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Guia de Estudio Sobre Psicobiologia 2
Guia de Estudio Sobre Psicobiologia 2
PROLOGO
Esta guía de estudio es un documento auxiliar importante para el alumno, con la cual
podrá prepararse y continuar sus estudios en estos momentos especiales en que la
epidemia de COVIT-19 afecta al Perú y el mundo. Mediante la guía de estudio que se
presenta el alumno de psicología recibir la información sobre los principales contenidos
de las clases teóricas y desarrollar el trabajo independiente, de forma organizada.
Para que este ejercicio de aprendizaje sea provechoso, algunas respuestas pueden
contener una información, relevante, para completar el proceso educativo. Las
preguntas problemas que presentamos cubren una amplia variedad de aspectos
neuroanatómicos y clínicos. Se espera que esta muestra permita al estudiante hacerse
una idea adecuada de como la información sobre neurociencia básica se relaciona con
una serie de temas importantes.
ORIENTACIONES ORGANIZATIVAS
Diencéfalo:
generalidades. Situación.
Porciones. Tálamo.
Importancia de la
integración de las
funciones aferentes y de
los sistemas motores.
10 Conexiones. Núcleos de Teoría.
proyección específica del
tálamo. Epitálamo:
estructuras que lo
conforman. La epífisis y su
significación funcional.
Diencéfalo: situación.
Porciones. Tálamo.
Relación con los
ventrículos. Núcleos del
tálamo y sus conexiones.
Epitálamo. Situación.
Estructuras que lo Seminario.
conforman. Importancia
de la epífisis.
Hipotálamo: situación.
Funciones hipotalámicas.
Principales núcleos
hipotalámicos. Los
cuerpos mamilares y su
relación con las funciones
olfatorias y los circuitos
emocionales. Sistema
11 porta-hipotálamo- Teoría.
hipofisario. Regulación de
las funciones autónomas,
temperatura, ingestión de
alimentos y líquidos.
Expresión, motivación,
sueño y vigilia.
Hipotálamo: situación.
Porciones. Estructuras que Seminario
lo constituyen. Núcleos
reguladores de las
funciones vegetativas. Los
cuerpos mamilares y su
significación funcional.
Sistema hipotálamo-
hipofisario. Expresión
emocional, motivación,
sueño y vigilia.
12 Teoría.
Telencéfalo:
generalidades.
Hemisferios cerebrales. La
corteza cerebral. Surcos y
giros de la cara supero-
lateral, cara medial y cara
inferior. Significación
funcional de las áreas de
la corteza cerebral.
Rinencéfalo. Núcleos
basales de los hemisferios
cerebrales. Sustancia
blanca de los hemisferios Seminario.
cerebrales.
Telencéfalo: hemisferios
cerebrales. Surcos y giros
de la cara supero-lateral,
cara medial y cara inferior
del cerebro. Significación
funcional de áreas de la
corteza cerebral.
13 Rinencéfalo. Núcleos Teoría.
basales. Sustancia blanca
de los hemisferios
cerebrales. Importancia
del cuerpo calloso y del
fornix.
Sistema límbico:
generalidades. Concepto.
Funciones que controla.
Estructuras nerviosas
subcorticales que lo
conforman. Corteza
límbica. Componentes
funcionales del sistema
límbico. La función
olfatoria y su influencia en
las funciones límbicas. La
función de la amígdala. El
hipocampo y los procesos
de la memoria. Estudios
experimentales y la
experiencia cínica en
humanos y la memoria. El
sistema neurohipofisario.
Estrés y sistema límbico.
Sistema límbico: funciones
que controla. Estructuras
subcorticales y corteza
límbica. La función
olfatoria y su influencia en
la función límbica.
Aspectos emocionales del
olfato.
Los procesos de la
memoria. Estrés y sistema
límbico. Trastornos del
sistema límbico.
Vías nerviosas
ascendentes:
generalidades. Vías,
termoalgésica, tacto
superficial, tacto
profundo, propioceptivas
consciente e inconsciente.
Vías nerviosas:
termoalgésica, tacto
superficial, tacto profundo
y porpioceptivas
consciente e inconsciente.
Vías visual, auditiva,
olfativa y gustativa.
Vías nerviosas
descendentes:
generalidades. Vía
piramidal. Localizaciones
de las neuronas central y
periférica. Exploración
física y lesiones
frecuentes.
Vías nerviosas
descendentes:
generalidades. Vía
piramidal. Exploración
física y lesiones
frecuentes.
Vía extrapiramidal:
localizaciones de las
neuronas central y
periférica. Trastornos
frecuentes (enfermedad
de Parkinson,
hemibalismo y Corea de
Huntington).
Vías motoras cerebelosas
y vía córtico-ponto-
cerebelosa.
Vía extrapiramidal:
trastornos frecuentes y
exploración física.
Vías motoras del cerebelo
y vía córtico-ponto-
cerebelosa.
Sistema nervioso
autónomo: funciones que
controla. Enfermedades
psicosomáticas. Efectos de
la estimulación simpática
y parasimpática.
Diferencias entre el arco
reflejo somático y visceral.
Mediadores químicos.
Sistema nervioso
autónomo: funciones que
controla. Enfermedades
psicosomáticas. Efectos de
la estimulación simpática
y parasimpática. Arcos
reflejos somático y
visceral. Mediadores
químicos.
V. SISTEMA DE EVALUACION
PROMEDIO FINAL DEL CURSO: se obtendrá del promedio entre las tres
unidades didáctica. A las unidades I y II les corresponde el 30% y a la unidad
III el 40%.
EXAMEN DE REZAGADOS:
VI. BIBLIOGRAFIA:
SEMANA 1
Sumario:
Tareas y orientaciones:
AUTOEVALUACION
PREGUNTA:
o ¿Qué trastorno presenta esta paciente?
o ¿Qué neurotransmisor puede estar disminuido en este trastorno
del sistema nervioso?
SEMANA 2
Sumario:
Tareas y orientaciones:
AUTOEVALUACION
SEMANA 3
Sumario:
Tareas y orientaciones:
AUTOEVALUACION
SEMANA 4
TITULO: Cerebelo.
Sumario:
Tareas y orientaciones:
AUTOEVALUACION
SEMANA 5
Sumario:
Tareas y orientaciones:
AUTOEVALUACION
SEMANA 6
Sumario:
Tareas y orientaciones:
AUTOEVALUACION
1. ¿En qué porción del tronco encefálicos e localizan los núcleos de origen real del
nervio facial?
2. ¿Cuáles son y cómo se clasifican los núcleos de origen real den nervio facial?
3. ¿Cuál es el territorio de inervación de las fibras nerviosas que parten del núcleo
motor somático del nervio facial?
4. ¿Qué glándulas salivales inervan las fibras procedentes del núcleo salivatorio
superior?
5. ¿Qué ganglio sensitivo recibe fibras del nervio facial?
6. Mencione dos ramas que emita el nervio facial en su trayectoria intrapetrosa.
7. ¿Qué nervios craneales el que con mayor frecuencia se paraliza?
8. ¿Cuáles son y cómo se clasifican los núcleos de origen real del nervio
glosofaríngeo?
9. ¿Cuál es el territorio de inervación de las fibras que parten del núcleo
salivatorio inferior?
10. ¿Cuál es el territorio de inervación de las fibras que parten del núcleo ambiguo
en relación al nervio glosofaríngeo?
11. ¿En qué ganglio parasimpático hacen sinapsis las fibras del núcleo salivatorio
superior?
12. ¿En qué ganglio parasimpático hacen sinapsis las fibras que parten del núcleo
salivatorio inferior?
13. ¿Cuál es el territorio de inervación sensitivo del nervio glosofaríngeo?
14. ¿Cuáles son y cómo se clasifican los núcleos de origen real del nervio
neumogástrico?
15. ¿Cuál es el territorio de inervación de las fibras que parten del núcleo dorsal del
vago?
16. ¿Cuáles on las ramas más importantes del nervio neumogástrico al entrar a la
cavidad torácica?
17. ¿Qué nervio controla la motilidad intestinal?
18. Diga dos signos que pueden observarse en la lesión del nervio glosofaríngeo.
19. ¿Qué signos clínicos se observan en las lesiones de los nervios recurrentes?
20. Explique el origen real del nervio accesorio.
21. ¿Cuál es el territorio de inervación del nervio accesorio?
22. ¿Cuál es y cómo se clasifica el núcleo de origen real del nervio hipogloso?
23. ¿Cuál es el territorio de inervación del nervio hipogloso?
24. Un hombre de 50 años de edad refiere dolor intenso en el oído y la garganta. El
dolor es episódico y aparece al deglutir, masticar, toser o reír. El reflejo
nauseoso (faríngeo) está ausente, hay analgesia y anestesia en la región
amigdalina y disfagia. ¿Cuál es el nervio craneal cuya lesión provoca estos
trastornos neurológicos?
a) Facial.
b) Trigémino.
c) Glosofaríngeo.
d) Hipogloso
e) Neumogástrico.
25. Una mujer de 30 años de edad se lesioné el cuello en u accidente
automovilístico. En la exploración clínica tuvo dificultad para girar la cabeza
hacia el lado opuesto de la lesión. También se apreció el hombro caído. ¿Cuál
es el nervio craneal que posiblemente esté afectado?
a) Neumogástrico.
b) Hipogloso.
c) Glosofaríngeo.
d) Accesorio.
e) Abductor.
26. El músculo estapedio (del estribo) que mueve al huesecillo estribo recibe
información del nervio:
a) C-2 y C-3.
b) Glosofaríngeo.
c) Facial.
d) Hipogloso.
e) Trigémino.
27. Una mujer de 70 años de edad acude al médico de cabecera y le explica que la
comida se le resbala por la boca cuando come. La exploración física reveló
debilidad unilateral de los músculos alrededor del ojo y de la boca. La
tomografía computarizada reveló un área infartada en la porción lateral del
puente (protuberancia). ¿La afectación de qué núcleo de un nervio craneal
explicaría la debilidad muscular experimentada por esta paciente?
a) Abductor.
b) Motor del facial.
c) Hipogloso.
d) Motor del trigémino.
e) Ambiguo.
28. ¿Qué signos clínicos pueden observarse en la lesión del nervio hipogloso?
29. ¿Qué síntomas y signos pueden observarse en la lesión del nervio
vestíbulococlear?
30. ¿Por qué se caracteriza la enfermedad de Méniere?
SEMANA 7
TITULO: DIENCEFALO
Sumario:
1. Diencéfalo: Situación. Límites. Porciones. Relaciones.
2. Tálamo: Situación. Importancia funcional. Núcleos de proyección específica.
Aferencia. Proyecciones. Importancia de la integración de las funciones
aferentes y de los sistemas motores.
3. Epitálamo: Situación. Estructuras que lo forman. Situación e Importancia de
cuerpo pineal.
4. Métodos diagnósticos y afecciones más frecuentes del tálamo encéfalo.
Tareas y orientaciones:
SEMANA 8
Sumario:
1. Hipotálamo: Situación. Porciones. Estructuras que lo forman. Funciones
hipotalámicas. Principales núcleos y funciones.
2. Los cuerpos mamilares y su relación con las vías olfatorias y circuitos
emocionales.
3. Los núcleos hipotalámicos y el control de las funciones vegetativas.
4. El sistema hipotálamo-hipofisario.
5. Regulación de la temperatura corporal.
6. El problema de la localización de las funciones hipofisarias en el
hipotálamoExpresión emocional, motivación, sueño y vigilia.
7. Métodos diagnósticos y afecciones frecuentes del hipotálamo y del tercer
ventrículo.
Tareas y orientaciones:
AUTOEVALUACION
1. ¿Cuál es el límite superior del diencéfalo?
2. ¿Qué estructuras del sistema nervioso se localizan lateralmente al diencéfalo?
3. ¿Cuáles son las porciones del diencéfalo?
4. ¿Cuáles son las porciones del talamoencéfalo?
5. ¿Qué estructura limita lateralmente al diencéfalo del telencéfalo?
6. ¿Qué estructura del sistema nervioso central constituye el último eslabón de las
vías aferentes en su recorrido hacia La corteza cerebral?
7. ¿Cuáles son los núcleos de proyección específica del tálamo?
8. ¿Qué núcleo de proyección del tálamo pertenece a la vía visual?
9. ¿Qué núcleo de proyección del tálamo pertenece a la vía auditiva?
10. ¿Qué información recibe el núcleo ventro-postero-lateral del tálamo?
11. ¿Qué información recibe el núcleo ventro-postero-medial del tálamo?
12. ¿De dónde recibe información el núcleo anterior del tálamo?
13. ¿Qué enfermedad del sistema nervioso produce la lesión del núcleo
subtalámico?
14. ¿Qué estructuras conforman al epitálamo?
15. ¿Qué hormona produce el cuerpo pineal?
16. ¿Qué glándula endocrina controla los ritmos circadianos?
17. ¿Qué estructuras conforman la porción óptica del hipotálamo?
18. ¿Qué estructuras conforman la porción olfatoria del hipotálamo?
19. ¿Cuál es la importancia de la glándula hipófisis?
20. Mencione dos núcleos anteriores del hipotálamo.
21. ¿Qué hormona produce el núcleo arcuato?
22. ¿Qué tipo de efecto produce la estimulación del núcleo paraventricular?
23. ¿En qué parte del hipotálamo se localiza el centro del hambre?
24. ¿Qué estructura atraviesa la cavidad del tercer ventrículo?
25. ¿Qué estructuras forman la pared anterior del tercer ventrículo?
26. ¿Qué estructuras forman las paredes laterales del tercer ventrículo?
27. ¿En qué pared del tercer ventrículo se localiza el plexo coroideo?
28. ¿Cuál es la comunicación del tercer ventrículo con los ventrículos laterales?
29. ¿Cuál es la comunicación del tercer ventrículo con el cuarto ventrículo?
30. Una mujer de 40 años de edad sufrió un accidente de tránsito en el que sufrió
graves lesiones craneales. Desde que fue dada de alta en el hospital, sin ningún
síntoma residual. Seis meses después, la paciente empezó a quejarse de micción
nocturna frecuentes, con emisión de grandes cantidades de orina clara.
También refería que siempre tenía sed, y que bebía alrededor de 10 vasos de
agua en una mañana.
PREGUNTA:
o Utilizando sus conocimientos de neuroanatomía y
neurofisiología. ¿Cree usted que exista alguna conexión entre los
síntomas urinarios y el accidente de automóvil?
o Los síntomas que refiere esta paciente; ¿Con qué trastorno del
hipotálamo podrían estar relacionados?
o ¿Qué núcleos hipotalámicos pueden estar afectados en una
lesión del lóbulo posterior de la hipófisis?
o
SEMANA 9
TITULO: TELENCEFALO
Sumario:
1. Telencéfalo: Generalidades.
2. El palium.
3. Disposición de la sustancia gris y blanca del cerebro.
4. Surcos y giros de la corteza cerebral.
5. Significación funcional de áreas de la corteza cerebral.
6. Métodos diagnósticos y afecciones más frecuentes del cerebro.
Tareas y orientaciones:
AUTOEVALUACION
1. ¿Cuáles son las estructuras interhemisféricas?
2. ¿Cuáles son los surcos y giros del lóbulo frontal?
3. ¿Cuáles son los surcos y áreas de la corteza cerebral del lóbulo parietal?
4. ¿Cuáles son los surcos y áreas de la corteza cerebral de la cara medial del
cerebro?
5. ¿Dónde se localiza el lóbulo de la ínsula?
6. ¿Cuántas capas forman a la corteza cerebral?
7. ¿Dónde se localiza el área motora primaria?
8. ¿Dónde se localiza el homúnculo motor?
9. ¿Dónde se localiza el homúnculo sensitivo?
10. ¿Dónde se localiza el área sensitiva primaria?
11. ¿Dónde se localiza la corteza visual?
12. ¿Dónde se localiza la corteza auditiva?
13. ¿Dónde se localiza la corteza olfatoria?
14. ¿Dónde se localiza la corteza gustativa?
15. ¿Cuáles son los centros del lenguaje y donde se localizan?
16. Mencione a los núcleos grises de los hemisferios cerebrales.
17. ¿Cuál de los núcleos grises de la base del cerebro se localiza en el lóbulo
temporal?
18. ¿Qué tipo de fibras nerviosas forman a la cápsula interna?
19. ¿Qué tipo de fibras nerviosas forman a la cápsula externa y a la cápsula
extrema?
20. ¿Qué tipo de fibras nerviosas forman al cuerpo calloso y al fornix?
21. ¿Qué estructuras del sistema nervioso forman la porción central del
rinencéfalo?
22. ¿Qué origina la lesión de la corteza motora primaria?
23. ¿Qué funciones integra el lobulillo parietal superior?
24. Mencione tres movimientos anormales espontáneos.
25. ¿Qué trastornos originan las lesiones de los núcleos grises de la base de los
hemisferios cerebrales?
26. La afasia de Broca con frecuencia se relaciona con:
a) Lesión del surco calcarino.
b) Alucinaciones auditivas.
c) Lesión del giro temporal superior.
d) Lesión del opérculo frontal.
e) Lesión del giro postcentral.
27. La afasia de Wernicke con frecuencia se asocia con:
a) Lesión en el opérculo frontal.
b) Lesión del giro precentral.
c) Lesión del giro temporal superior.
d) Lesión del giro postcentral.
e) Lesión del giro del hipocampo.
28. Una mujer de 45 años de edad que tuvo un accidente cerebro vascular
refiere debilidad en el brazo y parte inferior de la cara en el lado derecho.
Su lenguaje presenta los siguientes trastornos: lento, trabajoso, disártrico,
telegráfico y mal repetición. ¿Cuál es el tipo de afasia que más se ajusta a
estos hallazgos?
a) Afasia de Broca.
b) Afasia de conducción.
c) Afasia transcortical motora.
d) Afasia transcortical sensorial.
e) Afasia de Wernicke.
29. ¿Qué núcleos de sustancia gris forman el cuerpo estriado?
30. ¿Qué núcleos basales de los hemisferios cerebrales forman el núcleo
lenticular?
SEMANA 10
Sumario:
Tareas y orientaciones:
AUTOEVALUACION
SEMANA 11
Sumario:
Tareas y orientaciones:
AUTOEVALUACION
SEMANA 12
Sumario:
Tareas y orientaciones:
AUTOEVALUACION
Sumario:
Tareas y orientaciones:
SEMANA 14
Sumario:
1. Vía visual.
2. Vía auditiva.
3. Vía gustativa.
4. Vía olfativa.
Tareas y orientaciones:
SEMANA 15
Sumario:
Tareas y orientaciones:
1. Para preparar este seminario es necesario estudiar los aspectos generales sobre
el sistema nervioso relacionados con las vías eferentes. Se deberá comenzar
por definir el concepto de vía nerviosa, luego precisar la importancia del uso,
de algunas invariantes, metodológicas, que ayudarán al estudiante a describir a
las principales vías motoras. Por ejemplo, las localizaciones de las neuronas
centrales y periféricas, tipos de tractos que llevan la información eferente y los
lugares de decusación de los mismos. Se recomienda que el estudiante
reproduzca mediante esquemas los aspectos anteriormente mencionados.
Consulte la literatura sobre vías motoras que aparece en el anexo de la guía de
estudio.
2. Los aspectos conceptuales sobre las vías eferentes deben ser tratados con gran
atención, pues constituyen la base esencial de las características particulares.
Así los conceptos de neurona central, neurona periférica, haz, tracto,
decusación deben ser dominio de los estudiantes. Consulte la literatura sobres
vías eferentes que aparece en el anexo de la guía de estudio.
3. El estudiante debe saber explica lo que se entiende por sistemas motores y
describir la organización general del sistema piramidal, destacando la
significación funcional. Debe saber relacionar aquellos centros nerviosos que
participan en este sistema: la corteza cerebral, núcleos motores de los nervios
craneales y espinales. Observe las figuras del atlas de neuroanatomía
(figuras763, 789, 791 y 792).
4. Describir el concepto y los componentes del sistema piramidal. Debe precisar la
situación del a corteza motora primaria, así como el trayecto de los distintos
tractos (corticonuclear y corticoespinales). Los detalles anatómicos sobre la
cápsula interna y hacer referencia sobre los aspectos clínicos relacionados con
la misma. Se puede emplear un proceder problémico para la explicación del
trayecto, en relación con los diferentes tipos de lesiones. Deberá precisarse la
importancia de la decusación piramidal y su significación clínica. La explicación
puede hacerse mediante esquemas en la pizarra, diapositivas o maquetas, para
aportar un mayor dinamismo en la exposición. Se pueden proyectar
diapositivas y videos sobre lesiones de la vía piramidal, para acercar al
estudiante a la realidad anatómo-clínica en forma más objetiva. Observe las
figuras del atlas de neuroanatomía (figuras 791 y 792). Consulte la literatura
sobre la vía piramidal que aparece en el anexo de la guía de estudio.
5. Los estudiantes pueden confeccionar una maqueta sobre la vía piramidal,
representando las localizaciones de las neuronas central y periférica, los
tractos, sus decusaciones y órganos efectores. Observe las figuras del atlas de
neuroanatomía (figuras 789, 791 y 792).
6. Deben prepararse los distintos aspectos de este seminario teniendo en cuenta
de usar láminas anatómicas, diapositivas modelos, etc. Así como durante las
exposiciones el alumno debe prepararse para utilizar correctamente la pizarra,
haciendo esquemas o dibujos, que ilustre lo que se está hablando. Recuerde
que un aspecto importante del seminario es la forma y la organización, junto
con la amplitud, veracidad y profundidad del contenido.
7. El alumno debe incluir en su exposición preguntas problemas, con el objetivo
de lograr mayor grado de motivación y profundidad. Recuerde la importancia
que tiene el conocimiento anatómo-funcional de este sistema en la
interpretación de las lesiones nerviosas. Destacar la importancia de los medios
diagnósticos sobre el estudio de los trastornos de las vías motoras.
SEMANA 16
Sumario:
1. Sistema extrapiramidal.
2. Vía Córtico-Ponto-Cerebelosa.
3. Vías motoras cerebelosas.
4. Afecciones frecuentes y métodos diagnósticos.
Tareas y orientaciones:
SEMANA 17
Sumario:
Tareas y orientaciones:
AUTOEVALUACION
ANEXO
INTRODUCCION
Hoy día, con relación al desarrollo de las investigaciones científicas sobre el control de
los procesos complejos, la actividad del encéfalo se determina con frecuencia como la
transformación original de la información. Al cerebro, a través de los receptores y los
nervios sensitivos, llegan las señales sobre todos los cambios en el medio externo que
influyen en nuestro organismo y sobre todos los procesos que tienen lugar en el propio
organismo. Estas señales se someten a la transformación en los centros nerviosos del
cerebro. Se comparan las señales obtenidas con la información anterior sobre cambios
similares que se conservan en el cerebro en forma de huellas de la memoria y se
elabora el plan de acción de respuesta. El resultado final de la elaboración de la
información se transmite por el principio del enlace directo, a partir de centros
reguladores del cerebro por los nervios motores a los órganos reguladores del trabajo
(músculos estriado esquelético, músculo liso y músculo estriado cardíaco), y provoca el
cambio reflejo de su actividad. En el proceso de la realización de la función de los
órganos de trabajo, se establece también la comunicación inversa desde los órganos,
por los nervios sensitivos, se transmite la información sobre el éxito, de la acción
realizada. Gracias a la información recibida desde los órganos de trabajo, los centros
reguladores del cerebro realizan el control de la actividad de estos órganos y en caso
necesario los cambios en el sentido debido.
Esto último ocurre en el estadio de siete pares de somitas y la fusión comienza al nivel
cuarto par de somitas. Esta soldadura progresa en sentido cefálico y caudal quedando
el tubo neural abierto en sus dos extremos, recibiendo el nombre estas aberturas, de
neuroporo anterior y neuroporo posterior. El cierre del neuroporo anterior se realiza
en el estadio de 20 somitas (25 días) y del neuroporo posterior en el estadio de 25
somitas (27 días). Durante el cierre del tubo neural hay un grupo de células de los
pliegues neurales, que quedan situadas entre el tubo neural y el ectodermo, formando
inicialmente un cordón celular dispuesto longitudinalmente, que luego se divide en
dos grupos celulares que se desplazan lateramente y ventralmente para formar la
cresta neural.1
La mayor parte del tubo neural se transforma en médula espinal. El extremo craneal
ensanchado del tubo neural forma el encéfalo. Esta porción del tubo neural sufre dos
constricciones que la divide en tres vesículas encefálicas primarias, denominadas:
Telencéfalo.
Diencéfalo.
Mesencéfalo.
Metencéfalo.
Mielencéfalo.
La cavidad del tubo neural al nivel de la médula espinal, recibe el nombre de conducto
ependimario o conducto central, y se continúa con la luz de las vesículas encefálicas,
recibiendo el nombre al nivel romboencéfalo de cuarto ventrículo, del diencéfalo de
tercer ventrículo y al nivel de las vesículas telencefálicas de ventrículos laterales.
Al nivel del mesencéfalo la luz se forma el conducto de Silvio o acueducto cerebral, que
comunica al tercer y cuarto ventrículo. Los ventrículos laterales comunican con el
tercer ventrículo a través de agujero de Moro o interventricular. Esta disposición
permite que el líquido cerebroespinal circule libremente entre los hemisferios
cerebrales y el extremo caudal de la médula espinal.
Las paredes del tubo neural se engruesan debido a la proliferación de las células
neuroepiteliales. Estas células originan a las células nerviosas y a las células
macrogliales del sistema nervioso central. Al principio las células del tubo neural
reciben el nombre de células neuroepiteliales, después de sufrir varias divisiones
migran hacia la porción media, formando la capa del manto y transformándose en
neuroblastos. Al terminar la formación de las neuronas, las células neuroepiteliales
forman las células de sostén del sistema nervioso, que son los astrocitos
protoplasmáticos y los astrocitos fibrosos.
Otro grupo de células neuroepiteliales, migran a la capa marginal para formar los
oligodendrocitos, encargados de la formación de la vaina de mielina, de los
cilindroejes. Por último, al penetrar los vasos sanguíneos en el sistema nervioso,
algunas células del mesenquima acompañantes se transforman en microglias o células
de Río Hortega, cuya función será fagocitaria.
Las células de los ganglios de los nervios craneales y espinales, así como las autónomas
derivan de la cresta neural, igualmente la mayor parte del sistema nervioso autónomo,
los cuerpos cromafines y la médula suprarrenal, se desarrollan de la cresta neural.
Órgano de la visión.
El mesénquima de la cabeza y la cresta neural originan a los músculos del globo ocular,
excepto el iris, y todo el tejido conectivo y vascular de la córnea, iris, coroides y
esclera. Los músculos esfínter y dilatador del iris se desarrollan a partir del ectodermo
y el anillo de la copa óptica.
La mayoría de las anomalías son causadas por un cierre defectuoso de la fisura óptica
durante la sexta semana de vida intrauterina. Las cataratas congénitas, y el glaucoma
puede producirse por infecciones intrauterinas (virus de la rubeola), pero la mayoría
de las cataratas congénitas son hereditarias.
Los huesecillos del oído medio se desarrollan a partir del polo dorsal del cartílago de
los dos primeros arcos faríngeos o branquiales.
El epitelio del conducto auditivo externo se desarrolla a partir del ectodermo del
primer surco branquial o faríngeo.
El sistema nervioso está integrado por un conjunto de estructuras que han adquirido, a
lo largo de su desarrollo filogenético, un alto grado de especialización, a partir de la
irritabilidad, una de las principales propiedades de la materia viva. El sistema nervioso
relaciona al organismo con su medio, además de relacionar entre sí las diferentes
partes del individuo, es pues, un sistema integrador de todas las funciones.
Las partes del sistema nervioso que corresponden al sistema segmentario son la
médula espinal y el tronco encefálico, con la parte del sistema nervioso periférico que
le corresponde. Dentro del sistema suprasegmentario se localiza el cerebelo,
diencéfalo y los hemisferios cerebrales.
El sistema nervioso central está estructurado por la sustancia gris y la sustancia blanca.
De forma general, en la sustancia gris se localizan los cuerpos neuronales, dendritas,
axones no mielínicos y neuroglias. La sustancia gris puede organizarse conformando
columnas, en la médula espinal, en cuyo interior se localizan núcleos rodeados por
sustancia blanca, como se observan en el resto del sistema de las porciones del
sistema nervioso central, finalmente la sustancia gris puede organizarse en forma de
corteza como se observa en el cerebelo y los hemisferios cerebrales. Cuando se
observa un conjunto de cuerpos neuronales en el sistema nervioso periférico, se
denomina ganglio.
El tejido nervioso está formado por células nerviosas y sus prolongaciones. Dos clases
de células existen en el tejido nervioso: las células ganglionares (neuronas), que son los
elementos a los que se debe la conducción y elaboración de los estímulos, y las células
de la glía o elementos de sostén.
Las neuronas son los elementos básicos que forman la parte noble del sistema
nervioso. Las neuronas constituyen las unidades genéticas, anatómicas y funcionales
del sistema nervioso. Han perdido la capacidad de división celular, poseen la capacidad
de recibir impulsos de los órganos receptores y de otras neuronas, y tiene la capacidad
de transmitir impulsos a otras regiones y órganos efectores. La neurona en su estado
de adultez se caracteriza por tener además de cuerpo celular, por lo menos una
prolongación llamada cilindroeje (axón o neurita). Con gran frecuencia presenta varias
prolongaciones protoplasmáticas o dendritas. El axón forma la parte fundamental de
las fibras nerviosas.
El cuerpo de las neuronas es de tamaño variable, entre las más pequeños citamos a los
granos del cerebelo que no sobrepasan las 7 micras; siendo las mayores las células
piramidales de Betz, que pueden pasar de las 100 micras 1.
Las neuronas no son menos variables por su forma, pues las hay poligonales,
triangulares, fusiformes, etc. Como la forma depende casi siempre de número y
disposición de las prolongaciones, es habitual clasificar a las neuronas atendiendo a
este carácter. Desde este punto de vista pueden clasificarse en unipolares, bipolares y
multipolares, según tengan una, dos o más prolongaciones. Las neuronas unipolares,
son muy frecuente durante el período embrionario, son raras en el adulto,
encontrándose, sin embargo, en algunas regiones como el mesencéfalo y la retina. Las
neuronas bipolares, también son raras en el adulto, por ejemplo, los conos y bastones
de la retina, las células olfatorias de la mucosa olfativa, las de los ganglios espinales
(ganglio raquídeo) y vestibular del nervio vestíbulococlear pertenecen a este grupo.
Estas células son de carácter sensitivo, presentando una dendrita que viene de la
periferia y un axón, que se dirige y entra al sistema nervioso central. Las neuronas de
los ganglios espinales son bipolares durante cierto período de su desarrollo, pero
posteriormente confluyen entre sí para formas una prolongación única y se transforma
en células seudounipolares.
La mayoría de las células nerviosas del adulto son multipolares. En estas neuronas solo
una prolongación es el axón, las demás son dendritas. Morfológicamente, las dendritas
son prolongaciones del protoplasma celular que poseen su misma estructura, que se
adelgazan progresivamente hacia su extremo y que se dividen en ramas irregulares,
mientras que el axón tiene un calibre más uniforme, no presenta en su interior
elementos protoplasmáticos y puede tener largo trayecto sin divisiones.
Son células diferentes a las neuronas del sistema nervioso central y del sistema
nervioso periférico, se originan en el tubo y cresta neurales. Varios caracteres
distinguen a estas células de las neuronas, son capaces de realizar la división celular
durante toda la vida. Morfológicamente carecen de axón y no forman parte de las
fibras nerviosas. Como consecuencia de ello, funcionalmente no están en relación con
la conducción de los estímulos, sino con elementos de sostén del sistema nervioso.
Tienen importancia en el metabolismo, contribuyendo a la nutrición y transporte de
los desechos catabólicos. Otra característica de estas células, es que son capaces de
reproducirse por división y por ello su núcleo es más rico en cromatina y el citoplasma
posee centrosoma.
Macroglías:
o Astrocitos: son células gliales de mayor tamaño. Se dividen en
astrocitos fibrosos, que se encuentran principalmente en la sustancia
blanca, y astrocitos protoplasmáticos en la sustancia gris. Desempeñan
un papel en el metabolismo de algunos neurotransmisores (Gaba,
serotonina y glutamato) en las zonas dañadas del encéfalo forman
cicatrices gliales, proceso denominado gliosis.
o Oligodendrocitos: son pequeñas células gliales con prolongaciones
escasas y de corta longitud, son células formadoras de mielina en el
sistema nervioso central.
Microglía: surgen de los monocitos que penetran en el sistema nervioso central
por la sangre. Se activan en los procesos inflamatorios y degenerativos. Son
macrófagos que fagocitan los desechos del tejido nervioso.
Células ependimarias: revisten el conducto central de la médula espinal y los
ventrículos del encéfalo. Incluyen células epiteliales del plexo coroideo,
producen líquido cerebro espinal (líquido cefalorraquídeo) y constituyen la
barrera hematoencefálica.
Los cilindroejes (axones) de las neuronas ganglionares forman el elemento fundamental de las
fibras nerviosas. Estos salen del cono de origen, inmediatamente de su emergencia se rodea
de capas que lo aíslan. La transmisión de los estímulos por los cilindroejes se encuentra aislada
de una capa de albúmina-lipoide, que impide que la conducción nerviosa pueda transmitirse a
las estructuras que los rodean. Esta capa aislante, favorece, además, la conducción por el axón,
de tal forma, que la velocidad de transmisión del estímulo es proporcional al espesor de la
misma; esta velocidad llega a ser en las fibras gruesas de 60 metros/segundo, mientras que en
las más finas es solo de 1 a 2 metros/segundo 1. El espesor de esta capa, es tan fina en muchos
axones que se creyó durante mucho tiempo que existían fibras desnudas. Hoy se sabe que
todas poseen, pero tan delgadas en muchas de ellas que las podemos clasificar amielínicas
(más exactamente pobres en mielina) y fibras mielínicas. Las fibras amielínicas o de Remak
existen en la sustancia gris y en los nervios periféricos del sistema nervioso autónomo, la
delgadez de la capa lipoide le da color grisáceo, por lo que también se les llama fibras grises.
Las fibras mielínicas están rodeadas de una gruesa capa de mielina. La mielina tiene gran
importancia en el funcionamiento del sistema nervioso. Aísla de tal forma la fibra nerviosa que
dificulta su nutrición. Esto se debe porque la mielina no forma una capa continua, sino que, a
espacios regulares, falta en un pequeño segmento, y a este nivel la vaina de Schwann contacta
con el axón. Esto da a las fibras nerviosas un aspecto de rosario, y a las estrecheces se les llama
estrangulaciones de Ranvier, es por ellas por donde se nutre el axón.
La vaina de Schwann es una fina capa que envuelve a la mielina. En el proceso de formación de
la mielina interviene el axón y la vaina de Schwann. La aparición de mielina alrededor de los
axones comienza hacia el cuarto mes de vida fetal en los nervios periféricos. Aparece más
precozmente en los sistemas que comienzan a funcionar antes, porque la mielinización tiene
gran valor funcional. En el hombre la vía piramidal, de la que dependen los movimientos
voluntarios, comienza su mielogénesis poca antes o después del nacimiento, y no es completa
hasta después del segundo año de vida, por eso el recién nacido no puede andar, en cambio,
en animales que son capaces de marchar en el momento del nacimiento, como la ternera, han
realizado ya en esta época la mielinización de su vía piramidal.
En 1791, Luigui Galvani descubrió la electricidad animal. Luego Volta en 1792 lo definió como
la existencia de una electricidad animal real inherente. Emildu Bois-Reymond, quien descubrió
el potencial de reposo en 1877, analizó en profundidad la posibilidad de que la transmisión
neuromuscular fuere de naturaleza eléctrica. Concluyó que si el flujo de corriente fuera el
responsable de la transmisión sináptica debería activar también ciertas fibras musculares
anexas a las directamente inervadas. A partir de esta y otras consideraciones propuso que la
transmisión sináptica podría tener naturaleza química.
Más de cuarenta años después que Schleinden y Schwann (1839) formularan la teoría celular
(las células la unidad estructural y funcional de los tejidos y órganos), los neuroanatomistas
todavía se cuestionaban si la teoría era aplicable al sistema nervioso. No fué definitivamente
aclarado hasta la aplicación electrónica a los tejidos neuronales a mediados del Siglo XX. En
ausencia de esas pruebas directas, Wilhem His, Van Gehuchten, Waldeyer, Retzius y
especialmente Santiago Ramón y Cajal fueron capaces de obtener evidencias a favor de la
teoría neuronal que formuló Waldeyer en 1891 (las neuronas son desde el punto de vista
estructural, funcional, desarrollo y patología, entidades independientes).
Santiago Ramón y Cajal utilizó el método descrito por Golgi en 1873 para estudiar a la neurona.
Este método, basado en la impregnación con sales de cromo, marcaba solo el 1% de las células
en la región de interés, posibilitando el estudio morfológico de las células nerviosas
individuales, aisladas de sus vecinas. Además, las células marcadas se impregnaban en su
totalidad, pudiendo así visualizarse el cuerpo celular, axones y prolongaciones dendríticas. Con
esta metodología concluyó en 1888 que la terminación axonal de la neurona finaliza
libremente sobre la superficie de otras células y que el sitio de interacción con la célula diana
no es continuo ni parte de una red difusa. Cajal restableció el principio de la polarización
dinámica, inicialmente articulado por Gehuchten, por la cual la señal en una neurona fluye en
dirección única, desde las dendritas al cuerpo celular, al axón y de éste a la terminal
presináptica donde contacta con otra neurona. También formuló el principio de la
conectividad específica, por la cual las neuronas no conectan indiscriminadamente con otras,
solo con ciertas a quienes llamó dianas postsinápticas. Charles Sherrington, introdujo el
término de sinapsis en 1897, definió la teoría de Cajal y persuadió a la royal Society para invitar
a Cajal a impartir la Croonian Lecture en 1894, quién posteriormente, a partir de la publicación
de su Histologie du Systeme Nerveus del Homme et des Verebres (1909, 1911), será
considerado como uno de los pilares fundamentales de la neurociencia.
J. Newport Langley realizó estudios con un ganglio autónomo periférico y obtuvo la primera
evidencia concluyente a favor de la naturaleza química de la transmisión sináptica. Langley
recibió una muestra de un álcalis extraído de las hojas de una planta australiana, observó que
la acción de éste alcaloide era idéntica a la nicotina al aplicarla al ganglio cervical superior en
gatos anestesiados, causaba retracción de la membrana nictitante, dilatación de la pupila y
piloerección. Inicialmente este investigador aceptó que el efecto de la nicotina, curare y
atropina era sobre la conducción nerviosa, y que el axón preganglionar y la célula ganglionar
eran continuos. Pero cambió de manera de pensar cuando descubrió que la aplicación de
nicotina sobre el ganglio producía los mismos efectos que la breve estimulación de las fibras
preganglionares, incluso cuando el ganglio había sido completamente denervado, por lo que la
acción de la nicotina debía ser directa sobre la célula ganglionar. A esta misma conclusión llegó
en 1905, cuando seccionó el nervio de los músculos de la pata de pollo y la inyección de
nicotina causó contracción muscular; que a su vez fue bloqueada por el curare. También
observó que ni la nicotina ni el curare previenen la contracción evocada por estimulación
eléctrica directa del músculo, por lo que el efecto de tales sustancias se debía ejercer sobre
una sustancia receptora y el impulso nervioso no pasaría del nervio al músculo como una
descarga eléctrica sino a partir de la secreción de una sustancia especial al final del nervio,
Langley afirmó en 1906. Había nacido la teoría de los receptores.
En 1961 Hertting y Axelrod demostraron que noradrenalina marcada era captada por los
nervios simpáticos y liberada cuando estos eran estimulados. Posteriormente en 1967 Broal y
Gillespie demostraron la liberación de noradrenalina endógena tras estimulación de nervios
simpáticos.
En 1933 Feldberg y Mintz cuando encontraron que la transmisión en la médula suprarrenal era
colinérgica, y al ser las células cromafines de la médula suprarrenal homólogas a neuronas
simpáticas y estar inervadas por fibras que hacen sinapsis en los ganglios simpáticos serían
también de naturaleza colinérgica. Confirmado en 1934 por Feldberg y Gaddum, Feldberg
demostró que la acetilcolina era el mediador químico de los efectos del nervio vago en el
estómago. En 1936 Dale, Feldberg y Vogt, demostraron que la estimulación eléctrica de las
fibras motoras, conducían a liberación de acetilcolina. En 1939 Feldberg encontró, que los
nervios que inervan las electroplacas en la raya eléctrica, el torpedo, liberan acetilcolina; y la
aplicación directa de esta al órgano eléctrico produce descargas eléctricas, potenciadas por la
eserina.
Una vez aceptada la naturaleza química de la mayoría de las sinapsis y conocidos los
mecanismos iónicos que generan los potenciales postsinápticos excitadores o inhibidores, la
atención se centró en los mecanismos por los cuales se liberaba el neurotransmisor. En 1954,
de Castillo y Katz postularon la hipótesis de que el neurotransmisor se encuentra en paquetes
submicroscópicos dentro de la célula, y que éste es liberado desde la terminal axonal en donde
estaba almacenado en las vesículas sinápticas, descubiertas al mismo tiempo por Palay y
Palade, en 1955.
En 1965, Katz y Miledi, observaron que tras la despolarización que sigue a un potencial de
acción, en la terminación nerviosa se abren canales de calcio y se incrementa la conductancia
al mismo, el calcio entra en la terminal y con cierto retardo desde la llegada del potencial de
acción se produce la liberación del neurotransmisor. Rodolfo LLinás y sus colaboradores, en
1972 demostraron que el retraso en la liberación del neurotransmisor se debe al tiempo que
requieren los canales de calcio para abrirse y el calcio entrar y disparas su secreción.
Se ha informado que las personas saludables que manifiestan ansiedad lo mismo que a
los individuos a quienes se les ha diagnosticado trastornos de ansiedad muestran
niveles mayores de glutamato en la corteza frontal y en la corteza cingulada anterior 14.
También se ha descubierto que los niveles de glutamato son anormales en la corteza
cingulada en los pacientes adultos que sufren trastorno por déficit de atención con
hiperactividad15.
Las fibras del núcleo cerúleo descienden a la médula espinal. Hay dos rutas
ascendentes específicas. El sistema noradrenérgico dorsal surge del núcleo cerúleo y se
proyecta hacia el hipocampo, el cerebelo y el prosencéfalo. El sistema noradrenérgico
ventral surge de varios núcleos de la médula espinal y puente del tronco encefálico, y
se proyecta al hipotálamo, el mesencéfalo y a la amígdala 24.
Las vías nerviosas pueden clasificarse según la composición química de sus neurotransmisores:
El peso del encéfalo humano, basándonos en las cifras medias de la mayoría de los
investigadores que lo han estudiado, es de 1.375 gramos en el sexo masculino y 1,245 gramos
en el femenino. Estas cifras, no son de valor absoluto, pues el peso del encéfalo varías según
numerosos factores que analizaremos a continuación, como la edad, peso, estatura, raza, etc.
Por lo que al hablar del peso encefálico deben tenerse en cuenta a estos factores.
Edad: el peso del encéfalo aumenta con la edad, hasta llegar a adquirir su peso máximo entre
los 20 y 30 años de edad; queda casi estacionario de los 30 a los 40 años, y a partir de esta
edad hasta los 50 disminuye ligeramente. De los 50 a los 60 años continúa su descenso, de tal
forma que a los 70 y 80 años el encéfalo pesa de 50 a 100 gramos menos que cuando tenía 30
años1.
Ningún órgano de nuestro organismo crece con tanta rapidez durante los primeros años de la
vida como el encéfalo. En efecto, si aceptamos como media del peso del encéfalo del recién
nacido 400 gramos, éste peso se ha duplicado al año y triplicado a los cinco años
(1.200gramos). De los cinco a los 20 años, crece lentamente, solo aumenta en éste período
unos 175 gramos1.
El hígado, por ejemplo, solo pesa 500 gramos en el niño de cinco años, y desde esta edad hasta
los 20 años triplica su peso (1.500 gramos)1.
Muy llamativo es también el rápido crecimiento encefálico desde el sexto al final del
embarazo. El peso al sexto mes es de unos 100 gramos, se duplica al octavo mes y es el
cuádruple en el recién nacido (400 gramos).
Estatura y peso corporal: se ha reportado que el peso absoluto del encéfalo es mayor en los
individuos altos que en los de reducida estatura, lo mismo puede decirse en relación al peso
corporal.
Sexo: se plantea que el peso encefálico es mayor en el sexo masculino que en el femenino.
Esto puede estar relacionado con la talla y el peso corporal. Se ha reportado que el volumen de
la materia gris y blanca es mayor (7 a 10%) en el sexo masculino 45. En otro estudio se encontró
más materia gris en el sexo femenino en el giro cingulado y lobulillo parietal inferior 46, y que la
mujer tiene mayor girificación y fisuración en la corteza cerebral. 47, 48, 49
Raza: existen algunas investigaciones en que las diferencias raciales están relacionadas con la
talla y el peso de los individuos. Sin embargo, los chicos tienen un peso encefálico bastante
alto (1.332 gramos) para su baja media estatura 1. Dentro de los pueblos europeos varía
también con bastante frecuencia el peso encefálico: los alemanes (1.425 gramos), suecos
(1.399 gramos) e ingleses (1.346 gramos), serían superior al de los italianos (1.301 gramos) y
franceses (1.280 gramos).1 Pero las diferencias de estatura y peso corporal entre estas
poblaciones es bien conocida, y consecuencia por lo tanto, de lo expuesto anteriormente.
No es el hombre el que tiene un peso encefálico mayor, pues él de los animales de gran
tamaño sobrepasa al del hombre; así, el de la ballena puede llegar a 6.000 gramos; el del
elefante y el delfín a los 4.000 y 2.000 gramos respectivamente. 1
El hombre posee el peso encefálico mayor que el de estos animales, en relación al peso
corporal; pero tampoco es el ser que en este sentido presenta un mayor peso encefálico, pues
algunos animales de muy pequeño tamaño lo superan, como, por ejemplo, el ratón y el
canario. En cambio, es el hombre el que tiene un peso encefálico mayor en relación al peso de
la médula espinal.
Peso encefálico e inteligencia: se creyó por mucho tiempo que el peso encefálico estaba
relacionado con la inteligencia y en este sentido se realizaron estudios en personas que se han
distinguido en algunas actividades intelectuales. Hoy se conoce el peso de muchos de estos
encéfalos. A continuación, relacionamos algunos casos conocidos:
Byron (poeta), 2.238 gr. Cromwell (político), 2.229 gr. Cuvier (anatómico), 1.861 gr. Birsmark
(político), 1.807 gr. Kant (filósofo),1600 gr. Siemens (físico),1.600 gr. Schiller (poeta), 1,580 gr.
Giacomini (anatómico), 1495 gr. Gauss (matemático), 1492 gr. Broca (anatómico), 1484 gr.
Dupuytren (médico), 1.437 gr. Dante (poeta),1427 gr. Gambeta (orador), 1160 gr. Anatole
France (escritor),1.050 gr. Como vemos, el encéfalo de hombres notables varía dentro de
límites muy grandes; en general sobrepasa a la media del peso encefálico, pero también
pueden estar muy por debajo. Podría creerse, que un peso encefálico grande sería, en cierto
modo, característico; pero es falso, pues hombres que no brillaron en nada pueden tener un
peso encefálico igual o mayor que cualquier hombre célebre. Así, el encéfalo de un idiota
epiléptico pesaba según Walsem, 2,850 gramos y el de un sordomudo, idiota estudiado por
Middlemann, 1.850 gramos1. Con 1.050 gramos de encéfalo se puede ser un gran hombre y
con 2.500 gramos, un idiota.
La relación entre inteligencia y peso encefálico es lógica, pues el encéfalo consta de cinco
porciones, de las que cuatro no tienen nada que ver con funciones psíquicas, y solo una, el
telencéfalo, sí.
Las variaciones del peso encefálico en el hombre, son muchas dentro de límites extensos,
pudiéndose considerar como normales pesos entre 1.050 y 2.000 gramos. Por encima del peso
máximo indicado lo llamaremos macrocéfalos y por debajo, microcéfalos. Puede admitirse que
el peso encefálico mínimo, compatible con la inteligencia normal, en 1.000 gramos. Por debajo
de esta cifra parece ello imposible, y, sin embargo, con muy poco más se puede ser un hombre
extraordinario (Anatole France).
Forma del encéfalo: aunque rodeado de sus membranas o meninges, que lo separan de la
superficie interna de los huesos del cráneo, como esta son muy delgadas, reproducen con
bastante exactitud la forma de la cavidad craneal, y un vaciado en yeso de la cavidad craneal
nos dará una idea aproximada a la realidad de la forma del encéfalo que contenía.
En general puede afirmarse que es la forma del encéfalo la que determina la del cráneo, y no
lo inverso. Ello no quiere decir que deformaciones de los huesos del cráneo durante la niñez,
bien por factores externos o por causas patológicas que produzcan desaparición precoz de las
suturas craneales, no influencia la forman del encéfalo.
En su conjunto el encéfalo tiene la forma de un ovoide de eje mayor sagital y con el polo más
abultado en la región occipital. Podemos hacernos una idea bastante clara del mismo
extrayendo el encéfalo de un cadáver endurecido por el formol, y observándolo desde arriba
(norma vertical), desde abajo (norma basal) y lateralmente (norma lateral).
MEDULA ESPINAL
La médula espinal es la porción del sistema nervioso central situada en el interior del conducto
vertebral (conducto raquídeo); pertenece al sistema nervios segmentario. Forma un cordón
largo, blanquecino, que continúa a la médula oblongada (bulbo raquídeo) en sentido caudal.
Un plano quépase por encima al origen del primer nervio espinal cervical se considera como
límite entre médula espinal y el tronco encefálico, y corresponde en la parte anterior a la parte
más inferior de la decusación de las pirámides. El extremo inferior de la médula espinal se
adelgaza, y se llama cono medular. Este se continúa, con el filum terminale, que es la porción
más estrecha y fibrosa de la médula espinal que no adquiere diferenciación nerviosa.
Configuración interna.
El centro de la médula espinal está formado por sustancia gris y la periferia por
blanca.
La forma de la sustancia gris puede ser comparada con una “H” o una mariposa. Y
la porción que une a las dos ramas forma la comisura gris. En el centro de esta
comisura puede reconocerse el conducto central (conducto ependimario). Y la
porción gris posterior a él forma la sustancia intermedia central.
Las porciones laterales de la sustancia gris forman los cuernos o astas posterior
(dorsal) y anterior (ventral). Este nombre de cuerno solo es apropiado si lo
aplicamos al aspecto que presenta en los cortes transversales, pues, en realidad,
se trata de columnas que recorren a la médula espinal y por ello se les llama
columnas anterior y posterior.
Por las raíces posteriores de los nervios espinales llegan a la médula espinal numerosa
fibras que son los axones de las neuronas situadas en los ganglios espinales. Al entrar a
la médula espinal se distinguen dos grupos de fibras, uno lateral y otro medial. El
grupo lateral se caracteriza por ser de fibras delgadas y escasas en mielina. Mientras
que el medial es de fibras más gruesas.
El grupo lateral llega al vértice de la columna posterior y aquí se divide en una rama
ascendente y otra descendente, forman el fascículo dorso-lateral. Estas fibras de corto
trayecto entran en la sustancia gris y terminan en la columna posterior en el núcleo
gelatinoso.
El grupo medial de fibras gruesas, corre a lo largo de la parte medial de la cabeza de la
columna posterior y alcanzan la parte lateral del cordón posterior. Aquí se dividen en
sus ramas ascendentes y descendentes. Las ramas descendentes son cortas y terminan
en la columna posterior.
Las ramas ascendentes se dividen en cortas, medianas y largas. Las cortas y medianas
entran en la columna posterior y terminan en la columna de Clarcke y en el núcleo de
la cabeza. Las largas ascienden hasta la médula oblongada y terminan en los núcleos
grácil y cuneiforme. Ya explicamos que en la médula cervical y parte superior de la
torácica se distinguen en el cordón posterior dos porciones, una medial o fascículo
grácil y otra lateral o fascículo cuneiforme, separados por el surco intermedio
posterior. En el fascículo de grácil se encuentran las fibras de origen sacrolumbar y
parte inferior torácica; y en el cuneiforme, los de la parte superior torácica y cervical.
El tracto espinotalámico lateral ocupa la parte lateral del cordón lateral. Aumenta en
dirección craneal. En la región torácica y lumbar está cubierto por fibras del fascículo
espinocerebeloso anterior. Pero en la médula cervical se hace superficial.
Después de una lesión en la médula espinal, los nervios situados por arriba del nivel de
la lesión continúan funcionando normalmente. Por debajo del nivel de la lesión, los
nervios espinales no pueden enviar mensajes entre el encéfalo y los órganos efectores
o receptores al encéfalo. La lesión de la médula espinal es una entidad neurológica
causante de importantes procesos de discapacidad.
Las lesiones del a médula espinal pueden ocurrir debido a: contusión, enfermedad de
la columna vertebral, enfermedad de la médula espinal, caídas, heridas de balas,
accidentes, etc.
Debemos considerar que la médula espinal no es solo una región de paso para las
estructuras del sistema nervioso central hacia la periferia, sino que ella también es
capaz de organizar respuestas por si sola; ejemplo, los reflejos de primer orden
(bineuronal) como el reflejo patelar (reflejo rotuliano). Además, desde el punto de
vista sensitivo actúa como un filtro sensorial que selecciona estímulos que van hacia
los centros suprasegmentarios.
Los centros reflejos son muy susceptibles a la hipoxia y a ciertos fármacos, y por ello
que la ausencia o alteración de la actividad refleja juega un papel importante en el
diagnóstico clínico.
Los reflejos segmentarios son influenciados por centros neuronales superiores a través
de los tractos descendentes. La sección transversal de la médula espinal involucra la
pérdida de influencias y causa un estado de depresión funcional en toda la región
corporal afectada que depende de los segmentos bajo la sección. Esta respuesta se
caracteriza por una parálisis fláccida, gran vasodilatación e hipotensión arterial,
incontinencia urinaria y fecal y ausencia de reflejos (arreflexia). Esta etapa transitoria
se shock espinal, evoluciona hacia una rigidez de descerebración, caracterizada por la
aparición de reflejos segmentarios y aumento del tono muscular, debido a una
hiperactividad de las neuronas motoras periféricas gamman sobre los husos
musculares, descontroladas porque no tienen control de los centros superiores
(automatismo medular). Se admite que la acción de la corteza motora y la vía
piramidal inhiben el tono muscular. Es por ello qué en la rigidez de descerebración, por
la lesión del vía piramidal se observa una marcada hipertonía. Algunos investigadores
afirman que en realidad la corteza motora es una gran potencializadora del tono
muscular y que el área premotora es la que genera los impulsos inhibitorios que
descienden a través de la vía piramidal.
Meninges
La duramadre es una membrana fibrosa, es la más superficial de las meninges, constituye una
capa resistente de tejido colágeno en el que se distribuyen los vasos sanguíneos y nervios. Se
le ha llamado también paquimeninge. La duramadre raquídea está separada de las vértebras
por el espacio epidural, que contiene grasa y vasos sanguíneos. La duramadre al nivel del
agujero occipital se adhiere firmemente a los bordes de este orificio, cerrando por arriba al
espacio epidural.
La piamadre es la más interna de las meninges, muy delgada y en piezas fijadas con formol se
presenta densa, resistente y elástica. Reviste los relieves y se introduce en los surcos de la
superficie del sistema nervioso central. Carece de vasos sanguíneos, pero recubre a los vasos
sanguíneos que la atraviesan. El espacio comprendido entre la aracnoides y la piamadre, se
denomina espacio subaracnoideo y contiene el líquido cerebroespinal (líquido
cefalorraquídeo) 51, 52.
La aracnoides y la piamadre han sido consideradas por muchos autores como una identidad
única, la leptomeninge.
La duramadre espinal envuelve a toda la médula espinal y a la cola de caballo y está separada
del periostio por la cavidad epidural; en la emergencia de los nervios espinales forma
manguitos, que envuelven a las raíces motoras y sensitivas hasta el nivel en que estas se
reúnen para formar el nervio espinal. En esta región la duramadre se continúa con epineuro de
los nervios.
La duramadre espinal se une al periostio del conducto vertebral por intermedio de los
ligamentos meningovertebrales, evidentes en los jóvenes, pero que con la edad se
transforman en zonas adherentes1.
La piamadre espinal, además de unirse a la aracnoides por trabéculas aracnoideas, está unida
también a la duramadre por medio de los ligamentos dentados. Estos se disponen en un plano
frontal, a los lados de la médula espinal y se insertan próximo a la emergencia de las raíces
anteriores de los nervios espinales y a la superficie interna de la duramadre, Normalmente
existen 21 pares de ligamentos dentados, pero éste número es variable. Estos ligamentos
contribuyen a mantener a la médula espinal en su posición dentro del conducto vertebral.
El descubridor e introductor mundial de la técnica, fue una figura latinoamericana que recibió
en su tiempo el reconocimiento internacional pero que sin embargo es poco conocido y
reconocido como tal por las nuevas generaciones de anestesiológos, incluso por los que han
hacho de la anestesia y la analgesia epidural continua su técnica preferida para toda suerte de
procederes. Esa gloria correspondió al Dr. Pío Manuel Martínez Curbelo, uno de los primeros
médicos cubanos que escogió a la anestesiología como su profesión y especialidad.
Una inyección epidural se administra dentro del espacio epidural para proporcionar alivio
temporal o prolongado del dolor o la inflamación. El espacio epidural se localiza fuera de la
membrana dural. Los esteroides, anestésicos y medicamentos antiinflamatorios habitualmente
se administran por inyección epidural. La inyección puede reducir el dolor y la inflamación n y
alrededor de las raíces de los nervios espinales. Para realizar la inyección se práctica una
punción en la espalda a nivel lumbar con una aguja fina y se infiltra anestésico local. Una vez
que la piel está anestesiada, se introduce una aguja de mayor calibre y a través de esta se
coloca u n fino tubo o catéter en el conducto vertebral por fuera de las meninges. A través de
este catéter se administra el anestésico. La disminución del dolor se notará entre 10 y 20
minutos.
La anestesia epidural es de gran aplicación en ginecoobstetricia. Permite disfrutar del parto sin
dolor. Esta anestesia insensibiliza la parte inferior del cuerpo, sin perder el tono muscular y
permite a la futura mamá estar al mismo tiempo consciente y más cómoda, física y
mentalmente durante el parto. Alivia el dolor sin bloquear las facultades mentales.
Existen diferentes formas de obtener una muestra de líquido cerebroespinal. El método más
común es la punción lumbar. Este procedimiento se realiza de la siguiente manera: el paciente
se acuesta en decúbito lateral con las rodillas encogidas hacia el abdomen y la barbilla pegada
al tórax. Algunas veces la punción lumbar se realiza con la persona sentada, doblada hacia
delante. La punción lumbar es un método de cirugía menor aplicado generalmente por un
anestesiólogo, aunque puede ser aplicado por cualquier médico con experiencia con el objeto
de obtener líquido cerebro espinal para su estudio. El médico que realiza la punción lumbar
deberá cepillarse las manos y parte anterior de los antebrazos por tres minutos, se aplicará
alcohol y colocación de guantes estériles. La piel de la región lumbar del paciente deberá
prepararse con antisépticos y se cubrirá la zona con un campos quirúrgicos procediendo de
inmediato de la siguiente forma: Se selecciona el espacio intervertebral haciendo un habón
con procaína al 1%, se usa un introductor a través de los espacios interespinosos, pasando la
aguja a través de los ligamento amarillos, se introduce la aguja de forma lenta y uniforme
hasta sentir una pérdida brusca de la resistencia, se quita el mandril y se observa la salida del
líquido cerebroespinal.
En relación a las punciones del espacio subaracnoideo es también importante tener en cuenta
la posibilidad del estudio del líquido cerebro espinal como elemento diagnóstico de
enfermedades neurológicas, como pueden ser los síndromes meníngeos, hemorragias
subaracnoideas, tumores cerebroespinales, etc.
La actividad secretora de las células que revisten el conducto el conducto central (conducto
ependimario) es un factor de gran importancia en la diferenciación, extensión y proporciones
de la médula espinal. En efecto, después del cierre del conducto central de la médula espinal,
éste se rellena del líquido que es segregado por la capa de células que revisten la cavidad del
sistema nervioso, lo demuestra el hecho de que se cultivas segmentos del sistema nervioso,
unos provistos de sus células de revestimiento y otros sin ellas, se acumula gran cantidad de
líquido alrededor de los primeros, mientras que falta en los segundos (Weiss).
Mientras que el crecimiento local se debe en gran parte a la actividad mitótica, el crecimiento
y la forma que adoptará una determinada parte del sistema nervioso, será un aumento de
superficie si las células hijas se disponen las unas junto a las otras, y de grosor, si muchas de
ellas emigran hacia la periferia para formar capas situadas por fuera de la zona matriz.
Diferencias eléctricas de potenciales entre las capas interna y externa serían la causa de la
migración neuroblástica (Kappers, A.).
Todas las fibras nerviosas, sigue un trayecto preciso, tanto eferentes para llegar a los órganos
efectores a que están destinadas, como las eferentes para alcanzar determinados centros
nerviosos. Los factores o causas a los que se debe este trayecto preciso de las fibras es
cuestión de gran interés todavía no resuelto. Se ha atribuido a una causa eléctrica (Strasser),
química (Cajal), metabólica (Child), mecánica (His Harrison). La experimentación demuestra
que intervienen en ello varios factores. Según la teoría eléctrica, el neuroblasto se polariza,
originando el gradiente eléctrico, un punto débil frente al ánodo, por el que saldría el axón,
ninguna prueba experimentada ha podido demostrar este hecho. El dato de observación y
experimental más importante a este respecto es que el trayecto preciso que siguen las fibras
nerviosas en el espesor de los tejidos no se debería a propiedades inherentes de las fibras,
sino a influencias del medio tisular que las rodea. Parece cierto que las fibras nerviosas se
dirigen a su destino por influencia atractiva que emana de los órganos a las que están
destinadas. En este aspecto la experiencia de Braus es muy interesante, si se trasplanta el
esbozo de un miembro anfibio a la región cefálica de otro, en el miembro heterotrópico que se
forma se introducen nervios procedentes del nervio trigémino, pero a pesar de éste origen
anómalo, el trayecto y disposición de las fibras nerviosas es la del miembro normal. Esto
demuestra dos hechos importantes:
Para comprender bien la causa a la que se debe el trayecto de las fibras debe tenerse en
cuenta a otros dos factores: 1. Las fibras nerviosas al principio de su formación son escasas en
número. 2. Que la historia que tienen que recorrer para llegar a su destino es muy corta en el
embrión, así, las primeras fibras motoras que se forman en la médula espinal se encuentran
enseguida con los miotomos, que van destinadas, que están próximas a ellas. Después de
recorrer esta corta distancia, el extremo de las fibras se adhiere a las células y a partir de este
momento, la fibra, fija por ambos extremos se ve obligada a seguir la traslación que sufra el
órgano periférico. En algunos músculos, como el diafragma esta traslación es muy grande, y
ello obedece el complicado y largo trayecto del nervio frénico.
Radiculopatía: se debe a la afectación de la raíz del nervio espinal. Las causas más
frecuentes son: discopatía intervertebral (hernia discal) y espondilitis. Y los síntomas
principales son irradiación del dolor a una raíz o de distribución dermatómica, y
debilidad e hiperreflexia de los músculos inervados por la raíz afectada. Los discos
intervertebrales que con mayor frecuencia se afectan a nivel cervical y lumbar son: C6-
C7 (65-75%), C5-C6 (16-20%, L4-L5 (40-45%) y L5-S1 (35-40%). La afectación de los
discos torácicos es poco frecuente, muy por debajo del 1% de todas las hernias
discales53.
Síndrome de la cola de caballo: puede observarse en una hernia discal (el nivel más
habitual es L4-L5) que afecta a la cola de caballo, así como a pacientes con un tumor,
un traumatismo que lesione a estas raíces nerviosas. Los síntomas suelen ser
bilaterales y pueden incluir: anestesia en silla de montar, que aparece como ausencia
de sensibilidad en las nalgas, las caras, mediales y posterior de los muslos, los
genitales, el ano y el periné. Retención urinaria o incontinencia fecal, disminución de la
función sexual, lumbalgia o ciática53.
Defecación después de lesiones en la médula espinal: el acto de defecación implica
un reflejo coordinado que ocasiona el vaciamiento del colon descendente, sigmoides y
del recto. Esta ayudado por un aumento de la presión intraabdominal motivada por la
contracción de los músculos de la prensa abdominal. El esfínter externo (voluntario)
del canal anal está inervado por el nervio rectal inferior. El deseo de defecar se inicia
por la estimulación de los receptores al estiramiento en la pared del recto.
Después de lesiones de la médula espinal o de la cola de caballo, el paciente no es
capaz de percibir la distención rectal. Además, se pierde la influencia parasimpática
sobre la actividad peristáltica del colon, descendente, colon sigmoides y del recto.
También puede verse alterado el control sobre la musculatura anal y los esfínteres del
canal anal. La fuerza de contracción de la pared rectal es pequeña, y suele producirse
estreñimiento e impactación fecal. El tratamiento de los pacientes con lesiones de la
médula espinal consiste en vaciar el recto con enemas dos veces a la semana. También
puede ser útil el uso de supositorios.
Bloqueos del espacio subaracnoideo en el conducto vertebral: Puede producirse por
un tumor de la médula espinal o de las meninges. La realización de una punción
lumbar es de gran valor para establecer el diagnóstico. La presión normal del líquido
cerebroespinal con el paciente en reposo respirando por la boca es entre 60 y6 150
milímetros de agua. Si el flujo del líquido cerebroespinal en el espacio subaracnoideo
está boqueado, las variaciones normales de la presión correspondientes al pulso y la
respiración están ausentes o reducidas. La comprensión de las venas yugulares
internas en el cuello elevan la presión venosa cerebral e inhibe la absorción del líquido
cerebroespinal, lo que produce aumento en la lectura manométrica de la presión del
líquido cerebroespinal. Si esto no ocurre, es que el espacio subaracnoideo está
bloqueado (signo de Queckenstedt).
Normalmente el líquido cerebroespinal es claro en presencia de un tumor, el líquido se
puede volver amarillento y coagulante espontáneamente, debido al aumento del
contenido proteínico.
Tronco Encefálico.
El tronco encefálico es una región del sistema nervioso central filogenéticamente antigua que
está controlada por el sistema nervioso suprasegmentario. Está constituido por la médula
oblongada (bulbo raquídeo), el puente (protuberancia) y el mesencéfalo. Esta porción del
sistema nervioso central tiene las siguientes funciones: 1) Recibe información de las
estructuras craneales y controla a los músculos de la cabeza. 2) Transmite información de la
médula espinal a otras regiones encefálicas y del encéfalo son devueltas a la médula espinal. 3)
A través dela integración de las funciones de la médula oblongada (bulbo raquídeo), el puente
y el mesencéfalo, regula la vigilia mediante los núcleos de la formación reticular. También la
médula oblongada y el puente, participan en el control de la presión arterial y la respiración. El
mesencéfalo desempeña un papel importante en el control de los movimientos oculares.
La médula oblongada tiene forma de bulbo, de ahí que se denomine también bulbo raquídeo.
Esta porción del tronco encefálico descansa sobre la porción basilar del occipital y
posteriormente está cubierta por el cerebelo.
El puente es el segundo segmento del tronco encefálico situado entre la médula oblongada y
el mesencéfalo. Se localiza por delante del cerebelo, presentándose como un puente entre los
hemisferios cerebelosos. Su límite inferior es el surco bulbo-protuberancial (protuberancial
inferior). Su límite superior, que lo separa del mesencéfalo, es el surco ponto-peduncular
(protuberancial superior).
El mesencéfalo se sitúa por encima del puente, está constituido en su parte anterior por los
pedúnculos cerebrales y por detrás por la lámina cuadrigémina y entre estas estructuras
anatómicas se localiza el acueducto del cerebro (acueducto de Silvio). El mesencéfalo se
continúa por arriba sin un límite preciso con el cerebro intermedio (diencéfalo).
La sustancia gris se presenta en forma de núcleos que se distribuyen en las tres porciones del
tronco encefálico, algunos de estos núcleos abarcan más de un segmento, inclusive hasta la
médula espinal. Estos núcleos pueden ser divididos en relación con los nervios craneales en
dos grupos, sensitivos y motores. También, se describen núcleos que correspondan a
estructuras propias del tronco encefálico, y pequeños núcleos distribuidos en todo el tronco
encefálico, que constituyen la formación reticular.
Debido a la decusación de las pirámides, la sustancia gris, que en la médula espinal es en forma
de “H”, en la médula oblongada se fragmenta de tal forma que los cuernos anteriores quedan
separados del resto, es lo que se denomina decapitación de los cuernos anteriores. En esta
porción de la médula oblongada la parte posterior de la sustancia gris entre los cuernos
posteriores, se ensancha por la localización cada vez más lateral de la columna posterior, y
porque se desarrolla por dentro de ellos unos grupos de neuronas que forman los núcleos
grácil y cuneiforme.
La disposición cada vez más lateral de cuerno posterior a medida que ascendemos se debe a la
abertura del piso del cuarto ventrículo, que hace que diverjan los fascículos posteriores para
continuarse con los cuerpos restiformes (pedúnculos cerebelosos inferiores). También
contribuyen a éste desplazamiento lateral, el hecho de que los funículos posteriores de la
médula espinal aumentan en anchura a medida que ascendemos por la entrada de nuevos
contingentes de fibras de los nervios raquídeos.
La sustancia blanca está representada por las fibras que interconectan a los núcleos del tronco
encefálico, fibras que se extienden hacia otras partes del encéfalo y médula espinal, así como
fibras que transcurren por el interior del tronco encefálico provenientes de la corteza cerebral
o de la médula espinal, que pueden hacer contacto sináptico o no con estructuras del tronco
encefálico.
Nos referimos a núcleos sensitivos a aquellos que reciben fibras provenientes de los ganglios
sensitivos de los nervios craneales y que envían fibras hacia niveles superiores del sistema
nervioso central. Los núcleos motores pueden ser de dos tipos: autónomos y somáticos, en los
que se encuentran neuronas motoras cuyos axones se dirigen hacia los órganos efectores
(músculo liso). Los núcleos motores somáticos presentan neuronas motoras, que envían
axones que se dirigen directamente a los efectores (músculos estriados esqueléticos).
Nervio trigémino: los núcleos sensitivos del nervio trigémino son tres: 1. Núcleo
mesencefálico, localizado lateralmente al acueducto del cerebro (acueducto de
Silvio). 2. Núcleo pontino o sensitivo principal, localizado en el puente. 3. Núcleo
del tracto espinal. Las fibras procedentes de estos núcleos, cruzan la línea media
hacia el lado contrario y ascienden hasta el núcleo ventro-póstero-medial del
tálamo, constituyendo el lemnisco trigeminal (tracto trigéminotalámico). A nivel
del puente existe otro núcleo asociado al nervio trigémino, constituido por
neuronas motoras, cuyos axones llegan a inervar a los músculos de la masticación,
éste núcleo es el núcleo motor del trigémino (núcleo masticatorio).
Nervio vestíbulococlear: los núcleos sensitivos del octavo nervio craneal, se
proyectan hacia los ángulos laterales del piso del cuarto ventrículo, entre ellos se
destaca dos núcleos cocleares, que reciben fibras procedentes del ganglio coclear
o espiral, cuyas prolongaciones periféricas parten del órgano de Corti (receptor
acústico). O sea, que los núcleos cocleares son parte de la vía auditiva. Algunas de
las fibras que parten de los núcleos cocleares cruzan la línea media, constituyendo
el cuerpo trapezoides, extendiéndose hasta los colículos inferiores y el núcleo
geniculado medial del tálamo.
El nervio vestíbulococlear presenta también cuatro núcleos vestibulares, estos
reciben fibras procedentes del ganglio vestibular, cuyas prolongaciones periféricas
parten de los receptores vestibulares localizados en el laberinto membranoso del
oído interno. Las fibras que parten de los núcleos vestibulares se distribuyen por el
cerebelo, como fibras vestibulocerebelosas; otras se dirigen hacia la médula
espinal y un grupo importante establecen sinapsis con algunos de los núcleos
motores del tronco encefálico, por ejemplo, con los de los nervios oculomotor
(motor ocular común), troclear (patético) y abductor (motor ocular externo),
conformando un fascículo de fibras denominado fascículo longitudinal medial
(F.M.L.), el cual se extiende hasta la médula espinal. Fibras procedentes del
cerebelo llegan hasta los núcleos vestibulares como fibras cerebelo-vestibulares.
El núcleo del tracto solitario, se localiza en la médula oblongada y recibe fibras
sensitivas de los nervios facial, glosofaríngeo y vago. Este núcleo recibe fibras que
transmiten información gustativa y sensibilidad general visceral.
Los núcleos motores de los nervios craneales se distribuyen por todas las
porciones del tronco encefálico, y son los más numerosos. Al nivel del
mesencéfalo, se localizan los núcleos motores de los nervios oculomotor y
troclear. Estos núcleos se sitúan en el tegmento mesencefálico. Al realizar un
corte transversal en el sistema nervioso central, al nivel del mesencéfalo, se
observa la sustancia negra, que es un núcleo perteneciente al sistema motor
extrapiramidal, la cual limita la base de los pedúnculos cerebrales (pie de
pedúnculo), localizado anteriormente, el tegmento mesencefálico se extiende por
detrás de la sustancia negra, hasta el acueducto cerebral. Posteriormente al
acueducto cerebral, se localiza la lámina cuadrigémina con los colículos superiores
e inferiores. En la descripción del origen real del nervio oculomotor, se indica una
porción motora somática y otra visceral, ambas relacionadas con la musculatura
del globo ocular. En el nervio troclear, se observa un núcleo motor somático,
cuyas fibras inervan al músculo oblicuo mayor del globo ocular.
En la porción posterior del puente se localizan dos núcleos motores de los nervios
abductor y facial. Las fibras procedentes del núcleo motor somático del nervio
abductor llegan hasta el músculo recto lateral del globo ocular. En el caso del
nervio facial, se describe un núcleo motor somático, cuyas fibras llegan a la
musculatura de la mímica facial, y otro núcleo motor visceral de nominado
salivatorio superior, del cual parten impulsos nerviosos que llegan a las glándulas
lagrimales, nasales, palatinas, submandibular y sublingual. En total, asociados al
nervio facial, encontramos tres núcleos: uno motor somático, otro motor visceral y
una parte del núcleo del tracto solitario (sensitivo).
En la médula oblongada encontramos núcleos motores asociados a los nervios
glosofaríngeo, vago, accesorio e hipogloso, entre los que se identifican núcleos
somáticos y viscerales. El núcleo salivatorio inferior, pertenece al nervio
glosofaríngeo y los impulsos nerviosos que parten de este núcleo llegan hasta la
glándula parótida. Otras fibras pertenecientes a este nervio, parten de la porción
superior del núcleo ambiguo, el cual es una columna gris de la que parten fibras
para los nervios glosofaríngeo, vago y accesorio, éste es un núcleo motor
somático.
El nervio vago presenta varios núcleos. Las neuronas motoras viscerales forman el
núcleo dorsal del vago, situado en la profundidad del trígono del vago, en el piso
del cuarto ventrículo, sus fibras transmiten impulsos nerviosos qué hasta
numerosos órganos del sistema digestivo y respiratorio, y el corazón. El núcleo
sensitivo visceral corresponde a la parte inferior del núcleo del tracto solitario.
Debe tenerse en cuenta que al núcleo del tracto solitario llegan también fibras
sensitivas de los nervios facial y glosofaríngeo, este núcleo abarca parte del puente
y de la médula oblongada. Hay fibras sensitivas cutáneas que transcurren por el
nervio vago, que terminan en el núcleo del tracto espinal. Las neuronas motoras
somáticas se localizan en el núcleo ambiguo, del cual salen también fibras que
transcurren por los nervios glosofaríngeo y accesorio. Estas fibras del nervio vago
inervan la musculatura estriada del paladar, faringe y laringe.
La parte más inferior del núcleo ambiguo tiene neuronas motoras somáticas que
pertenecen al nervio accesorio, de aquí parten fibras de la porción bulbar de éste
nervio. En la médula espinal se encuentra una columna gris en el cuerno anterior,
que se extiende desde el sexto segmento cervical hasta un nivel cercano a la
decusación de las pirámides, de esta columna de neuronas motoras somáticas
parten fibras que también forman parte del nervio accesorio, es decir, su porción
espinal.
El nervio hipogloso tiene un solo núcleo motor de tipo somático, que se sitúa en la
profundidad del trígono del hipogloso, en el piso del cuarto ventrículo. Sus fibras
inervan a la musculatura de la lengua.
Los núcleos grácil y cuneiforme sin eslabones importantes de las vías de la sensibilidad
profunda consciente y de la táctil discriminativa o epicrítica. Estos núcleos originan unos
relieves en la cara posterior de la médula oblongada. Los axones de estas neuronas forman el
lemnisco medial (cinta de Reil), el cual cruza la línea media. Esta decusación tiene lugar, a un
nivel inmediatamente superior a la decusación de las pirámides.
Las principales fibras aferentes son para el cerebelo, el tracto olivocerebeloso, están llegan al
cerebelo por los pedúnculos cerebelosos inferiores (cuerpos restiformes). También se
describen fibras descendentes hacia la médula espinal. La oliva une centros corticales,
diencefálicos, mesencefálicos y espinales con el cerebelo. En el hombre la oliva principal
adquiere gran desarrollo y se encuentra en conexión con el neocerebelo, y las olivas
accesorias, con el paleocerebelo1.
Los modelos con animales indican que las neuronas de la oliva inferior posiblemente participen
en el temblor esencial54.
En el puente se encuentran los núcleos propios del puente (núcleos pontinos), estos reciben
información de la corteza cerebral (fibras corticopontinas) y sus axones cruzan la línea media,
dirigiéndose al cerebelo por los pedúnculos cerebelosos medios de cada lado, constituyendo
las fibras pontocerebelosas. Estas fibras forman parte de la vía cortico-ponto-cerebelosa,
importante en la influencia y control de la corteza cerebral sobre el cerebelo.
La sustancia gris central (periependimaria) se localiza alrededor del acueducto del cerebro. Es
importante en la percepción y control del dolor. Es aquí donde se aplican microelectrodos para
inducir la liberación de sustancias producidas a este nivel, neuromoduladores de tipo
encefalina y endorfina, las cuales inhiben la sustancia P (neurotransmisor del dolor).
Formación reticular.
La formación reticular es una de las porciones más antiguas del encéfalo. Está compuesta por
un gran número de células nerviosas complejas que forman agregados celulares difusos en
forma de núcleos, unidos entre sí por una red de fibras nerviosas.
A través de las vías nerviosas ascendentes y descendentes, la formación reticular está unida al
sistema nervioso central (corteza cerebral, médula espinal, cerebelo, etc.). Se ha comprobado
que la formación reticular influye a través de otras porciones del encéfalo y de la médula
espinal sobre el funcionamiento del organismo. De la formación reticular depende en grado
considerable, el estado de sueño, y de la vigilia.
Los procesos patológicos de la región de la formación reticular pueden ser causas de diferentes
trastornos en las funciones del organismo (sueño patológico, insomnios persistentes, etc.).
La sección del tronco encefálico por encima de los núcleos vestibulares, provoca espasticidad y
por debajo flaccidez. Ello se debe a que en el primer caso se suprime la vía inhibitoria cortical,
conservándose las fibras facilitadoras de los núcleos reticulares. Mientras qué en el segundo
caso, se suprimen odas las fibras facilitadoras y solo quedan las que proceden del centro
inhibidor bulbar.
En resumen, podemos decir que en la formación reticular del tronco encefálico se distingue un
sistema facilitador ascendente y descendente que actúa aumentando el tono, tanto de la
corteza cerebral, como de la musculatura estriada. Y un sistema inhibidor descendente, que
disminuye el tono muscular. Del juego armónico entre ambos sistemas resulta la respuesta
motora más adecuada.
La acción dinamógena del sistema facilitador ascendente sobre la corteza cerebral es requisito
necesario para mantener el estado de vigilia indispensable para la realización de sus funciones
integradoras.
El núcleo tegmental pedúnculo pontino, es el núcleo del sistema ascendente del sistema
reticular que está relacionado con mecanismos del sueño, es importante en la inducción y
mantenimiento del sueño y de los movimientos oculares rápidos 55.
El núcleo rafe está constituido por grupos de células nerviosas situadas a lo largo de la línea
media de la médula oblongada, el puente y el mesencéfalo. Producen un neurotransmisor
particular, la serotonina. La amígdala, el hipotálamo y la sustancia gris periacueductal, se
proyectan a estos núcleos. Las fibras de este núcleo se proyectan al hipotálamo, la sustancia
negra, tálamo, hipocampo, la amígdala y la corteza cerebral del lóbulo frontal. Las
proyecciones descendentes regulan la llegada de estímulos sensoriales. El tracto espinal del
rafe que termina en el núcleo espinal del nervio trigémino y en el cuerno posterior de la
médula espinal regula (inhibe) las señales del dolor 56.
La actividad de los núcleos Rafé eleva el umbral que activa comportamientos defensivos
controlados por la sustancia gris periacueductal del mesencéfalo; así mismo las neuronas del
núcleo rafe medular tiene un papel importante en la modulación de las respuestas
cardiovasculares al estrés57.
La proyección ascendente desde el locus ceruleus, es hacia la línea media del tálamo, el núcleo
amigdalino, el hipocampo y múltiples regiones de la corteza cerebral 58. Otras fibras desde el
locus ceruleus pasan por el fornix al hipocampo y a la corteza cingulada, otras terminan en el
cerebelo59. Una de las proyecciones más importantes del locus ceruleus es el tálamo, el tálamo
está incluido como parte del tálamo límbico, el cual se proyecta a las áreas corticales y se
relaciona con la atención selectiva y vivaz60.
Se observa pérdida de células en el locus ceruleus en pacientes con el mal de Parkinson o con
Alzheimer61.
Por el estudio de las conexiones de la lámina cuadrigémina, se deduce que sus funciones están
relacionadas con reflejos visuales y auditivos, los primeros integrados en los colículos
superiores y los segundos en los inferiores.
Cerebelo
Aunque en el cerebelo es clásico describir una parte media, el vermis y dos laterales
los hemisferios, en la cara superior no existe un límite entre ambos. En la cara inferior,
por el contrario, el vermis se encuentra en una depresión, limitada de los hemisferios
por los surcos paramedianos. La cara inferior del cerebelo tiene relaciones importantes
con varios nervios craneales: al nivel del agujero yugular con los nervios glosofaríngeo,
vago y espinal. Y en la cara posterior de la porción petrosa del temporal con los nervios
facial y vestibulococlear. Se encuentra además el cerebelo rodeado por los senos de la
duramadre.
Cada lóbulo del cerebelo esta subdividido, por numerosos surcos secundarios, en folios
cerebelosos.
La corteza del cerebelo presenta dos capas de diferente coloración, una externa
grisácea (estrato molecular) y otra interna, más amarillenta (estrato granuloso). A
mayor aumento se observa que estas dos capas están separadas por una capa estrecha
de células de Purkinje. Las células de Purkinje son las células más típicas del sistema
nervioso y constituyen el único efector de la corteza cerebelosa.
El núcleo del techo se localiza cerca de la línea media y en la vecindad del techo del
cuarto ventrículo, se considera el más antiguo desde el punto de vista filogenético.
De la corteza cerebelosa los únicos elementos efectores son las células de Purkinje,
cuyos axones se dirigen a otras partes del sistema nervioso central, aunque
interrumpiéndose en los núcleos centrales del cerebelo. La eferencia de los núcleos
centrales parte del cerebelo por los pedúnculos cerebelosos.
Los pedúnculos cerebelosos son tres: superior, medio e inferior. Por estos pedúnculos
viajan fibras aferentes, que traen información al cerebelo, y fibras eferentes que llevan
mensajes elaborados a otras partes del sistema nervioso central.
Aferencia:
Eferencia:
Aferencia:
Aferencia:
Eferencia:
Algunas nociones sobre la fisiología del cerebelo según hechos observados durante
extirpaciones totales o parciales en animales y algunos procesos patológicos del
hombre 62.
Investigadores en el campo de la neurofisiología han observado que en los gatos se
pueden distinguir tres estadios en el curso evolutivo después de la extirpación total del
cerebelo: un primer estadio llamado de inhibición, un segundo de facilitación y un
tercero de estabilización.
El estadio de inhibición dura unos cinco a diez días y se caracteriza por agitación,
extensión de las extremidades anteriores y de la cabeza.
Con objeto de tener una clara idea sobre la importancia del cerebelo, numerosos
investigadores han realizado la extirpación del órgano en distintos animales. En
general se han informado los resultados de Luciani (1884-91), el cuál describe tres
períodos, que se continúan entre sí sin un límite claro: el período de exaltación
funcional, abarca unos ocho después de la extirpación, y se caracteriza por una rigidez
acompañada de períodos de opistótonos y espasmo de los extensores, principalmente
de los músculos de la nuca y de los antigravitatorios. Parece que esta sintomatología se
debe a un fenómeno de liberación, debido a la interrupción de las conexiones
cerebelosas, principalmente del lóbulo anterior, que tendría una acción reguladora
sobre la postura y el tono muscular. El período de déficit; sigue al anterior, en éste el
animal comienza a poder realizar movimientos voluntarios, pero con astenia, hipotonía
y temblor, con discontinuidad en los movimientos. Y el período de compensación, que
empieza después de un mes de la extirpación y se caracteriza por una mejoría marcada
de los fenómenos de déficit señalados.
Hoy se tiende admitir que la excitación del lóbulo anterior del cerebelo inhibe la
rigidez, lo que está de acuerdo con sus conexiones aferentes espinales y eferentes
rubroespinales. El lóbulo flóculonodular interviene en los mecanismos vestibulares; el
neocerebelo, en la integración de los movimientos finos de las extremidades, y la
pirámide en los movimientos oculares. Parece cierto que cada mitad del cerebelo
regula la musculatura de su lado 1.
Los síntomas de un tumor del cerebelo son de aparición progresiva a medida que se
desarrolla, y no permiten predecir la naturaleza benigna o maligna de la lesión. Se
distinguen dos tipos de síntomas relacionados con un tumor de cerebelo: 1. Los
síntomas relacionados con el propio cerebelo (síndrome cerebeloso) que incluyen
incoordinación de movimientos, alteraciones en la marcha, trastornos del equilibrio,
temblores y mareos; 2. Los síntomas relacionados con el aumento de la presión del
líquido cefalorraquídeo (dolores de cabeza, náuseas, vómitos, trastornos de la visión).
La ataxia es la falta del control muscular en las extremidades que resulta en trastornos
del movimiento.
El diencéfalo es la porción del sistema nervioso central situada por debajo del cuerpo
calloso y del fornix (comisuras cerebrales). Se extiende desde la comisura cerebral
posterior, hasta la región del agujero interventricular (agujero de Monro).
Lateralmente está limitado por el brazo posterior de la cápsula interna, la cola del
núcleo caudado y la estría terminal, se fusiona lateralmente con los hemisferios
cerebrales. El tercer ventrículo divide al diencéfalo en dos partes simétricas, excepto
en la adhesión intertalámica, donde las caras mediales de los tálamos derecho e
izquierdo se unen.
Tálamo.
La cara superior del tálamo está situada en el piso de los ventrículos laterales, en esta
cara se describe el surco terminal, que limita lateralmente con el cuerpo estriado,
marcando el límite del tálamo con el telencéfalo. A lo largo del surco terminal (surco
optoestriado) corre un paquete de fibras nerviosas, la estría terminal y la vena
talamoestríada.
En la cara anterior del tálamo resalta un conglomerado gris, el núcleo anterior, el cual
forma un relieve anterior denominado tubérculo anterior.
El núcleo caudado y el tálamo están separados lateralmente del núcleo lenticular por
la cápsula interna, que en los cortes horizontales del cerebro, muestra la forma de una
escuadra, con un brazo anterior (brazo lentículo-caudado) y otro posterior (brazo
lentículo-óptico), llamándose rodilla a la región angular que forman entre sí estas dos
porciones.
Los núcleos específicos, se caracterizan por recibir información de las vías aferentes y
por enviar conexiones aferentes específicas hacia zonas de la corteza cerebral,
denominadas centros corticales. Este grupo de núcleos ocupa la porción anterior y
lateral del tálamo, así como la extremidad anterior del mismo. Se incluyen dentro de
éste grupo, a los núcleos geniculados medial y lateral del metatálamo.
Los núcleos específicos son los siguientes: geniculdo lateral, geniculado medial,
ventro-postero-lateral, ventro-lateral, ventral anterior, anterior y ventro-postero-
medial. La aferencia y eferencia de cada uno de estos núcleos se resume a
continuación:
Núcleo geniculado lateral: aferencia visual por el tracto óptico a través del
brazo del colículo superior. Se proyecta hacia la corteza visual (surco calcarino)
de lóbulo occipital del cerebro, por medio de las radiaciones ópticas.
Núcleo geniculado medial: aferencia auditiva y vestibular por el lemnisco
lateral y el brazo del colículo inferior. Se proyecta hacia la corteza del tercio
medio del giro temporal superior, del lóbulo temporal del cerebro.
Núcleo ventro-postero-lateral: aferencia exteroceptiva y propioceptiva, a
través del lemnisco medial (cinta de Reil). Se proyecta hacia el giro postcentral
y lobulillo parietal superior, del lóbulo parietal del cerebro.
Núcleo ventro-postero-medial: aferencia visceral, gustativa y exteroceptiva, a
través del lemnisco trigeminal. Se proyecta hacia la corteza del giro postcentral
del lóbulo parietal del cerebro.
Núcleo ventral lateral: aferencia desde el neocerebelo y del núcleo rojo. Se
proyecta hacia la corteza de la ínsula y el cuerpo estriado.
Núcleo ventral anterior: aferencia del cuerpo estriado y de los núcleos
inespecíficos. Se proyecta hacia la corteza de la ínsula y el cuerpo estriado.
Núcleo anterior: aferencia desde los cuerpos mamilares, a través del haz
mamilotalámico. Se proyecta hacia la corteza del cíngulo. El tálamo anterior se
activa con el procesamiento del dolor, con mayor frecuencia en el sexo
masculino63.
Las lesiones vasculares que afectan el territorio talámico relacionado con los núcleos,
ventro-postero-lateral, ventro-postero-medial, núcleo geniculado medial y pulvinar,
pueden dar lugar a una pérdida sensorial contralateral, paretesias y dolor talámico.
Han reportado los síndromes de Dejerine y Roussy, caracterizado por un dolor intenso,
persistente y paroxístico, que suele presentarse en el momento de la lesión o después
de un período de hemiparesia transitoria, hemiataxia y pérdida sensitiva hemicorporal.
Epitálamo
Con éste nombre se designa a los derivados del techo mesencefálico. Está constituido
por las siguientes estructuras anatómicas: trígono de las habénulas, las habénulas, la
comisura de las habénulas y el cuerpo pineal o epífisis.
La epífisis, parecida por su forma a una piña, forma en el adulto un órgano del tamaño
aproximado de un guisante, pesa alrededor de 0.25 gramos. Su desarrollo en dirección
posterior, hace se coloque sobre el techo mesencefálico, entre los colículos superiores.
Su cara superior se localiza por debajo del rodete del cuerpo calloso. La parte de la
epífisis que limita con la cavidad del tercer ventrículo se llama base y forma el receso
pineal.
Las alteraciones del ritmo circadiano pueden ser resultado de causas endógenas y
exógenas. Los factores endógenos pueden ser: envejecimiento, enfermedades
crónicas, trastornos del sueño, estrés crómico, ceguera, etc. Los factores exógenos más
usuales pueden ser, trabajar en turnos rotatorios, los vuelos transmeridianos, etc.
Es interesante hacer constar que existe cierta similitud entre la epífisis y la glándula
suprarrenal, la primera se origina de la placa neural, la segunda de la cresta neural.
Ambas presentan abundante inervación simpática y ciertas analogías bioquímicas. La
glándula suprarrenal contiene adrenalina, y la epífisis, serotonina, que serían las
precursoras de la melatonina y de la noradrenalina. Hay investigadores que opinan que
su acción se realiza indirectamente, actuando sobre la hipófisis, de tal modo controla y
frena las hormonas gonadotrópicas que segrega esta glándula.
El cuerpo pineal ha sido denominado, el órgano tranquilizador, en función de las
propiedades hipnóticas de la melatonina 69. También se describe como transductora
neuroendocrina que transforma una señal neural en una endocrina70.
La habénula está conformada por un núcleo pequeño medial y otro lateral más
grande. Estos núcleos forman parte de una ruta que conecta la corteza cerebral con el
tronco encefálico. La habénula se encuentra estratégicamente para unir las estructuras
límbicas con los núcleos del tronco encefálico.
La habénula lateral también inhibe las neuronas de serotonina en los núcleos de rafe 73.
Las neuronas de la habénula lateral se activan en respuesta al estrés y la privación de
alimentos74, Se ha planteado la hipótesis de que el aumento de la actividad habenular
puede generar un estado de ánimo deprimido por el control que esta ejerce sobre la
dopamina y la serotonina75, hipótesis sustentada por algunas evidencias en el
humanos76. Esto hallazgos han conducido a la idea que la activación de la habénula
lateral por medio de estimulación cerebral profunda puede ser efectiva en la depresión
resistente al tratamiento77.
La mayor parte de las fibras que salen del núcleo habenular medial terminan en el
núcleo interpeduncular y en el rafe medio del mesencéfalo, en donde se regulan los
estados del sueño y vigilia, y la ingesta de alimentos en respuesta al estrés 78. Se ha
observado que los núcleos habenulares están significativamente más calcificados en
pacientes con esquizofrenia que en sujeto normales. La calcificación de la habénula
puede alterar el papel desempeñado por ésta a proporcionar un vínculo entre el
sistema límbico y la parte alta del tronco encefálico79.
Hipotálamo.
Al examinar la cara inferior del cerebro (cara basal del cerebro) son visibles las
estructuras que conforman el hipotálamo. En la línea media y en sentido de detrás
adelante se observan los cuerpos mamilares, el tuber cinereum y la hipófisis. Por
delante de la hipófisis, el quiasma óptico, del que salen en dirección anterior los
fascículos ópticos, que llegan al polo posterior del globo ocular, y hacia atrás, el
quiasma se continúa con los tractos ópticos, que lateralmente se pierden, para
terminar en los núcleos geniculados laterales, del tálamo.
En resumen podemos decir que del hipotálamo derivan formaciones de coordinación
motora, vegetativa, sensorial, en relación con el olfato y la visión, y una glándula de
secreción interna (la hipófisis). El hipotálamo es la región más importante del cerebro
de los mamíferos porque permite la coordinación de comportamientos esenciales para
mantener y continuar las especies. Aunque ocupa solo el 0.15% del volumen del
cerebro humano, tiene un papel fundamental en la regulación y liberación de
hormonas de la glándula hipófisis, en el mantenimiento de la temperatura corporal y
en la organización de conductas con búsqueda de objetivos como alimentarse, beber,
aparearse y agresividad. Es el centro principal de la regulación autónoma y la región
para los ajustes en cambios de ambiente interno y externo.
Los cuerpos mamilares forman dos eminencias redondeadas, situadas a cada lado de la
línea media de la parte inferior del diencéfalo, inmediatamente por detrás del tuber
cinereum. Constituye un derivado hipotalámico, en relación con la vía olfatoria y los
circuitos emocionales.
La mayoría de las aferencias hacia los cuerpos mamilares proviene del hipocampo, a
través del fornix. Estas conexiones sugieren que los cuerpos mamilares han sido
involucrados en la emoción y en la memoria, también se han implicado den la erección
peneal89. Los axones de las neuronas de los cuerpos mamilares ascienden al núcleo
anterior del tálamo y constituyen el tracto mamilotalámico. En el síndrome alcohólico
de Korsakoff, se observa pérdida de las neuronas de los cuerpos mamilares 90.
La zona hipotalámica lateral ha sido descrita como el centro del hambre, una lesión en
esta área eliminará la motivación del animal para buscar alimentos y éste perderá peso
y, finalmente, y morirá. Lo contrario sucede cuando la estimulación eléctrica del haz
medial del prosencéfalo, parece inducir el placer en el animal. Si se destruye la región
lateral del hipotálamo, la sensación del placer y la respuesta emocional están
atenuadas91. Se ha reportado que lesiones en el hipotálamo lateral son responsables
de anorexia en humanos92.
Tercer ventrículo.
El tercer ventrículo, comunica con el cuarto ventrículo a través del acueducto del
cerebro (acueducto de Silvio), y con los ventrículos laterales por los orificios
interventriculares (orificios de Moro). La cavidad del tercer ventrículo presenta los
recesos, supraóptico (situado por encima del quiasma óptico), infundibular (en la
región del infundíbulo), pineal (al nivel de la epífisis) y el suprapienal.
Telencéfalo.
Las caras, supero-lateral y medial están separadas por un borde de dirección antero-
posterior, el borde superior. Las caras medial y basal, se continúan insensiblemente
entre sí.
La superficie de los hemisferios cerebrales presenta cisuras y surcos que los dividen en
lóbulos y giros (circunvoluciones). Las cisuras son surcos profundos que dividen a los
hemisferios en lóbulos, mientras que los surcos son depresiones menos profundas que
separan en cada lóbulo regiones más pequeñas o giros.
En esta cara de los hemisferios cerebrales existen de forma constante dos cisuras. La
cisura central (cisura de Rolando) y la cisura lateral (cisura de Silvio).
La cisura central, comienza en el borde superior del hemisferio, casi equidistante de los
polos frontal y occipital, a lo que se debe su nombre. Desde aquí se dirige en dirección
antero inferior y termina por encima del opérculo frontal.
En los antropoides además de existir estas dos cisuras, existe otra llamada
perpendicular externa o surco parietooccipital lateral, la cual separa el lóbulo occipital
y temporal en la cara supero-lateral de los hemisferios. En el hombre esta cisura no
existe, pero puede distinguirse una incisura en el borde superior del hemisferio
cerebral, que se continúa en la cara medial del hemisferio, con el surco
parietooccipital, el cual sirve de límite entre los lóbulos parietal y occipital.
Los surcos mencionados, dividen el lóbulo frontal en los giros precentral (frontal
ascendente), situado entre la cisura central y el surco precentral. Como la cisura
central no alcanza la cisura lateral del cerebro, el giro precentral comunica con el giro
postcentral, por debajo de la fisura central. Los giros frontales superior, medio e
inferior, se localizan por delante del surco precentral. En el giro frontal inferior se
pueden considerar tres porciones, separadas por las ramas frontal y vertical de la
cisura lateral. La porción situada entre la fisura central y el ramo vertical, es la porción
opercular (opérculo frontal). La porción situada entre las ramas vertical y frontal es la
porción triangular; y la porción ubicada por debajo de la rama frontal es la porción
orbitaria.
El lóbulo frontal tiene un gran desarrollo en el organismo humano, forma más de una
tercera parte de toda el área cortical 95, y sus áreas motoras controlan las acciones de
nuestro cuerpo. La corteza frontal proporciona la capacidad del juicio.
Los movimientos oculares sacádicos son movimientos rápidos que se utilizan para
restablecer la posición de los ojos en un objetivo nuevo, su principio de generación se
funda en un sistema básico de circuitos que se encuentra en el tronco encefálico y
cuya supervisión la ejercen los lóbulos parietal y frontal. Hay dos variedades de
movimientos sacádicos, uno los que se desencadenan de forma automática por la
aparición repentina de un objetivo visual externo y otro que se desencadenan
internamente, regido por órdenes voluntarias hacia un sitio recordado, incluso en la
oscuridad. Desde hace tiempo, se reconoce que los pacientes esquizofrénicos tienen
anormalidades en el control de los movimientos oculares100.
El área del habla (área de Broca) en el giro frontal inferior, se le considera parte de la
corteza prefrontal. Esta región se especializa en la producción del habla en el lado
dominante de la corteza cerebral, y su principal canal de información proviene del área
de Wernicke, a través del fascículo arqueado, área que corresponde a la región
posterior del giro temporal superior. Las fibras que se originan en las neuronas del
área de Broca se proyectan a la región facial de la corteza primaria, que controla
directamente los músculos del habla. El área comparable a la de Broca en el hemisferio
no dominante es responsable del componente emocional y melódico del habla 101.
Los pacientes con lesiones del área de Broca presentan deterioro en la soltura verbal.
Una lesión en el área de Broca en el lado dominante genera una incapacidad para
producir el habla (afasia motora o expresiva), aunque mantiene la capacidad para
entender la escritura y el habla. La lesión en esta zona de la corteza cerebral en el
hemisferio no dominante genera una aprosodia, o sea la incapacidad de de modular
efectivamente el habla, es decir, el habla se vuelve monótona sin expresiones faciales.
El lóbulo parietal participa en forma marcada en las funciones cognitivas superiores del
cerebro. Es integral a la percepción del espacio externo, la imagen corporal y la
atención. Es importante en la interacción con el mundo que nos rodea. Responde de
modo casi automático a las señales sensoriales y presta atención al objeto más
destacado, ejemplo: un globo rojo entre muchos globos azules.
Las lesiones del lobulillo parietal superior izquierdo (dominante) pueden producir
disfasia y agnosia. El paciente disfásico habla con lentitud, comete errores gramaticales
y el posible que se le clasifique erróneamente como una persona poco cooperativa o
confusa.
Una lesión colindante con el giro postcentral puede generar una agnosia táctil, en la
cual el paciente no recuerda el nombre de los objetos al tocarlos con los ojos cerrados.
Un paciente con astereognosia es incapaz de nombrar un objeto familiar al sostenerlo
con la mano a partir de su peso y sus características tridimensionales. Cuando a un
paciente se le escribe en la piel un número o una letra, éste no la reconocerá por el
tacto (agrafestesia) después de haber sufrido una lesión en el lobulillo parietal
superior.
El lobulillo parietal inferior recibe señales que representan la sensación del tacto
propioceptivo y la visión e integra dichas señales para determinar la identidad de un
objeto110. La ubicación estratégica del giro angular entre el lóbulo occipital y el área del
habla de Wercknike da por resultado que sea la región que convierte el lenguaje
escrito en lenguaje hablado y viceversa111.
El lóbulo temporal en la cara supero lateral no se encuentra bien delimitado del lóbulo
occipital. En éste lóbulo pueden distinguirse los surcos temporal superior y temporal
inferior. Entre la cisura lateral y el surco temporal superior se localiza el giro temporal
superior, entre los surcos temporales superior e inferior, el giro temporal medio e
inferiormente al surco temporal inferior, el giro temporal inferior. En la parte superior
del giro temporal superior, en la profundidad de la cisura lateral, se observan unos
surcos que lo dividen en giros temporales transversos.
En el año 1919 Emil Kraepelin, señaló que las anormalidades en el lóbulo frontal eran
responsables de los problemas de razonamiento; y que el daño en el lóbulo temporal
generaba delirio y alucinaciones en pacientes con demencia precoz (esquizofrenia) 116.
Los hallazgos clásicos de Klüver y Bucy en el año 1939, relacionaron a los lóbulos
temporales al comportamiento117. Esta investigación sentó las bases para el desarrollo
del concepto del sistema límbico.
El área auditiva primaria recibe proyecciones del núcleo geniculado medial del tálamo.
El tamaño de esta zona de la corteza es variable en cada individuo y puede ser
asimétrico en el mismo individuo. Por lo regular es más largo del lado izquierdo 118, y
bilateralmente más largo en las mujeres que en los varones 119. Esta zona de la corteza
cerebral contiene un mapa tonotópico que refleja la distribución de las células
dependientes de la frecuencia a lo largo del órgano de Corti. Se ha reportado que el
volumen de materia gris del área 41 de Brodmann es significativamente mayor y
muestra más actividad en los músicos profesionales que en quienes no son músicos.
Además es de destacar que el tamaño del giro de correlaciona con el grado de aptitud
musical120.
La lesión bilateral del lóbulo temporal, que incluya las radiaciones auditivas, puede
generar sordera central. Una lesión pequeña que comprenda al giro temporal superior
puede producir agnosia auditiva. Se han descrito tres variedades de agnosias auditivas:
para las palabras (sordera a las palabras), musical (amusia), y agnosia a los sonidos
ambientales121. El paciente oye los sonidos y los localiza en el ambiente, pero pierde la
capacidad de interpretar sus significados.
El polo temporal tiene fuertes conexiones con el núcleo amigdalino y la corteza
prefrontal orbital, así como el prosencéfalo y el hipotálamo. El polo frontal se
considera importante en el procesamiento social y emocional.
Los pacientes con lesiones en el polo temporal derecho pueden presentar apatía,
irritabilidad, depresión y condición de sentirse mal en compañía de otros 124. Estos
individuos manifiestan una menor capacidad para reconocer información sobre rostros
famososy recuerdos relacionados con esos rostros125.
Hay evidencias que indican que existen regiones especializadas dentro del polo
temporal:
La parte posterior del polo temporal recibe información de las áreas de
asociación auditivas y se considera que vincula los estímulos auditivos con las
reacciones emocionales. Se ha informado que la activación de esta área en
respuesta a sonidos emocionalmente evocativos, como el llanto de un bebé y el
grito de una mujer126, 127.
La parte anterior del polo temporal se activa en respuesta a estímulos visuales
complejos que incluyen rostros, caricaturas y fotografías de cosas que evocan
emociones positivas (humor) y negativas (tristeza, ira, disgusto y ansiedad) 128,
129, 130
. Por ejemplo, en un estudio, los varones expuestos a extractos de
películas eróticas sexualmente excitantes mostraron una activación del polo
temporal anterior derecho y de la amígdala derecha131.
Los olores repugnantes estimulan a la amígdala anterior izquierda 135. También es una
de varias áreas que se activan durante la excitación sexual en varones y mujeres. 136, 137.
En el lóbulo occipital situado por detrás del surco occipital transverso, de la cara
superolateral del cerebro, se observan unos surcos occipitales variables en número y
con tendencia a confluir hacia el polo occipital, limitan entre sí los giros occipitales.
La corteza del lóbulo occipital está dedicada a la visión y consta de las áreas de
Brodmann (17-18 y 19). El área 17 de Brodmann es la corteza visual primaria. Gran
parte de la corteza visual primaria se encuentra dentro surco calcarino.
Las neuronas de la corteza visual primaria responden solo a las imágenes visuales que
poseen propiedades lineales (líneas y bordes). Interpretan los contornos y los límites
de un objeto visual en término de segmentos lineales.
Las neuronas del área 19 de Brodmann integran las señales visuales con las señales
auditivas y táctiles.
La migraña con aura visual consiste por lo común en componentes positivos, negativos
o ambos (escotomas) simples, que pueden darse hasta una hora antes de la aparición
del ataque de migraña. El componente positivo suele comprender segmentos lineales
o formas geométricas brillantes o de color blanco plateado o coloreado. El aura solo
dura unos segundos y es seguida de manifestaciones más graves 139. La actividad
correspondiente al aura por lo común comienza cerca de la fóvea y luego se extiende
por todo el campo visual.140, 141
El surco calcarino es casi horizontal, comienza junto con el parietooccipital debajo del
rodete del cuerpo calloso, y desde aquí se dirige en dirección occipital, para terminar
cerca del polo occipital. Debajo del surco calcarino comienza el surco colateral, que se
dirige en dirección anterior y luego es paralelo al surco del hipocampo.
La porción de la corteza cerebral situada entre los surcos del cuerpo calloso y del
hipocampo de una parte y el surco del cíngulo y colateral de otra, se llama gran
circunvolución límbica de Broca o lóbulo límbico. El lóbulo límbico consta de dos
porciones: una situada entre el cuerpo calloso y el surco del cíngulo, que forma el giro
del cíngulo o del cuerpo calloso; la otra porción, situada entre el surco del hipocampo y
el colateral, el giro del hipocampo o parahipocampal. Ambas porciones comunican por
una porción estrecha situada entre el rodete del cuerpo calloso y el surco
parietooccipital, que tiene el nombre de istmo. En su parte anterior, en la región
olfatoria, se incurva sobre sí mismo, formando el gancho o uncus.
El lóbulo occipital ocupa en esta cara del cerebro la región comprendida entre los
surcos, parietooccipital y el colateral. El surco calcarino limita junto con el
parietooccipital, una porción triangular o cuña. La parte del lóbulo occipital situada
entre el surco calcarino y el surco colateral es el giro lingual o giro occipitotemporal, el
cual en dirección anterior se continua con el giro hipocampal.
Las fibras de proyección forman la cápsula interna, la cual se encuentra situada entre
el núcleo caudado y el tálamo medialmente, y el núcleo lenticular lateralmente. En la
cápsula interna se describe un brazo anterior, situado entre la cabeza del núcleo
caudado y el núcleo lenticular, un brazo posterior, situado entre el tálamo y el
lenticular, y la rodilla situada en la región de convergencia de los dos brazos y los
núcleos descritos. Para el estudio de la cápsula interna se recomienda realizar cortes
horizontales del telencéfalo al nivel de la cisura lateral del cerebro. Las fibras de la
cápsula interna entran en la composición de las vías nerviosas sensitivas y motoras.
El cuerpo calloso es mayor de las comisuras y sus fibras unen ambos hemisferios
cerebrales. Pasa por el fondo de la cisura interhemisférica. Su extremo anterior está
separado unos tres centímetros de los polos frontales del cerebro, mientras que unos
seis centímetros, separa su extremo posterior de los polos occipitales.
A simple vista el cerebro anatómico parece sumamente simétrico, pero un análisis más
cuidadoso revela “torsión hemisférica típica levógira”, lo cual refleja que la región
parietooccipital izquierda, es más ancha y se extiende más posteriormente que la
derecha, en tanto que el lado derecho del lóbulo frontal es más largo que el izquierdo,
y se extiende más anteriormente144. Esta diferencia se denomina “Petalia” 145. Ambos
lados se interconectan por haces de fibras y estas juegan un papel especial en el
comportamiento, que se refleja en la lateralidad del comportamiento.
La comisura anterior, es un haz compacto de fibras que cruzan la línea media rostral al
fornix. Interconecta estructuras olfatorias y a las regiones media e infratemporal de los
hemisferios.
La comisura hipocámpica (comisura fornical o psalterium), consiste en fibras que se
originan en el hipocampo y cruzan la línea media por debajo del cuerpo calloso. Esta
comisura interconecta al hipocampo de ambos lados y está pobremente desarrollado
en el organismo humano.
Rinencefalo.
El bulbo olfatorio está situado en la fosa craneal anterior, sobre la lámina horizontal
lámina cribosa) del hueso etmoides. Esta estructura constituye un acumulo de cuerpos
neuronales sensitivos que reciben a los filetes olfatorios procedentes de la región
olfatoria de la mucosa nasal. Por su cara superior el bulbo olfatorio se relaciona con la
cara inferior del lóbulo frontal, aunque separada de ella por la piamadre. El bulbo
olfatorio en sentido posterior se continúa con el tracto olfatorio. El trígono olfatorio es
una pequeña región triangular situada en el extremo posterior del tracto olfatorio. La
sustancia perforada anterior se localiza posteriormente al trígono olfatorio y por ella
entran al sistema nervioso central vasos sanguíneos.
Cuando el niño aprende a hablar, el pronunciar y escribir una palabra determinada, por
ejemplo: limón; se agrupan diferentes excitaciones originadas al hacer conocimiento
con dichos objetos (en nuestro ejemplo, con excitaciones ópticas, gustativas y
olfatorias). Las excitaciones originadas en la corteza por el principio de elaboración del
reflejo condicionado, se ligan en una conexión temporal con las excitaciones del
primer sistema indicador. De esta forma, la palabra se convierte en una señal del
objeto designado.
La actividad sintetizadora de la corteza cerebral, hace que las señales de las distintas
palabras sean percibidas no aisladamente, sino en forma de conjunto. Las palabras se
reúnen en frases, al comienzo sencillas, y después más complicada. Empleando las
palabras el hombre adquiere la posibilidad de percibir y transmitir, de un modo rápido,
una gran cantidad de señales, y eso determina la posibilidad de una amplia
comunicación de su actividad entre las personas en el proceso de su actividad de
trabajo.
En cada extremo cortical de los analizadores, se describe una zona central o núcleo, en
la que tiene el análisis y síntesis superiores, y una parte periférica, en la que se
verifican los procesos de análisis y síntesis más simples. La región de cada área cortical
no está rigurosamente delimitada y las zonas de los analizadores se hayan
superpuestos unos a otros. Esto fue demostrado en investigaciones experimentales
con extirpación de diferentes zonas de los hemisferios cerebrales en animales.
A continuación, relacionamos las principales zonas corticales sensitivas y motoras de la
corteza cerebral:
En la parte superior del giro precentral se encuentran las neuronas que regulan
las contracciones de los músculos del miembro inferior, debajo de estas, se
localizan las neuronas que regulan las contracciones del tronco, y más abajo,
las de los músculos del miembro superior; en la porción más inferior del giro
precentral, próximo a la cisura lateral del cerebro, se encuentran las neuronas
que controlan las contracciones voluntarias de los músculos de la cabeza.
Zona olfatoria: se localiza en la porción anterior del uncus (gancho), del giro
hipocampal, situado en la cara medial del lóbulo temporal del cerebro.
Zona visual: se encuentra en los bordes del surco calcarino, en la cara medial
del lóbulo occipital. A esta zona de la corteza cerebral, llega información
procedente de los receptores de la retina.
Especialización hemisférica.
Por otra parte se reporta que el hemisferio izquierdo de las personas diestras está
especializado para el uso de herramientas, en tanto que la red responsable de esta
función favorece al lobulillo parietal inferior y al giro frontal. Una segunda red que
controla la interacción mano-objetivo, se localiza ligeramente superior en el área
premotora, y se activa contralateral a la mano que se está usando en el momento 148.
Especializaciones lobulares:
Lóbulo temporal: los pacientes con daño en el lóbulo temporal que afectan la
audición, tienen dificultad para distinguir palabras, si la lesión es en el
izquierdo; es decir, lesiones en el lado izquierdo, afectan al lenguaje por
pérdida de la memoria y la información; y dificultad para distinguir sonidos no
verbales, incluyendo música, si la lesión es del lado derecho.
Las lesiones del giro temporal superior izquierdo, producen afasia receptiva (de
lobulillo parietal inferior, también puede afectarse la lectura.
Estos núcleos se encuentran separados por sustancia blanca, pero unidos a la corteza
cerebral por fibras que van o vienen de porciones más inferiores del sistema nervioso
central.
Los núcleos grises de la base del telencéfalo son: el cuerpo estriado, el claustro y el
núcleo amigdalino. Para estudiar a estos núcleos se debe realizar cortes horizontales,
frontales y sagitales en los hemisferios cerebrales. Y crear representaciones artificiales
de los mismos.
Las lesiones de los núcleos grises de la base telencefálica (ganglios basales), casi
siempre resultan en trastornos del movimiento. Recientemente investigaciones han
puesto en evidencia que estas estructuras influyen en otros compartimientos que
están involucrados con las emociones. Las investigaciones sobre la influencia conductal
de los ganglios basales, se debieron a la observación de que con frecuencia
disfunciones emocionales y cognitivas acompañan a los trastornos del movimiento con
origen en los ganglios basales. Con el advenimiento de técnicas de neuroimagenología,
la investigación de la neuroanatomía y la neurofisiología metabólica de estas
estructuras han revelado relaciones conductales emocionales.
El neostriado (estriado dorsal, está compuesto por los núcleos putamen y el caudado.
Estos núcleos están separados por la cápsula interna. El núcleo caudado se sitúa en el
piso del ventrículo lateral dorso lateral al tálamo. Este núcleo tiene tres porciones:
cabeza, cuerpo y cola. El cuerpo continúa inferiormente, lateral al tálamo, y se
adelgaza poco a poco para formar la cola, la que se dirige al lóbulo temporal, para
terminar cerca de la amígdala. El putamen se localiza detrás del brazo anterior de la
cápsula interna y medial a la cápsula externa.
Normalmente el neoestriado trabaja con la corteza frontal para inhibir los impulsos
motores, que sean inapropiados.
El núcleo caudado juega un papel clave en el orden serial de los movimientos y del
comportamiento154. Las señales de entrada dopaminérgicas desde la sustancia negra
del mesencéfalo, se correlaciona con la activación del aprendizaje de la corteza
prefrontal dorsolateral izquierda y el área del cíngulo anterior. Cabe mencionar que se
encontró, que esta correlación se perdía en los pacientes con Parkinson en etapa
temprana de ésta enfermedad. En la esfera motora, las lesiones del núcleo caudado
rostroventral pueden producir coreoatetosis en el lado contralateral. En la esfera del
comportamiento, la abulia es la perturbación más común reportada en las lesiones del
núcleo caudado, incluye apatía, pérdida de la iniciativa y de pensamientos
espontáneos. También se ha reportado reducción del volumen del núcleo caudado en
pacientes esquizofrénicos155.
Los infartos o tumores que afectan al subtálamo producen hemibalismo contra lateral
y las extremidades afectadas a menudo exhiben disminución del tono muscular.
La pars compacta contiene células que producen dopamina y da origen a fibras que se
proyectan al núcleo caudado y al putamen, y que componen el tracto nigrostriatal.
Las evidencias de los estudios con ratones apoyan la hipótesis de que las células
madres del mesencéfalo resultan en neurogénesis en la sustancia negra. Las lesiones
ocasionan aumento en el reemplazo neuronal157.
A los pacientes con Mal de Parkinson se les diagnostica con gran frecuencia depresión,
la cual, además, es acompañada de alta incidencia de síntomas de ansiedad 159. Los
sujetos con Parkinson y con depresión muestran pérdida neuronal significativa en el
área tegmental. Esta área relacionada con la sustancia negra, suministra dopamina al
sistema límbico y a la corteza cerebral160.
Las proyecciones de la corteza prefrontal, de los núcleos de la línea media del tálamo,
del hipocampo y de la amígdala, terminan en el núcleo accumbens. Estas conexiones
pueden permitir al núcleo accumbens influir en la excitación, atención y función
cognitiva161. El núcleo accumbens ha sido descrito como una interfase límbica-motora;
une estructuras motivacionales límbicas y sus señales de salida se dirigen a estructuras
asociadas con procesos motores, incluyendo al globo pálido, la sustancia negra y el
núcleo tegmental pedúnculo pontino162.
Sistema Límbico.
El término lóbulo límbico fue usado por el médico francés Paul Broca para designar
estructuras en el limbo o en el margen de la corteza cerebral. Estas estructuras
aparecen en arco con forma de “C” en las superficies medial e inferior de los
hemisferios cerebrales que rodean a los ventrículos laterales. Broca definió al lóbulo
límbico como la circunvolución parahipocámpica cingulada.
El sistema límbico proporciona al animal los medios para relacionarse con el medio
ambiente y con otras especies que lo rodean. Se ocupa en su mayor parte de las
actividades primordiales, como alimentación y sexo, mientras que otras funciones
están relacionadas con los sentimientos y emociones.
Los núcleos septales han sido implicados en la memoria, son núcleos colinérgicos y
presentan degeneración en el Mal de Alzheimer179. Lesiones en humanos, que incluyan
el área septal, pueden producir pérdida de la memoria junto con hiperemocionalidad
180
. El núcleo accumbens es reconocido como centro de recompensas del cerebro, y se
asocia con la actividad motora y las acciones reforzadas de los psicoestimulantes y
otros fármacos aditivos, incluso la función de los fármacos elevadores del humor, se
cree que coincide con la liberación de dopamina liberada por este núcleo 181. Las
recompensas alimenticias, por ejemplo Chocolate, producen liberación de dopamina
en la corteza accumbens.
La amígdala es un complejo nuclear que se localiza en el lóbulo temporal, muy dentro
del uncus. Esta es una de las estructuras límbicas más estudiadas. Su función se
relaciona con nuestra vida emocional, por lo que ha sido llamada con el nombre de
“Corazón y Alma de la Red Emocional del Cerebro”. Aunque la amígdala se ha asociado
con la ansiedad y el temor, actualmente se reconoce que se activa por emociones
positivas y negativas, por ejemplo, al presentar un rostro de un individuo nuevo la
amígdala hace correspondan las características faciales del nuevo individuo, con las
experimentadas en el pasado y asignar una emoción, y así se prejuzga al individuo. La
función de la amígdala es asociar el significado emocional con la experiencia común,
especialmente cuando se relaciona con la ansiedad y el miedo.
Sistema Ventricular.
El sistema ventricular está conformado por las cavidades y comunicaciones que existen
en el interior del encéfalo y de la médula espinal. Las estructuras que lo forman se
resumen a continuación: ventrículos laterales (uno en cada hemisferio cerebral) que
comunica a través del agujero interventricular (agujero de Monro) con el tercer
ventrículo (situado en el diencéfalo). Este a su vez comunica con el cuarto ventrículo
por medio del acueducto cerebral (acueducto de Silvio). El cuarto ventrículo se
continúa inferiormente con el conducto central o ependimario de la médula espinal y
éste a su vez se continúa hacia abajo hasta el ventrículo terminal. Y lateralmente el
cuarto ventrículo comunica por los agujeros laterales con el espacio subaracnoideo.
Cuarto ventrículo.
Tercer ventrículo.
El tercer ventrículo es una estrecha cavidad en forma de hendidura limitada por las
formaciones diencefálicas. Sus paredes laterales, están formadas por las caras mediales de los
tálamos. La pared anterior, la forman la lámina terminal y la comisura cerebral anterior. La
pared inferior, la forman el quiasma óptico, el infundíbulo, el tuber cinereum y los cuerpos
mamilares. Su pared superior, por el epitálamo, la tela coroidea, el fornix y el cuerpo calloso.
En la cavidad del tercer ventrículo se observa la adhesión intertalámica, que une a las caras
mediales de los tálamos.
El tercer ventrículo comunica con el cuarto ventrículo a través del acueducto del cerebro
(acueducto de Silvio). Además comunica con los ventrículos laterales por los orificios
interventriculares o de Monro. La cavidad del tercer ventrículo presenta pequeñas
prolongaciones, denominadas recesos, los cuales se resumen a continuación: receso
supraóptico (situado por encima del quiasma óptico), receso infundibular (en la región del
infundíbulo), receso pineal (a nivel de la epífisis) y receso suprapineal.
Ventrículos laterales.
Los ventrículos laterales son las cavidades situadas en los hemisferios cerebrales. Cada
ventrículo lateral comunica con el tercer ventrículo por el orificio interventricular. En cada
ventrículo lateral se describe una parte central y tres cuernos (anterior, posterior e inferior).
La parte central se extiende desde al nivel del orificio interventricular hacia atrás hasta la
región del rodete del cuerpo calloso, donde se divide en los tres cuernos. El techo de la parte
central está conformado por el cuerpo calloso. La pared medial por el septum pellucidum. El
piso por el fornix, el plexo coroideo, el tálamo y el núcleo caudado.
Líquido cerebroespinal.
La absorción del líquido cerebroespinal parece realizarse principalmente al nivel de los senos
de la duramadre y de las granulaciones aracnoideas, que lo filtran hacia la sangre venosa y
hacia las pequeñas lagunas linfáticas que en vuelven la emergencia de los nervios craneales y
espinales.
Las tomas de muestras del líquido cerebroespinal para exámenes de laboratorio suelen
realizarse por punción al nivel de la cisterna cerebelomedular y a través de los espacios
intervertebrales tercero y cuarto lumbares de la columna vertebral, porque a este nivel no se
corre el peligro de lesionar a la médula espinal.
La presión del líquido es medida durante la punción, el examen físico y los estudios citológicos,
químicos y serológicos del líquido proporcionan datos importantes referentes a la etiología y
evolución de procesos patológicos del sistema nervioso.
La obstrucción del acueducto del cerebro provoca estasis en el tercer ventrículo y en los
ventrículos laterales. Las obliteraciones de los orificios laterales y medio del cuarto ventrículo
determinan acúmulo del líquido en todo el sistema ventricular encefálico. Esto sí es progresivo
comprime al tejido nervioso que lo rodea, contra el estuche óseo y determina hidrocefalia, que
se manifiesta por amplias cavidades ventriculares.
Entre las regiones más accesibles al sistema nervioso central se encuentran los ventrículos
laterales, el tercer ventrículo, el acueducto del cerebro y el espacio subaracnoideo de la base
del cráneo, se realiza la neuronavegación con endoscopía cerebral. La endoscopía cerebral
flexible como parte de la cirugía neurológica de mínima invasión, es una nueva opción para el
tratamiento de las afecciones neurológicas, que ofrece indudables ventajas en el campo
quirúrgico. El examen neuroendoscópico de los espacios intracraneales ha permitido entender
bajo visión directa el comportamiento de las estructuras neurovasculares relacionadas con las
diferentes patologías que alteran o modifican su morfología, trayectoria o dinámica del líquido
cerebroespinal. La endoscopía cerebral rígida tiene algunas ventajas en el tratamiento de
algunas patologías como tumores cerebrales y drenaje de hematomas. Pero la endoscopía
cerebral flexible nos permite introducirnos en la intimidad del encéfalo. En la actualidad,
gracias a los sistemas de luz y de fibra óptica dentro de un endoscopio flexible, nos ha sido
posible navegar libremente por todo el sistema ventricular y el espacio subaracnoideo de la
base del cráneo y tratar patologías en estos sitios 187.
Tomografía computarizada.
Resonancia magnética.
Neumografía intracraneal.
La neumografía intracraneal consiste en colocar aire dentro del sistema ventricular y del
espacio subaracnoideo. Debido a que le aire u oxígeno son menos densos que el líquido
cerebroespinal y que le tejido nervioso, pueden visualizarse los ventrículos y los surcos
cerebrales. El aire u oxígeno se introduce mediante una punción lumbar, luego se efectúan
radiografías del cráneo. En un ventriculograma el aire u oxígeno se introduce en un ventrículo
lateral a través de una aguja colocada de un agujero del cráneo (en el niño pequeño la aguja
se puede insertar a través de una sutura). Luego se realizan radiografías del cráneo. En la
ventriculografía solo se visualizan los ventrículos.
La irrigación del sistema nervioso central tiene una importancia extraordinaria, debido a la lata
especialización de las neuronas y su conocida vulnerabilidad a la privación de oxígeno. Si a esto
se añade la incapacidad de regeneración de las neuronas, el efecto de la interrupción del
aporte sanguíneo representa siempre un riesgo de destrucción que generalmente es definitiva.
Desde el punto de vista de consumo energético, las neuronas utilizan oxígeno y glucosa. Esta
última procede de la sangre circulante, ya que no existen reservas glucogénicas en el encéfalo
y la respiración hística es fundamentalmente aeróbica en el adulto. Este hecho significa, que
además de una necesaria elevada concentración de oxígeno, el sistema nervioso requiere de
un aporte constante de glucosa, que representa el 70% de la entrega hepática.
Todas estas características crean en el sistema nervioso una gran dependencia en relación con
la circulación sanguínea y ello determina en su sistema vascular una serie de características
anátomo-funcionales que le son peculiares y que tienen como objetivo fundamental garantizar
u n aporte arterial lo más seguro posible y un drenaje fácil y rápido.
Las vías sanguíneas que irrigan al encéfalo están constituidas por cuatro grandes arterias, las
dos carótidas internas y las dos vertebrales, las cuales dan origen a las arterias cerebral
anterior y media, y cerebral posterior respectivamente.
Las vías de desagüe venoso son muy numerosas y aunque en su gran mayoría confluyen en las
dos venas yugulares internas, existen además otras comunicaciones con la red extracraneal. El
sistema vascular del encéfalo varía notablemente en sus características anatómicas a través de
la filogenia, en estudios realizados en tres mamíferos diferentes, la composición del círculo
arteria del cerebro (polígono de Willis), es similar, pero sin embargo, el calibre de los vasos
componentes es tan distinto que la significación funcional varía totalmente en cada uno de
ellos. En los toros y vacas, la entrada es totalmente carotidea y el sistema vascular vertebral
basilar es insignificante. En el lémur, ocurre todo lo contrario, la entrada predominante es
vértebro-basilar y la carotidea resulta muy pequeña. En el hombre, ambas entradas son
igualmente importantes y las comunicaciones posteriores suelen ser de pequeño calibre, lo
cual en las condiciones dinámicas habituales hacen independientes ambas circulaciones.
Como una garantía a la necesidad de un aporte sanguíneo constante y preferente, el sistema
arterial del encéfalo presenta numerosas anastomosis de seguridad, que permiten el
restablecimiento o el aseguramiento de la circulación en un determinado territorio, cuando
alguno de sus vasos sufre una interrupción parcial, total, transitoria o definitiva.
La irrigación sanguínea del encéfalo se realiza a través de dos sistemas arteriales: El sistema de
las arterias vertebrales y el sistema de las arterias carótidas internas.
Pedúnculos cerebrales.
Lámina cuadrigémina.
Parte posterior del hipotálamo.
Cuerpos mamilares.
Tálamo (núcleos ventrolateral y pulvinar).
Cuerpo geniculado lateral.
Núcleo rojo.
Núcleo subtalámico.
Sustancia negra.
Cuña.
Surco calcarino.
Giro del hipocampo.
Giro fusiforme.
Giro occipitotemporal.
Giro lingual.
La arteria comunicante posterior es un vaso sanguíneo muy importante del piso del diencéfalo.
De ella se desprenden ramitos que irrigan al tuber cinereum, la parte anterior de los
tubérculos cuadrigéminos, la parte posterior del quiasma óptico y la hipófisis. En las
angiografías laterales es visible esta arteria, como un vaso sanguíneo saliendo del sifón
carotideo, que se dirige en dirección occipital, pudiéndose ver continuándose con la arteria
cerebral posterior.
La arteria carótida interna constituye una de las ramas terminales de lo arteria carótida
común. Nace aproximadamente al nivel del hueso hioides, desde su origen tiene una
trayectoria ascendente por el cuello, pareciendo ser la continuación de la carótida común,
hasta alcanzar en la base del cráneo el agujero carotideo externo, a través del cual penetra a la
porción petrosa del temporal, formando el conducto carotideo y luego en el agujero carotideo
interno alcanza el seno cavernoso, dando sus ramos terminales, las arterias cerebrales anterior
y media.
Quiasma óptico.
Fascículo óptico.
Hipotálamo (núcleos supraóptico y paraventricular).
Cabeza del núcleo caudado.
Brazo anterior de la cápsula interna.
Cara inferior del lóbulo frontal (giros, recto y orbitales).
Bulbo olfatorio.
Cara medial del cerebro desde el polo frontal hasta el surco parietooccipital.
Rodete del cuerpo calloso.
Cara superolateral del cerebro (giro frontal superior, parte superior del giro precentral
y postcentral, lobulillo parietal superior).
Núcleo lenticular.
Cápsula externa.
Claustro.
Cuerpo del núcleo caudado.
Brazo posterior de la cápsula interna.
Rodilla de la cápsula interna.
Región posterior del brazo anterior de la cápsula interna.
Insula.
La mayor parte de la cara supero lateral del cerebro (giros frontales superior, medio e
inferior, surcos, central, precentral y postcentral, lobulillos parietales superior e
inferior, polo temporal, giros temporales superior y medio, giros supramarginal y
angular).
El círculo arterial del cerebro está situado en la base del encéfalo entre las ramas de ambos
lados de las arterias vertebrales y las carótidas internas. Sus interesantes relaciones con la
hipófisis, el piso del diencéfalo, el quiasma óptico, los fascículos ópticos, los tractos o citillas
ópticas y el tercer nervio craneal, así como las numerosas variaciones de las anastomosis entre
estas arterias, son datos de máxima importancia para entender la circulación encefálica.
En la constitución del círculo arterial del cerebro entran las arterias cerebrales posteriores,
comunicantes posteriores, las carótidas internas en su porción terminal, las arterias cerebrales
anteriores y las arterias comunicantes anteriores. Las arterias comunicantes posteriores
constituyen un ramo anastomótico, que une a la arteria cerebral posterior con la carótida
interna, y limitan por detrás al círculo arterial del cerebro. Las arterias comunicantes
anteriores, unen a las arterias cerebrales anteriores en su trayecto, completándose de esta
forma el círculo arterial del cerebro.
La existencia del círculo arterial del cerebro, típico tal como se explicó, solo se observa en
menos de la mitad de los casos. Las variaciones son muy numerosas y su conocimiento es
importante, tanto por la significación funcional coma para el neurocirujano. Lo más llamativo,
es que el círculo arterial del cerebro no este cerrado por estar ausente una de las arterias
comunicantes anteriores. Por el contrario, en otros casos, una de las arterias comunicantes
anteriores es tan voluminosa que se continúa con la cerebral posterior de ese lado, y el origen
de la cerebral posterior a partir del tronco basilar o no existe, o es una fina ramita. También se
señala con frecuencia la existencia de aneurismas en las arterias componentes del círculo
arterial del cerebro.
En las arteriografías carotideas, en la vista lateral, pueden identificarse muy bien a las arterias
cerebral anterior y cerebral media, y muchos de sus ramos. La arteria cerebral posterior se
pone generalmente de manifiesto en las arteriografías por la inyección de la arteria vertebral.
Las venas del encéfalo desembocan en los senos venosos de la duramadre, dispositivos
especiales de paredes rígidas que facilitan la circulación de la sangre venosa por el interior de
la cavidad craneal. En lo senos venosos de la duramadre no existen válvulas, de tal forma que,
según las necesidades circulatorias, la sangre podrá avanzar en diferentes direcciones. Las
venas surgen de la corteza y de la sustancia blanca subcortical y desembocan en los senos
venosos de la duramadre.
Los senos venosos del adulto se dividen de acuerdo a sus situaciones, en pares e impares. Los
senos impares y medios son el sagital superior, el sagital inferior y el recto. Los pares, son el
transverso y el sigmoideo, que se continúa con la vena yugular interna del lado
correspondiente. Por medio de estos senos se drena la mayor parte de la sangre encefálica,
con excepción de la cara basal del cerebro. La sangre procedente de eta región del encéfalo es
recogida por los senos cavernosos y por medio de los senos petrosos superior e inferior, que
llevarán la sangre en dirección al seno sigmoideo y a la yugular interna.
El seno sagital superior se localiza inferiormente a la sutura sagital, en el espesor del borde
superior de la hoz del cerebro. Se extiende desde la crista galli hasta la protuberancia occipital
interna.
El seno sagital inferior de menor diámetro y capacidad, sigue el borde inferior de la hoz del
cerebro. Llegando a la unión de la hoz del cerebro con la tienda del cerebelo, recibe a la vena
cerebral magna o de Galeno. A este nivel aumenta su diámetro y es llamado seno recto,
siguiendo el espesor de la tienda del cerebelo en la línea media, desembocando a nivel de la
protuberancia occipital interna en la confluencia de los senos venosos.
La vena cerebral magna, es un vaso sanguíneo que se extiende desde la parte inferior del
rodete del cuerpo calloso al seno recto. Recibe la mayor parte de la sangre venosa de las
estructuras profundas del cerebro.
El seno cavernoso deja su huella en la cara lateral del cuerpo del esfenoides. En su interior
engloba a la porción intracraneal de la arteria carótida interna, que junto con el nervio
abductor ocupan su interior. Ambos senos cavernosos están unidos entre sí por delante y por
detrás dl infundíbulo o tallo hipofisario, de tal forma que la hipófisis se encuentra rodeada de
un anillo venoso o senos intercavernosos.
El seno cavernoso, por delante se extiende hasta la fisura orbitaria superior (hendidura
esfenoidal), por su extremo anterior recibe sangre procedente de la órbita a través de la vena
oftálmica superior. Por detrás el seno cavernoso, se continúa con los senos petrosos superior e
inferior.
Angiografía Cerebral.
En el feto, y el recién nacido prematuro, en los que estas barreras, no está completamente
desarrolladas, las sustancias tóxicas como la bilirrubina, pueden penetrar al sistema nervioso
central y producen una coloración amarillenta del encéfalo y quernictero. Esto no ocurre en el
organismo adulto.
Cualquier trauma del cerebro, si es debido a traumatismos directo o toxinas inflamatorias o
químicas, producen una ruptura de la barrera hematoencefálica, lo que permite la libre
difusión de grandes moléculas al tejido nervioso. Se cree que esto se debe a la destrucción de
las células endoteliales vasculares o a la alteración de sus uniones estrechas.
La fenilbutazona es un fármaco que se une a las proteínas plasmáticas, y por ello, la molécula
fármaco-proteína, de gran tamaño es incapaz de atravesar la barrera hematoencefálica.
Los tumores cerebrales poseen vasos sanguíneos que no tiene barrera hematoencefálica. Los
astrocitomas anaplásicos malignos, los glioblastomas y los tumores metastásicos secundarios,
carecen de barrera hemotoencefálica normales. Sin embargo, los tumores de lento
crecimiento a menudo tienen barreras vasculares normales.
Vías Nerviosas.
Vías ascendentes.
Las vías sensitivas que terminan en la corteza cerebral, hacen escala en los núcleos talámicos,
con excepción de la vía olfativa.
Las fibras aferentes que entran al sistema nervioso central son los axones procedentes de las
neuronas situadas en la raíz posterior de los nervios espinales o en la composición de los
nervios craneales. Las neuronas sensitivas al nivel de lo médula espinal se localizan en el
ganglio espinal (ganglio raquídeo); y en los nervios craneales se localizan en los ganglios
sensitivos correspondientes, teniendo cada uno un nombre propio. La entrada aferente se
produce por las prolongaciones centrales de las neuronas sensitivas, ubicadas en los ganglios
sensitivos.
Sensibilidad exteroceptiva.
Para la descripción de ésta vía, partimos de que la información procedente de los receptores
entra por vía de las prolongaciones centrales de las neuronas sensitivas ganglionares, donde se
localizan neuronas sensitivas (primeras neuronas). En el caso de los nervios espinales, estas
prolongaciones conforman parte de la raíz posterior del nervio espinal y al penetrar a la
médula espinal, las prolongaciones centrales de estas neuronas, forman ramos ascendentes y
descendentes, entrando en la zona de Lissauer (fascículo dorsolateral). Al nivel de la médula
espinal. Estas fibras establecen sinapsis con las neuronas intercaladas localizadas en el cuerno
posterior (núcleo gelatinoso), aquí se sitúan las segundas neuronas de la vía. En el caso de la
cabeza, este tipo de sensibilidad, transcurre por el nervio trigémino, en el cual se describe el
ganglio trigeminal (ganglio de Gasser), donde se localizan las neuronas sensitivas y en el
sistema nervioso central, se describen los núcleos sensitivos pontino y espinal del trigémino,
donde se localizan las segundas neuronas de esta vía.
En el caso de la médula espinal, de los núcleos de las neuronas intercaladas, parten axones que
cruzan la línea media, ventral al canal central, por la comisura blanca (decusación de la vía), y
se sitúan en el funículo lateral del lado opuesto, ascendiendo como tracto espinotalámico
lateral. En su trayectoria por la médula oblongada y puente, el tracto espinotalámico lateral se
une al lemnisco medial (cinta de Reil) y después de atravesar el tronco encefálico, llega al
núcleo ventral- postero-lateral del tálamo, donde se sitúan las terceras neuronas de la vía.
Desde los núcleos del tálamo que hemos mencionados para esta vía, parten fibras de
proyección hacia la corteza del giro postcentral y lobulillo parietal superior (corteza sensorial).
En las vías de sensibilidad táctil se distinguen tres tipos de receptores, localizados en la piel, los
cuales se resumen a continuación: Los discos táctiles de Merkel, los corpúsculos táctiles de
Meissner y las terminaciones nerviosas en las raíces de los pelos. Partiendo de ellos, las
prolongaciones periféricas de las neuronas sensitivas ganglionares (primera neurona), llevan la
información hacia el ganglio sensitivo y luego las prolongaciones centrales de estas neuronas
entren en la médula espinal por la raíz posterior de los nervios espinales; en el caso de la
cabeza, la información es llevada hacia el tronco encefálico, por las fibras sensitivas del nervio
trigémino. En la médula espinal, un grupo de fibras terminan en los cuernos posteriores
(núcleo esponjoso) y otro grupo pasan directamente al funículo posterior, por donde
ascienden, formando los fascículos grácil y cuneiforme hasta llegar a los núcleos de igual
nombre, situados en la cara posterior de la médula oblongada, aquí se sitúan las neuronas
intercaladas de ésta vía nerviosa (segunda neurona). Los axones de las segundas neuronas,
cruzan la línea media; en la médula espinal lo hacen por la comisura blanca, ascendiendo
después por el funículo anterior, constituyendo el tracto espinotalámico anterior (tacto ligero
o no discriminativo). Las fibras que ascienden por el funículo posterior de la médula espinal,
formando los fascículos grácil y cuneiforme (tacto profundo o discriminativo), harán sinapsis
en los núcleos grácil y cuneiforme, y los axones de estas neuronas se decusan a nivel del
puente formando el lemnisco medial (cinta de Reil).
Es importante destacar, que las fibras de la sensibilidad táctil ascienden en parte por el
funículo anterior y en parte por el funículo posterior. Por lo que una lesión de uno de estos
funículos no abolirá por completo la sensibilidad táctil.
En el caso del tronco encefálico, desde los núcleos sensitivos del nervio trigémino parten
axones de las segundas neuronas de esta vía, y cruzando la línea media, forman el lemnisco
trigeminal, ascendiendo hasta el núcleo ventro-postero-medial del tálamo, donde se localizan
las terceras neuronas.
Desde los núcleos del tálamo, parten fibras que se proyectan en el giro postcentral y lobulillo
parietal superior, donde se localiza el extremo cortical del analizador cutáneo.
En esta vía las prolongaciones periféricas de las neuronas sensitivas establecen contacto con
los receptores descritos anteriormente. Los cuerpos neuronales de las primeras neuronas
(sensitivas) se localizan en el ganglio espinal y las prolongaciones centrales de las mismas
penetran al sistema nervioso central por las raíces posteriores de los nervios espinales,
constituyendo fibras ascendentes largas, que suben por el funículo posterior, y llegan hasta la
médula oblongada, donde terminan en los núcleos grácil (Goll) y cuneiforme (Burdach), lugar
de localización de las segundas neuronas.
En el núcleo cuneiforme terminan las fibras de la región cervical y de los segmentos superiores
de la médula torácica. En el núcleo grácil, terminan las fibras de los segmentos inferiores de la
médula torácica, lumbares y sacros. En el núcleo cuneiforme también terminan fibras de la
sensibilidad táctil.
Las fibras de los núcleos grácil y cuneiforme cruzan a línea media en la parte inferior de la
médula oblongada, constituyendo la decusación del lemnisco medial. Al nivel del puente se
añaden al lemnisco medial las fibras del tracto espinotalámico lateral.
La vía propioceptiva inconsciente termina en el cerebelo, que recibe impulsos de los músculos
y tendones del aparato locomotor. Y sus fibras eferentes actúan sobre el núcleo rojo y el
tálamo; y por medio de éste, sobre el cuerpo estriado, estableciéndose la coordinación
muscular.
Los receptores de esta vía, se localizan en el huso neuromuscular. Las primeras neuronas, se
localizan en el ganglio espinal, y desde aquí sus prolongaciones centrales entran al sistema
nervioso central, estableciendo sinapsis con las neuronas intercaladas, situadas en el cuerno
posterior de la médula espinal, en el núcleo torácico o columna de Clarcke. Los axones de las
segundas neuronas entran en el funículo lateral, ocupando su parte dorso lateral. Son axones
homolaterales, que ascienden por el cordón lateral hacia la médula oblongada constituyendo
el fascículo espinocerebeloso posterior (fascículo dorsal de Flechsing). Al nivel de la médula
oblongada, las fibras de este fascículo, siguiendo el pedúnculo cerebeloso inferior (cuerpo
restiforme), llegan a la corteza cerebelosa.
Las neuronas intercaladas situadas en el cuerno posterior, también envían axones que cruzan
la línea media por la comisura blanca de la médula espinal, y llegan a la parte superficial y
ventral del funículo lateral, donde constituyen el fascículo espinocerebeloso anterior (cruzado
de Gower). Este fascículo llega a la médula oblongada, puente y mesencéfalo. Al nivel del
mesencéfalo, la mayoría de sus fibras sufren una segunda decusación y entran en el cerebelo a
través del pedúnculo cerebeloso superior, terminando en la corteza cerebelosa.
Una lesión en la parte lateral de la médula oblongada, por una trombosis de una arteria, puede
afectar a los fascículos espinocerebelosos, el tracto espinal del nervio trigémino y el tracto
espinotalámico lateral, con integridad del lemnisco medial. Como resultado de éste tipo de
lesión, existirá en el lado de la lesión incoordinación de los movimientos de los miembros, pero
con conservación de la sensibilidad profunda consciente y de la táctil discriminativa por la
integridad dl lemnisco medial. En el lado opuesto de la lesión, las sensibilidades térmica y
dolorosa estarán abolidas, pues las fibras del tracto espinotalámico lateral, es cruzado en la
médula espinal. En la cara, la termoalgesia será del mismo lado de la lesión por no haberse
cruzado las fibras del nervio trigémino. Las fibras motoras de los nervios glosofaríngeo y vago
pueden verse afectadas, por lo que se observa parálisis del paladar blando y del pliegue vocal
de lado de la lesión.
La lesión del cordón posterior, por ejemplo: en la Tabes Dorsal, provocará ausencia de la
sensibilidad propioceptiva consciente, El paciente no puede mantenerse de pie con los pies
juntos y los ojos cerrados (signo de Romberg). La falta de información sobre la posición de
nuestros músculos y articulaciones, es la causa de no poder mantener el equilibrio cuando
falta la información visual. Se conserva la sensibilidad térmica y dolorosa. Esta se afecta en las
lesiones del cuerno posterior, por ejemplo, en la siringomielia, pero no de la propioceptiva
consciente y táctil discriminativa.
Vía visual.
La vía visual se inicia en la retina, donde están situados los fotorreceptores, que transforman
los estímulos luminosos en señales neurales. Los receptores son los conos para la visión en
colores, y los bastones, para la visión en blanco y negro. En la retina se describen también a las
células ganglionares (neuronas sensitivas bipolares), que establecen sinapsis con los
fotorreceptores. En la retina también se describen a las células multipolares (neuronas
intercaladas), cuyos axones forman al nervio óptico. El nervio óptico, se observa salir de la
retina en el fondo fe ojo, por el disco óptico (punto ciego de la retina) el nervio puede
identificarse saliendo del globo ocular por el polo posterior del mismo y luego de su corta
trayectoria por la órbita, ingresa a la cavidad craneal a través dl conducto del nervio óptico.
Dentro de la cavidad craneal las fibras procedentes de cada retina nasal se entrecruzan,
constituyendo la decusación de la vía óptica, formándose el quiasma óptico. De los extremos
posteriores del quiasma óptico emergen los tractos o cintillas ópticas, las cuales están
conformadas por axones de neuronas procedentes de las retinas nasales del ojo contrario y de
la temporal del mismo ojo.
Las prolongaciones de las segundas neuronas (células multipolares) de la vía visual establecen
sinapsis con las neuronas de los núcleos geniculados laterales del tálamo, donde se localizan
las terceras neuronas de la vía visual y desde aquí, los axones de estas neuronas se proyectan a
la corteza visual primaria, a través de las radiaciones ópticas. La corteza visual primaria se
localiza en la cara medial del lóbulo occipital, en los bordes y profundidad del surco calcarino.
Enla vía visual también se describen que algunas fibras del tracto óptico establecen sinapsis en
el mesencéfalo con los núcleos pretectales; estas fibras llegan hasta aquí por los brazos de los
colículos superiores. Los núcleos pretectales participan en los reflejos pupilares, que regulan la
cantidad de luz que llega a la retina.
La destrucción completa del nervio óptico por tumores y vasculopatías produce ceguera de un
ojo. La lesión del quiasma óptico, por ejemplo, en el caso de un tumor de la glándula hipófisis,
que desplaza e invade al quiasma óptico, lesiona a las fibras que se decusan a este nivel, lo cual
provoca un defecto del campo visual temporal bilateral, denominado hemianopsia heterónima
bitemporal.
El daño del tracto óptico o del núcleo geniculado lateral, debido a tumores o a un accidente
vascular, produce un defecto en el campo visual contralateral, denominado hemianopsia
homónima.
Una lesión en la corteza visual primaria, por un accidente vascular en la arteria cerebral
posterior, produce un déficit en el campo visual contralateral que a menudo preserva la región
macular del campo visual (hemianopsia homónima con preservación macular).
Vía auditiva.
El proceso de la audición se inicia en la superficie del cuerpo, ya que los sonidos son captados y
conducidos por el pabellón auricular y el conducto auditivo externo, hasta la membrana
timpánica.
Las vías auditivas ascendentes de cada lado del tronco encefálico transportan información
procedente de los dos oídos. ¿Cuál es la importancia clínica de la organización bilateral de las
conexiones auditivas centrales? Una lesión unilateral del tronco encefálico no provocará
sordera de un oído, salvo que la lesión destruya a los núcleos cocleares o a las fibras de
entrada de la porción coclear del nervio vestíbulococlear. La representación bilateral de los
sonidos proporciona un mecanismo para la localización de los sonidos y sirve para mejorar la
detección de los mismos a través de la suma de las informaciones aferentes convergentes.
La vía auditiva continúa ascendiendo desde los colículos inferiores al núcleo geniculado medial
del tálamo, donde se localizan las terceras neuronas (intercaladas), y después continúan a la
corteza auditiva primaria, a través de la radiación auditiva. El extremo cortical del analizador
de la audición se localiza en la fisura lateral del cerebro, en la superficie superior del giro
temporal superior (circunvolución de Hesch o área 33 de Wernick).
Las vías descendentes agrupan un conjunto de estructuras que constituyen la base de los
reflejos que garantizan la postura y el movimiento, así como las acciones motrices voluntarias
y de tipo autónomo o visceral.
El arco reflejo presenta un componente eferente representado en los segmentos por los
núcleos motores, de los que parten fibras motoras qué transcurriendo por los nervios
espinales, plexos, nervios terminales y por los nervios craneales, llegan hasta los órganos
efectores. A estos núcleos llegan fibras de las vías motoras, provenientes tanto de la corteza
cerebral, que transmiten impulsos nerviosos pertenecientes a la información motora
voluntaria, como aquellos que permiten que los movimientos sean bien hechos y coordinados,
los que son mediados por fibras que se originan de otros núcleos de sustancia gris dentro del
sistema nervioso central.
Existen tres sistemas motores importantes: el sistema motor piramidal, el sistema motor
extrapiramidal y las vías motoras cerebelosas.
El sistema motor piramidal abarca un conjunto de fibras de proyección que se extienden desde
la corteza motora primaria, hasta las motoneuronas periféricas localizadas en los núcleos
motores de los nervios craneales y en los cuernos anteriores de la médula espinal.
Constituyendo la base anatómica de la transmisión de los impulsos de la información motora
voluntaria.
De la corteza motora primaria parten axones pertenecientes a las neuronas centrales, los
cuales conforman un importante funículo que desciende por la corona radiada y transcurre
después por la cápsula interna hasta llegar al tronco encefálico, por donde pasa por la base de
los pedúnculos cerebrales, a nivel del mesencéfalo; por la parte anterior del puente y por la
irámides de la médula oblongada. A este nivel un grupo numeroso de sus fibras cruzan la línea
media hacia el lado opuesto, penetrando en la médula espinal por el funículo lateral como
tracto corticoespinal lateral, terminando en las motoneuronas del cuerno anterior. El resto de
las fibras no cruzadas transcurren por el funículo anterior de la médula espinal como tracto
corticoespinal anterior. Estas fibras cruzan al lado opuesto por la comisura blanca de la médula
espìnal, terminando en las motoneuronas del cuerno anterior. Las fibras de los tractos
corticoespinales transcurren por los dos tercios anteriores del brazo posterior de la cápsula
interna.
En el mesencéfalo hay fibras que terminan en los núcleos de los nervios oculomotor y troclear,
otras fibras cruzan dorsalmente el puente y terminan en los núcleos motores del trigémino y el
facial. Algunas fibras llegan al lemnisco medial y descienden mezcladas con ellas, dando un
contingente de fibras a los núcleos motores de los nervios abductor y facial. Otras fibras
alcanzan al núcleo ambiguo.
Las lesiones que afectan el brazo posterior de la cápsula interna, la parte ventral del tronco
encefálico y la médula espinal hacen que algunas neuronas pierdan su control sobre las
contracciones de la musculatura voluntaria del cuerpo, produciendo un cuadro de déficit
motor. Al principio los signos físicos dominantes incluyen la parálisis fláccida y la disminución
de los reflejos miotáticos de estiramiento, y pérdida del tono muscular. Unas semanas después
de ocurrir la lesión aparece un aumento del tono muscular, espasticidad y aparición de los
reflejos anormales, el más notable de los mismos es el signo de Babinski (dorsiflexión del dedo
gordo del pie ante el estímulo plantar).
Las parálisis de los nervios craneales y de los nervios espinales, pueden ser debidas a lesiones
en el trayecto periférico del nervio, o en el interior del sistema nervioso central. Las lesiones
centrales pueden supranucleares, nucleares o infranucleares. En las parálisis supranucleares
no existe atrofia de los músculos, mientras que en la nucleares y en las infranucleares, sí.
Las lesiones supranucleares de los nervios craneales por lesiones del tracto cortico nuclear,
solo originan una parálisis completa de la lengua, del facial inferior y a veces del párpado
superior del lado opuesto a la lesión, por ser los únicos cuya inervación es heterolateral. Junto
a esto existe parálisis de la dirección de la mirada hacia el lado de la lesión. Existirá casi
siempre hemiplejia heterolateral por la lesión de la vía piramidal.
En la parálisis del núcleo oculomotor, debido a la gran extensión de este núcleo, es posible que
no todos los músculos estén paralizados. Con frecuencia, el músculo constrictor de la pupila, el
músculo ciliar y el elevador del párpado superior están indemnes y a veces la parálisis solo es
completa en los músculos cuyas fibras son exclusivamente heterolaterales, como el recto
inferior.
Una parálisis total del nervio abductor y del facial de un lado, indica una lesión nuclear del
nervio abductor del lado correspondiente, pues la rodilla del facial está tan cerca que es
imposible que no se afecte simultáneamente. Junto con esto existe casi siempre una parálisis
de la dirección de la mirada hacia el lado enfermo.
En las lesiones nucleares del facial, la parálisis solo será completa en algunos casos, en el
inferior, pues las fibras radiculares del superior salen por los nervios faciales de ambos lados.
Las afecciones nucleares de los restantes nervios (V, IX, X y XI), la parálisis de los músculos es
completa, por ser fibras homolaterales.
Entre las afecciones más frecuentes del sistema extrapiramidal se citan, la enfermedad de
Parkinson, que se caracteriza por lentitud y pobreza de los movimientos intencionales, temblor
durante el reposo, que suele desaparecer durante el sueño. También se observa rigidez
muscular. Esta enfermedad se ve asociada con la pérdida de células de la sustancia negra y
disminución del contenido de dopamina en las terminaciones de los axones de las neuronas
que se proyectan desde la sustancia negra al núcleo caudado y al putamen.
Vía cortico-ponto-cerebelosa.
La zona intermedia de cada hemisferio cerebeloso recibe dos tipos de información cuando se
efectúa el movimiento: información directa de la corteza motora y del núcleo rojo, que indica
al cerebelo cual es el plan de movimientos programados para las próximas fracciones de
segundos. Y la información retrógrada desde la periferia corporal, es especial desde las partes
distales de los miembros, que informa al cerebro que movimiento tiene lugar en realidad.
Después que la zona intermedia del cerebelo ha comprobado los movimientos programados
con el movimiento real, el núcleo interpuesto envía señales de salida correctoras a la corteza
motora, a través de los núcleos de relevo del tálamo y al núcleo rojo, que dan lugar al tracto
rubroespinal, el cual se une al tracto corticoespinal para inervar a las motoneuronas más
laterales del cuerno anterior de la sustancia gris de la médula espinal, que son las neuronas
que controlan a las partes distales del as extremidades, en particular las manos y dedos.
Parece que el cerebelo compara las intenciones de los niveles superiores del sistema de
control motor, según le son transmitidas a la zona cerebelosa intermedia por el haz cortico-
ponto-cerebeloso, con la ejecución de las partes del cuerpo respectivas, según le son
transmitidas desde la periferia. De hecho, el tracto espinocerebeloso anterior, devuelve al
cerebelo una copia de las señales que llegan a los husos musculares y a otros órganos
propioceptores, junto con otros posibles mecanismos de aprendizaje cerebeloso, que
permitirán corregir con el tiempo los movimientos hasta que lleven a efecto las funciones
deseadas.
La vía cortico-ponto-cerebelosa está constituida por fibras de proyección cortical que llegan a
los núcleos propios del puente, de los que a su vez parten fibras hacia el cerebelo. Por esta vía,
la corteza cerebral influye y controla la actividad del cerebelo. La vía se inicia en distintas zonas
de la corteza cerebral frontal, parietal, occipital y temporal, donde están situadas las neuronas
centrales de la vía. El tracto fronto-pontino transcurre por el brazo anterior de la cápsula
interna y los restantes tractos (parieto-pontino, occipito-pontino y témporo-pontino), lo hacen
por el brazo posterior. Estas fibras descienden por la base de los pedúnculos cerebrales,
terminando en los núcleos pontinos o propios del puente, donde se localizan, las segundas
neuronas de la vía. Los axones de estas neuronas cruzan la línea media y penetran al
hemisferio cerebeloso contralateral por los pedúnculos cerebelosos medios, llegando hasta la
corteza del cerebelo, después de establecer sinapsis en los núcleos centrales del cerebelo.
Desde el cerebelo parten fibras hasta el núcleo ventral-lateral del tálamo; por las conexiones
de éste núcleo con la corteza cerebral, el cerebro puede ejercer una importante influencia
sobre las vías motoras corticales.
En resumen, los tractos descendentes descritos junto a la vía piramidal, constituyen el brazo
eferente, mediante el cual, el sistema nervioso suprasegmentario ejerce su control de toda la
actividad motora del organismo, dentro de los cual el cerebelo, con sus vías motoras, tiene una
importancia capital, fundamentalmente en la coordinación de los movimientos.
El fascículo piramidal, con relación al resto de la sustancia blanca de la médula espinal, es solo
el 5% en el elefante, el 10% en el perro, el 20% en el mono y alcanza el 30% en el hombre. El
aumento de tamaño del fascículo se debe al aumento del número de fibras y al calibre de las
mismas. El ratón posee alrededor de 32,000 fibras, el perro tiene 285,000; el chimpancé
800,000 y el hombre más de un millón de fibras 1.
De la vía piramidal dependen los movimientos voluntarios, pero, además, es clásico plantear
que tiene acción inhibidora sobre las neuronas radiculares, frenando y controlando, los
numerosos impulsos que llegan a ellas tanto de la médula espinal como de otras regiones
encefálicas. La lesión de la vía piramidal producirá no solo parálisis de los músculos
correspondientes, sino también un aumento de la excitación de las neuronas radiculares, que
se traduce en hipertonía e hiperreflexia (parálisis espástica). Cuanto mayor sea el desarrollo de
la vía piramidal tanto más depende el funcionamiento medular de la corteza cerebral. Por eso
la lesión de la corteza motora en los mamíferos inferiores originará solo trastornos reducidos y
de corta duración en el mecanismo motor, mientras que en el hombre produce una repentina
parálisis, de tal forma que la destrucción de ninguna otra vía originará una catástrofe tan
compleja y total.
En las lesiones piramidales que se observan en la clínica, existe espasticidad y aumento en los
reflejos, e incluso la aparición de reflejos anormales, como el de Babinski (flexión dorsal del
dedo gordo del pié, ante un estímulo en la piel de la planta, en lugar del reflejo normal de
flexión plantar). El reflejo de Babinski existe normalmente en el niño hasta que la mielinización
de la vía piramidal es completa. Es curioso éste hecho comparado con las experiencias de los
fisiólogos, estos, extirpando el área cuatro de la corteza cerebral o seccionando la vía piramidal
en la médula oblongada, en monos, obtienen una parálisis de carácter fláccido. Se deduce de
ello que la interrupción del haz piramidal por si solo origina una parálisis fláccida y que la
espasticidad se debería a la interrupción simultánea de las proyecciones extrapiramidales. En
efecto, si después de destruir el área cuatro, se lesiona una región del área seis (área de Hines)
aparece espasticidad.
El área motora de la corteza es muy extensa, por lo que en las lesiones limitadas en un aparte
de la misma pueden provocar parálisis limitadas en un solo miembro (monoplejias) o de una
porción del mismo, por ejemplo, de los dedos.
En la cápsula interna, la lesión tiene que ser muy pequeña para solo afectar un aparte del
fascículo piramidal. Lo más frecuente, es que abarcará a toda la vía, e incluso a las vías vecinas,
originando, en cuanto al fascículo piramidal se refiere una parálisis de los miembros
heterolaterales (hemiplejia).
Las parálisis de los nervios craneales en estos casos serán atróficas y degenerativas pues se
interrumpen las comunicaciones de las neuronas de estos nervios, donde radica el centro
trófico de los músculos que inervan.
Al nivel del entrecruzamiento piramidal una lesión podrá bloquear las vías piramidales de
ambos lados, paralizando los cuatro miembros (cuadriplejia). Una lesión, muy reducida en la
parte superior de la decusación puede paralizar a las dos extremidades inferiores (paraplejia
crural). En la parte inferior, las dos extremidades superiores (paraplejia braquial). Y en la parte
lateral, la extremidad superior de un lado y la inferior del lado opuesto (paraplejia cruciata).
En la médula espinal, la separación de la vía piramidal en dos tractos, hará que la lesión tenga
que ser muy extensa para afectarse toda, y en estos casos, la lesión alcanza muchos otros
tractos.
En las lesiones de las vías piramidales no se producirán atrofias musculares, más que a largo
plazo y por la falta de uso de los músculos. En efecto, el centro trófico de estos son las células
radiculares, y las lesiones que las afectan conducen a una rápida atrofia muscular de los grupos
comprometidos y a una desaparición de los reflejos.
Las fibras del tracto corticonuclear confluyen hacia la rodilla de la cápsula interna, aquí las
destinadas a los músculos del globo ocular, están situadas por delante de las corticobulbares. A
partir de aquí, y en dirección caudal, podemos dividir las fibras hendíos grupos, unas
descienden junto al tracto corticoespinal, cuya parte medial ocupan y a distintas alturas se
desprenden fibras que cruzan en dirección dorsal la porción correspondiente del sistema
nervioso y terminan en los núcleos motores de los nervios craneales de ambos lados.
Que una lesión mesencefálica o protuberancial alta que interrumpa el lemnisco medial
(cinta de Reil), provocará trastornos sensitivos, una parálisis del facial inferior, del
hipogloso y una hemiplejia del lado opuesto.
Por eso también, si la lesión cortical afecta el área del pie del giro frontal medio,
existirá también una desviación conjugada de la mirada hacia el lado de la lesión. Si
esta lesión, en vez de ser destructiva, es irritativa, el resultado, será inverso, el
enfermo mirará hacia el lado opuesto de la lesión.
Las parálisis supranucleares de los nervios craneales por lesiones del tracto
corticonuclear, solo originan una parálisis completa de la lengua, del facial
inferior y a veces, del párpado superior del lado opuesto a la lesión, por ser los
únicos cuya inervación es únicamente heterolateral. Junto a esto, existe una
parálisis de la dirección de la mirada hacia el lado opuesto a la lesión y una
desviación conjugada de los ojos hacia el lado de la lesión. Como el tracto
corticonuclear ocupa muy poca extensión, existirá casi siempre una hemiplejia,
también heterolateral, por la lesión de la vía piramidal.
Las lesiones nucleares de los nervios craneales ofrecen, además de atrofia y
degeneración de los músculos que ellos inervan, ciertas características. Así, en
la parálisis del nuclear del nervio oculomotor, debido a la gran extensión del
núcleo, es fácil encontrar, que no todos los músculos inervados estén
paralizados. Con frecuencia el constrictor de la pupila, el músculo ciliar y el
elevador del párpado superior, están indemnes, y a veces la parálisis solo es
completa en los músculos cuyas fibras radiculares son exclusivamente
heterolaterales, como el recto inferior.
Una parálisis total del nervio abductor y del facial de un lado habla a favor de
una lesión nuclear del sexto nervio craneal del lado correspondiente, pues el
asa o rodilla del facial está tan cerca que es imposible que no se afecten
simultáneamente.
En las lesiones nucleares del nervio facial la parálisis solo será completa en
algunos casos, en el inferior, pues las fibras radiculares del superior salen por
los nervios faciales de ambos lados.
En las afecciones nucleares de los restantes nervios craneales (V, IX, X y XI) la
parálisis de los músculos es completa por ser las fibras radiculares
homolaterales.
Nervios Craneales.
En la cara basal o inferior del encéfalo podemos observar el origen aparente de la mayoría de
los nervios craneales. Estos nervios son en número de doce pares. En la clasificación clásica
desde Sömmering y aceptada en casi todos los tratados de neuroanatomía, los doce nervios
son:
I. Nervio olfatorio.
V. Nervio trigémino.
El segundo nervio craneal, se considera una parte del diencéfalo, y se le denomina fascículo
óptico, con lo que se le considera constituido por un conjunto de fibras del sistema nervioso
central, igual, que el piramidal u otros relacionados con las vías ascendentes. Los fascículos
ópticos entran al cráneo por el conducto del nervio óptico, que comunica a la cavidad orbitaria
con la fosa craneal media.
El tercer nervio craneal, nervio oculomotor sale por la fosa interpeduncular (fosa intercrural),
relacionándose a este nivel con la cara medial del pedúnculo cerebral del lado
correspondiente. Este nervio sale del cráneo por la fisura orbitaria superior (hendidura
esfenoidal) para llegar a la órbita.
El origen aparente del cuarto nervio craneal, nervio troclear, no se observa en la vista basal del
encéfalo, pues se origina en la cara posterior del mesencéfalo. Como después rodea la cara
lateral del mesencéfalo, se le puede apreciar situado lateral al pedúnculo cerebral del lado
correspondiente. Este es el nervio más delgado de los nervios craneales. Sale de la cavidad
craneal hacia la órbita por la fisura orbitaria superior.
El quinto nervio craneal es el nervio trigémino, sale de la parte lateral y media del puente
(protuberancia) por dos raíces, una medial más delgada, de significación motora y otra lateral
más gruesa de significación sensitiva. En la fosa craneal media presenta un gran ganglio, el
ganglio trigeminal o semilunar (ganglio de Gasser), que se encuentra sobre la cara anterior de
la porción petrosa del hueso temporal (peñasco). Este nervio sale de la cavidad craneal por
varios agujeros, pues se divide en tres ramas principales: La más posterior o nervio mandibular
sale por el agujero oval; la media o nervio maxilar, por el agujero redondo, y la anterior o
nervio oftálmico, por la fisura orbitaria superior, pero ya divido este nervio en tres ramas: Los
nervios frontal, nasal y lagrimal.
El sexto nervio craneal o abductor (nervio abducens), sale del surco protuberancial inferior
(bulbopontino), a cada lado de la línea media o del agujero ciego. Abandona la cavidad craneal
por la fisura orbitaria superior.
El séptimo nervio craneal o facial, sale de la fosita lateral de la médula oblongada. Este nervio
se forma por la reunión de muchas raicillas, dos troncos principales, uno superior, facial
propiamente dicho (porción motora del nervio facial), y otro inferior más fino o nervio
intermedio (nervio. intermedio de Wrisberg). El nervio facial sale del cráneo, siguiendo
primero, el conducto auditivo interno y después el conducto del nervio facial (acueducto de
Falopio), para luego emerger en la cara externa de la base del cráneo por el agujero
estilomastoideo.
El octavo nervio craneal es el nervio vestíbulococlear, tiene su origen aparente, junto con el
nervio facial, en la fosita lateral de la médula oblongada, inferior con relación al nervio facial.
Consta en realidad de dos nervios de distinta significación funcional: el vestibular, que procede
del laberinto del oído interno y que está en relación con el equilibrio, y el coclear, que viene de
la cóclea o caracol y que conduce impresiones acústicas. El nervio penetra el conducto auditivo
interno y luego entra a la fosa craneal posterior de la cavidad craneal por el agujero auditivo
interno.
El duodécimo nervio craneal es el hipogloso, se origina por muchas raicillas que proceden del
surco anterolaterla (surco preolivar) de la médula oblongada. Sale del cráneo por el agujero
condíleo anterior o del hipogloso.
Los nervios craneales, cuya enumeración, nombres y origen aparente ha sido expuesto, tienen
sus núcleos de origen real en unas columnas de sustancia gris en el tronco encefálico, y cuya
descripción expondremos a continuación.
Como ya se dijo, los dos primeros nervios, el olfatorio y el óptico, no son verdaderos nervios, y
ya se expusieron sus consideraciones. Los restantes nervios no tienen la misma significación.
Los podemos clasificar en tres grupos: nervios craneales somáticos, viscerales y sensoriales
especiales.
Los nervios craneales somáticos son el oculomotor, troclear, abductor e hipogloso. Con el
nombre de somáticos quiere indicarse que estos nervios tienen una significación parecida a los
nervios espinales (nervios raquídeos) y que los músculos por los que se distribuyen tienen
origen somático.
Nervio oculomotor: el núcleo de origen real de este nervio se localiza en una columna, de
sustancia gris a cada lado de la línea media, que se extiende a casi todo lo largo del
mesencéfalo. Se encuentra en el tegmento o calota, por delante al acueducto de cerebro. En él
pueden distinguirse dos porciones, una magnocelular, que es el núcleo de origen de las fibras
que van a inervar a los músculos extrínsecos del globo ocular. De los siete músculos
extrínsecos del ojo, cinco están inervados por el nervio oculomotor; son el elevador del
párpado superior, el recto superior, el recto inferior, el recto medial y el oblicuo inferior. La
porción microcelular, es el centro de los músculos de fibras lisas del globo ocular. Forman
parte del parasimpático craneal y por eso se le puede llamar a este núcleo parasimpático
(núcleo accesorio parasimpático). Las fibras que se originan de este núcleo están
interrumpidas en el ganglio ciliar, que es parasimpático.
El nervio oculomotor siguiendo la pared lateral del seno cavernoso, entra en la órbita por la
fisura orbitaria superior. En la órbita se divide en un ramo superior, que inerva a los músculos
recto superior y el elevador del párpado superior, y un ramo inferior que da tres ramas; una
que inerva el recto medial, otro para el recto inferior y la tercera para el oblicuo inferior. Un
poco antes de dar la rama para el músculo recto medial, el nervio oculomotor emite un ramo
para el ganglio ciliar, éste lleva fibras parasimpáticas para la musculatura lisa del ojo, y después
de interrumpirse en las neuronas de este ganglio, continúan su trayecto hasta alcanzar su
territorio de inervación.
Nervio troclear: el núcleo de origen real del nervio troclear o patético en una prolongación
inferior de la misma columna que da el origen del nervio oculomotor. Se localiza al nivel de los
colículos inferiores, en posición anterior al acueducto cerebral. Sus fibras se dirigen
posteriormente, rodeando las partes laterales del acueducto cerebral, se decusan en la línea
media en la parte posterior del mesencéfalo, por detrás de los colículos inferiores, y hacen
origen aparente a cada lado de la línea media, en la parte inferior de la lámina cuadrigémina.
La explicación de por qué el nervio troclear emerge dorsalmente en todos los vertebrados, en
oposición a los restantes de los nervios craneales, ha sido muy discutido, sin encontrarse una
explicación aceptable. Se ha planteado que tal vez deba considerarse como el nervio de un
cíclope primitivo, que estaría situado en el techo diencefálico por delante de la epífisis. Esta es
una teoría filosófica sin valor científico, y el problema quedará ignorado hasta que se conozcan
más exactamente las causas de los desplazamientos de estos núcleos y fibras nerviosas en el
curso de su desarrollo.
El nervio troclear después de rodear la cara lateral del mesencéfalo, sigue la pared lateral del
seno cavernoso, entra en la órbita por la fisura orbitaria superior, ocupa la parte superomedial
de la órbita y termina en el músculo oblicuo superior, que es único músculo que inerva.
Nervio abductor: el origen real del nervio abductor o motor ocular externo lo constituye un
núcleo redondeado, situado en la parte inferior y posterior del puente. En los cortes
transversales se observa su situación por fuera de la línea media y cerca del piso del cuarto
ventrículo. Entre éste núcleo y el piso del cuarto ventrículo se observan fibras que pertenecen
al nervio facial, que constituyen el colículo del facial. Las fibras del nervio abductor emergen
por el surco protuberancial inferior lateral al agujero ciego.
El nervio abductor es parecido a los nervios espinales (nervios raquídeos), es decir, el núcleo
del lado derecho inerva sólo el músculo recto lateral derecho; el troclear, por el contrario,
posee exclusivamente fibras cruzadas; el núcleo derecho inerva, por lo tanto, el músculo
oblicuo superior izquierdo, mientras que el motor ocular común tiene fibras homo y
heterolaterales. Así se acepta que el músculo elevador del párpado superior y el recto superior
solo están inervados por el núcleo homolateral; el recto inferior, solo por el núcleo
heterolateral; y el recto medial y el oblicuo inferior, por los núcleos de ambos lados.
El nervio abductor atraviesa el seno cavernoso, entra en la órbita por la fisura orbitaria
superior y termina en músculo recto lateral, que es único músculo que inerva.
Nervio hipogloso: el origen real del nervio hipogloso es una delgada columna de sustancia gris,
que se encuentra a cada lado de la línea media en la parte posterior de la médula oblongada.
Corresponde en el piso del cuatro ventrículo al trígono del hipogloso. Sus fibras son
homolaterales y se dirigen hacia delante y hacia afuera cruzando todo el espesor de la médula
oblongada, por dentro de la oliva y emergen por el surco anterolateral (surco preolivar). Las
reuniones de sus fibras tienen lugar generalmente en el interior del conducto del nervio
hipogloso, por el que sale de la cavidad craneal.
En su trayecto cervical se anastomosa con el nervio vago. Tiene uniones también con las
ramas anteriores de los tres primeros nervios espinales cervicales, uniones que forman el asa
del hipogloso. De esta asa emergen los ramos que inervan a la musculatura recta del cuello, el
esternohiodeo, el esternotiroideo y el omohiodeo. Parte de las fibras procedentes del primer
nervio cervical, que se unen al nervio hipogloso, lo abandonan de nuevo cuando cruzan a la
carótida interna, formando el ramo descendente del nervio hipogloso, que contribuyen a
formar el asa antes mencionada.
Las fibras procedentes de la corteza cerebral por medio del tracto corticonuclear son
importantes para la realización de los movimientos voluntarios de la lengua, son todas
heterolaterales, es decir, proceden de la corteza del lado opuesto.
Llevan este nombre porque el territorio por el que se distribuyen son los arcos viscerales o
branquiales. En los mamíferos se forman cinco de estos arcos, separados por hendiduras, en
dirección cráneo caudal, se llaman arco mandibular, hioideo, tercero, cuarto y quinto arcos
viscerales. Del mesénquima de cada uno de estos arcos se forma un esqueleto, y músculos,
que poseen vasos sanguíneos y un nervio, estos son los nervios viscerales, de los que ahora
nos ocuparemos. Así el nervio del arco mandibular es el nervio trigémino; el del arco hioideo,
el nervio facial; el del tercer arco el nervio glosofaríngeo, y el del cuarto y siguientes arcos, el
nervio vago. Los nervios viscerales son mixtos.
Nervio trigémino: el origen real del nervio trigémino, comprende varios núcleos situados a lo
largo del tronco encefálico. El núcleo motor del trigémino (núcleo masticatorio) inerva a los
músculos derivados del arco mandibular. Es un núcleo ovalado bastante grande situado en la
parte posterior y media del puente, con relación al del nervio facial. Los axones de estas
neuronas atraviesan el puente para emerger por su parte lateral-anterior. Forman la parte
menor del nervio trigémino y sus fibras homolaterales.
El locus ceruleus es un pequeño núcleo situado en la parte superior y lateral del piso del cuarto
ventrículo, sus células, tienen melanina, lo que origina una coloración oscura. Se ha
considerado un núcleo sensitivo del trigémino (Lorente de Nó), o quizás relacionado con el
control neural de la respiración (Hess-Pollak). De este núcleo parten fibras descendentes que
llegan hasta las neuronas de los núcleos salivatorios y dorsal del vago. Estas fibras podrían
estar asociadas a la masticación con la secreción salival. A partir de año 1971, Sigginns
demostró que las neuronas del locus ceruleus son muy ricas en catecolaminas y que sus fibras
llegan a la corteza del cerebelo terminando en las células de Purkinje. Estas fibras parecen
ejercer acción inhibidora sobre las células de Purkinje, pues la estimulación del locus ceruleus
produce este efecto, demostrable en los electrodos implantados intracelularmente en las
células de Purkinje1.
También se ha planteado que las fibras del locus ceruleus de tipo norepinefrínico terminan en
la corteza cerebral (Anlezak, 1973), siendo como un sistema de refuerzo importante para el
aprendizaje, pues su destrucción en la rata producirá un retraso del aprendizaje, por ejemplo,
para buscar comida1.
Los núcleos sensitivos del nervio trigémino, son el centro sensitivo de la piel de la cabeza, con
la excepción de las porciones superior y posterior del cuero cabelludo y de la región que
recubre el ángulo de la mandíbula. También recibe información de las mucosas nasal y bucal.
Se distinguen tres núcleos: 1) El núcleo espinal (núcleo del tracto espinal del nervio trigémino),
2) El núcleo sensitivo principal del nervio trigémino y 3) El núcleo del tracto mesencefálico del
nervio trigémino.
La mayor parte de los axones que llegan a estos núcleos tiene sus neuronas en el ganglio
trigeminal (ganglio de Gasser), que son parecidas a las de los ganglioespinales (ganglios
raquídeos). Las prolongaciones periféricas proceden de los nervios oftálmico, maxilar y
mandibular, mientras que las centrales entran en el puente, formando la porción sensitiva del
nervio trigémino. Atraviesan la protuberancia, en dirección posterior y lateral de la raíz motora
del nervio trigémino. Luego se incurvan en dirección inferior, pero muchas se bifurcan, dando
una rama ascendente corta y otra descendente larga. La rama descendente puede llegar a la
médula cervical, formando el tracto espinal del nervio trigémino 1.
En el puente, a nivel de la entrada del nervio trigémino, por fuera del núcleo motor del nervio
trigémino, se encuentra e núcleo sensitivo principal, en él terminan las fibras cortas
ascendentes de la raíz sensitiva.
Por dentro de las fibras descendentes se encuentra una columna que alcanza la médula
espinal, es el tracto espinal del nervio trigémino. Está formado por dos porciones distintas; el
núcleo gelatinoso, que forma la parte más superficial en relación directa con las fibras
descendentes, esta porción del tracto espinal se continúa con la porción correspondiente del
cuerno posterior de la médula espinal. La otra porción es el núcleo esponjoso, que también se
continúa con el núcleo de los cuernos posteriores de la médula espinal.
Se acepta que las fibras que descienden más son las procedentes del nervio oftálmico, que
llegan hasta la médula cervical; las del nervio maxilar termina en la parte inferior de la médula
oblongada, y las del nervio mandibular solo llegan hasta el tercio medio de la médula
oblongada.1
Ramas del nervio trigémino: el nervio trigémino en su emergencia por la protuberancia forma
un cordón bastante grueso y aplanado que se dirige, en dirección anterolateral, hacia la parte
medial de la porción petrosa del hueso temporal (pirámide o peñasco). Llegando aquí,
atraviesa la duramadre y termina en el ganglio semilunar o trigeminal (ganglio de Gasser). Este
ganglio se localiza sobre la impresión trigeminal de la cara anterior de la porción petrosa del
temporal, cubierto por la duramadre, que le forma la cavidad o cavum de Meckel, ocupada por
el ganglio.
En el ganglio trigeminal las fibras del nervio se entrecruzan entre sí, dándole un aspecto
plexiforme y entre ellas se encuentran las neuronas sensitivas de la vía trigeminal.
El quito nervio craneal lleva el nombre de trigémino porque del borde anterior del ganglio se
ven divergir tres nervios, que en dirección mediolateral, son; el oftálmico, el maxilar y el
mandibular.
Esquemáticamente podemos considerar que cada uno de estos nervios se divide en tres ramos
principales. El nervio oftálmico, en frontal, lagrimal y nasociliar; el maxilar, en nervio
infraorbitario, pterigopalatino y cigomático, y el mandibular, en lingual, dentario inferior y
aurículotemporal.
El nervio oftálmico alcanza la pared lateral del seno cavernoso, dirigiéndose hacia delante, en
busca de la fisura orbitaria superior, pero antes de alcanzarla se divide en las tres ramas
mencionadas, de tal forma que entra en la órbita ya dividido. El territorio general de
inervación del nervio oftálmico se resume a continuación: Piel del párpado superior y
conjuntiva, dorso de la nariz hasta la punta y de la región de la glabella, esclerótica, córnea,
saco lagrimal.
El nervio maxilar desde el ganglio trigeminal se dirige hacia delante, cubierto por la duramadre
y por fuera del nervio oftálmico. Atraviesa el agujero redondo del hueso esfenoides y llega a la
fosa pterigopalatina, donde da sus ramos principales. El territorio general de inervación del
nervio maxilar se resume a continuación: Piel de la parte lateral de la nariz, labio superior,
párpado inferior, piel de la mejilla y de la fosa temporal, dientes superiores y cara externa de la
encía del maxilar, mucosa del paladar, mucosa nasal, nasofaringe y senos esfenoidal, celdas
etmoidales posteriores y maxilar.
El nervio mandibular sale por la parte lateral del ganglio trigeminal cubierto por la duramadre
y luego atraviesa el agujero oval, por donde abandona la cavidad craneal y llega a la fosa
infratemporal (fosa cigomática), donde se divide en sus ramos terminales. El territorio general
de inervación del nervio mandibular se resume a continuación: Músculos temporal, masetero,
pterigoideo medial y pterigoideo lateral, sensibilidad táctil y dolorosa de la mucosa lingual,
desde la punta de la lengua hasta el surco terminal, mucosa de las encías de la mandíbula,
dientes y alveolos dentarios inferiores. Mucosa de la mejilla y piel del mentón.
Nervio facial: el séptimo nervio facial presenta un núcleo de origen real para la musculatura
facial, derivada del segundo arco visceral (arco hioideo), significación motora. Es el núcleo
motor del nervio facial, situado en la parte inferior del puente, inferiormente al núcleo motor
del trigémino y por encima del núcleo ambiguo. Los axones de estas neuronas se dirigen
dirección pósteromedial, hacia el piso del cuarto ventrículo, luego se hacen ascendentes,
después transversales, y por último, descendentes, rodeando medial, superior y lateral el
núcleo motor del nervio abductor. Posteriormente sale del sistema nervioso central por la
fosita lateral del surco protuberancial inferior. A la curva de las fibras del nervio facial,
alrededor del núcleo del nervio abductor, se le llama rodilla del nervio facial (colículo del
nervio facial), la cual forma un relieve en el piso del cuarto ventrículo.
El núcleo motor del nervio facial está más desarrollado en el hombre que en otros mamíferos,
lo que está en armonía con la importancia de los músculos faciales en la mímica y el lenguaje.
Las fibras del nervio facial son en su gran mayoría homolaterales, es decir, salen por el mismo
lado en se encuentran sus núcleos de origen. Estudios realizados por Pearson ha demostrado
que existen fibras cruzadas procedentes de la parte posterior del núcleo motor del nervio
facial, es el llamado facial superior, de las que resulta que estos músculos tienen una
inervación bilateral, lo que tiene importancia clínica.
Las conexiones de los núcleos motores del nervio facial son numerosas con la corteza cerebral,
para la realización de los movimientos voluntarios (tracto córticonuclear). También tienen
conexiones con los núcleos sensitivos de otros nervios craneales, principalmente con los del
nervio trigémino. Estas son importantes para ciertos reflejos, por ejemplo, la apertura o cierre
palpebral al contacto de la córnea.
El núcleo del tracto solitario recibe fibras aferentes que llegan al sistema nervioso central por
el nervio intermedio, que proceden de la mucosa del oído medio y de una parte de la tuba
auditiva (trompa de Eustaquio). La mayor parte de las fibras sensitivas del nervio facial son
especializadas (gustativas), que proceden de los dos tercios anteriores de la lengua, por la
cuerda del tímpano y después por el facial y el nervio intermedio.
Todas las fibras sensitivas del nervio facial tienen sus neuronas en el ganglio geniculado. Este
ganglio sensitivo está localizado en el conducto del facial, dentro de la porción petrosa del
hueso temporal.
Distribución del nervio facial: el nervio facial tiene su origen aparente por dos raíces, el facial
propiamente dicho y el nervio intermedio, mucho más delgado, en la fosita lateral del surco
protuberancial inferior. El nervio intermedio se encuentra situado entre el facial y el nervio
vestíbulococlear, a lo que debe su nombre. Junto con el nervio vestíbulococlear atraviesa el
espacio subaracnoideo, dirigiéndose hacia la cara posterior de la porción petrosa del hueso
temporal (cara cerebelosa del peñasco). Aquí se introduce en el conducto auditivo interno. Es
éste trayecto va acompañado del nervio vestíbulococlear, por encima del cual se encuentra.
Dentro del conducto auditivo interno, se coloca en el canal del nervio facial (acueducto de
Falopio), recorre éste conducto en toda su extensión y sale en la cara externa de la base del
cráneo por el agujero estilomastoideo.
En el trayecto intrapetroso del nervio facial, éste nervio emite tres ramos; solo uno de ellos es
motor, el destinado al músculo del estribo (nervio estapedio); los otros dos ramos, son el
nervio petroso superficial mayor (nervio petroso mayor) y la cuerda del tímpano. El nervio
petroso mayor atraviesa el ganglio geniculado, pero sin tener conexiones con él, al salir del
conducto del facial llega a la cara anterior de la porción petrosa del temporal, donde sigue el
surco petroso mayor del peñasco en dirección al vértice del peñasco, sale de la cavidad craneal
por el agujero rasgado, atravesando el fibrocartílago que lo cierra. Fuera de la cavidad craneal
atraviesa el conducto vidiano (conducto pterigoideo), situado en la base del proceso
pterigoideo, llega a la fosa pterigopalatina, donde termina en el ganglio pterigopalatino
(ganglio esfenopalatino). Es aquí, alrededor de las neuronas del ganglio esfenopalatino, donde
terminan las fibras del nervio petroso mayor, que tiene fibras principalmente secretoras para
las glándulas lagrimal y salivales menores de la bóveda y velo palatino 1.
La cuerda del tímpano emerge de facial poco antes de salir por el agujero estilomastoideo.
Entra en el oído medio y sale del mismo por la fisura petrotimpánica. Ya fuera de la caja del
tímpano, desciende entre los músculos pterigoideos y termina uniéndose al nervio lingual
(rama del nervio mandibular), cuyo trayecto sigue hasta la lengua. Al pasar por la vecindad de
las glándulas salivales sublingual y submandibular emite numerosos ramos que terminan en los
ganglios, submadibular y sublingual. De las neuronas de estos ganglios salen los ramos
postganglionares que controlan la secreción salival de estas glándulas.
La cuerda del tímpano lleva fibras secretoras para las glándulas submandibular y sublingual;
pero, además, otras proceden de la lengua, siendo gustativas, teniendo estas fibras sus
neuronas en el ganglio geniculado.
En la trayectoria del nervio facial antes de introducirse en la parótida salen del facial dos
ramos, el retroauricular y el del digástrico. El nervio retroauricular se dirige por detrás del
conducto auditivo externo, apoyado en el proceso mastoideo. Inerva al músculo auricular
posterior y al occipital.
El nervio facial inerva las estructuras que derivan del segundo arco branquial. El territorio
general de inervación de las ramas extrapetrosa del nervio facial se resume a continuación:
Músculos de la mímica facial, estilohiodeo, vientre posterior del digástrico, occipital y auricular
posterior. Sensibilidad general del conducto auditivo externo.
Nervio glosofaringeo: el nervio glosofaríngeo es un nervio mixto. Sus núcleos de origen real
son: el núcleo motor (núcleo ambiguo), situado en la parte superior de la médula oblongada.
Las fibras procedentes de este ganglio inervan a los músculos constrictores de la faringe, el
estilogloso y el tensor del velo del paladar. Presenta además el núcleo salivatorio inferior,
situado también en la médula oblongada, las fibras parasimpáticas procedentes de este núcleo
después de hacer sinapsis en el ganglio ótico, alcanzan a la glándula parótida para controlar la
secreción salival.
Las fibras sensitivas, tiene sus neuronas en unos ganglios que tiene el nervio glosofaríngeo
próximo a su salida de la cavidad craneal, uno intracraneal y otro extracraneal (ganglio petroso
de Andersch), en relación al agujero yugular. Las fibras nerviosas procedentes de estos
ganglios entran a la médula oblongada por el surco posterolateral (surco retroolivar) y
terminan en el núcleo del tracto solitario. Estas fibras conducen la sensibilidad general
procedente de la mucosa faríngea, cavidad timpánica, tuba auditiva y seno carotideo.
Nervio vago: el nervio vago es también un nervio mixto, que tiene fibras motoras, sensitivas y
parasimpáticas. Sus núcleos de origen real, se localizan en la médula oblongada. El núcleo
motor es el núcleo ambiguo, las fibras que proceden de este núcleo inervan a los músculos de
la faringe y de la laringe. El núcleo parasimpático es el núcleo dorsal del vago, que se localiza
en el piso del cuarto ventrículo en relación al trígono del vago, lateral al núcleo de origen real
del nervio hipogloso. Las fibras de este núcleo van a las glándulas faríngeas, a la musculatura
del corazón, glándulas de la laringe, tráquea, bronquios y pulmones, así como al tubo
digestivo, desde el esófago hasta el colon sigmoides y glándulas anexas del tubo digestivo.
Las fibras sensitivas del nervio vago tienen neuronas en los ganglios superior e inferior que
presenta el nervio a la salida del agujero yugular. Las fibras procedentes de estos ganglios
entran a la médula oblongada por el surco posterolateral y terminan en el núcleo del tracto
solitario. Estas fibras conducen sensibilidad de tipo general procedentes de la cavidad
timpánica, tuba auditiva, laringe, bronquios, pulmones, esófago, estómago y seno carotideo.
Las fibras sensitivas especializadas o gustativas son numerosas y vienen de la región posterior
del dorso de la lengua y faringe.
El vago es el nervio craneal que tiene una distribución más extensa y forma la parte más
importante del parasimpático craneal. El origen aparente se observa en el surco posterolateral,
atraviesa a la duramadre y sale de la cavidad craneal por el agujero yugular. Aquí tiene un
ganglio superior y al salir de la cavidad craneal el ganglio inferior. En su trayectoria por la
región cervical, sigue a la arteria carótida interna primero y luego a la carótida común,
situándose posterior y lateral a ella, formando parte del paquete vasculonervioso del cuello. En
la base del cuello, al entrar en la cavidad torácica, el nervio vago derecho cruza por delante a la
arteria subclavia derecha, sigue el borde lateral del tronco braquiocefálico por la derecha de la
tráquea, cruza el cayado de la vena ácigos y después, a la cara posterior del bronquio principal
izquierdo, y llega al borde derecho del esófago.
El nervio vago izquierdo entra en la cavidad torácica junto con la arteria carótida común
izquierda, cruza por delante el arco aórtico y por detrás el bronquio principal izquierdo, y llega
al borde izquierdo del esófago.
En su trayectoria por el esófago los nervios vagos derecho e izquierdo intercambian fibras,
formando un plexo. Los ramos del vago derecho se colocan por delante y los del vago
izquierdo por detrás del esófago. Luego atraviesan con el esófago el diafragma y se distribuyen
por las caras del estómago, y el resto del tubo digestivo, hasta él colon sigmoides, hígado,
páncreas, bazo, etc. Donde se anastomosan con ramas del simpático.
Para facilitar la comprensión del territorio de inervación del nervio vago, lo dividiremos en
porciones cefálica, cervical, torácica y abdominal.
La porción cefálica inerva a través de sus primeros ramos a la duramadre que rodea al seno
transverso, piel de la región occipital del cuero cabelludo y pared posterior del conducto
auditivo externo. En la porción cervical inerva a los músculos y mucosa de la faringe.
El nervio recurrente derecho, nace del nervio vago, en la entrada a la cavidad torácica, al
cruzar a la arteria subclavia, a la cual forma un asa y se hace ascendente, siguiendo el ángulo
entre el esófago y la tráquea asciende hasta la laringe.
El nervio recurrente izquierdo rodea el arco aórtico y asciende igualmente por el lado
izquierdo hasta la laringe. El nervio recurrente inerva a todos los músculos de la laringe
excepto al cricotiroideo. En su trayecto el recurrente abandona ramos cardíacos, traqueales y
esofágicos.
En la porción torácica el nervio vago pierde su individualidad y forma plexos, cuyas ramas
inervan a la tráquea, bronquios, pulmones, esófago, pericardio y corazón.
En la región abdominal inerva al tubo digestivo desde la porción intraabdominal del esófago
hasta él colon sigmoides, al hígado, páncreas, bazo y glándula suprarrenales. Controla la
secreción glandular y las contracciones de esfínteres.
Nervio accesorio: el nervio accesorio o espinal, es un nervio motor, su origen real es el núcleo
ambiguo, el cual se encuentra situado en la médula oblongada. También tiene una columna de
sustancia gris por debajo de la decusación de las pirámides en la médula espinal, en los
segmentos cervicales, extendiéndose hasta el quinto segmento cervical, es el núcleo espinal
del nervio accesorio y sus fibras se reúnen emergiendo por el surco posterolateral de la
médula espinal. Estas fibras se reúnen en un tronco y entran a la cavidad craneal por el agujero
occipital, donde se reúnen con la raíz mielencefálica y salen de nuevo por el agujero yugular.
Las fibras procedentes del núcleo espinal inervan a los músculos esternocleidomastoideo y
trapecio. El origen aparente se observa en el surco posterolateral de la médula oblongada y de
la médula espinal. El nervio al salir del cráneo por el agujero yugular, cruza a la vena yugular
externa y se anastomosa con las ramas del plexo cervical.
Nervio hipogloso: el nervio hipogloso es un nervio motor. Su origen real es una columna de
sustancia gris, que se encuentra a cada lado de la línea media en la región posterior de la
médula oblongada. Corresponde en elpiso del cuarto ventrículo, al trígono del hipogloso. El
origen aparente se observa en el surco anterolateral de la médula oblongada. Emerge de la
cavidad craneal por el conducto del nervio hipogloso. Al salir del cráneo, el nervio hipogloso se
localiza en el compartimiento retroestíleo, entre la arteria carótida interna, la vena yugular
interna y los nervios glosofaríngeo y vago. El nervio hipogloso es la estructura más posterior y
medial de estos elementos. En su descenso por el cuello cruza por fuera al nervio vago y a las
arterias carótidas interna y externa. Se apoya en el músculo milohioideo, para alcanzar a la
lengua, donde se divide en ramos para todos sus músculos. En su trayecto por el cuello tiene
anastomosis con el plexo cervical, teniendo relaciones íntimas con el asa cervical, de donde
salen nervios que inervan la musculatura profunda del cuello, y los músculos, esternotiroideo,
esternohioideo y omohioideo.
Nervio olfatorio: es un nervio sensitivo especial, procedente del a mucosa nasal, donde se
originan los filetes olfatorios formados por ramificaciones de células sensitivas especiales,
localizadas en la porción olfatoria de la mucosa nasal. Estas ramificaciones al reunirse
constituyen a los filetes olfatorios que atraviesan a la lámina horizontal del hueso etmoides
(lámina cribosa), en dirección a la cavidad craneal. Luego entran en el bulbo olfatorio por su
cara inferior, el cual continúa con la vía olfatoria.
En los núcleos cocleares, se localizan las neuronas cuyos axones constituyen una parte esencial
de la vía acústica. Las fibras procedentes del núcleo ventral se dirigen hacia la línea media,
cruzándose con las del otro lado para constituir una parte importante de las fibras
transversales que en el puente forman el cuerpo trapezoides. Llegadas al lado opuesto, se
hacen ascendentes y forman el lemnisco lateral (cinta de Reil lateral).
Las fibras procedentes del núcleo coclear dorsal, se dirigen hacia la línea medio posterior de la
médula oblongada y forman relieve en el piso del cuarto ventrículo, constituyendo las estrías
medulares. Estas fibras contribuyen a formar el cuerpo trapezoides y el lemnisco lateral. El
lemnisco lateral termina enviando fibras hacia el colículo inferior y al cuerpo geniculado
medial. El cuerpo geniculado medial es el último eslabón de la vía acústica antes de alcanzar la
corteza cerebral
Las fibras de la porción vestibular terminan en los núcleos vestibulares, situados en el piso del
cuarto ventrículo próximo a sus ángulos laterales, en la parte correspondiente a puente. En su
conjunto se describen como núcleo angular. Los ramos ascendentes el nervio vestibular
terminan en el cerebelo y en tres núcleos del nervio vestibular. Las fibras vestibulares, también
tiene un cuarto núcleo denominado tracto espinal del nervio vestibular. Las fibras que van al
cerebelo forman el tracto vestibulocerebeloso (fascículo vestibulocerebeloso), el cual termina
en la parte del cerebelo filogenéticamente más antigua, constituida por el nódulo, la úvula, el
flóculo y el núcleo del techo (núcleo fastigi).
La mayoría de las fibras de la porción vestibular del octavo nervio craneal terminan en los
núcleos vestibulares en el piso del cuarto ventrículo, en el área vestibular. Se distinguen el
núcleo medial (núcleo de Schwalde), el lateral (núcleo de Deiters) y el dorsal (núcleo superior
de Bechterew)1.
Las fibras procedentes del núcleo de Deiters se hacen descendentes y forman el tracto
vestíbulo espinal lateral. Estas fibras penetran en la sustancia gris de la médula espinal
ejerciendo acción facilitadora sobre las neuronas extensoras 1.
La exploración clínica de los nervios craneales es básica para la interpretación de las lesiones
de los mismos. Nos aportará gran información sobre la localización de la lesión responsable
que afecta a un determinado nervio craneal, contribuyendo las técnicas de exploración a
identificar cuando estas lesiones son centrales, o periféricas, y conocer los síntomas y signos
en cada una de las lesiones de los nervios craneales.
Técnicas de exploración:
Primer nervio craneal (nervio olfatorio): la exploración clínica del nervio olfatorio
se realiza cuando la sintomatología lo requiere. Se le presentan al paciente olores
familiares que no sean irritantes. Debe tenerse en cuenta que las cavidades
nasales no estén obstruidas, o sea que sean permeable. Luego se le cierran los ojos
al paciente, se le ocluye una de las cavidades nasales y por la otra se aproximan
sustancias químicas que tengan un olor característico. Por ejemplo: Café, tabaco,
naranja, menta, jabón, pasta dental, etc. Se repite después en la otra cavidad
nasal. El paciente debe ser capaz de identificar el aroma de cada sustancia.
Segundo nervio craneal (nervio óptico): la exploración del nervio óptico debe
incluir el examen de la agudeza visual, la visión de los colores, el campo visual y el
fondo de ojo. Estas pruebas, se realizan en cada uno de los ojos, luego juntos a 30
cm. de distancia.
Para explorar los movimientos del globo ocular, se debe fijar la cabeza del paciente
y decirle que siga con su vista un dedo, o un lapicero, que movemos frente a sus
ojos. El explorador debe mover el lapicero primero en dirección horizontal de
derecha a izquierda y viceversa, hasta las posiciones extremas; después en sentido
vertical, de abajo arriba y viceversa. Luego debe realizarse el movimiento en las
seis direcciones o punto cardinales de la mirada, partiendo del centro y
retornando al punto central, que corresponde los movimientos que imprimen al
globo ocular cada uno de los músculos extrínsecos del globo ocular. Debe
terminarse esta exploración moviendo el dedo o el lapicero en dirección circular
para provocar en el globo ocular un movimiento rotatorio.
Por último, debe explorarse la motilidad intrínseca del globo ocular. En relación a
la pupila debe observarse su situación, forma, contorno, tamaño y simetría.
El hippus pupilar, se le designa con este nombre a las contracciones rítmicas que
experimenta la pupila, bien de manera espontánea o provocada por la luz.
El estímulo constante que ejerce la luz sobre la pupila y la acción antagónica que
se ejerce sobre sus músculos constrictores y dilatadores, hacen que la pupila
nunca esté completamente inmóvil, sino con leves movimientos, casi
imperceptibles, de dilatación y contracción que reciben el nombre hippus pupilar
fisiológico. Cuando el hippus es muy evidente se debe a alteraciones funcionales u
orgánicas que afectan directa o indirectamente el sistema autónomo.
Lesiones frecuentes de los nervios que controlan la musculatura del globo ocular:
Una de las afecciones más frecuentes del nervio trigémino es la neuralgia del
trigémino, la cual ha sido reportada desde la antigüedad como el dolor más
intenso que puede sufrir el hombre. Constituye el 90% de las algias faciales,
afectando preferentemente a personas mayores de 60 años y de predominio
femenino. El factor epidemiológico más notable está representado por la edad, ya
que más de las tres cuartas partes de los enfermos tiene más de 50 años. La
predominancia femenina es de 3:2, estando el lado derecho de la cara más
afectado que el izquierdo. Son factores de riesgo la raza, el alcohol y el tabaco. Las
formas juveniles pueden estar relacionadas con cuadros tumorales y
enfermedades desmielinizantes. En muchas ocasiones se asocia la neuralgia del
trigémino con la esclerosis múltiple 123. El dolor puede asentar en cualquiera de las
ramas del nervio trigémino. La causa originaria de la neuralgia del trigémino es
idiopática (no se conoce), existiendo actualmente múltiples teorías que tratan de
explicar su etiopatogenia.
Nervio facial: la exploración de la función motora del nervio facial debe iniciarse
con la observación del rostro del paciente y determinar si existe o no desviación de
las comisuras labiales al hablar o la salida de saliva por un lado de la cara. Luego
orden al paciente que arrugue la frente (con esta maniobra se explora el facial
superior), que fruña el ceño, que cierre fuertemente los ojos, que se ría, que
enseñe los dientes (exploración del facial inferior) y que silbe y observe las
comisuras labiales.
Pídale al paciente que proyecte hacia delante los labios, mientras el explorador
ejerce presión en contra con sus dedos. Además, pídale que llene de aire la boca,
presione las mejillas simultáneamente con los dedos índices y note si se escapa el
aire por uno de los lados de la boca.
Una de las lesiones más frecuente del nervio facial es la parálisis de Bell, en esta
lesión ocurre la pérdida del control motor de los músculos de la hemicara, sin otro
síntoma neurológico. Correspondiendo a una parálisis nerviosa periférica. Puede
ocurrir si que se conozca la causa. Sigue por lo general en la exposición al frío, por
ejemplo, dormir en un auto con la ventana abierta.
La lesión en el trayecto del por el conducto del nervio facial, por debajo del ganglio
geniculado provoca síntomas de pérdida del gusto en los dos tercios anteriores de
la lengua del lado afectado, y si se afecta el nervio del estribo se produce
hipoacusia. La lesión en su raíz motriz entre el ganglio geniculado y su emergencia
del Sistema Nervioso Central produce los mismos síntomas de la parálisis de Bell
sin los trastornos del gusto (integridad del nervio intermedio).
Como las ramas del nervio facial son superficiales una vez que el nervio abandona
a la glándula parótida, estas se pueden lesionar en heridas de armas blancas y de
fuego. El nervio también se lesiona en tumores cerebrales intracraneales,
aneurismas, infecciones meníngeas y por el virus del herpes zoster.
La lesión al nivel del puente provoca lo mismos síntoma que la parálisis de Bell,
pero sin trastornos del gusto y acompañado de la parálisis del nervio abductor.
La parálisis central del nervio facial determina una parálisis de los músculos de la
parte inferior de la cara en el lado contrario y se observa debilidad en los músculos
inervados por el facial superior. El paciente puede arrugar la frente, cerrar el ojo y
fruñir la ceja del lado paralizado. Están presentes los reflejos corneal y conjuntivo.
La sordera puede ser de conducción (afecta el oído externo o medio), por ejemplo,
a causa de una otitis media; o neurosensitiva (a consecuencia de enfermedad de la
cóclea o de la vía auditiva). El neurinoma acústico (neurofibroma), es un tumor de
las células de Schwann, y su primer síntoma es la sordera.
La lesión del nervio glosofaríngeo es rara. Provoca la pérdida del gusto del
tercio posterior de la lengua, y del reflejo nauseoso del mismo lado de la
lesión.
Las lesiones proximales del nervio vago afectan a los nervios faríngeo y
laríngeo superior, creando problemas para la deglución y el habla. Las lesiones
del nervio laríngeo superior causan anestesia de la parte superior de la laringe
y parálisis del músculo cricotiroideo (la voz es débil y el esfuerzo vocal es muy
cansado).
NERVIOS ESPINALES
Los nervios espinales se originan de cada segmento de la médula espinal, constituyen 31 pares:
8 cervicales, 12 torácicos, 5 lumbares, 5 sacros y 1 coccígeo. Estos nervios son mixtos y están
conformados por cuatro componentes o fibras (aferente somática, aferente visceral, eferente
somática, y eferente visceral). Cada nervio se forma por la unión de dos raíces (una anterior,
motora y otra posterior, sensitiva); las raíces se unen próximas al agujero intervertebral
(agujero de conjunción), lugar de emergencia de los nervios.
El nervio espinal inmediatamente después de su salida del conducto vertebral por el agujero
intervertebral, da cuatro ramas: El ramo anterior y el posterior son mixtos, el ramo meníngeo
sensitivo y el ramo comunicante blanco (fibra preganglionar, que se dirige al ganglio simpático
de los troncos simpáticos paravertebrales).
Los ramos posteriores de los nervios espinales inervan a los músculos profundos del dorso y a
la piel del dorso.
Los ramos anteriores de los nervios espinales próximos intercambian fibras, formando los
plexos nerviosos. Existen cuatro plexos: Cervical, braquial, lumbar y sacro.
De cada plexo parten nervios periféricos destinados a los músculos y zonas cutáneas. Los
ramos anteriores de los nervios torácicos conservan la disposición segmentaria (metamérica),
localizándose en los espacios intercostales, por lo que no forman plexos.
No existe independencia total de este sistema y establecido que actúa sobre nuestro
soma, lógico es suponer que posee dos componentes: uno generalizador y otro
focalizador. El primero es el Sistema Simpático o de gasto energético; el segundo es de
ahorro o parasimpático.
Las fibras nerviosas del sistema vegetativo salen del encéfalo o de la médula espinal,
como fibras preganglionares, entrando en la composición de algunos nervios craneales
o espinales, y llegan a las neuronas de los ganglios vegetativos. De estos ganglios salen
fibras postganglionares que alcanzan a los órganos internos.
La porción central del simpático se localiza en los núcleos de sustancia gris ubicados en
los cuernos laterales de la médula espinal de los segmentos torácicos y lumbares
desde T-1 hasta L-21. Las prolongaciones de estas neuronas, emergen de la médula
espinal en la composición de los nervios espinales correspondientes y luego se separan
de los mismos formando los ramos comunicantes que llegan a los troncos simpáticos.
Los troncos simpáticos son dos, derechos e izquierdo, y se extienden a ambos lados de
la columna vertebral. Están compuestos por ganglios nerviosos y los ramos que los
unen. En cada tronco simpático se distinguen las porciones: cervical, torácica, lumbar y
pelviana. En cada porción hay una determinada cantidad de ganglios, de los cuales
parten ramas nerviosas que participan en la formación de plexos nerviosos
vegetativos. Los ganglios se unen entre sí, por fibras interganglionares.
La porción cervical del tronco simpático tiene tres ganglios nerviosos. De ellos parten
fibras hacia el corazón y las arterias carótidas. Alrededor de las arterias, las ramas
nerviosas forman plexos que inervan a la faringe, glándulas salivales, glándula lagrimal,
músculo dilatador de la pupila, etc.
La porción torácica tiene de diez a once ganglios. De varios de ellos parten los nervios
esplácnicos mayor y menor, los cuales atraviesan el diafragma, penetran en la cavidad
abdominal y participan en la formación del plexo celíaco o solar. También de estos
ganglios parten fibras hacia la aorta torácica, esófago, bronquios y pulmones.
De los ganglios nerviosos de las porciones lumbar y pelviana del tronco simpático,
parten fibras que participan en la formación de plexos nerviosos vegetativos de la
cavidad abdominal y de la cavidad pelviana.
El plexo celíaco o solar, está situado en la cavidad abdominal, sobre la aorta, alrededor
del tronco celíaco. En su formación participan los nervios esplácnicos, ramos de la
porción lumbar del tronco simpático, ramificaciones de los nervios vagos y del nervio
frénico1. Del plexo celíaco parten fibras nerviosas, extendiéndose por las paredes de
las arterias, formando alrededor de ellas plexos nerviosos secundarios, tales plexos
son: El hepático, el lienal, el mesentérico superior y el mesentérico inferior.
Sistema Parasímpático.
La porción central del parasimpático está representada por núcleos de sustancia gris
situados en el tronco encefálico, y en los segmentos sacros de la médula espinal. Estos
constituyen la porción central del parasimpático del sistema neurovegetativo.
Por intermedio de los nervios cardíacos del vago llegan fibras adrenérgicas al
corazón. Su excitación provoca disminución de la frecuencia cardíaca
(bradicardia). Los ramos cardíacos simpáticos y parasimpáticos alcanzan la base
del corazón, formando dos plexos: 1) El plexo cardíaco superficial; 2) El plexo
cardíaco profundo. El primero, cubre la convexidad del arco aórtico y la
bifurcación del tronco pulmonar, encontrándose entre sus mallas ganglios
macroscópicamente visibles, ganglios cardíacos (ganglios de Wrisberg). Este
plexo está alimentado sobre todo por las ramas cardíacas craneales del
simpático y del nervio vago derecho.
De los plexos salen fibras destinadas a inervar los vasos coronarios y las paredes
de los atrios y ventrículos. El nodo sinoatrial, está inervado sobre todo por el
nervio vago derecho, el fascículo aurículo-ventricular, por el vago izquierdo. Los
atrios y el fascículo atrio-ventricular, están inervados por el simpático y el
parasimpático, mientras que la musculatura de los ventrículos recibe sobre
todo fibras simpáticas.
A lo largo del esófago, los nervios vagos derecho e izquierdo, al nivel del tercio
inferior de éste órgano, se forma el plexo periesofágico, no pudiendo
establecer dada la cantidad de anastomosis, la correspondencia a cada nervio.
En resumen, cuando se reconstituyen ambos nervios vagos al pasar al
abdomen, siendo uno anterior y otro posterior, han perdido totalmente su
individualidad, pudiéndose afirmar, que cada uno tiene el 50% de fibras
correspondientes al vago del lado opuesto.
El sistema nervioso autónomo regula todos los procesos que se realizan en los órganos
internos: Secreción glandular, contracción de la musculatura lisa, contracción de los
vasos sanguíneos, actividad del corazón, el metabolismo, etc. la porción simpática
tiene acción trófica sobre la musculatura esquelética e influye sobre la excitabilidad de
los receptores.
Todos los órganos internos reciben una inervación doble, simpática y parasimpática,
por lo común la influencia de las funciones del sistema neurovegetativo es
contradictoria. Los impulsos nerviosos que se transmiten por las fibras simpáticas
provocan: dilatación de la pupila (midriasis), disminución de la secreción salival y
lagrimal, vasoconstricción periférica, dilatación de las arterias coronarias, aumento de
la presión sanguínea y de la frecuencia cardíaca, disminución del peristaltismo
intestinal, disminución de la secreción de las glándulas del estómago y
broncodilatación. La porción simpática influye sobre los sistemas orgánicos, no solo a
través de los nervios simpáticos, sino también a través de las hormonas, en particular,
de la adrenalina, cuya concentración en sangre se intensifica durante la excitación
simpática.
GLOSARIO