Está en la página 1de 2

Análisis fílmico de la película “Forrest Gump”

El encuentro, ese que se da entre los protagonistas desde la primera vez que se

conocen en aquel bus escolar, nos da un atisbo de lo que será esta relación entre dos seres

privilegiados por su naturaleza humana de experimentar una relación de intimidad. Tal vez

Forest por su forma de ser pueda verse en desventaja ante su amiga Jenny, pero resulta ser

quien más pureza siente y hace experimentar esa entrega por el otro sin esperar más que la

felicidad de esa persona así no sea a su lado, y es que como nos refiere el autor:

“Encontrarnos no se reduce a estar cerca” la mayoría del tiempo estuvieron “lejos”

hablando de la ubicación en el mismo lugar geográfico, pero él siempre la tuvo consigo

superando el “aquí y el allí” y es que para él lo común era entregarse al otro sin esperar

nada a cambio, si vemos la relación que tenía con su madre observamos que se dan las

condiciones del encuentro: el acogimiento primario, pues su madre lo trataba con respeto,

amor, confianza, paciencia, comunicación, por el contrario Jenny, crece en un entorno

violento, sin la figura materna, experimentando la crueldad de su progenitor, con los rasgos

más hostiles dentro de su propio hogar, difícil sanar estar heridas cuando son dentro del

mismo entorno familiar donde se producen, si se supone es el lugar donde estamos a salvo.

La escena de los dos personajes siendo niños arrodillados entre los cultivos, pidiendo a

Dios que la convierta en un pájaro para poder salir volando de su propia casa es un grito

desesperado por huír, lo que siempre caracterizará la vida de Jenny, huir de su realidad, aún

buscando la muerte, como en el momento cuando camina por el borde de aquel balcón.

Desde el punto de vista del autor Yepes, creo que en Forest la identidad no se da

como reconocimiento de los demás, si esto hubiese sido así, Forest sería el “tonto” porque

desde niño cuando sus compañeros lo perseguían, o sus maestros lo analizaban, y él mismo
se cuestionaba si era tonto, esa sería su identidad, y como lo refiere el autor “una persona

puede sufrir un daño real una verdadera distorsión, si la sociedad que les rodea les devuelve una

imagen de sí mismos estrecha, disminuida o despreciable” la autenticidad de él se da por

aquella fortaleza con la cual creció, en un hogar con valores y esto que brotaba de su

mundo personal era lo que le daba su identidad y autenticidad.

Referencias bibliográficas
Yepes R. & Aranguren J. (1999). Fundamentos de Antropología. Un ideal de la excelencia,
humana,     EUNSA. 4ta ed.
López Quintas, Alfonso. Método para humanizar la empresa II. La experiencia de encuentro.

También podría gustarte