TEMA 10. Interpretación Global de Los Fenómenos Geológicos en El Marco de La Teoría de La Tectónica de Placas. - Reducido

TEMA 10.
INTERPRETACIÓN GLOBAL DE LOS FENÓMENOS GEOLÓGICOS EN EL MARCO…
TEMA 10. INTERPRETACIÓN GLOBAL DE LOS FENÓMENOS GEOLÓGICOS EN EL MARCO

DE LA TEORÍA DE LA TECTÓNICA DE PLACAS
1. Introducción
2. Referencia general a la teoría de la Tectónica de Placas
3. Magmatismo
3.1. Bordes de placas convergentes
3.2. Bordes de placas divergentes
3.3. Bordes de placas pasivos
3.4. Zonas de intraplaca
4. Metamorfismo
4.3. Colisión continental
5. Deformaciones
6. Sismicidad
6.1. De foco superficial
6.2. De foco profundo
7. Síntesis
8. Bibliografía
C. Javier Fron Marín fronmarin@hotmail.com 1 Biología y Geología

TEMA 10. INTERPRETACIÓN GLOBAL DE LOS FENÓMENOS GEOLÓGICOS EN EL MARCO…
1. INTRODUCCIÓN
El hecho más significativo para el conjunto de las ciencias de la Tierra es, sin duda, el
planteamiento de la teoría de la tectónica de placas. Formulada en la década de 1960, esta teoría
supuso una verdadera revolución en el campo de la Geología. Muchas de las ideas propuestas por
la teoría de la tectónica de placas ya eran conocidas antes de que ésta se enunciara, y es por ello
que, cuando se formuló, tuvo una gran acogida, hasta el punto de que muy pronto aparecieron los
primeros libros que trataban sobre ella. La tectónica de placas recogió conceptos como la
movilidad continental y la expansión del fondo oceánico, y les dio un nuevo sentido con el que
explicar fenómenos geológicos globales. El hecho de que surgiera como una teoría unificadora
capaz de explicar fenómenos geológicos a escala terrestre fue la causa de que en un principio se
la denominara “tectónica global”.
2. REFERENCIA GENERAL A LA TEORÍA DE LA TECTÓNICA DE PLACAS

La Teoría de la Tectónica de Placas supone que la litosfera está dividida en un número más o
menos reducido de fragmentos o placas (placas litosféricas) que están en continuo movimiento
relativo unas con respecto a otras, de modo que en algunos puntos tienden a colisionar, en otros a
separarse, y en otros se deslizan pasivamente una frente a otra. En los límites entre estas placas
se localiza la mayor parte de la actividad geológica de origen interno de nuestro planeta. La causa
del movimiento de las placas se encuentra en procesos de tipo térmico (corrientes de
convección) que acaecen en el manto.
Existen tres tipos diferentes de límites o bordes de placa, según la naturaleza del movimiento
relativo de las placas que separan:
- Bordes de placa convergentes o destructivos: donde dos placas tienden a colisionar entre
si, asociados normalmente a las llamadas zonas de subducción donde una placa, de mayor
densidad, se sumerge forzadamente bajo la otra, internándose en la astenosfera, con cuyos
materiales terminará, a la larga, asimilándose.
- Bordes de placa divergentes o constructivos: son límites de separación de placas, donde se
produce un ascenso de magma profundo como consecuencia de la distensión, que sale a la
superficie en forma de erupciones lineales en la zona llamada valle de rift. La expresión
topográfica de este tipo de límite son las grandes alineaciones montañosas submarinas
denominadas dorsales oceánicas, a partir de las cuales se produce una continua formación de
nueva litosfera oceánica (expansión de los océanos).
- Bordes de placa transformantes o pasivos: corresponden a un deslizamiento pasivo de dos
placas enfrentadas. Se localizan principalmente en las grandes fallas transformantes que cortan
periódicamente la estructura de las dorsales oceánicas.
Las zonas de intraplaca serían zonas de escasa actividad geológica de origen endógeno.
Actualmente se reconocen ocho placas principales, dentro de las cuales se diferencian otras
placas menores, llamadas subplacas.
Esta teoría supuso una verdadera revolución en el campo de la Geología por su
carácter integrador y generalista, ya que pretende explicar un elevado número de fenómenos
geológicos, que anteriormente se explicaban de modo disperso, a través de teorías no
relacionadas entre sí, en un marco teórico unitario y coherente.
3. MAGMATISMO
La mayor parte de las cuestiones referentes a la génesis de rocas ígneas pueden ser
explicadas de modo adecuado en el marco de la Teoría de la Tectónica Global.
Los bordes de placa convergentes coinciden con las zonas de subducción de placas y, según el
estado de evolución tectónica de la zona, diferenciamos zonas de arco insular y márgenes
continentales activos (orógenos pericontinentales).

En estas zonas del planeta tiene lugar la destrucción de litosfera por el proceso de subducción
de placas. La fricción que se produce en el movimiento de la litosfera a lo largo del plano de
Benioff genera una gran cantidad de calor que es transmitida al interior de la placa y que puede dar
lugar a la generación de magmas.
Cuando la placa en subducción alcanza profundidades superiores a los 100 km, la temperatura
alcanzada puede producir la fusión parcial de la corteza oceánica subducente.
Nicholls y Ringwood proponen un modelo para la generación de estos magmas basado en el
estudio de los arcos insulares, que explica de diferente modo la generación de estos dos tipos de
magmas primarios:
a) A una profundidad de 80 km, el aumento de T y P provoca la deshidratación de los minerales
hidratados que existen en la parte superficial de la placa. El agua originada escapa hacia el manto,
reduciendo su viscosidad y favoreciendo el ascenso diapírico de masas peridotíticas hidratadas,
por su menor viscosidad; estas masas de peridotita pueden fundirse durante el ascenso
originando magmas primarios de naturaleza toleítica. La posterior diferenciación puede dar lugar
a basaltos toleíticos y a rocas progresivamente más ácidas (andesitas, riolitas).
b) A partir de 100 km de profundidad la fusión de la corteza oceánica subducente originaría
magmas de naturaleza menos básica que su entorno en el manto, reaccionando con los
componentes de éste y transformando a las peridotitas en piroxenitas, más ligeras que las rocas
de su entorno, que tenderían a ascender diapíricamente. Durante este ascenso podría ocurrir la
fusión de estas rocas piroxeníticas originando magmas de naturaleza calcoalcalina que darían
lugar a basaltos alumínicos o, por diferenciación magmática, a andesitas, dacitas o riolitas de
composición calcoalcalina.
Estos bordes coinciden con las alineaciones montañosas submarinas que denominamos dorsales
oceánicas, y más exactamente con su depresión central (valle de rift). Algunas depresiones
tectónicas intracontinentales con intensa actividad volcánica suelen interpretarse como límites
divergentes en proceso de formación (dorsales incipientes); se habla entonces de zonas de rift
intracontinentales, (ejemplo: el rift oriental africano).
En estas áreas tienen lugar más del 80% del magmatismo total del planeta. Las dorsales
oceánicas representan las zonas donde se produce el ascenso de los magmas originados por la
fusión parcial del manto peridotítico subyacente. La solidificación del material arrojado se va
agregando a los bordes de placa divergente y de esta forma se va generando nueva litosfera
oceánica.
Las rocas de las dorsales y de los fondos oceánicos son sistemáticamente basaltos toleítico-
olivínicos.
En estas zonas, los movimientos de las fallas transformantes favorecen en ocasiones la
extrusión de magmas de tipo basáltico, aunque el magmatismo es muy escaso y las cámaras
magmáticas se sitúan a mayor profundidad que en las dorsales (30 km).
Los procesos magmáticos que en ellas se desarrollan son muy escasos y extremadamente
heterogéneos. No incluimos aquí aquellas rocas de origen ígneo que, aun localizándose
actualmente en el interior de las placas, su generación tuvo lugar en zonas de borde de
placa, ni el magmatismo de los rifts intracontinentales que son considerados límites
divergentes incipientes.
La principal hipótesis térmica sobre los procesos magmáticos en el interior de las placas es la
del punto caliente. Un punto caliente es una región del manto, en las proximidades del núcleo,
que está a una temperatura mayor que su entorno; este punto caliente sería la fuente de un
ascenso convectivo de material (penacho o pluma convectiva). Cuando esta pluma convectiva
llega relativamente cerca de la superficie tiene lugar una fusión parcial del material que genera

magmas primarios de naturaleza toleítica (si el porcentaje de fusión llega al 30%) o de

naturaleza alcalina (si el porcentaje de fusión no sobrepasa el 15%).
La existencia de un punto caliente en profundidad y el magmatismo que a él va asociado puede
tener diferentes expresiones superficiales:
- Regueros de islas volcánicas.
- Dorsales asísmicas.
- Mesetas oceánicas.
En las zonas continentales es mucho más difícil que la existencia de un punto caliente
subyacente se manifieste superficialmente en procesos ígneos, debido al mayor grosor de la
litosfera continental. Si la placa está esencialmente inmóvil, el punto caliente puede ocasionar la
fusión de la corteza continental, dando lugar a plutones graníticos (granitos anorogénicos).
4. METAMORFISMO
Los procesos metamórficos tienen su origen también en la energía interna del planeta, que en
este caso provoca la transformación de unos minerales en otros sin que se alcancen las condiciones
físico-químicas que propiciarían la fusión parcial o total de las rocas afectadas.
Los procesos metamórficos tienen diferentes características en función del ambiente
tectónico en que se desarrollan.
En las dorsales y en los fondos oceánicos se han dragado rocas metamórficas sobre todo,
metabasaltos y metagabros; que conservan en gran parte la textura original. También conservan
con frecuencia la composición química original. Las rocas metamórficas oceánicas se originan, con
toda probabilidad, bajo las crestas de las dorsales oceánicas, mediante un metamorfismo de tipo
térmico.
Pese a su carácter local, este tipo de metamorfismo es el geográficamente más extendido.
Las zonas de subducción se pueden expresar en superficie con la existencia de arcos insulares
o de orógenos de borde continental.
Son zonas donde se desarrollan simultáneamente intensos procesos tectónicos, de
metamorfismo regional y de tipo ígneo. El geólogo japonés A. Miyashiro (1961) puso de
manifiesto que los terrenos metamórficos de Japón y de otras áreas circumpacíficas estaban
integrados por dos cinturones metamórficos, paralelos y de la misma edad, pero con caracteres
distintos.
Las características diferenciales de ambos tipos de metamorfismo son las que siguen:
- Metamorfismo de alta presión: Aparecen frecuentemente asociadas a rocas ígneas de
carácter básico y ultrabásico (ofiolitas).
- Metamorfismo de baja presión: Aparecen asociadas a rocas ígneas, de carácter más ácido
que las anteriores (granitos, granodiorítas, andesitas, riolitas).
Ambos tipos de metamorfismo pueden relacionarse con el proceso de subducción. Así,
las regiones próximas a la misma zona de subducción presentarán un gradiente geotérmico bajo,
con lo que el metamorfismo de las rocas sedimentarias implicadas en la subducción no se inicia
hasta que están a una profundidad considerable. El incremento de presión en estas condiciones
supera al de temperatura, dando lugar al metamorfismo regional de alta presión.
En las zonas más internas de la placa suprayacente se registra un elevado gradiente
geotérmico, debido al ascenso de magmas que tienen su origen en el proceso de subducción. El
incremento de temperatura supera al incremento de presión, y se dan las condiciones para el
desarrollo de un metamorfismo regional de baja presión.
4.3. Colisión continental
Se corresponde con los procesos de obducción de placas y la formación de los grandes orógenos
intercontinentales. La extensión de los afloramientos metamórficos presenta una gran anchura,

puesto que los procesos metamórficos pueden afectar a ambos continentes. Así, por ejemplo,
las rocas metamórficas que aparecen en la cadena hercínica son, sobre todo, de baja
presión; el caso inverso se da en la cadena alpina europea, donde las rocas metamórficas que
aparecen son esencialmente de alta presión.
En las fallas transformantes tienen lugar importantes desplazamientos en cizalla, como
consecuencia de los cuales se originan, además de los procesos ígneos, un más o menos intenso
metamorfismo de presión, que origina rocas cataclásticas.
En la zona de fractura se puede describir una secuencia vertical del tipo de rocas
cataclásticas, desde rocas muy incoherentes en las zonas más superficiales, a rocas coherentes y
con un grado de recristalización mayor a medida que aumenta la profundidad en la fractura.
En las zonas internas de las placas se desarrollan dos tipos extremos de procesos
metamórficos:
a) Metamorfismo profundo: el metamorfismo se desarrolla en la corteza inferior, donde
alcanza una notable extensión a presiones muy altas. Las rocas generadas son granulitas y
eclogitas.
b) Metamorfismo de contacto: no es exclusivo de las zonas de intraplaca. Se desarrolla a
presiones bajas, en relación con la intrusión de masas ígneas y como consecuencia del
aumento de temperatura que experimentan las rocas encajantes de la cámara magmática. Las
rocas se denominan en general cornubianitas, y la intensidad del metamorfismo sufrido decrece
con la distancia al plutón.
5. DEFORMACIONES
Las dorsales son relieves suaves, ya que una dorsal típica tiene unos 1.000 km de anchura por
2.000 m de elevación sobre el fondo oceánico. La zona central es una depresión lineal o valle de
rift. Análoga morfología presentan las zonas de rift continentales.
El perfil topográfico transversal de la zona de rift tiene tres zonas bien diferenciadas:
1. Zona neovolcánica.
2. Zona de grietas paralelas.
3. Graderíos tectó nico s.
Las dorsales oceánicas aparecen cortadas periódicamente por relieves transversales que
parecen desplazar lateralmente la dorsal. La parte central de la falla transformarte es realmente
un borde de placa de carácter pasivo, ya que a este nivel se enfrentan dos placas diferentes.
La teoría clásica de los geosinclinales como cuencas subsidentes que evolucionan a orógenos
como resultado de fuerzas de compresión, está plenamente incorporada a la nueva Teoría de
Tectónica de Placas.
La aplicación de la Tectónica Global como teoría orogénica se debe a Dewey y Bird (1970),
quienes propusieron dos tipos básicos de orógenos: marginales (o pericontinentales), y de
colisión (o intercontinentales). Además de estos dos tipos bien definidos de cadenas
montañosas, que siguen aceptándose hoy, existen otros cinturones orogénicos todavía
parcialmente sumergidos en el océano.
ARCOS INSULARES: son cadenas de islas volcánicas que aparecen separadas del continente
por una cuenca marginal ocupada por un mar interior; hacia el exterior del arco insular suele
haber una pequeña cresta que no llega a emerger y, por último, una fosa oceánica, donde se
alcanzan las mayores profundidades marinas. Las mayores acumulaciones de sedimentos se dan
entre la fosa y el arco volcánico, formando un prisma de acreción o mélange.
La génesis de los arcos de islas volcánicas se relaciona con el proceso de subducción. Las islas

son resultado de un intenso magmatismo que tiene su causa en el calor que genera la subducción.
ORÓGENOS MARGINALES (PERICONTINENTALES): orógenos tipo Andes. Se relacionan
también con zonas de subducción. En su estructura tectónica se pueden reconocer varias
partes, desde la fosa oceánica hacia el continente:
- Un prisma de acreción (o complejo subductivo).
- La parte superior de la corteza continental formando cabalgamientos y mantos de corrimiento
vergentes hacia el océano.
- El arco magmático.
- Un cinturón de deformación interno que incluye cabalgamientos y mantos de corrimiento
vergentes hacia el continente.
A ambos lados de la elevación principal de la cordillera pueden formarse cuencas sedimentarias
de borde.
En el curso de la evolución del orógeno, los productos ígneos son cada vez de
naturaleza más ácida (más ligeros). Los términos finales son los que generan, al
introducirse en la corteza, un empuje isostático que eleva el orógeno.
ORÓGENOS DE COLISIÓN (INTERCONTINENTALES): orógenos tipo Himalaya.
Estos orógenos se producen cuando el fragmento continental transportado por una placa llega
a una zona de subducción situada junto a otro continente o a un arco insular. Por su baja
densidad, la corteza continental no puede subducir, sino que se interpenetra con el otro
continente. La formación de un orógeno de colisión marca el final del proceso de subducción de
placas y la aparición de un proceso de obducción continental, con presencia de ofiolitas en las
partes internas de la cordillera.
Se trata de una zona de escaso volcanismo, puesto que la compresión cierra los posibles
conductos magmáticos, y predominio de metamorfismo de alta presión.
Aunque los procesos de deformación tectónica de mayor envergadura están asociados
a las zonas de límite de placa (y de modo especial a los límites convergentes), también se
desarrollan fenómenos de deformación en las zonas de intraplaca que son principalmente:
5.4.1. Movimientos en vertical de la corteza
Pueden ser de origen térmico, que están relacionados con anomalías térmicas positivas (puntos
calientes), que ya hemos comentado en este tema al hablar del magmatismo de intraplaca
(dorsales asísmicas, mesetas oceánicas), y los movimientos de origen isostático.
Éstos últimos se deben a causas mecánicas, y tienden a contrarrestar los desequilibrios de
órden gravitatorio introducidos en un sector de la corteza (pérdidas o ganancias de masa). La
existencia de estos movimientos verticales de la corteza presuponen un nivel plástico capaz de
acomodar estos movimientos; papel jugado por la astenosfera.
Los conceptos de anteclisa y sineclisa se usan para hacer referencia a amplias zonas, por lo
general ubicadas en áreas cratónicas, dotadas de una lenta pero persistente inestabilidad en la
vertical.
En algunos casos, la causa mecánica de los movimientos verticales está bien establecida; es el
caso de las elevaciones de Groenlandia o Escandinavia como respuesta a la descarga de masa que
supone la deglaciación. La acumulación de sedimentos en los bordes continentales tiene el efecto
opuesto la subsidencia, Los movimientos en vertical de la corteza se denominan movimientos
epirogénicos.
5.4.2. Los c a mpo s d e fallas e n lo s c rato n es
La génesis de este tipo de accidentes tectónicos puede relacionarse con dos procesos
geológicos diferentes:
a) Acompañando a las deformaciones plásticas que suceden en las zonas orogénicas, tiene
lugar en las zonas adyacentes de intraplaca, de comportamiento mecánico rígido, una respuesta
frágil que determina la generación de horts, fosas tectónicas y, en general, sistemas de fallas en

damero.
Las fosas tectónicas originadas por esfuerzos distensivos en zonas internas de los
continentes, que constituyen una respuesta mecánica frágil a los esfuerzos de compresión en
zonas orogénicas vecinas, reciben el nombre de impactógenos.
b) La fracturación intracratónica puede deberse a un incremento térmico regional por un
punto caliente en profundidad; este incremento térmico causa una elevación del límite litosfera-
astenosfera, lo que debilita la litosfera y favorece su fracturación. Se forman de este modo
los rifts continentales, que pueden evolucionar hacia dorsales oceánicas. Las fosas tectónicas
que tienen su origen en un proceso de fragmentación continental abortado reciben el nombre de
aulacógenos.
Impactógenos y aulacógenos pueden constituirse en cuencas sedimentarias permanentes, pues
la acumulación sedimentaria irá acompañada de una subsidencia generalizada del fondo de la fosa.
Estas áreas se verán sometidas a esfuerzos de naturaleza compresiva, que pueden evolucionar a
orógenos y originar cordilleras montañosas y, por lo general, se ubicarán en zonas de intraplaca y
recibiendo el nombre de orógenos intracontinentales.
6. SISMICIDAD
La distribución geográfica de los terremotos no es al azar; coincide, en líneas generales, con la
distribución de las áreas volcánicas y de los grandes cinturones orogénicos recientes (orogenia
alpina).
La Teoría de la Tectónica de Placas ha venido a aportar una luz nueva y definitiva sobre la
cuestión de la distribución geográfica de los seísmos. Así, los cinturones sísmicos coinciden con los
limites o bordes de placa, áreas lineales donde se genera la mayor parte de la actividad
energética de la corteza terrestre.
Podemos diferenciar dos tipos de terremotos, según la profundidad a que se localiza su
hipocentro:
6.1. De foco superficial
Están relacionados bien con fenómenos volcánicos, bien con desplazamientos de fallas o, en
general, con reajustes tectónicos como en los orógenos recientes. Los terremotos superficiales
son característicos de las dorsales oceánicas, de las fallas transformantes, de las cordilleras
orogénicas recientes y de las zonas de subducción.
6.2. De foco profundo
Con el hipocentro localizado entre 80 y 700 km. Están relacionados con los procesos de
subducción de placas. Su distribución en profundidad sigue el plano de Benioff.
En profundidad, y a medida que la placa se introduce en la mesosfera, encuentra una
mayor resistencia a la penetración, dado que la rigidez del manto aumenta. Por ello, los
terremotos de foco muy profundo son de carácter compresivo.
7. SÍNTESIS
En resumen, el geólogo se encuentra ante una teoría, que además de explicar coherentemente
el plegamiento y la formación de cadenas montañosas, permite la integración y síntesis de todos
los demás fenómenos geológicos que se pueden observar en la Tierra. Recibe el nombre de
Tectónica Global, y considera todos los fenómenos geológicos (sedimentación, metamorfismo,
meteorización, erosión, vulcanismo, etc.), como parte de un proceso único que es la evolución
dinámica de la Tierra. Es, por consiguiente, la teoría que integra los datos proporcionados por
todas las demás ramas de la Geología.
8, BIBLIOGRAFÍA
• Anguita, F. y Moreno, F., 1993: Procesos geológicos internos. Ed. Rueda. Madrid.
• Carenas, B. y otros, 2014: Geología. Ed. Paraninfo. Madrid.

• Hallam, A., 1973: De la deriva continental a la Tectónica de Placas. Ed. Labor. Barcelona.
• Meléndez, B. y Fúster, J. M., 2006: Geología. Ed. Paraninfo. Madrid.
• Monroe, J. M., Wicander, R. y Pozo, M., 2008: Geología: dinámica y evolución de la Tierra.
Ed. Paraninfo. Madrid.
• Murphy, J.B. Y OTROS, 2008: Rotura de las placas tectónicas. Investigación y Ciencia,
380[mayo]: 31-41.
• Tarbuck, E. J. y Lutgens, F. K., 2016: Ciencias de la Tierra. Una introducción a la geología
física. Pearson. Madrid.

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magmas primarios de naturaleza toleítica (si el porcentaje de fusión llega al 30%) o de

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