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CAPITULO 1 - ¿De dónde quieres que saque una esposa?

- preguntó
Raffaele.

Raffaele cerró los puños con fuerza al escuchar las -Eres joven, estoy seguro de que las mujeres se lanzan a
condiciones de su abuelo el marqués. sus brazos. A menos de que no te gusten las mujeres...

-La empresa es mía por derecho - gruñó Raffaele. -No soy gay, de hecho, me encantan las mujeres...

-Aun no te declaro mi heredero, puedo cambiar de -Bien, entonces no hay ningún problema respecto a eso,
opinión en cualquier momento - repuso el marqués encuentra a una mujer adecuada y haz feliz a tu abuela -
entrelazando sus dedos sobre el escritorio. sentenció el marqués.

- ¿Y quién será tu heredero? ¿Fabrizio? - cuestionó Raff - ¿Y mi felicidad qué? - cuestionó Raffaele volviendo a
con burla. tomar asiento frente al escritorio de su abuelo.

-Sí. -Cuando me obligaron a casarme con tu abuela, no la


amaba y jamás pensé que podría ser feliz a su lado.
Raffaele se puso de pie enfurecido.
-No quiero casarme por obligación - aseguró el conde.
-Soy tu único nieto, no puedes dejarle todo a ese infeliz.
Es un apostador, un aprovechando, ni siquiera es -Tienes dos meses para casarte, el estado de tu abuela ha
famiglia. empeorado, y su único deseo es estar presente en tu boda.

-Es un primo lejano de tu abuela - aclaró Angelo Di -Me estás chantajeando - gruñó Raffaele. - Sabes que
Santi. haré cualquier cosa por la nonna, aunque eso signifique
casarme para hacerla feliz.
-Estoy seguro de que la nonna me apoya a mí - manifestó
Raffaele. -Ya está todo dicho entonces, cuando encuentres a la
mujer correcta, avísame, me gustaría darle mi aprobación.
-Fue tu abuela quién decidió esto - aseguró el marqués
guiñándole un ojo. -Te avisaré la fecha de la boda, y me da lo mismo si
apruebas o no a mi futura esposa - expuso Raffaele antes
-No voy a casarme - gruñó Raffaele inclinándose sobre el de abandonar la oficina de su abuelo.
escritorio.
******
-Entonces dile adiós al título de conde, y a todo el dinero
que heredaste cuando tu padre murió - declaró el marqués Una semana después, Raffaele recibió una invitación para
sin dejarse intimidar. asistir a una exposición de artes en Londres.
En un comienzo había dudado en asistir, pero al saber -Un placer conocerla, señorita Phillips - expuso el conde
que Sarah Blake estaría presente, cambio de opinión. tomando su mano para besarla en el dorso.
Se mezcló con los invitados, bebió champán y opinó de -Gracias... - murmuró la rubia sin aliento, era un hombre
los cuadros que estaban en exposición. demasiado guapo, de hecho, el más guapo que había visto
en su vida. Tenía unos ojos azules y una sonrisa muy
Era aficionado del arte, y su colección era muy extensa. sensual.
No pudo evitar sonreír cuando vio a Sarah Blake. -Los voy a dejar solos para que se conozcan - expuso
-Felicidades, señorita Blake - dijo Raffaele cuando se Sarah dándose la vuelta para alejarse rápidamente.
acercó a ella. - Ha estado estupenda esta noche. - ¿A qué se dedica, señorita Phillips? - preguntó Raffaele.
-Gracias por venir, señor Di Santi. -Trabajo aquí, soy licenciada en bellas artes - expuso la
-No me lo hubiese perdido por nada del mundo - aseguró joven.
Raffaele recorriendo con la mirada la galería, su sonrisa -Igual que Sarah - señaló el conde.
se amplió aún más cuando no vio a Bruno Berardi. -
¿Dónde está su novio? - ¿De dónde conoce a Sarah? - interrogo la rubia.
-Tenía mucho trabajo en el hotel, y no ha podido venir - -Nos conocimos en una galería de arte en Italia.
manifestó la pelirroja.
-Oh claro, el novio de Sarah es italiano - señaló Kate.
-Una lástima, él se lo pierde - repuso el conde.
Raffaele hizo una mueca, no le agradaba Bruno Berardi,
- ¡Kate! - dijo de repente Sarah llamando a su mejor se creía la gran cosa y no era más que un imbécil.
amiga que se encontraba charlando con un grupo de
personas a unos metros de distancia, entre esas personas -Puedo darle un recorrido por la galería si lo desea -
se encontraba la directora de la galería, Raffaele la ofreció la rubia amablemente.
conocía personalmente. -Estaría encantado - aceptó el conde dedicándole una
- ¡Estuviste fabulosa! - exclamó la rubia abrazando a sonrisa.
Sarah. - Gracias por salvarme de las garras de la señora «Oh dios», pensó Kate sintiendo su corazón acelerarse.
Brown, la odio.
La joven rubia se había sorprendido con el conocimiento
-Kate te presento al conde Di Santi - dijo la pelirroja que manejaba Raffaele de los cuadros de Monet que se
dedicándole una sonrisa a su amiga y luego al conde. - estaban exponiendo esa noche en la galería.
Raffaele te presento a Kate Phillips, mi mejor amiga y
una artista espléndida.
«Por lo visto no es tan solo un hombre apuesto, sino que -Lo es, pero lamentablemente esta es una réplica de la
también sabe de arte» meditó la joven fascinada con el original - confesó la rubia.
conde.
Raffaele se giró hacia ella con el ceño fruncido, a él le
Raffaele a su vez no podía dejar de obsérvala, era parecía muy real.
bellísima, y disfrutaba mucho de su compañía.
-La verdadera pintura está en un museo de Paris - le
- ¿Más champán, conde? - preguntó uno de los explico la joven.
camareros, interrumpiendo.
-Creía que esta exposición era de los verdaderos cuadros
-Grazie - dijo Raffaele tomando una copa para él y otra de Monet - repuso Raffaele.
para la joven.
-Todos son imitaciones, menos ese de allí - dijo Kate
- ¿De verdad es usted un conde, señor Di Santi? - señalando un cuadro que nadie le prestaba atención, ni
interrogo Kate cuando el camarero se marchó. siquiera él recordaba haberlo visto.
-Sí - contestó Raffaele entregándole una de las copas. - -La directora me aseguro de que las obras eran originales
¿No me cree? - preguntó el italiano al observar la - expuso el italiano sintiéndose estafado.
confusión reflejarse en el rostro de la rubia.
-Los ha engañado a todos - repuso la rubia rodando los
-Le creo, solo que me parece muy joven para ser un ojos, su jefa era una arpía.
conde.
Pensó en Sarah y sintió lástima por su amiga, ni siquiera
-Tengo veintiocho años - aseguró Raffaele. - ¿Y usted tuvo tiempo de advertirla. De toda la exposición solo
cuantos años tiene? había un cuadro original, el resto eran réplicas.
-Veintitrés - dijo Kate encogiéndose de hombros, luego - ¿Cómo está tan segura de que no son las obras
caminó hacia el siguiente cuadro. originales? - cuestionó el conde.
El conde la recorrió con la mirada, el vestido que lucía -Yo pinté este cuadro - aseguró la rubia señalando con la
esa noche se moldeaba a sus curvas, y sintió deseo de barbilla el cuadro que estaba frente a ellos.
explorarlas.
Raffaele dio un paso al frente para analizar la obra, a
-Mi examen de título lo hice sobre esta pintura - comentó simple vista era perfecto, y le costaba mucho creer que la
Kate. joven junto a él hizo una réplica exacta del cuadro más
famoso de Claude Monet.
-Es una pintura muy bella - expuso el conde
posicionándose al lado de ella para contemplar la obra. -Es perfecto - comentó Raffaele volteando hacia ella. -
Por lo que veo es una gran artista, señorita Phillips.
-Gracias, conde Di Santi - dijo la rubia sonrojándose. -Señorita Phillips - dijo el conde tras ella.
- ¡Raffaele! - exclamó la directora de la galería. Kate se pasó una mano por la mejilla para secar las
lágrimas que se escaparon de sus ojos.
El italiano forzó una sonrisa.
- ¿Sí? - preguntó la rubia volteando en dirección del
-Gracias por la invitación, Heidi. conde.
-Querido, no es para tanto - dijo la mujer restándole -Permítame acompañarla, ya es muy tarde - expuso
importancia. - ¿Que te ha parecido la exposición? Raffaele.
Un fraude, respondió mentalmente el conde. -No se moleste, señor. Esperaré un taxi - repuso la joven.
-Fantástica, todo gracias a la señorita Phillips, que se -Mi limusina huele mucho mejor que un taxi - insistió él
ofreció a darme un recorrido por la galería - expuso el acercándose a ella.
conde, guiñándole un ojo a la rubia.
-Yo... - comenzó a decir Kate.
-Kate es una de mis mejores artistas - comentó la
directora. -Permítame acompañarla, señorita Phillips.
La joven rodó los ojos, jamás reconocía su trabajo, El corazón de la rubia latió con fuerza cuando sintió la
siempre la llamaba incompetente y mediocre. mano del italiano rodear la suya.
-Si me disculpan, debo irme - anunció Kate. -No tiene nada que temer...
-Querida, no te vayas aún - protestó su jefa aferrándose -No tengo miedo - aseguró la joven sin aliento.
del brazo del conde.
-Debo irme - dijo la rubia dándose la vuelta para
marcharse.
Sentía rabia e impotencia, habían más de tres cuadros que
pintó ella en exposición, y nadie reconocía su trabajo, ya
estaba harta de siempre permanecer en las sombras.
Al salir de la galería, sintió sus ojos empañarse por las
lágrimas que intentaba contener.
Siempre supo que abrirse paso en el mundo del arte sería
difícil, pero nunca imaginó que tanto.
-No quiero que se resfrié por mi culpa - manifestó el
conde.
- ¿Cómo es que a un hombre como usted le gusta el arte?
- interrogó la rubia intentando buscar un tema de
conversación.
Raffaele sonrió.
CAPITULO 2
- ¿Un hombre como yo? ¿Qué hay de malo con que me
guste el arte?
Kate sonrió tímidamente al chofer del conde cuándo les -Yo no lo decía con intención de ofenderlo - dijo la rubia
abrió la puerta de la limusina. retorciendo sus dedos.
- ¿A dónde los llevo, señor? - le preguntó el chofer al -No me ha ofendido en lo más mínimo - repuso el
conde. italiano. - ¿Un hombre como yo?
-La señorita dirá dónde - repuso Raffaele. -Es muy culto y refinado... - expuso la joven, y
Kate se mordió el labio inferior, creía que la llevaría a un mentalmente agregó «Extremadamente guapo».
hotel y tendrían sexo, eso era lo que hacían los hombres -No creerá que soy gay - dijo Raffaele.
con dinero, o al menos eso era lo que publicaban las
revistas que adoraba leer. - ¡No! - exclamó Kate.
Le dio la dirección de su piso y subió a la limusina, El conde se carcajeó.
seguida del conde.
-No soy gay, señorita Phillips. Mi madre era artista, al
- ¿Tiene frío, señorita Phillips? - interrogó Raffaele igual que usted, esa es la razón de porque sé mucho sobre
cuando la sintió estremecerse a su lado. arte - le explicó él.
-No - respondió la rubia. - ¿Que le sucedió? - preguntó la joven dando por sentado
que había fallecido.
Raffaele se quitó la chaqueta de su caro traje a la medida
y la puso sobre los hombros de la joven. -Murió junto a mi padre en un accidente aéreo cuando yo
tenía diez años, desde entonces me criaron mis abuelos -
-No era necesario, con el aire acondicionado es suficiente confesó Raffaele.
- repuso Kate.
-Lo siento mucho - dijo Kate sinceramente.
El italiano sonrió cuando ella posó su mano sobre la de -La acompañare hasta la puerta - ofreció Raffaele yendo
él, a modo de consuelo. tras ella.
-Ya ha pasado mucho tiempo, señorita Phillips. No quiero -No es necesario - objetó la joven, pero fue demasiado
su lástima - repuso Raffaele llevándose la mano de ella a tarde, el conde ya estaba junto a ella.
los labios para besarla en el dorso.
Raffaele acompañó a Kate hasta la puerta de su
La rubia contuvo el aliento. apartamento, se moría por estrecharla contra su cuerpo y
besarla. ¡Dio! Era una mujer realmente hermosa y la
- ¿Cómo fue que a usted le gustó el arte? - le preguntó deseaba, pero debía controlarse, no podía tener una
Raffaele sin soltar su mano. aventura de una noche cuando se suponía que debía estar
-Todo comenzó por una excursión a un museo de artes buscando una esposa.
cuando apenas tenía seis años - la joven sonrió al -Gracias por traerme, señor Di Santi - dijo Kate
recordarlo. - Mi madre estaba regañando a mis hermanos, quitándose la chaqueta del conde para luego entregársela.
se descuidó un minuto y me perdí en uno de los pasillos,
la pintura de La Gioconda había captado mi atención. -Fue un placer conocerla, señorita Phillips - se despidió
Raffaele asintiendo con la cabeza antes de darse la vuelta.
- ¿Tiene hermanos?
La rubia se mordió el labio inferior al observarlo
-Dos mayores, Claire y Josh - contestó la rubia marcharse.
estremeciéndose al sentir la suave caricia que repartía el
pulgar de Raffaele en su mano. - ¿Y usted tiene ******
hermanos?
Habían pasado tres días desde la exposición de arte, y
-No, soy hijo único. Raffaele necesitaba hablar con Sarah. El director de una
galería de arte en Nueva York lo llamó el fin de semana
Kate volvió su rostro hacia el conde y se quedó sin para que le recomendara un nuevo artista, ya que querían
aliento cuando sus miradas se conectaron. dar a conocer nuevos talentos. Sarah era una increíble
Ninguno de los dos se dio cuenta que la limusina se había artista y no dudo en recomendarla, después de todo no era
detenido, hasta que el chofer abrió la puerta. la indicada para convertirse en su esposa.

La primera en apartar la mirada fue la rubia. La pelirroja mantenía una relación con Bruno Berardi, y
por esa razón prefería dar un paso al costado. Buscaría
-Gracias por traerme, señor Di Santi - agradeció Kate esposa en otro lado, existían cientos de mujeres en el
antes de bajar de la limusina. mundo, y más de alguna estaría encantada de convertirse
en su esposa.
- ¿En qué puedo ayudarlo, señor? - preguntó una joven - ¿Necesita ayuda? - preguntó el conde observándola
apareciendo de repente junto a él. sujetar la escalera con una mano y con la otra sujetar el
cuadro.
-Estoy buscando a Sarah Blake - expuso Raffaele.
-No gracias - repuso Kate comenzando a descender por la
-Sarah no ha venido a trabajar - dijo la mujer haciendo escalera.
una mueca.
Raffaele alzó una ceja en dirección a la joven, lucía una
- ¿Sabe dónde puedo encontrarla? - preguntó el conde. falda roja hasta las rodillas, y unos tacones del mismo
-No lo sé. Lleva mucho tiempo sin venir a trabajar. color. Tenía unas piernas largas y perfectas, que se verían
muy bien alrededor de su cintura, mientras entraba en
- ¡No me gusta como se ve este cuadro aquí! - la voz de ella. Quiso maldecir por no haberla llevado a la cama la
Heidi Brown captó la atención del conde. otra noche, no podía fingir que era indiferente a ella, la
- ¿Dónde quiere que lo ponga? - preguntó Kate desde deseaba y mucho.
arriba de una escalera. Se apresuró ayudarla cuando uno de los tacones se
-Si me disculpa - dijo el conde a la joven junto a él, antes enganchó en la escalera.
de dirigirse hacia la rubia y la directora de la galería. -Gracias - murmuró la joven sonrojada, el italiano la
-Estoy segura de que encontraras un lugar dónde ponerlo estaba cargando en brazos.
- repuso Heidi de brazos cruzados. -De nada - dijo Raffaele mirándola a los ojos, tenía unos
Kate rodo los ojos. ojos azul claros que le resultaban hipnotizantes.

-Buenas tardes - expuso el conde. La mirada de Kate se dirigió a los labios del conde.

- ¡Raffaele, querido! - exclamó la directora de la galería. La directora de la galería se aclaró la garganta.

La rubia se tambaleó en la escalera al escuchar la voz de Raffaele apartó la mirada para enfocarla en Heidi Brown,
conde, pero consiguió sujetarse para no caer. a la vez que dejaba a la rubia en el suelo.

-Ciao, señorita Phillips - la saludó Raffaele dedicándole -Katherine sigue con tu trabajo, luego veremos dónde
una sonrisa. poner ese cuadro - manifestó la directora.

-Hola señor Di Santi - contestó la rubia. La rubia observó a su jefa y luego al conde.
-Que tenga un buen día, señor Di Santi - se despidió la
joven.
Raffaele apretó los puños al observarla marcharse, el -Me gustaría volver a verla ¿La invito a cenar está noche?
trasero de la joven se balanceaba de un lado a otro, de - dijo Raffaele sosteniendo su brazo para evitar que se
manera muy sexy. marchara.
-Puedo ofrecerle un café - ofreció la directora -No puedo esta noche.
dedicándole una sonrisa.
- ¿Y mañana?
-No gracias, estoy buscando a Sarah Blake - expuso
Raffaele ajustando su corbata. Kate negó con la cabeza.

-Sarah no ha venido a trabajar, y quién sabe dónde -Tengo muchas cosas que hacer después del trabajo.
diablos esté - repuso la mujer encogiéndose de hombros. - ¿Qué noche está libre? - preguntó Raffaele sin darse por
-Entonces me despido, que esté bien, señora Brown - dijo vencido.
el conde asintiendo a modo de despedida. -Por favor, señor Di Santi, no insista. Esto no es correcto.
Raffaele se dirigió hacia la salida, pero al ver a Kate El conde la soltó y permitió que se marchara.
sentada en una banca se desvío del camino.
Por supuesto que era correcto, la decisión ya estaba
- ¿Que le sucede? - preguntó el italiano sorprendiéndola. tomada, la quería a ella como su esposa, era perfecta para
-Nada - murmuró la joven encogiéndose de hombros. el papel que debía representar, y lo más importante de
todo era que la deseaba, y no descansaría hasta hacerla
-La invito almorzar - ofreció amablemente, en el fondo lo suya.
que menos quería era almorzar, prefería ir directamente a
su Pent-house y hacerla suya.
-No gracias, debo trabajar - rechazo Kate la oferta, y
luego agregó. - No es buena idea que lo vean conmigo,
señor Di Santi.
- ¿Porque no? - preguntó el conde.
-Porque es usted un conde, y yo una chica normal. Debe
haber cientos de mujeres a sus pies, ahora si me permite
debo volver al trabajo - expuso la joven poniéndose de
pie.
-Te dije que no aceptarás ser su asistente personal - le
reprochó Sarah.
-Necesito el trabajo, lo sabes - repuso la rubia.
-Puedes contar conmigo para lo que sea, todo saldrá muy
bien - dijo Sarah dándole la mano, en señal de apoyo.
-Dios te escuche, Sarah. Ya no sé qué más hacer, el
dinero que gano en la galería a penas me alcanza para
pagar el alquiler, el resto se lo paso a mi madre para que
pueda pagar el tratamiento.
-Me encantaría ayudarte, pero tengo que devolverle a
Bruno el dinero que mi padre robó.
-Me tendré que prostituir - se mofó Kate.

CAPITULO 3 -No lo digas ni en broma, por un tiempo me sentí a sí,


como la prostituta de Bruno - manifestó Sarah haciendo
una mueca de asco.
Kate se encontraba visitando a Sarah en el hospital -No lo digo en serio - aclaró la rubia rodando los ojos.
cuando recibió un mensaje de la directora de la galería.
Su jefa no dejaba de presionarla para que terminara un - ¿Has hablado con tus hermanos? - indagó Sarah.
cuadro para su nueva exposición. -Sí, pero ellos apenas tienen para mantener a sus familias
- ¿Qué ocurre? - cuestionó la pelirroja. ¿Qué más puedo hacer? - preguntó Kate llevándose las
manos a la cabeza desesperada. - He pensado en pedirle
-Debo irme - expuso Kate guardando el celular en su dinero a Frank, pero no es correcto, es mi ex.
bolso.
-Vuelve a la tienda de tatuajes - sugirió Sarah.
-Aún tenemos muchas cosas que hablar, no te he contado
todo. - ¿Estás loca? - cuestionó Kate con espanto.

Kate hizo una mueca. -Gracias a eso pudiste pagar la universidad - le recordó la
pelirroja.
-En serio debo irme, Sarah. La directora...
-Frank también trabajaba allí antes de mudarse a -Señorita Phillips - saludo Raffaele a la rubia con un leve
California - repuso Kate. - Prefiero cualquier otra cosa, asentimiento.
antes que regresar allí.
-Señor Di Santi - respondió la joven.
- ¿Lo extrañas? - preguntó Sarah.
-Me da gusto volver a verla - añadió el italiano.
-Sí, por supuesto que lo extraño. Fue mi novio desde los
dieciséis, y recién hace un año que terminamos. -Gracias, debo irme - expuso ella mirando fugazmente el
ramo de flores que el conde tenía en sus manos.
- ¿Has hablado con él? ¿Te ha llamado? ¿Lo llamaste?
Raffaele sonrió. Ahora que volvía a verla no tenía dudas
-Lo llame el mes pasado - reconoció la rubia de que Katherine Phillips era perfecta para sus
sonrojándose. propósitos.
- ¿Y? - ¿Qué diablos haces aquí? - cuestionó alguien tras el
conde.
-Tuvimos sexo por webcam - admitió Kate mordiéndose
el labio inferior. Rodando los ojos Raffaele se dio la vuelta.
- ¡Kate! - exclamó la pelirroja. -Bruno Berardi - saludó el conde Di Santi.
- ¿Qué? - ¿Qué haces aquí? - interrogó el magnate.
-Ese tipo no es para ti. -Vine a ver a Sarah, me enteré de lo ocurrido - expuso
Raffaele. - Debiste cuidarla mejor, imbécil.
-Lo sé, todo el mundo me lo dice. No es justo que crean
eso solo porque tiene tatuajes. -Eso no es asunto tuyo - repuso Bruno a la defensiva. -
Sarah no puede recibir visitas.
-No es solo por eso, Kate - repuso Sarah.
-Estoy sólo de paso, le entregare este ramo de flores y me
-Tengo que irme, hablaremos de esto otro día - dijo la marcharé - declaró Raffaele.
rubia acercándose a Sarah y besándola en la frente. -
Siento mucho lo que, sucedido, espero te encuentres -Tienes dos minutos - le advirtió Bruno mirando la hora
mejor, te quiero. en su Rolex.
-Yo también te quiero amiga, espero que soluciones Raffaele bufo antes de abrir la puerta.
pronto tus problemas, dale mis saludos a tu madre.
- ¡Raffaele! - exclamó Sarah sorprendida, y en cosa de
Kate abandonó la habitación y se encontró al conde en el segundos se cubrió el rostro.
pasillo.
-No tienes de que avergonzarte, cara - manifestó el conde -Bien, Raffaele - dijo la rubia intentando imitar el acento
acercándose hasta la cama. - Te he traído esto - añadió del conde. - ¿Que sucede? - preguntó al verlo sonreír.
señalando las flores.
-Nada, te invito a almorzar - expuso el italiano.
-No tenías por qué molestarte, ya tiene suficientes flores -
repuso el magnate caminando hasta el otro lado de la -No puedo, tengo trabajo que hacer - objetó la rubia.
cama. - Tiene tantas flores que saliendo de aquí - ¿Un cuadro por terminar? - indagó Raffaele.
abriremos una florería.
-Sí.
-Bruno - lo reprendió Sarah sin descubrir su rostro.
-Entonces vamos por un café - insistió el conde.
-Cuando te sientas mejor me gustaría hablar en privado
contigo, Sarah. Tengo una propuesta que estoy seguro va -No puedo - protestó la joven.
a interesarte - dijo Raffaele retando con la mirada a -Solo un café - insistió Raffaele.
Bruno.
-Solo un café - aceptó finalmente la joven con voz
-A ella no le interesa lo que tengas que decir - señaló el cansada.
joven italiano.
-Perfecto, mi limusina nos espera...
-Hablaremos otro día, Raffaele - declaró la pelirroja.
******
-Bien, te llamaré - prometió el conde antes de marcharse.
Kate se mordió el labio inferior cuando cruzaron las
Al salir de la clínica en la que Sarah estaba internada, puertas de un elegante restaurant.
Raffaele vio a la distancia una cabellera rubia en la
parada de autobús. -Dijiste solo un café - murmuró la joven sintiendo que
todos los observaban.
Sonrió al ver que se trataba de Kate, le hizo una señal de
espera al chofer de la limusina y se dirigió caminando - ¿Qué ocurre? - preguntó el conde.
hacia la rubia.
-Mi ropa...
-Kate - dijo el conde tras ella, la joven se sobresaltó. - Lo
siento ¿Puedo llamarla así? - ¿Que hay con tu ropa?

-Sí, señor... -No es adecuada para este sitio - repuso Kate


avergonzada, llevaba unos pantalones rotos en las
-Raffaele - repuso el italiano. - Llámame, Raffaele. rodillas, una camiseta hasta el ombligo y unas convers
viejas, no estaba vestida de acuerdo con el elegante
restaurante.
-Te ves bien, así como estás - declaró el italiano -Tengo que irme, Raffaele - se quejó la joven.
recorriéndola con la mirada.
-Quédate, hay algo importante que debo decirte - expuso
- ¿En serio? - preguntó la rubia. el conde alzando la mirada hacia ella.
-Sí - se limitó en responder el conde mientras le daba la - ¿Qué cosa? - preguntó Kate con interés.
mano para guiarla hasta una de las mesas.
-Primero comeremos, y después te lo diré - objeto
El italiano la ayudó a sentarse y luego tomo asiento frente Raffaele guiñándole un ojo.
a ella.
-No tengo hambre - mintió la joven, lo único que había
-Todos nos miran - murmuró la joven. comido en todo el día fue un sándwich y una manzana.
- ¿Y? Raffaele le hizo una señal al camarero para que se
acercara a tomar la orden.
-Preferiría que fuéramos a otro sitio - dijo Kate
poniéndose de pie. - ¿Que van a beber? - preguntó el camarero luego de
anotar en una libreta lo que el italiano pedía.
-Toma asiento, Katherine - le ordenó el conde.
-Un 1945 Château Mouton-Rothschild - dijo el conde
-Nadie jamás me llama así - expuso la rubia sorprendida. sorprendiendo al camarero.
-Siéntate - volvió a decir Raffaele señalando la silla. -Ese vino cuesta $28,750 dólares la botella - expuso el
-No me des órdenes, no eres mi jefe - gruñó Kate. sujeto.

-Siéntate, por favor. -Bien, quiero una botella - declaró el italiano.

Rodando los ojos, la rubia tomó asiento. -No es necesario, podemos beber otra cosa, yo solo
quiero un café - dijo Kate.
- ¿Y bien? - cuestionó cruzándose de brazos.
- ¿Entonces? - preguntó el camarero al conde.
- ¿Qué quieres comer? - preguntó el conde abriendo el
menú para comenzar a leerlo. -A la señorita tráigale un café, y a mí una botella de 1945
Château Mouton-Rothschild.
-Solo quiero un café, me estás haciendo perder el tiempo
- repuso Kate. -Como usted ordene, señor - dijo el camarero antes de
marcharse.
-Aquí sirven un risotto muy bueno, tal vez quieras
probarlo. -Podrías haber escogido cualquier otro vino - repuso la
joven.
-Yo quería ese, he oído que es muy bueno, y en muy -No - admitió Kate, y se maldijo mentalmente, debió
pocos lugares lo tienen ¿Porque no comprarlo? haber mentido.
-Es excesivamente caro para tratarse solo de un vino - -Entonces no hay ningún inconveniente en que volvamos
señaló la rubia. a vernos - repuso el conde atrapando nuevamente su
mano, mirándola a los ojos depósito un beso en el dorso.
-Es una botella de uno de los mejores vinos del mundo - - Me gustas mucho, Kate.
la corrigió Raffaele.
«Dios» pensó la joven derritiéndose por dentro, era muy
Kate rodó los ojos, ella se sacaba la mierda trabajando, y seductor, y le encantaba que lo fuera.
él como si nada desperdiciaba dinero.
- ¿Cuándo podemos volver a vernos? - preguntó Raffaele.
- ¿Estás enfadada? - preguntó el italiano atrapando su
mano sobre la mesa. -No va a darse por vencido ¿Verdad? - preguntó la joven.
-No, solo me parece innecesario gastar tanto dinero en un -No, me gustas mucho Kate.
vino.
«Y quiero que seas mi esposa» agregó mentalmente
-La próxima vez te dejaré escoger el vino - declaró el Raffaele.
conde.
-Es un conde, de seguro hay muchas mujeres interesadas
-No habrá próxima vez - repuso la joven apartando su en usted - dijo la rubia apartando su mano. - Solo
mano. míreme...
- ¿Porque no? -Créame que lo estoy haciendo - la interrumpió Raffaele.
- Eres bellísima.
-Porque usted es un conde y yo...
-Seguro a todas les dice lo mismo - repuso Kate rodando
-Una joven muy hermosa, me cautivas con solo mirarte - los ojos.
admitió Raffaele sonriendo al verla sonrojarse.
-No, solo a las mujeres que realmente lo son, y usted es la
-A usted le gusta Sarah - murmuró la rubia. - Lo he visto más bella que he visto.
llevarle flores.
-Basta - le ordenó la joven.
-Sarah está con Bruno, solo le he llevado flores porque
me enteré de lo ocurrido. ¿Porque me evitas? ¿Tienes - ¿Que?
novio?
-Deje de decir esas cosas - aclaró ella.
-Es la verdad, Katherine.
-Kate - lo corrigió. -Sí.
-Lady Katherine - dijo está vez el conde sonriéndole -Quiero casarme contigo - confesó finalmente Raffaele.
sensualmente.
-Aquí está su vino, señor - anunció el camarero
apareciendo de repente junto a ellos.
-Grazie - dijo el italiano sin apartar la mirada de la rubia.
El camarero les sirvió vino, y luego se marchó.
- ¿No quieres? - preguntó Raffaele señalando la copa.
-No.
-Bebe un poco - la animó él llevándose su copa a los
labios.
Kate observó dudosa la copa frente a ella, y luego se la
llevó a los labios.
- ¿Qué tal está? - preguntó Raffaele dedicándole una
sonrisa.
-Sabe muy bien - admitió la rubia. - Aun así, es muy
costoso. CAPITULO 4
-Acompáñame bebiendo, es mucho vino para beberlo yo
solo.
-Quiero casarme contigo - confesó finalmente Raffaele.
-No debiste haber comprado la botella - repuso ella.
La rubia se largó a reír.
El conde se encogió de hombros y luego volvió a llevarse
la copa a los labios. -Muy buena broma - comentó entre risas.
- ¿Qué es lo que pretendes con todo esto? - cuestionó -No estoy bromeando, de verdad quiero casarme contigo
Kate. - repuso el conde con extremada seriedad.
- ¿Quieres la verdad? - preguntó el italiano de regreso. -Eso es ridículo, apenas nos conocemos - objetó la joven.
-Hay muchas parejas que se casan y son unos completos Dos días después, Kate se encontraba en la galería
desconocidos. enseñándole los cuadros a un grupo de turistas, cuando se
encontró con la mirada de Raffaele.
-Sí, pero dos meses después se divorcian - señaló Kate.
El conde sonrió, y camino directamente hacia ella.
-Existen excepciones...
«Es tan apuesto» pensó Kate a medida que la distancia
-Nómbrame un matrimonio precipitado que haya era reducida.
funcionado - lo interrumpió ella.
-Buongiorno, Katherine - la saludó Raffaele.
-Mis abuelos llevan casados más de cincuenta años, y
ellos apenas se conocían cuando los obligaron a casarse - -Hola - respondió ella y se cruzó de brazos. - ¿Qué
expuso el conde. quieres?
-Tuvieron suerte - dijo la rubia poniéndose de pie. -Ya te dije lo que quiero - repuso él.
- ¿A dónde vas? - le preguntó Raffaele. -Estoy trabajando, Raffaele, no me hagas perder el
tiempo
-Me voy, ya no tengo nada más que hacer aquí...
-Necesitamos hablar - dijo el conde alargando su mano
-Siéntate por favor, tratemos de llegar a un acuerdo - para ponerle un mechón de cabello tras la oreja.
manifestó el italiano mirándola a los ojos.
-Quiero que te marches ahora - le ordenó la rubia
-Yo no soy la persona que estás buscando, y tampoco apartando la mano del conde.
lográremos llegar a ningún acuerdo - declaró Kate antes
de marcharse.7 -Este es un lugar público - expuso Raffaele guiñándole un
ojo. - Esperaré hasta que termines este recorrido, luego
Raffaele maldijo en italiano, y se puso de pie para ir tras hablaremos.
ella, pero justo en ese momento apareció el camarero con
la comida. Kate iba a replicar, pero el italiano se dio la vuelta y se
alejó.
-La cuenta por favor - le ordenó el conde al camarero
mientras sacaba su billetera. Los turistas estaban observándola, y Kate se aclaró la
garganta antes de guiarlos hacia la siguiente pintura.
Minutos después, Raffaele abandonó el restaurante, y
miró a su alrededor con intención de encontrar a la rubia, Hacer recorridos al público no era parte de su trabajo,
pero ella no estaba, se había marchado. pero Sarah otra vez no había ido a trabajar, y dudaba
mucho que regresara a la galería. Alguien tenía que cubrir
****** a la pelirroja hasta que la directora encontrara a alguien
que asumiera el cargo, mientras tanto Kate tenía que - ¿Porque me sigues? - preguntó la rubia sin darse la
reemplazarla, y eso significaba dinero extra. vuelta, podía sentir la imponente presencia del conde tras
ella.
Cuando terminó el recorrido se dirigió hacia su oficina,
tenía que organizar unos documentos para la directora, y - ¿Dónde podemos hablar en privado? - preguntó
luego planear la próxima exposición. Raffaele de regreso.
Frunció el ceño al ver a Raffaele en compañía de Emily, Kate bufo antes de retomar el camino hacia su oficina, el
esa tipa no era de su agrado, siempre hacía todo lo conde la siguió de cerca.
posible para perjudicarla y humillarla.
-A delante su alteza - se mofó ella cuando abrió la puerta
Se sorprendió mucho cuando el conde se alejó de Emily y y se hizo a un costado para dejarlo pasar a él primero.
caminó hacia ella.
-Primero las damas - dijo Raffaele negándose a entrar
- ¿Ya terminaste el recorrido? - le preguntó Raffaele. primero.
-Sí. La rubia rodó los ojos y entró primero a la oficina, el
conde la siguió cerrando la puerta tras él.
-Bien, vamos por un café - dijo él.
- ¿Y bien? ¿Porque quieres casarte? - cuestionó Kate
-La última vez que acepté ir a tomar un café contigo, me cruzándose de brazos.
dijiste que querías casarte conmigo, así que olvídalo - se
negó Kate. -Seré sincero contigo, Kate. Si no me caso de aquí a un
mes, perderé mi título de conde y todo mi dinero.
-Aun quiero casarme contigo - repuso el conde.
- ¿Y porque yo? - preguntó la rubia.
-Por eso mismo no iré a ningún lado contigo, estás loco.
-Me gustas, y hay atracción entre nosotros. Además,
El italiano cerró los puños con fuerza cuando Kate se sabes de arte.
alejó. No estaba acostumbrado a que le negaran lo que
quería, y la quería a ella como su esposa. Desde un Kate se río.
comienzo sintió una conexión especial entre ellos, y sabía
que su matrimonio funcionaría. - ¿Que es tan gracioso? - cuestionó el conde.

Raffaele fue tras Kate, no iba a darse por vencido tan -Son absurdas las razones por las que me escoges como
fácilmente, necesitaba una esposa y pronto, o de lo tu esposa, ni siquiera sabes cuál es mi color favorito, ni
contrario perdería el título de conde. tampoco que cosas me gusta hacer en mi tiempo libre.
- ¿Cuál es tu color favorito? ¿Y qué te gusta hacer en tu Los labios de Raffaele se movieron con maestría, y Kate
tiempo libre? se encontró respondiéndole con pasión.
-No voy a decírtelo, tendrás que averiguarlo - repuso la Un golpe en la puerta los alertó, pero aun así no dejaron
rubia. de besarse.
-Bien, acepto el desafío - dijo Raffaele regalándole una -Kate abre la maldita puerta - la voz de la directora se
sonrisa. - ¿Vas a casarte conmigo? escuchó desde el pasillo.
-No, pero te ayudaré a encontrar una esposa si quieres. La rubia dejó de besarlo inmediatamente, y se aclaró la
garganta para responder.
-No quiero a otra, te quiero a ti - declaró el conde dando
un paso hacia ella. -Voy enseguida - dijo Kate en voz alta.
-No tenemos nada en común - comentó la joven dando un -Aun no - repuso el conde comenzando a besar su cuello.
paso atrás.
-Raffaele - protestó la joven cuando la estrechó
-Te equivocas, tenemos muchas cosas en común - expuso fuertemente por la cintura para hacerle sentir cuán
Raffaele rodeándole la cintura con sus brazos para excitado estaba.
atraerla hacia su cuerpo.
-Quiero verte está noche - dijo el italiano volviendo a
-Ni se te ocurra - le advirtió Kate cuando bajo la cabeza besarla en los labios. - Te llevaré a cenar.
para besarla.
-No puedo está noche - manifestó Kate dándole un suave
-Lo siento, piccolina, pero tengo que besarte - dijo él mordisco en los labios.
antes de cubrir los labios de ella con los suyos.
- ¿Que tengo que hacer para convencerte? - preguntó
Kate se quedó unos segundos inmóvil, tratando de Raffaele guiando sus manos al trasero de ella para darle
asimilar que el conde la estaba besando. un apretón.
Raffaele sonrió contra los labios de ella cuando comenzó - ¡Dios! - exclamó ella acalorada. - Está bien, nos
a responderle el beso. veremos está noche, pero no voy a casarme contigo.
Un gemido se arrancó de los labios de la rubia cuando Raffaele sonrió.
Raffaele metió la lengua en su boca y comenzó a
explorarla. -Pasaré a las ocho a recogerte a tu piso - prometió el
conde dándole un último beso antes de apartarse.
Kate le rodeó el cuello con los brazos y se apretó contra
el cuerpo del conde, mientras su lengua se unía a la de él.
Kate lo observó dirigirse hacia la puerta y se mordió el Su jefa sonrió maliciosa.
labio inferior, el conde era todo un seductor.
-Ni sueñes que serás tú.
-Nos vemos esta noche - dijo Raffaele antes de abrir la
puerta. La rubia cerró los puños con rabia, sus cuadros serían
expuestos y nuevamente nadie sabría que fue ella quién
- ¡Raffaele que sorpresa! - exclamó la directora de la los pintó.
galería.
-Ciao, Heidi - la saludó el conde con un leve
asentimiento.
- ¿Vamos por un café? - le preguntó la mujer
amablemente.
-No gracias, tengo cosas que hacer. Nos vemos - dijo
Raffaele antes de marcharse.
Kate ocultó una sonrisa.
- ¿Que hacía el conde en tu oficina? - cuestionó su jefa de
pie frente a ella.
-Nada - mintió Kate.
- ¿Ya terminaste el cuadro? - preguntó Heidi.
-No, aún estoy trabajando en eso.
-El lunes quiero ese cuadro aquí - sentenció la directora
de la galería.
-Aquí estará. CAPITULO 5
-Bien, ahora déjame ver la lista de invitados, nos queda
una semana para la próxima exposición y quiero que todo
sea perfecto - manifestó su jefa. Kate observó su atuendo en el espejo y sonrió, había
encontrado un vestido perfecto para esa noche.
-Lo será - prometió Kate. - ¿Quién presentara las obras
está vez?
- ¿Sigues ahí, nena? - preguntó su exnovio por el -Si yo me acuesto con otro es una estupidez, pero tú si
teléfono. puedes. Eres un cerdo, Frank Thomas, no me quedaré
toda la vida esperando por ti - dijo la rubia antes de
-Sí. cortar.
-Estaba pensando en vernos el próximo fin de semana - Observo su atuendo por última vez, esa noche seduciría al
comentó Frank y luego agrego. - Te compraré los pasajes. conde y le demostraría a Frank que ella también podía
-No creo que pueda, la próxima semana es la exposición tener aventuras de una noche.
y tendré mucho trabajo, además sabes que odio que me El timbre sonó y se apresuró en abrir la puerta.
compres cosas.
Un hombre de traje la esperaba y asintió a modo de
-Joder nena, por una vez déjame complacerte. saludo.
-Si mal no recuerdo me has complacido más de una vez - -El conde la espera, señorita Phillips.
dijo Kate riendo.
Kate cerró la puerta con llave y siguió al hombre hasta la
-Te extraño, muñeca. Ya no sé cuánto más podré limusina.
aguantar lejos de ti, debiste haber venido conmigo en vez
de terminarme. -Buona notte, cara - dijo Raffaele cuando subió a la
limusina y sus miradas se encontraron.
-No puedo dejar a mis padres, además terminé contigo
porque las relaciones a distancia no funcionan - señaló la -Buenas noches - contestó Kate regalándole una sonrisa.
rubia. - ¿Ya olvidaste a esa tal Ashley?
-He reservado una mesa en un restaurante que acaba de
-Fue algo de una noche, a la única que he amado y sigo ser inaugurado - comentó Raffaele.
amando es a ti - aseguró Frank.
-Bien.
- ¿Qué pasaría si yo tengo algo de una noche con otro
sujeto? - preguntó Kate mordiéndose el labio inferior. Ninguno de los dos volvió a hablar durante el resto del
trayecto hasta el restaurante. Sin embargo, la tensión era
- ¿Que sujeto? - cuestionó el hombre entre dientes. palpable, ambos se deseaban y sus cuerpos ardían.
-Un sujeto x - dijo ella. Cuando llegaron al restaurante Raffaele le dio el brazo y
la guio hasta la mesa que reservo. Las personas se les
-No vayas hacer ninguna estupidez, Kate - le advirtió su quedaban viendo, y está vez Kate no sintió vergüenza de
ex. su atuendo.
-Luces hermosa esta noche, piccolina - le dijo Raffaele al -Una vez que seas mi esposa heredarás treinta millones
oído logrando que se estremeciera. de dólares al año, y si tenemos hijos ellos heredarán el
doble.
Kate le sonrió.
- ¿Así que ahora intentas comprarme? - cuestionó la
Una vez que tomaron asiento un camarero se acercó a rubia.
ofrecerles algo de beber mientras la cena estaba lista.
-Estoy dispuesto a todo, cara - admitió el conde
-La otra vez prometí que tú escogerías el vino - expuso guiñándole un ojo, y luego agregó. - Pero no es mi estilo
Raffaele deslizando la carta por la mesa para que Kate pagarles a las mujeres para que estén conmigo, y mucho
escogiera. menos te pagaría por ser mi esposa. El dinero que
-No sé nada de vinos - confesó la rubia devolviéndole la heredarías tú y nuestros hijos fue declarado hace siglos
carta. por mis antepasados, yo no tengo nada que ver en eso.

El conde negó con una sonrisa en los labios. -No me interesa tu dinero - repuso Kate.

-Luego no reclames si el vino que escojo es costoso - le -Por eso me encantas ¿Qué debo hacer para que te cases
advirtió. conmigo?

-El experto en vino eres tú no yo - señaló Kate -Eres muy insiste - se quejó la rubia.
encogiéndose de hombros. -Siempre consigo lo que quiero, cara - declaró Raffaele.
-Quiero una botella de 1934 DRC Romanée Conti - dijo -Ese es el problema de las personas ricas como tú, no les
Raffaele al camarero luego de pensarlo unos segundos, el importa nada, solo conseguir lo que quieren.
hombre lo anotó en su libreta y se marchó.
-Me estás juzgando injustamente, Katherine.
-De seguro es tan costoso como el de la vez pasada -
comentó la joven con una mueca. -Por eso mismo, no nos conocemos lo suficiente como
para casarnos - dijo Kate alejando su mano del toque del
-Es cinco dólares más barato, felicítame es todo un logro conde.
- se mofó el conde.
-En el futuro tendremos tiempo suficiente para
-Que gracioso - dijo Kate fingiendo una risa. conocernos.
Raffaele sonrió y entrelazó sus dedos con los de ella. -No he aceptado... - comenzó a replicar, pero se calló
cuando Raffaele se inclinó hacia delante para besarla.
Los labios del conde se movieron suave sobre los de ella, - ¿Y que con eso?
y Kate cerró los ojos disfrutando de las sensaciones que
recorrían su cuerpo. -El hombre con el que me case debe amarme.

-Lo siento, no he podido evitarlo - dijo el italiano a -Las cosas ya no funcionan así, cara - dijo Raffaele con
escasos centímetros de distancia de sus labios. una mueca.

Kate puso una de sus manos en la nuca del conde y lo - ¿Y cómo funcionan? - cuestionó Katherine.
acercó a sus labios. -Con respeto, sinceridad, dinero y sexo. Ese es el
Está vez el beso fue más intenso, y sus lenguas se complemento perfecto para que un matrimonio funcione.
mezclaron con frenesí. - ¿Y dónde dejas el amor? - preguntó la rubia frunciendo
-Aquí está su vino, señor - comentó el camarero el ceño.
apareciendo de repente. -El amor se da con el tiempo - señaló el conde.
Raffaele se apartó de la rubia, y se aclaró la garganta. -No estoy interesada en un matrimonio vacío - declaró la
-Grazie. rubia. - Quiero que mi marido me ame, no uno que esté
más interesado en el alza del dólar que en mí.
-La comida viene enseguida - comentó el camarero antes
de marcharse. -Lo siento, cara. Pero no tengo tiempo para enamorarte,
necesito una esposa pronto.
- ¿Quieres vino? - preguntó Raffaele señalando la botella.
Kate aceptó la copa que le ofreció y se la llevo a los
-Si con esto intentas convencerme de que me case labios.
contigo, vas por camino equivocado, Raffaele - dijo la
rubia lamiéndose los labios. -No te enfades - le dijo Raffaele alargando su mano para
acariciar su mejilla.
-Al menos admite que te gustan mis besos - manifestó el
conde de manera arrogante. -No estoy enfada - repuso la rubia apartando la mano del
conde.
-Eso no voy a negarlo.
Raffaele se inclinó hacia delante para besarla suavemente
- ¿Entonces cuál es el problema? - preguntó el conde en los labios.
sirviendo el vino.
-Te daré una semana para que lo pienses - expuso el
-No me amas ni yo a ti - expuso la rubia como si fuera lo conde volviendo a tomar asiento. - Mañana viajo a Nueva
más obvio del mundo.
York y regreso la próxima semana, el viernes en la noche -Raffaele - le advirtió cuando comenzó a repartir besos a
nos veremos en la exposición y esperaré tu respuesta. lo largo de su cuello.
- ¿Ya recibiste la invitación? - preguntó Kate. -Me tienes completamente hipnotizado, il mio piccolo
fiore - le dijo al oído antes de besarla en los labios.
-Heidi me la envió esta tarde - dijo Raffaele guiñándole
un ojo. Kate abrió la boca para recibir el beso, y le rodeo el
cuello con los brazos.
La rubia apretó los puños con rabia.
Raffaele la estrechó por la cintura mientras su lengua
-Pídele a Heidi que sea tu esposa. invadía la boca de la rubia, en un beso desesperado.
Raffaele sonrió. Una de las manos del conde se dirigió a uno de los senos
-Te quiero a ti, piccolina. de la rubia y lo acarició por encima del vestido, tenía
unos senos bastante generosos.
La rubia no pudo evitar sonreír, y Raffaele le devolvió la
sonrisa. -Es del tamaño perfecto - dijo contra la boca de ella antes
de sentarla a horcajadas arriba de él. - Nuestros hijos no
Poco después el camarero les llevo la cena, y ambos pasaran hambre.
dieron por olvidado el asunto del matrimonio, cambiando
de tema. Kate se carcajeó.

Una vez terminada la cena, Raffaele la llevó hasta la -Ni siquiera he aceptado casarme contigo y ya quieres
limusina, y se sentaron uno frente al otro. tener hijos - repuso ella frotándose sobre su erección.

- ¿Que? - cuestionó la rubia al sentir la mirada del -Necesitaremos herederos - aseguró Raffaele repartiendo
italiano sobre ella. besos a lo largo de su cuello hasta el valle de sus senos.

-Eres hermosa, cara - admitió el conde. -Vaya que tienes apuro - se mofó ella echando la cabeza
hacia atrás para darle más acceso.
Kate sonrió.
La rubia gimió cuando el italiano mordió su pezón por
-Y tú eres un seductor. encima del vestido.
-Ven aquí - le dijo Raffaele estirando su mano hacia ella. Una de las manos de Raffaele se dirigió a una pierna de
La joven aceptó la mano del conde, y protestó cuando la Kate y la recorrió hacia arriba, hasta llegar al borde sus
jaló hacia sus brazos. bragas. La rubia se movió encima de su miembro,
animándolo a tocarla más íntimamente.
Kate buscó los labios del conde, y lo beso
apasionadamente.
La limusina se detuvo abruptamente frente al edificio de
la rubia.
-Vamos a mi piso - murmuró la joven contra los labios de
Raffaele.
-No - dijo el conde. CAPIOTULO 6
- ¿Qué? - cuestionó Kate apartándose lo suficiente para
ver su rostro.
Luego de recibir una llamada de su hermana, Kate llegó a
-No tendremos sexo hasta que nos casemos - manifestó la sala de urgencia a eso de las dos de la tarde del
Raffaele con absoluta seriedad. miércoles.
-No voy a casarme contigo - declaró la rubia. - ¿Cómo está mamá? - le preguntó la rubia a su hermana
-Bien, entonces no habrá sexo - decretó el conde. mayor en cuanto la vio en la sala de espera.

La rubia se apartó y abrió la puerta para abandonar la -No lo sé, Kate. Los médicos la están atendiendo -
limusina. respondió Claire.

-Nos vemos el próximo viernes, piccolina - se despidió - ¡Tía Kat! - exclamaron sus sobrinos corriendo hacia
Raffaele, y poco después agregó. - Esperaré tu respuesta. ella.

- ¿Y si mi respuesta sigue siendo no? - interrogó Kate. -Hola niños - dijo Kate abriendo los brazos para
recibirlos.
-Nos olvidaremos de todo, y será como si nunca nos
hubiéramos conocido - expuso Raffaele. La joven rubia no pudo evitar sonreír cuando los brazos
de sus sobrinos la rodearon.
-Entonces adiós, Raffaele - dijo la rubia antes de cerrar la
puerta, para luego dirigirse a su piso. -Peter dijo que la abuela va a morir. Es mentira ¿Cierto,
Kat? - preguntó Charlotte cuando la cargo en brazos.
-Peter - gruñó la madre del pequeño de seis años.
-Te oí decírselo a papá - murmuró el niño agachando la
cabeza.
-No debes oír las conversaciones de los adultos - lo -Charlie ven aquí - le ordenó Kate a su sobrina cuando se
regañó Claire. alejó.
-Lo siento, mamá - murmuró el niño rodeando con sus - ¿Porque esa niña no tiene cabello? - preguntó la
pequeños brazos la cintura de su madre. - No quiero que pequeña.
la abuela muera - dijo largándose a llorar.
Kate la alzó en brazos.
Claire cargó a su hijo en brazos, y el pequeño escondió la
cabeza en la curva de su cuello. -Porque está enferma - respondió la rubia.

-La abuela no va a morir, mi amor - dijo Claire tratando - ¿Entonces si me enfermo del estómago, no tendré
de convencer a su hijo y a ella misma. cabello? - preguntó Charlotte llevándose las manos a sus
risos dorados.
-Te lo dije, Peter - manifestó Charlotte rodando los ojos.
-No tonta - dijo Peter rodando los ojos. - Esa niña tiene
- ¿Los familiares de Isabel Phillips? - preguntó un médico cárcel ¿Cierto, tía Kat?
apareciendo en la sala de espera.
-Cáncer, no cárcel - lo corrió Kate.
-Quédate con los niños, Kate - le ordenó Claire dejando a
su hijo en el suelo. -Tonto - se carcajeó Charlotte.

-Vamos a comer algo, niños - les dijo Kate a sus -Enana - dijo Peter mostrándole la lengua.
sobrinos. -Basta - les advirtió Kate.
Cuando llegaron a la cafetería la rubia dejó a su sobrina Cuando les entregaron los helados, Kate llevó a sus
de tres años en el suelo y la pequeña corrió hasta el sobrinos hasta una mesa libre, y los ayudó a sentarse.
mostrador.
- ¿Qué es el cáncer? - preguntó Charlotte.
- ¡Quiero un helado de fresas! - exclamó dando saltitos.
-Es una enfermedad terrible - contestó la rubia
- ¿Y tú de que sabor quieres, Peter? - le preguntó Kate a entregándole una servilleta a su otro sobrino que tenía la
su otro sobrino. boca llena de chocolate.
-Mamá solo nos deja tomar helado los domingo - expuso -La abuela tiene cáncer - comentó Peter.
el niño.
Kate lo observó unos segundos, no podía creer que su
-Sí pero ahora están a cargo mío - sentenció la rubia. sobrino de seis años estuviera al tanto de lo que pasaba
-Está bien, yo quiero de chocolate - decidió el niño. con su madre, ahora tendría que decirle a Claire que
debía ser más cuidadosa con lo que hablaba.
- ¿Entonces porque la abuela tiene cabello? - preguntó ******
Charlotte.
Al día siguiente Kate se encontraba en la galería cuando
- ¡¿Porque mis hijos están tomando helado?! ¡Kate! - recibió una llamada de su hermana mayor.
exclamó la madre de los niños.
- ¿Qué ocurre? ¿Le pasó algo a mamá? - preguntó Kate
La joven sonrió en dirección a su hermana mayor. llena de preocupación.
-Te he dicho cientos de veces que no les des helado - la -No, el banco rechazó el crédito, no podemos pagar el
regañó Claire. tratamiento - confesó Claire.
-No es para tanto - repuso la rubia encogiéndose de Kate observó la pintura frente a ella mientras trataba de a
hombros. - ¿Cómo está mamá? similar la noticias. A nadie de su familia le agradaba
Frank, y tampoco aceptarían dinero de parte de él. Fue
-Deja que los niños se tomen el helado mientras entonces cuando recordó las palabras de Raffaele, si se
hablamos - expuso Claire. casaba con él heredaría treinta millones de dólares al año,
Kate se puso de pie y siguió a su hermana hasta el otro con eso tendría más que suficiente para pagar el
extremo de la cafetería. tratamiento de su madre y las deudas que tenía, incluso
podría pagar de una vez el crédito universitario.
- ¿Qué ocurre? - cuestionó la joven.
- ¿Kate estás ahí? - preguntó su hermana.
-El cáncer ha avanzado, necesitan operarla y luego
someterla a quimioterapia - dijo Claire. -Sí, ya sé cómo obtener el dinero.

- ¿Cómo haremos para pagarlo? - preguntó Kate. -Ni se te ocurra pedírselo a Frank - le advirtió Claire.

-No lo sé, Kat. Ni siquiera hemos podido pagar la -No, no se lo pediré a Frank, tú tranquila, yo me encargo.
hipoteca de la casa - repuso la mayor de las rubias. ******
-Hablaré con Frank y le pediré un préstamo - decidió El viernes por la noche Raffaele recorrió la galería con la
Kate. mirada, y sonrió al ver a Kate.
-Ni siquiera lo pienses, deja a ese sujeto lejos de este La rubia sonrió tímidamente a la distancia, y les dijo algo
asunto - le ordenó su hermana. a sus acompañantes antes de caminar hacia él.
-Pero necesitamos el dinero - protestó la joven. -Buona notte, bella - dijo el italiano cuando estuvieron
-Pediré un crédito al banco - declaró su hermana dando frente a frente.
por terminado el tema.
-Buenas noches - contestó Kate. Raffaele deslizó sus manos hasta la curva del trasero de la
rubia.
- ¿Pensaste en mi propuesta? - preguntó Raffaele sin
preámbulos. -Raffa... - gimió Kate contra sus labios.
-Sí. -Lo siento, piccolina, no puedo contenerme.
- ¿Y? - cuestionó el conde. Kate le dio un beso rápido en los labios.
-Este no es sitio para hablar de eso - dijo la rubia -Debemos volver.
ofreciéndole su mano.
-Aun no - repuso el conde volviendo a besarla.
Raffaele entrelazó sus dedos con los de ella y permitió
que lo condujera por un pasillo lleno de cuadros, pero sin La rubia echó la cabeza hacia atrás para que dejara de
nadie que pudiera verlos u oírlos. besarla.

- ¿Entonces? - preguntó el conde rodeándole la cintura -Tengo que trabajar - dijo Kate sin aliento.
con sus brazos para atraerla hacia su cuerpo. -Está bien, vamos - aceptó el italiano dando un paso atrás
Kate puso la mano sobre el pecho de Raffaele para y ofreciéndole su mano.
apartarlo un poco, el corazón del conde latía rápidamente La pareja se unió al resto de los invitados a la exposición,
bajo sus dedos, y Kate pensó en su propio corazón que y Kate soltó la mano de Raffaele.
latía desbocado.
-No - gruñó el conde volviendo a darle la mano.
-Sí, me casaré contigo - expuso finalmente la joven.
-Estoy trabajando y Heidi va a enfadarse - protestó Kate.
Raffaele sonrió ampliamente.
-Serás mi esposa Kate, y nadie volverá a humillarte, lo
-No vas a arrepentirte, lo juro - declaró antes de bajar la juro - declaró Raffaele bajando la cabeza para depositar
cabeza para besarla. un beso en sus labios. - ¿Cuáles son tus cuadros? -
Kate cerró los ojos y disfrutó del beso. Los labios del preguntó cuándo se apartó.
conde se movían con suavidad sobre los de ella, - ¿Cómo sabes que hay cuadros míos aquí? - preguntó la
seduciéndola poco a poco. rubia.
La rubia tocó tentativamente el labio inferior de Raffaele -Has estado trabajando arduamente, cara. Enséñame tus
con la punta de su lengua, y éste abrió la boca cuadros.
permitiéndole el paso.
Kate lo guio hasta dónde estaba uno de sus cuadros y - ¿Porque no? - cuestionó el conde.
Raffaele se quedó sin palabras.
-Porque Heidi es mala y venenosa - dijo Kate como si
- ¿Qué? - preguntó la rubia cuando el conde se le quedó fuera lo más obvio.
viendo fijamente.
Raffaele sonrió antes de besarla suavemente en los labios.
-Eres increíble, piccolina - admitió Raffaele
envolviéndola entre sus brazos. -Mañana anunciáremos nuestro matrimonio, te llevaré a
cenar para celebrarlo.
- ¡Raffaele, querido! - exclamó Heidi tras la pareja.
-Tenemos que decírselo a mis padres - expuso la rubia.
El conde mantuvo a Kate entre sus brazos cuando quiso
apartarse de él. -Bien - aceptó Raffaele apartando un mechón de su
rostro.
-Ciao, Heidi - dijo Raffaele dedicándole una sonrisa.
Kate se puso de puntillas para besarlo, y mientras lo hacía
- ¿Kate? - preguntó Heidi frunciendo el ceño en dirección no pudo evitar pensar en la arriesgada decisión que había
a la rubia. tomado, iba a casarse solo para poder pagar el tratamiento
de su madre, ni siquiera amaba a Raffaele, y sintió
La joven se mordió el labio inferior. pánico, no sabía si podría sobrevivir a un matrimonio sin
-Kate y yo vamos a casarnos - anunció el conde dándole amor.
un beso en la mejilla a la rubia. CAPITULO 7
- ¿En serio? - cuestionó la directora de la galería
incrédula.
El sábado por la noche la pareja se encontraba cenando
-Sí, le he pedido que se case conmigo y aceptó - comentó en un restaurante italiano, cuando de repente Raffaele se
Raffaele. puso de pie.
-Felicidades - dijo Heidi entre dientes. - ¿Qué ocurre? -cuestionó la rubia.
-Grazie. El italiano le sonrió antes de agacharse.
-Si me disculpan iré a hablar con el resto de los invitados -Katherine Phillips ¿Quieres casarte conmigo? - preguntó
- se excusó la mujer antes de marcharse. abriendo una pequeña caja de terciopelo que contenía un
Kate fulminó a Raffaele con la mirada. anillo de diamantes.

-No debiste decirle que vamos a casarnos.


Kate se quedó sin aliento y las palabras no le salían, el Kate miró el diamante en su dedo y luego a Raffaele.
anillo era magnífico.
-Es hermoso - admitió con una sonrisa.
Las personas en el restaurante comenzaron a contemplar
la escena. -Me alegro mucho de que te guste, piccolina. Esto no se
trata de un juego, nuestro matrimonio es en serio y para
-Sí, quiero casarme contigo - contestó finalmente la rubia. siempre, en mi familia no existen los divorcios - expuso
el conde antes de tomar su mano y besarla en el dorso.
Raffaele deslizó el anillo a través del dedo de Kate, luego
se puso de pie y la rubia lo imitó. -Creí que solo querías una esposa para no perder tu título
de conde - dijo la joven confundida.
-Te haré muy feliz, amore mio - declaró el conde antes de
besarla. -Nuestro matrimonio será auténtico en todos los sentidos
- repuso el conde inclinándose sobre la mesa para besarla
Kate le respondió el beso con pasión, a pesar de que se esta vez en los labios.
encontraban en un lugar público, y las personas a su
alrededor comenzaron a aplaudir. -Mañana mi familia se reunirá a almorzar, quiero que
vengas conmigo - expuso la rubia sosteniendo el rostro de
-Esto es vergonzoso - murmuró la joven sonrojada Raffaele.
cuando se apartaron.
-Le pediré tu mano a tu padre - declaró el conde.
-Esto no es nada en comparación con lo que se viene - le
advirtió Raffaele guiñándole un ojo. -Eso es anticuado, pero me gusta - dijo Kate besándolo
suavemente en los labios antes de apartarse. - Mañana
Kate iba a preguntar a qué se refería, pero el flash de una nada de limusinas, ni tampoco vistas elegante - advirtió
cámara la cegó. antes de que el italiano asaltara sus labios con un hambre
No pasaron ni dos segundos, y el guardia del restaurante voraz.
sacó al reportero. ******
-La próxima vez que salgamos le diré a Víctor que nos El claxon de un coche se escuchó en la calle y Kate se
acompañe - comentó Raffaele ayudándola a tomar acercó a la ventana, fuera del edificio había un deportivo
asiento. último modelo, no tuvo que ser adivina para saber de
- ¿Quién es Víctor? - cuestionó la rubia. quién se trataba.

-Mi guardaespaldas - respondió Raffaele sonriéndole. - La rubia tomó su bolso que estaba sobre el sofá y fue
¿Te gustó el anillo? hasta la puerta, luego de cerrar con llave se dirigió a las
escaleras.
-Luces hermosa, piccolina - comentó Raffaele al verla -Hola Josh - saludó la rubia a su hermano. - ¿Que hacen
aparecer en la calle. todos aquí fuera?
-La idea era ser discretos, pero al parecer tú no sabes lo -Estoy de niñera - se mofó Josh, recibiendo una gélida
que eso significa - repuso la joven caminando hacia él. mirada de su hija.
- ¿Porque lo dices? - preguntó el italiano rodeándole la Raffaele se aclaró la garganta, recordándole a Kate su
cintura con los brazos para atraerla hacia su cuerpo. presencia.
La rubia no respondió se limitó a señalar con la barbilla El hermano de la rubia alzó una ceja en dirección al
el deportivo. conde.
-Es un Ferrari, y tú dijiste nada de limusinas - repuso el - ¿Y él es? - cuestionó Josh.
conde bajando la cabeza para besarla.
-Raffaele Di Santi - se presentó el italiano antes de que
Cuando dejaron de besarse Raffaele abrió la puerta y Kate pudiera decir algo.
Kate subió al coche, luego el italiano rodeó el vehículo y
subió al lado del conductor. -Josh Phillips - dijo el hermano de la rubia estrechando la
mano del conde.
Varios minutos después, siguiendo las instrucciones de la
rubia, Raffaele estacionó el deportivo frente a la casa de - ¡Wow! - exclamó el sobrino de Kate observando el
la familia Phillips. deportivo. - ¿Es tuyo? - preguntó el niño alejándose de la
rubia para ir a contemplar el vehículo.
Kate bajó del coche antes de que Raffaele abriera la
puerta. -Sí, es mío - contestó el conde sonriendo ante la
fascinación del niño por su Ferrari.
- ¡Tía Kat! - gritaron sus sobrinas corriendo hacia ella.
-Cuando grande tendré dos de esos - proclamó Peter de
La rubia abrió los brazos para recibirlas. manera arrogante.
- ¡Tía Kat! - exclamó su sobrino mayor dejando a un lado -Santa me traerá un unicornio ¿Cierto, papi? - dijo la
el balón de fútbol para correr hacia ella. pequeña Maddie corriendo a los brazos de su padre.
-Hola niños - dijo Kate abrazando a los tres niños. -Claro muñeca - respondió Josh besando la sonrojada
mejilla de su hija.
- ¿A mí no vas a saludarme? - preguntó su hermano
cruzándose de brazos. -Yo quiero un castillo de princesa - comentó Charlotte
estirando los brazos para que Kate la cargara.
La rubia sonrió. -Raffaele ella es mi hermana mayor, Claire - los presentó
Kate, y el italiano repitió el gesto. - Mis sobrinos Peter,
- ¿Él es tu novio, tía Kat? - le preguntó la pequeña Charlotte y Madison - dijo Kate señalándolos uno a uno. -
señalando a Raffaele. ¿Dónde está papá y Henry? - preguntó al no verlos.
-Sí, es mi novio - contestó Kate mirando al italiano. -Aquí estamos - respondió su padre desde el salón.
- ¿Desde cuándo? - interrogó Josh de manera La joven dejó a su sobrina Charlotte en el suelo, y le dio
sobreprotectora. la mano a Raffaele para guiarlo al salón.
-Desde hace un tiempo - mintió la rubia estirando su -Hola papá - dijo Kate.
mano en dirección a Peter. - Vamos a comer, muero de
hambre. -Hola cariño - contestó su padre sin despegar la mirada de
la televisión.
-Mamá y la abuela hicieron lasaña - dijo Peter dándole la
mano a Kate para luego encaminarse hacia la puerta de la -Hola Henry - dijo Kate saludando a su cuñado.
casa.
-Hola Kat - contestó él con la mirada fija en la televisión.
Raffaele los siguió a pesar de la amenazante mira que le
lanzó el hermano de Kate. -Les presento a mi novio - expuso la rubia y en cosa de
segundos los dos giraron sus rostros para mirarlos.
- ¡Mamá llegué! - gritó la rubia cuando entraron a la casa.
-Raffaele Di Santi, un gusto conocerlos - dijo el italiano
En cosa de segundos su madre y su hermana mayor alegando su mano para que la estrecharán.
aparecieron en el recibidor.
El padre de la rubia se puso de pie y observó con ojo
-Hola hija - dijo su madre abrazándola, cuando se apartó crítico al italiano antes de estrechar su mano.
se encontró con la mirada del conde.
-Marcus Phillips - se presentó.
-Mamá, él es mi novio, Raffaele - presentó Kate al
italiano. -Henry Smith - lo segundó el cuñado de Kate.

-Es un placer conocerla, señora - expuso el conde -Kat ayúdanos a poner la mesa - le pidió su hermana.
tomando la mano de la madre de Kate para besarla en el -No le hagan nada - le advirtió la joven los hombres.
dorso.
-Tranquila hermanita, intentaremos comportarnos - dijo
-Oh que encantador - dijo Isabel. Josh guiñándole un ojo.
Kate se marchó junto a su hermana y su madre, los niños - ¿Qué ocurre? - le preguntó Raffaele frunciendo el ceño.
las siguieron.
-Hoy no les diremos que vamos a casarnos - expuso la
- ¿A qué te dedicas, Raffaele? - cuestionó el padre de la joven.
joven invitándolo a tomar asiento.
- ¿Porque no?
-Me dedicó a la fabricación y exportación de vino -
contestó el conde con simpleza. -Es muy precipitado - repuso la joven.

-Ah, trabajas en una fábrica de vino - repuso el cuñado de -No tenemos tiempo, Kate - le recordó Raffaele. - Hoy
Kate. pediré tú mano.

-Soy dueño de un viñedo en Italia - aclaró Raffaele. -Luego no digas que no te lo advertí - manifestó la joven
encogiéndose de hombros.
-Ahora ya entiendo porque el deportivo - dijo Josh
haciendo sonreír al conde. El conde le dio un corto beso en los labios antes de que
fueran al comedor con el resto de la familia.
- ¿Cómo conociste a mi hija? - interrogó el padre de la
rubia. El almuerzo paso sin contratiempos, y cuando llegó el
momento de servir el postre, Raffaele dijo:
-Nos conocimos en la galería de arte - respondió
Raffaele. - Su hija es una artista espléndida. -Señor Phillips, sé que es precipitado, pero amo a su hija,
y quisiera pedir su mano.
-Lo es - estuvo de acuerdo Marcus.
Todos estaban sorprendidos, nadie se lo esperaba.
- ¿De dónde eres? - le preguntó el cuñado de Kate.
-Yo... - comenzó a decir el padre de la rubia sin salir del
-De Italia - contestó Raffaele. asombro. - Yo... Esto no me lo esperaba - admitió
finalmente.
- ¿De qué parte de Italia? - interrogó Josh.
-Ya le pedí matrimonio a Kate, y ella ha aceptado, solo
-De la Toscana - respondió el conde. esperó que ustedes lo entiendan, con Kate nos amamos y
-Dejen de interrogarlo - dijo Kate, ninguno se había queremos estar juntos.
percatado de su presencia. - El almuerzo está listo - - ¿Lo amas? - le preguntó Marcus a su hija.
anunció, y en cosa de segundos los hombres se pusieron
de pie. -Sí, lo amo - mintió la joven.
Kate detuvo a Raffaele del brazo, quedando sólo los dos -Bien, entonces no hay nada más que decir - repuso la
en el salón. madre de la rubia. - Bienvenido a la familia, Raffaele.
-Gracias - dijo el conde dedicándole una sonrisa. -No sé qué diablos hiciste, pero ya te aceptaron - admitió
Kate.
Todos se pusieron de pie y comenzaron a felicitar a la
pareja. Kate no entendía como lo habían aceptado tan Raffaele sonrió.
rápido, Frank fue su novio casi seis años y nunca lo
aceptaron. -Mañana a las cinco tenemos una cita con una
organizadora de bodas, te recogeré a las cuatro - le
- ¿Cuándo es la boda? - preguntó la hermana mayor de informó el conde.
Kate.
-Salgo a las cinco de la galería, cambia la hora de la cita -
-En tres semanas - dijo Raffaele nuevamente objetó la joven.
sorprendiéndolos a todos.
-Imposible, es una reconocida organizadora y no tiene
- ¿Estás embarazada? - interrogó Claire a su hermana otro horario para vernos - repuso Raffaele.
menor.
Kate rodó los ojos.
- ¡No! - exclamó Kate.
-Entonces pasa por mí a las cuatro treinta.
- ¿Entonces porque tan pronto? - cuestionó Josh.
Raffaele bajó del coche y lo rodeo para ir a abrirle la
-Porque nos amamos, por eso - repuso la rubia, odiándose puerta.
por estar mintiéndole a su familia.
-Nos vemos mañana, piccolina - se despidió el italiano
Después de eso, todos se enfrascaron en el tema de la besándola en los labios antes de que ella se marchara en
boda, y cerca de las seis de la tarde la pareja se marchó. dirección al edificio dónde vivía.
-Odio mentirle a mi familia - comentó Kate cuando
Raffaele estacionó el deportivo frente al edificio dónde
vivía.
-Teníamos que hacer que pareciera real - repuso el conde.
-Sí, pero no era necesario que dijeras que me amas.
-Quizás ahora no nos amemos, pero con el tiempo haré
que te enamores de mí - manifestó el conde llevándose
una mano de ella a los labios para depositar un beso en CAPITULO 8
sus nudillos.
Raffaele sostuvo su mano sobre la mesa, mientras -Kate Phillips - se presentó la joven poniéndose de pie
esperaban a la organizadora de bodas. para estrechar su mano.
-Llevamos más de quince minutos esperando - se quejó -Encantada de conocerte, condesa Di Santi - dijo la
Kate apoyando su cabeza en el hombro del conde. organizadora de bodas tomándose el atrevimiento de
abrazarla.
-Solo diez minutos más - dijo Raffaele haciéndole una
señal a la camarera para que les llevara más café. - Kate miró a Raffaele con el ceño fruncido.
¿Tuviste mucho trabajo hoy, cara?
-Bianca era amiga de mi madre - le explicó el italiano.
-Sí, Heidi me ha obligado a hacer el trabajo de Sarah -
comentó la joven con una mueca. La joven media sonrió antes de volver a tomar asiento.

-Cuando nos casemos ya no tendrás que volver a trabajar - ¿Cuándo es la boda? - preguntó la organizadora.
- dijo Raffaele como si nada. -En tres semanas - contestó el conde.
Kate se alejó para ver su rostro. -Entonces mañana mismo acompañaré a Kate a elegir el
-No, me niego a ser una mantenida - declaró. vestido - manifestó Bianca sacando una libreta de su
bolso. - ¿Algún diseñador en particular, cara? - preguntó
El conde sonrió. la mujer.
-Puedo ayudarte a vender tus cuadros si quieres. -No, solo quiero un vestido sencillo - respondió la joven
encogiéndose de hombros.
-No quiero tu ayuda, me encargaré yo misma de mis
cuadros - decidió la joven. - ¿Cuántas personas asistirán a la boda? - le preguntó la
mujer a la pareja.
-Bien, como quieras, si necesitas ayuda solo dímelo -
expuso él antes de besarla suavemente. -Aún no lo hemos decidido - dijo Raffaele. - Pero
aproximadamente quinientos invitados.
Cuando dejaron de besarse, Raffaele alzó la mirada hacia
la puerta y sonrió al ver a la organizadora de bodas. Kate abrió los ojos con asombro. Ella solo invitaría a su
familia y a Sarah. ¿Porque tantos invitados? ¿A quién
- ¡Raffaele, querido! - exclamó la mujer dirigiéndose diablos invitaría Raffaele?
hacia la pareja.
- ¿Dónde se realizará la boda?
-Bianca - dijo él conde poniéndose de pie para saludarla.
-Por supuesto que en mi villa en la Toscana - manifestó el
-Esta jovencita debe ser tu prometida - comentó la mujer conde.
sonriéndole a Kate.
- ¿Qué hay de mi familia? - cuestionó la rubia. - ¿Planeas Después de intercambiar los números de teléfono, la
hacerlos a un lado? pareja se despidió de la organizadora de bodas, y
subieron a la limusina que los esperaba fuera de la
-No, por supuesto que no. Viajarán a Italia en mi jet cafetería.
privado - aseguró Raffaele.
- ¿A quién planeas invitar a nuestra boda? - cuestionó
-Ni siquiera lo has consultado conmigo - le reclamó Kate. Kate.
-Creí que no te opondrías - repuso Raffaele. -Socios, ministros, familiares... - comenzó a nombrar el
-Maravilloso, si hasta discuten como matrimonio - conde.
comentó la organizadora de bodas con una sonrisa. - ¿Qué hay de tus amigos? - preguntó la joven al no
Kate rodó los ojos. escucharlo decir en ningún momento que invitaría a sus
amigos.
-El jueves los citaré a un restaurante para que elijan el
banquete y la torta - expuso Bianca. -No tengo amigos - repuso Raffaele.

-Aún tenemos que discutir sobre a quién invitaremos a la - ¿Porque no tienes amigos? - interrogó Kate curiosa, su
boda - señaló Kate. futuro esposo era un completo desconocido para ella.

-Cara, por eso no te preocupes, con la posición social de -No tengo amigos - admitió Raffaele, y luego dijo. - Me
Raffaele deben ser muy importantes ¿O me equívoco? - crie en la villa de mis abuelos, jamás fui a la escuela,
le preguntó la mujer al conde. tenía profesores particulares. A los dieciocho años recibí
el título de conde, y estudié administración de empresas
-Kate tiene razón, mañana a primera hora te enviaré una en la universidad de Milán. Mis compañeros e incluso
lista de los invitados - expuso el conde entrelazando sus mis profesores querían ser vistos conmigo sólo por el
dedos con los de la rubia. hecho de ser conde, desde entonces opté por no tener
-Me parece perfecto, ¿Ya han pensado algo sobre el estilo amigos.
de la fiesta? -Lo siento - murmuró Kate.
-Aún no hemos decidido nada - repuso la joven - ¿Porque lo sientes, piccolina?
encogiéndose de hombros.
-Te debes sentir muy solo - argumentó la joven
-Bien, dame tu número de teléfono, querida. Les enviaré refugiándose entre los brazos de Raffaele.
algunas fotos para que decidan lo que quieren.
-Ya no tengo que preocuparme por eso, ahora te tengo a
ti, cara - repuso el conde besándola.
Kate llevó su mano a la nuca de Raffaele para -Mi vida está en Londres - decretó la joven.
profundizar el beso.
-Y la mía en Italia - la secundó el conde.
El teléfono de la joven vibró interrumpiendo el beso.
-Este matrimonio es una mala idea, Raffaele - aseguró
Kate desbloqueó la pantalla y una serie de imágenes Kate. - No somos compatibles en nada.
aparecieron.
- ¿Te estás arrepintiendo? - cuestionó el italiano en tono
"Elijan el estilo de boda que más les acomode, yo hago la de burla.
magia, nos vemos mañana condesa, buona notte
piccioncine (Tortolitos)" -Sí, lo estoy haciendo - repuso la joven.

- ¿Cuál te gusta más? - preguntó Raffaele revisando las -No puedes arrepentirte ahora, Kate. Este matrimonio es
imágenes en su IPhone. beneficioso para ambos en todos los sentidos - argumentó
el conde.
-No lo sé, ¿qué opinas de ésta? - preguntó la rubia
mostrándole la imagen desde su teléfono. -No me iré a Italia - insistió la joven.

-Si a ti te gusta, por mi está bien - repuso el conde. -Podemos pasar una temporada en Italia, y otra aquí en
Londres - manifestó Raffaele con calma.
- ¿Que haremos luego de la boda? - preguntó Kate
bloqueando la pantalla de su teléfono. -Raffaele... - comenzó a replicar Kate, pero el conde la
jaló hacia sus brazos y la besó hasta quitarle el aliento. -
-Luego de la boda nos iremos de luna de miel, y después No es justo - murmuró contra los labios de él.
de eso nos mudaremos a mi villa en la Toscana - expuso
Raffaele rodeándole los hombros con su brazo para -La vida no es justa, amore mio - repuso Raffaele antes
abrazarla. de volver apoderarse de sus labios.

-No puedo irme como si nada a Italia, tengo una vida aquí La limusina se detuvo frente al edificio dónde vivía la
en Londres - expuso la rubia molesta. rubia.

-Compraré una mansión para que nos quedemos cuando -Nos vemos el jueves, piccolina - se despidió Raffaele
viajemos - dijo el conde. besándola por última vez.

-No puedes tomar ese tipo de decisiones sin antes ******


consultármelo - gruñó Kate alejándose de Raffaele. El jueves al medio día Kate regresó al trabajo, había
-Lo estamos hablando ahora - replicó Raffaele. salido a tomar un café con Sarah, la pelirroja se mudaría a
Nueva York con su novio, y había renunciado a la
galería. Además, con ayuda de Raffaele expondría sus -Y nadie jamás tiene que enterarse - gruñó su jefa.
cuadros en Nueva York, e inevitablemente sintió celos.
- ¿Porque me dices todo esto? - preguntó la joven
Recordó la vez en que lo vio llevarle flores a Sarah frunciendo el ceño.
cuando estaba en el hospital, Raffaele había estado
interesado en su mejor amiga, y no podía negarlo. Había -Estás despedida, Katherine. Ya no me sirves, Emily
sido la segunda opción, y eso la enfadaba, pero a fin de tomará tu lugar de ahora en adelante - expuso Heidi.
cuentas era ella la que iba a casarse con Raffaele, y no - ¿Esto es por mi boda con Raffaele?
Sarah.
-Puedes quedarte con tu estúpido conde, a fin de cuentas,
Cuando entró en su despacho se encontró a Heidi. lo único que me interesaba de él era su colección -
- ¿Qué ocurre? - preguntó Kate al ver a su jefa sentada en manifestó la directora de la galería despectivamente.
su escritorio. -Necesito el trabajo - dijo Kate presa del pánico.
-Condesa Di Santi - se mofó Heidi. - ¿Dónde estabas, -No seas tonta, Kate. El conde te lo dará todo - repuso su
Katherine? jefa mientras se dirigía a la puerta. - Recoge todas tus
-Salí a tomar un café con Sarah - admitió la rubia. cosas, quiero la oficina limpia en dos horas - decretó
antes de marcharse.
-Esa otra traidora, se merece todo lo que le paso - dijo
Heidi con odio. - La muy estúpida renunció y ahora
expondrá sus cuadros en Nueva York. Todo por culpa de
tu querido conde.
- ¿Y yo que tengo que ver con eso? - cuestionó Kate
alzando una ceja.
- ¡Todo! - exclamó la directora de la galería poniéndose
de pie. - Vas a marcharte a Italia con Raffaele ¿cierto? -
la rubia no alcanzó a responder, porque Heidi siguió
hablando. - Después de todo lo que he hecho por ti, vas a
irte. Miles de personas han visto tus cuadros ¿Y así me
pagas?
-Nadie sabe que soy yo quién los pinta - repuso Kate con
una mueca.
-No quiero tu ayuda - repuso Kate.
CAPITULO 9 Raffaele rodó los ojos, era tan terca, que prefirió guardar
silencio hasta que llegaron al restaurante.

Kate subió a la limusina cuando esta se detuvo frente al -Te ves muy bien, piccolina - comentó el conde cuando
edificio dónde vivía. bajaron de la limusina.

-Buon pomeriggio, cara - la saludó Raffaele en italiano. Kate se sonrojó al sentir la mirada de Raffaele en su
escote, y luego en sus piernas.
Kate no respondió, se limitó a sentarse a su lado y a mirar
por la ventana. -Me alegro de que te gusté, lo escogí para ti - admitió
finalmente en voz alta.
- ¿Que ocurre, piccolina? ¿Porque me pediste que pasara
a recogerte a tu piso? - preguntó el conde con el ceño Raffaele le sonrió antes de dale la mano para guiarla al
fruncido. interior del restaurante.

-Me despidieron - murmuró Kate. - ¡Raffaele! ¡Katherine! - exclamó Bianca nada más
verlos cruzar la recepción del restaurante.
- ¿Por qué? - cuestionó Raffaele entre dientes.
-Buon pomeriggio - la saludó el conde soltando la mano
-Porqué voy a casarme contigo - expuso la rubia girando de Kate para besar ambas mejillas de la organizadora de
el rostro hacia él. bodas.
-Es absurdo que te despidan por eso - repuso Raffaele. -Sei molto bello, Raffaele. ¿É Armani? (Te ves muy
guapo. ¿Es Armani?) - manifestó Bianca tocando la
-Heidi me despidió, Raffaele. ¿Ahora qué voy a hacer? - chaqueta del conde.
preguntó Kate presa del pánico.
Odiaba no entender lo que hablaban, pero odiaba aún más
-Si lo que te preocupa es el dinero, yo me haré cargo de que la ignoraran.
todos tus gastos - dijo el conde alzando una mano para
sostener su rostro. La rubia rodó los ojos, no soportaba tanta familiaridad
entre ellos. Bianca era una mujer mayor, debería darle
-No quiero ser el tipo de esposa mantenida - gruñó la vergüenza coquetear con Raffaele, con la diferencia de
rubia apartando la mano de él. edad ella podría fácilmente ser su madre.
-Puedo ayudarte a conseguir trabajo en Italia, si lo que Kate se aclaró la garganta haciéndoles notar su presencia.
quieres es ser independiente - le ofreció Raffaele.
-Cara, luces... - dijo Bianca intentando encontrar la -A tu madre esa parte tampoco le agradaba - aseguró
palabra adecuada para describir el atuendo de la joven. - Bianca, pero guardó silencio al recibir una gélida mirada
Como futura condesa deberás elegir mejor lo que te de parte del conde.
pones - optó por decir. - Vamos, ya reservé una mesa.
-Kate lo hablaremos luego, ahora nos centraremos en
Kate detuvo a Raffaele del brazo. escoger el menú para la boda - decretó Raffaele.
- ¿Oíste lo que me dijo? - cuestionó la rubia furiosa. ******
-Bianca es un poco conservadora, ignórala, te ves Cuando subieron a la limusina, Kate estaba realmente
increíble - repuso el conde dándole un beso en los labios. molesta.
- ¿Todo bien? - preguntó Bianca cuando la pareja se le - ¿Qué te pasa? - le preguntó Raffaele.
unió.
- ¿Porque no me lo dijiste antes? - cuestionó la rubia
-Perfecto - dijo Kate forzando una sonrisa. furiosa.
-Si mi comentario anterior te molesto, lo siento cara, mi -Es obvio, ibas a enfadarte.
intención no era incomodarte - manifestó honestamente la
organizadora de bodas. - Solo quiero lo mejor para Raffaele alzó una mano para apartarle un mechón, pero
Raffaele, y definitivamente tú lo eres. Lamentable ahora Kate quito su mano.
tendrás que seguir un estructurado protocolo, no sé si -No me extraña que Heidi me despidiera - dijo la rubia
Raffaele te lo ha dicho. rodando los ojos. - ¿Le pediste que lo hiciera?
Kate observó de reojo a su futuro marido. - ¿Porque crees eso? - cuestionó el conde ahora enfadado
-Aún no lo hemos hablado - repuso el conde entre porque Kate creía eso de él.
dientes. - ¡Querías que me fuera a Italia contigo, y acabo de
- ¿Que protocolo, Raffaele? - cuestionó la rubia. enterarme que una vez que nos casemos no podré trabajar
ni hacer ciertas cosas! - exclamó Kate.
-No puedes trabajar, no puedes usar faldas o vestidos
arriba de la rodilla. No puedes votar, ni comer mariscos... -Baja la voz, el chofer está del otro lado del cristal.
¿Quieres que continúe? - ¡Me da igual! - gritó la rubia. - ¡No tienes ningún
- ¿No puedo trabajar? - preguntó Kate molesta. derecho a prohibirme nada!
Raffaele la jaló a sus brazos, la besó para callarla.
Kate protestó contra sus labios, e intentó morderlo, pero Kate abrió la boca permitiéndole el paso a su lengua, y le
el conde invadió su boca en un beso desesperado. devolvió el beso con fervor, mientras movía las caderas
encima de él.
-Te odio, Raffaele Di Santi - murmuró la joven contra los
labios de Raffaele, respirando agitada. El conde cubrió uno de los senos de Kate con su mano, y
murmuró algo en italiano que ella no comprendió.
-Pues yo no, Katherine Phillips, futura condesa Di Santi -
replicó el italiano. -Raffa... - gimió la rubia cuando él le bajó el vestido de
modo que sus senos quedaron expuestos a sus caricias.
-Debiste buscarte a otra mujer - manifestó Kate.
-Mi fai impazzire di desiderio, piccolo fiore (Me vuelves
-Porque conformarme con otra, cuando te tengo a ti - loco de deseo, pequeña florcita) - dijo el conde antes de
expuso Raffaele sentándola a horcajadas arriba de él. cubrir con su boca uno de los rosados pezones.
- ¿Qué me dices de Sarah? - preguntó la rubia Kate se movió impaciente encima de él, excitándolo tanto
sosteniendo la barbilla de Raffaele. como él a ella.
- ¿Que con Sarah? -Jamás tengo sexo en mis limusinas, pero haré la
-Le conseguiste trabajo en Nueva York - señaló Kate excepción está noche - declaró Raffaele llevando una de
celosa. sus manos a las bragas de ella para apartarlas y comenzar
a acariciar su vagina.
- ¿Y?
Kate se aferró a los hombros del conde cuando deslizó un
-Es mi mejor amiga, y a ti te gusta - declaró ahora dedo en su interior.
enfadada.
-Estás tan húmeda, cara - murmuró Raffaele contra su
- ¿Estás celosa, piccolina? pezón.
-No - mintió la joven moviendo las caderas de modo que La rubia arqueó la espalda y gimió cuando agregó un
se frotó contra su miembro. segundo dedo.
-Me gustaba, pasado. Ahora a la única que deseo es a ti - -Raffa... - gritó Kate cuando el conde movió los dedos en
admitió Raffaele sujetando sus caderas. su interior, masturbándola.
- ¿De verdad me deseas? - cuestionó Kate robándole un - ¿Te gusta, piccolina? - preguntó el italiano cuando sus
beso. miradas se encontraron.
-Sí, piccolina. Te deseo enormemente - declaró Raffaele -Sí - gimió la joven moviendo las caderas a lo largo de
frotándose con ella antes de besarla. sus dedos.
Raffaele sonrió antes de inclinarse hacia delante para - ¿Che succede? ¿Come sta la nonna? ¿Ti è successo
capturar sus labios y besarla con pasión. qualcosa? (¿Qué pasa? ¿Cómo está la abuela? ¿Le pasó
algo?) - preguntó Raffaele alarmado.
Kate poco a poco fue deslizando sus manos por encima
de la camisa del conde, y sonrió cuando lo sintió -Tua nonna sta bene (Tu abuela está bien) - dijo su
estremecerse. abuelo.
El italiano ahogó un gemido al sentir las manos de la -Kate - protestó Raffaele sintiendo la mano de la rubia
rubia sobre su piel, cuando comenzó a desabrochar su acariciando su pene.
camisa.
- ¿È un brutto momento? ¿Sei con la tua fidanzata? (¿Es
-Eres perfecto - murmuró Kate contra su boca mientras un mal momento? ¿Estás con tu prometida?) - preguntó el
acariciaba su trabajado abdomen. marqués Di Santi.
-Esto es perfecto - repuso Raffaele moviendo sus dedos -Sì, sono con lei. (Sí, estoy con ella)
más rápido, llevándola al borde del orgasmo.
-Mi piacerebbe incontrarti (Me encantaría conocerla) -
-Sí - gimió la rubia llevando sus manos ahora a la expuso su abuelo.
cremallera del pantalón del conde.
-Lo farai, il giorno del matrimonio (Lo harás, el día de la
-Kate - gimió él al sentir sus dedos rodear su miembro. boda) - repuso Raffaele retirando los dedos del interior de
Kate, sonrió al sentirla estremecerse.
La rubia lo besó mientras acariciaba su bien dotada
longitud. - ¡Oh! - murmuró la joven al verlo llevarse los dedos a la
boca.
- ¡Dios! - gritó la rubia sintiendo los primeros temblores
en su cuerpo. -Delizioso - dijo el conde con su acento italiano bien
marcado.
Raffaele movió sus dedos rápidamente en su interior
sintiendo como las paredes de su sexo lo apretaban. Kate se inclinó hacia delante para besarlo.
El teléfono del conde comenzó a vibrar al interior de su - ¿Raffaele, estás ahí? - cuestionó su abuelo en inglés.
chaqueta, y Raffaele con su mano libre contestó.
-Lo estoy - repuso Raffaele dejando de besar a la joven.
-Conde Di Santi - dijo con voz ronca.
-Necesito que viajes a Milán, hubo un problema con la
-Ciao, Raffaele - saludó su abuelo del otro lado del exportación a China - manifestó el marqués.
teléfono.
- ¿No puedes ir tú? - cuestionó el joven italiano.
-No - repuso su abuelo. - No puedo dejar sola a tu abuela.
Raffaele bufo.
- ¿Cuándo se supone que debo encargarme de eso?
CAPITULO 10
-Mañana mismo - declaró el marqués.
-Está bien - gruñó Raffaele, su abuelo había arruinado su
noche. Raffaele apenas le había dado diez minutos para que
preparara una maleta con su ropa. Y ahora se encontraba
-Nos vemos, Raffaele - se despidió el anciano antes de en su jet privado camino a Milán.
colgar.
-Explícame eso del protocolo - habló Kate cuando
- ¿Qué ocurre? - preguntó Kate. Raffaele dejó de leer unos papeles que sacó de su
maletín.
-Tendremos que dejar esto para después, debo viajar a
Italia - expuso Raffaele apartando la mano de la rubia de -Kate, es mejor que descanses - repuso el conde.
su miembro.
-Raffaele, dime de que se trata - objetó la joven.
- ¿Que paso? - interrogó ella.
-Está bien - aceptó finalmente él soltando un bufido nada
-Hubo un problema con la exportación de unos vinos - decoroso. - No puedes trabajar, está prohibido que las
dijo el conde encogiéndose de hombros. mujeres trabajen.
Kate ajustó su ropa, y cuando iba a alejarse de Raffaele, -Eso es machismo - señaló Kate claramente molesta.
él la detuvo.
-Llámalo como quieras, yo no lo inventé.
-Te llevaré conmigo a Italia - declaró el conde besándola
en los labios para ahogar cualquier posible protesta. La rubia rodó los ojos.
-No podemos comer mariscos, ¿La razón? Evitar a toda
costa una intoxicación - expuso Raffaele.
- ¿Eso también va para ti? - cuestionó Kate.
El conde asintió antes de continuar.
-No podemos votar, está prohibido. Nada de política,
debemos mantenernos neutrales en ese aspecto - Raffaele
hizo una pausa esperando alguna intromisión, pero Kate
se mantuvo en silencio. - Cuando tengamos hijos no -Kate por última vez, vuelve a tu asiento - dijo Raffaele
podemos viajar junto a ellos. cerrando los ojos mientras intentaba controlar su
respiración.
- ¿Porque no? - interrogó la joven.
La joven acercó sus labios a los de él y lo besó. El conde
-Si viajamos juntos y ocurre un accidente, no habrá nadie la estrechó fuertemente entre sus brazos mientras su
que herede nuestro título - señaló el conde apartando la lengua invadía la boca de ella.
mirada.
Las manos de la rubia se deslizaron por encima de su
Kate se quitó el cinturón de seguridad y se puso de pie. camisa, y cuando comenzó a desabrochar los botones,
- ¡Vuelve a tu asiento, Katherine! - gritó Raffaele. Raffaele la detuvo.

La joven lo observó un par de segundos, su respiración se -Suficiente, vuelve a tu asiento, Kate - demandó el conde
había acelerado y sus manos apretaban con fuerza el ahora autoritario.
asiento. Kate contuvo el aliento, y se maldijo por no Kate lo miró a los ojos, vio la preocupación y el pánico
haberlo sospechado antes, Raffaele temía viajar en avión reflejados en sus hermosos ojos azules.
debido al accidente de sus padres.
-Está bien, volveré a mi asiento - decidió finalmente la
-Raffaele... - comenzó a decir la joven. joven.
- ¡Siéntate, Kate! - gritó Raffaele con la respiración Dos minutos después Raffaele sacaba su laptop para
agitada. concentrarse en el trabajo, odiaba viajar en avión, esto le
Miles de emociones experimento Kate en una fracción de recordaba la muerte de sus padres, y Kate lo había
segundos, y no dudo ni un segundo en arrojarse a los desafiado quitándose el cinturón de seguridad.
brazos del conde. A medida que los minutos pasaban la rubia fue cerrando
-Katherine - gruñó Raffaele envolviéndola entre sus los ojos hasta quedarse profundamente dormida.
brazos. - Por favor vuelve a tu asiento. ******
-No - protestó la joven sujetando su barbilla. - Le temes a -Piccolina, despierta - susurró Raffaele en su oído.
los aviones ¿Cierto?
Kate se removió en el asiento, pero no despertó.
-Kat...
-Piccolina.
-Por el protocolo tú no estabas en el avión de tus padres
cuando murieron, eras su heredero - señaló Kate. -Mamá no quiero ir a la escuela - murmuró Kate.
Raffaele no pudo evitar reír. -Lady Katherine - saludó ahora a la rubia asintiendo
levemente.
-Kate - dijo ahora el conde tocando suavemente su
hombro para despertarla. Kate forzó una sonrisa. La asistente personal de Raffaele,
era alta, delgada y morena, una verdadera belleza italiana.
-Quiero seguir durmiendo - gruñó la joven cubriéndose el
rostro con una manta, ni siquiera se había dado cuenta -Daniela se encargará de acompañarte mientras me hago
cuando Raffaele la había tapado horas atrás. cargo del problema con la exportación de los vinos -
manifestó Raffaele dándole la mano para llevarla hasta la
El conde soltó un bufido, no le dejaba otra opción. Le limusina.
desabrochó el cinturón de seguridad y la cargó en brazos.
Kate frunció el ceño cuando la asistente subió con ellos a
- ¿Qué ocurre? - preguntó Kate con voz somnolienta la limusina.
cuando bajaron del jet privado. - ¿Raffaele?
- ¿Tienes el informe que te pedí? - le preguntó el conde a
-Llegamos a Milán - expuso él caminando hacia la Daniela.
limusina.
-Sí, señor Di Santi - respondió la joven entregándole la
La rubia se removió en sus brazos y cuando alzó la carpeta que tenía en sus manos.
mirada, se sonrojó al notar que un grupo de personas los
observaban. - ¿Algún otro problema? - cuestionó Raffaele.
-Bájame, Raffaele - le pidió Kate. -No, señor.
-Como quieras - repuso el conde dejándola en el suelo. - ¿A dónde vamos, Raffaele? - preguntó Kate mirando
por la ventana.
Kate observó al grupo de personas, se trataba de seis
hombres vestidos completamente de negro y de una -Necesito ir a mi oficina, mientras tanto Daniela te llevara
mujer joven vestida formalmente. de compras. Esta noche cenaré con unos socios, y quiero
que vengas conmigo, piccolina.
-Ellos son mi equipo de seguridad - le informó Raffaele
señalando a los hombres. - Y ella es Daniela, mi asistente -No quiero que me compres cosas, Raffaele - protestó
personal - agregó señalando a la joven. Kate girando su rostro hacia él.
-Buongiorno Conde Di Santi - dijo la asistente. -Necesitarás ropa nueva, cuando regresemos de la luna de
miel asistiremos a muchos eventos - expuso el conde.
-Buongiorno - contestó el conde.
Kate soltó un bufido.
-Daniela para mañana quiero una lista de mansiones en
Londres que estén en venta - le dijo Raffaele a su
asistenta.
-Como usted ordene, señor - contestó la joven.
Minutos después la limusina se detuvo frente a un CAPITULO 11
edificio muy moderno.

Raffaele se apartó de Kate para quitarse los pantalones y


buscar un preservativo en la mesita de noche.
La rubia respiraba de manera agitada, cuando el conde
volvió a posicionarse entre sus piernas.
Ni siquiera se había recuperado del orgasmo cuando
Raffaele la penetró.
Kate ahogó un gritó.
- ¿Estás bien? - le preguntó Raffaele visiblemente
preocupado.
-Sí - respondió ella envolviendo las piernas alrededor de
su cintura.
El conde la besó en los labios y continuó penetrándola
hasta que todo su miembro estuvo envuelto en el húmedo
calor de su vagina.
Kate arqueó la espalda intentando buscar una posición
cómoda, el miembro del conde era bastante grande, y le
dolía.
Raffaele retrocedió y luego volvió a entrar en ella,
llenándola completamente, repitió el movimiento unas
cuantas veces hasta que Kate se acostumbró a su tamaño.
-Tu miembro es muy grande - comentó la rubia alzando -Fue increíble - admitió la rubia sin aliento.
las caderas para recibirlo en su interior.
Raffaele apartó la cabeza de la curva de su cuello para
-Y tú eres más estrecha de lo que esperaba - repuso él mirarla a los ojos.
penetrándola con precisión. - ¿Te hago daño, piccolina?
-Mejor que increíble, amore mio - repuso él antes de
-No, en un comienzo se sentía extraño, pero ya no. Sólo besarla en los labios.
no dejes de moverte - dijo ella enterrando las uñas en sus
trabajados brazos. Kate se estremeció cuando salió de su cuerpo y se puso
de pie para ir al baño a deshacerse del preservativo,
-Tus deseos son órdenes para mí, condesa - manifestó él cuando Raffaele regresó se refugió entre sus brazos.
besándola en los labios para ahogar sus gemidos de
placer. -Nos esperan muchas noches de placer, piccolina. Éste es
solo el comienzo - manifestó él contra su cabello.
Raffaele poco a poco comenzó a aumentar el ritmo de sus
embestidas, y Kate se encontró alzando las caderas para ******
recibirlo. El único sonido en la habitación era el de sus A la mañana siguiente, Kate se despertó sola en la cama,
respiraciones agitadas y el de sus cuerpos al encontrarse. no había rastros del conde, y la cama a su lado estaba fría
- ¡Oh, Dios! - gritó Kate cuando alcanzó finalmente el por lo que supuso que se había marchado hace rato.
orgasmo. Fue avasallador, el más potente de toda su vida, Inevitablemente sonrió al recordar la noche anterior, y la
ni siquiera Frank la había hecho sentir tanto placer. manera en la que hicieron el amor.
-Así es Kate, no te contengas - dijo Raffaele entrando «No hicimos el amor, fue sólo sexo» se recordó molesta.
rápidamente en ella, buscando su propio orgasmo.
«Ojalá Frank me hubiera hecho el amor así alguna vez»,
El sexo de Kate se cerró alrededor de su miembro, se dijo resentida. Él había sido el único hombre para ella,
mientras temblaba de placer, y el grito que se escapó de hasta la noche anterior, nunca había sentido deseos de
sus labios retumbó en las paredes de la habitación. estar con otro.
Raffaele no dejó de penetrarla hasta que alcanzó el Con una mueca recordó su primera vez con Frank, tenía
orgasmo, y con un ronco gemido se corrió dentro del diecisiete años y prácticamente se sintió obligada a
preservativo. hacerlo, en ese momento no se sentía preparada para dar
Kate recorrió su trabajada espalda con las manos, ese paso en su relación, Frank era tres años mayor que
disfrutando de los espasmos de sus cuerpos al alcanzar el ella y con mucha más experiencia, había sido tan
clímax. ingenua, y a pesar de todo continuaba amándolo.
Su familia jamás lo aceptó, y fue aún peor cuando se fue Cuando la rubia abandonó la habitación se encontró a la
a vivir con él apenas cumplió los dieciocho años. Había asistente personal de Raffaele yendo de un lado a otro por
sido el momento más oscuro y difícil de su vida, vio todo la sala mientras hablaba por teléfono en italiano.
tipo de cosas, drogas, alcohol y sexo desenfrenado. Jamás
olvidaría cuando encontró a Frank en el suelo -Buongiorno, lady Katherine - la saludó la joven cuando
inconsciente, en un comienzo creyó que estaba muerto, y colgó el teléfono. - El conde me ha pedido que le haga
entró en pánico. Cuando llamó a la ambulancia apenas compañía ¿Que desea hacer?
tenía pulso, y gracias a la reanimación de las paramédicos -Primero me gustaría desayunar, me muero de hambre -
consiguieron mantenerlo con vida. Al día siguiente sus manifestó Kate.
padres la obligaron a regresar a la casa, pero se negó ya
que Frank le prometió nunca más volver a drogarse, y -Oh claro, casi lo olvido - dijo la asistente señalando
ella como una estúpida le creyó. hacia la mesa.

Kate se limpió las lágrimas que involuntariamente -Gracias - expuso la rubia dedicándole una sonrisa, se
rodaron por su rostro. Ahora ya no tenía que preocuparse había tomado la molestia de prepararle el desayuno.
por eso, Raffaele era un hombre honorable que jamás le La mujer italiana le dio la espalda y volvió a hablar por
haría lo que Frank le hizo, de eso estaba segura. teléfono, cuando terminó la llamada se acercó a Kate.
Observó la mariposa que tenía tatuada en su tobillo, y se - ¿Necesita algo más, lady Katherine? - preguntó
armó de valor para continuar. No iba a dejar que los servicialmente.
recuerdos del pasado empañaran su futuro con Raffaele.
-No gracias ¿Tú ya desayunaste?
En la mesita de noche había una rosa roja junto con una
nota. -A las seis de la mañana, señori... Lady Katherine -
repuso la joven.
"Buongiorno piccolina, tuve que salir muy temprano y no
quise despertarte, espero hayas podido dormir algo, una -Son las once de la mañana, siéntate conmigo a comer -
limusina pasara a recogerte a las dos de la tarde para dijo Kate amigablemente.
llevarte al aeropuerto, nos veremos allí, que tengas un
lindo día, il mio piccolo fiore" -No puedo comer con usted, lady Katherine...

Kate inevitablemente sonrió y se encontró releyendo la -Llámame Kate - la interrumpió la rubia.


nota. -Al conde eso no va a gustarle - murmuró la asistente.
******
-El conde no está, y no tiene por qué enterarse - repuso
Kate encogiéndose de hombros. - Siéntate a desayunar
conmigo, por favor.
-Está bien - aceptó finalmente la otra joven sintiéndose
intimidada con Kate, después de todo ella sería la esposa
del conde, y por lo tanto su jefa.
******
A las dos treinta de la tarde, la limusina de Kate se
detuvo frente al jet privado de Raffaele. CAPITULO 12
-Buon pomeriggio, cara - dijo el conde dedicándole una
sonrisa nada más verla.
Un todoterreno los esperaba cuando aterrizaron en el
- ¿A dónde vamos, Raffaele? - preguntó la rubia aeropuerto privado de los abuelos de Raffaele.
caminando hacia él.
Durante todo el trayecto hasta la villa, Kate se dedicó a
«Se ve tan apuesto» pensó Kate a medida que la distancia mirar por la ventana, el paisaje era increíble, y ansiaba
era reducida. Raffaele está vez no vestía formal, y parecía poder proyectarlo en un lienzo.
unos años más joven.
Cuando el todoterreno se detuvo, los empleados se
-A la Toscana, mis abuelos quieren conocerte antes de la apresuraron en ir a recibirlos.
boda - expuso él quitándose los lentes de sol.
-Buon pomeriggio, conte Di Santi - saludó a Raffaele un
Kate le rodeó el cuello con los brazos antes de ponerse de hombre mayor haciendo una reverencia.
puntillas para besarlo.
-Buon pomeriggio, Ernesto - dijo Raffaele asintiendo,
- ¿Quieren dar su aprobación? - cuestionó ella después de luego señaló a la rubia. - Mi prometida, Katherine.
besarlo.
-Buon pomeriggio, lady Katherine - saludó el empleado a
-Me da igual lo que digan - admitió Raffaele la rubia haciendo una reverencia. - Daniela - agregó
encogiéndose de hombros. - Nos casáremos si o si, asintiendo en dirección a la secretaria que se encontraba
piccolina. tras ellos.
- ¡Raffaele! - exclamó la marquesa cuando salió de la
mansión y lo vio.
- ¡Nonna! - dijo el conde soltando la mano de Kate para ir -Buon pomeriggio, conte - lo saludó la ama de llaves.
a su encuentro.
-Buon pomeriggio - respondió Raffaele.
-Sono così felice che tu sia qui, ragazzo (Estoy tan feliz
de que estés aquí, muchacho) - manifestó su abuela -El almuerzo está listo, marquesa - anunció la mujer antes
abrazándolo. de marcharse.

-Anche tu mi sei mancato, nonna (Yo también te extrañe, -Angelo no almorzará con nosotros, está en una reunión y
abuela) - aseguró Raffaele envolviéndola entre sus no llegará hasta la noche - expuso la marquesa.
brazos. -No debiste haberte levantado - la regañó el joven italiano
- ¿Dónde está tu prometida? - preguntó la marquesa ayudándola a tomar asiento en la cabecera de la mesa.
cuando se apartaron. -Quería verte, y conocer a tu prometida - repuso la
-Kate, piccolina. Ven aquí - dijo Raffaele dedicándole marquesa dedicándole una sonrisa a la joven.
una sonrisa para transmitirle confianza. -Después de almuerzo regresarás a la cama - sentenció
La rubia entró en pánico, no estaba preparada para esta Raffaele.
situación, ni siquiera sabía cómo saludarla. -Te preocupas demasiado por mí, Raff.
-Marquesa - expuso Kate haciendo una reverencia cuando -Por supuesto, nonna. Tu estado es delicado, pero te
estuvo frente a la abuela de Raffaele. empeñas en.…
-Bienvenida, ragazza - dijo la marquesa sonriéndole antes -Hablas igual que tu abuelo, ragazzo. ¿Cómo van los
de dar un paso al frente para abrazarla. preparativos de la boda? - manifestó la anciana.
Kate abrió los ojos sorprendida, no esperaba eso. -Bianca se hará cargo de todo - aseguró Raffaele
-Eres muy bella, Katherine. Mi nieto ha escogido bien - corriéndole la silla a Kate para que tomar asiento.
manifestó la mujer al apartarse. -Gracias - murmuró la joven.
-Gracias, marquesa. -De nada, cara - dijo Raffaele sonriéndole.
-Llámame nonna, cara - dijo la marquesa entrelazando su -Me gustaría dar mi aprobación, la boda debe ser lo más
brazo con el de ella para guiarla hacia el interior de la tradicional posible ¿Ya escogiste el vestido, Katherine?
mansión.
La rubia observó de reojo al conde, buscando ayuda.
Raffaele las siguió, mientras Daniela se marchaba con
resto de los empleados.
-Tenemos todo bajo control, nonna. Y la boda cumplirá -Deja de preocuparte, ragazzo. Puedo ir yo sola.
todas tus expectativas - declaró Raffaele.
Cuando la marquesa se retiró, Raffaele le dio la mano a
- ¿Y el vestido? ¿Ya lo escogiste, cara? - preguntó la Kate para llevarla a conocer la villa.
marquesa con ilusión.
-Mi abuelo heredó el título de marqués cuando un primo
-Bianca me acompañó a escoger el vestido, pero ninguno lejano falleció sin dejar herederos - comentó Raffaele
me gusto - confesó Kate. cuando Kate se detuvo frente a un cuadro de un hombre
vestido elegantemente.
-Perfecto, conozco a una diseñadora que estará encantada
de confeccionar tu vestido de boda - aseguró la anciana -Stefano Di Santi sexto marqués del Sacro Imperio
dedicándole una sonrisa. Romano - leyó Kate.
Kate entró en pánico, ¿Y si el vestido no le gustaba? ¿Y -Cuando mis abuelos mueran, nosotros heredaremos su
si era demasiado conservador? título, y nuestros hijos el nuestro - señaló el conde
envolviéndola entre sus brazos.
-O podrías usar el vestido de boda, de la madre de
Raffaele - propuso la marquesa. -Raffaele Di Santi octavo marqués del Sacro Imperio
Romano - se mofo la rubia alzando la mirada hacia él.
- ¡No! - exclamó el conde. - Suficiente, no queremos tu
ayuda, le diré a Daniela que contacte a un diseñador. -Katherine Di Santi octava marquesa del Sacro Imperio
Romano - expuso Raffaele antes de besarla.
- ¿Qué opinas tú, Katherine? - le preguntó la anciana a la
rubia. Kate enrolló los brazos en el cuello de Raffaele, a la vez
que él la estrechaba de las caderas para acercarla a su
-Estoy de acuerdo con Raffaele - dijo la joven. cuerpo.
-Perfecto, entonces se hará lo que ustedes deseen - repuso La rubia ahogó un gemido de placer cuando Raffaele la
la anciana aplaudiendo para que las sirvientas llevarán la recargó contra la pared a la vez que sus manos se colaban
comida. bajo su vestido.
Kate abrió los ojos impactada con tanta opulencia, desde Alguien se aclaró la garganta, y de mala gana el conde se
el mantel hasta la comida, todo era sofisticado. apartó de Kate.
-Iré a descansar - se excusó la marquesa después de -Buon pomeriggio - dijo el abuelo de Raffaele.
comer el postre.
-Buon pomeriggio, nonno - respondió el joven italiano
-Quieres que te lleve a tu cuarto, nonna - le ofreció asintiendo levemente.
Raffaele.
-Marqués... - comenzó a decir Kate completamente -Tú y ella no pueden dormir bajo el mismo techo hasta
sonrojada. que estén casados, Katherine se quedará acá haciéndole
compañía a tu abuela - sentenció el marqués.
-Buon pomeriggio, ragazza - la interrumpió el marqués.
La rubia miró de reojo a Raffaele, se veía muy molesto.
-Mi prometida, Katherine Phillips - la presentó Raffaele.
-Mañana vendré temprano a buscarla - dijo entre dientes
-Encantada de conocerlo, marqués - dijo Kate. el conde.
- ¿Qué haces aquí, nonno? - cuestionó Raffaele dándole -Daniela ira con ustedes - declaró el anciano.
la mano a la rubia.
Raffaele jaló a Kate a sus brazos y la besó tomándose el
-Aquí vivo, ragazzo - repuso el marqués encogiéndose de tiempo de recorrer sus labios.
hombros.
-Buon pomeriggio, marchese Di Santi - se despidió
-La nonna dijo que llegarías tarde - aclaró el joven Raffaele de su abuelo luego de apartarse de la rubia.
italiano. - No te esperábamos.
-Buon pomeriggio, conte Di Santi - repuso el anciano
-Decidí regresar antes de tiempo, tu nonna no está bien de observándolo dirigirse hacia la salida.
salud, intentará persuadirte de lo contrario, pero no es
cierto ¿Dónde está ahora? -Una cosa más - Raffaele se detuvo frente a la puerta, y
sobre su hombro dijo. - Si me entero de que le dices algo
-Fue a descansar - contestó Kate. a Kate...
El anciano recorrió a la rubia con la mirada, y le dijo a -Si tu abuela la aceptó, yo no tengo nada que decir, solo
Raffaele: vete, cuidaré de ella - aseguró el marqués.
-Ya conoces las reglas, ragazzo. -Buon pomeriggio, piccolina - dijo el conde por última
-Solo estábamos besándonos - gruñó el conde. vez antes de marcharse.

-Por eso mismo, sabes perfectamente que las Cuando el marqués se volteó hacia Kate, ella estaba
demostraciones de afecto en público están prohibidas - el sonrojada.
conde iba a replicar, pero su abuelo lo interrumpió. - Y lo -Ven conmigo, ragazza.
están aún más prohibidas antes del matrimonio, debes
marcharte ahora. La rubia lo siguió en silencio hasta la terraza, la vista
desde allí era increíble a esa hora de la tarde.
-Llevaré a Kate conmigo - repuso Raffaele.
- ¿Quieres vino, Katherine?
-No gracias - dijo la joven sintiéndose intimidad con la -Bien, Raffaele ha contratado a Bianca para que nos
presencia del anciano, todo él representaba autoridad. ayude con eso - expuso Kate encogiéndose de hombros.
- ¿A qué te dedicas, ragazza? - le preguntó el marqués. -Perfecto, entonces no tenemos de que preocuparnos -
repuso el hombre girando el rostro hacia Kate para
-Me licencié en bellas artes, y hasta hace unos días dedicarle una sonrisa.
trabajaba en una galería de artes en Londres - expuso CAPITULO 13
Kate.
-La madre de Raffaele también era una artista,
lamentablemente ella y mi hijo fallecieron en un Kate bajó las escaleras seguida de dos doncellas que la
accidente aéreo cuando Raffaele era un niño. marquesa había puesto a su disposición, toda esta
situación era demasiado medieval, y no sabía cómo
-Lo sé, Raffaele me lo contó. sobrellevarla, por suerte las mujeres se quedaron en el
-Me alegra mucho que Raffaele te haya conocido, nunca pasillo cuando entró al comedor.
ha traído a nadie a casa, es muy solitario y reservado. Mi -Buongiorno, piccolina - la saludó Raffaele con una
esposa me culpa de eso, he sido muy exigente con su sonrisa al verla.
educación.
-Hola - respondió Kate también sonriéndole.
-Me he dado cuenta de eso, no tiene amigos ni nada por
el estilo - aseguró la rubia. -Ven aquí - dijo Raffaele abriendo los brazos para que
fuera hacia él.
-Gabriella dice que le falta vivir más la vida, y olvidarse
de los negocios por un tiempo. La rubia se puso de puntillas para besarlo, y el conde
introdujo su lengua en la boca de ella para besarla con
- ¿Que tiene su esposa, marqués? pasión.
-Leucemia - dijo al anciano con la mirada fija en el Kate se aferró en los hombros del conde, mientras le
horizonte. - Se la detectaron hace dos años, los médicos correspondía el beso con fervor.
no pueden hacer nada, la enfermedad está muy avanzada,
y solo debemos esperar a que suceda lo inevitable. -Salgamos de aquí antes de mis abuelos nos vean - dijo
Raffaele contra su boca mientras intentaba recuperar la
-Lo siento - se lamentó Kate poniendo una mano sobre la respiración.
del anciano.
-Buongiorno - saludó de repente la marquesa, entrando al
-Gracias, cara. Lo único que quiero es hacerla feliz antes comedor.
de verla partir. ¿Cómo van los preparativos para la boda?
Raffaele dio un paso atrás, y Kate se tambaleó.
-Ciao - respondió el conde maldiciendo mentalmente, "¿Está excitado, conde?" - escribió la rubia de regreso.
tendría mucha suerte si no lo vio besando a Kate.
Raffaele le sonrió antes de responder.
-Hola marquesa - dijo la joven sonrojada.
"Tremendamente excitado, amore mio"
-Nonna - la corrigió la anciana.
Kate alzó una ceja en su dirección, e inmediatamente le
-Nonna - repitió la rubia. llegó otro mensaje.
- ¿Ya se van? - preguntó el marqués apareciendo en el "¿Que planeas hacer al respecto, piccolina?"
comedor.
La rubia lo miró y se lamió los labios sensualmente para
-Sí nos vamos, llevaré a Kate con un diseñador - expuso luego escribir:
Raffaele dándole la mano a la rubia.
"Se me ocurren muchas cosas, conde"
-Al menos deja que desayune - repuso el anciano
señalando la abundante comida que había sobre la mesa. -Daniela dile al chofer que nos deje en mi piso - le ordenó
Raffaele a su secretaria a la vez que escribía en su
-No tengo hambre - dijo Kate y se mordió el labio teléfono. - "Quiero que me lo demuestres"
inferior al ver el ceño fruncido del marqués. - Me llevaré
una manzana para el camino. - ¿Y la cita con el diseñador? - preguntó la joven italiana.

-No nos esperen a almorzar, llegaremos tarde - manifestó -Reprográmala para mañana - dijo Raffaele encogiéndose
Raffaele guiando a Kate hacia la salida. de hombros.

Cuando subieron a la limusina Daniela los esperaba -No creo que el marques esté de acuerdo con esto -
dentro. repuso la secretaria.

-Buongiorno, lady Katherine - dijo la joven asintiendo. -El marqués no tiene por qué enterarse - sentenció
Raffaele entrelazando sus dedos con los de la rubia.
-Buenos días, Daniela - respondió la rubia antes de darle
un mordisco a la manzana. Media hora después la limusina se detuvo frente al
edificio dónde Raffaele tenía su pent-house.
Pasaron unos minutos en silencio hasta que el teléfono de
Kate vibró en su bolso. Sin siquiera dirigirle la mirada a la secretaria, Kate y
Raffaele bajaron de la limusina, y de la mano se
"Que sexy manera de comer manzana, piccolina"5 dirigieron al edificio.
Kate giró su rostro hacia Raffaele y le sonrió.
En cuanto cruzaron la puerta del pent-house, la rubia se La rubia enterró las uñas en los hombros de él, y alzó las
lanzó a los brazos del conde, y Raffaele la alzó en brazos caderas para recibirlo.
para llevarla a su habitación, sin dejar de besarla.
-Sí, cara - murmuró Raffaele entrando en ella con
Kate lo atrajo hacia ella cuando la dejó en la cama, el precisión.
conde sonrió contra sus labios a la vez que comenzaba a
quitarle la ropa. Con cada embestida del conde, Kate estaba más cerca del
orgasmo.
-Raffa - gimió la rubia al sentir la mano del conde entre
sus piernas. -Por favor, ya estoy casi - gimió la rubia.

- ¿Cuáles eran esas cosas que querías hacer? - preguntó Raffaele puso una pierna de Kate en su hombro y se puso
Raffaele inclinándose para lamer sus pezones. de rodillas en la cama para penetrarla más rápido.

-Desliza tus dedos en mi interior - le ordenó Kate, y echó - ¡Sí! - gritó la rubia estremeciéndose cuando llegó al
la cabeza hacia atrás cuando el conde lo hizo. - Más orgasmo.
rápido... El conde siguió penetrándola hasta alcanzar la cima del
-Paciencia, piccolina. Tenemos todo el día - repuso placer, Kate observó su rostro mientras se corría, todo él
Raffaele acercando su boca a la vagina de ella para era hermoso, y se sintió afortunada de convertirse en su
lamerla. esposa.

Kate arqueó la espalda al sentir la lengua de Raffaele en -Ven aquí - dijo la rubia envolviéndole la cintura con sus
su clítoris, mientras la penetraba con sus dedos. piernas y halándolo a sus brazos.

- ¡Voy a correrme! - exclamó la rubia temblando. - - ¿Te hice daño? - cuestionó Raffaele aun en su interior.
¡Raffaele! - gritó incorporándose en la cama cuando el -No - respondió Kate sonriéndole. - Fue increíble.
conde se alejó.
Raffaele le sonrió antes de salir de su vagina.
-Quiero mi pene en tu interior, Katherine - repuso
Raffaele bajándose los pantalones para ponerse un - ¿A dónde vas? - cuestionó la rubia cuándo el conde se
preservativo. incorporó en la cama, aún estaba vestido.

Kate se mordió el labio inferior y volvió a recostarse en -Iré a quitarme el preservativo - dijo Raffaele poniéndose
la cama. El conde se inclinó sobre su cuerpo y la besó de pie para luego dirigirse al baño.
suavemente en los labios antes de entrar en ella. -Necesito pedir una cita con una ginecóloga - habló Kate
alzando la voz para que el conde la escuchara.
- ¿Para qué? - cuestionó él saliendo del baño ahora - ¿Dónde tienes los preservativos? - le preguntó sin dejar
completamente desnudo. de acariciar con la mano su pene.
-Anticonceptivos - dijo ella rodando los ojos. -En la mesita de noche - señaló el italiano sin aliento.
- ¿No quieres tener hijos? - preguntó Raffaele Kate se incorporó sobre el cuerpo de él para alcanzar los
acostándose a su lado. preservativos, y sonrió al leer la caja "extragrande".
-Aún no - admitió Kate sonrojándose. - ¿Qué? - cuestionó el conde sujetándola de las caderas
cuando vio la sonrisa en sus labios.
Raffaele se inclinó hacia delante para llevarse uno de los
pezones de Kate a los labios. -Eres extragrande conde Di Santi - aseguró ella
rompiendo el envoltorio plateado.
-Avísame cuando estés lista para tener hijos, odio tener
que usar preservativo cuando te hago el amor. - ¿Hay un problema con eso, piccolina? ¿Prefieres que mi
pene sea más pequeño? - cuestionó Raffaele
La rubia se quedó sin aliento al oír esas últimas palabras, incorporándose en la cama para quedar frente a frente.
había dicho hacer el amor...
-No, es del tamaño perfecto - admitió Kate envolviendo
-Sí tomo la píldora ya no necesitáremos preservativos - su miembro en el preservativo.
aseguró Kate dirigiendo sus manos al musculoso
abdomen del conde para luego ir deslizándolas de a poco Raffaele alzó las caderas para penetrarla y Kate se aferró
hasta llegar a su miembro. a sus hombros para comenzar a cabalgarlo.
-Bien, entonces mañana mismo irás a la ginecóloga -
declaró Raffaele conteniendo el aliento cuando Kate
rodeó con los dedos su pene.
-Tu abuelo va a matarnos si se entera de esto - dijo Kate
soltando una risa cuando Raffaele se llevó su otro pezón a
la boca.
-Me da igual, además estamos en el siglo veintiuno, las
personas ya no se casan vírgenes - manifestó Raffaele.
Kate se incorporó en la cama y se subió a horcajadas
arriba del conde.
- ¡Te volviste loco! - interrogó el marqués. - Vas a
arruinarlo todo asociándote con ese sujeto que no sabe
nada de vinos.
-Yo estoy a cargo ahora, nonno, y haré lo que creo
correcto - declaró Raffaele.
-Si querías asociarte con alguien debiste escoger a
Sebastien Vaultier, él está encargado de dirigir la
empresa familiar, no su estúpido hermano gemelo -
CAPITULO 14 manifestó Angelo enfadado.
-Ya tomé la decisión, nonno - aseguró el conde dando la
Era de noche cuando llegaron a la villa de los abuelos del vuelta para marcharse.
conde, en cuanto cruzaron la puerta principal apareció el -Marina vino a buscarte está tarde - expuso el marqués
marqués. logrando que Raffaele se detuviera.
-Debemos hablar, Raffaele - anunció el anciano con - ¿Que quería? - cuestionó entre dientes mientras se
seriedad. volteaba hacia su abuelo.
-Vuelvo enseguida, piccolina - le dijo Raffaele a Kate -Casarse contigo, no es eso lo que siempre ha querido -
besándola suavemente en los labios antes de seguir a su repuso el anciano soltando un bufido.
abuelo.
-No voy a casarme con ella, tú mismo dijiste que los
-Cierra la puerta, Raffaele - le ordenó el marqués cuando hombres sensatos no se casaban con sus amantes -
entró en su despacho. manifestó el conde molesto.
- ¿Qué ocurre? - cuestionó el joven italiano -Marina proviene de una famiglia prestigiosa - señaló el
obedeciéndole. anciano encogiéndose de hombros.
- ¿Porque diablos te asociaste con Benjamín Vaultier? - -Prometiste no intervenir en mis asuntos personales,
preguntó el anciano entre dientes. además me casaré con Kate - declaró Raffaele.
-Su producción de vino es buena, y es beneficioso para -Habla con Marina, no quiero que te traiga problemas en
nosotros tenerlo de aliado, crearemos una nueva marca en tu matrimonio - le aconsejó el marqués.
conjunto.
-Hablaré con ella - prometió el conde antes de abandonar
el despacho.
Gabriella sonrió al verlo entrar en el salón. -Buon pomeriggio, Raffaele - respondió la mujer
dedicándole una sonrisa.
- ¿Cenaras con nosotros, ragazzo? - preguntó la anciana
con ilusión. -Mi abuelo me comentó que fuiste a buscarme ¿Qué
quieres?
-Debo irme, tengo un asunto que atender - expuso
Raffaele acercándose a Kate. - Mañana Daniela te -No puedes casarte con esa muchachita inglesa - expuso
acompañará, yo debo viajar a Sicilia. la escultural morena.
- ¿Cuándo regresas? - preguntó la rubia. - ¿Porque no? - cuestionó Raffaele recibiendo la copa de
vino que el camarero le sirvió.
-No lo sé aún, intentaré estar aquí el domingo - dijo el
conde envolviéndola entre sus brazos. - Mañana sí o sí Marina esperó a que el camarero se marchara para hablar.
debes escoger el vestido para la boda.
-No es italiana, y no tiene ni una pizca de clase. Como es
-Entonces nos vemos el domingo, Raffaele - repuso Kate que tus abuelos permiten que continúes con esa boda,
dando un paso atrás, pero el conde la jaló de regreso a sus estás cometiendo un terrible error, Raffaele.
brazos y bajó la cabeza para besarla.
-Y según tú ¿Quién sería una esposa perfecta para mí? -
La marquesa se aclaró la garganta interrumpiéndolos. interrogó el conde con gracia.
-Nos vemos, piccolina - dijo Raffaele soltando a la rubia, - ¡Por supuesto que yo, Raffaele! - exclamó la mujer. -
luego se acercó a su abuela. - Descansa, nonna, solo Nos conocemos desde hace años, y ganarías mucho más
queda una semana para la boda, y quiero que estés a mi casándote conmigo. Además, compartimos los mismos
lado ese día. intereses.
-Por nada del mundo me perdería tu boda, vita mia. -Lo único que compartíamos era la cama, Marina. Desde
un comienzo dejé claro que no iba a casarme contigo -
-Buona notte - Raffaele la besó en la frente antes de manifestó Raffaele.
marcharse.
-Nuestros padres querían que nos casáramos - señaló ella
****** dolida.
Al día siguiente Raffaele bajó del deportivo y se dirigió a -Mis padres murieron cuando tenía diez años, Marina, no
la recepción del restaurante, el maître lo guio hasta la salga ahora con esa estupidez. ¿Fue mi abuelo quién te
mesa de Marina Lombardi, su examante. convenció de esto?
-Buon pomeriggio - saludo el conde asintiendo levemente - ¡No! - exclamó la joven siciliana molesta.
con la cabeza.
-Escúchame bien, Marina - dijo Raffaele absolutamente -Se ve bellísima - comentó el diseñador acercándose para
serio. - Lo que tú y yo teníamos era sexo, y eso se acabó. ponerle un velo. - El conde Di Santi quedara sin palabras
Voy a casarme con otra mujer. cuando la vea, lady Katherine.
-Esto no va a quedarse así - declaró Marina poniéndose -Llámame Kate - manifestó la joven, y luego preguntó. -
de pie. - Haré que te arrepientas de esta decisión, lo juró. ¿De verdad lo crees?
-Más te vale no aparecer en mi boda - le advirtió -Por supuesto, eres una mujer muy bella - aseguró el
Raffaele. diseñador sonriéndole. - Lamentablemente soy gay, cara.
- ¿O qué? ¿Me acusarás con tu abuelo? - se mofó ella. Kate se carcajeó.
-Esto no es un juego, Marina. Si me entero de que vas a -Y lamentablemente yo estoy comprometida con otro
mi boda, retirare todas mis inversiones de las empresas de hombre.
tu familia.
-Mi nueva colección de vestidos de noche que harán al
- ¡No puedes hacer eso! - gruñó la mujer. conde delirar por ti ¿Quieres probarte alguno? - preguntó
Félix.
-Por supuesto que puedo - dijo el conde dedicándole una
sonrisa antes de ponerse de pie, dejó un par de billetes La rubia iba a responder, pero la secretaria la interrumpió.
sobre la mesa y se despidió. - Buon pomeriggio, Marina.
-Aún tenemos muchas cosas que hacer, Félix. Por favor
La escultural morena lo fulminó con la mirada mientras apresúrate en empacar el vestido.
lo observaba dirigirse hacia la salida.
-Estaba hablando con Kate, no contigo, Daniela - repuso
-Me las pagarás, Raffaele, juró que me las pagarás - el diseñador. - Deja de ser tan aburrida, tienes que ser un
declaró entre dientes. poco más alegre como...
****** -Ni se te ocurra decirlo - gruñó la secretaria. - La espero
en la limusina, lady Katherine.
Kate observó su reflejo en el espejo, y sonrió, el vestido
era sencillamente hermoso. Félix soltó una risa cuando Daniela se marchó.
- ¿Qué le parece el vestido, lady Katherine? - preguntó -Paola trae uno de los vestidos para que Kate se lo
Daniela por décima vez en el día. pruebe.
-Este es el vestido que quiero para mi boda - admitió la -Que los traiga todos - decidió la rubia. - Es más, necesito
rubia sin poder apartar la mirada del espejo. que me acompañes a ir de compras, Daniela no tiene muy
buen gusto que digamos.
El diseñador aplaudió encantado con la idea. perfectamente como para saber que eso no sería
suficiente, necesitaba sentirse amada, y necesitaba amarlo
****** a él para que su matrimonio funcionara.
Kate después de un largo día de compras se estaba Cerró los ojos con fuerza e intento alejar todas esas
acostando, cuando su teléfono celular comenzó a vibrar imágenes de su cabeza, pero era inútil, aun podía sentir el
sobre la mesita de noche, su primer pensamiento fue que olor alcohol que desprendía Frank mientras entraba a la
se trataba de alguien de su familia para preguntarle sobre fuerza en ella, sus gritos habían sido silenciados por sus
los preparativos de la boda, pero no se trataba de ellos, manos.
sino que de Frank.
Esa fue la primera vez que la violó, habían discutido y
-Hola - murmuró Kate. ella iba a regresar a la casa de sus padres.
- ¿Cómo estás, nena? Se secó las lágrimas que corrían descontroladas por su
-Bien, gracias - repuso ella. rostro, y se obligó a ser fuerte, Raffaele podría no amarla,
pero jamás le haría algo así.
- ¿Que ocurre, Kat? - preguntó Frank. - Te noto extraña.
-No me pasa nada - aseguró Kate. - ¿Cómo están las
cosas en California?
-Bien, la tienda tiene muchos clientes, el próximo mes
participaré en una exposición de tatuajes, el ganador se
llevará un millón de dólares, Kat.
-Genial, seguro ganas, eres el mejor tatuador, Frank - dijo
la rubia mientras sus ojos se llenaban de lágrimas.
-Te extraño nena, ojalá estuvieras aquí conmigo.
-Debo cortar, Frank - murmuró Kate sintiendo como las
lágrimas rodaban por sus mejillas.
-Te amo, Kat - dijo Frank antes de que le cortara.
En cuanto cortó la llamada, Kate se largó a llorar.
El conde solo le ofrecía estabilidad económica, una
posición social, y sexo del bueno. Se conocía
Con cada paso que daba, Kate se armaba de valor, iba a
dejar su antigua vida atrás, y comenzaría una nueva al
lado de Raffaele. Ya nunca más sería la chica que
agachaba la cabeza y dejaba que todos hicieran lo que
quisieran con ella, cuando saliera de esa catedral lo haría
convertida en la condesa Di Santi.
-Te ves hermosa, piccolina - comento Raffaele cuando
estuvieron frente a frente en el altar.
-Cuídala, Raffaele - le advirtió Marcus estrechando su
CAPITULO 15 mano.
-Por supuesto que lo haré - prometió el conde.
Raffaele sonrió hacia la entrada de la catedral cuando vio -Te amo, Kate - murmuró su padre besándola en la frente.
a Kate caminar con su padre hacia el altar.
-Yo también, papá - dijo Kate abrazándolo.
- ¿Qué ocurre? - preguntó Marcus a su hija al sentirla
temblar. Marcus se apartó dejando solo a la pareja en el altar.
-Nada - murmuró la rubia nerviosa, todos los invitados la -Señoras y señores nos encontramos reunidos el día de
observaban caminar hacia el altar. hoy, para presenciar la unión del Conde Raffaele Di Santi
y Katherine Phillips - habló el sacerdote iniciando la
-Es normal que estés nerviosa, es el día de tu boda - ceremonia. - ¿Venís a contraer matrimonio sin ser
repuso su padre. coaccionados, libre y voluntariamente?
-Tengo miedo, papá - admitió Kate. - ¿Y si no funciona? -Sí, venimos libremente - respondió la pareja al mismo
-El matrimonio no es fácil, pequeña. Siempre habrá tiempo.
momentos buenos y malos, pero deberán resolverlo - ¿Estáis decididos a amaros y respetaros mutuamente,
juntos, de eso se trata el matrimonio. siguiendo el modo de vida propio del matrimonio,
-Haré todo lo posible para que mi matrimonio con durante toda la vida? - les preguntó.
Raffaele funcione - prometió la joven sonriéndole a su -Sí, estamos decididos.
padre.
-Así, pues, ya que queréis contraer santo matrimonio,
-Sé que lo harás, cariño - dijo Marcus dedicándole una unid vuestras manos y manifestad vuestro consentimiento
sonrisa. ante Dios y su iglesia - dijo el sacerdote.
Raffaele tomó la mano derecha de Kate. -Katherine Phillips recibe esta alianza
en señal de mi amor y fidelidad a ti.
-Raffaele Di Santi, ¿Quieres recibir a Katherine Phillips En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
como esposa, y prometes serle fiel en la salud y en la
enfermedad, amarla y respetarla todos los días de tu vida? Luego Kate hace lo mismo y dice:
-Sí, quiero - respondió el conde con mucha seguridad. -Raffaele Di Santi, recibe esta alianza
en señal de mi amor y fidelidad a ti.
-Katherine Phillips ¿Quieres recibir a Raffaele Di Santi En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
como esposo, y prometes serle fiel en la salud y en la
enfermedad, amarlo y respetarlo todos los días de tu -Por el poder que me confiere la santa iglesia, los declaro
vida? marido y mujer, puede besar a la novia - declaró
finalmente el sacerdote.
Kate tomó aire, y contestó:
Raffaele acortó la distancia que lo separaba de Kate y la
-Sí, quiero. besó, los asistentes a la boda se pusieron de pie para
-El Señor confirme con su bondad, este consentimiento aplaudir.
vuestro que habéis manifestado ante la iglesia, y os Cuando fue el momento de que la pareja de recién
otorgue su copiosa bendición. Lo que Dios ha unido, que casados abandonara la catedral, las sobrinas de Kate le
no lo separe el hombre. llevaron el velo del vestido.
El sacerdote le hizo una señal al sobrino de Kate para que -Este es solo el comienzo de nuestra vida juntos - le dijo
se acercara con los anillos. Raffaele envolviéndola entre sus brazos cuando salieron a
-El Señor bendiga estos anillos la calle y la multitud los recibió con pétalos de rosas.
que vais a entregaros uno al otro Kate acercó sus labios a los de él y lo besó frente a todos,
en señal de amor y fidelidad. sin importarle en lo más mínimo el protocolo.
-Amén - dijeron Kate y Raffaele al mismo tiempo. Los primeros en acercarse a felicitarlos fueron los
El sacerdote le entregó los anillos a la pareja para que marqueses, y luego la familia de Kate, posando todos
hicieran el intercambio. juntos frente a las cámaras.

Raffaele deslizó en el dedo anular de Kate el anillo y -Felicidades Kate - dijo Sarah abrazando a su amiga.
dijo: -Gracias Sarah.
-Felicidades Raffaele - expuso el magnate italiano
estirando su mano para que el conde la estrechara.
-Gracias por venir, Bruno - manifestó Raffaele -Felicidades, Katherine. Bienvenida a la famiglia Di Santi
estrechando su mano. - manifestó el anciano.
-Sarah me obligó - repuso el magnate encogiéndose de -Gracias, marqués.
hombros, la pelirroja lo fulminó con la mirada.
-Nonno - la corrigió él.
-Supéralo - dijo Raffaele rodando los ojos.
-Nonno - repitió la rubia sonriéndole.
-Supéralo tú - declaró Bruno.
El marqués después de bailar con ella la guio de regreso
-Bruno - le advirtió Sarah. con Raffaele.
El italiano la jalo a sus brazos y la besó suavemente en -Estoy muy orgulloso de ti, ragazzo. Espero tengas un
los labios. feliz matrimonio - le deseo el marqués a su nieto.
-Ti amo, vitta mia - murmuró él. -Gracias nonno, yo también deseo lo mismo - manifestó
Raffaele sonriéndole a Kate.
-Yo también te amo - declaró la pelirroja.
Kate observó la escena, e inevitablemente sintió celos de
ellos.
-Vamos, Kate - dijo Raffaele dándole la mano para
guiarla hasta el Rolls-Royce que los esperaba para
llevarlos a la villa de sus abuelos.
******
Raffaele envolvió a Kate entre sus brazos mientras
bailaban el vals, todas las miradas estaban puestas en
ellos.
-Luces hermosa, cara - dijo el conde besándola en los
labios.
Kate cerró los ojos y disfrutó del beso.
Cuando dejaron de besarse el marqués se acercó para
bailar con ella.
más bien porque la noche anterior, apenas durmieron una
hora.
De la mano el conde la llevó hasta el interior de la
mansión, el piso era de mármol blanco, las paredes
blancas con grandes ventanales que daban hacia la
terraza, a pocos metros estaba la playa.
-Vamos, te mostrare el resto - expuso Raffaele cuando
ella se quedó mirando con la boca abierta el mar a la
CAPITULO 16 distancia. No podía creerlo, Raffaele tenía su propia
playa.
-Esta mansión perteneció a la familia de mi madre, ella
Raffaele rodeó el deportivo para abrirle la puerta a su era siciliana. Hace tres años la remodelé, pero mantuve la
esposa cuando llegaron a su mansión en Sicilia. fachada y el piso de mármol.
Los empleados que cuidaba la mansión en su ausencia se -Todo es muy bonito - comentó la joven.
habían reunido para darles la bienvenida.
Kate miraba a su alrededor con fascinación, y no se le
-Buon pomeriggio, conte y contessa Di Santi - dijeron pasó ningún detalle, ni siquiera los cuadros que
todos a coro. adornaban las paredes.
-Buon pomeriggio también a todos ustedes - expuso el - ¿Quién lo pintó? - preguntó deteniéndose frente a un
conde entrelazando sus dedos con los de Kate. - Les cuadro que representaba los viñedos de los abuelos de
presento a mi esposa, Katherine. Espero la traten como se Raffaele, el contraste de los colores era perfecto.
merece, estaremos solo una semana aquí en Sicilia.
-Lo pintó mi madre para mi padre - respondió él
-Nos esforzaremos mucho por complacer a su esposa, señalando una esquina del lienzo y tradujo las palabras
conte Di Santi - aseguró el mayordomo. - El almuerzo se escritas en italiano. - Para que nunca olvides el lugar de
servirá a las dos, como de costumbre. Las criadas han dónde vienes, te amo con todo mi corazón. Emilia Di
preparado la suite principal, deben estar muy cansados Santi.
después del viaje.
-Eso es muy romántico - aseguró Kate. - ¿Hay más
-Sí, lo estamos - dijo Raffaele dirigiéndole una mirada a cuadros de ella?
Kate, y ella intentó ocultar una sonrisa. Por supuesto que
estaban cansados, pero no precisamente por el viaje, sino -Sí ¿Quieres verlos?
-Por supuesto - dijo Kate entusiasmada. -Sí, esa foto la tomó mi madre una semana antes de morir
- dijo el conde encogiéndose de hombros.
Raffaele sonrió y la guió hasta una de las habitaciones de
la planta alta. -Te pareces mucho a él - expuso Kate dejando la
fotografía y acercándose a su marido. - Pero tú eres
- ¡Dios mío! - exclamó la joven cuando su marido abrió mucho más guapo.
la puerta.
Raffaele sonrió y la alzó en brazos. La rubia enrolló las
Kate soltó la mano de Raffaele y comenzó a recorrer la piernas en su cintura y permitió que la llevara hasta la
habitación, cientos de cuadros cubrían las paredes, y todo habitación.
el piso estaba cubierto por una tela blanca con
salpicaduras de pintura, era el taller de un artista, de eso -Eres hermosa, esposa mía - dijo Raffaele comenzando a
no había dudas. desnudarla.
-Jamás le he mostrado esto a alguien - comentó Raffaele - ¿De verdad lo crees? - preguntó la joven cerrando los
rascándose la nunca avergonzado. A pesar del paso de los ojos al sentir los labios de Raffaele sobre uno de sus
años, la habitación permanecía igual a como estaba antes pezones.
de la muerte de sus padres, era lo único que no había
remodelado de la mansión. -Por supuesto que lo creo - aseguró él guiando las manos
a sus pantalones para quitárselos junto a las bragas.
-Esto es increíble, Raffa. Tu madre era muy talentosa -
aseguró Kate observando los cuadros que estaban -Raffa... - gimió Kate cuando el conde la besó entre las
colgados en la pared. - ¿Que dice allí? - preguntó piernas.
señalando la esquina del cuadro. -Dolce como la miele - manifestó él antes de apartarse
-Cada vez que veo el mar desde la ventana, es como para comenzar a quitarse la ropa.
mirarte a los ojos, eternamente tuya, Emilia. Kate se mordió el labio expectante, y Raffaele le sonrió al
-Tu madre era muy romántica - aseguró la rubia verla mirar su erección.
dirigiéndose a otro cuadro. - ¿Te gusta lo que ves contessa mia? - preguntó él
Raffaele la observó en silencio recorrer la habitación, estrechándola por las caderas para acercarla.
parecía muy feliz de estar allí. -Sabes que sí - repuso ella poniéndose de puntillas para
- ¿Éste es tu padre? - preguntó su esposa alzando una besarlo.
fotografía de él y su padre abordo de un yate, ambos Raffaele la recostó en la cama y recorrió su cuerpo con
sostenían una caña de pescar y sonreían a la cámara. las manos y con los labios, mientras Kate se retorcía de
placer.
-Por favor - suplicó ella alzando las caderas cuando la -No, Raffaele. Desde que llegamos hemos estado
penetró con dos dedos. encerrados en la habitación, ni siquiera bajamos a
almorzar.
- ¿Qué quieres? - preguntó su marido besándola entre las
piernas. -Estamos de luna de miel, y tienes un cuerpo maravilloso,
esposa mía. Me resulta muy difícil resistirme a tus
-A ti dentro de mí - admitió Kate. encantos - manifestó el conde jugueteando con su pezón.
Raffaele se incorporó sobre su cuerpo y la penetró -Es en serio Raffaele, no quiero que los empleados nos
lentamente, prolongando la agonía. vean así, dejemos esto para después, tenemos toda la
- ¡Sí! - exclamó la rubia cuando la lleno por completo. noche - expuso Kate sosteniendo el rostro de su marido.

El conde retrocedió para luego volver a penetrarla, y Kate -Vale, mañana te llevaré a navegar, así nadie podrá
enterró las uñas en su espalda. vernos - repuso el conde con simpleza.

****** -Jamás había visto el mar hasta hoy - admitió


avergonzada mientras se arreglaba el vestido.
Raffaele sonrió al verla salir a la terraza, llevaba un
vestido veraniego y el cabello suelto. CAPITULO 17

-No me mires así - le dijo Kate cuando la recorrió con la


mirada.
-Estás exquisita, amore mio - aseguró el conde jalándola Kate escuchó su teléfono celular sobre la mesita de
para sentarla en su regazo. noche, y sin abrir los ojos lo alcanzo.

-Tú tampoco te ves nada mal - aseguró ella besándolo en -Hola - dijo con voz somnolienta.
los labios. La verdad era que se veía muy apuesto con la -Hola, Kat - saludó Claire. - ¿Cómo estás? ¿Qué tal tu
camisa entreabierta y con los pantalones arremangados. luna de miel?
- ¿En serio? - preguntó su marido recorriendo su cuello -Bien, Raffaele es fantástico - admitió la joven
con besos hasta el valle de sus senos. incorporándose en la cama. - Tiene un yate enorme,
-Raffaele - protestó Kate cuando dejó libre uno de sus llevamos tres días navegando.
senos y se lo llevó a la boca. - Alguien podría vernos. -Qué bueno, Kat. Me alegro mucho por ti. Al parecer eres
-Entonces regresemos a la habitación - declaró él muy feliz con Raffaele.
haciendo ademán de ponerse de pie. -Sí, lo soy - admitió Kate mordiéndose el labio inferior.
-Kat, lamento mucho decir esto, pero mamá está -Buongiorno contessa - dijo Raffaele cuando la vio.
internada desde anoche, tuvo una recaída.7
-Buenos días - respondió Kate poniéndose de puntillas
- ¿Que han dicho los médicos? - preguntó la joven para besarlo en los labios.
preocupada.
Cuando iba a apartarse, Raffaele la estrechó por las
-Está estable por el momento, Josh le ha donado su caderas y profundizó el beso hasta quitarle el aliento.
sangre, pero no tenemos dinero para pagar el tratamiento,
no sé qué hacer, Kat - manifestó su hermana con -Vamos a la cama - murmuró él contra sus labios.
angustia. -Hay algo que debo hacer antes - objetó Kate dándole un
-Te dije que pagaría el tratamiento de mamá, Claire - le corto beso antes de apartarse.
recordó Kate. - ¿Qué cosa? - cuestionó su marido.
- ¿Y de dónde vas a sacar el dinero? - cuestionó su - ¿Me prestas tu laptop? - preguntó ella a su vez.
hermana mayor.
Raffaele frunció el ceño.
-Eso no importa, te transferiré el dinero, no te preocupes,
me haré cargo de todos los gastos. - ¿Para qué?

-Kat no quiero que le pidas dinero a Raffaele - sentenció -Necesito hacer algo ¿Dónde está?
Claire. El conde bufo, y le indico con la cabeza el puente de
-Raffaele se ha ofrecido a pagarlo - mintió Kate. mando.

-Está bien, pero se lo devolveremos - aceptó finalmente -Gracias, eres el mejor - manifestó la joven besándolo
Claire. rápidamente en los labios para luego apartarse.

-No es necesario - objetó la joven. Raffaele la observó dirigirse hacia el interior del yate, y
quiso seguirla para averiguar lo que tramaba, pero se
-Lo es - decidió Claire. contuvo, le daría tiempo para que se lo dijera ella misma.
-Bien, te transferiré ahora el dinero, no le comentes esto a Kate se mordió el labio inferior cuando ingreso a la
nadie, ni siquiera a papá - dijo Kate antes de que su cuenta bancaria que Raffaele abrió para ella, los treinta
hermana finalizara la llamada. millones de dólares estaban ahí, recordándole la razón de
Kate bajo de la cama y se dirigió a la cubierta del yate en su matrimonio con Raffaele.
busca de su esposo. Al igual que siempre, estaba siendo impulsiva. Se estaba
dejando llevar por la pasión y debía controlarse, su
matrimonio no era real, Raffaele no la amaba, ni ella a él, - ¿Que te gusta hacer en tu tiempo libre? - interrogó la
pero necesitaba su dinero. rubia rodeándole el cuello con los brazos cuando la cargo
en brazos hasta el sillón frente al timón.
Luego de transferir el dinero para el tratamiento de su
madre, le transfirió el dinero que le debía a Frank, -Me gusta reparar coches en mal estado y conducir mi
liberándose completamente de él. motocicleta...
"Gracias por el dinero, he tardado en devolverlo, pero - ¿Tienes una motocicleta?
finalmente lo he logrado, por favor no vuelvas a
buscarme" le escribió Kate un mensaje de texto a su ex. -Sí, la tengo.

- ¿Qué haces piccolina? - preguntó Raffaele apoyado en - ¡Genial! - exclamó la rubia. - ¿Que más te gusta hacer?
el marco de la puerta, la había sorprendido. -Viajo a Mónaco regularmente para ver las carreras de
-Nada - mintió la rubia dejando su celular sobre el coches, tengo mi propio palco y soy patrocinador de
escritorio. Ferrari.

-Pues no lo parece - repuso su marido caminando hasta Raffaele cubrió el seno de Kate con su mano y comenzó a
ella. - ¿Que estás ocultándome, Katherine? acariciar su pezón por encima de la camiseta.

-No quiero hablar de eso, Raffaele - manifestó la rubia. - -Me gustaba salir con mujeres...
¿Cuándo iremos a Londres? - ¿Te gustaba? - cuestionó la rubia frunciendo el ceño.
-Aún nos quedan un par de días aquí en Sicilia ¿Quieres -Ahora solo me interesas tú, piccolina - aseguró el conde
marcharte? ¿Ya te aburriste de mí? - dijo el conde comenzando a repartir besos por su cuello.
envolviéndola con sus brazos.
- ¿Salías con muchas mujeres? - interrogó la rubia
-No me he aburrido de ti, Raffaele. Me gusta estar echando la cabeza hacia atrás para darle mayor acceso.
contigo - admitió Kate. - Es solo que...
-No voy a hablar de eso contigo, eres mi esposa - objetó
- ¿Es solo qué? - preguntó su marido cuando guardo Raffaele.
silencio.
La rubia rodó los ojos.
-Esto no es real, somos unos cínicos, tenemos sexo, pero
más allá de la cama no nos conocemos. -Me gusta el arte, y disfruto mucho degustando vinos.
Ahora es tu turno - añadió él.
- ¿Qué quieres saber de mí, Katherine?
-Amo pintar, y en mi primer año en la universidad trabaje
en una tienda de tatuajes - confesó la rubia enseñándole la
mariposa en su tobillo. - Me hice este tatuaje a los - ¿Qué pasó con él? - interrogó su marido.
dieciocho años...
-Terminamos hace un año, recibió una oferta de trabajo
«Cuando me fui de la casa de mis padres, creyendo que en California, fin de la historia.
Frank sería el hombre de mi vida» agrego mentalmente.
- ¿Fin de la historia? ¿Así de simple?
- ¿Qué significa? - preguntó su marido recorriendo el
tatuaje con la yema de los dedos. -No voy a entrar en detalles, ya se acabó - declaró Kate.

-El cambio, la evolución... Estaba pasando un mal -Bien, supongo que debes tener hambre - dijo Raffaele
momento entonces, y eso era justo lo que necesitaba, un poniéndose de pie con ella en sus brazos.
cambio en mi vida, por eso ahora la llevo conmigo, para -Sí, muero de hambre, señor conde - expuso la rubia
recordarme que pude salir adelante a pesar de todo. besando el cuello de su marido.
- ¿Qué había sucedido? - interrogó Raffaele. -He preparado algo de café.
-Cuando tenía dieciséis conocí a un tipo en una -Genial, felicidades por ese logro - se mofó Kate
convención de arte, fue atracción inmediata, haciéndolo reír.
intercambiamos números de teléfono y me invitó a salir.
-No siempre tengo sirvientes a mi alrededor, contessa. Sé
Kate sonrió con nostalgia al recordarlo. hacer muchas cosas por mi cuenta - aseguró Raffaele
-A pesar de su apariencia de chico malo, conmigo era abriendo la puerta de su camarote.
distinto, me hacía sentir especial, como si fuera la única -Creí que desayunaríamos - comento la rubia.
mujer en el universo. No sé para qué te cuento esto, no
tiene sentido. -Sí, pero antes te haré el amor...

-Para mí si lo tiene, eres mi esposa y quiero saberlo todo


de ti - manifestó el conde besando su frente.
-Bien - dijo Kate armándose de valor para continuar con
su relato. - Cuando cumplí los dieciocho años me fui de
la casa de mis padres.
- ¿A dónde te fuiste? - la interrumpió Raffaele.
-A vivir con Frank - confesó la rubia mordiéndose el
labio inferior.
-Lo siento, cara. Debo solucionar esto - dijo el conde
besando suavemente en los labios a su esposa antes de
marcharse con el mayordomo.
Kate lo observó alejarse hasta que entraron a la mansión.
Debía acostumbrarse a este tipo de cosas, Raffaele era un
hombre ocupado, y no siempre estaría ahí para ella.
******
-Habla Raffaele Di Santi ¿Que sucedes Xavier?
-Eso deberías explicármelo tú, teníamos un acuerdo,
crearíamos una nueva marca de vinos - señaló el otro
hombre a través del teléfono.
CAPITULO 18 -Cambié de opinión, me asociaré con Benjamín Vaultier -
dijo Raffaele volteando hacia el ventanal cuando vio a
Kate deshacerse de su ropa, y lanzarse a la piscina
-De vuelta a la realidad - comentó Kate mientras desnuda.
caminaban de regreso a la mansión.
- ¿Esto es por Marina? - cuestionó Xavier.
-No es para tanto, aún nos quedan dos días - repuso el
conde envolviéndola entre sus brazos para besarla. -No, esto es por los negocios. El mercado ya no es lo
mismo de antes, hay que correr riesgos, invertir.
- ¡Conte! ¡Conte! - exclamó el mayordomo corriendo
hacia ellos. -Estoy dispuesto a correr riesgos, por favor ven a cenar a
mi casa esta noche, trae a tu esposa
-No es para tanto - repitió la rubia contra los labios de su
marido. -Está bien, iré, pero ya tomé la decisión.

- ¿Que sucede? - preguntó Raffaele apartándose de Kate. -Hablaremos de eso luego, adiós, Raffaele.

-Acaba de llamar el señor Xavier Lombardi, estaba muy Después de colgar la llamada, Raffaele se dirigió hacia la
molesto, quiere hablar urgentemente con usted - expuso puerta que daba con el patio, no podía creer que Kate se
el hombre a toda velocidad.2 estuviera bañando desnuda en la piscina.
- ¿Qué crees que haces? - le preguntó Raffaele en cuanto
la vio salir a la superficie.
-Estoy nadando - respondió Kate con simpleza. -Solo no vuelvas hacerlo - le advirtió Raffaele antes de
volver a cargarla, esta vez se dirigió hacia el interior de la
-Sal del agua ahora mismo - gruñó Raffaele. mansión.
La rubia negó con la cabeza. ******
-Sal del agua, Katherine - repitió él enfadado. Ya había anochecido, y Kate se encontraba casi lista para
-Bien - aceptó finalmente la joven estirando su brazo para la cena a la que fueron invitados esa tarde.
que la ayudara a salir. No pudo evitar sonreír cuando observó su reflejo en el
El conde rodeó su mano para jalarla fuera del agua, pero espejo, el vestido se le pegaba al cuerpo como una
Kate fue más rápida y lo atrajo hacia ella, de modo que segunda piel, se veía increíble, y estaba segura de que a
cayó al agua. Raffaele le gustaría.

Cuando Raffaele salió a la superficie Kate estaba La puerta se abrió, y volteó a observar a su marido que
nadando hacia la orilla. acaba de entrar en la habitación.

-Ven aquí - dijo Raffaele alcanzándola. -Hola - dijo Kate dedicándole una sonrisa.

La rubia sonrió contra los labios de su marido cuando sus -Explícate ahora mismo - le ordenó Raffaele enseñándole
bocas se encontraron. un papel.

-No vuelvas a bañarte aquí desnuda - le advirtió el conde - ¿Qué es? - preguntó la rubia caminando hacia él.
rodeando su cintura con los brazos de manera posesiva. -No lo sé, creí que tú podrías decírmelo - se mofó
- ¿Porque no? - preguntó Kate haciendo un camino besos Raffaele.
por su cuello. - En el yate no parecía molestarte que Kate le arrebató el papel y comenzó a leer lo que decía,
anduviera desnuda. eran las copias de las transferencias de dinero que hizo
-En el yate estábamos solos, aquí los empleados pueden dos días antes.
verte - repuso el conde alzándola en brazos para luego -Yo... - comenzó a decir la rubia.
salir de la piscina.
- ¿Porque diablos le has transferido dinero a tu ex? -
Raffaele la dejo en el suelo y la envolvió con una toalla. cuestionó el conde enfadado.
-No creí que ibas a enfadarte - comentó la rubia. -Se lo debía - admitió Kate.
- ¿De qué?
-Raffaele... - protestó la joven. Ni siquiera tuvieron que tocar el timbre, la puerta se abrió
ante ellos, una de las criadas los esperaba.
-Siempre me dices que quieres que nos conozcamos más,
que quieres saber más de mí, pero ¿Qué hay de ti, -Buona notte conte Di Santi - saludó la joven.
Katherine? Realmente me estoy esforzando para que esto
funcione, y tú no estás poniendo de tu parte. - ¡Raffaele! - exclamó Marina desde el salón principal.

- ¡Mi madre tiene cáncer! - exclamó la rubia. - Hace dos -Permítame su abrigo, contessa - dijo la criada.
años, le pedí dinero a Frank para uno de los tratamientos, Los tacones de Marina resonaban en el piso de mármol
los médicos dijeron que había esperanzas, pero no mientras se dirigía hacia el recibidor.
funcionó.
- ¡Ciao, Raffaele! - exclamó la morena tomándose el
La rubia se largó a llorar y Raffaele la envolvió entre sus atrevimiento de abrazar al conde y besar sus mejillas.
brazos.
-Marina - le advirtió Raffaele entre dientes.
-Lo siento, cara.
-Esta lindura debe ser Katherine, tu esposa - comentó
-Poco después de conocerte, y yo haber rechazado tu señalando a Kate. - Es adorable.
propuesta de matrimonio, Claire me llamó, mamá tuvo
una recaída y necesitábamos dinero - Kate lo abrazo. - Lo
siento, Raffaele, pero la principal razón para aceptar este CAPITULO 19
matrimonio fue mi familia.
-Yo acepte casarme solo por la nonna, está muy enferma
y lo único que ella quería era que me casara. Tienes que Habían pasado dos semanas desde que Kate le confesó a
confiar en mí, Kate - dijo Raffaele secándole las lágrimas Raffaele que lo quería, y se prometió a sí misma no
con su pulgar. volver a revelar sus sentimientos por miedo a que él no
sintiera lo mismo por ella.
-Lo haré, confiaré en ti - prometió la rubia acercando sus
labios a los de él para besarlo. Con el paso de los días se dio cuenta de su nueva
realidad, y que todo lo que habían vivido hasta el término
****** de su luna de miel era nada más que una ilusión.
Raffaele ayudó a su esposa a bajar del coche, y luego le En cuanto llegaron a la villa de Raffaele en la Toscana,
envolvió la cintura con su brazo mientras se dirigieran todo cambió. Él se marchó a Milán dejándola sola, con un
hacia la puerta principal de la mansión Lombardi. montón de empleados dispuestos hacer lo que ella les
ordenase. Había visto a Raffaele sólo una vez en esas dos
semanas, y fue simplemente porque sus abuelos los - ¡Entonces quédate con tu estúpido trabajo! - gritó Kate
visitaron. molesta.
Nunca en su vida se había sentido tan sola, no tenía a su -Estás siendo ridícula - dijo Raffaele dirigiéndose al
familia y amigos cerca, y tampoco hablaba italiano, cuarto de baño.
además las empleadas parecían tenerle miedo.
La rubia maldijo una y otra vez, hasta que consiguió
La puerta de la habitación se abrió y Kate se volteó a ver serenarse. Esa noche darían una fiesta, de otro modo
de quién se trataba. Raffaele no se habría presentado.
-Ciao - saludó su marido. - ¿Ya estás más calmada? - cuestionó su marido cuando
salió del baño, llevaba una toalla alrededor de la cintura y
-Hola - contestó Kate distante. las gotas de agua rodaban por su torso desnudo.
-Lo siento, no he podido llegar antes, tuve un problema -Hablaremos de esto cuando termine la fiesta, hay algo
de último minuto - se excusó Raffaele caminando hasta que debo decirte - declaró Kate apartando la mirada de su
ella. perfecto cuerpo.
-No - dijo la joven cuando intentó besarla. - ¿De qué se trata?
- ¿Qué ocurre? - preguntó el conde frunciendo el ceño. -Te lo diré luego - repuso la rubia caminando hasta la
-Ocurren muchas cosas, Raffaele. Solo te he visto una puerta.
vez en las últimas dos semanas, no esperes que te reciba ******
con un beso ni con las piernas abiertas.
Esa noche sería por última vez la perfecta anfitriona que
-He estado bastante ocupado creando la nueva marca de Raffaele quería para sus fiestas, ya estaba harta, quería
vinos, lo siento, te lo compensaré - manifestó él. regresar a su piso alquilado, y ver a su familia.
Kate dio un paso atrás. -Basta, ésta ya es la cuarta copa de champán - dijo
-No quiero joyas, no quiero vestidos, no quiero más Raffaele a su lado arrebatándole la copa de las manos.
dinero, quiero un marido de verdad. -Me da igual, no trates de controlarme - contestó la rubia
-Soy real, Katherine - repuso Raffaele rodando los ojos. entre dientes.

- ¿En serio? - se mofó la rubia. - Pues últimamente no me Raffaele dejó la copa sobre una bandeja, y luego la
he dado cuenta, nunca estás en casa. envolvió entre sus brazos.

-Estoy ocupado con mi trabajo. -Kate, por favor, ya no discutamos más.


-Déjame en paz, Raffaele. Ve a compartir con tus -A Raffaele no le interesas, de lo contrario se habría
invitados - manifestó la rubia antes de apartarse de él. casado contigo, y no conmigo - expuso la rubia
dedicándole una sonrisa.
Raffaele bufo y se dio la vuelta para regresar con los
invitados. -Yo no estaría tan segura, Katherine. Raffaele y yo hemos
estado juntos en Milán - declaró Marina sonriendo con
Kate lo observaba a la distancia, y de vez en cuando sus superioridad. - Tienes razón no me quería como su
miradas se encontraban, pero ella la apartaba primero. esposa, pero me sigue queriendo en su cama.
-Ciao, Katherine - comentó Marina Lombardi tras la -Eso no es cierto - gruñó Kate.
rubia.
-Lo es, habla con él - dijo Marina señalando tras ella.
-Para ti soy la contessa Di Santi - repuso Kate sin voltear.
La rubia volteó y se encontró con Raffaele.
-No lo serás por mucho tiempo, cara - expuso Marina con
voz cargada de veneno. - Debemos hablar. -Kate... - comenzó a decir el conde.
-Está es mi casa, y yo decido si quiero o no hablar La joven lo ignoró, paso junto a él y entró en la mansión.
contigo - declaró la rubia.
- ¿Qué? - preguntó Marina con inocencia.
-Te espero en la terraza, contessa - dijo la ex de Raffaele
antes de marcharse. -Deja en paz a Kate, no tenías por qué decirle lo de
Milán.
Kate maldijo mentalmente a Raffaele por ponerla en esta
situación, ahora tendría que ir a ver que quería Marina, de -Sólo le dije la verdad - repuso la morena encogiéndose
lo contrario creería que es una cobarde. de hombros.

- ¿Qué quieres Marina? - preguntó Kate cuando salió a la -Deja de mentir, no estábamos juntos en Milán, solo nos
terraza y se encontró con la exuberante morena. vimos porque tú padre es mi socio - declaró el conde
entre dientes.
-Debo admitirlo, eres más guapa de lo que esperaba -
reconoció la mujer siciliana recorriéndola con la mirada. - - ¡Maldito seas Raffaele! - exclamó Marina enfurecida. -
No me lo estás poniendo nada fácil, Katie. ¿Porque tuviste que escogerla a ella?

-La única fácil eres tú, deja de coquetearle a mi marido. -Kate es justo lo que necesito - dijo Raffaele dando la
vuelta para luego entrar en la mansión.
-Escúchame bien, Katherine - dijo Marina caminando
hasta quedar frente a frente. - Voy a recuperar a Raffaele ******
cueste lo que me cueste.
- ¿Qué diablos te pasa? - cuestionó el conde en cuanto - ¿Le vas a creer a ella, en vez de a mí que soy tu marido?
entró a la habitación que compartía con su esposa. - cuestionó Raffaele incrédulo.
- ¡Estoy harta de todo esto! - gritó Kate. La rubia no respondió, salió de la habitación dando un
portazo y Raffaele fue tras ella.
-Me dejaste sólo con los invitados - gruñó Raffaele.
- ¡Te hice una pregunta, Katherine! - dijo el conde
-No me importa en lo más mínimos, eran tus invitados, agarrando su brazo para detenerla.
no míos - repuso la rubia.
-Suéltame, Raffaele - dijo Kate entre dientes observando
Raffaele se acercó a ella, pero la rubia retrocedió. la mano del conde en su brazo.
-Ni se te ocurra tocarme - le advirtió Kate cuando éste -Soy tu marido, Kate. Tienes que confiar en mí -
alzó una mano hacia ella. manifestó Raffaele soltándola como si su contacto lo
-Por favor, piccolina. Arreglemos esto - dijo el conde con quemara.
voz cansada. -Este matrimonio definitivamente fue mala idea - admitió
-Ya no hay nada que arreglar, mañana regreso a Londres la rubia antes de encerrarse en una de las habitaciones
- expuso la rubia. para huéspedes

-No puedes irte. ******

-Voy a irme, Raffaele. Te guste o no, voy a irme - declaró A la mañana siguiente, Kate abrió los ojos y se encontró a
la joven. si misma abrazando a Raffaele, que dormía
profundamente a su lado.
-Te estás comportando como una cría - señaló él ahora
enfadado. De lo último que la rubia se acordaba antes de que la
venciera el sueño, era de haberse encerrado en una de las
-Tal vez porque soy una cría. Lamento no ser la perfecta habitaciones para huéspedes y llorar.
esposa esperabas, no voy a quedarme aquí cuidado de tu
casa mientras tú estás en otra ciudad revolcándote con tu Tal vez la decisión que había tomado no era la mejor,
amante. pero de igual forma iba a regresar a Londres. No tenía
ningún sentido seguir siendo la esposa de Raffaele, sí
- ¡Yo no estaba revolcándome con nadie, estaba apenas lo veía. Ella quería una relación auténtica, como la
trabajando! - dijo Raffaele alzando la voz. relación que él dijo que tendrían si se casaban, no el tipo
- ¡Pues eso no es lo que dijo Marina! - expuso Kate de relación que habían tenido esas dos últimas semanas.
también alzando la voz.
-Buongiorno, amore - dijo Raffaele estrechándola contra -Tengamos un hijo - susurró Raffaele contra su cuello
su cuerpo. mientras la embestía sin piedad.
Kate no dijo absolutamente nada, simplemente se le Kate se entregó ciegamente al deseo y al amor que sentía
quedó mirando. por su marido, pero aún no se sentía preparada para tener
un hijo, debían conocerse más, tener una relación sólida,
- ¿Que ocurre ahora? - preguntó el conde cuando ella se quería que Raffaele la amara...
apartó.
-Me voy a Londres, mi avión sale al medio día - anunció
la rubia abandonando la cama.
-He cancelado tu pasaje - confesó Raffaele también
abandonando la cama.
- ¿Porque diablos lo hiciste? - cuestionó Kate furiosa.
-Porque quiero solucionar las cosas contigo - admitió
Raffaele caminando hacia ella.
-Así no lo estás consiguiendo - repuso la rubia llevándose
las manos a la cabeza, frustrada.
-Te llevaré a Londres, nuestro avión sale en dos horas -
declaró el conde envolviéndola entre sus brazos. - Lo CAPITULO 20
siento, piccolina - susurró en su oído mientras la
abrazaba.
Kate le rodeó el cuello con los brazos y le correspondió el Cuando la pareja llegó a Londres una limusina los
abrazo. esperaba. Raffaele tenía preparada una sorpresa para su
esposa, solo esperaba que a ella no le molestara, él solo
-Lo siento, debí haberte creído a ti, en vez de... quería solucionar las cosas de una vez por todas.
-Eso ya no importa, amore - la interrumpió Raffaele antes -Buon pomeriggio - saludó la secretaria de Raffaele que
de unir sus labios en un beso. se encontraba esperándolos al interior de la limusina.
Poco a poco el beso fue subiendo de intensidad, y el - ¿Porque Daniela viene con nosotros? - le preguntó Kate
deseo se apoderó de ellos. Raffaele la cargo hasta el a Raffaele en voz baja.
cuarto de baño, la desnudó y le hizo el amor en la ducha.
-Tengo un par de reuniones programadas, voy a -Yo me haré cargo de los gastos, de eso no debes
necesitarla - admitió el conde. preocuparte - sentenció él antes de que las puertas se
abrieran y Kate saliera del cubículo primero.
-Antes de cualquier cosa, quiero ir al hospital a ver a mi
madre - sentenció la rubia. - ¡Tía Kat! - exclamaron sus sobrinos en cuanto la vieron
llegar la sala de espera.
-Claro, piccolina, se hará lo que tú quieras - manifestó
Raffaele llevándose su mano a los labios. -Hola niños - dijo la rubia agachándose a la altura de
ellos para abrazarlos.
Kate se dedicó a mirar por la ventana durante todo el
trayecto hasta el hospital, ya que Raffaele y Daniela Raffaele se encontraba tras la rubia, y una extraña
estaban hablando en italiano, y no entendía lo que decían. sensación se instaló en su pecho. Lo estaba haciendo todo
mal, jamás debió dejarla sola tanto tiempo, ni menos
-Estás enfadada ¿Ahora que mierda hice? - preguntó cuando ella podría estar embarazada.
Raffaele observándola caminar delante de él, ni siquiera
lo había esperado cuando bajaron de la limusina. -Niños saluden a Raffaele - les ordenó Claire a sus hijos.
Kate se detuvo abruptamente y lo miró a los ojos. -Hola señor Di Santi - respondieron los dos niños al
mismo tiempo.
-No me gusta la idea de que Daniela viniera con nosotros,
se supone que solucionaríamos las cosas, salgamos está -Pueden llamarme Raffaele, niños - repuso el italiano.
noche, vamos a algún lugar como una pareja normal -
dijo Kate rodeándole el cuello con los brazos. - ¿O debo - ¿Cómo está mamá? - le preguntó Kate a su hermana
pedirle a Daniela que lo agende alzando en brazos a su sobrina Charlotte.

-Esta noche me parece bien - declaró Raffaele besándola. -Bien, ahora papá está con ella, les diré que estás aquí -
dijo Claire alejándose hacia el pasillo que conducía a las
Cuando dejaron de besarse, se dirigieron de la mano habitaciones.
hacia el elevador.
-Peter ven aquí - llamó Kate a su sobrino que corrió hacia
- ¿Que ocurre ahora? - preguntó la joven alzando una los elevadores. - ¡Peter detente! - gritó la rubia
mano para acariciar el rostro de su marido. siguiéndolo con su sobrina en brazos.
-Haré que trasladen a tu madre a una clínica privada, allí -Detente Peter - dijo Raffaele con voz autoritaria, y el
recibirá mejor atención - expuso Raffaele atrapando su niño se detuvo abruptamente frente a las puertas del
mano para besarla en el dorso. elevador.
-Aquí recibe buena atención, además... -No vuelvas a hacerlo - lo regañó la rubia alcanzándolo.
-Estoy aburrido, tía Kat - protestó el muchacho. Era cerca de la media noche cuando la pareja fue
escoltada al sector vip de un famoso club nocturno de
-Vamos - dijo Kate dándole la mano para llevarlo de Londres, esta era la primera vez que salían públicamente
regreso a la sala de espera, cuando paso junto a Raffaele como esposos.
le preguntó en un susurró. - ¿Todavía quieres tener un
hijo? - ¿Que sucede? - preguntó la rubia al sentir que Raffaele
envolvía su cintura de manera posesiva.
-Sí - respondió él con absoluta convicción.
-Esos tipos de allá no dejan de mirarte - gruñó el conde
La rubia rodó los ojos y sentó a sus sobrinos en los antes de tomar su boca en un beso desesperado.
asientos.
Kate se quedó sin aliento y Raffaele sonrió cuando dejo
-No se muevan de aquí, su madre ya viene. de besarla.
- ¿Nos llevas por unos helados, tía Kat? - le preguntó la -Este vestido te queda fantástico, amore mío - manifestó
pequeña Charlotte. él mientras deslizaba su mano al trasero de su esposa. -
-No es domingo, Charlie. Mamá nos deja solo los Sin embargo, nuevamente has roto el protocolo.
domingo - repuso Peter. La rubia se puso de puntillas para besarlo.
-Después de que vea a la abuela los llevaré - decidió la -Cuando me estaba vistiendo no parecía importarte
rubia dedicándoles una sonrisa. mucho el protocolo, conte.
- ¡Si! - exclamaron los niños. -Conde, condesa por favor acompáñenme - los
-No deberías contradecir a su madre - dijo Raffaele interrumpió uno de los encargados del club.
sentándose junto a ella. Cuando finalmente la pareja tomo asiento en una de las
-Es mi hermana, y no es la gran cosa, me he pasado la mesas privadas, Raffaele pidió el champán más caro.
vida llevándole la contra - repuso Kate encogiéndose de -No era necesario, podríamos beber cualquier otra cosa -
hombros. comentó Kate cuando el mesero se marchó.
-Y eso es exactamente lo que me espera a mí - comentó - ¿Que propones, Katherine? - preguntó Raffaele
Raffaele pasándole un brazo por los hombros para inclinándose hacia ella para besarla.
acercarla a él.
La rubia le respondió el beso con entrega, y detuvo la
****** mano de su marido cuando éste la deslizó por su pierna
hacia arriba.
-Raffaele - le advirtió ella. -Fue una ceremonia sencilla, solo famiglia y algunos
cercanos - señaló el conde. - ¿Qué quieres Fabrizio? -
-Katherine - repuso él antes de volver a besarla. cuestionó cuando el hombre se sentó junto a ellos.
-Aquí está su champán, conde - comentó el mesero, pero -Nada, hace algún tiempo que no nos vemos ¿Cómo van
ninguno de los dos lo tomo en cuenta, por lo que sirvió el los negocios?
champán y se retiró.
-No voy a darte dinero - declaró Raffaele entre dientes.
Las manos de Raffaele se habían colado bajo el vestido
de su esposa, mientras que las de ella bajo su camiseta -Tampoco voy a pedírtelo - repuso el sujeto.
para acariciar su trabajado abdomen.
-Si me disculpan iré al tocador - se excusó la rubia
-Deberíamos irnos - dijo el conde contra sus labios. incómoda con la presencia de ese hombre.
-No, acabamos de llegar - argumento la rubia deslizando - ¿De dónde la sacaste? - preguntó Fabrizio cuando Kate
su mano hacia la entrepierna de su marido. se marchó. - Está muy buena - agregó cuando Raffaele no
dijo nada.
- ¿Raffaele? - preguntó un hombre de pie frente a la mesa
de la pareja. -No hables así de ella - le advirtió Raffaele.
Kate se sobresaltó, no se habían dado cuenta de que -Creí que te casarías con Marina - comentó el italiano.
tenían espectador.
-No iba a casarme con mi amante, eso no es bien visto en
- ¿Fabrizio? - preguntó Raffaele apartándose de la rubia sociedad - señaló Raffaele encogiéndose de hombros.
para observar al hombre frente ellos.
-Marina debe estar hecha una furia - dijo Fabrizio
- ¿Qué haces aquí, primo? - cuestionó el italiano carcajeándose.
frunciendo el ceño cuando fijo su mirada en la rubia.
-La puedo controlar, no te preocupes. ¿Cómo vas con las
-No somos primos, y no te debo explicaciones - repuso apuestas? ¿Recuperaste mi dinero?
Raffaele.
-No me ha ido nada mal, recupere tu dinero y lo he
- ¿Quién es ella? - preguntó Fabrizio. gastado, me compre un yate - manifestó Fabrizio
tomando una de las copas de champán para luego
-Soy su esposa, Katherine - se presentó la rubia antes de llevársela a los labios.
que Raffaele pudiera decir algo.
-Le agregaré intereses a tu cuenta - le advirtió Raffaele.
-Vaya, al menos podrías haberme invitado a tu boda,
Raffaele - comentó el italiano con resentimiento.
-Que tengas esposa, y el título de conde sea tuyo, no me
saca del juego. Sabes perfectamente que, si tus abuelos
mueren y no tienes heredero, el título de conde pasa a ser
mío.
-Hasta ahora llevo la delantera, tengo esposa, y estoy
trabajando en mi heredero ¿Que has hecho tú? No has
hecho nada, eres un perdedor, un apostador y un borracho
- expuso Raffaele con una sonrisa arrogante.
-Y tú eres una mierda egoísta, igual que tu padre - declaró
Fabrizio poniéndose de pie. - Siento lástima de esa pobre
chica a la que has embaucado para llevar a cabo tus
propósitos egoístas.
-Son los mismos propósitos tuyos, Fabrizio. La única
diferencia es que el título me corresponde por derecho, lo
que nuevamente me hace ser más superior que tú.
-Te sientes muy confiado, pero aún no tienes heredero -
repuso Fabrizio inclinándose sobre la mesa. - Escúchame
bien, Raffaele, no voy a darme por vencido hasta quitarte
todo lo que te pertenece.
-Eres un perdedor, Fabrizio, no vas a conseguirlo -
decretó Raffaele llevándose la copa de champán a los
labios para luego ignorarlo.
El italiano lo fulminó con la mirada y se marchó.
Aun no estaba todo perdido para Fabrizio, el italiano CAPITULO 21
estaba decidido a encontrar una esposa y tener un
heredero, de ese modo conseguiría el título de conde que
tanto ansiaba poseer. Kate se escondió cuando vio al tal Fabrizio abandonar la
mesa, los había oído justo cuando regresaba. Raffaele
quería un hijo simplemente para asegurar su título, era
una decisión egoísta, y ella no iba a ser parte de eso.
Jamás expondría a un hijo suyo a propósitos tan egoístas, - ¿Qué haces aquí, Kat? - preguntó la joven cuando se
si algún día tenía un hijo sería por amor, nada más que apartaron.
por eso.
-Lo mismo que tú, supongo - repuso Kate.
Cuando no había nadie a su alrededor que pudiera
reconocerla, abandonó el sector vip. Afuera todo era -Me da tanto gusto verte - comentó Jess dedicándole una
distinto, la música se escuchaba fuerte, las personas sonrisa.
bailaban y reían, todo el mundo estaba pasándola bien. -A mí también ¿Cómo está Frank?
Allí era a dónde ella pertenecía.
-Tal vez deberías comprobarlo tú misma - dijo Jess
-Quiero una cerveza - le dijo Kate al barman. dándole la mano para luego perderse entre la multitud.
-Claro, preciosa - contestó el hombre guiñándole un ojo. - ¿A dónde me llevas, Jess? - preguntó Kate alzando la
Ya una vez con su cerveza en mano Kate se abrió paso voz para que la escuchara.
entre la multitud hacia la pista de baile, llevaba mucho -Tú tranquila - respondió la otra joven.
tiempo sin ir a un club nocturno, el mismo tiempo desde
que terminó con Frank. Sonrió al recordar la primera vez Kate se quedó inmóvil cuando lo vio, era como si se
que la llevó, en ese entonces era menor de edad y no la tratase de un espejismo, no podía creer que estuviera allí.
dejo beber alcohol hasta que cumplió los dieciocho. Frank le sonrió cuando la vio, y el corazón de Kate se
Mierda, lo extrañaba a pesar de todas las cosas que aceleró, habían pasado seis meses desde la última vez que
sucedieron, con él jamás se sentía sola o fuera de lugar, y se vieron en persona.
tampoco tenía que esforzarse en parecer perfecta, porque -Hola mafioso - saludó la rubia.
no lo era, y Frank la quería así.
-Hola muñeca - respondió Frank caminando hasta ella.
Alguien la empujo y Kate se dio la vuelta para ver de
quién se trataba, se quedó sin palabras al identificar a la Kate cerró los ojos y le rodeó el cuello cuando la abrazo.
joven que la empujo por accidente.
-Te extrañe demasiado - confesó él sin dejar de abrazarla.
-Lo siento, un imbécil me... - comenzó a disculparse la
joven con ella, pero al reconocerla chilló emocionada. - -Yo también - reconoció la rubia.
¡Kat! -Jess deja de fotografiarnos - le ordenó Frank a su
-Hola Jess - dijo Kate abrazando a la castaña con mechas hermana que les tomaba fotografías con su teléfono.
de colores. - ¿Porque regresaste? - cuestionó Kate soltándose de él.
-Porque te amo, y siempre lo he hecho - admitió Frank -No volverás a ver a ese sujeto - declaró Raffaele.
jalándola de regreso a sus brazos.
- ¡Tú no eres quién para prohibirme nada! - gritó Kate en
-Hay algo que debo decirte - murmuró Kate contra su medio del llanto.
pecho.
-Soy tú marido - dijo el conde entre dientes.
-Fui a buscarte a tu piso, había una pareja allí, dijeron que
te habías mudado - comentó Frank. -Y yo tu insignificante esposa, con la que tienes sexo solo
para que te dé un heredero - dijo Kate sollozando. - No
-Lo siento, debí habértelo dicho antes - reconoció la rubia vuelvas a tocarme, Raffaele - le advirtió cuando éste
alejándose un poco para mirar su rostro. - Yo... conocí a sostuvo su barbilla.
alguien más y...
-Lo siento, Kate. No puedo amarte - declaró Raffaele
-Katherine - la llamó Raffaele entre dientes. alejándose hasta el otro extremo del asiento.
-Perdóname, Frank - murmuró la joven antes de Kate lloró en silencio, y cuando la limusina se detuvo
apartarse. frente al edificio dónde Raffaele tenía su departamento,
bajo antes de que le abrieran la puerta.
-Nos vamos ahora mismo - declaró el conde tomando su
brazo, estaba realmente furioso. -Kate, espera - dijo su marido yendo tras ella.
-Suéltala - le ordenó Frank. -Quiero el divorcio - decidió la rubia presionando el
botón para llamar al elevador.
-Es mi esposa, no te entrometas - decretó Raffaele.
-No voy a divorciarme - dijo Raffaele de pie tras ella.
-Kat - murmuró Frank incrédulo.
Kate se limpió las lágrimas con el dorso de su mano, y
-Iba a decírtelo, lo siento, me he casado - admitió Kate entró al elevador cuando éste abrió las puertas.
con los ojos llenos de lágrimas.
-De verdad lo siento, Kate - se disculpó Raffaele.
-Vamos - dijo Raffaele conduciéndola entre la multitud
hacia la salida del club. -Ya no me importa, esto era lo que querías, un
matrimonio infeliz, lo has conseguido.
El guardaespaldas de Raffaele les abrió la puerta de la
limusina, y Kate subió primero. Pasaron un par de ******
minutos antes de que Raffaele también lo hiciera, le había
dado órdenes a Víctor de que investigara a Frank -Buongiorno - la saludó Raffaele al verla aparecer en el
Thomas. comedor, la mañana siguiente.
-Púdrete - respondió la rubia sin siquiera mirarlo.
-Toma asiento, Katherine - le ordenó su marido al verla -Deja la invitación encima de la cama y lárgate.
tomar una taza de café y un sándwich para luego regresar
a la habitación. -Kate...

Raffaele cerró los puños sobre la mesa, estaba todo - ¡He dicho que te largues! - gritó ella mirándolo
arruinado. Prometió ser sinceró con ella, y lo había sido, finalmente.
jamás le prometió amor. Además, ella desde un comienzo -Piccolina, perdóname... - dijo el conde al comprobar que
sabía que debían tener herederos, no entendía cuál era el sus ojos estaban rojos de tanto llorar.
problema.7
-Solo vete - murmuró Kate antes de darle la espalda.
Maldijo cuando se le vino a la cabeza la imagen de su
esposa abrazada al sujeto de los tatuajes. No iba a Maldiciéndose mentalmente por dañarla, Raffaele
permitir que volviera a verlo, ella era su mujer, y debía abandonó la habitación.
permanecer con él.
«¿Que estoy haciendo?» se preguntó Raffaele
mentalmente. Cuando la había escogido como su esposa,
creyó que era la decisión correcta, pero ahora ya no
estaba tan seguro.
Estaba sintiendo cosas por ella, sabía lo que significaban,
pero prefería ignorarlas. Cada vez que amaba a alguien, el
destino se encargaba de arrebatárselo. Primero sus
padres, ahora su abuela...
Debía mantener las distancias con Kate, no iba a permitir
que le sucediera nada malo.
Estaba siendo un cínico, no podía estar lejos de ella, lo
comprobó cuando estuvo dos semanas sólo en Milán, por
poco pierde la cabeza. CAPITULO 22
-Sarah nos ha invitado a su boda - dijo horas después
entrando a la habitación que estaba ocupando Kate.
Esa mañana luego de que Raffaele abandonara la
- ¿Cuándo es? - cuestionó ella sin mirarlo. habitación, recibió una llamada de Jess invitándola a
-Este fin de semana - respondió Raffaele. tomar un café y a charlar.
Sabía muy bien de que se trataba esa invitación, por lo -Yo no puedo estar con él, y lo sabes - señaló Kate. -
que no le sorprendió encontrarse con Frank también allí. Ocurrieron muchas cosas, tú también estabas ahí, nos
hicimos mucho daño, él me...
-Hola, Kat - saludó la hermana de su ex poniéndose de
pie para abrazarla. -Lo sé - la interrumpió la castaña dándole la mano por
encima de la mesa. - Sé lo que hizo, él mismo me lo
-Hola - murmuró la rubia con la mirada fija en Frank. contó, y lo siento, de verdad que lo siento. Pero ha
-Jess ve a dar una vuelta, necesito hablar con Kate - cambiado, desde que dejó las drogas es otro hombre.
decretó el rey de los tatuajes. -Me hace muy feliz que Frank esté bien, pero no
-Claro - contestó la muchacha dispuesta a dejarlos solos, regresaré con él, ahora estoy casada, tengo otras
pero Kate la detuvo del brazo. responsabilidades. Ya no puedo seguir lidiando con tu
hermano.
-Primero hablaré con Jess, a solas, ella fue quién me citó
aquí - expuso la rubia. - ¿Amas a tu marido, más que a mi hermano? - preguntó
Jess.
-Como quieras - dijo Frank entre dientes antes de ponerse
de pie y abandonar la cafetería. -Lo hago - admitió Kate, y mentalmente agregó «Aunque
él no sienta lo mismo que yo».
Una vez que ambas mujeres quedaron a solas, tomaron
asiento y pidieron un café. -Espero que seas muy feliz, Kat. Mereces serlo - dijo la
castaña poniéndose de pie para luego salir en busca de
- ¿Cuándo te casaste? - preguntó Jess. Frank.
-Hace un mes - respondió Kate jugando con la correa de Kate esperó un par de minutos hasta que su ex regresó,
su bolso. ambos permanecieron en silencio hasta que el rey de los
-Frank ha estado yendo a terapia y ha dejado las drogas tatuajes habló primero.
tal como te prometió - expuso la castaña. - Ya ni siquiera -Lo siento, por todas las cosas que te hice, no hay día en
bebe alcohol, y hemos decidido poner nuestra propia que no me odie por eso. Sé que lo arruiné todo contigo,
tienda de tatuajes aquí en Londres. pero por favor perdóname.
-Eso en fantástico, me alegro mucho por ustedes. Las lágrimas que Kate había estado conteniendo se
-Regresó por ti, Kate - admitió Jess. - Mi hermano te ama derramaron cuando Frank la abrazo.
más que a nadie en el mundo. -Me violaste, te dije que te detuvieras y no lo hiciste -
murmuró contra su pecho.
-Te ruego que me perdones, cariño. Las drogas me -Es asunto mío, además tú tampoco me dices lo que haces
volvían loco, nunca he querido hacerte daño, te amo o con quién te juntas - señaló la rubia alzando la barbilla
demasiado como para querer hacerlo. de manera desafiante.
-Siempre voy a quererte, a pesar de todo el daño que nos -He comprado una mansión aquí en Londres para
hicimos. Sin embargo, hay muchas cosas buenas que nosotros, me gustaría que mañana fueras conmigo a verla
recordaré, me enseñaste lo que es el amor, me protegiste - dijo Raffaele tocándole la mejilla.
y estuviste conmigo cuando más te necesité, pero debo
continuar con mi vida - declaró Kate apartándose para -Gracias, pero ya tengo planes - repuso Kate apartando su
limpiarse las lágrimas. mano.

-Lo único que quiero es que seas feliz, y si tengo que dar -Debemos decidir el regalo de bodas para Sarah y Bruno -
un paso al costado para que lo seas, lo haré. comentó Raffaele alejándose hacia el minibar para
prepararse un trago. Cada vez estaba siendo más difícil la
-Yo también quiero que tú lo seas, solo prométeme que comunicación con su esposa, y poco a poco perdía la
no volverás a drogarte - dijo la rubia tomando su mano cabeza.
llena de tatuajes.
-No lo sé, escoge algo tú, yo ya sé que regalarles.
-Lo prometo - aseguró Frank dedicándole una sonrisa.
-Podemos regalarles lo mismo, usa la tarjeta de crédito
****** que te di - expuso el conde esforzándose en no perder la
calma.
Era de noche cuando regreso al piso de Raffaele, se le
había hecho tarde, ya que después de su encuentro con -Gracias, pero tengo el dinero que me pagaste por
Frank había ido a visitar a su madre. casarme contigo - declaró la rubia.
-Al fin llegas - comentó Raffaele apartándose del -Yo no te pague - le recordó Raffaele.
ventanal para recorrerla con la mirada. - ¿Qué tal tu cita
con Frank? - ¡Oh rayos! - dramatizó Kate llevándose las manos a la
cabeza. - ¡Que tonta! ¡Como lo olvidé! ¡El dinero que tus
-Por lo visto estás al tanto de todo lo que hago, si quieres antepasados decretaron para tu esposa!
saber lo que sucedió, pregúntale a tus guardaespaldas -
repuso Kate dejando su bolso sobre el sillón. - ¿Porque te comportas así? - cuestionó el italiano.

-Ya me contaron todo, y la verdad es que preferiría que lo -Porque quiero y puedo, además no le des tanta
hicieras tú - manifestó su marido caminando hasta ella. - importancia, éste matrimonio es de mentiras - manifestó
¿Porque diablos te juntaste con ese sujeto? la rubia dándole la espalda para marcharse.
-Quédate a cenar - le dijo Raffaele.
-No gracias, se me quitó el apetito. -Por favor, hazlo, no te pediré nada más - dijo Raffaele en
tono cansado.
******
- ¿Lo compraste tú? - preguntó Kate refiriéndose al test.
El viernes por la noche llegaron a Nueva York, y durante
su estadía en la ciudad se alojarían en el hotel Berardi, - ¿Tengo pinta de ir a una farmacia a comprar un test de
Raffaele había reservado una suite. embarazo? - cuestionó él de vuelta.
Kate nunca había viajado fuera de Inglaterra hasta que se -No, por supuesto que no, tienes empleados para que lo
casó con Raffaele, uno de sus sueños había sido conocer hagan por ti - respondió la rubia dirigiéndose al cuarto de
Nueva York, y esperaba tener tiempo para visitar las baño para luego encerrarse allí.
galerías de arte.
-Lo he comprado yo mismo - murmuró Raffaele
- ¿Qué quieres? - le preguntó a su marido cuando éste dejándose caer en un sillón.
entró en la habitación, esa noche y las otras tendrían que
compartir la cama. Los siguientes diez minutos fueron los más largos de su
vida. Esto ya no se trataba de salvar el título de conde, era
-Hay algo que quiero que hagas - dijo Raffaele más que eso.
ofreciéndole una pequeña bolsa.
-Negativo - anunció su esposa cuando salió del cuarto de
- ¿Qué es? - cuestionó la rubia recibiéndola. baño. - Te lo dije, no estoy embarazada.
Raffaele guardó silencio mientras ella revisaba el -Bien, sólo quería estar seguro - se limitó a decir Raffaele
contenido de la bolsa. antes de abandonar la habitación.
-Un test de embarazo - dijo Kate frunciendo el ceño.
-Quiero que te lo hagas, no use protección ninguna de las
veces a excepción de la primera - manifestó él.
-Me puse una inyección anticonceptiva ¿Recuerdas?
Además, me llegó el período cuando tú estabas en Milán
- expuso la rubia.
-Es sólo para salir de dudas.
-Yo no tengo dudas - repuso la rubia. CAPITULO 23
Kate observó por enésima vez la hora en su teléfono Raffaele se alejó un poco para poder ver su rostro.
celular, eran las tres de la madrugada y no podía quedarse
dormida. - ¿De verdad no vas a dejarme? - preguntó él frunciendo
el ceño.
Abandonó la cama y fue en busca de su marido.
-No iré a ningún lado, me quedare contigo, te amo -
Debía reconocer que la había decepcionado el resultado admitió la rubia.
del test de embarazo, en el fondo de su corazón si
deseaba tener un hijo. Se había enamorado de su marido, -Yo... - comenzó a decir Raffaele, pero se detuvo al darse
a pesar de que él jamás iba a amarla. cuenta de lo que diría.

-Raffaele - murmuró al encontrarlo en la sala, estaba - ¿Que ibas a decir? - cuestionó Kate cuando éste calló.
sentando en el sofá con una botella medio vacía en la -Estoy muy borracho, ayúdame a ir a la cama - optó por
mano. decir.
- ¿Qué haces aquí, piccolina? - preguntó el italiano Kate suspiró pesadamente, se había librado de un
llevándose la botella a los labios. borracho, y ahora resulta que su marido también es un
-Vine a buscarte - contestó Kate caminando hasta él. - borracho.
Vamos a la cama - dijo ofreciéndole su mano. -Eres tan hermosa - reconoció Raffaele llevando su mano
-Creí que no querías dormir conmigo - repuso Raffaele a la mejilla de Kate para acariciarla suavemente.
dejando la botella en el suelo para luego darle la mano. -No te puedo, Raffaele. Por favor pon de tu parte -
Kate lo ayudó a ponerse de pie, y lo sostuvo cuando se manifestó la rubia exhausta.
tambaleó. Después de varios minutos, consiguió llevarlo hasta la
-Estás borracho - lo regañó. cama, y quitarle los zapatos.

- ¿Vas a dejarme? - le preguntó Raffaele envolviéndola -Ven aquí - murmuró Raffaele jalándola a sus brazos. -
entre sus brazos. Solucionemos las cosas, por favor - susurró contra su
oído, antes de buscar su boca.
-Raffa...
Apenas rozaron sus labios, y Kate se alejó.
-No quiero que me dejes - murmuró el italiano
escondiendo el rostro en la curva de su cuello. -Duérmete - le ordenó ella rodeando la cama para
acostarse del otro lado.
-No voy a dejarte - prometió Kate.
-Esto es tan frustrante - admitió Raffaele. - Esta noche he A la mañana siguiente, Kate despertó primero y sonrió al
decidido que no tengamos hijos. recordar las palabras de Raffaele, le había dicho que la
amaba y que quería estar con ella para siempre. Los
- ¿Ya no quieres tener hijos? - preguntó la rubia borrachos no mienten le había asegurado una vez Frank,
volteando hacia él. ¿Pero porque mejor no le decía que la amaba estando
-Quiero, pero tú no - señaló él. sobrio? Eso solucionaría todos sus problemas, incluso le
daría con gusto el heredero que ansiaba tener.
-Yo también quiero, pero tú no me amas, además nuestro
matrimonio es de mentiras. - ¿Qué haré contigo, Raffaele? - le preguntó en un
susurró para no despertarlo.
-Nuestro matrimonio no es de mentiras, es real - aseguró
el italiano de manera obstinada. Después de observar la hora en su teléfono, decidió que
era momento de levantarse y preparase para la boda de su
-Estás borracho, no sabes lo que dices - repuso Kate. mejor amiga.
-Ya no sé si quiero conservar el título de conde - admitió Kate estaba duchándose cuando Raffaele se metió a la
Raffaele. - Después de todo no vamos a tener hijos que lo ducha con ella.
hereden.
-Buongiorno, piccolina - la saludó él como si nada.
-Estás hablando estupideces, duérmete - le ordenó la
rubia. -Buenos días - contestó Kate mientras se aclaraba el
champú del cabello, estaba haciendo un gran esfuerzo
-Sé que estamos pasado por un mal momento, pero quiero para no mirar su magnífico cuerpo desnudo.
estar contigo para siempre, eres lo único que tengo,
Katherine. - ¿Me ayudas con el jabón? - le preguntó Raffaele.

-Yo también quiero estar contigo para siempre, pero estás Kate lo observó alzando una ceja, y su marido le sonrió
diciendo todo esto porque estás borracho, cuando de lado.
despiertes por la mañana seguramente no recuerdes nada -Idiota - murmuró tomando un poco de jabón entre sus
- manifestó Kate dándole un beso en los labios. - Te amo, manos para luego comenzar a esparcirlo por su espalda.
Raffaele, ahora descansa.
- ¿Qué cosa has dicho, amore? - le preguntó Raffaele.
-Yo también te amo, piccolina - murmuró el conde
rodeándole la cintura con su brazo para atraerla hacia su -Nada, cariño - repuso la rubia. - ¿Qué tal la resaca?
cuerpo, poco después lo venció el sueño.
-Bien, nada que un par de aspirinas no solucionen -
****** aseguró él.
- ¿Recuerdas algo de anoche? - interrogó Kate tardándose Kate no respondió, se puso de puntillas para besarlo, y
más en frotar los hombros. Raffaele aprovechó para atraerla hacia su cuerpo e
invadir su boca con la lengua.
-No ¿Por? ¿Que hice, dije algo? - preguntó Raffaele
mirándola por encima de su hombro. -Debo prepararme para la boda - murmuró ella contra su
boca.
-Nada, ahora date la vuelta - murmuró ella.
-Lo que tú quieras, condesa - repuso él alzándola en
Raffaele frunció el ceño, no recordaba nada, salvo que brazos para sacarla de la ducha.
comenzó a beber como un desquiciado cuando Kate le
dijo que no estaba embarazada. ******
- ¿Que pasó anoche? - le preguntó sosteniendo su Bruno y Sarah se encontraban charlando con una pareja
barbilla. cuando Kate y Raffaele se acercaron a felicitarlos.
-Anoche declaraste que no vamos a tener hijos, que -Miren nada más, la realeza ha llegado - se mofó Bruno, e
preferías perder el título de conde, antes que a mí - hizo una mueca cuando su reciente esposa le dio un
expuso Kate deslizando sus manos por el dorso de su codazo.
marido hacia abajo. - ¿Qué planes tienes ahora? ¿Te harás
una vasectomía? -Me alegro mucho de que hayan venido - manifestó Sarah
apartándose de su marido para ir a abrazar a su mejor
-Si quieres que lo haga, lo haré - admitió Raffaele entre amiga.
dientes cuando Kate rodeó su miembro con los dedos.
-Felicidades, Sarah. Por nada en el mundo me hubiese
-Pues - dijo ella aclarándose la garganta. - Resulta que, si perdido tu boda - aseguró Kate.
quiero tener hijos, y me parece ridículo desperdiciar éstos
- manifestó tocándole los testículos. -Felicidades, Bruno - le deseó Raffaele al otro italiano.

Raffaele soltó un maldición y Kate le sonrió. -Gracias por venir - expuso Bruno estrechando su mano. -
Mi hermano Giovanni, y mi cuñada Natalie - dijo
-Eso, sí, aun no estamos preparados para ese paso en señalando a la pareja que los acompañaba.
nuestra relación - aseguró ella soltándolo.
-Raffaele Di Santi - se presentó el conde, para después
Raffaele asintió y se aclaró la garganta. presentar a la rubia. - Mi esposa Katherine.
- ¿Puedo besarte? -Kate - lo corrigió ella.
-Si nos disculpan un momento - dijo Sarah tomando a su
amiga del brazo para apartarse del grupo y poder charlar
a solas. - ¿Cómo van las cosas con Raffaele? - preguntó
la pelirroja con interés.
-Últimamente no muy bien - confesó Kate con una mueca
de disgusto. CAPITULO 24
- ¿Que paso? - cuestionó Sarah rechazando la copa de
champán que uno de los camareros le ofrecía.  
Raffaele abrió la puerta de la suite, y se hizo a un lado
-Muchas cosas la verdad, pero no quiero hablar de mí, para dejar entrar primero a su esposa.
sino de ti ¿Algo que quieras contarme señora Berardi?
- ¿Que hay en nuestra agenda esta semana? - preguntó la
-Estoy embarazada - confesó la pelirroja en un susurro, y rubia caminando hasta el minibar para servirse un trago.
Kate soltó un gritó de emoción. - Silencio, es un secreto.7
-Una cena con unos posibles socios el martes, y el jueves
-Lo siento - se disculpó Kate y la abrazo. - Me alegro por la noche una cena benéfica - expuso Raffaele
mucho por ti, Sarah. Se nota mucho que se aman. quitándose la chaqueta de su traje, y dejándola sobre una
-No puedo vivir sin Bruno - admitió la joven con una silla.
sonrisa radiante. - ¿Y el resto de los días? - cuestionó Kate llevándose el
-Les deseo lo mejor del mundo - dijo sinceramente la vaso a los labios.
rubia. -Tú escoges - declaró Raffaele acercándose a ella para
-Gracias, condesa Di Santi - bromeó Sarah. luego cogerla por la cintura.
-Me gustaría visitar algunas galerías de arte - expuso la
rubia ofreciéndole de su bebida.
- ¿Quieres emborracharme, piccolina? - preguntó el
conde en tono de broma, aceptó el vaso y se lo llevó a los
labios.
-Tal vez - admitió Kate llevando las manos a los botones
de su camisa, para desabrocharlos uno a uno.
El italiano dejó el vaso sobre el minibar, e inclinó la
cabeza para besarla en los labios, pero Kate apartó su
rostro, impidiéndole hacerlo.
- ¿De qué se trata esto? - cuestionó Raffaele frunciendo el -Pero... - comenzó a protestar la rubia, y la besó
ceño. apasionadamente para callarla.
-Voy a seducirte esta noche - declaró Kate. Sin dejar de besarla la recostó en el sillón, y le arranco las
bragas.
-No es ne... - comenzó a replicar el conde, pero se calló
cuando Kate dejó caer el vestido al suelo, de modo que -Estás muy mojada - comentó Raffaele al recorrer los
sus perfectos pechos quedaron expuestos ante sus ojos. - pliegues de su sexo con los dedos.
Haz lo que quieras.
-Dios - gimió Kate cuando le acarició el clítoris al mismo
-Lo haré - aseguró la rubia ofreciéndole su mano, tiempo que su dedo la penetraba.
Raffaele no dudo ni un segundo en aceptarla.
Raffaele hizo un camino de besos por su cuerpo hasta
Kate condujo a su marido hasta el sillón, y lo obligó a llegar a su entrepierna, allí la acarició con sus labios y
sentarse. Raffaele alzó una ceja cuando ella le desabrochó lengua, conduciéndola al borde del orgasmo.
los pantalones y liberó su miembro, estaba actuando de
manera desinhibida, y le encantaba que lo hiciera. - ¡Te necesito! - exclamó la rubia arqueando la espalda,
quería sentirlo dentro, llenándola por completo, como
-Eres tan grande - comentó Kate acariciando su miembro sólo él sabía hacerlo.
con ambas manos.
-Yo también te necesito - admitió el italiano cubriéndola
-Habíamos quedado en que eso no era problema - repuso con su cuerpo para luego entrar suavemente en ella.
Raffaele fascinado con ella de rodilla en el suelo,
masturbándolo. Raffaele buscó su boca y la besó mientras se movía en su
interior con suavidad. Conocía de memoria cada rincón
-No me estoy quejando - aseguró la rubia antes de sacar de su cuerpo, y quería hacerle el amor, no simplemente
la lengua y lamer la cabeza de su pene. - ¿Te gusta? acostarse con ella para satisfacer su deseo.
-Sabes que sí - declaró el conde llevando su mano a la ******
cabellera rubia de su esposa para animarla a continuar.
El jueves por la noche, Raffaele había sido invitado a una
Kate se llevó el pene de Raffaele a la boca, y comenzó a cena benéfica en el gran salón del hotel Berardi.
acariciarlo con su lengua, mientras se tocaba los senos.
Kate hubiera preferido que Sarah estuviera también allí,
Raffaele movió las caderas de modo que su pene entraba pero su amiga estaba de luna de miel, por lo tanto, estaba
y salía de la boca de su esposa. sola.
-Ven aquí - murmuró jalándola a sus brazos, estaba Esa semana en Nueva York había sido maravillosa, su
demasiado excitado, y no quería correrse en su boca. relación con Raffaele había mejorado, y finalmente
aclararon las cosas. Su matrimonio ya no se trataba de un -Me gustaría poder ayudar también - declaró Kate.
simple acuerdo, era real en todos los sentidos.
-Te dije que le interesaría - le recordó Raffaele a la otra
Sin embargo, cuando se excusó con su marido para ir a rubia.
retocar su maquillaje, no esperaba regresar y encontrar a
una sensual rubia coqueteándole descaradamente. -Sí, lo hiciste - aseguró Alexa.

-Ya estás aquí, amore - comentó Raffaele dedicándole A Kate esa mujer no le agradaba en lo más mínimo, y no
una sonrisa cuando la vio, Kate también le sonrió cuando soportaba sus descarados coqueteos con Raffaele. Sin
la envolvió entre sus brazos. embargo, se preocupaba de los niños abandonados, y eso
lo valoraba.
-Lo siento la tardanza - se excusó Kate sin poder apartar
los ojos de la mujer que acompañaba a su marido. De -Aquí estabas, cariño - comentó un hombre mayor
cerca le parecía más bella, era muy alta y tenía un cuerpo acercándose a Alexa.
de modelo. -No he ido a ningún lado, te presentó al conde Raffaele
-Te presentó a Alexa Thalassinos - dijo su marido Di Santi y a su esposa Katherine - expuso Lexie
señalando a la escultural rubia. señalando a la pareja.

-Katherine, condesa Di Santi - se presentó Kate. «De seguro es su marido, con razón se fija en otros
hombres» pensó Kate forzando una sonrisa.
-Encantada - repuso la rubia forzando una sonrisa. -
Muchas gracias por la donación, Raffaele. -Héctor Sifakis - se presentó el millonario griego
estrechando la mano de Raffaele. - Veo que ya conociste
-No hay de que - aseguró Raffaele dedicándole una a mi hija, todos estamos muy comprometidos con esta
sonrisa. causa.
- ¿Que donación? - cuestionó Kate. -Alexa me ha explicado de que se trata y me gustaría
ayudar - manifestó el conde.
-El marido de Alexa y el hermano de Bruno crearon una
fundación para ayudar a niños abandonados - le explicó -Me parece fantástico - dijo Héctor.
el conde a su esposa. - Y la cena de esta noche es para
recaudar fondos. - ¿Alexa es su hija? - preguntó Kate sorprendida.

-Es una muy buena causa - señaló Kate. -Lo es - aseguró el griego dedicándole una sonrisa a su
hija.
-Para mí es más que una buena causa - replicó Lexie. -
Me crie en un hogar de acogidas, y sé lo que es no tener - ¡Mamá!
nada.
Alexa en cosa de segundos se dio la vuelta, y su corazón El italiano le guiñó un ojo y se acercó a la pareja que
latió a mil al ver a las dos personas más importantes de su acompañaba a Héctor.
vida.
-Conde Di Santi, condesa - saludó Giovanni.
- ¡Mamá! - volvió a decir Sophie en brazos de su padre.
-Berardi - respondió Raffaele asintiendo en su dirección.
- ¡Dios mío! ¡Lo dijo! - exclamó la rubia feliz caminando
hasta su marido. -Maximus Thalassinos - se presentó el griego esposo de
Lexie.
-Es increíble - admitió Maximus lleno orgullo.
-Conde Raffaele Di Santi, y ella es mi esposa Katherine -
-Ven aquí, mi amor - le dijo Lexie a su hija cargándola en expuso el conde.
brazos. Llevaba pijama y Maximus la había cubierto con
una manta. - Te dije que no la trajeras a la fiesta, debería -Encantada de conocerlo, señor Thalassinos - dijo Kate y
estar durmiendo - regañó la rubia a su marido. le sonrió a la bebé. - Hola pequeña ¿Cómo te llamas?

-Estaba llorando - argumentó el griego enseñándole el -Su nombre es Sophie, saluda i agápi mou (mi amor) - le
monitor que guardaba en el bolsillo de su chaqueta. dijo Maximus a su hija, pero la pequeña escondió el
rostro en su cuello y se llevó una mano a los ojos.
La rubia rodó los ojos, ni que la hubieran dejado sola en
la suite, tenía tres niñeras cuidándola, Max había insistido -Debería estar durmiendo - regañó Alexa a su marido.
en que una niñera no era suficiente. -Estaba llorando, nos extrañaba - se excusó el griego.
- ¿Han visto a Natalie? - preguntó Giovanni tras la pareja -Giovanni dile a Natalie que me llevaré a Matteo a mi
cargando a su hijo que no dejaba de llorar. habitación, cuando se desocupen vayan a buscarlo -
- ¿Tú también? - cuestionó Lexie señalando el monitor en decidió la rubia dando la vuelta.
las manos del italiano. -Nos vemos en otra oportunidad, y gracias por participar
-Está llorando y no sé qué mierda hacer - admitió de la cena benéfica - dijo el esposo de Lexie a modo de
Giovanni. despedida.

Lexie le entregó su hija a Maximus, y cargó en sus brazos - ¡Maximus! - lo llamó Lexie. - ¿Qué esperas? La fiesta
a Matteo, el hijo de su mejor amiga. se acabó para nosotros.

-Gracias - dijo Giovanni aliviado. -Ya voy - dijo el griego caminando hasta ella.

-Me debes una - le advirtió la rubia en tono de broma. -Lo tiene completamente dominado - comentó Giovanni
observándolos alejarse.
-Están enamorados, eso es todo - aseguró Héctor.
Kate observó de reojo a su marido, anhelaba tener lo
mismo que la otra pareja.
-Si me disculpan, iré a buscar a mi esposa, de seguro está
ayudándole a Nora con la recaudación - se excusó CAPITULO 25
Giovanni antes de marcharse.
-Me gustaría ayudar, tengo unos cuadros que podría - ¡Benvenuto ragazzi! - exclamó la abuela de Raffaele
vender, y el dinero que recaude lo donaré a la fundación - abriéndose paso entre los invitados para ir abrazarlo.
le dijo Kate a Héctor.
-Ciao, nonna - dijo el conde envolviéndola entre sus
-Me parece muy buena idea, Lexie y Natalie se encargan brazos y besando sus mejillas. - Stai molto bene stasera.
de las fiestas benéficas, se los diré - declaró Héctor.
-Grazie ragazzo ¿Come stai, Kate? - le preguntó la
-Eres increíble - comentó Raffaele sonriéndole a su anciana a la esposa de su nieto.
esposa.
-Bien, gracias - respondió la joven dedicándole una
Haré que te enamores de mí, Raffaele, y que no temas a sonrisa.
decir que me amas, decidió Kate, correspondiéndole la
sonrisa. -Mi piace il tuo vestito ¿Chi l'ha disegnato? - manifestó la
marquesa señalando el vestido de la rubia.
-Dice que le gusta tu vestido ¿Quién lo diseño? - tradujo
Raffaele.
-Gracias marquesa, me alegro de que le guste. El
diseñador es Félix Esposito el mismo de mi vestido de
novia - expuso Kate.
-È molto rivelatore, spero che non abbiate problemi con
questo - le dijo la anciana a su nieto antes de excusarse
para ir a charlar con el resto de los invitados.
- ¿Que te dijo? - cuestionó la rubia aceptando una copa de
champán que les ofrecían.
-Dijo que es muy revelador, y espera que no tenga - ¿Que seré un hombre muy rico? - preguntó Fabrizio con
problema con eso una sonrisa en los labios.
- ¿Porque te traería problemas? -Tienes que acabar con esta farsa ahora mismo - le
advirtió Raffaele.
-Los hombres te observan más de la cuenta, y además
estás rompiendo una de las reglas del protocolo - -No lo haré - lo desafío el italiano.
argumentó Raffaele deslizando la mano por su espalda
descubierta. -Es una orden - declaró el conde.

-Podrías habérmelo dicho antes de salir de casa - repuso -La desobedeceré - repuso Fabrizio.
Kate deteniendo su mano. - Me hubiera gustado Raffaele se llevó las manos a la cabeza y comenzó a ir de
quedarme en casa, estoy muy cansada, viajamos toda la un lado a otro, estaban en problemas, más bien Fabrizio
noche y parte del día. lo estaba.
-Créeme a mí también me hubiera gustado, pero no -Conquistarla fue más fácil de lo que creía - se jactó
podíamos perdernos la fiesta de esta noche - aseguró Fabrizio.
Raffaele.
-Rompe ese compromiso ahora mismo, sus hermanos son
- ¿Porque no podíamos perder...? - Kate no alcanzó a capaces de matarte y lo sabes.
terminar la pregunta, Fabrizio estaba caminando hacia
ellos, y llevaba a una escultural morena del brazo. -Me dan igual sus hermanos, cuando tus abuelos mueran
heredaré el título de conde - aseguró el italiano.
-Conte Di Santi, contessa - saludó el italiano asintiendo.
-Su familia es de la mafia, aléjate de ella - le ordenó
-Fabrizio - se limitó en responder Raffaele. Raffaele sosteniéndolo del cuello de la camisa.
-Les presento a mi prometida, Vanessa Sorrentino - dijo -No voy a retractarme - declaró Fabrizio soltándose del
Fabrizio sonriéndole a su acompañante. agarre de Raffaele. - Está es mi venganza, después de
-Si nos disculpan un momento, por favor - se excusó todo su familia asesinó a mis padres.
Raffaele con ambas mujeres antes de guiar al otro italiano -Eres un imbécil, esto te costará la vida a ti también - le
a la terraza. advirtió Raffaele.
- ¿Que te sucede? - cuestionó Fabrizio soltándose del -No deberías preocuparte por mí, no somos famiglia -
agarre de Raffaele. repuso Fabrizio antes de darse la vuelta para regresar a la
-Esa mujer es una Sorrentino ¿Tienes idea de lo que fiesta.
significa? - gruñó el conde
Raffaele maldijo una y otra vez, desde que tenía uso de - ¿Dov'è mia sorella? (¿Dónde está mi hermana?) -
razón que habían competido por quién era el mejor, todo preguntó Alessandro Sorrentino, el mayor de los
habría sido más sencillo si hubieran sido amigos. Tenían hermanos.
más cosas en común de las que le gustaría admitir.
-Márchense ahora mismo de aquí - les ordenó Raffaele.
-Nos vamos ahora mismo, Kate - anunció Raffaele
cuando regreso a la fiesta. -No nos iremos hasta llevarnos a nuestra hermana -
repuso Leonardo Sorrentino abriéndose paso hasta el
-La fiesta está recién comenzando, no seas aburrido, es salón.
mi compromiso - comentó Fabrizio sonriendo.
Todos los invitados se quedaron en silencio en cuanto los
- ¿Qué ocurre? - preguntó la rubia frunciendo el ceño vieron. Altos y morenos, vestidos de negro, y causando
cuando su marido la tomó del brazo para sacarla de la temor a dónde quiera que fueran.
fiesta.
- ¿Que hacen acá? - cuestionó Vanessa, la prometida de
-Te lo explicaré luego - repuso el conde esquivando a los Fabrizio.
invitados.
-Te vamos a llevar a casa ahora mismo, ragazza - expuso
- ¿A dónde van? - cuestionó el marqués bloqueándoles el Marcello, el menor de los hombres.
camino cuando estaban a punto de llegar al recibidor.
-No iré a ningún lado, está es mi fiesta de compromiso -
-Mataran a todos, saca a la abuela de aquí - expuso repuso la muchacha con valentía.
Raffaele alterado.
-Nos vamos ahora ¿Capisci? - manifestó Alessandro
- ¿De qué estás hablando? - interrogó el anciano. dando un paso al frente y ofreciéndole su mano a la
menor de sus hermanos.
-La prometida de Fabrizio es una Sorrentino - le explicó
Raffaele. -Ha dicho que no irá a ningún lado - declaró Fabrizio
interponiéndose entre su prometida y el hermano de ésta.
- ¡Mi erda! - exclamó el marqués cuando la puerta se
abrió. -No estaba hablando contigo, stronzo - repuso Alessandro
sacando una pistola y apuntándolo en la cabeza.
Tres hombres altos y moreno entraron al recibidor, no
estaban solos, venían acompañados por seis -Portali fuori di qui, Víctor (Llévalos fuera de aquí,
guardaespaldas armados. Víctor) - le ordenó Raffaele al jefe de seguridad que se
encontraba a su lado.
Raffaele empujó a Kate atrás de él.
-Qualunque cosa tu ordini (Lo que usted ordene) - dijo -No me hagan esto, por favor - suplicó la muchacha
Víctor haciéndoles una señal a sus hombres que se cuando su otro hermano, Marcello, apuntó a Fabrizio en
encontraban infiltrados entre los invitados. la cabeza con la pistola.
-Esto no es contigo, conte - le advirtió Marcello. -Ya sabes lo que debes hacer - repuso Marcello.
-Fabrizio pertenece a mi familia, por lo tanto, es mi Vanessa se posicionó frente a Fabrizio y Raffaele, de
asunto - declaró Raffaele dando un paso al frente. modo que sus hermanos la apuntaron a ella.
-Sal de aquí, Raffaele - dijo entre dientes Fabrizio cuando -Disparen - les ordenó la joven.
el conde se puso a su lado.
Marcello jaló el gatillo, los invitados gritaron cuando se
-Dispara, Sorrentino - lo animó Raffaele. - Demuéstrales rompió el ventanal y los vidrios cayeron al suelo.
a todos que no estamos equivocados respecto a lo que
son. -Última vez, Vanessa. Vamos a casa - le advirtió
Alessandro apuntándola en la cabeza.
-No me provoques, conte Di Santi - le advirtió
Alessandro apuntándolo en la cabeza con la pistola. - Este -Baja esa arma ahora mismo, Alessandro - le ordenó una
asunto es con tu primo. mujer tras él.

-Vete de aquí, Raffaele - le ordenó Fabrizio. -Márchate ahora mismo de aquí - gruñó el italiano sin
necesidad de voltear a ver de quién se trataba.
-No recibo órdenes de nadie, soy un conde - repuso
Raffaele entre dientes. -No me iré a ningún lado - declaró la mujer abriéndose
paso para posicionarse frente al cañón de la pistola. -
-Raffaele, por favor, vámonos - le pidió Kate presa del Dispárame, y demuéstrales a todos, el hijo de puta que
pánico. eres.
-Miren nada más, sino es la condessa Di Santi - comentó -Deberías haber cuidado a Vanessa, para eso te pago -
Leonardo Sorrentino acercándose a Kate, Víctor y otro dijo entre dientes Alessandro.
guardaespaldas se interpusieron en su camino,
protegiendo a la rubia. -Lo estoy haciendo ahora, dispárame - lo desafío la mujer
alzando la barbilla sin temor a morir.
-Basta, deténganse ahora mismo - les ordenó Vanessa a
sus hermanos. Alessandro en cosa de segundos desvío la pistola a una de
las lámparas que colgaban del techo y soltó el gatillo. La
-No nos iremos de aquí sin ti - decretó Alessandro. mujer frente a él intento darle un puñetazo, pero el
italiano fue más rápido, se la echó al hombro como si de
un saco de papa se tratase, y a pesar de las maldiciones y
golpes que la mujer le daba se dirigió a la salida.
Leonardo y Marcello por su lado cogieron a Vanessa y se
la llevaron a la fuerza. La mujer gritaba y lloraba, aun así,
nadie hizo nada para impedir que se la llevaran. Los
guardaespaldas que los acompañaban iban tras ellos,
custodiándolos.
- ¡Raffaele! - exclamó Kate aferrándose a él cuando
Víctor se hizo a un lado.
- ¿Estás bien, piccolina? - preguntó Raffaele secándole CAPITULO 26
las lágrimas que corrían por su mejilla.
-Creí que iban a matarte - confesó Kate presa del pánico.
- ¿Que estás haciendo, Kate? - preguntó Raffaele
-No pasó nada, piccolina, tranquila. consiguiendo que la joven se sobresaltara, no lo había
oído llegar.
-Tenía miedo, Raffaele - admitió la rubia escondiendo la
cabeza en su cuello mientras su marido la abrazaba. -Estoy ayudando a preparar la cena - contestó Kate
sonrojándose cuando Raffaele recorrió su cuerpo con la
-Mientras estés conmigo nada va a pasarte, lo juro - mirada.
declaró Raffaele buscando sus labios para besarla.
-Hay personas que se encargan de eso, no deberías estar
aquí - manifestó el conde.
-Esta es mi casa, y si quiero preparar la cena lo haré -
declaró Kate dando la vuelta para continuar cortando las
verduras.
Escuchó a Raffaele acercarse, y luego lo sintió tras ella,
su presencia era imposible de ignorar.
- ¿Qué hiciste durante el día? - se esforzó en preguntan la
rubia.
-Fui a ver el desastre que quedó anoche en la villa de mis -No puedo ayudarte - declaró Raffaele.
abuelos - respondió Raffaele besando su cuello, Kate se
estremeció ante la sutil caricia. - ¿Porque no? Ni siquiera voy a pedirte dinero.

-Raffaele, no estamos solos - le recordó la joven. -Kate, espérame en la habitación, iré enseguida - le
ordenó el conde a su esposa.
-Eso puedo solucionarlo en cosa de segundos - aseguró el
conde girándola de modo que quedaron frente a frente. - -No iré a ningún lado - repuso la rubia cruzándose de
Retírense por favor, necesito estar a solas con mi esposa - brazos. - ¿Qué es lo que quieres Fabrizio?
les ordenó a las empleadas que se encontraban en la -Vanessa y yo vamos a huir, lo único que quería pedirte
cocina. Raffaele, es que aceptes ser mi padrino de boda, no tengo
Las mujeres inmediatamente se dispusieron a abandonar a nadie más a quién pedírselo - expuso italiano.
el lugar. -Eso es demasiado arriesgado, no voy a exponer a Kate,
-No se vayan, terminen la cena, nos iremos nosotros - olvídalo - declaró Raffaele.
expuso la rubia ofreciéndole la mano a su marido. -Lamento hacerlos perder el tiempo, no volveré a
Raffaele tomó su mano y la besó en el dorso, luego con molestarlos - dijo Fabrizio a modo de despedida.
un movimiento rápido la cargo en sus brazos. -Sus hermanos van a matarte cuando se enteren, ni
Cuando iban pasando por el salón el timbre sonó, y el siquiera la amas, sólo la estás usando a tu favor - expuso
mayordomo de apresuró en ir abrir la puerta. Raffaele sin poder contenerse. - No voy a ser tu cómplice,
y tampoco quiero que mueras, hablaré con mi abuelo e
- ¿Esperas a alguien? - preguntó Kate sosteniendo su intentaré hacer algo por ti ¿Cuánto dinero necesitas para
barbilla antes de besarlo suavemente en los labios. olvidarte de toda esta mierda y comenzar de nuevo?
-No ¿Y tú? -Nada de lo que tienes podrá hacerme cambiar de
opinión, voy a casarme con Vanessa Sorrentino, aunque
La rubia negó con la cabeza y le pidió que la dejara en el sea lo último que haga - declaró Fabrizio.
suelo, Raffaele de mala gana obedeció.
- ¿Cuándo es la boda? - preguntó Kate.
-Ciao - saludó Fabrizio a la pareja.
-Mañana al mediodía en la iglesia de San Marcos -
- ¿Qué haces aquí? - cuestionó Raffaele entre dientes. respondió el italiano.
-Necesito tu ayuda, te he llamado y te he enviado cientos -Raffaele será tu padrino - decretó la rubia sin siquiera
de mensajes, pero no contestas - expuso el joven italiano consultarlo con su marido.
encogiéndose de hombros.
-Kate - le advirtió Raffaele entre dientes. -Ciao - contestó Kate.
-Esta es la oportunidad perfecta para que dé una vez por -Debo irme - declaró la mujer que acompañaba a la
todas comiencen a llevarse bien - manifestó la joven italiana.
dedicándoles una sonrisa.
- ¿No le dirás nada a mis hermanos? - preguntó Vanessa
- ¿A dónde van a huir? - le preguntó el conde a Fabrizio. presa del pánico.
-Tus abuelos tienen una casa en los Alpes Suizos, planeo -No lo hare, lo prometo - aseguró la mujer.
estar allí un par de semanas, espero no te moleste.
Vanessa dio un paso al frente y por impulso la abrazo.
-Me da igual, puedes usarla el tiempo que quieras -
repuso Raffaele encogiéndose de hombros. - ¿Quieres -Gracias Zoe, de no ser por ti jamás hubiera podido hacer
beber algo? esto.

-Una copa de vino estaría bien - dijo Fabrizio, luego se -No me lo agradezcas aún - repuso la mujer apartándose
dirigió a la rubia. - Gracias Kate. de ella.

-No hay de que, iré a la cocina a terminar de preparar la Zoe rodeó el deportivo y se subió en el asiento del
cena, espero te quedes a cenar Fabrizio. conductor.

-Claro - aceptó rápidamente el italiano. - ¿Lista para elegir tu vestido de novia? - le preguntó
Kate a Vanessa.
Raffaele rodó los ojos, ahora tendría que hacer un
esfuerzo por tolerarlo. -Sí, estoy lista - declaró la joven tomando su maleta para
luego seguirla hasta la tienda.
******
En cuanto cruzaron las puertas, fueron abordadas por el
Kate miró la hora en su teléfono celular, llevaba diseñador.
esperando más de media hora a Vanessa Sorrentino.
- ¡Kate, que alegría volver a verte! - exclamó el hombre
Estaba ayudando a Fabrizio con su boda solo porque abrazándola.
quería que mejorara la relación con Raffaele, después de
todo eran familia, y no entendía porque se odiaban tanto. -A mí también me da gusto verte, Félix - aseguró la rubia.
- Necesito tu ayuda.
Un deportivo negro se detuvo frente a la limusina, y Kate
abrió la puerta sin esperar a que el chófer lo hiciera. - ¿Que ocurre, cariño? - preguntó el diseñador
visiblemente preocupado.
-Ciao - la saludó Vanessa.
-Se casa en dos horas y necesita encontrar un vestido de -Hay un imbécil que me sigue a todos lados, me envía
novia - dijo Kate señalando a Vanessa. flores y notas amenazantes, por eso le pedí a Rebecca que
contratara a un guardaespaldas o algo por el estilo, pero
-Han llegado al lugar correcto - manifestó el diseñador es una inútil - expuso la modelo enfadada.
sonriendo ampliamente. - Vengan conmigo.
- ¡Dios! ¡Eso es terrible! - exclamó el diseñador
Kate y Vanessa lo siguieron hasta el segundo piso de la llevándose la mano al corazón con espanto.
tienda.
- ¿Quién eres? ¿También eres modelo? - le preguntó
-Tengo varios diseños nuevos ¿Cómo quieres tu vestido? Carina a Kate.
- le habló el diseñador a Vanessa que hasta el momento
no había dicho ni una sola palabra. -No, no soy modelo - repuso la rubia. - Me llamo Kate.
-Quiero un vestido sencillo - contestó la joven. -Carina Mancini - se presentó la modelo.
-Chicas traigan todos los vestidos de novia del sector 6 - -Kate es la esposa del Conde Di Santi - comentó Félix
les ordenó el diseñador a sus empleadas. rodeando los hombros de la rubia. - ¿Verdad que es
bella?
Pasaron unos minutos y las empleadas llegaron con los
vestidos, Vanessa escogió uno y se encerró en el -No está mal - repuso Carina recorriéndola con la mirada.
probador. - Si necesitas trabajo avísame, conozco muchas agencias.
-Este viernes expondré todos mis nuevos diseños - -Gracias, lo tendré en cuenta - dijo Kate sonrojándose.
comentó Félix. - Por esa razón la tienda está hecha un
caos. -Condessa Di Santi, su marido... - comenzó a decir
Daniella de pie en el marco de la puerta, al ver a Carina
-Fantástico, te felicito, tus vestidos son únicos - manifestó se aclaró la garganta. - ¿Qué haces aquí?
Kate. - Ame mi vestido de novia.
-Hola hermanita, es bastante tonta tu pregunta, desfilaré
-Lucías espléndida, digna de la nobleza - aseguró el uno de los vestidos de Félix - expuso la modelo
diseñador carcajeándose con Kate. sonriéndole al diseñador.
-Tu trabajo es hacer lo que yo digo, ya estoy harta de que - ¿Son hermanas? - preguntó Kate asombrada.
ese psicópata me siga a todos lados - dijo una de las
modelos que se encontraba hablado por teléfono. - Tienes -Lamentablemente - dijeron ambas al mismo tiempo.
que encontrar a alguien pronto. -Daniella también era una de mis modelos, pero desde
-Carina ¿Que ocurre, querida? - le preguntó Félix a la que se enamoró de... - comenzó a decir Félix.
modelo cuando ésta cortó la llamada.
-Cállate - le ordenó la joven italiana. - ¿Conoces a Carina Mancini? - le preguntó Kate.
- ¿De quién te enamoraste? - cuestionó Kate, ya sabiendo -Sí, es amiga de Marina y es la hermana mayor de
la respuesta. Daniella ¿Por qué preguntas?
-De nadie - mintió Daniella completamente sonrojada. -Me ha ofrecido trabajo como modelo - expuso la rubia.
-Es obvio, se enamoró de tu marido - declaró Carina con -No te quiero cerca de esa mujer - le advirtió el conde.
una sonrisa maliciosa.
- ¿También era tu amante? - cuestionó Kate apartándose
de él cuando la limusina se detuvo frente a la mansión.
-No, para nada, apenas la conozco, aun así, no te acerques
a ella - declaró Raffaele.
Kate bajó del vehículo cuando el chofer le abrió la puerta,
estaba anocheciendo, y el viento alborotó su cabello.
CAPITULO 27 -Vamos a la casa, tengo una sorpresa preparada para ti -
anunció su marido dándole la mano.
Raffaele buscó la boca de Kate para besarla, pero ella lo Cuando entraron a la mansión Raffaele la guio hasta el
esquivó. salón, y Kate se quedó sin palabras cuando vio los
cuadros que alguna vez pintó para Heidi.
- ¿Qué te pasa ahora? - cuestionó él sosteniendo su
barbilla. -Le he comprado tus cuadros a Heidi, sé cuánto sacrificio
y esfuerzo has puesto en ellos, quería que los tuvieras
-Daniella está enamorada de ti - susurró la rubia. aquí en nuestra casa.
- ¿Y? Kate apartó la mirada de sus cuadros para concentrase en
-Es tu secretaria - dijo Kate como si fuera lo más obvio el hombre que amaba.
del mundo. -Nunca nadie había hecho algo así por mí, no sabes
- ¿Y? cuánto significa para mí - expuso Kate con los ojos llenos
de lágrimas.
-No me agrada en lo más mínimo - confesó ella.
Raffaele la envolvió entre sus brazos para atraerla hacia
-Tú eres mi esposa, no deberías preocuparte por Daniella, su cuerpo. Ya no podía seguir negando lo que sentía por
ella sólo es mi secretaria - manifestó Raffaele.
Kate, necesitaba demostrárselo de todas maneras -Quizás estoy embarazada - confesó la rubia observando
posibles, la amaba y quería que ella lo supiera. el rostro de su marido a través del espejo.
-Te amo Kate, y haría lo que fuera por ti - declaró - ¿En serio lo estás? - preguntó Raffaele con entusiasmo.
Raffaele.
-Tal vez, pero no te hagas ilusiones aún - le advirtió Kate.
- ¿En serio me amas? - preguntó la rubia alzando la
mirada hacia él. - ¡Vamos a tener un hijo! - exclamó el conde alzándola en
brazos mientras la abrazaba.
-Más que a nada en el mundo - aseguró Raffaele.
-No estoy segura, sólo olvide la segunda inyección -
-Yo también te amo - admitió Kate poniéndose de repuso la rubia observando los maravillosos ojos de su
puntillas para besarlo en los labios. marido que la miraban con ilusión.
****** -Te pediré una hora con una especialista en maternidad,
para estar seguros - declaró Raffaele.
La mañana siguiente Kate apartó el brazo que rodeaba su
cintura y abandonó la cama. Kate le sonrió.
No era la primera vez en esa semana que tenía náuseas, -Te amo, Raffaele.
pensó mientras expulsaba todo lo que había comido la
noche anterior. Hizo cálculos mentales, y llegó a la -Y yo te amo a ti, piccolina - contestó él besándola en los
conclusión de que tenía un atraso, el período no le había labios.
llegado ese mes. ******
- ¿Qué te pasa? - preguntó Raffaele abriendo la puerta del - ¡Dios! ¡Aún no puedo creer que vamos a ser padres! -
baño, se acercó sin dudarlo al encontrarla vomitando. exclamó el conde cuando se subieron a la limusina luego
-Lo siento - se excusó la rubia tirando la cadena. de visitar a la ginecóloga.

-Llamaré a un doctor - declaró el conde observando su -Lo sé, yo aún no me lo creo - dijo Kate llevándose una
pálido rostro. mano al vientre. - Vamos a tener un hijo.

-No es necesario - repuso Kate buscando su cepillo de -Vas a ser una excelente mamá, te he visto con tus
dientes. sobrinos y ellos te adoran - manifestó Raffaele.

-Estás enferma, Kate - aseguró Raffaele también -Tú también serás un excelente padre - repuso la rubia
buscando su cepillo de dientes. besándolo en los labios.
Sin dejar de besarse Raffaele la sentó a horcajadas arriba -Te amo, Raffaele - declaró la rubia mirándolo a los ojos.
de él, sonrió contra sus labios cuando le acarició los
pechos. -Yo te amo aún más, Katherine - repuso él antes besarla
apasionadamente mientras le hacía el amor con suavidad.
-Ahora ya sabemos porque los tenías tan sensibles anoche
- murmuró él. ******

-Sí, llevo a tu hijo en mi vientre - dijo Kate Kate se encontraba en la habitación que había escogido
mordisqueando su labio inferior. como su estudio de arte, y volteó al oír la puerta abrirse
bruscamente.
- ¿Quieres que lo hagamos aquí? - le preguntó Raffaele
sosteniendo sus caderas cuando ella se contorneó arriba -Aquí estás, perra - dijo Marina hecha una furia.
de su miembro. - ¿Qué diablos haces en mi casa? ¿Cómo conseguiste
-Hagámoslo dónde sea - repuso la rubia aferrándose a los entrar? - cuestionó Kate dejando a un lado los pinceles
fuertes hombros de su marido cuando éste le subió el para encarar a la ex amante de su marido.
vestido y le apartó las bragas. - No las rompas - le -Eso da igual - repuso la mujer caminando hasta la rubia.
advirtió al saber las intenciones de Raffaele. - No eres más que una pobretona jugando a ser de la
-No lo haré - prometió él penetrándola con un dedo nobleza, condesa Di Santi - se burló.
primero para prepararla, luego cuando estuvo lo -Vete de mi casa ahora, Marina - le ordenó Kate.
suficientemente mojada agregó un segundo dedo a la
labor. -No me iré aún, primero tengo que decirte unas cuantas
verdades - manifestó la morena.
-Besa mis pezones, por favor - le pidió Kate bajándose la
parte de arriba del vestido para exponerlos ante su -Largo de mi casa - dijo Kate entre dientes.
marido. -Raffaele era mío hasta que tú apareciste, arruinaste mi
Raffaele se llevó uno a la boca primero, y sonrió cuando vida y la de mi familia. El muy desgraciado rompió la
Kate contuvo la respiración. asociación con mi padre, y no quiere hablarme por tú
culpa.
-Lo haces tan bien - susurró la rubia.
-Me da igual, te lo mereces por perra arrastrada - declaró
El conde apartó los dedos de su interior para Kate pasando junto a la morena para abandonar la
reemplazarlos por su miembro. habitación
-Iré despacio, ahora tenemos un polizón a bordo - dijo - ¿A dónde crees que vas, Katherine? - cuestionó Marina
Raffaele deslizándose poco a poco en la vagina de Kate. estampándola en la pared del pasillo.
-Suéltame Marina - le advirtió la rubia. -Lady Katherine - dijo Daniella agachándose junto a la
esposa de su jefe. - Por favor, condesa, responda.
-No lo haré hasta que me prometas que le dirás a Raffaele
que vuelva asociarse con mi padre. La mujer italiana desesperada, sin saber que hacer marcó
al número de su jefe.
-No le diré nada a Raffaele, por tu propio bien, vete de mi
casa ahora mismo - decretó Kate empujando a Marina - ¿Le llevaste los papeles a Kate? - le preguntó Raffaele
para que la soltara. en cuanto contestó.
-Me las vas a pagar, Katherine, juró que lo harás - -Conde, su esposa... Ha tenido un accidente - confesó
prometió la italiana pasando junto a Kate para dirigirse a Daniella presa del pánico.
las escaleras.
La rubia la siguió, no iba a dejar que anduviera suelta en
su casa, esa mujer era capaz de cualquier cosa.
-Raffaele iba a pedirme ser su esposa, y tú lo arruinaste,
mi padre y su abuelo tenían todo arreglado - comentó
Marina entre dientes. - ¡Todo es tu culpa!
CAPITULO 28
-Yo no tengo la culpa de que Raffaele no te ame, además
él jamás se hubiera casado con una mujer egoísta y
arrogante como tú - repuso Kate. Raffaele iba de un lado a otro por la sala de espera, no
Marina por acto impulsivo empujó a Kate, y ésta dio un podía creer que estuviera pasando lo que más se temía.
paso atrás, doblándose el tobillo de modo que cayó por No quería perder a Kate, ni tampoco a su hijo.
las escaleras. -Conde... - comenzó a decir Daniella que se encontraba
La mujer italiana observó a la rubia rodar por las acompañándolo.
escaleras, no daba crédito a lo que había pasado. -Es mejor que guardes silencio, y que te vayas a tu casa -
- ¿Qué haces aquí Marina? - preguntó Daniella le ordenó Raffaele entre dientes.
apareciendo en el salón. - ¡Lady Katherine! - exclamó al - ¿Que hará con Marina? - se atrevió a preguntó la joven.
ver a la rubia en el suelo.
-No es asunto tuyo, márchate - gruñó Raffaele.
-Ni una palabra de esto a nadie - le advirtió Marina
bajando la escalera a toda velocidad para luego Daniella lo observó, se veía realmente destrozado, estaba
abandonar la mansión. sufriendo por la mujer que amaba. Sus ojos se empañaron
de lágrimas, haría lo que fuera por él, lo amaba desde el -No, lo haré yo - repuso Raffaele sacando su teléfono
primer momento en que lo vio. celular para anotar el número que Benjamín le dio.
-Buenas noches, conde Di Santi - se despidió Daniella a -Pobre Kate, Marina debe pagar por lo que le hizo -
pesar de que a él no le importaba en lo más mínimo, ella murmuró Rosalie tomando asiento.
no era más que su asistente personal, eso siempre lo tuvo
claro, pero prefería eso a no ser nadie en la vida de él. Raffaele se apartó de la pareja y marcó el número de
James Collins.
Presionó el botón para llamar al elevador, y esperó a que
las puertas se abrieran cuando elevador llegó al piso. Se - ¿Quién llama? - preguntó el exmilitar al contestar la
llevó una gran sorpresa al ver allí a Benjamín Vaultier llamada.
junto a su asistente. -Hablas con el conde Raffaele Di Santi - dijo el italiano.
-Señorita Mancini - la saludó el francés. - ¿Qué quieres? - cuestionó James.
-Señor Vaultier - respondió la joven asintiendo en su -Quiero contratarte para que encuentres a una mujer...
dirección. No le fue inadvertida la mano del empresario
en la cintura de su secretaria, cuando se alejaron por el -No hago ese tipo de trabajo - lo interrumpió James.
pasillo. -Estoy dispuesto a pagarte lo que pidas por encontrar a
-Recibí tu llamada - comentó Benjamín cuando llegó a la Marina Lombardi.
sala de espera y se encontró a Raffaele yendo de un lado -Llama a la policía entonces, ellos lo harán gratis - repuso
al otro, parecía león enjaulado. el general Collins.
-Si algo le pasa a Kate o mi hijo no sé de lo que soy -Mi esposa está hospitalizada por culpa de esa mujer, la
capaz de hacer - admitió Raffaele devastado. policía va a tardar en encontrarla, estoy dispuesto a
-Ambos estarán bien - dijo Benjamín en un intento por pagarte lo que sea para que la encuentres - manifestó
tranquilizarlo. - Te traje el número que me pediste ¿Que Raffaele sonando desesperado.
vas a hacer? - ¿Cuánto dinero estás dispuesto a pagar? - cuestionó
-Necesito que encuentren a Marina y la hagan pagar por James, y sonrió de lado al oír la exorbitante suma que le
esto - gruñó el conde apretando los puños al costado. ofrecía. - Hecho, te avisaré cuando me haya desecho de
ella.
-Collins es un tipo difícil de tratar ¿Quieres que hable yo
con él? - manifestó el francés. -No quiero que la mates, solo encuéntrala y llévala a la
policía - decretó el conde.
-Está bien ¿De dónde me estás llamando? -El bambino está bien - aseguró el conde dedicándole una
sonrisa a su esposa.
-De Italia...
-Por un momento pensé que...
-Bien, mañana a primera hora estaré allí, contéstame el
teléfono cuando te llame, mis hombres buscarán por -Tú y nuestro hijo están bien, los médicos han dicho que
satélite la ubicación de Marina Lombardi, esto es pan no sufriste ningún daño, te hicieron un escáner, para
comido - dijo James antes de cortar. asegurarse.
- ¿Entonces? - cuestionó Benjamín cuando Raffaele -Te amo Raffaele - declaró la rubia alzando su mano para
regresó. acariciar la barbilla de su marido.
-Va a ayudarme a encontrar a Marina - contestó Raffaele -Eres mi vida, Kate, no sé qué hubiera hecho sin ti, por
guardando su teléfono. poco pierdo la cabeza - admitió Raffaele inclinándose
hacia ella para besarla en los labios y luego besar su
-Collins es el mejor en su trabajo, de eso no tengas dudas vientre. - Hola polizón, me alegro de que estés bien -
- aseguró el francés. susurró.
-Más le vale - dijo Raffaele entre dientes. - Haré que Kate observó a Raffaele hablarle a su hijo, y las lágrimas
Marina se pudra en la cárcel. rodaron por su rostro, por un segundo pensó que los había
- ¿Qué pasó con tus guardaespaldas? ¿Porque no la perdido a ambos.
detuvieron? - preguntó Rosalie que se encontraba sentada -No puede entrar - se escuchaba la voz de una mujer
junto a Benjamín. afuera de la habitación.
-No sé cómo lo hizo para entrar en la casa, lo más -Soy el marqués Di Santi, por favor, salga de mi camino -
probable es que alguien le ayudo, y no voy a descansar dijo el anciano antes de abrir la puerta.
hasta averiguarlo - declaró Raffaele.
Raffaele entrelazó sus dedos con los de Kate para luego
****** ponerlos sobre su vientre de manera protectora.
Kate abrió los ojos y se llevó las manos a su vientre por - ¿Cómo estás, cara? ¿Y el bambino?
instinto.
-Estoy bien, marqués, y mi hijo también lo está -
-Mi bebé - sollozó. respondió la rubia llevándose el dorso de su mano libre al
Raffaele estaba junto a ella, y posó la mano en su vientre. rostro para secarse el rastro de lágrimas que había
derramado momentos antes.
- ¿Qué haces aquí, nonno? - cuestionó Raffaele entre -Fabrizio nunca le ha tomado el peso a la vitta, es un
dientes. bebedor y un apostador, tenía que incentivarlo de algún
modo a cambiar, y que mejor que ofreciéndole de
-Quería saber cómo se encontraban tu esposa y tu hijo, mentiras tu título - explicó el marqués encogiéndose de
ragazzo - contestó el marqués acercándose a la mesita hombros.
junto a la cama para dejar el ramo de rosas que le había
llevado a la rubia. -No está bien jugar de ese modo con las personas, por lo
visto usted es el culpable de la enemistad de Raffaele con
-Vete - gruñó Raffaele. Fabrizio - dijo Kate sin poder contenerse.
-No me iré a ningún lado, quiero saber quién fue el -Sí tienes razón, soy el culpable. Y gracias a eso Raffaele
culpable de esto, tomaré acciones legales - manifestó el es el hombre que ves ahora - repuso el anciano señalando
marqués. a su nieto. - Ojalá yo en mi juventud hubiera tenido a
-Esto no es asunto tuyo, yo ya me hice cargo - declaró alguien que me regañara y me guiara, como yo lo hice
Raffaele molesto con su abuelo. con Raffaele, es un hombre correcto e intachable y nadie
puede decir lo contrario.
- ¿Qué te pasa ragazzo? - cuestionó Angelo Di Santi
confundido con el comportamiento de su nieto. -Marina fue quién empujó a Kate por las escaleras,
Daniella me lo dijo - aseguró el joven italiano.
-No voy a dejar que sigas manipulando mi vida,
renunciaré al título de conde, no voy a exponer a mi hijo, -Retiraré todas mis inversiones de las empresas de su
quiero criarlo como Kate y yo creamos correcto, no bajo familia y romperé mi amistad con sus padres, nadie le
el estricto protocolo al que me has sometido desde que hace daño a mi familia, y Kate es una Di Santi, al igual
tengo uso de razón - expuso Raffaele. que el hijo que espera - declaró el marqués.

-No voy a aceptar que renuncies al título, es tuyo por -Marina ha dicho que usted y el padre de ella acordaron
derecho, así como también lo será de tu hijo. casarla con Raffaele ¿Es cierto? - interrogó la rubia.

- ¿Qué hay de Fabrizio? - preguntó Kate. -Jamás acordaría el matrimonio de nadie, menos de mi
nieto, mis padres lo hicieron conmigo, y gracias a Dios
-Fabrizio es sólo la oveja negra de la familia de mi no se equivocaron. Cuando hable con Raffaele y le pedí
esposa, ni siquiera es un Di Santi, jamás tendrá el título que se casara, él tenía la opción de escoger a quien
de conde - decretó el anciano. quisiera, y te escogió a ti, una decisión acertada, eso no
-Él creé que casándose y teniendo un hijo conseguirá el cabe duda.
título ¿Porque le mentiste? - repuso Raffaele entre
dientes.
-Ya sé quién dejo entrar a Marina a la mansión - confesó -No quiero nada para beber, mi amor, deja de tratarme
Raffaele. - Fue Nancy, antes de contratarla trabajaba para como si estuviera enferma, sólo estoy embarazada -
los padres de Marina. manifestó la rubia sosteniendo el rostro de su marido.
- ¿Qué? - preguntó la rubia incrédula. - ¿Cómo es -El médico dijo que debía cuidarte, sobre todo ahora. No
posible? quiero perderte, ni tampoco a nuestro hijo.
-James Collins lo descubrió, es un investigador privado al -Te amo, Raffaele - declaró la rubia.
que le he pagado para que encuentre a Marina y la
entregue a la policía, me recomendó presentar cargos por -Ti amo, Kate, sei tutta la mia vita (Te amo, Kate, eres mi
allanamiento y por intento de homicidio. vida entera) - dijo el conde en italiano antes de besarla
apasionadamente.
-Me parece muy razonable, si necesitas ayuda o algún
testigo no dudes en decirme, estaré encantado de hablar
en contra de Marina - declaró el marqués, luego se aclaró
la garganta. - Debo regresar a la villa, mi esposa debe
estar muy preocupada al no tener noticias de Kate y del
bebé.
-Iré a visitarla en cuanto me sienta mejor - manifestó la
rubia dedicándole una sonrisa al anciano.
-Los estaremos esperando, ragazza.
******
Kate intentó contener una sonrisa cuando Raffaele la alzó
en brazos, su marido exageraba al no dejarla caminar,
llevaba dos días en casa y se estaba volviendo loca al no
hacer nada. Por suerte lo había convencido para que la
llevara a ver la recolección de las uvas de su viñedo, los
abuelos de él también estarían allí ya que celebrarían la EPILOGO
vendimia.
- ¿Quieres algo para beber, piccolina? - le preguntó luego Tres años después...21
de sentarla en la terraza de la mansión de sus abuelos,
desde allí tenía la mejor panorámica del valle.
Kate sostuvo la mano de su hijo mientras caminaban por - ¿Que sucede, polizón? - preguntó el conde dejando de
las calles de Nápoles hacia el puerto dónde Raffaele tenía hablar con Fabrizio para prestarle atención a su hijo.
anclado el yate.
- ¡Mamá me ha dejado tener un perrito! - exclamó el niño
- ¡Mamma! - exclamó el niño jalando su mano para que enseñándole el animal.
se acercaran al perrito abandonado que se encontraba en
un costado de la acera. Raffaele observó a su esposa, y ella se encogió de
hombros.
-No puedes quedártelo, Stefano - le dijo la rubia a su hijo.
-Es igual a ti, no descansa hasta conseguir lo que quiere -
-Per favore, mamma - suplicó el pequeño. repuso la rubia alzando en brazos a su hijo para luego
subir al yate.
-No, Stefano - declaró Kate observando como los ojos
azules de su hijo se cristalizaban. -Ciao tío Fabrizio - dijo el niño.
-Per favore - repitió el niño. -Ciao, bambino - contestó el italiano, luego asintió hacia
la rubia. - Ciao, Kate.
La rubia observó al cachorro, era pequeño y parecía estar
pasando hambre. -Ciao, Fabrizio, me da gusto verte - manifestó
honestamente Kate.
-Está bien - aceptó finalmente Kate.
-A mí igual ¿Cuánto tiempo tienes de embarazo? -
- ¡Grazie mamma! - exclamó Stefano Di Santi soltando preguntó el ahora magnate.
su mano para tomar en brazos al perrito abandonado.
-Cinco meses, y es una niña - expuso Kate sonriendo.
Kate no pudo evitar sonreír al ver a su hijo feliz, era
increíble como cosas mínimas podían hacer feliz a un -Enhorabuena - felicitó el italiano a la pareja.
niño.
-Grazie - dijeron ambos al mismo tiempo.
-Vamos al yate, tu padre nos espera - dijo apoyando la
mano en el hombro de su hijo para guiarlo por las calles. -Debo irme, está noche viajo a Mónaco - expuso
Fabrizio.
Luego de varios minutos caminando, llegaron al puerto, y
Stefano no dudo en correr hacia el yate de su padre. -Nos estamos viendo, no te pierdas, visítanos - le dijo
Raffaele a modo de despedida.
-Stefano, no corras, podrías caerte - le advirtió la rubia.
El italiano asintió antes de abandonar el yate.
- ¡Papá! - gritó el niño al ver a Raffaele en la cubierta del
yate. - ¿Ahora qué haremos con esto? - le preguntó Raffaele a
su hijo, refiriéndose al perro.
-Mamá me ha dejado tenerlo - dijo el niño con FIN….
entusiasmo.
Kate dejo a su hijo en el suelo y le dio la mano para que
la acompañara a la cocina del yate.
Luego de alimentar al cachorro, Stefano fue hasta donde
su padre, y Raffaele lo cargo en brazos.
- ¿A dónde vamos a hora? - preguntó Kate apoyándose en
el marco de la puerta.
-A Sicilia - contestó Raffaele maniobrando el timón del
yate para sacarlo del puerto.
Kate sonrió, el parecido de Raffaele con su hijo era
asombroso, ambos y la bebé que esperaba se habían
convertido en el centro de su universo. Nunca en su vida
imaginó ser tan feliz como lo era en este momento, tenía
su propia familia con el hombre que amaba.
Raffaele sentó a su hijo en el sillón frente al timón y se
acercó a su esposa.
- ¿Porque sonríes, piccolina? - le preguntó Raffaele
envolviéndola entre sus brazos.
-Porque soy feliz, tú me has hecho la mujer más feliz de
la tierra, te amo - declaró la rubia.
-Yo también ti amo, Kate. Jamás imagine que mi vida
sería así cuando te conocí, soy muy afortunado de tenerte
- expuso el conde posando su mano en el vientre de su
esposa. - Gracias por hacerme feliz y por nuestros hijos.
Kate se puso de puntillas para besarlo.

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