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SINDROMES GERIATRICOS

Los síndromes geriátricos son situaciones de enfermedad expresadas por un


conjunto de síntomas. Son, en definitiva, un conjunto de cuadros originados por la
concurrencia de una serie de enfermedades que tienen su expresión a través de
cuadros patológicos no145 Síndromes geriátricos. Justificación, concepto e
importancia de los síndromes geriátricos encuadrados en las enfermedades
habituales; por ello, raramente son abordados en capítulos específicos de los
libros habituales de patología clínica. Es una forma habitual de presentación de las
enfermedades en los ancianos y exigen una cuidadosa valoración de su
significado y etiología para realizar un correcto tratamiento y no caer en el
frecuente «viejismo» como modo de interpretar una situación patológica, sea cual
sea la edad del individuo.

ARTRITIS Y ARTROSIS

La artritis se caracteriza por la inflamación e hinchazón de las articulaciones. La


artrosis suele provenir de un cuadro de artritis grave.

La artrosis aparece por la degeneración del cartílago articular generado por la


edad, esto genera dolor cuando nos movemos y otras dificultades motoras. Casi
todos los ancianos sufren artrosis en alguna de sus articulaciones. Suele ser más
común en las mujeres.

ENFERMEDADES MENTALES

Las enfermedades mentales son condiciones graves que influyen en nuestro


humor, pensamiento, sentimientos y actuaciones del día a día.

Las diferentes enfermedades mentales atacan a nuestro cerebro. Suelen causar


alteraciones cognitivas, emocionales, funcionales y de movimiento, según la
enfermedad.

Las enfermedades mentales con más incidencia entre los mayores son: Alzheimer,
Demencia Senil, Parkinson, Ictus y ELA.
OSTEOPOROSIS

La Osteoporosis aparece como consecuencia de la disminución de cantidad de


minerales en los huesos. Las caídas en personas mayores son muy peligrosas,
pero si el paciente sufre osteoporosis se debe tener aún más cuidado, ya que este
tiene más riesgo de sufrir alguna fractura.

DIABETES

Casi todas los adultos mayores sufren diabetes. El estrés, los malos hábitos
alimenticios y la inactividad son las principales causas de esta enfermedad.

ENFERMEDADES DE CORAZÓN

El infarto está considerado una de las primeras causas de muerte entre las
personas de la tercera edad.

El tabaquismo, la obesidad, la hipertensión, el colesterol y la diabetes son factores


riesgo que pueden conllevar un infarto.

Los síntomas más comunes antes de un infarto son:

 Disnea
 Falta de aire
 Mareos
 Dolor de pecho y en brazo izquierdo
 Fatiga o cansancio extremo

SOLEDAD Y DEPRESIÓN EN LA TERCERA EDAD

La soledad se ha convertido en un problema de salud grave para nuestros


mayores. Las situaciones de soledad en personas de la tercera edad pueden
conllevar al aislamiento social y provocar tristeza o miedo. Todo esto no es lo más
grave, sino que la soledad es un factor riesgo para la aparición de la depresión u
otras enfermedades neurodegenerativas.

La depresión en ancianos puede agravarse y conllevar a la aparición de la


distimia, el peso constante de la tristeza.
Disminución de la capacidad de homeostasis interna y de adaptación
externa a los cambios.

 Enlentecimiento de las respuestas complejas que requieren la coordinación


entre diferentes sistemas orgánicos (equilibrio hidro-electrolítico, glucemia,
temperatura, tensión arterial...).

Disminuye la filtración glomerular y la función tubular (reabsorción y


capacidad de concentración) renales.

 La vida media de eliminación de un gran número de fármacos aumenta. Los


fármacos potencialmente nefrotóxicos tendrán mayor importancia.

Atenuación de la respuesta inmune, tanto humoral como celular.

 Mayor frecuencia de infecciones, patología autoinmune y malignizaciones


en el anciano, aunque no se puede hablar de que una persona esté
inmunodeprimida por ser mayor.

Reducción de la eficiencia respiratoria debido a una disminución de la capacidad


vital, de la difusión del oxigeno y de las reservas funcionales respiratorias.

Disminución de la masa hepática y de su flujo

 Disminución del metabolismo hepático de algunos fármacos, aumentando


su vida media.

Cambios morfológicos (atrofia) y funcionales del aparato digestivo


(disminución de la secreción y de la motilidad).

 Esto viene siendo tendencia natural al estreñimiento.


Disminución de la sensibilidad del centro de la sed y de los
osmorreceptores, lo cual produce una tendencia a la deshidratación.

 Hidratar al paciente constituye la primera y más eficaz medida

terapéutica a tomar. Habrá que tener especial cuidado con el

uso de diuréticos.

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