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PARCIAL PRIMER CORTE

1. ¿Cuáles son las principales hipótesis neurobiológicas del autismo?

Los nuevos avances han demostrado que la mutación de ciertos genes interrumpe algunos
procesos biológicos para el desarrollo de la persona, lo que da lugar al trastorno del
espectro autista, esto dado por el deterioro de los genes, la sinapsis y los circuitos
neuronales.
La interacción social requiere una red de zonas cerebrales las cuales son el córtex
inferior, el surco temporal superior, el sistema de neuronas espejo y las zonas de la unión
temporoparietal. Pues estas deben tener un adecuado funcionamiento entre sí para poder
procesar la información social.
Algunas zonas del cerebro de un niño autista se desarrollan antes de tiempo durante los
primeros años de vida, sobre todo el lóbulo frontal (atención y toma de decisiones) y la
amígdala (emociones), pues cuando una o varias zonas del cerebro se desarrollan
desincronizadas puede afectar otras zonas.

Una de las principales hipótesis es la influencia de los genes en el autismo, así como los
factores ambientales, pues gracias al estudio del ADN, se ha comprendido que esta varia
de unas personas a otras y algunas de estas variaciones puede ocasionar el autismo. Se
han descubierto dos aberraciones:
- Variaciones en el número de copias
- Mutaciones espontaneas

2. ¿Cuál es el rol de la tom y la empatía en la conducta normal o patológica?

La teoría de la mente se basa en como el individuo atribuye estados mentales a sí mismo


y a los demás, esto ayudando a prever el comportamiento de los demás ayudando al
aprendizaje y la interacción social.
Pues esta teoría fue la clave para explicar la discapacidad social, pues los autistas no
atribuyen estados mentales a los demás con el fin de explicar su comportamiento,
asimismo, poseen dificultades para distinguir el movimiento biológico con significado
social.
La empatía ha sido investigación importante para explicar el autismo. La empatía es la
capacidad de percibir, compartir o inferir los sentimientos, pensamientos y emociones de
los demás, siendo vital para la vida social, pues los individuos con autismo no desarrollan
la empatía de forma automática, esto explicando porque se les dificulta las interacciones
sociales, ya que poseen un déficit para entender las emociones de los demás y por eso
carecen de reacciones empáticas, darse cuenta de las intenciones de los demás,
comprender la ironía, el engaño y el sarcasmo, etc.

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