La eficiencia energética, es una manera inteligente de usar la energía. Muchas
personas desconocemos que podemos aportar mucho, con pequeños cambios rutinarios que tendemos hacerlo sin conocimiento o por costumbre. Sin embargo, somos los propios patrocinadores para que el planeta Tierra sufra el efecto invernadero y los cambios climáticos que muchas veces nos preguntamos; ¿Que está pasando con nuestro planeta? Es por ello que, ahorrar energía, es un modo fácil que no nos afecta a nuestra calidad de vida y sobre todo poco a poco debemos tomar conciencia después de saber unos pequeños tips que aportarían mucho. Dia a día, los seres humanos consumimos demasiada energía sin darnos cuenta, ya que es un consumo indispensable en muchos aspectos como las minerías, industrias, super mercados, hogares, medios de transporte, comercio, etc., usamos diariamente la energía para cumplir con todas las actividades diarias. Por ende, la energía es la que mueve al mundo, y es importante saber que la energía jamás se pierde, solo se transforma. Entonces, todo lo que adquirimos desde lo que comemos, hasta lo que usamos se transforma en energía. Ya que la energía tiene un uso global que buscan todos los seres humanos en cualquier ámbito. Por lo tanto, los beneficios que podemos conseguir al ahorrar la energía nos ayudarían a la disminución de la dependencia de otros países por las fuentes energéticas que usamos de las mismas. Esto nos promueve a reducir el consumo de energía y así poder gastar menos. Por consiguiente, debemos pensar en aprovechar los recursos naturales para el consumo enérgico, así como también, contribuye a la reducción de gases del efecto invernadero. Es imprescindible mencionar que esto nace desde uno mismo, para ser más eficientes y que el cambio se vea reflejado con el ejemplo para los demás seres humanos. Por ejemplo, en nuestro hogar evitar tener el refrigerador abierto porque es el electrodoméstico que más consume energía, así como también evitar colocar comida caliente porque consumiría más energía, algo muy sencillo, que tal vez pocos no conocíamos. También, si empezamos a desenchufar, todos los aparatos que estén conectados y aun así si no estemos usados y estos producen una luz de encendido, apagar el piloto de nuestro calefón, lavar con agua fría y completa en nuestra lavadora, planchar solo lo necesario y en la mañana, utilizar focos ahorradores, cocinar con la olla tapada, etc. Estos y muchos cambios más podrían ayudar tanto a nuestro bolsillo en la parte económica como en la contribución con nuestro planeta.