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La Segunda República venezolana también resultó efímera, por más que Bolívar
recurriera a una franca dictadura militar para defenderla. Cayó en medio de rivalidades
regionalistas y críticas legalistas, además de unas tensiones de clase y raciales que
atizaban los jefes realistas. Los republicanos habían proclamado la igualdad jurídica de
las razas desde la Primera República, pero no habían tocado la institución de la
esclavitud y eran casi todos ellos miembros de la alta clase criolla, cuyos intereses
económicos y sociales no siempre se identificaban con los de las masas venezolanas. A
mediados de 1814, por consiguiente, Bolívar se encontraba otra vez en Nueva
Granada, aunque no por mucho tiempo, ya que le incomodaban las luchas intestinas
de los patriotas granadinos y preveía claramente que la desunión allanaría el camino al
Pacificador Pablo Morillo.
«¡Juro delante de usted, juro por el Dios de mis padres, juro por ellos, juro por
mi honor y juro por mi patria, que no daré descanso a mi brazo, ni reposo a mi
alma, hasta que haya roto las cadenas que nos oprimen por voluntad del poder
español!»
Independencia de Venezuela
Tras esto se dio comienzo a las que posiblemente fueron las batallas
más sangrientas de toda la guerra, en la que tanto los patriotas como los
realistas tuvieron muchas bajas. Finalmente a finales de 1814 los patriotas
perdieron la Batalla de Maturín, siendo el momento en el que los españoles
recuperaron sus tierras en Venezuela y la Segunda República fracaso.
Una de las claves de la Tercera República fue que todos los jefes
militares aceptaron a Bolívar como su único líder, siendo esencial la figura
central de jefe militar para las campañas posteriores, algo totalmente diferente
a los anteriores intentos en los que eran varios los lideres.
La unión entre las regiones para la Gran Colombia fue corta, ya que las
tensiones internas entre ellas y la muerte de Bolívar terminó haciendo que en
1830 Colombia, Venezuela y Ecuador se separaran e independizan unas de
otras. La lucha contra los españoles les había unido pero una vez terminada la
guerra cada estado prefirió ir por su lado.
CAMPAÑAS DE VALENCIA
Los valencianos habían fortificado la ciudad, la lucha fue casa por casa,
los reductos más fuertes eran el cuartel de los milicianos pardos y el convento
de San Francisco. Con 1.500 republicanos,[5] el asalto final se produce los días
12 y 13 de agosto, con la capitulación de los realistas, incluyendo la flotilla que
estaba en el lago de Valencia; muchos de los prisioneros, antiguos desertores,
simplemente se sumaran al ejército victorioso.[4] Durante esta rebelión
comienza la «guerra social» de pardos contra criollos; de estos últimos,
numerosos escaparon de la ciudad, reduciendo el número de defensores a
apenas quinientos pues todos los blancos desertaron.
Campaña Admirable