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Publicaciones INIA Quilamapu

INFORMATIVO AGROPECUARIO
BIOLECHE - INIA QUILAMAPU
GOBIERNO DE CHILE
MINISTERIO DE AGRICULTURA

INIA QUILAMAPU

Stanley Best
FERTILIZACIÓN NITROGENADA DEL MAÍZ A TRAVÉS DE Ingeniero Agrónomo PhD.
Juan Hirzel
FERTIRRIGACIÓN Ingeniero Agrónomo M.S.
Investigadores INIA Quilamapu

Problemas económicos, sociales, y ambientales han motivado a agricultores e industrias del sector, a
mirar nuevas alternativas tecnológicas con el fin de incrementar rendimientos y su competitividad de mercado.

Uno de los desafíos para implementar nuevas técnicas de manejo, radica en que los instrumentos de campo han evolucionado más
rápido que el entendimiento agronómico necesario para decidir cual será la mejor forma de beneficiarse del aumento de información
y capacidades que estas tecnologías proporcionan. Bajo este esquema, se ha llegado a la conclusión que el primer paso para mejorar
el rendimiento predial es estudiar la causa que genera su variabilidad espacial dentro del área de cultivo. Esta necesidad requiere
identificar los factores limitantes del rendimiento en una forma económica y más exacta.

Aplicación de agua y fertilizante

Las recomendaciones referidas en este artículo se basan en un ensayo realizado en la temporada 2001 - 2002 en el Centro
Experimental Humán de INIA (Lat. 37º 26` S; Long. 72º 22` O) Provincia de Los Angeles, predio donde se utilizó un cultivo de maíz
silero (Zea mays L) regado con pivote central en un suelo de origen volcánico, serie Humán.

Lo primero que debe realizar todo agricultor antes de decidirse a fertirrigar, es medir la uniformidad del sistema de riego para
identificar problemas potenciales, tanto del equipo como de operación, mediante la metodología estándar de la ASAE S436 o
también llamada "catch can". La uniformidad del riego es de vital importancia para lograr una aplicación homogénea del
fertilizante inyectado en el agua de riego. Una vez corregidos los problemas de uniformidad de riego, una uniformidad de riego que no
debe ser inferior a un 85%, se puede instalar un sistema de inyección de fertilizantes como, por ejemplo, el Inject-o-meter (Figura 1), el
cual fue utilizado para aplicar el fertilizante nitrogenado. Este inyector de fertilizante alcanza precios de US$ 1.500 como mínimo.

Figura 1. Inyector de fertilizantes Inject-o-meter.

El fertilizante utilizado en esta investigación fue UAN 32 (8% N-NO3, 8% N-NH4, 16 % Urea). Sin embargo, se puede utilizar cualquier
otro tipo de fertilizante soluble, siempre que cumpla con las características técnicas necesarias para el buen funcionamiento del sistema
de riego y cultivo. Bajo este último punto, es recomendable hacerse asesorar por un profesional del área.

Los volúmenes de inyección deben ser ajustados según la curva de inyección de fertilizante proporcionada por el fabricante para
cada sistema. Sin embargo, en una primera etapa se recomienda medir, para cada fertirrigación realizada, los volúmenes de inyección
del fertilizante a partir del estanque acumulador para, posteriormente, realizar los ajustes pertinentes y a la vez servir de adiestramiento
al personal del predio a cargo de dicha labor.

Para realizar adecuadamente las aplicaciones del fertilizante nitrogenado, es esencial tener conocimiento del comportamiento de
extracción de nitrógeno dado por las plantas de maíz. Este factor es importante ya que la mayor extracción de nitrógeno hecha por
este cultivo ocurre en el mes de enero (Figura 2). Para evitar deficiencias de este elemento, los agricultores generalmente realizan una
alta fertilización en los primeros estados de desarrollo del cultivo. Sin embargo, el uso de fertirrigación permite suplir estas altas
demandas en el momento que éstas se presentan, reduciendo así las cantidades aplicadas al cultivo y reduciendo, además, el
impacto negativo de excesivas aplicaciones con alto riesgo de contaminación de las aguas subterráneas.

Figura 2. Curvas de extracción de N, P y K por el cultivo en la parcela Control.

Por otra parte, de ser posible se recomienda realizar mediciones del contenido de clorofila (Figura 3) 1 vez cada 2 semanas. (El valor
del medidor de clorofila oscila entre US$1395 y 1500).

Figura 3. Medidor de clorofila SPAD 502,


Minolta Camera Co, Ltda.

Las lecturas obtenidas con el medidor de clorofila tienen por objeto determinar posibles deficiencias de nitrógeno, mediante el cálculo
del Índice de Deficiencia de Nitrógeno o IDN (relación entre la lectura del en un área en óptimas condiciones de fertilización nitrogenada y
la lectura en el resto del área sembrada). Se considera como nivel inicial de estrés de nitrógeno cualquier valor IDN inferior a 0,9.
Figura 4. Variación temporal del IDN promedio en el área de estudio.

En la Figura 4 se puede apreciar que el cultivo del maíz presentó deficiencias de nitrógeno (IDN< 0.9), tanto a inicios de la estación como
a fines de enero. Esta última deficiencia puede ser explicada por la máxima extracción de nitrógeno realizada por el cultivo durante
dicho período, tal como se aprecia en la Figura 2. Sin embargo, esos valores fueron corregidos por las aplicaciones de fertirrigación en
el área, situación que se observa en los valores de IDN posteriores a esa fecha.

La cantidad de N aplicada mediante fertirrigación se presenta en el Cuadro 1. En él se aprecia la realización de 5 aplicaciones de N


durante el período de máxima demanda, lo que pudo resultar en menores pérdidas mediante lixiviación de N.

Cuadro 1. Distribución temporal del nitrógeno aplicado mediante


fertirrigación en el área (kg/ha).

1º 2º 3º 4º 5º TOTAL

8,78 31,21 32,91 25,30 10,16 108,4

El Cuadro 2 presenta los valores promedios del N aplicado durante la estación de crecimiento y los rendimientos obtenidos.

Cuadro 2. Total de N aplicado y los rendimientos promedios para el área


durante la estación de crecimiento de 2001-2002.

Fuente de N Area Promedio

Fertilizante a la siembra(kg N/ha) 76


Fertirrigación (kg N/ha) 108.4

Total N aplicado en la Estación 184.4

Costo de las aplicaciones* ($/ha) 103.942

Rendimiento (ton M.S. / ha) 22.77

Relación de kg N aplicado/ton M.S. 8.1


* Fueron incluidos tanto los costos de aplicación del área como el costo depreciado
del inyector (15 años) en el área.
Nota: Los demás costos de producción fueron los mismos tanto para el área con
fertirrigación como para el área con fertilización convencional.

Cabe mencionar que en el sector aledaño al área fertirrigada se utilizó una fertilización convencional de 300 kg de N/ha, con lo cual
se alcanzó un rendimiento de 22,45 ton M.S./ha, lo que dio una relación de kg N aplicado/ton M.S. de 12,3 cifra superior a los 8,1 en
el sector con fertirrigación, con lo que se demuestra la mayor eficiencia de uso del fertilizante nitrogenado dado por las plantas.

Finalmente, es importante mencionar que la diferencia de costo entre la utilización del fertilizante líquido (UAN 32) con respecto al uso de
la fertilización convencional con urea fue sólo de $6.742 de costo extra por hectárea. Sin embargo, esta última ofrece ventajas
comparativas como:

1) La factibilidad de realizar aplicaciones parcializadas en periodos en los cuales no es posible hacerlo a través de métodos convencionales;
2) Permitir una utilización más eficiente del nitrógeno por las plantas;
3) Bajar el riesgo potencial de lixiviación de N; y
4) La factibilidad de aplicar otros productos agroquímicos.

Todo lo anterior puede ser realizado, siempre y cuando exista un buen manejo del sistema de riego e inyección de los productos.

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