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Por otro lado, Camps (2003) señala que los contenidos transmitidos por la
televisión, efectivamente, contribuyen a que la violencia del mundo real se vuelva
mucho más explícita. Pero criticar los contenidos no es fácil; pues vivimos en una
sociedad que ha sacralizado la libertad de expresión, un derecho fundamental
que, sin duda, debe ser preservado y garantizado, aunque muchas veces se utilice
como coartada para LOS NIÑOS, LA TV Y LA AGRESIÓN defender
disimuladamente otra libertad, u otros intereses, que no son los de los individuos,
sino los del mercado.
Es así, que en el periodo de desarrollo evolutivo del niño, la psicología evolutiva
aporta referencias muy claras de cómo el niño hasta que no entra en el periodo
denominado de las Operaciones Formales, no es capaz de analizar críticamente la
imagen, ni comprender las imágenes abstractas (Pauta Guevara 2015).
Diferentes investigadores han demostrado que las imágenes emitidas por estos
medios ejercen una influencia importante sobre la conducta del individuo
especialmente si es infante. Este medio no discrimina a su público, cualquiera
puede tener contacto sin importar la edad o el género, todos pueden ser afectados
por ella, hombres, mujeres y niños de cualquier edad. Los niños, son parte del
numeroso público expuesto a la televisión, y probablemente el más vulnerable
ante sus mensajes, dada su incompleta formación ideológica, social, cultural y de
valores, desde la que son interpretados y asimilados los mensajes del medio
televisivo;
La Televisión es un medio de comunicación de masas que penetra en la mayoría
de los hogares No existe distinción, llega a ricos y pobres es considerado un fuerte
medio porque integra imágenes y voz.
La influencia de la televisión es muy poderosa en niños y adolescentes, y los
padres tienen que enseñar a sus hijos a ver la televisión: inculcarles un espíritu
crítico ante los contenidos, que aprendan a seleccionar los programas huyendo de
la telebasura, y a dosificar el tiempo de permanencia ante el televisor; ya que la
televisión, bien utilizada, puede ser un buen medio de enseñanza y aprendizaje
en valores; y al mismo tiempo un formidable instrumento favorecedor de la
educación, la cultura, el ocio y la promoción de la salud.
Pero hay una serie de aspectos en los cuales la televisión puede ejercer una
influencia negativa, y estos son: violencia, rendimiento escolar, publicidad,
nutrición, sexualidad, y consumo de tabaco y alcohol.
De forma abreviada comentaremos cada uno de estos aspectos:
a) Violencia y televisión. En nuestro país las cadenas de televisión emiten
diariamente unas 90 escenas de violencia. El mayor número de vulneraciones se
produce en los contenidos de violencia, de lenguaje inadecuado y escenas de
sexo. El temor es que el niño espectador llegue a considerar normal los actos de
disparar, matar, violar y drogarse.
La reiterada observación de escenas violentas en televisión repercute sobre la
agresividad del niño, que comienza a registrarse ya a partir de los tres años de
vida. Numerosos estudios confirman que el alto índice de violencia televisiva
interviene como factor importante en la determinación de las conductas
masculinas violentas. Conviene dejar claro que no solamente tienen efectos
negativos la violencia de las películas; hay que evitar también que los más
pequeños vean los telediarios, por la carga de noticias y escenas violentas que
cada día se transmiten por televisión.
Muchos niños pasan un promedio de 3 a 4 horas diarias viendo la televisión, y
esta puede ejercer una influencia negativa en el desarrollo del sistema de valores
y de la conducta.
Una revisión de cinco metaanálisis de EE.UU demuestra que las imágenes de
violencia en TV, películas y videojuegos, producen a corto plazo en niños y
adolescentes efectos negativos: temores, excitación, alteraciones del pensamiento
y control de las emociones; incrementándose la probabilidad de conductas
agresivas.
b) Rendimiento escolar. La UNESCO ha llamado reiteradamente la atención de
que el uso indiscriminado y masivo de la televisión puede resultar peligroso para el
aprendizaje del niño, ya que aumenta la pasividad intelectiva, le aparta del trabajo
escolar, y limita su creatividad.
Numerosos estudios han demostrado que los alumnos que ven más de dos horas
diarias de televisión obtienen rendimientos escolares más bajos. La causa de este
hecho se debe al retraso en el proceso madurativo y a una menor capacidad de
abstracción, cuando existe abuso televisivo desde la edad escolar (Pediatrics
2006).
Asimismo, son muchos los estudios que muestran que la dependencia televisiva
está asociada con resultados de salud físicos y mentales adversos en niños, como
un mayor riesgo de depresión y ansiedad en las adolescentes. Ahora, un estudio
reciente viene a mostrarnos un nuevo riesgo de ver muchas horas la televisión. La
investigación, que ha sido publicada en la revista 'Circulation', de la Asociación
Americana del Corazón, afirma que ver todos los días durante muchas horas la
televisión
Estos son algunos de los problemas psiquiátricos y neurológicos que se han
relacionado (no siempre de forma causal) con el exceso de televisión:
Depresión y ansiedad.
Trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH).
Problemas de sueño.
Peor rendimiento académico de los niños.
Mayor impulsividad infantil.