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SINTESIS SOBRE EL PENSAMIENTO MILITAR DEL LIBERTADOR SIMÓN

BOLÍVAR DURANTE LA GUERRA INDEPENDENTISTA DE AMÉRICA.

Simón Bolívar es sin duda el personaje histórico más importante que ha


producido América Latina, hasta el punto que casi todos los movimientos políticos y
sociales lo han reclamado como precursor o fundador. Cada época y corriente
ideológica han recreado a Bolívar de acuerdo con sus propios afanes, así que han
desfilado por las páginas de historia unos Bolívares masónicos o beatos, derechistas o
izquierdistas, gringófilos o cerradamente antinorteamericanos... Ninguna visión
encierra la verdad entera, pero todas se fundamentan, por lo menos en parte, en lo
que él dijo e hizo.

El Libertador nació el 24 de julio de 1783 en Caracas, de una familia latifundista


y esclavista de la llamada aristocracia "mantuana". Casi no tuvo educación formal,
pero con ayuda de su maestro privado Simón Rodríguez, de su pasión por la lectura y
unos viajes tempranos a Europa y Norteamérica, alcanzó un grado de instrucción
general no necesariamente inferior al que hubiera significado un grado de bachiller o
doctor. Se empapó del pensamiento de la Ilustración, en especial su vertiente francesa
(dominaba el idioma francés casi como el español), y no faltan las descripciones de
Bolívar estirado en su hamaca de campaña, leyendo a Voltaire u otro semejante. Tal
predilección por los filósofos franceses no es realmente un rasgo definitorio de sus
ideas, ya que la compartían muchos de sus eventuales adversarios políticos. Significa
simplemente una tendencia de apertura a las "luces del siglo" y a las innovaciones
políticas y sociales, aunque no a todas, ni de una sola vez.

Un rasgo que sí es definitorio de Bolívar es el que participara en la lucha de


emancipación durante todas sus etapas sin excepción, y en múltiples teatros
geográficos. Se diferencia del Libertador del Sur, José de San Martín, quien llegó un
poco tarde a la epopeya (en 1810 estaba en España) y se autoexilió antes de la batalla
final, y del angloamericano George Washington, cuya actividad se restringió a su país.
En los comienzos del movimiento en Venezuela, Bolívar era una figura secundaria, un
agitador de los que promovían la declaración de independencia absoluta (la primera de
un país hispanoamericano, el 5 de julio de 1811) y un militar subalterno a quien, en el
colapso de la Primera República de Venezuela, en 1812, le tocó perder la fortaleza
estratégica de Puerto Cabello. Sin embargo, al año siguiente se convirtió en jefe
indiscutido de la Segunda República, nacida de las ruinas de su antecesora. Pudo
restaurar el régimen patriota venezolano y ascender a la dirección suprema, que no
abandonaría nunca, gracias, no sólo a las dotes de guerrero que demostró a lo largo de
la Campaña Admirable de 1813, que lo llevó de nuevo a Caracas, sino también al apoyo
de las Provincias Unidas de la Nueva Granada, cuyo territorio le sirvió de base para
reconquistar Venezuela. Así quedó sellada otra característica permanente de la carrera
de Bolívar: su vinculación estrecha con la Nueva Granada, donde más de una vez
encontraría asilo cuando la fortuna de la guerra le resultó adversa en Venezuela, y
cuyos hombres y recursos combinó indiscriminadamente con los del país vecino hasta
alcanzar la victoria final, y aun más allá.

La Segunda República venezolana también resultó efímera, por más que Bolívar
recurriera a una franca dictadura militar para defenderla. Cayó en medio de rivalidades
regionalistas y críticas legalistas, además de unas tensiones de clase y raciales que
atizaban los jefes realistas. Los republicanos habían proclamado la igualdad jurídica de
las razas desde la Primera República, pero no habían tocado la institución de la
esclavitud y eran casi todos ellos miembros de la alta clase criolla, cuyos intereses
económicos y sociales no siempre se identificaban con los de las masas venezolanas. A
mediados de 1814, por consiguiente, Bolívar se encontraba otra vez en Nueva
Granada, aunque no por mucho tiempo, ya que le incomodaban las luchas intestinas
de los patriotas granadinos y preveía claramente que la desunión allanaría el camino al
Pacificador Pablo Morillo.

Partió Bolívar a Antillas, donde redactó uno de sus documentos clásicos, la


Carta de Jamaica de septiembre de 1815, en que con prosa de gran originalidad y
lucidez analizó el pasado y futuro de la América Española y proclamó su fe
inquebrantable en la victoria. En seguida hizo demostración práctica de esa fe
obteniendo del gobierno de Haití el apoyo para una expedición a Venezuela, y luego
para otra más cuando la primera fracasó. Hacia fines de 1816 regresó definitivamente
a Sudamérica, donde se dedicó a crear una base de operaciones en la cuenca del
Orinoco y también a dotar a la causa patriota de un mayor sabor popular, por no decir
populista, proclamando la abolición de la esclavitud y ofreciéndoles a los veteranos de
guerra una repartición de bienes de los enemigos. De mucha importancia fue la
colaboración que recibió del jefe nato de los llaneros, José Antonio Paéz, quien había
consolidado un reducto patriota en el Apure.

Bolívar tuvo poco éxito frente a la infantería de Morillo en los Andes


venezolanos. Pero a mediados de 1819 abandonó su intento de liberar a Caracas y dio
un vuelco estratégico de gran alcance, emprendiendo la campaña a través de los llanos
hasta subir los Andes y apoderarse del centro mismo del Nuevo Reino. Para ello
renovó su estrecho contacto con los patriotas granadinos, en especial con Francisco de
Paula Santander, quien después de organizar una base política y militar en los llanos de
Casanare comandó la división de vanguardia del ejército libertador. Por su breve
duración y corto número de combatientes, la batalla de Boyacá, que coronó la
campaña, no parecería sino una pequeña escaramuza. Sin embargo, en sus
consecuencias directas e indirectas, fue la más decisiva de las victorias de Bolívar,
porque abrió el camino de Bogotá, ocupado días después sin mayor resistencia, y
aseguró el control de un territorio densamente poblado del que podía extraer reclutas
y recursos materiales. Si hasta la víspera de Boyacá la suerte de la guerra había
resultado incierta -habiendo perdido Bolívar casi tantas batallas como ganó-, ya no
volvería a perder sino por excepción. El balance de moral e ímpetu político y militar
había revertido a favor de los patriotas, quienes registrarían una victoria tras otra a
medida que llevaban la lucha hasta la costa de Nueva Granada, a Venezuela otra vez, y
más tarde al Ecuador y Perú hasta la victoria final de Ayacucho en diciembre de 1824.

Mientras tanto se erigía un régimen republicano en todo el territorio del


antiguo virreinato de Nueva Granada, del Orinoco a Guayaquil, con el nombre de
República de Colombia (Congreso de Cúcuta, 1821). Esta unión respondió al anhelo de
Bolívar de crear en la América antes española, no una sola nación -que desde su carta
de Jamaica reconocía como cosa inmanejable- pero sí unos Estados más grandes y
fuertes que los que a la larga surgieron. Anhelaba también que los nuevos Estados
establecieran por lo menos una estrecha alianza entre sí, para lo cual promovió
tratados de cooperación fraternal y la reunión del Congreso de Panamá de 1826, que
de acuerdo con su plan habría sido un encuentro sólo de ex colonias españolas. La
cancillería colombiana invitó también al Brasil y Estados Unidos, mas en la práctica no
participaron sino hispanoamericanos -y no todos ellos-, así que el Congreso tuvo
significación más bien como precedente para el futuro, que como un paso real hacia la
unidad latinoamericana.

Tampoco resultó viable en época de Bolívar la unión colombiana (o


grancolombiana, como la bautizaron retrospectivamente los historiadores).
Paradójicamente, el mayor escollo para la preservación de la unión fue la misma patria
chica del Libertador, Caracas, que en última instancia no aceptaba supeditarse a la
lejana y friolenta Bogotá. La desafección venezolana se hizo sentir por primera vez en
la rebelión de Páez de 1826, que fue el primer reto político enfrentado por Bolívar al
regresar del Perú. Llegó a un arreglo con Páez, que no duró, y a fines de 1829 éste
encabezaba un nuevo movimiento autonomista que desembocó en la separación de
Venezuela y en la prohibición de que Bolívar volviera a territorio venezolano.

La Nueva Granada se convirtió así en la última morada del Libertador. Murió el


17 de diciembre de 1830 en Santa Marta, camino del exilio, que fue voluntario, por
más que muchos granadinos hubiesen deseado que partiera. Sus enemigos principales
eran los aliados políticos de Santander, quien había sido colaborador eficaz como
vicepresidente de Colombia mientras Bolívar está ausente de Bogotá. La ruptura
posterior con Santander y los suyos se debió, entre otros, a factores de rivalidad
personal, pero en el fondo existía también un desacuerdo político. Santander
propugnaba un republicanismo liberal de corte convencional y además estaba
identificado con la obra de su administración vicepresidencial, marcada por un
moderado reformismo en política eclesiástica, hacendaria y otros campos, que le había
acarreado la oposición de muchos afectados. Bolívar creía que algunas medidas,
justificables en sí, habían sido prematuras, ya que el objetivo prioritario debía ser la
cimentación de un orden estable; y para este efecto su "panacea" (como él mismo la
denominaba) era el esquema de Constitución que redactó para Bolivia, cuyo rasgo
notorio era un presidente vitalicio con facultad de nombrar sucesor. No carecía de
otras disposiciones eminentemente liberales, pero la presidencia boliviana era de
hecho una monarquía disfrazada y como tal no era del agrado de los santanderistas.
Estos se convencieron de que Bolívar tenía en mente establecer una dictadura, y su
tenaz oposición al Libertador fortaleció su convicción de que en realidad no había otra
manera de afirmar el orden público. No fue una dictadura cruenta sino a partir del
intento frustrado de asesinar a Bolívar en septiembre de 1828, cuando se desató una
racha de ejecuciones y exilios, incluso el destierro de Santander. Pero fue una
dictadura políticamente reaccionaria, sostenida por militares, clero y sectores
aristocráticos, mientras que derogaba buena parte de la legislación reformista.

Bolívar había diagnosticado certeramente los problemas no sólo de Colombia


sino de Latinoamérica, y hacía hincapié en la necesidad de elaborar instituciones
acordes con la índole de las nuevas naciones, en vez de tomarlas prestadas de modelos
foráneos, a pesar de las bondades intrínsecas de éstos. Sus análisis fueron casi siempre
geniales. No lo fueron, desafortunadamente, las soluciones concretas (tipo
Constitución boliviana) que él propuso. Sin embargo, había creado naciones y
proclamado ideales de libertad personal y solidaridad latinoamericana que serían
banderas de lucha en lo venidero. Si no logró todo lo que anhelaba, tampoco lo
pudieron los demás libertadores, ninguno de los cuales intentó tanto como él.

EL JURAMENTO DE MONTE SACRO

El Juramento del Monte Sacro es una promesa anunciada por el


Libertador Simón Bolívar, cuyo objetivo fue enfatizar su profundo compromiso
personal con la causa independentista hispanoamericana y que tuvo lugar
durante su visita a la ciudad de Roma, Italia. El juramento presenciado por
Simón Rodríguez, su maestro y mentor años atrás en Caracas muestra la
faceta ilustrada y romántica de Bolívar, imbuido en un idealismo juvenil (tenía
22 años cuando lo realizó) y decepcionado por los avatares de su vida: luego
del fallecimiento de María Teresa Rodríguez del Toro y Alayza, su esposa, en
1803, juró el 15 de agosto en la Colina de Monte Sacro, para consagrar su vida
a la liberación del continente latinoamericano.

Sobre la fecha tuvo lugar este evento existe amplio consenso y


documentación que permite asegurar que fue el 15 de agosto de 1805. Sin
embargo, la exactitud tanto del lugar como de las palabras pronunciadas por el
Libertador en dicha ocasión son aún materia de controversia para sus
historiógrafos y estudiosos. Por anotaciones personales de Simón Rodríguez
se sabe que fue una de las tantas colinas que conforman el paisaje de la
capital italiana, la cual él mismo describe como el Monte Sacro, aseveración
refrendada por buena parte de los expertos en el tema, como Joaquín Díaz
González. Otras fuentes aseguran que podría haber sido el Monte Palatino, de
mayor altura; Caracciolo Parra Pérez un gran estudioso de la vida y obra de
Bolívar fue de la opinión que el suceso haya ocurrido en el Monte Aventino, tal
vez por su mayor significación histórica.

Sin embargo, historiadores como Vicente Lecuna llegaron incluso a


poner en duda que Bolívar haya realmente pronunciado el juramento que se le
atribuye, cuya versión que ha recibido más amplia difusión reza:

«¡Juro delante de usted, juro por el Dios de mis padres, juro por ellos, juro por
mi honor y juro por mi patria, que no daré descanso a mi brazo, ni reposo a mi
alma, hasta que haya roto las cadenas que nos oprimen por voluntad del poder
español!»

Independientemente del estilo o forma, la veracidad de este hecho


histórico está documentada de primera fuente, en primer lugar por una carta
fechada el 19 de enero de 1824 en Pativilca, Perú, enviada por el mismo
Bolívar a su maestro Rodríguez, con motivo de saludarlo al saber su retorno a
Sudamérica, en la cual el Libertador se refiere a este hecho, aunque sin
ahondar en detalles exactos y por otra parte, de un extracto de la conversación
sostenida entre un Simón Rodríguez ya anciano y el doctor Manuel Uribe Ángel
en Quito, en 1850, que fue recogida por el escritor Fabio Lozano y Lozano en el
libro «Maestro del Libertador», publicado en París, en 1913. Del sentido del
juramento se desprende que el futuro Libertador quería conferir a sus palabras
el concepto de las ideas de libertad, igualdad y fraternidad aprendidas de la
Ilustración, toda vez que la contemplación del paisaje repleto de ruinas de lo
que fue el Imperio Romano le hizo evocar la tiranía y opresión que
caracterizaron a varios de sus gobernantes.

Independencia de Venezuela

La historia de la independencia de Venezuela se puede dividir en cuatro


partes, siendo la primera de estas la llamada Primera República, cuya línea
temporal va desde 1810 hasta 1812.

El 19 de abril de 1810 se forma una Junta Suprema de Gobierno en la


ciudad venezolana de Caracas que logró de forma pacífica sustituir al gobierno
español, haciendo renunciar al gobernador Vicente Emparan. Aún con ello, la
Junta seguía dependiendo de la Corona Española, aunque la intención era otra
bastante diferente, ya que en 1811 se firmó un acta de independencia creando
incluso una bandera e himno propio y único.

Este acto de rebeldía causó el enfrentamiento entre los venezolanos que


defendían la independencia, llamados patriotas y los que seguían siendo leales
al rey, los realistas, cayendo muchas ciudades en una serie de batallas y
revueltas. Estos eventos provocaron que los llamados patriotas perdieran sus
posiciones de poder y el ejército realista volvió a tomar el control, terminando
con el primer intento de independencia de la región.

La segunda etapa de la independencia de Venezuela dio comienzo en


1813 y terminó en 1814 y empezó cuando Simón Bolívar liberó importantes
ciudades del control realista. Bolívar había escrito el Manifiesto de Cartagena,
donde se intentaba explicar las razones por la que la independencia había
fracasado y ofrecía nuevas opciones para todos aquellos que aún querían la
independencia.

Simón Bolívar fue de una de las figuras más relevantes de la historia de


la independencia hispanoamericana, siendo un militar y político que fundó Gran
Colombia y Bolivia y que también inspiró la independencia de hasta 6 estados.
Es adorado es muchos países pero especialmente en Venezuela, donde es
denominado el Libertador.

Unos meses más tarde, Bolívar consigue conquistar Caracas


proclamando la Segunda República y llamando a la “guerra a muerte” que se
basaba en el exterminio de todos los españoles que se encontraban en
territorio venezolano y una no agresión a todos los americanos, apoyaran o no
a los españoles.

Tras esto se dio comienzo a las que posiblemente fueron las batallas
más sangrientas de toda la guerra, en la que tanto los patriotas como los
realistas tuvieron muchas bajas. Finalmente a finales de 1814 los patriotas
perdieron la Batalla de Maturín, siendo el momento en el que los españoles
recuperaron sus tierras en Venezuela y la Segunda República fracaso.

La dos victorias realistas no bajaron los ánimos de los patriotas, quienes


en 1817 volvieron a intentar la independencia mediante la Tercera República,
siendo un evento que duró dos años. Tras la anterior derrota, los patriotas se
habían escondido en otros territorios, desde donde comenzaron una
reorganización para intentar vencer a los españoles. Sus escondites era
básicamente las islas del Caribe, estando algunas de ellas fuera del control
español y por lo tanto teniendo tiempo para planear el contraataque
independentista.

Una de las claves de la Tercera República fue que todos los jefes
militares aceptaron a Bolívar como su único líder, siendo esencial la figura
central de jefe militar para las campañas posteriores, algo totalmente diferente
a los anteriores intentos en los que eran varios los lideres.

Las primeras conquistas patriotas en Venezuela tuvieron lugar en 1817,


siendo capaces de conquistar importantes localidades en poco tiempo. A lo
largo de dos años, las victorias de los patriotas fueron cada vez más
numerosas, llegando un momento en 1819 en la que los ejércitos realistas
estaban muy debilitados y la victoria patriota estaba muy cerca.

A finales de 1819 Bolívar unió Nueva Granada y Venezuela, formando la


Gran Colombia y consiguiendo por fin vencer a los españoles, completando lo
que Bolívar llamaba la liberación. La formación de la Gran Colombia tuvo lugar
en el Congreso de Angostura, siendo el lugar en las que se fijaron las
directrices del nuevo estado americano.

Para concluir este resumen de la independencia de Venezuela, debemos


hablar sobre la última etapa de la independencia, siendo esta la llamada Gran
Colombia. Esta etapa es la que tuvo lugar entre 1819 y 1830, comenzando con
la unión de diferentes regiones en la llamada Gran Colombia y terminando con
la disolución de este estado.

La guerra parecía terminada cuando los patriotas y realistas firmaron el


llamado Armisticio de Trujillo, en el que se llegaba a una especie de pacto de
no agresión entre ambos bandos. Pero los realistas volvieron a intentar vencer
a los patriotas, llevando esto a la batalla de Carabobo, en donde tuvo lugar la
victoria final de ejército patriota y conllevando la independencia final de la Gran
Colombia.

La unión entre las regiones para la Gran Colombia fue corta, ya que las
tensiones internas entre ellas y la muerte de Bolívar terminó haciendo que en
1830 Colombia, Venezuela y Ecuador se separaran e independizan unas de
otras. La lucha contra los españoles les había unido pero una vez terminada la
guerra cada estado prefirió ir por su lado.

CAMPAÑAS DE VALENCIA

Valencia era una de las ciudades más importantes de Venezuela, con


más de 10.000 habitantes a orillas del lago homónimo, controlaba el acceso a
los valles de Aragua que comunicaban los Llanos del interior y la costa
caribeña.[9] Mientras la urbe se alzaba, sucedía un movimiento similar en las
cercanías de Caracas. En la sabana de El Teque se reúnen 60 realistas
armados bajo el mando del rico comerciante canario Juan Díaz Flores, el
caraqueño José María Sánchez, el doctor Antonio Gómez y el dominico Juan
José García. Fueron reducidos por las milicias republicanas. Sus 16 cabecillas
acaban fusilados. En Valencia varios patriotas son asesinados cuando los
realistas se hacen con la ciudad.[2] El gobernador de Coro, José Ceballos,
envía soldados en apoyo a los realistas valencianos.

Tras llegar las noticias a Caracas se organizó un cuerpo de milicias de


Aragua al mando del coronel Simón Bolívar para vigilar la situación, mientras
se prepara una expedición al mando del marqués del Toro quien marchó a
través de los valles de Aragua y luego alrededor del lago de Valencia. En
Mariara encontraron resistencia, siendo emboscados entre dos fuegos (los
realistas apostados en las alturas del desfiladero y los botes en el lago) en el
desfiladero de La Cabrera, tras lo cual el marqués detuvo su avance (15 de
julio).[2] Miranda lo sustituyó y dirigió la campaña el día 19 con los refuerzos de
Bolívar, forzando el desfiladero y tomando Guacara y El Morro el 23 de julio,
expulsando a los rebeldes monárquicos hasta la ciudad. Estos negocían su
capitulación durante la noche, pero no son desarmados. Tras haber agasajado
a los republicanos, en el amanecer se lanzan sobre ellos y los expulsan a
Guacara. Reorganiza sus fuerzas y vuelve para asaltar la ciudad en una batalla
de tres días hasta que decide asediar, dedicándose a tantear sus defensas.

Los valencianos habían fortificado la ciudad, la lucha fue casa por casa,
los reductos más fuertes eran el cuartel de los milicianos pardos y el convento
de San Francisco. Con 1.500 republicanos,[5] el asalto final se produce los días
12 y 13 de agosto, con la capitulación de los realistas, incluyendo la flotilla que
estaba en el lago de Valencia; muchos de los prisioneros, antiguos desertores,
simplemente se sumaran al ejército victorioso.[4] Durante esta rebelión
comienza la «guerra social» de pardos contra criollos; de estos últimos,
numerosos escaparon de la ciudad, reduciendo el número de defensores a
apenas quinientos pues todos los blancos desertaron.

Los prisioneros realistas fueron juzgados y condenados a muerte, pero


después sus penas se conmutaron y fueron indultados por el Congreso
Constituyente, lo que no tuvieron en cuenta los comandantes monárquicos.[1]
En Puerto Rico, el «Funcionario Regio» Antonio Ignacio de Cortabarría acordó
con el gobernador, Salvador Meléndez Bruna, enviar mil hombres contra
Cumaná, donde esperaban el apoyo de la población. Sin embargo, al llegar
encontraron una fuerte defensa de las milicias patriotas y se dirigieron a Coro.
[1] El general Miranda permanece en la urbe hasta el 22 de octubre,
organizándola y dejando a cargo al coronel Miguel Uztáriz.

Pérdida del castillo de Puerto Cabello


Se le registra en la historiografía venezolana como la principal derrota de
los patriotas en esta ciudad, es lo que se conoce como la "Pérdida de la Plaza
de Puerto Cabello de 1812".

El 2 de mayo de 1812, el General Francisco Miranda, nombró al Coronel


Simón Bolívar Comandante Político y Militar de Puerto Cabello, la fortaleza más
importante que tenía la ex Capitanía General de Venezuela en ese momento.

El 30 de junio de 1812 estalló una rebelión armada en el castillo San


Felipe de Puerto Cabello, aprovechando la ausencia de su comandante, el
Coronel Simón Bolívar, quien se encontraba en la ciudad con el coronel
Aymerich, hecho que propició la traición de su segundo al mando, el canario
Francisco Fernández Vinoni, en la cual participaron algunos de los procesados
militares de la rebelión de Valencia de 1811. Bolívar inmediatamente atacó a
los sublevados y la artillería del castillo arrasó la ciudad durante cinco días,
haciendo que sus pobladores abandonaran la ciudad. El día 6 en la mañana
Bolívar abandonó Puerto Cabello embarcándose por el puerto cercano de
Borburata, acompañado tan solo de ocho oficiales.

Así, a pesar de todos los esfuerzos de Bolívar para tratar de dominar el


movimiento, la plaza pasó a manos de los realistas, y con ella todo el material
de guerra y otros recursos allí almacenados. La pérdida de Puerto Cabello ha
privado al bando republicano de su principal arsenal y permite a Monteverde
avituallarse por la costa; no hay manera de saber cuándo ni de dónde podrá el
bando republicano recibir nuevos pertrechos para remplazar lo que se ha
perdido.

Este acontecimiento, unido a los triunfos de Antoñanzas en los llanos de


Calabozo y a la insurrección de Curiepe, dio notable impulso a las acciones de
Monteverde, paralizadas como consecuencia de los fallidos ataques a La
Victoria y a la carencia de material de guerra. Al saber Miranda la caída de
Puerto Cabello comentó textualmente "Tenez: Le Venezuela est blesé au
coeur" (Miren ustedes: Venezuela ha sido herida en el corazón).

Capitulación y apresamiento de Miranda

Francisco de miran fue un gran diplomático y un gran luchador de las


independencias de su país y de los demás países en los que estuvo
involucrado como lo fueron las de los estados unidos y el creía que las
independencias eran mejor haciendo tratados que solucionaran los problemas
bélicos de la época en los que se veía comprometido nuestro país por lograr
completamente su independencia y para eso el asumió el rol de comenzar sus
capitulaciones en los tiempos en que la primera república se establecía 1811 y
era de forma de pactos y tratado con los españoles y su ejército esto dio como
fin que esta república se acabara y por ende acabara siendo Miranda un
conspirador para nuestro libertador Simón Bolívar llevándolo a ser enemigo de
la patria por estos actos , y así mandándolo a presar y en donde antes de
llegar a la carraca estuvo vagando preso por varias cárceles de la costa t de el
Caribe hasta llegar a la Carraca en Cádiz España, posterior a este hecho luego
de la caída del castillo de san Felipe y tras a ver sido traicionado por el teniente
Francisco Fernández ,nuestro libertador se embarco hacia el exilio en donde
llego a Curazao lugar en donde Inglaterra país que ocupaba esta isla lo recibió
no de muy buena manera esto se debe a que en la época España y este país
tenia una amistad por conveniencia y se ayudaban Bolívar luego de esto al
llegar todo su equipaje fue arrebatado y confiscado por el gobierno ingles de
esa época a pesar del infortunio Bolívar no la paso del todo mal pues en una de
sus cartas comenta que está pasando bien su estadía y que siempre hay una
mano amiga que ayude en situaciones así.

Exilio de Bolívar a Curazao.

El periodo de 1814-1816, es poco recordado en la vida del Libertador y


de la Venezuela de la época. Esos años, no fueron tan fructíferos militarmente
como lo hubiese deseado el héroe. Pero sí llenos de la calidez y la solidaridad
de los pueblos del Caribe.

Su exilio comienza después de la dolorosa emigración a oriente (agosto


del 14). Veinte mil caraqueños huyen del sanguinario Boves. El propio Bolívar
dirige la evacuación. Bien pudo escapar por La Guaira, pero se mantuvo al
frente y vivió las penurias y miedos del pueblo.

En septiembre del 14, sale de Carúpano a Curazao y luego a Cartagena.


Lo recibe el solidario Camilo Torres. Allí permanecerá hasta abril de 1815,
cuando parte a Jamaica. Lo siguen numerosas familias venezolanas. Muchas
se van a buscar refugio en Saint Thomas y otras a Puerto Rico. Mientras,
España desembarca 15 mil hombres en Venezuela al mando del General Pablo
Morillo el 'Pacificador'. El Brigadier español Salvador De Moxo ejerce la
administración de la Capitanía de Venezuela. En oriente y los llanos, la
resistencia patriótica es comandada por Monagas, Arismendi, Sedeño, Zaraza,
Mariño, Piar, Gómez, Parejo, Mac Gregor y Páez. Occidente es de los realistas.

En Jamaica, realiza una intensa actividad diplomática y periodística. En


esa isla reflexiona sobre la situación de América Latina y concluye su profética
Carta, una verdadera proclama integracionista y libertaria. En diciembre de
1815, con una flota patrocinada por el curazoleño Luis Brion prepara un
desembarco a Cartagena. Se desvía cuando Bermúdez, que huye de Morillo,
con un contingente de desvalidos patriotas, le advierte de una emboscada.
Llega a la República de Haití en diciembre de 1815 y solicita la ayuda del
presidente Alexandre Pétion, quien lo asiste con armas, pertrechos y enseres.

Su prestigio personal, formación académica y militar, visión de estadista


y su proyección internacional lo señalaban como el único hombre capaz de
coordinar y dirigir los ímpetus de los bravos caudillos republicanos, que en una
auténtica guerra de guerrillas luchan por la independencia de Venezuela y
Nueva Granada. En marzo de 1816, una misión de revolucionarios entre los
cuales se hallan Bermúdez, Mc Gregor, Briceño Méndez, Soublette y el
colombiano Zea, llega a Haití y en asamblea lo nombran Jefe Supremo y
Capitán General de Venezuela y Nueva Granada. Fue en el puerto de Los
Callos.

Junto con ellos toma la isla de Margarita. Después trata de reconquistar


Caracas, pero es derrotado por los realistas en Ocumare de la Costa. Se
refugia en la isla de Bonaire y luego ingresa al país por Güiria, pero por malos
entendidos con algunos jefes de oriente retorna a Haití (agosto), donde
nuevamente es asistido por Pétion. En diciembre del 16 está de vuelta en
Margarita, para seguir al frente de la guerra de independencia.

Fueron años de cruentas derrotas y duras victorias para los patriotas.


Años de luto, de dificultades, de individualismos, que fueron superados por el
sueño bolivariano de libertar y unir a todo un continente.

Campaña Admirable

La Campaña Admirable fue una acción militar comandada por Simón


Bolívar que liberó al occidente de Venezuela, integrado por las provincias de
Mérida, Barinas, Trujillo y Caracas. Estos éxitos, junto con los obtenidos en
oriente por Santiago Mariño, darían origen a la Segunda República de
Venezuela.

Tras la Capitulación de San Mateo que dio fin a la Primera República de


Venezuela, un gran número de jefes políticos y militares de la república
migraron al exterior, huyendo de el jefe realista Domingo de Monteverde. A
Nueva Granada fueron Simón Bolívar y José Félix Ribas, entre otros.

Simón Bolívar se reorganiza y libera el río Magdalena, luego ocupa la


ciudad de Ocaña el 8 de enero de 1813. El 16 de febrero sale rumbo a Cúcuta
por la presencia de fuerzas realistas.

El 28 de febrero de 1813 se produce la Batalla de Cúcuta, donde Bolívar


logra la independencia de la ciudad colombiana de Cúcuta. El Libertador
solicita ayuda al gobierno neogranadino a través del Manifiesto de Cartagena,
la cual le fue concedida y se da inicio a la Campaña Admirable.

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