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so que culminará en la creación del hom- dor se complace en la obra de sus ma-
bre, mientras que el segundo relato se nos. A los ojos del Creador –y por tan-
centra en la creación del hombre y con- to realmente– todo lo creado es bue-
tinúa con la narración del pecado. no. Ello también se refleja en el orden y
a) El primer relato (Gen. 1, 1-24a). armonía del universo: separación de luz
Este texto, perteneciente a la tradición y tinieblas, ornamentación de la bóve-
sacerdotal, fue redactado probablemen- da celeste, etc. Dios ha hecho todo con
te en el siglo VI antes de Cristo y con sabiduría: las plantas están dotadas de
gran sobriedad presenta el hecho de la semilla, los animales de fecundidad...
Creación dentro del esquema litúrgico –Dentro del conjunto de la creación
de la semana. Subrayamos algunos de- el hombre ocupa un lugar destacado:
talles recogiendo el mensaje religioso la creación del hombre y de la mujer
contenido en ellos: viene en último lugar, como culminan-
–En primer lugar se afirma que Dios do toda la obra creadora; al ser huma-
ha creado todo lo que existe. El relato no se le encomienda someter y domi-
lo dice con un estilo y un lenguaje típi- nar la creación porque toda ella está a
camente semitas: por un lado ya la ex- su servicio; si todo lo creado es bue-
presión «los cielos y la tierra» es no, Dios se complace en el ser humano
indicadora de totalidad; pero además como «muy bueno»; creado como fru-
el autor sagrado siente la necesidad to de una «deliberación» de Dios, de
un designio suyo, el hombre y la mujer
–como haríamos con un niño- de enu- son ante todo «imagen y semejanza»
merar todas las criaturas, todos los se- de Dios: a diferencia de las demás cria-
res que pueblan el universo creado: pe- turas, inanimadas, el hombre, como ser
ces, aves, fieras salvajes...; Dios ha crea- personal puede entrar en relación y en
do todas y cada una de las especies; diálogo con su Creador. Contemplan-
nada queda fuera de su influjo creador. do la inmensa dignidad concedida al
–Queda fuertemente subrayada la hombre el Salmo 8 exclamará: «¿Qué
omnipotencia de Dios que crea con su es el hombre para que te acuerdes de
sola palabra; es lo que indica el estri- él?... lo hiciste poco inferior a los án-
billo que se va repitiendo: «Dijo Dios geles, lo coronaste de gloria y digni-
... y así fue» Es una palabra eficaz, om- dad, le diste el mando sobre las obras
nipotente, creadora. Dios no crea con de tus manos, todo lo sometiste bajo
esfuerzo; basta su sola palabra para que sus pies...»
todo venga a la existencia. Como co- –Finalmente, queda resaltada la gran-
mentará el Salmo 33: «El lo dijo y exis- deza y soberanía de Dios. Es único,
tió, él lo mandó y surgió» (v. 49). anterior y superior a todo lo creado,
–También se subraya la bondad y trascendente. A diferencia de los dio-
hermosura de todo lo creado, como ses babilónicos, que se desprendían del
apunta otro estribillo que se va repitien- caos, Dios es preexistente; a diferencia
do: «vio Dios que era bueno». El Crea- de los asirios, que divinizaban al sol, la
6 Historia de la Salvación
luna y las estrellas, el relato bíblico los El hombre es hecho de barro, de pol-
presenta como criaturas de Dios. vo del suelo, lo que subraya su condi-
Todo el relato de la creación es como ción corporal, material, su condición ca-
un poema litúrgico. Todo el universo duca y mortal; pero a la vez Dios «insu-
creado es como un inmenso templo fló en sus narices aliento de vida»: con
para la gloria del Creador, el Dios tres ello nos da a entender que, si Dios le
veces santo. A imitación de Dios el infunde su propio aliento, en el hombre
hombre deberá trabajar seis días y des- hay algo «divino»; eso explica que el
cansar el séptimo: todo su trabajo está hombre esté hecho para Dios, que tien-
orientado al sábado, es decir, a la glori- da a Dios, y que viva en relación de
ficación de Dios. total dependencia respecto de Él.
b) El segundo relato (2, 4b-25). Este Finalmente, este relato se centra en la
texto pertenece a la tradición yahvista creación del hombre y de la mujer. Ya
y fue redactado probablemente el siglo en el primer relato aparecía cómo Dios
X ó IX a. de C. les constituye varón y hembra, los ben-
dice con el don de la fecundidad y les
Si en el relato anterior se subrayaba da el mandato de transmitir la vida. He
la trascendencia de Dios, que creaba aquí algunas enseñanzas de estos
con su sola palabra, aquí se subraya versículos al respecto:
su cercanía y su intervención directa:
el Creador aparece bajo la imagen del –Los dos sexos provienen de Dios,
alfarero; lo mismo que este va mode- que modela el barro para formar al hom-
lando sus vasijas, con delicadeza, sin bre y «trabaja» la costilla para formar
prisas, una por una, Dios forma a cada la mujer; también esta es fruto de una
uno de los hombres con una interven- intervención directa y personal del Crea-
ción única y especial (cf. Jer 18,2-6; Is dor.
6,4-7). En esta narración destaca el he- –Igualdad entre hombre y mujer (va-
cho de que el ser humano es colocado rón-varona; hombre-hembra): los dos
en el paraíso; un auténtico oasis en están hechos de la misma «materia».
medio del desierto, con abundantes ríos («hueso de mis huesos y carne de mi
y árboles hermosos; ahí el hombre es carne»).
colocado como jardinero, para que lo –Llamados a ser una sola carne: el
cultive y lo guarde. Esta situación grito de júbilo de Adán indica que por
paradisíaca subraya la armonía profun- fin ha encontrado una ayuda adecuada,
da en que vive el hombre; armonía con esponsal; la palabra «carne» indica en
Dios, que le cuida y con el que está en la Biblia la persona entera bajo el as-
relación amistosa; armonía consigo mis- pecto corporal; y «ser una sola carne»
mo, lleno de inocencia, de felicidad y significa ser una sola persona, un solo
de paz; armonía con su mujer, sin ver- ser, e incluye la unión de mente y cora-
güenza de ningún tipo; armonía con la zón, de voluntades y sentimientos en
creación que le sirve y le proporciona un proyecto de vida común; la unión
alimento...
Julio Alonso Ampuero 7
de los cuerpos tiene sentido y valor volvería» (Job 34, 14-15). La interven-
como signo y expresión de esta unión ción primera y fundamental de Dios que
más profunda e interior. Marido y mu- es la creación es continua y permanente.
jer están ordenados el uno al otro y la Y la Biblia nos apunta cómo vivir –
expresión «una sola carne» incluye im- también de manera perma-nente– el don
plícitamente la unidad e indisolubilidad de la creación.
del matrimonio: una unión tan íntima y a) Dependencia radical del Creador:
estrecha es impensable que se pueda todo lo que somos y tenemos, lo reci-
romper –sería como desgarrar la pro- bimos continuamente de Dios; por no-
pia carne– o que pueda ser compartida sotros mismos no somos nada; todo
por un tercero. es recibido como don gratuito. Esta de-
–Bondad del cuerpo y de la sexuali- pendencia total del Creador nos colo-
dad: la expresión «estaban desnudos ca en radical humildad como criaturas
... pero no se avergonzaban» (v.25) frágiles e inconsistentes que somos:
apunta a un estado de inocencia en que «¿Qué tienes que no hayas recibido? Y
sin malicia y con mirada limpia nada si lo has recibido ¿de qué te glorías
entorpece la relación entre las perso- como si no lo hubieras recibido?»
nas tal como Dios las ha creado; será (1Cor 4, 7). El hombre no puede reali-
el desorden del pecado el que introduz- zarse como hombre rechazando esta
ca la malicia en toda esta realidad (cf. dependencia del Creador que le cons-
Gen 3). tituye como persona; sin Dios el hom-
bre desaparece, se destruye. Por lo mis-
3.- Vivir el don de la creación mo tampoco el ser humano puede re-
A veces puede dar la impresión de clamar nada a Dios como si le fuera
que la creación es algo que se pierde debido: «Oh hombre, ¿quién eres tú
en la noche de los tiempos. Sin para pedir cuentas a Dios? ¿Acaso dice
embargo, este acontecimiento es en el vaso al alfarero: por qué me has he-
realidad algo actual: no solo porque el cho así?» (Rom 9, 20). Por el contra-
universo y los hombres –nosotros rio, la actitud propia del hombre ante
mismos– perma-necen delante de Dios es recibir de Él y vivir en la grati-
nuestros ojos, sino porque Dios tud permanente por todo lo que recibe
continúa creando, es decir, haciendo de su Creador (Sal 50, 7-15.23).
que surjan seres nuevos y manteniendo b) También la Biblia repite que Dios
en la existencia lo que ya existe. Se trata cuida de sus criaturas: «el Señor es
de una creación continua. Dios no dió bueno con todos, es cariñoso con to-
el ser a las cosas y se desentendió de das sus criaturas» (Sal 145, 9; 103,
ellas, sino que continúa 13).Y los profetas recalcan que, si es
permanentemente sostenién-dolas, difícil que una madre se olvide del hijo
porque «si Él retirara a sí su espíritu, si de sus entrañas, es absolutamente
hacia sí recogiera su soplo, a una imposible que Dios se olvide de los
expiraría toda carne, el hombre al polvo suyos (Is 49, 14-15). También en el he-
8 Historia de la Salvación
c) En la creación encontramos la
huella de Dios: lo mismo que pode-
mos conocer algo de un artista por las
obras que realiza, así la creación al que 2. Por un hombre entró
sabe contemplarla con mirada limpia le
está hablando de Dios, pues le remite el pecado en el mundo
al poder, a la sabiduría, a la grandeza
de Dios (Sab 13, 1-9; Rom 1, 20).
d) Finalmente, la creación nos remi-
te a nuevas intervenciones de Dios. La
palabra «crear» sólo se usa en la Biblia Los relatos de la creación nos han
referida a Dios, expresando una acción presentado un universo y un hombre
propia y exclusiva de Él (nunca se dice en perfecta armonía: la felicidad del pa-
que el hombre haya creado algo, pues raíso por un lado y el estribillo repeti-
lo más que hace es transformar lo que do de que Dios vio que todo era bue-
ya existe). Por eso cuando se quiera no nos dejan la impresión de que todo
hablar de que Dios prepara algo ente- era perfecto. Y sin embargo el israelita
ramente nuevo, absolutamente insospe- –lo mismo que nosotros– constataba
chado para el hombre, se dirá que la presencia del mal por todas partes:
Yahveh va a «crear unos cielos nuevos «No hay quien haga el bien, ni uno si-
y una tierra nueva» (Is 65, 17). Y San quiera» (Sal 53, 4). Los siguientes ca-
Pablo para indicar el alcance de la re- pítulos del libro del Génesis tratan de
dención operada por Cristo afirma: «el dar respuesta a estos grandes
que está en Cristo es una nueva crea- interrogantes que todo hombre se plan-
ción» (2Cor 5, 17; cf. Gal 6, 15; Ef 2, tea: ¿de dónde viene el mal?, ¿cuál es la
10). causa del dolor, del pecado, y de la
muerte?
4.- Textos principales
Génesis 1-2 1.- El primer pecado
Salmos 8; 19, 1-7; 103 - 104; 135, 4- El capítulo 3º del Génesis nos narra
7; 136; 148 un drama singular: la primera tentación
y el primer pecado. En el paraíso en
Job 38-42 que Dios ha colocado al primer hom-
Proverbios 8, 22-31 bre y a la primera mujer aparece otro
Eclesiástico 42, 15 - 43, 33 personaje hasta ahora desconocido: el
2 Macabeos 7, 28 tentador, en forma de serpiente.
Julio Alonso Ampuero 9
sa con una fuerza insuperable: «se die- marido a pecar (3,6) contradiciendo la
ron cuenta de que estaban desnudos» misión que Dios le había asignado de
(v. 7); la expresión constituye un con- ser su ayuda (2,18); el hombre, en vez
traste brutal con las halagadoras pro- de asumir su propia culpa, acusa a la
mesas de «ser como dioses», pues su- mujer que Dios le ha dado por compa-
giere que al romper con Dios el hom- ñera; la atracción entre los sexos, entre
bre y su mujer experimentan con toda hombre y mujer, que Dios mismo ha-
crudeza su situación de pobres criatu- bía puesto, se transforma ahora en des-
ras, indefensas e inseguras, en total pre- ordenada apetencia y ansiedad y en
cariedad y faltos de protección. Es la dominio (3,16).
hora de la verdad en que las mentiras y –Se produce también una ruptura con
engaños del tentador salen a la luz y se la naturaleza. Si el trabajo formaba
manifiestan las trágicas consecuencias parte de la condición del hombre
de muerte que llevaban encerradas. Se (2,15), ahora la creación entera se le
expresa así de manera sugerente la vuelve hostil (3, 17-19); el desorden in-
amargura, la decepción y frustración troducido en el corazón del hombre
que conlleva todo pecado. Como dirá hace que en lugar de «dominar» la na-
San Pablo «el salario del pecado es la turaleza (1,28), de «labrarla y cuidarla»
muerte» (Rom 6, 23). (2,15), la esclavice, la frustre, la some-
–La primera consecuencia del peca- ta a la vanidad (Rom 8,20). El don y la
do es la pérdida de la amistad con bendición de la fecundidad se convier-
Dios, ya apuntada en el ocultarse de Él ten para la mujer en pesada carga (3,16).
(3,8) y en el tener miedo (3,10) y ex- Y si la muerte es una condición natural
presada simbólicamente por la expul- del hombre como ser caduco que ha
sión del paraíso (3, 23-24), que indica sido formado del polvo del suelo (2,7),
el alejamiento de la presencia de Dios y el pecado hace que la muerte se vuelva
de la comunión de vida con Él, la pér- insoportable al experimentar con fuer-
dida de la familiaridad con Él. za la frustración de su tendencia a «vi-
–En contraste con la armonía e inte- vir para siempre» (3,22), al saberse
gridad en que vivían (2,25), ahora ex- condenado a «volver al polvo» (3,19).
perimentan el desorden interior, intro- En definitiva, el sufrimiento en todas
ducido por el pecado en el corazón del sus formas pasa a formar parte de la
hombre y delatado por la conciencia condición humana.
llena de vergüenza (3,7); es el desper-
tar de la concupiscencia -tan bien ex- 2.- Un mundo
presada por San Pablo: Rom 7, 14-24- inundado por el pecado
que esclaviza al hombre. Las palabras de San Pablo en Rom
–Se rompe la armonía entre el hom- 5,12 («por un hombre entró el pecado
bre y su mujer. El maravilloso proyec- en el mundo y por el pecado la muerte
to de Dios de ser «una sola carne» es y así la muerte alcanzó a todos los
echado al traste: la mujer induce a su hombres por cuanto todos pecaron»)
Julio Alonso Ampuero 11
parecen tener delante de los ojos lo na- En este contexto, el relato del dilu-
rrado en el Génesis. El primer pecado vio (6,5-9,17) aparece como el juicio
ha sido como una puerta abierta por la de Dios sobre la humanidad pecadora.
que se ha introducido la potencia El autor sagrado constata que «la mal-
maléfica del Pecado –San Pablo lo dad del hombre cundía en la tierra y
personifica– anegando todo y acarrean- todos los pensamientos que ideaba en
do el daño y la destrucción (Sab 2,24). su corazón eran puro mal de continuo»
San Pablo establecerá claramente la (Gn 6,5); que «la tierra estaba corrom-
doctrina de una culpa hereditaria, dada pida en la presencia de Dios; la tierra
la solidaridad de todos en Adán. Pero se llenó de violencias. Dios miró a la
ya en el Génesis aparece apuntado que tierra y he aquí que estaba viciada, por-
el pecado ha trastornado de tal manera que toda carne tenía una conducta vi-
el orden querido por Dios, introducien- ciosa sobre la tierra» (Gn 1,11-12); más
do el desorden en el interior mismo del aún, se trata de un mal que aparece des-
hombre, que la condición humana des- de la niñez (8,21). Las aguas del dilu-
pués del primer pecado lleva las hue- vio que inundarán la tierra simbolizan
llas de una herida irremediable que sólo también este mal que anega todo. Se
tendrá remedio con la venida del Nue- insiste en la universalidad del pecado:
vo Adán (Rom 5, 19). lo que se inició con el primer pecado
En efecto, los capítulos siguientes del ha alcanzado a todos. Y el juicio de Dios
Génesis presentan la perversa influen- sobre la humanidad pecadora contribu-
cia del pecado en la humanidad, como ye a resaltar que el pecado es –directa
una ola gigantesca que sumerge todo y o indirectamente– la causa de todos los
que acabará conduciendo al castigo del males.
diluvio. Finalmente, el episodio de la torre de
El relato de Caín y Abel (Gén 4, 1- Babel (Gn 11,1-9) presenta una huma-
16) nos hace entender que la rebelión nidad desgarrada, explicando el por qué
del hombre contra el Creador conduce de la dispersión en pueblos, naciones
a la rebelión del hombre contra el hom- y lenguas opuestas entre sí. El pecado
bre; 1 Jn 3, 13 comentará que Caín una vez más es el orgullo: la pretensión
mató a su hermano porque «era del Ma- arrogante de construir un mundo, una
ligno»: el que es «homicida desde el sociedad, una civilización sin Dios («
principio» (Jn 8,44) conduce al homi- una ciudad y una torre con la cúspide
cidio y a la rebelión contra Dios a los en los cielos»). Empalmando con el pe-
que se ponen bajo su influjo (Jn 8, 40- cado de los orígenes del que es pro-
41). Al final del capítulo encontramos longación y consecuencia, nos da así
el «Canto de Lámek» (Gn 4, 23-24), la explicación de la ruptura entre los pue-
glorificación de la fuerza bruta y de la blos: la torre idólatra de Babilonia no
venganza desmedida y signo de la fe- puede ser el lugar de reunión de los
rocidad creciente de los descendientes hombres, sino que, siendo signo de su
de Caín. arrogancia ante Dios, tiene que ser ne-
12 Historia de la Salvación
vación del único justo que se encuen- salvación (cfr. también Heb. 11,8-19).
tra en ellas, su sobrino Lot y su familia En definitiva, las actitudes de Abraham
(Gén. 19,29). que la Biblia resalta son perennemente
válidas; más aún, son la condición in-
3.- Abraham y los cristianos dispensable para colaborar con Dios en
Todo lo que hemos visto nos descu- su obra salvadora y para que se realice
bre que está plenamente justificado el eficazmente la historia de la salvación:
calificativo que la liturgia da a Abraham si la historia de acción salvadora de
como «nuestro padre en la fe». El es Dios comienza con la fe y la obedien-
fundamental no solo en la tradición ju- cia de Abraham, un nuevo acto de fe
día, sino también en la cristiana ( e («dichosa tú que has creído porque lo
igualmente para los musulmanes. que te ha dicho el Señor se cumplirá»:
En el N.T. encontramos la afirmación Lc. 1,45) y un nuevo acto de obedien-
de que con la venida de Cristo Dios ha cia («aquí está la esclava del Señor,
visitado y redimido a su pueblo cum- hágase en mí según tu palabra»: Lc.
pliendo así «el juramento que juró a 1,38), los de María, darán inicio a la
nuestro padre Abraham» (Lc. 1,72- etapa decisiva de la salvación de Dios
73.54-55). De hecho, Cristo es llama- en Cristo; y nuevos actos de fe y de
do «hijo de Abraham» (Mt. 1,1) y Él es obediencia –los nuestros– harán posi-
según San Pablo «la descendencia» a ble que la obra de la salvación se ex-
la que la se referían las promesas he- tienda en el tiempo y en el espacio1 .
chas a Abraham (Gal. 3,16); de hecho
Cristo ha sido constituido heredero de 4.- Textos principales
todo (Heb. 1,2). Génesis 12,1-2; 15; 17; 18; 22
Y herederos de esas promesas somos Eclesiástico 44,19-23
también los cristianos, unidos a Cristo Juan 8,52-58
y hechos una sola cosa con Él por el
bautismo (Gál. 3, 26-29). Pero no so- Romanos 4
mos herederos de las promesas de una Gálatas 3
manera mágica o automática, sino que Hebreos 11,8-19
es necesario que imitemos la misma ac-
titud de fe de Abraham: «Tened, pues,
entendido que los que viven de la fe,
1
También encontraremos en el Nuevo
Testamento a Isaac como «figura» de Cris-
esos son los hijos de Abraham» (Gál. to (Heb. 11, 19). Abraham sensibiliza la in-
3,7). Por eso Abraham es presentado finita generosidad de Dios Padre que «no
como modelo de fe para el cristiano se reserva a su único Hijo» (Rom. 8,32) e
(Rom. 4,18-25): una fe que acepta la Isaac tipifica la entrega y disponibilidad de
palabra de Dios, que se somete a Dios, Cristo al sacrificio; a diferencia de Isaac,
que a-cepta los planes de Dios aunque Jesús sí llega a la muerte, pero al igual que
sean misteriosos y desconcertantes y Isaac es recobrado vivo.
de ese modo acoge a Dios mismo y su
18 Historia de la Salvación
la parte esencial del Éxodo, la base de opresión, que se hace cada vez más
estas narraciones, son los hechos con- aguda e insoportable (c. 1), el autor sa-
cretos y reales; si negamos la realidad grado dice: «Oyó Dios sus gemidos y
histórica de estos hechos resulta incom- se acordó Dios de su alianza con
prensible la historia posterior de Israel. Abraham, Isaac y Jacob y miró Dios a
Las narraciones del Éxodo mantienen los hijos de Israel y conoció...» (Éx.
una fidelidad sustancial a los aconteci- 2,23-25). Dios se hace cargo de la si-
mientos realmente ocurridos. tuación y se dispone a tomar cartas en
Ahora bien, sobre la base de este nú- el asunto; porque Dios oye, se acuer-
cleo histórico, al autor sagrado lo que da, mira y conoce, la historia de la sal-
le interesa es extraer el mensaje religio- vación se pone en marcha de nuevo;
so que esos acontecimientos encierran Dios tiene un plan que va a comenzar a
en cuanto intervención de Yahveh. Por ejecutarse.
eso, con un tono épico, de epopeya En realidad, ese plan ya está en mar-
religiosa, subraya y acentúa lo grandio- cha. Pues antes de los versículos cita-
so de las acciones de Dios. Para recal- dos se nos ha narrado cómo Dios ha
car más la intervención de Dios el au- suscitado al que va a ser instrumento
tor sagrado omite muchas veces los de su acción liberadora, Moisés (c.2).
medios o causas segundas de que se En los capítulos siguientes asistimos a
ha servido. Por ejemplo, algunas pla- la «educación» de Moisés por parte de
gas (ranas, mosquitos, langostas...) son Dios para que llegue a ser instrumento
relativamente normales y frecuentes en dócil de sus planes; desde el c. 3, en
Egipto; no obstante, estos azotes de- que Dios le llama y le revela sus desig-
bieron producirse en un grado nunca nios de salvación, vamos siendo testi-
visto, de manera que manifestaban pa- gos de la transformación de Moisés
tentemente «la mano de Yahveh». Por como enviado de Dios.
lo demás, no se debe excluir que hayan El plan de Dios incluye dificultades y
existido intervenciones prodigiosas y obstáculos, algunos de los cuales pa-
maravillosas en sentido estricto. recen insalvables. Parecería que al in-
tervenir Dios todo debe funcionar con
2.- La liberación de la esclavitud absoluta facilidad. Sin embargo, no es
Los primeros 15 capítulos del Éxo- así: el Faraón se opone a los planes de
do nos refieren la liberación del pueblo Moisés, los mismos israelitas no le ha-
de Israel; una liberación en que Dios cen caso, la situación se complica cada
tiene la iniciativa de principio a fin; una vez más... A través de todas estas difi-
liberación en la que Él es el verdadero cultades, humanamente insuperables,
protagonista; una liberación que servi- Moisés va aprendiendo –y nosotros
rá de paradigma o punto de referencia con él– que sólo Dios puede salvar; la
para todas las etapas siguientes de la iniciativa y las argucias humanas fraca-
historia de salvación. san y experimentan su propia impoten-
Después de descubrir la situación de cia; en cambio, el plan del Señor se abre
20 Historia de la Salvación
paso y avanza, aunque sea por cami- Yahveh (Éx. 14,31) no le queda más
nos desconcertantes. que admirarse y creer (Éx. 14,31) y can-
De hecho, este es el significado de la tar exultantes las hazañas del Señor que
historia de las plagas (c. 7-11). El autor de manera tan patente ha experimenta-
sagrado nos había recordado que las do (Éx. 15,1-21).
dificultades a Dios no le resultaban im-
previstas: «Ya sé yo que el rey de Egipto 3.- El don de la alianza
no os dejará ir ...» (Éx. 3,19). Más aún, La liberación de la esclavitud, con ser
nos indicaba que esas dificultades eran importante, no es todo. Gracias a ella
ocasión para que manifestase más pal- desaparece la opresión; las tribus, que
mariamente su gloria (Éx. 7,3-5). Aho- antes estaban dispersas, ahora consti-
ra, mediante las plagas, Dios comienza tuyen un solo pueblo; la acción
a dar signos de que está vivo, de que liberadora de Dios les ha aglutinado
está presente, de que es poderoso... El entre sí y les ha hecho experimentar que
que recapacite descubrirá que en ellas son un solo pueblo. Pero la libertad re-
está presente «el dedo de Dios» (Éx. cuperada no es un fin en sí misma; si
8,15), que Dios está interviniendo; el Dios los ha liberado, es en función de
que no quiera reconocer la mano de algo más: para que entren en alianza, en
Dios y se obstine, tendrá que recono- comunión de vida con el Dios que los
cer esa intervención de Dios a la fuer- ha liberado, para que sirvan a Yahveh
za, pues se impone por su propio peso, (Éx.7,16).
pero ya será demasiado tarde (c.14). El pueblo de Israel tenía experiencia
Antes de salir de Egipto, el pueblo de alianzas entre individuos, entre clanes
celebra la fiesta de la Pascua (c. 12- y entre pueblos (ver, por ejemplo, la
13). Pascua significa «paso»: Dios ha alianza entre Israel y los gabaonitas en
pasado salvando a su pueblo, y el pue- Jos. 9,3-21). Hasta nosotros han llega-
blo celebra festivamente, de manera do diversos formularios de alianza en-
litúrgica ese paso del Señor. A partir de tre dos reyes en iguales condiciones o
ahora, la fiesta de la pascua será «me- entre un rey vencedor y un vasallo. Es-
morial», re-cuerdo eficaz de ese paso tas alianzas eran pacto o contrato de
salvador de Yahveh. mutua pertenencia, que unía con un vín-
Finalmente, a punto de salir de Egip- culo sagrado a ambas partes, deparán-
to aparece la dificultad mayor: parece doles derechos y deberes. Además,
que todo está definitivamente perdido Dios ya había establecido su alianza
(Éx. 14,5-12). Sin embargo, esta difi- con Noé (Gén. 9, 8-17) y con Abraham
cultad suprema va a ser la ocasión de (Gén. 15; 17).
la mayor intervención de Dios que se Ante todo, la alianza de Dios con su
va a cubrir de gloria (Éx. 14,4) Al pue- pueblo no arranca de ninguna necesi-
blo de Israel, que ha visto a los egip- dad u obligación; si Yahveh entra en
cios muertos a orillas del mar (Éx. 14,30) alianza es por una iniciativa absoluta-
y sobre todo ha visto la mano fuerte de mente libre y gratuita. Como recalcará
Julio Alonso Ampuero 21
el libro del Deuteronomio (7,7-8): «No todo en las dificultades, Israel apele a
porque seáis el más numeroso de to- este compromiso que Yahveh ha adqui-
dos los pueblos se ha prendado Yahveh rido: «Recuerda tu alianza» (Sal. 74,20).
de vosotros y os ha elegido, pues sois El pueblo, por su parte, debe obede-
el menos numeroso de todos los pue- cer a la ley recibida de Yahveh para ser
blos; sino por el amor que os tiene y fiel a esta alianza. Israel no está pasiva-
por guardar el juramento hecho a vues- mente en la alianza; aunque la iniciativa
tros padres...» sea de Dios, el pueblo debe adherirse a
El relato de la alianza (Éx. 19-24), que ella plenamente y esta adhesión debe
es sellada en el monte Sinaí, resalta esto expresarse de manera real y concreta
mismo. A la propuesta de Yahveh a tra- en el cumplimiento de la voluntad de
vés de Moisés (Éx. 19,3-6) el pueblo Yahveh: no sólo el Decálogo (Éx. 20,1-
no hace más que asentir (Éx. 19,7-8): 17), sino el Código de la Alianza (20,22-
«Haremos todo cuanto ha dicho 23,33) que aplica el decálogo a todas
Yahveh». Más aún, Dios mismo es las circunstancias de la vida cotidiana.
quien va imponiendo las condiciones, Cumpliendo la ley dada por Yahveh, el
en primer lugar el ser purificados para pueblo ratifica cada día y cada instante
entrar dignamente en alianza (Éx. 19,10- la alianza. Esta, en efecto, ha de ser vi-
15). vida y mantenida cada día, como da a
Purificado el pueblo, Dios se mani- entender la condicional de Éx. 19,5: «Si
fiesta en una impresionante teofanía de veras escucháis mi voz y guardáis
(Éx. 19,16-24). En ella el Dios invisible mi alianza...»; siendo algo vivo y diná-
muestra su grandeza y su sublime ma- mico, la alianza ha de ser renovada en
jestad. La prohibición de acercarse a cierto modo continuamente; tomándo-
Él subraya su trascendencia y santidad, la por algo estático e inamovible, el pue-
el hecho de que Dios no puede ser apre- blo de Israel olvidó esta relación viva y
sado por el hombre. personal con Yahveh y la alianza aca-
bó fracasando; no ciertamente porque
Gracias a la alianza Israel se convier- Dios fuera infiel, sino porque Israel rom-
te en «propiedad personal de Yahveh» pió reiteradamente la alianza al desobe-
(Éx. 19,5), en nación consagrada a Él decer la voluntad de Dios...
(Éx. 19,6) en pueblo suyo (Lev. 26,12).
Yahveh, por su parte, queda «aliado», Finalmente, la alianza es positivamente
comprometido con Israel como «su sellada (Éx. 24). Después de que Dios
Dios» (Lev. 26,12); ha entrado libre- manifiesta su voluntad a través de Moi-
mente en alianza, por iniciativa suya; sés y el pueblo la acepta (Éx. 24,3), se
pero una vez sellada la alianza Dios que- erigen estelas como recuerdo memo-
da realmente comprometido. Yahveh se rial del pacto (Éx. 24,4). Luego viene el
compromete a estar siempre cercano a rito de la sangre. Puesto que la sangre
su pueblo, a protegerle, a liberarle de era para ellos la vida, el principio vital
los enemigos, a darle una tierra... De (Dt. 12,23; Lev. 17,14) rociar con san-
ahí que a lo largo de su historia, sobre gre el altar –que representa a Dios– y el
22 Historia de la Salvación
único que parece claro es que estas tri- tado con los israelitas. Josué obtuvo
bus –aglu-tinadas por la experiencia del una serie de victorias en el sur y luego
Éxodo y de la alianza– intentan pene- se dirigió hacia el norte para derrotar a
trar en Canaán por el Sur, pero son re- los aliados del rey de Jasor. Los israeli-
chazadas; en consecuencia, se ven obli- tas lograron establecerse en el territo-
gadas a permanecer bastante tiempo en rio conquistado, repartiéndolo entre las
el oasis de Cadés y a proseguir su pe- diversas tribus. A pesar de todo, los
regrinación por el desierto dando di- filisteos permanecieron en sus ciuda-
versos rodeos; finalmente entran en la des de la llanura costera y los cananeos
Tierra prometida por el este a través del seguían controlando muchas ciudades
Jordán, frente a Jericó. del interior. El libro de los Jueces es
El momento histórico para la conquis- testigo de los frecuentes combates con
ta de Canaán (hacia el 1250-1200 a. C.) estos vecinos incómodos y con los
era inmejorable, pues los grandes im- otros pueblos de alrededor (Moab,
perios estaban en plena decadencia: Amón, Madián...)
Egipto, después del esplendor del los
Ramsés, había iniciado el letargo y 2.- La experiencia del desierto
Asiria aún no había levantado cabeza. Nada más vivir el acontecimiento de
Los habitantes de Canaán se encontra- la liberación, el pueblo de Israel tienta a
ban establecidos en ciudades-estado in- Dios quejándose de Él y protestando
dependientes entre sí, incapaces de ha- contra Él (Éx. 16,3;17,2-3). Los mis-
cer causa común y de defenderse ante mos que habían aclamado a Yahveh y
el empuje de las tribus nómadas que exultado con su victoria (Éx. 15) ahora
penetraban con entusiasmo y decisión. desconfían de Él, se rebelan contra sus
Abundantes testimonios arqueológi- planes.
cos confirman que en la 2ª mitad del s. Ciertamente el camino por el desierto
XIII a.C. hubo una invasión violenta por es incómodo y difícil, pues se carece
el este de Palestina. Pero a pesar de la de todo; en medio de ese inmenso
guerra santa que practicaban, los israe- sequedal el pueblo se encuentra sin ayu-
litas no exterminaron ni mucho menos da alguna, sin seguridad de ningún tipo.
toda la población cananea; aun destru- Pero precisamente entonces es cuando
yendo varias ciudades fortificadas, gran debían confiar plenamente en el auxilio
parte de los habitante de Canaán fue- de su Dios, que les había dado prue-
ron asimilados por Israel (cfr. el pacto bas de su poder y de su protección. El
de Jos. 24). desierto era una ocasión preciosa para
Según atestigua el libro de Josué, la experimentar la maravillosa providen-
conquista no fue fácil ni rápida. Des- cia de Dios: «en el desierto...has visto
pués de tomar las ciudades de Jericó y que Yahveh tu Dios te llevaba como un
Ay los cananeos se atemorizaron; los hombre lleva a su hijo, a todo lo largo
habitantes de Gabaón buscaron inme- del camino que habéis recorrido hasta
diatamente la paz, consiguiendo un tra- llegar a este lugar» (Dt. 1,31); Sin em-
Julio Alonso Ampuero 25
bargo, «ni aun así confiasteis en Yahveh Comentando este pecado de Israel el
vuestro Dios, que era el que os prece- Salmo 106 lo explicitará así: «no com-
día en el camino y os buscaba lugar prendieron tus prodigios, no se acor-
donde acampar, con el fuego durante daron de tu inmenso amor, se rebela-
la noche para alumbrar el camino que ron contra el Altísimo..., se olvidaron
debíais seguir, y con la nube durante el de sus obras, no tuvieron en cuenta su
día» (Dt. 1,32-33). consejo..., a Dios tentaban..., olvida-
Después de la experiencia gozosa de ban a Dios que les salvaba, al autor de
la liberación, en que Israel ha palpado cosas grandes en Egipto..., en su pala-
la mano de Dios que intervenía en su bra no tuvieron fe, murmuraron..., no
favor, las dificultades del desierto son escucharon la voz de Yahveh..., le irri-
una llamada a vivir de la de, es decir, a taron con su obras.»
fiarse de ese Dios que les ha dado prue- Y después de la alianza continuará la
bas de su amor y de su poder, a con- misma obstinación e indocilidad, como
fiar en que Yahveh que ha intervenido testimonia el episodio del becerro de
en su favor seguirá interviniendo. En oro (Éx. 32): en lugar de fiarse ciega-
este sentido el desierto es lugar de prue- mente de un Dios al que no ven, prefie-
ba, ocasión de fiarse de Yahveh cuan- ren hacerse un ídolo visible; intentan
do no se le ve, cuando aparecen las controlar y manipular a Dios en vez de
dificultades y se está al límite de las someterse a Él y dejarse conducir por
fuerzas (Dt. 8,2-6). En el desierto Is- Él a través de los misteriosos caminos
rael es llamado a vivir en toda su pro- de la fe. Las tablas de la ley rotas por
fundidad la aventura de la fe. Moisés al pie de la montaña son el sig-
De hecho, el pecado de Israel en el no de una alianza que ha fracasado por
desierto es la falta de fe («en su pala- el pecado y la incredulidad de Israel.
bra no tuvieron fe»: Sal. 106,24): se que- Debido al pecado de Israel el desier-
jan de las dificultades del camino (Éx. to toma en la tradición bíblica también
15,23-24) que Yahveh permite; deses- el sentido de castigo; toda la genera-
peran de la ayuda de su Dios en el de- ción pecadora perecerá en el desierto
sierto (Éx. 16,3), le tientan (Éx. 17,2), (Núm. 14,26-35). Y el mismo Moisés
dudan de Él (Éx. 17,4); se quedan en sólo verá la tierra prometida de lejos
los hombres («vosotros nos habéis traí- momentos antes de su muerte (Dt. 1,37;
do a este desierto»: Éx. 16,3; 17,3), 3,23-28;34). El sufrimiento del desierto
cuando en realidad sólo son instrumen- acaba sirviendo de expiación por el pe-
tos de Dios (Éx. 16,8). Más aún, llega- cado y purificación del mismo. Por eso,
rán a pensar que Dios los ha sacado de cada vez que a lo largo de su historia
Egipto «por odio», para entregarlos en Israel vuelva a pecar y a apartarse de
manos de los amorreos y destruirlos Yahveh deberá ser conducido de nue-
(Dt. 1,27), cuando en realidad toda la vo al desierto (Os. 2,16) para ser puri-
intervención de Yahveh en su favor está ficado y poder así entrar de nuevo en
motivada por el amor (Dt. 4,37; 7,8). la intimidad de su Dios.
26 Historia de la Salvación
Por eso se entienden las resistencias 28, 2.9); a diferencia de lo que ocurría
a tener un rey humano. Cuando al ver en otros pueblos vecinos en que el rey
las campañas realizadas en favor del era divinizado –el ejemplo más claro es
pueblo, los israelitas quieren proclamar Egipto–, la religión de Israel con su fe
rey a Gedeón, este responde: «No seré en Yahveh, Dios personal, único y tras-
yo el que reine sobre vosotros, ni mi cendente, hacía imposible toda divini-
hijo; Yahveh será vuestro rey» (Jue. zación del rey. El rey era representante
8,23). Y cuando a Samuel anciano le personal de Yahveh: nada menos, pero
piden un rey para ser como los demás nada más. La unción engrandecía al rey,
pueblos, Dios mismo le dice: «no te pero a la vez le relativizaba, siendo
han rechazado a ti, me han rechazado a Yahveh el único Rey. Cuando un rey
mí, para que no reine sobre ellos» humano pretenda usurpar el lugar de
(1Sam. 8,7). Dios y deje de respetar los derechos
Sin embargo, al mismo tiempo el pro- de Dios será duramente juzgado, pues
pio Samuel acaba entendiendo que las aunque es persona sagrada no es into-
circunstancias históricas piden una nue- cable: según su fidelidad a la alianza,
va organización del pueblo y que en ellas los profetas se encargarán de realizar
se manifiesta la voluntad de Yahveh. ese juicio.
Unge rey a Saúl, a quien Yahveh mis-
mo ha elegido (1Sam. 9), quedando 4.- David, el Rey
como persona consagrada, instrumento Después del fracaso y la decepción
y representante personal del Señor. Y del reinado de Saúl, David encarnará el
después de él, David y los demás re- ideal de la monarquía, conciliando el
yes de Israel serán también ungidos y aspecto profano con el religioso y su
constituidos lugartenientes de Yahveh. condición de jefe político con la de
Los reyes de Israel tendrán no sólo el ungido de Yahveh.
poder militar y el gobierno, sino tam- En él resalta en primer lugar la elec-
bién el judicial (la primera cualidad de ción gratuita y libre por parte de Dios.
un rey es ser justo: Sal. 72,1-2; Prov. David es un muchacho que pastorea el
16,12) e incluso será responsable del rebaño de su padre; es el más pequeño
culto (2Sam. 24,25) y llegará a realizar de los hijos de Jesé. Y sin embargo es
actos sacerdotales (2Re. 16,12-15). el elegido por Yahveh como rey de su
Entre estos dos aspectos no hay en pueblo. Dios no elige al más fuerte, al
realidad contradicción. Si por un lado que se encuentra humanamente más pre-
el rey es representante personal de Yah- parado, sino lo más débil, para mani-
veh, hasta el punto de ser adoptado por festar su poder en la debilidad (cfr.
Él como hijo (Sal. 2,7); 110,3) y de que 1Cor. 1,26-31; 2Cor. 12,8-10):»la mi-
su persona encarna el bien de sus súb- rada de Dios no es como la mirada del
ditos y de que la prosperidad del país hombre, pues el hombre mira las apa-
depende de él (Sal.72), por otro lado riencias, pero Yahveh mira el corazón».
tampoco es un dios (cfr. 2Re. 5-7; Ez. (1Sam. 16,7).
Julio Alonso Ampuero 31
Yahveh a través del que Dios mismo 1 Samuel 1-2; 16-17; 24; 26
actuará con todo su poder realizando 2 Samuel 1-2; 5-7; 11-12; 15-19; 24
su plan de salvación en favor de su pue- 1 Crónicas 22
blo, salvándole no ya de los enemigos Salmos 2; 18; 45; 69; 72; 110
políticos, sino del pecado y de todas Isaías 7-11
sus consecuencias.
Ezequiel 17; 34
Esta expectativa, que se fue intensifi-
cando con el paso de los siglos, se ha
cumplido en Jesús. Él es el hijo de Da-
vid (Mt. 1,1.20; Lc. 1, 27.32) y como
tal es reconocido por el pueblo senci-
llo (Mt. 2,1-6; 21,9); sin embargo, a la 7. La boca de Yahveh:
vez que hijo, es Señor de David (Mc. los profetas
12,35-37). Él es el Ungido (= Mesías =
Cristo), sobre el que reposa en pleni-
tud el Espíritu de Dios (Mc. 1,10; Lc.
4,18) hasta el punto de poder bautizar
a todos con Espíritu Santo (Mc. 1,8). A lo largo de la historia de la salva-
Él es plenamente Rey, aunque cierta- ción los profetas han desempeñado un
mente su reino no es de este mundo papel fundamental. En la Antigua alian-
(Jn. 18,33-37); no se realiza por el do- za ellos son un punto de referencia de-
minio despótico y tiránico sobre los cisivo para el pueblo de Dios en las épo-
demás, sino mediante el servicio y el cas más difíciles de su historia; se si-
don sacrificado de la propia vida (Mc. túan entre el siglo VIII y el siglo II a.C.,
10, 41-45). Si Jesús rechaza el título de aunque las figuras más representativas
Rey, de Mesías, de hijo de David, du- viven entre el siglo VIII y el siglo V.
rante su vida en condición terrena es Ellos son los portavoces de Yahveh en
por las implicaciones político-naciona- medio de las circunstancias en que les
listas que suponía. En cambio, después toca vivir, iluminando, denunciando,
de su muerte, resurrección y ascensión suscitando esperanza... Tienen concien-
Jesús es entronizado y exaltado por cia de que su mensaje no proviene de
Dios a su derecha como Rey (Hech. sí mismos, sino de que ellos son sim-
2,22-36; Fil. 2,6-11); ahora puede ser ple y escuetamente «la boca de
proclamado abiertamente Rey, aunque Yahveh», el instrumento a través del
su reino sólo alcanzará su consumación cual el Dios de la alianza no deja de
plena al final de los tiempos cuando hablar a su pueblo.
Dios sea todo en todos y reine ponien-
do a todos sus enemigos bajo sus pies 1.- Los profetas en su tiempo
(1Cor. 15, 23ss; Col. 3,1; Ap. 22,4-5.16) Es imposible entender a los profetas
6.- Textos principales fuera de su contexto histórico. Aunque
su mensaje tenga valor universal por ser
Jueces 1-2: 6-8
Julio Alonso Ampuero 33
una de las páginas más bellas de la Bi- y concretas y su amor hacia los humil-
blia) y bajo la imagen del amor paternal des y pequeños recuerdan mucho el
y maternal (Os. 11,1-4). Al final, por estilo de Amós, hijo también de labra-
encima de todas las infidelidades del pue- dores judíos. Junto a la predicción de
blo y de todos los castigos de su Dios – la ruina de Samaría y del castigo que
signo también de su misericordia– triun- amenaza a Judá, Miqueas centra la es-
fará el perdón, porque «soy Dios y no peranza de restauración en el Mesías
hombre» (dice Yahveh por el profeta: Os. que será descendiente de David (Mi.5,1-
11, 8-9). 3, que citará Mt.2,6).
Isaías, hombre culto y de familia re- Con la muerte de Jeroboam II se ma-
levante de la casa de Judá ejerce su mi- nifiesta toda la corrupción y deterioro
nisterio en Jerusalén a partir del año 740. del reino del norte, comenzando un pe-
Su predicación arranca de una fuerte ríodo de anarquía en que los reyes se
experiencia de la santidad de Yahveh suceden asesinándose unos a otros
(Is. 6), que reclama también la santidad (2Re.15). Mientras tanto, Asíria ha
de los creyentes, sobre todo en lo refe- resurgido y encuentra una ocasión para
rente a la justicia y a la rectitud interior, intervenir en Israel al ser llamada por el
sin las cuales el culto se reduce a unos rey de Judá, Ajaz, a quien el rey de Is-
cuantos ritos vacíos de sentido (Is. rael y el de Damasco han hecho la gue-
1,10-23). Isaías es además el profeta rra por no aliarse con ellos contra a los
de la fe que exige depositar toda la con- asirios (cfr. Is. 7). Tiglat-Pilesar III rea-
fianza en sólo Dios (Is. 26,2-5;30,15) liza una incursión de castigo (2Re.
rechazando el apoyarse en alianzas po- 15,29) que repetirá años después
líticas que entrañan múltiples contac- Salmanasar V con ocasión de una nue-
tos religiosos que hacen peligrar la pu- va rebelión del rey de Israel, Oseas, y
reza de la fe en Yahveh y que son inúti- culminará Sargón II con el cerco y la
les (Is. 30,1-5; 31,1-3; 8,12-13). Predi- destrucción de la capital, Samaria, y la
ce también el castigo que vendría como deportación del pueblo en el año 721
consecuencia de los pecados de Israel, (2Re.17).
pero también afirma poderosamente la Judá ha podido escapar del desastre
perseverancia y la fidelidad de algunos, gracias a la declaración de vasallaje del
el «resto de Israel» (Is.10,20-23). Fi- rey Ajaz. Pero el precio ha sido caro,
nalmente son célebres sus profecías pues además de pagar un elevado tri-
mesiánicas, especialmente las del «li- buto, que repercute sobre el pueblo,
bro del Emmanuel» (7,10-17; 9,1-6; sobre los pobres, Ajaz se ha visto for-
11,1-9). zado a aceptar la religión del vencedor
Miqueas, contemporáneo de Isaías, y, en consecuencia, a fomentar la ido-
no dejó una colección tan abundante latría (cfr. 2Re.16; Is.2; Miq.5). Su hijo
de textos como este, pero su ministe- Ezequías, orientado por Isaías, trata de
rio dejó una profunda huella en Jerusa- rectificar realizando una amplia refor-
lén (Jer.26,18-19). Sus palabras claras ma religiosa que inevitablemente debía
Julio Alonso Ampuero 35
rencia de los falsos profetas, que ha- cido a prisión (Jer 20,2; 37,15-16); tam-
blan por iniciativa propia (Jer. 23,21) y bién Miqueas será encarcelado (1Re.
por eso sólo dicen falsedades que ex- 22,26-27). La certeza de haber recibi-
travían al pueblo (Jer, 23,32), el profe- do un mensaje del Señor les impide ca-
ta auténtico surge por iniciativa de llarlo o disimularlo. Particularmente sig-
Yahveh. Esta iniciativa irrumpe en la vida nificativa es, conocida por sus propias
del profeta transformando sus planes y «confesiones», la «pasión» de Jere-
sacándole del camino que seguía (Am. mías, el drama por él sufrido a causa
7,14-15), eligiendo al profeta a pesar de su fidelidad a la palabra de Yahveh
de su limitaciones y objeciones (Jer 1,5- (Jer. 15,10-21; 20,7-13).
8; Éx.4,10-12), actuando incluso con Heraldos de Dios, los profetas son
violencia sobre él para que ejecute los luces encendidas en medio de la histo-
planes de Yahveh y transmita su pala- ria. Arrojan en la aparente ambigüedad
bra (Ez. 3,14; 8,3; Am.3,3-9). de los acontecimientos la potente luz
Apoyados en esta iniciativa y llama- de Dios. Con su fe vigorosa en un Dios
da de Dios, los profetas claman de- que actúa en la naturaleza y en la histo-
nunciando el culto hipócrita y forma- ria interpretan los sucesos contempo-
lista, la idolatría, las injusticias socia- ráneos. Inspirados por el Espíritu, sa-
les, el lujo, la corrupción de las cos- can también enseñanzas de los aconte-
tumbres. Defensores de los derechos cimientos de la historia pasada y pro-
de Dios exigen fidelidad a la alianza y yectan la luz de Dios hacia el porvenir.
reclaman la conversión de un pueblo Así, se convierten en guías del pueblo
reiteradamente infiel. Defienden los de- de Dios, aunque a menudo
rechos de los pobres porque la injusti- incomprendidos por sus contemporá-
cia cometida con ellos ofende al mis- neos. Su enseñanza luminosa, el testi-
mo Yahveh. Anuncian el juicio de Dios monio de su fe y su esperanza, su ener-
y amenazan con los castigos divinos, gía indomable frente al pecado en
que en realidad son consecuencia de cualquiera de sus formas... sigue sien-
los propios pecados del pueblo y de do una referencia fundamental también
los cuales, por otra parte, se sirve para nosotros cristianos.
Yahveh para provocar la conversión y
reconducir al pueblo a sí mismo. Son 3.- Profetismo cristiano
portadores de la promesa de salvación En los últimos siglos del judaísmo
y restauración para el pueblo de Dios, desaparecen los profetas; el Salmo 74,9
cuando se abre sinceramente a su Dios. lamenta este hecho (cfr. Lam. 2,9; Sal.
Así van preparando el camino para la 77,9). Sin embargo, los judíos de la
venida del Mesías. época del Nuevo Testamento esperan
La fidelidad al Señor y a la palabra la llegada de un profeta, del gran profe-
recibida de Él les acarreará sufrimien- ta de los últimos tiempos anunciado por
tos incontables. Jeremías será acusa- Moisés (Dt. 18,15-18).
do de conspirar contra el rey y condu- De hecho Juan Bautista fue saludado
Julio Alonso Ampuero 37
vo rey Sedecías, tío de Joaquín, fal- Más aún: todo ello supone una grave
tando a su palabra conspiró contra el prueba para la fe de Israel. Parece que
soberano caldeo; si la primera depor- Dios se ha olvidado de su pueblo (Sal.
tación había intentado impedir una su- 77,8-11), que se ha olvidado de la Pa-
blevación, cuando esta sucede labra dada, de las promesas hechas a
Nabucodonosor actúa más David y a sus descendientes. Parece
drásticamente: se ve obligado a empren- que está airado contra su pueblo (Sal.
der una nueva ofensiva, asediando y to- 79,5; 80,5). Parece que Yahveh es más
mando la ciudad Santa en el año 587; débil que Marduk, el dios de los
la victoria fue seguida de una nueva caldeos, los cuales se burlan cruelmen-
deportación(2Re. 25, 11-12). Y toda- te de los israelitas (Sal. 42,11; 80,7).
vía hay una tercera deportación, en el Parece que los atributos más propios
año 582, probablemente como repre- de Dios –la misericordia y la fidelidad–
salia por la muerte de Godolías, el go- quedan contradichos. Y cunde el des-
bernador puesto por Nabucodonosor aliento: «Andan diciendo –toda la casa
sobre Judá. de Israel–: se han secado nuestros hue-
Quizá el número de deportados no sos, se ha desvanecido nuestra espe-
pasase de 20.000. Pero teniendo en ranza, todo ha acabado para nosotros»
cuenta la escasa población de Judá y (Ez. 37,11).
que además fueron exiliados los más
influyentes, las cabezas del pueblo en
el aspecto político, social, religioso y
económico, la Biblia puede afirmar con 2.- Su significado religioso
razón que todo Judá «fue llevado cau- Sin embargo, esta gran crisis va a ser
tivo lejos de su tierra» (2 Re. 25,21). la ocasión de una profunda renovación
Lo más grave de estos hechos y lo en el pueblo de Israel. Al desaparecer
más duro para el pueblo de Israel es sus seguridades humanas y quedar de-
que humanamente hablando significan rribado su orgullo nacional, los israeli-
el fin de Israel, su destrucción como tas se vuelven a Yahveh. A través de lo
pueblo: lo más escogido de Israel vive do-loroso de esta prueba Israel va a ser
en el exilio, en tierras extrañas, lejos del purificado y va a surgir un pueblo nue-
país que Dios había donado a los hijos vo, con una fe más viva y más dócil a
de Abraham; el templo, morada de la su Dios.
presencia divina y centro del culto de Providencialmente, Dios mismo sus-
Israel, está en ruinas; el rey, descendien- cita unos guías que orienten al pueblo
te de David y representante de Yahveh, en estas circunstancias tan difíciles.
ha sido destronado, hecho cautivo y Entre ellos destacan los profetas, que
castigado cruelmente (2Re. 25,6-7); la ayudan una vez más a leer e interpretar
capital del reino, la ciudad santa de Je- los acontecimientos desde la fe:
rusalén, ha sido arrasada. La nación, + Jeremías. Aunque no fue deporta-
como tal, ha dejado de existir. do a Babilonia, él fue el primer guía re-
Julio Alonso Ampuero 39
pecado tras pecado: injusticias, lujo y profetas: Os. 2,16–, al lugar donde se
desenfreno, idolatría, sacrificio de ni- carece de todo y el hombre es purifica-
ños, abandono de su Dios, desobedien- do. La gran tragedia es que el pueblo
cias continuas a su ley ... Y ahora en- de Dios había acabado apropiándose
tienden que el exilio es la consecuencia de los dones de Dios de tal manera que,
inevitable de sus pecados, que las in- en vez de que estos los recibiera con
numerables infidelidades a la alianza es- gratitud y le llevaran a Dios, en realidad
taban exigiendo una purificación (Jer. le habían apartado de su Señor (cfr. la
3,25); ahora comprenden que se han advertencia de Dt. 8,11-14). Israel se
enredado en sus propias acciones (cfr. ha quedado en los medios y se ha olvi-
Sal. 9,17) y que su propia maldad ha dado del Dios al que esos medios de-
recaído sobre sus cabezas (Sal. 9,17). bían conducir; ha puesto su seguridad
Este examen de conciencia –que apa- en el hecho de tener el templo (cfr. Jer.
rece reflejado, por ejemplo, en el libro 7,4) en vez de confiar en el Dios que
de las Lamentaciones y en la última re- habita en el templo pero es infinitamen-
dacción de los libros de los Reyes– no te más grande que el templo (cfr. Is.
hace más que constatar lo que ya ha- 66,1). En consecuencia Dios le retira
bía oído el pueblo en el momento de esos dones –la tierra, el templo... todo–
sellar la alianza: que si eran fieles les para que vuelvan al autor de ellos. Así
iría bien, pero que si eran infieles les el exilio es un tiempo de purificación
iría mal. En estas circunstancias el exa- que conduce al pueblo a una religión
men de conciencia les conduce al arre- más auténtica, a una piedad más since-
pentimiento de los pecados que les han ra, a una fe más viva, a una conversión
acarreado el desastre y a una renovada más interior. En definitiva, el exilio for-
confianza en Yahveh. maba parte del plan de Dios, que de
b) A pesar del castigo merecido, Dios los males sabe sacar bienes
no abandona a su pueblo. En una im- inmensamente mayores.
presionante visión Ezequiel contempla d) El exilio da un más profundo co-
cómo la gloria de Yahveh abandona el nocimiento del corazón del hombre y
templo y va a instalarse en el lugar don- del corazón de Dios. Por un lado, el
de moran los desterrados (comparar Ez. fracaso de la primera alianza –con las
10,18ss con 11,16). En cierto modo repetidas y continuas infidelidades–
Yahveh se ha desterrado con los deste- pone de relieve la dureza del corazón
rrados. Y esta nueva presencia –sin humano y su obstinación en el mal; es
templo visible– de Yahveh en medio de la experiencia de un pueblo en que to-
su pueblo es la garantía y fundamento dos son «sabios para lo malo e igno-
de su esperanza para el futuro. rantes para el bien» (Jer. 4,22) lo que
c) Por eso el exilio se convierte en un conduce al clamor humilde: «Conviér-
tiempo precioso de purificación. El tenos a tí oh Yahveh, y nos convertire-
pueblo de Israel es llevado de nuevo al mos» (Lam. 5,21): sólo Dios puede
desierto –según la terminología de los cambiar el corazón del hombre. Por otro
lado, en medio del fracaso y la impo-
Julio Alonso Ampuero 41
que Dios se sirve en su misericordia nuestra vida en Dios y sólo en Él. Para
para sacar bienes; de hecho, esto es lo apoyarse verdaderamente en Dios es
que atestigua la experiencia del exilio, necesario experimentar que todo lo de-
que Dios saca bienes incluso de aque- más se hunde, que es inconsistente y
llos males en que el hombre se introdu- no da fundamento sólido a la vida del
ce por culpa suya y como consecuen- hombre.
cia de sus pecados. «Donde abundó el
pecado, sobreabundó la gracia» (Rom. 4.- Textos principales
5,20). Jeremías 4; 7; 10; 21; 24; 25; 29
Para nosotros, cristianos, a la luz de Lamentaciones 1-5
la cruz de Cristo se hace más patente el
valor salvífico del sufrimiento. Si ya el Ezequiel 6; 8; 12-13; 18; 20; 24; 34;
salmista podía afirmar: «me estuvo bien 36; 37
el sufrir, así aprendí tus justos manda- Isaías 40-45
mientos» (Sal. 119,71.67) mucho más 2Reyes 24-25
podemos decirlo nosotros al conocer
mejor el corazón paternal de Dios que Salmos 42-43; 44; 74; 77; 80; 85; 89;
corrige a los hijos que ama (Heb. 12,5- 137
11). Más aún, podemos decir con San
Pablo: «me alegro de sufrir por voso-
tros; así completo lo que en mi carne
falta a la pasión de Cristo en favor de
su Cuerpo que es la Iglesia» (Col. 1,24).
También, para nosotros –como Igle-
sia y como individuos– se repite la ten-
tación del pueblo de Israel de buscar
seguridades en lo humano (estado, le- 9. El Israel espiritual
yes, instituciones, privilegios, dinero,
sabiduría, prestigio, medios, etc.) en
vez de confiar y apoyarnos exclusiva-
mente en Dios. Cuando se cae en esa
tentación Dios no tiene más remedio –
porque quiere nuestro verdadero bien– Tras la vuelta del exilio el pueblo de
que retirarnos esas seguridades falsas Israel deja sus ilusiones nacionalistas
y esos apoyos inconsistentes; es en- para convertirse en una comunidad re-
tonces cuando vienen las crisis –a ni- ligiosa en torno a la ley, el templo y el
vel personal o comunitario–; toda cri- sacerdocio. De hecho, a excepción del
sis indica que había una falsa seguri- breve periodo de independencia bajo
dad y que ésta ha caído, y por eso toda los asmoneos (163-67 a.C.), Palestina
crisis es una ocasión de gracia, una estará siempre a merced de los dueños
oportunidad de cimentar realmente de turno.
Julio Alonso Ampuero 43
de manera absolutamente clara y tajan- que estaba junto al Padre y se nos ma-
te que no ha encontrado la felicidad en nifestó (Jn.1).
nada de este mundo y atestigua la vani-
dad de los placeres, de las riquezas, de 5.- Los pobres de Yahveh
la ciencia y de los esfuerzos humanos Durante este periodo de la historia de
(1,2-3). No es que menosprecie las ale- Israel va decantándose en el seno de la
grías honestas, pero las juzga incapa- comunidad un grupo, los anawim o po-
ces de satisfacer las más profundas as- bres de Yahveh, que son como el alma
piraciones del corazón humano. Al su- de dicha comunidad. Ellos son los que
brayar lo precario e insatisfactorio de en el pueblo de Dios mantuvieron fir-
todo lo terreno está preparando la re- me y pura la esperanza en la salvación
velación de la existencia del más allá. por obra de Yahveh sin mezclarla con
+Eclesiástico (Sirácida). Hacia el 190 ambiciones materiales o nacionalistas.
a.C. Jesús Ben Sirá, convencido de que La esperanza de los anawim penetra en
la auténtica Sabiduría radica en Israel, el Nuevo Testamento, acogiendo la sal-
compone una especie de «manual de vación tal como Dios la envía, por ca-
conducta moral» capaz de hacer atracti- minos tan distintos de los que el pue-
va la ley judía para los espíritus blo soñaba.
helénicos que se dejaban seducir por el Sofonías, hacia el 630 a.C., había sido
refinamiento de la civilización pagana. el primero en utilizar el lenguaje de la
El libro contiene dos partes, la primera pobreza en el sentido religioso (Sof.
con consejos de moral y pecados que 2,3; 3,11-13). En este sentido el pobre
han de evitarse (c. 1-42), la segunda un se identifica con el humilde y la pobre-
elogio de las obras del Señor y de los za con la apertura a Dios, el ansia de
justos de Israel (c. 42-50). Dios, la confianza en Él, la fidelidad a
+Sabiduría. Este libro, escrito en su alianza. También Jeremías había vi-
griego, probablemente en Alejandría, vido esta actitud del pobre: las perse-
entre el 100 y el 50 a.C., afirma clara- cuciones de que fue objeto con tanta
mente la inmortalidad del alma (Sab. crudeza le llevaron a la confianza y al
3,1-8; cfr. Dan. 12,2-3; 2Mac. 7,9). A abandono en Yahveh (Jer. 20,11-13). En
la vez pretende demostrar la superiori- la época del exilio aparece la figura del
dad de la sabiduría israelita, revelada Siervo de Yahveh (Is. 42,1-7; 49,1-6;
por Dios, sobre la filosofía pagana. 50,4-9; 52,13-53,12), el pobre de Dios
La reflexión sapiencial, al presentar a por excelencia, que será causa de sal-
la sabiduría como personificada e in- vación para todos los pueblos. Final-
cluso preexistente junto a Dios (Prov. mente, la figura de Job, hacia media-
1-2; Eclo. 24; Sab. 6-9), prepara el ca- dos del siglo V a.C., delinea perfecta-
mino a la revelación de Cristo; en efec- mente la figura del pobre: siendo ino-
to, Jesús no sólo aparecerá lleno de sa- cente, ha perdido todos sus bienes,
biduría (Mt. 12,42) sino que Él mismo sufre en su carne y en sus afectos; re-
es la Sabiduría (1Cor. 1,24), la Palabra nunciando a reivindicar su inocencia
48 Historia de la Salvación
los fariseos son el único grupo que so- sonal. Hondamente religiosos, se con-
brevive. sideran miembros de la nueva alianza y
+saduceos: de origen sacerdotal, lle- cuidan con esmero las purificaciones
gan a su máxima influencia con los ro- rituales y el banquete ritual. Doctrinal-
manos pues son partidarios suyos, y mente son dualistas.
de entre ellos son escogidos los sumos Habría que añadir además los sama-
sacerdotes. Apenas influyen en el pue- ritanos y otros grupos de orientación
blo. Rechazan la ley oral y no admiten religioso-política, como los celotas y
doctrinas como la resurrección o la los herodianos.
existencia de los ángeles (Hech. 23,6- Tal es la situación del mundo a la lle-
9), Demasiado instalados en lo material gada de Cristo. Tanto el mundo judío
(cfr. 22, 31-34; Mc. 12,27; Hech. (los anawin sobre todo) como el mun-
24,21), son rigoristas en lo determina- do pagano (religiones mistéricas, filo-
do por la ley (cfr. Jn. 8,1-11; Mc. sofías diversas) se caracterizan por un
14,53.65). Si aparecen menos atacados profundo anhelo de salvación. Se ex-
por Jesús que los fariseos es por su perimenta sobre todo la opresión que
escasa influencia. es consecuencia del pecado (Rom. 3,9)
+sacerdotes: se dedican sobre todo al y que hará que muchos acojan la salva-
culto en el servicio del templo. La aristo- ción gratuita concedida por Dios en
cracia sacerdotal era saducea; sometida Jesucristo (Rom. 3,23-25)
al poder civil (el sumo sacerdote era nom- Por lo demás, la unificación del mun-
brado y depuesto por los romanos) ha do bajo el imperio romano va a favore-
llegado a perder incluso el sentido reli- cer la rápida expansión del mensaje cris-
gioso. En la época de Jesús el Sumo tiano.
sacerdocio lo detenta la familia de Anás.
Por el contrario, en el grado menor había 2.- Evangelio
buen número de sacerdotes ejemplares, de Jesucristo, Hijo de Dios
con espíritu religioso, que ejercían con
esmero las funciones cultuales y orienta- Con estas palabras comienza el evan-
ban la oración del pueblo (es el caso de gelista San Marcos su relato, en el que
Zacarías y de los mencionados en Hech. pretende presentarnos la Buena Noti-
6,7). cia –eso significa evangelio– acerca de
Jesús, que es el Mesías y el Hijo de
+esenios: conocidos por las referen- Dios, o mejor, la Buena Noticia que es
cias de escritos antiguos, como Flavio Jesús. En efecto, la plenitud de los tiem-
Josefo, Filón y Plinio, se han dado a pos está caracterizada por la «venida»
conocer sobre todo a partir de 1947 o encarnación del Hijo de Dios. El evan-
con los descubrimientos de Qumrán. gelio es el mismo Jesús, su misma per-
De origen sacerdotal, forman una es- sona, no un conjunto de doctrinas y
pecie de orden religiosa con vida co- normas morales; estas existen y tienen
mún y compromisos como el del celi- sentido sólo desde Cristo, porque lo
bato y la renuncia a la propiedad per-
52 Historia de la Salvación
esencial es la adhesión a Él (es significa- hombre (cfr. Is. 40,6-7), pone de relie-
tivo que la primera acción de Jesús al ve el realismo de la encarnación. Por
empezar su vida pública sea llamar a ella el Creador se une a la criatura y
algunos a seguirle: Mc. 1.16-20; Jn. entra en la historia humana. Sin dejar
1,35ss). su condición divina, el Hijo de Dios se
Jesús recapitula en sí mismo toda la rebajó tomando la condición de sier-
historia, no sólo la del pueblo de Is- vo, haciéndose semejante a los hom-
rael, sino la de la humanidad entera (este bres y actuando como hombre (Fil.
es el sentido de la genealogía de Jesús 2,7). Verdadero Dios y verdadero hom-
en San Lucas 3,23-38; la de San Mateo bre, Jesús es el Hijo muy amado del
1,1-16 le presenta como culmen de la Padre, ungido plenamente por el Espí-
historia del pueblo de Dios). Y ritu (Mc. 1, 10-11). Libre de pecado
recapitula en sí mismo la creación en- (Heb. 4,15), está unido a nosotros por
tera, el universo entero (Col. 1,15-17), su humanidad que le hace hermano
siendo además el Creador de todo (Jn. nuestro (Heb. 2,17) y más aún, por su
1,3.10). amor.
En los evangelios Jesús se muestra b) la pasión. Este amor se manifiesta
profundamente humano; multitud de de- de manera suprema en la muerte de Je-
talles lo ponen de manifiesto: se alegra, sús por nosotros (Rom. 5,6-8). Una
se cansa, llora, se encoleriza, acoge y muerte en la que el Hijo muy amado del
atiende a las personas... Pero, a la vez, Padre se entrega consciente, libre y vo-
de su persona y comportamiento ema- luntariamente movido por el amor y la
na una sensación de misterio: su santi- obediencia a su Padre y por el amor
dad, la fuerza de su palabra, sus mila- redentor a los hombres pecadores. De
gros, su serena majestad, su íntima re- este modo, gracias a su obediencia he-
lación con Dios... producen admiración mos sido salvados (Rom. 5,19) y ha
y asombro y a veces temor. quedado restaurada la alianza de Dios
con los hombres (Mt. 26,28). En con-
Podemos resumir el misterio de Je- traste con los inútiles y estériles sacrifi-
sús en tres fases (cfr. Fil. 2,6-11): cios de la antigua alianza, el sacrifico
a) encarnación. Cristo no ha empe- único de Cristo es de una eficacia uni-
zado a existir en un momento concre- versal, perfecta y definitiva (Heb. 8-10).
to; como Verbo ya existía junto al Pa- Realmente Él es «el Cordero de Dios
dre en diálogo eterno de amor (Jn. 1,1). que quita los pecados del mundo» (Jn.
Lo que ha ocurrido en la plenitud de 1, 29). En la cruz Jesús destierra
los tiempos es que «se nos ha manifes- definitivamente el poderío de Satanás
tado» (1Jn. 1,2): el Verbo se ha hecho y reina atrayendo hacia sí a todos los
carne naciendo de María Virgen y ha hombres (Jn. 12,31-32).
plantado su tienda entre nosotros (Jn. c) resurrección. Si San Juan contem-
1,14; Gál. 4,4). La palabra «carne», que pla la cruz como inicio del triunfo de
significa la condición débil y caduca del Cristo, San Pablo la ve como el extre-
Julio Alonso Ampuero 53
mo de la humillación (Fil. 2,8). En todo nuestra vida. Esta fe, al abrir las puer-
caso culmina con la resurrección, que tas a Cristo, trae consigo la justifica-
es la aceptación por parte del Padre de ción y la salvación (Gál. 2,16), la vida
la ofrenda total que Jesús hizo de sí eterna (Jn. 3,36), renueva al hombre y
mismo en la cruz; en la pasión Jesús se hace de él una criatura nueva. Más aún,
entrega –hasta el extremo– al amor del al acoger a Cristo y dejarle vivir en sí
Padre que le inunda con su gloria en la mismo, el creyente es convertido en hijo
resurrección precisamente como con- de Dios (Jn. 1,12; Gál. 3,26) pues Cristo
secuencia de su obediencia. La resu- reproduce en el cristiano su misma vida
rrección no significa sólo vuelta a la filial de relación con el Padre. (Gál.
vida, sino glorificación, paso «de este 2,20).
mundo al Padre» (Jn. 13,1); la humani- Este hecho –ser hijos de Dios– es la
dad de Jesús queda inundada por la glo- novedad radical que ha aportado Cris-
ria de la divinidad y es constituido Se- to, pues no se trata de algo metafórico,
ñor del universo (Fil. 2,9-11). Precisa- sino real, que hace exclamar a San Juan:
mente en su condición de Señor es po- «Mirad qué amor nos ha tenido el Pa-
seedor del Espíritu Santo y lo derrama dre, para llamarnos hijos de Dios, pues
sobre los hombres (Hech. 2,33; Jn. ¡lo somos!» (1Jn. 3,1). Y somos hijos
20,22); y como Señor permanece pre- con todas las consecuencias y «dere-
sente en su Iglesia hasta la consuma- chos»: intimidad familiar con Dios
ción de los siglos (Mt. 28,20). (Rom. 8,15-16; Ef. 2,18), partícipes de
su gloria y de su herencia (Rom. 8,17),
3.- Hijos en el Hijo cuidados amorosamente por su provi-
La llegada de la plenitud de los tiem- dencia paternal (Mt. 6,32)... Unido a
pos reclama de los hombres una reac- Cristo y hecho partícipe de su Espíri-
ción adecuada: «Daos cuenta del mo- tu, el cristiano vive como hijo del Pa-
mento en que vivís» (Rom. 13,11). La dre instalado en el seno mismo de la
venida de Jesucristo no puede dejar- Trinidad ya en este mundo; y esto no
nos indiferentes. Ya no es el hombre es prerrogativa exclusiva de algunos
quien busca a Dios, sino que Dios ha privilegiados, ya que todo bautizado ha
salido al encuentro del hombre. Jesu- sido consagrado al Padre, al Hijo y al
cristo es el único Salvador del mundo Espíritu Santo, ha sido sumergido –eso
(Hech. 4,12) y por eso reclama la fe en significa la palabra bautizar– en la Tri-
sí mismo (Jn. 14,1) cosa que nadie fuera nidad (Mt. 28,19). Así, Cristo no sólo
de Él ha osado pedir. Y no caben pos- nos da a conocer el misterio de Dios y
turas ambiguas o neutras, pues no aco- de su plan de salvación (Jn. 1,18; Ef.
gerle es en realidad rechazarle (Lc. 3,1-12), sino que nos introduce en la
11,23; Jn. 3,18). vida divina haciéndonos partícipes de
La actitud fundamental ante Jesús es su ser filial.
la fe, una fe que es adhesión a Cristo y El hombre así transformado por la
acogida incondicional de su persona en gracia es convertido en «nueva
creatura» (2Cor. 5,17; Gál. 6,15), ha re-
54 Historia de la Salvación
el mundo entero (Mt. 24,14). (Heb. 11,6; Jn. 3,36; Mt. 25,34-36). La
Lo que sí nos enseña con claridad el dicha plena y eterna de los creyentes
Nuevo Testamento es el sentido será la intimidad total y definitiva con
salvífico profundo de estos hechos. La Aquel en quien creyeron («estaremos
venida gloriosa y definitiva del Señor siempre con el Señor» 1Tes. 4,17) Y
Jesús al fin de los tiempos afectará a la todo culminará en la perfecta glorifica-
humanidad y al universo entero. Con ción de Dios (Ef. 1,14).
ella terminará el mundo actual y surgirá Este acontecimiento de la Parusía
un mundo nuevo (Mc. 13,31; Ap. 21,1), –independientemente del momento en
aunque no podemos saber si ello im- que suceda– matiza decisivamente las
plica una destrucción del mundo actual actitudes de la condición terrena del
(como parece sugerir 2Pe. 3,10) o más cristiano, que es esencialmente «pere-
bien una purificación y transformación grino» hacia su morada definitiva (Fil.
del mismo (como parecen indicar las 3,20; Heb. 11,13-16; 13,14). He aquí
expresiones de San Pablo). algunas de estas actitudes:
La Parusía es, sobre todo, la hora de +esperanza: deseo vehemente de al-
la resurrección general a la vida o a la canzar lo prometido, confiando en la
muerte eternas, es decir, a la glorifica- palabra del Señor; la venida del Señor
ción o a la condenación (Jn. 5,28-29), y la unión eterna con Él es el objeto
lo cual indica que se trata de una veni- esencial de la esperanza cristiana, mien-
da de Jesús como Juez definitivo y uni- tras que los demás logros son sólo par-
versal (Mt. 25,31-32; 2Cor. 5,10; 2Tim. ciales y ambiguos (cfr. Mc. 8,36).
4,1.8). +vigilancia: atención amorosa a la
En este momento final todo quedará venida del Señor para no distraerse y
sometido a Cristo de manera total y de- enredarse con las cosas del camino per-
finitiva y Él, a su vez, lo someterá a su diendo de vista lo único que de verdad
Padre, quedando perfectamente estable- importa (Mc. 13,33-37); vigilancia que
cido el Reino de Dios, que «será todo implica conciencia de la propia debili-
en todos» (1Cor. 15,22-28). El triunfo dad y rechazo de todo aquello que pue-
de Cristo sobre Satanás y el pecado da hacer peligrar su salvación eterna
será manifiesto e irresistible (2Tes. 2,8). (1Cor. 9,27).
«El último enemigo aniquilado será la +provisionalidad: desprendimiento
muerte» (1Cor. 15,26), que quedará de todas las realidades de este mundo,
«absorbida» por el triunfo de la vida reconociendo que «el tiempo es cor-
(1Cor. 15,54-57). Desaparecerá también to» y «la escena de este mundo pasa»
todo dolor y sufrimiento (Ap. 21,4). En (1Cor. 7,29-31).
definitiva, son la segunda venida de
Cristo será renovado el hombre ente- +relativización del sufrimiento, de las
ro –incluido su cuerpo: 1Cor. 15,52- dificultades o de la persecución en fun-
53– y todos los hombres que hayan ción de la gloria que espera y que ellas
acogido a Cristo por la fe y la caridad mismas contribuyen a lograr
Julio Alonso Ampuero 57
(Rom.8,18).
+alegría que se apoya en la esperan-
za de alcanzar la plenitud de la salva-
ción y de la felicidad (Rom. 12,12).
+conciencia de que todo en este mun-
do es deficiente en comparación con Conclusión
«lo perfecto» que sólo vendrá al final
(1Cor. 13,9-10).