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Litvinofk, Dest de (008) 1 EL syjsho wscondide sla réakidad virtval - » Bs, Os, Lebvs Vives INTRODUCCION LA “ERA PORNOGRATICA” La €poce enla que Frend intenté comprender el discurso newrstico, par- ‘un mandato a gozar lo ms posible, para lo nal a exis. eta pant prlcararlot jt on los que do, a parefaelegida es onpechada de impede acoesoa otra mejor, cual- ‘quier grado de satisfaccién parece poce cosa. No se trata pues de ocaltar ‘un desear equivalente a pecer ni tampoco ds propicier la insatisfacciGn 144de 212 s como aquélle que trabe la reallzacién del deseo, sin embargo resulta ser Ft a 145 de 212 def pasado, queda en las sombras el territorio del pénico que este mismo Imaginario genera. 1.4 mayor libertad semual os el resultado de una fucha por desenmas- ccarar escripulos, un avance del deseo sobre la: innumerables y ocurrentes “forwards” que enlazan ‘a pmisores J receptores recorriendo las redes-a cuelauier hora y en cuel- uier lager con imégenes que solfan reservarse Ia imaginaci6n, le posibi- lidad de acceder a pelicalas, bros y obras teatrales sin un cercenamiento ‘censor, son valores que suman a Ie corriente libidinal, amplfan la posibil- ded de disfrate y pueden obrar al modo de plecer preliminer gue propicle elencuentro amistoso, amoroso o sensual. Pero como en todo movimnien- hae las eaten a represin es mantel ene jen alot; cundo slob weimpor ante el aeo vaca a nea 2 146 de 212 DIANA SAMOVALER DE LATVINOPE | SUIETO EECONDIDG BN LA REALIDAD VITUAL Pero esto no es todo, al idealizarse el objeto tomo representacién de completud y solucién a la angustia, éste se convierte ent modelo de iden- ‘nis de sexo exolicito i acivinar el seereto. La pornografa “men- ‘e com Ia verdad”. No esté alien eso que se daa ver, la respuesta al enigma acerca del erotismo se bjeto de deseo es siempre oscuro. ie : ©, ti elreconocimniento mutuo, no es interearbiable. Bl amor requieretleripo y — nos muestran viviendo en tna “era pornogréfiea’. No se trata necessriamen. se mutre también de las dificultades, de la lucha por aceptar y conciliar di- e a a ién del empuie al ‘ers es esp Por po tede hechos inédites pero, entre otros factores, la conjuncién del empu pprar el erotismo dentro o fuera de una pareja estable. el levantamienta 2 Pemogath wimologeerente deriva del gig how lg nee la deprohibiciones y prejuicios que pesaban fasta no hace mucho, brinda una rout’ (Coronas 1376) Se denomin porsopeoelcaict obscene dae oportunidad que no siempre est en condiciones de se aprovechada, Alles irons obslinrarago athena, Proatscl se eee como ver que bats donde el pricoanstisis tendrfa que tomar nuzvamente le palebra para deve ia oni campo, aoa 89) Bo tenn pss dears. larrepresiones y goces que adoptan otras formas de manitestarse. Erman pGenmcte le bition del compa, devea b que “a0 ay gue “ 6 147 de 212 Das Saowatan on Lary | IER x8CONDIDO SNL RRALIND YTUAL /presentan a la vida comoun shaw don- de todo puede ser mostrado, y toda inquietud puede ser satisfecha. ‘ésito de llevar la curiosidad y ef conocimiento a su saciedad ime velo ito para el objeto faltante. Son el ‘ocuparse y preacuparse; el fébico por su parte, escapa de un realidad tan 5 uv 148 de 212 del ser para der su respuesta personal al sentido de su vida y la i ° 2 lay la ligazin londems. Laprogramacin del istinto sea perddo,ycon down sos 8 ‘sidad que pueda ser satisfecha por un objeto preciso, El objeto al que se re- fiere el pslcoandlisis, lejos de ser aquél que coincide con la pulsién, es con- cebido como perdido desce ef inicio; es el que habita al ser como enigma de deseo y uns apertura simbélica que podria favorecer no solo la crea~ cin fantética, sino también la expresién de una subjetivided smanazadia yet manejo dela realidad. 9 149 de 212 Poharckino, C Ge) Goatees eel culo. Ps Qs: Hiro ) Pavia CAPITULO 1 Planteamiento del problema de investigacién ‘alas ltimas décadas se observa queen el campo dela légice y educacional, as! como en ‘docente se ha incrementado el interés nsefianza que tiende a enfatitar Ia la profesin. Esta dimensién ha do (UNLP);Picbloga linia rofesora en Peicologia (UNL ino moraldad (integridad) como una palabra clave al describr el ethos profesional delos docentes ycoinciden aunque en distinto grado-en que enel contex- ianmaturaleza dea interaciénentre docentes la clase, se pueden interpretar mensajes de indole moral (Dewey, 1975; Tom, 1984; Noddings, 1984; Gooukaay Takes, alumnos y al Inescuela es permeable a otras instancias sociales, ya que en suinterior se transmiten modos de argumentacién sobre las acciones de susintegrantes y formas de jercer estin presentes en la sociedad. El poder dis lo general, no funciona come censura manifesta sino me- diante encubiertas reproducciones de las ideas dominantes ‘que habitan en la sociedad y regulan los comportamientos ‘en el dnbito escola Por ello, la experiencia escolar cotidiana, entendida como intercambio de significados, comunica crite bre lo correcto y lo deseable en las interacciones soci yrevela una pluralidad de interpretaciones valorativas so- bre las modalidades de desempefio en tales as. Enel aula, por ejemplo, las prictcas discursivas producen uum régimen de verdad que regula la propia inteaccién en ss medio, dado que los términos del discurso producen Aispositivos regulativos y posiciones normativas que de- finen lo que puede decirse y lo que puede hacerse en ese ‘entorno. Dichos juicios podrian definirse como grupos de conceptos, creencias y valores, organizados en cédigos lingiisticos.y circulando histéricamente en el interior de ‘campos discursivosconcretos.Sibien porlo general setrata de pricticas sin un texto espectico (es decir, que en ellas» no se enseiiaexplicitamente nada) debemos reconocer que formulan un conjunto de soluciones.y de argumentos :0- bre céimo proceder en determinadas situa ‘Logran constituirse en normas que n Y generalmente tampoco advertidas por onen en accién, pero que definen lo que 20 CELIA PALADIN que es relevante y quién tiene autoridad para dar voz 2 un argumento especfico. Sabemos queen la interaccién social en el escenario de nuestra culturd hay suficiente evidencia de situaciones de controversia, desacuerdos y desajustes que requieren de srbitrajes para su resolucién. La escuela no constituye una ‘excepcién, yen ella encontramos la presencia irreductible del conflictoen donde el docente esa figura clave que tiene sutoridad para dar voz (voces) aun discurso concreto. El ‘maestro, alos fines de defender la validez de los principios Y de la normativa escolar, emplea argumentacionés éticas ‘general, se suelen investir de wn imperativoético propio ya ‘que la misma aptitud para la comunicaci6n tiene correla- cién con la concepcién de nosotros mismos como sujetos morales. El discurso moral interviene enla aloracién deo bueno yo malo, lo deseable y lo indeseable, lo permitido, lo obligetorio y (Benhabib, 1987; Habermas, ccuela han cobrado tanto interés de parte dela comunidad, ‘noes porgue se los consere un fenémeno nuevo ni porque sehayan incrementado en ntimero yen severidad, sino por las dificltades que encuentran los adultos para terciar 0 ‘mediar con las complejas cuestiones que se enmarcan alre3%, dedor de los mismos. Lasacciones delos maestros yla de as autoridades escolares generalmente resultan insuficientes iones” que han reclamado d par {SRAT earns yas ota ‘caPtrvt01 a coonsenengmenene: Los nifios y nifias de la Educacién General Basica en nuestro medio sostienen todos los dias discusiones espon- se apoderan de sus pertenencia ‘omparieros y toman decisiones. En estos casos no tienen au obra demain reg 7 semper ae del gativas que los adultos deben evi edades tempranas,enfatizando Ia idea de que ls confron- taciones son ilégicase improductivas. Asilo confirman los estudios pioneros sobre la temética, que indican que las desde el punto de vista del aprendizaje de la convivencia (Shantz y Hobart, 1989; Opotow, 1991). No obstanteello, la literaturs demuestra que los conflictos contribuyen con el desarrollo psicologico y representan una importante forma de interaccin social. Se trata de situaci dela vida en comunidad, que aportan nuevas experiencias ‘de aprendizae tanto de orden emocional como intelectual y moral, muestran en relieve distntas opiniones, creen- ) menos consciente que el anterior, més relacionado con si- ‘tuaciones especificasy con el contexto, El sélo conocimiento| de los principios morales abstractos no es sufciente para que el maestro o la maestra adviertan si lainterpretacién del problema es correcta o razonable; es imprescindible Al tratarse de sujtos sociales e histdricos, los maes- {ros y las maestras comparten ciertasrepresentaciones que no son ajenas al pensamiento social que estructaran @ lo largo del desarrollo de su historia personal, sus esquemas representacionales como sujetos femeninos y masculinas, suis experiencias en tanto sujetos escolarizados, sus cone- ‘imientos construidos en el trayecto de la formacion bisi- ‘ea magisterial y el intercambio en el que han participado durante el ejercicio de su actividad docente. Estas repre- cariruto 1 B sentaciones sociales no son del todo conscientes para Jos bélico comprende estructuras de razonamiento y marcos de referencia desde los cuales se interpretan los fenémenos ‘que afectan aos sujtos, configurando un sisteme de pensa- pprensi6n deo que queremos. distincién que propone Gidden: de conciencia de los sujetos: ‘una conciencia practica. En tanto el primero se refiere ala expresién verbal que permite dar cuenta del porque, de razones de una actuacién determinada, el segundo alaludir ala conciencia prictica, presenta la caracteri de mantenerse de modo ticito, Podemos decir que ‘amabas conciencias se ubica la represién, en tanto la ligica ‘iscursivaes refiexiva, estructurada, ylalbgica de la préctica serelaciona con el orden de oinconsciente, csi del sentido ‘comin. Las mismas denotan mecanismos psicolégicos de al como se los emplea en contextos de accién. ia discursiva connote les formas de recuerdo es capaz de expresar verbalmente, en tanto que la conciencia prictca supone una evocacién ala que el agente tiene acceso en la duracién de una accién sin ser capaz de expresar lo que con ello “sabe’. Lo inconsciente designa modos de recordacién a los que el actor no tiene acceso directo porque existe una barrera negativa de lyin tipo que inhibe su integracién inmediataal registro reflex vo de una conducta y, mas en particular, « una conciencia Aiscursiva, Elobsticulomo esinvencible ya quela diferencia estdentre lo que puede ser dicho, en un sentido reflexivo,y a (CELIA PALADINO | indagacion sobre la escuela y categoria de género, dado el alto grado de \damentalmente femenino y de gran ‘de edad. De acuerdo a datos oficiales Buenos Aires, casi el 90% son mujeres, mientras que los hombres co rico critica el trabajo de su maestro Kohlberg cavtruto sarees ‘comprensién de la justcia, el respeto mutuo y el equilibrio entre los deseos de los otros y los propios. Giligany sus colaboradoresban demostrado que enlatoma de decisiones en situacionesdilematicas de cari distinguea dos voces uorientaciones éticas que se expresan ‘enargumentaciones de cuidado y de justcia Se trata de dos voces diferentes, aunque complementarias. No se establece ninguna jerarqufa que subordine una de estas orientaciones Ta otra, sino que simplemente se considera que son dos maneras diferentes de entender las relaciones hamanas. E) ‘érmino vo2-voces, es utilizado en el sentido de una me- téfora que representa el desarrollo del razonamiento ético dela mujer yla adquisicion de um modo de hablar sobre si zmismas de un modo diferente de lo masculino (Gilligan, 1985; Belenky, Clinchy, Goldberger y Tarue, 1986) Siguiendo la tradicidn de los discursos cientificos de la modernidad, y a modo de naturalizacién de los rasgos femeninos y masculinos, la escuela como institucién ha legitimado y reconocido socialmentela funcién magisterial en a figura femenina, que se ha visto determinada por un : Plgina 22 86 de 212, Jos ingredientes raclonalistes y untversalistas tene elementos somdnticos y singularizantes. a Pégina 23 desplaza desde un nticleo cculto en la propia inverioridad hacia Jasuperficie visible, Cada ver.mds. Por eso, la verdad” sobre lo modemnas ¢ introspectivas~ en vez de ese tipo de mirada hacta dentro ahora se estimula de manera creciente tuna espectacu: Sait [7 Finco gue se esin creado en {os espacios interectivos de Intemet son “tiles”. Los blogs, forologs, videologs, webcams y todas Pigina 2 sas herrarntentis canalizan cra insstente demanda actual de 6 ns hay i de nnenter acm nde heals a fs pds incor basa eo pats necesita en_un personaje audiovisual. Uno menor, aaa incluso Posie de credhus a 8 de 212 Aes oh Hepes repentinamente muy femoso aunque el estrellato sea eflmeros a y verdadera, con cierta continuidad, donde todo tenfa que-ver ‘con todo: segiin el relato del psicoandlisis, por ejemplo, cada Pagina 28 89 de 212 computadora de mi cuatto”. Me pazece interesante pensar eve 2+ Wo Vga Ue nrg p Bab Al AZ 9) “mi cuarto” como una especie de actualizacién del derecho sociales y demas recursos de Internet. Pagina 30 90 de 242 Demodo que toda esta fascinacién suscicada por elexhibicio- ~! vllldady consralren ac eampotunabuene imagen, Novae < cultase y encerratse, enronces, sino mostrarse y proyectarse, Hay que saber manejar los nuevos recursos multimedia e late- ractivos para poder sobreviviren un mercado de las apariencias cada vex més compctitivo. ‘Tod emoconpone ago qut Guy Debord denen “ta su responder con éxito a eta pertaaz abligacin de hacese visible para existir. Pégina gt Para conchuly, mi esis serfa que tal vez todo esto implique audiovisuales en el siglo x00 y tampoco la consumacién de la pérdida de Ia palabra que él vaticind, Algo que para ustedes, dos psicoanalistas, es fundamental. las evidentes continuidades, sunque odo ent cabal may Ges Delewn, Reda sobre soled de contra” en Chien Fer (mp » as erin Sonera Noda im Pégina 32 sépidamente, porque me interes espectsments entender en qué nog estamos convirtiendo y qué entamos dejando de ser. Cuando ‘seguir apareciendo muchas otras herramientas novedosas para i ocean yl nila y bens pare de I ue Berea To es, ahors ne gustaria mich cacuchaloa uted Discusién Hugo Bianchi: si hay 2lgo que los antropéloges hacen mucho sj quelos pslcoanaliseas esa operacién de desnararalizacén,

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