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ESCUELA DE LIDERAZGO SOBRENATURAL

Clase N° 03.
Angeleología.
1.- Definición.
La palabra “ángel” tomada del hebreo mal’ak del Antiguo Testamento o del griego Agelos del Nuevo
Testamento, significa “mensajero”. Los ángeles santos son mensajeros de Dios, mientras que los ángeles caídos
son los mensajeros de Satanás; “el dios de este mundo”.
2.- Origen de los ángeles.
A diferencia de Dios, los ángeles son seres creados; no han existido desde toda la eternidad.
“Porque en Él fueron creadas todas las cosas, las que hay en los cielos y las que hay en la tierra, visibles e
invisibles; sean tronos, sean demonios, sean principados, sean potestades; todo fue creados por medio de Él y
para Él” (Col. 1:16).
“Alabadle, vosotros todos sus ángeles; alabadle, vosotros todos sus ejércitos…Alaben el nombre de Jehová;
porque Él mandó y fueron creados” (Sal.148:2,5).
La Escritura no es explicita respecto al cuándo fueron creados exactamente, lo más probable es que fueron
creados en el primer día de la creación, inmediatamente después de la creación de los cielos.
3.- Naturaleza de los ángeles.
3.1. No son corpóreos.
3.1.1. Son espíritus.
Los ángeles no tienen cuerpo de la misma manera que el hombre. Se dice que son espíritus, en Lucas 24:37-39,
Jesús dijo, “porque un espíritu no tiene carne ni huesos, como veis que yo tengo”. Pero esto no significa que no
son criaturas individuales verdaderas, tanto finitas como espaciales. Sin embrago, se encuentran en una relación
más libre con el tiempo y el espacio que el hombre. Muchos pueden estar presentes al mismo tiempo en un
espacio muy limitado. No son omnipresentes, cada uno está en un lugar a la vez.
3.1.2. No deben ser adorados.
Son invisibles al ojo humano y los hombres están inconscientes de su presencia. Se ha sugerido que la razón por
la que son principalmente invisibles es por la tendencia humana a adorarles.
“Yo Juan soy el que oyó y vio estas cosas. Y después que las hube oído y visto, me postré para adorar a los pies
del ángel que me mostraba estas cosas. Pero él me dijo: mira, no lo hagas; porque yo soy consiervo tuyo, de
tus hermanos y profetas, y de los que guardan las palabras de este libro. Adora a Dios” (Ap. 22:8,9).
3.1.3. En ocasiones, han asumido forma de cuerpos humanos.
“No os olvidéis de la hospitalidad, porque por ella algunos, sin saberlo, hospedaron ángeles” (Heb.13:2).
Tal cosa como sugiere este versículo no podría ser posible si no aparecieran como hombres. A través de las
escrituras se mencionan muchas ocasiones cuando esto se hizo una realidad:
“Y vio dos ángeles con vestiduras blancas que estaban sentados el uno a la cabecera y el otro a los pies, donde
el cuerpo de Jesús había sido puesto” (Jn. 20:12).
3.1.4. El ángel de Jehová.
Esta expresión es usada a través de todo el Antiguo Testamento, parece tener un significado muy especial en
relación con la presencia de Dios. Parecería que se refiriera a la segunda persona de la Deidad, Cristo mismo en
presencia preencarnada. Algunas de estas extraordinarias ocasiones son mencionadas aquí.
El ángel de Jehová se le apareció a Agar al estar ella huyendo de la casa de Abraham (Gn.16:7-14), Donde
aparece cuatro veces “El ángel de Jehová”, pero en el versículo trece leemos: “Entonces llamó el nombre de
Jehová que con ella hablaba: Tú eres Dios que ve; porque dijo ¿No he visto también aquí al que me ve? “Agar
reconoció a este “Ángel de Jehová” como el verdadero Dios.
3.2.- Los ángeles son una compañía, son vastos en número.
Fueron creados de una sola vez, y no hay propagación entre ellos; no mueren; por lo tanto no hay un incremento
o decrecimiento en sus números.
Se hace referencia a los ángeles en el género masculino, el cual siempre es usado en aquellos que no tiene
distinción sexual.
Su gran número está indicado en las siguientes escrituras: “Si no que os habéis acercado al monte de Sión, a la
ciudad del Dios vivo, Jerusalén la celestial, a la compañía de muchos millares de ángeles…” (Heb. 12:22).
“¿Acaso piensas que no puedo ahora orar a mi Padre, y que él no me daría más de doce legiones de
ángeles?”(Mt.26:53).
Su número es incalculable. Dios, quien sabe todas las cosas, conoce el número de ángeles.
3.3.- Su habitación.
Aunque los ángeles a menudo son representados ministrando en favor de Dios a los santos aquí en la tierra,
parece que su principal habitación está en el cielo (Mt.22:30). “Y repentinamente apareció con el ángel una
multitud de las huestes celestiales que alababan a Dios, y decían: ¡Gloria a Dios en las alturas, y en la tierra
paz, buena voluntad para los hombres! Sucedió que cuando los ángeles se fueron de ellos al cielo…”
4.- Clasificación y organización de los ángeles.
4.1. Ángeles buenos.
4.1.1. Rangos u oficios.
Comparando los tres siguientes versículos de la escritura, parece haber cinco rangos u oficios diferentes de
autoridad entre los ángeles: tronos, dominios, principados, autoridades y poderes. “Sobre todo principado y
autoridad y poder y señorío…” (Ef.1:21); “Porque en él fueron creadas todas las cosas, las que hay en el cielo
y las que hay en la tierra, visibles e invisibles; sean tronos, sean dominios, sean principados, sean
potestades…” (Col. 1:16);…”a él están sujetos ángeles, autoridades y potestades” (1P.3:22).
4.1.2. Querubines.
Son seres creados, a los cuales se les ha asignado la protección del trono de Dios, así como la protección del
arca del pacto y el propiciatorio. Los querubines resguardaban el Árbol de la Vida, para que los seres humanos
no comieran de él, y vivieran así para siempre en sus pecados. Los querubines se relacionan estrechamente con
la gloria de Dios y forman parte de la hueste celestial (leer Ez.10).
“… y puso al Oriente del huerto de Edén querubines, y una espada encendida que se revolvía por todos lados,
para guardar el camino del árbol de la vida” (Gn.3:24).
4.1.3. Serafines.
Seres angelicales flamígeros, fieros, con la habilidad de moverse suave y velozmente. La palabra significa “los
que arden”. El ministerio de los serafines se relaciona estrechamente con el trono y las alabanzas a Dios. Estos
están constantemente glorificando a Dios, exaltando su naturaleza y atributos, y aparentemente supervisan el
culto celestial, con sus seis alas, revolotean sobre el trono mientras ministran.
Se les menciona sólo en el capítulo 6 de Isaías. Son vistos por el profeta parados por encima del trono de Dios.
Están ocupados en alabar a Dios. Dando voces el uno a otro, “Santo, Santo, Santo, Jehová de los ejércitos; toda
la tierra está llena de su gloria”. Uno de los serafines, en respuesta a la confesión de Isaías de ser inmundo de
labios, voló hacia él con un carbón encendido del altar y tocó los labios del profeta diciendo, “He aquí que esto
tocó tus labios y es quitada tu culpa, y limpio tu pecado” (Is. 6.6-7).
4.1.4.- El ministerio de los ángeles buenos.
a.- Dar alabanza y adoración.
b.- Traer la ley de Dios a su pueblo.
c.- Ejecutar los juicios de Dios sobre sus enemigos.
d.- Juntar a los elegidos en la segunda venida de Cristo.
e.- Asistir en el día de juicio.
f.- Proteger de un daño accidental y librar de sus enemigos al creyente.
g.- Alentar en momentos de extrema prueba.
h.- Conceder sabiduría y guía.
i.- Escoltar al alma en la muerte.
j.- Regocijarse en la salvación.
4.2. Ángeles malos.
Así como existen grandes ángeles guardianes que cuidan y ministran a los que son los hijos redimidos del
Señor, también es muy importante reconocer la realidad y presencia de un extenso ejército de espíritus
enemigos cuyo propósito parece ser el impedir todo progreso espiritual, estando al servicio de Satanás, se trata
de ángeles caídos o demonios. Cuando Satanás, que era el ángel de más elevado rango, se reveló contra Dios,
arrastró a un gran número de seres como él. Cuando la rebelión fracasó, fueron expulsados del cielo. Los
ángeles ahora son demonios. Al igual que los ángeles son capaces de alcanzar las cumbres de la espiritualidad,
los demonios alcanzan el más profundo abismo del odio, el rencor y la perversión. Los demonios atormentan a
las personas, las poseen, y las partan de Dios y su verdad.
Así como los ángeles buenos tienen jerarquía, los demonios tienen lo que se llaman “principados y potestades”.
Es posible que varios príncipes demoníacos estén a cargo de regiones y ciudades específicas de la tierra. Hay un
conflicto en el mundo invisible entre los leales mensajeros de Dios y las huestes de demonios. Dios utiliza las
oraciones de su pueblo para restringir la actividad demoníaca y dirigir las acciones de los ángeles a fin de
controlar las potencias del mal.
Los demonios son ángeles que “no guardaron su propia dignidad, sino que abandonaron su propia morada…”
(Judas 6); y son aquellos a los que se refiere cuando leemos: “porque si Dios no perdonó a los ángeles que
pecaron, sino que (los arrojó) al infierno…” (II P. 2:4).
4.2.1. Actividades de los demonios.
a. Oponerse a los santos: lo hacen constantemente para que no vivan vidas santas y sirvan al Señor.
“Porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los
gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes” (Ef.
6:12).
b. Inducir el alejamiento de la fe.
“Pero el Espíritu dice claramente aunque en los postreros tiempos algunos apostatarán de la fe, escuchando a
espíritus engañadores y a doctrinas de demonios… ” (1Ti 4:1).
c. Apoyar toda adoración a ídolos.
“… sabemos que un ídolo nada es en el mundo, y que no hay nada más que un Dios”
d. Causar varias aflicciones físicas.
4.2.2. El propósito de los demonios.
Su propósito general parece ser doble: Buscan estorbar los propósitos de Dios, y extender el poder de Satanás.
El deseo de Satanás de gobernar y ser “semejante al Altísimo”, no ha cambiado desde su expresión inicial.
5.- Satanás.
Un oponente o el oponente; el que odia; el acusador; el adversario, el enemigo; aquel que resiste, obstruye y
limita todo lo bueno. Satán viene de un verbo que significa “Oponerse” o “resistir”. Es el odiador, el que se
opone a Dios, que es amor. Es el adversario para causar problemas en el Reino de Dios. La humanidad no fue
testigo del principio de Satanás, pero por designio divino lo será de su final, eterno tormento y humillación.
Dios no creó al diablo como lo conocemos hoy. Todo lo que Dios hizo fue declarado bueno. Ez. 28:12-19 da
una imagen detallada de la belleza y la sabiduría con las que satanás fue originalmente creado. Este pasaje habla
de él como: “lleno de sabiduría y acabado de hermosura… de toda piedra preciosa era tu vestidura… tú
querubín grande, protector… perfecto eras en todos tus caminos desde el día que fuiste creado”. Isaías 14:12-
17 nos da su nombre antes de que cayera. Era llamado “Lucero”, que significa “la estrella de la mañana”.
Literalmente es “el que lleva luz”. Se nos presenta como el Ángel más alto de la creación de Dios. El misterio
es cómo un ser tan sabio y hermoso pudo haber caído a tales profundidades como para ser ahora el ser más vil
en el universo.
5.1.1. Nombres y títulos dados a Satanás.
Lucero (Lucifer), Satanás, Diablo, Serpiente, Dragón, Belzebú, Belial, Tentador, Malvado, Maligno o Malo,
príncipe de este mundo, Príncipe de la potestad del aire, el dios de este siglo, engañador, el acusador, ángel de
luz, Homicida, Padre de mentiras, León rugiente, destructor.
5.1.2. El curso de acción del creyente respecto a Satanás.
a.- Reconocer sus limitaciones.
b.-Darse cuenta que su poder está limitado por la voluntad de Dios y ha sido vencido.
c.- Recordar que el creyente tiene uno que intercede a su favor.
d.- Practicar vigilancia continua.
e.- No dar ningún lugar al Diablo dentro de su vida.
f.- Ponerse toda la Armadura de Dios.
g.- Resistirlo.
h.- Reclamar nuestros derechos como salvos. "Y ellos le han vencido por medio de la sangre del Cordero y de la palabra
del testimonio de ellos, y menospreciaron sus Vidas hasta la muerte." (Apocalipsis 12:11).
Actividad de la clase.
Establecer el orden jerárquico de los ángeles buenos y malos.
 

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