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Obras Completas - Hermes Trimegisto III PDF
Obras Completas - Hermes Trimegisto III PDF
© de la presente edición:
Muñoz Moya y Montralveta editores sa
IIA
DE HERMES. EXTRACTO DE LOS DISCURSOS
ATAT
2 Fuego que no es sino Fuego en sí y nada más, tierra Tierra en sí y nada más,
aire Aire en sí <y nada más>, agua Agua en sí y nada más. Por el contrario,
nuestros propios cuerpos están constituidos por todos esos elementos juntos:
pues contienen fuego, contienen así mismo tierra, así como aire y agua, y por
tanto no son ni fuego, ni tierra, ni agua, ni aire, ni nada de verdad. Así que si
desde el principio, nuestra constitución no ha contenido en ella la verdad:
¿cómo podría ver o expresar la Verdad?
No podrá concebirla más que si Dios lo quiere.
3 Las cosas todas de la tierra, oh Tat, no son pues verdad, sino copias de la
verdad, y eso ni siquiera todas, tan solo un pequeño número.
4 El resto es engaño, error, oh Tat, ilusiones, existiendo solo como apariencias,
como imágenes. Sin embargo, cuando la apariencia recibe el influjo de lo alto,
se vuelve una imitación de la verdad; pero sin la fuerza de lo alto, es
abandonada a su estado de mentira. Lo mismo ocurre con la imagen, la cual
muestra sin duda el cuerpo representado en la pintura, pero no es ella misma un
cuerpo conforme con la apariencia del objeto visto; se le ven los ojos, pero no
tiene vista; <las orejas>, pero no oye absolutamente nada; todas las demás
partes también las tiene sin duda la pintura, pero son falsas semejanzas que
engañan la vista de los expectadores, creyendo éstos ver lo verdadero cuando
en realidad no hay allí sino ilusión.
15 - ¿Mas la Verdad Primera. oh padre, qué puede decirse que sea? - El Uno y
Solo, oh Tat, el que no está hecho dé materia, que no está en un cuerpo, aquel
que no cambia, que no tiene alteración, aquel que es siempre.
16 Por el contrario, hijo, lo que es engaño se corrompe. Todo cuanto es sobre la
tierra, la providencia del Verdadero lo ha mantenido en la corrupción, ahí lo
tiene envuelto y lo tendrá siempre. Pues sin corrupción, tampoco puede haber
generación: a toda generación sigue la corrupción, para que de nuevo nazcan
los seres. Efectivamente, lo que nace debe necesariamente nacer de lo que se
corrompe, y lo que nace debe necesariamente corromperse para que no haya
interrupción ninguna en la generación de los seres. Por ello, los seres nacidos
de la corrupción no pueden constituir más que engaño, puesto que nacen tan
pronto esto como aquello; ya que es imposible que renazcan exactamente los
mismos5: luego ¿cómo aquello que no renace lo mismo podría ser verdad?
17 Es preciso pues llamar a esos seres apariencias, hijo mío, al menos si los
nombramos correctamente: el hombre una apariencia de humanidad, el niño
una apariencia de niño, el adolescente una apariencia de adolescente, el adulto
una apariencia de adulto, el anciano una apariencia de anciano. Pues ni el
hombre es verdaderamente hombre, ni el niño niño, ni el adolescente
adolescente, ni el adulto adulto, ni el anciano anciano.
18 Dado pues que cambian, las cosas mienten, las que han sido antes y las que
son ahora. Todo eso concíbelo sin embargo en este sentido, hijo mío: que las
operaciones engañosas de aquí abajo están en dependencia de lo alto, de la
Verdad misma; y, puesto que así es, declaro que la ilusión es obra de la
Verdad.
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5. Una vez más Hermes insiste en la inanidad de la idea de la pervivencia
individual en la cadena de los nacimientos. De la semilla que se pudre
nace otra cosa, no ella misma; de nuestro yo psicológico individual
inmerso en este mundo material -y aún en otros- nacerá cosa distinta:
inútil pues aferrarse a su pervivencia o querer prolongarla mediante la
magia u otros medios. Este yo se destruirá. El sentido de una existencia
podría consistir en vivirla y aprender a morir a todos nuestros cuerpos
para que los mismos florezcan.
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IIB
DE HERMES. EXTRACTO DEL DISCURSO A
TAT
1 En cuanto a mí, hijo mío, es por amor a los hombres y piedad hacia Dios por lo
que en primer lugar compongo este tratado: pues nunca podrá haber piedad
más justa que aquella consistente en comprender los seres y dar las gracias por
ello al Creador, algo que jamás dejaré de hacer hasta el final.
2 - ¿Cómo hacer entonces, oh padre, si nada existe verdadero aquí abajo para
conducir noblemente la propia vida?
- Cultiva la piedad, hijo mío. Ahora bien, quien quiera ser piadoso en el más
alto grado practicará la filosofía: sin filosofía, en efecto, es imposible alcanzar
la piedad suprema. Aquel que ha aprendido cuales clases de seres existen, en
que orden han sido dispuestos, por quien y en razón de que, dará gracias por
todo al Creador como un buen padre, a un nutridor caritativo, a un fiel tutor;
dándole las gracias será piadoso;
3 siendo piadoso sabrá donde está la verdad y lo que ella es y por ese
conocimiento se volverá más piadoso todavía. En efecto, hijo mío, cuando un
alma, aún encarnada, ha sabido hacerse lo bastante ligera para llegar a la
percepción del Bien real y de la Verdad real, no puede jamás deslizarse hacia
lo contrario. Pues adquiere amor maravilloso y olvido de todos los males el
alma que ha aprendido a conocer su Antepasado, y ya no puede separarse del
Bien.
4 He ahí, hijo, cual debe ser el objeto de la piedad. Si lo consigues, será noble tu
vida y feliz tu muerte, pues no le faltará a tu alma el conocimiento de a donde
debe dirigir el vuelo.
5 Esa es, hijo, la sola vía hacia la Verdad. Nuestros antepasados la siguieron ya y
por ese camino alcanzaron la posesión del Bien. Es una vía majestuosa, toda
unida, pero penosa de seguir para el alma que permanece encerrada en el
cuerpo.
6 Pues preciso le es previamente entrar en guerra consigo misma, hacer una gran
división, dejarse vencer por una sola de sus partes. Empieza una lucha de uno
contra dos, éste procurando huir aquel empujándola hacia abajo; gran discordia
y combate se derivan de ello entre estas partes, una queriendo escapar las otras
esforzándose por retenerla.
7 Que venza la una o las otras no es lo mismo: pues la una tiende al bien, las
otras habitan la región del mal; la una suspira por la liberación, las otras aman
la esclavitud. Si las dos partes han sido vencidas, permanecen confinadas en sí
mismas, privadas incluso de la compañía de la parte rectora; pero si uno ha
perdido es llevado, conducido en cautividad por las dos y encuentra su castigo
en la vida que lleva aquí abajo.
8 He aquí, hijo mío, tu guía para la ruta hacia lo alto. Es preciso, antes de
alcanzar el final, abandonar el cuerpo, vencer después en el combate de la vida
y, una vez vencedor, empezar la ascensión.
III
DEL MISMO (HERMES)
1 Bien me has explicado tales cosas, oh padre, pero instrúyeme aún acerca de
eso. Has dicho que la ciencia y el arte son una actividad de la parte racional.
Ahora declaras que los animales sin razón son y son llamados "sin razón"
porque se ven privados de la parte racional; es evidentemente necesario según
este razonamiento, que los animales sin razón no participen de la ciencia ni del
arte, ya que carecen de la parte racional.
2 - Necesario es, hijo mío.
-¿Cómo se explica pues, padre, que veamos ciertos animales usar de la
ciencia y el arte, así las hormigas que acumulan reservas de provisiones para el
invierno, los pájaros que igualmente se construyen nidos, los cuadrúpedos que
saben reconocer sus guaridas propias? .
3 - Todo cuanto hacen, hijo mío, no es por ciencia ni arte, sino por un don de la
naturaleza. La ciencia y el arte son cosas que se enseñan: sin embargo, ninguno
de esos animales ha sido enseñado en manera alguna. Lo producido por don de
la naturaleza es producido por una fuerza universal, pero lo producido por
ciencia y por arte llega por añadidura a los que saben, no a todos: lo que se
produce en todos es el efecto de una operación de la naturaleza.
4 Por ejemplo, los hombres tienen la mirada dirigida a lo alto pero no son todos
músicos, ni arqueros, ni cazadores, y así sucesivamente: sólo algunos de entre
ellos ha aprendido algo, gracias a la acción de la ciencia y del arte.
5 Así mismo, si solo algunas hormigas obraran como tu has dicho y otras no,
estarías en lo cierto al decir que es por ciencia por lo que obran así y por arte
por lo que acumulan provisiones; pero en la medida que todas se ven
empujadas a esta acción por la naturaleza, aún sin quererlo, parece evidente
que no es la ciencia ni el arte las que determinan su conducta l.
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NOTAS
1. Para unos, los animales, serán exclusivamente resultado de la acción de
fuerzas naturales de carácter mecánico, físico, químico, biológico etc. El
filósofo francés Descartes formuló esta corriente de pensamiento
definiéndolos como "puras máquinas" (en esta categoría de "puras
máquinas" un poco más perfeccionados incluyen al hombre).
Totalmente opuesta es la opinión de quienes piensan que el conjunto
de seres de los tres reinos de la naturaleza son manifestación de fuerzas
incorpóreas de distinto grado. Esta opinión fue sustentada por Francisco
de Asís que decía "hermano lobo, hermana estrella".
El hermetismo considera a los animales actuales como una "oleada de
vida" resultado de evoluciones de ciclos anteriores al actual, y en
progresiva evolución para alcanzar a su debido tiempo el estado humano,
habiendo pasado para entonces el hombre a un estado de desarrollo
superior. Los animales serían más antiguos que los vegetales pues vienen
evolucionando desde antes y estos, por la misma razón, más antiguos que
los minerales que serían los últimos en haberse constituido, y el hombre
el más viejo de todos los seres del actual ciclo. Esta evolución abarca
varios períodos cósmicos que no se producen de manera lineal: lo
adquirido durante un ciclo se reabsorbe en el mundo suprasensible para
reaparecer en el siguiente período de manifestación. La tierra actual y los
seres que la pueblan serían, por así decirlo, una reencarnación de tierras
anteriores.
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4. Esta primera muerte física, tal como dice Hermes, no se produce de golpe
sino por diversas fases y a través de mecanismos estudiados. Aunque el
organismo físico está clínicamente muerto, y aún enterrado, la conciencia
y el cuerpo vital, siguen unidos a él mediante el llamado CORDÓN
PLATEADO durante un período de tiempo variable. Si no se han cerrado
los conductos de retorno de la fuerza vital, y si la fuerza disgregadora
que separa el cuerpo físico de los otros cesa de actuar, es posible una
"resurrección" del muerto. Ello explica los numerosos casos de
"enterrados vivos", algunos "zombis" de la magia vudú, Y otros
fenómenos "mágicos".
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V
DE HERMES. EXTRACTO DE LOS DISCURSOS
ATAT
1 El Señor y Demiurgo de todos los cuerpos eternos, oh Tat, tras haberlos creado
de una vez por todas, no ha vuelto a empezar, ni vuelve, a crearlos. En efecto,
habiéndolos librado a sí mismos y habiéndolos unido los unos con los otros,
los ha abandonado a su curso sin que tengan necesidad de nada ya que son
eternos. Si tuvieran necesidad la tendrían los unos de los otros, pero de nada
llegado del exterior porque son inmortales: pues preciso era que estuviesen
dotados de naturaleza inmortal los seres producidos por este Derniurgo 1.
2 En cuanto a nuestro demiurgo, que se halla en un cuerpo, tras habernos creado,
vuelve y volverá indefinidamente a empezar la creación de cuerpos disolubles
y mortales. Pues no le ha sido permitido imitar su propio Demiurgo por esta
razón: sería imposible. En efecto, uno ha creado a partir de la substancia
primera que es incorpórea, el otro nos ha creado a partir de la Substancia
corpórea, ella misma engendrada 2.
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NOTAS
1 Platón Timeo, Tim 41 C, 1
VI
DEHERMES. EXTRACTO DEL DISCURSO A
TAT
1 Puesto que, en tus precedentes Lecciones Generales, me prometiste
explicaciones acerca de los treinta y seis decanos, explícame ahora lo que son
y cual es su actividad
- No tengo suspicacia alguna en hacerlo, oh Tat, y bien podría suceder que
de todos mis discurso el de ahora sea el más importante y la coronación de
todos los demás. Represéntate las cosas de este modo.
2 Ya te he hablado del círculo zodiacal, llamado también zooforon, así como de
los cinco planetas, del sol, de la luna y de cada uno de sus círculos.
- Si, cierto, oh Trimegisto.
- Pues bien, quiero que también en esta consideración de los treinta y seis
decanos, recuerdes lo que entonces dijimos, a fin que la lección sobre los
decanos se te haga comprensible.
- Me acuerdo de ello, oh padre.
3 - He dicho en alguna parte, hijo mío, que hay un cuerpo que envuelve el
conjunto del mundo: represéntate así mismo este cuerpo como de forma
circular, pues esa es la forma del Todo.
- Me la represento en la forma que dices, oh padre.
- Imagínate ahora que, bajo el círculo de ese cuerpo, han sido emplazados
los treinta y seis decanos, entre el círculo total y el círculo del zodíaco, en el
medio, separando uno y otro de esos dos círculos y soportando, por así decirlo,
el círculo del Todo y delimitando el zodíaco,
4 transportados a lo largo del zodíaco con los planetas, y que, en el curso de la
revolución del Todo, poseen, alternativamente, la misma potencia que los
Siete. Además retienen el cuerpo que envuelve al mundo (pues, por sí mismo,
sería ilimitado en su curso ya que lo contiene todo) en tanto apresuran el
movimiento de los otros siete círculos, dado que estos se mueven con mayor
lentitud que el círculo total: es pues en el modo necesario como se mueven
esos círculos y <el> del Todo.
5 Imaginémonos que los decanos regentan las <revoluciones> de los Siete y del
círculo total, tanto más cuanto que como guardianes de todo lo que hay en el
mundo, rigen todas las cosas, manteniendo unido el conjunto de las mismas y
velando por el buen orden de este conjunto.
- Me lo imagino tal como me lo dices, padre.
6 - Considera además, Tat, que no padecen los mismos accidentes que los otros
astros. En efecto, no se ven retenidos en su curso, forzados a detenerse, no
encuentran obstáculo que les obligue a retroceder, incluso ni están cubiertos
por la luz del sol, cosas todas que los otros astros padecen. Libres, por encima
de todas las cosas, como guardianes escrupulosos y vigilantes del Universo, lo
protegen abrazándolo por espacio de una noche y un día.
7 - ¿No tienen también, padre, influencia sobre nosotros?
- La más grande influencia, hijo mío. Pues si influyen sobre los cuerpos de
lo alto, ¿cómo no actuarían sobre nosotros, sobre cada uno en particular y
sobre el conjunto de los hombres?
8 Así pues, hijo mío, la fuerza que opera en todos los accidentes de alcance
universal viene de los decanos: por ejemplo (fíjate bien en lo que digo)
cambios de reyes, levantamientos de ciudades, hambres, pestes, reflujos del
mar, temblores de tierra, nada de todo eso, hijo mío, sucede sin la influencia de
los decanos.
9 Presta atención a esto también puesto que los decanos están encargados de los
cuerpos de lo alto y nosotros estamos, así mismo, bajo la dominación de los
Siete. ¿No ves como se extiende hasta nosotros una cierta influencia de los
decanos, ya sea como hijos de los decanos, ya por intermedio de estos seres?
10 - ¿Cuál puede ser la forma corpórea de esos seres, oh padre?
- A ellos es a quienes el vulgo llama demonios: pues los demonios no
constituyen una clase de seres particulares, no tienen cuerpos diferentes hechos
de materia especial y no son movidos por un alma como nosotros, sino que son
simplemente fuerzas emanadas de los treinta y seis dioses l.
11 Además de esto, observa también, oh Tat, otro efecto de la acción de los
decanos: siembran 2 también sobre la tierra las simientes denominadas "tanas",
saludables unas, completamente funestas las otras.
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NOTAS
1. Los seguidores de la tradición egipcia siempre llaman "dioses" a los
decanos.
16 Hay otra clase de astros, oh Tat, los que se llaman cometas, los cuales
aparecen en su momento y de nuevo, tras un breve tiempo, desaparecen; que ni
salen ni se ponen, que no son disueltos, que nacen como mensajeros visibles y
heraldos de acontecimientos de alcance universal cuyo advenimiento está
próximo; ocupan la región bajo el círculo del sol. Cuando algo debe sucederle
al mundo, surgen y, habiendo brillado algunos días, retornan bajo el círculo del
sol donde permanecen invisibles, después de haberse mostrado ya sea al Este,
ya al Norte, al Oeste o al Sur. Les hemos dado el nombre de profetas. Tal es
pues la naturaleza de los astros.
17 Los ásteres se diferencian de los astras. Se llaman ásteres a los astros que
flotan en el cielo, astras a las estrellas fijas en el cuerpo del cielo y arrastradas
en el movimiento celeste: entre estos astra, doce han sido nombrados con
nuestros signos del zodíaco.
18 Quien no ignora nada de todas estas cosas puede tener una noción exacta de
Dios e incluso, puestos a hablar osadamente, viniendo a presencia de Dios,
puede verle y, habiéndolo visto, volverse bienaventurado.
- Bienaventurado en verdad, oh padre, aquel que ha visto a Dios!
- Pero es imposible, hijo mío, alcanzar esta felicidad mientras se está en el
cuerpo. Hay primero que ejercitar el alma aquí abajo, para que llegada aquí
abajo hasta donde le es permitido ver, no se equivoque de camino.
19 En cuanto a los hombres que aman sus cuerpos, no sabrán nunca alcanzar la
visión de lo Bello y lo Bueno. ¡Ah! qué hermosura, hijo mío, la de lo que no
tiene forma, ni color, ni cuerpo.
- ¿Pero es que puede haber algo hermoso, padre, sin forma, cuerpo ni color?
- Sí, solo Dios, hijo mío, o mejor, el Ser que es más grande que Dios en
cuanto al nombre 5.
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5. Otras versiones: el Ser que es demasiado grande para recibir el nombre
de dios.
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VII
HERMES
1 Pues está establecida en el centro del universo, hijo mío, una muy poderosa
divinidad que da vueltas en torno a sí vigilando de todos lados todo cuanto
hacen los hombres sobre la tierra. Y así como la Providencia y la Necesidad
han sido confiadas al orden divino, así la Justicia ha sido confiada a los
hombres, y tiene la misma actividad que aquellos.
2 Aquellas tienen en efecto, en su poder al orden de los seres en tanto son
divinos y no quieren ni pueden pecar: pues no le es posible a lo divino salirse
del buen camino, de donde resulta para ello su incapacidad de pecar. La
Justicia ha sido establecida para castigar los hombres que pecan sobre la tierra:
3 Efectivamente es una raza <pecadora>, por mortal y constituida de mala
materia: y es sobre todo a aquellos que resbalan a quienes no pertenece la
facultad de ver a Dios. Es sobre ellos también sobre quienes domina la Justicia
en modo principal.
Por sus actividades de seres engendrados 1 están sometidos a la fatalidad, y
por sus pecados duramente la vida a la Justicia.
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- NOTAS
l. Otras versiones: "A causa de las fuerzas que actúan cuando nacen"
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VIII
DE HERMES A SU HIJO
1 Bien me has instruido sobre todo, oh padre. Pero recuérdame de nuevo cuales
son las cosas que dependen de la Providencia y cuales las que dependen de la
Necesidad, y también las que dependen de la Fatalidad.
2 - He dicho oh Tat, que hay en nosotros tres clases de incorpóreas. La primera
es una especie de inteligible: sin color, sin figura, sin cuerpo, sacada de la
propia substancia primera e inteligible.
3 Sin embargo, hay también en nosotros formas opuestas a ese inteligible: este
recibe (lo inteligible) por lo menos la parte que es puesta en movimiento por la
substancia inteligible según cierto grado de racionalidad, y quien ha recibido
(lo inteligible), pasa inmediatamente a otra clase de movimiento, siendo éste la
imagen del pensamiento del Creador.
4 La tercera especie incorpórea es el accidente que cualifica los cuerpos: lugar,
tiempo, movimiento, figura, superficie, magnitud, forma. Las hay de dos clases
diferentes: unas son las cualidades tomadas en sí mismas, las otras son
cualidades del cuerpo. Las cualidades tomadas en sí mismas son la figura, el
color, la forma, el lugar, el tiempo, el movimiento. Las cualidades que
caracterizan los cuerpos son la figura figurada 1, el color coloreado, y también
la forma formada; la superficie, la magnitud: estas cualidades participan de las
primeras.
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NOTAS
1. Es decir. teniendo tal figura particular. dependiendo del cuerpo al que
afecta (Festugiere)
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X
DE HERMES. EXTRACTO DE LOS DISCURSOS
A TAT
1 Es posible constatarlo aún con motivo de los tres tiempos: pues ni existen
aislados en sí mismos ni tampoco son correlativos, y al contrario, son
correlativos y existen aislados en sí mismos.
2 Supóngase que el tiempo presente existe aparte del pasado, es imposible que
sea presente a menos que haya sido también pasado: ya que es de los tiempos
idos de donde el presente nace, y es del presente de donde surge el futuro.
3 Y si es preciso examinar las cosas más a fondo, razonaremos así: el tiempo que
ha pasado se ha ido hacia el no ser ya más ese tiempo mismo; el tiempo futuro
no existe en absoluto ya que no está todavía ahí; más aún, el propio tiempo
presente no se manifiesta como presente en tanto que dura ¿Cómo decir del
tiempo que no se sostiene tranquilo ni un pestañeo, ni la duración de un punto,
que es presente cuando no puede ni siquiera mantenerse fijo?
4 Por el contrario, en la medida que el tiempo presente se une al pasado y al
futuro los tres se hacen un tiempo único (porque no existen el uno al margen
del otro) gracias a la identidad, la unidad y la continuidad.
5 Así el tiempo nace a la vez continuo y discontinuo, aún siendo uno y el mismo.
XI
1 Ahora hijo mío, vaya resumir con breves sentencias la serie de los seres:
comprenderás mis palabras si recuerdas cuanto has escuchado de mí.
2 (1) Todos los seres son movidos, sólo el no-ser es inmóvil.
(2) Todo cuerpo está sujeto al cambio; todo cuerpo no es disoluble.
(3) Todo viviente no es mortal, todo viviente no es inmortal.
(4) Lo disoluble es corruptible, lo permanente inmutable es eterno.
(5) Lo que está siempre en devenir siempre está también en corrupción; lo que
viene al ser de una vez por todas jamás se corrompe ni deviene otra cosa.
(6) Primero Dios; segundo, el mundo; tercero, el hombre.
(7) El mundo es para el hombre, el hombre para Dios.
(8) La parte sensitiva del alma es mortal, la parte razonable inmortal.
(9) En su totalidad, la substancia es inmortal, en su totalidad la substancia es
mudable.
(10) En su totalidad, el Ser es doble, ninguno de los seres está en reposo.
(11) No todas las cosas están movidas por un alma, pero es un Alma quien mueve
todo el ser.
(12) Todo lo que es pasible tiene sensación; todo lo que posee sensación es
pasible.
(13) Todo ser sujeto a pena también lo está a placer, todo ser sujeto a placer no lo
está a la pena.
(14) Todo cuerpo no está sujeto a enfermedad, todo cuerpo sujeto a enfermedad
es disoluble.
(15) El intelecto está en Dios, la razón en el hombre; la razón está en el intelecto.
El intelecto es impasible.
(16) En el cuerpo, nada es verdad; en lo incorpóreo, todo es sin mentira.
(17) Todo cuanto ha venido al ser está sujeto a cambio, todo cuanto ha venido a
ser no es corruptible.
(18) Nada es bueno sobre la tierra, nada es malo en el cielo.
(19) Dios es bueno, el hombre malo.
(20) El bien es voluntario, el mal involuntario.
(21) Los dioses escogen las cosas buenas como buenas, < >.
(22) ?
(23) El número del tiempo está prescrito por Dios.
(24) ?
(25) Todo cuanto es en el cielo es inalterable, todo cuanto es en la tierra está
sujeto a alteración.
(26) Nada en el cielo es esclavo, nada en la tierra es libre.
(27) Nada incognoscible en el cielo, nada cognoscible en la tierra.
(28) No hay comunicación <de los seres del cielo a los de la tierra; hay
comunicación> de los seres de la tierra a los del cielo.
(29) Todo cuanto es en el cielo es irreprochable, todo cuanto es en la tierra es
digno de reproche.
(30) Lo inmortal no es mortal, lo mortal no es inmortal
(31) Lo que ha sido concebido no siempre ha lle- gado a ser, lo que ha llegado a
ser ha sido siempre concebido.
(32) El cuerpo disoluble tiene dos tiempos: uno, de la concepción al nacimiento;
otro, del nacimiento a la muerte. El cuerpo eterno no tiene sino un tiempo, a
partir del nacimiento.
(33) Los cuerpos disolubles crecen y decrecen.
(34) La materia disoluble cambia a su contrario, la materia eterna cambia o en ella
misma o en su semejante.
(35) La generación del hombre es el principio de una corrupción, la corrupción
del hombre es el principio de una generación.
(36) Lo que cesa de ser <empieza también a ser, lo que empieza a ser> cesa
también de ser.
(37) Entre los seres, unos están en cuerpos, otros en formas, otros en fuerzas. Un
cuerpo está en formas, forma y fuerza están en un cuerpo.
(38) Lo inmortal no participa en lo mortal, lo mortal participa de lo inmortal.
(39) Lo mortal no entra en un cuerpo inmortal, lo inmortal viene a añadirse a un
cuerpo mortal.
(40) Las fuerzas no se encaminan hacia lo alto, sino hacia lo bajo.
(41) Los seres de la tierra no son de ninguna utilidad para los seres del cielo, los
seres del cielo son de utilidad total para los seres de la tierra.
(42) El cielo es el receptáculo de los cuerpos eternos, la tierra es el receptáculo de
los cuerpos perecederos.
(43) La tierra es sin razón, el cielo razonable.
(44) Los seres del cielo están sometidos al cielo, los seres de la tierra dominan la
tierra.
(45) El cielo es el primer elemento, la tierra es el último.
(46) La Providencia es el ordenamiento divino, la Necesidad es sirvienta de la
Providencia.
(47) La Fortuna es un movimiento ciego y desordenado, el fantasma de una
fuerza, una ilusión engañosa.
(48) ¿Qué es Dios? Un ser inmutable y bueno. ¿Qué es el hombre? Un ser
mudable y malo.
3 Si guardas memoria de estas sentencias, te será fácil acordarte también de las
explicaciones que te he dado con tantas palabras: pues dichas sentencias las
resumen.
4 Evita sin embargo la conversación con la multitud. No porque yo quiera que
guardes celosamente tu ciencia sino más bien porque serías objeto de la risa de
la multitud. Lo que se parece se junta, entre desemejantes no hay amistad
alguna. He aquí unas lecciones que no toleran más que muy pocos oyentes, y
quizás ni esos pocos tendrán.
5 Poseen, además, una propiedad singular: excitan más a los malos a hacer el
mal. Así conviene guardarse de la multitud, que no comprende lo excelso de lo
enseñado.
- ¿Qué estás diciendo oh padre?
- Esto, hijo mío. El animal humano es, en su totalidad, desmedidamente
inclinado al vicio: nace y crece con él, y por eso lo encuentra placentero. Este
animal, si llega a saber que el mundo ha tenido un principio y que todo acaece
de acuerdo con la Providencia y la Necesidad, ya que la Fatalidad señorea
todas las cosas, ¿no será mucho peor? En efecto, despreciando el universo
como algo que ha tenido principio y responsabilizando a la Fatalidad por el
mal, no habrá en adelante acción maligna de la que se abstenga. Guárdate pues
de ellos para que, permaneciendo en la ignorancia, no sean tan criminales por
miedo a lo desconocido.
XII
DE HERMES. EXTRACTO DE LOS DISCURSOS
A AMMON
XIII
DE HERMES. EXTRACTO DE LOS DISCURSOS
A AMMON
XIV
SOBRE EL GOBIERNO DEL UNIVERSO.
EXTRACTO DE LOS DISCURSOS DE HERMES A AMMON
XV
DE HERMES. EXTRACTO DE LOS DISCURSOS
A AMMON.
1 Por otra parte, lo movido lo es según la actividad del movimiento que mueve
el Todo. Pues la Naturaleza del Todo proporciona al Todo dos movimientos,
uno según la propia potencia de la Naturaleza, el otro según la actividad. Uno
penetra a través del conjunto del mundo manteniéndolo por dentro, el otro es
coextensivo al mundo y lo envuelve por fuera; y estos dos movimientos van y
vienen juntos a través de todas las cosas.
2 La Naturaleza del Todo, haciendo nacer las cosas que vienen a ser, otorga la
facultad de crecer a todo cuanto ha nacido, sembrando por una parte sus
propias simientes, teniendo por otra a su disposición una materia móvil. Una
vez movida, la materia se calienta y se hace fuego yagua, lleno de vigor y
fuerza uno, pasiva la otra; el fuego, siendo opuesto al agua, ha desecado una
parte de ella, formándose <la tierra>, que flota sobre el agua; continuando el
agua de todo alrededor siendo secada, se desgajó de los tres, agua, tierra y
fuego, un vapor, y así nació el aire.
3 Estos elementos se combinaron en una relación armónica, lo caliente con lo
frío, lo seco con lo húmedo y de este acuerdo nació un soplo y una simiente
análogos al soplo envolvedor.
4 Este soplo, una vez caído en la matriz, no permanece inactivo en el interior de
la simiente; como no permanece inactivo en ella, la transforma, y ésta, por
dicha transformación, crece y se agranda. Además de grandor la simiente atrae
así un parecido de figura y es configurada; esta figura a su vez sirve de
vehículo a la forma específica, gracias a la cual lo que recibe esta forma es
especificado.
5 Puesto que el soplo no tenía en la matriz el movimiento de la vida sino sólo el
del crecimiento vegetativo, también ha organizado a este último movimiento
como receptáculo de la vida dianoética (la cual es indivisa e inmutable, no
apartándose jamás de su inmutabilidad), y conduce al nacimiento, según
ciertos números, lo que está en la matriz, ayuda a su puesta en el mundo y lo
deposita en el aire exterior.
6 Y el alma más próxima se adapta, no según su propiedad congénita, sino según
la que ha fijado el Destino: pues ella no se ve empujada por deseo natural a
unirse con un cuerpo.
7 Por lo tanto es por obedecer al Destino por lo que el alma proporciona al ser
que nace el movimiento dianoético y la substancia intelectual de la vida
propiamente dicha: pues el alma se insinúa en el soplo y mueve con
movimiento vital.
XVI
DE HERMES. EXTRACTO DE LOS DISCURSOS
A AMMON.
XVII
DEL MISMO (HERMES)
XVIII
DE HERMES
XIX
DE LO MISMO
XX
DE HERMES
XXI
DE HERMES
XXII
DE HERMES. EXTRACTO DE LA "AFRODITA"
Ahora voy a darte la razón del porque los hijos nacen semejantes a sus padres y
son asignados a familias. Cuando una sangre nutritiva se hace espuma, cuando los
órganos genitales se han aprovisionado de simiente, se exhala por así decirlo de
todos los miembros del cuerpo cierta substancia, bajo la acción de una fuerza divina,
como si fuera el mismo hombre que naciera, y verosimilmente el mimo fenómeno
sucede también en la mujer. Pues bien, cuando el efluvio surgido del varón
predomina y permanece intacto, el hijo vendrá al mundo pareciéndose al padre,
igual que si las condiciones se invierten, se parecerá a la madre. Si ha habido
predominio <del esperma> de una parte determinada del cuerpo, relativamente a
dicha parte habrá parecido. Sucede que incluso durante una larga serie de
generaciones, el hijo guarda semejanza al padre, jugando éste el papel de decano en
relación con la hora en que la mujer concebía.
XXIII
EXTRACTO DEL LIBRO SAGRADO DE HERMES
TRISMEGISTO TITULADO HUA (o PUPILA)
DEL MUNDO
46 !Que no haya pues obstáculo alguno para esas gentes, sino que iniciados en la
felicidad de una vida sin penurias, no constreñidos por el aguijón penoso del
miedo, gocen en la arrogancia de una suerte libre de inquietud! ¿Y no es acaso
hasta el cielo a donde armados de audacia indescriptible, llegarán estos
infelices? ¿No se extenderán hasta los astros sus almas carentes de zozobras?
¡Enséñales por lo tanto a consumirse de, ardor en los proyectos, para que
teman también la pena del fracaso, para que sean domados por la mordedura
del pesar cuando sus esperanzas se vean defraudadas! ¡Que deseos, temores,
tristezas y esperanzas vanas burlen el ardor imprudente de sus corazones! ¡Que
sean sus almas consumidas por un seguimiento contínuo de amores, de
esperanzas siempre diferentes, de deseos tan pronto satisfechos como
chasqueados, para que la dulzura misma del triunfo les tienda una trampa para
la prueba dolorosa de la infelicidad más completa! Que les agobie la fiebre
para que, habiendo perdido valor, castiguen su concupiscencia!.
47 Sufres, Horus, al escuchar las palabras reproducidas por tu Madre. ¿No estás
sorprendido, no te sacude el estupor ante este pozo de miseria sobre la pobre
humanidad? Escucha lo más horrible.
48 Había Hermes escuchado con placer las palabras de Momo (las cuales le
habían sido dichas en tono familiar), y dispúsose a hacer exactamente cuanto
Momo le dijo, añadiendo: "De acuerdo, Momo, sin embargo el soplo divino
que recubre el mundo no se mostrará por sí mismo visible a la mirada: pues el
Señor del Universo me ha designado a mí como un intendente y administrador.
Así, la diosa de ojos penetrantes, Adrastea, será la celadora del universo, y en
cuanto a mí, fabricaré un ingenio misterioso, ligado a una doctrina infalible e
inviolable, cuya constricción necesaria reducirá las cosas terrestres a la
esclavitud, todas desde el comienzo hasta la destrucción final, con la
determinación de aquello que se cumple: y todo lo demás sobre la tierra
obedecerá a dicho ingenio", Así le hablé a Momo, dijo Hermes, y ya el ingenio
se movía.
49 Cuando las almas fueron incorporadas y yo mismo obtuve elogios por lo
hecho,
50 el Monarca convocó de nuevo a los dioses en asamblea plenaria. Vinieron
estos y volviendo a tomar la palabra dijo: "Dioses, vosotros que habéis
recibido la naturaleza de jefes del mundo, naturaleza que es, además,
imperecedera; que habéis obtenido participar en la dirección de la eternidad
inmensa; vosotros por quienes las cosas todas del mundo nunca se cansan de
cambiarse las unas por las otras, ¿hasta cuando poseeremos tan soberana
autoridad sin ser reconocida? ¿Hasta cuando durará todo eso sin ser visto por
un sol y una luna? Vamos ¡que cada uno de nosotros engendre según sus
medios! Suprimamos con nuestro poder la inercia que se prolonga de esta masa
¡ Que parezca a la posteridad una increíble fábula el que haya existido un
Caos! Empleaos en grandes obras, yo mismo empezaré el primero. Esto dijo, y
al momento, en la masa compacta todavía sombría hízose una división en el
sentido de un mundo;
51 apareció el cielo en lo alto, armoniosamente equipado con todos sus misterios
propios, sacudida aún por temblores se coaguló la tierra bajo el fuego del sol, y
apareció armoniosamente equipada con todos los bellos ornamentos que le
conciernen. Pues a los ojos de Dios son hermosas incluso las cosas tenidas por
feas por los mortales, porque han sido hechas tales que son esclavas de las
leyes divinas. y Dios se alegró, viendo que sus obras estaban ya desde ahora en
movimiento.
52 Cuando hubo llenado sus manos, tan anchas como el espacio circundante de
todo cuanto existe en la naturaleza3 y cerrado así mismo sus puños dijo:
"Toma, oh tierra Santa, toma, honorable, tú que serás un día generadora de
todas las cosas, no parezcas más inferior a nada" "Así dijo Dios y, abriendo sus
manos, que eran las propias de un dios, repartió su contenido en la fábrica del
mundo.
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3. Otras versiones: habiendo llenado sus manos con las sobras.
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53 Al principio la Ignorancia reinó por doquier. Pues como las almas hacía poco
que habían sido encarceladas y sufrían mal su deshonor, se querellaban con los
dioses del cielo y firmemente asidas al noble origen que reivindicaban, porque
también habían salido del mismo Creador, se rebelaban y sirviéndose como
instrumentos de los hombres que le quedaban, hacían que se atacaran unos a
los otros, que se opusieran y guerrearan. De este modo, la fuerza ejerció
grandes violencias contra la debilidad, hasta el punto que los fuertes quemaban
y degollaban a los débiles y los arrojaban desde lo alto de los templos tanto
vivos como muertos,
54 hasta el día en que los Elementos, presos de cólera, resolvieron hacer una
petición a Dios, el Monarca, acerca de la conducta salvaje de los hombres.
Cuando el mal se hizo muy grande, se presentaron los Elementos ante Dios que
los había creado y formularon su acusación en estos términos.
55 El Fuego fue quien tuvo licencia para hablar primero:"Señor, dijo, artesano
de este mundo nuevo, Nombre escondido en el seno de los dioses y venerable
hasta hoy para todos los hombres, ¿hasta cuándo, oh Divino, será tu designio
dejar sin dios la vida de los mortales?
56 Manifiéstate ya, da alguna respuesta al mundo e inicia en la paz la barbarie de
las costumbres. Confiere leyes a la vida humana, acuerda la noche de los
oráculos. Llénalo todo de hermosas esperanzas. Que retrocedan los hombres
ante la venganza divina y nadie perseverará en el mal. Si reciben el pago justo
por sus crímenes, los demás se guardarán de ser injustos, temerán la santidad
del juramento y no habrá uno siquiera que medite un sacrilegio. Que aprendan
a darte gracias por los favores recibidos para que yo pueda, gozoso, cumplir mi
función en las libaciones, yo el Fuego, para que, del hogar de los altares, haga
ascender hacia tí una olorosa humareda. Pues se me mancha, oh Maestro; hasta
hoy la audacia impía de los hombres que has creado me fuerza a reducir las
carnes a cenizas, no me permiten atenerme a mi ser natural, puesto que falsean
indignamente lo que es incorruptible".
57 Después el aire: "También yo" dijo, "estoy contaminado, Señor, y por las
exhalaciones de los cadáveres soy pestilente e insalubre, y asisto desde lo alto
a todo lo que no se debería ver".
58 Tuvo enseguida el Agua, hijo magnánimo, licencia para hablar, expresándose
en estos términos: "Padre, Creador admirable de todas las cosas, Dios nacido
de tí mismo, Autor de la naturaleza que engendra todo por ti, ¡ordena ahora por
fin, oh Divino, que el caudal de los ríos discurra siempre puro! Pues los ríos y
los mares lavan de sus manchas a los degolladores o recogen a los degollados".
59 Se presentó a continuación la Tierra, abrumada de tristeza, y +......+, muy
glorioso hijo, comenzó en estos términos: "Rey, Señor de las bóvedas celestes,
Jefe y Padre de los Elementos aquí presentes ante ti, nosotros a partir de los
cuales todos los seres comienzan a crecer para decrecer a continuación,
nosotros en quienes de nuevo también retornan necesariamente cuando
alcanzan el término imprescriptible, una banda insensata e impía de gentes
inhumanas, oh Muy Honrado, se ha fundado sobre mí. Sin duda tengo espacio
suficiente para contener también toda clase de substancia (sí, yo misma, como
lo has ordenado, no solo llevo todas las cosas, sino que acepto incluso las
bestias degolladas),
60 sin embargo ahora estoy deshonrada; hallándome colmada de todas las cosas,
tu mundo terrestre carece de Dios. Pues no habiendo nada que los hombres
deban temer, cometen toda suerte de crímenes, y sobre mis espaldas, Señor,
son abatidos por un perverso arte: heme aquí totalmente corrompida, inundada
del pus de los cadáveres.
61 Ahora, Señor, estoy forzada a contener también a los que no son dignos de
ello. Quiero contener, junto a todo cuanto llevo, también a Dios. Otorga a la
Tierra, sino tu persona misma pues a Ti, no tengo la osadía de contenerte, por
lo menos alguna emanación sagrada de ti mismo. Cambia mi suerte, haz a la
tierra más gloriosa que los otros Elementos: pues sólo de las cosas que vienen
de ti le conviene enorgullecerse, ya que ella es la abastecedora universal".
62 Tales fueron los discursos de los Elementos.
En cuanto a Dios, llenando mientras hablaba el universo entero con su voz
santa, dijo: Seguid vuestro camino, hijos sagrados, dignos de un padre
poderoso, no tratéis de innovar en modo alguno, no dejéis enteramente privado
mi universo de vuestro ministerio. Pues ya existe entre vosotros de alguna
forma un segundo efluvio de mi naturaleza que velará con escrúpulo sobre toda
acción humana, para los vivientes, juez que no cabe decepcionar, déspota
absoluto de los muertos, terrible, y no solo terrible, sino vengador de sus
crímenes: y cada uno de los hombres será retribuido, mientras perdure su raza,
con el pago que merezca".
63 Y así fue como, por orden del Soberano, los Elementos pusieron fin a su
demanda; guardaron silencio y cada uno mandó en su reino y reinó en él como
Señor.
64 Al respecto dijo Horus: "Oh Madre ¿cómo tuvo la Tierra la feliz fortuna de
recibir el efluvio de Dios?" E Isis respondió: "Me niego a describir tal
nacimiento, pues no está permitido explicar el origen de tu procreación, oh
poderoso Horus, por miedo a que alguna vez en el futuro, la generación de los
dioses inmortales llegue a oídos de los hombre. No puedo decir más que esto:
el Dios Monarca, Ordenador y Artesano del universo, concedió +......+, por
poco tiempo, el gran Osiris tu padre y a la gran diosa Isis para que vinieran a
traer socorro al mundo carente de todo.
65 Ellos son quienes llenaron de recursos la vida humana..
Ellos son quienes pusieron fin a la barbarie de las muertes mútuas.
Ellos son quienes consagraron a los dioses antiguos los templos y los
sacrificios.
Ellos son quienes han dado a los mortales leyes, alimentos, un techo.
66 "Ellos son" dijo Hennes, "quienes conocerán a fondo todos los secretos de
mis escritos y los discernirán; y aún cuando guarden para sí algunos, por el
contrario los que puedan servir al servicio que prestan a los mortales, los
grabarán en las estelas y los obeliscos"'.
67 Ellos fueron los primeros que, habiendo dado a conocer los tribunales han
llenado el mundo de equidad y de justicia.
Ellos son quienes, autores primeros del contrato solemne y la buena fe,
introdujeron en la vida humana también al gran Dios Juramento.
Ellos son quienes enseñaron a amortajar como conviene a los que cesaron
de vivir .
Ellos son quienes, habiendo examinado el cruel fenómeno de la muerte,
reconocieron que el soplo procedente del exterior, estando sujeto a retornar
periódicamente a los cuerpos de los hombres, si tarda, causa un
desvanecimiento sin posible reparación.
Ellos son quienes, habiendo aprendido de Hermes que la atmósfera está
repleta de demonios, lo grabaron en estelas escondidas.
68 Ellos son los únicos que instruidos por Hermes en las secretas ordenanzas de
Dios, se convirtieron para la humanidad en iniciadores y legisladores de las
artes, de las ciencias y de toda clase de ocupaciones. Ellos son quienes,
habiendo aprendido de Hermes que las cosas de abajo han recibido del Creador
el mandato de estar en simpatía con las de arriba, instituyeron sobre la tierra las
funciones sagradas unidas verticalmente a los misterios del cielo.
Ellos son quienes, habiendo reconocido la corruptibilidad de los cuerpos,
crearon ingeniosamente los excelsos profetas, de modo que jamás el profeta
destinado a alzar sus manos hacia los dioses ignorase ningún ser, a fin que la
filosofía y la magia nutrieran el alma, y para que la medicina curara al cuerpo
cuando estuviera afligido por algún mal.
69 Tras haber cumplido todo eso, hijo mío, Osiris y yo, viendo el mundo
perfectamente colmado, fuimos reclamados por los habitantes del cielo. Pero
no nos era posible volver a él antes de haber invocado el Monarca, para que
también se llenara el Universo entero con esta doctrina y nosotros mismos
fuéramos favorecidos con buena acogida en nuestra ascensión: Dios, en efecto,
se complace en los himnos".
70 "Madre", dijo Horus, "otórgame a mi también conocer tal himno, para que no
sea un ignorante". E Isis respondió: "Escucha, hijo".
XXIV
EN EL MISMO LIBRO
1 Pero tú, hijo magnánimo, si quieres saber algo más, pregunta". Y dijo Horus:
"Oh Madre muy honrada, quiero saber como se producen las almas reales". E
Isis respondió: "He aquí, más o menos, Horus, como se hace la distinción en lo
concerniente a las almas reales. Hay en el Todo cuatro lugares, sujetos a una
ley y autoridad inviolables, el cielo, el éter, el aire, la tierra muy santa; en lo
alto, en el cielo, habitan los dioses mandados como el resto de los seres, por el
Creador del universo; en el éter habitan los astros, a los que manda la gran
luminaria del Sol; en el aire habitan los hombres y demás animales, a los
cuales manda quien en ese momento ha nacido rey. Pues los dioses, hijo mío,
engendran los reyes dignos de constituir su descendencia en la tierra.
2 Los jefes son emanaciones del Rey y el que le está más próximo es, también,
más real que los otros. Efectivamente, el Sol, por hallarse más cerca de dios, es
así mismo más grande y poderoso que la Luna: la Luna es la segunda trás de él
según el rango y la potestad.
3 En cuanto al rey, es el postrero entre los dioses, pero el primero de los
hombres. Mientras está en la tierra, hállase alejado grandemente de la
naturaleza divina en su verdad, pero mantiene a los ojos de los hombres alguna
cosa excepcional semejante a Dios. Pues el alma en él precipitada, viene de la
región situada por encima de aquellas de donde proceden las almas
precipitadas en los otros hombres.
4 Ahora bien, las almas son precipitadas desde allí arriba con objeto de reinar
por dos razones, hijo mío: las que han hecho noblemente, de modo
irreprochable, el curso de su vida y pronto habrán de recibir la apoteosis, para
que en el uso de la realeza se preparen también a ejercer la autoridad que
pertenece a los dioses; las que son ya divinas en algún sentido y no han
transgredido sino ligeramente la norma inspirada por Dios, para que aún
sobrellevando el castigo de la incorporación, una vez encarnadas no sufran, en
razón de su naturaleza y rango elevados, nada semejante a los demás hombres
sino que conserven incluso encadenadas, lo que poseían cuando estaban libres.
5 En cuanto a los caracteres, la diferencia entre los reyes no proviene de
distinción alguna propia a la misma alma, dado que todas las almas reales son
divinas, sino de la diversidad de ángeles y demonios que la escoltaron al
establecerse. Pues almas de calidad que descienden a la tierra para tal función,
no lo hacen sin cortejo ni guardia. La Justicia de lo alto sabe como repartir a
cada una el rango que le es debido, incluso si tales almas son expulsadas del
País de la Buena Vida.
6 Cuando Horus, hijo mío, los ángeles y demonios que conducen el alma hacia
abajo son belicosos, es su manera de ver la que debe apropiarse el alma que ha
olvidado su propio comportamiento, o más bien que no lo recuerda sino hasta
que el de sus compañeros de viaje diferentes de ella misma se agrega al suyo.
Cuando son pacíficos, el alma hace pacífico su propio curso; si se complacen
en ejercer justicia, también ella ejerce de juez; si son músicos entonces canta
también; si aman la verdad, también el alma se dedica a la filosofía. De hecho,
es casi una necesidad el que las almas se apropien la manera de ver de aquéllos
que las conducen a la tierra: pues, si cayendo a la humanidad, han olvidado su
propia naturaleza, y ello tanto más cuanto más se hayan alejado, recuerdan por
el contrario el modo de ser de aquéllos que las han encerrado".
7 "Me lo has explicado todo muy bien, oh Madre", dijo Horus, "pero todavía no
me has mostrado como se producen las almas nobles" - "Al igual que en la
tierra existen diferentes clases de calles, Horus, hijo mío, así ocurre en el caso
de las almas. Efectivamente también ellas arrancan de cielos diferentes y la
surgida de un lugar más glorioso es más noble que la que carece de este
privilegio. y al igual que entre los hombre, al que es libre se le tiene por más
noble que al esclavo (pues lo que es superior y real tiene necesariamente en
esclavitud a lo inferior), así sucede también <entre las almas>".
8 ¿"<Y cómo, oh Madre> se producen las almas masculinas y femeninas>"
- Las almas, Horus, son todas de la misma naturaleza ya que provienen de
un mismo y único país, donde el Creador las modela y no son ni masculinas ni
femeninas.
Pues semejante condición vale tan sólo para los cuerpos pero no para lo
incorpóreo.
9 En cuanto a la diferencia que hace a ciertas almas coléricas, otras fáciles de
manejar, depende, Horus, hijo mío, del aire en el que todas las cosas nacen;
ahora bien, el aire del alma es el cuerpo mismo con el que está envuelta, una
combinación de elementos, tierra, aire, agua y fuego. Dado que en la
composición de las hembras, hay predominio del frío y la humedad,
deficiencia de lo seco y lo caliente, resulta que el alma aprisionada en una obra
modelada así se vuelve empapada de humedad y blanda, al igual que, entre los
machos, se puede constatar que sucede todo lo contrario. Efectivamente, entre
éstos predominan lo caliente y lo seco, deficiencia de lo frío y de lo húmedo:
por eso las almas que moran en tales cuerpos son rudas y más laboriosas".
10 "¿Cómo se producen las almas inteligentes, Madre?"
Y respondió Isis: "El sentido de la vista, hijo mío, se halla recubierto por
membranas. Cuando estas membranas son espesas y compactas, posee el ojo
una visión debilitada; pero si son de tejido suelto y fino se disfruta entonces de
una vista penetrante. Lo mismo sucede con el alma. Pues el alma tiene también
sus envolturas, incorpóreas, puesto que ella misma es incorpórea. Esas
envolturas son las capas de aire que están en nosotros. Cuando son finas, flojas
y traslúcidas, el alma es inteligente; cuando por el contrario son tupidas,
espesas y enredadas, entonces, igual que a causa del mal tiempo, no puede ver
al alma a lo lejos, sino sólo aquéllo que se halla a sus pies".
11 Y dijo Horus: "¿Por qué, oh Madre, los hombres que moran fuera de nuestro
muy santo País no son de inteligencia verdaderamente abierta como nuestros
compatriotas?" E Isis respondió: "La tierra situada en el centro de todo yace
sobre la espalda, de cara al cielo, como un hombre, y está dividida en tantas
partes como miembros tiene el hombre. Ella dirige sus miradas hacia el cielo,
como hacia su padre, para que siguiendo los cambios del cielo, cambie también
en lo que le es propio. Tiene la cabeza situada en dirección al Sur del universo,
el hombro derecho en dirección al Este, <el hombro izquierdo al Oeste>, los
pies bajo la Osa, <el derecho bajo la cola>, el izquierdo bajo la cabeza de la
osa, los muslos en las regiones que hay tras de la Osa, las partes medias en las
regiones medias.
12 La prueba de ello está en que los hombres que viven el Mediodía y habitan
sobre la cabeza de la tierra tienen la parte superior de su cabeza bien
desarrollada y con hermosos cabellos; los orientales están prestos al ataque y
son seguidores de Sagitario, pues estas cualidades son propias de la mano
derecha; los Occidentales están protegidos ante el peligro porque acostumbran
a combatir con la mano izquierda y cuantos efectos producen los demás
sirviéndose de la derecha, los llevan a cabo ellos sirviéndose de la izquierda;
los que viven bajo la Osa son +......+ con respecto a los pies y tienen además la
pierna bien hecha; los que van detrás de éstos, algo más alejados, la región
geográfica conocida actualmente como italiana y helénica, son todos de
hermoso muslo y proporcionada nalga, de dónde, a causa de la belleza extrema
de esas partes, sus hombres se rebajan al comercio de machos.
13 Sin embargo, como todos estos miembros, comparados a los otros, son
perezosos, convierten en más perezosos los hombres que los habitan. En
cambio en medio de la tierra se halla el santo país de nuestros antepasados. El
centro del cuerpo humano es el santuario de solo el corazón y el corazón es el
cuartel general del alma; por ello hijo mío los hombres de ese país, tan bien
provistos como los otros en lo demás, son excepcionalmente más inteligentes
que los otros y dotados de sabiduría que han nacido y han sido educados en el
sitio del corazón.
14 Además hijo mío, el Sur vuelve blando que recibe las nubes nacidas por
condensación de atmósfera (en todo caso, por ejemplo, es precisamente a causa
de la precipitación de las nubes lo que nuestro río se ha formado allá abajo y
también se dice que fluye desde esa región cuando los ríos se funden) y allí
donde se abata una nube, envuelve con nieblas el aire que recubre la tierra y de
algún modo lo carga de vapores. Ahora bien, nieblas y vapores son sin
embargo un obstáculo no sólo para vista sino también para el intelecto. El Este
gloriosísimo Horus, recalentado y turbulento por la salida del sol que ocurre en
su proximidad inmediata como su opuesto, el Oeste, que se ve afectado de la
misma forma cuando el sol se pone, son la causa que no haya ninguna
observancia pura entre los hombres nacidos en sus parajes. El Norte, por el frío
que corresponde a su naturaleza, congela no sólo los cuerpos, sino el intelecto
de quienes viven en su clima.
15 El país de en medio, por el contrario, siendo puro y sin perturbaciones, es el
mejor en sí y para todo cuanto está en él: gracias a su serenidad constante,
embellece, educa; justamente no rivaliza, y triunfa, sino en estas cualidades y,
como gobernador de las otras, como un buen sátrapa, hace participar en su
victoria a los que ha vencido.
16 "Explicadme todavía esto, Madre, y Señora mía. ¿Por qué en las largas
enfermedades, aún cuando el hombre siga viviendo, la palabra, el
razonamiento, qué digo, el alma misma a menudo sufren alteración?". y
respondió Isis: "Entre los seres vivos, hijo mío, algunos guardan afinidad con
el fuego, otros con el agua, otros con el aire, otros con la tierra, otros con dos o
tres de estos elementos, otros incluso con todo el conjunto. A la inversa, unos
tienen aversión al fuego, otros al agua, otros a la tierra, otros al aire, otros a dos
de estos elementos, otros a tres y otros a todo su conjunto.
17 Por eso angosta hijo mío y toda clase de mosca rehúyen el fuego; el águila, el
gavilán y todos los pájaros de alto vuelo rehúyen el agua; los peces, el aire y la
tierra; la serpiente se aparta del aire pleno. Por el contrario, las serpientes y
todo cuanto se arrastra aman la tierra; aman el agua todos los animales
nadadores; los voladores el aire, donde también moran todos los que vuelan
alto y son próximos al aire por su género de vida. Más aún, hay incluso
animales que aman el fuego, como las salamandras, que llegan a hacer su nido
en él.
18 Cada uno de los elementos es efectivamente el vestido de los cuerpos dichos.
Toda la, en tanto que se halla en el cuerpo, se ve lastrada y oprimida por estos
cuatro: así en efecto parece que mientras gusta de algunos se siente oprimida
por los otros. De ahí que no goce de su más alta beatitud: o como es divina por
naturaleza incluso cuando se encuentra en los elementos, lucha y piensa, no
tanto embargo como lo haría si estuviera separada del cuerpo. Aunque si estos
cuerpos se encuentran ellos mismos sometidos a vaivenes y borrascas a causa
de enfermedad o espanto, entonces también el alma, como un hombre hundido
en el mar, es zarandeada las olas y no tiene nada duradero.
XXV
DE HERMES: DISCURSO DE ISIS A HORUS
1 "De modo admirable", dijo Horus, "me has expuesto con detalle, oh poderosa
madre Isis, la maravillosa creación de las almas por Dios, y mi admiración no
cesa; pero todavía no me has contado donde van las almas una vez libres de los
cuerpos. Quiero pues, una vez iniciado también en esta doctrina, darte por ello
las gracias solamente a ti, Madre inmortal".
2 Y dijo Isis: "Presta atención, hijo: es ésa, desde luego, una busca de la mayor
necesidad.
3 Y bien, pues tal va a ser el tenor de mi discurso, lo que tiene consistencia y no
es aniquilado ocupa un lugar. No es cierto, hijo admirable, vástago poderoso
del poderoso Osiris, tu padre, que las almas, cuando han salido de los cuerpos,
vayan en el mayor desorden y a causa de un mismo impulso a esparcirse en el
aire y a dispersarse entre el resto del soplo infinito, ni que a continuación ya no
les sea posible desandar el camino hacia los cuerpos conservando su identidad,
ni tampoco volver al lugar de donde al principio vinieron, como pasa con el
agua que no se puede volver a los vasos de donde ha sido sacada, más aún, que
aunque la volvamos a vertir en los mismos inmediatamente después de haberla
sacado, vuelve a ocupar su mismo sitio, sino que va a mezclarse con toda la
masa del líquido.
4 No, las cosas no suceden de esta manera, magnánimo Horus, pero iniciada
como estoy yo misma en la naturaleza inmortal por decirlo así, y habiendo
recorrido la llanura de la Verdad, te expondré de cabo a rabo y
minuciosamente la naturaleza de las cosas al detalle, tras hacer hincapié ante
todo en esto, que el agua es un cuerpo irracional, formado por comprensión,
hasta la fluidez, de multitud de compuestos, en tanto el alma es algo con
naturaleza propia, hijo, una cosa real, obra de las manos de Dios y su intelecto,
que por sí misma, guiada por sus solas luces, se lleva hacia el intelecto. Ahora
bien, lo constituido por una sustancia única y carente de elementos extraños no
puede mezclarse a algo diferente. De donde forzosamente se deduce que la
unión del alma y el cuerpo es un acoplamiento resultante de la compulsión
divina.
5 Y las almas ni retornan en confusión a un solo y mismo lugar, ni se dispersan al
azar como pudiera parecer, sino que cada una es reenviada a su región propia,
lo que es evidente también por lo que sucede al alma cuando se halla todavía
en el cuerpo y molde carnal, cuando se ve lastrada por espesor contrario a su
naturaleza.
6 Vamos fíjate bien, amado Horus, en la comparación que se hace. Supón que se
encierra en un solo mismo lugar de detención a hombres, águilas, lomas,
cisnes, halcones, golondrinas, gorriones, moscas, serpientes, leones, leopardos,
lobos, perros, liebres, bueyes, carneros, y algunos animales pertenecientes al
género ambiguo, como las focas, las serpientes de agua, las tortugas y
cocodrilos, y a continuación, de un solo golpe, se las pusiera en libertad de la
de la prisión:
7 ¿no retornarían, a buen seguro, el hombre hacia las plazas públicas y las casas,
el águila hacia el éter donde le conviene residir por su naturaleza, las palomas
hacia el aire próximo a la tierra, más altos los halcones que las palomas? ¿Y no
irían las golondrinas a los lugares habitados por los hombres, los gorriones
alrededor de los árboles frutales, los cisnes donde les es posible cantar, las
moscas a la proximidad de la tierra misma, no alejándose sino en tanto que
puedan subir con el olor humano (pues la mosca, hijo mío, es golosa en
particular del hombre y le gusta volar a ras de tierra), los leones y leopardos
hacia las montañas, los lobos hacia los lugares desiertos, el perro sobre la pista
del hombre, las liebres hacia los abrigos, los bueyes hacia los establos y los
prados, hacia los pastos los carneros, las serpientes hacia las cavernas de la
tierra, las focas, las tortugas y demás animales de la misma clase hacia los
fondos y las corrientes, para no verse privados de la tierra firme ni del agua
elemento congénito, cada ser dirigido por su discernimiento interior a morada
que le conviene?
8 Del mismo modo cada alma, ya esté encarnada en un hombre o habite la tierra
bajo otra forma, sabe donde debe ir, salvo que algunos hijos de Tifón vengan a
decirnos, hijo, que un toro puede pasar su vida en el fondo del mar o una
tortuga en el aire. Si así ocurre con las almas que, incluso inmersas en la carne
y la sangre, nada hacen contra lo regulado aunque sufran castigo (pues castigo
es para ellas la incorporación) ¿cuánto más <una vez liberadas> del castigo de
la inmersión y participando en la libertad que les es propia?
9 Veamos por otra parte cual es la ordenanza sacratísima. Dirige ahora
finalmente tus ojos a lo alto, hijo de una muy ilustre raza, mira los acomodos
de las almas. Lo que se extiende de la cúspide del cielo a la luna está reservado
a los dioses, a los astros y a la Providencia en general; lo que se extiende desde
la luna hasta nosotros, hijo mío, es el habitáculo de las almas.
10 Esta vasta extensión de aire tiene en sí misma una salida, que acostumbramos
a llamar viento, un espacio propio en el que se mueve el aire para la
refrigeración de las cosas terrestres, como mostraré mas adelante. Sin
embargo, este movimiento del aire sobre sí mismo no es en absoluto un estorbo
para las almas; pues, mientras que se mueve, es placentero a las almas lanzarse
hacia lo alto y hacia lo bajo, como ocurre, sin trabas. Se deslizan en efecto a su
través sin mezclársele ni pegársele, como el agua a través del aceite.
11 Este espacio, Horus, hijo mío, contiene cuatro divisiones generales y sesenta
regiones particulares. De las cuatro divisiones, la que se alza a partir del sol
comprende cuatro regiones, de manera parecida a como la tierra se extiende
hasta ciertas alturas y cumbres, y se detiene ahí, pues no está en su naturaleza
alcanzar altitudes que superen esas cimas. La división a partir de ahí contiene
ocho regiones, en las cuales se producen los movimientos de los vientos
(escucha atentamente, hijo mío, porque estás oyendo los misterios inefables de
la tierra, del cielo y de todo el aliento sagrado intermediario); ahora, donde hay
movimiento del viento, hay también vuelo de pájaros: pues más allá de esta
región ya no se mueve el aire, ni lleva ya ser viviente. Sea como sea, tal es el
poder que este aire ha recibido de la naturaleza, de modo que circula, junto con
los animales que contiene, por las ocho regiones que le son propias y por las
cuatro de la tierra, mientras que la tierra no puede elevarse hasta las ocho
regiones del aire.
12 La tercera división comprende dieciséis regiones, y está llena de un aire sutil
y puro. La cuarta contiene treinta y dos regiones, en las que el aire es más sutil,
absolutamente sin mezcla, transparente, formando en su límite superior la
frontera de los cielos de arriba, ígneos por naturaleza.
13 Tal es el ordenamiento establecido en línea recta de arriba abajo, no siendo
sus partes coherentes por naturaleza, de modo que hay cuatro divisiones
generales, doce espaciales, sesenta regiones. En estas regiones, en número de
sesenta, habitan las almas, cada una según la naturaleza que le es propia,
teniendo todas una sola y misma constitución, aunque no la misma dignidad.
Efectivamente, cuanto más supera cada una de estas regiones a otra por su
alejamiento de la tierra, también las almas en ellas alojadas: una supera a otra
en excelencia, hijo mío, la región y el alma.
14 Cuales de esas almas parten en una u otra de estas dos direcciones te lo
explicaré, Horus glorioso, retornando de nuevo mi exposición a partir de este
punto, te lo explicaré en su orden empezando desde lo alto hasta los lugares
próximos a la tierra.
XXVI
DE LA ENCARNACION y REENCARNACION DE
LAS ALMAS
XXVII
DE HERMES: EXTRACTO DEL DISCURSO DE
ISIS A HORUS
Una refutación, cuando ha sido reconocida como tal, poderosísimo rey, inspira a
aquel que ha sido refutado el deseo de lo que ignoraba antes.
XXVIII
Tales, preguntado sobre cual era el más antiguo de los seres, respondió: "Dios,
pues es el inengendrado".
Sócrates, interrogado acerca de lo que es Dios, dijo: "El inmortal y eterno".
Hermes, interrogado sobre lo que Dios es, dijo: "El Creador del universo, el
Intelecto perfectamente sabio y eterno".
XXIX
DE HERMES
Siete astros de curso dilatado giran en círculo en el umbral del Olimpo, con ellos
el Tiempo infinito prosigue eternamente su marcha: la Luna que ilumina la noche, el
lúgubre Kronos, el dulce Sol, Pafié que aporta el lecho nupcial, el fogoso Ares,
Hermes de alas rápidas, y Zeus, primer autor de todos los nacimientos, de quién ha
salido la Naturaleza. Estos mismos astros han recibido en participación la raza
humana, y en nosotros están la Luna, Zeus, Ares, Pafié, Kronos, el Sol, Hermes. He
ahí porque nuestro sino consiste en hacer nuestro, del aliento etéreo, lágrimas, risa,
cólera, generación, palabra, sueño, deseo. Las lágrimas es Kronos, la generación
Zeus, la palabra Hermes, la cólera Ares, el sueño la Luna, el deseo Citérea, la risa el
Sol: pues por él ríen, con razón, toda inteligencia mortal y el mundo sin límites.
21. OBRAS COMPLETAS (Vols. I). Hermes Trismegisto. Versión bilingüe con
texto original de los diversos compiladores griegos y latinos que transcribieron
las obras de Hermes. Anotada. Cartoné (Única edición castellana completa y
fiable).
HERMETISMO HOY
CLASICOAS ABRAXAS