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Biblioteca Esotérica

Dirigida por Miguel Ángel Muñoz Moya

OBRAS COMPLETAS (vol. III)


Hermes Trismegisto
Primera edición castellana, septiembre 1988
Muñoz Moya y Montraveta editores sa
28 de Febrero, 6
41310 BRENES (Sevilla)
España

© de la traducción, notas y prólogo:


Miguel Ángel Muñoz Moya

© de la presente edición:
Muñoz Moya y Montralveta editores sa

ISBN de la obra completa 84-86335-07-8


Hermes Trismegisto ISBN del presente volumen 84-86335-39-6
OBRAS COMPLETAS DL: SE-1266-88
(Versión bilingüe) Imprime: Graficas Mirte
Vol. III Polígono Calogne, calle A parcela 10
41007 SEVILLA
Printed in Spain
Símbolos de la vida (ankh) y del poder (was)
Dintel de una puerta en Kom Ombo
FRAGMENTOS DE STOBEO
I

DE HERMES. EXTRACTO DEL DISCURSO A


TAT

1 Concebir a Dios es difícil, enunciarle imposible aún para quien es capaz de


concebirle. Pues resulta imposible a cuanto es cuerpo significar lo incorpóreo,
no es posible a lo imperfecto comprender lo perfecto, dificultoso es para lo
efímero asociarse con lo eterno. Pues uno es siempre, el otro pasa; uno es
verdad, el otro no es más que un esbozo de la imaginación; y tanta distancia
hay de lo más débil a lo más fuerte, de lo más pequeño a lo más grande, como
de lo mortal a lo divino.
2 La distancia que los separa enturbia la visión de lo Bello. Sin duda, con
nuestros ojos podemos ver los cuerpos; y lo que el ojo ve puede decirlo la
lengua: pero aquello que no tiene ni cuerpo, ni apariencia, ni figura, que ni
siquiera está tampoco constituido por materia no puede ser aprehendido por
nuestros sentidos. Con el pensamiento veo, oh Tat, veo: lo que es imposible de
expresar, es Dios.

IIA
DE HERMES. EXTRACTO DE LOS DISCURSOS
ATAT

1 Acerca de la verdad no es posible, oh Tat, siendo hombre, un animal


imperfecto compuesto de miembros imperfectos y en cuanto a envoltura1 de
múltiples cuerpos extraños, animarse a hablar: más aquello que es posible y
justo decirlo, lo digo, que no hay verdad sino en los cuerpos eternos.
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NOTAS
1. Envoltura: literalmente tienda. El verdadero hombre habita y se
manifiesta en y a través de sus cuerpos, pero no se reduce a ellos. Estos
cuerpos son varios, desde el más grosero o cuerpo físico, pasando por
cuerpos materiales pero de materia más sutil como el cuerpo etérico,
hasta otros completamente inmateriales. Si el hombre quiere encontrar su
verdadera dimensión tendrá que desprenderse de todos ellos y no solo
del físico: habrá también de renunciar a la inteligencia y a la voluntad
individual humana, renuncias éstas a las que San Juan de la Cruz llama
"oscurísima noche".
Hay quien al parecer puede -muy pocos- salir y entrar en estos
diversos cuerpos (en algunos o en todos, según los diversos grados de
iniciación) durante la vida terrenal. La inmensa mayoría tiene que
realizar este proceso, ineludible y obligatorio para todos aquellos salvo
para los que perecen definitivamente transformándose en puros despojos
útiles para fines kármicos, durante los vastísimos períodos de la
evolución, siendo el largo tiempo que hay entre la muerte física y un
nuevo renacimiento, una fase de este proceso.
Quien busque la pervivencia individual después de la muerte, se
confunde de camino: la patria y la humanidad es otra que la "armoniosa
maquinaria compuesta de las esferas" (Poimandres 1,14).
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2 Fuego que no es sino Fuego en sí y nada más, tierra Tierra en sí y nada más,
aire Aire en sí <y nada más>, agua Agua en sí y nada más. Por el contrario,
nuestros propios cuerpos están constituidos por todos esos elementos juntos:
pues contienen fuego, contienen así mismo tierra, así como aire y agua, y por
tanto no son ni fuego, ni tierra, ni agua, ni aire, ni nada de verdad. Así que si
desde el principio, nuestra constitución no ha contenido en ella la verdad:
¿cómo podría ver o expresar la Verdad?
No podrá concebirla más que si Dios lo quiere.
3 Las cosas todas de la tierra, oh Tat, no son pues verdad, sino copias de la
verdad, y eso ni siquiera todas, tan solo un pequeño número.
4 El resto es engaño, error, oh Tat, ilusiones, existiendo solo como apariencias,
como imágenes. Sin embargo, cuando la apariencia recibe el influjo de lo alto,
se vuelve una imitación de la verdad; pero sin la fuerza de lo alto, es
abandonada a su estado de mentira. Lo mismo ocurre con la imagen, la cual
muestra sin duda el cuerpo representado en la pintura, pero no es ella misma un
cuerpo conforme con la apariencia del objeto visto; se le ven los ojos, pero no
tiene vista; <las orejas>, pero no oye absolutamente nada; todas las demás
partes también las tiene sin duda la pintura, pero son falsas semejanzas que
engañan la vista de los expectadores, creyendo éstos ver lo verdadero cuando
en realidad no hay allí sino ilusión.

5 Ahora bien, cuando se ve una cosa que no es ilusión, se ve lo verdadero. Si


pues concebimos o vemos cada una de estas cosas tal como es, concebimos y
vemos cosas verdaderas; no siendo así, nada verdadero llegaremos a concebir
ni a saber.
6 - ¡Entonces hay verdad también sobre la tierra, padre! - Te equivocas hijo mío.
No hay en absoluto verdad sobre la tierra, ni puede haberla, aunque si puede
suceder que algunos de entre los hombres alcancen una noción de la verdad,
aquellos a quienes Dios ha concedido que estén dotados de la facultad de verle.
7 -¿No hay pues nada verdadero sobre la tierra? - Pienso y digo: "Todo es
apariencia e ilusión"; son cosas verdaderas las que pienso y digo. -¿Pero al
menos eso, pensar y decir cosas verdaderas, no habrá que llamarlo verdad?
8 -¿Cómo? Hay que pensar y decir lo que es: luego nada hay verdadero sobre la
tierra. He ahí lo que es verdad, que nada hay verdadero aquí abajo. ¿Cómo
sería ello posible hijo mío?
9 La verdad es la excelencia más perfecta, el Bien absoluto sin mezcla, lo no
manchado por la materia ni revestido de cuerpo, el Bien desnudo,
resplandeciente, inmutable, augusto, inalterable. Pero las cosas de aquí abajo,
hijo mío, ya ves como son, incapaces de recibir este Bien, perecederas,
pasibles, disolubles, mudables, en estado siempre de alteración, cambiando de
una forma a otra.
10 Las cosas pues no verdaderas ni siquiera en relación a sí mismas, ¿cómo
podrían ser verdaderas? Porque todo cuanto se altera es engaño, ya que no
permanece en su ser y en tanto va de forma en forma, nos muestra sin cesar
nuevas apariencias.
11 - ¿El hombre mismo, padre, no es verdadero?
- En tanto que hombre no lo es, hijo mío. Pues lo verdadero es aquello que
no tiene constitución sino por sí mismo y permanece tal cual es acorde consigo
mismo: el hombre, sin embargo, está constituido de múltiples elementos y no
permanece de acuerdo consigo mismo, al contrario, cambia y se transforma de
una edad en otra y de una figura en otra, y así sucede en tanto que está todavía
en su envoltura. Muchos padres, tras un breve intervalo de tiempo, no han
reconocido a sus hijos y, así mismo, muchos hijos no han reconocido a su vez
a sus padres.
12 ¿Puede el ser que cambia hasta el punto de no reconocérsele ser verdadero,
oh Tat ? ¿No es, por el contrario, engañoso al tomar tan diversas apariencias en
sus mutaciones? Date cuenta que verdadero es, en sentido particular, lo que es
permanente y eterno. El hombre, sin embargo, no es eterno. Por consiguiente
no es tampoco verdadero. El hombre es una especie de apariencia y la
apariencia no podría ser más que supremo engaño.
13 - ¿Pero entonces, padre, tampoco los cuerpos eternos; ya que cambian, son
verdaderos 2? - Nada de lo engendrado y sujeto a cambio es verdadero; pero
como estos cuerpos han sido creados por el Todo Primer Padre 3 es posible que
la materia que de él han recibido sea verdadera. Sin embargo, dichos cuerpos
llevan también engaño por razón del cambio: pues nada de cuanto no
permanece idéntico a sí mismo es verdadero.
14 ¿Pero entonces, oh padre, a qué puede llamarse verdadero? -No se puede
llamar verdadero sino al sol, ya que, a diferencia de todo lo demás, no cambia
sino que permanece idéntico a sí mismo; igualmente ha sido encargado, solo
él, de configurarlo todo en el mundo, reinando sobre todas las cosas y
produciéndolas todas: a él es a quien reverencio, adoro la verdad de su ser;
después del Único y Primero, a él reconozco como el demiurgo 4.
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2. Cuerpos eternos: parece referirse a los astros. Estos astros pueden
entenderse doblemente: como cuerpos estelares "fijos", o como resultado
y concrección de ciclos evolutivos, de períodos de manifestación (Véase
esta palabra en Enciclopedia Iniciática Mínima, publicada por esta
editorial).
3. Véase Platón: Timeo 41 a-b

4. Demiurgo: entidad encargada de crear los mundos,. o, por lo menos, el


nuestro. Sería una especie de segundo Dios o Arquetipo. Es el Alma
universal o principio activo del universo de los gnósticos; también el
poder creador de los platónicos. Su parte material, la energía
reproductora de la fisis, los diversos grados de la "fuerza animal" sin la
cual no hay manifestación; es llamada por algunos Bafomet o Diablo. La
parte astral del Demiurgo sería el Hijo de Dios.
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15 - ¿Mas la Verdad Primera. oh padre, qué puede decirse que sea? - El Uno y
Solo, oh Tat, el que no está hecho dé materia, que no está en un cuerpo, aquel
que no cambia, que no tiene alteración, aquel que es siempre.
16 Por el contrario, hijo, lo que es engaño se corrompe. Todo cuanto es sobre la
tierra, la providencia del Verdadero lo ha mantenido en la corrupción, ahí lo
tiene envuelto y lo tendrá siempre. Pues sin corrupción, tampoco puede haber
generación: a toda generación sigue la corrupción, para que de nuevo nazcan
los seres. Efectivamente, lo que nace debe necesariamente nacer de lo que se
corrompe, y lo que nace debe necesariamente corromperse para que no haya
interrupción ninguna en la generación de los seres. Por ello, los seres nacidos
de la corrupción no pueden constituir más que engaño, puesto que nacen tan
pronto esto como aquello; ya que es imposible que renazcan exactamente los
mismos5: luego ¿cómo aquello que no renace lo mismo podría ser verdad?
17 Es preciso pues llamar a esos seres apariencias, hijo mío, al menos si los
nombramos correctamente: el hombre una apariencia de humanidad, el niño
una apariencia de niño, el adolescente una apariencia de adolescente, el adulto
una apariencia de adulto, el anciano una apariencia de anciano. Pues ni el
hombre es verdaderamente hombre, ni el niño niño, ni el adolescente
adolescente, ni el adulto adulto, ni el anciano anciano.
18 Dado pues que cambian, las cosas mienten, las que han sido antes y las que
son ahora. Todo eso concíbelo sin embargo en este sentido, hijo mío: que las
operaciones engañosas de aquí abajo están en dependencia de lo alto, de la
Verdad misma; y, puesto que así es, declaro que la ilusión es obra de la
Verdad.
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5. Una vez más Hermes insiste en la inanidad de la idea de la pervivencia
individual en la cadena de los nacimientos. De la semilla que se pudre
nace otra cosa, no ella misma; de nuestro yo psicológico individual
inmerso en este mundo material -y aún en otros- nacerá cosa distinta:
inútil pues aferrarse a su pervivencia o querer prolongarla mediante la
magia u otros medios. Este yo se destruirá. El sentido de una existencia
podría consistir en vivirla y aprender a morir a todos nuestros cuerpos
para que los mismos florezcan.
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IIB
DE HERMES. EXTRACTO DEL DISCURSO A
TAT

1 En cuanto a mí, hijo mío, es por amor a los hombres y piedad hacia Dios por lo
que en primer lugar compongo este tratado: pues nunca podrá haber piedad
más justa que aquella consistente en comprender los seres y dar las gracias por
ello al Creador, algo que jamás dejaré de hacer hasta el final.
2 - ¿Cómo hacer entonces, oh padre, si nada existe verdadero aquí abajo para
conducir noblemente la propia vida?
- Cultiva la piedad, hijo mío. Ahora bien, quien quiera ser piadoso en el más
alto grado practicará la filosofía: sin filosofía, en efecto, es imposible alcanzar
la piedad suprema. Aquel que ha aprendido cuales clases de seres existen, en
que orden han sido dispuestos, por quien y en razón de que, dará gracias por
todo al Creador como un buen padre, a un nutridor caritativo, a un fiel tutor;
dándole las gracias será piadoso;
3 siendo piadoso sabrá donde está la verdad y lo que ella es y por ese
conocimiento se volverá más piadoso todavía. En efecto, hijo mío, cuando un
alma, aún encarnada, ha sabido hacerse lo bastante ligera para llegar a la
percepción del Bien real y de la Verdad real, no puede jamás deslizarse hacia
lo contrario. Pues adquiere amor maravilloso y olvido de todos los males el
alma que ha aprendido a conocer su Antepasado, y ya no puede separarse del
Bien.
4 He ahí, hijo, cual debe ser el objeto de la piedad. Si lo consigues, será noble tu
vida y feliz tu muerte, pues no le faltará a tu alma el conocimiento de a donde
debe dirigir el vuelo.
5 Esa es, hijo, la sola vía hacia la Verdad. Nuestros antepasados la siguieron ya y
por ese camino alcanzaron la posesión del Bien. Es una vía majestuosa, toda
unida, pero penosa de seguir para el alma que permanece encerrada en el
cuerpo.
6 Pues preciso le es previamente entrar en guerra consigo misma, hacer una gran
división, dejarse vencer por una sola de sus partes. Empieza una lucha de uno
contra dos, éste procurando huir aquel empujándola hacia abajo; gran discordia
y combate se derivan de ello entre estas partes, una queriendo escapar las otras
esforzándose por retenerla.
7 Que venza la una o las otras no es lo mismo: pues la una tiende al bien, las
otras habitan la región del mal; la una suspira por la liberación, las otras aman
la esclavitud. Si las dos partes han sido vencidas, permanecen confinadas en sí
mismas, privadas incluso de la compañía de la parte rectora; pero si uno ha
perdido es llevado, conducido en cautividad por las dos y encuentra su castigo
en la vida que lleva aquí abajo.
8 He aquí, hijo mío, tu guía para la ruta hacia lo alto. Es preciso, antes de
alcanzar el final, abandonar el cuerpo, vencer después en el combate de la vida
y, una vez vencedor, empezar la ascensión.

III
DEL MISMO (HERMES)

1 Toda alma es inmortal y siempre en movimiento. Ya hemos dicho en las


Lecciones Generales que los movimientos proceden de fuerzas o de cuerpos.
2 Dijimos además que el alma ha salido de cierta sustancia que no es materia,
puesto que el alma es incorpórea, y que esta sustancia es ella misma
incorpórea: pues todo cuanto viene al ser tiene su origen necesariamente en
otra cosa.
3 Ahora bien, a todos aquellos seres a cuya generación sigue la corrupción, van
necesariamente unidos como atributos permanentes dos movimientos, el del
alma, por el cual esos seres son movidos, y el del cuerpo, por el cual esos seres
crecen, se debilitan y, en definitiva, se disuelven una vez disuelto el cuerpo.
Así es como yo definía el movimiento de los cuerpos perecederos.
4 En cuanto al alma está en movimiento siempre puesto que sin cesar se mueve
ella misma y provoca el movimiento en otras cosas. De acuerdo con esto, toda
alma es inmortal y está siempre en movimiento, ya que tiene por movimiento
su propia actividad.
5 Especies de almas: divina, humana, irracional. El alma divina es la fuerza de
su cuerpo divino: pues a este cuerpo mueve y en él se mueve.
6 Efectivamente, cuando el alma se retira de los vivientes mortales tras haberse
separado de las partes irracionales de ella misma, una vez entrada en el cuerpo
divino, se mueve en él en tanto que siempre móvil, llevada que está en el
movimiento circular del Todo.
7 En cuanto al alma humana, posee también algo divino, pero sin embargo las
partes irracionales, lo concupiscible y lo irascible, le están unidos. Esas partes
son, sin duda, inmortales, en tanto se descubren a sí mismas como fuerzas,
pero son fuerzas de los cuerpos mortales: en consecuencia, están enormemente
alejadas de la parte divina en tanto que el alma reside en el cuerpo divino; pero
cuando esta parte divina se ha introducido en un cuerpo mortal vienen también
las otras partes a sumársele, y es su venida la que produce siempre un alma
humana.
8 El alma de los animales sin razón consiste en lo irascible y los concupiscible.
De ahí que los vivientes de esta clase sean llamados "sin razón ", por el hecho
de verse privados de la parte racional del alma.
9 Concibe, en fin, en cuarto lugar, el alma de los seres inanimados, la cual,
hallándose fuera de los cuerpos, ejerce su acción moviéndolos. No podría
existir Más que en el cuerpo divino, movida ella misma y moviendo
secundariamente, por así decir, aquellos cuerpos.
IV
DE HERMES. EXTRACTOS DE LOS DISCURSOS
ATAT

1 Bien me has explicado tales cosas, oh padre, pero instrúyeme aún acerca de
eso. Has dicho que la ciencia y el arte son una actividad de la parte racional.
Ahora declaras que los animales sin razón son y son llamados "sin razón"
porque se ven privados de la parte racional; es evidentemente necesario según
este razonamiento, que los animales sin razón no participen de la ciencia ni del
arte, ya que carecen de la parte racional.
2 - Necesario es, hijo mío.
-¿Cómo se explica pues, padre, que veamos ciertos animales usar de la
ciencia y el arte, así las hormigas que acumulan reservas de provisiones para el
invierno, los pájaros que igualmente se construyen nidos, los cuadrúpedos que
saben reconocer sus guaridas propias? .
3 - Todo cuanto hacen, hijo mío, no es por ciencia ni arte, sino por un don de la
naturaleza. La ciencia y el arte son cosas que se enseñan: sin embargo, ninguno
de esos animales ha sido enseñado en manera alguna. Lo producido por don de
la naturaleza es producido por una fuerza universal, pero lo producido por
ciencia y por arte llega por añadidura a los que saben, no a todos: lo que se
produce en todos es el efecto de una operación de la naturaleza.
4 Por ejemplo, los hombres tienen la mirada dirigida a lo alto pero no son todos
músicos, ni arqueros, ni cazadores, y así sucesivamente: sólo algunos de entre
ellos ha aprendido algo, gracias a la acción de la ciencia y del arte.
5 Así mismo, si solo algunas hormigas obraran como tu has dicho y otras no,
estarías en lo cierto al decir que es por ciencia por lo que obran así y por arte
por lo que acumulan provisiones; pero en la medida que todas se ven
empujadas a esta acción por la naturaleza, aún sin quererlo, parece evidente
que no es la ciencia ni el arte las que determinan su conducta l.
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NOTAS
1. Para unos, los animales, serán exclusivamente resultado de la acción de
fuerzas naturales de carácter mecánico, físico, químico, biológico etc. El
filósofo francés Descartes formuló esta corriente de pensamiento
definiéndolos como "puras máquinas" (en esta categoría de "puras
máquinas" un poco más perfeccionados incluyen al hombre).
Totalmente opuesta es la opinión de quienes piensan que el conjunto
de seres de los tres reinos de la naturaleza son manifestación de fuerzas
incorpóreas de distinto grado. Esta opinión fue sustentada por Francisco
de Asís que decía "hermano lobo, hermana estrella".
El hermetismo considera a los animales actuales como una "oleada de
vida" resultado de evoluciones de ciclos anteriores al actual, y en
progresiva evolución para alcanzar a su debido tiempo el estado humano,
habiendo pasado para entonces el hombre a un estado de desarrollo
superior. Los animales serían más antiguos que los vegetales pues vienen
evolucionando desde antes y estos, por la misma razón, más antiguos que
los minerales que serían los últimos en haberse constituido, y el hombre
el más viejo de todos los seres del actual ciclo. Esta evolución abarca
varios períodos cósmicos que no se producen de manera lineal: lo
adquirido durante un ciclo se reabsorbe en el mundo suprasensible para
reaparecer en el siguiente período de manifestación. La tierra actual y los
seres que la pueblan serían, por así decirlo, una reencarnación de tierras
anteriores.
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6 Las fuerzas, oh Tat, aunque incorpóreas ellas mismas, están en cuerpos y


actúan por medio de cuerpos. Por eso, oh Tat, en tanto que incorpóreas,
declaro que son también inmortales; pero en la medida que no pueden operar
independientemente de los cuerpos, declaro que están siempre en un cuerpo.
7 En efecto, todo aquello que dependiendo de la Providencia y la Necesidad, ha
venido al ser en relación a alguna cosa o con vistas a un fin, nunca puede dejar
de actuar según su naturaleza. El Ser existirá siempre (ya que es eso que está
ahí y su substancia y su vida): de donde se sigue que los cuerpos existirán
siempre también. Por ello declaro que la generación de cuerpos es en sí misma
una operación eterna. Efectivamente, si los cuerpos terrestres son solubles, si
hacen falta que existan cuerpos a modo de lugares e instrumentos de fuerzas, si
las fuerzas son inmortales, si lo inmortal existe siempre, la corporificación, por
lo menos si es cierto que existe siempre, es también una fuerza en acto.
8 Las fuerzas escoltan también el alma, aunque sin llegar a ella todas juntas:
unas están en actividad al mismo tiempo que el alma desde el momento en que
el hombre nace, teniendo que ver con las partes irracionales; otras fuerzas, más
puras, actúan según avanza la edad 2, colaborando con la parte racional del
alma.
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2. Es decir, a medida que se van formando los diversos cuerpos del hombre
individual: desde el físico ( 0 - 7 años), al cuerpo etérico individual (7 -
14), el cuerpo de deseos individual (14 - 21), el cuerpo mental, etc. Los
clásicos consideran que estos períodos de crecimiento tienen,
estadísticamente, una duración media aproximada de 7 años.
La inquietud por el saber hermético no puede desarrollarse a cualquier
edad, sino cuando estas fuerzas han creado determinados cuerpos en el
hombre individual, lo que va acompañado de una determinada
maduración del sistema nervioso. Aunque es imposible fijar edades para
esta evolución, y sus grados de desarrollo que varían en función de
factores individuales y kármicos, en los tiempos actuales y siempre como
media estadística quizá pudieran retenerse como fechas importantes las
situadas alrededor de los 36, 42, 49 Y 56 años.
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9 Estas fuerzas, además, se unen a los cuerpos. Por un lado, las fuerzas
corporificantes descienden desde los cuerpos divinos hasta los cuerpos
mortales por otro, cada una de las fuerzas actúa ya sobre el cuerpo ya sobre el
alma. Sin embargo, por lo que al alma hace no se le juntan independientemente
de los cuerpos: sin duda, las fuerzas existen siempre, pero no siempre se halla
el alma en un cuerpo mortal: puede existir fuera del cuerpo. Pero las fuerzas no
pueden existir independientemente de los cuerpos.
10 Este es un discurso sagrado, hijo mío: sin alma el cuerpo no puede tener
consistencia, pero puede ser esto o aquello 3.
-¿Qué quieres decir con eso, oh padre?
-Concíbelo así, oh Tat. Cuando el alma se ha retirado del cuerpo, el propio
cuerpo prolonga su duración y, en tanto la prolonga, este cuerpo sufre la acción
de fuerzas por las que disuelve y se hace informe. Sin embargo, el cuerpo no
puede sufrir estos cambios sin la actuación de una fuerza: esta fuerza
permanece pues dentro del cuerpo después que el alma se haya retirado 4 de él.
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3. Otras versiones "aunque sin embargo le es posible existir". En la tierra
son muy frecuentes estos cuerpos desalmados que, muy a menudo, son
empleados para fines siniestros, poderosos fantasmas difíciles de
descubrir, ya que la ciencia oculta guardó secreto sobre los mismos hasta
hace poco. La muerte anímica, bien en la actual encarnación o en vidas
anteriores que prosiguen reencarnándose ya sin alma, no deja signo
externo alguno en la persona, pero la convierte en un cadáver viviente
(Véanse las palabras DESALMADO y CADAVERES en
ENCICLOPEDIA INICIATICA MININA editada por esta editorial)

4. Esta primera muerte física, tal como dice Hermes, no se produce de golpe
sino por diversas fases y a través de mecanismos estudiados. Aunque el
organismo físico está clínicamente muerto, y aún enterrado, la conciencia
y el cuerpo vital, siguen unidos a él mediante el llamado CORDÓN
PLATEADO durante un período de tiempo variable. Si no se han cerrado
los conductos de retorno de la fuerza vital, y si la fuerza disgregadora
que separa el cuerpo físico de los otros cesa de actuar, es posible una
"resurrección" del muerto. Ello explica los numerosos casos de
"enterrados vivos", algunos "zombis" de la magia vudú, Y otros
fenómenos "mágicos".
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11 He aquí, por consiguiente, la diferencia de los cuerpos inmortales con los


mortales: el cuerpo inmortal está constituido por una única materia, el otro no;
además, uno es activo, el otro pasivo (siempre quien opera es quien manda, y
aquello sobre lo que se actúa quien es mandado); y lo que domina, poseyendo
el mando y siendo libre empuja, lo que es esclavo, se deja llevar.
12 Ahora bien, las fuerzas actúan no sólo sobre los cuerpos animados, sino
también sobre los inanimados, los leños, las rocas, y las demás cosas del
mismo género: las hacen crecer, dar frutos, morir; después, corromperse,
descomponerse, pudrir y convenirse en polvo; en resumen, obran todos los
cambios que los cuerpos inanimados son susceptibles de sufrir. Entonces es
precisamente hijo mío, cuando se habla de fuerzas actuantes, cuando un efecto
cualquiera se llega a producir
13 Luego ha de haber siempre nacimiento de muchos seres, o más bien de todos
los seres. Pues el mundo no está jamás desprovisto de ninguno de los seres:
perpetuamente, por su movimiento, concibe en su seno los seres que a su vez
nunca están privados de la corrupción.
14 Que sea entonces concebida como siempre inmortal toda fuerza, cualquiera
que sea, se encuentre en el cuerpo que sea.
15 Entre las fuerzas, unas son propias de los cuerpos divinos, otras, de los
cuerpos perecederos; unas son universales, otras singulares; unas son propias
de los géneros, otras de cada una de las partes. Así, las fuerzas divinas son
aquéllas que actúan sobre los cuerpos eternos; y son también perfectas, puesto
que actúan sobre cuerpos perfectos. Las fuerzas particulares son aquéllas que
actúan en toda la extensión de cada género de seres vivientes. Las fuerzas
singulares son aquéllas que actúan sobre cada uno de entre los seres.
16 La conclusión de este discurso, hijo mío, es que todo está lleno de fuerzas. Si
en efecto, las fuerzas están necesariamente alojadas en cuerpos, y si hay
multitud de cuerpos en el mundo, declaro que las fuerzas son más numerosas
que los cuerpos, Pues con frecuencia en un solo cuerpo hay una, dos, tres
fuerzas, sin hablar de las fuerzas universales concomitantes: por fuerzas
universales entiendo las que, esencialmente relativas a los cuerpos, se realizan
por medio de sensaciones y movimientos. Sin esas fuerzas, el cuerpo no puede
subsistir. (Hay aún otras fuerzas singulares en las almas de los hombres, las
cuales se realizan por medio de las artes, las ciencias, las ocupaciones y las
acciones).
17 Pues las fuerzas tienen también como consecuencia sensaciones, o más bien,
las sensaciones son los efectos de las fuerzas.
18 Concibe entonces, hijo mío, la diferencia que hay entre fuerza < y sensación.
La fuerza > proviene de lo alto; la sensación, siendo en el cuerpo y teniendo en
él su ser, recibe la fuerza y la hace manifiesta, habiéndola, por decirlo así,
corporificado: Por eso declaro que las sensaciones son corpóreas y mortales ya
que no Subsisten más que mientras subsiste el cuerpo: pues nacen al mismo
tiempo que el cuerpo y mueren con él.
19 Los cuerpos inmortales, no tienen sensación por estar constituidos de
substancia inmortal. Pues la sensación no indica otra cosa sino aquello malo o
bueno sobrevenido al cuerpo o que por el contrario, le ha sido quitado. Sin
embargo, nada sobreviene ni nada se quita a los cuerpos eternos: así pues
produce sensación en esos cuerpos.
20 ¿En todo cuerpo produce la facultad sensitiva el acto de sentir?
- Sí. hijo mío: las fuerzas obran en todos los cuerpos.
- ¿Incluso en los cuerpos inanimados, padre?
- Incluso en ellos, hijo mío. Pero hay diferentes clases de sensaciones. Las
de los seres racionales van acompañadas de razón; las de los animales son
puramente corpóreas; las de los seres inanimados todavía son también
sensaciones, pero no se padecen sino en relación con el crecimiento y el
decrecimiento (El padecer y el sentir parten de un mismo vértice y se juntan en
un mismo punto, bajo la influencia de las fuerzas).
21 En los seres animados hay otras dos fuerzas consecuencias del sentir y del
padecer: la pena y la alegría. El ser animado, y sobre todo el ser racional, no
puede tener sensación sin experimentarlas. Declaro así mismo que estas dos
clases son las que tienen mayor fuerza sobre los seres racionales.
22 Siendo corpóreas, la pena y la alegría son puestas en movimiento por las
partes irracionales del alma: por ello las declaro a ambas completamente
nocivas. Pues, como la alegría hace que la sensación se acompañe de placer, se
vuelve inmediatamente causa de numerosos males para aquel que experimenta;
y la pena hace los sufrimientos y dolores más violentos: puede por lo tanto
decirse muy justamente que una y otra son nocivas.
23 - ¿Será la sensación, oh padre, dependiente lo mismo del cuerpo que del
alma?
- ¿Que entiendes tu por “dependiente del alma”, hijo mío? ¿No es cierto que
el alma es incorpórea y la sensación del cuerpo?
Será la sensación <cuerpo>, oh padre, cuando resulta que está en un cuerpo?
Si ponemos la sensación de un cuerpo <como a un incorpóreo>, hijo mío, la
haremos parecida al alma o a las fuerzas: pues decimos que aquellas están en
los cuerpos como incorpóreas. Sin embargo, la sensación no es ni fuerza, ni
alma ni ninguna otra clase de incorporal distinto de los que se han nombrado:
ella no pudría en manera alguna, preciso es que sea un cuerpo ya que los seres
deben ser corporales o incorporales.

V
DE HERMES. EXTRACTO DE LOS DISCURSOS
ATAT

1 El Señor y Demiurgo de todos los cuerpos eternos, oh Tat, tras haberlos creado
de una vez por todas, no ha vuelto a empezar, ni vuelve, a crearlos. En efecto,
habiéndolos librado a sí mismos y habiéndolos unido los unos con los otros,
los ha abandonado a su curso sin que tengan necesidad de nada ya que son
eternos. Si tuvieran necesidad la tendrían los unos de los otros, pero de nada
llegado del exterior porque son inmortales: pues preciso era que estuviesen
dotados de naturaleza inmortal los seres producidos por este Derniurgo 1.
2 En cuanto a nuestro demiurgo, que se halla en un cuerpo, tras habernos creado,
vuelve y volverá indefinidamente a empezar la creación de cuerpos disolubles
y mortales. Pues no le ha sido permitido imitar su propio Demiurgo por esta
razón: sería imposible. En efecto, uno ha creado a partir de la substancia
primera que es incorpórea, el otro nos ha creado a partir de la Substancia
corpórea, ella misma engendrada 2.
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NOTAS
1 Platón Timeo, Tim 41 C, 1

2 Platón Republica X, 597 a-d.


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3 Es pues de pleno derecho, si se juzga correctamente, como aquellos cuerpos


surgidos de una substancia incorpórea son inmortales; por el contrario nuestros
cuerpos, como están hechos de una materia compuesta por elementos
corpóreos, son disolubles y mortales,
4 exigiendo al mismo tiempo asistencia continuada en razón de su debilidad.
¿Cómo, en efecto, el lazo que mantiene nuestro cuerpo habría resistido ni
siquiera una presión ocasional si no recibiera el apoyo de una alimentación
tomada en préstamo a los elementos homogéneos, y no nos recorporificara
algo cada día? Pues sin cesar nos llega un flujo de tierra, agua fuego y aire, los
cuales, renovando incesantemente nuestro cuerpo, mantienen la envoltura.
5 De tal suerte que, respecto a los movimientos, somos demasiado débiles,
incapaces de sostenerlos ni siquiera un solo día. Ten por cierto, hijo mío, que si
nuestros cuerpos no reposaran por la noche, no podríamos resistir una sola
jornada. Así, el Demiurgo, que es bueno, como lo sabe todo por anticipado, ha
creado el sueño para la perduración del ser viviente <...> de la fatiga del
movimiento, y asignado a cada uno de los dos una parte igual de tiempo, o más
bien, una parte mayor al reposo.
6 Entiende, hijo, la importancia suprema de la operación del sueño, contraria a la
del alma y no menor que ella. Porque así como el alma obra el movimiento, los
cuerpos no pueden vivir sin el sueño: que es relajación y descanso de los
miembros unidos 3
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3 Otras versiones de los lazos de los miembros.
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7 y actúa desde dentro asimilando al cuerpo la materia que se ha introducido en


él distribuyendo a cada parte lo que le conviene, agua a la sangre, tierra a los huesos
y a los tuétanos, aire a los nervios y a las venas, fuego al órgano de la vista. Por ello
es por lo que los cuerpos gozan también en el más alto grado cuando el sueño les
procura este placer.

VI
DEHERMES. EXTRACTO DEL DISCURSO A
TAT
1 Puesto que, en tus precedentes Lecciones Generales, me prometiste
explicaciones acerca de los treinta y seis decanos, explícame ahora lo que son
y cual es su actividad
- No tengo suspicacia alguna en hacerlo, oh Tat, y bien podría suceder que
de todos mis discurso el de ahora sea el más importante y la coronación de
todos los demás. Represéntate las cosas de este modo.
2 Ya te he hablado del círculo zodiacal, llamado también zooforon, así como de
los cinco planetas, del sol, de la luna y de cada uno de sus círculos.
- Si, cierto, oh Trimegisto.
- Pues bien, quiero que también en esta consideración de los treinta y seis
decanos, recuerdes lo que entonces dijimos, a fin que la lección sobre los
decanos se te haga comprensible.
- Me acuerdo de ello, oh padre.
3 - He dicho en alguna parte, hijo mío, que hay un cuerpo que envuelve el
conjunto del mundo: represéntate así mismo este cuerpo como de forma
circular, pues esa es la forma del Todo.
- Me la represento en la forma que dices, oh padre.
- Imagínate ahora que, bajo el círculo de ese cuerpo, han sido emplazados
los treinta y seis decanos, entre el círculo total y el círculo del zodíaco, en el
medio, separando uno y otro de esos dos círculos y soportando, por así decirlo,
el círculo del Todo y delimitando el zodíaco,
4 transportados a lo largo del zodíaco con los planetas, y que, en el curso de la
revolución del Todo, poseen, alternativamente, la misma potencia que los
Siete. Además retienen el cuerpo que envuelve al mundo (pues, por sí mismo,
sería ilimitado en su curso ya que lo contiene todo) en tanto apresuran el
movimiento de los otros siete círculos, dado que estos se mueven con mayor
lentitud que el círculo total: es pues en el modo necesario como se mueven
esos círculos y <el> del Todo.
5 Imaginémonos que los decanos regentan las <revoluciones> de los Siete y del
círculo total, tanto más cuanto que como guardianes de todo lo que hay en el
mundo, rigen todas las cosas, manteniendo unido el conjunto de las mismas y
velando por el buen orden de este conjunto.
- Me lo imagino tal como me lo dices, padre.
6 - Considera además, Tat, que no padecen los mismos accidentes que los otros
astros. En efecto, no se ven retenidos en su curso, forzados a detenerse, no
encuentran obstáculo que les obligue a retroceder, incluso ni están cubiertos
por la luz del sol, cosas todas que los otros astros padecen. Libres, por encima
de todas las cosas, como guardianes escrupulosos y vigilantes del Universo, lo
protegen abrazándolo por espacio de una noche y un día.
7 - ¿No tienen también, padre, influencia sobre nosotros?
- La más grande influencia, hijo mío. Pues si influyen sobre los cuerpos de
lo alto, ¿cómo no actuarían sobre nosotros, sobre cada uno en particular y
sobre el conjunto de los hombres?
8 Así pues, hijo mío, la fuerza que opera en todos los accidentes de alcance
universal viene de los decanos: por ejemplo (fíjate bien en lo que digo)
cambios de reyes, levantamientos de ciudades, hambres, pestes, reflujos del
mar, temblores de tierra, nada de todo eso, hijo mío, sucede sin la influencia de
los decanos.
9 Presta atención a esto también puesto que los decanos están encargados de los
cuerpos de lo alto y nosotros estamos, así mismo, bajo la dominación de los
Siete. ¿No ves como se extiende hasta nosotros una cierta influencia de los
decanos, ya sea como hijos de los decanos, ya por intermedio de estos seres?
10 - ¿Cuál puede ser la forma corpórea de esos seres, oh padre?
- A ellos es a quienes el vulgo llama demonios: pues los demonios no
constituyen una clase de seres particulares, no tienen cuerpos diferentes hechos
de materia especial y no son movidos por un alma como nosotros, sino que son
simplemente fuerzas emanadas de los treinta y seis dioses l.
11 Además de esto, observa también, oh Tat, otro efecto de la acción de los
decanos: siembran 2 también sobre la tierra las simientes denominadas "tanas",
saludables unas, completamente funestas las otras.
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NOTAS
1. Los seguidores de la tradición egipcia siempre llaman "dioses" a los
decanos.

2. Otras versiones: eyaculan.


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12 También, durante su curso en el cielo, engendran por sí mismos astros a guisa


de ayudantes, teniéndolos también como sirvientes y soldados. Estos,
mezclados por ellos con el éter, circulan suspendidos en él, y llenan con él toda
la extensión a fin que no haya en las alturas ningún espacio vacío de estrellas;
contribuyen al ornato del Todo y tienen energía propia, aunque subordinada a
la de los Treinta y Seis: ellos son los causantes, región a región, de la
destrucción de los seres vivos en general y quienes hacen hormiguear las
bestias que echan a perder los frutos de la tierra.
13 Bajo de éstos se encuentra la llamada Osa, compuesta, en medio del zodíaco,
por siete estrellas, que tiene, equilibrándola, una segunda Osa por encima de su
cabeza. La actividad de la Osa es parecida a la de un eje (pues la Osa no se alza
ni se pone jamás sino que permanece fija en el mismo lugar girando alrededor
del mismo punto y causando la <revolución (?)> del círculo zodiacal), con lo
que provoca el paso de todo este universo de la noche al día y del día a la
noche.
14 Tras la Osa hay otro coro de estrellas, a las que, por lo que a nosotros toca, no
hemos juzgado digno de dar un nombre: pero los que vendrán tras nosotros,
habiendo imitado a su vez 3, les pondrán nombres.
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3. Otras versiones: "habiendo imitado las cosas, la realidad" y también
"imitándonos".
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15 Por debajo de la luna, hay astros de otra clase, perecederos, inactivos, no
teniendo consistencia sino por una duración breve: surgidos de las
exhalaciones de la tierra misma en el aire que la recubre, nosotros mismos los
vemos disolverse, semejantes en cuanto a su naturaleza a los animales inútiles
de la tierra, no naciendo nada más que para morir, como la raza de las moscas,
las pulgas, los gusanos y otras parecidas 4. Estos animales, oh Tat, no son de
utilidad ni para nosotros ni para el mundo, bien al contrario, molestan y
perjudican, ya que son superfetos de la naturaleza y nacen sin un fin:
igualmente, esos astros salidos de las exhalaciones de la tierra, lejos de
alcanzar la región de arriba (carecen de fuerza para ello pues se elevan de lo
bajo), traídos hacia abajo en razón de su pesada masa, por su propia materia, se
disgregan rápidamente y, una vez disueltos, recaen sobre la tierra sin haber
producido efecto alguno, salvo perturbaciones en el aire que recubre la tierra.
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4. El lector atento debe prestar aquí atención a las palabras de Hermes. Está
hablando entre otras cosas, del aura de la tierra y los seres que la pueblan
a los que llama animales por carecer de alma. Muchos principiantes de
los estudios herméticos topan en sus primeros pasos con estos habitantes
de los planos inferiores del astral, criaturas individuales o colectivas hijas
de los humanos, egrégoras, destinados a caer a tierra y disolverse. Estas
fuerzas pueden influenciar, e incluso llegar a poseer, a quienes
desconocen su naturaleza y, contrariamente, pueden ser utilizadas para
fines buenos o malos por quienes saben servirse de ellas. Rogamos al
lector que tenga permanentemente en cuenta que estamos hablando, y
Hermes también, desde un punto de vista parecido al de las Ciencias
Naturales. El manejo de estas fuerzas es perfectamente razonable y
explicable; las operaciones "mágicas" que pueden producirse con ellas
no son sino los resultados de un conocimiento más profundo de la
naturaleza que el de la actual ciencia. También queremos decir para
lectores de otras inclinaciones (místicas, buscadores de la pervivencia
psicológica individual y quienes creen en toda clase de patrañas) que
estas fuerzas suprasensibles: 1°) existen en el aura de la tierra, 2°) son
cognoscibles, 3°) tienen actividad, entre otras la de influenciar a
individuos o colectividades que las encuentran y desconocen su
naturaleza, 4°) son "neutras" por así decirlo, como todas las fuerzas,
como el aire, la electricidad, la energía atómica, pudiéndolas hacer quien
las domine instrumento al servicio de sus fines y 5°) Hermes las llama
inútiles y perjudiciales porque, hijas de los seres de este período de
manifestación, aparecen a algunos como "seres superiores"
confundiéndolos y entreteniéndolos en el dicho mundo material
manifestado.
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16 Hay otra clase de astros, oh Tat, los que se llaman cometas, los cuales
aparecen en su momento y de nuevo, tras un breve tiempo, desaparecen; que ni
salen ni se ponen, que no son disueltos, que nacen como mensajeros visibles y
heraldos de acontecimientos de alcance universal cuyo advenimiento está
próximo; ocupan la región bajo el círculo del sol. Cuando algo debe sucederle
al mundo, surgen y, habiendo brillado algunos días, retornan bajo el círculo del
sol donde permanecen invisibles, después de haberse mostrado ya sea al Este,
ya al Norte, al Oeste o al Sur. Les hemos dado el nombre de profetas. Tal es
pues la naturaleza de los astros.
17 Los ásteres se diferencian de los astras. Se llaman ásteres a los astros que
flotan en el cielo, astras a las estrellas fijas en el cuerpo del cielo y arrastradas
en el movimiento celeste: entre estos astra, doce han sido nombrados con
nuestros signos del zodíaco.
18 Quien no ignora nada de todas estas cosas puede tener una noción exacta de
Dios e incluso, puestos a hablar osadamente, viniendo a presencia de Dios,
puede verle y, habiéndolo visto, volverse bienaventurado.
- Bienaventurado en verdad, oh padre, aquel que ha visto a Dios!
- Pero es imposible, hijo mío, alcanzar esta felicidad mientras se está en el
cuerpo. Hay primero que ejercitar el alma aquí abajo, para que llegada aquí
abajo hasta donde le es permitido ver, no se equivoque de camino.
19 En cuanto a los hombres que aman sus cuerpos, no sabrán nunca alcanzar la
visión de lo Bello y lo Bueno. ¡Ah! qué hermosura, hijo mío, la de lo que no
tiene forma, ni color, ni cuerpo.
- ¿Pero es que puede haber algo hermoso, padre, sin forma, cuerpo ni color?
- Sí, solo Dios, hijo mío, o mejor, el Ser que es más grande que Dios en
cuanto al nombre 5.
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5. Otras versiones: el Ser que es demasiado grande para recibir el nombre
de dios.
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VII
HERMES

1 Pues está establecida en el centro del universo, hijo mío, una muy poderosa
divinidad que da vueltas en torno a sí vigilando de todos lados todo cuanto
hacen los hombres sobre la tierra. Y así como la Providencia y la Necesidad
han sido confiadas al orden divino, así la Justicia ha sido confiada a los
hombres, y tiene la misma actividad que aquellos.
2 Aquellas tienen en efecto, en su poder al orden de los seres en tanto son
divinos y no quieren ni pueden pecar: pues no le es posible a lo divino salirse
del buen camino, de donde resulta para ello su incapacidad de pecar. La
Justicia ha sido establecida para castigar los hombres que pecan sobre la tierra:
3 Efectivamente es una raza <pecadora>, por mortal y constituida de mala
materia: y es sobre todo a aquellos que resbalan a quienes no pertenece la
facultad de ver a Dios. Es sobre ellos también sobre quienes domina la Justicia
en modo principal.
Por sus actividades de seres engendrados 1 están sometidos a la fatalidad, y
por sus pecados duramente la vida a la Justicia.
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- NOTAS
l. Otras versiones: "A causa de las fuerzas que actúan cuando nacen"
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VIII
DE HERMES A SU HIJO

1 Bien me has instruido sobre todo, oh padre. Pero recuérdame de nuevo cuales
son las cosas que dependen de la Providencia y cuales las que dependen de la
Necesidad, y también las que dependen de la Fatalidad.
2 - He dicho oh Tat, que hay en nosotros tres clases de incorpóreas. La primera
es una especie de inteligible: sin color, sin figura, sin cuerpo, sacada de la
propia substancia primera e inteligible.
3 Sin embargo, hay también en nosotros formas opuestas a ese inteligible: este
recibe (lo inteligible) por lo menos la parte que es puesta en movimiento por la
substancia inteligible según cierto grado de racionalidad, y quien ha recibido
(lo inteligible), pasa inmediatamente a otra clase de movimiento, siendo éste la
imagen del pensamiento del Creador.
4 La tercera especie incorpórea es el accidente que cualifica los cuerpos: lugar,
tiempo, movimiento, figura, superficie, magnitud, forma. Las hay de dos clases
diferentes: unas son las cualidades tomadas en sí mismas, las otras son
cualidades del cuerpo. Las cualidades tomadas en sí mismas son la figura, el
color, la forma, el lugar, el tiempo, el movimiento. Las cualidades que
caracterizan los cuerpos son la figura figurada 1, el color coloreado, y también
la forma formada; la superficie, la magnitud: estas cualidades participan de las
primeras.
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NOTAS
1. Es decir. teniendo tal figura particular. dependiendo del cuerpo al que
afecta (Festugiere)
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5 Ahora bien la substancia inteligible, en la medida en que ha estado cerca de


Dios, posee el libre gobierno de sí misma y el poder, salvándose a sí misma, de
salvar otra cosa, ya que, al menos en lo que le concierne, la substancia no está
sujeta a la Necesidad: pero cuando se ha dejado distanciar por Dios, escoge
para sí la naturaleza corporal (su elección depende de la Providencia), y se
hace cosa de este mundo.
6 Lo irracional se mueve todo entero según un cierto grado de racionalidad.
7 Así la razón depende de la Providencia, lo irracional de la Necesidad, los
accidentes que cualifican los cuerpos de la Fatalidad. Tal es la doctrina sobre
las cosas que dependen de la Providencia, de la Necesidad, de la Fatalidad.
IX
DE HERMES, EXTRACTO DE LOS DISCURSOS
ATAT

1 El conjunto todo de la materia ha empezado a existir, hijo mío, y existía1,


porque la materia es el limo del devenir y el devenir es el modo de actividad 2
de lo Inengendrado y Preexistente, Dios. Al recibir el germen del devenir, la
materia ha comenzado a ser,
2 y ha nacido mudable, recibiendo ahora las figuras a medidas que era formada:
pues el devenir gobierna la materia en el curso de sus cambios, modela las
figuras de las que reviste la materia al cambiar. Para la materia pues, el "no
estar creado" es el "no estar formado", nace cuando es puesta en obra3.
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NOTAS
l. Otras versiones: "ella existía ya cuando ha empezado" y también "ella ha
existido siempre"
2. Otras versiones: "el sitio de actuación"

3 Esta afirmación es confirmada cada vez en mayor medida por la ciencia


moderna, particularmente la Astrofísica: la materia "nace" de la energía;
cuando esta última se encuentra en condiciones determinadas, se
"coagula" en materia (todo lo referente al "bang" cósmico, origen del
universo). Tal "coagulación" tiene sus leyes y está regida por el número
(fórmula), que codifica el grado de vibración concreta que hace que la
energía primordial se transforme en esa materia específica y no en otra.
Algunos hermetistas estiman que se trata de la "tasa de vibración
electrónica". Con ella, ciertos hermetistas contemporáneos consiguen
resultados extraños. (Véase el artículo CUARTA DIMENSION en
Enciclopedia Iniciática Mínima, publicada en esta editorial).
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X
DE HERMES. EXTRACTO DE LOS DISCURSOS
A TAT

1 Es posible constatarlo aún con motivo de los tres tiempos: pues ni existen
aislados en sí mismos ni tampoco son correlativos, y al contrario, son
correlativos y existen aislados en sí mismos.
2 Supóngase que el tiempo presente existe aparte del pasado, es imposible que
sea presente a menos que haya sido también pasado: ya que es de los tiempos
idos de donde el presente nace, y es del presente de donde surge el futuro.
3 Y si es preciso examinar las cosas más a fondo, razonaremos así: el tiempo que
ha pasado se ha ido hacia el no ser ya más ese tiempo mismo; el tiempo futuro
no existe en absoluto ya que no está todavía ahí; más aún, el propio tiempo
presente no se manifiesta como presente en tanto que dura ¿Cómo decir del
tiempo que no se sostiene tranquilo ni un pestañeo, ni la duración de un punto,
que es presente cuando no puede ni siquiera mantenerse fijo?
4 Por el contrario, en la medida que el tiempo presente se une al pasado y al
futuro los tres se hacen un tiempo único (porque no existen el uno al margen
del otro) gracias a la identidad, la unidad y la continuidad.
5 Así el tiempo nace a la vez continuo y discontinuo, aún siendo uno y el mismo.

XI

1 Ahora hijo mío, vaya resumir con breves sentencias la serie de los seres:
comprenderás mis palabras si recuerdas cuanto has escuchado de mí.
2 (1) Todos los seres son movidos, sólo el no-ser es inmóvil.
(2) Todo cuerpo está sujeto al cambio; todo cuerpo no es disoluble.
(3) Todo viviente no es mortal, todo viviente no es inmortal.
(4) Lo disoluble es corruptible, lo permanente inmutable es eterno.
(5) Lo que está siempre en devenir siempre está también en corrupción; lo que
viene al ser de una vez por todas jamás se corrompe ni deviene otra cosa.
(6) Primero Dios; segundo, el mundo; tercero, el hombre.
(7) El mundo es para el hombre, el hombre para Dios.
(8) La parte sensitiva del alma es mortal, la parte razonable inmortal.
(9) En su totalidad, la substancia es inmortal, en su totalidad la substancia es
mudable.
(10) En su totalidad, el Ser es doble, ninguno de los seres está en reposo.
(11) No todas las cosas están movidas por un alma, pero es un Alma quien mueve
todo el ser.
(12) Todo lo que es pasible tiene sensación; todo lo que posee sensación es
pasible.
(13) Todo ser sujeto a pena también lo está a placer, todo ser sujeto a placer no lo
está a la pena.
(14) Todo cuerpo no está sujeto a enfermedad, todo cuerpo sujeto a enfermedad
es disoluble.
(15) El intelecto está en Dios, la razón en el hombre; la razón está en el intelecto.
El intelecto es impasible.
(16) En el cuerpo, nada es verdad; en lo incorpóreo, todo es sin mentira.
(17) Todo cuanto ha venido al ser está sujeto a cambio, todo cuanto ha venido a
ser no es corruptible.
(18) Nada es bueno sobre la tierra, nada es malo en el cielo.
(19) Dios es bueno, el hombre malo.
(20) El bien es voluntario, el mal involuntario.
(21) Los dioses escogen las cosas buenas como buenas, < >.
(22) ?
(23) El número del tiempo está prescrito por Dios.
(24) ?
(25) Todo cuanto es en el cielo es inalterable, todo cuanto es en la tierra está
sujeto a alteración.
(26) Nada en el cielo es esclavo, nada en la tierra es libre.
(27) Nada incognoscible en el cielo, nada cognoscible en la tierra.
(28) No hay comunicación <de los seres del cielo a los de la tierra; hay
comunicación> de los seres de la tierra a los del cielo.
(29) Todo cuanto es en el cielo es irreprochable, todo cuanto es en la tierra es
digno de reproche.
(30) Lo inmortal no es mortal, lo mortal no es inmortal
(31) Lo que ha sido concebido no siempre ha lle- gado a ser, lo que ha llegado a
ser ha sido siempre concebido.
(32) El cuerpo disoluble tiene dos tiempos: uno, de la concepción al nacimiento;
otro, del nacimiento a la muerte. El cuerpo eterno no tiene sino un tiempo, a
partir del nacimiento.
(33) Los cuerpos disolubles crecen y decrecen.
(34) La materia disoluble cambia a su contrario, la materia eterna cambia o en ella
misma o en su semejante.
(35) La generación del hombre es el principio de una corrupción, la corrupción
del hombre es el principio de una generación.
(36) Lo que cesa de ser <empieza también a ser, lo que empieza a ser> cesa
también de ser.
(37) Entre los seres, unos están en cuerpos, otros en formas, otros en fuerzas. Un
cuerpo está en formas, forma y fuerza están en un cuerpo.
(38) Lo inmortal no participa en lo mortal, lo mortal participa de lo inmortal.
(39) Lo mortal no entra en un cuerpo inmortal, lo inmortal viene a añadirse a un
cuerpo mortal.
(40) Las fuerzas no se encaminan hacia lo alto, sino hacia lo bajo.
(41) Los seres de la tierra no son de ninguna utilidad para los seres del cielo, los
seres del cielo son de utilidad total para los seres de la tierra.
(42) El cielo es el receptáculo de los cuerpos eternos, la tierra es el receptáculo de
los cuerpos perecederos.
(43) La tierra es sin razón, el cielo razonable.
(44) Los seres del cielo están sometidos al cielo, los seres de la tierra dominan la
tierra.
(45) El cielo es el primer elemento, la tierra es el último.
(46) La Providencia es el ordenamiento divino, la Necesidad es sirvienta de la
Providencia.
(47) La Fortuna es un movimiento ciego y desordenado, el fantasma de una
fuerza, una ilusión engañosa.
(48) ¿Qué es Dios? Un ser inmutable y bueno. ¿Qué es el hombre? Un ser
mudable y malo.
3 Si guardas memoria de estas sentencias, te será fácil acordarte también de las
explicaciones que te he dado con tantas palabras: pues dichas sentencias las
resumen.
4 Evita sin embargo la conversación con la multitud. No porque yo quiera que
guardes celosamente tu ciencia sino más bien porque serías objeto de la risa de
la multitud. Lo que se parece se junta, entre desemejantes no hay amistad
alguna. He aquí unas lecciones que no toleran más que muy pocos oyentes, y
quizás ni esos pocos tendrán.
5 Poseen, además, una propiedad singular: excitan más a los malos a hacer el
mal. Así conviene guardarse de la multitud, que no comprende lo excelso de lo
enseñado.
- ¿Qué estás diciendo oh padre?
- Esto, hijo mío. El animal humano es, en su totalidad, desmedidamente
inclinado al vicio: nace y crece con él, y por eso lo encuentra placentero. Este
animal, si llega a saber que el mundo ha tenido un principio y que todo acaece
de acuerdo con la Providencia y la Necesidad, ya que la Fatalidad señorea
todas las cosas, ¿no será mucho peor? En efecto, despreciando el universo
como algo que ha tenido principio y responsabilizando a la Fatalidad por el
mal, no habrá en adelante acción maligna de la que se abstenga. Guárdate pues
de ellos para que, permaneciendo en la ignorancia, no sean tan criminales por
miedo a lo desconocido.

XII
DE HERMES. EXTRACTO DE LOS DISCURSOS
A AMMON

1 Todo es producido por la Naturaleza y la Fatalidad y no hay lugar alguno


donde no se ejerza la Providencia. La Providencia es el designio perfecto en sí
mismo del Dios que reina en el cielo. Este designio tiene dos poderes naturales,
la Necesidad y la Fatalidad. La Fatalidad está al servicio de la Providencia y la
Necesidad;
2 y es servida a su vez por los astros. Nada escapa a la Fatalidad ni se hurta a la
fuerza inmensa de los astros. Los astros son el instrumento de la Fatalidad, ya
que es según sus decretos como se llevan a término todas las cosas en la
naturaleza y entre los hombres.

XIII
DE HERMES. EXTRACTO DE LOS DISCURSOS
A AMMON

La necesidad es una decisión inquebrantable y una potestad inmutable de la


Providencia.

XIV
SOBRE EL GOBIERNO DEL UNIVERSO.
EXTRACTO DE LOS DISCURSOS DE HERMES A AMMON

1 Lo que controla el conjunto del mundo es la Providencia, lo que lo mantiene y


envuelve es la Necesidad; la Fatalidad lo empuja todo y todo lo mueve en
círculo por constricción (pues su naturaleza es el constreñir), ella es quien
causa la generación y la corrupción.
2 Así, el mundo goza el primero de la Providencia (ya que recibe el primero su
influencia), la Providencia halla su explicación en el cielo por el hecho que los
dioses giran y se mueven en él con movimiento incansable y sin fin, la
Fatalidad halla su explicación en él porque ellos se mueven allí por necesidad.
La Providencia prevé, la Fatalidad es la causa de la disposición de los astros.
Tal es la ley inevitable según la cual todas las cosas han sido ordenadas.

XV
DE HERMES. EXTRACTO DE LOS DISCURSOS
A AMMON.

1 Por otra parte, lo movido lo es según la actividad del movimiento que mueve
el Todo. Pues la Naturaleza del Todo proporciona al Todo dos movimientos,
uno según la propia potencia de la Naturaleza, el otro según la actividad. Uno
penetra a través del conjunto del mundo manteniéndolo por dentro, el otro es
coextensivo al mundo y lo envuelve por fuera; y estos dos movimientos van y
vienen juntos a través de todas las cosas.
2 La Naturaleza del Todo, haciendo nacer las cosas que vienen a ser, otorga la
facultad de crecer a todo cuanto ha nacido, sembrando por una parte sus
propias simientes, teniendo por otra a su disposición una materia móvil. Una
vez movida, la materia se calienta y se hace fuego yagua, lleno de vigor y
fuerza uno, pasiva la otra; el fuego, siendo opuesto al agua, ha desecado una
parte de ella, formándose <la tierra>, que flota sobre el agua; continuando el
agua de todo alrededor siendo secada, se desgajó de los tres, agua, tierra y
fuego, un vapor, y así nació el aire.
3 Estos elementos se combinaron en una relación armónica, lo caliente con lo
frío, lo seco con lo húmedo y de este acuerdo nació un soplo y una simiente
análogos al soplo envolvedor.
4 Este soplo, una vez caído en la matriz, no permanece inactivo en el interior de
la simiente; como no permanece inactivo en ella, la transforma, y ésta, por
dicha transformación, crece y se agranda. Además de grandor la simiente atrae
así un parecido de figura y es configurada; esta figura a su vez sirve de
vehículo a la forma específica, gracias a la cual lo que recibe esta forma es
especificado.
5 Puesto que el soplo no tenía en la matriz el movimiento de la vida sino sólo el
del crecimiento vegetativo, también ha organizado a este último movimiento
como receptáculo de la vida dianoética (la cual es indivisa e inmutable, no
apartándose jamás de su inmutabilidad), y conduce al nacimiento, según
ciertos números, lo que está en la matriz, ayuda a su puesta en el mundo y lo
deposita en el aire exterior.
6 Y el alma más próxima se adapta, no según su propiedad congénita, sino según
la que ha fijado el Destino: pues ella no se ve empujada por deseo natural a
unirse con un cuerpo.
7 Por lo tanto es por obedecer al Destino por lo que el alma proporciona al ser
que nace el movimiento dianoético y la substancia intelectual de la vida
propiamente dicha: pues el alma se insinúa en el soplo y mueve con
movimiento vital.

XVI
DE HERMES. EXTRACTO DE LOS DISCURSOS
A AMMON.

1 Luego el alma es una substancia incorpórea e incluso cuando está en un cuerpo


no se aparta de su propia substancialidad. Ya que es siempre móvil por esencia,
moviéndose a sí misma con el movimiento del pensamiento, y no es movida en
algo, ni en relación con alguna cosa, ni por cosa alguna. Pues es anterior por la
potencia, y lo que es anterior no tiene necesidad de posterior.
2 "En algo" es el lugar, el tiempo, el movimiento natural del crecimiento; "en
relación con alguna cosa" es la armonía, la forma específica, la figura; "por
algo" es el cuerpo:
3 pues es para el cuerpo para el que existen tiempo, lugar y movimiento natural
de crecimiento. Estos términos comunican juntos según una afinidad original,
por lo menos si es cierto que el cuerpo ha tenido necesidad de un lugar (pues
no seria posible constituir cuerpos sin lugar), que está sujeto al cambio natural
(pues no hay cambio posible sin tiempo y sin movimiento conforme a la
naturaleza), y en fin, si no puede haber composición corporal sin armonía.
4 Es pues para el cuerpo para el que el lugar existe: en efecto, como el lugar se
ocupa de los cambios del cuerpo, no permite la aniquilación del ser cambiante:
cambiando, el cuerpo pasa de un estado a otro y, sin duda, es privado de su
manera de ser habitual, pero sin dejar de ser un cuerpo constituido; y una vez
que ha sido cambiado a otra cosa, posee la manera de ser de esta otra cosa.
Porque el cuerpo, en tanto que cuerpo, sigue siendo cuerpo, pero la condición
particular no tiene permanencia: es por consiguiente solo según esa condición
como el cuerpo cambia.
5 Así pues, el lugar es incorpóreo, al igual que el tiempo y el movimiento
natural.
6 Cada uno de ellos posee su carácter propio. El carácter del lugar es la
receptividad, el del tiempo el intervalo y el número, el de la naturaleza el
movimiento, el de la armonía la amistad, el del cuerpo el cambio; el carácter
del alma es la actividad intelectual conforme a su esencia.

XVII
DEL MISMO (HERMES)

1 El alma es pues, oh Ammon, una substancia perfecta en sí misma la cual, en el


origen, ha escogido por sí la vida según la Fatalidad, atrayendo a sí lo irascible
y concupiscible que tienen parecido con la materia.
2 De hecho, lo irascible está a disposición del alma como materia: este irascible,
cuando ha creado una forma de ser conforme al concepto de alma, se vuelve
valeroso y ya no se deja llevar por la cobardía. Lo concupiscible a su vez se
ofrece como materia: este concupiscible, cuando ha creado por sí una forma de
ser conforme al cálculo del alma, se transforma en temperancia y no se deja
sacudir por la voluptuosidad:
3 ya que la facultad razonante suple lo que falta al concupiscible. Por otra parte,
cuando lo irascible y concupiscible se acuerdan juntos, cuando hay creada una
manera de ser equilibrada y se mantienen los dos unidos a la facultad
razonadora del alma, se vuelven justicia: porque la actitud equilibrada que han
creado refrena el exceso de lo irascible y compensa lo que falta a lo
concupiscible.
4 Lo que les gobierna es la substancia dianoética, por sí misma perteneciéndose
a sí misma en su propia razón perinoética, teniendo autoridad sobre su propia
razón.
5 La substancia gobierna soberanamente la razón, que la habita a modo de
consejera.
6 La razón perinoética de la substancia es pues el discernimiento de los cálculos
que proporcionan a lo irracional una conjetura de la facultad racional,
indistinta sin duda comparada con esta facultad, razón no obstante comparada
con lo irracional, corno el eco en relación a la voz y el brillar de la luna en
relación al sol.
7 Irascible y concupiscible han sido armonizados de acuerdo a un cierto cálculo
racional, contrapesándose uno a otro y atrayendo a ellos la forma de pensar de
las esferas.

XVIII
DE HERMES

1 Hay la substancia, la razón, el pensamiento y la inteligencia; hacia la


inteligencia discursiva van la opinión y la sensación. La razón tiende a la
substancia, el pensamiento se lanza a través de la razón, siendo entremezclado
con la inteligencia discursiva; estos cuatro, interpenetrándose, se hacen una
sola forma, que es la forma del alma. Hacia la inteligencia discursiva del alma
van la opinión y la sensación; pero éstas no se quedan en el mismo punto,
2 de lo que resulta que están sobradas o faltas y que difieren de sí mismas: ellas
se deterioran cuando se separan de la inteligencia discursiva; cuando la siguen
y obedecen, comunican con la razón noemática por medio de la instrucción.
3 Nosotros poseemos la capacidad de escoger: efectivamente depende de
nosotros escoger lo mejor, e igualmente escoger lo peor, involuntariamente. La
elección que se ata al mal depende de la naturaleza corporal, por ello es por lo
que la Fatalidad ejerce su dominio sobre quien ha hecho una tal elección.
4 Así pues la substancia noemática en nosotros, el logos perinoemático, es
autónomo, y esta substancia permanece siempre sin cambios en el mismo
estado, por esta razón, la Fatalidad no tiene poder sobre ella;
5 pero cuando ha despedido al logos dianoético primero después del Primer
Dios, la substancia noemática acoge también todo el plan que la Naturaleza ha
coordenado a las cosas creadas: por lo tanto el alma, una vez que se ha
asociado a esas cosas, está unida a sus destinos, aún cuando no participe en
modo alguno en la naturaleza de las cosas creadas.

XIX
DE LO MISMO

1 El alma es pues una substancia eterna intelectiva teniendo por pensamiento su


propia razón, la cual, desde el momento que está unida <a un cuerpo> atrae a sí
el modo de pensar de la armonía, pero una vez liberada del cuerpo físico,
permanece aislada en sí misma, perteneciéndose a sí misma en el mundo
inteligible. Ella señorea su propia razón, aportando al ser que accede a la vida
un movimiento parecido a su propio pensamiento y que tiene por nombre la
vida.
2 Porque eso es lo propio del alma, el dar a las demás cosas algo parecido a su
carácter particular.
3 Hay pues dos clases de vida y de moción. Una es la moción según la
substancia, otra según la naturaleza corporal: ésta es más general, <aquella más
particular>. La que es según la substancia es autónoma, la otra es constrictiva
ya que todo lo móvil permanece sujeto y dependiendo de aquéllo que lo
mueve,
4 pero el movimiento que mueve <al alma> está indisolublemente unido al amor
que la empuja hacia la substancia inteligible. En efecto, el alma es incorpórea,
ya que no participa en el cuerpo físico. Pues si bien el alma tiene un cuerpo, no
posee ni razón ni pensamiento (porque todo cuerpo está privado de
pensamiento), mientras que por el contrario por haber tenido parte en la
substancia es por lo que un viviente dotado de soplo ha adquirido el atributo
del ser.
5 El soplo pertenece al cuerpo, la razón a la subtancia; ella contempla lo
Hermoso, el soplo sensitivo discierne los fenómenos. Se distribuye entre los
órganos de los sentidos y posee, como partes suyas, una vista según el soplo,
así como un soplo acústico, olfativo, del gusto, táctil. Este soplo, cuando se ha
vuelto análogo a una inteligencia, ya que es sensitivo, discierne; de lo contrario
no tiene más que representaciones ilusorias.
6 Pues pertenece al cuerpo y es receptivo a todas las cosas, por el contrario la
razón que juzga según la prudencia pertenece a la substancia. A la razón está
naturalmente ligado el conocimiento de las cosas divinas, al soplo la opinión.
7 El soplo extrae su fuerza activa del mundo circundante, el alma extrae la suya
de sí misma.

XX
DE HERMES

1 El alma es pues una substancia incorpórea: porque si tuviera un cuerpo ya no


podría conservarse a sí misma. Todo cuerpo tiene efectivamente necesidad de
existencia, así como también de vida, de aquella establecida en una ordenada
continuidad.
2 (Ya que para todo cuanto ha nacido, debe de haber en consecuencia cambio:
efectivamente, lo que nace nace con magnitud, pues por nacer adquiere
crecimiento: Ahora bien, para todo lo que crece hay también
consecuentemente decrecimiento y, tras el decrecimiento, corrupción)
3 Eso es por haber tenido parte en la forma de la vida que vive y porque está en
comunicación con la existencia <gracias al> alma. Pero aquello que es para
otra cosa causa de su ser es ello mismo en primer lugar.
Por ser entiendo el hecho de haber sido dotado de razón y tener
participación en la vida intelectiva: ahora bien es el alma quien da la vida
intelectiva.
4 Lo que nace es llamado "viviente" por el hecho de la vida, "razonable" por el
hecho de la parte intelectiva, "mortal" por el hecho del cuerpo. El alma es por
tanto incorpórea, porque conserva su fuerza a salvo de todo desfallecimiento.
¿Cómo hablar de "viviente" si no existe substancia que da la vida? Pero
tampoco se podría hablar de "razonable" si no existe substancia dianoética que
da vida intelectual.
5 Sin embargo la parte intelectiva no alcanza a todos, por el hecho de la
composición del cuerpo habido respecto a la armonía. Pues si, en la
composición, hay exceso de calor <el hombre> se vuelve ligero y ardiente; si
hay en cambio exceso de frío se hace pesado y lento: la Naturaleza, en efecto,
ajusta el cuerpo respecto a la armonía
6 - hay tres clases de armonía: armonía según el calor, armonía según el frío,
armonía según el medio - y lo ajusta de acuerdo al astro que ha dominado en la
combinación de los astros. El alma habiéndose tomado a su cargo <un cuerpo>
según lo fijado por el Destino, da la vida a esta obra de la Naturaleza.
7 La Naturaleza asimila la armonía del cuerpo a la combinación de los astros,
unifica esta mezcla de elementos de acuerdo con la armonía astral, de forma
que haya, entre uno y otra, simpatía. Pues éste es el objetivo de los astros:
generar simpatía de acuerdo con la Fatalidad que es la suya.

XXI
DE HERMES

1 El Preexistente está en la cúspide de todos los seres y de los seres realmente


existentes: es en efecto lo preexistente, gracias al cual la substancialidad
universal es concebida como común a los seres realmente existente y a los
seres considerados como seres por sí. Por otra parte los seres opuestos a
aquellos, existiendo a su vez por sí mismos, son la Naturaleza, substancia
sensible que contiene en sí misma todos los sensibles. Entre esos dos se
encuentran los dioses intelectivos y los dioses sensibles. <....> unos
participando en los inteligibles, los otros objetos de opinión, <los otros>
comunicando con los dioses intelectivos.
2 Estos otros son copias de Inteligencias, así el sol es una copia del Dios creador
supraceleste: efectivamente, al igual que este Dios ha creado de golpe por
siempre el universo; así ha creado el sol los animales, producido los vegetales
y preside los soplos.

XXII
DE HERMES. EXTRACTO DE LA "AFRODITA"
Ahora voy a darte la razón del porque los hijos nacen semejantes a sus padres y
son asignados a familias. Cuando una sangre nutritiva se hace espuma, cuando los
órganos genitales se han aprovisionado de simiente, se exhala por así decirlo de
todos los miembros del cuerpo cierta substancia, bajo la acción de una fuerza divina,
como si fuera el mismo hombre que naciera, y verosimilmente el mimo fenómeno
sucede también en la mujer. Pues bien, cuando el efluvio surgido del varón
predomina y permanece intacto, el hijo vendrá al mundo pareciéndose al padre,
igual que si las condiciones se invierten, se parecerá a la madre. Si ha habido
predominio <del esperma> de una parte determinada del cuerpo, relativamente a
dicha parte habrá parecido. Sucede que incluso durante una larga serie de
generaciones, el hijo guarda semejanza al padre, jugando éste el papel de decano en
relación con la hora en que la mujer concebía.

XXIII
EXTRACTO DEL LIBRO SAGRADO DE HERMES
TRISMEGISTO TITULADO HUA (o PUPILA)
DEL MUNDO

1 Habiendo pronunciado estas palabras, Isis sirve a Horus el dulce brebaje de


ambrosía que las almas acostumbran recibir de los dioses y en ese momento,
comienza Isis su sagrado discurso.
2 "Puesto que el cielo de innumerables círculos está superpuesto a toda la
naturaleza de las cosas de abajo y puesto que en parte alguna carece de nada
que contenga actualmente el mundo en su totalidad, es de todo punto necesario
que haya sido por las cosas situadas encima como la totalidad de la naturaleza
ha sido organizada y poblada de seres: pues las cosas de abajo son
seguramente incapaces de organizar el mundo de lo alto. Por ello es necesario
que los misterios inferiores cedan ante los más poderosos. y más poderoso que
las cosas inferiores es el sistema de los cuerpos celestes, que es absolutamente
inmutable e inalcanzable para la inteligencia de los seres mortales.
3 De ahí que las cosas inferiores gimieran, presas de temor, por la maravillosa
belleza y la permanencia eterna de las cosas de arriba. Pues había allí que
contemplar y de que agitarse a la vez, viendo la belleza del cielo ofrecido como
una representación del Dios aún desconocido, la suntuosa majestad de la
noche, conferida por una luz más débil que la del sol, pero viva todavía, así
como otros misterios moviéndose a su vez cada uno en el cielo, dando al
conjunto de cosas inferiores crecimiento y orden mediante ciertos efluvios
secretos según mociones y períodos regulados de tiempo.
Y así el temor renacía siempre, eran indecibles búsquedas;
4 y en tanto el Artesano del universo persistía en su rechazo, la Ignorancia
envolvía el mundo entero. Pero decidió revelarse tal cual es, inspiró en los
dioses arrebatos de amor y distribuyó más generosamente en sus inteligencias
la luz que tenía en su seno, para que poseyeran primero la voluntad de buscar,
después el deseo de encontrar, por último el poder conseguirlo.
5 Pero maravilloso Horus, hijo mío, no es en un ser de raza mortal donde eso
pudo producirse -de hecho, ni tan siquiera existían todavía-, sino en un alma
poseedora de lazos de simpatía con los misterios del cielo: eso es lo que
Hermes fue, que todo lo ha conocido. Vió las cosas en su conjunto y, habiendo
visto comprendió y, habiendo comprendido, tuvo el poder de revelar y mostrar.
Efectivamente, las cosas que conoció las grabó y, habiéndolas grabado, las
escondió, prefiriendo, acerca de la mayoría de ellas, guardar firme silencio
antes que hablar, para que toda generación nacida después del mundo tuviera
que buscarlas.
6 Entonces Hermes dispúsose a ascender hacia los astros para escoltar los dioses
familiares suyos. Sin embargo dejó por sucesores a Tat, hijo y heredero a la
vez de sus enseñanzas, luego, poco después, a Asclepio Imouzes, según los
designios de Ptah-Hefaistos, y otros aún, todos aquellos que, por voluntad de la
Providencia reina de todas las cosas, harían una investigación exacta y
concienzuda de la doctrina celeste.
7 Hermes estaba a punto de decir en su defensa, ante el espacio circundante, que
no había explicado la doctrina integral ni siquiera a su hijo, vista la corta edad
de éste, cuando contemplando al alba el Oriente con sus ojos que todo lo veían
percibió algo indistinto, y a medida que lo iba examinando lentamente le vino
la decisión precisa de depositar los símbolos sagrados de los elementos
cósmicos junto a los objetos secretos de Osiris, y luego, tras haber orado de
nuevo y pronunciando ciertas palabras, ascendió al cielo.
8 Mas no es conveniente, hijo mío, que deje este discurso incompleto: debo
informar de todo cuanto dijo Hermes en el momento de depositar los libros.
Así habló: "Oh libros sagrados que fuisteis escritos por mis manos
imperecederas, vosotros sobre quienes habiéndoos ungido con la droga de la
inmortalidad, yo tengo todo poder, permaneced, a través del tiempo de los
siglos, imputrefactos e incorruptibles, sin que os vea ni os descubra ninguno de
aquellos que habrán de recorrer las planicies de esta tierra, hasta el día en que
el cielo envejecido de a luz organismos dignos de vosotros, los que el Creador
ha llamado Almas". Tras haberse dirigido de este modo a los libros y efectuado
una plegaria a sus propias obras, penetró en el sagrado recinto por las zonas
que le pertenecen.
9 Bastante había durado sin embargo el intervalo de inactividad y
encubrimiento; y la naturaleza, hijo mío, continuó siendo estéril hasta que
aquellos que desde ahora y ya habían recibido la orden de recorrer el cielo,
habiendo ido por sí mismos junto al Dios Rey del universo, le expusieron la
inercia de los seres, y que era preciso organizar el conjunto de las cosas, y que
esta tarea a nadie pertenecía sino sólo a él: "Te suplicamos", dijeron,
"considera cuanto existe actualmente y qué necesita aún para el futuro".
10 Sonrió Dios ante esas palabras y dijo "!Que la Naturaleza sea!", y un objeto
femenino de inmensa belleza brotó de su voz, viendo lo cual los dioses,
quedaron estupefactos y Dios Padre-Primero lo honró con el nombre de
Naturaleza y le ordenó ser fecunda.
11 Y estas son las palabras que pronunció fijando con la mirada el espacio
circundante: ¡Que se llene el cielo de toda cosa, así como el aire y el éter!".
Dijo Dios y se hizo.
12 Entonces, tras haberse consultado a sí misma, Naturaleza conoció que no
debía desobedecer el mandato de su padre, y,
13 habiéndose unido a Trabajo, concibió una hija, bella, a la que llamó
Invención. A ésta le otorgó Dios serlo y, tras ese don, separó las cosas ya
producidas llenándolas de misterios, y a la Inventora de esos misterios
acordole autoridad sobre ellos.
14 El mismo, como quería que el mundo superior no fuese ya inerte, sino que
había decidido llenarlo de espíritus para que, incluso en sus detalles, la
creación no permaneciera ni inmóvil ni inactiva, púsose a hacer de artesano
con esta intención, usando substancias sagradas para la producción de su obra.
Efectivamente, habiendo tomado de su propia hondura tanto aliento como
hacía falta y habiéndolo, por inteligente mezcla, unido al fuego, lo batió con
ciertas otras substancias desconocidas. Después, tras haber unificado este
producto, cada elemento con otro, acompañándose de determinados sortilegios
secretos, agitó fuertemente la mixtura, hasta que comenzó a hervir en la
superficie de la mezcla una especie de materia más sutil, más pura y
transparente que los ingredientes que la componían: era translúcida y sólo el
operador la veía.
15 Y como no se fundía en absoluto al calor, puesto que había sido sacada del
fuego, ni tampoco se enfriaba una vez llevada a su término puesto que había
sido sacada del aliento, sino que conservaba todo el tiempo, en su naturaleza
particular y apropiada, con su propio carácter y su propia constitución, la
composición de la mezcla que la formaba, composición que precisamente se
inspiraba en el nombre más favorable y en el hecho que actuaba conforme a
dicho nombre, Dios la llamó Animación. De esta corteza hizo Dios nacer, en
número adecuado, miríadas de almas, configurando por su designio con orden
de medida, como diestro artesano, y en la proporción conveniente, la espuma
surgida de la mezcla misma. De manera que no hubo
16 la menor diferencia entre las almas más allá de lo necesario, si es cierto que la
espuma que mojaba la superficie después que Dios la hubo agitado no era en
todas partes la misma, sino que la primera capa era mejor y más densa que la
segunda y totalmente más pura y que la segunda capa, bastante inferior a la
primera, era sin embargo mucho mejor que la tercera. y así es hasta los setenta
rangos de almas a los que se elevó su número una vez completo, con la
salvedad que Dios estableció por ley que dichas almas serían todas eternas,
puesto que provenían de una substancia única, que solo Dios habla sabido
llevar a la perfección. Y les asignó por separado secciones y estancia en las
alturas de naturaleza, celeste para que hiciesen girar el cilindro según un orden
determinado y una disposición conveniente y alegraran a su padre.
17 En ese momento también erguido sobre el pedestal soberanamente hermoso
del éter, tras haber convocado los seres ya existentes dijo: "Oh almas, hijas
hermosas de mi aliento y mi solicitud, que con mis propias manos he ayudado
a nacer, y que desde ahora consagro a este mundo que me pertenece, seguid
como leyes esas mis órdenes que están ahí, y no os apropiéis de lugar alguno
que no sea el que os fue atribuido por sentencia mía. Si os mantenéis
tranquilas, os aguardará el cielo de nuevo, y la constelación que os ha sido
asignada, así como los tronos cargados de virtud; pero si cometéis algún acto
de revuelta contra mi voluntad, os juro por mi aliento sagrado, por esta mezcla
de la que os he creado y por esas manos artífices de almas, que no tardaré en
forjaros cadenas y suplicios".
18 Habiendo hablado así Dios, que también es mi señor, tras haber mezclado los
otros dos elementos congéneres, el agua y la tierra, pronunció igualmente
sobre ellos ciertas fórmulas secretas, poderosas toda- vía, aunque sin
comparación con las primeras, y una vez agitada la mezcla e insuflado en ella
fuerza vivificante, tomó la corteza que flotaba de modo semejante en la
superficie y era de buen color y bien coagulada, configurando con ella los
signos zodiacales de forma humana.
19 El residuo de la mezcla, lo abandonó a las almas que ya habían progresado, a
las almas que habían sido invitadas a entrar en las estancias de los dioses, en
los sitios cercanos a los astros, entre los demonios sagrados, diciendo: "Cread,
hijos míos, vástagos de mi ser, recibid estos residuos de mi industria, y que
cada uno elabore algo que convenga a su naturaleza1: ved también estos
objetos que quiero ofreceros que os servirán de modelos"; y, habiendo
retomado la mezcla en sus manos,
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NOTAS
1. Hermes alude aquí a la capacidad para crear de determinados seres muy
evolucionados (Arcángeles, Angeles, Virtudes, Potestades... etc.). La
capacidad para crear objetos exteriores a partir del propio pensamiento
será alcanzada por el conjunto de la humanidad en ciclos evolutivos
posteriores al nuestro. En el período que seguirá al actual ciclo terrestre,
el período de Júpiter, los pensamientos e ideas, serán visibles y vivos,
serán exactos: cuando un alma diga rojo o nombre un objeto se
presentará a su conciencia interna una reproducción exacta de aquello en
lo que está pensando, que también será visible por los demás. En el
período de Venus el yo dará vida a sus propias imaginaciones y las
producirá fuera de su conciencia como objetos del espacio exterior. Estos
conocimientos pueden ser adquiridos actualmente mediante la Iniciación
que da a conocer al Iniciado en los digamos grados 2º y 3º de los
misterios mayores, todo cuanto la humanidad habrá adquirido a lo largo
de su evolución hasta esos períodos. Viven hoy día algunas personas
que, públicamente, producen objetos "de la nada". (Véase Enciclopedia
Iniciática Mínima, artículos MIS1ERIOS CIENCIA, SAI-BABA Y las
palabras relacionadas)
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20 dispuso bella y ordenadamente, el ornamento zodiacal acordándolo a los


movimientos psíquicos tras haber ajustado exactamente, como complemento a
los signos antropomórficos del zodiaco, los siguientes, es decir, los de los
animales, a los cuales dio así mismo las activas cualidades bien conocidas y un
hálito capaz de todo arte, generador de todo acontecer de alcance universal que
debiera suceder en cualquier tiempo.
21 Y mantúvose Dios en la promesa de unir a las obras visibles de las almas el
soplo invisible y, a cada cual, una substancia de homoigénesis de manera que
engendre a su vez otro seres parecidos a él mismo y que no se vean más en la
necesidad de no producir otra cosa que lo que produjeron en primer lugar".
22 "¿Qué hicieron entonces las almas, oh madre mía?" y dijo Isis: "Habiendo
tomado lo que había sido mezclado de materia, hijo mío Horus, intentaron
primero comprenderlo, adoraron la mixtura obra del Padre y se preguntaron
con que había sido compuesta: sin embargo, no les fué fácil descubrirlo. A
decir verdad, tan pronto como se dedicaron a dicha investigación, les ganó el
terror de incurrir en la cólera del Padre, y volvieron a la ejecución de sus
órdenes.
23 Entonces, de la capa superior de la materia, aquella cuya corteza era
extremadamente ligera, modelaron bellamente la raza de los pájaros; y como
entretanto la mezcla se había vuelto ya medio dura y había adquirido
consistencia sólida, modelaron la raza de los cuadrúpedos, raza a todas luces
menos ligera, y la de los peces que tiene necesidad de un complemento de
humedad para nadar: finalmente, estando frío lo restante y siendo arrastrado
ahora por su peso hacia abajo, las almas produjeron una especie nueva, la de
los reptiles.
24 Y esas almas, hijo mío, como si hubieran hecho una proeza, desde ese
momento armáronse de audacia indecible y transgredieron los mandatos;
abandonaron sus propias secciones y estancias y no consintieron ya
permanecer en una sola residencia sino que no cesaban de moverse: continuar
fijadas a una sola residencia, lo consideraron como una muerte.
25 "Sin embargo, hijo mío" dijo Hermes, como si ocupara mi lugar, "este
comportamiento de las almas no escapó tampoco al Señor y Dios de todo el
universo y buscó para ellas un castigo y una cadena que les fue penoso
soportar. Así, plugo al Jefe y Maestro Soberano de todas las cosas fabricar el
organismo humano a fin de que, en este organismo, sufriera la raza de las
almas para siempre su castigo.
26 Entonces, habiéndome convocado, dijo Hermes, Dios habló así: "Oh alma de
mi alma, intelecto sagrado de mi intelecto,
27 ¿hasta cuando la naturaleza de abajo seguirá siéndome un espectáculo
aflictivo?, ¿hasta cuándo las cosas ya creadas seguirán inertes y sin alabanza?
Vamos, tráeme los dioses del cielo, todos, inmediatamente". Dijo Dios, hijo
mío, según lo cuenta Hermes, y ellos acudieron al llamamiento: "Echad una
mirada", dijo Dios, "sobre la tierra y todas las cosas de abajo". Observaron con
atención y pronto comprendieron lo que quería el Príncipe. y apenas hubo
hablado en favor de la creación de los hombres tomaron conciencia
28 de lo que podían, a partir de los recursos de cada uno, proporcionar a los
seres que habían de nacer.
Dijo el Sol: "Resplandeceré más todavía". Prometió la Luna iluminar el
curso que hace después del Sol; añadió que había parido de antemano el
Terror, el Silencio, el Sueño y la Memoria, que debía ser sin ventaja a los
hombres. Explicó Kronos que desde ese momento se había transformado en
padre de la Justicia y la Necesidad. Dijo Zeus: "Para que la raza de los seres
por venir no se libre totalmente a la guerra, he aquí que para ellos he
engendrado ya la Fortuna, la Esperanza y la Paz". Ares dijo que él era ya padre
de la Lucha, la Cólera y la Querella. Sin dudar declaró Afrodita: "Por mi parte,
Oh Maestro, les añadiré Deseo, Voluptuosidad y Risa, para que las almas
emparentadas conmigo que son las que sufren la condena más penosa, no sean
castigadas más". Regocijóse Dios, hijo mío, ante las palabras de Afrodita.
29 "En cuanto a mí"', dijo Hermes, "no solo crearé la naturaleza humana, sino
que le otorgaré el don de la Sabiduría, la Temperancia, la Persuasión y la
Verdad, sin cesar de unirme a Invención; más aún, asistiré siempre la vida
mortal de los hombres nacidos bajo mis signos (pues los signos que me ha
atribuido el Padre y Creador son como mínimo sensatos e inteligentes), mucho
más cuanto que también el movimiento de los astros que los domina estará
acorde con la fuerza natural de cada uno".
Grande fue la alegría de Dios, Señor del mundo, al oír tales palabras, y
ordenó que la raza humana apareciera.
30 Por mi parte, dijo Hermes, me preguntaba de que materia habría de servirme,
y llamé al Monarca en mi ayuda. Este ordenó a las almas que me dieran el
residuo de la mixtura: y habiéndolo tomado, lo encontré completamente seco.
Utilicé entonces para la mezcla una cantidad de agua muy superior a lo
necesario para refrescar la composición de la materia, de modo que el ser
modelado fuera enteramente lánguido, impotente y débil, para que no añadiera
a la ventaja de la inteligencia la de la fuerza. Modelé y resultó bella la obra y
me regocijé a su vista; y, desde abajo, invité al Monarca a contemplarla. La vió
y se alegró y ordenó que las almas se le incorporaran".
31 Entonces ellas, teniendo al principio un aire sombrío ante la noticia de su
condena –
32 tuve entonces la ocasión también de admirar el discurso de las almas (presta
atención Horus, hijo mío, pues estás escuchando la doctrina secreta que mi
antepasado Kamefis aprendió de Hermes, Kamefis, el memorialista que relata
todos los hechos <después de mí>, Kamefis, antepasado de todos nosotros, que
me honró con el don del Negro Perfecto, y tú ahora de mi boca)-
33 hijo maravilloso y lleno de gloria, cuando estaban las almas a punto de entrar
en la prisión del cuerpo, unas en verdad se contentaban con gemir y lamentarse
de la misma manera que las de las bestias nacidas salvajes, que, libres, tuvieran
que vivir en infeliz esclavitud, arrancadas a su desierto familiar y querido, y
debieran batirse, revolverse y negar obediencia a aquellos que las han tomado,
incluso si salieran airosas de su empeño, darían muerte a quienes las atacan;
otras almas proferían agudos silbidos al modo de viejos áspides;
34 pero otra habiendo lanzado un estridente grito y llorado hasta la saciedad
antes de hablar, girando sin cesar arriba y abajo lo que le servía de ojos, dijo:
"Cielo; principio de nuestro nacimiento, éter y aire, manos y aliento sagrado
del Dios Monarca, y vosotros ojos de dioses, astros resplandecientes, eterna luz
del sol y de la luna, hermanos de leche salidos del mismo origen, vosotros
todos de quienes brutalmente separadas sufrimos miserias, y más miserias aún
ya que, arrancadas a las cosas grandes y brillantes y a la atmósfera santa y al
firmamento magnífico y, lo que es más, a la vida bienaventurada que
llevábamos con los dioses, vamos a ser encarceladas en tiendas innobles y viles
35 ¿ Qué cosa tan horrorosa, infelices, hemos hecho? ¿Qué crimen merecedor de
tales castigos? ¡Miserables de nosotros cuantos pecados nos aguardan!
¡Cuántas acciones deberemos realizar bajo el impulso dañino de las
esperanzas, para atender las necesidades de un cuerpo repleto de humores y
pronto a disolverse!
36 A las almas, que no pertenecerán ya más a Dios, los ojos no les enseñarán
sino poco sitio, y como por esta cosa húmeda y redonda que está en ellos, no
veremos sino completamente pequeño el Cielo, nuestro propio antepasado, no
cesaremos de gemir, y, a veces, ni siquiera podremos ver.
[Aquí arreo: "Es del resplandor solar de donde viene la vista: los ojos por sí
mismos nada ven "].
Infelices en efecto, henos aquí condenadas, y en absoluto nos ha sido
otorgado el don de la vista, porque sin luz no nos ha sido dado ejercerlo: no
son esos sino emplazamientos de ojos y no los ojos mismos. Y que penoso va a
sernos escuchar a nuestros hermanos los vientos que soplan en el aire, pues no
nos fundiremos más en un soplo! La morada que nos espera en vez de este
mundo sublime, es el volumen estrecho del corazón.
37 Y cuando hayamos sido separadas de las cosas de las que hemos bajado a qué
otras, la pena nos hará morir. Señor, Padre, Creador, si tan aprisa te has vuelto
indiferente a tus obras, fíjanos algunos límites, mantennos dignas todavía de
algunas palabras, por breves que fueren, el tiempo suficiente para que nuestras
miradas puedan franquear el espacio del mundo resplandecientes de luz".
38 Con éxito hicieron las almas este ruego, Horus, hijo mío, pues vino el
monarca y, habiéndose sentado sobre el trono de la Verdad, dijo en respuesta a
su requerimiento:
"Es el Amor y la Necesidad, oh almas, quienes reinarán sobre vosotras, pues
ellos son, después de mí, dueños y capitanes de todas las cosas. En cuanto a
vosotras; almas, en la medida que sirváis a mi real poder que no envejece,
sabedlo, mientras continuéis estando sin pecado, habitaréis las regiones del
cielo. Pero, si entre vosotras algo censurable viniera a habitar, por mi sentencia
de condenación habitaríais vosotras también en un lugar asignado a entrañas
mortales.
39 Si los cargos contra vosotras son pequeños cuando hayáis abandonado el lazo
perecedero de la carne, nuevamente sin lágrimas, saludareis al cielo vuestra
patria; pero si os reveláseis capaces de cometer faltas mayores, lejos de obtener
el fin que os conviene una vez salidas de los cuerpos, no morareis más en el
cielo, ni tampoco en cuerpos humanos sino que en adelante errareis sin
descanso de un cuerpo animal a otro".
40 Habiendo hablado así, Horus, hijo mío, Dios las gratificó a todas con soplos
tras lo cual, volvió a hablar: "Sin embargo tampoco he dejado estatuidos los
cambios en vuestro estado al azar y la aventura, pues igual que cambiaréis a
peor si cometéis alguna villanía, también cambiaréis a mejor si tomáis
resolución digna de vuestro origen: pues nadie más sino yo mismo seré vuestro
vigilante e inspector. Reconoced pues que la causa de que sufráis ahora el
castigo de la incorporación son vuestras faltas anteriores.
41 Así pues la diversidad del renacer consistirá para vosotras, como he dicho, en
una diversidad de cuerpos, y como antes de ahora la separación de ellos será
beneficio y felicidad. Pero vuestro entendimiento será cegado si creéis que
podéis cometer acción alguna indigna de mí, de manera tal que pensaréis lo
contrario y sufriréis el castigo como un beneficio, y el paso a un estado mejor
como deshonor y violencia.
42 Las mas justas de entre vosotras, capaces de recibir el cambio que lleva a lo
divino, entrando en cuerpos humanos serán reyes justos, filósofos auténticos,
fundadores y legisladores <......>, los adivinos verídicos, auténticos herboristas,
insignes profetas de los dioses, músicos experimentados, astrónomos de
espíritu atento, augures perspicaces, los sacrificadores precisos, y cualquier
otra función excelente de la que seáis dignas; entrando en volátiles, serán
águilas, porque éstas no cazarán con grandes gritos ninguno de sus congéneres
ni se hartarán de su carne, antes bien, a su alrededor, un animal de otra clase no
será ni siquiera libre de maltratar a otro más débil que él, porque el águila más
atenta a la justicia, lo perseguirá; entrando en cuadrúpedos se volverán leones,
pues este animal está lleno de fuerza, ha sido dotado de una naturaleza tal que
en cierto modo se sobrepone al sueño y, en un cuerpo mortal, se ejercita en la
naturaleza inmortal: los leones, en efecto, ni se fatigan ni duermen; entrando en
reptiles, se harán dragones, pues es un animal vigoroso, de larga vida, sin
malicia y de alguna manera amigo de los hombres: se dejará amansar, no
tendrá veneno y, cuando haya envejecido, recomenzará una nueva juventud,
como la raza de los dioses; entrando en peces, ellas se harán delfines, pues
estos animales tendrán piedad de los náufragos del mar: a los que todavía
respiran, les conducirán a tierra, y no tocan jamás a los muertos, por mucho
que la raza de seres del agua deba ser la más voraz de todas. Habiendo hablado
así Dios manifiesta su naturaleza de Intelecto incorruptible.
43 En éstas, Horus, hijo mío, se alzó de la tierra un espíritu repleto de fuerza,
desafiando toda aprehensión por la masa de su cuerpo y por el poder de su
pensamiento, el cual, aún conociendo aquello sobre lo que interroga -estaba
revestido con cuerpo de forma humana, y era hermoso y de augusta apariencia,
pero excesivamente salvaje y terrorífico- cuando vió a las almas entrar en los
cuerpos dijo: " ¿Con qué nombre se denomina a éstos, Hermes, memorialista
de los dioses?".
44 Acerca de la respuesta: "Hombres", "Tu lo has dicho", respondió "querido
Hermes". Obra osada es la de haber creado al hombre ese ser de ojos
indiscretos y lengua parlanchina, destinado a escuchar cuanto no le concierne,
de olfato inquisidor y que abusará, más allá de todos los excesos, de la facultad
aprehensiva de tocar. ¿Es a él a quien has decidido librar, oh creador, de toda
inquietud? ¿El será quien en su audacia, ha de contemplar los hermosos
misterios de la naturaleza? ¿ Vas a permitirle vivir sin pena a él que llevará sus
deseos hasta los mismos límites de la tierra?
45 Los hombres arrancarán las raíces de las plantas y examinarán las cualidades
de los jugos. Escrutarán las naturalezas de las piedras y abrirán en canal
aquellos vivientes que no tienen razón, ¿qué digo?, disecarán a sus semejantes
en su deseo de saber cómo han sido formados. Tenderán sus audaces manos
hasta la mar y abatiendo espesuras que crecen por sí mismas, se transportarán
los unos a los otros de orilla a orilla hasta las tierras que hay más allá. Incluso
buscarán la naturaleza escondida en lo más profundo de santuarios
inaccesibles. Perseguirán la realidad hasta lo alto, ávidos de aprender con sus
observaciones cual es el orden establecido del movimiento celeste. Y eso no es
todo. No queda nada más que el punto extremo de la tierra: pero por ello
mismo, por su voluntad, explorarán la región extrema del norte 2.
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2. Ges topos (εσχατοζ), o quizás el centro de la tierra.
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46 !Que no haya pues obstáculo alguno para esas gentes, sino que iniciados en la
felicidad de una vida sin penurias, no constreñidos por el aguijón penoso del
miedo, gocen en la arrogancia de una suerte libre de inquietud! ¿Y no es acaso
hasta el cielo a donde armados de audacia indescriptible, llegarán estos
infelices? ¿No se extenderán hasta los astros sus almas carentes de zozobras?
¡Enséñales por lo tanto a consumirse de, ardor en los proyectos, para que
teman también la pena del fracaso, para que sean domados por la mordedura
del pesar cuando sus esperanzas se vean defraudadas! ¡Que deseos, temores,
tristezas y esperanzas vanas burlen el ardor imprudente de sus corazones! ¡Que
sean sus almas consumidas por un seguimiento contínuo de amores, de
esperanzas siempre diferentes, de deseos tan pronto satisfechos como
chasqueados, para que la dulzura misma del triunfo les tienda una trampa para
la prueba dolorosa de la infelicidad más completa! Que les agobie la fiebre
para que, habiendo perdido valor, castiguen su concupiscencia!.
47 Sufres, Horus, al escuchar las palabras reproducidas por tu Madre. ¿No estás
sorprendido, no te sacude el estupor ante este pozo de miseria sobre la pobre
humanidad? Escucha lo más horrible.
48 Había Hermes escuchado con placer las palabras de Momo (las cuales le
habían sido dichas en tono familiar), y dispúsose a hacer exactamente cuanto
Momo le dijo, añadiendo: "De acuerdo, Momo, sin embargo el soplo divino
que recubre el mundo no se mostrará por sí mismo visible a la mirada: pues el
Señor del Universo me ha designado a mí como un intendente y administrador.
Así, la diosa de ojos penetrantes, Adrastea, será la celadora del universo, y en
cuanto a mí, fabricaré un ingenio misterioso, ligado a una doctrina infalible e
inviolable, cuya constricción necesaria reducirá las cosas terrestres a la
esclavitud, todas desde el comienzo hasta la destrucción final, con la
determinación de aquello que se cumple: y todo lo demás sobre la tierra
obedecerá a dicho ingenio", Así le hablé a Momo, dijo Hermes, y ya el ingenio
se movía.
49 Cuando las almas fueron incorporadas y yo mismo obtuve elogios por lo
hecho,
50 el Monarca convocó de nuevo a los dioses en asamblea plenaria. Vinieron
estos y volviendo a tomar la palabra dijo: "Dioses, vosotros que habéis
recibido la naturaleza de jefes del mundo, naturaleza que es, además,
imperecedera; que habéis obtenido participar en la dirección de la eternidad
inmensa; vosotros por quienes las cosas todas del mundo nunca se cansan de
cambiarse las unas por las otras, ¿hasta cuando poseeremos tan soberana
autoridad sin ser reconocida? ¿Hasta cuando durará todo eso sin ser visto por
un sol y una luna? Vamos ¡que cada uno de nosotros engendre según sus
medios! Suprimamos con nuestro poder la inercia que se prolonga de esta masa
¡ Que parezca a la posteridad una increíble fábula el que haya existido un
Caos! Empleaos en grandes obras, yo mismo empezaré el primero. Esto dijo, y
al momento, en la masa compacta todavía sombría hízose una división en el
sentido de un mundo;
51 apareció el cielo en lo alto, armoniosamente equipado con todos sus misterios
propios, sacudida aún por temblores se coaguló la tierra bajo el fuego del sol, y
apareció armoniosamente equipada con todos los bellos ornamentos que le
conciernen. Pues a los ojos de Dios son hermosas incluso las cosas tenidas por
feas por los mortales, porque han sido hechas tales que son esclavas de las
leyes divinas. y Dios se alegró, viendo que sus obras estaban ya desde ahora en
movimiento.
52 Cuando hubo llenado sus manos, tan anchas como el espacio circundante de
todo cuanto existe en la naturaleza3 y cerrado así mismo sus puños dijo:
"Toma, oh tierra Santa, toma, honorable, tú que serás un día generadora de
todas las cosas, no parezcas más inferior a nada" "Así dijo Dios y, abriendo sus
manos, que eran las propias de un dios, repartió su contenido en la fábrica del
mundo.
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3. Otras versiones: habiendo llenado sus manos con las sobras.
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53 Al principio la Ignorancia reinó por doquier. Pues como las almas hacía poco
que habían sido encarceladas y sufrían mal su deshonor, se querellaban con los
dioses del cielo y firmemente asidas al noble origen que reivindicaban, porque
también habían salido del mismo Creador, se rebelaban y sirviéndose como
instrumentos de los hombres que le quedaban, hacían que se atacaran unos a
los otros, que se opusieran y guerrearan. De este modo, la fuerza ejerció
grandes violencias contra la debilidad, hasta el punto que los fuertes quemaban
y degollaban a los débiles y los arrojaban desde lo alto de los templos tanto
vivos como muertos,
54 hasta el día en que los Elementos, presos de cólera, resolvieron hacer una
petición a Dios, el Monarca, acerca de la conducta salvaje de los hombres.
Cuando el mal se hizo muy grande, se presentaron los Elementos ante Dios que
los había creado y formularon su acusación en estos términos.
55 El Fuego fue quien tuvo licencia para hablar primero:"Señor, dijo, artesano
de este mundo nuevo, Nombre escondido en el seno de los dioses y venerable
hasta hoy para todos los hombres, ¿hasta cuándo, oh Divino, será tu designio
dejar sin dios la vida de los mortales?
56 Manifiéstate ya, da alguna respuesta al mundo e inicia en la paz la barbarie de
las costumbres. Confiere leyes a la vida humana, acuerda la noche de los
oráculos. Llénalo todo de hermosas esperanzas. Que retrocedan los hombres
ante la venganza divina y nadie perseverará en el mal. Si reciben el pago justo
por sus crímenes, los demás se guardarán de ser injustos, temerán la santidad
del juramento y no habrá uno siquiera que medite un sacrilegio. Que aprendan
a darte gracias por los favores recibidos para que yo pueda, gozoso, cumplir mi
función en las libaciones, yo el Fuego, para que, del hogar de los altares, haga
ascender hacia tí una olorosa humareda. Pues se me mancha, oh Maestro; hasta
hoy la audacia impía de los hombres que has creado me fuerza a reducir las
carnes a cenizas, no me permiten atenerme a mi ser natural, puesto que falsean
indignamente lo que es incorruptible".
57 Después el aire: "También yo" dijo, "estoy contaminado, Señor, y por las
exhalaciones de los cadáveres soy pestilente e insalubre, y asisto desde lo alto
a todo lo que no se debería ver".
58 Tuvo enseguida el Agua, hijo magnánimo, licencia para hablar, expresándose
en estos términos: "Padre, Creador admirable de todas las cosas, Dios nacido
de tí mismo, Autor de la naturaleza que engendra todo por ti, ¡ordena ahora por
fin, oh Divino, que el caudal de los ríos discurra siempre puro! Pues los ríos y
los mares lavan de sus manchas a los degolladores o recogen a los degollados".
59 Se presentó a continuación la Tierra, abrumada de tristeza, y +......+, muy
glorioso hijo, comenzó en estos términos: "Rey, Señor de las bóvedas celestes,
Jefe y Padre de los Elementos aquí presentes ante ti, nosotros a partir de los
cuales todos los seres comienzan a crecer para decrecer a continuación,
nosotros en quienes de nuevo también retornan necesariamente cuando
alcanzan el término imprescriptible, una banda insensata e impía de gentes
inhumanas, oh Muy Honrado, se ha fundado sobre mí. Sin duda tengo espacio
suficiente para contener también toda clase de substancia (sí, yo misma, como
lo has ordenado, no solo llevo todas las cosas, sino que acepto incluso las
bestias degolladas),
60 sin embargo ahora estoy deshonrada; hallándome colmada de todas las cosas,
tu mundo terrestre carece de Dios. Pues no habiendo nada que los hombres
deban temer, cometen toda suerte de crímenes, y sobre mis espaldas, Señor,
son abatidos por un perverso arte: heme aquí totalmente corrompida, inundada
del pus de los cadáveres.
61 Ahora, Señor, estoy forzada a contener también a los que no son dignos de
ello. Quiero contener, junto a todo cuanto llevo, también a Dios. Otorga a la
Tierra, sino tu persona misma pues a Ti, no tengo la osadía de contenerte, por
lo menos alguna emanación sagrada de ti mismo. Cambia mi suerte, haz a la
tierra más gloriosa que los otros Elementos: pues sólo de las cosas que vienen
de ti le conviene enorgullecerse, ya que ella es la abastecedora universal".
62 Tales fueron los discursos de los Elementos.
En cuanto a Dios, llenando mientras hablaba el universo entero con su voz
santa, dijo: Seguid vuestro camino, hijos sagrados, dignos de un padre
poderoso, no tratéis de innovar en modo alguno, no dejéis enteramente privado
mi universo de vuestro ministerio. Pues ya existe entre vosotros de alguna
forma un segundo efluvio de mi naturaleza que velará con escrúpulo sobre toda
acción humana, para los vivientes, juez que no cabe decepcionar, déspota
absoluto de los muertos, terrible, y no solo terrible, sino vengador de sus
crímenes: y cada uno de los hombres será retribuido, mientras perdure su raza,
con el pago que merezca".
63 Y así fue como, por orden del Soberano, los Elementos pusieron fin a su
demanda; guardaron silencio y cada uno mandó en su reino y reinó en él como
Señor.
64 Al respecto dijo Horus: "Oh Madre ¿cómo tuvo la Tierra la feliz fortuna de
recibir el efluvio de Dios?" E Isis respondió: "Me niego a describir tal
nacimiento, pues no está permitido explicar el origen de tu procreación, oh
poderoso Horus, por miedo a que alguna vez en el futuro, la generación de los
dioses inmortales llegue a oídos de los hombre. No puedo decir más que esto:
el Dios Monarca, Ordenador y Artesano del universo, concedió +......+, por
poco tiempo, el gran Osiris tu padre y a la gran diosa Isis para que vinieran a
traer socorro al mundo carente de todo.
65 Ellos son quienes llenaron de recursos la vida humana..
Ellos son quienes pusieron fin a la barbarie de las muertes mútuas.
Ellos son quienes consagraron a los dioses antiguos los templos y los
sacrificios.
Ellos son quienes han dado a los mortales leyes, alimentos, un techo.
66 "Ellos son" dijo Hennes, "quienes conocerán a fondo todos los secretos de
mis escritos y los discernirán; y aún cuando guarden para sí algunos, por el
contrario los que puedan servir al servicio que prestan a los mortales, los
grabarán en las estelas y los obeliscos"'.
67 Ellos fueron los primeros que, habiendo dado a conocer los tribunales han
llenado el mundo de equidad y de justicia.
Ellos son quienes, autores primeros del contrato solemne y la buena fe,
introdujeron en la vida humana también al gran Dios Juramento.
Ellos son quienes enseñaron a amortajar como conviene a los que cesaron
de vivir .
Ellos son quienes, habiendo examinado el cruel fenómeno de la muerte,
reconocieron que el soplo procedente del exterior, estando sujeto a retornar
periódicamente a los cuerpos de los hombres, si tarda, causa un
desvanecimiento sin posible reparación.
Ellos son quienes, habiendo aprendido de Hermes que la atmósfera está
repleta de demonios, lo grabaron en estelas escondidas.
68 Ellos son los únicos que instruidos por Hermes en las secretas ordenanzas de
Dios, se convirtieron para la humanidad en iniciadores y legisladores de las
artes, de las ciencias y de toda clase de ocupaciones. Ellos son quienes,
habiendo aprendido de Hermes que las cosas de abajo han recibido del Creador
el mandato de estar en simpatía con las de arriba, instituyeron sobre la tierra las
funciones sagradas unidas verticalmente a los misterios del cielo.
Ellos son quienes, habiendo reconocido la corruptibilidad de los cuerpos,
crearon ingeniosamente los excelsos profetas, de modo que jamás el profeta
destinado a alzar sus manos hacia los dioses ignorase ningún ser, a fin que la
filosofía y la magia nutrieran el alma, y para que la medicina curara al cuerpo
cuando estuviera afligido por algún mal.
69 Tras haber cumplido todo eso, hijo mío, Osiris y yo, viendo el mundo
perfectamente colmado, fuimos reclamados por los habitantes del cielo. Pero
no nos era posible volver a él antes de haber invocado el Monarca, para que
también se llenara el Universo entero con esta doctrina y nosotros mismos
fuéramos favorecidos con buena acogida en nuestra ascensión: Dios, en efecto,
se complace en los himnos".
70 "Madre", dijo Horus, "otórgame a mi también conocer tal himno, para que no
sea un ignorante". E Isis respondió: "Escucha, hijo".

XXIV
EN EL MISMO LIBRO

1 Pero tú, hijo magnánimo, si quieres saber algo más, pregunta". Y dijo Horus:
"Oh Madre muy honrada, quiero saber como se producen las almas reales". E
Isis respondió: "He aquí, más o menos, Horus, como se hace la distinción en lo
concerniente a las almas reales. Hay en el Todo cuatro lugares, sujetos a una
ley y autoridad inviolables, el cielo, el éter, el aire, la tierra muy santa; en lo
alto, en el cielo, habitan los dioses mandados como el resto de los seres, por el
Creador del universo; en el éter habitan los astros, a los que manda la gran
luminaria del Sol; en el aire habitan los hombres y demás animales, a los
cuales manda quien en ese momento ha nacido rey. Pues los dioses, hijo mío,
engendran los reyes dignos de constituir su descendencia en la tierra.
2 Los jefes son emanaciones del Rey y el que le está más próximo es, también,
más real que los otros. Efectivamente, el Sol, por hallarse más cerca de dios, es
así mismo más grande y poderoso que la Luna: la Luna es la segunda trás de él
según el rango y la potestad.
3 En cuanto al rey, es el postrero entre los dioses, pero el primero de los
hombres. Mientras está en la tierra, hállase alejado grandemente de la
naturaleza divina en su verdad, pero mantiene a los ojos de los hombres alguna
cosa excepcional semejante a Dios. Pues el alma en él precipitada, viene de la
región situada por encima de aquellas de donde proceden las almas
precipitadas en los otros hombres.
4 Ahora bien, las almas son precipitadas desde allí arriba con objeto de reinar
por dos razones, hijo mío: las que han hecho noblemente, de modo
irreprochable, el curso de su vida y pronto habrán de recibir la apoteosis, para
que en el uso de la realeza se preparen también a ejercer la autoridad que
pertenece a los dioses; las que son ya divinas en algún sentido y no han
transgredido sino ligeramente la norma inspirada por Dios, para que aún
sobrellevando el castigo de la incorporación, una vez encarnadas no sufran, en
razón de su naturaleza y rango elevados, nada semejante a los demás hombres
sino que conserven incluso encadenadas, lo que poseían cuando estaban libres.
5 En cuanto a los caracteres, la diferencia entre los reyes no proviene de
distinción alguna propia a la misma alma, dado que todas las almas reales son
divinas, sino de la diversidad de ángeles y demonios que la escoltaron al
establecerse. Pues almas de calidad que descienden a la tierra para tal función,
no lo hacen sin cortejo ni guardia. La Justicia de lo alto sabe como repartir a
cada una el rango que le es debido, incluso si tales almas son expulsadas del
País de la Buena Vida.
6 Cuando Horus, hijo mío, los ángeles y demonios que conducen el alma hacia
abajo son belicosos, es su manera de ver la que debe apropiarse el alma que ha
olvidado su propio comportamiento, o más bien que no lo recuerda sino hasta
que el de sus compañeros de viaje diferentes de ella misma se agrega al suyo.
Cuando son pacíficos, el alma hace pacífico su propio curso; si se complacen
en ejercer justicia, también ella ejerce de juez; si son músicos entonces canta
también; si aman la verdad, también el alma se dedica a la filosofía. De hecho,
es casi una necesidad el que las almas se apropien la manera de ver de aquéllos
que las conducen a la tierra: pues, si cayendo a la humanidad, han olvidado su
propia naturaleza, y ello tanto más cuanto más se hayan alejado, recuerdan por
el contrario el modo de ser de aquéllos que las han encerrado".
7 "Me lo has explicado todo muy bien, oh Madre", dijo Horus, "pero todavía no
me has mostrado como se producen las almas nobles" - "Al igual que en la
tierra existen diferentes clases de calles, Horus, hijo mío, así ocurre en el caso
de las almas. Efectivamente también ellas arrancan de cielos diferentes y la
surgida de un lugar más glorioso es más noble que la que carece de este
privilegio. y al igual que entre los hombre, al que es libre se le tiene por más
noble que al esclavo (pues lo que es superior y real tiene necesariamente en
esclavitud a lo inferior), así sucede también <entre las almas>".
8 ¿"<Y cómo, oh Madre> se producen las almas masculinas y femeninas>"
- Las almas, Horus, son todas de la misma naturaleza ya que provienen de
un mismo y único país, donde el Creador las modela y no son ni masculinas ni
femeninas.
Pues semejante condición vale tan sólo para los cuerpos pero no para lo
incorpóreo.
9 En cuanto a la diferencia que hace a ciertas almas coléricas, otras fáciles de
manejar, depende, Horus, hijo mío, del aire en el que todas las cosas nacen;
ahora bien, el aire del alma es el cuerpo mismo con el que está envuelta, una
combinación de elementos, tierra, aire, agua y fuego. Dado que en la
composición de las hembras, hay predominio del frío y la humedad,
deficiencia de lo seco y lo caliente, resulta que el alma aprisionada en una obra
modelada así se vuelve empapada de humedad y blanda, al igual que, entre los
machos, se puede constatar que sucede todo lo contrario. Efectivamente, entre
éstos predominan lo caliente y lo seco, deficiencia de lo frío y de lo húmedo:
por eso las almas que moran en tales cuerpos son rudas y más laboriosas".
10 "¿Cómo se producen las almas inteligentes, Madre?"
Y respondió Isis: "El sentido de la vista, hijo mío, se halla recubierto por
membranas. Cuando estas membranas son espesas y compactas, posee el ojo
una visión debilitada; pero si son de tejido suelto y fino se disfruta entonces de
una vista penetrante. Lo mismo sucede con el alma. Pues el alma tiene también
sus envolturas, incorpóreas, puesto que ella misma es incorpórea. Esas
envolturas son las capas de aire que están en nosotros. Cuando son finas, flojas
y traslúcidas, el alma es inteligente; cuando por el contrario son tupidas,
espesas y enredadas, entonces, igual que a causa del mal tiempo, no puede ver
al alma a lo lejos, sino sólo aquéllo que se halla a sus pies".
11 Y dijo Horus: "¿Por qué, oh Madre, los hombres que moran fuera de nuestro
muy santo País no son de inteligencia verdaderamente abierta como nuestros
compatriotas?" E Isis respondió: "La tierra situada en el centro de todo yace
sobre la espalda, de cara al cielo, como un hombre, y está dividida en tantas
partes como miembros tiene el hombre. Ella dirige sus miradas hacia el cielo,
como hacia su padre, para que siguiendo los cambios del cielo, cambie también
en lo que le es propio. Tiene la cabeza situada en dirección al Sur del universo,
el hombro derecho en dirección al Este, <el hombro izquierdo al Oeste>, los
pies bajo la Osa, <el derecho bajo la cola>, el izquierdo bajo la cabeza de la
osa, los muslos en las regiones que hay tras de la Osa, las partes medias en las
regiones medias.
12 La prueba de ello está en que los hombres que viven el Mediodía y habitan
sobre la cabeza de la tierra tienen la parte superior de su cabeza bien
desarrollada y con hermosos cabellos; los orientales están prestos al ataque y
son seguidores de Sagitario, pues estas cualidades son propias de la mano
derecha; los Occidentales están protegidos ante el peligro porque acostumbran
a combatir con la mano izquierda y cuantos efectos producen los demás
sirviéndose de la derecha, los llevan a cabo ellos sirviéndose de la izquierda;
los que viven bajo la Osa son +......+ con respecto a los pies y tienen además la
pierna bien hecha; los que van detrás de éstos, algo más alejados, la región
geográfica conocida actualmente como italiana y helénica, son todos de
hermoso muslo y proporcionada nalga, de dónde, a causa de la belleza extrema
de esas partes, sus hombres se rebajan al comercio de machos.
13 Sin embargo, como todos estos miembros, comparados a los otros, son
perezosos, convierten en más perezosos los hombres que los habitan. En
cambio en medio de la tierra se halla el santo país de nuestros antepasados. El
centro del cuerpo humano es el santuario de solo el corazón y el corazón es el
cuartel general del alma; por ello hijo mío los hombres de ese país, tan bien
provistos como los otros en lo demás, son excepcionalmente más inteligentes
que los otros y dotados de sabiduría que han nacido y han sido educados en el
sitio del corazón.
14 Además hijo mío, el Sur vuelve blando que recibe las nubes nacidas por
condensación de atmósfera (en todo caso, por ejemplo, es precisamente a causa
de la precipitación de las nubes lo que nuestro río se ha formado allá abajo y
también se dice que fluye desde esa región cuando los ríos se funden) y allí
donde se abata una nube, envuelve con nieblas el aire que recubre la tierra y de
algún modo lo carga de vapores. Ahora bien, nieblas y vapores son sin
embargo un obstáculo no sólo para vista sino también para el intelecto. El Este
gloriosísimo Horus, recalentado y turbulento por la salida del sol que ocurre en
su proximidad inmediata como su opuesto, el Oeste, que se ve afectado de la
misma forma cuando el sol se pone, son la causa que no haya ninguna
observancia pura entre los hombres nacidos en sus parajes. El Norte, por el frío
que corresponde a su naturaleza, congela no sólo los cuerpos, sino el intelecto
de quienes viven en su clima.
15 El país de en medio, por el contrario, siendo puro y sin perturbaciones, es el
mejor en sí y para todo cuanto está en él: gracias a su serenidad constante,
embellece, educa; justamente no rivaliza, y triunfa, sino en estas cualidades y,
como gobernador de las otras, como un buen sátrapa, hace participar en su
victoria a los que ha vencido.
16 "Explicadme todavía esto, Madre, y Señora mía. ¿Por qué en las largas
enfermedades, aún cuando el hombre siga viviendo, la palabra, el
razonamiento, qué digo, el alma misma a menudo sufren alteración?". y
respondió Isis: "Entre los seres vivos, hijo mío, algunos guardan afinidad con
el fuego, otros con el agua, otros con el aire, otros con la tierra, otros con dos o
tres de estos elementos, otros incluso con todo el conjunto. A la inversa, unos
tienen aversión al fuego, otros al agua, otros a la tierra, otros al aire, otros a dos
de estos elementos, otros a tres y otros a todo su conjunto.
17 Por eso angosta hijo mío y toda clase de mosca rehúyen el fuego; el águila, el
gavilán y todos los pájaros de alto vuelo rehúyen el agua; los peces, el aire y la
tierra; la serpiente se aparta del aire pleno. Por el contrario, las serpientes y
todo cuanto se arrastra aman la tierra; aman el agua todos los animales
nadadores; los voladores el aire, donde también moran todos los que vuelan
alto y son próximos al aire por su género de vida. Más aún, hay incluso
animales que aman el fuego, como las salamandras, que llegan a hacer su nido
en él.
18 Cada uno de los elementos es efectivamente el vestido de los cuerpos dichos.
Toda la, en tanto que se halla en el cuerpo, se ve lastrada y oprimida por estos
cuatro: así en efecto parece que mientras gusta de algunos se siente oprimida
por los otros. De ahí que no goce de su más alta beatitud: o como es divina por
naturaleza incluso cuando se encuentra en los elementos, lucha y piensa, no
tanto embargo como lo haría si estuviera separada del cuerpo. Aunque si estos
cuerpos se encuentran ellos mismos sometidos a vaivenes y borrascas a causa
de enfermedad o espanto, entonces también el alma, como un hombre hundido
en el mar, es zarandeada las olas y no tiene nada duradero.
XXV
DE HERMES: DISCURSO DE ISIS A HORUS

1 "De modo admirable", dijo Horus, "me has expuesto con detalle, oh poderosa
madre Isis, la maravillosa creación de las almas por Dios, y mi admiración no
cesa; pero todavía no me has contado donde van las almas una vez libres de los
cuerpos. Quiero pues, una vez iniciado también en esta doctrina, darte por ello
las gracias solamente a ti, Madre inmortal".
2 Y dijo Isis: "Presta atención, hijo: es ésa, desde luego, una busca de la mayor
necesidad.
3 Y bien, pues tal va a ser el tenor de mi discurso, lo que tiene consistencia y no
es aniquilado ocupa un lugar. No es cierto, hijo admirable, vástago poderoso
del poderoso Osiris, tu padre, que las almas, cuando han salido de los cuerpos,
vayan en el mayor desorden y a causa de un mismo impulso a esparcirse en el
aire y a dispersarse entre el resto del soplo infinito, ni que a continuación ya no
les sea posible desandar el camino hacia los cuerpos conservando su identidad,
ni tampoco volver al lugar de donde al principio vinieron, como pasa con el
agua que no se puede volver a los vasos de donde ha sido sacada, más aún, que
aunque la volvamos a vertir en los mismos inmediatamente después de haberla
sacado, vuelve a ocupar su mismo sitio, sino que va a mezclarse con toda la
masa del líquido.
4 No, las cosas no suceden de esta manera, magnánimo Horus, pero iniciada
como estoy yo misma en la naturaleza inmortal por decirlo así, y habiendo
recorrido la llanura de la Verdad, te expondré de cabo a rabo y
minuciosamente la naturaleza de las cosas al detalle, tras hacer hincapié ante
todo en esto, que el agua es un cuerpo irracional, formado por comprensión,
hasta la fluidez, de multitud de compuestos, en tanto el alma es algo con
naturaleza propia, hijo, una cosa real, obra de las manos de Dios y su intelecto,
que por sí misma, guiada por sus solas luces, se lleva hacia el intelecto. Ahora
bien, lo constituido por una sustancia única y carente de elementos extraños no
puede mezclarse a algo diferente. De donde forzosamente se deduce que la
unión del alma y el cuerpo es un acoplamiento resultante de la compulsión
divina.
5 Y las almas ni retornan en confusión a un solo y mismo lugar, ni se dispersan al
azar como pudiera parecer, sino que cada una es reenviada a su región propia,
lo que es evidente también por lo que sucede al alma cuando se halla todavía
en el cuerpo y molde carnal, cuando se ve lastrada por espesor contrario a su
naturaleza.
6 Vamos fíjate bien, amado Horus, en la comparación que se hace. Supón que se
encierra en un solo mismo lugar de detención a hombres, águilas, lomas,
cisnes, halcones, golondrinas, gorriones, moscas, serpientes, leones, leopardos,
lobos, perros, liebres, bueyes, carneros, y algunos animales pertenecientes al
género ambiguo, como las focas, las serpientes de agua, las tortugas y
cocodrilos, y a continuación, de un solo golpe, se las pusiera en libertad de la
de la prisión:
7 ¿no retornarían, a buen seguro, el hombre hacia las plazas públicas y las casas,
el águila hacia el éter donde le conviene residir por su naturaleza, las palomas
hacia el aire próximo a la tierra, más altos los halcones que las palomas? ¿Y no
irían las golondrinas a los lugares habitados por los hombres, los gorriones
alrededor de los árboles frutales, los cisnes donde les es posible cantar, las
moscas a la proximidad de la tierra misma, no alejándose sino en tanto que
puedan subir con el olor humano (pues la mosca, hijo mío, es golosa en
particular del hombre y le gusta volar a ras de tierra), los leones y leopardos
hacia las montañas, los lobos hacia los lugares desiertos, el perro sobre la pista
del hombre, las liebres hacia los abrigos, los bueyes hacia los establos y los
prados, hacia los pastos los carneros, las serpientes hacia las cavernas de la
tierra, las focas, las tortugas y demás animales de la misma clase hacia los
fondos y las corrientes, para no verse privados de la tierra firme ni del agua
elemento congénito, cada ser dirigido por su discernimiento interior a morada
que le conviene?
8 Del mismo modo cada alma, ya esté encarnada en un hombre o habite la tierra
bajo otra forma, sabe donde debe ir, salvo que algunos hijos de Tifón vengan a
decirnos, hijo, que un toro puede pasar su vida en el fondo del mar o una
tortuga en el aire. Si así ocurre con las almas que, incluso inmersas en la carne
y la sangre, nada hacen contra lo regulado aunque sufran castigo (pues castigo
es para ellas la incorporación) ¿cuánto más <una vez liberadas> del castigo de
la inmersión y participando en la libertad que les es propia?
9 Veamos por otra parte cual es la ordenanza sacratísima. Dirige ahora
finalmente tus ojos a lo alto, hijo de una muy ilustre raza, mira los acomodos
de las almas. Lo que se extiende de la cúspide del cielo a la luna está reservado
a los dioses, a los astros y a la Providencia en general; lo que se extiende desde
la luna hasta nosotros, hijo mío, es el habitáculo de las almas.
10 Esta vasta extensión de aire tiene en sí misma una salida, que acostumbramos
a llamar viento, un espacio propio en el que se mueve el aire para la
refrigeración de las cosas terrestres, como mostraré mas adelante. Sin
embargo, este movimiento del aire sobre sí mismo no es en absoluto un estorbo
para las almas; pues, mientras que se mueve, es placentero a las almas lanzarse
hacia lo alto y hacia lo bajo, como ocurre, sin trabas. Se deslizan en efecto a su
través sin mezclársele ni pegársele, como el agua a través del aceite.
11 Este espacio, Horus, hijo mío, contiene cuatro divisiones generales y sesenta
regiones particulares. De las cuatro divisiones, la que se alza a partir del sol
comprende cuatro regiones, de manera parecida a como la tierra se extiende
hasta ciertas alturas y cumbres, y se detiene ahí, pues no está en su naturaleza
alcanzar altitudes que superen esas cimas. La división a partir de ahí contiene
ocho regiones, en las cuales se producen los movimientos de los vientos
(escucha atentamente, hijo mío, porque estás oyendo los misterios inefables de
la tierra, del cielo y de todo el aliento sagrado intermediario); ahora, donde hay
movimiento del viento, hay también vuelo de pájaros: pues más allá de esta
región ya no se mueve el aire, ni lleva ya ser viviente. Sea como sea, tal es el
poder que este aire ha recibido de la naturaleza, de modo que circula, junto con
los animales que contiene, por las ocho regiones que le son propias y por las
cuatro de la tierra, mientras que la tierra no puede elevarse hasta las ocho
regiones del aire.
12 La tercera división comprende dieciséis regiones, y está llena de un aire sutil
y puro. La cuarta contiene treinta y dos regiones, en las que el aire es más sutil,
absolutamente sin mezcla, transparente, formando en su límite superior la
frontera de los cielos de arriba, ígneos por naturaleza.
13 Tal es el ordenamiento establecido en línea recta de arriba abajo, no siendo
sus partes coherentes por naturaleza, de modo que hay cuatro divisiones
generales, doce espaciales, sesenta regiones. En estas regiones, en número de
sesenta, habitan las almas, cada una según la naturaleza que le es propia,
teniendo todas una sola y misma constitución, aunque no la misma dignidad.
Efectivamente, cuanto más supera cada una de estas regiones a otra por su
alejamiento de la tierra, también las almas en ellas alojadas: una supera a otra
en excelencia, hijo mío, la región y el alma.
14 Cuales de esas almas parten en una u otra de estas dos direcciones te lo
explicaré, Horus glorioso, retornando de nuevo mi exposición a partir de este
punto, te lo explicaré en su orden empezando desde lo alto hasta los lugares
próximos a la tierra.

XXVI
DE LA ENCARNACION y REENCARNACION DE
LAS ALMAS

1 "El espacio comprendido entre la tierra y el cielo ha sido dividido en regiones,


Horos, con mesura y en la justa proporción. Esas regiones las llamaron
nuestros antepasados ya zonas, ya firmamentos, ya esferas. Es ahí por donde
transitan las almas liberadas de los cuerpos y aquellas no encarnadas aún. Cada
una de estas almas, hijo, ocupa una región según sus méritos: las almas divinas
y reales habitan la región más alta; las almas más bajas en dignidad y todas las
curvadas hacia la tierra, la región más baja; las almas medias, la región media.
2 Pues bien, Horus, hijo mío, las almas enviadas aquí abajo para reinar,
descienden de las zonas más alta y a estas mismas zonas vuelven una vez
liberadas, incluso puede que más alto todavía, salvo las que hayan podido
cometer alguna acción contraria a la dignidad de su naturaleza y al precepto de
la ley divina: a éstas, la altísima Providencia de arriba las exilia en regiones
más bajas proporcionalmente a sus pecados, al igual que <hace cambiar de
lugar, si han progresado>, las almas menores en poder y dignidad, las hace
subir de las regiones más bajas a las más nobles y más altas.
3 Porque hay en lo alto guardianes, en número de dos, de la Providencia
universal: uno controla las almas, el otro las conduce; el controlador de las
almas <vela por> las almas <no encarnadas aún>, el psicopompo es quien
envía las almas distribuyéndolas según sus puestos a medida que se encarnan.
Es conforme al decreto de Dios por lo que uno las vigila, mientras que el otro
las hace descender.
4 En razón de este plan, hijo mío, también la Naturaleza, sobre la tierra,
corresponde a la variedad de las cosas de arriba. Pues, como modela y da
forma a los cuerpos, <varía> el receptáculo <en el cual> son arrojadas las
almas. Está así mismo asistida por dos fuerzas, la memoria y la experiencia: la
memoria tiene por tarea conseguir que la Naturaleza cuide y señoree
enteramente cada uno de los tipos establecidos desde el origen y la mezcla
producida arriba; la experiencia, obrar de modo que, para cada una de las
almas que descienden a fin de encarnarse, el cuerpo les sea también
proporcionado, para las almas vivaces cuerpos vivaces, para las almas lentas
cuerpos lentos, para las almas activas cuerpos activos, para las almas perezosas
cuerpos perezosos, para las almas fuertes cuerpos fuertes, para las almas
astutas cuerpos de talante furtivo, en una palabra, a cada alma aquello que le
conviene.
5 Efectivamente, no es sin intención por lo que los volátiles han sido
emplumados por la Naturaleza, por lo que ésta ha provisto a los seres
racionales de sentidos superiores y más exactos, por lo que ha reforzado los
cuadrúpedos mediante cuernos, dientes, garras, cascos, por lo que ha suavizado
los reptantes dándoles un cuerpo que se desliza y escurre entre los dedos y que,
por miedo a que la humedad de sus cuerpos los hiciera demasiado débiles, ha
protegido sus fauces con una empalizada de dientes o ha recubierto el contorno
de sus cuerpos con una armadura defensiva de púas. Por ello ciertos animales,
habiéndose precavido contra la muerte, son más fuertes que los otros. En
cuanto a los nadadores, como son tímidos, ha dispuesto la Naturaleza que
habiten un elemento donde la luz no puede ejercer ni una ni otra de sus
actividades (en efecto, en el agua el fuego ni brilla ni quema); y cada uno de
ellos, ya sea gracias a las escamas o a las púas, puede huir en el agua nadando
por donde le plazca, protegido por su propia timidez y a cubierto de miradas
por el agua.
6 En alguno de esos cuerpos, de acuerdo al parecido que tienen con él, son
encerradas las almas, de modo que en los seres humanos entran las almas
dotadas de juicio, en los volátiles las que rehuyen la sociedad humana, en los
cuadrúpedos las que carecen de juicio (pues su leyes la fuerza), en los reptiles
las astutas (pues ningún reptil ataca a los hombres de frente, sino que los hiere
de muerte después de haberse emboscado), en los nadadores las tímidas y todo
cuanto no merece gozar de otros elementos.
7 Sin embargo, sucede también que, en cada especie, puede verse un animal
actuar en desacuerdo con su propia naturaleza".
-"¿Cómo es eso, oh Madre?", dijo Horus.
E Isis respondió: "Eso, para un hombre, es saltarse su facultad de juicio,
para un cuadrúpedo sustraerse a los impulsos, para un reptil perder su astucia,
para un nadador, sobreponerse a su timidez, para un volátil, abandonar su
repugnancia para con los hombres. y con eso basta acerca de la disposición de
las cosas elevadas, del descenso de las almas y la fabricación de los cuerpos.
8 Ahora bien, hijo mío, sucede que, en cada especie y en cada raza de los seres
citados, se hallan ciertas almas reales, siendo las descendidas tan pronto de una
clase como de otra, todas fuego las unas, frías las otras, unas arrogantes, dulces
otras, <unas hechas para la libertad>, las otras para el trabajo, unas
experimentadas, otras sin experiencia, unas perezosas, otras activas, y aún
otras que difieren de un modo u otro. Tales diferencias se deben al nivel
relativo de los lugares desde donde las almas se precipitan para ser
incorporadas. Ciertas almas, en efecto, saltan hacia abajo desde la zona real, y
es el alma homogénea a este lugar de origen la que tiene la función de reinar.
9 Existen, sin embargo, muchas clases de realeza, la de las almas, la de los
cuerpos, la del arte, la de la ciencia, la de esto y la de aquello".
-"¿Qué quieres decir con eso?" dijo Horus.
-"Por ejemplo, Horus, hijo mío, el rey de las almas de los hombres muertos
es Osiris, tu padre; el rey de los cuerpos es el soberano de cada nación; el rey
del consejo es el padre e instructor de todas las cosas, Hermes Trismegisto; el
rey de la medicina es Asclepio, hijo de Hefaistos, el rey del vigor y la fuerza es
nuevamente Osiris, tras el cual, hijo mío, estás tú mismo; el rey de la filosofía
es Arnebejenis; el rey de la creación literaria es otra vez Asclepio Imouzes.
Generalizando, hijo mío, hallarás, si lo examinas, que hay muchos soberanos
en numerosos dominios, muchos reyes reinando en numerosos reinos.
10 Pero el que tiene autoridad sobre todos, hijo mío, viene de la región superior,
y el que tiene autoridad sobre talo cual parte ha recibido ese <rango> según el
lugar de donde viene: aquéllos que han participado en una zona <real> <tienen
un rango> más real;
11 <aquéllos que vienen de una zona ígnea> se hacen artesanos del fuego y la
nutrición; los que vienen de una zona húmeda pasan su vida en el agua, los que
vienen de una zona capaz de arte y de ciencia, se entregan a las artes y las
ciencias; aquéllos que vienen de una zona perezosa, pasan su vida en
indolencia y vana agitación. Pues de todas las cosas producidas aquí abajo, hijo
mío, con palabras o con obras, se hallan las fuentes en lo alto, las cuales,
mesurada y justamente, esparcen sobre nosotros la substancia de lo real, no
existiendo nada que no haya descendido de allí arriba
12 y que no se remonta allí de nuevo para volver a descender".
-"¿Qué estás diciendo, oh Madre? ¡explícate!
Y respondió Isis: " La santa Naturaleza ha puesto en los seres vivientes un
signo manifiesto de este movimiento de retorno: el aliento que extraemos de lo
alto, prestado del aire, nuevamente lo enviamos arriba para retomarlo otra vez;
ahora hijo mío, para realizar este trabajo tenemos en nosotros fuelles: cuando
éstos han cerrado sus bocas destinadas a recibir el aliento, entonces ya no
estamos aquí abajo, nos hemos remontado a lo alto.
13 Otras cualidades se nos añaden aún, oh hijo gloriosísimo, como consecuencia
de la dosificación relativa de los elementos en la mixtura corporal".
-"¿Qué es pues", dijo Horus, "esta mixtura, oh Madre?"
-"Es una juntura y una mezcla de los cuatro elementos, de cuya juntura y
mezcla se desprende cierto vapor que por una parte recubre al alma y por otra
se difunde a través del cuerpo, comunicando a una y otro, es decir al cuerpo y
al alma, algo de su articular cualidad; así es como se producen las diferencias
en las modificaciones psíquicas y corporales.
14 Si en el armazón corporal ha habido sobreabundancia de fuego, entonces el
alma, caliente a por naturaleza y que se hace más ardiente aún por el
incremento de calor adquirido, vuelve al ser viviente más activo y fogoso, y al
cuerpo vivo y despierto.
15 Si hay sobreabundancia de aire, el ser viviente resulta ligero, sobresaltado,
inestable de cuerpo y alma.
16 Si hay sobreabundancia de agua, el ser viviente por lo que al alma hace, se
vuelve variable, presto a crecer y derramarse en derredor, con gran capacidad
para echarse ante los demás y unírseles, a causa de la facultad que tiene el agua
para unirse y asociarse a las demás cosas: pues ella extiende su manto sobre
todo y cuando es abundante las disuelve en sí misma al envolverlas, y cuando
es escasa y se ha hundido en el objeto, se hace idéntica a lo que se ha
mezclado. En cuanto a los cuerpos, a causa de su acuosidad y flacidez no se los
puede mantener compactos, antes bien, con ocasión de la menor enfermedad,
se disuelven y poco a poco degeneran de su principio interno de cohesión.
17 Si ha habido sobreabundancia del elemento terroso, el alma del ser viviente
se vuelve entonces obtusa, porque habiéndose espesado los órganos de los
sentidos, no encuentra los poros del cuerpo lo bastante expéditos y carece de
espacio por el que salir, permaneciendo en el interior del cuerpo aislada en sí
misma, trabada por el peso y la densidad de la masa; en cuanto a los cuerpos
son firmes sin duda, pero pesados e inertes, no desplazándose sino contra su
voluntad por impulso del querer.
18 Finalmente, si la condición de todos los elementos en el cuerpo ha sido
proporcionada, el ser viviente se halla entonces equipado con calor para la
acción, ligero para el movimiento, bien templado en relación con las junturas
de los miembros, firme en cuanto a la cohesión.
19 Por lo tanto, en razón de tal plan, todos los seres que han recibido en
participación una mayor cantidad de fuego y de aire se han vuelto pájaros,
eligiendo su morada en lo alto, cerca de los elementos mismos de los que han
salido.
20 Los que han recibido abundante fuego, poco aire, una cantidad igual de aire y
de tierra se han hecho hombres y, en este ser vivo, el exceso de calor se ha
convenido en inteligencia: el intelecto es en nosotros, efectivamente, algo
caliente que no puede consumir, que en todo se insinúa y preside sobre todo.
21 Los que han recibido mucha tierra, mucha agua, una cantidad mediana de aire
y poco fuego, se han hecho cuadrúpedos; por la presencia en ellos de calor, han
nacido más pugnaces que los otros animales.
22 Los que han recibido a panes iguales tierra y agua se han hecho reptiles;
privados de fuego, carecen de audacia y no son de aspecto franco; la parte de
agua que han recibido los ha hecho fríos, la de tierra pesados y entorpecidos, la
del aire ágiles, cuando deciden moverse.
23 Los que han recibido mucha humedad y poca sequedad se han vuelto peces;
privados de calor y aire, son también tímidos; presencia en ellos del elemento
terroso les hacen morar en una mezcla de tierra disuelta en agua, a causa de su
afinidad con estos elementos.
24 Además los cuerpos alcanzan también su estatura en proporción a la parte que
poseen de cada elemento y a la amplitud de dicha parte y los otros animales
han sido medidos respecto a su talla en proporción a su escasa cantidad de
elementos y a la acción propia de cada uno de ellos.
25 Escucha aún, hijo bienamado, lo que digo: en tanto la mezcla formada de tal
combinación de elementos según su ensamblaje original y el vapor exhalado
por esta combinación conservan su individualidad particular, de modo que lo
cálido no reciba añadidura de calor ni el elemento aéreo añadidura del aliento,
ni lo húmedo aumento de humedad, ni lo terroso aumento de densidad, el ser
viviente está entonces, en salud. Efectivamente, hijo mío, cuando estos
elementos no se atienen a las medidas recibidas en el origen sino que se
exceden <o lo tienen de menos> - no estoy hablando de ninguna acción
ejercida por el elemento según su amplitud, ni de variaciones de crecimiento
que se producen en la especie y en los cuerpos individuales, sino de la mezcla
formada de la combinación primigenia de los elementos como hemos dicho -
de modo que lo caliente aumente o disminuya y al igual los otros elementos,
entonces en tales condiciones, el ser viviente está enfermo.
26 Pues cuando lo cálido y el elemento aéreo, estos elementos digo, compañeros
inseparables del alma, han sido dispuestos de esta suerte, entonces el ser
viviente se libra a discursos incoherentes, presa de crisis de delirio, ya que ha
habido espesamiento de elementos, razón por la cual el cuerpo se ve dañado.
27 Pues lo terroso constituye el armazón del cuerpo, lo húmedo es el elemento
fluido esparcido en el cuerpo a fin que las junturas se ajusten bien, lo aéreo es
lo que causa en nosotros el movimiento y el fuego es el que impele a la acción
a todo el conjunto.
28 En una palabra, es como si el aliento cálido, o habría que decir quizás
efervescencia y exhalación, surgido de la ensambladura y mezcla originales de
los elementos, es como si este aliento, sea lo que sea, se hubiese mezclado con
el alma asimilándosela, en algún estado natural en que se halla, bueno o malo.
29 En efecto, en tanto el alma se sujeta a la conveniencia y al comercio que
desde el principio tiene con este aliento, se mantienen en buen orden; pero si
viene a añadírsele desde el exterior, ya sea al conjunto de la combinación o a
una o varias de sus partes, una porción de elementos mayor que la que había
sido establecido, el aliento cálido entonces, sufriendo por ello alteración, altera
a su vez la disposición del alma o del cuerpo.
30 El fuego y el aire, elementos que tienden hacia arriba, corren en lo alto hacia
el alma, cuyo lugar natural es parecido al suyo, lo húmedo y terroso, elementos
que tienden hacia abajo, cargan sobre el cuerpo cuya morada les es semejante".

XXVII
DE HERMES: EXTRACTO DEL DISCURSO DE
ISIS A HORUS

Una refutación, cuando ha sido reconocida como tal, poderosísimo rey, inspira a
aquel que ha sido refutado el deseo de lo que ignoraba antes.

XXVIII

Tales, preguntado sobre cual era el más antiguo de los seres, respondió: "Dios,
pues es el inengendrado".
Sócrates, interrogado acerca de lo que es Dios, dijo: "El inmortal y eterno".
Hermes, interrogado sobre lo que Dios es, dijo: "El Creador del universo, el
Intelecto perfectamente sabio y eterno".

XXIX
DE HERMES

Siete astros de curso dilatado giran en círculo en el umbral del Olimpo, con ellos
el Tiempo infinito prosigue eternamente su marcha: la Luna que ilumina la noche, el
lúgubre Kronos, el dulce Sol, Pafié que aporta el lecho nupcial, el fogoso Ares,
Hermes de alas rápidas, y Zeus, primer autor de todos los nacimientos, de quién ha
salido la Naturaleza. Estos mismos astros han recibido en participación la raza
humana, y en nosotros están la Luna, Zeus, Ares, Pafié, Kronos, el Sol, Hermes. He
ahí porque nuestro sino consiste en hacer nuestro, del aliento etéreo, lágrimas, risa,
cólera, generación, palabra, sueño, deseo. Las lágrimas es Kronos, la generación
Zeus, la palabra Hermes, la cólera Ares, el sueño la Luna, el deseo Citérea, la risa el
Sol: pues por él ríen, con razón, toda inteligencia mortal y el mundo sin límites.

Este libro se acabo de imprimir


El 26 de Septiembre de 1988
en los talleres de
Grafica Mirte,
En la ciudad de Sevilla.
Se hicieron 1.500 ejemplares.
BIBLIOTECA ESOTERICA

Títulos publicados en esta colección.

1. EL LIBRO DE HENOCH. Apócrifo de contenido esotérico. Única versión


existente en castellano realizada sobre la traducción directa del etíope de Francois
Martin.

2. LA GRAN OBRA. Grillot de Givry. Doce meditaciones sobre la vía esotérica al


Absoluto. En apéndice: "La Tabilla de Esmeralda" de Hermes Trismegisto y "Los
colores de la Obra" de Dom Pemety. Primera y única versión castellana.

3. LA SANTISIMA TRINOSOFIA. Conde de Saint Germain. Edición bilingüe


francés-castellano, con el manuscrito e ilustraciones del autor. Primera y única
versión castellana.

4. LA MAGIA DE ARBATEL. Cornelio Agrippa. Los preceptos generales de la


Magia expuestos por una de sus mayores figuras en forma de siete septenarios de
Aforismos. Única versión en castellano.

5. LAS BODAS QUIMICAS DE CRISTIAN ROSENKREUZ. La obras más


significativa de la literatura Rosacruz y una de las más imponentes del esoterismo
occidental. Única edición castellana.

6. LA ENTRADA ABIERTA AL PALACIO CERRADO DEL REY, por Ireneo


Filaleteo. Texto clásico de Alquimia traducido de la edición latina de Du Fresney
(1741) con las variantes de la traducción española de Teófilo (1721) Y de la
Biblioteca de Filósofos Químicos.
7. FAMA FRATERNITATIS, CONFESSIO. Confessio. Junto con “Las bodas
químicas” , forma la Biblia de los auténticos rosacruces. Incluye el penetrante
estudio sobre el famoso Rosacruz Heinrich de Khumrath hecho por Stanislás de
Guaita. Primera y única edición en castellano.

8. EL GENESIS DESCIFRADO. Fabre d'Olivet . Incluye un "Estudió sobre el


triple sentido de las escrituras" por Saint Yves d'Alveydre. Versión bilingüe
hebreo-castellana. Biblia ordinaria y versión hermética cotejadas por versículos.
Una lectura inteligible de los principios cosmogónicos de la cabala de Bereschit.
"He podido abrir este arca santa cerrada a los profanos hace más de tres mil
años", dice el autor.

9. EL SUEÑO VERDE Y LA PALABRA ABANDONADA. Bernardo el


Trevisano. Primera edición castellana de las obras de este adepto contemporáneo
de Flanel y de Basilio Valentín que hizo la Piedra dos veces si hemos de creerle.

10. PROFUNDOS MISTERIOS DE LA CABALA DIVINA. J. Gaffarel. Este


libro del eminente cabalista cristiano Gaffarel, secretario del Cardenal Richelieu,
explica los arcanos de la Cábala, su relación con las doctrinas cristianas, y
defiende esta ciencia de los ataques de sus enemigos.

11. TEOSOPHIA PRACTICA.Johan Gichtel . Compendio práctico-místico-


mágico para un conocimiento gnóstico de Dios, la Sophia y el hombre interior.
Obra principal del gran teósofo de Amsterdam. Se incluyen las láminas de la
edición príncipe.

12. EVANGELIO SEGUN TOMAS. Evangelio apócrifo de contenido gnóstico y


de redacción más antigua que los cuatro evangelios canónicos. Obra
importantísima para conocer aspectos herméticos del cristianismo primitivo.
Versión bilingüe copto-castellana.

13. APOCALIPSIS DE ESDRAS (IV ESDRAS). Apócrifo simbólico y esotérico


prohibido por la Iglesia del siglo XVI. Influenció en los cabalistas Pico della
Mirándola, Blaise de Vegenère. etc.- y a los alquimistas.

14. DE LA EPILEPSIA. Paracelso. La concepción hermética del hombre y del


Cosmos aplicada a la medicina. Medicina íntimamente conectada con la
astrología y basada en las correspondencias entre microcosmos y macrocosmos.

15. LAS ENSEÑANZAS DE JESUCRISTO A SUS DISCIPULOS. Apócrifo


etíope de carácter mágico y cabalístico.

16. EL LIBRO DE LOS SECRETOS DE HENOCH (II HENOCH). Un nuevo


fragmento de la literatura enóica de gran valor y antigüedad, transmitido en
versiones eslavas, que no es una versión más, ignorada. de la conocida versión
etíope de EL LIBRO DE HENOCH.
17. LA PIEDRA FILOSOFAL. Lambsprinck. Considerada una de las obras
maestras de las literatura alquímica. Especialmente apreciada por la belleza de los
grabados que la adornan.

18. LA EVOLUCION PLANETARIA Y EL ORIGEN DEL HOMBRE.


Schuré. Formación de los planetas y el sol por el triple ternario de potencias
suprahumanas. Aparición y evolución del hombre. División en sexos. Lemuria.
La Atlántida (En apéndice: textos completos de Platón sobre La Atlántida;
Hesíodo: combate de los dioses y titanes, mito de Pandora. Heraclito: fragmentos
sobre el fuego

19. DE SIGNATURA RERUM. Jacob Boehme. Primera y única edición castellana


de esta obra capital del gran místico y teósofo alemán. Puerta muy profunda de la
naturaleza eterna y de la naturaleza inicial temporal y de sus estaturas. Analogía
de la Piedra de los sabios para la cura temporal, con la piedra angular de la
sabiduría de Cristo para la cura eterna de la regeneración.

20. POIMANDRES I. Hermes Trismegisto (versión bilingüe). La formación del


universo. El hombre arquetípico. La caída. La humanidad actual. Disolución del
compuesto humano. Ascensión a través de las esferas. Divinización del alma.

21. OBRAS COMPLETAS (Vols. I). Hermes Trismegisto. Versión bilingüe con
texto original de los diversos compiladores griegos y latinos que transcribieron
las obras de Hermes. Anotada. Cartoné (Única edición castellana completa y
fiable).

22. OBRAS COMPLETAS (Vols. II). Hermes Trismegisto.

23. OBRAS COMPLETAS (Vol. III). Hermes Trismegisto.

24. COMO SE ADQUIERE EL CONOCIMIENTO DE LOS MUNDOS


SUPERIORES. Rudolf Steiner. Un manual del gran teósofo que, paso a paso, y
en lenguaje universalmente comprensible, conduce al discípulo por el camino del
conocimiento.

25. EL ROSARIO DE LOS FILÓSOFOS. Anónimo. Clásico de Alquimia


compuesto para los Hijos de la Sabiduría por quien llegó al grado del León
Verde. El camino explicado paso a paso con amplias citas de los clásicos.

26. CRISTIAN ROSA CRUZ. Rudolf Steiner. La personalidad hermética de


Cristian Rosacruz y sus compañeros. En qué consiste su obra y como se realiza.
El trabajo de C.R. y su lugar en la evolución cósmica.
27. LA FILOSOFÍA NATURAL RESTITUIDA. Jean D'Espagnet. La obra
alquimia del Adepto bordelés. Tratado sobre los elementos y el régimen de sus
combinaciones. El macrocosmos y el movimiento de su doble microcósmico.

28. VIRIDARIUM CHYMICUM. Daniel Stolcius. El más completo y didáctico


resumen de Alquimia impreso hasta ahora. 107 grabados comentados por el autor
que explican todas las fases de la Obra. Edición bilingüe latín-castellano.

29. LAS DOCE LLAVES DE LA FILOSOFIA. Basilio Valentín. Incluye De la


gran obra de los Antiguos Sabios. Única edición castellana de esta obra que
iluminó a Fulcanelli.

30. MUTUS LIBER. Altus. Edición original de La Rochelle. 1667.

31. SOBRE LA PIEDRA FILOSOFAL y SOBRE EL ARTE DE LA


ALQUIMIA. Santo Tomás de Aquino. Dos obras hasta hoy desconocidas del
Doctor Angélico en el que expone las enseñanzas de su maestro Alberto Magno y
sus propias experiencias. Prólogo de Grillot de Givry. Primera y única edición
castellana.

32. AESCH MESCHAREF o EL FUEGO PURIFICADOR. Anónimo. Libro


rarísimo solo conocido por la versión latina publicada por Knorr de Rosenroth en
el siglo XVI y por la traducción inglesa de Wynn Wescott, M.B., D.P.H. La
Alquimia, y no solo la metálica, abordada a través de la Cábala. Prólogo de
Sapere Aude. Única edición castellana.

33. EL EVANGELIO DE LOS 12 SANTOS. Evangelio primitivo esenio. El


Evangelio original que los otros copiaron con numerosas variaciones e
importantes omisiones ajustadas al gusto corrompido del mundo, dirigido no a los
paganos sino a los verdaderos seguidores de Jesús. Las enseñanzas iniciáticas del
Jesús el Cristo, transmitidas por vía directa en "sueños y visiones de noche",
claramente expuestas. Primera y única edición castellana.

HERMETISMO HOY

Títulos publicados en esta colección.

1. EL LIBRO DE ORO DE LA ALQUIMIA. Simón H. Un alquimista español


vivo que, por primera vez en la historia, publica las imágenes fotográficas de los
colores de la Gran Obra en el momento de producirse, así como sus calendarios y
regímenes.

2. ENCICLOPEDIA INICIATICA MINIMA. Miguel Saurina Mateu, B.Ph.B.,


N.M.D., A.R.C. Por primera vez, debido al ciclo cósmico de expansión y
apertura que atravesamos, se desvelan algunos secretos iniciáticos hasta ahora
ocultos relativos a los misterios menores.

3. ALQUIMIA ENIGMA DE LOS TIEMPOS. Simón H. Un nuevo trabajo de


este alquimista español vivo que desarrolla sus enseñanzas y explica su misión y
la de la Alquimia en los tiempos actuales.

4. LOS SIETE TIEMPOS DE LA ALQUIMIA. Simón H. El autor expone las


diversas fases de su Obra, sus materias, sus regímenes y tiempos, en magnificas
acuarelas de contenidos simbólicos, a la manera de los antiguos adeptos.
(Colección de nueve laminas sueltas de 19 x 27 cm., a cuatricomía, con breves
versos explicativos detrás, en carpeta de cartón con cintas. Edición numerada de
solo 1.500 ejes).

CLASICOAS ABRAXAS

1. EL ANGEL DE LA VENTANA DE OCCIDENTE. Gustav Meyrink. La vida


del mago, alquimista y cabalista John Dee. La leyenda de Hoël Dät, la magia
negra, la Groenlandia hiperbórea, La Praga de los alquimistas, los seres del astral,
la ascensión en busca de una vida solar contra Isaí-Isis la negra, uno de los
eternos femeninos... Casi todos los temas herméticos tratados en profundidad.

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