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Proyecto de trabajo final de Kant.

Por: Andrés Felipe Serrano


Como trabajo final quisiera mostrar cómo Marx en la elaboración del materialismo dialectico tal y
cómo es expuesto en las Tesis sobre Feuerbach, parece enfrentarse a la concepción idealista
kantiana de la relación entre la ley moral y postulación de un mundo suprasensible. En la
elaboración de su versión del materialismo, Marx tiene el objetivo de mostrar cómo la consecución
de un nuevo mundo es posible. En contraste con esto, en la filosofía moral de Kant se establece
también la existencia de un nuevo mundo, pero tan solo se postula como algo que los seres humanos
tienen presente en tanto seres conscientes de que son determinables por una ley moral racional. Es
decir, los seres humanos, gracias a la ley moral, somos conscientes de hacer parte de un mundo
inteligible, en el cual podemos formular nuestras acciones pensando en la posibilidad de que estas
puedan crear un mundo más allá de aquello que nos dictan nuestros sentidos. Esta forma de
entender la acción difiere notablemente de la manera en la que Marx la entiende, en tanto que,
desde un punto de su punto de vista materialista, no se estaría considerando la relación que esta
tiene con el mundo material. Por lo que, al llegar a esta consideración, él sostiene que nuestra
acción depende de las condiciones del mundo, y a sí mismo también puede plantear su
transformación. Lo que supone un cambio fundamental frente a la concepción de la relación entre la
acción y la postulación de un nuevo mundo tal y cómo es expuesta por Kant.
Lo que vemos acá es un contraste entre dos visiones de lo que se puede llamar como un mundo
futuro. Para Kant este mundo es supuesto, pero no se ve como realizable. Se supone en tanto que
nosotros como seres racionales pensamos que, si las acciones de los seres humanos se guiaran por
principios racionales, entonces este parece posible. Mientras que para Marx este nuevo mundo es
factible desde que la materia sobre la que los seres humanos realizan sus acciones tiene sus leyes.
De esta manera se puede ver que la diferencia entre un proyecto y el otro es la inclusión de la
relación entre la acción humana y el mundo material. A mi manera de ver, Marx era consciente de
estar haciendo esta transformación, tal y como podemos intuir cuando sostiene que:
“El defecto fundamental de todo el materialismo anterior -incluido el de Feuerbach- es que
sólo concibe las cosas, la realidad, la sensoriedad, bajo la forma de objeto o de
contemplación, pero no como actividad sensorial humana, no como práctica, no de un modo
subjetivo. De aquí que el lado activo fuese desarrollado por el idealismo, por oposición al
materialismo, pero sólo de un modo abstracto, ya que el idealismo, naturalmente, no conoce
la actividad real, sensorial, como tal” (Tesis I).
Al respecto podemos comprobar que, frente a elaboraciones anteriores del materialismo, él
encuentra en el idealismo, dentro de los que seguramente incluye a Kant, un elemento activo que le
es necesario para reformular los términos del viejo materialismo -el cual tampoco permite pensar en
la creación de un nuevo mundo. Esto puesto que en la filosofía kantiana concibe al sujeto – o a la
subjetividad – como aquel que con su actividad constituye el mundo en tanto fenómenos de su
experiencia. Esta constitución es puramente mental o “ideal”, pero parece que Marx quiere partir de
esta idea y asentarla sobre un trasfondo materialista. Mi objetivo con este trabajo es mostrar cómo,
haciendo hincapié en la manera en la que Marx parece estar trabajando sobre los conceptos
metafísicos supuestos en la filosofía moral kantiana.

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