Desde el comienzo de la historia se ha podido apreciar como el
caos y la enemistad, pueden acabar, un país, una ciudad e incluso un pequeño pueblo, y el libro de los ejércitos nos ha demostrado ello desde el punto de vista de un habitante, y demás habitantes del pueblo de san José un pueblo lejano a la capital que se encuentra en medio de conflictos armados con el ejército, las guerrillas y paramilitares.
Los conflictos igualmente se han llevado incontables vidas,
desaparecido personas y miles de sueños perdidos, en esta vasija busco retratar el conflicto, un mundo que si lo tiramos con violencia puede llegar a romperse, las manijas de arma con la que se lleva la vida de el pueblo, y la boca de el cañón que con un movimiento lanzan flores que marchitan el cuerpo. El pueblo encriptado dentro del conflicto y tal como dijo Paul Valery “La guerra es una masacre entre gentes que no se conocen, para provecho de gentes que sí se conocen pero que no se masacran” y de esas masacres surge el dolor, las perdidas, tanto para los adultos como para las almas puras de los niños quienes frecuentemente son reclutados, o engañados para participar de un conflicto que les robo la infancia. Y Cada día en Colombia hay mas vidas truncadas, nuevos huérfanos, nuevos horrores, nuevas soledades. En este mismo instante hay en Colombia petróleo crudo tiñendo la vida del color de la muerte. Hay bosques ardiendo. Hay niños que tiemblan cuando ladran los perros. Hay una orgía incontenible de violencia y de muerte. Pero también, en este mismo instante, hay esperanza, hay deseo, hay voluntad de paz, hay confianza. Hay vida, el reto es defenderla, facilitarla, compartirla, mejorarla. El reto es que nuestros hijos hereden nuestras esperanzas, no nuestros horrores. Proteger y protestar por nuestros derechos, por la paz, y por un pueblo de san jose libre de violencia y dolor.