Está en la página 1de 1

La novela policíaca en España: Antecedentes

En España, el primer relato que podría considerarse “novela policíaca” (Colmeiro,


1994: 90) es El Clavo, de Pedro Antonio de Alarcón (1833-1891). Se trata de una
novela
breve, publicada por primera vez en 1853 y que será repetidamente modificada hasta
su
versión definitiva en 1880 (Colmeiro, 1994: 94). La novela narra por una parte las
peripecias amorosas de dos hombres y por otra el deseo de averiguar el misterio de
una
calavera atravesada por un clavo que encuentran en el cementerio. Se trata de una
historia
más bien folletinesca en la que todo gira en torno a tres mujeres misteriosas que
en
realidad son una única persona (Colmeiro, 1994: 94). Es una novela muy alejada de
la
línea abierta por Poe y Conan Doyle: el protagonista, Felipe, carece de la
personalidad
expansiva de Holmes o Lupin, y es la casualidad y no su ingenio la que acaba siendo
decisiva en la resolución del misterio de la calavera (Colmeiro, 1994:93).
7
Mucho más próxima a lo que entendemos por novela policial es La Gota de
Sangre, de Emilia Pardo Bazán4
(1951-1921); publicada a comienzos del siglo XX, es la
elaboración literaria de un suceso propio de un periódico de poca monta. (1911). Es
una
obra relevante porque, además de mostrar el conocimiento que tenía Pardo Bazán de
las
novelas de Conan Doyle, realiza unas aportaciones de interés (Colmeiro, 1994: 124-
125).
Su protagonista, Selva, es un aristócrata apático, enfermo de aburrimiento, que se
ve
envuelto en un crimen que sacudirá su vida tediosa (Colmeiro, 1994: 115). Al salir
de un
teatro topa con un cadáver con evidentes signos de violencia y se lanza a
investigar el
caso, en parte por ser un estímulo que puede dinamizar su vida anodina (Colmeiro,
1994:
117-118). Pardo Bazán huye del modelo de detective cartesiano creado por Conan
Doyle;
su protagonista, Selva, llega a resolver el caso no por su capacidad de deducción,
sino
gracias a la observación e introspección psicológica. Pardo Bazán, además de la
trama,
quiere dejar constancia también de la psicología de Selva y de la evolución
interior que
experimenta a medida que avanza la investigación (Colmeiro, 1994: 120). Merece
destacarse la atención que da al conflicto moral que se le plantea a Selva en el
momento
de cerrar el caso: implacable con el criminal, es, sin embargo, muy relajado con su
cómplice, una hermosa mujer por la que se siente tan atraído que acaba dejándola
escapar
(Colmeiro, 1994: 122).
Estas interesantes innovaciones introducidas por Pardo Bazán no merecieron un
especial reconocimiento por parte de los intelectuales de su tiempo, que, en su
mayoría,
consideraban el policíaco un género menor, un mero pasatiempo (Colmeiro, 1994: 125)

También podría gustarte