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del período crítico del desarrollo visual R. F. Hess, B. Mansouri y B. Thompson McGill Vision
Research, Departamento de Oftalmología, Universidad McGill, Montreal, QC, Canadá 1
Resumen. Antecedentes: Los tratamientos actuales para la ambliopía son predominantemente
monoculares y tienen como objetivo mejorar la visión en el ojo ambliópico mediante la
colocación de parches en el otro ojo fijador o el entrenamiento visual del ojo ambliópico. Este
enfoque es problemático, sobre todo porque rara vez da como resultado el establecimiento de
la función binocular. Recientemente se ha demostrado que los ambliopes poseen mecanismos
corticales binoculares para estímulos tanto umbral como supraumbral. Objetivos: Hemos
esbozado un procedimiento novedoso para medir hasta qué punto el ojo fijador suprime al ojo
ambliópico compañero, convirtiendo lo que es un sistema estructuralmente binocular en
funcionalmente monocular. Resultados: Aquí mostramos que los períodos prolongados de
visualización (bajo las condiciones artificiales de estímulos de diferente contraste en cada ojo)
durante los cuales se combina la información de los dos ojos conduce a un fortalecimiento de
la visión binocular en los ambliopes estrábicos y una eventual combinación de información
binocular bajo condiciones naturales de visualización. (estímulos del mismo contraste en cada
ojo). La mejoría concomitante en la agudeza monocular del ojo ambliópico ocurre con esta
reducción en la supresión y fortalecimiento de la fusión binocular. Además, en la mayoría de
los pacientes evaluados, se establece la función estereoscópica. Conclusiones: Esto
proporciona la base para un nuevo tratamiento de la ambliopía, uno que es puramente
binocular y cuyo objetivo es reducir la supresión como primer paso. Palabras clave: Ambliopía,
movimiento global, contraste, suma binocular, interacción dicóptica, tratamiento de la
ambliopía 1. Introducción general La ambliopía es un trastorno en el que la visión de un ojo no
se desarrolla en la primera infancia. La incidencia de ambliopía es alta (3%) y se asocia con
estrabismo (ojo girado) o anisometropía (error de refracción desigual) o ambos. El tratamiento
más común dirigido a recuperar la función monocular consiste en colocar un parche en el ojo
sano en un esfuerzo por forzar al ojo ambliópico a mejorar. En un número limitado de casos
hay una mejora en la visión monocular, aunque raras veces esto se traduce en una función
binocular mejorada (P.E.D.I.G., 2005). De hecho ambliopía, autor correspondiente: 687 Pine
Ave W (H4-14), Montreal, PQ H3A 1A1, Canadá. Tel .: +1 514 8431690; Fax: + 1514 8431691;
Correo electrónico: robert.hess@mcgill.ca. ambliopía principalmente estrabísmica, tiene una
tasa significativa de recurrencia (27%) después de que se detiene el tratamiento con parche
(Bhola et al., 2006). Este tratamiento tiene un bajo cumplimiento porque obliga a los niños a
vivir en el mundo de visión parcial de su ojo ambliópico (P.E.D.I.G., 2005). Como consecuencia,
tiene una historia bien documentada de efectos secundarios psicosociales (Searle et al., 2002).
Este es un problema importante no solo desde la perspectiva visual, sino también porque tiene
su efecto durante el desarrollo intelectual y psicológico temprano de los niños. Existe la
necesidad de un mejor enfoque, uno que sea más efectivo en los niños, uno que pueda ser
aplicable a los muchos adultos que han quedado discapacitados visualmente
permanentemente y cuyo tratamiento ha sido abandonado (Epelbaumetal., 1993), uno que
podría promover la cooperación entre los dos ojos con la eventual esperanza de establecer
alguna forma rudimentaria
de visión profunda y que no tendrá los efectos secundarios psicosociales adversos del enfoque
actual. Nuestras ideas sobre el estado binocular de los ambliopes estrábicos están cambiando.
Ahora sabemos que la pérdida de la capacidad de respuesta binocular de las células corticales
en animales con estrabismo es en gran medida reversible (Mower et al., 1984) mediante
aplicaciones ionoforéticas de bicuculline (bloqueador selectivo de los receptores GABAA), lo
que sugiere una supresión activa en lugar de una pérdida de función celular (Sengpiel et al. ,
2006). Además, hay motivos para dudar de la afirmación de que los ambliopes no poseen
mecanismos binoculares desde que Baker et al. 2007 (Baker et al., 2007) mostró una suma de
contraste binocular normal en ambliopes estrábicos cuando se tiene en cuenta la atenuación
de la señal por el ojo ambliópico, lo que sugiere que la falta de suma encontrada
anteriormente se debió al desequilibrio en las señales monoculares antes de la punto de
suma. Tomados en conjunto, esto sugiere que los ambliopes estrábicos tienen mecanismos
binoculares similares a los de los ambliopes anisometrópicos donde se ha demostrado que los
regímenes de entrenamiento antisupresión activos pueden tener éxito incluso en pacientes
mayores de 10 años (Wick et al., 1992). Algunos conocen bien la importancia de la supresión
en la mala agudeza y función binocular de los estrabismos (Jampolsky et al., 1985), pero en la
actualidad no se refleja en la práctica clínica. Más recientemente, se ha demostrado que la
razón por la cual la combinación binocular no ocurre normalmente para las tareas de
orientación y movimiento supraumbral en la ambliopía estrábica se debe a la supresión
interocular (Mansouri et al., 2008). Una reducción de la supresión conduce a niveles normales
de combinación binocular en la ambliopía estrábica, lo que revela la presencia de mecanismos
corticales binoculares. Finalmente, se ha demostrado que la visión monocular de adultos con
ambliopía puede mejorarse después de solo 10 minutos de estimulación magnética
transcraneal repetitiva (EMTr) en la corteza visual (Thompsonet al., 2008). Dado que se sabe
que la rTMS modula las interacciones inhibidoras dentro de la corteza humana (Modugno et
al., 2003, Pascual-Leone et al., 1998), esto sugiere que una parte significativa de la pérdida
monocular puede ser de naturaleza supresora. Así, existe evidencia convergente para la
conjetura de que los ambliopes estrábicos, como sus contrapartes iranisometrópicas (Wick et
al., 1992) poseen células corticales con conexiones binoculares, pero que bajo la visión
binocular los mecanismos supresores hacen que la corteza sea funcionalmente monocular. A
su vez, esto sugiere que la ambliopía es un problema intrínsecamente binocular y no el
problema monocular en el que se basa el presente tratamiento de parcheo. Pensado de esta
manera, el problema binocular que implica la supresión debe abordarse desde el principio si se
quiere lograr un buen resultado binocular, en lugar de esperar que la visión binocular se
recupere simplemente como consecuencia de la recuperación de la agudeza en el ojo
ambliópico, que es el enfoque actual y que a menudo no tiene éxito (Mitchell et al., 1983).
Recientemente, desarrollamos una nueva forma de cuantificar la supresión (Mansouri et al.,
2008). Descubrimos, bajo una amplia variedad de condiciones, que cuando la señal para el
otro ojo fijador se reduce en fuerza, los ambliopes estrábicos pueden combinar información
entre sus dos ojos, como lo hacen los individuos normales. La medida en que la señal para el
otro ojo fijador necesita reducirse permite cuantificar el grado de supresión. Aquí informamos
que la medición continua e intensiva del grado de supresión conduce, en sí misma, a una
reducción en la fuerza de supresión de la supresión. En otras palabras, proporcionar
condiciones de visión artificial bajo las cuales pueda tener lugar la visión binocular conduce a
un fortalecimiento de la visión binocular, facilitando su funcionamiento en una variedad más
amplia de condiciones de visión interocular. Eventualmente, la combinación binocular puede
ocurrir bajo condiciones de visualización más naturales cuando los ojos ven objetos del mismo
contraste físico. Este hallazgo proporciona la base para un nuevo tratamiento binocular de la
ambliopía en el que se mide y se trata el desequilibrio supresor como primer paso.
Descubrimos que en muchos casos la reducción de la supresión conducía no sólo al
restablecimiento de la función estereoscópica, sino también a una reducción del déficit de
agudeza monocular, lo que atestigua la importancia primordial de la supresión en el síndrome
ambliope. 2. Métodos generales 2.1. Observadores Nueve adultos ambliópicos estrábicos (ver
Tabla 1) participaron en los Experimentos. Se realizó refracción en todos los observadores y se
corrigió la visión para obtener la mejor agudeza visual. Se siguió la “Declaración de Helsinki” y
se obtuvo el consentimiento informado de todos los observadores antes de la recopilación de
datos. 2.2. Movimiento global dichoptic La medida de la supresión. Para medir la capacidad
de los observadores ambliópicos de combinar binocularmente la información de movimiento,
utilizamos cinematogramas de puntos aleatorios (RDK) y una discriminación de movimiento de
coherencia.
Table1Theclinicaldataforthe9amblyopicsubjectswhoundertookbinoculartrainingObsAgeTypeRe
fractionLASquintHistory, stereo147RELEstrabØØ20 / 2020 / 80ET1 Detectedage6y, nopatching,
nosurgery, nostereopsis244RELEstrabØØ20 / 2020 / 400ET20 Detectedage4y, nopatching,
nosurgery, nostereopsis340REstrabLEPlanoPlano20 / 4020 / 20XT1 Detectedat8yrs,
patchingtherapy6months, nosurgery.Stere-opsis100sec.445RELEmixed-1,75 + 0.5x90 +
1.25DS20 / 2020 / 63ET6 Detectedat11y, nocirugía y parcheo, ejercicio ocular1–2y,
glassessince12y, nostereopsis540REstrabLE + 5.00–1.00x180 + 0.50DS20 / 10020 / 20EX4
Detectedage10y, parche para 1m, anteojos para1y, nostereopsis6DSyREstrab 0.25DS + 3.50–
0.50x180 20/1520 / 50ET15 Detectedage3y, parcheo para4y, yglassesfor8y,
nostereo835RELEstrabplanoplano20 / 2020 / 125ET1 Detectedage8y, Rxat9yrs.Nopatching,
nosurgery, nolocal stereopsis9DSyotheREL +206 200arcsecond) Abbr Eviaciones: estrab =
estrabismo; Mixta = strabandaniso; Sq = estrabismo; Ob = observadores; RE = ojo derecho; LE =
ojo izquierdo; ET = esotropía; XT = exotropía; orto = ortotropía; DS = dioptrósfera. El ángulo de
estrabismo que se midió con el mayor grado de equilibrio entre los grados y el estetoscopio1.
Fig. 1. Ilustración del estímulo de movimiento dicóptico. Los elementos que viajan en una
dirección coherente ("señal") son vistos por un ojo y los elementos que viajan en una dirección
aleatoria ("ruido") son vistos por el otro ojo. La percepción después de la combinación
binocular es de señal + ruido. El error para esta medida en todos los umbrales fue de 3,6% de
coherencia (aproximadamente 1 punto de señal) para el ojo ambliópico (el error estándar
máximo intraobservador fue de 9,2% de coherencia o aproximadamente 3 puntos de señal) y
0,7% de coherencia (menos de 1 punto de señal) para el otro ojo (el máximo fue 1,3% de
coherencia, de nuevo menos de 1 punto de señal) demostrando que esta medida era estable y
precisa. También estábamos interesados en cualquier cambio relacionado con el
entrenamiento en la función monocular o binocular medido por pruebas clínicas. La agudeza
visual monocular tanto en el ojo ambliópico como en el otro se midió una vez a la semana
utilizando una carta de Snellen y se midió la percepción de profundidad estereoscópica antes y
después del entrenamiento utilizando la prueba de Randot. Estas pruebas fueron
administradas por un médico experimentado que estaba familiarizado con los objetivos del
estudio. La agudeza visual se calificó línea por línea, lo que permite identificar de manera
confiable los cambios importantes en la agudeza visual (Laidlaw et al., 2003). La prueba de
Randot es una de las pruebas disponibles para evaluar la percepción de profundidad
estereoscópica y, aunque existen problemas asociados con todas las pruebas clínicas de este
tipo, de ahí la necesidad de nuestra nueva técnica de medición (Mansouri et al., 2008), son las
estándar clínico actual para la evaluación general de la función binocular. La cantidad de
tiempo que los participantes dedicaron a este estudio varió debido a la disponibilidad y
motivación de cada participante. El tiempo mínimo de participación para este estudio fue de 2
semanas y el tiempo máximo de 6 semanas. También hubo variaciones en la "intensidad" del
entrenamiento, es decir, cuántas sesiones de entrenamiento se realizaron por semana. Esto
también se debió a diferencias en la disponibilidad de los participantes. Esta variación se
incorporó a nuestro análisis (ver sección de resultados). 4. Resultados 4.1. Justificación
Anteriormente hemos utilizado este enfoque en el que se miden umbrales de movimiento
coherentes para la estimulación dicóptica (es decir, señal en un ojo y ruido en el otro) para
estudiar interacciones binoculares en personas normales (Hess et al., 2007) y ambliopes
estrábicos (Mansouri et al. , 2008), el rendimiento se cuantifica cambiando la relación señal /
ruido. El grado en que la información se combinó binocularmente se cuantificó permitiendo
que solo un ojo vea la señal y el otro ojo vea el ruido (ver Fig. 1). En un individuo
binocularmente normal, el ruido visto por un ojo hace que la detección de la dirección del
movimiento de los elementos de señal que ve el otro sea más difícil. Sin embargo, no importa
qué ojo ve la señal y cuál ve el ruido. Hay un "equilibrio dicóptico" en el rendimiento umbral.
En ambliopías con supresión, importa qué ojo ve la señal y qué ojo ve el ruido. En el caso más
extremo, si el otro ojo fijador ve la señal y el ojo ambliópico ve el ruido, entonces, debido a la
supresión del ojo ambliópico por el otro ojo fijador, el rendimiento será máximo. Por otro
lado, si el ojo ambliópico ve la señal y el otro ojo fijador ve el ruido, el rendimiento estará en
riesgo. Por tanto, uno esperaría que hubiera un desequilibrio en los umbrales dicópticos
debidos a la supresión. Desequilibrando adecuadamente las señales vistas por el otro ojo
fijador (ya sea señal o ruido), encontramos que se podía obtener un rendimiento dicóptico
equilibrado que reflejaba el hecho de que la información de los dos ojos se estaba combinando
binocularmente. En
Fig. 3. Cambio en la agudeza visual de cada participante medido una vez por semana durante
el entrenamiento. Los triángulos muestran la agudeza del ojo ambliópico, los cuadrados
muestran la agudeza del otro ojo. La agudeza visual se muestra en minutos de arco. medición.
El sujeto 7 muestra la tendencia opuesta y el sujeto 8 muestra un rendimiento sin cambios.
Puede darse el caso de que, dado que estos participantes no pudieron asistir a una gran
cantidad de sesiones de capacitación, no completaron un número suficiente de ensayos para
demostrar una mejora. Una consideración de los primeros tres bloques de entrenamiento
para los sujetos 1 y 2 apoyaría esta hipótesis, sin embargo, como se describe a continuación,
encontramos que la intensidad del entrenamiento en lugar de la duración del entrenamiento
puede ser el factor más importante para predecir una respuesta de entrenamiento positiva.
Además, como se muestra en las Figuras 3 y 4A, la falta de mejora en las medidas del umbral
dicóptico medidas para la condición conservadora de una relación de contraste de 1, es decir,
el mismo contraste presentado en ambos ojos, no necesariamente previno la mejora en otras
medidas de ojos ambliópicos. función. En promedio, el entrenamiento mejoró los umbrales
de coherencia del movimiento ocular ambliópico cuando se presentó el mismo contraste en
ambos ojos. Una comparación de los umbrales de coherencia de movimiento bajo contrastes
emparejados para cada ojo al inicio del entrenamiento (bloque uno) y al final del
entrenamiento (el número de bloques de entrenamiento varió entre los participantes) usando
ANOVA de medidas repetidas (grados de libertad ajustados para tener en cuenta la esfericidad
utilizando la corrección conservadora de Greenhouse-Geisser) mostró que el entrenamiento
redujo los umbrales de coherencia del movimiento para ambos ojos (efecto principal
significativo del entrenamiento [umbrales de la semana 1 frente a los umbrales de la semana
final], F [1,8] = 11,3, p = 0,01). Además, los umbrales del otro ojo fueron superiores a los
umbrales del ojo ambliópico (efecto principal significativo del ojo, F [1,8] = 21,0, p = 0,002).
Finalmente, y lo más importante, el entrenamiento redujo significativamente la diferencia
entre los umbrales de los dos ojos (interacción significativa entre el ojo y el entrenamiento, F
[1,8] = 7,6, p = 0,025). En otras palabras, el entrenamiento permitió al ojo ambliópico superar
la supresión del otro ojo fijo, proporcionando una base para una combinación binocular más
normal entre los dos ojos. El análisis post-hoc utilizando pruebas t pareadas reveló una
diferencia significativa entre los umbrales de coherencia de movimiento de la semana 1 y la
semana final para el ojo ambliope (t [8] = 3,1, p = 0,015) sin tal efecto para el otro ojo (t [8] =
0,6, p = 0,57). A partir de la Figura 2, es evidente cómo se produjeron mejoras en los
umbrales del otro ojo en algunos participantes, en particular en los sujetos 1 y 3. Es importante
destacar que hubo una diferencia significativa entre los umbrales del ojo ambliópico y del otro
ojo en la semana 1 (t [8] = 4.2, eso fue marginal pero no significativo después del
entrenamiento
función (fusión y estereopsis) así como agudeza monocular. Si bien ambos enfoques utilizan
métodos dicópticos de estimulación, nuestro enfoque es diferente en varios aspectos
fundamentales. Por ejemplo, dado que estamos interesados principalmente en la visión
binocular, se mide la supresión y se arreglan las condiciones (manipulando el contraste
interocular) bajo las cuales podemos verificar psicofísicamente que tiene lugar la combinación
binocular. El entrenamiento se lleva a cabo en estas condiciones controladas de combinación
binocular. Finalmente, nuestros estímulos se distribuyen de manera uniforme y aleatoria a
través de los campos visuales de los dos ojos sin contener ninguna diferencia interocular
característica.
Los datos iniciales informados aquí sugieren que nuestro nuevo enfoque para mejorar la
función visual binocular y monocular en la ambliopía adulta es eficaz en la mayoría de los
casos. Además, los efectos son más pronunciados cuando la ambliopía es relativamente grave
y para obtener resultados óptimos se requiere un período de entrenamiento intensivo. Estos
resultados forman la base para estudios futuros que investiguen el curso temporal preciso de
los efectos cuando la intensidad del entrenamiento se normaliza dentro del grupo de prueba y
la duración de los efectos beneficiosos después de la finalización del tratamiento. Dado que
no existen tratamientos establecidos para la ambliopía en la edad adulta, no es posible utilizar
otros enfoques de tratamiento como base para evaluar la efectividad de nuestra intervención;
sin embargo, una comparación del entrenamiento monocular versus binocular usando
estímulos de puntos en movimiento sería muy informativa. Sin embargo, lo más importante es
la aplicación de esta nueva técnica a los niños con ambliopía. Los ambliopes adultos, como se
probó en este estudio, son un caso de prueba importante y conservador debido a la relativa
falta de plasticidad en el sistema visual adulto en comparación con el sistema visual juvenil
(Epelbaum et al., 1993). Por lo tanto, cualquier tratamiento que sea eficaz en la edad adulta
debe tener efectos aún más pronunciados en la infancia. Dado que actualmente existen pocas
alternativas al enfoque de parcheo / penalización para el tratamiento de la ambliopía que se
usa comúnmente en niños, un nuevo enfoque no invasivo como el que se presenta aquí podría
ser muy beneficioso para esta población de patentes. Reconocimiento Este estudio está
respaldado por una subvención de CIHR (# MOP 53346) a RFH.