Está en la página 1de 2

Benchmarking es una técnica de gestión empresarial que pretende descubrir y definir

los aspectos que hacen que una empresa sea más rentable que otra, para después adaptar
el conocimiento adquirido a las características de nuestra propia compañía.

La superioridad del benchmarking respecto a otras técnicas de planificación estratégica


es notable. Con él, lo importante es saber dónde localizar y cómo procesar la
información, una información veraz y actualizada que me permita tener oportunidades
reales de negociación en el mercado.

Esta técnica no implica prácticas fuera de la legalidad, ya que nada tiene que ver con el
espionaje industrial o la copia, ni debe tener como resultado un cambio brusco de la
cultura empresarial que rija la propia organización, sino recabar la información
suficiente con el fin de poder negociar en las mejores condiciones con todos los
implicados en los procesos de creación de valor de una empresa; hacer la competencia
más dura a los demás, y descubrir nuevos nichos de mercado.

Técnicas de Benchmarking

Hay cuatro niveles a los que hay que atender para realizar el proceso de benchmarking:

• Benchmarking interno: El análisis de la cadena de valor de la empresa propia


aportará los primeros datos sobre cuáles son los aspectos que mejor y peor funcionan en
la compañía.

Se sugiere completar este estudio con consultas a los empleados y directivos de la


propia empresa.

A pesar de que el benchmarking interno parece sencillo, hay un factor cultural que
puede dificultar este proceso, el miedo al despido. Este miedo puede llevar a que
algunos empleados se pongan a la defensiva y la información pierda parte de su valor.
Sin embargo, para recabar información en el exterior la actitud es distinta, el empleado
piensa que se le consulta por ser un buen conocedor del país, no porque existan
segundas intenciones.

•Benchmarking primario: Se recaba información directamente de la competencia. Es


recomendable la consulta a los antiguos empleados de otras empresas. Otra fuente muy
buena de información son los clientes y proveedores de la competencia.

•Benchmarking cooperativo: Consiste en la realización de un intercambio de


información con las empresas competidoras.

La técnica cooperativa siempre es más sencilla en el ámbito internacional, porque la


competencia se percibe como más lejana y menos peligrosa que la nacional.

En este caso, acudir a un consultor externo al que encargar un estudio en común puede
despejar suspicacias, ya que aportaría información que se compartiría igualitariamente
entre estas empresas.
Y siempre hay que tener en cuenta que los que son nuestros competidores en el país
pueden ser nuestros aliados en el exterior.

•Benchmarking secundario: Recopilamos información de dominio público sobre un


sector de actividad, las empresas competidoras, los mercados en los que nos movemos,
los clientes, proveedores, etc. Sin ir más lejos, Internet permite conseguir información
gratis o a bajo precio de manera cómoda y rápida. El objetivo es descubrir cuál es el
valor añadido de otras empresas, cuáles son nuestros competidores y cuáles son sus
debilidades y fortalezas.

Lo primero es obtener una visión global del sector en el que nos movemos en el
contexto mundial: debemos detectar los países con mayores oportunidades para nuestros
productos o servicios. En segundo lugar, debemos conocer a exportadores nacionales
del sector.

También debemos conocer a los exportadores extranjeros del sector que compiten
dentro y fuera del país.

Las ventajas del benchmarking exterior

Ante una crisis de demanda, hay dos formas de recuperar el nivel de ingresos de la
empresa:

Aumentar la gama de productos, lo que implica fuertes inversiones.

Diversificarse geográficamente, lo que altamente recomendable si el presupuesto lo


permite, en especial para las pequeñas y medianas empresas.

En el caso del mercado nacional el análisis es sencillo, por el hecho de compartir las
mismas prácticas laborales, legales, etc., en el mercado exterior los resultados del
análisis pueden verse afectados por la diferente cultura empresarial de cada zona, que se
traduce, por ejemplo, en aspectos como el diferente tratamiento del apalancamiento
financiero o el efecto fiscal en cada país.

En el ámbito internacional, la adecuada gestión del conocimiento consigue la detección


de nuevos nichos de mercado y oportunidades de negocio, la planificación de repliegues
estratégicos, es decir, la no incursión o retirada de un mercado, y la puesta en marcha de
estrategias que permitan hacer frente a una invasión del mercado en el que operamos.

El gran acierto de esta técnica es que nos permite tomar decisiones a base de hechos y
no de intuición. La clave está en localizar quiénes son los mejores haciendo algo y
aprender de sus aciertos. Nos permite no tener que reinventar soluciones que ya existen
y que aplican otras empresas, y acelerar los procesos de mejora.

También podría gustarte