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1.1. Personalidad
1.1.1. Definición y características de personalidad.
1.1.2. Carácter y temperamento.
1.2. Autoconocimiento y autoestima.
1.3. Sentimientos y emociones.
1.4. Motivación y empatía.
1.5. Inteligencia emocional en el aula.
TALLER DE HERRAMIENTAS INTELECTUALES
APRENDER A SER
1.1. Personalidad
Una breve definición puede ser así, “la personalidad es simplemente consta de
diferentes pensamientos únicos, comportamientos, sentimientos y emociones”
Las personas tienen una tendencia a actuar de la misma forma o formas similares
en diferentes situaciones.
Estados fisiológicos de una personalidad humana han demostrado ser tan vitales.
Sigmund Freud definió personalidad como:
El patrón de pensamientos, sentimientos y conducta que presenta una persona y
que persiste a lo largo de toda su vida, a través de diferentes situaciones.
Eysenk definió personalidad como:
Una organización más o menos estable y duradera del carácter, temperamento,
intelecto y físico de una persona, que determina su adaptación única al ambiente.
Jean Filloux definió personalidad como:
Configuración única que toma, en el transcurso de la historia de un individuo,
como el conjunto de los sistemas responsables de su conducta.
Concepto de personalidad
El Carácter significa marca (grabado), sugiere una cosa profunda y fija, tal vez
innata, una estructura básica. La psicología americana tiene preferencia por el
medio, su orientación behaviorista le invita a destacar el papel del movimiento
exterior, de la acción visible. La psicología europea, por el contrario, tiende a
subrayar lo que hay de innato en la naturaleza del hombre, lo que está
profundamente grabado en él y es relativamente inmutable.
El carácter ha tratado de ser definido a lo largo de todos estos años pero uno de
los conceptos más acertados es el definido por Santos (2004), “el carácter es el
sello que nos identifica y diferencia de nuestros semejantes, producto del
aprendizaje social.”, Esto nos hace pensar que somos personas únicas que
poseemos un conjunto de reacciones y hábitos de comportamiento único que a lo
largo de nuestras vidas hemos adquirido.
Una persona con carácter tiene retos constantes, no contra los demás, sino para
consigo mismo. Cada reto personal es una manera de forjar un carácter recio,
firme y decidido, incapaz de detenerse ante los obstáculos, de lamentarse por el
cansancio o cuando las cosas salen mal.
También se acepta, de forma general, que los efectos intensos y permanentes del
entorno pueden llegar a influir de forma importante en la formación del
temperamento de cada individuo
Otro concepto un poco más enciclopédico indica que se define al temperamento como
“la suma total de efectos producidos en la vida psicológica de un individuo por los
cambios químicos o metabólicos que constantemente se están verificando en todos
los tejidos del cuerpo humano” (Mc Dougall). El temperamento es el clima o medio
interno, orgánico, y está en relación estrecha con nuestra vida afectiva.
Tipos de temperamento:
También podemos definir al temperamento como la manera natural con que un ser
humano interactúa con el entorno. Ocupa también la habilidad para adaptarse, el
estado de ánimo, la intensidad, el nivel de actividad, la accesibilidad, y la
regularidad. En psicología, el temperamento es la naturaleza general de la
personalidad de un individuo.
AUTOCONOCIMIENTO
Es la capacidad de responder quien soy yo, el conocimiento que tenemos de
nosotros mismos. Es lo específico de la persona, la consecuencia de sí mismo.
Nos identificamos y evaluamos, no es fácil tener un autoconcepto claro. Esta
disposición personal establece la autoestima.
De todos los juicios a los que nos sometemos, ninguno es tan importante como el
nuestro propio. La imagen que nos vamos haciendo de nosotros mismos se
construye desde el momento en que nacemos a través de la interacción que
tenemos con nuestra familia, especialmente con la madre. A partir de estas
relaciones se va desarrollando un proceso de percibirse a sí mismo como una
realidad diferente a los demás. La valoración de la imagen que el niño/a va
haciendo de sí mismo depende de la forma en que lo valora su familia.
Una persona con autoconcepto limitado de sí mismo suele sentirse incómodo con
su apariencia física, tiene un deseo excesivo por complacer a los demás, se siente
víctima de las circunstancias, tiene dificultad para expresar sus sentimientos, da
excesivo interés o poca importancia a la ropa, busca agradar a los demás.
Por el contrario, una persona con buen autoconcepto confía en sí mismo, no tiene
temor a separarse de las personas, se siente bien frente a cualquier cambio, no le
tiene miedo a las críticas, se hace responsable de sus propias acciones.
INFLUENCIA DE LA FAMILIA
Las influencias externas son muy relevantes para que el proceso de formación de
nuestra autoestima sea apropiado. Los datos muestran que en las situaciones de
violencia doméstica, por ejemplo, tanto las víctimas como los agresores suelen
poseer niveles muy bajos de autoestima.
Existen padres, madres, docentes o cuidadores que humillan, desprecian, no prestan
atención, se burlan o se ríen del niño cuando pide ayuda, siente dolor, tiene un
pequeño accidente, necesita que lo defiendan, expresa miedo, pide compañía, busca
protección, siente vergüenza, etc. Estas actitudes se compaginan con otras totalmente
opuestas: demostrándole que es "querido, inteligente y guapo" que provocan en él
una gran confusión. Tales muestras de cariño son observadas como un mensaje
contradictorio por parte del niño y tienen, en consecuencia, un peso negativo en la
formación y en el desarrollo de sus capacidades.
En el momento en que la persona afectada por esta clase de educación dispersa
llega al estado adulto, transmitirá estas mismas formas de humillación o de
maltrato, si es el caso, a otras personas más jóvenes y vulnerables en cualquier
sentido físico o emocional.
La forma de violencia más generalizada adopta la forma del maltrato emocional.
Hay muchas formas de asustar a un niño y hacerle sentir culpable e intimidado sin
necesidad de recurrir a la violencia física. Los niños que sufren esta clase de
agresiones se atormentan con pensamientos y sentimientos que no pueden
comunicar ni compartir con nadie, y aprenden a soportar el dolor en silencio.
Es por esto que los padres y madres que dañan la autoestima de sus hijos no
siempre, por lo general casi nunca, lo hacen intencionadamente. La dificultad del
caso reside en que ellos fueron educados del mismo modo, y se limitan a seguir
un patrón aprendido.
INFLUENCIA DE LA COMUNICACIÓN
La comunicación está muy relacionada con la autoestima, porque según como se
diga algo, el efecto será negativo o positivo. El ejercicio de violencia en todas sus
formas es una manera de comunicar algo que se quiere lograr, por lo general, el
dominio de la situación y el control sobre los demás, las personas violentas tienen
un gran problema de comunicación y necesitan imponerse para sentirse
poderosos/as y compensar su baja autoestima.
INFLUENCIA DE LA SOCIEDAD
La sociedad en la que se vive cumple una función muy importante para la
formación de la persona, ya que a partir de la cultura toda familia adopta diferentes
pautas o formas de vida que son transmitidas a sus miembros y que contribuyen a
formar la personalidad de cada uno de acuerdo a un modelo social. La propia
imagen se construye desde fuera hacia dentro, desde lo que puedan
circunstancialmente pensar quienes nos rodean, y no al contrario. Esto origina
graves paradojas: una persona puede alcanzar una posición social o económica
elevadas y tener, no obstante, una baja autoestima.
Los criterios mediante los cuales las personas se evalúan a sí mismas (o se
sienten evaluadas por otras) son culturales y han quedado establecidos
claramente como modelos sociales que determinan una imagen pública.
INFLUENCIA DE LA ESCUELA
Es fundamental que los educadores sean capaces de transmitir valores claros.
El profesorado puede favorecer u obstaculizar el proceso por el cual el alumnado
puede encontrarse a sí mismo. Así, al igual que para el médico el control de la
fiebre y el tratamiento de las anginas son tareas fundamentales, también sabemos
de la importancia que para la salud tiene, que nuestro alumnado se sienta
emocionalmente bien. El fracaso escolar afecta severamente la autoestima.
Los educadores deben ser conscientes de los distintos ritmos de desarrollo de cada
alumno/a, a fin de que se sientan cómodos en la escuela y puedan aprovechar
debidamente el tiempo que dedican a formarse en los planos académico y personal.
También es preciso comprender que la mente de cada alumno/a está llena de
imágenes. Estas imágenes son tridimensionales:
- La primera dimensión se relaciona con la imagen que el alumno/a tiene de sí
mismo.
- La segunda dimensión se vincula con la opinión que el alumno/a tiene de sí
mismo en relación con otras personas.
- La tercera dimensión se relaciona con la imagen de sí mismo como es y como
desearía que fuera.
Por todo esto es muy importante que el tiempo que los alumnos/as pasan en la
escuela les ayude a descubrir y aprender a ser las personas que quieren ser,
respetando sus tiempos, conflictos y confusiones.
Para ser un buen educador hay que comprender y asumir, entre otras, que:
- Hay que saber cómo crear un ambiente que permita encontrar oportunidades
dentro del mismo, donde cada alumno/a pueda sentirse importante.
- Se deben reconocer y valorar los puntos fuertes de cada alumno/a.
- Hay que tener conciencia de los sentimientos y las imágenes que los alumnos/as
tienen en mente cuando van a la escuela.
Cuando se trata a alguien como si fuese ignorante, es muy probable que, si no lo es,
llegue pronto a serlo, o cuando alguien anticipa un hecho, existen muchas
probabilidades de que se cumplan. A éste fenómeno en Psicología Social se le llama
“El Efecto Pigmalión” o “la profecía auto cumplida, que es el proceso mediante el
cual las creencias y expectativas de un grupo respecto a alguien afectan su
conducta, hasta el punto que provoca su confirmación.
La autoestima se desarrolla gradualmente durante toda la vida, empezando en la
infancia y pasando por diversas etapas de progresiva complejidad. Cada etapa
aporta impresiones, sentimientos e incluso, complicados razonamientos sobre uno
mismo. El resultado es un sentimiento generalizado de valía o de negatividad. En
general, las experiencias positivas y relaciones plenas ayudan a aumentar la
autoestima. Las experiencias negativas y las relaciones problemáticas pueden
afectarla, incluso, gravemente.
QUE HACER PARA AUMENTAR LA AUTOESTIMA
La autoestima y el autoconocimiento son aspectos muy de moda en nuestra
sociedad actual, así nos encontramos con múltiples y variadas técnicas dirigidas a
conseguir un mayor conocimiento de uno mismo y, de este modo, ser más feliz.
La cuestión sobre qué se puede hacer desde la escuela para ayudar a los
alumnos/as que no cuentan con la aceptación de sus compañeros ha motivado
gran cantidad de investigaciones destinadas a diseñar programas de intervención
que favorezcan la competencia social y las relaciones sociales del alumnado con
sus iguales. La mayoría de estos programas utilizan distintas técnicas de
aprendizaje, como la instrucción verbal, el refuerzo, la imitación, el juego de roles
o el modelado de conductas, para conseguir que los niños adquieran nuevas
estrategias de interacción y mejoren sus relaciones sociales.
Algunos de estos programas de intervención, pueden ser entre otros:
- Programas de intervención destinados a promover el desarrollo de la
capacidades que son necesarias para establecer relaciones sociales, como tener
expectativas favorables hacia la interacción con los demás, la empatía, la toma de
perspectiva social, la cooperación, y la comunicación. (López y cols,1994).
- Programas de entrenamiento para la resolución de problemas sociales. Intentar
ayudar al alumnado a idear formas socialmente aceptadas y creativas de resolver
los conflictos más frecuentes que aparecen en las relaciones con los iguales:
analizar la situación, generar diversas alternativas, analizar la situación, generar
diversas alternativas, analizar las ventajas e inconvenientes de cada una,
seleccionar la que se considere más adecuada, llevarla a cabo y evaluar los
resultados obtenidos.
- Programas de intervención para modificar las atribuciones que realizan los
alumnos/as sobre los compañeros. Pretenden modificar la interpretación y
atribución de intenciones que generan en sus relaciones con los iguales. Los
alumnos/as rechazados, por tener estrategias de tipo agresivo, tienden a mal
interpretar las acciones de los otros (perciben como críticas las sugerencias,
atribuyen mala intención a un acto realizado accidentalmente, consideran hostiles
acciones neutras, etc.). El objetivo de estos programas consiste en entrenar al
alumnado para que perciban e interpreten las intenciones y acciones de los otros
con mayor precisión, dirigiendo la atención a la expresión facial y gestual de la otra
persona, considerando la relación con la víctima o fijándose en la reacción del
compañero después del suceso.
- Programas de entrenamiento en habilidades sociales. Estos programas enseñan
conductas específicas para mejorar las relaciones con los compañeros. Procuran
que adquieran habilidades como aprender a iniciar una conversación, acercarse a
un desconocido, solicitar ser integrado en la actividad de un grupo, hacer
comentarios positivos a las opiniones de lo demás, saber cuándo intervenir o
preguntar, expresar el desacuerdo de forma adecuada, etc.
- Intervenciones de apoyo. Hacen referencia a actuaciones destinadas a combatir
la mala imagen que pueda tener el alumno/a entre sus compañeros.
Con frecuencia, los alumnos/as rechazados, además de serlo, tienen bajo rendimiento
académico, tienen problemas familiares o necesitan apoyo. Pues bien, estos
programas contemplan atender a esa problemática. Por ejemplo, el entrenamiento en
habilidades académicas suele tener un efecto beneficioso no sólo en el rendimiento
académico sino también en el autoconcepto y en la conducta general del niño en la
clase, lo cual, a su vez, influye en la evaluación social que el grupo hace del alumno/a.
Este tipo de intervenciones pretende cambiar la percepción que tiene el grupo del
alumno/a porque su mala imagen puede estar minando los esfuerzos que pueda
realizar el alumno/a para lograr mejores relaciones. Según este planteamiento, los
esfuerzos para mejorar las habilidades sociales de los alumnos/as rechazados o
aislados no deben dirigirse únicamente al alumno/a, sino también a modificar la
percepción social que los compañeros tienen de él, para lo cual las opiniones que el
profesor/a expresa sobre el alumno/a juegan un papel trascendental porque pueden
contribuir a mejorar no sólo la autoestima del alumno/a, sino también la valoración
social dentro del grupo. Otro elemento clave para mejorar la situación del alumno/a
aislado o rechazado es ayudarle a encontrar al menos un amigo/a. La amistad puede
remediar los sentimientos de soledad e inspirarle confianza en sí mismo con el
consiguiente aumento de la autoestima y su
repercusión positiva en las relaciones con los compañeros.
AUTOESTIMA
La autoestima es el sentimiento valorativo de nuestro ser, el juicio que hacemos de
nosotros mismos, de nuestra manera de ser, de quienes somos, del conjunto de
rasgos corporales, mentales y espirituales que configuran nuestra personalidad,
determina nuestra manera de percibirnos y valorarnos y moldea nuestras vidas. Ésta
influye en la toma de decisiones y es fundamental para el rendimiento académico. Si
un adolescente piensa que no es competente, no se esforzará en hacer bien las cosas
porque creerá que no es capaz y, además, será infeliz.
En relación a la autoestima se advierte un proceso circular: si un adolescente tiene
una autoestima alta, se comportará de forma agradable, será cooperador,
responsable, su rendimiento será mayor y facilitará el trabajo de formación. Por el
contrario, si su autoestima es baja, tendrá repentinos cambios de humor, se
sentirá desconfiado, reprime sus sentimientos, será poco cooperador y poco
responsable, pues niega o evade sus dificultades y culpa a los demás por lo
sucedido. Así, frente a las dificultades se volverá más provocador y desafiante
ante cualquier acción para cambiar su situación.
COMPONENTES DE LA AUTOESTIMA
La Autoestima tiene 3 componentes:
- Cognitivo: Hace referencia a las opiniones, ideas, creencias, percepción y
procesamiento de la información”. Es el concepto que se tiene de la propia
personalidad y de la conducta.
- Afectivo: Tiene un componente valorativo, lleva al reconocimiento de lo que en
nosotros hay de positivo y de negativo, implica un sentimiento de lo favorable o
desfavorable, que siente la persona de sí misma.
- Conductual: Se refiere al modo de actuar, a la intención y actuación que hace la
persona por sí misma, es decir, cómo nos enfrentamos con nosotros mismos.
Conocer y manejar nuestras emociones, es vital para tener una buena calidad
de vida.
Las emociones nos ayudan a identificar diferentes aspectos de las situaciones
que estamos viviendo, que pueden pasar desapercibidos para nuestra
consciencia. Nos permiten conocernos mejor a nosotros mismos y nos ayudan a
relacionarnos mejor con las personas que nos rodean.
La emoción
Durante mucho tiempo las emociones han estado consideradas poco importantes
y siempre se le ha dado más relevancia a la parte más racional del ser humano.
Pero las emociones, al ser estados afectivos, indican estados internos personales,
motivaciones, deseos, necesidades e incluso objetivos. De todas formas, es difícil
saber a partir de la emoción cual será la conducta futura del individuo, aunque nos
puede ayudar a intuirla.
AVERSIÓN: Disgusto, asco, solemos alejarnos del objeto que nos produce
aversión.
Las expresiones faciales también afectan a la persona que nos está mirando
alterando su conducta. Si observamos a alguien que llora nosotros nos ponemos
tristes o serio e incluso podemos llegar a llorar como esa persona. Por otro lado,
se suelen identificar bastante bien la ira, la alegría y la tristeza de las personas
que observamos. Pero se identifican peor el miedo, la sorpresa y la aversión. Las
emociones poseen unos componentes conductuales particulares, que son la
manera en que éstas se muestran externamente. Son en cierta medida
controlables, basados en el aprendizaje familiar y cultural de cada grupo:
Acciones y gestos.
Temblor
Sonrojarse
Sudoración
Respiración agitada
Dilatación pupilar
Aumento del ritmo cardíaco
Estos componentes son los que están en la base del polígrafo o del "detector de
mentiras". Se supone que cuando una persona miente siente o no puede controlar
sus cambios fisiológicos, aunque hay personas que con entrenamiento sí pueden
llegar a controlarlo.
Los sentimientos
Las emociones son polarizaciones que hace nuestra mente de los hechos. En
ausencia de emociones emergen los sentimientos. Como necesidad y demanda
de las emociones que ya no se experimentan y a las que hemos estado sometidos
durante un tiempo, suficiente como para ayudarnos a conceptualizar que dichas
interacciones son buenas. Así es como nuestro estado de ánimo toma forma. Los
sentimientos sanos permiten una dinámica cerebral fluida, dando como resultado
un estado anímico feliz.
1.4 Motivación y empatía
La empatía es la capacidad para ponerse en el lugar del otro y saber lo que siente
o incluso lo que puede estar pensando.
Las personas con una mayor capacidad de empatía son las que mejor saben
"leer" a los demás. Son capaces de captar una gran cantidad de información sobre
la otra persona a partir de su lenguaje no verbal, sus palabras, el tono de su voz,
su postura, su expresión facial, etc. Y en base a esa información, pueden saber lo
que está pasando dentro de ellas, lo que están sintiendo. Además, dado que los
sentimientos y emociones son a menudo un reflejo del pensamiento, son capaces
de deducir también lo que esa persona puede estar pensando.
En una ocasión, contemplé una interesante muestra de empatía (y falta de ella) en
un restaurante chino. Un hombre daba las gracias a la camarera por un pequeño
obsequio que el restaurante había dejado un par de días antes en los buzones de
las personas que vivían cerca. La camarera china no hablaba ni una palabra de
español, de manera que preguntó varias veces al hombre, quien se esforzaba por
hacerse entender.
Cuando la camarera se marcha, la mujer que está sentada al lado del hombre le
dice: "Creo que ha entendido que quieres que te traiga el regalo", a lo que el
hombre respondió con cara de asombro: "¿En serio?" Al poco rato, llegaba la
camarera con el obsequio.
La mujer supo leer el rostro de la camarera y saber lo que ella había entendido, lo
que nos indica que, seguramente, se trataba de una persona con una elevada
capacidad de empatía.
Cuando no se trata de dolor físico, sino emocional, puede ser más difícil saber lo
que la otra persona está sintiendo y requiere un grado de atención y de conciencia
de la otra persona más elevado.
Cómo desarrollar la empatía
La falta de empatía
La falta de empatía puede verse a menudo al observar las reacciones de los demás.
Cuando una persona está principalmente centrada en sí misma, en satisfacer sus
deseos y en su propia comodidad, no se preocupa por lo que los demás puedan estar
sintiendo y no tiene una respuesta empática ante ellos. Es la madre o padre que
responde con un "mmm" indiferente, cuando su hija pequeña le enseña con
entusiasmo su último dibujo, sin percibir la decepción de la niña al ser ignorada. Es el
marido que llega a casa cansado del trabajo y se sienta a ver la tele mientras espera
que su esposa, que también llega cansada del trabajo, se ocupe de hacer la cena y de
bañar a los niños. O es la persona que dice no importarle si hay calentamiento global
o si estamos contaminando el ambiente porque considera que ya habrá muerto
cuando todo eso sea un verdadero problema.
Tal vez vivamos en una sociedad donde la gente es cada vez menos empática (según
un estudio de la Universidad de Michigan, los niveles de empatía de estudiantes
universitarios cayeron un 40% entre el año 2000 y el 2010). No obstante, el único
modo de hacer que el mundo sea cada vez más empático y no al
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revés, consiste en que cada persona se esfuerce por ser algo más empática,
prestando más atención a los demás, a sus emociones, a lo que pueden estar
sintiendo o pensando o cómo les afecta lo que dices o haces.
La empatía puede hacer que nuestras relaciones con los demás sean mucho más
satisfactorias, gratificantes y profundas, ya que las personas empáticas están
mucho más en sintonía con los demás.
Piensa, por ejemplo, en una persona que mira a su hijo pequeño y sabe que se
está poniendo nervioso porque se acercan a un lugar o situación que teme y, sin
que el niño diga nada, lo consuela y anima. Un comportamiento como este tiene
un efecto muy poderoso en el niño, que tal vez no se atrevía a mostrar su miedo
abiertamente y que siente un tremendo alivio al ver que ni siquiera le hace falta,
además de recibir un apoyo que estaba necesitando.
Por supuesto, por muy empática que sea una persona, no siempre va a verlo todo
ni a saber en todo momento lo que sentimos. A veces, hay que expresarlo con
palabras. Pero incluso en estos casos, la reacción de la persona empática es
mucho más cálida y comprensiva.
Cuando en una relación de pareja, por ejemplo, ambos miembros tienen un nivel
alto de empatía, la relación puede ser tremendamente satisfactoria.
Serán menos egoístas, estarán ahí cuando el otro lo necesite, notarán el malestar
o cansancio en su pareja y podrán entender cómo si siente o por qué le afecta
tanto algo que a los demás no les afecta, entre otras cosas. Todo esto permite que
el conocimiento de la otra persona sea más profundo y fortalece la relación.
El mejor modo de llegar a ser más empáticos consiste en practicar con las
oportunidades que nos va presentando la vida diaria. En primer luchar, echa un
vistazo al artículo llamado Qué es la empatía para tener más claro en qué consiste
y cómo se comporta una persona empática. Para practicar, puedes hacer lo
siguiente:
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3. Cuando interactúes con gente, piensa en lo que pueden estar sintiendo. Por
ejemplo, si al llegar al trabajo un compañero te saluda secamente, de forma
precipitada, puedes observarlo y tratar de determinar si está sintiendo un estrés
excesivo, si se siente de mal humor, etc.
6. Lee novelas. Las personas que leen novelas suelen ser más empáticas. Esto es
debido a que las historias que conocemos a través de las novelas nos sumergen
de lleno en el mundo y los sentimientos de otras personas. (Al final de este artículo
profundizamos más en este aspecto.)
7. Juega y compite. Cuando jugamos con los demás a cualquier tipo de juego o
deporte nuestros cerebros construyen “modelos mentales” de los pensamientos e
intenciones de la otra persona. Los participantes necesitan anticiparte y responder
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a las acciones de las personas con quieren compiten. Es decir, dado que la empatía
nos ayuda a “leer” mejor a los demás, la persona empática puede tener ventaja a la
hora de competir con otros y hacerlo es un gran modo de practicar la empatía.
9. Con tu pareja o seres más cercanos, describe y pon nombre a las emociones
que crees que pueden estar sintiendo y luego trata de buscar una explicación. Por
ejemplo, si tu pareja vuelve del trabajo con una expresión cansada puedes pensar
que ha tenido un día especialmente estresante. Luego pregúntale para saber si
estás en lo cierto. Por ejemplo, en este caso, podrías decirle: “Tienes un aspecto
cansado. ¿Un mal día en el trabajo?”
10. Si tienes mucho dinero o demasiado poco, ten cuidado. Según las
investigaciones, las personas con más dinero suelen ser menos empáticas,
probablemente debido a que necesitan menos la ayuda o cooperación de los
demás puesto que cuentan con medios para pagar cualquier cosa que necesiten.
Por el contrario, las personas más pobres pueden estar tan preocupadas por cómo
van a llegar a fin de mes o pagar sus deudas que no tienen tiempo para prestar
demasiada atención a los demás. Si estás en uno de estos grupos, trata de
recordar a menudo que la empatía no solo te hace mejor persona, sino que
también mejora mucho tus relaciones con los demás.
“Las personas que leen novelas a menudo parecen ser más capaces de entender
a otras personas, empatizar con ellos y ver el mundo desde su punto de vista.”
Esta es la conclusión a la que llega la psicóloga Annie Murphy Paul, de la
universidad de York, en Canadá, tras revisar diferentes investigaciones realizadas.
Pero no cualquier tipo de novela produce este efecto, sino tan solo la literatura de
calidad, que te permite sumergirte en el interior del personaje, en sus emociones y
su psicología, rica en detalles y con cierta complejidad moral y emocional, muy
MOTIVACION
La palabra motivación deriva del latín motivus o motus, que significa ‘causa del
movimiento’. La motivación puede definirse como «el señalamiento o énfasis que
se descubre en una persona hacia un determinado medio de satisfacer una
necesidad, creando o aumentando con ello el impulso necesario para que ponga
en obra ese medio o esa acción, o bien para que deje de hacerlo». Otros autores
definen la motivación como «la raíz dinámica del comportamiento»; es decir, «los
factores o determinantes internos que incitan a una acción».1 La motivación es un
estado interno que activa, dirige y mantiene la conducta.
1.5 Inteligencia Emocional en el Aula