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Influencia de la Televisión en la Conducta de los Niños

La televisión se ha convertido gradualmente en el medio de comunicación más


influyente en el desarrollo de diferentes patrones de comportamiento en los niños
y adolescentes del mundo entero (Sandoval Escobar, 2006); ya que estos han
crecido conjuntamente con la evolución del mercado televisivo. En este caso es la
población infantil la que se encuentra en mayor vulnerabilidad ante los contenidos
emitidos y el fácil acceso a la misma. Captando su atención a través de contenidos
que manejan unas realidades y unas fantasías que se encuentran implícitas en
estos programas.
Antes de exponer este importante Tema debemos definir lo que es la conducta.

La conducta es el conjunto de actos, comportamientos, exteriores de un ser


humano y que por esta característica exterior resultan visibles y plausibles de ser
observados por otros. Caminar, hablar, manejar, correr, gesticular, limpiar,
relacionarse con los demás, es lo que se denomina conducta evidente por ser
externamente observables. Las actitudes corporales, los gestos, la acción y el
lenguaje son las cuatro formas de conducta que ostentan los seres humanos.
Básicamente la conducta es la herramienta de reacción que tenemos todos ante
las distintas circunstancias de la vida a las cuales nos vamos enfrentando.
Sexualidad.

Por otro lado, Camps (2003) señala que los contenidos transmitidos por la
televisión, efectivamente, contribuyen a que la violencia del mundo real se vuelva
mucho más explícita. Pero criticar los contenidos no es fácil; pues vivimos en una
sociedad que ha sacralizado la libertad de expresión, un derecho fundamental
que, sin duda, debe ser preservado y garantizado, aunque muchas veces se utilice
como coartada para LOS NIÑOS, LA TV Y LA AGRESIÓN defender
disimuladamente otra libertad, u otros intereses, que no son los de los individuos,
sino los del mercado.
Es así, que en el periodo de desarrollo evolutivo del niño, la psicología evolutiva
aporta referencias muy claras de cómo el niño hasta que no entra en el periodo
denominado de las Operaciones Formales, no es capaz de analizar críticamente la
imagen, ni comprender las imágenes abstractas (Pauta Guevara 2015).
Diferentes investigadores han demostrado que las imágenes emitidas por estos
medios ejercen una influencia importante sobre la conducta del individuo
especialmente si es infante. Este medio no discrimina a su público, cualquiera
puede tener contacto sin importar la edad o el género, todos pueden ser afectados
por ella, hombres, mujeres y niños de cualquier edad. Los niños, son parte del
numeroso público expuesto a la televisión, y probablemente el más vulnerable
ante sus mensajes, dada su incompleta formación ideológica, social, cultural y de
valores, desde la que son interpretados y asimilados los mensajes del medio
televisivo;
La Televisión es un medio de comunicación de masas que penetra en la mayoría
de los hogares No existe distinción, llega a ricos y pobres es considerado un fuerte
medio porque integra imágenes y voz.
La influencia de la televisión es muy poderosa en niños y adolescentes, y los
padres tienen que enseñar a sus hijos a ver la televisión: inculcarles un espíritu
crítico ante los contenidos, que aprendan a seleccionar los programas huyendo de
la telebasura, y a dosificar el tiempo de permanencia ante el televisor; ya que la
televisión, bien utilizada,  puede ser un buen  medio de enseñanza y aprendizaje
en valores; y al mismo tiempo un formidable instrumento favorecedor de la
educación, la cultura, el ocio y la promoción de la salud.
Pero hay una serie de aspectos en los cuales la televisión puede ejercer una
influencia negativa, y estos son: violencia, rendimiento escolar, publicidad,
nutrición, sexualidad, y consumo de tabaco y alcohol.
De forma abreviada comentaremos cada uno de estos aspectos:
a) Violencia y televisión. En nuestro país las cadenas de televisión emiten
diariamente unas 90 escenas de violencia. El mayor número de vulneraciones se
produce en los contenidos de violencia, de lenguaje inadecuado y escenas de
sexo. El temor es que el niño espectador llegue a considerar normal los actos de
disparar, matar, violar y drogarse.
La reiterada observación de escenas violentas en televisión repercute sobre la
agresividad del niño, que comienza a registrarse ya a partir de los tres años de
vida. Numerosos estudios confirman que el alto índice de violencia televisiva
interviene como factor importante en la determinación de las conductas
masculinas violentas. Conviene dejar claro que no solamente tienen efectos
negativos la violencia de las películas; hay que evitar también que los más
pequeños vean los telediarios, por la carga de noticias y escenas violentas que
cada día se transmiten por  televisión.
Muchos niños pasan un promedio de 3 a 4 horas diarias viendo la televisión, y
esta puede ejercer una influencia negativa en el desarrollo del sistema de valores
y de la conducta.
Una revisión de cinco metaanálisis de EE.UU demuestra que las imágenes de
violencia en TV, películas y videojuegos, producen a corto plazo en niños y
adolescentes efectos negativos: temores, excitación, alteraciones del pensamiento
y control de las emociones; incrementándose la probabilidad de conductas
agresivas.
b) Rendimiento escolar. La UNESCO ha llamado reiteradamente la atención de
que el uso indiscriminado y masivo de la televisión puede resultar peligroso para el
aprendizaje del niño, ya que aumenta la pasividad intelectiva, le aparta del trabajo
escolar, y limita su creatividad.
Numerosos estudios han demostrado que los alumnos que ven más de dos horas
diarias de televisión obtienen rendimientos escolares más bajos. La causa de este
hecho se debe al retraso en el proceso madurativo y a una menor capacidad de
abstracción, cuando existe abuso televisivo desde la edad escolar (Pediatrics
2006).

Asimismo, son muchos los estudios que muestran que la dependencia televisiva
está asociada con resultados de salud físicos y mentales adversos en niños, como
un mayor riesgo de depresión y ansiedad en las adolescentes.    Ahora, un estudio
reciente viene a mostrarnos un nuevo riesgo de ver muchas horas la televisión. La
investigación, que ha sido publicada en la revista 'Circulation', de la Asociación
Americana del Corazón, afirma que ver todos los días durante muchas horas la
televisión
Estos son algunos de los problemas psiquiátricos y neurológicos que se han
relacionado (no siempre de forma causal) con el exceso de televisión:
 Depresión y ansiedad.
 Trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH).
 Problemas de sueño.
 Peor rendimiento académico de los niños.
 Mayor impulsividad infantil.

Los padres pueden proteger a los niños de la violencia excesiva en la


televisión de la siguiente manera:

 prestándole atención a los programas que los niños ven en la televisión y


mirando algunos con ellos
 estableciendo límites a la cantidad de tiempo que pueden estar mirando
televisión; considerando quitar el televisor del cuarto del niño
 señalándoles que, aunque el actor no se ha hecho daño ni se ha muerto, tal
violencia en la vida real resulta en dolor o en muerte
 negándose a dejar que los niños miren programas que se sabe contienen
violencia y cambiando el canal o apagando la televisión cuando se presenta
algo ofensivo, explicándoles qué hay de malo en el programa
 no dando su aprobación a los episodios violentos frente a sus hijos,
enfatizando la creencia de que tal comportamiento no es la mejor manera
de resolver un problema
 contrarrestando la presión que ejercen sus amigos y compañeros de clase,
comunicándose con otros padres y poniéndose de acuerdo para establecer
reglas similares sobre la cantidad de tiempo y el tipo de programa que los
niños pueden mirar.
Los padres deben de también tomar ciertas medidas para prevenir los efectos
dañinos de la televisión en temas tales como los asuntos raciales y los
estereotipos sexuales. La cantidad de tiempo que los niños miran televisión, sin
importar el contenido, debe de ser moderada, ya que reduce el tiempo para que
los niños lleven a cabo otras actividades de mayor beneficio, tales como leer y
jugar con sus amigos, y desarrollar aficiones. Si los padres tienen dificultades
serias estableciendo límites, o mucha preocupación sobre cómo su niño está
reaccionando a la televisión, ellos deben de ponerse en contacto con un psiquiatra
de niños y adolescentes para una consulta y ayuda.

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