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UNIVERSIDAD ARTURO MICHELENA

MAESTRÍA CRIMINALÍSTICA Y DERECHO PENAL

SOCIOLOGIA CRIMINAL Y DERECHOS HUMANOS (MDPC153)

ANÁLISIS DE LA CONVENCIÓN DE NACIONES UNIDAS

Y SUS PROTOCOLOS SOBRE DELINCUENCIA ORGANIZADA

Autor: Alberto R. Atencio

Profesora: Lic. Denotilia Hernández

San Diego, octubre 2020


Análisis de la Convención de Naciones Unidas contra la Delincuencia Organizada
Transnacional y sus Protocolos.

La Convención de Naciones Unidas contra la Delincuencia Organizada Transnacional


y sus Protocolos tiene su origen en el Tratado Multilateral de Palermo (Italia), suscrito en
diciembre del año 2000, por la comunidad internacional, conformada por 35 países como
Estados partes. Dicha acción, demostró la voluntad política de los mismos en pro de
abordar un problema global con una reacción mundial. Esto, debido a que en la actualidad
la delincuencia organizada tiene una tendencia al aumento de sus actividades y no respeta
las fronteras entre Estados, entonces en aras de evitar el socavamiento de lo establecido en
la ley en cada uno de estas naciones, se planteó ampliar el empleo de medios y arbitrios a
escala internacional y no sólo a nivel nacional.

De este modo, el interés común y colectivo de los países que suscribieron la


Convención apunta a limitar el camino a los enemigos del progreso y de los derechos
humanos quienes aprovechan los recursos y las posibilidades que le brinda la
mundialización para lograr sus fines delictivos. Asimismo, este documento insta a valerse
de los mismos factores para aplicar acciones que permitan vencer a la delincuencia, la
corrupción, la trata de personas y el tráfico de armas. Las mismas deben apuntar a
contrarrestar las actividades de lo que ha denominado Annan, citado por la ONU (2000),
“sociedad incivil, integrada por terroristas, criminales, traficantes de drogas, tratantes de
personas y otros grupos que desbaratan las buenas obras de la sociedad civil” (p. iv)). Estos
grupos constituyen formas delincuenciales que trabajan con las debilidades de los países en
cuanto al resguardo de su soberanía

Es así, como la Convención de las Naciones Unidas contra la Delincuencia


Organizada, y sus Protocolos entró en vigor en septiembre de 2003, constituyendo el
principal instrumento internacional dirigido a la lucha contra la delincuencia organizada a
nivel mundial. Al analizar su contenido, destaca su relevancia debido a que muchos Estados
partes o que firmaron la misma carecían de instrumentos legales para hacer frente a al
flagelo de la delincuencia organizada y el terrorismo que cada día amplía su ámbito de
acción. Así como de estrategias para contrarrestar las secuelas de la operación de grupos
dedicados a estas actividades además de programas preventivos para tales fines.

Por tal razón, la Convención (2003), delimita que “el propósito fundamental de la
misma, es promover la cooperación para prevenir y combatir más eficazmente la
delincuencia organizada transnacional” (p.5). Dicha intención, se materializa encauzada a
alentar a los Estados partes a que generen y apliquen disposiciones legales contra la
delincuencia organizada, adopten normas sancionatorias además de ofrecer cierta
orientación en la incorporación de medidas legislativas pertinentes.

En cuanto a la estructura, que presenta este instrumento legal y normativo, se tiene


que está conformado por cuarenta y un (41) artículos, los cuales detallan cada una de las
consideraciones en relación a la definición de determinados términos aclaratorios y
procedimientos a aplicar, se exige que los Estados tipifiquen como delitos determinadas
conductas establecidas en este documento, existe el planteamiento de la introducción de
medidas de control específicas, como, por ejemplo, la protección de las víctimas y de los
testigos o la responsabilidad de las personas naturales y jurídicas.

También prevé el decomiso del producto del delito y qué hacer con lo incautado,
promueve la cooperación internacional mediante acciones como la extradición, la asistencia
judicial recíproca y las investigaciones conjuntas, propone medidas de capacitación,
investigación e intercambio de información, alienta la adopción de políticas y medidas de
prevención y contiene disposiciones de carácter técnico, como las relativas a la firma y a la
ratificación de este instrumento legal.

Cabe destacar, que complementan la Convención tres protocolos con finalidades


específicas: el Protocolo para Prevenir, Reprimir y Sancionar la Trata de Personas,
Especialmente Mujeres y Niños dirigido a prevenir y combatir la trata de personas, proteger
y ayudar a las víctimas de dicha trata, respetando plenamente sus derechos humanos y
promover la cooperación entre los Estados Parte para lograr esos fines.
Además, el Protocolo contra el Tráfico Ilícito de Migrantes por Tierra, Mar y Aire
cuyo propósito es prevenir y combatir este delito, así como promover la cooperación entre
los Estados Parte con ese fin, protegiendo al mismo tiempo los derechos de las personas
objeto de este delito y el Protocolo contra la Fabricación y el Tráfico Ilícitos de Armas de
Fuego, sus Piezas y Componentes y Municiones, orientado a promover, facilitar y reforzar
la cooperación entre los Estados Parte con el propósito de prevenir, combatir y erradicar la
fabricación y el tráfico ilícitos de armas de fuego, sus piezas, componentes y municiones.

Es de hacer notar, que el ámbito de aplicación del instrumento legal ya mencionado,


se circunscribe a la prevención, la investigación y el enjuiciamiento de los delitos
tipificados a la presencia de la delincuencia organizada y cuando estos sean de carácter
transnacional y entrañen la participación de un grupo delictivo organizado. Para tales fines,
los Estados Parte cumplirán sus obligaciones con arreglo a lo establecido en la misma en
consonancia con los principios de igualdad soberana e integridad territorial de los Estados,
así como de no intervención en los asuntos internos de otros Estados. Esta caracterización
de los delitos que se abordan facilita que los miembros intercambien información, cooperen
y reciban asistencia judicial recíproca con respecto de investigaciones, procesos y
actuaciones judiciales en cuanto a delitos de grupos organizados además de acciones
preventivas en conjunto.

De igual forma, establece las medidas para combatir y penalizar los delitos
establecidos en esta Convención, cada Estado Parte adoptará las medidas legislativas y de
otra índole que sean necesarias para tipificar como delito, cuando se cometan
intencionalmente en los casos de participación en grupo de delincuencia organizada,
blanqueo de dinero y corrupción. En el entendido que estos implican un acuerdo con una o
más personas de cometer un delito grave con un propósito que guarde relación directa o
indirecta con la obtención de un beneficio económico u otro beneficio de orden material

En ese sentido, el documento normativo analizado efectúa un reconocimiento de la


peligrosidad y los efectos en los Estados de las operaciones de grupos delictivos
organizados que desarrollan distintas formas y manifestaciones de la delincuencia en
territorios de origen o extranjeros, motivo por el cual deben ser el objetivo de los sistemas
de justicia penal de cada país y en el plano internacional. Aunado a lo descrito, muestra
características como la adaptabilidad y flexibilidad aspectos que facilitan la inclusión en los
delitos tipificados de nuevas formas de delincuencia emergentes y que resultan del uso de
las nuevas tecnologías y el internet.

En función de lo expuesto, es importante reafirmar que los esfuerzos de los sistemas


judiciales de los países miembros deben dirigirse al desmantelamiento de dichos grupos, la
destrucción de los refugios que utilizan, limitar sus actos y lograr la protección tanto de las
víctimas como de los testigos involucrados. Por esto, la Convención contempla la
penalización del delito de participación en un grupo delictivo organizado y los elementos
facilitadores de la delincuencia organizada, como el blanqueo de capitales, la corrupción y
la obstrucción de la justicia.

Asimismo, considera la prevención de la aparición y operaciones de la delincuencia


organizada a través de actividades centradas en la formulación y evaluación de proyectos
nacionales así como el fortalecimiento de la cooperación entre los organismos encargados
de hacer cumplir la ley a nivel nacional e internacional .También, estimula la promoción
de normas y procedimientos concebidos para salvaguardar la integridad de las entidades
públicas y privadas interesadas, así como códigos de conducta para profesiones pertinentes
además de evitar el uso indebida de personas naturales y jurídicas por parte de grupos
delictivos organizados.

En ese contexto, la República Bolivariana de Venezuela como Estado parte y en


concordancia con la situación de la delincuencia organizada en el país, desarrolló acciones
que le permitieron apegarse al ordenamiento jurídico internacional en la materia, las cuales
se concretaron en la Ley Orgánica Contra la Delincuencia Organizada, sancionada en el año
2012, la cual representa un intento de gran importancia e impacto por combatir este flagelo
delictual que cada día aumenta en forma exagerada y desmesurada en el ámbito del
territorio venezolano, lo que condujo a considerar dicha ley, cuyo objeto es prevenir,
investigar, perseguir, tipificar y sancionar los delitos relacionados con la delincuencia
organizada y el financiamiento al terrorismo de conformidad con lo dispuesto en la
Constitución de la República y los tratados internacionales relacionados con la materia,
suscritos y ratificados por el país.

Es importante destacar, que el ámbito de aplicación de la ley antes mencionada


implica que quedan sujetas a las mismas, todas las personas naturales y jurídicas, públicas y
privadas, así como los órganos o entes de control y tutela. Además prevé la creación de la
Oficina Nacional Contra la Delincuencia Organizada y Financiamiento al Terrorismo, la
cual es el órgano rector encargado de diseñar, planificar, estructurar, formular y ejecutar las
políticas públicas y estrategias del Estado contra la delincuencia organizada y
financiamiento al terrorismo, así como de la organización, control y supervisión en el
ámbito nacional de todo lo relacionado con la prevención y represión de dichos delitos, y
también la cooperación internacional en esta materia. Esta es dependiente jerárquicamente
del Ministerio del Poder Popular con competencia en materia de Relaciones Interiores y
Justicia.
REFERENCIAS CONSULTADAS

Fuentes electrónicas

Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNOCD). (2005). Guía
Legislativa para la aplicación de la Convención de Las Naciones Unidas Contra la
Delincuencia Organizada Transnacional Recuperado de: https://www.unodc .org/
documents/treaties/Legislative_Guide_2017/Legislative_Guide_S.pdf

Ley Orgánica Contra la Delincuencia Organizada y Financiamiento al Terrorismo. (2012).


Recuperado de: https://www.bancrecer.com.ve/pdf/2_LOCDOFT.pdf

Organización de Naciones Unidas. (2003). Convención de Naciones Unidas contra la


delincuencia organizada transnacional y sus protocolos. Recuperado de:
https://www.unodc.org/pdf/cld/TOCebook-s.pdf.

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