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MAGIA AMERICANA

REINERIO FALLABRINO
Pintor, grabador, dibujante y editor riojano,
nació en Udpinango, Departamento Arauco, el
17 de junio de 1932.
Estudió en el Instituto Superior de Arte de la
Universidad Nacional de Tucumán y en la
Escuela Superior de Bellas Artes Ernesto de la
Cárcova, en Buenos. Aires.
Estudió pintura y dibujo con Carlos Cáceres y
Miguel Dávila respectivamente, en el Instituto
del Profesorado de Artes Plásticas de La Rioja.
Posteriormente, junto a los maestros Pompeyo
Audivert primero y Fernando López Anaya,
después, alcanzaría el nivel indispensable para
avanzar en la búsqueda de su propio horizonte y
en la consolidación de su imagen plástica
personal.
A lo largo de su trayectoria realizó exposiciones
en Bolivia, Uruguay y España y, en Argentina, en
Buenos Aires, Tucumán, Santiago del Estero, La
Rioja, Córdoba, Catamarca y Mendoza.
Participó en la Primera Bienal de Grabado de
Latinoamérica, en la ciudad de Córdoba, en 1964
y obtuvo una beca del Fondo Nacional de las
Artes, para trabajar en la especialidad de
grabado.
También se desempeñó como docente y, en lo
inherente a cargos de gestión, llegó a ser
director del Departamento de Artes Plásticas de
la Dirección de Cultura de la Provincia de La
Rioja.
S/T, técnica mixta, 1982 Falleció en La Rioja el 10 de mayo de 1985.
Calíbar en pos de la utopía

A 65 años del surgimiento de Calíbar, el MOC continúa rindiendo


homenaje a los plásticos que integraron este proyecto cultural
surgido con la vocación de erigirse en referente de la vanguardia
cultural riojana, consciente de la necesidad de renovar la praxis vital
local a través del arte, vinculando -en un solo acto- la acción y la
estética con el entorno inmediato.
Como parte de este movimiento y a lo largo de su trayectoria,
Reinerio Fallabrino asumió esta tarea, conciliando en su obra
distintos aspectos de su tierra natal, plasmando impresiones variadas
de ella, fueran estas superficiales o profundas. Ámbito del Mito, 1964
Porque aunque Fallabrino no lo nombre, Arauco está siempre
presente, denotado en las apelaciones al contexto y a distintas
escenas de la vida cotidiana y de la tradición regional y connotado
por la extraña solidez y monumentalidad en el planteo de sus
imágenes, por la geometrización de la forma y del color, por la
síntesis compositiva y por la determinación de la línea y el claroscuro
que expresan la luz y sombra riojanas, evidenciando la fisonomía
esencial de nuestro ambiente.
Causa y efecto. Argumento y justificación.
En plena evolución hacia una abstracción figurativa, el artista de
Llano Mítico, 1971 Figuras en el Camino, 1964
oficio se va nutriendo en un recorrido plagado de sutilezas técnicas,
unas veces enamoradas del grafismo y otras, del claroscuro, pero
siempre abrevando en el mundo mágico de lo americano, donde el
Las técnicas del 'intaglio', combinadas armoniosamente sobre una lámina de metal, el
mito, el rito, lo ancestral y la tradición confluyen en escenarios
barniz blando, el aguafuerte, el tratamiento 'a la goma' y con resinas, el relieve óptico y
aportados por la vida misma.
físico, etc., permiten al artista ampliar la posibilidad de expresión, logrando adecuado
Impecable e implacable, en Fallabrino, América late. ritmo y soltura en el trazo, que tan pronto se descubre transparente y sutil, como
vigoroso y violento.
José M. Paredes, mayo de 1965.
Catálogo de la exposición “Intaglios”,
Museo Municipal de Bellas Artes, La Rioja.

INTAGLIOS
Imagen Vital I, 1961

Figuras Norteñas, 1967

Trabajando la Madera, 1967 Duende Lumino, 1962 La Selva, 1962

Sus grabados sintetizan, antes que nada, un desdén insobornable por todo cuanto pueda Estos objetos, esos seres, el ojo de la selva que nos persigue con armoniosa saña, la figura que se
aproximarse a las trilladas y anacrónicas inmanencias que surgen de lo epidérmico, de lo virtuoso encorva sobre la tierra y sobre su propio pasado, el obsesionante mundo de mitos y rituales en
y de lo folklórico. Esto no es, a la postre, sino la consecuencia entrañable de un resumen de donde remueven las referencias mentales de Fallabrino, no viene del grabado, ni de la alfarería, ni
fervores, proyectados como un aditamento luminoso e inexcusable de su estilo lírico y fecundo de la pintura, ni de los libros. Vienen de adentro y de atrás. De una contemplación desmesurada
[…]. Porque Fallabrino no es nada más ni nada menos que un artista cabal: un documentalista del revés de su alma, por una parte, y del mundo americano en el que todos andamos insertos y
hondo, claro y vigoroso, de las múltiples y variadas vivencias de su exuberante riqueza interior. que solo conocemos en su polvillo superficial y anecdótico.
Ariel Ferraro, febrero de 1962. David Lagmanovich, 1962.
5 Xilografías. La Rioja, Argentina Diario “La Gaceta”, Tucumán.

XILOGRAFÍAS LINÓLEOS
Para Fallabrino, la pintura
es un desglosamiento de
los elementos ambientales,
reducidos a una limpia
partitura cósmica […].
Hombre de América; pintor
de América, sabe cuán
significativo resulta asimilar
los nobles elementos de
procedencia europeísta e
S/T, s/tela, 1977 introducirlos, decantados y
limpiamente, en lo
entrañable que nos
sustenta y nos rodea, para
que persistan, sin embargo,
ciertos singularizados entes
de sabor local.
Ariel Ferraro, 1962.
“Presencia y espíritu de
la pintura riojana de hoy”. La Rioja

S/T, s/tela, 1975 S/T, técnica mixta, s/tela, 1975 S/T, s/tela, 1977

ÓLEOS

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