El CoNSUlToR

Relaciones laborales
La concepción de los derechos humanos de la Declaración
de Filadelfia combina las perspectivas material y espiritual,
José Luis Gil y Gil
Catedrático acreditado de y se articula alrededor de cuatro ideas fundamentales: la
Derecho del Trabajo de la
Universidad de Alcalá
libertad, la dignidad, la seguridad económica y la igualdad
Miembro del Consejo de oportunidades. La Declaración no se limita a recono-
Asesor de Sagardoy
Abogados
cer la libertad o la igualdad de oportunidades, destaca
también la importancia de la seguridad económica. De
este modo, y al tiempo que reafirma la competencia de
El Tratado de Versalles, que puso fin a la Pri- la Organización acerca de las condiciones de trabajo, el
mera Guerra Mundial, creó en 1919 la Or- texto de la Declaración acredita la extensión del campo
ganización Internacional del Trabajo (OIT). El de acción de la OIT, que engloba también los aspectos
objetivo inicial de la OIT no era proteger los económicos y humanos.Así, el centro de la actividad de la
derechos humanos, en el sentido moderno OIT no es tan solo el trabajador, sino el propio hombre.
del término, sino el logro de la paz, la justicia
social y una competencia económica equita- Desde que se inscribieron en su Constitución, los derechos
tiva. Para conseguir estas finalidades, la OIT humanos han ocupado un puesto central en la acción de
asumió competencia para elaborar normas la OIT. Entre 1948 y 1958, se adoptaron varios Convenios
sobre las condiciones de vida de todas las en este terreno: el número 87, de 1948, sobre la libertad
categorías de trabajadores, y aun sobre la sindical y la protección del derecho de sindicación; el número
situación de las personas necesitadas. En las 98, de 1949, sobre el derecho de sindicación y de negocia-
circunstancias actuales, de intensa globaliza- ción colectiva; el número 100, de 1951, sobre la igualdad
ción y grave crisis financiera y económica, la de remuneración entre hombres y mujeres; el número
OIT es un actor privilegiado en la promoción 105, de 1957, sobre la abolición del trabajo forzoso, y el
de los derechos fundamentales en el trabajo. número 111, de 1958, sobre la discriminación en el empleo
y la ocupación. Por tanto, la OIT tiene como objetivo el
fomento de los derechos laborales, para lo cual propugna
DECLARACIÓn DE FILADELFIA la promoción y cumplimiento de las normas y la realización
de los principios y derechos fundamentales en el trabajo.
Antes de la Segunda Guerra Mundial, la OIT
solo adoptó un convenio que tratase de un
derecho fundamental: el número 29, de 1930, DECLARACIÓn DE LA OIT RELATIVA A
sobre el trabajo forzoso. No obstan- LOs PRInCIPIOs Y DERECHOs
te, ya en 1944, la Declaración FunDAMEnTALEs En EL TRABAJO
de Filadelfia consagró la
competencia de la OIT De gran importancia es la Decla-
en el ámbito de los ración de la OIT sobre los prin-
derechos huma- cipios y derechos fundamenta-
nos, con lo que les en el trabajo, de 1998. El
esta organiza- instrumento señala que, aun
ción asumía un cuando no hayan ratificado
papel pionero los convenios fundamentales
Edward J. Phelan en la materia. de la OIT, todos los Estados
(Irlanda), Director En 1946, la De- miembros tienen el compro-
General de la claración de miso, que deriva de su mera
OIT entre 1941-
1948, cuando la Filadelfia pasó a pertenencia a la Organiza-
Declaración de formar parte de ción, de respetar, promover
Filadelfia consagró
la competencia
la Constitución y hacer realidad, de buena fe y
de la OIT en de la OIT, en lugar de conformidad con la Consti-
el ámbito de de los principios ge- tución, los principios y derechos
los derechos
humanos. nerales del artículo 427 fundamentales en el trabajo (arts. 1
del Tratado de Versalles. y 2). Tales principios y derechos funda-

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 La OIT y los derechos
fundamentales
mentales, que desarrollan los ocho convenios esenciales
de la OIT, son: la libertad de asociación y la libertad
sindical y el reconocimiento efectivo del derecho de
negociación colectiva; la eliminación de todas las formas
de trabajo forzoso u obligatorio; la abolición efectiva
del trabajo infantil y, por último, la eliminación de la dis-
criminación en materia de empleo y ocupación (art. 2).
La Declaración instituye un mecanismo de seguimiento
promocional (art. 4), destinado a medir y a impulsar la
acción de los Estados en la consecución de los objetivos
propuestos. Los principios y derechos fundamentales
en el trabajo son universales y se aplican a todas las
personas en todos los Estados, con independencia de
su nivel de desarrollo económico. En una situación de
interdependencia económica creciente, la Declaración
de 1998 refleja el compromiso de los Gobiernos, de los
empresarios y de los trabajadores de todo el mundo
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Reunión de la
Comisión de
Expertos en
Aplicación de
Convenios y
Recomendaciones
(Ginebra 1959).
de reafirmar la permanencia y de promover el respeto
y la aplicación universal de los principios y derechos
fundamentales en el trabajo.
Algunos autores han criticado la Declaración de forma
virulenta. Argumentan que, al proclamar el carácter fun-
damental de ciertos principios o derechos, la Declaración
considera implícitamente el resto como secundarios, y
los relega a un papel accesorio. Con todo, también cabe
entender que el mérito de la Declaración consiste en
haber roto con el self service normativo, que autoriza el
sistema de ratificaciones.Teniendo en cuenta el carácter
general de la llamada del artículo 1 a) a cumplir los ins-
trumentos fundamentales de la OIT, la Declaración puede
interpretarse como un primer paso en la configuración de
un verdadero orden público social internacional, que se
imponga a todos los Estados, y no como un repliegue de la
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 actividad normativa de la OIT. Las dos interpretaciones son
posibles, y la historia demostrará cuál de ellas se impone.
En 1999, en la 87ª sesión de la Conferencia Internacional del
Trabajo, el Director General de la OIT presentó el informe
Trabajo decente. Desde entonces, la finalidad primordial de
la OIT es promover oportunidades para que los hombres y
mujeres puedan conseguir un trabajo decente y productivo,
en condiciones de libertad, seguridad y dignidad humana.
La noción de trabajo decente reúne las aspiraciones del
trabajador durante su vida laboral. Significa contar con
oportunidades de un trabajo que sea productivo y que
conlleve un ingreso digno, seguridad en el lugar de trabajo y
protección social para toda la familia, mejores expectativas
de desarrollo personal e integración en la sociedad, libertad
para expresar las opiniones, organización y participación
en las decisiones que afecten a sus vidas, e igualdad de
oportunidades y trato para todas las mujeres y hombres.
La acción normativa de la OIT debe inscribirse en el ob-
jetivo del trabajo decente para todos, lo que supone, en
particular: la promoción y cumplimiento de las normas y la
realización de los principios y derechos fundamentales en
el trabajo; la creación de mayores oportunidades para las
mujeres y los hombres, con objeto de que dispongan de un
Reunión del empleo y unos ingresos dignos; la mejora de la cobertura
Primer Consejo
de Administración
de la OIT (1923).
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y la eficacia de la protección social para todos y, en fin, el
fortalecimiento del tripartismo y del diálogo social.Así pues,
en el concepto de trabajo decente, confluyen los cuatro
objetivos estratégicos de la OIT.
En los últimos años, se ha reforzado el papel de la OIT
en la protección de los derechos fundamentales. De las
distintas razones que explican tal circunstancia, la más
importante es la mayor interdependencia económica. La
OIT, que se ha esforzado por unificar las normas nacionales,
para asegurar a los trabajadores un mínimo de garantías,
se enfrenta hoy a una realidad preocupante. El comercio
internacional se desarrolla. Las empresas multinacionales
se trasladan de un país a otro, para reducir los costes
laborales. Así las cosas, la competencia en el ámbito in-
ternacional amenaza los derechos de los trabajadores.
Mientras que algunos países reconocen y garantizan los
derechos fundamentales en el trabajo, otros carecen de
una protección social equiparable. En este sentido, la
Declaración de la OIT sobre la justicia social para una
globalización equitativa, de 2008, reafirma de nuevo la
particular importancia de los derechos fundamentales en
el trabajo, como condiciones que hacen posible la reali-
zación de los cuatro objetivos estratégicos de la OIT. La
Declaración reconoce los beneficios de la globalización,
pero defiende que se realicen nuevos esfuerzos para la
aplicación de políticas de trabajo decente.
En fin, el 19 de junio de 2009, la Conferencia Internacional
del Trabajo aprobó el documento “Para recuperarse de la
crisis: Un Pacto Mundial para el Empleo”. Según el mismo, la
salida de la crisis debe compaginarse con el cumplimiento
de las normas laborales y, en particular, de los principios
y derechos fundamentales en el trabajo. En definitiva,
las normas internacionales del trabajo constituyen las
reglas de juego para la economía global y para superar la
crisis. En efecto, ya en la parte de principios y objetivos,
el Pacto Mundial para el Empleo acuerda “promover las
normas fundamentales del trabajo y otras normas labo-
rales internacionales” (apartado 9.7). Luego, les dedica
un capítulo especial, denominado “Fortalecer el respeto
de las normas internacionales del trabajo”, en el cual se
subraya el carácter tuitivo de la normativa laboral y su
especial utilidad ante la crisis, “para evitar que se desate
una espiral descendente en las condiciones laborales”
(apartado 14).
En suma, conviene destacar el empeño de la OIT por pro-
mover el respeto de los derechos fundamentales en el
trabajo en una economía globalizada, aquejada de una grave
crisis económica y financiera. 
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