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La amiga naturaleza

Edgar, era un niño alegre, simpático y con una capacidad de hacer amigos, un día
su abuelo, un hombre de avanzada edad, llego a su casa como cada domingo y le
regalo un brote, no era un brote cualquiera, pertenecía a un árbol que tiempo atrás
había salvado muchas vidas. Su abuelo con una mirada de esperanza le dijo:

– Este brote es muy especial debes de cuidarlo mucho, viene de un lugar muy
especial: campanita, tienes que ir a verlo algún día.

El siguiente domingo, el querido abuelo de Edgar ya no vino más, durante esos


días la familia estaba triste asumiendo que el anciano ya había ascendido hacia la
luz. En el niño vivían aquellas últimas palabras, que este le dijo antes de partir.

Edgar concediendo aquel pedido protegía y cuidaba con todo esmero a “brote”
pero aún con la duda encima se preguntaba – ¿Qué tiene de tan importante este
brote? ¿Será que estoy siendo un tonto?

Pasaron varios meses desde que brote llegó a casa y ya se le notaba mucho más
grande y con una luminosidad especial, fue así que los padres de Edgar
decidieron viajar al lugar de donde provenía el brote a manera de paseo. Ya muy
cerca del lugar se veía un paisaje verdoso, florido y lleno de frutales a su vez se
observaba que las personas eran muy felices y trabajadoras, cuidaban mucho de
la naturaleza.

Ya establecidos en el lugar, en una linda casita de adobe e icho que


hospitalariamente le ofrecieron algunos de los pobladores. Esa noche el padre de
Edgar decidido narrarle un breve fragmento de una vieja historia del brote, empezó
así: –Hace tiempo los países se encontraban enfrentados por diferentes disputas,
es así que caen en una cruel e inevitable guerra, la gente se moría de hambre y
no tenían nada que hacer para poder sobrevivir.

El padre ya muy cansado por el viaje paró la narración y se quedó dormido.


Mientras tanto Edgar se quedó pensando en lo que le narro su padre, no pudo
dormir de tanta curiosidad. Al día siguiente la familia continuó deleitando su vista,
pues el paisaje era muy hermoso, con árboles frondosos de diferentes tamaños y
variedades, ríos claros poblado de peces y truchas, lagunas que albergaban un
bandada de aves.

Más tarde fueron invitados a almorzar por algunos de los habitantes de ese
pequeño pueblo llamado campanita, fueron atendidos con mucha amabilidad.
Terminado el almuerzo la familia de Edgar también fue invitada a una fiesta
ceremonial que cada año realizan los habitantes de ese pequeño pueblo al cual
consideraban como sagrado. Ellos gustosamente aceptaron ser partícipes de tal
evento, Edgar como todo niño se encontraba muy entusiasmado y curioso por lo
que sus ojos verían al día siguiente.

Al día siguiente, el día de la fiesta, la población estaba alistando y preparando el


lugar para su tradicional celebración, iba a ser una fiesta enorme ya que no
faltaba la rica trucha hecha a la leña, su chicha de siete semillas y su peculiar
danza de las chivas que era representado por los jóvenes adolescentes junto a
sus padres y lo que más llamaba la atención era que al centro del escenario había
un árbol caído sostenido con palos. Edgar quedó muy asombrado lo que motivo a
su padre a continuar con la historia que un día antes ya le había adelantado.

Continuó así: – Las personas caían como moscas producto de la guerra y de


hambre como ya te había dicho, las personas no podían hacer nada. En medio de
esta guerra había un solo un hombre que tenía un árbol oculto detrás de su
precaria casita, con frutos muy ricos que podía llevar la hambruna a su fin. Las
personas muy desesperadas se quitaban lo poco que había y no compartían, por
lo que esta codicia conllevó a que muchas niños ancianos, mujeres murieran de
hambre.

Esta trágica situación a pesar de la incertidumbre hizo que las personas no


dejaran pasar la única oportunidad de supervivencia, así que acordaron en
reunirse, tomando como acuerdo que dejarían que el árbol produzca junto con
otros pequeños árboles que estaban en el pueblo, de tal modo que todos se
pudieran beneficiar de sus frutos. La espera mataba a algunos, otros aguantaban,
pero para poder llevar la hambruna empezaron a comer tierra y lo que pudieran
encontrar. Pasaron las semanas y las personas ya no aguantaban más, para
colmo los árboles empezaron a enfermarse, siendo atacados por plagas, la
mayoría de sus frutos fueron destruidas, pero el árbol principal aún se mantenía
con vida, auque no contaba con muchos frutos como para alimentar a toda la
población. El árbol en su interior decía:

– Daré todo mi esfuerzo para poder salvar a todas estas personas porque ellas
cuidaron de mí – Pero sabía que no podía a pesar de ello se propuso producir
bastante lo que le costaría hasta su propia vida. Así lo hizo unas semanas
después, las personas cansadas y muertas de hambre se cansaron ya estaban
muriendo, ya no tenían esperanza, cuando de repente alguien grita:

– Milagro, esperanza, vida, hermanos nuestra fe nos ha salvado.

Toda la gente corrió hacia el único árbol que quedaba. Se veía resplandeciente y
lleno de miles de frutos. Desde entonces las personas aprendieron a valorar a sus
amigos los árboles, sobre todo al árbol principal, le dieron mucho cariño, ya que
gracias a él su población se salvó de la hambruna. Ese árbol sobrevivió
muchísimos años más y antes que se muera se le extrajeron rebrotes para que
subsistiera dispersado por todos los lugares, es de ahí que nace brote.

Edgar sorprendido por la narración de su padre comprendió lo que significaba el


regalo de su abuelo, con más razón su familia y él se quedaron a celebrar al
sagrado árbol.

Al volver a casa Edgar se puso a cuidar el árbol con todo esmero, a su pequeño
brote, y se propuso cuidar de la naturaleza que tanto favor hacia a la humanidad.

DaSoMi

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