Cualquier concepto de lo que es evaluación basada en competencias depende
del enfoque que se asuma, pues dependiendo de dicho concepto es que se van a precisar las formas en que evaluaremos. Los enfoques fundamentales son: a) Conductista b) Genérico c) Constructivista funcionalista sistémico complejo Diferentes enfoques de las competencias Enfoque conductual Se centra en: competencias como comportamientos. Conductismo de tercera generación: organizacional. Enfoque genérico son aquellas importantes para todas las personas de la empresa y que tienen relación y están alineadas con sus valores corporativos. Enfoque constructivista Se centra en: análisis y resolución de dificultades y problemas . Enfoque funcionalista Se centra en: la aplicación del análisis funcional. Énfasis en la normalización . Enfoque sistémico Se centra en: currículo como sistema, competencias integrativa Enfoque complejo Se centra en la ética y la epistemología, mente compleja El análisis funcional es un modelo interactivo que conecta el comportamiento problemático con las cogniciones y emociones teniendo en cuenta el contexto Definimos la evaluación de competencias: Proceso a través del que se verifica y valora la capacidad de una persona con relación al desempeño establecido, puede estar traducido en una norma. Se puede llevar a cabo mediante pruebas, exámenes prácticos, observación o examen de evidencias sobre el desempeño.
Su propósito es formarse un concepto sobre su competencia, a partir de un patrón
(normas o criterios, indicadores y evidencias), e identificar aquellas áreas de desempeño que requieren ser fortalecidas mediante capacitación, para alcanzar la competencia. La evaluación se integra con las actividades de aprendizaje, consiguiéndose así una revaloración de la evaluación formativa- y continua y una revisión de la evaluación final y certificativa. La evaluación basada en competencias es, en definitiva, un proceso de aportación de evidencias. Características de la evaluación basada en competencias: El proceso de evaluación basado en competencias se caracteriza por los siguientes rasgos: 1) El proceso es continuo. 2) El proceso es sistemático. 3) El proceso está basado en evidencias La observación se considera la técnica reina para la evaluación de las competencias porque permite dar cuenta del grado de dominio que un individuo posee de ciertas competencias mediante su actuación en contexto. Las competencias se desarrollan en un continuo en el tiempo; no se trata de constatar si una persona posee una competencia o carece de ella, sino de conocer el grado en que ésta se ha conseguido y para ello la observación resulta fundamental.
Esta técnica es útil cuando se desea indagar las dificultades o necesidades de
aprendizaje que tiene el evaluado para alcanzar un mayor perfeccionamiento de sus competencias y retroalimentar el proceso de aprendizaje oportunamente. Sin embargo, para que los datos recolectados posean fiabilidad y validez, la observación tiene que considerar una serie de condiciones: planificación, definición clara y precisa de objetivos, sistematización, delimitación de los datos que se recogerán, registro de datos en los instrumentos o soportes convenientes y triangulación de las observaciones realizadas.
Algunos sesgos ocurren cuando su empleo es asistemático; no se tienen objetivos
delimitados de antemano, se observa lo que más llama la atención, diferentes aspectos en distintos alumnos. Algún alumno puede permanecer sin que nadie haya observado nada sobre él; cuando no se llevan registros escritos de lo observado, los datos recolectados dependen de la memoria del observador y de su interpretación personal. Cuando la observación es efectuada por un solo individuo, se corre el riesgo de que la información obtenida esté sesgada por la subjetividad del observador.