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FUNDAMENTOS DE LA PRODUCTIVIDAD
Asociar los Resultados al Tiempo utilizado para alcanzarlos es una conclusión sabia,
porque el Tiempo es finalmente un recurso muy limitado.
Ahora bien, el Tiempo de las personas no solo se destina al oficio, también al ocio, el
esparcimiento y la consecución de objetivos de largo plazo. Por lo tanto la Productividad
tiene alcance integral.
Por mucho que se intente alcanzar Productividad en tareas “que de todas maneras deben
hacerse”, las metas significativas serán elusivas y estarán tomadas, la mayoría de las veces,
por individuos más motivados.
Ahora bien, el hecho de NO trabajar o dedicar esfuerzo a lo que se ama, tiene origen
estrictamente mental.
Las personas esencialmente “piensan” que las actividades o tareas que aman no podrán
conducirlos a los objetivos que desean, y por ello las postergan o descartan.
El Mejor Heladero del Mundo no es Pobre porque ama lo que hace. Esto lo conduce a la
excelencia en el oficio y a la riqueza integral.
Cuando se hace aquello que gusta y da contentamiento, existe una inversión cualitativa de
Tiempo, un aprovechamiento integral de éste, no solo en su dimensión física,
fundamentalmente en su aspecto emocional, y de esta forma se perfecciona la
Productividad.
La persona mejor educada, con vasta experiencia, muy aplicada y de gran disciplina, no
alcanzará nunca la Productividad de aquella que practica un oficio que ama. La energía
interna tiene Poder incomparable.
Incluso el individuo que ciertamente ama lo que hace, tendrá dificultades para lograr una
Productividad destacada si las variables de su vida personal no están en orden.
Quién desea ser altamente Productivo debe invertir tiempo y esfuerzo en mantener una vida
ordenada.
Es cierto que nadie está exento de problemas y adversidades, pero de allí a sostener una
conducta que propenda a incrementar el desorden o multiplicar las contrariedades es otra
cosa.
Alcanzar orden y equilibrio en la vida es más difícil que decidirse, finalmente, a realizar
aquello que se ama. Pero es una labor indispensable para ser altamente productivo y
materializar los objetivos más caros.
Y en respeto a la precisión y eficacia (que tanto gusta a quienes exploran los terrenos de la
Productividad), habría que invertir el orden de los factores para tratar el Desarrollo
Personal: primero el ámbito espiritual, luego el mental y finalmente el físico. Quién alcanza
equilibrio espiritual condiciona su estado mental y su potencial físico.
El enfoque mental de la mayoría de las personas está orientado al pasado o al futuro, bien
se trate del pasado y futuro inmediato o de uno que se remonte más allá.
Las enseñanzas (del pasado), y las previsiones (respecto al futuro) deben constituir una
orientación para lo que se hace en el Momento Presente, nunca un condicionamiento.
No existe nada más traicionero que la Mente Humana, ella es la que define el Ser y el
Hacer de las personas. Y la única manera de no sucumbir a sus celadas es concentrarse en
la Realidad de lo que sucede en el Momento Presente.
La Mente produce decenas de miles de pensamientos todos los días, y la mayoría de ellos
no construye nada positivo. Pretender ser productivo basándose solo en el rendimiento
mental involucra suponer que se tendrá la suficiente habilidad de separar miles de
pensamientos inútiles de unos cuantos que pueden ser provechosos. Este es un objetivo
pretencioso que pocas veces se alcanza.
Las obras más grandes del hombre, sus logros más importantes, han sido resultados de la
Inspiración, nunca del conocimiento o la aptitud.
El Individuo que aspira a ser altamente Productivo debe concentrarse en lo que hace aquí y
ahora, nada más. Así superará cotas pasadas y alcanzará objetivos que tiene planteados en
el futuro.
La Energía califica el Tiempo, porque todas las actividades del Hombre, no se diga solo las
laborales, demandan inversión de Energía para llevarse a cabo de buena manera.
La Energía no es ni positiva ni negativa, la Energía simplemente existe en mayor o menor
proporción.
Si toda la Energía de un individuo se aplica a los afanes de la labor, poco o nada queda para
las actividades de esparcimiento, y viceversa. Así tampoco se cumple la premisa del punto
2.
La Administración de Energía, por lo tanto, debe orientarse a cumplir las premisas de los 3
puntos anteriores:
Si algo diferencia a los hombres y los distingue es la Productividad que alcanzan en la vida.
En ella se explican factores como el Amor, la Excelencia, la Calidad de Vida, las Ventajas
Competitivas, la Realización Personal y el Valor integral de la existencia.
Todo esto se encuentra muy lejos de lo que puede proporcionar una buena agenda, una lista
de cosas por hacer, un asistente personal (humano o electrónico), un libro, un curso o un
artículo como éste.
Primero es indispensable tomar Consciencia sobre la dimensión del asunto, y desde allí
caminar con humildad en la construcción de la Mejor Versión de Uno Mismo.