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MAESTRÍA EN EDUCACIÓN

1° CUATRIMESTRE SISTEMA EJECUTIVO

DOCENTE:
M. F. D. CINTHIA IVETTE SÁNCHEZ OSORIO

ASIGNATURA: SEMINARIO DE TEORÍAS


PEDAGÓGICAS Y CIENCIAS DE LA EDUCACIÓN

ALUMNO:
CARLOS BERROS BERROS

ENSAYO REFLEXIVO

17 de octubre, 2020
Las crisis son inherentes al ser humano en tanto que su humanidad implica
constante cambio. Es una condicionante de la humanidad su crecimiento y en sí
misma esta condición posee un carácter cambiante. Por lo que el ser humano no
puede considerarse estático, su evolución o involución, personal o social, implican
movimiento y transformación, ganancias o pérdidas, subidas o bajadas constantes;
y es en este movimiento perpetuo que las crisis se dan. Ahora bien, si las
sociedades se conforman por seres humanos, bajo este pensamiento las
sociedades también se encuentran en constante cambio, transformación y por ende
en crisis. Por ello, en este trabajo reflexiono sobre la situación actual qué nos
acompleja, tanto a alumnos como docentes.

El mes de marzo del 2020 se convirtió en un mes que México y el resto del mundo
no podrá olvidar debido a la suspensión de clases que ocurrió en casi todo el planeta
como consecuencia directa de la cuarentena a resguardar por el COVID–19, donde
el pánico colectivo, el estrés generado por el confinamiento y el rol de las
instituciones educativas frente al uso de herramientas tecnológicas para crear
ambientes de aprendizaje virtual improvisados, nos lleva a replantearnos el modo y
la forma en que la escuela educa en tiempos de crisis. El cierre de los centros
educativos como parte de las acciones para contener la propagación del virus tiene
a millones de estudiantes sin asistir a los centros de enseñanza, desde preescolar
hasta la educación terciaria. Se prevé que la crisis mundial impactará los procesos
básicos de construcción de capital humano, por lo que se hacen
indispensables políticas para mitigar sus efectos y preservar las trayectorias
educativas en el largo plazo.

Gracias a la necesidad de aislamiento como estrategia primordial para combatir el


virus, sectores sociales, culturales, religiosos y económicos decidieron suspender
sus actividades. El sector educativo es uno de ellos. La crisis actual (para muchos
una oportunidad única) supone un desafío para las instituciones educativas en
pleno. Dicho desafío tiene que ver con las formas como dichas instituciones ponen
en juego la virtualidad. Las universidades y los colegios públicos y privados tienen
el reto de poner a prueba un rasgo especifico que los identifica como instituciones
del siglo XXI, esto es, la virtualidad. La virtualidad tiene que ver con la
implementación de sistemas, ambientes, estructuras y entramados digitales para
continuar siendo operativos. Estamos frente a una oportunidad dorada para que
“todos aprendamos” a interactuar virtualmente en tiempos de crisis.

Es evidente que, a las primeras de cambio, la conectividad juega malas pasadas,


pero es también evidente que se vislumbra un empoderamiento de la misma gracias
a la necesidad de superar las actuales condiciones de aislamiento de toda la
comunidad educativa. Si bien es cierto que estos ambientes virtuales de enseñanza
y aprendizaje permitirán avanzar hacia el cumplimiento de los objetivos
educacionales de las instituciones, también es cierto que se pone en tensión la
efectividad de estas estrategias. Habrá quien piense que lo virtual no tiene nada que
envidiarle a la presencialidad.

En la urgencia del contexto actual, es frecuente que, al proponerle a un docente o


formador dar una clase en línea, inmediatamente piense en cómo trasladar o
adaptar su clase presencial. Sin embargo, la virtualidad tiene características propias
en cuanto a espacios, tiempos, recursos, comunicación e interacción, por lo tanto,
requiere de estrategias de enseñanza diferenciadas.
La educación evoluciona a la par de la tecnología disponible y nos obliga a repensar
los modos en que transmitimos y construimos el conocimiento. Muchas didácticas
que pueden resultar exitosas en el campo de la formación presencial, no son
necesariamente eficaces en lo virtual.

Considero que, en esencia, la presencialidad a diferencia de la virtualidad, goza del


encuentro energético, espontáneo , caluroso y afectuoso de la proximidad humana,
aspectos que, la pandemia utiliza precisamente para expandirse. Al final, lo que se
persigue bajo las estrategias virtuales es ir más allá de una programación curricular
que da cuenta de una serie de servicios educativos por los que el cliente/estudiante
ha pagado previamente. Por otra parte, los beneficios pedagógicos obtenidos bajo
estas circunstancias tendrán que plantearse como debatibles en diferentes espacios
educativos una vez la situación se normalice. Sacar provecho de la crisis para
buscar en nombre de la ciencia, el conocimiento y los asuntos de humanidad,
nuevas formas de entender el mundo que habitamos es perentorio. Gracias a estos
últimos acontecimientos, sabemos que bajo ciertas circunstancias que se presentan
disruptivamente en la cotidianidad, todos gravitamos alrededor de una misma
esfera, todos de pronto somos vulnerables.
La educación es, ante todo, el acto de guiar al individuo hacia el descubrimiento de
los propósitos de su vida. Los intrincados giros de nuestra existencia son en sí
mismos, maestros. Este momento histórico tan particular, debe animar a quienes
están vinculados en el acto educativo a reflexionar profundamente sobre la
circunstancia presente y sus lecciones en todos los ámbitos sociales. como
educadores, hemos de ser empáticos con las vicisitudes ajenas y luchar sin
descanso por erradicar todas las formas de ignorancia.
¿En qué momento la educación debe mostrar su valía como dispositivo pedagógico
de formación y movilización cognitiva que redunde en un verdadero proyecto de
desarrollo humano? Ciertamente, en momentos como los que vivimos actualmente.
Estos son los escenarios en donde las personas apelando a la inteligencia natural
que surge como resultado de haber estado inmersos en procesos formativos sólidos
y pertinentes, asumen ante todo un compromiso con la preservación de la vida
humana y no-humana. Este compromiso no tiene que ver exclusivamente con la
protección y continua generación de renta económica. Tiene que ver también con la
preservación de la salud física, el desarrollo psico-social y la experiencia espiritual.
Siendo así, el aislamiento supone un acto educativo responsable que permite: la
reflexión sobre temas de vibrante actualidad; la necesidad de reinventarnos en
tiempos de tensión mundial; la posibilidad de apelar a la creatividad y la imaginación
para sortear los escenarios más complejos. La historia de la humanidad se ha
escrito a base de superar dificultades. La condición actual no es nada nueva para
nosotros los mortales. Hemos prevalecido sobre la faz de la Tierra como ninguna
otra especie lo ha hecho: Transformando el planeta entero.

REFERENCIAS
La Educación en tiempos de pandemias: visión desde la gestión de la educación
superior. (2020, 11 septiembre). Revista Disruptiva. https://www.disruptiva.media/la-
educacion-en-tiempos-de-pandemias-vision-desde-la-gestion-de-la-educacion-
superior/

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