pinker, S. (1984). Language Learnability and Language Development. Cam-
children's responses to non-explicit requests for clarification. Perceptual bridge, MA.: The MIT Press.
and Motor Skills, 53, 919-925. Pinker, S. (1989). Language acquisition. En M.I. Posner (Ed.), Foundations of
Pearl, R., Donahue, M. y Bryan, T. (1985). The development of tact: Cognitive Science. Cambridge, MA.: The MIT Press.
Children's strategies for delivering bad news. ]ournal of Applied Deve- Pinker, S. (1990). Language acquisition. En D.N. Osherson y H. Lasnik (Eds.),
lopment Psychology, 6, 141-149. Language. Cambridge, MA.: The MIT Press.
Peiró, J.M. y Salvador, A. (1985). La incidencia del positivismo lógico y el Pinker, S. y Bloom, P. (1990). Natural language and natural selection. The
operacionalismo en la concepción de la Psicología como ciencia. Anuario Behavioral and Brain Sciences, 13, 707-784.
de Psicología, 32, 7-33. Pisoni, D.B. (1977). Identification and discrimination of the relative onset of

808 809
PSI COLOGIA DEL LENGUAJE. INVESTIGACION Y TEORIA REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS

two component tones: lmplications for the perception of voicing in stops. Putnam, H. (1967). Psychological predicares. En W.H. Capita.n y. D.D.
]ournal of the Acoustical Society of America, 61, 1352-1361. Merrill (Eds.), Art, mind and religion. Pittsburgh: The Umvers1ty of
Pisoni, D.B. y Luce, P.A. (1987). Acoustic-phonetic representations in word Pittsburgh Press.
recognition. Cognition, 25, 21-52. Quine, W.v-.0. (1953). From a Logical Point of View. Cambri.dge, 0_A.:
Planalp; S. y Tracy, K. (1980). Not to change the topic but ... : A cognitive Harvard University Press. (Trad. cast. Desde un punto de vzsta logzco.
approach to the management of conversation. En D. Nimmo (Ed.), Barcelona: Ariel, 1963).
Communication Yearbook, 4. Nueva Brunswick, N.J.: Transaction. Radford, A. (1981). Transformational Syntax. Cambridge: Cambridge Uni-
Pollack, l. y Pickett, J.M. (1964). lntelligibility of excerpts from fluent speech: versity Press.
Auditory vs. structural context. ]ournal of Verbal Learning and Verbal Ramírez, D. (1984). El lenguaje como instrumento regulador de la conduc-
Behavior, 3, 79-84. ta. En J. Palacios, A. Marchesi y M. Carretero (Comps.), Psicolo~ía
Pollatsek, A. y Rayner, K. (1989). Reading. En M.l. Posner (Ed.), Founda- evolutiva. Vol. 2. Desarrollo cognitivo y social del niño. Madnd:
tions of Cognitive Science. Cambridge, MA.: The MIT Press. Alianza.
Potter, J. y Wetherell, M. (1987). Discourse and social psychology. Beyond Ramírez, D. (1987). Regulación verbal: Un tema a debate. Infancia y Apren-
attitudes and behaviour. Londres: Sage. dizaje, 37, 59-70. . .
Potts, G.R., Peterson, S.B., St. John, M.F. y Kirson, D. (1990). Independent Ramírez, D. (1987). Desarrollo del lenguaJe y control de las accwnes: En
access to world knowledge and newly learned facts. En A.C. Graesser y torno a la regulación verbal. Infancia y Aprendizaje, 37, 71-90.
G.H. Bower (Eds.), Inferences and text comprehension. Nueva York: Ratcliff, R. y McKoon, G. (1978). Priming in item recognition: Evide.nce for
Academic Press. the propositional structure of sentences. ]ournal of Verbal Learnmg and
Poulson, D., Kintsch, E., Kintsch, W. y Premack, D. (1979). Children's Verbal Behavior, 17,403-418.
comprehension and memory for stories. ]ournal of Experimental Child Rausch, M.A., Prescott, T.E. y DeWolfe, A.S. (1980). Schizophre~:lic and
Psychology, 28, 379-403. aphasic language: Discriminable or not? ]ournal of Consultmg and
Power, R. (1979). The organization of purposeful dialogues. Linguistics, 17, Clinical Psychology, 48, 63-70.
107-152. Rayner, K. (1975). The perceptual span and peripheral cues in reading.
Poyatos, F. (1986). Nuevas perspectivas en psicolingüística a partir de la Cognitive Psychology, 7, 65-81.
comunicación no verbal. En M. Siguán (Coord.), Estudios de Psicolin- Rayner, K. y Balota, D.B. (1989). Parafoveal preview. and lexical ac~ess
güística. Madrid: Pirámide. during eye fixations in reading. En W. Marslen-Wilson (Ed.), Lexzcal
Premack, D. (1988). Does the chimpanzee have a theory of mind? revisited. Representation and Process. Cambridge, MA.: The MIT Press.
En R.W. Byrne and A. Whiten (Eds.), Machiavellian Inteligence: Social Rayner, K., Carlson, G.N. y Frazier, L. (1983). The interaction of syn~ax and
Expertise and the Evolution of Intellect in Monkeys, Apes and Humans. semantics during sentence processmg. ]ournal of Verbal Learnmg and
Oxford: Oxford University Press. Verbal Behavior, 22, 358-374.
Premack, D. (1990). On the coevolution of language and social competence. Rayner, K. y Duffy, S.A. (1988). On-line comprehension proc~sses and eye
The Behavioral and Brain Sciences, 13, 754-756. movements during reading. En M. Daneman, G.E. MacKmnon y T.G.
Premack, D. y Premack, A.J. (1988). La mente del simio. Madrid: Debate. Walker (Eds.), Reading Research: Advances in Theory and Practice. Vol.
Prem~ck, D. y Woodruff, G. (1978). Does the chimpanzee have a theory of 6. Londres: Academic Press.
mmd? The Behavioral and Brain Sciences, 1, 515-526. Rayner, K., Inhoff, A., Morrison, R., ?l?wiacz~k, M. Y. Be~tera,. J. (19~1).
Preston, J.M. y Gardner, R.C. (1967). Dimensions of oral and written Masking of foveal and parafoveal VlSIOn dunng eye f~xatwns m readmg.
language fluency. ]ournal of Verbal Learning and Verbal Behavior, 6, ]ournal o{ Experimental Psychology: Human Perceptton and Performan-
936-945. . ce, 7, 167-179.
Prince, E. (1988). Discourse analysis: A part of the study of linguistic Rayner, K. y McConkie, G.W. (1976). What guides a reader's eye move-
competence. En F.J. Newmeyer (Ed.), Linguistics: The Cambridge Sur- ments? V ision Research, 16, 829-837.
vey, Vol. 11. Linguistic Theory: Extensions and Implications. Cambridge: Rayner, K., Sereno, S.C., Morris, R.K., Schm~uder, A.R. y Clifton, C. (1989).
Cambridge University Press. Eye movements and on-line compr~henswn processes. En G.T.M. Alt-
Prinz, P. y Ferrier, L. (1983). «Can you give me that one?»: The comprehen- mann (Ed.) Parsing and Interpretatzon. Hove, R.U.: LEA.
sion, production and judgment of directives in language-impaired chil- Rayner, K., W~ll, A.D., Pollatsek,. A. y Be~ter~, J.~. (198.2). The ava~lability
dren. journal of Speech and Hearing Disorders, 48, 44-54. of useful information to the nght of flxatwn m read~ng. Perceptton and
Prizant, B.M. (1982). Gestalt language and gestalt processing in autism. Psychophysics, 31, 537-550. . . . .
Tapies in Language Disorders, 3, 16-23. Razran, G. (1939). A quantitative study of meanmg by a cond1t1oned sahvary
Propp, V. (1968). Morphology of the folktale. Austin: University of Texas technique (semantic conditioning). ~c.ience, 90, 89~90. .
Press (ed. or., 1928). Reicher, G.M. (1969). Perceptual recogmt1on as a funcnon of the meanmgful-
Putnam, H. (1960). Minds and machines. En S. Hook (Ed.), Dimensions of ness of stimulus material. journal of Experimental Psychology, 81, 275-
Mind. Nueva York: Collier Books. 280.

810 811
PSICOLOGIA DEL LENGUAJE. INVESTIGACION Y TEORIA

REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS

Reichman, R. (1978). Conversational coherency. Cognitive Science, 2, 283-


327. Riviere, A. y Núñez, M. (en preparación). Deceptive and non-deceptive
Reinhart, T. (1981). Pragmatics and linguistics: An analysis of sentence intentions in theory of mind.
topics. Philosophica, 27, 53-94. Riviere, A., Sarriá, E., Rubio, J., Núñez, M., Sotillo, M., Quintanilla, L. y
Reynolds, A. y Paivio, A. (1968). Cognitive and emotional determinants of Arias, L. (1990). Procesos deductivos e implicaturas conversacionales:
speech. Canadian ]ournal of Psychology, 22, 164-175. Una aproximación experimental. Estudios de Psicología, 45, 63-84.
Riba, C. (1990). La comunicación animal. Un enfoque zoosemiótico. Barcelo- Robinson, E.J. (1981). The child's understanding of inadequate messages and
na: Anthropos. · communication failure: A problem of ignorance or egocentrism? En W.P.
Richelle, M. (1981). La adquisición del lenguaje. Barcelona: Herder (ed. or., Dickson (Ed.), Children's oral communication skills. Nueva York: Aca-
1975). demic Press.
Rieber, R.W. y Carton, A.S. (1987). Editors' Foreword. En L.S. Vygotsky, Rochester, S.R. (1976). Reference as a speech art: An argument for studying
The collected Works of L.S. Vigotsky. Vol. l. Problems of General the listener. En R.N. Campbell y Ph. T. Smith (Eds.), Recent advances in
Psychology. Nueva York: Plenum Press. the psychology of language. Nueva York: Plenum Press.
Riemsdijk, H. van, y Williams, E. (1986). Introduction to the Theory of Rochester, S.R. (1978). Are language disorders in acute schizophrenia actua-
Grammar. Cambridge, MA.: The MIT Press (Trad. cast.: Introducción a lly information processing problems? ]ournal of Psychiatry Research, 14,
la teoría gramatical. Madrid: Cátedra, 1990). 275-283. (Trad. cast. en Estudios de Psicología, 1988, 33-34, 145-155).
Rissenberg, M. y Glanzer, M. (1987). Free recall and word finding ability in Rochester, S.R. y Martin, J.R. (1977). The art of referring: The speaker's use
normal aging and senile dementia of the Alzheimer's type: The effect of of noun phrases to instruct the listener. En R.O. Freedle (Ed.), Discourse
item concreteness. ]ournal of Gerontology, 42, 318-322. production and comprehension. Nueva Jersey: Ablex.
Riviere, A. (1983). Interacción y símbolo en autistas. Infancia y Aprendizaje, Rochester, S. y Martin, J.R. (1979). Crazy Talk. A Study of the Discourse of
22, 3-25. Schizophrenic Speakers. Nueva York: Plenum Press.
Riviere, A. (1984). Acción e interacción en el origen del símbolo. En J. Roeper, T. (1988). Grammatical principies of first language acquisition:
Palacios, A. Marchesi y M. Carretero (Comps.). Psicología evolutiva. Theory and evidence. En F.J. Newmeyer (Ed.), Linguistics: The Cambrid-
Vol. 2. Desarrollo cognitivo y social del niño. Madrid: Alianza. ge Survey. Vol. II. Linguistic Theory: Extensions and Implications. Cam-
Riviere, A. (1985a). Sobre la multiplicidad de las representaciones. Un viaje bridge: Cambridge University Press.
por los vericuetos de los lenguajes del pensamiento. En J. Mayor (Ed.), Rolf, E. (1989). How to generalize Grice's theory of conversation. Manuscri-
Actividad humana y procesos cognitivos. Madrid: Alhambra. to, XII, 55-69.
Riviere, A. (1985b). La Psicología de Vygotski: Sobre la larga proyección de Rosch, E. y Mervis, C.B. (1975). Family resemblances: Studies in the interna}
una corta biografía. Infancia y Aprendizaje, 27-28, 7-86 (reed. Madrid: structure of categories. Cognitive Psychology, 7, 573-605.
Visor, 1986). Rosenberg, S. (1977). lntroduction and overview. En S. Rosenberg (Ed.),
Riviere, A. (1986). Razonamiento y representación. Madrid: Siglo XXI. Sentence Production: Developments in Research and Theory. Hillsdale,
Riviere, A. (1987). El Sujeto de la Psicología Cognitiva. Madrid: Alianza. N.J.: LEA.
Riviere, A. (1990a). Mente y conciencia en los «Principios de PsicologÍa»: Un Rosenberg, S. y Simon, H.A. (1977). Modeling semantic memory: effects of
diálogo con James cien años después. Psicothema, 2, 111-133. presenting information in different modalities. Cognitive Psychology, 9,
Riviere, A. (1990b). Origen y desarrollo de la. función simbólica en el niño. 293-325.
En J. Palacios, A. Marchesi y C. Coll (Eds.), Desarrollo psicológico y Rubenstein, H., Garfield, L. y Millikan, J.A. (1970). Homographic entries in
educación. Madrid: Alianza. the internallexicon. ]ournal of Verbal Learning and Verbal Behavior, 9,
Riviere, A. (1990c). Procesos pragmáticos y atribución de estados mentales: 487-492.
Un análisis de las deficiencias severas en humanos y de las peculiaridades Rubenstein, H., Lewis, S.S. y Rubenstein, M.A. (1971). Evidence for phone-
comunicativas en otros primates. Actas del ll Congreso del Colegio mic recoding in visual recognition. ]ournal of Verbal Learning and
Oficial de Psicólogos. Valencia. Verbal Behavior, 10, 645-657.
Riviere, A. (1991). Objetos con mente. Madrid: Alianza. Rubín, D.S. (1975). Within word structure in the tip-of-the-tongue phenome-
Riviere, A. y Belinchón, M. (1981). Reflexiones sobre el lenguaje autista. I. non. ]ournal of Verbal Learning and Verbal Behavior, 14, 392-397.
Análisis descriptivos y comparación con la disfasia receptiva. Infancia y Ruiz-Vargas, J.M. (Dir.) (1987). Esquizofrenia: un enfoque cognitivo. Ma-
Aprendizaje, 13, 89-120. drid: Alianza.
Riviere, A., Belinchón, M., Pfeiffer, A. y Sarriá, E. (1988). Evaluación y Ruiz-Vargas, J.M. (1991a). Sistemas y medidas de memoria. En J.M. Ruiz-
alteración de las funciones psicológicas en el autismo infantil. Madrid: Vargas (Ed.), Psicología de la memoria. Madrid: Alianza.
Centro de Publicaciones del M.E.C. Ruiz-Vargas, J.M. (1991b). El funcionamiento cognitivo de los esquizo-
Riviere, A. y Núñez, M. (1991). True and false intentions vs. right and wrong frénicos: La memoria y la atención. En C. Castilla del Pino y J .M.
beliefs: Which does the theory of mind development depend on? Comuni- Ruiz-Vargas (Eds.), Aspectos cognitivos de la esquizofrenia. Madrid:
cación presentada en la VI Conferencia Internacional de Praga. Trotta.
Rumelhart, D.E. (1975). Notes on a schema for stories. En D.G. Bobrow y
812
813
PSICOLOGIA DEL LENGUAJE. INVESTIGACION y TEORIA REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS

A_.~. C~llins (Eds.), Representation and Understanding: Studies in Cog- Saffran, E.M. (1982). Neuropsychological approaches to the study of langua-
mttve Sctence. Nueva York: Academic Press. ge. British ]ournal of Psychology, 73, 317-337.
Rumelhart, D.E. (1977). Understanding and summarizing brief stories. En D. Saffran, E.M. (1990). Short-term memory impairment and language proces-
Laberge y S.J. Samuels (Eds.), Basic processes in reading: Perception and sing. En A. Caramazza (Ed.), Cognitive Neuropsychology and Neurolin-
comprehension. Hillsdale, N.J.: LEA. guistics. Londres: LEA.
Rumel~art, D.E. (1980). Schema: The building blocks of cognition. En R.J. Saffran, E.M., Fitzpatrick-DeSalme, E.J. y Coslett, H.B. (1990). Visual distur-
Sptro, B.C. Bruce y W.F. Brewer (Eds.), Theoretical issues in reading bances in dementia. En M.F. Schwartz (Ed.), Modular deficits in Alzhei-
comprehension. Hillsdale, N.J.: LEA. mer-type dementia. Cambridge, MA.: The MIT Press.
Rumelhart, D.E. (1989). The architecture of mind: A connectionist approach. Saffran, E.M., Schwartz, M.F. y Marin, O.S.M. (1980). Evidence from
En M.I. Posner (Ed.), Foundations of Cognitive Science. Cambridge, aphasia: Isolating the components of a production model. En B. Butter-
MA.: The MIT Press. worth (Ed.), Language Production. Vol 1. Speech and Talk. Londres:
Rumelhart, D.E., McClelland, J.L. y the PDP Research Group (1986). Academic Press.
Parallel Distributed Processing: Explorations in the Microstructure of Saltzman, E. y Kelso, J.A.S. (1987). Skilled actions: A task-dynamic ap-
Cognition. Cambridge, MA.: The MIT Press. proach. Psychological Review, 94, 84-106.
Rumelha~t, D.E. (t:Jorman, D.A. (1982). Simulating a skilled typist: A study Salzinger, K. (1979). Ecolinguistics: A radical behavior theory approach to
of sktlled cognltlve-motor performance. Cognitive Science, 6, 1-36. language behavior. En D. Aaronson y R.W. Rieber (Eds.), Psycholinguis-
Rumelhart, D.E., Smolensky, P., McClelland, J.L. y Hinton, G.E. (1986). tic research: Implications and applications. Hillsdale, N.J.: LEA.
Schemata and sequential thought processes in PDP models. En McCle- Sánchez Bernardos, M.L. (1988). La distinción forma-significado y su contri-
ll~nd~ J.L. Rumel~art, D.E. y PDP Research Group (Eds.), Parallel bución al estudio de la afasia anómica. Tesis doctoral no publicada.
Dzstrzbuted Processmg. Explorations in the microstructure of cognition. Universidad Complutense de Madrid.
Vol. 2. Psychological and biological models. Cambridge, MA.: The MIT Sánchez-Casas, R.M. (1988). On access representatidn in visual word recog-
Press. nition. Tesis doctoral no publicada. Monash University, Australia.
Russell, J. (1984). Explaining mental lije. Sorne Philosophical Issues in Sánchez-Casas, R.M. y García-Albea, J.E. (1984). Palabras de clase abierta y
Psychology. Londres: MacMillan Press. de clase cerrada: efectos de interferencia en la clasificación de no-pala-
Rutter, D.R: (1977)._ Spee~h patter-?~ng in recently admitted and chronic long- bras. Informes de Psicología, 3, 133-143.
stay schtzophremc pattents. Brzttsh Journal of Social and Clínica! Psycho- Sánchez-Casas, R.M. y García-Albea, J.E. (1986). Dos vocabularios: diferen-
logy, 16, 47-55. cias computacionales en el estudio del lenguaje. En M. Siguán (Ed.),
Rutter, D.R. (1985). Language in schizophrenia: The structures of monolo- Estudios de psicolingüística. Madrid: Pirámide.
gues and conversations. British ]ournal of Psychiatry, 146, 399-404. Sánchez-Casas, R.M., García-Albea, J.E. y Bradley, D.C. (1991). On access
Rutter, M. (1978). Language disorder and infantile autism. En M. Rutter y E. representarían in visual word recognition: The temporal separation tech-
Schopler (Eds.), Autism: A reappraisal of concepts and treatment. Nueva nique. Psychological Research, 53, 53-61.
York: Plenum. (Trad. cast. Autismo. Madrid: Alhambra, 1984). Sánchez de Zavala, V. (1973). Indagaciones praxiológicas. Madrid: Siglo
Rutter, M. (1990). Deprivación materna. Madrid: Morara. XXI.
Rutter, M., Bartak, L. y Newman, J. (1971). Autism: A central disorder of Sanford, A.J. y Garrod, S.C. (1981). Understanding Written Language:
cognition. a1_1d language. En M. Rutter (Ed.), Infantile autism: Concepts, Explorations in Comprehension beyond the Sentence. Chichester: Wiley.
characterzsttcs and treatment. Londres: Churchill. Sanford, A.J. y Garrod, S.C. (1989). What, when and how: Questions of
Rutter, M. y Shopler, E. (1987). Autism and developmental severe disorders: immediacy in anaphoric reference resolution. En G.T.M. Altmann (Ed.),
Concepts and diagnosis. Journal of Autism and Developmental Disorders, Parsing and Interpretation. Hove, R.U.: LEA.
2, 159-186. Santacruz, J. (1984). Aprendizaje verbal y conducta verbal. En J. Mayor
Rutte~, M. y Schopler, E. (1988). Autism and pervasive developmental (Ed.), Psicología del pensamiento y el lenguaje. Vol. 1. Madrid: UNED.
dtsorders. Concepts and diagnostic issues. En E. Schopler y G.B. Mesi- Santacruz, J. (1987). Psicología del Lenguaje. Procesos. Madrid: UNED.
bov (Eds.), Diagnosis and assessment in autism. Nueva York: Plenum. Sanz, M.T. (Coord.) (1988). Psicología de la comunicación. Madrid: UNED.
Sacerdoti, E. (1977). A structure for plans and behavior. Nueva York: Sartori, G., Barry, C. y Job, R. (1984). Phonological dyslexia: A review. En
Elsevier. R.N. Malatesha y H. Whitaker (Eds.), Dyslexia: A Global Issue. La
Sacks, H.~ Sc~egloff, E. y Je~ferson, G. (1974). A simplest systematics for the Haya: Martinus Nijhoff. (Trad. cast. en F. Valle, F. Cueros, J.M. Igoa y
orgamzatton of turn takmg for conversation. Language, SO, 696-735. S. del Viso (Eds.), Lecturas de psicolingüística. Vol. 2. Neuropsicología
Sachs, J.D. (196?). Recognition 1_11emory for syntactic and semantic aspects of cognitiva del lenguaje. Madrid: Alianza, 1990).
connected dtscourse. Perceptton and Psychophysics, 2, 437-442. Scarborough, D.L., Cortese, C. y Scarborough, H.S. (1977). Frequency and
Sadock, J.~. (1_9~8). Speech act ?istinctions in grammar. En F.J. Newmeyer repetition effects in lexical memory. ]ournal of Experimental Psychology:
(Ed.) Lmgutsttcs: The Cambrtdge Survey. Vol. 11. Linguistics: Extensions Human Perception and Performance, 3, 1-17.
and implications. Cambridge: Cambridge University Press. Scardamalia, M. y Bereiter, C. (1983). The development of evaluative,

814 815
PSICOLOGIA DEL LENGUAJE. INVESTIGACION Y TEORIA REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS

diagnostic and remedial capabilities in children's composing. En M. semantic context and visual word recognition. Journal of Experimental
Martlew (Ed. ), The psychology of written language: A developmental Psychology: Human Perception and Performance, 2, 243-256.
approach. Londres: Wiley and Sons. Schwartz, M.F. _(1987). Patterns of speech production deficit within d
Scardamalia, M., Bereiter, C. y Goelman, H. (1982). The role of production across aphasta syndro~es: Application of a psycholinguistic model.a~n
factors in writing ability. En M. Nystrand (Ed.), What writers know. The M. Coltheart, G. Sarton y R. Job (Eds.), The Cognitive Neuropsycholo
language, process, and structure of written discourse. Nueva York: of Language. Hillsdale, N.J.: LEA. gy
Academic Press. Sch~artz, M.~. y Chawluk, J.B. (1990). Deterioration of language in progres-
Schachter, P. (1988). What's in a name: Inferences from tip of the tongue stve aphasta: A case study. En M.F. Schwartz (Ed.), Modular deficits in
phenomena. En L. Hyman y C.S. Li (Eds.), Language, Speech and Mind: Alzhetmer-type dementia. Cambridge, MA.: The MIT Press.
A Zeitschrift for Vicki Fromkin. Nueva York: Routledge. Schwar~z, ~.F. y Stark, J.A. (1990). Clinicopathological models of Alzhei-
Schaffer, H.R. (1979). El desarrollo de la sociabilidad. Madrid: Pablo del Río. mer s dtsease and semle dementia: Unraveling contradictions. En M.F.
Schank, R.C. (1972). Conceptual dependency: A theory of natural language Schwartz (Ed.), Modular deficits in Alzheimer-type dementia. Cambrid-
understanding. Cognitive Psychology, 3, 552-631. ge, MA.: The MIT Press.
Schank, R.C. (1975). Conceptual Information Processing. Amsterdam: Schwar~z, S.. (1982). Is there a schizophrenic language? The Behavioral and
N orth-Holland. Bram Sctences, 5, 579-626.
Schank, R.C. (1981). Language and memory. En D.A. Norman (Ed.), Pers- Schwarz, M.N.~. y Flammer, A. (1981). Text structure and title-effects on
pectives on cognitive science. Hillsdale, N.J.: LEA. (Trad. cast. Perspecti- c'?mprehenswn and recall. Journal of Verbal Learning and Verbal Beha-
vas de la Ciencia Cognitiva. Barcelona: Paidós, 1987). vzor, 20, 61-66.
Schan~, R.C. y Abelson, R.P. (1977). Scripts, plans, goals and understanding.
Searle, J.R. (1969). Speech acts. Cambridge: Cambridge University Press.
Hdlsdale, N.J.: LEA. (Trad. cast. Guiones, planes, metas y entendimien- (Trad. cast. Actos de habla. Madrid: Cátedra, 1980).
to. Barcelona: Paidós, 1987). Searle, J.R. (1975). In~irect speech acts. En P. Cole y J. Morgan (Eds.),
Schank, R.C. y Rieger, C.J. (1974). Inference and the computer understan- Syntax and Semanttcs. Vol. 3. Nueva York: Academic Press.
ding of naturallanguage. Journal of Artificial Intelligence, 5, 373-412. Searle, J.~. (1983). In!entionality. An essay in the philosophy of mind.
Schegloff, E.A. (1968). Sequencing in conversational openings. American Cambndge: Cambndge University Press.
Anthropologist, 70, 1075-1095. Searle, J;R. (1991). Una taxonomía de los actos ilocucionarios. En L.M.
Schegloff, E.A. y Sacks, H. (1973). Opening up closings. Semiotica, 8, 289- Valdes (Ed.), La búsqueda del significado. Madrid: Tecnos.
327. Seco~ M. (1966). Manual de gramática española. Madrid: Aguilar.
Schlesinger, I.M. (1977). Components of a production model. En S. Rosen- Segm, J. (1984). The syllable: A basic perceptual unit in speech processing?
be_rg (Ed.), Sentence Production: Developments in Research and Theory. En H. Bouma y D.G. Bouwhuis (Eds.), Attention and Performance. Vol.
Hdlsdale, N.J.: LEA. ~· Control of Language Process~s. Hillsdale, N.J.: LEA.
Schmalhofer, F. y Glavanov, D. (1986). Three components of understanding Segm, J., Frauenfelder, U.H., Laine, C. y Mehler, J. (1987). The word
a programmer's manual: Verbatim, propositional, and situation represen- frequency effect for open and closed-class items. Cognitive Neuropsycho-
tations. Journal of Memory and Language, 25, 279-294. logy, 4, 33-44.
Schneider, W. y Shiffrin, R.M. (1977). Controlled and automatic human Seguí, J., Fraue~fel?er, U.H . .Y Mehler, J. (1981). Phoneme monitoring,
info~mai:ion processing: I. Detection, search and attention. Psychological
syllable momtonng and lextcal access. British ]ournal of Psychology 72
471-477. ' '
Revzew, 84, 1-66.
Schne~wly,. B. (1985). Activité langagiere ou action langagiere complexe. Segui, J., Mehler, J., Frauenfelder, U.H. y Morton, J. (1982). The word
D1scuss10ns et recherches allemandes. Bulletin de Psychologie, XXXVIII, f.~equency ~ffect and lexical access. Neuropsychologia, 20, 615-627.
(371), 595-606. Segm, J. y Zubtzarreta, M.L. (1985). Mental representation of morphologica-
Schneuwly, B. y Bronckart, J.P. (Eds.) (1985). Vygotsky Aujourd'hui. Neu- . lly complex words and lexical access. Linguistics, 23, 759-774.
chatel-París: Delachaux and Niestlé. Setdenberg, M.~. y Tanenhaus, M.K. (1986). Modularity and lexical access.
Schriefers, H., Meyer, A.S. y Levelt, W.J.M. (1990). Exploring the time En l. Gopmk y M. Gopnik (Eds.), From Models to Modules: Studies
course of lexical access in language production: Picture-word interference in Cognitive Science from the McGill Workshops Norwood N J ·
Ablex. · ' · ..
tasks. Journal of Memory and Language, 29, 86-102.
Schuler, A.L., Flechter, E.C. y Davis-Welsh, J.D. (1977). Language develop- Seidenberg, M.S., ~anenhaus, M.K., Leiman, J.M. y Bienkowski, M.A.
ment in child autism: A case study. Ponencia presentada en la Reunión de (1982). _A~tor:nanc access of the meaning of ambiguous words in context:
la «American Speech and Hearing Association». Chicago. Sorne hmttattons of knowledge-based processing. Cognitive Psychology
14, 489-537. '
Schuler,. A.L. y Prizant, B.M. (1985). Echolalia. En E. Schopler y G.B.
Seidenberg,. M.S., :Vaters, G.S., Sanders, M. y Langer, P. (1984). Pre and
l\1esibov (Eds.), Communication problems in autism. Nueva York: Ple-
post-lextcal loct of contextua! effects on word recognition. Memory and
num Press. Cognition, 12, 315-328.
Schvaneveldt, K.W., Meyer, D.E. y Becker, C.A. (1976). Lexical ambiguity,

816 817
PSICOLOGIA DEL LENGUAJE. INVESTIGACION Y TEORIA REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS

Selkirk, E.O. (1984a). Phonology and Syntax: The Relation between Sound flexible reading strategies. En M.L. Kamil (Ed.), Directions in reading:
and Structure. Ca!Ilbridge, MA.: The MIT Press. Research and instruction. Washington, D. C.: N ational Reading Confe-
Selkirk, E.O. (1984b). On the major class features and syllable theory. En M. rence.
Aronoff y R.T. Oehrle (Eds.), Language and Sound Structure: Studies in Shiffrin, R.M. y Schneider, W. (1977). Controlled and automag_c human
phonology presented to Morris Halle by his teacher and students. Cam- information processing: 11. Perceptual learning, automatic atténding, and
bridge, MA.: The MIT Press. a general theory. Psychological Review, 84, 127-190.
Sells, P. (1985). Lectures on Contemporary Syntactic Theories. Stanford, Shih, P.Ch. (1991). Alteraciones psicolingüísticas: Un estudio sobre las pausas
CA.: Center for the Study of Language and Information. del habla en las psicosis esquizofrénicas,¡., Memoria de licenciatura no
Serra, M. (1989). Cognitive, semiotic and symbolic deficiencies in dysphasia. publicada. Universidad Autónoma de Ma\trid.
Comunicación presentada en el XXI lnternational Congress of Logope- Sierra, B. (1991). La representación de losÍ::onceptos en la memoria. En J.M.
dics and Phoniatrics. Praga. Ruiz-Vargas (Ed.), Psicología de la memoria. Madrid: Alianza.
Serra, M. y Vila, l. (1986). Panorama histórico de la psicolingüística. En M. Sigman, M., Mundy, P., Sherman, T. y Ungerer, J. (1986). Social interactions
Siguán (Coord.), Estudios de psicolingüística. Madrid: Pirámide. of autistic, mentally retarded and normal children and their caregivers.
Seyfarth, R.M·. y Cheney, D.L. (1982). How monkeys see the world: A review ]ournal of Child Psychology and Psychiatry, 27, 647-656.
of recent research on East African vervet monkeys. En C.T. Snowdon, Sigman, M. y Ungerer, J.A. (1984). Cognitive and language skills in autistic,
C.H. Brown y M.R. Petersen (Eds.), Primate Communication, Cambrid- mentally retarded, and normal children. Developmental Psychology, 20,
ge: Cambridge University Press. 293-302. .
Shaffer, L.H. (1982). Rhythm and timing in skill. Psychological Review, 89, Siguán, M. (1984). El lenguaje en Piaget y la Escuela de Ginebra. En M.
109-122. Siguán (Ed.), Estudios sobre psicología del lenguaje infantil. Madrid:
Shaffer, L.H. (1984). Motor programming in language production: A tutorial Pirámide.
review. En H. Bouma y D.G. Bouwhuis (Eds.), Attention and performan- Siguán, M. (1986). La expresión literaria del lenguaje interior. En M. Siguán
ce. Vol. X. Control of language processes. Londres: LEA. (Coord.), Estudios de Psicolingüística. Madrid: Pirámide.
Shallice, T. (1988). From Neuropsychology to Mental Structure~ Cambridge: Siguán, M.·, Colomina, R. y Vila, l. (1990). Metodología para el estudio del
Cambridge University Press. lenguaje infantil. Vic: Abril Editorial.
Shannon, C.E. y Weaver, W. (1949). The Mathematical Theory o{ Communi- Silva, P.A. (1980). The prevalence, stability and significance of developmental
cation. Urbana, IL.: Illinois University Press. . language delay in pre-school children. Developmental Medica! Child
Sharkey, N.E. y Mitchell, D.C. (1985). Word recognition in a functional Neurology, 22, 768-777.
context: The use of scripts in reading. ]ournal of Memory and Language, Sinclair, J.M. y Coulthard, R.M. (1975). Towards an analysis of discourse.
24, 253-270. Londres: Oxford University Press.
Shattuck-Hufnagel, S.R. (1979). Speech errors as evidence for a serial order Sinclair de Zwart, H. (1978). Adquisición del lenguaje y desarrollo de la
mechanism in sentence production. En W.E. Cooper y E.C.T. Walker mente. Sistemas lingüísticos y operaciones concretas. Barcelona: Oikos-
(Eds.), Sentence Processing: Psycholinguistic Studies presented to Merrill
Tau.
Garrett. Hillsdale, N.J.: LEA. Singer, M. (1990). Psychology of Language: An introduction to sentence and
Shattuck-Hufnagel, S.R. (1987). The role of word onset consonants in speech
discourse processes. Hillsdale, N.J.: LEA. ·
production planning: New evidence from speech error patterns. En E.
Skelton-Robinson, M. y Jones, S. (1984). Nominal'dysphasia and the severity
Keller, y M. Gopnik (Eds.), Motor and Sensory Processes of Language.
of senile dementia. British ]ournal of Psychiatry, 145, 168-171.
Hillsdale, N.J.: LEA.
Shattuck-Hufnagel, S.R. y Klatt, D.H. (1979). The limited use of distinctive Skinner, B.F. (1957). Verbal Behavior. Nueva York: Appleton-Century-
features and markedness in speech production: Evidence from speech Crofts. (Trad. cast. Conducta verbal. México: Trillas, 1981).
error data. ]ournal of Verbal Learning and Verbal Behavior, 18, 41-55. Skinner, B.F. (1975). Sobre el Conductismo. Barcelona: Fontanella.
Shatz, M. (1978). The relationship between cognitive processes and the Skuse, D. (1984). Extreme deprivation in early childhood. 2. Theoretical
development of communication skills. En B. Keasey (Ed.), Nebraska issues and a comparative review. ]ournal o{ Clinical Psychology and
Symposium on Motivation. Vol. 25. Lincoln: University of Nebraska Psychiatry, 25, 543-572.
Press. Slobin, D.l. (1971). Psycholinguistics. Glenview, IL.: Scott, Foresman an~ Co.
(Trad. cast. Introducción a la psicolingüística. Buenos Aires: Pa1dós,
Shatz, M. y Gelman, R. (1973). The development of communication skills:
Modifications in the speech of young children as a function of listener. 1974).
Monographs o{ the Society for Research in Child Development, 38. Slobin, D.l. (1973). Cognitive prerequisites for the development of grammar.
Shatz, M. y McCloskey, L. (1984). Answering appropriately: A developmen- En C.A. Ferguson y D.l. Slobin (Eds.), Studies of child language develop-
tal perspective on conversational knowledge. En S.A. Kuczaj (Ed.), ment. Nueva York: Holt, Rinehart and Winston.
Discourse development. Nueva York: Springer-Verlag. Slobin, D.l. (1985). The Crosslinguistic Study of Language Acquisition (2
Shebilske, W.L. y Fisher, D.F. (1981). E~e movements reveal components of vols.). Hillsdale, N.J.: LEA.

818 819
PSICOLOGIA DEL LENGUAJE. INVESTIGACION Y TEORIA REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS

Smith, E.E. (1970). Associative and editing processes in schizophrenic com- Steedman, M.J. y Johnson-Laird, P.N. (1980). The production of sentences,
munication. ]ournal of Abnormal Psychology, 75, 182-186. utterances and speech acts: Have computers anything to say? En B.
Smith, E.E., Adams, N. y Schorr, D. (1978). Fact retrieval and the paradox of Butterworth (Ed.), Language Production. Vol. 1. Speech and Talk. Lon-
the expert. Cognitive Psychology, 10, 438-464. . dres: Academic Press.
Smith E.E. Shoben, E.J. y Rips, L.J. (1974). Structure and process m Stein, N.L. y Glenn, C.G. (1979). An analysis of story comprehension in
se~antic' memory: A featural model for semantic decisions. Psychological elementary school children. En R. Freedle (Ed.), New directions in
Review, 81, 214-241. discourse processing. Norwood, N.J.: Ablex.
Smith, F. (1971). Understanding Reading: A Psycholinguistic Analysis of Stein, N.L. y Trabasso, T. (1982). What's in a story? An approach to
Reading and Learning to Reld. Nueva York: Holt, Rinehart and Winston. comprehension and instruction. En R:Glaser (Ed.), Advances in the
Smyth, M.M. y Silver, G. (19871. Functions of vision in the control of psychology of instruction. Vol. 2. Hillsdale, N.J.: LEA.
handwriting. Acta Psychologica, 65, 47-64. Steinberg, D.D. (1982). Psycholinguistics: Language, Mind and World. Lon-
Smolensky, P. (1988). On the proper treatment of connectionism. The dres: Longman.
Behavioral and Brain Sciences, 11, 1-74. Stemberger, J.P. (1982). The nature of segments in the lexicon: Evidence from
Snowling, M. y Frith, U. (1986). Comprehension in «hiperlexic» readers. speech errors. Lingua, 56, 43-65.
]ournal of Experimental Child Psychology, 42, 39?-~15. . ... . Stemberger, J.P. (1984). Structural errors in normal and agrammatic speech.
Snyder, L.S. (1978). Communicative and cognitive abthttes and dtsabthttes m Cognitive Neuropsychology, 1, 281-313.
the sensorimotor period. Merrill-Quarter Palmer, 24, 161-18~. . Stemberger, J.P. (1985). An interactive activation model of language produc-
Sodian, B. (1988). Children's attributions of knowledge to the hstener m a tion. En A.W. Ellis (Ed.), Progress in the Psychology of Language. Vol. 1.
referential communication task. Child Development, 59, 378-385. Hillsdale, N.J.:LEA. (Trad. cast. en F. Valle, F. Cueros, J.M. Ig6a y S. del
Sokolov, A.N. (1972). Inner speech and thought. Nueva York: Plenum Press. Viso (Eds.), Lecturas de psicolingüística, Vol. 1: Comprensión y produc:..
Sonnenschein, S. (1985). The development of referential communication ción del lenguaje. Madrid: Alianza, 1990).
skills: Sorne situations in which speakers give redundant messages. ]our- Stemberger, J.P. (1990). Wordshape errors in language production. Cogni-
nal of Psycholinguistic Research, 14, 489-508. tion, 35, 123-157.
Sorensen, J.M. y Cooper, W.E. (1980). Syntactic coding of fundamental Stenning, K. y Michell, L. (1985). Learning how to tell a good story: The
frequency in speech production. En R.A. Cole (Ed.), Perception and development of content and language in children's telling of one tale.
Production of Fluent Speech. Hillsdale, N.J.: LEA. Discourse Processes, 8, 261-279.
Sotillo, M. (1993). Sistemas alternativos de comunicación. Madrid: Trotta . Stern, D. (1977). The First Relationship: Infant and Mother. Londres:
Sperber, D. (1990). The evolution of the language faculty: A paradox and 1ts Fontana/Open Books. (Trad. cast. La primera relación: Madre-hijo.
solution. The Behavioral and Brain Sciences, 13, 756-758. Madrid: Morata, 1978).
Sperber, D. y Wilson, D. (1981). Pragmatics. Cognitio~, 1_0, 281-286 ... Sternberg, S., Monsell, S., Knoll, R.L. y Wright, C.E. (1980). The latency and
Sperber, D. y Wilson, D. (1986). Relevance. Communzcatzon and Cognztzon. duration or rapid movement sequences: comparisons of speech and
Oxford: Blackwell. typewriting. En R.A. Cole (Ed.), Perception and production of fluent
Sperber, D. y Wilson, D. (1987). Précis of «Relevance». The Behavioral and speech. Hillsdale, N.J.: LEA.
Brain Sciences, 10, 697-754. Stillings, N.A., Feinstein, M.H., Garfield, J.L., Rissland, E.L., Rosenbaum,
Spilich, G.J., Vesonder, G.T., Chiesi, H.L. y Voss, J.F. (1979). Text proces- D.A., Weisler, S.E. y Baker-Ward, L. (1987). Cognitive Science: An
sing of domain-related information for ind.ividuals with high a~d low . Introduction. Cambridge, MA.: The MIT Press.
domain knowledge. Journal of Verbal Learnzng and Verbal Behavzor, 18, Struhsaker, T.T. (1967). Auditory communication among vervet monkeys
275-290. (Cercopithecus aethiops). En S.A. Altmann (Ed.), Social Communication
Spoehr, K.T. y Smith, E.E. (1975). The role of orthograp_hic and phonotactic among Primates. Chicago: Chicago University Press.
rules in perceiving letter patterns. Journal of Expenmental Psychology: Stubbs, M. (1987). Análisis del discurso. Madrid: Alianza.
Human Perception and Performance, 1, 21-34. Studdert-Kennedy, M. (1974). The perception of speech. En T.A. Sebeok
Staats, A.W. (1968). Learning, language and cognition. Nueva York: Holt, (Ed.), Current Trends in Linguistics, Vol. 12. La Haya: Mouton.
Rinehart and Winston. Studdert-Kennedy, M. (1981). The emergence of phonetic structure. Cogni-
Staats, A.W. y Staats, C.K. (1963). Complex human behavior. Nueva York: tion, 10, 301-306.
Holt, Rinehart and Winston. Suárez Buratti, B. (1991). Investigaciones sobre la invariabilidad en la percep-
Stanley, J.C. y Campbell, R.T. (1971). Experimental and quasi-experimental ción del lenguaje. Trabajo presentado en el Segundo Seminario de
designs for research. Chicago: McNally a~d Co. . . Primavera de la St. Louis University. Madrid.
Stanovich, K.E. y Bauer, D. (1978). Expenments m the spelhng-to-sound Sullivan, H.S. (1953). The interpersonal theory of psychiatry. Nueva York:
regularity effect in word recognition. Memory and Cognition, 6, 115-123. Norton.
Steedman, M.J. y Altmann, G.T.M. (1989). Ambiguity in context: A reply. En Swinney, D.A. (1979). Lexical access during sentence comprehension: (Re)-
G.T.M. Altmann (Ed.), Parsing and Interpretation. Hove, R.U.: LEA. consideration of context effects. ]ournal of Verbal Learning and Verbal

820 821
PSICOLOGIA DEL LENGUAJE. INVESTIGACION Y TEORIA
REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS

Behavior, 14, 645-660. (Trad. cast. en F. Valle, F. Cuetos, J.M. Igoa y S. dysphasia: The relation between acoustic processing deficits and verbal
del Viso (Eds.), Lecturas de psicolingüística. Vol. 1. Comprensión y processing. Neuropsychologia, 18, 273-284.
producción del lenguaje. Madrid: Alianza, 1990). Tallal, P., Stark, R., Kallman, C. y Mellits, D. (1981). A reexamination of
Swinney, D.A. (1984). Theoretical and methodological issues in cognitive sorne nonverbal perceptual abilities of language-impaired and normal
science: A psycholinguistic perspective. En W. Kintsch, J.R. Miller y P.G. children as a function of age and sensory modality. ]ournal of Speech and
Polson (Eds.), Method and tactics in cognitive science. Hillsdale, N.J.: Hearing Research, 24, 351-357.
Erlbaum. Tanenhaus, M.K., Boland, J., Garnsey, S.M. y Carlson, G.N. (1989). Lexical
Swinney, D.A. y Osterhout, L. (1990). Inference generation during auditory structure in parsing long distance dependencies. ]ournal of Psycholinguis-
language comprehension. En A. Graesser y G.H. Bower (Eds.), The tic Research, 18, 37-50.
Psychology of Learning and Motivation: Inference and Text Comprehen- Tanenhaus, M.K., Carlson, G. y Trueswell, J.C. (1989). The role of thematic
sion, Vol. 25. Nueva York: Academic Press. structures in interpretation and parsing. En G.T.M. Altmann (Ed.),
Taft, M. (1979). Recognition of affixed words and the word frequency effect. Parsing and Interpretation. Hove, R.U.: LEA.
Memory and Cognition, 7, 263-272. Tanenhaus, M.K., Dell, G.S. y Carlson, G.N. (1987). Context effects and
Taft, M. y Forster, K.l. (1975). Lexical storage and retrieval of prefixed lexical processing: A connectionist approach to modularity. En J.L.
words. Journal of Verbal Learning and Verbal Behavior, 14, 638-647. Garfield (Ed.), Modularity in Knowledge Representation and Natural
Tager-Flusberg, H. (1981). On the nature of linguistic functioning in early Language Understanding. Cambridge, MA.: The MIT Press.
infantile autism. Journal of Autism and Developmental Disorders, 11, 45-56. Tanenhaus, M.K. y Lucas, M.M. (1987). Context effects in lexical proces-
Tager-Flusberg, H. (1985a). The conceptual basis for referential word mea- sing. Cognition, 25, 213-234. . . .
ning in children with autism. Child Development, 56, 1167-1178. Tannenbaum, P.H. y Williams, F. (1968). Generatwn of active and passtve
Tager-Flusberg, H. (1985b). Basic level and superordinate level categoriza- sentences as a function of subject or object focus. ]ournal of Verbal
tion by autistic, mentally retarded, and normal children. Journal of Learning and Verbal Behavior, 7, 246-250.
Experimental Child Psychology, 40, 450-469. Tanz, C. (1980). Studies in the acquisition of deictic terms. Cambridge:
Tager-Flusberg, H. (1986). Constraints on the representation of word mea- Cambridge University Press.
ning: Evidence from autistic and mentally retarded children. En S.A. Taraban, R. y McClelland, J.L. (1988). Constituent attachment and thematic
Kuczaj y M.D. Barrett (Eds.), The development of word meaning. Nueva role assignment in sentence processing: Influences of context-based ex-
York: Springer-V erlag. pectations. ]ournal of Memory and Language, 27, 597-632.
Tager-Flusberg, H. (1992). Autistic's talk about psychological states: Taraban, R. y McClelland, J.L. (1990). Parsing and. comprehension: A
Deficits in the early acquisition or a theory of mind. Child Development, multiple constraint view. En D. Balota, G.B. Flores D' Arcais y K. Rayner
63, 161-172. (Eds.), Comprehension Processes in Reading. Hillsdale, N.J.: LEA.
Taine, H. (1876). Note sur l'acquisition de langage chez les enfants et dans Taylor, l. (1969). Content and structure in sentence production. ]ournal of
l'espéce humaine. Revue Philosophique de la France et de l'Etranger, 1, 3- Verbal Learning and Verbal Behavior, 8, 170-175.
23. (Trad. cast. Revista Europea, 1876). Terrell, B., Schwartz, R., Prelock, P. y Messick, C. (1984). Symbolic play in
Tallal, P. (1976). Rapid auditory processing in normal and disordered normal and language-impaired children. ]ournal of Speech and Hearing
language development. ]ournal of Acoustic Society of America, 66, 1703- Research, 27, 424-429.
1712. Terry, W.S. y Mason, H.M. (1982). Recognition of sentences from prose.
Tallal, P. (1978). Implications of speech perceptual research for clinical Bulletin of the Psychonomic Society, 19, 7-10.
populations. En J.F. Kavanagh y W. Strange (Eds.), Speech and langua- Thal, D. y Barone, P. (1983). Auditory processing and language impairment
ge in the laboratory, school and clinic. Cambridge, MA.: The MIT in children: Stimulus considerations for intervention. ]ournal of Speech
Press. and Hearing Disorders, 48, 18-24.
Tallal, P. y Piercy, M. (1973a). Defects of non-verbal auditory perception in Thomas, P.F., King, K. y Fraser, W.l. (1987). Positive and negative symptoms
children with developmental aphasia. Nature, 241, 468-469. of schizophrenia and linguistic performance. Acta Psychiatrica Scandina-
Tallal, P. y Piercy, M. (1973b). Developmental aphasia: Impaired rate of non- vica, 76, 144-151.
verbal processing as a function of sensory modality. Neuropsychologia, Thomas, P.F., King, K., Fraser, W.l. y Kendell, R.E. (1990). Linguistic
11, 389-398. performance in schizophrenia: A comparison of acute and chronic pa-
Tallal, P. y Piercy, M. (1974). Developmental aphasia: Rate of auditory tients. British ]ournal of Psychiatry, 156, 204-210.
processing and selective impairment of consonant perception. Neuropsy- Thorndike, E.L. y Lorge, l. (1944). The teacher's word book of 30.000 words.
chologia, 12, 83-93. . Nueva York: Columbia Teachers College, Bureau of Publications.
Tallal, P., Stark, R., Kallman, C. y Mellits, D. (1980a). Perceptual constancy Thorndyke, P.W. (1976). The role of inferences in discourse comprehension.
for phonemic categories: A developmental study with normal and langua- ]ournal of Verbal Learning and Verbal Behavior, 15, 437-446.
ge impaired children. Applied Psycholinguistics, 1, 49-64. Thorndyke, P.W. (1977). Cognitive structures in comprehension and memory
Tallal, P., Stark, R., Kallman, C. y Mellits, D. (1980b). Developmental of ñarrative discourse. Cognitive Psychology, 9, 77-110.
822 823

UNIVERSIDAD DE ANTIOQUIA
BIBLIOTECA CENTRAL
PS ICO lOG lA DEL lENGUAJE. 1NVESTI GACION Y TEO RlA REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS

Tomblin, J.B. y Quinn, M. (1983). The contribution of perceptuallearning to manee distinction. En W.E. Cooper y E.C.T. Walker (Eds.), Sentence
performance on the repetition task. Journal of Speech and Hearing Processing: Psycholinguistic Studies presented to Merrill Garrett. Hillsda-
Research, 26, 369-372. le, N.J.: LEA.
Townsend, D.]. y Bever, T.G. (1978). lnterclause relations and clausal Valian, V. (1990). Null subjects: A problem for parameter-setting models of
processing. ]ournal of Verbal Learning and Verbal Behavior, 17, 509-521. language acquisition. Cognition, 35, 105-122.
Trabasso, T., Secco T. y Broek, P. van den (1984). Causal cohesion and Valverde, J.M. (1991). Prólogo. En W. Von Humboldt, Escritos sobre el
story coherence. En H. Mandl, N. Stein y T. Trabasso (Eds.), Learning lenguaje. Barcelona: Península.
and comprehension of text. Hillsdale, N.].: LEA. Valle, F. (1991). Psicolingüística. Madrid: Morata.
Trabasso, T. y Sperry, L.L. (1985). Causal relatedness and importance of Valle, F. y Cuetos, F. (1989). Las dislexias desde el enfoque neurocognitivo.
story events. ]ournal of Memory and Language, 24, 595-611. Sant Pau, 10, 9.:19.
Tracy, K. (1982). On getting the point: Distinguishing «issues» from Valle, F., Cuetos, F., lgoa, J.M. y Viso, S. del (Eds.) (1990). Lecturas de
«events», an aspect of conversational coherence. En M. Burgoon (Ed.), psicolingüística (2 vols.). Madrid: Alianza.
Communication yearbook S. Nueva Brunswick, N.J.: Transaction. Vega, M. de (1981). Una exploración de los metapostulados de la psicología
Tracy, K. (1983). The issue-event distinction: A rule of conversation and its contemporánea: El logicismo. Análisis y modificación de conducta, 7,
scope condition. Human Communication Research, 9, 320-334. 345-375.
Tracy, K. (1984). Staying on topic: An explication of conversational relevan- Vega, M. de (1982). La metáfora del ordenador: Implicaciones y límites. En l.
ce. Discourse Processes, 7, 447-464. Delclaux y ]. Seoane (Eds.), Psicología cognitiva y procesamiento de la
Trager, G.L. (1974). Writing and writing systems. En T. Sebeok (Ed.), información. Madrid: Pirámide.
Current Trends in Linguistics. Vol. 12. La Haya: Mouton. Vega, M. de (1984). Introducción a la psicología cognitiva. Madrid: Alianza.
Treiman, R. (1983). The structure of spoken syllables: Evidence from novel Vega, M. de, Carreiras, M., Gutiérrez-Calvo, M. y Alonso-Quecuty, M.L.
word games. Cognition, 35, 105-122. (1990). Lectura y comprensión: Una perspectiva cognitiva. Madrid:
Treisman, A.M. (1964). Verbal cues, language and meaning in selective Alianza.
attention. American ]ournal of Psychology, 77, 206-219. Vellutino, F. (1982). Theoretical issues in the study of word recognition: The
Trevarthen, C. (1982). The primary motives for cooperative understanding. unit of perception controversy re-examined. En S. Rosenberg (Ed.),
En G. Butterworth y P. Light (Eds.), Social cognition. Studies of develop- Handbook of Applied Psycholinguistics. Hillsdale, N.J.: LEA.
ment of understanding. Brighton: Harvester Press. Verplank, W.S. (1955). The control of the content of conversation: reinforce-
Trevarthen, C. y Hubley, P. (1978). Secondary intersubjectivity: Confidence, ment of statements of opinion. ]ournal of Abnormal and Social Psycholo-
confiding and acts of meaning in the first year. En A. Lock (Ed.), Action, gy, 51, 668-676.
gesture and symbol. The emergence of language. Londres: Academic Vila, l. (1985). La competencia comunicativa en los dos primeros años de
Press. vida. Tesis doctoral. Universidad de Barcelona.
Trevarthen, C. y Logetheti, K. (1987). First Symbols and the Nature of Viso, S. del (1990). Errores espontáneos del habla y producción del lenguaje.
Human Knowledge. Cahiers des Archives Piaget. Ginebra. Tesis doctoral no publicada. Universidad Complutense de Madrid. '
Trimmer, J.F. y McCrimmon, J.M. (1988). Writing with a purpose. Hough- Viso, S. del, y García-Albea, J.E. (1985). Variables morfológicas en el
ton Mifflin Co. procesamiento del lenguaje. Estudios de Psicología, 19-20, 195-214.
Tyler, L.K. y Marslen-Wilson, W. (1977). The on-line effects of semantic Viso, S. del, lgoa, ].M., y García-Albea, J.E. (1987). Corpus de errores
context on syntactic processing. ]ournal of Verbal Learning and Verbal espontáneos del español. Manuscrito no publicado. Universidad de Ovie-
Behavior, 16, 683-692. do.
Tyler, L.K. y Marslen-Wilson, W. (1982). Speech comprehension processes. Viso, S. del, lgoa, J.M. y García-Albe..a, J.E. (1991). On the autonomy of
En J. Mehler, M.F. Garrett y E.C.T. Walker (Eds.), Perspectives on phonological encoding: Evidence from slips of the tongue in Spanish.
Mental Representation. Hillsdale, N.J.: LEA. (Trad. cast. en F. Valle, F. ]ournal of Psycholinguistic Research, 20, 161-185.
Cuetos, ].M. Igoa y S. del Viso (Eds.), Lecturas de psicolingüística, Vol. l. Viviani, P. y Terzuelo, C. (1983). The organization of movement in handwri-
Comprensión y producción de/lenguaje. Madrid: Alianza, 1990). ting and typing. En B. Butterworth (Ed.), Language production. Vol. 2.
Udwin, O. y Yule, W. (1983). Imaginative play in language disordered Development, Writing and other Language Processes. Londres: Academic
children. British ]ournal of Disorders of Communication, 18, 197-205. Press.
Ulatowska, H.K., Doyel, A.W., Freedman-Stern, R., Haynes, S.M. y North, Vygotski, L.V. (1964). Pensamiento y lenguaje. Buenos Aires: La Pléyade (ed.
A.]. (1983). Production of procedural discourse in aphasia. Brain and or., 1934).
Language, 18, 315-341. Vygotski, L. V. (1978). Mind in society. The development of higher psycholo-
Ulatowska, H.K., Freedman-Stern, R., Doyel, A.W., Haynes, S.M. y North, gical processes. Cambridge, MA: Harvard University Press. (Trad. cast.
A.]. (1983). Production of narrative discourse in aphasia. Brain and El desarrollo de los procesos psicológicos superiores. Barcelona: Grijalbo,
Language, 19, 317-334. 1979).
Valian, V. (1979). The wherefores and therefores of the competence-perfor- Vygotski, L.V. (1990). Obras escogidas. Vol. l. Madrid: Visor.

824 825
PSICOLOGIA DEL LENGUAJE. INVESTIGACION Y TEORIA REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS

Wanner, E. (1975). On remembering, forgetting and understanding sentences. Wetherby, A.M. y Prutting, C. (1984). Profiles of communicative and cog-
La Haya: Mouton. nitive-social abilities in autistic children. Seminars in Speech and Lan-
Wanner, E. (1980). The ATN and the sausage machine: Which one ts guage.
baloney? Cognition, 8, 209-225. Wexler, K. y Manzini, R. (1987). Parameters and learnability in binding
Wanner, E. y Maratsos, M. (1978). An ATN approach to comprehension. En theory. En T. Roeper y E. Williams (Eds.), Parameter Setting and
M. Halle, J. Bresnan y G.A. Miller (Eds.), Linguistic Theory and Psycho- Language Acquisition. Dordrecht: Reidel.
logical Reality. Cambridge, MA.: The MIT Press. Whitaker, H.A. (1976). Neurobiology of language. En E.C. Carterette y M.P.
Warren, R.M. (1970). Perceptual restoration of missing speech sounds. Friedman (Eds.), Handbook of Perception. Vol. VII. Language and
Science, 176, 392-393. Speech. Nueva York: Academic Press.
Warren, W.H., Nicholas, D.W. y Trabasso, T. (1979). Event chains and Whitehurst, G.J. y Sonnenschein, S. (1981). The development of informative
inferences in understanding narratives. En R.O. Freedle (Ed.), New messages in communication: Knowing when vs. knowing how. En W. P.
directions in discourse processing. Vol. 2. Norwood: Ablex. Dickson (Ed.), Children's oral communication skills. Nueva York: Aca-
Wasow, T. (1989). Grammatical theory. En M.l. Posner (Ed.), Foundations demic Press.
of Cognitive Science. Cambridge, MA.: The MIT Press. Wijk, C. van, y Kempen, G. (1987). A dual system for producing self-repairs
Waterhouse, L. y Fein, P. (1982). Language skills in developmentally disabled in spontaneous speech: Evidence from experimentally elicited corrections.
children. Brain and Language, 15, 307-333. Cognitive Psychology, 19 .• 403-440.
Watson, J.B. (1913). Psychology as the behaviorist views it. Psychological Wilensky, R. (1978). Why John married Mary: Understanding stories invol-
Review, 20, 158-177. ving recurring goals. Cognitive Science, 2, 235-266.
Watson, J.B. (1924). Behaviorism. Nueva York: Norton. Wilkins, W. y Dumford, J. (1990). In defense of exaptation. The Behavioral
Watt, (1970). On two hypothesis concerning psycholinguistics. En J.R. and Brain Sciences, 13, 763-764.
Hayes (Ed.), Cognition and the Development of Language. Nueva York: Wilks, Y. (1976). Frames, scripts, stories and fantasies. Ponencia sin publicar
Wiley. presentada en la Conferencia NATO sobre «Psicología del lenguaje».
Watzlawick, P., Beavin, J. y Jackson, D. (1968). Pragmatics of Human Stirling.
Communication. Londres: Faber. Wimmer, H. y Perner, J. (1983). Beliefs about beliefs. Representational and
Weeks, S.J. y Hobson, R.P. (1987). The salience of facial expression of constraining function of wrong beliefs in young children's understanding
autistic children. ]ournal of Child Psychology and Psychiatry, 28, 137- of deception. Cognition, 13, 103-128.
152. Wing, L. y Gould, J. (1979). Severe impairments of social interaction and
Weeks, T. (1974). The slow speech development of a bright child. Lexington, associated abnormalities in child.ren: Epidemiology and clasification.
MA.: D. C. Heath. ]ournal of Autism and Developmental Disorders, 9, 11-29.
Weeks, T. (1975). The use of nonverbal by a slow speech developer. Word, Winograd, T. (1971). Procedures as a representat~on for data in a computer
27, 460-472. program for understanding natural language. Al-TR-84. Massachusetts
Weizenbaum, J. (1966). ELIZA: A computer program for the study of natural Institute of T echnology.
language communication between man and machine. Communications of Winograd, T. (1972). Understanding naturallanguage. Cognitive Psychology,
the Association for Computing Machinery, 9, 35-45. 3, 1-191.
Wellman, H.M. y Estes, D. (1987). Children's early use of mental verbs and Winograd, T. (1977). A framework for understanding discourse. En M.A.
what they mean. Discourse Processes, 10, 141-156. Just y P.A. Carpenter (Eds.), Cognitive processes in comprehension.
Wellman, H.M. y Johnson, C.N. (1979). Understanding of mental processes: Hillsdale, N.J.: Erlbaum.
A developmental study of remember and forget. Child Development, 50, Winograd, T. (1987). ¿Qué significa comprender el lenguaje? En D.A. Nor-
79-89. man (Ed.), Perspectivas de la Ciencia Cognitiva. Barcelona: Paidós (ed.
Wells, G., Madure, M. y Montgomery, M. (1981). Sorne strategies for or., 1981).
sustaining conversation. En P. Werth (Ed.), Conversation and discourse: Wittgenstein, L. (1953). Philosophical lnvestigations. Oxford: Blackwell.
Structure and interpretation. Nueva York: St. Martín. Woodruff, G. y Premack, D. (1979). lntentional communication in the
Wernicke, C. (1874). Der aphasische Symptomenkomplex. Breslau: Cohn und chimpanzee: The development of deception. Cognition, 7, 333-362.
Weigart. Woods, W.A. (1970). Transition network grammars for natural language
Werth, P. (1981). The concept of 'relevance' in conversational analysis. En P. analysis. Communications of the A.C.M., 13, 591-606.
Werth (Ed.). Conversation in discourse: Structure and interpretation. Woods, W.L. (1938). Language study in schizophrenia. ]ournal of Nervous
Nueva York: St. Martin's. and Mental Disease, 87, 290-316.
Wertsch, J.V. (1988). Vygotski y la formación social de la mente. Barcelona: Woodworth, R.S. (1938). Experimental Psychology. Nueva York: Holt.
Paidós. Woodworth, R.S. y Schlosberg, H. (1954). Experimental Psychology. Nueva
Wetherby, A.M. (1986). Ontogeny of communicative functions in autism. York: Holt.
]ournal of Autism and Developmental Disorders, 16, 295-316. Wolff, S. y Chess, S. (1965). An analysis of the language of fourteen

826 827
PSICOLOGIA DEL LENGUAJE. INVESTIGACION Y TEORIA

schizophrenic children. ]ournal of Child Psychology and Psychiatry, 6, INDICE ANALITICO


29-41.
Wróbel, ].(1990). Language and schizophrenia. Amsterdam: John Benjamins.
Wundt, W. (1990). Elementos de Psicología de los pueblos. Barcelona: Alta
Fulla.
Yamada, J.E. (1990). Laura: A case for the modularity oflanguage. Cambrid-
ge, MA.: The MIT Press. -
Yela, M. (1980). La evolución del conductismo. Análisis y Modificación de
conducta, 6, 147-180.
Zaccagnini, J.L. y Delclaux, I. (1982). Psicología cognitiva y procesamiento
de la información. en I. Delclaux y J. Seoane (Eds.). Psicología cognitiva
y procesamiento de la información. Madrid: Pirámide.
Zipf, G.K. (1936). The psychology of language. Boston: Houghton-Mifflin.
Zipf, G.K. (1945). The meaning-frequency relationship of words. ]ournal of
General Psychology, 33, 251-256.
Zurif, E.B. (1982). Neurolinguistics. En M. Gazzaniga (Ed.), Handbook of
Cognitive Neuroscience. Nueva York: Plenum Press.
Zurif, E.B. y Blumstein, S. (1978). Language and the brain. En M. Halle, J. Abejas, lenguaje de las: 20-21, 25-26, 164, Acto(s) de habla: 218, 221-226, 467, 635-
Bresnan y G.A. Miller (Eds.), Linguistic Theory and Psychological Reali- 210; véase además comunicación ani- 640, 664
ty. Cambridge, MA.: The MIT Press. mal Actuación lingüística: 30-32, 247, 253-257
Zurif, E.B., Swinney, D.A. y Garrett, M.F. (1990). Lexical processing and Accesibilidad representacional, hipótesis Adaptación: véase filogénesis del lenguaje
sentence comprehension in aphasia. En A. Caramazza (Ed.), Cognitive de la: 497 Adaptación seleétiva en la percepción del
Neuropsychology and Neurolinguistics. Londres: LEA. Acceso al léxico: 140-142, 377, 384 habla: 336; véase además rasgos fonéti-
a partir de espectros (LAFS): véase cos distintivos, detectores de
macroestructural, acoplamiento Adecuación de las teorías lingüísticas:
código de: 377-381 280
rutas: véase rutas de acceso al léxi- Adjunción
co sintáctica: 424, 595-596
Acción: 190-196, 227, 234-235, 611, 617- - mínima: 431-433
623 - véase además análisis sintáctico
Acento Adquisición
de contraste: 595-597 de las funciones del lenguaje: 188-
- de frase: 596, 603 190, 215-221, 227-234
- de palabra: 378-379, 386, 596 - de la gramática: 144-148, 156-161,
- patrón de: 594 188, 279-289
- véase además prosodia - del lenguaje: 132-137, 144-148, 150-
Actitud 161, 279-289
- intencional: véase estrategia inten- - de la competencia pragmática: 215-
cional 221, 678-682
- proposicional: 83, 302-303, 367 Afasia(s): 565-568, 704-719; véase además
Activación: 124, 149, 298-299, 371, 382- disfasia de evolución
383, 449 Afijos: 365-366, 369, 375-376
excitatoria: 124, 298-299, 405; véase Agramatismo: 396, 567, 712-714, 756
además facilitación Alófono: 323, 327, 605, 613
- inhibitoria: 124, 298-299, 383, 405 Alzheimer, enfermedad de: véase demen-
- interactiva, modelos de: 351-353, cia
403-407, 576-577 Ambientalismo: véase conductismo
- patrón de: 298-299 Ambigüedad
Actividad lingüística: 20, 30-32, 59-63, - léxica: véase léxico, ambigüedad
106, 131, 181-182, 238-242, 291-317; - oracional-: véase oraciones ambi-
véase ade_más actuación lingüística guas

828 829
INDICE ANALITICO INDICE ANALITICO

Amplitud: véase propiedades físicas del Automaticidad: véase procesos automáti- Cohorte, modelo de: 409-411; véase ade- - véase además enfoque conductual;
habla cos más reconocimiento de palabras neoconductismo
Anáforas Autonomía: 304-307, 371, 411-412, 424- Competencia: 59-63, 115, 145 Conectividad, patrón de: véase activa-
- construcción: véase cohesión 441, 541, 586-587; véase además enfo- - lingüística o gramatical: 26, 245, ción, patrón de
- resolución: 357, 460-463 que formalista; modelos autónomos; 247, 261-279 Conexionismo: véase enfoque conexio-
Análisis modularidad pragmática o comunicativa: 246, nista; modelos conexionistas
- acústico-fonético: 326-327 277, 640, 674-682, 693 Connotación: 43, 109
- auditivo: 325-326 y actuación: 51-53, 239-245, 252- Conocimiento
fonológico: 327-328 Baby-talk: 197 261, 292, 716-719 - clases de: 184, 246-247, 292
por síntesis: 340 Búsqueda, modelo de: 407 -409; véase ade- véase además gramática -común: 644
- véase además teoría motora de la más modelos autónomos; reconoci- Componentes del lenguaje: 261-262 - declarativo: 675
percepción del habla miento de palabras Compositividad: 40, 453; véase además del lenguaje: véase competencia
Análisis sintáctico: 315, 418-441 creatividad enciclopédico: 184, 637
- estrategias: véase estrategias de Comprensión factual: 636-637
análisis sintáctico Caso: véase papeles semánticos/temáticos - asintáctica: 718-719 metalingüístico: 42
modelos: 441-457 Categoría(s) vacía(s): 271-275, 601-602 - concepto de: 363-365 - procedimental: 675
Anomalistas y analogistas: 55 - ligamiento de: 275, 433-437 - estrategias cognitivas: véase estrate- - social: 649-652
Anomia: véase afasias Ciclos de codificación/planificación: 556- gias cognitivas de comprensión Constituyentes, estructura de: 418, 420
Apraxias: 622-623 557 Computacional, paradigma o enfoque: Constructivismo: 125-129, 139-140; véase
Aprendizaje: véase adquisición; conduc- Cierre tardío: 433, 596; véase además véase enfoque computacional además escuela de Ginebra; escuela de
tismo análisis sintáctico Cómputo, procesos de: véase enfoque Moscú
Arbitrariedad: 34, 144, 189, 247-248 Cláusula(s) computacional Contenido proposicional: 83, 302-303,
Archivos léxicos: 407 -408; véase además básica (o profunda): 553-555 Comunicación: 44-48 367
búsqueda, modelo de definición de: 419 - animal:- 33, 45, 162-165, 199; véase Contexto: 184, 370, 412, 647-648
Areas cerebrales: 170, 172, 566-567, 613- finita (o superficial): 553-555 además abejas - articulatorio: 323-324
614 fonémica: 552, 597 - no verbal: 690-693 - lingüístico: 320, 346, 354, 370, 412
Argumentos: véase estructura argumen- - hipótesis de la segmentación en: - referencial: 645-647, 669, 678 - paralingüístico: 691
tal; proposición 425, 427-428 véase además funciones del len- - referencial: 440
Arquitectura Claves guaje Continuidad
del formulador: 571-579 acústicas: véase propiedades físicas Conceptos, representación de: 373 hipótesis (ontogenética): 286
de la mente: 304-317 del habla Conceptuales - teorías (filogéneticas): 173-174
véase además conexionismo; mode- - prosódicas: 690-692 factores c. en producción: 580-582 Control
los autónomos; modelos interacti- Clicks, detección de: 426-427, 553-555; primitivos: 372, 473 - cognitivo: 684-686
vos; modularidad véase además tareas experimentales véase además teoría de la depen- - motor: 170, 172, 614-628; véase
Coarticulación: 323, 340, 615-616, 625- dencia conceptual además articulación
Articulación: 315-316, 539-540, 611-628
626 Conceptualización(es) - prearticulatorio: 591-593
Asociacionismo: 92, 242-243, 537
Codificación - en la TDC: 473 - véase además procesos controlados
mental: 93-96 fase de c. en la producción: 538-
fonológica: 315, 590-610 Conversación: 182-183
reflexológico: 96-98, 126
- lingüística: 540, 549-579, 582-584 539, 542-549, 558-559, 710-711 - definición: 630-633
verbal: 93-96, 239-243 Conciencia: véase función de autorregu-
- véase además formulación modalidades: 631, 682-692
véase además conductismo; neo- lación
Código: véase signo véase además discurso
conductismo Conducta
Código de acceso al léxico: véase acceso Cooperación, principio de: 471, 641-647,
Ataque glótico: véase tiempo de emisión - de devolución (back-channel beha- 746
al lé-xico, código de
de voz Cognitivo( a) vior): 691 Correcciones: véase autocorrecciones
ATN: véase redes de transición amplia- enfoque: véase enfoques en el estu- - lingüística: véase actividad lingüís- Correferencia: 249, 525
das dio del lenguaje tica; actuación lingüística Correlacional
Ausencia de invarianza, problema de la: - hipótesis c. en la adquisición: 724 Conductismo: 98, 103-116, 137-139 - hipótesis: 724
323, 360 Coherencia: 276, 470 mediacional: 108-110, 116, 256-257 - método: véase metodología obser-
Australopithecus: 168-170 - local o secuencial: 499-500, 660-663 radical o skinneriano: 111-116, 242- vacional
Autismo: 113, 733-747 - global: 499-500, 502, 525, 663-669 243 Creatividad: 39, 50, 114, 148, 156, 244-
Autocorrecciones: 569-571, 593 Cohesión: 278, 659-660, 678-679, 754-755 - watsoniano: 103-104, 137-139 245, 455

830 831
INDICE ANALITICO INDICE ANALITICO

Criterio 8: 271-273 Ecolalia: 736 Escala de sonoridad: 600, 624 silábica: 327, 592, 599, 605; véase
Cuerdas vocales: 613 Efecto de Escenarios: véase modelos mentales además sílaba
- frecuencia: véase frecuencia, efecto Escritura, procesos de: 361, 621-622, 627, - sintáctica: véase representación sin-
de 685-690 táctica
Decisión léxica, tarea de: 141, 394, 435; interferencia: véase interferencia, Escucha superficial: 39, 258-259, 263-265,
véase además tareas experimentales efecto de dicótica: 348 267, 269-274, 434, 552-555, 573
Deixis: 647, 654-657, 741 - invisibilidad: véase invisibilidad, selectiva: 348 Estructuralismo
Demencia: 711, 749-753 efecto de Escuela de - en afasiología: 708
Denominación (naming), tarea de: 394, - niveles: véase niveles, efecto de - Ginebra: 127-129, 203-204 - wundtiano: 90-92
569; véase además tareas experimenta- - no-palabras: véase no-palabras, - Moscú: 126-127, 129, 227-234 Evolución del lenguaje: véase filogénesis
les efecto de Especificidad de dominio: véase modula- Exaptación: 172-174; véase además filo-
Dependencias sintácticas: 420-421, 427- - superioridad de la palabra: véase ridad génesis
428 superioridad de la palabra, efecto Especificidad de la percepción del habla Extensional: 82-83
Desacoplamiento, proceso de (decou- de - de dominio: 337; véase además mo-
pling): véase metarrepresentación vía muerta: véase oraciones de vía dularidad
Desarrollo muerta de especie 337-338 Facilitación
- comunicativo: 206-213, 215-221 Efecto McGurk: 343 Especificidad del lenguaje: véase enfoque - en el procesamiento: véase activa-
- del lenguaje: véase adquisición del Encapsulamiento informativo: véase mo- formal(ista); filogénesis ción excitatoria
lenguaje dularidad Espectrograma: 321-322 - hipótesis de la (bootstrapping hy-
hipótesis del: 287 Energeia: 56-57, 91, 181 Esquemas: 502-503, 517-522 pothesis): 288
simbólico: 202-213 Enfoque(s) en el estudio del lenguaje Esquizofrenia: 656-657, 685, 753-762 Facultad del lenguaje: véase competencia
- véase además adquisición - cognitivo: 30, 292-293 Estado(s) mental(es): 116, 118, 184-186, Facultades
Descodificación continua, hipótesis de la: - computacional: 76, 84-85, 87-88, 197-198, 292-293 - horizontales: 310-312, 535, 707
428-429; véase además procesamiento 117-122, 132, 139-143, 235, 293-298 Estrategia(s) - verticales: 310-311, 709; véase ade-
incremental - conductual: 30, 82-83, 87 - cognitivas de comprensión: 253-256 más modularidad
Desorden formal del pensamiento: véase - conexionista: 123-124, 132, 148- - de análisis sintáctico: 423-441 Fijación de parámetros: véase parámetros
esquizofrenia 150, 158-159, 298-301, 456 - intencional: 177, 184-187, 191; véa- de la gramática
Desplazamiento referencial: 41 filogenético: 133-134 se además intención(es) Filogénesis del lenguaje: 133-136, 138-
Destreza lectora: 354 formal(ista): 20-27, 144-148, 151- Estructura 139, 147-148, 161-179, 197-198, 210-
Detectores de rasgos: véase rasgos fonéti- 152, 241, 244, 247-249, 280, 302, argumental/temática: 438-440, 483- 211
cos distintivos, detectores de 541 488, 546; véase además papeles se- Fisicalismo: 103-104, 698
Determinismo lingüístico: 35-36 - funcional(ista): 20, 27-30, 150-154, mánticos/temáticos Foco: 278, 546, 596; véase además infor-
Diálogo:· véase conversación 240-241,249-252,280,302,540-541 coordinadora: 619-621 mación dada
Diccionario mental: véase léxico - intencional: 83-84, 102, 292, 540 de constituyentes: véase consti- Fonema(s): 321-324, 378-379, 599-600,
Discriminación perceptiva: 328-330 - interconductual: 105-106, 113 tuyentes, estructura de 609, 624
Discurso - microgenético: 132-134, 139-143,. - de la conversación: 631, 755 - repetido, efecto del: 607, 610
- alteraciones: 753-755 148-150 - de la secuencia: véase representa- Fonológico(a)s
- definición: 469, 630-633 - neurobiológico 1 neurofisiológico: ción de la secuencia alteraciones: 715-716, 722
- programas de simulación del: 78- 30, 52-53, 81-82, 87, 239, 291-292 - fonológica: véase representación fo- - componente: 261, 267-268
80, 472-477, 651-653, 674-675 - ontogenético: 132-134, 138, 150- nológica - estructura: véase representación fo-
- véase además conversación 154, 161 - métrica: 594, 597-599, 604 nológica ,
Disfasia de evolución: 719-728 psicolingüístico: 119-122 - morfológica: véase representación Formal(ista), enfoque: véase enfoque for-
Dislexias adquiridas: 390-392 Enjuta biológica/evolutiva: 172-173, 174; morfológica mal(ista)
Disociaciones funcionales véase además filogénesis - posicional: véase representación Formantes: 321-322
en afasias: véase afasia(s) Entonación: 40, 594-595; véase además posicional Formatos textuales: 670-671
en el lenguaje infantil: 728-733 prosodia - profunda: 39, 258-259, 263-268, Formulación: 539-540, 710-711; véase
Doble articulación: véase dualidad de pa- Entramado métrico: 598 270-274, 552-555, 573 además codificación lingüística
trones Ergon: 56-57, 91, 181 - prosódica: 594-597 Frecuencia
Dualidad de patrones: 37-39 Errores del habla: 51, 557-564, 602-603, - segmenta!: 594, 599-600 de uso: 95, 307, 396-397
Duración: véase propiedades físicas del 606-610 . - semántica: véase representación se- fundamental: 324, 594, 603, 613
habla - en el lenguaje infantil: 155-159 mántica Fuerza ilocutiva/ilocucionaria: 223-224,

831 833
INDICE ANALITICO INDICE ANALITICO

416, 595, 635; véase además actos de Hiperregularización: 158-159 dislexias adquiridas; percepción del Marcador de entrada (1-marker): 547-548
habla Holofrases: 154-155, 192, 218 lenguaje escrito Marcador sintagmático: 264-267
Función(es) del lenguaje: 27-30, 40-48, Lectura a ritmo personal: véase tareas Markoviano, proceso: 537; véase además
181-187 experimentales asociacionismo verbal
- comunicativa(s): 215-221, 249-250; Identificación perceptiva: 328-330 Lemma: 569, 571, 583 Máximas conversacionales: 641-642
véase además comunicación Ilocutivos: véase actos de habla Lengua(s): 34, 144, 281 Mecanicista, explicación: 49
- de autorregulación: 44, 227-234 Impenetrabilidad: véase modularidad Lenguaje Memoria
- declarativa: 45, 191-192 Implicaturas: 528 - adquisición: véase adquisición del - a corto plazo: 684, 718
- imperativa: 45, 190-191 Indices: 190 lenguaje - a largo plazo: 478, 684
- simbólica/representacional: 40-44, Inferencias: 183, 316-317, 457-468, 470- - definiciones: 18-20, 24, 32 -ecoica: 37
187-190, 240-241 471, 527-530, 636, 639 dimensiones de análisis: 18-32 icónica: 37
Funcional(ista) Información egocéntrico: 129, 231-233, 758 Mensaje
- enfoque: véase enfoque funcional- - dada y nueva: 250, 462, 530-531, - interior: 227-229, 232-233 nivel/representación del: 317, 572
(ista) 758; véase además foco; presuposi- - modalidades: 21, 30, 33 pre-verbal o pre-lingüístico: 538-
nivel f. en la producción: véase re- ción - proposicional: 481-486 539, 545-549, 633
presentación funcional - excéntrica: 308 - rasgos de diseño: 32-53 Mentalismo: 83-88, 113-122, 124, 139,
Funcionalismo: 98-119 teoría de la: véase teoría de la in- - simbólico: 235 240-242, 244-245, 256-257, 300
- europeo: 100-102 formación - socializado: 129 Mente
- inentalista: 113-118, 295-296 Innatismo: 27, 157, 677, 681 - universales del: véase funciones co- arquitectura de la: véase arquitectu-
- norteamericano: 99-100, 103-113 computacional: 147, 309, 310 municativas; gramática universal ra de la mente
- lingüístico:' 144-147, 280-284, 310 Lexema: 569, 583 teoría de la: véase teoría de la men-
Inteligencia artificial: véase simulación, Lexicalidad, efecto de: 579, 610 te
Génesis del lenguaje: 131-137 método Lexicalización, procesos de: 265, 269, Metáfora: 417, 465-466
Gestos: véase comunicación no verbal; Intención(es): 46-47, 48-49, 152, 160-161, 548, 569 Metarrepresentación: 42, 195-203, 644,
realizativos gestuales 175-176, 214, 316, 543, 635-647, 679 Léxico(a): 262 681, 744-745, 758-759
Gramática: 23, 24, 245 mecanismos de asignación de: 47, - acceso al: véase acceso al léxico Metarrepresentacional, teoría/conjetura:
- de casos: véase semántica generati- 177 - ambigüedad: 140-142, 348, 399-402 682, 745
va - véase además fuerza ilocutiva - contacto-inicial: 382 Metodología
- del discurso: 275-279 Intencionalidad recursiva/de tercer or- - propiedades del: 371-377 de introspección: 65, 90-93
- generativa: 58, 144, 262-275 den: 177, 183, 224, 303 - modelos de reconocimiento: 351- de simulación: véase simulación
léxico-funcional (GLF): 256-257, Intensionalidad: 200-201 353, 377, 402-411 experimental: 71-73, 74-75, 136;
274-275 lnteracción(es) selección: 315-316, 383, 551-552, véase además tareas experimentales
- lingüística abstracta: 257 - anticipatorias: 209-210 568-569, 573-575 observacional o correlaciona!: 65-
- mental: 257 - comunicativa: 159, 209-213 Linealización, procesos de: véase proce- 71, 136
- modular: 270-275 Interaccionismo simbólico: 203, 205 sos de linealización Metonimias: 163, 195
- de narraciones/textos: 510-517 Intercambiabilidad de roles: 51 Localización(ismo): 706-710 Microestructura del texto: 279, 486-488
- de rección y ligamiento (RL): 270- Intercambio comunicativo: véase pares Logogén, modelo de: 403-405; véase ade- Microestructural, acoplamiento: 343
274 adyacentes más modelos interactivos; reconoci- Microgénesis del lenguaje: véase enfoque
- transformacional: 264-268; véase Interferencia, efecto de: 397 miento de palabras microgenético
además versión estándar; versión Intersubjetividad: 200 Microhecho: véase subtópico
estándar extendida - primaria: 207-208, 680 Microrrasgos: véase representación sub-
- universal (GU): 19, 36, 136-139, - secundaria: 213, 680 Macroestructura del texto: 279, 499-506, simbólica
144, 158, 281-288 Invisibilidad, efecto de: 353 672 Modelos
Gramaticalidad: 120, 241-245, 564, 570 Macroestructural, acoplamiento: 344 - arriba-abajo: 550; véase además
Grupo tonal: véase cláusula fonémica Macrogénesis: véase filogénesis; adquisi- procesos arriba-abajo
Guiones: 476, 519-521; véase además es- Juicios, tareas de: véase tareas experi- ción; desarrollo del lenguaje autónomos: 304-306, 377, 407-409,
quemas mentales Macrohecho: véase macroproposición 446-448, 523, 572-575, 608, 618-623
Macroproposición: 500-501, 664-665, 684 - conexionistas: 298-301, 351-353,
Macrorreglas: 501, 684 405-407, 448-452, 522, 576-577,
Habla: 33; véase además articulación; Laríngeo, sistema: 38, 167, 169, 612-613 Mando de constituyente (mando-e): 248- 609-610; véase además procesa-
percepción del habla Lectura: 349-361, 386-393; véase además 249 miento distribuido paralelo

834 835
INDICE ANALITICO INDICE ANALITICO

- interactivos: 306-307, 377, 403-407, Palabras: véase léxico Planos de análisis del lenguaje: véase en- Procesamiento
523, 576-579, 609 Papeles foques en el estudio del lenguaje - distribuido paralelo (PDP): 123-
izquierda-derecha: 550; véase ade- - estructurales: véase constituyentes, Plantillas espectrales: 344 124, 148, 448-452; véase además co-
más asociacionismo verbal estructura de Pobreza del estímulo, argumento de la: nexionismo
- mentales: 51, 522-527 - semánticos/temáticos: 271-274, 281-283; véase además adquisición de en cascada: 584
- proposicionales: véase lenguaje 414-415, 418, 438, 454, 483-485, la gramática incremental: 451, 585
proposicional; proposición 545, 573, 582; véase además estruc- Posicional, nivel p. en la producción: véa- - de la información (paradigma):
Modo de habla (speech mode): 339, 341; tura argumental; semántica genera- se representación posicional véase enfoque computacional; or-
véase además percepción categorial tiva Post-acceso, comprobaciones: 390, 394, denador, metáfora del
Modularidad: 307-314, 565, 693; véase Parafasias: 566, 715, 756 401 - léxico: véase léxico
además autonomía; gramática modu- Parafrases: 39 Pragmática - paralelo: 151, 303, 313, 351, 405
lar; modelos autónomos - alteraciones de la: 721-722, 729, - serial: 151, 305, 353, 408, 573-575,
Paragramatismo: 566, 714
Módulo(s): véase modularidad 731, 743-747, 755-756, 758-759 584, 608
Parámetros de la gramática: 284-286
Monólogo(s): 231-233, 631-632, 683-690; competencia: véase competencia sintáctico: véase análisis sintáctico
Pares adyacentes: 661-662 Proceso(s): 291-317
véase además conversación pragmática o comunicativa
Parsing: véase análisis sintáctico - véase además comunicación - abajo-arriba (bottom-up): 305, 320,
Morfología: 157-158, 262, 365-366, 374-
Pausas: 49, 136, 551-557, 594-597 Predicado: véase proposición 328, 377, 502
376
Pautas de armonización y sintonización Predictibilidad: 48, 120 - acústico-fonéticos: 315-316, 326-
alteraciones de la: 712-714, 721,
en neonatos: 206-207, 680 Preparación de secuencias, hipótesis de 327
723, 729, 739
Movimientos compensatorios: 616, 620- Percepción la: 622 arriba-abajo (top-down): 160, 193,
- del habla, definición: 321 Presuposición(es): 278, 596 305, 328, 377, 443, 476, 502, 510,
621
- del habla continua: 345-349 - metarrepresentacionales en produc- 519, 550, 608
Movimientos oculares: véase lectura; ta-
- del lenguaje escrito: 319-320, 349- ción: 644 automáticos: 303, 308-309, 585-586,
reas experimentales
Muévase a: 273-274, 433 361 - en la producción del lenguaje: 581 619-620, 622
de sonidos: 321-344 - pragmáticas en comprensión: 440- centrales: 316-317
- dúplex: 341-342 441 combinatorios: 301, 365-366
Percepción categorial: 328-339 - véase además información nueva - constructivos o inferenciales: véase
Neanderthal, hombre de: 168, 169 Período crítico: 187-190, 281-282 Prevaricación o engaño: 43, 198-199; véa- inferencias
Neoconductismo: 108-113 Perspectiva se además rasgos distintivos del len- - controlados: 303, 585-586, 759-760
Neologismos: 566, 715, 749, 756 - en el discurso: 525 guaje; teoría de la mente de integración: 457-459
Neuropsicología cognitiva del lenguaje: - física: véase deixis Priming: 397-399, 400-401, 409, 582 de linealización: 546-547, 552, 581-
82, 127, 565 - psicológica: 650-651 - contextua!: 398, 490 582
Niños salvajes: 204-205, 284 - véase además discurso - enmascarado: 398 de ordenación: 91, 552, 605
Niveles, efecto de: 488, 495-498 Perspectivas de estudio - fonológico: 407 - de selección: véase selección
Nodo: véase conexionismo - comparada: 32 - de repetición: 398 - intermedios: 316
No-palabras, efecto de: 397 - filológica: 23 - semántico: 141, 398 - periféricos: 314, 316
filosófica: 27 - transmodal: 401, 435, 463 Productividad: véase creatividad
psicológica: 29-30, 56-64 Principio Programa motor: 614-615, 626
Objetivo comunicativo: véase intención semiótica: 20-23 - de cooperación: véase cooperación, Propiedades físicas del habla: 37, 301,
Ontogénesis: véase adquisición; desarro- Plan principio de 319, 321-326, 329, 613
llo del lenguaje - fonético: 539-540, 590, 602 - de proyección: véase proyección, Proposición: 36, 43, 171, 173, 178, 183,
Opacidad referencial: 200-201 intencional: 635-640 principio de 214-215, 224, 269, 422-423, 480-498
Oración( es) motor: 540, 590, 605 de relevancia: véase relevancia, Proposicional (es)
- ambiguas: 414-415, 428-429 principio de actitud: véase actitud proposicional
Planificación
de vía muerta (garden-path:) 414, - ámbito: 563-564, 602-603 del subconjunto: véase subconjun- contenido: véase contenido propo-
430-431 - conceptual o del mensaje: 535, 538, to, principio del sicional
Ordenador, metáfora del: 117, 119, 124, de subyacencia: véase subyacencia, - lenguaje: véase lenguaje proposicio-
542-548
294-295; véase además enfoque compu- - de la oración: 549-579 principio de nal
- procesos de macrop.: 546, 556, 583 Principios transparentes y arbitrarios de - modelos: véase lenguaje proposicio-
tacional
Organon, modelo de: 27-28, 101 procesos de microp.: 546-547, 556- la gramática: 250 nal; proposición
Problema de Platón: 281 Prosodia: 40, 155, 345-346, 690-692
Ostensividad: 185, 640 557

836 837
INDICE ANALITICO INDICE ANALITICO

alteraciones de la: 715-716, 740 - semánticas: 374 - simbólica: véase enfoque computa- elaborado/figurado/indirecto/ in-
véase además acento; entonación; Reduccionismo: 85, 98, 112, 115, 293, cional tencional/pretendido: 46, 182-187,
estructura prosódica 295-296, 698 sintáctica: 270, 296-297, 315, 371- 224, 316, 417, 460, 464-468, 545
Protodeclarativos: véase realizativos ges- Redundancia: 48 373, 573 - indeterminación del: 453-455
tuales Reflexividad 42; véase además rasgos de - subsimbólica: 124, 132, 149, 159, - literal/inmediato/directo: 183, 223,
Protoimperativos: véase realizativos ges- diseño del lenguaje 301, 450; véase además enfoque co- 417, 460, 464-465
tuales Refuerzo: 98, 111, 243 nexionista; modelos conexionistas - referencial: 46
Proyección, principio de: 271-272 Reglas: 23, 36, 85, 115, 144, 147, 156-158, Restauración de errores: 346-347; véase - véase además semántica
Pseudo-palabras: véase no-palabras, efec- 215, 239, 293 además seguimiento (shadowing) Significante: 24, 184-186
to de - constitutivas: 516, 676 Restauración de fonemas, efecto de: 346- Signos, tipos de: 18-25
Psicología del lenguaje, definiciones: 63 de concordancia: 548 347 Sílaba
Psicosis: véase demencia; esquizofrenia - de conversión grafemo-fonémica Retroinformación (feedback): 51, 227, como código de acceso al léxico:
Punta de la lengua: véase TOT (CGF): 387-388; véase además reco- 306, 578-579, 618-619, 621-622 378-381
Punto de unicidad: 379-380, 410; véase dificación fonológica Retropropagación (backpropagation): estructura de la: 327, 599
además cohorte, modelo de de entonación: 548 451 Silencio: véase pausas
- de estructura sintagmática: 264- Rutas de acceso al léxico: 386-393 Símbolo(s): 28, 84
265, 273, 275, 279, 444 clases: 189-195
Rasgos de diseño del lenguaje: véase len- - de realización: 547 - noción de: 234-236
guaje, rasgos de diseño - de relación: 548 Saliencia perceptiva: 581 - ontogénesis: 203-213
Rasgos fonéticos distintivos - de repetición de argumentos: 486- Segmentación - véase además función simbólica
detectores de: 326, 334-336 487 - léxica: véase acceso al léxico Simulación
- integración de: 337 - fonológicas: 268, 548, 601-602 - sintáctica: véase análisis sintáctico - actividad/modo (pretending): 163,
Realización constante, hipótesis de la: - regulativas: 516, 676 - problema de la: 323 188, 195, 201; véase además meta-
260 - transformacionales: 258-259, 262- Seguimiento (shadowing): 347, 410; véase rrepresentación
Realiza ti vos ( performatives) 264, 267, 273, 275 además restauración de errores; tareas - método: 73-77, 119-120; véase ade-
- gestuales: 212-213, 215, 222, 679, Relevancia, principio de: 185, 472, 667- experimentales más discurso, programas de simula-
743 669, 747, 755 Segundo sistema de señales: 41-42, 97-98, ción
- verbos: véase verbos realizativos Representación: 18, 118 110 Sincronización
Rección y ligamiento: véase gramática de conceptual: véase representación Selección - en conversación: 691-693
reacción y ligamento semántica - léxica: 551-552 eri el habla: 623
Recodificación fonológica, hipótesis de de acceso/de contacto: véase acceso - natural: véase filogénesis - en neonatos: 206, 680
la: 387, 389-391; véase además reglas al léxico, código de Semántica(s): 22-23, 262-263, 267 Sin-práxico, lenguaje: 193
de conversión grafemo-fonémica - de la secuencia: 594, 599-600 - alteraciones: 730-731, 741-742, 749- Sin-semántico, lenguaje: 193
Reconocimiento de palabras: 370, 383- - del mensaje: véase mensaje 753 Sintagma: 419
393; véase además acceso al léxico; - fonética: 270, 296, 315, 328; véase - estructura: véase representación se- Sintáctico(a)
búsqueda, modelo de; lectura; léxico; además plan fonético mántica análisis: véase análisis sintáctico
logogén, modelo de; TRACE, modelo - fonológica: 296-297, 315, 328, 367, - generativa: 263, 268-270, 483-484 - componente del lenguaje: véase
de 371-373, 593-600 - representación: véase representa- componentes del lenguaje
Reconstrucción inferencia}, hipótesis de - funcional: 573-574, 583 ción semántica estructura: véase representación
la: 497 - lenguaje como sistema de: 40-44 - véase además significado sintáctica
Recuerdo : véase tareas experimentales léxica: 315, 367, 371-373; véase ade- Semántico(s), papel(es): véase papeles se- Sintaxis: 91-92, 123, 261-262
Recursividad más léxico mánticos - alteraciones de la: 721, 723, 727-
- de la intencionalidad: véase inten- - morfológica: 367, 371-373, 592, 604 Semiótica: véase signo 729, 738-739, 756-757, 761-762;
cionalidad recursiva - ortográfica: 367, 371-373 Sensibilidad a la estructura: 251 véase además agramatismo; para-
- de las proposiciones: 484 - posicional: 573-574, 583 Señal lingüística gramatismo
- de las reglas sintácticas: 268 - pre-verbal: véase mensaje pre-ver- - modalidades: 36-37 Síntoma: 28
Redes ha! o pre-lingüístico - propiedades físicas de la: véase pro- Sistema(s)
- conexionistas: véase enfoque cone- - proposicional: véase proposición piedades físicas del habla - centrales: 307
xionista; modelos conexionistas - semántica: 263, 267, 270, 296, 298, Señales emocionales: 163, 190, 693 - cognitivo profundo: 256
de transición ampliadas (A TN): 315, 367, 371-373, 416, 543; véase Significado: 24, 106-107 - de entrada: 307, 310-311
442-446 además mensaje; proposición - efectorial: 109 - de producción: 312, 636

838 839
INDICE ANALITICO INDICE ANALITICO

- de salida: 310-311 Teoría Uso del lenguaje: véase actividad lingüís- Versión estándar: 263-268; véase además
- laríngeo: véase laríngeo, sistema - auditiva de la percepción del habla: tica gramática transformacional
- subglótico: véase subglótico, siste- 343-344 Versión estándar extendida: 265, 268,
ma del caso: 271-272 270; véase además gramática transfor-
- subsimbólicos: véase representa- - de la complejidad derivativa Velocidad del habla: 324 macional
ción subsimbólica (TCD): 258-259, 424 Ventana móvil: véase tareas experimenta- Vía muerta (garden-path), oraciones: véa-
- supralaríngeo: véase supralaríngeo, - de la dependencia conceptual les se oraciones de vía muerta
sistema (TDC): 418, 472-477, 517 Verbos Vividez: 581
Solucionador general de problemas - de huecos y piezas: 608-609 - mentales: 199-200; véase además Vocabulario
(SGP): 305-306, 685 - de la información: 46 teoría de la mente - de clase abierta y de clase cerrada:
Subcategorización, marcos de: 264-265, - del ligamiento: 271-272 - realizativos/performativos: 222-223, 353, 356, 367, 396, 551-552, 562-
274 - de la mente: 196-203, 208, 637, 650, 226 563, 575; véase además léxico
Subconjunto, principio del: 286 678, 681, 744, 747
Subglótico, sistema: 611-612 - de los prototipos: 373
Submeta comunicativa: 638-640 - de rasgos: 373
Subtópico: 684 - de la rección: 271-272
Subyacencia, principio de: 248 - estándar: véase versión estándar
Succión de elevada amplitud, procedi- - estándar extendida: véase versión
miento de: 332-333; véase además ta- estándar extendida
reas experimentales motora de la percepción del habla:
Superestructura del discurso: véase for- 339-343
matos textuales - x': 271-273
Superioridad de la palabra, efecto de: - e: 271-273
350-351 Texto: véase discurso
Supralaríngeo, sistema: 38, 52, 166-169, Texto base: 482, 487, 496-497, 545; véase
291, 612-614, 616, 623 además discurso
Suprasegmental: véase prosodia Tiempo de emisión de voz (TEV/VOT):
329-335, 338-339
Tipicalidad: 582
Tare as experimentales Titubeos: véase pausas
- en curso o simultáneas (on-line): Topicalización: 250-251
354-355, 393, 394, 425-426 Tópico
- en comprensión de oraciones: 73, - del discurso: 658, 664
425-427, 434-435 - estrategias de cambio de: 667
- en comprensión de discursos: 489- TOT: 376, 568-569, 603-604
495 TRACE, modelo de: 405-407; véase ade-
- en comprensión de palabras: 393- más modelos conexionistas; modelos
396 interactivos; reconocimiento de pala-
en lectura: 354, 393-396 bras
- en percepción del habla 328-329, Tracto vocal: véase supralaríngeo, siste-
332, 395; véase además discrimina- ma
ción perceptiva; identificación per- Transducción sensorial: 307
ceptiva Transparencia, supuesto de: 566
- en producción: 73, 568-569, 571, Tríada de Wing: 734, 747
581-582, 616; véase además comu- Triangulación, proceso de: 211-212; véase
nicación referencial además desarrollo comunicativo
- fuera de curso o sucesivas (off-line): Turnos: 631; véase además conversación
393-394, 426-427
Teleológica, explicación: 49
Tema: 278, 499, 506-510, 658; véase ade- Universales lingüísticos: véase funciones
más tópico comunicativas; gramática universal

840 841
OTROS TÍTULOS

Manuel de Vega y Fernando Cuetos (editores)


Psicolingüística del español

Manuel Carreiras
Descubriendo y procesando el lenguaje

Juan E. Jiménez González


y Mercedes A. Muñetón Ayala
Dificultades de aprendizaje de la escritura.
Aplicaciones de la psicolingüística
y de las nuevas tecnologías

Lilianne Manning (editora)


Introducción a la neuropsicología clásica
y cognitiva del lenguaje

María Sotillo (coordinadora)


Sistemas alternativos de comunicación

Antonio Blanco Salgueiro


Palabras al viento.
Ensayo sobre la fuerza ilocucionaria

Juan José Acero (editor)


Filosofía del lenguaje 1: Semántica
Marcelo Dascal (editor) Mario Carretero, J ulián Almaraz y Pablo F ernández
Filosofía del lenguaje II: Pragmática Razonamiento y comprensión

Platón José E. García Albea


Cratilo o Del lenguaje Mente y conducta

Agustín de Hipona
El maestro o Sobre el lenguaje Antonio Corral
De la lógica del adolescente a la lógica del adulto

Friedrich Nietzsche
Escritos sobre retórica Carlos Castilla del Pino y José M. Ruiz-Vargas
Aspectos cognitivos de la esquizofrenia

Ángel Riviere 1
Autismo. Michel Kubovy
Orientaciones para la orientación educativa Psicología de la perspectiva y el arte del Renacimiento

José María Ruiz-Vargas


Memoria y olvido. Ignacio Martín Baró
Perspectivas evolucionista, Poder, ideología y violencia
cognitiva y neurocognitiva Psicología de la liberación

Julio Menor, Herminia Peraita y Rosa Elosúa Rogelio Luque y José M. Villagrán (editores)
Trastornos de la memoria Psicopatología descriptiva: nuevas tendencias
en la enfermedad de Alzheimer

Germán E. Berrios y Filiberto Fuentenebro


María José González Labra
Introducción a la Psicología del Pensamiento Delirio. Historia. Clínica. Metateoría
José M. Ruiz Vargas (editor)
Claves de la memoria

Carl Gustav J ung


Obra completa

1. Estudios psiquiátricos
. 4. Freud y el psicoanálisis
8. La dinámica de lo inconsciente
9/1. Los arquetipos y lo inconsciente colectivo
1 O. Civilización en transición
14. Mysterium coniunctionis
15. Sobre el fenómeno del espíritu
en el arte y en la ciencia

William McGuire y R. F. C. Hull (editores)


Encuentros con Jung

Carlos Domínguez Morano


Psicoanálisis y religión: diálogo interminable
Sigmund Freud y Oskar Pfister

También podría gustarte