Los supervivientes
Agnes Sassoon - He sobrevivido
“Decían los comandantes de los otros campos de
concentración que el que iba a Belsen no regresaba”.
Agnes Sassoon, milagrosamente, regresó para contarlo.
Cuando la encontraron sus liberadores, se hallaba apilada
encima de una montaña de cadáveres, lista para ser
arrojada a la fosa común. Era el final de una penosa odisea
desde que, a los once años, fuera apresada por los nazis a
la salida del colegio en Budapest y enviada a Dachau. El
calvario incluyó una marcha de la muerte, una ejecución
fallida y, finalmente, el terrible campo de Bergen-Belsen,
donde tantos judíos –entre ellos Ana Frank- encontraron la
muerte.
Uno más de una abrumadora montaña de testimonios que
ningún negacionista podrá desmentir .
Robert Antelme – La especie humana
En 1944, Robert Antelme, joven funcionario francés que
milita en la Resistencia, es detenido por la Gestapo y
deportado a un campo de concentración. Un año después
de retornar milagrosamente vivo de Dachau, escribe este
estremecedor relato.
De él dijo Marguerite Duras, su esposa: "Consideraba que
él, que había vivido aquello, no era nada. Porque lo que
había vivido era inmenso, increíble. Aquello ponía de
relieve una fuerza que no se conocía en el hombre".
Aharon Appelfeld – Historia de una vida
Este libro es un doloroso trabajo de la memoria para
contar la propia vida del autor. Appelfeld nos narra sus
recuerdos imprecisos de una infancia marcada por la
deportación a un campo de concentración y la pérdida
de su familia.
Su obra supone el desafío al dolor que entraña desenterrar
aquellos horrendos recuerdos para poder continuar
viviendo, sin por otra parte ocultar nada de su desgraciado
pasado.
Sarah Kofman – Calle Ordener, calle Labat
Sarah Kofman (1934-1994), brillante intelectual francesa,
rememoró con emoción contenida, poco antes de morir, su
vida de niña judía fugitiva en el París ocupado por los
nazis.
A caballo entre dos casas, entre dos madres (la natural y la
adoptiva), entre dos modos de vida, con la amenaza
permanente de la deportación y el recuerdo del padre
enviado a Auschwitz, de donde ya no regresaría. Sencillo y
directo, con la veracidad de los recuerdos desgranados a
media voz.
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 Los supervivientes
Violeta Friedman – Mis memorias
Biografía imprescindible de una superviviente del
exterminio, concretamente del campo de Auschwtiz.
Imprescindible no solamente por mostrarnos en toda su
crudeza los tristes avatares por los que transcurrió la
protagonista: asesinato de su familia, vejaciones y
atrocidades, sino además por su relación especial con
España.
Violeta Friedman se querelló en 1985 contra Degrelle, nazi
belga que vivía en España y que vertió en una revista
comentarios antisemitas, negacionistas e injurias contra las
víctimas. Después de años de litigio, Friedman consiguió
que en 1991 el Tribunal Constitucional lo condenara.
Jean Samuel & Jean-Marc Dreyfus – Me llamaba Pikolo
Mencionado por Primo Levi en Si esto es un hombre como
uno de sus compañeros de penurias en Auschwitz, les uniría
una amistad tras esta terrible experiencia, Jean Samuel
“Pikolo” da a conocer su testimonio y además las emotivas
cartas que intercambiaron Levi y él tras el final de su
cautiverio.
Estudiante de farmacia y judío, Samuel fue arrestado por la
Gestapo junto a ocho miembros de su familia. Sólo tres
sobrevivirían: nuestro protagonista, su madre y una prima.
Para Primo fue el símbolo de la dignidad humana en el
campo de exterminio, cuando todo era precisamente lo
contrario, inhumanidad y crueldad.
En el libro nos habla de su experiencia en el campo, pero
también de la penosa y lenta vuelta a la vida tras la
liberación. Por supuesto todo está impregnado de la amistad
con Levi, así como del impacto que supuso para Samuel el
suicidio de aquél en 1987.
Helene Holzman – Esta niña debe vivir
La vida de Helene Holzman –una joven y hermosa
profesora de origen alemán- sufrirá un vuelco vertiginoso
cuando los nazis invadan Kaunas, la capital de Lituania
donde vive con su esposo –prestigioso librero judío- y sus
dos hijas. De inmediato, tanto el marido como la hija
mayor serán detenidos y fusilados.
Sólo su origen alemán y el hecho de ser medio aria la
librarán provisionalmente del mismo destino. Desde
entonces dos objetivos guiarán su vida: salvar a su hija
menor y ayudar a cuantos judíos pueda a escapar de un
final anunciado.
Tras la guerra, Helene Holzman anotará sus recuerdos en
tres cuadernos, que sólo muy recientemente han visto la
luz.
Wolfgang Koeppen – Anotaciones de Jakob Littner
desde un agujero bajo tierra
Redactadas por el novelista Wolfgang Koeppen ("Muerte
en Roma") a partir del manuscrito de Littner, estas
anotaciones narran la odisea de un comerciante judío de
Munich, que consigue escapar a la muerte escondido en un
sótano de una localidad polaca.
Un libro que nos hace revivir con opresiva inmediatez la
caza al judío, vivida desde el fondo de una ratonera.
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 Los supervivientes
Primo Levi – A una hora incierta
El escritor que primero narró los horrores del Holocausto,
de cuyas secuelas él mismo fue víctima, también escribió
bellos poemas aunque, como advierte, sólo en momentos
fugaces donde entendía que una poesía representaba el
dolor que quería expresar mejor que la prosa.
“Llagados pies y tierra maldecida / Larga la fila en la
mañana gris. / Mil chimeneas en la Buna humean, / Un
día como todos nos espera... Exhausto amigo, veo tu
corazón”.
Estos versos rememoran la fábrica del campo donde Levi
fue encerrado. Pocos autores pueden hacernos sentir tan
intenso sufrimiento.
Primo Levi – Los hundidos y los salvados
Libro que cierra la trilogía de Levi sobre los campos de
exterminio (tras "Si esto es un hombre" y "La tregua").
Es la última reflexión sobre su experiencia y en donde
indaga las cuestiones más esenciales: la libertad, la
vergüenza, la complicidad, el olvido y el alegato a favor
de la piedad como categoría básica de la ética humana.
Primo Levi – La tregua
El libro es la continuación de "Si esto es un hombre" y
comienza con una apocalíptica visión del Auschwitz
abandonado por los nazis.
Después aparecen en el campo jinetes del Ejército Rojo
y se da paso a un relato sobre el retorno a la paz en
Europa después de la guerra, con la angustiosa
repatriación del puñado de supervivientes italianos a
través de un viaje tortuoso y absurdo.
Primo Levi – Trilogía de Auschwitz
Existe unanimidad a la hora de considerar la trilogía sobre
Auschwitz de Primo Levi (formada por Si esto es un
hombre, La tregua y Los hundidos y los salvados) uno de
los testimonios más importantes, si no el que más, sobre la
experiencia de los campos de concentración. No sólo por
los hechos estremecedores que relata, sino también por la
profundidad de su reflexión y la calidad de su escritura.
“Casi nadie ha contado el infierno con tanta claridad y
hondura como Primo Levi”, afirma el novelista Muñoz
Molina en el iluminador prólogo de esta cuidada edición,
que reúne por vez primera los tres títulos en un solo
volumen. Uno de los pocos libros que no debería faltar en
ninguna biblioteca.
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 Los supervivientes
Jorge Semprún – La escritura o la vida
En un domingo de abril de 1945, Semprún, a los veintidós
años, fue liberado del campo de concentración de
Buchenwald por el III Ejército del general Patton.
En otoño de aquel mismo año empezó a elaborar
literalmente la monstruosa paradoja de haber vivido la
muerte. Pero fue imposible. «Entiéndase», dice él en su
discurso con motivo del Premio de la Paz (1994), «no era
imposible escribir : habría sido imposible sobrevivir a la
escritura. (…) Tenía que elegir entre la escritura y la
vida, y opté por la vida.» La escritura o la vida es, pues,
no sólo la memoria de la muerte, sino la de todas aquellas
vivencias pasadas y presentes.
Jorge Semprún – El largo viaje
En 1943, un vagón de mercancías precintado conduce, a
través de Francia, a ciento veinte deportados camino del
campo de concentración. El viaje es totalmente vejatorio y
a ello se añade la incertidumbre de cuándo acabará y ante
qué nuevo horror.
En esos casos, una simple palabra de un compañero
despierta toda clase de recuerdos.
Ian Thomson – Primo Levi
Biografía del autor de "Si esto es un hombre", una de las
obras capitales del siglo XX, y el más revelador
testimonio tal vez de un superviviente del campo de
exterminio. Levi, un hombre tímido, menudo, intelectual,
fue no sólo un ejemplo de coraje ético sino un
extraordinario escritor.
Finalmente, la larga sombra de Auschwitz acabaría
conduciéndole al suicidio.
Thomas Buergenthal - Un niño afortunado
“…Mi temor y mi ansiedad se diluyeron al dar por
sentado que no había escapatoria alguna y que moriría en
pocas horas(…)”. Quien así escribe no es un adulto
curtido, de vuelta de todo, sino un niño de diez años en el
momento de los hechos. ¿Qué experiencia es capaz de
hacer madurar de manera tan vertiginosa a un niño? Basta
una sola palabra para describirlo: Auschwitz.
Thomas Buergenthal, el autor de estas memorias, fue con
todo un niño afortunado; no sólo por haber sido de los
pocos que sobrevivió al campo de exterminio, sino
porque, sobreponiéndose al terrible pasado, se convertiría
en juez del Tribunal Internacional de La Haya.
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 Los supervivientes
Ida Grinspan – Yo no lloré
No importa lo semejantes que nos parezcan las historias
de supervivencia en campos de exterminio, porque cada
una es diferente, cada una aporta detalles insustituibles
que nos acercan a un horror tan imposible de imaginar que
cualquier descripción se queda corta.
La de la joven Ida Grinspan es una de esas historias que,
no por frecuentes, son menos excepcionales. ¿Pues qué
adolescente de hoy soportaría dos inviernos en Auschwitz,
una marcha de la muerte, el internamiento en
Ravensbrück enferma de tifus, la orfandad, la soledad, el
desamparo más radical?
Béla Zsolt – Nueve maletas
Cuando el escritor húngaro Béla Zsolt dejó París en un
tren rumbo a Budapest, en septiembre de 1939, junto
con su esposa y nueve maletas, comenzó para él un viaje
hacia el infierno.
En los años siguientes, Zsolt se vería obligado a realizar
trabajos forzados y a vivir el horror de la cárcel y del
gueto. Sólo un milagro le permitió sobrevivir a la
guerra.
Una de las primeras y más impresionantes memorias del
Holocausto jamás escritas.
Vikram Seth – Dos vidas
¿Cómo un dentista manco indio y una judía alemana
perseguida por los nazis acabaron juntos en Londres? Ya
sabemos que el amor lo puede todo, pero es preciso
interponer un siglo de guerras y persecuciones para reunir
lo más alejado.
El escritor anglo-indio Vikram Seth nos narra la fascinante
historia real de sus tíos abuelos, dos destinos de esos que
sólo es posible concebir en una época turbulenta.
Entremedias, viajaremos del Berlín nazi hasta el Londres
de los sesenta de la mano de dos seres que sobrevivieron a
todos los abismos que los separaban.
Mary Berg – El gueto de Varsovia. Diario, 1939-1944
Obligados a madurar a velocidad de vértigo en medio de
la catástrofe, muchos jóvenes judíos reflejaron de manera
dramática en sus diarios la evolución que trastocó sus
vidas. Apresuradamente, se desprendieron de las ilusiones
y el ingenuo sentimentalismo de la edad para convertir
aquellos escritos, por lo general tan convencionales, en
estremecedores testimonios de la Shoá.
El diario de Mary Berg, felizmente recuperado en esta
nueva edición, se incorpora por derecho propio a esa
asombrosa nómina de jóvenes y adolescentes judíos (Ana
Frank, Hélène Berr, Peter Ginz, Etty Hillesum, Rutka
Laskier, Ruth Maier) que, mucho antes de la revolución
juvenil de los ’60, hicieron oír su voz con una madurez,
una sensibilidad y una inteligencia conmovedoras. De
todos los anteriormente citados, Mary Berg fue la única
que sobrevivió.
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 Los supervivientes
Shlomo Venezia – Sonderkommando
En 2007, después de muchos años, Shlomo Venezia, judío
grecoitaliano descendiente de sefardíes, encuentra el valor
necesario para dar al mundo testimonio como
superviviente del Holocausto: fue obligado a trabajar en
los crematorios de Auschwitz-Birkenau.
El relato de Venezia es estremecedor. En forma de
entrevista con Béatrice Prasquier va desgranando el
funcionamiento de aquella máquina de humillar y matar
sin fin. Resalta que en Auschwitz pasado el tiempo todo
se veía como común y normal. En el campo “la
solidaridad sólo existía cuando tenías bastante para ti;
de lo contrario, para sobrevivir era preciso ser egoísta”.
Ruth Klüger - Seguir viviendo
El Holocausto no anuló los pequeños dramas familiares,
ni las miserias y roces de la vida diaria. En contra de la
tendencia a convertir en héroes y santos a las víctimas,
Ruth Klüger, con un estilo descarnado y sin
concesiones, rememora su infancia en la Austria nazi y
la doble proeza de sobrevivir no sólo a los campos de
Theresienstadt y Auschwitz, sino a una madre neurótica
y dominante.
“Seguir viviendo” es, además de un valioso testimonio
histórico, un asombroso logro literario y una penetrante
reflexión sobre los peligros de convertir la Shoá en
museo, y la rememoración, en un rito vacío y
adormecedor de conciencias.
Fania Fenelon – Tregua para la orquesta
Fania Fenelon, en realidad Fania Goldstein, fue una
música detenida y deportada a Auschwitz y Bergen-
Belsen por pertenecer a una familia judía y a la
resistencia francesa. Sobrevivió hasta la liberación en
1945 por ser parte integrante de una orquesta
exclusivamente femenina, que se le ocurrió crear al
comandante del campo y dirigía Alma Rose, sobrina del
compositor Gustav Mahler. No obstante, cuando fue
liberada Fenelon pesaba menos de 30 kilos y padecía
tifus, lo cual no le impidió cantar en honor de las tropas
británicas que entraron en el campo. En estas polémicas
memorias la autora no se guarda nada: las visiones
espantosas del campo, la degradación moral, etc…
Joseph Bau - El pintor de Cracovia
“Los moradores del gueto calculamos el grado de
sufrimiento y tortura que nos esperaba y llegamos a la
conclusión equivocada de que la cruel inventiva de los
alemanes se había agotado”. Esta es la terrible sensación
del superviviente Joseph Bau. Aún entonces nadie podía
sugerir en serio que tal máquina de asesinar pudiera
existir.
Bau, famoso como pintor de escalofriantes escenas de la
vida en el campo de concentración, va desgranando en
esta narración –no sin un toque de humor negro- sus
vivencias desde que los alemanes entran en su Cracovia
natal, el suplicio de la persecución y dolorosa pérdida de
su familia, hasta que en 1971 regresa a Austria para
testificar contra un verdugo nazi (lo cual le produjo una
crisis cardiaca).
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 Los supervivientes
Javier Sánchez Zapatero – Escribir el horror
El peligro de querer englobar los diversos campos de
concentración en un universo común concentracionario es
disolver la especificidad radical, inédita, no parangonable del
Holocausto.
Existe una diferencia entre querer neutralizar a un enemigo
político y planear exterminar a un pueblo entero. Una
diferencia que recoge la palabra genocidio.
Pese a las advertencias contra el riesgo de banalizar la
Shoá al asimilarla a otras brutalidades históricas, el autor
de este estudio sobre literatura testimonial incurre en el
mismo error al calificar la Franja de Gaza (¡un territorio
autónomo, con elecciones, milicia armada y beligerante, y
abundante ayuda internacional!) como “un inmenso campo
de concentración”.
Wladyslaw Szpilman – El pianista del gueto de
Varsovia
El libro en el que se basó la película de Polanski, "El
pianista". El relato verídico y en primera persona de la
increíble lucha por la supervivencia de Wladyslw Szpilman,
joven pianista judío, que escapó del gueto de Varsovia,
donde pereció toda su familia allí o fue deportada al campo
de exterminio. Él logró burlar la muerte en incontables
ocasiones en esta ciudad asolada por los nazis.
Szpilman permaneció en Varsovia tras la guerra y su
testimonio fue poco reconocido hasta la famosa película de
Polanski. Constituye uno de los relatos más importantes
sobre las atrocidades que los nazis llevaron a cabo en el
tristemente famoso gueto, una descripción de la vida en el
mismo y de la resistencia tanto de judíos como de algunos
valientes polacos católicos.
Rosemary Sullivan – Villa Air-Bel
La profesora Sullivan escribe sobre los intelectuales
europeos, muchos de ellos judíos, que huyeron del avance del
nazismo a Francia, creído refugio seguro contra la
persecución. La ocupación alemana cambió radicalmente
dicha seguridad. En una mansión cercana a Marsella, Villa
Air-Bel, se esconderán de nazis y colaboracionistas autores y
artistas de renombre mundial.
La organización que los protege, el Comité de Rescate de
Emergencia creado en Nueva York por otros refugiados
europeos, pone clandestinamente recursos en manos de un
grupo de jóvenes encargados de velar por la seguridad del
refugio. Esta mansión se convirtió en un foco artístico
incomparable y donde tienen lugar debates y juegos
surrealistas, más atractivos cuanto más cercano está el posible
arresto.
Cioma Schönhaus – El falsificador de pasaportes
En 1942, Cioma es un joven y apuesto judío berlinés de
veinte años cuando deportan a sus padres. No volverá a
verlos y él lo sabe. Se plantea entonces un dilema crucial:
continuar trabajando en la planta de armamento, hasta que
llegue su turno de marchar a Polonia, o pasar a la
clandestinidad. Para esto último cuenta con un par de
bazas: su habilidad para el dibujo y un aspecto ario. Lo
primero lo convierte de la noche a la mañana en un experto
falsificador de pasaportes para una red clandestina. Lo
segundo le permitirá sortear durante dos años a la Gestapo
y cometer todo tipo de audacias.
Cioma, joven y lleno de vitalidad, sabe que su
supervivencia pende de un hilo y no pierde el tiempo
escondiéndose. Sin dejar de salvar la vida a docenas de
judíos con sus papeles falsos, Schönhaus se lanza a la gran
vida.
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 Los supervivientes
Matthew Brzenzinski – El ejército de Isaac
El ejército de Isaac (título que personaliza de manera
inexacta en un solo hombre una labor colectiva) narra los
pormenores del levantamiento del gueto de Varsovia en abril
de 1943. Los personajes principales están bien escogidos:
Cukierman y Rotem, la mujer del primero, Zivia Lubetkin,
Marek Edelman y Boruch Spiegel, todos dirigentes del
levantamiento.
Muchas organizaciones conribuirían al mismo: sionistas,
bundistas, comunistas y los sionistas de centro. Todos ellos
formarían el ZOB (siglas en polaco de la Organización Judía
de Combate) entre julio y octubre de 1942, demasiado tarde,
en cualquier caso, para impedir la gran deportación del
gueto. Al llegar al momento de narrar la sublevación, sin
embargo, el hilo se enreda y la narración se embarulla un
tanto. Cualquier descripción de una acción militar requiere
mapas y una periodización minuciosa.
Marek Edelman – También hubo amor en el gueto
En el año 2008, uno antes de morir, el viejo guerrero se
explayó en conversaciones que recogía una vieja amiga,
Paula Sawicka. Eran todas evocaciones de la época heroica
del gueto y, al contrario de lo que deja traslucir el título del
volumen ―un tanto oportunista―, no todas tratan del amor
ni mucho menos. Los que fiados de este título esperen
encontrar un puñado de historias tiernas se llevarán un
chasco.
Marek Edelman no tiene nada de sentimental; es un tipo
duro que vio más atrocidades en sus 86 años de vida de las
que podría soportar cualquier ser humano medio. Pero por
ello, justamente, sus historias sobrecogedoras de amor y de
amistad tienen tanta fuerza. Edelman nos cuenta sin ningún
sentimentalismo ni pretensión literaria algunos de los
romances de los que fue testigo.
Gabriele Nissim – El jardín de los justos
Moshe Bejski fue uno de los afortunados de la lista de
Schindler. Terminada la guerra, emigró a Israel y sufrió el
ostracismo al que fueron sometidos los supervivientes del
Holocausto, que para el nuevo estado representaban un
episodio de resignación e impotencia que había que olvidar
cuanto antes. El juicio de Eichmann, en el que intervino
como testigo, les dio de nuevo voz.
Bejski llegaría a ser magistrado y se convertiría en
presidente de la comisión de los justos de Yad Vashem,
encargada de conceder la distinción de Justo entre las
naciones a todos aquellos gentiles que intentaron salvar
judíos durante el nazismo. Demostró que fueron muchos los
intentos de salvar judíos y desmintió el tópico que convertía
en algo imposible la oposición al nazismo y la acción
salvadora. Rescató del olvido ―y de la ruina― a su
salvador Schindler para convertirlo en héroe respetado. El
libro cuenta la vida de este apasionante personaje.
Soma Morgenstern – Años de juventud
Nacido en la Galitzia polaca, Morgenstern (1890-1976) fue
un escritor judío de la generación de Zweig, Roth y Musil
obligado a huir del nazismo, acabó exiliado en Nueva York.
De amplia cultura –escribía en alemán- casi toda su obra
manuscrita fue destruida por la Gestapo y su familia,
excepto mujer e hijo, acabo exterminada en los campos.
Es un escritor poco reconocido del que se va recuperando su
calidad literaria. Años de juventud es una autobiografía de
infancia y juventud, dentro de una comunidad jasídica
ortodoxa polaca. Morgenstern se centró en describir sobre la
integración de los judíos en las sociedades centroeuropeas,
sus dificultades, sus variopintos personajes y en definitiva
un mundo que los nazis borraron para siempre en años
posteriores.
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 Los supervivientes

Norman Manea – El regreso del húligan Henryk Grynberg – Drohovycz, Drohovycz

Casi una década después de exiliarse en Estados Unidos,
Norman Manea está a punto de retornar a Rumania para una
visita. Así comienzan estas memorias del escritor judío-
rumano, que muchos consideran su mejor obra. La
perspectiva del retorno desencadena una catarata de
memorias que, a golpe de recuerdo, sin plan metódico, nos
narra el accidentado pasado del escritor, que es el de tantos
judíos centroeuropeos nacidos en las primeras décadas del
pasado siglo. Manea sufrirá con cuatro años, junto con su
familia, la brutal deportación de 1941 a Transnistria, en la
que tantos judíos perecerían a manos de sus compatriotas.
Tras un breve entusiasmo por el nuevo régimen comunista,
el escritor descubrirá el verdadero rostro del estalinismo,
versión rumana, y adoptará la estrategia del exilio interior
de tantos otros intelectuales. No será hasta 1988, cumplidos
ya los cincuenta, que Manea, harto de las dificultades con la
censura del régimen agonizante, se decida por fin a escapar
de Rumania y a establecerse en Nueva York.
Grynberg nació en 1936 en Varsovia y fue el único
superviviente de su familia junto con su madre. Transcurrió
la guerra de escondite en escondite y con papeles falsos. Ya
en la madurez, trabajó de actor con una compañía polaca de
yiddish. Fue durante una gira de la compañía por Estados
Unidos cuando aprovechó para escapar al rebrote de
antisemitismo que se produjo en los países del Este durante
la Guerra de los Seis Días. Desde entonces ha escrito
(siempre en polaco) una dilatada y reconocida obra,
centrada casi toda ella en el Holocausto y sus
consecuencias, de la que este es el primer libro completo
traducido al castellano (existe también un cuento suyo
traducido en Opowiadania: antología del nuevo cuento
polaco, publicado por Páginas de Espuma en 2008, presente
en las bibliotecas municipales de Madrid).
Su estilo es oral y escueto, sin ningún ribete sentimental, lo
cual le honra en una temática donde el patetismo acecha en
cada revuelta del camino.

Michal Bron – Principio y continuación

Michal Bron (1909-2008) fue un judío polaco que en 1929

emigró a Palestina debido al fuerte antisemitismo en Polonia
ya antes de la guerra. En 1937 es expulsado de Palestina por
su actividad política y llega a España para integrarse en las
Brigadas Internacionales que luchaban a favor de la
República. A partir de entonces la historia de Bron es la de
un luchador en constante combate y huida del nazismo, pues
tanto por judío como izquierdista hubiera sido asesinado sin
contemplaciones.

Bron escribió estas memorias después de ser diplomático en

Polonia, pasar dos años en las cárceles estalinistas y
exiliarse de manera definitiva a Suecia, donde viviría el
resto de sus días. Un documento y una existencia
apasionantes.