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Asignatura

Historia y pensamiento político

Facilitador
Wilfredo Padrón Iglesias

Tema
Tarea 5

Participante
Gloria Pimentel

Matricula
15-5732
Introducción

En la presente le estaremos presentando los aportes dec la revolución


francesa en tres ello se encuentra la liberación humana la aparición de la
republica entre otros.
Por otra parte, están las características del capitalismo donde podemos
observar las deferencias de cada una y que a su vez están de la mano una de
la otra.

Bienvenidos a la quinta semana de trabajo, en la que realizaremos las


siguientes actividades:

 Elabore un Mapa Mental con los aportes de la Revolución Francesa al


pensamiento político y social de la humanidad.

 Derecho de
la mujer Abolición
de la
 Liberación esclavitud
 humana


aportes de la
Revolución
 Francesa al
El fin de la
Nacimient pensamiento
 o de la político y social monarquía
republica de la humanidad


Los
 derechos
 del
hombre


Confeccione un Resumen con las características generales del


capitalismo, desde el punto de vista económico, político, social y
científico-cultural.

El capitalismo 
es un orden o sistema social y económico que se encuentra en constante
movimiento, derivado del usufructo de la propiedad privada sobre el capital como
herramienta de producción, que se encuentra mayormente constituido por
relaciones empresariales vinculadas a las actividades de inversión y obtención
de beneficios, así como de relaciones laborales, tanto autónomas como
asalariadas subordinadas libres, con fines mercantiles.
En el capitalismo, los individuos y las empresas usualmente representadas por los
mismos, llevan a cabo la producción de bienes y servicios de forma privada e
interdependiente, dependiendo así de un mercado de consumo para la obtención
de recursos. El intercambio de los mismos se realiza básicamente
mediante comercio libre y, por tanto, la división del trabajo se desarrolla de forma
mercantil y los agentes económicos dependen de la búsqueda de beneficio.
La distribución se organiza, y las unidades de producción se fusionan o separan,
de acuerdo a una dinámica basada en un sistema de precios para
los bienes y servicios. A su vez, los precios se forman mayoritariamente en
un mercado que depende de la interacción entre una oferta y una demanda dadas
por las elecciones de productores y consumidores, y estos, son necesarios para la
coordinación ex-post de una economía basada en el intercambio de mercancías.
El origen etimológico de la palabra capitalismo proviene de la idea de capital y su
uso para la propiedad privada de los medios de producción, sin embargo, se
relaciona mayormente al capitalismo como concepto con el intercambio dentro de
una economía de mercado que es su condición necesaria, y a la propiedad
privada absoluta o burguesa que es su corolario previo. El origen de la palabra
puede remontarse antes de 1848 pero no es hasta 1860 que llega a ser una
corriente como tal y reconocida como término, según las fuentes escritas de la
época.

Crecimiento económico
Teóricos y políticos han enfatizado la habilidad del capitalismo para promover
el crecimiento económico buscando aumentar los beneficios, tal como se mide por
el Producto Interno Bruto (PIB), utilización de la capacidad instalada o calidad de
vida. Sin embargo, debe notarse el análisis de la tasa de crecimiento ha revelado
que el progreso técnico y causas no asignables a la intensidad del capital o la
asignación de trabajo, parecen ser responsables de gran parte de la productividad
(ver productividad total de los factores). Igualmente los sistemas de economía
planificada lograron entre 1945-1970 tasas muy superiores a la mayor parte de
países capitalistas. Aun dejando a un lado el peso de los diferentes factores en el
crecimiento económico, la posible benéfica influencia de la organización capitalista
de la producción ha sido históricamente el argumento central, por ejemplo, en la
propuesta de Adam Smith de dejar que el libre mercado controle los niveles de
producción y de precio, y distribuya los recursos.

político

Una de las preocupaciones mayores de la acumulación del capital material fue la


acumulación de poder que esto significaba. Las grandes manufacturas durante
mucho tiempo han sido controladas estrechamente por el Estado (como por
ejemplo las manufacturas de Colbert) con el fin de limitar la constitución de formas
de poder privado. La creación de sociedades sin el aval del Parlamento es
concedida solo en 1825 en Gran Bretaña (derogación de la Bubble Act). La
liberalización completa de la creación de sociedades anónimas es concluida solo
en 1856 en el Reino Unido.
Hasta antes de la Revolución rusa, es en los Estados Unidos dónde se
manifiestan las primeras oposiciones entre el poder político y las grandes
empresas capitalistas. El capitalismo bajo la forma del liberalismo
económico aparece y preconiza la competencia por una nueva organización del
mercado como la prenda de eficacia, mientras que las formas precedentes de
capitalismo tenían una tendencia a la concentración y a la armonía. En esta óptica
liberal, la creación de monopolios es contrariada por leyes anti-trust. 

En la historia reciente, las tentativas de nacionalizaciones de los bienes materiales


de las grandes empresas transnacionales provocaron la caída de ciertos
gobiernos: el del Salvador Allende en 1973 en Chile (derrocado por un golpe de
Estado militar alentado desde Washington). En 1956, la nacionalización del Canal
de Suez por el gobierno egipcio de Nasser, provocó la entrada en guerra
de Francia, del Reino Unido y de Israel. Al contrario, en nuestros días, las
privatizaciones de las empresas se acompañan casi sistemáticamente de
movimientos sociales y de protestas. La cuestión del capitalismo, por su
naturaleza jurídica, es fuente de presiones y de desequilibrios políticos.
La doctrina política que históricamente ha encabezado la defensa e implantación
de este sistema económico y político ha sido el liberalismo económico y clásico del
cual se considera sus padres fundadores a John Locke, Juan de Mariana y Adam
Smith. El pensamiento liberal clásico sostiene en economía que la intervención
del gobierno debe reducirse a su mínima expresión. Solo debe encargarse del
ordenamiento jurídico que garantice el respeto de la propiedad privada, la defensa
de las llamadas libertades negativas: los derechos civiles y políticos, el control de
la seguridad interna y externa (justicia y protección), y eventualmente la
implantación de políticas para garantizar el libre funcionamiento de los mercados,
ya que la presencia del Estado en la economía perturbaría su funcionamiento. Sus
representantes contemporáneos más prominentes son Ludwig von
Mises y Friedrich Hayek por parte de la llamada Escuela austríaca de
economía; George Stigler y Milton Friedman por parte de la llamada Escuela de
Chicago, existiendo profundas diferencias entre ambas.

Economía social de mercado


En este sistema la intervención del Estado en la economía es mínima, pero
entrega servicios importantes en cuanto a la seguridad social, prestaciones de
desempleo y reconocimiento de derechos laborales a través de acuerdos
nacionales de negociación colectiva. Este modelo es prominente en los países de
Europa occidental y del norte, aunque variando sus configuraciones. La gran
mayoría de las empresas son de propiedad privada.
Cultural

según Brea, nos hallamos inmersos en plena era del capitalismo cultural, en el que
el maridaje entre la economía y la cultura está transformando la sociedad y sus
nociones de trabajo, producción y «vida propia». En el capitalismo cultural, la
actividad humana no está dirigida a la producción de la industria o de la tierra, sino
a la construcción de subjetividad y organización social. En un momento en el que
los grandes ejes de construcción social y de «vida propia» se hallan en entredicho
(la familia, la religión, las tradiciones, el estado, la patria, los partidos políticos…),
las industrias culturales (las industrias de la conciencia) se erigen en poderosos
agentes productores de subjetividad y de comunidad.

Se basa en la ley de oferta y demanda

El modelo productivo del capitalismo genera bienes y servicios, lo que a su vez


genera una oferta y una demanda a partir de las cuales se acuerdan los precios.

El precio o valor de cambio de los bienes y servicios se determina a partir de


variables como el valor de uso. La disponibilidad de ese objeto de intercambio
(que tiene un valor de uso), es decir, la proporción entre el número concreto de
bienes y servicios que se ofrecen y los que demandan los consumidores, también
incide en el precio o valor de cambio. Por ello, si un producto de primera
necesidad se torna escaso, su precio aumenta.
Conclusión

En este estudio se analizan los principios fundamentales del constitucionalismo


moderno que se conformaron como resultado de la Revolución Francesa de 1789,
que fueron: la idea de la Constitución para la organización del Estado y como
emanación de la voluntad popular; la declaración en ella de los derechos del
hombre la asunción de la soberanía por el pueblo; el principio dela representación
para su ejercicio el principio de la separación de poderes para la organización del
Estado la supremacía de la ley y el principio de legalidad y la distribución territorial
del poder y el municipalismo.

Un sistema capitalista se basa principalmente en que las titularidades de los


recursos productivos son de carácter privado. Es decir, deben pertenecer a las
personas y no una organización como el Estado. Dado que el objetivo de la
economía es estudiar la mejor forma de satisfacer las necesidades humanas con
los recursos limitados que disponemos, el capitalismo considera que el mercado
es el mejor mecanismo para llevarlo a cabo. Por ello, cree necesario promover la
propiedad privada y la competencia.

Anexos

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