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Así es la vida: Un relato que va más allá de la pantalla

Una película que cumple 20 años de su estreno, pero que no se aleja del presente.

Arturo Ripstein, en su basta


filmografía, se ha encargado de
llevar a la pantalla grande historias
propositivas que, más allá del
entretenimiento, buscan mostrar una
problemática, ya sea de manera
expositiva u observacional. Desde
La Calle de la Amargura (2015) o
Profundo Carmesí (1996), hasta El
Lugar sin Limites (1978) y El
Castillo de la Pureza (1972) se
aprecia su característico estilo
donde plasma situaciones que en la
actualidad pueden retomarse.

En esta lista se inscribe Así


es la vida (2000) protagonizada por
Patricia Reyes Spíndola, Arcelia
Ramírez, Luis Felipe Tovar, Ernesto
Yáñes y Marta Aura; escrita y
adaptada por Paz Alicia Garciadiego
y musicalizada por David Mansfiel
y Leoncio Bon Lara. La cinta es una
producción entre México, España y
Francia que retoma la tragedia de
Medea, escrita por Eurípides. La
historia se concentra en Laura
(Arcelia Ramírez) y el sufrimiento
que le ha provocado el abandono de
su pareja Nicolás (Luis Felipe
S.N. (2000) Así es la vida. [Fotografía.] Tovar), lo que desencadenará una
serie de eventos desafortunados y le
abrirán paso a un final funesto. Un drama en toda la extensión de la palabra que se convierte en un
relato que va más allá de la pantalla.

Durante toda la película el empleo de la cámara en mano es coherente por como nos
implementan en la historia. Tu eres un personaje más que no influye con el curso de la línea
narrativa, pero te conviertes en parte del mundo de Laura. Y es que no es casualidad, el hecho que
sea adaptación de un texto dramático, pensado para concebirse como una representación teatral,
hace que diferentes recursos, propios de una representación, se mantengan a lo largo de la cinta.
La constante ruptura de la cuarta pared y los planos secuencia nos mete de lleno en la historia
como un testigo más de los pensamientos y acciones de los personajes. En este punto, el montaje
apoya la idea de que estamos en una obra, los lentos fundidos a negro recuerdan a los cambios de
escena, cuando es momento de modificar la escenografía y seguir con la representación.
Así es la vida: Un relato que va más allá de la pantalla

Una película que cumple 20 años de su estreno, pero que no se aleja del presente.

Es interesante ver como, además, y a pesar de ser un drama, artificies propias de la comedia
griega antigua; como la parábasis, donde los actores salen del escenario y solo quedan los
miembros del coro para dirigirse al público, son también agregados y funcionan como válvulas de
presurización en donde, como espectador y personaje, se proporciona un respiro asonante al ritmo
natural de la historia sin dejar de poner atención a esta. Aquí la música no solo existe
incidentalmente. Mediante simples baladas, interpretadas por el cuarteto de Anselmo Fuentes entre
algunas escenas, se terminan de dejar claro el sentir de la situación y la experiencia de no solamente
estar viendo una película sino una obra en donde su ritmo lo controla tanto el tratamiento visual
como el sonoro. Es de resaltar el trabajado de David Mansfiel y Leoncio Bon Lara, que han
trabajado en películas como El Siciliano (1987) y La Virgen de la Lujuria (2002), respectivamente.

Todo esto se concentra en la adaptación de Paz Alicia Garciadiego donde, de manera muy
seria y real, se acondicionan problemáticas actuales que siguen vigentes y que trabajan dualmente
con la obra original. Desde la violencia intrafamiliar y el sexismo, hasta la falta de recursos y el
abandono. La historia nos lleva a un final que nos hace decir -Así es la vida.

La película se puede disfrutar en el servicio de streaming FilminLatino.

A J.B. y J.C.

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