Está en la página 1de 38

...

al jardín común que nos acoge


Casas como árboles se redactó inicialmente como trabajo final del
Máster de Bioconstrucción en el 2009. Máster creado por el Institut für
Baubiologie + Oekologie Neubeuern (IBN) y fundado en Alemania en
1983 por el profesor Anton Schneider. El IBN ofrece, desde el 1977, el
curso en bioconstrucción que se ha impartido a unos 7.000
profesionales (arquitectos, ingenieros e industriales de la construcción,
médicos, homeópatas y otras personas interesadas por la biología del
hábitat y la ecología). Gracias al reconocimiento internacional el curso
se imparte en Europa y Estados Unidos y se ha traducido al inglés,
italiano y más recientemente al francés y español. El representante en
España es el Instituto Español de Baubiologie (IEB).
“La situación actual de crisis sistémica ha generado que la población
empiece a cuestionarse que está sucediendo en todos los ámbitos de
nuestra civilización. Sin embargo la bioconstrucción no acaba de
consolidarse. Asociada al concepto de sostenibilidad y ecología no
siempre se comprende su perspectiva holística y su vinculación con la
salud y bienestar de todo el planeta y sus habitantes. Siguen circulando
muchos tópicos que dificultan su implantación. Asociada a un sector de
la población muy específico y minoritario, muy lentamente se filtra en
nuestra sociedad.

Iniciar un programa de difusión, no técnico, ni alarmista, destinado al


público general, describiendo los principios básicos de la
bioconstrucción y acentuando su carácter holístico es el objetivo de
este ebook.

Contagiar con el entusiasmo que he sentido al iniciarme en esta


disciplina, es mi principal motivo para compartir su contenido”

Silvia Ferrer-Dalmau
Un 90% de nuestro tiempo transcurre en espacios
cerrados y construidos. Metafóricamente representan
nuestra tercera piel. Tan importante es su cuidado como
el que prestamos a nuestro cuerpo y a nuestros
“abrigos”.

La edificación actual utiliza materiales poco aconsejables


y los avances tecnológicos, indebidamente aplicados,
pueden interferir con nuestros procesos biológicos.
remplazamos el entorno natural al que nos hemos
adaptado a lo largo de toda la existencia humana por
otro de artificial al que nos hemos tenido que aclimatar
en tan solo unas décadas. Esta rápida transformación
pasa factura y el precio corresponde a la merma
progresiva de salud y calidad de vida.

Nos encontramos con espacios donde la luz es deficiente,


el aire pobre, cargado de sustancias químicas y/o tóxicas,
materiales sintéticos, electricidad estática, radiaciones
electromagnéticas, exposición en zonas geopatógenas,
ruido, colores desvitalitzadores, formas de espacios
agobiantes, agresivos, poco funcionales, etc…Priman los
aspectos económicos, técnicos y estéticos por encima de
todo el que hace referencia a la salud y bienestar de sus
usuarios.

A la hora de construir y/o reformar inmuebles fuera muy


recomendable plantearse soluciones responsables para
evitar patologías no deseables a largo plazo. Los orígenes
de muchas de dichas patologías son invisibles e
incurrimos en el mito de Santo Tomas de que si no
vemos no creemos. ¡Cuidado porque lo invisible no es
sinónimo de inocuo!

Cuidando nuestra tercera piel también protegeremos el


medio ambiente, metafóricamente, asociada a la cuarta
piel. Nuestros edificios son poco ecológicos. la mayoría
de edificios actuales son grandes derrochadores de
recursos y energía al mismo tiempo que alteran
irreversiblemente el entorno natural donde se asientan. El
impacto ambiental de una vivienda es muy alto. No tanto
sólo por ser devoradoras de energía sino por todo
aquello que generan. La naturaleza es nuestro más
preciado modelo. Tenemos que responder a aquello que
nos enseña: ella gasta lo menos posible, aprovecha y
recicla, se adapta, evoluciona, armoniza y busca la
perfección.

Vivir hoy en día de forma sana, equilibrada y armónica no


es una utopía. Aunque no podamos cambiar el entorno si
podemos intervenir en aquello que tenemos más
cercano: la vivienda y los espacios donde pasamos la
mayor parte del tiempo, incluido el puesto de trabajo.

Esperamos este viaje que iniciamos por las disciplinas


que integran la bioconstrucción sea fascinante y os
motive a seguir explorando.

¡Empecemos a viajar por el mundo de la bioconstrucción!


Un viaje por la naturaleza artificial y construida por el
hombre. Antes haremos una breve introducción al
concepto Bioconstrucción.
Descubriremos un mundo construido con sentido común.
Nuestro modelo, la naturaleza

Cada uno hará el viaje a su ritmo. El punto de partida no


importa. La bioconstrucción no tiene límites. ¡Siempre
podemos hacer algo!

Unos estarán pensando en construir la casa de sus


sueños, otros estará pensando en reformar. Otros ya
están bien donde están. Otros solo necesitaran algunas
mejoras, pautas o indicaciones. Todas las situaciones son
válidas. ¡Coged vuestra mochila y disfrutad! El viaje no
tiene fin. Nunca acabaremos de aprender por lo que hay
que disfrutar del camino, sin agobiarse por querer
conseguirlo todo.
Antes de iniciar el viaje, me gustaría que reflexionarais
sobre esta imagen. ¿Qué emociones os transmite?

Seguramente no serán emociones muy positivas. ¿Si la


valoración cultural de una época se manifiesta en el
entorno construido, os parece una forma de habitar
saludable que contribuye a generar vidas saludables?

Con el desarrollo postindustrial, muchas disciplinas, no


solo la arquitectura, rompen el vínculo con la naturaleza y
el sentido común queda absorbido por criterios
tecnológicos, económicos, materialistas, lineales,
cuantitativos y analíticos.

¡Los criterios del sentido común han desaparecido en tan


solo 2 décadas!
En muchas zonas del planeta, el medio ambiente está
gravemente deteriorado en detrimento de las
generaciones futuras, los recursos se agotan
progresivamente, las enfermedades de la civilización
moderna se propagan cada vez más rápidamente,
muchas personas mantienen un estilo de vida
egocéntrico y materialista y desprecian los ideales
humanos, éticos y espirituales, la desigualdad entre ricos
y pobres y las consiguientes injusticias sociales aumentan
en todo el mundo.

Necesitamos revertir estas dinámicas porque como


define el efecto “boomerang” cuando contaminamos, la
lluvia ácida acaba cayendo sobre nosotros mismos.
Tanto desequilibrio pasa factura y acabamos
enfermando. ¿Has oído hablar de la Sensibilidad Química
Múltiple (SQM) y de la Hipersensibilidad
Electromagnética (EHS) y del Síndrome del Edificio
Enfermo (SEE)? Todas ellas se han catalogado como
Enfermedades medioambientales.

Las enfermedades medioambientales se consideran


como enfermedades emergentes. Es decir aunque
actualmente afecten a un % bajo de la población, crecen
exponencialmente.

Sus afectados son llamados también nuestros canarios de


la mina. Los “canarios” que informan de la toxicidad que
se respira en nuestro medio ambiente.
¡Urge restaurar el equilibrio entre arquitectura, ecología y
salud y olvidar la construcción, la contaminación y la
enfermedad!

Observar esta imagen. Seguramente os evoca emociones


positivas que nos transportan a momentos de relax y
bienestar. Entonces… ¿Por qué no construimos Casas
como árboles?

Casas que benefician el entorno, que crecen en un buen


sitio, que se integran en el entorno, que nos acogen y nos
permiten crecer como personas, que consumen los
recursos imprescindibles y no despilfarran, que alimentan
el alma, que nos protegen de la lluvia, que protegen del
sol en verano, que reciben el sol en invierno, que nutren
a sus habitantes y que cuando acaban su vida útil sus
residuos se convierten en recursos.
La corriente arquitectónica que aboga por la salud ha
adoptado en España el nombre de bioconstrucción, pero
la palabra deriva del término alemán “baubiologie” que
significa biología de la construcción. Un concepto
precioso pero de difícil traducción a nuestro idioma.
¡Qué lástima!

Así como la biología estudia la relación entre los seres


vivos y la naturaleza, la bioconstrucción estudia la
relación de los seres vivos y su entorno “artificial
construido”.

La bioconstrucción considera toda edificación como


organismo vivo. Metafóricamente, la casa se valora como
la tercera piel, después de la del cuerpo y la ropa.
Si un término define a la bioconstrucción es su cualidad
holística. Una disciplina que integra muchas otras y para
poder llevar a cabo un proyecto de bioconstrucción es
necesario tener esa visión global.

Los técnicos, metafóricamente, se definen como


directores de orquesta. Requieren del conocimiento
suficiente para conocer todas las disciplinas sin ser
especialistas en ninguna.

Nuestra sociedad tiende tanto a la especialización que la


perspectiva global se desatiende. El especialista en
biconstrucción recupera esta mirada para preservar el
criterio de salud en todos los elementos y partes del
proceso arquitectónico.
«Paredes, puertas y ventanas forman una casa, pero es
por sus espacios vacíos que podemos utilizarla. Así de la
existencia provienen las cosas y de la no existencia su
utilidad» (Lao Tse)

El objetivo de la bioconstrucción es respirar aire de


calidad y para ello es necesario que todos los
componentes que pueden influir tanto desde el exterior
del edificio como los que provienen de la misma
construcción, uso y mantenimiento, favorezcan que las
condiciones de humedad, temperatura, calidad del aire y
electroclima sean apropiadas.

Tras esta breve introducción, ¡empecemos el viaje!


Vamos a soñar juntos buscando la zona ideal para
construir nuestra casa.
Esta imagen igual es muy utópica pero si hemos de
construir casas como árboles, ¿por qué no construir
ciudades como bosques?

A lo largo de la historia, mediante la observación del


ganado y sus entrañas y aplicando criterios de salud,
espirituales y geománticos, las civilizaciones analizaban el
entorno, antes de construir, ¡No construyan en cualquier
sitio! Debemos integrarnos en la naturaleza, no dominarla.

Desde la perspectiva de la Baubiologie, la ciudad del siglo


XXI, según la clasificación de un biotopo es un desierto
(valor 0) pobre en flora, fauna y humus. El valor de una
ciudad saludable y ecológica ideal se encontraría entre el
valor de una huerta (13) y el de un bosque de ribera (30).
Una vez encontrado el sitio, debemos analizar las
radiaciones naturales que provienen del cosmos y del
interior de la tierra y que inciden en nuestro terreno.

Todo el universo es un enorme campo electromagnético


y este no es homogéneo. Hay que evitar las zonas
geopatógenas y localizar el buen sitio para dormir y
trabajar aplicando los conocimientos de la geobiología,
sin olvidarnos del gas radioactivo radón. El desconocido
gas radón.

El sol genera radiaciones electromagnéticas muy


necesarias para la vida pero un exceso de sol puede ser
negativo. La misma premisa debe aplicarse a otras
radiaciones naturales que provienen del interior.
También debemos analizar las radiaciones artificiales que
nos rodean y que provienen de las nuevas tecnologías
descubiertas por el hombre. Nuestro entorno se ha ido
tecnificando con sistemas de comunicación que utilizan
frecuencias a las que nuestro cuerpo todavía no se ha
adaptado: contaminación eléctrica y electromagnética
(electrosmog), alta frecuencia, telefonía móvil y redes
inalámbricas. Minimizar las radiaciones

Nuestro entorno ejerce un fuerte efecto sobre la salud de


las personas: ruido, iones, químicos, polvo, CO2, ozono.

¿Nuestra casa está cerca de una autopista, de una


carretera con alto nivel de tráfico, vías de tren, industrias
químicas? Un estudio del entorno nos ayudará a tomar
medidas correctoras en la fase de diseño.
Antes de seguir avanzando en el proyecto deberemos
analizar también el clima del lugar. Una casa bioclimática,
es decir, que dialoga con el entorno siempre será más
saludable que una casa supeditada a climatización
artificial.

La técnica bioclimática está íntimamente ligada a la salud


en el hábitat. Gran parte de los problemas del síndrome
del edificio enfermo o sencillamente de la mala calidad
ambiental de nuestros edificios está ligado a la
climatización artificial, necesaria por falta de bioclimática.

Además se puede reducir la demanda usual de energía


para calentar una vivienda en nuestras latitudes en un
60% aplicando criterios de bioclimatismo.
La vida no nos programó para vivir encerrados en
espacios reducidos, diminutos, alejados de la vida natural.
El cerebro humano se conformó hace unos tres millones
de años para vivir en la sabana, rodeado de luz, cielo y
naturaleza.

¿Cuántos de nosotros vivimos en espacios que reflejan


nuestras necesidades vitales, nuestros sueños?

Los arquitectos creamos refugios para las personas por


eso es imprescindible conocerlas y adaptar los espacios y
soluciones a sus necesidades físicas y emocionales. Cada
individuo tiene una personalidad diferente que requiere
un tipo de espacio determinado. Es necesario que la
psicología de la persona dialogue con su hábitat.
Creamos edificios para las personas no para nuestro
triunfo personal. Abogamos por Casas con alma.
¡Ha llegado el momento de sentarnos, coger un lápiz y un
papel y diseñar! ¿Qué forma le damos a este edificio para
dar respuesta a las necesidades del lugar y de sus
moradores?

Los patrones matemáticos dirigen muchas formas en la


naturaleza que dan lugar a formas muy bellas. La
proporción áurea es una proporción sagrada que se
extrae de la naturaleza y matemáticamente corresponde
a la serie de Fibonacci. Se encuentra reiteradamente en
vegetales, animales, cristales, etc.

Diseñar siguiendo estas proporciones configura al


espació una cualidad especial para el bienestar y al
desarrollo como persona.
Ha llegado el momento de materializar la forma de
nuestra casa. ¿Qué ingredientes escogeremos para
cocinar una casa saludable? Porque lo que ingerimos en
forma de alimentos y lo que respiramos influye en que
nos sintamos bien o mal.

Nos gusta la metáfora de construir una casa como si


cocináramos un alimento. ¡Hay mucho paralelismo!
Además son muchas personas las que empiezan a
concienciarse de la salud iniciándose en la alimentación
saludable.

Siempre escogeremos materiales naturales y no


procesados, de olor agradable que no emitan sustancias
tóxicas, de baja radioactividad, de proximidad y que no
favorezcan la explotación abusiva de materias primas
escasas o peligrosas.
Aunque hayamos diseñado con parámetros bioclimáticos
y abrigado bien nuestra vivienda posiblemente
necesitaremos, en días puntuales de frio, utilizar un
sistema alternativo de calefacción saludable ¿Cómo?

¡La naturaleza nos da la clave! El sol lleva años


calentando la superficie del planeta y hace posible la vida
sobre ella.

Tomemos como ejemplo la naturaleza y calentemos


nuestros edificios con sistemas de calefacción radiante:
no produce circulación ni de aire ni de polvo. No emite
gases tóxicos, las temperaturas superficiales son bajas,
no produce malos olores, no reduce excesivamente la
humedad relativa del aire y no produce cargas
electroestáticas.
Otra energía suplementaria en casa es la electricidad.
Gracias a ella hemos accedido a un grado de confort que
es irrevocable. ¡No podemos renunciar a la electricidad!
La electricidad supone confort pero también una fuente
de «electrosmog» y derroche energético.

La bioconstrucción no está en contra de la generación


eléctrica pero fomenta el uso de electricidad procedente
de energías renovables, el ahorro energético y un uso
óptimo que no interfiera en nuestros procesos vitales.

Una instalación compatible con los seres vivos recibe el


nombre de instalación biocompatible. Las normativas
permiten hacer instalaciones seguras pero no saludables.
¡Ojo con la distribución del equipamiento eléctrico, del
cableado! Imprescindible una buena toma de tierra.
Otra energía suplementaria en casa es la iluminación. La
radiación solar y la luz natural aparte de dar vida y color
tienen un efecto bactericida y un poder desinfectante.
Por eso es tan importante orientar bien las casas y
abrirlas a la luz. Cómo dice el dicho popular: “donde entra
el sol no entra el médico”.

El sol es la mejor bombilla, la más eficiente y la más


saludable. Nuestras casas deberían utilizar la energía
directa del sol para iluminarse y nosotros adaptarnos a
los ritmos día-noche para respetar los ritmos circadianos,
descansar bien por la noche y regenerarnos. Si no llega la
luz al interior de nuestra vivienda, la tonalidad
predominante de la iluminación artificial por la mañana
debería ser el azul y por la tarde el rojo imitando la luz
natural del sol. ¿Sabes cómo comprar una bombilla?
El ciclo del agua es un ciclo cerrado. En la naturaleza
siempre hay la misma cantidad de agua. Mientras
sigamos contaminándola, las dificultades por suministrar
agua de calidad supondrán grandes infraestructuras y
altos costes. ¡Es nuestro deber cuidarla!

Deberíamos captar el agua con sistemas de recogidas de


aguas pluviales, como los árboles captan el agua del
subsuelo para crecer y alimentarse. Deberíamos
aprovecharla con sistemas de reciclaje de aguas grises,
utilizar mecanismos de ahorro (llave de paso inteligente,
descalcificador, perlizadores, cisternas inteligentes, doble
descarga, riego por goteo), comprar electrodomésticos
eficientes, escoger materiales adecuados a la calidad del
agua (dureza, pH, conductividad, nitratos, cloruros…) e
instalación de sistemas de filtrado para el agua de boca y
ducha.
Una casa será saludable si no contamina. Las venas por la
que se abandonan los desechos generados en nuestro
hogar deberían transformarse en recursos para otros
organismos.

¿Somos conscientes de los desechos que abandonan


nuestro hogar?

Con la defecación solo contribuimos a empeorar la


calidad del agua depurada. ¡Defecar en el agua depurada
es insostenible! En Bioconstrucción muchas viviendas
implantan el W.C. seco, un sistema de sanitario todavía
poco desarrollado que evita que la defecación contamine
las aguas depuradas con el gasto público que ello
conlleva. Esperamos que las tecnologías avancen en este
sentido.
¿Sufres o has sufrido de dolor de espalda? Más del 50%
de los adultos sufren molestias durante como mínimo una
etapa de su vida. ¡Pasamos 1/3 de la vida en la cama!
Como mínimo, deberíamos prestar más atención a su
diseño.

Las estancias (sobre todo las zonas de trabajo y reposo),


los elementos de construcción, los muebles, instalaciones
deben ser en su conjunto y en detalles funcionalmente
útiles, cómodos y anatómicamente adaptados para
favorecer la salud y el bienestar.

La ergonomía es la ciencia que estudia la adaptación de


los edificios, las estancias, los elementos de construcción,
los muebles e instalaciones a las necesidades del ser
humano para favorecer la salud, el bienestar y el
rendimiento.
Una vez el arquitecto acaba su función, el usuario toma
las riendas y su papel en el mantenimiento es crucial para
mantener la vivienda saludable. En la mayoría de los
casos las contaminaciones que afectan a los espacios
interiores son causadas por los edificios mismos,
equipamientos, mobiliario, ventilación, climatización y
uso.

Un estudio de Greenpeace descubrió más de 100.000


compuestos tóxicos en el polvo de una vivienda. ¿Cómo
limpiamos nuestro hogar? Nosotros recomendamos una
limpieza natural

Limpiando de forma natural nuestra casa, contribuimos a


mantener más limpio nuestro jardín común la tierra que
nos acoge.
Si quieres empezar a cambiar la calidad del aire de tu
hogar, empieza por la ventilación. ¡Es el recurso más
económico! No necesitas invertir más que 5-10 minutos al
día.

¡No tengas miedo de ventilar aunque vivas en medio de


una ciudad! Generalmente ocurre la inversa. Nuestras
casas están más contaminadas que el aire de una ciudad.
¡No tengas miedo de consumir mucha energía de
calefacción! 5 minutos de ventilación cruzada como
mínimo dos veces al día no suponen un despilfarro
energético

La ventilación natural es necesaria para garantizar la


disponibilidad de oxígeno, evitar concentraciones
excesivas de CO2, regular la humedad, evitar malos
olores, frenar la proliferación de microorganismos y
aportar iones de carga negativa.
¿Os imaginabais que una casa saludable contemplara
tantas disciplinas? (Y eso que he dejado de mencionar
algunas)

Llegados al final del viaje, ¿habéis disfrutado? Ahora se


trata de descargar la mochila y relajaros. Id poco a poco
integrando todo el contenido. Disfrutar del camino y
sobretodo seguir explorando. Sin estresarse porque
nuestro cuerpo es como un bidón que si sobrecargamos
se desborda y acabará enfermando.

Siempre hay recursos a nuestro alcance que permiten


descongestionarlo y vaciarlo. Cuantas más practicas
saludables, más espacio para que no se sobresature:
descanso reparador, ejercicio físico, respiraciones
completas, trabajo gratificante, alimentación
degenerante, contacto con la naturaleza.
¡Gracias por haber compartido el viaje!

Desde René ofrecemos soluciones para un hogar


saludable y eficiente. Nos interesa tanto el espacio donde
vivimos, como los utensilios y productos que nos facilitan
una vida más saludable. Por eso divulgamos la salud
holística. Tan importante es el espacio donde cocinamos
como los utensilios y los ingredientes que utilizamos. Si
quieres seguir aprendiendo:

• Da un paseo por nuestra web www.espairene.com.


• Inscríbete a nuestro newsletter y estarás informado de
nuestras novedades en productos, asesoramientos y
experiencias saludables y eficientes.
• Contacta con silvia@espairene.com para un
asesoramiento privado en hogar saludable, físico u
online.
• Síguenos en las redes sociales @espairene y
• Visítanos en nuestro Espai René Solsona que
inauguraremos en breve.

También podría gustarte