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LA ESCUELA Y LA ALFABETIZACION DIGITAL

LA ESCUELA ES LA INSTITUCION EUCATIVA HEGEMÓNICA, HE INCORPORA


TODAS AQUELLAS TECNOLOGIAS QUE FAVOREZCAN EL APRENDIZAJE DE LOS
ALUMNOS, TRANSFOEMANDO LA INFORMACION Y LA COMUNICION EN
APRENDIZAJE Y CONOCIMIENTO.
ALFABETIZA EN EL USO Y DOMINIO DE LAS NUEVAS TECNOLOGIAS DEL
ENTORNO SOCIAL.
LA ESCUELA DEBE ASUMIR UN ROL FUNDAMENTAL ES EL ESPACIO DONDE
TODOS PUEDEN ACCEDER AFECTIVAMENTE A LA ALFABETIZACION DIGITAL.
SOCIEDAD DE ALTA COMPLEJIDAD
LA ENSEÑANZA, TIENE LA RESPONSABILIDAD DE DOTAR A LAS NUEVAS
GENERACIONES DE NUEVAS HERRAMIENTAS.
ESTA SE CARACTERIZA POR SER UNA SOSCIEDAD DE LA INFORMACION CON
UNAS FUERTE IMPRONTA VISUAL, QUE REQUIERE, A SU VEZ UNA SERIE DE
HABILIDADES CADA VEZ MAS COMPLEJAS. CON RASGOS ESPECIFICOS:
 EXUBERACION
 OMNIPRESENCIA
 IRRADIACION
 VELOCIDAD
 INTERACCTIVIDAD/UNILATERALIDAD
 MULTILATERALIDAD/CENTRALIDAD
 DESIGUALDAD
 HETEROGENEIDAD
 DESORIENTACION
 CIUDADANIA PASIVA
LAS NUEVAS TECNOLOGIAS COMO FACTOR DE EXCLUSION / INCLUSION
EXCLUSION SOCIAL: IMPIDIENDO A QUIENES TIENEN ACCESO Y DOMINIO DE
ESTAS TECNOLOGIAS.
INCLUSION SOCIAL: BUSCA ACORTAR LA DISTANCIA ENTRE PADRES E HIJOS.
ENTRE CAPACITACION Y EXIGENCIAS EN LOS PUESTOS DE TRABAJO. PERO
TAMBIEN BUSCA FORTALECER EL AUTOESTIMA DE LOS ALUMNOS, Y
FOMENTAR LA EXPRESION DEL POTENCIAL DE DESARROLLO QUE CADA
COMUNIDAD POSEE.
¿Qué es la alfabetización digital?
La alfabetización digital no solo consiste en saber utilizar un aparato digital,
sino también en comprender y aplicar cómo ese uso puede hacer que
nuestra vida mejore o que seamos más productivos y eficientes en ella.
Es un hecho que la aparición de las nuevas tecnologías ha marcado nuevas
diferencias en la sociedad:
De forma económica, ya que no todos los países ni todas las personas tienen
las mismas oportunidades de acceder a la alfabetización digital.
En forma de compresión, ya que unos sí han adaptado sus procedimientos
empresariales a la transformación digital pero otros la han entendido como
una moda pasajera.
Nos encontramos ante una nueva fractura social, cultural, educativa y
económica.
Hay dos grupos perfectamente identificados: los alfabetizados y los
analfabetos digitales y el rápido avance tecnológico ahonda cada día más en
esta diferencia.
Y no me refiero solo a personas, repito... hablo también de empresas (PYMEs
fundamentalmente).
Me gusta la definición que la Wikipedia hace de qué significa la alfabetización
digital:
Es la capacidad para localizar, organizar, entender, evaluar y analizar
información utilizando tecnología digital.
Esta definición implica considerar dos aspectos muy interesantes, los vemos
a continuación:
Por un lado, habla de la capacidad para utilizar la tecnología, es decir un
aprendizaje de uso.
Por otro lado, lo relaciona con la habilidad para comprender cómo utilizarla.
¿Cuál es la alfabetización digital básica que necesitamos?
En un mundo digital, como es en el que vivimos, se hace necesario adquirir
unas habilidades mínimas para poder aprovechar la innovación tecnológica
que nos rodea.
Por eso, tras la definición que acabamos de dar, vemos que son necesarias
unas competencias que debemos adquirir y desarrollar para fomentar el
alfabetismo digital (también llamado tecnológico).
1.- Aprendizaje de uso
Hablamos de las habilidades básicas y necesarias para saber utilizar
dispositivos tecnológicos.
Estas son las semillas que necesitamos regar para hacer crecer la
alfabetización digital.
Un ejemplo muy sencillo sería saber cómo funciona el botón de programar
una publicación en Facebook o cómo enviar un Whatsapp desde el
smartphone.
2.- Comprensión de uso
Damos un paso más allá porque, con esta capacidad, somos capaces de
entender que el uso que le damos a la tecnología puede ayudarnos a
conseguir que nuestra vida mejore o que seamos más productivos y
eficientes en ella.
Siguiendo con el ejemplo del botón de programar de Facebook, comprender
su uso consistiría en saber que podemos dejar las publicaciones programadas
para la hora que más nos convenga, sin necesidad de tener que estar
conectados en ese momento.
Ofrece una mejora en nuestra vida.
3.- Creación de contenidos digitales
El primer paso para avanzar en la alfabetización digital es saber comunicarse
a través de ella.
Por esta razón, creo fundamental poder traducir el aprendizaje y la
comprensión de uso en piezas de contenido que puedan ser transmitidas a
otros.
En este caso, podría ser enriquecer un texto plano con una imagen o un vídeo
y darle una finalidad concreta (para presentar un nuevo producto de una
marca por ejemplo).
A partir de aquí, la carrera del alfabetismo puede crecer tanto como la
tecnología lo permita y en la producción de contenidos digitales, hoy en día
no podemos pasar por alto los que consumimos vía móvil.
¿En qué áreas hay que desarrollar el alfabetismo digital?
Las áreas que tomar como punto de partida son principalmente:
1.- En los niños
La alfabetización digital tiene mucho que ver con el elearning y ello nos lleva
a pensar en cómo enseñar a los niños las destrezas básicas que acabamos de
ver.
Ellos se divierten y se emocionan consumiendo contenidos digitales y,
muchas veces, vemos que los pequeños de la casa se desenvuelven con
mayor facilidad que nosotros navegando por internet.
Si esto ocurre, ¿no será que también necesitamos alfabetizar digitalmente a
muchos adultos?
Las generaciones posteriores a los millennials y ellos mismos, tienen una
buena formación digital, están adaptados porque han nacido y crecido junto
a la innovación tecnológica.
2.- En los adultos
¿Cuántas veces has oído que alguien decía “uy, yo ya no tengo edad para
aprender esas cosas”?
Recuerdo cuando mi padre me pidió que le enseñara a usar una…
¡calculadora!
¿Imagináis mi sorpresa?
Por suerte, muchos tenéis padres que utilizan medios de comunicación
digitales para conversar, aunque ello no cumpla con los 3 requerimientos
básicos del la alfabetización digital.
Sin embargo, también encontramos un número de personas, más alto del
deseable, que están sin un empleo y que se encuentran con dificultades para
reciclarse tecnológicamente.
Es, sin duda, uno de los hándicaps que se encuentran para poder seguir con
su vida normalmente.
La alfabetización digital en la inserción laboral es clave para que las personas
nos adaptemos al entorno digital en que vivimos.
3.- En las empresas
En este post habéis leído que he mencionado varias veces a las empresas y lo
hago porque tan necesario es este aprendizaje digital en las personas como
en las organizaciones.
La alfabetización digital de las empresas es lo que les permite mantener su
competitividad en un mercado global en el que hace mucho que ya no
compiten con sus vecinos de polígono, sino con las marcas de todo el
planeta.
MÁS SOBRE ESTO
Ventaja competitiva y posicionamiento de empresa: Claves de éxito Post
Sergio Salón
¿Por qué hay empresas que siguen sin apostar por su digitalización?
Además de por falta de presupuesto, la transformación digital se aplaza
porque no es prioridad para muchos pequeños y medianos propietarios.
Por poco que hayáis tocado este tema, seguramente os habéis encontrado
con gerentes que son cero digitales pero entienden la necesidad de progreso
y renovación que necesita su empresa.
El problema viene con esos otros que no creen en la alfabetización digital,
esos son los que pierden competitividad cada día que pasa.
Los que no aprovechan la optimización de la producción que la tecnología les
aporta, los que no hacen uso de la comunicación digital para llevar su
producto a un target más amplio y que suelen ser negocios que agonizan.
Las TIC y su inserción en la escuela

Zózima González Martino. Uruguay. IBECIENCIA. Comunidad de Educadores


para la Cultura Científica
Este trabajo procura reflexionar acerca de la importancia de las nuevas
Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) y su impacto en la
escuela. Amores y desamores que produce en sus actores y las
oportunidades que ofrecen para acortar las brechas existentes entre niños y
jóvenes en la sociedad de hoy. La gestión de las TIC, en las escuelas,
constituye por sí misma una línea de acción de las Políticas Públicas.
La presencia de la Ciencia y la Tecnología en la vida cotidiana está cada día
más extendida; de hecho, resulta difícil pensar la sociedad y la educación sin
la presencia de las TIC.
Se entiende por TIC, aquellas tecnologías que tratan del estudio, desarrollo,
implementación, almacenamiento y distribución de la información utilizando
el hardware y el software más adecuados como sistema informático.
Frente al escenario mundial de concentración y exclusión, es vital que estas
nuevas tecnologías y las oportunidades que ellas crean, puedan ser usadas
para reducir la brecha no sólo entre quienes tienen acceso y quienes no lo
tienen, sino entre aquellos que interactúan con los medios y los recursos,
modificándolos e interviniendo activamente con ellos. Una política educativa
tendiente a democratizar la educación, deberá priorizar la inversión en TIC
con criterio de justicia social.
En la agenda de las políticas educativas de los países de América Latina está
presente, cada vez con mayor fuerza, la necesidad de incluir las TIC para
potenciar las estrategias de trabajo docente y enriquecer los aprendizajes de
los alumnos. Se asume el desafío de acelerar, promover e integrar nuevas
formas de alfabetización tecnológica, sin que se acentúe la brecha entre los
sectores sociales que ya recibían una educación devaluada y los que,
mientras tanto, accedían a una educación de excelencia.
La incorporación de las TIC en la sociedad en general- y en la educación en
particular-, se encuentra ligada a políticas de igualdad, y debe ser cuidadosa y
estratégicamente planificada. Es fundamental el papel de un Estado que
aspire a poner al alcance de todos los ciudadanos un uso productivo y crítico
de estos nuevos productos culturales.
Los nuevos escenarios educativos que instauraron las TIC y los medios de
comunicación en la última década sorprendieron a todos los países de
América Latina con esta deuda pendiente: un déficit grave en el acceso
equitativo a una educación de calidad para todos los niños, las niñas y los
adolescentes de la región.
La integración de las TIC en la institución escolar ha sido, es- y
probablemente seguirá siendo-, motivo de debate y de diseño de distintos
escenarios, algunos de los cuales hoy pueden parecer de ciencia ficción. Uno
de los problemas que universalmente ha tenido y tiene que enfrentar la
implementación de las políticas TIC son las resistencias, obstáculos y miedos
que provocan.
Hoy se habla de una educación para todos, a lo largo de toda la vida, a
aprender a aprender; por tanto, el sistema educativo está mandatado a dar
respuestas a una necesaria alfabetización científica – tecnológica y, en
consecuencia, a enseñar a aprender. No es posible pensar en una educación
para toda la vida, que requiere de un aprender a aprender, si no se aprende a
enseñar en esta nueva realidad.
La experiencia internacional y regional en la materia, contribuye a la idea de
que las innovaciones en educación implican cambios estructurales que se
manifiestan tanto a nivel micro (las escuelas, el aula), como a nivel macro (los
sistemas educativos).

Las TIC y el cambio educativo

Las TIC en la educación deben alcanzar rango de una política educativa que
se implemente con criterio de justicia social y que sirva al mejoramiento
progresivo de la calidad educativa. No hay educación sin acceso a
información, ambos derechos básicos de la infancia y de la adolescencia. Que
se hagan efectivos en todos y cada uno de los niños, niñas y adolescentes es
un compromiso que hay que asumir.
En el campo educativo, hay una visualización social creciente que sostiene
que el uso de las TIC llevará a una mejor calidad educativa, atendiendo a las
demandas productivas y del mercado laboral. Es necesario desnaturalizar el
sentido común que sobre ellas se construye y reflexionar sobre el sentido de
la inclusión de las TIC en la educación.
Un cambio de paradigma acompaña a estas nuevas tecnologías de la
información y la comunicación y está operando en el cambio pedagógico,
marcado por un lado por el abandono de la forma vertical de formación
(transferencia vertical de conocimiento) para dar lugar al trabajo
colaborativo en el cual el docente asume un papel de facilitador de un
proceso centrado en el alumno y en su capacidad de descubrir los
conocimientos a su propio ritmo y en colaboración con los demás alumnos.
Los procesos de integración de TIC en la educación deben considerarse para
dimensionar, desde un principio, la complejidad de la tarea a llevar adelante.
Pueden orientarse al desarrollo de distintos aspectos:
* Educativo, en la formación de niños, jóvenes y docentes en nuevos
entornos de aprendizaje y cooperación
* Integración territorial, con el establecimiento de una infraestructura
pública de redes que articulen a la comunidad local en instancias
provinciales, nacionales, regionales y globales;
* Desarrollo social, con la constitución de nuevos espacios y oportunidades
de aprendizaje para distintos públicos a través de la formación continua, de
la recalificación profesional/laboral mediante la educación a distancia y la
formación de comunidades virtuales de aprendizaje;
* Modernización administrativa, informatizando la comunicación, la
administración y la gestión de los organismos centrales, zonales y de las
instituciones escolares.
Un modelo educativo respetuoso de la Convención de los Derechos del Niño,
tendrá que incorporar “la noción de equidad (…) como una estrategia
orientada a la búsqueda de la igualdad a partir del reconocimiento de las
diferencias”.
El artículo 17 de la Convención de los Derechos del Niño reconoce la
importante función que desempeñan los medios de comunicación, al
contribuir positivamente a la realización de los Derechos de los niños, niñas y
adolescentes. Asimismo, es un deber de todos los Estados Parte que han
ratificado la Convención de los Derechos del Niño controlar el material que se
difunda y evitar la exposición de contenidos inadecuados o potencialmente
perjudiciales para la infancia y la adolescencia.
El efectivo cumplimiento del Derecho a la Educación puede fortalecerse
sustancialmente con los avances tecnológicos, a través de entornos de
aprendizaje formal, no formal e informal que una estructura de red (como la
de Internet), facilita.
Es relevante destacar que esto no puede debilitar a la escuela, que constituye
la institución donde niños, niñas y adolescentes deben estar, no sólo para
acceder a información y conocimientos sino para garantizar los procesos de
socialización, inclusión y formación de ciudadanía, en el marco de respeto a
sus Derechos.

Desconectarse en la puerta de la escuela no es una


opción
La tecnología en general y la de la información y de la comunicación en
particular, forman parte de nuestro mundo actual, están entre nosotros y,
guste o no, vinieron para quedarse, con todo lo bueno y con todo lo malo
que pudieran tener; es el punto de partida desde donde tenemos que pensar
qué hacer dentro de la escuela.
La inclusión de las TIC en la educación es sin duda uno de los grandes
desafíos que enfrentamos en este momento de crisis y redefiniciones de
nuestros sistemas escolares. Pueden promover mejoras o pueden ser
inconducentes a los propósitos deseados; todo dependerá, también, de la
planificación estratégica.
En la sociedad del conocimiento, los jóvenes deben ser estudiantes a lo largo
de toda la vida. Esto significa que su formación debe otorgar un énfasis
especial a la construcción de competencias de orden superior; buscar
fuentes, evaluar la relevancia, analizar, sintetizar y reformular información y
datos son competencias críticas para el futuro. La información socialmente
relevante circula por estos canales. El que no domina Internet queda afuera;
por ese motivo, propiciar la universalización del dominio de las TIC forma
parte de un proyecto democrático.
La investigación internacional muestra que las escuelas reciben a menudo la
llegada de las computadoras con una mezcla de miedo y entusiasmo. Tal vez,
ese sea uno de los motivos por los cuales las TIC no han logrado validarse aún
como herramientas importantes en relación con el aprendizaje formal
escolar. Las promesas de cambios rápidos y radicales en educación con TIC
han sido motivadoras para los diseñadores de políticas, pero chocan con la
realidad de las escuelas y de su comunidad, su cultura y sus tradiciones.
Transformar las escuelas a través de las TIC requiere un cambio
organizacional significativo, además de la inversión en infraestructura y la
capacitación de los docentes. Las TIC contribuyen al principio pedagógico de
la prioridad de las competencias frente a los contenidos; vivir en una
sociedad de la información y en una economía basada en el conocimiento
requiere que sus jóvenes posean una amplia gama de competencias TIC para
que puedan participar plenamente como ciudadanos.
Cabe destacar la dimensión social y política de las TIC a partir de sus
potencialidades fundamentales: la posibilidad de mayor autonomía en el
proceso de aprendizaje y en la gestión del conocimiento, en un contexto de
significativa diversidad y de construcción social de dichos conocimientos.
Esas potencialidades responden a los dos pilares fundamentales de la
educación del siglo XXI: “aprender a aprender” y “aprender a vivir juntos”.
Esta problemática puede ser analizada desde dos dimensiones distintas. Por
un lado, todo lo relativo a la brecha digital. Desde este punto de vista,
estamos ante la distribución de un bien que hoy en día define en gran
medida la discriminación y las posibilidades de inclusión o exclusión social.
Por otro lado, nos enfrentamos a la discusión de las TIC como parte del
proceso de enseñanza y aprendizaje. Aún cuando estos dos fenómenos están
estrechamente vinculados, deben ser analizados en forma específica. Si bien
es cierto que la inclusión de las TIC puede modificar el proceso de enseñanza
y aprendizaje, debemos partir de la base de que hoy un ciudadano que no
maneje las nuevas tecnologías de la información, tiene muchísimas
posibilidades de quedar excluido.
La Educación tiene implicancias directas con la posibilidad de ejercer otros
derechos, pero además imprime sus efectos en la pobreza y en la meta de
desarrollo con justicia social que el país quiere alcanzar. La meta de alcanzar
el derecho a una educación de calidad para todos y cada uno de los niños,
niñas y adolescentes constituye un desafío crucial.
Incorporar las TIC no significa necesaria ni automáticamente que se produzca
un cambio en los procesos cognitivos vinculados a la enseñanza y al
aprendizaje. Castells advierte que una de las paradojas de esta sociedad
informatizada es que al mismo tiempo que genera más conectividad, más
red, más capacidad de estar juntos, causa más exclusión, más segmentación,
más fragmentación.
¿QUE ES LA BRECHE
DIGITAL?
La brecha digital hace referencia a la desigualdad entre las
personas que pueden tener acceso o conocimiento en relación a
las nuevas tecnologías y las que no.
Al inicio de las TIC, se creía que existía un cierto retraso en algunos
sectores sociales, colectivos y países, y que éste se superaría con el
tiempo gracias a la mayor disponibilidad de ordenadores y de
conexiones a Internet.
Pero ha pasado el tiempo y estas desigualdades persisten y se
amplían, adoptando nuevas formas. 

Las desigualdades se producen tanto en el acceso a equipamientos


(primera brecha digital) como en la utilización y la comprensión
de las que ya se encuentran a nuestro alcance (segunda brecha
digital).

La tecnología hoy en día se puede considerar como una herramienta


para el desarrollo y avance de la sociedad, además influye en
nuestras vidas en innumerables áreas como medicina, educación,
ocio, hogar…etc.

“Las tecnologías de la información y la comunicación no son


fórmula mágica, pero pueden mejorar la vida de todos los
habitantes del planeta. Disponemos de herramientas para
alcanzar los Objetivos de Desarrollo del Milenio, de instrumentos
que harán avanzar la causa de la libertad y la democracia, y los
medios necesarios para propagar los conocimientos y facilitar la
comprensión mutua “(Kofi Annan, Secretario general de la ONU,
Ginebra 2003 “)
Algunas veces la presencia de la tecnología es más evidente debido a
los cambios y adaptación que implica, como en el caso del cambio a la
TDT (Televisión Digital Terrestre) y otras veces es más transparente a
los usuarios finales, como por ejemplo poder consultar la frecuencia de
paso, en tiempo real, en las paradas del autobús.

ALGUNAS DE LAS VENTAJAS DE ACCEDER A LAS


NUEVAS TECNOLOGÍAS SON

 Acceso a Internet, al conocimiento y a millones de


oportunidades.
 Comunicarse mediante redes sociales y el entorno social media.
 Teletrabajo, darse a conocer a nuevos clientes y las ventajas del
comercio electrónico.
 Conocimiento de la informática y los periféricos que le rodea
para facilitar las tareas diarias.
 Acceso a las Redes de comunicaciones.
 Comprar o vender en cualquier lugar del mundo.
 Tele asistencia o video vigilancia.
 Domótica e informática en el hogar para la accesibilidad de
personas discapacitadas o ancianos.
 Disfrutar de los equipos multimedia de imagen y sonido para el
hogar.
 Aprovechar todos los recursos para la educación.

A menudo nos vemos forzados a hablar con una centralita


inteligente y otros aún podemos elegir caminos que no suponga
un esfuerzo hacer uso de esta tecnología y por lo tanto no nos
haga falta adaptarnos, como cuando hacemos un pedido al
supermercado de forma telefónica en vez de utilizar internet.
El conocimiento de las ventajas de la tecnología permite a los
ciudadanos tomar decisiones más acertadas y en menor tiempo.
Debido a la velocidad y la evolución de las mismas, quienes no
integren estas tecnologías a su vida, corren el riesgo de quedar
colgados permanentemente.

La tecnología nos rodea, nuevos dispositivos electrónicos


y de comunicaciones, internet y la inmensidad de
posibilidades que nos ofrece.
El desarrollo de las nuevas tecnologías también ha hecho que surjan
dos polos que tienen una clara incidencia en el mercado laboral: por
un lado aquellas personas con fácil acceso a estas tecnologías, y
por otro, los que tienen un acceso difícil, costoso y a veces
imposible.

Esta fractura se puede dar en una doble vertiente: entre países, y


entre personas en un mismo país o ciudad. Los países que no sean
capaces de alcanzar un buen nivel de aprovechamiento de las TIC
perderán competitividad. Puede haber situaciones en que la población
tenga acceso pero no sepa cómo utilizarla o por desconocimiento de
las ventajas no las aplique.

Dentro de cada país, la diferencia entre quienes tienen acceso fácil


y quien no, genera una nueva segmentación en el mercado
laboral en el que los primeros tienen privilegios de entrada y
elección del lugar de trabajo.

A menudo las políticas de información y asesoramiento profesional en


esta materia sólo se centran en las medianas y grandes empresas.
Brecha digital
Se entiende por brecha digital la distancia en el acceso, uso y
apropiación de las tecnologías tanto a nivel geográfico, a nivel
socioeconómico (entre quintiles de ingreso) y también en las
dimensiones de género, en articulación con otras desigualdades
culturales, etc. Cabe destacar que la brecha digital está en relación
con la calidad de la infraestructura tecnológica, los dispositivos y
conexiones, el desconocimiento del uso de la herramienta, pero sobre
todo, con el capital cultural para transformar la información circulante
en conocimiento relevante.1
De acuerdo con Eurostat, la brecha digital hace referencia a la
"distinción entre aquellos que tienen acceso a Internet y pueden hacer
uso de los nuevos servicios ofrecidos por la World Wide Web, y
aquellos que están excluidos de estos servicios". 2 Este término
también hace referencia a las diferencias que hay entre grupos según
su capacidad para utilizar las TIC de forma eficaz, debido a los
distintos niveles de alfabetización, carencias, y problemas
de accesibilidad a la tecnología. También se utiliza en ocasiones para
señalar las diferencias entre aquellos grupos que tienen acceso a
contenidos digitales de calidad y aquellos que no.
América Latina se ha convertido en una de las regiones más
proactivas del mundo en relación con la inclusión de tecnología en sus
sistemas educativos. Estas políticas públicas apuntan a mejorar la
inclusión social, la democratización del conocimiento y la reducción de
la brecha digital.3

Historial de la brecha digital


El concepto de brecha digital encuentra su antecesor en el llamado
informe “El eslabón perdido”,4 que se publicó en 1982 por la comisión
Maitland. Este puso de manifiesto las conclusiones sobre la carencia
de infraestructuras de telecomunicaciones en los países en vías de
desarrollo, poniendo como ejemplo el teléfono. El término procede del
inglés digital divide, utilizado durante la Administración Clinton, aunque
su autoría no puede ubicarse con toda precisión. Mientras que en
algunas referencias, se cita a Simon Moores como acuñador del
término, Hoffman, Novak y Schlosser5 se refieren a Lloyd
Morrisett como el primero que lo empleó para hacer referencia a la
fractura que podía producirse en los Estados Unidos entre
"conectados" y "no conectados", si no se superaban las serias
diferencias entre territorios, razas y etnias, clases y géneros mediante
inversiones públicas en infraestructuras y ayudas a la educación. En
todo caso, durante esta administración se dio lugar a una serie de
reportes publicados bajo el título Falling through the Net, en el que se
dejaba evidencia del estado que este fenómeno guardaba en la
sociedad estadounidense a finales de la década de 1990. A partir de
este origen, algunos autores prefieren en español, el término fractura
digital6 o estratificación digital,7 por ser mucho más expresivos sobre lo
que realmente significa. La traducción a otras lenguas latinas, como el
francés, también ha optado por el término de fractura. No obstante, la
mayoría de los autores hispanos se decanta por el de brecha, más
suave y políticamente correcto. Algunas otras expresiones que han
sido usadas para referirse a la Brecha Digital son divisoria
digital,8 brecha inforcomunicacional9 y abismo digital.10
Otros autores extienden el alcance de la Brecha Digital para explicarla
también en función de lo que se ha denominado analfabetismo digital,
que consiste en la escasa habilidad o competencia de un gran sector
de la población, especialmente entre aquellos nacidos antes de la
década de 1960, para manejar las herramientas tecnológicas de
computación y cuyo acceso a los servicios de Internet es por ende
muy escaso.
En palabras de Sullivan (2001)11 la brecha digital se entiende como
“...la distancia existente entre aquellos capaces de usar un ordenador
y aquellos que no...”.

Aspectos teóricos de la brecha digital


Algunos de los primeros autores que abordaron el problema de la
Brecha Digital desde una aproximación sistemática y socialmente
profunda fueron Herbert Schiller12 y William Wresch.13 De manera
general, estos autores planteaban la necesidad de incluir a todos los
sectores de la población en el acceso a la información disponible a
través de las nuevas tecnologías de la información y la comunicación,
así como de las posibles ventajas derivadas de tal acceso.
Para Pippa Norris,14 se trata de un fenómeno que implica tres aspectos
principales: la brecha global (que se presenta entre distintos países),
la brecha social (que ocurre en el interior de una nación) y la brecha
democrática (que se refiere a la que existe entre quienes participan y
quienes no participan de los asuntos públicos en línea).
Otra corriente de investigadores15 se han centrado en aspectos
cuantitativos de la brecha digital, destacando las diferencias
estadísticas en el acceso a las tecnologías de la información y la
comunicación, según un extenso abanico de variables socio-
demográficas entre las que destacan el sexo, la edad, el nivel de
ingresos, la escolaridad, la raza y el lugar de residencia.
Uno de los aspectos más recientes que han sido analizados 16 sobre la
brecha digital, tiene que ver no solamente con el acceso a Internet,
sino con la calidad de dicho acceso y la disponibilidad de conexiones
de banda ancha que permitan acceder a contenidos multimedia en
tiempos y costos adecuados al contexto de los usuarios.
De forma específica, el investigador holandés Jan van Dijk identifica
cuatro dimensiones en el acceso: la motivación para acceder; el
acceso material; las competencias para el acceso; y el acceso para
usos avanzados (o más sofisticados). Plantea que la brecha digital
está en constante evolución, dado el surgimiento de nuevos usos
tecnológicos, que son apropiados más rápidamente por aquellos que
tienen el acceso en forma más permanente y de mejor calidad,
determinado por dicho ancho de banda.17

La brecha digital en el contexto de la sociedad de la


información
Con ocasión de la Cumbre Mundial sobre la Sociedad de la
Información (CMSI) los principales grupos de la sociedad civil dieron
vida a la campaña CRIS (Communication Rights in the Information
Society – Derechos de Comunicación en la Sociedad de la
Información),18 con el objetivo de infundir la agenda de la Cumbre con
cuestiones relacionadas con los medios de gobierno y derechos a la
comunicación.
En la CRIS se ha enfatizado la función de las nuevas tecnologías
como herramientas de comunicación de valores comunes entre
grupos, individuos y organizaciones sociales, criticando una
justificación instrumental de las tecnologías vistas principalmente como
un fin más que como un medio para impulsar un cambio social, una
visión instrumental que no considera ni las barreras culturales y
lingüísticas, ni las relaciones de dependencia y subordinación técnica,
económica y política entre y dentro del Norte y el Sur del Mundo.
La inclusión digital, sostiene este sector de la sociedad civil, hay que
pensarla como un asunto colectivo, no individual, donde los beneficios
sociales hay que verlos en relación a los que se generan para las
comunidades, organizaciones, familias y grupos que sacan provecho
de las tecnologías, aunque no tengan acceso a estas. La eficacia de
las políticas de inclusión digital dependerán de las posibilidades de
integración del conocimiento en los propios objetivos de sus
beneficiarios, considerando que no existe un solo modelo, sino
muchas posibles sociedades de la información y de la comunicación
adaptadas según las diferentes necesidades y objetivos individuales y
comunes de un planeta para nada homogéneo.
Según la Organización Mundial del Comercio (OMC), las nuevas
oportunidades tecnológicas (y del libre comercio a escala global) serán
el motor de una "tercera revolución industrial". Gracias a las TIC, se
sostiene, se podrán anular las brechas de pobreza y de falta de
recursos existentes, confrontándose en el campo de la economía, de
las transformaciones políticas y sociales, de la identidad, en la cultura
y en el poder, modelando nuevas relaciones a escala global.
A través del comercio electrónico y de los e-servicios, de la reducción
de los costos de conexión, mejorando la eficiencia de los gobiernos y
servicios públicos y favoreciendo el rol del sector privado, se creará un
"entorno favorable" para lograr la reducción de las desigualdades entre
y dentro de los Estados, siempre según la OMC.
Algunos autores críticos1920 han señalado que si bien en las grandes
agendas internacionales se enfatizan los grandes beneficios que las
Nuevas Tecnologías pueden tener para los países del Sur, lo que
hasta ahora se identifica con la Sociedad de la Información se muestra
como una invención de las necesidades de la globalización, vista
como un fenómeno neoliberal; un desarrollo que no tiene en cuenta las
necesidades de un Sur, que se encuentra en la parte equivocada de la
brecha digital.
Según esta visión, son los países del Norte los principales propietarios
y beneficiarios de la World Wide Web, así como de la industria
del hardware, del software y de la producción de los contenidos, el
70% en inglés. El Sur permanece excluido, y con ello aumentan las
diferencias sociales regionales, y se impone un modelo de desarrollo
"desde el Norte", a su imagen y semejanza.
Tales voces críticas sostienen que de nuevo se proponen viejas
lógicas que nunca han promovido cambios significativos y que, al
contrario, han dado lugar a nuevas relaciones de dependencia y han
acentuado las desigualdades existentes: el hardware, por ejemplo,
está pensado en Occidente, lo que supone para el Sur nuevas formas
de trabajo, muchas veces femenino e infantil, en las industrias de
ensamblaje, reforzando la destrucción de los lazos sociales y de
economía de explotación y aumentando exponencialmente la polución
tecnológica.
Desde otros contextos, se ha planteado equiparar la existencia de
brechas digitales con aspectos pedagógicos de la formación en todos
los ámbitos. A cada brecha digital debería corresponder una similar
desde la didáctica. A este concepto en construcción se le ha
denominado directamente "brecha didáctica" 21

Cifras en torno a la brecha digital


Según Internet World Stats, en el 2010, de los 1966 millones de
internautas conectados, casi el 63% vive en los países
industrializados, donde reside el 15% de la población mundial.
Mientras que Europa y Estados Unidos suman 501 millones de
usuarios, en todo el continente africano la cifra desciende a 110
millones, y estas diferencias se manifiestan asimismo entre hombres y
mujeres, ciudad o campo, edades, estatus social, paralelamente a las
"brechas" de siempre: el acceso a la sanidad, a la educación, la
mortalidad infantil, el hambre, la pobreza.22
Datos de 2006 de la Unión Internacional de
Telecomunicaciones muestran que mientras el 58.6% de los
habitantes de los países desarrollados tienen acceso a Internet, en
los países en vías de desarrollo apenas el 10.2% de los habitantes
tiene acceso a esta tecnología.23
El informe de SITEAL 2014 para América Latina, fundamentado en la
UIT Unión Internacional de Telecomunicaciones, revela datos de la
penetración de banda ancha fija (2010-2013) con un crecimiento de
5.28% a 7.35%. El informe destaca que este aumento está en pleno
desarrollo en la región conjuntamente con el crecimiento exponencial
de los últimos dos años de la banda ancha móvil que pasó de 9
accesos cada 100 habitantes en 2011 a más de 28 en el segundo
semestre de 2013.24
Es de destacar el crecimiento de la telefonía móvil en la región que se
ha incrementado de 5,26 en el 2011 a 117,72% en el 2014. 24

Estrategias para disminuir la brecha digital


Se ha planteado[¿quién?] la necesidad de estimular no sólo el acceso,
sino también el uso y la apropiación de las nuevas tecnologías, porque
sostienen que éstas efectivamente puedan incidir en los propios
procesos de desarrollo, combatiendo las demás brechas que
subyacen a la digital.
En todo esto, el apoyo en el desarrollo y uso de Software Libre es
fundamental para ayudar a disminuir la Brecha Digital. [cita  requerida]
Sin embargo, algunos trabajos25 han concluido que muchas de estas
iniciativas responden a visiones optimistas sobre el impacto de las
tecnologías de la información y la comunicación en el desarrollo, y
conciben que el problema de la Brecha Digital se resolverá mediante
la introducción de computadores personales con acceso a Internet.
Aspectos como la capacitación de los usuarios y la creación de
contenidos culturalmente adecuados a cada contexto, son
frecuentemente dejados de lado. De forma similar, las comunidades
receptoras en estos procesos de equipamiento tecnológico pocas
veces son tomadas en cuenta, lo que afecta la sustentabilidad a largo
plazo de proyectos de esta naturaleza.
En este sentido, algunos autores plantean que las TIC deberían
proporcionar un espacio de encuentro de una nueva esfera pública,
donde la sociedad civil pueda definirse y comprenderse en su
diversidad y donde las estructuras políticas estén sujetas al debate
público y sean evaluadas por sus acciones, garantizando la
participación de las categorías más excluidas a través de perspectivas
de género, regionales y sociales.26

Críticas hacia el concepto de brecha digital


La brecha digital no es un fenómeno que sea reconocido de forma
unánime. Entre las principales críticas que se hacen, destacan los
hechos por Benjamin M. Compaine,27 quien sostiene que se trata de
un asunto que ha sido objeto de manipulaciones políticas y que las
actuales diferencias observadas en el acceso y uso de las tecnologías
de la información y la comunicación, se salvarán gracias al destacado
impulso de este sector del mercado.
La diferencia social que existe entre aquellas personas que saben
utilizar las TIC y aquellas que no, no siempre es un problema de
posibilidad de acceso e infraestructuras (servicio universal) o
conocimientos previos (alfabetización digital), sino que en la mayoría
de los casos es un problema de actitud personal en lo referido a las
nuevas tecnologías. Es preciso un cambio cultural que implique a
todas las personas sin importar su condición o rango de edad para
poner a su alcance y de forma más intuitiva y “usable” lo que llega, ha
llegado y llegará en un futuro en materia digital.
Pobreza digital
En América Latina se ha desarrollado un concepto alternativo que se
ha denominado “pobreza digital”.2829 No suele aparecer citado en las
discusiones, sino que el más utilizado es “brecha digital”,
generalmente entendida como las desigualdades en el acceso y uso
de TIC a nivel de hogares o a nivel de países, y que es objeto de
medición frecuente. Frente al concepto de brecha, pobreza digital trata
de capturar el nivel mínimo de uso y consumo de los diversos atributos
de las TIC, así como los niveles de ingreso de los pobladores para
hacer efectiva una demanda.
Consecuencias de la brecha digital
Una de las consecuencias de la brecha digital es el rezago, así como
la dificultad que enfrentan las personas para salir de condiciones de
pobreza por tener problemas en la toma de información por la falta de
acceso a nuevos conocimientos lo que lleva a esta parte de la
sociedad a la ignorancia y falta de comunicación social por la
limitación de información que además los limita a actividades
primarias.

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