Está en la página 1de 1

Hacer discípulos no es una sugerencia, es una orden

Seis llaves para hacer discípulos a otros


Los nuevos creyentes solo pueden recibir cierta información desde el púlpito. Lo que necesitan es ver los principios
de Dios trabajando en la vida real diariamente. Por Greg Laurie

Hacer discípulos a los demás es en su mayoría un asunto informal, y debiera suceder de


forma natural en el curso de nuestra vida, si caminamos cerca del Señor. Sin embargo, en
ocasiones deseamos estar más concentrados en nuestro método. Deseamos "tomar a
alguien", de la forma que Aquila y Priscila tomaron a Apolo. He aquí algunas cosas para
mantener presente lo que ayudará en tales situaciones:

1. Evalúa las necesidades de la persona.


¿Es esta persona un nuevo cristiano, o es una persona que ha sido cristiana por largo
tiempo, pero que se ha resbalado a un estilo de vida pecaminoso, o solo una persona joven
que está luchando, que desea a alguien a quien imitar?

2. Evalúa si es apropiado.
En ocasiones no somos la persona apropiada para hacer un discípulo de alguien, Dios
tiene otras opciones. Casi siempre es mejor, por ejemplo, dejar que las mujeres hagan discípulas a las mujeres, y los hombres
a los hombres.

3. Evalúa los dones.


Algunos de nosotros somos buenos, en especial en ayudar a otros a aplicar la Escritura a situaciones de la vida real. Algunos
somos buenos exhortadores. Otros estamos dotados para ayudar a las personas de maneras concretas y prácticas. Todos
tenemos algo que ofrecer. Algunos son comunicadores dotados; otros no lo son. Descubre tus dones y da cualquier cosa que
tengas que ofrecer.

4. Evalúa los recursos de la iglesia.


¿Qué estudios bíblicos u otras oportunidades puede ofrecer a un nuevo creyente para su provecho? ¿O puedes llamar a
alguien que ya está de camino y tratar de hacer una conexión entre ellos?

5. Evalúa su compromiso/espacio de tiempo.


En el caso de ocuparse de hacer discípulos, en ocasiones ayuda fijar un espacio de tiempo. "Vamos a reunirnos todos los
martes durante tres meses", puede ayudar a un nuevo converso a sentirse más dispuesto a comprometerse.

6. Evalúa el progreso.
¿Cómo lo está haciendo el nuevo creyente? ¿Hay señales de crecimiento? ¿Cuál es el próximo paso? ¿Aprende de esta
experiencia?
Jesús dijo en Mateo 13:12: "Porque a cualquiera que tiene, se le dará, y tendrá más; pero al que no tiene, aun lo que tiene le
será quitado". ¿Ve usted la importancia de dar lo que Dios le ha dado? Proverbios 11:25 dice: "El alma generosa será
prosperada; y el que saciare, él también será saciado".

Mientras yo ministro a otros, Dios me ministra a mí. Mientras yo doy, también recibo de los recursos de Dios. Mientras más
doy, más Dios da. No puedes dar más que Dios. ¿Sabías esto? Tienes tu pequeña cuchara para repartir. Dios tiene una pala
gigantesca en su camino. Dios dice: "Yo te daré más".

Es la forma que Dios diseña su maravillosa verdad. Está diseñada para ser dada. El hacer discípulos no es una sugerencia; es
una orden. Es esencial.

Permíteme terminar diciendo esto: por el bien de aquellos que aún no conocen a Cristo, no te olvides el mandamiento de Dios
de ir y hacer discípulos. Por el bien del nuevo creyente, no dejes que la apatía te robe poder ayudarlo en su viaje. Por el bien
de mantener un caminar emocionante, que da fruto, con Dios, no ignores estos mandamientos de Jesús. Hay un mundo lleno
de personas listas a escuchar las Buenas Noticias. Pero hay muy pocos obreros para la siega. Necesitamos formadores de
discípulos.

Puede Dios ayudarnos a hacer justamente eso. Recuerda: se necesita uno para formar uno.

Tomado del libro: La iglesia trastornada, de Greg Laurie, Editorial Unilit.

También podría gustarte