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ANALISIS DE LA CESTA TICKET

DEL PERSONAL DOCENTE ADMINISTRATIVO Y OBRERO


DE LA UNIVERSIDAD DE LOS ANDES

A raíz de aplicación del beneficio previsto en la Ley Programa de Alimentación


para los Trabajadores, al Personal Administrativo de las Universidades
Nacionales, beneficio éste que otorga el Ejecutivo Nacional al Sector Universitario
por extensión de beneficios, tal como esta previsto en la Ley Orgánica del Trabajo
en su artículo 398, la Universidad de Los Andes cumple en “principio” con dicha
obligación, pero solo al personal fijo con jornada diaria de ocho (8) y seis (6) horas.
En tal sentido la Universidad de Los Andes no paga dicho beneficio al personal que
cumple jornada de medio tiempo, así como tampoco paga ese beneficio al personal
contratado.

Es el caso ciudadano Consultor Jurídico, del Ministerio del Trabajo, que, en


nuestra Universidad, sobre todo, en su mayoría el personal que tiene horario del
Ministerio de Salud y Desarrollo Social, labora jornada de trabajo de 6 horas
diarias en la en la Universidad de Los Andes y cumple en diferentes instituciones
del ministerio de Salud y desarrollo social otra jornada con igual número de horas.
En el transcurso del presente año La Universidad de Los Andes exhortó a esos
trabajadores a renunciar al beneficio, contemplado en la Ley de Programa de
Alimentación, obtenido en las Instituciones de Salud, que dependen o no del
Ministerio de Salud y Desarrollo Social en las que, como ya se digo antes, cumplen
con otra jornada de trabajo, por supuesto sin cabalgamiento de horario. Exhorto
Universitario bajo la premisa que de no renunciar al beneficio del sector Salud, les
sería suspendido el beneficio que perciben por la Universidad de Los Andes. Es
decir que solo percibirían el beneficio otorgado por el Sector Salud. Ante tal
circunstancia, de premio y coacción, los trabajadores del Sector Salud, que prestan
servicios en La Universidad de Los Andes se vieron en la obligación, no voluntaria,
de renunciar a dicho beneficio; el otorgado por otras instituciones en las que
cumple otra jornada de trabajo.

A los efectos de esta consulta legal, ante ese órgano competente, y dentro del
campo legal que rige la materia en cuestión, se interpreta que la jornada de
trabajo es aquella en la cual el trabajador cumple un horario preestablecido por el
patrono y que aquel acepta cumplir como tal así se prevé en el artículo 90 de la
nuestra Carta Magna, que a la letra dice: “La jornada de trabajo diurna no
excederá de ocho horas diarias ni de cuarenta y cuatro horas semanales. En los
casos en que la ley lo permita, la jornada de trabajo nocturna no excederá de siete
horas diarias ni de treinta y cinco semanales. Ningún patrono o patrona podrá
obligar a los trabajadores o trabajadoras a laborar horas extraordinarias. Se
propenderá a la progresiva disminución de la jornada de trabajo dentro del interés
social y del ámbito que se determine y se dispondrá lo conveniente para la mejor
utilización del tiempo libre en beneficio del desarrollo físico, espiritual y cultural
de los trabajadores y trabajadoras.

Los trabajadores y trabajadoras tienen derecho al descanso semanal y vacaciones


remunerados en las mismas condiciones que las jornadas efectivamente
laboradas.”
Es así como la parte in fine de este precepto constitucional señala inequívocamente
que “Los trabajadores y trabajadoras tienen derecho al descanso semanal y
vacaciones remunerados en las mismas condiciones que las jornadas efectivamente
laboradas.” Por analógica jurídica el derecho a vacaciones remuneradas en las
mismas condiciones que las jornadas efectivamente laboradas que tienen los
trabajadores y trabajadores, se aplicaría al caso aquí ventilado, es decir el
beneficio que otorga la Ley Programa de Alimentación para los Trabajadores,
tanto del sector Publico, como del sector Privado, tal como lo señala el artículo 2º
de la antes mencionada Ley, se debe pagar, en mi opinión, a los trabajadores que
presten servicios en mas de una institución del Estado.

Para fundamentar mi opinión, hago uso del artículo 189 de la Ley Orgánica del
Trabajo el cual define con precisión jurídica que se entiende por jornada de
trabajo; es así como en el citado artículo en su primer parágrafo se lee: “Se
entiende por jornada de trabajo el tiempo durante el cual el trabajador está a
disposición del patrono y no puede disponer libremente de su actividad y de sus
movimientos”. Los trabajadores del Sector Salud de la Universidad de Los Andes
cumplen con esta premisa, tal como se evidencia en los reportes diarios de control
de personal que lleva cada dependencia Universitaria. Pero, además, ciudadano
Dr. Francisco Javier López Soto la segunda parte del mencionado artículo 189,
precisa a partir de que momento el trabajador está a disposición del patrono, tal
como se lee a continuación: “Se considera que el trabajador está a disposición del
patrono desde el momento en que llega al lugar donde deba efectuar su trabajo, o
donde deba recibir ordenes o instrucciones respecto al trabajo que se ha de
efectuar en cada día, hasta que pueda disponer libremente de su tiempo y de su
actividad.” Esta segunda premisa la cumplen toda rigurosidad los trabajadores del
Sector Salud al servicio de la Universidad de Los Andes y al servicio de otras
instituciones del Ministerio de Salud y Desarrollo Social en el Estado Mérida.

Ciudadano Dr. Francisco Javier López Soto, los trabajadores y las trabajadoras
del Sector Salud que prestan sus servicios en la Universidad de Los andes y en
otras Instituciones de Salud del estado Mérida, dan cabal y estricto cumplimiento a
cada jornada de trabajo convenida con el patrono con el fin de dar cumplimiento
a la relación de trabajo.

En otro orden de ideas el artículo 2, que se refiere a la jornada de trabajo, de la


Ley Programa de Alimentación para los Trabajadores, no define las condiciones
en que esta jornada de ser laborada, como tampoco indica el tiempo mínimo
necesario para que el trabajador pueda ser titular del beneficio de alimentación.
Pero si precisa que el trabajador será beneficiario del programa de alimentación
durante la jornada de trabajo. Lo que a todas luces por no existir prohibición
tacita, ni expresa en la Ley Programa de Alimentación para los Trabajadores, los
trabajadores y las trabajadoras que cumplan, efectivamente, mas de una jornada
diaria de trabajo, obtendrán este beneficio de cada patrono por cada jornada de
trabajo, así se desprende de la definición supra del artículo de marras que a la
letra dice: “A los efectos del cumplimiento de esta Ley, los empleadores del sector
público y del sector privado que tengan a su cargo veinte (20) o más trabajadores,
otorgarán el beneficio de una comida balanceada durante la jornada de trabajo”.
(El subrayado del consultante)
Por otra parte, la Universidad de Los Andes no paga el beneficio contemplado en
la Ley Programa de Alimentación para los Trabajadores, que laboran medio
tiempo, en este sentido él artículo 2º de la referida Ley, señala que este beneficio
será pagado a todos aquellos trabajadores durante la jornada de trabajo.
Corresponde determinar para los efectos de la presente consulta que se entiende
por jornada de trabajo en nuestra Ley Organiza del Trabajo ya definido
anteriormente, en este escrito, pero que para la mayor claridad del caso
transcribimos una vez más: “Se entiende por jornada de trabajo el tiempo durante
el cual el trabajador está a disposición del patrono y no puede disponer libremente
de su actividad y de sus movimientos”. (artículo 189 primer aparte). Es necesario
ahora determinar a partir de que momento se encuentra el trabajador a
disposición del patrono, respuesta que la encontramos claramente definida en el
articulo 189 en su segundo aparte que transcribo a continuación: “Se considera
que el trabajador está a disposición del patrono desde el momento en que llega al
lugar donde deba efectuar su trabajo, o donde deba recibir ordenes o instrucciones
respecto al trabajo que se ha de efectuar en cada día, hasta que pueda disponer
libremente de su tiempo y de su actividad.” es así que indistintamente del tiempo
que comprenda la jornada de trabajo, ésta puede ser de 8 horas, de 7 o de 6 ya que
la jornada de trabajo, es aquella que se acuerda entre las partes (empleador –
empleado)

Así las cosas, el beneficio que otorga la Ley Programa de Alimentación para los
Trabajadores, es indivisible al no permitir este beneficio prorrateo alguno, ya que
se trata de una comida balanceada, tal como lo define el articulo 2º que transcribo
a continuación, para los efectos legales pertinentes, el primer aparte en forma
taxativa señala:“
A los efectos del cumplimiento de esta Ley, los empleadores del sector público y del
sector privado que tengan a su cargo veinte (20) o más trabajadores, otorgarán el
beneficio de una comida balanceada durante la jornada de trabajo”, ahora bien
que se entiende por una comida balanceada, el parágrafo primero del artículo 2
ejusdem define sin corta pisas esta situación: “Se entenderá por comida
balanceada aquella que reúna las condiciones calóricas y de calidad, tomando
como referencia las recomendaciones y criterios establecidos por el órgano
competente en materia de nutrición”. Así las cosas, si un trabajador o trabajador
cumple con jornada diaria de ocho (8) o seis (6) horas, o medio tiempo, por no
distinguir la ley obtendrá el mismo beneficio, es mi opinión, basado en el principio
que no debemos distinguir donde la ley no lo hace.

La naturaleza jurídica de esta ley está inserta en el artículo 1º que dice: “Esta Ley
tiene por objeto regular el beneficio de alimentación para proteger y mejorar el
estado nutricional de los trabajadores, a fin de fortalecer su salud, prevenir las
enfermedades ocupacionales y propender a una mayor productividad laboral.” En
este sentido el agotamiento físico que produce una jornada de trabajo de medio
tiempo, bien sea este de tres(3) o cuatro (4) horas acordadas entre las partes,
empleador (patrono) y trabajador (empleado) al trabajador que cumpla con una
jornada inferior por ejemplo de siete (7) o seis (6) horas o medio tiempo de cuatro
(4) será compensado de acuerdo a lo previsto en la Ley Programa de Alimentación
para los Trabajadores, en iguales condiciones que el trabajador que labora una
jornada de trabajo superior, así lo contempla el espíritu, propósito y razón del
legislador expresasen la ley in comento.
Finalmente la Universidad de Los Andes, tampoco paga este beneficio al personal
contratado ahora bien en nuestra legislación laboral que diferencia el personal
contratado del personal fijo, creemos que ninguna por cuanto uno como el otro
cumplen con una jornada de trabajo, acordada entre las partes, empleador-
contratado y/o personal fijo, el personal contratado cumple la jornada de trabajo
en las mismas condiciones que el personal fijo, por que el trabajador o
trabajadora sea de la Universidad de Los Andes o de cualquier otra institución del
sector público o privado esta en la obligación de dar cumplimiento con esa jornada
de trabajo ya definida, ya establecida; lo tanto que ese beneficio no puede ser
conculcado, ya que al hacerlo se estarían violando principios de carácter de
constitucional previsto en nuestra Ley de Leyes, tales como: Discriminación y
Derechos Laborales, previsto en él articulo 89 en sus numerales 1, 2, 4 y 5 que a
continuación señalo: “El trabajo es un hecho social y gozará de la protección del
Estado. La ley dispondrá lo necesario para mejorar las condiciones materiales,
morales e intelectuales de los trabajadores y trabajadoras. Para el cumplimiento
de esta obligación del Estado se establecen los siguientes principios:
1. Ninguna ley podrá establecer disposiciones que alteren la intangibilidad y
progresividad de los derechos y beneficios laborales. En las relaciones laborales
prevalece la realidad sobre las formas o apariencias.

2. Los derechos laborales son irrenunciables. Es nula toda acción, acuerdo o


convenio que implique renuncia o menoscabo de estos derechos. Sólo es posible la
transacción y convenimiento al término de la relación laboral, de conformidad con
los requisitos que establezca la ley.

3. Toda medida o acto del patrono contrario a esta Constitución es nulo y no


genera efecto alguno.

4. Se prohíbe todo tipo de discriminación por razones de política, edad, raza, sexo
o credo o por cualquier otra condición.”

Por su parte el reglamento de la Ley Orgánica del Trabajo, en su capitulo III DE


LOS PRINCIPIOS FUNDAMENTALES DEL DERECHO DEL TRABAJO, en su
artículo 8, establece, entre otros, los siguientes principios en el literal “a” inciso i)
la aplicación de la norma que más favorezca el trabajador. En el inciso ii)
Principio in dubio pro operario, se establece que, en el caso de plantearse dudas
razonables en la interpretación de una norma, deberá adoptarse aquella que más
favorezca al trabajador; y en el inciso iii) el principio de conservación de la
condición laboral más favorable, por virtud del cual deberán ser respetados los
derechos que se encuentran irrevocable y definitivamente incorporados al
patrimonio del trabajador.

En cuanto a la irrenunciabilidad de los derechos de los trabajadores, cualquiera


fuere su fuente previsto en el literal b del artículo del reglamento de la Ley
Orgánica del Trabaja, no produce efecto alguno en contra del trabajador, por lo
que se deberá restituir al trabajador el beneficio suspendido desde el momento en
que este dejo de percibirlos.
La relación jurídica laboral que cumple el personal contratado es igual a la que
cumple el personal fijo, hablamos de la primacía de la realidad o de los hechos,
frente a la forma o apariencia de los actos derivados de la relación jurídico laboral,
establecida en el artículo 8 en su literal “c”. El personal contratado conserva y
mantiene su relación laboral durante la vigencia del contrato, literal “d” del
artículo 8.

Con el propósito de ilustrar jurídicamente, hago referencia al artículo 91 de la


Constitución de la Republica Bolivariana de Venezuela que a la letra dice: “Todo
trabajador o trabajadora tiene derecho a un salario suficiente que le permita vivir
con dignidad y cubrir para sí y su familia las necesidades básicas materiales,
sociales e intelectuales. Se garantizará el pago de igual salario por igual trabajo y
se fijará la participación que debe corresponder a los trabajadores y trabajadoras
en el beneficio de la empresa. El salario es inembargable y se pagará periódica y
oportunamente en moneda de curso legal, salvo la excepción de la obligación
alimentaria, de conformidad con la ley”.

El Estado garantizará a los trabajadores y trabajadoras del sector público y del


sector privado un salario mínimo vital que será ajustado cada año, tomando como
una de las referencias el costo de la canasta básica. La Ley establecerá la forma y
el procedimiento.” El artículo en cuestión no hace distinción entre trabajador fijo
y/o trabajador contratado, por lo que, en mi opinión, los beneficios contractuales
derivados de Contrataciones Colectivas de Trabajo o por Decretos o Leyes
aprobados por la Asamblea Nacional beneficia a ambos por igual; en el artículo 92
ejusdem se lee taxativamente los siguientes: “Todos los trabajadores y
trabajadoras tienen derecho a prestaciones sociales que les recompensen la
antigüedad en el servicio y los amparen en caso de cesantía. El salario y las
prestaciones sociales son créditos laborales de exigibilidad inmediata. Toda mora
en su pago genera intereses, los cuales constituyen deudas de valor y gozarán de los
mismos privilegios y garantías de la deuda principal” Dice todos los trabajadores y
trabajadoras tampoco distingue si es contratado o fijo, por lo tanto, el beneficio
aquí determinado es por igual.

¿De la narrativa anterior es oportuno preguntarnos qué se entiende por


trabajador? La expuesta a esta pregunta la encontramos en el artículo 39 de la Ley
Orgánica del Trabajo que dice: “Se entiende por trabajador la persona natural
que realiza una labor de cualquier clase, por cuenta ajena y bajo la dependencia de
otra. La prestación de sus servicios debe ser remunerada” Se observa de esta
definición legal, que el legislador no hace distinción entre trabajador fijo o
contratado, la definición es de contenido general, por lo que aplicamos la máxima
jurídica que dice: “donde no distingue la ley no debe distinguir el interprete”

LOT Artículo 69. Si en el contrato de trabajo celebrado por un patrono y un


trabajador no hubiere estipulaciones expresas respecto al servicio que deba
prestarse y a la remuneración, éstos se ajustarán a las normas siguientes:

a) El trabajador estará obligado a desempeñar los servicios que sean compatibles


con sus fuerzas, aptitudes, estado o condición, y que sean del mismo género de los
que formen el objeto de la actividad a que se dedique el patrono; y
b) La remuneración deberá ser adecuada a la naturaleza y magnitud de los
servicios y no podrá ser inferior al salario mínimo ni a la que se pague por trabajos
de igual naturaleza en la región y en la propia empresa.

Cuando la labor ordenada no sea, a juicio del trabajador, de las que está obligado
a ejecutar, deberá cumplirla, siempre que no sea manifiestamente improcedente y
no ponga en peligro al propio trabajador o a la actividad de la empresa,
establecimiento o explotación del patrono, consignando ante éste o su
representante su no conformidad, sin que el haber cumplido la orden implique su
aceptación de las modificaciones de las condiciones de trabajo, si fuere el caso.

LOT Artículo 71. El contrato de trabajo escrito se extenderá en dos (2) ejemplares,
uno de los cuales se entregará al trabajador, y contendrá las especificaciones
siguientes:

a) El nombre, nacionalidad, edad, estado civil y domicilio o residencia de los


contratantes;

b) El servicio que deba prestarse, que se determinará con la mayor precisión


posible;

c) La duración del contrato o la indicación de que es por tiempo indeterminado,


según el caso;

d) La obra o la labor que deba realizarse, cuando se contrate para una obra
determinada;

e) La duración de la jornada ordinaria de trabajo, cuando se haya estipulado por


unidad de tiempo o por tarea;

f) El salario estipulado o la manera de calcularlo y su forma y lugar de pago;

g) El lugar donde deba prestarse el servicio; y

h) Cualesquiera otras estipulaciones lícitas que acuerden los contratantes.

Por su parte el Artículo 148. De nuestra Carta Magna establece: “Nadie podrá
desempeñar a la vez más de un destino público remunerado, a menos que se trate
de cargos académicos, accidentales, asistenciales o docentes que determine la ley.
La aceptación de un segundo destino que no sea de los exceptuados en este artículo,
implica la renuncia del primero, salvo cuando se trate de suplentes, mientras no
reemplacen definitivamente al principal.

Nadie podrá disfrutar más de una jubilación o pensión, salvo los casos
expresamente determinados en la ley”.

Abog. José Alberto Paredes Lara


21 de octubre 2005

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