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UNIVERSIDAD NACIONAL EVANGÉLICA

VICERRECTORIA DE INVESTIGACION,
INNOVACION DE POSTGRADO

MAESTRIA EN TERAPIA FAMILIAR

ASIGNATURA: MARCO SISTEMICO 11

TEMA: INFORME DE LECTURA DEL LIBRO DE LA


FAMILIA AL INDIVIDUO

MAESTRANTE: MATRICULA:

ALFONSA DE LA ROSA 2017-3200419

PROFESOR: JOSE MANUEL FELIZ

RECINTO: MIRAFLORES, STO DGO, NOVIEMBRE 2017


Introducción

Este libro de la familia al individuo del cual presentamos un informe de lectura, fue
escrito por Murray Bowen, psiquiatra estadounidense, el cual cita: “La experiencia
me ha enseñado que cuanto más conoce un terapeuta a una familia, más se
conoce esa familia a sí misma, y que cuanto más aprende la familia, más se forma
el terapeuta.”
El autor trata el concepto de familia como sistema. No intenta definir de qué tipo
de sistema se trata. Ninguna palabra, ninguna expresión resultaría adecuada sin
una aclaración posterior y la aclaración falsearía el concepto de sistema.

Trata como el objetivo de todo individuo es querer conquistar la libertad y el


conocimiento en un sistema abierto de relaciones, el proceso de diferenciación
esta siempre en marcha, dinámico como el crecimiento de la persona insertada en
un contexto familiar y social en evolución desde hace millones de años.

Además trata de que el terapeuta debe ser consciente de que está actuando en
un sistema emocional que es transaccional y en el cual el conflicto conyugal, la
conducta disfuncional de uno o ambos cónyuges, o la proyección sobre uno de los
hijos de la familia nuclear están determinados por tres factores fundamentales: el
nivel de madurez o de indiferenciación del sí-mismo en relación con la propia
familia de origen; el grado de fusión transmitida, en el curso de varias
generaciones, a las unidades individuales y, los respetivos mecanismos
conflictuales, verbales y no verbales, que se transmiten de generación en
generación.

Murray Bowen establece el núcleo duro de su planteamiento teórico: “Hacia una


diferenciación del sí-mismo en la familia de origen”, trata de desentrañar el
camino, no siempre pacífico de ser nosotros mismos más allá, o no, de aquello
que nos ha sido legado; especialmente didáctica su escala de diferenciación.
Seguidamente aplica sus conceptos al campo de la terapia clínica. Termina la obra
con la transcripción de una entrevista con el autor.

Informe De Lectura

En el pasado, durante el proceso de observación hubo quienes fueron capaces de


restablecer el funcionamiento de la familia sin muchas “intervenciones
terapéuticas”. El movimiento familiar comenzó en la década de 1950 y se
desarrolló debido a la tentativa de buscar métodos de terapia eficaces en los
casos de graves trastornos emocionales. Para entonces el estudio de la familia
constituyó una de las nuevas áreas de interés. La importancia que se da a la
familia aumentó paulatinamente, a medida que se iban aplicando en la práctica
clínica.

La familia es considerada como una pieza clave en la psicoterapia familiar, esta no


es un hecho nuevo, pero la actual orientación familiar es significativa, nueva y
diferente, y que puede ser vista como un movimiento. La atención se concentraba
en el paciente, mientras que la familia quedaba fuera del campo de interés teórico
y terapéutico más inmediato. La teoría individual había sido elaborada según el
modelo médico basados en conceptos de etiología, en el diagnóstico de la
patología del paciente y en la terapia de la enfermedad del individuo.

A la familia se la daba una importancia secundaria. Luego del movimiento familiar,


que partió de un concepto teórico o clínico, comenzaron a afirmar que la familia
era importante. Uno de los progresos más interesantes se refiere, primero, al
modo en que los investigadores conceptualizaron el sistema y después, a los
diferentes modos en que modificaron esas conceptualizaciones. De todas los
conceptos se acuñó el término “psicoterapia de la familia”, que es un tipo de
intervención orientada a ayudar a los individuos a diferenciarse de sí mismos de la
“masa familiar”.

En la psicoterapia los integrantes aprenden la capacidad de verbalizar y


comunicarse pensamientos y sentimientos, mientras el terapeuta permanece con
ellos con el objeto de facilitar el proceso y hacer observaciones e interpretaciones;
utilizando para este procedo o técnica, el termino de “terapia de familia”.

El estudio de la familia ofrece un ordenamiento totalmente nuevo de modelos de


teorización sobre el hombre y su relación con la naturaleza y el universo.

La familia humana es un sistema que sigue las leyes de los sistemas naturales. La
familia puede dar respuestas al dilema del modelo médico-psiquiátrico.

Se utiliza el término reconocimiento de campos familiares para asignar un proceso


de “valoración” de la familia utilizado por el autor en la primera entrevista. Este
proceso tiende a obtener un cúmulo de informaciones fácticas en muy poco
tiempo. No es posible conocer a una familia sin una observación clínica directa y
no es aconsejable trabajar solo con algunos segmentos de la familia sin haber
adquirido un conocimiento eficaz del conjunto.

Bowen consideraba que era familiar cuando se refería al ámbito de la familia e


individual cuando eso no era posible. Le resultaba cada vez más difícil ver a un
individuo sin ver a todos los demás miembros de la familia, sentado como
fantasmas junto a él. La percepción de una persona como segmento de un
sistema familiar más amplio dirigió el modo del autor reflexionar y de responder al
individuo, cambiando su enfoque básico de la psicoterapia.

Cuando se observa a todos los miembros de la familia juntos, se puede advertir


múltiples facetas del fenómeno humano, que resultan oscuras en cualquier tipo de
entrevista individual. De hecho, los miembros de la familia son, hacen, actúan,
interactúan, asumen una posición con modalidades tan variadas que la estructura
y orden son difíciles de ver.

Estudiando los distintos modos de interacción entre las familias, Bateson, Jackson
y col., partiendo del análisis de la comunicación verbal, desarrollaron su teoría del
doble vínculo, partiendo de la observación de mensajes conflictivos dentro de una
única afirmación. En algunas familias, las comunicaciones no verbales y las
percepciones extrasensoriales actúan de manera precisa.
Las observaciones pueden resultar razonablemente congruentes, sólo
ocasionalmente congruentes, o incongruentes según las manifestaciones hechas
por una familia con respecto a una situación dada. El proceso de proyección de la
familia, mediante el cual se transmite un problema a uno de los miembros durante
años de reproches o críticas, codificadas después por un diagnóstico. En las
familias las observaciones son tan irrealistas como las subvaloraciones, aunque
estas últimas son más frecuentes en el ámbito psiquiátrico. Las discusiones de la
familia sobre temas como rechazo, amor y hostilidad obligan al terapeuta a evaluar
de nuevo el uso que él mismo hace de estos términos.

De acuerdo a la experiencia de Bowen, el rechazo es uno de los mecanismos más


convenientes para mantener el equilibrio en un sistema de relación. Cuando el
rechazo está presente en todos los miembros de la familia, lo más común es que
el que protesta por el rechazo sea el que rechaza a los demás.

Respecto al amor; sea lo que fuere lo que se entiende por amor, es un hecho que
muchos de los integrantes de la familia reaccionan enérgicamente a cualquier
declaración sobre el tema.

En todo caso, es común que las familias no busquen ayuda hasta que se pierde la
flexibilidad del sistema y el funcionamiento de uno de los componentes queda
seriamente limitado. Si el mecanismo va más allá de un punto determinado, la
ansiedad impulsa este mecanismo al pánico y a un rápido aumento de la
superfunción y de la disfunción.

La investigación sobre el funcionamiento de la familia se inicia con el nacimiento


del primer hijo. Muchas de las manifestaciones sintomáticas pueden haber estado
ligadas, en su momento, a otros hechos curiosos tanto en la familia nuclear como
en la extensa. Es aconsejable que cada vez que se produzca un acontecimiento
importante en la familia se establezca la definición de todo el sistema familiar.

El proceso proyectivo que se establece entre madre e hijo cambia el


funcionamiento interno del sistema. Esta gran energía que la madre comunica al
hijo cambiará el sistema de energía psíquica de la familia. Puede servir para
reducir el conflicto conyugal, pero también puede trastornar al marido hasta el
punto de hacerle pasar más tiempo en su lugar de trabajo, o bebiendo, o con la
amante, o con los padres a los que emocionalmente, se acercará más.

Para el autor la mejor manera de abordar cualquier problema familiar (conflicto


conyugal, disfunción de un cónyuge o de un hijo) es comenzar con el marido y la
mujer juntos y seguir con ambos durante toda la terapia. Una terapia media dura
un año o más. El tema central de la teoría de los sistemas gira alrededor del modo
en que todos tenemos un sí mismo apenas diferenciado, o estamos
“indiferenciados” o tenemos un apogeo emocional no resulto en nuestra familia de
origen.

El primer método de terapia familiar desarrollada como parte de esta investigación


fue aplicada a todo el núcleo familiar y dio resultados sorprendentes en lo que se
refiere a la desaparición de los síntomas, pero no resulto eficaz para resolver la
“fusión” de la familia.

Se introdujeron, pues, modificadores y se llegó a una terapia centrada en ambos


padres y en el hijo portador del síntoma, lo que dio resultados algo más
alentadores en cuanto a la solución del síntoma, pero muy poca calidad de
separar su sí mismo del de los padres, y ninguno de los padre lograba separar su
sí mismo del de su cónyuge.

Al igual que los pacientes, el terapeuta debe estar bien diferenciado, para no ser
triangulado por algún miembro de la familia, y esto lo hace al momento de
establecer su metodología de trabajo, y de esto dependerá el avance de la terapia.
De hecho, cuando es posible iniciar un proceso de diferenciación en un miembro
de la familia, es posible también liberar el sistema familiar.

El sistema se trastorna cuando se produce una regresión en algún miembro de la


familia, actúan entonces para restablecer el primitivo equilibrio libre de síntomas,
siempre que sea posible. El sistema también se trastorna cuando alguno de sus
miembros alcanza un nivel de diferenciación levemente superior, poniéndose
entonces automáticamente el movimiento para establecer el equilibrio inicial.
Es interesante el manejo de la familia en caso de fallecimiento de uno de ellos y el
papel que desempeña el terapeuta en ese seguimiento.

Conclusión

Las técnicas de Bowen se centran en el trastrocamiento de una situación repetitiva


y ritualizada, inventando nuevas tácticas y estrategias, como cuando el terapeuta,
por ejemplo, opta por trabajar con el cónyuge más sano en lugar de hacerlo con el
enfermo.

Esta teoría propone la comprensión de la familia como un organismo, dentro del


cual, lo que le ocurra a cada uno de sus miembros va a repercutir en todos los
demás.

Aparece el aspecto multigeneracional, que implica que no se puede entender


completamente la enfermedad de un paciente si no se examina al menos las tres
generaciones previas, sobre todo en lo que se refiere a salud mental y
enfermedades crónicas.

El concepto de diferenciación del si mismo hace referencia a cómo las personas


se diferencian, o sea, se dan cuenta de que son distintas unas de otras en cuanto
a libertad, en la medida en que se convierten en hombres autómatas.

La triangulación se refiere a que la relación de pareja a largo plazo es inviable, no


existe, no es posible, en términos de su permanencia en el tiempo, como lo
demuestra el hecho de que una pareja no puede estar en una relación de dos por
mucho tiempo sin que uno de ellos se llene de ansiedad e invite al otro a traer a un
tercero, que puede ser la vecina, los hijos, la suegra, una mascota, etc.

Se aplica una terapia familiar con todos los miembros de la familia si esta lo
permite o individual cuando el sistema familiar está tan bloqueado que trabajar con
muchos miembros agrava la disfunción o cuando la terapia con los distintos
miembros de una familia llega a un impasse. El esfuerzo consiste en ayudar a uno
de los miembros de la familia a alcanzar un nivel más alto de funcionamiento que,
una vez concretado, puede restituir la función al sistema familiar.

Bibliografía

1) Bowen, Murray; 1991, De la familia al individuo. Ediciones PAIDOS.


Barcelona.

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