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Más Allá De Los 12 Signos Del Zodiaco Parte 2

Ya hemos visto la interesante y maravillosa historia de cómo la Palabra de Dios está escrita
en las estrellas, las constelaciones, su significado y lo que representan. Continuaremos hoy
con las dos constelaciones restantes y concluiremos determinando nuestra posición y
nuestro papel en este intrigante tema de los 12 signos del zodiaco.

La onceava constelación del zodiaco es Cáncer.

11) Cáncer es una constelación representada por un Cangrejo o un escarabajo. La posesión


del Mesías, los redimidos son sostenidos con firmeza. Cáncer literalmente significa: "El que
sostiene.” En realidad no significa cangrejo, sino la expresión del agarre tenaz y fuerte.
“Ningún hombre puede arrebatarlos de mi mano” como dice en el evangelio de Juan. ¡A eso
se refiere!

(Juan 10:28) y yo les doy vida eterna; y no perecerán jamás, ni nadie las arrebatará de mi
mano.

Es visible en el mes de abril. Las tres constelaciones próximas a Cáncer son: La Osa
Menor, la Osa Mayor, y Argos.

La constelación de la Osa Menor, realmente significa; “El aprisco o redil menor.” Parece un
osito pero no lo es, realmente significa “redil o aprisco.” Aquí se trata de un redil pequeño.
La Estrella Polar se encuentra en la cola, y significa paz y seguridad.

La siguiente constelación es la constelación de la Osa Mayor, y no solo es un redil pequeño,


sino el redil con todas las ovejas en él, este es un enorme redil, e indica mucho más de lo
que la osa menor representa.

La tercera constelación en las proximidades de Cáncer es la constelación de Argos, que


significa “la nave o el barco,” y representa a los viajeros y a los peregrinos llevados de
regreso a casa en condiciones seguras, cuando todos los conflictos han terminado.
Jesucristo no soltará a su pueblo, Israel no puede ser arrebatado de su mano.

La doceava y última constelación del zodiaco es Leo.

12) La constelación de Leo significa; “El león.” Esta constelación demuestra el triunfo
consumado del Mesías. Es el fin de la revelación inspirada en la Palabra de Dios, El león de
la tribu de Judá despertado por el desgarramiento de la presa. Esta constelación también es
enorme. Una vez que la cabeza de Leo comienza a hacerse visible, se necesitan dos horas
más para que la cola aparezca. Es visible en abril y mayo. Las tres constelaciones
colindantes a Leo son: Hydra, Crater, y Corvus.
(Estas constelaciones muestran la destrucción total de la serpiente, de su simiente, y de
todas sus obras).

La constelación de Hydra es la serpiente antigua, y representa a esa serpiente antigua


destruida.

La segunda constelación junto a Leo es la constelación de Cráter; que significa “Taza o


copa,” como una gigantesca copa llena de vino. Representa la copa de la ira divina
derramada sobre la serpiente antigua.

La tercera constelación próxima a Leo es la constelación de Corvus, que significa; “El


cuervo,” un ave de rapiña que devoraba la serpiente.

Todas estas constelaciones están entrelazadas en la oscuridad de la noche, y muestran


como resultado al león, con su consumado triunfo sobre la serpiente.

En los 12 signos del zodíaco, se han representado en acción doce ideas principales, doce
principales verdades de la revelación divina.

1. La simiente de la mujer vendrá.


2. Habrá un precio que él pagará por esa posesión adquirida.
3. El precio será un conflicto con la serpiente, el enemigo, quien herirá al conquistador en el
calcañar. 4. Él Será enviado con rapidez, seguramente, como una flecha lanzada desde un
arco.
5. Él morirá como un sacrificio.
6. Resucitará y derramara bendiciones sobre su pueblo.
7. Su pueblo será una gran multitud, que se mantendrán unidos unos con otros y con él
mismo.
8. El que fue inmolado, cuyo calcañar fue herido, reinará, y pondrá a su enemigo bajo sus
pies.
9. Él vendrá con el poder triunfante, y tendrá el dominio.
10. Él es el Hijo de Dios y el hijo del hombre, la víctima y el rey.
11. Él sujetara fuertemente su posesión adquirida, la recompensa de su trabajo.
12. Por último, pondrá a todos sus enemigos bajo sus pies, porque viene con diez mil de
sus santos para ejecutar juicio sobre todos, para separar el bien del mal.

Desde la perspectiva Bíblica, esos son los significados, y lo que representan cada una de
las 12 constelaciones del zodiaco, así como las 36 constelaciones menores con las que
están agrupadas. Pero ninguna de estas 12 constelaciones mayores, aún con toda la
increíble belleza con la que Dios escribió su Palabra en las estrellas, ni en ninguna de las 36
constelaciones menores, se habla o se encuentra señal alguna, que indique absolutamente
nada, acerca de la iglesia de las epístolas, a la que nosotros pertenecemos. Como si no
hubiera habido ninguna revelación acerca de nosotros en el Antiguo Testamento. Nosotros
no tenemos absolutamente nada que ver con esos significados, con esas maravillas y esas
señales escritas en las estrellas. Todo eso fue escrito para Israel, pasado, presente y futuro,
los eventos que ya sucedieron, así como aquellos que van a acontecer en un futuro, todo
fue escrito específicamente para el pueblo de Israel.

Nosotros no tenemos nada que ver con nada de eso, incluso con las cosas que están
escritas en el libro de apocalipsis, nosotros estamos exentos de ello, nosotros estaremos en
la gran reunión mucho antes que los eventos del libro de revelaciones acontezcan. Qué
gran bendición es saber el significado de lo que está, y lo que no está escrito en las
estrellas, y también saber que no tenemos nada que ver con todo eso.

Pero la pregunta es: ¿Y qué de nosotros, de que somos parte entonces? Lo grandioso, lo
magnánimo, y lo increíblemente maravilloso de la Palabra de Dios escrita en las estrellas,
es completa y totalmente para el pueblo de Israel, pero ¿y nosotros qué?

La humanidad ha buscado y sigue buscando robar a Cristo de su gloria, para borrar el


nombre de Dios y de Su Hijo Jesucristo, posiblemente desde los inicios de la astrología con
los caldeos, como dice el libro de Daniel.

(Daniel 2:2) Hizo llamar el rey a magos, astrólogos, encantadores y caldeos, para que le
explicasen sus sueños. Vinieron, pues, y se presentaron delante del rey.

Este era un grupo de gente que estudiaban las estrellas, pero no desde una perspectiva
Bíblica, sino desde un punto de vista astrológico, ellos desarrollaron una manera de pensar,
de creer y de vivir, que se ha filtrado hasta los tiempos de hoy, esta astrología es una de las
grandes religiones en el mundo que afecta casi a todos. El adversario ha tenido tanto éxito a
través de la astrología y un sinnúmero de diversas religiones, que la humanidad no sabe
casi nada acerca de lo escrito en las estrellas, acerca de la Palabra de Dios, acerca del
poder de Dios, ni acerca de la maravillosa salvación que está disponible. No saben
absolutamente nada sobre el redentor, sobre lo que logró, ni sobre lo que está disponible
hoy día. Hoy podemos cambiar eso y hacer que la gente conozca cual es la voluntad de
Dios.

Las estrellas dicen que la simiente de la mujer (Virgo) habría de venir como un niño, que
tenía que haber un sacrificio, que es representado por el altar o Libra. Que el sacrificio iba a
ser por los pecados de su pueblo, que enfrentaría un gran conflicto con el enemigo que es
Escorpión, en el que sería herido en el calcañal, pero que al final aplastará la cabeza del
enemigo y lo pondrá bajo sus pies. Esto ha ocurrido en parte y será totalmente cumplido en
el futuro.

(Juan 12:36) Entre tanto que tenéis luz, creed en la luz, para que seáis hijos de luz. Estas
cosas habló Jesús, y se fue, y se ocultó de ellos. Jesucristo vino por y para Israel. El dijo a
su pueblo; “en tanto que tenéis la luz, creed en la luz,” y esa luz que irradiaba de Jesucristo
mismo era el poder de Dios en él, por medio del espíritu santo que estaba en él. Esa luz es
mucho más grande y brillante que la más grande y brillante de las constelaciones, mucho
más brillante que la más físicamente hermosa y fuerte de las maravillas que Dios haya
puesto en los cuerpos celestiales.
Jesús dijo “creed en la luz.” ¡Eso es lo que quiero que creas! No en el poder que pudieran o
no tener las estrellas, y sus influencias sobre tu vida. Las cosas han cambiado y yo también
quiero que tú creas en la luz. ¡Jesucristo vino por y para Israel, aún así, el Antiguo
Testamento habla de la misericordia de Dios para los demás!

(Oseas 2:23) Y la sembraré para mí en la tierra, y tendré misericordia de Lo-ruhama; y diré


a Lo-ammi: Tú eres pueblo mío, y él dirá: Dios mío.

Déjenme aclarar un poco este versículo. Ruhama significa: Tener compasión o misericordia.
La frase Lo-ruhama se refiere a aquellos que no habían obtenido misericordia. Ammi
significa: Mi gente, mi pueblo. La frase Lo-ammi significa aquellos que no son mi pueblo.

Haciendo una traducción literal de acuerdo al uso de este versículo leería: “Y la sembraré
(la nueva Israel) para mí en la tierra, y tendré misericordia de aquellos que no han obtenido
misericordia (Lo-ruhama); y llamaré a aquellos que no son mi pueblo (Lo-ammi): Tú eres mi
pueblo (ammi), y él (mi pueblo) dirá: Dios mío.” (Oseas 2:23 Literal)

Esta es una de las pocas referencias que habla de otra gente fuera del pueblo de Israel que
se convertiría en el pueblo de Dios. ¡Adivina que, esto habla también de nosotros! Aunque
no haya sido escrito en las estrellas, está escrito en la Palabra de Dios, aquí en el libro de
Oseas capítulo 2 versículo 23.

Después cuando llegó el día de Pentecostés, cuando se derramó el don del espíritu santo,
un hecho realmente triste fue que una gran mayoría del pueblo de Israel se negó a creer.
Ellos querían seguir bajo la ley de Moisés y no aceptaban que el Mesías, el redentor del
hombre, Jesucristo, ya había venido por primera vez, y había venido a redimirlos. Ellos
creían que Jesús fue un gran hombre, un gran profeta, pero no creyeron que él era el hijo
de Dios, y cualquiera que no cree que Jesucristo es el hijo de Dios queda fuera del reino de
Dios. Ellos quedaron fuera, sin importar lo que ellos piensen, están fuera, porque Jesucristo
ya vino, y su venida fue algo maravilloso. Pero Israel se negó a creer, a pesar de los
esfuerzos de Pedro y los apóstoles, quienes trataron de convertir a los judíos proclamando
ante ellos el evangelio, y aunque muchos creyeron, la gran mayoría se negó a creer.

El apóstol Pablo, quien era Judío, tras un encuentro personal con Jesucristo se convirtió,
renació del espíritu de Dios, comenzó a predicar el evangelio, y se volvió hacia los gentiles.

(Hechos 13:46) Entonces Pablo y Bernabé, hablando con denuedo, dijeron: A vosotros a la
verdad era necesario que se os hablase primero la palabra de Dios; mas puesto que la
desecháis, y no os juzgáis dignos de la vida eterna, he aquí, nos volvemos a los gentiles.

Ellos fueron a los gentiles, la palabra gentiles significa “naciones” las otras naciones que no
eran el pueblo de Israel, sino todos los demás.

(Hechos 13:47) Porque así nos ha mandado el Señor, diciendo: Te he puesto para luz de
los gentiles, A fin de que seas para salvación hasta lo último de la tierra.
¿Recuerdan que Jesucristo dijo “creed en la luz para que seáis hijos de luz”? Y Dios le dijo
a Pablo “te he puesto para luz de los gentiles.” Estamos hablando de esa brillantez, de la
Palabra de Dios viva, debido al don del espíritu santo en nuestro interior, que era para la
salvación de los gentiles hasta los confines de la tierra. No solo las estrellas en el cielo
brillan con su luz y dan su mensaje hasta lo último de la tierra en cada lenguaje y en cada
palabra. La Palabra escrita hace exactamente lo mismo hoy, de una manera diferente
porque en las estrellas, no había nada acerca de lo que Dios le dijo a Pablo que hiciera.
Esta fue una orden directamente de Dios para Pablo y para el resto de la humanidad.

(Hechos 13:48) Los gentiles, oyendo esto, se regocijaban y glorificaban la palabra del
Señor, y creyeron todos los que estaban ordenados para vida eterna. {49} Y la palabra del
Señor se difundía por toda aquella provincia.

Esta es la nueva orden, ir a los gentiles y declarar la Palabra de Dios para la salvación y la
vida eterna. Debemos declarar la Palabra de Dios a las naciones del mundo, ahora no es
solamente para Israel. Pero ¿Qué era exactamente lo que Pablo estaba haciendo con su
nueva "orden dada por Dios?"
(Hechos 26:18) para que abras sus ojos, para que se conviertan de las tinieblas a la luz, y
de la potestad de Satanás a Dios; para que reciban, por la fe que es en mí, perdón de
pecados y herencia entre los santificados. {19} Por lo cual, oh rey Agripa, no fui rebelde a la
visión celestial, {20} sino que anuncié primeramente a los que están en Damasco, y
Jerusalén, y por toda la tierra de Judea, y a los gentiles, que se arrepintiesen y se
convirtiesen a Dios, haciendo obras dignas de arrepentimiento.

Eso es lo que Pablo hizo con esa nueva orden, enseñó la Palabra de Dios, abriendo los ojos
de la gente y convirtiéndolos de las tinieblas a la luz, o sea, sacándolos de la potestad de
Satanás y llevándolos a la potestad de Dios. Como resultado ellos obtendrían el perdón de
pecados y herencia entre los santificados al creer en nuestro seños Jesucristo. ¿No es
maravilloso? Ahora la luz de la Palabra de Dios reemplaza a la luz de las estrellas y de
todas las constelaciones. Para responder a una pregunta acerca de Israel: ¿Tropezaron
ellos para que cayesen? Porque la gran mayoría de ellos no creyeron en Jesucristo, hasta
el día de hoy, muchos aún no creen, y continúan practicando su religión y sus tradiciones
como si Jesús nunca hubiese venido, por eso siguen practicando sus tradiciones tan celosa
y rigurosamente como en los tiempos de antes, cuando todavía esperaban por la venida del
Mesías, ellos siguen aún esperando.

(Romanos 11:11) Digo, pues: ¿Han tropezado los de Israel para que cayesen? En ninguna
manera; pero por su transgresión vino la salvación a los gentiles, para provocarles a celos.

Puedo ver que ellos tengan celo de los gentiles, porque los gentiles tienen lo que ellos
deberían tener. Cuando ellos ven que Dios da el incremento y obra poderosamente en los
corazones y las vidas de aquellos que tienen el don del espíritu santo en su interior, son
provocados a sentir celos. Realmente a nosotros no nos incumbe si están celosos, pero fue
su culpa, porque ellos no creyeron. Dios envió a Pablo a las naciones, lo que ayudó a que
esa profecía que leímos anteriormente en el libro de Oseas capitulo 2 versículo 23 se
hiciera realidad, que otras naciones fuera del pueblo de Israel le llamaría su Dios, y él le
llamaría su gente. Nosotros estábamos antes sin Dios y sin esperanza en este mundo,
muertos en delitos y pecados. No podíamos en el pasado, de ninguna manera ser parte de
Israel, ni nunca lo seremos en el futuro, necesitas nacer Judío para serlo, tiene que estar en
tu línea sanguínea, nosotros no lo somos y nunca lo seremos, pero esta nueva manera de
creer en Jesucristo, el confesarlo como señor de nuestras vidas y creer que Dios le levantó
de entre los muertos, como dice en Romanos.

(Romanos 10:9) que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu
corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo. {10} Porque con el corazón se cree
para justicia, pero con la boca se confiesa para salvación.

Esto reemplaza todas las leyes del Antiguo Testamento y la manera de creer establecida en
el Antiguo Testamento, erradica el pecado y nos trae la vida eterna. Es la nueva manera
que Dios estableció y que le ordenó a Pablo que proclamara a todas las naciones. Eso es lo
que Pablo hizo en sus tiempos, y es la misma Palabra que nosotros hemos oído y creído
hoy. Vean lo que Pablo dijo.

(Romanos 15:15) Mas os he escrito, hermanos, en parte con atrevimiento, como para
haceros recordar, por la gracia que de Dios me es dada {16} para ser ministro de Jesucristo
a los gentiles, ministrando el evangelio de Dios, para que los gentiles le sean ofrenda
agradable, santificada por el Espíritu Santo.

Las naciones, o cada persona que decide creer en Jesucristo serán santificadas, lo que
significa ser puesto aparte, por medio del espíritu santo que reciben. No por las obras, no
por usar ropa de marca, no por la manera en la que hablas, ¡eres puesto aparte por medio
del espíritu santo que mora en ti!

(1 Corintios 12:2) Sabéis que cuando erais gentiles, se os extraviaba llevándoos, como se
os llevaba, a los ídolos mudos.

Tristemente eso es lo que todas las naciones a través del mundo hacen, nosotros no
sabíamos nada acerca de la astrología, no sabíamos que no existe poder alguno en el
horóscopo, ni en guardar o celebrar los días, las estaciones, o los años. La gente dice “no
camines debajo de las escaleras, cuidado con los gatos negros, con el viernes 13,” Pero
eso son solo creencias falsas que la gente incrédula inculca a los demás, es solo basura
que no tiene nada que ver con la Palabra de Dios. Esas cosas como el horóscopo, no
fueron originadas por medio de la voluntad de Dios, sino a través de falsificaciones y la
contaminación de las escrituras, divulgadas por falsas religiones como la astrología. La
intención de Dios de escribir su palabra en las estrellas, fue para dar a conocer su voluntad
a la humanidad, la astrología no tiene absolutamente nada que ver con lo que Dios hizo. No
necesitas leer tu horóscopo, no tiene ningún poder, lee las escrituras, la Palabra de Dios es
lo que nos trae liberación. Lo que la Palabra de Dios dice es verdad y es lo que realmente
va a suceder. Lee lo que la Palabra de Dios dice al respecto de las cosas. Los psíquicos, los
adivinos, los brujos, los encantadores, son solo una bola de charlatanes que trabajan para
el diablo, puede que te digan un poco de verdad en sus augurios, pero la mayor parte del
tiempo solo defraudan a la gente. Ve a la Palabra de Dios y mantenla viva en tu vida.
(1 Corintios 12:3) Por tanto, os hago saber que nadie que hable por el Espíritu de Dios llama
anatema a Jesús; y nadie puede llamar a Jesús Señor, sino por el Espíritu Santo.

Hablar por el espíritu de Dios se refiere al hablar en lenguas, el espíritu de Dios es el


espíritu que mora en nuestro interior. Cuando hablamos en el espíritu no podemos maldecir
o llamar a Jesús anatema, Nadie tampoco puede verdaderamente llamar a Jesús señor, si
no tiene el espíritu de Dios en su interior. Acabamos de leer en Romanos 15, que hemos
sido puestos aparte y eso lo podemos probar cada vez que hablamos en el espíritu, y
deberíamos hablar en lenguas más y más, esa es una de las cosas más grandes que
deberíamos hacer siempre. Dios lo estableció y nos dio de su espíritu a nosotros, eso
enciende el fuego en nuestro interior, que ocasiona que brillemos más que todas las
estrellas.

(Colosenses 1:26) el misterio que había estado oculto desde los siglos y edades, pero que
ahora ha sido manifestado a sus santos, {27} a quienes Dios quiso dar a conocer las
riquezas de la gloria de este misterio entre los gentiles; que es Cristo en vosotros, la
esperanza de gloria,

Jesucristo originalmente vino al pueblo de Israel, debería ser Cristo en ellos la esperanza de
gloria, deberían ser ellos los que fueran libres de las ataduras de la ley, y ser capaces de
caminar libres, con sus pecados perdonados y sus conciencias limpias, algo que ningún
sacrificio establecido en el Antiguo Testamento nunca pudo lograr, ni logrará. Jesucristo nos
limpia de todo pecado, él es el único camino para tener una conciencia limpia. Todo esto
debería haber sido para Israel, pero ahora, este misterio que ha estado escondido a través
de las generaciones y las edades, se ha hecho manifiesto. No estaba en las estrellas, no se
conocía, y lo que este misterio es, como dice en el libro de Efesios acerca de las riquezas
de la gloria de este misterio, no solo que los gentiles son coherederos y miembros del
mismo cuerpo, y copartícipes de la promesa en Cristo Jesús por medio del evangelio, junto
a Israel, sino que también tendríamos a Cristo en nosotros la esperanza de gloria.

Tenemos el Cristo en nosotros que Israel debería tener porque nosotros si creímos en
nuestro redentor, creímos e hicimos a Jesucristo nuestro señor, creímos que Dios le levantó
de entre los muertos, creímos para justicia y Dios nos hizo justos. ¡Sí! No estaba escrito en
las estrellas, pero ahora está escrito en nuestros corazones, donde puede ser visto y leído
por todos los hombres cuando mantenemos la Palabra de Dios en nuestro andar. Y la luz de
la vida de Dios fluye de nuestras vidas y quema todo a su paso, ¡es maravilloso! Lo que los
gentiles recibieron no estaba en las constelaciones, tampoco estaba en las estrellas,
tampoco en el Antiguo Testamento.

Lo que las naciones de gentiles recibieron era para Israel, para que recibieran a Cristo la
esperanza de gloria, pero ahora, aquí estamos, nosotros lo tenemos, por la culpa misma de
los Judíos, que se negaron a creer, la salvación llegó a los gentiles. ¡Gloria a Dios! ¡Gracias
sean dadas a Dios porque escuchamos y creímos! ¡Gracias a Dios que vino a nosotros
porque podemos hacer algo con ello! ¡Podemos creer, y vivir, y hacer todo lo que esté a
nuestro alcance y dar nuestro mejor para Dios!
(Filipenses 2:15) para que seáis irreprensibles y sencillos, hijos de Dios sin mancha en
medio de una generación maligna y perversa, en medio de la cual resplandecéis como
luminares en el mundo;

¡Sí! Debemos resplandecer como luminares en el mundo, con la luz más brillante en nuestro
interior ¡Brillamos! Cuando pensamos en las estrellas en la noche, en cualquier punto donde
las constelaciones sean visibles, las miras y ves un punto brillante a la distancia, y hasta
parece que no se mueven, que están en un punto fijo y solo cintilan, o pulsan, y que reflejan
su luz sobre la tierra. Pero si se mueven, pulsan con tremenda energía nuclear, esa es la
naturaleza de las estrellas, y siempre están en movimiento, viajando alrededor de su
trayectoria, así como el sol mismo se mueve sobre la eclíptica, y como la tierra y la luna se
mueven al viajar sobre sus propias orbitas. Todo está siempre en constante movimiento,
ligados todos con la cohesión de Dios y su palabra, fue él quien sujetó al universo y lo
mantiene unido. Pero aquí en la tierra, mucho más grandioso que todas las estrellas,
nosotros resplandecemos como luminares en el mundo, en medio de una generación
maligna y perversa.

Muchas veces pensamos que nuestras vidas son insignificantes, que no tenemos
importancia, pero déjenme decirles algo, nosotros significamos todo. Lo más grande de lo
más grande de lo más grande que Dios creó está en nosotros, el don del espíritu santo de
Dios mismo morando en nuestro interior, lo que nos permite resplandecer como luminares
en el mundo, nosotros somos esa luz verdadera, creemos en esa luz, y tenemos esa luz en
nuestro interior, así como Jesucristo la tenía, y como Pablo la tenía. Y para terminar vamos
a:

(1 Pedro 2:9) Más vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo
adquirido por Dios, para que anunciéis las virtudes de aquel que os llamó de las tinieblas a
su luz admirable;

Hemos sido llamados de las tinieblas a su luz admirable, somos un linaje escogido, una
nación santa, un real sacerdocio, pero ¿qué es lo que Dios nos pide que hagamos?
Anunciar las virtudes de quien nos llamó y nos sacó de las tinieblas. ¡Anúncialas! ¿Cómo lo
anunciamos? Manteniendo la Palabra de Dios en nuestras vidas, en un andar digno,
viviendo conforme a la Palabra de Dios delante de él, haciendo a Jesucristo nuestro señor
en todo lo que hagamos, caminando como él en todo, así lo anunciamos, operando las
asombrosas manifestaciones del espíritu santo, y nuestras vidas simplemente
resplandecerán.

(1Pedro 2:10) vosotros que en otro tiempo no erais pueblo, pero que ahora sois pueblo de
Dios; que en otro tiempo no habíais alcanzado misericordia, pero ahora habéis alcanzado
misericordia.

Somos la constelación del pueblo de Dios, la que brilla con más intensidad que todas las
estrellas en el cielo. Esa es la parte que nuestras vidas como cristianos deben jugar hoy,
aunque nada se haya escrito acerca de nosotros en las estrellas, está escrita ahora en
nuestros corazones, y podemos proclamarla, anunciarla con denuedo, y permitir que
nuestras vidas resplandezcan delante de todos los hombres, para que ellos al igual que
nosotros, puedan también glorificar a nuestro Padre celestial que está en los cielos. Amén y
amén.

Dios los bendiga.

Joshep W. Brown.

Espero que esta maravillosa enseñanza te haya bendecido tanto como a mí, y que no
olvides que es Dios en Cristo en ti, la esperanza de gloria. No solamente somos la sal de la
tierra, somos la luz del mundo y como tal debemos brillar e irradiar la luz de Dios en nuestro
diario andar. Un cristiano que anda dignamente, es un cristiano que no pone excusas ni
pretextos para no hacer la voluntad de Dios, andar en la libertad en la que Cristo nos hizo
libres, y no sujetarse a las leyes del antiguo testamento.

Solo quiero agregar un versículo más.

(Efesios 2:10) Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las
cuales Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas.

La palabra “hechura” es la palabra griega póiema, que también significa “poema.” Nosotros
somos un poema de Dios, una obra de arte del creador de los cielos y la tierra, una obra
maestra del Dios todo poderoso, y eso es lo que debemos creer. ¡No creas las mentiras de
los horóscopos, cree en las verdades escritas en la maravillosa, única, e incomparable
Palabra de Dios!

E. S. N.

J.E.R.S.

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