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Trabajo sobre “Enunciación”

Se entiende por enunciación el conjunto de condiciones de producción de un mensaje: quién


lo emite, para quién, cuándo, dónde; estos elementos permiten interpretar el sentido último
del enunciado, producto resultante de la actividad enunciativa.

El término enunciación se emplea en lingüística de forma sistemática a partir de C. Bally


(1932); É. Benveniste (1966, 1974) desarrolla la denominada teoría de la enunciación, en la que
analiza y describe el proceso de producción lingüística que desemboca en el enunciado.
Benveniste define enunciación como el acto individual de apropiación de la lengua. Para este
autor, sistema lingüístico y proceso comunicativo son inseparables, pues ciertos elementos de
la lengua adquieren significación sólo cuando son actualizados por el hablante en el momento
de la enunciación. De este modo, las personas, el tiempo y el lugar del enunciado se identifican
por su relación con la situación desde donde se enuncia.

En la lingüística europea, a partir de Benveniste, el concepto de sujeto productor del discurso o


voz enunciativa se une a la observación de su presencia en su propio discurso: a través de la
enunciación el sujeto construye el mundo como objeto y se construye a sí mismo. El
yo enunciador  precisa, por el mero hecho de existir, de un no-yo: el tú enunciatario  o también
denominado coenunciador. El aquí y el ahora representan, respectivamente, el lugar y el
momento en que se produce la enunciación. Todos aquellos elementos que hacen referencia
tanto al yo y al tú como al aquí y al ahora se consideran índices específicos de la enunciación
o deícticos.

O. Ducrot (1984) ha destacado la polifonía o presencia de distintas voces en el proceso de


enunciación:

1. el emisor o sujeto empírico: quien efectivamente produce el discurso; por ejemplo,


el Quijote fue producido por el escritor real Miguel de Cervantes;

2. el locutor o sujeto de la enunciación: la voz que toma el enunciado bajo su


responsabilidad; por ejemplo, los dos narradores —Cide Hamete Benengeli y la voz
anónima que oye o lee directamente el lector, y que no es la de Cervantes— que
cuentan la historia de Don Quijote y Sancho en el Quijote;

3. y el enunciador o sujeto del enunciado: las otras voces o puntos de vista que aparecen
en el discurso; en el caso del Quijote, los distintos personajes que intervienen en la
obra.

El estudio de la enunciación implica, pues, analizar la huella que la voz enunciativa


o locutor  deja en su discurso, y cómo y por qué introduce otras voces o enunciadores. En
relación con estas cuestiones, fenómenos enunciativos como el discurso referido o el uso de
las comillas en un texto escrito son estudiados en cuanto marcas de la presencia de
distintos enunciadores  en un discurso. El análisis de la subjetividad, la modalización, la
distancia o personalización son mecanismos discursivos también centrales en los trabajos
sobre la enunciación, pues se relacionan con la actitud del sujeto discursivo hacia lo que dice.

 Desde esta perspectiva, fenómenos como la deíxis o la modalización de un discurso en


distintas situaciones de enunciación constituyen unidades básicas de estudio en el análisis del
discurso.
ACTIVIDAD: Observar atentamente los conceptos que se desarrollan en el siguiente video y
luego escribir un breve texto expositivo a partir del mismo.

https://www.youtube.com/watch?v=QxxywU7LIHo&feature=emb_logo.

Marcas de la subjetividad en los textos

Todas las unidades de la lengua tienen cierta carga de subjetividad. Sin embargo, los términos
que aparecen como objetivos son aquellos sobre los que los hablantes de una lengua acuerdan
mayoritariamente; mientras que los subjetivos, en general, provocan controversias. 

Deícticos: son palabras que ponen en evidencia la perspectiva del enunciador, ya que señalan
la posición gramatical en que éste se presenta (1° o 3° persona, singular o plural) y las
circunstancias espacio- temporal en que se produce el enunciado.

Los deícticos se pueden clasificar en: de persona (pronombres personales y posesivos,


desinencias verbales que expresen la persona gramatical), de tiempo (desinencias verbales
que expresen tiempo (presente – pretérito – futuro) y aspecto (perfectivo e imperfectivo) y
adverbios y frases verbales) y de espacio (adverbios y frases verbales) y verbos en movimiento.

Subjetivemas o expresiones subjetivas: Si bien ninguna palabra es totalmente objetiva existen


algunas palabras o construcciones de palabras que manifiestan un mayor grado de
subjetividad del enunciador, porque portan o expresan, en mayor o menor grado, alguna
valoración o estado emocional del enunciador respecto de una persona, objeto, hecho o
situación. Las palabras o construcciones que pueden funcionar como subjetivemas son
los sustantivos, adjetivos y verbos.

Los sustantivos y adjetivos subjetivos pueden ser evaluativos o afectivos. Los primeros,


implican una evaluación del enunciador frente a una persona, un objeto, un hecho o situación.
Esa evaluación puede ser a través de un juicio de valor positivo o negativo o referirse a
aspectos cualitativos o cuantitativos. Por ejemplo: “Estás hermosa” “Estás horrible”. Los
segundos, manifiestan una reacción emocional del enunciador. Por ejemplo: “¡Es espantoso lo
que le sucedió a María!”.

Los verbos subjetivos: algunos pueden expresar subjetividad y se clasifican en axiológicos, que
expresan una evaluación del enunciador, en términos de bueno/malo. Por ejemplo: “La profe
de Lengua en vez de hablar vocifera; o de sentimiento, que son generalmente axiológicos y
afectivos al mismo tiempo. Por ejemplo, “Camilo ama profundamente a su abuela Esther”.

Modalizadores son marcas de subjetividad que manifiestan la actitud del enunciador respecto


de la información expuesta en un enunciado y que se transmite según la manera en que el
enunciador presenta lo dicho. Pueden clasificarse en dos grupos: los que modifican la
enunciación y los que modifican el enunciado.

Modalizadores de la enunciación: permiten marcar el grado de adhesión del enunciador


respecto de lo que habla o escribe, presentándolo como certeza, duda u orden. “¡Vamos al
aula, ya tocó el timbre!”

Modalizadores del enunciado: caracterizan el modo en que el enunciador evalúa el contenido


del enunciado. Estos modos son de dos clases: lógicos, el contenido de lo enunciado es
evaluado en términos de verdad, falsedad o incertidumbre. Por ejemplo: “Es posible que nos
vayamos de vacaciones”. Y los apreciativos el contenido del enunciado se evalúa en término
positivo o negativo. Por ejemplo: “Es una suerte que puedas irte de vacaciones”

La modalización en los enunciados puede expresarse mediante varios recursos: El modo verbal
(Indicativo, Imperativo o Subjuntivo), los verbos que transmiten evaluación (criticar, alabar,
estimar, creer) y los reforzadores de la modalización, que generalmente son adverbios
(felizmente, afortunadamente, desgraciadamente, lamentablemente)

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