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Parcial de derecho disciplinario

1.que es el poder preferente o prevalente que la PGN tiene frente a las demás entidades
encargadas de aplicar el derecho disciplinario?

RTA / El poder preferente de la Procuraduría General de la Nación es una atribución facultativa


para adelantar actuaciones disciplinarias contra cualquier servidor público sin consideración a su
jerarquía, cuando lo considere conveniente o necesario, desplaza en la labor disciplinaria a la
oficina de control interno de la dependencia oficial donde estaba radicado el asunto, Igualmente
podrá asumir el proceso en segunda instancia.

La Corte Constitucional, en sentencia C-026 de 2009, indicó sobre este tema:

Lo que distingue al poder disciplinario preferente de la Procuraduría General de la Nación es que a


través de él la Procuraduría puede decidir, con base en criterios objetivos y razonables, qué
investigaciones, quejas o procesos disciplinarios reclama para sí, con el objeto de conocer y
pronunciarse directamente sobre los mismos [sic]. Y en el caso de que la Procuraduría solicite un
proceso, desplaza en la labor disciplinaria a la oficina de control interno de la dependencia oficial
donde estaba radicado el asunto. Así pues, la potestad de la Procuraduría para ejercer el poder
disciplinario sobre cualquier empleado estatal, cualquiera que sea su vinculación, tiene el carácter
de prevalente o preferente y en consecuencia, dicho organismo está autorizado para desplazar al
funcionario público que esté adelantando la investigación, quien deberá suspenderla en el estado
en que se encuentre y entregar el expediente a la Procuraduría, y como resulta obvio, si la
Procuraduría decide no intervenir en el proceso disciplinario interno que adelanta la entidad a la
que presta sus servicios el investigado, será ésta última la que tramite y decida el proceso
correspondiente.

CONCEPTO 130 DE 2019 (marzo 4)

A. En que consiste el poder disciplinario preferente

RTA/ El poder preferente es una facultad discrecional reglada por el artículo 3 de la Ley 734 de
2002, que permite que la Procuraduría General de la Nación o las Personerías Municipales en su
jurisdicción, puedan asumir cualquier averiguación disciplinaria que adelanten las oficinas de
control interno disciplinario

Según el diseño Constitucional, la potestad correccional y disciplinaria se ejerce por la


Procuraduría General de la Nación, a quien se reconoce un poder preferente, lo que no excluye
que algunas entidades puedan ejercer directamente esa misma potestad disciplinaria, pero en
ambos casos sometida al control judicial que ejerce la Jurisdicción Contencioso Administrativa. No
obstante, el control judicial de la potestad disciplinaria no se ejerce de cualquier modo, sino que
conoce limitaciones y restricciones que lo alejan de convertirse en una tercera instancia. Todo lo
anterior implica que en la sede Contenciosa Administrativa, el debate discurre en torno a la
protección de las garantías básicas, cuando quiera que el proceso disciplinario mismo ha fracasado
en esa tarea, es decir, cuando el trámite impreso a la actividad correccional resulta intolerable
frente a los valores constitucionales más preciados, como el debido proceso, el derecho de
defensa, la competencia del funcionario y de modo singular, si la producción y la valoración de las
pruebas se hizo atendiendo estrictamente las reglas señaladas en la Constitución y en la ley.
B. Antecedentes del poder disciplinario preferente

RTA/ El Poder Disciplinario Preferente le confiere al Procurador General de la Nación o a sus


delegados la facultad de conocer en cualquier momento de la actuación disciplinaria, lo cual se
realiza a través de decisión motivada y de manera discrecional o a solicitud de parte.

Que la Procuraduría General de la Nación deba expedir una resolución motivada, en la que
exponga los motivos que le asisten para desplazar a la autoridad que esté adelantado el proceso
disciplinario, no viola el precepto superior a que se ha hecho alusión y, por el contrario, se
constituye en una especie de control del ejercicio de dicho poder preferente.

Que el parágrafo del artículo 7o del Decreto 262 de 2000, establece que el Procurador General de
la Nación ejercerá las funciones establecidas en el artículo 277 de la Constitución Política o podrá
delegarlas en cualquier servidor público o dependencia de la entidad;

2. Que el ejercicio del poder preferente se encuentra previsto en el numeral 6 del artículo 277 de
la Carta Política y en los artículos 3o y 69 de la Ley 734 de 2002; los cuales establecen la
competencia que ostenta la Procuraduría General de la Nación para asumir el conocimiento de
investigaciones disciplinarias que se adelanten en otras entidades públicas o actuar como sujeto
procesal.

3. Que el artículo 89 de la citada Ley hace alusión a la intervención del Ministerio Público como
sujeto procesal en materia disciplinaria, y al uso de la supervigilancia administrativa, en los casos
en que no se ejerza el poder preferente.

4. Que el numeral 16 del artículo 7o del Decreto 262 de 2000 determina que el Procurador
General de la Nación podrá ejercer preferentemente el poder disciplinario.

5. Que el numeral 6 del artículo 7o ibídem faculta al Procurador General de la Nación para asignar
funciones especiales a las dependencias y empleos de la Procuraduría General de la Nación.

6. Que los numerales 2 y 7 del artículo 7o del Decreto en mención, le asignan al Procurador
General de la Nación las funciones de formular políticas generales y expedir los actos
administrativos en materia de control disciplinario y vigilancia superior, para desarrollar las
atribuciones legales y constitucionales;

7. Que la Procuraduría General de la Nación avanza en su reorganización institucional, la cual


busca el fortalecimiento de los ejes misionales de la Entidad, y el cumplimiento eficaz de las
funciones atribuidas a este organismo constitucional.

C. Excepciones del poder disciplinario preferente, dar 2 ejemplos

Rta/ Cuando la investigación disciplinaria ya ha sido avocada por el Consejo Superior de la


Judicatura, en relación con algunos funcionarios de la rama judicial (jueces y magistrados que
carecen de fuero), la Procuraduría General de la Nación no puede desplazarlo, pues en estos casos
el Consejo ejerce una competencia preventiva. Al respecto ha dicho la Corte que "El poder
preferente de la Procuraduría General de la Nación para investigar a funcionarios de la rama
judicial que carecen de fuero y a los empleados de la misma, tampoco vulnera el Estatuto
Superior, siempre y cuando en el caso de los funcionarios dicha competencia "no haya sido
asumida a prevención por parte del Consejo Superior de la Judicatura (art. 257 C.P.)". No ocurre lo
mismo con los empleados, pues según el artículo 115 de la ley estatutaria de la administración de
justicia, la Procuraduría puede desplazar al superior jerárquico que esté adelantando el proceso."

CODIGO DISCIPLINARIO UNICO-Contratistas no son destinatarios

Si las personas que celebran con una entidad del Estado un contrato de prestación de servicios no
son servidores públicos sino simples particulares, mal podrían sujetarse éstos al régimen
disciplinario estatuido para aquéllos.

D. En que casos opera el poder disciplinario preferente

a. En principio habrá ejercicio del poder preferente siempre que nos encontremos ante hechos de
trascendencia por atentar contra los Derechos Humanos y el Derecho Internacional Humanitario,
la contratación estatal, normas presupuéstales, fiscales, contables, carcelarias, el patrimonio
público y la moralidad pública. Sólo cuando sea razonablemente seguro que el órgano de control
interno manejará el proceso con idoneidad, eficacia, transparencia e imparcialidad podrá en estos
casos dejarse de ejercer el poder preferente; de todos modos, si así ocurre, se dispondrá de la
figura de que da cuenta el inciso 3o del artículo 1 de esta resolución.

b. Cuando existan serias dudas sobre el cumplimiento de la garantía del derecho de defensa y
razonablemente aparezca que para su reconocimiento material no bastan los instrumentos legales
diseñados para ello o cuando se desconozca flagrantemente el debido proceso de tal manera que
se socaven sustancialmente las bases fundamentales de la Investigación y el juzgamiento. Si no se
presentaren objetivamente las exigencias anteriores pero se duda sobre ellas podrá disponerse la
utilización de la figura de que da cuenta el inciso 3o del artículo 1 de esta resolución.

c. Cuando, por cualquier falta, se cuestione seriamente la idoneidad, eficacia, efectividad,


transparencia e imparcialidad del órgano de control interno.

d. Siempre que se tenga conocimiento de que pueda estarse admitiendo eventos de colusión y
corrupción en general al interior del órgano de control interno.

En ese sentido, la Procuraduría y las personerías pueden asumir las investigaciones que se refieran
a hechos de trascendencia, bien sea: a) porque atentan contra los Derechos Humanos y el Derecho
Internacional Humanitario; b) porque versan sobre contratación estatal; c) por involucrar normas
presupuestales, fiscales o contables; d) por referirse a normas carcelarias; e) por comprometer el
patrimonio o la moralidad pública; f) por existir falta de garantías o violación del debido proceso y
del derecho de defensa de quienes son investigados disciplinariamente; g) por existir serios
cuestionamientos sobre la oficina de control interno correspondiente; y h) por presentarse
colusión o corrupción al interior del órgano de control interno. La decisión que se tome en estos
casos para asumir el poder preferente, le corresponde al Viceprocurador General de la Nación y
debe ser motivada. Contra esta decisión no procede ningún recurso
E . CRITERIOS PARA QUE OPERE EL PODER DISCIPLINARIO PREFERENTE

Los criterios “imparciales y objetivos” que se establezcan, deben atender a la gravedad,


magnitud, trascendencia pública del hecho, especiales calidades del implicado, investigado o
disciplinado, o circunstancias particulares que rodean el respectivo asunto. La decisión de
ejercer este poder, en todo caso, a pesar de ser una facultad discrecional, debe estar liberada
de lo arbitrario, de lo subjetivo, de lo caprichoso, de la conveniencia o de los objetivos
políticos que se persiguen, a fin de evitar todo exceso que vaya en detrimento del investigado
o del disciplinado y así dar cumplimiento a lo establecido en el inciso 2º del artículo 3º que
exigía la "decisión motivada" para cumplir con el poder disciplinario preferente, de "oficio o a
petición de cualquier persona".

F.¿El poder disciplinario de la PGN prevalece sobre el personero municipal y distrital?

RTA / Los personeros tendrán competencia preferente frente a la administración distrital o


municipal. ( Artículo 69 CUD)

De lo dicho en precedencia y en relación con el papel que ejercen las personerías municipales y
distritales, como agentes del ministerio público, se debe aclarar que estas dependencias tienen la
posibilidad de ejercer el poder preferente exclusivamente en relación con las oficinas de control
disciplinario interno de la administración estatal en el nivel municipal o distrital, sin perjuicio del
papel preponderante y principal que pueda asumir la Procuraduría General de la Nación aún
sobre esos mismos casos respecto de los cuales las personerías hayan empleado la competencia
preferente.

¿LOS PERSONEROS MUNICIPALES Y DISTRITALES TIENEN PODER PREFERENTE RESPECTO DE LA


ADMINISTRACIÓN MUNICIPAL O DISTRITAL, ELLO SIGNIFICARÍA QUE PUEDEN ÉSTA INICIAR,
PROSEGUIR O REMITIR, ASÍ COMO ASUMIR EL CONOCIMIENTO DE LAS INVESTIGACIONES QUE
ADELANTEN LOS ORGANISMOS DE CONTROL INTERNO?

Las personerías municipales como parte del Ministerio Público, pueden ejercer el poder
preferente para asumir el conocimiento de los asuntos disciplinarios que cursan en las oficinas de
control disciplinario interno de la administración estatal en el nivel municipal o distrital; a su vez,
cuando no consideren necesario ejercer dicha potestad, podrán remitir las diligencias a la «oficina
del más alto nivel» de la administración pública a cargo del juzgamiento disciplinario de sus
servidores, sin que ella pueda enervar u oponerse a tal determinación por ese sólo hecho.

CONCEPTO 55 DE 2017 (mayo 24)

2. cuales son las causales de ausencia de responsabilidad disciplinaria?

RTA / constituyen un medio de defensa para el inculpado, especialmente si existe merito


suficiente para probarla y de esta manera liberarse de la obligación de responder por el deber
incumplido, operan como derechos y garantías consagradas en la normatividad a favor de los
investigados:
1. Por fuerza mayor y caso fortuito: Esta primera causal consagrada por la norma
disciplinaria abarca 2 conceptos, para entrar a determinar el significado de estos, es
oportuno invocar lo previsto por el Consejo de Estado en su concepto del 10 mayo de
1996, en el que emite un pronunciamiento adverso al establecido por la Corte Suprema de
Justicia, precisando que “la esencia del caso fortuito está en la imprevisibilidad, y la de la
fuerza mayor en la irresistibilidad” (CE, 10 de May. 1996, concepto). En consideración a lo
anteriormente expresado, puedo alegar que la fuerza mayor es un evento o circunstancia
que tiene gran influencia sobre la voluntad de una persona, lo que le impide una reacción
oportuna para que pueda evitar su advenimiento, o como lo ha manifestado el Consejo de
Estado la fuerza mayor significa una autonomía entre la libertad y la autoridad, entre el
ciudadano y el Estado; hay una fuerza, un acto estatal, un hecho del príncipe, como dice la
doctrina francesa, y esa fuerza es mayor o superior, es irresistible (Ordóñez, 2009, p. 44).

El caso fortuito en cambio es el acontecimiento que se presenta de sorpresa o de manera


inesperada que afecta la manifestación de la voluntad del sujeto porque no lo espera, y por
ende no está preparado para su llegada lo que viene a cambiar su entorno pues produce un
resultado negativo; en este orden de ideas habrá que decir “que para el derecho
administrativo, como lo hacían los romanos, los casos fortuitos son hechos de la naturaleza, y
la fuerza mayor es un acto o hecho de la autoridad” (Ordóñez, 2009, p. 44). El alcance y
connotación de estos 2 fenómenos es que cuando se presentan dan lugar a la exclusión de la
responsabilidad, debido a que son una limitante de la voluntad de los sujetos que incurren en
una falta, pues no es su intención cometerla, sino que son promovidos por la presencia de
condiciones externas que son imprevisibles e irresistibles. Una característica importante que
tienen estos eximentes es que debe haber ausencia de dolo o culpa en la comisión de la
conducta, es decir, los sucesos externos que se presenten no pueden ser provocados por el
sujeto porque entonces no se configuraría un hecho ajeno a su voluntad sino intencional y
cambiaria todo el sentido real que abarca la fuerza mayor y el caso fortuito; que como ya lo he
manifestado viene a ser el acaecimiento de situaciones que obstaculizan la libre voluntad del
inculpado en la comisión de la falta y que por lo tanto eliminan su existencia aspecto este que
abarca la importancia de esta causal de exclusión de responsabilidad.

• En estricto cumplimiento de un deber constitucional o legal de mayor importancia que el


sacrificado (L. 734/02, Art. 28, Num.2):

En este aspecto se entiende que la persona se ve sometida a obrar con preferencia en obedecer
desde su criterio normas de carácter superior y con plena conciencia que está quebrantando otra
norma de menor valor. Al respecto es pertinente aclarar que este caso el actuar del sujeto “se
despliega necesariamente a título de dolo, pues para que ella opere es necesario que el autor haya
actuado en forma voluntaria y consciente, pero por la necesidad de hacer prevalecer un deber,
que en su sentir reviste mayor importancia” (Ordóñez, 2009, p. 48), es por esto que de este
proceder se desprende un eximente de responsabilidad, pues se requiere que el sujeto haya
obrado con conocimiento de causa de la vulneración que comete en contra de la norma que
considera de carácter inferior o menos importante exaltando de esta manera que él no está
incurriendo en una falta disciplinaria sino obedeciendo otro mandato que ponderablemente
abarca salvaguardar derechos o deberes de mayor interés. La importancia que tiene este eximente
es que, aunque el sujeto cometa la falta esta se ejecuta “en cumplimiento de un deber que a juicio
del autor reviste mayor importancia que el sacrificado, se está eliminando la antijuridicidad del
comportamiento o, lo que es lo mismo, se diluye la responsabilidad por justificar la conducta”
(Ordóñez, 2009, p. 44), adicionalmente es necesario anotar que para que se configure esta causal
como excluyente de responsabilidad, indispensablemente debe haber omisión o vulneración a
otro deber, pues de lo contrario no tendría sentido su existencia.

• En cumplimiento de orden legítima de autoridad competente emitida con las formalidades


legales (L. 734/02, Art. 28,Num.3).

Para que se presente este eximente de responsabilidad, el sujeto incurre en una falta disciplinaria
en el acatamiento de una orden legítima emitida por una autoridad, es decir, al ejecutar u
obedecer la orden impartida por un superior se vulnera el régimen disciplinario. Con respecto a
esta causal hay que ilustrar el cumplimiento de unas condiciones para que se pueda dar lugar a su
existencia, las cuales son:

• Que provenga del superior jerárquico;

• Que sea legítima, es decir, su contenido se apegue materialmente al orden jurídico; • Que el
superior sea competente para emitirla;

• Que el subalterno esté obligado a cumplir la orden;

• Que se cumplan los requisitos de forma previstos legalmente (Ordóñez, 2009, p. 49).

Por consiguiente, podemos evidenciar que no es frente a cualquier evento que surge esta causal,
sino que necesariamente tiene que abarcar las diferentes condiciones mencionadas, de tal manera
que se debe de tratar del cumplimiento de una orden emitida por un superior, circunstancia que
es muy distinta al cumplimiento de un deber constitucional o legal establecido en el numeral 2 del
artículo 28 del CDU y en el cual la decisión de cumplir o desacatar un deber está en el criterio
personal del sujeto inculpado; mientras que en este evento existe una orden de otra persona o
autoridad de una escala superior, es decir, con importancia jerárquica, lo que conlleva a que le
subalterno se sienta obligado a cumplir la orden. Ahora bien, este subalterno debe tener su propio
criterio para analizar que la orden del superior este dentro del marco jurídico y que tenga
facultades legales para emitirla, así como también el cumplimiento de las formalidades
establecidas para su expedición. La importancia de esta causal radica en que la autoridad
disciplinara descarta la existencia de responsabilidad por entender que el autor del
comportamiento actuó en cumplimiento de una orden vinculante, no debe ocuparse del análisis
de culpabilidad de la conducta. No obstante, haberse antes señalado en este documento que la
conducta se despliega necesariamente a título de dolo, ello se debe a la necesidad de destacar que
el agente del comportamiento típico actúa voluntariamente y con plena conciencia de alejarse del
cumplimiento de un deber funcional (Ordóñez, 2009, p. 49).

• Por salvar un derecho propio o ajeno al cual deba ceder el cumplimiento del deber, en razón
de la necesidad, adecuación, proporcionalidad y razonabilidad (L. 734/02, Art. 28,Num.4).
Para que se configure esta causal de exclusión de responsabilidad se demanda el incumplimiento
de un deber legal, dando lugar en tal evento al surgimiento de una falta disciplinaria, pero en la
cual se incurre con la intención de proteger o salvaguardar un derecho ya sea propio o ajeno y con
la plena conciencia de la vulneración al régimen disciplinario. Esta causal de exclusión de
responsabilidad tiene una particularidad, y es que da lugar en el sujeto inculpado aun conflicto
personal entre el deber ser y un querer propio, colocándose en la situación de tener que escoger
entre el cumplimiento de uno o de otro, pero en donde existe mayor inclinación a su querer
propio por las razones o criterios personales que se tengan al respecto, es decir, a lo que es el
derecho constitucional a la objeción de conciencia. En consideración a lo que es el derecho
fundamental de la objeción de conciencia, este también se aplica en materia disciplinaria,
teniendo un efecto muy importante ya que no se puede objetar en conciencia por cualquier razón,
sino frente a derechos, principios o valores que, sopesados frente al deber incumplido, explican
solventemente el comportamiento de quien se vale de la objeción de conciencia. En otras
palabras, el cumplimiento del deber jurídico representaría una lesión de tal trascendencia que
afectaría la dignidad humana del agente estatal que objeta en conciencia (Ordóñez, 2009, p. 58).
Entonces frente a lo anterior, se puede deducir que las autoridades disciplinarias ante la
invocación de este eximente, deberán analizar todo el panorama que rodea la comisión de la
conducta, así como también el valor jurídico, social, moral o personal que tenga y alegue el sujeto
inculpado, para poder tener un entorno claro sobre las circunstancias que rodearon su actuar y de
esta manera proceder a determinar si hay lugar a justificar su conducta dentro de esta causal.

• Por insuperable coacción ajena o miedo insuperable (L. 734/02, Art. 28,Num.5).

Es conveniente en esta hipótesis señalar de que se trata de 2 eventos similares; la coacción ajena
hace referencia a la intimidación (física o psicológica) proveniente de un tercero que impulsa a un
sujeto a cometer una conducta. Al respecto hay que destacar que la coacción debe ser de
naturaleza insuperable. Es decir, ser de tal virtualidad que, aunque no anule por completo la
voluntad, no le deje al sujeto activo más camino, con miras evitar el mal grave e eminente que se
le enuncia, sino la de violar el orden jurídico, esto es, debe demostrarse que en términos
racionales no se le podía exigir que se comportara de manera diversa (Cruz, 2015, p 33). El miedo
insuperable por su parte es una situación subjetiva de un individuo, pues en este caso no proviene
de una tercera persona que lo intimida, sino que el sujeto internamente padece unos trastornos
emocionales a tal punto que le limita su autodeterminación, es decir que no lo puede controlar ni
evitar. La importancia de este eximente de responsabilidad abarcando los dos aspectos que la
conforman el de coacción ajena y el miedo insuperable, es que en ambos casos se coarta la
voluntad del individuo, y por consiguiente queda en una situación de vulnerabilidad propiciada por
las condiciones forzosas que padece, impulsándolo a cometer una conducta no adecuada que no
puede esquivar. Podemos evidenciar entonces que lo que corresponde en estos eventos para que
opere la exclusión de la responsabilidad, es que se logre demostrar que se actuó bajo estos
supuestos jurídicos, y por ende la conducta en la que se haya incurrido desaparece como falta
disciplinaria del entorno social para considerase que nunca se ejecutó dicha conducta.

• Con la convicción errada e invencible de que su conducta no constituye falta disciplinaria (L.
734/02, Art. 28,Num.6).
Para que opere esta causal como eximente de responsabilidad, se requiere que un sujeto incurra
en una falta disciplinaria creyendo equivocadamente que no está cometiéndola, situación que
puede ser derivada ya sea de una mala interpretación de la norma o de una situación de la cual no
se haya podido actuar de manera diferente. En elación con esta causal hay que indicar que la
convicción o creencia que conlleva al sujeto a cometer la falta, es lo que doctrinariamente se ha
denominado error, al respecto se han previsto diferentes clases de error dentro de los que se
destacan el de hecho, de derecho, mixto, de tipo, de prohibición entre otros. Ahora bien de
acuerdo con lo previsto en el numeral 6 artículo 28 del CDU, la conducta se comete con una
convicción errada e invencible, es decir además de la existencia de un error, este es invencible lo
que implica que no se puede vencer aun cuando se actué con toda la prudencia y diligencia. La
importancia de esta causal radica en que “enel eventode errores invencibles,llámense de hecho o
de derecho, de tipo o de prohibición o de error mixto, la consecuencia lógica y coherente es que se
configure a plenitud la causal de exclusión de responsabilidad en materia disciplinaria. El carácter
invencible del error demandará un análisis de las circunstancias particulares de cada caso, con
especial énfasis en las condiciones personales de quien lo alega y de sus posibilidades efectivas de
previsión y conocimiento, toda vez que no es lo mismo, por ejemplo, el error que esgrime una
persona con formación profesional de aquella que no la tiene” (Ordóñez, 2009, p.66-67).

3. establecer cuales son las personas no sujetas al régimen disciplinario

Son sujetos disciplinables en Colombia:

 Los Servidores Públicos: Los miembros de las Corporaciones Públicas Empleados Públicos
Trabajadores Oficiales Empleados Públicos con funciones temporales o transitorias:
(Auxiliar de la administración, Supernumerarios y Contratista de prestación de Servicios)
 Los miembros de la Fuerza Pública: Fuerzas Militares: Ejército, Fuerza Aérea y Armada
Nacional Policía Nacional
 Los particulares cuando: Ejerzan funciones públicas en forma permanente o transitoria
Cumplan labores de interventoría o supervisión de los contratos estatales Administren
recursos públicos
 Los Indígenas cuando administran recursos del Estado

4. explicar en que se diferencia los deberes, obligaciones y derechos en el código único


disciplinario

DEBER
Para empezar, los deberes son tareas que se pueden realizar o no en favor de
otras personas o de nosotros mismos. Son respuestas morales a determinadas
cosas que uno siente la necesidad de hacer o cumplir, incluso aunque no haya
un código o ley explícita que nos obligue a obedecer.
OBLIGACIÓN
La obligación, por el contrario, se refiere a algo que hay que hacer nos guste o no.
Hay que cumplir con las obligaciones, porque éstas sí están planteadas de
manera explícita y no se pueden pasar por alto si se vive y pertenece a una
sociedad.
Las obligaciones no están sujetas solamente a los deseos y conciencias de los
individuos, tampoco a su moralidad; sino que deben cumplirse a todo lugar. Están
más relacionadas con el ámbito legal, a diferencia de los deberes que son
puramente morales.
Diferencias clave entre deberes y obligaciones

 Los deberes son morales, mientras que las obligaciones son legales.
 Los deberes se cumplen si el individuo así lo desea, mientras que las
obligaciones no están sujetas a deseos de nadie; sino que siempre deben ser
cumplidas.

Qué son los derechos?

Se entiende por derechos a todas las leyes y normativas diseñadas para proteger
la libertad individual, garantizando así el bienestar de la sociedad o los
mecanismos de acción para procurarla.

 Acerca de los deberes y obligaciones, las carta magna ha establecido una


clara diferenciación entre los dos conceptos, no obstante desde su
promulgación han surgido diversos debates que han obligado a la Corte
Constitucional a hacer precisiones al respecto:

 "Existe una relación de complementariedad entre los derechos y los


deberes constitucionales. La persona humana, centro del ordenamiento
constitucional, no sólo es titular de derechos fundamentales sino que
también es sujeto de deberes u obligaciones, imprescindibles para la
convivencia social.

 El reciente desarrollo de la teoría de los deberes constitucionales se


explica por su escasa importancia bajo la concepción de las libertades
públicas en el Estado liberal. El énfasis de los derechos individuales en las
primeras Cartas de derechos obedecía exclusivamente a la necesidad de
rodear a la persona de garantías contra el ejercicio del poder político. Bajo
esta concepción, los deberes eran considerados preceptos de naturaleza
moral o valores cívicos, no exigibles jurídicamente, a excepción de
aquellos desarrollados por la ley que adquirían la forma de obligaciones
jurídicas.

 Con la evolución del Estado liberal y su tránsito al Estado Social de


derecho, el valor jurídico de los deberes ha variado de manera radical. Su
incorporación en los textos constitucionales modernos, paralelamente a la
idea de la Constitución como norma jurídica, son transformaciones
políticas que otorgan una significación diferente a los deberes de la
persona.
 La concepción social del Estado de derecho, fundado en la solidaridad, la
dignidad, el trabajo y la prevalencia del interés general (CP art. 1), se
traduce en la vigencia inmediata de los derechos fundamentales, pero
también en la sanción constitucional al incumplimiento de los deberes
constitucionales. El artículo 1 de la Constitución erige a la solidaridad en
fundamento de la organización estatal. Los nacionales y extranjeros tienen
el deber de acatar la Constitución y la ley, y son responsables por su
infracción (CP arts. 4 y 6). De esta forma, los deberes consagrados en la
Carta Política han dejado de ser un desideratum del buen pater familias,
para convertirse en imperativos que vinculan directamente a los
particulares y de cuyo cumplimiento depende la convivencia pacífica.

 Los deberes enunciados en la Constitución cumplen la función de ser,


principalmente, patrones de referencia para la formación de la voluntad
legislativa y de ser fundamentos para la creación legal de obligaciones
específicas que constituyen un desarrollo de la Constitución, normas que
pueden llegar a justificar limitaciones razonables de los derechos
constitucionales y referentes objetivos de la interpretación constitucional
realizada por los jueces para resolver un caso concreto o específicamente
para defender la supremacía e integridad de la Constitución, entre otras
funciones. Como todas las demás disposiciones de la Carta, los deberes
constitucionales han de ser interpretados en el contexto de un Estado
Social de Derecho fundado en el respeto de la dignidad (artículo 1 C.P.) y
en el cual tienen primacía los derechos inalienables de lapersona (artículo
5 C.P).

 Si bien los deberes constitucionales tienen fuerza normativa, su objeto,


estructura y fundamentación son diferentes a los de las obligaciones
exigibles a las personas en un caso concreto.

 Las obligaciones a diferencia de los deberes –que necesitan un desarrollo


legal que los haga vinculantes - pueden ser coercitivamente exigidas por
las autoridades, es decir que los deberes que surgen de la Constitución
Política sólo pueden ser exigidos a los particulares si media una norma
legal que defina su alcance y significado de manera precisa que se
expresa como una obligación."1

5. diferencia entre caducidad y prescripción en el derecho disciplinario.

la prescripción en materia disciplinaria es un instituto jurídico liberador, en virtud


del cual por el transcurso del tiempo se extingue la acción o cesa el derecho del
Estado a imponer una sanción, y tiene operancia cuando la Administración o la
Procuraduría General de la Nación, dejan vencer el plazo señalado por el
legislador, -5 años-, sin haber adelantado y concluido el proceso respectivo, con
decisión de mérito. El vencimiento de ese lapso implica para dichas entidades la
pérdida de la potestad de imponer sanciones. El fin esencial de la prescripción de
la acción disciplinaria, está íntimamente ligado con el derecho que tiene el
procesado a que se le defina su situación jurídica, pues no puede el servidor
público quedar sujeto indefinidamente a una imputación, correspondiéndole al
legislador establecer el plazo que se considera suficiente para que la entidad a la
cual presta sus servicios el empleador o la Procuraduría General de la Nación
inicien la investigación y adopten la decisión pertinente.
La caducidad es un instituto jurídico en el cual se limita en el tiempo el derecho
que tiene el estado a dar inicio a la acción disciplinaria para que se escarezca el
alcance de una consucta atribuible a un servidor publico o a un particular que
ejerce función publica ,por tal razón el auto de apertura de investigación
diciplinaria pone fin a la expectativa de que ello no suceda

http://derechodisciplinariocolombia.blogspot.com/2013/01/caducidad-y-prescripcion-de-la-
accion.html, amiga aca está la diferencia pero no se dejó copiar…

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