Está en la página 1de 14

Trabajo

de
Microbiología

Tema: Nuevo coronavirus Sars_Cov2.Aspectos


epidemiológicos de esta virosis que la hacen persistente y
de difícil control

Autores: Roxana Gutiérrez Martínez


Carina Gutiérrez Martínez
Liliana Hernández Carrasco
Introducción:
Aunque existen registros históricos milenarios de las enfermedades causadas por los virus, la
verdad es que no fueron descubiertos como entidades biológicas hasta finales del siglo XIX. En
1884, el microbiólogo francés Charles Chamberland inventó un filtro con poros de diámetro
inferior al de las bacterias, de manera que este filtro dejaba pasar a los virus, cosa que el propio
Chamberland desconocía.
A mediados del siglo XX, los científicos ya habían desarrollado técnicas para aislar algunos virus.
Sin embargo, su investigación dejó sin detectar muchas cepas: alrededor del 35% de las
personas que acudían a consulta con resfriados tenían virus que los científicos no podían
identificar.
En 1965, Dorothy Hamre, investigadora de la Universidad de Chicago, tomó este punto ciego de
la medicina como un desafío profesional. Y así, mientras estudiaba cultivos de tejidos de
estudiantes con resfriado, descubrió un nuevo tipo de virus, hoy conocido como 229E.
Al mismo tiempo, un grupo de investigadores en Inglaterra, dirigido por el Dr. David Tyrrell,
también aislaron en cultivos de tejidos de pacientes con resfriado común lo que parecía ser un
nuevo tipo de virus. Cuando el equipo de Tyrrell lo examinó bajo un microscopio electrónico,
descubrieron que se parecía a un virus que había sido aislado en la década de 1930 en pollos
con bronquitis y resultó ser un coronavirus, el primero en infectar a los humanos.
Orthocoronavirinae, comúnmente conocidos como coronavirus, es una subfamilia de virus ARN
monocatenario positivos perteneciente a la familia Coronaviridae. Se subdivide en los géneros
Alphacoronavirus, Betacoronavirus, Gammacoronavirus y Deltacoronavirus. Estos incluyen
genogrupos filogenéticamente similares de virus con una nucleocápside de simetría helicoidal
con envoltura cuyos viriones pueden medir entre aproximadamente 50 y 200 nm de diámetro. Su
material genético es el de mayor tamaño dentro de los virus de ARN, con genomas que van
desde los 26 a 32 kilonucleótidos.
En 1968, el término "coronavirus" fue acuñado, basado en cómo, bajo un microscopio
electrónico, su superficie se parecía a la capa externa del Sol, llamada corona. Los coronavirus
pueden infectar aves y mamíferos produciendo una serie de enfermedades respiratorias y
digestivas, muchas de ellas letales trayendo como consecuencia serios perjuicios en la avicultura
y la ganadería; también pueden infectar al ser humano causando enfermedades que van desde
el resfriado común hasta enfermedades más graves, como bronquitis, bronquiolitis, neumonía, el
síndrome respiratorio de Oriente Medio (MERS) y el síndrome respiratorio agudo grave (SARS),
entre otras. La mayoría de las personas se infectan con estos virus en algún momento de su
vida.
Posteriormente vino el brote del coronavirus causante del SARS en el año 2003, que comenzó
en China y finalmente se extendió a 29 países. Aunque finalmente se confirmó que la
enfermedad había infectado a solo 8 096 personas, se le atribuyeron 774 muertes, una tasa de
mortalidad sorprendentemente alta que hizo que los investigadores revisaran esta clase de virus
por segunda vez. Se publicaron varios informes de casos que muestran que 229E podía causar
síntomas respiratorios graves en pacientes con el sistema inmunitario comprometido, aunque
para la mayoría de las personas sanas, su impacto se limita principalmente a un resfriado.
A pesar del intenso escrutinio al que han sido sometidos los coronavirus desde el SARS, todavía
no está del todo claro por qué tres y solo trés coronavirus: SARS-CoV-1, MERS-CoV y SARS-
CoV-2 (la fuente de la pandemia de COVID-19, han provocado síntomas más graves y una
mayor tasa de mortalidad, mientras que los otros cuatro coronavirus humanos conocidos siguen
siendo mucho más leves.
La pandemia de enfermedad por coronavirus de 2019-2020 es una pandemia derivada de la
enfermedad por coronavirus iniciada en 2019 (COVID-19), ocasionada por el virus SARS-CoV-2
coronavirus del síndrome respiratorio agudo grave tipo 2. Se identificó por primera vez en
diciembre de 2019 en la ciudad de Wuhan, capital de la provincia de Hubei, en la República
Popular China, al reportarse casos de un grupo de personas enfermas con un tipo de neumon ía
desconocida. La mayoría de individuos afectados tenían vinculación con trabajadores del
Mercado Mayorista de Mariscos del Sur de China de Wuhan. La Organización Mundial de la
Salud (OMS) la reconoció como una pandemia global el 11 de marzo de 2020.
Hasta el día 21 de septiembre de 2020, se ha informado de más de 31.4 millones de casos de la
enfermedad en 218 países y territorios en el mundo (los cinco países con mayor número de
infectados son Estados Unidos, India, Brasil, Rusia y Perú), con más de 969 000 muertes (los
cinco países con mayor cantidad de fallecidos son Estados Unidos, Brasil, India, México y Reino
Unido), más de 23.1 millones de casos de personas recuperadas (los cinco países con mayor
número de personas recuperadas son India, Estados Unidos, Brasil, Rusia y Colombia) y más de
7.4 millones de casos activos (los cinco países con mayor número de casos activos son Estados
Unidos, India, Brasil, Francia y Rusia).
En la región de las Américas se reportan 537 678 casos confirmados; lo que constituye el 34,4 %
del total de los casos reportados en el mundo con 19 309 fallecidos hasta el 10 de abril de 2020
para una letalidad del 3,59 %; Estados Unidos de América es el país con mayor cantidad de
casos reportados sobrepasando los 501 680 casos confirmados y 18 780 fallecidos.
En Cuba hasta el 10 de abril de 2020 se reportaron 620 casos confirmados con la enfermedad,
16 fallecidos, 77 recuperados, 2415 pacientes ingresados en vigilancia clínico-epidemiológica y
otras 7 128 personas se vigilan en sus hogares, desde la Atención Primaria de Salud.
Debido al reciente surgimiento de esta enfermedad, la situación de alarma mundial y nacional en
que nos encontramos, el incremento constante de casos y muertes, nos planteamos como
interrogante científica ¿Cómo describir las características clínico-epidemiológicas de la COVID
19? y ¿Qué medidas de prevención y control se deben de plantear para evitar su propagación?

Objetivo general:
Describir las características clínico-epidemiológicas del coronavirus SARS- Cov 2, como una
enfermedad emergente.

Objetivo específico:
Plantear medidas de prevención y control para evitar la propagación de esta enfermedad.

DESARROLLO:

El siglo XXI se ha caracterizado desde sus inicios por una problemática de salud que ha afectado
al mundo y Cuba no ha podido escapar de esta situación, que va desde un incremento de la
resistencia microbiana, aumento de las enfermedades oncológicas hasta la aparición de nuevas
enfermedades infecciosas emergentes y reemergentes, como ha sido la aparición de la COVID-
19 a finales del pasado año.

Las enfermedades infecciosas emergentes y reemergentes son desafíos constantes para la


salud pública en todo el mundo. Los casos recientes de neumonía de causa desconocida en
Wuhan, China, han llevado al descubrimiento de un nuevo tipo de coronavirus (SARS-CoV-2),
que son virus de RNA envueltos, comúnmente encontrados en humanos, otros mamíferos y
aves, capaces de causar enfermedades respiratorias, entéricas, hepáticas y neurológicas.4,5

Hasta la fecha, hay seis especies conocidas de coronavirus que causan enfermedades en
humanos. Cuatro de estos (229E, OC43, NL63 y HKU1) causan síntomas comunes de gripe en
personas inmunodeprimidas y dos especies (SARS-CoV y MERS-CoV) causan síndrome
respiratorio agudo severo con altas tasas de mortalidad

Los coronavirus son una extensa familia de virus que pueden causar enfermedades tanto en
animales como en humanos. En los humanos, se sabe que varios coronavirus causan
infecciones respiratorias que pueden ir desde el resfriado común hasta enfermedades más
graves como el síndrome respiratorio de Oriente Medio (MERS) y el síndrome respiratorio agudo
severo (SARS).

¿QUE ES EL SARS-Cov2?

El SARS-CoV-2) es una especie de coronavirus cuya forma es redonda u ovalada y a menudo


polimórfica, tiene un diámetro de 60 a 140 nm, la proteína espiga que se encuentra en la
superficie del virus y forma una estructura en forma de barra, es la estructura principal utilizada
para la tipificación, la proteína de la nucleocápside encapsula el genoma viral y puede usarse
como antígeno de diagnóstico.

¿QUÉ ES LA COVID-19?

La COVID-19 es la enfermedad infecciosa causada por el coronavirus que se ha descubierto


más recientemente. Ambos eran desconocidos antes de que estallara el brote en Wuhan (China)
en diciembre de 2019.

¿COMÓ SE ORIGINÓ EL CORONAVIRUS?

El 31 de diciembre de 2019, la Organización Mundial de la Salud (OMS) recibió reportes de


presencia de neumonía, de origen desconocido, en la ciudad de Wuhan, en China. Rápidamente,
a principios de enero, las autoridades de este país identificaron la causa como una nueva cepa
de coronavirus. La enfermedad ha ido expandiéndose hacia otros continentes como Asia, Europa
y América.

La rápida expansión de la enfermedad hizo que la Organización Mundial de la Salud, el 30 de


enero de 2020, la declarara una emergencia sanitaria de preocupación internacional, basándose
en el impacto que el virus podría tener en países subdesarrollados con menos infraestructuras
sanitarias y la reconociera como una pandemia el 11 de marzo. Hasta la fecha del 10 de abril de
2020 se reportó 182 países con casos positivos de COVID-19, con 1 563 857 casos confirmados
y 95 044 fallecidos para una letalidad del 6,08 %.

CARACTERISTICAS EPIDEMIOLOGICAS

 Fuente de infección
Una incógnita que continúa siendo investigada es el reconocimiento del origen zoonótico de
dicho virus, pero debido a su estrecha similitud con los coronavirus de murciélago, es probable
que estos sean el reservorio primario del virus, pues con la reaparición de esta nueva clase de
coronavirus se realizaron diversos estudios y se descubrió que el 2019-nCoV es un 96 %
idéntico a nivel del genoma a un coronavirus de murciélago, sin embargo otros artículos lo
descartan como posible agente trasmisor.

Las autoridades chinas están llevando a cabo investigaciones para determinar la fuente. Con
respecto a las características epidemiológicas de los casos confirmados de COVID-19 en la
ciudad de Wuhan, China, una cohorte retrospectiva de 41 pacientes demostró que el 66 % (27
pacientes) tenía contacto directo con un gran mercado de mariscos y animales.

Dada la prevalencia y la amplia distribución de los coronavirus en distintas especies animales, su


amplia diversidad genética y la frecuente recombinación de sus genomas es esperable que se
detecten nuevos coronavirus en casos humanos, especialmente en contextos y situaciones
donde el contacto con los animales es estrecho.

 Mecanismo de transmisión animal-humano.

El modo en el que pudo transmitirse el virus de la fuente animal a los primeros casos humanos
es desconocido. Todo apunta al contacto directo con los animales infectados o sus secreciones.
En estudios realizados en modelos animales con otros coronavirus se ha observado tropismo por
las células de diferentes órganos y sistemas produciendo principalmente cuadros respiratorios y
gastrointestinales, lo que podría indicar que la transmisión del animal a humanos pudiera ser a
través de secreciones respiratorias y/o material procedente del aparato digestivo.

 Mecanismo de transmisión humano-humano.

La vía de transmisión entre humanos se considera similar al descrito para otros coronavirus a
través de las secreciones de personas infectadas, principalmente por contacto directo con gotas
respiratorias de más de 5 micras (capaces de transmitirse a distancias de hasta 2 metros) y las
manos o los fómites contaminados con estas secreciones seguido del contacto con la mucosa de
la boca, nariz u ojos.

La transmisión aérea por núcleo de gotitas o aerosoles (capaces de transmitirse a una distancia
de más de 2 metros) no ha sido demostrada para el COVID-19. Sin embargo, se cree que podría
ocurrir durante la realización de procedimientos médicos invasivos del tracto respiratorio e
incluso en su ausencia. Durante el brote de SARS se pudo detectar la presencia del virus en el
aire de habitaciones de pacientes hospitalizados. Recientemente se ha publicado una alta
transmisión intrahospitalaria (40 %) en un hospital de Wuhan, pero la información incluye casos
desde el 1 de enero, cuando el brote estaba en investigación y aún no se había identificado el
agente causal.

Durante la fase sintomática es cuando se produce la liberación máxima de virus por las mucosas
respiratorias, aunque esto también puede darse, en menor medida, en una etapa asintomática o
en el proceso de recuperación.13

La trasmisión a través de las heces es otra hipótesis para la cual no existe evidencia en esta
epidemia hasta la fecha. En modelos animales, se ha detectado tropismo de algunos coronavirus
por las células intestinales. Recientemente se ha detectado la presencia de SARS-CoV-2 en
muestras de heces en algunos pacientes infectados tanto en China como en otros lugares, sin
que se conozca el significado de este hallazgo en cuanto a la transmisión de la enfermedad.

Se confirmó que un hijo de madre con COVID-19 tenía hisopos de garganta positivos después
de 30 horas del nacimiento. Esto sugiere que el nuevo coronavirus puede causar infección
neonatal a través de la transmisión de madre a hijo, pero se necesitan más investigaciones y
evidencias científicas para confirmar de la posible transmisión vertical madre -hijo, tampoco se
ha aislado el virus en el líquido amniótico, la leche materna y los fluidos genitales.

Los autores coinciden en que podrían existir otras vías de transmisión aún desconocidas o
pasadas por alto, por ejemplo, a través de microlesiones en piel o contacto con otras mucosas,
sin embargo, es un hecho que las medidas pertinentes para evitar la propagación de humano a
humano por vía respiratoria han dado buenos resultados.

 Período de incubación

Según los datos preliminares, el período de incubación más frecuente se ha estimado entre 4 y 7
días con un promedio de 5 días, habiéndose producido en un 95 % de los casos a los 12,5 días
desde la exposición. Sin embargo, sobre la base del conocimiento de otros Betacoronavirus,
MERS-CoV y SARS-CoV, y con los datos de los casos detectados en Europa en este brote, se
considera que podría ser desde 1 hasta 14 días. Se informa que un caso tuvo un período de
incubación de 27 días.

La Organización Mundial de la Salud recomienda el aislamiento por 14 días más luego del alta
hospitalaria debido a que últimos estudios han presentado do datos de que se puede trasmitir el
virus después de los primeros 14 días. Lo anterior se pone en evidencia en una publicación de
investigadores chinos, aparecida en febrero que comprobó que el período puede prolongarse
hasta los veinticuatro días.

Según los primeros artículos no existía evidencia respecto a la transmisión a partir de pacientes
asintomáticos o durante el periodo de incubación. Inicialmente se describió un caso de
transmisión a partir de una paciente asintomática en Alemania, si bien posteriormente se
comprobó que la información era incorrecta y ha sido corregida por las autoridades alemanas.

La información referida anteriormente sobre la no trasmisión de los pacientes asintomáticos no


coincide con la opinión de los autores, ya que el desconocimiento del padecimiento de la
enfermedad posibilita su transmisión a partir de la realización de actividades cotidianas y otros
elementos que bajo otras condiciones pueden considerarse normales, como el hecho de
estornudar, tocar superficies y posteriormente tocarse la cara o viceversa, también aquellas
personas jóvenes que padecen de rinitis alérgica o faringitis crónica, cuya sintomatología es
relativamente normal para su patología de base pueden enmascarar la presencia de la
enfermedad, etc.

MANIFESTACIONES CLINICAS DE LA COVID-19

Las principales formas clínicas reconocidas por la OMS son las siguientes:

 Enfermedad no complicada (mínimamente sintomática):

Se presentan signos no específicos como fiebre, tos, dolor de garganta, congestión nasal, ligera
cefalea, malestar general. No hay signos de deshidratación, disnea o sepsis. Los pacientes
ancianos e inmunodeprimidos pueden presentar signos atípicos. Pueden existir manifestaciones
digestivas como náuseas, vómitos y diarreas. Es, en esencia, un cuadro prácticamente
indistinguible de otras afecciones virales respiratorias.

 Infección no complicada de las vías respiratorias bajas no complicada (neumonía ligera):

Además de los síntomas anteriores los pacientes pueden presentar fiebre, puede existir tos, que
puede ser productiva, polipnea, con estertores húmedos (crepitantes), o presentarse como una
neumonía atípica, pero sin signos de gravedad y con una SpO2 con aire ambiental > 90 %. No
existen signos de insuficiencia respiratoria ni de gravedad.

 Neumonía grave:
Presencia de tos productiva, con fiebre, aleteo nasal, taquipnea (frecuencia respiratoria > 30
respiraciones/min, limitación de la expansibilidad torácica, con estertores húmedos (crepitantes),
o presentarse como una neumonía atípica pero con signos de gravedad. Puede existir tiraje
intercostal o supraesternal, cianosis central, con SpO2 con aire ambiental <90 % y dolor
pleurítico. Puede producir y asociarse a un síndrome de distrés respiratorio agudo.

Otras manifestaciones clínicas:

 Manifestaciones neurológicas:

Mareos, cefalea, alteraciones del conocimiento, accidentes cerebrovasculares agudos, ataxia,


convulsiones, alteraciones del gusto, del olfato y de la visión, síntomas de músculos esqueléticos
con dolores de tipo neuropático y, más raramente se han descrito síndrome de Guillian Barré,
encefalopatía hemorrágica necrotizante aguda, mielitis posinfecciosa. También se ha sugerido
que es muy probable que la disfunción ventilatoria de los pacientes no solo tenga su base en las
lesiones pulmonares, sino también en la afectación del centro cardiorrespiratorio en el tallo
cerebral.

 Manifestaciones cardiacas agudas:

Arritmias y lesión cardiaca aguda. Los trastornos que pueden desencadenar complicaciones
cardiacas son: insuficiencia cardiaca de inicio agudo, infarto de miocardio, miocarditis y paro
cardiaco, así como cualquier enfermedad que plantee mayor demanda cardiometabólica a los
pacientes.(37) El daño miocárdico es una complicación frecuente entre los pacientes más graves
por COVID-19. El 50 % de los pacientes hospitalizados tienen una enfermedad médica crónica y
de ellos, el 40 % presentan una enfermedad cardiovascular o cerebrovascular, con aumento de
la actividad inflamatoria sistémica y procoagulante.

 Manifestaciones hematológicas:

Estado de hipercoagulación en pacientes críticos con riesgo de CID y microangiopatía


trombóticas, púrpura trombocitopénica inmunológica, linfohistiocitosis hemofagocítica.

 Síntomas oftalmológicos:

Ojo seco, visión borrosa, sensación de cuerpo extraño, congestión conjuntival.

 Manifestaciones cutáneas (similares a la afectación cutánea que ocurre durante las


infecciones virales comunes):
Erupción eritematosa, urticaria generalizada, vesículas similares a la varicela , erupción cutánea
con petequias, acroisquemia.

 Manifestaciones renales:

Insuficiencia renal aguda, referida en casos críticos, como parte de la disfunción múltiple de
órganos.

 Manifestaciones gastrointestinales:

Diarreas, vómitos, dolor abdominal.

ETAPAS DE LA ENFERMEDAD

Se plantea que la enfermedad tiene al menos dos fases bien diferenciadas. En la primera de
ellas, que suele durar una semana, es el virus el que hace el daño. En la segunda, y esto es lo
que resulta paradójico, es el propio organismo el que complica el cuadro clínico -¿tras haber
aniquilado al virus?-. La incertidumbre sobre si es el virus en sí, o la respuesta del sistema
inmunitario desregulado de la persona, lo que finalmente provoca el daño multiorgánico de un
paciente, dificulta que los médicos determinen cuál es la mejor manera de tratamiento a los
pacientes gravemente enfermos.

Se ha descrito que el coronavirus penetra en el organismo a través de las vías respiratorias altas
donde suele alojarse para dar síntomas parecidos a los de una gripe estacional (tos seca,
molestias de garganta, fiebre, cansancio, malestar general y poco más). En un elevado número
de casos -se calcula que en más del 80 % de los contagiados con síntomas-, la infección no
pasa de este punto y los pacientes acaban curados, algunos incluso pasan la infección en
ausencia de síntomas y solo se enteran cuando un test diagnóstico los da como positivos. En
otro grupo, afortunadamente los menos -porcentaje que varía según los informes-, y que lo
constituyen, sobre todo, personas con deficiencias en su sistema inmunológico de diferentes
causas, quienes llegan a acumular una gran carga viral y altos niveles de copias debido a ello, el
virus desciende por el sistema respiratorio para alojarse en el pulmón, donde atraviesa la barrera
alveolovascular para diseminarse por todo el organismo. Estos son los enfermos que desarrollan
las formas más graves, en los que se incluyen pacientes que requieren cuidados intensivos para
su asistencia, y con una elevada letalidad.
Con la investigación y la minuciosa observación se ha llegado a la explicación de que ante la
agresión viral el sistema inmunitario genera en una segunda etapa y en los grupos de riesgo se
produce una descarga masiva e incontrolada de lo que se ha venido en llamar “la tormenta de
citoquinas”, unas proteínas del tipo de las interleucinas 1, 6 y 8 que, en su “afán por aniquilar al
invasor”, producen una reacción inflamatoria tan desproporcionada que es la que bloquea el
sistema alveolar perpetuando la insuficiencia respiratoria, cada vez más intensa, hasta que
sobreviene el fracaso final.

EVOLUCION DE LA ENFERMEDAD

La Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clínica ha dividido la


evolución de los enfermos en tres fases: la primera se relaciona con el inicio de la infección y la
respuesta viral, va desde el día 1 al día 7 aproximadamente desde el inicio de los síntomas; la
segunda se denomina pulmonar o neumónica, del día 7 al día 10 o 15; y en los que van a la
gravedad, mayores de 65 años y pacientes inmunodeprimidos o con otros factores de riesgo-,
una tercera, hiperinflamatoria, a partir del día 10 a 15. Es muy interesante el hallazgo de que la
positividad del PCR -dado por la mayoría como el “patrón de oro” en el diagnóstico confirmatorio-
depende del momento de la enfermedad en que se realice esta prueba, lo que explica la
existencia de enfermos con PCR negativos.

Dylan Griswold, en un trabajo aprobado para publicación (preprint) en el Journal of Heart and
Lung Transplantation, propone tres estadios de la COVID-19 según severidad, que se
corresponden con hallazgos clínicos, respuestas a los tratamientos y resultados finales. El
estadio I (ligero) se corresponde con una infección temprana, que abarca un período de
incubación asintomático o de síntomas inespecíficos, como fiebre, malestar general y tos seca; el
estadio II (moderado) se presenta con una participación pulmonar, con dos subclases: IIa sin
hipoxia y IIb con hipoxia (oxigenación baja, respiración superficial y disnea); y el estadio III
(grave) tiene como representación una inflamación sistémica con manifestaciones
extrapulmonares, shock, vasoplegia, además de distress respiratorio e incluso fallo
cardiorrespiratorio.

DIAGNOSTICO
En Cuba hasta el momento solo se reportan como casos confirmados a las personas que
presentan una prueba de PCR positiva, el cual es el test más confiable hasta el momento para
determinar la presencia del virus. Este se realiza a los sospechosos sometidos a vigilancia,
cuando presentan síntomas, o aun asintomáticos o presintomáticos, cuando refieren
antecedentes epidemiológicos de interés, como haber sido contactos con casos positivos. Esta
determinación es muy importante desde el punto de vista epidemiológico para valorar la
contagiosidad de las personas, pero hay que tener en cuenta sus limitaciones para el diagnóstico
clínico cuando da resultados negativos en los enfermos pues, aun cumpliendo con todas
prácticas para su realización, su positividad dependerá del momento y de las condiciones
alrededor de la ejecución de la prueba, desde la toma de muestra hasta su informe.

En el caso de los test rápidos de anticuerpos, sus resultados nunca serán positivos hasta
pasados varios días de la infección, cuando se detectan en los infectados valores de IgM primero
e IgG después, como expresión de que las personas han estado expuestas al virus previamente.

En el mundo la polémica continúa sobre la cantidad, el tipo y la pertinencia de realizar las


pruebas diagnósticas, a quiénes realizarlas, en qué momento, la competencia del personal
involucrado de los laboratorios, la sensibilidad y la especificidad de cada una de las
determinaciones, etc. Aquí se entremezclan opiniones técnicas con demandas de personas con
las más variadas formaciones e intereses incluyendo, en otros países, las que tienen beneficios
comerciales, económicos y políticos, pero no es ocioso seguir el debate y formarse una idea
clara sobre ello, pues al parecer en cada país se ha llevado este proceso de forma diferente, lo
que limita mucho las comparaciones.

Estos nuevos conocimientos -aun cuando muchos están dispersos todavía y no siempre
coinciden en todos los trabajos- tienen mucha importancia para el médico asistencial, tanto
desde el punto de vista clínico, como para interpretar el verdadero valor diagnóstico de los
exámenes microbiológicos, de laboratorio clínico e imagenológicos en las diferentes fases, en lo
que se incluyen también elementos de valor pronóstico para indicar tratamientos adecuados en
cada fase, especialmente en los casos que se complican a graves, críticos y fallecen.

HALLAZGOS DEL LABORATORIO

En la serie de casos hospitalizados en Wuhan, la leucopenia y la linfopenia fueron los hallazgos


hematológicos más comunes. Las alteraciones en la coagulación, especialmente del Dímero D y
del tiempo de protrombina fueron más frecuentes en pacientes con mayor gravedad. El 37 % de
los casos también tuvo marcadores positivos de citólisis hepática. La linfopenia severa, el dímero
D elevado y productos nitrogenados elevados fueron marcadores relacionados con la mortalidad.

La OMS publicó varios protocolos para el diagnóstico de la enfermedad para Japón. La prueba
de elección fue la RT-PCR en tiempo real (o retrotranscripción seguida de reacción en cadena de
la polimerasa cuantitativa). Se realizaba en muestras respiratorias o de sangre. Los resultados
estaban disponibles, el 30 de enero, en unas pocas horas o días. La prueba de PCR se puede
realizar porque científicos chinos aislaron y publicaron una secuencia genética del coronavirus.

COMPLICACIONES

No es solo el coronavirus el que provoca el fallecimiento (a los parásitos no les suele interesar
matar a sus hospedadores), sino que, en algunos casos, está también ocasionado por una
respuesta inmunitaria descontrolada (llamada "tormenta de citoquinas") que puede provocar fallo
multiorgánico.25,26)

La investigación clínica encontró que se detecta una alta concentración de citoquinas en el


plasma de pacientes críticos infectados con SARS-CoV-2, lo que sugiere que la tormenta de
citocinas se asociaba con la gravedad de la enfermedad.27

Las complicaciones más frecuentes son neumonía y fallo multiorgánico que en ocasiones
provocan la muerte. Otras posibles complicaciones que se han descrito son síndrome de distrés
respiratorio del adulto, fallo renal, daño pulmonar agudo, choque séptico y neumonía asociada a
ventilación mecánica.16,27
Conclusiones

La COVID-19 está asociada a una alta morbimortalidad en los pacientes de la tercera edad y/o
con presencia de enfermedades crónicas. Se presenta en la mayoría de los casos con un cuadro
clínico correspondiente a una infección respiratoria alta autolimitada; sin embargo, en grupos de
riesgo presenta una rápida progresión a una neumonía grave y fallo multiorgánico, generalmente
fatal. Los pilares más importantes para la prevención de la enfermedad son: tomar las medidas
necesarias para detener la transmisión persona a persona, lograr una atención diferenciada a los
grupos de riesgo, una correcta realización de la historia epidemiológica de pacientes confirmados
con el fin de identificar y neutralizar los focos de propagación y lograr que la población se una al
sistema de salud para combatir esta enfermedad.

Finalmente, en tanto es una enfermedad nueva, y de la que estamos aprendiendo día a día, y
como bien reafirmaba en la conferencia virtual del ALBA-TCP nuestro presidente Miguel Díaz-
Canel, “la realidad que afrontamos requiere solidaridad contra el egoísmo. Estos tiempos difíciles
deben motivarnos a continuar trabajando unidos con más cooperación y concertación”.

También podría gustarte