Está en la página 1de 59

Julio Alonso Ampuero 1

Julio Alonso Ampuero


Historia de la Salvación que, al cumplirse la plenitud de los
tiempos,
Fundación Gratis Date
nos enviaste como salvador a tu úni-
Pamplona 2000
co Hijo.
El cual se encarno por obra del Es-
píritu Santo,
El brazo de Yahveh nació de María la Virgen,
Te alabamos, Padre Santo, y así compartió en todo nuestra con-
porque eres grande, dición humana
porque hiciste todas las cosas con menos en el pecado;
sabiduría y amor. anunció la salvación a los pobres,
A imagen tuya creaste al hombre la liberación a los oprimidos
y le encomendaste el universo ente- y a los afligidos el consuelo.
ro,
Para cumplir tus designios
para que, sirviéndote sólo a ti, su
Creador, él mismo se entregó a la muerte,
dominara todo lo creado. y, resucitando, destruyó la muerte y
nos dio nueva vida.
Y, cuando por desobediencia perdió
tu amistad, Y por que no vivamos ya para noso-
tros mismos,
no lo abandonaste al poder de la
muerte, sino para él, que por nosotros murió
y resucitó,
sino que, compadecido, tendiste la
mano a todos, envió, Padre, desde tu seno al Espí-
ritu Santo
para que te encuentre el que te bus-
ca. Como primicia para los creyentes,
Reiteraste, además, tu alianza a los a fin de santificar todas las cosas,
hombres; llevando a plenitud su obra en el
por los profetas los fuiste llevando mundo.
con la esperanza de salvación.
Y tanto amaste al mundo, Padre (Plegaria Eucarística IV)
Santo
2 Historia de la Salvación

de la fe. Hasta los asuntos más triviales


y «profanos» son recogidos, pues en-
Introducción cierran un mensaje de Dios y son por-
tadores de salvación.
Esta historia, que tiene como punto
de arranque y experiencia radical la li-
beración de la esclavitud de Egipto, se
va realizando de manera progresiva y
dinámica según el plan de Dios. Los
Estas páginas intentan ayudar a des- acontecimientos, que están enlazados
cubrir de manera sencilla las cosas y unificados por la intervención perso-
grandes que el Señor ha realizado en la nal de Dios como protagonista princi-
historia de su pueblo y que quedaron pal, no se realizan sin la colaboración
consignadas por escrito en la Biblia. de los hombres, una colaboración que
Toda la Sagrada Escritura, en efecto, Dios mismo suscita. Otras veces las
está basada en una serie de hechos que cosas salen a pesar de ellos y aun en
el pueblo de Dios ha vivido descubrien- contra de ellos; en efecto, la Biblia su-
do en ellos el sentido profundo. Don- braya reiteradamente las resistencias e
de una mirada superficial sólo vería cir- infidelidades del pueblo, de manera que
cunstancias casuales, motivadas mu- desde el Génesis al Apocalipsis predo-
chas veces por intereses políticos o am- mina una dinámica de pecado-liberación
biciones humanas, los creyentes – (normalmente entre el pecado y la sal-
amaestrados por sus profetas– descu- vación suele mediar la experiencia del
brían «el brazo fuerte del Señor» (Éx. propio fracaso, que es invitación a con-
15,6). Su fe era capaz de detectar al vertirse y volver a Dios).
Dios que actuaba invisiblemente en su Estas páginas pretenden hacer la mis-
favor, que ponía en juego su poder, su ma labor que el guía de un museo: ex-
misericordia y su sabiduría para salvar plicar lo suficiente para que la gente
al pueblo con el que había hecho alian- contemple los cuadros. Por eso son
za inquebrantable. sólo un medio. Sólo sirven como guía
En este sentido toda la Biblia es his- para adentrarse en la lectura y medita-
toria de salvación. Relata una serie de ción de los textos bíblicos. Intentan dar
hechos interpretándolos, no desde el las claves de los principales relatos de
punto de vista político, económico, so- la Escritura para dejar al lector frente a
cial, etc., sino desde el punto de vista ellos y que sean ellos mismos quienes
de Dios. Por eso, los autores sagrados le hablen.
no tienen demasiado empeño en apor- De este modo, estas páginas habrán
tarnos excesivos detalles, sino que pro- logrado su objetivo: estimular a la lec-
porcionan los datos esenciales y se de- tura de la Palabra de Dios que es «lám-
tienen sobre todo en su significado pro- para para nuestros pasos» (Sal. 119,
fundo, en el sentido que tienen a la luz 105). Esta lectura de la historia de la
Julio Alonso Ampuero 3

salvación debe ayudarnos a leer nues- contener cuatro partes:


tra propia vida a la luz de la fe. Tam- a) Los datos históricos fundamenta-
bién nuestra propia historia, todo lo que les de este periodo, que nos sitúan en
nos sucede, grande o pequeño, agra- la historia de Israel en el contexto de la
dable o desagradable, está historia de los pueblos circunvecinos
invisiblemente regido por el Buen Dios con los que se relaciona.
y tiene un sentido. Tanto en la vida per-
sonal de cada uno como en la historia b) El mensaje religioso contenido en
de los pueblos y de la humanidad Dios esos hechos, que es lo que a la Sagra-
continúa actuando y continúa hablan- da Escritura le interesa y pone de relie-
do. Si la historia es maestra de la vida, ve por encima de todo.
la historia de la salvación es doblemen- c) Algunas pistas –no exhaustivas–
te maestra, y la Biblia nos ayuda a des- indicando cómo esos hechos continúan
cubrir ese sentido profundo, aparente- hablándonos a nosotros hoy, en la con-
mente imperceptible, de todo cuanto vicción de que «fue escrito para aviso
sucede. de los que hemos llegado a la plenitud
El pueblo de Israel volvía continua- de los tiempos» (1 Cor. 10, 11) (mu-
mente sobre las maravillas que Dios chas veces es simplemente recoger la
había realizado en tiempos antiguos prolongación de un determinado acon-
para meditarlos y «escudriñar» en ellas tecimiento, personaje o tema del A. T.
el mensaje de Dios (Sal. 111,2). El «re- en el N. T.).
volver» estos acontecimientos -cosa d) Algunos textos principales –tanto
que también hará María: Lc. 2,19- ali- del A. T. como del N. T.– en que se
mentaba y vigorizaba su fe y les hacía encuentra todo lo anterior, y que con-
capaces de afrontar la situación presente viene leer y meditar para dejarse ilumi-
con todas sus dificultades e incertidum- nar por la Palabra de Dios de manera
bres. También para nosotros, en este personal.
final de milenio, ante los grandes retos
de la Nueva evangelización, el volver a
meditar los prodigios del Señor nos
avivará la fe y nos hará más capaces de
captar la voz de Dios que habla en los
«signos de los tiempos» (Lc. 12,54-56),
en los acontecimientos de nuestros
días,de descubrir su acción y de se-
cundarla respondiendo a las llamadas
de Dios contenidas en esos mismos
acontecimientos.
Están recogidas de manera muy sin-
tética las grandes etapas de la Historia
de la Salvación. Cada capítulo suele
4 Historia de la Salvación

ca del origen del mundo y del hombre,


sino una explicación religiosa: ante el
hecho –que constata con sus propios
ojos– de todo lo que existe, el autor
sagrado simplemente afirma que todo
1. En el principio creó Dios eso ha tenido un comienzo absoluto y
los cielos y la tierra que ese comienzo se debe a la inter-
vención libre y gratuita de Dios que ha
hecho surgir con su sola palabra abso-
lutamente todo lo que existe. Por tan-
to, el autor sagrado no entra a explicar
el cómo han surgido las cosas –eso será
Estas palabras con las que empieza precisamente la competencia de la cien-
la Biblia son la respuesta a una de las cia–, sino que, iluminado por Dios, afir-
cuestiones fundamentales que el hom- ma desde la fe la verdad religiosa fun-
bre se ha planteado siempre: ¿de dón- damental de que todo ha sido creado
de procede todo lo que existe?, ¿cómo por Dios.
ha surgido el hombre? El relato de la Para hacer esto, el autor sagrado no
creación es la impresionante obertura recurre a afirmaciones religiosas abs-
de la maravillosa sinfonía que es el li- tractas, que sus destinatarios no habrían
bro de la Sagrada Escritura; si toda la entendido en absoluto; por el contra-
Biblia narra las acciones de Dios en fa- rio, como buen catequista transmite
vor de los hombres, el hecho de la crea- esas verdades en un lenguaje sencillo y
ción es sin duda la base y fundamento popular, cargado de imágenes, que re-
de otras acciones, la intervención radi- sulta enormemente gráfico y expresivo.
cal que ha dado el ser a las cosas y a De ahí que tengamos que distinguir cui-
los hombres. dadosamente lo que el autor sagrado
dice de la forma en que lo dice; es de-
1.- Para entender bien cir, que hay que distinguir el contenido
los primeros capítulos del Génesis que se transmite del recipiente en que
Muchos encuentran serias dificulta- se transmite.
des en encarar la lectura de los relatos
contenidos en Gen. 1-11; les resultan 2.- Los relatos de la creación
desconcertantes y hasta escandalosos. Es sabido que el libro del Génesis co-
El progreso de los conocimientos cien- mienza con dos relatos de la creación.
tíficos y la mentalidad racionalista del El segundo de ellos (2, 4b-25), de un
hombre moderno llevan a muchos a re- estilo vivo y colorista, es el que parece
chazar estos relatos como míticos, ar- más antiguo. El primero (1, 1-24a) es
caicos y totalmente superados. de un estilo más austero y monótono;
Para entender bien estos capítulos es si está colocado en primer lugar es por-
necesario tener en cuenta que no pre- que así se respeta el orden cronológico,
tenden darnos una explicación científi- ya que describe la creación del univer-
Julio Alonso Ampuero 5

so que culminará en la creación del hom- dor se complace en la obra de sus ma-
bre, mientras que el segundo relato se nos. A los ojos del Creador –y por tan-
centra en la creación del hombre y con- to realmente– todo lo creado es bue-
tinúa con la narración del pecado. no. Ello también se refleja en el orden y
a) El primer relato (Gen. 1, 1-24a). armonía del universo: separación de luz
Este texto, perteneciente a la tradición y tinieblas, ornamentación de la bóve-
sacerdotal, fue redactado probablemen- da celeste, etc. Dios ha hecho todo con
te en el siglo VI antes de Cristo y con sabiduría: las plantas están dotadas de
gran sobriedad presenta el hecho de la semilla, los animales de fecundidad...
Creación dentro del esquema litúrgico –Dentro del conjunto de la creación
de la semana. Subrayamos algunos de- el hombre ocupa un lugar destacado:
talles recogiendo el mensaje religioso la creación del hombre y de la mujer
contenido en ellos: viene en último lugar, como culminan-
–En primer lugar se afirma que Dios do toda la obra creadora; al ser huma-
ha creado todo lo que existe. El relato no se le encomienda someter y domi-
lo dice con un estilo y un lenguaje típi- nar la creación porque toda ella está a
camente semitas: por un lado ya la ex- su servicio; si todo lo creado es bue-
presión «los cielos y la tierra» es no, Dios se complace en el ser humano
indicadora de totalidad; pero además como «muy bueno»; creado como fru-
el autor sagrado siente la necesidad to de una «deliberación» de Dios, de
un designio suyo, el hombre y la mujer
–como haríamos con un niño- de enu- son ante todo «imagen y semejanza»
merar todas las criaturas, todos los se- de Dios: a diferencia de las demás cria-
res que pueblan el universo creado: pe- turas, inanimadas, el hombre, como ser
ces, aves, fieras salvajes...; Dios ha crea- personal puede entrar en relación y en
do todas y cada una de las especies; diálogo con su Creador. Contemplan-
nada queda fuera de su influjo creador. do la inmensa dignidad concedida al
–Queda fuertemente subrayada la hombre el Salmo 8 exclamará: «¿Qué
omnipotencia de Dios que crea con su es el hombre para que te acuerdes de
sola palabra; es lo que indica el estri- él?... lo hiciste poco inferior a los án-
billo que se va repitiendo: «Dijo Dios geles, lo coronaste de gloria y digni-
... y así fue» Es una palabra eficaz, om- dad, le diste el mando sobre las obras
nipotente, creadora. Dios no crea con de tus manos, todo lo sometiste bajo
esfuerzo; basta su sola palabra para que sus pies...»
todo venga a la existencia. Como co- –Finalmente, queda resaltada la gran-
mentará el Salmo 33: «El lo dijo y exis- deza y soberanía de Dios. Es único,
tió, él lo mandó y surgió» (v. 49). anterior y superior a todo lo creado,
–También se subraya la bondad y trascendente. A diferencia de los dio-
hermosura de todo lo creado, como ses babilónicos, que se desprendían del
apunta otro estribillo que se va repitien- caos, Dios es preexistente; a diferencia
do: «vio Dios que era bueno». El Crea- de los asirios, que divinizaban al sol, la
6 Historia de la Salvación

luna y las estrellas, el relato bíblico los El hombre es hecho de barro, de pol-
presenta como criaturas de Dios. vo del suelo, lo que subraya su condi-
Todo el relato de la creación es como ción corporal, material, su condición ca-
un poema litúrgico. Todo el universo duca y mortal; pero a la vez Dios «insu-
creado es como un inmenso templo fló en sus narices aliento de vida»: con
para la gloria del Creador, el Dios tres ello nos da a entender que, si Dios le
veces santo. A imitación de Dios el infunde su propio aliento, en el hombre
hombre deberá trabajar seis días y des- hay algo «divino»; eso explica que el
cansar el séptimo: todo su trabajo está hombre esté hecho para Dios, que tien-
orientado al sábado, es decir, a la glori- da a Dios, y que viva en relación de
ficación de Dios. total dependencia respecto de Él.
b) El segundo relato (2, 4b-25). Este Finalmente, este relato se centra en la
texto pertenece a la tradición yahvista creación del hombre y de la mujer. Ya
y fue redactado probablemente el siglo en el primer relato aparecía cómo Dios
X ó IX a. de C. les constituye varón y hembra, los ben-
dice con el don de la fecundidad y les
Si en el relato anterior se subrayaba da el mandato de transmitir la vida. He
la trascendencia de Dios, que creaba aquí algunas enseñanzas de estos
con su sola palabra, aquí se subraya versículos al respecto:
su cercanía y su intervención directa:
el Creador aparece bajo la imagen del –Los dos sexos provienen de Dios,
alfarero; lo mismo que este va mode- que modela el barro para formar al hom-
lando sus vasijas, con delicadeza, sin bre y «trabaja» la costilla para formar
prisas, una por una, Dios forma a cada la mujer; también esta es fruto de una
uno de los hombres con una interven- intervención directa y personal del Crea-
ción única y especial (cf. Jer 18,2-6; Is dor.
6,4-7). En esta narración destaca el he- –Igualdad entre hombre y mujer (va-
cho de que el ser humano es colocado rón-varona; hombre-hembra): los dos
en el paraíso; un auténtico oasis en están hechos de la misma «materia».
medio del desierto, con abundantes ríos («hueso de mis huesos y carne de mi
y árboles hermosos; ahí el hombre es carne»).
colocado como jardinero, para que lo –Llamados a ser una sola carne: el
cultive y lo guarde. Esta situación grito de júbilo de Adán indica que por
paradisíaca subraya la armonía profun- fin ha encontrado una ayuda adecuada,
da en que vive el hombre; armonía con esponsal; la palabra «carne» indica en
Dios, que le cuida y con el que está en la Biblia la persona entera bajo el as-
relación amistosa; armonía consigo mis- pecto corporal; y «ser una sola carne»
mo, lleno de inocencia, de felicidad y significa ser una sola persona, un solo
de paz; armonía con su mujer, sin ver- ser, e incluye la unión de mente y cora-
güenza de ningún tipo; armonía con la zón, de voluntades y sentimientos en
creación que le sirve y le proporciona un proyecto de vida común; la unión
alimento...
Julio Alonso Ampuero 7

de los cuerpos tiene sentido y valor volvería» (Job 34, 14-15). La interven-
como signo y expresión de esta unión ción primera y fundamental de Dios que
más profunda e interior. Marido y mu- es la creación es continua y permanente.
jer están ordenados el uno al otro y la Y la Biblia nos apunta cómo vivir –
expresión «una sola carne» incluye im- también de manera perma-nente– el don
plícitamente la unidad e indisolubilidad de la creación.
del matrimonio: una unión tan íntima y a) Dependencia radical del Creador:
estrecha es impensable que se pueda todo lo que somos y tenemos, lo reci-
romper –sería como desgarrar la pro- bimos continuamente de Dios; por no-
pia carne– o que pueda ser compartida sotros mismos no somos nada; todo
por un tercero. es recibido como don gratuito. Esta de-
–Bondad del cuerpo y de la sexuali- pendencia total del Creador nos colo-
dad: la expresión «estaban desnudos ca en radical humildad como criaturas
... pero no se avergonzaban» (v.25) frágiles e inconsistentes que somos:
apunta a un estado de inocencia en que «¿Qué tienes que no hayas recibido? Y
sin malicia y con mirada limpia nada si lo has recibido ¿de qué te glorías
entorpece la relación entre las perso- como si no lo hubieras recibido?»
nas tal como Dios las ha creado; será (1Cor 4, 7). El hombre no puede reali-
el desorden del pecado el que introduz- zarse como hombre rechazando esta
ca la malicia en toda esta realidad (cf. dependencia del Creador que le cons-
Gen 3). tituye como persona; sin Dios el hom-
bre desaparece, se destruye. Por lo mis-
3.- Vivir el don de la creación mo tampoco el ser humano puede re-
A veces puede dar la impresión de clamar nada a Dios como si le fuera
que la creación es algo que se pierde debido: «Oh hombre, ¿quién eres tú
en la noche de los tiempos. Sin para pedir cuentas a Dios? ¿Acaso dice
embargo, este acontecimiento es en el vaso al alfarero: por qué me has he-
realidad algo actual: no solo porque el cho así?» (Rom 9, 20). Por el contra-
universo y los hombres –nosotros rio, la actitud propia del hombre ante
mismos– perma-necen delante de Dios es recibir de Él y vivir en la grati-
nuestros ojos, sino porque Dios tud permanente por todo lo que recibe
continúa creando, es decir, haciendo de su Creador (Sal 50, 7-15.23).
que surjan seres nuevos y manteniendo b) También la Biblia repite que Dios
en la existencia lo que ya existe. Se trata cuida de sus criaturas: «el Señor es
de una creación continua. Dios no dió bueno con todos, es cariñoso con to-
el ser a las cosas y se desentendió de das sus criaturas» (Sal 145, 9; 103,
ellas, sino que continúa 13).Y los profetas recalcan que, si es
permanentemente sostenién-dolas, difícil que una madre se olvide del hijo
porque «si Él retirara a sí su espíritu, si de sus entrañas, es absolutamente
hacia sí recogiera su soplo, a una imposible que Dios se olvide de los
expiraría toda carne, el hombre al polvo suyos (Is 49, 14-15). También en el he-
8 Historia de la Salvación

cho de la creación radica la dignidad Juan 1, 1-18


de toda persona humana, formada a Colosenses 1, 13-20
imagen y semejanza de Dios.
Hechos 17, 16-34

c) En la creación encontramos la
huella de Dios: lo mismo que pode-
mos conocer algo de un artista por las
obras que realiza, así la creación al que 2. Por un hombre entró
sabe contemplarla con mirada limpia le
está hablando de Dios, pues le remite el pecado en el mundo
al poder, a la sabiduría, a la grandeza
de Dios (Sab 13, 1-9; Rom 1, 20).
d) Finalmente, la creación nos remi-
te a nuevas intervenciones de Dios. La
palabra «crear» sólo se usa en la Biblia Los relatos de la creación nos han
referida a Dios, expresando una acción presentado un universo y un hombre
propia y exclusiva de Él (nunca se dice en perfecta armonía: la felicidad del pa-
que el hombre haya creado algo, pues raíso por un lado y el estribillo repeti-
lo más que hace es transformar lo que do de que Dios vio que todo era bue-
ya existe). Por eso cuando se quiera no nos dejan la impresión de que todo
hablar de que Dios prepara algo ente- era perfecto. Y sin embargo el israelita
ramente nuevo, absolutamente insospe- –lo mismo que nosotros– constataba
chado para el hombre, se dirá que la presencia del mal por todas partes:
Yahveh va a «crear unos cielos nuevos «No hay quien haga el bien, ni uno si-
y una tierra nueva» (Is 65, 17). Y San quiera» (Sal 53, 4). Los siguientes ca-
Pablo para indicar el alcance de la re- pítulos del libro del Génesis tratan de
dención operada por Cristo afirma: «el dar respuesta a estos grandes
que está en Cristo es una nueva crea- interrogantes que todo hombre se plan-
ción» (2Cor 5, 17; cf. Gal 6, 15; Ef 2, tea: ¿de dónde viene el mal?, ¿cuál es la
10). causa del dolor, del pecado, y de la
muerte?
4.- Textos principales
Génesis 1-2 1.- El primer pecado
Salmos 8; 19, 1-7; 103 - 104; 135, 4- El capítulo 3º del Génesis nos narra
7; 136; 148 un drama singular: la primera tentación
y el primer pecado. En el paraíso en
Job 38-42 que Dios ha colocado al primer hom-
Proverbios 8, 22-31 bre y a la primera mujer aparece otro
Eclesiástico 42, 15 - 43, 33 personaje hasta ahora desconocido: el
2 Macabeos 7, 28 tentador, en forma de serpiente.
Julio Alonso Ampuero 9

El autor sagrado quiere decirnos que además la desconianza en Dios al pre-


el mal no proviene de Dios, que todo sentar como enemigo del hombre al
lo ha hecho bien, ni tampoco proviene Dios fiel y lleno de amor.
sólo del hombre, que ha sido creado Vemos entonces en qué consiste el
bueno por Dios: este personaje miste- pecado: una falta grave de orgullo con-
rioso, adversario de los planes de Dios cretada en una enorme desobediencia
y enemigo de la felicidad del hombre, a al Señor. El mandato de Dios de no
quien la revelación posterior irá identi- comer del árbol de la ciencia del bien y
ficando como ser personal, con poder del mal (2,16-17) expresa el hecho de
para el mal, «la gran serpiente, la ser- que el hombre no es dueño absoluto
piente antigua, el llamado diablo y Sa- de su propia vida, sino criatura limita-
tanás» (Ap. 12,9), es el que instiga al da, dependiente radicalmente de Dios.
hombre a pecar contra Dios y es la cau- Y el deseo de «ser como dioses» (3,5)
sa última de que haya entrado la muerte indica justamente lo contrario: el que-
en el mundo (Sab. 2,24). rer tener capacidad de decidir el pro-
Con admirable psicología presenta pio destino, ser ley para sí mismo sin
también el autor sagrado el proceso de condiciones impuestas desde fuera, el
la tentación como seducción y enga- decidir por sí mimo lo que es bueno y
ño. Aquel a quien San Juan denomina- lo que es malo ... Por tanto, el pecado
rá «mentiroso y padre de la mentira» de querer «ser como dioses, conoce-
(Jn 8,44) comienza insinuándose con dores del bien y del mal» es una reivin-
una falsedad absoluta (comparar 3,1 dicación de autonomía moral, un rene-
con 2,16-17); en un segundo momento gar del estado de criatura invirtiendo el
hace dudar a la mujer de la validez del orden en que Dios estableció al hom-
mandato del Dios y, por tanto, de la bre; es en el fondo una actitud de rebe-
intención del mismo Dios al establecer lión contra Dios: en vez de fiarse ple-
ese mandato (vv. 4-5); así, además de namente de Dios acatando su mandato
mentiroso, el tentador se manifiesta como mandato de vida, el hombre duda
como el «homicida desde el principio» de Dios y se fía de su propio juicio –
(Jn 8,44): en efecto, al engañar a la mu- engañado por el tentador– en actitud
jer («de ninguna manera moriréis») con de autosuficiencia (cf. Is 14, 13s; Ez
relación al mandato que Dios les había 28,2).
dado para vida («el día que comieres El texto sagrado apunta también las
de él, morirás sin remedio»: 2,17), de consecuencias del pecado. La actitud
hecho conduce a la muerte a la mujer y de Adán y de su mujer ha sido prescin-
al hombre (cf 3,7). He ahí la tentación: dir de Dios, construir por sí mismos
una promesa falsa («seréis como dio- su propio destino, conquistar su pro-
ses»), pero que halaga, seduce y atrae pia felicidad. Y Dios abandona al hom-
(3,6), una seducción y engaño que hace bre a sus propias fuerzas, consiente que
ver como vida lo que de hecho condu- quede al arbitrio de sí mismo y de sus
ce a la muerte; con ella ha sembrado propias capacidades. El texto lo expre-
10 Historia de la Salvación

sa con una fuerza insuperable: «se die- marido a pecar (3,6) contradiciendo la
ron cuenta de que estaban desnudos» misión que Dios le había asignado de
(v. 7); la expresión constituye un con- ser su ayuda (2,18); el hombre, en vez
traste brutal con las halagadoras pro- de asumir su propia culpa, acusa a la
mesas de «ser como dioses», pues su- mujer que Dios le ha dado por compa-
giere que al romper con Dios el hom- ñera; la atracción entre los sexos, entre
bre y su mujer experimentan con toda hombre y mujer, que Dios mismo ha-
crudeza su situación de pobres criatu- bía puesto, se transforma ahora en des-
ras, indefensas e inseguras, en total pre- ordenada apetencia y ansiedad y en
cariedad y faltos de protección. Es la dominio (3,16).
hora de la verdad en que las mentiras y –Se produce también una ruptura con
engaños del tentador salen a la luz y se la naturaleza. Si el trabajo formaba
manifiestan las trágicas consecuencias parte de la condición del hombre
de muerte que llevaban encerradas. Se (2,15), ahora la creación entera se le
expresa así de manera sugerente la vuelve hostil (3, 17-19); el desorden in-
amargura, la decepción y frustración troducido en el corazón del hombre
que conlleva todo pecado. Como dirá hace que en lugar de «dominar» la na-
San Pablo «el salario del pecado es la turaleza (1,28), de «labrarla y cuidarla»
muerte» (Rom 6, 23). (2,15), la esclavice, la frustre, la some-
–La primera consecuencia del peca- ta a la vanidad (Rom 8,20). El don y la
do es la pérdida de la amistad con bendición de la fecundidad se convier-
Dios, ya apuntada en el ocultarse de Él ten para la mujer en pesada carga (3,16).
(3,8) y en el tener miedo (3,10) y ex- Y si la muerte es una condición natural
presada simbólicamente por la expul- del hombre como ser caduco que ha
sión del paraíso (3, 23-24), que indica sido formado del polvo del suelo (2,7),
el alejamiento de la presencia de Dios y el pecado hace que la muerte se vuelva
de la comunión de vida con Él, la pér- insoportable al experimentar con fuer-
dida de la familiaridad con Él. za la frustración de su tendencia a «vi-
–En contraste con la armonía e inte- vir para siempre» (3,22), al saberse
gridad en que vivían (2,25), ahora ex- condenado a «volver al polvo» (3,19).
perimentan el desorden interior, intro- En definitiva, el sufrimiento en todas
ducido por el pecado en el corazón del sus formas pasa a formar parte de la
hombre y delatado por la conciencia condición humana.
llena de vergüenza (3,7); es el desper-
tar de la concupiscencia -tan bien ex- 2.- Un mundo
presada por San Pablo: Rom 7, 14-24- inundado por el pecado
que esclaviza al hombre. Las palabras de San Pablo en Rom
–Se rompe la armonía entre el hom- 5,12 («por un hombre entró el pecado
bre y su mujer. El maravilloso proyec- en el mundo y por el pecado la muerte
to de Dios de ser «una sola carne» es y así la muerte alcanzó a todos los
echado al traste: la mujer induce a su hombres por cuanto todos pecaron»)
Julio Alonso Ampuero 11

parecen tener delante de los ojos lo na- En este contexto, el relato del dilu-
rrado en el Génesis. El primer pecado vio (6,5-9,17) aparece como el juicio
ha sido como una puerta abierta por la de Dios sobre la humanidad pecadora.
que se ha introducido la potencia El autor sagrado constata que «la mal-
maléfica del Pecado –San Pablo lo dad del hombre cundía en la tierra y
personifica– anegando todo y acarrean- todos los pensamientos que ideaba en
do el daño y la destrucción (Sab 2,24). su corazón eran puro mal de continuo»
San Pablo establecerá claramente la (Gn 6,5); que «la tierra estaba corrom-
doctrina de una culpa hereditaria, dada pida en la presencia de Dios; la tierra
la solidaridad de todos en Adán. Pero se llenó de violencias. Dios miró a la
ya en el Génesis aparece apuntado que tierra y he aquí que estaba viciada, por-
el pecado ha trastornado de tal manera que toda carne tenía una conducta vi-
el orden querido por Dios, introducien- ciosa sobre la tierra» (Gn 1,11-12); más
do el desorden en el interior mismo del aún, se trata de un mal que aparece des-
hombre, que la condición humana des- de la niñez (8,21). Las aguas del dilu-
pués del primer pecado lleva las hue- vio que inundarán la tierra simbolizan
llas de una herida irremediable que sólo también este mal que anega todo. Se
tendrá remedio con la venida del Nue- insiste en la universalidad del pecado:
vo Adán (Rom 5, 19). lo que se inició con el primer pecado
En efecto, los capítulos siguientes del ha alcanzado a todos. Y el juicio de Dios
Génesis presentan la perversa influen- sobre la humanidad pecadora contribu-
cia del pecado en la humanidad, como ye a resaltar que el pecado es –directa
una ola gigantesca que sumerge todo y o indirectamente– la causa de todos los
que acabará conduciendo al castigo del males.
diluvio. Finalmente, el episodio de la torre de
El relato de Caín y Abel (Gén 4, 1- Babel (Gn 11,1-9) presenta una huma-
16) nos hace entender que la rebelión nidad desgarrada, explicando el por qué
del hombre contra el Creador conduce de la dispersión en pueblos, naciones
a la rebelión del hombre contra el hom- y lenguas opuestas entre sí. El pecado
bre; 1 Jn 3, 13 comentará que Caín una vez más es el orgullo: la pretensión
mató a su hermano porque «era del Ma- arrogante de construir un mundo, una
ligno»: el que es «homicida desde el sociedad, una civilización sin Dios («
principio» (Jn 8,44) conduce al homi- una ciudad y una torre con la cúspide
cidio y a la rebelión contra Dios a los en los cielos»). Empalmando con el pe-
que se ponen bajo su influjo (Jn 8, 40- cado de los orígenes del que es pro-
41). Al final del capítulo encontramos longación y consecuencia, nos da así
el «Canto de Lámek» (Gn 4, 23-24), la explicación de la ruptura entre los pue-
glorificación de la fuerza bruta y de la blos: la torre idólatra de Babilonia no
venganza desmedida y signo de la fe- puede ser el lugar de reunión de los
rocidad creciente de los descendientes hombres, sino que, siendo signo de su
de Caín. arrogancia ante Dios, tiene que ser ne-
12 Historia de la Salvación

cesariamente causa de dispersión. para alimento (9,3), garantiza su pro-


Es fácil descubrir en este panorama tección al hombre que sigue siendo su
tan sombrío la descripción realista de imagen y semejanza (9,6) y establece
la humanidad bajo el signo del pecado. su alianza con la humanidad y con toda
No podía ser de otra manera. La rebe- la creación (9,8-17).
lión contra Dios inevitablemente debía Pero sin duda, lo más importante de
conducir al caos total. Con palabras de todo es la promesa de salvación hecha
Jeremías: «Se alejaron de Mí y yendo por Dios inmediatamente después del
en pos de la vanidad se hicieron va- pecado y que anuncia la victoria final
nos» (2,5); «mi pueblo ha cambiado del hombre en la lucha contra Sata-
su Gloria por lo que nada vale. nás (Gen 3, 15). Lo que se ha llamado
Pasmaos, cielos, de esto y horrorizaos el «protoevangelio» es una luz de es-
estupefactos sobremanera; pues un peranza que brilla en medio del som-
doble mal ha cometido mi pueblo: me brío panorama causado por el pecado.
ha abandonado a Mí, manantial de Dios promete que el tentador –simbo-
aguas vivas, para excavarse cisternas lizado en la serpiente– que amenaza per-
agrietadas, incapaces de retener el manentemente al hombre, será finalmen-
agua» (2,11-13); «que te enseñe tu pro- te «pisoteado» o «aplastado». Es ver-
pio daño, que tus apostasías te escar- dad que se dibuja una lucha encarniza-
mienten; reconoce y ve lo malo y amar- da (la serpiente intenta atacar,»acecha»
go que te resulta el dejar a Yahveh tu el talón de la mujer); pero se trata de
Dios» (2,19). algo que intenta inútilmente, en vano:
Dios, maldiciendo a la serpiente, se ha
3.- La promesa de salvación puesto decididamente al lado de la mu-
Existe un cierto tópico según el cual jer y de su descendencia, que acabará
el Dios del Antiguo Testamento es el venciendo definitivamente al Maligno.
Dios del castigo por contraste con el La revelación posterior mostrará que
Dios del amor y de la misericordia que esta descendencia es Cristo. Él es el
aparece en el Nuevo Testamento. Nuevo Adán que ha restaurado lo que
el primer Adán destruyó. A diferencia
Sin embargo, nada más lejos de la rea-
de Adán, Jesús vence a Satanás (Mc 1,
lidad. A Caín, el homicida, Dios le pone
12-13). Lo manifiesta curando enfer-
una señal para que nadie se atreva a
medades –que los judíos relacionaban
matarle (Gen 4,15). Después del juicio
estrechamente con el pecado– y per-
del diluvio encontramos expresiones de
donando pecados; pero de manera más
la misericordia divina: el mismo casti-
clara aún expulsando demonios (Mc 1,
go pretende sacudir a la humanidad para
23-27; 9, 14-27). Sobre todo vencerá a
despertarla, la promesa de Dios garan-
Satanás en la confrontación decisiva de
tiza el orden de las estaciones y asegu-
la pasión (Jn 12 31-33). Por eso San
ra la cosecha y el alimento (8,22), Dios
Pablo podrá exclamar exultante: «Así
reitera el don de la fecundidad (9,1-7)
como el delito de uno solo atrajo sobre
y el ofrecimiento de toda la creación
todos los hombres la condenación, así
Julio Alonso Ampuero 13

también la obra de justicia de uno solo zas.


procura toda la justificación que da la Pero la postura tampoco es el pesi-
vida... Donde abundó el pecado, mismo. El hecho de que Cristo ha ven-
sobreabundó la gracia» (Rom 5, 18-19). cido el pecado nos da la certeza de que
Con la venida de Cristo ha terminado en Él y con Él podemos vencer. Por
el dominio tiránico del pecado (Rom eso la actitud correcta es la de abrirnos
7, 24-25). a Cristo por la fe y la esperanza para
Más aún, con su victoria sobre el pe- acoger la salvación que sólo de Él pue-
cado Cristo ha destruido también el de venir (Hch 4, 12).
muro de la muerte (1Cor 15, 20-26) y
Por la misma razón es necesario el
ha vuelto a abrir el paraíso (Lc 23, 39).
combate, el esfuerzo: hay que negarse
De ahí también el grito desafiante de
a sí mismo (Mt 15, 24) y dar muerte a
San Pablo: «¿Dónde está, muerte, tu
las tendencias desordenadas que hay
victoria?» (1Cor 15, 54-57).
en nosotros (Gal 5, 24; Col 3, 5-9), sien-
Pero es significativo que esta victoria do muy conscientes a la vez de que sólo
Jesús la ha logrado por el camino in- con las armas de Dios se puede vencer
verso al recorrido por Adán (Fil 2, 6- al diablo (Ef. 6, 10-20).
11): Siendo Dios «no retuvo ávidamente
Por otra parte, al indicar el Génesis
el ser como Dios»; siendo el Hijo, «se
que el pecado deteriora todo, está dan-
hizo obediente hasta la muerte y muer-
do a entender que la liberación del pe-
te de cruz»; pero el resultado es tam-
cado es la raíz para remediar todos los
bién el contrario al de Adán: Jesús es
males. La renovación y transformación
constituido Señor y recibe en su huma-
del corazón humano es el fundamento
nidad el honor y la gloria propios de
de todas las reformas –en el terreno
Dios. Se cumplen así las palabras di-
social o en cualquier otro–; y al revés,
chas por Él mismo: «El que se enaltece
mientras el hombre permanezca escla-
será humillado y el que se humilla será
vo del pecado cualquier pretendida re-
enaltecido» (Lc 14, 11).
forma sólo conducirá a nuevas y ma-
yores esclavitudes.
4.- Conclusión
La narración del pecado de Adán debe 5.- Textos principales
alejar de nosotros todo optimismo vano
Génesis 3-11
e ilusorio. Todo hombre se encuentra
en un estado de indigencia respecto de Isaías 11, 1-9; 14, 12-15; 65, 19-25
su salvación; debe reconocer la impo- Ezequiel 28, 12-19; 36, 26-38
sibilidad de conseguir la salvación por Romanos 5, 12-21
sus propias fuerzas y la necesidad de
ser redimido. Las heridas y el desor- 1 Corintios 15
den producidos por el pecado –por los Apocalipsis 21, 1-6; 22, 1-5
pecados personales– son irremediables
para el hombre dejado a sus solas fuer-
14 Historia de la Salvación

cos o imaginativos, se han idealizado


personajes...); sin embargo, podemos
asegurar que la sustancia que nos trans-
miten está sólidamente garantizada y que
3. Abraham, las tradiciones patriarcales están firme-
nuestro padre en la fe mente enraizadas en la historia.
De hecho, se sabe que los nombres
usados en la Biblia eran normales en
ese período, que las costumbres que
nos refieren coinciden con las que co-
Este título, tomado de una expresión nocemos por otros documentos
que aparece en la liturgia (cf. Plegaria extrabíblicos (y la Biblia los conserva
Eucarística I), indica la importancia de aunque ya no sean los de la época en
la figura de Abraham no sólo para el que se ponen por escrito e incluso al-
pueblo de Israel, sino también para no- gunas resulten escandalosas), que el iti-
sotros cristianos. nerario recorrido por los patriarcas se-
gún la Biblia era el normal en aquel pe-
Después de la llamada «prehistoria riodo y que sus modos de vida corres-
bíblica» (Gen 1-11), el capítulo 12 del ponden al de otros muchos clanes de
Génesis marca un nuevo inicio: tras pre- ese tiempo.
sentar cómo el pecado se difundía pro-
duciendo la división de los hombres, el Abraham se inserta en las corrientes
libro del Génesis nos muestra cómo migratorias de los primeros siglos del
Dios toma la iniciativa de la salvación 2º milenio a.C. Aunque es difícil preci-
irrumpiendo en la historia de los hom- sar mucho, se le suele situar hacia el
bres, y lo hace eligiendo a un hombre, año 1850 a.C. Abraham es un
Abraham, en el cual «serán bendecidas seminómada que sale de Ur, en Caldea,
todas las familias de la tierra» (Gen 12, y se instala en Canaán; pastor de gana-
3). do menor, es uno más entre los innu-
merables jefes de las tribus que emi-
1.- Trasfondo histórico gran buscando pastos para sus gana-
dos. La Biblia no nos cuenta muchos
Las narraciones sobre Abraham y los detalles de él que quizá hubieran hala-
patriarcas que nos recoge la Biblia fue- gado nuestra curiosidad, sino que se
ron puestas por escrito varios siglos centra en la llamada que Dios le dirigió,
después de los sucesos. Mientras tan- en la promesa que le hizo y en su res-
to fueron transmitidas oralmente (hay puesta obediente cumpliendo la misión
que notar que nos encontramos en una encomendada.
época de cultura oral en que se ejerci-
taba notablemente la memoria). No po- 2.- Mensaje religioso
demos pedir a estos textos la exactitud
de una crónica (con el paso del tiempo Ante todo conviene notar cómo los
quizá se han añadido detalles pintores- textos del Génesis subrayan la impor-
Julio Alonso Ampuero 15

tancia de la figura de Abraham: lo ha- Sin embargo, la promesa de Dios pa-


cen mencionando su genealogía (Gén. rece irrealizable: se le promete una des-
11, 10-26), cosa que normalmente sólo cendencia innumerable cuando su mu-
sucede con los grandes personajes (cfr. jer es estéril (Gén. 11, 30; 16, 1-2) y él
la genealogía de Jesús en Mt. 1), y mos- mismo es anciano (Gén. 17, 17; 18,12).
trando cómo Dios le cambia el nombre Por eso Dios mismo da a Abraham un
(Gén. 17,5), lo cual es signo de que le signo de su omnipotencia (Gén. 15,5)
va a encomendar una misión excepcio- e incluso afirma explícitamente: «¿Hay
nal (cfr. en el N.T. el cambio de nom- algo imposible para Yahveh?» (Gén.
bre a Pedro: Mt 16,18). 18,14). Más aún, Dios se compromete
Pues bien he aquí las principales en- en firme sellando una alianza con
señanzas que la Biblia nos revela en la Abraham (Gén. 15, 7-21).
historia de Abraham: El desarrollo posterior del relato mos-
trará cómo, en efecto, Dios cumple su
a) Dios llama y promete. promesa con el nacimiento de Isaac. Y
La iniciativa es exclusivamente suya, en cuanto al otro aspecto de la prome-
elige a quien quiere con absoluta liber- sa –el don de la tierra: Gén. 15,7–, diri-
tad, sin tener en cuenta los méritos pre- gida en realidad a su descendencia
vios (Abraham era idólatra: Jos 24, 2- (Gén. 12,7), también Abraham llegará a
3; después elegirá a Isaac y no a Ismael: poseer al menos una prenda de ella al
Gén 17, 15-22, a Jacob y no a Esaú: adquirir la finca de Macpelá (Gén. 23)
Gén 25, 23). Es una llamada que recla-
ma obediencia, renuncia, expropiación: b) Abraham obedece y se fía.
«Sal de tu tierra, de tu patria, de la casa Al Dios que llama, Abraham respon-
de tu padre» (Gén. 12,1), para ponerse de obedeciendo, al Dios que promete
enteramente a disposición de los pla- responde con un acto de fe.
nes de Dios. Llama profundamente la atención
Pero la renuncia está en función de lo cómo reacciona ante la llamada de Dios;
que Dios le promete. Si Dios exige tan- en Gén. 12,4 dice simplemente: «Mar-
to a Abraham –tierra, parentela y fami- chó, pues, Abraham, como se lo había
lia son los bienes máximos para un hom- dicho Yahveh»; no media ningún diálo-
bre de cultura seminómada– es por- go, no solicita ninguna aclaración, no
que le promete mucho más: «De tí haré pone ninguna objeción; simplemente
una nación grande... Engrandeceré tu obedece. Y este acto de obediencia es
nombre... Por tí se bendecirán todos a la vez un acto de fe, pues Dios no le
los linajes de la tierra» (Gén 12, 2-3). había dado ninguna prueba; incluso el
Le pide que abandone los estrechos lí- futuro queda en buena parte en la os-
mites de lo conocido para que se lance curidad de lo imprevisible: «vete ... a la
–fiado en Dios que llama y promete– a tierra que yo te mostraré» (Gén. 12,1).
los anchos horizontes de lo descono- Abraham simplemente se fía de la pa-
cido. labra de Yahveh y se pone en camino.
16 Historia de la Salvación

La carta a los Hebreos comentará, refi- do a la prueba, presentó a Isaac como


riéndose a este hecho: «Por la fe, ofrenda ... Pensaba que poderoso era
Abraham, al ser llamado por Dios, obe- Dios aun para resucitar de entre los
deció y salió para el lugar que había de muertos» (Heb. 11,17-19). Es la fe des-
recibir en herencia, y salió sin saber a nuda, despojada de todo apoyo o se-
dónde iba» (Heb. 11,8). guridad humana, colgada sólo de Dios
Más adelante se subrayará más ex- y de su palabra.
plícitamente esta actitud de fe. Ante la
promesa de Dios de una descendencia c) Abraham, amigo de Dios.
innumerable, que es humanamente irrea- En Gén. 15,6 se nos dice de Abraham
lizable porque él es anciano y su mujer que «creyó a Yahveh, el cual se lo re-
estéril, Abraham hace un nuevo acto de putó por justicia». Esta fe absoluta e
fe, se fía de Dios y de su palabra (Gén. incondicional de Abraham hace de él
15,6). Es verdad que en un primer mo- un «hombre justo», es decir, que está
mento no acierta a entender que Dios en una relación justa, adecuada, correcta
puede realizar acciones milagrosas sus- con Dios; esta actitud le agrada a Dios,
citando la vida en el seno estéril de Sara, que al hombre creyente le admite en su
y por eso piensa que la promesa de intimidad, estableciendo con él un tra-
Dios se realizará teniendo un hijo de la to cordial. Así aparece en la teofanía
esclava (Gén. 16); pero poco a poco de Mambré (Gén. 18, 1-15), ese pasaje
Dios mismo va educando a Abraham precioso aunque misterioso en que
hacia una fe más plena e incondicional Yahveh mismo, acompañado de dos
en su poder. ángeles, visita a Abraham en su tienda
El momento culminante de esta «edu- y come con él; Abraham, por su parte,
cación en la fe» de Abraham por parte les acoge con extrema hospitalidad (no-
de Dios es cuando Dios le pide que le tar que para un semita el comer juntos
sacrifique su hijo. Por fin ha nacido el era la máxima señal de comunión e inti-
heredero a través del cual se van a rea- midad).
lizar las promesas y sin embargo Dios De hecho, la Sagrada Escritura le da
le pide que se lo ofrezca en sacrificio el título de «amigo de Dios» (Is. 41,8;
(Gén. 22). Dura prueba para este hom- Dan. 3,3-5; St.2,23), la más hermosa
bre que una vez más en silencio y sin denominación que un hombre puede re-
oponer ninguna resistencia –aun en cibir. Y en la continuación del relato del
medio de la más completa oscuridad– Génesis vemos que Dios mismo le co-
se fía de Yahveh y obedece ciegamen- munica sus planes antes de ejecutarlos
te. Dios, que le había pedido el sacrifi- (Gén. 18,17). Más aún, apoyado en esta
cio del corazón, rehusa el sacrificio de confianza y amistad en que Dios mis-
hecho, y en pago de esta fe y de esta mo le ha introducido, Abraham se atre-
obediencia colma de bendiciones a ve a interceder ante Él solicitando el
Abraham. La carta a los Hebreos co- perdón para las ciudades pecadoras
mentará: «Por la fe, Abraham, someti- (Gén. 18,23-33) y consiguiendo la sal-
Julio Alonso Ampuero 17

vación del único justo que se encuen- salvación (cfr. también Heb. 11,8-19).
tra en ellas, su sobrino Lot y su familia En definitiva, las actitudes de Abraham
(Gén. 19,29). que la Biblia resalta son perennemente
válidas; más aún, son la condición in-
3.- Abraham y los cristianos dispensable para colaborar con Dios en
Todo lo que hemos visto nos descu- su obra salvadora y para que se realice
bre que está plenamente justificado el eficazmente la historia de la salvación:
calificativo que la liturgia da a Abraham si la historia de acción salvadora de
como «nuestro padre en la fe». El es Dios comienza con la fe y la obedien-
fundamental no solo en la tradición ju- cia de Abraham, un nuevo acto de fe
día, sino también en la cristiana ( e («dichosa tú que has creído porque lo
igualmente para los musulmanes. que te ha dicho el Señor se cumplirá»:
En el N.T. encontramos la afirmación Lc. 1,45) y un nuevo acto de obedien-
de que con la venida de Cristo Dios ha cia («aquí está la esclava del Señor,
visitado y redimido a su pueblo cum- hágase en mí según tu palabra»: Lc.
pliendo así «el juramento que juró a 1,38), los de María, darán inicio a la
nuestro padre Abraham» (Lc. 1,72- etapa decisiva de la salvación de Dios
73.54-55). De hecho, Cristo es llama- en Cristo; y nuevos actos de fe y de
do «hijo de Abraham» (Mt. 1,1) y Él es obediencia –los nuestros– harán posi-
según San Pablo «la descendencia» a ble que la obra de la salvación se ex-
la que la se referían las promesas he- tienda en el tiempo y en el espacio1 .
chas a Abraham (Gal. 3,16); de hecho
Cristo ha sido constituido heredero de 4.- Textos principales
todo (Heb. 1,2). Génesis 12,1-2; 15; 17; 18; 22
Y herederos de esas promesas somos Eclesiástico 44,19-23
también los cristianos, unidos a Cristo Juan 8,52-58
y hechos una sola cosa con Él por el
bautismo (Gál. 3, 26-29). Pero no so- Romanos 4
mos herederos de las promesas de una Gálatas 3
manera mágica o automática, sino que Hebreos 11,8-19
es necesario que imitemos la misma ac-
titud de fe de Abraham: «Tened, pues,
entendido que los que viven de la fe,
1
También encontraremos en el Nuevo
Testamento a Isaac como «figura» de Cris-
esos son los hijos de Abraham» (Gál. to (Heb. 11, 19). Abraham sensibiliza la in-
3,7). Por eso Abraham es presentado finita generosidad de Dios Padre que «no
como modelo de fe para el cristiano se reserva a su único Hijo» (Rom. 8,32) e
(Rom. 4,18-25): una fe que acepta la Isaac tipifica la entrega y disponibilidad de
palabra de Dios, que se somete a Dios, Cristo al sacrificio; a diferencia de Isaac,
que a-cepta los planes de Dios aunque Jesús sí llega a la muerte, pero al igual que
sean misteriosos y desconcertantes y Isaac es recobrado vivo.
de ese modo acoge a Dios mismo y su
18 Historia de la Salvación

«Dios de Abraham, de Isaac, de Jacob»


será a partir de ahora el «Dios que te
ha sacado del país de Egipto, de la casa
de la servidumbre» (Ex. 20,1).

4. De la servidumbre 1.- El éxodo y la historia


al servicio Lo que se nos narra en la Biblia enca-
ja perfectamente con lo que conoce-
mos por otras fuentes extrabíblicas.
La bajada de Jacob y sus hijos a Egip-
to coincide con las noticias de que al-
gunos pueblos semitas se introdujeron
hacia 1700 a.C. en Egipto. Estos pue-
Después de la historia de Abraham blos, los hicsos, dominaron durante
(Gén. 12-25), el libro del Génesis nos casi dos siglos el país, hasta que final-
refiere la de Isaac y Jacob (Gén. 25- mente fueron expulsados.
36); después del padre del pueblo ele- Los hebreos y otros grupos semitas
gido, estos dos patriarcas son los de- permanecieron en el delta del Nilo. Pero
positarios de las promesas divinas, y el hecho de que hubieran sido aliados
con ellos continúa la historia de la sal- o colaboradores de los hicsos y la ne-
vación. También ellos prosiguen una cesidad de abundante mano de obra
existencia semi-nómada en Canaán para las nuevas construcciones provo-
como pastores de ganado menor que có que se dictasen medidas opresoras
se desplazaban según las estaciones del contra ellos y que fueran convertidos
año. Finalmente el hambre obliga a en esclavos. Aunque no lo sepamos con
Jacob y a sus hijos a marchar a Egipto certeza, es posible que el faraón que
y a instalarse allí (ver también la histo- inició la persecución fuera Seti I (1309-
ria de José: Gén. 37-50). 1290) y que en el reinado de su suce-
La Biblia guarda silencio acerca del sor, Ramsés II (1290-1224), se produ-
largo período –más de 400 años– en jera el éxodo.
que los hebreos permanecieron en En esa situación de opresión es per-
Egipto; quizá no hay ninguna interven- fectamente verosímil que los hebreos
ción especial de Dios que reseñar. La anhelasen la libertad perdida de su anti-
narración se reanuda con el relato de la gua vida seminómada. Cuando por fin
opresión del pueblo hebreo (Ex.1). Esta surge el caudillo capaz de guiarlos, una
situación va a ser la ocasión de una nue- serie de circunstancias providenciales,
va y clamorosa intervención de Dios; en las que era fácil descubrir la mano
la liberación de la esclavitud de Egipto de Dios, hacen que el faraón les deje
será para todas las generaciones pos- salir.
teriores el hecho fundamental al que se
referirá la fe de Israel (Dt. 26,5-8); el Es indiscutible que lo que constituye
Julio Alonso Ampuero 19

la parte esencial del Éxodo, la base de opresión, que se hace cada vez más
estas narraciones, son los hechos con- aguda e insoportable (c. 1), el autor sa-
cretos y reales; si negamos la realidad grado dice: «Oyó Dios sus gemidos y
histórica de estos hechos resulta incom- se acordó Dios de su alianza con
prensible la historia posterior de Israel. Abraham, Isaac y Jacob y miró Dios a
Las narraciones del Éxodo mantienen los hijos de Israel y conoció...» (Éx.
una fidelidad sustancial a los aconteci- 2,23-25). Dios se hace cargo de la si-
mientos realmente ocurridos. tuación y se dispone a tomar cartas en
Ahora bien, sobre la base de este nú- el asunto; porque Dios oye, se acuer-
cleo histórico, al autor sagrado lo que da, mira y conoce, la historia de la sal-
le interesa es extraer el mensaje religio- vación se pone en marcha de nuevo;
so que esos acontecimientos encierran Dios tiene un plan que va a comenzar a
en cuanto intervención de Yahveh. Por ejecutarse.
eso, con un tono épico, de epopeya En realidad, ese plan ya está en mar-
religiosa, subraya y acentúa lo grandio- cha. Pues antes de los versículos cita-
so de las acciones de Dios. Para recal- dos se nos ha narrado cómo Dios ha
car más la intervención de Dios el au- suscitado al que va a ser instrumento
tor sagrado omite muchas veces los de su acción liberadora, Moisés (c.2).
medios o causas segundas de que se En los capítulos siguientes asistimos a
ha servido. Por ejemplo, algunas pla- la «educación» de Moisés por parte de
gas (ranas, mosquitos, langostas...) son Dios para que llegue a ser instrumento
relativamente normales y frecuentes en dócil de sus planes; desde el c. 3, en
Egipto; no obstante, estos azotes de- que Dios le llama y le revela sus desig-
bieron producirse en un grado nunca nios de salvación, vamos siendo testi-
visto, de manera que manifestaban pa- gos de la transformación de Moisés
tentemente «la mano de Yahveh». Por como enviado de Dios.
lo demás, no se debe excluir que hayan El plan de Dios incluye dificultades y
existido intervenciones prodigiosas y obstáculos, algunos de los cuales pa-
maravillosas en sentido estricto. recen insalvables. Parecería que al in-
tervenir Dios todo debe funcionar con
2.- La liberación de la esclavitud absoluta facilidad. Sin embargo, no es
Los primeros 15 capítulos del Éxo- así: el Faraón se opone a los planes de
do nos refieren la liberación del pueblo Moisés, los mismos israelitas no le ha-
de Israel; una liberación en que Dios cen caso, la situación se complica cada
tiene la iniciativa de principio a fin; una vez más... A través de todas estas difi-
liberación en la que Él es el verdadero cultades, humanamente insuperables,
protagonista; una liberación que servi- Moisés va aprendiendo –y nosotros
rá de paradigma o punto de referencia con él– que sólo Dios puede salvar; la
para todas las etapas siguientes de la iniciativa y las argucias humanas fraca-
historia de salvación. san y experimentan su propia impoten-
Después de descubrir la situación de cia; en cambio, el plan del Señor se abre
20 Historia de la Salvación

paso y avanza, aunque sea por cami- Yahveh (Éx. 14,31) no le queda más
nos desconcertantes. que admirarse y creer (Éx. 14,31) y can-
De hecho, este es el significado de la tar exultantes las hazañas del Señor que
historia de las plagas (c. 7-11). El autor de manera tan patente ha experimenta-
sagrado nos había recordado que las do (Éx. 15,1-21).
dificultades a Dios no le resultaban im-
previstas: «Ya sé yo que el rey de Egipto 3.- El don de la alianza
no os dejará ir ...» (Éx. 3,19). Más aún, La liberación de la esclavitud, con ser
nos indicaba que esas dificultades eran importante, no es todo. Gracias a ella
ocasión para que manifestase más pal- desaparece la opresión; las tribus, que
mariamente su gloria (Éx. 7,3-5). Aho- antes estaban dispersas, ahora consti-
ra, mediante las plagas, Dios comienza tuyen un solo pueblo; la acción
a dar signos de que está vivo, de que liberadora de Dios les ha aglutinado
está presente, de que es poderoso... El entre sí y les ha hecho experimentar que
que recapacite descubrirá que en ellas son un solo pueblo. Pero la libertad re-
está presente «el dedo de Dios» (Éx. cuperada no es un fin en sí misma; si
8,15), que Dios está interviniendo; el Dios los ha liberado, es en función de
que no quiera reconocer la mano de algo más: para que entren en alianza, en
Dios y se obstine, tendrá que recono- comunión de vida con el Dios que los
cer esa intervención de Dios a la fuer- ha liberado, para que sirvan a Yahveh
za, pues se impone por su propio peso, (Éx.7,16).
pero ya será demasiado tarde (c.14). El pueblo de Israel tenía experiencia
Antes de salir de Egipto, el pueblo de alianzas entre individuos, entre clanes
celebra la fiesta de la Pascua (c. 12- y entre pueblos (ver, por ejemplo, la
13). Pascua significa «paso»: Dios ha alianza entre Israel y los gabaonitas en
pasado salvando a su pueblo, y el pue- Jos. 9,3-21). Hasta nosotros han llega-
blo celebra festivamente, de manera do diversos formularios de alianza en-
litúrgica ese paso del Señor. A partir de tre dos reyes en iguales condiciones o
ahora, la fiesta de la pascua será «me- entre un rey vencedor y un vasallo. Es-
morial», re-cuerdo eficaz de ese paso tas alianzas eran pacto o contrato de
salvador de Yahveh. mutua pertenencia, que unía con un vín-
Finalmente, a punto de salir de Egip- culo sagrado a ambas partes, deparán-
to aparece la dificultad mayor: parece doles derechos y deberes. Además,
que todo está definitivamente perdido Dios ya había establecido su alianza
(Éx. 14,5-12). Sin embargo, esta difi- con Noé (Gén. 9, 8-17) y con Abraham
cultad suprema va a ser la ocasión de (Gén. 15; 17).
la mayor intervención de Dios que se Ante todo, la alianza de Dios con su
va a cubrir de gloria (Éx. 14,4) Al pue- pueblo no arranca de ninguna necesi-
blo de Israel, que ha visto a los egip- dad u obligación; si Yahveh entra en
cios muertos a orillas del mar (Éx. 14,30) alianza es por una iniciativa absoluta-
y sobre todo ha visto la mano fuerte de mente libre y gratuita. Como recalcará
Julio Alonso Ampuero 21

el libro del Deuteronomio (7,7-8): «No todo en las dificultades, Israel apele a
porque seáis el más numeroso de to- este compromiso que Yahveh ha adqui-
dos los pueblos se ha prendado Yahveh rido: «Recuerda tu alianza» (Sal. 74,20).
de vosotros y os ha elegido, pues sois El pueblo, por su parte, debe obede-
el menos numeroso de todos los pue- cer a la ley recibida de Yahveh para ser
blos; sino por el amor que os tiene y fiel a esta alianza. Israel no está pasiva-
por guardar el juramento hecho a vues- mente en la alianza; aunque la iniciativa
tros padres...» sea de Dios, el pueblo debe adherirse a
El relato de la alianza (Éx. 19-24), que ella plenamente y esta adhesión debe
es sellada en el monte Sinaí, resalta esto expresarse de manera real y concreta
mismo. A la propuesta de Yahveh a tra- en el cumplimiento de la voluntad de
vés de Moisés (Éx. 19,3-6) el pueblo Yahveh: no sólo el Decálogo (Éx. 20,1-
no hace más que asentir (Éx. 19,7-8): 17), sino el Código de la Alianza (20,22-
«Haremos todo cuanto ha dicho 23,33) que aplica el decálogo a todas
Yahveh». Más aún, Dios mismo es las circunstancias de la vida cotidiana.
quien va imponiendo las condiciones, Cumpliendo la ley dada por Yahveh, el
en primer lugar el ser purificados para pueblo ratifica cada día y cada instante
entrar dignamente en alianza (Éx. 19,10- la alianza. Esta, en efecto, ha de ser vi-
15). vida y mantenida cada día, como da a
Purificado el pueblo, Dios se mani- entender la condicional de Éx. 19,5: «Si
fiesta en una impresionante teofanía de veras escucháis mi voz y guardáis
(Éx. 19,16-24). En ella el Dios invisible mi alianza...»; siendo algo vivo y diná-
muestra su grandeza y su sublime ma- mico, la alianza ha de ser renovada en
jestad. La prohibición de acercarse a cierto modo continuamente; tomándo-
Él subraya su trascendencia y santidad, la por algo estático e inamovible, el pue-
el hecho de que Dios no puede ser apre- blo de Israel olvidó esta relación viva y
sado por el hombre. personal con Yahveh y la alianza aca-
bó fracasando; no ciertamente porque
Gracias a la alianza Israel se convier- Dios fuera infiel, sino porque Israel rom-
te en «propiedad personal de Yahveh» pió reiteradamente la alianza al desobe-
(Éx. 19,5), en nación consagrada a Él decer la voluntad de Dios...
(Éx. 19,6) en pueblo suyo (Lev. 26,12).
Yahveh, por su parte, queda «aliado», Finalmente, la alianza es positivamente
comprometido con Israel como «su sellada (Éx. 24). Después de que Dios
Dios» (Lev. 26,12); ha entrado libre- manifiesta su voluntad a través de Moi-
mente en alianza, por iniciativa suya; sés y el pueblo la acepta (Éx. 24,3), se
pero una vez sellada la alianza Dios que- erigen estelas como recuerdo memo-
da realmente comprometido. Yahveh se rial del pacto (Éx. 24,4). Luego viene el
compromete a estar siempre cercano a rito de la sangre. Puesto que la sangre
su pueblo, a protegerle, a liberarle de era para ellos la vida, el principio vital
los enemigos, a darle una tierra... De (Dt. 12,23; Lev. 17,14) rociar con san-
ahí que a lo largo de su historia, sobre gre el altar –que representa a Dios– y el
22 Historia de la Salvación

pueblo significa la comunión de vida por el desierto– entonces entonaremos


que la alianza ha establecido entre exultantes «el cántico de Moisés y el
Yahveh y su pueblo; y lo mismo signi- cántico del Cordero» (Ap. 15,2-4).
fica el banquete (Éx. 24,9-11), símbolo También la alianza fue quicio perma-
de unión gozosa y pacífica entre los nente de la vida religiosa de Israel, re-
comensales. novándola en los momentos más cru-
ciales de su historia: en Moab, antes de
atravesar el Jordán para entrar en la tie-
rra prometida (Dt. 28-32); en Siquem,
una vez conquistada la Tierra (Jos. 24);
4.- Hacia el nuevo con ocasión de la reforma religiosa lle-
éxodo y hacia la nueva alianza vada a cabo por el rey Josías el año
La gran liberación experimentada por 622 (2Re. 23); al volver del destierro
Israel fue punto de referencia para nue- de Babilonia y reedificar Jerusalén (Neh
vas y continuas liberaciones. Ante las 8-10). Y durante toda la etapa de la mo-
nuevas calamidades que lo afligían, el narquía los profetas centrarán su pre-
pueblo volvía sus ojos al Dios del Éxo- dicación en el espíritu y en las exigen-
do, al Dios liberador que volvería a rea- cias de la alianza.
lizar un nuevo Éxodo en favor de su Sin embargo, la tragedia de Israel fue
pueblo. Así, por ejemplo, ante la opre- su reiterada infidelidad a la alianza. Ge-
sión de Asiria (Is. 11,15-16) y ante la neración tras generación se repetían los
esclavitud del destierro de Babilonia (Is. mismos pecados. La alianza fracasa irre-
43,14-21; Jer. 23,7-8). mediablemente porque el «socio» hu-
También Jesús realizó su propio éxo- mano es continuamente infiel a ella. Y
do y celebró su propia pascua, pasan- la raíz del fracaso está en el corazón
do –a través de la muerte– de este mun- humano, pecador; el pecado se ha ad-
do al Padre (Jn. 13,1). Pero no lo reali- herido al hombre hasta hacerse casi con-
zó individualmente. El es el Jefe o Cau- sustancial: “¿Puede un etíope cambiar
dillo (Hech. 3,15; Heb. 2,10) que hace su piel o un leopardo sus manchas? Y
pasar de la muerte a la vida a los que a vosotros, habituados al mal, ¿podéis
Él se acogen; como Israel ante el Mar hacer el bien?” (Jer, 13,23). De ahí que
Rojo, también nuestra situación es des- Dios anuncia una alianza radicalmente
esperada por la esclavitud que produ- nueva, consistente en la renovación in-
ce el pecado; pero Cristo, nuestro Cor- terior del hombre, en el don de un co-
dero pascual (1Cor. 5,7), con su san- razón nuevo y en la efusión del Espíri-
gre nos libra del exterminio y, a través tu dentro del hombre (Jer. 31,31-33; Ez.
de las aguas del Bautismo, nos hace 36, 25-28).
pasar de la muerte a la vida. Cuando Cristo ha realizado efectivamente esta
alcancemos la salvación plena y la vic- Nueva Alianza en su propia sangre (Lc.
toria sea definitiva en la Tierra prometi- 22, 20). Mediante la ofrenda de su pro-
da del cielo –ahora avanzamos aún pia vida (Heb. 10, 5-10) ha establecido
Julio Alonso Ampuero 23

una alianza mejor (Heb. 8,6; 9,15) que


conlleva la remisión de los pecados y
el don del Espíritu. Ya no tenemos una
ley escrita por fuera que hay que inten-
tar cumplir, sino una ley inscrita en
nuestros corazones renovados por la
acción y el impulso del Espíritu (2Cor.
3,3-6), hasta el punto de que el mismo 5. El difícil camino hacia
Espíritu vivificador se convierte en Ley la posesión de la tierra
interior que nos capacita para cumplir
perfectamente la Ley (Rom. 8,2-4) y ser
fieles a la alianza.
Esta nueva alianza que Dios ha sella-
do con nosotros en la Sangre de su Hijo
nos llena de confianza y seguridad: «Si Liberado de la esclavitud y vincula-
Dios está por nosotros, ¿quién estará do a Yahveh en alianza santa, el pueblo
contra nosotros?» (Rom. 8,31). Pero de Dios prosigue su camino. Ya antes
también nos exige una mayor fidelidad de la Alianza (Éx. 15-18) el pueblo avan-
y obediencia a la voluntad de Dios; de za por el desierto, y después de con-
lo contrario sería una falsa confianza cluida proseguirá su peregrinación: 40
(Heb. 3, 7-4,11). años –es decir, aproximadamente el
tiempo de una generación– durará esta
5.- Textos principales etapa de la historia de Israel. Pero esta
Éxodo 1, 15; 19-24 peregrinación tiene una meta: la Tierra
Salmos 78; 105; 136 que el Señor había prometido a los pa-
dres ya desde antiguo (Gén. 12,7;
Sabiduría 10, 15-22; 14, 1-12 17,8). Ambos hechos («el Señor nos
Isaías 41; 43 condujo por el desierto» ;»el Señor nos
Hebreos 11, 23-29 dio una tierra que mana leche y miel»)
serán en adelante parte esencial de la fe
Deuteronomio 1-11; 27-32
de Israel, es decir, de aquellos aconteci-
Josué 24 mientos fundamentales en que los is-
Jeremías 31, 27-37 raelitas vieron claramente la mano de
Ezequiel 36, 16-38 Yahveh actuando en su favor.
Hebreos 8, 6 - 10,18 1.- Datos históricos
Acerca del largo período del desier-
to la Biblia no nos da con detalle y cla-
ridad el recorrido de los israelitas, inte-
resada –como siempre– en descubrir
el sentido religioso de esos hechos. Lo
24 Historia de la Salvación

único que parece claro es que estas tri- tado con los israelitas. Josué obtuvo
bus –aglu-tinadas por la experiencia del una serie de victorias en el sur y luego
Éxodo y de la alianza– intentan pene- se dirigió hacia el norte para derrotar a
trar en Canaán por el Sur, pero son re- los aliados del rey de Jasor. Los israeli-
chazadas; en consecuencia, se ven obli- tas lograron establecerse en el territo-
gadas a permanecer bastante tiempo en rio conquistado, repartiéndolo entre las
el oasis de Cadés y a proseguir su pe- diversas tribus. A pesar de todo, los
regrinación por el desierto dando di- filisteos permanecieron en sus ciuda-
versos rodeos; finalmente entran en la des de la llanura costera y los cananeos
Tierra prometida por el este a través del seguían controlando muchas ciudades
Jordán, frente a Jericó. del interior. El libro de los Jueces es
El momento histórico para la conquis- testigo de los frecuentes combates con
ta de Canaán (hacia el 1250-1200 a. C.) estos vecinos incómodos y con los
era inmejorable, pues los grandes im- otros pueblos de alrededor (Moab,
perios estaban en plena decadencia: Amón, Madián...)
Egipto, después del esplendor del los
Ramsés, había iniciado el letargo y 2.- La experiencia del desierto
Asiria aún no había levantado cabeza. Nada más vivir el acontecimiento de
Los habitantes de Canaán se encontra- la liberación, el pueblo de Israel tienta a
ban establecidos en ciudades-estado in- Dios quejándose de Él y protestando
dependientes entre sí, incapaces de ha- contra Él (Éx. 16,3;17,2-3). Los mis-
cer causa común y de defenderse ante mos que habían aclamado a Yahveh y
el empuje de las tribus nómadas que exultado con su victoria (Éx. 15) ahora
penetraban con entusiasmo y decisión. desconfían de Él, se rebelan contra sus
Abundantes testimonios arqueológi- planes.
cos confirman que en la 2ª mitad del s. Ciertamente el camino por el desierto
XIII a.C. hubo una invasión violenta por es incómodo y difícil, pues se carece
el este de Palestina. Pero a pesar de la de todo; en medio de ese inmenso
guerra santa que practicaban, los israe- sequedal el pueblo se encuentra sin ayu-
litas no exterminaron ni mucho menos da alguna, sin seguridad de ningún tipo.
toda la población cananea; aun destru- Pero precisamente entonces es cuando
yendo varias ciudades fortificadas, gran debían confiar plenamente en el auxilio
parte de los habitante de Canaán fue- de su Dios, que les había dado prue-
ron asimilados por Israel (cfr. el pacto bas de su poder y de su protección. El
de Jos. 24). desierto era una ocasión preciosa para
Según atestigua el libro de Josué, la experimentar la maravillosa providen-
conquista no fue fácil ni rápida. Des- cia de Dios: «en el desierto...has visto
pués de tomar las ciudades de Jericó y que Yahveh tu Dios te llevaba como un
Ay los cananeos se atemorizaron; los hombre lleva a su hijo, a todo lo largo
habitantes de Gabaón buscaron inme- del camino que habéis recorrido hasta
diatamente la paz, consiguiendo un tra- llegar a este lugar» (Dt. 1,31); Sin em-
Julio Alonso Ampuero 25

bargo, «ni aun así confiasteis en Yahveh Comentando este pecado de Israel el
vuestro Dios, que era el que os prece- Salmo 106 lo explicitará así: «no com-
día en el camino y os buscaba lugar prendieron tus prodigios, no se acor-
donde acampar, con el fuego durante daron de tu inmenso amor, se rebela-
la noche para alumbrar el camino que ron contra el Altísimo..., se olvidaron
debíais seguir, y con la nube durante el de sus obras, no tuvieron en cuenta su
día» (Dt. 1,32-33). consejo..., a Dios tentaban..., olvida-
Después de la experiencia gozosa de ban a Dios que les salvaba, al autor de
la liberación, en que Israel ha palpado cosas grandes en Egipto..., en su pala-
la mano de Dios que intervenía en su bra no tuvieron fe, murmuraron..., no
favor, las dificultades del desierto son escucharon la voz de Yahveh..., le irri-
una llamada a vivir de la de, es decir, a taron con su obras.»
fiarse de ese Dios que les ha dado prue- Y después de la alianza continuará la
bas de su amor y de su poder, a con- misma obstinación e indocilidad, como
fiar en que Yahveh que ha intervenido testimonia el episodio del becerro de
en su favor seguirá interviniendo. En oro (Éx. 32): en lugar de fiarse ciega-
este sentido el desierto es lugar de prue- mente de un Dios al que no ven, prefie-
ba, ocasión de fiarse de Yahveh cuan- ren hacerse un ídolo visible; intentan
do no se le ve, cuando aparecen las controlar y manipular a Dios en vez de
dificultades y se está al límite de las someterse a Él y dejarse conducir por
fuerzas (Dt. 8,2-6). En el desierto Is- Él a través de los misteriosos caminos
rael es llamado a vivir en toda su pro- de la fe. Las tablas de la ley rotas por
fundidad la aventura de la fe. Moisés al pie de la montaña son el sig-
De hecho, el pecado de Israel en el no de una alianza que ha fracasado por
desierto es la falta de fe («en su pala- el pecado y la incredulidad de Israel.
bra no tuvieron fe»: Sal. 106,24): se que- Debido al pecado de Israel el desier-
jan de las dificultades del camino (Éx. to toma en la tradición bíblica también
15,23-24) que Yahveh permite; deses- el sentido de castigo; toda la genera-
peran de la ayuda de su Dios en el de- ción pecadora perecerá en el desierto
sierto (Éx. 16,3), le tientan (Éx. 17,2), (Núm. 14,26-35). Y el mismo Moisés
dudan de Él (Éx. 17,4); se quedan en sólo verá la tierra prometida de lejos
los hombres («vosotros nos habéis traí- momentos antes de su muerte (Dt. 1,37;
do a este desierto»: Éx. 16,3; 17,3), 3,23-28;34). El sufrimiento del desierto
cuando en realidad sólo son instrumen- acaba sirviendo de expiación por el pe-
tos de Dios (Éx. 16,8). Más aún, llega- cado y purificación del mismo. Por eso,
rán a pensar que Dios los ha sacado de cada vez que a lo largo de su historia
Egipto «por odio», para entregarlos en Israel vuelva a pecar y a apartarse de
manos de los amorreos y destruirlos Yahveh deberá ser conducido de nue-
(Dt. 1,27), cuando en realidad toda la vo al desierto (Os. 2,16) para ser puri-
intervención de Yahveh en su favor está ficado y poder así entrar de nuevo en
motivada por el amor (Dt. 4,37; 7,8). la intimidad de su Dios.
26 Historia de la Salvación

fuerza la Tierra de Canaán para dársela


a su pueblo elegido. Al lado de esta afir-
3.- La Tierra, don y conquista mación fundamental, los detalles de las
Si la experiencia del desierto subraya batallas y medios humanos empleados
la infidelidad de Israel, también pone interesan menos al autor sagrado; no
de relieve la fidelidad de Dios; a pesar los niega, pero va a lo esencial, y lo
de tanta obstinación e incredulidad por esencial es la acción de Dios: este pue-
parte del pueblo, Yahveh cumple sus blo, que lleno de fe en su Dios empren-
promesas: «Álzate ya, pues, y pasa ese de la conquista y obtiene resultados que
Jordán, tú y tu pueblo, a la tierra que sobrepasan los medios puestos en jue-
yo doy a los hijos de Israel» (Jos. 1,2). go, experimenta palpablemente la inter-
Es el cumplimiento del juramento he- vención de Dios en favor suyo. La tie-
cho a los padres Abraham, Isaac y rra de Canaán será conquistada palmo
Jacob (Dt. 1,8). a palmo, pero eso no será obstáculo
para que en la fe Israel confiese con
Los hombres pasan, pero la historia verdad que ha sido don de Dios: «Vo-
de la salvación continúa. Moisés ya no sotros habéis visto todo lo que Yahveh
está, ha muerto; pero el Señor, que «es vuestro Dios ha hecho en atención a
el mismo ayer hoy y siempre» (cfr.Heb. vosotros con todos estos pueblos; pues
13,8), permanece con su pueblo. Él es Yahveh vuestro Dios era el que com-
el protagonista de toda intervención batía por vosotros.» (Jos. 23,3).
salvadora y por eso lleva adelante su
plan de salvación. Si los instrumentos Por lo demás, ciertos fracasos son
cambian o desaparecen, Él permanece. interpretados como consecuencia de los
El mismo que eligió a Moisés y actuó a pecados del pueblo (Jos. 7). Pues si el
través de él (Éx. 3,12), ahora elige a pueblo se aparta de su Dios y quebran-
Josué para seguir actuando su plan de ta la alianza él mismo se acarrea la des-
salvación a través de él: «Lo mismo que gracia: «Si quebrantáis la alianza que
estuve con Moisés estaré contigo; no Yahveh vuestro Dios os ha impuesto,
te dejaré ni te abandonaré... Tú vas a si os vais a servir a otros dioses y os
dar a este pueblo la posesión del país postráis ante ellos, la ira de Yahveh se
que juré dar a sus padres.» (Jos. 1,5- encenderá contra vosotros y desapare-
6). ceréis rápidamente de la espléndida tie-
rra que os ha dado.» (Jos. 23,16).
Sabemos por el libro de los Jueces
(cc.1-2) y por diversos pasajes del mis- Lo que queda en pie por encima de
mo libro de Josué que la conquista de todo en el recorrido del desierto y en la
Canaán fue lenta y laboriosa. Hubo que conquista de la Tierra es la absoluta fi-
pelear con esfuerzo y sacrificio en si- delidad de Yahveh a la palabra dada y a
tuaciones notablemente arduas. Sin em- las promesas hechas: «Reconoced con
bargo, el estilo épico de los relatos todo vuestro corazón y con toda vues-
acentúa con fuerza el poder de Yahveh. tra alma que, de todas las promesas que
Él es el Señor de todo y toma por la Yahveh vuestro Dios había hecho en
Julio Alonso Ampuero 27

vuestro favor, no ha fallado ni una sola: experimenta como el pueblo de Israel,


todas se os han cumplido. Ni una sola el cansancio, las dificultades, la tenta-
ha fallado.» (Jos. 23,14). Y esta fideli- ción. Pero en el mismo desierto en que
dad es ratificada una vez más con la Israel fue tentado y pecó, Jesús es ten-
renovación de la alianza ya en posesión tado y vence (Mt. 4,1-11). Y ahora Je-
de la Tierra prometida (Jos. 24). sús es Jefe que lleva a la vida (Hech.
3,15) guía que conduce a la salvación
4.- Los cristianos, (Heb. 2,10); a través del desierto de este
peregrinos hacia la Patria mundo guía a los suyos alimentándo-
Los Santos Padres han explotado a- los con el maná de la Eucaristía y abre-
bundantemente el tema del éxodo, del vándolos con el agua del Espíritu hasta
desierto y de la Tierra prometida, ple- conducirlos a la Casa del Padre; en
namente convencidos de que «todo medio de la pruebas y tentaciones Él
aquello acontecía en figura y fue escri- mismo los cuida y protege como Buen
to para aviso de los que hemos llegado Pastor (cfr. Sal. 23).
a la plenitud de los tiempos» (1Cor. Israel fue experimentando que la Tie-
10,11). rra de Canaán no era el verdadero des-
Liberado de la esclavitud del pecado canso, pues las guerras y los enemigos
a través de las aguas del bautismo, el turbaban su reposo y su felicidad. Por
cristiano pasa a servir al Dios vivo y eso, los antiguos «murieron sin haber
verdadero (1Tes. 1,9). Entrando en la conseguido el objeto de las promesas,
Nueva alianza, sigue a Cristo, que viéndolas y saludándolas desde lejos»
–como nuevo Moisés– conduce al nue- (Heb. 11,13). A nosotros se nos ofrece
vo pueblo de Dios hacia la Tierra pro- «un cielo nuevo y una tierra nueva» en
metida, hacia la Patria del cielo, a tra- la que «ya no habrá muerte, ni llanto, ni
vés del desierto de este mundo. gritos, ni fatigas» (Ap. 21,1-2). Las con-
diciones para entrar en este perfecto y
El cristiano es por definición «extran- definitivo «descanso» son la fe viva en
jero y forastero» (1Pe. 2,11) en este Cristo, el mantenerse firmes hasta el fin
mundo; se encuentra en él como en un y el obedecer dócilmente a Cristo, el
destierro (1Pe. 1,17). En efecto, el cris- guía que nos conduce a ese descanso
tiano es constitutivamente «ciudadano de la salvación plena y para siempre.
del cielo» (Fil. 3,20). Por eso tiende (Heb. 3,7 - 4,11).
inconteniblemente a «las cosas de arri-
ba» (Col. 3,1-2). Aspira a «una patria 5.- Textos principales
mejor, la celestial» (Heb. 11,16). Por
eso es esencialmente peregrino, está de Éxodo 16-17; 32-33
pa-so y no se instala en las realidades Números 11-14; 21
pasajeras de aquí abajo. Vive todo con Deuteronomio 1-4
profundo sentido de provisionalidad
(1Cor. 7,29-31). Josué 1-6
Mientras peregrina por este mundo Salmos 77 y 94
28 Historia de la Salvación

guerrera, las tribus deciden unirse bajo


una cabeza común. Esto ocurre a fina-
les del siglo XI a.C., cuando Samuel
unge a Saúl como primer rey de Israel.
Tras una serie de actuaciones fulgu-
6. Ungidos de Yahveh: rantes que consolidan al pueblo de Is-
David y la monarquía rael, Saúl cae en desgracia; una serie
de actuaciones desacertadas, fruto de
su desequilibrio psíquico –usurpación
de las funciones sacerdotales, persecu-
ción de David, asesinato de los sacer-
dotes de Nob...– le hacen caer en des-
1.- Datos históricos crédito. Cuando mueren él y su hijo
Ya hemos visto cómo la conquista de Jonatán luchando con los filisteos en
Canaán fue lenta y progresiva. Poco a los montes de Gelboé, David es acla-
poco, las tribus se van instalando en la mado rey.
Tierra prometida. Durante bastante tiem- David reina en Hebrón durante siete
po –unos 200 años– cada tribu con- años como rey de Judá, pero finalmen-
serva su autonomía y su independen- te es aceptado como rey también por
cia. Pero se sienten hermanas, las tribus del norte. Con David se afian-
aglutinadas por un vínculo religioso en za la unidad de las tribus y el poderío
torno al principal santuario común en de Israel. Conquista los enclaves
Silo donde también hay una especie de cananeos que todavía permanecían en
consejo de ancianos para dirimir los po- el territorio israelita desde la época de
sibles litigios entre las tribus. Esta her- la entrada de las tribus en Canaán. Con-
mandad se expresa también en la ayu- quista Jerusalén y la convierte en capi-
da militar que se prestan mutuamente tal religiosa y política de Israel con gran
cuando alguna de las tribus se encuen- acierto, pues hace de bisagra entre las
tra amenazada por los enemigos de al- tribus del norte y las del sur. Sobre todo,
rededor. Esta es la situación que refleja libera a Israel de manera definitiva de la
el libro de los Jueces. presión de los filisteos, convirtiéndo-
Sin embargo, esta situación es bas- los en va-sallos. Finalmente, unificado
tante precaria. Y se percibe sobre todo y consolidado el reino, la emprende con
ante la amenaza y la presión de los los enemigos de alrededor que tanto
filisteos. Este pueblo llegado a Palesti- habían molestado a Israel en épocas an-
na poco después de los hebreos e ins- teriores; así somete a Amón, Moab,
talados en la franja costera Edóm, las tribus arameas y los sirios.
suroccidental, pretende hacerse dueño Por medio del profeta Natán, Yahveh
del territorio ocupado por las tribus is- sella alianza con David (2 Sam. 7), con-
raelitas. Ante la presencia de este ene- cretando la alianza establecida con todo
migo, superior en fuerza y en técnica el pueblo y prometiéndole que sus des-
Julio Alonso Ampuero 29

cendientes reinarán por siempre como Dentro de su simplismo está subya-


ungidos de Yahveh. ciendo algo fundamental: que a lo largo
A David le sucede su hijo Salomón, de su historia el pueblo es infiel una y
que conserva la unidad y estabilidad del otra vez y que Yahveh, en cambio, per-
reino, alcanzando un notable desarro- manece fiel hasta el punto de que se
llo económico y construyendo el tem- sirve de las mismas calamidades que
plo de Jerusalén. Pero a su muerte (año afligen al pueblo –fruto de sus propias
931 a.C.), se derrumba la unidad polí- opciones y de su alejamiento de Dios–
tica con el cisma de Jeroboam, consti- como reclamo para que el pueblo reca-
tuyéndose dos reinos, el del norte o de pacite y vuelva a su Dios (cfr. en este
Israel (que durará hasta que en el año sentido el precioso texto de Os. 2).
721 caiga en manos de los asirios) y el Y en la etapa de la monarquía la his-
del Sur o de Judá (que durará hasta el toria se repite. El pueblo cae en el peli-
año 587, en que será conquistado por gro advertido en Dt. 8,7-20: en vez de
los babilonios). A partir del cisma am- acoger la Tierra y todo lo que conlleva
bos reinos seguirán caminos paralelos, como don de Dios que debe conducir-
a veces aliados y a veces enfrentados. les a bendecir a Yahveh, el pueblo se
En realidad, el descontento ya existía apropia ese don, se hace autosuficiente,
durante el reinado de Salomón. El lujo se instala en la Tierra y se olvida de su
y la fastuosidad de su corte le llevaron Dios; la consecuencia es que al olvidar
a exigir impuestos desmedidos e inclu- a Yahveh y desoír su voz, al dar culto a
so prestaciones personales. A su muer- otros dioses, el pueblo acaba perecien-
te, las tribus del norte exigen a su hijo do. Pero el pueblo no aprende la lec-
Roboán una mejora de las condiciones ción. Y el segundo libro de los reyes
de vida; pero como el nuevo rey no explicará que la ruina definitiva del rei-
accede, mostrándose inflexible, las diez no de Israel se deberá a los reiterados
tribus del norte se rebelan y se pecados del pueblo y de sus reyes
independi-zan acaudillados por (2Re. 17,7-23). Pese a lo cual triunfará
Jeroboam. la fidelidad de Dios y su misericordia,
pues el mismo destierro servirá a Israel
2.- Infidelidad del pueblo de purificación y renovación, como ve-
y fidelidad de Dios remos.
El libro de los Jueces interpreta la eta- 3.- Yahveh Rey y su Ungido
pa que nos relata desde una perspecti-
va simple pero esencial (Jue. 2,11-19): Varios salmos (p. ej. 93,96,97,99)
una y otra vez el pueblo se aparta de su aclaman a Yahveh como rey. Con su
Dios cayendo en la idolatría y enton- profundo sentido religioso el pueblo de
ces Yahveh los entrega en manos de sus Israel estaba convencido de que ellos
enemigos; ante las calamidades que le eran un pueblo santo, un reino de sa-
afligen el pueblo clama a su Dios y este cerdotes (Éx. 19,6) y que el Señor era
les envía un juez que les liberte. su único Soberano.
30 Historia de la Salvación

Por eso se entienden las resistencias 28, 2.9); a diferencia de lo que ocurría
a tener un rey humano. Cuando al ver en otros pueblos vecinos en que el rey
las campañas realizadas en favor del era divinizado –el ejemplo más claro es
pueblo, los israelitas quieren proclamar Egipto–, la religión de Israel con su fe
rey a Gedeón, este responde: «No seré en Yahveh, Dios personal, único y tras-
yo el que reine sobre vosotros, ni mi cendente, hacía imposible toda divini-
hijo; Yahveh será vuestro rey» (Jue. zación del rey. El rey era representante
8,23). Y cuando a Samuel anciano le personal de Yahveh: nada menos, pero
piden un rey para ser como los demás nada más. La unción engrandecía al rey,
pueblos, Dios mismo le dice: «no te pero a la vez le relativizaba, siendo
han rechazado a ti, me han rechazado a Yahveh el único Rey. Cuando un rey
mí, para que no reine sobre ellos» humano pretenda usurpar el lugar de
(1Sam. 8,7). Dios y deje de respetar los derechos
Sin embargo, al mismo tiempo el pro- de Dios será duramente juzgado, pues
pio Samuel acaba entendiendo que las aunque es persona sagrada no es into-
circunstancias históricas piden una nue- cable: según su fidelidad a la alianza,
va organización del pueblo y que en ellas los profetas se encargarán de realizar
se manifiesta la voluntad de Yahveh. ese juicio.
Unge rey a Saúl, a quien Yahveh mis-
mo ha elegido (1Sam. 9), quedando 4.- David, el Rey
como persona consagrada, instrumento Después del fracaso y la decepción
y representante personal del Señor. Y del reinado de Saúl, David encarnará el
después de él, David y los demás re- ideal de la monarquía, conciliando el
yes de Israel serán también ungidos y aspecto profano con el religioso y su
constituidos lugartenientes de Yahveh. condición de jefe político con la de
Los reyes de Israel tendrán no sólo el ungido de Yahveh.
poder militar y el gobierno, sino tam- En él resalta en primer lugar la elec-
bién el judicial (la primera cualidad de ción gratuita y libre por parte de Dios.
un rey es ser justo: Sal. 72,1-2; Prov. David es un muchacho que pastorea el
16,12) e incluso será responsable del rebaño de su padre; es el más pequeño
culto (2Sam. 24,25) y llegará a realizar de los hijos de Jesé. Y sin embargo es
actos sacerdotales (2Re. 16,12-15). el elegido por Yahveh como rey de su
Entre estos dos aspectos no hay en pueblo. Dios no elige al más fuerte, al
realidad contradicción. Si por un lado que se encuentra humanamente más pre-
el rey es representante personal de Yah- parado, sino lo más débil, para mani-
veh, hasta el punto de ser adoptado por festar su poder en la debilidad (cfr.
Él como hijo (Sal. 2,7); 110,3) y de que 1Cor. 1,26-31; 2Cor. 12,8-10):»la mi-
su persona encarna el bien de sus súb- rada de Dios no es como la mirada del
ditos y de que la prosperidad del país hombre, pues el hombre mira las apa-
depende de él (Sal.72), por otro lado riencias, pero Yahveh mira el corazón».
tampoco es un dios (cfr. 2Re. 5-7; Ez. (1Sam. 16,7).
Julio Alonso Ampuero 31

Ciertamente David cometerá pecados a los ojos de Yahveh, me hará volver y


(2Sam. 11;24). Pero su grandeza con- me permitirá ver el arca y su morada. Y si
sistirá en permanecer delante de Dios, Él dice: ‘No me has agradado’ que me
en no enorgullecerse: «Mi Señor haga lo que mejor le parezca» (2Sam.
Yahveh, ¿quién soy yo y qué es mi casa 15,25-26; cfr. 16,9-12).
para que me hayas traído hasta aquí?»
(2Sam. 7,18). Su fuerza le viene de Dios,
del espíritu de Yahveh que le unge y hace
de él otro hombre (1Sam. 16,13; cfr. 5.- Jesús, hijo de David
10,6). A través del profeta Natán la alianza
Esto se pone de relieve particularmen- de Yahveh con todo el pueblo se con-
te en el combate contra Goliat (1Sam. creta en alianza con David y su des-
17), episodio que resulta emblemático cendencia (2 Sam. 7). La promesa, que
de toda la vida y actividad de David. El inmediatamente se refiere a un hijo con-
pueblo de Israel es atacado por un ene- creto de David, su sucesor Salomón,
migo superior a sus fuerzas que le hace tiene una amplitud incomparable: «Tu
temblar (v. 11). Pero el desprecio y casa y tu reino permanecerán para siem-
agresión al pueblo de Dios (v. 10) es pre ante mí y tu trono estará firme eter-
en realidad desprecio y agresión a namente» (cfr. Sal. 89; 1Cron.17).
Yahveh mismo (v. 36). Por eso David Ante la experiencia reiterada de reyes
se lanza a la batalla en notable inferiori- malvados e ineptos, ante el hecho de
dad (vv. 38-44) pero contando con el que ningún sucesor de David cumple
auxilio de Yahveh (v. 37), como él mis- la esperanza recogida en esos textos, y
mo proclama: «Tú vienes a mí con es- dado que los textos mismos están abier-
pada, lanza y jabalina, pero yo voy con- tos a una plenitud mayor, poco a poco
tra ti en nombre de Yahveh Sebaot, Dios se va abriendo camino la esperanza de
de los ejércitos de Israel, a los que has que irrumpirá el poder de Yahveh sus-
desafiado. Hoy mismo te entrega citando un sucesor de David con el que
Yahveh en mis manos... y sabrá toda la se realizará plenamente la esperanza
tierra que Israel tiene un Dios, y toda mesiánica. Tanto los profetas (Is. 7,14-
esta asamblea sabrá que no por la es- 17; 9,1ss; 11,1ss; Ez.34, etc.) como los
pada ni por la lanza salva Yahveh, por- salmos reales (Sal. 2; 72; 110;) apuntan
que este es un combate de Yahveh y os a un Rey, Sacerdote e Hijo de Dios,
entrega en nuestras manos» (vv. 45-47). que establecerá un reinado eterno y uni-
Además de su grandeza de ánimo per- versal realizando la restauración de
donando la vida de Saúl que pretendía todo.
eliminarle a él y respetando al «ungido de Cuando haya desaparecido la monar-
Yahveh» (1Sam. 24,7.11;26,9.16), desta- quía davídica, este ideal mesiánico se
ca también su adhesión a la voluntad de irá aquilatando y purificando; ya no se
Dios manifestada en los acontecimientos; esperará un monarca más, por perfec-
con ocasión de la revuelta de su hijo to que fuera, sino un rey ungido por
Absalón, exclama: «Si he hallado gracia
32 Historia de la Salvación

Yahveh a través del que Dios mismo 1 Samuel 1-2; 16-17; 24; 26
actuará con todo su poder realizando 2 Samuel 1-2; 5-7; 11-12; 15-19; 24
su plan de salvación en favor de su pue- 1 Crónicas 22
blo, salvándole no ya de los enemigos Salmos 2; 18; 45; 69; 72; 110
políticos, sino del pecado y de todas Isaías 7-11
sus consecuencias.
Ezequiel 17; 34
Esta expectativa, que se fue intensifi-
cando con el paso de los siglos, se ha
cumplido en Jesús. Él es el hijo de Da-
vid (Mt. 1,1.20; Lc. 1, 27.32) y como
tal es reconocido por el pueblo senci-
llo (Mt. 2,1-6; 21,9); sin embargo, a la 7. La boca de Yahveh:
vez que hijo, es Señor de David (Mc. los profetas
12,35-37). Él es el Ungido (= Mesías =
Cristo), sobre el que reposa en pleni-
tud el Espíritu de Dios (Mc. 1,10; Lc.
4,18) hasta el punto de poder bautizar
a todos con Espíritu Santo (Mc. 1,8). A lo largo de la historia de la salva-
Él es plenamente Rey, aunque cierta- ción los profetas han desempeñado un
mente su reino no es de este mundo papel fundamental. En la Antigua alian-
(Jn. 18,33-37); no se realiza por el do- za ellos son un punto de referencia de-
minio despótico y tiránico sobre los cisivo para el pueblo de Dios en las épo-
demás, sino mediante el servicio y el cas más difíciles de su historia; se si-
don sacrificado de la propia vida (Mc. túan entre el siglo VIII y el siglo II a.C.,
10, 41-45). Si Jesús rechaza el título de aunque las figuras más representativas
Rey, de Mesías, de hijo de David, du- viven entre el siglo VIII y el siglo V.
rante su vida en condición terrena es Ellos son los portavoces de Yahveh en
por las implicaciones político-naciona- medio de las circunstancias en que les
listas que suponía. En cambio, después toca vivir, iluminando, denunciando,
de su muerte, resurrección y ascensión suscitando esperanza... Tienen concien-
Jesús es entronizado y exaltado por cia de que su mensaje no proviene de
Dios a su derecha como Rey (Hech. sí mismos, sino de que ellos son sim-
2,22-36; Fil. 2,6-11); ahora puede ser ple y escuetamente «la boca de
proclamado abiertamente Rey, aunque Yahveh», el instrumento a través del
su reino sólo alcanzará su consumación cual el Dios de la alianza no deja de
plena al final de los tiempos cuando hablar a su pueblo.
Dios sea todo en todos y reine ponien-
do a todos sus enemigos bajo sus pies 1.- Los profetas en su tiempo
(1Cor. 15, 23ss; Col. 3,1; Ap. 22,4-5.16) Es imposible entender a los profetas
6.- Textos principales fuera de su contexto histórico. Aunque
su mensaje tenga valor universal por ser
Jueces 1-2: 6-8
Julio Alonso Ampuero 33

revelación de Dios, sin embargo no se a los arameos, Israel y Judá recuperan


puede entender abstraído de su con- las dimensiones del reino unido bajo
texto, pues su palabra responde a David (cfr. 2Re. 13-14). Protagonistas
circunstancias muy concretas históricas, de ello son Jeroboam II (785-745) en
sociales y religiosas. Israel y Azarías y Osías (795-739) en
Después del cisma sigue un período Judá. Se recrudece la situación de in-
de lucha entre los dos reinos, sin que justicia y, aunque se sigue dando culto
ninguno llegue a prevalecer. Cuando ven a Yahveh, se trata en realidad de un cul-
que su enfrentamiento sólo sirve para to vacío que encubre la opresión a los
que se independicen los pueblos so- pobres. En este contexto surgen los pri-
metidos por David, hacen las paces y meros profetas escritores: Amós y
se alían contra los arameos de Damas- Oseas en el reino del norte, y en el del
co primero y contra los asirios después. sur Isaías y Miqueas.
Con Josafat de Judá (873-849) y con Hacia el año 750, bajo el reinado de
Omrí (876-869) y Ajab (869-850) en Is- Jeroboam II, Amós, pastor de Técoa,
rael ambos reinos alcanzan gran esplen- pueblo cercano a Belén, penetra en
dor político (cfr.1Re. 16-22). Samaría para anunciar la palabra de
Con la prosperidad económica se dis- Yahveh. Con su alma recia y sincera de
para el lujo y la injusticia de los pode- campesino, denuncia vigorosamente las
rosos para con los pobres (cfr. el epi- injusticias (opresión de los humildes,
sodio de la viña de Nabot, 1Re. 21). A co-rrupción de los jueces), la disolu-
la vez se acrecienta la idolatría, sobre ción de las costumbres y el formalis-
todo en el reino del norte, que sufre mo del culto (Am. 2,6-8; 5,12; 5, 21-
más directamente el influjo de los pue- 22; 6, 4ss). Como consecuencia de esta
blos paganos. En este contexto surge corrupción predice el juicio y el casti-
Elías, que durante el reinado de Ajab y go que llegará al pueblo del Día de
su esposa Jezabel en el reino del norte Yahveh (Am. 5,18-20) a pesar de lo cual
combate el culto de Baal y lucha por la anuncia –por primera vez en los profe-
fidelidad al yahvismo; su mismo nom- tas– la esperanza de salvación de un
bre (que significa «mi Dios es Yahveh») «resto» (Am. 5,15).
es como un grito de guerra de este «pro- Poco después de Amós, Oseas de-
feta de fuego» (Sir. 48,1). Aunque su nuncia los mismos abusos pero insiste
predicación no ha quedado recogida más que aquel en la vida religiosa y en
por escrito, toda la tradición bíblica el culto, combatiendo el formalismo fal-
considera a Elías como el prototipo de so (Os. 6,6; 8,11-13). También predice
profeta (Mal. 3,23; Lc. 1,17; Mt. 17,10- el castigo (por ejemplo Os. 8,14; 9,1-
13) (Ciclo de Elías: 1Re. 17-22; 2Re. 6), pero subraya que todas las pruebas
1-2). Después de Elías actúa su discí- serán una llamada del amor divino para
pulo Eliseo; (1Re. 2-13). que Israel vuelva al Señor. El amor de
En el siglo VIII, con la decadencia Dios a Israel se representa bajo el sím-
de Asiria, que a su vez había eliminado bolo del amor conyugal (Os. 2, que es
34 Historia de la Salvación

una de las páginas más bellas de la Bi- y concretas y su amor hacia los humil-
blia) y bajo la imagen del amor paternal des y pequeños recuerdan mucho el
y maternal (Os. 11,1-4). Al final, por estilo de Amós, hijo también de labra-
encima de todas las infidelidades del pue- dores judíos. Junto a la predicción de
blo y de todos los castigos de su Dios – la ruina de Samaría y del castigo que
signo también de su misericordia– triun- amenaza a Judá, Miqueas centra la es-
fará el perdón, porque «soy Dios y no peranza de restauración en el Mesías
hombre» (dice Yahveh por el profeta: Os. que será descendiente de David (Mi.5,1-
11, 8-9). 3, que citará Mt.2,6).
Isaías, hombre culto y de familia re- Con la muerte de Jeroboam II se ma-
levante de la casa de Judá ejerce su mi- nifiesta toda la corrupción y deterioro
nisterio en Jerusalén a partir del año 740. del reino del norte, comenzando un pe-
Su predicación arranca de una fuerte ríodo de anarquía en que los reyes se
experiencia de la santidad de Yahveh suceden asesinándose unos a otros
(Is. 6), que reclama también la santidad (2Re.15). Mientras tanto, Asíria ha
de los creyentes, sobre todo en lo refe- resurgido y encuentra una ocasión para
rente a la justicia y a la rectitud interior, intervenir en Israel al ser llamada por el
sin las cuales el culto se reduce a unos rey de Judá, Ajaz, a quien el rey de Is-
cuantos ritos vacíos de sentido (Is. rael y el de Damasco han hecho la gue-
1,10-23). Isaías es además el profeta rra por no aliarse con ellos contra a los
de la fe que exige depositar toda la con- asirios (cfr. Is. 7). Tiglat-Pilesar III rea-
fianza en sólo Dios (Is. 26,2-5;30,15) liza una incursión de castigo (2Re.
rechazando el apoyarse en alianzas po- 15,29) que repetirá años después
líticas que entrañan múltiples contac- Salmanasar V con ocasión de una nue-
tos religiosos que hacen peligrar la pu- va rebelión del rey de Israel, Oseas, y
reza de la fe en Yahveh y que son inúti- culminará Sargón II con el cerco y la
les (Is. 30,1-5; 31,1-3; 8,12-13). Predi- destrucción de la capital, Samaria, y la
ce también el castigo que vendría como deportación del pueblo en el año 721
consecuencia de los pecados de Israel, (2Re.17).
pero también afirma poderosamente la Judá ha podido escapar del desastre
perseverancia y la fidelidad de algunos, gracias a la declaración de vasallaje del
el «resto de Israel» (Is.10,20-23). Fi- rey Ajaz. Pero el precio ha sido caro,
nalmente son célebres sus profecías pues además de pagar un elevado tri-
mesiánicas, especialmente las del «li- buto, que repercute sobre el pueblo,
bro del Emmanuel» (7,10-17; 9,1-6; sobre los pobres, Ajaz se ha visto for-
11,1-9). zado a aceptar la religión del vencedor
Miqueas, contemporáneo de Isaías, y, en consecuencia, a fomentar la ido-
no dejó una colección tan abundante latría (cfr. 2Re.16; Is.2; Miq.5). Su hijo
de textos como este, pero su ministe- Ezequías, orientado por Isaías, trata de
rio dejó una profunda huella en Jerusa- rectificar realizando una amplia refor-
lén (Jer.26,18-19). Sus palabras claras ma religiosa que inevitablemente debía
Julio Alonso Ampuero 35

conducir a la rebelión contra Asiria; fracaso total, su influjo fue enorme en


cuando esta se lleva a cabo, Jerusalén la época del exilio y después del exilio,
es liberada prodigiosamente del inmi- siendo el impulsor de una religión más
nente castigo de Senaquerib (2Re.18- auténtica –la espiritualidad de los po-
19; 2Cron.29,31; Is.14,24-27; 17,12- bres de Yahveh– y el anunciador de la
14). Su hijo Manasés se somete de nue- nueva alianza.
vo a Asiria, llevando el paganismo a su Con la muerte del rey Josías, Judá se
máximo esplendor en Judá (2Re.21,3- precipita rápidamente hacia la ruina.
7) y quedando como prototipo de rey Babilonia está en todo su apogeo, pero
impío, causante de la destrucción del los ineptos reyes de Judá se rebelan una
reino un siglo más tarde. y otra vez contra ella, confiando en la
Cuando sube al trono Josías, nieto a-yuda de Egipto que nunca llega. Fi-
de Manasés, Asiria está a punto de caer nalmente Nabucodonosor se verá obli-
bajo el poder del nuevo imperio gado a someter a Judá y a deportar una
babilónico. La situación permite a Judá parte escogida de su población, llegan-
recuperar la independencia plena e in- do incluso a destruir Jerusalén y el tem-
cluso extender sus dominios al antiguo plo de Salomón. Entre los deportados
reino del Norte. Más aún, realiza una irá un sacerdote que años después se
amplia y profunda reforma religiosa de constituirá en el guía espiritual del pue-
acuerdo con el recién descubierto «Li- blo en el exilio: Ezequiel.
bro de la Ley» (Deuteronomio) (año
622), celebrando la pascua con gran es- 2.- Identidad y misión del profeta
plendor y renovando la alianza con A menudo se tiene la idea de que el
Yahveh (2Re. 22-23; 2Cron.34-35). Esta profeta es alguien que predice el futu-
reforma fue alentada y guiada por ro. De hecho es cierto que algunos pro-
Sofonías y Jeremías. fetas de Israel predijeron acontecimien-
En la época inmediatamente anterior tos humanamente imprevisibles que se
al exilio destaca el profeta Jeremías en- cumplieron muchos años más tarde.
tre sus contemporáneos Sofonías, Pero lo propio del profeta es hablar
Nahum y Habacuc. De familia sacer- en nombre de Yahveh. El profeta es
dotal, Jeremías nace cerca de Jerusa- esencialmente la «boca de Yahveh» (v.
lén hacia el año 645. De rica sensibili- Jer. 15, 19; Is. 30,2), el órgano o ins-
dad y piedad auténtica y sincera, es lla- trumento a través del cual Dios mani-
mado por Yahveh el año 627, ejercien- fiesta a los hombres su palabra. Lo mis-
do su ministerio con una fidelidad ejem- mo si predice el futuro que si realiza
plar en medio de toda clase de sufri- cualquier otro anuncio, lo decisivo es
mientos. Obligado a profetizar que Dios mismo pone sus palabras en
calamidades contra su propia patria, se la boca del profeta (Jer.1,9; Éx. 4,12).
ve cruelmente perseguido, pero no deja El punto de partida de la misión del
de anunciar las palabras de Yahveh. profeta es la llamada de Dios. A dife-
Aunque su vida parece terminar en el
36 Historia de la Salvación

rencia de los falsos profetas, que ha- cido a prisión (Jer 20,2; 37,15-16); tam-
blan por iniciativa propia (Jer. 23,21) y bién Miqueas será encarcelado (1Re.
por eso sólo dicen falsedades que ex- 22,26-27). La certeza de haber recibi-
travían al pueblo (Jer, 23,32), el profe- do un mensaje del Señor les impide ca-
ta auténtico surge por iniciativa de llarlo o disimularlo. Particularmente sig-
Yahveh. Esta iniciativa irrumpe en la vida nificativa es, conocida por sus propias
del profeta transformando sus planes y «confesiones», la «pasión» de Jere-
sacándole del camino que seguía (Am. mías, el drama por él sufrido a causa
7,14-15), eligiendo al profeta a pesar de su fidelidad a la palabra de Yahveh
de su limitaciones y objeciones (Jer 1,5- (Jer. 15,10-21; 20,7-13).
8; Éx.4,10-12), actuando incluso con Heraldos de Dios, los profetas son
violencia sobre él para que ejecute los luces encendidas en medio de la histo-
planes de Yahveh y transmita su pala- ria. Arrojan en la aparente ambigüedad
bra (Ez. 3,14; 8,3; Am.3,3-9). de los acontecimientos la potente luz
Apoyados en esta iniciativa y llama- de Dios. Con su fe vigorosa en un Dios
da de Dios, los profetas claman de- que actúa en la naturaleza y en la histo-
nunciando el culto hipócrita y forma- ria interpretan los sucesos contempo-
lista, la idolatría, las injusticias socia- ráneos. Inspirados por el Espíritu, sa-
les, el lujo, la corrupción de las cos- can también enseñanzas de los aconte-
tumbres. Defensores de los derechos cimientos de la historia pasada y pro-
de Dios exigen fidelidad a la alianza y yectan la luz de Dios hacia el porvenir.
reclaman la conversión de un pueblo Así, se convierten en guías del pueblo
reiteradamente infiel. Defienden los de- de Dios, aunque a menudo
rechos de los pobres porque la injusti- incomprendidos por sus contemporá-
cia cometida con ellos ofende al mis- neos. Su enseñanza luminosa, el testi-
mo Yahveh. Anuncian el juicio de Dios monio de su fe y su esperanza, su ener-
y amenazan con los castigos divinos, gía indomable frente al pecado en
que en realidad son consecuencia de cualquiera de sus formas... sigue sien-
los propios pecados del pueblo y de do una referencia fundamental también
los cuales, por otra parte, se sirve para nosotros cristianos.
Yahveh para provocar la conversión y
reconducir al pueblo a sí mismo. Son 3.- Profetismo cristiano
portadores de la promesa de salvación En los últimos siglos del judaísmo
y restauración para el pueblo de Dios, desaparecen los profetas; el Salmo 74,9
cuando se abre sinceramente a su Dios. lamenta este hecho (cfr. Lam. 2,9; Sal.
Así van preparando el camino para la 77,9). Sin embargo, los judíos de la
venida del Mesías. época del Nuevo Testamento esperan
La fidelidad al Señor y a la palabra la llegada de un profeta, del gran profe-
recibida de Él les acarreará sufrimien- ta de los últimos tiempos anunciado por
tos incontables. Jeremías será acusa- Moisés (Dt. 18,15-18).
do de conspirar contra el rey y condu- De hecho Juan Bautista fue saludado
Julio Alonso Ampuero 37

con entusiasmo por el pueblo judío plido la profecía de Joel («Derramaré


como profeta (Mt. 11,9). También la mi Espíritu sobre toda carne y profeti-
predicación de Jesús produjo un fuerte zarán vuestros hijos y vuestras hijas»:
impacto y fue considerado como pro- Jl. 3,1-2). Se ha cumplido el deseo de
feta (Lc. 7,16; 24,19), más aún, como Moisés (“¡ojalá todo el pueblo de Dios
el profeta esperado, el que tenía que fuera profeta!”: Núm. 11,29): la Iglesia
venir en los últimos tiempos (Jn. 5,14; es un pueblo profético. Sólo resta que
7,40). cada uno de sus miembros actúe y ejer-
En muchos aspectos Jesús actúa cite ese don y esa misión profética en
como un profeta: como ellos denuncia la docilidad al Espíritu; esto es lo que
los pecados, llama a la conversión y han realizado de manera eminente los
anuncia el Reino de Dios, como ellos santos, que al estar abiertos a la acción
es perseguido y rechazado por su pue- y al impulso del Espíritu han sido ins-
blo... Jesús mismo expresa su concien- trumento de renovación en la Iglesia en
cia de ser profeta (Lc. 13,33), pero a la cada una de sus épocas.
vez se considera superior a todos los
profetas (ver, por ejemplo, en la pará- 4.- Textos principales
bola de los viña-dores homicidas el Isaías 6
contraste entre «los siervos» y «el Jeremías 1
hijo»: Mt. 21,33-41) y ma-nifiesta que
ha venido a dar perfección y cumpli- Ezequiel 1-3
miento a lo enseñado por los antiguos Oseas 1-2; 11
profetas (Mt. 5,17). Amós 7
En realidad, Jesús es «más que pro- Deuteronomio 18
feta», pues no sólo transmite las pala-
bras de Dios, sino que Él mismo es la
Palabra personal del Padre (Jn. 1,1-18);
mientras que antes Dios había hablado
en diversas ocasiones y por diversos
medios a través de los profetas, ahora,
en los últimos tiempos, ha hablado en 8. La prueba del exilio
el Hijo (Heb. 1,1-2)
En el Nuevo Testamento encontramos
testimonios de la existencia del caris-
ma de profecía en la Iglesia primitiva
(Hech. 11,17ss; 13,1; 21,9-11; 1Cor.
13,8; 14,1-5). Pero lo más interesante 1.- Los hechos
es que la novedad traída por Cristo ha El año 597 Nabucodonosor conquistó
hecho que todos los cristianos sean Jerusalén y deportó al rey Joaquín y a
profetas: el día de Pentecostés Pedro los magnates de la población (2Re.
constata (Hech. 2,14-21) que se ha cum- 24,15-16). Unos años después, el nue-
38 Historia de la Salvación

vo rey Sedecías, tío de Joaquín, fal- Más aún: todo ello supone una grave
tando a su palabra conspiró contra el prueba para la fe de Israel. Parece que
soberano caldeo; si la primera depor- Dios se ha olvidado de su pueblo (Sal.
tación había intentado impedir una su- 77,8-11), que se ha olvidado de la Pa-
blevación, cuando esta sucede labra dada, de las promesas hechas a
Nabucodonosor actúa más David y a sus descendientes. Parece
drásticamente: se ve obligado a empren- que está airado contra su pueblo (Sal.
der una nueva ofensiva, asediando y to- 79,5; 80,5). Parece que Yahveh es más
mando la ciudad Santa en el año 587; débil que Marduk, el dios de los
la victoria fue seguida de una nueva caldeos, los cuales se burlan cruelmen-
deportación(2Re. 25, 11-12). Y toda- te de los israelitas (Sal. 42,11; 80,7).
vía hay una tercera deportación, en el Parece que los atributos más propios
año 582, probablemente como repre- de Dios –la misericordia y la fidelidad–
salia por la muerte de Godolías, el go- quedan contradichos. Y cunde el des-
bernador puesto por Nabucodonosor aliento: «Andan diciendo –toda la casa
sobre Judá. de Israel–: se han secado nuestros hue-
Quizá el número de deportados no sos, se ha desvanecido nuestra espe-
pasase de 20.000. Pero teniendo en ranza, todo ha acabado para nosotros»
cuenta la escasa población de Judá y (Ez. 37,11).
que además fueron exiliados los más
influyentes, las cabezas del pueblo en
el aspecto político, social, religioso y
económico, la Biblia puede afirmar con 2.- Su significado religioso
razón que todo Judá «fue llevado cau- Sin embargo, esta gran crisis va a ser
tivo lejos de su tierra» (2 Re. 25,21). la ocasión de una profunda renovación
Lo más grave de estos hechos y lo en el pueblo de Israel. Al desaparecer
más duro para el pueblo de Israel es sus seguridades humanas y quedar de-
que humanamente hablando significan rribado su orgullo nacional, los israeli-
el fin de Israel, su destrucción como tas se vuelven a Yahveh. A través de lo
pueblo: lo más escogido de Israel vive do-loroso de esta prueba Israel va a ser
en el exilio, en tierras extrañas, lejos del purificado y va a surgir un pueblo nue-
país que Dios había donado a los hijos vo, con una fe más viva y más dócil a
de Abraham; el templo, morada de la su Dios.
presencia divina y centro del culto de Providencialmente, Dios mismo sus-
Israel, está en ruinas; el rey, descendien- cita unos guías que orienten al pueblo
te de David y representante de Yahveh, en estas circunstancias tan difíciles.
ha sido destronado, hecho cautivo y Entre ellos destacan los profetas, que
castigado cruelmente (2Re. 25,6-7); la ayudan una vez más a leer e interpretar
capital del reino, la ciudad santa de Je- los acontecimientos desde la fe:
rusalén, ha sido arrasada. La nación, + Jeremías. Aunque no fue deporta-
como tal, ha dejado de existir. do a Babilonia, él fue el primer guía re-
Julio Alonso Ampuero 39

ligioso de los exiliados: les escribe des- de exiliados encerrados en sí mismos


de Jerusalén después de la primera de- les ha-bla de un Dios que ofrece la
portación invitándoles a escuchar la pa- salvación a todos los hombres (Is.
labra de Yahveh sin hacerse ilusiones 45, 20-22). Finalmente anuncia a un
acerca de una liberación inminente (Jer misterioso «Siervo de Yahveh» (Is.
29). Los grandes temas de su predica- 42,1-7; 49,1-6; 50,4-9; 52,13-53,12), un
ción (conversión, esperanza, nueva justo que sufre y expía los pecados de
alianza, religión interior) serán medita- los demás, sucediendo tras su muerte
dos por los exiliados (los mismos que una glorificación y una grandiosa fecun-
antes le habían rechazado). didad espiritual.
+ Ezequiel. Sacerdote –como Jere- Además de la ayuda de los profetas
mías– fue conducido a Babilonia en el está también la de los sacerdotes. Y
598 con el primer grupo de exiliados. además al marchar al destierro los
Comienza anunciando la ruina de Jeru- exiliados llevan consigo la ley divina,
salén como castigo a las faltas de Is- las antiguas tradiciones de la historia del
rael (Ez. 4-12), pero tras la desolación pueblo escogido, las profecías y los
de la ciudad en el 587 se convierte en el primeros salmos recopilados; es la pa-
profeta de la esperanza. Durante más labra de Yahveh que les va a acompa-
de 20 años reanimó la fe y la esperanza ñar en su aflicción y ellos ahora están
de sus compatriotas, infundiéndoles la en mejor disposición de espíritu para
certeza de que Yahveh salvaría a su pue- escucharla.
blo para santificar su nombre y mani- He aquí, pues, lo que el pueblo de Dios
festar su gloria (Ez. 36,22-25). Particu- aprende de los acontecimientos del exi-
larmente impresionante es la visión de lio:
los huesos secos, en que profetiza una
auténtica resurrección de Israel (Ez. a) En primer lugar, es la ocasión para
37,1-14). Como Jeremías, anuncia una un profundo examen de conciencia. En
alianza nueva en la que Dios mismo él Israel reconoce ante todo que ha pe-
purificará y renovará los corazones (Ez. cado, que ha fallado a su Señor, que
36,25-28). ha sido infiel a la alianza. A pesar de
la lección que suponía la destrucción
+ Segundo Isaías. Este lejano discí- del reino del norte el año 721, a pesar
pulo de Isaías anuncia el consuelo a de los múltiples avisos de los profetas,
Israel (Is. 40,1-2). Ante las victorias de a pesar del intento de reforma efectua-
Ciro sobre los pueblos de oriente, el do por Josías en el 622, la nación judía
segundo Isaías le presenta como el ins- en su conjunto fue infiel a Yahveh y trai-
trumento del que Dios se servirá para cionó la alianza que debía guardar:
realizar su designio (Is. 41,1-4; 45,1- «desde el día que salieron vuestros pa-
6.12-13) y liberar a su pueblo como en dres de Egipto hasta el día de hoy...
un nuevo éxodo (Is. 40,3; 43,16-19). esta es la nación que no ha escuchado
Este profeta –tan cercano al Nuevo Tes- la voz de Yahveh su Dios» (Jer. 7,25-
tamento– presenta también unas pers- 28). El pueblo de Dios ha acumulado
pectivas universalistas: a la comunidad
40 Historia de la Salvación

pecado tras pecado: injusticias, lujo y profetas: Os. 2,16–, al lugar donde se
desenfreno, idolatría, sacrificio de ni- carece de todo y el hombre es purifica-
ños, abandono de su Dios, desobedien- do. La gran tragedia es que el pueblo
cias continuas a su ley ... Y ahora en- de Dios había acabado apropiándose
tienden que el exilio es la consecuencia de los dones de Dios de tal manera que,
inevitable de sus pecados, que las in- en vez de que estos los recibiera con
numerables infidelidades a la alianza es- gratitud y le llevaran a Dios, en realidad
taban exigiendo una purificación (Jer. le habían apartado de su Señor (cfr. la
3,25); ahora comprenden que se han advertencia de Dt. 8,11-14). Israel se
enredado en sus propias acciones (cfr. ha quedado en los medios y se ha olvi-
Sal. 9,17) y que su propia maldad ha dado del Dios al que esos medios de-
recaído sobre sus cabezas (Sal. 9,17). bían conducir; ha puesto su seguridad
Este examen de conciencia –que apa- en el hecho de tener el templo (cfr. Jer.
rece reflejado, por ejemplo, en el libro 7,4) en vez de confiar en el Dios que
de las Lamentaciones y en la última re- habita en el templo pero es infinitamen-
dacción de los libros de los Reyes– no te más grande que el templo (cfr. Is.
hace más que constatar lo que ya ha- 66,1). En consecuencia Dios le retira
bía oído el pueblo en el momento de esos dones –la tierra, el templo... todo–
sellar la alianza: que si eran fieles les para que vuelvan al autor de ellos. Así
iría bien, pero que si eran infieles les el exilio es un tiempo de purificación
iría mal. En estas circunstancias el exa- que conduce al pueblo a una religión
men de conciencia les conduce al arre- más auténtica, a una piedad más since-
pentimiento de los pecados que les han ra, a una fe más viva, a una conversión
acarreado el desastre y a una renovada más interior. En definitiva, el exilio for-
confianza en Yahveh. maba parte del plan de Dios, que de
b) A pesar del castigo merecido, Dios los males sabe sacar bienes
no abandona a su pueblo. En una im- inmensamente mayores.
presionante visión Ezequiel contempla d) El exilio da un más profundo co-
cómo la gloria de Yahveh abandona el nocimiento del corazón del hombre y
templo y va a instalarse en el lugar don- del corazón de Dios. Por un lado, el
de moran los desterrados (comparar Ez. fracaso de la primera alianza –con las
10,18ss con 11,16). En cierto modo repetidas y continuas infidelidades–
Yahveh se ha desterrado con los deste- pone de relieve la dureza del corazón
rrados. Y esta nueva presencia –sin humano y su obstinación en el mal; es
templo visible– de Yahveh en medio de la experiencia de un pueblo en que to-
su pueblo es la garantía y fundamento dos son «sabios para lo malo e igno-
de su esperanza para el futuro. rantes para el bien» (Jer. 4,22) lo que
c) Por eso el exilio se convierte en un conduce al clamor humilde: «Conviér-
tiempo precioso de purificación. El tenos a tí oh Yahveh, y nos convertire-
pueblo de Israel es llevado de nuevo al mos» (Lam. 5,21): sólo Dios puede
desierto –según la terminología de los cambiar el corazón del hombre. Por otro
lado, en medio del fracaso y la impo-
Julio Alonso Ampuero 41

tencia del pueblo Dios va a manifestar Cristo.


más esplendorosa-mente aquello de lo f) Finalmente, al contacto con otros
que es capaz realizando un nuevo éxo- pueblos Israel descubre la misión uni-
do con prodigios que eclipsarán los del versal de su vocación; frente al parti-
primer éxodo (Is. 43,16-21), creando cularismo y nacionalismo en que se ha-
algo enteramente nuevo (Is. 65,17), rea- bía encerrado, ahora va comprendien-
lizando una auténtica resurrección de do que si han sido objeto de una predi-
su pueblo (Ez.37,1-14), estableciendo lección especial de Dios, que les ha ma-
una nueva alianza que consistirá en el nifestado su voluntad y sus planes, es
perdón de los pecados, en el verdade- para que estos dones los transmitan y
ro conocimiento de Dios y en el don comuniquen a otros pueblos (Is. 45,18-
de un corazón nuevo y de un espíritu 23; 42,10-12); así serán convertidos en
nuevo –el Espíritu mismo de Dios– que «luz de las gentes» (Is. 42,6).
transformará al hombre por dentro y le
dará la fuerza para adherirse a la volun- De este modo Dios ha preparado cui-
tad de Dios (Jer.31,31-34; Ez.36,25-28). dadosamente un «resto de Israel» que
cuando regrese a Palestina será porta-
e) Esta experiencia les hace entender dor de una fe más profunda y de una
también el valor positivo del sufrimien- religión más espiritual. De este modo la
to. Dios se manifiesta como misericor- revelación de Dios da un paso decisi-
dioso, pues «no quiere la muerte del vo hacia la plenitud que acontecerá en
malvado, sino que se convierta de su la persona de Cristo. El exilio, que pa-
conducta y viva» (Ez. 18,23.32; 33,11); recía una desgracia irreparable, se ha
pero esta misericordia, para ser eficaz, convertido en una gracia incalculable.
necesita usar la amarga medicina del
sufrimiento: como la plata y el oro ne-
cesitan pasar por fuego para desechar
la escoria, Israel necesita pasar por el 3.- La experiencia
crisol del sufrimiento para ser purifica- del exilio y nosotros
do y renovado (Ez. 22,17-22); Is. Es evidente que también para noso-
48,10); así Israel aprenderá que «Yah- tros cristianos los acontecimientos del
veh reprende a aquel que ama, como destierro y su interpretación en la Bi-
un padre al hijo querido» (Prov. 3,12). blia son fuente de enseñanza.
Más aún, los cánticos del Siervo ya
mencionados apuntan a un sufrimiento En primer lugar, para conocer más la
redentor: el Israel purificado va a con- misericordia de Dios, que sabe sacar
vertirse, precisamente en virtud de su bienes incluso de los males: «sabemos
sufrimiento, en instrumento de salvación que en todas las cosas interviene Dios
para muchedumbres; así el pueblo de para bien de los que le aman» (Rom.
la antigua alianza atisba la eficacia y fe- 8,28); en todas las cosas: San Agustín
cundidad del dolor, que alcanzará su apostillará la expresión de San Pablo
pleno cumplimiento en el sacrificio de indicando que «incluso el pecado» –lo
decía por experiencia– es algo de lo
42 Historia de la Salvación

que Dios se sirve en su misericordia nuestra vida en Dios y sólo en Él. Para
para sacar bienes; de hecho, esto es lo apoyarse verdaderamente en Dios es
que atestigua la experiencia del exilio, necesario experimentar que todo lo de-
que Dios saca bienes incluso de aque- más se hunde, que es inconsistente y
llos males en que el hombre se introdu- no da fundamento sólido a la vida del
ce por culpa suya y como consecuen- hombre.
cia de sus pecados. «Donde abundó el
pecado, sobreabundó la gracia» (Rom. 4.- Textos principales
5,20). Jeremías 4; 7; 10; 21; 24; 25; 29
Para nosotros, cristianos, a la luz de Lamentaciones 1-5
la cruz de Cristo se hace más patente el
valor salvífico del sufrimiento. Si ya el Ezequiel 6; 8; 12-13; 18; 20; 24; 34;
salmista podía afirmar: «me estuvo bien 36; 37
el sufrir, así aprendí tus justos manda- Isaías 40-45
mientos» (Sal. 119,71.67) mucho más 2Reyes 24-25
podemos decirlo nosotros al conocer
mejor el corazón paternal de Dios que Salmos 42-43; 44; 74; 77; 80; 85; 89;
corrige a los hijos que ama (Heb. 12,5- 137
11). Más aún, podemos decir con San
Pablo: «me alegro de sufrir por voso-
tros; así completo lo que en mi carne
falta a la pasión de Cristo en favor de
su Cuerpo que es la Iglesia» (Col. 1,24).
También, para nosotros –como Igle-
sia y como individuos– se repite la ten-
tación del pueblo de Israel de buscar
seguridades en lo humano (estado, le- 9. El Israel espiritual
yes, instituciones, privilegios, dinero,
sabiduría, prestigio, medios, etc.) en
vez de confiar y apoyarnos exclusiva-
mente en Dios. Cuando se cae en esa
tentación Dios no tiene más remedio –
porque quiere nuestro verdadero bien– Tras la vuelta del exilio el pueblo de
que retirarnos esas seguridades falsas Israel deja sus ilusiones nacionalistas
y esos apoyos inconsistentes; es en- para convertirse en una comunidad re-
tonces cuando vienen las crisis –a ni- ligiosa en torno a la ley, el templo y el
vel personal o comunitario–; toda cri- sacerdocio. De hecho, a excepción del
sis indica que había una falsa seguri- breve periodo de independencia bajo
dad y que ésta ha caído, y por eso toda los asmoneos (163-67 a.C.), Palestina
crisis es una ocasión de gracia, una estará siempre a merced de los dueños
oportunidad de cimentar realmente de turno.
Julio Alonso Ampuero 43

1.- Datos históricos que logra a pesar de la oposición (Neh.


Los datos que nos ofrece la Biblia 4,12-23). Además realiza una profunda
sobre el periodo que abarca desde el reforma religiosa rigorista y para apo-
decreto de Ciro permitiendo la vuelta yarla es enviado Esdras, «sacerdote es-
de los desterrados a Jerusalén (538 a.C.) criba» (428); con permiso del rey per-
hasta la época del Nuevo Testamento sa, da a los judíos la ley del Dios Altí-
es bastante escasa. Se limita a algunos simo como su estatuto jurídico (Esd.
periodos privilegiados. 7,12-26).
El año 539 el imperio babilónico cae También al imperio persa le llegaría
ante el empuje del joven imperio persa. su fin con la conquista relámpago de
Inmediatamente (538) su emperador Alejandro Magno (340-326). Pero
Ciro publica un edicto permitiendo a como éste muere pronto y su imperio
los judíos volver a su patria (Esd. 1,2- se reparte entre sus cuatro generales,
4). Muchos prefieren quedarse en Palestina queda al principio bajo los
Babilo-nia, donde ya estaban instala- ptolomeos de Egipto. Es disputada por
dos. Algunos deciden regresar, pero en- su condición de lugar de paso y, tras
cuentran muchas dificultades para ins- un siglo de pacífico dominio egipcio,
talarse, debido a que los habitantes an- queda bajo el control de los seléucidas
teriores se sienten perjudicados. de Siria.
Se comienza la reconstrucción del El enfrentamiento entre la comunidad
templo, pero surgen las dificultades y judía y la cultura griega era inevitable
cunde el desaliento. Sólo bajo el im- antes o después. La crisis salta con
pulso de los profetas Ageo (520) y Antioco IV Epífanes, empeñado en
Zacarías (520-518) se culmina dicha re- helenizar sus reino. Necesitado, ade-
construcción. Por otra parte, Zacarías más, de recursos económicos, saquea
centra la promesa sobre el Sumo Sa- el templo de Jerusalén llevándose sus
cerdote Josué dando predominio a la tesoros y objetos sagrados y dicta una
dimensión religiosa sobre la político- serie de medidas vejatorias contra la
nacional (al principio habían existido comunidad judía (deroga la ley judía,
ilusiones de restauración nacional con establece la pena de muerte por la cir-
Zorobabel, de la familia de David, pero cuncisión y la observancia del sábado,
desaparecen con su muerte y las nu- coloca una estatua de Zeus en el tem-
merosas dificultades de los repatria- plo de Jerusalén).
dos). Ante esto, los judíos fieles reaccio-
Tras la reconstrucción del templo nan con el martirio (algunos prefieren
existe una situación de moralidad de- la muerte antes que traicionar sus creen-
gradada (Mal. 1-3). Es entonces cuan- cias) o con la rebelión armada. Esta,
do llega a Jerusalén Nehemías como go- iniciada por Matatías y continuada por
bernador (445-443) con el encargo de sus hijos, especialmente Judas el
reconstruir la muralla de la ciudad, cosa Macabeo, logra la liberación del terri-
torio y la independencia nacional, esta-
44 Historia de la Salvación

bleciendo la dinastía de los asmoneos, salvación, como profetiza el tercer


que reina cerca de un siglo (163-67 Isaías exigiendo al mismo tiempo la
a.C.) conversión (Is. 56-66).
Los asmoneos establecerán una serie Este pueblo sacerdotal o asamblea
de luchas por la sucesión en el trono Santa (cfr. Ex. 19,6) es guiado por los
que provocarán la intervención de sacerdotes que aseguran el servicio del
Roma. El año 63 a.C. Pompeyo con- culto a Yahveh en el templo ofreciendo
quista Jerusalén, y Roma se hace due- en nombre del pueblo oblaciones de ac-
ña de Palestina. En adelante el reino de ción de gracias, holocaustos y sacrifi-
Judea dependerá del capricho o del in- cios de expiación por los pecados (cfr.
terés de Roma; de hecho, el año 37 lle- Lev. 1-7). Con su minucioso ceremo-
gará al trono un extranjero, Herodes, nial y sus purificaciones rituales incul-
con el que llegamos a la época de Je- can en el pueblo el respeto al Dios San-
sús. to. Además, dirigen la oración y bendi-
cen al pueblo (Eclo. 45,19) con la ben-
2.- Templo, sacerdocio y Ley dición sacerdotal (Núm. 6,24-27).
Convertido en Comunidad religiosa, Nehemías 9 es un ejemplo de esta ora-
Israel va a tener a partir de ahora estos ción comunitaria.
tres pilares. Conscientes de que Yahveh El Pentateuco, probablemente com-
ha realizado con ellos un nuevo éxodo pleto en esta época como estatuto jurí-
superando las maravillas antiguas (Is. dico, se convierte en la Ley del pueblo
43,19-20), los repatriados se saben «el de Dios. Como expresión de la volun-
resto» predicho por los profetas en el tad santa de Dios, la Ley se venera, se
que continúa la promesa de salvación medita y se ama (Sal. 119) y se con-
de Dios sobre su pueblo. vierte en el centro de la vida religiosa
La reconstrucción del templo de Je- de Israel. En este sentido es emblemá-
rusalén es un gran signo de esperanza: tico el gesto de Esdras al leer pública y
Yahveh garantiza de nuevo su presen- solemnemente la Ley (Neh. 8); el pue-
cia protectora en medio de su pueblo. blo empalma con sus orígenes y renue-
Aunque este templo es pobre en com- va la alianza instaurando la fiesta de los
paración con el de Salomón, no por tabernáculos.
ello es menos glorioso al estar santifi- Al principio, los sacerdotes explican
cado por la presencia del Señor (Ez. la Ley en las reuniones litúrgicas (cfr.
43; Ag. 2,1-9; Zac. 2,10-17). Al cele- Jer 18,18). Pero en este período surge
brar la pascua (Esd. 6,16-22) se em- una nueva figura: el escriba. Hombre
palma con el acontecimiento fundante dedicado a escudriñar la Ley día y no-
de Israel y Yahveh ratifica su alianza che y a dilucidar su aplicación a los dis-
(«serán mi pueblo y yo seré su Dios»: tintos casos que la vida presenta, se
Zac,8,8), hasta el punto de que Jerusa- convierte en guía de la comunidad, que
lén será el centro hacia el que peregri- acude a él en busca de orientación.
narán todos los pueblos en busca de la
Julio Alonso Ampuero 45

3.- Fidelidad la fiesta que se instituye con ese moti-


a la ley hasta el martirio vo (cfr. 1Mac. 4,36-60; 2Mac. 10,1-8).
Un caso concreto de esta fidelidad a Por otra parte, la helenización tiene
la Ley es la que aparece en algunos is- otras consecuencias ventajosas, como
raelitas piadosos con ocasión de la per- la traducción de la Biblia hebrea al grie-
secución de Antíoco IV (2Mac. 7): pre- go (conocida con el nombre de los
fieren dejarse matar antes que renegar LXX), con lo que el mensaje bíblico se
de la ley santa de Dios. abre a nuevas posibilidades de comu-
A ello exhorta también el libro de Da- nicación.
niel, escrito precisamente en la época
macabea (hacia el 164 a.C.), presentan- 4.- Los sabios de Israel
do el ejemplo de fidelidad de este jo- Además de los sacerdotes y escribas,
ven y sus compañeros ante las amena- encontramos a los sabios como guías
zas de Nabucodonosor (en quien se alu- espirituales del pueblo de Dios. Aun-
de a Antíoco IV); prefieren la muerte que en Israel la sabiduría aparece con
antes que obedecer las órdenes del rey, la monarquía -el prototipo de sabio es
pero son librados de ella por la inter- Salomón, 1Re. 5,9-14-, es en esta épo-
vención de Dios, mientras que sus ene- ca cuando llega a su esplendor.
migos son castigados (Dan. 1-6). A la Sabios ha habido en muchos pueblos
vez el libro anuncia la restauración del de la antigüedad, destacando sobre
reino de Dios, a pesar de la oposición todo en Egipto y Babilonia. Su sabidu-
de sus enemigos, por obra de un «hijo ría era de orden práctico, arrancando
de hombre» de origen celestial (Dan. de la experiencia y de la reflexión so-
7,13-22). bre el mundo y sobre la conducta hu-
Esta actitud martirial resulta posible mana y orientada a formar individuos
porque se ha afianzado en Israel la doc- capaces de comportarse correctamen-
trina de la inmortalidad del alma y la te en la vida. La sabiduría bíblica ab-
retribución realizada en una vida sorbió sin duda ciertos elementos de la
ultraterrena. Esta fe aparece expresada sabiduría extranjera, pero tiene una fi-
claramente en dos libros de origen ju- sonomía propia y distinta por el hecho
dío escritos en ambiente griego: los de arrancar de la fe en Yahveh y conte-
Macabeos y el libro de la Sabiduría ner una moral profundamente religiosa.
(Alejandría, entre el 80 y el 50 a.C.). El sabio israelita es un hombre pru-
La rebelión macabea, a pesar de la dente y reflexivo, interesado por la edu-
ambigüedad de sus motivaciones, es cación del pueblo y de la juventud y
también una nueva experiencia de la in- despuntando como consejero (Jer.
tervención de Yahveh en favor de su 18,18). El sabio no impone sus ense-
pueblo, defendiendo a su comunidad ñanzas, sino que las propone suave-
contra toda esperanza, cuando todo pa- mente con objeto de persuadir y de
rece estar en contra. El pueblo lo ex- convertir la enseñanza en convicción
presa con la purificación del templo y
46 Historia de la Salvación

personal; dirige sus consejos a quienes +Proverbios. Es la colección de tex-


los solicitan o los aceptan y suele ha- tos sapienciales más antiguos. Recibe
cerlo de manera impersonal, a veces este nombre por las numerosas senten-
interrogativa, para avivar la curiosidad cias que contiene y que suponen mu-
del interlocutor obligándole a la re- chos siglos de tradición; fue recopila-
flexión. Podemos destacar tres rasgos: do el 480 a.C. por un autor anónimo
–el sabio tiene un gran sentido de la que escribió un magnífico prólogo doc-
realidad, propio del hombre de buen trinal sobre la sabiduría (c.1-9). El li-
criterio que observa y reflexiona y cu- bro enuncia los medios para conseguir
yas observaciones son concretas y per- la felicidad, que depende esencialmen-
tinentes (ver, por ejemplo, Prov. 15,12; te de la rectitud moral y de la correcta
20,14; 22,13). relación del hombre con Dios (el «te-
mor del Señor»: respeto religioso, su-
–tiene una fe viva en el Dios sabio, misión a Dios y obediencia a sus man-
omnisciente y omnipotente; por eso, datos).
además de la experiencia, medita día y
noche la ley del Señor (Sal. 1,2) y se +Job. Este libro, escrito hacia el 450
esfuerza en descubrir la sabiduría divi- a.C. plantea el problema del sufrimien-
na manifestada en la creación y en la to del justo. Un hombre de excepcio-
historia del pueblo de Dios (Sab. 10- nal bondad, del cual dice el mismo
19). No se trata de una moral laica Yahveh que «no hay otro como él en la
(Prov. 15,16; 16,9) y la clave y fuente tierra» (1,8), se ve sumido en la des-
de toda sabiduría está en el temor del gracia total. Se pone en tela de juicio el
Señor (Eclo. 1,1-10; Sab. 9,1-18; Prov. principio de la retribución temporal, se-
2,5-8). gún el cual al justo le va bien en este
mundo. Después de una serie de diálo-
–transmite una visión de la vida que gos que ponen de relieve lo descon-
repercute en la conducta cotidiana del certante del misterio para la inteligencia
hombre; el sabio no sólo juzga el mun- humana, el libro llega a la conclusión
do a la luz de la fe, sino que ofrece de que el hombre, incapaz de compren-
innumerables consejos prácticos que der las maravillas de la naturaleza, im-
ayudan a vivir; realiza una especie de potente para penetrar las sendas de
humanismo religioso que, por medio de Dios, debe someterse y adorar la sabi-
la observación y la reflexión religiosa, duría divina. El sufrimiento humano es
vivifica todos los valores humanos des- un misterio que Dios conoce pero que
de la fe y desde la sabiduría divina; en el hombre no alcanza; el dolor tiene un
efecto, toda sabiduría del hombre con- sentido –desconocido para el hombre–
siste en imitar a Dios y en ser fiel a la que no contradice la infinita bondad y
ley (cfr. el retrato del escriba hecho por justicia de Dios.
Ben Sira: Eclo. 39,1-11).
+Eclesiastés (Qohélet). Hacia el 250
He aquí los principales escritos de a.C. un hombre con experiencia escri-
los sabios en este periodo: be el fruto de sus reflexiones. Afirma
Julio Alonso Ampuero 47

de manera absolutamente clara y tajan- que estaba junto al Padre y se nos ma-
te que no ha encontrado la felicidad en nifestó (Jn.1).
nada de este mundo y atestigua la vani-
dad de los placeres, de las riquezas, de 5.- Los pobres de Yahveh
la ciencia y de los esfuerzos humanos Durante este periodo de la historia de
(1,2-3). No es que menosprecie las ale- Israel va decantándose en el seno de la
grías honestas, pero las juzga incapa- comunidad un grupo, los anawim o po-
ces de satisfacer las más profundas as- bres de Yahveh, que son como el alma
piraciones del corazón humano. Al su- de dicha comunidad. Ellos son los que
brayar lo precario e insatisfactorio de en el pueblo de Dios mantuvieron fir-
todo lo terreno está preparando la re- me y pura la esperanza en la salvación
velación de la existencia del más allá. por obra de Yahveh sin mezclarla con
+Eclesiástico (Sirácida). Hacia el 190 ambiciones materiales o nacionalistas.
a.C. Jesús Ben Sirá, convencido de que La esperanza de los anawim penetra en
la auténtica Sabiduría radica en Israel, el Nuevo Testamento, acogiendo la sal-
compone una especie de «manual de vación tal como Dios la envía, por ca-
conducta moral» capaz de hacer atracti- minos tan distintos de los que el pue-
va la ley judía para los espíritus blo soñaba.
helénicos que se dejaban seducir por el Sofonías, hacia el 630 a.C., había sido
refinamiento de la civilización pagana. el primero en utilizar el lenguaje de la
El libro contiene dos partes, la primera pobreza en el sentido religioso (Sof.
con consejos de moral y pecados que 2,3; 3,11-13). En este sentido el pobre
han de evitarse (c. 1-42), la segunda un se identifica con el humilde y la pobre-
elogio de las obras del Señor y de los za con la apertura a Dios, el ansia de
justos de Israel (c. 42-50). Dios, la confianza en Él, la fidelidad a
+Sabiduría. Este libro, escrito en su alianza. También Jeremías había vi-
griego, probablemente en Alejandría, vido esta actitud del pobre: las perse-
entre el 100 y el 50 a.C., afirma clara- cuciones de que fue objeto con tanta
mente la inmortalidad del alma (Sab. crudeza le llevaron a la confianza y al
3,1-8; cfr. Dan. 12,2-3; 2Mac. 7,9). A abandono en Yahveh (Jer. 20,11-13). En
la vez pretende demostrar la superiori- la época del exilio aparece la figura del
dad de la sabiduría israelita, revelada Siervo de Yahveh (Is. 42,1-7; 49,1-6;
por Dios, sobre la filosofía pagana. 50,4-9; 52,13-53,12), el pobre de Dios
La reflexión sapiencial, al presentar a por excelencia, que será causa de sal-
la sabiduría como personificada e in- vación para todos los pueblos. Final-
cluso preexistente junto a Dios (Prov. mente, la figura de Job, hacia media-
1-2; Eclo. 24; Sab. 6-9), prepara el ca- dos del siglo V a.C., delinea perfecta-
mino a la revelación de Cristo; en efec- mente la figura del pobre: siendo ino-
to, Jesús no sólo aparecerá lleno de sa- cente, ha perdido todos sus bienes,
biduría (Mt. 12,42) sino que Él mismo sufre en su carne y en sus afectos; re-
es la Sabiduría (1Cor. 1,24), la Palabra nunciando a reivindicar su inocencia
48 Historia de la Salvación

ante Yahveh, acepta en silencio, humil- Yahveh va acompañada del reconoci-


demente, su dolorosa condición con miento de sus culpas y de la petición
fe absoluta en la santidad y la justicia de perdón y conversión.
del Señor (Job 42,2-6). d) acogida de los débiles y peque-
Según esto, se pueden indicar algu- ños: la experiencia personal de humilla-
nas características de los pobres de ción hace al pobre de Yahveh suma-
Yahveh, esa comunidad forjada en la mente comprensivo y solícito con to-
miseria y en el sufrimiento que fue el dos aquellos que sufren pruebas seme-
origen de la restauración y renovación jantes.
religiosa de Israel (cfr. también Sal. 22; Así entendida y vivida la pobreza es
35; 55; Eclo. 51,1-12; Lam. 3,1-66): la actitud religiosa perfecta; en las an-
a) la pobreza real o sus equivalentes típodas del pretender «ser como Dios»,
(enfermedad, persecución, horfandad, el pobre pone en manos de Dios su sal-
destierro..); en definitiva, pobre es aquel vación, en la certeza de que no le falla-
a quien le han fallado las seguridades rá aunque le conduzca por caminos
humanas, que experimenta la indigen- descon-certantes e incomprensibles.
cia en sus múltiples manifestaciones, Desprendido de sí mismo, la pobreza
que siente además la incapacidad para más radical, el hombre se encuentra con
salir de su situación y se encuentra Dios y es su amigo. Por eso no es ex-
aplastado bajo el peso del dolor. traño que en este contexto germinase
b) la actitud de humildad: la expe- la expectativa mesiánica más pura: se
riencia de humillación le ha hecho hu- espera un Mesías humilde (Zac. 9,9),
milde; el sufrimiento le ha hecho expe- amigo de los pequeños (Is. 11,4), que
rimentar su impotencia, su incapacidad anunciará a los pobres la buena nueva
para salvarse por sí mismo. de la salvación (Is 61,1-3).
c) fe y confianza absolutas en Dios: Esta corriente empalma con el Nue-
la conciencia de su propia limitación im- vo Testamento y penetra en él. Pobres
pulsa al pobre a acudir confiado en bus- de Yahveh son el anciano Simeón, la
ca de auxilio al único que puede dárse- profetisa Ana, Juan el Bautista... Sobre
lo. Y lo hace con una confianza sin lí- todo María, que resume en su corazón
mites, poniendo los ojos en el Señor y la inmensa espera de los anawim y su
esperando de Él solo continuamente la enorme deseo de acoger a Dios plena-
salvación. La pobreza es la actitud de mente; ella recoge todos sus anhelos y
desnudez absoluta delante de Dios, de aspiraciones y los manifiesta en el Mag-
entrega plena y confiada en manos de níficat, expresión perfecta del alma de
Yahveh, en la esperanza y en la seguri- los pobres de Yahveh. Más aún, el per-
dad de que Él le salvará. Como, ade- fecto pobre de Yahveh es Jesús mis-
más, la máxima experiencia de miseria mo, que colmado de sufrimientos se
y de opresión es el pecado, la petición abandona enteramente en las manos de
de salvación que hace el pobre de su Padre. Y este espíritu de los anawim,
llevado a la perfección, es el que revela
Julio Alonso Ampuero 49

todo el Sermón de la montaña, consa- el Reino de Dios en el mundo. Este mo-


grando de una vez por todas la pobre- mento –la plenitud de los tiempos–
za como camino necesario para acoger aconteció cuando «Dios envió a su Hijo
el Reino de Dios: «Dichosos los po- nacido de una mujer» (Gál. 4,4-5).
bres en el espíritu, porque de ellos es De hecho, el Antiguo Testamento es
el Reino de los cielos» (Mt. 5,3). una preparación y todo en él anuncia a
Cristo y confluye en Cristo. Él es el
6.- Textos principales centro del plan de Dios (Ef. 1,3-19; 3,1-
Proverbios 8,12-36; 19 12). Con él han llegado los «últimos
Job 1-2; 38,1 -40,5 tiempos» (Heb. 1,2), el «tiempo de la
salvación» (2Cor. 6,2). Con su muerte
Eclesiastés 1,12 -2,26; 12,1-8 se realiza la victoria de Dios sobre el
Eclesiástico 3,30-4,10; 24,1-34; 39,1- mal y sobre Satanás (Jn. 12,31; 16,11).
11; 48,1-11) En Él Dios realiza la alianza nueva y eter-
Sabiduría 2,21 -3,12; 5,14-16; 9 na (Mc. 14,22-23). Con Él se abre el
paraíso, tanto tiempo cerrado (Lc.
Salmo 119 23,42-43). Por Él se nos da el Espíritu,
Sofonías 2,1.3; 3,11-20 que transforma el hombre dándole la
Jeremías 20,7-13 nueva vida y realizando la nueva crea-
ción (Jn. 19,30-34; 20,22; 3,5; 7,37-39).
Isaías 52,13 -53,12
Él es el centro de la historia, “el Princi-
Salmo 22 pio y el Fin”, “el Alfa y la Omega” (Ap.
Lamentaciones 3 22,13). Él es “el mismo ayer, hoy y siem-
Mateo 5.3-12 pre” (Heb. 13,8), “el que era y es y
viene” (Ap. 1,8), continúa presente en
su Iglesia y «no se nos ha dado otro
nombre en el que podamos ser salvos»
(Hech. 4,12).

1.- Contexto histórico


10. La plenitud de los tiempos El Hijo de Dios se ha encarnado en
una época y circunstancias muy con-
cretas, como los mismos evangelistas
se encargan de poner de relieve (cfr.
Lc. 2,1-3; 3,1-2).
a) situación política. Desde la entra-
Todas las grandes intervenciones de da de Pompeyo en Jerusalén (63 a.C.)
Dios en la antigua alianza estaban orien- Palestina depende de Roma. Con el rei-
tadas a la intervención definitiva y ple- nado de Augusto (30 a.C.) Roma con-
na de Dios, hacia «aquel que había de trola todo el área mediterránea y se vi-
venir» hacia el Mesías que establecería ven años de paz y esplendor como nun-
50 Historia de la Salvación

ca antes se habían conocido. rectamente por medio de procurado-


En Palestina reina, puesto por Roma, res (44-66 d.C.). Agripa II, hijo de
Herodes el Grande (37-4 a.C.); extran- Herodes Agripa I, recibirá más tarde un
jero y escéptico en materia religiosa, es reino insignificante y con él se encon-
sin embargo muy astuto: par halagar a trará Pablo (Hech. 25-26).
los judíos inicia las obras de restau- b) situación religiosa: está marcada
ración del templo (19 a.C.), para tener predominantemente por los diferentes
contento al emperador construye tem- grupos religiosos.
plos romanos y Cesarea marítima. +escribas: dedicados al estudio y co-
Como gobernante fue un hombre des- mentario de la ley, el pueblo los consi-
pótico y tiránico. Durante su reinado deraba maestros (rabbí) y acude a ellos
nace Jesús. en busca de consejo. Se preparaban con
A su muerte Roma reparte el reino largos estudios al lado de algún famo-
entre sus hijos. Arquelao es nombrado so rabí (cfr. Hach. 22,3); d ahí la extra-
etnarca de Judea, Samaria e Idumea; ñeza cuando alguien habla sin haber es-
cruel como su padre, es destituido años tudiado (Mt. 13,54), La mayoría se
después, siendo gobernada esta región encuadran entre los fariseos.
directamente por Roma por medio de +fariseos: provienen de la época
procuradores. Filipo es nombrado macabea; el nombre –que significa «se-
tetraca de Transjordania del Norte; fun- parados»– indica su actitud: se consi-
da Cesarea de Filipo y a su muerte le deraban «los puros» y se apartan de lo
sucede Herodes Agripa I. Herodes que no lleve marca judía, adhirièndose
Antipas es designado tetrarca de Galilea a la ley (particularmente en lo que se
y Pe-rea; se junta a Herodías, sobrina refiere al sábado, la pureza ritual y los
suya y esposa legítima de su herma- diezmos); admiten las tradiciones, es
nastro Filipo: la denuncia de este he- decir, las interpretaciones de la Ley
cho costará la cabeza a Juan Bautista transmitidas oralmente desde antiguo.
(Mc. 6,23); confidente del emperador Hombres muy piadosos, caían sin em-
Tiberio, construye en su honor bargo con frecuencia en el formalismo
Tiberíades, pero cuando éste muere es –el apego a la letra de la ley– y en la
desterrado y su territorio entregado a autosuficiencia –la salvación por las
Herodes Agripa I, amigo personal de solas fuerzas como consecuencia del
los nuevos emperadores Calígula y cumplimiento exacto de la ley–, lo que
Claudio. les llevaba a despreciar a los demás
Herodes Agripa I añade el protecto- como pecadores (cfr, Lc. 18,9-14; Mt.
rado de Jude, con lo que vuelve a unir- 23). En lo político son tolerantes con
se en él el reino de su abuelo Herodes el poder constituido, prefiriendo vivir
el Grande, hasta su muerte (44 d.C.). tranquilos y no enfrentarse (más aún,
Para agradar a los judíos provocará una eliminando a los que pueden ocasionar
persecución contra los cristianos (Hech. problemas con los romanos: Jn. 11,45-
12). A su muerte, Roma gobernará di- 53). Después de la crisis del año 70,
Julio Alonso Ampuero 51

los fariseos son el único grupo que so- sonal. Hondamente religiosos, se con-
brevive. sideran miembros de la nueva alianza y
+saduceos: de origen sacerdotal, lle- cuidan con esmero las purificaciones
gan a su máxima influencia con los ro- rituales y el banquete ritual. Doctrinal-
manos pues son partidarios suyos, y mente son dualistas.
de entre ellos son escogidos los sumos Habría que añadir además los sama-
sacerdotes. Apenas influyen en el pue- ritanos y otros grupos de orientación
blo. Rechazan la ley oral y no admiten religioso-política, como los celotas y
doctrinas como la resurrección o la los herodianos.
existencia de los ángeles (Hech. 23,6- Tal es la situación del mundo a la lle-
9), Demasiado instalados en lo material gada de Cristo. Tanto el mundo judío
(cfr. 22, 31-34; Mc. 12,27; Hech. (los anawin sobre todo) como el mun-
24,21), son rigoristas en lo determina- do pagano (religiones mistéricas, filo-
do por la ley (cfr. Jn. 8,1-11; Mc. sofías diversas) se caracterizan por un
14,53.65). Si aparecen menos atacados profundo anhelo de salvación. Se ex-
por Jesús que los fariseos es por su perimenta sobre todo la opresión que
escasa influencia. es consecuencia del pecado (Rom. 3,9)
+sacerdotes: se dedican sobre todo al y que hará que muchos acojan la salva-
culto en el servicio del templo. La aristo- ción gratuita concedida por Dios en
cracia sacerdotal era saducea; sometida Jesucristo (Rom. 3,23-25)
al poder civil (el sumo sacerdote era nom- Por lo demás, la unificación del mun-
brado y depuesto por los romanos) ha do bajo el imperio romano va a favore-
llegado a perder incluso el sentido reli- cer la rápida expansión del mensaje cris-
gioso. En la época de Jesús el Sumo tiano.
sacerdocio lo detenta la familia de Anás.
Por el contrario, en el grado menor había 2.- Evangelio
buen número de sacerdotes ejemplares, de Jesucristo, Hijo de Dios
con espíritu religioso, que ejercían con
esmero las funciones cultuales y orienta- Con estas palabras comienza el evan-
ban la oración del pueblo (es el caso de gelista San Marcos su relato, en el que
Zacarías y de los mencionados en Hech. pretende presentarnos la Buena Noti-
6,7). cia –eso significa evangelio– acerca de
Jesús, que es el Mesías y el Hijo de
+esenios: conocidos por las referen- Dios, o mejor, la Buena Noticia que es
cias de escritos antiguos, como Flavio Jesús. En efecto, la plenitud de los tiem-
Josefo, Filón y Plinio, se han dado a pos está caracterizada por la «venida»
conocer sobre todo a partir de 1947 o encarnación del Hijo de Dios. El evan-
con los descubrimientos de Qumrán. gelio es el mismo Jesús, su misma per-
De origen sacerdotal, forman una es- sona, no un conjunto de doctrinas y
pecie de orden religiosa con vida co- normas morales; estas existen y tienen
mún y compromisos como el del celi- sentido sólo desde Cristo, porque lo
bato y la renuncia a la propiedad per-
52 Historia de la Salvación

esencial es la adhesión a Él (es significa- hombre (cfr. Is. 40,6-7), pone de relie-
tivo que la primera acción de Jesús al ve el realismo de la encarnación. Por
empezar su vida pública sea llamar a ella el Creador se une a la criatura y
algunos a seguirle: Mc. 1.16-20; Jn. entra en la historia humana. Sin dejar
1,35ss). su condición divina, el Hijo de Dios se
Jesús recapitula en sí mismo toda la rebajó tomando la condición de sier-
historia, no sólo la del pueblo de Is- vo, haciéndose semejante a los hom-
rael, sino la de la humanidad entera (este bres y actuando como hombre (Fil.
es el sentido de la genealogía de Jesús 2,7). Verdadero Dios y verdadero hom-
en San Lucas 3,23-38; la de San Mateo bre, Jesús es el Hijo muy amado del
1,1-16 le presenta como culmen de la Padre, ungido plenamente por el Espí-
historia del pueblo de Dios). Y ritu (Mc. 1, 10-11). Libre de pecado
recapitula en sí mismo la creación en- (Heb. 4,15), está unido a nosotros por
tera, el universo entero (Col. 1,15-17), su humanidad que le hace hermano
siendo además el Creador de todo (Jn. nuestro (Heb. 2,17) y más aún, por su
1,3.10). amor.
En los evangelios Jesús se muestra b) la pasión. Este amor se manifiesta
profundamente humano; multitud de de- de manera suprema en la muerte de Je-
talles lo ponen de manifiesto: se alegra, sús por nosotros (Rom. 5,6-8). Una
se cansa, llora, se encoleriza, acoge y muerte en la que el Hijo muy amado del
atiende a las personas... Pero, a la vez, Padre se entrega consciente, libre y vo-
de su persona y comportamiento ema- luntariamente movido por el amor y la
na una sensación de misterio: su santi- obediencia a su Padre y por el amor
dad, la fuerza de su palabra, sus mila- redentor a los hombres pecadores. De
gros, su serena majestad, su íntima re- este modo, gracias a su obediencia he-
lación con Dios... producen admiración mos sido salvados (Rom. 5,19) y ha
y asombro y a veces temor. quedado restaurada la alianza de Dios
con los hombres (Mt. 26,28). En con-
Podemos resumir el misterio de Je- traste con los inútiles y estériles sacrifi-
sús en tres fases (cfr. Fil. 2,6-11): cios de la antigua alianza, el sacrifico
a) encarnación. Cristo no ha empe- único de Cristo es de una eficacia uni-
zado a existir en un momento concre- versal, perfecta y definitiva (Heb. 8-10).
to; como Verbo ya existía junto al Pa- Realmente Él es «el Cordero de Dios
dre en diálogo eterno de amor (Jn. 1,1). que quita los pecados del mundo» (Jn.
Lo que ha ocurrido en la plenitud de 1, 29). En la cruz Jesús destierra
los tiempos es que «se nos ha manifes- definitivamente el poderío de Satanás
tado» (1Jn. 1,2): el Verbo se ha hecho y reina atrayendo hacia sí a todos los
carne naciendo de María Virgen y ha hombres (Jn. 12,31-32).
plantado su tienda entre nosotros (Jn. c) resurrección. Si San Juan contem-
1,14; Gál. 4,4). La palabra «carne», que pla la cruz como inicio del triunfo de
significa la condición débil y caduca del Cristo, San Pablo la ve como el extre-
Julio Alonso Ampuero 53

mo de la humillación (Fil. 2,8). En todo nuestra vida. Esta fe, al abrir las puer-
caso culmina con la resurrección, que tas a Cristo, trae consigo la justifica-
es la aceptación por parte del Padre de ción y la salvación (Gál. 2,16), la vida
la ofrenda total que Jesús hizo de sí eterna (Jn. 3,36), renueva al hombre y
mismo en la cruz; en la pasión Jesús se hace de él una criatura nueva. Más aún,
entrega –hasta el extremo– al amor del al acoger a Cristo y dejarle vivir en sí
Padre que le inunda con su gloria en la mismo, el creyente es convertido en hijo
resurrección precisamente como con- de Dios (Jn. 1,12; Gál. 3,26) pues Cristo
secuencia de su obediencia. La resu- reproduce en el cristiano su misma vida
rrección no significa sólo vuelta a la filial de relación con el Padre. (Gál.
vida, sino glorificación, paso «de este 2,20).
mundo al Padre» (Jn. 13,1); la humani- Este hecho –ser hijos de Dios– es la
dad de Jesús queda inundada por la glo- novedad radical que ha aportado Cris-
ria de la divinidad y es constituido Se- to, pues no se trata de algo metafórico,
ñor del universo (Fil. 2,9-11). Precisa- sino real, que hace exclamar a San Juan:
mente en su condición de Señor es po- «Mirad qué amor nos ha tenido el Pa-
seedor del Espíritu Santo y lo derrama dre, para llamarnos hijos de Dios, pues
sobre los hombres (Hech. 2,33; Jn. ¡lo somos!» (1Jn. 3,1). Y somos hijos
20,22); y como Señor permanece pre- con todas las consecuencias y «dere-
sente en su Iglesia hasta la consuma- chos»: intimidad familiar con Dios
ción de los siglos (Mt. 28,20). (Rom. 8,15-16; Ef. 2,18), partícipes de
su gloria y de su herencia (Rom. 8,17),
3.- Hijos en el Hijo cuidados amorosamente por su provi-
La llegada de la plenitud de los tiem- dencia paternal (Mt. 6,32)... Unido a
pos reclama de los hombres una reac- Cristo y hecho partícipe de su Espíri-
ción adecuada: «Daos cuenta del mo- tu, el cristiano vive como hijo del Pa-
mento en que vivís» (Rom. 13,11). La dre instalado en el seno mismo de la
venida de Jesucristo no puede dejar- Trinidad ya en este mundo; y esto no
nos indiferentes. Ya no es el hombre es prerrogativa exclusiva de algunos
quien busca a Dios, sino que Dios ha privilegiados, ya que todo bautizado ha
salido al encuentro del hombre. Jesu- sido consagrado al Padre, al Hijo y al
cristo es el único Salvador del mundo Espíritu Santo, ha sido sumergido –eso
(Hech. 4,12) y por eso reclama la fe en significa la palabra bautizar– en la Tri-
sí mismo (Jn. 14,1) cosa que nadie fuera nidad (Mt. 28,19). Así, Cristo no sólo
de Él ha osado pedir. Y no caben pos- nos da a conocer el misterio de Dios y
turas ambiguas o neutras, pues no aco- de su plan de salvación (Jn. 1,18; Ef.
gerle es en realidad rechazarle (Lc. 3,1-12), sino que nos introduce en la
11,23; Jn. 3,18). vida divina haciéndonos partícipes de
La actitud fundamental ante Jesús es su ser filial.
la fe, una fe que es adhesión a Cristo y El hombre así transformado por la
acogida incondicional de su persona en gracia es convertido en «nueva
creatura» (2Cor. 5,17; Gál. 6,15), ha re-
54 Historia de la Salvación

cibido por el bautismo una «vida nue- 1,3).


va» (Rom. 6,4), ha sido creado como Esta realidad de la Iglesia –vislumbra-
“hombre nuevo» (Ef. 2,15) que vive da en la comunidad del pueblo de la
“según Dios, en justicia y santidad antigua alianza– encuentra su mejor
verdaderas”(Ef. 4,24). Todo ello es expresión en la alegoría de la vid y los
obra del Espíritu Santo, que derrama- sarmientos (Jn. 15,1-10) y en la imagen
do en el corazón del creyente (Rom. de la Cabeza y el Cuerpo (Ef. 1,22-23;
5,5) le hace capaz de cumplir la volun- 4,15-16; 1Cor. 12,12-30). Ellos ponen
tad de Dios (Rom. 8,2-4) y abre ante él de relieve que la Iglesia no es una sim-
el horizonte ilimitado de una vida «se- ple institución humana, ya que tienen
gún el Espíritu» (Gál. 5,25). Aunque una íntima y profunda unión vital con
esto no ocurre sin el esfuerzo de hacer Cristo –su cabeza y su vid– y que la
morir las tendencias del egoísmo –que unión entre sus diversos miembros tam-
permanecen en el bautizado– y de se- poco es meramente externa, ya que to-
cundar el impulso del Espíritu (Gá. dos poseen en común una misma vida
5,16ss). (del mismo modo que una misma savia
Esta fe en Cristo desemboca en es- corre por los diversos sarmientos y la
peranza (Rom. 5,1-11): lo que Dios ya misma sangre por los diversos miem-
ha hecho y nos ha dado es garantía cier- bros del cuerpo).
ta de lo que ha prometido hacer y dar- Esta comunión es realizada por el Es-
nos. Y desemboca en caridad (Gál. 5,6): píritu Santo, alma de la Iglesia. En Pen-
caridad para con Dios que se manifies- tecostés la Iglesia fue bautizada (Hech.
ta sobre todo en cumplir los manda- 1,5) solemnemente recibiendo el Espí-
mientos, en entregarnos totalmente a su ritu como ley interior (Rom.8,2) y como
voluntad (Jn. 14,21.23; 1Jn. 2,3-6), y impulso para anunciar el evangelio
caridad para con los hombres, que con- (Hech. 1,8). Él la llena de luz, de vida y
siste en –transformados por Cristo y de fuerza. Él la conduce a la compren-
llenos de su caridad– amar «como Él» sión y profundización de la revelación
(Jn. 15,12), es decir, «hasta el extre- de Cristo (Jn. 14,25-26). Él la vivifica y
mo» (Jn. 13,1), hasta dar la vida por la santifica habitándola como un tem-
los hermanos. plo (1Cor. 3,16) e inspirando la ora-
ción de los cristianos (Rom. 8,26-27).
4.- La Iglesia, Cuerpo de Cristo Él la enriquece con diversidad de do-
Cristo ama a cada persona y la une a nes y de vocaciones (1Cor. 12,4-11.28-
sí mismo de una manera nueva com- 30; Rom. 12,6-8; Ef. 4,11-12). Y Él la
pletamente única y personal. Pero, a la sostiene en su testimonio de Cristo
vez, no ha querido salvar a los hom- (Hech. 1,8; Mt. 19,19-20).
bres aisladamente, sino formando co- Comunión íntima y vital, la Iglesia es
munidad: una comunidad que brotan- también visible y tiene su expresión ex-
do de Cristo y del Padre se realiza como terna. Cristo eligió a los discípulos (Mc.
comunión de hermanos en Cristo (1Jn. 1,16-20) y a los apóstoles (Mc. 3,13-
Julio Alonso Ampuero 55

19), poniendo a Pedro a la cabeza de de sus comienzos la Iglesia está orien-


todos ellos (Mt. 16,18-19). En ella se tada hacia la Parusía, hacia la segunda
entra por el bautismo «en nombre del venida de Cristo; los cristianos perma-
Señor Jesús» (Hech. 19,5). Y la Iglesia necen en la espera «hasta que el Señor
es edificada y acrecentada por la pre- vuelva» (1Cor. 11,26). La Iglesia, que
dicación del evangelio (Mc. 16,15; Ef. está en el mundo sin ser del mundo (Jn.
3,8-11; 1Cor. 9,16; 2Tim. 4,1-2) y por 17,14-16), se encuentra esencialmente
la celebración de la Eucaristía (Jn. 6,48- proyectada hacia el futuro en que al-
58). Absolutamente universal, no liga- canzará su plenitud.
da a un pueblo determinado, sino abar- Jesús mismo habló repetidas veces
cando todos los pueblos, razas y cul- de su segunda venida (Lc. 18,8; Mac.
turas (Ap. 5,9-10), la Iglesia es sin em- 13, 24-27). En la misma línea se en-
bargo unja (Gál. 3,28; 1Cor. 12,13; cuentra la advertencia de los ángeles a
10,17; Jn. 17,23). Formada por miem- los apóstoles inmediatamente después
bros pecadores ella es en sí misma santa de la ascensión (Hech. 1,11). San Pa-
y es el sacramento –es decir, el instru- blo lo recuerda frecuentemente a sus
mento visible y eficaz– de la salvación comunidades (1Tes. 4,15-17; 2Tes.
para todos los hombres y de la unión 2,1ss; 1Cor. 1,8). Igualmente la carta a
de los hombres con Dios y entre sí. los Hebreos (9,22). Y todo el libro del
Esencialmente jerárquica, todo miem- Apocalipsis está transido de la espe-
bro está llamado, además de recibir, a ranza de la segunda venida de Cristo,
colaborar activamente en el crecimien- que queda resumida en la oración de
to y desarrollo de la Iglesia. las primeras comunidades: «¡Ven, Se-
Esta comunidad de consagrados ñor Jesús!» (Ap. 22,20; 1Cor. 15,23).
(2Cor. 1,1) tiene un miembro eminente Nada sabemos de la fecha de la Pa-
y particularmente santo. María es mo- rusía, que Dios ha querido positivamen-
delo, tipo y figura de la Iglesia. Todo te mantener en secreto (Mc. 13,32). Y
lo que la Iglesia está llamada a vivir ha casi nada sabemos del cómo se reali-
alcanzado ya su plenitud en María. A la zará, pues los textos que hablan de este
vez ella es Madre de la Iglesia: habien- acontecimiento suelen estar escritos en
do nacido de ella la Cabeza, todo el un lenguaje de tipo simbólico y apoca-
Cuerpo es también engendrado por ella líptico en el que es difícil saber dónde
a la vida divina. Todas las gracias vie- termina la imagen y dónde comienza la
nen de Dios con la colaboración ma- realidad. Lo que sí parece concluirse
ternal de María, que intercede sin cesar es que la Parusía estará precedida de
por la Iglesia (cfr. Hech. 1,14). un especial desencadenamiento de las
fuerzas del mal contra Cristo y su Igle-
5.- ... hasta que el Señor vuelva sia (Mt. 24,4-13; 2Tes. 2,1-12; Ap. 13;
Estamos ya en la plenitud de los tiem- 20,,7-10) y que antes se habrá produ-
pos, pero la historia de la salvación cido la conversión de Israel (Rom.
debe llegar aún a su consumación. Des- 11,11-15) y el anuncio del evangelio en
56 Historia de la Salvación

el mundo entero (Mt. 24,14). (Heb. 11,6; Jn. 3,36; Mt. 25,34-36). La
Lo que sí nos enseña con claridad el dicha plena y eterna de los creyentes
Nuevo Testamento es el sentido será la intimidad total y definitiva con
salvífico profundo de estos hechos. La Aquel en quien creyeron («estaremos
venida gloriosa y definitiva del Señor siempre con el Señor» 1Tes. 4,17) Y
Jesús al fin de los tiempos afectará a la todo culminará en la perfecta glorifica-
humanidad y al universo entero. Con ción de Dios (Ef. 1,14).
ella terminará el mundo actual y surgirá Este acontecimiento de la Parusía
un mundo nuevo (Mc. 13,31; Ap. 21,1), –independientemente del momento en
aunque no podemos saber si ello im- que suceda– matiza decisivamente las
plica una destrucción del mundo actual actitudes de la condición terrena del
(como parece sugerir 2Pe. 3,10) o más cristiano, que es esencialmente «pere-
bien una purificación y transformación grino» hacia su morada definitiva (Fil.
del mismo (como parecen indicar las 3,20; Heb. 11,13-16; 13,14). He aquí
expresiones de San Pablo). algunas de estas actitudes:
La Parusía es, sobre todo, la hora de +esperanza: deseo vehemente de al-
la resurrección general a la vida o a la canzar lo prometido, confiando en la
muerte eternas, es decir, a la glorifica- palabra del Señor; la venida del Señor
ción o a la condenación (Jn. 5,28-29), y la unión eterna con Él es el objeto
lo cual indica que se trata de una veni- esencial de la esperanza cristiana, mien-
da de Jesús como Juez definitivo y uni- tras que los demás logros son sólo par-
versal (Mt. 25,31-32; 2Cor. 5,10; 2Tim. ciales y ambiguos (cfr. Mc. 8,36).
4,1.8). +vigilancia: atención amorosa a la
En este momento final todo quedará venida del Señor para no distraerse y
sometido a Cristo de manera total y de- enredarse con las cosas del camino per-
finitiva y Él, a su vez, lo someterá a su diendo de vista lo único que de verdad
Padre, quedando perfectamente estable- importa (Mc. 13,33-37); vigilancia que
cido el Reino de Dios, que «será todo implica conciencia de la propia debili-
en todos» (1Cor. 15,22-28). El triunfo dad y rechazo de todo aquello que pue-
de Cristo sobre Satanás y el pecado da hacer peligrar su salvación eterna
será manifiesto e irresistible (2Tes. 2,8). (1Cor. 9,27).
«El último enemigo aniquilado será la +provisionalidad: desprendimiento
muerte» (1Cor. 15,26), que quedará de todas las realidades de este mundo,
«absorbida» por el triunfo de la vida reconociendo que «el tiempo es cor-
(1Cor. 15,54-57). Desaparecerá también to» y «la escena de este mundo pasa»
todo dolor y sufrimiento (Ap. 21,4). En (1Cor. 7,29-31).
definitiva, son la segunda venida de
Cristo será renovado el hombre ente- +relativización del sufrimiento, de las
ro –incluido su cuerpo: 1Cor. 15,52- dificultades o de la persecución en fun-
53– y todos los hombres que hayan ción de la gloria que espera y que ellas
acogido a Cristo por la fe y la caridad mismas contribuyen a lograr
Julio Alonso Ampuero 57

(Rom.8,18).
+alegría que se apoya en la esperan-
za de alcanzar la plenitud de la salva-
ción y de la felicidad (Rom. 12,12).
+conciencia de que todo en este mun-
do es deficiente en comparación con Conclusión
«lo perfecto» que sólo vendrá al final
(1Cor. 13,9-10).

6.- Textos principales


Juan 1,1-18
Efesios 1,3-19 «El Señor es mi pastor»
Filipenses 2,6-11 Hemos terminado nuestro recorrido
1Corintios 1,17-29 por las principales etapas de la Historia
Romanos 5,1-21 de la Salvación, tal como nos las pre-
senta la Sagrada Escritura. Pero la His-
Hechos 2,14-36 toria de la Salvación continúa. Había
1Juan 3,1-2 que seguir recorriendo paso a paso la
Romanos 8 Historia de la Iglesia para descubrir la
permanente acción maravillosa de la
Mateo 16,13-20; 28,16-20 mano invisible de Dios...
Marcos 3,13-19 La Historia de la Salvación continúa.
Juan 15,1-8; 16,5-15; 17; 21,15-17 También hoy. Dios tiene un plan mara-
Hechos 1,4-8; 2,1-47 villoso para nuestro tiempo. Y está ac-
tuando para llevarlo a cumplimiento.
1Corintios 12,4-30
Pero cuenta con nosotros. Pues nor-
Efesios 1,19-4,16 malmente no quiere hacer nada sin no-
Marcos 13,1-37 sotros. Estamos embarcados –lo que-
Mateo 25,31-34 ramos o no– en la fascinante aventura
de nuestra salvación y de la salvación
1Corintios 7,29-31; 15 de los demás, de nuestros hermanos
1Tesalonicenses 4,13-5,11 de comienzo del tercer milenio del cris-
2Tesalonicenses 1-3 tianismo.
Apocalipsis 21-22 Cristo Buen Pastor, resucitado y glo-
rioso, sigue rigiendo eficazmente los
destinos de la Iglesia y de la humani-
dad.
Por eso, ante todo hemos de confiar
en su guía poderosa. Como en otras
58 Historia de la Salvación

épocas, también hoy la frágil barca de


Pedro sufre los embates de las olas, de
las dificultades que parecen hundirla
(Mc. 5, 37); pero Jesús permanece en Indice
esa barca, y una y otra vez nos repite
como a los apóstoles: «Animo, soy yo,
no temáis» (Mc. 6, 50)
Pero esta confianza no nos exime de
nuestra responsabilidad, personal y co-
lectiva. Para que se realicen los planes
de Dios en esta etapa de la historia es El brazo de Yahavé, 3.
necesaria ante todo nuestra docilidad Introducción, 5.
al Espíritu. Y es necesaria nuestra en-
trega incondicional –con todas nues- 1. En el principio creó Dios los cie-
tras energías y capacidades– para se- los y la tierra. –Para entender bien los
cundar la acción de Dios. Sólo así po- primeros capítulos del Génesis, 7. –Los
drá continuar la Historia de la Salva- relatos de la creación, 7. –Vivir el don
ción, es decir, la salvación de Dios en de la creación, 10. –Textos principa-
la Historia... les, 11.
2. Por un hombre entró el pecado
en el mundo. –El primer pecado, 11.
–Un mundo inundado por el pecado,
13. –La promesa de salvación, 15. –
Conclusión, 16. Textos principales, 16.
3. Abraham, nuestro padre en la
fe. –Trasfondo histórico, 17. –Mensa-
je religioso, 17. –Abraham y los cris-
tianos, 20. –Textos principales, 20.
4. De la servidumbre al servicio. –
El éxodo y la historia, 21. –La libera-
ción de la esclavitud, 22. –El don de la
alianza, 23. –Hacia el nuevo éxodo y
hacia la nueva alianza, 25. –Textos prin-
cipales, 26.
5. El difícil camino hacia la pose-
sión de la tierra. –Datos históricos,
26. –La experiencia del desierto, 27. –
La Tierra, don y conquista, 29. –Los
cristianos, peregrinos hacia la Patria, 30.
–Textos principales, 30.
Julio Alonso Ampuero 59

6. Ungidos de Yahveh: David y la


monarquía. –Datos históricos, 31. –
Infidelidad del pueblo y fidelidad de
Dios, 32. –Yahveh Rey y su Ungido,
32. –David, el Rey, 33. –Jesús, hijo de
David, 34. –Textos principales, 35.
7. La boca de Yahveh: los profe-
tas. –Los profetas en su tiempo, 35. –
Identidad y misión del profeta, 38. –
Profetismo cristiano, 39. –Textos prin-
cipales, 40.
8. La prueba del exilio. –Los he-
chos, 40. –Su significado religioso, 41.
–La experiencia del exilio y nosotros,
44. –Textos principales, 45.
9. El Israel espiritual. –Datos his-
tóricos, 45. –Templo, sacerdocio y Ley,
46. –Fidelidad a la ley hasta el martirio,
47. –Los sabios de Israel, 48. –Los
pobres de Yahveh, 50. –Textos princi-
pales, 51.
10. La plenitud de los tiempos. –
Contexto histórico, 52. –Evangelio de
Jesucristo, hijo de Dios, 54. –Hijos en
el Hijo, 55. –La Iglesia, Cuerpo de Cris-
to, 56. –Hasta que el Señor vuelva, 57.
–Textos principales, 59.
Conclusión. –El Señor es mi pastor,
60.
Indice, 61.

También podría gustarte