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1)
Mi nombre es Jazmín Guzmán y desde que tengo 18 años eh trabajado en un club bailando para
los hombres... la mayoría de mis compañeras aparte de bailar el tubo también se meten con los
clientes pero es decisión de cada quien yo prefiero sólo bailar, ganó lo suficiente para vivir, al
principio sólo lo hacía para pagar mis estudios, después lo seguí haciendo por que me gustaba...
cuando termine mi carrera busque un trabajo donde ya tengo 3 años trabajando como la asistente
personal de Alejandro Santillán el dueño las (Constructoras Santillán )una de las mas grandes e
importantes a nivel mundial, aparte de trabajar en la constructora también sigo trabajando en el
Club ... los hombres que van a ese lugar no conocen mi cara ni mi nombre real... porque cada una
de las chicas usa un nombre falso... a mi me dicen Esmeralda por el color de mis ojos y siempre
uso un antifaz.
Mi jefe en la constructora es el hombre más mendigo y desgraciado que eh conocido y desde que
entre a trabajar como su asistente, me a tratado de la patada y se volvió más desgraciado cuando
su prometida lo dejó para irse con otro hombre unas horas antes de su boda... y yo como los demás
empleados pagamos con sus gritos y mal genio que tiene el muy perro... una vez lo tuve que llevar
a su casa porque se terminó el sólo una botella de whisky y se puso borracho en su oficina y yo
termine en su cama para después irme con la esperanza de que no recordará nada de lo que paso
entre yo y el en su cama, pero una noche que uno de sus amigos lo llevo al club donde trabajó se
obseciono con Esmeralda sin imaginar que esa bailarina era nada más que su asistente o sea yo
por la que estaba loco sólo porque lo escuchaba y lo entendía.
Iba llegando a mi trabajo como todos los días... pero este iba hacer uno de los más tranquilos
porque era lunes y mi querido jefe no se iba a aparecer por la oficina durante dos semanas por que
se avía casado el día sábado y estaría de Luna de miel... no me estaría gritando como lo a echo
durante los tres años que tenía trabajando con él... pero apenas puse un pie adentro de ese edificio
de 54 pisos y mire a Jaime el guardia de seguridad que apenas me miro y negó con la cabeza, supe
que mis dos semanas de tranquilidad se avían convertido en tormento.
- buenos dias Jaime. - lo salude como todos los días.
- buenos dias señorita Jazmín... lamentó ser yo quien le diga que sus días a partir de hoy serán
peores.
Cuando Jaime me dijo eso sentí como un escalofrío recorrió todo mi cuerpo sabía que algo malo
avía pasado.
- por que dices eso Jaime si respirare aire fresco por dos semanas, y no soportare el mal genio de
mi querido jefe.
- lamentó decirte que desde las 7 de la mañana el aire fue contaminado con la presencia del jefe...
porque fue el primero que llegó a la empresa y trae un genio peor que antes.
- no me agas ese tipo de bromas Jaime por que no es nada gracioso... mi jefe en este momento a
de estar bien empiernado en su Luna de miel.
- cual Luna de miel... el señor Alejandro no se casó... la novia lo dejó horas antes de su boda y se
fue con otro y ya te as de imaginar el genio que trae.
- hay no.. no... no... no... ese hombre se va a desquitar conmigo y yo que pensé que seria libre por
dos semanas.
Entre al elevador y ya sentía que asta las piernitas me temblaban... no podía creer que aun hombre
tan guapo como mi jefe, de ojos azules, pelo castaño claro y ese cuerpo de Dios griego que tenía
alguien lo podía dejar por otro.
Quería pensar que Jaime me estaba haciendo una broma, pero por la cara que tenían todos mis
compañeros, me confirmaban que era verdad, mi jefe si estaba en la oficina y no en su Luna de
miel.
Cuando llegue al piso 53 donde estaba mi lugar de trabajo todo ese lugar olía a ese perfume que el
usaba... entre más me acercaba a la oficina su olor era más fuerte... la puerta de su oficina estaba
entre abierta era señal de que aquel hombre estaba ahí... ni siquiera entre a darle los buenos dias
como siempre lo hacía a pesar de que nunca me contestaba el saludo.
Entre ami oficina y me senté detrás de mi escritorio sabia que él de seguro ya sabía que avía
llegado porque desde que llegue a trabajar para el había una camarita arriba de la puerta de mi
oficina y él me miraba desde su oficina... siempre me tenía vigilada y hasta la fecha no sabía si era
para asegurarse de que estuviera trabajando o sólo lo hacía para estarme fastidiando.
Fingi no saber que el no se avía casado y que estaba en la oficina continua y me puse a trabajar...
como siempre traía mis lentes de nerd que usaba, a pesar de que no los nesesitaba los usaba... la
puerta de mi oficina se abrió de repente y apareció mi guapísimo jefe.
- señorita Guzmán porque llegó hasta ahorita si su hora de entrada es alas 7.. - grito aquel hombre
furioso.
Me levanté como resorte al verlo delante de mi.
- lo siento señor avía mucho tráfico... no volverá a pasar.
- eso espero... sabe cuántas mujeres bonitas hay aya afuera que quisieran tener el puesto que
usted tiene.- me miro de pies a cabeza, yo nunca traía las faldas arriba de la rodilla y mis blusas no
eran descotadas, y mi maquillaje era natural.... sabía que mi jefe era un mujeriego y que en la
oficina no avía ni una secretaria con la que el se avía acostado y preferí vestir como una mojingata
para que no se fijará en mi.
- quiero que se ponga a trabajar y no quiero que nadie me moleste. - después de decirme eso salió
cerrando con fuerza la puerta... yo sabía que si vestía como lo hacía afuera de la oficina mi jefe no
me miraría como la más fea de su empresa...
Con lo que él me pagaba y con lo que ganaba en el antro vivía más que bien, tenía mi
departamento en una buena zona, un auto último modelo, vestía con buena ropa, por el trabajo en
el antro tenía que estar en buena forma y mantener un buen cuerpo.
Todo el día me la pase revisando los proyectos que estaban en proceso, mi jefe no me avía
molestado y eso era bueno... me avía dicho que no lo molestara pero tenía que firmarme unos
papeles asi que tenía que verle la cara y esperar sus insultos.
Apenas iba a tocar la puerta de su oficina cuando escuché su voz.
- pasa. - dijo como si supiera que iba a tocar y recordé que el muy mendigo me tenía vigilada.... Abrí
la puerta y lo mire detrás de su escritorio recargado en su silla con la cabeza hacia atrás y sus ojos
cerrados.
- señor se que dijo que no lo molestara pero necesito que me firmé unos contratos.
- dejalos sobre el escritorio y sirveme un vasó de whisky.
Puse los papeles en el escritorio como me lo pidió y me acerqué al minibar que ahí tenía y le serví
un whisky. Cuando me di la vuelta ya estaba firmando los papeles.
- señor primero debe leer los contratos antes de firmarlos.
- se supone que usted ya los leyó y esta todo en orden porque si no fuera así no me los hubiera
traído...
Le entregue el whisky y lo mire a la cara y me di cuenta que tenía los ojos cansados como si no
hubiese dormido, incluso su corbata la traia desacomodada y su cabello no lo traia peinado como
siempre.
- señor es la hora de mi comida si no me va a necesitar puedo ir... - estaba esperando un grito de su
parte pero me sorprendió su actitud.
- puedes ir.
No podía creer que aquel hombre no me gritara.... y antes de que cambiará de opinión salí de su
oficina y me fui a comer, cuando regrese él seguía encerrado en su oficina apenas llegue y me
hablo.
- señorita Guzmán venga a mi oficina ahora mismo. - su voz era la misma de siempre y sabía que
avía terminado mi día de tranquilidad... Tome mi libreta de apuntes y fui.
- se le ofrece algo señor Santillán . - le dije apenas entre a su enorme oficina, pero no lo mire
sentado detrás de su escritorio... el no estaba ahí
- si... se me ofrece algo señorita Guzmán. - me dijo justo detrás de mi, estaba borracho... me hizo
dar un brinco al escucharlo tan cerca. - necesito desahogarme y olvidar lo que esa maldita me hizo.
Su voz se escuchaba ronca y sus ojos brillaban por el efecto del alcohol, se miraba tan
desarreglado.
- señor creo que ya bebió bastante. - le quite el vaso de whisky y lo puse sobre la barra. - no vale la
pena ponerse de esa manera por alguien. - apenas y se podía sostener de pie de lo ebrio que
estaba, lo ayude a sentarse en el sofa.
- ella se burlo de mi todo el tiempo, ella no me quería sólo estaba conmigo por mi dinero... me dejo
dos horas antes de nuestra boda... soy un estúpido jazmín.
De los tres años que tenía trabajando para el nunca me avía hablando por mi nombre esta era la
primera vez que lo hacía.
- y no cree que le hizo un favor... debe agradecer de que se largó y no se casó, le dio la oportunidad
de conocer a alguien más.
El hombre frío y gruñón que conocía no estaba en ese momento, a hora estaba mirando a un
hombre dolido, de corazón roto que estaba ahogando sus penas con alcohol.
- jazmín... tu te as enamorado? Alguien te ah roto el corazón? Alguien se a burlado de ti? - me
pregunto, sus ojos azules me miraban con tanto brillo . - nunca permitas que ningún imbécil te
lastime jazmín.
- Yo nunca me enamorado señor... bueno me enamoré cuando tenía 16 años pero no me rompieron
el corazón. -.
Mi jefe se recargo en el sofa recargando su cabeza hacia atrás y poniendo una de sus manos en
sus ojos.
LA OBSESIÓN DE MI JEFE (CAP. 2)
Me la pase con él en su oficina tratando de que no siguiera bebiendo pero me era imposible así que
lo deje que se acabará la botella de whisky.
Mire la hora y ya iban hacer las 7 de la noche y yo todavía seguía en esa oficina con mí jefe que
estaba ahogado de borracho.
- ya fue suficiente alcohol por hoy.. -le dije poniendo la botella vacía en la mesa. - como no puede
manejar por todo lo que se bebió lo tendré que llevar a su casa.
Fui por mis cosas a mi oficina y desde ahí le llame a Jaime el guardia de seguridad para que
subiera asta la oficina para ayudarme a bajar a nuestro querido jefe asta el estacionamiento y
llevarlo a su casita.
Cuando Jaime llegó al piso 53... yo estaba en el pasillo esperándolo.
- por fin llegas Jaime.. -le dije cuando lo mire salir del elevador.
- tenía que cerrar bien el edificio... y donde esta el adolorido?. - me pregunto.
- esta en su oficina... no se puede poner ni de pie por lo ebrio que esta... se terminó una botella de
whisky.
Cuando entramos a la oficina de nuestro querido jefe, lo encontramos acostado en el sofa
dormidote.
- sólo esto me faltaba.. ahora como lo vamos a despertar.
Jaime me dio un vaso con agua.
- despiertalo. - me dijo.
- y porque no lo despiertas tu. - le dije negandome.
- no sabrá que le aventaste un vaso de agua, mira como está.
Agarre el vaso de agua pero ni con eso despertó... lo movi y grite y ni señales... sin pensarlo le di
una fuerte bofetada que calló al pisó.
- que pasó. - dijo con su voz borracha.
- se quedo dormido en el sofa y se calló señor.
Entre yo y Jaime lo levantamos y como pudimos lo sacamos de ahí... Jaime me ayudó a subirlo a su
auto.
- lo llevaré a su casa Jaime aquí dejaré mi auto... nos vemos mañana.
Jaime se retiró y yo empecé a buscarle las llaves a mi jefe entre las bolsas de su pantalón.
- por Dios este hombre esta muy bien dotado. - dije al sentir sin querer su bulto en medio de sus
piernas.
Cuado encontré sus llaves encendí el auto y salí del edificio... ya sabia donde vivia porque varias
veces me hizo llevarle algunos papeles en mis días de descanso.
El vivía del lado norte de la ciudad y yo del lado Sur... su edificio era enorme, el vivía en un
penhouse y yo en un departamento.
Me costó mucho trabajo bajarlo del auto, cuando logré llegar con el al elevador, tuve tan mala
suerte que una mujer de unos 60 años subiera con nosotros... yo sólo recargue a mi jefe y lo abrace
de su cintura para que no se fuera a caer, pero el me abrazó y me empezó a besar el cuello.
- hueles delicioso Jazmín. - me decía.
La mujer sólo se nos quedaba mirando y yo trataba de agarrarle las manos ami jefe para que no me
estuviera agarrando el trasero.
- esta noche quiero que te quedes haciendo el amor conmigo. - yo sentía la cara roja de la
vergüenza.
La mujer bajo unos pisos antes que nosotros.
- deberían de irse aun hotel par de zinvergüenzas. - nos dijo la mujer antes de que se cerrarán las
puertas del elevador.
Mi jefe ni siquiera alejo sus manos de mi trasero y sus labios de mi cuello cuando la mujer nos dijo
éso.
- ya deje de estar agarrando mi trasero señor Santillán. - le dije molesta.
Cuado llegamos a su piso, salí con el abrazada y cuando estábamos afuera de su departamento le
tuve que volver a esculcar las bolsas de su pantalón y esta vez mi jefe ya tenía un enorme bulto en
su pantalón....
- Diosito porque me haces esto y me pones esta tentación si sabes que soy devil. - dije suspirando.
Entre con mi jefe y lo lleve asta su habitación y lo acoste en la cama para que se volviera a quedar
dormido... pero apenas lo acoste y el se levantó y se empezó a quitar toda su ropa frente a mi.
- hay no... - me voltie para no ver ese pedazo de carne que tenia en medio de sus piernas. - debo
irme señor espero y mañana ya se sienta mejor.
Cuando apenas iba a dar un par de pasos sentí como me jaló.
- no te vayas jazmín... quiero que te quedes aquí... déjame hacerte el amor para olvidarme de mi
desgracia. -Me avento a la cama.
- acaso está loco... esta muy borracho señor... - dije con mis ojos muy abiertos al ver que eso que
tenía en medio de sus piernas era más grande de lo que me lo imaginé.... - a parte eso es
demasiado tamaño para mi. - dije apuntandole con mi dedo índice.
Intente ponerme de pié pero el no me dejo y se subió arriba de mi y me empezó a desabrochar mi
blusa mientras me besaba el cuello.
- pero que estoy haciendo... - pensé en silencio, desde que empecé a trabajar con el siempre me
imaginé teniendo sexo salvaje con este hombre, pero solo era una fantasía que podia hacer
realidad en ese momento.
- sólo dejate llevar.. - me dijo al intentar quitarmelo de encima.
Hice lo que el me pidió... me deje llevar, ese hombre me dejo desnuda en segundos, me besaba
como si me quisiera comer viva... sus besos sabían a ese whisky que avía bebido... y sus caricias
eran con desesperación que sentía que me dejaría marcas en mi cuerpecito.
Cuando me abrió mis piernas con las de el, sabía que empezaría lo mejor, yo no era Virgen porque
había perdido mi virginidad a mis 18 y a veces solía acostarme con mi amigo el flaco el hijo del
dueño del club donde bailaba los fines de semana, pero y este hombre era enorme para mi.
Intente alejarlo con mis manos para que no me penetrarme cuándo sentí que colocó en medio de
mis piernas su miembro que solo con verlo me provocaba dolor.
- espere.... todavía no estoy relajada... - ese hombre ni siquiera me escuchó.... me agarró de mis
manos y las colocó sobre la almohada.
Me besaba el cuello y cuando empezó a hundirse en mi me miro a los ojos.
- hay me duele... por favor detengase.
-el sólo me miraba con sus ojos brillosos.
Sentía tanto dolor como si fuese mi primera vez.
Dejó de hundirse y me soltó las manos para después besarme en los labios... sentí como metió sus
manos por debajo de mi cintura.
Me empecé a relajar pero ese hombre se hundió con fuerza en mí.. - ahhh. - salió de su garganta.
- hay por Dios... - sentí como si ese hombre me hubiera partido en dos.. - ahhh... hay. - decía al
sentir como entraba y salía una y otra ves de mí.
Los dos ya estábamos bañados en sudor y cada vez nuestra respiración era más rápida... Sentía
como sus movimientos eran más rápidos y sentía que yo explotaria en cualquier momento.
- no aguanto más. - me susurró y sentí como todas esas convulsiones inundaron mi cuerpo, sentí
como el explotó al igual que yo.
Había tenido el mejor sexo de mi vida con mi jefe pero el apenas terminó y se quedo dormido arriba
de mi aplastandome.
- grandioso... siempre lo quise así... que se quedará dormido después de meterme eso.
Me lo quite de encima y por mas que lo moví ese hombre no despertó... me vestí rápido y le puse
su boxer con la esperanza de que mañana no se acordará de nada.
Salí de su penhouse con una enorme sonrisa en mi cara... tomé un taxi y me fui ami casa.