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CONCEPTO DE HISTORIA:
FUENTES DE LA HISTORIA
PERIODIFICACION DE LA HISTORIA
PERIODOS DE LA HISTORIA
La Prehistoria
Es la etapa de la historia que se caracteriza por el primitivismo.
En ella no conocemos a los pueblos individualizadamente, con sus
nombres de pueblos. Mucho menos a las personas. Es la etapa má s
larga de la vida humana. De 2 a 4 millones de añ os, hasta hace 5.300
añ os en que empezamos a conocer pueblos por sus nombres: los
sumerios y los egipcios. En Europa occidental es en el milenio I antes
de Cristo cuando vamos saliendo de la Prehistoria y empezamos a
entrar en la Historia. Ese período se llama la Protohistoria (historia
temprana o historia inicial, es el amanecer de nuestros
conocimientos pormenorizados de los pueblos y de los hombres). En
la Prehistoria el hombre se hace las herramientas y las armas de
madera, má s tarde de piedra y, al final, de metal.
Edad Moderna
Cuyo periodo en la historia la ubicamos desde 1492 hasta 1789
con la Revolució n Francesa, caracterizá ndose este periodo en cuanto
a lo econó mico por un modo de producció n capitalista de tipo
Mercantilista ( aquí los negocios se dan entre una nació n y otra).
Políticamente se instauran las monarquías absolutas (absolutismo),
al construir los Estados Nacionales con el fin de centralizar el poder
político. De allí el crecimiento de los burgos o ciudades y el
campesinado libre.
La Cultura:
El uso de la palabra CULTURA fue variando a lo largo de los
siglos. En el Latín hablado en Roma significaba inicialmente "cultivo
de la tierra", y luego, por extensió n metafó ricamente, "cultivo de las
especies Humanas". Alternaba con civilizació n, que también deriva
del latín1 y se usaba como opuesto a salvajismo, barbarie o al menos
rusticidad. Civilizado era el hombre educado.
Desde el siglo XVIII, el romanticismo impuso una diferencia
entre civilizació n y cultura. El primer término se reservaba para
nombrar el desarrollo econó mico y tecnoló gico, lo material; el
segundo para referirse a lo "espiritual", es decir, el "cultivo" de las
facultades intelectuales. En el uso de la palabra "Cultura" cabía,
entonces, todo lo que tuviera que ver con la filosofía, la ciencia, el
arte, la religió n, etc. Ademá s, se entendía la cualidad de "culto" no
tanto como un rasgo social sino como individual. Por eso podía
hablarse de, por ejemplo, un hombre "culto" o "inculto" segú n
hubiera desarrollado sus condiciones intelectuales y artísticas. Esto
es hoy muy frecuente.
Las nuevas corrientes teó ricas de sociología y la antropología
contemporá neas redefinieron este término, contradiciendo la
conceptualizació n Romá ntica. Se entiende CULTURA en un sentido
social. Cuando se dice "CULTURA China", "CULTURA Maya" se está
haciendo uso muy distinto de aquel, se refiere a los diversos aspectos
de la vida en esas sociedades. En general, hoy se piensa a la
CULTURA como el conjunto total de los actos humanos en una
comunidad dada, ya sean éstos prá cticas econó micas, artísticas,
científicas o cualesquiera otras. Toda prá ctica humana que supere la
naturaleza bioló gica es una prá ctica cultural.
Esta sentido de la palabra CULTURA implica una concepció n
mucho má s respetuosa de los Seres Humanos. Primero, impide la
discriminació n entre "hombres cultos "y "hombres incultos" que el
término podía tener desde el romanticismo; Se hablará de
diferencias culturales, en todo caso. Segundo, también evita la
discriminació n de pueblos que, como los nativos de América, fueron
vistos por los europeos como "salvajes" por el solo hecho de tener
"cultura" distinta.
Resumiendo, este uso actual del término CULTURA designa,
como se dijo arriba, el conjunto total de las prá cticas humanas, de
modo que incluye las prá cticas: econó micas, políticas, científicas,
jurídicas. Religiosas, discursivas, comunicativas, sociales en general.
Algunos autores prefieren restringirse el uso de la palabra CULTURA
a los significados y valores que los hombres de una sociedad
atribuyen a sus prá cticas.
Hay que señ alar que cuando se estudian los hechos sociales, por
ejemplo la economía o el Arte, se toman esos aspectos en forma
parcial aunque en la realidad está n estrechamente relacionados. Esto
ocurre por la imposibilidad del pensamiento humano abarcarlo en su
compleja red de interrelaciones. No está de má s insistir en que no
hay prá ctica social que esté desvinculada de las restantes, formando
un todo complejo y heterogéneo de recíprocas influencias. Así, no
puede explicarse cabalmente la historia del arte, para continuar con
el mismo ejemplo, si no se hace referencia a la historia econó mica, a
la política, a las costumbres, la moral, las creencias, entre otras, de la
época.
Esta es la razó n por la cual cuando se estudia la cultura se
prefiere el sentido segundo de los mencionados pá rrafos arriba, el de
los significados y valores que los hombres atribuyen a su praxis5.
En las ciencias sociales, el sentido de la palabra cultura es má s
amplio la cultura abarca el conjunto de las producciones materiales
(objetos) y no materiales de una sociedad (significados,
regularidades normativas creencias y valores)
La Civilización:
También es en el contexto del Iluminismo cuando surge otra de
las clá sicas oposiciones en que se involucra a la cultura, esta vez,
como sinó nimo de la civilización. Esta palabra aparece por primera
vez en la lengua francesa del siglo XVIII, y con ella se significaba la
refinació n de las costumbres. Civilizació n es un término relacionado
con la idea de progreso. Segú n esto, la civilizació n es un estado de la
Humanidad en el cual la ignorancia ha sido abatida y las costumbres
y relaciones sociales se hallan en su má s elevada expresió n. La
civilizació n no es un proceso terminado, es constante, e implica el
perfeccionamiento progresivo de las leyes, las formas de gobierno, el
conocimiento. Como la cultura, también es un proceso universal que
incluye a todos los pueblos, incluso a los má s atrasados en la línea de
la evolució n social. Desde luego, los pará metros con los que se medía
si una sociedad era má s civilizada o má s salvaje eran los de su propia
sociedad. En los albores del siglo XIX, ambos términos, cultura y
civilizació n eran empleados casi de modo indistinto, sobre todo en
francés e inglés (Thompson, 2002: 186).
Asimismo, La Civilizació n se enfoca como una Entidad cultural
que aglutina un sentido semiinconsciente de unidad, y que agrupa en
su seno a varias naciones y pueblos distintos.
El concepto de civilización ha experimentado una fuerte
evolució n. Primitivamente se refería a la vida en torno a la civitas,
por oposició n a la vida rural o campestre, má s propia de los
bá rbaros. Alguien civilizado era alguien culto y refinado, e imbuido
de la vida cívica, por oposició n a la ignorancia y a la simpleza (o
inexistencia) de las instituciones políticas del campesinado.
Progresivamente, a medida que creció el sentido mesiá nico de
Occidente, el concepto se hizo sinó nimo de civilización occidental,
hasta el punto que ésta era la Civilizació n por antonomasia. Sin
embargo, a comienzos del Siglo XX esta noció n fue puesta en duda
ante la evidencia de que Europa (el foco clá sico de la civilización)
había pasado a segundo plano frente a los Estados Unidos. Cobró
entonces fuerza la noció n de civilización como una suerte de
supraorganismo cultural, apoyada por Oswald Spengler y Arnold J.
Toynbee .
CIVILIZACIÓN GRECOLATINA
Grecia
En Grecia se desarrollaron desde la literatura y el arte hasta las
formas de gobierno que hoy conocemos.
La Grecia primitiva
La primera civilizació n dominante en las islas griegas fue la
caria. Hacia el tercer milenio comienzan a llegar nuevos pobladores,
de origen indoeuropeo, que aceptan la lengua y la civilizació n caria:
la cultura minoica.
En Creta se aceleran los cambios. Se abre una época de gran
esplendor cultural. Aparece la escritura, vinculada a una compleja
burocracia que dominaba el comercio. Creta crea una talasocracia
comercial en el Mediterrá neo. Los aqueos invaden Creta y crean la
civilizació n micénica.
La cultura griega
Los griegos comenzaron a escribir hacia finales del siglo XI a.C.,
con un alfabeto de origen fenicio al cual se le añ aden las vocales. Algo
má s tarde nace en Grecia la poesía épica: Homero y Hesíodo. La épica
es el vehículo fundamental de unificació n de la lengua. La
contribució n griega a la filosofía y a la ciencia es transcendental.
La invasió n dó rica tuvo importantes consecuencias en lo
referente al régimen de la propiedad del suelo. La forma normal de
explotació n agrícola, en época de Homero, era el cortijo rural.
La ciudad estado
La diversidad de los invasores dó ricos y griegos, y su mezcla con
la població n autó ctona, no permitió construir un Estado unitario,
sino que se prefirió la creació n de una serie de ciudades autó nomas,
con una cultura comú n, que dominaban el espacio circundante.
La monarquía militar
Desde sus comienzos, la vida econó mica y política de la polis
estuvo dominada por los grandes clanes aristocrá ticos. El rey ejercía
la jefatura de la milicia, pero también era el responsable de la justicia
y la religió n. Estaba sometido a las decisiones del «consejo de
ancianos», compuesto por los jefes del clan.
En Esparta hubo dos reyes simultá neamente. El consejo de
ancianos en Esparta se llamó Gerusía.
Aristocracia y oligarquía
La disminució n del peligro de guerra hizo desplazar la
importancia del poder del rey al del «consejo de ancianos».
En Esparta el poder ejecutivo de la aristocracia lo tuvieron los
éforos que controlaban a los reyes, a la Gerusía y la conducta de los
ciudadanos. En Atenas la institució n que veló por los intereses de la
aristocracia fue el Areó pago, dominada por los arcontes.
Los jonios tienen un nuevos sistema de lucha, asentado en la
falange. Para enfrentarse a ellos es necesaria la colaboració n de toda
la ciudad. Pero si todos colaboran en la defensa, todos tienen derecho
a intervenir en el gobierno.
En principio, la oligarquía aristocrá tica continuó ejerciendo el
poder y modificando la ley a su antojo. Pero los nuevos ciudadanos
obligaron a ponerla por escrito.
La democracia
La democracia consistió en el ejercicio del poder por todos los
hombres libres de la polis, ya que todos contribuían a su defensa. La
asamblea se reunía en el á gora para discutir los asuntos de la
política.
El caso espartano
Los espartanos organizan un nuevo ejército basado en la falange
hoplita y recuperan su poder. Sin embargo, en la falange lucha todo el
damos, que va a reivindicar su derecho a tomar decisiones en los
asuntos que afecten a la polis. Nacen un nuevo Estado espartano: el
Cosmos.
El caso ateniense
Atenas creció en prestigio después de la codificació n de legal de
Soló n. Con la reforma de Soló n todos los oriundos de Á tica tienen
derecho a la ciudadanía y pertenecen a la iglesia.
Clístenes consiguió hacer aprobar una nueva constitució n que
sancionaba la igualdad social. La reforma concedía la ciudadanía a
todos los hombres libres de Á tica y se dividía a la població n por su
lugar de residencia. Se crea el Consejo de los 500, que ejerce el poder
y crea leyes, junto con la iglesia. Este Estado fue denominado
isonomía.
Roma
Roma recoge la cultura griega, la enriquece y la reelabora, le da
un nuevo sentido y la universaliza.
Los etruscos
Los orígenes de los romanos son un tanto obscuros. Son
herederos de los etruscos. Sus poblaciones eran ciudades estado
enclavadas en lugares defensivos del interior, dominadas por la
aristocracia, y con un rey, también sacerdote.
La monarquía
Segú n la tradició n Ró mulo y Remo fundaron Roma en el 753 a.C.
En Roma vivirían dos tribus: los latinos y los sabinos. En un
primer momento habría dos reyes Ró mulo y Tito Tacio; pero muerto
Tito Tacio, Ró mulo comienza a construir la unidad de Roma. Creó un
ordenamiento jurídico y repartió el pueblo en tres tribus. Ró mulo
creó para el gobierno de la ciudad una asamblea de ancianos, el
Senado, en el que se sentaban los jefes de los clanes.
Economía y sociedad
La base econó mica de Roma, en la época de la monarquía, era la
ganadería. Esta era de propiedad privada, mientras que la agricultura
era de propiedad comunal. Pero dada la posició n de la ciudad, en una
importante ruta comercial, cada vez má s los romanos se dedicaron al
comercio.
La escritura se introduce entre finales del siglo VII a.C., y
principios del VI a.C. con un alfabeto propio.
La base de la estructura social fue la familia y la gens. La patria
potestad daba al cabeza de familia un poder total, pudiendo decidir
incluso sobre la vida y la muerte.
La sociedad estaba estructurada en clases: los patricios, los
plebeyos y la clientela, ademá s de los esclavos.
El régimen político estaba dominado por el rey. El rey es un jefe
militar, religioso y judicial. El poder unitario del rey, cuando asumía
las facultades políticas, ejecutivas y legislativas, se denominó
impérium. Junto al rey aparece el Senado, asamblea constituida por
los jefes de los gens, como ó rgano consultivo. La asamblea de pueblo
agrupaba a las curias, cada una con un voto. El ejército tenía cará cter
gentilicio, pero con la reforma serviana pasó a ser territorial, que
debía equipar a cien soldados, una centuria.
La religió n tenía dos vertientes: una pú blica, el culto estatal, y
otra privada, el culto a los lares familiares.
La república
El añ o 510a.C. es el de la caída de la monarquía y el triunfo de la
repú blica. El mando militar y político pasó a los magistrados electos
y de duració n limitada: los có nsules. La magistratura duraba un añ o,
y al cesar se le podían pedir responsabilidades. Los magistrados
dependían de los electores. El Senado está constituido por 300
senadores representantes de las familias má s ricas, y no tenía
funciones específicas.
Sin embargo, fue la aristocracia la que dominó la vida pú blica, al
monopolizar el consulado. Los tribunos eran elegidos, en los
comicios tributos, por el pueblo reunido por tribus: los plebis scita.
Gracias a las presiones de los tribunos de la plebe, la ley se plasma
por escrito en el Có digo de las Doce Tablas, y el Digesto.
Cultura
Las mayores contribuciones que Roma ha hecho a la cultura
han sido el derecho y el latín. Tras la conquista de Grecia, la cultura
romana sufre una profunda transformació n. Así, entran en Roma las
ú ltimas tendencias de la filosofía griega.
El imperio
La expansió n territorial hizo necesaria la creació n de un Estado
centralizado y fuerte para mantener las conquistas.
En este ambiente medra en la política Julio César. En el 52 a.C.
Pompeyo fue nombrado có nsul ú nico y se le ordenó a César regresar
a Roma. César atacó Roma con sus tropas, y en el 48 a.C. venció a
Pompeyo. En el 46 a.C. se hizo nombrar dictador y en el 45 a.C. se
hizo transferir todos los poderes.
Tras la muerte de César el Senado intenta recuperar el poder.
Estalló una guerra civil entre la Repú blica, con Bruto; y los
seguidores de César, con Marco Antonio al frente. Octavio fue elegido
por el Senado para hacer la guerra a Marco Antonio.
Octavio no podía hacerse rey, pero el Senado estaba
desacreditado. Octavio hizo que el Senado le concediese poderes
suficientes para ser jefe del Estado: el princes. Con lo que fue dueñ o
del Estado.
El Estado imperial
Octavio muere en el 14 y hereda el imperio Tiberio. Se abre
así el periodo má s largo de la historia de Roma, en la que el
emperador es la figura central del régimen.
El Senado continú a funcionando como en la repú blica, pero su
poder va decreciendo alarmantemente. Las asambleas del pueblo
perdieron toda relevancia. Las magistraturas republicanas se
mantuvieron, pero perdieron sus funciones.
Los funcionarios imperiales fueron los que administraron el
régimen. Tuvieron a su cargo el gobierno. Eran nombrados por el
emperador y sus facultades dependían de lo que este quisiera
ordenarles, y por un tiempo indefinido.
Los má s importantes tienen el nombre de prefectos. De rango
inferior fueron los procuradores.
El Consilium Príncipis, o Consejo Imperial, es uno de los
ó rganos de gobierno má s importantes. Estuvo integrado por
personas de confianza del emperador.
La Cancillería Imperial se ocupó de todos los asuntos
privados que debía resolver el emperador.
Superfamilia: Hominoidea
Familia: Parapithecidae
Familia: Pongidae
Subfamilias: Hylobatinae
Proconsulinae
Ponginae
Gigantopithecinae
Familia: Hominidae
Subfamilias: Australopithecinae
Homininae
Los persas y otras culturas
Concilios y Credos
Se hizo necesario aclarar las cuestiones doctrinales cuando
surgieron interpretaciones del mensaje de Cristo que vendrían a
considerarse erró neas. Las desviaciones má s importantes o herejías
tenían que ver con la persona de Cristo. Algunos teó logos buscaban
proteger su santidad, negando su naturaleza humana, mientras otros
buscaban proteger la fe monoteísta, haciendo de Cristo una figura
divina de rango inferior a Dios, el Padre.
La Aceptación Oficial
La conversió n del emperador Constantino situó al cristianismo
en una posició n privilegiada dentro del Imperio; se hizo má s fá cil ser
cristiano que no serlo. Como resultado, los cristianos comenzaron a
sentir que se estaba rebajando el grado de exigencia y sinceridad de
la conducta cristiana y que el ú nico modo de cumplir con los
imperativos morales de Cristo era huir del mundo (y de la Iglesia que
estaba en el mundo), y ejercer una profesió n de disciplina cristiana
como monje. Desde sus comienzos en el desierto egipcio, con el
eremitorio de san Antonio, el monaquismo cristiano se propagó
durante los siglos IV y V por muchas zonas del Imperio romano. Los
monjes cristianos se entregaron al rezo y a la observació n de una
vida ascética, pero no só lo en la parte griega o latina del Imperio
romano, sino incluso má s allá de sus fronteras orientales, en el
interior de Asia. Durante el inicio de la edad media, estos monjes se
transformaron en la fuerza má s poderosa del proceso de
cristianizació n de los no creyentes, de la renovació n del culto y de la
oració n y, a pesar del antiintelectualismo que en reiteradas
ocasiones trató de hacer valer sus derechos entre ellos, del campo de
la teología y la erudició n. Véase también Ó rdenes y comunidades
religiosas.
Por ú ltimo, habría que agregar a esta lista a los distintos grupos
y movimientos del llamado judaísmo mesiá nico, que, si bien se
autoproclaman israelitas —llegando incluso a seguir má s y menos
rigurosamente diversos rituales judíos que el cristianismo ha dejado
de lado—, al reconocer a Jesú s como el Mesías, y evangelizar
cumplen las dos condiciones bá sicas del cristianismo para ser
considerado como tal.
LA EDAD MEDIA
Fragmentación de la autoridad
Durante este periodo no existió realmente una maquinaria de
gobierno unitaria en las distintas entidades políticas, aunque la poco
só lida confederació n de tribus permitió la formació n de reinos. El
desarrollo político y econó mico era fundamentalmente local y el
comercio regular desapareció casi por completo, aunque la economía
monetaria nunca dejó de existir de forma absoluta. En la culminació n
de un proceso iniciado durante el Imperio romano, los campesinos
comenzaron a ligarse a la tierra y a depender de los grandes
propietarios para obtener su protecció n y una rudimentaria
administració n de justicia, en lo que constituyó el germen del
régimen señ orial. Los principales vínculos entre la aristocracia
guerrera fueron los lazos de parentesco aunque también empezaron
a surgir las relaciones feudales. Se ha considerado que estos vínculos
(que relacionaron la tierra con prestaciones militares y otros
servicios) tienen su origen en la antigua relació n romana entre
patró n y cliente o en la institució n germá nica denominada comitatus
(grupo de compañ eros guerreros). Todos estos sistemas de relació n
impidieron que se produjera una consolidació n política efectiva.
La Iglesia
La ú nica institució n europea con cará cter universal fue la
Iglesia, pero incluso en ella se había producido una fragmentació n de
la autoridad. Todo el poder en el seno de la jerarquía eclesiá stica
estaba en las manos de los obispos de cada regió n. El papa tenía una
cierta preeminencia basada en el hecho de ser sucesor de san Pedro,
primer obispo de Roma, a quien Cristo le había otorgado la má xima
autoridad eclesiá stica. No obstante, la elaborada maquinaria del
gobierno eclesiá stico y la idea de una Iglesia encabezada por el papa
no se desarrollarían hasta pasados 500 añ os. La Iglesia se veía a sí
misma como una comunidad espiritual de creyentes cristianos,
exiliados del reino de Dios, que aguardaba en un mundo hostil el día
de la salvació n. Los miembros má s destacados de esta comunidad se
hallaban en los monasterios, diseminados por toda Europa y alejados
de la jerarquía eclesiá stica.
Vida cultural
La actividad cultural durante los inicios de la edad media
consistió principalmente en la conservació n y sistematizació n del
conocimiento del pasado y se copiaron y comentaron las obras de
autores clá sicos. Se escribieron obras enciclopédicas, como las
Etimologías (623) de san Isidoro de Sevilla, en las que su autor
pretendía compilar todo el conocimiento de la humanidad. En el
centro de cualquier actividad docta estaba la Biblia: todo aprendizaje
secular llegó a ser considerado como una mera preparació n para la
comprensió n del Libro Sagrado.
Esta primera etapa de la edad media se cierra en el siglo X con
las segundas migraciones germá nicas e invasiones protagonizadas
por los vikingos procedentes del norte y por los magiares de las
estepas asiá ticas, y la debilidad de todas las fuerzas integradoras y de
expansió n europeas al desintegrarse el Imperio Carolingio. La
violencia y dislocamiento que sufrió Europa motivaron que las
tierras se quedaran sin cultivar, la població n disminuyera y los
monasterios se convirtieran en los ú nicos baluartes de la civilizació n.
La alta edad media
Hacia mediados del siglo XI Europa se encontraba en un periodo
de evolució n desconocido hasta ese momento. La época de las
grandes invasiones había llegado a su fin y el continente europeo
experimentaba el crecimiento diná mico de una població n ya
asentada. Renacieron la vida urbana y el comercio regular a gran
escala y se desarrolló una sociedad y cultura que fueron complejas,
diná micas e innovadoras. Este periodo se ha convertido en centro de
atenció n de la moderna investigació n y se le ha dado en llamar el
renacimiento del siglo XII.
El poder papal
Durante la alta edad media la Iglesia cató lica, organizada en
torno a una estructurada jerarquía con el papa como indiscutida
cú spide, constituyó la má s sofisticada institució n de gobierno en
Europa occidental. El Papado no só lo ejerció un control directo sobre
el dominio de las tierras del centro y norte de Italia sino que ademá s
lo tuvo sobre toda Europa gracias a la diplomacia y a la
administració n de justicia (en este caso mediante el extenso sistema
de tribunales eclesiá sticos). Ademá s las ó rdenes moná sticas
crecieron y prosperaron participando de lleno en la vida secular. Los
antiguos monasterios benedictinos se imbricaron en la red de
alianzas feudales. Los miembros de las nuevas ó rdenes moná sticas,
como los cistercienses, desecaron zonas pantanosas y limpiaron
bosques; otras, como los franciscanos, entregados voluntariamente a
la pobreza, pronto empezaron a participar en la renacida vida
urbana. La Iglesia ya no se vería má s como una ciudad espiritual en el
exilio terrenal, sino como el centro de la existencia. La espiritualidad
altomedieval adoptó un cará cter individual, centrada ritualmente en
el sacramento de la eucaristía y en la identificació n subjetiva y
emocional del creyente con el sufrimiento humano de Cristo. La
creciente importancia del culto a la Virgen María, actitud
desconocida en la Iglesia hasta este momento, tenia el mismo
cará cter emotivo.
Aspectos intelectuales
Dentro del á mbito cultural, hubo un resurgimiento intelectual al
prosperar nuevas instituciones educativas como las escuelas
catedralicias y moná sticas. Se fundaron las primeras universidades,
se ofertaron graduaciones superiores en medicina, derecho y
teología, á mbitos en los que fue intensa la investigació n: se
recuperaron y tradujeron escritos médicos de la antigü edad, muchos
de los cuales habían sobrevivido gracias a los eruditos á rabes y se
sistematizó , comentó e investigó la evolució n tanto del Derecho
canó nico como del civil, especialmente en la famosa Universidad de
Bolonia. Esta labor tuvo gran influencia en el desarrollo de nuevas
metodologías que fructificarían en todos los campos de estudio. El
escolasticismo se popularizó , se estudiaron los escritos de la Iglesia,
se analizaron las doctrinas teoló gicas y las prá cticas religiosas y se
discutieron las cuestiones problemá ticas de la tradició n cristiana. El
siglo XII, por tanto, dio paso a una época dorada de la filosofía en
Occidente.
Innovaciones artísticas
También se produjeron innovaciones en el campo de las artes
creativas. La escritura dejó de ser una actividad exclusiva del clero y
el resultado fue el florecimiento de una nueva literatura, tanto en
latín como, por primera vez, en lenguas verná culas. Estos nuevos
textos estaban destinadas a un pú blico letrado que poseía educació n
y tiempo libre para leer. La lírica amorosa, el romance cortesano y la
nueva modalidad de textos histó ricos expresaban la nueva
complejidad de la vida y el compromiso con el mundo secular. En el
campo de la pintura se prestó una atenció n sin precedentes a la
representació n de emociones extremas, a la vida cotidiana y al
mundo de la naturaleza. En la arquitectura, el romá nico alcanzó su
perfecció n con la edificació n de incontables catedrales a lo largo de
rutas de peregrinació n en el sur de Francia y en Españ a,
especialmente el Camino de Santiago, incluso cuando ya comenzaba
a abrirse paso el estilo gó tico que en los siguientes siglos se
convertiría en el estilo artístico predominante.
La nueva espiritualidad
Aunque este desarrollo filosó fico fue importante, la
espiritualidad de la baja edad media fue el auténtico indicador de la
turbulencia social y cultural de la época. Esta espiritualidad estuvo
caracterizada por una intensa bú squeda de la experiencia directa con
Dios, bien a través del éxtasis personal de la iluminació n mística, o
bien mediante el examen personal de la palabra de Dios en la Biblia.
En ambos casos, la Iglesia orgá nica —tanto en su tradicional funció n
de intérprete de la doctrina como en su papel institucional de
guardiá n de los sacramentos— no estuvo en disposició n de combatir
ni de prescindir de este fenó meno.
Consulta en Internet:
http://es.wikipedia.org/wiki/Historia