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los aspectos que hacen que una empresa sea más rentable que otra, para después adaptar
el conocimiento adquirido a las características de nuestra propia compañía.
Esta técnica no implica prácticas fuera de la legalidad, ya que nada tiene que ver con el
espionaje industrial o la copia, ni debe tener como resultado un cambio brusco de la
cultura empresarial que rija la propia organización, sino recabar la información
suficiente con el fin de poder negociar en las mejores condiciones con todos los
implicados en los procesos de creación de valor de una empresa; hacer la competencia
más dura a los demás, y descubrir nuevos nichos de mercado.
Técnicas de Benchmarking
Hay cuatro niveles a los que hay que atender para realizar el proceso de benchmarking:
A pesar de que el benchmarking interno parece sencillo, hay un factor cultural que
puede dificultar este proceso, el miedo al despido. Este miedo puede llevar a que
algunos empleados se pongan a la defensiva y la información pierda parte de su valor.
Sin embargo, para recabar información en el exterior la actitud es distinta, el empleado
piensa que se le consulta por ser un buen conocedor del país, no porque existan
segundas intenciones.
En este caso, acudir a un consultor externo al que encargar un estudio en común puede
despejar suspicacias, ya que aportaría información que se compartiría igualitariamente
entre estas empresas.
Y siempre hay que tener en cuenta que los que son nuestros competidores en el país
pueden ser nuestros aliados en el exterior.
Lo primero es obtener una visión global del sector en el que nos movemos en el
contexto mundial: debemos detectar los países con mayores oportunidades para nuestros
productos o servicios. En segundo lugar, debemos conocer a exportadores nacionales
del sector.
También debemos conocer a los exportadores extranjeros del sector que compiten
dentro y fuera del país.
Ante una crisis de demanda, hay dos formas de recuperar el nivel de ingresos de la
empresa:
En el caso del mercado nacional el análisis es sencillo, por el hecho de compartir las
mismas prácticas laborales, legales, etc., en el mercado exterior los resultados del
análisis pueden verse afectados por la diferente cultura empresarial de cada zona, que se
traduce, por ejemplo, en aspectos como el diferente tratamiento del apalancamiento
financiero o el efecto fiscal en cada país.
El gran acierto de esta técnica es que nos permite tomar decisiones a base de hechos y
no de intuición. La clave está en localizar quiénes son los mejores haciendo algo y
aprender de sus aciertos. Nos permite no tener que reinventar soluciones que ya existen
y que aplican otras empresas, y acelerar los procesos de mejora.